Rl`Ifl. ÁOiS VES 7 Dff! )IBmL OF «rSC. rsíEno 4ífí riAnTOS FOLLF/nrV.

Anuncio
VES 7 Dff! )IBmL OF «rSC.
Rl'Ifl. ÁOiS
r s í E n o 4ífí riAnTOS
PRFCIO
DE sismicioX;
I * Redacción icViálla
«B la calle dr.\ Principe^
».* 9 nní-TO , cuarto 2.°
l'l Dpsp^rhn y Contsflufi» fn la c^üe <!'' Orret»5, n ' ?2.
L^s
En Mnitri 1.
Un nit-s
'¿o rB,
PERIOniCO DIARIO DEDICADO A S M
crftns , rpclama-
f.A RKI\4 (;ORF,HN'\l><>R.\
Trf» ni' «t»i
S<
Scit m*'*''»
Un año
114
2?9
Un me»
íon^ií ó anuncios (Ifl)**rin clirigirs", francos d»*
S»ií meaea 1S«
Un año
36t
f o n e , al Eilit r do la
£n Canariai.
>H»i«Ti->n'Nai(!«o.
Un m t *
T c * t inrars
Si-i( m^ara
l,n año
^eumm
3fl
•PÜWlSüfl!
mrscm
ADVr-RTENCIA.
Se ru^fja d lin fñores suscritoreí , tanto de
Id enpiíal covio de lax provincias
á quienes por
cualquier' defciiidn ó fulla de exactitud por parle
de los subalternos fallase el SUI'LEMEVTO de ayer,
y iodos /a< <que te publiquen, que tengan la bondad de producir la debida reclainacion , d fin de
torreqir el mal, y de que la redacción , advertida oportunamente , tome las medidas que contengan respecto d lo' que no cumplan como le*
tstd prevenido con el puntual servicio del Periódico.
Este aviso es tanto mas esencial , cuanto el
Editor, sin omitir gastos ni diligencia alguna, ni
aumentar el precio de suscricion , dará
SUPLEMENTOS
siempre que las circunstancias lo erijan . tobrd todo ahora que la importancia de los
asuntas políticos , y de las noticias han de tomar
diariamente magor
incremento.
LIBERTAD Y JUVENTUD.
Fii K'spnñn In siir.ediiif» y, lod.nía stin^do,
''> qiip li:i o - i i n í í l o frononilmeiilo rn Indn'; los'
r niscs novicio*! en l;i Cíirrpi'a df la librrlad.
i!a firinripiafln su eiisavn fio rói^'iiiinii roprcspiíiaiivíi f'ii iiiRÜio (le la niRiiioiablf! í,'"'-''''-''
('•'' la indcpRtidencia , y pnion(;es lo que se
h'izn , y otra cosa no pudo h a c e r s e , fue senib'ar l;is semillas de los piincipios c o u s i i i u «iun.ilei. r.n 1 8 1 4 se conielió una gi'aii fulla
'•nal fue la de prosr.ribir un c ó d i g o famoso,
liundiendi» al mismo tiempo en las mazmorras y eoiiHiiando en los abrasados presidios
de Afrira á sus patriúiicos autores. Para
''iianros liahian sentido palpitar en sus cora
xon"s los seDiimientos generosos de amor á
la patria , de odio al yugo esirangero y á la
Rorviilunibre domestica , el libro escrito qucHó siendo un objeto de c u l t a , , y las víctimas
fjue le iiabian creado y defendido no p u d i e ron menos <|e inspirar una c o m p a s i ó n noble,
}• de obtener la veneración de sus conciudanos. E s i e martirio común d e leyes y de
liondires, produjo los efectos que producen
t o d o s las marlii ios ; dieron un valor inconmensurable á los ináriires, y la liliertari que
tiene mucha analogía con la reli^don, hizo
riel libro un evangelio poliiico y de sus piinripales defen<ore> unos apóslnjes inj'.isuiniente peisegiiitlos. YM 1 8 2 0 la adoración nacio>ial fue para aquella obra y para aquellos
Viombrcs. Humanos ella y e l l o s , el tiempo
''"'abrió los vicios de la primera y las fla*3_'"''af (le los s e g u n d o s ; la opinión nacional
" " ser ingrata fue j u s t a , y para en adelante
*" reservó e l d e r e c h o d e prescindir de idola•'las y de no dejarse avasallar ni por teorías
m por reputaciones.
Tal e i a su estado en 18."4. Pudo un mohiento dejarse s o r p i e n d e r por las antiguas c e '«biidades ; mas ya fue con menos facilidad,
T'ie cuando fc tremoló en las Cabezas el penfloii d e las libertades patrias. Habla crecido
tina generación nueva , que si bien aceptaba
'f^s principios , no rendía «1 mismo liomenage
f' modo con que antes se habían sistematizarla y diluido en mas de trescientos artículos
3D
fft*
2i>t
iO»
consiiiucionales. Los qus presumieron que
esta trasformacion en las ideas permitía pasar de 'o mucho á lo poco , se engañaron
completamente, y la voluntad de la nación
ha buscado y busca otro cimiento mas ancho
para edilicar sobre él su resfpueracion. Circunstancias particulares la favorecen ahora
como nunca; la guerra actual no es contra estraug(!ros como lo fue la de la indépendencra;
es civil, y no por una mera competencia de
sucesión al trono, sino po'- la pretensión de
un lado de entronizar la tiranía á !asoml)ra del
derecho divino, y par la resolución del otro,
(le sostener el trono sobre pactos conservadores de los fueros nacionales. En vano han
solicitado ciertas gentes reclamar el restablcciniiento de formas políticas que pasaron;
en vano han procurado actores antiguos en
la representación de este gian drama , erigirse en arbitros de nuestras reformas presentes y futuras. Desengáñense, el fin puede ser
el mi>^nM), pero los medios y los instrumentos
tienen qm; ser diferentes. Y densa por mny
satisfechos, si sus discipul s no los repudian
y arrojati violentamente del foro. No es este
lenioi' inspiración propia ; en una de nuestras
asandjieas deliberaiit(!s, fue espresado no
hace mucho con energía, y sí halló Gontrarjiccion en los que va no se hallaban en la edad
florida , no por eso dejó el anuncio de escaparse de las bóvedas donde liabia resonado,
y de estendersc con rapidez por toda la moiiaripiia. Niña es la Reina q\ie los españoles
aclaman; joven y bella es la Reina que los
gobierna ; la lidelidad se enlaza con la galantería , y estos dos seniímicnlo» herinaiíados
tienen una fuerza prodigiosa en la tierra del
amor y de la lealtad según lodos lo» atvtecedenles de la historia.
Este perfume de juventud es preciso que
pase á las mismas instituciones ; y no se entienda por eso que deban renegarse las glorias seculares de la patria, ni olvidar que
fue libre, y cómo y por qué; lo fue: no; pero la juventud quiere que no se pierda de
vista que esas glorias . rancias ella» , se debieron en gran parle á brazos jóvenes; que
esas instituciones , tan sabias coiuo lo permitía la civilización respectiva de cada siglo,
contaron entre los jóvenes de entonces sus
mas anlienies abogados ; quiere que se reciicido que el liltimo representante de la libertad española fue una muger , la ínclita
viuda de Paililla ; hay poesía, y verdad en
alírinar que después de tres siglos de fanatismo y de tiranía, es una práncesa joven
quien restablece la libertad su estos reinos,
que la ayuda en tan gloriosa empresa un ejército lleno de oficiales jóvenes y bizarros, mandado por un general larabien joven , y que
hasta en los Estamentos se ven jóvenes de
todas las clases de la sociedad unánimes en
el sagrado intento de sacar á su patria del
infame abatimiento en que se hallaba sumida.
¿Que se necesita, pues? Que el monopo-
lio á* las facciones y el egoísmo de las
pandillas , no pei-viertan esas felices disposiciones , ni vicien las creencias noble." de la
juventud , ni aspí-en á liacei' del mando un
pairinionio exigido con las fees de bautismo,
ni pretendan apoderarse de (•!, contando cou
una credniidad de que habrá sumisión ciega
y oberlíenda pasiva hacia nombres propios,
gastados ya en la piedra do la esperiencia,
V desliistraílos por el recuerdo d e errores v
desaciertos. La juventud naturalmente, y aun
á p e s t r del ímpetu de sus pasiones , es ge'nerosa, es bien inclinad,!; solo cuando la c o n tradicen con iniusticia , se arroja en el s e n dero de los desórdenes y de los trastornos;
malo es , pero asi lo hai-e. Y cnando lo hac e , no toda la culpa es suya. La habilidad
consiste e n aprovechar su* v i r t u d e s . y hacerla c o n o c e r que siendo fugitiva será miiv
rápidain''nte reemplazada; asi se pasa del entusiasmo, á la e«p'M'iencia, y ambos se n e cesitan. Su hermandad es el origen de los
¡lustres h e c h o s , de la fuer.'.a de los g o b i e i nos y de la prosperidad y grandeza de las
naciones.
BIENES NACIONALES.
Concluye el articulo
rez Esfrnda.
dol señor don Alvaro F l o -
5 . ' Ohiccion. «Es necesario Mt.ir cicgamen»te apssionndo en contra del decreto de i g de
• febrero para sostener el sofisma de que c o n ovietle mas al acreedor contentarse con un i n «teres mezquino ( pues no se s.ibe con cnanto
»se podrá coiitartomido este del producto anual
«que í e reportase de los bienes nacionales ar»rend.idos á cnfiteusis , que tomar desde luego
• en pago del crédito tital una linca desde el
• momento productiva , percibir sus frutos ó in• tereses , reproducir con estos el precio d f s • embolsado , y dejar á sus descendientes un Ic• gado de riqueza efectiva en lugar de un pa»pel deleznable , sin uso próximo y espuesto
»á los bazares del tiempo. La suposición que
»se hace de que con ciento de valor en bienes
• nacionales se amortizará una deuda solo de
• treinta, tiene el mismo fundamento (jue la aser• cion contraria, de que el valor de l o o eu crtí• dito contra el est ido podría ser satisfecho con
»el de 3o en bienes nacionales: porque si es
• cierto que la acumulación de las ventas envi• lecerá el precio, la aglomeración de acree• dores prontos á comprar, lo equilibrará á su
• justo nivel , y no hay razón para temer frau• des que se han previsto en el decreto y en el
• reglamento , ni para pronosticar gastos innc• cesarios. Ni puede haber ventaja en el sistema
• de enílteusis en cnanto al costo ni en cnanto
»al pago de la operación, porque si es preciso
• gastar para dlridir las heredades , apreciarlas
• y venderlas . también es preciso hacer costos
• para dividirlas, justipreciarlas, para deducir el
• canon y para darlas en enliteusis- si la ejecu•cion de las ventas es complicada no puede ser»lo menos el otro contrato, porque ambos e \ i • jen unos mismos requisitos é idfínticas solem•tiidades sino se lia de defraudar al Estado. Se
• nos quiere alucinar para que no confundamos
•la clase de acreedores con la de traficantes de
• papel en la bolsa que serán los principales com«pradores de bnoics nacionales : pero pr.-scin...liendode que los negocios de papel s o n . * !
«bien se miran, de 11 misma natnrahva qne r;na«lesqniera otros, es neci-sario convenir C4i nne ^i
«los teni'dorcs de papel no son e n lo general ¡^n
iiacreedores primitivos , son sus vcrdaHiTo.s ri»«preseiit.intrs. Si en un concurso di- bienes d*
• un particular, un acreed.ir cedióle ó nct;ociaose su cre'dito ¿.seria por eso menos ateniliiili:
»la suerte del nuevo acn-edor que la del aereeador originarlo? Creemos que nadie ¿e atrove«rá á sostener til absurdo."
Es nw^ario estar cirgam'-nli- apasianhld en favor del decreto d- 19 de febrero para sostener el
.sofisma de <¡ue pueda el verdadero inleré.s de
los acreedores del E,t:ido estar jamas en opo.siclon con el del piis. A poco que se medite v e remos que I is ciienfas d i señor \L O. d,- Z. s">n
demasiado alegres, pues las liace, como vulgirmenfe se dice , sin contar con l.i line'-iped.i. N .
consultando á otros intereses (pie á los de loí
acreedores, su cuenta es manca y muv manca.
Si se linbiese lieelio careo de
o (jue llevo e s puesto y de lo que no se puede prescindir para
examinar como corresponde la cneslioii que ha
tomado por su cuenta diliicid.ir , conocerla esta
verdad y ver a que aunque alliagneña, es del t o do quimérica la ¡dea de que se puede, en el m o mento, {entregar á cada acreedor una finca productiva del precio que lia desembolsado, triando
el gobierno para cubrir las atenciones ordinaria»
presenta nn </?)««< que no se puede llenar cao
el producto :de los bienes monacales; (Miando
ademas de este recurso condolida pap(d sin interés, operación equivalente á hacer un empréttilo ruinoso, sin poder aun nivelar los inííresos
y salidas ordinarias del Erario ; cnando e.i iiu
ignora la suma de las deudas y el valor de las
fincas con (pie pretende pagarlas , ¿ cómo el señor M. O. de Z. por mis que liava descubierto
que la nación tiene reenrsos no solamente i n mensos , sino mas que inm'nsas , podrá cons.-guir que se enlregne de luego i Inego á cad.i
acreedor una linca prodactiv.a de 11 l-il didad de
su crédito, con la (¡ue pueda dejar á sos deS'
cendientes un lepido de riqueza efecliv i ? Asi
este escritor como yo (iii"remos que el acreedor del E<tado sea satisfeclio , pero discordemos esencialmente en la ostensión del ohjein
y en los medios de conseguirlo. El señor !M. O.
de Z. se desentiende absolutamente de Ins r e cursos que el gobierno necesita para las atenciones ordinarias del E>lado ; no incluye en su
cuenta esta primera y mas principal partida c o a
la que cit lugar de inmensos recursos no se ve
mas que un gran déficit ; por tanto se desentiende de mejorar la suerte infeliz déla clase, de
cuyo solo trab.ijo pueden salir los recursos necesarios para saldar las dos partidas. Yo quiero q u e
el acreedor del Estado sea satisfecho , pero !t\
propio tiempo , haciéndome cargo que antes d«
satisfacer esta atención es necesario que el g o bierno cubra las atenciones ordinarias , y q u #
l.> nación no se halla en la posibilidad de c o n tribuir para satisfacer estas dos partidas , propongo el único sistema en mi concepto capa*
de crear los recursos que nos faltan. Propongo que se recurra al único medio que dicta*
la razón y la justicia ; á saber , el de hacer á •
la nación mas industriosa , á fin de que pague sin vejación alguna dobles ó triple» con*
mmmmmmmmmmtmmmmtmmmmmmmmmmmmammpmm»'
FOLLF/nrV.
TEATROS:
Or.EBA ITALIANA.
' Reprtsentacion
d'e} día 3 — N Ó l W A .
Sopéilliio parece biblar de únk ópera ián rfpe•tid», y ¿e cuyo mérito taoto le h« dicho. Empe*3¡no.«, pues, por raanifeitar nuestra opinión acrrca de loa nuevos a< torea, üificif nos seria el eieri)>ir tobie este aiunlo, ai antes de ahora no hubiérimot franrami-nle confesado nuestra) affccione»,
Pfro tiendo etta» (alea, que DO podemos desenteii*ternos de ellas, juzgarenioK i estos cantantes, no
ya como i profesorea acreditados, sino como i lo
^ue son , como á prinripiíDtfs, á lo que aüadien^o la nereaidad en que se ha visto la empresa de
poner én escena una óptra, en el corlo espacio de
Oclio días , DOS parecen eatst ba'tantej causas pa•"a que no se estrañe nuestra conducta, y \o s u 'icieiile para contestar anticipadamente 4 los que
tuviesen demaii^do presente aquello de que el b i llete comprado; £,*< un rfr.wV gil' á In porle on
otfte/te en en/ran/.'Nosotros, si'^ embargo, en vex
•le criticar los di^fectos que todo'arli<ta mas ó m e ^o» tiene , nos limitaremos i dar algunos conseW , que nuestra corta capacidad nos dice que pne"«n ser litilea al adelantamiento de aquellos j6»e'«.ffin la introducción le ha presentado |H)r pri*"»ra ve» el señor R'guer, profoor de la capilla
• ' y anfignn discípulo del señor Piermarini. Es
"t'l el derjr que , tanto «D este cora» en todos
'm»s, (( j , ^ notad» mucho miedo, »in embar-
go , es tanta , tan estensa j tan bue'nt ta vot, tú
figura tan ventajosa, j tal «u afinación, que a n i do esto á la acertada elercion de la pieii con qae
ha salido, el público na ha podido menos de t e nerlo en consi'leracion y prodigarle justos aptautot , tanto en la susodicha introducción como en
el aria del segundo acto. Su modo de andar , en
acción, y aun tu estilo de canto, estaban bastantemente arie-uados al papel que representaba. Y
esta circunstancia puede haberle facilitado mucho
ti aprecio del público. P?rn como 00 siempre se
ha de representar ptrtonagei místicos , no dudamos que sabré elegir dos personas aptas para d i rigirle, tanto en el estadio del canto, como en el
de la declamación.
El seftor Onanue, segundo tenor de la compañía, y que sale actualmente de la humilde esfera de corista, se preaentó en trguida ca el papel
de PoUione. HubicTamos ettraftado como, babie'ndose escriturado el señor Senilel en calidad de
otro primer tenor se hubie«e confiado e«ta ópent é
otro artilla que por su escritura lo es íuballerno,
sino supiéramos que el susu licbo Sentiel ha reusado preséntame al público en un papel de tanta
responsabilidad y fuera de tu carácter; por lo
cual la empresa se ha visto obligada * rogar al
señor Unnnue, el cual te ha prestado gastoso i
este difieil encargo para no privar al público de
tu diversión mas queri la , salvando * la empreta
del compromiso de faltar i tus deberes. Creemos
deber elogiar tanto la modestia del primero, como !• coode«cendencia del tegaado. Este potM
una buena voa de verdadera tenor de fatraa, la-
fielciitemente estensa, aunque ins notas bajas no peí de Adalgira. Hemos encontrado en etta jiSiren
corrripondaa i lo demás. En la cabatina no% ha brillantes di«posicion»t. Su voz ea muy estenta,
demoitrado que pacde tacar muy buen partido de fuerte y de buena calidad, suficiente deipejo y ber'
*a falsete. También pótee an temple de alma hasmosa figura, y una fíionomia que no deja seguratartleneate sensible para llegar i ser un cantanmente de interesar mucho á los espectadores en
te animado. Etto te ha notado mas en las pasio- su favor. Ei principiante como lat demás, no tolo
net fuertes que en lai dulces, puet son mas fici- en su carrera , tino también en sqi eitudiot; y sin
les á etpresarte. Mucho le ha perjadicado en la embargo ha detem peñado bien su papel, y el p u cabatina el haber trocado enteramente el sentido blico l>> ha correspandida con vivos aplausos; t a n de la tatnUta. Este es de no carácter enteramento en la pl'garia que h» cantado á su salida, c o te marcial, y por lo tanto mas i propósito por
ronen el dúo con Norma del legundo acto. Nada
tu actual modo de cantar que el tentimental y
le aconsejamos dejando esto al cuidado de tu direcdulce, cuyat palabrat están en contradiccioa. N a - tor.
da diremos de los adornos que let ha puesto, pues
Ré«tanoshab'ar de la <e«ora Lena, pri ncipianti^
no son tuyos ; los hamos oido en este teatro de ¡ también en tu carrera, pero no en sus estadios: y
otro principiante; pero, aunque le aconsejamat
por lo tanto mas acreedora i nuestra aprecio,^
que procure imitar, tin embargo le inculcamot
á que la jusgiiemoacon mas detención. Se había prequa trate de imitar lo haeao, y no lo maln, co- sentada ya en este p*p«l y nada podemo* decir de
mo l o ba hecho esta vea. Sobre todo , tanto i él
ella que no havamoi dicho ; sin embargo d»bemo*
como i ios demás, lea rogamos que nos bagan oír
añadir que no solo no ba desmerecido los elogioi
las Apera* tales como tns autores las quieren, sino que anteriormente la hemas tributado, tino que ba
desean ter llamados
moreill'ro%filarmánicos.Vo\aumentado el justo aprecio que bar.pmit de tu reviendoal tenor ¿/nanue, creemos que posee roujr
levante mérito. i<n 'ninguna circunstancia te deja
buenas dotes para llegar < ser nn artista de mériconocer tanto la habilidad de un cantante como
to, y qua no tabri despreciarlas aplicándose m u en la ocasión de ver entorpecida.* algún tanto «nt
cho, ya que ha recibido muy repetidas señales de
facultades física*. Esta joven KalUse desde algún
aprecio en todot los teatros en que h* **^ 'I" »o- tiempo á eita parte bastante ÍDdii<pues*a ba't* >•(
hresalir en el curso de la representación. Nótate e n punto de haber querido reusar el salir al público
tre ettot u a t particularmente lai palabrat det fiel domingo pasadt, debiendo r|i>cutar un papel tan
»»»! del primer acto: MiUdellt i'f'^' P""<'; y el
fuerte. Kl compromi.so en que s« veia la erapresA
•ol'> del último final: \Aih trappo ""'•''^ ^
la ha obtiga 'o á ceder. Nosotroa qu* oiirantoi é • « la joTín CU1 particnUr afecto por sos ritcoft 1. n»
T* aeñora Ridmra,
qu» h»<^' «•<>» »""' " • • b a
•<» ti teatro, de enríala, se ha preaeBtedo • • el p , _
cia,í art'stica» deseariamot que noi» la hiccuri» «•je •
Descargar