NüM. 136 PAG. JSi DUEXDE DE LOS CAPEES 589 '\ DEL MARTES 14 DE DICIEMBRE DE 18l3.r ..'LEYES. .' .'rJ' I-, •*,¥'(• ' . . P A R T E - QUINTA-. . ' X o s legisladores quando las establecen , tienen que accrj •inodarse á las circunstancias del tiempo i, del -lugar , de las per-^ aoiias y de las costumbres; y el imperio y fuerza de éstas quaní"^ do están muy arraigadas, suele ser á reces tan grande que no tie-. nen arbitrio aquellos para dexarde condescender con lo que prohibirían sin dificultad en otras circunstancias. .La poca ilustración^ de un si^io hace también que pasen por buenas y verdaderasciertas opiniones generalmente recibidas aunque en realidad no loí flean ; pero si por la mayor ilustración ó por otros motivos se co-, noce oisrror y los iiicouvenisntes , el adyertirlo y manifestarlo ftbora al augusto Congreso nacional no es combatir les leyes de E»pa;;a, ni es faltar al debido respeto á los legisladoreí que las promulgaron , sino desesr que sean mas perfectas. ,, ,EI sabio Iley D. Alonso formó las leyes del Fuero real de í s paiTa para los pueblos de Realengo , pues en los demás no fuerpnrccibidas ; y. sin embargo de esta alternativa, se trató en el supremo real Consejo de Castilla el año 1713 , que el citado derecho ¡eal íe enseñara en las universidades; y se mandó efectiTainente en el de 1741 que se enseñase , como consta del auto 3 , lib. 3 , tVt. 1 de los Acordados ; pero dicha providencia no llegó á tener efecto , sin duda porque se formó del derecho Romano, de fes decretales y de las opiniones de doctores que vivían en el siglo X Í Í I , y trataban solamente de favorecer lo» derechos d é l a real soberanía; pues es constante que sus leyes no se promulgaron con autoridad pública ni fueron reputadas p o r t a l e s , ni tuvieron fuerza ni autoridad alguna hasta que dicho monarca en las Cortes que celebró en Alcalá de llenares el año 1348 mandó por la ley 1, titulo 28 del Ordenamiento , que todas las causas civiles y criminales se determinasen «n primer lugar por el mismo Orde» namiento; en segundo por el Fuero real y por otros [particulares; |>ero que ea los casos que no se pudiesen decidir ni por nquel n | por estos, sa observase lo determinado per las leyes de í a r t i á a . En los siglos X I y X H todos admitían como auténticas lat falsas decretales de Isidoro Mercator ; y por consiguiente las leyó» del Fuero real de Esyaaa están fundadas.muchasdc ellasenprin* cjpios falsos. La colección de las leyes del estilo no es obra de algún legislador, sino de un hombre privado y letrado práctico que recogía los estilos de su tiempo y de los anteriores , mezclándolas con le* yes propias y extrañas, y con doctrinas de autores privados. El Fuero Juzgo tiene igualmente muchas nulidades ; y también las tiene el Fuero viejo de Castilla por las rerolucionas de lo» tiempos. Las leyes de Partida las publicó el Rey D. Alonso X I el dia 2 de mayo de 1.339 ; pero en las Cortes de Álcali solo se les concecTiá una autoridad subsidaria. D. Henrique í í las publicó también'" el año de 1396 en las Cortes de Toro !, reraüdando la citada ley ' del ordenamiento de AlcaU, el qual volvió á renovar D. Juan e l ' I I por una pragmática de 8 de febrero de 1427 , y últimament» •e repitió dicha ley i la letra en la nueva üecopilacrou, y e s Id'' ley 3 , tít. 1 , lib. 2. Esta expresada ley del ordenamiento de Alcalá no dexa dud» • alguna que las leyes da Partida no tuvieron autoridad publica ni • legitima hasta que se la dio el Rey D. Alonso el X í , sin embargó- • de que muy antes de su reynado so hablan em.pezado á introdu- ' eir ya con maíla y privadamente por el uso á la manera que suel» usarse eji los tribunales de las leyes extrañas y do las opinionea de los autores en las decisiones de las causas, cuyo diario abui» pide de justicia su total extinción. ; •••• I Con las leyes de Partida por estar en lengua vuTgar se íiarfK«i' cho al mismo tiempo en España familiares las máximas del da»' Techo Romano y se estudia en las universidades. Al augusto Con-' grftso nacional pertenece decidir sí este estudio acra útil á los españoles , y si la introducción de los precitados fueros , leyes del estilo y partida fué legal ó no , y ii fueron admitidas para labrar l a felicidad ó la destrucción de los españoles, respecto de qu» estos tenian sus primitivas leyes del Fuero viejode Castilla , qu» determinaban el modo do hacer las probanzas y de decidir las cautas civiles y criminales; y en caso de que sea conveniente confirmar" en el dia la practica de todas las predichas leyes atendida su^iíatalaleza y efecto, debemos suplicarle se digne verificarlo ; pero si las hayasediguas, de ser abolidas deben formarse á la mayor brevedad Jo» códigos nuevos qu& faciliten toda la felicidad que nccesitaii loi ^abitantes y naturales legítimos de la monarquía española. jp^os $palo3 jmtosfflotivos-fjuetienen los espaúoléj paja dtg. í»earr.Qr.x pnes mientras rio leforiiiew, n» •pedráñrsalir-cle los IOÍT-.J borintos y embrollos en que tantos Cümüiitadores embusteros los enredan para sacrificar sus vidas y haciendas como se les antoja. Calificación dada por la Jnnta censoria de esta provincia a los escritos C[iie abaxo se expresan. D. Manuel Maria Fernandez , secretaria de la Jutif ta censoria de esta provincia. Sres. Fen-anCertifico: que en el libro de actas dez Cüstilio J<^ ía mencionada Junta se halla inserta presidente. á la página SOI u n a , cuyo tenor á la lePadilla, vice- tra es como si'>ue: En la referida ciudad presidente. ¿ ^{.¡jo jjgg Je) propio mes y ano (diciera^ Garaicoechea. ^^.^ ¿^ JgJ3^ concTcoada la Junta cenSecretario. tona de esta provincia en el SUJO acostumbrado, celebró sesión á la que se diú principio por la kctura de! acta de la anterior. En seguida se procedió á la lectura del artículo remitido inserto en el número 110 del periódico titulado el Duende de los Cajees de 18 de noviembre anterior, y á la del impreso repartido (Gratis) al.público , firmados por el general D. Carlos Doyle, y remitidos á examen y calificación de esta Junta por el Juez; 1." de primera instancia de esta ciudad, en virtud de denuncia que d« ellos hizo 1). Manuel Antonio González. Y notándose por algunos vocales que las palabras siguientes'contenidas en ambos impresos, á saber : "El genera! espera /.que qualquiera que en lo guccesivo le nombre en otro ,,artícu!o/ponga su nombre y apellido verdadero: decante modo dice el general que puedo insertar lo que me ,,dé la gana, para que así haya libertad de imprenta/" y las que se leen en la última nota del segundo que diCen así: " N o permitirá (el general) la mas mínima aljiteraeion ni de una palabra ni de una letra del origi„nal suyo ^ que mandó publicar baxo la pena del casti- «^&o peraoñal que le habla pucjnetido/' conspiran á ditA •B93 tar reglas sobre él uso de la libertad de la imprerifait dando á entender que qualquiera que en adelante se se- pare de ellas sufrirá lances y comprometimientos s e m e - ' jantes á los que se indican en el segundo papel delatado^ advirtió la Junta que el lenguag-e de que se usa en nombre del general Doyle , no solo está en contradicción con el articulo 371 de la Constitución política de; la monarquía^ sino que también impone á los ciudadanos espaíioles, o la necesidad desugeíar sus pensamientos nivelándolos al plan que señala en el impreso cita-, do j ó la de exponerse á contestaciones odiosas, transcendentales y ofensivas de sus derechos. De esta rcilexíon deduxo la Junta que había qtie"brantamiento y subversión de la ley, por quanto se privaba á los escritores de disfrutar tranquila y pacificamente de las ventajas que les proporciona la libertad de la imprenta , cuyas responsabilidades no pueden ser otras qne las contenidas en los decretos de S. M. de 10 de noviembre de I 8 i 0 y 10 de junio del corriente. En su consecuencia acordó la Junta quft debia declarar en jnsíiciaj como declaro á pluralidad de sufragios, subversivos los mencionadosimpresos y comprendidos por tanto en el artículo é.° del citado decre-i to de 10 de noviembre, y dignos por ello de ser detenidos.— Concuerda con su original en el libro de actas de la referida Junta censoiia que existe en esta secretaría de mi cargo, á que me remito : y para los efectos que haya lugar, de acuerdo de la misma, doy esta certiñcacion. que íirmo en Cádiz á nueve de diciembre de mil ochocientos tíccQ.=Manuel María FernandeXa «ecretario. Erratas interesantes del número de ayer. En la página 587, linea 14, dice prohibición, léaie provisión E n la misma página, línea últimaj dice Caeares, ]caseCáceres. Cádiz : Imprenta de la Concordia : 1813,