OBSERVATORIO DEL PROGRAMA PRESIDENCIAL DE DERECHOS HUMANOS Y DIH La Sierra Nevada de Santa Marta y su entorno Georreferenciado: Observatorio del Programa Presidencial Derechos Humanos y DIH - Vicepresidencia de la República Cartografía: SEN - Sala de Estrategia Nacional - Presidencia de la República La región de la Sierra Nevada de Santa Marta Departamento Magdalena Cesar La Guajira Parques Territorios indígenas Municipios Santa Marta, Ciénaga, Fundación, Aracataca y Algarrobo Valledupar, El Copey y Pueblo Bello Riohacha, Dibulla, Distracción, Hato Nuevo, Barrancas, San Juan del Cesar y Fonseca Parque Natural Sierra Nevada de Santa Marta (383.000 hectáreas) Parque Nacional Tayrona (15.000 hectáreas) Resguardo Arhuaco (195.000 hectáreas) Resguardo Kogui-Malayo (364.490 hectáreas) INTRODUCCIÓN1 Nevada de Santa Marta. Pese a los operativos militares de los últimos meses en la zona, la presencia del Estado ha sido desbordada por el accionar de las guerrillas del ELN Destruidos por la guerrilla en un ejercicio sistemático de desalojo del Estado o levantados por la institución por falta de garantías, hoy en día no hay un solo puesto de y las FARC, que mantienen una influencia importante en la zona montañosa mientras la presión de las autodefensas desde la zona plana hacia las laderas es cada vez más policía en los 17 mil kilómetros cuadrados de la Sierra grande. Rodeada por las extensas ganaderías del Cesar, las fincas 1 Este trabajo fue posible gracias a la colaboración de instituciones estatales, las oficinas de la Red de Solidaridad Social, la Policía, la Defensoría del Pueblo, la oficina de Parques del Ministerio del Medio Ambiente en Bogotá, Valledupar y Santa Marta así como a la Gobernación del Magdalena, de ONGs especialmente la Fundación Pro-Sierra Nevada y la Asociación de Trabajo Interdisciplinario, ATI, y de algunos estudiosos entrevistados. 2 bananeras del Magdalena y otras explotaciones agropecuarias, bordeada por el oleoducto que transporta el crudo hacia la costa y el ferrocarril de carbón de la Drummond, entre las minas de El Cerrejón y la troncal PANORAMA ACTUAL DE LA SIERRA NEVADA DE SANTA MARTA Niña Arhuaca. Fotografía Observatorio del Programa Presidencial de Derechos Humanos y DIH. que conecta en su último tramo el centro del país con la de las zonas planas con las zonas medias y altas y a su vez costa norte, se levanta abruptamente desde las costas del mar Caribe el macizo de la Sierra Nevada, y en una franja de apenas 42 kilómetros lineales alcanza las nieves perpetuas a 5.800 metros de altura, en un hecho exclusivo de éstas con el mar Caribe. sobre el planeta2. Esta condición particular a la geografía de la región hace cleo de la disputa a sangre y fuego entre guerrillas, autodefensas y narcotraficantes por el control de una zona estratégica para el desarrollo de la guerra en la región. de la Sierra no sólo una ecorregión estratégica y una despensa natural de recursos para las grandes ciudades de la costa, sino también un refugio en el que se reproducen las Para las guerrillas se ha convertido en escondite de secuestrados y retaguardia estratégica del Bloque caribe de las FARC. De hecho, San Pedro de la Sierra es el punto economías y actividades ilegales de la coca, la guaquería, el contrabando, el secuestro y la extorsión. Los casi treinta ríos principales y medio centenar de pequeños afluen- elegido por las FARC para hacer los cobros de su “ley 002” a los grandes capitales de la costa caribe y negociar la liberación de secuestrados a cambio de multimillonarios tes secundarios no sólo abastecen de agua a aproximadamente un millón y medio de personas que habitan en la costa norte colombiana, sino que son también los corre- rescates. Para las autodefensas, los ataques a la población civil de la Sierra, que es percibida como apoyo o colaboradora de las guerrillas, se ha convertido en una de dores naturales y estratégicos que utilizan los distintos actores del conflicto para comunicar las distintas caras de la Sierra, creando una red de interconexión entre los las premisas de su guerra antisubversiva. Por su parte, para los narcotraficantes de la vertiente norte la consolidación de un territorio con condiciones óptimas no sólo departamentos de Magdalena, Cesar y La Guajira, así como para la siembra de coca sino también para su procesamiento y posterior distribución en los mercados internacionales, los ha llevado a conformar sofisticados escua- 2 Sobre las generalidades de la Sierra Nevada de Santa Marta se recomienda consultar las publicaciones de la Fundación Pro-Sierra Nevada de Santa Marta. Es especialmente útil su cartografía producida con el apoyo del Instituto Geográfico Agustín Codazzi, la cual sirvió de base en todo el trabajo de investigación. Ver especialmente Ministerio del Medio Ambiente y otros, Plan de Desarrollo sostenible de la Sierra Nevada de Santa Marta. Bogotá, Fundación Pro-Sierra Nevada de Santa Marta, et al. 1997. drones armados para defenderse de los acosos de las guerrillas por colonizar un bastión, hasta ahora inexpugnable, de cultivos ilícitos y salida al mar. Así, la Sierra Nevada de Santa Marta es, además del epicentro de un gran sistema ecológico y económico, el nú- 3 OBSERVATORIO DEL PROGRAMA PRESIDENCIAL DE DERECHOS HUMANOS Y DIH En este escenario de disputa armada, que se desarrolla en 14 municipios de tres departamentos (Cesar, Magdale- diados de los años ochenta y paulatinamente establecieron sus primeras bases en diferentes puntos del macizo na y La Guajira), y atravesado por dos parques nacionales y dos resguardos indígenas, quien ha corrido con la peor parte ha sido la población civil: desplazamientos forza- montañoso4. En San Pedro de la Sierra, en jurisdicción de Ciénaga, en la vertiente occidental, el frente guerrillero en formación intentó neutralizar los atracos y homicidios que dos, asesinatos, masacres e intimidación son algunos de los métodos impuestos por los actores armados ilegales, en una estrategia de guerra con un alto costo en términos propiciaban ladrones y pistoleros. Igualmente ocurrió en Atánquez, en donde ayudó a limpiar la región de “marimberos” y asaltantes, muchos de ellos provenientes de La de violaciones a los derechos humanos y al derecho internacional humanitario. Guajira y de cuatreros que traían semovientes robados a campesinos e indígenas en lugares como Pueblo Bello y La Sierrita. Las FARC buscaron en general un acercamiento Particularmente grave es la situación de los indígenas, pobladores ancestrales y responsables de la supervivencia de “la madre”, como ellos la llaman. El repliegue de las guerri- con la comunidad intentando llenar los vacíos de justicia existentes y fue así como también incidieron en la solución de pleitos menores en el interior de las familias y llas hacia las partes más altas de la Sierra por la presión de las autodefensas en la zona plana, ha llevado a una colonización armada de territorios sagrados y resguardos. entre vecinos5. Ya en 1987 las FARC habían logrado establecer núcleos Señalamientos de los distintos actores armados como colaboradores del enemigo, reclutamientos forzados, ocupación de sus asentamientos para esconder secuestrados y importantes en diferentes cuencas hidrográficas, insinuando de esta manera un cordón que encerraba prácticamente la totalidad de la Sierra Nevada de Santa Marta. Los desalojos bajo amenaza de muerte vienen erosionando la supervivencia y la reproducción de su cultura. Cada día son más los indígenas que tienen que buscar refugio en las principales núcleos, que salvo excepciones acabó consolidando, estaban ubicados en la zona que comprende la cuenca media alta del río Fundación y las cuencas de los ciudades o aislarse en las zonas más altas del macizo. Pese a haber sido mundialmente reconocida por la Unesco ríos Piedras y Aracataca en la vertiente occidental, con especial influencia sobre el municipio de Fundación en la parte baja y sobre Pueblo Bello, en la vertiente suroriental, como patrimonio universal del hombre y de la biosfera, la situación en materia de orden público y de derechos humanos que se vive en la Sierra Nevada de Santa Marta y afectando especialmente el resguardo indígena Arhuaco. Siguiendo de sur a norte por la vertiente occidental, el frente 19 también intentó asentarse en las cuencas de los en las zonas circundantes es especialmente grave. La presencia del Estado es limitada y la actividad de guerrillas y autodefensas desborda la capacidad de la Fuerza Pública. ríos Sevilla y Río Frío, en jurisdicción de Ciénaga, afectando zonas de parques y de reservas indígenas, especialmente de la comunidad Kogui, pero tuvo que enfrentarse Los homicidios están disparados en los puntos neurálgicos de la confrontación, los retenes ilegales y los secuestros en las carreteras y ciudades en la zona de influencia a una estructura de autodefensa en formación que se asentó ante todo en el corregimiento Palmor. Ya en la vertiente norte logró ganar alguna influencia en las cuencas de los de la Sierra mantiene atemorizada y expectante a gran parte de la población y en particular a los representantes del sector productivo de la zona. ríos Guachaca, Córdoba, Toribío y Buritaca, en jurisdicción de Santa Marta, ocupada principalmente por colonos del interior del país, pero en esta zona encontró una I. Las guerrillas Las guerrillas en la Sierra Nevada de Santa Marta, como las autodefensas, se formaron combatiendo estructuras delincuenciales que surgieron como secuela de la crisis de la “bonanza marimbera”3. Las FARC aparecieron hacia me- 3 La denominada bonanza “marimbera” se dio sobre todo entre 1970, desde cuando se registró un auge en la producción de marihuana y se terminó a finales de los setenta y principios de los ochenta, cuando se redujo drásticamente la superficie cultivada y el comercio de la hierba, pero al respecto no sobra anotar que en la Sierra Nevada de Santa Marta se producía desde 1929 y que los cultivos comerciales se generalizaron desde 1965. Sobre los ciclos de la marihuana y las estructuras armadas de la época, consultar a Darío Betancourt y Martha García, Contrabandistas, marimberos y mafiosos. Bogotá, Tercer 4 férrea resistencia de una estructura organizada que posteriormente se consolidó como las autodefensas de la región de El Mamey y que marginó a la organización guerrillera dejándola prácticamente sin influencia alguna en esta cara de la Sierra. Por el contrario, las FARC lograron penetrar en la zona del río Jerez, frente a Dibulla, en el departamento de La Guajira, en donde afectó especialmente a la comunidad de Arsarios o Malayos (Wiwa), en puntos como Santísima y Marocaso. Finalmente, en la ver- Mundo, 1994. ANIF. Marihuana: legalización o represión. Bogotá, 1979. Alfredo Molano y otros. “Aproximación a una historia oral de la colonización de la Sierra Nevada de Santa Marta”. Sin ciudad, mimeo, 1987. 4 Presidencia de la República, Consejería Presidencial para la Rehabilitación, la Normalización y la Reconciliación. “Una visita a la Sierra Nevada”. Bogotá, nimeo, 1987; y Molano, ibíd. 5 Entrevistas practicadas en la región en junio de 2001. PANORAMA ACTUAL DE LA SIERRA NEVADA DE SANTA MARTA Núcleos de expansión de las F AR C a mediados de los años ochenta FAR ARC Sierra Nevada de Santa Marta Georreferenciado: Observatorio del Programa Presidencial Derechos Humanos y DIH - Vicepresidencia de la República Cartografía: SEN - Sala de Estrategia Nacional - Presidencia de la República tiente suroriental, las FARC lograron abrir algunos asen- misma época el fortalecimiento financiero y militar de la tamientos en las cuencas de los ríos Badillo, Guatapurí y Donachuí, cerca de Valledupar, afectando, además de colonos y campesinos, a las comunidades Kogui y Kankuama6. guerrilla se tradujo en un desdoblamiento del frente 19, el cual dio origen al frente 41 en la Serranía del Perijá. Este último frente ha sido de enorme importancia para las FARC, Pese a la resistencia que ejercieron las autodefensas de El Mamey y Palmor, el frente 19 de las FARC se fortaleció en primero en su propósito de consolidar la cordillera oriental como centro de despliegue estratégico y posteriormente para establecer un puente entre la frontera con Venezuela y la segunda mitad de los ochenta en la mayoría de los núcleos en los que había penetrado, e inició una labor sistemática para incrementar las finanzas de la organización, la Sierra Nevada, el cual es actualmente un corredor de enorme importancia no sólo para el tráfico ilegal de armas y el suministro de logística, sino para la existencia de culti- avanzando así en su propósito de consolidar la Sierra Nevada como una retaguardia estratégica7. En la vertiente occidental, en los municipios de Ciénaga, Aracataca y Fun- vos de uso ilícito y el tráfico de narcóticos8. dación, establecieron bases de refugio e impusieron impuestos y vacunas no sólo a agricultores y cafeteros de la parte montañosa, sino sobre todo a ganaderos y empresa- en la segunda mitad de los ochenta, aunque con menos protagonismo militar que las FARC pero con una visión más orientada hacia el fortalecimiento financiero. En efec- rios de la zona bananera, con lo que fueron fortaleciendo su capacidad económica y sus posibilidades de expansión política y militar. Adicionalmente las FARC aprovecharon to, el frente “Seis de Diciembre” llegó al centro y norte del departamento del Cesar en el marco de una de las decisiones de esa organización guerrillera de afectar los pro- la escasa presencia del Estado en la Sierra, y en 1987 organizaron marchas campesinas hacia las cabeceras de Santa Marta, Valledupar, Ciénaga y Fundación, en las que yectos mineros, como el del carbón en La Jagua de Ibirico, en el departamento del Cesar, muy cerca de la región estu- El ELN también hizo su aparición en la vertiente suroriental pedían al gobierno carreteables, salud y educación. Por esta 6 7 Ver Presidencia de la República. Op. cit. Camilo Echandía, El conflicto armado y las manifestaciones de violencia en las regiones de Colombia, Oficina del Alto Comisionado para la Paz, Presidencia de la República, 1999. Y, entrevistas en la región, junio de 2001. 8 Una de las conclusiones de la Séptima Conferencia de las FARC, llevada a cabo en 1982, fue consolidar la cordillera oriental como centro de despliegue estratégico. Creó por ello una cadena de frentes desde Uribe, en el departamento del Meta y la frontera con Venezuela, siendo el 41 el que ocupó la serranía del Perijá, en el norte del departamento del Cesar. En la actualidad los cultivos de uso ilícito en la serranía del Perijá son muy importantes para las guerrillas, habida cuenta que en la Sierra éstos están controlados por las denominadas autodefensas del Mamey. 5 OBSERVATORIO DEL PROGRAMA PRESIDENCIAL DE DERECHOS HUMANOS Y DIH Principales ataques de las guerrillas a la fuer za pública fuerza Sierra Nevada de Santa Marta Georreferenciado: Observatorio del Programa Presidencial Derechos Humanos y DIH - Vicepresidencia de la República Cartografía: SEN - Sala de Estrategia Nacional - Presidencia de la República diada y para ello se propuso crear unos puntos de apoyo en la Sierra Nevada de Santa Marta y en la Serranía del blo Bello y Atánquez, pero su radio de operaciones, sobre todo en lo que se refiere a extorsiones y secuestros, se Perijá, desde donde pudiera golpear en la zona plana. En el curso de los noventa la expansión de las guerrillas en extendió hacia Mariangola, en el municipio de Valledupar, y en las zonas planas que circundan la Sierra, especialmente hacia Valledupar y El Copey. De otro lado, el “José la Sierra creció de manera significativa. Los frentes 19 y 41 conformaron el 59 hacia 1994, afianzando aún más los núcleos que se habían conformado en años pasados en la Manuel Martínez Quiroz”, al igual que el frente 41 de las FARC, se asentó en la Serranía del Perijá, mientras que el “Francisco Javier Castaño”, que afectó ante todo la zona vertiente suroriental, ubicándose finalmente entre los ríos Guatapurí y Seco, en puntos como Atánquez y Patillal, en la zona Kankuama en el municipio de Valledupar, así como Bananera, se ubicó en Ciénaga y Santa Marta, desde donde incidió en la zona plana, afectando especialmente las vías Ciénaga-Fundación-El Copey y Valledupar-Bosconia. en el sector de Marocaso, en la zona Wiwa (Arsarios o Malayos), en el municipio de San Juan del Cesar, con lo que se consolidó el denominado Bloque Caribe9. Más recientemente, en los últimos meses, a pesar que el ELN ha registrado un debilitamiento, nace en la parte de La Guajira un nuevo frente, el “Guillermo Palmesano”, con- En lo que se refiere al ELN en los años noventa, el frente “Seis de Diciembre” también reforzó su presencia en la vertiente suroriental, en el área comprendida entre Pue- 9 Entrevistas practicadas en la región en junio de 2001. El Bloque Caribe, además de los frentes 19, 41 y 59 que operan en Magdalena, Cesar y La Guajira, está conformado por los frentes 35 y 37 que actúan en Sucre y Bolívar y por la red urbana José Antequera, que opera en Barranquilla. En su conjunto estas estructuras suman más de 1.000 hombres llegando de esta manera a un promedio de 200 en sus frentes rurales. Operan igualmente dos compañías móviles que se encargan de apoyar militarmente a los frentes existentes. 6 formado por hombres provenientes del “Seis de Diciembre” y el “José Manuel Martínez Quiroz”. Si se analiza la actividad armada en que se vieron involucradas las guerrillas entre 1986 y 2000, se tiene que de un total de 564 acciones ocurridas en los municipios que tienen jurisdicción en la Sierra Nevada, la mayor parte de ellas estuvieron orientadas hacia la destrucción de infraestructura con el 39%, seguidas por los contactos armados por iniciativa de la Fuerza Pública con el 35% y los ataques contra la Fuerza Pública con el 18%. Por su PANORAMA ACTUAL DE LA SIERRA NEVADA DE SANTA MARTA parte, las acciones contra objetivos económicos, pesaron el 8%10. En los quince años considerados, el 41% de las Ataques de los grupos guerrilleros a la fuer za fuerza pública en la Sierra Nevada de Santa Marta acciones correspondieron a las FARC, el 39% al ELN, el 10% al EPL y el 10% restante a otras agrupaciones. El ELN ganó peso por un alto volumen de acciones orientadas a la destrucción de infraestructura y se tiene que registró el 49% del total en esta modalidad mientras que las FARC el 34%. De otro lado, hay que tener en cuenta que las FARC tuvieron mucho más peso en lo relacionado con los ataques a la Fuerza Pública pues realizaron el 50%, en tanto que el ELN el 28% y el resto correspondieron a otras agrupaciones, a acciones combinadas o a grupos no identificados11. Las acciones de las FARC se concentran en el departamento de Magdalena, mientras que en el Cesar el mayor peso lo tiene el ELN. Participación porcentual de las modalidades de acciones armadas entre 1986 y 2000 FUENTE: Oficina del Alto Comisionado para la Paz. Procesado por el Observatorio del Programa Presidencial de Derechos Humanos y Derecho Internacional Humanitario. Los ataques contra la Fuerza Pública, si bien son el 18% respecto del conjunto del accionar armado en los últimos quince años, han tenido un especial significado para cumplir con los propósitos de las guerrillas, especialmente de las FARC. En lo esencial han consistido en pequeños ataques contra objetivos militares y de la Policía en las laderas y en la zona plana que limita con la Sierra Nevada, pero llaman especialmente la atención algunos ataques contra los centros más poblados del macizo y contra instalaciones de Policía, lo que les permitió ganar mayor con- FUENTE: Oficina del Alto Comisionado para la Paz. Procesado por el Observatorio del Programa Presidencial de Derechos Humanos y Derecho Internacional Humanitario. Acciones armadas de las guerrillas. Participación porcentual por grupo de las guerrillas en la Sierra Nevada de Santa Marta entre 1986 y 2000 trol sobre la población y abrir corredores para golpear en la zona plana. Resulta interesante destacar que como resultado de esta ofensiva hoy prácticamente no existen puestos de Policía en la Sierra Nevada de Santa Marta, bien porque fueron destruidos o porque fueron levantados por la institución para evitar los ataques. La secuencia empezó en Santa Marta y Ciénaga, en el departamento del Magdalena, pasando después al Cesar y finalmente a La Guajira. Sucedieron la toma de Palmor, en Ciénaga (1987); la toma de Minca, en Santa Marta (1988); un ataque a la inspección de Bellavista, en Fundación (1989); ataques a la Policía y al Ejército en San Pedro de la Sierra, Ciénaga (1990); variados ataques de las FARC y el ELN en Fundación, Ciénaga y en la vertiente suroriental contra objetivos fijos y móviles de la Policía y el Ejército (1991-1994); ataques a los puestos de Policía de Sevilla (Ciénaga), Aguas Blancas (Valledupar) y Patillal (Valledupar), así como muchos hostigamientos en Cesar y Magdalena (1995); la toma FUENTE: Oficina del Alto Comisionado para la Paz. Procesado por el Observatorio del Programa Presidencial de Derechos Humanos y Derecho Internacional Humanitario. 10 Se estudió la actividad militar de la guerrilla utilizando la base de datos de la Oficina del Alto Comisionado para la Paz entre 1986 y 2000 y las acciones se clasificaron en cuatro categorías: contactos armados por iniciativa de la Fuerza Pública; ataques que por iniciativa de la guerrilla recayeron en la Fuerza Pública, es decir las emboscadas, los hostigamientos, los ataques a instalaciones militares y de Policía y los ataques a poblaciones; actos orientados a la destrucción de infraestructura y objetivos económicos: las acciones de piratería terrestre y los asaltos a entidades bancarias y a la propiedad privada. 11 Las cifras citadas de aquí en adelante fueron calculadas por el Observatorio Programa Presidencial de Derechos Humanos y del DIH tomando en cuenta las estadísticas de la Oficina del Alto Comisionado para la Paz. de San Pedro de la Sierra y algunas pequeñas emboscadas a Ejército y Policía (1996); la toma de Santa Rosa de Lima, en Fundación y ataques a las instalaciones de Policía de Tucurinca y Santa Rosalía, ambas en el municipio de Ciénaga (1997); ataque a la población de Pueblo Bello (1999) y ataque a la estación de Policía de Tomarrazón, en el municipio de Riohacha (2000). Los saboteos a la infraestructura (el 39%) pesaron mucho más que los ataques a la Fuerza Pública en los quince años considerados, sin embargo no son comparables al tratarse 7 OBSERVATORIO DEL PROGRAMA PRESIDENCIAL DE DERECHOS HUMANOS Y DIH de acciones más fáciles de realizar, que involucran menos hombres y armamento y representan menores riesgos militares. En algunos casos estos saboteos se realizaron para amarrar al Ejército a puntos fijos o para presionar al Estado, pero en su mayoría están atados a extorsiones. Es sintomático al respecto que buena parte de estas acciones ocurrieron en la carretera, en la parte plana o en los cascos urbanos y que en lo esencial han estado orientados a Guajira pues al macizo montañoso llegan también secuestrados de Bolívar, Atlántico y de ciudades de la costa. Secuestros de las guerrillas y total de secuestros en los municipios que tienen jurisdicción en la Sierra Nevada de Santa Marta entre 1987 y 2000 la afectación de la infraestructura de transporte (vehículos, línea férrea, trenes de la Drummond y El Cerrejón, casetas de peaje), a la destrucción de instalaciones y maquinarias de fincas bananeras, ganaderas y agrícolas, de una gran variedad de empresas industriales y comerciales así como al sacrificio de semovientes; se han destruido, finalmente, algunas torres de interconexión y han ocurrido atentados contra la infraestructura petrolera, más frecuentes en el pasado que en el periodo reciente. De otro lado, los contactos armados por iniciativa de la Fuerza Pública pesaron el 35% respecto del total de acciones consideradas, un dato revelador si se tiene en cuenta que la magnitud de los operativos militares no se puede traducir en frecuencias en tanto que movilizan muchos hombres y medios y tienen una duración mayor que los actos de sabotaje. Por ello se toman en cuenta eventos en donde se registraron enfrentamientos, sin poder discriminar sus características y su impacto. La distribución de los eventos analizados guarda relación con el accionar militar de las agrupaciones guerrilleras y el 47% estuvieron dirigidos contra las FARC, el 33% contra el ELN, y finalmente el 16% contra el EPL. El resto de operativos recayeron contra agrupaciones no identificadas o varias organizaciones a la vez. En el año 2001 se han desplegado importantes operativos militares, entre los que se destaca la “Operación Conquista” que intenta recuperar el control sobre los centros poblados más importantes como San Pedro, Palmor, Pueblo Bello y Atánquez. Los secuestros que ocurren en los municipios que tienen jurisdicción en la Sierra están asociados a los llevados a cabo por los grupos guerrilleros. En los quince años considerados el que más ha secuestrado en la Sierra es el ELN con el 46%, seguido por las FARC con el 39% y el EPL con el 15%, siendo los municipios más afectados Valledupar, Ciénaga, Fundación, Santa Marta y El Copey. No obstante, en los dos últimos años la tendencia se invirtió y las FARC ocupan desde entonces el primer lugar. Los secuestros están muy asociados con las extorsiones a algunos ganaderos y representantes de los sectores más dinámicos de las economías que se desarrollan no sólo en la Sierra sino también en la zona plana y en la costa caribe en general. Sobre este particular hay que anotar que la Sierra Nevada es utilizada como sitio de cautiverio de las víctimas, principalmente por parte de los grupos guerrilleros y que el radio de acción rebasa los departamentos de Cesar, Magdalena y La 8 FUENTE: Das - Policía Nacional. Procesado por el Observatorio del Programa Presidencial de Derechos Humanos y Derecho Internacional Humanitario. Esta información sugiere la importancia que tienen para los grupos guerrilleros los ingresos por concepto de secuestros y extorsiones frente al poco peso que tienen las acciones de piratería y los asaltos a entidades bancarias. Así mismo, los altos índices de secuestro y extorsión contrastan con los escasos recursos derivados de cultivos de coca. A diferencia de otras zonas como el suroriente del país, el sur de Bolívar o la Serranía del Perijá, esta última vecina del macizo estudiado, los cultivos de uso ilícito y comercial son prácticamente inexistentes en las zonas controladas por la guerrilla en la Sierra Nevada. Este fenómeno se puede explicar por el control que tienen las autodefensas de la vertiente norte y en especial de los corredores de salida al mar. II. Las autodefensas Hay muchas estructuras de autodefensa que actúan en la actualidad en la Sierra Nevada de Santa Marta, pero la única que tiene establecidas sus bases en ella, muy influenciada por los intereses del narcotráfico, es la que tiene su núcleo central en la región del Mamey. En 1981 esta organización ya había sometido a otras estructuras mafiosas y había limpiado de delincuentes la zona comprendida entre los ríos Guachaca y Buritaca en la vertiente norte de la Sierra, al tiempo que se había constituido en la principal protectora de las siembras de coca que se convirtieron en la nueva base económica de buena parte de sus habitantes, por lo que logró un importante control económico, político y militar sobre una vasta región de la vertiente norte, especialmente estratégica por ser la salida natural PANORAMA ACTUAL DE LA SIERRA NEVADA DE SANTA MARTA Dispositivos de las autodefensas y las guerrillas en la Sierra Nevada de Santa Marta y zonas circundantes Georreferenciado: Observatorio del Programa Presidencial Derechos Humanos y DIH - Vicepresidencia de la República Cartografía: SEN - Sala de Estrategia Nacional - Presidencia de la República de la Sierra al mar. Con el tiempo se extendió primero hacia Santa Marta, hasta el río Manzanares, muy cerca del río Piedras y después hacia La Guajira, hasta el río Jerez, a la altura de Dibulla, en dirección hacia Riohacha dominando prácticamente desde el mar hasta una cota promedio de 900 metros según las condiciones topográficas. una de sus fincas en el río Guachaca, en la región conocida como El Mamey, hecho que desencadenó enfrentamientos directos entre las dos fuerzas que se prolongaron por va- Esta organización logró transformarse en una poderosa estructura de autodefensa y resistir una intensa presión En la actualidad esta organización, además de controlar la totalidad de cultivos de coca en la zona y los corredores de las FARC que en un lapso de quince años hizo al menos cuatro incursiones militares de envergadura que tenían como propósito quitarle el control sobre la vertiente nor- de embarque de cocaína hacia el mar, sirve de puente para acopiar y sacar droga traída del interior del país. No obstante a ojos de la mayoría de la opinión mantiene un bajo te, estratégica por constituirse en la salida al mar. En 1986 uno de sus principales dirigentes sufrió un atentado por resistirse a pagar una cuota impuesta por hombres arma- perfil como organización dedicada al narcotráfico y proyecta el desempeño de un papel de defensa de las presiones de las FARC, ganando de esta manera legitimidad y dos de las FARC y en el curso de los años siguientes se sucedieron varios intentos más que implicaron agudos enfrentamientos. Si bien versiones locales sostienen que granjeándose el apoyo de muy variados sectores sociales y políticos. No sobra anotar que uno de sus principales dirigentes fue acusado en el pasado de pertenecer a la es- las FARC y la organización de El Mamey sostuvieron un pacto en el que delimitaron una zona que ninguna de las partes podía violar, a juzgar por los hechos el último capí- tructura del cartel de Medellín y sindicado como uno de tulo de la guerra entre esas dos fuerzas ocurrió el 19 de febrero del 2000, cuando un bloque de cerca de 400 hombres conformado por guerrilleros de los frentes 19, 41 y 59 intentó emboscar a uno de sus principales dirigentes en rios días12. Aunque las cifras oficiales registran cinco víctimas, los diarios locales hablan de más de 20 muertos y cerca de 200 desplazados. 12 Hay dos teorías sobre las relaciones entre las autodefensas de El Mamey y las FARC. Una sostiene que a pesar de los atentados que las FARC efectuaron contra uno de sus principales dirigentes, pactaron por varios años una zona de amortiguación que ninguna de las partes podía violar. La segunda dice que jamás hubo pactos entre las dos fuerzas que siempre estuvieron enfrentadas. 9 OBSERVATORIO DEL PROGRAMA PRESIDENCIAL DE DERECHOS HUMANOS Y DIH una sigla que causó mucho terror hasta principios de los años noventa15. La evidencia disponible señala que a mediados de los años ochenta esta organización de Palmor causó incontables muertes en el departamento del Magdalena, principalmente en Ciénaga y que en el curso de los noventa se fortaleció prestando el servicio de seguridad a sectores de ganaderos y bananeros en la zona plana. De gran importancia fue el apoyo que recibió de sectores económicos relacionados con el “Cartel de Cali” el cual tenía algunas inversiones en la región, y por parte de algunos políticos que se enriquecieron en el negocio ilícito del narcotráfico y que utilizaron los dineros calientes para hacer proselitismo y apropiarse del poder local. A pesar del enorme poder que adquirió, las FARC lograron sacarla de Palmor hacia mediados de los años noventa. Esta estructura fue igualmente debilitada a raíz de la captura de su principal dirigente y por los enfrentamientos que sostuvo con las autodefensas de El Mamey. Hay muchas otras autodefensas que tienen sus bases y operan en la zona plana y que incursionan en las vertientes occidental y suroriental de la Sierra Nevada. En el departamento del Magdalena se han concentrado en Plato, Quebrada La Diosa. Cabeceras del Buritaca. Fotografía Centro de Documentación de la Fundación Pro-Sierra Nevada de Santa Marta. Tenerife, Pedraza, Salamina y otros puntos que bordean el río Magdalena, así como en Chivolo, Pivijay, Ariguaní (El Difícil) y San Ángel. Este dispositivo es estratégico en los responsables de las masacres de las fincas Honduras la medida que no sólo apunta a la Sierra Nevada de Santa Marta sino también a las serranías de San Lucas y del Perijá, con lo que mantienen en la mira a algunas de las y La Negra, en el Urabá Antioqueño, a finales de los años ochenta, aspectos que indican su pasado no sólo como integrante de redes de narcotráfico muy bien organizadas principales retaguardias de las guerrillas en el norte del país. En el departamento del Cesar han hecho presencia sobre todo en las zonas ganaderas y palmicultoras de los sino como miembro activo de estructuras de autodefensa13. No se pueden excluir alianzas tácticas entre las autodefensas de El Mamey y las AUC, como lo sugieren algunas municipios del sur como Aguachica y San Alberto, desde donde se han irradiado a las zonas planas del centro y norte del departamento. En lo que se refiere al entorno de versiones, y lo que es cierto es que a raíz del ataque de las FARC en febrero de 2000 los anillos de seguridad se han fortalecido, los integrantes de las autodefensas hacen más la Sierra hay que considerar también estos grupos armados ilegales que se situaron en zonas ganaderas y de desarrollo agrícola de Valledupar. presencia en la parte plana y se ejerce un mayor control en las vías que penetran a la Sierra por la vertiente norte. No se puede hablar del proceso de las autodefensas en la Sierra Nevada sin hacer mención a la estructura que se asentó en el corregimiento Palmor, en el municipio de Ciénaga. Surgió, al igual que las autodefensas de El Mamey, durante la crisis de la bonanza “marimbera”, pero a diferencia de esta última no logró mantener su organización hasta el presente14. En los años ochenta fue reconocida su articulación al Movimiento Muerte a Secuestradores, MAS, 13 Documentado en artículos de prensa e informes oficiales. 14 Palmor es un lugar al que llegaron colonos de diferentes partes del país, pero entre ellos muchos venidos del Tolima que huían de la violencia política de mediados de siglo. Cafetero en sus inicios, creció en forma significativa durante la bonanza “marimbera” más que por las siembras, por constituirse 10 Estas autodefensas tradicionalmente operaron autónomamente como estructuras cerradas, relacionadas con los intereses de los ganaderos y algunos sectores de los agri- en un importante lugar de paso para el comercio de la hierba. A diferencia de muchas otras regiones de la Sierra, pero al igual que lo ocurrido en El Mamey, algunos de los que se enriquecieron con el comercio de la marihuana y con la “guaquería”, se quedaron en la región e hicieron fincas. Hacia 1977 se había organizado una denominada “Defensa Civil” para hacer frente a la inseguridad creada por un grupo que provenía de Planadas, Tolima, dedicada al boleteo. Esta organización civil fue rápidamente superada por los niveles de inseguridad que generó la crisis de la bonanza “marimbera” y posteriormente, con la presión de las FARC, se organizó como una autodefensa. Sobre este corregimiento ver Alfredo Molano y otros. Op. cit. 15 El MAS fue en los años ochenta lo que las AUC en los mediados de los noventa. Entonces era percibido como una estructura de carácter nacional que se caracterizaba por asesinar civiles que supuestamente eran colaboradores de las guerrillas. A la postre quedó demostrado que una variedad de estructuras de carácter local y regional explicaban su presencia al mismo tiempo en varios lugares del territorio nacional. PANORAMA ACTUAL DE LA SIERRA NEVADA DE SANTA MARTA cultores, los empresarios del campo y los comerciantes, pero en el periodo reciente se han reorganizado, articuladas y coordinadas por las denominadas Autodefensas Unidas de Colombia, AUC, hasta el punto que se afirma que Carlos Castaño tiene una base de operaciones en las sabanas de San Ángel, en el departamento del Magdalena. Respecto de estos cambios hay que tener en cuenta que los sectores productores que se habían acostumbrado a pagarle a la guerrilla a cambio que ésta no interfiriera con su negocio, perdieron capacidad en medio de la crisis del sector agropecuario en general y del bananero en particular, a lo que hay que sumarle el peso ganado por algunos grupos relacionados con el narcotráfico que desde un principio tomaron la decisión de no pagar y dispusieron de mayores recursos para financiar el proyecto de las autodefensas. Lo anterior se produjo en un contexto en el que las guerrillas habían adquirido un poder militar muy grande y disponían, por tanto, de una mayor capacidad para superar a las autodefensas tradicionales, por lo que la reacción fue fortalecer estas estructuras, establecer alianzas con las denominadas Autodefensas Campesinas de Córdoba y Urabá y asumir una actitud cada vez más ofensiva no sólo en la zona plana sino también en la Sierra Nevada de Santa Marta, considerada como zona de retaguardia de las guerrillas. La actividad de las autodefensas en las zonas planas de los departamentos del Magdalena y el Cesar ha sido contundente. Según el Departamento de Policía del Magdalena, las masacres de tres o más víctimas pasaron de 42 en 1998 a 45 en 1999 y a 116 en el 2000 siendo Ciénaga, El Piñón, Pueblo Viejo, Fundación, Salamina, Tenerife, El Banco y Plato los municipios más afectados. En el Cesar – teniendo como parámetro cuatro o más víctimas– se pasó, según la Policía, de 56 víctimas en 1999 a 103 en 2000 y según una versión de prensa el 2001 registraba más de setenta víctimas en menos de medio año, siendo los más afectados Valledupar, Codazzi, Astrea, Curumaní, Becerril, de la Sierra, dibujando así una frontera de guerra en los límites entre la zona plana y la parte montañosa, la cual coincide casi de manera exacta con el trazado de la carretera Valledupar-Bosconia-Santa Marta, la línea férrea de la Drummond y con la línea del oleoducto. III. La degradación del conflicto armado: precisiones según vertientes En la Sierra Nevada murieron 10 civiles por cada combatiente en el año 2000. La anterior conclusión se desprende del hecho que no menos de 24 bajas entre miembros de la Fuerza Pública y las guerrillas ocurrieron como resultado de la confrontación militar directa al tiempo que fueron asesinados alrededor de 232 civiles a manos de organizaciones armadas al margen de la ley17. Es cierto que tradicionalmente se han registrado algunas confrontaciones directas entre autodefensas y guerrillas, pero también se han producido víctimas civiles. Veamos algunos indicadores que nos ayuden a ver la degradación del conflicto armado y al mismo tiempo delinear geográficamente una franja crítica donde se unen la parte montañosa con la zona plana, a lado y lado de la carretera. De gran utilidad es presentar resumidamente las tasas de homicidios por cada cien mil habitantes y contrastar estos índices con estadísticas de algunas fuentes que se centran concretamente en las actuaciones de las guerrillas y las autodefensas así como con la información recolectada a partir de entrevistas18. Vertiente occidental San Diego y La Paz16. Las tasas de homicidios de Ciénaga históricamente han El avance de estos grupos caracteriza el entorno de la Sierra, esto es, toda la zona plana de los municipios de Ciénaga, Aracataca, Fundación y Algarrobo, en el departamento del Magdalena, al tiempo que la vertiente suroriental de la Sierra, en El Copey, Valledupar, San Juan del Cesar y el estrecho corredor que se forma entre el macizo montañoso estudiado y la Serranía del Perijá, en los departamen- estado muy por encima del promedio nacional y en particular superaron los 100 por cada cien mil habitantes, un índice muy elevado, entre 1991 y 1993, en 1997 y 2000. Esta situación es explicable en parte por la actuación de las autodefensas de Palmor en la Sierra y en la zona bananera en la primera mitad de los noventa. Igualmente por las confrontaciones entre estas últimas y las FARC en tos del Cesar y La Guajira. Esta situación ha obligado a las guerrillas a replegarse cada vez más hacia las laderas 17 Cálculos realizados con las estadísticas de la base de datos de la Oficina del Alto Comisionado para la Paz, considerando los municipios que tienen jurisdicción en la Sierra Nevada de Santa Marta. 16 Se consultaron el Departamento de Policía de Magdalena, las Defensorías de Cesar y Magdalena, la Gobernación del Magdalena, la Policía Nacional y algunos artículos de la prensa regional. Ver por ejemplo: “14 masacres en lo que va del 2001. 70 muertos en el Cesar”. En El Pilón, Valledupar, lunes 21 de mayo de 2001, p. 9. 18 Se consultaron la base de datos de la Oficina del Alto Comisionado para la Paz para el periodo 1990–2000, la información del Programa Presidencial de Derechos Humanos y DIH; y los casos registrados por el banco CINEP, Justicia y Paz tomados de la Revista Noche y Niebla entre 1997 y 2000. Entrevistas en la región, junio 2001. 11 OBSERVATORIO DEL PROGRAMA PRESIDENCIAL DE DERECHOS HUMANOS Y DIH los últimos cinco años así como por ofensivas recientes de las autodefensas que tradicionalmente han tenido sus raíz de la masacre que tuvo lugar en noviembre de 2000 en el corregimiento de Nueva Venecia, en el municipio de bases en la zona plana. Las muertes se concentran sobre todo en la Zona Bananera y en el casco urbano mucho más que en la Sierra propiamente dicha, aunque no hay Sitio Nuevo19. Ésta estuvo precedida de múltiples homicidios con los que las autodefensas buscaban entre sus objetivos desarticular algunas bases de apoyo del ELN y ce- que excluir que en esta última haya un subregistro. En la Zona Bananera (Tucurinca, Riofrío, Santa Rosalía, Sevilla, La Gran Vía, Sevillano, Guacamayal, Orihueca y otros) rrar los corredores de comunicación con el macizo. Al respecto no sobra recordar el secuestro masivo que ejecutó el ELN en la Ciénaga del Torno en el que las ocho vícti- las autodefensas actuaron los últimos años desvertebrando supuestas redes de apoyo de las guerrillas. En el casco urbano las autodefensas actuaron en barrios como El Pol- mas plagiadas fueron llevadas a la Sierra Nevada, así como los muchos secuestrados por las guerrillas en los departamentos de la costa caribe que han sido llevados al maci- vorín contra milicianos y redes de apoyo de las guerrillas aunque debe tenerse en cuenta el enorme peso de las organizaciones de delincuencia que tradicionalmente han zo montañoso. afectado a este municipio. En la Sierra Nevada (en San Pedro de La Sierra, Palmor y Parrandaseca, entre otros) los homicidios reflejan los intentos de las autodefensas por penetrar las retaguardias de las guerrillas y las reacciones de éstas para neutralizarlas. Las relaciones entre la Sierra Nevada, la Ciénaga Grande y el sistema de aguas circundante se puso de presente a 19 Las víctimas de esta masacre no fueron registradas en el municipio de Sitio Nuevo, en donde ocurrieron los hechos sino en el de Ciénaga. Hay que anotar que la denominada Ciénaga grande está rodeada por muchas otras ciénagas y caños que conforman un sistema de aguas que facilita el desplazamiento en lanchas y que lo ha vuelto estratégico para los actores armados por constituirse en un corredor natural entre la Sierra Nevada y las zonas planas de los departamentos de Magdalena y Atlántico. Homicidios en los municipios que tienen jurisdicción en la Sierra Nevada SANTA MARTA 1990 1991 1992 1993 1994 1995 1996 1997 1998 1999 2000 266 185 193 255 263 247 201 230 241 183 226 ARACATACA 10 10 15 19 13 9 12 27 15 18 9 CIÉNAGA FUNDACIÓN 83 28 167 45 205 43 173 68 157 53 113 19 126 5 222 6 159 5 102 51 254 68 VALLEDUPAR 123 117 114 135 143 152 197 229 113 124 189 EL COPEY 25 24 20 19 17 14 27 29 23 26 28 RIOHACHA SAN JUAN CESAR 95 8 112 11 108 8 135 19 122 12 96 7 94 5 87 20 106 13 66 26 97 22 BARRANCAS 10 19 17 29 23 8 18 10 17 20 17 DIBULLA 4 0 0 3 1 2 11 12 6 12 19 DISTRACCIÓN FONSECA 0 8 0 10 0 12 0 23 0 19 0 9 0 12 1 13 0 15 2 31 3 29 HATO NUEVO 2 7 6 12 8 6 10 8 9 7 11 581 715 803 898 815 636 747 905 664 711 1012 Fuente. Policía Nacional Procesado por el Observatorio del Programa Presidencial de Derechos Humanos y Derecho Internacional Humanitario - Vicepresidencia de la República. Población en los municipios que tienen jurisdicción en la Sierra Nevada 1995 1995 1995 1995 1995 1995 1996 1997 1998 1999 2000 SANTA MARTA ARACATACA 329.556 67.561 329.556 67.561 329.556 67.561 329.556 67.561 329.556 67.561 329.556 67.561 340.470 46.185 351.907 47.072 363.350 47.927 374.933 48.769 386.528 49.580 CIÉNAGA 160.692 160.692 160.692 160.692 160.692 160.692 163.084 165.569 167.897 170.133 172.218 69.265 69.265 69.265 69.265 69.265 69.265 70.927 72.665 74.371 76.073 77.745 VALLEDUPAR EL COPEY 297.775 25.847 297.775 25.847 297.775 25.847 297.775 25.847 297.775 25.847 297.775 25.847 305.198 25.969 312.845 26.088 320.691 26.200 328.740 26.306 336.996 26.404 RIOHACHA 96.410 FUNDACIÓN 109.735 109.735 109.735 109.735 109.735 109.735 93.609 94.333 95.043 95.734 SAN JUAN CESAR 35.389 35.389 35.389 35.389 35.389 35.389 35.529 35.664 35.792 35.910 36.022 BARRANCAS DIBULLA 21.516 21.516 21.516 21.516 21.516 21.516 22.148 16.991 22.795 17.122 23.456 17.251 24.130 17.377 24.818 17.500 7.045 7.083 7.120 7.156 7.191 32.386 32.386 32.386 32.386 32.386 32.386 25.520 25.657 25.792 25.922 26.049 7.295 1157017 7.295 1157017 7.295 1157017 7.295 1157017 7.295 1157017 7.295 1157017 7.510 1160185 7.729 1186529 7.953 1212843 8.182 1239365 8.415 1265876 DISTRACCIÓN FONSECA HATO NUEVO Fuente. DANE Procesado por el Observatorio del Programa Presidencial de Derechos Humanos y Derecho Internacional Humanitario - Vicepresidencia de la República. 12 PANORAMA ACTUAL DE LA SIERRA NEVADA DE SANTA MARTA Tasas de homicidios en los municipios que tienen jurisdicción en la Sierra Nevada 1990 1991 1992 1993 1994 1995 1996 1997 1998 1999 2000 SANTA MARTA ARACATACA 56,14 14,80 58,56 14,80 77,38 22,20 79,80 28,12 74,95 19,24 60,99 13,32 67,55 25,98 68,48 57,36 50,36 31,30 60,28 36,91 68,82 18,15 CIÉNAGA 51,65 103,93 127,57 107,66 97,70 70,32 77,26 134,08 94,70 59,95 147,49 FUNDACIÓN 40,42 64,97 62,08 98,17 76,52 27,43 7,05 8,26 6,72 67,04 87,47 VALLEDUPAR EL COPEY 41,31 96,72 39,29 92,85 38,28 77,38 45,34 73,51 48,02 65,77 51,05 54,16 64,55 103,97 73,20 111,16 35,24 87,79 37,72 98,84 56,08 106,04 RIOHACHA 86,57 102,06 98,42 123,02 111,18 87,48 100,42 92,23 111,53 68,94 100,61 SAN JUAN CESAR 22,61 31,08 22,61 53,69 33,91 19,78 14,07 56,08 36,32 72,40 61,07 BARRANCAS DIBULLA 46,48 88,31 79,01 134,78 106,90 37,18 81,27 64,74 43,87 70,09 72,48 34,78 82,88 69,06 68,50 108,57 0,00 14,12 0,00 27,95 41,72 FONSECA 24,70 30,88 37,05 71,02 58,67 27,79 47,02 50,67 58,16 119,59 111,33 HATO NUEVO Promedio Sierra 27,42 50,22 95,96 61,8 82,25 69,4 164,50 77,61 109,66 70,44 82,25 54,97 133,16 64,39 103,51 76,27 113,16 54,75 85,55 57,37 130,72 79,94 DISTRACCIÓN FUENTES: Policía Nacional - DANE - DNP Procesado por el Observatorio del Programa Presidencial de Derechos Humanos y Derecho Internacional Humanitario - Vicepresidencia de la República Asesinatos a manos de estructuras or ganizadas en algunos municipios que tienen organizadas jurisdicción en la Sierra Nevada de Santa Marta MUNICIPIO 1986 1987 1988 1989 1990 1991 1992 1993 1994 1995 1996 1997 1998 1999 2000 Total general VALLEDUPAR CIÉNAGA 55 10 66 48 349 327 16 3 19 247 13 15 17 138 12 19 11 5 4 10 14 18 108 98 8 1 17 57 11 15 39 14 6 11 5 37 30 DIBULLA 1 1 HATO NUEVO 1 1 232 1.432 SANTA MARTA 3 19 17 21 10 51 14 13 52 26 18 11 8 14 14 8 11 22 12 46 61 16 33 9 19 20 23 21 18 20 17 21 6 32 3 10 4 13 10 28 6 8 5 6 8 2 4 7 2 15 15 20 6 8 2 5 4 5 7 14 4 5 RIOHACHA FUNDACIÓN EL COPEY 3 ARACATACA 4 1 SAN JUAN DEL CESAR 1 6 FONSECA BARRANCAS 1 Total general 2 6 28 49 73 2 2 108 1 4 143 102 86 2 1 6 2 5 67 57 60 2 1 4 5 189 104 128 FUENTE: Oficina del Alto Comisionado para la Paz Procesado por el Observatorio del Programa Presidencial de Derechos Humanos y Derecho Internacional Humanitario - Vicepresidencia de la República Secuestros en algunos municipios con jurisdicción en la Sierra Nevada de Santa Marta VALLEDUPAR CIÉNAGA FUNDACIÓN SANTA MARTA 1992 1993 1994 1995 1996 1997 1998 1999 2000 16 18 12 26 6 22 30 59 19 Total 208 6 6 12 11 6 19 35 33 27 155 10 7 5 5 10 2 13 2 1 10 18 8 20 33 25 12 19 87 113 EL COPEY 3 3 1 2 9 4 3 11 36 RIOHACHA 5 11 4 7 6 22 12 38 9 114 FONSECA ARACATACA 1 6 5 2 2 3 2 1 4 10 13 5 9 5 5 32 41 1 4 12 3 2 14 1 1 1 3 7 BARRANCAS 1 4 2 SAN JUAN DEL CESAR 1 2 1 5 1 1 5 PUEBLO BELLO DIBULLA DISTRACCIÓN 7 HATO NUEVO Total general 54 47 51 68 26 2 3 121 147 7 5 205 115 834 Fuente: Oficina del Alto Comisionado para la Paz Procesado por el observatorio del Programa Presidencial de Derechos Humanos y Derecho Internacional Humanitario 13 OBSERVATORIO DEL PROGRAMA PRESIDENCIAL DE DERECHOS HUMANOS Y DIH Foto No. 3 Desembocadura Río Palomino. Fotografía Centro de Documentación de la Fundación Pro-Sierra Nevada de Santa Marta. Las tasas de homicidios en Fundación son menos eleva- dicados por la cantidad de tiempo que les toma vender das que en Ciénaga pero dibujan el mismo comportamiento, pues superaron ampliamente el promedio nacional en 1993, 1999 y 2000; en Aracataca son aún más reducidas sus productos y aprovisionarse de elementos básicos para su subsistencia20. pero esto no indica que los actores armados no hayan actuado con especial fuerza. La superficie de la Zona Bananera de estos municipios es más reducida que la de Vertiente suroriental Ciénaga pero en esencia se producen los mismos hechos, siendo especialmente crítica Santa Rosa de Lima en Fundación y los alrededores de Macaraquilla en Aracataca. En la vertiente suroriental llama especialmente la atención el caso de Valledupar. Con 336.996 habitantes y una Reviste interés la dinámica en la parte montañosa, especialmente de Fundación. En febrero de 2001 las FARC atacaron con cilindros a un grupo de autodefensas que intentaba incursionar en la Sierra y le propinaron muchas bajas; en represalia estas últimas asesinaron un importante número de campesinos, situaciones que originaron importantes desplazamientos de población que tuvieron como principal sitio de llegada el casco urbano del municipio. Han sido afectados especialmente algunos puntos como Bellavista, Santa Clara, La Cristalina I y II, Sacramento y El Oscuro, entre otros, y la situación ha perjudicado no solamente a colonos que han tenido que abandonar sus cosechas sino también a indígenas Arhuacos que han perdido su salida a la zona plana por el lado de Fundación por lo que tienen que desplazarse por la parte montañosa hacia el municipio de Pueblo Bello, en el departamento del Cesar, viéndose especialmente perju- 14 concentración del 80% de la población en el casco urbano, tiene una tasa de homicidios no muy elevada pues su punto más alto fue de 73 por cada cien mil habitantes en 1997 desde cuando tiende a la baja hasta llegar a 56 en 2000. Sin embargo su tasa rural de homicidios es cercana a los 200 por cada cien mil habitantes, un indicador muy elevado21. 20 Entrevistas en la región, junio 2001. La Oficina de la Red de Solidaridad Social en Santa Marta proporcionó la información sobre desplazamientos. 21 Tomamos las estadísticas del documento de la Misión Humanitaria con los Pueblos Indígenas del Cesar de 2000 sobre los homicidios selectivos que son atribuibles a la Sierra Nevada en el municipio de Valledupar entre 1995 y 1998. 10 de Chemesquemena, 15 de Guatapurí, 41 de Atánquez, 76 de Los Haticos, 27 de La Mina, 38 de Patillal, 29 de Río Seco, 9 de Murillo y 17 de Villa Rueda para un total de 262 lo que con base en las proyecciones de la población rural del municipio para 1998 arroja una tasa promedio de homicidios de 102. Teniendo en cuenta que no toda la población rural de Valledupar pertenece a la Sierra Nevada es muy factible concluir que concretamente en los puntos anotados se eleve a los 200. Para las cifras ver Misión Humanitaria con Pueblos Indígenas del Cesar. Informe Final. Bogotá, agosto 4 de 2000, p. 9. PANORAMA ACTUAL DE LA SIERRA NEVADA DE SANTA MARTA En efecto, el proceso que se vive en el corregimiento de Atánquez y sus alrededores es bien crítico en los últimos garle la difícil situación que viven los indígenas Arhuacos, especialmente en Nuevo Colón, en donde viven la presión años. Las autodefensas han utilizado la carretera Valledupar – Atánquez – San Juan del Cesar para penetrar en la Sierra Nevada y han cometido muchos homicidios se- de autodefensas y guerrillas que pugnan por el control del territorio, hechos que ya fueron relatados en el aparte en que nos referimos al municipio de Fundación. lectivos y colectivos. Un punto especialmente crítico es el denominado La Y de los Corazones en donde desde 1997 vienen practicando sistemáticamente retenes. En varios En Hato Nuevo las tasas de homicidio superaron los 100 muertos / 100 mil habitantes en 1993, 1994, 1996 a 1998 de ellos han bajado a sus víctimas y las han asesinado o desaparecido al tiempo que han utilizado ese punto, de obligatorio paso para todo aquel que sube a la zona de y en 2000, situación que refleja elevados niveles de violencia que expresan el deterioro del conflicto y muy posiblemente el accionar de la delincuencia y los homicidios ge- Atánquez, para proferir amenazas en el sentido que hay que desocupar la zona o para impedir el transporte de víveres. nerados en la problemática del contrabando. Fonseca se complicó recientemente pues registró tasas por encima de los 100 en 1999 y 2000. Barrancas, por el contrario, Respecto de Valledupar hay que agregar que como otros municipios que tienen jurisdicción en la Sierra, su zona fue mucho más crítico a mediados de la década pasada y recientemente los homicidios tienden a la baja. En San Juan el pico es en 1999 con 72 por cada cien mil habitan- plana y el casco urbano son complicados por la acción de los grupos armados. En la zona plana en sus corregimientos como Mariangola, Valencia de Jesús y Aguas tes que si bien no es tan elevada sí refleja el deterioro de la situación. En efecto, en ese año incursionaron las autodefensas en Corral de Piedra, Zambrano y Potrerito Blancas, han ocurrido homicidios selectivos y masacres principalmente a manos de las autodefensas. Según entrevistas, en la cabecera son especialmente críticos barrios en donde llevaron a cabo homicidios colectivos. No obstante no hay que descartar un subregistro en la zona rural y al respecto no sobra anotar que es un municipio vecino como La Nevada, Garupal, Ballén, 7 de Agosto y 9 de Marzo22. En algunos de estos barrios, especialmente en La Nevada, algunas de las víctimas han sido desplazadas de de Valledupar que vive una dinámica parecida24. la Sierra Nevada y asesinadas en homicidios colectivos23. Vertiente norte El Copey, también en el departamento del Cesar, registró Riohacha registró tasas de homicidio superiores a 100 muertos por cada cien mil habitantes entre 1991 y 1994, en 1996, 1998 y 2000 lo que refleja la intensidad que al- tasas que superaron los 100 homicidios por cada cien mil habitantes en 1996, 1997 y 2000 y en términos generales han estado cercanas a los noventa en 1990, 1991, 1998 y 1999. Es el caso de un municipio mucho más rural que Valledupar en donde las cifras revelan más claramente la dinámica de violencia que protagonizan guerrillas y autodefensas y en las que las segundas causan la mayoría de las víctimas civiles. También como en los otros municipios analizados, los homicidios se han dado tanto en la zona plana como en el casco urbano. Concretamente, el lugar de Chimila fue muy afectado en 1997. Pueblo Bello, municipio recientemente creado, no dispone de registros históricos. No obstante las entrevistas realizadas y las fuentes consultadas revelan que es especialmente grave después de la toma del municipio por parte de las FARC en enero de 1999. El documento ya citado de la Misión Humanitaria con los Pueblos Indígenas del Cesar relaciona 10 homicidios en 1999 a lo que hay que agre- 22 Análisis de los homicidios selectivos que aparecen relacionados por la Revista Noche y Niebla y la base de datos de la Oficina del Alto Comisionado para la Paz. La versión sobre los barrios La Nevada y Bello Horizonte aparece también en el artículo ya citado en El Pilón, op. cit. 23 Entrevistas con funcionarios de la Red de Solidaridad Social, en la Defensoría del Pueblo y con algunas ONG’s. canza el conflicto en este municipio. Por su localización entre las vertientes suroriental y norte recibe no sólo la presión de las autodefensas de El Mamey que vienen expandiéndose desde Santa Marta, sino también de aquéllas que han ganado espacios en el estrecho corredor que separa la Sierra Nevada y la Serranía del Perijá; en el macizo montañoso son especialmente críticos Tomarrazón, Cotoprix y Villa Martí. Adicionalmente ha sido escenario de confrontaciones entre las FARC y el EPL, hasta el punto que este último grupo prácticamente ya no existe. Recoge, finalmente, la violencia asociada al contrabando. Dibulla, ubicado entre Santa Marta y Riohacha, es un municipio del que se tienen registros de homicidios solamente desde 1996 que en 2000 llegó a los 108 por cada cien mil habitantes, un indicador muy elevado. Al respecto es importante registrar que en julio de 2000 se produjo una masacre por grupos de las autodefensas de El Mamey 24 Bajo el supuesto que el corregimiento de Haticos citado en el documento de la Misión Humanitaria con los Pueblos Indígenas del Cesar pertenezca a San Juan, tenemos que con 76 homicidios para 1995 a 1998, arroja un promedio anual de 19. Teniendo en cuenta que la población rural es de 5.346, su tasa promedio en esos cuatro años fue de 355 por cada cien mil habitantes. 15 OBSERVATORIO DEL PROGRAMA PRESIDENCIAL DE DERECHOS HUMANOS Y DIH que no hace sino confirmar la expansión de esta agrupación desde el municipio de Santa Marta. Santa Marta tradicionalmente ha rondado el promedio nacional de tasa de homicidio, pero en los dos últimos años lo superó y tiende al alza. Hay que tener en cuenta que el 96% de sus cerca de 386.000 habitantes viven en la cabecera mientras que en la parte rural sólo viven 15.000 personas. Aunque se carece de cifras desagregadas de homicidios en el nivel rural, es muy claro que en este contexto su tasa es mucho más elevada que el promedio del municipio. Una zona especialmente complicada es la de El Mamey y sus alrededores donde se afianzó la estructura de autodefensas tradicionalmente atacada por las FARC, amenaza que sigue latente. En la actualidad el municipio registra alrededor de unas 2.000 hectáreas sembradas de coca a lo que hay que sumarle su condición de ser una salida natural al mar. Otros puntos críticos son los corregimientos de Minca y Bonda, también en disputa entre las guerrillas y las autodefensas, que han sido escenario de asesinatos en cadena. En el casco urbano, en algunos barrios y en la zona turística, se le atribuyen limpiezas sociales a un grupo denominado Los Chamizos. La capital del Magdalena registra también muchos homicidios en la zona del mercado. La situación indígena Cuenta la tradición indígena que cuando se creó la tierra, alrededor de la Sierra se delimitó un territorio en forma circular cuyo centro son las altas montañas y su perímetro es la “línea negra” que llega hasta el mar donde se completa el ciclo de las aguas. Este territorio, centro del mundo, sería para que habitaran los hijos de la Madre, viviendo de ella y cuidando sus fuentes de agua, sus páramos y sus sitios sagrados. Herederos directos de esta tradición son los más de 30.000 indígenas, de cuatro comunidades que hoy habitan en la Sierra cada uno con su propio lenguaje pero con un sistema de creencias compartido. El más numeroso es el de los Arhuacos (44%), seguido por los Kogui (30%), los Kankuamo (21%) y por último los Wiwas con (5%)25. Los Kogui son descendientes directos de los Tayrona, que ya habitaban la Sierra en 1502 cuando llegaron los con- 25 Enrique Sánchez y Mirta Bosoni. “Los campesinos de la Sierra Nevada de Santa Marta ocupantes de resguardos indígenas y parques naturales”. Bogotá, mimeo, 1999. Resguardos y línea negra de las comunidades indígenas Sierra Nevada de Santa Marta Georreferenciado: Observatorio del Programa Presidencial Derechos Humanos y DIH - Vicepresidencia de la República Cartografía: SEN - Sala de Estrategia Nacional - Presidencia de la República 16 PANORAMA ACTUAL DE LA SIERRA NEVADA DE SANTA MARTA quistadores españoles a esta tierra. Estos indígenas mantienen sus tradiciones culturales y bastante autonomía, territorial y el fuego cruzado entre guerrillas y grupos de autodefensas en la Sierra han tenido un gran impacto so- gracias a que su contacto con la cultura occidental ha sido esporádico. bre algunos de los pilares de su ancestral cultura. Uno de ellos es el del control vertical de los distintos pisos térmicos, lo cual les permitió durante siglos construir una ver- La tradición cultural de los Arhuacos, por el contrario, se vio muy afectada por la colonización española y luego por la presencia de los misioneros capuchinos después que dadera economía autocrática, con el abastecimiento de productos que iban desde la sal y el pescado en las tierras bajas hasta la papa y plantas medicinales en las tierras en 1886 el gobierno cedió el control espiritual y político de los territorios indígenas a comunidades misioneras. Los capuchinos se instalaron en 1918 en lo que hoy se altas y frías de la Sierra. Hoy en día la movilidad de las comunidades está restringida por la presión de las autodefensas desde las zonas planas hacia las laderas de conoce como Nabusimake en territorios de La Guajira, Nevada y Motilones. Los religiosos prohibieron la cultura Arhuaca, creando una división entre aquellos que guarda- la Sierra, por un lado, y por otro, por la resistencia de las guerrillas, en las zonas medias y altas de la Sierra. ron su cultura y los mestizos educados en las tradiciones occidentales. En 1983 los capuchinos fueron expulsados por los indígenas y las huellas de la aculturación aún per- La intensificación del conflicto en los últimos cinco años ha agravado la situación que venían resintiendo las comunidades con las distintas olas de colonización. Los indíge- manecen. El grupo étnico de los Kankuamo, fueron absorbidos por nas han tenido que abandonar sus tierras bajas y cada vez replegarse hacia las zonas más altas, lo cual ha ocasionado una fractura en su sistema productivo. Los des- la cultura occidental a principios del siglo XX pero que en la última década han realizado esfuerzos por recuperar su identidad indígena. Por su parte, la cultura de los Wiwas plazamientos internos27 son cada vez más frecuentes y los taponamientos de sus salidas tradicionales al plano ha limitado su capacidad de aprovisionamiento. Algunas co- también se vio debilitada por los españoles. Perdieron sus territorios tradicionales y la violencia los obligó a desplazarse a otros lugares de la Sierra y por fuera de ella. munidades, las más aisladas, corren el riesgo de una emergencia alimentaria. Desde tiempo atrás, y particularmente con la ola de migración de los años cincuenta y posteriormente con la de Esta situación no sólo ha repercutido sobre la población indígena, sino también en los campesinos de los cinturones más bajos de la Sierra. Muchos de ellos, caficultores la “marimba”, la situación de los indígenas en la Sierra ha venido deteriorándose. Aunque el indígena no participó directamente de la bonanza de la marihuana, sí fue vícti- pequeños, cultivadores de banano, yuca, maíz o frutas, han tenido que abandonar sus tierras y sus casas, engrosando las cifras de llegada de desplazados que se regis- ma de la violencia que ésta desató. Muchos indígenas fueron utilizados como cuidadores de los cultivos y de caletas o como cargadores que bajaban la marihuana de la tran en todas las cabeceras municipales de los 15 municipios que hacen parte de la zona de influencia de la Sierra. Las cifras más graves las registran las capitales departa- Sierra para embarcarla en los aviones o los barcos de los mafiosos26. Muchos otros fueron asesinados por defender sus tierras de la presión de los blancos, quienes se intere- mentales que circundan la Sierra: Valledupar, Santa Marta y Riohacha. Muchos otros no se registran, se desplazan en la misma Sierra o simplemente huyen hacia tierras más saban especialmente por ellas por ser las más productivas y especialmente por estar alejadas del control policial. Un caso que ilustra bien la situación general del indígena alejadas. en la Sierra es la de los Kogui. Primero fueron sacados de San Andrés de los Indios, hoy conocido como San Pedro de la Sierra, de donde salieron para refugiarse en San cional, las restricciones a la movilidad de los indígenas ha tenido un impacto cultural importante. El ingreso de grupos armados o a veces la simple presión de los coloniza- Javier; después, a principios de los sesenta, con la construcción de la carretera San Pedro-San Javier tuvieron que desplazarse de nuevo, esta vez hacia la cuenca del río dores sobre estas tierras, ha restringido o simplemente prohibido el acceso de los indígenas a lugares vitales para el ejercicio de su cultura como son los lugares sagrados. Además del impacto sobre su sistema económico tradi- Don Diego. La situación del indígena, que tradicionalmente no ha sido En respuesta a esta situación se ha propuesto constituir nuevos resguardos, como el de los Kankuamo, y ampliar fácil, hoy, más que nunca, es crítica. La intensa disputa 26 Alfredo Molano. Op. cit. 27 La mayor parte de estos desplazamientos internos no son registrados por ninguna entidad, así como no son reportados por los mismos desplazados. Así, si las cifras oficiales de desplazamiento en la zona revelan una situación grave, la situación puede ser peor de lo que se registra. 17 OBSERVATORIO DEL PROGRAMA PRESIDENCIAL DE DERECHOS HUMANOS Y DIH Poblado indígena. Nabusimake, Cesar. Capital de la comunidad Arhuaca. Fotografía Centro de Documentación de la Fundación Pro-Sierra Nevada de Santa Marta. aquellos ya existentes, se ha planteado la ampliación del Parque Natural Sierra Nevada y la unificación definitiva bajada hacia las zonas planas a los indígenas, por temor a que sean utilizados como informantes y a su vez las entre la zona de parque y las zonas de resguardo. Sin embargo, aunque esta iniciativa puede tener un impacto favorable sobre la presión de la colonización campesina en autodefensas les limitan el acceso a las partes altas por ser percibidos como auxiliadores de la guerrilla. territorios indígenas, no parece ofrecer una solución a la creciente presión y ocupación de guerrillas y autodefensas en estos territorios28. Otro aspecto que ha desestabilizado la organización social de las culturas indígenas es el reclutamiento de jóvenes indígenas en las filas de guerrillas y autodefensas. En Con el repliegue de las guerrillas hacia zonas más altas, éstas han venido ocupando los territorios a los cuales ya la medida en que la Sierra se ha convertido en territorio de disputa, el reclutamiento de jóvenes indígenas que conocen el terreno como la palma de su mano se convierte los indígenas habían subido a refugiarse. Estas zonas altas, pobladas esencialmente por indígenas, se han convertido en retaguardias estratégicas de la guerrilla y en es- en un elemento indispensable. En este sentido las comunidades más afectadas son las de los Arhuacos, quienes habitan en las zonas de mayor presión como Pueblo Bello, y condite de secuestrados. Así, las guerrillas restringen la Kankuamos en el sector de Atánquez y Chemesquemena. 28 Pese a todas la dificultades metodológicas, según la Fundación Pro Sierra para marzo de 1991 se estimó que dentro de las zonas de resguardo habitan 752 familias de campesinos no indígenas. 18 PANORAMA ACTUAL DE LA SIERRA NEVADA DE SANTA MARTA SINOPSIS • El deterioro del conflicto armado en la Sierra Nevada de San- • acciones de sabotaje, asesinando y secuestrando. Una modali- en el año 2000 por cada combatiente muerto fueron asesina- dad que utilizan es la de tomar por sorpresa las víctimas bien dos cerca de diez civiles. En efecto, mientras sólo hubo alre- sea en la carretera, donde recientemente se han disparado los dedor de 24 muertos entre guerrilleros y miembros de la secuestros masivos, o bien en la parte plana, en el entorno de Fuerza Pública como resultado de la confrontación militar, la sierra y aún en otros departamentos y ciudades de la costa fueron asesinados cerca de 230 civiles a manos de organiza- atlántica en general, desde donde son llevadas al macizo montañoso que se convierte en su lugar de cautiverio. ciones armadas al margen de la ley. Aunque no hay que descartar que las estadísticas sean defectuosas y que haya un • subregistro, la relación es de todas formas alta. • Las guerrillas ejercen presión hacia la sociedad desarrollando ta Marta ha llegado a niveles alarmantes hasta el punto que La Fuerza Pública ha desarrollado intensos operativos militares en respuesta al accionar de las guerrillas, con el objetivo de Buena parte de los civiles asesinados responde al avance de neutralizarlas y en particular evitar que consoliden la Sierra las autodefensas que tienen sus bases en las zonas planas Nevada de Santa Marta como una retaguardia estratégica. que circundan a la Sierra, situación que ha obligado a las • guerrillas a concentrarse en las laderas del macizo montaño- No obstante que la modalidad predominante de autodefensas y guerrillas ha consistido en eliminar y desaparecer civiles so. Estas autodefensas tienen como uno de sus propósitos por medio de homicidios selectivos y masacres, recientemen- debilitar las guerrillas y en particular desarticular las que te se han presentado confrontaciones directas entre las dos consideran sus redes de apoyo. Han actuado con especial estructuras al margen de la ley. intensidad en las zonas planas y en las ciudades que circundan la Sierra y han incursionado en las estribaciones del • Las guerrillas y los grupos de autodefensa han afectado una franja geográfica bastante grande que empieza en la zona pla- macizo montañoso. na, llega hasta el límite con la parte montañosa y se prolonga • Las autodefensas que en el pasado eran autónomas, fragmen- a las estribaciones de la Sierra Nevada, siendo cada una de tadas y asociadas a intereses muy específicos, recientemente estas secciones escenario de muy variadas modalidades de han dado pasos para unirse, se han fortalecido y se han vuel- violencia. to cada vez más ofensivas. • • La Sierra Nevada tiene una forma triangular y mientras las recorrido de la carretera Santa Marta – Valledupar - Riohacha, guerrillas lograron el control sobre las vertientes occidental y la cual bordea la Sierra, y del trazado del ferrocarril de car- suroriental, que miran hacia las partes planas de los depar- bón de la Drummond y el oleoducto, un espacio en el que tamentos del Cesar, el Magdalena y La Guajira y hacia la se- ocurren asesinatos selectivos, masacres, secuestros masivos, rranía del Perijá, las autodefensas denominadas de El Ma- destrucción de infraestructura y retenes ilegales propiciados mey, controlan la vertiente norte, especialmente estratégica tanto por las autodefensas como por las guerrillas. En lo que para el comercio de la coca y de las armas por ser la cara que se refiere a la Sierra Nevada mientras las autodefensas pug- da hacia el mar. • • nan por subir para golpear a las guerrillas en su retaguardia Las autodefensas del Palmor prestaron seguridad a sectores estratégica, estas últimas organizan una resistencia férrea. de ganaderos y bananeros en la zona plana, en el municipio Entre estas dos fuerzas se encuentran, inermes, muy varia- de Ciénaga y se fortalecieron a raíz del apoyo que le presta- das comunidades de campesinos, colonos e indígenas. Han ron algunos narcotraficantes que incidieron en la economía y sido víctimas de asesinatos selectivos, masacres, torturas y la política locales. desapariciones y por ello han protagonizado desplazamientos de población. Las acciones de las FARC y el ELN ayudan a explicar muchas de las muertes dadas en la confrontación militar pero tam- • Especialmente crítica es la frontera que se dibuja a partir del • La situación de los indígenas en la Sierra es especialmente bién ejercen una enorme presión hacia sectores de la socie- crítica, pues cada vez son más víctimas de la presión de las dad y afectan en particular representantes de los renglones organizaciones armadas al margen de la ley. En la actualidad económicos más importantes. las retaguardias de las guerrillas se confunden con las zonas Las guerrillas han ganado espacios importantes en las vertientes occidental y suroriental y abrieron corredores con la zona plana atacando los centros poblados más importantes, golpeando a unidades militares y destruyendo las principales estaciones de Policía hasta el punto que hoy en día no existe ninguna en la Sierra Nevada de Santa Marta. de resguardo y con sus lugares sagrados; ha aumentado el reclutamiento de jóvenes a las filas de la guerra y el uso de sus espacios como lugar de cautiverio de secuestrados. Se encuentran de esta manera en una encrucijada, pues mientras las guerrillas evitan que bajen a las partes planas, donde comercian sus productos y se abastecen, las autodefensas no les permiten que retornen a sus lugares de habitación. 19