Página 1 de 6 DICTAMEN Nº 58 # Nº. 58/1998, de 9 de junio. Expediente relativo al proyecto de Decreto sobre fijación de bienes y servicios, prestados por la Consejería de Administraciones Públicas, susceptibles de ser retribuidos mediante precios públicos. ANTECEDENTES El proyecto de Decreto, que consta de Preámbulo, dos artículos y una Disposición Final, tiene por objeto establecer precios públicos con los que retribuir la prestación de servicios por el Diario Oficial de Castilla-La Mancha mediante técnicas informáticas y la adquisición de ejemplares del Código Legislativo. EXTRACTO DE LA DOCTRINA - En el supuesto presente la falta de autorización de la iniciativa reglamentaria se halla suficientemente suplida tanto por la mera remisión a este Consejo del expediente como, en especial, por la "toma en consideración" que del proyecto de Decreto ha realizado el propio Consejo de Gobierno. Pero que al defecto de tramitación no pueda anudarse la nulidad o invalidez de la norma no sigue que dicho defecto devenga irrelevante y por ello este Consejo ha de reiterar lo ya señalado en dictámenes anteriores, que el cumplimiento de las exigencias que en la tramitación establece la Ley viene impuesto no sólo por el inexcusable acatamiento a la voluntad del legislador que todo órgano administrativo debe, sino, fundamentalmente, porque sólo con tal cumplimiento de los trámites preceptivos se asegura el acierto y eficacia de la actuación administrativa. - La singularidad de la norma sometida a dictamen, el señalamiento de bienes y servicios cuya prestación generará la percepción de un precio público, puede justificar la falta de su sometimiento al trámite de información pública, preceptivo siempre que la norma afecte a derechos e intereses legítimos de los ciudadanos, según establece el segundo párrafo del artículo 36.3 de la citada Ley 7/1997, expresión legislativa del derecho de audiencia que la Constitución consagra en el artículo 105.a). Precisamente por cuanto la Ley regional supone una concreción de dicho derecho constitucional, lo ha salvaguardado exigiendo que, en los supuestos en que tal audiencia resulte improcedente o inconveniente, tal circunstancia se "justifique de forma suficiente". - El Tribunal Constitucional ha señalado en la Sentencia 185/1995, de 14 de diciembre que la nueva categoría de recursos de derecho público que constituye el "precio público" se diferencia de la tasa en que en ella no aparece la nota de coactividad propia del tributo y, por ello, se halla exenta del cumplimiento del principio constitucional de legalidad. En tal sentido se expresaba la Exposición de Motivos de la Ley estatal 8/1989, de 13 de abril, de Tasas y Precios Públicos y, en el mismo sentido, la citada Sentencia pretende distinguir entre las prestaciones patrimoniales de carácter público impuestas coactivamente y aquéllas otras en las que la obligación que lleva aparejada el pago de la prestación es asumida libre y voluntariamente por el ciudadano y, por ello, puede substraerse al principio de legalidad y ser susceptible de constituir un precio público en los términos de la Ley estatal y autonómica en la materia. La regulación regional de los precios públicos contenida en la Ley 3/1990, de 18 de mayo, sigue la configuración legal de la ley estatal parcialmente declarada inconstitucional por la citada Sentencia 185/1995, de 14 de diciembre, por lo que su redacción debe entenderse modificada en los mismos términos que la ley estatal. Así sólo podrá entenderse como susceptible de ser retribuido mediante precio público la prestación de servicios o realización de actividades efectuadas en régimen de derecho público cuando concurran las circunstancias siguientes: - Que los servicios o las actividades no sean de solicitud o recepción obligatoria por los Página 2 de 6 administrados. - Que los servicios o las actividades sean prestados o realizados por el sector privado. Como señala el Tribunal Constitucional en la Sentencia citada, la libertad o la espontaneidad exigida en la realización del hecho imponible, y en la decisión de obligarse, para que éste sea susceptible de ser retribuido mediante precio público, debe ser real y efectiva. Esto significa que deberán considerarse coactivamente impuestas no sólo aquellas prestaciones en las que la realización del supuesto de hecho o la constitución de la obligación es obligatoria, sino también aquéllas en las que el bien la actividad o el servicio es objetivamente indispensable para poder satisfacer las necesidades básicas de la vida personal o social de los particulares de acuerdo con las circunstancias sociales de cada momento y lugar o, dicho con otras palabras, cuando la renuncia a estos bienes, servicios o actividades priva al particular de aspectos esenciales de su vida privada o social. Igualmente el Tribunal Constitucional establece que deben considerarse coactivamente impuestas las prestaciones pecuniarias que derivan de la utilización de bienes, servicios o actividades prestadas o realizadas por los entes públicos en posición de monopolio de hecho o de derecho, por cuanto, aunque el nivel de coactividad que deriva del monopolio público sea ciertamente menor que el que resulta del carácter imprescindible de los bienes servicios o actividades que generan la prestación, no por ello puede considerarse irrelevante, ni subsumirse en este requisito, pues aunque los servicios o las actividades no sean obligatorias, ni imprescindibles, lo cierto es que si sólo son los Entes Públicos quienes los prestan, los particulares se ven obligados a optar entre no recibirlos o constituir necesariamente la obligación de pago de la prestación. CONSIDERACIONES I Establece el artículo 54.4 de la Ley 7/1997, de 5 de septiembre, del Gobierno y del Consejo Consultivo de Castilla-La Mancha, que el Consejo Consultivo deberá ser consultado en los "proyectos de reglamentos o disposiciones de carácter general que se dicten en ejecución de las leyes, así como sus modificaciones". El proyecto sometido a dictamen viene a dar cumplimiento a la previsión del artículo 30 de la 3/1990, de 18 de mayo, de Tasas y Precios Públicos, que establece que corresponde al Consejo de Gobierno de la Junta de Comunidades de Castilla-La Mancha, a propuesta conjunta de la Consejería de Economía y Hacienda y de la Consejería que los preste, la determinación de los bienes, servicios y actividades susceptibles de ser retribuidos mediante precios públicos. Suponiendo el proyecto sometido a dictamen un específico desarrollo de una previsión de la Ley habilitante, el presente dictamen se emite con el carácter preceptivo que impone el citado artículo 54.4. II El artículo 36.2 de la Ley 7/1997, de 5 de septiembre, del Gobierno y del Consejo Consultivo de Castilla-La Mancha, regula el ejercicio de la potestad reglamentaria por el Consejo de Gobierno estableciendo, como trámites preceptivos en el procedimiento de elaboración de estas normas, la elaboración de una memoria comprensiva de los "objetivos, medios necesarios, conveniencia e incidencia de la norma que se pretende aprobar", la autorización del Presidente o del Consejero competente en razón de la materia, la emisión de los informes o dictámenes que resulten preceptivos, el sometimiento del proyecto de disposición a información pública cuando afecte a derechos o intereses legítimos de los ciudadanos, excepto que se justifique de forma suficiente la improcedencia o inconveniencia de dicho trámite, y el dictamen del Consejo Consultivo, o cuando éste no resulte preceptivo ni conveniente, el informe de los servicios jurídicos de la Administración sobre la conformidad de la norma con el ordenamiento jurídico. En la elaboración del proyecto de Decreto sometido a dictamen se han incumplido la totalidad de Página 3 de 6 los trámites impuestos por la Ley para la elaboración de las disposiciones de carácter general o, al menos, el expediente remitido a este Consejo no acredita el cumplimiento de ninguno de dichos trámites. Así, no aparece memoria alguna comprensiva de los objetivos, medios, conveniencia e incidencia de la norma a aprobar, ni documento alguno que pueda suplir tal carencia, no encontrando la norma justificación más allá de cuanto pueda deducirse del Preámbulo de la misma y de su propio contenido. El escueto informe de la Secretaría General Técnica de la Consejería de Administraciones Públicas obrante en el expediente no cumple los requerimientos del apartado 2 del artículo 36 de la citada Ley 7/1997, respondiendo exclusivamente a la exigencia establecida en las instrucciones vigentes sobre régimen administrativo del Consejo de Gobierno de que se acompañe informe de la Secretaria General Técnica a las propuestas de disposiciones de carácter general que se eleven para la aprobación de dicho Consejo. Aun cuando este Consejo ha estimado que la falta de la preceptiva autorización del Presidente o Consejero competente por razón de la materia es subsanable por actos posteriores del titular de la iniciativa reglamentaria que de modo inequívoco acrediten que éste asume lo actuado hasta el momento de su pronunciamiento, hemos advertido siempre la necesidad del escrupuloso respeto a las previsiones de la Ley, al cumplirse de tal manera, en forma precisa, la finalidad perseguida por el legislador regional. No cabe duda, en el supuesto presente, que la falta de autorización de la iniciativa reglamentaria se halla suficientemente suplida tanto por la mera remisión a este Consejo del expediente como, en especial, por la "toma en consideración" que del proyecto de Decreto ha realizado el propio Consejo de Gobierno. Pero que al defecto de tramitación no pueda anudarse la nulidad o invalidez de la norma no sigue que dicho defecto devenga irrelevante y por ello este Consejo ha de reiterar lo ya señalado en dictámenes anteriores, que el cumplimiento de las exigencias que en la tramitación establece la Ley viene impuesto no sólo por el inexcusable acatamiento a la voluntad del legislador que todo órgano administrativo debe, sino, fundamentalmente, porque sólo con tal cumplimiento de los trámites preceptivos se asegura el acierto y eficacia de la actuación administrativa. La singularidad de la norma sometida a dictamen, el señalamiento de bienes y servicios cuya prestación generará la percepción de un precio público, puede justificar la falta de su sometimiento al trámite de información pública, preceptivo siempre que la norma afecte a derechos e intereses legítimos de los ciudadanos, según establece el segundo párrafo del artículo 36.3 de la citada Ley 7/1997, expresión legislativa del derecho de audiencia que la Constitución consagra en el artículo 105.a). Precisamente por cuanto la Ley regional supone una concreción de dicho derecho constitucional, lo ha salvaguardado exigiendo que, en los supuestos en que tal audiencia resulte improcedente o inconveniente, tal circunstancia se "justifique de forma suficiente". En el proyecto sometido a dictamen se ha prescindido, o al menos nada consta en el expediente que se remite a este Consejo, de dicha audiencia y, frente a la previsión legal, ninguna razón se aduce en el propio expediente que justifique la improcedencia o inconveniencia de la misma. Que las razones que puedan fundar la falta de sometimiento al trámite de información publica puedan ser deducidas por este Consejo, y aún por cualquier operador jurídico, en modo alguno justifica la dejación que los órganos administrativos encargados de la elaboración del proyecto hacen del cumplimiento de su obligación de dejar expresada justificación suficiente de la improcedencia o inconveniencia del cumplimiento de un trámite que supone la plasmación de un derecho constitucional. En fin, se ha solicitado el dictamen de este Consejo Consultivo, previa la toma en consideración del proyecto de Decreto por el Consejo de Gobierno. Esta toma en consideración no constituye trámite preceptivo de los exigidos por las normas reguladoras de la elaboración de las disposiciones de carácter general que compete aprobar al propio Consejo de Gobierno, más es opinión del superior órgano consultivo de la Junta de Comunidades su conveniencia en cuanto viene a reforzar la consideración del carácter final del dictamen del mismo (artículo 40.3 de la Ley 7/1997), por cuanto su pronunciamiento se produce en estos casos sobre un texto ya definitivo Página 4 de 6 a expensas sólo del propio dictamen del Consejo Consultivo. Ha de observarse igualmente la ausencia en el expediente remitido a este Consejo, junto a los trámites ya reseñados, de cualquier otro informe, dictamen u opinión que pudiera servir tanto para la formación de la opinión de este Consejo como para la definitiva formación de la voluntad del Consejo de Gobierno, órgano en definitiva llamado a decidir sobre el proyecto, incluyéndose entre los documentos, cuya ausencia debe reprocharse, los posibles diversos borradores o anteproyectos y la justificación de las razones que fundan las soluciones técnicas y jurídicas adoptadas. En los términos expuestos, sólo un muy estricto criterio, sustentado por este Consejo, sobre las razones que pueden llevar a producir la nulidad de una norma, como consecuencia de defectos en su tramitación, permiten un pronunciamiento sobre el fondo del proyecto sometido a dictamen. Es cierto que este Consejo ha señalado la posibilidad de que la memoria sobre los objetivos, medios necesarios, conveniencia e incidencia de la norma sea suplida por otros documentos obrantes en el expediente e incluso por el mero Preámbulo y contenido normativo del proyecto, suplencia que no resulta imposible en el proyecto sometido a dictamen. Igualmente, este Consejo, como ya se ha señalado, ha aceptado la convalidación de las actuaciones en ausencia de autorización del Presidente o Consejero competente en razón de la materia, convalidación que debe entenderse producida en el presente supuesto. Por último, puede el Consejo Consultivo, a la vista del contenido de la norma, apreciar la inconveniencia de su sometimiento al trámite de información pública, no justificada en el expediente. Se trata en efecto de una norma que somete a un precio público la prestación de determinados bienes y servicios. Anticipando un juicio sobre el que ha de centrarse la siguiente consideración ha de señalarse que, en el modo en que ha quedado configurado el concepto de precio público a partir de la doctrina del Tribunal Constitucional establecida en su Sentencia 185/1995, de 14 de diciembre, y teniendo en cuenta que los bienes y servicios cuya retribución se pretende a través de los precios públicos que han de establecerse se refieren a bienes o servicios cuya adquisición o uso no puede predicarse a priori de ninguna categoría o conjunto de ciudadanos identificables previamente, no resulta procedente, y puede no resultar conveniente, el sometimiento del proyecto al trámite de información pública. A la vista de todo ello el Consejo, si bien obligado a pronunciarse sobre la norma que se somete a dictamen, por cuanto ninguno de los defectos señalados en su tramitación puede ser causa de su nulidad ni impiden un pronunciamiento en cuanto a su contenido, no puede dejar de señalar la improcedencia de la elaboración de una norma que olvida ya no sólo la literalidad de los preceptos legales que disciplinan tal procedimiento, sino que, haciendo caso omiso de las exigencias que fundan tales preceptos, limita gravemente la posibilidad del pronunciamiento de este órgano consultivo y del Consejo de Gobierno y, en definitiva, cuestionan la posibilidad de acierto en la decisión que haya de adoptarse. III Las cuestiones ya suscitadas en el presente dictamen y, en especial, la determinación de si los bienes y servicios contenidos en el proyecto de Decreto son susceptibles de ser retribuidos mediante precio público, exige el previo análisis de este concepto, en especial a la luz de la doctrina del Tribunal Constitucional expresada en su Sentencia 185/1995, de 14 de diciembre, dictada en recurso de inconstitucionalidad contra la Ley estatal 8/1989, de 13 de abril, de Tasas y Precios Públicos. De tal Sentencia y de la configuración que el legislador estatal da a la figura del precio público, en cuanto ésta resulta adecuada a la Constitución, puede extraerse un concepto de precio público y las consecuencias que de su naturaleza derivan. Ha señalado el Tribunal Constitucional en la Sentencia citada, que la nueva categoría de recursos de derecho público que constituye el "precio público" se diferencia de la tasa en que en ella no aparece la nota de coactividad propia del tributo y, por ello, se halla exenta del cumplimiento del Página 5 de 6 principio constitucional de legalidad. En tal sentido se expresaba la Exposición de Motivos de la Ley estatal 8/1989, de 13 de abril, de Tasas y Precios Públicos y, en el mismo sentido, la citada Sentencia pretende distinguir entre las prestaciones patrimoniales de carácter público impuestas coactivamente y aquellas otras en las que la obligación que lleva aparejada el pago de la prestación es asumida libre y voluntariamente por el ciudadano y, por ello, puede substraerse al principio de legalidad y ser susceptible de constituir un precio público en los términos de la Ley estatal y autonómica en la materia. A este respecto, debe señalarse que la regulación regional de los precios públicos contenida en la Ley 3/990, de 18 de mayo, sigue la configuración legal de la ley estatal parcialmente declarada inconstitucional por la citada Sentencia 185/1995, de 14 de diciembre, por lo que su redacción debe entenderse modificada en los mismos términos que la ley estatal. Así sólo podrá entenderse como susceptible de ser retribuido mediante precio público la prestación de servicios o realización de actividades efectuadas en régimen de derecho público cuando concurran las circunstancias siguientes: - Que los servicios o las actividades no sean de solicitud o recepción obligatoria por los administrados. - Que los servicios o las actividades sean prestados o realizados por el sector privado. Como señala el Tribunal Constitucional en la Sentencia citada la libertad o la espontaneidad exigida en la realización del hecho imponible, y en la decisión de obligarse, para que éste sea susceptible de ser retribuido mediante precio público, debe ser real y efectiva. Esto significa que deberán considerarse coactivamente impuestas no sólo aquellas prestaciones en las que la realización del supuesto de hecho o la constitución de la obligación es obligatoria, sino también aquéllas en las que el bien la actividad o el servicio es objetivamente indispensable para poder satisfacer las necesidades básicas de la vida personal o social de los particulares de acuerdo con las circunstancias sociales de cada momento y lugar o, dicho con otras palabras, cuando la renuncia a estos bienes, servicios o actividades priva al particular de aspectos esenciales de su vida privada o social. Igualmente el Tribunal Constitucional establece que deben considerarse coactivamente impuestas las prestaciones pecuniarias que derivan de la utilización de bienes, servicios o actividades prestadas o realizadas por los entes públicos en posición de monopolio de hecho o de derecho, por cuanto, aunque el nivel de coactividad que deriva del monopolio público sea ciertamente menor que el que resulta del carácter imprescindible de los bienes servicios o actividades que generan la prestación, no por ello puede considerarse irrelevante, ni subsumirse en este requisito, pues aunque los servicios o las actividades no sean obligatorias, ni imprescindibles, lo cierto es que si sólo son los Entes Públicos quienes los prestan, los particulares se ven obligados a optar entre no recibirlos o constituir necesariamente la obligación de pago de la prestación. Es desde la citada delimitación de la categoría de precio público realizada por el Tribunal Constitucional desde la que debe analizarse el proyecto sometido a dictamen a fin de determinar si los bienes y prestaciones que se califican como susceptibles de ser retribuidos mediante precio público cumplen la nota de falta de obligatoriedad de hecho o derecho en su solicitud o recepción que permita afirmar que la retribución no supone una prestación publica coactivamente impuesta y por ello sujeta a las garantías que impone la Constitución y que no se cumplen en la configuración legal del precio público. IV El proyecto de Decreto sometido a dictamen sujeta a precio público la venta de determinados bienes (ejemplares del Código Legislativo de Castilla-La Mancha en soportes papel e informático así como sus actualizaciones y CD-Rom conteniendo la Base de Datos e imágenes del Diario Oficial de Castilla-La Mancha, así como sus actualizaciones), en los que concurre de modo evidente la nota de la voluntariedad, legal y de hecho, en su solicitud y recepción, así como en la situación no monopolística de la Administración en la posibilidad de venta. Página 6 de 6 Se sujetan igualmente a precio público determinados servicios (acceso por medios informáticos y telemáticos al Código Legislativo de Castilla-La Mancha y a la base de Datos e Imágenes del Diario Oficial de Castilla-La Mancha) en los que nuevamente concurren las notas de voluntariedad, de hecho y de derecho, en la solicitud y recepción, y posición no monopolística de la Administración en la prestación del servicio. Sólo cabe a este último respecto observar que tal consideración deriva de entender que la base de Datos e Imágenes a que se refiere el correspondiente apartado del proyecto sometido a dictamen contiene los contenidos públicos a través del Diario Oficial de Castilla-La Mancha y por ello susceptibles de ser almacenados, tratados y servidos por particulares tal y como las colecciones legislativas usuales vienen tradicionalmente haciendo. Siendo ello así resulta concorde con la configuración constitucional del precio público las previsiones contenidas en el proyecto de Decreto sometido a dictamen, siendo por otra parte el proyecto ajustado a las previsiones de los artículos 27 y siguientes de la Ley 3/1990, de 18 de mayo de Tasas y Precios Públicos de Castilla-La Mancha, en especial a lo dispuesto en su artículo 30 que establece la competencia del Consejo de Gobierno para la determinación de los bienes, servicios y actividades susceptibles de ser retribuidos mediante precios públicos. V 1.- En virtud de lo dispuesto en el artículo 30.2 de la citada Ley 3/1990, la fijación de la cuantía de los precios públicos corresponde a la Consejería que gestione los servicios o actividades que retribuyan y, a tal efecto, se elaborará una memoria económico financiera que justifique el importe, que deberá ser informada por la Consejería de Economía y Hacienda. Idéntica previsión a la establecida en el citado precepto legal se contiene en la Disposición Final única del proyecto sometido a dictamen, por lo que ésta resulta innecesaria, proponiéndose su supresión. 2.- El apartado 4 del artículo 40 de la Ley 7/1997, de 5 de septiembre, del Gobierno y del Consejo Consultivo de Castilla-La Mancha establece que las disposiciones de la Administración informadas por el Consejo Consultivo expresarán en su parte dispositiva si se adoptan conforme a su dictamen o si se apartan de él, estableciendo el artículo 6.2 del Reglamento Orgánico del Consejo, para el primer caso la fórmula "de acuerdo con el Consejo Consultivo" y para el segundo "oído el Consejo Consultivo". El proyecto sometido a dictamen no contiene previsión alguna al respecto incumpliéndose con ello las previsiones legales citadas. En mérito de lo expuesto el Consejo Consultivo de Castilla-La Mancha es de dictamen: "Que, tenidas en cuenta las observaciones contenidas en el cuerpo del presente dictamen, puede V.E. elevar al Consejo de Gobierno, para su aprobación, el proyecto de Decreto sobre fijación de bienes y servicios prestados por la Consejería de Administraciones Públicas susceptibles de ser retribuidos mediante precios públicos, considerándose esencial la observación contenida en el número 2 de la consideración V". Este es nuestro dictamen, que pronunciamos, emitimos y firmamos en el lugar y fecha indicados en el encabezamiento.