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NOTIFICACIÓN DE LA CARTA DE DESPIDO A LOS LEGALES REPRESENTANTES DE LOS TRABAJADORES
Una de las modificaciones contenidas en la pomposamente llamada Real Decreto Ley 10/2010 de medidas urgentes para la
reforma del mercado de trabajo es la que afecta a los artículos 52 c) y 53 del Estatuto de los Trabajadores en cuanto a los
requisitos que deben acompañar a la decisión extintiva por parte del empresario al amparo del art. 52 c) del Estatuto de los
Trabajadores y los efectos que se producen por la ausencia de alguno de estos requisitos.
En esta sentencia la Sala trata del requisito de notificación del despido (objetivo) a los representantes de los trabajadores, así
como a los efectos de su omisión. La ausencia de este requisito fue apreciada de forma dispar por los Tribunales de lo Social,
hasta que el Tribunal Supremo resolvió que su falta era causa de nulidad del despido objetivo.
ANTECEDENTES DE HECHO:
El trabajador interpuso demanda por despido en el juzgado de lo social contra la empresa en la que prestaba sus servicios,
habiendo ésta puesto a su disposición la suma correspondiente a la indemnización legal por despido por causas objetivas. La
sentencia fue favorable a la empresa y el actor interpuso recurso de suplicación.
TRIBUNAL SUPERIOR DE JUSTICIA DE CATALUNYA
Sala de lo Social: Sentencia núm. 8.168 de 16.Diciembre.2010.
Ponente: Ilmo. Sr. Don José QUETCUTI MIGUEL.
Juzgado de lo Social núm. 2 de Sabadell. Sentencia de 9.Diciembre.2009.
Normativa:
Artículo 53.4 y 1 c), en relación con los artículo 52 c) y 51.1, todos del Estatuto de los Trabajadores
FUNDAMENTOS DE DERECHO
PRIMERO Que como primer motivo del recurso y bajo correcto amparo procesal en la letra b) del art. 191 de la LPL se pretende por el recurrente la revisión del histórico en varios extremos.
En primer lugar se interesa la adición de un párrafo al ordinal segundo de los declarados probados, para que se diga que la
empresa no entregó copia de la carta al representante legal de los trabajadores y que lo intentó realizar un mes más tarde sin que
aquél lo aceptara.
Que para que una modificación fáctica pueda estimarse, es preciso que no sea repetitiva y tal es la circunstancia que se da en
el caso de autos, en el cual se recogen las afirmaciones fácticas que se pretenden introducir en el fundamento de derecho cuarto,
con valor de auténtico hecho probado.
Que se interesa la “aclaración” respecto de la expresión resultados positivos que pretende que se adicione “beneficios”, lo que
por su redundancia no procede, es evidente que los resultados positivos son beneficios y los negativos, pérdidas.
En cuanto a la introducción de las reservas acumuladas, no es sino el espigueo del balance, con omisión de otros extremos
igualmente relevantes a los efectos que se pretende y derivado de un documento ya valorado por el juzgador, por lo que no puede
ser estimado.
Seguidamente se pretende una “aclaración”, para que se diga que las pérdidas que se dan en 2009 son acumulativas y no independientes, dicha circunstancia no es combatida por el impugnante del recurso, sino que ratifica que así es, por lo que procede
su introducción para una mejor comprensión de la cuestión.
Así el hecho probado quinto debe quedar como sigue:
En el año 2009, el primer trimestre se cerró con pérdidas de 144.551,41 €, siendo las pérdidas acumuladas del año 2009 de
300.000 € en junio y de 228.847,26 € a fecha 30-9-09.
Por último se solicita la revisión del ordinal sexto con el contenido que se pretende y que no puede estimarse ya que no evidencia error alguno del juzgador.
SEGUNDO Que como segundo motivo del recurso y bajo correcto amparo procesal en la letra c) del art. 191 de la LPL se formula el propio de la censura jurídica, que se articula en dos apartados.
En el primero de ellos denuncia el recurrente la infracción de los arts. 53.4 y 1 c) en relación con el 52 c) y 51.1 del ET, por entender que no se ha dado cumplimiento al mandato del precepto estatutario que exige la entrega de la copia de la carta de despido
a los representantes de los trabajadores.
Parte el recurrente, tal como hace el Magistrado de instancia de la afirmación fáctica contenida en la sentencia y relativa a que:
–la empresa comunicó al trabajador en presencia del representante legal de los trabajadores la carta de despido.
–que el representante de los trabajadores presente, procedió a leer la carta, quedando enterado de las causas por las que se
extinguía el contrato del actor, firmando la copia de la carta de despido.
–que la empresa no entregó la carta al representante de los trabajadores, si bien pasado más de un mes, quiso hacerle entrega de la misma, siendo rechazada por el representante de los trabajadores.
La cuestión en la que se muestra la disconformidad por parte del recurrente es la relativa a la posición doctrinal contenida en la
resolución de dar validez como sustitutiva de la entrega de la carta a la representación de los trabajadores a la lectura de la misma
por dicho representante y a que según declaró al ser interrogado, quedó enterado de las causas de la extinción.
Ciertamente el art. 53.1 c) exige que del escrito de despido se de “copia a la representación legal de los trabajadores para su
conocimiento”, en el supuesto contemplado en le art. 52 c) del ET, y al respecto el Tribunal Supremo ha venido señalando entre
otras sentencias en la de 18-4-2007, citada por ambas parte como elemento básico de su hermenéutica, que la obligación legal de
dar copia de la carta de despido a la representación de los trabajadores no es un mero elemento formal sino substantivo y que
comporta la nulidad del despido y no otra declaración.
Ahora bien, en el caso examinado por el Tribunal Supremo se parte de la afirmación fáctica de que la representación de los
trabajadores no ha tenido conocimiento de la carta de despido y no ha existido ninguna otra circunstancia por la que dicho conocimiento se obtuviera.
Así partiendo de tal afirmación el Tribunal Supremo señalaba que “Pero también debe incluirse entre esas formalidades la entrega de la copia de la carta de despido a los representantes de los trabajadores, y ello porque la omisión de esta exigencia no es
un mero incumplimiento de un deber de información cuya represión se agote en una sanción administrativa. La información a los
representantes de los trabajadores sobre los despidos objetivos económicos es una pieza esencial del sistema legal de control de
la distinción institucional entre el despido colectivo y el objetivo. Sin una información de esta clase, que tiene necesariamente que
centralizarse en la representación unitaria de los trabajadores, éstos tendrán importantes dificultades para conocer la situación de
la empresa en orden a la correcta utilización del cauce del despido objetivo económico y, por tanto, será muy difícil acreditar la
eventual superación de los límites cuantitativos a efectos de mantener en el proceso la causa de nulidad del apartado d) del número 2 del artículo 122 de la Ley de Procedimiento Laboral en relación con el artículo 51.1 del Estatuto de lo Trabajadores: la utilización indebida del despido objetivo por sobrepasar los límites cuantitativos mencionados en el último precepto citado.”
Tal afirmación se realizaba en dicha sentencia partiendo de otra afirmación anterior y que señalaba que “El incumplimiento del
deber de información a los representantes de los trabajadores no afecta a la improcedencia, pues ésta sólo se produce si la causa
que justifica el cese no ha sido acreditada (artículo 122.1 de la Ley de Procedimiento Laboral). Por su parte, la nulidad viene dada,
en la regulación de los artículos 53.4 del Estatuto de los Trabajadores y 122.2 de la Ley de Procedimiento Laboral, por incumplimientos formales, por incumplimientos sustantivos vinculados a la protección de los derechos fundamentales”.
Parece pues que la verdadera ratio de la decisión del Tribunal Supremo estaba precisamente en el incumplimiento del deber
de información, ahora bien, en el supuesto de autos, dicho deber se cumplimentó, aunque ciertamente, por distinto camino que el
de la entrega de la copia de la carta de despido, ya que el representante de los trabajadores leyó la propia carta y según propias
manifestaciones recogidas como elemento fáctico en el fundamento de derecho tercero: “El propio señor T., al ser interrogado
como testigo, declaró que leyó la carta, si bien no con todo detalle, pero sí quedó enterado de las causas por las que se extinguía
el contrato del actor y que consta su firma en la copia de la carta aportada con la demanda por el trabajador”.
Parece pues, ante tal manifestación del representante de los trabajadores, que dicho deber de información a la representación
de los trabajadores se dio en el caso de autos, y por ello procede entender correcta la hermenéutica que se ha seguido en la instancia.
Al respecto señalar que esta Sala examinó en sentencia de 15-3-2010 un supuesto, no idéntico, pero sí que contiene una valoración al respecto, así se señalaba en aquella sentencia: “En el presente caso dicha finalidad se ha cumplido, no solo porque la
Sra. Coro, miembro del comité de empresa, firmó la recepción de la carta de despido que la actora se negó a firmar y, por consiguiente tuvo posibilidad de enterarse de su contenido y de que se trataba de una extinción de su contrato de trabajo por causas
objetivas, sino porque, además, firmó también la recepción de dicha carta en su condición de miembro del comité de empresa.”
TERCERO Que en segundo lugar y con carácter subsidiario, se denuncia la infracción de los arts. 52 c) y 51.1 del ET.
Que los hechos son una base indispensable para el examen del derecho aplicado en la instancia y en el caso que nos ocupa,
su análisis debe partir de una narración fáctica quasi inmutable al no haber merecido favorable acogida el motivo revisorio antecedente, salvo lo relativo a la precisión que se ha recogido.
Ello implica que la empresa ha acreditado que si bien es cierto tuvo beneficios de 2005 a 2007, también se acredita una bajada
en los beneficios muy substancial (de un 90%) en el año 2008, pero no pérdidas, éstas ya aparecen de forma evidente en el primer
trimestre de 2009 en la cuantía de 144.551€ y se agravan más a fecha junio y continúan en septiembre en las cantidades recogidas en el ordinal quinto de los declarados probados. Ello no es sino el reflejo de la profunda crisis económica que acontece y que
ha supuesto una caída en el beneficio de las empresas, en especial a partir de 2008 y con mayor incidencia en el 2009. las pérdidas son claras y de notoria cuantía y aunque no se refieren a ejercicios pasados, no puede desconocerse la realidad social en la
que nos encontramos y que permite entender que sí se ha producido la causa del art. 52 c), al constar igualmente en el ordinal
séptimo la actuación y explicitación de medidas empresariales con la finalidad de superar la crisis.
Que igualmente se da el supuesto que permite la extinción por causas organizativas y ello de la simple lectura del ordinal sexto
en el que se contiene la caída de ventas en lo relativo a máquinas manuales y de precintos, en unos porcentajes equivalentes al
55% y 40% respectivamente y que permite entender ajustada a derecho la extinción de un puesto de trabajo en dicha sección,
concretamente el del actor y su sustitución por la prestación de otros dos trabajadores de la misma sección.
Todo ello conduce a la desestimación del motivo.
VISTOS los preceptos legales citados, sus concordantes y demás disposiciones de general y pertinente aplicación.
FALLAMOS
Que debemos desestimar y desestimamos el recurso de suplicación interpuesto por D. Erasmo contra la sentencia de fecha 9
de diciembre de 2009 dictada por el Juzgado de lo Social nº 2 de los de Sabadell, dimanante de autos 693/09 seguidos a instancia
del recurrente contra la empresa Sistemas de E. S. SA y Fondo de Garantía Salarial y en consecuencia debemos confirmar y confirmamos dicha resolución.
Sin costas.
Notifíquese esta resolución a las partes y a la Fiscalía del Tribunal Superior de Justicia de Cataluña, y expídase testimonio que
quedará unido al rollo de su razón, incorporándose el original al correspondiente libro de sentencias.
La presente resolución no es firme y contra la misma puede interponerse Recurso de Casación para la Unificación de Doctrina,
para ante la Sala de lo Social del Tribunal Supremo, el cual deberá prepararse mediante escrito con la firma de Abogado y dirigido
a esta Sala en donde habrá de presentarse dentro de los diez días siguientes a la notificación, con los requisitos establecidos en
los números 2 y 3 del Art. 219 de la Ley de Procedimiento Laboral.
Así mismo, de conformidad con lo dispuesto en los artículos 227 y 228 del Texto Procesal Laboral, todo el que sin tener la condición de trabajador o causahabiente suyo o beneficiario del régimen público de la Seguridad Social o no goce del beneficio de
justicia gratuita, intente interponer Recurso de Casación para la Unificación de Doctrina, consignará como depósito la cantidad de
300 euros en la cuenta de consignaciones que tiene abierta esta Sala, en El Banco Español de Crédito -Banesto-, Oficina núm.
2015, sita en Ronda de Sant Pere, nº 47, Nº 0965 0000 66, añadiendo a continuación los números indicativos del recurso en este
Tribunal.
La consignación del importe de la condena, cuando así proceda, se efectuará en la cuenta que esta Sala tiene abierta en Banesto (oficina indicada en el párrafo anterior), Nº 0965 0000 80, añadiendo a continuación los números indicativos del Recurso en
este Tribunal, y debiendo acreditar el haberlo efectuado, al tiempo de preparar el recurso en esta Secretaría.
Así por nuestra sentencia, lo pronunciamos, mandamos y firmamos.
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