113 UNIVERSIDAD TÉCNICA PARTICULAR DE LOJA La universidad católica de Loja ESCUELA DE CIENCIAS JURÍDICAS TESIS PREVIA LA OBTENCIÓN DEL TÍTULO DE DOCTORA EN JURISPRUDENCIA TEMA: “RECONOCIMIENTO LEGAL DE LA PERSONALIDAD JURÍDICA DEL NASCITURUS EN LA LEGISLACIÓN CIVIL” AUTORA: AB. PAULA OÑA MEJÍA DIRECTOR: DR. JOSÉ AURELIO MACAS ILLESCAS LOJA - ECUADOR 2009 114 Declaratoria de Autoría Las ideas emitidas en el contenido del informe final de la presente Investigación, son de exclusiva responsabilidad de la autora. Abogada Paula Oña Mejía ................................................................ 115 Autorización del Director Yo, Doctor José Aurelio Macas Illescas DIRECTOR DE TESIS CERTIFICO Que el presente trabajo de investigación ha sido cuidadosamente revisada por el suscrito, por lo que he podido constatar que cumple con los requisitos de fondo y de forma establecidos por la Escuela de Ciencias Jurídicas de la Universidad Técnica Particular de Loja para esta clase de trabajos, por lo que autorizo su presentación. Loja, julio 2009 Dr. José Aurelio Macas Illescas DIRECTOR DE TESIS 116 Cesión de Derechos de Autor Yo, PAULA OÑA MEJÍA, declaro conocer y aceptar la disposición del Art. 67 del Estatuto Orgánico de la Universidad Técnica Particular de Loja, que en su parte pertinente textualmente dice: “Forman parte del patrimonio de la universidad, la propiedad intelectual de investigaciones, trabajos científicos y tesis de grado que se realicen a través o con el apoyo financiero, académico o institucional (operativo) de la Universidad.” LA AUTORA AB. PAULA OÑA MEJÍA 117 Mi Agradecimiento Imperecedera A Dios, creador de todo y dueño de mi vida, quien me dio la inteligencia y el amor por la justicia. A la Universidad Técnica Particular de Loja, Templo del Saber, pionero en la educación a distancia que me abrió sus puertas en la primavera de 1999. A todos y cada uno de los Profesores, que a la distancia supieron impartirme sus sabios conocimientos y aclarar mis dudas. A mi Director de Tesis, Dr. José Aurelio Macas Illescas, quien ha hecho posible la terminación de este trabajo y su presentación. A mi Madre querida, quien siempre ha sido el pilar fundamental de toda mi trayectoria estudiantil, incomparable mujer quien conjuntamente conmigo se desveló tantas veces y en otras corrió apresurada a entregar mis evaluaciones en la UTPL. Por ser ese ser único en mi vida un agradecimiento especial para ella. A mi hija Sharito, quien desde su nacimiento ha sido la inspiración de mi vida, quien me ha hecho sentir el deseo constante de ser mejor cada día, de luchar porque impere la justicia y de alguna manera brindarle a ella un país más justo donde vivir. La Autora 118 Dedicatoria Con mucho Amor dedico esta tesis a mi madre, ese ser maravilloso que me dio la vida, por quien soy lo que soy, por quien he llegado hasta donde estoy; A mi hija quien ha sido mi inspiración constante, con el anhelo de que algún día pueda sugerirle que ame y estudie “Derecho” La Autora 119 ESQUEMA DE CONTENIDOS TEMA: “RECONOCIMIENTO DE LA PERSONALIDAD JURÍDICA DEL NASCITURUS EN LA LEGISLACIÓN CIVIL” CAPÍTULO I LOS SUJETOS DE DERECHO – LAS PERSONAS 1.1 Definición de persona 1.2 Definición de individuo 1.3 Personas naturales y personas jurídicas 1.4 La persona ante la Filosofía 1.5 La persona ante el Derecho 1.6 La persona ante la Biología CAPÍTULO II PERSONAS NATURALES 2.1 Principio de la existencia de las personas naturales 2.2 Existencia natural y existencia legal 2.3 Embarazo 2.4 Presunción de la época de la concepción 2.5 Personalidad legal del concebido 2.6 Representación legal del concebido 120 CAPÍTULO III NACIMIENTO 3.1 Concepto de nacimiento 3.2 Principio legal de la existencia de las personas según la ley vigente 3.3 Protección de la vida del que está por nacer 3.4 Derechos del no nacido 3.5 Teorías de la animación 3.5.1 Animación antes de la concepción 3.5.2 Animación al momento de nacer 3.5.3 Animación después de la concepción pero antes del nacimiento 3.5.4 Animación en el momento de la fecundación CAPÍTULO IV LA PERSONA EN OTRAS LEGISLACIONES 4.1 En la Legislación Romana 4.2 En la Legislación Chilena 4.3 En la Legislación Española 4.4 En la Legislación Italiana 4.5 En la Legislación Argentina CAPÍTULO V INVESTIGACIÓN JURÍDICA DE CAMPO 5.1 Aplicación de encuestas 5.2 Presentación estadística de resultados 121 5.3 Fundamentos Constitucionales Legales y de carácter personal para la propuesta de reforma 5.4 Verificación de Hipótesis CAPÍTULO VI CONCLUSIONES Y RECOMENDACIONES 6.1 Conclusiones 6.2 Recomendaciones 6.3 Propuesta de Proyecto de Ley Reformatoria al Código Civil Bibliografía Anexos Índice 122 Introducción El Art. 60 del Código Civil ecuatoriano declara que el nacimiento de una persona fija el principio de su existencia legal desde que es separada completamente de su madre. La criatura que muere dentro del vientre materno o que perece antes de estar completamente separado de su madre se reputará no haber existido jamás. Se presume que la criatura nace con vida, quien alegue lo contrario, para fundamentar un derecho deberá probarlo. El Art. 130 de la Ley de Registro Civil, Identificación y Cedulación nos da una definición de nacimiento vivo, diciendo que: “se entenderá por nacimiento vivo a la extracción completa de la madre, de un producto de la concepción, que después de tal separación respire o manifieste cualquier otro signo de vida, tal como el latido del corazón, pulsaciones del cordón umbilical o movimiento efectivote los músculos voluntarios, haya o no haya sido cortado el cordón umbilical, y esté o no unida la placenta, cada producto de tal alumbramiento se considerará nacido vivo”.1 Para la legislación ecuatoriana vigente, la existencia de una persona está fijada por el suceso del nacimiento, no se reconoce antes de este acontecimiento personalidad jurídica al concebido, sino únicamente su existencia natural. Lo que quiere decir que las leyes vigentes reconocen como persona a todo individuo de la especie humana pero con la condición de que nazca viva. El nasciturus tiene vida desde el momento de su concepción, momento que en estos tiempos ya no es un misterio tan difícil de descifrar; además el nasciturus tiene vida porque únicamente lo que tiene vida puede alimentarse, crecer, 1 Ley de Registro Civil, Identificación y Cedulación.1998. Corporación de Estudios y Publicaciones. 123 moverse y hasta sentir; Además es de la especie humana pues tiene como padres a dos humanos, es decir, que si cumple con todos los requisitos que la ley ecuatoriana exige para ser considerada como una persona. De tal forma que nuestras actuales leyes no están totalmente claras y están en contradicción, pues están negando esta personalidad jurídica al nasciturus con las disposiciones civiles actuales. El Ecuador como adherente al Pacto San José de Costa Rica admite que el “Derecho a la Vida” se lo reconoce en general desde su concepción, esto nos demuestra claramente que las leyes ecuatorianas no están en armonía, pues según estas, la criatura que está por nacer no es aún una persona, y por lo tanto, no tiene derechos propiamente hablando. Nuestras leyes disponen que solo las personas pueden ser “sujetos de derecho”, lo lógico entonces sería que al concebido no se le reconociera ninguna clase de derechos, pues ni es persona, ni puede desarrollar los demás derechos derivados. El no reconocimiento de la personalidad jurídica del nasciturus en nuestra legislación ha provocado y aún sigue provocando que los derechos e intereses que verdaderamente les corresponden se vean afectados y lesionados. Esto, principalmente por el vacío legal existente en nuestra legislación con respecto al concebido y a su no condición de persona. Sumando a esto los inconvenientes que se presentan en la esfera jurídica, especialmente en lo que tiene que ver con los derechos sucesorios del que está por nacer, que generalmente desemboca en graves perjuicios económicos para el concebido. La Ley Civil ecuatoriana dispone que para ser sujeto pasivo de una sucesión, se requiere primeramente existir, ser persona y no estar afectado por incapacidad sucesoria o por indignidad para suceder. La capacidad para suceder se presume y será una excepción que alguien carezca de tal capacidad, lo cual deberá probarse. 124 El artículo 1004 de nuestro Código Civil declara que será capaz y digna de suceder toda persona a quien la ley no haya declarado incapaz o indigna. Por lo tanto para poder suceder se requiere ser capaz y esto supone existir al momento de abrirse la sucesión. El nasciturus existe y tiene vida, no es de aquellos seres que se espera que existan, esto está demostrado por el desarrollo preciso que proporcionan la biología y la fisiología, VIDA Y PERSONA son conceptos inseparables. Si bien es cierto que la ley muy acertadamente protege al que está por nacer, no solo por disposición de la Constitución de la República sino también mediante la institución de la curaduría de bienes, esto no favorece realmente a la criatura, mientras no se le reconozca como persona. Si el nasciturus no llegase a nacer por alguna razón, esta protección y aquellos derechos eventuales que tenía en el claustro materno, no le habrán servido de nada. Si nuestros legisladores han otorgado personalidad jurídica a meras creaciones de la mente como muy acertadamente opina el Dr. Enrique Coello García al referirse a las personas morales o jurídicas, se nos plantea una interrogante ¿Cuál fue la razón para que nuestros legisladores negaran la personalidad jurídica al nasciturus, si este es un ser que ya existe y tiene vida a partir de las catorce horas después de la concepción? La Ley se basa en la época de la concepción y no en la época del nacimiento para los efectos trascendentales que rodean al ser, para determinar si es hijo de dentro o fuera del matrimonio, por ejemplo, para estos efectos se lo tiene por nacido. ¿Qué diferencia de fondo existe entre un concebido y otro que haya nacido ya? 125 Es necesario que nuestras leyes sean sujetas a reformas vigentes con respecto a este tema constituye un problema en la legislación civil ecuatoriana, siendo necesario reformar el artículo 60 del Código Civil, a fin de que sea la concepción la que fije el principio de la existencia legal de una persona, y el nasciturus pueda disponer de sus derechos desde que se encuentra en el vientre materno, y a que nadie pueda asegurar que pueda gozarlos una vez fuera del claustro uterino. Además este trabajo investigativo dedica buena parte de su exposición a abordar aquello que constituye y concierne a la administración de justicia, en especial al reconocimiento de la personalidad jurídica del nasciturus, aspectos y matices, con sentido realista y positivo para poner en evidencia lo valioso, lo bueno y así mismo lo equivocado y lo deficiente de nuestro marco jurídico en el Ecuador con argumentos acertados, suficientemente amplios, democráticos y sobre todo prácticos. En el capítulo primero comprende los aspectos generales sobre los sujetos de derecho o las personas, dentro de este tema global, se desprende lo básico como son las definiciones de personas, de individuos, la diferencia entre personas naturales y personas jurídicas, también hace referencia a la persona ante la filosofía, ante el derecho y ante la biología. El segundo capítulo abarca un análisis sintetizado acerca de las personas naturales. Dentro de este apartado se hace una exposición sobre el principio de la existencia de las personas naturales, su existencia natural y su existencia legal, también se hablará acerca del embarazo, la presunción de la época de concepción, la personalidad legal del concebido y la representación legal del concebido. 126 En el tercer capítulo de esta trascendental investigación, se realiza un enfoque global acerca del nacimiento, se desprende de este interesante tema lo primordial como es la definición, así mismo se efectúa un análisis acerca del principio legal de la existencia de las personas según la ley vigente, protección de la vida del que está por nacer. Así como también los derechos de no nacido y las teorías de la animación. En el capítulo cuarto, describe lo concerniente a la persona en otras legislaciones, como es el caso de la legislación Romana, Chilena, Española, Italiana y Argentina para tener una idea más clara de cómo cada una de estas define a las personas. En el capitulo siguiente podemos apreciar la investigación de campo comprendida en las encuestas realizadas, en la presentación del trabajo de campo, los fundamentos constitucionales legales y de carácter personal para la propuesta de reforma y la correspondiente verificación de hipótesis. En la parte final se hace referencia generalizada de las conclusiones y recomendaciones y la anhelada Ley Reformatoria al Art. 60 del Código Civil, abordando coherentemente las sugerencias que deberán tomarse para la correcta realización del Proyecto de Reforma. 127 Capítulo I LOS SUJETOS DE DERECHO LAS PERSONAS 128 Capítulo II PERSONAS NATURALES 129 Capítulo III NACIMIENTO 130 Capítulo IV LA PERSONA EN OTRAS LEGISLACIONES 131 Capítulo V INVESTIGACIÓN JURÍDICA DE CAMPO 132 Capítulo VI CONCLUSIONES Y RECOMENDACIONES 133 ÍNDICE TEMA: “RECONOCIMIENTO DE LA PERSONALIDAD JURÍDICA DEL NASCITURUS EN LA LEGISLACIÓN CIVIL” Introducción............................................................................................. 1 CAPÍTULO I LOS SUJETOS DE DERECHO – LAS PERSONAS 1.1 Definición de persona...................................................................... 7 1.2 Definición de individuo..................................................................... 16 1.3 Personas naturales y personas jurídicas........................................ 18 1.4 La Persona ante la Filosofía........................................................... 21 1.5 La Persona Ante el Derecho........................................................... 21 1.6 La Persona ante la Biología............................................................ 26 CAPÍTULO II PERSONAS NATURALES 2.1 Principio de la existencia de las personas naturales...................... 31 2.2 Existencia Natural y Existencia Legal............................................. 32 2.3 Embarazo........................................................................................ 38 2.4 Presunción de la época de la concepción....................................... 40 2.5 Personalidad legal del concebido................................................... 43 2.6 Representación legal del concebido............................................... 44 134 CAPÍTULO III NACIMIENTO 3.1 Concepto de Nacimiento................................................................. 47 3.2 Principio legal de la Existencia de las personas según la Ley Vigente....................................................................... 52 3.3 Protección de la vida del que está por Nacer................................. 54 3.4 Derechos del no Nacido................................................................. 60 3.5 Teorías de la Animación................................................................. 63 3.5.1 Animación antes de la concepción............................................ 63 3.5.2 Animación al momento de Nacer.............................................. 64 3.5.3 Animación después de la concepción pero antes del nacimiento.................................................................. 64 3.5.4 Animación en el momento de la fecundación............................ 64 CAPÍTULO IV LA PERSONA EN OTRAS LEGISLACIONES 4.1 En la Legislación Romana.............................................................. 68 4.2 En la Legislación Chilena................................................................ 77 4.3 En la Legislación Española............................................................. 80 4.4 En la Legislación Italiana................................................................ 87 4.5 En la Legislación Argentina............................................................ 98 CAPÍTULO V INVESTIGACIÓN JURÍDICA DE CAMPO 5.1 Aplicación de Encuestas................................................................. 113 5.2 Presentación estadística de Resultados......................................... 113 5.3 Fundamentos Constitucionales Legales y de 135 carácter personal para la Propuesta de reforma............................ 126 5.4 Verificación de Hipótesis................................................................ 130 CAPÍTULO VI CONCLUSIONES Y RECOMENDACIONES 6.1 Conclusiones.................................................................................. 134 6.2 Recomendaciones.......................................................................... 137 6.3 Propuesta de Proyecto de Ley Reformatoria al Código Civil.......... 140 Bibliografía............................................................................................. 143 Anexos................................................................................................... 146 Índice..................................................................................................... 148 136 Bibliografía 1. ALSINA Hugo, 1963, Derecho Procesal Civil y Comercial, Segunda Edición, Ediar S.A. Editores, Buenos Aires – Argentina 2. ANBAR, 2006, Leyes Civiles, Diccionario y Guía de la Normativa de los Códigos Civil y Procedimiento Civil, Volumen I, Segunda Edición, Fondo de Cultura Ecuatoriana, Cuenca – Ecuador. 3. Biblioteca de Consulta Microsoft Encarta 2005 4. CABANELLAS, GUILLERMO, 1983, Diccionario Enciclopédico de Derecho Usual, Decimasexta Edición, Editorial Heliasta S.R.L., Buenos Aires – Argentina. 5. CÓDIGO CIVIL ECUATORIANO, actualizado a febrero del 2004, Editorial Jurídica del Ecuador, Edición 2003, Quito, Ecuador. 6. CÓDIGO PENAL DEL ECUADOR, 2003, Editorial Corporación de Estudios y Publicaciones. 7. CONSTITUCIÓN POLÍTICA actualizada a abril del 2002, DE LA REPÚBLICA DEL ECUADOR, Corporación de Estudios y Publicaciones, Quito Ecuador. 8. CURDAU Carla, 2000, Explicación Sucinta de la filosofía del Derecho de Hegel, Primera Edición, Editorial Temis, Santa Fe de Bogotá 137 9. ESCRICHE Joaquín, 1998, Diccionario Razonado de Legislación y Jurisprudencia, Tomo I, Segunda Edición, Editorial TEMIS S.A., Santa Fe de Bogotá 10. GUZMAN LARA, Aníbal, 1997, Diccionario Explicativo del Derecho Civil, Ley – Personas y Legislación Social de Menores, Primera Edición, Editorial Jurídica del Ecuador, Quito – Ecuador. 11. HERRERA Hermógenes, 1977, Diccionario de Filosofía, Segunda Edición, Imprenta Offset, Quito – Ecuador. 12. LARREA HOLGÍN, Juan, 1991, Derecho Civil del Ecuador, Tomo I, Parte General y Personas, Quinta Edición, Corporación de Estudios y Publicaciones, Quito – Ecuador. 13. NUÑEZ Ximena, 1999, Historia de la Filosofía, La Filosofía en el Siglo XX, Tomo III, Editorial Universitaria. Quito – Ecuador. 14. PARRAGUEZ R., Luis, Manual de Derecho Civil Ecuatoriano, Personas y Familia, Volumen I, Segunda Edición, Imprenta Gráficos Mediavilla, Quito – Ecuador 15. PLANIOL y RIPERT, 1927, Tratado Práctico de Derecho Civil. Tomo 1, La Habana, 16. PLANIOL Marcele y RIPIERT Georges, 1981, Tratado Elemental de Derecho Civil, Cárdenas Editor y Distribuidor. 138 17. PUCHAICELA ORDOÑEZ, Olivio, 1977, Derecho Romano I, Universidad Técnica Particular de Loja, Ciencias Jurídicas, segunda Edición, Editorial UTPL 18. ROJAS GONZALEZ German E., 1981, Filosofía del Derecho, Ediciones Librería del Profesional, Bogotá – Colombia 139 LOS SUJETOS DE DERECHO – LAS PERSONAS 1.7 DEFINICIÓN DE PERSONA Antes de adentrarnos en el tema central que es objeto de nuestra investigación jurídica, es menester indicar los diferentes conceptos y definiciones de connotados tratadistas que abarcan en todo el contexto amplio de la palabra persona. El doctor Luis Parraguez en su obra titulada Las Personas y Familia concerniente al Derecho Civil Ecuatoriano, define a la persona de la siguiente manera. “Generalidades.- Hemos visto que el Derecho Civil estudia, en general, los derechos que se denominan Patrimoniales y Extrapatrimoniales, ubicando dentro de estos últimos, los relativos a la personalidad y a los que nacen de las relaciones de Familia. Toda relación jurídica civil, implica una vinculación estrecha de dos elementos fundamentales. Por una parte tenemos el objeto de dicha relación, o sea, las cosas materiales e inmateriales sobre las que recae. De este modo, cuando hablamos de la relación jurídica, decimos que su objeto es por ejemplo, la finca sobre la que éste se ejerce; o cuando nos referimos al crédito, reconocemos como objeto de esta relación civil, la prestación a que resulta obligado el deudor (pagar una suma de dinero). Por otra parte tenemos las personas o sujetos que intervienen en la relación jurídica, ya sea como titulares de un derecho o sujetos activos de la relación; o como obligados o sujetos pasivos de la misma. Así en el caso del Dominio existe una persona que lo ejerce (titular) y otras obligadas a respetarlo (sujeto pasivo). Igualmente, en el caso del Crédito tenemos un titular que lo detenta (acreedor) y un sujeto que lo soporta en condición de obligado o sujeto pasivo (deudor). 140 La aptitud para ser persona de una relación jurídica está contenida precisamente en la noción de la Personalidad. La Personalidad es, por lo tanto, una cierta calidad la calidad de la persona, la que trae aparejada la aptitud consiguiera el poder ser titular de derechos y de contraer obligaciones. De este modo, nuestro estudio, en esta parte, comienza por la noción de la Persona. El concepto de Persona: Vulgarmente se entiende por persona a cualquier individuo de la especie humana, noción que en parte es coincidente con el concepto jurídico de la misma. Decimos en parte puesto que, como veremos a continuación, si bien el derecho reconoce esta calidad a todos los individuos de la especie humana, la extiende, a otros entes que no tienen esta naturaleza. La razón de ello es que la noción jurídica de persona está referida más a un criterio funcional que a elementos naturales. En efecto, desde un punto de vista jurídico, Persona es todo ser capaz de tener derechos y de contraer obligaciones. En virtud de esta funcionalidad determinada por la “aptitud” a la que nos referimos, es posible concebir ciertas situaciones en las cuales los conceptos jurídicos y vulgares difieren. Así se da el caso de que seres humanos vivos no son considerados personas para el derecho (es el caso de la criatura que se encuentra en el vientre materno, en la medida que pueda considerarse “ser humano viviente”), mientras que, por el contrario, existen entes no humanos a los que el derecho atribuye personalidad. Es el caso de las personas jurídicas que trataremos más adelante. 141 Por lo expuesto, muchos autores al tratar esta materia hablan de Personalidad Jurídica, para graficar la idea de que se trata de una noción de personalidad distinta a la vulgar; de un concepto que lleva aparejada una aptitud de carácter jurídico. Anticipamos sí, que esta denominación la reservan la mayoría de los autores para referirse a una forma especial de personas: las personas ideales o abstractas, según luego veremos. La expresión “persona” es de origen latino y encuentra su origen en el antiguo teatro griego, en el cual designaba a la máscara que utilizaban los actores para representar a sus distintos personajes, de tal manera que ella pasaba a identificarse con los personajes representados. De este modo la actuación llegaba más fácilmente al público de los candes anfiteatros. Así este vocablo “persona” llegó a ser una forma de sinónimo del “ser” mismo, a identificarse con él, para terminar representando el concepto del individuo humano. Según el autor Luis Parraguez formula tres observaciones: 1) “Que si bien nos indica que todos los individuos de la especie humana son personas, sin consignar excepciones al respecto, no afirma por ello que sólo dichos individuos tengan ese carácter. 2) Que la circunstancia de englobar a “todos los individuos de la especie humana”, hacía absolutamente innecesaria la alusión siguiente a la edad, sexo y condición, puesto que la afirmación de totalidad excluye cualquier posibilidad de discriminación en esta materia. Esta redundancia del legislador obedece a razones de orden meramente histórico, que lo movieron a enfatizar que factores como los anotados no pueden ser considerados para alterar la personalidad. Sabido es que hubo épocas en 142 que ciertas condiciones (como la del esclavo) se excluyeron de la calidad de personas, para ser estimados como simples cosas u objetos del derecho. 3) Finalmente, agregaremos que por “Individuo de la especie humana” ha de entenderse a todo hijo de mujer, alcance que formulamos igualmente por razones históricas, puesto que en el derecho romano y en el español de las Siete Partidas, no bastaba esta circunstancia. Se exigía además que el ser tuviera forma humana, con lo que se excluía a los monstruos de quienes se pensaba que eran engendrados de mujer y bestia”. 2 El autor hace referencia a tiempos arcaicos en donde los esclavos no eran considerados como personas, sino como animales de carga y trabajo, premisa esta que ha quedado ya en el olvido, debido a la trayectoria que ha tenido los derechos humanos en estos últimos tiempos. La definición que hace el autor respecto que no bastaba la circunstancia que individuo sea todo hijo de mujer sino que tenga la fisonomía de un ser humano, es por demás denigrante y retrogado, ya que esta concepción lo tenían en el derecho romano hace mucho tiempo atrás. Para tener mayor conocimiento de causa y saber de donde proviene la palabra persona con respecto a su etimología y poder avanzar en nuestra investigación ampliando nuestros discernimientos acerca del tema que he propuesto, me permito transcribir de la obra denominada Enciclopedia del Derecho Usual del autor Guillermo Cabanellas el siguiente extracto: “Etimología, La palabra española persona proviene de una latina idéntica, tomada de la máscara con que los actores de aquel tiempo se caracterizaban y empleada también para 2 PARRAGUEZ R., Luis, Manual de Derecho Civil Ecuatoriano, Personas y Familia, Volumen I, Segunda Edición, Imprenta Gráficos Mediavilla, Quito – Ecuador, Pág. 35-37 143 que resonara más la voz (del verbo personare), de donde pasó a significar el propio actor, luego el personaje representado y finalmente el hombre, protagonista de la vida. Como tecnicismo no parece baberas aplicado el término hasta los tiempos del emperador Teodosio II y para contraponerlo a esclavo, ser carente de derechos y obligaciones, pero no de cargas y trabajos. Acerca de la evolución el autor se refiere a que “Según las concepciones jurídicas, la idea de persona ha variado para leyes e instituciones. La identidad que hoy se admite entre hombre y persona no ha sido conocida siempre. En el Derecho Romano, por efecto de la esclavitud, y la consiguiente negación de derechos y bienes para los sujetos a ella, los esclavos no eran personas. Por otra parte, aun integradas por individuos humanos, el Derecho de todos los tiempos ha re conocido la personalidad de grupos de entes distintos del hombre y conocidos, aun siendo impropia la denominación sin duda, como personas jurídicas, entre múltiples sinónimos, todos ellos objetables; aunque en este Diccionario se opte por el de persona abstracta como el preferible para las “personas impersonales”, si se admite la paradoja jurídica”. Con respecto a la Antología definidora el autor explica: “Como indicación se incluyen algunas definiciones de los autores, menos discordes que en otros casos. Para Sánchez Román, persona es toda entidad física o moral, real o jurídica y legal, susceptible de derechos y obligaciones, o de ser término subjetivo en relaciones de Derecho. Para Capitant, ser al cual se le reconoce la capacidad para ser sujeto de derechos. (Resalta la omisión de las obligaciones, a menos de considerar el término derechos como índice universal en las relaciones o situaciones jurídicas.) Concisa, exacta y completa es la definición de Julián Calvo, para el cual es persona: “Jurídicamente, ser humano, individual o colectivo, capaz de derechos y obligaciones”. 144 Conceptos legislativos.- En el Derecho positivo, el Código Civil declara que: “Son personas todos los entes susceptibles de adquirir derechos o contraer obligaciones”. A continuación opone la persona de existencia ideal a la persona de existencia visible, denominaciones, aun precisas, rebuscadas para designar a las personas individuales, físicas o naturales (el hombre) y a las personas abstractas (asociaciones, corporaciones y fundaciones). 3 Este concepto es más moderno ya que persona se refiere a todos los entes que tienen la capacidad legal de adquirir derechos y contraer obligaciones, hace referencia también a las personas abstractas que no es otra cosa sino a las personas jurídicas. Es menester indicar que no define en sí lo que es ser persona. Haciendo una introspección a nuestro compendio jurídico ecuatoriano, me permito transcribir el artículo pertinente del Código Civil que define a la persona, y que en su contenido expresa: Art. 41: Son PERSONAS todos los individuos de la especie humana, cualesquiera que sean su edad, sexo o condición. Divídanse en ecuatorianos y extranjeros. 4 Nuestra legislación ecuatoriana en el Código Civil, específicamente me refiero al artículo precedente donde ya se hace una inclusión de todos los seres de la especie humana sin que sea la edad, el sexo o la condición motivos para que no sean considerados como tales, además es la primera clasificación de las personas en este caso se divide en ecuatorianos y extranjeros. 3 4 CABANELLAS, GUILLERMO, 1983, Diccionario Enciclopédico de Derecho Usual, Tomo VI Código Civil, Art. 41 Corporación de estudios y Publicaciones, , Quito – Ecuador, 2005 145 El concepto de “persona” pertenece ante todo a la Filosofía, y ha sido particularmente estudiado y desarrollado por la Filosofía Cristiana. Santo Tomás dedica los dos primeros artículos de la cuestión 29 de la Primera Parte de la Summa Teológica al estuvo de este concepto y acepta y defiende la definición de Boecio: “persona estrationalis naturae individua substancia”: la substancia individual de naturaleza racional. No se ha superado aquella definición tan sintética y exacta, que distingue claramente a la persona de cualquier otra cosa. Además, la persona en el pensamiento cristiano, ocupa el primer lugar, en orden de dignidad entre todos los conceptos. Aportan a este trabajo investigativo los celebres tratadistas Planiol y Ripert quienes conceptúan a la persona de la siguiente manera: “En el plano jurídico, “se llaman personas los seres capaces de tener derechos y obligaciones. Más brevemente, se dice que la persona es todo sujeto de derecho”. 5 Los autores de este concepto, tienen similar características a los que hace referencia Guillermo Cabanellas, ya que consideran a la persona quien tiene la capacidad de contraer obligaciones y ejercer derechos, lo que se evidencia que ya hay un enfoque generalizado de lo que significa ser persona. Larrea Holguín en su obra Derecho Civil del Ecuador menciona que: “La definición de la persona natural como “todo individuo de la especie humana”, tiene mucha importancia teórica y práctica: el hombre es persona por razón de su misma naturaleza, no por concesión o reconocimiento de autoridad alguna o del mismo régimen jurídico”. 5 Planiol y Ripert, 1927, Tratado Práctico de Derecho Civil. Tomo 1, Pág. 3 146 Refuerza el sentido de la definición la exclusión de cualquier limitación de la personalidad por razón de “edad, sexo o condición”. Es verdad que en otras épocas, la existencia de la esclavitud significaba el desconocimiento de la personalidad jurídica a ciertos individuos (los esclavos), pero ese monstruoso abuso felizmente ha desaparecido, y cuando existió, fue precisamente eso: un monstruoso abuso y deformación de la conciencia jurídica. Se hace también referencia al sexo, no porque ni aún remotamente pueda negarse la personalidad a la mujer, sino para significar la igualdad fundamental de los dos sexos en cuanto a la personalidad misma. Además, si bien puede haber ciertas limitaciones a la capacidad jurídica por razón del sexo (sobre todo en el matrimonio), esto no quita ni disminuye la personalidad en cuanto tal. Es persona todo ser humano, aunque esté privado de razón o no haya llegado aún a su ejercicio (caso de los niños). Es persona todo hombre, porque ello depende de su naturaleza y no de sus cualidades accidentales o del ejercicio de sus facultades. No hay que olvidar que el hombre no nace para ser físicamente sano o perfecto (aunque sin duda esto le conviene). La vida tiene un sentido natural superior, y no digamos nada, si se considera el fin trascendente sobrenatural del hombre. Por lo dicho se ve el grave error, de las doctrinas que pretenden subordinar el reconocimiento de la persona humana en el piano jurídico a cualquier clase de condiciones: en algunos pueblos de la antigüedad se desconocía la personalidad a los monstruos, y en nuestros de las, se ha pretendido excluir de la personalidad a individuos de ciertas razas. La personalidad implica una serie de atributos. Planiol y Ripert enumeran los 147 siguientes: el nombre, el domicilio y el estado jurídico “que se compone de cualidades múltiples”. Dentro de este estado jurídico habría que considerar el estado civil, la nacionalidad, la capacidad, y en cierto modo también se englobarían el mismo nombre y domicilio. Nuestro Código se refiere a la nacionalidad en la misma definición de las personas naturales, dividiéndolas en nacionales y extranjeras, de donde se deduce que considera efectivamente como un atributo de la personalidad el tener una nacionalidad. También trata extensamente el Código del domicilio, y sirve igualmente para otra clasificación de las personas: en domiciliadas y transeúntes; lo mismo podemos decir del estado civil y de la capacidad, no así, del nombre, sobre el cual no tenemos prácticamente legislación, en el Código Civil, y solamente en estos días se acaba de promulgar una reforma a la Ley de Registro Civil, en la cual se introduce una detallada legislación sobre el nombre de las personas naturales. 6 El autor considerado discípulo de Jesucristo en su definición un tanto extensa, hace referencia al concepto de persona todos aquellos que sin limitación de la personalidad por razón de edad, sexo o condición, especialmente enfatiza a la forma no humana en que es concebido, así como también el ya crea una nueva clasificación de las personas, particular este que será analizado más adelante. Joaquín Escriche en su diccionario Razonado de Legislación y Jurisprudencia, define a la persona diciendo que: “En Derecho, no es lo mismo persona que hombre; hombre es todo ser humano considerado sin respecto alguno a los derechos que la ley le garantiza o le niega. En cambio Persona es el hombre considerado según el estado de que goza y de que produce ciertos derechos y deberes. Entre los romanos, que habían consagrado la esclavitud, era exacta 6 LARREA HOLGUÍN, Juan, Derecho Civil del Ecuador, Pág. 331-334 148 la distinción; pues el esclavo despojado de toda especie de derecho, no era realmente persona, sino solamente hombre, ser humano y aún nada más que cosa, que podía comprarse y venderse como un mueble. Más entre nosotros no es rigurosamente verdadera semejante diferencia. Las personas son el primer objeto del derecho, porque toda ley se ha establecido por causa de ellas, de aquí es que los institutistas, tratan primero de las personas, luego de las cosas, y después de las acciones.7 Este célebre autor inserta en su concepto la definición de hombre y persona haciendo una clara diferenciación en lo que es cada uno, hombre es todo ser humano sin respecto a los derechos que la ley garantiza; persona, es el hombre que el Estado protege y garantiza. 1.8 DEFINICIÓN DE INDIVIDUO Para obtener una mejor comprensión acerca de lo que significa la palabra individuo voy a partir de la procedencia de este término: El vocablo individuo proviene del latín in-dividuus, “no dividido”, cada ser concreto, indivisible en sí y separado de los demás. El individuo es el ser único en la particularidad de su existir. En sociología, es la persona considerada de forma aislada en relación con la sociedad. Los individuos constan de distintas partes, se hallan en relación con el entorno y entre sí y se distinguen de los otros por tener cada uno su propio tiempo, espacio, origen y destino. Como ser único, el individuo contrasta con la pluralidad de seres únicos. 7 ESCRICHE Joaquín, 1998, Diccionario Razonado de Legislación y Jurisprudencia, Tomo I, Pág. 420 149 “Aristóteles consideró al individuo como “sustancia primera”, a diferencia del género o especie, a los que denominó “sustancia segunda”. Para Aristóteles, cada individuo cuenta con un patrón o modelo innato cuya meta o “causa final” es su pleno desarrollo. Heráclito mantuvo que la virtud ética consistía en la subordinación del individuo a las leyes de una armonía razonable y universal. Según Hegel, el individuo es íntegro sólo en la medida en que mantiene relaciones sociales y es su sometimiento a la voluntad general, cuya manifestación es el Estado, su más alta expresión ética. Para Martin Heidegger, sin embargo, el individuo está siempre en peligro de ser sumergido por el mundo de los objetos y el comportamiento superficial y convencional de la multitud. Jacques Maritain, filósofo francés de este siglo, postuló una doctrina en la que establecía diferencias conceptuales entre individuo y persona. Según Maritain, “el hombre como individuo constituye un universo aparte y un todo independiente, y el hombre como persona es parte de la estructura social y está ordenado al bien común”.8 Filosóficamente, tanto Aristóteles como Hegel, Maritain ya tienen una nueva concepción de lo que significa individuo, considerándolo como un universo aparte e independiente. Finalmente veamos el último concepto que es definido por el diccionario de filosofía de Hermógenes Herrera, en donde se hace un concepto conciso y preciso de lo que es individuo diciendo: “Naturaleza singular, que cuando es racional, recibe el nombre de persona”.9 8 9 Biblioteca de Consulta Microsoft Encarta 2005 HERRERA Hermógenes, 1977, Diccionario de Filosofía, Segunda Edición, Pág. 79 150 Este concepto que ha sido descifrado en dos líneas encierra un enfoque generalizado de todo los otros autores han manifestado en páginas precedentes, por lo que, me siento identificada con este concepto por ser el más compacto y concreto, ya que al decir naturaleza singular, abarca todas las ideas ya expresadas. 1.9 PERSONAS NATURALES Y PERSONAS JURÍDICAS Si bien la noción de la personalidad está esencialmente ligada a la persona humana, hemos expresado que, por tratarse de un concepto de carácter funcional, es decir; la aptitud para tener derechos y contraer obligaciones, engloba igualmente a otros entes que, sin ser individuos de la especie human, disfrutan también de esa aptitud a que se refiere la personalidad. De esta circunstancia surge la distinción clásica que considera, de una parte, a las llamadas Personas Naturales y, de otra, a las Personas Jurídicas. Son personas naturales, los individuos de la especie humana, en los cuales la Personalidad constituye una condición inseparable, una adherencia a su calidad de tales. A ello se refiere el artículo 41 del Código Civil cuando no admite discriminar entre los seres humanos para reconocerlos su carácter de personas. Las personas jurídicas, en cambio son entes de carácter abstracto, inmaterial, sin existencia corpórea. Se trata de ciertas organizaciones creadas por el hombre y ratificadas por la ley, cuya razón de ser deriva de la necesidad de cumplirse ciertos objetivos en la vida social. Su personalidad es una consecuencia lógica no ya de su naturaleza como sucede con las personas naturales, sino de consideraciones prácticas que exigen que dispongan de 151 aptitudes jurídicas. Es el caso de las Compañías, organizaciones mercantiles que requieren deja aptitud detener derechos y contraer obligaciones para poder desempeñar sus actividades; de un Club Deportivo, de un Partido Político, de una Universidad, etc. En razón de la especial naturaleza que destacamos en estas personas jurídicas, ellas han sido también llamadas Personas Morales (calificativo que nos parece incorrecto puesto que de algún modo induce a relacionarlas con concepciones éticas), Personas Ideales o Personas Abstractas. Pensamos que estas últimas resultan las denominaciones más adecuadas desde el punto de vista técnico-jurídico. En efecto, su existencia como personas constituye una creación de carácter abstracto, aún cuando se trata de entes u organizaciones reales en la vida material, particular que desarrollaremos con mayor extensión en el capítulo especial que destinamos a esta categoría de personas. La denominación de Persona Jurídica la encontramos hasta cierto punto impropia, puesto que la persona natural es también una persona jurídica en el sentido de que dispone de las aptitudes jurídicas de la personalidad. En todo caso y para los efectos de nuestro estudio, utilizaremos esta denominación puesto que es la más tradicional y generalizada, sin perjuicio de llamarlas indistintamente personas abstractas o personas ideales. Nuestro Código Civil contempla la existencia de esta categoría de personas en su artículo 40, más su tratamiento lo reserva para el Título final del Libro 1. Al efecto, dispone el citado artículo 40: “Las personas son NATURALES o JURIDICAS. De la personalidad jurídica y de las reglas especiales relativas a ella se trata en el Título final de este Libro”. 10 10 PARRAGUEZ R., Luis, Manual de Derecho Civil Ecuatoriano, Personas y Familia, Pág. 37-38 152 Pudimos apreciar en la definición que hace Guillermo Cabanellas en su obra titulada diccionario explicativo del derecho usual, la primera clasificación entre personas naturales y personas jurídicas, en donde claramente pudimos captar que personas naturales somos todos nosotros y personas jurídicas o abstractas como lo han llamado son todas las organizaciones, asociaciones o corporaciones que se constituyen como tales para ejercer su fin y que han adquirido personería jurídica. El Doctor Juan Larrea Holguín en su obra Derecho Civil del Ecuador en su primer tomo referente a las personas, alude sobre las definiciones de las personas naturales y las personas jurídicas expresando: “Hay, pues, dos clases de seres con personalidad: de un lado, las personas físicas, de carne y hueso, como dice Josserand, que tienen una existencia material; de otro, las personas jurídicas o morales que no tienen existencia corpórea, física, sino inmaterial, puramente jurídica”. 11 La persona natural está perfectamente definida en el Art. 41 del Código Civil. En cuanto a la definición de la persona jurídica, es asunto que depende de la doctrina que se acepte sobre su naturaleza, lo cual estudiaremos en el capítulo correspondiente. De momento, baste retener la definición de Michoud que parece compatible con muchos puntos de vista aún contrapuestos. Dice este autor que es persona jurídica todo sujeto de derechos que no sea el hombre, el ser humano. Sin perjuicio de precisar más adelante el concepto, digamos provisionalmente que son personas jurídicas aquellos grupos de personas naturales u organizaciones dotadas de bienes y que para conseguir l fin que se proponen son capaces de tener derechos y de obligarse. Por ejemplo, son personas, el 11 LARREA HOLGÍN, Juan, 1991, Derecho Civil del Ecuador, Tomo I, Parte General y Personas, Quinta Edición, Corporación de Estudios y Publicaciones, Pág. 334 153 Estado, la Iglesia, la Caja Nacional del Seguro Social, una cooperativa, una sociedad anónima, una fundación como lo es un hospital, una corporación como la Universidad Católica, etc. 1.10 LA PERSONA ANTE LA FILOSOFÍA Hermógenes Herrera en su Diccionario de filosofía define a la persona de la siguiente manera: “Individuo de orden espiritual, no necesariamente en ejercicio de su conciencia, pero si realizado como un ser independiente, es decir, autónomo. No es ni un momento perdido del devenir fingido por los idealistas, ni el ser esencialmente desgraciado fingido por los pesimistas, ni la pura actualidad o temporalidad de que nos hablan los existencialistas. 12 La tendencia filosófica al individuo o persona lo singulariza como un mundo independiente, con conciencia, voluntad y libertad, concepto este totalmente diferente a los que hemos venido estudiando. 1.11 LA PERSONA ANTE EL DERECHO Al referirse a la persona ante el Derecho, el Tratadista colombiano German Rojas González en su texto la Filosofía del Derecho cita a estos dos entes diciendo: “Ante el escepticismo, vale decir la pretensión de negar el fundamento de un criterio del Derecho en una idea de justicia; ante el empirismo y el historicismo que lo fundamentaban en un hecho externo objetivo; ante el teologismo que colocaba el basamento jurídico en un ser trascendente; o ante las posturas que reducen el fundamento a la utilidad como el utilitarismo; otros autores consideran que la esencia del Derecho debe 12 HERRERA Hermógenes, 1977, Diccionario de Filosofía, Segunda Edición, Pág. 104. 154 indagarse en la naturaleza humana; vale decir, en una Imagen del Hombre. Ciertamente, los jusnaturalistas recurren a este medio para sustentar sus apreciaciones; se justifican, por tanto, en una determinada interpretación del hombre, de la cual pretenden hacer desencadenar todas sus consideraciones. Los jusnaturalistas parten del supuesto de la naturaleza del hombre; sus discusiones versan sobre aspectos tangenciales; sin embargo, no se cuestionan el supuesto, es decir, tiene el hombre una naturaleza como la puede tener una mesa, un escritorio o un asiento? Básicamente, los jusnaturalistas son esencialistas en cuanto a la imagen del hombre se refieren. Consideran que el hombre participa de una esencia. Se postilla por tanto, una Imagen del Hombre válida para todos los tiempos y lugares, puesto que los hombres concretos de carne y hueso no son más que copilas de esa imagen esencial. Llénese de contenido la realidad empírica de esa imagen con la racionalidad o con cualquier otro atributo, de la existencia esa Imagen del Hombre vino a colocarse en entredicho. El existencialismo es la filosofía que enseña que al menos en el hombre, la existencia precede a la esencia. Significa esto, que el hombre cuando nace no es nada, comienza por tener la conciencia vacía, gratuitamente vaciada; como animal cultural que es va definiendo su esencia a partir de su actuación en el mundo. ¡La existencia precede a la esencia en el hombre! Ese postulado pone en aprietos a los jusnaturalistas que pretendían la universalidad de una imagen. Participamos de la concepción existencialista respecto a la Condición antropológica. Consideramos que esta concepción está más acorde con la realidad, pues tiene en consideración la libertad humana. Si el hombre tuviese una esencia, ciertamente, se encontraría determinado, ya por la naturaleza, ya por la sociedad. Sin embargo, el hombre es libre. La existencia significa que la vida no es, la vida se hace; la existencia implica una tarea, supone un devenir 155 constante, en el cual el hombre elige entre las múltiples posibilidades que se le presentan la elección y decisión de sus posibilidades van determinando lo que el hombre es. La esencia es posterior al actuar. En últimas, el hombre refleja la suma de sus actos; la acción va determinando el ser del hombre. El Dasein se encuentra escindido entre la determinación de su pasado y el horizonte futuro y amplio de sus posibilidades; a cada instante el hombre puede romper con su pasado para constituirse en cosa distinta de lo que ha venido siendo. La justificación de su libertad tan solo se encuentra en sí. O como diría Sartre, el hombre es a la vez en-soi y para soi; vale decir, ser y conciencia a la vez. La conciencia se encuentra vaciada de contenido implica la nada misma. A partir de una concepción existencialista del hombre no se puede, en modo alguno, trascender a una concepción jusnaturalista del Derecha. Una concepción existencialista de la Imagen del hombre conduce a una posición axiológica en cuanto al Derecho se refiere. El esencialismo implica una concepción de Derecho Natural, e incluso, paradójicamente a una sustentación positivista. SI el Derecho Natural parte del supuesto de una “naturaleza del hombre, asimismo acepta una ley moral implícita en tal naturaleza. Si se descarta la naturaleza humana acogiendo una interpretación existencialista del hombre, nos percatamos que la moral no se refiere a ninguna naturaleza, sino, que por el contrario, detenta una significación cultural. La moral concierne y abarca los preceptos de bien y de mal que guían la conducta humana; los jusnaturalistas suponen están inmersos en la naturaleza del; hombre, implícitos en su ser; no participamos de tal idea. La moral, consideramos, implica el modo habitual de conducirse, porque lo manda una autoridad que no es otra distinta a la costumbre. 156 El bien y el mal son conceptos cambiantes, según las sociedad lo que una vez se consideró bueno, en otra sociedad, luego, será malo. Y es que el hombre es el creador de su bien y de su mal en relación con unas determinadas condiciones de existencia. En lo referente al problema moral no adoptamos tampoco una posición absolutista o apriorística, sino por el contrario, una concepción empirista y relativista. ¡No es fácil conciliar el atributo de la libertad del hombre con un determinismo moral implícito en su ser. El determinismo moral viene del exterior; la moral es un concepto de cultura. El bien y el mal no se dan en abstracto, sino en relación a sociedades históricamente determinadas dentro de contextos culturales, asimismo determinados. Negada una instancia trascendente el bien y el mal adquieren una connotación humana; implican por tanto, valoraciones que se establecen en relación con unos hechos. Solamente el hombre valora en tanto tiene una conciencia, en virtud de la cual estima o valúa en referencia a una sociedad. El bien en sí tan solo concierne una valoración. Las valoraciones brotan de los hombres, no se encuentran en los hechos. Los hechos en sí no son ni buenos ni malos, ni justos ni injustos, ni perversos, ni bondadosos tampoco. Participando de Kelsen y del Kantismo, se sugiere un dualismo absoluto entre el ser y el deber ser; las valoraciones entran en la esfera del deber, los hechos en la esfera del ser. La vida del hombre es un hecho puro, lo mismo que sus actos y su conducta, la valoración es subsiguiente y descansa en una conciencia que valora; la valoración jurídica juzga la vida humana. Por ello, la ética se encuentra subsumida en la esfera de la normatividad. Solamente una posición relativista en el campo moral da cabida al reconocimiento de la radical libertad del hombre. Si las cosas fueran absolutamente buenas, si hubiera un bien en términos absolutos nuestra existencia se desenvolvería más fácilmente, no so 157 encontraría determinada; no tendríamos más que vivir espontáneamente en miras a tal bien. Sin embargo, el universo está vacío de bienes; el mundo está más allá del bien y del mal, el quehacer moral implica una actividad humana, demasiado humana. Cómo pretender contaminar la realidad de imperativos?, para que la inocencia del devenir sea posible el hombre tiene que reconocer que él es quien introduce las valoraciones, las morales, los bienes en el mundo. Este reconocimiento Implica el relativismo; las valoraciones son variadísimas como tantos son los hombres; si existiese un absolutismo moral, el Derecho, en efecto, no sería necesario. Sin embargo, el hombre es libre, ello supone un peso demasiado fuerte de llevar; el hombre es libre y por tanto el hacedor de sus valores, de sus bienes de la moral. Los imperativos morales no se encuentran preestablecidos, sería menester una conciencia universal que los inscribiera en nuestras mentes; sin embargo, esa conciencia no existe pues encierra una contradicción en sí misma. ¡Aunque nos cueste debemos ir acostumbrándonos a reinar solos sobre el mundo! 13 Por tanto, el Derecho Natural es impugnable no solo desde su consideración de la naturaleza del hombre, como también desde el punto de vista de la existencia de un orden moral. El autor ya le da la debida importancia a la persona dentro del ámbito del derecho, al adjudicarle los derechos que consagran el compendio de leyes de una nación y del conjunto de obligaciones que debe cumplir con respecto a sus necesidades. 13 ROJAS GONZÁLEZ German E., 1981, Filosofía del Derecho, Pág. 104. 158 Como pudimos apreciar el concepto del tratadista Joaquín Escriche ya hace un análisis y se adentra en el amplio campo del derecho cuando considera que el concepto de hombre es diferente al concepto de persona, no es lo mismo persona que hombre; hombre es todo ser humano considerado sin respecto alguno a los derechos que la ley le garantiza o le niega. En cambio Persona es el hombre considerado según el estado de que goza y de que produce ciertos derechos y deberes. 1.12 LA PERSONA ANTE LA BIOLOGÍA El gigantesco adelanto de las Ciencias y la revolución científico técnico determina también un gran desarrollo de la biología y de numerosas ramas científicas afines. La biología se desarrolla y se une con otras ciencias en su afán de descubrir la esencia de los fenómenos vitales y al hombre. Definir a la biología como la ciencia que estudia a los seres vivos y sus procesos; la ciencia de la esencia de la vida, o, como la ciencia del hombre, es querer dar un concepto de la biología, sin embargo, este concepto no abarca todo lo que significa la biología. La esencia de la vida es el interrogante más antiguo y más complejo en la historia del hombre; significa el conocimiento de los seres vivos y el conocimiento del hombre. Cuando el hombre debe conocerse a sí mismo; el proceso de su evolución, su superioridad, cuando en el proceso de su evolución llega a la esfera del pensamiento y de la conducta. 159 Lógicamente teniendo como premisa lo que puede dar como respuesta al interrogante que es la vida. Durante milenios el hombre se refugió en la metafísica cuando abordó el problema de la vida, unió esta vida al concepto de alma como una fuerza vital. John Bernal, fundador de una de las principales corrientes de la biología molecular. Considerado entre los más grandes científicos de este siglo dice: “La vida ha dejado de ser un secreto místico”, según este científico, la vida se convierte en un rompecabezas, en un código que puede ser descifrado más tarde o más temprano. El hombre todavía no descifra el rompecabezas, ¿Qué es la vida?. Contestar esta pregunta significa tratar desde la ciencia de explicar la naturaleza de la vida, estar en condiciones de delimita lo vivo de lo no vivo; vamos a anotar algunos intentos de de definir la vida. Bernard “La vida es una realización parcial ininterrumpida, progresiva, condicionada por reciprocas influencias y dada por si misma de las potencias que existen en los estados electrónicos atómicos. Schrodinger en su libro “Qué es la vida desde el punto de vista de la física”, “la vida necesita alimentación con entropía negativa. En la ciencia no hay una definición del concepto vida, que abarcando todas sus partes explique su esencia; un concepto que refleja la vida en su plenitud y no sea únicamente una enumeración de rasgos característicos de los seres vivos, pueda explicar la esencia de los seres vivos, más allá de sus manifestaciones externas. 160 La vida como el estado más alto de evolución de la materia, a pesar de ser un criterio dialéctico, no es capaz de plantear el problema de la vida, no tiene un carácter cognoscitivo, solo se plantea un objeto clasificador, eliminando todo sentido metafísico. El hombre en las últimas décadas ha profundizado varios aspectos sobre los atributos de los seres vivos así: Ha profundizado el carácter de los mecanismos primarios que aseguran las manifestaciones vitales. La capacidad de autoreproducirse, los fenómenos de la herencia, el metabolismo, la transformación y energía de los seres vivos. 14 El hombre ha profundizado el conocimiento de fenómenos específicos de gran complejidad que se dan solo en los seres vivos y de los cuales ya la ciencia puede expresarse en categorías, en expresiones cualitativas, permitiéndonos establecer los límites entre lo vivo, quizás en un futuro próximo nos permita establecer la esencia de la vida. Luego de tener una idea de lo que es ser un individuo, ser persona tanto natural como jurídica, y hemos visto su responsabilidad como tal ante la ley, vimos ahora desde otra óptica como la persona es considerada ante la tendencia biologista, partiendo del punto que esta ciencia que estudia los seres vivos específicamente trata del momento mismo que se origina la vida. 14 NÚÑEZ Ximena, 1999, Historia de la Filosofía, La Filosofía en el Siglo XX, Tomo III. Pág. 262 161 Según varios estudiosos de la biología la vida, está unida a lo que ellos consideran alma que conjuntamente forman esa fuerza vital y el soplo de vida que todo ser humano necesita para empezar a vivir. La dialéctica también considera a la vida como el más alto estado de la evolución de la materia, concepto este que lo abordan los filósofos en tiempos antiguos. Más en la actualidad la vida está considerada con otros atributos que lo hacen diferentes entre sí, con atributos, manifestaciones, con capacidad de reproducirse, transformarse y desintegrarse. 162 PERSONAS NATURALES 2.7 PRINCIPIO DE LA EXISTENCIA DE LAS PERSONAS NATURALES Luis Parraguez en su manual de Derecho Civil Ecuatoriano considera que: “Tanto en el entendimiento vulgar como en el científico, la existencia de una persona comienza a partir del fenómeno biológico de la concepción, momento en el cual se funden las células sexuales masculinas y femeninas para dar inicios a la gestación de un ser que ya se entiende naturalmente vivo. No es ése, sin embargo, el concepto jurídico del comienzo de la persona. Para el derecho, la persona se inicia con su nacimiento legal”. 15 Al margen de esta percepción jurídica, en nuestra legislación ecuatoriana, se considera persona desde el momento mismo que es apartado de su madre, es decir, en el momento que cortan el cordón umbilical, desde este instante la persona se la considera como tal, mas desde el punto de vista moral, se considera que existe vida desde que el ovulo es fecundado por el espermatozoide es decir desde la fecundación. Esta percepción del derecho a la vida y del que esta por nacer, es protegida como principio fundamental de la Constitución Política del Ecuador que acabó de fenecer, misma que concuerda con la actual Constitución que entró en vigencia desde el 28 de septiembre de este año a través del referéndum, en la que dice que el Estado protegerá y garantizará la vida desde el momento mismo de la concepción, así como protegerá al que está por nacer. 15 PARRAGUEZ R., Luis, Manual de Derecho Civil Ecuatoriano, Personas y Familia, Pág. 39 163 2.8 EXISTENCIA NATURAL Y EXISTENCIA LEGAL Existencia natural de las personas La existencia de la persona humana, al menos para los efectos jurídicos supone la vida. Es, persona todo individuo de la especie humana, pero con la condición de que viva. Si todavía no ha llegado a la vida, no es más que una posibilidad; si ha muerto, ha dejado de ser persona jurídicamente hablando. Por consiguiente, tiene suma importancia la determinación del momento inicial y final de la vida, para fines tanto legales como legítimos. Existe vida desde que el principio vital anima a un cuerpo, es decir, desde el momento en que se unen alma y cuerpo para formar esta substancia compuesta que es el hombre. Termina la vida con la separación de los dos elementos constitutivos del hombre: el cuerpo pasa a ser cadáver y el alma separada del cuerpo al que está destinada, espera la resurrección. Ni el alma ni el cuerpo, en este estado de separación, son‟ propiamente persona. Pero así cómo la vida misma es un misterio natural (no en el sentido teológico de misterio, así también lo es el momento del principio y del final de la vida. Únicamente conocemos de modo indirecto, a través de manifestaciones externas, cuando ha comenzado una vida y cuando ha dejado de existir, sin que sea posible precisar con exactitud el instante mismo. 164 Existencia legal de las personas Aunque el ideal sería la exacta coincidencia entre el principio de la existencia natural y la legal, sin embargo, como no es posible precisar el momento de la animación, el derecho tiene por fuerza que preferir el nacimiento como dato de hecho para iniciar la personalidad legal de los hombres. Ahora, bien, es necesario definir qué se entiende por nacimiento, y esto tampoco carece de problemas. Efectivamente, el alumbramiento de una criatura que nace muerta no puede considerarse como principio de existencia legal de una persona, y constituye un serio problema el de saber si el nacido esta o no vivo el momento de nacer, si ha muerto antes, o no ha tenido vida, o si a muerto poco después de nacer. La diferente manera de considerar el nacimiento con relación al principio de la existencia legal, ha dado origen a las doctrinas llamadas de la vitalidad y de la viabilidad. La doctrina vitalidad sostiene que para que el nacimiento constituya principio de existencia legal se requiere que criatura humana nazca viva. En cuanto a la determinación de este hecho o condición de nacer con vida, puede probarse de varias maneras. Ya entre los romanos, se dividían las opiniones de los sabinianos y los proculeyanos también en lo relativo a este punto, puesto que mientras los unos exigían como signó indiscutible de vida el llanto de la criatura, para los otros bastaba cualquier movimiento para probar la vida. Ninguno de los dos criterios es absoluto. 165 Hoy día se conocen procedimientos experimentales para establecer si una criatura vive, y, lo que puede ser más valioso aún, para determinar si ha vivido. Consisten en análisis de órganos, tejidos, etc., pero en la vida corriente puede resultar muy difícil practicar tales experimentos de modo que la dificultad subsiste en la práctica. Otro sistema para comprobar la vida del recién nacida puede ser el de exigir que los fenómenos vitales se manifieste durante un cierto tiempo de forma que no dejen lugar a dudas sobre su verdadera entidad. El Código Civil ecuatoriano requiere, siguiendo esta doctrina, la sobrevivencia de 24 horas a partir del nacimiento. En cambio, el sistema de la viabilidad exige que nazca una criatura “viable”, es decir con aptitud para continuar viviendo. Aunque haya manifestaciones de vida en el recién nacido si carece de órganos esenciales, como los pulmones o el hígado, etc., para los partidarios de esta doctrina, no habría principio de existencia legal. Según Alessandri, la doctrina de la viabilidad e basa “en un pronósticos no en un hecho”, y considera que la exigencia de sobrevivir 24 horas, contenida en nuestro Código, es una aplicación y aplicación arbitraria de la doctrina de viabilidad, ya que no hay razón para negar la existencia legal al que sobrevive doce horas, o seis, o una o cinco minutos. La teoría de la viabilidad es menos compatible con el supremo respeto que merece la vida humana, el hombre mismo por su dignidad de ser racional. Fácilmente puede conducir al abuso de no considerar persona al niño defectuoso o enfermizo Resulta, muy difícil determinar hasta qué punto una criatura no tiene aptitud para la vida, y de allí se puede incurrir en toda clase de afirmaciones antojadizas. Además, y Sobre todo, hay que tener presente que el fin de la vida humana no consiste en prolongarse tal o cual tiempo, para que pueda negarse la personalidad a quien no vive sino escasos momentos. 166 Tampoco puede pensarse que el fin de un individuo es ser sano o fisiológicamente perfecto; aún en el plano simplemente natural el destino del hombre trasciende inmensamente esos reducidos márgenes, y si se considera el destino superior del hombre, como hijo de Dios, dotado de alma inmortal, entonces se concibe claramente cómo el hecho de la deformidad, la debilidad o la enfermedad no pueden ser obstáculo para que se reconozca la plena personalidad de un niño. El derecho de los pueblos civilizados rechaza unánimemente el sistema de la viabilidad. Sólo la monstruosa deformación de las conciencias a las que llevan algunas doctrinas totalitarias como el nazismo o el comunismo pueden hallar todavía en el sistema de la viabilidad un apoyo a sus descabellados proyectos racistas o eugenésicos que en la actualidad aún han quedado sus vestigios. Para avanzar en este trabajo de investigación, examinémonos, ahora cuál es el sistema de nuestro Código: Art.60.- “El nacimiento de una persona fija el principio de su existencia legal, siempre que viva veinticuatro horas a lo menos, desde que fue separada completamente de su madre. La criatura que muere en el vientre materno, o que perece antes de estar completamente separada de su madre, o que no haya sobrevivido a la separación veinticuatro horas a lo menos, se reputará no haber existido jamás”. 16 Para poder establecer una diferencia de apreciaciones, ahora observemos la apreciación del Dr. Juan Larrea Holguín, en su obra que es objeto de este 16 LARREA HOLGÍN, Juan, 1991, Derecho Civil del Ecuador, Tomo I, Parte General y Personas, Quinta Edición, Corporación de Estudios y Publicaciones, Pág. 393-399 167 estudio. “El proyecto de Don Andrés Bello, que fue aceptado en el Código Chileno, exige para que comience la existencia legal únicamente la completa separación de la madre y la sobrevivencia de un instante, esto último como prueba de que la criatura ha nacido viva. En cambio el Código ecuatoriano, sigue el sistema de las leyes españolas, de la Nueva Recopilación, y que posteriormente sería recogido también por el Código Español. Las veinticuatro horas que nuestro Código exige que sobreviva una criatura para que se considere que desde que nació ha tenido existencia legal, no deben interpretarse, como admisión del sistema de la viabilidad. Esas 24 horas no se piden como demostración de que niño puede seguir viviendo, sino simplemente de que ha nacido vivo. El Código Chileno, siguiendo a Bello, exige la sobrevivencia de un instante. Pero, aparte de que es muy relativo lo que debe entenderse por “un instante”, los signos (al menos los más vulgares, como el movimiento) de vida en un momento fugaz no son prueba inequívoca de su existencia. Quizá nuestro Código peca por el extremo contrario al chileno, al exigir una supervivencia demasiado larga, 24 horas, como única prueba admisible del nacimiento de una criatura viva. Se objeta a nuestra ley que el término de 24 horas es totalmente arbitrario. Y realmente lo es. Pero cualquier otro que se fijara también lo sería, y lo es igualmente el “instante”, requerido por el Código Chileno. Quizá lo prudente sería, sin embargo, disminuir esa larga prueba de la vitalidad (24 horas) a un 168 término menor. En esa forma se eliminarían o disminuirían las posibilidades de injusticia en aquellos casos que realmente nacen vivos y que por no sobrevivir 24 horas completas deben considerarse como si jamás hubieran existido, para los efectos del Derecho Civil. Muy acertada la concepción que hace el Código Chileno, al considerar persona, al ser que haya sido separado de su progenitora aunque sea por un instante, lo que prevalece es que ese ser tuvo vida desde el momento del alumbramiento, y no como nuestro Código Civil lo hace, a partir de las veinticuatro horas, y si el nuevo ser en mención viviera veintitrés horas, acaso no es persona? Juan Larrea Holguín en su análisis, dice que el término de veinticuatro horas es antojadizo al libre arbitrio del legislador, apreciación que la concuerdo perfectamente, ya que debería ser considerado desde el momento mismo que nace, conforme lo estima Don Andrés Bello en la legislación chilena. De allí se vislumbra la importancia de que nuestra legislación, puntualmente me refiero al Código Civil, se reforme en este sentido amplio, y guarde perfecta concordancia con las disposiciones constitucionales mismas que amparan y protegen la vida desde la concepción y porque no incluirlo también al Código Penal que tipifica el aborto, que desde luego es tema de otra investigación y que no está por demás mencionarla. 169 2.9 EMBARAZO El embarazo es constituido como la etapa más importante en la vida de toda mujer, la gestación o embarazo es el proceso en el que crece y se desarrolla el feto en el interior del útero. El embarazo se inicia en el momento de la nidación y termina con el parto. La definición legal del embarazo sigue a la definición médica. Para la Organización Mundial de la Salud (OMS) el embarazo inicia cuando termina la implantación. La implantación es el proceso que comienza cuando se adhiere el blastocito a la pared del útero. Esto ocurre 5 o 6 días después de la fertilización. Entonces el blastocito penetra el epitelio uterino e invade el estroma. El proceso se completa cuando la protuberancia villi y el defecto en la superficie del epitelio se cierra. Esto ocurre entre el día 13-14 después de la fertilización. En 1998 el Comité de Aspectos Éticos de la Reproducción Humana y la Salud de las Mujeres de la Federación Internacional de Ginecología y Obstetricia (FIGO) definió al embarazo como la parte del proceso de la reproducción humana que comienza con la implantación del conceptus en la mujer. Una vez iniciado el embarazo en la especie humana, las mujeres atraviesan un proceso que dura 40 semanas a partir del fin de la última menstruación o 38 semanas a partir del día de la fecundación. Por lo común se asocia a 9 meses. Dentro del útero, el feto está flotando en el líquido amniótico, y a su vez el líquido y el feto están envueltos en la bolsa amniótica, que está pegada al útero. En el cuello del útero, se forma un tapón durante el embarazo para evitar que salga el líquido. Y como barrera al ingreso de cuerpos extraños; lo que 170 facilita mucho las relaciones sexuales durante el embarazo, que siguen erotizando a la pareja. Mientras permanece dentro, el producto de la fecundación, cigoto, embrión o feto obtiene nutrientes y oxígeno y elimina los desechos de su metabolismo a través de la placenta. La placenta está pegada al útero y está unida al feto por el cordón umbilical, por donde recibe alimento. De acuerdo a su desarrollo, el embarazo se suele dividir en tres etapas de tres meses cada una, con el objetivo de simplificar la referencia a los diferentes estados de desarrollo del feto. Durante el primer trimestre el riesgo de aborto es mayor (muerte natural del embrión o feto). Esto tiene mayor incidencia en embarazos conseguidos mediante fecundación in-vitro, ya que el embrión implantado podría dejar de desarrollarse por fallos en los cromosomas heredados de los gametos de sus progenitores. Durante el segundo trimestre el desarrollo del feto puede empezar a ser monitoreado o diagnosticado. El tercer trimestre marca el principio de la viabilidad, que quiere decir que el feto podría llegar a sobrevivir de ocurrir un nacimiento temprano natural o inducido. Dada esta posible viabilidad Es necesario que la mujer acepte y sepa llevar lo mejor posible estas transformaciones, porque de ello depende que este período vital se convierta en una experiencia irrepetible e inmensa, cuyo fruto es la creación de una nueva vida. 171 2.10 PRESUNCIÓN DE LA ÉPOCA DE LA CONCEPCIÓN En lo concerniente a la época de la concepción, Juan Larrea Holguín se refiere a que: “El nacimiento, cuyo hecho y circunstancias son fácilmente probables, incluso por testigos, sirve de base de antecedente lógico, de ese otro hecho anterior en el tiempo, pero que se deduce del nacimiento como una consecuencia lógica: la concepción. Ya que no se puede conocer el momento exacto de la concepción, por lo menos se deduce del nacimiento en qué época se ha verificado la concepción. Como es importantísimo determinar la época en que se ha producido la concepción, porque de ello depende la calidad legal del hijo legítimo o no legítimo, la Ley ha creado una presunción, fundada en la observación de que el período de gestación normal del ser humano es de más o menos 270 días. Los médicos afirman que en ningún caso la gestación puede durar mucho más ni tampoco mucho menos. Precisamente el alumbramiento de un feto antes de su debida madurez, es lo que constituye el aborto, que significa la muerte de la criatura. La ley ha puesto unos límites bastante amplios para que no haya posibilidad de errar: Desde la vigencia de la Ley 256, ya no perdura esta razón de importancia que se señala en el texto, puesto que no se hace distinción entre hijos legítimos e ilegítimos; pero sí subsisten otras razones: el tiempo de la concepción sirve para fundar aquella otra presunción que es la de la paternidad; por otra parte, algunos derechos dependen del tiempo en que haya sido concebida una persona. Ya no hay presunción de legitimidad, pero sí existe la presunción de “paternidad” por parte del marido de la madre, si el hijo nace dentro de los 172 tiempos que se indican en el Código y que permiten presumir que la concepción ha sido “durante” el matrimonio, y por lo tanto, en principio, por obra del marido, Para mayor conocimiento, me permito transcribir la disposición legal del Código Civil que nos permite realizar este análisis, Art. 62.- “De la fecha del nacimiento se colige la de la concepción, según la regla siguiente: Se presume de derecho que la concepción ha precedido al nacimiento no menos de ciento ochenta días cabales, y no más de trescientos, contados hacia atrás, desde la media noche en que principie el día del nacimiento”. 17 Este calculo anti técnico solía realizarse en tiempo pasados, donde no existía los medios idóneas que nos permitían establecer la filiación respectiva así como también el calculo contable de los días. Mas ahora en la actualidad existen otras alternativas científicas que indican la paternidad así como también los días posibles de fertilización, este particular será objeto de estudio mas adelante. Ante una presunción legal y de derecho, es decir, que no admite prueba en contrario: nadie puede probar que una criatura haya tenido una gestación de más de trescientos días o de menos de 180 días. En este último caso se trataría de un aborto, pero no cabe que nazca vivo y sobreviva 24 horas el que no lleva ni 180 días en el vientre materno. El momento de la concepción, o por lo menos el período dentro del cual pudo verificarse, es determinante de la calidad de hijo legítimo. Si al tiempo de la concepción la madre estaba casada, el hijo se considera legítimo, y solamente el marido de la madre podría (mientras él vive) impugnar esa calidad legal. 17 ibídem, Pág. 404-405 173 Desde otra óptica la presunción del Art. 62, sirve, pues, de base para otra no menos importante: la del Art. 240 que declara que el “hijo concebido durante el matrimonio de sus padres es del marido.” Como es lógico, el que nace después de 180 días de celebrado el matrimonio de sus padres, ya puede haber sido concebido dentro del matrimonio. Si transcurre más tiempo, esa probabilidad aumentará, hasta convertirse en certeza plena si pasan 300 días desde la celebraci6n Sin embargo, aunque pasados los 180 días ya consta que durante el matrimonio ha sido o ha podido ser concebido, y en principio se considera que tiene por padre al marido de la madre, sin embargo éste puede demostrar que no es el padre y repudiar al presunto hijo, que no es suyo. Si consta que la mujer ha cometido adulterio durante la época en que pudo verificarse la concepción, la impugnación de la falsa paternidad del marido, y consiguientemente la falsa filiación legítima del hijo, se facilita, pero no basta la simple prueba del adulterio, porque a pesar del adulterio, el hijo puede. también ser del marido. Por otra parte, si el matrimonio se disuelve por muerte, declaración de nulidad o divorcio, o si los cónyuges se separan con autorización judicial, y hace un hijo después de estos hechos, todavía puede haber sido concebido el hijo dentro del matrimonio, siempre que el nacimiento se verifique antes de los 300 días del divorcio, muerte del marido, etc., ya que si nace después de 300 días, evidentemente todo el período en que pudo ocurrir la concepción cae íntegramente fuera del matrimonio. Aunque en uno u otro caso se puede impugnar la calidad de hijo del marido que se atribuya falsamente al hijo, por haber sido engendrado por persona distinta del marido. Es importante hacer hincapié en el sentido de que, no necesariamente el adulterio generó un embarazo y por regla no debe ser del marido, pues al margen de la infidelidad, el hijo que nació dentro del matrimonio pudo también 174 haber sido concebido por el marido, y no como se hace aparecer, que por origen del adulterio el hijo engendrado tiene que ser ilegitimo, como antes se los denominaba a esta clase de hijos. 2.11 PERSONALIDAD LEGAL DEL CONCEBIDO Si la ley otorga personalidad solamente a partir del nacimiento legal y declara además que antes de ese hecho no hay persona alguna, sería de toda lógica pensar que al derecho en nada interesa el ser que se está gestando durante el curso biológico que precede al nacimiento, ser al que denominamos “concebido” o “nasciturus” Sin embargo no ocurre así. Según el autor Luis Parraguez “el rigor técnico cede paso a la realidad incuestionable de que en et vientre materno se está gestando una vida en torno a la cual, y desde antes del nacimiento, pueden estar concentrándose intereses jurídicos que el derecho no puede ignorar absolutamente. Si bien no hay todavía una “persona” en sentido jurídico, bien puede afirmarse que por lo menos existe una “persona potencial”. De allí que el ordenamiento jurídico se preocupe de protegerla, tanto en su vida misma, como en los derechos eventuales que puedan interesarle”.18 Nuevas tendencias en el contexto de la protección de la vida han nacido en el que acertadamente vierten opiniones en defensa del que está por nacer, bien es cierto que el nuevo ser que está en el seno materno no está considerado como persona según nuestra legislación, porque así lo establece el artículo 60 del Código Civil, también es cierto que ese nuevo ser que está formándose tiene alma según tendencias religiosas, y que en sí, es una vida misma que 18 PARRAGUEZ R. Luis, Manual de Derecho Civil Ecuatoriano, Personas y Familia, Volumen I, Segunda Edición, Pág. 41 175 debe ser protegida desde el momento de la concepción, como así lo estipula la actual Constitución Política del Estado. 2.12 REPRESENTACIÓN LEGAL DEL CONCEBIDO Antes de departir sobre la representación legal del concebido vamos a hacer una breve conceptualización acerca de lo que significa en una forma general la representación legal, para lo cual tomamos como referencia textual al Diccionario Explicativo de Derecho Civil del doctor Aníbal Guzmán Lara que dice: “La palabra representación significa actuar legalmente a nombre de otro; suplir a este, por disposición legal, en las circunstancias y casos expresamente previstos en la ley. El representante legal está investido de un poder jurídico por el cual actúa ante la ley a nombre de otra persona que no goza de la plenitud legal para contraer derechos ni obligaciones, sea porque le hace falta el pleno desarrollo orgánico y funcional, el que a la vez le da conciencia de sus actos o porque esa conciencia se ha desmejorado y sus actos no tiene la nota de ser concientes y libres”. 19 De la misma legislación ecuatoriana en nuestro Código Civil se estipula el ordenamiento jurídico que debe seguirse para la obtención de la representación legal del que está por nacer, otra contradicción que surge a raíz de este tema ya que la disposición estipulada en el artículo 60 considera persona al ser que nace y es separado de su madre y si éste vive las veinticuatro horas subsiguientes, en otra disposición legal del mimo cuerpo de ley nos concede la representación legal, ¿cómo se puede representar legalmente a alguien que no es considerado persona?. 19 GUZMÁN LARA, Aníbal, 1997, Diccionario Explicativo del Derecho Civil, Ley – Personas y Legislación Social de Menores, Pág. 161 176 El Argentino Hugo Alsina en su obra Derecho Procesal Civil y Comercial expresa: “Son representantes legales de los que están por nacer, sus padres, y a falta o incapacidad de estos, los curadores que se les nombre. La ley considera dos situaciones: la falta o la incapacidad de los padres. En el primer caso hay evidentemente un error, porque podrá faltar el padre, pero, tratándose de una persona por nacer, no se ve como puede faltar la madre. Si ésta deja de existir y el menor nace con vida tendrá lugar entonces la representación de las personas menores de edad. Pero no es imposible que tanto el padre como la madre caigan en estado de incapacidad, y es recién en este supuesto cuando se procederá a la designación del curador”. 20 La apreciación de este tratadista argentino es cabalmente acertada, ya que nunca podrá faltar la madre por razones obvias ya que la persona por nacer está en su vientre, al margen de esta evaluación, si falta el padre podrá darse paso a la representación legal del que está por nacer. En la actualidad la protección a los derechos humanos, especialmente me refiero a los derechos del que está por nacer o nasciturus han creado un sistema jurídico centrado en la protección de los derechos de la persona, en la equiparación entre el nacido y el no nacido en el reconocimiento de los derechos del ser humano desde el momento de la concepción, tomando en cuenta que el derecho a la vida del no nacido para nuestro ordenamiento jurídico no está considerado como tal; y, debería ser lo contrario, ser considerado no solamente como persona sino como hijo de una familia. 20 ALSINA Hugo, 1963, Derecho Procesal Civil y Comercial. Pág. 525 177 NACIMIENTO 3.6 CONCEPTO DE NACIMIENTO Para una mejor comprensión acerca del significado de la palabra nacimiento voy a permitirme transcribir el contenido de del artículo 60 tipificado en nuestro Código Civil Ecuatoriano que en su contenido expresa lo siguiente: “Art. 60.- el nacimiento de una persona marca el principio de su existencia legal desde que es separada completamente de su madre. La criatura que muere en el vientre materno, o que, perece antes de estar completamente separada de su madre, se reputará no haber existido jamás. Se presume que la criatura nace con vida: quien alegue lo contrario para fundamentar un derecho, deberá probarlo”.21 Según este artículo, la persona inicia su existencia con su nacimiento, pero siempre y cuando la criatura salga del vientre materno, o sea que ocurra el alumbramiento por expulsión o extracción de la criatura; que la separación del bebe sea completa, esto significa que la criatura deje la dependencia materna, lo cual ocurre solo cuando se corta el cordón umbilical, es por eso que este apartado considera inexistente a la criatura que muere en el vientre materno o en el transcurso de su separación del mismo; y finalmente pide que la criatura de señales de vida, esto es que haya sobrevivido siquiera un instante después de la separación completa, esto se comprueba mediante la constatación de signos vitales, como pueden ser la actividad respiratoria, latidos del corazón, etc. sin embargo la ley sostiene la presunción de vida una vez ocurrido el 21 CÓDIGO CIVIL ECUATORIANO, Art. 60, Corporación de Estudios y Publicaciones. 178 nacimiento, por lo que quien alegue que una criatura nació muerta, debe probar esta circunstancia. Anbar, en su Diccionario y Guía de los Códigos Civil y Procedimiento Civil aportando a nuestro trabajo investigativo dice que: “el nacimiento produce, desde un punto de vista jurídico, numerosas consecuencias, siendo motivo de atención por todas las legislaciones y por la doctrina que no es coincidente en sus apreciaciones. Desde el día del nacimiento comienza a contarse la edad de una persona y entronca ese hecho con el polémico problema sobre la iniciación de la existencia de la vida humana; es decir, si la vida de una persona inicia desde el momento del parto (instante del nacimiento) o si, como tal (como persona), existe ya desde el momento de la fecundación del ovulo y consecuente período de gestación intrauterina. La polémica al respecto tiene interés práctico porque las legislaciones reconocen al feto determinados derechos: a. Protección a su vida castigando el aborto; b. Suspensión de la pena capital a la mujer encinta; c. A veces, reconocimiento de derechos sucesorios a la persona por nacer; d. Reconocimiento de la condición de hijo en vinculación con el lapso de gestación. El reconocimiento de derechos que la ley hace a favor del concebido se subordina al evento de su nacimiento. La capacidad correspondiente a las personas surge con el nacimiento sin que para el concebido existan verdaderos derechos, sino una expectativa condicionada al nacimiento. 22 22 ANBAR, 2006, Leyes Civiles, Diccionario y Guía de la Normativa de los Códigos Civil y Procedimiento Civil, Volumen I, Pág. 729. 179 Según este aporte resalta la importancia de la vida desde su nacimiento en lo referente a la persona humana, pero no obstante esta valoración, deja entrever que el no nacido, o el concebido como se refiere, tiene vida desde su concepción o desde la fecundación y por ende debe darse el respectivo reconocimiento como tal, a través del Estado con la debida protección a la vida. Al margen de esta óptica, se hace también referencia no solo al momento del nacimiento del ser humano, sino ya se plantea otras circunstancias anexas, como son, las sanciones al aborto, que sin duda alguna este problema es tema de polémica en todos su contexto, la mujer embarazada tendrá derecho a la amnistía de la pena capital, en otros casos, dentro del aspecto jurídico, los derechos quel que está por nacer, otra circunstancia vista desde el punto de hijo dentro del seno familiar, etc., más adelante veremos argumentaciones que protegen la vida del que está por nacer, así como también otras tendencias que apoyan lo contrario. Continuando con la argumentación sobre los diferentes conceptos de nacimiento, el doctor Luis Parraguez en su obra titulada Manual de Derecho Civil Ecuatoriano, expresa: “Hasta la dictación de la nueva Ley de Registro Civil, Identificación y Cedulación, publicada en el Registro Oficial No. 70 de 21 de abril de 1976, la noción de nacimiento legal estaba contenida en el artículo 60 del Código Civil que dispone: “El nacimiento de una persona fija el principio de su existencia legal, siempre que viva veinticuatro horas a lo menos, desde que fue separada completamente de su madre”. (Inciso primero) En consecuencia debían concurrir tres requisitos para darse el nacimiento legal, a saber: 1o.- Separación de la criatura respecto de su madre 2o.- Que la 180 separación sea completa y 3o.- Sobrevivencia de la criatura por lo menos durante 24 horas contadas desde la separación completa del vientre materno. Hoy día ha de tenerse como concepto legal de nacimiento el de “nacido vivo” o “nacimiento vivo” del artículo 130 de la Ley de Registro Civil, que expresa: “Se entenderá por nacimiento vivo a la expulsión y extracción completa del cuerpo de la madre, prescindiendo de la duración del embarazo, de un producto de la concepción que, después de tal separación, respire o manifieste cualquier otro signo de vida, tal como el latido del corazón, pulsaciones del cordón umbilical o movimiento efectivo de músculos voluntarios, haya o no haya sido cortado el cordón umbilical y esté o no unida la placenta; cada producto de tal alumbramiento se considerará nacido vivo”. (Inciso primero). De acuerdo con la disposición transcrita el nuevo concepto de nacimiento desde un punto de vista jurídico, requiere de la concurrencia de las siguientes circunstancias: 1. Que exista expulsión o extracción de la criatura del vientre materno. En otras palabras, que tenga lugar el alumbramiento. 2. Que la expulsión o extracción sea completa. El artículo 60 del Código Civil (antiguo concepto legal) exigía igualmente que la separación fuera completa, pero no proporcionaba elementos de juicio como para precisar lo que debía entenderse por tal separación completa del vientre materno. Ante la falta de explicación, había discusión en doctrina, aunque la mayor parte de los autores estaba de acuerdo en que la separación sólo podía ser “complete” cuando se cortaba el cordón umbilical y con esa tesis estábamos. 181 En la actualidad el artículo 130 de la Ley de Registro Civil ha convertido en insostenible tal opinión, ya que reconoce nacimiento vivo “haya o no haya sido cortado el cordón umbilical y esté o no unida la placenta” Luego por separación complete ha de entenderse ahora la expulsión o extracción integral de la criatura en el acto del alumbramiento, aún cuando subsiste el vínculo umbilical. 3. Que luego de la separación completa, la criatura manifieste signos de vida. Es en esta parte donde el nuevo concepto legal se aparta considerablemente del antiguo que exigía una sobrevivencia lo menos de 24 horas de la criatura. Nos parece acertado que el artículo 130 que comentamos haya utilizado la expresión “signo de vida” puesto que con ello se da cabida a cualquiera manifestación vital y se cierra paso a cualquier polémica sobre su trascendencia. El mismo precepto nos ofrece algunos ejemplos que en caso alguno pueden estimarse como exhaustivos: fenómenos respiratorios, latidos del corazón, pulsaciones del cordón umbilical, movimientos efectivos de los músculos voluntarios, etc. Los requisitos anotados son copulativos, deben concurrir todos ellos para poderse entender un nacimiento legal. De faltar alguno de ellos, tiene lugar lo dispuesto en la parte final del artículo 60 del Código Civil en cuanto a que la criatura no nacida viva se reputará no haber existido jamás. 23 La estimación que hace el autor acerca de la disposición legal que es objeto de este trabajo de investigación se lo puede catalogar como escéptica al campo moralista y religioso, toda vez, recalca que debe existir los tres acontecimientos para que se convalide el nacimiento de conformidad a nuestra legislación, como son: el alumbramiento, la separación de su madre; y, la 23 PARRAGUEZ R., Luis, Manual de Derecho Civil Ecuatoriano, Personas y Familia, Pág. 39-41 182 existencia de 24 horas. Apreciación que está lejos del verdadero concepto de nacimiento, ya que se hace referencia a la existencia de 24 horas, y que sucedería, si el nacido vivo tuviera menos horas de nacido, acaso no es persona, por el solo hecho de no haber completado el tiempo que la ley estima de 24 horas?. Por otro lado, si ha nacido el ser humano con signos vitales y cualquiera que sea el motivo y falleciera, esa circunstancia lo deslegitima como persona?. Para mi criterio personal así el nacido vivo viviese un minuto, es considerado como persona, que nació con alma y con una dignidad que Dios padre lo asigno, esta estimación como creyente que soy. 3.7 PRINCIPIO LEGAL DE LA EXISTENCIA DE LAS PERSONAS SEGÚN LA LEY VIGENTE El artículo 60, como todo el Título II, del Código Civil Ecuatoriano, se refiere, como es obvio, sólo a las personas naturales, y no a las jurídicas, ya que éstas ni “nacen” ni “mueren”, además de que el Art. 40 nos ha advertido que de las personas jurídicas se tratará solamente en el Título XXIX del Libro I. Si en el lenguaje corriente se suele hablar de “nacimiento” de una corporación o fundación, es sólo en sentido metafórico; el comienzo de su existencia legal no tiene nombre propio, y según el Art. 584 del Código Civil ese momento se produce cuando son aprobados por la ley o decreto del Presidente de la República. Otras personas jurídicas, como por Ejemplo las sociedades anónimas, en comandita o en nombre colectivo, comienzan a existir para los efectos jurídicos plenos, desde que cumplen el último de los requisitos exigidos por la correspondiente ley, tales como aprobación del juez, publicaciones, inscripción, etc. 183 La Ley de Tránsito Aéreo ha previsto el raro caso de que se produzcan nacimientos a bordo de aeronaves en vuelo, y considera tales hechos como acaecidos en el Ecuador si la nave es nacional El Código Sánchez Bustamante en el Art. 28 dispone que se aplique la ley personal para decir si el nacimiento señala el principio de la personalidad jurídica, y sobre los derechos del concebido y no nacido. Un hijo de chilenos domiciliados en Chile, por ejemplo, que nazca en el Ecuador, se considera que tiene un principio de existencia legal desde que nace y sobrevive un instante, y no solamente después de las 24 horas que exige como prueba de la vida el Código Civil del Ecuador. 24 De conformidad a los preceptos legales hemos venido enfatizando el momento mismo de la existencia de una persona, lo que ha originado la existencia legal como tal, en consecuencia de acuerdo a nuestra normativa jurídica persona es aquella que nace en las circunstancias tantas veces mencionadas. No obstante a esta estimación no está por demás manifestar que vida existe desde el momento que el óvulo es fecundado por el espermatozoide y a las 6 horas de fecundado comienza el proceso de formación embriológica lo que en el futuro dará origen el nuevo ser. Nuestro legislación dentro de sus diferentes leyes tiene una serie de contradicciones, que deberán guardar estricta coherencia para la correcta aplicación y apoyo en el momento de defender la vida, al margen de esta observación la actual Constitución de la República del Ecuador, ya protege la vida desde la concepción en tal virtud debería urgentemente realizar las 24 LARREA HOLGÍN, Juan, Derecho Civil del Ecuador, Parte General y Personas, Pág. 398-399 184 reformas pertinentes para que haya uniformidad y concordancias en cuanto respecta a la vida. 3.8 PROTECCIÓN DE LA VIDA DEL QUE ESTÁ POR NACER Para Larrea Holguín, Si bien la existencia legal comienza con el nacimiento y siempre que se cumplan las condiciones vistas, esto no significa que el derecho desconozca los inviolables derechos de la persona humana antes de nacer. El Derecho positivo tiene que acoger los superiores dictados del Derecho Natural. Si bien para los efectos civiles el no nacido no es aún persona, sin embargo desde que un alma racional informa un cuerpo humano, la ley debe respetar y proteger esa vida. Indudablemente, nuestro Código reconoce la realidad de la existencia natural de la persona humana antes de ser persona jurídicamente hablando. Así lo proclama el Art. 61 del Código Civil: Art. 61. “La ley protege la vida del que está por nacer. El juez, en consecuencia, „tomará, a petición de cualquier persona o de oficio, todas las providencias que le parezcan convenientes para proteger la existencia del no nacido, siempre que crea que de algún modo peligra. Todo castigo a la madre, por el cual pudiera peligrar la vida o la salud de la criatura que tiene en su seno, deberá diferirse hasta después del nacimiento”.25 En términos generales conviene advertir que la protección de la vida del “nasciturus” es amplísima y se desarrolla por medio de disposiciones civiles y 25 CÓDIGO CIVIL ECUATORIANO, Art. 61. Corporación de Estudios y Publicaciones. 185 penales, de medidas preventivas y represivas o punitivas, con la intervención de autoridades sea a petición de cualquier persona o aún de oficio. La protección de la vida del que está por nacer, se halla garantizada por el precepto constitucional: “El Estado protegerá al hijo desde su concepción”. En el plano estrictamente civil las reglas para el caso de divorcio, aplicables también a la separación conyugal, contenidas en los Arts. 250 a 256 del Código Civil, constituyen una aplicación práctica de la facultad concedida al juez para que tome “todas las providencias que le parezcan convenientes para proteger la existencia del no nacido”. Esas medidas, desde luego, tienen además otro alcance, otras finalidades, pero se dirigen también a la protección de la vida. El juez puede, según dichos artículos: a) Enviar a la mujer una compañera de buena razón que le sirva de guarda; b) Hacer que un medio o una obstetriz le asistan en el parto; c) Hacer que la mujer sea colocada en el seno de una familia honesta y de confianza para el marido. Además de esas medidas, el juez, puede disponer cualquiera otra que le parezca conveniente. Tales podrían ser, a modo de ejemplo, el internamiento de la mujer en una clínica u hospital, el señalamiento de una pensión alimenticia suficiente para que la mujer mantenga su salud y la de la criatura, etc. En el plano penal, el Art. 52 del respectivo Código, dice así: “Ninguna sentencia en que se imponga pena de reclusión se notificará a la mujer embarazada, sino 60 días después del parto”. En forma muy humanitaria se evita hasta la impresión dolorosa que puede ser causa remota de un aborto. 186 El Art. 417 del Código Penal sanciona con reclusión menor de tres a seis años el aborto intencional en el que “no ha consentido la mujer”. Igualmente se pena en el Art. 418 al que sin intención directa de causar el aborto sin embargo, con conocimiento del efecto que se puede producir, emplea violencias que realmente provocan un aborto. En cambio, si la mujer ha consentido en el aborto la pena para el autor del delito es más leve: de dos a cinco años de prisión (Art. 419). La pena para la misma mujer que consiente o causa por sí misma el aborto es también de uno a cinco años de prisión. Y si incurre en ello “para ocultar su deshonra”, se le rebaja a prisión de seis meses a dos años. Todas estas penas en algunas circunstancias (si el autor es médico, etc., o si se sigue la muerte de la madre), se agravan y pueden llegar hasta la reclusión mayor extraordinaria. Pero, en cambio, el Art. 423, uno de los más inmorales de nuestra legislación, exime de pena al que siendo médico y con el consentimiento de la mujer practica el aborto: 1º Para evitar un peligro para la vida o salud de la madre, y si este peligro no puede ser evitado por otros medios; 2º Si el embarazo proviene de una violación o estupro cometido en una mujer idiota o demente. En este caso, para el aborto se requerirá el consentimiento del representante legal de la mujer. Es monstruoso que al padre o guardador de una mujer enferma se le confieran estos poderes cuasi-divinos de decidir sobre la vida de una criatura inocente. Se olvida toda la dignidad de la persona humana. Se echa a rodar la protección a la vida de todo hombre que está por nacer. Se desconoce que hasta la 187 Constitución de la República declara que esa protección se debo “sin considerar antecedentes”. Se desprecia el valor de la vida humana, que es independiente de cualquier circunstancia”. Se abre la puerta a la fácil justificación del crimen. Cede la ley ante un falso sentimentalismo. Prevalece la apariencia sobre la justicia. No se puede provocar directamente de ningún modo la muerte de una persona inocente. No se puede, por lo mismo, ni matar a la madre para salvar al hijo, ni matar al hijo para salvar a la madre. Un médico consciente debe agotar medios para salvar ambas vidas, y solamente está libre de responsabilidad moral, si empleando medios lícitos y conducentes a salvar ambas vidas, sin embargo, se produce la muerte de uno o ambos sujetos, como efecto secundario, aunque sea previsto, pero no directamente querido. La protección del que está por nacer se complete en el aspecto penal con la sanción a quien atenta a la vida del ya nacido, pero que todavía no puede defenderse por sí mismo. El infanticidio está incluido en nuestro Código Penal en las figuras delictivas más amplias del homicidio o del asesinato, según los casos, y puede ser penado hasta con la reclusión mayor extraordinaria de 16 años (Art. 428); pero también si es cometido por la madre o por los abuelos maternos para ocultar la deshonra de aquella, se rebaja la pena-a reclusión menor de 3 a 6 años (Art. 429). Demasiado indulgente resulta en este punto nuestra ley. También protege la vida del recién nacido y de los niños en general, el Art. 450 del Código Penal que castiga con prisión de un mes a un año al que abandona a un infante en un lugar solitario “y los que lo hubieren expuesto o hecho exponer, siempre que no sea en un hospicio o en una casa de expósitos”.26 26 LARREA HOLGÍN, Juan, Derecho Civil del Ecuador, Parte General y Personas, Pág. 399-402 188 Al respecto podemos acotar que la ley natural en cuanto regula las relaciones interhumanas es conocida como derecho natural y, como tal, exige el respeto integral de la dignidad de cada persona en la búsqueda de la protección de la vida. Una concepción auténtica del derecho Natural entendido como tutela la inminente e inalienable dignidad de todo ser humano es garantía de igualdad y da contenido verdadero a los derechos del hombre que constituyen el fundamento de las innovadas declaraciones internacionales acerca de la protección a la vida. Desde otra óptica la iglesia católica reivindica para todo ser humano el derecho a la vida como derecho primario, lo hace en nombre de la verdad del hombre y en defensa de su libertad, que no puede subsistir sin el respeto a la vida. La iglesia afirma el derecho a la vida de todo ser humano inocente y en todo momento de su existencia. La distinción que se sugiere a veces en algunos documentos internacionales, entre ser humano y persona humana, para reconocer luego el derecho a la vida y a la integridad física solo a la persona ya nacida, es una distinción artificial sin fundamento científico ni filosófico: todo ser humano, desde su concepción y hasta su muerte natural, posee el derecho inviolable a la vida y merece todo el respeto debido a la persona humana. Aportando con el adelanto de nuestra investigación Luis Parraguez menciona que: “De acuerdo al artículo 61 del Código Civil, “la ley protege la vida del que está por nacer” y el mismo precepto indica a continuación la forma en que el Código Civil hace efectiva esa protección. 1. El juez debe tomar, a petición de cualquier persona o de oficio, todas las providencias que le parezcan convenientes para proteger la existencia del no nacido, siempre que crea que de algún modo peligra. 189 2. Toda sanción a la madre, por la cual pudiera peligrar la vida o la salud de la criatura que tiene en su seno, deberá diferirse hasta después del nacimiento. El cuadro jurídico protector de la vida del que está por nacer va más allá de los dos casos contemplados en el artículo 61 del Código Civil. Esta protección tiene consagración constitucional tanto en la Constitución de 1945 como en la de 1967, siendo más precisa esta ultima, cuyo artículo 29 expresa que “el Estado protegerá al hijo desde su concepción, y protegerá también a la madre, sin considerar antecedentes” Por su parte, el Código de Menores (Reg. Oficial No. 107 de 14 de junio de 1976) “consagre el derecho que tiene el menor a nacer” (Art. 36), otorga protección a la maternidad, la misma que comienza “desde que e prueba la concepción” y comprende el suministro de lo medios económico para la atención de la madre embarazada, la asistencia en el parto, en el puerperio y durante el período de lactancia” (Art. 37), etc. Las normas de protección a la mujer embarazada que contiene el Código del Trabajo también se inscriben en este marco de proyección. Entre ellas vale citar la prohibición de trabajo de la mujer durante el período de tres semanal antes del parto (Art. 133); la prohibición Impuesta al patrono de poner término al contrato de trabajo por causa de embarazo de la mujer trabajadora (Art. 134) o por ausencia hasta por un año a consecuencia de enfermedad que deba su origen al embarazo o al parto (Art. 135). Finalmente debe citarse la protección penal a la vida del que está por nacer que constituye; la incriminación del delito de aborto por parte del Código Penal (Arts. 441 y siguientes). 27 27 PARRAGUEZ R., Luis, Manual de Derecho Civil Ecuatoriano, Personas y Familia, Pág. 41-42 190 Con el breve antecedente que hemos podido analizar en la reseña que hace el autor el doctor Parraguez, podemos apreciar que el marco jurídico ecuatoriano sí protege la vida de aquel ser que está por nacer. Tanto el Código Civil como el Código de Trabajo protegen la vida al enunciar que la madre embarazada no trabajará tres meses, esto es diez semanas antes del parto y dos semanas después, a fin de precautelar la integridad del recién nacido así como de la madre. El Código de la Niñez y Adolescencia también hace referencia dentro de los derechos de supervivencia el derecho a la vida, y en donde enfáticamente recalca que es obligación del Estado, la sociedad y la familia asegurar por todos los medio posibles la supervivencia y desarrollo del ser que se está formando en el seno materno. 3.9 DERECHOS DEL NO NACIDO Según Larrea Holguín, el Art. 63 del Código Civil protege no solamente la vida sino también otros derechos que corresponderán al nasciturus una vez que nazca y principie su existencia legal, por lo cual a continuación transcribo mencionado artículo que en su contexto expresa: Art. 63.- “Los derechos que corresponderían a la criatura que está en el vientre materno, si hubiese nacido y viviese, estarán suspensos hasta que el nacimiento se efectué. Y si el nacimiento constituye un principio de existencia, entrará el recién nacido en el goce de dichos derechos, como si hubiese existido al tiempo en que le correspondieron. En el caso del Art. 60 inciso 2º pasarán estos derechos a otras personas, como si la criatura no hubiese jamás existido”.28 28 CÓDIGO CIVIL ECUATORIANO, Art. 63. Corporación de Estudios y Publicaciones. 191 Mientras un niño no nazca y sobreviva veinticuatro horas no comienza, según nuestro sistema, su existencia legal; luego, solamente hay la probabilidad de que llegue a ser persona. Pero esta posibilidad es suficiente para que se deban reservar los derechos que le corresponderán si cumple esas condiciones. Tales derechos están en suspenso, hasta que se cumplan las condiciones de nacer con vida y sobrevivir 24 horas, y entonces, cumplidas esas condiciones, se atribuyen a la nueva persona esos derechos. Los derechos que se mantienen en suspenso, se atribuyen, una vez que la persona comienza a existir legalmente, pero se confieren con efecto retroactivo, como si los hubiera tenido desde el momento mismo en que se crearon o transmitieron los derechos. Los derechos del nasciturus serán normalmente hereditarios, sea que le correspondan corno titular de una asignación forzosa (Art. 1216 Código Civil), o bien por efecto de una asignación testamentaria que según el Art. 1106 en todo caso debe recaer sobre personas ciertas y determinadas. Nuestro Código habla de “suspensión de derechos”, más no de obligaciones, del no nacido. Sin embargo, no sólo puede tener derechos sino también obligaciones; unos y otros, generalmente, por herencia. Pero como la legislación tiene carácter proteccionista del no nacido, habla sólo de derechos. Además, la suspensión de las obligaciones hasta que principie a existir legalmente, originaría fácilmente retardos perjudiciales para terceras personas, particularmente si se trata de acreedores. Para proteger los derechos eventuales del que está por nacer se podría prohibir la enajenación de los bienes o pedir caución a quienes los tengan. 192 También se puede proceder a nombrar un curador de esos derechos eventuales. El padre puede dar guardador por testamento, no sólo para los hijos que ya viven, sino también para el que todavía está en el vientre de la madre (Art. 400), para el caso de que nazca vivo y también puede nombrar curador de los derechos eventuales del que está por nacer conforme consta en el Art. 397. La protección de aquellos derechos eventuales incumbe también a los agentes fiscales y ministros fiscales, según lo establece el Art. 4 de la Ley de Patrocinio del Estado. 29 El autor pretende proteger los derechos de que está por nacer, basándose en algunas disposiciones legales de nuestro marco jurídico, enuncia desde la prohibición de enajenar los bienes, hasta el nombramiento de curador de los hijos no solamente vivos, sino del que está aún por nacer, menciona a los agentes y ministros fiscales. En definitiva no solo corresponde a estos entes la protección del que está por nacer, sino para mi criterio personal, es corresponsabilidad del Estado, la sociedad entera y todos los miembros que conforman el entorno familiar, en especial a los progenitores que hayan o no planificado la venido de un miembro más en la familia. La actual Constitución Política del Estado en su Art. 43, hace referencia a la obligación que tiene el Estado de brindar y garantizar los derechos de las mujeres embarazadas, entre ellos garantiza la no discriminación por el Estado en que se encuentren, la gratuidad 29 en los servicios de salud, la atención LARREA HOLGÍN, Juan, 1991, Derecho Civil del Ecuador, Tomo I, Parte General y Personas, Pág. 402-404 193 prioritaria y cuidado de su salud integral; y en definitiva, prestar todas las facilidades necesarias para la recuperación después del parto tanto de la madre como del nuevo ser que ha nacido. Cabe indicar que antes de que entre en vigencia la actual Constitución Política del Estado, hubieron muchas manifestaciones de los diferentes sectores de la nación que defendían la vida, desde el momento mismo de la concepción, lo que dejó entrever que los ciudadanos ecuatorianos aún tenemos en nuestro interior el amor y respeto a la creación de Dios, actitudes éstas que de alguna manera nos encaminan a construir una nueva civilización de amor y comprensión para con los prójimos. 3.10 TEORÍAS DE LA ANIMACIÓN En lo referente al principio de la vida humana, existen varias teorías que pretenden cual es el momento de la animación, esto es, de la unión del alma al cuerpo: 3.10.1 Animación antes de la concepción “Como una consecuencia del preformismo, dice Navarro Rubio, según el cual el organismo, con todas sus partes, se halla ya contenido en el germen, se originó la teoría del “emboitement” (encajonamiento), defendida especialmente por Bonet. Suponía este autor que cada germen, no sólo era principio de la generación sucesiva, sino también de todas las generaciones futuras hasta la consumación del género humano” Muchos naturalistas, han sostenido que es posible la animación antes aún de la concepción, entre ellos Malpighi, Buffon, 194 Cuvier, etc., y entre los filósofos, sostuvieron esta teoría Malebranchel Leibnitz. Hoy día nadie la considera probable. 3.10.2 Animación al momento de Nacer Platón, Asclepiadea, Protágoras y algunos médicos judíos hasta bien entrada la Edad Moderna, pensaban que el cuerpo recibía el alma en el momento en que empezaba a respirar. Tampoco esta doctrina tiene ahora seguidores, por múltiples razones de orden biológico y filosófico. Además es una teoría que fácilmente conduce a las conclusiones más inmorales, ya que antes del nacimiento, si el feto no vive, si no tiene alma, no pasaría de ser una parte del cuerpo de la madre o un ser sin vida, de modo que el aborto provocado no sería crimen. 3.10.3 Animación después de la concepción pero antes del nacimiento Aristóteles y Santo Tomás sostienen con argumentos embriológicos y filosóficos la “animación retardada”, o sea, cuando el feto ha alcanzado algún desarrollo: a los 40 días si es varón o a 90 si es mujer; solamente cuando el cuerpo llega a una organización apropiada para recibir al alma que es su forma sustancial, solamente en ese momento se produciría la unión del alma al cuerpo. 3.10.4 Animación en el momento de la fecundación La mayoría de los autores modernos aprovechan de los argumentos filosóficos de Aristóteles y Santo Tomás, y con los mejores conocimientos embriológicos de nuestros días, sostienen que el momento mismo de la fecundación existe ya 195 una organización compatible con la unión a una alma, más aún, que existe ya desde ese instante una vida que exige el correspondiente principio vital que es el alma. Descartadas, pues, las dos primeras teorías que parecen incompatibles con el estado actual, de la ciencia y con los sanos principios filosóficos, quedan las dos últimas teorías como más probables, aunque ninguna de las dos tiene a su favor argumentos apodícticos o irrebatibles. Sigue, pues, siendo un misterio el momento preciso de la animación. Además, aunque se aceptara la teoría que parece más probable, de la animación en el momento de la fecundación, tampoco es posible saber con precisión en qué instante se produce la fecundación, de modo que queda oculto el principio, deja vida natural del hombre. Por otra parte, el Derecho tiene que establecer sus reglas sobre hechos ciertos y bien determinados, y no sobre meras suposiciones o conceptos aproximativos, así es como en general, toma en cuenta, como punto de partida más bien el nacimiento, sin desconocer ni mucho menos la vida anterior, a la cual también protege, pero de manera distinta, como luego veremos. 30 Al expresar el autor de quien hemos tomado como modelo este trabajo de investigación que es eminentemente moralista por el hecho de ser sacerdote y conocedor de la teología, hace unos enunciado acerca de las diferentes circunstancias que las denomina teorías que se dan en el momento del nacimiento, pues pensaban que el aborto no era considerado como crimen, ya que el feto era parte integrante del cuerpo de la madre y al no tener alma no era considerado como persona, concepción desde todo punto de vista 30 ibídem, Pág. 394 196 retrogrado, por todas y cada una de las circunstancias que hemos venido analizando. Otros filósofos pensaban que a partir de contados días el embrión o feto según las circunstancias adquirían la movilidad que les llegaba a través del alma cuando ésta se unía con el cuerpo, siempre y cuando aún no se producía el alumbramiento, que no era otra cosa que el parto o nacimiento de la nueva persona. Otras tendencias más liberales y modernistas pensaban que la animación se daba en el momento de la fecundación, es decir cuando el espermatozoide fecunda el ovulo, en ese instante ya se adquiere el alma y el soplo de vida que requiere el hombre, es más acertada esta corriente de animación ya que hemos venido analizando que el momento de la fecundación es el momento en que se origina la vida por tanto la protección se debe desde ese momento. Los organismos estatales, así como los legisladores y asambleístas según la última Constitución, y porque no insertar a la sociedad entera la obligación que tenemos de cuidar los derechos de ese nuevo ser, que siendo inocente y está alejado del acontecer nacional, está en camino para formar parte integrante de ella y consecuentemente futuro ciudadano de este conglomerado social. 197 LA PERSONA EN OTRAS LEGISLACIONES 4.6 EN LA LEGISLACIÓN ROMANA Para el derecho privado, ser persona significa como tanto como poder tener propiedad, créditos y deudas. Persona es, pues en el sentido del derecho privado, un sujeto capaz de tener patrimonio. Clases de persona. En el sentido del derecho privado, existen dos clases de personas: físicas y jurídicas. Personas físicas es todo hombre capaz de tener patrimonio y persona jurídica es un sujeto capaz de tener bienes y que no es un hombre; por ejemplo, el estado, el municipio. Las dos clases de personas implican prácticamente dos clases de patrimonios. El patrimonio de la persona física (del hombre individual) sirve á los fines del individuo, es patrimonio exclusivamente individual, patrimonio privado en el pleno sentido de esta palabra; existe solamente para este individuo, no para otros; todos los demás están excluidos de él. La propiedad de la persona física es, por tal motivo la propiedad privada contra la cual van dirigidos los ataques de que la propiedad es objeto (la propiedad es un robo). ¡Como si la propiedad privada estuviera efectivamente en contradicción con los intereses de la colectividad! ¡Qué error! La, propiedad privada toma, pero vuelve después a dar, centuplicado, lo que ha tomado antes. La propiedad privada es el campo en donde se forma y crece la personalidad libre, la que se pertenece a sí misma. Adquirir personalidad es el fin del hombre; producir y hacer surgir personalidades es el sentido de la historia de la humanidad. Y en los hombres 198 libres que posee un pueblo es en donde reside la fuerza que lucha por elevar a éste, la que todo lo levanta y ennoblece. La propiedad individual contribuye a producir atmósfera de libertad, sin la cual es imposible que el individuo, el miembro componente del pueblo, despliegue enteramente sus energías morales, intelectuales y económicas, y es igualmente imposible que la en sentido favorable y progresivo. La propiedad individual no sirve exclusivamente para su dueño; semejante al gigante Cristóforo, lleva sobre sus robustos hombros, a través del flujo de la vida, no sólo al propietario, sino juntamente con él al más alto señor de este mundo terrestre, al pueblo. Por el contrario, el patrimonio de la persona jurídica, considerado prácticamente, no ha tenido desde un principio los rasgos individualistas que el patrimonio del hombre particular. Mas bien la persona jurídica (el estado, el municipio, la universidad) es la forma que ha revestido la sociedad para poder exigir también un patrimonio con que atender al cumplimiento de los fines colectivos. El patrimonio de la persona jurídica viene a ser la expresión práctica del patrimonio social. Como tal patrimonio social, existe ya (á lo menos por regla general) un patrimonio que redunda en beneficio de todos, sea inmediata, sea mediantamente; atendiendo á sus resultados económicos, no es un patrimonio privado, una propiedad privada, al modo que lo es la propiedad de la persona física. El patrimonio de la persona jurídica es por su propia naturaleza patrimonio público, en contraposición al patrimonio de la persona física, al verdadero patrimonio privado. El mundo de las relaciones económicas no debe contentarse con abarcar exclusivamente á los individuos. Las negras sombras que la propiedad privada (la de las personas físicas) proyecta sobre la vida del pueblo, á causa de la necesariamente desigual (pero no en verdad invariable) repartición de los bienes económicos, deben ser atenuadas por la existencia de una cierta suma de bienes que formen el patrimonio nacional de la sociedad, de la colectividad, 199 un patrimonio que pertenezca de un modo indefectible á todos (las luchas de la historia han sido motivadas por el establecimiento de tales límites). Para este fin ha aparecido frente a la persona física la jurídica. La sociedad se ha formado para contrarrestar la soberanía absoluta del individuo. El principio individualista exige siempre ser completado por el socialista, y el patrimonio privado encuentra su complemento en el patrimonio público. De esta suerte, la persona física requiere que exista junto a ella la persona jurídica. Personas físicas. La personalidad (capacidad jurídica) del hombre comienza desde el instante en que ha nacido del todo. El principio: nasciturus pro jam nato habetur, quoties de commodo ejus agitur, no significa más sino que en determinadas circunstancias se retrotrae la capacidad jurídica del natus, es decir, que esta capacidad se determina por un momento en que el primeramente engendrado (nasciturus) no ha nacido todavía. Lo cual tiene importancia, sobre todo para el derecho hereditario. El heredero debe vivir ya en el instante en que ocurre la sucesión; pero basta con que esté engendrado en este momento. Lo que significa que el natus (no el nasciturus, como tal) puede heredar al causante, aunque a la muerte de éste fuese todavía un nasciturus, así, el hijo hereda a su padre, muerto antes del nacimiento de dicho hijo. Según el derecho actual, todo hombre es persona, o sea capaz de derechos (libre), y la capacidad jurídica (libertad) de todos los hombres es fundamentalmente igual en el campo del derecho privado. Pero para llegar a esta situación del derecho presente, ha habido necesidad de recorrer un largo proceso evolutivo. El derecho romano representa todavía un grado muy antiguo de tal proceso. 200 Según el derecho romano, había hombres no libres (esclavos), o sea hombres que tenían la consideración jurídica de cosas, y que, por lo tanto, no eran capaces de tener derechos propios, sino que lo eran únicamente para ser objeto de derechos. Además, en el derecho romano, la medida de la capacidad jurídica era diferente aun para los hombres libres, según tuvieran o no el derecho de ciudadanos y según la posición que en la familia ocuparan. En el derecho romano distinguimos, pues, tres status o grados de capacidad jurídica: el satus libertatis (los hombres son o libres o esclavos), el status civitatis (los hombres son o libres o esclavos), el status civitatis (los libres son o ciudadanos de Roma o no ciudadanos) y el status familiae (el ciudadano romano eso paterfamilias o filiusfamilias). El esclavo.- Formas de manumisión (ser libre). La esclavitud implica la negación de la personalidad y coloca a los hombres al mismo nivel jurídico que a los animales. El esclavo es un hombre que no es jurídicamente persona, sino cosa. El esclavo se halla entregado al arbitrio de su dueño, el cual tiene sobre él propiedad, dominium (poder sobre el cuerpo del esclavo). No obstante, al esclavo le corresponde una personalidad natural, y el mismo derecho1 romano lo reconoció así. El esclavo podía celebrar actos jurídicos, podía administrar el patrimonio de su señor independientemente, podía cometer delitos y, según la doctrina de la Jurisprudencia clásica, podía hasta quedar obligado naturaliter (o lo que es igual, sin que hubiera posibilidad de entablar acción contra él; por los contratos que celebrase. El esclavo tenía una voluntad que adquiría validez jurídica conforme y en la medida del anterior principio. Sólo que el esclavo manifestaba su voluntad y, en general, hacía uso de sus facultades espirituales en nombre del señor y en favor del señor; tal era el principio de derecho. El señor no tenía sobre los esclavos una mera propiedad, como sobre una cosa cualquiera, sino que tenía además un poder semejante al que le correspondía sobre los hijos, la potestad dominica, que es decir, un poder que se ejercía aun 201 sobre la voluntad del esclavo. Todo cuanto el esclavo adquiría, lo adquiría para el señor. La legislación imperial restringió el poder del señor sobre el cuerpo del esclavo, con el objeto de librar a éstos de los abusos que con ellos se cometían y proteger a las esclavas contra la prostitución. El paterfamilias y filiusfamilias.- Capitis diminutio. El ciudadano romano era o paterfamilias (jefe doméstico) y ó filiusfamilias (hijo de familia), según que no estuviera sometido a la patria potestad de nadie (horno sui juris), o estuviera sometido a esta potestad (horno alieni juris), Paterfamilias era el horno sui juris (fuese infante ó adulto, casado ó soltero); filiusfamilias, el horno alieni juris (fuese hijo o hija, nieto o nieta, etc.). La división de los ciudadanos en paterfamilias y filiusfamilias no tenía trascendencia para el derecho público. El filiusfamilias, en caso de que reuniese los requisitos necesarios para ello, podía votar en los comicios y ser cónsul, lo mismo que el paterfamilias. Los efectos de la división dicha se concretan al derecho privado. El filiusfamilias tenía, ciertamente, el jus commercii y el jus connubii lo mismo que el paterfamilias, porque también el filiusfamilias era ciudadano romano. El hijo podía, por tanto, contratar y realizar actos adquisitivos de la propiedad, y ser instituido heredero en testamento, y contraer matrimonio con validez plena, etc. Pero lo que el filiusfamilias adquiría lo adquiría para el paterfamilias; la propiedad, los créditos, hasta el poder marital sobre su esposa y el poder paterno sobre sus hijos, todo lo adquiría el hijo de familia, no para sí, sino para su paterfamilias. Según el antiguo derecho, en la sociedad doméstica romana no había más que una única propiedad, la del jefe de la familia, ni había tampoco más que un solo poder marital y una sola potestad patria, los del jefe 202 de familia. Pero las deudas que el hijo de familia contraía las contraía por su cuenta. El filiusfamilias era capaz de tener patrimonio pasivo, no lo era de tenerlo activo. Así, pues, la mínima capitis deminutio era la pérdida ó separación de la agnación (de la casa), y tenía lugar en cinco casos: mancipio dare, in manum conventio, datio in adoptionem, arrogatio y emancipatio. Personas jurídicas y su naturaleza. “Desde el punto de vista económico, la existencia de la persona jurídica representa, y así deberíamos decirlo, la existencia de patrimonios sociales consagrados a un fin, es decir, la existencia de patrimonios que están jurídicamente afectos al cumplimiento de los fines de la colectividad (de la sociedad). Al lado del patrimonio privado de la persona física (que es el único patrimonio privado en el sentido verdadero y total de la palabra), debe existir, por intermedio de la persona jurídica, el patrimonio público (consagrado a satisfacer el interés de la colectividad). La forma jurídica que se ha utilizado para la creación de tales patrimonios destinados a cines públicos ha sido distinta, según muestra la historia, en los diferentes grados de la evolución social. La forma en que actualmente se nos presentan las personas jurídicas no es la originaria, la natural, la indiscutible, la única posible, sino que es el resultado de una larguísima labor progresiva del derecho. La concepción más sencilla parece ser aquella que considera el patrimonio social destinado aun fin (el patrimonio del municipio, del estado) como patrimonio común de los participantes en el referido fin (de los ciudadanos del estado, o de los componentes del municipio). En este punto de vista primitivo 203 ha permanecido durante toda la Edad Media el derecho alemán. Según el derecho medieval alemán, el patrimonio destinado a fines sociales cae jurídicamente dentro de la idea de propiedad común, que representa una especie de la copropiedad. El patrimonio común (y. gr., el almende de los individuos que componían la marca, esto es, el terreno comunal del derecho alemán) era patrimonio de los miembros del municipio, y el patrimonio del estado (terreno del pueblo) era patrimonio de los individuos componentes del pueblo. El particular no podía disponer de este patrimonio (por ejemplo, no podía enajenar nada de él); sin embargo, no se consideraba que era dueño del mismo, sujeto propietario de los bienes afectos a un fin social, la colectividad como tal, sino el conjunto de los individuos que la componían. El patrimonio destinado al cumplimiento de un fin social era, pues, según el derecho alemán de la Edad Media, un patrimonio común de las personas físicas que constituyeran el grupo social de que se tratara; no había, por lo tanto, persona jurídica. El concepto de persona jurídica fue también desconocido en el antiguo derecho romano. El antiguo jus privatum era un derecho exclusivamente para la persona individual (para el civis), y por consiguiente, sólo la persona física (la persona individual) podía ser sujeto de derechos en la esfera del antiguo derecho privado de Roma. Ya en los antiguos tiempos existieron agrupaciones (collegia, sodalitates), mas no hubo ninguna capaz de poseer patrimonio: el patrimonio destinado a constituirse y administrarse como si fuera legalmente el patrimonio de un individuo (de un miembro de la agrupación). Según el antiguo derecho privado romano, no podía una asociación privada tener, como tal, un patrimonio destinado a un fin social. Pero el patrimonio público destinado a un fin, ó sea el patrimonio del estado (de la comunidad de ciudadanos romanos) y de los dioses del estado, caía bajo el concepto de cosas que estaban fuera del comercio. El pueblo romano era el estado romano. Los bienes de estado eran bienes del pueblo romano: res publicae. Las res publicae constituían el término 204 opuesto a las res privatae. No se hallaban, ni eran susceptibles de hallarse en propiedad privada. El pueblo romano no era una persona privada. Lo que el pueblo romano poseía se hallaba, por lo mismo, sustraído a la propiedad privada y al comercio privado No en el sentido de que el terreno del pueblo fuese, según el derecho romano, propiedad común de los miembros constituyentes de ese pueblo (que es la concepción alemana), sino más bien en el sentido de que no era ni podía ser propiedad de nadie”.31 Desde el punto de vista del derecho privado, el pueblo romano era nadie, ó lo que es lo mismo, el pueblo romano no era una persona privada, no era una persona (jurídica) en el sentido del derecho privado. El pueblo romano no era un civis. Según el antiguo derecho romano, así como en la esfera del jus privatum no había más derechos que los de las personas singulares (personas físicas), así también en la esfera del jus publicum (y del jus sacrum) nadie tenía derechos más que el estado. Persona física es la persona individual visible (el hombre); persona jurídica (en el sentido del derecho privado) es la unión social capaz de poseer patrimonio, y la cual adopta la forma jurídica de una persona individual ideal (que debe su existencia a la organización) capaz de tener bienes. El conjunto o totalidad se constituye jurídicamente en una unidad, con el fin de ser incluida, mediante ésta su forma unitaria, en la serie de los sujetos de derecho, como persona especial, sustantiva, que subsiste y permanece, no obstante al cambio de sus miembros. 31 PUCHAICELA ORDOÑEZ, Olivio, 1977, Derecho Romano I. Pág. 111 205 Con el antecedente brevísimo que hemos anotado, se desprende que casi toda nuestra legislación proviene del derecho romano, con el mismo fondo y forma, lo que varía son ciertas circunstancias que han cambiando de acuerdo al tiempo y las diferentes culturas en las que se ha aplicado esta legislación. Se hace una retrospección a lo que es persona, tanto natural como jurídica desde aquellos tiempos, posteriormente lo que es familia en sus diversas formas como padre o como hijo y quienes mas la constituyeron, y consecuentemente como se formando la sociedad, que no era otra cosa que la unión de las diferentes familias extendidas que en ese entonces se formaban. El autor no se olvida de hacer una breve reseña acerca de la esclavitud, pues el esclavo era considerado como un hombre que no es jurídicamente persona, sino era tratado como una cosa, dependía en su totalidad de su dueño, el esclavo en vano tenía voluntad cuando no podía hacer uso de sus facultades, tan solo las espirituales las podía utilizar, por el mismo hecho de ser creyentes de Dios, lo que el esclavo adquiría, directamente pasaba a formar parte del patrimonio del dueño, hasta que punto se tenía poder sobre los esclavos, a medida que ha transcurrido el tiempo han ido restringiéndose el amplio poder que se tenia sobre ellos y tornándose un ambiente favorable que les permitía vivir como medias personas. Finalmente en la legislación romana tenían derechos las personas individuales, pero el único organismo por así decirlo, que tenía más derechos que los mismos ciudadanos era solamente el Estado, aunque desde ese entonces ya se formaban y se las consideraba como tales a las personas jurídicas capaces de ejercer obligaciones como de adquirir derechos, como ahora en la actualidad se forma una persona jurídica en sus diversas manifestaciones que varían de acuerdo a las necesidades de quienes la crean. 206 4.7 EN LA LEGISLACIÓN CHILENA El Código Civil Chileno en el Título I del Libro Primero de las personas, hace referencia a las personas en cuanto a su nacionalidad y domicilio, inmersas en este tema trata sobre la división de las mismas, del domicilio en cuanto depende de la residencia y del ánimo de permanecer en ella y del domicilio en cuanto depende de la condición o estado civil de la persona, para una mejor comprensión de lo expuesto me permito citar los artículos que hacen remembranza a lo dicho. TíTULO I DE LAS PERSONAS EN CUANTO A SU NACIONALIDAD Y DOMICILIO 1. División de las personas Art. 54. Las personas son naturales o jurídicas. De la personalidad jurídica y de las reglas especiales relativas a ella se trata en el título final de este Libro. Art. 55. Son personas todos los individuos de la especie humana, cualquiera que sea su edad, sexo, estirpe o condición. Divídanse en chilenos y extranjeros. Art. 56. Son chilenos los que la constitución del Estado declara tales. Los demás son extranjeros. Art. 57. La ley no reconoce diferencias entre el chileno y el extranjero en cuanto a la adquisición y goce de los derechos civiles que regla este Código. 207 Art. 58. Las personas se dividen, además, en domiciliadas y transeúntes. 2. Del domicilio en cuanto depende de la residencia y del ánimo de permanecer en ella Art. 59. El domicilio consiste en la residencia, acompañada, real o presuntivamente, del ánimo de permanecer en ella. Divídase en político y civil. Art. 60. El domicilio político es relativo al territorio del Estado en general. El que lo tiene o adquiere es o se hace miembro de la sociedad chilena, aunque conserve la calidad de extranjero. La constitución y efectos del domicilio político pertenecen al Derecho Internacional. Art. 61. El domicilio civil es relativo a una parte determinada del territorio del Estado. Art. 62. El lugar donde un individuo está de asiento, o donde ejerce habitualmente su profesión u oficio, determina su domicilio civil o vecindad. Art. 63. No se presume el ánimo de permanecer, ni se adquiere, consiguientemente, domicilio civil en un lugar, por el solo hecho de habitar un individuo por algún tiempo casa propia o ajena en él, si tiene en otra parte su hogar doméstico o por otras circunstancias aparece que la residencia es accidental, como la del viajero, o la del que ejerce una comisión temporal, o la del que se ocupa en algún tráfico ambulante”.32 32 Código Civil Chileno 208 He transcrito la parte pertinente concerniente al tema que es objeto de nuestro estudio, en el que se puede constatar el concepto de persona, en que términos lo consideran como tal y en que varía y en que se diferencia y en que se parece de a cuerdo a nuestra legislación De acuerdo a la legislación chilena, persona son considerados a todos los individuos de la especie humana, cualquiera que sea su edad, sexo, estirpe o condición. Divídanse en chilenos y extranjeros. No se hace una conceptualización especifica de lo que significa persona, como en la nuestra, así como tampoco se hace una especificación desde cuando se la considera como tal, simplemente se limita a decir que se los considera a todos los individuos de la especie humana, sin otra discriminación que tenga relación con la edad, ni el sexo, o condición. Esta legislación hace brevemente una clasificación de las personas, las agrupa en ciudadanos chilenos, los que la Constitución los creyere como tales, y sin ninguna otra consideración los demás que estén esa nación son considerados como extranjeros, aunque otra disposición los clasifica de otra forma como domiciliarias y como transeúntes, de esta última agrupación, nuestra legislación no se relaciona en lo más mínimo. En lo referente a la categorización de personas naturales y jurídicas es la única característica que tiene iguales propiedades que nuestra legislación, y por ser amplio su estudio esta en una sección aparte, como personas naturales y en otra las personas juridicas. 209 4.8 EN LA LEGISLACIÓN ESPAÑOLA El Código Civil Español en el Libro Primero que habla sobre las Personas en su Título Primero, únicamente hace referencia a los españoles y extranjeros, contenido que se encuentra tipificado en los siguientes artículos. TÍTULO PRIMERO De los españoles y extranjeros Artículo 17 1. Son españoles de origen: a. Los nacidos de padre o madre españoles. b. Los nacidos en España de padres extranjeros si, al menos, uno de ellos hubiera nacido también en España. Se exceptúan los hijos de funcionario diplomático o consular acreditado en España. c. Los nacidos en España de padres extranjeros, si ambos carecieren de nacionalidad o si la legislación de ninguno de ellos atribuye al hijo una nacionalidad. d. Los nacidos en España cuya filiación no resulte determinada. A estos efectos se presumen nacidos en territorio español los menores de edad cuyo primer lugar conocido de estancia sea territorio español. 2. La filiación o el nacimiento en España, cuya determinación se produzca después de los dieciocho años de edad, no son por sí solos causa de adquisición de la nacionalidad española. El interesado tiene entonces derecho a optar por la nacionalidad española de origen en el plazo de dos años a contar desde aquella determinación. 210 Artículo 18 La posesión y utilización continuada de la nacionalidad española durante diez años, con buena fe y basada en un título inscrito en el Registro Civil, es causa de consolidación de la nacionalidad, aunque se anule el título que la originó. Artículo 19 1. El extranjero menor de dieciocho años adoptado por un español adquiere, desde la adopción, la nacionalidad española de origen. 2. Si el adoptado es mayor de dieciocho años, podrá optar por la nacionalidad española de origen en el plazo de dos años a partir de la constitución de la adopción. Artículo 20 1. Tienen derecho a optar por la nacionalidad española: a) Las personas que estén o hayan estado sujetas a la patria potestad de un español. b) Aquellas cuyo padre o madre hubiera sido originariamente español y nacido en España. c) Las que se hallen comprendidas en el segundo apartado de los artículos 2. La declaración de opción se formulará: a. Por el representante legal del optante, menor de catorce años o incapacitado. En este caso, la opción requiere autorización del encargado del Registro Civil del domicilio del declarante, previo dictamen del Ministerio Fiscal. Dicha autorización se concederá en interés del menor o incapaz. b. Por el propio interesado, asistido por su representante legal, cuando aquél sea mayor de catorce años o cuando, aun estando incapacitado, así lo permita la sentencia de incapacitación. 211 c. Por el interesado, por sí solo, si está emancipado o es mayor de dieciocho años. La opción caducará a los veinte años de edad, pero si el optan te no estuviera emancipado según su ley personal al llegar a los dieciocho años, el plazo para optar se prolongará hasta que transcurran dos años des de la emancipación. d. Por el interesado, por sí solo, dentro de los dos años siguientes a la recuperación de la plena capacidad. Se exceptúa el caso en que haya caducado el derecho de opción conforme al párrafo c). 3. No obstante lo dispuesto en el apartado anterior, el ejercicio del derecho de opción previsto en el apartado 1.b) de este artículo no estará sujeto a límite alguno de edad. Artículo 21 1. La nacionalidad española se adquiere por carta de naturaleza, otorgada discrecionalmente mediante Real Decreto, cuando en el interesado concurran circunstancias excepcionales. 2. La nacionalidad española también se adquiere por residencia en España, en las condiciones que señala el artículo siguiente y mediante la concesión otorgada por el Ministro de Justicia, que podrá denegarla por motivos razonados de orden público o interés nacional. 3. En uno y otro caso la solicitud podrá formularla: a) El interesado emancipado o mayor de dieciocho años. b) El mayor de catorce años asistido por su representante legal. c) El representante legal del menor de catorce años. d) El representante legal del incapacitado o el incapacitado, por sí solo o debidamente asistido, según resulte de la sentencia de incapacitación. En este caso y en el anterior, el representante legal sólo podrá formular la solicitud si previamente ha obtenido autorización conforme a lo previsto en la letra a) del apartado 2 del artículo anterior. 212 4. Las concesiones por carta de naturaleza o por residencia caducan a los ciento ochenta días siguientes a su notificación, si en este plazo no comparece el interesado ante funcionario competente para cumplir los requisitos del artículo 23. Artículo 22 7. Para la concesión de la nacionalidad por residencia se requiere que ésta haya durado diez años. Serán suficientes cinco años para los que hayan obtenido la condición de refugiado y dos años cuando se trate de nacionales de origen de países iberoamericanos, Andorra, Filipinas, Guinea Ecuatorial o Portugal o de sefardíes. 8. Bastará el tiempo de residencia de un año para: a) El que haya nacido en territorio español. b) El que no haya ejercitado oportunamente la facultad de optar. c) El que haya estado sujeto legalmente a la tutela, guarda o acogimiento de un ciudadano o institución españoles durante dos años consecutivos, incluso si continuare en esta situación en el momento de la solicitud. d) El que al tiempo de la solicitud llevare un año casado con español o española y no estuviere separado legalmente o de hecho. e) El viudo o viuda de española o español, si a la muerte del cónyuge no existiera separación legal o de hecho. f) El nacido fuera de España de padre o madre, abuelo o abuela, que originariamente hubieran sido españoles. 3. En todos los casos, la residencia habrá de ser legal, continuada e inmediatamente anterior a la petición. g) A los efectos de lo previsto en el párrafo d) del apartado anterior, se entenderá que tiene residencia legal en España el cónyuge que conviva con funcionario diplomático o consular español acreditado en el 213 extranjero. 4. El interesado deberá justificar, en el expediente regulado por la legislación del Registro Civil, buena conducta cívica y suficiente grado de integración en la sociedad española. 5. La concesión o denegación de la nacionalidad por residencia deja a salvo la vía judicial contencioso-administrativa. Artículo 23 Son requisitos comunes para la validez de la adquisición de la nacionalidad española por opción, carta de naturaleza o residencia: a) Que el mayor de catorce años y capaz para prestar una declaración por sí jure o prometa fidelidad al Rey y obediencia a la Constitución y a las leyes. b) Que la misma persona declare que renuncia a su anterior nacionalidad. Quedan a salvo de este requisito los naturales de países mencionados en el apartado 1 del artículo 24 c) Que la adquisición se inscriba en el Registro Civil español. Artículo 24 1. Pierden la nacionalidad española los emancipados que, residiendo habitualmente en el extranjero, adquieran voluntariamente otra nacionalidad o utilicen exclusivamente la nacionalidad extranjera que tuvieran atribuida antes de la emancipación. La pérdida se producirá una vez que transcurran tres años, a contar, respectivamente, desde la adquisición de la nacionalidad extranjera o desde la emancipación. No obstante, los interesados podrán evitar la pérdida si dentro del plazo indicado declaran su voluntad de conservar la nacionalidad española al encargado del Registro Civil. 214 La adquisición de la nacionalidad de países iberoamericanos, Andorra, Filipinas, Guinea Ecuatorial o Portugal no es bastante para producir, conforme a este apartado, la pérdida de la nacionalidad española de origen. 2. En todo caso, pierden la nacionalidad española los españoles emancipados que renuncien expresamente a ella, si tienen otra nacionalidad y residen habitualmente en el extranjero. 3. Los que habiendo nacido y residiendo en el extranjero ostenten la nacionalidad española por ser hijos de padre o madre españoles, también nacidos en el extranjero, cuando las leyes del país don de residan les atribuyan la nacionalidad del mismo, perderán, en todo caso, la nacionalidad española si no declaran su voluntad de conservarla ante el encargado del Registro Civil en el plazo de tres años, a contar desde su mayoría de edad o emancipación. 4. No se pierde la nacionalidad española, en virtud de lo dispuesto en este precepto, si España se hallare en guerra. Artículo 25 1. Los españoles que no lo sean de origen perderán la nacionalidad: a) Cuando durante un período de tres años utilicen exclusivamente la nacionalidad a la que hubieran declarado renunciar al adquirir la nacionalidad española. b) Cuando entren voluntariamente al servicio de las armas o ejerzan cargo político en un Estado extranjero contra la prohibición expresa del Gobierno. 2. La sentencia firme que declare que el interesado ha incurrido en falsedad, 215 ocultación o fraude en la adquisición de la nacionalidad española produce la nulidad de tal adquisición, si bien no se derivarán de ella efectos perjudiciales para terceros de buena fe. La acción de nulidad deberá ejercitarse por el Ministerio Fiscal de oficio o en virtud de denuncia, dentro del plazo de quince años. Artículo 26 1. Quien haya perdido la nacionalidad española podrá recuperarla cumpliendo los siguientes requisitos : a) Ser residente legal en España. Este requisito no será de aplicación a los emigrantes ni a los hijos de emigrantes. En los demás casos podrá ser dispensado por el Ministro de Justicia cuando con curran circunstancias excepcionales. b) Declarar ante el encargado del Registro Civil su voluntad de recuperar la nacionalidad española. c) Inscribir la recuperación en el Registro Civil. 2. No podrán recuperar o adquirir, en su caso, la nacionalidad española sin previa habilitación con cedida discrecionalmente por el Gobierno, los que se encuentren incursos en cualquiera de los supuestos previstos en el artículo anterior Artículo 27 Los extranjeros gozan en España de los mismos derechos civiles que los españoles, salvo lo dispuesto en las leyes especiales y en los Tratados. Artículo 28 Las corporaciones, fundaciones y asociaciones, reconocidas por la ley y domiciliadas en España, gozarán de la nacionalidad española, siempre que tengan el concepto de personas jurídicas con arreglo a las disposiciones del 216 presente Código. Las asociaciones domiciliadas en el extranjero tendrán en España la consideración y los derechos que determinen los tratados o leyes especiales”.33 Para mi criterio personal, la legislación española es tan amplia, que desde su conceptualización de persona ya tiene una amplia clasificación de lo es ser un ciudadano español, como lo hemos podido apreciar en temas precedentes, son españoles de dos formas por el origen: los nacidos de padre o madre españoles, los nacidos en España de padres extranjeros, los nacidos en España de padres extranjeros, los nacidos en España cuya filiación no resulte determinada; y por la filiación en España, cuya determinación se produzca después de los dieciocho años de edad. Pero podemos apreciar que dentro de su marco jurídico no consta la definición de lo que significa ser persona, mas bien estipula muy minuciosamente desde cuando puede ser ciudadano español. Ahora veremos la persona desde el derecho comparado en la legislación argentina. 4.9 EN LA LEGISLACIÓN ITALIANA 1.-Noción general Definición y etimología.- Se llaman “personas” a los seres capaces de derechos y obligaciones. 33 Código Civil Español 217 La palabra “persona” es una metáfora tomada por los „antiguos del lenguaje teatral. Persona designaba, en latín, la máscara que cubría la cara del actor, y que tenía una apertura provista de láminas metálicas, destinada a aumentar la voz; por tanto, la palabra “persona” se deriva de la misma raíz que personare. Como había tipos invariables para cada papel, se adivinaba el personaje, viendo la máscara. En estas condiciones, persona designaba lo que llamamos papel, habiendo pasado la palabra al lenguaje usual. Distinción de dos especies de personas.- La doctrina dominante distingue dos categorías de personas, unas reates, que son seres vivientes; otras ficticias, que sólo tienen existencia imaginaria. Sobre estas últimas. Cuáles son las personas reales.- Todo ser humano es persona; esto empero sólo es cierto a partir de la supresión de la esclavitud. Pero únicamente los individuos de la especie humana son personas; los animales no. Principales atributos de la personalidad.- Las personas tienen un nombre, que sirve para distinguir unas de otras; un estado jurídico, que se compone d cualidades múltiples, del cual depende su capacidad, y‟ que debe probarse por medios especiales; sólo ellas pueden tener un patrimonio y un domicilio; todos estos puntos se explicarán más adelante, en tantos otros capítulos distintos. Sobre los derechos unidos a la personalidad en su conjunto 2.- Principio de la personalidad Punto de partida ordinario.- La personalidad humana comienza con el 218 nacimiento. Hasta ese momento, el hijo no tiene una vida distinta; es, como decían los romanos, “pars visceruzn matris”. Personalidad anterior al nacimiento.- Por excepción a la regla, el hijo no nacido aún es capaz de adquirir derechos desde la época de su concepción. Por anticipado se considera que figura en el número de las personas. Ya afirmaba esto Juliano: “Qui in ulero sunt intelliguntur iii rerum natura esse” . De aquí la antigua regla: “Infans conceptus pro nato habetur, quoties de commodis ejus agitur”. Varios códigos extranjeros contienen en este sentido una disposición general. El Código francés se limita a aplicar esta regla a las sucesiones (art. 726) y a las donaciones y legados (art. 906). Esa personalidad anticipada, reconocida al hijo, puede producir efectos útiles también, cuando se trata de la adquisición de una nueva nacionalidad, de un reconocimiento voluntario de maternidad o paternidad naturales, o de los derechos del hijo a la pensión, en caso de accidente de trabajo sobrevenido a su padre. Pero sólo se admite en interés del hijo, “quoties de commodis ipsius partis agitur”. Condiciones.- Para que la personalidad del hijo concebido se reconozca después del nacimiento, se requieren dos condiciones: debe nacer vivo y viable. Debe nacer vivo.- Por consiguiente, el nacido muerto no es persona, aunque la muerte haya podido sobrevenir únicamente durante el parto, y haya vivido la vida intrauterina, durante el tiempo del embarazo normal. Debe nacer viable (art. 314-39; 725-2 906 último inciso).- “Viable” quiere decir capaz de vivir, vitae habilis. Por ello no deben tomarse en consideración las dos categorías siguientes: a) niños normalmente conformados, que nacen antes de término, en una época en que el desarrollo de sus órganos no es tan avanzado para permitirles vivir; b) niños monstruos como los acardianos, 219 acéfalos y demás, en los que la vida se detiene tan pronto como se corta el cordón umbilical Litigios y pruebas.- Cuando un niño muere poco tiempo después de su nacimiento, la cuestión de saber si nació vivo y viable, puede provocar dificultades. Se dividen en dos cuestiones distintas. ¿Ha vivido el niño?. Se considera que ha vivido por el solo hecho de que haya respirado, aunque sólo sea por algunos instantes. Este punto carece de importancia en Derecho civil, pues si se comprueba de hecho que el niño no era viable, no se tomará en consideración su nacimiento; no habrá sido una persona a los ojos de la ley. En cambio, este mismo punto tiene gran importancia en Derecho penal. La madre acusada de infanticidio, en presencia del cadáver de un niño bien conformado y de tiempo, pretende, frecuentemente, para defenderse, que nació muerto. Fácilmente se verifica su dicho por medio de la autopsia; se echan los pulmones del niño en una vasija llena de agua, si sobrenadan, el niño ha respirado; si se sumergen, el aire no penetró en ellos. ¿Ha sido el niño viable?. Este problema provoca litigios en materia civil Para ello, basta suponer que durante la corta existencia del niño (que comprende principalmente la duración del embarazo) se abre una sucesión en la familia siendo el niño heredero del difunto; en este caso es necesario resolver la cuestión de la viabilidad. En efecto, si el niño debe considerarse como una persona, habrá recibido total o parcialmente la sucesión, y al morir, la trasmite a su vez a sus propios herederos, de manera que su presencia puede cambiar completamente la atribución de la herencia; ésta corresponderá finalmente a los herederos del niño, o a los del difunto distintos de aquél, según el caso. 220 Derecho comparado.- Algunos Códigos extranjeros han tomado medidas para disminuir las dificultades sobre este punto. El Código civil alemán exige, únicamente, que el niño haya vivido (art. 1‟). En Italia se decide que, en la duda, el niño que nació vivo se reputará viable (art. 725). En España es necesario que tenga figura humana, y viva veinticuatro horas totalmente separado del vientre materno (Art. 30). 3.- Fin de la Personalidad Muerte natural Antigua ficción romana.- La personalidad se pierde con la vida. Los muertos ya no son personas; ya no son nada. Sin embargo, el Derecho romano admitió que la persona difunta sobrevivía ficticiamente hasta que sus herederos aceptaran l sucesión; esta ficción se expresaba diciendo: “Hereditas personam defuncti sustinet”. Quería evitarse así que existieran herencias yacentes lo que es perjudicial para la propiedad. Actualmente obtenemos el mismo objeto de otra manera, atribuyendo efectos retroactivos a la aceptación del heredero. No es, pues, la propiedad del muerto la que se prolonga más allá de su defunción; la del heredero se remonta en el pasado. Muerte civil Hipótesis en que existía.- La muerte natural es la única que pone fin a la personalidad, pero esta idea es reciente en la historia del Derecho. En la antigüedad quien caía en la esclavitud cesaba de ser una persona: “Servi nullum caput habent”. En el antiguo Derecho francés las personas que tomaban 221 estado religioso se consideraban muertas para todo el mundo, y el Derecho las trataba como tales: su profesión religiosa hacía que perdieran su vida civil. Por último, lo mismo acontecía hasta mediados del siglo XIX, con tres categorías de condenados, a quienes la ley afectaba de muerte civil: los condenados a muerte, a trabajos forzados perpetuos, y los deportados. La muerte civil era una ficción, por virtud de la cual el condenado, no obstante vivir aún, se consideraba muerto ante la ley. Se había tratado de igualar la ficción a la realidad, pero por la fuerza misma de las cosas, la asimilación no había podido ser total. El muerto civilmente continuaba viviendo, y por ese solo hecho, a menos que se quisiera dejarlo morir de hambre, era necesario reconocerle ciertos derechos. Efectos de la muerte civil.- Las consecuencias de la muerte civil eran enumeradas por el art. 25 del Código Napoleón. He aquí las principales. 1. Apertura de la sucesión. Como se consideraba muerto al condenado, se abría la sucesión de éste: se le despojaba de sus bienes para atribuirlos a sus hijos. Por una severidad suplementaria, se anulaba su testamento anterior aunque hubiera sido hecho durante su capacidad, de suerte que siempre se trataba de una sucesión ab-intestato. 2. Disolución del matrimonio. Como el condenado se consideraba muerto, se disolvía su matrimonio; su cónyuge llegaba a ser libre; se consideraba viudo y podía contraer segundas nupcias con otra persona. Si continuaba viviendo de hecho, con el muerto civil, había concubinato y no matrimonio, y los hijos que naciesen de esta unión eran ilegítimos. 3. Pérdida de los derechos cívicos y políticos. Esta pérdida era total, aunque el art. 26 no hablase de ella. El muerto civil no podía ser elegido, elector, candidato, funcionario, jurado, testigo, perito, etc. 222 4. Pérdida de los derechos civiles. Esa pérdida sólo era parcial; en esta materia tuvo que detenerse la asimilación del condenado a un muerto. Perdía los derechos de contraer matrimonio, de comparecer en juicio, la patria potestad, de ser tutor, de hacer o recibir liberalidades, ya sea por donación o por legado; de heredar y de disponer de sus bienes por testamento. Sólo conservaba el derecho de celebrar contratos a título oneroso, lo que permitía al muerto civil ganar dinero trabajando, comprar, vender, ser acreedor o deudor. Pero en caso de juicio sólo podía defender sus derechos por intermediación de un curador especial, nombrado por el tribunal, y cuando moría, los bienes que hubiera adquirido durante su muerte civil, correspondían al Estado como bienes pertenecientes a una sucesión vacante. Abolición de la muerte civil.- La muerte civil era muy criticada. Sobre todo, se le reprochaba el hecho de que afectaba a inocentes; la esposa y los hijos, al mismo tiempo que al culpable, y esto de muchas maneras. Con frecuencia terminaba privando a los hijos de las sucesiones que su padre hubiera recibido y que posteriormente les hubieran correspondido por intermediación de éste. Al ampararse de los bienes dejados por el condenado a su defunción, el Estado realizaba una verdadera confiscación. Con la apertura de la sucesión, hacía que sus parientes se beneficiaran de un delito, lo que no era muy moral. En Bélgica, la muerte civil fue abolida desde 1831, llegando a inscribir su abolición en la Constitución (art. 13), que prohíbe restablecerla para el futuro. En Francia, la Ley del 8 de junio de 1850 la suprimió para los condenados políticos a deportación. La Ley del 31 de mayo de 1854 la suprimió definitivamente para los condenados a la pena de muerte o a trabajos forzados perpetuos: “Se suprime la muerte civil” (art. 1‟). Por tanto, los condenados a penas perpetuas ya no se hallan en estado de 223 muerte civil. Sin embargo, la Ley de 1854 conservó un vestigio de la institución que suprimió. Si nos limitamos al Derecho común estos condenados estarían afectados simplemente de dos incapacidades, que afectan también a los condenados a penas criminales temporales, a saber: la degradación cívica (en todos los casos) y la interdicción legal (cuando la condena es contradictoria). Se ha pensado que no sería bastante y que era necesario hacer una distinción entre las diversas categorías de condenados, según que su pena sea temporal o perpetua, y se ha afectado a los condenados a penas perpetuas con una doble incapacidad suplementaria (L. 31 de mayo de 1854, art. 3, en nota al art. 22 C. civ. en Tripier). Les está prohibido: 1º Hacer liberalidades por donación entre vivos o por testamento; 2º Recibir por los mismos títulos, salvo por causa de alimentos. Sobre su situación a este respecto. DEL NOMBRE DE LAS PERSONAS Antigüedad.- El nombre, en los pueblos primitivos, era único e individual: cada persona sólo llevaba un nombre y no lo transmitía a sus descendientes. Este uso sobrevivió por mucho tiempo, en algunos pueblos, principalmente en los griegos y hebreas. En cambio, los romanos poseían un sistema de nombres sabiamente organizado, pero que no es conveniente explicar aquí por ser demasiado complicado. Sus elementos eran el nomen o gentilitiwn llevados por todos los miembros de la familia (gens) y el praenomen, o nombre propio de cada individuo. Como los nombres masculinos eran poco numerosos, fué necesario añadir al nombre un tercer elemento, el cognomen, mucho más variado en su elección. Este sistema tenía la doble ventaja de evitar toda confusión, y de indicar, por el solo enunciado del nombre, la filiación del individuo. Como los nombres femeninos no eran limitados en número, el nombre de la mujer ordinariamente sólo se componía de dos elementos: le faltaba el cognomen. 224 Personal al principio, el cognomen terminó por ser hereditario, sirviendo para distinguir las diferentes ramas de una misma gens. Por lo demás, el triple nombre de los hombres sólo se usaba por la nobleza y por las primeras familias de los munícipes. Las personas de humilde condición tenían un nombre único, o compuesto de dos elementos cuando más. Reconstitución del nombre de familia.- Habiendo llegado los nombres a ser así dobles, sólo había que dar un paso para que uno de ellos fuese hereditario, de manera que reconstituyera la antigua distinción romana del nomen (nombre de familia) y del praenomen, nombre individual. La herencia de los nombres principia nuevamente en el siglo XII. La mayor parte de estos nombres son apodos, tomados de la profesión, de una cualidad física o moral del país de origen, del lugar de habitación; de las funciones o de mil otras circunstancias. Muchas eran meramente fantásticas. Casi todos los nobles llevaban el nombre de su señoría. Por último, la costumbre familiar de designar a alguien por su nombre de pila hizo que muchos de ellos llegaran a ser nombres de familia. Legislación antigua.- Durante mucho tiempo, el nombre quedó fuera del dominio del Derecho, en estado de simple uso no reglamentado. Los cambios de nombres eran frecuentes, sobre todo en los plebeyos enriquecidos que querían borrar toda traza de su origen. Como ordinariamente los feudos estaban en poder de los nobles, y como éstos llevaban el nombre de aquéllos, el modo de cambiar de nombre consistía en adquirir una tierra y sustituir el nombre propio o el familiar por el de aquélla. Una ordenanza dictada en Amboise el 26 de marzo de 1555, por Enrique II prohibió a toda persona cambiar de nombre sin haber obtenido carta del rey, so pena de ser castigada como falsario. La misma prohibición se repitió en el art. 211 de la ordenanza de 1629, llamada Código Michaud, pero ni en el antiguo régimen, ni en la 225 actualidad se ha logrado mantener la fijeza del nombre contra las maniobras de los vanidosos. Elementos actuales del nombre.- Los elementos constitutivos de la designación legal de las personas en la actualidad sólo son dos: el apellido o nombre patronímico y el nombré de pila. Pero debemos referirnos también a los apodos, pseudónimos, títulos de nobleza y a la partícula. Determinación del nombre de las personas Hijos legítimos.- Los hijos legítimos reciben el nombre de su padre.- Tal es el uso, y el art. 57 C. civ. se refiere a él tácitamente, al exigir que en las actas de nacimiento se ponga únicamente el nombre de pila dado al niño; los redactores de la ley suponen, por tanto, que no pueden surgir dudas sobre el apellido que le corresponde. Hijos naturales reconocidos.- A partir de la Ley del 2 de julio de 1907, que reformó el art. 383, el hijo natural toma el apellido de aquél de sus padres que lo haya reconocido primero. Si los dos padres lo reconocen al mismo tiempo, toma el del padre. En efecto, es lógico dar al hijo el nombre de aquél de sus padres que ejerce la patria potestad. La regla conduce a la consecuencia de que en el caso de un reconocimiento hecho por el padre o de una declaración judicial de paternidad, posteriores al reconocimiento de la madre, el hijo conserve el apellido de ésta. La filiación natural del hijo se encuentra así revelada. Para suprimir esta consecuencia, en la práctica se da al hijo el apellido del padre. Pero esta práctica tiene el inconveniente de obligar al hijo a cambiar de apellido. Es verdad que si se deja al hijo el de su madre, se impone este cambio en caso de legitimación; por otra 226 parte, las copias de las actas de nacimiento no pueden contener ninguna mención sobre su filiación natural. Hijos naturales no reconocidos.- Frecuentemente las actas de nacimiento de los hijos naturales no reconocidos indican el nombre de su madre: en la práctica llevan entonces el apellido de ésta y la jurisprudencia les ha reconocido un verdadero derecho a llevarlo. Hijos adulterinos.- Cuando la filiación adulterina del hijo se encuentra comprobada a consecuencia de un desconocimiento de paternidad, el hijo no puede ya llevar el apellido de la persona que figura como esposo de su madre en el acta de nacimiento; toma entonces el nombre patronímico de ésta. Expósitos.- Siendo desconocido el nombre de sus padres, el oficial del estado civil es quien les da nombre, escogiéndolo personalmente si se halla ante él, o a indicación de la administración del hospicio en el cual haya sido colocado. La primera circular recomienda no dar a estos niños el nombre de una familia existente, ni un nombre ridículo o que recuerde la irregularidad de su origen. El nombre que se les da así es provisional y si más tarde se descubre su filiación, toman el nombre de su padre o el de su madre, según las reglas ordinarias. La circular del 22 de octubre de 1926, indica que si el hijo es designado por varios nombres de pila, el último debe considerarse como patronímico. 34 En la legislación italiana la personalidad humana comienza con el nacimiento, concepto éste que tiene semejanza con el de nuestra legislación simplemente se hace la diferenciación en cuanto a las veinticuatro horas que hace referencia el Código Civil Ecuatoriano, el hijo que nacía muerto en la legislación italiana no era considerado como persona lo que a mi punto de vista se refiere esta 34 PLANIOL Marcele y RIPIERT Georges, 1981, Tratado Elemental de Derecho Civil, Pág. 178 227 percepción es considerada como inhumana, ya que el hecho de nacer muerto no quita mérito para que sea considerado persona. Otra apreciación en lo que se refiere al nombre de las personas variaba de los hijos legítimos, hijos naturales reconocidos, hijos naturales no reconocidos, hijos adulterinos, espósitos, particularidad que es única de esta legislación, ya que la nuestra no hace esta clasificación, es más no existe una clasificación de los hijos, todos los hijos concebidos por sus progenitores son considerados como tales y tienen igualdad ante la ley, precepto constitucional que se ajusta a esta circunstancia. 4.10 EN LA LEGISLACIÓN ARGENTINA Al igual que en los Códigos mencionados anteriormente, en el Libro Primero del Código Civil Argentino también se habla sobre las personas, con la diferencia que en este cuerpo de ley su contenido se divide en cuatro títulos de los cuales, el Título uno se refiere a las Personas Jurídicas, el dos a las Personas de Existencia Visible, el tercero a las Personas por Nacer, el siguiente trata sobre la Existencia de las Personas antes del Nacimiento y el último sobre las Pruebas del Nacimiento de las Personas. TÍTULO I DE LAS PERSONAS JURÍDICAS Art.30.- Son personas todos los entes susceptibles de adquirir derechos, o contraer obligaciones. Art.31.- Las personas son de una existencia ideal o de una existencia visible. Pueden adquirir los derechos, o contraer las obligaciones que este Código 228 regla en los casos, por el modo y en la forma que él determina. Su capacidad o incapacidad nace de esa facultad que en los casos dados, les conceden o niegan las leyes. Art.32.- Todos los entes susceptibles de adquirir derechos, o contraer obligaciones, que no son personas de existencia visible, son personas de existencia ideal, o personas jurídicas. Art.32 bis.- Derogado por ley 21173. Art.33.- Las personas jurídicas pueden ser de carácter público o privado. Tienen carácter público: 1ro. El Estado Nacional, las Provincias y los Municipios; 2do. Las entidades autárquicas; 3ro. La Iglesia Católica; Tienen carácter privado: 1ro. Las asociaciones y las fundaciones que tengan por principal objeto el bien común, posean patrimonio propio, sean capaces por sus estatutos de adquirir bienes, no subsistan exclusivamente de asignaciones del Estado, y obtengan autorización para funcionar; 2do. Las sociedades civiles y comerciales o entidades que conforme a la ley tengan capacidad para adquirir derechos y contraer obligaciones, aunque no requieran autorización expresa del Estado para funcionar. Art.34.- Son también personas jurídicas los Estados extranjeros, cada una de sus provincias o municipios, los establecimientos, corporaciones, o 229 asociaciones existentes en países extranjeros, y que existieren en ellos con iguales condiciones que los del artículo anterior. Art.35.- Las personas jurídicas pueden, para los fines de su institución, adquirir los derechos que este Código establece, y ejercer los actos que no les sean prohibidos, por el ministerio de los representantes que sus leyes o estatutos les hubiesen constituido. Art.36.- Se reputan actos de las personas jurídicas los de sus representantes legales, siempre que no excedan los límites de su ministerio. En lo que excedieren, sólo producirán efecto respecto de los mandatarios. Art.37.- Si los poderes de los mandatarios no hubiesen sido expresamente designados en los respectivos estatutos, o en los instrumentos que los autoricen, la validez de los actos será regida por las reglas del mandato. Art.38.- Será derecho implícito de las asociaciones con carácter de personas jurídicas, admitir nuevos miembros en lugar de los que hubieran fallecido, o dejado de serlo, con tal que no excedan el número determinado en sus estatutos. Art.39.- Las corporaciones, asociaciones, etc., serán consideradas como personas enteramente distintas de sus miembros. Los bienes que pertenezcan a la asociación, no pertenecen a ninguno de sus miembros; y ninguno de sus miembros, ni todos ellos, están obligados a satisfacer las deudas de la corporación, si expresamente no se hubiesen obligado como fiadores, o mancomunado con ella. Art.40.- Los derechos respectivos de los miembros de una asociación con el carácter de persona jurídica, son reglados por el contrato, por el objeto de la 230 asociación, o por las disposiciones de sus estatutos. Art.41.- Respecto de los terceros, los establecimientos o corporaciones con el carácter de personas jurídicas, gozan en general de los mismos derechos que los simples particulares para adquirir bienes, tomar y conservar la posesión de ellos, constituir servidumbres reales, recibir usufructos de las propiedades ajenas, herencias o legados por testamentos, donaciones por actos entre vivos, crear obligaciones e intentar en la medida de su capacidad de derecho, acciones civiles o criminales. Art.42.- Las personas jurídicas pueden ser demandadas por acciones civiles, y puede hacerse ejecución en sus bienes. Art.43.- Las personas jurídicas responden por los daños que causen quienes las dirijan o administren, en ejercicio o con ocasión de sus funciones. Responden también por los daños que causen sus dependientes o las cosas, en las condiciones establecidas en el título: "De las obligaciones que nacen de los hechos ilícitos que no son delitos". Art.44.- Las personas jurídicas nacionales o extranjeras, tienen su domicilio en el lugar en que se hallaren, o donde funcionen sus direcciones o administraciones principales, no siendo el caso de competencia especial. CAPÍTULO I DEL PRINCIPIO DE LA EXISTENCIA DE LAS PERSONAS JURÍDICAS Art.45.- Comienza la existencia de las corporaciones, asociaciones, establecimientos, etc., con el carácter de personas jurídicas, desde el día en que fuesen autorizadas por la ley o por el gobierno, con aprobación de sus estatutos, y confirmación de los prelados en la parte religiosa. 231 Las decisiones administrativas en esta materia podrán ser revocadas judicialmente por vía sumaria, en caso de ilegitimidad o arbitrariedad. En el supuesto de fundaciones cuyos estatutos no prevean el procedimiento para su reforma, podrá el Poder Ejecutivo disponer su modificación para hacer posible el cumplimiento del fin de la entidad. En este caso los órganos de gobierno de la fundación podrán interponer los recursos mencionados en el párrafo anterior. Art.46.- Las asociaciones que no tienen existencia legal como personas jurídicas, serán consideradas como simples asociaciones civiles o religiosas, según el fin de su instituto. Son sujetos de derecho, siempre que la constitución y designación de autoridades se acredite por escritura pública o instrumentos privados de autenticidad certificada por escribano público. De lo contrario, todos los miembros fundadores de la asociación y sus administradores asumen responsabilidad solidaria por los actos de ésta. Supletoriamente regirán a las asociaciones a que este artículo se refiere las normas de la sociedad civil. Art.47.- En los casos en que la autorización legal de los establecimientos fuese posterior a su fundación, quedará legitimada su existencia como persona jurídica, con efecto retroactivo al tiempo en que se verificó la fundación. CAPÍTULO II DEL FIN DE LA EXISTENCIA DE LAS PERSONAS JURÍDICAS Art.48.- Termina la existencia de las personas jurídicas que necesitan autorización expresa estatal para funcionar: 1ro. Por su disolución en virtud de la decisión de sus miembros, aprobada por 232 la autoridad competente; 2do. Por disolución en virtud de la ley, no obstante la voluntad de sus miembros, o por haberse abusado o incurrido en transgresiones de las condiciones o cláusulas de la respectiva autorización, o porque sea imposible el cumplimiento de sus estatutos, o porque su disolución fuese necesaria o conveniente a los intereses públicos; 3ro. Por la conclusión de los bienes destinados a sostenerlas. La decisión administrativa sobre retiro de la personería o intervención a la entidad dará lugar a los recursos previstos en el artículo 45. El juez podrá disponer la suspensión provisional de los efectos de la resolución recurrida. Art.49.- No termina la existencia de las personas jurídicas por el fallecimiento de sus miembros, aunque sea en número tal que quedaran reducidos a no poder cumplir el fin de su institución. Corresponde al gobierno, si los estatutos no lo hubiesen previsto, declarar disuelta la corporación, o determinar el modo cómo debe hacerse su renovación. Art.50.- Disuelta o acabada una asociación con el carácter de persona jurídica, los bienes y acciones que a ella pertenecían, tendrán el destino previsto en sus estatutos; y si nada se hubiese dispuesto en ellos, los bienes y acciones serán considerados como vacantes y aplicados a los objetos que disponga el Cuerpo Legislativo, salvo todo perjuicio a tercero y a los miembros existentes de la corporación. TÍTULO II DE LAS PERSONAS DE EXISTENCIA VISIBLE Art.51.- Todos los entes que presentasen signos característicos de humanidad, 233 sin distinción de cualidades o accidentes, son personas de existencia visible. Art.52.- Las personas de existencia visible son capaces de adquirir derechos o contraer obligaciones. Se reputan tales todos los que en este Código no están expresamente declarados incapaces. Art.53.- Les son permitidos todos los actos y todos los derechos que no les fueren expresamente prohibidos, independientemente de su calidad de ciudadanos y de su capacidad política. Art.54.- Tienen incapacidad absoluta: 1ro. Las personas por nacer; 2do. Los menores impúberes; 3ro. Los dementes; 4to. Los sordomudos que no saben darse a entender por escrito; 5to. Derogado por la ley 17.711. Art.55.- Los menores adultos sólo tienen capacidad para los actos que las leyes les autorizan otorgar. Art.56.- Los incapaces pueden, sin embargo, adquirir derechos o contraer obligaciones por medio de los representantes necesarios que les da la ley. Art.57.- Son representantes de los incapaces: 1ro. De las personas por nacer, sus padres, y a falta o incapacidad de éstos, los curadores que se les nombre; 2do. De los menores no emancipados, sus padres o tutores; 3ro. De los dementes o sordomudos , los curadores que se les nombre. 234 Art.58.- Este Código protege a los incapaces, pero sólo para el efecto de suprimir los impedimentos de su incapacidad, dándoles la representación que en él se determina, y sin que se les conceda el beneficio de restitución, ni ningún otro beneficio o privilegio. Art.59.- A más de los representantes necesarios, los incapaces son promiscuamente representados por el Ministerio de Menores, que será parte legítima y esencial en todo asunto judicial o extrajudicial, de jurisdicción voluntaria o contenciosa, en que los incapaces demanden o sean demandados, o en que se trate de las personas o bienes de ellos, so pena de nulidad de todo acto y de todo juicio que hubiere lugar sin su participación. Art.60.- Derogado por la ley 17.711. Art.61.- Cuando los intereses de los incapaces, en cualquier acto judicial o extrajudicial, estuvieren en oposición con los de sus representantes, dejarán éstos de intervenir en tales actos, haciéndolo en lugar de ellos, curadores especiales para el caso de que se tratare. Art.62.- La representación de los incapaces es extensiva a todos los actos de la vida civil, que no fueren exceptuados en este Código. TÍTULO III DE LAS PERSONAS POR NACER Art.63.- Son personas por nacer las que no habiendo nacido están concebidas en el seno materno. Art.64.- Tiene lugar la representación de las personas por nacer, siempre que 235 éstas hubieren de adquirir bienes por donación o herencia. Art.65.- Se tendrá por reconocido el embarazo de la madre, por la simple declaración de ella o del marido, o de otras partes interesadas. Art.66.- Son partes interesadas para este fin: 1ro. Los parientes en general del no nacido, y todos aquellos a quienes los bienes hubieren de pertenecer si no sucediere el parto, o si el hijo no naciera vivo, o si antes del nacimiento se verificare que el hijo no fuera concebido en tiempo propio; 2do. Los acreedores de la herencia; 3ro. El Ministerio de Menores. Art.67.- Las partes interesadas aunque teman suposición de parto, no pueden suscitar pleito alguno sobre la materia, salvo sin embargo el derecho que les compete para pedir las medidas policiales que sean necesarias. Tampoco podrán suscitar pleito alguno sobre la filiación del no nacido, debiendo quedar estas cuestiones reservadas para después del nacimiento. Art.68.- Tampoco la mujer embarazada o reputada tal, podrá suscitar litigio para contestar su embarazo declarado por el marido o por las partes interesadas, y su negativa no impedirá la representación determinada en este Código. Art.69.- Cesará la representación de las personas por nacer el día del parto, si el hijo nace con vida, y comenzará entonces la de los menores, o antes del parto cuando hubiere terminado el mayor plazo de duración del embarazo, según las disposiciones de este Código. 236 TÍTULO IV DE LA EXISTENCIA DE LAS PERSONAS ANTES DEL NACIMIENTO Art.70.- Desde la concepción en el seno materno comienza la existencia de las personas; y antes de su nacimiento pueden adquirir algunos derechos, como si ya hubiesen nacido. Esos derechos quedan irrevocablemente adquiridos si los concebidos en el seno materno nacieren con vida, aunque fuera por instantes después de estar separados de su madre. Art.71.- Naciendo con vida no habrá distinción entre el nacimiento espontáneo y el que se obtuviese por operación quirúrgica. Art.72.- Tampoco importará que los nacidos con vida tengan imposibilidad de prolongarla, o que mueran después de nacer, por un vicio orgánico interno, o por nacer antes de tiempo. Art.73.- Reputase como cierto el nacimiento con vida, cuando las personas que asistieren al parto hubieren oído la respiración o la voz de los nacidos, o hubiesen observado otros signos de vida. Art.74.- Si muriesen antes de estar completamente separados del seno materno, serán considerados como si no hubieran existido. Art.75.- En caso de duda de si hubieran nacido o no con vida, se presume que nacieron vivos, incumbiendo la prueba al que alegare lo contrario. Art.76.- La época de la concepción de los que naciesen vivos, queda fijada en todo el espacio de tiempo comprendido entre el máximum y el mínimum de la duración del embarazo. 237 Art.77.- El máximo de tiempo del embarazo se presume que es de trescientos días y el mínimo de ciento ochenta días, excluyendo el día del nacimiento. Esta presunción admite prueba en contrario. Art.78.- No tendrá jamás lugar el reconocimiento judicial del embarazo, ni otras diligencias como depósito y guarda de la mujer embarazada, ni el reconocimiento del parto en el acto o después de tener lugar, ni a requerimiento de la propia mujer antes o después de la muerte del marido, ni a requerimiento de éste o de partes interesadas. TÍTULO V DE LAS PRUEBAS DEL NACIMIENTO DE LAS PERSONAS Art.79.- El día del nacimiento, con las circunstancias del lugar, sexo, nombre, apellido, paternidad y maternidad, se probará en la forma siguiente: Art.80.- De los nacidos en la República, por certificados auténticos extraídos de los asientos de los registros públicos, que para tal fin deben crear las municipalidades, o por lo que conste de los libros de las parroquias, o por el modo que el Gobierno Nacional en la Capital, y los Gobiernos de Provincia determinen en sus respectivos reglamentos. Art.81.- De los nacidos en alta mar, por copias auténticas de los actos que por ocasión de tales accidentes, deben hacer los escribanos de los buques de guerra y el capitán o maestre de los mercantes, en las formas que prescriba la respectiva legislación. Art.82.- De los nacionales nacidos en país extranjero, por certificados de los registros consulares, o por los instrumentos hechos en el lugar, según las respectivas leyes, legalizados por los agentes consulares o diplomáticos de la 238 República. Art.83.- De los extranjeros en el país de su nacionalidad, o en otro país extranjero, por el modo del artículo anterior. Art.84.- De los hijos de los militares en campaña fuera de la República, o empleados en servicio del ejército, por certificados de los respectivos registros, como fuesen determinados en los reglamentos militares. Art.85.- No habiendo registros públicos, o por falta de asiento en ellos, o no estando los asientos en la debida forma, puede probarse el día del nacimiento, o por lo menos el mes o el año, por otros documentos o por otros medios de prueba. Art.86.- Estando en debida forma los certificados de los registros mencionados se presume la verdad de ellos, salvo sin embargo, a los interesados el derecho de impugnar en todo o en parte las declaraciones contenidas en esos documentos, o la identidad de la persona de que esos documentos tratasen. Art.87.- A falta absoluta de prueba de la edad, por cualquiera de los modos declarados, y cuando su determinación fuere indispensable, se decidirá por la fisonomía, a juicio de facultativos, nombrados por el juez. Art.88.- Si nace más de un hijo vivo en un solo parto, los nacidos son considerados de igual edad y con iguales derechos para los casos de institución o sustitución a los hijos mayores”.35 Esta legislación argentina se diferencia de la nuestra en lo referente al 35 Código Civil Argentino 239 concepto de persona al decir que se los considera como tales a todos los entes que presentasen signos característicos de humanidad sin distinción de cualidades o accidentes, concepto totalmente diferente al nuestro y al concepto chileno. Más adelante otra disposición legal ampara los derechos de las personas por nacer que no habiendo nacido están concebidas en el seno materno, es decir que se encuentran en gestación, una norma legal tipificada en el artículo 70 del mismo cuerpo de ley argentino ampara y protege la vida desde la concepción y que se encuentran en el seno materno. Esta legislación protege y garantiza la vida de las personas antes del nacimiento y concede derechos aún cuando no han nacido, aunque fuera por instantes después de estar separados de su madre. De estos preceptos jurídicos podemos colegir que esta legislación argentina es paternalista, ya que cuida tanto de la madre como del hijo que lleva en el vientre desde el momento mismo de la concepción, lo que no sucede con otras legislaciones, que se limitan a proteger a la persona luego de ser considerada como tal después de su nacimiento y de haber demostrado signos vitales, como respiración, pulso, movimientos. Del estudio realizado en las legislaciones que se anotan en hojas precedentes, se desprende que cada una de ellas da la debida importancia a la vida desde sus diferentes ópticas, con la diferencia de que esta última en su codificación civil ya tiene disposiciones legales que amparan los derechos del no nacido, lo que se diferencia de nuestra legislación, que solo existe la intención de cuidad los derechos del no nacido y que en la actualidad se lo considera como letra muerta ya que no se hace efectivo las garantías que tanto pondera la constitución Política del Estado. 240 De allí se vislumbra la importancia que existan tratados internacionales que defiendan los derechos de los no nacidos, para de alguna manera tratar de equiparar a nivel internacional la importancia de la vida desde su concepción, esto es desde el momento en que el espermatozoide fecunda al óvulo, esta particularidad se da en todas las partes del mundo. 241 CAPÍTULO V INVESTIGACIÓN JURÍDICA DE CAMPO 5.5 APLICACIÓN DE ENCUESTAS En el contexto general de este trabajo investigativo mismo que me ha llevado a sustentar jurídicamente este proyecto para el “Reconocimiento legal de la personería jurídica del nasciturus”. Dentro del trabajo de campo he realizado una encuesta, cuyo contenido se muestra en paginas posteriores, fue realizado en el medio de la clase Abogadil, tuve la oportunidad de conversar, compartir e intercambiar ideas jurídicas con Abogados que de una u otra manera están de acuerdo con este tema a tratarse, ya que ellos mismos sienten la necesidad de implantar esta reforma. Han intervenido en la realización de esta encuesta, los empleados y funcionarios que laboran dentro de la Función Judicial de esta ciudad de Ibarra, han prestado su contingente legal y su predisposición para poder llevar a cabo esta faena de investigación. 5.6 PRESENTACIÓN ESTADÍSTICA DE RESULTADOS PREGUNTA 1: ¿Es usted mayor de edad? GRÁFICO 1 11% SI NO 89% Análisis de resultados.- Nuestra encuesta comienza preguntando a los encuestados si es mayor de edad o no, ya que podemos partir de la premisa que estamos tratando con personas maduras jurídicamente hablando y que seguramente aportaran en forma positiva a la misma. Como podemos apreciar en la representación gráfica, únicamente el 11% son personas menores de edad, la mayor parte de encuestados que representa el 89% son mayores de edad, así podemos deducir fácilmente que la mayoría de las personas tienen conocimientos legales. II PREGUNTA 2: Su actividad profesional es: GRÁFICO 2 8% 28% 13% 19% Empleado Judicial Profesional del Derecho Litigante Estudiante Otro 32% Análisis de resultados.- En la siguiente pregunta consultamos la ocupación del personal que fue entrevistado, entre ellos están, constituyendo el 28% los empleados judiciales, en los que están incluidos, los ayudantes judiciales, y los secretarios, tenemos también con un 32% a los profesionales del derecho, entre ellos, los Doctores en jurisprudencia, los Abogados y los licenciados que de una u otra manera aportan en la aplicación de la administración de justicia, igualmente constan los litigantes que personifican el 19% de los encuestados, los estudiantes en un 13% y finalmente están la población mas reducida, se encuentran otras personas totalmente ajenas al tema de investigación con el 8%. III PREGUNTA 3: ¿Tiene idea Ud. del significado de la palabra Nasciturus? GRÁFICO 3 7% 41% SI NO OTROS 52% Análisis de resultados.- El gráfico número tres nos indica que el 52% de los encuestados no conocen el significado de la palabra Nasciturus, pero el 41% si conocen acerca del señalado término, el 7% restante dicen que conocen poco o nada acerca del tema ya mencionado. IV PREGUNTA 4: ¿Conoce Ud. Los derechos y garantías que tiene el nasciturus en nuestra Legislación? GRÁFICO 4 7% 41% SI NO POCAS COSAS 52% Análisis de resultados.- Este gráfico al igual que el anterior nos indica que el 52% de las personas que colaboraron con nuestra investigación no conocen los derechos y garantías que tiene el nasciturus en nuestra Legislación, pero el V 41% si conocen acerca de los derechos y garantías que tienen los mismos, el 7% restante dicen que conocen poco o nada acerca del tema ya indicado. PREGUNTA 5: ¿Está de acuerdo Ud. Que hay vida desde el momento de la fecundación? GRÁFICO 5 4% SI NO 96% VI Análisis de resultados.- En este caso la respuesta a la interrogante fue positiva en un 96%, ellos dicen que si hay vida desde el momento de la fecundación. Los 4% restantes no están de acuerdo con esto pues dicen que hay vida desde el momento que un niño nace y comienza su personería jurídica. PREGUNTA 6: ¿Está usted de acuerdo que el Código Civil no reconozca al embrión y feto como persona jurídica? GRÁFICO 6 VII 4% SI NO 96% Análisis de resultados.- La número 6 les pregunta si Está de acuerdo que el Código Civil no reconozca al embrión y feto como persona jurídica, a lo que el 96% de las personas estuvieron en total desacuerdo con dicha disposición pues creen que desde el momento de la concepción, un niño ya comienza a vivir. Pero hubo un 4% de encuestados que si estaban de acuerdo con esta disposición. PREGUNTA 7: ¿Piensa usted que es correcto que el Código Penal condene el aborto, porque considera al embrión como ser humano? GRÁFICO 7 VIII 4% SI NO 96% Análisis de resultados.- En cambio en la pregunta siete una parte considerable de encuestados que simbolizan el 96% respondieron positivamente a la interrogante planteada que nos dice si piensa que es correcto que el Código Penal condene el aborto, porque considera al embrión como ser humano. El 4% restante no esta de acuerdo con lo que dispone este código. PREGUNTA 8: ¿Cree que estas normas legales se encuentran en contraposición ya que se contradicen? IX GRÁFICO 8 7% 22% SI NO NO SABE 71% Análisis de resultados.- La representación gráfica de la pregunta 8 nos demuestra que el 71% de los encuestados, piensan afirmativamente ante el hecho de que las normas legales acerca del nasciturus y de cuando empieza su vida, en los dos códigos tanto en el civil como en el Penal se encuentran en contraposición puesto que se contradicen entre si, el 22% de las otras personas encuestadas no apoyan estos pronunciamientos y el restante 7 y 5% están de acuerdo pero en parte, no en su totalidad. PREGUNTA 9: ¿Cree usted necesario que se haga una reforma al Código Civil para que desde el momento de X la fecundación el nasciturus sea considerado con personalidad jurídica y consiguientemente haya concordancia entre leyes? GRÁFICO 9 6% 5% SI NO EN PARTE 89% Análisis de resultados.- En el presente gráfico podemos observar que el 89% de los encuestados, piensan positivamente y creen necesario que se haga una reforma al Código Civil para que desde el momento de la fecundación el nasciturus sea considerado con personalidad jurídica y consiguientemente haya concordancia entre leyes. El 6% de los otros encuestados no están de acuerdo con esta moción y el restante 5% están de acuerdo pero en parte, no en su totalidad. XI PREGUNTA 10: ¿Considera usted que es factible la reforma a la ley, para que el nasciturus tenga las debidas garantías constitucionales? GRÁFICO 10 11% 21% SI NO A VECES 68% Análisis de resultados.- La siguiente pregunta nos dice si considera factible la reforma a la ley, para que el nasciturus tenga las debidas garantías constitucionales, a lo que el 68% de encuestados respondió que con no creen factible la reforma a esta Ley, hubieron personas que representan el 21% que creen que todo esto si se puede alcanzar con un poco de esfuerzo y otras que conocían poco acerca del tema, dicen que se deberían cambiar sí, pero en partes, no por completo, a esta última se refiere el 11% de encuestados restantes. XII PREGUNTA 11: ¿Piensa usted, que implementar esta disposición legal en nuestra Legislación disminuiría los delitos de aborto? GRÁFICO 11 36% SI NO 64% Análisis de resultados.- Este gráfico nos demuestra que el 36% de la población encuestada dice que implementar esta disposición legal en nuestra Legislación si disminuiría los delitos de aborto en nuestro medio social, pero la mayor parte de la población se mostró pesimista ante ésta interrogante y ellos representan el 64%. XIII PREGUNTA 12: ¿Está conciente de que para mejorar la sociedad es menester un cambio de actitudes individuales y colectivas? GRÁFICO 12 4% SI NO 96% Análisis de resultados.- Finalmente el 96% de encuestados están concientes y en absoluta concordancia, en que para cambiar a al Ecuador necesitamos la XIV colaboración de todos los ciudadanos, esforzándonos por trabajar dignamente por un mejor porvenir. 5.7 FUNDAMENTOS CONSTITUCIONALES LEGALES Y DE CARÁCTER PERSONAL PARA LA PROPUESTA DE REFORMA A continuación, me permito en este tema fundamentar conforme a derecho los argumentos que sustentan mi trabajo investigativo cuyo tema se denomina la necesidad de introducir reformas al Código Civil para implantar el reconocimiento legal de la personalidad jurídica del nasciturus. En términos generales conviene advertir que la protección de la vida del “nasciturus” es variada y sus argumentaciones se desarrollan por medio de disposiciones tanto civiles, laborales, como penales, y por que no decirlas constitucionales en cuanto se refiere a las medidas de seguridad y prevención del ser humano que está por nacer. Me permito transcribir la norma Constitucional que dice: “…El Estado reconocerá y garantizará la vida, incluido el cuidado y protección desde la concepción”.36 Dicha disposición esta apegada no solamente a las normas legales que rigen un conglomerado social sino que encaja perfectamente con los preceptos 36 Constitución de la República del Ecuador. 2008. Art. 45 XV divinos que ha instaurado la iglesia católica a través de las diferentes doctrinas en que la religión basa sus argumentos mismos que defiende la vida como mandato del ser supremo. Otra disposición civil se basa en nuestra legislación para demostrar que la vida es tan valiosa y está amparada por el Estado es la que se encuentra tipificada en nuestro Código Civil, en las que constituyen una aplicación práctica de la facultad concedida al juez para que tome “todas las providencias que le parezcan convenientes para proteger la existencia del no nacido”. Esas medidas, desde luego, tienen además otro alcance, otras finalidades, pero se dirigen también a la protección de la vida. El juez puede, según dichos artículos: a) Enviar a la mujer una compañera de buena razón que le sirva de guarda; b) Hacer que un medio o una obstetriz le asistan en el parto; c) Hacer que la mujer sea colocada en el seno de una familia honesta y de confianza para el marido. Además de esas medidas, el juez, puede disponer cualquiera otra que le parezca conveniente. Tales podrían ser, a modo de ejemplo, el internamiento de la mujer en una clínica u hospital, el señalamiento de una pensión alimenticia suficiente para que la mujer mantenga su salud y la de la criatura, etc. Otra disposición legal dentro del campo penal es la que esta estipulada en el Art. 52 del respectivo Código, dice así: “Ninguna sentencia en que se imponga pena de reclusión se notificará a la mujer embarazada, sino 60 días después del parto”. En forma muy humanitaria se evita hasta la impresión dolorosa que puede ser causa remota de un aborto. XVI Dentro de las disposiciones civiles, existe otra dentro de nuestro ordenamiento legal que se refiere al nombramiento de curador o guardador en la que se nombra ya, uno para los derechos eventuales del que está por nacer. Si dentro del mismo compendio civil encontramos varias disposiciones que están dispuestas a proteger la vida humana desde la concepción, no se puede aceptar que exista una norma que diga que la persona será considerada como tal después de veinticuatro horas de haber venido al mundo. En el artículo siguiente, me refiero al Art. 61 del mismo cuerpo de ley invocado se protege la vida del que está por nacer y el mismo precepto indica a continuación la forma en que el Código Civil hace efectiva esa protección, analicemos: 3. El juez debe tomar, a petición de cualquier persona o de oficio, todas las providencias que le parezcan convenientes para proteger la existencia del no nacido, siempre que crea que de algún modo peligra. 4. “Toda sanción a la madre, por la cual pudiera peligrar la vida o la salud de la criatura que tiene en su seno, deberá diferirse hasta después del nacimiento” En la misma línea de amparo y protección nos encontramos con otra norma legal en que el Art. 417 del Código Penal sanciona con reclusión menor de tres a seis años el aborto intencional en el que “no ha consentido la mujer”. Igualmente se pena en el Art. 418 al que sin intención directa de causar el aborto sin embargo, con conocimiento del efecto que se puede producir, emplea violencias que realmente provocan un aborto. XVII Miremos entonces como la vida misma desde su concepción esta siendo protegida a carta cabal por el marco jurídico ecuatoriano. La protección del que está por nacer se complete en el aspecto penal con la sanción a quien atenta a la vida del ya nacido, pero que todavía no puede defenderse por sí mismo. El infanticidio está incluido en nuestro Código Penal en las figuras delictivas más amplias del homicidio o del asesinato, según los casos, y puede ser penado hasta con la reclusión mayor extraordinaria de 16 años, esta pena lo tipifica el Art. 428 de nuestro ordenamiento legal penal. Otra disposición de amparo y protección del que esta por nacer, misma que comienza desde que de prueba la concepción y comprende el suministro de lo medios económico para la atención de la madre embarazada, la asistencia en el parto, en el puerperio y durante el período de lactancia es la que se encuentra tipificada en el nuevo marco legal del Código de la Niñez y de la Adolescencia, que me parece desde mi punto de vista muy personal, oportuna, veras, justa y concordante con nuestro trabajo investigativo. De la misma manera esta muy de moda en la actualidad las nuevas leyes que amparan a la mujer a la mujer embarazada que contiene el Código del Trabajo también se inscriben en este marco de proyección. Entre ellas vale citar la prohibición de trabajo de la mujer durante el período de tres semanal antes del parto, la prohibición Impuesta al patrono de poner término al contrato de trabajo por causa de embarazo de la mujer trabajadora o por ausencia hasta por un año a consecuencia de enfermedad que deba su origen al embarazo o al parto. Y otras leyes como por ejemplo la Ley de protección a la maternidad, la ley de Apoyo a la lactancia materna, se han creado otros organismos de amparo y XVIII vigilancia a los derechos tanto de la madre como del que esta por nacer, como son el Conamu, que es el Consejo Nacional de Mujeres. No se puede dejar al margen la verdadera importancia de la vida, pues parto de la intención que tuvo el ser supremo que es Dios, para instaurar la vida y hacer del hombre un ser que se desarrolle dentro de un ambiente de armonía paz y sobre todo de felicidad, en tanto que el hombre, no puede ir contra estas disposiciones divinas de ignorar por completo la concepción. El nacimiento de una persona viene después de la fecundación lógicamente de la concepción del ser, y si no hubiere concepción posteriormente tampoco hubiere nacimiento de ningún individuo, por lo que, se colige que tan imprescindible e importante es el estudio desmenuzado de la gestación dentro del periodo de embarazo y consecuentemente con el primer cambio brusco que tienen el ser vivo, el acto de nacer. Es menester indicar que la lógica jurídica debe mantener un equilibrio dentro del contexto general de las leyes, para guardar relación uniformidad y concordancia, de manera tal que el lector, el juzgador el interprete y el litigante aplique las leyes y estas sean para todos los habitantes de una nación sin permitir de ninguna manera que haya lagunas, o vacíos o se deje a la libre interpretación de las persona, mal éste que perjudica a todo el sistema. 5.8 VERIFICACIÓN DE HIPÓTESIS La propuesta denominada “Reconocimiento legal de la personalidad jurídica del nasciturus en la legislación Civil”, propende a que el nasciturus sea reconocido desde el momento de la concepción y así hacer cumplir las disposiciones de la Constitución de la República y del Código Civil. XIX La factibilidad que existe en la aplicación de las reformas es totalmente positiva, ya que por todas las consideraciones realizadas a través de este trabajo de investigación se ha podido constatar que, el no nacido tiene derechos que deben estar tipificados en el compendio de leyes ecuatorianas, mismas que deben guardar concordancia y coherencia en su contenido, De todo el desarrollo del trabajo investigativo hemos podido analizar que en el estudio comparado de las diferentes legislaciones, a la persona se la considera como tal, desde el momento mismo de la concepción y nuestro marco jurídico no puede quedar al margen de dicha apreciación, más aún cuando, hemos podido observar que diferentes campos de leyes como son, en primer lugar la Constitución Política del Estado, que es la suprema Ley del Estado, en cuyo contenido manifiesta en reiteradas ocasiones que el Estado a través de sus diferentes organismos, protegerá la vida, y con mayor énfasis lo hará desde el momento de la concepción, sea éste dentro del matrimonio, dentro de la familia que es el primer estamento de la sociedad donde se forja el individuo y se hace persona. En tal virtud, las diferentes leyes civiles sea de una u otra forma han demostrado que su primordial preocupación de cuidado y protección es la vida desde el momento que se produce la fecundación hasta el momento de nacer, en dicho lapso de tiempo tiene lugar la gestación del futuro individuo, y su bienestar, desarrollo y cuidado ha sido esmero de este marco legal. El campo penal no esta al margen de esta protección que hemos venido haciendo, ya que existen enfáticamente varias disposiciones que serán reprimidos con prisión y reclusión a todas las personas que atenten contra la vida de un feto, o como lo hemos venido analizando provoquen el aborto. XX Un nuevo cargamento de leyes que dan protección a la mujer y a la familia en especial en el campo laboral también se imparte la defensa a la vida, pues, dichas disposiciones legales están en plena concordancia con el trabajo investigativo que he realizado, por lo que, luego de realizar la constatación de la hipótesis, me resta decir, que el proyecto propuesto y que es base de esta investigación queda totalmente fundamentado conforme a derecho y apegado totalmente a las leyes morales y divinas a las que el ser de hoy ha disipado en forma abominable. En la actualidad es deber moral de todo persona en especial de nuestra clase abogadil, que esta a cargo de a implantación de la justicia, que se apliquen la ética profesional acompañada siempre de los valores que se han venido perdiendo por culpa de las diferentes circunstancias en el devenir del tiempo y que a atentado indiscriminadamente en contra de la vida, instaurando así la cultura de muerte. XXI CONCLUSIONES, RECOMENDACIONES Y PROYECTO DE REFORMAS 5.1. CONCLUSIONES Constituye la primera necesidad natural y vital del hombre atención y cuidados por las condiciones de desnudez en que nace hasta que adquiere su estado de madurez, por lo que indiscutiblemente se debe a la familia que lo acoge desde que abre sus ojos en el primer impacto de su vida que es el nacimiento. Es importante que el ser humano venga al seno de una familia, especialmente a los brazos y cuidados de su progenitora porque a la familia se la ha considerado el núcleo irreductible de mucha importancia, pues se dice que: la familia o la madre quien recibe al hombre desde su nacimiento vale lo que ella mismo vale, y cuando se altera o se disuelve la familia o no está presente la progenitora, todo el resto se derrumba y no sirve para nada. En la obra titulada Tratado Elemental del Derecho Civil cuyo autor es Planiol y Ripert, encontré una frase que es la verdadera expresión de todo ser humano y donde textualmente dice: “Sobre las rodillas de la madre se forma lo que hay de mas grande y mal útil en el mundo entero Un Hombre Honrado”. Frase ésta en la que concuerdo plenamente por el gran contenido y valor que se demuestra. En la actualidad en que nos encontramos inmersos, la desvalorización de la moral y las buenas costumbres se han venido de menos a peor, ya que la vida humana se ha tornado un acontecimiento vulnerable al que lo han tomado XXII como cualquier cosa, cuando en el fondo no es así, es menester anotar las diferentes ópticas con las que se mira este acontecer. Debido a la inconcordancia de las leyes y a la falta de claridad y coherencia de las mismas se ha tomado una serie de interpretaciones desde luego, cada grupo social defiende sus intereses creados, en tal circunstancia es menester que exista igual entre ellas, siempre guardando la esencia misma de conservar la moral y los valores humanos, conforme lo estipula la doctrina social de la Iglesia. La prematuras soluciones que la sociedad adopten en contra de la natalidad no puede ir por encima de la moralidad, debemos estar concientes que los valores de moral de adquieren dentro del seno de la primera institución que se llama familia. Debemos recordar siempre que la moralidad no es solo la conciencia privada de la religión, sino que afecta al bien común, al orden del matrimonio y a los deberes y derechos de las personas que conforman un conglomerado social llamado nación. La familia es el reflejo de todo lo que sucede en la nación y consecuentemente, la nación actual es el fiel reflejo de lo son las familias, y si dentro de ésta se encuentra personas inescrupulosas, que atentan contra lo mas valioso que es la vida, como será el resto de valores y consideraciones, no olvidemos que la familia y la sociedad son útiles recíprocamente y para sí. La colaboración y el diálogo del Estado hacia la familia, constituye un gran servicio a la comunidad, cuyo equilibrio y desarrollo dependen en gran medida de la estabilidad y prosperidad del matrimonio, la familia y la madre quien trae al mundo al individuo. XXIII Papel indiscutible del Estado, es la construcción de una familia auténticamente humana, basada en verdadero marco legal que propenda siempre al desarrollo de la comunidad y la cimentación de una patria más justa y soberana. Las funciones del Estado asume el servicio de la comunidad, inspirados en los verdaderos intereses de la comunidad, que se manifiestan no solo a través del voto individual de los ciudadanos, sino también por medio de las agrupaciones que tienen representación o legitimidad legal. Frente a los poderes del Estado moderno, de las fuerzas políticas y de las grandes instituciones sociales, la familia de hoy se siente inerte y con pocas posibilidades de influir en proyectos de la sociedad toda vez que se no se apoya en una concordancia univoca de preceptos legales igualitarios. Las personas que nacen dentro de un ambiente sólido donde prime el respeto, la afectividad y sobretodo el amor dan lugar a una familia bien construida que asegura la continuidad y el futuro de la sociedad y ésta ha de ver en la familia un modelo de diálogo y solidaridad. Una frase célebre de su Santidad Juan Pablo II, “El futuro de la sociedad se fragua en la familia y ésta el la formación de personas” XXIV 5.2. RECOMENDACIONES Con el antecedente expuesto, y con los conceptos básicos que hemos aportado en torno a la familia misma que se forma con la unión de dos personas que se aman y han procreado. Al finalizar esta apasionante labor investigativa me permito levantar estas recomendaciones que crearan conciencia en el lector. El Legislador no puede menospreciar el compromiso de todo ordenamiento jurídico, en contra del matrimonio y la familia, asunto natural de la sociedad y consecuentemente de la familia y de las personas. La sociedad civil ha de poner todo su empeño en favorecer la unión de la pareja y sus miembros a través de leyes justas y prudentes, que permitan que todo ser humano que llegue al mundo tenga sus derechos y garantías desde el momento mismo que fue concebido. Tengamos presente que la decisión para la existencia humana no pueden quedar reservadas a los políticos ni a los legisladores, sino todo lo contrario, es una faena de preservación de todos los seres humanos a favor de nosotros mismos y consecuentemente de la comunidad en que se vive. El derecho a la vida debe ser protegido desde todo punto de vista y debe ser tarea infatigable de toda la sociedad incluyendo todos los poderes del Estado y El Estado mismo debería proteger indiscutiblemente a la familia, en donde nace todo ser humano que es el orden y equilibrio efectivo de toda persona. XXV La defensa a la vida debería ser considerada como las principales causas de la acción política en aras de preservar no solamente los mandatos divinos, sino nuestra continuidad en el futuro. El no nacido tiene representación o legitimidad por derecho propio y el Estado debe conceder en la realidad social en que se vive un ordenamiento legal que regule y proteja los bienes sociales y morales que sean natos de todo ser humano. El Estado en común acuerdo con todos los poderes que se conforma deberá crear soluciones inmediatas para la reivindicación de valores humanos, sociales y morales a través de una verdadera campaña de concienciación social. Toda la población que formamos una comunidad y en especial el Estado, tiene la función de garantizar, proteger, promover y suplir el respeto entre los miembros de la familia, y de la comunidad misma recordando primordialmente que el Estado es subsidiario en la educación de la persona, toda vez, que la instrucción de los primeros valores con que se forma una persona se los adquiere dentro de la familia. Dentro de una sociedad, debe tomarse en cuenta el problema de la natalidad, estudiarse y afrontarse mediante la colaboración de personas e instituciones que, con su especialización y dedicación puedan aportar con ideas, datos y experiencias para encontrar soluciones justas y adecuadas. Las decisiones sobre el tema de la existencia humana, no pueden quedarse reservadas a los políticos de turno ni a los legisladores que son las primeras instituciones de irrespetabilidad, sino que deben estar abiertas a todas las XXVI instituciones y personas que representen a las personas, a la familia y la sociedad. Cabe indicar, ya que no está por demás nombrar que el aborto debe ser rechazado moralmente por la sociedad como un crimen que deshonra al matrimonio que lo acepta, a las personas que lo promueven y a la sociedad que lo ampara y en especial a los legisladores, donde cuya labor es defender la vida y no instaurar una cultura de muerte en esta sociedad. Las leyes deben defender eficazmente a la vida en primer lugar, al matrimonio y luego a la familia que le corresponde el derecho a la vida de todo ser humano. El medio familiar, es el ámbito adecuado y natural, en el que la persona humana recibe la acogida y el afecto que necesita, encontrando su identidad, aprende a ser libre, aceptar sus limitaciones y afrontar sus compromisos que le permitirán aportar positivamente al engrandecimiento de una patria más justa y soberana. XXVII 5.3 PROPUESTA DE PROYECTO DE LEY REFORMATORIA AL CODIGO CIVIL ECUATORIANO La República del Ecuador La Asamblea Nacional CONSIDERANDO: - Que las disposiciones legales en cuanto se refiere al reconocimiento legal de la personalidad jurídica del Nasciturus no hace efectivas las garantías constituciones proclamadas en la Carta Magna, como tampoco XXVIII cubre las necesidades básicas prioritarias y apremiantes de los seres humanos que aún no se les ha permitido nacer y que es de interés en obtener todos los derechos y garantías. - Que el trámite para el reconocimiento legal de la personalidad jurídica del Nasciturus, requiere de un sistema de regulación moderada e inmediata, tendente a la eficaz aplicación de las disposiciones legales, y, a conseguir con celeridad dichas garantías; XXIX - Que la las facultades concedidas a los funcionarios de las dependencias públicas de la Función Judicial, y de los organismos encargados de la administración de Justicia, dedicadas a las quehaceres de los no nacidos, se hagan extensivas personas, para a todas las que puedan proporcionar ayuda en la aplicación de los derechos de los que están por nacer. - Que todos los Organismos estatales y que tanto las gubernamentales organizaciones como no privadas brinden una adecuada concienciación XXX del valor de la vida, en cuanto se refiere al reconocimiento legal del ser humano que esta por nacer para que cubran las elementales Constitución prioridades consagradas más en la de la República del Ecuador: - Que la personalidad jurídica con que deben contar los nasciturus tengan el verdadero y correcto reconocimiento dentro del marco legal en el Ecuador y cubra subsistencia, las expectativas y de sus necesidades básicas, en medio de un adecuado. de ambiente XXXI - Que el reconocimiento legal dentro de nuestra legislación propenda a ecuatoriana, una correcta concienciación de todas las mujeres que están dentro del periodo de fecundación, para que desde el momento de la concepción tengan pleno conocimiento de sus derechos en el Ecuador y sean las más atinadas para evitar cualquier daño inminente en sus integridades. - Que dentro de los derechos y garantías proclama constitucionales la Constitución que de la República del Ecuador y sus leyes XXXII conexas como son el Código Civil, el Código de la Niñez y la Adolescencia, ampare al que está por nacer desde el momento mismo de la concepción - Y, que el Art. 45 de la Constitución reconoce y garantizará la vida incluido el cuidado y protección desde la concepción. En el ejercicio de sus facultades constitucionales y legales, previstos en el Art. 120, numeral 6, de la Constitución Política del Estado; resuelve expedir la siguiente: LEY REFORMATORIA AL CÓDIGO CIVIL ECUATORIANO PARA EL RECONOCIMIENTO LEGAL DE LA PERSONALIDAD JURIDICA DEL NASCITURUS XXXIII Principios Fundamentales: Art. 1.- Sustitúyase el Art. 60 del Código Civil, por el siguiente: “Art. 60.- La concepción de una persona fija el principio de su existencia legal. La criatura que muere en el vientre materno será considerada como persona y para establecer el período de gestación se tomará en cuenta desde el momento de su concepción” Art. 2.- “Esta Ley entrará en vigencia a partir de su promulgación en el Registro Oficial” XXXIV Dado en san Francisco de Quito, a los dos días del mes abril del año dos mil nueve, en la sala de sesiones de la Asamblea Nacional. PRESIDENTE SECRETARIO Bibliografía 19. ALSINA Hugo, 1963, Derecho Procesal Civil y Comercial, Segunda Edición, Ediar S.A. Editores, Buenos Aires – Argentina 20. ANBAR, 2006, Leyes Civiles, Diccionario y Guía de la Normativa de los Códigos Civil y Procedimiento Civil, Volumen I, Segunda Edición, Fondo de Cultura Ecuatoriana, Cuenca – Ecuador. XXXV 21. Biblioteca de Consulta Microsoft Encarta 2005 22. CABANELLAS, GUILLERMO, 1983, Diccionario Enciclopédico de Derecho Usual, Decimasexta Edición, Editorial Heliasta S.R.L., Buenos Aires – Argentina. 23. CÓDIGO CIVIL ECUATORIANO, actualizado a febrero del 2004, Editorial Jurídica del Ecuador, Edición 2003, Quito, Ecuador. 24. CÓDIGO PENAL DEL ECUADOR, 2003, Editorial Corporación de Estudios y Publicaciones. 25. CONSTITUCIÓN POLÍTICA actualizada a abril del 2002, DE LA REPÚBLICA DEL ECUADOR, Corporación de Estudios y Publicaciones, Quito Ecuador. 26. CURDAU Carla, 2000, Explicación Sucinta de la filosofía del Derecho de Hegel, Primera Edición, Editorial Temis, Santa Fe de Bogotá XXXVI 27. ESCRICHE Joaquín, 1998, Diccionario Razonado de Legislación y Jurisprudencia, Tomo I, Segunda Edición, Editorial TEMIS S.A., Santa Fe de Bogotá 28. GUZMAN LARA, Aníbal, 1997, Diccionario Explicativo del Derecho Civil, Ley – Personas y Legislación Social de Menores, Primera Edición, Editorial Jurídica del Ecuador, Quito – Ecuador. 29. HERRERA Hermógenes, 1977, Diccionario de Filosofía, Segunda Edición, Imprenta Offset, Quito – Ecuador. 30. LARREA HOLGÍN, Juan, 1991, Derecho Civil del Ecuador, Tomo I, Parte General y Personas, Quinta Edición, Corporación de Estudios y Publicaciones, Quito – Ecuador. 31. NUÑEZ Ximena, 1999, Historia de la Filosofía, La Filosofía en el Siglo XX, XXXVII Tomo III, Editorial Universitaria. Quito – Ecuador. 32. PARRAGUEZ R., Luis, Manual de Derecho Civil Ecuatoriano, Personas y Familia, Volumen I, Segunda Edición, Imprenta Gráficos Mediavilla, Quito – Ecuador 33. PLANIOL y RIPERT, 1927, Tratado Práctico de Derecho Civil. Tomo 1, La Habana, 34. PLANIOL Marcele y RIPIERT Georges, 1981, Tratado Elemental de XXXVIII Derecho Civil, Cárdenas Editor y Distribuidor. 35. PUCHAICELA ORDOÑEZ, Olivio, 1977, Derecho Romano I, Universidad Técnica Particular de Loja, Ciencias Jurídicas, segunda Edición, Editorial UTPL 36. ROJAS GONZALEZ German E., 1981, Filosofía del Derecho, Ediciones Librería del Profesional, Bogotá – Colombia XXXIX XL ENCUESTA Proyecto de reforma para el “Reconocimiento de la personalidad jurídica del nasciturus” 1. ¿Es usted mayor de edad? SI ( ) NO ( ) 2. Su actividad profesional es: Empleado Judicial ( ) Estudiante ) Profesional del Derecho ( Litigante ( ) ( ) otro ( ) XLI 3. ¿Tiene idea Ud. del significado de la palabra Nasciturus? SI ( ) NO ( ) OTROS ( ) 4. ¿Conoce Ud. Los derechos y garantías que tiene el nasciturus en nuestra Legislación? SI ( ) NO ( ) POCAS COSAS ( ) 5. ¿Está de acuerdo Ud. Que hay vida desde el momento de la fecundación? SI ( ) NO ( ) ¿por qué? ................................ 6. ¿Está usted de acuerdo que el Código Civil no reconozca al embrión y feto como persona jurídica? SI ( ) NO ( ) ¿por qué? .............................. 7. ¿Piensa usted que es correcto que el Código Penal condene el aborto, porque considera al embrión como ser humano? SI ( ) NO ( ) ..................................... ¿por qué? XLII 8. ¿Cree que estas normas legales se encuentran en contraposición ya que se contradicen? SI ( ) NO ( ) NO SABE ( ) 9. ¿Cree usted necesario que se haga una reforma al Código Civil para que desde el momento de la fecundación el nasciturus sea considerado con personalidad jurídica y consiguientemente haya concordancia entre leyes? SI ( ) NO ( ) EN PARTE ( ) 10. ¿Considera usted que es factible la reforma a la ley, para que el nasciturus tenga las debidas garantías constitucionales? SI ( ) NO ( ) A VECES ( ) 11. ¿Piensa usted, que implementar esta disposición legal en nuestra Legislación disminuiría los delitos de aborto? XLIII SI ( ) NO ( ) ¿por qué? ................................. 12. ¿Está consciente de que para mejorar la sociedad es menester un cambio de actitudes individuales y colectivas? SI ( ) NO ( ) ¿por qué? ..................................... MUCHAS GRACIAS ÍNDICE TEMA: “RECONOCIMIENTO DE LA PERSONALIDAD JURÍDICA DEL NASCITURUS EN LA LEGISLACIÓN CIVIL” Introducción............................................................................................. 1 CAPÍTULO I LOS SUJETOS DE DERECHO – LAS PERSONAS XLIV 1.7 Definición de persona...................................................................... 7 1.8 Definición de individuo..................................................................... 16 1.9 Personas naturales y personas jurídicas........................................ 18 1.10 La Persona ante la Filosofía........................................................... 21 1.11 La Persona Ante el Derecho........................................................... 21 1.12 La Persona ante la Biología............................................................ 26 CAPÍTULO II PERSONAS NATURALES 2.7 Principio de la existencia de las personas naturales...................... 31 2.8 Existencia Natural y Existencia Legal............................................. 32 2.9 Embarazo........................................................................................ 38 2.10 Presunción de la época de la concepción....................................... 40 2.11 Personalidad legal del concebido................................................... 43 2.12 Representación legal del concebido............................................... 44 CAPÍTULO III NACIMIENTO 3.6 Concepto de Nacimiento................................................................. 47 3.7 Principio legal de la Existencia de las personas según la Ley Vigente....................................................................... 52 3.8 Protección de la vida del que está por Nacer................................. 54 3.9 Derechos del no Nacido................................................................. 60 3.10 Teorías de la Animación................................................................. 63 3.10.1 Animación antes de la concepción............................................ 63 3.10.2 Animación al momento de Nacer.............................................. 64 3.10.3 Animación después de la concepción pero XLV antes del nacimiento.................................................................. 64 3.10.4 Animación en el momento de la fecundación............................ 64 CAPÍTULO IV LA PERSONA EN OTRAS LEGISLACIONES 4.6 En la Legislación Romana.............................................................. 68 4.7 En la Legislación Chilena................................................................ 77 4.8 En la Legislación Española............................................................. 80 4.9 En la Legislación Italiana................................................................ 87 4.10 En la Legislación Argentina............................................................ 98 CAPÍTULO V INVESTIGACIÓN JURÍDICA DE CAMPO 5.5 Aplicación de Encuestas................................................................. 113 5.6 Presentación estadística de Resultados......................................... 113 5.7 Fundamentos Constitucionales Legales y de carácter personal para la Propuesta de reforma............................ 126 5.8 Verificación de Hipótesis................................................................ 130 CAPÍTULO VI CONCLUSIONES Y RECOMENDACIONES 6.4 Conclusiones.................................................................................. 134 6.5 Recomendaciones.......................................................................... 137 6.6 Propuesta de Proyecto de Ley Reformatoria al Código Civil.......... 140 Bibliografía............................................................................................. 143 Anexos................................................................................................... 146 Índice..................................................................................................... 148