S PARA EL A - Hemeroteca Digital

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•; ';• *TSi'^¿..- - . «íwSaf-SiaimWJteíEJ»:
Redacción yÁdministración Galle de Larra, 8. Madrid.
Diario independiente de Ja noche fundado por D. Nicolás M.Urgoití eal920
# PrecíotllO (íentimos Am X.—Núm. 2.635
8 de junio de 1929
•
HORIZONTES
,;8»«h
S PARA EL A
Saturado de pensamiento, el
Todos conocemos a alguno o a
discurso de Gregorio Marañón en varios víctimas de ese azacaneo
fsspuesta al del nuevo académi- cultural. Llevan la última obra
^ de la de Medicina doctor Mou- vocinglera bajo el brazo, obser•"jz, sin faltar a ninguna de las van con un silencio inquisitorial
íituales exigencias en tal linajs que haría por sí sólo odiar a los
"6 Ceremonias — elogio y enjui- placeres superinteligentes la últiciamiento técnico de la persona- ma naturaleza muerta o agonilidad substituida y de su substi- zante del último genio recién sali"^^°-—, abunda en sugestiones de do, sonríen y se hablan en secreSeneral interés espiritual, por las to con la pueril pretensión de ha<^alea adquiere, sobre el valor cernos creer que hacen signos a
siempre un poco provisional de un astro remoto y que éste les
' ^ o trabajo científico, esa super- responde. Yo puedo exhibir como
•^'alía polémica, esforzada, anhe- caso específico a una señora, jo'osa de mejoras sociales que vie- ven y graciosa por demás, a la
"1* dado a la obra de nuestro que, si un providencial embarazo
^'^'go el sabor Inconfundible de no viene a manumitirla de la ti^* simiente destinada a generosas ranía de los barnices espirituales,
germinaciones.
verá muy pronto el doctor MaraCon dolor, después de insistir ñón en su clínica agobiada por
*5 Una idea ya iniciada en ante- los horrores de una oclusión de
í^iores trabajos suyos:. la disyun- todas las vías eliminatorias del
''va casi por igual opresora de espíritu. Si no fuese tan linda poí*°breza y riqueza que amenaza a dría calificársela de inevitable ta'^odo sabio, se queja de esa vora- rasca de las profesiones culturacidad de la vida de hoy para en- les. Las más heterogéneas ramas
^Uir en estériles festines de una del saber la tienen por igual aten''Ora, ensayos y conferencias que ta. Va y viene, atragantada siem°^ligan al investigador a vague- pre, siempre con prisa, y lo único
dades o reiteraciones, cuando no qué se distrae en ese ardilleo son
^ adoptar el único tono posible de sus tacones. Los sabios extranjeluien se dirige a un público des- ros constituyen su debilidad máPf^'visto de elemental prepara- xima; también los poetas que es^''^n. Con razones incontroverti- criben las letras mayúsculas con
"'^, Gregorio Marañón sitúa el minúsculas la fascinan. Cuando
Pí'oblema y, sin negar a las con- Emstein explicó en una lección su
ferencias benéfico influjo cultu- teoría de la relatividad era una
'"^1. enumera los riesgos qu« para niña y ya tuvo un disgusto "de
*^ hombre de ciencia entrañan. muerte" por no poder conseguir
•®I éxito embriagador y el' expo- uno de los puestos de primera
^erse a defraudar a un público fila. Ha pasado desde el catón a
lanoso de ver pagada su bbra de la superficie y a la superesatención con las revelaciones de tctica. Y nmchas veces yo he te'^o milagro, de un hallazgo sen- nido la maligna fantasía de susacional o del fruto íntegro de ponerla, de regreso a su casa,
^ a existencia de esfuerzos pa- quitándose en la intimidad de la
^'icos hacia la verdad, constitu- alcoba el corsé espiritual, de fé^^11 por igual sirtes y remolinos rreas ballenas, y diciendo dos o
''Onde muchas cosas, incluso algo tres buenas malas palabras, para
^® la hombría de bien, pueden desentumecerse los labios—¡tan
besables! —•, resecos de musitar
Perderse.
Pero el ritm.o frenético de la frases cabalísticas.
impone este rebajamiento
La ley de oferta y demanda que
** la ciencia y del arte, y conviflrrige el comercio domina cuanto
^ los laboratorios en imágcnfis
se comerSializa, y la ciudad ha
'^'Qeniatográficas, los cuadros en
puesto bajo el signo de Mercurio
^^Diaturas comerciales que pueal pobre cuervo de Minerva. El
den llevarse en el bolsillo con los
sabio hosco, el buscador solitario,
'lletes de las carreras de cabaestán condenados a la vida sin
"Og y igg invitaciones a fiestas
brillos sociales. Pobreza obscura
Sociales y los libros en novedades
que sólo los contados capaces de
efímeras. Arte y ciencia al detít/í¡
transformar el deber en placer
^e despacha para loa apresurados |
pueden resistir. La vanidad y el
^ los snobs. La época de los su>i3- i
tedio, dos de los imperativos mowtutivos engendrada por la gue- j
dernos, crean públicos para todo,
*'''a traslada sü sistema de enespeculadore.s de todo. Establecigaños al área espiritual y lo
mientos en los que el mismo aragrava c(?n el ansia de-prisa y de
ticulo cuesta tres veces más que
Mensualidades que la terrible efien ei vecino se ven llenos a todas
cacia del dolor y la muerte deshoras. Y en el timo cultural, como
encadenados por Marte alumbraen los timos célebres perseguidos
ron. Veinte exposiciones, treinta
por la Policía, el timador no opeRevistas, cuarenta guiños de la
ra si no halla al sujeto—especie
Publicidad incitan al alma. La
de bandido pasivo — propicio a
''^enor noción nueva, la particuaceptar gangas culpables. Adquilaridad ínfima del aspecto más
rir una cosmología en unas cuansecundario de c u a l q u i e r estutas horas sería, sin duda, mara"^io adquieren en seguida ima bivilloso. Pero ocurre que los pocos
bliografía enorme que os corta el
que la poseen han meditado, han
Paso. Y de una exposición a otra,
trabajado,, han renunciado a mu^e un libro a otro, de una a otra
chas gracias fáciles para adquieonferencia, el espíritu no tiene el
rirla .
preciso para que las ideas
Ir contra la moda es machacar
^e sedimenten. De aquí tanto con^Usionism.o: barnices de alma que en hierro frío. Por eso, querido
apenas pierden el color de coao- doctor Marañón, cuando yo veo a
^itniento dejan ver ignorancia y mi amiguita tan presurosa, tan
semienterada de tantas semicosas.
desorientación.
en vez de decirle que un libro
mediano releído y pensado deja
más que cuatro leídos al ^ uelo, y
que cultura no es número de nociones, datos, sino sólo aquéllas y
aquellos que aran nuestra alma,
disminuyen las malas hierbas de
ciertos instintos y la fertilizan
para que reciba y multiplique la
semilla solidaria del verdadero
progreso humano, la mira con admiración corñpasiva y, si, como
ahora, hace un calor denso de
sensualismo, detengo el i.ilrar en
sus labios con cierto apetito de
venganza animal.
A. HERNANDEZ-CATA
y no vemos más que tres. Problema: ¿Dónde están las dos hijasf
Nos acordamos de esos rompecahezas en que precisamente suele
haber árboles donde es nece-<:ario
buscar, o entre los contornos de
muebles y accesorios, perfiles que
a primera vista no se manifiestan.
Miramos el grabado del revés, en
todas las posiciones posibles, y
las dos hijas no aparecen. Debajo
del epígrafe transcrito, un renglón en bastarlilla, entre paróntesis, dice "(información en segunda plana)"; creíamos que diría,
más bien: "(la solución mañana)".
APRENDE a ZULÚ Y
SE LE OLVIDA R
INGLES
UNA ANCIANA CAE
AL RIO Y PERECE
AHOGADA
JOHANNESBURGO 7. —Ante
los tribunales de esta población
ha comparecido el subdito inglés
Thomas Webster, que ha olvidado
su propio idioma.
En su declaración hubieron de
emplearse los oficios de un intérprete oficial, que* tradujo al inglés
aquélla, y al dialecto zulú, el sumario q u e contiene los cargos
existentes contra Webster.
Este ha sido acusado de infringir la ley que prohibe la unión sexual entre blancos y negros. Admitió que, efectivamente, había
comprado una mujer zulú hace
quince años, mediante entrega al
padre de ésta de la "lobola", que
en este caso consistió en diez cabezas de ganado.
El juez, que se negó a dirigirse
a un subdito inglés en una lengua
"kafflr", impuso al acusado la pena de un día de prisión. (Fabra.)
EL FERROL 8 (9,30 m.).—
Cuando se dirigía a su casa, situada en la parroquia de Plsarga, sufrió un accidente la anciana Jesusa Fernández, y cayó al río. donde pereció ahogada.
LA "SONDA ECO" Y
ESCA
LONDRES 7.—El vapor pesquero "Loughrigg", de la matrícula de Pleetwood (Lancashire), ha
realizado experiencias de un nuevo invento aplicable a las operaciones de pesca, conocido con el
nombre de "sonda eco", y que
puede utilizarse para el descubrimiento de bancos de pesca situados a profundidades considerables.
El patrón del "Loughrigg", capitán John Holmes, ha manifestado haber encontrado en el nuevo
invento un notable auxiliar para
mantener la comunicación con loa
bancos de pescado y seguir sus
movimientos. El instrumento registra la profundidad del agua
hasta un máximo de setecientos
veinte metros, e índica los cambios que se operan en este sentido a razón de sesenta metros por
minuto.
El capitán Holmes ha dicho lo
siguiente:
"He podido averiguar la situación de los bancos de pesca a
trescientos metros de profundidad,
y por medio de la "sonda eco" he
mantenido las redes a este nivel y
conservado el contacto con el pescado. Por el jjrocedimlento antiguo de sondaje, estas operaciones
no podían llevarse a cabo cuando
el vapor arrastraba las redes.
La "sonda eco"—terminó diciendo—no sirve actualmente para descubrir la pesca; pero, una
vez localizada ésta, permite mantener la red al nivel debido, en
lugar de tantear en aguas más o
menos profundas con peligro de
perder el hallazgo." (Fabra.)
PREVISORES DEL PORVENIR
UN APARATO QUE
RECHAZA LAS
NEDAS FALSAS
EVELYN
Uñ suceso en Valencia
LA SEEPIENTE Y a NIÑO DE PECHO
Otra vez la fábula
VALENCIA 9 (8 m.).—En las
afueras de esta capital ha ocurrido un suceso que está siendo CÜraentadísimo.
En un barrio de casas económicas del camino dé Jesús, en la casa
Icira M de la calle do Ferriols, habita el matrimonio compuesto por
Alfonso Jiménez, de treinta años
de. edad, guarda jardinero del
Ayuntamiento, y .Sergia Mares
Sanguillo, de veintiocho, con los
hijos de ambos Alfotso, de dos
aiíos, y Pepito, de dos meses.
La mujer, que estaVia criando a
este último, venía observando, desde hace unos días, que. a pesar de
que el pequeño no cesaba de m.iniar durante la noche, arnanecia
siempre hambriento y llorando con
gran desconsuelo. Al principio
pensó la madre que el ni?o padeciese alguna enfermedad y no asimilaba bien el alimento; pero inmediatamente desechó tal c-iposición, ya que Pepito no daba esas
señales durante el día y al parecer
se alimentaba normalmente.
reptil, cerró lá puerta y corrió en
busca de cualquier instrumento.
Al salir del patio se encontró
con su vecino Víctor Chornet, al
que le comunicó cuanto sucedía.
Los dos hombres, provistos de
unos tablones, volvieron a buscar
a la serpiente, que había atravesado el patio y parecía dirigirse
a la habitación del matrimonio.
Se entabló una lucha, que duró algunos minutos, y al fin pudieron
matarla.
La noticia ya había circulado
por todo el barrio, y acudieron
muchos vecinos y vecinas para
contemplar el cuerpo del reptil,
que, según aseguran, tenia metro
y medio de largo por cinco centímetros de grueso.
Pero no terminó ahí la aventura. Entre los vecinos, que no ignoraban lo que sucedía con el pequeño Pepito, empezó a surgir la
sospecha de que la serpiente fuei ra la causa de todo ello. 'Según se
decía, el reptil, que al ser perseguido buscaba la habitación del
matrimonio, se deslizaba por la
noche en la alcoba, y cuando SerAyer Alfonso Jiménez salió al gia Mares dormía, salía de su espatio posterior de la casa, y ftl condrijo, buscaba el pecho de la
abrir la.puerta de un pequeño de- mujer y tomaba toda la leche. De
partamento que allí existe se vio ahí que al amanecer el niño llocon gran desconsuelo y cosorprendido por la presencia 4^ rara
mo si no hubiera tomado alimenuna serpiente de gran tamaño en to durante la noche.
actitud amenazadora. El encuenLa fantasía popular ha tomatro le produjo enorme impresión, do al pie de la letra la leyenda
y como de momento carecía de y la refiere con todo detalle, coarma alguna con que atacar al mo cosa probadamente ci-irta.
El presente del futurismo
•—¿Ha leído usled? En un pueblo de Santander hay una anciana de cbnto cinco año?, y
*s trata de sacarle una pensión. Con esa edad poco Is va a costar al Estado.
—Sí; pero si k da por vivir trescientos años, supóngase gué carga para el Tesoro.
BBENT
más helio pasado; pero .siempre
serán uniformes y académicos los
que los gasten. Es de suponer que,
por lo menos, al principio de onda
sesión se registren los bolsillos
del Sr. Marinetti, y se le despoje
de las cerillas o materias inflamables que lleve consigo, por si acaso, acordándose de su pasado futurista, se le pone en la coficscí
quetnar todo aquello.
Y QUE DA CONSEJOS
LONDRES 7 (9 n.). — E n una
droguería estabieclda en Times
Square se ha instalado un aparato que, no solamente rechaza las
monedas falsas que eti él se depositan, sino que denuncia al depositante por medio de un altavoz.
SI algTín cliente introduce por
la-ranura destinada a la admisión
de monedas del citado aparato
una pieza que, aun siendo del tamaño y peso legales, es falsa, la
moneda es detenida en su camino hacía el depósito donde se acumulan las legítimas, al mismo
tiempo que el altavoz dice: "Sírvase usar solamente monedas legales."
El inventor del aparato pensó
primeramente que la advertencia
fuera más bien un grito de alarma, por ejemplo: "¡Detente, ladrón!", o "¡A ése, a ése!"; pero
después de pensarlo detenidamente creyó en la posibilidad de que
el depositante hiciese uso de ¡a
moneda desconociendo su falsedad, y desistió de. su primitiva
idea.
BERLINESAS
Hotel Esplanade. Marmor Saal.
Cabida para mil personas. La hora de la subasta son las dos y
media. A las dos y cuarto empiezan a llegar autos al Esplanade.
La calle, desde la plaza de Potsdam hasta el Tiergarten, parece
un punto de coches. Coches para
banqueros. No,se ve allí la franja de tablero de damas con que
va marcado el auto de alquiler.
Durante mucho tiempo se repite a
la puerta del hotel la misma escena en dos variaciones. Un hombre—-digamos mejor caballero; es
más literario y hace mejor juego
con la Indumentaria — baja del
auto. Cierra la portezuela con un
estrépito como si la hubiera cerrado de una patada. Otra:, veces
el caballero da dieciochescamente
la mano a una mujer — digamos
dama; no hay mujer que se moleste por tratarla así..., ni aunque lo sea—. Hay bastantes rubios y algún chato. Pero i" tono
de la subasta es el moreno y la
nariz aguileña. Tipo Cambó, que
por cierto ocupa un departamento en el Esplanade, y tiene por la
sala sus agentes. Debajo del brazo se lleva un libro. Es el catálogo de la colección que va a subastarse. Hay dos ediciones: la
judía y la cristiana. Aquélla para
los anticuarios, agentes y hombres que se mueven en esa esfera. Es un catálogo donde están
reproducidos todos los cuadros
que van a la puja. ¡Magnífico ornato para mía biblioteca! La cristiana es una edición flaca, sin
ilustraciones. El tipo moreno de
la nariz curva solía llevar el libro gordo. El flaco lo llevaban
siempre tipos rubios. Por eso he
dicho que había dos ediciones: la
Judía y la cristiana.
A las dos y media está repleta
la sala. En el testero, sobre ua estrado, hay una mesa larga. A
ella se sientan, cara a nosotros,
cinco hombres graves. A.speoto
de tribunal. La puja empieza.
En la colección figuran algún
holandés y un cuadro de la escuela española. Pero quienes nos
han llevado allí son Bellíni, Guirlandajo, Botticelli, Filipo y Filipino Lippi, Piero della Francesca,
Verrochio..,, en fin, el renacimien.
to italiano. Hacía muchos meses
! que se esperaba en Berlín esta
subasta con la misma curiosidad
con que se esperaba la subasta do
los tesoros artísticos rusos celebrada hace algún tiempo. •'
El perito que dirige la subasta
anuncia el nombre del autor y el
del cuadro expuesto en el estrado, a su derecha, y marca el preUN OBRERO MUERTO Y OTRO cio inicial. "Madona de Filippo
Lippi. Diez mil marcos." Y tira
HERIDO DE GRAVEDAD
VALENCIA 8 (2 m . ) . — E n el el número a la sala para que lo
kilómetro 187 de la línea férrea vayan inflando tos pujadores. Al
minera de Ojos Negros descarri- principio se va inflando vertiginolaron doce vagones de un tren de samente. Once mil, doce mil, tremineral.
ce mil.- Todos tienen prisa de alA consecuencia del accidente zar la mano para indicar que aun
resultó muerto el obrero Pascual dan más. El subastador no da
Deza Botas, de cuarenta y cinco
años, y con heridas graves Juan abasto con sus dos ojos a tantas
5érez García, de cincuenta y cua- como se alzan, codiciosas del cuadro. Catorce riiil, quince mil, veintro.
te mil, cincuenta mil, setenta mil.
El número pesa ya^tanto, que ha
aplastado con su peso a muchos
ESCARRILAMIENTO
UN TREN MINE
LAS RELACIONES COMERCIALES ENTRE
FRANCIA Y NORTEASMCA
pujadores. Cada vez quedan menos. El subastador va dirigiendo
con la batuta el arco que describe el número al pasar del lado
derecho al lado izquierdo de la.
sala. Setenta y cinco mil, ochenta
mil, ochenta y cinco mil, noventa mil. "Noventa mil. ¿No hay
quien dé más? Noventa mil, a las
dos." Se adivina el esfuerzo en
aquella mano que se alza al lado
derecho. Noventa y cinco mil.
"Noventa y cinco mil. ¿No hay
quien dé más?" El tiempo es cada vez más lento. Se hace sensible la gravedad del número. "Cien
mil. Cien mil, a las dos." El cuadro va a ser adjudicado. Pero al
echar la última mirada por la sala, al lado izquierdo, tropieza en
aquella mano terca, decidida a
llevarse el cuadro de aquel fraile
que pintaba sus vírgenes encendido en el amor humano de la
monja del Prato. Ciento diez mil.
Otro esfuerzo, ciento quince mi!.
El último, ciento veíate mil.
"Ciento veinte mil. ¿Hay quien
dé más ? Ciento veinte mil, a, laa
dos. Ciento veinte mil. Hecho."
"Retrato do una joven florentina, de Ghirlandaio. Cincuenta mil
marcos." Cien mil, doscientos mil,
quinientos mil, setecientos mil, setecientos cincuenta mil. "Setecientos cincuenta mil. ¿No hay quien
dé más ? Setecientos cicctienta,
mil, a las dos. Setecientos cincuenta mil. Hecho."
Ei ambiente es de vértigo. Parece que todos hayan perdido 1*
cabeza. Cuadros que se hlibieraa
podido comprar por mil, por do»
mil, por cinco mil marcos suben
a cuarenta, a cien, a doscientos
mil. Una Santa Ágata de Luint
llega a doscientos sesenta mil.
Un autorretrato de Rosselli, a
cuatrocientos cirtcuent-a mil. Una
Virgen de Verrochio, a doscientos
cuarenta mil. Un Bellini, a trescientos mil. Un Piero della Francesca, a quinientos veinte mil.
Con Botticelli y los Coasas oímos estt núMiTo del millón, i^u*
rolo se había inún dos veces "n
una subasta. En América, con un
Piero della Fxancefca, y en Londres, con un Gainsborough, Kl
BotticelU se adjudicó en millón y
medio de marcos, y los Cossas, en
un millón diez mil marcos.
En hora y media escasa quedó
vendida la colección de Joseph
Spiridon, en ocho millones y medio de ' marcos. Muchos cuadros,
casi todos, quedan en Alemania.
Algunos van a AiBérica, Y alguno se llevó Cambó,
El desfile, medio ¡semita med!»
alemán, empieza. La sala queda
al poco tiertipo vacia. Salea los
espectadores y loa mercaderes del
arte. Y termina el espectátnilo como tez-minan las ,audiencias públicas. Abriendo las ventanas.
Josa RAMÓN
Berlín,^
ESTE NUMERO HA
SIDO REVISADO
POR LA CENSURA
P A R Í S 8 (1 t.).—Los principales representantes de la econonaia
nacional han aprobado una resolución en la que se llama la atención del Gobierno acerca de la
grave amenaza que presenta para el porvenir de las relaciones
comerciales entre Francia y los
Estados Unidos el proyecto ds
ley relativo a las tarifas aduaneras que está pendiente de discusión por parte del Senado norteamericano.
En dicha resolución se pide que
el Gobierno, de acuerdo con otras
naciones de Europa, estudie el
modo de realizar una gestión común cerca del Gobierno de Washington contra los aumentos y restricciones que comprende el expresado proyecto, de ley. (Fabra.)
He escrito "el presente" y no
"el presidente" del futurismo, aunque lo que voy a decir se refiera
a F. T. Marineiti. En el futurismo todo el inundo era 'presidente.
Así lo proclamaban las hojas en
que, a bombo y platillo, a demasiado bombo y demasiado píflíiUo, se defendía una nueva estética, en quo precisamente la estética era lo de menos; v¡ sin emRompecabezas
bargo, allí estaba.
Lugar
de la escena, un jardín.
Allí estaba, y ahora, unos años
más tarde, aquellos hombres, me- Personajes: un respetable caballejor dicho, el principal de ellos, que ro, con un papel en la mano, en
quería quetnar los! museos, disper- medio del grupo que forman con
sar las bibliotecas, aventar ¿as él una litida muchaclia de chro
cenizas de las academias, pvner traje y un arrogante moso; el, caen libertad las palabras y llevar ballero, sentado en un sillón de
a realización una poesía sin hi- mimbre, y en actitud de leer un
los, se dedica... Ya saben ustedes papel qíte tiene en lá mano; los
a lo que se dedica, porque lo han jóvenes lo contemplan, sonriéndoleído anoche aquí misino: se de- se, complacidos.
Esto es un grabado, y lo publidica a elegir el uniforme para los
académicos de la recién instaura- ca un querido éolega de la mañana. Debajo dice: "El jefe del
da Academia de Italia.
En esto paran las glorias del Gobierno inglés, Ramsay Macdofuturismo: no sólo en una Acade- nald, leyendo los telegramas ie
mia, sino, precisamente, en un felicitación por el groM triuyifo del
uniforme. El uniforme será todo laborismo. Acompañan al premier
la futurista que se quiera; los se- británico sus dos hijas: Isabel, señores académicos podrán no .le- cretaria suya, y Malcolm, diputavar las palmas ni demás ••símbolos do laborista."
de una posición oficial, que re¿Dos hlja.-s, una secretaria y un
cuerda todo lo fisrtottecieatit al ,,diputadot 8oa muolma peraottaa
EL PRÓXIMO LUNES
PUBLICARA
L A V O
*7
UN NUMERO DE
DOCE PAGINAS
su PRECIO SERA, COMO
SIEMPRE,
10 CÉNTIMOS
LA BOOfEDAD DE NAOIONES EN MADRID.-^
rand, representante del Can^Aá.
El Sr. Damétíf
: -(rote- Vldatí.,.,
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