Miel y botulismo infantil

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MIEL Y BOTULISMO INFANTIL, ¿Por qué HAY ESPORAS EN MIEL?
El botulismo infantil es una severa infección alimentaria que afecta la salud de los niños menores de al año de
edad, reconocida por primera vez en al año 1976. En nuestro país el primer caso fue descripto en el año 1982,
con reporte de 150 casos desde dicha fecha. Los síntomas más precoces de esta enfermedad son constipación,
debilidad generalizada y llanto débil. La enfermedad es causada al ingerir esporas de Clostridium botulinum
que se encuentran generalmente en la miel (pasan de la forma de resistencia a la forma vegetativa), se
multiplican y producen la toxina botulínica en los intestinos de los infantes. Esto ocurre solamente en los niños
menores al año de edad y es debido a que sus intestinos no son lo suficientemente maduros permitiendo la
germinación y producción de la toxina causante del cuadro clínico. En los adultos y niños mayores al año de
edad, el consumo no implica riesgo alguno ya que la espora no es capaz de transformarse en la forma vegetativa
en el intestino.
Las esporas del Clostridium botulinum se encuentran en el ambiente, tierra, polvo, polen, flores,
sedimento de ríos y mares, vegetales, intestino de animales mamíferos y aves. Las abejas en el acto de
libar pueden ser transportadoras de esporas hacia la colmena y de esta manera contaminar la miel, la cual no es
particularmente propicia al clostridium (1), solo es un vehículo donde se concentran las esporas por el acccionar
de las abejas. La tierra que suele contaminar la miel, por otra parte, es ricas en estas esporas. El hecho de
pasteurizar la miel no asegura la eliminación de dichas esporas, ya que éstas resisten temperaturas de
pasteurización. El primer síntoma reconocible es la constipación. Luego se produce debilidad generalizada, llanto
débil, disfagia, reflejo de succión disminuido, irritabilidad, hipotonía generalizada, caída de párpados, incapacidad
de mantener erguida la cabeza y parálisis de diafragma que puede resultar en colapso respiratorio. Se ha
estimado que el botulismo infantil contribuye por lo menos con 5% de los casos de síndrome de la muerte súbita
del lactante (Asociación Americana de Salud Pública, 1980). El diagnóstico se realiza mediante la detección de la
toxina en sangre, en materia fecal o analizando el alimento sospechoso. Ante la presencia de cualquier de los
síntomas mencionados anteriormente se debe recurrir al médico.
http://www.e-campo.com/?event=news.display&id=8192EA73-1027-1FA7-A3D04ADA1763178F&
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Los valores de aw de la miel de abeja se encuentran entre 0,56 y 0,62, valor que impide el crecimiento de casi
cualquier microorganismo con excepción de algunas levaduras y bacterias osmofílicas. Sin embargo, si la miel es
diluida, el aw alcanzado ya no sería efectivo para inhibir el crecimiento de los microorganismos. La miel tiene un pH
ácido (3.5 - 4.5); esta acidez se debe a la presencia de ácidos orgánicos y representa un importante factor
antimicrobiano (1,2,6). El principal ácido orgánico presente en la miel es el ácido glucónico, producto de la acción de la
glucosa-oxidasa
http://www.alanrevista.org/ediciones/2005-2/evaluacion_actividad_antimicrobiana_miel_abeja.asp
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