us:fífHaoTsf K éi?i<Mi 'SEMANARIO CIENTÍFICO. LITERARIO Y ARTÍSTICO HENDRICKA STOFFEIiS. (Retrato do Rembraadt.—Grabado de Jonnard) LA ILUSTRACIÓN IBÉRICA 738 SUMARIO TKITO: Madrid, por Knsabjil,— Cosas del dia.—¿Qué es el cielo? (poesía), por Antonio Osete.—Nuestros grabados.—Moralejas, pjr Estanislao Maestre. — Lecturas, yoc Clurín.—Diversiones públicas, por A. Sánchez Pétez.—Vida y muerte, por el Abate J. de Monfort.—El principio de la vida y el ¡Homo Sapiens!, por Federico Oliveras y Rosales (continuación.) GRABADOS: Hendricka Stoffels. — San Petersburgo: La Perspectiva Newsky, La muerte del Czar: El pueblo leyendo el parte oficial. O^cio de Difuntos en la Catedral. Misa de Difuntos en el Mercado.—Brando iCórceg-a''.—Iglesia de San Victor (Marsella),—Las primeras I osas.—'Una voz repetía en el silencio de la noche: "—El mundo es vasto",—Romanza nueva,—Arte industrial,—El faro. MADRID Comienza el invierno.—Iioa poetas.—IiO que se veía venir.—Bula masa d é l a sang:re.—I<a diosa Cibeles.— lias reformas y los alcaldes.—Uno como pocos. L invierno, adelantándose á la fecha que le E marca el almanaque, ha comenzado en Madrid después de un otoño dulce y apacible, y ya hierve, al anochecer, en los salones aristocráticos el agua que llena la argentada tetera donde van los elegantes á buscar, después de paseo, la taza del aromático y confortable liquido, que se sorbe con gusto entre las malicias de la murmuración benévola. Nuestros padres tomaban chocolate al declinar el día y antes de rezar el rosario, y nosotros preferimos el te y un poquito de murmuración, con lo que tendremos de hacer más larga parada en el purgatorio, si Dios, que es muy misericordioso, no lo remedia. Con las tertulias vespertinas, las sesiones de los cuerpos legisladores y los turnos del Real, ha vuelto la animación de la vida madrileña, y —cosa rara en un fin de siglo tan prosaico—ha comenzado concediendo atención á los poetas, porque se venden muchos tomos del libro de Grilo titulado Ideales, pagando por cada ejemplar cinco duros, y se leen y se elogian las poesías que otro insigne poeta andaluz, Manuel Reina, ha reunido en un precioso libro titulado La vida inquieta. Esto prueba que no tenían razón los sabios precoces que decían, no hace mucho, en el Ateneo, que la forma poética estaba llamada á desaparecer, y demuestra que la poesía existirá mientras haya corazones y almas sensibles en el mundo. Inglaterra ha avanzado en el camino de todos los progresos, sin dejar de saborear los versos tiernos y delicados de Tennyson, cuyos poemas y leyendas no faltan en ningún lugar verdaderamente británico. Francia, en medio de las rudas luchas en que ha estado empeñada en lo que va de siglo, ha tenido tiempo para escuchar y aplaudir á Víctor Hugo y para extasiarse con Alfredo de Musset. Italia nos ha encantado con Leopardi, y de las nieblas de Alemania nos han venido sin cesar los ecos dulcísimos de la poesía.En lapatria de Lope y de Calderón podrá haber épocas en que sea mayor ó menor el entusiasmo por los poetas; pero no se extinguirá nunca el culto á los que nos han proporcionado tantas satisfacciones y tantas glorias; y en la cuenta que la historia abra al siglo xix los nombres de Quintana, de Alberto Lista, de Juan Nicasio Gallego, de Zorrilla, de Hartzembusch, de García Gutiérrez, de Tassara, del duque de Rivas, de Nicomedes Pastor Diez, de Selgas, de Campoamor, de Núñez de Arce, de Bernardo López García, de Manuel del Palacio, de Grilo, de Reina, dé Ferrari y de otros muchos, arrojará saldos en favor de un tiempo en que no se ha olvidado un solo momento el culto á la poesía, y en el cual el cantor de la oda á la Imprenta fué coronado en el Senado, y el evocador sublime de las ruinas y de las tradiciones de la patria recibió honores reales en el palacio encantado de la Alhambra, por él tan maravillosamente ensalzado, Estas noches se representa El Irovador en el teatro de Novedades, ante un público numeroso que aplaude entusiasmado á Leonor y á Manrique; y al escuchar los aplausos arrancados por los versos sublimes de uno de los genios más inspirados del romanticismo se puede decir: —¡Aún hay patria, Veremundo! *% La política ha comenzado con vientecillos de fronda que animan los .palacios donde discuten y deliberan los cuerpos legisladores; los periódicos discuten demasiado personalmente cuestiones que no debían salir de los límites del interés general, y esto crea un malestar que perturba relaciones que, aun entre adversarios, han tenido un carácter de cordialidad y de cortesía que nos han envidiado siempre los extranjeros. En las cortes españolas no se han presenciado, ni aun en los tiempos de mayor exaltación de las pasiones, escenas tan violentas como las promovidas en la Cámara portugue sa por un diputado que, sin respeto á su investidura de representante del país, ni á su carácter de sacerdote, ha arremetido á puñetazo limpio contra los consejeros de la Corona. En nuestra prensa no son, por fortuna, frecuentes esos ataques personales que vemos en la de otros países, y que penetran hasta en la vida privada del adirersario, y que hacen de la existencia un continuo campo de batalla, sin que se pueda vivir de otra manera que con el arma al brazo ó con el papel sellado dispuesto para acudir á los tribunales de justicia. Y, aunque la pasión de un momento perturbe estas buenas costumbres, volverán á restablecerse después del ardimiento, porque están en nuestro carácter y en nuestro temperamento y porque á todos nos convienen. No hace mucho tiempo señalaba yo en estas modestas crónicas mías los peligros á que corría la prensa de gran circulación exagerando su papel de censora y de moralizadora de la sociedad y queriendo forzar, con la mejor buena fe, los sucesos, á fin de mantener siempre en tensión los espíritus, proporcionando diarias emociones. Los resultados no se han dejado esperar, y se están viendo estos días las consecuencias de unir á las censuras contra abusos arraigados en las costumbres y que deben condenarse enérgicamente los nombres de personas. Se puede y se debe combatir el juego; pero yo creo que no le es lícito á ninguna publicación citar los nombres de los jugadores y de las cantidades que han perdido, porque esto ya no es atacar al vicio, sino á la persona. A la Hacienda española se la defrauda de mil maneras, No hay propietario, por rico y acaudalado que sea, que si puede ocultar unas cuantas tierras para que no paguen contribu ción no lo haga; no hay quien no ponga enjuego ardides é influencias para pagar una cuota inferior á la que le corresponde; las prescripciones acerca de los sellos en los recibos, cuentas y contratos se eluden casi siempre por tácito acuerdo entre los que contratan ó entre los que cobran y pagan. No hay dama, por linajuda que sea, que al llegar el otoño no haga algo de contrabando en la frontera, procurando pasar de ocultis las galas y las ropas que con perjuicio de la industria nacional compró en el extranjero. Y á los municipios les sucede lo que á la Hacienda en general: todo el que puede se hace matutero, procurando eludir el pago de consumos. Este es un grave defecto de nuestro carácter nacional que redunda en perjuicio de los intereses generales del país, que si no cobra lo que necesita, no puede atender á sagradas obligaciones. Hay, pues, que censurar los abusos, que procurai- por todos los medios buenos corregirlos y remediarloSj modificando las costumbres y haciendo comprender que el bien de todos y el bien de la nación están por encima de los intereses particulares, y que no puede haber pueblo bien administrado y bien regido si los ciudadanos no inspiran sus actos en el cumplimiento de sus deberes. Pero querer hacer á uno solo ó á unos pocos lo que es defecto de todos, esto no puede dar lugar á otra cosa que á ruidos y á escándalos que á todos nos conviene evitar. En España, que se sufren pacientemente muchas cosas, no se sufren con resignación las imposiciones, vengan de donde vengan, pareciéndonos algo á los griegos, que se cansaron de Arístides á fuerza de oírle llamar el Justo, Por justo, por magnánimo, por sabio que sea un hombre, como oigamos hablar mucho de él nos molesta, Por buenos, por prudentes y de conveniencia moral y material que sean los consejos que nos dan, nos sublevamos si nos los dan á diario y con tono de sermón. Todo esto será muy malo, y sería mejor que fuéramos más dóciles y apacibles, dejándonos llevar por el buen camino, por donde desean conducirnos los que desinteresadamente se empeñan en nuestra perfección; pero, como dice nuestro pueblo, lo que está en la masa de la sangre no puede contrarrestarse, y, al ñn y al cabo, nos domina y avasalla. » * * Y lo mismo sucede en las cosas grandes que en las cosas pequeñas. La fuente de la Cibeles está muy mal donde actualmente se halla; pero basta que el Ayuntamiento haya decidido cambiarla para que todo sean burlas y cuchufletas contra la corporación municipal, que tenía, en verdad, otros asuntos más interesantes en que ocuparse. Cuando la mitológica diosa, que desde su carro de piedra tirado por leones ha presenciado tantos y tan trascendentales sucesos de la coronada villa, ocupe el lugar que se le destina, estará mejor que al lado del Ministerio de la Guerra y en el abandono que la dejó la demolición de la Inspección de Milicias. Quizá entonces guste la reforma y se aplauda; pero, mientrastanto, no han de faltar censuras, como cuando se abrió en el Parque de Madrid, antiguo sitio del Buen Retiro, el paseo de coches, que es hoy una de las bellezas de la capital, y como cuando se prolongó la Castellana. Si no se hubieran desdeñado las protestas y declamaciones de muchas gentes, estarían todavía en pie los conventos de la Merced, Agustinos, Recoletos, la Victoria, San Felipe el Real, Espíritu Santo, San Bernardo, Capuchinos de la Paciencia, San Felipe Neri, Agonizantes de la calle de Atocha, Monjas de Constantinopla, la Magdalena, los Angeles, Santa Ana, Pinto, Caballero de Gracia, las Baronesas y muchos más que se han derribado después de 1836 para hacer plazas, mercados y edificios públicos y particulares. Lo que hay es que, para hacer reformas, los municipios y los alcaldes necesitan tener autoridad bien ganada y nombre de prestigio y respetabilidad como la tenía el inolvidable don Joaquín Vizcaíno, marqués viudo de Pontejos. Aquél fué un alcalde de verdad, salido, como dice Mesonero Romanos, de la parte más culta, ilustrada y vital de nuestra sociedad, conocedor práctico de los deseos y necesidades de la población, observador diligente de los adelantos de otras naciones, dotado de una mirada certera, de un instinto de buen gusto y de un don de autoridad irresistible, de una franqueza y caballerosidad de trato singulares, sin concejales á quienes adular para que no le diesen disgustos, sin vanidad que satisfacer y sin otras miras que las del bien público. Por eso pudo hacer tantas cosas buenas y útiles para Madrid en el tiempo demasiado breve en que fué corregidor de la villa; pero hombres como D, Joaquín Vizcaíno no abundan, y, aunque haya algunos, no se prestan á ir al destartalado caserón de frente á la torre de los Lujanes, que tanto necesita ser venti:i3do..'...,::'.;, ,•„,.;.: ];• KASABAL LA ILUSTRACIÓN IBÉRICA COSAS DEL DÍA RECUERDOS DEL CZAR ALEJANDRO III El czar Alejandro III habrá de figurar, sin duda, en la historia en lugar muy preeminente, pues hizo mucho y bueno, y, en cambio, habló poquísimo. Subió al trono ignorándose por completo qué tendencias abrigaba: sabíase únicamente que era hombre de carácter muy serio, esposo ñel y buen padre de familia. Durante la guerra con Turquía (1877) se había distinguido mandando el cuerpo de ejército de Rustchuk, aceptando sin replicar un papel poco airoso, pues su misión debía limitarse á contener con 50,000 hombres al formidable ejército otomano, cubrir el sitio de Plevna y mantenerse á la defensiva, á las órdenes del Gran Duque Nicolás. Con todo, pudo, á pesar de ello, alcanzar alguna gloria, como cuando se apoderó de Rasgrad y de Eski Djama; mas ni aun así logró prendarse de la guerra. Le impresionaba más la vista de un convoy de heridos que los favores de Belona. Terminada la guerra, continuó dirigiendo la publicación de la Colección de Sebastopol, repertorio de narraciones hechas por los supervivientes del famoso sitio, y de los voluminosos tomos de la Sociedad imperial de historia de Rusia, cuya presidencia ejercía, al mismo tiempo que, en otro orden de trabajos, preparaba el renacimiento de la flota del mar Negro, gloriosamente echada á pique por los rusos en 1854 para cegar el puerto de Sebastopol, El Czarevitz Alejandro publicó, con dicho objeto, un artículo en el Golas, abogando por la construcción de cruceros y torpederos en lugar de los estrafalarios popovki, barcos de hierro redondos é inútiles, invención del almirante Popof. Y al escribir el artículo, obedecía el futuro czar al sentimiento popular de los rusos, exasperado ante la amenaza de una intervención de Inglaterra, Alemania y Aus tria para obligar á Rusia á conformarse con lo acordado en el tratado de Berlín, es decir, con aquel imperdonable escamoteo de lo pactado en el tratado de San Stéfano entre Rusia y Turquía, como resultado de la victoria de aquélla. Porque lo que hizo Bismarck en Berlín con Rusia (para agradar á Inglaterra y fastidiar al czar) fué un verdadero timo... diplomático, que Rusia no podrá perdonar jamás, jamás. Cesó la guerra de Rusia con Turquía y empezó la guerra de los nihilistas con el czar. Alejandro II, que no se distinguía por la fijeza de sus opiniones, varió una porción de veces de política: ora apelaba á la represión, ora á las concesiones. Por fin, avínose al parecer de Loris Melikoff (aquel talentudísimo general, armenio, que se había ilustrado derrotando á los turcos en Erzerum y exterminando la peste en Astrakán), y aceptó el plan de reformas que le sometió: agregación al Consejo de Estado de una Comisión General, compuesta de representantes de los Consejos Provinciales y de los principales municipios, nombrados unos por el Gobierno y elegidos otros por las respectivas corporaciones. El día 13 de marzo de 1881, el czar decía á la princesa luricowska: "Acabo de firmar un papel que espero producirá buena impresión y hará comprender á Rusia que le concedo todo lo posible". Dos horas después el czar caía despedazado por las bombas nihilistas. Así murió el que emancipó á los siervos, el que libró del yugo otomano á los cristianos del SE., el que por la mañana acababa de firmar una Constitución para Rusia. En tan terribles circunstancias subió al poder Alejandro III. Tal era el terror que reinaba en la corte, que el reciente czar hubo de apresurarse á designar á su hermano Vladimiro como regente, en caso de una nueva des gracia, mientras llegaba á mayor edad su hijo, que sólo contaba á la sazón trece años, Alejandro III, sin embargo, quiso respetar la voluntad de su padre, y envió el proyecto de Constitución á informe del Consejo de Estado, Los consejeros se dividieron: unos votaron en pro y otros en contra, después de una ardiente discusión. Todo el peso de la resolución recaía, pues, por entero sobre el nuevo reinante. Estaban contra la Constitución el ministro Pobiedowostsef y el influyentísimo periodista Katkof. El pueblo ruso, receloso siempre de innovaciones, tradición alista empecatado, se mostraba contrario á la reforma; los liberales 739 medidas; purificóse el personal escolar, y se les puso un inspector, de quien depende la concesión de las becas. Con todoi no hay que creer que hayan sufrido por eso los fueros de la ciencia ni haya disminuido el concurso de estudiantes: eran éstos, en 1877, cosa de 5,000; en 1886 llegaban á 14,000. Igual proporción se observa en los Institutos ó Gimnasios, con la curiosa particularidad de hallarse matriculadas en ellos 86,000 señoritas. En 1877 había 464 gimnasios. Ese número es hoy de 1,016, habiéndolos hasta en la frontera de la China y en el Turkestán. La instrucción primaria ha alcanzado proporcional desenvolvimiento. En hacienda hizo el difunto czar admirables BRANDO (CÓRCEGA.) formabanuna ínfima, aunque ilustradísima, mi- cosas: favoreció la fundación de un Banco tenoría. Y además.., ¿quiénes eran los liberales? rritorial de los nobles, de grande utilidad á ¿Eran los que se contentaban con una modes los propietarios, que con la emancipación de tísima reforma? ¿Eran los que suspiraban per los siervos se veían en apuros para hacer culel régimen representativo? En cuanto á los ni tivar las tierras, y de un Banco territorial de hilistas, no rezaba nada con ellos, pues ya de los labradores, que ayudó á los campesinos á cían que su aspiración no era reformar, sino pagar á los antiguos señores la redención de la destruir, volver la sociedad al estado amorfo, servidumbre. Así consiguieron quedar absolupara que sufriese una nueva cristalización... ó tamente libres de todo gravamen más de 3 mino la sufriese. llones de labradores, En 1884, el czar suprimió la capitación (imMucho meditó el czar; muchos consejos oyó. Por fin, tomó su resolución: no haría conce- puesto ruso establecido en España con el nomsión alguna, no disminuiría en lo más mínimo bre de cédulas personales) para los contribusu poder autocrático. Así decía el manifiesto yentes más pobres. imperial del 11 de mayo. El día 14, el Comité En 1886, el czar había distribuido á 190,000 Ejecutivo nihilista hacía saber que aceptaba el familias, procedentes de las provincias más sodesafío. Desde 1881 á 1884 menudearon los brecargadas de población, 1,200,000 hectáreas atentados de los nihilistas. Por fin, se consi del patrimonio imperial. Estas medidas y su guió domarlos, y el último decenio transcurrió comportamiento, cuando el hambre de 1892, le tranquilamente, aunque sería inexacto decir valió el honroso nombre de el czar de los camque el nihilismo ha quedado aniquilado. pesinos. En el terreno de los progresos materiales no Ha muerto el emperador que no quiso conceder una Constitución, y se da el caso singu- ha sido menos fecundo el reinado del difunto lar de que 100 millones de hombres lloren czar. A su advenimiento contaba Rusia con 22,000 kilómetros de vías férreas: hoy cuenta amargamente su pérdida, El czar Alejandro III fué, en efecto, la más con 30,000, sin concluir la línea finlandesa, la acabada personificación del autócrata: la pren- línea transcaucásica, ni la línea transibérica. sa quedó sometida al régimen de tres adver- Esta última pondrá eú comunicación á Moscou tencias; después de haber incurrido en las tres, con el Pacífico, y tendrá triple longitud que el el periódico es objeto de previa censura, y famoso transcontinental norteamericano. No hablamos de los progresos alcanzados de puede ser suprimido por resolución ministerial. Los Consejos provinciales, ó semstva, creaCON RAZONÍ dos por Alejandro II, quedaron subordinados Aun con capa y pantalán, á los gobernadores. chaleco y sombrero íiongo, • Los Ayuntamientos rurales dependieron de seréis feos con razón :, un funcionario administrativo, el natchalisck, si no empleáis el Jabón «•;> jefe de cantón. de los PRINCIPES DEL CONGO. Las Universidades fueron objeto de severas Víctor Vaissier, place de l'Opíra, 4, París. SAN PETERSBURGO: LA PERSPECTIVA NEWSKY, CON EL ALMIRANTAZGO EN ÚLTIMO TÉRMINO PALACIO DE PETERHOFF LA MUERTE DEL CZAR EL PUEBLO DE SAN PETERSBURGO LEYENDO EL PARTE OFICIAL EN LOS PÓRTICOS DEL MERCADO SAN PETERSBÜRGO: OFICIO DE DIFUNTOS EN LA CATEDRAL DE SAN ISAAC MISA DE DIFUNTOS EN EL MERCADO 742 la organización del ejército y la marina, por requerir más espacio del que disponemos: baste decir que, en pie de paz, el ejército se compone de 751,000 soldados y 30,574 oficiales y clases, 140,000 caballos y 35,000 carruajes. Con las primeras reservas, el efectivo llega á millón y medio, pudiendo, gracias al sistema de movilización, aumentarse en pocos días con la segunda reserva. El armamento, las fortificaciones, la higiene, están al nivel |de los países más adelantados. El servicio total en activo y en la reserva dura diez y ocho años. La autocracia del czar tuvo ancho campo en que ejercerse con la rusificación de las provincias de frontera (Finlandia, Polonia, las provincias bálticas); procedimiento que cada uno apreciará según su criterio. Sin embargo, los alemanes, que son los que más gritan, deberían acordarse de su germanización de Alsacia-Lorena. También se quejan bastante los 4.700,000 judíos que hay en Rusia. La rusificación, discutible en punto á su bondad en las antiguas é ilustres nacionalidades que hemos citado arriba, ha producido, en cambio, los mejores resultados en las inmensas comarcas rusas del Asia Central y el Turkestán. La política exterior del czar ha estado basada asimismo en la más ¡pura autocracia, unida auna habilidad de primer orden. Alejandro III no podía olvidar la jugarreta de Bismarck en el Congreso de Berlín; el escamoteo del botín de Turquía, la atroz rapiña de las victorias de Skobeleíf y de Totleben. La partida había sido más que serrana: en lugar de las brillantísimas ventajas consignadas en el tratado de San Stéfano, se obligaba á Rusia á contentarse con una miserable rectificación de su frontera de Besarabia, mientras que el Austria é Inglaterra, que habían mirado los toros desde la barrera, se calzaban respectivamente con la Bosnia y la Herzegovina y Chipre, y que, para colmo de irrisión, aquellas ingratas nacionciUas libertadas por los rusos, Rumania, Serbia, Bulgaria, volvían la espalda á aquel á quien se lo debían todo, para seguir las inspiraciones de Viena. A pesar de ello, aún consintió Alejandro III en renovar en 1884 (en Skierniewice) el pacto de los tres emperadores, pero no como antes, sino garantizando á Bismarck la neutralidad de Rusia solamente en el caso de una guerra de Alemania sola contra Francia; neutralidad que tanto le había valido á Bismarck en 18701871, y á la cual correspondió con su zancadilla del Congreso de Berlín en 18''8. Realmente, lo mismo Alemania que Austria, abusaban de la paciencia del czar, y ya á éste comenzaban á atufársele las narices con las insolencias de Bismarck. Resultado: la reanudación de las relaciones diplomáticas con Francia (otoño de 1886). Como la neutralidad benévola de Rusia, pactada en Skierniewice, finía en 15 de septiembre de 1887, quiso aprovechar Bismarck la ocasión para armar camorra á Francia, jurando que esta vez le había de dar una sangría suelta. Buscóle, en consecuencia, las cosquillas por todos los medios; Alejandro III se enteró, ó le enteró el embajador francés M. Laboulaye, dispertándole á altas horas de la noche. El gigante se levantó de la cama, tuvo á menos decirle nada á Bis marck, y envió una carta autógrafa al emperador Guillermo, por conducto de un ayudante. Guillermo se dio por convencido, y mandó á Bismarck pusiese en libertad á monsieur Schnabelé, motivo de la querella. Bismarck, bramando de furor, quiere vengarse, y hace una guerra de bajo vuelo á Rusia, hasta que, desesperado, forma la Iriple Alianza (marzo de 1887.) El día 18 de noviembre, el czar, obligado por una ceremoniosa promesa, va á Berlín, y Bismarck tiene la barra de solicitar una audiencia de Alejandro III. Bismarck, que había tomado el pelo al Austria con la cuestión de los ducados, que se había quedado con Napoleón III en la entrevista de Biarritz, y había reventado á Alejandro II en el Congreso de Berlín, creía, sin duda, rifarse á Alejandro III (y perdónesenos lo bismarckiano del lenguaje); LA ILUSTRACIÓN IBÉRICA pero el grande acróbata se encontró con la horma de su zapato, y el canciller de hierro se topó con un gigantazo de acero. El grande hombre salió de la entrevista con una cara más larga que la Cuaresma. Nuevas insolencias contra Alejandro III en 1888. "Nosotros los alemanes sólo tememos á Dios", decía con majeza el canciller de Guillermo I; y Francisco José felicitaba al prínci pe de Bulgaria, Fernando de Coburgo. Las cosas caen del lado á que'se inclinan. Rusia y Francia debían acabar por entenderse y se entendieron. Mientras Bismarck, jefe supremo de la Banca alemana, ordenaba que no se admitiesen como garantía de nada los valores rusos, Francia cubría en 1887 un primer empréstito ruso de quinientos millones, repitiéndose la cosa en 1889 y 1890: total, tres mil millones de francos de dinero francés, La republicana Francia y Alejandro III se entendieron perfectamente. Francia se había encontrado aislada desde Sedán; Rusia se había visto sola desde 1887 á 1891: en julio de este año, cuando la escuadra francesa fué á Cronstadt, quedó constituida la ALIANZA franco rusa, alianza pacífica. Un capricho de Alejandro III hubiera podido desencadenar la guerra, en la más firme seguridad de contar con el írenético entusiasmo de Francia. El czar (el buen gigante), despre ció los ladridos de los gozquecillos, y se mantuvo sereno: no quiso la guerra. Cosa que Eu ropa le debe agradecer. Hasta 1891, la paz había estado á merced de un Bismarck, de un Crispí, de un Stambuloff; desde 1891 estuvo en manos del czar. Y el czar la conservó, y por eso su muerte ha sido sentida no solamente en Rusia y en Francia, sino también en el mundo entero, por cuantos se precian de hu manitarios. Sin exagerar nada, puede decirse que Alejandro III ha realizado el ideal de un rey cris tiano á la antigua y de un soberano patriota á la moderna. ¡Descanse en paz el buen gigante! escena Hendricka Stoffels, aldeana de Ransdorp, & quien algunos ¡laman la mujer de Rembrandt. No era tal, sino la niñera de Tito, el único superviviente de los hijos habidos en Saskia. La primera vez que se oye hablar de Hendricka es con ocasión de declarar como testigo, en cierto litigio sostenido por Rembrandt, en 1649. En 1654, Hendricka tiene una hija, á quien Rembrandt pone el nombre de Cornelia, en memoria de su madre. Desde entonces, la aldeaniUa de Ransdorp ocupa encumbradísima posición en el arte, figurando en diversos cuadros del mago, amén del retrato que reproducimos ho)- y cuya fecha es de 1654. No tenía Hendricka nada de bonita; pero su rostro era gracioso y franco. No sabía leer ni escribir; mas esto no fué obstáculo á que al llegar los terribles días de la quiebra de Rembrandt se condujese con admirable abnegación y valor; en su testamento, Rembrandt la legitimó como esposa. La conducta de Rembrandt puede explicarse, sabiendo que Saskia le dejó usufructuario de sus bienes mientras no contrajese segundas nupcias. Ese retrato de Hendricka fué comprado, ne ha mucho, en 5,500 libras esterlinas por Mr. Mac-Ewan, y donado á la Galería Nacional de Escocia. MARSELLA.—BRANDO La iglesia de San Víctor, cerca del fuerte de San Nicolás, es el único monumento medieval que haya quedado en Marsella. Esta iglesia es lo último que subsiste de un antiquísimo é importante monasterio fundado por San Casiano en el siglo v y destruido por los sarracenos. En 1040 fué reedificado, pero solo en parte, restaurándolo por completo; en 1350, el papa Urbano V, que había sido abad de San Víctor. El papa le dotó de altas y cuadradas torres que dan al templo el aspecto de una fortaleza, como si Urbano V pensara en la posibilidad de que a'gún día tuviese el monasterio que sostener un sitio. Esta iglesia contiene unas catacumbas donde es fama que pasó Lázaro, el resucitado, los últimos días de tu segunda vida, y se honra también con una vieja imagen negra de la Virgen, atribuida á San Lucas, aunque algunos críticos se empeñan en que es obra de un hábil escultor bizantino. Brando, en Córcega, á 10 kilómetros al N. de Bastía, y á corta distancia del mar (en la costa oriental de la isla), es una villa pintorescamente situada al pie de unas hermosas montañas. Extráense de sus canteras bloques de caliza para baldosas; prospera la industria de las conservas de tomate, y en sus cercanías hay una cascada y unas magníficas grutas de estalactitas, ARTE INDUSTRIAL ¿QUÉ ES EL CIELO? Me preguntas con afán: — ¿Qué es el cielo?— y yo, poeta de imaginación inquieta, cometer temo un desmán. Pero, por saciar tu anhelo, fuera ciencia, en esto vana, te diré con frase llana lo que para mí es el cielo. Cendal de bordado tul que nadie á medir alcanza; bello como la esperanza y, como la mar, azul. Esas alígeras nubes blancas, rosadas y oscuras son aéreas cabalgaduras donde viajan los querubes. Y ese sol, que lleva en pos tanta luz y tanta vida, es una piedra caída de la corona de Dios. ANTONIO OSETE NUESTROS GRABADOS Reproducimos hoy aTgunas notables obras de raetalistería adquiridas recientemente por el Museo de Birmingham en la venta de la colección Magniac. Uno de los objetos más notables es una cerradura de cofre de hierro cincelado, obra de 1480, la cual constituye un peregrino ejemplar de cerrajería gótica. En la división del centro hay un dosel saledizo decorado con una preciosa tracería que supera el grupo de Crucifixión, y debajo una estatuíta de Santiago. Igua'mente notables son los relicarios de plata sobredorada y de cristal de roca, la urna de plata y los objetos de asperón 6 terre de pipe de Flandes. La mesa, la arquimesa y el bufete son obras modernas, salidas de los talleres de Collinson, de Londres. MORALEJAS Fué á sacarse una muela Paco Anglada, y le rompió el dentista una quijada; y por meterse un diente Cosme Anchía, le estropeó el dentista media encía. Aprende aquí, lector, y, aunque te duela, ni "metas" diente ni te "saques" muela. Por ser D. Lucas Sánchez un bolonio, harto dice que está del matrimonio; y D. Casto Godínez, que no es lerdo, dice que se casó no estando cuerdo. Esto del matrimonio es una cosa que suele resultar muy desastrosa. HKNDEICKA DE S T O P F E L S Retrato de Remhfandt Han hecho notar los críticos que en cada periodo de la carrera de Rembrandt ha Influido poderosamente una mn]er: su madre, su hermana, su esposa, Saskia van Ulenburg, representada esta última en la Mujer de Sansón, la Reina Artemisa (que tenemos en nuestro Museo del Pirado) y Cleopatra. Después de la muerte de Saskia, en 1642, aparece en Luchando con la res muere un torero, y conmueve su muerte al mundo entero; pero se muere un infeliz maestro, y nadie le dedica un padrenuestro. Sólo los cuernos privan, Lulio amado. Quien difunde la lus, muere ignorado. ESTANISLAO MAESTRE LA ILUSTRACIÓN IBÉRICA LECTURAS Hay dos modos de relación internacional literaria: uno que puede ser útil en los resul- ! tados, pero no siempre es puro en los medios, j y otro que es sincero, desinteresado y eficaz \ en todo y por todo. Sucede, á veces, que un i mediano escritor, ó aficionado, extranjero, co- | noce, por ejemplo, nuestra lengua, y quiere | aprovechar esta ventaja para crearse una reputación superior á tan débil mérito. Y ¿qué hace? Empieza á proteger á los pobres litera- i tos españoles, demostrándoles, cosa fácil, que por ahí fuera nadie sabe de ellos; pero á tiem- | po estamos: él va á traducirlos, á anunciarlos, ; á pregonar sus méritos. Pero... do ut des, fació ut facías.., el traductor é introductor de extranjeros en su país, el prcetor peregrinus de las letras, también es pintor, también escribe en su lengua propia, ó en castellano, novelas, critica, ó lo que fuere, y pretende que por acá se le aclimate también; y con eso queda establecido el giro mutuo internacional, para el que no hay aduanas que valgan. Muchos autores españoles han sido víctimas de esta clase de industria, dudosamente lícita; otros la han solicitado, y, merced á ella, tienen en España fama algunos literatos extranjeros que en su país no son nadie, y tienen cierto nombre en otros países escritores españoles que aquí son bien poco. Pero dejemos esto, que hoy no se trata de ello, y vamos á lo claramente lícito; más: meritorio, desinteresado, noble, eficaz y serio. Hay siempre, más ó menos, en cada nación quien vela por el importantísimo culto de la influencia extraña en el pensamiento y en el arte nacional, influencia poderosa, sana, necesaria dentro de ciertos límites y guiada por prudente criterio; los que en un país se cuidan de estudiar el movimiento literario, verbigracia, de otra tierra, cumplen con un oficio muy útil en la economía social de cada pueblo, Pero es claro que para esto se necesitan condiciones harto más raras y difíciles que el conocimiento vulgar de los idiomas y la facilidad de las comunicaciones. Hay que ser verdadero escritor, hombre de gusto, de idea original y fuerte, profunda y delicada, para poder hacer algo de provecho en esta especie de inoculación de genio extranjero en la sangre nacional, ó para llevar lo nacional á los extranjeros. Entre Alemania y España, por ceñirme ya al caso que ha dado motivo á estas consideraciones, existen relaciones intelectuales literarias de muy antiguo. De muy antiguo hay una especie de enamoramiento ideal por parte de Alemania, que vio en España asunto para sus estéticas lucubraciones hace ya muchos siglos. De este asunto habla, siguiendo recientes trabajos de un italiano-alemán, Arturo Farinelli, nuestro insigne Menéndez y Pelayo en el último número de La España Moderna. No he de repetir yo ahora lo que él dice por cuenta propia, ó siguiendo al joven doctor de Insbruck; pero sí recordaré, por mi parte, que, según, por casualidad, acabo de ver en la Bibliotheca hispana vetus de Nicolás Antonio (Libro VI. Capítulo XIV), ya la famosa Monja Rosvitha (sive Rosvida), clarísima virgen sajona, toma ba por asunto de una de sus elegantes poesías latinas la pasión de nuestro mártir español el tierno San Pelayo. Otro Pelayo (Marcelino Menéndez) es hoy admiración de alemanes por su pasión científica, que le hace ser cifra y símbolo de todo lo que nosotros hacemos por nuestras antiguas glorias literarias, que los tudescos ilustrados tanto estudian y admiran. Uno de los empeños más constantes de este Menéndez es demostrarnos con hechos que en Alemania estudian las letras españolas mejor que por acá, y á cada ocasión oportuna cítanos ejemplos de li teratos, filólogos, etc, que más allá del Rhin se consagran á escudriñar los tesoros de nuestro empolvado ingenio. Más bien que en los Fastenrath, y otros por el estilo, debe buscarse esta clase de labor en ' hombres como WallmoUer, que tanto bueno 743 pero es exceso de otra índole el meternos de repente en una especie de vocabulario que no sabemos con exactitud á qué fin responde. Entre lo que Acebedo explica y lo que se desprende del modo de tratar de los vocablos que apunta el Sr. Mugica, algo se barrunta del propósito y plan del libro. Pero ¿no hubiera sido mucho mejor que el autor mismo nos dijera, antes de comenzar su tarea de pormenor, cuál era su intento, el criterio á que obedecía su selección de palabras por orden alfabético? No nos expondríamos, de haber procedido él así, á interpretar mal, de modo insuficiente, Pero no sólo son extranjeros los que fuera por lo menos, su idea. Yo he creído entender," que el Sr. Mugica de aquí, en Alemania misma, por ejemplo, quiere mostrar la utilidad de que se usen con otra vez, tratan de nuestras cosas. frecuencia ciertos vocablos buenos, legítimos, expresivos, que se van arrinconando, ó que nadie ó pocos emplean, ó que no acaban de adquirir la ciudadanía que merecen. También se propone llamar la atención acerca de ciertas cuestiones gramaticales no bien dilucidadas y que dan ocasión á muchas dudas, perplejidades y vacilaciones en autores de más ó m e n o s autoridad literaria. Por último, el Sr. Mugica se permite también, con los mejores modos, corregir los solecismos y barbarismos que encuentra en los autores castellanos cuya lectura le es más familiar, por lo visto. En general, el Sr. Mugica desempeña felizmente el trabajo á que parece comprometido; pero yo creo su opúsculo excesivamente fragmentario , incompleto, como hijo de la casualidad, y, de intento, pobre, escaso. No cabe pensar que un filólogo tan ilustrado en letras españolas, como demuestra siempre ser el señor Mugica, tenga reducido su caudal de fuentes para el estudio experimental que emprende, á una docena, á lo más, de escritores, casi todos contemporáneos y muchos de ellos más bien hombres de talento, de imaginación y IGtiESlA DE SAN VÍCTOR (MARSELLA) gusto que impecables hablistas, valga la verdad. Ni Pérez Galdós, ni ArmanTambién hay españoles germanizados, sin do Palacio, ni aun Pereda, pretenden ser grandejar de ser buenos españoles, que van á estu- des maestros ni autoridades en materia de lindiar fuera de España, en Alemania, como por güística, ni siquiera aspiran á que se vea que allá se estudia, y á ponerse en comunicación han consagrado sus vigilias á velar por el sadirecta, inmediata, con ese noble espíritu tu- grado fuego de la pureza del idioma. Sus grandes méritos, sobre todo los de Galdesco tan amante de nuestras cosas intelecdós, se fundan en cosas muy diferentes. Por tuales. Don Pedro de Mágica es un erudito español eso pierde fuerza el trabajo del Sr. Mugica, que que hace muchos años vive en Alemania, que toma de Galdós, casi, casi, un ochenta por cienestudia en Leipzig y en Berlín, y que desde to de sus ejemplos, lo mismo cuando se trata allá nos manda interesantes opúsculos, para de corregir, de presentar dudas y contradicciocuya producción aprovecha las fuentes copio- nes, que cuando se ofrecen casos de empleo literario de ciertas palabras poco aprovechasas de erudición segura que tiene tan cerca. El Sr. de Mugica publicó en Leipzig, en 1891, das por los escritores ó no atendidas por la una Gramática del castellano antiguo, y en Academia, Sí: la mayor parte de las citas son de GalBerlín, en 1872, un estudio de los dialectos casdós; y el exclusivismo se extrema aun dentro tellano, montañés, vizcaíno y aragonés. Ahora, se presenta con un tomito de po- de las obras del mismo autor, pues de las cincas páginas (105) que titula Maraña del idio- cuenta que viene á tener el fecundísimo novema, editado en Oviedo, pero escrito en Alema- lista, apenas aprovecha para su labor el señor nia. Lleva el opúsculo una Introducción de Mugica más que unas ocho ó diez, si llegan á Bernardo Acebedo, distinguido poeta y autor tantas. Respecto de Pereda, igual limitación: tres ó de muy recomendables trabajos de erudición; y por cierto que el artículo del Sr. Acebedo cuatro libros de los muchos suyos se citan es la única explicación que en el tomo se ve exclusivamente, con repetición empeñada. Lo del propósito y plan de la obra; porque el se- mismo se nota respecto de Palacio Valdés. El Señorito Octavio, el primer ensayo de noñor de Mugica, sin más preámbulo, empieza por su cuenta examinando la letra A en cuan- vela escrito por el autor asturiano, cuando tenía muy pocos años, es una de las obras que to preposición y como la usan los escritores. Bien está el huir de enfadosos y gárrulos más cita el Sr. Mugica. Ni para bien ni para preparativos, de prólogos desproporcionados; mal prueban gran cosa trabajos de esta índole; ha escrito, verbigracia, de nuestros cancioneros, y que está al frente de una gran publicación dedicada á las literaturas de derivación romana. Los célebres trabajos de Fernando Wolf acerca de nuestra historia literaria, ahora se traducen al castellano con notas de Menéndez; y la obra importantísima del citado Arturo Farinelli (italiano enamorado de Alemania y de España, que escribe como un clásico en español y £n alemár) es ahora presentada al público castellano con lisonjeras recomendaciones por el ilustre catedrático de la Central. F. Andieotti: LAS PRIMERAS ROSAS LA ILUSTRACIÓN IBÉRICA 746 pues El Señorito Octavio ni escandaliza mucho con sus descuidos, ni sus novedades, muchas de ellas provincialismos involuntarios, pueden animar mucho por la escasa autoridad léxico gráfica que el mismo Palacio será el primero en reconocer en su primera novela. También el que suscribe es honrado varias veces por el Sr. Mugica con citas de sus escritos; pero entre el par de docenas, ó cerca, de libros, y los millares de artículos que ha publicado, el ilustrado filólogo sólo parece conocer Sermón Perdido. No cita á Clarín para recordarle sus defectos, sino para autorizar (menguada autoridad) vocablos que el Sr. Mugica reputa legítimos y oportunos; pero, sin vanidad, me atrevo á decir que si hubiese leído más cosas mías el diligente erudito, tal vez hubiera encontrado muchas más palabras que le parecieran bien, aunque no las autorice la Academia, ó aunque el uso general las desdeñe ó las olvide. Y aquí una advertencia: ¿qué clase de vocablos apunta el Sr. Mugica? ¿Es que olvida el diccionario? No; porque briscadas, que me toma de Sermón Perdido, el diccionario académico lo admite, y otras muchas palabras que toma de Galdós las usamos los demás también; y otras el diccionario las contiene. Repito que la falta de previa ex plicación del propósito, es, en tan útil y discreta labor, ocasión de no pocas confusiones. Por lo demás, el libro del señor Mugica demuestra mucha lectura, buen criterio, y es, como se dice ahora un poco á la inglesa, una contribución muy recomendable al estudio de nuestra lengua viva, ac tual, pero con el conocimiento necesario de la historia de la misma. Bien se puede decir, sin adulación, que Maraña del idioma, del Sr. Mugica, merece figurar en la librería del aficionado al estudio del castellano en aquella sección de libros en que se ven el diccionario famoso de construcción y régimen del americano Cuervo, los Monumenta lingucB ibérica de Hubner, los estudios de Korting, Diez, Grober y otros de esta índole que el autor de este opúsculo demuestra haber examinado. CLARÍN ¿Que no hay dinero? Pues ¿de dónde salen y qué son esas pesetas recaudadas en el teatro de la Opera, por ejemplo? Casi todos los diarios de Madrid publicaban, no ha muchos días, reclamos concebidos, poco más, poco menos, en los términos siguientes; "El importe de lo recaudado en el día de ayer, último de la renovación de abono, ha sido 85,199 pesetas." "Los que tienen hechos encargos deben presentarse inmediatamente." Geraldo Moira: UNA VOZ R E P E T Í A EN EL SILENCIO DE LA NOCHE: «—EL MUNDO ES VASTO» A. <a^- DIVERSIONES PÚBLICAS Andan diciendo por ahí las personas bien informadas que no hay dinero, y tengo muy buenas razones para sospechar que la noticia es exacta de todo en todo; pero hay que con venir en que, si escasea el dinero, abundan las diversiones, por lo que podrán repetir los madrileños: lo que no va en lágrimas, va en suspiros, ó, á falta de billetes de Banco, buenos son billetes de cualquier teatrillo por horas: todos son billetes. Catorce, catorce son, antes más que menos (porque en los días festivos se aumenta el nú mero), las empresas que, solícitas por nuestro bienestar, nos ofrecen diariamente solaz y es parcimiento del ánimo, por la corta cantidad de algunas pesetas. Y no se crea que á esos caritativos y misericordiosos empresarios les ocurra lo que pasaba al dramaturgo del cuento, que escribía, pero no lo contestaban; los empresarios requieren de amores al público, y el público les corresponde. ¡Y tanto como les corresponde! Como que si no les correspondiese habrían de cerrar sus puertas casi todos los teatros y dejarlas sólo entreabiertas los restantes. Y hacía saber, á continuación, que, desde las doce de la mañana hasta las ocho de la noche, se dignaría aceptar las pesetas que el público humildemente le ofreciera. Supongo, aunque esto no se decía en el diario, que los aspirantes habrían de presentar una solicitud bien informada y con recomendaciones y referencias á satisfacción del empresario. Precisamente en ese día mismo que los periódicos hacían saber que el importe de los abonos al teatro de la Opera ascenderían, según todos los indicios, á un millón de pesetas, supimos los habitantes de Madrid que en las primeras horas de la mañana había fallecido de hambre, en los jardinillos de la Cuesta de la Vega, un sujeto que no pudo ser identificado y que permaneció en aquel sitio, durante muchas horas, sin que le prestase auxilio ningún agente de la autoridad; lo cual nos explicamos todos, calculando que los agentes de orden pú blico prestarían servicio en los alrededores del Regio Coliseo para evitar que la aglomeración de señores abonados pudiese producir una colisión de tristes consecuencias. Es muy cierto que el teatro de la Opera monopoliza casi por completo la atención de nuestra buena sociedad, como suelen nombrarla (aun sabiendo que muchas veces ni á mediana llega) los revisteros de salones. Pero aún quedan, aún quedan para los demás espectáculos algunos residuos de la sociedad buena y las otras que, para los revisteros, no son buenas, aunque á mí me parecen mejores. El teatro de la Comedia, donde furciona Emilio Mario con una compañía excelente; el de Novedades, en que trabajan la Cirera, González y Donato Jiménez; el teatrito de Lara, que es, entre los pequeños, el predilecto de los abonados del Real, para las noches en que no hay ópera, suelen verse muy concurridos. Y si hemos de creer (aunque yo no lo creo) lo que anuncia un repórter sobre el teatro de la Alhambra, aún han de salir espectadores para las múltiples y variadas diversiones que la empresa de ese teatro (ahora Teatro Moderno) prepara. El repórter á que hago referencia, después de contar las muchas y muy llamativas distracciones de todos géneros (pornográficas inclusive) que habrá en el teatro, decía; "•El teatro de la Alhambra será, seguramente, el punto de reunión de todo Madrid.^ Pues si todo Madrid se reúne en la Alhambra, ¿quién concurrirá á los demás teatros? Ahí tienen mis lectores un problema tan difícil de resolver como el de averiguar de dónde sale el dinero, ahora que no le hay para nada, con que se mantienen tantas diversiones. Así decían; asi, inmediatamente; adverbio un tanto amenazador, cuya elocuencia no puede ocultarse á la perspicacia de mis lectores. De ese inmediatamente, precedido del verbo deber, á una coleta en que se dijese, lo mismo que en las citaciones y emplazamientos judiciales, de no hacerlo asi, les parará el perjuicio que haya lugar, no hay más que un paso. Pues á los muy pocos días de publicadas esas líneas, leí en los mismos periódicos estas otras: "Hoy se han recaudado ea la contaduría del Real (así lo nombran: ellos sabrán por qué) 70,648 pesetas, que, agregadas á las sumas anteriores, componen un total de 364,933. Esto es, muy cerca de millón y medio de reales. Y faltaba, como dice el vulgo, el rabo por desollar, porque el noticiero agregaba: "Aumentan los encargos de nuevos abonos." Esta añadidura, más alarmante, si cabe más alarma, que el deber presentarse inmediata mente del suelto anterior, estaba atenuada y dulcificada por un aviso cariñoso: era el si guíente: "La empresa, accediendo á las súplicas y deferente á los ruegos de muchos abonados, ha tenido á bien ampliar las horas de oficina en la contaduría." SÁNCHEZ PÉREZ VIDA Y MUERTE —¡Mírame! ¡No dejes de mirarme! ¡Me muero! ¡Sí, me muero! —No seas niño. No estás tan enfermo como crees. ¡Sí: estaba enfermo! ¡Vaya que sí! La enfermedad hacía tiempo que germinaba. Joven, rico, buen físico, simpático, sin padres y sin que nadie pudiese amonestarle, esperábase que Pepe Bazán se echase sin reparo en medio de esa espumosa ola saturada de vicios y libertades desenfrenadas. Veinte años contaba. Sólo hacía siete meses que su madre había fallecir <ío! Yi ya olvidado lo que ésta le aconsejó, echóse sin reparo á frecuentar cuartos de coristas, intimó con ellas, y así resbalando, resbalando, fué cayendo en el abismo horroroso del vicio. Cansado ya de estas libertades, acarició el pensamiento de visitar á París. Como no le faltaban recursos, pronto hallóse en la capital de Francia. Era Pepe Bazán alto, cabeza pequeña, que descansaba sobre un cuello de atleta; ensortijado y negro el cabello; ojos parduscos, nariz grande, pero bien formada; rostro largo y encarnado. Además, vestía elegante; sus movimientos agradables, fino en el hablar, y, poi 747 LA ILUSTRACIÓN IBÉRICA último, tenía la sonrisa en los labios, como demostrando que era alegre y que nunca la tristeza se posesionaba de él. Tal era Bazán antes de morir su madre. A pesar de las grandes diversiones que le proporcionaba París, tuvo deseos de retornar á España. ¡Sí, su España querida, donde vería las mujeres graciosas, con ese aire encantador, con esa vivacidad de movimientos, con esas miradas fogosas que atraen, que subyugan! En verdad, las francesas no le habían inspirado grandes simpatías. Las había de bellas,., pero les encontraba un defecto, una cosa que él mismo no sabía qué era, que no podía explicarse. Así, retornó á España, con desengaños que comenzaban á marchitarse y con el corazón lleno de amor, i Amor! ¡Qué grande unas veces, qué hueca otras le sabía esta palabra! Habla amado y fingido amar. No supo á punto fijo cuál era lo mejor: lo primero ó lo segundo. De todas suertes, en uno y en otro caso habíase divertido. [ Cuántas veces y al compás de un 1 pum 1, al momento de destapar una botella de champagne, había dicho: "iTe amo!" Las más de las veces, en tales circunstancias, esa palabra sonaba á hueca. Pero en otras, cuando había conquistado alguna mujer aventurera, cuando se hallaba en el hotel y en un cuarto á solas con ella, decía: —¡Te amo!—Y en verdad la amaba; pero pronto, bien pronto ese amor desaparecía y era sustituido por el otro "jTe amo!" . ¡Reír! i Amar! ¡Gozar! Ese erael tema de Pepe Bazán. Todo hombre que no lo pusiese en práctica no era hombre, no tenía noticia de lo que es la vida. ¿Para qué nos ponían en el mundo? ¿No era limitado el tiempo que en él pasábamos? Pues, entonces, aprovecharlo. Cuanto más bien lo pasemos, tanto mejor p á r a n o s otros. ¿Que los vicios y otros excesos desenfrenados nos amenguan la vida? Falso. Cuando nacemos, ya está señalado el día que nos har de enterrar; y por mucho que uno haga y desha ga, que esté enfermo ó no lo esté, de toda^ suertes, tanto el que lleva una vida santa como el que vive en la inmundicia del vicio, no amenguará ni se prolongará nuestra vida. No hay manera de hacerle adelantar. El tiempo está medido. Con el viaje á Francia modificó no poco su desarreglada vida. Anhelaba un ser que le quisiese, sin tener que pagarlo masque con amor. A los pocos días de hallarse en Telreira (1), vio á muchos de sus compañeros del brazo de sus respectivas esposas. Esto le causó envidia. —¿Por qué no casarme?—se decía.—Tal vez seré feliz. Se casó con una hermosa mujer. La luna de miel duró tres meses escasos. Bazán inclinóse otra vez al vicio; su esposa le reñía; pero todo era inútil. El gozo que experimentaba con más dulzura era el llevar una vida desarreglada. Al año de casarse, su mujer murió á causa del mal parto. Este hecho enterneció no poco á Pepe. Intentó corregirse; pero en vano: una fuerza poderosa le atraía hacia el vicio. Comprendió que cuanto más deseaba abandonar éste, más se metía en ellodazal espanto so. Había echado raíces; éstas echaban tallos. Pues bien: dejar que éstos creciesen sin intentar cortarlos. Así lo hizo. No tardó, sin embargo, en resentirse de las consecuencias. Bazán se hallaba postrado, moribundo, en una cama. Algunos golpes de tos salían á cada instante de su boca, de gruesos labios. Su pelo, ya descolorido, anunciaba poco tiempo de vida. Sus ojos parduscos no conservaban aquella vivacidad al mirar: estaban tristes, como barruntando que la muerte hallábase muy cerca para cerrar los párpados. Su rostro era delgaducho. Aquellas mejillas carnosas y encarnadas, ya no eran las mismas: tan sólo para recuerdo quedaban dos prolongados pómulos, cubiertos de carne apergaminada. Aquella barba en abanico, de ensortijado cabello negro, no era la misma: éste era lacio, sin un ri(1) Ciudad convencional, donde hago pasar los sucesos de la mayor parte de todos mis cuentos. zo, sin una señal que anunciase que había sido una barba hermosa. Aquella sonrisa seductora, al igual délo demás, había desaparecido: como indicio de ello, sólo quedaba cierta tirantez de labios, que parecían arremangados, pintando una risa zumbona. Bazán se moría. Su cuerpo estaba sin vida. Parecía que la muerte tomaba posesión de él. —¡¡Vlírame! ¡Me muero! ¡Una mirada! —Ya te miro. ¿No lo ves? sus oídos estas palabras como ecos de su desenfrenada vida; pero parecíale no haber ejecutado todo lo que ellas significan. ¡Amar! Sí; había amado mucho, pero sin fruto, sin tener un ser que le quisiese, un ser que llorase por él después de su muerte. ¡Gozar! ¡Vaya si había gozado! Su cuerpo podía darlo á entender. —Pero si se observa bien,—decía,—si yo hubiese querido, hubiera gozado más, mucho más.—^ ¡Reir! ¡Cuántas veces había soltado MistreSB S t a n h o p e F o r b e s : R O M A N Z A N U E V A —No, porque no siento el calor de tus miradas. ¡Bésame! Tal vez así... Y la mujer pegó su boca á la de Bazán. Fué un beso de carne viva, muy prolongado, como queriendo dar á su amante toda su sangre. Era la última aventura de Pepe la mujer que estaba junto á él. Era alta y esbelta, defaccio nes delicadas y correctas, un poco negros los labios rojos, frente bonita, la tez mezcla de rosas y leche de mármol y alabastro, debajo la cual corría una vida rica y abundante. ¡Era la última aventura y la última mujer que contribuía á amenguar su vida! —Eso es. ¡Bésame! ¡Bésame!,.. La aventurera le besaba como había besado á todos los hombres: con voluptuosidad. El seguía tendido en el lecho, con su tosecilla constante y acompasada, con aquella sonrisa que parecía reírse de todos los placeres del mundo, de todas las mujeres que había poseído; de todo se reía, hasta de su propio cuerpo al verlo tan raquítico, á causa de haber abusado de la sensualidad. Sí: las mujeres habían concluido con aquel hombre robusto, con aquel ser de miembros atléticos, del mismo modo que el insecto come al roble. ¡ Amar! ¡ Gozar! ¡ Reir! Aún zumbaban en carcajadas estridentes que daban envidia! Y aún, aún reía, conservaba arremangados los labios, como mofándose del mundo entero. —Pero ¿por qué no me besas? — ¡ Chico! ¡ Si me voy cansando! ¡ Claro! Era una aventurera que había corrido mucho, observaba que su querido iba á morir de un momento á otro, que no volvería á percibir dinero de él y quería abandonarlo: que muriese solo, sin una persona que le auxiliase. Pero estas mujeres, sin embargo, también sienten conmiseración, Quiso esperar que cerrase los ojos para irse. Así lo hizo. Asistióle. Iba de una parte á otra con sobresalto. Su corazón le latía: estaba impresionada. Tocó el timbre para que se presentase el criado; pero éste no comparecía. Y aquella mujer sentía frío al ver que aquel hombre, que tanto había gozado, que tanta vida mostró en su semblante, hallábase demacrado, sin sangre apenas, sin luz en los ojos, sin movimiento sus miembros, ¡Todo le faltaba! Bazán hizo un estremecimiento. Su mirada quedó fija en el techo por largo tiempo, al cabo del cual dobló la cabeza á un lado y quedó muerto. La aventurera lanzó un grito. Hallábase He- ARTE INDUSTRIAL Relicario de cristal de roca (1400) Arquimesa (moderna) acerico Relicario de plata dorada (1480) Bufete esculpido (moderno) ^r'-^, "^"^^ Urna de m e t a l plateado.—Jarro de t i e r r a blanca.—Jarro de a s p e r ó n de Flandes.—Chocolatera.—Pináculo de m e t a l plateado 1 Sir T. A. JONES, ' f^WS^SL^'S Mesa t a l l a d a (moderna) distinguido p i n t o r inglés Tapa y c e r r a d u r a de u a cofrecillo de hierro cincelado Mr. MAG-WHIRT£iR, n u e v o individuo de la Real Academia de p i n t u r a de Londres LA ILUSTRACIÓN IBÉRICA 750 na de terror; se ahogaba en aquel recinto. Tocó el timbre varias veces. Presentóse el criado. Ella no dijo una palabra, Dirigió una mirada, acompañada de un movimiento, que significaba: "¡Mírale! ¡Ha muerto!" Púiose la mantilla y abandonó la estancia. El criado salió tras la mujer, diciendo: —Voy á avisar. Y el cuerpo inerte de Bazán quedó solo, abandonado, como la piedra que cae, en medio de las tinieblas. E L ABATE J . DE MONFORT En toda clase de manifestaciones sensibles, incluso la del dolor, resulta siempre, científicamente, la mujer inferior al hombre. Las experiencias hechas también con el algómetro eléctico lo han demostrado evidentemente. Entre cincuenta mujeres de la clase baja, la sensibilidad, en general, ha sido representada por 90 milímetros, y la sensibilidad al dolor por 53, Entre un número igual de hombres de las mismas condiciones, los números resultan, respectivamente, 94 milímetros y 64. En hombres muy jóvenes, la sensibilidad general es de 95 mili- Stanhope Forbes: EL FARO EL PRINCIPIO DE LA VIDA Y EL ¡HOMO SAPIENS! (CONTINUACIÓN) 6.° La sensibilidad física de la mujer es inferior á la del hombre. Probada por el profesor Lombroso, la sensibilidad del tacto y del dolor en la extremidad del dedo índice por medio del estesiómetro de Weber, ha resultado general mente más obtusa en la mujer que en el hombre, excepto en las niñas, cuya sensibilidad táctil está en extremo desarrollada. El número exacto de milímetros en estas comprobaciones es: en las mujeres plebeyas, 2-6; y en las de las clases elevadas, 2-0; mientras que en el hombre no es, por término medio, más que de 1-6. El sentido del tacto es menos sensible en las personas que presentan un tipo fisionómico degenerado, lo cual es mu cho más raro entre las mujeres que entre los hombres. metros, y la del dolor 78; en niñas, 91 milímetros y 70. El algómetro, que no puede mentir, prueba, pues, que la mujer está caracterizada por una marcadísima obtusez sensoria. Y, efectivamente, las mujeres soportan el dolor durante el curso de operaciones quirúrgicas efectuadas bajo las mismas condiciones de edad y de naturaleza que en el caso de un número igual de hombres, y prueba de ello que el doctor Bellroth, cuando determinó hacer su grande experimento de la amputación del píloro, lo ejecutó primeramente en mujeres, como menos sensibles y mejor calificadas para resistir el dolor. Carie asegura también que la mayor parte de las mujeres se dejan operar con sorprendente insensibilidad, como si no fuera suyo el cuerpo sometido al bisturí. Aun en las agonías del parto, y á pesar de sus quejidos, las mujeres, afirma Geordani, r.ufren mucho menos de lo que parece. El doctor Mila dice que los hombres se desmayan con más frecuencia que las mujeres en las extracciones dentarias, y el doctor Martini corrobora esto con las observaciones que ha hecho, resultando siempre que soportan con más tranquilidad y con mucho más valor que los hombres toda clase de operaciones en la boca. Pero no sólo la sensibilidad física es menor en las mujeres, sino hasta la sensibilidad moral, según el doctor C. Lombroso, apoyándose, para tal afirmación, en que la mujer, si bien es cierto que presiente y teme las calamidades más intensamente que el hombre, en cambio, las siente menos cuando realmente la atacan. Balzac lo reconoce así en su César Birotheau. La menor sensibilidad al dolor moral y al físico influye poderosamente en la mayor longevidad de la mujer. Durante los primeros veinte años de la vida femenina, la mortalidad es un poco mayor que entre los hombres; pero de los veinte á los cincuenta años, mueren más hombres que mujeres. También se registran más suicidios entre éstas. El arrebato femenino en momentos de dolor se debe á dos causas: en primer lugar, á que el cerebro de la mujer puede dominar con menos facilidad que el del hombre las acciones reflejas ó semirreflejas; y, en segundo lugar, á la educación especial que recibe durante su niñez, más apropiada á aumentar sus gracias y su delicadeza natural que á darle fuerza y valor. El doctor Tait afirmó, en un Congreso de la Sociedad Quirúrgica Francesa, que hasta la sensibilidad sexual de la mujer es inferior á la del hombre. En éste es más ardiente y tarda más en extinguirse. Esto sucede también entre todas las especies animales, siendo el macho el que busca y ataca á la hembra, excepto en algunas especies de insectos, como las hormigas, las abejas y las avispas, así como en las gatas y en las hembras del cochino y del lama: en estas especies son siempre las hembras que provocan y buscan á los machos. Los casos comparativamente raros de sicopatía sexual en las mujeres, comprueban también la menor sensibilidad de la mujer respecto á la del 'hombre, y también lo comprueba que en todos los pueblos antiguos y modernos, excepto los antiguos germanos, la castidad es conceptuada como una virtud femenina; y, por último, la facilidad como la mujer acepta el sistema polígamo del mismo modo que el monógamo en ciertos países, significa también obtusez ó indiferencia física. Entre las infinitas grandezas del Universo, nada hay tan bello, tan sublime como la luz. Es, sin duda alguna, la obra maestra de la Creación, y cuanto en ella se mueve, cuanto en ella vive, proclama á todas horas la gloria de Dios en eternas é infinitas armonías bendiciendo esta sensación de la luz, que es la que más utilidades reporta. "Cum me laudarent simul asirá matutina ei jubilarent omnes fili Dti", decía Job. La luz es uno de los mayores goces que tiene la vida en la Tierra. Esta es la confesión unánime de la humanidad entera, y sólo el egoísmo religioso llevado hasta la exageración pudo hacer decir al P. Benniot que las sensaciones visuales no tienen en sí ninguna especialidad agradable. En cambio, Aristóteles afirmaba que el sentido de la vista es el que más importa al hombre porque le revela las sensaciones más puras y más variadas. Para que el hombre pueda apreciar toda la esplendidez y toda la variedad de los efectos de la luz, ha dispuesto el Supremo Hacedor el órgano de la vista tan maravillosamente, que puede percibir los movimientos tan rápidos como delicados que la componen. Primeramente, los rayos luminosos atraviesan muchos medios transparentes, entre los cuales el principal es el cristalino. Estos medios tienen una refracción inicial calculada de modo que la imagen se forme á 17 milímetros, es decir, precisamente sobre la retina colocada detrás. El cristalino tiene la facultad de modificar su convexidad, y, por consiguiente, de adaptarse. LA ILUSTRACIÓN IBÉRICA con una precisión admirable, á la distancia de los objetos. La retina es una reunión de capas membranosas yuxtapuestas, formadas por un descogí miento del nervio óptico, extendiéndose al rededor de la cavidad del globo ocular y adherida á otra membrana impregnada de un pigmento negro llamado coroides. El punto de la misma en que no se perciben las imágenes se llama puntum cecum. La retina, que termina en los procesos ciliares del cuerpo vitreo, recibe los rayos luminosos y las impresiones de todos los objetos por medio de la pupila, por donde entran, y el cristalino, situado verticalmente en el eje del ojo, correspondiendo el eje del cristalino con el centro de la pupila. La capa externa de la retina es vascular; y la interna, importantísima bajo el punto de vista fisiológico, se llama membrana de Jacob. Compónese de cuerpecillos cilindricos en forma de bastoncillos unos y de conos otros, distribuidos estos últimos á distancia desigual. Los bastoncillos son largos y delgados; los conos, cortos y gruesos, y todos están vueltos hacia la coroides; de modo que la luz llega á esos cuerpecillos sólo por refracción. El punto que se llama mácula flava, limbus lutens, mancha amarilla 6fosa central, que es el punto donde se produce la visión directa, carece completamente de bastoncillos. La impresión luminosa prevalece en la retina un décimo de segundo antes de llegar al cerebro. Nuestra concepción del mundo exterior serla totalmente diferente de lo que es, si esa impresión de la luz emplease 5 ó 10 minutos para llegar de la retina al cerebro. Por ejemplo: si se hace dar vueltas á un carbón ardiendo con una velocidad de más de diez vueltas por segundo, se verá un anillo luminoso continuado. Como, á pesar de la impresionabilidad tan delicada del nervio óptico, sus moléculas son demasiado gruesas, demasiado pesadas, con relación á las ondas tan sutiles del fluido luminoso, para que éstas puedan causarle un mo vimiento apreciable, la naturaleza, en su ingenio asombroso, ha colocado en la extremidad de los bastoncillos de los mamíferos un pigmento rojo que se altera constantemente bajo la influencia de la luz, como el cloruro de la placa fotográfica, y por este efecto reemplaza el movimiento causado por la luz por el de una constante alteración química. El esfuerzo continuo de la nutrición para restablecer la púrpura retiniana en su estado natural, produce !a movilidad del órgano. Por medio de la diversidad de los conos y de los bastoncillos, distingue la vista la diferencia de los colores; y el sentido del color es el más precioso para el conocimiento é importancia de las cosas, puesto que por su mediación, so bretodo, se caracterizan los cuerpos. Dentro del uso práctico de la vida, los colores son como los cuerpos mismos. Pero ¿qué es la luz? ¿Qué es el color? Vamos á condensar sucintamente las últimas apreciaciones científicas sobre ambos fenómenos. La teoría moderna admite unánimemente que todos los cuerpos se hallan dentro de un medio muy móvil, muy sutil y perfectamente elástico; pero esta misma teoría está dividida en cuanto á la naturaleza ó especialidad de este medio llamado éter, que una parte juzga como cuerpo imponderaljle, tal vez con relación al peso de los demás cuerpos, y otra parte cree que este medio lo constituyen simplemente las últimas divisiones de la materia universal. Ciertos cuerpos, por su estado de movimiento rapidísimo, tienen la propiedad de hacer vibrar este medio. Predúcense entonces vibra clones especiales que se prolongan hasta el infinito. Estas vibraciones constituyen la luz. Los cuerpos capaces de excitarlas llámanse cuerpos luminosos por sí mismos, Empedocles ya opinaba que la luz se propaga por medio del movimiento. Una infinidad de causas mecánicas contribu yen á modificar la luz. La marcha del rayo lumínico, sus desviaciones, sus reflexiones, están en escasa relación con la verdadera estructura de los cuerpos; el agua retarda la ve locidad de su propagación, dice Janim; los cristales, cuanto más regulares, mejor le franquean el paso; las moléculas más grandes producen las ondas más largas, y, según Doumer, el poder refringente de las sustancias varía según su peso molecular. El rayo luminoso produce efectos caloríficos, eléctricos y químicos; descompone la clorofila de las plantas; opera la combinación del cloro y del hidrógeno. Hay otros cuerpos dentro del éter que no tienen la propiedad de emitir vibraciones; pero 751 por razón de su estado especial, que parece depender de su constitución molecular, reflejan algunas de las vibraciones de los propiamente luminosos. Estos cuerpos se llaman colorantes, y las vibraciones reflejas causan á nuestros ojos la sensación del color. Las vibraciones reflejas son extremadamente rápidas, y cada gradación de color tiene su número fijo. Para el rojo, se producen 481 billones de vibraciones por segundo, y para el violeta 764 billones. Los demás colores están entre estos extremos de rapidez. Las vibraciones en número superior ó irferior no causan efectos sensibles á nuestros ojos, aunque algunos individuos, dice el C . " de Ctíardonnet, distinguen los rayos ultravioláceos. Las vibracionesreflejas,además,determinan la sensación del color por medio de la actividad propia de la facultad sensitiva. Mientras que el órgano visual está impresionado, dice Helmholtz, la potestad á él inherente es excitada á resistir y resiste siguiendo las leyes que resultan de su propia naturaleza. Interpreta cada número de vibraciones poruña sensación de gradación especial. Todas estas gradaciones se agrupan en siete colores fundamentales: rojo, naranja, amarillo, verde, azul, índigo y violeta. Un conjunto de rayos comprendiendo todas las clases de vibraciones en proporción sensiblemente igual, causan la sensación del color blanco. La carencia casi absoluta de vibraciones apreciables para el órgano causa la sensación del color negro, que no es, según Dastre, la inacción completa del nervio óptico, sino una verdadera sensación. La variedad en los colores es tanta ó mayor que en los sonidos, y, como hemos dicho, los mismos siete fundamentales son muy divisibles. Entre el rojo púrpura, por ejemplo, y el verde esmeralda hay una diversidad intermedia tan extensa que parece imposible pueda agruparse para formar un solo conjunto. Muchas veces se ligan de un extremo á otro extremo del espectro en gradaciones infinitas. El P . Lacouture ha distinguido y clasificado 952 perfectamente definidas. Los curiosos experimentos de M. Feré han demostrado que los colores ejercen una acción muy sensible sobre el organismo; son más ó menos dinamogéneos, es decir, que excitan hasta cierto grado la actividad muscular. FEDERICO OLIVERAS Y ROSALES \»A*A*A*A*A*A*A4^A4^A.IA^A.|iA<I^A^A>iA4^A4^A#A*A*A^A4A4'A^A'f'A»AlA4A'»/\^A4^A»A*/ ^^(fí2mxieM£/^Xax\^^ 1 c; R I I F n P I A PAIX P A R m l o , n u n . u c i i-rt r-rti.^., r / A n i o 2e^ c^xe^ Le monde élégant et fashionable de Paris se sert £ « « fíe <Jologite, Jinjicritilf,' S<ip„Keti, savon spécial ; Vreme (le JFraises et l'oiulre^ üe. iypríH pour le t e l n t ; £a,t,.rt,itspourlemouchoiretlo vaporisateur: Jícfcy, KPI'ÍÍ *''•'»"«'"•-E""'"«"'í'"'" pour leschevciix. y»Vi'V*V»V»V»VW*V*V*\/»V*V*Vi^Vi'V*V*V*V*\/y7^^Vi^iV*V»V*V*V*V*v*V*V*V*^ Males áe Estómago, Falta ᧠Futrías, Ansmla. Dalanturas.eu. FERFUMES SOLIDIFICADOS de las E S E N C I A S ORIZA, b jo forma de Lápices PERFUMANDO TODOS LOS OBJETOS sin mojarlos. Doce olores exquisitos. I»3E3RFXJiyi E ü i - A . O R I Z A de L. LEGRAND P A . R I S . r u « D*K>DOt. T PannaolsB d* t X X , r^laoe d e la JVtacieleine, F'st.irís. DEI'OSITO en BARCELONA en casa de UA Wl-i FOt^Tg^tA. .^4 '^wnudillers. V E L O U T I N E FAY ~ El mejor y mas célebre polvo de tocador P0LY8 DE ARROZ EXTRA preparado con bismuto perfumista 9, Rué de la Paix, PARÍS CHOCOLATE MENIER LA F A B R I C ^ MJIS SBAMOe Teota: 50.01)0 KDos 752 LA ILUSTRACIÓN NADIE QUIERE SEMEJANTE ANILLO LAS ÚNICAS OR m á s de cien a ñ o s , u n a c i e r t a familia de t r a b a j a d o r e s , q u e v i v í a en P a r f s , h a v e nido s u i c i d á n d o s e . D e p a d r e á hijo y de m a d r e á hija h a descendido un anillo de oro, que se h a e n c o n t r a d o e n el dedo d e c a d a uno de estos s u i c i d a s después de m u e r tos. E l a ñ o p a s a d o se trajo 4 la Morgue el c a d á v e r de u n j o v e n , q u e se h a b í a suicidado y q u e t e n í a en el dedo el f a t a l anillo de oro. E s t e e r a el ultimo d e su r a z a . E l anillo se e n t e r r ó con el c a d á v e r , y n a d i e q u e s e p a la h i s t o r i a se a t r e v e r á á q u i t á r s e l o . L a afección m e n t a l de e s t a familia p r o c e d í a de un a n t e p a s a d o lejano, y fué h a c i é n dose m á s i n t e n s a conforme se fué r e c o n o c i e n d o , h a s t a l l e g a r á s e r u n a fuerza i r r e s i s t i b l e ; y s e a c e p t a b a el anillo con l a obligación de que el q u e lo p o s e í a se s u i c i d a r a , sig u i e n d o el ejemplo d e l q u e a n t e s lo h a b í a l l e v a d o . E s t a clase de m a n í a se o r i g i n a , gen e r a l m e n t e , e n un d e s a r r e g l o d e l s i s t e m a n e r v i o s o , q u e á su v e z p r o c e d e de a n e m i a 6 p o b r e z a d e s a n g r e , u n o d e los r e s u l t a d o s d e n u t r i c i ó n defectuosa. U n a c a r t a r e c i e n t e de un c a b a l l e r o q u e v i v e en Norfolk c o n t i e n e lo s i g u i e n t e : Deseaba la muerte. Tenia miedo de la noche. Tenia miedo de estar solo y aborrecía la sociedad. Tetnia que en una de esas horas de depresión y aburrimiento atentaria á mi vida con mis propias manos, sabiendo que muchos lo han hecho con igual motivo. L a s h o r a s de la' n o c h e e r a n p a r a él h o r a s de t e r r o r , s e g ú n él d i c e . Se v o l v í a y r e v o l v í a en l a c a m a , p e n s a n d o si p o d r í a a m a n e c e r de n u e v o . E n este caso, no e r a n r e m o r d i m i e n tos de c o n c i e n c i a , puesto que no h a b í a cometido n i n g ú n delito; la c a u s a es p u r a m e n t e física. S i n e m b a r g o , m u y g e n e r a l en I n g l a t e r r a , i n d i g e s t i ó n a r r a s t r a n d o su l a r g a c a d e n a de c o n s e c u e n c i a s , y , e n t r e e l l a s , el d e s a r r e g l o n e r v i o s o . Dice que la piel y los ojos h a b í a n p e r d i d o h a c í a años su color, y con f r e c u e n c i a est a b a d e u n color a m a r i l l o f a n t á s t i c o y r e p u g n a n t e . E s t o s e d e b í a á l a p r e s e n c i a d e l a bilis en la s a n g r e y en los tejidos, en donde n a d a t e n í a q u e h a c e r . P e r o como el h í g a do t o r p e y débil no podía d e s h a c e r s e de ella, no h a b í a otro r e s u l t a d o posible que el q u e e x p e r i m e n t a b a n u e s t r o a m i g o . Con f r e c u e n c i a le dolía l a c a b e z a , como si los e n e m i gos h u b i e r a n e s t a b l e c i d o en e l l a un o b r a d o r , y u n o s dolores se s u c e d í a n á o t r o s en todo s u c u e r p o , como si t u v i e r a , p o r lo m e n o s , la m i t a d de l a s e n f e r m e d a d e s de q u e se o c u p a n los l i b r o s p o p u l a r e s de m e d i c i n a . U n a cosa, y s o l a m e n t e u n a , t e n í a la c u l p a de todos e s t o s m a l e s , es decir, l a ponzoña l l e v a d a á la s a n g r e p o r el a l i m e n t o d e s c o m p u e s t o en el e s t ó m a g o y los i n t e s t i nos. L o s p i e s fríos, l a p é r d i d a d e a p e t i t o y a m b i c i ó n , l a d e p r e s i ó n m e n t a l , l a s e n s a c i ó n de c a n s a n c i o , el m a l g u s t o de boca, t o s s e c a , m a r e o s , p a l p i t a c i ó n , debilidad, son polluelos q u e se h a n c r i a d o en u n m i s m o nido, y la m a d r e es s i e m p r e la i n d i g e s t i ó n . E l t i e m p o p a s a de c u a l q u i e r modo, como s i e m p r e , y a r i a m o s , y a l l o r e m o s , y e s t e h o m b r e se llegó á c a n s a r de u n a v i d a t a n p e n o s a . D e s e a b a l l e g a r a l fin, lo q u e no es de e x t r a ñ a r . L a ú l t i m a c a r i l l a de l a c a r t a e s t á e s c r i t a de o t r a m a n e r a . Dice; " C u a n d o m e a c u e r d o d e lo q u e e r a y de lo q u e soy, a p e n a s puedo c o m p r e n d e r el c a m b i o . H a c e seis m e s e s que e s t o y t o m a n d o u n a p r e p a r a c i ó n l l a m a d a J a r a b e C u r a t i v o de la M a d r e S e i g e l , que h a o p e r a d o u n a revolución c o m p l e t a en toda mi e c o n o m í a . U n o de m i s a r r e n d a d o r e s m e lo r e c o m e n d ó y lo h e p r o b a d o p o r d a r l e g u s t o . A h o r a lo a l a b o y o y doy g r a c i a s al q a e lo h a c e y lo a n u n c i a . Mis t r a b a j o s h a n t e r m i n a d o , y á los 57 años m e s i e n t o t a n l i g e r o , a l e g r e y a n i m a d o como u n m u c h a c h o en s u s v a c a c i o n e s . Digo á los médicos que u n a v i e j a e n f e r m e r a a l e m a n a los h a d e r r o t a d o en su c a r r e r a ; y en c u a n t o á mí se refiere, no m e lo p u e d e n n e g a r . Y a no m e a s a l t a n p e n s a m i e n t o s h o r r i b l e s de suicidio p o r e n c o n t r » r m u c h o s p l a c e r e s e n l a v i d a . Mi a g r a d e c i m i e n t o no p u e d e e x p r e sarse." E l a u t o r de e s t a c a r t a c o n s i e n t e en q u e se publique todo lo q u e l l e v a m o s i m p r e s o ; p e r o no q u i e r e q u e se h a g a uso de su n o m b r e , a l m e n o s p o r a h o r a , p o r r a z o n e s q u e d e b e m o s r e s p e t a r ; p e r o l a s i n c e r i d a d e v i d e n t e d e l a h i s t o r i a l l e v a r á el c o n v e n c i m i e n to á toda p e r s o n a d e s p r e o c u p a d a . Si el l e c t o t se d i r i g e á los S e ñ o r e s A . J . W i t e , L i m i t a d o , de 155, Calle de C a s p e , B a r c e l o n a , t e n d r á m u c h o g u s t o en e n v i a r l e g r a t u i t a m e n t e un folleto i l u s t r a d o q u e explique las propiedades de ese remedio. E l J a r a b e C u r a t i v o de la Madre S e i g e l e s t á d e v e n t a e n t o d a s l a s F a r m a c i a s , D r o g u e r í a s y E x p e n d e d u r í a s de m e d i c i n a s del m u n d o . P r e c i o del f r a s c o , 14 r e a l e s ; frasquito, 8 reales. P - _ Contra las CON BEST ION ES, DOLORESf RESFRIADOS.INFLUENZA^.aXa. I N D I S P K N S A B I . E EN T O D A S I . A S r A M I L . I A 8 . Ss nndt en otjat d» l»t» dt 10 ftq/ai, »n todu Itt Ftrmaolai d»l mundo. EXIG-IB an cída hoja el nombre y / a a a a g a a del I n v e n t o r . P. RIGOLLOT, 24.Avenue Victoria, PAHIS. tantemente la perfección de nuestros productos y continuamos fíeles al principio que nos ha proporcionado nuestro éxito: D a r el mejor p r o d u c t o al precio mas Tsajo p o s i t l e Para eoitar toda confusión de los compradores, hemos mantenido Igualmente: la unidad de la calidad CHRISTOFLE ans {«tras que nuestra experiencia de una industria nitgai girtntiai pin el eompridor. que hemos creado hace cuarenta años nos ha demostrado necesaria y suflciente. La única garantía para el comprador es no aceptar como productos de nuestra casa aquellos que no lleuen la marca de faürica copiada al lado y el nombre C H R I S T O F L E en todas letras. O X X : R X 8 7 0 F Z J X : » o». " OLLET es el remedio por exceinsómnio, cualquiera q u e sea JAQUECA, NKUKÁI.GIA, FATIGA llTACIÓ.N NERVIOSA, TOS, ASMA, GIUPl'E, INFLUENZA, ClC. ; de I'ÜLLET procura un sueno logo al sueño normal: su empleo l)one a ninguno de los inconvenientes del opio ó de la moruna. « El JARíVBE de FOLLET es la mejor forma de admi- ) nistración del doral; su conservación es perfecta y, asi aconsejado,no irrita en lo mas mínimo el eslómago. » O'OrinularLO de Teropcutica.) PURIS, Císa L. FRERE, A. CliampiüDy j CSS' 19, r. Jacob.-Ventn en todas las farmíicias. BOYAL WINDSOR En el vaso afinnativo E m p l e a d el ROYAl WINDSOR, e s t e e x oelentisimo producto, devuelve a los cabellos b l a n I.COS s u color p r i I m i t i v o y la h e r mosura natural de la juventud. D e t i e n e la c a í d a ' d é í c d b c l l o y h a c e d e s a p a r e cer la c a s p a E a el faOLO R e s t a u r a d o r d e l cabello p r e m i a d o . R e s u l t a d o s i n e s p e r a d o s . — V e n t a s i e m p r e c r e c i e n t e . — E.xiinse sobre los frascos las palabras R O Y A L W I N D S O R . — Vendase en las Peluquerías y l'crl'ianerias en frascos y nieilios frascos. DEPOSITO PRINCIPAL :22, rué úe l'Echiquier, París So envía fvsinco, a toda persona que lo pida el Prospecto cui.t(.niendo pormenores y ateaiaciones. PARA FONDAS, CAFÉS, ETC. Perfumería IXÓRA DB Ed-Pinaud JABOH 4. IXORA ESENCIA <• IXORA AGDÁ de TOCADOR A. I X O R A POMADA d. IXORA ACEITE pan «IPtlod. I X O R A POLVOS de ARROZ i, I X O R A COSIÉTICO «IXORA TINAGRE I. IXORA PARFUMERIE D E F . C H É R O N Y C'% P a r í s ÚNICOS GOMB^ULT ULTIMA NOVEDAD GOMBAULT FABRICACIÓN Y PROPIEDAD EXCLUSIVAS Exiffir la marra y ci nombre •jc'jk.Tsxa. ^ Kuesiro rspresenianie es al Sr, D. 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Ydití goljs «n tida (omidj.T Kiijaselalerdídíriísfea.-Oei'enfa en (oías lat Farmacias Potlafor; 4 0 y f t 2 , S a e S t - Z i a z a r e , P A S X S ' . >V*'' CASAS encargadas para este periódico, son: París, L'AGEN CE HAVAS, 8, place de la Bourse.—Madrid, SOCIEDAD GENERAL DE ANUNCIOS DE ESPAÑA, Alcalá, 6 y 8. EL CELEBRE RESTAURADOR DEL CABELLO 4Si el HIERRO BRAVAIS, ANEM ( yp r• ^^ ANEMIA I •nrmrr.Tr.AT^ IBÉRICA SUCESORES DE GOMBAULt-DESCLERCS C a s a F u n d a d a en 1836 D E V E N T A en los principales ilmicenes do P L A T E R Í A , Q U I N C A L L E R Í A , P O R C E L A N A , e t c . Illi'OltT.íKTE, — En vista de las numerosas falsificaciones de artículos, suplicamos á loa compradores que r e c J i ü z e n los que no la maTca d i s e ñ a d a a l xnarfiren, J a q u e s e compone de una ® e n u n coronado, y el nombre GOMBAUL.T> nuestros lleven escudo Paris-Caprice Nueva Creación fiELLfi FRSRES e , Avenue da l'Opéra PJlL.XtX» 5 £ ? ! H í L 1 5 Z 5 ^ £ i á 5 i _ ^ ? ! ! : $ í l i í 2 t P ' - ' ^ ^ ' e d i t o r - P í a s ; » T e t u á n , 60.—Las r e c l a m a c i o n e s en Madrid, á D . M A N U E L P L A Y V A L O R : A n c h a de S a n B e r n a r d o , n . ° 19, p r i n c i p a l •€ RESERVADOS LOS DKRKCHOS D E PROPIBDAD ARTÍSTICA Y L I T E R A R I A BsTARLKciuiKNTo TiPouTor.RArico tDiTORiAL DI L A I L U S T R A C I Ó N -I- I N S É R T E S E Ó NO, NO S E D E V U E L V E NINGÚN ORIGINAL I B É R I C A : P L A Z A D I T B T V Á N , 60, — B A R C E L O N A >