Impacto de las metástasis óseas en 47 pacientes con cáncer

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Revista Argentina de Endocrinología y Metabolismo
 Califano I y col.
Copyright  2014
poren
la Carcinoma
Sociedad Argentina
de Endocrinología
y Metabolismo
Metástasis
Óseas
Diferenciado
de Tiroides
Vol 51

Nº51
2
TRABAJO ORIGINAL
Impacto de las metástasis óseas en 47 pacientes con
cáncer diferenciado de tiroides
Outcome of Bone Metastases in 47 Patients with Differentiated
Thyroid Cancer
Califano I*, Löwenstein A**, Deutsch S***, Abalovich M#, Cabezón C##, Pitoia F###
*Instituto Roffo, **Hospital Ramos Mejía, ***Hospital Fernández, #Hospital Durand, ##Hospital Italiano, ###Hospital de Clínicas
y Miembros del Departamento de Tiroides de la Sociedad Argentina de Endocrinología y Metabolismo: Alcaraz G,
Brenta G, Calabrese MC, Castro Jozami L, Cavallo A, Corino M, Faure E, Fassi J, Frascaroli G, Gauna A, Gutiérrez S,
Ilera V, Iorcansky S, Kiejzik M, Martínez MP, Orlandi A, Puscar A, Russo Picasso F, Sala M, Schnitman M,
Silva Croome MC, Sklate R, Storani ME, Vázquez A, Zunino A.
RESUMEN
Las metástasis a distancia ocurren en el 10 % de los pacientes con carcinoma diferenciado de tiroides (CDT).
Las metástasis óseas (MO) son las segundas en frecuencia, luego de las pulmonares. Son causa de morbilidad
significativa y su manejo es complejo.
Objetivo: Revisar la experiencia en el diagnóstico y tratamiento de pacientes con MO evaluados en 10
centros asistenciales.
Material y métodos: Estudio retrospectivo multicéntrico. Criterio de inclusión: presencia de MO en pacientes
con CDT, diagnosticada por a) biopsia de la lesión, b) lesión estructural ósea con captación de 131I asociada a
Tiroglobulina (Tg) elevada o c) lesión estructural ósea captante de (fluor-deoxi-glucosa) 18FDG en (Tomografía
por emisión de positrones) PET-TC y Tg elevada. Se evaluaron datos extraídos de la revisión de historias clínicas.
Resultados: Se incluyeron 47 pacientes, 55 % mujeres; edad: mediana 55 años (rango 15-84). La histología fue
carcinoma papilar en 55 %, folicular en 32 % y otros tipos en 13 %. El diagnóstico de las MO fue sincrónico en 47 %
y metacrónico en 53 %, estas últimas detectadas en promedio a los 72 meses (7-240) luego del diagnóstico inicial.
Las MO fueron sintomáticas en 64 %. El síntoma más frecuente fue el dolor (70 %). La localización más
frecuente fue la vertebral (36 %), con compromiso de múltiples sitios en el 68% de los casos.
Dieciséis pacientes (34 %) tuvieron además persistencia/recurrencia locorregional y 68 % metástasis en otras
localizaciones, siendo la más frecuente la pulmonar (90 %). Los niveles de Tg estimulada se obtuvieron en
38 pacientes; fueron > 100 ng/ml en 87 % y <100 ng/ml en 13 %.
La calcemia fue normal en todos los casos. Los marcadores de remodelado óseo estuvieron elevados en 9 de
31 pacientes (29 %).
Los tratamientos efectuados fueron 131I (78 %), bifosfonatos (64 %), cirugía (53 %), radioterapia externa
(55 %) y otras modalidades (23 %).
La mediana de seguimiento fue de 24 meses (1-228). La sobrevida fue de 41 %. Un paciente fue considerado
sin evidencia de enfermedad. Veintiocho pacientes (59 %) murieron con enfermedad. La causa de muerte se
conoció en 27 casos, relacionándose con las MO en 8 casos (30 %).
Conclusiones: Las MO se observaron predominantemente en pacientes >45 años, con una distribución similar por sexo. Fueron múltiples a predomino axial, ocasionando morbilidad en la mayoría de los pacientes.
Los marcadores de remodelado óseo estuvieron elevados en un tercio de los casos evaluados. Ningún paciente
presentó hipercalcemia. El tratamiento incluyó múltiples modalidades, lo que demuestra la importancia
del enfoque multidisciplinario en estos pacientes. Aunque las MO se asociaron a enfermedad incurable,
la mortalidad se relacionó principalmente con la diseminación en otras localizaciones del CDT. Rev Argent
Endocrinol Metab 51:51-58, 2014
Los autores declaran no poseer conflicto de interés.
Palabras clave: metástasis óseas, cáncer de tiroides
Recibido: 18-12-2013
Aceptado: 18-03-2014
Correspondencia: Av. San Martín 5481, CABA, CP 1407, Tel.: 4580-2800.
e-mail: [email protected]
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Nº 2
ABSTRACT
Distant metastasis is an infrequent event in patients with differentiated thyroid cancer (DTC) and it occurs
approximately in 10 % of cases. Bone is the second metastatic site in patients with DTC.
The aim of this multicenter retrospective study was to describe the diagnosis and treatment of bone metastases (BMs) in patients followed up in ten different hospitals from Argentina.
Diagnosis of BMs was made when: a) BM was confirmed by biopsy, b) a structural bone lesion was found
following 131I uptake associated with elevated levels of serum thyroglobulin (Tg) or c) a structural bone lesion
was demonstrated by 18FDG uptake on PET/CT, also associated with high levels of serum Tg. Demographical,
clinical, pathological and outcome data were obtained from hospital charts.
We included 47 patients: 55 % were women, with a median age of 55 years old. Histology of DTC was as
follows: 55 % had papillary thyroid cancer, 32 % had follicular thyroid cancer and 13 % had other variants.
Diagnosis of BMs were synchronous in 47 % of patients (at the same time as DTC diagnosis) and metachronous in 53 %, occurring within a mean period of 72 months after initial diagnosis. In 64 % of patients, BMs
were symptomatic: pain was referred in 70 % of these cases. In 68 % of cases, there were multiple sites of
BMs, with the spine being the most frequent localization (36 %).
In 68 % of patients, other distant metastases were observed, mainly in the lungs. Stimulated Tg levels were
known in 38 patients at diagnosis: > 100 ng/ml in 87 % and <100ng/ml in 13 %.
Serum calcium level was normal in all subjects in whom it was measured (n = 41). In 9 (29 %) of the 31
patients studied, serum bone turnover markers were elevated.
At least one modality of treatment was prescribed in 96 % of patients with BMs. Radioiodine was indicated
in 78 % of cases, bisphophonates were prescribed in 64 % of patients, while surgery was performed in 53 %.
In 55 % of cases, external beam radiotherapy was also indicated and 23 % of individuals received other
therapeutic approaches.
Median follow-up was 24 months (range 1-228 months). The survival rate at the end of follow-up was 41 %.
One patient (3 %) was considered to have no evidence of disease, 28 patients (59 %) died as a consequence
of the DTC. The cause of death was known in 27 cases and it was related to BMs in only 8 patients (30 %).
In conclusion, BMs were mainly observed in patients >45 years old, with similar gender distribution. BMs
were multiple and had mainly an axial skeletal localization, causing high morbidity in most patients. Although
bone turnover markers were elevated in one third of cases, no patient had hypercalcemia. Multiple modalities of treatment were used in the majority of cases, which indicates the importance of a multidisciplinary
approach. Finally, although BMs were associated with incurable disease, mortality was mainly related to
the spread of DTC to other sites, and not specifically to BM. Rev Argent Endocrinol Metab 51:51-58, 2014
No financial conflicts of interest exist.
Key words: Bone metastases, thyroid cancer
INTRODUCCIÓN
El cáncer diferenciado de tiroides (CDT) constituye más del 90 % de todos los tumores tiroideos e
incluye a los tipos histológicos papilar y folicular.
La incidencia de esta enfermedad continúa incrementándose rápidamente en todo el mundo,
especialmente en mujeres(1,2). La sobrevida a largo
plazo es excelente y suele alcanzar el 80-90 %(3).
Sin embargo, alrededor de un 10 % de pacientes
pueden presentar metástasis a distancia, lo que
reduce la sobrevida a 10 años al 40 %(3). Las más
frecuentes son las pulmonares en aproximadamente 50 % de los casos, óseas (MO) en 25 al 30 %, en
ambos órganos en 20 % y 10 % en otras localizaciones(4-6). Alrededor de un tercio de los pacientes
con enfermedad metastásica a distancia puede
hacerse refractario al tratamiento con radioyodo.
Este subgrupo tiene un pobre pronóstico, con una
sobrevida a los 10 años del 10 %(4,7,8).
Las MO son causa frecuente de morbilidad
significativa, ocasionando fracturas patológicas,
compresión medular y deterioro de la calidad de
vida hasta en el 78 % de los pacientes(9). Su manejo
es complejo y requiere un enfoque multidisciplinario, que debe incluir a endocrinólogos, médicos
nucleares, traumatólogos, cirujanos, radioterapeutas y oncólogos(10).
Debido a la escasa frecuencia de MO observada en cada uno de los centros individuales, nos
propusimos en el Departamento de Tiroides de
la Sociedad Argentina de Endocrinología y Metabolismo revisar en forma conjunta la casuística
de esta patología para evaluar datos epidemiológicos, forma de presentación, terapias ofrecidas
y evolución.
Metástasis Óseas en Carcinoma Diferenciado de Tiroides
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Califano I y col.
PACIENTES Y MÉTODOS
Se revisaron retrospectivamente las bases de
datos de los pacientes seguidos en 10 centros de
Argentina (Hospitales: Alemán, Clínicas, Churruca, Durand, Italiano, Fernández, Milstein, Ramos
Mejía y Roffo de la Ciudad Autónoma de Buenos
Aires, y Hospital Presidente Perón de Formosa).
Se incluyeron pacientes con CDT y presencia de
MO diagnosticadas por una o más de las siguientes metodologías: a) biopsia de la lesión, b) lesión
estructural ósea con captación luego de la administración de 131I asociada a valores de Tiroglobulina
(Tg) elevada; c) lesión estructural ósea captante
de Tomografía por emisión de positrones con 18
fluor-deoxi-glucosa 18-FDG en el PET/TC asociada
a Tg elevada.
Se consignaron los siguientes datos: edad al diagnóstico del CDT, sexo, histología, estadificación según TNM (UICC-AJCC-7ª edición)(11), estadificación
de riesgo según criterios de la Asociacion Americana
de Tiroides (ATA)(12) y Sociedad Latinoamericana
de Tiroides (SLAT)(13), valores de tiroglobulina (Tg)
estimulada y anticuerpos antitiroglobulina (aTg) al
momento del diagnóstico de las MO.
Se consideraron las siguientes características
clínicopatológicas de las MO: sintomatología atribuible a la lesión metastásica, número y localización de focos, captación luego de la administración
de una dosis terapéutica de radioyodo, forma de
diagnóstico y presencia de enfermedad locoregional
u otros focos no esqueléticos.
Las MO fueron clasificadas como sincrónicas
si fueron detectadas dentro de los seis meses de
diagnosticado el CDT y metacrónicas si fueron
halladas posteriormente en el seguimiento.
Se obtuvieron datos del metabolismo fosfocálcico (calcemia, marcadores de formación y reabsorción ósea).
El seguimiento se hizo con la medición de Tg
bajo terapia hormonal y/o estimulada y con las imágenes indicadas en cada caso según la localización
de la lesión a tiempos variables según evolución y
tratamientos.
La determinación de Tg y aTg fue realizada
en los distintos centros utilizando metodología
ultrasensible.
Respecto al tratamiento de las MO se consideró:
tratamiento quirúrgico, dosis acumulada de radioyodo luego del diagnóstico de las MO, radioterapia
externa, uso de bifosfonatos, entre otras modalidades terapéuticas.
Se evaluó el tiempo de seguimiento hasta la última consulta o fallecimiento y se definió estado final
como vivo con y sin persistencia de enfermedad o
muerto en relación o no con enfermedad de base.
Se consideró que la muerte fue causada por las
MO cuando se relacionó con complicaciones de las
mismas o de su tratamiento.
Los datos se analizaron mediante estadística
descriptiva y analítica usando SPSS 20.0 para
Windows.
RESULTADOS
Se obtuvieron datos de 47 pacientes tratados en
10 centros asistenciales. En 32 casos (68 %) el
diagnóstico fue confirmado por biopsia de la MO.
Las características de los pacientes se muestran
en la Tabla 1.
La histología más frecuente fue carcinoma papilar (n = 26, 55 %), seguida por carcinoma folicular
(n = 15, 32 %).
Considerando a los pacientes con diagnóstico de
carcinoma papilar, la variante clásica fue la más
frecuente (n = 15, 58 %), seguida por la variante
folicular (n = 7, 27 %), a células altas (n = 3,
11 %) y variante oncocítica (n = 1, 4 %).
TABLA 1. Características de 47 pacientes con CDT y MO
Características
n(%)
Edad mediana (años)
55
Rango15-84
> 45 años
38 (81
Sexo femenino 26 (55
Histología
Carcinoma papilar
26 (55
Carcinoma folicular
15 (32
Carcinoma de células de Hürthle
Carcinoma pobremente diferenciado
Estadio (AJCC/UICC 7°)
x
I
II
III
IV
Riesgo ATA (n=42)
Intermedio
Alto
Riesgo SLAT (n=42)
Bajo
Alto
%)
%)
%)
%)
3 (6,5 %)
3 (6,5 %)
4 (8,5 %)
5 (10,6 %)
5 (10,6 %)
5 (10,6 %)
28 (59,5 %)
12 (28,5 %)
30 (71,5 %)
7 (17 %)
35 (83 %)
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Nº 2
Figura 1. Manifestaciones provocadas por metástasis óseas en 47 pacientes con
cáncer de tiroides
El momento del diagnóstico de las MO se conoció
en 46 casos. Fue sincrónico en 22 pacientes (47 %)
y metacrónico en los 24 casos restantes, detectadas
en promedio a los 72 meses (rango 7-240) luego del
diagnóstico inicial.
Las MO fueron sintomáticas en 30 casos (64 %).
El síntoma más frecuente fue el dolor (n=21), seguido por fractura (n=3), tumor (n=3) y síntomas
neurológicos (n=3) (Figura 1).
Las características de las MO se muestran en
la Tabla 2.
En 16 casos (34 %) se confirmó recidiva locorregional, mientras que en 33 pacientes (68 %)
se observaron metástasis en otras localizaciones,
principalmente en pulmones (30 casos, 90 %).
Las MO fueron múltiples en 32 casos (68 %), detectándose 114 focos. La localización más frecuente
fue en columna vertebral (35 focos, 36 %), seguida
por costilla/clavícula, pelvis, y miembros (Figura 2).
Se obtuvieron datos de Tg estimulada al momento del diagnóstico de la MO en 41 pacientes
(87 %); en tres de ellos los aTg fueron positivos,
excluyéndose del análisis. Los niveles de Tg fueron menores a 100 ng/ml en cinco casos, de 100 a
1000 ng/ml en 17 y mayores a 1000 ng/ml en los
16 restantes.
Se consignaron niveles de calcemia en 41 pacientes, que fueron normales en todos los casos.
Los marcadores de remodelado óseo se determinaron en 31 pacientes hallándose elevados en 9
(29 %).
Las MO recibieron tratamiento en 46 pacientes
(Figura 3); en 43 casos se emplearon al menos
dos modalidades terapéuticas. Treinta y siete
TABLA 2. Características de las metástasis óseas en 47
pacientes con cáncer de tiroides
Características
Captación de iodo
Presente
Ausente
Número de MO
Una
Dos
Tres
Cuatro
Más de cuatro
Extensión de la enfermedad (n = 37)
MO aislada
MO y recaída locorregional
MO y otras metástasis a distancia
MO, recaída locorregional y otras metástasis
N(%)
28 (60 %)
19 (40 %)
15 (32 %)
8 (17 %)
10 (21 %)
5 (11 %)
9 (19 %)
4 (11 %)
4 (11 %)
17 (46 %)
12 (32 %)
MO: metástasis óseas
Figura 2. Localización de las metástasis óseas en 47 pacientes con cáncer de tiroides
Metástasis Óseas en Carcinoma Diferenciado de Tiroides
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Califano I y col.
(78 %) recibieron 131I luego del diagnóstico de la
MO, siendo la mediana de la dosis 200 mCi (rango
100-1500).
Se emplearon bifosfonatos endovenosos en 31
casos. El pamidronato fue el más utilizado (19
casos, 61 %).
Se operaron 25 pacientes, efectuándose resección de lesión metastásica en 13 casos (52 %) y
otros tipos de intervenciones quirúrgicas en los
restantes. Nueve pacientes (36 %) fueron sometidos a más de una cirugía.
En 26 casos se realizó radioterapia externa. En
11 pacientes se implementaron otras modalidades terapéuticas (inhibidores de tirosina quinasa,
embolización, ablación por radiofrecuencia, talidomida, alcoholización, doxorrubicina).
La mediana de seguimiento luego del diagnóstico de MO fue de 24 meses (rango 1-228). Veintiocho
pacientes (59 %) fallecieron, dieciocho (38 %) vivían con persistencia de enfermedad y una paciente
Figura 3. Modalidades terapéuticas empleadas en 47 pacientes con cáncer de tiroides y metástasis óseas
55
(3 %) vivía sin evidencia de enfermedad. Se conoció
la causa de muerte en 27 casos, relacionándose con
las MO en 8 (30 %) (Figura 4).
DISCUSIÓN
Las MO representan la segunda localización a
distancia en metástasis de CDT. Durante y col.
(4)
demostraron que el 44 % de los enfermos con
metástasis a distancia presentan MO. Estas comprometen la calidad de vida y se asocian a menor
sobrevida(9,14).
El CDT es habitualmente 2 a 3 veces más frecuente en mujeres que en hombres. En la presente
serie la relación se encontró igualada, de manera
similar a lo referido por Farooki y col.(9) y Qiu y
col.(15).
En concordancia con otras publicaciones(5,9,15-18),
más de 80 % de nuestros pacientes tuvo más de 45
años al momento del diagnóstico, con una mediana
de edad de 55 años.
El tipo histológico que más frecuentemente origina MO en su evolución es el carcinoma folicular
(7-28 % vs. 1,4-7 % encontradas en pacientes con
carcinoma papilar). En términos absolutos, hemos encontrado un mayor número de pacientes
con carcinoma papilar y MO, de modo similar a
lo referido por Do y col.(16) y Orita y col.(17). En
nuestra investigación no fue considerado el porcentaje de pacientes con enfermedad metastásica
ósea en relación al total de pacientes evaluados
en cada centro, por lo que no podemos brindar
datos sobre prevalencia de enfermedad metastásica ósea en relación al tipo histológico. Aunque
se desconoce qué porcentaje del total de CDT son
carcinomas foliculares en nuestro país, es probable que la incidencia sea similar a la reportada en
Figura 4. Evolución a tiempo final de 47 pacientes con CDT y MO
56
otras series (4-7 %)(19), (Hospital de Clínicas (FP,
datos no publicados) e Instituto Roffo (IC, datos
no publicados)), siendo entonces la proporción de
MO mayor en carcinoma folicular.
Más de la mitad de los pacientes se presentó
en estadio IV al momento del diagnóstico; 7080 % correspondieron a la categoría de alto riesgo
de recurrencia según la clasificaciones de ATA
y SLAT(12,13), respectivamente. Estos hallazgos
muestran, en concordancia con la bibliografía, que
las MO ocurrieron en la mayoría de los casos en
pacientes que presentaron múltiples factores de
mal pronóstico.
Mas del 80 % de las MO de todos los tumores
suelen localizarse en la médula ósea del esqueleto
axial donde la vascularización es elevada (vértebra, costilla, pelvis y fémur)(20). La localización de
las MO en nuestra serie fue similar a la observada
por otros autores, con el compromiso vertebral
como el más prevalente (36 %). El 68 % de los
pacientes presentó además metástasis en otras
localizaciones, siendo la más habitual la pulmonar
en el 90 % de los casos, de manera similar a lo
referido por otros autores(4, 5,18).
En el 53 % de esta serie de pacientes, el diagnóstico de la enfermedad metastásica fue metacrónica,
similar a lo descripto por Schlumberger y col.(5) y
Farooki y col.(9). Sin embargo, esta situación puede
ser variable como fue demostrada por Bernier y
col.(18). El diagnóstico metacrónico de enfermedad
metastásica ósea puede verse influido por varios
factores, entre ellos, la disponibilidad de tecnología
por imágenes apropiada para evaluar extensión de
la enfermedad en el momento del diagnóstico y la
sospecha de estas localizaciones para realizar la
búsqueda sistemática.
Las manifestaciones más frecuentes de las
MO en CDT son: dolor, fracturas y compresión
medular, asociados a lesiones del esqueleto axial.
Coincidiendo con otras publicaciones(9), el síntoma
más frecuente en nuestra población fue dolor en el
70 % de los casos, que alertó sobre la localización
del sitio metastásico. Este suele ser progresivo en
intensidad, y habitualmente resistente a los analgésicos no opioides. En un 12 % de los casos las
lesiones óseas fueron asintomáticas, evidenciadas
en el rastreo corporal con radioyodo u otros métodos de diagnóstico por imágenes.
Los niveles de Tg correlacionan con el volumen
de enfermedad. Debido a que en la mayoría de los
casos de MO la carga tumoral es elevada, los niveles de Tg suelen ser mayores a los encontrados
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en pacientes con presencia de enfermedad en otros
sitios. Robbins y col.(21) refirieron que la mediana
de Tg estimulada en pacientes con MO fue de 416
ng/ml. En nuestra serie, 87 % de los pacientes
tuvieron niveles de Tg mayores a 100 ng/ml. Sin
embargo, niveles menores no permiten descartar
la presencia de MO, tal como se observó en el 13 %
de nuestros pacientes.
La hipercalcemia es infrecuente en MO de
CDT; Farooki y col.(9) la describieron en 3 % de
su casuística. En los 41 pacientes de nuestra serie
a los cuales se midió la calcemia el resultado fue
normal. Los marcadores de reabsorción estuvieron
aumentados en el 29 % de los casos.
En cuanto a las opciones terapéuticas, la cirugía
se recomienda en los casos de MO únicas en las
que la intención de la remoción quirúrgica puede
ser curativa. Es claro que esta situación es inusual
en pacientes con enfermedad avanzada. La indicación de cirugía puede tener un criterio paliativo,
en casos de resolución de fracturas patológicas o
ante lesiones con riesgo de fractura o compromiso
neurológico inminente, o dolor incoercible(22). En
nuestra serie, 53 % de los pacientes recibieron
tratamiento quirúrgico.
El tratamiento con radioyodo rara vez determina la curación en un paciente con MO. Esto ocurrió
en un solo caso de la presente serie. De manera
similar, Durante y col.(4) refirieron que la remisión,
en pacientes con MO tratados con radioyodo ocurre
solamente en el 7 % de los casos, mientras que Sabra y col.(23) no encontraron remisión en una serie
de metástasis estructurales tratadas con múltiples
dosis de radioiodo.
La radioterapia externa se empleó en el 55 %
para controlar los síntomas, de manera semejante
a lo referido en otras series(24).
El tratamiento con inhibidores de la reabsorción ósea ha demostrado disminuir la morbilidad
asociada a eventos esqueléticos en pacientes con
MO de múltiples tumores sólidos. Las opciones de
primera línea incluyen bifosfonatos endovenosos
administrados mensualmente (pamidronato 90
mg o zoledronato 4 mg)(17,25). El ácido zoledrónico
demostró reducir la frecuencia de eventos esqueléticos respecto a pacientes que no recibieron
tratamiento antiresortivo. En nuestra serie el
pamidronato resultó el más comúnmente empleado
(61 %) entre aquellos que recibieron inhibidores
de resorción ósea. Es posible que ello se deba a
su menor costo y rapidez en su disponibilidad en
medios hospitalarios.
Metástasis Óseas en Carcinoma Diferenciado de Tiroides
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Califano I y col.
Recientemente, el denosumab administrado
mensualmente (120 mg por vía subcutánea) en
pacientes con MO de diversos tumores sólidos
evidenció ser más efectivo que el ácido zoledrónico,
pero no existen datos al respecto en MO de CDT(26).
En cuanto a las terapias sistémicas, la quimioterapia convencional no demostró beneficio, por lo
que su empleo no se recomienda(12). Los inhibidores de tirosina quinasa podrían representar una
opción terapéutica en pacientes con enfermedad
refractaria al yodo radioactivo, progresiva y/o
sintomática. Sin embargo, existe evidencia sobre
su menor eficacia en MO(27) que en otras localizaciones; asimismo, la toxicidad secundaria al uso de
estos fármacos es significativa(28,29).
Es importante destacar que la inhibición de
TSH con levotiroxina, si bien conlleva riesgos cardiovasculares en esta población particularmente
añosa, ha demostrado su utilidad y debe considerarse parte del arsenal terapéutico(30).
El seguimiento fue entre 1 a 228 meses (mediana 24 meses) y la sobrevida final fue del 41 %
en el último control. Veintiocho pacientes (59 %)
fallecieron. La causa de muerte se conoció en 27 de
ellos y fue atribuible a MO o sus complicaciones en
8 (30 %) y de otras causas en 19 (70 %). Estos hallazgos coinciden con lo reportado con Kitamura y
col.(31), quienes refirieron que la principal causa de
mortalidad en CDT es la insuficiencia respiratoria.
En conclusión nuestra población de 47 pacientes tuvo una edad avanzada, con una distribución
similar por sexo, siendo en términos absolutos el
carcinoma papilar la variante más frecuente. Las
MO óseas fueron múltiples, a predominio axial y
con morbilidad significativa. La población presentó
una mortalidad elevada, relacionada principalmente con la diseminación de la enfermedad y no por
las MO en sí mismas.
Si bien el endocrinólogo debería ser el médico a
cargo de dirigir el tratamiento de estos pacientes,
consideramos que el mismo debe ser multidisciplinario. Asimismo, el paciente debe participar de las
decisiones de tratamiento siendo la responsabilidad del médico tratante ofrecerle la mejor opción
para su situación.
Se debe considerar que, a pesar del mal pronóstico que implican las MO comparando con la
generalidad del CDT, la sobrevida prolongada no
es infrecuente en estos pacientes. Por lo tanto, es
prioritario mantener la calidad de vida, teniendo
como objetivo reducir la morbilidad secundaria a
eventos esqueléticos. El tratamiento debe persona-
57
lizarse, teniendo en cuenta extensión y localización
de la enfermedad, complicaciones, comorbilidades,
entorno socioeconómico y posibilidades de respuesta a tratamientos.
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