5CFE01-302

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5CFE01-302
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Análisis y optimización de técnicas de eliminación de especies vegetales invasoras en
medios forestales de Andalucía.
VENEGAS TRONCOSO, J.1 y PÉREZ PORRAS, C.1
[email protected] y [email protected]
1
División de Medio Natural. Oficina de Proyectos. EGMASA. Empresa de Gestión Medioambiental. Consejería de Medio
Ambiente. Junta de Andalucía. C/ Johan G. Gutemberg, 1. Isla de la Cartuja. Sevilla
Resumen
El control en la expansión de la invasión de la vegetación alóctona invasora debe iniciarse
mediante la prevención en la introducción y establecimiento en áreas naturales de las que
estas especies no son originarias. No obstante, una vez establecidas y producida la invasión
son necesarios métodos de eliminación, que pueden ser muy diversos y de diferente índole:
mecánicos, químicos y biológicos.
En el presente trabajo se analizan y comparan diferentes métodos químicos empleados en el
control y erradicación de especies alóctonas invasoras. En el año 2006 se comenzó el estudio
encaminado hacia la determinación de las técnicas más eficaces para controlar y erradicar 5
taxones vegetales que afectan de forma muy directa al medio forestal: Eucaliptus
camaldulensis, Acacia spp., Nicotiana glauca, Arundo donax y Ailanthus altissima, que han
llegado a constituir invasiones en determinados espacios andaluces. Se han utilizando
métodos químicos, consistentes en la aplicación de tres productos fitocidas (glifosato, triclopir
y picloran) y diferentes tratamientos basados en la aplicación de herbicida tras la tala, con
otros en los que el herbicida se aplica “in vivo”, sin apeo del árbol, de forma que el producto
introducido actúa lentamente hasta secar a la planta. Los resultados obtenidos han mostrado
diferencias entre las metodologías empleadas, los diferentes productos y también entre las
especies diana.
Palabras clave
Invasora, alóctona, herbicida, tocón, inyección, aplicación basal
1. Introducción
La creciente evidencia del enorme impacto causado por las invasiones biológicas, tanto
de plantas como de animales, y el efecto negativo provocado en la pérdida de biodiversidad,
así como de enormes pérdidas económicas hace que desde organismos internacionales, como
la UICN (Unión Internacional de Conservación de la Naturaleza) se hayan tomado medidas y
adopten decisiones sobre las estrategias a desarrollar (MCNEELY et al, 2001). En el ámbito
europeo se cuenta con diferentes organizaciones y programas. En la Convención de la
Conservación de la vida silvestre europea y sus hábitats (Convention on the Conservation of
European Wildlife and Natural habitats), celebrada en Estrasburgo en el año 2003, se
incluyeron estrategias europeas en lo relativo a las especies invasoras. A nivel nacional se
cuenta con el Atlas de Plantas alóctonas invasoras en España (SANZ ELORZA et. al, 2004),
en el que se detalla una relación de 123 especies invasoras, y en el ámbito regional de la
Comunidad autónoma andaluza se recogen en el libro de Especies vegetales invasoras en
Andalucía (DANA et al, 2005) un total de 66 especies que se encuentran introducidas o
naturalizadas en el territorio andaluz como invasoras.
Desde la línea I+D+i de EGMASA (Empresa pública de la Junta de Andalucía) se puso
en marcha (2006-2010) un proyecto para el análisis y optimización de técnicas de eliminación
de especies alóctonas invasoras. Este proyecto se centra en 5 taxones vegetales que afectan de
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forma muy directa al medio forestal y están presentes en la gran mayoría de los espacios
protegidos de Andalucía.
2. Objetivos
El objetivo planteado en este estudio ha sido establecer una metodología eficaz para el
control de algunas de las especies vegetales que han llegado a establecerse como invasoras,
alterando el entorno natural. Para ello se pretende desarrollar tratamientos específicos, con el fin
último de elaborar un protocolo de actuación que facilite la gestión futura de espacios que
contemplen este tipo de actuaciones.
3. Metodología
Se seleccionaron 4 taxones de porte arbustivo o arbóreo, muy extendidas en
determinadas puntos de la geografía andaluza.
- Ailanthus altissima (Miller) Swingle (Árbol del Cielo)
- Nicotiana glauca R. C. Graham (Tabaco moruno)
- Eucalyptus camaldulensis Dehnh. (Eucalipto)
- Acacia spp. (Acacia dealbata Link. y Acacia longifolia (Andrews Willd) (Mimosas)
Además se añadió a esta lista una herbácea: Arundo donax L. (caña común), que
coloniza e invade numerosas áreas riparias y palustres.
Se realizó en primer lugar una revisión de los estudios y técnicas empleadas en la
eliminación de las especies exóticas invasoras, tras el cual se seleccionaron los tratamientos
que se consideraban más adecuados a las especies que son objetivo de este trabajo y también
los de mayor respeto hacia el medio ambiente.
Elección e instalación de parcelas
Se establecieron varias parcelas experimentales ubicadas en espacios gestionados por la
Consejería de Medio Ambiente (Junta de Andalucía), en diferentes localidades de las
provincias de Huelva y Sevilla:
- Paraje Natural de las Marismas del Odiel (Huelva)
- Parque Natural de la Sierra Norte de Sevilla
- Monte Público de Bodegones y Cabezudos (en el Entorno del Espacio Protegido de
Doñana, Huelva)
Técnicas empleadas
La elección del herbicida adecuado es una cuestión fundamental a la hora de mejorar la
eficiencia del proceso, o incluso la efectividad del método aplicado. Los criterios para la
elección de herbicidas adecuados han sido los siguientes:
1) Especificidad frente al tipo de especies: herbicidas que se han empleado en las
especies objetivo de este estudio, o que aparecen especificadas en los registros oficiales
2) Baja toxicidad y persistencia. Se han seleccionado sustancias sistémicas con escasa
persistencia en el medio y de toxicidad baja. Ello permite reducir al mínimo otras afecciones
al medio natural.
3) Ámbito de aplicación autorizado en la hoja de registros oficial, o asimilable a alguno
de los campos autorizados.
De acuerdo con estos criterios, los herbicidas seleccionados han sido los siguientes:
- GLIFOSATO 36% (SAL ISOPROPILAMINA) [SL] P/V.
- TRICLOPIR 48% (ESTER BUTOXIETÍLICO) [EC] P/V)
- PICLORAN 24% (SAL POTÁSICA) [SL] P/V.
El glifosato es un herbicida sistémico, no selectivo, que actúa inhibiendo la síntesis de
determinados aminoácidos necesarios para la fabricación de proteínas fundamentales en el
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desarrollo de la planta. Tiene una toxicidad relativamente baja para aves, mamíferos y peces,
siendo uno de los herbicidas más empleados en el medio natural. Está especialmente indicado
en el control de especies herbáceas. Sin embargo, según se especifica en el Vademecum de
productos fitosanitarios y nutricionales (LIÑÁN, 2008) puede resultar efectivo frente a
especies leñosas. En anteriores protocolos ha sido utilizado con frecuencia en este tipo de
especies.
Triclopir y picloran son ambos auxinas sintéticas que actúan en las plantas,
mimetizando la hormona de crecimiento auxina, de manera que en dosis apropiadas, provoca
una desorganización en el crecimiento llevándola hasta la muerte. Se utilizan para el control
de herbáceas y leñosas. Ambos tienen baja toxicidad pero picloran presenta mayor
residualidad que los anteriores herbicidas (TU et al, 2001).
Respecto a los tratamientos, se ha planteado la experimentación con métodos químicos
siempre mediante actuaciones puntuales y muy selectivas. Los tratamientos a emplear varían
en función del porte de la planta. Han consistido en la aplicación de diferentes técnicas, que se
resumen a continuación:
I. Aplicación de herbicida tras la corta
¾
1. Corta y aplicación de herbicida al tocón- Tratamiento a ejemplares adultos y
brotes jóvenes- Aplicación de herbicida puro, sin diluir y aceite vegetal coadyuvante: Tras
la tala del árbol, se practica en el tocón con el espadín de motosierra dos o más cortes (11,5 cm de profundidad), favoreciendo de este modo la penetración del herbicida y
aumentando la superficie de adsorción. A continuación se aplica el fitocida, de forma
selectiva con pulverizador, de forma que el tocón quede totalmente impregnado, aplicando
posteriormente aceite para facilitar la penetración del producto en los tejidos y actuando
éste además como película protectora impidiendo la evaporación del herbicida y
mejorando así la efectividad del mismo. La aplicación de herbicida debe ser inmediata, tras
la tala, evitando que los poros se cierren y se pierda así la capacidad de absorción del
mismo por la planta.
¾
2. Corta y aplicación posterior de herbicida a los brotes- Tratamiento a ejemplares
adultos y brotes jóvenes- Aplicación de herbicida diluido en agua (al 1% en el caso de
triclopir y al 3% en el caso de glifosato), aceite vegetal coadyuvante y regulador de pH
para las aplicaciones con glifosato: Tras talar el árbol no se trata el tocón. Se espera a que
éste rebrote y posteriormente se aplica herbicida a los brotes surgidos, una vez alcanzan el
tamaño necesario para ser tratados mediante aplicación foliar (6-8 meses tras la corta). El
tratamiento se realiza mediante pulverización con mochila y difusor con boquilla de baja
dispersión, aplicándose sobre la superficie de las hojas, de forma que queden totalmente
impregnadas, evitando en todo momento la deriva de producto al medio. Estos tocones
sirven además como testigo para contrastar los tocones tratados.
II. Actuación in vivo del herbicida, sin apeo del árbol:
¾
3. Inyección de herbicida puro en el tronco-Tratamiento a ejemplares adultos y
brotes jóvenes- Aplicación de herbicida puro, sin diluir: En primer lugar se practican
perforaciones en el tronco mediante un taladro. Debe hacerse con inclinación descendiente,
en ángulo de 45º para favorecer la penetración del fitocida. Las perforaciones se suceden
formando una corona en todo el perímetro, con una distancia aproximada entre
perforaciones de 5-10 cm. Se aplica a continuación herbicida puro en el orificio, mediante
una jeringuilla y se sella la parte final con silicona o arcilla. Para que el herbicida se
transfiera de forma efectiva a los tejidos la inyección debe hacerse inmediatamente.
¾
4. Aplicación de herbicida en la zona basal del tronco- Tratamiento a brotes
jóvenes <15 cm de diámetro (Perímetro <45 cm) -Aplicación de herbicida puro, sin diluir
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y aceite vegetal coadyuvante: Inicialmente se realizan una serie de incisiones
longitudinales en la base del tronco, alrededor de todo su perímetro. Para ello pueden
utilizarse distintas herramientas en virtud del calibre del tronco o rama y la dureza de la
madera, siendo útil el canto de una motosierra. A continuación se aplica herbicida a los
primeros 30-50 cm del tronco, hasta que toda la zona basal del tronco quede impregnada
por completo. La aplicación se realiza de forma selectiva con pulverizador, aplicando
posteriormente coadyuvante para facilitar la penetración del producto en los tejidos
actuando además como película protectora y mejorando así la efectividad del herbicida
sistémico. Las incisiones previas permiten el contacto directo entre herbicida y tejidos
vasculares.
¾
5. Aplicación foliar de herbicida a brotes- Tratamiento a brotes jóvenes <15 cm de
diámetro (Perímetro <45 cm): Aplicación de fitocida diluido en agua (al 1% en el caso de
triclopir y al 3% en el caso de glifosato), aceite vegetal coadyuvante y regulador de pH
para las aplicaciones con glifosato. La labor se desarrolla con mochila y difusor con
boquilla de baja dispersión, aplicándose sobre la superficie de las hojas, de forma que
queden totalmente impregnadas, evitando en todo momento la deriva de producto al
medio. Los brotes no deben superar los 2,5 m de altura y deben tener las hojas totalmente
desarrolladas.
Dichos tratamientos han sido aplicados sobre árboles de distinto diámetro, a fin de
determinar posibles diferencias en la afección del árbol en función del tamaño que posee.
En Andalucía se había llevado a cabo con anterioridad los tratamientos 1, 2 y 5. Por ello
se eligió aplicar estas tres técnicas y contrastar con otras dos más novedosas, experimentadas
en otros lugares pero sin difusión actual en nuestra región: Inyección de herbicida en el tronco
(tratamiento 3) y aplicación basal al tronco (tratamiento 4). Ambas son técnicas de las que se
tiene información bibliográfica acerca de su eficacia (FAGÚNDEZ Y BARRADA, 2007), a
pesar de no existir constancia de haber sido probadas en la flora alóctona andaluza, hasta la
fecha.
Las experiencias se han llevado a cabo durante 2 años consecutivos: los primeros
trabajos comenzaron en julio de 2007. En mayo de 2008 se ejecutaron por una parte
repeticiones para validar los datos obtenidos en el primer tratamiento y por otra una repetición
del tratamiento, empleando la misma metodología, en aquellos ejemplares que no se lograron
erradicar tras el primer tratamiento. Se han realizado en primavera, coincidiendo con el
periodo en el que las plantas presentan mayor actividad metabólica, asegurando de este modo
la máxima distribución del herbicida a través de su sistema vascular.
El tamaño de muestra ha sido de 20 ejemplares por tratamiento, tomándose en otros
casos rodales completos de mayor número de individuos:
En el caso de Acacia longifolia, se tomaron 3 parcelas de 300 m2 como área de muestreo,
en las que se llevó a cabo un tratamiento de corta y aplicación inmediata al tocón, aplicando
herbicida puro, sin diluir: triclopir en una de las parcelas y glifosato en otra, dejando la tercera
sin tratar. La densidad de las parcelas varía entre 1200 y 2000 pies por hectárea (1200, 1400 y
2000 pies/ha, respectivamente).
El tratamiento foliar en ejemplares jóvenes de Acacia dealbata se efectuó en 2 parcelas
de 0,5 ha, y densidad de 4500 pies/ha, aplicándose glifosato en una de ellas y triclopir en la
segunda.
El tratamiento de Nicotiana glauca consistió en la aplicación basal con triclopir en una
parcela de 0,12 ha, con 73 individuos y dos parcelas de aplicación foliar, con glifosato (0,30 ha y
97 individuos) y triclopir (0,20 ha y 98 individuos).
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4. Resultados
Se presentan los resultados de los ensayos realizados durante 2 años consecutivos,
habiéndose observado diferencias entre los distintos tratamientos aplicados. La corta y aplicación
de herbicida al tocón ha sido muy efectiva, de forma general para todas las especies arbóreas,
con un 100 % de éxito, tanto en los tocones tratados con triclopir, como en los tratados con
picloran (tabla 1), en los que en ninguno de los casos se han producido rebrotes de cepa o raíz.
Frente a esto, los tocones que no fueron tratados rebrotaron de cepa en un 60-100% de los casos.
Los resultados obtenidos para el resto de los tratamientos pueden valorarse en general de forma
positiva, aunque pueden apreciarse diferencias significativas, en función de la especie tratada, así
como del tratamiento y del herbicida aplicado. La aplicación foliar a los brotes surgidos de la
cepas no tratadas es en general poco efectiva, pero varía según las especies.
Se expone a continuación las observaciones obtenidas por separado para cada una de las
especies tratadas:
Eucalyptus camaldulensis:
El tratamiento de aplicación foliar a los brotes surgidos de cepa es en esta especie el
método menos efectivo, ya que se ha demostrado que son necesarias al menos 3 aplicaciones
foliares sucesivas para conseguir desecar el árbol: Tras pulverizar con glifosato y con triclopir el
primer año, vuelven a surgir nuevos brotes (60% en los tratados con glifosato y 10% en los
tratados con triclopir) y también en el segundo año. Esto supone un porcentaje de éxito de 40% y
de 90% respectivamente (Tabla 1), por lo que es necesaria una tercera aplicación, quizás más.
En el tratamiento de inyección, los resultados obtenidos son diferentes, dependiendo del
herbicida aplicado. En el caso de las inyecciones de picloran, se obtuvo un porcentaje de éxito
del 100%, en el primer año (Tabla 1), mientras que en los tratados con glifosato y triclopir fue
necesaria una segunda inyección ya que los árboles, pese a verse externamente muy afectados,
no se desecaron por completo tras el primer tratamiento, e incluso surgieron nuevos brotes, tanto
en las ramas, como directamente del tronco. En el caso de triclopir esta segunda inyección es
suficiente, mientras que con glifosato son necesarias nuevas inyecciones.
El tratamiento de aplicación basal a brotes ha resultado ser una técnica eficaz, tanto para
los brotes tratados con picloran, como los tratados con triclopir. Tras 8 meses de actuación del
herbicida (dejando el brote en pie) fueron talados y en ninguno de los casos se han producido
nuevos brotes. Respecto al tratamiento realizado con glifosato en la anterior primavera, se ha
logrado un 100% de éxito (Tabla 1), no obstante aún no han sido talados y se desconoce por
tanto la reacción tras el apeo.
Acacia dealbata:
La aplicación foliar a brotes, tras la corta de árboles adultos sí resultó ser eficaz,
desecando por completo los brotes (tanto en la utilización de glifosato como en la de triclopir),
sin volver a surgir ninguno. También han sido efectivos los tratamientos de aplicación basal de
triclopir y de glifosato, aunque en ambos casos un 5% de los ejemplares tratados requieren una
segunda aplicación, lo que se traduce en un porcentaje de éxito del 95% (Tabla 1), aunque en una
segunda aplicación se controla al 100%.
Las inyecciones de triclopir y de glifosato (en este caso no se aplicó picloran) han
aportado un porcentaje de éxito de un 20% y un 80% respectivamente (Tabla 1), siendo así más
efectivo en este caso el glifosato. En los restantes ejemplares, afectados pero no totalmente
desecados, fue necesaria una segunda inyección, tras la cual se consiguió el objetivo, con la
desecación del 100 % en el caso de glifosato, aunque sólo un 90% en el caso de triclopir.
Acacia longifolia:
Esta especie, que se encuentra invadiendo grandes extensiones en áreas de pinar de
repoblación, llegando a adentrarse en el Espacio protegido de Doñana, tiene un porte arbustivo
(de hasta 2 m de altura), con troncos muy ramificados. En ninguna de las 2 parcelas tratadas se
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han producido brotes de cepa o raíz, pudiendo considerar por tanto un 100% de efectividad en el
método, con ambos productos (Tabla 1). Es necesario hacer notar sin embargo, la existencia en
ambas parcelas de numerosas plántulas surgidas de semilla, que deben ser tratadas, una vez
alcancen el tamaño requerido, mediante pulverización foliar.
Ailanthus altissima:
Los resultados obtenidos con ailanto son similares a los ya expuestos con eucalipto. La
aplicación foliar con triclopir a los brotes surgidos en los tocones sin tratar, no es efectiva ya que
el 90% de ellos rebrota de nuevo, de manera que son necesarias al menos 3 aplicaciones (quizás
muchas más).
La aplicación a tocón (con picloran, triclopir y con glifosato) ha sido efectiva al 100%,
así como la aplicación basal (100% de éxito con picloran y 90% con glifosato) y el tratamiento
de inyección con picloran. Por el contrario, las inyecciones con triclopir han supuesto un fracaso:
sólo producen algunos efectos en el árbol, pero ni siquiera en dos tratamientos se han conseguido
resultados positivos. La inyección con glifosato aporta mejores resultados: un 60% de los
ejemplares se secan con una sola aplicación, mientras el 40% restante rebrotó después 18 meses,
aunque con brotes visiblemente afectados por el herbicida, que finalmente terminaron por
secarse, por lo que se puede decir que existe un 100 % de éxito (aunque de forma más lenta) con
una única aplicación (ver tabla 1).
Nicotiana glauca:
Se trataron 2 rodales de aplicación foliar, con glifosato y triclopir, respectivamente, con
similares resultados de éxito, algo superiores en el caso de glifosato (80% de éxito) que en el de
triclopir (70%) (Tabla 1). En un tercer rodal (zonas más cercanas a una cuenca de agua), se llevó
a cabo un tratamiento de aplicación basal con triclopir (siendo éste un tratamiento más dirigido,
con menor riesgo de deriva hacia la cuenca), con un porcentaje de éxito cercano al 80%. En los 3
rodales fue necesario repetir el tratamiento (al año siguiente) a los individuos restantes y de esta
forma se consigue controlar definitivamente a la especie.
Arundo donax:
En Julio de 2007 se procedió a la corta de 3 rodales de Arundo donax. No se aplicó
herbicida, con la intención de realizar un tratamiento foliar, cuando los brotes surgidos tras la
corta tuviesen el tamaño adecuado y suficiente superficie foliar. Dichos brotes comenzaron a
surgir muy rápido, de forma que pasada tan solo una semana de la corta, pudieron observarse los
primeros y 3 meses después de la corta los brotes alcanzaban a medir más de 1m de altura y
habían desarrollado numerosas hojas. Se llevó a cabo la aplicación y tras esta única intervención
no han sido necesarias otras nuevas. Si bien, es necesario tener en cuenta que el nivel de
dificultad para controlar esta especie es medio cuando se trata de parches muy localizados
(DANA et al., 2005), aumentando dicha dificultad cuando la invasión es mayor.
Tabla 1. Porcentaje de éxito obtenido con los distintos tratamientos
Corta +
Corta + Aplicación
Aplicación a
herbicida al tocón
ÉXITO (%)
rebrotes
Inyección
Aplicación basal
Aplicación
foliar
E. camaldulensis
Glif
90*
Tric
100
Picl
100
Glif
40
Tric
90
Glif
0
Tric
0*
Pic
100
Glif
100
Tric
100
Pic
100
Glif
-
Tric
-
Acacia dealbata
Acacia longifolia
100
100
100
100
-
100
-
100
-
80*
-
20
-
-
95*
-
95*
-
-
90
-
70*
-
A. altissima
100
100
100
-
10
100
0
100
90*
-
100
-
-
Nicotiana glauca
-
-
-
-
-
-
-
-
-
80*
-
80*
70*
Arundo donax
-
-
-
-
-
-
-
-
-
-
-
100
-
(*) Indica que se consigue controlar (100%) en el segundo año de aplicación.
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5. Discusión
Los métodos mecánicos suelen ser una opción alternativa a los químicos, no obstante no
son siempre recomendables, debido a la potencial generación de procesos erosivos o de pérdida
de suelos que se deriva de este tipo de actuaciones. Los tratamientos aplicados en el control y
erradicación de especies exóticas en Andalucía han sido en muchos de los casos de tipo
mecánico.
La aplicación de herbicida en el tocón es un método utilizado en especies leñosas
rebrotadoras. Sin embargo los resultados obtenidos con esta técnica en anteriores trabajos
realizados por la administración con la aplicación de glifosato han sido variados y en muchos
casos poco efectivos. Ello hizo necesario comprobar, si la escasa efectividad del tratamiento era
debida al producto en sí o bien a una deficiencia metodológica en la aplicación del mismo (dosis
de producto, época del año, época de aplicación inadecuada, etc.). Tras los resultados obtenidos
hasta la fecha se puede asegurar sin lugar a dudas que este tratamiento es el más efectivo de
todos los ensayados para las 4 especies leñosas a las que se ha aplicado. Siendo este un método
que se viene utilizando desde hace años, es importante hacer notar sin embargo, que para obtener
una eficacia del 100 % es necesario seguir la metodología de forma exhaustiva y sistemática,
aplicando el herbicida inmediatamente después de la tala, y utilizando aceite vegetal
coadyuvante para facilitar la penetración del primero en los tejidos. Es por otra parte una
aplicación sencilla, muy controlada, evita la contaminación de la vegetación adyacente y se
eliminan o reducen posteriores repasos. Además, se requieren tan solo pequeñas dosis de
herbicida para lograr efectividad, hecho que repercute en un menor impacto ambiental.
La inyección de herbicida en el tronco es una técnica sencilla, muy selectiva, que evita
que la vegetación de alrededor se vea afectada, sin embargo existen referencias sobre deriva de
producto al suelo a través de las raíces, en el caso de picloran (REID Y HURT, 1970), El
esfuerzo realizado con esta metodología es mayor que en el caso anterior, por lo que en grandes
superficies o elevado número de ejemplares es preferible emplear la primera. Esta técnica sin
embargo puede llegar a ser muy útil (empleando herbicidas como glifosato) para tratar árboles
aislados en los que las condiciones del terreno no permitan el apeo, o éste sea perjudicial para la
vegetación circundante, dejando así el árbol en pie, seco, que puede ser beneficioso incluso como
posadero para las aves.
La aplicación basal es útil en especies como ailanto, para brotes jóvenes que no tienen el
tamaño suficiente para ser tratados aplicando al tocón, y que de ser cortados rebrotarán con
mayor fuerza y en mayor densidad. Esta metodología es más selectiva que la foliar pero más
compleja y costosa, siendo factible por tanto en aquellos casos en que los pies se encuentren en
condiciones en las que la aplicación foliar pueda dañar al medio, zonas sensibles como es el caso
de riberas, humedales, o áreas donde las especies circundantes sean de especial interés.
Es importante indicar que la repetición sucesiva de los ciclos, en todas las técnicas
aplicadas, es esencial para la eliminación definitiva (DANA et al, 2004). De hecho, cuando se
suspenden las repeticiones, las plantas a las que el tratamiento no había conseguido aún eliminar
definitivamente, llegan en general a recuperarse, reaccionan con vigor y producen numerosos
brotes. El control de nuevas plántulas surgidas de semilla es también imprescindible para
conseguir erradicar la invasión.
6. Conclusiones
Los resultados del presente estudio ponen de manifiesto la necesidad de aplicación de
metodologías adecuadas, de bajo impacto y con el mayor respeto por el medio para controlar a
especies alóctonas invasoras:
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-
-
-
Encaminadas a la especie objeto. Determinadas metodologías funcionan bien con
unas especies pero no con otras. Por otro lado el número de ciclos necesarios para
erradicar a la invasora depende en gran medida de la especie tratada, además del
herbicida empleado.
Metodología adecuada a cada tipo de situación: Aunque se ha demostrado como más
efectiva la aplicación de herbicida al tocón, en determinados casos puede interesar no
apear el árbol, o utilizar una metodología más dirigida, con menor deriva del
producto al medio
Efectuar la aplicación de forma metodológica, precisa y exhaustiva. Así, por ejemplo,
es esencial que se proceda a la aplicación del herbicida de forma inmediata, tras la
tala del árbol (tratamiento de corta y posterior aplicación al tocón) o tras realizarse las
perforaciones (tratamiento de inyección). Su postergación en tan sólo pocos minutos,
puede reducir de modo significativo la eficacia del método a causa del sellado de los
poros y de los tejidos de la planta, por resina y otros metabolitos.
7. Agradecimientos
El presente trabajo ha sido financiado mediante la línea de I+D+i de EGMASA.
Los autores quieren expresar su agradecimiento a la Consejería de Medio Ambiente
(Junta de Andalucía) que ha cedido los terrenos para establecer las parcelas experimentales, y a
personas de esta administración que han colaborado y lo han apoyado: Guillermo Ceballos
Watling, Rocío Jiménez Trigueros, Mª de los Ángeles Ramos Gil, Javier Luengo Benavent,
Enrique Martínez Montes, y a los Agentes de Medio Ambiente que nos han acompañado para la
elección de parcelas, especialmente a Enrique Sánchez Gullón, por su constante atención,
disponibilidad y colaboración en la localización de parcelas.
8. Bibliografía
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