FACULTAD LATINOAMERICANA DE CIENCIAS SOCIALES SEDE ACADÉMICA MÉXICO Maestría en Derechos Humanos y Democracia 3° promoción (2010-2012) Seminario de Tesis: Políticas Públicas con perspectiva de Derechos Humanos INDICADORES DE EJERCICIO DE DERECHOS HUMANOS: El Derecho a la Alimentación Adecuada y la Ciudad Rural Sustentable “Santiago El Pinar”, Chiapas Tesis que para obtener el grado de Maestra en Derechos Humanos y Democracia presenta Claudia Ileana Espinosa Díaz Director de Tesis: Dr. Luis Daniel Vázquez Lectoras: Dra. Rosa María Rubalcava y Dra. Mila Paspalanova México, julio 2013 Resumen: En el contexto del debate sobre la diferenciación entre los indicadores de cumplimiento y los indicadores de ejercicio de derechos humanos, esta tesis sostendrá que es necesario distinguir entre la medición del cumplimiento de los Estados y la medición del ejercicio de derechos desde la perspectiva de los sujetos. A nivel metodológico, consideramos cumplimiento y ejercicio como dimensiones necesariamente complementarias pero no sinónimas y reconocemos que parten de unidades analíticas distintas: Estado/sujeto de derechos. A nivel político, es indispensable la diferenciación para no simplificar la problemática: el que un Estado compruebe su avance en materia de derechos humanos, no necesariamente significa que los sujetos estén ejerciendo tales derechos. El objetivo de esta tesis se acota a proponer una metodología del ejercicio del derecho a la alimentación adecuada, tomando como referencia empírica el caso de la CRS Santiago El Pinar en Chiapas. Los objetivos específicos son: 1)Enfatizar las diferencias entre los indicadores de cumplimiento de derechos humanos y los indicadores de ejercicio de derechos humanos, 2) Proponer una metodología para la delimitación de indicadores de ejercicio de derechos humanos desde la perspectiva del sujeto, y 3) Concretar la propuesta metodológica en un derecho específico dentro de un contexto particular. Palabras claves: indicadores de ejercicio de derechos humanos, ejercicio del derecho a la alimentación, Ciudades Rurales Sustentables. ii Abstract: In the context of the debate about the differentiation between the indicators of fulfillment and the indicators of exercise of human rights, this thesis will hold that it is necessary to distinguish between the measurement of the fulfillment of the States and the measurement of the exercise of rights from the person’s perspective. To methodological level, we consider fulfillment and exercise as necessarily complementary, but not synonymous dimensions, and admit that they depart from analytical different units: Estate/subject of rights. To political level, the differentiation is indispensable: the fact that a State verifies his advance as for human rights, not necessarily means that the subjects are exercising such rights. The objective of this research is to suggest a methodology for the exercise of adequate food, taking the case as an empirical reference of the CRS Santiago El Pinar, Chiapas. The specifics objectives are: 1) To emphasize the differences between the indicators of fulfillment of human rights and the indicators of exercise of human rights, 2) To propose a methodology for the delimitation of indicators of exercise of human rights from the subject’s perspective, and 3) To define the methodological offer in a specific right inside a particular context. Key words: indicators of exercise of human rights, right of adequate food, Ciudades Rurales Sustentables. iii “Decía el Viejo Antonio que la lucha es como un círculo. Se puede empezar en cualquier punto, pero nunca termina” …inicia, incluso, en la medición iv AGRADECIMIENTOS Sin duda alguna, este proceso ha requerido de esfuerzos cotidianos que me habrían sido aún más complicados sin el apoyo colectivo. En especial quiero agradecer el ánimo, confianza y acompañamiento permanente de mi asesor Luis Daniel Vázquez, así como el apoyo incondicional de Hans Pollinger al que nunca dejaré de agradecer por romper con el prejuicio generacional y abrirme un espacio lleno de oportunidades de vida invaluables. Las reflexiones, consejos, libros, documentos y disposición de Oscar Villareal fueron fundamentales para vivir el período de la maestría como una profunda transformación personal. A Héctor Morales por estos cinco años de aprendizaje conjunto y por la apuesta institucional que asumió al financiarme la inscripción al programa. A Michael Chamberlin por acompañarme como colega en este proceso y por el sueño colectivo que estamos construyendo en la frontera sur. A los cuidados amorosos y pacientes de Patricia Figueroa, quien me ayudo a sanar en las crisis de salud a las que nos enfrentamos, de manera simultánea, con los compromisos académicos y laborales. A mis compañeros de la maestría Carlos Hinojosa y Azucena Vargas. A León Silva por su invaluable presencia en mi vida y a Javier Sullivan por su apoyo permanente en la etapa de redacción de la tesis -¡vaya que fue necesario!-. Agradezco los comentarios de las lectoras de la tesis Dra. Rosa María Rubalcava y Dra. Mila Paspalanova. A mis compañeras de INICIA, Madely y Cecilia, y a Mario de la dvv international, quienes más de una vez tuvieron que lidiar con las consecuencias de mi carga académica y laboral. Al equipo de mis indispensables con los que he compartido gran parte de mi vida y quienes están a pesar de cualquier distancia: Víctor (hermano, compañero, amigo y acompañante de rutas), Jese (carnalito, consentido, incondicional y fuente permanente de fortaleza), Aníbal (soundtrack de todos los caminos y constructor incansable de esperanza) y Gibrán (prueba tangible de que los vínculos permanecen más allá de los roles). A Yael, Mariana, Sandra y Héctor por el camino compartido y el que falta por caminar. A mis padres, por su esfuerzo cotidiano e incansable que permitió convertirme en la mujer que soy con la capacidad de construir y construirme. Gracias por su ejemplo de dignidad, solidaridad y honestidad. A mis hermanos Adriana, Miguel y Mathías por la dicha de compartir la vida con ustedes. A mi esposo, quien es motivo, razón, fuerza, esperanza, “amor-cómplice y todo”. Por la historia que ha sido y por la que será, por el espacio que construimos día a día y el enorme esfuerzo por seguir creciendo como personas para compartirnos como familia. v INDICADORES DE EJERCICIO DE DERECHOS HUMANOS: El Derecho a la Alimentación Adecuada y la Ciudad Rural Sustentable “Santiago El Pinar”, Chiapas. INDICE INDICE DE CUADROS, MAPAS E IMÁGENES INTRODUCCIÓN ix 1 CAPÍTULO 1. INDICADORES DE DERECHOS HUMANOS. El debate sobre la 8 medición 1. La medición: “viejo” debate en las ciencias sociales 8 2. La medición de Derechos Humanos: referencias básicas 11 3. Concepto, categorías y dimensiones de los Derechos Humanos 15 4. El debate sobre la construcción de indicadores de Derechos 24 Humanos 4.1. Paul Hunt y la definición de los indicadores 25 estructurales, de proceso y evolución 4.2. La Oficina del Alto Comisionado de Naciones Unidas y 29 la definición de los indicadores estructurales, de proceso y resultado como paradigma hegemónico en la medición de derechos humanos 4.3. La Comisión Interamericana de Derechos Humanos y la 34 medición de la progresividad del Protocolo de San Salvador 4.4. Recapitulación de semejanzas y diferencias entre las propuestas sobre indicadores estructurales, de proceso y resultado. vi 44 4.5. Katarina Tomasevski y la caracterización de las 46 obligaciones del Estado 4.6. Metodología del “Desempaque de Derechos” 49 5. Hacia la construcción de indicadores de ejercicio de derechos 52 humanos: planteamientos iniciales CAPITULO 2. DERECHO A LA ALIMENTACIÓN ADECUADA. Indicadores de 56 ejercicio del derecho 1. Derecho a la alimentación adecuada: contenido mínimo y ejercicio 56 2. Derecho a la alimentación adecuada en el Derecho Internacional de 61 Derechos Humanos y las obligaciones estatales derivadas 3. Derecho a la alimentación adecuada y las obligaciones adquiridas del 64 Estado Mexicano en el Derecho Internacional de Derechos Humanos 4. Propuesta de medición del Derecho a la alimentación adecuada de la 66 Oficina del Alto Comisionado de Naciones Unidas para el Desarrollo 5. Propuesta de Indicadores de Ejercicio del derecho a la Alimentación 70 Adecuada desde la perspectiva del sujeto de derechos CAPÍTULO 3. PROPUESTA DE INDICADORES DE EJERCICIO DEL DERECHO A LA ALIMENTACIÓN ADECUADA EN LA CIUDAD 74 RURAL SUSTENTABLE “SANTIAGO EL PINAR”, CHIAPAS 1. Características sociodemográficas del municipio de Santiago El 75 Pinar, Chiapas 1.1. Mediciones del Índice de Desarrollo Humano 75 1.2. Mediciones del Consejo Nacional de Evaluación de la 77 Política de Desarrollo Social 2. Chiapas y el cumplimiento de los Objetivos de Desarrollo del Milenio como política pública estatal vii 82 3. Las Ciudades Rurales Sustentables en el marco de la Estrategia 86 Integral para Combatir la Pobreza en Chiapas 3.1. La Ciudad Rural Sustentable “Santiago El Pinar” 4. El derecho a la alimentación adecuada y La Ciudad Rural 93 96 Sustentable “Santiago El Pinar”: propuesta de indicadores de ejercicio del derecho. 4.1. Propuesta de indicadores de ejercicio del derecho a la 96 alimentación adecuada 4.1.1. Accesibilidad. Subdimensión: Accesibilidad Económica 97 4.1.2. Accesibilidad. Subdimensión: Accesibilidad Física 99 4.1.3. Disponibilidad Subdimensión: 101 4.1.4. Disponibilidad de Alimentos. Subdimensión: Inocuidad 102 de Alimentos. Necesidades Alimentarias de los alimentos 4.1.5. Disponibilidad de los Alimentos. Subdimensión: 104 4.2. Resultados del pilotaje de la propuesta de medición de 105 Adecuación cultural indicadores de ejercicio del derecho a la alimentación adecuada en la Ciudad Rural Santiago El Pinar CONCLUSIONES 116 BIBLIOGRAFIA 119 ANEXO 128 viii ÍNDICE DE CUADROS, MAPAS E IMÁGENES • INTRODUCCIÓN Cuadro I. Matriz analítica sobre la medición de los derechos humanos 5 Cuadro II. Matriz analítica sobre la formulación de indicadores de derechos 5 humanos Cuadro III. Matriz analítica sobre la formulación de indicadores del 6 ejercicio al derecho a la alimentación adecuada derechos humanos • CAPÍTULO 1 Cuadro 1. Correspondencia entre la teoría y la experiencia 10 Cuadro 2. Conceptualización y Medición: Niveles y Tareas 12 Cuadro 3. Concepto, categorías y dimensiones de los Derechos Humanos 16 Cuadro 4. Dimensiones Positiva y Negativa de las Categorías de Derechos 19 Humanos: Estado actual del análisis de cada dimensión. Cuadro 5. Tipos de datos disponibles para la medición de los derechos 21 humanos como práctica Cuadro 6. Medición de Derechos Humanos como principio, práctica y 23 resultado Cuadro 7. Tabla de definiciones de Indicadores. Primera propuesta de Paul 27 Hunt Cuadro 8. Tabla de definiciones de los Indicadores de atributos de los 32 Derechos Humanos Cuadro 9. Tabla de definiciones de los Indicadores y Señales de Progreso 38 Cualitativas Cuadro 10. Categorías de análisis para resultados de Indicadores de Proceso 39 Cuadro 11. Propuesta de medición de derechos humanos de la CoIDH 42 Cuadro 12. Tabla comparativa de definiciones de indicadores estructurales, 45 de proceso y de resultado en las propuestas de Hunt, OACNUDH y CoIDH Cuadro 13. Elementos para el análisis de un derecho humano a partir de las obligaciones estatales que lo constituyen. ix 50 • CAPITULO 2. Cuadro 14. Dimensiones relevantes del derecho a la alimentación adecuada 57 Cuadro 15. Dimensiones, subdimensiones y componentes del ejercicio del 60 derecho a la alimentación adecuada Cuadro 16. Lista de indicadores de OACNUDH sobre el derecho a una 67 alimentación adecuada (DUDH, Art. 25) Cuadro 17. Indicadores del ejercicio del derecho a la alimentación adecuada 71 • CAPÍTULO 3. Mapa 1. Ubicación del Municipio Santiago El Pinar 75 Cuadro 18. Tabla comparativa entre los índices de salud, educación e 76 ingresos (2000 y 2005) de Tuxtla Gutiérrez y Santiago El Pinar, Chiapas Cuadro 19. Diferencias en educación e ingresos entre hombres y mujeres de 77 Santiago El Pinar (2000 y 2005) Cuadro 20. Medición de la pobreza multidimensional del CONEVAL 78 Cuadro 21. Indicadores de carencia social para Santiago El Pinar 79 Cuadro 22. Tabla comparativa de las mediciones de la pobreza 80 multidimensional entre Tuxtla Gutiérrez y Santiago El Pinar, Chiapas Cuadro 23. Inversión de la Estrategia Integral para Combatir la Pobreza en 85 Chiapas en los 28 municipios con menor IDH. Mapa 2. Ciudades Rurales Sustentables en Chiapas 89 Foto 1. Ciudad Rural Sustentable “Santiago El Pinar” Chiapas 93 Foto 2. Felipe Calderón y Juan Sabines en la inauguración de la CRS 95 Santiago El Pinar Foto 3. Felipe Calderón y Juan Sabines, en el extremo derecho de la foto 95 Magdy Martínez Solimán representante residente del PNUD en México. Inauguración de la CRS Santiago El Pinar Foto 4. Placa conmemorativa de la Obra “CRS Santiago El Pinar” 96 Cuadro 24. Indicadores de la subdimensión accesibilidad económica 98 Cuadro 25. Indicadores de la subdimensión accesibilidad física 100 x Cuadro 26. Indicadores de la subdimensión necesidades alimentarias 101 Cuadro 27. Indicadores de la subdimensión inocuidad de los alimentos 103 Cuadro 28. Indicadores de la subdimensión adecuación cultural 104 Cuadro 29.Tabla comparativa del ODM 1 en Santiago El Pinar (2010 y 106 2011) Foto 5. Presentación del Informe de Misión a México Relator Especial de la 107 ONU el derecho a la alimentación en San Cristóbal de las Casas, Chiapas. Foto 6. Calcomanía de la Encuesta para medir el IDH por municipio en el 108 Estado de Chiapas colocada en las casas de la CRS Santiago El Pinar. Foto 7. Vivienda de la CRS Santiago El Pinar 108 Foto 8. Vivienda de la CRS Santiago El Pinar 108 Foto 9. Calle de la CRS Santiago El Pinar 109 Cuadro 30. Unidades económicas municipales y regionales 114 xi INTRODUCCIÓN Actualmente, la medición de derechos humanos1 es uno de los debates más relevantes. Incluso, en palabras del Programa de Naciones Unidas para el Desarrollo, se le ha calificado como una estrategia de avanzada para la defensa de los derechos humanos: “la formulación y el uso de indicadores en el ámbito de los derechos humanos se ha convertido en una nueva esfera de la promoción y se encuentra en el sector más avanzado de la defensa de los derechos humanos” (PNUD, 2000:89). El énfasis de la medición se ha colocado en el cumplimiento de las obligaciones de los Estados, adquiridas en el marco de sus compromisos internacionales en materia de derechos humanos. La academia y organizaciones civiles, organismos internacionales vinculados a la Organización de Naciones Unidas y organismos interamericanos han elaborado y desarrollado propuestas de medición alrededor del cumplimiento estatal de obligaciones. Pero, ¿medir el cumplimiento de los Estados nos da información sobre el ejercicio de los derechos por parte de los sujetos? En esta tesis sostendremos que es necesario distinguir entre la medición del cumplimiento de los Estados y la medición del ejercicio de derechos desde la perspectiva de los sujetos. A nivel metodológico, consideramos cumplimiento y ejercicio como dimensiones necesariamente complementarias pero no sinónimas y reconocemos que parten de unidades analíticas distintas: Estado/sujeto de derechos. La vinculación entre ambas mediciones es fundamental y los indicadores de cumplimiento del Estado son garantía para el ejercicio de los derechos. Sin embargo, a nivel político, es indispensable la diferenciación para no simplificar la problemática: el que un Estado compruebe su avance en materia de derechos humanos, no necesariamente significa que los sujetos estén ejerciendo tales derechos. Si el debate sobre la medición de derechos humanos es relativamente nuevo, y apenas suma dos décadas, la discusión sobre la diferenciación entre la medición de 1 En los apartados 1 y 2 del Capítulo 1 abordamos a profundidad el debate sobre la medición. En él, especificamos que en términos de medición lo que puede observarse son características de los derechos humanos, pero no los derechos humanos en sí. Es decir, los derechos humanos se miden en su cumplimiento por parte de los Estados o en su disfrute por parte de las personas titulares de los derechos. Desde esta precisión, debe entenderse que cuando indicamos “medición de derechos humanos” en el documento, nos referimos a ámbitos genéricos –no metodológicos- que igualmente corresponden a la medición del cumplimiento y a la medición de ejercicio (por ejemplo, el debate sobre la medición). 1 cumplimiento y ejercicio de derechos está recién comenzando. La bibliografía es realmente limitada y nos encontramos lejos de establecer herramientas comunes para el debate. Por ello, es preciso reconocer que hay posturas que cuestionarían la diferenciación de ambas mediciones y apuntan a que, en principio, el cumplimiento de obligaciones refleja el ejercicio de derechos humanos y, si acaso la brecha fuera excesiva, la responsabilidad no es de las metodologías de medición sino de los Estados que manipulan u ocultan información, lo que deriva en un situación generalizada de simulación del cumplimiento de los derechos humanos. El debate está abierto y tomará algunos años llegar a consensos. Nuestro trabajo se encuentra muy lejos de pretender profundizar sobre la diferenciación teórica de las mediciones de cumplimiento y ejercicio. El esfuerzo es, sin duda, limitado: a partir de un ejemplo concreto busca proponer una metodología de indicadores de ejercicio de derechos humanos que ubique al sujeto en su centro, es decir, en el ejercicio de sus derechos. Ante el incipiente debate, consideramos indispensable avanzar en la propuesta de análisis sobre situaciones concretas que, eventualmente, deriven en insumos que aborden el análisis amplio sobre las mediciones de cumplimiento y ejercicio. Para plantear una propuesta metodológica era indispensable acotarnos a un derecho humano y requeríamos de un derecho sobre el que se tuviera un acuerdo internacional sobre sus definiciones de cumplimiento y ejercicio. En la búsqueda, identificamos que el derecho a la alimentación adecuada contaba con definiciones no sólo sobre su cumplimiento y ejercicio, sino sobre sus dimensiones y contenidos mínimos. Parámetros elaborados desde los convenios internacionales con importantes observaciones generales realizadas por el Consejo de Derechos Humanos de la Organización de Naciones Unidas y con un destacable trabajo por parte de la Relatoría del Derecho a la Alimentación. Incluso, la Oficina del Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Derechos Humanos ya había definido indicadores para el cumplimiento de las obligaciones estatales en materia del derecho a la alimentación adecuada. Además de establecer definiciones básicas indispensables, que sirven de base para nuestra propuesta metodológica, la Relatoría del Derecho a la Alimentación había elaborado un informe sobre el derecho a la alimentación en México. Olivier De Schutter, Relator Especial, visitó México del 13 al 20 de junio del 2011 para corroborar el trabajo del 2 gobierno mexicano en el avance del derecho a la alimentación adecuada. El informe de misión fue estructurado a partir de las dimensiones del derecho, contribuyendo a ejemplificar cómo desarrollar argumentos alrededor de las definiciones básicas y contenidos del derecho. Acotar la propuesta a un derecho humano no era suficiente. La investigación seguía entrampada con la falta de bibliografía y ejemplos específicos sobre indicadores de ejercicio, por lo que necesitábamos empezar a desarrollar nuestra investigación desde un caso paradigmático del que pudiéramos retomar datos empíricos que fundamentaran la propuesta y nuestro énfasis en la distinción entre el tipo de indicadores de derechos humanos dependiendo la unidad de análisis. Para elegir el caso paradigmático recurrimos al informe de misión del Relator Especial del Derecho a la Alimentación. En él, De Schutter retomaba el análisis de múltiples situaciones. De entre sus casos analizados, seleccionamos uno donde el Estado no había escatimado en recursos económicos y humanos para mejorar las condiciones de la población: el proyecto de Ciudades Rurales Sustentables en Chiapas. De entre las tres Ciudades Rurales Sustentables que ya operan, elegimos, por razones prácticas, la ciudad rural “Santiago El Pinar” que se encuentra a una hora y quince minutos de la ciudad donde resido: San Cristóbal de las Casas, Chiapas. El proyecto “Ciudades Rurales Sustentables” (CRS) fue promovido por el gobernador de Chiapas, Juan Sabines Guerrero, en el período de gobierno 2006-2012, y respaldado, política y económicamente, por el gobierno federal de Felipe Calderón y la oficina en Chiapas del Programa de Naciones Unidas para el Desarrollo. Entre otros apoyos políticos y financieros se encuentran: Fundación Azteca, Fundación Telmex, Fomento Social Banamex y las delegaciones de Chiapas de la CANACO y COPARMEX. Consideramos que las CRS son un caso paradigmático pues supone la principal política pública en materia de desarrollo y reducción de la pobreza del gobierno de Juan Sabines. Experiencias en las que no se ha escatimado en recursos y que buscaban, desde un inicio, asegurar el acceso a servicios básicos atendiendo a estándares y compromisos internacionales. Particularmente relevante, es que la Constitución de Chiapas es la primera en el mundo en incluir los objetivos de desarrollo del milenio de la ONU (ODM); razón por la cual, organismos internacionales han avalado el proyecto. 3 Si bien, esta política pública carece de un enfoque de derechos humanos explícito, si corresponde a acciones estatales que pretenden mejorar las condiciones de vida de la población chiapaneca y se ha considerado una política tan eficaz que se busca implementar en otros Estados del país, siendo Puebla el Estado más avanzado en la réplica de esta política pública. Con una inversión pública y privada de magnitudes considerables, y sobre la que aún hoy no es posible determinar el monto, con la aprobación y respaldo de organismos internacionales que vigilaron que se cumplieran ciertos estándares vinculados a los ODM y con el objetivo explícito de incrementar los indicadores de desarrollo humano y disminuir los indicadores de pobreza multidimensional, nuestro cuestionamiento inicial cobraba más fuerza: ¿son suficientes las acciones del Estado para garantizar, promover, respetar y proteger los derechos humanos para que éstos se traduzcan en un ejercicio cotidiano por parte de los sujetos?, ¿el cumplimiento del Estado se refleja, directamente, en el ejercicio de derechos? Por supuesto, responder tales iniciales sobrepasan los objetivos de esta tesis; sin embargo si pretendemos abordar la siguiente pregunta: ¿Cómo podríamos medir si el cumplimiento del derecho a la alimentación adecuada se reflejaba en el ejercicio que de él hacen las y los habitantes de la CRS “Santiago El Pinar”? Para ello, presentamos una propuesta metodológica, esperando sentar apenas un breve y humilde precedente para la reflexión sobre la medición del ejercicio de derechos. Es importante señalar que nuestra intención inicial era desarrollar la metodología que ahora proponemos y presentar más datos, ejemplificando la manera en cómo podría utilizarse con estadísticas concretas. Sin embargo, no por falta de recursos humanos o económicos, el desarrollo de la metodología fue, por demás, limitado. Al llegar a la CRS “Santiago El Pinar” nos encontramos con una ciudad fantasma en la que viven menos de diez familias y en la que aplicar la metodología era inviable. Decidimos continuar con el tema de investigación porque ejemplifica puntualmente la inaplazable urgencia de distinguir entre los indicadores de cumplimiento del Estado y los indicadores de ejercicio de derechos desde la perspectiva del sujeto. El objetivo principal de esta tesis se acota a proponer una metodología del ejercicio del derecho a la alimentación adecuada, tomando como referencia empírica el caso de la CRS Santiago El Pinar en Chiapas. Los objetivos específicos son: 1)Enfatizar las diferencias entre los indicadores de cumplimiento de derechos humanos y los indicadores 4 de ejercicio de derechos humanos, 2) Proponer una metodología para la delimitación de indicadores de ejercicio de derechos humanos desde la perspectiva del sujeto, y 3) Concretar la propuesta metodológica en un derecho específico dentro de un contexto particular. La investigación partió del análisis del debate sobre la medición de los derechos humanos y de conceptos, categorías y dimensiones básicas de los mismos. La siguiente matriz recupera, esquemáticamente, los conceptos y autores referentes para nuestra tesis: Cuadro I. Matriz analítica sobre la medición de los derechos humanos Concepto Autor/es Referencias secundarias Medición Mario Bunge Objetivación, operacionalización Fernando Cortés y (indicadores), medición, medir Rosa María Rubalcava Representación literaria del concepto, Paul Lazarsfeld especificación del concepto elección de indicadores, formación de índices Medición de derechos humanos Adcock y Collier Nancy Thede Concepto, categorías y dimensiones de Todd Landman D.K. Gupta; Patrick Ball, Herbert y Louise los derechos humanos Víctor Abramovich y Spirer; “Maria Green; K. Raworth; Christian Courtis Fernande Raine; Carole Samdup; Marcela Ferrer y Jorge Martínez Pizarro; Scott Leckie. Analizados los conceptos y relaciones necesarias sobre el debate de la medición de los derechos humanos, abordamos la formulación de indicadores de derechos humanos desde cinco propuestas que, a continuación, esquematizamos. La descripción y análisis de estas propuestas nos pareció necesario para entender la distinción entre indicadores de cumplimiento de derechos e indicadores de ejercicio de derechos. Cuadro II. Matriz analítica sobre la formulación de indicadores de derechos humanos Conceptos Autor/es Referencias secundarias Indicadores estructurales, de proceso y Paul Hunt evolución de derechos humanos Indicadores estructurales, de proceso y Oficina del Alto Comisionado resultado de derechos humanos de Naciones Unidas para los Derechos Humanos Audrey Chapman; Areli Medición de progresividad Comisión Interamericana de Sandoval; Observatorio del Derechos Humanos Programa Presidencial de Eitan Felner Derechos Humanos. Caracterización de las obligaciones del Katarina Tomasevski Estado: asequibilidad, acceso, aceptabilidad y adaptabilidad Desempaque de derechos Sandra Serrano y Daniel Vázquez 5 Posteriormente, acotamos la discusión al derecho a la alimentación adecuada examinando sus contenidos mínimos, la definición de ejercicio, las obligaciones del Estado y los indicadores propuestos por la Oficina del Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Derechos Humanos (OACNUDH) para el derecho a la alimentación adecuada y, finalmente, puntualizamos nuestra propuesta de medición del ejercicio del derecho a la alimentación adecuada: Cuadro III. Matriz analítica sobre la formulación de indicadores del ejercicio al derecho a la alimentación adecuada derechos humanos Conceptos Referencias principales Referencias secundaria Derecho a la alimentación OACNUDH FAO adecuada: contenido mínimo Comité DESC Derecho a la alimentación adecuada: ejercicio del derecho Dimensión de ejercicio: Accesibilidad Dimensión de ejercicio: Disponibilidad Obligaciones estatales Declaración Universal de los Derechos Convención de los Derechos del Niño (artículo 24). Humanos (artículo 25) Convención Internacional Pacto Internacional de Derechos Económicos y Sociales (artículo 11). sobre la Eliminación de todas Observación General no. 3 del Comité las formas de discriminación de Derechos Económicos y Sociales. contra la mujer (artículo 12). Convención sobre los Derechos de las Personas con Discapacidad (artículo 28). Declaración Americana de los Derechos y Deberes del Hombre (artículo 11). “Protocolo de San Salvador” (artículo 12). Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos (art. 2, 4, 27). Ley General de Salud, (artículos 112 y 114). Indicadores estructurales, de proceso y resultado del derecho a la alimentación adecuada. Dimensiones: nutrición, seguridad de los alimentos y protección al consumidor, disponibilidad de alimentos y acceso a los alimentos OACNUDH 6 Propuesta de indicadores de ejercicio del derecho a la alimentación adecuada. Dimensiones: accesibilidad (física/económica), disponibilidad (necesidades nutricionales/ inocuidad de los alimentos/ adecuación cultural) Propuesta de la tesis La propuesta de indicadores de ejercicio del derecho a la alimentación adecuada la concretamos en la CRS Santiago El Pinar. Para ello, revisamos los indicadores de Índice de Desarrollo Humano, pobreza multidimensional y línea de bienestar del Consejo Nacional de Evaluación (CONEVAL), para identificar si podríamos retomar esta información para nuestra propuesta y continuamos con una breve revisión de la política pública que enmarca el programa de CRS. Por último, contextualizamos la propuesta de indicadores de ejercicio del derecho a la alimentación adecuada y presentamos los resultados de su pilotaje. Es importante señalar que el objetivo no es presentar un análisis detallado del diseño o implementación de la política pública de las CRS, así como tampoco de su dinámica cotidiana; en esta investigación, nos acotamos a tomarla como referente para enfatizar la necesidad inaplazable de distinguir entre los indicadores de cumplimiento del Estado y de ejercicio de derechos humanos delimitando nuestra propuesta en un contexto específico. La manera en cómo fuimos acotando el proyecto de investigación dictaminó la lógica para la organización del capitulado de la tesis. En el primer capítulo abordamos el debate sobre la medición y la formulación de indicadores de derechos humanos (Matrices I y II). El segundo capítulo se enfoca en el derecho a la alimentación adecuada, la medición propuesta por la OACNUDH y la propuesta de indicadores de ejercicio (Matriz III). El tercer capítulo, describe la propuesta de indicadores de ejercicio del derecho a la alimentación adecuada en un contexto específico: la CRS Santiago El Pinar. Finalmente, en el anexo presentamos el cuestionario derivado de nuestra propuesta de indicadores de ejercicio del derecho a la alimentación adecuada; herramienta que no fue aplicada por la imposibilidad de aportar datos representativos ante la alta proporción de viviendas abandonadas en la CRS Santiago El Pinar. 7 CAPÍTULO 1 INDICADORES DE DERECHOS HUMANOS: El debate sobre la medición 1. La medición: “viejo” debate en las ciencias sociales Presentar una tesis que se pregunta por la medición de derechos humanos desde su ejercicio, implica colocar su punto de partida en la conceptualización de medición. Precisar qué es, y qué no es la medición, no es una preocupación nueva y ha sido debatida, desde múltiples perspectivas, por las ciencias sociales. Desde las ciencias sociales, podemos sostener que los derechos humanos son hechos sociales y pueden objetivizarse, tanto en objetos ideales (conceptos, enunciados y teorías) como en objetos concretos (cosas concretas, acaecimientos, procesos y fenómenos). En tanto hechos sociales, comparten la característica de no ser observables directamente, sino que se infieren a través de la medición de hechos perceptibles y por medio de hipótesis: “Los hechos son como los icebergs, su mayor parte está oculta bajo la superficie de la experiencia inmediata y esa porción sumergida de los hechos, tiene que plantearse hipotéticamente y, para poder contrastar tales hipótesis, hay que añadirles relaciones determinadas entre lo observado y lo inobservado (…) tales relaciones son las teorías y sus conceptos” (Bunge, 2000: 596). Podemos observar la nutrición, la seguridad alimentaria y protección al consumidor, la disponibilidad y acceso a los alimentos como ámbitos del derecho a una alimentación adecuada, pero no podemos observar una situación que podríamos calificar inmediatamente como “EL” derecho a una alimentación adecuada. Así, los derechos humanos no son directamente observables sino que los inferimos a partir de hechos perceptibles y que enlazamos con una conceptualización sobre lo que es un derecho humano específico. Estos hechos perceptibles son indicadores de aquello que objetivizamos de los derechos humanos2. Es importante enfatizar que las relaciones entre indicadores y los conceptos 2 “Hacemos hipótesis sobre hechos-no percibidos y los contrastamos por medio de evidencia que consiste en datos acerca de hechos directamente observables, partiendo de la suposición de que estos últimos son concominantes de o efectos de los primeros” (Bunge, 2000: 607). 8 inobservables están mediadas por tres presupuestos: son postuladas por la teoría, por lo tanto no son relaciones arbitrarias y son sometidas a prueba de modo independiente (Bunge, 2000: 609). Lo que puede observarse son características de los derechos humanos, pero no los derechos humanos en sí. Los rasgos, por ser concretos, pueden medirse de manera cuantitativa, sólo por el hecho de que existen en un espacio-tiempo y porque se presentan en determinadas cantidades3. Así, la observación cuantitativa de las características (o rasgos) es lo que se conoce como medición (Bunge, 2000: 627). Mario Bunge señala que la medición cuantitativa permite afinar los conceptos, hacer una descripción precisa de la relación entre los indicadores, mejorar las clasificaciones y establecer una interrelación entre las hipótesis, las teorías y su comparación con los indicadores (Bunge, 2000: 634). Mencionamos que hay una relación entre las teorías y sus conceptos con la manera de observar las características que objetivamos de un hecho social. Es decir, hay una relación necesaria entre la teoría y los conceptos de derechos humanos con la identificación de características concretas que dan cuenta de ellos. Al respecto Rosa María Rubalcava y Fernando Cortés, enfatizan que: “Para poner en correspondencia la teoría con la experiencia hay que conectar los conceptos teóricos inobservables con conceptos observables (objetivación), los conceptos observables con los indicadores (operacionalización) que representan propiedades observables de las unidades en estudio (objetos) y después proceder a medir, es decir a poner en correspondencia los indicadores con los números racionales.” (Ruvalcaba y Cortés, 1985: 2) Las relaciones descritas por Rubalcaba y Cortés, pueden esquematizarse de la siguiente manera: 3 “Lo que puede observarse directa o indirectamente son algunos rasgos de alguna cosa concreta. Para ser precisa, la observación tiene que ser cuantitativa, porque los objetos concretos tienen propiedades cuantitativas, aunque no sea más que porque existen en determinadas cantidades y en el espacio-tiempo. La observación cuantiativa es la medición” (Bunge, 2000: 607). 9 Cuadro 1. Correspondencia entre la teoría y la experiencia Objetivación Conectar conceptos teóricos inobservables con conceptos observables Operacionalización Conectar los conceptos observables con los indicadores Medición Poner en correspondencia los indicadores con los números racionales Indicadores Son propiedades observables de la unidad de estudio. Medir Proceso de asignar números a los indicadores en las escalas disponibles (nominal, ordinal, intervalo o razón). Enfatizamos que en el proceso de vinculación entre lo teórico y lo empírico, hay varias operaciones metodológicas previas. El artículo “De los conceptos a los índices empíricos” de Paul Lazarsfeld, fue uno de los pioneros en explicitar las relaciones metodológicas entre los conceptos teóricos y la síntesis de propiedades (variables o indicadores) de los hechos sociales que se observan. Lazarsfeld identifica cuatro pasos metodológicos (Boudon y Lazarsfeld, 1985:36): 1) Representación literaria del concepto: Primera construcción abstracta del concepto. En este primer momento, el concepto no es más que una entidad concebida en términos vagos, que confiere un sentido a las relaciones entre los fenómenos observados. 2) Especificación del concepto: Análisis de los componentes (aspectos o dimensiones) de la primera noción del concepto. Dichos componentes pueden ser deducidos analíticamente a partir del concepto general que los engloba, o empíricamente a, partir de la estructura de sus interrelaciones. De todas formas, un concepto corresponde casi siempre a un conjunto complejo de fenómenos y no a un fenómeno simple y directamente observable 3) Elección de indicadores: Seleccionar los indicadores de las dimensiones anteriormente definidas. La determinación de los criterios que limitan la elección de 10 indicadores constituye un problema delicado y es necesario realizar estudios de validación que demuestren la existencia de correlaciones estrechas entre los indicadores elegidos. 4) Formación de los índices: Sintetizar los datos elementales obtenidos en las etapas precedentes, poner de manifiesto las relaciones entre los indicadores. Si, como ya aseveramos, los derechos humanos son hechos sociales los pasos para explicitar las relaciones entre la teoría de los derechos humanos y su práctica no son distintos a los señalados en este apartado: objetivación, operacionalización y medición. El debate sobre la medición de derechos humanos y las diferentes respuestas para explicitar las relaciones entre su teoría y práctica, son motivo del siguiente apartado. 2. La medición de Derechos Humanos: referencias básicas En el marco de la literatura sobre medición de derechos humanos, la problematización sobre la relación entre teoría e indicadores se basa en autores como Adcock y Collier. En su artículo “Measurement Validity: a shared standard for qualitative and quantitative research” (2001), formulan un modelo metodológico que, aseguran, puede ser aplicado tanto a investigaciones cualitativas como cuantitativas. Tal modelo parte de cuatro principios (Adcock y Collier, 2001: 529-530): 1) No existe una real e irreconciliable diferencia metodológica entre el manejo de herramientas cuantitativas y cualitativas; tampoco se puede afirmar que una de las dos vertientes sea la exclusivamente válida. De hecho, tanto los estándares cualitativos como los cuantitativos pueden ofrecer información para evaluar la validez de las mediciones. 2) Las disputas sobre los conceptos son distintas a los debates sobre la validez de la medición. La argumentación en cada controversia retoma puntos diferentes. Su modelo pretende dar herramientas que aporten sólo a la disputa sobre la validez de la medición. 3) Las respuestas que exploran buscan incorporar la especificidad del contexto, como una estrategia clave para establecer equivalencia entre contextos distintos. 11 4) Usan la palabra calidez para referirse, exclusivamente, a la validez en la medición y presentan diferentes tipos de validación. Para lograr llegar a una medición válida, proponen un esquema de niveles analíticos y tareas metodológicas (ver Cuadro 2) que puede sintetizarse de la siguiente manera: “una medición es válida cuando sus resultados (nivel 4 del cuadro 2), derivan de un indicador (nivel 3) y pueden ser interpretados, de manera significativa, en términos de un concepto sistematizado (nivel 2) que el indicador buscó operacionalizar” (Adcock y Collier, 2001: 531). Cuadro 2. Conceptualización y Medición: Niveles y Tareas. El planteamiento descrito de Adcock y Collier es retomado por Todd Landman, uno de los principales autores en el tema de medición de derechos humanos, como referencia central 12 en la fundamentación metodológica de su trabajo. Al respecto de tal planteamiento, convendría problematizar en relación a las herramientas cualitativas y las características cualitativas. A diferencia de su propuesta, sostenemos que si existen diferencias metodológicas entre el manejo de herramientas cuantitativas y cualitativas. No es nuestra intención profundizar en uno de los debates principales en las ciencias sociales (dicotomía cuantativo/cualitativo), ni a nivel epistemológico ni metodológico; pero consideramos indispensable reconocer que el manejo de las herramientas, entendidas como las técnicas de “recolección” de información, cualitativa y cuantitativa son diferenciadas (por ejemplo, entre el diario de campo y un cuestionario). La diferenciación no implica que una de las dos sea la exclusivamente válida. La propuesta de Adcock y Collier se concentra en la validez de la medición, es decir, aportan herramientas para entender la relación entre la teoría y la experiencia concreta tanto para investigaciones cuantitativas y cualitativas. En este punto, coincidimos en que aspectos cualitativos pueden medirse a partir de la codificación de algunas de sus propiedades. Señalamos anteriormente, recuperando a Cortés y Rubalcava, que medir es un proceso para asignar números a los indicadores en las escalas disponibles: nominal, ordinal, intervalo y razón. En el artículo “Algunos aspectos de la controversia entre la investigación cualitativa y la investigación cuantitativa”, Fernando Cortés indica que las escalas nominal y ordinal pueden considerarse cualitativas, mientras que el intervalo y el rango son cuantitativos. Lo anterior puede ejemplificarse de la siguiente manera: “si la respuesta, la observación o el análisis del documento ha originado una serie de oraciones respecto a cómo se evalúa la gestión de la autoridad, será necesario distinguir, por lo menos, aquellas que son iguales de las que son distintas, en cuyo caso se estaría usando una escala nominal, y si se emplean números para codificar sólo se usa una de sus propiedades: su nombre. También se pueden jerarquizar las respuestas de acuerdo con la intensidad de la crítica, dando lugar así a una escala ordinal que podría ir desde los que simpatizan totalmente con la autoridad y no formulan crítica alguna, hasta los que realizan la crítica más acerba”. (Cortés, 2000:96-97).” En su artículo “Human rights and statistics –some reflections on the no-man’s- land between concept and indicator” Nancy Thede aborda, explícitamente, los pasos 13 metodológicos entre la conceptualización de los derechos humanos y su medición. En concordancia con los autores citados hasta ahora, Thede insiste en que el primer paso metodológico es de corte conceptual: la definición clara y sólida del contenido de cada derecho. Desde su perspectiva, en el caso de los derechos humanos, la definición conceptual no es un problema, ya que se encuentra delimitada por el Derecho Internacional de los Derechos Humanos (DIDH). Es importante destacar que, según Thede, en la delimitación de los contenidos de cada derecho humano se deberá tomar en cuenta las consideraciones metodológicas relativas a las obligaciones del Estado. El segundo paso es la operacionalización de cada componente: la selección de un número variado de indicadores y la definición de técnicas para su medición (Anaya, 2009: 35-37). En su artículo, Thede plantea cinco aspectos que deben cuidarse al momento de operacionalizar los conceptos de derechos humanos en indicadores (Thede, 2000: 9-12): (1) How to conceptualize indicators for human rights purposes?: we need to be certain that the information we are collecting tell us not just “something about that right”, but “something significant about that right”. Each right needs to be problematized, to be understood in the fullness of its potential for human right dignity and on that basis its significant aspects should be identified and translated, if possible, into indicators This is not being done. (2) The complex nature of certain rights: we need to render our assumptions explicit and also cross-check for interference from unidentified assumptions. This is particularly important when attempting to apply the same indicator in widely varying social, cultural and political contexts. (3) The need for interpretation and contextualization: virtually all authors agree that indicators cannot, in and of themselves, provide an assessment. They must be interpreted in the light of knowledge and analysis of the context to which are applied. (4) The problem of mystification of statistics by users: once created, the process of fabrication of the statistic becomes invisible and the statistics therefore become “autonomous” from the method that generated it. Clearly inappropriate statistics are thus often repeatedly and unquestioningly used. 14 (5) The need for theory in order to link the concept to the indicator: but if we are seeking to establish a small number of indicators for each right, it is necessary first to establish what are the component aspects of each right, what are the indicators that can generate meaningful information about one or the other of the components of that right. En síntesis, en la revisión de la literatura sobre la medición de derechos humanos encontramos que el vínculo entre la teoría y la medición necesita de la delimitación del concepto del derecho, seguido de la operacionalización de componentes a través de indicadores cuantitativos y observables cualitativos, que pueden codificarse, y ser igualmente válidos. En el siguiente apartado, abordaremos, las propuestas de delimitación de conceptos, categorías y dimensiones de los derechos humanos, que han sentado precedentes importantes en las distintas propuestas de medición de derechos humanos. 3. Concepto, categorías y dimensiones de los Derechos Humanos4 Todd Landman es uno de los teóricos que ha abordado con mayor profundidad el tema de Medición de Derechos Humanos. En su texto, “Scope from Human Rights, from background conceptos to indicators”¸ coincide con lo que planteamos en relación a la medición: es fundamental la vinculación lógica y operacional entre los conceptos de derechos humanos y sus indicadores como combinación esencial para la delimitación de la medición de derechos humanos, ejercicio teórico, metodológico y con implicaciones éticopolíticas que va desde la construcción conceptual hasta el diseño de la medición. 4 Desde la propuesta académica, encontramos otros estudios cuya revisión es fundamental para profundizar en el tema de indicadores de derechos humanos y que no son retomados en este apartado. Entre los relevantes, podemos mencionar: “Creating a composite index for assessing country performance in the field of human rights: Proposal for a new methodology” (1994) de D.K. Gupta; “Making the case: investigating large scale human rights violations using information systems and data analysis” (2000) de Patrick Ball, Herbert y Louise Spirer; “What We talk about when we talk about indicators: current approaches to Human Rights Measurement” (2001) de Maria Green; “Measuring human rights” (2001) y “The new future of human rights indicators” (2002) de K. Raworth; “The measurement challenge un Human Rights” (2006) de Fernande Raine; “Human Rights Impact Assessments for Foreign Investment Projects. Learning from community experiences in the Philippines, Tibet, the Democratic Republic of Congo, Argentina and Peru” (2007) de Carole Samdup (coord.); “Derechos humanos en población. Indicadores para un sistema de monitoreo” (2007) Marcela Ferrer; “América Latina y el Caribe: una propuesta para abordar los temas de población, desarrollo y derechos humanos” de Marcela Ferrer y Jorge Martínez Pizarro; y “Statisticians as Human Rights Defenders: Putting Economic and Social Rights into Economic and Social Statistics” de Scott Leckie. 15 Sobre el ejercicio de construcción de la medición de derechos humanos, Landman asegura que es indispensable establecer conceptos, categorías y dimensiones. Desagregar el concepto de derechos humanos en diferentes categorías cruzadas por distintas dimensiones, facilita el proceso de operacionalizar los derechos humanos en análisis sistemáticos (Landman, 2005: 2-10). De manera esquemática, retomamos su propuesta en el cuadro 3: Cuadro 3. Concepto, categorías y dimensiones de los Derechos Humanos Fuente: (Landman, 2005: 10). Elaboración CIED El concepto de derechos humanos que recupera Landman se vincula, directamente, con el DIDH y las reglamentaciones elaboradas desde 1948. En relación a las categorías de derechos humanos, asegura que hay cinco argumentos que fortalecen la clasificación: las luchas históricas, la aparición de instrumentos internacionales de protección diferenciados, los argumentos filosóficos que les confieren estatus y, finalmente, las cuestiones metodológicas que rodean su medición (Landman, 2005: 5). Sin duda, en las categorías destaca la integración de los Derechos de Solidaridad (Solidarity rights). Al respecto, Landman asegura que son el conjunto de derechos más progresistas y que reflejan una reacción hacia los efectos de la globalización. Incluye los relacionados con el medio ambiente o el desarrollo y agrega aquellos derechos que 16 implicarían la condonación o reducción de la deuda externa de los países más pobres o la compensación a países que fueron colonias (Landman, 2005: 5). Por otro lado, Landman se niega a calificar las categorías como, exclusivamente, positivas o negativas. Asegura que hay un falso debate en la dicotomía que ubica los DCYP como derechos negativos y los DESC como derechos positivos, en tanto requieren de acciones, presupuesto y políticas públicas por parte de los Estados. Frente a la falsa dicotomía, ubica dos posibles respuestas. La primera, indica que todos los derechos son positivos por lo que requieren de acciones directas por parte del Estado. La segunda, y a la que se apega Landman, señala que las categorías de derechos humanos tienen dimensiones positivas y negativas, por lo que requieren acciones directas y omisiones del Estado. Al respecto, es necesario enfatizar que autores como Víctor Abramovich y Christian Courtis han desarrollado importantes análisis sobre las dimensiones positivas y negativas de los derechos. Desde la perspectiva de estos autores, el argumento de las diferencias de obligaciones se utiliza para cuestionar la justiciabilidad de los DESC. Recuperando el argumento de Van Hoof sobre los niveles de obligaciones estatales, los autores aseguran que el Estado tiene la obligación de respetar, proteger, garantizar y promover los derechos independientemente de si su adscripción es DCYP o DESC (Abramovich y Courtis, 2001: 145-146). En este sentido, no es ocioso recuperar a Luigi Ferrajoli quien asegura que tener un derecho subjetivo significa que una norma jurídica asigna a un sujeto una expectativa negativa (de omisión) o una expectativa positiva (de acción) y crea sobre otros sujetos los correspondientes deberes u obligaciones (Ferrajoli, 2003). Por lo tanto, frente a los derechos el Estado tiene obligaciones negativas (no hacer) y obligaciones positivas (de hacer)5.En relación con ello, tres características resultan relevantes: su exigibilidad, la jerarquía entre normas y, finalmente, el establecimiento y desarrollo de garantías. Desde esta lógica, tanto los DESC como los DCYP son exigibles frente a las autoridades estatales, su justiciabilidad no debe ponerse en duda y, mucho menos, usarse como argumento para asegurar que los DESC son derechos de segunda categoría. En tanto, el conjunto de derechos implica obligaciones negativas y positivas, implican costos para el Estado, ya sea que se trate de la libertad de expresión o el derecho a 5 Para profundizar en el tema de las obligaciones del Estado puede consultarse los textos: Serrano y Vázquez, 2013a y 2013b que se indican en la bibliografía. 17 la educación deben erogarse recursos para garantizar el acceso a la información y la disponibilidad de la educación básica. En palabras de Miguel Carbonell “no hay “derechos gratuitos” y “derechos caros”: todos los derechos tienen un costo y ameritan una estructura estatal que, al menos, los proteja de las posibles violaciones perpetradas por terceras personas” (2012). Este reconocimiento es fundamental ya que, durante muchos años se consideró que los derechos civiles y políticos tenían una naturaleza jurídica que los hacían de cumplimiento inmediato, mientras que los derechos económicos, sociales y culturales (DESC) eran “programáticos”, a esto se le conoce como “el mito programático de los DESC”. Magdalena Sepúlveda (2005) resume los argumentos en torno a este mito: por un lado, encontramos que las obligaciones impuestas por los derechos civiles y políticos son negativas, no requieren la utilización de recursos económicos y son de cumplimiento inmediato; por otro lado, las obligaciones son impuestas por los derechos económicos y sociales son positivas, condicionadas a la existencia de recursos económicos y de cumplimiento progresivo. Hoy sabemos que ninguna de las afirmaciones del mito programático es cierta. Tanto los Derechos Civiles y Políticos como los Derechos Económicos, Sociales y Culturales cuentan con obligaciones positivas (de hacer) como negativas (de no hacer), ambas requieren la utilización de grandes recursos económicos (como todo el aparato de seguridad para la protección de derecho a la integridad personal, o el sistema electoral para ejercer el derecho a votar y ser votado). En el ámbito de la medición de derechos humanos, reconocer que tanto los DCYP y los DESC, e incluso los Derechos de Solidaridad incluidos por Landman, tienen dimensiones positivas y negativas, impide caer en la trampa de establecer unidades de análisis extremadamente diferenciadas entre las categorías de derechos y, concluir, que cada derecho tiene una dimensión exclusiva de análisis (positiva o negativa). Desde esta premisa, Landman construye una matriz que vincula las dimensiones positivas y negativas con cada categoría de derechos (Ver cuadro 4). 18 Cuadro 4. Dimensiones Positiva y Negativa de las Categorías de Derechos Humanos: Estado actual del análisis de cada dimensión. Categorías de Derechos Dimensión Positiva Acciones que el estado toma para asignar recursos y políticas públicas Dimensión Negativa Aquellas acciones que el Estado hace (o no) deliberadamente para violar (o proteger) los derechos humanos Temáticas Temáticas Tortura, ejecuciones extrajudiciales, desaparición forzada, detenciones Inversión en recursos judiciales, prisiones, fuerzas policiales y arbitrarias, intimidación electoral, privación de derechos. elecciones. Estado actual del análisis Estado actual del análisis El trabajo busca examinar los caminos en los que la inversión en Es el foco tradicional de los estándares de DIDH para los sistemas y recursos judiciales, prisiones y fuerzas policiales pueden colocar mecanismos de denuncia y reparación; del monitoreo, apoyo y campañas de las ong’s de derechos humanos; así como de los análisis académicos los fundamentos para la gobernanza y la prosperidad económica. desde la ciencia política. Temáticas Temáticas Derechos Realización progresiva, inversión en salud, educación y seguridad Discriminación étnica, racial, de género o lingüística en salud, educación Económicos, social. y seguridad social. Sociales y Culturales Estado actual del análisis Estado actual del análisis Es el foco tradicional de los estándares de DIDH para los sistemas Encontramos análisis donde se describen los patrones generales de la y mecanismos de denuncia y reparación; del monitoreo, apoyo y discriminación. Menor reflexión sobre la atención de cómo las prácticas campañas de las ong’s que trabajan por la justicia social y los discriminatorias constituyen violaciones de DESC derechos de las minorías; así como, de los análisis académicos desde la sociología, la economía y la antropología. Derechos de Temáticas Temáticas Compensación por errores del pasado, reducción o condonación de Degradación ambiental, emisiones de CO2, comercio injusto. Solidaridad la deuda externa, Apoyo exterior y asistencia técnica. Estado actual del análisis Estado actual del análisis Las acciones se han concentrado en la búsqueda de soluciones a los Desde la crisis de 1980, se han incrementado las movilizaciones sociales y la atención alrededor de la deuda externa, la asistencia problemas medioambientales, los análisis y denuncias enfatizan las internacional, la distribución global de los ingresos y recursos. A violaciones de ciertos Estados. Menor avance en el análisis del ejercicio de derechos que se relaciona con las soluciones propuestas. partir de la Conferencia Mundial en contra del Racismo, se comenzaron a analizar las reparaciones post-coloniales Fuente: (Landman, 2005: 8-10). Elaboración CIED. Derechos Civiles y Políticos 19 Desde las experiencias existentes que han medido los derechos humanos, Landman afirma que éstos pueden medirse como principio, práctica o resultado de políticas gubernamentales implementadas que tienen una relación directa con la protección de los derechos humanos (Landman, 2004: 911). Las leyes internacionales y nacionales generan normas y principios de derechos humanos que pueden codificarse usando los protocolos que han ratificado los países. Codificar estos principios, tanto nacionales como internacionales, es importante porque permite trasladar la información legal, por definición cualitativa, a indicadores que generen información cuantitativa para analizar las responsabilidades sobre derechos humanos obtenidas por los Estados. Si seguimos este argumento, nos referimos a los derechos humanos como principios (Landman, 2005: 13). Por otro lado, identificar los derechos como práctica nos lleva al escenario de la cotidianidad, donde los derechos humanos son realmente, o no, ejercidos por individuos o grupos (Landman, 2005: 18). La medición de los derechos humanos como práctica analiza la brecha existente entre las responsabilidades adquiridas por el Estado y los derechos que realmente se ejercen concretándose en la vida de las personas y grupos. Idealmente, este tipo de medición, debería generar información para proponer “correcciones” a las prácticas nacionales y que éstas puedan cumplir con las obligaciones y estándares que, formalmente, han adquirido los Estados (Landman, 2005: 15). En la medición de los derechos humanos como práctica, podemos clasificar los informes de la sociedad civil que documentan violaciones a derechos humanos y que brindan datos significativos sobre las prácticas sistemáticas de violación por parte del Estado. Así, el ejercicio existente en relación a la medición de la práctica de los derechos humanos es amplio y permite incluir diversos esfuerzos. Sin embargo, Landman recuerda que estos ejercicios no necesariamente presentan información completa y retomar una escala de seis niveles de información sobre las violaciones a derechos humanos (Landman, 2005:16): 1) Nivel ideal donde se encuentran todas las características de todas las violaciones, 2) Violaciones registradas, 3) Violaciones conocidas y accesibles, 4) Violaciones reportadas y localizadas en un Estado, 5) Violaciones reportadas a nivel internacional, y 6) Información parcial y poco objetiva sobre las violaciones. 20 Lo cierto es, asegura Landman, que el trabajo en el área de la medición de derechos humanos como práctica permite obtener información con detalle sobre alguna situación específica, aun cuando ésta sea sumamente delimitada (Landman, 2005: 17). En otras palabras, los ejercicios de medición realizados demuestran que, si bien la recopilación de información a gran escala se vuelve metodológicamente complicada, su virtud se encuentra en la profundidad y detalle con la que se analiza cierta situación. Estos temas sobre los niveles de información y la conmensurabilidad de cruzar datos de diferentes contextos delinean los tres tipos de datos disponibles para la medición de los derechos humanos como práctica (Ver cuadro 5): Cuadro 5. Tipos de datos disponibles para la medición de los derechos humanos como práctica Tipos de datos Events- Based Descripción Gráficas de datos que reportan actos de violación cometidos contra grupos o individuos. Responden las preguntas importantes sobre qué pasa, cuándo pasa y quién las comete. Reportan descripciones y datos cuantitativos de los eventos. Identifican los actos de comisión de violaciones de derechos humanos o de omisión de responsabilidades. Establecen la frecuencia, y el Standards-Based grado, de ocurrencia de las violaciones. Establecen escalas cualitativas conmensurables, que pueden replicarse en diferentes países. Utilizan muestras al azar de la Survey-Based población de los países para preguntarles una serie de preguntas estándar sobre percepción de la protección de derechos humanos; algunas preguntas cuestionan sobre la percepción de violaciones a derechos humanos. Fuente: (Landman, 2005: 17-23. Elaboración CIED) 21 Problemas metodológicos Es imposible documentar cada violación a derechos humanos. Las organizaciones que realizan events-based suelen concentrarse en conflictos coyunturales o en tiempos muy específicos. Cruzar información comparativa entre países, utilizando estas mediciones es problemático. Tienen la tendencia de truncar la variación de la protección de derechos humanos en diferentes países. Los significados de las preguntas estándar de percepción varían según el contexto de cada país. Finalmente, es posible generar mediciones sobre derechos humanos, aunque de manera indirecta, conjuntando estadísticas de los resultados de políticas de gobierno vinculadas con el respeto, protección, garantía y promoción de las categorías de los derechos humanos; esta línea se identifica con la categorización de derechos humanos como resultado. Ahora bien, como en el caso de las dimensiones positivas y negativas, Landman afirma que todas las categorías de derechos pueden generar indicadores para su medición en tanto principios, prácticas o resultados. De manera esquemática, en su texto “Measuring Human Rights: principle, practice and policy” (2004), ejemplifica indicadores específicos para cada tipo de medición, sin que ello signifique que agote las posibilidades (Ver Cuadro 6). Del trabajo de Landman, recuperamos el reconocimiento de que las categorías de derechos humanos, independientemente si son civiles y políticos o DESC, tienen dimensiones positivas y negativas que requieren de acciones u omisiones del Estado y, en consecuencia, las propuestas de medición de las categorías tienen que tener ambas dimensiones presentes. Particularmente, es relevante para la tesis, la afirmación de Landman la medición de los derechos humanos como principio, práctica o resultado de políticas gubernamentales. Nuestro interés se ubica en aportar una propuesta de medición del ejercicio del derecho a la alimentación adecuada desde la perspectiva de los sujetos de derecho, es decir, contribuir a una metodología de medición de los derechos humanos como práctica, tal como lo define Landman. 22 Cuadro 6. Medición de Derechos Humanos como principio, práctica y resultado Definición Indicadores Generales Civiles Políticos Económicos Sociales Culturales Principio Práctica Estándares normativos de Ejercicio de derechos derechos encontrados en de individuos y documentos legales grupos. nacionales e internacionales. Disposiciones codificadas Eventos de violaciones registrados. para la protección de los Evaluaciones de derechos en las prácticas estatales. constituciones nacionales. Registro de Convenios, Pactos, percepciones. Declaraciones y otros códigos en los que el Estado participa a nivel regional e internacional de derechos humanos Indicadores Específicos No tortura, no detenciones ¿A qué grado estos arbitrarias, respeto al derechos están siendo debido proceso. violados? Asociación, asamblea, ¿A qué grado están los voto. individuos impedidos de ejercer estos derechos? ¿A qué grado están Derecho al trabajo, a ocurriendo estas formar sindicatos, al actividades? contrato colectivo. Derechos a la salud y ¿A qué grado es la educación. cobertura de los sistemas de salud y educación? Derechos lingüísticos, religiosos y étnicos. ¿A qué grado hay discriminación lingüística, religiosa y/o étnica? Fuente: (Landman, 2004:927) 23 Resultado Provisión de bienes y servicios con un impacto sobre los derechos humanos y los resultados cuantificables de las políticas gubernamentales. Estadísticas, legislación gubernamental en áreas específicas. Financiamiento de poderes judiciales. Inversión en policía y reformas judiciales. Número de votantes registrados. Asistencia de votantes. Número de organizaciones de la sociedad civil. Asociados, salarios promedios, desigualdad en el ingreso. Cobertura de la seguridad social, educación y servicios de salud. Niveles de gasto público. Camas de hospital. Niveles de alfabetización. Tasas de fertilidad y mortalidad. Movilidad social de las minorías, gastos en educación bilingüe. 4. El debate sobre la construcción de indicadores de Derechos Humanos La construcción de indicadores de derechos humanos es una discusión actual y relevante. Si bien, podemos rastrear inquietudes a finales de los 80’s y en la década de los 90’s, lo cierto es que el boom del debate se presentó a partir del 2003. Al menos, son dos los Informes que dan cuenta de la discusión. En primera instancia, ubicamos el “Informe del Relator Especial sobre el derecho de toda persona al disfrute del más alto nivel posible de salud física y mental”, presentado ante la Asamblea General de la ONU en octubre del 2003. En este informe, el Relator Paul Hunt, establece por primera ver las categorías que dividen a los indicadores de derechos humanos en: estructurales, de proceso y evolución. El segundo documento es el “Informe sobre Indicadores para Vigilar el Cumplimiento de los Instrumentos Internacionales de Derechos Humanos” presentado en mayo de 2006. El informe elaborado por la OACNUDH establece las líneas conceptuales y metodológicas para la elaboración de indicadores estructurales, de proceso y de resultados para los derechos humanos, metodología que pueden considerarse como el actual paradigma en la medición de derechos humanos. Estos dos documentos se elaboran en el marco de discusiones internacionales, como la Conferencia de Expertos convocada por la ONU en 20056, que generaron la certeza de la necesidad urgente de la medición de los derechos humanos y cambiaron el foco de la discusión sobre la relevancia de la medición a la elaboración de indicadores específicos. A esta línea, y con nuevas aportaciones se sumaron los esfuerzos de la Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH) con su propuesta de “Indicadores de Progreso para la medición de derechos contemplados en el Protocolo de San Salvador” aprobada en mayo del 2012 por el Consejo Permanente de la Organización de los Estados Americanos. Paralelamente a la propuesta de la OACNUDH, que se ha convertido en hegemónica y cuyo desarrollo se ubica en los tres momentos detonadores enunciados, encontramos propuestas como la de Katarina Tomasevski, Relatora Especial del derecho a la Educación En 2001, Tomasevski enfatizó la relevancia de la medición de la asequibilidad, el acceso, la aceptabilidad y la adaptabilidad en el cumplimiento de las obligaciones. Por otro lado, 6 Los trabajos de la Conferencia se sistematizaron en el documento: “Report of Turku Expert Meeting on Human Rights Indicators”. 24 conjuntando la propuesta de Hunt y Tomasevski, académicos mexicanos presentan la metodología del “desempaque de derechos”, a partir del análisis de las diversas obligaciones que constituyen un derecho humano (Serrano y Vázquez, 2010). Propuesta que, si bien no está enfocada en la elaboración de indicadores, si permite identificar los marcos referenciales desde los cuáles éstos pueden formularse. La recapitulación de los planteamientos principales de las propuestas mencionadas serán referidas en el marco de este apartado, como preámbulo para plantear nuestra propuesta que parte de la premisa de la urgente necesidad de comenzar a discutir la relevancia de los indicadores de ejercicio de derechos humanos. 4.1. Paul Hunt y la definición de los indicadores estructurales, de proceso y evolución Las reflexiones de Paul Hunt, Relator Especial del Derecho a la Salud del 2002 al 2008, sobre la relación de indicadores y el derecho de toda persona al disfrute más alto posible de salud física y mental se encuentran presentes desde su primer informe provisional en 2003. Por lo tanto, la recuperación de sus reflexiones debe considerarse como antecedente necesario para entender la dirección en el desarrollo de la metodología de medición de derechos humanos que plantea la OACNUDH. Paul Hunt, basándose en la relación establecida entre Derechos Humanos y Desarrollo Humano delimitada por el PNUD en su “Informe de Desarrollo Humano 2000”, decide abrir la discusión en relación a las posibles diferencias entre los indicadores de la salud y los indicadores del derecho a la salud. Hunt considera que el debate sobre las diferencias de los indicadores de desarrollo humano y los indicadores de derechos humanos se ha eludido por décadas, impidiendo el avance en la formulación de una propuesta metodológica de medición de derechos humanos. Desde la perspectiva de Hunt, los indicadores de derecho a la salud deben derivarse de las normas concretas vinculadas al DIDH, reflejar esas normas y vigilar su cumplimiento, con miras a lograr la rendición de cuentas de los responsables: “De este modo, lo que tiende a distinguir un indicador del derecho a la salud de un indicador de la salud no es tanto su fondo como: i) su derivación explícita de normas concretas del derecho a la salud; y ii) el uso que se les da, a saber, la vigilancia del derecho a la salud con miras a conseguir la 25 rendición de cuentas de los responsables” (AGNU, 2003: pr.10). Al respecto, es necesario hacer tres precisiones (AGNU, 2003: pr.11-13): 1) La relación entre el indicador y la norma debe ser razonablemente estrecha y precisa. Sólo en caso de que un indicador de salud cumpla con esta relación puede considerarse, igualmente, un indicador del derecho a la salud. 2) Los indicadores del derecho no sólo deben reflejar las normas concretas relativas al derecho a la salud, sino también las disposiciones de derechos humanos conexas, incluidas la no discriminación y la igualdad. Esta observación se relaciona con el reconocimiento de la interconexión de los derechos humanos. 3) La comunidad promotora de derechos humanos debe reconocer que la recopilación de datos desglosados sigue siendo un reto enorme para muchos Estados. Con todo, el objetivo inicial debe ser la utilización de indicadores del derecho a la salud desglosados en tantas esferas de discriminación prohibidas internacionalmente como sea posible. Para contribuir con argumentos a la discusión sobre la medición de los derechos humanos, Hunt plantea una primera categorización de indicadores: “El Relator Especial sugiere que en un primer momento se preste especial atención a las siguientes categorías de indicadores de derecho a la salud: indicadores estructurales, indicadores de proceso e indicadores de evolución. El Relator reconoce que llegará el momento en que pueda ser necesario buscar otras categorías” (AGNU, 2003:7). Así, el objetivo inicial de establecer estas categorías y denominaciones básicas apuntaba a establecer un lenguaje común con claridad y uniformidad terminológica, elementos indispensables para que el debate sobre los indicadores de derechos humanos progresara. 26 Cuadro 7. Tabla de definiciones de Indicadores. Primera propuesta de Paul Hunt Indicadores Definición Son los indicadores más simples. Habitualmente se presentan en forma de pregunta y suelen depender de información que se obtiene fácilmente. En otras palabras, los indicadores estructurales constituyen un método de evaluación rápida y de obtención económica de información basada en un cuestionario. INDICADORES En el sentido amplio, determinan si existen estructuras, sistemas y DE RESULTADO mecanismos relacionados con determinada cuestión. Así pues, un indicador estructural del derecho a la salud determinaría si se han establecido estructuras, sistemas y mecanismos fundamentales considerados necesarios para la realización o la promoción del derecho a la salud. Proporcionan información sobre los procesos mediante los cuales se INDICADORES aplican las políticas de salud. Miden el grado de realización de las DE actividades necesarias para alcanzar algunos objetivos de salud y los PROCESO progresos de esas actividades en el transcurso del tiempo. Miden los resultados de las políticas relacionadas con la salud. Revelan INDICADORES hechos sobre la salud de las personas y suelen reflejar múltiples DE EVOLUCIÓN procesos interrelacionados que determinan colectivamente un resultado. En 2003, no se hacía la distinción sobre los indicadores de Resultados. Fuente: (AGNU, 2003: 8-10). En marzo de 2006, Hunt presentó sus primeras reflexiones sobre la operacionalización de sus categorías propuestas7 ante el Consejo Económico y Social de Naciones Unidas. Concluye que el enfoque de indicadores del derecho a la salud no es un cambio radical en relación con las metodologías existentes para indicadores de otras temáticas (por ejemplo, desarrollo o población); sin embargo, el enfoque contribuye a reforzar, mejorar y complementar los indicadores de uso común. En su operacionalización incluye indicadores de salud, adaptándolos para aportar, por ejemplo, información desagregada y añade algunos indicadores nuevos para supervisar las cuestiones, como la participación y la rendición de cuentas, que de otro modo tenderían a pasarse por alto (CES, 2006: 9,10). 7 “Hunt presentó información sobre los siguientes temas relacionados con el derecho a la salud: contexto jurídico básico, contexto financiero básico, estrategia y plan de acción nacionales, participación, información, instituciones nacionales de derechos humanos, asistencia y cooperación internacionales, aspecto prioritario 1 (mejorar la asistencia antenatal, en el parto, post parto y al recién nacido), aspecto prioritario 2 (prestación de servicios de planificación de la familia de alta calidad), aspecto prioritario 3 (eliminar el aborto no seguro), aspecto prioritario 4 (luchar contra las infecciones de transmisión sexual, el cáncer cervicouterino y otras enfermedades ginecológicas), aspecto prioritario 5 (promover la salud, en particular entre los adolescentes).” (CES, 2006: 25-34). 27 En su informe, asegura que hay un avance en la discusión sobre la medición de los derechos humanos: “Si bien antes la pregunta principal era ¿Existe una función para los indicadores en relación con el derecho al más alto nivel posible de salud?, ahora la pregunta fundamental es ¿Cómo pueden utilizarse los indicadores de la forma más apropiada para medir y supervisar este derecho humano fundamental?” (CES, 2006: 10). Sin duda alguna, destaca el llamado de Hunt a no exagerar la importancia de la función de los indicadores: “Por muy complejos que sean, los indicadores nunca ofrecerán un cuadro completo del disfrute del derecho a la salud en una jurisdicción concreta. En el mejor de los casos, proporcionan indicaciones útiles sobre el disfrute del derecho a la salud en un contexto nacional particular, (…) está fuera de lugar esperara demasiado de ellos” (CES, 2006:10). Para Hunt lo que sí se puede esperar de los indicadores es que ayuden al Estado a supervisar su progreso a lo largo del tiempo, permitiendo a las autoridades reconocer cuándo se necesitan ajustes de la política y, por otro lado, ayudar a pedir cuentas al Estado en relación con el cumplimiento de responsabilidades derivadas de los compromisos internacionales asumidos. Aun cuando, ubica al Estado en el centro, advierte que incorporar los derechos humanos en las políticas de salud partiendo de los indicadores es un trabajo intersectorial: “es una empresa de gran envergadura que requiere una multitud de medidas por parte de diversos agentes” (CES, 2006: 11). Por otro lado, destaca la preocupación por la medición de la progresividad del derecho a la salud. Así, asegura que para que los indicadores puedan supervisar aspectos de la realización progresiva deberán (CES, 2006: 14-16): 1) Corresponder, con cierto grado de precisión, a una norma del derecho a la salud. 2) Estar desagregados al menos por sexo, raza, etnia, población rural o urbana y condición socioeconómica; entre otros motivos de discriminación prohibidos internacionalmente. 3) Estén complementados por indicadores adicionales que supervisan las cinco características esenciales e interrelacionadas del derecho a la salud: a) una estrategia y un plan nacional de acción que incluyen el derecho a la salud, b) la participación de particulares y grupos –especialmente los más vulnerables y desfavorecidos- en la 28 de formulación de las políticas y programas de salud, c) acceso a la información sobre la salud, así como la confidencialidad de los datos personales sobre la salud, d) la asistencia y cooperación internacionales de los donantes en relación con el disfrute del derecho a la salud en los países en desarrollo, e) mecanismos accesibles y eficaces de supervisión y de rendición de cuentas. Al respecto, aclara que es imposible que un indicador tenga todas estas características, pero sí es posible determinar una serie de indicadores que juntos tengan estas características. 4.2. La Oficina del Alto Comisionado de Naciones Unidas y la definición de los indicadores estructurales, de proceso y resultado como paradigma hegemónico en la medición de derechos humanos La construcción metodológica realizada por la OACNUDH es contemporánea a la de Todd Landman. Entre las similitudes importantes de ambas propuestas, se encuentra el reconocimiento de que el tema de la medición de derechos humanos no se agota en la formulación de indicadores y que éstos requieren sustentarse en marcos conceptuales y metas concretas de investigación: “(…) para que los indicadores sean instrumentos eficaces necesitan estar afianzados en un marco conceptual que tenga en cuenta las preocupaciones y objetivos de ese proceso. La necesidad de una base conceptual adecuada radica en poder contar con una lógica para definir y diseñar los indicadores pertinentes y no reducir esa labor a una mera lista de posibles opciones” (OACNUDH, 2006: 3). La OACNUDH afirma que los indicadores cualitativos y cuantitativos son herramientas para la medición de derechos; sin embargo, decide enfocarse en la formulación de indicadores cuantitativos pues consideran que “en las disposiciones de los tratados internacionales de derechos humanos se mencionan explícitamente los indicadores cuantitativos8” (OACNUDH, 2006: 5). Sobre la metodología de medición, plantean cuatro 8 “Por ejemplo, en el Art. 12 del PIDESC se indica que, para asegurar la plena efectividad, del derecho a la salud, “entre las medidas que deberán adoptar los Estados Parte en el Pacto figuran las necesarias para la reducción de la mortalidad y la mortalidad infantil”. En el Art. 10 de la Convención sobre todas las formas de 29 puntos esenciales para esbozar el marco conceptual de los indicadores de derechos humanos (OACNUDH, 2005:5,6): 1. Definir los indicadores en relación al contenido normativo internacional del derecho en cuestión, según se enuncia en los artículos pertinentes de los tratados y las observaciones generales correspondientes a los Comités. 2. Reflejar el carácter intersectorial de las normas o principios de derechos humanos (por ejemplo, la no discriminación y la igualdad, la indivisibilidad, la rendición de cuentas, la participación y la potenciación) en la elección de los indicadores. 3. Esencial tener una indicación de la “intención” del Estado Parte o su “aceptación” de las normas de derechos humanos, así como de la consolidación de sus esfuerzos, según se reflejan en los correspondientes indicadores de “resultados”. 4. El marco que se adopte debe reflejar la obligación de la entidad encargada de respetar, proteger y hacer efectivos los derechos humanos. Para la determinación de los atributos de los derechos humanos (punto 1) es necesario traducir el texto de la norma jurídica que lo establece en un número limitado de atributos característicos que faciliten la determinación de los indicadores apropiados para vigilar la efectividad de su ejercicio. Los atributos tienen que basarse en una lectura exhaustiva de la norma jurídica del derecho y definirse de manera que se excluyan mutuamente. Estas medidas corresponden a la conveniencia analítica de contar con un enfoque estructurado para leer el contenido normativo del derecho ante enunciaciones generales que no son flexibles para la determinación de indicadores. Por otro lado, al articular los atributos se llega a una clasificación con terminologías claras y tangibles para facilitar la selección de indicadores (OACNUDH, 2006: 8). Seleccionar los atributos de derechos humanos es, apenas, el primer paso. En un segundo momento, hay que configurar los atributos de los derechos humanos en relación a indicadores estructurales, de proceso y de resultados (Ver Cuadro 8). “Al proponer esta discriminación contra la mujer, relativo al derecho a la educación, figura una disposición acerca de la “reducción de la tasa de abandono femenino de los estudios” y el Art. 14 del PIDCYP, se exige que en caso de cargos penales toda persona tiene derecho a ser juzgada “sin dilaciones indebidas”. Estas referencias a indicadores cuantitativos, en esta caso esencialmente a estadísticas oficiales, contribuyen a la definición del contenido del derecho humano en cuestión y ayudan a reforzar sus aspectos operativos” (OACNUDH, 2006: 5,6). 30 configuración de indicadores lo que interesa principalmente es obtener una evaluación de las medidas adoptadas por los Estados Partes para cumplir con sus obligaciones –de la intención a los esfuerzos y de allí a los resultados de esos esfuerzos” (OACNUDH, 2006: 9). La definición de estos indicadores debe tener en cuenta, las siguientes premisas (OACNUDH, 2006: 10,11): a. La diferenciación de indicadores aspira a contar con unidades coherentes y detalladas que puedan reflejar el aspecto de la intención y los resultados en la realización de los derechos humanos. Al adoptar este tipo de indicadores se simplifica la selección de indicadores dependiendo de lo que se quiera medir (intención, esfuerzos o resultados del Estado), el uso de información pertinente, se facilita una cobertura amplia de diferentes aspectos de realización del derecho o, si se requiere, una delimitación mínima del número de indicadores necesarios para vigilar la realización del derecho en cuestión en cualquier contexto. b. Los indicadores de proceso, particularmente, podrían ayudar a evaluar el cumplimiento de las obligaciones del Estado de respetar, proteger y hacer efectivos los derechos humanos. c. Los indicadores de proceso y de resultados pueden no ser mutuamente excluyentes. Es posible que un indicador de proceso para un derecho humano resulte ser un indicador de resultados en el contexto de otro derecho. d. La selección de todos los indicadores tiene que guiarse principalmente por la prueba empírica de su uso. Si los indicadores definidos no resultan adecuados para los criterios de pertinencia empírica no serán útiles como instrumentos de vigilancia. 31 Cuadro 8. Tabla de definiciones de los Indicadores de atributos de los Derechos Humanos Indicadores INDICADORES ESTRUCTURALES (intención del Estado). Definición Reflejan la ratificación o aprobación de instrumentos jurídicos y la existencia de los mecanismos institucionales básicos que se consideran necesarios para facilitar la realización del derecho humano en cuestión. Abarcan la intención del Estado o su aceptación de las normas de derechos humanos al adoptar medidas para la realización de ese derecho humano. Los indicadores estructurales tienen que concentrarse sobre todo en la naturaleza de las leyes nacionales relacionadas con el derecho en cuestión –es decir, si incluyen las normas internacionales- y los mecanismos institucionales que promueven y protegen las normas. Deben examinar el marco normativo y las estrategias que el Estado indica son pertinentes para ese derecho. Algunos indicadores estructurales pueden ser comunes a todos los derechos humanos y otros pueden ser más pertinentes para determinados derechos humanos e incluso para un atributo particular de un derecho. INDICADORES DE PROCESO (esfuerzos del Estado). Relacionan los instrumentos de política de los Estados con hitos que se convierten en indicadores de resultados, los cuales a su vez pueden relacionarse de manera más directa con la realización de los derechos humanos. Los instrumentos de política de los Estados se refieren a todas las medidas que comprenden los programas públicos e intervenciones específicas que un Estado desee adoptar para hacer efectiva su intención o su aceptación de las normas de derechos humanos para alcanzar los resultados que corresponden a la realización de un determinado derecho humano. Al definir los indicadores de proceso en términos de una relación causal concreta se puede evaluar mejor la responsabilización del Estado frente a sus obligaciones. Al mismo tiempo, estos indicadores ayudan a vigilar directamente el ejercicio progresivo del derecho o el proceso de protección del derecho, según sea el caso, para la realización del derecho en cuestión. Los indicadores de proceso son más sensibles a cambios que los indicadores de resultados, por lo cual son mejores para medir la realización progresiva del derecho a reflejar los esfuerzos de los Estados Partes para proteger los derechos. INDICADORES DE RESULTADOS (resultados de los esfuerzos del Estado). Reflejan los logros, individuales y colectivos, que indican el estado de realización de un derecho en un determinado contexto. No se trata sólo de una mediación más directa de la realización del derecho humano, sino también de la importancia del indicador para evaluar el disfrute del derecho. Puesto que con el tiempo consolida los efectos de diversos procesos subyacentes (que pueden ser medidos 32 por uno o más indicadores de proceso), un indicador de resultados suele ser un indicador lento, menos sensible para reflejar los cambios momentáneos que un indicador de proceso. Por ejemplo, los indicadores de la esperanza de vida o de la mortalidad podrían depender de la inmunización de una población, de la educación o del conocimiento de la población en materia de sanidad pública, así como de la disponibilidad y accesibilidad de las personas a una nutrición adecuada. Fuente: (OACNUDH, 2006: 9, 10) Para que un indicador sea eficiente debe definirse de manera explícita y precisa, sobre la base de una metodología viable de recopilación, tratamiento y difusión de datos Identifican, al menos dos, fuentes y mecanismos de generación de datos complementarios: 1) Las estadísticas socioeconómicas y otras estadísticas administrativas, y 2) datos sobre violaciones de derechos humanos basados en acontecimientos, que consisten en casos señalados o denunciados de violaciones, víctimas identificadas y autores (OACNUDH, 2006: 13). En relación a los criterios de selección de indicadores cuantitativos, señalan que éstos deberían (al menos, idealmente): ser pertinentes, válidos y fiables; ser simples oportunos y pocos en número; estas basados en información objetiva y en mecanismos de generación de datos; prestarse a la comparación temporal y espacial, y cumplir con las normas internacionales de estadística pertinentes; y, prestarse al desglose por sexos, edad y sectores vulnerables o marginados de la población. Por último, al elaborar un conjunto de indicadores de derechos humanos será necesario hallar el equilibrio entre los indicadores de pertinencia universal y los que se adaptan a un contexto específico, ya que se requieren ambas clases (OACNUDH, 2006:14, 15). En el Informe, se presentan indicadores ilustrativos sobre el derecho a la vida, el derecho a la revisión judicial de la detención, el derecho a una alimentación adecuada, el derecho al disfrute del más alto nivel posible de salud física y mental. 33 4.3. La Comisión Interamericana de Derechos Humanos y la medición de la progresividad del Protocolo de San Salvador. Para la CIDH, generar lineamientos regionales para la medición de los derechos humanos encuentra su primera justificación en el Art. 19 del Protocolo de San Salvador, donde se establece que los Estados Parte deberán presentar informes periódicos respecto de las medidas progresivas que hayan adoptado para asegurar el debido respeto de los derechos en él establecidos. De acuerdo con el Protocolo, se requieren de indicadores que permitan medir el progreso de las condiciones de derechos humanos y, apuntan, “éstos indicadores deben incorporar los avances en la realización de los derechos y no considerar los adelantos o retrocesos en términos de desarrollo (económico y social): se debe, entonces, diferenciar entre progreso económico y social y cumplimiento del Protocolo del San Salvador” (CIDH, 2008: 4). Generar indicadores de progreso permite analizar y comparar el cumplimiento de los derechos humanos. Los datos cuantitativos ofrecidos por los gobiernos en torno a la reducción de la pobreza no son suficientes, afirma la CIDH, para dar cuenta del cumplimiento de sus compromisos regionales. De esta manera, el sistema de informes adquiere un carácter específico: “El procedimiento de supervisión del Protocolo no apunta a examinar la calidad de las políticas públicas de los Estados, sino a fiscalizar el cumplimiento o incumplimiento de las obligaciones jurídicas que fija el Protocolo. Este establece una amplia gama de obligaciones, tanto positivas como negativas, tanto inmediatas como progresivas (…) No corresponde a la supervisión internacional juzgar entre las opciones que cada Estado, de manera soberana, haya elegido para realizar los derechos. Si corresponderá examinar si esas políticas públicas violan derechos, si consiguen o no garantizar el cumplimiento de las obligaciones positivas, inmediatas o progresías fijadas en el Protocolo. Así, el examen de las políticas no será el objetivo final del sistema de indicadores y señales de progreso”. (CoIDH, 2008: 4). En última instancia, la CIDH pretende que los indicadores sean herramientas útiles para realizar un diagnóstico de la situación de los derechos contenidos del Protocolo: “Se busca 34 estimular en los Estados un proceso de evaluación y de medición de cumplimiento que trascienda la idea del mero reporte” (CIDH, 2011: 5). La CIDH afirma que el sistema de indicadores y señales de progreso debe contribuir a exponer los cambios del cuadro de situación general de un país en un período determinado y, aún más, debe identificar situaciones graves de afectación de los derechos del Protocolo, en especial problemas de alcance colectivo o que obedezcan a prácticas o patrones reiterados o a factores de índole estructural que pueda afectar a ciertos sectores de la población (CIDH, 2008: 5). Entre líneas, puede leerse la preocupación de la Comisión por conocer datos desagregados por características y territorios que no se otorgan desde los argumentos estatales que vinculaban unívocamente el cumplimiento de obligaciones del Estado con la implementación de políticas públicas. Sin embargo, explícitamente se cuidan de no generar reacciones negativas hacia los indicadores, por parte de los Estados: “No se pretende contabilizar denuncias sino avances o progresos” (CIDH, 2011: 5). Hay una particular preocupación por la medición del carácter de progresividad de los derechos civiles, políticos, económicos, sociales y culturales. El principio de progresividad tiene una relación directa con la manera en cómo deben cumplirse las obligaciones estatales en materia de derechos humanos. Los derechos humanos contenidos en el DIDH son aspiraciones mínimas cuya progresión se encuentra en manos de los Estados y, aun cuando su plena realización sólo puede lograrse de manera paulatina, las medidas estatales adoptadas deben implementarse dentro de un plazo razonablemente breve y ser deliberadas, concretas y orientadas hacia el cumplimiento de sus obligaciones9. La progresividad debe entenderse como gradualidad y progreso (Abramovich y Courtis, 2006:58). La gradualidad se refiere a que la efectividad de los derechos no va a lograrse de una vez y para siempre, sino que se trata de un proceso que supone definir metas a corto, mediano y largo plazo10. El progreso patentiza que el disfrute de derechos siempre debe mejorar. Para lograr la progresividad se requiere del diseño de planes y 9 Comité DESC, Observación General número 3. La índole de las obligaciones de los Estados Partes (párrafo 1 del artículo 2 del Pacto), aprobada en el 5° período de sesiones, 14 de diciembre de 1990, párr.2. 10 El artículo 2.1 del PIDESC establece que los Estados Partes se comprometen a “adoptar medidas, tanto por separado como mediante la asistencia y la cooperación internacionales, especialmente económicas y técnicas, hasta el máximo de los recursos de que disponga, para lograr progresivamente, por todos los medios apropiados, inclusive en particular la adopción de medidas legislativas, la plena efectividad de los derechos aquí reconocidos” (las cursivas son de los autores). 35 políticas públicas que permitan avanzar hacia el mejoramiento de las condiciones de los derechos. Por lo tanto, la progresividad lejos de entenderse como un permiso para retardar el cumplimiento de las obligaciones del Estado en materia de derechos humanos, impone obligaciones para proceder lo más expedita y eficazmente posible y avanzar en el cumplimiento de los compromisos internacionales del Estado en el contexto del aprovechamiento pleno de los recursos de los que se disponga. Las medidas de implementación expedita también deben impedir disposiciones de carácter deliberadamente retroactivo11. El Estado se ha obligado a implementar acciones progresivas y, los indicadores propuestos por la CIDH, permitirá tener una línea base que posibilitará evaluar la progresividad, a partir de “la comparación de la extensión de la titularidad y del contenido de los derechos y de sus garantías concedidas a través de nuevas medidas normativas con la situación de reconocimiento, extensión y alcance previos” (CIDH, 2008: 5). El sistema de indicadores de la progresividad se pretende flexible e involucra indicadores cuantitativos y cualitativos12. Los parámetros para la delimitación del sistema de indicadores se encuentran en el Protocolo, a partir de la definición de los derechos. Por otro lado, destaca el llamado de la CIDH a no exagerar la función de los indicadores y reconocer sus limitaciones, “por muy complejos que sean, los indicadores nunca ofrecerán un cuadro completo del disfrute del derecho a la salud en una jurisdicción determinada” (CoIDH, 2008: 6). Por ello, consideran que no pueden ser la única herramienta de supervisión del cumplimiento del Protocolo. La Comisión no pretende duplicar esfuerzos y equipara su propuesta de monitoreo con la que ya hemos esbozado de la OACNUDH. Incluso, considera que “el Informe constituye el más reciente esfuerzo por llegar a un acuerdo común sobre una metodología de derechos basada en indicadores que busca ser impulsada, de forma homogénea, por todos los Comités del Sistema Universal” (CIDH, 2008: 9). 11 Comité DESC, Observación General número 3. La índole de las obligaciones de los Estados Partes (párrafo 1 del artículo 2 del Pacto), aprobada en el 5° período de sesiones, 14 de diciembre de 1990, párr.9. 12 “Los indicadores deberán ser confiables, pertinentes, verificables empíricamente, sensibles, relevantes, independientes, precisos, accesibles y encontrarse disponibles o ser posible su obtención” (CoIDH, 2011: 6). 36 Aun cuando explícitamente se alinea con la propuesta de medición de la OACNUDH, es importante señalar que la CIDH destaca la incorporación de “las señales de progreso cualitativas” como complementarias a los indicadores cuantitativos y a su incorporación en los informes les da el mismo peso que a los indicadores cuantitativos: “A diferencia de un indicador cuantitativo, las señales de progreso cualitativas se caracterizan porque no parten de una categoría prestablecida, como tampoco de una escala de medición ya dada (estadística) sino que captan la definición de la situación que efectúa el propio actor social y el significado que éste le da al fenómeno evaluado, los cuales son claves para poder interpretar los hechos. Esto significa que se podrá aportar en el proceso de evaluación estas dimensiones menos visibles pero absolutamente necesarias a los efectos del monitoreo. Así, en materia de derecho a la salud, un indicador es la cantidad de médicos por habitante y la señal de progreso cualitativa está dada por la percepción de la población en general acerca de la accesibilidad al sistema de salud” (CIDH, 2008: 9). “Las señales de progreso representan dimensiones cualitativas que reflejan la progresión en los cambios hasta el alcance deseado del objetivo. Si éste ha sido establecido en consideración a posibilidades reales, las señales de progreso podrían interpretarse mejor en niveles de plazos o períodos secuenciales de tiempo (…) El propósito de las señales de progreso consiste en hacer un seguimiento de los logros que contribuyen a obtener el objetivo deseado, en este caso, el goce y ejercicio de los derechos económicos, sociales y culturales contenidos en el Protocolo de San Salvador” (CIDH, 2011: 9). Recordemos que la propuesta de la OACNUDH, si bien reconoce la importancia de los indicadores cualitativos, no avanza en su formulación. Así, la CIDH enfatiza que por razones de descripción e interpretación las señales de progreso tienen un papel fundamental, e insustituible, en la medición. Partiendo del modelo de la OACNUDH, la CIDH ha definido tres tipos de indicadores y señales de progreso cualitativas (Ver Cuadro 9). 37 Cuadro 9. Tabla de definiciones de los Indicadores y Señales de Progreso Cualitativas Indicadores Definición INDICADORES Buscan medir las disposiciones del Estado para implementar los ESTRUCTURALES derechos del Protocolo. Reflejan la ratificación o aprobación de instrumentos jurídicos internacionales básicos para facilitar la realización de un derecho humano fundamental. Relevan información para evaluar cómo se origina el aparato institucional y el sistema legal del Estado para cumplir las obligaciones del Protocolo. Si existen o se han adoptado medidas, normas jurídicas, estrategias, planes, programas o políticas, o se han creado agencias públicas destinadas a implementar esos derechos. Si bien los indicadores estructurales indagan simplemente sobre la existencia o inexistencia de las medidas, podrían en ocasiones incluir información relevante para entender también algunas de sus características principales, por ejemplo si las normas son o no operativas, o cual es la jerarquía de una agencia o institución pública o su competencia funcional, es decir, examina si el marco normativo y las estrategias que el Estado indica son adecuadas y eficaces para ese derecho. INDICADORES Buscan medir la calidad y magnitud de los esfuerzos del Estado para DE PROCESO implementar los derechos, a través de la medición del alcance, la cobertura y el contenido de las estrategias, planes, programas, o políticas u otras actividades e intervenciones específicas encaminadas al logro de metas que corresponden a la realización de un determinado derecho. Estos indicadores ayudan a vigilar directamente la aplicación de las políticas públicas en términos de la realización progresiva de derechos. Los indicadores de proceso también pueden ofrecer información sobre la variación en los niveles de calidad o cobertura de programas o servicios sociales de un determinado período de tiempo. En tanto que el indicador estructural no necesita normalmente una base de referencia (por lo general, permite sólo una respuesta afirmativa o negativa), los indicadores de proceso dependen de bases de referencia o metas que suelen consistir en cifras o porcentajes, por lo que tendrá un componente más dinámico y evolutivo que el indicador estructural. Deben reflejar los esfuerzos de las distintas estructuras e instancia al interior del Estado por alcanzar el resultado deseado o progresar en lograrlo. INDICADORES Reflejan los logros individuales y colectivos, que indican el estado DE RESULTADOS de realización de un derecho humano en un determinado contexto. Buscan medir el impacto real de las estrategias, programas, intervenciones del Estado. En cierta manera constituyen un indicio de cómo impactan esas acciones públicas sobre aquellos aspectos que definen el grado de efectividad de un derecho del Protocolo. Así, proveen una medida cuantitativamente comprobable y 38 comparable de la actividad del Estado en materia de realización progresiva de los derechos. La mejora en los indicadores de resultado puede ser el indicio de la adecuación de las medidas adoptadas y las mejoras progresivas hacia la plena efectividad de los derechos. Sin embargo, para formarse un juicio definitivo al respecto, es necesario revisar concretamente las medidas adoptadas: el retroceso de los indicadores de resultados puede deberse a circunstancias no atribuibles a la acción del Estado, mientras que su mejora puede deberse a razones fortuitas. Esto requiere, entonces, poner énfasis en los indicadores de proceso. Fuentes: (CIDH, 2008: 9, 10); (CIDH, 2011:11,12). Es importante recordar que la preocupación de la Comisión se ubica, específicamente, en profundizar lineamientos para medir la progresividad de los derechos. Por ello, no sólo su aportación en relación a la valía de las señales de progreso cualitativas resulta relevante; su propuesta metodológica para mejorar el análisis y organizar la información, es un aporte fundamental para mejorar la de medición de los indicadores de proceso. Sugieren clasificar la información generada, en base a tres categorías: recepción del derecho, capacidades estatales y contexto financiero básico (CIDH, 2008: 12-13). Cuadro 10. Categorías de análisis para resultados de Indicadores de Proceso Fuente: (CIDH, 2008:12-13). Elaboración CIED 39 En la recepción del derecho interesa, identificar el nivel de las normas que lo reconocen, así como la operatividad y la jerarquía normativa. Se procura revelar el grado de precisión con que se definen las obligaciones básicas del Estado o los estándares mínimos exigibles; la indicación de quienes son los titulares de ese derecho, las condiciones para su ejercicio (¿es un derecho operativo, puede ser exigido directamente ante las autoridades o no es directamente exigible?) y las garantías o vías de reclamo disponibles, en caso de incumplimiento. De nuevo, la CIDH hace hincapié en que las políticas deben estar destinadas al cumplimiento de derechos y no, exclusivamente, a la lucha contra la pobreza. Aún más, las políticas paternalistas no pueden utilizarse como cortina de humo para asegurar que el Estado está cumpliendo con sus obligaciones internacionales: “Un aspecto que resulta relevante indagar es qué políticas o servicios sociales el Estado define como medidas de implementación o realización de derechos del Protocolo. En ocasiones los programas o servicios crean beneficios de índole asistencial y no reconocen la existencia de derechos. En qué medida el derecho es incorporado en la lógica y el sentido de las políticas públicas del Estado es un aspecto que suele ser medido a través de los indicadores de proceso.” (CIDH, 2008: 12). La categoría de capacidades estatales implica revisar de qué manera y bajo qué parámetros el Estado resuelven el conjunto de cuestiones socialmente problematizadas: cómo definen sus metas y estrategias de desarrollo y bajo que parámetros se inscribe el proceso de implementación de los derechos contenidos en el Protocolo. Implica analizar las reglas del juego al interior del aparato estatal, las relaciones interinstitucionales, la división de tareas, la capacidad financiera y las habilidades del recurso humano que tiene que llevar adelante las tareas definidas. Determinar el alcance y cobertura de los programas y servicios desarrollados por las agencias; variación en la calidad y alcance de esas intervenciones en un período de tiempo. Busca recuperar aspectos centrales que den cuenta de la materialización de la voluntad política de los Estados. Verificar si están dadas las condiciones efectivas para implementar una perspectiva de derechos en el marco de la estructura estatal vigente. La 40 introducción de esta categoría persigue como objetivo evaluar con mayor complejidad los problemas que enfrenta el Estado para cumplir las obligaciones, facilitando la identificación de problemas que refieren a la toma de decisión política, y su diferenciación de los problemas relativos a la gestión pública. Por otro lado, es relevante identificar la existencia de organismos de control, monitoreo y evaluación de los programas y servicios sociales dentro de la estructura estatal, así como la capacidad del Estado de implementar políticas preventivas contra la corrupción y el uso clientelar de los recursos destinados al área social. Se busca captar información relativa a la accesibilidad de los servicios y programas sociales organizados por el Estado. Se debe procurar captar la fragmentación entre los distintos niveles de la administración del Estado y entre los diferentes servicios sociales organizados. La intención es identificar la claridad (o falta de ella) en la definición y distribución de competencias y responsabilidades entre distintas instancias de gobierno y, en ocasiones, entre diferentes gobiernos nacionales, regionales o provinciales y locales. A ello se suma la habitual fragmentación entre los propios servicios sociales por deficiencias en la coordinación y falta de comunicación entre las agencias así como por la ausencia de políticas integrales de registros adecuados. El contexto financiero básico alude a la disponibilidad efectiva de recursos del Estado para ejecutar el Gasto Público Social, y de qué manera se distribuye el mismo, sea de manera usual (PIB para cada sector social) o por algún otro mecanismo. Se incorpora dentro de la misma categoría a los compromisos presupuestarios, en virtud de los cuales se puede evaluar la importancia que el propio Estado le está asignando al derecho en cuestión, y que además actúa en forma complementaria a la medición de capacidades estatales. La CIDH afirma que no se puede abarcar todas las cuestiones que informen sobre el grado de efectividad de un derecho: “aunque fueran muchas las categorías que se consideren (…) nunca podrán abarcarse todas las cuestiones atinentes al grado de efectividad de un derecho. Por esta razón resulta conveniente limitar el número de categorías relevantes. En conclusión para cada derecho del Protocolo se ordenará la información requerida al Estado, sobre la base de un modelo compuesto por indicadores cuantitativos y señales de progreso cualitativas, organizado en función de tres tipos de indicadores 41 (estructurales, de proceso y de resultados), que responderán a tres categorías conceptuales (recepción del derecho, capacidades estatales y contexto financiero y compromiso presupuestario)” (CIDH, 2008: 14). Al igual que la propuesta de la OACNUDH, la CIDH señala que hay tres temas transversales que tienen que ser medidos en relación a cada derecho protegido: la igualdad, el acceso a la información pública y participación y el acceso a la justicia. En la propuesta de la CIDH se presentan ejemplos de indicadores en derechos a la seguridad social, a la salud y a la educación. En términos gráficos, la propuesta de la CoIDH puede resumirse en la siguiente matriz: Cuadro 11. Propuesta de medición de derechos humanos de la CIDH Indicadores DERECHO Estructurales Procesos Resultados Indicador Recepción del derecho Señales de progreso Capacidades estatales Indicador Señales de progreso Contexto financiero Indicador básico y compromisos Señales de progreso presupuestales Indicador Igualdad Señales de progreso Acceso a la Indicador información pública y Señales de progreso participación Indicador Acceso a la justicia Señales de progreso Antes de presentar una recapitulación sobre los puntos de encuentro de las tres propuestas de medición mencionadas (Hunt, OACNUDH y CIDH), nos parece relevante señalar que aun cuando consideramos de principal relevancia la incorporación de las señales de progreso en la propuesta de la CIDH, no deja de ser preocupante que ubique su medición sólo a partir de indicadores cualitativos. Puede interpretarse que los indicadores cualitativos son de uso exclusivo para la medición de ciertos ámbitos de los derechos humanos como la progresividad y cerrar el debate a la propuesta de indicadores cuantitativos de progresividad estableciendo distintos tipos de escalas. Por ello, nos parece relevante señalar que el tema 42 de medición de la progresividad de los Derechos Económicos, Sociales y Culturales13 ha sido ampliamente estudiado por el sector académico y no sólo por la CIDH. Al respecto, destacamos el trabajo de Eitan Felner14 que, a diferencia de la CIDH, apunta a la elaboración de indicadores cuantitativos de la progresividad. Felner identifica dos niveles de reconocimiento de los DESC. En el “nivel teórico de reconocimiento”, los Estados tienen la obligación de realizar progresivamente los DESC hasta el máximo de sus recursos y posibilidades; lo que significa, “en el nivel práctico” la implementación inmediata de mecanismos de protección, respeto y garantía sin discriminación (Felner, 2009: 402-403). Sin embargo, la imprecisión en el término “máximo de recursos y posibilidades” ha permitido que los Estados argumenten que no hay recursos pertinentes, así la progresividad vinculada al “máximo de recursos y posibilidades” se ha vuelto un argumento de escape para afrontar con verdadero compromiso sus obligaciones en materia de DESC. Por ello, afirma Felner, es indispensable contar con herramientas cuantitativas para monitorear el impacto de las políticas públicas y la localización y destino de los recursos destinado para el ejercicio efectivo de los DESC (Felner, 2009:404). Es importante destacar que Felner identifica el monitoreo del cumplimiento de derechos como una herramienta política que permitirá su exigencia frente al Estado. 13 En la revisión de literatura académica sobre la medición de los DESC, encontramos también los siguientes análisis y propuestas metodológicas: “Indicators and Standards for Monitoring Economic, Social and Cultural Rights” (1999) de Audrey Chapman; “Construcción de indicadores en materia de DESC y ambientales. Documento base sobre el estado de la discusión a nivel mundial” (2007) de Areli Sandoval; “DESC. El desafío de la ciudadanía social. La aplicación de los DESC en Colombia y la implementación de metodologías de medición y valoración de los mismos” (2009) del Observatorio del Programa Presidencial de Derechos Humanos. 14 Eitan Felner plantea su propuesta sobre la elaboración de indicadores cuantitativos de la progresividad en los artículos: “Closing the ‘Escape Hatch’: a toolkit to monitor the progressive realization of Economic, Social and Cultural Rights” (2009) y “A new frontier in economic and social rights advocacy: turning quantitative data into a tool for human rights accountability” (2008). 43 4.4. Recapitulación de semejanzas y diferencias entre las propuestas sobre indicadores estructurales, de proceso y resultado. Es conveniente hacer un recuento de las propuestas de Hunt, OACNUDH y CIDH. Entre ellas, encontramos argumentos complementarios que conforman el paradigma hegemónico actual en la medición de derechos humanos15. En primera instancia, es importante señalar que en las tres propuestas se explicita que los indicadores son una herramienta que contribuye a medir el cumplimiento de derechos humanos y ofrece un acercamiento sistemático; sin embargo, no se debe exagerar su función tomando sus mediciones como las únicas válidas y verdaderas para dar cuenta del trabajo de los Estados. Sin duda, estas mediciones deben acompañarse, por ejemplo, de los informes de la sociedad civil y de reinterpretación estadística de académicos. Coinciden en que las fuentes de información se obtienen de las estadísticas disponibles en cada Estado. Por lo tanto, la formulación de indicadores depende del tipo de información que los sistemas nacionales de estadística desarrollen. Probablemente, con la petición expresa de la CIDH a los estados de la OEA de incorporar los indicadores en los informes que, como Estados Parte, tienen que presentar se avecinen una época que permita el desarrollo de censos y encuestas específicas de derechos humanos. Evidentemente esa no es la situación actual y significa un reto adecuar los indicadores de uso común (como los de desarrollo o población) para que ofrezcan información sobre derechos humanos, cuando no han sido diseñados, necesariamente, para ello. Desde nuestro análisis, las aportaciones de las tres propuestas pueden entenderse como un aglomerado de conocimiento que aporta a un mismo argumento. Así, los antecedentes los coloca Paul Hunt quien aún no refería los indicadores estructurales. Identificamos que, los indicadores de evolución que ubica Hunt no son los que después se conocerían como indicadores de resultado. Por el contrario, los indicadores de evolución complementan a los indicadores de procesos y resaltan la progresividad de las políticas públicas. La propuesta de la OACNUDH es la primera en incorporar a los indicadores de resultado que se pueden ubicar como indicadores que se acercan al ejercicio de los derechos 15 Al respecto, es necesario recordar que el debate se encuentra en proceso y que aún la hegemonía del paradigma actual en el tema, éste se encuentra distante de presentar algunas contradicciones. 44 humanos y se preocupan por la realización de los derechos y el impacto real de las intervenciones del Estado. No hay duda de que el aporte de la CIDH sobre los indicadores de progresividad fortalece la construcción de los indicadores de proceso; sin embargo, el aporte a los indicadores de resultados es tangencial. Cuadro 12. Tabla comparativa de definiciones de indicadores estructurales, de proceso y de resultado en las propuestas de Hunt, OACNUDH y CIDH Paul Hunt OACNUDH CIDH Paul Hunt OACNUDH CIDH OACNUDH CIDH INDICADORES ESTRUCTURALES Determinan si existen estructuras, sistemas y mecanismos vinculados al derecho en cuestión. Suelen depender de información que se obtiene fácilmente, por lo que constituye un método de evaluación rápida y de obtención económica de información. Ratificación, aprobación de instrumentos jurídicos y la existencia de mecanismos institucionales básicos. Examinan el marco normativo y las estrategias que el Estado indica que son pertinentes para cada derecho. Relevan información para evaluar cómo se origina el aparato institucional y el sistema legal del Estado para cumplir las obligaciones del Protocolo. Si existen o se han adoptado medidas, normas jurídicas, estrategias, planes, programas o políticas, o se han creado agencias públicas destinadas a implementar esos derechos. Generalmente, los indicadores estructurales sólo permiten respuestas afirmativas o negativas. INDICADORES DE PROCESO Información sobre los procesos mediante los que se aplican las políticas públicas. Indicadores de Evolución: Miden los resultados de las políticas públicas y reflejan procesos interrelacionados que determinan colectivamente un resultado Medidas que comprenden los programas públicos e intervenciones específicas que un Estado adopta para hacer efectivos los indicadores estructurales. Ayudan a vigilar el ejercicio progresivo del derecho y son más sensibles a los cambios que los indicadores de resultados, por ello son los indicados para medir la realización progresiva del derecho. Ayudan a vigilar directamente la aplicación de las políticas públicas en términos de la realización progresiva de derechos. Ofrecen información sobre la variación en los niveles de calidad o cobertura de programas o servicios en un determinado período de tiempo. Dependen de bases de referencia o metas, por lo que son más dinámicos y evolutivos que los indicadores de resultados. INDICADORES DE RESULTADOS Reflejan los logros individuales y colectivos que indican el estado de realización de un derecho humano en determinado contexto. Es la medición más directa de la realización del derecho y es el indicador más relevante para medir el disfrute del derecho. El indicador de resultados suele ser lento, pues depende de que el tiempo consolide los efectos de diversos procesos subyacentes. Miden el impacto real de las estrategias, programas e intervenciones del Estado. La mejora en los indicadores de resultado puede ser el indicio de la adecuación de las medidas adoptadas y las mejoras progresivas hacia la efectividad de los derechos. 45 En el cuadro 12 presentamos una tabla comparativa entre las definiciones. En síntesis, los indicadores estructurales se enfocan en señalar la vinculación nacional con el DIDH y la existencia de sistemas y mecanismos que den cuenta del compromiso del Estado con sus obligaciones internacionales adquiridas. Los indicadores de proceso comprenden el análisis de políticas, programas y proyectos públicos que se alinean para hacer efectivos los indicadores estructurales y, por su sensibilidad a los cambios, pueden medirse de manera progresiva. Finalmente, los indicadores de resultado se enfocan en el impacto real de las intervenciones del Estado en la realización efectiva de los derechos; sin embargo, el paradigma hegemónico actual sobre medición de derechos humanos, ha avanzado poco en la profundización del debate sobre el ejercicio de los derechos y se ha priorizado el desarrollo de los indicadores de proceso. 4.5. Katarina Tomasevski y la caracterización de las obligaciones del Estado Si Paul Hunt enfatizó que los indicadores son ineludibles pero no por ello se debe exagerar su función; en 2001, Tomasevski señalaba las limitaciones de las estadísticas generales: “Es una obviedad que las estadísticas revelan mucho, pero esconden lo que realmente necesitamos saber (…) Los promedios estadísticos camuflajean todo tipo de falacias en cuestiones de género, raza, etnia o lengua, las cuales son cruciales desde la perspectiva de los derechos humanos, pues tales faltas suelen corresponder a discriminaciones internacionalmente prohibidas (…) Las estadísticas revelan el porcentaje de niñas y niños no matriculados, pero nada nos dicen sobre quiénes son y de dónde provienen, ni por qué no se han matriculado. Si la educación se impone a los jóvenes para forzarles a adoptar una lengua extranjera o una ideología, representa una violación de derechos humanos. Los chicos y chicas podrán estar en la escuela, y las estadísticas lucirán bien, pero si son forzados a alterar si identidad o, pero aún, si la “educación” se adecua a la definición de genocidio, los datos cuantitativos sobre educación esconderán una genuina violación de derechos humanos” (Tomasevski, 2001: 3,4). Relatora Especial de Naciones Unidas sobre el derecho a la educación, Tomasevski construye una interesante propuesta de medición, que si bien se diseñó para el derecho a la 46 educación, es aplicable para los DESC y, nos atrevemos a asegurar, incluso para los derechos civiles y políticos. De nuevo, parte de los compromisos adquiridos de los Estados en el marco del DIDH y considera que: “(éste) constituye un marco ya listo para evaluar el progreso en la consecución de los objetivos, toda vez que define las metas, los propósitos y los métodos (…), para permitir que todos y todas disfruten todos los derechos humanos (…) Los derechos humanos se fundamentan en el Estado de derecho. Por ende, los indicadores deberán captar el grado de compromiso y capacidad de los gobiernos para traducir lo normativo a la realidad.” (Tomasevski ,2001:5). La propuesta de Tomasevski es anterior a la formulación de los indicadores estructurales, de proceso y resultado, y se enfoca en caracterizar las obligaciones adquiridas por el Estado a través del DIDH. Reconoce que los tratados internacionales son indicativos y los contextos estatales diferenciados: “algunos países han incluido en sus constituciones cláusulas sobre asignaciones presupuestarias para la educación, garantizando el 25% del presupuesto; otros no han definido garantías formales o legales para el presupuesto del derecho a la educación” (Tomasevski, 2001:11). Ante las diferencias contextuales, no se puede olvidar que la ley es simétrica y propone medir, en cada Estado, las obligaciones sobre la educación a partir de cuatro categorías (Tomasevski, 2001: 12): • Asequibilidad significa dos obligaciones estatales: como derecho civil y político, el derecho a la educación demanda del gobierno la admisión de establecimientos educativos que respeten la libertad de y en la educación. La educación como derecho social y económico significa que los gobiernos deben asegurar que haya educación gratuita y obligatoria para todos los niños y niñas en edad escolar. Como derecho cultural, significa el respeto a la diversidad, en particular, a través de derechos de las minorías y de los indígenas. • Acceso tiene distintas modalidades en cada nivel educativo. El derecho a la educación debe ser realizado progresivamente, asegurando la educación gratuita, obligatoria e inclusiva, lo antes posible, y facilitando el acceso a la educación postobligatoria en la medida de lo posible. 47 • Aceptabilidad engloba un conjunto de criterios de calidad de la educación (por ejemplo, los relativos a la seguridad y la salud en la escuela, las cualidades profesionales de los maestros, etc). El gobierno debe establecer, controlar y exigir determinados estándares de calidad, se trate de establecimientos públicos o privados. El criterio de aceptabilidad ha sido ampliado considerablemente en el derecho internacional de los derechos humanos. • Adaptabilidad requiere que las escuelas se adapten a los niños, según el principio del interés superior del niño. Dado que los derechos son indivisibles, deben establecerse salvaguardas para garantizar todos los derechos humanos en la educación, de modo de adaptar progresivamente a la educación a todos los derechos humanos. Más aún, el DIDH supone prevé como objetivo principal la promoción de derechos humanos a través de la educación. Ello supone un análisis intersectorial del impacto de la educación en todos los derechos humanos. En su texto, Tomasevski presenta ejemplos de estas categorías a analizar en la observación de las obligaciones adquiridas por el Estado. Aun cuando sostiene una postura cautelosa frente a las estadísticas, asegura que es indispensable avanzar en estrategias de medición de los derechos humanos como contribución al cumplimiento de éstos: “El sentido de precisión que se asigna a los números hace que se considere como importante todo lo que es mensurable. Todo lo que no lo es, carecería de importancia. Por ende, tornar mensurables a los derechos humanos contribuirá a la elevación de su estatus las estrategias educativas, tanto globales como nacionales (…)” (Tomasevski, 2001:8). Las cuatro categorías propuestas por Tomasevski: asequilibilidad, acceso, aceptabilidad y adaptabilidad, al ubicarse en la caracterización de las obligaciones adquiridas pueden fortalecer como dimensiones analíticas a los indicadores de proceso, tal como los define la propuesta paradigmática hegemónica. Por otro lado, de la revisión de los indicadores del derecho a la educación planteados por Tomasevski pueden desprenderse categorías relevantes para medir el disfrute del derecho y no sólo la caracterización de las acciones del Estado. 48 4.6. Metodología del “Desempaque de Derechos” Para Sandra Serrano y Daniel Vázquez, la propuesta de Tomasevski nos acerca a la materia específica de la implementación de los derechos humanos. Los autores, basándose en Tomasevski y, en menor medida en Hunt, proponen una teoría de las obligaciones del DIDH, a partir de la noción del “desempaque”, es decir, “el análisis de un derecho humano a partir de las diversas obligaciones que lo constituyen” (Serrano y Vázquez, 2010:77). De nuevo, es importante enfatizar que se ubican en el nivel de las obligaciones y no retoman la propuesta de formulación de indicadores estructurales, de proceso o de resultados. Plantean cuatro pasos metodológicos para desempacar un derecho. Identifican que cada derecho está constituido por múltiples “subderechos” y su desagregación constituye el primer nivel (Serrano y Vázquez, 2010: 80). El segundo nivel, implica una lectura de cada subderecho a partir de las obligaciones que conlleva (respetar, proteger, garantizar y/o promover) por parte del Estado, y “al llegar al deber de crear un marco jurídico y un aparato institucional que asegure la realización del derecho, estamos frente al nivel de desempaque, esto es, el desarrollo de esa maquinaria a partir de los elementos esenciales para el ejercicio de los derechos” (Serrano y Vázquez, 2010: 87). Ahora bien, al referirse a los “elementos esenciales” los autores especifican cuatro características que re-trabajan de la propuesta de Tomasevski: disponibilidad, accesibilidad, aceptabilidad y calidad. Finalmente, el cuarto paso consiste en identificar principios de aplicación: contenido esencial del derecho, progresividad, prohibición de regresividad y máximo uso de recursos disponibles: “(éstos) son considerados principios en la medida que informan de manera transversal a derechos y obligaciones e indican las características de su cumplimiento (…) no surgen en el momento que se adquiere la responsabilidad internacional, sino que se trata de una perspectiva que observa la forma en que cada derecho es implementado por el Estado” (Serrano y Vázquez, 2010: 90). La propuesta de Serrano y Vázquez la esquematizamos en el cuadro 13. Afirman que su propuesta no es una metodología con finalidades propias, es más bien una metodología previa para otros fines, como: diseño de políticas públicas, análisis de violaciones de derechos humanos, realizar diagnósticos, construir indicadores (Serrano y Vázquez, 2010: 92). 49 Obligaciones del Estado Cuadro 13. Elementos para el análisis de un derecho humano a partir de las obligaciones estatales que lo constituyen Esta obligación tiene el objetivo de proveer a las personas toda la información necesaria para asegurar que sean capaces de disfrutar el derecho. El Estado tiene la obligación de que las personas conozcan sus derechos y los mecanismos de defensa, pero también el deber de garantizar que sepan cómo ejercer mejor esos derechos. Se trata de una obligación de carácter netamente Promover progresivo para lograr cambios en la conciencia pública, en la percepción o en el entendimiento de un determinado problema. No se trata de un deber meramente promocional, sino que debe tenderse al desarrollo del empoderamiento de las personas desde y para los derechos. Respetar constituye la obligación más inmediata y básica de los derechos humanos, en tanto implica no interferir con o poner en peligro los derechos. Se trata de una obligación tendiente a mantener el goce del derecho, y su cumplimiento es inmediatamente exigible, cualquiera que sea la naturaleza del derecho. Ninguno de los órganos pertenecientes al Estado, en cualquiera de sus niveles (federal, local o municipal) e independientemente de sus funciones (ejecutivo, legislativo y judicial) debe violentar los derechos humanos por sus acciones. La Corte Interamericana de Derechos Humanos señaló en la Sentencia del Caso Velázquez Respetar Rodríguez que la protección a los derechos humanos parte de la afirmación de la existencia de “esferas individuales que el Estado no puede vulnerar o en los que sólo puede penetrar limitadamente. Así, en la protección de los derechos humanos, está necesariamente comprendida la noción de la restricción del ejercicio el poder estatal”. Esta obligación se cumple por parte del Estado por medio de abstenciones y se violenta a través de acciones. Es una obligación dirigida a los agentes estatales en el marco de sus respectivas funciones para crear el marco jurídico y la maquinaria institucional necesaria para prevenir las violaciones a derechos humanos cometidas por particulares y por agentes estatales. Esto supone también la creación de dos formas organizacionales distintas: aparatos de prevención y algunos mecanismos de exigibilidad. Se debe pensar en aparatos de prevención y mecanismos de exigibilidad relacionados con posibles violaciones cometidas por particulares. Estamos frente a una conducta positiva del Estado, el cual debe desplegar múltiples acciones a fin de Proteger proteger a las personas de las interferencias provenientes de particulares y de agentes estatales. Sin embargo, debe tenerse precaución porque múltiples acciones estarán relacionadas con la obligación de proteger los derechos humanos pero a partir sólo de algunos aspectos institucionales de la medida en cuestión. Para poder identificar esos puntos de conexión es importante que se tenga en mente el objetivo principal tanto del aparato como del mecanismo creado para proteger los derechos humanos: la prevención. Tiene el objetivo de mantener el disfrute del derecho, de mejorarlo y de restituirlo en caso de violación. Fundamentalmente, se trata de una obligación que exige la conducta positiva del Estado para asegurar la realización del derecho. Es la más compleja en términos de la conducta positiva que se requiere de los órganos estatales, porque implica una perspectiva global sobre los derechos humanos en el país. La obligación de garantizar tiene por objeto realizar el derecho y asegurar para todas y todos la habilidad de disfrutar de los derechos. Por ello requiere la remoción de todas las restricciones a los derechos, así como la provisión de los Garantizar recursos o la facilitación de las actividades que aseguren que todas las personas sean sustantivamente iguales en cuanto a su habilidad para participar como ciudadanas plenas en una sociedad. En este sentido, la obligación de garantizar implica, en palabras de la Corte Interamericana de Derechos Humanos, “el deber de los Estados Partes de organizar todo el aparato gubernamental y, en general, todas las estructuras a través de las cuales se manifiesta el ejercicio del poder público, de manera tal que sean capaces de asegurar jurídicamente el libre y pleno ejercicio de los derechos humanos”. 50 Elementos Básicos Disponibilidad Accesibilidad Calidad Principios de Aplicación Aceptabilidad Núcleo del derecho/ Contenido esencial Progresividad Prohibición de regresividad Máximo uso de recursos disponibles Implica garantizar la suficiencia de los servicios, instalaciones, mecanismos, procedimientos o cualquier otro medio por el cual se materializa un derecho para toda la población. En materia del derecho a la salud, por ejemplo, el Estado deberá contar con un número suficiente de servicios públicos de salud y centros de atención de la salud, así como de programas, los que deberán incluir a los factores determinantes básicos de la salud, como agua limpia potable y condiciones sanitarias adecuadas, entre otros. Asegurar que los medios por los cuales se materializa un derecho sean accesibles a todas las personas, sin discriminación alguna. La accesibilidad supone al menos estas dimensiones: la no discriminación, la accesibilidad física, la accesibilidad económica (asequibilidad). Asegura que los medios y contenidos por los cuales se materializa un derecho tengan los requerimientos y propiedades aceptables para cumplir con esa función. En materia de salud, los establecimientos, bienes y servicios de salud “deberán ser también apropiados desde el punto de vista científico y médico y ser de buena calidad. Ello requiere, entre otras cosas, personal médico capacitado, medicamentos y equipo hospitalario científicamente aprobados y en buen estado, agua limpia potable y condiciones sanitarias adecuadas”. Implica que el medio y los contenidos elegidos para materializar el ejercicio de un derecho sean aceptables por las personas a quienes están dirigidos, lo que conlleva el reconocimiento de especificidades y, consecuentemente, la flexibilidad necesaria para que los medios de implementación de un derecho sean modificados de acuerdo con las necesidades de los distintos grupos a los que van dirigidos en contextos sociales y culturales variados. Por ejemplo, respecto del derecho a la salud, los establecimientos de salud en comunidades étnicas deberán adecuarse a la cosmovisión del pueblo indígena y reconocer sus prácticas médicas. La identificación del contenido esencial de un derecho supone el establecimiento de elementos mínimos que el Estado debe proveer a cualquier persona de forma inmediata y sin que medien contra-argumentaciones fácticas de imposibilidad provenientes de escasez de recursos o elementos semejantes. Una vez identificado el núcleo de la obligación, esto no quiere decir que el derecho no puede expandirse (hay que recordar que los DH establecen los puntos mínimos, no los máximos de cada derecho), sino que el Estado y sus políticas no pueden encontrarse por debajo de esos mínimos. Los derechos humanos codificados en tratados internacionales no son más que un mínimo, su progresión está en manos de los Estados. La progresividad implica gradualidad como progreso. La gradualidad se refiere a que la efectividad de los derechos requiere de definir metas a corto, mediano y largo plazo. El progreso patenta que el disfrute de los derechos siempre debe mejorar. La progresividad requiere del diseño de planes para avanzar hacia el mejoramiento de las condiciones de los derechos mediante el cumplimiento de dichos planes. El Estado no puede disminuir el nivel alcanzado en el disfrute de los derechos El uso máximo de los recursos disponibles deberá atender las necesidades concretas del lugar y de la población y comprende los recursos económicos, tecnológicos, institucionales y humanos. Fuente: Serrano y Vázquez 2013a, 2013b. 51 5. Hacia la construcción de indicadores de ejercicio de derechos humanos: planteamientos iniciales En el análisis del estado de la cuestión sobre la formulación de indicadores de derechos humanos, identificamos un consenso explícito que parte de dos premisas: 1) La objetivación de los derechos humanos, el paso de los conceptos teóricos inobservables a los conceptos observables empíricamente, se resuelve a partir de la definición de cada derecho humano construida a partir del Derecho Internacional de Derechos Humanos. Es decir, la conceptualización de los derechos humanos no se encuentra a discusión pues parte de la normatividad internacional correspondiente a cada derecho. 2) La definición de contenidos para cada derecho humano se vincula, directamente con las obligaciones Estatales. En otras palabras, en el ámbito del diseño de indicadores el contenido del derecho humano no se desvincula de las obligaciones adquiridas para cumplir tal derecho y que los individuos puedan ejércelo. En este marco, hay una aceptación implícita que permea la formulación: si el Estado cumple con las obligaciones internacionales sobre un derecho particular entonces las personas gozan tal derecho. Tal aceptación ha sido poco cuestionada: ¿qué pasa cuando esta premisa no se cumple?, ¿se trata de un Estado que oculta datos?, ¿de deficiencias en la recopilación de información?, ¿de indicadores no formulados correctamente?, o ¿será que el cumplimiento y el ejercicio son dimensiones diferenciadas que requieren una construcciones metodológicas distintas? Al respecto, Todd Landman enfatiza que ejercicio en la práctica y el cumplimiento de las obligaciones por parte de los Estados son dimensiones distintas pero complementarias. Ambas son relevantes para entender la situación de los derechos humanos: “para evaluar la situación en materia de derechos humanos en un país, es necesario tomar en cuenta si las personas disfrutan los objetos de sus derechos, pero también si los Estados están buscando cumplir sus obligaciones” (Anaya, 2009: 41). Enlazadas, las dimensiones del cumplimiento y el ejercicio de derechos, nos colocan ante dos unidades analíticas 52 diferenciadas, pero necesariamente complementarias: el ejercicio en los sujetos (colectivos e individuales) y el cumplimiento en los Estados. Frente a unidades analíticas se requieren herramientas de medición diferenciadas que puedan develar la situación en cada dimensión (Landman, 2003: 2)16. El ejercicio de derechos sólo puede ser real desde la experiencia del sujeto. Por lo tanto, hay que comenzar a proponer y discutir métodos que midan eso: el ejercicio de derechos desde el enfoque de los sujetos de derecho. En última instancia, concordamos con Sen, en que “la realización de los derechos humanos va mucho más allá del desempeño medio nacional que demuestran las estadísticas generales” (PNUD, 2000:92). Se vuelve urgente comenzar a distinguir que el cumplimiento de las obligaciones en materia de derechos humanos no necesariamente impacta en el ejercicio del derecho. De ahí que indicadores como el número de hospitales, camas o doctores por cada 100 mil habitantes pueden medir el cumplimiento de una obligación, pero no necesariamente nos informa del ejercicio del derecho a la salud por parte de los sujetos. Es importante enfatizar que la opción no es establecer una dicotomía entre indicadores de ejercicio de derechos desde el enfoque del sujeto e indicadores de cumplimiento de las obligaciones del Estado. Ante la complejidad de los derechos humanos, es necesario tener información sobre su cumplimiento y ejercicio. Ambos caminos apuntan, finalmente, hacia un mismo objetivo: la exigencia de los derechos humanos. La discusión sobre la construcción de indicadores de ejercicio de derechos requiere de equipos multidisciplinarios y recursos que, apenas, se están disponiendo. Destaca el esfuerzo de la Facultad Latinoamericana de Ciencias Sociales en México en el marco del Proyecto “Institucionalización y Disfrute de los Derechos Humanos en las Democracias Latinoamericanas: 1999-2010” donde se desarrollaran, entre otros temas, indicadores de ejercicio para el derecho a la salud, la alimentación, la educación, la vida y, probablemente, los derechos laborales. El proyecto comienza en 2013 y sentará, sin duda, precedentes para el debate sobre los indicadores de ejercicio de derechos humanos. 16 “It is also important to distinguish between government obligations on the one hand, and enjoyment of human rights by individuals and groups on the other, in order that appropriate measurement tools might be developed for cach of these aspects” (Landman, 2003:2). 53 El aporte de nuestra tesis es muy limitado, acaso explicitar la necesidad de diferenciar entre los indicadores de cumplimiento y los del ejercicio: ante unidades analíticas distintas (Estado/sujeto de derechos) no es metodológicamente correcto continuar utilizando métodos de medición que sólo se enfocan en el Estado y, con ello, pretender dar cuenta de sujetos de derechos. Sin embargo, los límites de la tesis aportan una ventaja. El interés del método que desarrollaremos busca elaborar indicadores de ejercicio al derecho a la alimentación adecuada desde la perspectiva del sujeto de derechos. Antepondremos este interés frente a las fuentes de información. Es decir nuestra operacionalización de categorías no está sujeta a las fuentes de información disponibles por el Estado, sino a los indicadores que consideramos necesarios a partir de nuestra categorización. Aporte modesto, pero que puede dar cuenta de la complejidad de la construcción de indicadores de ejercicio. Desarrollaremos nuestra propuesta retomando argumentos sobre medición que ya desarrollamos en este apartado, pero que es conveniente explicitar. En primera instancia, consideramos que la elaboración de indicadores de ejercicio no tiene relaciones distintas, en la teoría y en la práctica, como cualquier otro hecho social. Por ello, retomamos para la propuesta que entre las teorías, los conceptos de ejercicio de derechos humanos y su medición, hay un paso metodológico que implica operacionalizar los conceptos, es decir, conectar los conceptos observables con los indicadores; por lo tanto, la complejidad de la construcción de metodologías de medición de características del ejercicio de derechos humanos, con ello queremos enfatizar que la construcción de metodologías de medición no se limita a la creación de indicadores. La medición no es sobre el ejercicio de derechos humanos en sí, sino sobre características que dan cuenta del ejercicio. En otras palabras, el ejercicio del derecho tiene múltiples características, pero la suma de las características no hace el ejercicio del derecho, sólo nos da una muestra de él. Con esto, queremos enfatizar que con la construcción de indicadores de ejercicio es sólo un método para acercarse al ejercicio de derechos, pero puede complementarse con informes de la sociedad civil y estudios de corte antropológico, politológico, sociológico, entre otros enfoques. La propuesta de método para los indicadores de ejercicio de derechos humanos parte de tres premisas: 54 1) La conceptualización de los derechos humanos se encuentra definida, en primera instancia, por el Derecho Internacional de los Derechos Humanos. Por lo tanto, para el derecho a la alimentación adecuada retomaremos los conceptos que se han elaborado en el DIDH, específicamente la definición de ejercicio al derecho a la alimentación adecuada. 2) La unidad de análisis de los indicadores del ejercicio al derecho a la alimentación son los sujetos de derechos (individuales o colectivos), no el Estado. No se niega que las acciones del Estado influyan en el ejercicio del derecho, al contrario, tal como lo hemos mencionado la dimensión del cumplimiento es complementaria al ejercicio; sin embargo, no se coloca la preponderancia del Estado en el centro de análisis. 3) El ejercicio de derechos humanos se realiza en un contexto específico y, antes de tomar el DIDH como incuestionable, consideramos que los contenidos deben entenderse desde los contextos y necesidades locales (Ver: “la universalidad como principio”, Serrano y Vázquez: 2012, 9-19). Por ello, la operacionalización del método que proponemos se particulariza en un caso, la Ciudad Rural Sustentable “Santiago El Pinar” en Chiapas, que nos permitirá ajustar la propuesta de indicadores de ejercicio al derecho a la alimentación a un contexto específico. Un análisis completo de medición de derechos humanos debe incluir la operacionalización de categorías de cumplimiento de obligaciones y ejercicio del derecho, formulando indicadores para cada unidad de análisis (Estado/sujeto de derechos). La definición de los conceptos para ambas dimensiones podría desprenderse del DIDH. Sin embargo, realizar un análisis completo de medición en relación al derecho a una alimentación adecuada no es un objetivo de esta tesis. Aun cuando retomaremos la construcción del DIDH, incluidas las obligaciones adquiridas y un breve recuento de las obligaciones de México, como Estado Parte, el objetivo es informativo y no pretendemos generar indicadores de cumplimiento; lo anterior no contradice nuestra tesis, en tanto, señalamos que el cumplimiento y el ejercicio son dimensiones complementarias. Sin embargo, nos acotamos a la propuesta de indicadores de ejercicio del derecho a la alimentación en los términos que ya han sido expuestos. 55 CAPITULO 2 DERECHO A LA ALIMENTACIÓN ADECUADA Indicadores de ejercicio al derecho El derecho a la alimentación adecuada es uno de los derechos con mayor desarrollo conceptual a nivel internacional. La propuesta de construcción de indicadores de ejercicio del derecho a la alimentación toma como base los acuerdos internacionales sobre su definición y contenido. En este capítulo, abordaremos la definición del derecho a la alimentación adecuada, sus contenidos mínimos, así como las obligaciones adquiridas por el Estado, las propuestas sobre la medición del derecho y, finalmente, nuestra propuesta de construcción de indicadores de ejercicio. 1. Derecho a la alimentación adecuada: contenido mínimo y ejercicio El derecho a la alimentación adecuada se entiende como “el derecho a tener acceso, de manera regular, permanente y libre, sea directamente, sea mediante compra en dinero, a una alimentación cuantitativa y cualitativamente adecuada y suficiente, que corresponda a las tradiciones culturales de la población a la que pertenece el consumidor y que garantice una vida psíquica y física, individual y colectiva, libre de angustias, satisfactoria y digna” (OACNUDH, 2010: 3). En la definición del derecho a la alimentación adecuada, encontramos tres dimensiones relevantes: accesibilidad, adecuación y suficiencia (ver cuadro 11). De acuerdo con el Folleto Informativo no. 34 sobre “El derecho a la alimentación adecuada” elaborado por la OACNUDH y la FAO, la accesibilidad supone que se garantice el acceso económico y físico a la alimentación. La adecuación hace énfasis en que se deben satisfacer las necesidades de dieta, teniendo en cuenta las condiciones físicas y culturales específicas de las personas; explicita que los alimentos deben ser seguros para el consumo humano y estar libres de sustancias nocivas, como los contaminantes de los procesos industriales o agrícolas, incluidos los residuos de los plaguicidas, las hormonas o las drogas veterinarias” (OACNUDH, 2010: 3-4). Si bien, en el Folleto Informativo, no se desarrolla la dimensión de suficiencia se entiende que los alimentos no deben ser escasos en cantidad y en relación con las necesidades de dieta. 56 Cuadro 14. Dimensiones relevantes del derecho a la alimentación adecuada Accesibilidad Adecuación Suficiencia Es importante indicar que el derecho a la alimentación adecuada no es lo mismo que el derecho a ser alimentado, sino “el derecho a alimentarse en condiciones de dignidad” (OACNUDH, 2010:4). Por tanto, el derecho a la alimentación adecuada no debe entenderse en sentido estrecho como un conjunto de calorías, proteínas y otros elementos nutritivos concretos (CDESC, 1999: pr 6). El derecho a la alimentación adecuada no debe comprenderse de manera sincrónica. El Comité DESC enfatiza que las acciones encaminadas a su cumplimiento deben contemplar la alimentación de las generaciones futuras. Por ello, incorporan la dimensión de la sostenibilidad directamente vinculada con la adecuación: “El concepto de adecuación sirve para poner de relieve una suerte de factores que deben tenerse en cuenta al determinar si los regímenes de alimentación a los que se tiene acceso son los más apropiados; la adecuación se determina por las condiciones sociales, económicas, culturales, climáticas, ecológicas y de otro tipo imperantes en el momento, mientras que la sostenibilidad entraña el concepto de disponibilidad y accesibilidad a largo plazo” (CDESC, 1999: pr.7). En la Observación General no. 12 del Comité de Derechos Económicos, Sociales y Culturales, se estableció el contenido básico del derecho a la alimentación adecuada, comprendiendo dos dimensiones importantes: disponibilidad y accesibilidad. De acuerdo con la Observación General no. 12, el Comité determina que el contenido básico del derecho implica (CDESC, 1999: pr 8): • la accesibilidad de esos alimentos en formas que sean sostenibles y que no dificulten el goce de otros derechos humanos. 57 • la disponibilidad de alimentos en cantidad y calidad suficientes para satisfacer las necesidades alimentarias de los individuos, sin sustancias nocivas y aceptables para una cultura determinada; La dimensión de accesibilidad se subdivide en económica y física. La accesibilidad económica implica que los costos asociados con la adquisición de alimentos necesarios para un régimen de alimentación adecuada no deben verse amenazados o en peligro (CDESC, 1999: pr.13), es decir, los alimentos deben estar al alcance de las personas desde el punto de vista económico. Por otro lado, la accesibilidad física supone que la alimentación debe ser accesible a todos y todas. En los contenidos indicados por el Comité DESC destaca, tanto para la accesibilidad económica como para la física, el señalamiento de la atención especial y prioritaria a los grupos más vulnerables como personas sin tierra, segmentos empobrecidos de la población, adultos mayores, discapacitados físicos, enfermos persistentes, presos, afectados por catástrofes climáticas, entre otros. Los contenidos para cada subdimensión de la accesibilidad, de acuerdo con la Observación General no. 12, son: • Accesibilidad económica: los costos financieros personales o familiares asociados con la adquisición de los alimentos necesarios para un régimen de alimentación adecuado deben estar a un nivel tal que no se vean amenazados o en peligro la provisión y la satisfacción de otras necesidades básicas. La accesibilidad económica se aplica a cualquier tipo o derecho de adquisición por el que las personas obtienen sus alimentos y es una medida del grado en que es satisfactorio para el disfrute del derecho a la alimentación adecuada. Los grupos socialmente vulnerables como las personas sin tierra y otros segmentos particularmente empobrecidos de la población pueden requerir la atención de programas especiales (CDESC, 1999: pr.13). • Accesibilidad física: la alimentación adecuada debe ser accesible a todos, incluidos los individuos físicamente vulnerables, tales como los lactantes y los niños pequeños, las personas de edad, los discapacitados físicos, los moribundos y las personas con problemas médicos persistentes, tales como los enfermos mentales. Será necesario prestar especial atención y, a veces, conceder prioridad con respecto a la accesibilidad de los alimentos a las personas que viven en zonas propensas a los desastres y a otros grupos particularmente desfavorecidos. Son especialmente 58 vulnerables muchos grupos de pueblos indígenas cuyo acceso a las tierras ancestrales puede verse amenazado (CDESC, 1999: pr.13). En relación con la disponibilidad, el Comité DESC resalta tres subdimensiones: necesidades alimentarias, sustancias nocivas y aceptables para una cultura o unos consumidores determinados (adecuación). De acuerdo con la Observación General no. 12, el Comité especifica los contenidos para cada subdimensión: • Necesidades alimentarias: el régimen de alimentación en conjunto aporta una combinación de productos nutritivos para el crecimiento físico y mental, el desarrollo y el mantenimiento, y la actividad física que sea suficiente para satisfacer las necesidades fisiológicas humanas en todas las etapas del ciclo vital, y según el sexo y la ocupación (CDESC,1999: pr.9). • Sustancias nocivas: los alimentos deben estar protegidos por medios públicos y privados para evitar la contaminación de los productos alimenticios debido a la adulteración y/o mala higiene ambiental o la manipulación incorrecta en distintas etapas de la cadena alimentaria; debe también procurarse determinar y evitar o destruir las toxinas que se producen naturalmente (CDES, 1999: pr.10). • Aceptables para una cultura o unos consumidores determinados (Adecuación): hay que tener en cuenta, en la medida de lo posible, los valores no relacionados con la nutrición que se asocian a los alimentos y el consumo de alimentos, así como las preocupaciones fundamentales de los consumidores acerca de la naturaleza de los alimentos disponibles (CDES, 1999: pr.11). La disponibilidad se relaciona directamente con la accesibilidad y consiste en las posibilidades que tiene el individuo de alimentarse ya sea directamente, explotando la tierra productiva y otras fuentes naturales de alimentos, o mediante sistemas de distribución, elaboración y de comercialización que funcionen adecuadamente y que puedan trasladar los alimentos desde el lugar de producción a donde sea necesario según la demanda (CDES, 1999: pr.12). 59 La Observación General no. 12 específica que el derecho a la alimentación se ejerce cuando todo hombre, mujer o niño, ya sea sólo o en común con otros, tiene acceso físico y económico, en todo momento, a la alimentación adecuada o a medios para obtenerla (CDESC, 1999: pr.6). Así, en el ámbito del ejercicio del derecho a la alimentación encontramos tres dimensiones: accesibilidad física, accesibilidad económica y disponibilidad (acceso en todo momento). Dimensiones simultáneas que, para el caso de este derecho, reflejan el contenido básico y el ejercicio. La matriz del cuadro 15 es una primera propuesta de delimitación de los componentes de las subdimensiones del ejercicio del derecho a la alimentación adecuada, derivada de los documentos citados en los párrafos anteriores: Cuadro 15. Dimensiones, subdimensiones y componentes del ejercicio del derecho a la alimentación adecuada Dimensión Sudimensión Componentes de la subdimensión Accesibilidad Accesibilidad económica Ingresos económicos suficientes para la adquisición de alimentos necesarios Fuentes de empleo Apoyos gubernamentales Accesibilidad física Producción de alimentos Centros de abastos de alimentos Disponibilidad Necesidades alimentarias Dieta nutricional adecuada al contexto/sexo/edad Inocuidad de los alimentos Uso de semillas libres de transgénicos y otras modificaciones genéticas. Uso de alimentos libres de transgénicos para todo tipo de animales de consumo humano. Prácticas agroecológicas y sostenibles de siembra. Fuentes de agua limpia Hábitos de limpieza e higiene en la preparación de alimentos. Adecuación cultural Hábitos de obtención de alimentos Hábitos de preparación de alimentos Hábitos de consumo de alimentos Uso y ubicación simbólica del lugar de preparación de alimentos Preocupación de los consumidores sobre la naturaleza de los alimentos Todos los derechos humanos generan obligaciones a los Estados que han ratificado diversas Declaraciones, Pactos y Convenios en el marco del Derecho Internacional de Derechos Humanos. Las obligaciones relacionadas al derecho a la alimentación adecuada se abordarán en el siguiente apartado. 60 2. El derecho a la alimentación adecuada en el Derecho Internacional de Derechos Humanos y las obligaciones estatales derivadas. El derecho a la alimentación adecuada se enunció, por primera vez en el DIDH, en el Artículo 25 de la Declaración Universal de los Derechos Humanos y se concretó en el Artículo 11 del Pacto Internacional de Derechos Económicos y Sociales (PIDESC). El artículo 11 del PIDESC reconoce el nivel adecuado de vida, incluyendo la alimentación, el vestido y la vivienda en el marco de una mejora continua de las condiciones de existencia. Además de proteger contra el hambre, también se obliga a los Estados a implementar mejorar los medidas métodos progresivas de para producción, conservación y distribución de alimentos, asegurando que ésta se realice de manera Declaración Universal de los Derechos Humanos Artículo 25 “Toda persona tiene derecho a un nivel de vida adecuado que le asegure, así como a su familia, la salud y el bienestar, y en especial la alimentación, el vestido, la vivienda, la asistencia médica y los servicios sociales necesario; tiene asimismo derecho a los seguros en caso de desempleo, enfermedad, invalidez, viudez, vejez y otros casos de pérdida de sus medios de subsistencia por circunstancias independientes de su voluntad” equitativa17. Las obligaciones adquiridas por los Estados Parte que han ratificado el PIDESC, y consecuentemente incluyen sus obligaciones frente al derecho a la alimentación adecuada, se encuentran especificadas en el Art. 2 del PIDESC y en la Observación General no. 3 del Comité de Derechos Económicos y Sociales. 17 Pacto Internacional de Derechos Económicos, Sociales y Culturales. Artículo 11: 1) Los Estados Partes en el presente Pacto reconocen el derecho de toda persona a un nivel de vida adecuado para sí y su familia, incluso alimentación, vestido y vivienda adecuados, y a una mejora continua de las condiciones de existencia. Los Estados Parte tomarán medidas apropiadas para asegurar la efectividad de este derecho, reconociendo a este efecto la importancia esencial de la cooperación internacional fundada en el libre consentimiento. 2) Los Estados Partes en el presente Pacto, reconociendo el derecho fundamental de toda persona a estar protegida contra el hambre, adoptarán, individualmente y mediante la cooperación internacional, las medidas, incluidos los programas concretos, que se necesitan para: a) Mejorar los métodos de producción, conservación y distribución de alimentos mediante la plena utilización de los conocimientos técnicos y científicos, la divulgación de principios sobre nutrición y el perfeccionamiento o la reforma de los regímenes agrarios de modo que se logren la explotación y la utilización más eficaces de las riquezas naturales; b) asegurar una distribución equitativa de los alimentos mundiales en relación con las necesidades, teniendo en cuenta los problemas que se plantean tanto a los países que importan productos alimenticios como a los que los exportan. 61 El Artículo 2 del PIDESC indica que los Estados se comprometen a adoptar medidas, para lograr progresivamente y por todos los medios apropiados el pleno ejercicio de los derechos. Las medidas puede requerir la asistencia, especialmente económica y cooperación técnica, de internacional. la Los medios deben incluir la adopción de medidas legislativas. Por otro lado, los Estados se comprometen a garantizar el ejercicio de los derechos sin discriminación alguna. Finalmente, los países en desarrollo podrán determinar en qué medida garantizarán los derechos económicos, teniendo debidamente en cuenta los derechos humanos y su economía nacional. El Pacto contempla Pacto Internacional de Derechos Económicos, Sociales y Culturales. Artículo 2 1. Cada uno de los Estados Partes en el presente Pacto se compromete a adoptar medidas, tanto por separado como mediante la asistencia y la cooperación internacionales, especialmente económicas y técnicas, hasta el máximo de los recursos de que disponga, para lograr progresivamente, por todos los medios apropiados, inclusive en particular la adopción de medidas legislativas, la plena efectividad de los derechos aquí reconocidos. 2. Los Estados Partes en el presente Pacto se comprometen a garantizar el ejercicio de los derechos que en él se enuncian, sin discriminación alguna por motivos de raza, color, sexo, idioma, religión, opinión política o de otra índole, origen nacional o social, posición económica, nacimiento o cualquier otra condición social. 3. Los países en desarrollo, teniendo debidamente en cuenta los derechos humanos y su economía nacional, podrán determinar en qué medida garantizarán los derechos económicos reconocidos en el presente Pacto a personas que no sean nacionales suyos. una realización paulatina y tiene en cuenta las restricciones derivadas de la limitación de los recursos. Sin embargo, la progresividad no entra en contradicción con las obligaciones inmediatas derivadas. Entre las que destacan dos: 1) consistente en que los Estados se “comprometan a garantizar” que los derechos pertinentes se ejercerán sin discriminación, 2) las medidas tendentes a lograr la realización de los derechos deben adoptarse dentro de un plazo razonablemente breve tras la entrada en vigor del Pacto. Tales medidas deben ser deliberadas, concretas y orientadas lo más claramente posible a la satisfacción de las obligaciones reconocidas en el Pacto (CDESC, 1991: pr 9). Teniendo en cuenta el principio de progresividad, que ya describimos en el apartado 4.3 del capítulo 1, la OACNUDH indica que las obligaciones estatales que tienen efecto inmediato frente al derecho a la alimentación adecuada, son (OACNUDH, 2010: 23-25): • Eliminación de la discriminación. Se debe prohibir inmediatamente la discriminación en el acceso a la alimentación y a los recursos conexos. 62 • Obligación de adoptar medidas. Las medidas deben ser deliberadas, concretas, orientadas y disponer de todos los medios y recursos apropiados. Los Estados deben hacer esfuerzos permanentes por garantizar el ejercicio del derecho a la alimentación adecuada. • Prohibición de medidas regresivas. Los Estados no pueden permitir que el nivel existente del ejercicio del derecho a la alimentación se deteriore. • Protección del nivel esencial mínimo del derecho a la alimentación adecuada. Los Estados tienen que garantizar la protección contra el hambre, incluso en tiempos de desastres naturales o de otro orden: “cada uno de los Estados Partes se compromete a adoptar medidas para garantizar que toda persona que se encuentre bajo su jurisdicción tenga acceso al mínimo de alimentos esenciales, suficientes, inocuos y nutritivamente adecuados para protegerla contra el hambre” (CDESC, 1999: pr.14). El carácter específico de los derechos económicos, sociales y culturales enmarcado por la relación necesaria entre la progresividad y la adopción de todas las medidas necesarias no exime al Estado de cumplir con las obligaciones inherentes a los derechos humanos establecidos, tanto en el Pacto Internacional de Derechos Civiles y Políticos como del Pacto Internacional de Derechos Económicos, Sociales y Culturales. De acuerdo con la Observación General no. 12, el derecho a la alimentación adecuada impone tres niveles de obligaciones: respetar, proteger y realizar (facilitar y hacer efectivo). Textualmente la Observación General no. 12, indica (CDESC, 1999: pr.13): • Obligación de respetar el acceso existente a la alimentación adecuada requiere que los Estados no adopten medidas de ningún tipo que tengan por resultado impedir ese acceso. • Obligación de proteger requiere que el Estado Parte adopte medidas para velar por que las empresas o los particulares no priven a las personas del acceso a una alimentación adecuada. • Obligación de realizar (facilitar) significa que el Estado debe procurar iniciar actividades con el fin de fortalecer el acceso y la utilización por parte de la población de los recursos y medios que aseguren sus medios de vida, incluida la seguridad alimentaria. 63 • Cuando un individuo o un grupo sea incapaz, por razones que escapen a su control, de disfrutar el derecho a una alimentación adecuada por los medios a su alcance, los Estados tienen la obligación de realizar (hacer efectivo) ese derecho directamente. Esta obligación también aplica a las personas que son víctimas de catástrofes naturales o de otra índole. Si bien, en la Observación General el desarrollo de estos tres niveles de obligaciones se enfoca en la accesibilidad del derecho a la alimentación adecuada, debe entenderse que de igual manera se involucran con las otras dimensiones del derecho a la alimentación adecuada. 3. Derecho a la alimentación adecuada y las obligaciones adquiridas del Estado Mexicano en el Derecho Internacional de Derechos Humanos El Estado mexicano es parte de los siguientes tratados internacionales que consagran el derecho a la alimentación (SRE, 2011:290): • Pacto Internacional de Derechos Económicos (artículo 11), al que México se adhirió el 23 de marzo de 1981. • Convención de los Derechos del Niño (artículo 24), ratificada por México el 21 de septiembre de 1990. • Convención Internacional sobre la Eliminación de todas las formas de discriminación contra la mujer (artículo 12), ratificada por México el 23 de marzo de 1981. • Convención sobre los Derechos de las Personas con Discapacidad (artículo 28), ratificada por México el 17 de diciembre de 2007. En el ámbito interamericano, México es parte de los siguientes instrumentos en los que se reconoce el derecho a la alimentación (SRE, 2011:291): • Declaración Americana de los Derechos y Deberes del Hombre (artículo 11), aprobada en 1948. 64 • Protocolo Adicional a la Convención Americana sobre Derechos Humanos en materia de Derechos Económicos, Sociales y Culturales, “Protocolo de San Salvador” (artículo 12), ratificado por México el 3 de agosto de 1996. A nivel nacional, con la reforma a la Constitución de junio del 2011, se reconoce en el artículo 4: “´Toda persona tiene derecho a la alimentación nutritiva, suficiente y de calidad. El Estado lo garantizará.”. La Constitución contempla el derecho a la alimentación para grupos específicos. El artículo 27 contempla que “el desarrollo rural integral y sustentable (…) también tendrá entre sus fines que el Estado garantice el abasto suficiente y oportuno de los alimentos básicos que la ley establezca”. El artículo 2 instruye “apoyar la nutrición de los indígenas mediante programas de alimentación, en especial para la población infantil”. El artículo 2, también indica el establecimiento de programas especiales de nutrición a niños y jóvenes pertenecientes a familias indígenas migrantes. En el artículo 4, se menciona que “los niños y las niñas tienen derecho a la satisfacción de sus necesidades de alimentación” (SRE, 2011:292). Las disposiciones sobre el derecho a la alimentación se encuentran en diversos ordenamientos jurídicos. La ley General de Salud, establece en sus artículos 112 y 114 la promoción y la orientación de la población en materia de nutrición. La ley para la Protección de los derechos de las niñas, los niños y adolescentes establece en su artículo 28 que las autoridades, en sus diferentes órdenes de gobierne, deben trabajar coordinadamente para combatir la desnutrición mediante la promoción de una alimentación adecuada. Por otro lado, la ley de Desarrollo Rural Sustentable, en su apartado “De la seguridad y soberanía alimentaria”, regula los programas de nutrición y alimentación. La ley General de Pesca y Acuacultura Sustentable, orienta su artículo 17 hacia la producción de alimentos para consumo humano directo, el abastecimiento en proteínas de calidad y el mantenimiento de los bajos costos para los habitantes de la nación. La ley Federal de Producción, Certificación y Comercio de Semillas y la ley de Productos Orgánicos, hace referencia a los tratamientos químicos de los alimentos. Finalmente, la ley de Asistencia Social se enfoca a la orientación nutricional y a la alimentación complementaria a población de escasos recursos y a población de zonas marginadas, así como a la asistencia social preferencial a los menores en estado de desnutrición (SRE, 2011:293-294). 65 Las Instituciones Públicas encargadas de garantizar el derecho a la alimentación son la Secretaría de Desarrollo Social; la Secretaría de Agricultura Ganadería, Desarrollo Rural, Pesca y Alimentación; la Secretaría de Economía, la Secretaría de Salud y la Secretaría de la Reforma Agraria (SRE, 2011: 295-296). 4. Propuesta de medición del Derecho a la Alimentación Adecuada de la Oficina del Alto Comisionado de Naciones Unidas para los Derechos Humanos Después de la breve y pertinente revisión sobre el derecho a la alimentación, es imperativo entrar en materia sobre las propuestas de mediciones del derecho. En 2006, La OACNUDH elaboró una propuesta de medición del derecho a la alimentación adecuada a partir de tres tipos de indicadores: estructurales, de proceso y resultados. Método abordado ampliamente en el Capítulo 1. La propuesta identifica cuatro dimensiones del derecho a la alimentación adecuada: 1) Nutrición, 2) Seguridad de los alimentos y protección al consumidor, 3) Disponibilidad de los alimentos y 4) Acceso a los alimentos. Cada dimensión del derecho a la alimentación se relaciona con los tres tipos de indicadores. La matriz es completada por una lista de indicadores ilustrativos (ver cuadro 16). Es importante recordar que en este método los indicadores se definen a partir de las fuentes de información disponibles. Por ello, algunos indicadores se vinculan con la primera meta de los objetivos de desarrollo del milenio que pretende erradicar la pobreza extrema y el hambre18, dado que se han desarrollado estadísticas que los Estados han puesto a disposición para la medición de los ODM. 18 Objetivo 1: Erradicar la pobreza extrema y el hambre. Meta 1.A: Reducir a la mitad, entre 1990 y 2015, la proporción de personas con ingresos inferiores a 1 dólar por día. Meta 1.B: Lograr el empleo pleno y productivo y el trabajo decente para todos, incluidos las mujeres y los jóvenes. Meta 1.C: Reducir a la mitad, entre 1990 y 2015, el porcentaje de personas que padecen hambre. http://www.un.org/spanish/millenniumgoals/poverty.shtml 66 Cuadro 16. Lista de indicadores de la OACNUDH sobre el derecho a una alimentación adecuada (DUDH, Art. 25) Nutrición Estructurales De Proceso Seguridad de los alimentos Disponibilidad de Acceso a los y protección al consumidor alimentos alimentos Tratados internacional de derechos humanos, relevantes para el derecho a una alimentación adecuada, ratificada por el Estado. Fecha de entrada en vigor y cobertura del derecho a una alimentación adecuada, en la Constitución u otras formas de legislación superior. Fecha de entrada en vigor y cobertura de las leyes nacionales para implementar el derecho a una alimentación adecuada. Número de organizaciones registradas y/o activas no gubernamentales (por cada 100,000 habitantes) involucradas en la promoción y protección del derecho a una alimentación adecuada. Tiempo y cobertura de la Tiempo y cobertura de la Tiempo y cobertura de la política nacional política nacional sobre política nacional sobre sobre producción agrícola y disponibilidad de nutrición y normas para una seguridad de los alimentos y alimentos. nutrición adecuada. protección al consumidor Tiempo y cobertura de la política nacional Número de organizaciones sobre sequías, escasez de cosechas y manejo registradas y/o activas de la de desastres. sociedad civil que trabajan en el área de seguridad de alimentos y protección al consumidor. Proporción de denuncias recibidas sobre el derecho a una alimentación adecuada, investigada y juzgadas por la institución nacional de derechos humanos u otros mecanismos y la proporción respondida efectivamente por el Gobierno. Asistencia para el desarrollo oficial neta (ASO) para la seguridad de los alimentos recibida o suministrada como una proporción del gasto público en seguridad de los alimentos o el Ingreso Nacional Bruto. Proporción de la población Tasa de disposición o tiempo Proporción de mujeres Participación del objetivo en quienes se promedio para juzgar un cabezas de hogar o consumo de aumentó el nivel mínimo de caso registrado ante un población objetivo con hogares en los consumo de energía dietario tribunal para el consumidor. títulos legales para principales en el período del informe*. Participación del tierras destinadas a productos Proporción de la población presupuesto público para el producción agrícola. alimenticios para bajo programas públicos de sector social destinado a Tierra irrigada cultivable grupos de la suplementos de la nutrición. seguridad de los alimentos y por persona. población Cobertura de la población protección del consumidor, Proporción de objetivo, objetivo bajo programas defensa, educación, agricultores que se alcanzados a públicos sobre educación y investigación e benefician de la través de conocimiento nutricional. implementación de leyes y ampliación de servicios. programas de Proporción de la población regulaciones relevantes para Participación del asistencia pública. objetivo a la que se amplió el derecho. presupuesto público para Índice de el acceso a una fuente de Proporción de casos fortalecer la producción desempleo o tasa agua potable mejorada en el juzgados bajo la ley de agrícola nacional. promedio de período del informe*. protección al consumidor y Proporción de salarios de seguridad de los alimentos disponibilidad per cápita segmentos en el período de informe. de alimentos importantes objetivo de la obtenidos mediante fuerza laboral. producción doméstica, Proporción de la importación y ayuda población objetivo alimentaria. que quedó por Índice de dependencia encima de la línea de la importación de de pobreza en el cereales en el período de período del informe. informe. Índices de participación 67 laboral, por sexo y grupos objetivo. Acceso estimado de mujeres y niñas a una alimentación adecuada dentro del hogar. Cobertura de programas para garantizar el acceso a recursos productivos para grupos objetivo. de muertes Disponibilidad per Proporción de la De Resultado Prevalencia de niños con Número bajo peso y desnutrición registradas e incidencia de cápita de los principales población por menores de cinco años*. envenenamiento por alimentos de consumo debajo del nivel Proporción de adultos con alimentos relacionados con local. mínimo de índice de masa corporal alimentos adulterados. consumo de – 18.5 energía dietario/ proporción de población desnutrida*. Gastos promedio en el hogar en alimentos para los tres deciles más bajos de la población o la población objetivo. Índices de muerte, incluidas tasas de mortalidad infantil y en menores de cinco años, asociados con y prevalencia de la desnutrición (incluidos baja nutrición, exceso de nutrición e ingresa inadecuada de nutrientes). Nota 1: Indicadores relacionados con los Objetivos de Desarrollo del Milenio Nota 2: Todos los indicadores deben desagregarse con base en fundamentos de discriminación prohibidos, según sea aplicable y se refleje en los metadatos. 68 De acuerdo con la lista de indicadores de la OACNUDH, los indicadores estructurales se enfocan en identificar los tratados internacionales de derechos humanos, ratificados por el Estado, que son relevantes para el derecho a una alimentación adecuada; así como, las fechas de entrada en vigor y cobertura del derecho en la Constitución, la implementación del derecho en las leyes nacionales y el número de organizaciones no gubernamentales que trabajan el tema del derecho a la alimentación adecuada. Esta primera lista de indicadores estructurales, es general e independiente de las dimensiones: nutrición, seguridad de los alimentos y protección al consumidor, disponibilidad de alimentos y acceso a los alimentos. Un segunda lista de indicadores si son particulares y procuran información sobre el tiempo y cobertura de las políticas nacionales específicas para cada dimensión. La división entre una lista de indicadores generales y una segunda lista de indicadores por dimensión es una categorización que se repite en los indicadores de proceso y de resultado. En la primera lista de indicadores de proceso encontramos información sobre las denuncias recibidas por violación al derecho a una alimentación adecuada que han sido investigadas y juzgadas, así como la asistencia para la seguridad de alimentos en relación a una proporción del gasto público. En la segunda lista, encontramos indicadores cuantitativos específicos para cada dimensión que se calculan como proporciones, tasas e índices estadísticos, así como coberturas de programas y análisis presupuestales del gasto destinado a la alimentación. En los indicadores de resultado la lista de indicadores específicos para cada dimensión es reducida y de nueva cuenta se calculan como proporciones, número, disponibilidad per cápita, proporción y gasto promedio. En la lista de indicadores de resultados generales sólo se mencionan índices de muerte, incluidas tasas de mortalidad infantil y menores de cinco años, asociados con y prevalencia de desnutrición. Los indicadores de resultado, desde la propuesta de la OACNUDH, son los más cercanos a la medición de la realización efectiva de derechos. En el siguiente apartado, desarrollaremos nuestra propuesta de medición del ejercicio al derecho a la alimentación adecuada y explicitaremos por qué no retomamos los indicadores de resultados de la OACNUDH. 69 5. Propuesta de Indicadores de Ejercicio del Derecho a la Alimentación Adecuada desde la perspectiva del sujeto de derechos En el Capítulo 1, señalamos que ante unidades analíticas distintas no es metodológicamente correcto continuar utilizando los métodos de medición que sólo se enfocan en la información otorgada por el Estado y, con ello, pretender dar cuenta de la realización efectiva de los derechos humanos. Por otro lado, señalamos que el interés del método que proponemos elabora indicadores de ejercicio al derecho a la alimentación adecuada desde la perspectiva del sujeto de derechos. Este interés primordial, lo anteponemos frente a las fuentes de información y propondremos los indicadores que consideramos necesarios a partir de nuestra categorización. En este marco explícito, no consideramos los indicadores de resultado del derecho a la alimentación, propuestos por la OACNUDH, como indicadores del ejercicio del derecho. Si bien, es el acercamiento más avanzado a la realización efectiva de los derechos, su unidad de análisis no son los sujetos de derechos sino el impacto de las estrategias, programas e intervenciones del Estado. Consideramos que la discusión se ha centrado en los indicadores de procesos y, apenas, comienza a abrirse el debate en relación al ejercicio de derechos. La propuesta que presentamos parte del reconocimiento de la definición del ejercicio del derecho a la alimentación adecuada de la OACNUDH que se ha abordado en el primer apartado de este capítulo. En el cuadro 12 esquematizamos la definición del ejercicio del derecho, identificando dos dimensiones: accesibilidad y disponibilidad. De la accesibilidad se desprenden dos subdimensiones: accesibilidad económica y accesibilidad física; en tanto que, en la disponibilidad de alimentos, reconocemos tres subdimensiones: necesidades alimentarias, inocuidad y adecuación cultural. En el cuadro 17 exponemos la propuesta de indicadores de ejercicio al derecho a la alimentación. 70 Dimensión Accesibilidad Disponibilidad Cuadro 17. Indicadores del ejercicio del derecho a la alimentación adecuada Componentes de la subdimensión Indicadores Ingresos económicos suficientes para la adquisición de Ingresos familiares alimentos necesarios Gasto mensual familiar en alimentos Costo local de la canasta básica Preguntas sobre acceso a la alimentación del Módulo de Condiciones Socioeconómicas del CONEVAL. Accesibilidad Fuentes de empleo Condición de actividad laboral desglosado por sexo económica Verificación de la condición de actividad laboral desglosado por sexo Posición en el trabajo desglosado por sexo Apoyos gubernamentales/asistencia privada/organizaciones de Recepción de programas públicos la sociedad civil Recepción de asistencia privada Recepción de apoyos de la sociedad civil Producción de alimentos Producción propia de alimentos Accesibilidad Centros de abastos de alimentos Centros de abasto disponibles física Acceso a los centros de abasto Dieta nutricional adecuada al contexto Consumo de alimentos de origen animal, consumo de frutas y verduras, consumo de cereales-granosNecesidades leguminosas-pastas-harinas, consumo de azúcares, alimentarias consumo de grasas, consumo de bebidas no alcohólicas. Consumo de comida chatarra. Frecuencia del consumo/ desagregar por sexo y edad. Uso de semillas libres de transgénicos y otras modificaciones Tipos de semillas utilizadas para la producción genéticas. Uso de alimentos libres de transgénicos para todo tipo de Tipo de alimentos utilizados para todo tipo de animales animales de consumo humano. de consumo humano. Prácticas agroecológicas y sostenibles de siembra. Uso de fertilizantes y control de plagas Inocuidad de los Fuentes de agua limpia Acceso a fuentes de agua potable alimentos Acceso a drenaje Hábitos de limpieza e higiene en la preparación de alimentos. Limpieza de alimentos Limpieza de manos Limpieza de utensilios de cocina Productos de limpieza Hábitos de obtención de alimentos Frecuencias en la obtención de alimentos en relación a los lugares de abasto Adecuación cultural Hábitos de preparación de alimentos Tipos de alimentos que se preparan (sopa, ensalada, caldos, plato fuerte, postre) Subdimensión 71 Hábitos de consumo de alimentos Uso y ubicación simbólica del lugar de preparación de alimentos Preocupación de los consumidores sobre la naturaleza de los alimentos 72 Diferenciación de sexo y edad para la preferencia en el consumo de alimentos Características del lugar de preparación de alimentos Percepción sobre la calidad y cantidad de los alimentos consumidos El ejercicio de derechos humanos se realiza en un contexto específico y los contenidos de los indicadores deben entenderse desde los contextos y necesidades locales. Por ello, operacionalizaremos el método propuesto en un caso, la CRS “Santiago El Pinar” en Chiapas que, además de permitir plantear una matriz específica para ejemplificar los indicadores de ejercicio del derecho a la alimentación, dará cuenta de la relevancia y urgencia política de diferenciar los indicadores de cumplimiento de obligaciones del Estado de los indicadores del ejercicio de derechos de los sujetos. El desarrollo de estos planteamientos se abordará en el siguiente Capítulo. 73 CAPÍTULO 3 PROPUESTA DE INDICADORES DE EJERCICIO DEL DERECHO A LA ALIMENTACIÓN ADECUADA EN LA CIUDAD RURAL SUSTENTABLE “SANTIAGO EL PINAR”, CHIAPAS La selección del caso en el que contextualizaríamos la propuesta de indicadores de ejercicio del derecho a la alimentación se basó en el Informe de Misión a México del Relator Especial de la ONU sobre el derecho a la alimentación (OACNUDHU, 2012). En el informe, el Relator Oliver De Schutter retomaba el análisis de múltiples situaciones. De entre los casos analizados, seleccionamos uno donde el Estado no había escatimado en recursos económicos y humanos para mejorar las condiciones de la población: el proyecto de CRS en Chiapas. De entre las dos CRS que se habían inaugurado hasta el 2011, elegimos la de “Santiago El Pinar” por razones de cercanía con la ciudad donde actualmente resido. El proyecto “CRS” fue promovido por el gobernador de Chiapas, Juan Sabines Guerrero, en el período de gobierno 2006-2012. La iniciativa fue respaldada, política y económicamente, por el gobierno federal de Felipe Calderón Hinojosa y la oficina en Chiapas del Programa de Naciones Unidas para el Desarrollo. Antes de exponer la propuesta de medición de los indicadores de ejercicio del derecho a la alimentación adecuada contextualizada en la CRS “Santiago El Pinar”, describiremos la situación previa de la población, a través de los indicadores del IDH y de CONEVAL y, posteriormente las características del proyecto haciendo referencia a los indicadores de las metas del milenio que el gobierno estatal tenía amplio interés en mejorar. 74 1. Características sociodemográficas del municipio de Santiago El Pinar, Chiapas 1.1. Mediciones del Índice de Desarrollo Humano El municipio de Santiago El Pinar, ubicado en la región los Altos de Chiapas (ver mapa1), es reconocido el 28 de junio de 1999 en el marco de la remunicipalización estatal19 impulsada por el Gobernador Roberto Albores Guillén. Mapa 1. Ubicación del Municipio Santiago El Pinar Santiago El Pinar Fuente: Enciclopedia de los Municipios de México 19 En la misma fecha se crearon los municipios de Montecristo de Guerrero, Maravilla Tenejapa, San Andrés Duraznal, Marqués de Comillas, Benemérito de las Américas, Santiago y Aldama (Burguete, 2004:1). De acuerdo con Araceli Burguete y Jaime Torres, en la formación del municipio de Santiago El Pinar confluyen dos hechos fundamentales: “En primer lugar, fue la coronación de una lucha en la que los santiagueros reclamaban la recuperación de la institución municipal de la que habían sido despojados en 1921. En segundo lugar, fue producto de diversos acomodamientos políticos de los santiagueros, en el contexto del levantamiento armado de 1994 (Burguete y Torres, 2007: 155-156). El reconocimiento de Santiago El Pinar como municipio obedeció al ofrecimiento de lealtad de los santiagueros con el proyecto político y militar de contrainsurgencia: “Su condición privilegiada, por estar ubicado en San Andrés Larráinzar (el municipio autónomo más emblemático del zapatismo por ser cuna de los Acuerdos sobre Derechos y Cultura Indígena) fue usada por los santiagueros para colaborar con el gobierno e impedir, en esa microrregión, la acumulación de fuerzas políticas a favor del EZLN (…) Este escenario dio a los santiagueros una oportunidad para que, de manera pragmática, canjearan lealtades políticas al PRI a cambio de posiciones de poder” (Burguete y Torres, 2007: 135). 75 Ya como municipio legalmente reconocido, Santiago El Pinar ocupó el lugar número 8, entre los municipios con menor Índice de Desarrollo Humano20 (IDH), en las mediciones municipales publicadas por el PNUD referentes al año 2000. Esta posición lo colocaba como el segundo municipio chiapaneco con menor IDH (0.4526). Para las mediciones del IDH municipal del año 2005, Santiago El Pinar se ubicó como el 9° municipio con menor índice de desarrollo humano a nivel nacional y como el municipio chiapaneco con menor IDH (0.5397)21. Al recuperar la información desglosada del IDH obtenemos información para tres dimensiones específicas: salud, educación e ingreso. En el cuadro 18 mostramos las cifras comparativas para cada ámbito en las mediciones del 2000 y 2005 para Santiago El Pinar: Cuadro 18. Índice de Desarrollo Humano en Santiago El Pinar, Chiapas (2000 y 2005) Dimensión Salud Educación Ingreso Indicador Tasa de mortalidad infantil Tasa de alfabetización Tasa de asistencia escolar Ingreso per cápita anual (en dólares PPC) 2000 48.01% 31.52% 45.29% 996 dls 2005 42.98% 40.87% 54.17% 2,121 dls Si la información generada por el PNUD se recupera desde el desglose por sexo, los índices de educación e ingreso de las mujeres de Santiago El Pinar resultan realmente alarmantes. Si bien, en el índice de salud, la tasa de mortalidad infantil es más grande en los hombres, tanto en el 2000 (53.42%) como en el 2005 (47.68%), las diferencias en educación e 20 “El Índice de Desarrollo Humano selecciona tres dimensiones para medir el desarrollo: longevidad, conocimientos y acceso a recursos. Como sus indicadores toma la esperanza de vida al nacer, la tasa de alfabetización, la matriculación escolar y el PIB per cápita. Para construir el índice general, los indicadores de cada capacidad consideran los logros con respecto a magnitudes de referencia y las dimensiones se agregan con igual ponderación. La estimación de los Indicadores de Desarrollo Humano por municipio enfrento dificultades estadísticas que modificaron los indicadores de las dimensiones tradicionales del IDH, ante la ausencia de estadísticas para la unidad de análisis municipal. Por este motivo, la contribución central para este cálculo ha sido el cómputo de los ingresos correspondientes a los hogares en cada municipio mediante un novedoso proceso de imputación: el ingreso per cápita municipal anual; se incorporó al indicador de educación la asistencia escolar, en vez de la matriculación. Por otra parte, se introdujeron cálculos de sobrevivencia infantil en vez de la esperanza de vida, lo que resulta más aporpiado dada la disponibilidad de datos a nivel municipal. ” (PNUD, 2004:6,7), (PNUD, 2005:2). 21 En las mediciones del IDH a nivel municipal 2005, los tres municipios chiapanecos con menor IDH fueron: Sitalá (0.5523), Mitontic (0.5471) y Santiago El Pinar (0.5397). Información obtenida de la base de datos IDH municipal 2000-2005. 76 ingresos entre hombres y mujeres son dramáticas, incluso representan la mayor brecha entre géneros alcanzada en todos los municipios del país22: Cuadro 19. Diferencias en educación e ingresos entre hombres y mujeres de Santiago El Pinar (2000 y 2005) INDICADORES Santiago El Pinar, Chiapas Tasa de alfabetización Tasa de asistencia escolar Ingreso estimado per cápita anual (dólares PCC) 2000 Hombres Mujeres 51.76 11.92 63.59 27.16 1,969 101 2005 Hombres Mujeres 61.42 21.38 62.42 46.41 4,152 110 En síntesis, en las mediciones del IDH del PNUD en el 2000 y 2005, Santiago El Pinar se ubica entre los dos municipios con menor IDH en Chiapas, incluso, se encuentra entre los 10 con menor IDH en el país. Aunado a esta condición, su información a nivel municipal revela que es el municipio, a nivel nacional, con mayor brecha en los índices de educación e ingreso entre hombres y mujeres. 1.2. Mediciones del Consejo Nacional de Evaluación de la Política de Desarrollo Social El Consejo Nacional de Evaluación de la Política de Desarrollo Social (CONEVAL) es el encargado de medir la pobreza multidimensional23, a nivel nacional. Una persona se encuentra en situación de pobreza multidimensional “cuando no tiene garantizado el ejercicio de al menos uno de sus derechos para el desarrollo social, y si sus ingresos son insuficientes para adquirir los bienes y servicios que requiere para satisfacer sus necesidades” (CONEVAL, 2010a: 38). 22 “Cuando se observa con mayor detalle las brechas (entre hombres y mujeres) no es posible identificar algún municipio en el que el grupo de población femenina obtenga mayores niveles de desarrollo humano que su contraparte masculina. Lo que sí puede identificarse es que existen municipios en los que la población femenina apenas alcanza la mitad del desarrollo humano mostrado por su contraparte masculina o, como en el caso de Santiago el Pinar, en Chiapas, donde la brecha entre éstos es de casi cien por ciento; mientras los hombres alcanza un IDH de 0.6265, las mujeres muestran un indicador de tan sólo 0.3236” (PNUD, 2008: 10). 23 La pobreza multidimensional se define como aquella cuyos ingresos sean insuficientes para adquirir los bienes y los servicios que requiere para satisfacer sus necesidades y presenta carencia en al menos uno de los siguientes seis indicadores: rezago educativo, acceso a los servicios de salud, acceso a la seguridad social, calidad y espacios de la vivienda, servicios básicos en la vivienda y acceso a la alimentación” (Lineamientos y Criterios Generales para la Definición, Identificación y Medición de la Pobreza, artículo 8). 77 El CONEVAL mide la pobreza a partir de dos dimensiones: los espacios asociados al bienestar económico y los derechos sociales. En el cuadro 20, esquematizamos las dimensiones e indicadores del CONEVAL. Cuadro 20. Medición de la pobreza multidimensional del CONEVAL Dimensiones de la medición de la pobreza Bienestar Económico “Cantidad mínima de recursos monetarios, definida por la línea de bienestar requeridos para satisfacer las necesidades básicas de las personas” Derechos Sociales “Dado que los derechos son elementos universales, interdependientes e indivisibles, se considera que una persona está imposibilitada para ejercer uno o más derechos cuando presenta carencia en al menos uno de los seis 24 indicadores” Indicadores Descripción de resultados Ingreso corriente per cápita Se identifica a la población cuyos ingresos son insuficientes para adquirir los bienes y servicios que requiere para satisfacer sus necesidades. Educación Se identifica a la población con al menos una carencia social en los indicadores asociados a este espació. A la medida agregada de estas carencias se le denominará índice de privación social25. Salud Seguridad social Alimentación Vivienda Servicios en la vivienda Rezago educativo promedio en el hogar Acceso a los servicios de salud Acceso a la seguridad social Acceso a la alimentación Calidad y espacios de la vivienda Acceso a los servicios básicos en la vivienda En los cálculos de la medición de la pobreza multidimensional a nivel municipal realizados a partir de la Encuesta Nacional de Ingreso Gasto por Hogar (2010) y la muestra del Censo 24 Los indicadores son señalados en el artículo 36 de la Ley General de Desarrollo Social: “Los lineamientos y criterios que establezca el Consejo Nacional de Evaluación de la Política de Desarrollo Social para la definición, identificación y medición de la pobreza son de aplicación obligatoria para las entidades y dependencias públicas que participen en la ejecución de los programas de desarrollo social, y deberá utilizar la información que genere el INEGI, independientemente de otros datos que se estime conveniente, al menos sobre los siguientes indicadores: ingreso corriente per cápita, rezago educativo promedio en el hogar, acceso a los servicios de salud, acceso a la seguridad social, calidad y espacios de la vivienda, acceso a los servicios básicos en la vivienda, acceso a la alimentación y grado de cohesión social” (Ley General de Desarrollo Social, http://www.diputados.gob.mx/LeyesBiblio/pdf/264.pdf) 25 “La identificación de las carencias en el espacio de los derechos sociales se efectúa en dos fases: Identificación de carencias en cada indicador particular. Para cada uno de los seis indicadores sociales se genera una variable dicotómica que permite distinguir si una persona presenta carencia en la dimensión respectiva o no. Estos indicadores toman el valor de uno cuando el individuo tiene la carencia, y cero en caso contrario. Índice de privación social. Este índice se construye para cada persona a partir de la suma de los seis indicadores asociados a las carencias sociales.” (CONEVAL, 2010a: 40). 78 de Población y Vivienda 2010, Santiago El Pinar ocupa el lugar número 8 entre los 10 municipios, a nivel nacional, con mayor porcentaje de pobreza26. De tal manera que, como en las mediciones del PNUD, Santiago El Pinar presenta una de las mediciones más bajas ahora no sólo en desarrollo, sino en los derechos sociales medidos por el CONEVAL. Desde esta medición, la población en situación de pobreza en Santiago El Pinar es de 96.5% (3,121 personas); tal población se subdivide, el 27.3% (884 personas) en población en situación de pobreza moderada con un promedio de carencias sociales de 2.5 y el 69.2% (2,237 personas) en población en situación de pobreza extrema con un promedio de carencias sociales del 3.9%. En el municipio, no se registra población vulnerable por ingresos y, menos aún, población no pobre y no vulnerable. En términos de privación social de los seis indicadores de derechos sociales, todas y todos los habitantes de Santiago El Pinar carecen de por lo menos uno, y el 81.7% carece al menos de tres. Los indicadores de carencia social para Santiago El Pinar, se reflejan de la siguiente manera: Cuadro 21. Indicadores de carencia social para Santiago El Pinar Indicador Porcentaje No. de Personas Rezago Educativo 48.4% 1,565 Acceso a los servicios de salud 11.8% 381 Acceso a la seguridad social 98.8% 3,195 Calidad y espacios de la vivienda 46.1% 1,490 Acceso a los servicios básicos en la 99.4% 3,213 vivienda Acceso a la alimentación 35.9% 1,161 Finalmente, la población con ingreso inferior a la línea de bienestar es del 96.5%. De esta población, el 83.2% tiene un ingreso inferior a la línea de bienestar mínimo. En el cuadro 22 mostramos los indicadores de la medición del CONEVAL para Santiago El Pinar: 26 Es importante señalar que de los 10 municipios, a nivel nacional, con mayor porcentaje de pobreza 6 son chiapanecos: Aldama (97.3%), San Juan Cancuc (97.3%), Chalchihuitán (96.6%), San Andrés Duraznal (96.5%), Santiago El Pinar (96.5%) y Sitalá (96.5). 79 Cuadro 22. Tabla de las mediciones de la pobreza multidimensional de Santiago El Pinar, Chiapas Santiago El Pinar Pobreza Población en situación de pobreza27 96.5% Población en situación de pobreza moderada28 27.3% Población en situación de pobreza extrema29 69.2% Población vulnerable por carencias sociales30 3.5% Población vulnerable por ingresos31 0 Población no pobre y no vulnerable32 0 Privación social Población con al menos una carencia social 100% Población con al menos tres carencia sociales 81.7% Indicadores de carencia social Rezago educativo 48.4% Acceso a los servicios de salud 11.8% Acceso a la seguridad social 98.8% Calidad y espacios de la vivienda 46.1% Acceso a los servicios básicos en la vivienda 99.4% Acceso a la alimentación 35.9% Bienestar económico Población con ingreso inferior a la línea de bienestar 83.2% mínimo Población con ingreso inferior a la línea de bienestar 96.5% Fuente: Base de datos de CONEVAL (2010a) “3.3 Concentrado, indicadores de pobreza por municipio”. Paralelo a la medición de la pobreza multidimensional, CONEVAL ha desarrollado la metodología del Índice de Rezago Social (IRS). En ella, se agrega en un solo índice variables de educación, acceso a servicios de salud, calidad y espacios de la vivienda, servicios básicos en la vivienda y activos en el hogar33. De la revisión del IRS, destaca que 27 Población en situación de pobreza: población con ingreso inferior al valor de la línea de bienestar y que padece al menos una carencia social. 28 Población en situación de pobreza multidimensional extrema, la cual dispone de un ingreso tan bajo que, aun si lo dedicase por completo a la adquisición de alimentos, no podría adquirir los nutrientes necesarios para tener una vida sana; además de presentar al menos tres de las seis carencias sociales 29 A la población pobre multidimensional no incluida dentro de la población pobre multidimensional extrema se le denomina población en situación de pobreza multidimensional moderada. 30 Vulnerables por carencias sociales. Población que presenta una o más carencias sociales, pero cuyo ingreso es superior a la línea de bienestar. 31 Vulnerables por ingresos. Población que no presenta carencias sociales y cuyo ingreso es inferior o igual a la línea de bienestar. 32 No pobre multidimensional y no vulnerable. Población cuyo ingreso es superior a la línea de bienestar y que no tiene carencia social alguna. 33 “El índice de Rezago Social tiene la virtud de poder ordenar entidades federativas, municipios y localidades de mayor a menor rezago social en un momento en el tiempo. El IRS no es dato para comparar los valores del índice a lo largo del tiempo; únicamente es válido para comparar el orden de los territorios para el año en que se obtiene el índice. Sin embargo, es posible comparar en el tiempo la ordenación relativa de las entidades, los municipios y las localidades. No se trata de una medición de pobreza ya que no incluye los indicadores de ingreso, seguridad social y alimentación ya que estas variables no están explícitas en el Censo de Población” 80 mientras en el 2000 y 2005, Santiago El Pinar se clasificaba en un grado de rezago social “muy alto”, en el 2010 fue ubicado como grado de rezago social “alto”34; por otro lado, no deja de sorprender que mientras en el año 2000 Santiago El Pinar ocupaba el lugar 23 como municipio de mayor rezago social, se colocó en el lugar 19 para el 2005, pero para el año 2010 se ubicó en el lugar 307. Del conjunto de mediciones hasta aquí presentadas, contamos con los siguientes indicadores para el Santiago El Pinar, algunos de ellos nos servirán para construir nuestra propuesta de indicadores del ejercicio al derecho a la alimentación: MEDICIÓN Índice de Desarrollo Humano PNUD DIMENSIÓN Salud Educación Ingreso Pobreza Pobreza multidimensional CONEVAL Privación social Indicadores de carencia social INDICADORES Tasa de mortalidad infantil Tasa de alfabetización Tasa de asistencia escolar Ingreso per cápita anual (en dólares PPC) Población en situación de pobreza: • Población en situación de pobreza moderada • Población en situación de pobreza extrema Población vulnerable por carencias sociales Población vulnerable por ingresos Población no pobre y no vulnerable Población con al menos una carencia social Población con al menos tres carencias sociales Rezago educativo Acceso a los servicios de salud Acceso a la seguridad social Calidad y espacios de la vivienda Acceso a los servicios básicos en la vivienda Acceso a la alimentación Bienestar económico Población con ingreso inferior a la línea de bienestar mínimo (CONEVAL, 2010b: 2). El IRS se construye a partir de los datos obtenidos en el Censo de Población y Vivienda. 34 Sobre el ámbito educativo del IRS, se retoman los siguientes indicadores. En Santiago El Pinar, el 38.64% de la población de 15 años o más es analfabeta, el 9.51% de la población de 6 a 14 años no asiste a la escuela y el 77.80% de la población de 15 años y más cuenta con una educación básica incompleta. En el ámbito de acceso a la salud, el 90.83% de la población de Santiago El Pinar tiene derecho habiencia a servicios de salud. El indicador para calidad y servicios de la vivienda es el piso de tierra, que sólo se encuentra presenta en un 12.79%. En relación a servicios básicos de la vivienda, sólo el 5.93% de las viviendas no cuentan con excusado o sanitario, el 17.32% no disponen de agua entubada de la red pública, el 30.73% no dispone de drenaje y el 0.47 no dispone de energía eléctrica. Finalmente, en cuanto a activos del hogar, el 99.84% no dispone de lavadora y el 98.13% no dispone de refrigerador. 81 Población con ingreso inferior a la línea de bienestar Población analfabeta de 15 años o más Población de 6 a 14 años que no asiste a la escuela Población de 15 años y más con educación básica incompleta Educación Índice de Rezago Social CONEVAL Acceso a servicios de salud Calidad y espacios de la vivienda Servicios básicos en la vivienda y activos en el hogar Derechohabiencia a servicios de salud Piso de tierra Excusado o sanitario Agua entubada en la red pública Drenaje en la vivienda Energía eléctrica en la vivienda Activos del hogar Lavadora Refrigerador En los resultados de las mediciones expuestas se evidencian avances sustanciales que mejoran los indicadores de Santiago El Pinar del 2010 en relación con los indicadores del 2005 y 2000 ¿Cuáles fueron los factores que impulsaron este cambio? El siguiente apartado describe la importancia de ser uno de los “28 municipios con menor IDH” en Chiapas, particularmente bajo el gobierno de Juan Sabines. 2. Chiapas y el cumplimiento de los Objetivos de Desarrollo del Milenio como política pública estatal La reducción del grado de rezago social que se expone en los indicadores de Santiago El Pinar no es una situación aislada, por el contrario, es resultado de la “Estrategia para erradicar la pobreza extrema en Chiapas” implementada por el Poder Ejecutivo del Estado de Chiapas y el Programa de Naciones Unidas para el Desarrollo, en el marco de la “Agenda ONU-Chiapas”35 y cuyo objetivo principal fue la consecución de los Objetivos del 35 El 17 de octubre de 2008, en la ciudad de Tuxtla Gutiérrez, se firmó el “Acuerdo de Cooperación Interinstitucional entre el Poder Ejecutivo del Estado de Chiapas y el Sistema de las Naciones Unidas de México”. Sin especificar áreas de cooperación, y con una vigencia hasta el 7 de diciembre del 2012, el acuerdo tiene por objeto “establecer las bases sobre las cuales se elaborarán y ejecutarán programas y proyectos conjuntos”, uno de los cuales es la denominada “Agenda ONU-Chiapas. 35 Acuerdo disponible en: http://www.sre.gob.mx/coordinacionpolitica/images/stories/documentos_gobiernos/rai/chp/chip13.pdf 82 Milenio36 en el Estado de Chiapas. Las mediciones de rezago social, a partir de agencias estatales y federales, daban cuenta de que la estrategia funcionaba. El cumplimiento de los Objetivos de Desarrollo del Milenio se convirtió en la base de la formulación de la estrategia para combatir la pobreza el gobierno de Chiapas desde el 2009. Incluso, el gobernador Juan Sabines Guerrero impulsó reformas a la Constitución política local37 para incorporar los ODM y, con ello, alinear las acciones realizadas por el Estado al contenido de dichos objetivos. Destacó la reforma al Título décimo primero “De la Erradicación de la Pobreza Extrema” que integra dos artículos. El Art. 77 especifica que los Poderes del Estado y los Ayuntamientos deberán establecer e implementar políticas públicas con el fin de lograr los ODM. En tanto que, el Art. 78, señala como prioritario el gasto social en educación, acceso a la salud y mejores ingresos para los habitantes de los municipios con menor IDH. La formalización de la Agenda ONU- Chiapas38, la reforma constitucional y la redefinición del Programa para Erradicar la Pobreza Extrema implicaron cambios 36 Los Objetivos del Milenio se establecen en la Declaración del Milenio, firmada por México en la Cumbre de Naciones Unidas celebrada en septiembre de 2000, y cuyas metas se pretenden universales para el 2015: 1) Erradicar la pobreza extrema y el hambre, 2) Lograr la enseñanza primaria universal, 3) Promover la igualdad entre los géneros y la autonomía de la mujer, 4) Reducir la mortalidad infantil, 5) Mejorar la salud materna, 6) Combatir el VIH/SIDA, el paludismo y otras enfermedades, 7) Sostenibilidad del medio ambiente y 8) Fomentar una asociación global para el desarrollo. Los Objetivos del Milenio se componen de 8 objetivos y 21 metas cuantificables que se supervisan mediante 60 indicadores, que se encuentran disponibles en: http://www.agendaonu.chiapas.gob.mx/pndu/ 37 Actualmente, los artículos constitucionales que hacen referencia a los Objetivos del Milenio son los siguientes: Artículo 4. Fracción II: Que todas las personas mayores de 64 años que residen en el Estado reciban una aportación económica mayor a lo que determina el objetivo número uno de los Objetivos de Desarrollo del Milenio del Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo; Artículo 30. Fracción XXVI: Son atribuciones del Congreso del Estado (…) comprobar si las políticas públicas en materia de desarrollo social, se alinean y cumplen los Objetivos de Desarrollo del Milenio del Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo y Artículo 31. Fracción VI: El Órgano de Fiscalización Superior del Congreso del Estado (…) revisará y fiscalizará de manera cualitativa, durante el ejercicio en curso, que las políticas públicas en materia de desarrollo social establecidos por el Ejecutivo del Estado y los Ayuntamientos, se encuentre alineados a los Objetivos de Desarrollo del Milenio, así como también sancionar a los integrantes de los Ayuntamientos que no prevean en la programación del gasto, acciones y recursos destinados a elevar el índice de desarrollo humano de los Municipios y comunidades más necesitados. 38 La formalización de la Agenda ONU-Chiapas incluyó la colaboración en los siguientes programas: “Programa de Manejo Integral y Local de Riesgos de Desastres en el Estado de Chiapas”, “Estrategia interinstitucional para la Prevención Integral de la Problemática en Salud Sexual, Salud Reproductiva y Salud Ambiental con Énfasis en Muerte Materna e Infantil en los 28 Municipios con Menor IDH”, “Acuerdo Especializado de Cooperación Técnica entre la FAO y el Gobierno de Chiapas”, “Convenio de Coordinación y Colaboración para el Fortalecimiento de la Institucionalización y Transversalización de la Perspectiva de Género en las Políticas Públicas del Estado de Chiapas”, “Convenio OPAS 1816 para Fortalecer la Gestión Efectiva y Democrática del Agua y Saneamiento”, “Convenio de Colaboración Electoral en Chiapas”, “Convenio de Prevención de Conflictos, Desarrollo de Acuerdos y Construcción de la Paz en Comunidades con Personas Internamente Desplazadas en Chiapas”, “Convenio para Elaborar el Informe sobre IDH en 83 importantes en el planteamiento del gasto y política social del Estado de Chiapas. Si bien, el cumplimiento de las ODM se incorpora como objetivo central de la política pública a finales del 2008, explicitándose en los documentos del Presupuesto de Egresos del 2009, lo cierto es que el fortalecimiento de los “Programas de Combate a la Marginación y a la Pobreza Extrema” fue el objetivo primordial del desarrollo de políticas públicas desde el primer documento de Presupuesto de Egresos elaborado por el gobierno de Juan Sabines Guerrero en 2007. Sin duda, el escenario de sensibilización política sobre la relevancia de elevar los IDH se encontraba presente desde el inicio de la administración de Sabines y la información proporcionada por las mediciones del PNUD y CONEVAL sirvieron de base para afirmar que Chiapas debía salir del último lugar de rezago social: “La entidad adolece de un rezago social histórico producto de una mala planeación y de políticas gubernamentales mal diseñadas, hoy es tiempo de superar esos atrasos mediante la aplicación de un nuevo orden institucional que prevea y atienda con eficiencia los rubros sociales más prioritarias enfatizando en programas que atañen a los sectores más vulnerables, particularmente los de mayor pobreza y marginación social.” (Secretaría de Finanzas, 2006: I, 3). La política de gasto asignó mayor atención al desarrollo social en rubros como educación, salud, servicios básicos (vivienda, drenaje, energía eléctrica, agua potable), así como seguridad y asistencia social en los 28 municipios más pobres de la entidad y en los 47 municipios con mayor grado de marginación. Desde los primeros documentos oficiales, colocó la necesidad de “reducir en mayor medida la brecha lacerante que ubica a la entidad en los últimos lugares, obligando a implementar medidas más eficaces en políticas sociales y estrategias de desarrollo que abarque a todos los sectores sin excepción y que sean atendidos con pleno respeto a sus costumbres, tradiciones y condiciones sociales” (Secretaría de Finanzas, 2006: I, 4). Así, elevar los indicadores de pobreza extrema y rezago social se volvieron tema prioritario para el gobierno chiapaneco. Chiapas”, “Carta de Intención a Apoyo a Chiapas en la Revisión de Implementación de Proyecto de Seguridad Alimentaria y Nutricional PESAN”, “Convenio marco con UNICEF”, “Acuerdo de colaboración con OMS-OPS”, “Estrategia para Erradicar la Pobreza en los 28 municipios con menor IDH de acuerdo a los ODM del PNUD de la ONU”, entre otros (Secretaría de Finanzas, 2010:93-96). 84 En la “Estrategia Integral para Combatir la Pobreza en Chiapas” se establece que el cumplimiento de los ODM, más que una responsabilidad gubernamental, es un derecho fundamental de las y ciudadanos (Secretaría de Finanzas, 2009: IV, 4). Por otro lado, se asegura que los ODM deben entenderse como requerimientos mínimos internacionalmente acordados que guían las políticas públicas, a través de un marco de metas e indicadores claros y concretos39 (Secretaría de Finanzas, 2010: 37). El gobierno de Juan Sabines Guerrero no sólo se había mostrado sensible a la necesidad, urgente, de elevar los índices de desarrollo humano y reducir los indicadores de pobreza y rezago social elaborados por el CONEVAL; sino que alineo el aparato político gubernamental para que las políticas públicas correspondieran al cumplimiento de los ODM y designó partidas importantes de su presupuesto para que las políticas públicas pudieran operarse. Ejemplo de ello, es la inversión estatal y federal conjunta que designó más de 11 mil 280.5 millones de pesos del 2008 al 2011 a la atención hacia los 28 municipios con menor índice de desarrollo humano. Cuadro 23. Inversión de la Estrategia Integral para Combatir la Pobreza en Chiapas en los 28 municipios con menor Índice de Desarrollo Humano. Año 2008 2009 Inversión Total 3 mil 491.9 millones de pesos 4 mil 128.1 millones de pesos 2010 2 mil 456.7 millones de pesos 2011 1 mil 203.8 millones de pesos Totales 11 mil 280.5 millones de pesos Elaboración propia. Fuentes: (Secretaria de Inversión Estatal 1 mil 843.7 millones de pesos No se desglosa en los documentos oficiales 1 mil 802.6 millones de pesos 868.3 millones de pesos ¿? Falta información 2009 Finanzas, 2008b:197), (Secretaria Inversión Federal 1 mil 648.2 millones de pesos No se desglosa en los documentos oficiales 664.1 millones de pesos 335.5 millones de pesos ¿? Falta información 2009 de Finanzas, 2009b:277) (Secretaria de Finanzas, 2010b:251), (Secretaria de Finanzas, 2011b:274). Para finales del 2011, la administración de Juan Sabines Guerrero comenzaba a señalar los resultados obtenidos a partir de la “Estrategia Integral para Combatir la Pobreza en 39 Se especifica que la incorporación de los ODM responde a tres razones principales: 1) Los ODM colocan el bienestar y las capacidades de los seres humanos en el centro de los esfuerzos del desarrollo, aspectos que el Gobierno de Chiapas ha colocado como eje principal de su política pública de desarrollo social. 2) Están centrados en el ser humano, deben lograrse dentro de plazos definidos, se pueden medir, cuantificar y son objetivos alcanzables. 3) Están basados en un acuerdo universal que cuenta con el apoyo político sin precedentes de países desarrollados y subdesarrollados de la sociedad civil y de las principales instituciones de desarrollo, hacen hincapié en la responsabilidad de los países en desarrollo para alcanzarlos y en la de los países subdesarrollados de apoyar esos esfuerzos, fomentan así la cooperación institucional. (Secretaría de Finanzas, 2010:92). 85 Chiapas”. Aseguró que, a partir del Censo de Población y Vivienda 2010 y las mediciones del CONEVAL40, “Chiapas dejaba de ocupar el último lugar en rezago social ubicándose por encima de Guerrero y Oaxaca, este logro es parte de la importancia otorgada a la política social en Chiapas, en la atención a los servicios básicos principalmente en los municipios con menor índice de desarrollo humano” (Secretaría de Finanzas, 2011: II, 5). Ante las evidencias estadísticas mostradas, el objetivo de nuestro análisis apuntala a enfatizar que los indicadores de cumplimiento del Estado no necesariamente reflejan impactos en el ejercicio de los derechos. Es decir, nos parece indispensable cuestionarnos si el ejercicio de derechos por parte de los sujetos tiene una correlación directa con la acción estatal que se muestran en las cifras presentadas como evidencia del cumplimiento del Estado. Para ello, como lo mencionamos en el Capítulo 1, es fundamental distinguir entre el Estado y el sujeto como unidades de análisis distintas. Para desarrollar nuestro argumento y propuesta de indicadores de ejercicio al derecho a la alimentación, era necesario delimitar a un espacio específico. Por ello, seleccionamos una política pública que se inscribe en el marco de la Estrategia Integral para Combatir la Pobreza: las CRS, cuya descripción presentaremos en el siguiente apartado. 3. Las Ciudades Rurales Sustentables en el marco de la Estrategia Integral para Combatir la Pobreza en Chiapas A partir de nuestra revisión documental, concluimos que la Estrategia Integral para Combatir la Pobreza, así como la lógica del reconocimiento de los ODM, parte de cuatro premisas: 1. Se equipara el desarrollo con los derechos humanos, de ahí que se confunda el cumplimiento de los Objetivos de Desarrollo del Milenio con el cumplimiento de derechos humanos. 2. El desarrollo económico involucra de manera directa el mejoramiento del desarrollo social. 3. El desarrollo se cumple a través de indicadores, por lo tanto, se gobierna en función de cumplir el indicador. 40 “El CONEVAL refirió que Chiapas es líder en la reducción de la pobreza extrema, esto a través de la medición realizada en todo el país con la finalidad de fortalecer la transparencia y el proceso de rendición de cuentas” (Secretaría de Finanzas, 2011: II, 5). 86 4. El binomio dispersión poblacional y pobreza/marginación es una de las causas estructurales de la marginación en Chiapas. De las cuatro premisas, la referente al binomio dispersión poblacional y pobreza se encuentra de manera explícita en múltiples documentos oficiales de la administración de Juan Sabines Guerrero y, el programa CRS fue la respuesta gubernamental para enfrentarlo41: “Existen algunos sectores de la población que carecen de los servicios más indispensables, particularmente, la población con mayor pobreza extrema que viven en la zona más dispersa de la geografía chiapaneca. El gobierno tiene un gran compromiso con Chiapas para subsanar estas carencias, se tienen importantes proyectos relacionados con desarrollar las Ciudades Rurales, que permita centralizar servicios básicos como viviendas dignas, pavimentación de calles, red pluvial, sistema de agua potable, saneamiento urbano, ampliación de redes eléctricas y construcción de canchas de usos múltiples: es evidente que estas prioridades forman parte insustituible del desarrollo social” (Secretaría de Finanzas, 2007:7). Según datos del gobierno del Estado de Chiapas, de 1970 al 2005 se crearon 11 mil 646 nuevas localidades, lo que equivale casi a la creación de una localidad nueva cada día durante 35 años (Gobierno del Estado de Chiapas, 2010: 65). Ante tal dispersión poblacional, el gobierno del Estado propone como prioridad del Plan de Desarrollo Chiapas Solidario la construcción de CRS como una política de desarrollo regional y territorial para enfrentar la marginación y la pobreza (Gobierno del 41 “(…) como una respuesta urgente de atención social para enfrentar el binomio dispersión-marginación, se está impulsado el programa “ciudades rurales”, el cual constituye un reto que continuará fortaleciéndose a través del impacto del gasto para brindar los servicios básicos a la población, el objetivo es contribuir a la lucha contra la pobreza y la exclusión social” (Secretaria de Finanzas, 2008: II 6). “Otra prioridad que forma parte de las estrategias de combate a la pobreza es el crecimiento desmedido de la población lo que ha encaminado los esfuerzos a la construcción de Ciudades y/o villas rurales sustentables las cuales tienen como objetivo desarrollar espacios para el desarrollo integral que mejoren la calidad de vida de las personas con oportunidades económicas favoreciendo la conservación y el uso racional de los recursos naturales y el acercamiento a la población a los servicios básicos más indispensables, principalmente, a los que habitan en condiciones extremas entre estos servicios se destacan sistemas de agua potable, alcantarillado, viviendas, servicios de salud, escuelas, centro de esparcimiento, entre otras. La continuidad de estas acciones permitirá enfrentar los rezagos y la alta dispersión poblacional en el estado” (Secretaría de Finanzas, 2011: verificar página). 87 Estado de Chiapas, 2010: 25). En el Plan se consideran tres objetivos específicos para el programa CRS (Gobierno del Estado de Chiapas, 2010: 65-68): Objetivo 1: Institucionalización de las Ciudades y Villas Rurales Sustentables. Objetivo 2: Subsistema de Ciudades y Villas Rurales Sustentables Objetivo 3: Generar procesos de planeación territorial participativa en la construcción y edificación de las Ciudades y Villas Rurales Sustentables, con una visión de corresponsabilidad del gobierno y la sociedad en el marco de los derechos económicos, sociales y culturales Para operacionalizar el Objetivo 1, se aprobó la “Ley de Ciudades Rurales Sustentables para el Estado de Chiapas” publicada en el Periódico Oficial del Estado de Chiapas el 7 de enero del 2009. Posteriormente, mediante el Decreto n° 163, se creó el Instituto de Población y Ciudades Rurales Sustentables como una dependencia de la administración pública central del Estado de Chiapas. Entre sus principales funciones se encuentra la de proponer al Ejecutivo del Estado las políticas y programas públicos en materia de población y ciudades rurales, coordinar la ejecución de las acciones previstas en el Programa Estatal de Población y Ciudades Rurales y gestionar la aportación de recursos para la constitución de Ciudades Rurales42. El objetivo principal del Instituto es la creación de un subsistema de Ciudades y Villas Rurales Sustentables en el Estado de Chiapas que favorezca la concentración de familias que habitan en localidades dispersas y en zonas de riesgo. Tal subsistema debe dotar de servicios básicos, generar alternativas económicas y productivas con empleos dignos y remunerados para la población. Por otro lado, la creación de un subsistema de CRS permitiría concentrar localidades dispersas y facilitar la dotación de servicios básicos. El Objetivo 2 del programa se vinculaba con los 8 ODM y se pretendía “edificar y fundar Ciudades y Villas Rurales que brinden a sus habitantes viviendas dignas con servicios públicos de calidad y alternativas productivas con empleos dignos y remunerados, en un ambiente de sustentabilidad en el uso de los recursos naturales.” (Gobierno del Estado de Chiapas, 2010: 42 La información detallada sobre la misión, visión y competencias del Instituto de Población y Ciudades Rurales se encuentra en su página web: http://www.ciudadesrurales.chiapas.gob.mx 88 66). El Plan de Desarrollo de las CRS se desplegaría en torno a cinco componentes:1) desarrollo urbano y vivienda, 2) desarrollo social, 3) económico, productivo y de servicios, 4) ambiental y 5) legalidad y buen gobierno. Es relevante mencionar que la construcción de la primera Ciudad Rural Sustentable fue anterior a la formulación del Subsistema de Ciudades y Villas Rurales, podemos tomarla como un primer acercamiento que permitió la construcción subsecuente de la estrategia como prioridad para el Gobierno de Sabines. Incluso, plantea Antoine Libert, la Ciudad Rural del Nuevo Juan del Grijalva no estaba contemplada en la presentación del anteproyecto43: un deslave, de 1.200 metros de largo y 610 metros de ancho, ocasionado por las lluvias implicó la evacuación de 5,904 personas en el poblado de Juan del Grijalva. Mapa 2 Fuente: Antoine Libert, 2012: 59. 43 “En la presentación inicial, el gobierno estatal se proponía la construcción de un total de 25 Ciudades Rurales en diferentes regiones del estado durante su administración. Es interesante notar que de las primeras 25 Ciudades Rurales presentadas, sólo dos corresponden a Ciudades Rurales finalmente impulsadas por el gobierno estatal. Las otras cinco, incluyendo Nuevo Juan del Grijalva, no estaban contempladas en la presentación inicial del proyecto” (Libert, 2012: 52). 89 En este marco, en el 2007, el gobierno de Sabines “anunció que la primera CRS sería construida para las familias afectadas en el municipio de Ostuacán, con el nombre emblemático de Nuevo Juan del Grijalva (…) la desgracia del deslave presentó la oportunidad para implementar el ya polémico proyecto de reubicación población al de Sabines a la vez que le otorgó valor humanitario en su promoción hacia el exterior” (Libert, 2012:67-68). Para enero del 2012, el gobierno estatal había empujado la construcción de siete Ciudades y Villas Rurales Sustentables: Nuevo Juan del Grijalva, Santiago El Pinar, Jaltenango de la Paz, Ixhuatán, Copainalá, Soconusco y Villa Rural Sustentable Emiliano Zapata (Libert, 2012: 61-62). Sin embargo, para noviembre del 2012, a un mes de finalizar la gestión de Juan Sabines, de los siete proyectos, sólo se encontraban en operación dos: Nuevo Juan del Grijalva (2009) y Santiago El Pinar (2011) y en construcción Jaltenango e Ixhuatán. Identificar el proyecto oficial, los presupuestos y gastos ejercidos en las CRS se ha convertido en una tarea casi “imposible” de documentar e, incluso, tal información se ha calificado como reservada tanto por el Instituto de Población y Ciudades Rurales como por la Secretaría de Infraestructura44, argumentando que la clasificación de reserva procede de acuerdo con los incisos IV, VI y VIII del Artículo 28 de la Ley que Garantiza la Transparencia y el Derecho a la Información Pública para el Estado de Chiapas45 (Solicitud de información 5154). Incisos que pueden resumirse en tres argumentos: la información se encuentra en auditoría, la divulgación de tal información puede causar daños al interés del Estado o supone un riesgo para su realización y la información corresponde a documentos o comunicaciones internas previas a la toma de una decisión o es un acto administrativo que no se ha perfeccionado. 44 Solicitudes de información 5093 y 5154 en el Sistema de Acceso a la Información Pública del Estado de Chiapas. 45 “Art. 28. La clasificación de reserva de la información pública procederá en los siguientes casos: IV) La generada por la realización de un trámite administrativo, que por el estado que guarda, se requiere mantener en reserva hasta la finalización del mismo. VI) Cuando la información trate sobre estudios y proyectos, cuya divulgación pueda causar daños al interés del Estado, o suponga un riesgo para su realización. VIII) Cuando se trate de información correspondiente a documentos o comunicaciones internas, que sean parte de un proceso deliberativo previo a la toma de una decisión administrativa; o se trate de un procedimiento administrativo en el que no se haya perfeccionado el acto administrativo que se persigue”. (Solicitud de información 5154) 90 Lo cierto es, que en términos presupuestales, las obras en las Ciudades Rurales Sustentables se componen de gastos de programas de dependencias de los tres niveles de gobierno e inversión privada, por lo que difícilmente se puede ubicar como un rubro específico en los presupuestos de egresos. Por otro lado, lo que si fue posible obtener es la lista de entidades privadas y dependencias gubernamentales involucradas (Solicitud de información 5160): • Fundaciones y organismos privados: Fundación Azteca (vivienda y construcción de Torre Azteca), Fomento Social Banamex (vivienda y equipamiento para plataforma tecnológica), BBVA BANCOMER (Centro de Educación Básica), Teletón (Centro de Salud con Servicios Ampliados), Instituto Carso (equipamiento del centro de salud con servicios ampliados), Cooperativa Cruz Azul (1,500 toneladas de cemento), Farmacias del Ahorro (2 canchas de usos múltiples, biblioteca), Grupo MASECA BANORTE (obra exterior y equipamiento del Centro de Salud con Servicios Ampliados), Sinergia Fundación Comunitaria (591 refrigeradores), Promotora de Desarrollos Estratégicos Integrales S.A. de C.V. (proyecto ejecutivo del centro de salud con servicios ampliados), IBM México (6 módulos de pequeño explorador para niños de prescolar, 46 licencias para cursos de inglés en línea, 46 diademas con micrófono), BRAIN POP México (licencia para acceso a libros virtuales con animaciones y capacitación para el uso de libros virtuales). • Dependencias del Gobierno Estatal, Federal y Municipal: Comisión Nacional de Vivienda (fondos de vivienda), Secretaría del Campo (establecimiento de proyectos destinados al componente económico productivo), Instituto de Reconversión Productiva de Agricultura Tropical (IRPAT: proyectos destinados a la reconversión productiva), COFOSECH (Reforestación y ornamentación), Secretaría de Desarrollo Social, Instituto de Salud (Centro de Salud con servicios ampliados, fortalecimiento con instrumental médico al centro de salud con servicios ampliados), Secretaría de Medio Ambiente y Vivienda (adquisición de suelo para la atención, reubicación y reordenamiento productivo, estudio para el ordenamiento de asentamientos humanos dispersos, componente ecológico ambiental sustentable), Secretaría de Infraestructura (estudios, proyectos y derechos, 91 construcción de sistemas de agua potable, drenaje y saneamiento, red eléctrica y alumbrado público, camino de acceso, vialidades primarias y secundarias, plataformas y muros de contención, equipamiento urbano, habilitación de albergues y construcción de campamentos), INIFECH (construcción del centro de educación básica del Estado de Chiapas), Fideicomiso para la promoción y el fomento a la vivienda (adquisición de suelo para la atención, reubicación de familias y ordenamiento productivo en el nuevo centro de población Nuevo Juan del Grijalva), Promotora de Vivienda Chiapas (escrituración de las viviendas y polígonos de usos diversos), Instituto de Educación para Adultos (plaza comunitaria “Profesor Daniel Hernández García”), Ayuntamiento de Ostuacán (estudio, proyecto ejecutivo y adquisición de terreno para la construcción del relleno sanitario) y Ayuntamiento de Santiago El Pinar (adquisición de predio). El objetivo 3 señala como estrategia la creación de un Consejo Consultivo Ciudadano de Ciudades Rurales Sustentables para acompañar, monitorear y evaluar el proceso y los resultados de corto, mediano y largo plazo. No sé especifica la manera en cómo se constituirá el Consejo Consultiva Ciudadano, pero en su mayoría se encuentra conformado por empresarios y sus fundaciones. La participación de las y los pobladores que se pretendían beneficiados es nula. Actualmente, el Consejo Consultivo Ciudadano es presidido por Esteban Moctezuma Barragán, presidente de Fundación Azteca. Entre sus integrantes se encuentran, entre otros, el Director General Operativo y Representante de Fundación TELMEX, el Presidente de la Fundación BBVA-BANCOMER y el Director General de Fomento Social BANAMEX46. 46 Además, el Presidente de Fundación ADOBE, el Representante de Fundación KALUZ A.C., el Presidente de Fundación Unidos por Ellos, el presidente de la Academia Mexicana de Arquitectura, el Director del Instituto CARSO de Salud, el Secretario de Extensión e Integración Social del IPN, el presidente de la Organización de Empresarios por la Educación Básica, el director de Promotora de Desarrollos Estratégicos Integrales (PRODEI), el Presidente de Fundación Natura Mexicana, el presidente del Sistema Educativo Brain Pop, la Directora General del Sistema de Centros de Rehabilitación Infantil Teletón, el presidente de Farmacias del Ahorro, el rector de la Universidad Autónoma de Chiapas, el Presidente de la Cámara Mexicana de la Industria de la Construcción (delegación Chiapas), el Presidente del Colegio de Ingenieros Civiles de Chiapas, el presidente del Colegio de Arquitectos Chiapanecos, la Presidenta de la Asociación de Padres de Familia de Chiapas, el presidente de la CANACO (delegación Chiapas) y el presidente de COPARMEX (delegación Chiapas). 92 3.1. La Ciudad Rural Sustentable “Santiago El Pinar” La Ciudad Rural Sustentable “Santiago El Pinar” fue inaugurada el 30 de marzo del 2011. Según datos obtenidos en la página web del Instituto de Población y Ciudades Rurales Sustentables, la superficie de la CRS es de 38.3 hectáreas donde se construyeron 115 viviendas; además se construyeron 350 viviendas nuevas en predios familiares y 489 acciones de mejoramiento de vivienda. Lo que se conoce como “Ciudad Rural” es el conjunto habitacional construido en el nuevo predio, es decir, las 115 viviendas; el resto, se construyó en el pueblo de Santiago El Pinar. Como lo indica el Instituto de Población y Ciudades Rurales en el predio nuevo se reubicaron familias de 5 localidades cercanas: Chinquinch’en de los Tulipanes, Xchuch, Choyó, Chicontantic y Boquem. Los proyectos económicos instalados fueron una ensambladora de triciclos, un invernadero de flores, una granja avícola y viveros de café. La CRS “Santiago El Pinar” cuenta con un Centro de Salud con servicios ampliados y una Unidad Médica Familiar, así como un Centro de Atención Infantil Comunitario, un Centro Comunitario de Aprendizaje, una biblioteca pública y escuelas para los niveles básicos y medio superior. Foto 1. Ciudad Rural Sustentable “Santiago El Pinar” Chiapas 93 A pesar de múltiples solicitudes de información, el dato sobre el costo de la CRS “Santiago El Pinar” no fue otorgado y se bloqueó la transparencia de información con argumentos ya referidos en la sección anterior; sin embargo, de acuerdo con datos del periodista Isaín Mandujano del semanario Proceso, el costo fue de 394 millones de pesos (2012:34), además de la inversión privada y el apoyo económico del PNUD. En enero del 2012 Juan Sabines declaró, en relación a las inversiones totales al municipio, que “durante el sexenio pasado se invirtieron 657 mil pesos, y esta administración lleva hasta el momento 664.2 millones de pesos. Hoy, por primera vez, este pueblo tzotzil tiene acceso cercano a educación, salud, servicios básicos, vivienda digna y nuevas actividades productivas” (Diáspora política, 2012:). La preocupación de Juan Sabines por los indicadores de pobreza y el IDH era evidente y así lo manifestó en el discurso de inauguración de la CRS “Santiago El Pinar”: “El INEGI dio a conocer que en los 28 municipios chiapanecos de menor índice de desarrollo humano, en 2000 sólo siete de cada cien habitantes tenían acceso a la salud; y ahora son 60 de cada cien. Con esas cifras, no significa que ya no haya pobres en Chiapas. Significa que los que vivían en extrema pobreza cada vez son menos; significa que el nivel de vida ha mejorado, que Chiapas ya no está en el sótano de los indicadores, que empezamos a cambiar la inercia de la pobreza, de cada vez ser más pobres, a contar ya con más oportunidades para vivir mejor”. 94 Foto 2. Felipe Calderón y Juan Sabines en la inauguración de la CRS Santiago El Pinar Fuente: Express de la Frailesca Foto 3. Felipe Calderón y Juan Sabines, en el extremo derecho de la foto Magdy Martínez Solimán representante residente del PNUD en México. Inauguración de la CRS Santiago El Pinar Fuente: PNUD El resultado de la “Estrategia Integral para Combatir la Pobreza en Chiapas” elevó los índices de Desarrollo Humano y esto fue reconocido en la sede del PNUD en Nueva York el 7 de junio del 2012. En esa ocasión, el director regional del PNUD para América Latina y el Caribe, declaró: “(El gobernador Juan Sabines) ha encabezado la administración que se ha empeñado en mejorar de forma significativa los indicadores de desarrollo del estado, cosa que es muy evidente para el PNUD (…) además de incorporar la obligatoriedad del cumplimiento de los ODM en la Constitución de Chiapas, ha emprendido acciones muy concretas en los municipios de menor desarrollo humano y ha puesto en marcha políticas muy novedosas buscando el beneficio amplio de los sectores más necesitados. (…) Los resultados en Chiapas son tangibles y el IDH registró un crecimiento anual mayor al promedio de todo el país, el doble de crecimiento, lo que lo ha convertido en un ejemplo internacional en el combate a la pobreza” (Crónica, 2012). 95 Foto 4. Placa conmemorativa de la Obra “CRS Santiago El Pinar” CIED, junio 2012. Desde los indicadores de desarrollo del gobierno, las estrategias estaban funcionando y se consideraban que los resultados eran “tangibles”, tal como se señaló en la sede del PNUD, pero ¿qué información nos podrían revelar los indicadores de ejercicio del derecho a la alimentación en Santiago El Pinar? En el siguiente apartado presentamos nuestra propuesta de indicadores del ejercicio del derecho a la alimentación y la descripción de lo que analizamos en Santiago El Pinar. 4 El derecho a la alimentación adecuada y la Ciudad Rural Sustentable “Santiago El Pinar”: propuesta de indicadores de ejercicio del derecho. 4.1. Propuesta de indicadores del derecho a la alimentación adecuada Como explicamos en el Capítulo 2, la propuesta que presentamos parte del reconocimiento de la definición del ejercicio del derecho a la alimentación adecuada de la OACNUDH, donde se identifican dos dimensiones: accesibilidad y disponibilidad. De la accesibilidad se desprenden dos subdimensiones: accesibilidad económica y accesibilidad física; en tanto que, en la disponibilidad de alimentos, reconocemos tres subdimensiones: necesidades alimentarias, sustancias nocivas y adecuación cultural. En el cuadro 17 expusimos la propuesta de indicadores de ejercicio al derecho a la alimentación. A continuación, 96 especificaremos nuestra propuesta sobre los indicadores del ejercicio al derecho a la alimentación adecuada diseñada para la Ciudad Rural Santiago El Pinar. La unidad de análisis para medir el ejercicio del derecho es la familia. En la elaboración de esta propuesta consideramos cuestionarios sobre alimentación y nutrición que ya se han elaborado en México. Particularmente, son relevantes las preguntas sobre acceso a la alimentación del Módulo de Condiciones Socioeconómicas (MOCOSO) del CONEVAL y los apartados “hogar” y “programas gubernamentales de nutrición y distribución de alimentos” de la Encuesta Nacional de Nutrición y Salud Pública (ENSANUT). En ambas encuestas, la unidad de análisis es la familia. Es importante señalar, que la ENSANUT se aplicó en el 2012 a nivel nacional y se seleccionaron municipios de cada Estado para dar una muestra representativa a nivel estatal; sin embargo, Santiago El Pinar no fue uno de los municipios seleccionados para aplicarla en Chiapas. Por otro lado, retomamos preguntas sobre fuentes de agua y características de la cocina de la vivienda de la Encuesta Nacional de Ingreso Gasto por Hogar y, en el caso del acceso físico a la alimentación, acudimos a los registros del Directorio Estadístico Nacional de Unidades Económicas. Sin embargo, como lo muestran nuestras tablas de indicadores, las fuentes oficiales no son suficientes para cubrir las dimensiones que identificamos en el ejercicio al derecho a la alimentación adecuada: éstas se concentran en la dimensión de acceso económico y excluyen el acceso físico, las necesidades alimentarias, la inocuidad de los alimentos y la adecuación cultural. El cuestionario completo que se desprende de nuestra propuesta puede consultarse en el Anexo de este documento. 4.1.1. Accesibilidad. Subdimensión: Accesibilidad económica En la subdimensión de accesibilidad económica, en el componente “ingresos económicos suficientes para la adquisición de alimentos necesarios” ubicamos los indicadores ingresos familiares, gasto diario mensual familiar en alimentos, costo local de la canasta básica e incorporamos las preguntas del Módulo de Condiciones Socioeconómicas del CONEVAL, que miden el acceso a la alimentación en los hogares. En el componente “fuentes de ingresos familiares” los indicadores son tipo de empleo y recepción de remesas. En la subdimensión de “Apoyos económicos y/o en especie” los indicadores considerados son 97 programas gubernamentales y programas de organizaciones civiles o de asistencia privada. En el cuadro 24 especificamos las preguntas para los indicadores de los tres componentes de la subdimensión accesibilidad económica: Cuadro 24. Indicadores de la subdimensión accesibilidad económica47 Componente Dimensión: Accesibilidad Subdimensión: Accesibilidad económica Indicador Pregunta Ingresos familiares ¿A cuánto asciende el ingreso mensual de la familia? Gasto diario familiar Durante la semana pasada, ¿cuánto se gastó en alimentos aproximadamente en el hogar en…? (frutas, verduras, tortillas y maíz, pan de cualquier tipo, granos, aceite y azúcar, pollo/carne/pescado, leche y quesos, huevos, botanas, carnitas/pizza/tacos/hamburguesas, agua embotellada, refrescos). Durante la semana pasada, ¿cuánto se gastó aproximadamente en el hogar en comidas fuera de casa? ¿Cuánto gasta a la semana en la compra de alimentos? Costo local de la canasta básica Accesibilidad económica Ingresos económicos suficientes para la adquisición de alimentos -Canasta básica local -Tabla con el costo de la canasta básica En los últimos tres meses, por falta de dinero o recursos, ¿alguna vez…? Usted se preocupó de que la comida se acabara Se quedaron sin comida Se quedaron sin dinero o recursos para obtener una alimentación sana y variada Usted o algún adulto en su hogar tuvo una alimentación basada en muy poca variedad de alimentos Usted o algún adulto en su hogar dejo de desayunar, comer o cenar Usted o algún adulto en su hogar comió menos de lo que usted piensa debía comer Mencionó al menos un SI: Usted o algún adulto en su hogar sintió hambre pero no comió porque no había que comer Usted o algún adulto en su hogar sólo comió una vez al día o dejó de comer todo un día Para hogares con personas menores de 18 años: En los últimos tres meses, por falta de dinero o recursos, ¿alguna vez…? Algún menor en su hogar dejó de tener una alimentación sana y variada Algún menor en su hogar comió menos de lo que debía Tuvieron que disminuir la cantidad servida en las Fuente disponible CONEVAL Encuesta Nacional de Nutrición y Salud Pública (Sección Hogar: gastos en el hogar) CONEVAL (Canasta básica rural) CONEVAL (Acceso a la alimentación del Módulo de Condiciones Socioeconómicas) 47 Las preguntas se retoman en nuestro instrumento propuesto en el Anexo. En el cuadro 24 se han redactado tal como se encuentran en las fuentes disponibles. 98 comidas a algún menor Algún menor sintió hambre pero no comió porque no había que comer Algún menor en su hogar se acostó con hambre Algún menor comió una vez al día o dejo de comer todo un día Condición de actividad laboral desglosado por sexo Verificación de la condición de actividad laboral desglosado por sexo Posición en el trabajo desglosado por sexo Tipo de empleo Fuentes de ingresos familiares Recepción remesas de ¿Usted o algún habitante de este hogar recibe remesas? Apoyos económicos y/o en especie Programas gubernamentales Programas de organizaciones civiles o de asistencia privada Algún integrante del hogar ha recibió en el último año, Despensa de alimentos del programa DIF Cocinas o desayunadores comunitarios del DIF (Personas entre 6 y 20 años): Desayunos escolares del DIF (Niños entre 1 y 12 años, mujeres de 12 a 49 años de edad): Suplementos de hierro, quien los entrega (Mujeres de 12 a 49 años): Suplemento de ácido fólico, quién los entrega (Personas mayores de 18 años): Apoyos monetarios del Programa de Apoyo Alimentario (PAL) (Personas entre 6 y 20 años): Apoyo alimentario de albergues y/o comedores escolares indígenas (Sólo para niños menores de 10 años): Suplementos de vitamina A, quién los entrega. ¿Alguien recibe suplemento alimenticio para niños? (nutrisano, vitaniño o nutricrece). El beneficiario del programa consume regularmente el suplemento alimenticio. Aparte de los niños que son beneficiarios, alguien más del hogar consume el suplemento. Apoyo monetario o en especie destinados a la alimentación/nutrición de los adultos mayores, quién los entrega. Alguna persona en este hogar ha recibido en el último apoyo de ong´s u organizaciones de asistencia privada. ¿Qué recibe? Encuesta Nacional de Nutrición y Salud 2012 (Sección Hogar: características sociodemográficas) Encuesta Nacional de Nutrición y Salud (Sección Hogar: otros ingresos, pregunta 2.27, opciones 3 y 4) Encuesta Nacional de Nutrición y Salud 2012 (Programas de nutrición y distribución de alimentos 2012). Encuesta Nacional de Nutrición y Salud 2012 (Programas de nutrición y distribución de alimentos 2012). 4.1.2. Accesibilidad. Subdimensión: Accesibilidad Física En la subdimensión de accesibilidad física, en el componente “producción de alimentos para el autoconsumo” ubicamos los indicadores producción agrícola de autoconsumo, producción pecuaria de autoconsumo, manejo de traspatio y producción de otros productos para el consumo. Consideramos que este componente, es particularmente relevante pues 99 ante la falta de recursos económicos la producción de autoconsumo puede asegurar el acceso a la alimentación y la disponibilidad de alimentos a largo plazo, ya que la posesión de semillas para la producción agrícola y las capacidades en el manejo pecuario son recursos indispensables lo que se relaciona directamente con la soberanía alimentaria. En el componente “centros de abastos de alimentos” los indicadores buscan identificar el acceso a centro de abastos en el municipio, el municipio cercano y a nivel regional. En el caso de Santiago El Pinar, la delimitación de los espacios municipales y regionales respondería a los siguientes niveles: 1) municipio: Santiago El Pinar, 2) municipio cercano: San Andrés Larrainzar y 3) centro de abasto regional: San Cristóbal de las Casas. En el cuadro 25 especificamos las preguntas para los indicadores de los dos componentes de la subdimensión accesibilidad física: Cuadro 25. Indicadores de la subdimensión accesibilidad física Componente Indicador Producción agrícola de autoconsumo Producción pecuaria para autoconsumo Producción de alimentos para autoconsumo Centros de abastos de alimentos Manejo de traspatio Producción de otros productos para autoconsumo Centros de abastos en el municipio Centros de abastos en municipio cercano Centros de abastos regionales Dimensión: Accesibilidad Subdimensión: Accesibilidad física Pregunta Posesión de parcela para producir Cultivo para autoconsumo: maíz, frijol, café, hortalizas. Cría animales para autoconsumo Tipo de animales de cría: aves (pollos, gallinas), cerdos, vacas/toros, borregos, conejos. Manejo de traspatio Producción en el traspatio: frutales, hortalizas, plantas medicionales, hierbas comestibles. Producción de tortillas Producción de conservas Industrias manufactureras (Tortillerias) Comercio al por mayor (abarrotes) Comercio al por menor (abarrotes) Preparación a alimentos y bebidas Industrias manufactureras (Tortillerias) Comercio al por mayor (abarrotes) Comercio al por menor (abarrotes) Preparación a alimentos y bebidas Industrias manufactureras (Tortillerias) Comercio al por mayor (abarrotes) Comercio al por menor (abarrotes) Preparación a alimentos y bebidas 100 Fuente disponible No hay información disponible No hay información disponible No hay información disponible No hay información disponible Directorio Estadístico Nacional de Unidades Económicas Directorio Estadístico Nacional de Unidades Económicas Directorio Estadístico Nacional de Unidades Económicas 4.1.3. Disponibilidad de Alimentos. Subdimensión: Necesidades Alimentarias En la dimensión de la disponibilidad, ubicamos tres subdimensiones: necesidades alimentarias, inocuidad de los alimentos y adecuación cultural. En la subdimensión de necesidades alimentarias el indicador es “dieta nutricional adecuada al contexto” que dividimos en los siguientes indicadores: frecuencia del consumo familiar semanal de alimentos de origen animal, frecuencia del consumo familiar de frutas y verduras, frecuencia del consumo familiar de cereales/leguminosas/granos y pastas, frecuencia del consumo familiar semanal de azúcares, frecuencia del consumo familiar semanal de grasas y frecuencia del consumo familiar semanal de bebidas no alcohólicas. Finalmente, agregamos frecuencia del consumo familiar semanal de comida chatarra que, si bien no es una necesidad alimentaria, si forma parte de la dieta de las familias y se vuelve necesario tener información sobre su consumo. Un dato relevante al respecto es que en Chiapas, la “Coca-Cola” ha adquirido un significado ritual entre las comunidades indígenas y su presencia es evidente en ceremonias de carácter político y religioso; incluso, según datos del investigador Marcos Arana, el refresco en las comunidades indígenas chiapanecas tiene un costo menor al 35% que en las zonas urbanas, convirtiéndose en uno de los productos con mayor consumo dentro de las familias indígenas chiapanecas48. En el cuadro 26 especificamos las preguntas para los indicadores del componente de la subdimensión necesidades alimentarias: Cuadro 26. Indicadores de la subdimensión necesidades alimentarias Componente Dimensión: Disponibilidad Subdimensión: Necesidades Alimentarias Indicador Frecuencia del consumo familiar semanal de alimentos de origen animal Dieta nutricional adecuadas al contexto Frecuencia del consumo familiar semanal de frutas y verduras Frecuencia del consumo familiar semanal de cereales, leguminosas, granos, pastas y harinas Pregunta Carnes y sus derivados Productos lácteos (leche y quesos) Pescado Huevos Frutas Verduras Maíz Arroz Avena Frijol Lenteja 48 Ver corto: “La coca-colización de México” en http://www.youtube.com/watch?v=cH5SeWZCEqU 101 Fuente disponible No hay información disponible Frecuencia del consumo familiar semanal de azúcares Frecuencia del consumo familiar semanal de grasas Frecuencia del consumo familiar semanal de bebidas no alcohólicas. Frecuencia del consumo familiar semanal de comida chatarra. Sopa de pasta Galletas dulces Pan blanco Pan dulce Azucar Pilloncillo Aceite Manteca Agua de sabores Pozol Té Atole Refresco Comida enlatada Sopas instantáneas Frituras y papas fritas Dulces 4.1.4. Disponibilidad. Subdimensión: Inocuidad de los alimentos En la subdimensión de inocuidad de los alimentos, seleccionamos los siguientes componentes: “uso de semillas libres de transgénicos y otras modificaciones genéticas”, “uso de alimentos libres de transgénicos para todo tipo de animales de consumo humano” y “prácticas agroecológicas y sostenibles de siembra”. El componente prácticas agroecológicas se subdivide en cuatro indicadores: uso de fertilizantes y pesticidas, así como fuentes de agua limpia (información puede obtenerse de la ENIGH 2012), y hábitos de limpieza e higiene en la preparación de alimentos. Es relevante señalar que en el Informe de Misión a México del Relator Especial de la ONU sobre el derecho a la alimentación enfatizó su preocupación sobre el cultivo del maíz transgénico en México afirmando que “la posible pérdida de biodiversidad agrícola que se derivaría de ello es muy grave, puesto que la diversidad es fundamental para afrontar amenazas futuras y los fenómenos imprevisibles causados por el cambio climático. Por otro lado, la ampliación de los cultivos de maíz transgénico a escala comercial y la posibilidad de que tenga como consecuencia la desaparición gradual de las variedades locales podría aumentar la dependencia de los agricultores de una tecnología que transfiera recursos a las empresas de semillas que poseen las patentes de estas variedades, aumentando de ese modo el riesgo de endeudamiento de los pequeños productores” (OACNUDH, 2012:40-41). Aunada a su preocupación por la pérdida de biodiversidad y la vulnerable condición en la que coloca a las y los agricultores, el Relator señala la responsabilidad del gobierno 102 mexicano en la permisibilidad y fomento de políticas públicas que apuestan por los transgénicos como una solución: “En toda estrategia nacional sobre el ejercicio del derecho a la alimentación se deberían tener en cuenta las consecuencias a largo plazo de las respuestas a necesidades a corto plazo (…) La introducción del maíz transgénico a México tal vez no sea lo mejor para el país y, de hecho, desvía la atención de los encargados de formular las políticas de problemas más importantes, como la erosión del suelo o la resilencia al cambio climático.” (OACNUDH, 2012:39,41). En el cuadro 27 especificamos las preguntas para los indicadores de los tres componentes de la subdimensión inocuidad de los alimentos: Cuadro 27. Indicadores de la subdimensión inocuidad de los alimentos Componente Uso de semillas libres de transgénicos y otras modificaciones genéticas Uso de alimentos libres de transgénicos para todo tipo de animales de consumo humano Dimensión: Disponibilidad Subdimensión: Inocuidad de los alimentos Indicador Pregunta Tipo de semillas utilizadas para la Tipo de semillas que utiliza: nativa, criolla, producción agrícola híbrida o transgénica de autoconsumo Tipo de alimento utilizado para la producción pecuaria y de aves de autoconsumo Uso de fertilizantes Control de plagas Prácticas agroecológicas y sostenibles de siembra Fuentes limpia de agua Tipo de alimento que utiliza: alimento concentrado, alimento preparado en casa, ambos tipos. Tipo de fertilizantes que utiliza: abonos orgánicos, abonos químicos, Tipos de control de plagas: orgánico y químico Acceso de agua en la vivienda Vivienda tiene drenaje o desagüe conectado a: red pública, fosa séptica, una tubería que va a dar a una barranca o grieta, una tubería que va a dar a un río, lago o mar.49 Fuente de agua de la vivienda Hábitos de limpieza e higiene en la preparación de alimentos Fuente disponible No hay información disponible No hay información disponible No hay información disponible No hay información disponible Encuesta Nacional Ingreso Gasto por Hogar 2012 No hay información disponible Limpieza de alimentos Fuente de agua para limpiar alimentos No hay información disponible 49 Las preguntas se retoman en nuestro instrumento propuesto en el Anexo. En el cuadro 27 se han redactado tal como se encuentran en las fuentes disponibles. 103 4.1.5. Disponibilidad de los Alimentos. Subdimensión: Adecuación cultural En la subdimensión de adecuación cultural identificamos cinco componentes según la definición de ejercicio del derecho a la alimentación de la OACNUDHU. En el componente “Hábitos de obtención de alimentos” el indicador refiere a la frecuencia en la obtención de alimentos en relación a los lugares de abasto. En el componente “Hábitos de preparación de alimentos” el indicador identifica los tipos de alimentos que se preparan para el consumo familiar. En el componente “Hábitos de consumo de alimentos” el indicador diferencia el por grupos de edad y sexo la preferencia en el consumo de alimentos en los siguientes rangos: bebes y niños de hasta 9 años, mayores de 10 años y hasta 18 años, mujeres adultas, hombres adultos, mujeres embarazadas y adultos mayores. En el componente “Uso y ubicación simbólica del lugar de preparación de alimentos” el indicador es características del lugar de preparación de alimentos y la información relevante puede obtenerse de la ENIGH 2012. Finalmente en el componente “Preocupación de los consumidores sobre la naturaleza de los alimentos” se dividió en dos indicadores: percepción sobre la calidad de los alimentos y percepción sobre la cantidad de los alimentos. En el cuadro 28 especificamos las preguntas para los indicadores de los cinco componentes de la subdimensión adecuación cultural: Cuadro 28. Indicadores de la subdimensión adecuación cultural Componente Hábitos de obtención de alimentos Hábitos preparación alimentos Hábitos consumo alimentos de de de de Dimensión: Disponibilidad Subdimensión: Adecuación cultural Indicador Pregunta Frecuencia en la Frecuencia semanal en el abasto familiar de obtención de alimentos en alimentos en establecimientos relación a los lugares de mercados/establecimientos locales, abasto mercados/establecimientos municipales, mercados/ establecimientos regionales Tipos de alimentos que se Tipos de alimentos que se preparan, todos los preparan para el consumo días, para el consumo familiar: sopa, caldo, familiar ensalada, plato fuerte, postres. Diferenciación de sexo y Alimentos principales que consumen los bebes edad para la preferencia y niños hasta los 9 años: Alimentos de origen en el consumo de animal. Frutas y verduras. Cereales, alimentos leguminosas, granos y pastas. Azúcares. Grasas. Bedidas no alcohólicas Alimentos principales que consumen los mayores de 9 años hasta los 18 años: Alimentos de origen animal. Frutas y verduras. Cereales, leguminosas, granos y pastas. Azúcares. Grasas. Bedidas no alcohólicas. Alimentos principales que consumen las mujeres adultas: Alimentos de origen animal. 104 Fuente disponible No hay información disponible No hay información disponible Frutas y verduras. Cereales, leguminosas, granos y pastas. Azúcares. Grasas. Bedidas no alcohólicas. Alimentos principales que consumen los hombres adultos: Alimentos de origen animal. Frutas y verduras. Cereales, leguminosas, granos y pastas. Azúcares. Grasas. Bedidas no alcohólicas. Uso y ubicación simbólica del lugar de preparación de alimentos Características del lugar de preparación de alimentos Preocupación de los consumidores sobre la naturaleza de los alimentos Percepción sobre la calidad de los alimentos consumidos Percepción sobre la cantidad de los alimentos consumidos Alimentos principales que consumen las mujeres embarazadas: Alimentos de origen animal. Frutas y verduras. Cereales, leguminosas, granos y pastas. Azúcares. Grasas. Bedidas no alcohólicas. Alimentos principales que consumen los adultos mayores: Alimentos de origen animal. Frutas y verduras. Cereales, leguminosas, granos y pastas. Azúcares. Grasas. Bedidas no alcohólicas. La vivienda tiene un cuarto para cocinar En el cuarto donde cocinan, ¿también duermen? Combustible más usado para cocinar Estufa o fogón de leña o carbón con la que cocinan tiene chimenea50 Encuesta Nacional Ingreso Gasto por Hogar 2012 Percepción sobre la calidad de los alimentos que se consumen a nivel familiar No hay información disponible Percepción sobre la cantidad y suficiencia de los alimentos que se consumen a nivel familiar. No hay información disponible 4.2. Resultados del pilotaje de la propuesta de medición de indicadores de ejercicio del derecho a la alimentación adecuada en la Ciudad Rural Santiago El Pinar En 2011, el gobierno del Estado de Chiapas presentó un documento donde describía la situación de los ODM en los municipios de Chiapas. Es decir, había evidencia de que el Estado cumplía “con lo que decía que cumplía”. Centrémonos en el tema de la alimentación en Santiago El Pinar y comparemos los resultados de los ODM 2010 y 2011, recordando que en 2011 la CRS ya se había inaugurado. La alimentación se relaciona con el 1° ODM: Erradicar la pobreza y el hambre. En la siguiente tabla esquematizamos los indicadores para el 1° ODM y los resultados comparativos de Santiago El Pinar para 2010 y 2011: 50 Las preguntas se retoman en nuestro instrumento propuesto en el Anexo. En el cuadro 28 se han redactado tal como se encuentran en las fuentes disponibles. 105 Cuadro 29. Tabla comparativa del ODM 1 en Santiago El Pinar (2010 y 2011) Objetivo 1: Erradicar la pobreza extrema y el hambre Santiago El Pinar Santiago El Pinar Meta Indicador 2010 2011 Porcentaje de la población en pobreza Reducir a la mitad entre 1990 y 69.20% 69% extrema 2015, el porcentaje de personas cuyos ingresos sean inferiores a 1 Porcentaje de población en situación de 83.20% 83% dólar por día pobreza alimentaria Valor agregado censal bruto por persona 26.76 empleada Relación empleo población 33.95 34 Relación empleo población femenina 3.33 3.5 Lograr empleo pleno y Relación empleo población masculina 66.29 66% productivo y trabajo decente para Porcentaje de población ocupada que gana todos, incluyendo mujeres y 78.37% 78% hasta 1 salario mínimo jóvenes Proporción de la población ocupada total que trabaja por cuenta propia o en un trabajo familiar 86.81% 86% Reducir a la mitad, entre 1990 y Proporción de casos con algún grado de 2015, el porcentaje de personas desnutrición en población diagnosticada 3.75 13 que padecen hambre con algún padecimiento Fuente para indicadores 2010: Comité Estatal de Información Estadística y Geografía. Línea Basal para el Seguimiento y Evaluación de las Metas de los Objetivos del Milenio para los Municipios de Chiapas (2010). Archivos en Excel. Fuente para indicadores 2011: Comité Estatal de Información Estadística y Geografía. Situación de los ODM en los municipios de Chiapas (2011). La tabla comparativa evidencia que los cambios en Santiago El Pinar no fueron significativos. Si bien, los datos son a nivel municipal y no sólo de la CRS, ¿una inversión estatal de, por lo menos, 340 millones de pesos no debería reflejar cambios sustantivos en los indicadores de manera inmediata? Al menos, en este caso, el argumento de la falta de recursos económicos estatales y la poca dirección del programa público no podrían resultar válidos. Visitamos la CRS Santiago El Pinar en dos ocasiones. La primera fue en el marco de la presentación del Informe sobre Alimentación, elaborado por el relator Oliver De Schutter, en San Cristóbal de las Casas, Chiapas el 14 de junio del 2012. Presentación convocada por la Oficina del Alto Comisionado de Derechos Humanos de la ONU, Iniciativas para la Identidad y la Inclusión (INICIA AC) y Foro para el Desarrollo Sustentable. 106 Foto 5. Presentación del Informe de Misión a México Relator Especial de la ONU el derecho a la alimentación en San Cristóbal de las Casas, Chiapas. CIED. Junio 2012 Un día antes de la presentación del informe, acudimos una misión civil de observación a la Ciudad Rural de Santiago El Pinar, integrantes de INICIA AC., del Observatorio Ciudadano de Salud y de la Oficina del Alto Comisionado de Derechos Humanos. La Ciudad Rural se encuentra dentro del poblado de Santiago El Pinar, ubicado a una hora y media de San Cristóbal de las Casas por el camino a San Andrés Larraizar. Al momento de la visita, la CRS tenía más de un año de inaugurada (30 de marzo del 2011). Recordemos que el principal objetivo que fundamenta la construcción de las Ciudades Rurales es la de concentrar a las personas para facilitar, y abaratar, el acceso a servicios públicos básicos. Principalmente, el acceso a luz y agua. Sin embargo, al momento de la visita sólo cinco familias habitaban la Ciudad Rural: a pesar de la enorme inversión pública y privada, no se les había conectado a la red de luz pública y no contaban con agua. Ni siquiera se tenían las conexiones de tubería para tener acceso al líquido, mientras que los medidores no habían sido colocados. Incluso, las instalaciones del mercado no contaban con luz eléctrica y agua. La segunda visita se realizó en septiembre de 2012. Las condiciones eran similares. Las viviendas continuaban sin luz y agua. En esta ocasión, nos presentamos ante el Juez de Paz para solicitar permiso de tomar algunas fotos y hacer entrevistas en la Ciudad Rural. Además de solicitarnos dinero para poder hacer las entrevistas, nos informaron que la Presidencia Municipal tenía más de tres meses sin abrir sus puertas y sin que las 107 autoridades municipales asistieran a trabajar. En la visita de septiembre del 2012, identificamos que todas las casas de la CRS tenían una calcomanía que indicaba que habían sido encuestadas para la “Encuesta para medir el IDH en el Estado de Chiapas (E/IDHM) 2011”. Los resultados de esas encuestas los presentamos en el cuadro 29, donde se evidencia los avances nulos entre 2010 y 2011. Es importante enfatizar que todas las casas contaban con la calcomanía de la encuesta, sin importar si estas casas estaban deshabitadas. Foto 6. Calcomanía de la Encuesta para medir el IDH por municipio en el Estado de Chiapas colocada en las casas de la CRS Santiago El Pinar. CIED. Septiembre 2012 En ambas visitas identificamos que, en algunas casas, los propietarios construyeron habitaciones con otros materiales. Nos indicaron que las familias que habitan la Ciudad Rural, son hijos de campesinos que ya no tienen acceso a la tierra y que ya no pueden vivir con su familia extensa porque no hay espacio en las viviendas de sus comunidades. Foto 7. Vivienda de la CRS Santiago El Pinar CIED. Septiembre 2012 Foto 8. Vivienda de la CRS Santiago El Pinar CIED. Septiembre 2012 108 A pesar de los indicadores de cumplimiento del Estado, de la intervención de agencias internacionales y de una gran inversión pública era evidente que en la CRS Santiago El Pinar el ejercicio de derechos era nulo: no había agua, ni luz, las casas se encontraban deshabitadas, los locales comerciales abandonados y lo único que funcionaba era la Clínica, la ensambladora de triciclos y una tienda en la que sólo se vendía café y refrescos. La CRS Santiago El Pinar era una ciudad fantasma. Foto 9. Calle de la CRS Santiago El Pinar. CIED. Septiembre 2012 En agosto del 2012, Isaín Mandujano publicaba en el semanario Proceso, el siguiente relato que coincide con nuestras observaciones: “Ninguna de las casas tiene ahora agua potable ni luz eléctrica. Sólo fueron ocupadas y tuvieron servicios unos meses, luego de que Felipe Calderón y el gobernador Juan Sabines la inauguraran el 29 de marzo de 2011. El martes 14 (de agosto) este corresponsal recorrió las calles de Santiago El Pinar”. En el centro de salud no había médicos ni enfermeras; en la oficina de registro civil, sólo un empleado. En las granjas avícolas las gallinas estaban solas, nadie las cuidaba. Solamente se vio a Miguel Pérez y a su esposa, tzotziles, salir de una vivienda y caminar unos 500 metros montaña arriba con tres pequeñas cubetas para traer agua de un manantial. Con ayuda de un traductor don Miguel, que no habla español, cuenta a este semanario que todos se fueron porque acá no hay agua, no hay luz y tampoco espacio para hacer “fogón afuera de la casa”, además de que el terreno está muy inclinado y es peligroso para los bebés que gatean o los niños que juegan en las 109 calles. Dentro de la casa –hecha de madera- no pueden encender una fogata. Muchas familias son numerosas y no caben en las viviendas. Vivir acá sólo les genera más necesidades y gastos y no tienen dinero para ello. Además en las rancherías, parajes y comunidades en las que suelen habitar siempre hay cerca un arroyo o un manantial. Aquí no. Casi todos se fueron. Las casas ocupadas no pasan de una veintena” (Mandujano, 2012:34). Recapitulemos. El gobierno de Chiapas eleva a rango constitucional los Objetivos de Desarrollo del Milenio y se vincula con el Programa de Naciones Unidas para el Desarrollo para implementar acciones que eleven los indicadores de los ODM. De manera paralela, hace una inversión estatal histórica en una estrategia integral para combatir la pobreza, específicamente en los municipios con mayor rezago social y menor IDH. A partir de la premisa que señala la dispersión poblacional como causa de la pobreza, diseña y ejecuta el proyecto Ciudades Rurales Sustentables con el apoyo del gobierno federal, agencias de la ONU e inversión privada de actores como Azcárraga, Salinas Pliego y Slim. Basándose en el censo de Población y Vivienda 2010, clarifica los indicadores de la línea basal51 que le servirá como contraste para medir los avances e invierte, por lo menos, 340 millones de pesos en la CRS Santiago El Pinar. La política pública está sustentada en un enfoque mínimo de derechos, atendiendo a parámetros internacionales de desarrollo humano y destina un fuerte gasto social para ello. Sin embargo, contrario a lo que públicamente se señalaba la CRS Santiago El Pinar era una política pública fracasada. Diversas voces de la academia y la sociedad civil organizada enfatizaban que el proyecto de CRS incurría en múltiples violaciones de derechos humanos. En octubre del 2011, estudiantes de la Universidad de Cornell (Itaca, Estados Unidos) visitaron la CRS “Santiago El Pinar” y elaboraron el informe “A rights-based analysis of the sustainable rural cities program: the case of Santiago El Pinar” (Arnold et al. 2011) donde abordaron 1) la descripción del programa de las CRS y los DESC vinculados, 2) la gobernaza y servicios sociales especificando la participación y transparencia, la relocalización y los derechos culturales y el derecho a la salud y educación, 3) el derecho a la vivienda y las 51 En diciembre del 2010, la Secretaría de Hacienda del Estado de Chiapas presentó el documento “Línea Basal de los Objetivos de Desarrollo del Milenio para Chiapas” elaborado por el Comité Estatal de Información Estadística y Geográfica. 110 condiciones de la vivienda, y 4) el derecho al empleo y a un nivel adecuado de vida, la viabilidad económica de los proyectos productivos y las cooperativas, así como la transición al mercado urbano y las implicaciones en la seguridad alimentaria. Entre las voces críticas al proyecto, destaca el informe de la Red por la Paz en Chiapas52 y en colectivo CAIK “De la tierra al asfalto. Informe de la misión civil de observación de la Red por la Paz y CAIK al programa de Ciudades Rurales Sustentables” presentado en San Cristóbal de las Casas, Chiapas en mayo del 2012, donde denuncian violaciones al derecho a la libre determinación de los pueblos indígenas, el derecho a la consulta y la información, el derecho a la participación, el derecho al trabajo, el derecho a una vivienda digna, el derecho a la salud y el derecho a la educación (Red por la paz, 2012). De manera paralela al informe de la misión civil de la Red por la Paz y CAIK, Miguel Pickard presentó en mayo del 2012 “El ABC de las Ciudades Rurales “Sustentables” Preguntas y Respuestas sobre un programa gubernamental de destrucción y despojo” que presenta en textos breves el programa de las CRS, los antecedentes, explica el binomio dispersión-pobreza, la oposición popular a las CRS, la ubicación estratégica de las CRS y la relación de la ONU con el proyecto. El documento tiene por objetivo ser un material de información sobre el proyecto y sus consecuencias, específicamente para la población en dónde se preveía construir las CRS. Por otro lado, hay cuando menos dos documentales que dan cuenta de las problemáticas de las CRS y reflejan la ausencia de pobladores en Santiago El Pinar: “Elefante Blanco” (2012) de Katerine Martineau y Chloë Blaszkewycz y “Hasta ahí te mueves” (2012) del Colectivo de Análisis e Información Kolectiva (CAIK). Finalmente, no deja de ser relevante que, en su visita a las CRS, el relator especial de la ONU sobre el derecho a la alimentación Olivier De Schutter, pidió en su informe “una evaluación exhaustiva de las experiencias de Nuevo Juan de Grijalva y Santiago El Pinar antes de que se establezcan más ciudades de ese tipo” (OACNUDH, 2012: 36). 52 La Red por la Paz Chiapas está conformada por el Centro de Derechos de la Mujer de Chiapas, el Centro de Derechos Indígenas, el Centro de Derechos Humanos Fray Bartolomé de las Casas, el Comité de Derechos Humanos Fray Pedro Lorenzo de la Nada, la Comisión de Apoyo a la Unidad y Reconciliación Comunitaria, Desarrollo Económico y Social de los Mexicanos Indígenas, Educación para la Paz, Enlace Comunicación y Capacitación, Servicios y Asesoría para la Paz y el Servicio Internacional para la Paz. 111 Al plantear el proyecto de investigación, la expectativa era poder aplicar las encuestas sobre nuestra propuesta de indicadores de ejercicio del derecho a la alimentación adecuada en la CRS Santiago El Pinar, trabajar los resultados en una base de datos y presentar las estadísticas relevantes para los indicadores de los componentes de cada subdimensión de nuestra propuesta (cuadros 24-28). Sin embargo, la expectativa inicial se acotó ante la realidad de encontrarse con una CRS deshabitada. Decidimos continuar con el tema de investigación ya que permitía evidenciar, con un ejemplo práctico, la necesidad urgente de distinguir entre los indicadores de cumplimiento del Estado y los indicadores de ejercicio de derechos desde la perspectiva del sujeto, no sólo por una cuestión metodológica, sino política: ¿ante un gobierno que afirma cumplir con sus obligaciones y que es respaldado por agencias internacionales, no convendría cuestionarse si lo que están afirmando es cierto e impacta en beneficios para la población? Por supuesto, esto no significa que las políticas públicas que tengan las características de las CRS, mismas que ya describimos ampliamente en este capítulo, sean un fracaso, sostener ese argumento sería un absurdo. Por otro lado, desarrollar la propuesta de indicadores del ejercicio al derecho a la alimentación adecuada no resulta estéril y la concreción de la propuesta que ejemplifica nuestra metodología sobre cómo construir indicadores de ejercicio de derechos humanos, ya es un aporte podría replicarse en otros contextos. La expectativa de aplicarlo en otro contexto es, sin duda, un ejercicio que habremos de construir en futuras investigaciones. Si bien, no podemos presentar resultados estadísticos de nuestra propuesta si podemos abordar algunos indicadores desde fuentes primarias y secundarias para el caso de la CRS Santiago El Pinar. Es importante mencionar que, a excepción del informe de la Universidad de Cornell y, obviamente, del Informe del Relator, las otras fuentes secundarias aquí citadas no abordaron explícitamente el derecho a la alimentación; sin embargo, sus análisis ofrecen información relevante sobre la dimensión de accesibilidad a los alimentos. En la subdimensión de accesibilidad económica, en el componente de “ingresos económicos suficientes para la adquisición de alimentos necesarios”, el CONEVAL indica que el Ingreso corriente total per cápita mensual del municipio de Santiago El Pinar era de $469.00 en 2010. En tanto que para diciembre del 2010, el valor mensual per cápita de la canasta básica rural fue de $712.72 según datos del CONEVAL. Por lo tanto, el 112 CONEVAL considera que el 83.2% de los habitantes de Santiago El Pinar tienen ingresos inferiores a la línea de bienestar mínimo. El 35.9% de las y los habitantes tienen carencia por acceso a la alimentación. En relación al tipo de empleo, si bien no es posible generalizar sobre las fuentes de empleo de las y los habitantes de la ciudad rural, el relator especial sobre el derecho a la alimentación expresó su preocupación por la viabilidad de los empleos creados en el marco de los proyectos productivos impulsados en las Ciudades Rurales ante la falta de capacitación para la comercialización de los productos: “En la actualidad al menos las cooperativas que encontró funcionando en las localidades que visitó son apenas viables, debido a la falta de capacitación adecuada sobre comercialización y de apoyo adecuado para la negociación de contratos con posibles clientes. Aunque las autoridades hicieron inversiones importantes, con el apoyo de la comunidad internacional, en favor de la producción, ello no ha ido acompañado del fomento de la capacidad adecuado para mejorar el acceso a los mercados en pie de igualdad” (OACNUDH, 2012: 36). Al respecto, el informe de la Universidad de Cornell indica que los proyectos productivos implementados en Santiago El Pinar son inferiores a la necesidad real de empleos. La ensambladora de triciclos provee el mejor y más estable trabajo para los residentes ya que el salario mensual es de $3,000 aproximadamente. Sin embargo, basados en su investigación de campo, las y los estudiantes afirman que el único comprador de los triciclos es el gobierno estatal “se puede decir que los salarios de los empleados son pagados por fondos del gobierno” (Arnold et al. 2011:36-38). Concluyen que “la CRS no logra proveer la cantidad, cualidad y sustentabilidad de oportunidades generados de ingreso para cumplir con el derecho económico de los residentes a un nivel de vida adecuado” (Arnold et al. 2011:7). En su investigación Antoine Libert, identifica que a pesar del impulso a las microempresas, la falta de empleo genera una falta de demanda colocando las condiciones fundamentales para la inviabilidad económica de los proyectos: “La falta de empleos genera una falta de demanda a nivel local, haciendo que las microempresas diseñadas para atender el mercado local se encuentren estancadas” (Libert, 2012:78). 113 En la subdimensión de accesibilidad física, se evidencia que la reubicación de las personas en las Ciudades Rurales les alejan de sus parcelas a distancias que, en ocasiones, se vuelven imposibles de recorrer diariamente lo que los vuelve más vulnerables a la compra de alimentos: “Aunque la práctica de la agricultura de subsistencia puede constituir una red básica de seguridad para las familias rurales más pobres, cuyo acceso a los alimentos, de lo contrario, depende completamente de los precios de mercado, y puede contribuid a la diversidad de la dieta, es posible que algunos habitantes no puedan seguir cultivando sus tierras, debido a la distancia geográfica que los separa de sus nuevas viviendas (…)” (OACNUDH, 2012: 36) En relación a los centros de abastos municipales, del municipio contiguo y regionales, la información obtenida en el Directorio Nacional Estadístico de Unidades Económicas indica en Santiago El Pinar identificamos 14 unidades económicas vinculadas a centros de abasto preparación e industrialización de alimentos; en tanto que en San Andrés Larrainzar, municipio contiguo 131 unidades económicas con tales características. Finalmente, el centro regional de distribución, San Cristóbal de las Casas, cuenta con 5,200 unidades económicas relacionadas con la alimentación. Cuadro 30. Unidades económicas municipales y regionales Unidades económicas a nivel municipal: Santiago El Pinar, Chiapas Existen 0 unidades económicas clasificadas como: Comercio al por mayor de abarrotes, alimentos, bebidas, hielo y tabaco Existen 9 unidades económicas clasificadas como: Comercio al por menor de abarrotes, alimentos, bebidas, hielo y tabaco Existen 0 unidades económicas clasificadas como: Agricultura, cría y explotación de animales, aprovechamiento forestal, pesca y caza. Existen 2 unidades económicas clasificadas como: Industrias manufactureras. (alimentaria, bebidas y tabaco) Existe 1 unidad económica clasificada como: Servicios de preparación de alimentos y bebidas. Restaurantes con servicio completo. Restaurantes de autoservicio, comida para llevar y otros restaurantes con servicio limitado. Servicios de preparación de alimentos por encargo. Unidades económicas en el municipio más cercano: San Andrés Larráinzar, Chiapas Existen 2 unidades económicas clasificadas como: Comercio al por mayor de abarrotes, alimentos, bebidas, hielo y tabaco Existen 91 unidades económicas clasificadas como: Comercio al por menor de abarrotes, alimentos, bebidas, hielo y tabaco. Tiendas de autoservicio y departamentales Existen 0 unidades económicas clasificadas como: Agricultura, cría y explotación de animales, 114 aprovechamiento forestal, pesca y caza. Existen 15 unidades económicas clasificadas como: Industrias manufactureras. (alimentaria, bebidas y tabaco) Existe 23 unidades económicas clasificadas como: Servicios de preparación de alimentos y bebidas. Restaurantes con servicio completo. Restaurantes de autoservicio, comida para llevar y otros restaurantes con servicio limitado. Servicios de preparación de alimentos por encargo. Unidades económicas en la región: San Cristóbal de las Casas, Chiapas. Existen 40 unidades económicas clasificadas como: Comercio al por mayor de abarrotes, alimentos, bebidas, hielo y tabaco Existen 3,738 unidades económicas clasificadas como: Comercio al por menor de abarrotes, alimentos, bebidas, hielo y tabaco. Tiendas de autoservicio y departamentales Existen 1 unidades económicas clasificadas como: Agricultura, cría y explotación de animales, aprovechamiento forestal, pesca y caza. Existen 333 unidades económicas clasificadas como: Industrias manufactureras. (alimentaria, bebidas y tabaco) Existen 1,088 unidades económicas clasificadas como: Servicios de preparación de alimentos y bebidas. Restaurantes con servicio completo. Restaurantes de autoservicio, comida para llevar y otros restaurantes con servicio limitado. Servicios de preparación de alimentos por encargo. Fuente: Directorio Estadístico Nacional de Unidades Económicas. Actualizado en marzo del 2011. http://www3.inegi.org.mx/sistemas/mapa/denue/default.aspx En la CRS Santiago El Pinar se construyeron los siguientes locales vinculados a la alimentación: cocina económica, agroveterinaria, frutería, carnicería, cocina económica, Super Chiapas y tienda. En nuestras dos visitas, a excepción de la tiendas, todos los demás locales se encontraban cerrados. De acuerdo con el informe de la Universidad de Cornell, el centro de abasto más recurrido por los habitantes de Santiago El Pinar es San Andrés Larráinzar donde consiguen productos, como vegetales y pollo, que no pueden conseguir localmente. A pesar de que en lugares dentro de Santiago El Pinar se pueden obtener productos sanos y saludables, no se planificó una red de mercado que fortaleciera la producción y comercialización local, sino que las tiendas en la CRS ofrecen sólo comida poco saludable como refrescos, galletas y papás fritas (Arnold et al. 2011:44). Finalmente, en relación con la dimensión de adecuación cultural en el componente de uso y adecuación simbólica del lugar de preparación de alimentos, es relevante señalar que el diseño de las casas no consideró que el uso del fogón continúa siendo la manera generalizada de cocinar y la cocina representa un espacio separado de la vivienda. El diseño de las casas no respetó tal distribución arquitectónica, volviendo sumamente peligroso el uso del fogón al interior de las casas ya que están construidas con triplay. 115 CONCLUSIONES Entre las teorías, los conceptos de derechos humanos y su medición, hay un paso metodológico necesario que implica operacionalizar los conceptos, es decir, conectar los conceptos observables con los indicadores; por lo tanto, la complejidad de la construcción de metodologías de medición de características de derechos humanos comienza desde la representación literaria del concepto, con ello queremos enfatizar que la construcción de metodologías de medición de derechos humanos no se limita a la creación de indicadores. Identificar los conceptos observables nos vincula a un ejercicio analítico que deja en claro que la medición no es sobre los derechos humanos en sí, sino sobre características que dan cuenta de ellos. En otras palabras, el derecho tiene múltiples características, pero la suma de ellas no hace al derecho. En nuestra búsqueda por encontrar las diferencias entre los indicadores de cumplimiento y los indicadores de ejercicio de derechos humanos, analizamos el estado de la cuestión de la formulación de indicadores arribando a la que se ha convertido, en la propuesta hegemónica y que los divide en indicadores estructurales, de proceso y de resultado. Dentro del desarrollo de esta propuesta, identificamos un consenso explícito que parte de dos premisas: 1) La objetivación de los derechos humanos se construye a partir del Derecho Internacional de los Derechos Humanos. 2) La definición de contenidos para cada derecho humano se vincula, directamente con las obligaciones Estatales. En este marco, hay una aceptación implícita que permea la formulación: el Estado cumple con las obligaciones internacionales sobre un derecho particular y las personas gozan tal derecho. Tal aceptación, ha sido poco cuestionada. La propuesta metodológica que presentamos, no es diametralmente distinta a los supuestos anteriores. Por el contrario, sólo difiere en colocar en el centro de la discusión al sujeto tras afirmar que el cumplimiento de las obligaciones estatales en materia de derechos humanos no necesariamente impacta su ejercicio. Así, enfatizamos que para la construcción de indicadores de derechos humanos, la dimensión del cumplimiento y del ejercicio son 116 complementarias, más no sinónimas, y requieren de indicadores específicos ya que parten de unidades analíticas distintas: Estado (cumplimiento), sujeto de derechos (ejercicio). La discusión sobre los indicadores de ejercicio de derechos humanos es, por demás, incipiente. Por ello, decidimos hacer un modesto aporte, proponiendo una metodología que se concreta en un derecho humano específico con un referente espacio-temporal particular. Así, nuestro objetivo se delimitó a proponer una metodología del ejercicio del derecho a la alimentación adecuada, tomando como referencia empírica el caso de la CRS “Santiago El Pinar” en Chiapas. Nuestra propuesta metodológica parte de tres premisas: 1) La conceptualización de los derechos humanos se encuentra definida, en primera instancia, por el Derecho Internacional de los Derechos Humanos, 2) La unidad de análisis de los indicadores del ejercicio al derecho a la alimentación son los sujetos de derechos (individuales o colectivos), no el Estado, y 3) El ejercicio de derechos humanos se realiza en un contexto específico y, antes de tomar el DIDH como incuestionable, consideramos que los contenidos deben entenderse desde los contextos y necesidades locales. A partir de la definición del DIDH sobre ejercicio del derecho a la alimentación adecuada, identificamos que el ejercicio de este derecho tenía dos dimensiones: accesibilidad y disponibilidad. La dimensión de accesibilidad se subdividía en dos componentes: accesibilidad económica y accesibilidad física. Por otro lado, la dimensión de disponibilidad se subdividía en tres componentes: necesidades alimentarias, inocuidad de los alimentos y adecuación cultural. La definición de cada componente se extrajo de la Observación General 12 del Comité de Derechos Económicos, Sociales y Culturales, lo que permitió seleccionar los indicadores que consideramos denotan el ejercicio del derecho a la alimentación adecuada. La revisión de cuestionarios que ya se han realizado en México sobre alimentación evidenció que la medición se ha centrado en el acceso a la alimentación, invisibilizando la dimensión de la disponibilidad y sus respectivos componentes. El ejercicio de derechos humanos se realiza en un contexto específico y nuestra propuesta de medición requería de un caso paradigmático que evidenciara, además, la necesidad urgente e inaplazable de distinguir entre los indicadores de cumplimiento del Estado y los indicadores de ejercicio de derechos de los sujetos. 117 La Ciudad Rural Sustentable “Santiago El Pinar” en Chiapas nos brindaba ambas características. A pesar del diseño de política pública orientada a elevar los indicadores de desarrollo humano y reducir la pobreza multidimensional con un presupuesto considerable y apoyos nacionales e internacionales, nos encontramos ante una ciudad fantasma, o como coloquialmente se le llama, “un enorme elefante blanco”. No fue el objetivo de esta tesis, analizar la fallida política pública; sin embargo, consideramos que la información descrita sobre la CRS Santiago El Pinar ejemplifica, eficazmente, que los indicadores de cumplimiento del Estado no necesariamente se reflejan en los indicadores de ejercicio. La propuesta metodológica que construimos no sólo señaló los indicadores relevantes a medir en el tema del derecho a la alimentación adecuada en el contexto elegido, incluso la concretamos en preguntas que dan forma al cuestionario que se anexa en este documento. Nuestra tesis no buscó agotar el tema sobre indicadores de ejercicio de derechos humanos o construir bases teóricas que permitan, a otros, profundizar en ellos. Los objetivos fueron modestos desde el principio y se cumplen al concluir con una propuesta acotada a un contexto específico. Así, más que concluir el debate, esperamos contribuir a abrir la discusión sobre el campo, hasta ahora invisibilizado en la medición, del ejercicio de derechos humanos. 118 BIBLIOGRAFÍA 1) Abramovich, Víctor y Christian Courtis. (2006). El umbral de la ciudadanía. El significado de los derechos sociales en el Estado social constitucional, Argentina, Estudios del Puerto, 216 p. 2) Abramovich, Víctor y Christian Courtis. (2001). “Hacia la exigibilidad de los derechos económicos, sociales y culturales. Estándares internacionales y criterios de aplicación ante los tribunales locales”, en Carbonell, Miguel (et.al), Derechos sociales y derechos de las minorías, 2ª.ed, México, Porrúa-UNAM. 3) Adcock Robert y David Collier. (2001). “Measurement Validity: A shared standard for qualitative and quantitative research” The American Political Science Review, Vol. 95, No. 3. (Sep. 2001), pp. 529-546. 4) Anaya Muñoz, Alejandro. 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En caso de aplicarse se recomienda incluir la ficha de “características sociodemográficas para todos los integrantes del hogar” desarrollada en los cuestionarios de CONEVAL. 128 CUESTIONARIO ACCESIBILIDAD I.- Accesibilidad económica 1.- ¿Cuántas personas viven en esta vivienda que comparten el mismo gasto para la comida, contando a los bebés y a los ancianos? |_|_| 2.- ¿A cuánto asciende el ingreso mensual familiar? |_|_|_|_|_|_| 3.- Durante la semana pasada, ¿cuánto se gastó aproximadamente en el hogar en los siguientes alimentos? Alimento Gasto semanal Frutas Verduras Tortillas Maíz Pan de cualquier tipo Granos Aceite Azúcar Pollo/carne de res Pescado Leche y quesos Huevos Botanas Carnitas, pizza, tacos y/o hamburguesas Agua embotellada Refresco 4.- En los últimos tres meses, por falta de dinero o recursos ¿alguna vez usted se preocupó de que la comida se acabara? 1 Sí 2 No 9.- En los últimos tres meses, ¿alguna vez usted o algún adulto en su hogar comió menos de lo que usted piensa debía comer? 1 Sí 2 No 5.- En los últimos tres meses, por falta de dinero o recursos ¿alguna vez se quedaron sin comida? 1 Sí 2 No (Si la/el infórmate mencionó al menos un SI en las preguntas 4 a la 9, continuar. En caso de que no, seguir a la pregunta 21 ) 6.- En los últimos tres meses, ¿alguna vez se quedaron sin dinero o recursos para tener una alimentación sana y variada? 1 Sí 2 No 7.- En los últimos tres meses, por falta de dinero o recursos ¿alguna vez usted o algún adulto en su hogar tuvo una alimentación basada en muy poca variedad de alimentos? 1 Sí 2 No 8.- En los últimos tres meses, por falta de dinero o recursos ¿alguna vez usted o algún adulto en su hogar dejó de desayunar, comer o cenar? 1 Sí 2 No 129 10.- En los últimos meses, por falta de dinero o recursos ¿alguna vez usted o algún adulto en su hogar sintió hambre pero no comió? 1 Sí 2 No 11.- En los últimos meses, por falta de dinero o recursos ¿alguna vez usted o algún adulto en su hogar sólo comió una vez al día o dejó de comer todo un día? 1 Sí 2 No 12.- En los últimos meses, por falta de dinero o recursos ¿alguna vez tuvieron que hacer algo que hubieran preferido no hacer para conseguir comida, tal como mendigar (pedir limosna) o mandar a los y las niñas a trabajar? 1 Sí 2 No (Si en el hogar hay personas menores de 18 años continuar en la pregunta 13. Si no hay menores de 18 años pasar a la pregunta 21) 13.- En los últimos tres meses, ¿alguna vez algún menor de 18 años en su hogar dejó de tener una alimentación sana y variada? 1 Sí 2 No 14.- En los últimos tres meses, ¿alguna vez algún menor de 18 años en su hogar comió menos de lo que debía? 1 2 Sí No 15.- En los últimos tres meses, por falta de dinero o recursos ¿alguna vez tuvieron que disminuir la cantidad servida en las comidas a algún menor de 18 años del hogar? 1 Sí 2 No 21.- Lista de personas Por favor, dígame el nombre de todas las personas que integran este hogar, incluya a las y los bebés y ancianos. Empiece con la jefa o jefe de familia 22.- Sexo 1 2 Hombre Mujer 16.- En los últimos tres meses, por falta de dinero o recursos ¿alguna vez algún menor de 18 años en su hogar sintió hambre pero no comió? 1 Sí 2 No 19.- En los últimos tres meses, por falta de dinero o recursos ¿alguna vez menor de 18 años en su hogar se acostó con hambre? 1 Sí 2 No 17.- En los últimos tres meses, por falta de dinero o recursos ¿alguna vez algún menor de 18 años en su hogar sintió hambre pero no comió? 1 Sí 2 No 20.- En los últimos tres meses, por falta de dinero o recursos ¿alguna vez algún menor de 18 años en su hogar comió una vez al día o dejó de comer todo un día? 1 Sí 2 No 18.- En los últimos tres meses, por falta de dinero o recursos ¿alguna vez menor de 18 años en su hogar se acostó con hambre? 1 Sí 2 No 23.- Condición de actividad 24.- Verificación de condición de actividad Ahora le voy a preguntar por la situación laboral. ¿La semana pasada (USTED/NOMBRE) trabajó por lo menos una hora? 1 Sí 2 No, tenía trabajo pero no trabajó 3 No, buscó trabajo 4 No, es pensionada(o) o jubilada(o) 5 No, es estudiante 6 No, se dedica a los quehaceres de su hogar 7 No, tiene alguna limitación física o mental que le impide trabajar 8 No, estaba en otra situación diferente a las anteriores Aunque ya me dijo que (USTED/NOMBRE) ¿la semana pasada…? 1 Ayudó en un negocio 2 Vendió algún producto 3 Hizo algún producto para vender 4 Ayudó en las labores del campo o en la cría de animales 5 Realizó otro tipo de actividades a cambio de un pago? Por ejemplo: lavó, planchó ajeno, cuidó niños, etc. 6 Estuvo de aprendiz o haciendo su servicio social 7 Cuidó de un enfermo sin pago alguno a cambio 8 Cuido de una persona con discapacidad sin pago alguno a cambio? 9 130 No ayudó ni trabajó 25.- Posición en el trabajo 26.- Otro Ingresos ¿En su trabajo la semana pasada (USTED/NOMBRE) fue: 1 Empleada(o) u obrera(a)? 2 Jornalera(o) o peón? 3 Ayudante? 4 Patrón(a) o empleador(a)? 5 Trabajador (a) por cuenta propia? 6 Trabajador familiar sin pago? ¿(USTED/NOMBRE) recibe dinero por: 28.- Programas de gobierno Cocinas o desayunadores comunitarios del DIF? 1 2 99 Sí No No sabe 29.- Programas de gobierno SÓLO PARA PERSONAS ENTRE >=6 Y <=20 AÑOS Desayunos para escolares (fríos o calientes) del DIF? 1 2 99 Sí No No sabe Lea todas las opciones y circule sólo un código para cada opción 1 Programas de gobierno como 1 Si 2 No Oportunidades, procampo, becas, ayuda a madres solteras, adultos mayores, etc.? 2 Jubilación o pensión? 1 Si 2 No 3 Ayuda de personas que viven en 1 Si 2 No otro país? 4 Ayuda de personas que viven 1 Si 2 No dentro del país? 5 Otras fuentes? 1 Si 2 No 6 Ninguna? 1 Si 2 No 30.- Programas de gobierno SOLO PARA NIÑOS (AMBOS SEXOS) ENTRE 1 Y 12 AÑOS Y MUJERES DE 12 A 49 AÑOS DE EDAD ¿Suplementos de hierro? 1 2 99 Sí No No sabe 131 31.- Programas de gobierno SOLO PARA NIÑOS (AMBOS SEXOS) ENTRE 1 Y 12 AÑOS Y MUJERES DE 12 A 49 AÑOS DE EDAD ¿Quien se los entrega? 1 2 3 4 5 Seguro Popular Arranque Parejo en la vida Centro de Salud Programa Estatal o Municipal Otro (especifique) 27.Programas de gobierno ¿Recibe despensa de alimentos del programa DIF? 1 Sí 2 No 3 99 Es un beneficiario No sabe 32.- Programas de gobierno SOLO PARA MUJERES DE 12 A 49 AÑOS ¿Suplementos de acido fólico? 1 2 99 Sí No No sabe 33.- Programas de gobierno 34.Programas gobierno de 35.Programas gobierno de 36.Programas gobierno de 37.- Programas de gobierno SOLO PARA NIÑOS <=10 AÑOS SOLO PARA MUJERES DE 12 A 49 AÑOS ¿Quién se los entrega? 1 Seguro Popular 2 Pueblos indígenas 3 Arranque Parejo en la vida 4 Centro de Salud 5 Programa Estatal o Municipal 6 DICONSA 7 Otro (especifique) SOLO PARA PERSONAS >=18 AÑOS SÓLO PARA PERSONAS ENTRE >=6 Y <=20 AÑOS ¿Apoyos monetarios del Programa de Apoyo Alimentario (PAL)? ¿Apoyo alimentario de Albergues y/o comedores escolares indígenas? 1 2 3 99 Sí No Es un beneficio familiar No sabe 38.- Programas de gobierno 39.- Programas de gobierno ¿Apoyo monetario o en especie destinados a la alimentación/nutrición de los adultos mayores? ¿Quién se los entrega? 1 2 99 Sí No No sabe 1 2 3 4 5 Programa 70 y más DIF Gobierno del Estado ONG’S Otro (especifique) 1 2 99 Sí No No sabe ¿Suplementos de vitamina A? 1 2 99 40.- Programas de ong’s y/o asistencia privada Sí No No sabe ¿Quién se los entrega? 1 Seguro Popular 2 Pueblos indígenas 3 Arranque Parejo en la vida 4 Centro de Salud 5 Programa Estatal o Municipal 6 Otro (especifique) 41.- Programas de ong’s y/o asistencia privada ¿Qué recibe? ¿Podría decirme si (NOMBRE DE LA PERSONA) ha recibido, en el último año, apoyo de ONG’s? 1 Sí 2 No 3 Es un beneficio familiar No sabe 99 132 SOLO PARA NIÑOS <=10 AÑOS 1 2 3 4 5 6 7 99 Leche Alimentos preparados Despensas Suplementos alimenticios para niños/as Pastillas o jarabes de vitaminas y minerales Apoyo económico para la producción de alimentos Otro (especifique) No sabe ACCESIBILIDAD I.- Accesibilidad física 1.- ¿Tiene parcela que utilice para autoconsumo? 1 Sí 2 No (Pase pregunta 3) 9.- ¿Cuál es la frecuencia con la que se abastece de alimentos para su familia en el mercado municipal o comercios de Santiago El Pinar? 1 2 3 4 5 2.- Señale lo que siembra para autoconsumo: 1 2 3 4 5 Maíz Frijol Café Hortalizas Otros. Especificar 3.- ¿Cría animales para autoconsumo? 1 Sí 2 No (Pase pregunta 5) 10.- ¿Cuál es la frecuencia con la que se abastece de alimentos para su familia en el mercado municipal o comercios de San Andrés Larráinzar? 1 2 3 4 5 4.- Señale los animales que cría para autoconsumo que: 1 2 3 4 5 6 Aves (pollos, gallinas) Cerdos Vacas/Toros Borregos Conejos Otros. Especificar 5.- ¿Maneja su traspatio? 1 Sí 2 No (Pase pregunta 7) 6.- Señale los productos de su traspatio: 1 2 3 4 5 6 Frutales Verduras Hortalizas Plantas medicinales Hierbas comestibles Otros. Especificar 7.- En esta vivienda, ¿se produce la mayor parte de tortillas que se consumen? 1 Sí 2 No 8.- En esta vivienda, ¿producen conservas/curtidos? 1 Sí 2 No Todos los días Tres veces por semana Una vez a la semana Algunas veces al mes Nunca 11.- ¿Cuál es la frecuencia con la que se abastece de alimentos para su familia en los mercados o comercios de San Cristóbal de las Casas? 1 2 3 4 5 Todos los días Tres veces por semana Una vez a la semana Algunas veces al mes Nunca Todos los días Tres veces por semana Una vez a la semana Algunas veces al mes Nunca DISPONIBILIDAD I.- Necesidades alimentarias 1.- ¿Cuántas veces a la semana, usted y su familia, consumen los siguientes alimentos? No 1 2 3 4 5 6 7 8 9 10 11 12 13 14 15 16 17 Producto Carnes (pollo, res, puerco) Productos lácteos (leche, queso, yogurt) Pescado Huevos Frutas Verduras Maíz Arroz Avena Frijol Lenteja Sopa de pasta Galletas dulces Pan blanco Pan dulce Azúcar/piloncillo Aceite 133 Frecuencia No 18 19 Productos Manteca Agua de sabores 20 21 22 23 24 25 26 Pozol Té Atole Refresco Sopas instantáneas Frituras y papas fritas Dulces Frecuencia CLAVES PARA DETERMINAR LA FRECUENCIA. (Uso para el encuestador/a) 1 Toda la semana. 2 Tres veces a la semana. 3 Dos veces a la semana. 4 Una vez a la semana. 5 Alguna vez. 6 Nunca. II.- Inocuidad de los alimentos 1.- ¿Cuál es el tipo de semilla que utiliza en la parcela donde obtiene productos para autoconsumo? (Puede señalar más de una opción) 1 2 3 4 Nativa Criolla Híbrida o Transgénica No aplica 9.- ¿Cuál es el tipo de alimento que utiliza en la parcela donde obtiene productos para la producción pecuaria y de aves de autoconsumo? (Puede señalar más de una opción) 1 2 3 Alimento concentrado Alimento preparado en casa No aplica 10.- ¿Qué tipo de fertilizantes usa en la parcela de la que obtiene productos de autoconsumo? (Puede señalar más de una opción) 1 2 3 11.- ¿En esta vivienda tienen agua… 1 2 3 4 5 6 12.- ¿Cuántos días a la semana llega el agua a esta vivienda? 1 2 3 4 5 1 2 3 Controles orgánicos Pesticidas químicos No aplica Diario Cada tercer día Dos veces por semana Una vez por semana De vez en cuando 13.- ¿Cómo purifica el agua que consume? 1 Abonos orgánicos Abonos químicos No aplica 10.- ¿Qué tipo de pesticidas usa en la parcela de la que obtiene productos de autoconsumo? (Puede señalar más de una opción) Agua entubada dentro de la vivienda? Agua entubada fuera de la vivienda, pero dentro del terreno? Agua entubada de llave pública (o hidrante)? (Pase pregunta 13) Agua entubada que acarrean de otra vivienda? (Pase pregunta 13) Agua de pipa (Pase pregunta 13) Agua de pozo, río, lago, arroyo u otra? (Pase pregunta 13) Cloro 2 Filtrar el agua 3 Hervir 4 Compro agua pura. (de garrafón) Ninguna 5 14.- Cuando se preparan frutas y verduras, en este hogar 1 2 3 4 5 Los lavan con agua. Los lavan con agua y jabón. Desinfectan las verduras. Otra (Especifique) No lavan ni desinfectan futras y verduras 134 15.- ¿Lava las frutas y verduras con…? (Puede señalar más de una opción) 1 2 3 99 Agua potable Agua de pozo o de nacimiento natural Otra (Especifique) No sabe III.- Adecuación cultural 1.-¿Cuáles son los tipos de alimentos que se preparan, todos los días, para el consumo familiar? (Puede señalar más de una opción) 1 2 3 4 5 Sopa Caldo Ensalada Plato fuerte Postres 2.- ¿Cuáles son los alimentos principales que consumen los bebes y niños hasta los 9 años? (Puede señalar más de una opción) 1 2 3 4 5 6 Alimentos de origen animal Frutas y verduras Cereales, leguminosas, granos, pastas y harinas Azúcares Grasas Bebidas no alcohólicas 3.- ¿Cuáles son los alimentos principales que consumen los mayores de 9 años hasta los 18 años? (Puede señalar más de una opción) 1 2 3 4 5 6 Alimentos de origen animal Frutas y verduras Cereales, leguminosas, granos, pastas y harinas Azúcares Grasas Bebidas no alcohólicas 4.- ¿Cuáles son los alimentos principales que consumen las mujeres adultas? (Puede señalar más de una opción) 1 2 3 4 5 6 Alimentos de origen animal Frutas y verduras Cereales, leguminosas, granos, pastas y harinas Azúcares Grasas Bebidas no alcohólicas 5.- ¿Cuáles son los alimentos principales que consumen los hombres adultos? (Puede señalar más de una opción) 1 2 3 4 5 6 Alimentos de origen animal Frutas y verduras Cereales, leguminosas, granos, pastas y harinas Azúcares Grasas Bebidas no alcohólicas 6.- ¿Cuáles son los alimentos principales que consumen las mujeres embarazadas? (Puede señalar más de una opción) 1 2 3 4 5 6 Alimentos de origen animal Frutas y verduras Cereales, leguminosas, granos, pastas y harinas Azúcares Grasas Bebidas no alcohólicas 7.- ¿Cuáles son los alimentos principales que consumen los adultos mayores? (Puede señalar más de una opción) 1 2 3 4 5 6 Alimentos de origen animal Frutas y verduras Cereales, leguminosas, granos, pastas y harinas Azúcares Grasas Bebidas no alcohólicas 8.- ¿Esta vivienda tiene un cuarto para cocinar? 1 2 1 2 3 4 5 1 2 3 1 2 Si No 10.- ¿El combustible que más usan para cocinar es..? (Puede señalar más de una opción) 1 2 3 4 5 6 Leña. Carbón Gas de tanque. Pase a la pregunta Gas natural o de tubería. Pase a la pregunta Electricidad. Pase a la pregunta Otro combustible (Especifique). Pase a la pregunta 11.- ¿La estufa o fogón de leña o carbón con la que cocina tiene chimenea? (Puede señalar más de una opción) Si No 135 Excelente Buena Regular Mala Pésima 13.- ¿Usted considera que la cantidad de alimentos que consume su familia es…? Si No. Pase a la pregunta 10 9.- ¿En el cuarto donde cocinan, también duermen? 1 2 12.- ¿Usted considera que la calidad de los alimentos que consume su familia es..? Suficiente Limitada, pero constante Insuficiente 136