Alimentos a los hijos Curti, Patricio J. Publicado en

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Alimentos a los hijos
Curti, Patricio J.
Publicado en: Sup. Esp. Nuevo Código Civil y Comercial de la Nación. Familia: Filiación y
Responsabilidad Parental 20/05/2015 , 167 • LA LEY 2015-C
Sumario: 1. Palabras iniciales.— 2. Consideraciones previas: el marco internacional y la necesidad
de un cambio.— 3. El Código Civil y Comercial: una respuesta adaptada a los estándares
internacionales.— 4. Palabras de cierre.
Cita Online: AR/DOC/1306/2015
Voces
1. Palabras iniciales
El espectro normativo que trae el Código Civil y Comercial de la Nación (en lo sucesivo CCyC),
reflector de los cambios socioculturales de nuestra sociedad y las transformaciones en las formas
familiares, fusionado con una construcción compuesta por un amplio contenido de principios
supranacionales, voces doctrinarias, criterios jurisprudenciales y algunas regulaciones del derecho
comparado; requiere un abordaje integral que atienda a todas sus aristas.
Con ese fin fue ideado este trabajo que propone en forma breve abarcar algunos de esos aspectos
sustanciales, haciendo hincapié en los alimentos debidos a los hijos y en paralelismo con el Código
Civil vigente hasta el 31/07/15 (en adelante, CC), tratando de brindar una visión generalizada de la
propuesta superadora del Código Civil y Comercial.
2. Consideraciones previas: el marco internacional y la necesidad de un cambio
2.1. El derecho alimentario como derecho humano
El conjunto de directrices en materia de "alimentos a los hijos" emanadas del CCyC surgen como
consecuencia del "proceso de constitucionalización" del Derecho Privado y su efecto inevitable en
nuestro sistema normativo. Consecuentemente, el Derecho de las Familias es uno de los ámbitos
que en mayor medida muestra esta transformación, repercutiendo específicamente en algunas de
las cuestiones que regula, entre ellas: la "prestación alimentaria".
Así, el derecho alimentario, nacido a la luz del Derecho Privado, requiere hoy una intervención
activa del Estado y de la sociedad, por tratarse de un derecho humano con rango constitucional
derivado del derecho a la vida, previsto en tratados internacionales de derechos humanos,
incorporados a la Constitución Nacional de 1994. (1)
Esta noción encuentra sustento en la interpretación que ha realizado la Corte Interamericana de
Derechos Humanos (en adelante CIDH) con relación al alcance del "derecho a la vida" contenido
en la Convención Americana sobre Derechos Humanos, refiriendo que "...comprende no sólo el
derecho de todo ser humano de no ser privado de la vida arbitrariamente, sino también el
derecho a que no se le impida el acceso a las condiciones que le garanticen una existencia
digna...". (2) Esta perspectiva ha sido recogida por nuestra jurisprudencia local, pronunciándose en
consonancia con estas valoraciones. (3)
Se suma a esta postura, la tomada oportunamente por el Comité de Derechos Humanos de
Naciones Unidas al analizar el art. 6º del Pacto Internacional de Derechos Civiles y Políticos
afirmando que la frase "el derecho a la vida es inherente a la persona humana" no puede
entenderse de manera restrictiva y que su protección exige que los Estados adopten medidas
positivas. (4)
En este sentido se ha expresado el Comité de Derechos Económicos, Sociales y Culturales de
Naciones Unidas a través de la Observación General N° 12: "...el derecho a una alimentación
adecuada está inseparablemente vinculado a la dignidad inherente de la persona humana y es
indispensable para el disfrute de otros derechos humanos consagrados en la Carta Internacional
de Derechos Humanos...". (5)
Desde una visión normativa, en el siguiente cuadro podemos ver las principales disposiciones
vinculadas con el tema:
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A pesar de las obligaciones internacionalmente asumidas por nuestro país y su recepción
jurisprudencial, el CCyC no ha incluido en forma expresa al Estado como obligado alimentario,
como lo han hecho determinados países: en algunos casos en forma subsidiaria (6) y en otros,
como obligado principal. (7)
2.2. La Convención sobre los Derechos del Niño y su impronta
Como punto de comienzo, resulta importante recordar lo dicho por la CIDH en el "Caso 'Niños de
la Calle´ (Villagrán Morales y otros) c. Guatemala", marcando el vínculo existente entre el Sistema
Interamericano de Derechos Humanos y el Sistema Universal, con una remisión a la Convención
sobre los Derechos del Niño (en adelante, CDN) para dar contenido a las medidas especiales de
protección que del artículo 19 de la Convención Americana se requieren a los Estados. (8)
De esta manera se llega a los protagonistas centrales de la Convención (9): niños, niñas y
adolescentes (en lo sucesivo NNA), y la obligación de los Estados de proveer las medidas
necesarias para propiciar que sus vidas revistan condiciones dignas, abarcando el pleno ejercicio
de sus derechos económicos, sociales y culturales, asegurando "...el acceso de los niños a esos
derechos, y el disfrute de los mismos, evitando retrocesos y demoras injustificadas y asignando a
este cumplimiento los mayores recursos disponibles...". (10)
La CDN representa un hito fundamental en el reconocimiento de NNA como "sujetos prioritarios
de derechos", generando un fuerte impacto de principios que influye inevitablemente en todo el
sistema normativo nacional.
En las cuestiones vinculadas con los "alimentos a los hijos", sin lugar a dudas la CDN marca reglas
especificas para el CCyC, atendiendo a cuatro aspectos centrales y que los diferencia notoriamente
-como se verá a continuación- de la concepción tradicional brindada por el CC:
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3. El Código Civil y Comercial: una respuesta adaptada a los estándares internacionales
La multiplicidad de normas reseñadas marcan la necesidad de un Código que atienda a esas
cuestiones y se encuentre alineado armónicamente con un sistema legal conformado por una
"...comunidad de principios entre la Constitución, el Derecho Público y el Derecho Privado...". (11)
La "universalización del Derecho de Familia" (12) exige necesariamente repensar el "cómo regular"
los vínculos que se generan en el ámbito familiar, comprendiendo que "la esencia y el contorno de
las relaciones de familia están fuertemente determinados por el Derecho Constitucional, y muy
especialmente por el Derecho Internacional de los Derechos Humanos". (13)
A continuación, se analizará el régimen jurídico de los alimentos debidos a los hijos en el CCyC, que
trae consigo importantes innovaciones, incorporando nuevas figuras y modificando otras, que
implicaron ordenamientos metodológicos derivados de la evolución jurisprudencial, doctrinaria y
normativa en la temática:
3.1. La responsabilidad parental: una concepción superadora. Como punto de partida, resulta
relevante considerar que el CCyC reemplaza el concepto de "patria potestad" por el de
"responsabilidad parental". Este cambio terminológico se funda en la nueva denominación del
conjunto de derechos y deberes de los progenitores respecto de sus hijos, que se encuentra más
direccionada al principio jurídico de consideración del NNA como un sujeto de derecho. (14)
En su artículo 646 establece, entre los deberes de los progenitores el de "prestarle alimentos" y
considerar sus necesidades específicas, según sus características psicofísicas, aptitudes y
desarrollo madurativo. Complementándose con esta disposición y como "regla general", el art.
658 determina que la obligación alimentaria pertenece a ambos progenitores, conforme a su
condición y fortuna, aunque el cuidado personal esté a cargo de uno de ellos.
3.2. Contenido de la obligación alimentaria: El art. 659 sigue la tendencia de ampliar los rubros que
integran la obligación alimentaria parental, agregando a la enumeración existente del Código Civil:
los gastos necesarios para adquirir una profesión u oficio.
El agregado se relaciona con una cuota alimentaria "actual" de aquellos rubros propios de la
cobertura de necesidades "futuras" del hijo, vinculadas con su crecimiento y, específicamente, con
la profesión u oficio que desarrollará en el futuro.
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3.3. Modo de cumplimiento. De la segunda parte del art. 659 se desprende que "los alimentos
están constituidos por prestaciones monetarias o en especie".
Esta norma reviste una gran importancia en relación con la configuración de la naturaleza jurídica
misma de la cuota alimentaria parental, ya que de la hermenéutica del CCyC se observa que la
obligación alimentaria "entre parientes" se acerca al actual modelo de "deuda dineraria", mientras
que la "parental" se desliga de ese esquema, consolidándose como "deuda de valor".
El CC no tiene prevista la modalidad de cumplimiento de la cuota alimentaria, resolviéndose la
cuestión a través de los Códigos de forma. Por ejemplo, el art. 646 del Cód. Proc. Civil y Com. de la
Nación dispone expresamente y como regla general el pago en especie, estableciendo que "salvo
acuerdo de partes, la cuota alimentaria se depositará en el banco de depósitos judiciales".
En otro orden de ideas, es importante mencionar como generalidad que durante la convivencia de
los progenitores obligados no se generan inconvenientes respecto a la forma de cumplir con la
prestación alimentaria. En cambio, cesada la convivencia de los progenitores —o bien, si nunca
han convivido— la prestación alimentaria se establece por convenio o resolución judicial. Como
consecuencia del respeto a la "autonomía de la voluntad de los partes", los progenitores podrán
convenir libremente que la cuota alimentaria se fije totalmente en dinero, en especie o de manera
mixta; antes del inicio de un proceso o incluso durante su trámite, detallando la forma escogida
para satisfacer los diversos rubros, ofreciendo más posibilidades prácticas.
Para evitar la vulneración de derechos de los integrantes más débiles de la familia intervendrá el
Ministerio Pupilar y en cualquier otro caso, siempre quedará abierta la posibilidad al juez para
decidir el sostenimiento o modificación de la forma de pago.
Las pautas a destacar para determinar cuál es el modo de cumplimento más conveniente, podrían
ser las siguientes: a) el pago en dinero es el más utilizado en la práctica, por no presentar mayores
inconvenientes (sólo es necesario consignar el importe a pagar) y por el contrario, el pago en
especie -menos frecuente- presenta dificultades, en gran medida vinculadas a la calidad de la
relación entre alimentante y alimentado; b) la opción de pago en especie podría resultar
beneficiosa para la relación familiar, porque se traduce en una creciente participación del
progenitor alimentante en la vida del hijo y una mayor responsabilidad que la mera entrega
periódica de una suma de dinero; c) en países de economía fluctuante y en los que la inflación es
usual, la fijación de la cuota en especie permite la actualización "indirecta" por costo de vida, algo
que no sucede con la cuota fijada en dinero —por expresa prohibición de la Ley 25.561 que impide
actualizar la cuota por precios o por variables del costo de vida (15)—.
3.4. Reconocimiento de tareas de cuidado personal. El CCyC abandona el término "tenencia" y con
una mejor adecuación terminológica, se refiere al "cuidado personal" para referirse a aquella
circunstancia fáctica con efectos jurídicos, que surge de la convivencia del progenitor con el NNA.
Siendo unas de las innovaciones más significativas, el artículo 660 explícitamente le otorga
reconocimiento económico a todas las tareas que tienen directa relación con ese derecho-deber,
perfilándose con la idea tendiente del Código de democratizar las relaciones familiares y
otorgando "valor" a un aspecto que hasta el momento había sido invisibilizado.
A futuro, dependerá de la inventiva de los operadores jurídicos el explicitar este reconocimiento
explícito, haciéndolo notar expresamente en los convenios alimentarios y sentencias judiciales,
con un efecto indirecto: la sociedad, los progenitores y los propios hijos comprenderán la real
dimensión del valor que representa esta tarea parental en materia alimentaria.
Vale aclarar que este reconocimiento es producto de la creación jurisprudencial, que lo ha
considerado como parte de la contribución que los progenitores deben efectuar a los hijos (16),
constituyendo, sin dudas, un aporte en especie. Por lo tanto, corresponde apreciarlo
pecuniariamente y, al momento de determinar la cuota alimentaria, fijarle a quien no realiza
dichas tareas un porcentaje mayor; pues ambos progenitores son solidariamente responsables por
la obligación de prestar alimentos a sus hijos. (17)
3.5. Legitimación para solicitar alimentos. En el art. 661 se establece que la vía procesal quedará
habilitada cuando uno de los progenitores incumpla con su obligación alimentaria y conforme a los
supuestos que prevé, podrán iniciar la acción: el otro progenitor en representación del hijo (forma
de representación necesaria), el hijo con grado de madurez suficiente con asistencia letrada
(importante avance legislativo, consonante con el denominado "principio de autonomía
progresiva" que la CDN, la Ley 26.061 y el CCyC consagran en numerosas disposiciones) y,
subsidiariamente, el Ministerio Público (regla tradicional de nuestra normativa civil) y "cualquiera
de los parientes". El propósito de este último agregado, es ampliar la legitimación activa,
reforzando la protección efectiva de NNA y abriendo las posibilidades de peticionar en favor de
una persona menor de edad, cuya vulnerabilidad la ley presume. Resultan acertadas las
innovaciones propuestas, ya que promueven la ampliación de la legitimación procesal y refuerzan
la protección efectiva del derecho alimentario a los NNA, en concordancia con nuestro derecho
constitucional e internacional.
3.6. Hijo mayor de edad. Volviendo al texto del art. 658 (en su segundo párrafo) la obligación de
prestar alimentos a los hijos se extiende hasta los veintiún años, continuando con la postura de
nuestra legislación vigente, a partir de la sanción de la Ley 26.579 (18), que extendió la obligación
alimentaria hasta esa edad.
En principio, hay que decir que este artículo tiene una mejor redacción que su equiparable
derogado, dejando en claro que la obligación se extingue a las cero horas del día en que el
alimentado cumple los 21 años (salvo el supuesto del hijo mayor de edad que se capacita, como
veremos luego).
La naturaleza jurídica de este tipo de obligación alimentaria no puede identificarse con las
tradicionales derivadas de la responsabilidad parental ni del parentesco. Para Nora Lloveras, si
bien esta obligación se diferencia claramente de los alimentos derivados de la responsabilidad
parental, implican su "prórroga" y consecuentemente, prefiere llamar a este tipo de alimentos
como "impuros, mezclados, singulares, diferentes". (19)
Como puede observarse, el artículo se ubica dentro del Título "Responsabilidad parental", es decir,
entre las normas que regulan los derechos y deberes de los progenitores. Por eso, se estima que el
CCyC se enrola con la perspectiva que considera a esta obligación alimentaria como derivada de la
responsabilidad de los progenitores con respecto a sus hijos, aunque con caracteres propios en
razón de la edad en la que se presta.
Así, cumplidos los 18 años de edad, se genera una prórroga automática del deber alimentario
alcanzada por la mayoría de edad y hasta los 21 años, sin necesidad de prueba alguna por parte
del hijo (20) y —a diferencia de los alimentos debidos por los progenitores con respecto a los
menores de esa edad— el alimentante puede liberarse de esa obligación, demostrando que el
alimentado cuenta con recursos suficientes para cubrir sus necesidades.
Asimismo, el art. 662 trae una solución innovadora, justa y concreta al conflicto práctico que se
viene presentando desde la sanción de la Ley 26.579, concediendo legitimación al "progenitor
conviviente" para obtener la contribución del otro con respecto a los gastos que ocasiona el
sostenimiento de los hijos que aún no alcanzaron los 21 años.
Si bien la norma mencionada se refiere a "la contribución del otro", cabe señalarse que conforme
a la interpretación de la totalidad de su contenido, la expresión está vinculada con la cuota
alimentaria según las nociones desarrolladas, descartando una limitación en su alcance. (21) El
término utilizado para esta acción posiblemente esté asociado a la situación que se presenta
cuando uno de los progenitores tiene que accionar contra el otro para cubrir las necesidades de un
hijo mayor de edad que disponiendo de plena capacidad civil y en condiciones de solicitar por sí
mismo la "prestación alimentaria" —por las razones que fueren— no lo hace.
El segundo párrafo del art. 662 establece otra alternativa posible, consistente en que las partes de
común acuerdo, o en su caso el juez, fijen una prestación directa al hijo mayor de edad, abonada
por el progenitor no conviviente, aclarando al final, que esa suma tendrá como destino cubrir los
"gastos de la vida diaria" y mencionando algunos de los rubros que podría incluir.
Habrá que señalar que la obligación recae sobre los dos progenitores, sin distinción (22), es decir,
del tipo mancomunada entre los deudores-progenitores, independientemente que ambos o sólo
uno de ellos conviva con el hijo alimentado. En consecuencia, la situación fáctica de convivencia
"progenitor-hijo" no exime al cumplimento de la obligación alimentaria, sin perjuicio de que tal
circunstancia deba ser considerada como parte integrante de la prestación: habitación, comida,
lavado de ropa, etcétera. (23)
En lo que respecta al contenido y extensión de esta obligación alimentaria, hay precedentes
jurisprudenciales que han valorado la situación personal y patrimonial del alimentado a la hora de
fijar el quantum de la cuota para personas mayores de edad. (24)
3.7. Hijo mayor que se capacita. La novedad que trae el art. 663 establece que la obligación
alimentaria de los progenitores subsistirá hasta que el hijo alcance los 25 años, si la prosecución
de sus estudios o preparación profesional de un arte u oficio, le impide proveerse los medios
necesarios para sostenerse por sí mismo.
Vale decir que ni el código originario de Vélez Sarsfield, ni sus modificaciones posteriores
previeron explícitamente esta posibilidad. Esta omisión llevó a planteos de la doctrina y
numerosos casos jurisprudenciales, que no alcanzaron soluciones unánimes. (25) Expresamente,
nuestra jurisprudencia ya había receptado esta extensión alimentaria en algunos casos (26) e
incluso le había otorgado un alcance mayor al previsto en el CCyC. (27)
En el derecho comparado, esta es una solución legal aceptada y generalmente se adopta con dos
tipos de parámetros: 1) estableciendo una edad límite para el derecho alimentario, como lo hizo
nuestro CCyC y como se encuentra normado en las legislaciones de Chile, Perú, El Salvador,
Ecuador; 2) otorgando el beneficio sin edad límite, a veces extendiendo el derecho hasta que
concluyan los estudios o la formación profesional que lo motivó, como por ejemplo, en los casos
de Francia, Italia y España.
El "límite razonable" que propone la norma tiene su precedente jurisprudencial: "...estimo
prudente fijarlo hasta la fecha en que alcanzó la edad de 25 años. Tal tope, lejos de resultar
arbitrario, coincide entre otros con los antecedentes tenidos en cuenta por el Proyecto de 1998 y
con el de 1993 de Unificación de la Legislación Civil y Comercial, y responde a parámetros
sociológicos que muestran que a esa edad se concluyen los estudios universitarios o la
preparación profesional...". (28)
Los detractores de esta postura argumentan su posición, principalmente, en la falta de una norma
actual y expresa al respecto, enfocándose en la sola posibilidad de reclamar a sus padres los
alimentos "derivados del parentesco", que exige probar ciertos extremos de procedencia y con
una limitada extensión, dejando fuera el rubro a atender a los gastos de educación del alimentado.
Las dificultades de ingreso en los mercados laborales en la actualidad son mayores para quienes
no cuentan con una capacitación suficiente, por lo que se pretende a través de esta disposición
fomentar el acceso a niveles superiores de educación, aún cuando éstos no resulten obligatorios.
Tratándose de una excepción a la regla general prevista en el art. 658, corresponde al acreedor
alimentario que pretende que la obligación a su favor continúe prestándose, probar el supuesto
de hecho previsto por la norma, es decir, que el cursado de sus estudios o preparación le impiden
acceder a los medios necesarios para su subsistencia. En principio, el hijo que estudia deberá
probar que no tan solo se encuentra inscripto en la matricula, sino además, que el régimen de
esos estudios, el cursado o el cumplimiento de otras obligaciones extracurriculares, le impiden
realizar cualquier actividad rentada.
3.8. Hijo no reconocido. En el art. 664 se prevé el derecho a alimentos provisorios del hijo no
reconocido, mientras se produzca la acreditación sumaria del vínculo invocado. Este criterio había
tenido recepción jurisprudencial cuando el reclamo alimentario se interponía durante el juicio de
filiación. (29) La norma se complementa con el art. 586 que —por su parte— establece que
durante el proceso de reclamación de la filiación o "incluso antes de su inicio", el juez puede fijar
alimentos provisorios contra el presunto progenitor.
Como puede observarse, la solución del CCyC es certera: el pedido alimentario se desvincula del
juicio de reclamación de paternidad (30), aunque se imponga al juez interviniente que la
resolución en la que fija los alimentos provisorios deba contener un plazo para la interposición de
la demanda de filiación, bajo apercibimiento de hacer cesar la cuota provisoria, si no se cumple
con la carga de iniciar el reclamo de paternidad.
La postura del CCyC se enmarca en la corriente positiva que anteriormente a la sanción de este
cuerpo normativo reconocía el derecho alimentario del hijo que no se encontraba emplazado
jurídicamente, con argumentos heterogéneos, aunque el más vinculante y conforme a las
directrices del CCyC, se funda en la responsabilidad procreacional. (31)
3.9. Persona embarazada (Mujer embarazada). En principio hay que decir que este apartado
consta de un error terminológico en su título, porque al referirse a "Mujer embarazada" se
contrapone con el contenido de la "Ley de identidad de género". (32) En base a esta consideración
e independientemente del texto aprobado, me parece más apropiado utilizar la palabra "persona"
en lugar de "mujer".
Entonces, el art. 665 establece "el derecho a reclamar alimentos al progenitor presunto con la
prueba sumaria de la filiación alegada". Sin esta consagración normativa la doctrina había
afirmado oportunamente que la demanda debía prosperar si la persona acredita prima facie la
paternidad que imputa al demandado, y esa paternidad se tornaba verosímil. (33)
Incluso, en este sentido, algunas decisiones judiciales hicieron lugar a este reclamo (34) y en los
Fundamentos de la Reforma, sus autores explican que este supuesto se encuentra contemplado
en varias legislaciones del derecho comparado, mencionándose los casos de Francia, Suiza, El
Salvador y Ecuador. (35)
Desde una perspectiva amplia, la prestación alimentaria no solo deberá comprender los gastos
que resulten necesarios para que el embarazo se desarrolle normalmente (médicos y de
alimentación), sino también otros derivados de cuidados que la persona en el periodo de
gestación, que se vinculan con su alimentación y alojamiento, así como también los gastos de
parto y atención durante el puerperio. (36)
3.10. Cuidado personal compartido. Otra innovación del CCyC, en concordancia con las novedades
en el cuidado personal compartido y alternado de los hijos viene dada por su art. 666, planteando
dos variables: a) si ambos poseen recursos equivalentes, cada uno se hará cargo de la
manutención, mientras el hijo permanece bajo su cuidado personal y b) si un progenitor posee
mayores que el otro, se establecerá una cuota complementaria para que el hijo goce del mismo
nivel de vida en ambos hogares. Asimismo, dispone que los gastos comunes deben ser solventados
por ambos progenitores, de acuerdo a su condición y fortuna —conf. con el art. 658—. (37)
La finalidad de la norma es procurar que el NNA cuente con cierta estabilidad en ambos hogares,
protegiendo por sobre todo su interés superior. Sin lugar a dudas, la jurisprudencia será la
encargada de ajustar los posibles resultados inequitativos de la ley y al momento de fijar esta
cuota, el juzgador debe tener en cuenta: los recursos económicos de cada progenitor, cómo
solventan las necesidades del hijo y el status familiar que gozaban antes de la separación. La
decisión de un juez será de carácter subsidiaria, ya que como regla, prima la voluntad de las
partes, que puede estar plasmada en el "plan de parentalidad" —conf. al art. 655—. (38)
3.11. Reclamo alimentario a los ascendientes. La naturaleza jurídica del deber alimentario de los
ascendientes y, en particular de los abuelos, es un tema de debate doctrinario y jurisprudencial en
nuestro derecho actual. Si esa obligación es parte del derecho alimentario "entre parientes", va a
entenderse como subsidiaria y delimitada a cubrir las necesidades básicas del nieto. Si, en cambio,
se trata de una obligación extensiva de la obligación parental, el deber del abuelo no será
necesariamente subsidiario, y entonces podría reclamarse en forma simultánea o incluso antes
que al reclamo a los padres, si es más beneficioso para NNA.
Hasta hoy, jurisprudencialmente, podemos encontrar ambas posiciones, arribando a soluciones
muy particulares, teniendo en cuenta que en muchos casos se resolvió por la subsidiariedad de la
obligación, pero fijando cuotas que excedían las obligaciones alimentarias entre parientes. (39)
Finalmente, la Corte Suprema en un fallo del año 2005 fijó un criterio a seguir, reconociendo el
deber alimentario de los abuelos, en el que se requirió que los reclamantes acreditaran la
imposibilidad de obtener el cumplimiento alimentario por parte de los padres. (40)
El art. 668 parece seguir esta línea interpretativa, sumando la posibilidad de demandar
simultáneamente a los abuelos y progenitores o en proceso diverso, destacando que "...además
de lo previsto en el título del parentesco, debe acreditarse verosímilmente las dificultades del
actor para percibir los alimentos del progenitor obligado.". Vemos que no se requiere certidumbre
sino probabilidad de que ello sea así, extremo probatorio menos riguroso que la imposibilidad de
brindarlos, evitando de este modo el rigorismo formal en cuanto a las exigencias procesales y de
carácter probatorio, propio de la acción de alimentos entre parientes.
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La norma reformada presenta un espacio ecléctico, una especie de conciliación de pujas respecto
de los derechos humanos de los NNA y de las personas adultas mayores, encontrando su punto en
la atenuación de la subsidiariedad, con clave en una expresión terminológica dentro de la norma
del art. 668. (41)
En este sentido, se acoge la postura que la doctrina llama "intermedia" o de "subsidiariedad
relativa", dejando de lado el rigorismo de carácter formal para pasar a una flexibilización procesal
que entrelaza el derogado CC y las directrices de la Convención sobre los Derechos del Niño.
Así, el CCyC establece que los primeros obligados son los progenitores, pero frente a su
incumplimiento por imposibilidad o dificultad, se acude a los ascendientes, con flexibilización de
las exigencias procesales por aplicación del principio de solidaridad familiar y el interés superior de
NNA, dado que lo prioritario es evitar que se vean perjudicados en su desarrollo y teniendo en
cuenta que sobre ellos recae una protección especial. Por ende y bajo los supuestos referidos, la
extensión de la cuota alimentaria estará vinculada con aquella que deben prioritariamente los
progenitores y que encuentra notables diferencias con los alimentos debidos entre los parientes.
3.12. Obligación alimentaria del progenitor afín (42)
Notoriamente el CCyC reconoce en cada norma el abordaje y protección de las diversas formas de
familia actuales entre las que se encuentra la "familia ensamblada", es decir, aquella que se
origina en una nueva unión, tras una separación, divorcio o viudez cuando uno o ambos
integrantes de la pareja tienen hijos de un lazo precedente. (43)
Concretamente, lo propuesto por el art. 676 (dentro del Título referido a la "Responsabilidad
parental", pero en el Capítulo que regula específicamente los deberes y derechos de esta figura)
consagra el deber alimentario del progenitor afín respecto del hijo afín. El reconocimiento de esta
figura es importante (44) y no significa limitar o desconocer los derechos y deberes del padre
biológico; se trata de sumar adultos responsables que contribuyan al buen desarrollo de los NNA,
teniendo siempre en miras su interés superior y conforme al rol activo en la convivencia que en
muchos casos asumen.
La jurisprudencia oportunamente hizo una utilización sui generis de la figura del "progenitor afín"
para imponer la obligación alimentaria en beneficio de un adolescente hasta su mayoría de edad
(45), recurriendo al argumento de la solidaridad familiar y la posesión de estado filial.
Hay que destacar que la obligación alimentaria del progenitor afín tiene carácter subsidiario y, por
ende, se sitúa en grado posterior a la obligación de sus parientes en línea recta. Es decir, en primer
lugar se encuentran sus padres y los abuelos (46); pudiendo el progenitor afín demandado,
defenderse aduciendo la existencia de un pariente en condición de prestar alimentos, conforme a
la facultad conferida por el art. 546 del CCyC. (47)
Independientemente del art. 676, hay otras normas que regulan el deber de contribución de
ambos cónyuges proporcionalmente a los recursos de cada uno para satisfacer las necesidades de
los hijos menores de edad, o con capacidad restringida o con discapacidad de unos de los
cónyuges que conviven con ellos, obligación que puede ser exigida judicialmente por el otro
cónyuge (art. 455) y el conviviente (art. 520).
O sea, que de la interpretación hermenéutica del CCyC y las variables que prevé, sin lugar a dudas,
al momento de resolver un caso concreto, habrá que remitirse siempre al análisis de sus
particularidades y tratar de determinar cuál es la mejor solución que se puede brindar en miras de
satisfacer el interés superior del NNA.
Asimismo, el art. 676 establece como principio, la cesación de este deber en los casos de
disolución del vínculo conyugal o ruptura de la convivencia. Evidentemente, la procedencia de la
obligación alimentaria con respecto al hijo afín tiene puesto el énfasis en la convivencia, pero, en
función del interés superior del NNA, la disposición consagra una excepción, permitiendo el
reclamo por alimentos con carácter transitorio —descartándose su perpetuidad— al progenitor
afín si se dan los siguientes requisitos: a) que el cambio de situación pudiera ocasionar un grave
daño al NNA y, b) que éste hubiera asumido el sustento del hijo del otro durante la vida en común.
En cuanto a la extensión y en relación con las normas pertinentes del CCyC se desprende que para
la fijación de la cuota alimentaria que debe pagar el progenitor afín, luego de la cesación de la vida
en común, deben tomarse en consideración las siguientes pautas: a) el carácter asistencial: que
implica que la suma estipulada no podrá tener la misma extensión que la cuota derivada de la
responsabilidad parental, b) responder a las necesidades del alimentado y las posibilidades
económicas del obligado, y c) tener en cuenta el tiempo de la convivencia y las funciones asumidas
por el progenitor afín.
3.13. Otras novedades destacables
A) Hijo fuera del país o alejado de sus progenitores. El art. 667 ha previsto que si el hijo está
alejado de sus progenitores, dentro o fuera del país, y tiene necesidad de recursos para su
alimentación u otros rubros urgentes, puede ser autorizado por el juez del lugar en el país o por la
representación diplomática nacional en el extranjero a contraer deudas para satisfacer esas
necesidades. Si se trata de un adolescente, no requerirá esa autorización, sino tan sólo el
asentimiento del adulto responsable, significando una especie de habilitación legal específica y
limitada a ese caso concreto. Se supone que la necesidad urgente debe ser un presupuesto
esencial, ya que de lo contrario procedería la solicitud alimentaria extrajudicial a los padres, aun
cuando no se encuentren cerca del menor.
B) Alimentos impagos. El art. 669 establece que los alimentos se deben desde el día de la demanda
o desde el día de la interpelación, si ésta se puede probar fehacientemente y se interpone la
demanda dentro de los 6 meses de esa intimación. (48) En los Fundamentos de la Reforma del
CCyC, sus autores explican que de esta forma se pretende evitar retroactividades "abusivas".
En el segundo párrafo de esta norma, se reconoce el derecho del progenitor conviviente que
realizó gastos que estaban a cargo del progenitor no conviviente a solicitar el reembolso de tales
erogaciones y así reclamar por derecho propio la contribución por lo pagado en concepto de
alimentos, ofreciendo una solución justa para que aquel progenitor que ha sostenido a los hijos
ante el incumplimiento del otro y así poder repetirlos luego contra éste y obteniendo un reintegro
proporcional a las sumas que ha abonado. La acción de repetición de los alimentos pagados tiene
un plazo de prescripción breve, pues el inc. e, del art. 2564 del CCyC establece que prescriben al
año.
C) Alimentos en caso de privación o suspensión de la patria potestad. El art. 704 establece
expresamente que los alimentos a cargo de los progenitores subsisten durante la privación y
suspensión del ejercicio de la responsabilidad parental despejando cualquier tipo de dudas sobre
el tema.
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4. Palabras de cierre
En una sociedad democrática, pensar "en plural" implica concebir a la diversidad de las realidades
familiares, asumiendo nuevos retos. Enfrentarlos ha sido la intención de este Código Civil y
Comercial Unificado.
Muchas carencias normativas han sido superadas en materia de alimentos hacia los hijos,
poniendo el foco en los sujetos que históricamente han ocupado una situación de vulnerabilidad
dentro de las relaciones familiares y bajo dos premisas sobresalientes: la solidaridad y la
responsabilidad. Dos valores que no solo apuntan a la familia, sino también al Estado y la sociedad
entera.
Seguramente no esté todo resuelto, pero se ha dado un paso adelante fundamental y el proceso
en marcha vaticina un arduo camino por recorrer. El desafío es muy grande, pero no inalcanzable.
(A) (*) Abogado. Maestrando en Derecho de Familia, Infancia y Adolescencia (UBA). Docente de la
materia "Familia y Sucesiones" (UBA).
(1) (1) KEMELMAJER DE CARLUCCI, Aída y MOLINA DE JUAN, Mariel (directoras), "Alimentos",
Tomo I, 1° Ed., Santa Fe, Rubinzal-Culzoni, 2014, pág. 16.
(2) (2) CIDH, 19/11/1999, "Caso de los 'Niños de la Calle' (Villagrán Morales y otros) c. Guatemala.
Fondo" Serie C, n° 63, párr. 144.
(3) (3) La Suprema Corte de Buenos Aires, el 03/07/2013, en los autos "B. A. F. c. Provincia de
Buenos Aires s/ amparo", admitió el amparo interpuesto por una mujer, progenitora de cinco hijos
con los que vivía en paupérrimas condiciones, disponiendo que la Provincia de Buenos Aires y la
Municipalidad de La Plata debían proveer, coordinada y solidariamente, en un plazo que no
excediera de los 60 días, por la vía y/o modalidad jurídica que corresponda, una vivienda adecuada
a la familia constituida por la amparista y sus cinco hijos menores de edad y un régimen de
subsidios mensual; en su caso, y hasta tanto se dé cumplimiento a aquello deberían cubrir a su
exclusivo costo el alojamiento de ellos en un hotel o complejo habitacional similar. "...Los tratados
internacionales que reconocen el derecho a condiciones de vida dignas expresan principios que
deben ser actuados concretamente so pena de quedar convertidos en una mera expresión
declamatoria, que más que afirmar, herirían la conciencia y el valor intrínsecamente humano del
derecho. Una alimentación adecuada y una vivienda digna están inseparablemente vinculadas a la
vida como sustrato ontológico de la personalidad y son indispensables para el disfrute de otros
derechos humanos..." (Voto doctor Negri).
(4) (4) Conf. a ONU, Comité de Derechos Humanos, Observación General n° 6, Derecho a la vida,
16vo. período de sesiones, UNDoc. HRI/GEN/1/Rev. 7 at 143, año 1982, párr. 5º.
(5) (5) Conf. a ONU, Comité de Derechos Económicos, Sociales y Culturales. Observación General
n° 12, "El derecho a una alimentación adecuada" (art. 11), 12/05/1999, Doc. E/C.12/1999/5, párr.
4º.
(6) (6) A modo de ejemplo: Paraguay (art. 4º del Código de la Niñez y Adolescencia —ley
1680/2001—), El Salvador (art. 347 del Código de Familia —dec. 677 del 13/12/1993—) y Costa
Rica (art. 38 del Código de la Niñez y Adolescencia de Costa Rica —ley 7739 del 06/01/1998—).
(7) (7) En forma enunciativa: Francia (Ley 75-618 del 11/07/1975 y su decreto reglamentario 751339 del 31/12/1975 que establecen el pago de la cuota alimentaria por parte del Estado y la
consiguiente subrogación en los derechos del alimentado) y España (Real Decreto 1618/2007, del
07/12/2007 que creó el Fondo de Garantía del Pago de Alimentos, supliendo desde el Estado el
incumplimiento de los alimentantes deudores familiares).
(8) (8) CIDH, 19/11/1999, "Caso de los 'Niños de la Calle' (Villagrán Morales y otros) c. Guatemala.
Fondo" Serie C, Nro. 63, párr. 188.
(9) (9) Con respecto a este instrumento internacional, cabe señalarse, por un lado, que su
operatividad fue reconocida por nuestra jurisprudencia (CSJN, "A., F. s/protección de persona",
13/03/2007 y CSJN, "A., C. c. Di C., M. A. - D., G. N. s/ incidente de restitución en autos A., J. A. s/
sumario", 17/04/2007; entre otros) y por el otro, la gran cantidad de preceptos que trajo,
receptados explícitamente por la Ley nacional 26.061, aventando toda duda sobre su aplicación
concreta.
(10) (10) Conf. CIDH, Opinión Consultiva n° 17/02, solicitada por la Comisión Interamericana de
Derechos Humanos, "Condición Jurídica y Derechos Humanos del Niño" de 28/08/02, Serie A.
(11) (11) Fundamentos el Proyecto de Reforma del Código Civil y Comercial de la Nación,
"Aspectos valorativos": elaborado por la Comisión creada por el dec. PEN 191/2011.
(12) (12) Término utilizado por GIL DOMÍNGUEZ, FAMÁ y HERRERA, en su obra "Derecho
Constitucional de Familia", Ediar, 2006.
(13) (13) LLOVERAS, Nora y SALOMÓN, Marcelo, "El derecho de la Familia desde la Constitución
Nacional", Universidad, Buenos Aires, 2009, pág. 31.
(14) (14) El art. 639 del CCyC enumera los principios generales que rigen la responsabilidad
parental: a) interés superior del niño, b) autonomía progresiva del hijo y, c) derecho del niño a ser
oído y que su opinión sea tenida en cuenta según su edad y grado de madurez.
(15) (15) Al respecto el fallo plenario de la C.Nac.Civil del año 1995, prohíbe los dispositivos de
ajuste automático de las cuotas alimentarias en función de los índices que reflejan la depreciación
monetaria (LL 1995-B-487; DJ 1995-I-929).
(16) (16) Conf. CC.yCom de Pergamino, 22/04/2013, "D. F., V. c. A., E. A. s/ I", Nro. Fallo:
13010086, Infojus, Dossier: Alimentos, "Selección de Jurisprudencia y Doctrina", enero 2015.
(17) (17) Cám. Nac. Civ., Sala J, 03/10/2013, "R., M., A. c. B. N. J. s/aumento de cuota alimentaria",
AP AR/JUR/63977/2013.
(18) (18) Art. 265 del actual Código Civil (modificado por el art. 3° de la Ley 26.579 B.O.
22/12/2009).
(19) (19) LLOVERAS, Nora y FARAONI, Fabián, "Un impacto de amplias dimensiones: la ley 26.579
de mayoría de edad", en RDF., n° 47, 2010, Pág. 55.
(20) (20) FAMÁ, María Victoria, Jurisprudencia española. Alimentos debidos a los hijos mayores de
edad, en RDF, n° 47, 2010, pág. 226.
(21) (21) Este artículo dice: "...El progenitor que convive con el hijo mayor de edad tiene
legitimación para obtener la contribución del otro hasta que el hijo cumpla veintiún años. Puede
iniciar el juicio alimentario o, en su caso, continuar el proceso promovido durante la minoría de
edad del hijo para que el juez determine la cuota que corresponde al otro progenitor. A
continuación dice con respecto al progenitor conviviente que: "...Tiene derecho a cobrar y
administrar las cuotas alimentarias devengadas...".
(22) (22) Conf. al criterio de la Cám. 1° Fam. De Mendoza, 16/05/2013, "R. S. M. E. c. S. M. B.
s/alimentos", MJ-JU-M-78805-AR, MJJ78805, www.jus.mendoza.gov.ar.
(23) (23) Conf. criterio del fallo de la CNCiv., Sala B, 14/12/2011, "C. V. S., L. S. y o. c. S R. D.", JA,
2012-II-27.
(24) (24) Se ha resuelto, que "...a los efectos de determinar el monto de la cuota alimentaria que
la progenitora deberá abonar a su hijo mayor de edad pero menor de 21 años, debe tomarse
especialmente en cuenta la posibilidad de éste de progresar en la vida y procurarse sus propios
ingresos, pues la potencialidad económica de una persona mayor de edad no puede ser sopesada
de igual manera que si se tratase de un menor (conf. Trib. Coleg. Fam. N° 5 de Rosario,
26/02/2010, "Ch., J. c. C. L.", LL Litoral, 2010-585, AR/JUR/6128/2010).
(25) (25) Sin perjuicio de esta falta de unanimidad, habrá que señalar los fundamentos de la
doctrina y de la jurisprudencia que admiten la extensión de la obligación alimentaria a favor de los
hijos que estudian: "La prestación alimentaria a cargo de los padres tiene por finalidad asegurar el
desarrollo integro o pleno de los hijos; este fin, sin dudas, se alcanza con mayor éxito si pueden
concluir sus estudios universitarios o terciarios" (BELLUSCIO, Claudio, "Continuidad de la cuota
alimentaria para el hijo mayor de edad", en RDF, n° 38, 2007, pág. 2). En esta postura, una
sentencia justificó la obligación alimentaria en que el actor, un joven de 22 años de edad que se
encontraba cursando su último año de carrera, con un promedio de rendimiento académico
óptimo y la prueba de la merma en la capacidad laborativa del alimentado producida por la carga
horaria y tareas propias de la carrera universitaria (CCCom. de Dolores, 08/07/2010, "M., C. C. c.
M., H. R.", Abeledo-Perrot Online, www.abeledoperrot.com).
(26) (26) Trib. Familia de Formosa, 02/10/1996, en DJ, 1997-3-512; Cám. 2ª Civ. y Com. de Paraná,
Sala 2ª, 25/08/2000, en Zeus, 85-321, Sec. Jurisprudencia; Cám. Civ. y Com. 1ª Nom. de Santiago
del Estero, 22/11/2004, en LL NOA, 2005-458; Juzg. Nac. de 1ª Inst. Civ. nº 81, Cap. Fed.,
25/09/1998, Derecho de Familia "Revista Interdisciplinaria de Doctrina y Jurisprudencia", nº 14,
Bs. As., Abeledo-Perrot, 1999, p. 263.
(27) (27) CNCiv., Sala I, 15/08/2000, en LL, 2001-B, p. 527; CNCiv., Sala B, 23/12/1988, en ED, 135456.
(28) (28) CCCom. de Necochea, 04/11/2008, "K., C. A, c. G. M. s/Incidente de cese de cuota
alimentaria", JA, 2009-II-811.
(29) (29) Por ejemplo: Cám. Civ., Com., Minas, Paz y Trib. de San Rafael, 13/06/2007, en LL Gran
Cuyo, 2007-1086; Cám. Nac. Civ., Sala I, 07/09/2004, en LL, 2005-B, 215; CCCom.de Morón, Sala II,
21/10/1997, en LLBA, 1998-399; entre otros.
(30) (30) En este sentido, se ha resuelto que el pedido de alimentos provisorios formulado por
quien reclama el reconocimiento de su filiación se encuadra en la figura anticipatoria, como un
proceso urgente, cuya procedencia definitiva se juzgará al momento de dictarse la sentencia de
mérito (CCCom. de Mar del Plata, sala II, 23/09/1999, JA 2000-II-31).
(31) (31) Para mayor abundamiento consultar: GROSMAN, Cecilia P., "Acción alimentaria de los
hijos extramatrimoniales o reconocidos o no declarados como tales", en Monografías Jurídicas,
126, Abeledo-Perrot, Buenos Aires, 1969, págs. 33 a 44.
(32) (32) Esta Ley asegura el derecho a la identidad de género de las personas, es decir, la vivencia
interna e individual del género tal como cada persona la siente, la cual puede corresponder o no
con el sexo asignado al momento del nacimiento, incluyendo la vivencia personal del cuerpo. A
ello se suma, que en su art. 4º dice que toda persona puede solicitar la rectificación registral del
sexo, no siendo requisito acreditar intervención quirúrgica por reasignación genital total o parcial,
ni acreditar terapias hormonales u otro tratamiento psicológico o médico. Conforme a estos
preceptos, se podría perfectamente hablar de "hombre embarazado" denotando una total
discordancia entre la Ley 26.743 (sancionada el 09/05/2012) y el nuevo CCyC (texto aprobado con
posterioridad, el 01/10/2014).De todas maneras y para posibles problemas en la interpretación a
futuro, habrá que decir el art. 13 de la referida ley, dice: "Aplicación. Toda norma, reglamentación
o procedimiento deberá respetar el derecho humano a la identidad de género de las personas.
Ninguna norma, reglamentación o procedimiento podrá limitar, restringir, excluir o suprimir el
ejercicio del derecho a la identidad de género de las personas, debiendo interpretarse y aplicarse
las normas siempre a favor del acceso al mismo". Así y conforme a diversos principios
constitucionales el problema quedaría resuelto sin la necesidad de caer en discusiones al respecto.
(33) (33) Conf. a PETTIGIANI, Eduardo, "El suministro de alimentos a la mujer embarazada", en
RDF 1998, n° 13, pág. 93.
(34) (34) Cám. Nac. Civ., Sala K, 08/03/2004, en LL 2004-D, 238; Cám. Civ. y Com., Lab. y Minería
de Santa Cruz, 12/11/2004, en LL Patagonia, 2005, p. 1064; Tribunal Colegiado Rosario N° 5,
06/08/2008, en LL 2008-F, 34, entre otros.
(35) (35) "...Esta es la línea legislativa que siguen, entre otros, el Código Civil francés (art. 371-4),
el Código Civil suizo (art. 274); el Código de Familia de El Salvador (art. 217) y el Código de la Niñez
y Adolescencia de Ecuador (art. 148)..." (Fundamentos del Anteproyecto de Código Civil y
Comercial de la Nación, en su Título VII, "Responsabilidad parental").
(36) (36) Esta visión e independientemente de la aclaración realizada al principio del tema, se
fundamenta en los lineamientos del art. 5º de la "Convención sobre la Eliminación de todas las
Formas de Discriminación contra la Mujer" —con rango constitucional en nuestro país— y que por
aplicación del principio de" igualdad ante la ley" podrá aplicarse a cualquier persona embarazada,
con independencia de su género. El artículo dice:"...Los Estados Partes tomarán todas las medidas
apropiadas para: a)Modificar los patrones socioculturales de conducta de hombres y mujeres, con
miras a alcanzar la eliminación de los prejuicios y las prácticas consuetudinarias y de cualquier otra
índole que estén basados en la idea de la inferioridad o superioridad de cualquiera de los sexos o
en funciones estereotipadas de hombres y mujeres; b)Garantizar que la educación familiar incluya
una comprensión adecuada de la maternidad como función social y el reconocimiento de la
responsabilidad común de hombres y mujeres en cuanto (...) al desarrollo de sus hijos...".
(37) (37) "...Ambos progenitores tienen la obligación y el derecho de criar a sus hijos, alimentarlos
y educarlos conforme a su condición y fortuna, aunque el cuidado personal esté a cargo de uno de
ellos...".
(38) (38) Este artículo refiere: "... Los progenitores pueden presentar un plan de parentalidad
relativo al cuidado del hijo, que contenga: (...) b) responsabilidades que cada uno asume...".
(39) (39) A modo de ejemplo, podemos mencionar: Cám. Nac. Civ., Sala C, 28/07/1987, en LL, T.
1988-A, p. 398; Cám. Civ. y Com. de Mar del Plata, Sala II, 28/03/2006, en RDF n° 2007-I, 93; Trib.
Colegiado Quilmes N° 1, 18/04/2007, en LLBA 2007-I, p. 605; Trib. Sup. de Salta, 07/07/2008, en
LLNOA, 2008, p. 890; Cám. Nac. Civ., Sala E, 12/08/2009, en DJ 20/1/2010.
(40) (40) CSJN, 15/11/2005, "F. L. c. L. V.", en JA del 01/03/2006. En este precedente además se
revocó el fallo que había rechazado la demanda inicial de la madre contra los abuelos paternos por
considerar que no se encontraba acreditado que el progenitor se hallaba impedido de cumplir con
su obligación alimentaria, en razón del carácter subsidiario de la obligación que pesa sobre los
abuelos. El Máximo Tribunal agregó que en el decisorio revocado se desatendió el interior superior
de los menores.
(41) (41) Conf. CATALDI, Myriam M., "Responsabilidad alimentaria de los abuelos. Una respuesta
jurídica que resulta de la Constitución", RDF, 2014-II-229.
(42) (42) El CCyC define como progenitor afín al cónyuge o conviviente que vive con quien tiene a
su cargo el cuidado personal del niño o adolescente (art. 672).
(43) (43) GROSMAN, Cecilia y MARTÍNEZ ALCORTA, Irene, Familias ensambladas, Universidad,
Buenos Aires, 2000, pág. 23.
(44) (44) Anteriormente a esta consagración normativa Grosman y Herrera afirmaron que el
sistema jurídico recepta un concepto amplio de familia en la que el "concubino" (conviviente) del
progenitor debe ser considerado una figura familiar (CDN, art. 5º y Ley 26.061). Sostuvieron: "...los
deberes y derechos en relación a los hijos del otro devienen de dicha convivencia o comunidad de
vida..." (GROSMAN, Cecilia y HERRERA, Marisa, Relaciones de hecho en las familias ensambladas,
en RDF, 2010, N° 46, pág. 82).
(45) (45) Conf. Trib. Coleg. Fam. N° 5 de Rosario, 05/05/2012, "B. P. T. s/Guarda preadoptiva",
RDF, 2012-V-169.
(46) (46) Conf. a KEMELMAJER DE CARLUCCI, Aída y MOLINA DE JUAN, Mariel (directoras),
"Alimentos", obra cit., pág. 375.
(47) (47) "...Incumbe al demandado la carga de probar que existe otro pariente de grado más
próximo o de igual grado en condición de prestarlos, a fin de ser desplazado o concurrir con él en
la prestación. Si se reclama a varios obligados, el demandado puede citar a juicio a todos o parte
de los restantes, a fin de que la condena los alcance".
(48) (48) Lo dispuesto por la norma se apega a las recomendaciones de las IV Jornadas
Sanrafaelinas de Derecho Civil de 1976 —siguiendo el modelo del art. 445 del Código Civil
italiano— y las XIV Jornadas Nacionales de Derecho Civil, celebradas en Tucumán en septiembre
de 1993.
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