éi?i<Mi - Hemeroteca Digital

Anuncio
us:f&iacute;fHaoTsf
K
&eacute;i?i&lt;Mi
'SEMANARIO CIENT&Iacute;FICO. LITERARIO Y ART&Iacute;STICO
HENDRICKA STOFFEIiS. (Retrato do Rembraadt.—Grabado de Jonnard)
LA ILUSTRACI&Oacute;N IB&Eacute;RICA
738
SUMARIO
TKITO: Madrid, por Knsabjil,— Cosas del dia.—&iquest;Qu&eacute; es
el cielo? (poes&iacute;a), por Antonio Osete.—Nuestros grabados.—Moralejas, pjr Estanislao Maestre. — Lecturas,
yoc Clur&iacute;n.—Diversiones p&uacute;blicas, por A. S&aacute;nchez P&eacute;tez.—Vida y muerte, por el Abate J. de Monfort.—El
principio de la vida y el &iexcl;Homo Sapiens!, por Federico
Oliveras y Rosales (continuaci&oacute;n.)
GRABADOS: Hendricka Stoffels. — San Petersburgo: La
Perspectiva Newsky, La muerte del Czar: El pueblo
leyendo el parte oficial. O^cio de Difuntos en la Catedral. Misa de Difuntos en el Mercado.—Brando iC&oacute;rceg-a''.—Iglesia de San Victor (Marsella),—Las primeras I osas.—'Una voz repet&iacute;a en el silencio de la noche:
&quot;—El mundo es vasto&quot;,—Romanza nueva,—Arte industrial,—El faro.
MADRID
Comienza el invierno.—Iioa poetas.—IiO que se ve&iacute;a venir.—Bula masa d &eacute; l a sang:re.—I&lt;a diosa Cibeles.—
lias reformas y los alcaldes.—Uno como pocos.
L invierno, adelant&aacute;ndose &aacute; la fecha que le
E
marca el almanaque, ha comenzado en
Madrid despu&eacute;s de un oto&ntilde;o dulce y apacible,
y ya hierve, al anochecer, en los salones aristocr&aacute;ticos el agua que llena la argentada tetera
donde van los elegantes &aacute; buscar, despu&eacute;s de
paseo, la taza del arom&aacute;tico y confortable liquido, que se sorbe con gusto entre las malicias de la murmuraci&oacute;n ben&eacute;vola.
Nuestros padres tomaban chocolate al declinar el d&iacute;a y antes de rezar el rosario, y nosotros preferimos el te y un poquito de murmuraci&oacute;n, con lo que tendremos de hacer m&aacute;s
larga parada en el purgatorio, si Dios, que
es muy misericordioso, no lo remedia.
Con las tertulias vespertinas, las sesiones de
los cuerpos legisladores y los turnos del Real,
ha vuelto la animaci&oacute;n de la vida madrile&ntilde;a, y
—cosa rara en un fin de siglo tan prosaico—ha
comenzado concediendo atenci&oacute;n &aacute; los poetas,
porque se venden muchos tomos del libro de
Grilo titulado Ideales, pagando por cada ejemplar cinco duros, y se leen y se elogian las
poes&iacute;as que otro insigne poeta andaluz, Manuel
Reina, ha reunido en un precioso libro titulado
La vida inquieta.
Esto prueba que no ten&iacute;an raz&oacute;n los sabios
precoces que dec&iacute;an, no hace mucho, en el
Ateneo, que la forma po&eacute;tica estaba llamada
&aacute; desaparecer, y demuestra que la poes&iacute;a
existir&aacute; mientras haya corazones y almas sensibles en el mundo. Inglaterra ha avanzado
en el camino de todos los progresos, sin dejar
de saborear los versos tiernos y delicados de
Tennyson, cuyos poemas y leyendas no faltan
en ning&uacute;n lugar verdaderamente brit&aacute;nico.
Francia, en medio de las rudas luchas en que ha
estado empe&ntilde;ada en lo que va de siglo, ha tenido tiempo para escuchar y aplaudir &aacute; V&iacute;ctor
Hugo y para extasiarse con Alfredo de Musset. Italia nos ha encantado con Leopardi, y
de las nieblas de Alemania nos han venido sin
cesar los ecos dulc&iacute;simos de la poes&iacute;a.En lapatria de Lope y de Calder&oacute;n podr&aacute; haber &eacute;pocas en que sea mayor &oacute; menor el entusiasmo
por los poetas; pero no se extinguir&aacute; nunca el
culto &aacute; los que nos han proporcionado tantas
satisfacciones y tantas glorias; y en la cuenta
que la historia abra al siglo xix los nombres
de Quintana, de Alberto Lista, de Juan Nicasio Gallego, de Zorrilla, de Hartzembusch,
de Garc&iacute;a Guti&eacute;rrez, de Tassara, del duque de
Rivas, de Nicomedes Pastor Diez, de Selgas, de Campoamor, de N&uacute;&ntilde;ez de Arce, de
Bernardo L&oacute;pez Garc&iacute;a, de Manuel del Palacio, de Grilo, de Reina, d&eacute; Ferrari y de otros
muchos, arrojar&aacute; saldos en favor de un tiempo
en que no se ha olvidado un solo momento el
culto &aacute; la poes&iacute;a, y en el cual el cantor de la
oda &aacute; la Imprenta fu&eacute; coronado en el Senado,
y el evocador sublime de las ruinas y de las
tradiciones de la patria recibi&oacute; honores reales
en el palacio encantado de la Alhambra, por
&eacute;l tan maravillosamente ensalzado,
Estas noches se representa El Irovador en
el teatro de Novedades, ante un p&uacute;blico numeroso que aplaude entusiasmado &aacute; Leonor y
&aacute; Manrique; y al escuchar los aplausos arrancados por los versos sublimes de uno de los
genios m&aacute;s inspirados del romanticismo se
puede decir: —&iexcl;A&uacute;n hay patria,
Veremundo!
*%
La pol&iacute;tica ha comenzado con vientecillos
de fronda que animan los .palacios donde discuten y deliberan los cuerpos legisladores; los
peri&oacute;dicos discuten demasiado personalmente
cuestiones que no deb&iacute;an salir de los l&iacute;mites
del inter&eacute;s general, y esto crea un malestar
que perturba relaciones que, aun entre adversarios, han tenido un car&aacute;cter de cordialidad y
de cortes&iacute;a que nos han envidiado siempre los
extranjeros.
En las cortes espa&ntilde;olas no se han presenciado, ni aun en los tiempos de mayor exaltaci&oacute;n de las pasiones, escenas tan violentas
como las promovidas en la C&aacute;mara portugue
sa por un diputado que, sin respeto &aacute; su investidura de representante del pa&iacute;s, ni &aacute; su car&aacute;cter de sacerdote, ha arremetido &aacute; pu&ntilde;etazo
limpio contra los consejeros de la Corona. En
nuestra prensa no son, por fortuna, frecuentes
esos ataques personales que vemos en la de
otros pa&iacute;ses, y que penetran hasta en la vida
privada del adirersario, y que hacen de la
existencia un continuo campo de batalla, sin
que se pueda vivir de otra manera que con el
arma al brazo &oacute; con el papel sellado dispuesto
para acudir &aacute; los tribunales de justicia.
Y, aunque la pasi&oacute;n de un momento perturbe estas buenas costumbres, volver&aacute;n &aacute; restablecerse despu&eacute;s del ardimiento, porque est&aacute;n
en nuestro car&aacute;cter y en nuestro temperamento y porque &aacute; todos nos convienen.
No hace mucho tiempo se&ntilde;alaba yo en estas
modestas cr&oacute;nicas m&iacute;as los peligros &aacute; que corr&iacute;a la prensa de gran circulaci&oacute;n exagerando
su papel de censora y de moralizadora de la
sociedad y queriendo forzar, con la mejor
buena fe, los sucesos, &aacute; fin de mantener siempre en tensi&oacute;n los esp&iacute;ritus, proporcionando
diarias emociones. Los resultados no se han
dejado esperar, y se est&aacute;n viendo estos d&iacute;as
las consecuencias de unir &aacute; las censuras contra abusos arraigados en las costumbres y que
deben condenarse en&eacute;rgicamente los nombres
de personas.
Se puede y se debe combatir el juego; pero
yo creo que no le es l&iacute;cito &aacute; ninguna publicaci&oacute;n citar los nombres de los jugadores y de
las cantidades que han perdido, porque esto
ya no es atacar al vicio, sino &aacute; la persona.
A la Hacienda espa&ntilde;ola se la defrauda de
mil maneras, No hay propietario, por rico y
acaudalado que sea, que si puede ocultar unas
cuantas tierras para que no paguen contribu
ci&oacute;n no lo haga; no hay quien no ponga enjuego ardides &eacute; influencias para pagar una cuota inferior &aacute; la que le corresponde; las prescripciones acerca de los sellos en los recibos,
cuentas y contratos se eluden casi siempre por
t&aacute;cito acuerdo entre los que contratan &oacute; entre
los que cobran y pagan. No hay dama, por linajuda que sea, que al llegar el oto&ntilde;o no haga
algo de contrabando en la frontera, procurando pasar de ocultis las galas y las ropas que
con perjuicio de la industria nacional compr&oacute;
en el extranjero.
Y &aacute; los municipios les sucede lo que &aacute; la Hacienda en general: todo el que puede se hace
matutero, procurando eludir el pago de consumos.
Este es un grave defecto de nuestro car&aacute;cter
nacional que redunda en perjuicio de los intereses generales del pa&iacute;s, que si no cobra lo que
necesita, no puede atender &aacute; sagradas obligaciones. Hay, pues, que censurar los abusos,
que procurai- por todos los medios buenos corregirlos y remediarloSj modificando las costumbres y haciendo comprender que el bien de
todos y el bien de la naci&oacute;n est&aacute;n por encima
de los intereses particulares, y que no puede
haber pueblo bien administrado y bien regido
si los ciudadanos no inspiran sus actos en el
cumplimiento de sus deberes.
Pero querer hacer &aacute; uno solo &oacute; &aacute; unos pocos lo que es defecto de todos, esto no puede
dar lugar &aacute; otra cosa que &aacute; ruidos y &aacute; esc&aacute;ndalos que &aacute; todos nos conviene evitar.
En Espa&ntilde;a, que se sufren pacientemente muchas cosas, no se sufren con resignaci&oacute;n las
imposiciones, vengan de donde vengan, pareci&eacute;ndonos algo &aacute; los griegos, que se cansaron
de Ar&iacute;stides &aacute; fuerza de o&iacute;rle llamar el Justo,
Por justo, por magn&aacute;nimo, por sabio que sea
un hombre, como oigamos hablar mucho de &eacute;l
nos molesta, Por buenos, por prudentes y de
conveniencia moral y material que sean los
consejos que nos dan, nos sublevamos si nos
los dan &aacute; diario y con tono de serm&oacute;n.
Todo esto ser&aacute; muy malo, y ser&iacute;a mejor que
fu&eacute;ramos m&aacute;s d&oacute;ciles y apacibles, dej&aacute;ndonos
llevar por el buen camino, por donde desean
conducirnos los que desinteresadamente se empe&ntilde;an en nuestra perfecci&oacute;n; pero, como dice
nuestro pueblo, lo que est&aacute; en la masa de la
sangre no puede contrarrestarse, y, al &ntilde;n y al
cabo, nos domina y avasalla.
&raquo;
* *
Y lo mismo sucede en las cosas grandes que
en las cosas peque&ntilde;as. La fuente de la Cibeles
est&aacute; muy mal donde actualmente se halla; pero
basta que el Ayuntamiento haya decidido cambiarla para que todo sean burlas y cuchufletas
contra la corporaci&oacute;n municipal, que ten&iacute;a, en
verdad, otros asuntos m&aacute;s interesantes en que
ocuparse.
Cuando la mitol&oacute;gica diosa, que desde su
carro de piedra tirado por leones ha presenciado tantos y tan trascendentales sucesos de
la coronada villa, ocupe el lugar que se le destina, estar&aacute; mejor que al lado del Ministerio de
la Guerra y en el abandono que la dej&oacute; la demolici&oacute;n de la Inspecci&oacute;n de Milicias. Quiz&aacute;
entonces guste la reforma y se aplauda; pero,
mientrastanto, no han de faltar censuras, como
cuando se abri&oacute; en el Parque de Madrid, antiguo sitio del Buen Retiro, el paseo de coches,
que es hoy una de las bellezas de la capital, y
como cuando se prolong&oacute; la Castellana.
Si no se hubieran desde&ntilde;ado las protestas y
declamaciones de muchas gentes, estar&iacute;an todav&iacute;a en pie los conventos de la Merced, Agustinos, Recoletos, la Victoria, San Felipe el
Real, Esp&iacute;ritu Santo, San Bernardo, Capuchinos de la Paciencia, San Felipe Neri, Agonizantes de la calle de Atocha, Monjas de Constantinopla, la Magdalena, los Angeles, Santa
Ana, Pinto, Caballero de Gracia, las Baronesas y muchos m&aacute;s que se han derribado despu&eacute;s de 1836 para hacer plazas, mercados y
edificios p&uacute;blicos y particulares.
Lo que hay es que, para hacer reformas, los
municipios y los alcaldes necesitan tener autoridad bien ganada y nombre de prestigio y
respetabilidad como la ten&iacute;a el inolvidable don
Joaqu&iacute;n Vizca&iacute;no, marqu&eacute;s viudo de Pontejos.
Aqu&eacute;l fu&eacute; un alcalde de verdad, salido, como dice Mesonero Romanos, de la parte m&aacute;s
culta, ilustrada y vital de nuestra sociedad,
conocedor pr&aacute;ctico de los deseos y necesidades de la poblaci&oacute;n, observador diligente de
los adelantos de otras naciones, dotado de una
mirada certera, de un instinto de buen gusto
y de un don de autoridad irresistible, de una
franqueza y caballerosidad de trato singulares,
sin concejales &aacute; quienes adular para que no le
diesen disgustos, sin vanidad que satisfacer y
sin otras miras que las del bien p&uacute;blico.
Por eso pudo hacer tantas cosas buenas y
&uacute;tiles para Madrid en el tiempo demasiado
breve en que fu&eacute; corregidor de la villa; pero
hombres como D, Joaqu&iacute;n Vizca&iacute;no no abundan, y, aunque haya algunos, no se prestan &aacute;
ir al destartalado caser&oacute;n de frente &aacute; la torre
de los Lujanes, que tanto necesita ser venti:i3do..'...,::'.;,
,•„,.;.:
];•
KASABAL
LA ILUSTRACI&Oacute;N IB&Eacute;RICA
COSAS DEL D&Iacute;A
RECUERDOS DEL CZAR ALEJANDRO III
El czar Alejandro III habr&aacute; de figurar, sin
duda, en la historia en lugar muy preeminente, pues hizo mucho y bueno, y, en cambio,
habl&oacute; poqu&iacute;simo.
Subi&oacute; al trono ignor&aacute;ndose por completo qu&eacute;
tendencias abrigaba: sab&iacute;ase &uacute;nicamente que
era hombre de car&aacute;cter muy serio, esposo &ntilde;el
y buen padre de familia. Durante la guerra
con Turqu&iacute;a (1877) se hab&iacute;a distinguido mandando el cuerpo de ej&eacute;rcito de Rustchuk, aceptando sin replicar un papel poco airoso, pues
su misi&oacute;n deb&iacute;a limitarse &aacute; contener
con 50,000 hombres al formidable
ej&eacute;rcito otomano, cubrir el sitio de
Plevna y mantenerse &aacute; la defensiva,
&aacute; las &oacute;rdenes del Gran Duque Nicol&aacute;s. Con todo, pudo, &aacute; pesar de ello,
alcanzar alguna gloria, como cuando se apoder&oacute; de Rasgrad y de Eski
Djama; mas ni aun as&iacute; logr&oacute; prendarse de la guerra. Le impresionaba
m&aacute;s la vista de un convoy de heridos
que los favores de Belona.
Terminada la guerra, continu&oacute; dirigiendo la publicaci&oacute;n de la Colecci&oacute;n de Sebastopol, repertorio de
narraciones hechas por los supervivientes del famoso sitio, y de los voluminosos tomos de la Sociedad imperial de historia de Rusia, cuya
presidencia ejerc&iacute;a, al mismo tiempo
que, en otro orden de trabajos, preparaba el renacimiento de la flota
del mar Negro, gloriosamente echada &aacute; pique por los rusos en 1854 para
cegar el puerto de Sebastopol, El
Czarevitz Alejandro public&oacute;, con dicho objeto, un art&iacute;culo en el Golas,
abogando por la construcci&oacute;n de
cruceros y torpederos en lugar de
los estrafalarios popovki, barcos de
hierro redondos &eacute; in&uacute;tiles, invenci&oacute;n
del almirante Popof. Y al escribir el
art&iacute;culo, obedec&iacute;a el futuro czar al
sentimiento popular de los rusos,
exasperado ante la amenaza de una
intervenci&oacute;n de Inglaterra, Alemania y Aus
tria para obligar &aacute; Rusia &aacute; conformarse con lo
acordado en el tratado de Berl&iacute;n, es decir, con
aquel imperdonable escamoteo de lo pactado
en el tratado de San St&eacute;fano entre Rusia y Turqu&iacute;a, como resultado de la victoria de aqu&eacute;lla.
Porque lo que hizo Bismarck en Berl&iacute;n con
Rusia (para agradar &aacute; Inglaterra y fastidiar al
czar) fu&eacute; un verdadero timo... diplom&aacute;tico, que
Rusia no podr&aacute; perdonar jam&aacute;s, jam&aacute;s.
Ces&oacute; la guerra de Rusia con Turqu&iacute;a y empez&oacute; la guerra de los nihilistas con el czar.
Alejandro II, que no se distingu&iacute;a por la fijeza
de sus opiniones, vari&oacute; una porci&oacute;n de veces
de pol&iacute;tica: ora apelaba &aacute; la represi&oacute;n, ora &aacute;
las concesiones. Por fin, av&iacute;nose al parecer de
Loris Melikoff (aquel talentud&iacute;simo general,
armenio, que se hab&iacute;a ilustrado derrotando &aacute;
los turcos en Erzerum y exterminando la
peste en Astrak&aacute;n), y acept&oacute; el plan de reformas que le someti&oacute;: agregaci&oacute;n al Consejo de
Estado de una Comisi&oacute;n General, compuesta
de representantes de los Consejos Provinciales
y de los principales municipios, nombrados
unos por el Gobierno y elegidos otros por las
respectivas corporaciones. El d&iacute;a 13 de marzo
de 1881, el czar dec&iacute;a &aacute; la princesa luricowska:
&quot;Acabo de firmar un papel que espero producir&aacute; buena impresi&oacute;n y har&aacute; comprender &aacute;
Rusia que le concedo todo lo posible&quot;. Dos
horas despu&eacute;s el czar ca&iacute;a despedazado por las
bombas nihilistas. As&iacute; muri&oacute; el que emancip&oacute;
&aacute; los siervos, el que libr&oacute; del yugo otomano
&aacute; los cristianos del SE., el que por la ma&ntilde;ana acababa de firmar una Constituci&oacute;n para
Rusia.
En tan terribles circunstancias subi&oacute; al poder Alejandro III. Tal era el terror que reinaba en la corte, que el reciente czar hubo de
apresurarse &aacute; designar &aacute; su hermano Vladimiro como regente, en caso de una nueva des
gracia, mientras llegaba &aacute; mayor edad su hijo,
que s&oacute;lo contaba &aacute; la saz&oacute;n trece a&ntilde;os,
Alejandro III, sin embargo, quiso respetar
la voluntad de su padre, y envi&oacute; el proyecto de
Constituci&oacute;n &aacute; informe del Consejo de Estado,
Los consejeros se dividieron: unos votaron en
pro y otros en contra, despu&eacute;s de una ardiente discusi&oacute;n. Todo el peso de la resoluci&oacute;n reca&iacute;a, pues, por entero sobre el nuevo reinante. Estaban contra la Constituci&oacute;n el ministro
Pobiedowostsef y el influyent&iacute;simo periodista
Katkof. El pueblo ruso, receloso siempre de
innovaciones, tradici&oacute;n alista empecatado, se
mostraba contrario &aacute; la reforma; los liberales
739
medidas; purific&oacute;se el personal escolar, y se
les puso un inspector, de quien depende la concesi&oacute;n de las becas. Con todoi no hay que creer
que hayan sufrido por eso los fueros de la ciencia ni haya disminuido el concurso de estudiantes: eran &eacute;stos, en 1877, cosa de 5,000; en 1886
llegaban &aacute; 14,000. Igual proporci&oacute;n se observa
en los Institutos &oacute; Gimnasios, con la curiosa particularidad de hallarse matriculadas en
ellos 86,000 se&ntilde;oritas. En 1877 hab&iacute;a 464 gimnasios. Ese n&uacute;mero es hoy de 1,016, habi&eacute;ndolos hasta en la frontera de la China y en el Turkest&aacute;n.
La instrucci&oacute;n primaria ha alcanzado proporcional desenvolvimiento.
En hacienda hizo el difunto czar admirables
BRANDO (C&Oacute;RCEGA.)
formabanuna &iacute;nfima, aunque ilustrad&iacute;sima, mi- cosas: favoreci&oacute; la fundaci&oacute;n de un Banco tenor&iacute;a. Y adem&aacute;s.., &iquest;qui&eacute;nes eran los liberales? rritorial de los nobles, de grande utilidad &aacute;
&iquest;Eran los que se contentaban con una modes
los propietarios, que con la emancipaci&oacute;n de
t&iacute;sima reforma? &iquest;Eran los que suspiraban per los siervos se ve&iacute;an en apuros para hacer culel r&eacute;gimen representativo? En cuanto &aacute; los ni
tivar las tierras, y de un Banco territorial de
hilistas, no rezaba nada con ellos, pues ya de
los labradores, que ayud&oacute; &aacute; los campesinos &aacute;
c&iacute;an que su aspiraci&oacute;n no era reformar, sino pagar &aacute; los antiguos se&ntilde;ores la redenci&oacute;n de la
destruir, volver la sociedad al estado amorfo, servidumbre. As&iacute; consiguieron quedar absolupara que sufriese una nueva cristalizaci&oacute;n... &oacute; tamente libres de todo gravamen m&aacute;s de 3 mino la sufriese.
llones de labradores,
En 1884, el czar suprimi&oacute; la capitaci&oacute;n (imMucho medit&oacute; el czar; muchos consejos oy&oacute;.
Por fin, tom&oacute; su resoluci&oacute;n: no har&iacute;a conce- puesto ruso establecido en Espa&ntilde;a con el nomsi&oacute;n alguna, no disminuir&iacute;a en lo m&aacute;s m&iacute;nimo bre de c&eacute;dulas personales) para los contribusu poder autocr&aacute;tico. As&iacute; dec&iacute;a el manifiesto yentes m&aacute;s pobres.
imperial del 11 de mayo. El d&iacute;a 14, el Comit&eacute;
En 1886, el czar hab&iacute;a distribuido &aacute; 190,000
Ejecutivo nihilista hac&iacute;a saber que aceptaba el familias, procedentes de las provincias m&aacute;s sodesaf&iacute;o. Desde 1881 &aacute; 1884 menudearon los brecargadas de poblaci&oacute;n, 1,200,000 hect&aacute;reas
atentados de los nihilistas. Por fin, se consi
del patrimonio imperial. Estas medidas y su
gui&oacute; domarlos, y el &uacute;ltimo decenio transcurri&oacute; comportamiento, cuando el hambre de 1892, le
tranquilamente, aunque ser&iacute;a inexacto decir vali&oacute; el honroso nombre de el czar de los camque el nihilismo ha quedado aniquilado.
pesinos.
En el terreno de los progresos materiales no
Ha muerto el emperador que no quiso conceder una Constituci&oacute;n, y se da el caso singu- ha sido menos fecundo el reinado del difunto
lar de que 100 millones de hombres lloren czar. A su advenimiento contaba Rusia con
22,000 kil&oacute;metros de v&iacute;as f&eacute;rreas: hoy cuenta
amargamente su p&eacute;rdida,
El czar Alejandro III fu&eacute;, en efecto, la m&aacute;s con 30,000, sin concluir la l&iacute;nea finlandesa, la
acabada personificaci&oacute;n del aut&oacute;crata: la pren- l&iacute;nea transcauc&aacute;sica, ni la l&iacute;nea transib&eacute;rica.
sa qued&oacute; sometida al r&eacute;gimen de tres adver- Esta &uacute;ltima pondr&aacute; e&uacute; comunicaci&oacute;n &aacute; Moscou
tencias; despu&eacute;s de haber incurrido en las tres, con el Pac&iacute;fico, y tendr&aacute; triple longitud que el
el peri&oacute;dico es objeto de previa censura, y famoso transcontinental norteamericano.
No hablamos de los progresos alcanzados de
puede ser suprimido por resoluci&oacute;n ministerial.
Los Consejos provinciales, &oacute; semstva, creaCON RAZON&Iacute;
dos por Alejandro II, quedaron subordinados
Aun con capa y pantal&aacute;n,
&aacute; los gobernadores.
chaleco y sombrero &iacute;iongo,
•
Los Ayuntamientos rurales dependieron de
ser&eacute;is feos con raz&oacute;n
:,
un funcionario administrativo, el natchalisck,
si no emple&aacute;is el Jab&oacute;n
&laquo;•;&gt;
jefe de cant&oacute;n.
de los PRINCIPES DEL CONGO.
Las Universidades fueron objeto de severas
V&iacute;ctor Vaissier, place de l'Op&iacute;ra, 4, Par&iacute;s.
SAN PETERSBURGO: LA PERSPECTIVA NEWSKY, CON EL ALMIRANTAZGO EN &Uacute;LTIMO T&Eacute;RMINO
PALACIO DE PETERHOFF
LA MUERTE DEL CZAR
EL PUEBLO DE SAN PETERSBURGO LEYENDO EL PARTE OFICIAL EN LOS P&Oacute;RTICOS DEL MERCADO
SAN PETERSB&Uuml;RGO: OFICIO DE DIFUNTOS EN LA CATEDRAL DE SAN ISAAC
MISA DE DIFUNTOS EN EL MERCADO
742
la organizaci&oacute;n del ej&eacute;rcito y la marina, por
requerir m&aacute;s espacio del que disponemos: baste decir que, en pie de paz, el ej&eacute;rcito se compone de 751,000 soldados y 30,574 oficiales y
clases, 140,000 caballos y 35,000 carruajes.
Con las primeras reservas, el efectivo llega &aacute;
mill&oacute;n y medio, pudiendo, gracias al sistema
de movilizaci&oacute;n, aumentarse en pocos d&iacute;as con
la segunda reserva. El armamento, las fortificaciones, la higiene, est&aacute;n al nivel |de los pa&iacute;ses m&aacute;s adelantados. El servicio total en activo y en la reserva dura diez y ocho a&ntilde;os.
La autocracia del czar tuvo ancho campo en
que ejercerse con la rusificaci&oacute;n de las provincias de frontera (Finlandia, Polonia, las
provincias b&aacute;lticas); procedimiento que cada
uno apreciar&aacute; seg&uacute;n su criterio. Sin embargo,
los alemanes, que son los que m&aacute;s gritan, deber&iacute;an acordarse de su germanizaci&oacute;n de Alsacia-Lorena. Tambi&eacute;n se quejan bastante los
4.700,000 jud&iacute;os que hay en Rusia. La rusificaci&oacute;n, discutible en punto &aacute; su bondad en las
antiguas &eacute; ilustres nacionalidades que hemos
citado arriba, ha producido, en cambio, los
mejores resultados en las inmensas comarcas
rusas del Asia Central y el Turkest&aacute;n.
La pol&iacute;tica exterior del czar ha estado basada asimismo en la m&aacute;s &iexcl;pura autocracia, unida
auna habilidad de primer orden. Alejandro III
no pod&iacute;a olvidar la jugarreta de Bismarck en
el Congreso de Berl&iacute;n; el escamoteo del bot&iacute;n
de Turqu&iacute;a, la atroz rapi&ntilde;a de las victorias de
Skobele&iacute;f y de Totleben. La partida hab&iacute;a sido
m&aacute;s que serrana: en lugar de las brillant&iacute;simas
ventajas consignadas en el tratado de San St&eacute;fano, se obligaba &aacute; Rusia &aacute; contentarse con
una miserable rectificaci&oacute;n de su frontera de
Besarabia, mientras que el Austria &eacute; Inglaterra, que hab&iacute;an mirado los toros desde la barrera, se calzaban respectivamente con la Bosnia y la Herzegovina y Chipre, y que, para
colmo de irrisi&oacute;n, aquellas ingratas nacionciUas libertadas por los rusos, Rumania, Serbia,
Bulgaria, volv&iacute;an la espalda &aacute; aquel &aacute; quien se
lo deb&iacute;an todo, para seguir las inspiraciones
de Viena.
A pesar de ello, a&uacute;n consinti&oacute; Alejandro III
en renovar en 1884 (en Skierniewice) el pacto
de los tres emperadores, pero no como antes,
sino garantizando &aacute; Bismarck la neutralidad
de Rusia solamente en el caso de una guerra
de Alemania sola contra Francia; neutralidad
que tanto le hab&iacute;a valido &aacute; Bismarck en 18701871, y &aacute; la cual correspondi&oacute; con su zancadilla del Congreso de Berl&iacute;n en 18''8.
Realmente, lo mismo Alemania que Austria,
abusaban de la paciencia del czar, y ya &aacute; &eacute;ste
comenzaban &aacute; atuf&aacute;rsele las narices con las
insolencias de Bismarck. Resultado: la reanudaci&oacute;n de las relaciones diplom&aacute;ticas con
Francia (oto&ntilde;o de 1886). Como la neutralidad
ben&eacute;vola de Rusia, pactada en Skierniewice,
fin&iacute;a en 15 de septiembre de 1887, quiso aprovechar Bismarck la ocasi&oacute;n para armar camorra &aacute; Francia, jurando que esta vez le hab&iacute;a
de dar una sangr&iacute;a suelta. Busc&oacute;le, en consecuencia, las cosquillas por todos los medios;
Alejandro III se enter&oacute;, &oacute; le enter&oacute; el embajador franc&eacute;s M. Laboulaye, dispert&aacute;ndole &aacute;
altas horas de la noche. El gigante se levant&oacute;
de la cama, tuvo &aacute; menos decirle nada &aacute; Bis
marck, y envi&oacute; una carta aut&oacute;grafa al emperador Guillermo, por conducto de un ayudante. Guillermo se dio por convencido, y mand&oacute;
&aacute; Bismarck pusiese en libertad &aacute; monsieur
Schnabel&eacute;, motivo de la querella.
Bismarck, bramando de furor, quiere vengarse, y hace una guerra de bajo vuelo &aacute; Rusia, hasta que, desesperado, forma la Iriple
Alianza (marzo de 1887.)
El d&iacute;a 18 de noviembre, el czar, obligado
por una ceremoniosa promesa, va &aacute; Berl&iacute;n, y
Bismarck tiene la barra de solicitar una audiencia de Alejandro III. Bismarck, que hab&iacute;a
tomado el pelo al Austria con la cuesti&oacute;n de
los ducados, que se hab&iacute;a quedado con Napole&oacute;n III en la entrevista de Biarritz, y hab&iacute;a
reventado &aacute; Alejandro II en el Congreso de
Berl&iacute;n, cre&iacute;a, sin duda, rifarse &aacute; Alejandro III
(y perd&oacute;nesenos lo bismarckiano del lenguaje);
LA ILUSTRACI&Oacute;N IB&Eacute;RICA
pero el grande acr&oacute;bata se encontr&oacute; con la
horma de su zapato, y el canciller de hierro
se top&oacute; con un gigantazo de acero. El grande
hombre sali&oacute; de la entrevista con una cara
m&aacute;s larga que la Cuaresma.
Nuevas insolencias contra Alejandro III en
1888. &quot;Nosotros los alemanes s&oacute;lo tememos &aacute;
Dios&quot;, dec&iacute;a con majeza el canciller de Guillermo I; y Francisco Jos&eacute; felicitaba al pr&iacute;nci
pe de Bulgaria, Fernando de Coburgo.
Las cosas caen del lado &aacute; que'se inclinan.
Rusia y Francia deb&iacute;an acabar por entenderse
y se entendieron. Mientras Bismarck, jefe supremo de la Banca alemana, ordenaba que no
se admitiesen como garant&iacute;a de nada los valores rusos, Francia cubr&iacute;a en 1887 un primer
empr&eacute;stito ruso de quinientos millones, repiti&eacute;ndose la cosa en 1889 y 1890: total, tres mil
millones de francos de dinero franc&eacute;s, La republicana Francia y Alejandro III se entendieron
perfectamente. Francia se hab&iacute;a encontrado
aislada desde Sed&aacute;n; Rusia se hab&iacute;a visto sola
desde 1887 &aacute; 1891: en julio de este a&ntilde;o, cuando la
escuadra francesa fu&eacute; &aacute; Cronstadt, qued&oacute; constituida la ALIANZA franco rusa, alianza pac&iacute;fica.
Un capricho de Alejandro III hubiera podido
desencadenar la guerra, en la m&aacute;s firme seguridad de contar con el &iacute;ren&eacute;tico entusiasmo
de Francia. El czar (el buen gigante), despre
ci&oacute; los ladridos de los gozquecillos, y se mantuvo sereno: no quiso la guerra. Cosa que Eu
ropa le debe agradecer. Hasta 1891, la paz
hab&iacute;a estado &aacute; merced de un Bismarck, de un
Crisp&iacute;, de un Stambuloff; desde 1891 estuvo
en manos del czar. Y el czar la conserv&oacute;, y
por eso su muerte ha sido sentida no solamente en Rusia y en Francia, sino tambi&eacute;n en el
mundo entero, por cuantos se precian de hu
manitarios.
Sin exagerar nada, puede decirse que Alejandro III ha realizado el ideal de un rey cris
tiano &aacute; la antigua y de un soberano patriota &aacute;
la moderna.
&iexcl;Descanse en paz el buen gigante!
escena Hendricka Stoffels, aldeana de Ransdorp, &amp; quien
algunos &iexcl;laman la mujer de Rembrandt. No era tal, sino la
ni&ntilde;era de Tito, el &uacute;nico superviviente de los hijos habidos en Saskia.
La primera vez que se oye hablar de Hendricka es con
ocasi&oacute;n de declarar como testigo, en cierto litigio sostenido por Rembrandt, en 1649. En 1654, Hendricka tiene
una hija, &aacute; quien Rembrandt pone el nombre de Cornelia,
en memoria de su madre. Desde entonces, la aldeaniUa de
Ransdorp ocupa encumbrad&iacute;sima posici&oacute;n en el arte, figurando en diversos cuadros del mago, am&eacute;n del retrato que
reproducimos ho)- y cuya fecha es de 1654.
No ten&iacute;a Hendricka nada de bonita; pero su rostro era
gracioso y franco. No sab&iacute;a leer ni escribir; mas esto no
fu&eacute; obst&aacute;culo &aacute; que al llegar los terribles d&iacute;as de la quiebra de Rembrandt se condujese con admirable abnegaci&oacute;n
y valor; en su testamento, Rembrandt la legitim&oacute; como
esposa. La conducta de Rembrandt puede explicarse, sabiendo que Saskia le dej&oacute; usufructuario de sus bienes
mientras no contrajese segundas nupcias.
Ese retrato de Hendricka fu&eacute; comprado, ne ha mucho,
en 5,500 libras esterlinas por Mr. Mac-Ewan, y donado &aacute;
la Galer&iacute;a Nacional de Escocia.
MARSELLA.—BRANDO
La iglesia de San V&iacute;ctor, cerca del fuerte de San Nicol&aacute;s, es el &uacute;nico monumento medieval que haya quedado
en Marsella. Esta iglesia es lo &uacute;ltimo que subsiste de un
antiqu&iacute;simo &eacute; importante monasterio fundado por San
Casiano en el siglo v y destruido por los sarracenos. En
1040 fu&eacute; reedificado, pero solo en parte, restaur&aacute;ndolo
por completo; en 1350, el papa Urbano V, que hab&iacute;a sido
abad de San V&iacute;ctor. El papa le dot&oacute; de altas y cuadradas
torres que dan al templo el aspecto de una fortaleza,
como si Urbano V pensara en la posibilidad de que a'g&uacute;n
d&iacute;a tuviese el monasterio que sostener un sitio.
Esta iglesia contiene unas catacumbas donde es fama
que pas&oacute; L&aacute;zaro, el resucitado, los &uacute;ltimos d&iacute;as de tu
segunda vida, y se honra tambi&eacute;n con una vieja imagen
negra de la Virgen, atribuida &aacute; San Lucas, aunque algunos cr&iacute;ticos se empe&ntilde;an en que es obra de un h&aacute;bil escultor bizantino.
Brando, en C&oacute;rcega, &aacute; 10 kil&oacute;metros al N. de Bast&iacute;a,
y &aacute; corta distancia del mar (en la costa oriental de la
isla), es una villa pintorescamente situada al pie de unas
hermosas monta&ntilde;as. Extr&aacute;ense de sus canteras bloques
de caliza para baldosas; prospera la industria de las conservas de tomate, y en sus cercan&iacute;as hay una cascada y
unas magn&iacute;ficas grutas de estalactitas,
ARTE INDUSTRIAL
&iquest;QU&Eacute; ES EL CIELO?
Me preguntas con af&aacute;n:
— &iquest;Qu&eacute; es el cielo?— y yo, poeta
de imaginaci&oacute;n inquieta,
cometer temo un desm&aacute;n.
Pero, por saciar tu anhelo,
fuera ciencia, en esto vana,
te dir&eacute; con frase llana
lo que para m&iacute; es el cielo.
Cendal de bordado tul
que nadie &aacute; medir alcanza;
bello como la esperanza
y, como la mar, azul.
Esas al&iacute;geras nubes
blancas, rosadas y oscuras
son a&eacute;reas cabalgaduras
donde viajan los querubes.
Y ese sol, que lleva en pos
tanta luz y tanta vida,
es una piedra ca&iacute;da
de la corona de Dios.
ANTONIO OSETE
NUESTROS GRABADOS
Reproducimos hoy aTgunas notables obras de raetalister&iacute;a adquiridas recientemente por el Museo de Birmingham en la venta de la colecci&oacute;n Magniac. Uno de los
objetos m&aacute;s notables es una cerradura de cofre de hierro
cincelado, obra de 1480, la cual constituye un peregrino
ejemplar de cerrajer&iacute;a g&oacute;tica. En la divisi&oacute;n del centro hay
un dosel saledizo decorado con una preciosa tracer&iacute;a que
supera el grupo de Crucifixi&oacute;n, y debajo una estatu&iacute;ta de
Santiago. Igua'mente notables son los relicarios de plata
sobredorada y de cristal de roca, la urna de plata y los
objetos de asper&oacute;n 6 terre de pipe de Flandes.
La mesa, la arquimesa y el bufete son obras modernas, salidas de los talleres de Collinson, de Londres.
MORALEJAS
Fu&eacute; &aacute; sacarse una muela Paco Anglada,
y le rompi&oacute; el dentista una quijada;
y por meterse un diente Cosme Anch&iacute;a,
le estrope&oacute; el dentista media enc&iacute;a.
Aprende aqu&iacute;, lector, y, aunque te duela,
ni &quot;metas&quot; diente ni te &quot;saques&quot; muela.
Por ser D. Lucas S&aacute;nchez un bolonio,
harto dice que est&aacute; del matrimonio;
y D. Casto God&iacute;nez, que no es lerdo,
dice que se cas&oacute; no estando cuerdo.
Esto del matrimonio es una cosa
que suele resultar muy desastrosa.
HKNDEICKA DE S T O P F E L S
Retrato de
Remhfandt
Han hecho notar los cr&iacute;ticos que en cada periodo de la
carrera de Rembrandt ha Influido poderosamente una mn]er: su madre, su hermana, su esposa, Saskia van Ulenburg, representada esta &uacute;ltima en la Mujer de Sans&oacute;n, la
Reina Artemisa (que tenemos en nuestro Museo del Pirado) y Cleopatra.
Despu&eacute;s de la muerte de Saskia, en 1642, aparece en
Luchando con la res muere un torero,
y conmueve su muerte al mundo entero;
pero se muere un infeliz maestro,
y nadie le dedica un padrenuestro.
S&oacute;lo los cuernos privan, Lulio amado.
Quien difunde la lus, muere ignorado.
ESTANISLAO MAESTRE
LA ILUSTRACI&Oacute;N IB&Eacute;RICA
LECTURAS
Hay dos modos de relaci&oacute;n internacional
literaria: uno que puede ser &uacute;til en los resul- !
tados, pero no siempre es puro en los medios, j
y otro que es sincero, desinteresado y eficaz \
en todo y por todo. Sucede, &aacute; veces, que un i
mediano escritor, &oacute; aficionado, extranjero, co- |
noce, por ejemplo, nuestra lengua, y quiere |
aprovechar esta ventaja para crearse una reputaci&oacute;n superior &aacute; tan d&eacute;bil m&eacute;rito. Y &iquest;qu&eacute;
hace? Empieza &aacute; proteger &aacute; los pobres litera- i
tos espa&ntilde;oles, demostr&aacute;ndoles, cosa f&aacute;cil, que
por ah&iacute; fuera nadie sabe de ellos; pero &aacute; tiem- |
po estamos: &eacute;l va &aacute; traducirlos, &aacute; anunciarlos, ;
&aacute; pregonar sus m&eacute;ritos. Pero... do ut des,
faci&oacute; ut fac&iacute;as.., el traductor &eacute; introductor de
extranjeros en su pa&iacute;s, el prcetor peregrinus
de las letras, tambi&eacute;n es pintor, tambi&eacute;n escribe en su lengua propia, &oacute; en castellano, novelas, critica, &oacute; lo que fuere, y pretende que
por ac&aacute; se le aclimate tambi&eacute;n; y con eso queda establecido el giro mutuo internacional,
para el que no hay aduanas que valgan.
Muchos autores espa&ntilde;oles han sido v&iacute;ctimas
de esta clase de industria, dudosamente l&iacute;cita;
otros la han solicitado, y, merced &aacute; ella, tienen en Espa&ntilde;a fama algunos literatos extranjeros que en su pa&iacute;s no son nadie, y tienen
cierto nombre en otros pa&iacute;ses escritores espa&ntilde;oles que aqu&iacute; son bien poco. Pero dejemos
esto, que hoy no se trata de ello, y vamos &aacute; lo
claramente l&iacute;cito; m&aacute;s: meritorio, desinteresado, noble, eficaz y serio. Hay siempre, m&aacute;s &oacute;
menos, en cada naci&oacute;n quien vela por el important&iacute;simo culto de la influencia extra&ntilde;a en
el pensamiento y en el arte nacional, influencia poderosa, sana, necesaria dentro de ciertos l&iacute;mites y guiada por prudente criterio; los
que en un pa&iacute;s se cuidan de estudiar el movimiento literario, verbigracia, de otra tierra,
cumplen con un oficio muy &uacute;til en la econom&iacute;a
social de cada pueblo, Pero es claro que para
esto se necesitan condiciones harto m&aacute;s raras y dif&iacute;ciles que el conocimiento vulgar de
los idiomas y la facilidad de las comunicaciones. Hay que ser verdadero escritor, hombre
de gusto, de idea original y fuerte, profunda y
delicada, para poder hacer algo de provecho
en esta especie de inoculaci&oacute;n de genio extranjero en la sangre nacional, &oacute; para llevar lo
nacional &aacute; los extranjeros.
Entre Alemania y Espa&ntilde;a, por ce&ntilde;irme ya
al caso que ha dado motivo &aacute; estas consideraciones, existen relaciones intelectuales literarias de muy antiguo. De muy antiguo hay una
especie de enamoramiento ideal por parte de
Alemania, que vio en Espa&ntilde;a asunto para sus
est&eacute;ticas lucubraciones hace ya muchos siglos.
De este asunto habla, siguiendo recientes trabajos de un italiano-alem&aacute;n, Arturo Farinelli,
nuestro insigne Men&eacute;ndez y Pelayo en el &uacute;ltimo n&uacute;mero de La Espa&ntilde;a Moderna. No he de
repetir yo ahora lo que &eacute;l dice por cuenta propia, &oacute; siguiendo al joven doctor de Insbruck;
pero s&iacute; recordar&eacute;, por mi parte, que, seg&uacute;n,
por casualidad, acabo de ver en la Bibliotheca
hispana vetus de Nicol&aacute;s Antonio (Libro VI.
Cap&iacute;tulo XIV), ya la famosa Monja Rosvitha
(sive Rosvida), clar&iacute;sima virgen sajona, toma
ba por asunto de una de sus elegantes poes&iacute;as
latinas la pasi&oacute;n de nuestro m&aacute;rtir espa&ntilde;ol el
tierno San Pelayo.
Otro Pelayo (Marcelino Men&eacute;ndez) es hoy
admiraci&oacute;n de alemanes por su pasi&oacute;n cient&iacute;fica, que le hace ser cifra y s&iacute;mbolo de todo lo
que nosotros hacemos por nuestras antiguas
glorias literarias, que los tudescos ilustrados
tanto estudian y admiran. Uno de los empe&ntilde;os
m&aacute;s constantes de este Men&eacute;ndez es demostrarnos con hechos que en Alemania estudian
las letras espa&ntilde;olas mejor que por ac&aacute;, y &aacute;
cada ocasi&oacute;n oportuna c&iacute;tanos ejemplos de li
teratos, fil&oacute;logos, etc, que m&aacute;s all&aacute; del Rhin
se consagran &aacute; escudri&ntilde;ar los tesoros de nuestro empolvado ingenio.
M&aacute;s bien que en los Fastenrath, y otros por
el estilo, debe buscarse esta clase de labor en
' hombres como WallmoUer, que tanto bueno
743
pero es exceso de otra &iacute;ndole el meternos de
repente en una especie de vocabulario que no
sabemos con exactitud &aacute; qu&eacute; fin responde.
Entre lo que Acebedo explica y lo que se
desprende del modo de tratar de los vocablos
que apunta el Sr. Mugica, algo se barrunta del
prop&oacute;sito y plan del libro. Pero &iquest;no hubiera
sido mucho mejor que el autor mismo nos dijera, antes de comenzar su tarea de pormenor,
cu&aacute;l era su intento, el criterio &aacute; que obedec&iacute;a
su selecci&oacute;n de palabras por orden alfab&eacute;tico?
No nos expondr&iacute;amos, de haber procedido &eacute;l
as&iacute;, &aacute; interpretar mal, de modo insuficiente,
Pero no s&oacute;lo son extranjeros los que fuera por lo menos, su idea.
Yo he cre&iacute;do entender,&quot; que el Sr. Mugica
de aqu&iacute;, en Alemania misma, por ejemplo,
quiere mostrar la utilidad de que se usen con
otra vez, tratan de nuestras cosas.
frecuencia ciertos vocablos
buenos, leg&iacute;timos, expresivos, que se van arrinconando, &oacute; que nadie &oacute; pocos emplean, &oacute; que no acaban de
adquirir la ciudadan&iacute;a que
merecen. Tambi&eacute;n se propone llamar la atenci&oacute;n acerca
de ciertas cuestiones gramaticales no bien dilucidadas y
que dan ocasi&oacute;n &aacute; muchas dudas, perplejidades y vacilaciones en autores de m&aacute;s &oacute;
m e n o s autoridad literaria.
Por &uacute;ltimo, el Sr. Mugica se
permite tambi&eacute;n, con los mejores modos, corregir los solecismos y barbarismos que
encuentra en los autores castellanos cuya lectura le es
m&aacute;s familiar, por lo visto. En
general, el Sr. Mugica desempe&ntilde;a felizmente el trabajo
&aacute; que parece comprometido;
pero yo creo su op&uacute;sculo excesivamente fragmentario ,
incompleto, como hijo de la
casualidad, y, de intento, pobre, escaso. No cabe pensar
que un fil&oacute;logo tan ilustrado
en letras espa&ntilde;olas, como demuestra siempre ser el se&ntilde;or
Mugica, tenga reducido su
caudal de fuentes para el estudio experimental que emprende, &aacute; una docena, &aacute; lo
m&aacute;s, de escritores, casi todos
contempor&aacute;neos y muchos de
ellos m&aacute;s bien hombres de
talento, de imaginaci&oacute;n y
IGtiESlA DE SAN V&Iacute;CTOR (MARSELLA)
gusto que impecables hablistas, valga la verdad.
Ni P&eacute;rez Gald&oacute;s, ni ArmanTambi&eacute;n hay espa&ntilde;oles germanizados, sin do Palacio, ni aun Pereda, pretenden ser grandejar de ser buenos espa&ntilde;oles, que van &aacute; estu- des maestros ni autoridades en materia de lindiar fuera de Espa&ntilde;a, en Alemania, como por g&uuml;&iacute;stica, ni siquiera aspiran &aacute; que se vea que
all&aacute; se estudia, y &aacute; ponerse en comunicaci&oacute;n han consagrado sus vigilias &aacute; velar por el sadirecta, inmediata, con ese noble esp&iacute;ritu tu- grado fuego de la pureza del idioma.
Sus grandes m&eacute;ritos, sobre todo los de Galdesco tan amante de nuestras cosas intelecd&oacute;s, se fundan en cosas muy diferentes. Por
tuales.
Don Pedro de M&aacute;gica es un erudito espa&ntilde;ol eso pierde fuerza el trabajo del Sr. Mugica, que
que hace muchos a&ntilde;os vive en Alemania, que toma de Gald&oacute;s, casi, casi, un ochenta por cienestudia en Leipzig y en Berl&iacute;n, y que desde to de sus ejemplos, lo mismo cuando se trata
all&aacute; nos manda interesantes op&uacute;sculos, para de corregir, de presentar dudas y contradicciocuya producci&oacute;n aprovecha las fuentes copio- nes, que cuando se ofrecen casos de empleo
literario de ciertas palabras poco aprovechasas de erudici&oacute;n segura que tiene tan cerca.
El Sr. de Mugica public&oacute; en Leipzig, en 1891, das por los escritores &oacute; no atendidas por la
una Gram&aacute;tica del castellano antiguo, y en Academia,
S&iacute;: la mayor parte de las citas son de GalBerl&iacute;n, en 1872, un estudio de los dialectos casd&oacute;s; y el exclusivismo se extrema aun dentro
tellano, monta&ntilde;&eacute;s, vizca&iacute;no y aragon&eacute;s.
Ahora, se presenta con un tomito de po- de las obras del mismo autor, pues de las cincas p&aacute;ginas (105) que titula Mara&ntilde;a del idio- cuenta que viene &aacute; tener el fecund&iacute;simo novema, editado en Oviedo, pero escrito en Alema- lista, apenas aprovecha para su labor el se&ntilde;or
nia. Lleva el op&uacute;sculo una Introducci&oacute;n de Mugica m&aacute;s que unas ocho &oacute; diez, si llegan &aacute;
Bernardo Acebedo, distinguido poeta y autor tantas.
Respecto de Pereda, igual limitaci&oacute;n: tres &oacute;
de muy recomendables trabajos de erudici&oacute;n;
y por cierto que el art&iacute;culo del Sr. Acebedo cuatro libros de los muchos suyos se citan
es la &uacute;nica explicaci&oacute;n que en el tomo se ve exclusivamente, con repetici&oacute;n empe&ntilde;ada. Lo
del prop&oacute;sito y plan de la obra; porque el se- mismo se nota respecto de Palacio Vald&eacute;s.
El Se&ntilde;orito Octavio, el primer ensayo de no&ntilde;or de Mugica, sin m&aacute;s pre&aacute;mbulo, empieza
por su cuenta examinando la letra A en cuan- vela escrito por el autor asturiano, cuando
ten&iacute;a muy pocos a&ntilde;os, es una de las obras que
to preposici&oacute;n y como la usan los escritores.
Bien est&aacute; el huir de enfadosos y g&aacute;rrulos m&aacute;s cita el Sr. Mugica. Ni para bien ni para
preparativos, de pr&oacute;logos desproporcionados; mal prueban gran cosa trabajos de esta &iacute;ndole;
ha escrito, verbigracia, de nuestros cancioneros, y que est&aacute; al frente de una gran publicaci&oacute;n
dedicada &aacute; las literaturas de derivaci&oacute;n romana. Los c&eacute;lebres trabajos de Fernando Wolf
acerca de nuestra historia literaria, ahora se
traducen al castellano con notas de Men&eacute;ndez;
y la obra important&iacute;sima del citado Arturo
Farinelli (italiano enamorado de Alemania y
de Espa&ntilde;a, que escribe como un cl&aacute;sico en espa&ntilde;ol y &pound;n alem&aacute;r) es ahora presentada al p&uacute;blico castellano con lisonjeras recomendaciones por el ilustre catedr&aacute;tico de la Central.
F. Andieotti: LAS PRIMERAS ROSAS
LA ILUSTRACI&Oacute;N IB&Eacute;RICA
746
pues El Se&ntilde;orito Octavio ni escandaliza mucho
con sus descuidos, ni sus novedades, muchas
de ellas provincialismos involuntarios, pueden
animar mucho por la escasa autoridad l&eacute;xico
gr&aacute;fica que el mismo Palacio ser&aacute; el primero
en reconocer en su primera novela. Tambi&eacute;n
el que suscribe es honrado varias veces por
el Sr. Mugica con citas de sus escritos; pero
entre el par de docenas, &oacute; cerca, de libros, y
los millares de art&iacute;culos que ha publicado, el
ilustrado fil&oacute;logo s&oacute;lo parece conocer Serm&oacute;n
Perdido. No cita &aacute; Clar&iacute;n para recordarle sus
defectos, sino para autorizar (menguada autoridad) vocablos que el
Sr. Mugica reputa leg&iacute;timos y oportunos; pero, sin vanidad, me atrevo
&aacute; decir que si hubiese le&iacute;do m&aacute;s
cosas m&iacute;as el diligente erudito, tal
vez hubiera encontrado muchas
m&aacute;s palabras que le parecieran
bien, aunque no las autorice la
Academia, &oacute; aunque el uso general las desde&ntilde;e &oacute; las olvide.
Y aqu&iacute; una advertencia: &iquest;qu&eacute;
clase de vocablos apunta el Sr. Mugica? &iquest;Es que olvida el diccionario?
No; porque briscadas, que me toma
de Serm&oacute;n Perdido, el diccionario
acad&eacute;mico lo admite, y otras muchas palabras que toma de Gald&oacute;s
las usamos los dem&aacute;s tambi&eacute;n; y
otras el diccionario las contiene.
Repito que la falta de previa ex
plicaci&oacute;n del prop&oacute;sito, es, en tan
&uacute;til y discreta labor, ocasi&oacute;n de no
pocas confusiones.
Por lo dem&aacute;s, el libro del se&ntilde;or
Mugica demuestra mucha lectura,
buen criterio, y es, como se dice
ahora un poco &aacute; la inglesa, una
contribuci&oacute;n muy recomendable al
estudio de nuestra lengua viva, ac
tual, pero con el conocimiento necesario de la historia de la misma.
Bien se puede decir, sin adulaci&oacute;n, que Mara&ntilde;a del idioma, del
Sr. Mugica, merece figurar en la
librer&iacute;a del aficionado al estudio
del castellano en aquella secci&oacute;n
de libros en que se ven el diccionario famoso de construcci&oacute;n y r&eacute;gimen del americano Cuervo, los
Monumenta
lingucB ib&eacute;rica de
Hubner, los estudios de Korting,
Diez, Grober y otros de esta &iacute;ndole que el autor de este op&uacute;sculo demuestra haber examinado.
CLAR&Iacute;N
&iquest;Que no hay dinero?
Pues &iquest;de d&oacute;nde salen y qu&eacute; son esas pesetas
recaudadas en el teatro de la Opera, por ejemplo?
Casi todos los diarios de Madrid publicaban,
no ha muchos d&iacute;as, reclamos concebidos, poco
m&aacute;s, poco menos, en los t&eacute;rminos siguientes;
&quot;El importe de lo recaudado en el d&iacute;a de
ayer, &uacute;ltimo de la renovaci&oacute;n de abono, ha
sido 85,199 pesetas.&quot;
&quot;Los que tienen hechos encargos deben presentarse inmediatamente.&quot;
Geraldo Moira: UNA VOZ R E P E T &Iacute; A EN EL SILENCIO
DE LA NOCHE: &laquo;—EL MUNDO ES VASTO&raquo;
A.
&lt;a^-
DIVERSIONES P&Uacute;BLICAS
Andan diciendo por ah&iacute; las personas bien
informadas que no hay dinero, y tengo muy
buenas razones para sospechar que la noticia
es exacta de todo en todo; pero hay que con
venir en que, si escasea el dinero, abundan las
diversiones, por lo que podr&aacute;n repetir los madrile&ntilde;os: lo que no va en l&aacute;grimas, va en suspiros, &oacute;, &aacute; falta de billetes de Banco, buenos
son billetes de cualquier teatrillo por horas:
todos son billetes.
Catorce, catorce son, antes m&aacute;s que menos
(porque en los d&iacute;as festivos se aumenta el n&uacute;
mero), las empresas que, sol&iacute;citas por nuestro
bienestar, nos ofrecen diariamente solaz y es
parcimiento del &aacute;nimo, por la corta cantidad
de algunas pesetas.
Y no se crea que &aacute; esos caritativos y misericordiosos empresarios les ocurra lo que pasaba al dramaturgo del cuento, que escrib&iacute;a, pero no lo contestaban; los empresarios
requieren de amores al p&uacute;blico, y el p&uacute;blico
les corresponde.
&iexcl;Y tanto como les corresponde! Como que si
no les correspondiese habr&iacute;an de cerrar sus
puertas casi todos los teatros y dejarlas s&oacute;lo
entreabiertas los restantes.
Y hac&iacute;a saber, &aacute; continuaci&oacute;n, que, desde las
doce de la ma&ntilde;ana hasta las ocho de la noche,
se dignar&iacute;a aceptar las pesetas que el p&uacute;blico
humildemente le ofreciera. Supongo, aunque
esto no se dec&iacute;a en el diario, que los aspirantes habr&iacute;an de presentar una solicitud bien
informada y con recomendaciones y referencias &aacute; satisfacci&oacute;n del empresario.
Precisamente en ese d&iacute;a mismo que los peri&oacute;dicos hac&iacute;an saber que el importe de los
abonos al teatro de la Opera ascender&iacute;an, seg&uacute;n
todos los indicios, &aacute; un mill&oacute;n de pesetas, supimos los habitantes de Madrid que en las primeras horas de la ma&ntilde;ana hab&iacute;a fallecido de
hambre, en los jardinillos de la Cuesta de la
Vega, un sujeto que no pudo ser identificado y
que permaneci&oacute; en aquel sitio, durante muchas
horas, sin que le prestase auxilio ning&uacute;n agente de la autoridad; lo cual nos explicamos todos, calculando que los agentes de orden p&uacute;
blico prestar&iacute;an servicio en los alrededores
del Regio Coliseo para evitar que la aglomeraci&oacute;n de se&ntilde;ores abonados pudiese producir una
colisi&oacute;n de tristes consecuencias.
Es muy cierto que el teatro de la Opera monopoliza casi por completo la atenci&oacute;n de
nuestra buena sociedad, como suelen nombrarla (aun sabiendo que muchas veces ni &aacute; mediana llega) los revisteros de salones. Pero a&uacute;n
quedan, a&uacute;n quedan para los dem&aacute;s espect&aacute;culos algunos residuos de la sociedad buena y
las otras que, para los revisteros, no son buenas, aunque &aacute; m&iacute; me parecen mejores.
El teatro de la Comedia, donde furciona
Emilio Mario con una compa&ntilde;&iacute;a excelente; el
de Novedades, en que trabajan la Cirera, Gonz&aacute;lez y Donato Jim&eacute;nez; el teatrito de Lara,
que es, entre los peque&ntilde;os, el predilecto de los
abonados del Real, para las noches en que no
hay &oacute;pera, suelen verse muy concurridos.
Y si hemos de creer (aunque yo no lo creo)
lo que anuncia un rep&oacute;rter sobre el teatro de
la Alhambra, a&uacute;n han de salir espectadores
para las m&uacute;ltiples y variadas diversiones que
la empresa de ese teatro (ahora Teatro Moderno) prepara.
El rep&oacute;rter &aacute; que hago referencia, despu&eacute;s
de contar las muchas y muy llamativas distracciones de todos g&eacute;neros (pornogr&aacute;ficas
inclusive) que habr&aacute; en el teatro, dec&iacute;a;
&quot;•El teatro de la Alhambra ser&aacute;, seguramente, el punto de reuni&oacute;n de todo Madrid.^
Pues si todo Madrid se re&uacute;ne en la Alhambra, &iquest;qui&eacute;n concurrir&aacute; &aacute; los dem&aacute;s teatros?
Ah&iacute; tienen mis lectores un problema tan
dif&iacute;cil de resolver como el de averiguar de
d&oacute;nde sale el dinero, ahora que no le hay para
nada, con que se mantienen tantas diversiones.
As&iacute; dec&iacute;an; asi, inmediatamente;
adverbio
un tanto amenazador, cuya elocuencia no puede ocultarse &aacute; la perspicacia de mis lectores.
De ese inmediatamente, precedido del verbo deber, &aacute; una coleta en que se dijese, lo
mismo que en las citaciones y emplazamientos
judiciales, de no hacerlo asi, les parar&aacute; el perjuicio que haya lugar, no hay m&aacute;s que un
paso.
Pues &aacute; los muy pocos d&iacute;as de publicadas esas
l&iacute;neas, le&iacute; en los mismos peri&oacute;dicos estas otras:
&quot;Hoy se han recaudado ea la contadur&iacute;a del
Real (as&iacute; lo nombran: ellos sabr&aacute;n por qu&eacute;)
70,648 pesetas, que, agregadas &aacute; las sumas anteriores, componen un total de 364,933.
Esto es, muy cerca de mill&oacute;n y medio de
reales.
Y faltaba, como dice el vulgo, el rabo por
desollar, porque el noticiero agregaba:
&quot;Aumentan los encargos de nuevos abonos.&quot;
Esta a&ntilde;adidura, m&aacute;s alarmante, si cabe m&aacute;s
alarma, que el deber presentarse
inmediata
mente del suelto anterior, estaba atenuada y
dulcificada por un aviso cari&ntilde;oso: era el si
gu&iacute;ente:
&quot;La empresa, accediendo &aacute; las s&uacute;plicas y
deferente &aacute; los ruegos de muchos abonados,
ha tenido &aacute; bien ampliar las horas de oficina
en la contadur&iacute;a.&quot;
S&Aacute;NCHEZ P&Eacute;REZ
VIDA Y MUERTE
—&iexcl;M&iacute;rame! &iexcl;No dejes de mirarme! &iexcl;Me
muero! &iexcl;S&iacute;, me muero!
—No seas ni&ntilde;o. No est&aacute;s tan enfermo como
crees.
&iexcl;S&iacute;: estaba enfermo! &iexcl;Vaya que s&iacute;! La enfermedad hac&iacute;a tiempo que germinaba. Joven,
rico, buen f&iacute;sico, simp&aacute;tico, sin padres y sin
que nadie pudiese amonestarle, esper&aacute;base que
Pepe Baz&aacute;n se echase sin reparo en medio de
esa espumosa ola saturada de vicios y libertades desenfrenadas. Veinte a&ntilde;os contaba. S&oacute;lo
hac&iacute;a siete meses que su madre hab&iacute;a fallecir
&lt;&iacute;o! Yi ya olvidado lo que &eacute;sta le aconsej&oacute;,
ech&oacute;se sin reparo &aacute; frecuentar cuartos de coristas, intim&oacute; con ellas, y as&iacute; resbalando, resbalando, fu&eacute; cayendo en el abismo horroroso
del vicio. Cansado ya de estas libertades, acarici&oacute; el pensamiento de visitar &aacute; Par&iacute;s. Como
no le faltaban recursos, pronto hall&oacute;se en la
capital de Francia.
Era Pepe Baz&aacute;n alto, cabeza peque&ntilde;a, que
descansaba sobre un cuello de atleta; ensortijado y negro el cabello; ojos parduscos, nariz
grande, pero bien formada; rostro largo y encarnado. Adem&aacute;s, vest&iacute;a elegante; sus movimientos agradables, fino en el hablar, y, poi
747
LA ILUSTRACI&Oacute;N IB&Eacute;RICA
&uacute;ltimo, ten&iacute;a la sonrisa en los labios, como demostrando que era alegre y que nunca la tristeza se posesionaba de &eacute;l. Tal era Baz&aacute;n antes
de morir su madre.
A pesar de las grandes diversiones que le
proporcionaba Par&iacute;s, tuvo deseos de retornar
&aacute; Espa&ntilde;a. &iexcl;S&iacute;, su Espa&ntilde;a querida, donde ver&iacute;a
las mujeres graciosas, con ese aire encantador,
con esa vivacidad de movimientos, con esas
miradas fogosas que atraen, que subyugan! En
verdad, las francesas no le hab&iacute;an inspirado
grandes simpat&iacute;as. Las hab&iacute;a de bellas,., pero
les encontraba un defecto, una cosa que &eacute;l
mismo no sab&iacute;a qu&eacute; era, que no pod&iacute;a explicarse.
As&iacute;, retorn&oacute; &aacute; Espa&ntilde;a, con desenga&ntilde;os que
comenzaban &aacute; marchitarse y con el coraz&oacute;n
lleno de amor, i Amor! &iexcl;Qu&eacute; grande unas veces, qu&eacute; hueca otras le sab&iacute;a esta palabra!
Habla amado y fingido amar. No supo &aacute; punto
fijo cu&aacute;l era lo mejor: lo primero &oacute; lo segundo.
De todas suertes, en uno y en otro caso hab&iacute;ase divertido. [ Cu&aacute;ntas veces y al comp&aacute;s de un
1 pum 1, al momento de destapar una botella
de champagne, hab&iacute;a dicho: &quot;iTe amo!&quot; Las
m&aacute;s de las veces, en tales circunstancias, esa
palabra sonaba &aacute; hueca. Pero en otras, cuando
hab&iacute;a conquistado alguna mujer aventurera,
cuando se hallaba en el hotel y en un cuarto &aacute;
solas con ella, dec&iacute;a: —&iexcl;Te amo!—Y en verdad
la amaba; pero pronto, bien pronto ese amor
desaparec&iacute;a y era sustituido por el otro &quot;jTe
amo!&quot;
. &iexcl;Re&iacute;r! i Amar! &iexcl;Gozar! Ese erael tema de Pepe
Baz&aacute;n. Todo hombre que no lo pusiese en pr&aacute;ctica no era hombre, no ten&iacute;a noticia de lo que
es la vida. &iquest;Para qu&eacute; nos pon&iacute;an en el mundo?
&iquest;No era limitado el tiempo que en &eacute;l pas&aacute;bamos? Pues, entonces, aprovecharlo. Cuanto
m&aacute;s bien lo pasemos, tanto mejor p &aacute; r a n o s
otros. &iquest;Que los vicios y otros excesos desenfrenados nos amenguan la vida? Falso. Cuando
nacemos, ya est&aacute; se&ntilde;alado el d&iacute;a que nos har
de enterrar; y por mucho que uno haga y desha
ga, que est&eacute; enfermo &oacute; no lo est&eacute;, de toda^
suertes, tanto el que lleva una vida santa como
el que vive en la inmundicia del vicio, no amenguar&aacute; ni se prolongar&aacute; nuestra vida. No hay
manera de hacerle adelantar. El tiempo est&aacute;
medido.
Con el viaje &aacute; Francia modific&oacute; no poco su
desarreglada vida. Anhelaba un ser que le quisiese, sin tener que pagarlo masque con amor.
A los pocos d&iacute;as de hallarse en Telreira (1),
vio &aacute; muchos de sus compa&ntilde;eros del brazo de
sus respectivas esposas. Esto le caus&oacute; envidia.
—&iquest;Por qu&eacute; no casarme?—se dec&iacute;a.—Tal vez
ser&eacute; feliz.
Se cas&oacute; con una hermosa mujer. La luna de
miel dur&oacute; tres meses escasos. Baz&aacute;n inclin&oacute;se
otra vez al vicio; su esposa le re&ntilde;&iacute;a; pero todo
era in&uacute;til. El gozo que experimentaba con m&aacute;s
dulzura era el llevar una vida desarreglada.
Al a&ntilde;o de casarse, su mujer muri&oacute; &aacute; causa del
mal parto. Este hecho enterneci&oacute; no poco &aacute;
Pepe. Intent&oacute; corregirse; pero en vano: una
fuerza poderosa le atra&iacute;a hacia el vicio.
Comprendi&oacute; que cuanto m&aacute;s deseaba abandonar &eacute;ste, m&aacute;s se met&iacute;a en ellodazal espanto
so. Hab&iacute;a echado ra&iacute;ces; &eacute;stas echaban tallos.
Pues bien: dejar que &eacute;stos creciesen sin intentar cortarlos. As&iacute; lo hizo. No tard&oacute;, sin embargo, en resentirse de las consecuencias.
Baz&aacute;n se hallaba postrado, moribundo, en
una cama. Algunos golpes de tos sal&iacute;an &aacute; cada
instante de su boca, de gruesos labios. Su pelo,
ya descolorido, anunciaba poco tiempo de vida. Sus ojos parduscos no conservaban aquella
vivacidad al mirar: estaban tristes, como barruntando que la muerte hall&aacute;base muy cerca
para cerrar los p&aacute;rpados. Su rostro era delgaducho. Aquellas mejillas carnosas y encarnadas, ya no eran las mismas: tan s&oacute;lo para recuerdo quedaban dos prolongados p&oacute;mulos,
cubiertos de carne apergaminada. Aquella
barba en abanico, de ensortijado cabello negro, no era la misma: &eacute;ste era lacio, sin un ri(1) Ciudad convencional, donde hago pasar los sucesos de la mayor parte de todos mis cuentos.
zo, sin una se&ntilde;al que anunciase que hab&iacute;a sido
una barba hermosa. Aquella sonrisa seductora,
al igual d&eacute;lo dem&aacute;s, hab&iacute;a desaparecido: como
indicio de ello, s&oacute;lo quedaba cierta tirantez de
labios, que parec&iacute;an arremangados, pintando
una risa zumbona.
Baz&aacute;n se mor&iacute;a. Su cuerpo estaba sin vida.
Parec&iacute;a que la muerte tomaba posesi&oacute;n de &eacute;l.
—&iexcl;&iexcl;Vl&iacute;rame! &iexcl;Me muero! &iexcl;Una mirada!
—Ya te miro. &iquest;No lo ves?
sus o&iacute;dos estas palabras como ecos de su desenfrenada vida; pero parec&iacute;ale no haber ejecutado todo lo que ellas significan. &iexcl;Amar! S&iacute;;
hab&iacute;a amado mucho, pero sin fruto, sin tener
un ser que le quisiese, un ser que llorase por
&eacute;l despu&eacute;s de su muerte. &iexcl;Gozar! &iexcl;Vaya si hab&iacute;a gozado! Su cuerpo pod&iacute;a darlo &aacute; entender.
—Pero si se observa bien,—dec&iacute;a,—si yo hubiese querido, hubiera gozado m&aacute;s, mucho
m&aacute;s.—^ &iexcl;Reir! &iexcl;Cu&aacute;ntas veces hab&iacute;a soltado
MistreSB S t a n h o p e F o r b e s : R O M A N Z A N U E V A
—No, porque no siento el calor de tus miradas. &iexcl;B&eacute;same! Tal vez as&iacute;...
Y la mujer peg&oacute; su boca &aacute; la de Baz&aacute;n. Fu&eacute;
un beso de carne viva, muy prolongado, como
queriendo dar &aacute; su amante toda su sangre.
Era la &uacute;ltima aventura de Pepe la mujer que
estaba junto &aacute; &eacute;l. Era alta y esbelta, defaccio
nes delicadas y correctas, un poco negros los
labios rojos, frente bonita, la tez mezcla de
rosas y leche de m&aacute;rmol y alabastro, debajo la
cual corr&iacute;a una vida rica y abundante. &iexcl;Era la
&uacute;ltima aventura y la &uacute;ltima mujer que contribu&iacute;a &aacute; amenguar su vida!
—Eso es. &iexcl;B&eacute;same! &iexcl;B&eacute;same!,..
La aventurera le besaba como hab&iacute;a besado
&aacute; todos los hombres: con voluptuosidad. El segu&iacute;a tendido en el lecho, con su tosecilla constante y acompasada, con aquella sonrisa que
parec&iacute;a re&iacute;rse de todos los placeres del mundo,
de todas las mujeres que hab&iacute;a pose&iacute;do; de todo
se re&iacute;a, hasta de su propio cuerpo al verlo tan
raqu&iacute;tico, &aacute; causa de haber abusado de la sensualidad. S&iacute;: las mujeres hab&iacute;an concluido con
aquel hombre robusto, con aquel ser de miembros atl&eacute;ticos, del mismo modo que el insecto
come al roble.
&iexcl; Amar! &iexcl; Gozar! &iexcl; Reir! A&uacute;n zumbaban en
carcajadas estridentes que daban envidia! Y
a&uacute;n, a&uacute;n re&iacute;a, conservaba arremangados los
labios, como mof&aacute;ndose del mundo entero.
—Pero &iquest;por qu&eacute; no me besas?
— &iexcl; Chico! &iexcl; Si me voy cansando!
&iexcl; Claro! Era una aventurera que hab&iacute;a corrido mucho, observaba que su querido iba &aacute; morir de un momento &aacute; otro, que no volver&iacute;a &aacute;
percibir dinero de &eacute;l y quer&iacute;a abandonarlo:
que muriese solo, sin una persona que le auxiliase. Pero estas mujeres, sin embargo, tambi&eacute;n sienten conmiseraci&oacute;n, Quiso esperar que
cerrase los ojos para irse. As&iacute; lo hizo. Asisti&oacute;le. Iba de una parte &aacute; otra con sobresalto. Su
coraz&oacute;n le lat&iacute;a: estaba impresionada. Toc&oacute; el
timbre para que se presentase el criado; pero
&eacute;ste no comparec&iacute;a. Y aquella mujer sent&iacute;a
fr&iacute;o al ver que aquel hombre, que tanto hab&iacute;a
gozado, que tanta vida mostr&oacute; en su semblante, hall&aacute;base demacrado, sin sangre apenas,
sin luz en los ojos, sin movimiento sus miembros, &iexcl;Todo le faltaba!
Baz&aacute;n hizo un estremecimiento. Su mirada
qued&oacute; fija en el techo por largo tiempo, al cabo del cual dobl&oacute; la cabeza &aacute; un lado y qued&oacute;
muerto.
La aventurera lanz&oacute; un grito. Hall&aacute;base He-
ARTE INDUSTRIAL
Relicario de cristal de roca (1400)
Arquimesa (moderna)
acerico
Relicario de plata dorada (1480)
Bufete esculpido (moderno)
^r'-^,
&quot;^&quot;^^
Urna de m e t a l plateado.—Jarro de t i e r r a blanca.—Jarro de a s p e r &oacute; n de Flandes.—Chocolatera.—Pin&aacute;culo de m e t a l plateado
1
Sir T. A. JONES,
'
f^WS^SL^'S
Mesa t a l l a d a (moderna)
distinguido p i n t o r ingl&eacute;s
Tapa y c e r r a d u r a de u a cofrecillo de hierro cincelado
Mr. MAG-WHIRT&pound;iR,
n u e v o individuo de la Real Academia
de p i n t u r a de Londres
LA ILUSTRACI&Oacute;N IB&Eacute;RICA
750
na de terror; se ahogaba en aquel recinto. Toc&oacute; el timbre varias veces.
Present&oacute;se el criado. Ella no dijo una palabra, Dirigi&oacute; una mirada, acompa&ntilde;ada de un
movimiento, que significaba: &quot;&iexcl;M&iacute;rale! &iexcl;Ha
muerto!&quot; P&uacute;iose la mantilla y abandon&oacute; la estancia. El criado sali&oacute; tras la mujer, diciendo:
—Voy &aacute; avisar.
Y el cuerpo inerte de Baz&aacute;n qued&oacute; solo,
abandonado, como la piedra que cae, en medio
de las tinieblas.
E L ABATE J . DE MONFORT
En toda clase de manifestaciones sensibles,
incluso la del dolor, resulta siempre, cient&iacute;ficamente, la mujer inferior al hombre. Las experiencias hechas tambi&eacute;n con el alg&oacute;metro el&eacute;ctico lo han demostrado evidentemente. Entre
cincuenta mujeres de la clase baja, la sensibilidad, en general, ha sido representada por 90
mil&iacute;metros, y la sensibilidad al dolor por 53,
Entre un n&uacute;mero igual de hombres de las mismas condiciones, los n&uacute;meros resultan, respectivamente, 94 mil&iacute;metros y 64. En hombres muy
j&oacute;venes, la sensibilidad general es de 95 mili-
Stanhope Forbes: EL FARO
EL PRINCIPIO DE LA VIDA
Y EL
&iexcl;HOMO SAPIENS!
(CONTINUACI&Oacute;N)
6.&deg;
La sensibilidad f&iacute;sica de la mujer es inferior
&aacute; la del hombre. Probada por el profesor Lombroso, la sensibilidad del tacto y del dolor en la
extremidad del dedo &iacute;ndice por medio del estesi&oacute;metro de Weber, ha resultado general
mente m&aacute;s obtusa en la mujer que en el hombre, excepto en las ni&ntilde;as, cuya sensibilidad
t&aacute;ctil est&aacute; en extremo desarrollada.
El n&uacute;mero exacto de mil&iacute;metros en estas
comprobaciones es: en las mujeres plebeyas,
2-6; y en las de las clases elevadas, 2-0; mientras que en el hombre no es, por t&eacute;rmino medio, m&aacute;s que de 1-6. El sentido del tacto es
menos sensible en las personas que presentan
un tipo fision&oacute;mico degenerado, lo cual es mu
cho m&aacute;s raro entre las mujeres que entre los
hombres.
metros, y la del dolor 78; en ni&ntilde;as, 91 mil&iacute;metros y 70.
El alg&oacute;metro, que no puede mentir, prueba,
pues, que la mujer est&aacute; caracterizada por una
marcad&iacute;sima obtusez sensoria.
Y, efectivamente, las mujeres soportan el
dolor durante el curso de operaciones quir&uacute;rgicas efectuadas bajo las mismas condiciones
de edad y de naturaleza que en el caso de un
n&uacute;mero igual de hombres, y prueba de ello
que el doctor Bellroth, cuando determin&oacute; hacer su grande experimento de la amputaci&oacute;n
del p&iacute;loro, lo ejecut&oacute; primeramente en mujeres, como menos sensibles y mejor calificadas
para resistir el dolor.
Carie asegura tambi&eacute;n que la mayor parte
de las mujeres se dejan operar con sorprendente insensibilidad, como si no fuera suyo el cuerpo sometido al bistur&iacute;. Aun en las agon&iacute;as del
parto, y &aacute; pesar de sus quejidos, las mujeres,
afirma Geordani, r.ufren mucho menos de lo
que parece.
El doctor Mila dice que los hombres se desmayan con m&aacute;s frecuencia que las mujeres en
las extracciones dentarias, y el doctor Martini
corrobora esto con las observaciones que ha
hecho, resultando siempre que soportan con
m&aacute;s tranquilidad y con mucho m&aacute;s valor que
los hombres toda clase de operaciones en la
boca.
Pero no s&oacute;lo la sensibilidad f&iacute;sica es menor
en las mujeres, sino hasta la sensibilidad moral, seg&uacute;n el doctor C. Lombroso, apoy&aacute;ndose,
para tal afirmaci&oacute;n, en que la mujer, si bien es
cierto que presiente y teme las calamidades
m&aacute;s intensamente que el hombre, en cambio,
las siente menos cuando realmente la atacan.
Balzac lo reconoce as&iacute; en su C&eacute;sar Birotheau.
La menor sensibilidad al dolor moral y al f&iacute;sico influye poderosamente en la mayor longevidad de la mujer. Durante los primeros veinte a&ntilde;os de la vida femenina, la mortalidad es
un poco mayor que entre los hombres; pero de
los veinte &aacute; los cincuenta a&ntilde;os, mueren m&aacute;s
hombres que mujeres. Tambi&eacute;n se registran
m&aacute;s suicidios entre &eacute;stas.
El arrebato femenino en momentos de dolor
se debe &aacute; dos causas: en primer lugar, &aacute; que
el cerebro de la mujer puede dominar con menos facilidad que el del hombre las acciones
reflejas &oacute; semirreflejas; y, en segundo lugar, &aacute;
la educaci&oacute;n especial que recibe durante su ni&ntilde;ez, m&aacute;s apropiada &aacute; aumentar sus gracias y
su delicadeza natural que &aacute; darle fuerza y
valor.
El doctor Tait afirm&oacute;, en un Congreso de la
Sociedad Quir&uacute;rgica Francesa, que hasta la
sensibilidad sexual de la mujer es inferior &aacute; la
del hombre. En &eacute;ste es m&aacute;s ardiente y tarda
m&aacute;s en extinguirse. Esto sucede tambi&eacute;n entre
todas las especies animales, siendo el macho el
que busca y ataca &aacute; la hembra, excepto en algunas especies de insectos, como las hormigas, las abejas y las avispas, as&iacute; como en las
gatas y en las hembras del cochino y del lama:
en estas especies son siempre las hembras que
provocan y buscan &aacute; los machos.
Los casos comparativamente raros de sicopat&iacute;a sexual en las mujeres, comprueban tambi&eacute;n la menor sensibilidad de la mujer respecto &aacute; la del 'hombre, y tambi&eacute;n lo comprueba
que en todos los pueblos antiguos y modernos,
excepto los antiguos germanos, la castidad es
conceptuada como una virtud femenina; y, por
&uacute;ltimo, la facilidad como la mujer acepta el
sistema pol&iacute;gamo del mismo modo que el mon&oacute;gamo en ciertos pa&iacute;ses, significa tambi&eacute;n
obtusez &oacute; indiferencia f&iacute;sica.
Entre las infinitas grandezas del Universo,
nada hay tan bello, tan sublime como la luz.
Es, sin duda alguna, la obra maestra de la Creaci&oacute;n, y cuanto en ella se mueve, cuanto en ella
vive, proclama &aacute; todas horas la gloria de Dios
en eternas &eacute; infinitas armon&iacute;as bendiciendo
esta sensaci&oacute;n de la luz, que es la que m&aacute;s utilidades reporta. &quot;Cum me laudarent
simul
asir&aacute; matutina ei jubilarent omnes fili Dti&quot;,
dec&iacute;a Job.
La luz es uno de los mayores goces que tiene la vida en la Tierra. Esta es la confesi&oacute;n
un&aacute;nime de la humanidad entera, y s&oacute;lo el
ego&iacute;smo religioso llevado hasta la exageraci&oacute;n pudo hacer decir al P. Benniot que
las sensaciones visuales no tienen en s&iacute; ninguna especialidad agradable. En cambio, Arist&oacute;teles afirmaba que el sentido de la vista es el
que m&aacute;s importa al hombre porque le revela
las sensaciones m&aacute;s puras y m&aacute;s variadas.
Para que el hombre pueda apreciar toda la
esplendidez y toda la variedad de los efectos
de la luz, ha dispuesto el Supremo Hacedor el
&oacute;rgano de la vista tan maravillosamente, que
puede percibir los movimientos tan r&aacute;pidos
como delicados que la componen. Primeramente, los rayos luminosos atraviesan muchos
medios transparentes, entre los cuales el principal es el cristalino. Estos medios tienen una
refracci&oacute;n inicial calculada de modo que la
imagen se forme &aacute; 17 mil&iacute;metros, es decir, precisamente sobre la retina colocada detr&aacute;s. El
cristalino tiene la facultad de modificar su convexidad, y, por consiguiente, de adaptarse.
LA ILUSTRACI&Oacute;N IB&Eacute;RICA
con una precisi&oacute;n admirable, &aacute; la distancia de
los objetos.
La retina es una reuni&oacute;n de capas membranosas yuxtapuestas, formadas por un descog&iacute;
miento del nervio &oacute;ptico, extendi&eacute;ndose al rededor de la cavidad del globo ocular y adherida
&aacute; otra membrana impregnada de un pigmento
negro llamado coroides. El punto de la misma
en que no se perciben las im&aacute;genes se llama
puntum cecum. La retina, que termina en los
procesos ciliares del cuerpo vitreo, recibe los
rayos luminosos y las impresiones de todos los
objetos por medio de la pupila, por donde entran, y el cristalino, situado verticalmente en el
eje del ojo, correspondiendo el eje del cristalino con el centro de la pupila. La capa externa de la retina es vascular; y la interna, important&iacute;sima bajo el punto de vista fisiol&oacute;gico,
se llama membrana de Jacob. Comp&oacute;nese de
cuerpecillos cilindricos en forma de bastoncillos unos y de conos otros, distribuidos estos
&uacute;ltimos &aacute; distancia desigual. Los bastoncillos
son largos y delgados; los conos, cortos y gruesos, y todos est&aacute;n vueltos hacia la coroides; de
modo que la luz llega &aacute; esos cuerpecillos s&oacute;lo
por refracci&oacute;n. El punto que se llama m&aacute;cula
flava, limbus lutens, mancha amarilla 6fosa
central, que es el punto donde se produce la
visi&oacute;n directa, carece completamente de bastoncillos.
La impresi&oacute;n luminosa prevalece en la retina un d&eacute;cimo de segundo antes de llegar al
cerebro. Nuestra concepci&oacute;n del mundo exterior serla totalmente diferente de lo que es, si
esa impresi&oacute;n de la luz emplease 5 &oacute; 10 minutos para llegar de la retina al cerebro. Por
ejemplo: si se hace dar vueltas &aacute; un carb&oacute;n
ardiendo con una velocidad de m&aacute;s de diez
vueltas por segundo, se ver&aacute; un anillo luminoso continuado.
Como, &aacute; pesar de la impresionabilidad tan
delicada del nervio &oacute;ptico, sus mol&eacute;culas son
demasiado gruesas, demasiado pesadas, con
relaci&oacute;n &aacute; las ondas tan sutiles del fluido luminoso, para que &eacute;stas puedan causarle un mo
vimiento apreciable, la naturaleza, en su ingenio asombroso, ha colocado en la extremidad
de los bastoncillos de los mam&iacute;feros un pigmento rojo que se altera constantemente bajo
la influencia de la luz, como el cloruro de la
placa fotogr&aacute;fica, y por este efecto reemplaza
el movimiento causado por la luz por el de una
constante alteraci&oacute;n qu&iacute;mica. El esfuerzo continuo de la nutrici&oacute;n para restablecer la p&uacute;rpura retiniana en su estado natural, produce
!a movilidad del &oacute;rgano.
Por medio de la diversidad de los conos y de
los bastoncillos, distingue la vista la diferencia
de los colores; y el sentido del color es el m&aacute;s
precioso para el conocimiento &eacute; importancia
de las cosas, puesto que por su mediaci&oacute;n, so
bretodo, se caracterizan los cuerpos. Dentro
del uso pr&aacute;ctico de la vida, los colores son
como los cuerpos mismos.
Pero &iquest;qu&eacute; es la luz? &iquest;Qu&eacute; es el color? Vamos
&aacute; condensar sucintamente las &uacute;ltimas apreciaciones cient&iacute;ficas sobre ambos fen&oacute;menos.
La teor&iacute;a moderna admite un&aacute;nimemente
que todos los cuerpos se hallan dentro de un
medio muy m&oacute;vil, muy sutil y perfectamente
el&aacute;stico; pero esta misma teor&iacute;a est&aacute; dividida
en cuanto &aacute; la naturaleza &oacute; especialidad de
este medio llamado &eacute;ter, que una parte juzga
como cuerpo imponderaljle, tal vez con relaci&oacute;n al peso de los dem&aacute;s cuerpos, y otra parte
cree que este medio lo constituyen simplemente las &uacute;ltimas divisiones de la materia universal.
Ciertos cuerpos, por su estado de movimiento rapid&iacute;simo, tienen la propiedad de hacer vibrar este medio. Pred&uacute;cense entonces vibra
clones especiales que se prolongan hasta el
infinito. Estas vibraciones constituyen la luz.
Los cuerpos capaces de excitarlas ll&aacute;manse
cuerpos luminosos por s&iacute; mismos, Empedocles
ya opinaba que la luz se propaga por medio
del movimiento.
Una infinidad de causas mec&aacute;nicas contribu
yen &aacute; modificar la luz. La marcha del rayo
lum&iacute;nico, sus desviaciones, sus reflexiones,
est&aacute;n en escasa relaci&oacute;n con la verdadera estructura de los cuerpos; el agua retarda la ve
locidad de su propagaci&oacute;n, dice Janim; los
cristales, cuanto m&aacute;s regulares, mejor le franquean el paso; las mol&eacute;culas m&aacute;s grandes producen las ondas m&aacute;s largas, y, seg&uacute;n Doumer,
el poder refringente de las sustancias var&iacute;a seg&uacute;n su peso molecular.
El rayo luminoso produce efectos calor&iacute;ficos,
el&eacute;ctricos y qu&iacute;micos; descompone la clorofila
de las plantas; opera la combinaci&oacute;n del cloro
y del hidr&oacute;geno.
Hay otros cuerpos dentro del &eacute;ter que no
tienen la propiedad de emitir vibraciones; pero
751
por raz&oacute;n de su estado especial, que parece
depender de su constituci&oacute;n molecular, reflejan algunas de las vibraciones de los propiamente luminosos. Estos cuerpos se llaman
colorantes, y las vibraciones reflejas causan &aacute;
nuestros ojos la sensaci&oacute;n del color.
Las vibraciones reflejas son extremadamente r&aacute;pidas, y cada gradaci&oacute;n de color tiene su
n&uacute;mero fijo. Para el rojo, se producen 481
billones de vibraciones por segundo, y para el
violeta 764 billones. Los dem&aacute;s colores est&aacute;n
entre estos extremos de rapidez. Las vibraciones en n&uacute;mero superior &oacute; irferior no causan efectos sensibles &aacute; nuestros ojos, aunque
algunos individuos, dice el C . &quot; de Ct&iacute;ardonnet,
distinguen los rayos ultraviol&aacute;ceos.
Las vibracionesreflejas,adem&aacute;s,determinan
la sensaci&oacute;n del color por medio de la actividad propia de la facultad sensitiva. Mientras
que el &oacute;rgano visual est&aacute; impresionado, dice
Helmholtz, la potestad &aacute; &eacute;l inherente es excitada &aacute; resistir y resiste siguiendo las leyes que
resultan de su propia naturaleza. Interpreta
cada n&uacute;mero de vibraciones poru&ntilde;a sensaci&oacute;n
de gradaci&oacute;n especial. Todas estas gradaciones se agrupan en siete colores fundamentales:
rojo, naranja, amarillo, verde, azul, &iacute;ndigo y
violeta. Un conjunto de rayos comprendiendo
todas las clases de vibraciones en proporci&oacute;n
sensiblemente igual, causan la sensaci&oacute;n del
color blanco. La carencia casi absoluta de
vibraciones apreciables para el &oacute;rgano causa
la sensaci&oacute;n del color negro, que no es, seg&uacute;n
Dastre, la inacci&oacute;n completa del nervio &oacute;ptico,
sino una verdadera sensaci&oacute;n.
La variedad en los colores es tanta &oacute; mayor
que en los sonidos, y, como hemos dicho, los
mismos siete fundamentales son muy divisibles. Entre el rojo p&uacute;rpura, por ejemplo, y el
verde esmeralda hay una diversidad intermedia tan extensa que parece imposible pueda
agruparse para formar un solo conjunto. Muchas veces se ligan de un extremo &aacute; otro extremo del espectro en gradaciones infinitas.
El P . Lacouture ha distinguido y clasificado
952 perfectamente definidas.
Los curiosos experimentos de M. Fer&eacute; han
demostrado que los colores ejercen una acci&oacute;n
muy sensible sobre el organismo; son m&aacute;s &oacute;
menos dinamog&eacute;neos, es decir, que excitan
hasta cierto grado la actividad muscular.
FEDERICO OLIVERAS Y ROSALES
\&raquo;A*A*A*A*A*A*A4^A4^A.IA^A.|iA&lt;I^A^A&gt;iA4^A4^A#A*A*A^A4A4'A^A'f'A&raquo;AlA4A'&raquo;/\^A4^A&raquo;A*/
^^(f&iacute;2mxieM&pound;/^Xax\^^
1 c; R I I F n P I A PAIX P A R m
l o , n u n . u c i i-rt r-rti.^., r / A n i o
2e^ c^xe^
Le monde &eacute;l&eacute;gant et fashionable de Paris se sert
&pound; &laquo; &laquo; f&iacute;e &lt;Jologite, Jinjicritilf,' S&lt;ip„Keti, savon sp&eacute;cial ;
Vreme (le JFraises et l'oiulre^ &uuml;e. iypr&iacute;H pour le t e l n t ;
&pound;a,t,.rt,itspourlemouchoiretlo vaporisateur: J&iacute;cfcy, KPI'&Iacute;&Iacute; *''•'&raquo;&quot;&laquo;'&quot;•-E&quot;&quot;'&quot;&laquo;&quot;'&iacute;'&quot;'&quot; pour leschevciix.
y&raquo;Vi'V*V&raquo;V&raquo;V&raquo;VW*V*V*\/&raquo;V*V*Vi^Vi'V*V*V*V*\/y7^^Vi^iV*V&raquo;V*V*V*V*v*V*V*V*^
Males &aacute;e Est&oacute;mago, Falta &aacute;&sect; Futr&iacute;as,
Ansmla. Dalanturas.eu.
FERFUMES SOLIDIFICADOS
de las E S E N C I A S ORIZA, b jo forma de L&aacute;pices
PERFUMANDO TODOS LOS OBJETOS sin mojarlos.
Doce olores exquisitos.
I&raquo;3E3RFXJiyi E &uuml; i - A . O R I Z A
de L. LEGRAND
P A . R I S . r u &laquo; D*K&gt;DOt.
T PannaolsB d* t
X X , r^laoe d e la JVtacieleine,
F'st.ir&iacute;s.
DEI'OSITO en BARCELONA en casa de UA Wl-i FOt^Tg^tA. .^4 '^wnudillers.
V E L O U T I N E FAY
~
El mejor y mas c&eacute;lebre polvo de tocador
P0LY8 DE ARROZ EXTRA
preparado con bismuto
perfumista
9, Ru&eacute; de la Paix, PAR&Iacute;S
CHOCOLATE MENIER
LA F A B R I C ^
MJIS SBAMOe
Teota: 50.01)0 KDos
752
LA ILUSTRACI&Oacute;N
NADIE QUIERE SEMEJANTE ANILLO
LAS &Uacute;NICAS
OR m &aacute; s de cien a &ntilde; o s , u n a c i e r t a familia de t r a b a j a d o r e s , q u e v i v &iacute; a en P a r f s , h a v e nido s u i c i d &aacute; n d o s e . D e p a d r e &aacute; hijo y de m a d r e &aacute; hija h a descendido un anillo de
oro, que se h a e n c o n t r a d o e n el dedo d e c a d a uno de estos s u i c i d a s despu&eacute;s de m u e r tos. E l a &ntilde; o p a s a d o se trajo 4 la Morgue el c a d &aacute; v e r de u n j o v e n , q u e se h a b &iacute; a suicidado y q u e t e n &iacute; a en el dedo el f a t a l anillo de oro. E s t e e r a el ultimo d e su r a z a . E l anillo
se e n t e r r &oacute; con el c a d &aacute; v e r , y n a d i e q u e s e p a la h i s t o r i a se a t r e v e r &aacute; &aacute; q u i t &aacute; r s e l o .
L a afecci&oacute;n m e n t a l de e s t a familia p r o c e d &iacute; a de un a n t e p a s a d o lejano, y fu&eacute; h a c i &eacute; n dose m &aacute; s i n t e n s a conforme se fu&eacute; r e c o n o c i e n d o , h a s t a l l e g a r &aacute; s e r u n a fuerza i r r e s i s t i b l e ; y s e a c e p t a b a el anillo con l a obligaci&oacute;n de que el q u e lo p o s e &iacute; a se s u i c i d a r a , sig u i e n d o el ejemplo d e l q u e a n t e s lo h a b &iacute; a l l e v a d o . E s t a clase de m a n &iacute; a se o r i g i n a , gen e r a l m e n t e , e n un d e s a r r e g l o d e l s i s t e m a n e r v i o s o , q u e &aacute; su v e z p r o c e d e de a n e m i a 6
p o b r e z a d e s a n g r e , u n o d e los r e s u l t a d o s d e n u t r i c i &oacute; n defectuosa.
U n a c a r t a r e c i e n t e de un c a b a l l e r o q u e v i v e en Norfolk c o n t i e n e lo s i g u i e n t e : Deseaba la muerte. Tenia miedo de la noche. Tenia miedo de estar solo y aborrec&iacute;a la sociedad. Tetnia que en una de esas horas de depresi&oacute;n
y aburrimiento
atentaria
&aacute; mi
vida con mis propias manos, sabiendo que muchos lo han hecho con igual motivo. L a s
h o r a s de la' n o c h e e r a n p a r a &eacute;l h o r a s de t e r r o r , s e g &uacute; n &eacute;l d i c e . Se v o l v &iacute; a y r e v o l v &iacute; a en
l a c a m a , p e n s a n d o si p o d r &iacute; a a m a n e c e r de n u e v o . E n este caso, no e r a n r e m o r d i m i e n tos de c o n c i e n c i a , puesto que no h a b &iacute; a cometido n i n g &uacute; n delito; la c a u s a es p u r a m e n t e
f&iacute;sica. S i n e m b a r g o , m u y g e n e r a l en I n g l a t e r r a , i n d i g e s t i &oacute; n a r r a s t r a n d o su l a r g a c a d e n a de c o n s e c u e n c i a s , y , e n t r e e l l a s , el d e s a r r e g l o n e r v i o s o .
Dice que la piel y los ojos h a b &iacute; a n p e r d i d o h a c &iacute; a a&ntilde;os su color, y con f r e c u e n c i a est a b a d e u n color a m a r i l l o f a n t &aacute; s t i c o y r e p u g n a n t e . E s t o s e d e b &iacute; a &aacute; l a p r e s e n c i a d e l a
bilis en la s a n g r e y en los tejidos, en donde n a d a t e n &iacute; a q u e h a c e r . P e r o como el h &iacute; g a do t o r p e y d&eacute;bil no pod&iacute;a d e s h a c e r s e de ella, no h a b &iacute; a otro r e s u l t a d o posible que el q u e
e x p e r i m e n t a b a n u e s t r o a m i g o . Con f r e c u e n c i a le dol&iacute;a l a c a b e z a , como si los e n e m i gos h u b i e r a n e s t a b l e c i d o en e l l a un o b r a d o r , y u n o s dolores se s u c e d &iacute; a n &aacute; o t r o s en todo s u c u e r p o , como si t u v i e r a , p o r lo m e n o s , la m i t a d de l a s e n f e r m e d a d e s de q u e se
o c u p a n los l i b r o s p o p u l a r e s de m e d i c i n a .
U n a cosa, y s o l a m e n t e u n a , t e n &iacute; a la c u l p a de todos e s t o s m a l e s , es decir, l a ponzo&ntilde;a l l e v a d a &aacute; la s a n g r e p o r el a l i m e n t o d e s c o m p u e s t o en el e s t &oacute; m a g o y los i n t e s t i nos. L o s p i e s fr&iacute;os, l a p &eacute; r d i d a d e a p e t i t o y a m b i c i &oacute; n , l a d e p r e s i &oacute; n m e n t a l , l a s e n s a c i &oacute; n
de c a n s a n c i o , el m a l g u s t o de boca, t o s s e c a , m a r e o s , p a l p i t a c i &oacute; n , debilidad, son polluelos q u e se h a n c r i a d o en u n m i s m o nido, y la m a d r e es s i e m p r e la i n d i g e s t i &oacute; n .
E l t i e m p o p a s a de c u a l q u i e r modo, como s i e m p r e , y a r i a m o s , y a l l o r e m o s , y e s t e
h o m b r e se lleg&oacute; &aacute; c a n s a r de u n a v i d a t a n p e n o s a . D e s e a b a l l e g a r a l fin, lo q u e no es de
e x t r a &ntilde; a r . L a &uacute; l t i m a c a r i l l a de l a c a r t a e s t &aacute; e s c r i t a de o t r a m a n e r a . Dice; &quot; C u a n d o m e
a c u e r d o d e lo q u e e r a y de lo q u e soy, a p e n a s puedo c o m p r e n d e r el c a m b i o . H a c e seis
m e s e s que e s t o y t o m a n d o u n a p r e p a r a c i &oacute; n l l a m a d a J a r a b e C u r a t i v o de la M a d r e S e i g e l ,
que h a o p e r a d o u n a revoluci&oacute;n c o m p l e t a en toda mi e c o n o m &iacute; a . U n o de m i s a r r e n d a d o r e s m e lo r e c o m e n d &oacute; y lo h e p r o b a d o p o r d a r l e g u s t o . A h o r a lo a l a b o y o y doy g r a c i a s
al q a e lo h a c e y lo a n u n c i a . Mis t r a b a j o s h a n t e r m i n a d o , y &aacute; los 57 a&ntilde;os m e s i e n t o t a n
l i g e r o , a l e g r e y a n i m a d o como u n m u c h a c h o en s u s v a c a c i o n e s . Digo &aacute; los m&eacute;dicos
que u n a v i e j a e n f e r m e r a a l e m a n a los h a d e r r o t a d o en su c a r r e r a ; y en c u a n t o &aacute; m&iacute; se
refiere, no m e lo p u e d e n n e g a r . Y a no m e a s a l t a n p e n s a m i e n t o s h o r r i b l e s de suicidio p o r e n c o n t r &raquo; r m u c h o s p l a c e r e s e n l a v i d a . Mi a g r a d e c i m i e n t o no p u e d e e x p r e sarse.&quot;
E l a u t o r de e s t a c a r t a c o n s i e n t e en q u e se publique todo lo q u e l l e v a m o s i m p r e s o ;
p e r o no q u i e r e q u e se h a g a uso de su n o m b r e , a l m e n o s p o r a h o r a , p o r r a z o n e s q u e
d e b e m o s r e s p e t a r ; p e r o l a s i n c e r i d a d e v i d e n t e d e l a h i s t o r i a l l e v a r &aacute; el c o n v e n c i m i e n to &aacute; toda p e r s o n a d e s p r e o c u p a d a .
Si el l e c t o t se d i r i g e &aacute; los S e &ntilde; o r e s A . J . W i t e , L i m i t a d o , de 155, Calle de C a s p e ,
B a r c e l o n a , t e n d r &aacute; m u c h o g u s t o en e n v i a r l e g r a t u i t a m e n t e un folleto i l u s t r a d o q u e
explique las propiedades de ese remedio.
E l J a r a b e C u r a t i v o de la Madre S e i g e l e s t &aacute; d e v e n t a e n t o d a s l a s F a r m a c i a s , D r o g u e r &iacute; a s y E x p e n d e d u r &iacute; a s de m e d i c i n a s del m u n d o . P r e c i o del f r a s c o , 14 r e a l e s ;
frasquito, 8 reales.
P
-
_
Contra las CON BEST ION ES, DOLORESf
RESFRIADOS.INFLUENZA^.aXa.
I N D I S P K N S A B I . E EN T O D A S I . A S r A M I L . I A 8 .
Ss nndt en otjat d&raquo; l&raquo;t&raquo; dt 10 ftq/ai, &raquo;n todu Itt Ftrmaolai d&raquo;l mundo.
EXIG-IB an c&iacute;da hoja el nombre y / a a a a g a a del I n v e n t o r . P. RIGOLLOT, 24.Avenue Victoria, PAHIS.
tantemente la perfecci&oacute;n de nuestros productos y continuamos f&iacute;eles al principio que nos
ha proporcionado nuestro &eacute;xito:
D a r el mejor p r o d u c t o al precio mas Tsajo p o s i t l e
Para eoitar toda confusi&oacute;n de los compradores, hemos mantenido Igualmente:
la unidad de la calidad
CHRISTOFLE ans {&laquo;tras que nuestra experiencia de una industria
nitgai girtntiai pin el eompridor. que hemos creado hace cuarenta a&ntilde;os nos
ha demostrado necesaria y suflciente.
La &uacute;nica garant&iacute;a para el comprador es no aceptar como productos
de nuestra casa aquellos que no lleuen la marca de fa&uuml;rica copiada
al lado y el nombre C H R I S T O F L E en todas letras.
O X X : R X 8 7 0 F Z J X : &raquo; o&raquo;. &quot;
OLLET es el remedio por exceins&oacute;mnio, cualquiera q u e sea
JAQUECA, NKUK&Aacute;I.GIA, FATIGA
llTACI&Oacute;.N NERVIOSA, TOS, ASMA,
GIUPl'E, INFLUENZA, ClC.
; de I'&Uuml;LLET procura un sueno
logo al sue&ntilde;o normal: su empleo
l)one a ninguno de los inconvenientes del opio &oacute; de la moruna.
&laquo; El JAR&iacute;VBE de FOLLET
es la mejor forma de admi- )
nistraci&oacute;n del doral; su conservaci&oacute;n es perfecta y, asi
aconsejado,no irrita en lo mas
m&iacute;nimo el esl&oacute;mago. &raquo;
O'OrinularLO de Teropcutica.)
PURIS, C&iacute;sa L. FRERE, A. Cliampi&uuml;Dy j CSS'
19, r. Jacob.-Ventn en todas las farm&iacute;icias.
BOYAL WINDSOR
En el
vaso
afinnativo
E m p l e a d el ROYAl
WINDSOR, e s t e e x oelentisimo producto, devuelve a
los cabellos b l a n I.COS s u color p r i I m i t i v o y la h e r mosura
natural
de la juventud.
D e t i e n e la c a &iacute; d a ' d &eacute; &iacute; c d b c l l o y h a c e d e s a p a r e cer la c a s p a E a el faOLO R e s t a u r a d o r d e l
cabello p r e m i a d o . R e s u l t a d o s i n e s p e r a d o s . —
V e n t a s i e m p r e c r e c i e n t e . — E.xiinse sobre los
frascos las palabras R O Y A L W I N D S O R . —
Vendase en las Peluquer&iacute;as y l'crl'ianerias en
frascos y nieilios frascos.
DEPOSITO PRINCIPAL :22, ru&eacute; &uacute;e l'Echiquier, Par&iacute;s
So env&iacute;a fvsinco, a toda persona que lo pida el Prospecto
cui.t(.niendo pormenores y ateaiaciones.
PARA
FONDAS, CAF&Eacute;S, ETC.
Perfumer&iacute;a
IX&Oacute;RA
DB
Ed-Pinaud
JABOH
4. IXORA
ESENCIA
&lt;• IXORA
AGD&Aacute; de TOCADOR A. I X O R A
POMADA
d. IXORA
ACEITE pan &laquo;IPtlod. I X O R A
POLVOS de ARROZ i, I X O R A
COSI&Eacute;TICO
&laquo;IXORA
TINAGRE
I. IXORA
PARFUMERIE
D E F . C H &Eacute; R O N Y C'% P a r &iacute; s
&Uacute;NICOS
GOMB^ULT
ULTIMA NOVEDAD
GOMBAULT
FABRICACI&Oacute;N Y PROPIEDAD EXCLUSIVAS
Exiffir
la marra y ci nombre
•jc'jk.Tsxa.
^ Kuesiro rspresenianie es al Sr, D. PEDRO LLI8RE, calle de Fernando Vil, n.&deg; 1,-Barcelona St-
3f, BouLiTJUiD DI snuraouRG, 37
ESPECIALIDAD
GOMBAULT
EXTRANJEROS
DOS
Sin quB nos preocupe la competencia &uuml;e
precio
que no puede hac&eacute;rsenos, sino con
GRANDES PREMIOS detrimento
&uuml;e la calidad, mantenemos consLA MARCA
FABRICA
J3X&iexcl;
u USPAi&Ntilde;A
los ANUNCIOS
PCL
ATER&Iacute;A CHRISTOFLE
U B I E R T O S C H R I S T O F L E plateados sobre metal blanco
C U B I E R I O S Y DEM&Aacute;S ART&Iacute;CULOS DE MESA
,^vca de K i / , , ;
de recibir
&iquest;Ten&eacute;is Canas?
(.Ten&eacute;is Caspa?
&iquest;Son vuestros Cabellos d&eacute;biles &oacute; caen?
SINAPISMO RIGOLLOT
drposilailii
EXPOSICI&Oacute;N UNIVERSAL dt &Iacute;8S9
CLOROSIS
CONSUNCI&Oacute;N
r e p r e s e n t a e x a c U m e n t e el hierro c o n t e n i d o l
en la e c o n o m &iacute; a . E x p e r i m e n t a d o p o r l o s l
p r i n c i p a l e s m &eacute; d i c o s d e l m u n d o , pasa I n m e d i a t a m e n t e c u la s a n g r e , n o o c a s l o n a i
e s t r e &ntilde; i m i e n t o , no fatiga el e s t &oacute; m a g o , no e n n e - l
&iacute;&iacute;rece lo.s d i e n t e s . — l&oacute;nims! Ydit&iacute; goljs &laquo;n tida (omidj.T
Kiijaselalerd&iacute;d&iacute;ri&iacute;sfea.-Oei'enfa en (o&iacute;as lat Farmacias
Potlafor; 4 0 y f t 2 , S a e S t - Z i a z a r e , P A S X S ' .
&gt;V*''
CASAS encargadas
para este peri&oacute;dico, son: Par&iacute;s, L'AGEN CE HAVAS, 8, place de la Bourse.—Madrid,
SOCIEDAD GENERAL DE ANUNCIOS DE ESPA&Ntilde;A, Alcal&aacute;, 6 y 8.
EL CELEBRE RESTAURADOR DEL CABELLO
4Si
el HIERRO BRAVAIS,
ANEM
( yp r• ^^
ANEMIA
I
•nrmrr.Tr.AT^
IB&Eacute;RICA
SUCESORES
DE
GOMBAULt-DESCLERCS
C a s a F u n d a d a en 1836
D E V E N T A en los principales ilmicenes do P L A T E R &Iacute; A , Q U I N C A L L E R &Iacute; A , P O R C E L A N A , e t c .
Illi'OltT.&iacute;KTE,
— En vista
de las numerosas
falsificaciones
de
art&iacute;culos,
suplicamos
&aacute; loa compradores
que r e c J i &uuml; z e n los que no
la maTca
d i s e &ntilde; a d a a l xnarfiren, J a q u e s e compone
de una &reg; e n u n
coronado,
y el nombre
GOMBAUL.T&gt;
nuestros
lleven
escudo
Paris-Caprice
Nueva Creaci&oacute;n
fiELLfi
FRSRES
e , Avenue da l'Op&eacute;ra
PJlL.XtX&raquo;
5 &pound; ? ! H &iacute; L 1 5 Z 5 ^ &pound; i &aacute; 5 i _ ^ ? ! ! : $ &iacute; l i &iacute; 2 t P ' - ' ^ ^ ' e d i t o r - P &iacute; a s ; &raquo; T e t u &aacute; n , 60.—Las r e c l a m a c i o n e s en Madrid, &aacute; D . M A N U E L P L A Y V A L O R : A n c h a de S a n B e r n a r d o , n . &deg; 19, p r i n c i p a l
•€
RESERVADOS LOS DKRKCHOS D E PROPIBDAD ART&Iacute;STICA Y L I T E R A R I A
BsTARLKciuiKNTo TiPouTor.RArico tDiTORiAL DI L A I L U S T R A C I &Oacute; N
-I-
I N S &Eacute; R T E S E &Oacute; NO, NO S E D E V U E L V E NING&Uacute;N ORIGINAL
I B &Eacute; R I C A : P L A Z A D I T B T V &Aacute; N , 60, — B A R C E L O N A
&gt;
Descargar