La violencia contra las mujeres es reconocida en la

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02 El derecho de las mujeres a una
vida libre de violencia.
05 Violencia contra las mujeres
y programas para su atención
de sociedad y gobierno.
08 Violencia contra las mujeres
y programas para su atención
de sociedad y gobierno. INMUJER
Realidades y programas para
12 Tijuana:
erradicar la violencia de género.
Hijos maltratadores. Una violencia
18 contra la mujer silenciosa.
22 ¿Por qué le pega el hombre a la mujer?
Director General
LIC. ARMANDO ROGELIO LARA VALLE
Coordinación Editorial
ING. EDUARDO PARRA RIVERA
Edición
ANA CECILIA MONTAÑO FONG
Diseño
HAVID ARRIZON BORREGO
Estado en Movimiento es un publicación
del Comité de Planeación para el Desarrollo
del Estado de Baja California (COPLADE)
La edición consta de 1,250 ejemplares.
Plaza Baja California Locales 5 y 6-D,
Calzada Independencia y Calle Calafia s/n,
Centro Cívico, Mexicali, B.C., C.P. 21000,
Tel/fax (686) 555-4741,
(686) 555-4795 y 557-3602.
E-mail: [email protected],
Pág. Web: http://www.copladebc.gob.mx
Nota: Algunas de las fotografías utilizadas en esta revista,
son tomadas del Internet con el fin de ilustrar situaciones o
formas de pensar, no existe ningún fin de lucro.
El tema de la violencia contra las mujeres trasciende fronteras.
Se trata de un fenómeno mundial, que comprende cualquier
agresión dirigida en contra de las mujeres por el solo hecho
de serlo y va desde la discriminación, hasta la agresión
verbal, física, sexual, psicológica y económica.
La Declaración sobre la eliminación de la violencia contra
la mujer, adoptada por la Asamblea General de las Naciones
Unidas en 1993, demuestra el reconocimiento y la
comprensión internacionales de que la violencia contra
la mujer es una violación de los derechos humanos y una
forma de discriminación contra la mujer.
La violencia contra las mujeres no se limita a una cultura,
región o país específico, ni a grupos particulares de mujeres
en la sociedad. Las raíces de la violencia contra la mujer
yacen en la discriminación persistente contra las mujeres.
Los costos sociales y económicos de la violencia contra la
mujer son sumamente altos y repercuten en toda la sociedad.
Las consecuencias físicas y emocionales ocasionadas por
la violencia hacia las mujeres tienen un impacto importante
en su salud, tanto física como mental, en su capacidad
productiva, además de ser un motivo de demanda de atención
en los servicios de salud y apoyo a las mujeres maltratadas
y sus hijos, y para enjuiciar a los ofensores.
En este contexto, el Comité de Planeación para el Desarrollo
del Estado, pone en sus manos la presente publicación, en
la que se integran aportaciones de conocedores y
especialistas de diferentes instituciones de los tres órdenes
de gobierno y sociedad civil, sobre esta relevante
problemática, así como los programas para su atención.
Comité de Planeación para el Desarrollo del Estado
El contenido de los artículos son responsabilidad del autor.
La violencia contra las mujeres
es reconocida en la actualidad
como un problema de salud
pública con causas y efectos
multidimensionales que afecta
y trastoca a todos los niveles
de la sociedad de distintas
formas, y representa una
violación a los derechos
humanos de las mujeres.
En México, de acuerdo a la Encuesta Nacional
de la Dinámica de las Relaciones en los
Hogares, 2011, el 42.4% de las mujeres de 15
años y más, declaró haber recibido agresiones
emocionales en algún momento de su actual
o última relación de pareja. El 24.5% recibió
algún tipo de agresión sobre ingresos
personales y del hogar. Por ello, el gobierno
de México lo ha reconocido como un grave
problema que debe ser parte de la política de
Estado, atendido con voluntad política, sin
prejuicios, y con responsabilidad. Lo más
importante, es lograr un cambio cultural, que
promueva un efectivo empoderamiento de las
mujeres con pleno respeto a sus derechos
humanos para prevenir cualquier tipo de
violencia en los diferentes ámbitos de la
sociedad.
Es en este sentido, que el Instituto Nacional
de las Mujeres, órgano rector de la Política
Nacional de Igualdad entre Mujeres y Hombres,
ha trabajando para que en los Poderes
Legislativo, Ejecutivo y Judicial, del orden federal
y estatal, se desarrollen diversas políticas
públicas de prevención y atención de la violencia
de género, con base en las leyes y tratados
internacionales, compromiso de nuestro país
con las mujeres.
De acuerdo a la Ley General de Acceso de las
Mujeres a una Vida Libre de Violencia, las
dependencias federales y estatales, realizan
acciones de prevención, atención y sanción,
entre las cuales el INMUJERES ha trabajado
estrechamente con las diferentes secretarías
y autoridades en estados y municipios para
impulsar normatividad, mecanismos
interinstitucionales y políticas públicas, gracias,
en buena medida, a los recursos etiquetados
para la igualdad, del Presupuesto de Egresos
de la Federación. Cabe señalar que las
secretarías y dependencias que conforman el
Sistema Nacional de Violencia, que deriva de
esta Ley, realizan su propia agenda de trabajo
conforme a sus atribuciones y facultades. En
este espacio sólo señalamos algunas acciones
que ha realizado e impulsado el INMUJERES.
Prevención
Han sido numerosas y variadas las acciones
realizadas en materia de prevención, aquí sólo
se mencionan algunas que destacan por su
novedad e impacto. Es muy importante señalar
que la prevención va más allá de campañas
de difusión, distribución de folletería y otros
impresos, también implica la creación de
programas de reeducación de las personas, e
involucra políticas y acciones en materia de
salud, educación, trabajo, desarrollo social
además de cultural, todo ello para promover la
convivencia democrática y una cultura de paz.
Una de las buenas prácticas que establecimos,
ha sido el trabajo con la población más joven,
dada la importancia que tiene este sector que
se encuentra en una etapa del desarrollo
humano más abierta al cambio y la
transformación social. Por ello, emprendimos
acciones de difusión sobre cómo identificar y
prevenir la violencia de pareja, a través de los
autodiagnósticos virtuales en la página web del
INMUJERES ¿Cómo es tu relación de pareja?
y ¿En busca de la pareja ideal?, que son
herramientas interactivas diseñadas para las
nuevas generaciones involucradas con las
nuevas tecnologías de comunicación. De igual
forma, en colaboración con la Comisión
Nacional para Prevenir y Erradicar la Violencia
contra las Mujeres, y el Instituto Mexicano de
la Juventud, realizamos una guía para formación
de relaciones afectivas entre jóvenes, cuyo
propósito es brindar a docentes herramientas
prácticas para fomentar noviazgos basados en
el buen trato y respeto a los derechos de las
mujeres.
Otra de las esferas donde hemos impulsado
acciones es en la reeducación de agresores y
víctimas de violencia. Es importante señalar
que la conciliación ha quedado fuera como vía
de resolución de conflictos y lo establece la
Ley General de Acceso de las Mujeres a una
Vida Libre de Violencia. En este sentido,
colaboramos con el Instituto Nacional de Salud
Pública y el Centro Nacional de Equidad de
Género de la Secretaría de Salud, en la
elaboración y difusión del “Diagnóstico de los
modelos de intervención con hombres
agresores, lineamientos y estrategias para su
atención, rehabilitación y reeducación”, el cual
derivó en el “Manual del programa de
reeducación para víctimas y agresores de
violencia de pareja”, que se implementa en los
servicios estatales de salud de 20 entidades
federativas: Aguascalientes, Baja California,
Coahuila, Colima, Chihuahua, Morelos, Nayarit,
Nuevo León, Oaxaca, Puebla, Querétaro, San
Luis Potosí, Sonora, Tamaulipas, Tlaxcala,
Veracruz, Yucatán y Zacatecas.
Atención
La atención para las mujeres que viven
situaciones de violencia involucra diferentes
aspectos que pueden ir desde orientación
psicológica, jurídica y médica hasta casos
extremos en los que se requiere brindar
albergue y programas para que las mujeres
participen en la vida pública, social y privada.
En este ámbito, es una tarea constante la suma
de actores, con el objetivo de articular las
acciones institucionales a nivel nacional para
fortalecer su impacto y efectividad, partiendo
de los servicios especializados que cada
organización, pública y privada, brinda a mujeres
víctimas de violencia, así como para apoyar la
profesionalización de la atención con visión de
género.
Una adecuada protección a las mujeres en
situación de violencia representa una puerta
de salida ante las agresiones que viven. Los
datos reflejan la urgente necesidad de
diversificar y profesionalizar los tipos de
atención. El 13.5% de las mujeres de 15 años
y más (ENDIREH), confesó haber sufrido algún
tipo de violencia física que les provocaron daños
permanentes o temporales, y en el 7.3% de las
mujeres víctimas de violencia sexual, ésta fue
cometida por sus propias parejas. Ellas
declararon haber sufrido diversas formas de
intimidación o dominación para tener relaciones
sexuales sin su consentimiento.
Frente a este escenario, se desarrolló el “Modelo
de Atención en Refugios para Mujeres Víctimas
de Violencia, sus Hijas e Hijos”, a partir del
trabajo con las integrantes del Sistema Nacional
de Violencia. Este manual constituye un
importante esfuerzo para la homologación de
las condiciones básicas en que debe operar
un refugio, recuperando la experiencia de los
existentes.
Otra de las acciones importantes que ha
realizado el INMUJERES como órgano
articulador, es la creación de la “Red Nacional
de Atención Telefónica a Personas en Situación
de Violencia” (RENAVTEL), integrada por 42
instituciones y organizaciones de la sociedad
civil, con la cual diseñamos el “Programa para
la creación y el fortalecimiento de la atención
vía telefónica a mujeres en situación de
violencia”, para proporcionar una respuesta
inmediata geográficamente referenciada, con
la colaboración de la Secretaría de Gobernación,
los Mecanismos para el Adelanto de las
Mujeres, e Infraestructura de los Centros
Estatales de Comunicación, Cómputo, Control
y Comando (C4) de atención a emergencias
en el servicio 066.
Derivado de uno de los objetivos estratégicos
del “Programa de Cultura Institucional” (PCI),
se creó el “Protocolo de intervención para casos
de hostigamiento y acoso sexual” para que las
mujeres servidoras públicas tengan una manera
segura y confidencial que les permita denunciar
este delito y tengan la certeza de que el agresor
tendrá una sanción en la Administración Pública
Federal.
La atención policial es estratégica en la atención
a la violencia de género, por lo cual
reconocemos el trabajo de la Secretaría de
Seguridad Pública Federal (SSP), con el
Protocolo de Actuación Policial con Perspectiva
de Género, para dotar a los cuerpos policiales
del país, de procedimientos para actuar
adecuadamente en la prevención, identificación,
atención y protección de los casos de violencia
de género. La SSP Federal capacitó a mujeres
y hombres policías en los estados de
Chihuahua, Puebla, Querétaro, Quintana Roo,
Coahuila y Veracruz.
Sanción
Un aspecto insoslayable para que las mujeres
tengan acceso pleno al derecho a una vida libre
de violencia es el acceso a la justicia, con
sanciones que vayan sentando precedente y
que sean aleccionadoras para el conjunto de
las personas agresoras.
La alianza que en estos años se ha tejido con
el Poder Judicial de la Federación no tiene
precedente y sienta las bases para una
verdadera incorporación de la perspectiva de
género en el Sistema de Justicia. Hoy contamos
con más de 40 mil órdenes de protección a
favor de las mujeres, centros de justicia, y las
primeras sentencias que invocan los tratados
internacionales, en las que se concreta, por
primera vez, el principio pro persona plasmado
en la reciente reforma constitucional al artículo
primero en donde transitamos del concepto de
garantías individuales al de derechos humanos.
Este cambio de paradigma fue reconocido por
la Convención para la Eliminación de Todas
las Formas de Discriminación contra las
Mujeres, CEDAW (ONU), en el marco del último
informe del Estado mexicano. Esto, sin duda,
nos compromete a redoblar los esfuerzos
institucionales, la coordinación en los tres
ámbitos y órdenes de gobierno; así como
destinar presupuesto y evaluar el impacto de
los programas para erradicar la violencia en la
vida de todas las mujeres de nuestro país.
La violencia de género
representa un problema
prioritario a resolver debido
a los diversos factores que
la generan, las consecuencias
y los altos costos sociales
que ello trae consigo...
Aún se percibe una gran resistencia desde las
tradiciones y la cultura mexicana por reconocer
los derechos y la igualdad de las mujeres, lo
que involucra hasta el ejercicio del poder, por lo
que ha sido necesario legislar a nivel federal y
local, para erradicar la discriminación, la
desigualdad, la trata, el abuso hacia los niños
y las niñas, la inequidad en la impartición de
justicia y lo que obstaculice una vida libre de
violencia a las mujeres y sus familias.
Desde hace más de cincuenta años, con la
conquista del derecho pleno de las mujeres a
participar en actividades políticas, en México se
han dado pasos muy importantes para avanzar
hacia la igualdad de género. Sin embargo, esta
conquista de derechos no ha significado el
cumplimiento automático de la equidad a la que
se aspira.
A través de la Comisión de Equidad y Género
de la H. XX Legislatura de Baja California, hemos
realizado esfuerzos en conjunto con el Instituto
Estatal de la Mujer, para incorporar la perspectiva
de género en el proceso presupuestal de todas
las dependencias, entidades públicas,
organismos, servidores públicos y las unidades
administrativas responsables del gasto, la
inclusión de planes y programas, que deberán
ser orientados a promover la igualdad de género
en sus presupuestos anuales, así como a generar
un impacto diferenciado de género, un requisito
sin el cual no es posible resolver, respetar y
hacer exigibles y justiciables los derechos
humanos de las mujeres.
Este enfoque está plasmado en la iniciativa de
reforma y adición a diversas disposiciones de
la Ley de Planeación para el Estado de Baja
California y de la Ley de Presupuesto y Ejercicio
del Gasto Publico del Estado de Baja California,
que se encuentra en proceso de dictaminación.
Esta iniciativa enfatiza la erradicación de la
violencia de género y de roles y estereotipos
que fomenten cualquier tipo de discriminación;
contiene normas con un enfoque de equidad de
género sensible para la elaboración, puesta en
práctica, supervisión y evaluación de políticas
y programas, lo que permitirá identificar y atender
la desigualdad e inequidad entre mujeres y
hombres de nuestro estado, con el fin de que
ambos grupos se beneficien y evitar que la
desigualdad de género se reproduzca.
Marco Jurídico en favor de las mujeres
Es importante destacar que en junio del 2011,
se modificó el Capítulo I del Título Primero y se
reformaron diversos artículos de la Constitución
Política de los Estados Unidos Mexicanos en
materia de Derechos Humanos, las
modificaciones aprobadas establecen como
principios constitucionales la universalidad,
interdependencia, indivisibilidad y progresividad
de los Derechos Humanos y clarifican la jerarquía
de los tratados en esta materia; refuerzan la
responsabilidad del Estado como el único
garante del ejercicio de los Derechos Humanos
y establecen, además, la obligación del Estado
de reparar las violaciones a los Derechos
Humanos en su sentido más amplio.
Por tanto, se vuelve necesario que, también
desde la entidades federativas, se continúe con
la evolución de nuestro régimen político y jurídico
para avanzar hacia un Estado Democrático de
Derecho, mediante la incorporación
constitucional de los principios ético-políticos
que exigen los estándares internacionales en
derechos humanos, como lo mandata el principio
pro persona, para que se aplique la norma que
más favorezca los derechos de las personas,
esto beneficia enormemente a las mujeres
víctimas de discriminación y de violencia.
Esta reforma constitucional da impulso a la
armonización de la legislación nacional conforme
a los tratados y convenciones internacionales
a favor de los derechos humanos de las mujeres
que México ha ratificado, la homologación de
las legislaciones estatales que protegen los
derechos humanos de las mujeres a los
estándares más altos vigentes en el país,
además de la emisión y adecuación de leyes,
la modificación de reglamentos, códigos civiles,
penales, administrativos y de procedimientos
que garanticen el acceso de las mujeres a la
justicia en condiciones de igualdad.
En décadas recientes, ha sido una labor conjunta
entre mujeres de organismos de la sociedad
civil, legisladores y legisladoras, con el apoyo
del poder ejecutivo, promover la incorporación,
en la legislación nacional y estatal, de las
prescripciones contenidas en la Declaración
Universal de los Derechos Humanos, en la
Cuarta Conferencia Mundial sobre la Mujer
realizada en Beijing en 1995, la Convención
para la Eliminación de Todas las Formas de
Discriminación contra la Mujer (CEDAW) y la
Convención Interamericana para Prevenir,
Sancionar y Erradicar la Violencia contra la
Mujer (Convención de Belem do Pará) que
mandata la adopción de las medidas necesarias,
con el fin de proteger los derechos de las
mujeres, eliminando las situaciones de violencia
que puedan afectarlas tanto en el ámbito público
como en el privado, así como de los Convenios
de la Organización Internacional del Trabajo
OIT, relativos a los derechos laborales de las
mujeres.
En Baja California ya existe un marco normativo
que permite consolidar y hacer más operativo
el trabajo que se viene realizando en la Comisión
de Equidad y Género, para impulsar iniciativas
que permitan
mejorar la vida
familiar, política,
social, cultural,
académica y
laboral de la
mujer; reformar
el Código de
Procedimientos
Penales para la
protección de las mujeres y sus familias en
casos de violencia intrafamiliar, trabajar en la
sensibilización y prevención del maltrato infantil,
modernizar las normas y condiciones de salud
que afectan a las mujeres, la evaluación de
procesos jurídicos de las mujeres internas en
los centros penitenciarios y revisar y adecuar
las penas por homicidio, lesiones y agresiones
a la sexualidad de las mujeres y la infancia.
Asimismo, trabajamos en el diseño legislativo
de las políticas, programas y acciones para
todas las esferas públicas y ámbitos de gobierno
estatal de Baja California y de los gobiernos
municipales, con el fin de incidir en la disminución
de la brechas de desigualdad, y a su vez
contribuir al cumplimiento tanto de la Ley General
como de la Ley Estatal de Acceso de las Mujeres
a una Vida Libre de Violencia, al Programa
Nacional para la Igualdad entre Mujeres y
Hombres y a los compromisos internacionales
adquiridos y ratificados por México ante el
Sistema de las Naciones Unidas. Hemos
impulsado la homologación en la legislatura
electoral local para establecer “cuotas de género”
en los partidos políticos para la postulación, al
menos, de 40% de mujeres en las candidaturas.
Participamos en el Sistema Estatal de
Prevención, Atención, Sanción y Erradicación
de la violencia en contra de las mujeres, que
tiene como objetivo generar políticas públicas
transversales, promover la cultura de denuncia
de la violencia, impulsar y apoyar programas
de educación, promover la instrumentación de
programas de atención y capacitación a mujeres
víctimas de violencia y construir una sociedad
donde las mujeres y hombres tengan el mismo
valor e igualdad de derechos y oportunidades,
y trabajamos en la elaboración del Programa
Estatal de Atención de dicho sistema, para la
aplicación de la Ley Estatal de Acceso a las
Mujeres a una Vida Libre de Violencia.
Una de las manifestaciones extremas de
violencia hacia la mujer es la trata, en los
términos de la definición del Protocolo de
Palermo. La trata de personas implica, además
de la “captación” de las víctimas, su traslado, la
privación parcial o total de su libertad de
movimiento y su explotación por medio de
amenazas, coacción, chantaje, violencia y algún
grado de privación de su libertad. La explotación
de las víctimas puede ser con fines sexuales,
laborales, de servidumbre, para tráfico de
órganos o tejidos, entre otros, y adoptar formas
variadas que no respetan género ni edad, como
prostitución forzada, pornografía, turismo sexual,
pedofilia; matrimonios forzados, adopción
fraudulenta; extracción de órganos para venta,
y nuestra frontera resulta muy atractiva para las
diferentes modalidades de explotación sexual
y trata.
Tenemos conocimiento de los avances y el
fortalecimiento interinstitucional que Baja
California ha conseguido sobre el tema de trata,
en materia de persecución del delito, en la
prevención, protección así como la asistencia
a victimas por parte de La Unidad Estatal contra
la Trata de Personas de la Procuraduría General
de Justicia del Estado (PGJE), dependencia
que tratamos de apoyar y fortalecer a través de
un presupuesto institucional digno y operativo
para sus funciones.
Finalmente, presentamos en junio pasado una
iniciativa de reformas para combatir, prevenir
y sancionar la trata de personas en el Estado
de Baja California, para homologar la legislación
local con la Ley General en la materia y perseguir
y castigar este delito que afecta principalmente
a niñas, niños y mujeres, siendo más vulnerables
en las zonas fronterizas y turísticas del país,
donde destaca Baja California. Esta normatividad
servirá para hacer más eficiente la coordinación
entre la federación y el estado, para la
persecución de los delitos en materia de trata,
y precisar las competencias respecto de la
investigación, persecución y sanción de esos
delitos, además de la reparación del daño, para
lograr así, un marco normativo congruente en
nuestra entidad.
Las mujeres han sido
discriminadas históricamente por
el hecho mismo de ser mujeres.
Se les ha dado un tratamiento desigual y
discriminatorio en virtud de un conjunto de normas
de conducta, de estereotipos, de valores, de
significaciones distintas y desventajosas otorgadas
por la sociedad al hecho de ser mujer1.
De ahí la importancia de aplicar la perspectiva
de género en materia de derechos humanos,
porque enriquece la manera de mirar la realidad
y de actuar sobre ella; entre otras cosas, permite,
visualizar inequidades construidas de manera
sociocultural y detectar mejor la especificidad en
la protección que precisan quienes sufren
desigualdad o discriminación2.
Gracias a este avance, el Estado de derecho
centrará su actuar en respetar y asegurar, ante
todo, la dignidad de cualquier persona. También
es de celebrar la enunciación de los derechos
humanos en el eje de la educación, el sistema
penitenciario y de la política exterior.
La reforma constitucional de junio del 2011 en
materia de derechos humanos, representa un
avance de suma importancia para la defensa y
garantía autentica de los derechos que tenemos
todos como personas; hoy, los derechos humanos
se constituyen en el centro de la política del
Estado mexicano.
Sin embargo, al hacer una revisión de la legislación
local comparada con la existente en el ámbito
federal, el balance se reduce a que en el Estado
de Baja California no se cuenta con la Ley de
Igualdad, la Ley para Prevenir y Eliminar la
Discriminación y recién se aprobó la tipificación
del delito del feminicidio en el Código Penal del
Estado, con la finalidad de salvaguardar de una
mejor manera a la mujer contra actos violentos
en su contra.
Con este nuevo marco constitucional, el Estado
mexicano reconoce y asume con responsabilidad
y compromiso los tratados internacionales que
ha firmado en esta materia, quedando estipulado
también la prohibición de celebrar cualquier otro
que altere los derechos humanos reconocidos
en la Constitución y en los tratados de los que el
país sea parte.
Este rezago legislativo, como bien señala
Camacho González3, constituye por muchas
razones un fenómeno adverso, que no
corresponde al espíritu y sentido de los
mecanismos previstos en la Constitución y en la
legislación del Congreso para el buen proveer
legislativo. Tiene como efectos que redunda en
perjuicio de la valoración respecto de la eficacia
afrenta a sus derechos humanos, y que casi
siempre es perpetrada precisamente por su
condición de sexo y género como una práctica
derivada de las costumbres ancestrales propias
de un sistema patriarcal que define a las mujeres
como objeto sexual productivo y reproductivo y
no como alguien que pueda ser titular de derechos.
Nacional e internacionalmente, se reconoce que
la violencia contra las mujeres es la forma más
grave de discriminación y, por consiguiente, una
violación de sus derechos humanos y un obstáculo
para que los disfrute.
en el cumplimiento de las funciones
constitucionales encomendadas a los legisladores
y propicia, además, un grave deterioro en el
aprecio de la ciudadanía por la labor de sus
legisladores y cíclicamente daña las relaciones
intergubernamentales 4.
Por otra parte, el 22 de junio del 2001, se publicó
la Ley que crea el Instituto de la Mujer para el
Estado de Baja California (INMUJER-BC), como
un organismo descentralizado de la Administración
Pública del Estado, con personalidad jurídica y
patrimonio propio, dotado de atribuciones,
objetivos y fines (artículo 2), sin embargo, no
cuenta con gestión técnica y operativa.
Según el artículo 5 de la citada Ley, el Instituto
tiene como principal objeto de ser, el promover
y fomentar las condiciones que posibiliten la no
discriminación, la equidad e igualdad de
oportunidades y de trato entre hombres y mujeres,
el ejercicio pleno de los derechos de las mujeres
y su participación equitativa en la vida política,
cultural, económica y social de la entidad, bajo
el criterio de transversalidad en las políticas
públicas y con un enfoque que permita identificar
y valorar la desigualdad, discriminación y violencia
hacia las mujeres, para generar un cambio
mediante estrategias y líneas de acción que
propicien la equidad social.
Específicamente nos referiremos al tema de la
violencia en contra de las mujeres por ser una
La Convención Belém do Pará establece que se
entenderá por violencia contra las mujeres
“cualquier acción o conducta, basada en su
género, que cause muerte, daño o sufrimiento
físico, sexual o psicológico a la mujer, tanto en el
ámbito público como en el privado”.
En el caso de México, la adopción de medidas
enfocadas a prevenir, atender, sancionar y
erradicar la violencia contra las mujeres no se ha
dado con la velocidad que requiere la atención
institucional a este problema.
La Encuesta Nacional sobre la Dinámica de las
Relaciones en los Hogares (ENDIREH), realizada
por el INEGI está orientada a investigar sobre la
magnitud de los diferentes tipos de violencia
ejercida contra las mujeres por parte de su esposo
o pareja varón actual, residente de la misma
vivienda. Esta encuesta de alcance nacional
permite conocer la prevalencia y consecuencias
de la misma por tipo (emocional o psicológica,
económica, física y sexual).
La violencia contra las mujeres conforme a datos5
de la más reciente Encuesta Nacional 2011, reveló
que a nivel nacional el 46.1% del total de mujeres
de 15 años y más, sufrieron por lo menos un
incidente de violencia de pareja a lo largo de su
actual o última relación conyugal por parte de sus
parejas.
En Baja California, de acuerdo a los
resultados de la ENDIREH 2011, se entrevistó
a 1 millón 99 mil 801 mujeres de 15 y más
años casadas o unidas, de las cuales 444
mil 515 han sufrido incidentes de violencia a
lo largo de la relación con su última pareja,
lo que representa 40.4% de las mujeres en
esa condición.
Según la ENDIREH, la violencia contra las
mujeres perpetrada por la pareja se manifestó
en el estado en sus diversas modalidades:
violencia sexual (16.5%), económica (49.7%) y
física (27.0%).
La encuesta reveló que a nivel nacional, el 29.7%
de las mujeres víctimas de violencia acudieron
a pedir ayuda a instancias como el DIF, la policía,
los Ministerios Públicos, las instancias que
atienden a mujeres, las autoridades municipales
y en un porcentaje mínimo, recurrieron a
familiares.
¿Qué hay de los programas para su atención
y prevención?
Si bien es cierto, que son pocas las mujeres que
solicitan ayuda, cabe acotar que la mayor parte
de los esfuerzos están orientados a la defensa
y protección de las mujeres que sufren violencia,
de ahí que sobre este tenor se haya desarrollado,
en su mayoría, el siguiente apartado.
En términos generales, el trabajo que ha realizado
el INMUJER-BC, ha permitido llamar la atención
sobre problemáticas específicas a las que se
enfrentan las mujeres y ofrecer una plataforma
para promover la llamada “transversalización de
la perspectiva de género” en la Administración
Pública Estatal. No obstante, hacen falta
mecanismos para el seguimiento y para la
evaluación de los programas; los datos oficiales
que pudiera presentar el Instituto, únicamente
permiten una visión general de sus políticas y no
de su impacto real en la realización de los
derechos humanos de las mujeres.
De manera resumida, el quehacer institucional
se resume en los Programas de Violencia y en
el de Transversalización de la Perspectiva de
Equidad de Género. En el primero, se encuentran
las asesorías psicológicas y legales que se dan
a mujeres, así como las diversas capacitaciones
a docentes, alumnos y comunidad en general
sobre temas de prevención y atención (violencia
en el noviazgo, violencia intrafamiliar, derechos
humanos de las mujeres, violencia de género,
solución pacifica de conflictos, prevención de la
violencia, maternidad y paternidad responsable,
entre otros temas), en este programa se
contempla también la difusión permanente de
los programas y servicios del INMUJER-BC.
En el segundo programa, se busca incidir en la
elaboración de políticas públicas al interior de la
Administración Pública Estatal a través de
capacitaciones sobre temas como sensibilización
en género, perspectiva de equidad de género y
mediante el programa de “Enlaces de género”
que da asesoría y capacitación para funcionarios
dentro de las dependencias de gobierno,
mismas/os que sean consideradas/os como
mecanismos estratégicos para impulsar y
consolidar el proceso de transversalización y
garantizando la institucionalización de la
perspectiva de equidad de género en
la Administración Pública del Estado.
Mención aparte merecen los Programas de Apoyo
a las Instancias de Mujeres en las Entidades
Federativas (PAIMEF) y al Programa de
Fortalecimiento a la Transversalidad de la
Perspectiva de Género (PFTPG), ambos
federales, que aportan recursos para la extensión
de los trabajos que realiza el INMUJER, sobre
todo en lo que se refiere a la cobertura geográfica,
ya que el Instituto solo cuenta con dos sedes
físicas: Mexicali y Tijuana.
Principales resultados6. En lo que hace a las
atenciones del INMUJER, se contabilizaron 1 mil
662 mujeres de primera vez atendidas en Mexicali
y Tijuana, se realizaron un total de 367 eventos
diversos de capacitación, de prevención y de
difusión donde participaron un total de 9 mil 168
personas, en el caso del PAIMEF, las mujeres
atendidas de primera vez fueron 1 mil 893 mismas
que acumularon 5 mil 490 servicios legales, de
trabajo social y psicológicos; de igual forma se
realizaron más de 500 jornadas de atención y de
prevención que llegaron a poco mas de 13 mil
personas en todo el estado.
Como conclusiones preliminares se destaca que
gran parte del trabajo realizado es producto de
la suscripción de diversos convenios de
colaboración con organizaciones de la sociedad
civil, con la academia y con otras instancias en
los que se trabajan proyectos diversos enfocados
a prevenir y atender a las mujeres en torno a la
violencia, a capacitaciones diversas, entre otros.
Sin duda, algunas de las limitantes por las que
el Instituto no ha podido ampliar la cobertura de
sus servicios ni desarrollar las actividades propias
de un órgano normativo en la materia es la
cantidad de personal con la que cuenta y el
escaso presupuesto asignado para su
operatividad. Dotar de recursos necesarios a las
instituciones es una manera de mostrar el
compromiso que el Estado tiene para la defensa
de los derechos humanos.
1 Instituto Interamericano de Derechos Humanos, Los derechos
humanos de las mujeres: Fortaleciendo su promoción y protección
internacional, Costa Rica, 2004, p.72.
2 Ibídem, p.80.
3 CAMACHO G. Luis Alfonso, El rezago legislativo, en Quórum
Legislativo, revista del Centro de Estudios de Derecho e Investigaciones
Parlamentarias del Congreso de la Unión, Núm. 87, octubre-diciembre
2006, pp. 173-193, Documento en línea disponible en
www3.diputados.gob.mx/camara/content/rezago%20legislativo.pdf,
consultado en marzo 2012.
4 Siendo un tema complejo el estimar y medir la eficacia de la autoridad
legislativa se omite de este espacio la discusión sobre el particular.
5 Comunicado de Prensa núm. 41 del INMUJERES, publicado el dia
16 de Julio del 2012 y publicado en el sitio en Internet
www.inmujeres.gob.mx.
6 Se toma como referente el periodo de la más reciente titular del
Instituto, julio de 2010 a agosto de 2012.
I. Tipificación de la violencia contra
las mujeres
El Instituto de la Mujer del Municipio de Tijuana
(Immujer) es la instancia del gobierno municipal
cuya misión central es promover la equidad de
género, la institucionalización de la perspectiva
de género, hacer valer los derechos humanos
de las mujeres y trabajar por erradicar toda forma
de violencia sobre ellas. Violencia, de acuerdo
con la Convención Interamericana para Prevenir,
Sancionar y Erradicar la Violencia contra la Mujer
(Convención de Belém Do Pará,1994), es
cualquier acción o conducta que cause muerte,
daño o sufrimiento físico, sexual o psicológico
a la mujer.
Por su parte, la Encuesta Nacional sobre la
Dinámica de las Relaciones en los Hogares
(ENDIREH 2003) define este tipo de violencia
como el “conjunto de agresiones (psicológicas,
físicas, sexuales y económicas) que se ejercen
en contra de la mujer básicamente por ser mujer,
que ocasionan algún daño en ella, y que tienden
a reproducir y mantener la desigualdad de
género. Es un tipo de violencia encaminada a
perpetuar la subordinación femenina,
manteniéndola en una posición jerárquica inferior
en el ámbito doméstico y en el orden social.
A nivel local, la Ley de Acceso de las Mujeres
una Vida Libre de Violencia, aprobada durante
2008, establece las bases para regular y
garantizar el acceso de las mujeres a una vida
libre de violencia y crea los mecanismos de
coordinación entre los municipios y el gobierno
estatal. Esta ley crea el sistema estatal con
participación de los municipios -a través de su
respectiva instancia de la mujer-, el cual deberá
avocarse al cumplimiento de los objetivos de la
ley mediante un programa estatal para prevenir,
atender, sancionar y erradicar la violencia contra
las mujeres. Por su parte, el Municipio de Tijuana
hace lo necesario para replicar ese esquema
en su ámbito de competencia, cuyos trabajos
seguramente concluirán durante el presente
año. Siendo el Immujer la instancia de las
mujeres del Municipio de Tijuana, le corresponde
implementar directamente o en coordinación
con otras dependencias las acciones
correspondientes.
La ley estatal de acceso identifica los siguientes
tipos de violencia: psicológica, física, patrimonial,
económica, sexual, dejando además, una
salvedad para cualesquiera otra forma de
violencia análoga que lesione o sea susceptible
de dañar la dignidad, integridad o libertad de las
mujeres. Una idea precisa de estas modalidades
de violencia, se observa en la información
proporcionada por la Encuesta Nacional sobre
la Dinámica de las Relaciones en los Hogares
(ENDIREH 2006):
1. Emocional: el más representativo, por el
número de mujeres casadas o unidas que así
lo declaran, con 8 millones 504 mil 221 mujeres
(84.5%).
2. Física: las mujeres casadas o unidas del
país que manifiestan haber sido agredidas
físicamente por su pareja a lo largo de su
relación son del orden de 4 millones 497 mil
887, es decir, 44.7% de todas las violentadas.
3. Económica: 6.1 millones (60.8%) de las
mujeres casadas o unidas reportan haber
sufrido violencia económica a lo largo de su
relación.
4. Sexual: las mujeres casadas o unidas
agredidas sexualmente en México fueron
1 millón 822 mil 270, que representan 18.1%
de todas las mujeres maltratadas a lo largo de
su relación de pareja.
que entre los varones (10.2%), en tanto que los
homicidios presentan el caso contrario, una
importancia relativa mayor entre los varones
(89.8%) que la que se aprecia entre las mujeres
(81.4%).
El Instituto Nacional de Estadística y Geografía
(INEGI) dio a conocer recientemente los
resultados de la Encuesta Nacional de
Victimización y Percepción sobre Seguridad
Pública (ENVIPE, 2011b). En ella se captan
únicamente delitos del fuero común ocurridos
durante 2010 a hogares y a personas de 18
años y más integrantes de los hogares. De
acuerdo con esa fuente, las víctimas por cada
100 mil habitantes para la población de 18 años
y más en el año, fueron durante 2010, 23 mil
956 en el país y en Baja California, 30 mil 753.
Desde luego, en ninguna de las modalidades
se descarta la presencia simultánea de otros
tipos de violencia.
II. Otras expresiones de la violencia.
Durante 2008 en Baja California, las muertes
intencionales o por violencia representaron 8.1%
de las defunciones totales y 49% de las muertes
por lesiones, las cuales comprenden a los
decesos por accidentes, homicidios y suicidios.
Del total de muertes por violencia registradas
en el estado en ese año, 97 eran de mujeres y
1 mil 60 hombres, lo que arroja una tasa de 6.6
y 66.1 decesos intencionales por cada 100 mil
mujeres y varones, respectivamente (PMD,
2011).
En las muertes por violencia, el homicidio ocupa
el primer lugar como causa de muerte y en
segundo lugar se encuentra el suicidio. Los
suicidios tienen un peso porcentual mayor entre
las muertes por violencia de mujeres (18.6%)
Entre 1990 y 2008 la tasa de homicidios de
mujeres ascendió de 3.8 a 5.4 muertes por cada
100 mil mujeres; mientras que la de suicidios
aumentó de 0.2 a 1.5 muertes por cada 100 mil
mujeres de 10 años y más, registrando su más
alto nivel en el grupo de mujeres de 20 a 24
años de edad: 4.4 suicidios por cada 100 mil
mujeres de ese rango de edad.
De acuerdo con datos dados a conocer por un
informe reciente de la ONU (2011), en México
han ocurrido 34 mil 176 feminicidios entre 1985
y 2009, siendo el primer estudio en su tipo
realizado en coordinación con INMUJERES y
la Cámara de Diputados. En 2008, doce
entidades federativas registraron una tasa de
homicidios de mujeres por encima de la nacional
(3 homicidios por cada 100 mil mujeres), entre
ellas sobresale con la tasa más alta el estado
de Chihuahua (11 por cada 100 mil mujeres),
Baja California ocupó entonces el segundo lugar
en la tasa de homicidios de mujeres con 5.4
muertes por cada 100 mil mujeres. (INEGI,
2010b). La gráfica 1 muestra la evolución de las
tasas de homicidios de mujeres por violencia
(incluidos homicidios y suicidios) durante 1990
a 2009. El cuadro 3 muestra datos desagregados
por municipio, que permiten apreciar un
comportamiento sobresaliente en las tasas de
homicidios de Tecate y Tijuana durante 2009
con 16.5 y 14.5, respectivamente.
Otra cara de la violencia social se manifiesta en
las adicciones, que lacera cada vez más a las
mujeres. De acuerdo con la Encuesta Nacional
sobre Adicciones 1998, el consumo de drogas
en Tijuana superaba considerablemente tanto
al promedio nacional como el estatal. La ciudad
de Tijuana presentó entonces un nivel de
consumo 2.8 veces mayor al promedio nacional
y casi 2 y media veces superior al de la entidad.
Datos nacionales de la Encuesta Nacional sobre
Adicciones 2008 mostraron marcadas diferencias
por género: mientras el 11.09% de los hombres
consumió alguna vez, sólo lo habían hecho el
0.87% de las mujeres, lo que significó que por
cada 13 hombres había aproximadamente una
mujer que usó drogas. Por grupos de población,
se observa que, si bien el consumo de drogas
ilegales es mayor en los hombres (en una
proporción de 4.6 hombres por cada mujer), el
índice de crecimiento es mayor en las mujeres
entre las cuales el consumo de drogas ilegales
se duplicó, aumentando de 1% en 2002 a 1.9%
en 2008, mientras que el consumo en hombres
solamente se incrementó de 8% a 8.8%.
Esta situación ha tendido a agravarse. Conforme
con datos difundidos por la titular de la Dirección
Municipal Contra las Adicciones (DYMCA) del
XIX Ayuntamiento de Tijuana, en 2004 había 4
mujeres por cada 10 hombres adictos, para 2011
ya había 8 mujeres por cada 10 hombres. Ha
disminuido la edad de consumo, ha aumentado
la cantidad de mujeres involucradas. De acuerdo
a la misma encuesta de adicciones (2008),
solamente en 11 estados se encontraron niveles
de consumo de cualquier droga por encima de
la media nacional en el caso de mujeres:
Guanajuato (5.2%), Baja California (5.1%),
Distrito Federal (4.9%), Baja California Sur
(4.1%), Sinaloa (4.1%), Quintana Roo (4.0%),
Hidalgo (3.8%), Nayarit (3.4%), Durango (3.3%),
Jalisco (3.2%) y Chihuahua (3.0%).
violencia durante la infancia, los malos tratos
físicos o el abuso sexual durante la adolescencia
y la exposición a la violencia durante la
adolescencia, así como las agresiones violentas,
predisponen a la aparición de comportamientos
y crímenes violentos, delincuencia, agresiones,
suicidios o muertes prematuras (Mejía,
2009:220).
III. Violencia familiar
Tijuana está considerada en primer lugar en el
estado en materia de violencia familiar. Desde
hace tiempo, los llamados de auxilio a través
del teléfono 066 llegaron a ser el principal motivo
de solicitud de intervención a la policía municipal.
Las cosas no han cambiado para bien. Desde
la Unidad Operativa Contra Violencia Doméstica
de la corporación policial se reconoce que la
violencia doméstica se ha incrementado, cada
vez se ven casos de mayor crueldad, generando
un círculo perverso. La mujer es la principal
víctima, pero también los hijos. El hombre busca
demostrar su poder en el hogar conforme a
criterios propios del machismo. En no pocas
ocasiones, la madre desquita su coraje en los
hijos. Las mujeres también ejercen el poder; a
veces desde lugares poco visibilizados (como
el sabotaje) y poco valorados (como la
pasividad). La violencia materna es tanto una
forma de control como de resistencia al poder
del otro y de los otros. “Es una forma de hacerse
del poder que simbólicamente ha sido negado
por pertenencia a un género: la violencia es un
instrumento del poder y se le utiliza cuando el
lugar de éste se encuentra amenazado o cuando
lo que se detenta es un poder débil” (Rodríguez,
2007:19).
Al respecto, la Encuesta Nacional sobre la
Dinámica de las Relaciones en los Hogares
(ENDIREH) 2003, señala que la violencia de
las mujeres hacia los niños ha crecido en 33.7%,
siendo todavía mucho mayor la violencia que
la pareja ejerce hacia los hijos. Esta encuesta,
mostró que en 47.3% de los hogares
bajacalifornianos se ha presentado por lo menos
un episodio de violencia física. Los malos tratos
o el abandono infantil, la contemplación de la
La ENDIREH 2006 en Baja California, muestra
los resultados de las entrevistas a 594 mil 734
mujeres de 15 y más años casadas o unidas.
De ellas, 205 mil 845 (el 34%) han sufrido
incidentes de violencia a lo largo de la relación
con su última pareja. Por su parte, 65.4% de
las casadas o unidas declararon no ser víctimas
de la violencia de pareja. En el ámbito nacional,
el porcentaje de mujeres violentadas asciende
a 46.7%.
Solamente la policía municipal de Tijuana, a
través de su Unidad de Violencia Doméstica,
durante 2010, recibió en promedio 20 llamadas
por día, canalizó a 690 menores al DIF Estatal
por diversos delitos y al DIF Municipal ingresaron
46 jóvenes; 502 menores fueron recuperados.
Ese mismo año hubo un total de 256 turnaciones
al Ministerio Público. Durante 2011, la Unidad
de Violencia Doméstica de la corporación
municipal ha atendido 2 mil 623 casos de
violencia doméstica; 925 mujeres y niños han
sido llevados a albergues; 407 agresores han
sido detenidos y 186 agresores fueron
sancionados administrativamente (multas). Por
su parte, el DIF Municipal recibe alrededor de
125 llamadas diarias por parte de víctimas de
violencia doméstica mediante la línea 075 de
atención en crisis. Conforme a datos de la Unidad
Operativa contra la Violencia Doméstica de la
SSPM, durante el presente año, en Tijuana han
aumentado las agresiones contra mujeres hasta
un 163% (Frontera, 2012).
Como refiere Favela et al. (2004:239) “la violencia
familiar lejos de ser un problema que atañe al
ámbito privado, es un grave problema social
que repercute en la mujer, sus hijos e incluso
en el hombre generador de violencia… Los niños
criados en hogares violentos suelen ser tímidos
y retraídos, tienen una autoestima baja,
presentan trastornos de conducta en el ámbito
familiar y escolar así como problemas en el
aprendizaje. Algunos más se fugan de casa,
empiezan a delinquir de manera temprana o se
vuelven niños de la calle”.
IV. Programas y acciones y
coordinación intramunicipal
La problemática descrita rebasa las posibilidades
de servicios del Immujer y de cualquier otra
dependencia municipal en lo particular; reclama
una atención intergubernamental coordinada y
la apertura de mayores espacios para la
participación de la sociedad, donde las
instituciones de investigación científica y de
educación superior, el sistema educativo de
educación básica, los OSC, las iglesias y
organismos empresariales hagan converger sus
contribuciones para erradicar esta violencia de
género. No dudamos que una vez aprobado el
reglamento para erradicar toda forma de violencia
sobre la mujer del Municipio de Tijuana, que
contempla la creación del sistema municipal
correspondiente y la gestión de programas
transversales, habrá de mejorarse la
coordinación intramunicipal y con otras instancias
para una mejor atención de esta lacerante
realidad en que viven cotidianamente muchas
mujeres de nuestra ciudad.
Es de destacarse que el Plan Municipal de
Desarrollo de Tijuana que aprobó el cabildo para
el trienio 2010-2013, ofrece una serie de líneas
de trabajo orientadas a promover y defender los
derechos humanos de las mujeres e
institucionalizar la perspectiva de género (ver
recuadro). Se trata de un giro importante de
este gobierno orientado a atender las demandas
de las mujeres en pos de erradicar todo tipo de
discriminación y violencia en su contra. Como
parte de ello, desde el inicio de la gestión del
XX Ayuntamiento de Tijuana, el Instituto de la
Mujer fue dotado de instalaciones amplias y
dignas, su presupuesto fue generosamente
aumentado por el cuerpo edil; se contrató
personal con perfiles más adecuados a su misión
y se ha incrementado de manera notable la
captación de recursos de fondos federales.
Se ha fortalecido la Unidad Operativa Contra
Violencia Doméstica de la Secretaría de
Seguridad Pública Municipal, se han mejorado
y ampliado los programas de atención a las
mujeres de Tijuana; se han intensificados trabajos
pluralistas (con importante participación de la
sociedad civil) para la mejora del marco
regulatorio municipal, como la creación de un
Bando de Policía y Gobierno con Perspectiva
de Género y la creación del Reglamento
Municipal para erradicar todas las formas de
violencia contra la mujer. Todos los temas de la
agenda sobre los derechos humanos de las
mujeres son importantes, pero especialmente
los relativos a los orientados a erradicar toda
forma de violencia sobre ellas.
Immujer Tijuana presta servicios a las mujeres
de Tijuana a través de los programas como
Vivienda digna, Apoyo en asesorías jurídicas,
Asesorías psicologías, Atención inmediata a
través de la línea 01 800026 8537, Unidad de
género con grupos de apoyo, Canalización para
apoyos municipales. De manera complementaria,
a través del DIF Tijuana se da servicio a las
mujeres con programas como; Línea de Atención
en Crisis, Escuela de Valores, Centros de
Desarrollo Comunitario, Unidad Integral de
Protección Familiar, Asesorías jurídicas, Atención
psicológica, Asistencia médica, y Resguardo en
el Refugio ante Situaciones de Violencia Familiar.
Por su parte, DYMCA ofrece Comunidad
Terapéutica para la Rehabilitación y Reinserción
Social de Adictos (programa integral que trabaja
con las personas en rehabilitación para
reinserción y readaptación social), Policlínica
en adicciones y asistencia profesional (dirigido
a detección y tratamiento a individuos y familias
vulnerables que necesitan ayuda en materia
de salud mental) y Tratamiento y canalización.
El problema es de gran dimensión y complejidad;
con fuertes raíces históricas, culturales, religiosas
y económicas: ¡queda tanto por hacer!
Referencias:
• Favela, Inés, Verónica González y Antonio Villagómez (2004), “Centros de
atención a mujeres víctimas de violencia en Baja California” en Teresa Fernández,
Violencia contra la mujer en México, CNDH, México, pp. 237-262.
• INEGI (2004) Encuesta Nacional sobre la Dinámica de las Relaciones en los
Hogares, 2003, México. Editado por INEGI.
• INEGI (2008) Encuesta Nacional sobre la Dinámica de las Relaciones en los
Hogares, 2006, México. Editado por INEGI.
• INEGI (2008b) Panorama de la violencia contra las mujeres en Baja California.
ENDIREH 2006, Baja California.
• INEGI (2010). Mujeres y hombres en México, 2010. Disponible en Internet:
www.inegi.org.mx/prod_serv/.../bvinegi/.../2010/MyH_2010.pdf.
• INEGI (2010b). “Estadísticas a propósito del día internacional de la mujer”
datos de Baja California. Disponible en Internet:
www.inegi.org.mx/inegi/contenidos/espanol/prensa/.../mujer2.doc.
• INEGI, 2011. Estadísticas a propósito del día internacional de la mujer datos
nacionales,
7
de
marzo.
Disponible
en:
www.inegi.org.mx/inegi/.../estadisticas/2011/mujer11.asp?...inegi.
• INEGI (2011b) Resultados de la ENVIPE. Comunicación social, boletín de
prensa núm. 373/11 20 de septiembre de 2011 Aguascalientes, Ags.
• Inmujeres (2009). Desarrollo Local con Igualdad de Género. Volumen 1. Instituto
Nacional de las Mujeres, México.
• López, Silvia (2009). Diagnóstico sobre la realidad social, económica y cultural
de los entornos locales para el diseño de intervenciones en materia de prevención
y erradicación de la violencia en la región norte: el caso de Tijuana, Baja California
Norte. Disponible en Internet: www.conavim.gob.mx/es/CONAVIM/Diagnosticos.
• Mejía, Silvia (2009). “Bienestar social y salud en la zona metropolitana de
Tijuana” en Diagnóstico sobre la realidad social, económica y cultural de los
entornos locales para el diseño de intervenciones en materia de prevención y
erradicación de la violencia en la región norte: el caso de Tijuana, Baja California
Norte,
pp.208-239).
Disponible
en
Internet:
www.conavim.gob.mx/es/CONAVIM/Diagnosticos.
• ONU Mujeres ( 2011). Feminicidio en México. Aproximación, tendencias y
cambios, 1985-2009. ONU, Colegio de México, INMujeres y LXI Legislatura,
Cámara de Diputados, Comisión Especial para conocer y dar Seguimiento
Puntual y Exhaustivo a las Acciones que han emprendido las Autoridades
Competentes en relación a los Feminicidios registrados en México.
• PMD (2011). Plan Municipal de Desarrollo, 2010-2013. XX Ayuntamiento de
Tijuana.
• Periódico Frontera, “Aumentan las agresiones contra mujeres en un 163%”.
Edición del 12 de agosto de 2012.
• Rodríguez, Georgina (2007). “La cara sutil de las violencias Cotidianas: la
madre como generadora del maltrato”, en CIJ Informa, año 12, núm. 39, eneromarzo, pp. 19-21, CIJ.
Cuando se habla de violencia familiar, para la
mayoría de las personas implicaría la violencia
ejercida por la pareja masculina, o en su defecto,
la ejercida por los padres en contra de sus hijos
o hijas dentro de su entorno familiar, y es una
visión que las leyes especializadas aprobadas por
los legisladores afirma.
Por ello, abordaré un tipo de violencia que vive y
enfrenta la mujer en sus hogares, que poco se
analiza pero que se está convirtiendo en la más
cruel, silenciosa y difícil de enfrentar por la mujer,
y es la violencia que vive en manos de sus propios
hijos e hijas. Es un hecho comprobado que esta
violencia al no inhibirla a tiempo, se agravará, al
grado de poner en riesgo la vida de la mujer,
cuando el agresor se convierta en adolescente o
adulto.
Lo anterior, queda de manifiesto al hacer una
revisión a la Ley General de Acceso de las Mujeres
a una Vida Libre de Violencia, que regula los
principios y modalidades que garanticen el acceso
de las mujeres a una vida libre de violencia que
favorezca su desarrollo y bienestar, conforme a
los principios de igualdad y no discriminación,
ordenamiento que es de observancia general en
la República Mexicana, que ha servido de guía
para la mayoría de las leyes locales recién
aprobadas.
Al analizar el artículo 5 que establece a quien se
le considerará agresor en su fracción VII
estableciendo que: “agresor”, es la persona que
inflige cualquier tipo de violencia contra las
mujeres; en este contexto, si un hijo
independientemente si es adolescente o adulto,
La violencia verbal de hijos, es el inicio de la violencia psicológica
y física que la mujer como madre soportara sin denunciarlo.
amenaza, insulta, denigra, roba o golpea a su
madre, se convierte en generador de violencia
familiar dentro de su hogar.
Lo anterior, debido a que el artículo 6 de la ley en
comento establece que los tipos de violencia contra
las mujeres son:
I. La violencia psicológica.- Es cualquier acto u
omisión que dañe la estabilidad psicológica, que
puede consistir en: negligencia, abandono,
descuido reiterado, celotipia, insultos,
humillaciones, devaluación, marginación,
indiferencia, infidelidad, comparaciones
destructivas, rechazo, restricción a la
autodeterminación y amenazas, las cuales
conllevan a la víctima a la depresión, al aislamiento,
a la devaluación de su autoestima e incluso al
suicidio;
II. La violencia física.- Es cualquier acto que
inflige daño no accidental, usando la fuerza física
o algún tipo de arma u objeto que pueda provocar
o no lesiones ya sean internas, externas, o ambas;
III. La violencia patrimonial.- Es cualquier acto
u omisión que afecta la supervivencia de la víctima.
Se manifiesta en: la transformación, sustracción,
destrucción, retención o distracción de objetos,
documentos personales, bienes y valores,
derechos patrimoniales o recursos económicos
destinados a satisfacer sus necesidades y puede
abarcar los daños a los bienes comunes o propios
de la víctima;
VI. Cualesquiera otras formas análogas que
lesionen o sean susceptibles de dañar la
dignidad, integridad o libertad de las mujeres.
Del artículo anterior, se desprende con claridad
que muchos de los adolescentes que han
enfrentado procesos de abandono del padre o en
su defecto viven o vivieron un proceso de violencia
en contra de su madre o hermanas, se convierten
en replicadores de la violencia, mediante un
proceso sistémico aprendido.
En la mayoría de los casos registrados de violencia
ejercida por descendientes,
el sentimiento de culpa o
de enojo se confronta con
el deber de la mujer en su
calidad de madre,
generando inestabilidad
emocional y de autoestima,
llevando a la mujer a
enfrentar y soportar de su
hijo maltratador denigración
a su autoridad o persona,
afectación patrimonial y en
muchos de los casos
violencia física, cuando se trata de adolescentes
rebeldes o con problemas de adicción.
La violencia ejercida por los hijos, se da sin
distinción de sexo, en donde la mujer vive la
violencia más cruel y frustrante, toda vez que ella
es tutora y responsable de su propio verdugo al
cual no puede simplemente abandonar o huir de
él, convirtiendo a este tipo de violencia en la más
dolorosa y complicada de superar por la mujer.
NUEVOS TIPOS DE VIOLENCIA CONTRA LA
MUJER
Esta nueva vertiente de violencia debe analizarse
de manera más amplia, en virtud de que esta
nueva generación las mujeres está enfrentando
una variable que no había sido contemplada por
el legislador cuyo modelo solo atendía a la figura
del hombre adulto.
Sin duda, el modelo tradicional de víctimas de
violencia en donde las actoras pasivas eran, la
mujer como esposa o concubina, o la mujer como
hija, ha quedado rebasado hoy nos enfrentamos
a una evolución de la violencia familiar en donde
las actoras pasivas han sido alcanzadas en otras
facetas de su persona por el actor activo
(violentador), y ahora son y pueden ser víctimas
de violencia, en su calidad de: trabajadoras y
alumnas (violencia laboral y docente), como parte
de una comunidad (violencia comunitaria), y como
usuaria de un servicio (violencia institucional).
Adicional a estos nuevos tipos de violencia ya
reconocidos, habrá que incorporar a las mujeres
que son víctimas de violencia, como madres y
abuelas, o personas de la tercera
edad.
En donde las primeras, enfrentan
un conflicto moral y social que
se ve difícil afrontar por la falta
de integralidad de las opciones
jurídicas, legales y asistenciales
con las que cuenta el Estado
para asegurarles su protección,
ya que las nuevas tendencias
del comportamiento social y
violento de la juventud deja a la
madre joven y a las madres de la tercera edad a
la merced y voluntad de sus hijos o hijas
maltratadores o violentos, en donde
lamentablemente algunas mujeres han perdido
su estabilidad emocional, su patrimonio y en el
peor de los casos la vida en manos de sus propios
hijos.
VIOLENCIA EN CONTRA DE LA MUJER DE
LA TERCERA EDAD
Síndrome de la abuela esclava
En el caso de la violencia que enfrentan las
mujeres de la tercera edad, es otro tipo de
violencia ejercida también por los hijos o hijas
maltratadores, que va más encaminado a la
violencia familiar en los aspectos, psicológicos,
patrimoniales y, económicos.
¿EXISTEN MECANISMOS DE PROTECCIÓN
PARA DE MADRES VIOLENTADAS?
El abuso en cuidado de nietos, mejor conocido
como, el síndrome de la abuela esclava (chantaje
emocional), es una enfermedad grave, que afecta
a mujeres maduras sometidas a una sobrecarga
física y emocional, y que origina graves y
progresivos desequilibrios, tanto somáticos como
psíquicos, y que es considerado por la O.M.S.
como un tipo de violencia.
Si bien, la Ley Especializada establece en su
artículo 8 los modelos de atención, prevención y
sanción así como las medidas y acciones que
deberán implementar las entidades para proteger
a las víctimas de violencia familiar, ninguna de las
prevenciones legales establece los supuestos de
protección de la mujer en casos de hijos violentos
o maltratadores.
Las manifestaciones físicas de este síndrome
son: Hipertensión arterial, padecimientos
metabólicos como la diabetes. Sofocos,
taquicardias, dificultad para respirar, mareos,
hormigueos, desvanecimientos, (molestias
paroxísticas), cansancio (debilidad y decaimiento),
caídas fortuitas.
Lo anterior, se comentó en virtud de que en las
fracciones V y VI del artículo 8 se establece, que
las autoridades deberán favorecer la separación
y alejamiento del agresor con respecto a la víctima,
y favorecer la instalación y el mantenimiento de
refugios para las víctimas y sus hijas e hijos; no
estableciendo supuestos en casos de que el hijo
sea el agresor.
Las manifestaciones emocionales son: Malestar
general, disconfort, ansiedad, tristeza, desánimo,
falta de motivación, a veces sentimientos de culpa
por su malestar. En momentos de crisis piensan
en el suicidio como única salida.
Es un fenómeno muy frecuente en nuestra
sociedad y además está reconocido por la O.M.S
como malos tratos hacia la mujer. La importancia
de este síndrome radica en que puede llegar a ser
potencialmente mortal, por el altísimo grado de
sufrimiento que provoca y el gran deterioro de la
calidad de vida de la propia afectada y de su
entorno familiar.
Por lo regular es ocasionado por la sobrecarga
generada por los hijos al considerar a sus padres
(abuelos) como obligados a apoyar en el cuidado
de los nietos. Por lo que son dejados después de
la escuela, en periodos vacacionales o eventos
sociales, o cuando han pasado por algún divorcio,
o los hijos han generado una nueva relación
sentimental olvidándose del cuidado total e sus
hijos, quedando bajo la responsabilidad de la
abuela el alimento, vestido, cuidado, educación
sin apoyo de los hijos, generando un detrimento
financiero y emocional en donde la mujer se ve
obligada por sus nietos a ejercer una
responsabilidad que ya no le corresponde.
Este aspecto queda ratificado al revisar el artículo
9 de la Ley General de Acceso de las Mujeres a
una Vida libre de Violencia que establece lo
siguiente:
Artículo 9.- Con el objeto de contribuir a la
erradicación de la violencia contra las mujeres
dentro de la familia, los Poderes Legislativos,
Federal y Locales, en el respectivo ámbito de sus
competencias, considerarán: Fracción II.
Establecer la violencia familiar como causal de
divorcio, de pérdida de la patria potestad y de
restricción para el régimen de visitas, así como
impedimento para la guarda y custodia de niñas
y niños; III. Disponer que cuando la pérdida de la
patria potestad sea por causa de violencia familiar
y/o incumplimiento de obligaciones alimentarias o
de crianza, no podrá recuperarse la misma…”
De igual forma, en lo referente a las órdenes de
protección de emergencia que prevé la Ley de la
materia previstas en el artículo como son:
I. Desocupación por el agresor, del domicilio
conyugal o donde habite la víctima,
independientemente de la acreditación de
propiedad o posesión del inmueble, aun en los
casos de arrendamiento del mismo; y II. Prohibición
al probable responsable de acercarse al domicilio,
lugar de trabajo, de estudios, del domicilio de las
y los ascendientes y descendientes o cualquier
otro que frecuente la víctima;
Los supuestos de protección, previstos en la ley
especial, son disposiciones de difícil aplicación
para la protección de una mujer violentada por sus
hijos. De ahí la importancia de que la mujer,
empiece a identificar los niveles de agresividad y
de sometimiento que ostenta actualmente ante
sus descendientes, a efecto de que pueda prevenir
agresiones futuras o actuales que la coloquen en
una situación de riesgo mayor.
CONCLUSIONES
La nueva dinámica y tendencia de la violencia
familiar que las mujeres de esta generación
enfrentan representa retos interesantes, debido a
que se incorporan nuevos actores como
generadores de la violencia familiar, que son los
hijos de mujeres que han pasado ya una etapa de
violencia familiar con su pareja, cuya problemática
requiere de estrategias y políticas públicas
integrales distintas, que hagan frente al nuevo
paradigma de la violencia que vive la mujer frente
a hijos violentos.
Sin duda un reto para la mujer, enfrentar y evitar
la violencia de estos nuevos actores, que no
afrontan su responsabilidad ante la autoridad, ni
ante la sociedad, protegidos por el amor y sentido
de protección que la mujer misma experimenta al
verlos supuestamente arrepentidos
por su agresión.
Esta debilidad de la mujer
hace a este actor más
peligroso, al no enfrentar
acciones de contención,
pues no es atendido a
tiempo,
por
protección
de la
madre víctima, quien lo ve como consecuencia y
producto de la violencia vivida en el hogar, por lo
que se resistirá diez veces más a presentar una
denuncia, o separar a su agresor de su lado,
exponiendo inconscientemente su integridad física,
emocional y hasta su vida por su amor de madre.
Es por ello, que las autoridades atendiendo esta
nueva y compleja forma de violencia familiar,
tendremos el reto de reeducar a las mujeres madres
de familia, víctimas de hijos violentos y
maltratadores, y a educar a las nuevas
generaciones sobre la responsabilidad legal que
pueden enfrentar dentro del Sistema de Justicia
para Adolescentes y el nuevo Sistema de Justicia
Penal, si son responsables de violencia contra sus
madres, ya sea física, psicológica o patrimonial.
Sin duda, este camino debe empezar con la
educación en el seno del hogar, en donde la madre
y mujer de hoy, debe aprender a establecer límites
de respeto a la dignidad de su persona, y en el
caso de sus hijos, contemplar consecuencia al no
reconocimiento de su autoridad, en donde nada
puede, ni debe justificar el comportamiento violento
de un hijo contra su persona, ya que si se consiente,
éste será sin duda un padre, madre, esposa o
esposo violento, de ahí que la madre es formadora
de personas y familias pero sobre todo responsable
de su propia seguridad.
Mujer, si eres víctima de violencia familiar por parte
de tu hijo o hija, puedes solicitar apoyo en la
Dirección Estatal de Atención a Niñas, Niños y
Adolescentes en Riesgo Delictivo y Violencia
Familiar de la PGJE, ubicada en Reforma 761,
2º Piso, Zona Centro, en Mexicali, Baja California,
o en los teléfonos (686) 552 55 83 o electrónicamente
al e-mail: [email protected].
La solución está en tus manos.
Ley General de Acceso de las Mujeres a una Vida Libre de Violencia.
Artículo EL SÍNDROME DE LA ABUELA ESCLAVA, Autor: Encarni
Liñan. Psicóloga Clínica Psicológica V. Mars - Sueca (Valencia, España)
C.S.A.E “Cuestionario del Síndrome de la Abuela esclava” ,Encarni
Liñán 2003.
Con mi experiencia de casi 30 años trabajando
en una asociación que es un Centro de Atención
y Prevención de la Violencia Familiar, me hacía
estas preguntas muchas veces. Y los reporteros
y personas en general me hacían estas mismas
preguntas también.
La respuesta no me llegó de inmediato, ha sido
a través de los años y de múltiples experiencias
con mujeres y hombres en situación de violencia
que he llegado a esta conclusión:
El hombre le pega a la mujer y la mujer soporta
y no lo deja por una cuestión de género.
Esta palabrita que ha estado haciendo ruido los
últimos años en reuniones donde se discute sobre
la violencia contra las mujeres, a nivel local,
nacional e internacional; al grado que en la última
Conferencia de la Mujer de la ONU tuvieron que
poner “en corchetes” todas las frases que
hablaban del género por la oposición del Vaticano,
presente en estas reuniones.
Quiero aclarar que el género y sus consecuencias
afectan por igual a mujeres y hombres. Es el rol
de género que la sociedad nos impone desde
que nacemos (y hasta desde antes de nacer) el
que dicta nuestra conducta y nuestras acciones
en nuestras relaciones humanas y hasta en la
relación que tenemos con nosotros mismos y
nosotras mismas.
Los seres humanos nacemos con un sexo
determinado, femenino o masculino (al menos la
gran mayoría de los seres humanos). Esto es
biológico, es innato y es parte de nuestro ser toda
la vida.
Por nacer hombre, o mujer, se nos impone un
“rol de género”, de acuerdo a la sociedad en que
nos toca nacer; nos educan de manera diferente;
nos visten de manera diferente; nos hablan de
manera diferente; dirigen nuestra vida de manera
diferente; el padre y la madre en el hogar, los
abuelos y abuelas, los tíos y tías, todos los
miembros de la familia. Después en la escuela,
igualmente. Maestros y maestras se dirigen de
manera diferente a sus alumnos, según sea un
niño o una niña, un joven o una joven, ya en
secundaria o preparatoria. Cuando decimos que
es una cuestión cultural nos estamos refiriendo
precisamente a esta situación y a veces no vemos
claramente que es una cultura patriarcal en la
que vivimos en nuestra sociedad.
Por eso es importante que analicemos la cuestión
del género, de los roles de género y cómo nos
guiamos por ellos, muchas veces de manera
inconsciente. Es importante para acabar con la
violencia en la pareja; para nuestro desarrollo
humano, ya que un hombre “obligado” por la
cultura, por su rol de género, a dominar y someter
a su mujer no puede lograr su pleno desarrollo
humano. Y una mujer “obligada” a soportar y
callar, a someterse y a sufrir (a veces hasta la
muerte) los malos tratos del compañero no puede
lograr su pleno desarrollo humano, desde luego.
En una entrevista con una joven mujer (24 años)
que estaba siendo víctima de insultos,
humillaciones y encierro (con su bebé de un año),
le pregunté: “¿Te pega?” y me contestó: “Lo
normal”. He aquí un ejemplo muy claro de lo que
para ella constituía “lo normal” para un hombre
y para una mujer.
Podemos cambiar el término de cultura patriarcal
por cultura machista, ya que son equivalentes.
En esta sociedad son los hombres los que gozan
de más privilegios, los que toman las decisiones,
los que tienen los puestos decisivos, etc.
Lo que no vemos es que ellos pagan un precio
por esto, también. Desde que nace el niño y a
través de su crecimiento y toda su vida se espera
de él que sea fuerte (que no llore), que no se
queje, que sepa resolver cualquier problema que
se le presente él solo (él no irá fácilmente con el
psicólogo o el médico), que sea proveedor (lo
cual en la crisis económica constante en la que
vivimos ya no es posible muchas veces), etc.
De la mujer se espera, desde que es niña, que
sea buena, que sea obediente, que sea débil,
(se vale llorar), que pida ayuda para resolver
cualquier situación, que no tenga opinión propia,
etc. Y de la mujer casada se espera todo esto y
más: que no interrumpa cuando su marido habla,
que nunca lo contradiga, que siempre lo apoye
y lo reciba con su mejor sonrisa cuando regresa
del trabajo, muchas veces cuando ella también
va llegando de un trabajo agotador.
Otra entrevista, esta vez con una mujer de más
de 50 años. Tenía 29 años casada y me decía
que sufría mucha violencia emocional, económica,
incluso física. “Pero es mi culpa” me dijo. “¿Por
qué piensas que es tu culpa?” le pregunté. “Porque
no hago las cosas como a él le gustan”, contestó.
Casi 30 años pensando que una buena mujer,
una buena esposa, está obligada a hacer las
cosas “como a él le gustan”. Y si no lo hace, se
merece todo lo que venga después. Y lo que ella
ve en la sociedad a su alrededor, en las familias,
en las telenovelas, en el cine, en casi todas partes
es que “así debe ser”, porque la cultura está en
todas partes, permea todas nuestras costumbres
y nuestras tradiciones.
Es muy común escuchar: “¿Por qué se hace así?
Porque así se ha hecho siempre.” Y no nos
paramos a pensar por qué se ha hecho
siempre así.
¿Cómo llegar a tener una sociedad igualitaria,
en que hombres y mujeres puedan desarrollar
libremente todo su potencial? ¿Cómo acabar con
la violencia del hombre contra la mujer? ¿Cómo
tener una sociedad en que podamos vivir libres
del miedo a la violencia? ¿El miedo al otro?
Se necesitarán muchos años para llegar a este
estado ideal. Pero eso deseamos para nuestros
descendientes; si el mundo que estamos dejando
a nuestros hijos e hijas no es el que quisiéramos,
al menos a los hijos e hijas de nuestros hijos, o
a sus nietos y nietas, pero yo creo firmemente
que se va a lograr, con el tiempo.
Cambiar la mentalidad de todos en una sociedad
es una tarea muy difícil. A nivel personal, me
siento impotente ante la tarea pendiente. Pero
es precisamente a nivel personal como podemos
hacer algo, y muy importante.
Pararme a preguntar ¿Cómo aprendí yo que es
eso de ser hombre? ¿Cómo aprendí yo que es
eso de ser mujer? Y cómo me ha afectado toda
mi vida la idea que tengo de haber nacido hombre,
o mujer? ¿Cuánto se rige mi conducta en el
concepto que tengo de lo que es un hombre (o
una mujer)?
Es un hecho que yo no puedo cambiar a nadie
más que a mí misma. Y así, cada uno, sólo puede
cambiarse a sí mismo. Lo que es ser un hombre
(o una mujer) es algo que aprendimos desde
muy niños, y tal vez nunca nos habíamos puesto
a pensar en cómo nos influye esto en todas
nuestras relaciones, en nuestra vida familiar,
social y personal. Pero lo que se aprende, se
puede desaprender.
Abrir nuestra mente para dejar entrar nuevas
ideas en ella, buscar lo que puede ayudarme a
vivir más tranquilo y más feliz, así como lo que
está impidiendo esto, eso sí puede hacer cada
uno de nosotros y nosotras.
Todos deseamos que haya paz en el mundo;
pero la paz empieza con uno mismo, una misma.
Igualmente la cuestión de tener una perspectiva
de género es asunto de cada uno de nosotros y
nosotras. En la medida que avancemos en este
camino, vamos a lograrlo. Y una vez que
adquirimos esta perspectiva de género, no hay
marcha atrás. Nos salta a la vista cada vez que
la cuestión de género aparece en la relación de
pareja y en todas nuestras relaciones humanas.
El mundo mejor que todos deseamos se va a
dar, con el tiempo. Y cada uno de nosotros puede
colaborar con el trabajo individual que haga
analizando, reflexionando y cambiando sobre
esta cuestión de género, tan importante hoy.
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