revista ilustrada. Año 39, n. 909 [ie 910] - Gobierno

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Pamplona 8 de febrero de 1933
Año XXXIX
Núm. 909
caranc
- O R O A IM O —
DE LA "BIBLIOTECA CATÓLICO PROPAGANDISTA,,
ADMINISTRACIÓN, ESTAFETA, 31
DIRECCIÓN, NAVAS DE TOLOSA.23, 2.(
en la obra del mal. Excusamos entrar en pormenores que
todo el mundo tiene ante los ojos.
Ya, pues, que la prensa se ha hecho con tanta facilidad aliada del Infierno, para corromper, ¿sería difícil hacerla a su vez aliada de Dios, para salvar? No. La invención de Gutenberg, indiferente de suyo, inauguróse en el
consideramos en las actuales
siglo XV, imprimiendo las Sacircunstancias ocugradas Escrituras; ¿qué inconMONUMENTOS DE NAVARRA
parnos de la propaveniente habría en usar de ella,
2538 ganda por medio
en grande escala, para la verde la prensa, y especialmente
dad, ya que tan en grande se ha
por medio de las publicaciones
abusado de ella para el error?
ligeras, que deben ser hoy su
Ninguno. Es cuestión de activiforma más corriente y usual.
dad de parte de los hijos de la
El siglo XX no es siglo tan
Iglesia. Apoderémonos de esta
pensador como alguien ha creíarma poderosa, de este ariete
do poder decir en alabanza suformidable; volvámoslo de cara
ya. Se lee más hoy en un afio
al enemigo; manejémoslo con
que en otras épocas en ciento.
intrepidez y constancia; veamos
Hemos dicho poco, "se lee»; se
de apagar sus fuegos con nuesdevora la lectura, y por esto tan
tros fuegos, y de atajar su inuna menudo se indigesta. Pero el
dación con nuestra inundación,
hecho público e innegable es
y es asunto concluido. Hagáque se lee, y se lee sin descanmoslo, y tendremos en la prenso. La prensa no cesa de dar a
sa el gran apóstol de! siglo XX.
la voracidad de los pueblos, liConsideremos, pues, como
bro tras libro, hoja tras hoja,
un deber e! trabajar todos, poperiódico tras periódico. La
co o mucho, en este campo.
prensa es, pues, la reina del siDedicados a la defensa y proglo, y desde su trono de papel
paganda
de la verdad, no perdirige la opinión alguna vez, y
damos
ocasión
de recomendar
más de mil veces, miserableun buen libro, de hacer circular
mente'la extravía.
un sano periódico, de recoger
La extravía, hemos dicho, sí;
una hoja inmunda, de mandar
porque el Infierno envía tamESTELLA. —Grupo de turistas en la puerta de la iglesia
reimprimir,
a costa nuestra, un
bién su inspiración a la prensa,
de San Pedro la Rúa
artículo
importante,
etc., etc.
y la prensa secunda la inspiraEl APOSTOLADO SEGLAR
De la propaganda por medio de la prensa
Foto. Galle.
ción del Infierno con una docilidad espantosa. Dad una ojeada sobre el teatro de nuestras luchas, y veréis la dolorosa complicidad de la prensa
Pongamos a contribución
nuestras relaciones y amistades, para que nos sirvan en
tan plausible deseo: ejecutémoslo en nuestras visitas, en
34
LA AVALANCHA
nuestro taller, en nuestro despacho y hasta en medio de
la frivolidad de nuestras diversiones. Sumemos cada mes
lo que hemos hecho para robar víctimas a la impiedad y
conquistar discípulos al Catolicismo, y nos regocijaremos
en el Señor del fruto de nuestros trabajos; o si hubiesen
sido infructuosos, nos consolaremos pensando que en el
tribunal de Dios no se examinará ni se recompensará
tanto el fruto conseguido como el trabajo empleado para
conseguirlo. Trabajaremos mucho, muchísimo, y nos parecerá que nada hacemos, porque tendremos en cuenta
únicamente lo mucho, muchísimo, que resta que hacer.
¡Cuan diferente es en esto nuestra conducta ordinaria!
Si echamos una peseta en el cepillo de una obra piadosa,
si asistimos una que otra vez a tal o cual reunión o junta
de beneficencia, parécenos que hemos llenado una gran
misión y que podemos descansar sobre nuestros laureles.
Cuando Dios nos muestre, en su día, para confundirnos, lo mucho que han trabajado los impíos para el triunfo de la impiedad, ¡cuántos y cuántos católicos, que se
creen ahora muy católicos y muy ejemplares, bajarán
confundidos la frente ante aquel tremendo serve piger,
criado perezoso, cori que les sentenciará el Supremo
Juez!—S. Y S.
RASGOS DÉLA PATRIA
¿Nuevo día mejor?
L hombre busca incesantemente
su mejora, aunque muchas veces se aleje de ella porque, ciego,
no ve el camino que conduce al
verdadero progreso, o porque,
insensato o pretencioso, se empeña en seguir rutas extraviadas
que quizá lo hagan estancarse o
retroceder. El hombre es así.
Como que sucede frecuentemente que después de conseguir,
gracias a Dios, mejoras importantes, quiere buscar el progreso
absoluto por las sendas tortuosas
que más separan a la humanidad de la Divina Providencia, dispensadora de todos los
bienes. Y es que el hombre, además de descontentadizo
y exigente, es soberbio y orgulloso, como lo demuestra
en todos los tiempos y circunstancias de la vida.
En efecto: el hombre sintió ios rigores del invierno, y
deseando mejorar su situación, en cierto día se abrigó
con pieles, se guareció en la caverna, aprendió a encender o hacer fuego, marchó cómodamente a las ciudades
templadas o cálidas, y entonces gritó, no agradecido, sino
orgulloso: ¡No sufriré jamás el frío!
El hombre sintió los rigores del verano, y deseando
mejorar su situación, buscó la Frescura de la sombra, inventó el abanico y los helados, y neutralizó los ardores
del sol subiendo a las altas montañas, y desde ellas exclamó orgulloso: ¡No sufriré jamás el calor!
El hombre sintió los rigores del hambre, y deseando
mejorar su situación, observó que la escasez del suelo
que habitaba contrastaba con la abundancia de frutos de
la isla próxima, y fijándose en que los troncos y ramas
flotaban en el agua, construyó con ellos un tosco barquichuelo, con el cual se trasladó a la tierra deseada, donde
se hartó de comer; y después fabricó naves más perfectas, para ir a explotar las riquezas de continentes remotos; hasta que un día se atrevió a lanzarse a los mares
con el "Titanio,, ciudad flotante que salió desafiando a
las olas, rebosante de oro y de manjares, y desde él dijo
orgulloso: ¡No sufriré jamás los rigores del hambre!
El hombre sintió tos rigores de la tempestad, y deseando mejorar su situación, ideó el paraguas, edificó casas en cuyas paredes resbalaran las gotas de agua, rebotara e! granizo, bramara el huracán fugitivo y recogiera e
inutilizara el rayo; y en aquel momento el hombre lanzó orgulloso este rugido: ¡No sufriré jamás los rigores de
la tempestad!
Bien está que el hombre mejore su situación material,
pero sin que el progreso signifique rebeldía o insumisión
a Dios. Porque Dios, que concede los progresos verdaderos, castiga las insumisiones y rebeldías, permitiendo
que los tostados arenales del desierto abrasen a las caravanas mejor organizadas; que las montañas de nieve sepulten a los pueblos más adelantados; que un gigantesco
témpano de hielo hunda al "Titanic» en los abismos del
océano, y que un diluvio universal destruya al mundo
prevaricador.
Y en el orden moral, el hombre consiguió mejoras
plausibles; mas también proyectó otras con furia satánica digna de eterna condenación.
Y para librarse de reales o supuestas opresiones y despotismos, gritó soberbio, desde la cumbre de las más
sangrientas revoluciones: ¡Abajo la tiranía!
Y para entregarse a todas las liviandades, dio rienda
suelta a sus pasiones, y desde los centros de corrupción,
gritó soberbio: ¡Paso a la emancipación del hombre!
Y para dominar al mundo, rompió toda relación con la
Iglesia, y desde el antro masónico, gritó soberbio: ¡Viva
el hombre ubre!
Y en nombre de la libertad quiso el hombre destruir
la conciencia y destruir a Dios, olvidando que Dios, eterno y omnipotente, puede castigar la protervia de los
hombres, abrasando sus concupiscencias en el fuego devorador de las ciudades nefandas, abatiendo su orgullo
con la invasión de los bárbaros del Norte, y encadenando
las revoluciones a la carroza triunfal de un dictador tan
déspota y flagelador de pueblos como Napoleón I.
Suele, pues, haber días venturosos que traen a las naciones mejoras dignas de alabanza; pero advirtiendo que
éstas deben ser merecidas, y que algunas veces vienen
para servir de valladar al falso progreso, el cual no es
sino retrogradación y barbarie.
Los progresos que van mejorando la suerte de la humanidad a través de los siglos, vienen, pero no precisamente cuando se les desea o cuando los pronostican
los augures, sino cuando llega su día o su hora, y no antes ni después.
Seguramente que el conde de Lerín don Luis de Beaumont y todo el partido beamontés navarro, después de
haber asistido al triunfo del Duque de Alba en 1512, y
de haber derrotado al ejército francés que vino a ayudar
al rey donjuán de Labrit a recuperar su trono, creerían
que con la victoria vendrían las bienandanzas esperadas,
y sin embargo, no tardaron en ver a Navarra triste y empobrecida, sobre todo cuando fueron desmanteladas las
fortalezas y arruinados muchos pueblos de la Ribera, del
modo que recuerda el P. Alesón, y en tal forma que el
mismo conde y sus beamonteses exteriorizaron su pena
y su disgusto por un resultado tan imprevisto y desagradable.
En cambio, el emperador Carlos V no esperaría, después de vencidas sus tropas en Pamplona y expulsadas
de Navarra en 1521, por el poderoso ejército franconavarro que vino a restaurar la legitimidad de Enrique II de
Labrit, que volverla a recuperar tan fácilmente este Reina, y sin embargo, una serie de disparates inconcebibles,
cometidos por el generalísimo francés, varió completamente el aspecto de las cosas en Navarra, con extraordinaria sorpresa de todo el mundo; y el nuevo día que
esperaban dicho rey de Navarra y sus leales navarros,
pasó en un momento a convertirse de favorable en adverso. Es que no había llegado la hora para el acontecimiento por muchos deseado, por no ser conveniente entonces o por no merecerlo, o sólo Dios sabe por qué.
También ahora supuestos videntes, más o menos acreditados, predicen para el año actual ciertas mejoras que
beneficiarán a muchos españoles, y aun a España en ge-
35
LA A V A L A N C H A
neral; pero, sin ánimo de contradecirles, recuerdo que
no son oráculos, y que profetas no hay más que Dios y
los que en su nombre descubren el porvenir.
Si la profecía se refiere al orden material, todas las
apariencias indican que el año 1933 puede ser tan malo
o peor que los anteriores; de modo que tiene que haber
una gran variación para que los profetas acierten, lo cual
no es imposible, pero sí muy difícil en tan poco tiempo.
Mejor aspecto presenta el orden político social, porque
hay personajes que dentro del régimen prometen suavizar ciertas asperezas, y sobre todo porque, realizada ta
unión de las derechas españolas, no será aventurado esperar alguna mejora en la situación de España, aun sin
faltar a las leyes, si todos nos hacemos dignos de ella
cumpliendo con nuestros deberes respectivos.
Es de desear que llegue lo antes posible ese nuevo día
mejor, si lo merecemos, conformándonos con nuestra
suene y dando muchas gracias a Dios por la merced que
nos conceda su infinita misericordia.
JUAN P, ESTEBAN Y CHAVARRU.
GACETILLAS
Al cabo de los años mil
Cuenta, si mal no recuerdo, nuestro P. Pedro Rivadeneyra (primer historiador del cisma de Inglaterra, del
cuai fue autor uno de los más terribles enemigos y perseguidores de la Iglesia, Enrique VIII), que cuando se
halló en trance de agonía este monarca, que fue sentina,
albañal de lascivia y podredumbre, veía en su delirio pasar y más pasar por su alcoba, y por delante de su lecho
de muerte, una procesión inacabable de frailes sin cabeza, símbolo de los infinitos religiosos que de orden suya
habían sido decapitados por odio a Roma. Sabido es que
estas matanzas y martirios no tuvieron fin ni cabo con ía
muerte de Enrique, sino que luego se renovaron horrorosamente en los días de aquella otra furia coronada que
se llamaba Isabel. La cual y el cual (como con todos los
perseguidores acontece) creyeron, como Nerón y como
Diocleciano, hacer astilla y polvo la superstición romana o papista.
Mas al cabo de cuatro siglos acontece que va amenguando, a pasos de gigante, la intransigencia anglicana, y
va creciendo y creciendo, como rica fecunda semilla,
aquella superstición:
a
Los muertos que vos matáis
Gozan de buena salud. „
Gran verdad dijo el gran Lacordaire cuando decía que
los frailes y las encinas eran inmortales. Pero mayor
verdad es la que le dijo a San Pedro Jesucristo cuando
le dijo: Portae inferí non praevalebunt adversus Eam:
jamás todo el poder del Infierno prevalecerá contra la
Iglesia.
Como murió Guerra Junqueiro
Tenía yo in péctore, como quien dice, cuatro palabras
a cuento de la vida y de la muerte de este famoso poeta
portugués. Pero me ganó por la mano nuestro colega
El Correo Catalán, el cual en una de sus "Hojas literarias, escribió los siguientes edificantes esbozos o rasguños que muy gustosamente traslado ahora a LA AVALANCHA, para gloria de la Religión y edificación de mis lectores.
Ha muerto (decía entonces) cristianamente en Lisboa
el gran poeta portugués Guerra Junqueiro.
El mismo pidió en la agonía los Santos Sacramentos.
Nació el poeta en Freixo de Espada, el 17 de septiembre de 1850: contaba, pues, al morir, setenta y tres años
de edad.
Se licenció en Derecho en la Universidad de Coimbra
en 1873, y contrajo matrimonio cuatro años más tarde,
De su enlace tuvo dos hijas.
Era patriarca de las letras portuguesas.
Publicó sus primeros versos a los catorce años.
"Bautismo de amor, y "Mística nupcial» revelaron su
poderoso estro poético.
La obra capital del poeta es "Os Simples,.
Fue Guerra Junqueiro un poeta blasfemo en "La vejez del Padre Eterno, y en otras obras menos famosas.
Pero el espectáculo de la última guerra europea conmovió profundamente su espíritu y le hizo volver a Dios.
La conversión al catolicismo fue terminante.
Se arrepintió de sus impiedades, suplicó la destrucción de sus escritos ofensivos a Cristo y a su Iglesia, y
pidió perdón por el daño que había causado.
En febrero de 1923 decía a un redactor de * Diario
das Noticias».
"La religiosidad nativa y cristiana del pueblo portugués, que es la fuerza suprema del alma nacional, se
mueve y vive por tradición dentro de la Iglesia y de la
liturgia católica.
Debemos conservarla pura y ardiente, porque es la
llama sagrada que nos alumbra.
Los triunfos y conquistas de Napoleón no valen la lágrima de un Santo. Las pompas de sus victorias no valen el sayal de San Francisco.
El clamor de las apoteosis guerreras y sangrientas no
valen el murmullo débil de la oración, volando a Dios de
los labios de un justo..,
Y refiriéndose a la enseñanza religiosa, exclamaba:
"Sin Dios ni Religión, en las banderas de las escuelas
infantiles, es una blasfemia satánica, es un estupro
moral.»
Y pronunciaba estas palabras finales:
"Quiero acabar en la paz de Dios mis últimos días.
Entro definitivamente en religión. Salgo de esta atmósfera de odio en donde se sofoca mi alma y no puedo vivir un instante más.»
"Que Dios me dé aún algunos años de vida, para que
pueda morir como deseo, amando y bendiciendo.»
Elogio de las gacetillas
Y basta por hoy de gacetillas. Y decimos y repetimos
que por hoy, para que no creáis que nos despedimos de
ellas para siempre.
Los que recuerden haber leído las Verdades amargas
de nuestro D. Luis Eguííaz, recordarán la importancia y
principalidad que daba este famoso autor dramático a la
gacetilla, como palanca poderosa para poner no ya en el
candelero sino en ei más empinado pináculo de la fama
a los pigmeos y a los escritorzuelos de tres al cuarto, o,
como diría nuestro Góngora, a los
patos del agua chirle castellana
trayendo y llevando día y noche su nombre y sus escritos, y zarandeándolos y jaleándolos a troche y moche en
sueltos o gacetillas.
En los sueltos está el quid:
Yo lo aseguro, y me fundo
En que algo conozco el mundo,
Y más que al mundo, a Madrid.
Ya es hombre nuestro poeta,
Ya alza la frente altanero,
Libre de humillante traba;
El nombre que le faltaba
Se lo dio el gacetillero.
Ganoso de gloria y fama,
Yergue el encorvado talle
Cuando exclaman por la calle:
"¡Ese es el autor del dramal,
Y al ver esta maravilla
Y aquel prodigio de ingenio,
Todos claman "¡Genio, genio!..
Gacetilla... gacetilla...
Ella sola en nuestra edad
De dar renombre se encarga:
Es una verdad amarga—
Pero es una gran verdad.
36
LA
AVALANCHA
Gran verdad es, en efecto, el poder de la gacetilla, cuya fuerza no hay manómetro que pueda graduarla. Muchos siglos antes que Eguílaz y aun con más elocuencia,
ingenio y gracia que el poeta, había disertado muy sabrosa y familiarmente Cicerón sobre la fuerza y el poder de
la gacetilla.
Aprendan, pues, nuestros jóvenes a ser periodistas;
aprendan a ser gacetilleros en defensa de la verdad. Si
antes escribimos en estas mismas páginas la apología de
las tijeras, equitativa cosa será no echar en saco roto las
justas alabanzas de ia gacetilla.
Ambas a dos son armas de las más principales que
siempre campearán en la manoplia del periodista.
CHAFAROTE.
TEMAS SCCIALE3
SOBRE LAS «BASES»
—Realmente, en esto tienen razón...
—¿Qué lee usted?
—Unas quejas de los patronos mercantiles, referentes
a las nuevas bases de trabajo de la dependencia.
—¿Y en qué tienen razón?
— En que con ellas !es será a los dependientes más difícil realizar la ilusión de establecerse por su cuenta.
—¿Y de dónde saca usted que tengan tal ilusión?
—Yo siempre he visto...
—Usted habrá visto, pero ya no ve... Usted recuerda
sin duda que antes venía un chico de su pueblo y se colocaba en una tienda, para barrer y cargar con los géneros de los estantes al mostrador, y del mostrador a los
estantes, y pasaba una juventud trabajosa, animada por
el ideal de ser algún día propietario de un establecimiento y hacer fortuna.
—-Es verdad; entonces había varios modos de conseguir ese ideal: captarse la simpatía del jefe hasta que éste
lo asociaba al negocio; casarse con la hija del mismo jefe,
o hacer unos ahorrillos y pedir otro poco de dinero prestado para montar una pequeña imitación de la tienda que
dejaba.
—Sí; eso era entonces.
—Y así se hicieron muchas de las grandes firmas comerciales. Por supuesio, sin pensar nunca en el exceso
de trabajo ni en la duración de la jornada. ¡Veinticinco
horas diarias habrían trabajado para salir adeiante!
—¡Ah, claro! Lo que es limitándose el tiempo de venta
y cerrando en las narices del público, a !a hora en que
éste acostumbraba comprar, no hubieran reunido dos pesetas.
—¿Y ahora, dice usted que no?
—¿Ahora? Se está mucho mejor de dependiente que
de dueño. ¿Quién piensa en establecerse, para pasar los
apuros que el dueño pasa? La cuestión es que haya unas
buenas "baseso. ¿Que se vender Bueno. ¿Que no se
vende? Menos trabajo, ¿Que hay que pagar las contribuciones o las letras giradas por los fabricantes? Allá cuidados. El caso es que se cierre a buena hora, y que a tal
edad me paguen tanto, y a tal otra, tanto más, y que el
dueño se las arregle. Por añadidura, "bases, nuevas todos los años, y siempre para arriba en los sueldos, y para
abajo en las obligaciones. No hay por qué relacionarlas
con la marcha del negocio. Si el negocio baja, las "bases»
suben, y en paz.
—Ya comprendo por qué se ha perdido la ilusión de
establecerse.
—Es natural.
—Como que si yo fuese dueño de una tienda, propondría a los dependientes la cesión a su favor, siempre que
me tomaran a sus órdenes con arreglo a las "bases».
—No querrían.
—¡Ah! ¿No?
—Claro que no. ¡Como que cree usted que está la
gente para preocupaciones! Quedarse con la tienda, sería
quedarse con la responsabilidad y tener que buscar al
público, y afanarse por la venta, y no dormir pensando
en los vencimientos.,. Quite, quite. Para
cuatro días que
va uno a vivir, no vale la pena. ¡Las abasesB! ¡Las "bases,,! Y lo demás son tonterías.
—Pero de este modo se quita todo estímulo para el
trabajo,
— Déjese de estímulos que sólo sirven para desnivelar.
Si procura usted estímulos, los listos y trabajadores irán
delante a buen paso, y los tontos y los gandules se que-"
darán atrás.
—Pues que se queden.
— Pero como están en mayoría...
—Tiene usted razón; desde que se ha dado en formar
la suma total de un pueblo con listos y tontos, aptos e
ineptos, vagos y trabajadores, sin pensar en que son sumandos heterogéneos, el resultado tiene que ser el que
salta a la vista. Y ios inteligentes y activos se han vuelto
tan humildes, que parece que no les importa.
— Pues si se conforman con ir detrás de los tontos...
es que los tontos son ellos.
TIRSO MEDINA.
CUATRO FEOS ILUSTRES
ocurrió el fallecimiento de don Carlos
Frontaura, recordaron algunos que, hacía ya
muchos años, un chusco compuso e hizo
circular una hoja suelta titulada "La Repúbiica de los feos (guía oficial),,, que decía en
la primera página: "Esta República se gobierna por un
triunvirato cuyos tres miembros son iguales en autoridad y merecimientos. Los triunviros inamovibles: don
Gabino Tejado, don Francisco Navarro Villoslada y don
Carlos Frontaura.„
Cuando más circulaba esta hoja, don Carlos Moyano
decía a una señora:
—Si estaré yo fuera de juego que ya no se acuerdan
de mí ni para el triunvirato, en que me corresponde, por
propio derecho, el puesto de César.
Estos cuatro ilustres señores, en efecto, no debieron a
la Naturaleza un rostro semejame al del Apolo de Belvedere. Había sus opiniones y hasta sus disputas sobre
cuál de ¡os cuatro se apartaba más del modelo helénico.
Pero en lo que no las hubo, sino unanimidad absoluta de pareceres, fue en que ninguno de los cuatro necesitó nunca de la varonil hermosura que se echaba en
ellos de menos para ser agradabi.ísimos y simpatiquísimos y tener en el mundo toda la aceptación que puede
desear e! más guapo, y aun mucha más que la mayoría
de ios buenos mozos que suelen ser reventantes y aun
repugnantes en ocasiones.
La falta de armonía en las líneas de sus rostros y de
colorido agradable, estaba compensada c >n creces en los
cuatro por el talento que, cada uno en su orden y grado,
poseían todos muy por encima del común y ordinario de
los hombres por su fino ingenio y por su bondad de carácter, que en los cuatro era verdaderamente extraordinaria.
Los cuatro estaban muy convencidos de su fealdad, y
eran los primeros en reírse de ella.
UANDO
Un día dijeron a Gabino Tejado:
—¡Qué ingenio el de usted! ¡Cómo se han reído de los
chistes de su discurso en el Senado!
Y don Gabino repuso:
—Cuando me ríen un chiste, me asalta siempre la duda de si se ríen del chiste o si se ríen de mí.
En cierta ocasión pidió una señora a don Claudio Moyano un favor ministerial, y don Claudio no pudo complacerla.
Fue a visitarla, y la señora le dijo al saludarle:
—Pero, ¿se atreve usted a presentárseme con esa cara?
—Señora—contestó Moyano,—¿cree usted que si yo
tuviera otra me presentaría con ésta en ninguna parte?
LA
AVALANCHA
LA ASAMBLEA DE LEIRE
XII
Nuevo personaje concurre a la asamblea; alto y grueso
debió ser el mozo, a juzgar por la gran túnica roja que
cubre su esqueleto. Su condición queda delatada por el
escudo navarro que ostenta bordado al pecho, más el dorado cetro que empuñan las falanges de su diestra; de su
cinto, ancho y de gruesa piel, pende, al lado izquierdo, un
largo y grueso espadón, que está reclamando para su uso
hercúleos brazos.
Y robusto, en efecto, fue el comparecido; si de recia
complexión corpórea, no menos lo fue de espíritu, de
energía, de justicia, pero nunca de maldad; por eso empieza, al tomar la palabra, por
una enéigica y razonada
protesta contra el apodo de aEi Malo, que la historia, injustamente, le ha aplicado, en vez de el de recto y "justiciero,,. a N i siempre el pueblo y los cronistas se inspiraron en un reflexivo y sensato juicio. La leyenda que me
atribuyen del Puente de Miluce, carece de base, y aun
cuando la han revestido con fantásticos pormenores, para
hacerla viabie, yo 'a rechazo con indignación, y os pido
expurguéis de ella ía crónica
que redactéis de mi reinado, a
la par que rechacéis el apodo
de "Malo,,: yo fui, sencilla'men
te, recto y justiciero siempre,
y ansioso del bien de mis subditos en toda ocasión.
BÜe mis andanzas en Francia y mis luchas en pro de mis
derechos; de mis avenencias y
desavenencias con el Delfín; de
mis aventuras en Amiens, Paris y Rúan, que hicieron tambalearse la Corona francesa; de
mis éxitos marciales y contratiempos; de mis treguas en tierra extranjera y de mis victorias de Sos, Salvatierra, Jaca y
Sobrarbe; de mis hechos militares en Cocherel, y de mi prisión, que burlé gracias a mis
capitanes navarros Uriz, Corbarán, Garro, Artieda, Ayanz y
Azcona, del castillo de Alleux,
harto os hablan las crónicas, a
las cuales me avengo, salvo apaPAMPLONA.—Detalle
sionamientos de los historiadoy
res que tomaron venganza de
sus derrotas aplicándome el
apelativo del cual ya he protestado al principio.
BLo más deplorable de esas luchas fue la pérdida momentánea de Logroño; la rendición, también por breve
tiempo, de Viana, y el incendio del castillo de Tiebas,
donde desapareció la más valiosa documentación histórica que hubiese ilustrado sobremanera a las crónicas de
Navarra.
«No me impidieron tales azares ocuparme activamente
de la Real Hacienda y llegar hasta la creación del Tribunal de la Cámara de Comptos, labores en las que me secundó el regente don Luis, infante duque de Durazo, ni
aun me impidieron la formación de la Gran Compañía de
Navarra que se dirigió a Oriente, llegando a establecer
el fuerte Principado de Morea.
BDediquéme en mi Reino a laborar con todo ahínco
por la libertad de mi pueblo; favorecí con especiales fueros a varias ciudades y buenas villas, estimulé el progreso agrícola e industrial y desperté la labor de la inteligencia y el estudio de la Historia y la Filosofía; acometí la
fundación de la Universidad de Ujué, y premié con pródiga mano los trabajos monacales.
,Los dos grandes siglos del Reino pirenaico fueron e!
AIV y el inmediato siguiente; el Arte y la Ciencia, de común acuerdo, florecieron como en el más encantador de
los jardines, y durante aquéllos brotaron tesoros inapre-
37
ciables lo bastante, por hábiles jardineros. Tales fueron
los dos grandes Carlos de Navarra, amamantados en el
ambiente francés en cuanto al Arte, y en la Filosofía religiosa en cuanto a la Ciencia.„
Descansó unos momentos en su relato el rey D. Carlos II, y la asamblea acordó constaran los siguientes
apuntes, aportados por la concurrencia.
Datan de aquellos dos sucesivos períodos monárquicos los magníficos templos de Ujué y de Olite, dedicados ambos al enaltecimiento de la Virgen Purísima; asimismo lo fue el lindísimo claustro de Los Arcos, erigido
con igual dedicación, y el no menos bello de la Catedral
de Pamplona, donde se sigue rindiendo veneración a la
Virgen del Sagrario, imagen traída de Parts por el reydon Carlos II.
De entonces datan también la bella iglesia de Obanos
y los románicos templos de Santiago en Puente la Reina,
de San Román en Cirauqui, de San Pedro y San Miguel
(su ampliación) en Estella, como también la adorable imagen de Santa María, rica escultura en alabastro (año
1349) conservada en Huarte, y la ampliación del santuario de San Miguel in Excelsis, sito sobre la cumbre del
monte Aralar.
De la propia centuria datan (año 1272) algunas efigies
de! sepulcro de los reyes de Navarra D. Carlos III el Noble
D. a Leonor de Castilla, en [a Catedral
Foto. Roisín
de San Pedro, de Estella, y la terminación, en 1385, del
templo de San Francisco, de Pamplona; como lo son
también la rica y maravillosa reliquia de la Santa Espina,
regalada por don Carlos II al ser coronado en La Seo
iruniense (27 de junio del 1350), como lo es el espléndido Lignum Crucis de oro, plata y pedrería, muy valioso,
y otro relicario de argentina filigrana para el templo de
San Andrés, de Estella, y una lámpara labrada, de plata,
para la Virgen del Puy; más otras lámparas argentinas
destinadas a Irache y a La Seo tudelana, y un soberbio
frontal con labras, repujados y calados, de plata, donado
a la Virgen del Sagrario. Y haríamos interminable este
catálogo si prosiguiéramos la enumeración procedente a
este respecto.
Al Rey Noble, hijo de don Carlos II, se deben en gran
parte, entre muchas obras, la capilla llamada de Barbazano, en honor y sepultura del Obispo de ese apellido
(1255), bellísima y atrevida construcción octógona de estilo ojival francés, en la Catedral de Pamplona; y dos lados del claustro de la misma florida escuela ojival; y las
puertas y escultura de la Virgen, cuyo tímpano representa, con profusión y admirable estética, la Muerte de la
Reina celestial; y la puerta llamada La Pretiosa, que daba acceso al salón de las Cortes del Reino; e innumerables y espléndidos relicarios, bordados y labras que en la
38
LA A VALANCH'A
capital y merindades se siguen conservando en singular
estima. A lo cual agregaremos el cenotafio real de excepcional riqueza escultórica, instalado en el coro de la repetida Catedral, obra en la cual colaboró John de Lome a
una con Per Andreo, memoria insuperada de arqueología funeraria, dedicada ai rey denominado "El Noble, y
su esposa.
Para terminar, citemos finalmente otra obra debida a
las postrimerías de don Carlos III, cual fue la manifestación pictórica de cualidad extraordinaria, aunque, por
desgracia, destruida en los días del virrey Conde de Miranda (1523-1529); consistía en la representación mural
(tal vez contemporánea de otras similares en los claustros catedralicios) dentro del convento de Santa Eulalia
(Mercedarias), tituladas en conjunto "Danza macabra,,
en la cual se interpretan, con ingeniosos simbolismos, los
avisos de la Muerte, las autoridades de la Religión, los
vicios y las virtudes, los castigos reservados a aquéllos y
los premios a éstas, resultando una alegoría crítico-moral
rebosante de intensidad dramática, evocante de los muy
famosos frescos de Pisa titulados "Triunfo de la Muerte..
Reanudó su relato el Monarca, haciendo constar un
especial recuerdo para dos de sus dignos colaboradores:
el cardenal don Martín Zalba, brillante jurisconsulto, y el
animoso don Martín Abarca, norma de hombres leales y
espejo de valorosa caballerosidad.
Declaró con espontaneidad que debió a la Divina Providencia todas las relevantes cualidades de que dio testimonio con su delicada munificencia, en especial a sus caballeros y cooperadores, entre los cuales mencionó a don
Juan Ramírez de Arellano, e inversamente citó un estricto caso de justicia recaído sobre el hermano de don Martín de Uriz, por sus tratos y deslealtades favorables a
don Enrique de Castilla,
Apuntó asimismo muchas ocasiones de su liberalidad a
Santa María de Ujué y Santa María de Pamplona; citó
sus obsequios consistentes en caballos, copas de plata,
tazas y cadenas de oro y plata a diversos servidores de
la Corte; donaciones y dispensas de tributos a varios pueblos y villas del Reino; premios a artistas y escritores; limosnas sin tasa a necesitados e inválidos de guerra; telas
y vestimentas para dependientes palaciegos, y sin número
de mercedes nobiliarias a sus capitanes don Juan Martínez de Medrano, don Miguel García de Agramont, don
Machín de Bergara, don Martín Enríquez de Lacarra,
donjuán Ramírez de Arellano, el señor de Luxá y don
Ojer de Mauleón.
Buena prueba del amor que le profesó su pueblo fueron los alistamientos de hombres para la guerra, en iniciativas voluntarias, y numerosos capitanes, como el Vizconde de Baiguer, don Martín de Aibar, don Aznar de
Garro, donjuán Doinezáin, don Guyot de Arce, donjuán
de Urtubia, don Per de Lesaga, don Miguel de Galdiano,
e innumerables ofertas de recursos económicos para sufragar gastos de las empresas bélicas.
El Rey justiciero, espléndido y caritativo, guerrero y
conquistador, falleció en su palacio de Pamplona, de
muerte natural; en su última voluntad testificó sus amores legando, a la Virgen de Ujué su propio corazón, que,
momificado, se conserva dentro de un cristalino recipien-
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te; su cuerpo, a la del Sagrario de Pamplona, y sus entrañas, a la de Roncesvalles. De esta manera, las tres regiones de sus dominios, Montaña, Centro y Ribera, recibieron signo de su cariño a Navarra.
Sus subditos le secundaron con el oro de sus capitales,
con la sangre de sus venas y la lealtad y entusiasmo de
sus almas. Sus arriesgadas aventuras y temerarias hazañas se comentaron en las veladas familiares de ios nobles combatientes, admirándose todos del heroísmo y
amor de su Rey, que elevó al infinito la fama y grandeza
de este Reino. ¡Casi cuarenta años de incesante y laborioso reinado, precursor de otro no menos glorioso!
JULIO ALTADILL.
(Continuará.)
SLJiWA Y S I G U E
L "no hay derecho,,, cuando se refiere a lo
que viene de arriba, tiene más que resabios
de blasfemia; no de esas soeces y carreteriles, propias de tabernícolas, sino de esas
otras veladas y finas, salidas de labios que
presumen de dientes postizos.
Entre las blasfemias de salón las hay claras, rotundas,
hirientes, aunque rebozadas de literatura.
Si no me creéis, id a ciertos ateneos, y si sabéis leer
entre líneas, os taparéis en seguida los oídos.
Los arrieros, al lado de éstos que a sí mismos se llaman "intelectuales, son unas bellísimas personas.
El "¡Padre, perdónalos, que no saben lo que se hacen!,, de Jesucristo en la Cruz, cayó primero sobre los
del tolle, tolle, que no sabían lo que se gritaban, antes
que sobre aquellos sabios de Israel que dilataban soberbios sus filacterias y magnificaban sus fimbrias.
Estos sabían mejor lo que se hablaban, porque tenían
más motivos para saberlo que aquellas turbas del hampa, verdaderos muñecos de tinglado movidos por los
maeses Pedro de la Sinagoga.
En la blasfemia callejera hay mucho de contagio mental y mucho de cavernicolismo, en el genuino sentido de
la palabra.
El erudito, en cambio, que se siente un superhombre,
un ser aparte, ajeno a malsanas influencias, un ente inmunizado que vive al margen de todos los contagios, éste, cuando lee ante un círculo de especialistas su manido
discurso, salpicado, amén de otras vaciedades, de blasfemias terminantes y subrayadas, parece que el menguado
sabe lo que se trae entre manos y que afirma ser el verdadero padre de la criatura.
Esta es la peor de las blasfemias; este es el "no hay
Dios, de los impíos y de los inspientes.
Ahora bien; ¿no os parece lectores míos, que en el "no
hay derecho, que pronuncian a veces en los salones algunas personas ribeteadas de cultura, se esconde agazapado este mismo blasfemo "no hay Dios, que profieren los maldicientes de ateneo y de taberna?
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LA A V A L A N C H A
Porque, si no, decidme: muere una joven, flor abrileña agostada al rayar de su aurora y al abrir de su capullo. La contempla, tendida sobre su ataúd, un joven que
siente el "bello es vivir, la vida es la armonía,,, que cantó el otro, y cree que aquel cadáver es una estridencia
incomprensible; y mientras sus ojos juveniles se detienen
sobre aquel rostro de alabastro y sobre aquellas manos
de marfil, musitan por lo bajo sus labios el consabido "no
hay derecho,,.
Traducid como queráis, servil o libremente, esta frase.
¿No os parece una blasfemia?
Multiplicad vosotros mismos los ejemplos y aplicad de
nuevo el oído al "no hay derecho,, con que terminan semejantes escenas. ¿No suena el estribillo final a queja de
amargura, a protesta teconcentrada, a quintaesencia de
blasfemia?
"No es buen juzgador quien juzga
sin mirar todo el proceso,,,
dijo el grdn Lope de Vega. No juzguemos antes de tiempo; no tratemos de descifrar el enigma sin descifrar la
clave; no fallemos del drama de la vida sin haber llegado
al epílogo; no olvidemos que si el tiempo posee el primer legajo del proceso, la eternidad guarda el segundo,
portador de la sentencia por el mismo Dios razonada.
Recordemos por último que en el fondo de toda cuestión humana esíá siempre la X, la X con los brazos cruzados, desafiando impávida a toda la supina ignorancia
de nuestras cabezas diminutas y guiñolescas.
EL BACHILLER HOZES.
GRATOS SILENCIOS
i
¿Por qué ya no loca
mi pobre vihuela?
¿Por qué, perezosas,
mis manos, no tiemblan
como cuando antaño,
cuando de sus cuerdas,
arrancaba las notas sentidas.
las suaves y dulces tonadas aquellas
que le hicieron llorar a mi madre
y a la madre que es hoy de mis nenas? ..
Rumiaba yo entonces
hieles y tristezas,
nostalgias de amores que me acobardaban,
dolores y penas,
que tan solo mi Cristo piadoso,
como padre bueno, supo comprendeilas,
y darme consuelos, y darme esperanzas
y delicadezas,
que luego en las horas
de las noches quietas,
cuando callan los ruidos del mundo,
cuando mudas se vuelven las lenguas,
cuando a Dios se habla porque nos parece
tenerle más cerca,
a solas el alma,
solico en mis penas,
supieron, entonces, mis manos temblonas
arrancar a mi pobre vihuela,
las coplas sentidas,
las suaves y dulces tonadas aquellas
que le hicieron llorar a mi madre
y a la madre que es hoy de mis nenas...
¡Elias lo quisieron!... ¡Sus lágrimas puras
me hicieron poeta!...
II
Por entonces estaba yo triste...
y hoy no quiere el Cielo que yo tenga penas.
Y callo mi dicha con ansias de avaro,
como si temiera
39
deshacer el encanto en las rimas
de suaves endechas.
Y gusto en silencio
la miel de mis bregas,
la paz de mi nido,
las dulces caricias de la esposa tierna,
y las sonrisinas de mis angelillos,
que el Cielo me diera
para hacerme la fe más raigacfa
para hacerme la vida más buena.
Sació ya mi alma
su sed de belleza,
sus ansias de amores...
¿Para qué necesiro en la tierra
buscar otras fuentes de santa alegría,
ni otras gamas de puras cadencias,
si en los balbuceos de mis angelillos,
llenos de ternezas,
si en sus sonrisinas acariciadoras
que a mí me embelesan,
si en las castidades de la esposa amante,
de la madre buena,
si en el grato nido de mis alegrías,
si en las recias luchas de mi dura brega
encuentro ternuras
y delicadezas
que rimarlo no pueden las plumas,
y decirlo no saben las lenguas?...
¡Qué dulce es mi vida!
¡Qué grato es al hombre sentir la belleza
que viene del Cielo, y a solas rumiarla
por el santo temor de perderla!...
III
Señor de bondades
Te debo la dicha que mi nido encierra.
Ahogado en angustias, llegúeme a tus plantas
una vez demandándote fuerzas.
Sediento de amores, bebf en tus veneros
las aguas divinas de la fortaleza;
y a solas contigo, Te dije mis ansias,
vertiendo mis ojos la sal de sus penas...
De aquella plegaria sumisa y amante,
callada y sincera,
brotaron las ñores de mis alegrías...
el hondo cariño que ahogó mis tristezas,
la paz en mi pecho, la luz en mis ojos,
las firmes creencias,
el amor callado que me hace ser bueno,
la fe salvadora que a Ti más me acerca...
¡Qué dulce es mi vida!
¡qué grata mi brega
rumiando en silencio, con ansias de avaro,
mieles y ternezas!...
¿Para qué necesita mi alma
buscar en la tierra
otras fuentes de santa alegría,
ni otras gamas de puras cadencias,
si elevando mis ojos al Cielo,
si en el nido que Dios me eligiera,
encuentro ternuras
y delicadezas
que rimarlo no pueden las plumas,
y decirlo no saben lenguas?...
E. Y. G .
La hora de la verdad.—En Sanlúcar de Barrameda
ha fallecido el jefe de la minoría de la izquierda republicana del Ayuntamiento y concejal señor García Ventos,
que gozaba de gran predominio en las extremas izquierdas.
Al sentirse morir, pidió confesión y abjuró de sus ideas
y pasados errores. Con gran espíritu recibió ios Santos
Sacramentos.
A la hora de la verdad, la verdad triunfa y se declara.
40
LA
AVALANCHA
Sacramento ? Concubinato
NOVELA DE COSTUMBRES
é
por D. MANUEL POLO Y PEYROLÓN
(Continuacifin)
El escándalo producido durante la lucha referida, para
obtener el consejo del tío Isidoro, fue mayúsculo. El pueblo todo afeaba la conducta de Andrea, sin que absolviese a su padre, culpable cuando menos de haberla educado pésimamente. El pobre hombre se daba a todos los
diablos; agotó todas sus marrullerías; echó mano de las
amigas de Andrea, y viendo que su hija se le escapaba
por puntos y él quedaba maltrecho y pisoteado por los
gloriosos, aunque con cierta repugnancia, hija legítima
de su volterianismo silvestre, acudió enfinal señor Cura,
impetrando su autoridad moral y su cooperación material para salir de aquel conflicto. El bendito Párroco prometió hacer cuanto en su mano estuviese, y lo hizo en
efecto.
cada y no has meditado bastante en tu conducta para
con tu buen padre.
Este epíteto se le atascó algún tanto al señor Cura en
la garganta; pero salió alfin,tomó un polvo de rspé, y
mientras Andrea, muda, cabizbaja y pensativa, jugaba
maquínalmente con la punta de su delantal, prosiguió el
sacerdote:
—Sin causa grave y motivos poderosos, los padres no
se oponen nunca a los casamientos de sus hijos. ¿Cómo,
pues, hija mía, procedes tú tan de ligero, arrancando a
tu buen (paladeando el adjetivo) padre, por fuerza, lo
que él no da por voluntad?
—Yo no he sido, señor Rector: Blasillo y el tío Judas.
—Pero tú lo toleras; más diré, los alientas; mejor ajín,
lo consientes. ¿Estás acaso decidida a casarte pisoteando
la voluntad expresa de tu padre?
—Mi padre se opone sin motivo.
—No lo creo, Andrea, no lo creo; pero aunque así
fuese, mi larga carrera parroquial me ha demostrado que
no sale bien ni uno solo de los matrimonios contraídos
contra la voluntad paterna.
—Que ceda, pues, mi padre.
—Cede tú, que eres su hija,
—Imposible, señor Cura, imposible. Aquella casa es
NAVARRA
LUMBIER.-Yista parcial de la
Foto. Rupérez
Cierta tarde paseaba el anciano señor Cura por delante de la ermita de San Gil, rezando Completas con su
breviario en la mano, cuando vio venir a Andrea, con
una cesta en el brazo y en dirección a su huerto, que está debajo de la ermita. Sin temor ai que dirán, suspendió el rezo el celoso Cura, cerró el breviario y llamó a
Andrea:
— ¿Qué quiere usted, señor Rector?—preguntó la
moza.
—Acércate y sentémonos aquí, en el pórtico, que tengo que hablarte de cosa sería.
Andrea miró hacia atrás y en torno, temiendo que
Blasillo la siguiese, y cuando se convenció de que nadie
la veía, entró en el pórtico de la ermita y se sentó al lado del señor Cura.
—Oye, Andrea, hija mía, tú no eres muy piadosa que
digamos; pero tienes buen corazón, has sido siempre excelente hija, cumples todos los años con la Iglesia, nuestra santa Madre, y todo esto, y mucho más que callo para
no detenerte largo rato, me hace creer que estás obce-
un infierno y lo que yo deseo es salir de allí cuanto antes. He dado a Blas mi palabra formal; todo el lugar lo
sabe; los preparativos de boda están hechos; ¿cómo quiere usted, pues, que desista?
—Entonces, hija mía, me veré yo en el triste caso de
tener que negarme a casaros, hasta que me convenza
de que tu bien espiritual lo reclama.
Andrea no supo qué contestar, pues, lo mismo que el
señor Cura, ignoraba que sus gloriosos amigos querían
prescindir del matrimonio canónico.
El párroco creyó que el silencio de la moza significaba vacilación o duda y dando por suficientemente preparado el terreno, se despidió, diciendo:
—Piénsalo bien, Andreíca: frutos de bendición produce siempre el consentimiento paterno, y de maldición el
disentimiento.
Blasilio, que acudió poco después al huerto de Andrea,
deshizo con cuatro palabras el escaso efecto producido
por el señor Cura en el ánimo impresionable y superficial de su novia.
LA
41
AVALANCHA
—¿Con que se niega a casarnos el señor Cura?
—Eso ha dicho.
—No te apures: podemos obligarte.
• —¿Cómo?
—Muy fácilmente. Primero nos casa el tío Solimán
por lo civil, y luego no tiene más remedio el señor Cura
que casarnos por la Iglesia.
Sin darse cuenta de ello, sentía Andrea cierta repugnancia instintiva por el matrimonio civil;'pero tanto era
su anhelo de casarse, que el medio apuntado por Blasillo le pareció una solución como otra cualquiera, y por
de pronto quedó tranquila y satisfecha.
Dado el carácter del tío Solimán, personaje que ya conocemos, apenas se publicó en 1870 la ley provisional de
matrimonio civil, y al ver que en competencia con el Cura, él y nadie más que él tenía el derecho de echar la
bendición nupcial a los que quisiesen contraer matrimonio, experimentó satisfacción tan inusitada y se llenó de
orgullo taK que no sabía hablar de otra cosa.
su señoría D. Gregorio Cutanda, Solimán por mal nombre, abogado de secano, y juez municipal de Peñascates y su término, se dispuso a autorizar un matrimonio civil por primera vez, y con gran contentamiento de
su autoridad casamentera.
Corrió por Peñascales el rumor de que Blasillo y Andrea iban a casarse en la casa del lugar, sin parecer para nada por la iglesia, y esto produjo el escándalo consiguiente, tanto que el Sr. Cura se creyó obligado, y así lo
hizo en efecto, a predicar contra el matrimonio civil varios domingos seguidos, calificándole desde el pulpito, con
energía santa y con palabras del inmortal Pío IX en su
alocución Acerbissimum, de torpe y pernicioso concubinato. Sublevaron los calificativos al tío Solimán, el cual
en uno de sus arranques autoritarios quiso encausar al
Sr. Cura; pero su compadre el tío Judas le devolvió las
tornas, disuadiéndole de su intento en bien del procomún.
(Continuará)
MONUMENTOS HISTÓRICOS Y ARTÍSTICOS DE NAVARRA
PAMPLONA.—Capiteles del claustro de la iglesia Catedral
Foto. Arxiv Mas
—Los que intenten contraer matrimonio (decía, viniese
O no a cuento y haciéndosele la boca agua), lo manifestarán al juez municipal... y ese juez soy yo; de modo y
manera que nadie se puede casar en e! pueblo sin pedirme permiso; artículo noveno de la tay... El juez municipal mandará fijar editos en el local de la audiencia pública; artículo once de la lay... El matrimonio se celebrará ante el juez municipal competente,.., ese soy yo, y
dos testigos mayores de edad; artículo veintiocho de
la lay...
En una palabra, el tío Solimán rumiaba a todas horas
la ley del matrimonio civil, y tenía tal apetito desordenado de ejercer, que gustoso hubiese dado el mejor carnero de su aprisco por que se presentase un solo caso para poder lucir sus nuevas atribuciones. Cogió, pues, por
los cabellos la ocasión que le deparaban el tío Judas y
Blasillo, e incoado el oportuno expediente, reunidos en
el juzgado municipal los documentos necesarios, publicados los edictos y transcurrido el plazo que la ley marca,
¡Periódicos! ¡Periódicos!
*E1 Socialista,,, que nació semanario, ascendió a diario y ahora ha montado una gran rotativa, en pleno auge,
aspira a que en todas las capitales de provincia donde
sea posible haya un diario que defienda los principios
socialistas dentro de la disciplina del partido. Y para despertar el fervor de los afiliados les pone el ejemplo de
"las derechas».
¡Ojalá que el argumento respondiese a la realidad!
¡Otra sería la suerte de los elementos a quienes "El Socialistan alude, Y lo decimos, porque del desdén por su
Prensa, del abandono en que han tenido a su Prensa
proviene en gran parte la situación actual.
Bien considerado, al Socialismo no ie ha hecho falta
poseer Prensa propia hasta ahora. La tuvo toda a su servicio. Toda la Prensa burguesa le hizo el juego, y se lo
42
LA AVALANCHA
hizo gratis. Porque la Prensa burguesa ha sido la que
desde el principio dio calor al Socialismo.
El régimen de silencio que la llamada Prensa de orden ha seguido siempre para con los actos y con los
hombres de "las derechas, y singularmente para con los
actos y los hombres de las agrupaciones políticas antiliberales, fue régimen de favor para el Socialismo.
Esa Prensa ha sido la que divulgó no sólo los actos
de propaganda socialista, sino la que concedió importancia cuando no la tenían, y otorgó el espacio que no merecían, en sus columnas, a las reuniones privadas de las
agrupaciones socialista, a las idas y venidas de sus directores y cabecillas; la que popularizó, estampando uno
y otro día sus retratos, a los hombres que actuaban como dirigentes dentro de la organización; elogió sus cualidades, calló sus errores, dio aire a sus declaraciones,
destacó sus discursos en los debates parlamentarios, atribuyendo alcance sensacionalista a actitudes y exabruptos
que merecían la condenación o el silencio. Algo parecido
a lo que ahora ocurre con respecto al Comunismo, que
ha hecho decir a Trostky que en España no es necesario gastar dinero en Prensa, porque la Prensa burguesa
—hoy como antes—hace la propaganda gratis.
Esta necedad es pecado de todos, y singularmente de
ios que tienen la teoría de que no es leal en el aspecto
informativo la omisión de las referencias de estos o aquellos actos. Como si no vieran a diario que los enemigos
jamás incurren en la candidez de contribuir, con la publicación en sus columnas, a la difusión de actos nuestros;
ni menos, no ya elogiando, pero ni siquiera citando el
nombre de ninguno de los que con nosotros actúan, como no sea para combatirlos cuando lo creen oportuno,
sin perdonar medio y sin detenerse ante el insulto.
Así se ha llegado adonde se ha llegado.
No es "El Socialista, quien puede poner el ejemplo
de "las derechas,, para exhortar a sus afiliados a sostener periódicos. Son "las derechas» las que deben fijarse
en el ejemplo que sus enemigos íes ofrecen.
Primero, para llegar incluso al sacrificio pecuniario para sostener buenos periódicos en todos los aspecios. Después, para no hacerlos vehículo de difusión de lo que
hacen o dicen los adversarios, ni a título de información.
El silencio también es un arma. Y tanto más poderosa
cuanto mavor sea ia destreza en manejarla, ¡Callar y hablar a tiempo! Ese es el secreto.
NUESTROS GRABADOS
Grupo de turistas en la puerta de la iglesia de San
Pedro la Rúa, en Estella.— Durante los días 4 al 11 de
septiembre de 1933 se celebró en Pamplona la "Semana
Pedagógica de Navarra,,, a cuyas sesiones, que tuvieron
lugar en el Teatro Gayarre, concurrían más de novecientos asambleístas, maestros y maestras de nuestra
provincia la mayor parte.
El jueves día 8, y por vía de descanso y recreación,
los asambleístas, divididos en grupos, lo dedicaron a excursiones por Navarra, siendo uno de los lugares elegidos la visita a ios monumentos históricos y artísticos de
Eunate, Puente la Reina, Estella e Irache.
Nuestra fotografía reproduce una pequeña parte del
grupo de asambleístas que visitó los monumentos de la
ciudad de Estella.
Detalle del sepulcro de los reyes de Navarra don
Carlos III el Noble y doña Leonor de Castilla, en la
Catedralde Pamplona.—De este grandioso y artístico
sepulcro que se levanta en el centro del coro de nuestra
Catedral, construido por el escultor John de Lome en
1476, publicamos el detalle que adorna nuestras páginas.
El rey don Carlos que mereció de sus vasallos el sobrenombre de "Noble,, por su generosa condición y buen
gobierno, fue coronado solemnemente en la Catedral de
Pamplona el 13 de febrero de 1390 y reinódurante treinta y ocho años, habiendo fallecido en el palacio real de
Olite el 8 de septiembre de 1425.
De este magnánimo rey publicamos una extens? biografía en los números 8 y 24 de enero y 25 de febrero
de 1912.
La reina doña Leonor, su esposa, falleció el 27 de febrero de 1415, y ambos monarcas se hallan enterrados
en la Catedral pamplonesa, en el sepulcro cuya fotografía publicamos.
Vista parcial de Lumbier.—La villa de Lumbier, que
se encuentra a 42 kilómetros de Pamplona y confina con
Rípodas, Tabar, San Vicente, Arboniés, Liédena, Sangüesa y Nardués, se compone de 513 edificios con 1.972
habitantes. Es estación del ferrocarril eléctrico de Pamplona a Sangüesa, y en su término municipal están los
despoblados de "Biezcas,,, "Campaneros,,, "OlazD y "Nicuetas.
Lumbier era una de las buenas villas de Navarra, con
asiento y voto en las Cortes generales del Reino. Los reyes don Sancho el Fuerte y don Teobaldo I la repoblaron, concediéndole fuero particular y muchos privilegios,
los cuales confirmaron los reyes don Enrique, en 18 de
abril de 1274, y don Luis Hutin, en 12 de octubre de 1307.
El rey don Carlos III el Noble, considerando las graves disensiones que ocurrían en Lumbier a causa de que
sus vecinos estaban divididos en dos clases, esto es, hijosdalgo y francos, les concedió que todos fuesen hijosdalgo.
La princesa doña Leonor, estando en Tafalla el 15 de
febrero de 1367, concedió a la villa de Lumbier dos ferias anua'es: una a principios de mayo y la otra el día de
San Lucas, 18 de octubre.
Capiteles del claustro de la Catedral de Pamplona.—"Este claustro—escribe un publicista contemporáneo,—que es una joya arquitectónica del siglo XIV, orgullo de Pamplona y de su Catedral, es sin disputa fy entre otras autorizadas opiniones, en la de Mr. Bertaux), la
obra maestra del arte gótico español y el más bello claustro de Europa entre los de su estilo.„
JOYA ARTÍSTICA RELIGIOSA
Custodia de Santa María de Sangüesa
STA admirable obra es de arte gótico flamígero.
El hermoso plinto octógona! que la sustenta,
presenta en sus caras finos cincelados de plata,
en relieve, representando escenas de la Historia Sagrada: el sacrificio de Abraham, la Cena
de los Apóstoles, la conducción del Arca de
la Alianza, el sacrificio de Melquisedec, la entrega de los
panes de ia proposición, y alguna otra alegoría bíblica.
Sobre esta peana se eleva esbelta pirámide, dividida en
tres zonas o pisos, rebordeada la base con chapa argéntica, en la cual están grabados los símbolos de los Evangelistas. La primera zona lleva ocho arbotantes prismáticos cuadranglares, con un estrechamiento rectangular
en su punto medio; las caras de cada arbotante contienen
labras afiligranadas, rematando en pináculo de cinco divisiones, para terminar en ramos floreados. El cuerpo de
la pirámide central de esta primera zona lleva en sus caras labores afiligranadas de tracería gótica, especie de
ventanales ajimezados con maineles estirados, más grueso el del centro, terminado en dos rosetones; del punto
medio de los otros maineles parten dos gruesos arcos y
otros dos más cortos que terminan en lóbulos. Unos ar-
LA
AVALANCHA
quitos ajimezados, con labores delicadas, coronan la parte superior del primer piso.
A corta distancia de la terminación de los florones del
primer cuerpo, y sobre otro plinto delgado octogonal,
base de la segunda zona, se apoyan otros ocho esbeltos
prismas arbotantes, correspondientes al segundo piso.
Son cuadrangulares, sobre doble basa, con fuste estriado,
terminando en preciosos ramos de flores. Hn las caras de
la pirámide octogonal que forma el núcleo central de la
custodia, correspondientes a esta segunda zona o piso,
van ocho estatuitas de santos Apóstoles, sobre peanas
circulares, en especie de hornacina con doseletes. Sobre
ellas, architería de losanges en los ocho lados.
Próximos al remate de los pináculos de la segunda zona, SGbre plinto delgado análogo al anterior, descansan
otros ocho arbotantes de líneas iguales a las de los otros
pisos, terminados en angelitos de pie sobre los ramos de
flores; estos arbotantes enmarcan al tercer cuerpo de la
pirámide central, el cual ostenta ventanales de tracería
elegante. Flotando en el aire, al parecer, se ven dos ángeles arrodillados, de tamaño mayor que los anteriores:
su actitud es suplicante, elevando sus preces al Altísimo.
Las manos de los ángeles están a la altura de un cofrecito octogonal que corona la pirámide, en cuyo centro se
sujeta el vastago del círculo relicario que contiene la Sagrada Forma, en nicho con puertas de cristal, cerradas
con ¡a llave que pende a la espalda de uno de los ángees. Sobre el relicario se eleva un triángulo de lados ornados con pequeñas rosas, terminando en ramo de flores
sobre el cual está la Cruz con el Redentor.
El conjunto es joya artística del siglo XV. Toda ella
está construida en plata sobredorada. Su altura es de un
metro cuarenta centímetros, y su peso de unos ireinta
kilogramos.
Su factura es distinta de la que ofrecen las numerosas
custodias del arte plateresco que los Arfes de Valladolid,
los Becerril de Cuenca y sus numerosos discípulos construyeron en los siglos XV y XVI, y que todavía se conservan en gran estima, como preciosas obras de arte, en
catedrales e iglesias españolas. La custodia de Sangüesa
fue muy admirada en el pabellón de Navarra de la última Exposición de Sevilla. Respecto del nombre de su
autor no existe vestigio alguno. Por los detalles de sus
adornos debió construirse esta obra de arte en el período
gótico flamígero de fines del siglo XV o comienzos del
XVI, probablemente en la época de los Reyes Católicos.
Hemos observado que muchas de sus piezas van marcadas con un sello diminuta en el cual se perciben claramente las cuatro barras del escudo de Sangüesa, y debajo de ellas la palabra aSang.o Parece ser debido este cuño o marca a que en aquella época se contrastaban los
metales ricos en !os ayuntamientos de las poblaciones,
siendo el citado sello el que usaba el verificador de "La
que nunca faltó,.
La posesión de esta valiosa joya por la iglesia de Santa María parece datar de los tiempos de donjuán y doña
Catalina, los cuales hicieron permanencia en esta localidad varias veces durante los años de la primera década
del siglo XVI. En ella fueron padres de un nuevo infante
y vieron sepelir en su camposanto a uno de sus hijos.
Otras varias joyas de estimable valor artístico posee
este monumental templo sangüesino, de las cuales nos
ocuparemos en esta revisla, dándolas a conocer en diversos artículos.
MIGUEL ANCIL.
MESA REVUELTA
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Nuestros amigos difuntos.—En prensa nuestro número anterior, recibimos la triste noticia del fallecimiento
del Excmo. Sr. Obispo de Salamanca, Dr, D. Francisco
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Frutos Valiente, de quien todos nuestros lectores conservarán gratísimos recuerdos de la notable conferencia que
dio en el Teatro Gayarre de esta capital, el mes de marzo
de 1922, con motivo del tercer centenario de nuestro esclarecido Patrono San Francisco Javier.
También ha fallecido santamente en la clínica de San
Ignacio, de San Sebastián, el virtuosísimo jesuíta pamplonés H.° Eusebio Iráizoz. Cuantos tuvimos la suerte de
practicar ejercicios espirituales en la Santa Casa de Loyola no olvidaremos al cariñoso hijo de San Ignacio y
querido paisano nuestro, el buenísimo hermano Iráizoz.
Suplicamos a nuestros amigos encomienden en sus
oraciones a tan queridos difuntos.
R. I. P.
El centenario de Pereda.—El día 6 de febrero se ha
conmemorado el centenario del nacimiento del ilustre novelista católico don José María de Pereda, gloria de la literatura española.
Aparte de los diversos actos celebrados en dicha fecha, en el próximo verano tendrá lugar en Santander una
magna "Semana de Pereda,, y dentro de ella, un certamen literario de carácter internacional.
En pleno laicismo.—"Durante el mes de diciembre
último ocurrieron en Madrid 1.135 defunciones. Se celebraron 1.125 entierros católicos y 10 civiles.„ (Estadísticas oficiales.)
Apenas fueron promulgadas las leyes que iban contra
las costumbres y el sentimiento hondamente arraigado en
la conciencia de los españoles, un personaje de la situación (de la situación a que hemos llegado), dijo: "Ya está.
España ha dejado de ser católica.„ Como si la cosa fuera
semejante a un sencillo juego de prestidigitación.
El pueblo acogió los nuevos preceptos legales con un
expresivo encogimiento de hombros. Lo que antes de
las leyes seculanzadoras era sólo una presunción, se ha
convertido ahora en certeza evidente. La "secularización,, de cementerios, hecha a toda prisa con propósitos
de persecución, ha proporcionado a la Iglesia Católica un
triunfo rotundo y definitivo.
Mil millones.—¡La facilidad con que se habla, sobre
todo ai hacer los presupuestos nacionales, de mil millones! Qué pocos son los que se dan cuenta de lo que representa esta cifra. He aquí un ejemplo interesante que
leemos en un periódico extranjero.
Se conmemora este año el 1900 aniversario de la
Muerte de Cristo. Pues bien, todavía no han pasado mil
millones de minutos desde el drama del Calvario.
En efecto, 1.900 años se componen de 603.500 días, o
de 14.484.000 horas, o lo que es lo mismo, de ochocientos millones cuarenta mil minutos. Añadamos a esto 460
días por los años bisiestos, 24 por siglo, más ¡os 400,
800, 1.200 y 1.600, lo que nos dará 27.600 minutos, que,
sumados a los anteriores, hacen 869.067.600 minutos, de
los que hay que restar, para ser exactos, los once días
suprimidos al calendario por ¡a reforma gregoriana.
Total: faltan aún 900 días para completar los mil millones de minutos desde que murió Jesucristo.
Los fuertes desmantelados.—El Gobierno ha acordado ceder para diversos fines los edificios que fueron
de los Jesuítas en Granada, en Jerez y en Madrid.
Igual suerte corren los bienes incautados a la nobleza.
Y los que están incluidos en la Reforma agraria, tal como
ésta se aplica.
Se deduce una enseñanza elocuente de la conquista y
ocupación de los bienes de jesuítas y de nobles.
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LA AVALANCHA
Todo eso era como ¡fuertes, como castillos para defender y proteger altos fines de cultura y de producción. Pero eran fuertes sin artillar. Eran fuertes desmantelados
que la revolución ha conquistado sin riesgo y sin combate.
La artillería en las modernas contiendas políticas—y
todo es político en ia vida, a pesar de los distingos ideológicos—es la prensa; y nadie se preocupó nunca de artillar los fuertes; pretendiendo luchar a cuerpo limpio, sin
más que la virtud, que en este caso es el valor personal,
contra un enemigo perfectamente pertrechado, lo mismo
de la artillería gruesa de los grandes rotativos, que de las
escopetas de los franco-tiradores, que son la nube de revistas y folletos y semanaries y periodiquitos que tiene a
su servicio la revolución.
¡No hagamos consideraciones estériles! Baste consignar el hecho.
Y que aprendan la lección los que creen que gastar dinero en prensa es tirarlo.
Y lo es, en efecto. Es tirarlo. Pero como se tira la semilla al surco.
Para demostrarlo, ahí está la cosecha.
Revistas.—¿Se puede leer "Estampa,? "Estampa, es
una revista que tiene muchas cosas inconvenientes, y
muchas también indecentes para ia moral católica. Allá
ellos con la suya. Muchos grabados son de los que sólo
ante gente que no tiene pudor católico se pueden presentar; y para que se vea mejor la intención, el que los acota con leyendas parece que se complace en decir gracias
y conceptos dignos, si acaso, de un "cabaret,, pero no de
una casa digna de católicos. También las lecturas no tienen muchas veces nada de recomendable y sí mucho de
censurable.—{"Mensajero del C. de Jesús».)
El culto público es un deber.—Es, además, cuestión
de vida o muerte para la sociedad.
Los pueblos no son eternos; sucumben con el tiempo.
No pasarán a la eternidad como ios hombres, para recibir la justa e inevitable sanción de sus obras. Deben recibirla, y la reciben, en el tiempo. De Dios nadie se burla: ni los pueblos.
Aquella sentencia de la Sagrada Escritura: "No hay paz
para los impíos,,, se cumple con los pueblos. El pueblo
judío, que oficialmente excluyó de él a su Dios, murió como pueblo.
Cuando se cierran iglesias y capillas, pronto se han
de construir cárceles. Cuando se destierra la Religión de
las calles y plazas públicas y se prohiben las procesiones,
pronto vense frecuentadas por otras procesiones de gente no santa, llevada por el torbellino de la pasión destructora, moral y materialmente, de la sociedad.
Cuando se prescinde del culto público para moralizar
a las masas, no tes quedan otros medios que el cine, los
clubs, los cafés, el teatro, los lugares de orgía, en los cuales, el vaho de las pasiones ahoga el espíritu; y los cuerpos sin espíritu se corrompen, y la corrupción es señal
de muerte.
•El culto público,,, por consiguiente, es para la sociedad cuestión de vida o muerte. Lo cual confirma la verdad fundamentalísima de "que no puede existir ningún
pueblo sin Religión,,
Respeto a los sacerdotes.—Gobernaba la República
del Ecuador el gran García Moreno.
Cierto día, un religioso que se hallaba en Quito quiso
hacer una visita al Presidente, y al entrar en la sala de
audiencia se descubrió, quedando con el sombrero en la
mano.
—Cúbrase, Padre—le dijo García Moreno, descubriéndose él al mismo tiempo.
—Un pobre religioso—contestó el Padre—no puede
cubrirse delante del Presidente de la República.
—Pero, Padre—replicó el Presidente de la República, poniéndole al mismo tiempo el sombrero en la cabeza,
—¿qué es el Presidente del Ecuador en presencia de un
sacerdote del Altísimo?...
Por estos y semejantes sentimientos asesinaron traídoramente al repúblico ejemplar.
Repugnante espectáculo.—Días pasados, la prensa
de Madrid, al paso que hacía información del término del
campeonato de baile del Circo de Price, lanzaba sus anatemas al bárbaro, absurdo, inmoral y degradante espectáculo de especulación humana, dado a ciencia y paciencia de las autoridades, de la policía... y de la sociedad
protectora de animales, que se conmueve por un fustazo
a un caballo y se divierte, o no tiene la menor protesta,
ante la cruel explotación del idiotismo humano en campeonato de aniquilamiento y de locura.
Esa prensa malsana, que pudo evitarlo con su protesta
justificadísima, contribuyó a la explotación inicua con su
propaganda, y ahora vierte lágrimas de cocodrilo ante el
sacrificio de las víctimas.
Antes, antes.
CHINITAS
Llaman al cinematógrafo
cine, por abreviatura;
yo mato lo llamaría
con otras sílabas suyas.
Y en verdad, ¡de cuántos jóvenes
segó la inocencia en flor!
¡Cuántos corazones puros,
cuántos el cine mató!...
Más sensibles son sus víctimas
que las que causa la guerra;
pues si ésta mata los cuerpos,
aquél mata las conciencias.
Mas también el otro apócope
es bien significativo;
que no es otra cosa el cine
que una escuela de cinismo.
Lo que más persiste.—Aunque una población entera
se junte alrededor de ia cátedra sagrada, el pueblo más
religioso del mundo que lea malos periódicos llegará a
ser, de aquí a treinta años, un pueblo de impíos y revolucionarios.
Humanamente hablando, no hay predicación que persista ante la mata prensa.
¿El varón fuerte?—El Espíritu Santo, en el "Libro
de los Proverbios,,, pregunta: "¿Quién encontrará a una
mujer fuerte?» Y se responde: "Lejos y a un precio subidísimo.»
Y leyendo esa hermosa sentencia, se me ocurre preguntar: ¿Y el varón faerte? ¿Se encuentra más a la mano
y con menos cosió? Y sinceramente os confieso que me
quedo perplejo, sin acertar a responder, cuando veo por
el mundo tanto ocioso que no trabaja, tanto flojo que traba ja poco y mal, tanto débil en cumplir sus deberes de
padre, hijo, hermano, esposo, autoridad; tanto cobarde
esclavo de sus vicios, tanto varón afeminado y tanta
hembra masculinizada, tanto hipócrita del mal para que
los tengan por bravos.espíritus fuertes, tantos entregados
en alma y cuerpo al diario que leen, al partido en que
medran o en que esperan medrar, al cine o al espectáculo que los divierte... al parlanchín que los embauca...
Dios mío, me digo, ¿pero en dónde están los hombres,
ios varones, los fuertes de verdad y en serio?—MANUEL
GONZÁLEZ, Obispo de Málaga.
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