Roj: SAP AL 1194/2011 Id Cendoj: 04013370022011100417 Órgano: Audiencia Provincial Sede: Almería Sección: 2 Nº de Recurso: 202/2011 Nº de Resolución: 257/2011 Procedimiento: PENAL - APELACION PROCEDIMIENTO ABREVIADO Ponente: JUAN RUIZ-RICO RUIZ-MORON Tipo de Resolución: Sentencia SENTENCIA Nº 257/2011 ILMOS.SRES. PRESIDENTE D. JUAN RUIZ RICO RUIZ MORÓN MAGISTRADOS D. JOSE MARIA CONTRERAS APARICIO D. MANUEL ESPINOSA LABELLA En la Ciudad de Almería, a 17 de octubre de dos mil once. La Sección Segunda de esta Audiencia Provincial ha visto en grado de apelación, rollo número 202 de 2011, el Procedimiento Abreviado número 100 de 2011, procedente del Juzgado de lo Penal nº 2 de Almería, por delitos de homicidio imprudente y contra la seguridad vial, siendo apelantes Luciano y Jesús Ángel , cuyas demás circunstancias personales constan en la sentencia impugnada, representado por los Procuradores D. Diego Moreno Cortés y Dña. Marta Díaz Martínez y defendidos por los Letrados Dña. Mónica Moya Sánchez y D. Juan José Bonilla López, siendo parte el Ministerio Fiscal y Ponente el Ilmo. Sr. Magistrado D. JUAN RUIZ RICO RUIZ MORÓN. ANTECEDENTES DE HECHO PRIMERO .- Se aceptan los de la sentencia apelada como relación de trámites y antecedentes del procedimiento. SEGUNDO .- Por el Ilm. Sr. Magistrado-Juez del Juzgado de lo Penal nº 2 de Almería en la referida causa se dictó sentencia de 27 de abril de 2011 , cuyos hechos probados son del tenor literal siguiente": Probado y así se declara que, 1.- El acusado Luciano , mayor de edad y ejecutoriamente condenado por sentencia firme de fecha 10 de marzo de 2009, dictada por el Juzgado de Instrucción nº 2 de Vera en la causa 12/09 , por un delito de conducción sin permiso, a las penas de multa y trabajos en beneficio de la comunidad, sobre las 20:15 horas del día 31 de diciembre de 2009, circulaba después de haber ingerido bebidas alcohólicas que mermaban notablemente sus facultades necesarias para la circulación, por la Carretera A-332 (A-7-limite de provincia con Murcia) sentido Cuevas de Almanzora con el vehículo Seat León de color gris con matrícula ....-SRH propiedad del padre del acusado Jacobo y que carecida de seguro obligatorio de responsabilidad civil, cuando debido a su estado, invadió el carril destinado para la circulación en sentido contrario, no dejando margen de maniobra al vehículo matricula UG-....-W conducido por Fermina , que circulaba en ese momento por dicho carril en sentido Vera, produciéndose entre ambos una colisión, para inmediatamente después y a la altura del P.K. 5 dela referida vía, término municipal de Cuevas de Almanzora, y tras realizar un adelantamiento antirreglamentario en línea continúa al vehículo matrícula ....-TWG conducido por Luis Angel , y estando en la ejecución de dicha maniobra impactó de forma frontal con el ciclomotor marca Suzuki, matrícula W....WWW propiedad de Jesús Ángel , que circulaba correctamente en sentido contrario e iba conducido por Clemente que circulaba con casco y las luces encendidas, el cual, debido a la violencia del 1 impacto resultó con lesiones graves, que le provocaron un shock hipovolémico, produciéndose su muerte de forma prácticamente instantánea, abandonando el acusado el lugar del accidente sin bajarse del vehículo. II.- Tras su localización, Luciano fue sometido al análisis del grado de alcohol en aire aspirado arrojando los resultados de 0'78 miligramos de alcohol por litro de aire espirado en la primera prueba ( a las 22:20 horas) y, 0'75, en la segunda (a las 22:38 horas). Luciano presentaba síntomas evidentes de embriaguez tales como, pupilas dilatadas, habla pastosa, halitosis alcohólica y movimiento oscilante de la verticalidad del cuerpo. III.- El acusado fue requerido por la fuerza actuante a mostrar su documentación, no pudiéndole hacer al carecer del correspondiente permiso de conducción al no haberlo obtenido nunca. IV.- Los daños ocasionados en el ciclomotor conducido por la victima han sido tasados en la cantidad de 640,20 euros y los causados al vehículo matrícula UG-....-W , en la suma de 165,80 euros. V.- Tanto los padres del fallecido con el que convivían, y que contaba con 29 años de edad, y de estado soltero, como Fermina han renunciado a toda indemnización que pudiera corresponderle al haber sido indemnizados previamente por el Consorcio de Compensación de Seguros. VI.- Desde su detención, el día 31/12/2009, Luciano , se encuentra privado de libertad por esta causa". TERCERO .- Dicha sentencia contiene el siguiente Fallo":Que debo CONDENAR Y CONDENO a Luciano como autor criminalmente responsable de: 1º Un delito de homicidio imprudente previsto y penado en el artículo 142.1 y 2 del Código Penal , en relación con los artículos 379 y 382 del mismo Cuerpo Legal , sin la concurrencia de circunstancias modificativas de la responsabilidad criminal, a la pena de tres años de prisión, inhabilitación especial para el derecho de sufragio pasivo durante el tiempo de la condena, privación del derecho a conducir vehículos a motor y ciclomotores por tiempo de cinco años, con pérdida de su vigencia; y 2º Un delito CONTRA LA SEGURIDAD VIAL, previsto y penado en el artículo 384 del Código Penal , con la agravante de reincidencia del artículo 22.8 del Código Penal , a la pena de VEINTE MESES DE MULTA CON UNA CUOTA DIARIA DE SEIS EUROS, responsabilidad personal subsidiaria en caso de impago, con expresa imposición de las costas al condenado. Que debo ABSOLVER y ABSUELVO libremente del delito de omisión del deber de socorro del que ha sido acusado en el presente procedimiento a Luciano , con declaración de las costas de oficio. Se ratifica la prisión provisional comunicada y sin fianza del condenado acordada por auto de fecha 4 de enero de 2010". CUARTO.- Por las representaciones procesales del condenado y de la acusación particular se interpusieron en tiempo y forma sendos recursos de apelación mediante escrito, en el que se fundamentó la impugnación, solicitando la revocación de la sentencia recurrida y que en su lugar se dicte otra que conforme a sus peticiones del juicio oral. QUINTO .- Los recursos deducidos fueron admitidos en ambos efectos, dándose traslado de los mismos a las otras partes personadas quienes interesaron, el Ministerio Fiscal la confirmación de la sentencia recurrida. Se elevaron las actuaciones a este Tribunal donde se han observado las prescripciones del trámite, señalándose el día 11 de octubre de 2011 para votación y Fallo y declarándose concluso para sentencia. HECHOS PROBADOS UNICO.- Se aceptan los de la sentencia recurrida. FUNDAMENTOS DE DERECHO PRIMERO .- Frente a la sentencia de primera instancia se alza el recurso del condenado interesando la revocación de la misma y que en su lugar se dicte otra que le absuelva de los delitos por los que se le acusa; en esencia impugna los pronunciamientos de la mencionada resolución relativos al delito de imprudencia, pena impuesta por el mismo y apreciación de la reincidencia en el delito contra la seguridad vial. Por su parte, la acusación particular también impugna la sentencia del Juzgado de lo penal interesando la condena del acusado por el delito de omisión del deber de socorro y que las penas se vean aumentadas en atención a la gravedad de los hechos. 2 SEGUNDO.- Comenzando por el recurso interpuesto por el condenado, la primera cuestión que plantea es la referente al delito de homicidio imprudente, alegando en apoyo de ello que no consta que omitiera las mas elementales normas de prudencia para calificar su conducta como temeraria. El análisis de la prueba practicada a lo largo del procedimiento y en el acto de la vista oral pone de manifiesto que el comportamiento del acusado incide plenamente en la más grave de las gradaciones que pueda efectuarse de la imprudencia, esto es, la temeraria, ya que su conducta supone la omisión de las más elementales precauciones que deben observarse en el manejo de un vehículo de motor al circular a una velocidad excesiva y efectuar un adelantamiento incorrecto que tuvo como consecuencia golpear primero a un vehículo al cruzarse con el y luego el resultado fatal del fallecimiento por colisión con el ciclomotorista, datos estos que se acreditan del análisis del atestado instruido por los agentes de la G. Civil ratificado en el acto de la vista oral, así como del croquis obrante en el mismo, avalándose sus conclusiones por los daños materiales sufridos, así como las huellas y vestigios habidos, extremos estos que unidos a circular conduciendo un vehículo sin permiso de conducir, sin seguro obligatorio y bajo los efectos de bebidas alcohólicas con el índice de alcoholemia que presentaba el acusado horas más tarde de producirse el siniestro, muy por encima del límite permitido, ponen de manifiesto la omisión de las más elementales normas de precaución y diligencia por parte del inculpado en la conducción de su vehículo, lo que hacía que el riesgo fuera objetiva y subjetivamente previsible y objetivamente imputable a aquél, autor del hecho. Queremos insistir en que la doctrina jurisprudencial viene reiteradamente declarando que la conducción bajo la ingestión de bebidas alcohólicas con resultado lesivo, como en este caso, ha de estimarse temeraria ( SS. 20 noviembre 1985 , 22 octubre 1987 y 15 abril 1988 , entre otras), como ocurre en el presente caso en que el recurrente omitió los cuidados más elementales exigibles en el manejo de un instrumento creador de gran riesgo, como es un vehículo a motor, al verificarlo con sus facultades sensoriales, de reflejos y atención, mermadas como consecuencia de la ingesta de bebidas alcohólicas, como lo evidencia el hecho de que reconociese que no se acordaba de nada del accidente y, por tanto, ni tan siquiera de la presencia de la motocicleta. TERCERO. - La segunda cuestión que plantea el recurrente que ha sido condenado en la sentencia que se recurre, entre otros delitos, como autor de un delito contra la seguridad vial, es la apreciación por el Juzgador de la agravante de reincidencia. Según el recurrente, la apreciación de dicha agravante ha sido indebida dado que no constan datos suficientes en la causa para apreciar la misma. No estamos de acuerdo con ello; consta al folio 38 de las actuaciones que el recurrente fue condenado por sentencia firme de 10 de marzo de 2009 , por conducir sin permiso a la pena de 8 meses de multa, por tanto a una pena menos grave, ( art. 33.3 CP ); en fecha 30 de noviembre de 2009 se le suspendió por dos años la condena. En atención a todo ello y a lo establecido en el art. 136.2 y 3 CP , es evidente que al cometer los hechos que se enjuician, 31 de diciembre de 2009, el condenado había sido ejecutoriamente condenado con anterioridad por otro delito comprendido en el mismo título. CUARTO.- La acusación particular en su recurso interesa como cuestión principal la condena de Luciano como autor de un delito de omisión del deber de socorro a la pena interesada en su escrito de acusación definitiva. Entiende que la sentencia de primera instancia que absuelve al acusado de dicho delito ha valorado erróneamente la prueba practicada en el juicio dado que del informe del Sr. médico forense la muerte de D. Clemente no fue instantánea sino inmediata. Entendemos que la sentencia de primera instancia hace una correcta valoración de la prueba practicada y de la jurisprudencia interpretativa del delito de omisión del deber de socorro. En efecto, es aplicable al caso la doctrina sentada en la Sentencia del Tribunal Supremo de 25 de octubre de 1993 , que dice: "Una vez más esta Sala ha de responder que quien ocasiona un accidente tiene el deber personalísimo de atender a la víctima que queda lesionada como consecuencia del mismo, deber que no puede excusarse por el hecho de que haya otras personas allí respecto de las cuales también pesa el mismo deber de prestar socorro si pueden hacerlo sin riesgo propio ni de tercero, precisamente porque la intensidad de tales deberes no es la misma, siendo mayor la del que produjo el atropello por su injerencia en el suceso (la ley sanciona con pena notablemente superior), y porque, en todo caso, la inasistencia de unos no excusa la de los otros, pues, si no fuera así, llegaríamos al absurdo de que cuanto más gente hubiera en el lugar del accidente, más razones existirían para que ninguno tuviera el deber de atender. Lo que interesa es la prestación efectiva del socorro necesario y posible. Sólo una asistencia de esta clase puede excluir el delito. La solidaridad humana es el fundamento de la norma penal que sanciona la omisión del deber de socorro y es especialmente exigible respecto de aquél que ocasiona el accidente que produce una víctima. 3 Sólo se excusa ese deber penalmente sancionado si se cerciora el causante de que únicamente se han causado lesiones leves (entonces no hay peligro grave) o, por el contrario, de que ya se ha producido la muerte (entonces no hay persona desamparada), pudiendo aplicarse al caso la figura del delito imposible por ausencia de sujeto pasivo ( SS. de esta Sala de 30 mayo 1973 , 2 noviembre 1979 , 17 septiembre 1980 , 6 octubre 1989 , 8 marzo 1990 y 13 octubre 1992 , entre otras muchas) cuando se produce la muerte instantánea y el que ocasiona el accidente, sin conocer tal circunstancia creyendo que sólo se trata de un herido, abandona el lugar, y también cuando se comprueba que hay otras personas que efectivamente están ya prestando la asistencia en la misma medida, al menos, que pudiera hacerlo el que ocasionó el hecho ( SS. 23 marzo 1988 , 19 febrero 1990 , 19 noviembre 1990 , 30 abril 1991 , 16 mayo 1991 , 11 julio 1991 , 11 octubre 1991 , 14 febrero 1992 y 22 febrero 1992 , entre otras muchas)". En el presente caso, de la prueba practicada puede afirmarse que la victima falleció, sino de manera instantánea si lo fue de manera inmediata como lo demuestra que el testigo que presenció los hechos y acudió al lugar donde había producido la colisión, al acercarse al malogrado ciclomotorista este ya había fallecido, por lo que cabe concluir que su muerte se produjo en el acto de la colisión, razón por la que conforme a la doctrina anteriormente expuesta, como bien recoge la sentencia de primera instancia, el delito de omisión del deber de socorro no se ha producido. QUINTA .- La segunda cuestión debatida es la referente a la penalidad que asigna la sentencia de primera instancia por cada una de las infracciones por las que condena. En el punto relativo a la pena impuesta por el delito de homicidio imprudente, son coincidentes ambos recursos, el de la acusación particular y el interpuesto por el condenado, razón por la que se van a tratar ambos conjuntamente. En este sentido debe señalarse que la sentencia de primera instancia impone la pena de tres años de prisión al acusado como autor de un delito de homicidio imprudente ( art 142 CP ) en concurso con un delito contra la seguridad vial; frente a ello la acusación particular interesa la imposición de una pena de cuatro años, frente al condenado que interesa en su recurso la pena de un año de prisión. El apartado 2 del art. 66 CP (en la redacción dada por la LO 11/2003) que permite a los Jueces o Tribunales aplicar las penas a su prudente arbitrio en los delitos imprudentes, sin sujetarse a las reglas prescritas en el apartado anterior, no excluye que en su imposición rijan los criterios generales que presiden su aplicación, como son el deber de motivación que impone el art. 72 CP en consonancia con lo dispuesto en la Constitución, y consecuentemente con él y con el de legalidad, el de proporcionalidad. La proporcionalidad, como recuerda el auto del TS de 24 de noviembre de 2000 , es una exigencia que ha de establecerse mediante un juicio de ponderación entre la carga coactiva de la pena y el fin perseguido por la conminación penal, en atención a la gravedad del delito que a su vez vendrá definida por la intensidad del mal causado, del injusto y de la responsabilidad de su autor, y que se concreta para el juzgador en el "justo equilibrio de ponderación judicial", que actuará como fiel calificador de los hechos, jurídica y sociológicamente ( SSTS 25 de junio de 1990 y 19 de noviembre de 1992 ,). En atención a lo expuesto, creemos que la pena a imponer al acusado debe ser en el presente caso la de 4 años de prisión, manteniendo el resto de la impuesta en la sentencia, por el delito de homicidio por imprudencia grave, tomando en consideración para ello, por un lado la gravedad del hecho en sí mismo tal como se relata en la sentencia recurrida y en esta resolución y la alarma social que están creando este tipo de delitos, y por otro la conducta del acusado, que con absoluto desprecio de las mas elementales normas de cuidado, conduce en la forma que ha quedado relatada, arroya a un ciclomotorista que circula correctamente por su carril y sigue su marcha, declarando posteriormente que no se acuerda de nada de lo sucedido. Por eso entendemos que la pena de cuatro años se ajusta mejor a las exigencias legales y a la proporcionalidad de la pena a imponer. Por el contrario estimamos que la pena impuesta por el delito contra la seguridad vial, al haber elegido el juzgador la de multa entre las posibles penas, ha hecho uso del arbitrio razonándolo debidamente y siendo la pena impuesta plenamente ajustada a derecho. La última petición que formula la acusación particular respecto a la aclaración de condena del acusado y del propietario del vehículo al pago de la responsabilidad civil, entendemos que es innecesaria por cuanto la legitimación para ello es de quien ha venido a abonar las indemnizaciones, quien si lo estima oportuno ejercitará las acciones frente al causante del accidente. SEXTO. - Por todo lo expuesto, procede estimar en parte el recurso interpuesto por la representación procesal de Jesús Ángel y desestimar el recurso interpuesto por la representación de Luciano , revocando la sentencia recurrida y todo ello con declaración de oficio de las costas de esta alzada. 4 VISTAS las disposiciones citadas y demás de pertinente y general aplicación. FALLO Que con estimación parcial desestimación del recurso de apelación deducido por la representación procesal de Jesús Ángel y con desestimación del deducido por la representación de Luciano , contra la sentencia dictada con fecha 27 de abril de 2011-10-17 por el Ilmo. Sr. Magistrado del Juzgado de lo Penal nº 2 de Almería en las actuaciones de las que deriva la presente alzada, debemos REVOCAR Y REVOCAMOS dicha resolución en el único extremo de imponer al acusado por el delito de homicidio imprudente en concurso con un delito contra la seguridad vial, la pena de CUATRO AÑOS DE PRISIÓN , manteniéndose el resto de pronunciamientos de dicha resolución y todo ello con declaración de oficio de las costas de esta alzada. Devuélvanse los autos originales al Juzgado de procedencia acompañándose de certificación literal de la presente resolución a efectos de ejecución y cumplimiento, de lo que se acusará recibo para constancia en el Rollo de Sala. Así por esta nuestra sentencia, definitivamente juzgando, lo pronunciamos, mandamos y firmamos. 5