SENTENCIAS DE LA CORTE SUPREMA DE JUSTICIA SOBRE MATERIA DE COMPETENCIA DE TRIBUNALES AGRARIOS JURISPRUDENCIA Sentencia del 22 de julio de 1982 (C.S.J.- Casación) Conflicto de Competencia Competencia de los Tribunales Agrarios derivada de la tenencia de un certificado de amparo agrícola por parte del demandado por interdicto restitutorio. Planteado en los términos anteriores el expresado conflicto de competencia, corresponde a esta Sala de Casación Civil resolverlo, conforme a lo previsto en los artículos 42 y 43, numeral 21, de la Ley Orgánica de la Corte Suprema de Justicia y, en consecuencia, pasa a dictar su determinación, lo cual hace en los términos siguientes: El auto de esta sala, dictado con fecha 31 de julio de 1980, cuyos conceptos fundamentales se reproducen, por ser aplicables al caso de autos, es suficiente, clara y precisa. En efecto, dice así el expresado auto, en sus partes pertinentes. A tenor del artículo 1° de la Ley Orgánica de Tribunales y Procedimientos Agrarios, los Juzgados Superiores Agrarios y los Juzgados de Tierras, Bosques y Aguas, que integran la jurisdicción especial agraria, son competentes para conocer y decidir sobre los asuntos que se originen de la aplicación de la legislación agraria y del aprovechamiento de los recursos agrícolas, en los términos y condiciones establecidos en esta Ley"... en virtud del Certificado Provisional de Amparo Administrativo antes mencionado, los querellados son sujetos de la Reforma Agraria por haber recibido la protección concreta y los beneficios específicos que contiene el artículo 31 de la Ley Orgánica de Tribunales y Procedimientos Agrarios, lo que obliga a accionarlos por ante los Tribunales Agrarios. En el caso sub-judice quien ha recibido el Amparo Agrario Administrativo Provisional es quien ha planteado ante el Tribunal Agrario se promueva el conflicto de competencia al Tribunal de la jurisdicción civil, el cual está conociendo del juicio interdictal seguido contra el solicitante del dicho conflicto de competencia. El Tribunal Agrario, en base al dicho Amparo Provisional, se declaró competente para conocer de la cuestión suscitada y, en consecuencia, le pidió al Tribunal Civil declinarse la competencia para conocer. Pero este Tribunal, igualmente, se declaró competente, alegando que la restitución pedida había sido decretada y ejecutada; y que "el certificado de Amparo Administrativo Provisional fue concedido por el Procurador Agrario" en fecha posterior a los actos antes señalados. Y agrega el Tribunal requerido: "Tal calificación consecuencialmente y para los efectos de este juicio, no tiene eficacia. Cosa distinta hubiere sido si este certificado tuviere fecha anterior a estos actos tan trascendentales en el juicio interdictal. Considera este Tribunal entonces por esa razón que sí es competente para seguir conociendo el juicio, y por lo tanto no declina la jurisdicción". No está en lo cierto el Tribunal requerido. El Certificado Provisional de Amparo Administrativo que expide el Procurador Agrario, independientemente de su provisionalidad y de las futuras decisiones que pudieren adoptarse, confiere a quien se le otorga el carácter de sujeto de la Reforma Agraria, es decir, de beneficiario de dicha reforma; y en tal virtud todas las cuestiones que surjan en relación con tenencia de tierras, desalojos, perturbaciones, o cualesquiera otras de las enumeradas en el artículo 11 de la Ley Orgánica de Tribunales y Procedimientos Agrarios, corresponde, precisa y terminantemente, la jurisdicción especial agraria. En el caso que se analiza no incide, en manera alguna, para que la competencia no sea agraria, sino civil, como lo plantea el Juez requerido, el hecho de que el Certificado Provisional de Amparo Administrativo haya sido otorgado por el Procurador Agrario después de haberse acordado y ejecutado la restitución de la parcela de terreno objeto del procedimiento interdictal que se discute. Es cierto que cuanto ante la jurisdicción civil se interpuso la querella interdictal restitutoria, y la misma se decretó y ejecutó, no se sabía si el querellado en esta acción y posteriormente solicitante del planteamiento del conflicto de competencia, era sujeto beneficiario de la Reforma Agraria; pero, cuando posteriormente así lo decaró el Procurador Agrario, al otorgarle el Certificado Provisional de Amparo Administrativo, lo que se hizo con ese Certificado fue constatar una situación preexistente, que le daba derecho a dicho Amparo y lo hacía sujeto beneficiario de la Reforma Agraria con anterioridad al Certificado que le confirmó tal carácter. De consiguiente, la competencia para seguir conociendo de interdicto en cuestión, corresponde al Tribunal Agrario requiriente, a tenor del artículo 1° de la Ley Orgánica de Tribunales y Procedimientos Agrarios, según el cual a dichos Tribunales les corresponde "conocer y decidir los asuntos que se originen de la aplicación de la legislación agraria", cuyos "fines y objetivos son de utilidad pública e irrenunciables los derechos por ella consagrados" (artículo 200 de la Ley de Reforma Agraria), siendo además, "las normas generales y particulares de dicha Ley de preferente aplicación de las disposiciones del ordenamiento legislativo nacional que se opongan a ella" (artículo 208 ejusdem). Sentencia del 13 de diciembre de 1984 (C.S.J. - Casación) Conflicto de competencia Competencia de los Tribunales Agrarios. Lo determinante es que el fundo esté adscrito a la producción agropecuaria en cualquiera dé sus manifestaciones y cualquiera sea la ubicación. El Tribunal Primero de Primera Instancia en lo Civil y Mercantil de la Circunscripción Judicial del Estado Lara, por auto del 25 de marzo de 1983, se declaró competente a instancia de parte, para conocer el juicio interdictal promovido por..., contra..., por ante el Tribunal Agrario de Primera Instancia de la Región Agraria del Estado Lara, y, en consecuencia, ordenó promover el conflicto positivo de conocer... El Tribunal requirente adujo como razones fundamentales para conocer las siguientes: ¥ Por consiguiente, si los terrenos sobre los cuales se va a dilucidar la posesión controvertida son de carácter urbano, el Tribunal competente tiene que ser Juzgado de Primera Instancia en lo Civil para conocer de la acción propuesta, según el artículo 13 de la recién reformada Ley Orgánica de Tribunales y de Procedimientos Agrarios... Por su parte el Tribunal requerido adujo. "Ahora bien, a criterio de esta juzgadora la sola constancia del Síndico Municipal no es prueba suficiente a los fines de determinar la situación jurídica del inmueble objeto de la controversia, pues de conformidad con las leyes vigentes el uso o vocación agrícola determinantes a los fines de considerar un predio rústico como tal, debe ser necesariamente probado con otros elementos tales como la certificación emanada de un organismo administrativo competente, como lo sería la Oficina Municipal de Planificación Urbana (OMPU). Tal atribución le fue quitada a los Concejos Municipales de conformidad con la Ley Orgánica de Régimen Municipal vigente, y fue trasladada tal circunstancia a la competencia nacional. Como quiera que tal situación no se concreta en el caso de especie, este Tribunal sostiene y afirma que sí es competente de la pretensión intentada: Para decidir se observa: La competencia sustantiva o material que se atribuye a la jurisdicción agraria deriva de la naturaleza de los bienes y/o de la actividad. En este sentido del artículo 1° de la Ley Orgánica de Tribunales y Procedimientos Agrarios es claro al establecer: "Los asuntos contenciosos que se susciten con motivo de las disposiciones legales que regulan la propiedad de los predios rústicos o rurales, las actividades de producción, transformación, agroindustria, enajenación de productos agrícolas, realizadas por los propios productores, sus asociaciones y empresas, así como los recursos naturales renovables y las estipulaciones de los contratos agrarios, serán sustanciados y decididos por los Tribunales a que se refiere la presente Ley". Ahora bien, la querella incoada es una acción que versa sobre un inmueble. La calificación de rústico o urbano que sobre el mismo se hiciere, ha de fijar, objetivamente, a competencia. Por ello y ante la dificultad conceptual que implica la superposición de normas y la existencia en la doctrina de criterios dispares, estima la Sala conveniente precisar los elementos y alcance de tal calificación. Al respecto cabe señalar que la exégesis tradicional del Derecho Agrario, persistente en algunos autores contemporáneos, considera como terrenos rústicos, y especialmente como fundos o predios rústicos, aquellos situados fuera del área urbana extramuros, tomado como punto de referencia las determinaciones edilicias. Estos criterios de aparente claridad conducen a un formalismo vacío porque, en definitiva; lo que cualifica un bien es su aplicación o utilidad, o más exactamente, su funcionalidad: Es así que de acuerdo a la orientación que marca el artículo 99 de la Constitución Nacional y como expresión necesaria de la función social que todo ( ) debe cumplir, la doctrina predominante en la actualidad central utilización de las tierras rústicas en su definición y vocación para la actividad agraria. De ahí que el artículo 13 de la Ley Orgánica de Tribunales y Procedimientos Agrarios expresa: "Se consideran predios rústicos o rurales para los efectos de esta Ley, todas las tierras susceptibles de explotación agropecuaria y que no sean declaradas de uso urbano en los planes nacionales, regionales o municipales de ordenamiento territorial". De la norma transcrita se deduce que el factor de calificación determinante para los fundos en su naturaleza funcional, adscrita a la producción agropecuaria en cualquiera de sus manifestaciones y cualquiera sea la ubicación. Solo excepcionalmente y por expreso acto administrativo, concreto y singularizado, un . fundo rústico por su funcionalidad agro productiva deja de ser tal. Obsérvese que la Ley habla de plan, figura jurídica nítida, que supone, cuando menos, un procedimiento constitutivo ad-hoc. En el ordenamiento jurídico venezolano no puede confundirse tal acto, ni de su genesis, ni de su alcance, con otras manifestaciones ó actos administrativos incidentes en la ordenación territorial. Sentado lo anterior, encuentra la Sala que,: con arreglo a las actuaciones bajo estudio, está perfectamente esclarecido que las tierras objeto de la querella están dentro de una extensión de terrenos afectados a la Reforma Agraria, sin que conste en autos la vinculación de la parcela interdictada a ningún plan Nacional, Regional o Local. A mayor abundamiento cabe argumentar que el hecho de que un área esté enmarcada en una zona urbana, no otorga de por sí carácter urbano a un predio. En efecto, sin descartar la base fedataria de la certificación emanada del Síndico Procurador Municipal del Distrito... en la cual sustenta la calificación del Juez requirente, es criterio de la Sala que ha de prevalecer la calificación intrínseca del fundo, porque no consta prueba en contrario. Así se declara. LA REPÚBLICA DE VENEZUELA En su nombre, LA CORTE SUPREMA DE JUSTICIA Sala de Casación Civil Caracas, 6 de Noviembre de 1985 Años 175° y 126° En fecha 16 de junio de 1984 el BANCO DE MARACAIBO C.A. mediante apoderado intentó ejecución de garantía prendaria sobre trescientas treinta y dos cabezas de ganado vacuno contra el ciudadano PEDRO ANTONIO MORALES ROA, por ante el Juzgado de Primera Instancia en lo Civil, Mercantil, del Trabajo y de Menores de la Circunscripción Judicial del Estado Cojedes. Expone el libelo de demanda que el ciudadano Pedro Antonio Morales Roa, constituyó a favor del Banco de Maracaibo garantía prendaria que se encuentra vigente según consta de certificación expedida por la Oficina Subalterna de Registro Público del Distrito Pao del Estado Cojedes que acompañó, hasta por la cantidad de Seiscientos Mil Bolívares (Bs. 600.000,00) para garantizar el pago de un préstamo por la cantidad de Quinientos Mil Bolívares (Bs. 500.000,00) más intereses a la rata del 17% anual. Que la referida -garantía consiste en 332 cabezas de ganado vacuno de propiedad del prestatario cuyas características y marca se describe en el libelo; que solicita la intimación de Pedro Antonio Morales Roa para que convenga en pagar la suma de Quinientos Mil Bolívares, los intereses moratorios a la rata del 17% anual y los que se vencieren hasta la total cancelación de la deuda. Solicitó igualmente el libelista que se ordene el secuestro de los animales pignorados y se entreguen en depósito a su representada y pidió que en caso de no lograrse el pago se procediera al remate de dichos animales. El Juzgado de Primera Instancia en lo Civil, Mercantil, Tránsito, Trabajo y Menores de la Circunscripción Judicial del Estado Cojedes admitió la demanda, cuando ha lugar en derecho, ordenó la intimación de Pedro Antonio Morales Roa y decretó el secuestro solicitado. Planteó al Juzgado de Primera Instancia en lo Civil, Mercantil, del Trabajo, Tránsito y Menores del Estado Cojedes, conflicto positivo de competencia, según oficio que en fecha 17 de julio de 1985 le remitiera, exponiendo el juzgado Agrario que su decisión de plantear el conflicto de conocer la fundamenta en lo dispuesto en el artículo 12 literales "T" y "W" de la Ley Orgánica de Tribunales y Procedimientos Agrarios. Por su parte, el Tribunal Civil requerido se declaró igualmente competente para seguir conociendo del asunto, según lo asentó en auto del 23 de julio de 1985 que trascrito en su motivación dice así: "Ahora bien, de conformidad con lo dispuesto por la REGLA PRIMERA del Artículo 74 de la LEYDEHIPOTECA MOBILIARIA Y PRENDA SIN DESPLAZAMIENTO DE POSESION en el procedimiento de ejecución pignoraticia: "Salvo el caso de sumisión expresa, será competente el Juez Mercantil, tomando en consideración la cuantía de la demanda, del lugar en que se encuentren, estén almacenados o se consideren depositados los bienes dados en prenda ". Pero además, indudablemente, el BANCO acreedor está demandando una obligación de naturaleza meramente mercantil; con ello vemos pues, también, que no es solamente por la taxativa disposición de la mencionada LEY DE HIPOTECA MOBILIARIA YPRENDASINDESPLAZAMIENTODEPOSESION, por lo que el conocimiento de este asunto corresponde a la jurisdicción mercantil; sino por la presunción de comercialidad de todos los actos realizados por un comerciante, establecido en el artículo 3 del Código de Comercio. Y por cuanto no consta en el antes citado documento constitutivo de la garantía prendaria, que las partes se hayan sometido expresamente, a ninguna otra jurisdicción, es evidente que la competencia para conocer de este asunto no puede corresponderle a ningún otro órgano jurisdiccional que no sea el Juez Mercantil. Las previsiones contenidas en las letras "T" y "W" de la LEY ORGÁNICA DE TRIBUNALES Y PROCEDIMIENTO AGRARIO, invocadas por el Tribunal requirente para creerse competente, se refieren a: "T) ACCIONES DERIVADAS DEL CRÉDITO AGRARIO", "W) EN GENERAL, TODAS LAS ACCIONES, MEDIDAS Y CONTROVERSIAS EN MATERIA AGRARIA ". No pueden serle aplicadas al caso subjudice, por el solo hecho de que la garantía prendaria esté constituida por semovientes, pues ello sería como admitir, que si la garantía prendaria estuviera constituida por una colección de armas (caso perfectamente posible), el conocimiento de la ejecución correspondería a los Tribunales Militares. La obligación del asunto que nos ocupa tiene su antecedente en un pagaré, consecuencialmente todos sus accesorios y lo que con él se relaciona tienen que reputarse como de la jurisdicción mercantil. En fuerza de lo anteriormente expuesto, este Tribunal se cree COMPETENTE para seguir conociendo del juicio que por EIECUCION DE PRENDA SINDESPLAZAMIENTO DEPOSESION tiene incoado el BANCO DE MARACAIBO, C.A., contra PEDRO ANTONIO MORALES ROA, por ante esté Tribunal". Remitidas a esta Corte Suprema de Justicia, en Sala de Casación Civil las copias certificadas que los contendientes consideraron pertinentes, la abogada Sahira Gutiérrez Gámez, actuando como apoderada de Pedro Antonio Morales Roa, produjo en esta Sala copias certificadas que consideró necesarias para la mayor claridad del asunto a resolver; entre ellas, copias certificadas de escrito mediante el cual se interpuso ante el Juez Superior Agrario recurso de nulidad contra la Resolución N° CR 0002 dictada por la Comisión de apelaciones del refinanciamiento de la deuda de los productores agrícolas en fecha 19 de diciembre de 1984, e inspección ocular practicada en el Banco Central de Venezuela, sobre la "Relación de Cartera de Crédito Agropecuario", de la C.A. Banco de Maracaibo, las cuales fueron recibidas por la Sala y serán analizadas de conformidad con lo que establece el artículo 99 del Código de Procedimiento Civil. Del conflicto se díó cuenta en Sala y se nombró Ponente al Magistrado que con tal carácter suscribe, pasando la Sala a decidirlo en la siguiente forma: Del documento constitutivo de la garantía prendaria cuya ejecución se sigue ante el Tribunal requerido aparece que Pedro Antonio Morales Roa la constituyó para garantizarle al Banco de Maracaibo, la devolución de la cantidad de Quinientos Mil Bolívares (Bs. 500.000,00), más intereses y gastos de cobranza incluidos honorarios de abogados, que había recibido en calidad de préstamo a intereses. Aparece pues, que la obligación cuyo pago se pide mediante la ejecución de la garantía prendaria que en el presente caso fue constituida sobre ganado, tiene su fuente en un contrato de préstamo de dinero celebrado entre ejecutante y ejecutado, por lo que obviamente es necesario analizar la naturaleza de dicho contrato para establecer congruentemente con esa naturaleza cual es el Tribunal competente para conocer de las consecuencias jurídicas que del mismo devienen, toda vez que la garantía trasciende coloreada en su ejecución por lo decidido respecto al contrato principal. Así pues, debe examinarse si el contrato de préstamo, base y fundamento de la garantía y su ejecución es un contrato mercantil o no, toda vez que el Tribunal requerido asume la competencia en base a la afirmación siguiente, entre otras: "Pero además, indudablemente, el Banco acreedor está demandando una obligación de naturaleza meramente mercantil; con ello vemos pues, también, que no es solamente por la taxativa disposición de la mencionada LEY DE HIPOTECA MOBILIARIA Y PRENDA SIN DESPLAZAMIENTO DE POSESION, por lo que el conocimiento de este asunto corresponde a la jurisdicción mercantil; sino por la presunción de comercialidad de todos los actos realizados por un comerciante, establecido en el Artículo 3 del Código de Comercio. Y por cuanto no consta en el antes citado documento constitutivo de la garantía prendaria, que las partes se hayan sometido expresamente, a ninguna otra jurisdicción, es evidente que la competencia para conocer de este asunto no puede corresponderle a ningún otro órgano jurisdiccional que no sea el Juez Mercantil". Tratándose de un contrato de préstamo, vemos que el Código de Comercio trae perfectamente establecido en su artículo 527 que el préstamo es mercantil cuando concurren las circunstancias siguientes: 1) Que alguno de los contratantes sea comerciante, y 2) que las cosas prestadas se destinen a actos de comercio. En el caso presente, se da el primer requisito: la C.A. Banco de Maracaibo, el prestamista, es un comerciante. Pero no aparece ni del documento constitutivo de la garantía, ni del libelo de demanda ni de ninguno de los otros recaudos remitido a esta Sala que se le haya dado un destino mercantil al capital prestado; no aparece que se haya destinado a actos de comercio. Como quiera que el legislador estableció expresamente la concurrencia de esos requisitos para calificar el contrato de préstamo como mercantil le correspondía al acreedor ejecutor la demostración de la existencia de ellos y al no hacerla es claro que no puede calificarse tal contrato en concreto como mercantil, y por ello el conocimiento del mismo y sus consecuencias no es de la competencia del Tribunal mercantil y así se declara. Considera la Sala que en el caso de especie no es valedera la afirmación del Tribunal requerido de que le compete el conocimiento del asunto por aplicación de la presunción de comercialidad de todos los actos realizados por un comerciante. Es conocido que esta presunción no es absoluta, sino que la misma norma del artículo 3 del Código de Comercio, que la establece, trae lo que se ha denominado excepciones de hecho a saber; si no resulta lo contrario del acto mismo, y si tales contratos y obligaciones no son de carácter esencialmente civil. Tratándose que en el presente caso, y según consta de la Inspección ocular practicada en el Banco Central de Venezuela que fue producida por el demandado, efectuada en la Relación Cartera de Crédito Agropecuaria, el Banco de Maracaibo confirió crédito con cargo a esta cartera y por la cantidad de Quinientos Mil Bolívares a Pedro Antonio Morales Roa, lo cual indica que el acto mismo es de naturaleza esencialmente civil, pues la actividad agropecuaria ha sido históricamente marginada del derecho mercantil. De allí que estando en presencia de una de las excepciones de hecho que expresamente establece el artículo 3° del Código de Comercio, mal podía calificarse ese acto como mercantil pues, ciertamente está excluido de la presunción general allí mismo establecida. Aun cuando los Jueces contendientes no fundamentan su vocación de conocer en el ordinal 14 del artículo 2° del Código de Comercio, que establece como acto objetivo mercantil "las operaciones de Banco y las de cambio" es necesario aclarar que en el presente caso tampoco se está en presencia de un acto objetivo de comercio para el Banco, pues en presencia de normas expresas que señalan cuando el contrato de préstamo es mercantil es preciso recordar el principio general acerca de la aplicación presente de la Ley en el sentido de que las disposiciones especiales se aplicarán con preferencia a las generales. Por ello constituyendo la redacción del ordinal 14 del artículo 2° del Código de Comercio una conceptuación genérica acerca de unas determinadas actividades que las encuadra como actos objetivos de comercio, tal conceptuación debe ceder en el orden de su aplicación a aquellas cuya especificidad es expresa como ocurre con el contenido del artículo 527 del Código Civil al establecer las condiciones y circunstancias que deben concurrir para que un contrato de préstamo adquiera la naturaleza mercantil e ingrese dentro del ámbito jurisdiccional de los Tribunales de comercio. Si bien, es cierto que la regla Primera. del artículo 74 de la Ley de Hipoteca Mobiliaria y Prenda sin Desplazamiento de Posesión, como lo dice el Tribunal requerido, atribuye la competencia para la ejecución de la prenda al Juez Mercantil, tomando en consideración la cuantía de la demanda, del lugar en que se encuentren, estén almacenados o se consideren depositados los bienes dados en prenda, sin embargo, considera la. Sala, debe tomarse en cuenta para la definición del órgano competente en el caso de especie los principios generales sobre aplicación preferente de las leyes. Se trata de orden jerárquico normativo en el caso concreto. Habiendo establecido la Sala, en la exposición de esta decisión, que no nos encontramos en presencia de un contrato de préstamo mercantil por la falta de concurrencia de los requisitos legales necesarios para tal calificación ya que solo una de las partes, el prestamista es comerciante, pues el prestatario en el documento constitutivo de crédito se auto califica de ganadero, y no estando demostrado el destino mercantil de la cosa recibida en calidad de préstamo, sino que por el contrario aparece que se trata de un préstamo agropecuario ya que con la inserción por el prestamista de este crédito en su Cartera de Crédito Agropecuario, se demuestra este carácter, considera la Sala que tratándose de la ejecución de una garantía constituida sobre un bien agropecuario, en respaldo de un crédito agropecuario, que siendo la naturaleza del préstamo igualmente agropecuaria, la competencia de los Tribunales Agrarios es evidente en aplicación de las normas contenidas en la vigente Ley Orgánica de Tribunales y Procedimientos Agrarios, preferentemente aplicable sin desconocer que tanto esta Ley como la de Hipoteca Mobiliaria y Prenda sin Desplazamiento de Posesión son leyes que regulan materia procesal. Ante la disyuntiva hay que inclinarse por el criterio de la aplicación de la Ley mas nueva ya que en un examen riguroso podría concluirse que las dos son leyes especiales y la Ley más nueva es la Ley Orgánica de Tribunales y Procedimientos Agrarios aun cuando, claro está, se asienta este criterio a los solos efectos de la competencia del órgano jurisdiccional y así se establece. Asimismo, es de considerar que en el presente caso, al otorgar el Banco prestamista un crédito que encajó en su cartera de crédito agropecuario, que tal crédito le fue otorgado, a un ganadero y que la garantía se constituyó sobre un bien agropecuario, es de evidente naturaleza agraria, y por ello el órgano competente entre los Tribunales contendientes, es el Tribunal Agrario en aplicación de lo establecido en la Ley Orgánica de Tribunales y Procedimientos Agrarios, y así se declara. Solo habría que agregar a lo precedente que el legislador precisó en la letra "T" del artículo 12 de la Ley Orgánica de Tribunales y Procedimientos Agrarios que le corresponde a los Juzgados de Primera Instancia Agraria el conocimiento de las "Acciones derivadas del Crédito Agrario", lo cual no deja ninguna duda sobre la asignación de la competencia al Juez Agrario requirente, pues la acción intentada calificada por los contendientes como ejecución de prenda obviamente se deriva del Crédito Agrario que el Banco de Maracaibo concedió al ciudadano Pedro Antonio Morales Roa. DECISIÓN Por las consideraciones anteriores, la Corte Suprema de Justicia, en Sala de Casación Civil, administrando justicia en nombre de la República y por autoridad de la Ley, declara competente al Juzgado de Primera Instancia Agraria de la Región Agraria de los Estados Aragua, Carabobo y Cojedes para conocer del juicio que en ejecución de garantía prendaria intentó el Banco de Maracaibo C.A. contra Pedro Antonio Morales Roa por ante el Juzgado de Primera Instancia en lo Civil, Mercantil, del Trabajo y de Menores de la Circunscripción Judicial del Estado Cojedes. Publíquese, regístrese y comuníquese a los Tribunales contendientes. Archívese el expediente. El Presidente de la sala, José S. Núñez Aristimuño El Vicepresidente, Carlos Trejo Padilla Auto del 22 de julio de 1987 (C.S.J. Casación) Inversiones Limoncito y Tacamahaca C.A. (LITACA) contra J. Fernández Se decide que el inmueble objeto de la reivindicación tiene naturaleza urbana. De los términos del libelo de la demanda, el objeto de la acción reivindicatoria es un inmueble constante de un terreno o potrero con sus palizadas y demás anexidades-situado en jurisdicción del Distrito Falcón del Estado Cojedes (Tinaquillo). Conforme a la particular y original naturaleza del inmueble objeto de la reivindicación el Tribunal competente para conocer de dicha acción, y conforme a la norma contenida en el artículo 13 de la Ley Orgánica de Tribunales y de Procedimientos Agrarios, lo sería el de la Primera Instancia Agraria de la jurisdicción. Pero también, conforme al mencionado artículo citado, los inmuebles comprendidos en dicho supuesto dejan de estarlo, en consecuencia pierden su condición de predios rústicos o rurales, al ser declarados de uso urbano en los planos nacionales, regionales y municipales de ordenamiento territorial. En el caso de autos, el inmueble objeto de la reivindicación fue calificado como rural hasta el 18 de noviembre de 1983, fecha en la cual se aprueba el Plan Rector para la ciudad de Tinaquillo y en el mismo se le califica como zona urbana. La anterior afirmación se desprende de la propia declaración contenido en el auto que plantea el conflicto, así como de la constancia expedida en un documento administrativo emanado de la Ingeniería Municipal del Distrito Falcón del Estado Cojedes, cuyo texto es el siguiente: "Zonificación" Quien se suscribe, Ingeniero Municipal... estaba calificado con Zonificación "Rural" y de los usos propios de la tierra entre ellos el uso agropecuario. A partir de la aprobación del Plan Rector para la ciudad de Tinaquillo por parte del Ministerio de Desarrollo Urbano (Mindur), fue modificada casi en su totalidad como zona urbana. Aún cuando no aparezca una real medida de la parte que comprende una u otra zona, resulta a todas luces evidente que el resto que continúa como zona rural, en un futuro se integrará al casco urbano, mientras que es forzoso llegar a una conclusión diferente o contraria, en el sentido de que la zonificación como urbana puede transformarse en rural, por lo cual debe concluirse que el inmueble a que se refiere la presente causa es de naturaleza urbana y así se declara. Auto del 28 de octubre de 1987 (C.S.J. Casación) S. Mazgajski y otros contra L. Ojeda Se excluyen de la calificación de predios rústicos a aquellos terrenos que han sido declarados como de uso urbano. El Juzgado Agrario declinante fundamenta su incompetencia en la circunstancia de que el inmueble que se pretende reivindicar se encuentra ubicado en jurisdicción del Municipio Montalbán Distrito Montalbán del Estado Carabobo, Municipio que fue expresamente calificado como "Urbano" por la vigente Ley de Reforma Parcial de la Ley de División Político Territorial del Estado Carabobo, publicada en la Gaceta Oficial de -esa entidad No. 276, Extraordinario de fecha 20-12-83 y que de acuerdo con el artículo 13 de la Ley Orgánica de Tribunales y Procedimientos Agrarios, se consideran predios rústicos o rurales todas las tierras susceptibles de explotación agropecuaria y que no son declaradas de uso urbano en los planes nacionales, regionales ó municipales de ordenamiento territorial. A su vez el Juzgado civil requerido, se declara incompetente por la materia en auto del 11 de marzo de 1987, fundamentando su decisión en el artículo 13 de la Ley Orgánica de Tribunales y Procedimientos Agrarios, la cual transcribe. Sostiene el Juzgado civil, que la regulación sobre uso del territorio no corresponde a leyes de carácter regional, sino a la Ley Orgánica para la Ordenación del Territorio la cual en su artículo 51... sostiene además el Juez civil que: "Siendo la actividad desarrollada en el terreno objeto de la reivindicación esencialmente agrícola como es la siembra de plátano, cambures y maíz y no siendo de uso urbano dicho terreno, la acción intentada cae dentro del contenido del literal b) del artículo 12 de la Ley Orgánica de Tribunales y Procedimientos Agrarios". Planteado en tal forma el conflicto, considera la Sala que la norma del Artículo 13 de la Ley Orgánica de Tribunales y Procedimientos Agrarios al calificar como predios rústicos o rurales todas las tierras susceptibles de explotación agropecuaria y que no sean declaradas de uso urbano en los planes nacionales, regionales o municipales de ordenamiento territorial, está excluyendo de la calificación de predios rústicos a aquellos terrenos que han sido declarados como de uso urbano por la correspondiente autoridad tanto nacional como regional o municipal. En el presente caso la destinación de uso urbano, le fue conferida al Municipio Montalbán por la Ley de Reforma Parcial a la Ley de División Política Territorial del Estado Carabobo, lo cual hace que tales tierras no puedan ser consideradas como predios rústicos o rurales, tal cual lo afirma el Tribunal Agrario. Es de observar el ordinal 2° del artículo 17 de la Constitución de la República de Venezuela, establece que es de la competencia de cada Estado la organización de sus Municipios y demás entidades locales, por lo que no puede argumentarse como lo hace el Juez civil que la regulación sobre uso del territorio no puede hacerse a través de leyes regionales, sino a través de leyes nacionales, puesto que la facultad constitucional citada subsiste sin menoscabo, por supuesto, de que existen planos reguladores de carácter nacional. Esta Sala en oportunidad anterior, estableció que a los fines de atribuir la competencia por la materia ha de prevalecer la cualificación intrínseca de fundo, pero de las copias remitidas por los Tribunales contendientes, no aparece en este caso cuál es esa cualificación intrínseca, pues en el libelo de demanda solo se hace referencia al objeto que se pretende reivindicar como "un lote de terreno de cincuenta hectáreas situado en el sector de "Potrerito" ubicado dicho sector al sur de la población de Montalbán. El inmueble en cuestión perfectamente delimitado...", "el inmueble de la pertenencia de nuestros representados...", "el área de diez hectáreas aproximadamente...", pero en ninguna parte del libelo se afirma que en ese inmueble exista una explotación agropecuaria, por lo cual hay que darle pleno valor a la declaración de urbano que de ese Municipio ha hecho la ley y consiguientemente, no tratándose de que aparezcan en los autos los elementos necesarios para calificar el inmueble como fundo rústico o como tierras destinadas a la explotación agropecuaria, el competente para conocer del asunto es el Juzgado civil por estar enclavado el inmueble dentro de la zona urbana de acuerdo con la ley regional citada y así se establece. Auto del 31 de mayo de 1989 (C.S.J. - Casación) A. Nagua contra S. Testa El que el terreno donde está un local comercial pertenezca al Instituto Agrario Nacional (I.A.N.) no da competencia agraria a los problemas relacionados con dicho arrendamiento. Examinado el contrato fundamento de la acción, la Sala encuentra que se trata de un Contrato de Arrendamiento de un local comercial y así lo dice la Cláusula primera de dicho contrato: "La Arrendataria cede en arrendamiento un local comercial de su propiedad, ubicado en la Avenida..., al arrendatario, quien declara recibirlo en perfecto estado de funcionamiento". Como se puede observar, el objeto del contrato es "un local comercial", no un fundo o predio rústico. La parte demandada en su escrito que determinó que el Juez del Distrito Girardot declinara su competencia sostiene que el terreno donde está el local comercial pertenece al Instituto Agrario Nacional (I.A.N.) y el Juez acogiendo esa tesis, decidió que no era competente por tratarse de la materia agraria. La sala considera que tal concepto es errado, pues el objeto del arrendamiento nada tiene que ver con la materia agraria, pues los contratos de arrendamiento de inmuebles sonde naturaleza esencialmente civil a menos que se tratara de un predio rústico. Sentencia del 9 de octubre de 1989 (C.S.J. - Sala Político-Administrativa) S. Ferrer y otro contra R. Amo Competencia de los Tribunales Agrarios en una cuestión relacionada con el derecho de permanencia. Ante el Juez Tercero de Primera Instancia en lo Civil, Mercantil, Agrario, Tránsito y del Trabajo de la Circunscripción Judicial del Estado Portuguesa y mediante libelo presentado el 10 de noviembre de 1988 la apoderada de los ciudadanos... para que conviniera, o a ello sea condenado en lo siguiente: 1. Que sus representados son arrendatarios de un lote de terreno que conforma la finca "...", según contrato de arrendamiento suscrito entre ellos. 2. Que sus representados, en su condición de arrendatarios, han dedicado el predio rústico objeto del contrato a la explotación agrícola y pecuaria desde hace más de tres años. 3. Que, en virtud de este contrato, son beneficiarios del derecho garantía de permanencia agraria, no pudiendo ser desalojados sin la previa autorización del Instituto Agrario Nacional y previo el cumplimiento de los requisitos establecidos en los artículos 142 y siguientes de la Ley de Reforma Agraria. Se fundamentó la acción en el literal "C" del artículo 2° de la Ley de Reforma Agraria en concordancia con la primera parte del artículo 148 ejusdem, alegándose que el arrendador les notificó que debían desocupar el inmueble: En su oportunidad, el apoderado del demandado opuso las cuestiones previas contempladas en los ordinales 1° (falta de jurisdicción) y 6° (defecto de forma) del artículo 346 del Código de Procedimiento Civil, rechazadas por la apoderada de los demandantes. En decisión pronunciada el 8 de agosto de 1989 el Tribunal de la causa declaró sin lugar la cuestión previa del ordinal 1° y ordenó remitir el expediente a esta Sala a los fines de la consulta prevista en el artículo 59 del Código de Procedimiento Civil, y en virtud de esa orden fue recibido el 17 de agosto de 1989. En apoyo de la falta de jurisdicción, el apoderado del demandado alega: que los Tribunales Agrarios no tienen jurisdicción para decidir directamente acerca del derecho de permanencia consagrado en los artículos 2°, literal C), y 148 de la Ley de Reforma Agraria, por cuanto el amparo o garantía de permanencia tiene que solicitarse ante la Procuraduría Agraria (artículo 38 de la Ley Orgánica de Tribunales y de Procedimientos Agrarios) o al Instituto Agrario Nacional (artículo 148 de la Ley de Reforma Agraria y 208 de su Reglamento); que, según el literal G) del artículo 12 de la Ley de Tribunales y de Procedimientos Agrarios, los Tribunales conocen de las acciones derivadas del derecho de permanencia y no del derecho mismo; que no se permite el reconocimiento del derecho de permanencia por la vía judicial. La apoderada de los demandantes adujo que los tribunales si tienen jurisdicción para conocer de las acciones derivadas del derecho de permanencia. La Sala observa: Es de principio qué toda controversia debe ser dirimida por los tribunales, esto es, por los órganos competentes del Poder Judicial Venezolano, salvo que el conocimiento del asunto corresponda a un Tribunal extranjero o a algún ente u órgano no judicial y que específicamente sea parte de la administración pública. Concretamente, los asuntos contenciosos que se susciten con motivo de las cuestiones legales en materia agraria son sustanciados y decididos por los tribunales que forman la llamada jurisdicción agraria, desarrollada en la Ley Orgánica de Tribunales y Procedimientos Agrarios, tal como se dispone en los artículos 1° y 2° de esa Ley; y, específicamente, corresponde a los Juzgados de Primera Instancia Agraria conocer de las acciones derivadas del derecho de permanencia, como lo dispone el literal g) del artículo 12 ejusdem, pero también conocen en general de todas las acciones, medidas y controversias en materia agraria (literal "w" del mismo artículo 12). Por tanto, el que una controversia agraria quede sustraída de la jurisdicción judicial es excepcional y debe estar consagrada expresa y especialmente en alguna regla legal. Al respecto, en cuanto al derecho de permanencia que establece el literal c) del artículo 2° de la Ley de Reforma Agraria existen las dos normas invocadas por el apoderado del demandado en el presente caso, cuales son las contenidas en el artículo 148 de esa Ley y en el artículo ,88 de la Ley Orgánica de Tribunales y de Procedimientos Agrarios, que, ciertamente, consagran la intervención del Instituto Agrario Nacional y de los Procuradores Agrarios. Ahora bien, examinados ambos preceptos legales, se aprecia: 1. Así como en materia de contratos de arrendamientos de inmuebles urbanos celebrados a tiempo indeterminado -y salvo la causal de falta de pago- no puede pedirse el desalojo o desocupación sin la previa autorización del organismo competente (la Dirección de Inquilinato a los Concejos Municipales, según el caso), en materia de arrendamiento de predios rústicos -a tiempo fijo o indeterminados- el arrendador no puede solicitar el desalojo sin la previa autorización del Instituto Agrario Nacional, tal como lo dispone el artículo 148 de la Ley de Reforma Agraria. Por ello, la intervención y actuación del Instituto lo es cuando el arrendador pretende el desalojo del predio arrendado, en cuya virtud tal intervención no corresponde al caso de autos, pues la demanda es de pretendidos arrendatarios y no del arrendador, que se limitó a una notificación, pero sin promover un desalojo en forma. Y consecuentemente no ocurre la falta de jurisdicción respecto del Instituto Agrario Nacional, pues no se está en presencia de una solicitud de desalojo, sino de una demanda incoada por los presuntos arrendatarios para que se les reconozca el derecho de permanencia. 2. En cuanto a la intervención de Procurador Agrario, a éste, conforme al invocado artículo 38, le corresponde otorgar con carácter provisional, el certificado de amparo administrativo previsto en la Ley de Reforma Agraria. Este amparo es la acción que tiene el ocupante de la tierra para que se le mantenga en la posesión cuando se encuentre ante un desalojo por parte del dueño y por eso el Procurador concede la protección provisional hasta tanto resuelva lo conducente -y de manera definitivael Instituto Agrario Nacional. Como dice el artículo 39, el amparo tiene por fin impedir "las perturbaciones al predio rural ocupado por el tenedor de este certificado", y se trata de una medida para impedir los hechos de desalojo o perturbación al tenedor o detentador de la tierra. Ahora bien, en el caso no se ha solicitado del Tribunal que otorgue un amparo -provisional o definitivo- del derecho de detentar el inmueble, sino que se ha promovido una acción para que se determine que los actores son beneficiarios del derecho de permanencia como consecuencia del carácter de arrendatarios que dicen tener y respecto del cual se pide también pronunciamiento judicial. En tal virtud, estima la Sala que en el caso no se está en presencia de una solicitud de desalojo ni de una solicitud de amparo administrativo al derecho de permanencia, sino de una típica acción judicial que corresponde a los órganos jurisdiccionales competentes, por lo que no hay el derecho o falta de jurisdicción invocado, pronunciamiento éste que no prejuzga acerca de ningún otro extremo de forma ni de fondo. Auto del 28 de junio de 1990 (C..S.J. - Casación F. Rojas contra J. Alvarado Acción reivindicatoria. Un inmueble no debe ser considerado, agrario o de producción agropecuaria por el solo hecho de estar ubicado en un terreno rural. ... se declaró incompetente para seguir conociendo del asunto en virtud de que el inmueble objeto de la reivindicación se encuentra ubicado dentro del perímetro de la Zona Rural del Distrito Tinaco del Estado Cojedes y de conformidad con el Artículo 13 de la Ley Orgánica de Tribunales y Procedimientos Agrarios, corresponde conocer del juicio, al Juzgado de Primera Instancia Agraria de la Región Agraria de los Estados Aragua, Carabobo y Cojedes, y en consecuencia remite las actuaciones al mencionado Tribunal. Por su parte el Juzgado de Primera Instancia Agraria en sentencia del 25 de mayo de 1989, también declina la competencia, por considerar que el asunto no es materia agraria, porque lo que se discute no es el Fundo sino una vivienda (kiosco) cuya naturaleza funcional dista mucho de ser actividad agropecuaria; en consecuencia, el Tribunal Agrario solicita la regulación de competencia ante la Corte Suprema de Justicia con arreglo a los artículos 70 y 71 del Código de Procedimiento Civil. La situación se inicia con la demanda intentada por ante la jurisdicción civil, contra... con el objeto de reivindicar una casa tipo kiosco construida a sus solas expensas, sobre una parcela de terreno de propiedad del Concejo Municipal del Distrito Tinaco del Estado Cojedes. El Juez Civil en la oportunidad de sentenciar declina la competencia aludiendo las siguientes razones y en su parte pertinente expone:... "Por su parte el Juez de Primera Instancia Agraria, una vez que se le dio entrada al expediente proveniente del Juzgado Civil, también declina su competencia y expone los argumentos siguientes:..." Del análisis de las actas la Sala observa que: 1. Consta copia de la comunicación emitida por el Síndico Procurador Municipal del Distrito Tinaco, dirigida al ciudadano... donde le concede el permiso solicitado para la construcción de un kiosco y explotación del mismo, en la venta de comidas, refresco, frutas, en el sitio denominado "La Guama" del Distrito Tinaco del Estado Cojedes, tramo Carretero Tinaco-Tinaquillo. 2. Se observa, la constancia emitida por el presidente del Concejo Municipal, donde afirma que el Caserío La Guama pertenece al Municipio Autónomo Tinaco, y que se encuentra comprendido dentro del perímetro rural de esa ciudad. 3. Igualmente, consta de las actas que el objeto de la acción reivindicatoria, es la recuperación de vivienda tipo kiosco, ubicada en un terreno municipal que está situado en una zona rural, por lo tanto será necesario determinar la naturaleza del litigio como signo inequívoco atributivo de la competencia concreta en el caso de especie. En este orden de ideas la sala considera oportuno destacar la opinión del autor patrio Dr. Humberto Cuenca en su libro ("Derecho Procesal Civil", Tomo 11), sobre la competencia, comenta el autor lo siguiente: "La competencia por la materia se encuentra estrechamente vinculada a la división de jurisdicción ordinaria y jurisdicción especial. A la naturaleza especial de cada una de las materias que conocen los Tribunales, debemos necesariamente referirnos a estudiar el problema de la competencia por la materia, ocurre que la mencionada división parece aludir más a la competencia que la Jurisdicción propiamente dicha. La jurisdicción especial se encuentra en leyes especiales, con procedimientos distintos y ha surgido en distintas épocas, al calor de necesidades de cada instante. Que la competencia por la materia se determina conforme a dos principios:... La Sala acogiéndose al criterio doctrinal procedentemente expuesto, considera oportuno resaltar que la competencia por la materia, está vinculada a la división de jurisdicción ordinaria y jurisdicción especial y en este sentido, todos los asuntos concernientes a la "materia agraria" se han ido definiendo tanto por disposiciones legales expresamente contempladas en la Ley Orgánica de Tribunales y Procedimientos Agrarios, como por la jurisprudencia de esta Sala. En efecto, la competencia sustantiva o material que se atribuye a la jurisdicción agraria, deriva de la naturaleza de los Bienes y/o de la actividad. Por su parte la jurisprudencia reiterada y pacífica de la Sala sobre la competencia en materia agraria, ha aclarado las dudas que puedan suscitarse cuando se discute el ámbito de aplicación entre la jurisdicción civil y la jurisdicción agraria. De esta manera en sentencia del 22 de julio de 1987, estableció la Sala:... En posteriores sentencias la Sala concretando su doctrina ha establecido: "Que la competencia en materia agraria está determinada por la vocación de la tierra y la calificación intrínseca del fundo ". Partiendo de estos postulados y aplicándolos al caso de especie la Sala concluye: que no siendo el objeto de la acción reivindicatoria, el fundo que está ubicado en el perímetro rural, sino la casa-kiosco sobre él construida y destinada a la venta de comestibles, no puede calificarse que el juicio planteado es competencia de la jurisdicción agraria, por cuanto, así ha quedado esclarecido, el Terreno Municipal ubicado en zona rural, no es centro del litigio, sino el kiosco sobre él construido, en consecuencia se trata de una acción reivindicatoria de un inmueble que no debe ser considerado, agrario o de producción agropecuaria para el sólo hecho de estar ubicado en un terreno rural. De otra manera, tratándose de una acción reivindicatoria de naturaleza civil, el conocimiento del asunto debe ventilarse ante un órgano de la jurisdicción civil, como originalmente lo planteó la parte actora del juicio, es decir, que el Tribunal competente es el Juzgado de Primera Instancia en lo Civil, Mercantil, del Trabajo y del Tránsito de la Circunscripción Judicial del Estado Cojedes y así se decide. ¥ Los amparados contra los desalojos según la Ley de Reforma Agraria. ¥ Lo que debe analizar el sentenciador para saber si la parte es beneficiaria de la protección contra los desalojos agrarios. ¥ La necesaria autorización del Instituto Agrario Nacional (IAN) para el desalojo de los beneficiarios de la reforma agraria. Según el primer parágrafo del artículo 148 de la Ley de Reforma Agraria, quedarán igualmente amparados contra los desalojos los pequeños y medianos productores, ocupantes de terrenos ajenos durante más de un año, si mantienen un rebaño de ganado de cría como principal actividad económica, o si poseen cultivos, siempre que en uno y otro realicen un trabajo efectivo. Y según el artículo 18 de la Ley Orgánica de Tribunales y Procedimientos Agrarios, "no podrán admitirse demandas que conlleven el desalojo de los arrendatarios a que se refiere el artículo 148 de la Ley de Reforma Agraria si no se acompaña la autorización del Instituto Agrario Nacional. Y en el caso de ocupantes la falta de autorización podrá ser opuesta en cualquier estado y grado del proceso. En el caso de autos, al examinar la alzada un instrumento de adjudicación a título oneroso, emanado del Instituto Agrario Nacional y cuyo beneficiario es la parte querellada, estimó que el referido querellado "es sujeto activo de la reforma agraria sobre el lote de terreno en controversia" y en consecuencia repuso la causa al estado de que se admitiera nuevamente la demanda acompañada esta vez de la autorización de desalojo emanada del Instituto Agrario Nacional. Ahora bien, a juicio de la Sala, en el presente asunto, la alzada ha debido considerar otros extremos exigidos por el mencionado artículo 148 de la Ley de Reforma Agraria. En efecto, ha debido analizar si el querellado es ciertamente "un pequeño o mediano productor"; si ocupó los terrenos objeto del interdicto por más de un año; si mantuvo en ese terreno un rebaño de ganado de cría como principal actividad económica; si poseía cultivos, siempre que en uno y otro caso realicen un trabajo efectivo, que son los supuestos a los cuales alude el mencionado artículo 148, porque en el caso de autos no se ha alegado que el querellante estuviera explotando predios rústicos dedicadas a la explotación agrícola, pecuaria o mixta, amparado en un contrato de arrendamiento a término fijo o por tiempo indeterminado, que es el otro supuesto al cual se refiere la primera parte de la citada norma. Por consiguiente, no basta una simple adjudicación a título oneroso emanada del Instituto Agrario Nacional, como parece entenderlo la alzada en su fallo, para considerar al beneficiario del título amparado por la autorización de desalojo emanada con carácter previo del citado instituto, sino que es necesario que el interesado pruebe que es ocupante de terrenos ajenos por más de un año, porque la Ley especial agraria lo que en el fondo plantea es una defensa de la situación de tenencia de la tierra de los beneficiarios de la Ley de Reforma Agraria. Por otra parte, en el caso de autos se alega posesión de la tierra por más de doce (12) años por parte de los querellantes e intromisión de un lote de ganado propiedad del querellado, que fue lo que originó el interdicto de restitución. Por consiguiente, ha debido la alzada analizar más exhaustivamente las pruebas de autos; compararlas entre sí, para inferir si ciertamente el querellado reúne los requisitos para ser considerado como un pequeño o mediano productor, ocupante de terrenos ajenos por más de un año y que ha mantenido un rebaño de ganado de cría como principal actividad económica o ha poseído cultivos, siempre y cuando en uno y otro caso realicen un trabajo efectivo. Una vez cumplidos estos extremos, es cuando el Instituto Agrario Nacional, por el procedimiento seguido por el propio artículo 148 de la Ley de Reforma Agraria, procede a otorgar la autorización prevista en dicha norma, a la cual también se refieren los artículos 18 y 19 de la Ley Orgánica de Tribunales y Procedimientos Agrarios. En consecuencia, al reponer la alzada la presente causa al estado de nueva admisión de la demanda, esta vez acompañada de la autorización de desalojo emanada del Instituto Agrario Nacional, sin que diera cabal cumplimiento a los supuestos legales previstos por el artículo 148 de la Ley de Reforma Agraria, incumplió, por mala aplicación, el contenido de dichos textos legales y así se establece. (Sentencia del 30 de enero de 1991 - Ovel Roberto Díaz Pérez y otros' contra Simón Archila Calzadilla - con ponencia del Magistrado Dr. Adán Febres Cordero). Auto del 24 de octubre de 1991 (C.S.J. Casación) Conflicto de competencia No es competente el Tribunal Agrario cuando el inmueble, objeto del juicio, se encuentra adscrito a un plan de desarrollo urbano. ... En sentencia de fecha 22 de julio de 1977 esta Sala estableció, en cuanto a la competencia sustantiva o material que se atribuye a la jurisdicción agraria, que deriva de la naturaleza de los bienes o de la actividad. La Ley Orgánica de Ordenación Urbanística, establece que la planificación forma parte de la ordenación del territorio y ésta se llevara a cabo mediante un sistema integrado jerarquizado de planes... Así, si el Ministerio de Desarrollo Urbano, dicta una Resolución, donde se establezcan precisiones en cuanto al uso de un determinado territorio, éste quedará afectado a la ejecución de los planes de ordenación urbanística especificados. Ahora bien, de las nociones expuestas, debe esta Sala verificar si el terreno objeto del presente juicio por prescripción adquisitiva tiene destinación y vocación para la actividad agraria, o si está o no adscrito a un determinado plan urbanístico nacional, regional o local; y al efecto se observa de las actas el expediente, lo siguiente: Del auto del Juzgado de Primera Instancia Agraria, donde se declara incompetente para conocer, se evidencia que existen dos certificaciones; una emanada por la Oficina Municipal de Catastro, Concejo Municipal de Municipio Carlos Arvelo del Estado Carabobo, donde se especifica que el inmueble objeto del litigio se encuentra en zona decretada como urbana; y otra emanada de la Dirección Regional del Ministerio de Desarrollo Urbano del Estado Carabobo, donde establecen que el inmueble está ubicado dentro del área urbana. En razón de la doctrina imperante, y visto que el inmueble referido al presente juicio se encuentra adscrito a un plan de desarrollo urbano local, el caso bajo análisis constituye uno de los casos excepcionales, que mediante un procedimiento constitutivo ad-hoc, un fundo rústico, así sea o no funcionalmente agro productivo deja de ser tal, por lo que al no atenderse a su funcionalidad sería competente para conocer de la acción por Prescripción Adquisitiva, intentada no por la jurisdicción Agraria sino la Civil y así se declara. COMPETENCIA La competencia de la jurisdicción agraria A los fines de dilucidar el conflicto planteado, la Sala considera necesario definir cual es la competencia que se atribuye a la jurisdicción agraria. La competencia sustantiva o material que se atribuye a la jurisdicción agraria deriva de la naturaleza de los bienes y/o de la actividad. El artículo 1° de la Ley Orgánica de Tribunales y Procedimientos Agrarios, sancionada el cuatro de agosto de 1982 y promulgada el veinte del mismo mes y año, señala que serán sustanciados y decididos por los Tribunales a que se refiere dicha Ley: "Los asuntos contenciosos que se susciten con motivo de las disposiciones legales que regulan la propiedad de los predios rústicos o rurales, las actividades de producción, transformación, agroindustria, enajenación de-productos agrícolas, realizados por los propios productores, sus asociaciones y empresas, así como los recursos naturales renovables y las estipulaciones de los contratos agrarios, serán sustanciados y decididos por los Tribunales a que se refiere la presente Ley". El artículo 12 de la misma Ley, en su ordinal "i", establece que los Juzgados de Primera Instancia Agrarios conocerán entre otros de las acciones derivadas de perturbaciones o daños a la propiedad afectada de la Reforma Agraria. La reforma efectuada en 1982 consagra, "la integralidad del fuero agrario, que comprende no solo la aplicación del ordenamiento jurídico, regulador de la reforma agraria sino también importantes cuestiones de interés agrario que se encuentran en el Código Civil o en otras leyes no agrarias o no específicamente agrarias, así como los recursos naturales renovables, como se evidencia claramente del artículo 1° de la ley transcrita supra". (Sentencia de fecha 19-07-84; Sala Político-Administrativa). Ahora bien, lo que en definitiva cualifica un bien, es su aplicación o utilidad, o más exactamente su "funcionalidad". "Es así que dentro de la orientación que marca el artículo 99 de la Constitución Nacional y como expresión necesaria de la función social que todo predio debe cumplir, la doctrina predominante en la actualidad centra la calificación de las tierras rústicas en su destinación y vocación para la actividad agraria" (Sentencia de fecha 22-071987 SCC). De ahí que el artículo 13 de la Ley Orgánica de Tribunales y Procedimientos Agrarios establece: "Se consideran predios rústicos o rurales para los efectos de esta Ley, todas las tierras susceptibles de explotación agropecuarias y que no sean declaradas de uso urbano en los planes nacionales, regionales o municipales de ordenamiento territorial". De la norma transcrita se deduce que el factor de calificación determinante para los fundos es su naturaleza funcional, adscrita a la producción agropecuaria en cualquiera de sus manifestaciones. (Auto de la Sala de Casación Civil del 20 de diciembre de 1991, con ponencia del Magistrado Dr. Aníbal Rueda, en el juicio de Francisco Herrera Flores contra Felipe Santiago y otro, en el expediente N° 91046). Sentencia del 7 de octubre de 1992 (C.S.J. Sala Político - Administrativa) B. Urbina y otros en amparo a) Corresponde al Tribunal Agrario la ejecución de un amparo agrario. ... solicitan la ejecución judicial del Amparo Agrario Administrativo emanado de la Procuraduría Agraria del Estado Trujillo y ratificado por la Dirección superior de la Procuraduría Agraria Nacional con sede en Caracas en fecha 15 de julio de 1988, para que los ciudadanos..., conviniesen en restituir la posesión del lote de terreno que presuntamente venían ocupando desde el año 1964... y para que cesasen las perturbaciones que venían ocasionando. ... opuso como cuestión previa la falta de jurisdicción del Juez Agrario para conocer de la demanda, según lo pautado en el ordinal 1° del artículo 346 del Código de Procedimiento Civil, con base en los siguientes argumentos: ... se pide la ejecución de un Acto Administrativo, o Resolución, correspondiente a la Jurisdicción Agraria, pero en su rama administrativa, y más concretamente a las que ejerce la Procuraduría Agraria. Por ello, no corresponde a los Juzgados Agrarios ejecutar tales Actos o Resoluciones para lo cual no se ha previsto un procedimiento de ejecución en sí, limitándose el Legislador a establecer los efectos de los Certificados de Amparo Administrativo en lo que atañe a las perturbaciones de que pueda ser objeto el predio amparado. Para decidir, la Sala observa: Estudiadas y analizadas las actas procesales, se puede afirmar que la petición de la parte demandante se contrae a la ejecución del amparo agrario provisional acordado por el órgano competente, ejecución que se traduciría en la declaración del derecho que la asiste de permanecer en el lote de terreno al que hizo referencia en el libelo de la demanda. Dentro de las acciones derivadas del Derecho de permanencia, como lo señaló el a quo en su decisión, está la acción que intenta el beneficiario de un certificado de amparo administrativo, que prohibe el desalojo, para lograr el cumplimiento de las obligaciones derivadas de dicho certificado, materia sobre la cual existe criterio jurisprudencial que reitera esta Sala en esa oportunidad. "Es de principio que toda controversia debe ser dirimida por los tribunales, esto es, por los órganos competentes del Poder Judicial Venezolano, salvo que el conocimiento del asunto corresponda a un Tribunal extranjero o a algún ente u órgano no judicial y que específicamente sea parte de la administración pública. Por tanto, el que una controversia agraria quede sustraída de la jurisdicción judicial es excepcional y debe estar consagrada expresa y especialmente en alguna regla legal" (Sala Político-Administrativa 9-1089 (1), Ferrer vs. Román Anzola). El anterior criterio coincide, además, con el sostenido por la Sala de Casación Civil de este Supremo Tribunal, la cual, en sentencia de fecha 22 de julio de 1982, señaló lo siguiente: "El Certificado Provisional de Amparo Administrativo que expide el Procurador Agrario, independientemente de su provisionalidad, confiere a quien se le otorga la condición de sujeto de la Reforma Agraria y por tanto, las cuestiones que surjan en relación con la tenencia de la tierra, desalojos, perturbaciones o cualesquiera otras de las enumeradas en el artículo 11 de la Ley Orgánica de Tribunales y Procedimientos Agrarios (de 1976) corresponde a la jurisdicción especial agraria..." (Sala de Casación Civil 22-7-82 (2), Orlando Rafael González y Hermes de Los Valles Catarí vs. Abel Meléndez y Nelson de Jesús Meléndez). En tal virtud, y conforme a lo antes indicado, tratándose en este caso de una acción judicial agraria derivada del derecho de permanencia, su conocimiento corresponde efectivamente al Juzgado de Primera Instancia Agraria de la Región Agraria del Estado Trujillo, y así se declara. b) Voto salvado de la Magistrado doctora Hildegard Rondón de Sansó, por disentir de sus colegas del fallo que antecede. La suscrita, doctora Hildegard Rondón de Sansó, salva su voto por disentir de sus colegas del fallo que antecede. (1) Véase en el Tomo CX, la sentencia N° 933-89 sen la página 634. (2) Véase en el Tomo LXXIX, la sentencia N'508-82 en la página 334.