Pipo y su tienda de reciclaje. En el barrio de Cubove las cosas

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Pipo y su tienda de reciclaje.
En el barrio de Cubove las cosas funcionaban bien. Cubove siempre sacaba la
basura de forma lenta y ordenada, no le quedaba otra opción. Era un elefante
verde, barrigón, con ojos verdes, naritrompa puntiaguda y uñas blancas, lo cual
era extraño porque cada vez que se encontraba algo de basura, su prioridad
era depositarla en el cubo de basura que para él era el adecuado: negro o
verde.
El martes por la mañana Carila se mudó al barrio. Una guapísima brujita de
ojos azules. Cubove, que se enamoró de ella nada más verla, quiso conocerla.
Compró unas botellas de refresco, se puso guapete y fue a visitarla. Cuando
llamó a su puerta se quedó horrorizado. En su casa solo había dos cubos de
basura: el negro y el azul. ¿Dónde depositaría las botellas de vidrio? Los dos
se bebieron el refresco mientras hablaban sobre lo bien que funcionaba el
barrio, puesto que todo el vidrio se reciclaba y una vez por semana lo llevaban
al desguace donde Reciclón, un robot ecológico, con los desechos creaba
coches ecológicos. Hasta ahora los hacía casi por completo de vidrio y eran
muy bonitos.
Cuando terminaron de hablar, Cubove tiró las servilletas de papel al cubo negro
y se guardó los cascos de las botellas para reciclarlos en su casa. Entonces
tuvo que taparse los oídos con sus enormes orejas porque escuchó un ruido
atronador. Era un grito de Carila al ver las servilletas de papel en el cubo negro.
La cara de Carila ya no era tan bonita. Carila le dijo a Cubove: “¿Pero qué
haces? ¿Es que no te das cuenta de que estás contaminando?” Cubove sabía
que algo no iba bien. Carila le dijo: “Ahora vete de mi casa, pero llévate un
cubo azul para reciclar papel”. Cubove se marchó a su casa sorprendido
puesto que no sabía para qué servía el cubo azul.
Al llegar a casa empezó a pensar para qué era ese cubo. Se fijó en que en el
cubo había servilletas de papel, por lo que empezó a echar el papel en el cubo
azul. Ahora ya no lo veía todo tan verde, puesto que tenía un cubo azul. Al día
siguiente, para disculparse, Cubove le llevó a Carila un cubo verde. Carila al
ver el cubo verde dijo: “¿pero qué es esto que me traes? Me tienes muy
enfadada”. Cubove le dice que es un cubo verde para reciclar vidrio. Carila se
extrañó, pero lo aceptó.
El miércoles, Reciclón pasó por casa de Cubove y se encontró con dos cubos
de reciclaje: verde y azul. Muy contento le comentó que ahora podría hacer
coches eclógicos con las instrucciones en papel, puesto que antes solo con
vidrio no podía.
Carila se sintió mal con Cubove y fue a una tienda nueva para comprarle un
regalo. En la tienda de Pipo encontró cubos de basura negros, verdes,
amarillos, azules y naranjas. Sorprendida le preguntó al dependiente Pipo:
“¿Pero qué colores son estos?, ¡con lo bonito que es el azul para el papel!”.
Pipo le explicó que los cubos azules eran para reciclar papel y cartón, los
naranjas para el aceite, los verdes para el vidrio y los amarillos para el metal y
el plástico. Le dijo que tenía una promoción: si compraba un cubo amarillo le
regalaba el naranja. Sin pensárselo dijo: “Dame dos”.
Cuando llegó a casa, colocó los cuatro cubos y se puso a ordenar la basura. Se
dio cuenta de que había llenado los cubos de colores y en el negro, donde
tiraba casi toda la basura, quedaban unas míseras raspas de pescado y las
cáscaras de la naranja que había comido.
Después Carila fue a casa de Cubove a regalarle los cubos. Cubove,
sorprendido al verla, la invitó a pasar. Ella se percató de que en su casa casi
todo era de vidrio y que solo reciclaba el vidrio y el papel; el papel posiblemente
porque le regaló el cubo azul. Con la mejor de sus sonrisas le dio el regalo y le
pidió perdón por el grito. Cubove dijo: “¿Pero qué es esto?” ella respondió que
era un cubo amarillo para reciclar plástico y metal y un cubo naranja para
reciclar aceite.
Una semana después Reciclón pasó a recoger la basura. Muy contento se llevó
los residuos. A los dos meses patentó el Ecologiclón: el nuevo modelo de
coche ecológico donde todas sus piezas provenían de desechos reciclados.
En agradecimiento a Carila y Cubove, Reciclón les regaló el primer Ecologiclón.
Los vecinos se dieron cuenta de las cosas que desperdiciaban y empezaron a
reciclar.
Carila y Cubove se pusieron tan contentos que fueron amigos para siempre y el
barrio se convirtió en el más bonito y limpio del planeta.
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