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Roj: ATS 4678/2013
Id Cendoj: 28079120012013201174
Órgano: Tribunal Supremo. Sala de lo Penal
Sede: Madrid
Sección: 1
Nº de Recurso: 114/2013
Nº de Resolución: 974/2013
Procedimiento: RECURSO CASACIÓN
Ponente: JULIAN ARTEMIO SANCHEZ MELGAR
Tipo de Resolución: Auto
AUTO
En la Villa de Madrid, a nueve de Mayo de dos mil trece.
I. HECHOS
PRIMERO.- Por la Audiencia Provincial de Madrid (Sección 23ª), en autos nº Rollo de Sala 31/2012,
dimanante de Procedimiento Abreviado 18/2010 del Juzgado de Instrucción nº 1 de Torrejón de Ardoz, se dictó
sentencia de fecha 8 de octubre de 2012 , en la que se condenó "a Torcuato , como autor responsable de dos
delitos de detención ilegal por funcionario público, sin circunstancias modificativas de la responsabilidad penal,
a las penas, por cada uno de los delitos, de 4 meses y 16 días de multa con una cuota diaria de 10 euros y una
responsabilidad personal subsidiaria de un día de privación de libertad por cada dos cuotas impagadas y a 8
años de inhabilitación absoluta por cada delito, que comprenderá la privación definitiva de todos lo honores,
empleos y cargos públicos, incluidos los electivos, así como la privación de obtenerlos o de ser elegido para
ellos durante el tiempo de la condena imponiéndole el pago de las costas de este juicio." .
SEGUNDO.- Contra dicha Sentencia se interpuso recurso de casación por Torcuato , mediante la
presentación del correspondiente escrito por el Procurador de los Tribunales D. Agustín Sanz Arroyo. El
recurrente menciona como motivos susceptibles de casación los siguientes: 1) al amparo del art. 849.1 de la
LECrim , por indebida aplicación del art. 167 en relación con el art. 163.4 del CP ; 2) al amparo del art. 849.1 de
la LECrim , por falta de aplicación del art. 20.7 del CP ; y 3) al amparo del art. 5.4 de la LOPJ , por vulneración
del principio de proporcionalidad en relación a los arts. 1.1 , 9.3 , 14 y 24 de la CE .
TERCERO.- En el trámite correspondiente a la sustanciación del recurso el Ministerio Fiscal se opuso
al mismo.
CUARTO.- Conforme a las normas de reparto aprobadas por Sala de Gobierno, de este Tribunal
Supremo, es Ponente de la presente resolución el Excmo. Sr. Magistrado D. Julian Sanchez Melgar.
II: RAZONAMIENTOS JURíDICOS
PRIMERO.- Se formaliza por la representación procesal del recurrente el primer motivo de recurso al
amparo del art. 849.1 de la LECrim , por indebida aplicación del art. 167 en relación con el art. 163.4 del CP .
A) El recurrente desarrolla en una extensa exposición, las razones por las que, a su juicio, no concurren
los dos elementos esenciales del tipo: que no medie causa por delito y el dolo. Defiende el motivo que se
produjo una cierta restricción de la libertad ambulatoria con el único fin de preservar el orden público y proteger
la integridad de los sujetos pasivos de la conducta enjuiciada. Se mencionan las circunstancias concurrentes
en el hecho, que la policía local actuante carece de centro de detención, que hubo una persona que sufrió
una agresión en cara y nariz, que sangraba y fue trasladada a un centro sanitario, que dicha persona culpaba
de la agresión a la gente de Paracuellos, que el recurrente adquirió el convencimiento de que había existido
un posible delito y los sujetos pasivos de su conducta estaban implicados en su comisión; estos últimos
presentaban intoxicación etílica. El acusado ordenó su traslado a comisaría, donde estarían más seguros,
para ser identificados e intentar averiguar su implicación en los hechos, y tomar la decisión correcta sobre su
detención. Se les esposa para prevenir problemas. Todo en muy breve espacio de tiempo.
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De otro lado, se invoca la creencia por parte del recurrente de que el traslado a las dependencias a
efectos de identificación es la única posibilidad recomendable, al estar los ánimos muy caldeados en el lugar
de los hechos. Se extiende el motivo, para analizar la inexistencia -a su juicio- de dolo, en el examen de la
sentencia sobre las pruebas testificales, en las circunstancias concurrentes en la situación producida por la
pelea, que convierte el hecho de poner las esposas en una acción proporcional y ajustada a derecho, estando
el acusado convencido de la licitud de su acción, y manifestando las víctimas que se sentían seguros. Fueron
trasladados para ser identificados, esposados por medida de seguridad y no hubo detención en sí, siendo
trasladados a su hogar tras la correcta identificación.
B) Este motivo de casación, en su propio contenido, solo permite verificar si el Tribunal de instancia ha
interpretado y aplicado los preceptos pertinentes a los hechos que ha declarado probados, sin prescindir de
ninguno de ellos y sin añadir otros diferentes ( STS 21-4-10 ).
Presupuesto de toda injerencia legítima en la libertad es la acomodación al ordenamiento jurídico,
concretamente al supuesto de autorización. Tratándose de detenciones con causa en un hecho delictivo la
norma jurídica que habilita es la LCRIM y en ella se exige que el policía actúe bajo la cobertura de un indicio
racional de perpetración de un hecho delictivo y de un indicio, igualmente racional, sobre la participación
en ese hecho de un concreto individuo; además, es preciso que esos indicios sean razonables, y la forma
de expresar esa racionalidad es, habitualmente, la expresión escrita de los motivos que han dado lugar a
la privación de libertad. Esta documentación de la racionalidad permitirá la actuación de los instrumentos
de control residenciados internamente en la propia estructura policial, y en la jurisdicción penal cuando se
investiga una denuncia por detención ilegal ( STS 05-07-07 ).
C) Dice el motivo que hubo una fase en la cual se privó de libertad a los hermanos por el tiempo
imprescindible para su identificación y averiguación de su posible participación en la riña tumultuaria con
resultado de lesiones en la cual estaban implicados, actuando en todo momento por motivos amparados en
la ley y ello consta en los hechos probados.
Pues bien, el hecho probado narra, en resumen, que el 13 de septiembre de 2010, durante las fiestas de
Algete, hacia las 4.20 h la Plaza de la Constitución se encontraba llena de gente, habiendo acudido de servicio
varios policías locales reforzados por policías locales de Alcobendas; el acusado era el jefe de policía local
de Algete, estaba en la Plaza, donde había habido enfrentamientos y peleas entre los asistentes, finalizados
con la intervención de los policías locales. Cornelio ., Jacobo . y Santiago . eran vecinos de Paracuellos y
estaban en la Plaza, cuando hubo un incidente que degeneró en una pelea, entre "los de Paracuellos" y otro
grupo más numeroso de Algete. Varios policías locales intervinieron, se pidieron refuerzos y llegó el acusado
con el agente NUM000 , en momento en que la pelea había cesado; cerca había una ambulancia y a ella
se dirigieron Ambrosio ., que había recibido un puñetazo por parte de un desconocido y el citado Santiago
., también herido de forma leve. Cuando el acusado llegó donde había tenido lugar la pelea, habló con una
persona no identificada, y se dirigió al antedicho Jacobo y lo agarró por el brazo, colocándolo a su espalda,
y empujando a Jacobo contra un vehículo policial allí situado; luego pidió al agente NUM001 sus grilletes,
quien se los dio, colocándoselos el acusado a Jacobo , a quien a continuación introdujo, así esposado, en
el vehículo policial sin comunicarle la razón de su situación ni informarle de sus derechos. Mientras tanto
Cornelio . estaba buscando a Jacobo , su hermano, y se dirigió a un grupo de policías locales, entre ellos el
acusado, para preguntar por él, entonces el acusado agarró igualmente por el brazo a Cornelio , se lo puso
a la espalda y lo empujó contra el vehículo policial en el que ya se encontraba Jacobo . A continuación el
acusado pidió los grilletes al policía NUM002 , quien se los dio, y se los puso a Cornelio , a quien introdujo así
esposado en el vehículo sin informarle de los motivos de su situación ni de sus derechos, e inmediatamente,
ordenó a otros dos agentes conducir a los hermanos a la sede de la policía local. Allí llegaron, permaneciendo
esposados en una especie de sala de espera junto con los agentes que allí se encontraban. Nadie los cacheó
ni les retiró sus objetos personales. A los 10 minutos llegó el acusado quien ordenó retirar las esposas a los
detenidos, los cuales permanecieron en la misma sala de espera, ya sin esposar. Un rato después, los hizo
pasar a su despacho, donde estaba también el agente NUM000 y mantuvo una entrevista con ellos, sobre
lo sucedido en la plaza, tomando el acusado algunas notas con su ordenador. Continúa el relato narrando
que, tras la entrevista, los jóvenes eran libres de irse pero no podían conducir sus vehículos, porque habían
bebido y tenían miedo de salir a la calle tras la pelea, por lo que pidieron a los agentes que les llevaran a
Paracuellos, quedándose voluntariamente en las dependencias de la policía, a donde llegó su primo Santiago
., que había sido atendido en un centro de salud. Hacia las 5.30 h policías de Algete organizaron el traslado
a Paracuellos con policías de esa localidad. El hecho probado consigna asimismo el contenido literal del
atestado confeccionado por el acusado, donde hizo constar entre otros extremos que varias personas habían
señalado a Jacobo y a Cornelio como los causantes de las heridas que presentaba Ambrosio . y que los
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citados empezaban a ser el centro de atención de los jóvenes de Algete, "por lo que el que suscribe, como
Jefe del Cuerpo decidió el traslado de los mismos a las dependencias policiales para preservar su seguridad".
Este relato, al que es obligado atenerse para valorar su calificación que el motivo de recurso denuncia
como indebida, describe - acorde a la valoración de las pruebas practicadas- la privación de la libertad
deambulatoria de los hermanos Jacobo y Cornelio , sin que quepa duda de la condición del acusado de
funcionario público, como se constata de la mera lectura de lo narrado, sin mayores consideraciones. De otro
lado, concurre, asimismo, el dato de que la privación se ha producido fuera de los casos permitidos por las
leyes. Explica el Tribunal de instancia que todas las manifestaciones de los agentes presentes, incluido el
acusado, coinciden en que la pelea había terminado, luego, el mismo no sabía qué intervención tuvieron los
hermanos en la pelea, víctimas, agresores o ambas cosas. Dice la sentencia que el agente NUM003 , que
acompañaba al acusado, refirió que una persona identificó a los hermanos como participantes en la pelea, sin
embargo el acusado no lo manifiesta así, y no obstante detiene, primero a Jacobo -el agente al que pidió
las esposas le preguntó al acusado si el chico estaba detenido, contestando el acusado que sí- y, después,
a Cornelio -preguntando el agente, otro, al que le pide las esposas, qué ha pasado, contestando el acusado
que el chico estaba detenido-; afirma la sentencia que, hasta ese momento, no se hace evidente ninguna
razón que justifique legalmente la detención. Tampoco el acusado refiere un motivo que la justificara -dice la
sentencia-; es más, afirma que los hermanos no fueron detenidos, sino inmovilizados, y que no les informó de
los motivos ni de sus derechos como detenidos porque, en su opinión, no lo estaban, tratando de justificar la
detención o "inmovilización" como necesaria para su identificación, imposible de efectuar en la calle, debido al
tumulto organizado a causa de la pelea, y también por motivos de seguridad. Dice la sentencia que, teniendo
en cuenta cómo se produjeron los hechos no es posible que el acusado ignorara que tal "inmovilización"
era exactamente la conducta tipificada en el art. 163-4 del CP . Tampoco, continúa la sentencia, se puede
aceptar que la detención estuviera justificada por la necesidad de identificarlos; el acusado no ha declarado
que intentara identificarlos antes de su detención, o que ellos se negaran a identificarse, se ignora si iban o
no identificados. No está el supuesto justificado sobre la base del art. 20 de la Ley Orgánica 1/1992 .
De otro lado, el agredido Ambrosio . figura como perjudicado en el atestado, pero el acusado no habló
con él previamente a la detención de los hermanos, de modo que no pudo señalar a los mismos; además, el
citado Ambrosio testificó en la vista oral, manifestando que sufrió unas lesiones, a causa de un puñetazo,
pero no vio a su agresor, no sabe quién le pegó, y, por ello, no tenía intención de presentar denuncia.
Concluye la sentencia al respecto que desde cualquier punto de vista que se contemple, no es posible
hallar justificación legal a la detención de los hermanos, tampoco por razones de seguridad o para proteger
su integridad, pues resulta inconcebible que para "proteger" a un ciudadano sea necesario detenerle. No hay
justificación para la detención y el acusado lo sabía, concurre el tipo subjetivo del delito. Conclusión que se
obtiene, dice la sentencia, de las manifestaciones del acusado, y de los agentes NUM004 y NUM005 ;
el primer agente dijo que preguntó al acusado -cuando le pidió los grilletes- si el chico estaba detenido y el
acusado le dijo que sí; el segundo, al pedirle el acusado los grilletes, preguntó qué había pasado y el acusado
dijo que el chico estaba detenido. El acusado, se añade, sabe que ha detenido a los hermanos, aunque en
el acto del juicio trata de explicar que aquello no era una detención, sino una "inmovilización", y sabe que
no existe motivo legal para tales detenciones, pues ni siquiera en su declaración cuenta con claridad qué
razón le llevó a practicarlas. Las detenciones son, por ello, ilícitas; además, no se informó a los hermanos
de los motivos de su detención, de sus derechos, ni se solicitó un abogado para que les asistiera cuando se
entrevistaron con el acusado en las dependencias policiales. La conducta se ajusta plenamente al tipo previsto
en los arts. 167 y 163.4 del CP .
El recurrente no desvirtúa esta razonada exposición que justifica la inviabilidad de la denuncia formulada
en el motivo. Ni por ausencia de elemento subjetivo en el acusado -los hechos probados son inapelables en
este sentido-, ni por posible comisión de un delito por los detenidos -pues en ese caso la detención hubiera
revestido todas sus formalidades-, ni, desde luego, por seguridad de los "inmovilizados".
De todo lo cual se sigue la inadmisión del motivo de acuerdo con lo dispuesto en los arts. 884.3 y 885.1
de la LECrim .
SEGUNDO.- Se formula el siguiente motivo al amparo del art. 849.1 de la LECrim , por falta de aplicación
del art. 20.7 del CP .
A) Alega el recurrente que toda la actuación está enmarcada en el escrupuloso sentido del deber y su
cumplimiento. Se reitera la existencia de una justificación suficientemente importante como para amparar su
forma de actuar; la esencia de esta detención ilegal -dice el recurrente- está en la utilización de los grilletes
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y el traslado a dependencias policiales a efectos de identificación, y esos son los hechos que deben ser
enfrentados a los requisitos para saber si estamos ante una causa de justificación. El motivo insiste en la no
exigibilidad de otra conducta al acusado; invoca la envergadura de la quiebra del orden público -acudieron más
de veinte dotaciones policiales y varias ambulancias-, y que los hermanos estaban bajo influencia excesiva
del alcohol. Ese contexto determina la decisión de usar los grilletes, siendo imposible calmar a los hermanos
que estaban siendo increpados por otros ciudadanos, con la justificación de la participación ineludible y clara
de los detenidos en los hechos ocurridos. La segunda decisión es el traslado a las dependencias donde se les
quitan los grilletes y se les da libertad absoluta, ofreciéndoles una seguridad que ellos mismos buscan, y la
tercera decisión es no trasladarlos al cuartel, y sí a su domicilio, decisión amparada en el estado etílico de los
hermanos y en el miedo a ser agredidos que ellos mismos manifiestan. En estas tres decisiones del acusado
está latente la necesidad de preservar el orden público y la integridad personal. Se añade que la actuación
fue proporcional y se limitó al breve tiempo imprescindible; de otro lado, se invoca esta causa de justificación
no a una detención, sino a la decisión regulada en el art. 20 de la Ley Orgánica 1/1992 , determinada por la
necesidad de extraer del lugar a los hermanos, para evitar enfrentamientos, nuevos lesionados y desórdenes
públicos: había que identificarlos y hacerlo en la vía pública podía resultar peligroso. Se restableció el orden
público y se preservó la seguridad de los hermanos. Las extralimitaciones se justifican por la intención de llevar
a cabo la encomienda que la ley otorgó al acusado, defender a los ciudadanos y preservar el orden público.
B) Una vez más hemos de recordar que en un recurso de casación por corriente infracción de ley la
declaración de hechos probados tiene que ser absolutamente respetada si antes no ha sido combatida por
una de las vías procesalmente idóneas y si, habiéndolo sido, esta impugnación no ha tenido éxito. No cabe
pretender, en esta sede, que se declare indebida la aplicación o inaplicación que el Tribunal de instancia haya
hecho de una norma legal, sobre la base de alegaciones contradictorias o incongruentes con la declaración
probada de la Sentencia recurrida. Este supuesto, es claro que el "factum" de la Sentencia ahora impugnada no
ofrece la menor base para la apreciación, en el acusado, de la eximente que se deriva de obrar en cumplimiento
de un deber o en el ejercicio legítimo de un derecho, oficio o cargo ( STS 30-12-03 ).
C) En el hecho probado de la sentencia recurrida nada se dice sobre la concurrencia de datos que
sustenten la eximente postulada. El Tribunal de instancia expresamente la rechaza, tras afirmar que el acusado
estaba en el ejercicio de su cargo como jefe de policía velando por la seguridad de los asistentes a la verbena,
que se desarrolló de una forma un tanto caótica, ya que al parecer hubo varios conatos de pelea y discusiones
entre distintos grupos de asistentes, que además eran bastante numerosos. Porque, se añade, se ignora
de qué modo la detención sin justificación de los hermanos puede estar amparada por el cumplimiento de
un deber o el ejercicio legítimo de un cargo; la ausencia de justificación en la detención es la que impide,
precisamente la estimación de la eximente.
Y el recurrente expone unas circunstancias que no aparecen en el hecho probado, y que, además,
contra el contenido de éste y del resultado probatorio, aduce para justificar no una detención ilegal sino una
"inmovilización" y un traslado dirigidos a la identificación de los sujetos pasivos, cuya realización en el contexto
que describe se justifica por la función que el acusado tiene encomendada como jefe de policía local. Obvia
el motivo que el propio acusado manifestó -coherentemente con sus actos- a sus subordinados que los dos
hermanos estaban siendo detenidos. En fin, se vienen a reiterar argumentos que la sentencia impugnada deja
sin efecto ante la contundencia de lo actuado en orden a su pronunciamiento condenatorio.
Procede la inadmisión del motivo de acuerdo con lo dispuesto en los arts. 884.3 y 885.1 de la LECrim .
TERCERO.- Se formula el último motivo al amparo del art. 5.4 de la LOPJ , por vulneración del principio
de proporcionalidad en relación a los arts. 1.1 , 9.3 , 14 y 24 de la CE .
A) Alega el recurrente que la pena privativa de derecho resulta claramente desproporcionada en relación
con la conducta prescrita en el art. 163.3 del CP . Desde el análisis de la idoneidad, la necesidad y la
proporcionalidad en sentido estricto, el recurrente afirma que el art. 163.4 no persigue el mismo fin que el
art. 167, ambos del CP ; que resulta doblemente legislado el hecho de la inhabilitación pues el proceso de
sanción administrativa puede permitir más justicia en la decisión; y que al aplicar un tipo tan atenuado como
el art. 163.4 del CP , resulta desproporcionada la aplicación de la inhabilitación prevista en el art. 167 del
CP . Un agente que cometa los hechos del art. 163.3 del CP puede estar ante una pena de inhabilitación
igual que si se producen los hechos por la vía del art. 163.4 del CP . La solución, dice el recurrente, pasa
por regular la inhabilitación en función del reproche penal concreto, y en este caso aplicando el art. 56 del
CP e imponiendo la inhabilitación como accesoria, o bien, no aplicar la inhabilitación del art. 167 CP dando
cuenta a las distintas administraciones de la sentencia recaída y que éstas actúen por vía administrativa en
relación a las sanciones previstas.
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B) En el seno del Pleno no jurisdiccional de esta Sala, celebrado el día 27 de Enero de 2009, tras la
correspondiente deliberación, se adoptó mayoritariamente el siguiente Acuerdo: "La remisión que el artículo
167 del Código Penal hace al artículo 163, alcanza también al apartado 4 de este último."
La remisión del 167 CP ha de entenderse no referida a la integridad de los distintos tipos objetivos
descritos en los diferentes apartados del artículo 163 CP , con todos los elementos que los definen, sino, tan
sólo, a un aspecto concreto de éstos, a saber, la acción típica, por lo que se trata de una remisión al hecho,
sin incluir el carácter del sujeto de la acción, y constata que el repetido artículo 167 CP , con su generalidad,
no excluye expresamente la posibilidad de remisión a ninguno de los supuestos del 163 CP.
En ese sentido, tampoco parece razonable ante una situación, cuando menos, de duda interpretativa,
que esta duda se despeje "contra reo", excluyendo la aplicación del subtipo atenuado, si éste se corresponde
con la conducta declarada como probada, aún cuando ésta hubiere sido llevada a cabo por una Autoridad
o funcionario público.
Máxime cuando el "plus" en el desvalor de esa acción, en razón a la peculiaridad del sujeto activo del
ilícito por tratarse precisamente de persona que, en su condición de funcionario, está llamado a garantizar y
preservar los derechos del ciudadano, ya encuentra respuesta en el propio artículo 167 CP , que dispone la
agravación del castigo previsto para quien no fuere funcionario, a lo largo de todos los supuestos del 163 CP,
fijando la pena en su mitad superior y, lo que es más, imponiendo también una inhabilitación absoluta entre
ocho y doce años de duración ( STS 18-09-12 ).
C) El acusado ha sido condenado como autor de dos delitos de detención ilegal de los arts. 167 y 163.4
del CP , pese a que el Ministerio Fiscal interesó la condena conforme a los arts. 167 y 163.1 y 2 del CP .
En el razonamiento de la pena impuesta, se valoran las circunstancias de los hechos para fijar las mínimas
permitidas por la norma penal, 4 meses y 16 días de multa por cada delito, con cuota diaria de 10 euros,
así como 8 años de inhabilitación absoluta por cada delito. Esta inhabilitación es, como hemos visto, la pena
que prevé el art. 167 del CP . Al respecto de la denuncia del motivo, debe recordarse que, como hemos
dicho, "ciertamente la proporcionalidad de las penas es exigencia del derecho de legalidad, en definitiva, de
un derecho penal humanizado. No estará de más recordar que la exigencia de penas proporcionadas a la
entidad del delito y a su gravedad, es una exigencia contenida en la Carta de Derechos Fundamentales de la
Unión Europea, art. II - 109, así como que dicha Carta fue ratificada por España por la Ley Orgánica 1/2005
de 20 de Mayo , por el que se establece la Constitución para Europa. Dicho esto, también hay que añadir que
es al Legislador al que le corresponde efectuar el juicio de proporcionalidad entre la gravedad de los delitos y
las penas previstas, como es reiterada doctrina del Tribunal Constitucional".
De todo lo cual se sigue la inexistencia de vulneración constitucional en la decisión del Tribunal
de instancia que ha fijado las penas mínimas legalmente previstas de manera ineludible en los preceptos
aplicados.
Lo que determina la inadmisión del motivo de acuerdo con lo dispuesto en el art. 885.1 de la LECrim .
En su consecuencia procede adoptar la siguiente parte dispositiva:
III. PARTE DISPOSITIVA
LA SALA ACUERDA:
NO HABER LUGAR A LA ADMISIÓN del recurso de casación formalizado por el recurrente, contra
sentencia dictada por la Audiencia Provincial de origen, en la causa referenciada en el encabezamiento de
esta resolución.
Las costas del recurso se imponen a la parte recurrente.
Así lo acordaron y firman los Excmos. Sres. que han constituido Sala para ver y decidir esta resolución.
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