El empirismo: Locke Contexto histórico, cultural y filosófico

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El empirismo: Locke
8 de febrero de 2011
El empirismo es la corriente losóca que arma que el origen del conocimiento está en la experiencia. El empirismo inglés llenó un período de tiempo que comprende los siglos XVI y XVII y se adentra
en el XVIII, desde Francis Bacon (1561 -1626), y Thomas Hobbes (1588-1679) a Locke (1632-1704),
Berkeley (1685-1735) y Hume (1711-1776).
Los siglos XVII y XVIII son testigos de las obras de Descartes, padre del racionalismo, y de los
empiristas Locke, Berkeley y el propio Hume. En la segunda mitad del siglo XVIII, Kant formuló la
síntesis de las dos corrientes. Los temas éticos y políticos cobraron un gran interés losóco, sobre todo
en el empirismo inglés, cuyos autores dedicaron gran parte de su obra a la teoría política.
Contexto histórico, cultural y losóco
Contexto histórico
John Locke nació en 1632. Hijo de un abogado, vivió en un ambiente liberal e inconformista que
inuyó en su formación. Su vida transcurre en los momentos en que naliza en Inglaterra la dinastía de
los Estuardo y se entroniza la casa de Orange. Unido a la política liberal inglesa, llegó a desempeñar
cargos ociales. Ello demuestra que su actitud ante la política no fue meramente como teórico liberal y
tolerante. Por esta razón, vivió situaciones de auténtico peligro durante el tiempo que estuvo desterrado
en Francia y Holanda, si bien es cierto que también fue un período de su vida fecundo, por lo que a
maduración losóca se reere.
Volvió a Inglaterra denitivamente en 1689, después de la expulsión de Jacobo II y de que el trono
de Inglaterra fuera ocupado por Guillermo de Orange. Es considerado el lósofo del partido whig.
Después de una vida agitada, Locke se retiró con Lady Masham a vivir a Oates, Essex, donde murió
en 1704.
John Locke cursó estudios de losofía, medicina y ciencias naturales en la Universidad de Oxford. Principales obras: dos Tratados sobre el gobierno civil, Ensayo sobre el entendimiento humano y
Pensamiento sobre la educación, publicados en 1690.
Locke, hombre profundamente moderado, esperaba salvar la losofía de dos graves
problemas, en ocasiones relacionados: el dogmatismo y el escepticismo.
Locke vivió una de las épocas más agitadas de la historia de Inglaterra en la Edad Moderna. Durante
la primera mitad del siglo XVII, los reyes Carlos I y Jacobo II de Inglaterra intentaron imponer un
absolutismo monárquico. Carlos I disolvió el Parlamento en 1632 y en 1642 comenzó la Guerra Civil
inglesa. Tras ella, decapitado Carlos I, se instauró un sistema republicano, bajo la tutela de Cromwell.
Se restauró la monarquía en 1660 con Carlos II, que intentó implantar el absolutismo.
El creciente aumento de poder económico de la burguesía de comerciantes tuvo una sólida representación en el Parlamento a través del partido whig. Este proceso de fortalecimiento del Parlamento y
el aumento de poder económico burgués culminó con la segunda Revolución Inglesa de 1688, llamada
La Gloriosa o La Ilustre Revolución, en la que se destituyó al rey Jacobo II y se entronizó Guillermo
de Orange, en 1689, bajo determinadas condiciones:
El sistema político quedó constituido como monarquía parlamentaria
El Parlamento se impuso a la monarquía, dando vía libre a los intereses de la burguesía y desarrollando el capitalismo inglés, que desembocó en la Revolución Industrial que se inició en torno
a 1770.
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El Parlamento debía aprobar los impuestos
El rey no podía suspender las leyes ni reclutar al ejército en tiempo de paz. Se proclamó la
independencia del poder judicial
Se denieron las funciones del poder ejecutivo
Se declaró también la libertad de imprenta.
La Revolución Inglesa de 1688 signicó el triunfo de las libertades políticas, religiosas y económicas, que convirtieron a Inglaterra en la primera potencia europea.
Contexto cultural
Contexto losóco
Como hemos visto al estudiar el racionalismo, en el terreno de lo losóco, el problema del
conocimiento fue, en general, el problema central de la época. En estos momentos, la losofía intentó reexionar sobre su alcance y validez para conocer los grandes temas del conocimiento losóco:
la naturaleza humana, la realidad, la ética, la política, Dios y el alma.
La razón es sobrevalorada frente a cualquier otro tipo de autoridad.
La medicina, la astronomía, las matemáticas y la física, entre otras ciencias, se desarrollan notablemente. Esto explica la importancia que adquieren para la losofía los problemas del conocimiento y
que las matemáticas y las ciencias experimentales sean el modelo metodológico del racionalismo y del
empirismo.
Si bien el racionalismo se inspiró en las matemáticas, en el contexto cultural del empirismo inglés
la ciencia que tuvo mayor impulso fue la física. Así, nos encontramos con que Locke se inspiró en los
métodos de Boyle y Hume, en los de Newton. Todo ello pone de maniesto la estrecha colaboración
que existió entre ciencia y losofía durante estos siglos.
Comienzos del empirismo
Aunque tradicionalmente se conoce como empiristas a Locke, Berkeley y Hume, es necesario referirse
a Francis Bacon y Thomas Hobbes (1588-1679), como predecesores inmediatos de aquellos. Francis
Bacon (1561 -1626) se dedicó a la losofía, a la ciencia y a la política. Su obra más importante es
el Nuevo órgano. Criticó la escolástica medieval (basada en Aristóteles). En su losofía, destacan la
atención dedicada a la experiencia y la preocupación por encontrar un nuevo método experimental. Es
preciso eliminar todos los prejuicios o ídolos de la mente: de la caverna (de las facultades de cada uno
de los individuos), del teatro (de la creencia en la autoridad). de la plaza (errores del lenguaje) y de la
tribu (errores de la propia naturaleza humana). Una vez eliminados los prejuicios, estamos preparados
para comenzar nuestra investigación, basada en la experimentación y en la inducción cientíca. Bacon
no utilizó las matemáticas como lenguaje cientíco, pero sistematizó la experimentación y completó el
método de Galileo Galilei. Para Bacon, conocer no es contemplar la naturaleza, sino dominarla. Así,
ciencia es igual a poder: conocer una causa es poder producir su efecto.
Presupuestos fundamentales del empirismo y su relación con el racionalismo
Racionalismo y empirismo son losofías diferentes, aunque tienen características comunes.
Ambas teorías comparten la primacía del sujeto en el conocimiento y la importancia del método.
Además, racionalistas y empiristas establecen como únicas realidades existentes con plena evidencia
la razón y el yo pensante.
Racionalismo y empirismo constituyen losofías de la subjetividad, puesto que parten de que todo
conocimiento es contenido de conciencia, es decir, únicamente se conoce medíante ideas; si bien para
los racionalistas la conciencia posee contenidos innatos y tiene un papel activo en el desarrollo del
conocimiento. Por el contrario, para los empiristas la conciencia se encuentra vacía hasta que no recibe
los contenidos que provienen de la experiencia. Por lo tanto, en este caso, la conciencia desempeña una
función pasiva en la conguración del conocimiento.
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Además, si para los racionalistas la conciencia es una conciencia sustancial (el yo pensante), para
los empiristas, el yo y la conciencia se desustancializan, tras la persistente crítica de la sustancia. La
creencia de que las cosas existen realmente con evidencia absoluta se sustituye por la armación de
que solo es evidente que existe en nosotros una idea de las cosas. Cuando este presupuesto llegue a
sus últimas consecuencias de la mano de un lósofo posterior como Hume, nos encontraremos con la
imposibilidad de conocer la realidad externa. Únicamente podremos creer en ella.
Las diferencias fundamentales están en que, mientras que para el racionalismo la fuente de conocimiento era el propio sujeto cognoscente, para el empirismo, dicha fuente de conocimiento es la experiencia
sensible. Además, ara los racionalistas la validez del conocimiento reside en la demostración deductiva,
propia de las matemáticas. En el caso de los empiristas, en el análisis experimental e inductivo.
Teoría del conocimiento (Gnoseología) de Locke
Locke expone su teoría del conocimiento en el Ensayo sobre el entendimiento humano. En esta obra,
la experiencia sensible aparece como base para la construcción del conocimiento. La obra pretendía
fundamentar el valor del conocimiento cientíco y el fundamento racional de la práctica política.
Locke trata el origen del conocimiento desde una doble vertiente: por un lado, negando la tesis
racionalista del innatismo de las ideas y, por otro, exponiendo su propia teoría del origen de las ideas,
su clasicación y sus características.
Las ideas
Locke, en el Ensayo sobre el entendimiento humano, dice que el hombre comienza a tener ideas a
partir de la primera sensación, y da esta denición de idea:
Todo lo que la mente percibe en sí misma, o todo lo que es objeto inmediato de percepción, de
pensamiento o de entendimiento, a eso llamo idea.
Para Locke, la palabra idea tiene un sentido análogo al que tienen las palabras pensée y cogitatio
para Descartes.
Ahora bien, Locke no aborda la cuestión desde la lógica, como Descartes, sino desde la psicología, y
niega que existan ideas innatas. Niega que el hombre nazca con ciertos principios y nociones impresos
en la mente.
Para Locke, las ideas representan la existencia de algo externo a la mente, están impresas en ella y,
en un momento determinado, la razón las encuentra. Así pues, no son innatas, como decía Descartes,
sino que es el trabajo de la mente quien las produce. El problema que abordará a continuación es el
de cuáles son los mecanismos psicológicos que emplea la mente para formar dichas ideas.
Origen de las ideas. La conciencia vacía
Locke se plantea el primer problema diciendo: sí no hay ideas innatas, si la conciencia (la mente),
al nacer, está vacía como un papel en blanco, ¾cuál es el origen de las ideas?
Para Locke únicamente puede ser la experiencia, cuyas dos fuentes son la sensación y la reexión. Es
decir, la percepción externa por los sentidos que nos informa de los objetos sensibles y sus cualidades,
y la percepción interna, sentidos internos o reexión, que nos informa de las operaciones de nuestra
mente, como pensar, dudar, creer o razonar. Aunque esta última, la reexión, ha de apoyarse en la
primera.
De la sensación y la reexión solo resultan ideas simples; pero estas ideas simples se relacionan por
asociación y resultan las ideas complejas elaboradas por el entendimiento.
Clasicación de las ideas: las cualidades primarias y las cualidades secundarias
Las ideas simples son la expresión de cualidades primarias o de cualidades secundarias de las
cosas, según se reeran a propiedades objetivas, es decir, representaciones de propiedades que existen
realmente en los cuerpos, como son las de número, gura, extensión, movimiento; o se reeran a
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representaciones debidas al sujeto del conocimiento. Estas son, por ejemplo, el color, el olor, el sabor,
la temperatura, etc., lo que llamamos propiedades subjetivas.
Las ideas complejas proceden del poder que tiene la mente de combinar ideas simples, y pueden
ser de tres clases: modos, sustancias y relaciones.
La sustancia surge, como todas las ideas generales, de la abstracción de unas ideas de otras que
las acompañan. Aparece como soporte de una serie de cualidades que aparecen siempre juntas. Por
ejemplo, la sustancia árbol procede de la separación o abstracción de los rasgos comunes que poseen
todos los árboles que conocemos y solo es el soporte de una serie de cualidades como es el color, el
tamaño o la forma. Para nosotros, la sustancia es solo el resultado de la experiencia y, por eso, su
esencia nos es desconocida absolutamente; únicamente la conocemos por sus efectos, que se ven o se
tocan, etc.; pero la sustancia es incognoscible.
La ideas de sustancia, una de las ideas fundamentales de la metafísica del racionalismo, empieza
ya a perderse en Locke.
La verdad y la falsedad de las ideas
Según Locke, sobre las ideas, al igual que sobre la asociación de ideas, puede hablarse de verdad o
de falsedad. Una falsa asociación de ideas, por ejemplo, es causa de un error. Las ideas son expresadas
por palabras; estos nombres de sustancias no son meros nombres formados arbitrariamente, sino como
nombres que, basándose en la experiencia, designan realidades. Pero, ¾cómo se garantiza el valor
representativo de las ideas? ¾quién garantiza la conformidad de las ideas simples y el mundo sensible
que representan? Puede resultar curioso en un empirista como Locke, pero para él Dios es quien pone
en consonancia las ideas y las cosas que reejan, al poner en ellas un estímulo externo.
Los límites del conocimiento humano
Para Locke, el conocimiento es la percepción de conexión y acuerdo, o desacuerdo, de cualquiera
de nuestras ideas. Todo lo demás será conjetura u opinión, pero no conocimiento cientíco.
Un ejemplo de cierto tipo de acuerdo o desacuerdo entre las ideas es el de las conexiones necesarias:
percibimos que algunas ideas van acompañadas de otras ideas y que de esta coexistencia solo podemos
asegurarnos a través de la experiencia. Por ejemplo, los metales son buenos conductores del calo.
Pero no podemos saber por qué esas ideas o conexiones van siempre agrupadas. Otro ejemplo son las
ideas que están vinculadas a la idea de una existencia real: Dios existe, por ejemplo.
Tipos de conocimiento
1. El conocimiento intuitivo,
fundamento de certeza de todos los demás, de donde procede la
certeza de que lo blanco no es negro, y tres es mayor que dos. Este conocimiento se da cuando
percibimos el acuerdo o el desacuerdo entre las ideas de modo inmediato.
2. El conocimiento
demostrativo,
que es el caso de la verdad matemática o moral o del propio
Dios. En este grado de conocimiento, el acuerdo o el desacuerdo entre las ideas lo percibimos no
inmediatamente, sino mediante demostraciones basadas en intuiciones, que reciben el nombre de
pruebas.
3. Lo que no es ni lo uno ni lo otro es
opinión o fe. Se trata del conocimiento sensitivo, el conocimien-
to que tenemos de los objetos exteriores o del mundo sensible en el momento de percibirlo.
En conclusión, la experiencia es el origen y el límite de nuestro conocimiento. Conocemos solo lo que la
experiencia nos muestra: un conjunto de cualidades sensibles. No cree que el conocimiento se extienda
más allá de las ideas. Sobre cuál es la naturaleza o la esencia del mundo real, nada podemos saber.
Aunque Locke armó que el conocimiento humano solamente es conocimiento de ideas, nunca dudó
yo, del
Dios, causa última de nuestra experiencia, de quien tenemos
una certeza demostrativa; y los cuerpos sensibles, de los que tenemos únicamente conocimiento por
las ideas que formamos a partir de los sentidos. Con la causalidad ocurre lo mismo. La ideas de
de que existiera una realidad distinta de dichas ideas. Locke distingue tres tipos de realidades: el
que tenemos un conocimiento intuitivo;
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causa y la ideas de efecto forman parte de las
ideas complejas de las relaciones.
La correlación
causa-efecto es simplemente una conexión de fenómenos en el tiempo. Esta conexión no procede de
la realidad misma, sino de la experiencia psicológica de esos fenómenos. Por lo tanto, no tiene sentido
preocuparnos por el conocimiento de la causalidad.
Locke consideró la sustancia como una noción oscura. La sustancia y la esencia que nosotros conocemos son simplemente verbales. Es el soporte de las cualidades sensibles, pero no sabemos qué es
ese soporte. En el caso del ser humano, Locke tampoco niega la sustancialidad del alma, aunque no
sepamos exactamente en qué consiste, pues la necesita como sustrato y soporte de sus operaciones.
Ética y Política
Ética (Filosofía moral)
La moral, para Locke, debe ocuparse de evitar el dolor y de conseguir el placer y la felicidad (es la
moral utilitarista).
Su concepción de la ética puede considerarse como una forma de
utilitarismo teológico: el motivo
por el cual obramos bien es por la idea de que Dios premia a aquellos que se portan bien y castiga a los
que hacen el mal. Sostiene que la noción de deber implica la de ley, y que la ley implica un legislador,
y este solamente puede legislar por medio de premios y castigos. El legislador último, arma, es Dios.
La libertad es el derecho que posee cada individuo de hacer lo que quiera en busca de la felicidad
y en el dominio de nuestras pasiones, siempre de acuerdo con su razón natural, que es la que impone
los límites.
Filosofía política
Los hombres son iguales, ninguno debe causar daño a los demás. No habría ninguna necesidad de
leyes humanas, ya que las divinas serían sucientes. Pero los individuos, al actuar según sus intereses, llegan a enfrentarse unos a otros. Por esta razón, el
Estado será el encargado de garantizar los derechos de cada ciuda
La doctrina política de Locke se basa en el análisis de la naturaleza humana y está expuesta en los
Dos Tratados sobre el gobierno civil, que escribió en 1689 y 1690, después de la revolución inglesa de
1688.
En el Primer Tratado, Locke critica las teorías sobre la libertad y el poder hereditario de los reyes
y las armaciones de la iglesia anglicana y el partido de los tories, que defendían la legitimidad del
derecho divino de los reyes.
El estado de naturaleza. Ley natural basada en la razón
Para fundamentar racionalmente la sociedad, es necesario saber cuál es
el estado natural del hombre:
los hombres, en estado natural son libres e iguales entre sí y considera el estado de naturaleza o estado
natural como estado de absoluta libertad en el que se goza de los frutos del propio trabajo. En el estado
natural no existe ningún tipo de organización política y los individuos pueden violar los derechos y las
libertades de los demás. Por esta razón es necesaria una ley objetiva, así como una organización política
Hobbes sostenía que el
Rousseau dirá que el hombre es naturalmente bueno.
que remedie esta situación: el contrato social entre el pueblo y el gobernante.
hombre es naturalmente malo, mientras que
Pero en el estado natural, los seres humanos poseen una ley moral natural, la ley de naturaleza, que
es descubierta por la razón (tesis del racionalismo moral que Hume criticará como falacia naturalista):
la razón humana descubre la ley natural, pues esta es querida por Dios.
En el estado natural, los hombres tienen una serie de derechos: a la vida, a la libertad y a la
propiedad privada de los bienes conseguidos con su trabajo. De ellos, Locke destaca el derecho a la propiedad privad
y que seria perfecto si los hombres se condujeran de modo racional y equitativo.
La sociedad política: el pacto social
Locke, en el Segundo Tratado, se enfrentó a las teorías de Hobbes, quien opinaba que el estado de
naturaleza no está regido por ninguna ley natural, basada en la razón, que limite el derecho natural de
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los seres humanos. Hobbes sostenía que el estado natural es el estado de guerra de todos contra todos.
Para que esto no suceda, los individuos ceden sus derechos al Estado, único poder absoluto que velará
por su seguridad.
Conocida la existencia en el estado de naturaleza de la ley natural, a través de la razón, esta es
la que posibilita la convivencia social pacíca mediante un voluntario sometimiento de las libertades
individuales a un poder superior para que este las proteja: el Estado.
De esta manera, para Locke, la organización política por parte de los hombres es algo natural, pero
trata de fundamentar racionalmente dicha organización política mediante el consenso: el origen de la
sociedad está en el pacto entre iguales. Esto supone aceptar la voluntad de la mayoría y renunciar, en
cierta medida, a una parte de nuestra libertad para disfrutar más de ella en un ambiente de seguridad
y tranquilidad.
Por su parte, el poder del Estado no es ilimitado, ni absoluto, ni arbitrario, y los gobiernos no
deben actuar sino como mandatarios del pueblo, de quien proviene el poder. Los que ejercen dicho
poder político, por lo tanto, son responsables ante el pueblo del desempeño de su misión.
Es necesario, por otra parte, que se mantengan separados el poder legislativo y el ejecutivo para
evitar, precisamente, los abusos de poder. Locke, cuando habla de legislatura, se está reriendo al
Parlamento y, cuando habla del Ejecutivo, alude al rey. El poder legislativo debe ser supremo, y
elegido y renovado en el tiempo por el voto popular. El poder legislativo será el regulador de la
conducta social. Es el encargado de formular y dictar leyes que obligarán a todos los miembros de la
sociedad sin excepción.
La tolerancia religiosa
Prescindir de Dios, aunque solamente sea en el pensamento, disuelve todo1 .
Lo
escribió en su Carta sobre la tolerancia, hacia nales del siglo XVII. La Carta sobre la tolerancia de
Locke es el escrito más representativo del pensamiento inglés sobre la tolerancia religiosa. La libertad
religiosa fue la primera de las reivindicadas por la modernidad, como principio de desarrollo de las
demás libertades.
Para empezar, Locke señala que los males que padece la sociedad política no son producto de la
división religiosa, sino de la intolerancia de unos hombres para con las creencias de otros. Nadie puede
ser obligado a entrar en una Iglesia ni a permanecer en ella. La fuerza es absurda e inecaz en materia
de fe y que nadie puede congurar sus creencias según el mandato de otras personas. Además, la verdad
no puede ser monopolizada por ninguna Iglesia ni individuo. Para el conocimiento de dicha verdad,
todos tenemos el mismo instrumento, la razón.
El alcance de la tolerancia se podría resumir diciendo que la libertad religiosa llega hasta donde
se pueden quebrantar los derechos de otro individuo o atentar contra la propia existencia del Estado.
Esta libertad religiosa es, para Locke, el principio básico de la sociedad política y, por lo tanto, está al
margen de la autoridad de los magistrados o los gobernantes que deben velar por la vida, la libertad
y las propiedades privadas de cada ciudadano, según se sigue del contrato social establecido.
El pensamiento de Locke en su tiempo
Hemos visto que la vida de Locke transcurrió a lo largo de una época de violentas pasiones políticas,
sociales y religiosas. Así pues, las teorías de Locke son un proyecto político y losóco contra todo
absolutismo y dogmatismo, que supusieron una verdadera revolución en el pensamiento europeo. Su
Ensayo sobre el entendimiento humano y los Tratados sobre el gobierno civil se inscriben en el mismo
movimiento en pro de la tolerancia, la paz y el liberalismo. Ambos escritos atacan el fanatismo de
la época: Solo la razón debe ser nuestro juez y guía, dirá Locke. Toda su losofía responde a la
necesidad de explicar la función de la razón en pro de dicho liberalismo y la tolerancia.
En lo que al conocimiento se reere, como en el caso de Descartes y el racionalismo, Locke está
inuido por una ciencia que imposibilitaba una consideración ingenua del mundo y de sus hechos. Frente
a la tradición metafísica platónico-aristotélica o la solución matematizante del racionalismo, John
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Dostoievski, en Los hemanos karamazov, dirá: si Dios no existe, todo está permitido
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Locke inicia una nueva manera de hacer losofía, el empirismo, con el Ensayo sobre el entendimiento
humano: todo conocimiento procede de los sentidos, y la ciencia ofrece un modelo de saber seguro y
rme, al cual debe ser conducida la moral si aspira a ser conocimiento efectivo. Ahora bien, fueron las
dicultades surgidas en un examen de los problemas de la moral y la teología lo que le llevó a realizar
una investigación general sobre las facultades y los límites de conocimiento de la mente humana. En
este sentido, resulta interesante el siguiente texto, extraído de la Introducción del Ensayo sobre el
entendimiento humano:
[...] Nuestro propósito aquí no es conocer todas las cosas, sino aquellas que afectan a nuestra
conducta. Si conseguimos averiguar las reglas mediante las cuales un ser racional, puesto en el estado
en que el hombre está en este mundo, puede y debe gobernar sus opiniones y los actos que de ellas
dependen, ya no es necesario preocuparnos porque otras cosas trasciendan nuestro conocimiento." Así
pues, la teoría del conocimiento de Locke es el centro de su losofía, pero no constituye su meta
última. Es un medio para alcanzar una correcta conducta moral. El escenario losóco-político era
el enfrentamiento entre dos concepciones políticas como son el absolutismo (derechos divinos de los
reyes), y el convencionalismo moderno, de los pactos (Hobbes, Locke, Spinoza). La intencionalidad de
Locke era mostrar la necesidad de la sociedad civil para proteger una serie de derechos propios del
estado de naturaleza. Este, en contra de lo que opinaba Hobbes, no era el estado de guerra, de manera
que Locke no justicará un Leviathan, un poder absoluto de los reyes, como Hobbes.
Proyección del pensamiento de Locke
Como hemos podido ver, Locke conoció la losofía escolástica tradicional en la ciudad de Oxford.
Le decepcionó y pronto fue atraído por el conocimiento cientíco-experimental. Leyó a Bacon y mantuvo una gran amistad con Boyle, quien inuyó notablemente en la obra de Locke, que más tarde se
convertiría en el texto clásico de la teoría empírica del conocimiento. Gran parte de este trabajo es una
aplicación de los principios de la física de Boyle a la mente humana.
Newton y la lectura de Descartes también ejercieron en Locke una inuencia importante. Concretamente, la reacción hacia el cartesianismo es visible en sus primeras especulaciones losócas y estuvo
originada por la decepción de la losofía escolástica.
En la Carta sobre la tolerancia, en momentos de fanatismo religioso y en los que la Iglesia anglícana
había tomado partido por los absolutistas y la casa de los Estuardo, Locke aborda el tema de la
separación de la Iglesia y el Estado, poniendo de maniesto la barbarie de la intolerancia que castigó a
la sociedad inglesa. Sus ideas respondían a las convicciones adquiridas contra el devenir intolerante y
violento de la Inglaterra de su época. Locke, por su parte, ejerció una gran inuencia en el pensamiento
europeo. Así, la teoría del conocimiento de Locke, fundamentalmente sustentada, en un principio, en
la losofía cartesiana y tendente a demostrar que no podemos conocer las esencias reales, abrió el
camino del escepticismo de Hume. También Leibniz tomó la crítica a Locke como punto de partida de
su teoría del conocimiento, aunque, a diferencia de este, admitió las ideas innatas y dio escaso valor a
la experiencia sensible en el conocimiento.
Antecedentes: Tomás de Aquino, además de armar que en la naturaleza del hombre está impresa la
ley natural, sostiene que el ejercicio de la autoridad reside en el pueblo y este es el que la conere a los
gobernantes. El gobierno lo constituye la comunidad y puede derrocarlo si se convierte en tiránico. En el
Renacimiento, entre los protestantes, también se defendió esta tesis. En este sentido, Locke dio un paso
fundamental al proponer una monarquía constitucional y un poder moderado por el parlamento, frente
a Hobbes, que establecía el poder absoluto para los reyes. Locke supuso una verdadera revolución
en Europa, y su inuencia en el pensamiento posterior fue extraordinaria, especialmente para las
doctrinas políticas, que son la exposición clásica de la ideología liberal: Reclamó la libertad religiosa
como el principio básico de la sociedad política, al margen de la autoridad de los magistrados o los
gobernantes, lo cual lleva a la secularización del Estado y la política, separando lo civil de lo religioso.
Todo ello conducirá más tarde, en el liberalismo de Occidente, a la separación de la Iglesia y el Estado.
Toda la losofía inglesa del siglo XVIII, el enciclopedismo y la Ilustración reconocen su dependencia
respecto de él, al igual que la Declaración de independencia de los Estados Unidos, de la que extraemos
el siguiente párrafo: [...] para mantener estos derechos se constituyen entre los hombres gobiernos,
los cuales derivan sus justos poderes del consentimiento de los gobernados. Reclamó el abandono del
7
absolutismo y la vieja teoría del derecho divino de los reyes: el Parlamento es el representante legítimo
del pueblo. <-
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