1 Agrociencia (2007) Vol XI N° 2 pág. 1 - 9 Comportamiento fenológico de diferentes grupos de madurez de soja (Glicine max) en Uruguay. Ubicación temporal del período crítico Giménez, L.1 1 Universidad de la República. Facultad de Agronomía. Estación Experimental Dr. “Mario A. Cassinoni”. Departamento de Producción Vegetal. Cereales y Cultivos Industriales. Ruta 3, Km. 363. Paysandú. URUGUAY. Correo electrónico: [email protected] Recibido: 4/4/07 Aceptado: 19/12/07 Resumen El conocimiento de la fenología y la ubicación temporal del período crítico(PC) de determinación del rendimiento en soja, son aspectos a considerar en la elección del cultivar y en la definición de las prácticas de manejo del cultivo. El estudio consistió en caracterizar la fenología de seis grupos de madurez(GM) y delimitar la ubicación temporal del PC en condiciones diferentes de fotoperíodos y temperaturas. Las variaciones ambientales fueron causadas por cambios en las localidades y en las fechas de siembra(FS). Las FSs evaluadas fueron: octubre, noviembre y diciembre y los experimentos se realizaron simultáneamente, en dos localidades del Litoral, durante dos años consecutivos y sin limitantes de agua y nutrientes. La FS fue el factor más importante en determinar el comportamiento fenológico, en la medida que las FSs se atrasaron los ciclos en los seis GMs se acortaron. En las localidades del norte, se presentaron ciclos más cortos y anterior ubicación del PC. En los GMs III y IV el rango de ubicación temporal del PC resultó más amplio y dependiente de la FS, en cambio los GMs VII y VIII mostraron el rango menor de ubicación del PC y menos dependencia en la ubicación final del mismo de la FS utilizada. Palabras clave: fenología, fotoperíodo, temperatura Summary Phenologyc behavior of different soybean (Glicine max) maturity groups in Uruguay. Temporary location of the critical period The phenology and the temporary location knowledge of the critical period (CP) of yield soybean determination, are aspects to consider in the selection of the cultivar and in the crop management practices definition. The study consisted in characterize the phenology of six soybean maturity groups (MGs) and also in delimiting the CP temporary location at different photoperiods and temperature conditions. The environmental variations was caused by changes in the localities and in the sowing dates (DS). The evaluated DS were: October, November and December and the experiments were done simultaneously in two Littoral localities, for two consecutive years and without water and nutrients limitants. The most important factor to determine the phenologycal behavior was the DS, as the DS were delayed, the cycles in the six MGs were shorten. In the northern localities, were the cycles shorter and CP previous location. In MGs III and IV, the CP temporary location rank proved to be wider and dependent on the DS, instead MGs VII and VIII showed the smallest range of CP location and less DS dependence in the final location of it. Key words: phenology, photoperiod, temperature 2 Giménez, L. Introducción AGROCIENCIA Cuadro 1. Variedades por Grupo de madurez y año de estudio. El comportamiento fenológico de soja en condiciones ambientales diferentes, es un aspecto a considerar 2003/04 2004/05 en la elección de los cultivares con mayor adaptación a GM/Año las regiones de producción y en el ajuste de las práctiIII DM 3100, DM 3700 DM 3100, DM 3700, A 3770 cas de manejo del cultivo. IV DM 4303, DM 4600 DM 4600, A 4725 Asimismo, el conocimiento de la ubicación tempoV DM 50048, A 5520 DM 50048, A 5520 ral del PC de determinación del rendimiento en los diVI A 6019, A 6401 A 6019, DM 6200, A 6411 ferentes GMs, es una característica relevante debido a VII A 7321, A 7636 A 7118, A 7321, A 7636 que el ambiente de producción, durante esta etapa, condiciona la tasa de crecimiento del cultivo, la cual de- VIII A 8000 A 8000 termina el número de granos por superficie, componente principal del rendimiento (Egli, 1988). en el segundo año Dolores y Salto. La localidad de Los principales parámetros ambientales que regulan Dolores se encuentra ubicada a 35º 05´, Paysandú a 32º las variaciones en la fenología de soja son: la tempera33´ y Salto a 31º 38´, de LS. tura, el fotoperíodo y la interacción entre ambos Las características de los suelos en los que se reali(Constable y Rose, 1988; Sinclair et al., 1991; Kantolic zaron los experimentos se presentan en el cuadro 2. et al., 2003). Además, Cooper, (2003) destaca que la El laboreo realizado fue de tipo convencional con temperatura y el fotoperíodo son las principales rastra excéntrica, arado de cincel y rastra de dientes. limitantes climáticas en la obtención del rendimiento Los ensayos fueron fertilizados con P de acuerdo a potencial de soja, en ausencia de deficiencias hídricas. los resultados de los análisis de suelos, el objetivo fue Martignone et al. (2006), señalan la importancia de alcanzar 16 ppm en suelo, se utilizó para la corrección caracterizar la respuesta de los cultivares de soja a vala fórmula 0-46-0. riaciones de temperatura y fotoperíodo con el objeto La semilla fue tratada previo a la siembra con de lograr que los estadios más críticos para la determiinoculante comercial Nitrasec específico, a las dosis renación del rendimiento se desarrollen en las condiciocomendadas en etiqueta. nes ambientales más favorables. Las FSs durante el primer año en Dolores, fueEn Uruguay a partir del año 2001, se ampliaron los ron: 25/10, 28/11 y 20/12 y en Paysandú: 24/10, GMs y las FSs utilizadas a nivel comercial, se incorpo22/11 y 21/12. En el segundo año las FSs fueron: en raron los GMs III y IV (Ceretta y Vilaró, 2003) y las Dolores 28/10, 29/11 y en Salto 30/11. La emergenFSs se realizan fundamentalmente entre los meses de cia ocurrió entre los 7 y 10 días posteriores a la siemoctubre y diciembre. Los cambios tecnológicos y las bra. Las FSs de noviembre y diciembre, en la localivariaciones genéticas producidas, incrementaron las dad de Paysandú se perdieron por efectos de graniinteracciones genotipo-ambiente. zo. El objetivo del trabajo fue caracterizar la fenología Las siembras fueron desarrolladas con una semy delimitar la ubicación temporal de los PC de seis GMs bradora experimental (Wintersteiger PLOTMAN, de soja, en ambientes con temperaturas y fotoperíodos Gesellschaft m.b.n. y CO, Austria). diferentes. Las variaciones ambientales fueron provoLos ensayos se realizaron con riego suplementacadas por siembras en dos localidades del Litoral -a rio debido a que deficiencias hídricas severas influpriori- contrastantes, en los meses de octubre, noviemyen en la duración de algunas etapas fenológicas. bre y diciembre. La densidad de plantas objetivo fue: en los GMs III y IV, 450,000 pl./ha; en los GMs V y VI, 350,000 pl./ha Materiales y métodos y en los GMs VII y VIII, 250,000 pl./ha. Las parcelas estuvieron compuestas de 4 surcos con El trabajo se desarrolló durante los años agrícolas distancia entre hileras de 0.38m y longitud de 10m. 2003/04 y 2004/05, se utilizaron variedades comerciaEl control de malezas se desarrolló con herbicida les pertenecientes a seis GMs de soja, detalladas en el Glifosato a dosis de 3 L ha-1, se realizaron entre 2 y 4 cuadro 1. aplicaciones, dependiendo del enmalezamiento de cada Las localidades en las cuales se instalaron los ensaensayo. yos durante el primer año fueron Dolores y Paysandú y 3 Comportamiento fenológico de diferentes grupos de madurez de soja (Glicine max) en Uruguay. Cuadro 2. Clasificación y características químicas e hídricas de los suelos en las diferentes localidades. Localidad Clasificación Unidad Dolores Brunosol subéutrico Cañada Nieto Paysandú Brunosol subéutrico típico Salto Vertisol Carbono orgánico (%) Agua Disponible (mm) 3 15 1.92 127 San Manuel 7 2.55 85 Itapebí-Tres Árboles 2 4.1 179 Las plagas fueron tratadas de acuerdo al siguiente detalle: el control de chinches (Piezodorus guildiniii y Nezara viridula), se realizó con Endosulfan a dosis de 1.2 L ha-1 y se utilizó Monocrotofos para el control del barrenador de los brotes (Epinotia aporema) a dosis de 1.2 L. pc ha-1. El número de aplicaciones varió de 1 a 3 de acuerdo a la intensidad del ataque. Se registró semanalmente el estadio fenológico de cada variedad, desde emergencia a maduración, la escala utilizada para el procedimiento fue la de Fehr y Caviness (1977). A los efectos de un mejor entendimiento de los resultados, se estudiaron las etapas fenológicas agrupadas de acuerdo a su relación con la determinación del rendimiento. Se registró la etapa entre emergencia y floración (VE-R1), asimismo la etapa entre inicios de floración y plena fructificación (R1-R4). Asimismo se identificó la ubicación y longitud del período crítico (PC) entre fructificación y llenado de grano(R4-R6). Además, se registró la etapa de maduración, entre llenado de grano y madurez fisiológica (R6-R8). En el transcurso de la etapa entre VE-R1, el cultivo posee elevada capacidad de compensar deficiencias en los recursos, (Andrade et al. 2000). Entre R1R4 las posibilidades de compensación disminuyen en relación a la etapa anterior y dependen básicamente del crecimiento del tallo principal, las variedades de crecimiento indeterminado poseen mayor capacidad de compensación. Durante la etapa R4R6, la compensación en soja es baja, debido a la elevada competencia por fotoasimilados, entre las diferentes estructuras reproductivas, Kantolic et al. (2003). En la etapa R6–R8, el rendimiento se encuentra prácticamente determinado. P1 Bray I (ppm) 2 Las observaciones fueron realizadas sobre un diseño experimental completamente aleatorizado, siendo los tratamientos las variedades correspondientes a los seis GMs estudiados, sembradas en las FSs y localidades detalladas. La variable estudiada fue el número de días promedio en que las variedades alcanzaban las etapas fenológicas detalladas, ajustándose el siguiente modelo: yijk = μ + γ i + τ j + γτ ij + ε ijk donde: g es el efecto de la FS y t el efecto del GM siendo m y e el efecto de la media general y del error experimental respectivamente. Dada la característica de la variable medida y su gran dependencia varietal, fueron usadas como repeticiones los valores por variedad dentro de cada GM, siendo utilizado como error experimental las interacciones entre variedades dentro de GM, localidad y FS. Este modelo fue utilizado anualmente para comparar los GMs según FSs dentro de la localidad de Dolores. La comparación entre Dolores y Paysandú se realizó en la FS de octubre del año 2003/04 y la comparación entre Dolores y Salto se realizó en la FS de noviembre del año 2004/05. Se realizaron contrastes ortogonales para comparar el comportamiento de los GMs en las diferentes FSs dentro de las localidades. Fue utilizado en todos los casos un nivel de significación del 5 %. Los análisis fueron realizados mediante el paquete estadístico SAS v. 9.2. 4 AGROCIENCIA Giménez, L. Resultados y discusión Fechas de siembras en Dolores En la figura 1, se presenta la duración de las etapas fenológicas en la FS de octubre, en los dos años de estudio, en Dolores, se observa que la etapa VE-R1 presentó una longitud similar, en ambos años, considerando los mismos GMs. GM VIII (2003-04) GM VIII (2004-05) GM VII (2003-04) GM VII (2004-05) GM VI(2003-04) GM VI(2004-05) VE-R1 GM V (2003-04) R1-R4 GM V (2004-05) R4-R6 GM IV(2003-04) R6-R8 GM IV (2004-05) GM III (2003-04) GM III (2004-05) 0 20 40 60 80 100 120 140 160 Días Post-emergencia Figura 1. Duración de estadios fenológicos, FS de octubre, Dolores, años 2003/04 y 2004/05. En los GMs III y IV el comportamiento mencionado se debe a que en siembras de fines de octubre, la mayor parte de la etapa vegetativa, se desarrolló durante noviembre y en los años evaluados las temperaturas en dicho mes fueron similares (Cuadro 3). Se puede apreciar en la figura 1 que en los GMs III y IV, el inicio de la floración ocurrió con anterioridad al solsticio de verano con fotoperíodos alargándose. La soja es una especie de día corto, por lo tanto los GMs mencionados se comportaron con escasa sensibilidad 180 al fotoperíodo. Los resultados coinciden con los sugeridos por Hadley et al. (1984), que indican que la inducción floral en los GMs de ciclo corto, es provocada básicamente por la temperatura. En cambio, Major et al. (1975), señalan que en los GMs de ciclo más largo, la inducción es compleja y ocurre por efecto conjunto del fotoperíodo y la temperatura, y cuanto mayor es la longitud del ciclo, mayor es la importancia que posee el fotoperíodo en la inducción floral. En los seis GMs analizados, la longitud de R1-R4 fue mayor en 2003/04, el comportamiento se debió a la ocurrencia de temperaturas medias más altas durante el verano del año 2004/05 (Cuadro 3). Como consecuencia, la etapa fenológica R4-R6 comenzó posteriormente en el año más frío, 2003/04, provocando comportamientos fenológicos diferentes, de acuerdo al GM. A medida que avanza el verano, se producen fotoperíodos más cortos y temperaturas medias más bajas. En 2003/04 los GMs VI, VII y VIII presentaron una duración menor de R4-R6 que en el año 2004/05, en cambio en los GMs III y IV la duración de R4-R6 fue mayor. La respuesta diferencial se debió a los mecanismos que controlan la duración de las etapas fenológicas. En los GMs III y IV la temperatura es el factor determinante y en los GMs V a VIII operan conjuntamente fotoperíodo y temperatura. En la figura 1, se observa que en Dolores en la FS de octubre la duración de los ciclos totales fue menor en el año 2004/05, excepto en el GM V y las diferencias mayores las presentaron los GMs III y IV. En la figura 2, se muestra la información fenológica obtenida en la FS de noviembre, en los dos años que abarcó el estudio. GM VIII (2003-04) GM VIII (2004-05) Cuadro 3. Temperaturas (ºC) medias mensuales en los años agrícolas 2003/04 y 2004/05 en Dolores, Paysandú y Salto. Localidad AÑO Dolores 2003/04 Dolores 2004/05 Paysandú 2003/04 Salto 2004/05 GM VII (2003-04) GM VII (2004-05) GM VI (2003-04) GM VI (2004-05) GM V (2003-04) VE-R1 GM V (2004-05) R1-R4 Noviembre Diciembre Enero Febrero Marzo Abril 19.8 21.2 24.5 22.2 22.2 18.4 19.7 23.3 25.6 23.3 20.6 16.1 20.7 21.5 25.4 23.3 23.6 20.2 20.5 22.8 26.7 24.2 21.6 17.1 Fuente: Dirección Nacional de Meteorología e INIA Salto Grande. GM IV (2003-04) R4-R6 GM IV (2004-05) R6-R8 GM III (2003-04) GM III (2004-05) 0 20 40 60 80 100 120 140 160 180 Dias Post- emergencia Figura 2. Duración de los estadios fenológicos, FS de noviembre, en Dolores, años 2003/04 y 2004/05. 5 Comportamiento fenológico de diferentes grupos de madurez de soja (Glicine max) en Uruguay. Cuadro 4. Fechas de inicio y finalización del PC en las fechas de siembra y localidades evaluadas. III IV V OCT NOV DIC OCT NOV 35de 32e 29e 40de 37de 28abc 27abc 24bc 37a 24abc 36a 19ª 24a 30a 16a 25a 28ª 23ª 19a 34a 124bcde 105de 100e 125bcde 111cde VI DIC OCT NOV DIC 33e 54bcd 46cde 55bcd 23bc 34ab 18c 22bc 20a 28ª 30a 19a 23a 21ª 34a 28a 98e 136bcd 128bcde 123bcde OCT 68ab 28abc 28a 23a 146ab NOV 55bcd 20c 20a 44a 138bc VII DIC 64abc 23bc 27a 21a 135bcd OCT NOV 80a 65abc 26abc 20c 28a 26a 42a 31a 176a 142bc DIC 72ab 23bc 23ª 25a 142bc Las diferencias entre medias dentro de los estadios fenológicos se consideraron al 5%. OCT=OCTUBRE NOV= NOVIEMBRE DIC= DICIEMBRE FS= FECHA DE SIEMBRA. En relación a la duración de la etapa VE–R1, se constató que en la FS de noviembre se presentaron para un mismo GM escasas diferencias entre años. Las etapas R1-R4 y R4 –R6 presentaron menor duración en 2004/05 debido a las temperaturas medias superiores. Se observa en la figura 2 que la longitud de la etapa R6-R8 en 2003/04 fue menor que en 2004/05 fundamentalmente en los GMs III, IV, V y VI debido a temperaturas medias superiores de marzo y abril de 2005 frente a las de 2004 (Cuadro 1). En el cuadro 4 se aprecia la duración de las diferentes etapas fenológicas para cada GM en las tres FSs ensayadas en Dolores. Se puede apreciar que el efecto fundamental de las FS de diciembre fue el acortamiento del ciclo total, en relación a las FS anteriores, la información es coincidente con la obtenida por Baigorri et al. (1995). Las diferencias fenológicas entre los GMs en las FS de diciembre, son sensiblemente inferiores a las observadas en las FSs más tempranas. En los seis GMs, se destacó una tendencia a presentar mayor duración del ciclo en las siembras más tem- pranas, debido a la menor duración de las etapas entre VE y R6. En las FSs de diciembre durante la etapa VE-R1 y en las primeras etapas reproductivas ocurren fotoperíodos más cortos y temperaturas más altas que en las FSs más tempranas, esto provocó el acortamiento entre VE-R6 en los GMs evaluados. En cambio, durante las etapas R6-R8, se producen temperaturas medias inferiores y fotoperíodos más cortos que en las FS tempranas, dicho efecto contribuye a que la reducción del ciclo con el atraso en la FS sea mayor en los GMs de ciclo más largo. En el cuadro 5, se presenta el rango temporal de ubicación del PC (R4-R6) de los diferentes GMs en las FSs y localidades ensayadas. En el caso de la localidad de Dolores en la FS de octubre se observa que los GMs III y IV presentaron el PC durante los meses de enero y febrero. Importa destacar que en el GM III una parte importante del PC transcurre durante enero, en dicho mes se producen las mayores demandas evaporativas atmosféricas. Cuadro 5. Duración de los estadios fenológicos promedio para los años 2003/04 y 2004/05 en las FSs de octubre, noviembre y diciembre, Dolores. Localidad Dolores Paysandú Salto FS OCT NOV DIC OCT NOV GM III IV V VI VII VIII 4/1 - 13/2 10/1 - 22/2 1/2 - 7/3 8/2 - 15/3 11/2 - 23/3 19/2 - 25/3 28/1 - 4/3 3/2 - 8/3 10/2 - 13/3 22/2 - 20/3 5/3 - 30/3 8/3 - 6/4 3/2 - 9/3 18/2 - 18/3 3/3 - 24/3 5/3 - 30/3 4/3 - 27/3 10/3 - 5/4 1/1 - 5/2 7/1 - 14/2 26/1 - 28/2 4/2 - 9/3 10/2 - 10/3 14/2 - 18/3 30/1 - 21/2 7/2 - 3/3 10/2 - 9/3 16/2 - 18/3 17/2 - 18/3 26/2 - 25/3 OCT=OCTUBRE, NOV= NOVIEMBRE DIC= DICIEMBRE FS=FECHA DE SIEMBRA. 6 Giménez, L. Asimismo en Dolores en los GMs V a VIII en FS de octubre, se verificó la ocurrencia del PC durante los meses de febrero y marzo, en los que en general, se presentan menores demandas atmosféricas, radiación solar y temperaturas que en el mes de enero. Kantolic et al. (2003), señalan que durante el transcurso de las etapas R1 a R6 se fija y determina la supervivencia del número de granos/m² componente principal del rendimiento en grano, señalan que la etapa más crítica se ubica entre R4-R6. Por dicho motivo, las condiciones ambientales durante dichas etapas son determinantes para la producción de grano. La disponibilidad hídrica, es el parámetro que provoca mayor variabilidad en los rendimientos de soja. De acuerdo a la información obtenida y a las características climáticas promedio de la localidad, es posible inferir que en FSs de octubre durante los PCs de los GMs V a VIII se presentan demandas atmosféricas menores que las que ocurren en los GMs III y IV. Al respecto Ceretta y Mandl (2002), identificaron a las variedades de ciclo corto (GM III y IV) como de alto potencial y baja estabilidad de rendimientos. Este comportamiento se puede deber a que en los GMs III y IV en FS normales de fines de octubre, la ubicación temporal del PC permite obtener condiciones de radiación solar y temperaturas para lograr elevados rendimientos, en ausencia de limitaciones hídricas. En secano, los rendimientos potenciales se concretan, sólo en los años en que las precipitaciones permiten cubrir las necesidades hídricas. En los GMs en los que el PC ocurre en condiciones de demandas atmosféricas elevadas, la estabilidad de los rendimientos generalmente es baja debido a la variabilidad de las precipitaciones. En Dolores en la FS de noviembre los GMs III y IV presentaron la mayor parte del PC durante febrero, los GMs V y VI entre febrero y marzo y en los GMs VII y VIII, la mayor proporción del PC se ubicó durante marzo. En la FS de diciembre, se observa que en los GMs III y IV se presenta la ubicación del PC distribuida en los meses de febrero y marzo. En los GMs V a VII durante marzo y en el GM VIII el PC se ubicó durante marzo e inicios de abril. La elección del GM y de la FS determinó la ubicación temporal del PC, el cuál ocurrió con anterioridad en los GM más cortos y en las FS más tempranas (Cuadro 5). De acuerdo al comportamiento fenológico estudiado, es posible con la elección de la FS y el GM disminuir la probabilidad de ocurrencia de demandas atmosféricas elevadas durante el PC. AGROCIENCIA Asimismo cabe resaltar que las etapas fenológicas más afectadas en su longitud por las temperaturas fueron las reproductivas. En el cuadro 4, se puede observar una tendencia en los seis GMs estudiados, a la reducción del ciclo en la medida que se atrasa la FS, los ciclos fueron más cortos en diciembre que en noviembre y estos presentaron menor duración que en octubre, las diferencias fueron significativas sólo en el GM VII entre la FS de octubre y las más tardías. En relación a la ubicación del PC, las FS de octubre presentaron antes el PC que las FSs de noviembre y diciembre, la duración del PC fue en general mayor en las FSs tempranas. De acuerdo a la información, obtenida en Dolores los GMs III y IV florecieron con fotoperíodos alargándose y la acumulación térmica requerida para inducir la floración en la localidad fue de 475 a 671 UT b6ºC, la amplitud constatada se debió al rango de variedades estudiadas. b) Fechas de siembras en Dolores y Paysandú. En el cuadro 6 se muestran los resultados fenológicos obtenidos en la FS de octubre, en Paysandú, en el año 2003/04. La longitud de la etapa VE-R1 se presentó con menor duración en los GMs de ciclo más largo V, VI y VII en Paysandú no se detectaron diferencias estadísticas (Cuadro 6). En el cuadro 3 se observa que las temperaturas medias de los meses de noviembre y diciembre, en los cuales se desarrolló la etapa VE-R1 de los GMs III y IV fueron escasamente superiores en Paysandú frente a Dolores. A su vez Paysandú se encuentra a una latitud inferior, por lo tanto la inducción floral anterior en los GMs V a VII, está determinada por los fotoperíodos más cortos y temperaturas levemente superiores. Se observa en el cuadro 5 la ubicación temporal del PC en los seis GMs en Paysandú, la misma es anterior en pocos días a Dolores. No se detectaron diferencias estadísticas en la duración del PC en los diferentes GMs (Cuadro 6). Las diferencias en longitud de los ciclos para un mismo GM, entre las localidades de Paysandú y Dolores fue escasa del orden de 4 a 10 días. En las localidades sur y norte evaluadas en la FS de octubre, se detectaron escasas diferencias en la duración de la etapa VE-R1 en los GMs de mayor duración, siendo más larga dicha etapa en Dolores (Cuadro 6). Martignone et al. (1995), indican que las duraciones de las etapas VE-R2, R2-R5 y R5-R7 están asociadas po- 7 Comportamiento fenológico de diferentes grupos de madurez de soja (Glicine max) en Uruguay. Cuadro 6. Duración de los estadios fenológicos en la FS de octubre 2003, Dolores y Paysandú. GM LOCALIDAD VE-R1 R1-R4 R4-R6 R6-R8 III DOL 37c 28a 36a 25a IV PAY 35c 32ª 44ª 20ª V DOL 40c 37a 30a 19a PAY 40c 39a 40a 23a VI DOL 54abc 34a 28a 21a PAY 51bc 40a 35a 21a DOL 68ab 28a 28a 23a VII PAY 60abc 43a 36a 23a DOL 80a 26a 28a 42a PAY 76ab 38a 32a 25a Las diferencias de medias dentro de los estadios fenológicos se consideraron al 5%. DOL=DOLORES PAY=PAYSANDU. sitivamente a los rendimientos de soja. En ese sentido, Giménez (2006), obtuvo mayores rendimientos en grano en Dolores frente a los obtenidos en Paysandú, en FS de octubre en variedades de los GMs III a VIII. De acuerdo a la información obtenida en Paysandú, los GMs III y IV requirieron entre 474 y 679 UT b6ºC para inducir la floración, similar suma térmica se cuantificó en Dolores. c) Fechas de siembra en Dolores y Salto En el cuadro 7 se muestra la duración de las diferentes etapas fenológicas, en la FS de noviembre, en la localidad de Salto. Las longitudes de la etapa VE-R1 de los GMs III y IV, presentaron similar duración entre las localidades de Salto y Dolores. Cabe destacar que las temperaturas medias históricas de Salto, se encuentran 2 ºC por encima de las que presenta Dolores, Cruz et al. (2000). Se observa en el cuadro 3 que las temperaturas de Salto, durante diciembre de 2004, en el que se desarrollaron las etapas vegetativas de los GMs III y IV, fueron similares a las temperaturas medias del sur. En Dolores, las temperaturas medias de diciembre de 2004 fueron 13º C superior al promedio histórico, esto determinó una duración similar de VE-R1 en los GMs III y IV para ambas localidades. Los GMs V a VII presentaron en Salto una longitud de la etapa VE-R1 menor que en Dolores, detectándose diferencias estadísticas significativas sólo para el GM VII (Cuadro 7). El comportamiento se debió a la longitud del fotoperíodo, Salto se ubica a una latitud inferior que Dolores, esto provocó anterior inducción floral que en la localidad sur en aquellos GMs de mayor reacción fotoperiódica. En el cuadro 4, se observa la ubicación temporal del PC, en la FS de noviembre, en ambas localidades, En los GMs VI y VII el inicio del PC fue anterior en Salto y en los GM V a VII la duración fue mayor en Salto (Cuadro 7). La duración de R6-R8 presentó una tendencia a ser menor en Salto en los GMs IV a VII, esta etapa transcurrió con temperaturas mayores y fotoperíodos más cortos que en Dolores determinando una menor longitud en la localidad norte. En definitiva, las condiciones de fotoperíodo de Salto, provocaron menor duración de las etapas vegetativas en los GMs V a VII comparativamente con Dolores siendo las diferencias mayores cuanto mayor fue el GM. Cuadro 7. Duración de los estadios fenológicos en la FS de noviembre 2004, Dolores y Salto GM III IV V VI LOCALIDAD DOL SAL DOL SAL DOL SAL DOL SAL DOL SAL VE-R1 R1-R4 R4-R6 R6-R8 32e 20bc 22de 32b 34e 21bc 32a 34b 39de 24abc 20e 43ab 38de 45bcd 21bc 21bc 30ab 19e 31b 36ab 43cd 23bc 28bc 33b 52b 18cd 19e 37ab 47bc 26ab 24cd 35b 63a 13d 19e 48a 51bc 30a 21de 38ab Las diferencias de medias dentro de estados fenológicos se consideraron al 5%. DOL= DOLORES SAL= SALTO. VII 8 AGROCIENCIA Giménez, L. En los GMs III y IV debido a las particulares temperaturas del mes de diciembre en Dolores no hubo diferencias de las etapas VE-R1 entre localidades. Conclusiones 1) La FS fue el factor, entre los estudiados, que provocó mayor efecto en el comportamiento fenológico de los diferentes GMs. 2) En los seis GMs, a medida que las FSs se atrasaron las longitudes de los ciclos se redujeron, debido fundamentalmente al acortamiento de la etapas entre VE-R6, a causa de las temperaturas medias mayores y los fotoperíodos menores. 3) En las localidades del norte, se presentaron ciclos más cortos, salvo en el GM IV, y una ubicación anterior del PC, debido a los fotoperíodos menores y temperaturas medias mayores. 4) Los GMs III y IV presentaron el mayor rango de ubicación temporal del PC para las FSs estudiadas, el mismo se ubicó entre el 4 de enero y 18 de marzo. La duración del mismo fue de 40 a 22 días para las FSs de octubre y diciembre respectivamente. Los GMs III y IV en FS de octubre presentaron una parte significativa del PC durante el mes de enero, en el que ocurren las mayores demandas evaporativas atmosféricas. 5) Los GMs VII y VIII mostraron el menor rango de variación en la ubicación del PC, el mismo se ubicó entre el 11 de febrero y 6 de abril, con una duración de 40 a 23 días para las FSs de octubre y diciembre respectivamente. Los GMs VII y VIII presentaron menor dependencia en la ubicación del PC de la FS, asimismo en la FS de diciembre acortaron el ciclo en mayor proporción que los demás GMs. Agradecimientos Este trabajo formó parte del proyecto de investigación “Manejo del cultivo de soja” y fue desarrollado en el marco del acuerdo entre la Facultad de Agronomía y el Sector Empresarial Sojero y financiado por las empresas Barraca Erro, Nidera Uruguaya, Agronegocios del Plata y Lage & Cía. Agradezco al Sr. Esteban Fagúndez por el intenso trabajo de campo desarrollado, a la Bach. Ileana Ávila por el trabajo de campo y gabinete realizado en los experimentos durante el año 2005 y al Ing. Agr.(Ph.D) Guillermo Siri por la conducción de los ensayos entre los meses de febrero y julio del mismo año y especialmente a la Ing. Agr. (Dra.) Mónica Cadenazzi por el apoyo en el análisis estadístico. Bibliografía Andrade, FH.; Aguirrezábal, L. y Rizzalli, R.H. 2000. Crecimiento y rendimiento comparados.En: F.H. Andrade y V.O. Sadras. (eds.) Bases para el manejo del maíz, el girasol y la soja. Editorial Médica Panamericana S.A. Argentina. pp. 61-96. Baigorri, H.E.J.; Scarafoni, R. y Masiero, B. 1995. Comportamiento de cultivares de grupos de madurez III al VII en 5 fechas de siembra entre octubre y febrero en Marcos Juárez. Parte 1. Desarrollo. 1º Congreso Nacional de Soja. 2ª Reunión Nacional de Oleaginosos. Tomo I. Pergamino(Bs. As.) Tomo I. pp. 222-229. Ceretta, S. y Mandl, A. 2002. Adaptación de cultivares de soja en Uruguay. En Jornada de Girasol y Soja. 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Crop Sci. 31: 786-798. 10 Agrociencia (2007) Vol XI N° 2 pág. 10 - 16 AGROCIENCIA Ordenación y clasificación morfológica del fruto de cultivares mixtecos de pitaya (Stenocereus pruinosus) en México Luna-Morales, C.1 1 Universidad Autónoma Chapingo 56230 Chapingo, Estado de México, México. Correo electrónico: [email protected] Recibido:18/9/06 Aceptado: 26/12/07 Resumen Con el objetivo de ordenar y clasificar la diversidad morfológica del fruto de 31 variantes reconocidas por más de 20 cultivadores de pitaya (Stenocereus pruinosus) de la Mixteca Baja, México, se midieron 19 atributos morfológicos a 200 frutos (2 a 10 por variante). Los datos se analizaron mediante comparación de promedios, conglomerados y componentes principales. Los informantes identificaron las variantes por el color, tamaño y forma del fruto; tamaño y color de espina; tamaño y cantidad de semillas; dulzura, sabor y época de maduración. Aunque cinco atributos (grosor de cáscara, número de areolas, grosor y anchura de semilla y la relación entre peso fresco de pulpa/cáscara) fueron significativamente iguales, el análisis multivariable apoya la pertinencia de 16 para la caracterización de las variantes. Los tres primeros componentes principales (CP) resumieron el 60 % de la variación y ordenaron a las variantes por el tamaño y peso de fruto y tamaño de semilla y espina (CP1), por el color de cáscara y pulpa (CP2) y por la redondez (CP3) del fruto, coincidiendo en gran parte con la clasificación infraespecífica tradicional. Un agrupamiento congruente con estos análisis define nueve grupos, uno de los cuales corresponde con un probable híbrido interespecífico. La clasificación empírica de los informantes es confirmada en gran parte por los análisis estadísticos. Palabras clave: Cactaceae, Pachycereeae, recursos fitogenéticos, Mixteca Baja Summary Fruit morphological ordenation and classification of mixtec landraces of pitaya (Stenocereus pruinosus) at Mexico In order to classify and order the fruit morphological variation of 31 cultivated variants of Stenocereus pruinosus, identified by more than 20 informants from the Mixteca Baja region of Mexico, 19 morphological attributes were measured on 200 fruits (2-10 fruits per variant). Data were analyzed using means comparison, cluster and principal components analysis. Informants identified the variants by color, size and shape of fruits; size and color of spines; size and number of seeds; sweetness, flavor and ripeness season. Although five attributes (peer thickness, number of areoles, thickness and width of seed; fresh weight relationship between flesh and peer) were statistically similar between variants, the multivariate analysis supports 16 for the characterization of variants. The first three principal components (CP) explained 60 % of the variation and ordered the variants by size and weight of fruit and size of seed and spine(CP1), color of flesh and peer (CP2), and fruit roundness (CP3). A consistent classification with these analysis defines nine groups, one of which is a putative interspecific hybrid. The traditional classification is confirmed by statistical analysis. Key words: Cactaceae, Pachycereeae, plant genetic resources, Mixteca Baja Ordenación y clasificación morfólogica del fruto de cultivares mixtecos de pitaya (Stenocereus pruinosus) en México Introducción México es centro de origen y diversidad de cactáceas, varias de las cuales han sido importantes para el desarrollo de algunas culturas Meso y Aridoamericanas. En estas regiones, además del aprovechamiento de poblaciones espontáneas, se han cultivado más de 40 especies de cactáceas y domesticado alrededor de 17, de las cuales 20 y siete, repectivamente, son columnares (Zeven y de Wet, 1982; Sánchez-M., 1984; Hernández X., 1993; Luna-M, 2003). Los estudios arqueológicos del valle de Tehuacán en México han evidenciado el uso del fruto, el tallo y la semilla de ocho especies de cactáceas columnares (Pachycereeae) desde hace más de 8,000 años, entre las cuales se encuentra S. pruinosus (Callen, 1967; Smith, 1967; González Q., 1972), que en la actualidad recibe el nombre genérico mixteco “dichi” y el antillano “pitaya”. La Mixteca Baja es una región contigua al valle de Tehuacán que también cuenta con tales recursos bióticos y su poblamiento y florecimiento prehispánicos han sido evidenciados por la arqueología (Winter, 1996). Así, es muy probable que en esta región, la actual pitaya o dichi kua [S. pruinosus (Otto)Buxb.] se haya cultivado desde entonces, pues tanto en el valle de Tehuacán como en la Mixteca Baja se encuentran evidencias de huertos abandonados prehispánicos, coloniales o de principios del siglo xx (Luna-M. y Aguirre, 2001). La importancia actual y pasada de esta especie en la Mixteca se evidencia también por la presencia bajo cultivo de más de 30 variantes infraespecíficas y un aparente híbrido interespecífico (Luna et al., 2001), lo cual se considera uno de los primeros indicios de la domesticación de una especie (León, 1987). Estos cultivares probablemente han sido obtenidos a lo largo de siglos por los mixtecos mediante su manejo y selección a partir de poblaciones cultivadas in situ y posteriormente ex situ en los frecuentes huertos antiguos abandonados de la región (Luna-M., 2004). Para el registro y protección de estos cultivares tradicionales es necesaria su caracterización y evaluación morfológica, fenológica, reproductiva, molecular, agronómica. El presente trabajo, cuyo objetivo es ordenar y clasificar la variación morfológica del fruto de 31 variantes mixtecas de S. pruinosus, busca avanzar en este proceso. Materiales y métodos Mediante recorridos regionales y entrevistas abiertas, se ubicaron las principales localidades productoras 11 de esta especie en la Mixteca Baja de Oaxaca (Luna-M., 2003). De ellas se seleccionaron ocho (Chichihualtepec, Tianguistengo, Joluxtla, Acaquizapan, Camotlán, Dinicuiti, Cuititó, El Naranjo) por su mayor riqueza en variantes infraespecíficas, a pesar de lo cual no se lograron estudiar todas las variantes. En los huertos y en los centros locales de empaque del fruto, con ayuda de más de 20 informantes locales, se obtuvieron de dos a 10 frutos de cada una de las variantes estudiadas, para medirles 19 atributos morfológicos de espina, cáscara, pulpa y semilla (Cuadro 4). Las mediciones de los frutos se hicieron en madurez de consumo, utilizando un vernier y una balanza electrónica para las dimensiones y peso del fruto, respectivamente; el color de la cáscara y pulpa se determinó en una escala de intervalo con la cascada de colores Munsell (Munsell, s/f). Las semillas se separaron mediante fermentación y frotación para contarlas y medirlas con un microscopio de disección (n=30). Se efectuó un análisis de varianza de una vía y comparación de medias (Duncan) con el paquete SAS 6.03 (SAS, 1988); la ordenación (componentes principales a partir de la matriz de correlaciones entre las variables estandarizadas) y la clasificación (UPGMA o agrupación no ponderada de pares de grupos, con la distancia taxonómica media) multivariable se hizo con el paquete NTSYS 2.1 (Rohlf, 2000). Resultados y discusión Análisis univariable y clasificación tradicional En los cuadros 1 y 2 se presentan los promedios de los atributos de S. pruinosus estadísticamente diferentes (p≤5%). El grosor de la cáscara (1.4-3.8 mm), el número de aréolas (38-69), la longitud de la semilla (2.17-2.61 mm) y la relación entre los pesos frescos de pulpa y cáscara (2.97-6.96) fueron estadísticamente similares entre las variantes; sin embargo, el mayor grosor de cáscara y la mayor longitud de espina han sido seleccionados en algunas variantes por los pitayeros mixtecos, dado que contribuyen a aumentar la duración del fruto en postcosecha (Luna-M. y Aguirre, 2001a). Esta aparente incongruencia de los análisis estadísticos univariables con los móviles de selección de los informantes tendrá que ser despejada en una investigación posterior, con mayor tamaño de muestra y mayor control de la validez interna y externa de la investigación, así como la medición de pesos secos en vez de frescos. En general, las primeras siete variantes, junto con las denominadas Sinsidi, Reina e Intsi’ia, se consideran 12 AGROCIENCIA Luna-Morales, C. Cuadro 1. Atributos del fruto estadísticamente diferentes (p≤5%) entre 31 variantes cultivadas de pitaya de mayo (Stenocereus pruinosus) en la Mixteca Baja, México. Variante 1. Burra 2. Site’e 3. Iñutun 4. Cántaro 5. Negra 6. Blanca 7.Lilamorada 8. Chicalía 9. Iñuya’a 10. Melón 11. Intsi’ia 12. Licui 13. Reina 14. Sandía 15. Acateca 16. Solferina 17. Sinsidi 18. Amarilla 19. Sineño 20. Tripa-Co 21. Tsindudo 22. Ceniza 23. China 24. Indo’oyo 25. Roja 26. Iñukushi 27. Morada 28.S. Gabriel 29. Hormiga 30. Coqui 31. Abrileña Diámetro polar (cm) Diámetro ecuatorial (cm) Peso total (g) Peso de cáscara (g) 12.01 11.51 10.55 10.11 10.32 9.50 9.14 9.14 8.62 8.62 8.59 8.44 8.42 8.39 8.36 8.33 8.08 7.87 7.72 7.64 7.59 7.43 7.34 7.32 7.23 7.20 7.15 6.64 6.49 6.46 6.18 8.12 6.92 7.73 6.48 6.99 7.44 7.61 5.64 6.68 6.68 6.64 6.56 7.23 6.02 5.58 6.16 7.32 5.97 6.39 5.95 6.64 5.91 6.24 6.10 5.93 5.85 5.45 4.97 5.60 6.16 5.49 398.51 254.20 316.80 220.53 258.37 257.83 275.50 147.97 199.84 202.43 205.40 179.12 236.61 164.47 147.08 165.67 259.00 148.26 199.93 146.08 188.10 151.38 176.51 145.34 139.21 133.80 110.08 85.91 114.58 130.50 105.60 65.97 45.20 69.40 45.05 63.59 64.39 49.89 31.42 43.58 50.43 38.40 35.90 40.36 34.08 32.82 35.12 44.10 31.09 43.42 32.84 35.40 25.48 36.80 32.53 28.46 16.80 23.49 15.14 18.71 31.00 26.60 como las más comerciales o de primera calidad, debido a su mayor peso, tamaño y longitud de espina; este último carácter, generalmente considerado indeseable, para los mixtecos parece ser un móvil de selección, ya que, al aumentar la aireación y el amortiguamiento durante el empaque, se aumenta la duración del fruto en postcosecha (Luna-M. y Aguirre, 2001a). En cambio, las siete últimas variantes son más bien pequeñas, pero poseen alguna característica de interés para el productor; tal es el caso del posible híbrido interespecífico (San Gabriel), apreciado por su producción elevada y en dos estaciones del año (mayo y agosto), la Abrileña de producción temprana o la Hormiga por su sabor especial. Las 13 variantes restantes, que son de un tamaño y peso intermedio, también poseen algún carácter de Peso comestible (g) 332.54 209.00 247.40 175.47 194.78 193.44 225.61 116.55 156.26 152.21 167.00 143.22 196.25 130.39 142.26 130.57 214.90 117.17 156.51 113.24 152.70 125.91 139.71 112.82 110.75 117.00 86.59 70.77 95.87 99.50 79.00 Peso de semilla (g) 6.61 6.00 5.37 3.40 4.06 4.47 4.92 4.20 5.10 3.72 9.38 4.39 5.78 3.68 1.53 3.73 5.22 3.10 5.25 4.70 3.66 3.25 3.12 3.90 3.53 4.35 4.23 1.53 1.96 1.80 3.10 Redondez (ecuatorial /polar) 0.68 0.60 0.73 0.64 0.68 0.78 0.83 0.62 0.77 0.77 0.77 0.78 0.86 0.72 0.67 0.75 0.91 0.76 0.83 0.78 0.87 0.79 0.85 0.83 0.83 0.81 0.76 0.76 0.86 0.95 0.89 interés, como su alto contenido de sólidos solubles (Licui, 17.25 °Brix), sus colores llamativos (Melón, Sandía, Solferina) o su producción tardía (Acateca). Aunque en el cuadro 2 no se incluyen todos los colores que distinguen algunos productores (siete tonalidades de rojo y ocho de amarillo, desde 0.5Y=29.6 hasta 2.4R=42.15), es suficiente para mostrar la capacidad que han desarrollado los campesinos mixtecos para distinguir los colores de los frutos; este conocimiento se refleja en las 10 diferentes denominaciones locales que refieren al color de la pulpa, además de las percepciones asociadas con el color de la espina (Iñutun=espina negra; Iñukushi=espina blanca, Iñuya’a=espina amarilla) o la cáscara (Negra=púrpura muy obscuro). Aunque la medición de los sólidos solubles es muy variable y afecta- 13 Ordenación y clasificación morfólogica del fruto de cultivares mixtecos de pitaya (Stenocereus pruinosus) en México Cuadro 2. Algunos atributos de calidad del fruto estadísticamente diferentes (p≤5%) entre 31 variantes de pitaya de mayo (S. pruinosus) en la Mixteca Baja, México. Variante Semillas Área de la Color de cáscara Color de pulpa Grados Longitud de (Munsell) (Munsell) Brix espina (cm) semilla (mm2) (número) semilla 1. Burra 2. Site’e 3. Iñutun 4. Cántaro 5. Negra 6. Blanca 7. Lilamorada 8. Chicalía 9. Iñuya’a 10. Melón 11. Intsi’ia 12. Licui 13. Reina 14. Sandía 15. Acateca 16. Solferina 17. Sinsidi 18. Amarilla 19. Sineño 20. Tripa-Co 21. Tsindudo 22. Ceniza 23. China 24. Indo’oyo 25. Roja 26. Iñukushi 27. Morada 28. S. Gabriel 29. Hormiga 30. Coqui 31.Abrileña (número) (mm2) 2966.0 4.37 2898.0 4.06 2781.0 4.46 1746.0 4.14 2000.0 5.64 2466.0 3.70 1995.0 5.84 2068.0 4.11 2244.7 4.46 1731.5 4.29 3908.0 4.95 2809.0 3.33 2807.7 4.29 2453.0 8.38 706.0 3.78 1900.5 3.83 2197.0 4.54 1603.3 3.65 3321.5 3.67 2136.0 3.67 1958.0 4.13 1724.5 4.12 1639.5 3.97 2146.7 3.75 1407.0 4.29 2682.0 3.40 2152.0 4.00 951.0 3.38 891.0 4.74 890.0 4.15 1721.0 3.61 32.60 40.14 42.15 28.81 36.89 23.10 39.15 36.14 31.79 22.10 41.60 22.60 26.04 23.70 41.13 33.14 40.14 26.43 28.13 39.13 31.14 25.00 39.62 36.81 36.94 22.14 41.15 39.14 40.10 36.70 22.90 39.64 40.14 40.13 36.88 39.64 34.12 40.14 38.14 37.80 35.70 38.14 30.10 34.79 41.70 40.14 40.64 40.14 34.84 40.14 39.13 34.12 35.13 38.14 39.14 38.74 34.13 42.15 39.14 40.13 36.12 33.13 11.75 12.50 14.50 12.84 12.13 13.00 13.25 13.80 11.83 10.75 12.25 17.25 13.70 13.00 12.60 11.25 14.00 12.39 12.63 13.50 14.00 12.88 12.75 12.75 13.75 13.50 12.70 10.00 13.20 13.75 12.00 1.96 1.80 2.60 1.50 2.26 2.50 2.12 1.50 1.50 1.81 1.90 1.40 2.27 2.12 1.60 2.16 2.40 1.53 1.50 0.90 2.00 1.95 1.70 1.70 1.72 2.20 1.60 1.20 1.40 1.80 1.50 Correspondencia aprox. de tonos de color: 22-24=GY, 25-28=Y, 29-33=YR, 34-39=R, 40-44=RP. da por varios factores, merece destacarse la gran dulzura de algunas variantes como la Licui (17 grados Brix). Clasificación y ordenación multivariable. En la figura 1 se muestra un fenograma robusto (correlación cofenética de 0.8) de las 31 variantes, según los 19 caracteres evaluados y la distancia taxonómica media. A una distancia de disimilitud de 1.30 se pueden clasificar ocho grupos que concuerdan satisfactoriamente con las observaciones directas de los productores y que se resumen en el Cuadro 3: el color rojo púrpura de la pulpa del fruto (40.14 y 41.70=RP) y su tamaño y peso distinguen a las variantes Sandía (de tamaño y peso intermedio) y Lila-morada (de mayor peso y tamaño); la va- riante San Gabriel constituye una tercera clase pues se trata del probable híbrido interespecífico entre S. pruinosus y S. stellatus, el cual muestra características morfológicas intermedias entre estos taxa, pero más parecido al segundo (Luna-M. et al., 2001), y por consiguiente más bien se trata de un fruto pequeño dentro del cuadro 3; la variante Iñukushi se distingue principalmente por sus espinas largas blanquecinas y su color de cáscara verde claro (22.14=GY); la Intsi’ia se distingue como una quinta clase por sus semillas numerosas y pesadas; y la Licui por su dulzura y el color verde amarillento (22.6=GY) de la cáscara y amarillorojizo (30.1=YR) de la pulpa. Además se forman dos grupos más numerosos: el séptimo junta a las variantes 14 AGROCIENCIA Luna-Morales, C. Figura 1. Fenograma de 31 variantes de S. pruinosus, según 19 caracteres morfológicos del fruto. de mayor tamaño y peso y de forma larga (Sinsidi, Iñutun o Espina negra, Negra, Site’e y Burra) y el octavo agrupa 20 variantes de tamaño y peso variable, que los caracteres evaluados no permiten distinguir a este nivel de disimilitud. Sin embargo, a un menor nivel (1.17) se puede distinguir, dentro de este último gran grupo, a un octavo conjunto, constituido por las variantes grandes y tendiendo a redondas (Sineño, Tsindudo, Reina y Blanca), quedando en el noveno grupo las variantes de tamaño y peso intermedio a bajo, pero con algún carácter de interés para los pitayeros mixtecos, como puede ser la época temprana (Abrileña) o Tardía (Acateca) de cosecha, su forma curiosa de escarabajo (Site’e) o Cántaro, sus colores llamativos (Solferina o Melón) o sabores especiales (Hormiga). Para ordenar y confirmar la importancia de las variables involucradas en la diversidad morfológica del fruto de la pitaya de mayo mixteca, en el cuadro 4 se muestran las correlaciones de los cuatro primeros componentes principales (CP) con los caracteres evaluados, los cuales resumen el 69 % de la variación. El CP1 se correlaciona directamente con los pesos y dimensiones de fruto, peso de semilla y longitud de semilla y espina; el CP2 se correlaciona de manera inversa con los colores de cáscara y pulpa y con el peso de 100 semillas; el CP3 se correlaciona directamente con la redondez del fruto; y el CP4 se correlaciona directamente con el grosor de cáscara e inversamente con el número de areolas y el ancho de semilla. Cuadro 3. Principales características discriminantes de nueve grupos de variantes de pitaya de mayo (S. pruinosus) de la Mixteca Baja, México. Grupo Diámetro ecuatorial/ polar (cm) Redondez (ecuatorial /polar) Peso total (g) Color de pulpa (Munsell) Color de cáscara (Munsell) Grados Brix Número y peso (g) de semillas 1. Sandía 6.02/8.39 0.72 164.67 41.70 23.70 13.00 2. Lila-morada 7.61/8.14 0.83 275.50 40.10 39.15 13.25 1995 4.92 3. San Gabriel 4.97/6.64 0.76 85.91 39.14 39.14 10.00 951 1.53 4. Iñukushi 5.85/7.20 0.81 133.80 34.13 22.14 13.50 2682 4.35 5. Intsi’ia 6.64/8.59 0.77 205.40 38.14 41.60 12.25 3908 9.38 2453 3.68 6. Licui 6.56/8.44 0.78 179.12 30.10 22.60 17.25 2809 4.39 7. Grandes largas 7.42/10.50 0.72 297.38 39.94 38.38 12.98 2568 5.45 8.Redondas grandes 6.93/8.31 0.84 220.54 35.79 27.10 13.33 2638 3.86 9. Medianas 6.00/7.76 0.78 153.49 38.07 34.10 12.77 1674 3.42 Ordenación y clasificación morfólogica del fruto de cultivares mixtecos de pitaya (Stenocereus pruinosus) en México 15 Cuadro 4. Correlaciones de los cuatro primeros componentes principales (CP) con 19 caracteres morfológicos del fruto de 31 variantes cultivadas de pitaya de mayo (S. pruinosus). Carácter Diámetro polar Diámetro ecuatorial Peso total Peso de cáscara Peso comestible Grosor de cáscara Peso de semilla Peso pulpa/cáscara Número de semillas Peso 100 semillas Ancho de semilla Longitud de semilla Grosor de semilla Color de cáscara Color de pulpa Grados Brix Longitud de espina Número de areolas Redondez CP1 (35%) CP2 (14%) CP3 (11%) CP4 (9%) 0.85 0.93 0.96 0.89 0.94 0.35 0.70 -0.06 0.56 0.44 0.26 0.58 0.60 0.20 0.27 0.04 0.58 0.20 -0.33 0.16 0.19 0.17 0.15 0.15 0.05 0.21 0.16 0.50 -0.63 -0.32 -0.45 -0.52 -0.74 -0.67 0.26 0.20 -0.33 -0.05 -0.42 0.22 -0.01 0.03 -0.04 0.48 -0.05 -0.09 -0.10 0.15 -0.12 0.33 0.05 -0.09 -0.39 0.46 0.24 0.43 0.86 0.026 0.02 0.05 0.13 0.05 0.59 0.00 -0.29 -0.11 0.25 -0.76 -0.36 0.17 0.35 -0.03 -0.03 -0.31 -0.54 0.00 Entre paréntesis se anota el porcentaje de la variación explicado por cada componente principal. Así, puede decirse que en la figura 2, que ordena el 60 % de la variación morfológica medida en el fruto, el CP1 ubica las variantes de tamaño pequeño a la izquierda (San Gabriel, Abrileña) y las grandes a la derecha (Burra, Iñutun); el CP2 ordena los frutos desde los colores rojos obscuros (Lila-morada, Hormiga) a los amarillos claros (Licui, Iñukushi) y con menor peso de 100 semillas y el CP3 de alargados (Site’e, San Gabriel) a redondos (Coqui, Sinsidi). De esta manera, puede afirmarse que existe amplia variación morfológica del fruto en las 31 variantes de pitaya de la Mixteca Baja, en la cual se distinguen entre 8 y 9 grupos y al menos cinco tendencias de variación (tamaño, color y forma del fruto y grosor de cáscara, tamaño de espina y semilla), además de otros caracteres que no fueron sometidos al análisis numérico (época de maduración, duración en postcosecha y firmeza de la cáscara), pero que se observaron en el campo. Conclusiones La pitaya de mayo mixteca (Stenocereus pruinosus) comprende al menos 31 variantes cultivadas que son clasificadas por sus cultivadores por diferentes carac- Figura 2. Ordenación de 31 variantes cultivadas de S. pruinosus sobre los tres primeros componentes principales, según 19 caracteres del fruto. teres morfológicos y agronómicos. El análisis numérico apoya la pertinencia de 16 de los 19 caracteres morfológicos medidos y distingue entre 8 y 9 grupos de variantes que se ordenan por el tamaño del fruto, semilla y espina; color de cáscara y pulpa, forma del fruto y grosor de cáscara. La clasificación empírica de los informantes es confirmada en gran parte por los análisis estadísticos. 16 Luna-Morales, C. Bibliografía Callen, E.O. 1967. Analysis of the Tehuacan coprolites. In: D.S. Byers (ed). The prehistory of the Tehuacan valley. University of Texas Press. Austin, Texas. USA. pp. 261-289. González Q. L. 1972. Las cactáceas subfósiles de Tehuacán, Pue. 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Variación morfológica del fruto y domesticación de Stenocereus pruinosus (Otto) Buxb. Y S. stellatus (Pfeiif.) Riccob. (Cactaceae) en la Mixteca Baja, <México. Revista Fitotecnia Mexicana 24:213-221. AGROCIENCIA Luna-M. C. Del C.; J. R. Aguirre R. y Peñavaldivia, C.B. 2001. Cultivares tradicionales mixtecos de Stenocereus pruinosus y S. stellatus (Cactaceae). Anales del Instituto de Biología, UNAM, serie Botánica 72(2):131-155. Munsell. s/f. The Munsell limit color cascade. Munsell Color. Macbeth Color & Photometry Division. Baltimore, Maryland. USA. Rohlf, F.J. 2000. Numerical taxonomy and multivariate analysis system version 2.1. Department of Ecology and Evolution, state University of New York. Stony Brook, New York. USA. Sánchez Mejorada R. H. 1984. Origen, taxonomía y distribución de las pitayas en México. In: Aprovechamiento del pitayo. ITAO Oaxaca, UAM. México. pp. 6 21. SAS. 1988. SAS/STAT user’s guide, release 6.03 edition. SAS Institute, Cary, NC. Smith, C.E. JR. 1967. 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Garzón 780 Montevideo, Uruguay. 2 Cátedra de Farmacognosia, Facultad de Química, Universidad de la República. 3 Departamento de Biometría, Estadística y Computación, Facultad de Agronomía, Universidad de la República. Correo electrónico: [email protected] Recibido: 17/11/07 Aceptado:26/12/07 Resumen Se estudió el rendimiento en aceite esencial y el porcentaje de 1,8-cineol de nueve especies y subespecies de Eucalyptus cultivadas en Uruguay. Entre las especies con mayor área de cultivo y buen potencial para producción de aceites esenciales se estudiaron además posibles fuentes de variación sobre las variables relacionadas con la producción. Los resultados muestran que las tres subespecies de E. globulus, E. viminalis, E. smithii, E. badjensis y E. bosistoana son promisorias para la producción de aceites esenciales, con un porcentaje de rendimiento en aceite igual o mayor al 1,00 % y porcentaje de 1,8-cineol superior al 75 %. Entre las tres subespecies de E. globulus, las fuentes de variación año de cosecha, localización geográfica, tipo de hojas, estación de cosecha y subespecie fueron estadísticamente significativas para algunas variables relacionadas con la producción de aceites esenciales. Palabras clave: eucalyptol, 1,8-cineol, α-pineno, hojas y ramillas Summary Essential oil production potential for uruguayan grown Eucalyptus species Essential oil yield and 1,8-cineole percentage were studied for nine Uruguayan grown Eucalyptus species and subspecies. Within the more cultivated species with good potential for essential oil production, possible sources of variation of variables related to oil production were studied. Results show that three subspecies of E. globulus, E. viminalis, E. smithii, E. badjensis y E. bosistoana are promising for essential oil production, with essential oil yield equal or higher than 1.00 % and 1,8–cineole percentage higher than 75 %. Within the three subspecies of E. globulus the sources of variation harvest year, geographic situation, leaf type, harvest season and subspecies, were statistically significant for some essential oil production related variables. Key words: eucalyptol, 1,8-cineol α-pinene, leaves and branchlets Introducción Hasta el año 1988, la silvicultura de plantaciones en Uruguay se limitaba a unas 31 mil hectáreas plantadas (17 mil hectáreas de eucaliptos, 11 mil con pinos y 3 mil con otras especies menores). En la actualidad, la superficie de bosques, naturales e implantados, se estima en 1.350.000 hectáreas (7,7 % de la superficie total del país) (Torres y Fossati, 2004). La industria forestal al amparo del marco promocional de 1987 se orientó principalmente hacia Eucalyptus (74 % del área forestada corresponde a este género), siendo la especie más utilizada el Eucalyptus globulus, la cual pasó de 90 hectáreas en 1975 a 249.544 hectáreas en el 2002 (MGAP, 2005). Esta industria se dedica a la producción para usos como madera sólida y para la obtención de pulpa 18 Mantero, C.; García, C.; Rodríguez, P.; Escudero, R.; Priore, E. y Menéndez, P. celulósica para la industria del papel, sin realizar un aprovechamiento global de los residuos, en especial de hojas, ramas y ramillas que quedan abandonadas en el suelo. Las hojas de Eucalyptus son ricas en aceites esenciales (Clark y Cameron, 2000) que se pueden obtener fácilmente a partir de las mismas por un proceso de destilación por arrastre con vapor (FAO Forestry Department, 1995; Bruneton, 1995). Estos aceites tienen una reconocida acción bacteriostática y bactericida (Dellacassa et al., 1989) así como también alelopática (Romagni et al., 2000) por lo que su extracción antes de volver las hojas al suelo constituye una práctica ecológicamente recomendable. Los aceites de Eucalyptus se clasifican en el mercado en tres grupos de acuerdo a su composición y uso final: medicinal, industrial y perfumería. De éstos el más importante por el volumen de producción y comercialización es el medicinal, caracterizado por su alto contenido en 1,8-cineol con un mínimo de 80 % (Coppen y Hone, 1992). El 1,8-cineol es el éter monoterpénico bicíclico 1,3,3trimetil-2-oxabiciclo[2.2.2]octano conocido vulgarmente como eucalyptol, o simplemente como cineol. Este compuesto se halla en una concentración aproximada del 70% en la esencia del E. globulus, lo que hace a este aceite el más utilizado para la producción comercial de esta molécula (Clark y Cameron, 2000). El desarrollo de las plantaciones de las especies estudiadas en este trabajo es diferente; E. grandis y las tres subespecies de E. globulus son recomendadas por la ley forestal y por consiguiente son los eucaliptos más plantados en el país. Estas especies fueron muestreadas, en tres zonas del territorio, en dos años distintos y dos estaciones de cosecha. E. dunnii y E. viminalis, especies utilizadas por su mayor tolerancia a heladas para resolver problemas silviculturales de las plantaciones, ocupan una superficie importante en algunas de las zonas forestales de mayor desarrollo. En este trabajo se tomaron muestras para conocer su potencialidad y estudiar algunos de los componentes del rendimiento en aceite esencial y el porcentaje de 1,8- cineol. El resto de las especies estudiadas no siempre están presentes en todas las zonas y ocupan escasa superficie. Se encuentran plantadas en ensayos de introducción de especies y han mostrado buen desempeño en otras características productivas, fueron colectadas para tener una idea de su potencialidad para la producción de aceites esenciales. AGROCIENCIA La producción de esencia de eucalipto puede hacerse a partir de residuos generados durante la cosecha y los tratamientos silviculturales intermedios realizados para otros destinos industriales o partiendo de plantaciones especialmente diseñadas para esta producción. Para este trabajo se supone que la primera posibilidad es la que tiene mayor probabilidad de desarrollo inmediato en el país, por lo cual se incluyó en la muestra material de plantaciones comerciales con material de varios árboles por plantación. Se plantea el estudio sistemático de la obtención del aceite esencial de hojas de Eucalyptus, la determinación del porcentaje de 1,8-cineol y a-pineno en el aceite y la influencia de diversas variables sobre la producción del aceite y el rendimiento en 1,8-cineol. Materiales y métodos Material vegetal Se estudiaron 9 especies o subespecies: Eucalyptus badjensis Beuzev & Welch; Eucalyptus bosistoana F. Mueller; Eucalyptus dunnii Maiden; Eucalyptus globulus ssp. globulus Labill; Eucalyptus globulus ssp. bicostata (Maiden, Blakely et Simmonds) Kirk; Eucalyptus globulus ssp. maidenii (F. Mueller) Kirk.; Eucalyptus grandis Hill (ex Maiden); Eucalyptus smithii R. T. Baker; Eucalyptus viminalis Labill. Las muestras fueron compuestas por follaje de al menos cinco árboles en cada plantación. Las muestras de hojas y ramillas fueron colectadas y guardadas en bolsas plásticas a 4o C previo a la extracción. En las plantaciones de las tres subespecies de E. globulus, se cosechó por separado follaje juvenil y follaje adulto de manera de estudiar la influencia de esta variable sobre la producción de aceite. Las zonas donde se cosecharon las hojas fueron: zona Norte (Rivera y Tacuarembó); zona litoral Oeste (Paysandú y Río Negro); zona Sur – Este (Montevideo, Maldonado, Lavalleja y Colonia). Las épocas de cosecha fueron: una estación fría, entre los meses de mayo y setiembre, y una caliente en los meses restantes. Extracción de aceites Las hojas y ramillas, fueron destiladas por arrastre con vapor exógeno en un aparato de vidrio durante dos horas. El agua condensada con el aceite fue extraída tres veces con CH 2Cl 2. Este extracto se secó sobre Na2SO 4 y el CH 2Cl2 fue removido por destilación bajo 19 Potencialidad para producción de aceites esenciales en especies de Eucalyptus cultivadas en Uruguay presión reducida. De cada muestra se realizaron dos extracciones y se tomaron las medias como valores para los análisis posteriores. Condiciones cromatográficas Se utilizó para el análisis de los aceites un cromatógrafo de gases Shimadzu GC6-AM equipado con FID y para procesar los datos un software EZChrom. Se usaron dos columnas capilares, una SE-52 (30 m x 0.32 mm d.i, 0,45 μm film, Mega, Legnano, Italy) y otra Carbowax 20M (25 m x 0.32 mm d.i., 0.25 μm film, Ohio Valley, USA). El programa de temperaturas utilizado fue 60º C, 8 minutos; 60º C - 210º C, a 3º C/min; Temperatura del inyector: 240º C, temperatura del detector: 250º C. Gas portador: H 2 0,50 kg/cm2; sistema de inyección: split; (1:50 ) y volumen inyectado: 0.2 μl de aceite. Condiciones de GC-MS Los análisis de GC-MS del aceite se realizaron usando un Shimadzu QP5050 en las mismas condiciones mencionadas anteriormente. Se utilizó como gas portador He, un voltaje de inonización 70eV y T. interfase: 250º C. Identificación y cuantificación La identificación se realizó mediante comparación de los tiempos de retención con estándares e índices de Kovats, y por comparación de los espectros de masa con bibliotecas de espectros (Adams, 2001). Análisis de datos Las variables analizadas fueron porcentaje de rendimiento en aceite esencial, porcentaje de 1,8-cineol y α- pineno. El porcentaje de rendimiento de aceite esencial se calculó como el cociente entre el peso de aceite extraído y el peso del material vegetal fresco; el porcentaje de 1,8-cineol se calcula como porcentaje de área en el GC. Se analizaron los datos con el procedimiento GLM del SAS 1996. Para las tres subespecies de E. globulus se hizo el análisis de varianza con subespecie, año de cosecha, estación de cosecha, localización geográfica y tipo de hoja como fuentes de variación. En los casos en que los efectos fueron significativos se hicieron pruebas de comparación de medias ajustadas PDIFF. Resultados y discusión En el cuadro 1 se presentan los resultados de rendimiento en aceite, porcentaje de 1,8-cineol, y α-pineno para las especies y subespecies que fueron estudiadas. El menor rendimiento de aceite se obtuvo con el E. grandis (0,27 %). Los datos bibliográficos de esta especie muestran un amplio rango ya sea respecto al rendimiento en aceite como en la concentración de 1,8cineol. En los datos anteriormente reportados para Uruguay (Dellacassa et al., 1990) el rendimiento en aceite fue de 0,06 % y el 1,8-cineol fue el componente mayoritario con 18 %. El 1,8-cineol fue encontrado como Cuadro 1. Rendimiento en aceite, porcentaje de 1,8-cineol y α-pineno. Especie n Eucalyptus badjensis 2 Eucalyptus bosistoana 1 Eucalyptus dunnii 4 Eucalyptus globulus 6 ssp.bicostata Eucalyptus globulus 10 ssp.globulus Eucalyptus globulus 8 ssp.maidennii Eucalyptus grandis 4 Eucalyptus smithii Eucalyptus viminalis 2 4 Rendimiento medio en aceite % 1,25 1,00 0,30 % α-pineno Desvío media Desvío % 1,8- cineol media Desvío 0,78 0,08 85,95 82,80 65,15 4,03 9,78 0,88 0,17 87,33 4,11 3,32 1,43 1,05 0,48 76,24 8,28 7,64 2,37 1,4 0,32 78,3 8,65 5,86 2,45 0,27 0,07 16,60 3,16 1,05 1,23 0,64 0,43 77,70 79,95 6,34 20 Mantero, C.; García, C.; Rodríguez, P.; Escudero, R.; Priore, E. y Menéndez, P. componente mayoritario en Australia (Boland et al., 1991) y Turquía (Azcan et al., 1994). También hay reportes donde los componentes mayoritarios son el ápineno (Dethier et al., 1994), el p-cymeno (Menut et al., 1992) o α- y β-pineno (Dagne, et al., 2000). En general el 1,8-cineol es mayoritario pero no en alta concentración. En Nigeria, reportan una esencia con 0 % de 1,8-cineol y como componente mayoritario el ápineno (Ogunwande et al., 2003), lo cual coincide con el reporte de E. grandis creciendo en Burundi (Dethier et al., 1994). E. dunni dio bajos rendimientos en aceite (0,30 %). En Australia encontraron una variación de 0,9 a 2,1 % (Boland et al., 1991). Respecto al porcentaje en 1,8cineol (65,15 %) es similar al encontrado en Brasil donde se reporta 63,16 % de 1,8-cineol (Ming et al.,1995) pero superior al informado en Australia con una variación de 30 a 50 % (Boland et al., 1991). Para E. viminalis tanto el rendimiento de aceite como el porcentaje de 1,8-cineol fueron altos (cuadro 1). En Australia se informa 1,05 a 1,6 % de rendimiento en aceite y 63,73 % de 1,8-cineol (Boland et al., 1991). También se encuentran reportados porcentajes menores de 1,8-cineol (23 %) (Ming et al., 1995). En un estudio anteriormente realizado en Uruguay, se reporta de un 43,6 % de 1,8-cineol y un rendimiento en aceite de 0,44% (Dellacasa et al., 1990). E. smithii dio un rendimiento medio de aceite de 1,05 % con 77,7 % de 1,8-cineol, datos que se asemejan a los obtenidos en Rwanda (Chalchat et al., 1997). E. bosistoana tuvo un rendimiento en aceite de 1% y un porcentaje de 1,8-cineol de 82,8 %. Holeman (1987) reportó un rendimiento en aceite de 1,47 % y 60 % de 1,8-cineol , mientras que Zrira (1996) informa una variación del rendimiento en aceite de 3,7 a 4,2 % (medido en base seca) y del porcentaje de 1,8-cineol de 71,9 % a 79,2 % entre los meses de 1989 en Marruecos Con el E. badjensis se obtuvo un rendimiento de aceite del 1,25 % y un porcentaje de 1,8-cineol de 85,95 %. En Australia se informó para esta especie un rendimiento en aceite de 2,8 % y 70 % de 1,8-cineol. (Boland et al., 1991). Del cuadro 1 se desprende que las tres subespecies de E. globulus y E. viminalis, son las más promisorias para la producción comercial de 1,8-cineol, entre las especies que cubren un área importante en las zonas forestales del país. E viminalis solo es abundante en parte del departamento de Colonia y en Soriano. Dada la abundancia de las plantaciones de las tres subespecies de E. globulus en todas las zonas forestales, se decidió estudiar para las tres subespecies la variabilidad exis- AGROCIENCIA tente entre algunas de las variables de producción y se afinó el estudio de la composición del aceite, agregando el porcentaje de α–pineno. Los rendimientos en aceite de las tres subespecies en conjunto varían entre 0,88 % y 1,4 % mientras el porcentaje de 1,8-cineol lo hace entre 76,24 y 87,33 %. La variación reportada en Australia para las tres subespecies es entre 1 % y 2,8 % para rendimiento en aceite y entre 33 % y 70 % en porcentaje de 1,8- cineol (Boland et al., 1991). Son varios los factores citados como fuentes de variación en la composición y rendimiento de aceites esenciales de los eucaliptos: la variabilidad genética, el tipo y edad de las hojas, la influencia de factores ambientales, los tratamientos silviculturales y la forma de ejecución del muestreo y análisis del aceite. (Boland et al., 1991; Vitti y Brito, 2003; Zrira y Benjilali, 1996; Chalchat et al., 1995; Viturro et al., 2003; Mandal et al., 2001). Es claro que al intentar medir la influencia de factores ambientales, existe una intrincada red de variables que pueden incidir y sobre las cuales no hay mucha información disponible. Se intentó medir la influencia de algunas variables con repercusión directa en la producción comercial y las decisiones de cosecha. Se hizo análisis de varianza para rendimiento en aceite, porcentaje de 1,8-cineol y porcentaje de α-pineno para las tres subespecies de E. globulus con: “año de cosecha, subespecie, estación de cosecha, localización geográfica y tipo de hoja” como fuentes de variación y en los casos de efectos significativos se hizo comparación de medias obteniéndose los resultados que se muestran en los cuadros 2 a 8. Medias seguidas de letras diferentes son estadísticamente distintas (p<0,05). Cuadro 2. Comparación de medias de rendimiento en aceite según estación de cosecha para tres subespecies de E. globulus. Estación Fría Cálida Rendimiento medio (%) 2,00 A 0,87 B Se encontró efecto significativo (p<0.05) de estación de cosecha, subespecie y localización sobre el rendimiento en aceite. Boland y colaboradores (1991) encontraron para E. globulus ssp. bicostata rendimientos en aceite de 1,7 a 2 % en muestras de Victoria y de 1 a 1,5 % en material colectado en Urriara. Las muestras generales dieron una variación de 33 % a 65 % y las de Urriara 72 % a 80 % Potencialidad para producción de aceites esenciales en especies de Eucalyptus cultivadas en Uruguay 21 Cuadro 3. Comparación de medias de rendimiento en aceite, porcentaje de 1,8 - cineol y porcentaje de α- pineno según subespecie de E. globulus. Subespecie Rendimiento medio (%) Media de 1,8 cineol (%) Media de 1 αpineno (%) maidenii globulus bicostata 1,73 A 1,45 AB 1,13 B 76.04 B 73.18 B 84,42 A 6,26 A 8.87 B 4.44 A de 1,8- cineol. Los mismos autores, reportan para E. globulus ssp. globulus, rendimientos en aceite de 1,4 % a 2,4 % (base fresca) en muestras de Victoria y en muestras tomadas en Tasmania 4,6 % (base seca) para hojas juveniles y 3,8 % para hojas adultas. El porcentaje de 1,8-cineol fue 69,1 % para las muestras de Victoria y en las de Tasmania 51,9 % y 46,8 % para hojas juveniles y adultas respectivamente. En el caso de E. globulus ssp. maidennii reportan rendimiento en Cuadro 4. Comparación de medias de rendimiento en aceite según localización geográfica para tres subespecies de E. globulus. Localización Rendimiento medio (%) Norte Sur Litoral 2,08 A 1,32 B 0,91 B Cuadro 5. Comparación de medias de porcentaje de 1,8-cineol según año para tres subespecies de E. globulus. Año de cosecha Media de 1,8 cineol (%) 2001 2000 84.69 A 71.07 B Cuadro 6. Comparación de medias de porcentaje de α-pineno según año. Año Media de α-pineno (%) 2000 2001 8.82 A 4.23 B aceite de 2,2 % a 2,8 % y porcentaje de 1,8-cineol de 46 % a 70 %. Se encontró efecto significativo (p<0.05) de estación de cosecha, subespecie y localización sobre el rendimiento en aceite. La estación de cosecha fría dio medias de rendimiento en aceite mayores que la cálida. En Marruecos encontraron que el rendimiento en aceite de E. globulus ssp. globulus y E. globulus ssp. maidennii era dependiente de la época de cosecha, pero los mayores rendimientos se daban durante la estación más cálida (Zrira y Benjilali, 1996). Las combinaciones entre humedad y temperatura de las distintas estaciones del año son diferentes en las distintas localizaciones donde se estudió su influencia sobre el rendimiento en aceite. La media de rendimiento en aceite de E. globulus ssp. maidennii se diferenció estadísticamente de la de E. globulus ssp. bicostata mientras que la de E. globulus ssp. globulus no se diferenció de las medias de las otras dos subespecies. La zona Norte produce un rendimiento en aceite mayor que las otras zonas, que no se diferencian entre si para esta variable. Chalchat y colaboradores compararon Eucalyptus globulus Labill. cultivados en las costas de Montenegro con la misma especie cultivada en las costas españolas mediterráneas del Este, los porcentajes variaron de 1 % a 3,5 % , fue mayor en una de las localizaciones sobre el Adriático (Chalchat et al., 1995). Reportes de Argentina informan variación para el Eucalytpus globulus ssp. bicostata entre el 3,9 % en la zona de Jujuy (Viturro et al., 2003) y el 1,3 % 1,8 % para Buenos Aires (Bandoni et al., 1993). Existen también reportes respecto a la variación geográfica en Marruecos, las cuales se ubican entre 1,9 % y 2,7 % en base seca (Zrira y Benjilali, 1992). Las tres zonas elegidas son diferentes entre si en los distintos componentes del sitio forestal, tienen diferentes suelos, diferencias en la precipitación media anual, diferencias en temperatura media, temperatura mínima del mes más frío y temperatura máxima del mes 22 Mantero, C.; García, C.; Rodríguez, P.; Escudero, R.; Priore, E. y Menéndez, P. más cálido entre otras (Cruz et al., 2000; Dirección Nacional de Meteorología, 1996; INIA, 2006). Hubo efecto significativo (p<0.05) de año de cosecha y subespecie sobre el porcentaje de 1,8-cineol. Las muestras cosechadas en 2001 tuvieron un porcentaje de 1,8-cineol estadísticamente mayor que las de 2000. Parece clara la influencia del efecto año sobre el porcentaje de 1,8-cineol, pero con el muestreo realizado en este trabajo no es posible definir qué componentes de los años fueron responsables de la diferencia, por otra parte dos años no permiten tener una idea de la variabilidad esperable entre años para el porcentaje de 1,8cineol. E. globulus ssp. bicostata produjo un porcentaje de 1,8-cineol superior a las otras dos subespecies que no se diferenciaron estadísticamente entre si. Se reportó para la India un 73 % de 1,8-cineol para la subespecie (Dayal y Ayyar, 1990) mientras que para Argentina, se informó un porcentaje de 1,8-cineol de 88 % (Viturro et al., 2003) , valor similar al obtenido en este trabajo. En Australia, también encontraron porcentajes de 1,8 cineol mayores que en las otras dos subespecies, en especial en muestras de Urriara, 72 % a 80 % (Boland et al., 1991). Hubo un efecto significativo (p<0.05) del año y la subespecie sobre el porcentaje de á–pineno. El porcentaje de este compuesto fue mayor en la composición del aceite de las muestras colectadas durante 2000 y E. globulus ssp. globulus tuvo un porcentaje mayor que las otras subespecies que no se diferenciaron estadísticamente entre si, en Australia, se reportó una variación en el porcentaje de α–pineno para E. globulus ssp globulus entre 6 % y 11 %; de 5 % a 22 % en E. globulus ssp. bicostata y de 8 % a 10 % en E. globulus ssp. maidennii, informando de diferencias entre localizaciones geográficas y entre tipos de hoja (Boland et al., 1991). Mientras que Mandal y colaboradores informaron variaciones entre 11 % y 29,9 % en plantaciones de distintas zonas de la India para E. globulus (Mandal et al., 2001). Por su parte, Silvestre y colaboradores (1997) informan no haber encontrado diferencias significativas en la composición del aceite esencial entre estaciones de cosecha y localización geográfica en Portugal. Conclusiones 1. Los rendimientos en aceite y el porcentaje de 1,8cineol obtenidos en este trabajo a partir del material colectado de E. dunnii y E. grandis no justifican la producción de aceites esenciales como subproducto de plantaciones con otros destinos. AGROCIENCIA E. smithii, E. viminalis, E. badjensis y E. bositoana mostraron interesantes datos de rendimiento y de porcentaje de 1,8-cineol. En especial E. badjensis, por lo que se justifican estudios complementarios para su inclusión entre las especies recomendables. 3. Dada la frecuencia de plantación en el país de las tres subespecies de E. globulus y los altos valores en cuanto a rendimiento en aceite y porcentaje de 1,8-cineol se colocan en la mejor situación para la producción de aceites como subproductos. Las fuentes de variación encontradas para las variables relacionadas con la cosecha y producción, permiten visualizar que es conveniente cosechar entre los meses de mayo y setiembre, que la variación entre años parece importante para la producción de 1,8-cineol y que en la zona norte se obtienen mayores rendimientos. E. globulus ssp. maidennii es el que produce un mayor porcentaje de aceite, mientras que E. globulus ssp. bicostata produce un mayor porcentaje de 1,8-cineol. Se considera que es conveniente aumentar el conocimiento de las fuentes de variación y los estados fisiológicos de los árboles que justifican las diferencias, a través de un análisis más prolongado en el tiempo que permita separar la influencia de los diferentes componentes del sitio forestal, la genética y las distintas interacciones sobre la producción deseada. 2. Agradecimientos Los autores desean agradecer a CONICYT por la financiación del Proyecto Clemente Estable “Bioproducción de terpenos a partir de desechos de la industria forestal”. Bibliografía Adams, R. P. 2001. Identification of Essential Oil Components by Gas Chromatography/Quadrupole Mass Spectroscopy, Allured, Illinois Azcan, N.; Kara, M.; Baser, K. H. C.; Kirlmer, N.; Kukcuoglu, M.; Ozek, T.; Gubaba, G.; Aslan, S. and Gunses, K. 1995. Systematic Study of Essential Oils of Eucalyptus species Grown in Turkey. A Proceedings of 13ª International Congress of Flavours, Fragrances and Essential Oils, Istanbul, Turkey, 2: 181-189 Bandoni, A.; Juarez, M. y Mizrahi, I. 1993. Estudio de esencias “tipo eucaliptol” obtenidas de algunas especies de Eucalyptus de la provincia de Buenos Aires. Anales de S.A.LP.A. 11: 171-181 Potencialidad para producción de aceites esenciales en especies de Eucalyptus cultivadas en Uruguay Boland, D. J.; Brophy, J. J. and House, P. N. 1991. Eucalyptus Leaf Oils. 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Seasonal changes in the volatile oil and cineole contents of five Eucalyptus Species growing in Morocco. J. Essent. Oil Res. 8: 19-24. Agrociencia (2007) Vol XI N° 2 pág. 24 - 30 24 AGROCIENCIA Evolución del cancro cítrico (Xanthomonas axonopodis pv citri) en limón con y sin aplicaciones estivales de cobre en las brotaciones previas a la floración Scattolini, A.1; Cassanello, M.E.; Pérez., E. y Bentancur, O. 1 Unidad de Fitopatología, Facultad de Agronomía. Universidad de la República. Garzón 780 CP 12900. Montevideo. Uruguay. Correo electrónico: [email protected] Recibido: 4/5/06 Aprobado: 29/8/07 Resumen El cancro cítrico, causado por Xanthomonas axonopodis pv citri, es una de las principales enfermedades que afecta la producción de citrus. Se estudió el efecto de las aplicaciones de cobre en las brotaciones de verano y otoño de limón sobre el control del cancro cítrico en frutos de la floración de primavera. Se trabajó sobre limón (Citrus limon (L) variedad Lisbon injertado sobre P. trifoliata durante parte del año 2003 y todo el 2004. Se marcaron tres brotaciones por cada punto cardinal y quincenalmente se midió: longitud del brote, número de hojas totales y con síntomas de cancro e incidencia y severidad de cancro. Se usó una escala de severidad foliar donde 0: sanas, 1: entre 1 y 20 lesiones por hoja, 2: entre 21 y 50 lesiones y 3: más de 50 lesiones por hoja. Se registró la temperatura y la humedad relativa del aire, las precipitaciones y el manejo del cultivo. Los tratamientos fueron: aplicaciones con cobre en dos programas I) seis aplicaciones desde agosto a diciembre y II) diez aplicaciones desde agosto a abril. Se usó un diseño de bloques al azar, según la distribución de las plantas enfermas. Se ajustaron modelos no lineales de tipo monomolecular (Campbell y Madden, 1990) para la incidencia hasta los 160 días y se compararon sus parámetros. Se asumió una distribución binomial para el número de hojas con enfermedad. Para el índice medio de severidad se ajustó un modelo lineal de mediciones repetidas en el tiempo. En los brotes orientados al sur se observó una mayor incidencia de cancro que en los otros puntos cardinales coincidiendo con la dirección de los vientos predominantes (P<0,10). La incidencia de cancro en las parcelas que recibieron aplicaciones de cobre estivales (tratamiento II) varió entre 8 y 13 % menos que en las parcelas del tratamiento I (con aplicaciones de agosto a diciembre) (P< 0,0001). Se concluye que es beneficioso realizar aplicaciones de Cu en las brotaciones estivales para reducir la presión de inóculo al momento de la floración. Palabras clave: bacterias fitopatógenas, evolución de enfermedad, disminución de inóculo, epidemiología Summary Evolution of citrus canker (Xanthomonas axonopodis pv citri) in lemon with and without summer copper sprays on new leaves before bloom Citrus canker, caused by Xanthomonas axonopodis pv citri is one of the main diseases that affect the citrus production. The effect of copper applications on summer and fall leaf flushes in lemon on citrus canker control was studied. This work was done on lemon (Citrus limon) cv Lisbon budded on P. Trifoliata at de end of year 2003 and during all 2004. Three leaf flushes were marked at onset on the four cardinal points of each tree. The length of shoots, leafnumber and number of diseased leaves and canker severity was assessed. The rating of foliar disease severity used included four levels from 0: healthy, 1: between 1 and 20 lesions per leaf, 2: between 21 and 50 lesions and 3: more than 50 lesions per leaf. The temperature and the relative moisture of the air were recorded as well as the rainfall Evolución del cancro cítrico (Xanthomonas axonopodis pv citri) en limón con y sin aplicaciones de cobre 25 and crop management. Treatments applied were: I) six copper sprays from August to December and II) ten sprays from August to April. The statistical design was complete random blocks arranged according to the initial distribution of the diseased plants. Non lineal monomolecular models (Campbell y Madden, 1990) were adjusted for disease incidence from the beginning to 160 days later and their parameters were compared. A binomial distribution was assumed for the number of diseased leaves. The average severity index was adjusted to a lineal model of repeated measurements in time. The leaf flushes at the South part of the tree got larger amount of disease incidence than the other cardinal points due to the prevalent wind direction (P< 0,10). Canker incidence in plots with copper applications in summer (treatment II) was 8 to 13 % lower than the plots in treatment I (sprays from August to December) (P<0,0001). It is concluded that it is convenient to do copper applications in summer to reduce canker inoculum pressure at flowering time. Key words: phytopathogenic bacteria, evolution of disease, inoculum decrease, epidemiology Introducción El cancro cítrico es una enfermedad que en su forma más agresiva es causada por una bacteria denominada Xanthomonas axonopodis pv citri (Hasse) Vaut y que constituye una barrera cuarentenaria para el mercado internacional de fruta cítrica (Hartung and Civerolo, 1989). El manejo integrado de las enfermedades bacterianas tiene mayor importancia relativa que en las enfermedades fúngicas e incluye aplicaciones de productos cúpricos (Leite y Mohan, 1990; Canteros y Cáceres, 2003). En Uruguay se han realizado investigaciones sobre el efecto de las fuentes y dosis de cobre (Bernal, 2003) y momentos del día más convenientes para aplicarlo (Mara, 2004). Los productos a base de cobre actúan previniendo la entrada de la bacteria debido a su efecto de protección del tejido sano y también disminuyendo la población bacteriana sobre las lesiones de la enfermedad ya que mata las bacterias que emanan de ellas en los períodos de humedad y las subyacentes demoran en sustituirlas. Las investigaciones en epidemiología tienen muy pocos antecedentes en condiciones de campo y muchos en condiciones controladas debido al carácter de cuarentenario de la enfermedad (Stall et al., 1980; Christiano, 2004). En el año 2003 se iniciaron trabajos de seguimiento de variables epidemiológicas de cancro cítrico en la zona de Kiyú, a 80 km al Oeste de Montevideo. Uno de los trabajos consistió en el seguimiento de la enfermedad en dos programas de manejo químico. Una incluyó aplicaciones mensuales de óxido cuproso entre enero y abril. Esta época debido a las altas temperaturas presenta altos riesgos de fitotoxicidad. Las lesiones en las brotaciones estivales constituyen la forma de sobrevi- vencia más eficiente de la bacteria para la siguiente fructificación (Koizumi y Kochinotsu, 1977; Schubert y Sun, 2003; Graham et al., 2004; Rivadeneira et al., 2004). El objetivo de este trabajo fue comparar la evolución del cancro desde la emergencia de las brotaciones previas a la floración principal de primavera y durante el primer período de desarrollo del fruto en plantas de limón tratadas o sin tratar con cobre durante el verano y el efecto sobre los frutos de la floración del año en curso. Materiales y métodos El experimento se desarrolló en Kiyú, Departamento de San José, en un monte de 650 plantas de limón (Citrus limón) tipo Lisbón sobre pie de Poncirus trifoliata, que fue instalado en 1999 en la ladera sur de un suelo Brunosol Eutrico típico con 1,25 % de pendiente Las cortinas rompevientos al Sur y al Oeste eran de Cassuarina spp de cerca de seis metros de altura reforzadas con Eucaliptus spp. al N y al E. Los tratamientos fueron aplicaciones foliares de cobre en dos programas: Tratamiento I) seis aplicaciones desde agosto a diciembre y Tratamiento II) seis aplicaciones de agosto a diciembre y cuatro aplicaciones mensuales más hasta abril. Se utilizó óxido cuproso (75 % de cobre metálico) a una concentración de 75 g de producto cada 100 litros aplicado con una atomizadora marca Tifone® de 2000 litros de capacidad, a una velocidad de trabajo de 48 m por minuto y con 16 kg de presión. El gasto por planta fue de dos y tres litros en plantas podadas y sin podar respectivamente. Se usó un diseño experimental de bloques completos al azar con cuatro repeticiones. El factor de bloqueo fue la distribución inicial de plantas con cancro. Los Scattolini, A.; Cassanello, M.E.; Pérez, E. y Bentancur, O. IMS= (Nºsanas x0 + Nºcon cat.1 x1+ Nºcon cat.2 x2 + Nºcon cat.3 x3)/ Nºtotal x4 categorías donde: IMS= Indice medio de severidad; Nº= Nº de hojas; cat= categoría. Resultados y discusión Evolución de la enfermedad en las brotaciones previas a la floración principal En todos los análisis estadísticos hubo una alta incidencia del efecto bloque (P<0,001), lo que permite decir que el diseño adoptado fue adecuado a la variabilidad inicial de incidencia de las parcelas. En los brotes de febrero los primeros síntomas se constataron el 8 de marzo (día 33) para ambos tratamientos. El valor de la tasa de desarrollo inicial de la enfermedad fue menor en las parcelas con tratamientos cúpricos en verano, aunque no fueron significativas estadísticamente estas diferencias (Fig. 1). La tasa de aparición de síntomas fue máxima durante el período de elongación final de los brotes, lo que parece coinci- 30.0% 30.0 25.0% 25.0 Agosto a Diciembre 20.0% 15.0% 15.0 Agosto a Abril 3 32 29 2 26 23 16 4 0.0 6 0.0% 20 8 5.0 6 5.0% 96 10.0 69 10.0% Largo (cm) 20.0 33 Incidencia (% ) tratamientos se aplicaron a parcelas de tres filas de 22 plantas cada una. Las evaluaciones se realizaron en cuatro plantas de la fila central en las que se marcaron tres brotaciones emergentes el 18 de diciembre (96 brotes con 367 hojas), el 4 de febrero (60 brotes con 598 hojas) y el 15 de marzo (56 brotes con 554 hojas) ubicadas en cada punto cardinal de la copa. En cada brotación se midió longitud de cada brote, número de hojas totales y número de hojas con síntomas de cancro. Estos datos se tomaron cada dos semanas hasta diciembre de 2004. La severidad de la enfermedad en las hojas se midió quincenalmente hasta mayo de 2004 con una escala de cuatro categorías: 0 (sanas), 1 (entre 1 y 20 lesiones/hoja), 2 (entre 21 y 50 lesiones / hoja) y 3 (más de 50 lesiones/hoja). A los datos de incidencia foliar observada se le realizó la transformación logit y se le ajustó la curva monomolecular de la forma: Y=α (1-β.exp(-σ.t)). El índice medio de severidad (IMS) se analizó con el modelo lineal general mixto con medidas repetidas y submuestreo. En el caso de la incidencia también se probó el efecto de las orientaciones. Los datos se analizaron con el programa estadístico SAS STAT User Guide. Rel 8.02. 1998. SAS Institute. Cary.NC.USA AGROCIENCIA 0 26 Días de evaluación largo brotes de febrero largo brotes de marzo aplicación Cu Figura 1. Incidencia observada de cancro en hojas de limón en brotes de febrero y de marzo en los tratamientos I y II (sin y con cobre en verano) y curva de desarrollo de brotes. dir con el período de mayor susceptibilidad que es en la segunda mitad de su desarrollo (Stall et al., 1980; Gottwald y Graham, 1992; Gottwald, Graham y Schubert et al., 2002). En las parcelas de ambos tratamientos, se observó el máximo de incidencia y de enfermedad en la misma fecha con una diferencia promedio entre tratamientos de 0,103 (10 %), que se mantiene globalmente en el resto de las evaluaciones. En las curvas de incidencia ajustadas al modelo monomolecular (cuadro 1 y figura 1) se puede observar que a partir del día 33 se diferencian los tratamiento al observarse los primeros síntomas de cancro en hoja. Los tratamientos con cobre causaron una disminución del inóculo inicial. Esto se relaciona directamente con la cantidad de enfermedad (Hunter et al., 1975, citado por Stall et al., 1993). Los resultados de los análisis de incidencia y del índice medio de severidad foliar manifiestan la superioridad de los tratamientos con Cu (P<0.001). Las categorías de severidad mas frecuentemente encontradas fueron 0, 1 y 2. Estos resultados sugieren una posible abscisión foliar a severidades superiores como sucede en pomelo de acuerdo a los estudios reportados por Goto y Yaguchi (1979). En las evaluaciones siguientes al máximo se registraron oscilaciones debidas a defoliaciones por sequías, podas y otros manejos como raleos y cosechas. Estas prácticas aún cuando se realicen una vez seco el follaje, son generadoras de vías de infección a pesar de la reducción de inóculo que pueda significar la poda (Stall 27 Evolución del cancro cítrico (Xanthomonas axonopodis pv citri) en limón con y sin aplicaciones de cobre Cuadro 1. Valores de incidencia de la línea ajustada para ambos tratamientos y sus correspondientes intervalos de confianza. Tratamiento 1 Días 0 7 14 33 47 69 82 96 154 166 Inc. est 0,0000 0,0001 0,0020 0,0696 0,1474 0,2064 0,2180 0,2231 0,2263 0,2263 LI 95 0,0000 0,0000 0,0001 0,0491 0,1221 0,1894 0,2019 0,2053 0,2057 0,2057 Tratamiento 2 LS 95 0,0582 0,0272 0,0294 0,0976 0,1769 0,2246 0,2349 0,2419 0,2483 0,2484 Inc. est 0,0000 0,0000 0,0005 0,0168 0,0466 0,0849 0,0965 0,1029 0,1086 0,1088 LI 95 0,0000 0,0000 0,0000 0,0087 0,0348 0,0725 0,0856 0,0919 0,0942 0,0941 LS 95 0,0665 0,0235 0,0175 0,0323 0,0623 0,0993 0,1085 0,1151 0,1250 0,1254 Evolución de la enfermedad en cada brotación por separado La brotación de diciembre de 2003 logró su máximo desarrollo y madurez antes de fines de diciembre. Hasta ese momento las parcelas de ambos tratamientos tenían el mismo número de aplicaciones. Los primeros síntomas de cancro se manifestaron a partir del 15 de enero y no presentaron diferencias en ningún momento del año de evaluación. En los brotes de febrero o de marzo, se detectaron diferencias significativas entre tratamientos como se detalla a continuación. Brotación de febrero. El primer registro de síntomas se produjo el día 8 de marzo (33 días desde su marcación) con una incidencia de 0,07 y 0,02 en los tratamientos I y II respectivamente. En ese momento los brotes tenían el 94 % de su tamaño definitivo. Las parcelas del tratamiento II habían recibido ya dos aplicaciones con óxido cuproso: una antes de la emergencia de estos brotes y otra cuando tenían un 65 % de su desarrollo (aproximadamente 21 días de edad) (Fig. 2). Brotación de marzo. El primer registro de síntomas fue el día 26 de abril (42 días desde su marcación y 82 días desde el inicio de la evaluaciones) cuando los brotes tenían el 98 % de su tamaño definitivo. Las incidencias fueron de 0,16 y 0,06 para los tratamientos I y II respectivamente. Las parcelas con tratamiento II Incidencia (%) y Seymour, 1983; Hartung y Civerolo, 1989; Gottwald et al., 2002). 30% 30 25% 25 20% 20 15% 15 10% 10 5% 5 0% Largo (cm) LI95: límite de confianza inferior al 95%. LS95: limite de confianza superior al 95%. 0 0 14 33 47 69 82 Trat I 96 154 166 180 208 222 236 252 264 278 292 306 323 Días de evaluación Trat II Largo aplicación Cu Figura 2. Incidencia de cancro en hojas de limón y largo de brotes de febrero en los tratamientos I (sin cobre estival) y II (con cobre estival). ya habían recibido todas las aplicaciones de verano otoño: dos fueron anteriores a la emergencia de los brotes de marzo, una tercera cuando estos tenían un 89 % de su desarrollo y la cuarta cuando tenían un 95 % de su desarrollo definitivo (Fig. 3). Stall et al. (2002) y Velázquez (2004) trabajando en Corrientes y en Tucumán, respectivamente, sugieren que se obtiene un mejor control de cancro con aplicaciones cúpricas realizadas temprano en el desarrollo de los brotes. En nuestro estudio, los tratamientos fueron aplicados más tempranamente en la brotación de febrero que en la de marzo. Sin embargo, los máximos de en- 28 Scattolini, A.; Cassanello, M.E.; Pérez, E. y Bentancur, O. 25% los días presentaron además, temperaturas medias diarias superiores a 20º C (Figuras 2, 3 y 4). 30 25 20% Efecto de la orientación de los brotes 20 15% 15 10% Largo (cm) Incidencia (%) AGROCIENCIA 10 5% 5 0% 0 0 14 33 47 69 82 96 154 166 180 208 222 236 252 264 278 292 306 323 Días de evaluación Trat I Trat II aplicación Cu Largo Cuadro 2. Efecto de los puntos cardinales en la incidencia (proporción de hojas enfermas) de cancro cítrico en los brotes vegetativos. Figura 3. Incidencia de cancro en hojas de limón y largo de brotes de marzo en los tratamientos I (sin cobre estival) y II (con cobre estival. Incidencia en brotaciones de: fermedad logrados en la brotación de marzo (0,18 y 0,07) fueron inferiores a los de la brotación de febrero (0,27 y 0,17) en ambos tratamientos. Esto sugiere que las condiciones ambientales ejercen un mayor efecto en la disminución de la enfermedad que las aplicaciones cúpricas. Las temperaturas medias diarias registradas posteriormente a la aparición de los primeros síntomas en la brotación de marzo (Fig. 4) fueron inferiores a 20º C, lo cual, según Koizumi (1976) citado por Stall et al. (1993), enlentece el desarrollo de las lesiones. Sin embargo, no se debe dejar de considerar que en marzo las parcelas ya tenían diferente cantidad de inóculo joven, que por lo tanto la brotación de marzo estuvo expuesta a diferente presión de inóculo inicial. La aparición de síntomas en todas las brotaciones estudiadas fue siempre posterior a los eventos de lluvias y 30 Orientación N S E W 180 160 120 100 15 80 10 60 40 5 20 0 Precipitaciones (mm) 140 20 diciembre febrero marzo 0,076 0,248 0,013 0,224 0,099 B 0,217 A 0,097 B 0,148 AB 0,036 C 0,084 B 0,114 AB 0,163 A B A C A Análisis de la fruta 25 Temperatura (ºC) En los brotes orientados al sur la incidencia de cancro cítrico en hoja fue mayor que en los orientados al oeste, al este y al norte (Cuadro 2), coincidiendo con la orientación de los vientos predominantes en la zona, y con las cortinas menos desarrolladas. Al respecto, Stall and Civerolo (1991), Gottwald (2002) y Velázquez y Corroto (2005) manifiestan la importancia del viento en la generación de heridas en las plantas y en la diseminación de la bacteria cuando va acompañado de agua en sus diversas formas. Las frutas de ambos tratamientos provenientes de la floración del 6 de octubre de 2003 no presentaron diferencias significativas en incidencia de cancro. El período de susceptibilidad de la fruta es entre 90 y 120 días posteriores al cuajado (Graham et al., 1992). A la fecha de la primera aplicación estival (15/01/04) los frutos tenían 100 días de cuajados, y a la siguiente ya habían pasado el período de susceptibilidad mencionado. Las aplicaciones de cobre a esa edad de la fruta no demostraron eficiencia en la reducción de la enfermedad. Es interesante destacar que el 40 % de la fruta del descarte presentó síntomas de cancro cítrico y el 80 % presentó efectos de rameado. 0 0 22 29 49 64 82 96 118 131 145 203 215 229 257 271 285 301 313 327 341 355 372 Dias de evaluación Lluvia T Figura 4. Temperatura promedio diaria, humedad relativa y precipitaciones durante el período de evaluaciones. Conclusiones Las parcelas que recibieron aplicaciones de cobre en verano presentaron menor cantidad de enfermedad y por lo tanto menor presión de inóculo para futuras infecciones. Evolución del cancro cítrico (Xanthomonas axonopodis pv citri) en limón con y sin aplicaciones de cobre Con temperaturas promedio diarias inferiores a 20º C no aumentó la cantidad de enfermedad. Las aplicaciones de cobre no evitaron las infecciones de Xanthomonas axonopodis cuando se dieron las condiciones ambientales favorables, pero redujeron su intensidad. Se necesitan al menos dos años más de evaluaciones en las mismas condiciones experimentales para poder obtener resultados concluyentes y cuantificar la relación cancro hoja y cancro fruta. Agradecimientos Se agradece en forma especial a las Bachilleres Luciana Rauduvinicce y María José Montelongo por colaborar en la recolección de la información; a los Ingenieros Alvaro Otero, Alfredo Gravina, Héctor Mara y Héctor Arbiza por el asesoramiento al inicio de este trabajo; a la Ingeniera Agrónoma Gabriela Cruz por el procesamiento de los datos agrometeorológicos y al Comité de evaluación y seguimiento del Convenio de Cooperación Técnica INIA-Facultad de AgronomíaMGAP por la financiación. Bibliografía Bernal, R. 2003. Efecto de diferentes fuentes de cobre , nuevos productos alternativos y dosis para el control de Xanthomonas axonopodis pv citri y evaluación de daños sobre fruta. Convenio de Cooperación técnica INIA, DGSA, Facultad de Agronomía. 22 de marzo de 2005. Salto. pp 20 –22. Campbell, C. L. and Madden, L. V. 1990. Introduccion to plant disease epidemiology. Wiley Interscience. New York. 532p. Canteros, B. I. y Cáceres, N. 2003. 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Graham, J.; Gottwald, T.; Cubero, J. and Achor, D. S. 2004. Xanthomonas axonopodis pv citri: factors affecting successful eradication of citrus canker. Molecular plant pathology 5 (1), 1-15. Graham, J.; Gottwald, T.; Riley, T. and Bruce, M. A. 1992. Susceptibility of Citrus fruit to bacterial spot and Citrus Canker. Phytopathology 82:452-457. Hartung, J. S. and Civerolo, E. L. 1989. Restriction fragment length polymorphisms distinguish Xanthomonas campestris strains isolated from Florida Citrus Nurseries from X.c. pv. Citri. Koizumi, M. and Kochinotsu, B. 1977. Relation of temperature to the development of citrus canker lesions in the spring. Proc. Int. Soc. Citriculture 3: 924 -928. Leite, R. P. and Mohan, S. K. 1990. Integrated management of the citrus bacterial canker disease caused by Xanthomonas campestris pv. citri in the State of Paraná, Brazil. Crop ProtectionVol 9: February. Pp3-7. Mara, H. 2004. Citrus canker control:effect of foliar treatments and time of application. 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Efecto de las cortinas rompevientos sobre la intensidad de cancrosis en lotes de limón en Tucumán, Argentina XIII Congreso Latinoamericano de Fitopatología. 19 -22 de abril de 2005. Carlos Paz, Córdoba, Argentina. 31 Agrociencia (2007) Vol XI N° 2 pág. 31 - 38 Efeito da calagem e da adubação potássica sobre o nematóide Heterodera glycines (Ichinohe, 1952)1 Rocha, M. R. da2; Carvalho, Y. de2; Corrêa, G. de Carvalho2 ; Cunha, M. Gomes2; Chaves, L. J.2 Parte da Tese de Doutorado da primeira autora apresentada à Universidade Federal de Goiás. 2 Universidade Federal de Goiás, Escola de Agronomia e Engenharia de Alimentos, Caixa Postal 131, CEP 74001970. Goiänia, GO, Brasil. e-mail: [email protected] 1 Recibido: 18/1/07 Aceptado: 26/11/07 Resumo Com o objetivo de avaliar o efeito da calagem e da adubação potássica sobre a população de H. glycines, foi conduzido o presente experimento em um delineamento experimental inteiramente casualizado, em esquema fatorial 4 x 2 x 3, com 4 repetições, sendo 4 doses de potássio (0, 30, 60 e 120 kg de K2O.ha-1), presença ou ausência de calagem (1.35 t.ha-1) e 3 épocas de avaliação (florescimento, enchimento de vagens e final do ciclo). Cultivar de soja suscetível FT- Cristalina foi plantada em vasos e artificialmente inoculada com 4000 ovos de H. glycines por vaso. Foi avaliado o número de fêmeas de H. glycines nas raízes, número de cistos /100 cm3 de solo e número médio de ovos /cisto. Durante o período de enchimento de vagens o número de fêmeas e de cistos foi maior e, nesta época, a aplicação de calcário favoreceu maior número de fêmeas em comparação com tratamento sem calcário. A aplicação de doses crescentes de cloreto de potássio, até os níveis aproximados de 106 e 90 kg de K2O.ha-1, reduziram o número de fêmeas e de cistos, respectivamente. O número de ovos por cisto foi maior no durante o estádio de enchimento de vagens. Palavras-chave: nematóide de cisto, nutrição mineral, estádios fenológicos, soja Summary Effect of liming and potassium on the nematode Heterodera glycines (Ichinohe 1952) With the puropose to evaluate the effect of liming and Potassium fertilization on Heterodera glycines population, the present study was conducted in a complete randomized design, in a 4 x 2 x 3 factorial scheme, with 4 replications. Four doses of Potassium (0, 30, 60 and 120 kg of K2O.ha-1) two levels of liming (0 and 1.35 t.ha-1) and 3 periods of evaluation based on the plant development stage (blossoming, grain-filling and late season) were tested. Susceptible soybean cultivar FT-Cristalina was planted in pots and artificially inoculated with 4,000 eggs of H. glycines/pot. Number of H. glycines females on the roots, number of cysts/100cm3 of soil and number of eggs/cyst were evaluated. Number of females and cysts were higher at the grain-filling plant stage. During this stage the liming increased the number of females in comparison to the treatment with no lime. Increasing doses of Potassium up to 106 and 90 kg of K2O.ha-1 reduced the number of females and cysts, respectivelly. Number of eggs/cyst was higher at the grainfilling stage. Key words: cyst nematode, mineral nutrition, plant phenology stages, soybean 32 Rocha, M.R. da; Carvalho, Y.de; Corrêa, G.de Carvalho; Cunha, M.G.; Chaves, L.J. Introdução A rotação de culturas e o uso de cultivares resistentes têm sido as medidas mais eficientes visando manter as populações do nematóide de cisto da soja (Heterodera glycines Ichinohe, 1952) em níveis mais baixos nos solos infestados. O manejo do solo visando manter a fertilidade equilibrada no perfil, e saturação de bases dentro do recomendado para a região, também têm sido práticas recomendadas para o controle de H. glycines (Embrapa, 2005). Estas práticas podem também tornar a planta mais vigorosa através da nutrição equilibrada. De modo geral, os solos dos cerrados apresentam baixa fertilidade natural, com fortes desequilíbrios nutricionais geralmente causados por formulações inadequadas de adubo e, principalmente, por calagem excessiva na superfície. Embora os fertilizantes sejam largamente utilizados na agricultura, sua importância na redução do estresse causado por H. glycines tem recebido muito pouca atenção. O estado nutricional da planta de soja influi também no número de nematóides que dela se alimentam. Quanto mais vigoroso o crescimento da planta, mais extenso o sistema radicular e, portanto, maior o potencial de locais para alimentação dos nematóides (Yorinori, 1994). Segundo Riggs e Schmitt (1987) o uso adequado de fertilizantes, conforme análise de solo, dá condições para que as plantas, até certo ponto, obtenham seus nutrientes, apesar do parasitismo e danos causados às raízes. Esses autores afirmam ainda que doses extremamente altas de fertilizantes podem ser tóxicas a H. glycines. No entanto, essas doses geralmente não são usadas por serem antieconômicas. O pH do solo parece ser importante para a atividade dos nematóides, ainda que seus efeitos prováveis sejam indiretos. Em lavouras de soja de Chapadão do Sul (MS) e Chapadão do Céu (GO), foi observado que pH do solo e saturação de bases muito altas, favorecem as populações de H. glycines. Valores de pH acima de 6,0, contribuíram para intensificar os danos causados pelo nematóide e resultaram em imobilização de micronutrientes e redução do parasitismo natural de ovos e de cistos. A imobilização de micronutrientes no solo causou deficiência destes nas plantas, atuando de modo sinergístico ou aditivo ao H. glycines. Nestas condições, a população de cistos tem se mantido alta, mesmo após o cultivo de milho por um ou dois anos (Garcia e Silva, 1996; Silva et al., 1997). Sologuren e Santos (1997), estudando as características químicas de solo em reboleiras de soja com H. AGROCIENCIA glycines, encontraram correlações positivas entre densidades de cistos viáveis e de juvenis de 2o estádio com valores de pH, Ca, Mg e saturação de bases. O pH apresentou correlação positiva também com o total de cistos e ovos/cisto viável. Portanto, as características químicas do solo interferem na dinâmica populacional do nematóide. O manejo do solo, no que se refere ao adequado uso de corretivos, pode auxiliar no controle de H. glycines. O potássio (K) tem sido considerado o nutriente que maior influência exerce sobre as doenças, sendo a ele atribuído efeito benéfico sobre a sanidade das plantas na maioria das espécies estudadas (Perrenoud, 1990). Esse nutriente desempenha papel fundamental em muitas reações do metabolismo das plantas. Em geral, a nutrição adequada em K resulta em menor incidência de doenças, devido ao aumento da resistência à penetração e desenvolvimento de muitos patógenos. O K aumenta a espessura da parede celular em células da epiderme, promove rigidez da estrutura dos tecidos, e regula o funcionamento dos estômatos, além de promover uma rápida recuperação dos tecidos injuriados (Huber e Arny, 1985; Marschner, 1986). Também tem sido observado que, em plantas mais resistentes, o acúmulo de fitoalexinas e fenóis ao redor dos sítios de infecção está relacionado com a presença de K (Huber e Arny, 1985). Existem evidências consideráveis de que injúrias causadas por H. glycines são mais severas em solos de baixa fertilidade, principalmente naqueles solos pobres em K (Morgan-Jones e Rodriguez-Kabana, 1984; Wrather et al., 1984). Em experimentos envolvendo aumento no nível de adubação potássica para soja, tem sido demonstrado que o elemento K pode reduzir ou suprimir a reprodução de H. glycines (Luedders et al., 1979). Adubação suplementar com potássio para a cultura da soja aumenta o nível de tolerância a alta população de H. glycines. Estudos de Luedders et al. (1979) mostraram que o número de cistos no solo e de fêmeas nas raízes aumentou na menor dose de K em comparação com a testemunha e diminuiu significativamente em doses mais altas de K para duas fontes, cloreto de potássio (KCl) e sulfato de potássio (K 2SO 4). O presente estudo teve como objetivo avaliar o efeito da calagem e da adubação potássica sobre a densidade populacional de H. glycines em três estádios de desenvolvimento da soja, sob condições de casa-devegetação. 33 Efeito da calagem e da adubação potássica sobre o nematóide Heterodera glycines (Ichinohe) Material e métodos O experimento foi conduzido em vasos de cerâmica com capacidade para 1,4 L, sob condições de casa-devegetação, utilizando-se como substrato, uma mistura de Latossolo Vermelho Escuro (LE) e areia, na proporção de 1:1. Este substrato foi previamente esterilizado, através de autoclavagem a 120o C por 20 minutos, e submetido a análise para determinação de alguns componentes químicos, físicos, pH e teor de matéria orgânica (Tabela 1). Os vasos foram colocados sobre bancadas com bordas elevadas. Os espaços entre os vasos foram preenchidos com areia que foi mantida sempre úmida, visando manter a temperatura do substrato no interior dos vasos mais baixa e a umidade mais uniforme. O inóculo de H. glycines, raça 4, foi obtido a partir de amostra de solo infestado, coletada em área de plantio de soja no município de Chapadão do Céu - GO. A partir desta amostra foram mantidos vasos para multiplicação do inóculo em casa-de-vegetação, utilizando como planta hospedeira, a soja cultivar FT-Cristalina. Para preparo do inóculo, as raízes das plantas multiplicadoras foram levadas ao laboratório e submetidas à extração de fêmeas. As fêmeas foram rompidas com o auxílio de um bastão de vidro sobre um conjunto de peneiras de 100 e 400 mesh. Os ovos e juvenis (J2) recolhidos na peneira de 400 mesh foram utilizados para inoculação. A concentração do inóculo foi determinada com o auxílio de uma câmara de Peters e contagem sob microscópio estereoscópico. As doses de calcário e potássio utilizadas foram determinadas com base na análise do substrato e seguindo as recomendações da Comissão de Fertilidade de Solos de Goiás (1988). A dose de calcário foi determinada visando elevar a saturação de bases para 50 % e as doses de K2O foram determinadas a partir da dose recomendada que foi de 60 kg de K2O.ha-1, aplicado na forma de Cloreto de Potássio (KCl). O delineamento experimental foi inteiramente casualizado em esquema fatorial 4 x 2 x 3, com 4 repetições. Os tratamentos foram constituídos pelo arranjo fatorial de quatro doses de K2O, duas de calcário, e avaliações em três estádios de desenvolvimento das plantas. As doses de potássio foram: 1) testemunha, sem K2O, 2) 30 kg.ha-1 de K2O, 3) 60 kg.ha-1 de K2O, 4) 120 kg ha-1 de K 2O. As doses de calcário foram: 1) testemunha, sem calcário e 2) 1,35 t.ha-1. As avaliações foram feitas nos seguintes estádios de desenvolvimento: 1) florescimento (75 dias após semeadura-DAS), enchimento de vagens (145 DAS) e final do ciclo das plantas (205 DAS). É importante notar que em condições de casa-de-vegetação, o ciclo das plantas não corresponde ao seu ciclo normal no campo. Foi feita adubação com fósforo, seguindo as mesmas recomendações, com base na análise de solo, aplicandose 100 kg ha-1 de P2O5, na forma de superfosfato simples. As quantidades de calcário, cloreto de potássio e superfosfato simples foram incorporadas e misturadas ao substrato. Após o enchimento dos vasos, procedeuse à semeadura colocando-se 4 sementes de soja cultivar FT-Cristalina por vaso. A emergência de plântulas ocorreu aos 5 DAS e, aos 15 DAS, foi feito o desbaste deixando-se 2 plantas por vaso. A inoculação foi realizada logo após o desbaste, utilizando-se a suspensão preparada, depositando-se 4000 ovos e J2 por vaso. A suspensão foi depositada em um pequeno sulco feito ao redor das plantas. Foram feitas irrigações diárias e a areia colocada entre os vasos foi mantida úmida durante todo o período de condução do experimento. Foi avaliado o número de fêmeas no sistema radicular, número de cistos/100 cm3 de substrato e número de ovos/cisto, exceto na última avaliação em que não foi feita contagem do número de fêmeas no sistema radicular. As avaliações do número de fêmeas nas raízes foram feitas através de contagem direta das fêmeas no sistema radicular. Para contagem do número de cistos foi feita extração pelo método do peneiramento e suspensão conforme descrito por Tihohod (1993). Para contagem do número de ovos por fêmea e ovos por cisto, estes foram depositados em um conjunto de peneiras sobrepostas de 100 e 400 mesh e rompidos com o auxílio de um bastão de vidro, sob água corrente. Os ovos retidos na peneira de 400 mesh foram recolhidos e submetidos à contagem com o auxílio de câmara de Peters. Tabela 1. Resultados da análise química e física do substrato utilizado no experimento. P mg.dm-3 K mg.dm-3 1,3 7,0 Ca+Mg Al H+Al cmolc.dm-3 2,0 0,0 4,7 V % m.o. % pH % Argila % Silte % Areia % 30,06 0,2 5,7 28,0 9,0 63,0 34 Rocha, M.R. da; Carvalho, Y.de; Corrêa, G.de Carvalho; Cunha, M.G.; Chaves, L.J. Os dados obtidos foram submetidos à análise de variância, adotando-se o nível de significância de 5 % para o teste de F. Nos casos em que houve diferença significativa entre as doses de K2 O ou calcário, ou interação significativa, foi realizada análise de regressão. AGROCIENCIA na Tabela 2. A análise de variância mostrou interações significativas entre calagem e estádios de desenvolvimento das plantas (P<0,05) e entre doses de cloreto de potássio e estádios de desenvolvimento (P<0,01). O desdobramento das interações mostrou que tanto a aplicação de calcário (Tabela 3) como a de potássio (Figura 1) somente exerceram influência sobre o número de fêmeas nas raízes no estádio de enchimento de vagens (P<0,01). O número de fêmeas, observado no sistema radicular, no estádio de enchimento de vagens (145 DAS), foi significativamente maior que aquele observado no florescimento (75 DAS) nas duas doses de calcário Resultados e Discussão Os resultados obtidos para o número médio de fêmeas de H. glycines no sistema radicular de soja cultivar FTCristalina, em função de doses crescentes de cloreto de potássio e da aplicação de calcário, estão apresentados Tabela 2. Efeito de doses crescentes de cloreto de potássio e da aplicação de calcário ao substrato, sobre o número médio de fêmeas de H. glycines no sistema radicular de soja cultivar FT-Cristalina nos estádios de florescimento e enchimento de vagens. Médias 0 Florescimento 0 76,50 142,50 17,00 235,50 117,88 1,35 174,50 150,00 59,00 43,75 125,50 146,25 38,00 139,62 112,34 Médias parciais 106,81 1504,25 1387,75 387,25 290,75 892,50 2281,25 1794,25 415,00 563,50 1263,50 Médias parciais 1892,75 1591,00 401,12 427,12 1078,00 Médias 1009,12 868,62 219,56 283,38 595,17 1,35 Tabela 3. Efeito da aplicação de calcário ao substrato sobre o número médio de fêmeas de H. glycines no sistema radicular de soja FT-Cristalina, nos estádios de florescimento e de enchimento de vagens. Estádios de desenvolvimento Médias Florescimento Enchim. de vagens 0 1,35 117,88bA 106,81bA 892,50aB 505,19 1263,50aA 685,16 Médias 112,34 1078,00 595,17 Médias seguidas pela mesma letra minúscula nas linhas e maiúsculas nas colunas, não diferem entre si pelo teste F, ao nível de 5% de probabilidade. 2500 Y = 0,1468x2 - 31,362x + 2031 (R2 = 0,8708 P < 0,01) 2000 1500 1000 500 o vagens de 0 N . de fêmeas nas raízes Enchimento Calcário (t.ha-1) Doses de K2O (kg.ha-1) 30 60 120 Estádios de Calcário desenvolvimento (t.ha-1) 0 0 30 60 90 120 -1 Doses de KCl (kg de K2O.ha ) Figura 1. Curva e equação de regressão para o número médio de fêmeas de H. glycines no sistema radicular de soja cultivar FT-Cristalina, no estádio de enchimento de vagens, em função de doses crescentes de cloreto de potássio (KCl). Efeito da calagem e da adubação potássica sobre o nematóide Heterodera glycines (Ichinohe) (Tabela 3). Isto se justifica em função do espaço de tempo decorrido entre as duas épocas de avaliação, pois ocorre a multiplicação do nematóide, surgindo novas gerações de H. glycines. De acordo com Young (1992), sob condições ideais de temperatura e em presença de hospedeiro suscetível, o ciclo de vida do nematóide de cisto da soja varia de 21 a 24 dias, sendo possíveis 4 a 5 gerações em um único cultivo de soja. O fato do efeito da aplicação de calcário só ter ocorrido no estádio de enchimento de vagens pode ser explicado pelo tempo requerido para que ocorram as reações de neutralização do solo, que segundo Sfredo et al. (1994), é de, no mínimo, três meses. Observa-se que, neste estádio de desenvolvimento, a quantidade de calcário de 1,35 t.ha-1, visando elevar a saturação de bases para 50 %, favoreceu aumento significativo do número de fêmeas no sistema radicular. O tratamento onde não foi feita aplicação de calcário, originalmente com saturação de bases de 30,06 % e pH 5,7 (Tabela 1), foi menos favorável ao desenvolvimento de H. glycines, embora tenham sido observados valores elevados em comparação com a primeira época de avaliação. Provavelmente a aplicação de calcário tenha melhorado a absorção de nutrientes, favorecendo um maior crescimento de raízes, oferecendo, portanto, mais sítios de alimentação para o nematóide, resultando com isto, em maior número de fêmeas de H. glycines. Apesar de não haver diferença significativa entre as doses de K2O no estádio do florescimento, observa-se que a aplicação da dose recomendada de 60 kg de K2O por hectare resultou em menor número de fêmeas nas raízes (Tabela 2). No estádio de enchimento de vagens nota-se redução no número de fêmeas à medida que as doses de K2O são aumentadas, até a dose de 106,8 kg de K2O/ha. A partir desta dose, o número estimado de fêmeas nas raízes parece permanecer estável ou apresentar ligeiro aumento (Figura 1). Estes resultados indicam que a aplicação de dose igual ou um pouco acima da dose recomendada de K2O, reduzem significativamente a população de H. glycines. Estes resultados confirmam as observações de Shannon et al. (1977) de que manter um balanço nutricional adequado é extremamente importante, especialmente em solos onde H. glycines está presente. Segundo esses autores, a deficiência de K pode limitar seriamente a produção de soja em solo infestado por H. glycines. Em solos onde este nematóide limita severamente o crescimento das raízes, a cultura pode requerer mais K que o indicado com base em análise de solo. 35 Embora não tenha sido avaliado o peso seco de raízes, o ligeiro aumento do número de fêmeas de H. glycines nas doses superiores a 106, 8 kg ha-1 de K2O, pode indicar que doses elevadas de K tenham promovido maior crescimento radicular, resultando em pequeno aumento da população de H. glycines a partir desta dose, por oferecer mais sítios de infecção. Wrather et al. (1992) afirmam que o crescimento das raízes de soja é estimulado quando vários nutrientes são acrescentados ao solo, e o nível populacional de H. glycines aumenta porque mais sítios de alimentação estão disponíveis. Na época do florescimento, a adição de calcário trouxe um incremento no número de fêmeas no sistema radicular, da ordem de 128,1 % na dose zero de K2O (Tabela 2), de 5,3 % na dose de 30 kg ha-1 de K2O, de 247 % na dose de 60 kg ha -1 de K 2O, e redução de 81,4 % quando na dose de 120 kg ha-1 de K2O. Essas diferenças, ainda que não revelem tendência regular, são bastante elevadas, e a sua reversão na dose mais elevada de K2O pode significar um efeito deletério e precoce de altas doses de K na presença de calcário nessa fase fenológica do hospedeiro. Nas avaliações realizadas no estádio de florescimento as populações de fêmeas foram decrescentes à medida que se aumentaram as doses de K2O na presença de calcário, mas essas variações foram aleatórias na ausência dele (Tabela 2). As médias do número de cistos de H. glycines por 100 cm 3 de substrato, em função de doses crescentes de K2O e da aplicação de calcário, nos três estádios de desenvolvimento das plantas, estão apresentadas na Tabela 4. A análise de variância mostrou interação significativa entre doses de K 2 O e estádios de desenvolvimento das plantas (P<0,01).O desdobramento da interação mostra que as doses de K2O exerceram efeito significativo sobre o número de cistos, no estádio de enchimento de vagens (P<0,01) e no final do ciclo das plantas (P<0,01). As curvas que representam as equações de regressão para o número de cistos/100 cm3 de solo, em função de doses crescentes de K 2O, no estádio de enchimento de vagens e no final do ciclo da cultura, estão apresentadas na Figura 2. As curvas são de natureza quadrática e observa-se que, nos dois estádios, o número de cistos apresenta acentuada redução, à medida que são aplicadas doses crescentes de K2O. Estas curvas apresentam o ponto de mínima com 90,06 e 90,70 kg ha-1 de K2O , para o estádio de enchimento de vagens e final do ciclo da cultura, respectivamente. A partir desses pontos, observa-se um pequeno aumento do número de cistos. Estes resultados indicam que a aplicação da dose reco- 36 Rocha, M.R. da; Carvalho, Y.de; Corrêa, G.de Carvalho; Cunha, M.G.; Chaves, L.J. EV ( ) Y = 0,0806x 2 - 14,518x + 695,5 (R FC ( ) Y = 0,0395x 2 - 7,1584x + 319,3 (R 600 2 2 glycines em função de doses crescentes de K, aplicadas na forma de cloreto e de sulfato de potássio. De acordo com Marschner (1986), de maneira geral, nutrição adequada em K resulta em menor incidência de doenças, devido ao aumento da resistência à penetração e ao desenvolvimento de muitos patógenos. Diversos autores observaram redução na incidência de doenças devido à adubação com K (McNew, 1953; Critenden & Svec, 1974; Shannon et al., 1977; Luedders et al., 1979; Perrenoud, 1990; Sharma, 1994). O aumento do número de cistos/100 cm3 de substrato nas doses acima de 90,06 kg ha-1 de K2O, nas avaliações no estádio de enchimento de vagens e acima de 90,7 kg ha -1 de K2O no final do ciclo das plantas (Figura 2), é uma observação que também se assemelha aos resultados obtidos para o número de fêmeas nas raízes. Pode ser que doses elevadas de K tenham promovido maior crescimento de raízes e, da mesma forma que tenha resultado em pequeno aumento do número de fêmeas, também tenha propiciado aumento do número de cistos por oferecer mais sítios de alimentação, confirmando observações de Wrather et al. (1992). Embora a interação entre doses de K 2O e estádios de desenvolvimento das plantas, não tenha sido significativa no estádio do florescimento (P> 0,05), observa-se, pelos dados apresentados na Tabela 4, tendência de comportamento semelhante neste estádio, quando comparado com os estádios de enchimento de vagens e final do ciclo das plantas. Ou seja, a aplicação de doses crescentes de K2O reduziram o número de cistos, até = 0,99 P < 0,01) = 0,99 P < 0,01) 400 3 Cistos/100cm de substrato 800 200 0 -200 0 20 40 60 80 100 AGROCIENCIA 120 -1 Doses de KCL (kg de K 2O.ha ) Figura 2. Curvas e equações de regressão para o número médio de cistos de H. glycines por 100 cm 3 de substrato, no estádio de enchimento de vagens (EV) e no final do ciclo da cultura (FC), em função de doses crescentes de cloreto de potássio (KCl). mendada de K (60 kg ha-1 de K2O), ou uma dose um pouco acima da recomendação, é favorável para o manejo de H. glycines e que, tanto a deficiência desse nutriente, quanto o seu excesso favorecem altas populações deste nematóide, sendo a deficiência bem mais prejudicial. Este comportamento é semelhante àquele observado para o número de fêmeas nas raízes (Figura 1) e confirmam resultados obtidos por Shannon et al. (1977) de que, em solos infestados por H. glycines, a cultura da soja pode exigir mais K que a quantidade indicada pela análise de solo. Luedders et al. (1979) também obtiveram redução do número de cistos de H. Tabela 4. Efeito de doses crescentes de cloreto de potássio e da aplicação de calcário ao substrato, sobre o número médio de cistos de H. glycines, por 100 cm3 de substrato, nos diferentes estádios de desenvolvimento das plantas. Estádios de Calcário desenvolvimento (t.ha-1) Florescimento Doses de K2O (kg.ha-1) 0 Médias 30 60 120 0 41,00 6,25 1,25 14,25 15,69 1,35 42,00 23,00 5,00 5,25 18,81 Médias parciais 41,50 14,62 3,12 9,75 17,25 Enchimento vagens 762,50 330,25 128,00 138,50 339,81 596,75 419,50 37,75 100,50 288,62 679,62 374,88 82,88 119,50 314,22 0 330,00 104,75 14,75 17,75 116,81 1,35 297,50 205,00 26,75 43,00 143,06 Médias parciais 313,75 154,88 20,75 30,38 129,94 Médias 344,96 181,46 35,58 53,38 153,80 de 0 1,35 Médias parciais Final do ciclo 37 Efeito da calagem e da adubação potássica sobre o nematóide Heterodera glycines (Ichinohe) próximo da dose recomendada, passando a aumentar na maior dose. Considerando-se as médias gerais do número de cistos/100 cm3 de substrato (Tabela 4), nota-se que os menores valores foram observados na dose recomendada de 60 kg ha-1 de K2O, seguindo o mesmo comportamento observado para o número de fêmeas (Tabela 2). Ainda com base nos dados da Tabela 4, observando-se apenas os estádios de desenvolvimento das plantas, notase que o número de cistos/100 cm3 de substrato teve um aumento significativo depois do florescimento (9,75), atingindo valores máximos no estádio de enchimento de vagens (119,5), e sofrendo redução no final do ciclo das plantas (30,38). Este comportamento ocorre porque, durante o período vegetativo e reprodutivo a planta oferece condições para pleno desenvolvimento e reprodução do nematóide. À medida que a planta entra em processo de senescência, a população do nematóide tende a diminuir por falta de condições para multiplicação. O número médio de ovos por cisto foi avaliado com o objetivo de obter informação a respeito da fecundidade do nematóide e, se a adição de K ou calcário ao substrato, exercem algum efeito sobre esta fecundidade. Não houve nenhum efeito destes fatores sobre o número de ovos (Tabela 5), mas houve influência significativa dos estádios de desenvolvimento das plantas (P<0,01). Os resultados apresentados na Tabela 5 indicam que a fecundidade de H. glycines é maior no estádio de enchimento de vagens, visto que neste período, o número médio de ovos por cisto é maior. No final do ciclo da cultura, além de ocorrer redução do número de cistos (Tabela 4), ocorre também a redução do número médio de ovos contidos nestes cistos, ou seja, a fecundidade de H. glycines é menor no final do ciclo da cultura. Estes resultados sugerem que este é um período favorável para serem efetuadas medidas de manejo, visando reduzir a população de H. glycines, evitando-se a presença de hospedeiro suscetível ao nematóide, prevenindo-se assim, aumento populacional. Isto vem reforçar a recomendação de uso de cultura não hospedeira ou cultivar de soja resistente a H. glycines na seqüência ao plantio de uma cultivar suscetível, visando manter a população do nematóide em níveis mais baixos. De modo geral, houve tendência de aumento do número de ovos/cisto com o aumento da dose de K2O, até o nível da dose recomendada, ocorrendo um decréscimo em doses mais elevadas. Este comportamento, embora não significativo, mostrou-se contrário àquele observado para o número de fêmeas nas raízes e de cistos/ 100 cm3 de substrato. Isto pode indicar que a aplicação da dose recomendada de potássio, favorável ao desenvolvimento da cultura e à redução do número de fêmeas e de cistos, promove maior fecundidade do nematóide H. glycines, por resultar em maior número Tabela 5. Efeito de doses crescentes de cloreto de potássio e da aplicação de calcário ao substrato, sobre o número médio de ovos/ cisto de H. glycines, nos diferentes estádios de desenvolvimento das plantas. Estádios de de Calcário desenvolvimento (t.ha-1) Florescimento 0 Doses de K2O (kg.ha-1) 30 60 120 Médias 0 89,50 148,25 184,25 78,75 125,19 1,35 117,50 84,50 76,00 129,75 101,94 103,50 116,38 130,12 104,25 113,56 189,00 158,25 175,75 149,25 168,06 180,50 165,75 168,50 157,25 168,00 184,75 162,00 172,12 153,25 168,03 0 59,75 113,00 153,25 177,50 125,88 1,35 108,00 124,00 154,50 102,50 122,25 Médias parciais 83,88 118,50 153,88 140,00 124,06 Médias 124,04 132,29 152,04 132,50 135,22 Médias parciais Enchimento de vagens de 0 1,35 Médias parciais Final do ciclo 38 Rocha, M.R. da; Carvalho, Y.de; Corrêa, G.de Carvalho; Cunha, M.G.; Chaves, L.J. de ovos dentro destes cistos. Esta tendência vem alertar para a questão levantada por Ferraz (1996) de que, às vezes, o número alto ou baixo de cistos no solo, não é tão importante como saber se estes cistos estão com ovos viáveis ou não. No entanto, é importante considerar que os valores aqui observados foram sempre menores que os registrados por Young (1992) que variaram de 200 a 600 ovos por cisto. Moreira (1997) registrou, no Estado de Goiás, uma média de 217 ovos/cisto em uma população da raça 14 de H. glycines e observou viabilidade de aproximadamente 80 % desses ovos, cerca de 30 a 60 dias antes da época de plantio da soja na região. Conclusões -Doses crescentes de potássio reduzem a densidade populacional de H. glycines nas raízes das plantas e no solo. -A densidade populacional e a fecundidade de H. glycines são maiores no período de enchimento de vagens e mais acentuadamente quando se faz a aplicação de calcário. -Doses de potássio maiores que aquelas recomendadas, em função da análise de solo, podem auxiliar no controle de H. glycines mantendo suas densidades populacionais mais baixas no solo e nas raízes da soja. Bibliografia Comissão de Fertilidade de Solos de Goiás. 1988. Recomendações de corretivos e fertilizantes para Goiás; 5a. aproximação. Goiânia, UFG/ EMGOPA. 101p. Crittenden, H. and Svec, L.V. 1974. Effect of potassium on the incidence of Diaporthe sojae in soybean. Agronomy Journal. 66:696-697. EMBRAPA. 2005. Centro Nacional de Pesquisa de Soja. Tecnologias de produção de soja região Central do Brasil 2006. Londrina, Brasil. 220p. Ferraz, S. 1996. Nematóide de cisto da soja: situação atual e perspectivas. In: Reunião de Pesquisa de Soja da Região Central do Brasil, 18. Ata e resumos, pp.146 – 152. Uberlândia, Brasil. Garcia, A. e Silva, J. F.V. 1996. Interação entre a população de cistos de Heterodera glycines e o pH do solo. Fitopatologia Brasileira. 21:420. Huber, D. M. and Arny, D.C. 1985. Interactions of potassium with plant disease. In: Munson, R.D. (ed.) Potassium in agriculture, pp.467-488. Madison. Luedders, V. D.; Shannon, J. G. and Baldwin Junior., C.H. 1979. 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Fantasía en la zona sur de Uruguay Mujica, M.V.1; Scatoni, I1.; Franco, J.1; Núñez, S.2 y Bentancourt, C.1 1 Facultad de Agronomía, Garzón 780, 12900 Montevideo, Uruguay. 2 Sección Protección Vegetal, INIA Las Brujas, R. 48 km 10, Canelones, Uruguay Correo electrónico: [email protected] Recibido: 17/9/07 Aceptado: 26/12/07 Resumen Frankliniella occidentalis (Pergande) es reportada por primera vez para Uruguay en 1999 y a partir de ese momento comienzan a observarse daños de trips más severos y plateados en nectarinos. Las aplicaciones de insecticidas en nuestro país constituyen una estrategia preventiva y van dirigidas a evitar los daños de trips en nectarinos en el momento de floración y ocasionalmente en precosecha. No existen estudios previos sobre la fluctuación poblacional de trips en nectarinos. Debido a esta falta de información, se hace necesario determinar las principales especies que los atacan, su variación estacional y los métodos de muestreo más adecuados que permitan cuantificar su incidencia y determinar la necesidad de aplicar medidas de control. Con el objetivo de levantar las restricciones antes mencionadas se planteó el presente trabajo. La determinación de la fluctuación poblacional se realizó mediante golpeo de ramas, trampas adhesivas amarillas y colecta de material vegetal que fue luego procesado en embudo de Berlese. Las especies de trips más abundantes colectadas sobre plantas de nectarinos, fueron Frankliniella occidentalis y Thrips tabaci. Frankliniella schultzei fue también colectada pero en forma muy esporádica. Los daños, consistentes en plateados sobre la fruta, se visualizaron en precosecha. No se observó otro tipo de daño que pudiera atribuirse a tisanópteros. Las trampas adhesivas amarillas colocadas en la planta permitieron determinar la abundancia y fluctuación poblacional de F. occidentalis. La relación varianza/media dejó de manifiesto que las poblaciones de trips se distribuyen de forma agregada. Palabras clave: Frankliniella occidentalis, Frankliniella schultzei, Thrips tabaci, métodos de muestreo, distribución espacial. Summary Population fluctuation of thrips (Thysanoptera: Thripidae) on Prunus persica (L.) cv. Fantasía in the south of Uruguay Frankliniella occidentalis (Pergande) was reported for the first time in Uruguay in 1999 and from this time more severe damage has been observed, like silvering in nectarines. Pesticide to avoid thrips damage in our country are applied at flowering and occasionally at preharvest. These applications are preventive, without considering the presence or abundance of a particular species, because identification in the field is not possible and there are no simple methods evaluated to determine presence and abundance of different thrips species on crops. There are no previous studies in Uruguay on thrips population dynamics in nectarines. Owing to this lack of information it is necessary to determine the main species attacking nectarines, their seasonal incidence and the best sampling methods to quantify incidence and determine the need for control measures. To left the above mentioned restrictions, the present research was proposed. The fluctuation of populations for different thrips species was studied using branch tapping, yellow sticky traps and collection of fresh material which was then processed in a Berlese funnel. Thrips species collected on nectarine trees were Frankliniella occidentalis and Thrips tabaci. Frakliniella schultzei was also collected but only sporadically. Damage consisting in silvering on fruit was observed at preharvest. No other 40 Mujica, M.V.; Scatoni, I.B.; Franco, J.; Núñez, S. y Bentancourt, C. AGROCIENCIA kind of damage attributable to thysanopters was observed. The yellow sticky traps put on the trees allowed the quantification of the abundance and populational fluctuations of F. occidentalis. Variance/media relation showed aggregated distribution in thrips populations. Key words: Frankliniella occidentalis, Frankliniella schultzei, Thrips tabaci, sampling techniques, spatial distribution Introducción En Uruguay, los nectarinos y en particular el cv. Fantasía ocupan un lugar destacado dentro de la fruticultura de hoja caduca. Se estima que el 53 % de las plantas de nectarinos corresponden a este cultivar (MGAP, 2006). La incidencia de trips sobre el mismo es importante y mayor a la observada en otros nectarinos. Los daños notorios desmerecen la calidad de la fruta y afectan su valor comercial. Hasta 1999 los perjuicios eran atribuidos a dos especies Heliothrips haemorroidalis (Bouché) y Thrips tabaci Lindeman (Bentancourt y Scatoni, 1999). En los últimos años los daños provocados por trips han adquirido mayor relevancia. Esta mayor incidencia coincide con la aparición de Frankliniella occidentalis (Pergande) en Uruguay, reportada por primera vez por Terra et al. (1999). Los daños se visualizan tanto sobre frutos en desarrollo como en precosecha. Sin embargo, no existen estudios que permitan atribuir la mayor intensidad de los daños observados recientemente a esta especie. A los perjuicios tradicionalmente reconocidos y consistentes en deformaciones, rugosidades de la piel y manchas pardas con aspecto de costras se le debe sumar en los últimos años el plateado de los frutos. Este último daño es el resultado de la alimentación conjunta de adultos y larvas de F. occidentalis, primero en las caras más protegidas del fruto, oculto por hojas o por el contacto con otros frutos, y luego en las caras expuestas (De Liñan Vicente, 1998; González, 1999; Strand, 1999; Pearsall, 2000). El control convencional de trips consiste en aplicaciones de insecticidas en el momento de floración y ocasionalmente en precosecha. Las aplicaciones se efectúan preventivamente sin considerar la presencia y/o abundancia de alguna especie en particular. En la actualidad, spinosad es el principio activo utilizado en Producción Integrada (INIA et al., 2005), mientras que en manejos convencionales se utiliza endosulfan. La ausencia de métodos de monitoreo validados para trips en frutales no permite determinar con preecisión la necesidad de aplicar estrategias de control. Para detectar la presencia y estimar la abundancia de las poblaciones de trips en frutales de carozo, se han propuesto diversos métodos de monitoreo. Entre ellos figuran, el golpeo de ramas sobre planchas engomadas o en el interior de bolsas de plástico y la colecta de material vegetal (flores, brotes, frutos) tratado posteriormente por calor (Embudo de Berlese de luz incandescente). Estos métodos permiten detectar las especies de trips presentes en diferentes momentos fenológicos del cultivo, así como su abundancia (McLaren y Fraser, 2001; García Marí, 2004). Entre los métodos más corrientes para cuantificar la densidad poblacional de los trips se destacan las trampas adhesivas de colores, localizadas tanto dentro de la vegetación como a nivel del suelo (Carrizo, 1998; Sánchez et al.,1998; Pearsall y Myers, 2001). En razón de la mayor incidencia de estos insectos y de la escasa información existente, el presente trabajo se propone determinar las principales especies de trips que atacan a los nectarinos en la zona sur de Uruguay, su fluctuación poblacional, daños y los métodos de muestreo más adecuados para cuantificar su abundancia. Materiales y métodos La investigación se realizó en nectarinos (Prunus persica (L.) cv. Fantasía) implantados en dos establecimientos próximos, de la zona de Melilla (Departamento de Montevideo), uno ubicado en Camino Melilla (CM) y otro sobre Camino Seré (CS). En cada establecimiento, se seleccionó un cuadro de 0,45 y 0,87 ha respectivamente. Estos fueron divididos en doce sectores, tomándose muestras de una planta por cada sector. Las aplicaciones de insecticidas se restringieron a las convencionales realizadas por el productor con paration M y metilazinfos, para el control de Cydia molesta. Las poblaciones de trips en las plantas seleccionadas se registraron desde plena flor (19/9/05), hasta el fin de cosecha (24/1/06). Para evaluar las poblaciones de trips se utilizaron tres tipos de muestreos: i) trampas adhesivas amarillas colocadas en el interior del árbol y a nivel del suelo, ii) golpeo de ramas en el interior de bolsas de plástico y iii) colecta de material vegetal para 41 Fluctuación poblacional de trips extraer los trips mediante embudo de Berlese de luz incandescente. Las evaluaciones se hicieron con una frecuencia semanal; y para los muestreos ii y iii se eligió el horario del medio día para minimizar la influencia horaria sobre los registros (McLaren y Fraser, 2001). Las trampas adhesivas amarillas fueron ubicadas en los árboles marcados dentro de los sectores de muestreo, se colocaron verticalmente en número de 12 por cuadro, seis colgadas en el interior del árbol y las restantes seis fijas con una estaca al suelo. Las trampas medían 16 x 13cm, rean de color amarillo cromo, referenciado por el sistema L*a*b con valores L: 80,71; a: + 4,35 y b: + 81,80 (CIE, 1976). Sobre una de las caras se aplicó una fina capa de pegamento Tangle-trap (Thanglefoot Company, MI 49504 USA). Los muestreos por golpeo se realizaron sobre las plantas seleccionadas dentro de cada sector. En cada planta se escogieron al azar tres ramas del año, las cuales se sacudieron dentro de bolsas de polietileno de cierre hermético mientras el estado fenológico lo permitió. Cuando la fruta adquirió mayor tamaño se continuó la colecta de trips usando un algodón embebido en acetato de etilo colocado en el fondo de las bolsas. De este modo los vapores producidos mataban a los insectos que caían al fondo de la bolsa. Este procedimiento se realizó hasta cosecha. Paralelamente, en los dos montes se tomaron muestras al azar de 12 árboles, y en cada uno se seleccionaron también al azar cinco ramas del año de 30–40 cm, provenientes de diferentes alturas y puntos cardinales. Las ramas recolectadas se trasladaron al laboratorio dentro de conservadoras para evitar la deshidratación. Más tarde los trips se recolectaron con la ayuda de embudos de Berlese de luz incandescente. Los ejemplares colectados se conservaron en alcohol al 70 % para su posterior identificación. Las especies de trips fueron identificadas siguiendo las claves de Mound et al. (1976), De Santis et al. (1980), Mound y Marullo (1996), Mound y Kibby (1998), Monteiro et al. (2001 a y b) y Soto y Retana (2003). Para verificar las identificaciones, se realizaron preparaciones microscópicas siguiendo a Mound y Marullo (1996) y se consultó la colección de trips del Instituto Nacional de Investigaciones Agropecuarias (INIA Las Brujas). Con los datos obtenidos se construyeron gráficos de población parcial y se calculó la participación porcentual de cada una de las especies colectadas por los diferentes métodos de muestreo sobre el total de individuos. El daño en fruta fue evaluado desde cuajado hasta cosecha. Semanalmente se inspeccionaron 25 frutas por árbol, de los 12 árboles marcados en los sectores de muestreo. En el momento de cosecha el muestreo se complementó con la observación de 250 frutas al azar por monte. Análisis estadístico Los datos fueron procesados usando el Modelo Lineal Generalizado para conteos y proporciones y el Modelo no Lineal para estimación de curvas. Se emplearon los procedimientos GLM, GENMOD y NLIN del programa SAS versión 9.1 (2003). El análisis estadístico se realizó en tres etapas: comparación de la abundancia y fluctuación de las poblaciones de trips presentes en ambos montes; comparación de la eficiencia de los métodos de muestreo y estimación de la distribución espacial de trips en el monte. La fluctuación poblacional de trips fue analizada a través de modelos de crecimiento poblacional usando el procedimiento NLIN, (SAS, 2003), considerando por separado los datos provenientes de los distintos tipos de muestreo. Se trabajó con la proporción acumulada de individuos en función del tiempo. Se estimaron los parámetros de las curvas sigmoides (modelo logístico), los intervalos de confianza para cada uno de ellos y el momento en que las poblaciones de trips alcanzaron el 50 % de la población (punto de máxima velocidad de crecimiento). El modelo logístico se define como: y= b0 1 + b1e −b2 t donde: “y” es la proporción acumulada de individuos, “t” es el tiempo en días transcurrido a partir de la floración (19/9/05), “b0” es el valor asintótico máximo que se limita a 1.0, “b1” es un parámetro asociado al intercepto y a la escala de medición y “b2” es la tasa de crecimiento de la población. Para la comparación de los métodos de muestreo el período se dividió en tres etapas según las fluctuaciones poblacionales: la primera comprendida entre el 19/09/05 y el 10/11/05, la segunda entre el 10/11/05 y el 30/12/05, y la tercera entre el 30/12/05 y el 24/01/ 06. En la comparación de las proporciones se utilizó un Modelo Lineal Generalizado (GLM) asumiendo distribución binomial y función de enlace logis (SAS, 2003). Se realizó el cálculo de intervalos de confianza para estimar la verdadera proporción de insectos para cada período y para cada método. 42 Mujica, M.V.; Scatoni, I.B.; Franco, J.; Núñez, S. y Bentancourt, C. La distribución espacial de F. occidentalis se estudió a través de la relación varianza – media propuesta por Taylor (1961). Las capturas en trampas adhesivas amarillas procedentes de cada monte, se agruparon por fecha y se calculó la media y la varianza de los conteos. Por regresión lineal, se calcularon los parámetros “a” y “b” de la ecuación de Taylor: S = ax 2 AGROCIENCIA Las diferentes curvas estimadas se compararon utilizando los intervalos de confianza obtenidos para los dos parámetros (“a” y “b”). Se considera de especial interés la comparación de los parámetros “b”, indicadores del nivel de contagio de la plaga en el campo. Resultados y discusión b Especies de trips presentes en nectarinos donde: “S2” es la varianza y “ x ” la media. Se considera el parámetro “a” como un factor de escala dependiente de la técnica de muestreo y del hábitat en estudio, mientras que “b” se supone constante para cada especie, indica el grado de contagio (agrupamiento) de los individuos en el campo y se espera que tenga valores entre 1,4 y 2,0 para plagas de cultivos. La distribución aleatoria de la especie en el campo se caracteriza por valores de 1,0 para los dos parámetros (Ruesnik, 1980; Soutwood, 1978). Las especies de trips asociadas al cultivo y capturadas en las trampas adhesivas amarillas en ambos establecimientos, fueron F. occidentalis, Frankliniela schultzei y T. tabaci. En los golpeos y a partir del material vegetal que se procesó en los embudos de Berlese, se colectó F. occidentalis y T. tabaci, lo que indica su presencia en los diferentes órganos vegetativos y reproductivos de la planta. F. schultzei se detectó por estos métodos de muestreo en una sola oportunidad y en muy baja proporción (Cuadro 1). Cuadro 1. Número de individuos, porcentaje de trips colectados en trampas adhesivas amarillas colocadas en la planta y a nivel del suelo, mediante golpeos y en embudo de Berlese en dos montes de Prunus persica (L.) cv. Fantasía en los predios de Camino Melilla y Camino Seré. Trampas en planta Nº (%) Frankliniella occidentalis Trips tabaci Frankliniella schultzei 8700 98,78 87 20 Total por método Cno. Melilla + EE Trampas en suelo (%) 2,52 3807 99,32 1,89 21 91,30 6,47 130 87,25 7,65 0,99 0,23 11,47 1,10 19 7 0,50 0,18 1,62 0,97 2 0 8,70 0,00 6,47 0,00 19 0 12,75 0,00 7,65 0,00 8807 68,40 10,66 3833 30,22 10,54 23 0,18 0,97 149 1,21 2,51 Frankliniella occidentalis Trips tabaci Frankliniella schultzei 15082 99,03 2,25 22231 99,33 5,72 102 98,08 3,15 155 67,10 10,78 123 25 0,81 0,16 138 12 0,62 0,05 1,80 0,51 2 0 1,92 0,00 3,15 0,00 74 2 32,03 0,87 10,71 2,13 Total por método Cno. Seré 15230 40,07 11,24 22381 59,05 11,28 104 0,27 1,19 231 0,61 1,79 Nº: Número de individuos. EE: error estándar de la media del porcentaje de individuos. Nº (%) Berlese Nº 2,06 0,92 + EE Golpeos + EE Nº (%) + EE 43 Variación estacional de trips y su relación con los daños Si bien la presencia de F. occidentalis, T. tabaci y F. schultzei en trampas fue casi constante a través de la estación, se observaron diferencias importantes en los niveles de captura (Figuras 1, 2 y 3). En la planta los primeros individuos se registraron en flores, a medida que las frutas fueron cuajando los insectos se recuperaron de los brotes tiernos y de los nectarios de las hojas, para finalmente obtenerse de la fruta al momento de la cosecha. En base a las capturas en trampas adhesivas amarillas, F. schultzei estuvo presente desde fines de setiembre (plena flor) hasta fines de diciembre y F. occidentalis y T. tabaci desde fines de setiembre hasta fines de enero (Figuras 1, 2 y 3). Tanto las trampas colocadas a nivel del suelo como las aéreas, colectaron individuos desde las primeras fechas de muestreo, pero las poblaciones mostraron un marcado incremento hacia mediados de noviembre. Para ambos montes, los máximos de capturas ocurrieron próximos a cosecha. F. occidentalis fue la especie predominante en el período de estudio (Figura 1), le siguieron en importancia T. tabaci (Figura 2) y F. schultzei (Figura 3). La fluctuación de la población de F. occidentalis a partir de noviembre fue similar en ambos montes y los picos coinciden en los momentos, aunque no en la magnitud. A pesar de la presencia de T. tabaci y F. occidentalis en los meses de setiembre y octubre, colectados a partir del material vegetal y del golpeo en ramas, no se observaron daños sobre la fruta. Probablemente, las densidades de poblaciones registradas en trampas en esos momentos, inferiores a 20 adultos/trampa/semana para F. occidentalis (Figura 1) y a un adulto/trampa/semana para T. tabaci (Figura 2), hicieron que no se alcanzaran 800 700 600 500 400 300 200 100 0 6 /0 6 /0 1 23 /0 1 09 26 /12 /0 /0 5 5 /0 5 /1 2 12 /1 1 28 14 /11 /0 /0 5 5 /0 5 /1 0 /0 31 /1 0 17 700 03 19 /09 800 /1 0 /0 /0 5 5 A B 600 500 400 300 200 100 0 19 /0 9/ 05 03 /1 0/ 05 17 /1 0/ 05 31 /1 0/ 05 14 /1 1/ 05 28 /1 1/ 05 12 /1 2/ 05 26 /1 2/ 05 09 /0 1/ 06 23 /0 1/ 06 En el cuadro 1 se observa que F. occidentalis fue la especie más abundante y constante durante todo el período de estudio, representando entre el 67 % y el 99 % de los individuos capturados según el método de muestreo. T. tabaci le sigue en importancia, con valores que oscilan entre el 2 % y el 32 % en los métodos de muestreo que evalúan la población en planta (Golpeo y Berlese). Se confirma con este estudio la presencia en nectarinos para Uruguay de T. tabaci y se agregan a la lista de especies dos tisanópteros, F. occidentalis y F. schultzei. Sin embargo, no se detectó Heliothrips haemorroidalis quien fuera citado atacando nectarinos por Bentancourt y Scatoni, (1999). Nº promedio de Frankliniella occidentalis Fluctuación poblacional de trips Crecimiento del fruto Floración Caída de pétalos --- Caída de envolturas florales Inicio de cosecha Fin de cosecha Períodos en los cuales se colectaron Frankliniella occidentalis en el Embudo de Berlese y por golpeo Figura 1. Capturas promedio de Frankliniella occidentalis en trampas adhesivas amarillas colocadas a nivel del suelo ( ⎯ ) y entre la vegetación ( -•- ) en Prunus persica (L.) cv. Fantasía en los predios de Camino Melilla (A) y Camino Seré (B). niveles de daño (Figura 6). En la segunda quincena de noviembre, las capturas de estas dos especies en trampas se incrementan y se observa otra vez la presencia de adultos en planta; sin embargo, los daños recién se visualizan en la primera semana de enero, y se agravan hacia el final del período de cosecha (24/1/06). En todos los casos los daños observados fueron zonas decoloradas y plateado en los frutos (figura 4), incluso con adultos y larvas alimentándose sobre la zona afectada (Figura 5), lo que concuerda con De Liñan Vicente (1998) y González (1999). Los daños se incrementaron hacia el final del ciclo y avanzaron durante el período de maduración de la fruta, de modo que los últimos frutos cosechados fueron más afectados que los primeros. El porcentaje de fruta 44 7 1,6 A 6 1,2 1,0 5 4 3 2 /01 /0 6 06 23 26 09 /0 1/ /1 2/ 05 05 /1 2/ 12 28 /1 1/ 05 05 05 /1 1/ /1 0/ /1 0/ 14 B 1,2 1,0 0,8 0,6 Caída de envolturas florales Inicio de cosecha Fin de cosecha --- Períodos en los cuales se colectaron Thrips tabaci en el Embudo de Berlese y por golpeo Figura 2. Capturas promedio de Thips tabaci en trampas adhesivas amarillas colocadas a nivel del suelo (–) y entre la vegetación (-•-) en Prunus persica (L.) cv. Fantasía ubicados en el predio de Camino Melilla (A) y Camino Seré (B). Floración Caída de pétalos 6 /0 6 Caída de envolturas florales /0 1 /0 Crecimiento del fruto 23 /0 1 09 26 /1 2 /0 5 5 12 /1 2 /0 5 /0 5 28 /1 1 14 /1 1 /0 5 31 /1 0 /0 5 /0 /1 0 17 03 /1 0 /0 5 /0 /0 9 19 /0 6 23 /01 /0 6 09 /01 /0 5 26 /12 /0 5 12 /12 /0 5 28 Crecimiento del fruto Floración Caída de pétalos /11 /0 5 /11 /0 5 14 /10 /0 5 31 /10 17 03 /10 /0 5 0,0 /0 5 0,2 0 5 0,4 1 /09 31 1,4 05 1,6 05 0,0 17 B 0,2 /1 0/ /0 6 /01 /0 6 23 /01 09 /12 /0 5 /0 5 26 /12 /0 5 12 /11 /0 5 28 /11 /0 5 14 /0 5 /0 5 /10 31 6 17 /10 03 9/0 9 /0 7 /10 5 0 0,4 03 1 0,6 /09 /0 5 2 0,8 19 3 Nº promedio de Frankliniella schultzei 4 19 A 1,4 5 Nº promedio de Thrips tabaci 1 AGROCIENCIA Mujica, M.V.; Scatoni, I.B.; Franco, J.; Núñez, S. y Bentancourt, C. Inicio de cosecha Fin de cosecha Figura 3. Capturas promedio de Frankliniella schultzei en trampas adhesivas amarillas colocadas a nivel del suelo (⎯) y entre la vegetación ( -•- ) en Prunus persica (L.) cv. Fantasía en los predios de Camino Melilla (A) y Camino Seré (B). Figura 4. Daños provocados por trips como consecuencia de la alimentación (plateados) sobre frutos de Prunus persica (L.) cv. Fantasía (17/01/2006). 45 Fluctuación poblacional de trips 100 90 Porcentaje de daño 80 70 60 50 40 30 20 19 /0 9/ 05 05 /1 0/ 05 19 /1 0/ 05 01 /1 1/ 05 15 /1 1/ 05 29 /1 1/ 05 13 /1 2/ 05 27 /1 2/ 05 09 /0 1/ 06 17 /0 1/ 06 24 /0 1/ 06 10 0 Figura 6. Porcentaje de daño registrado en frutos de Prunus persica (L.) cv. Fantasía. Daño contabilizado en las plantas de Camino Seré (⎯) y Camino Melilla (-●-). Las columnas corresponden a la evaluación de daño en frutos cosechados por el productor: columnas blancas en Camino Seré, grises en Camino Melilla. Figura 5. Trips alimentándose sobre fruto de Prunus persica (L.) cv. Fantasía al momento de cosecha (11/01/06). afectada fue diferente entre los montes evaluados y entre fechas, aunque coincidieron los momentos en que se observaron los mayores daños (14/1/2006). En nectarinos de CS, el máximo de daño en fruta fue de 79,3 %; mientras que en CM en el mismo momento, el máximo no superó el 21,2 % (Figura 6). La abundancia de adultos en trampas estaría explicando estas diferencias, ya que las capturas acumuladas en todo el período en CS fueron tres veces superiores a las de CM (Cuadro 1). González (1999) cita dos períodos probables de ataque, floración y cosecha. Sin embargo en la temporada de observación solo se detectaron daños en cosecha. Pearsall (2000), reportó daños solo en floración, contrariamente a lo observado en este trabajo. No obstante, los daños en floración no deben ser descartados en Comparación de las poblaciones de F. occidentalis entre montes Las capturas de F. occidentalis registradas en trampas adhesivas amarillas permitieron comparar las poblaciones entre montes a través del modelo logístico (Figura 7). Los parámetros de la ecuación logística 1,00 1,00 0,80 razón de haberse observado daños en frutos pequeños en la primavera 2006. Las bajas temperaturas registradas en la primavera 2005, poco favorables para los incrementos de poblaciones de trips, explicarían la ausencia de estos daños (Figura 6). 1 1 65896e y 0,80 0.13t 0,60 0,60 0,40 0,40 0,20 A 0,00 0.09t C 0,20 1 1 1451 e 19 /09 /05 03 /10 /05 17 /10 /05 31 /10 /05 14 /11 /05 28 /11 /05 12 /12 /05 26 /12 /05 09 /01 /06 23 /01 /06 19 /09 /05 03 /10 /05 17 /10 /05 31 /10 /05 14 /11 /05 28 /11 /05 12 /12 /05 26 /12 /05 09 /01 /06 23 /01 /06 y 1,00 0,80 0 .08 t 0,60 0,60 0,40 0,40 B 19 /09 /05 03 /10 /05 17 /10 /05 31 /10 /05 14 /11 /05 28 /11 /05 12 /12 /05 26 /12 /05 09 /01 /06 23 /01 /06 0,00 0,20 y 1 1 19530e 0.10 t D 0,00 19 /09 /05 03 /10 /05 17 /10 /05 31 /10 /05 14 /11 /05 28 /11 /05 12 /12 /05 26 /12 /05 09 /01 /06 23 /01 /06 0,20 1 1 6710e 0,00 1,00 0,80 y Figura 7. Valores esperados y observados de Frankliniella occidentalis en función de las fechas de muestreo en Prunus persica (L.) cv. Fantasía. A: Camino Melilla, trampas adhesivas amarillas aéreas; B: Camino Melilla, trampas adhesivas amarillas suelo; C: Camino Seré, trampas adhesivas amarillas aéreas; D: Camino Seré, trampas adhesivas amarillas suelo. valores observados; valores esperados. 46 Mujica, M.V.; Scatoni, I.B.; Franco, J.; Núñez, S. y Bentancourt, C. AGROCIENCIA Cuadro 2. Estimadores de los parámetros (B0, B1 y B2) de la ecuación logística y días al punto de inflexión (50 % de la proporción acumulada, pi) para Frankliniella occidentalis en Prunus persica cv. Fantasía en la localidad Camino Melilla y Camino Seré. Trampas suelo Camino Melilla B0 B1 B2 Pi 1,00 1450,60 0,08 10/12/05 Trampas suelo Camino Seré B0 B1 B2 Pi 1,00 19530,50 0,10 30/12/05 Li 0,07 Li 0,08 Ls 0,09 Ls 0,11 Trampas aéreas Camino Melilla 1,00 65895,90 0,13 12/12/05 Li Ls 0,10 0,16 Li Ls 0,07 0,11 Trampas aéreas Camino Seré 1,00 6709,90 0,09 24/12/05 Li: límite inferior Ls: límite superior del intervalo de confianza (95%) para el parámetro B2. calculados para las trampas aéreas en los dos montes fueron diferentes (Cuadro 2), pero las tasas de crecimiento de la población (B2), estadísticamente no difirieron entre sí. Un comportamiento similar se observó cuando se compararon las poblaciones a través de las trampas de suelo (Cuadro 2). En CM, cuando se compararon las dos trampas, la diferencia en el momento en que se alcanza el 50 % de la población (punto de inflexión) fue menor a una semana y se ubicó entre los muestreos realizados el 6/12/05 y el 13/12/05. En el predio de CS la diferencia fue algo mayor y el punto de inflexión se dio dos a tres semanas después que en el de CM, según la ubicación de la trampa. El punto de inflexión está asociado al momento en el cual se dieron los máximos de captura, observados en la figura 1. Estos se dieron en diferentes momentos en los dos predios, fueron más tempranos y de menor envergadura en el predio de CM y más tardíos pero con capturas muy elevadas en el predio de CS. En este último, el punto de inflexión se dio muy próximo al inicio de cosecha y una semana después comenzaron a observarse los primeros daños. Evaluación de los métodos de muestreo El número absoluto de insectos colectados por los diferentes métodos de muestreo varió sustancialmente según el método y el monte. En el predio de CS, las trampas registraron máximos de capturas de 600 a 700 adultos por trampa y por semana según la ubicación (Figura 1), en tanto en el embudo de Berlese los máximos registros fueron de 50 individuos por semana y por el método del golpeo se recuperaron 4,5 adultos. F. occidentalis fue la especie dominante independiente del método y del monte (Cuadro 1). Sus poblaciones fueron estimadas por las trampas adhesivas amarillas; particularmente las colocadas en la vegetación. Estas señalaron los períodos de mayor abundancia relacionados con la presencia de daños en fruto (Figuras 1 y 6). La cantidad de adultos capturados fue un indicador de la severidad de los daños observados. La magnitud de las capturas hace presumir que F. occidentalis es la principal responsable de los daños; no obstante, tanto las trampas como los otros métodos de muestreo dejan en evidencia la presencia de T. tabaci en el mismo período (Figura 2). De lo señalado, se concluye que la incidencia de T. tabaci ocurrió fundamentalmente al principio de la temporada, ya que en precosecha F. occidentalis fue claramente predominante (Figura 8). Por tanto, el daño evaluado correspondería fundamentalmente a esta última especie. Cuando se dividió el período de muestreo para evaluar el desempeño de los diferentes métodos, se observó que existieron diferencias significativas en función del período considerado. Tanto en los nectarinos de CM como en los de CS, las trampas no fueron eficientes para detectar las poblaciones de F. occidentalis y T. tabaci 47 Fluctuación poblacional de trips 60 A A 50 40 30 20 10 00 5 /1 0/ 20 19 05 /1 0/ 20 01 05 /1 1/ 20 15 05 /1 1/ 20 29 05 /1 1/ 20 13 05 /1 2/ 20 27 05 /1 2/ 20 11 05 /0 1/ 20 24 06 /0 1/ 20 06 0 /0 9/ 2 70 05 60 BB 50 40 30 20 10 0 19 /0 9/ 20 05 05 /1 0/ 20 19 05 /1 0/ 20 01 05 /1 1/ 20 15 05 /1 1/ 20 29 05 /1 1/ 20 13 05 /1 2/ 20 27 05 /1 2/ 20 11 05 /0 1/ 20 24 06 /0 1/ 20 06 19 Nº promedio de Thrips tabaci y Frankliniella occidentalis 70 Figura 8. Número promedio de Thrips tabaci (columnas blancas) y Frankliniella occidentalis (columnas grises) colectados en el embudo de Berlese en la localidad Camino Melilla (A) y en la localidad Camino Seré (B) en Prunus persica ( L.) cv. Fantasía. Cuadro 3. Estimación de la proporción de capturas de Frankliniella occidentalis en el embudo de Berlese y en trampas adhesivas amarillas colocadas en la vegetación y a nivel del suelo en Prunus persica (L.) cv. Fantasía en las localidades Camino Seré y Camino Melilla en tres períodos. Método de muestreo Período 1 Berlese Trampa Aérea Trampa Suelo Período 2 Berlese Trampa Aérea Trampa Suelo Período 3 Berlese Trampa Aérea Trampa Suelo Proporción Proporción Camino Seré Camino Melilla (19/09/05 – 10/11/05) 0,09 a 0,55 a 0,02 b 0,04 b 0,00 c 0,03 b (10/11/05 – 30/12/05) 0,48 a 0,33 c 0,39 a 0,70 a 0,46 a 0,64 b (30/12/05 – 24/01/06) 0,43 b 0,12 b 0,52 b 0,32 a 0,60 a 0,26 a Valores seguidos por diferente letra son estadísticamente diferentes en la prueba de Chi – cuadrado de razón de verosimilitud (Pd ≤ 0.05). observadas en planta en el período comprendido entre el 19/9/05 y el 10/11/05. Por el contrario, el embudo de Berlese fue el método que capturó la mayor proporción de individuos en ese momento (Cuadro 3). Probablemente la eficiencia de las trampas disminuye cuando las poblaciones de trips no son abundantes, y dado que no se observaron daños en el período de floración, el embudo de Berlese podría estar sobreestimándolas. En este método la unidad de muestreo fue cambiando a medida que el tiempo transcurrió, al comienzo las ramas del año de entre 35 a 40 cm, tenían muchas flores y luego uno o dos frutos. A partir del 10/11/05 las trampas adhesivas amarillas estimaron bien los incrementos de poblaciones, especialmente las colocadas entre la vegetación, que sólo fueron superadas por las ubicadas al nivel de suelo en el período de precosecha para CS. En función de lo anterior, las trampas colocadas en la planta son iguales o mejores que las ubicadas en el suelo. Tienen la ventaja adicional de ensuciarse menos, lo que facilita en forma importante el trabajo de identificación de los ejemplares. Los métodos de muestreo evaluados se comportaron en forma diferente. Dichas diferencias se explican por el amplio rango de plantas alimenticias que las especies antes mencionadas poseen, mientras las trampas adhesivas amarillas reflejaron lo que sucedió en el cultivo y la vegetación circundante, los golpeos mostraron la actividad de los trips en los nectarinos. Los trips son oportunistas, están presentes en el sistema y cuando detectan un ambiente que le es propicio, para la alimentación, lo invaden rápidamente (Funderburk, 2001). Esto determinó que las hembras migraran desde la vegetación circundante y desde otras partes de la planta hacia los frutos de nectarinos, en el momento de la maduración. Distribución espacial de Frankliniella occidentalis en nectarinos Para caracterizar el tipo de distribución, se calcularon los valores de los coeficientes de la ecuación de Taylor estimados por el método de mínimos cuadrados. Los valores de “a” y “b” encontrados fueron similares a los citados por Steiner (1990), Shipp y Zariffa (1991), Cho et al. (1995) y Carrizo y Klasman (2002) para F. occidentalis en diferentes cultivos hortícolas y florales. Estos parámetros fueron iguales para los dos montes de nectarinos, y por lo tanto se pueden usar estas ecuaciones para la estimación de varianzas al momento de planificar los muestreos y el tamaño de las muestras. Estos dependerán de los momentos y la densidad espe- 48 Mujica, M.V.; Scatoni, I.B.; Franco, J.; Núñez, S. y Bentancourt, C. rada de la plaga. En la figura 9 se observan los ajustes logrados en varianza, media y parámetros de Taylor para los datos correspondientes a F. occidentalis obtenidos en trampas adhesivas amarillas. 20000 18000 16000 14000 y = 1,0261x 12000 1,8815 10000 8000 6000 4000 2000 0 0 50 100 150 200 600 800 250000 200000 y = 1,4769x 150000 1,8304 100000 50000 0 0 200 400 Figura 9. Relación varianza - media y ajuste de la ecuación de Taylor para Frankliniella occidentalis capturadas en trampas adhesivas amarillas en Prunus persica (L.) cv. Fantasía en la localidad Camino Melilla (A) y Seré (B). AGROCIENCIA Bibliografía Bentancourt, C. y Scatoni, I. 1999. Guía de insectos y ácaros de importancia agrícola y forestal en el Uruguay. Montevideo, Facultad de Agronomía - Hemisferio Sur. 205 p. Carrizo, P. I. 1998. Eficiencia de capturas con trampas de Frankliniella occidentalis (Pergande) en el cultivo de pimiento en invernáculo y en malezas en el Gran La Plata. Rev. Fac. Agron., La Plata 103 (1): 1 – 10. Carrizo, P. 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En el sistema de producción de arroz que se utiliza en Uruguay, la pérdida de nitrógeno en forma de N2O ha sido poco estudiada y para disminuirla se ha propuesto el uso de fertilizantes que contengan un inhibidor de la nitrificación. El objetivo de este trabajo fue medir si la inhibición de la nitrificación tiene efecto sobre las emisiones de N2O de un suelo cultivado con arroz y determinar si éstas provienen de la desnitrificación o de la nitrificación. El ensayo se realizó en invernáculo y se fertilizó con urea o ENTEC (fertilizante que contenía nitrato, amonio y el inhibidor de la nitrificación 3,4 dimetil pirelzolfofato). El efecto inhibidor de la nitrificación se evidenció en el tratamiento con ENTEC en una menor concentración de nitrato y menor cantidad de N2O emitido hasta los 30 días después de la siembra. Luego de 10 días de inundado el cultivo no se detectó emisión de N2O en ninguno de los tratamientos. El N2O proveniente de la nitrificación era menor en los tratamientos con ENTEC a los 14 días después de la siembra. Después de 35 días el N2O se originaba por desnitrificación en todos los tratamientos. Palabras clave: desnitrificación, DMPP, N2O, nitrificación Summary Nitrous oxide emissions from soils planted with rice: effect of a nitrification inhibitor Nitrous oxide (N2O) is a greenhouse gas produced both by denitrification and nitrification processes and may constitute a significant nitrogen loss from agricultural soils N2O losses in rice cultive in Uruguay have been scarely studied. The aim of this work was to measure the effect of a nitrification inhibitor on the N2O emissions from a rice field soil and to evaluate the contribution of nitrification and denitrification. The assay was placed in a greenhouse and consisted in urea and ENTEC (containing nitrate, ammonium and the nitrification inhibitor DMPP) fertilization. A closed-chamber technique was used for collecting gas samples at different dates, which were analysed for N2O by gas chromatography. Thirty days after fertilization soil nitrate content and N2O emission were lower for ENTEC treatment than for urea, confirming nitrification inhibitor effect. No emission was detected from 10 days after flooding for any treatment. N2O originated from nitrification was lower for ENTEC treatment 14 days after sowing. After 35 days N 2O was due to denitrification in all treatments. Key words: denitrification, DMPP, N2O, nitrification 51 Emisiones de óxido nitroso por suelos cultivados con arroz Introducción El óxido nitroso (N2O) es un gas con efecto invernadero con un poder de calentamiento 297 veces superior al CO2 (IPCC, 2001). Se estima que el 70 % del N2O emitido por la biosfera a la atmósfera proviene del suelo (Bouwman, 1996). La agricultura contribuye con un 65-80 % del N2O antropogénico y la dinámica de su producción está determinada en gran medida por la fertilización nitrogenada. La producción de N2O ocurre básicamente en los procesos microbianos de nitrificación y desnitrificación. La nitrificación es un proceso aeróbico en el que el amonio es oxidado por bacterias hasta nitrato pasando previamente por nitrito. La desnitrificación es un proceso microbiano anaeróbico en el que el carbono orgánico es usado como fuente de energía y el nitrato es el aceptor de electrones que se reduce a NO, N2O y N2. En el cultivo de arroz el fertilizante nitrogenado aplicado se pierde además de por nitrificación-desnitrificación, por procesos fisicoquímicos como volatilización y lavado. En un ensayo realizado en la Estación Experimental de Paso de la Laguna- INIA Treinta y Tres con fertilizante enriquecido en 15N se estimaron pérdidas del 57 % cuando el N se aplicaba en una dosis a la siembra (Irisarri et al., 2007). Cassman et al. (1998) citan estudios hechos en arrozales tropicales donde la mayoría de las pérdidas gaseosas provenían de la volatilización de amonio mientras que las de N2O eran menores. Sin embargo, en las condiciones del cultivo en Uruguay, Tarlera et al., (2006) sugieren que la nitrificación en el período previo a la inundación podría ser importante. Müller et al. (2004) encontraron que las pérdidas de N2O de los suelos ocurren principalmente después de la fertilización y durante un período de unos 10 días, lo que coincidiría en el cultivo de arroz con el período previo a la inundación si el fertilizante se aplica a la siembra. Después, las condiciones de anegamiento, probablemente inducirían la reducción del N2O a N2 por desnitrificación (Granli y Bockman, 1994). La mayor actividad nitrificadora en suelos cultivados con arroz transplantado en el trópico, se ha encontrado al macollaje y en la fracción superficial del suelo (2-5 mm superiores) (Nicolaisen et al., 2004). Para aumentar la capacidad de retención de N se ha propuesto agregar al fertilizante un inhibidor de la nitrificación, compuesto que enlentece la oxidación de NH4+ a NO 2- en el suelo por un cierto período porque inhibe las actividades de las bacterias del género Nitrosomonas. Como el NO 2- y el NO3- son compuestos claves en el proceso que lleva a la pérdida final de N vía desnitrificación (en forma de N2 y N2O) y lixiviación, los inhibidores de la nitrificación pueden reducir los problemas ambientales y al mismo tiempo aumentar la eficiencia de la fertilización nitrogenada (Pasda et al., 2001). Algunos de los denominados fertilizantes “de liberación lenta” tienen un inhibidor de la nitrificación incorporado en su formulación. Son presentados en forma granulada para ser fácilmente disueltos con la lluvia, dando lugar a un mosaico de concentraciones tanto del compuesto inhibidor como de NH4+. De este modo, se disminuyen las pérdidas por volatilización de NH4+, que ha sido reportado como el principal mecanismo de pérdida de fertilizante para el cultivo de arroz inundado (Freney et al., 1990; Aulakh et al., 1992). El 3,4-dimetilpirazol fosfato (DMPP) es un inhibidor de la nitrificación que se ha encontrado disminuye las emisiones de N2O (Linzmeier et al., 2001) y que aumenta el rendimiento en cultivos de arroz entre otros (Pasda et al., 2001). En nuestro país, ensayos exploratorios de campo realizados en la zafra 2001-2002 en la Unidad Experimental Paso de la Laguna- INIA Treinta y Tres, empleando dos fuentes de N de liberación lenta comparadas con urea tuvieron resultados alentadores (Deambrosi y Méndez, 2002). Uno de los fertilizantes utilizados fue el ENTEC (marca registrada por BASF) que contiene DMPP. El % de N total absorbido por la planta debido al N aplicado fue mayor cuando se usó ENTEC al 75 % de la dosis recomendada comparado con el uso de urea. Los objetivos de este trabajo fueron evaluar el efecto de un fertilizante con un inhibidor de la nitrificación (DMPP) sobre el rendimiento de arroz y las emisiones de N 2O del suelo, así como determinar la contribución relativa de la desnitrificación y de la nitrificación a la producción de N2O. Materiales y métodos El ensayo se realizó en invernáculo con arroz (Oryza sativa L.) variedad INIA Olimar que se sembró en macetas con suelo proveniente de la Estación experimental Paso de la Laguna del INIA Treinta y Tres. El suelo Solod melánico tenía las siguientes características: pH 5,2; M.O. 2,9; P Bray 7,2 ppm y K 0,28 meq/100g. Se realizaron 3 tratamientos: 1) control sin fertilización, 2) tres dosis sucesivas de 20 kg N.ha-1 de urea (a la siembra, macollaje y primordio floral), 3) dosis única de ENTEC de 60 kg N a la siembra. El inicio de macollaje (aplicación de la segunda dosis de urea) fue 28 días después de la siembra y el primordio floral (aplicación de la tercera dosis) fue 58 días después de la siembra. 52 Domínguez, V.; Irisarri, P. y Gonnet, S. El fertilizante ENTEC26 contiene 26 % N (27 % nítrico y 73 % amoniacal), 32,5 % SO3 y dimetil pirazol fosfato (DMPP) como principio activo inhibidor de la nitrificación. Las macetas se colocaron de a tres, en cajones de plástico que se inundaron 30 días después de la siembra (inicio del macollaje). Los cajones se colocaron al azar y se rotaron periódicamente para que todos los tratamientos recibieran la misma cantidad de luz. Se usaron seis repeticiones (macetas) por tratamiento. Determinación de N2O emitido por el suelo El N2O se midió en distintos momentos del ciclo de cultivo utilizando cámaras cerradas de 23 cm de alto, enterradas 3 cm en el suelo (Figura 1). El extremo superior, abierto al aire, se cerró en cada medición durante una hora con una tapa hermética y a intervalos regulares de 0, 30 y 60 minutos se tomaron muestras de la atmósfera bajo la campana en un tubo al vacío. Se determinó la concentración de N2O con un cromatógrafo de gases Shimadzu GC-14B con detector de captura electrónica (columna de Porapak Q, temperaturas de columna, inyector y detector 70º C, 90º C y 300º C) provisto de válvulas de venteo para evitar la interferencia del O2 y del acetileno. La tasa de emisión de N 2O se corrigió por la temperatura en el momento de muestreo y se calculó según Hutchinson y Mosier (1981). El flujo de masa neto de N 2O durante un período determinado de tiempo se calculó como el flujo promedio entre 2 fechas de medición multiplicado por el número de días transcurridos (Bowden et al., 1990). AGROCIENCIA Determinación del aporte de la desnitrificación y la nitrificación a las emisiones de N2O El primer paso en la nitrificación autotrófica es catalizado por la enzima amonio monooxigenasa que se inhibe por acetileno a presiones de 0,01-0,1 % (Klemedtsson et al., 1988). Por lo tanto, el N2O producido por la incubación de suelo con acetileno a bajas presiones proviene de la desnitrificación. La tasa de producción por nitrificación puede estimarse como la diferencia entre el N2O producido por incubación del suelo sin acetileno y con 0,1 % de acetileno. Para determinar si la desnitrificación continúa hasta N2 se incubó con 5 % de acetileno que inhibe la óxido nitroso reductasa (que cataliza el pasaje de N2O a N2). La determinación del N2O proveniente de la nitrificación y de la desnitrificación se realizó, de acuerdo a estas consideraciones, según Merino et al.(2001). Para esto se tomaron muestras de los 5 cm superficiales del suelo seco en tres momentos del cultivo de arroz (a los 14, 35 y 148 días de la siembra) que se humedecieron en forma homogénea hasta llevarlas a capacidad de campo. Las muestras se incubaron en frascos cerrados a 28º C con 0 %, 0.1 % y 5 % de acetileno durante 24 horas. Se tomaron muestras de los frascos y el óxido nitroso N2O se midió por cromatografía gaseosa. Determinaciones analíticas Para determinar la evolución del nitrógeno mineral en el suelo se tomaron muestras de los 5 cm superiores en los momentos en que se midieron las emisiones de N2O. La determinación de NO3- se realizó siguiendo el método de Cataldo et al. (1975) y el amonio se determinó según Mulvaney (1996). El rendimiento de arroz se determinó como peso seco de grano a la cosecha y el nitrógeno total se analizó por el método de Kjeldahl según Faust et al. (1987). Análisis estadístico El análisis estadístico se realizó usando el procedimiento GLM de Statistical Analysis System (SAS Institute, 2001). La mínima diferencia significativa (p< 0.05) se determinó por el test de Tukey. Resultados y discusión Efecto del inhibidor de la nitrificación sobre el rendimiento Figura 1. Sistema empleado para la toma de muestras de gases para analizar el flujo de N 2O. En el cuadro 1 se presentan los rendimientos de los distintos tratamientos. Los rendimientos de los dos tra- 53 Emisiones de óxido nitroso por suelos cultivados con arroz Cuadro 1. Rendimiento de grano de arroz obtenido con los distintos tratamientos de fertilización. -1 3.800 ± 400 (c) 6.000 ± 1000 (a) 4.900 ± 500 (a,b) = corresponde a promedios de seis repeticiones con desvío estándar. Los valores seguidos de la misma letra no son significativamente diferentes (p< 0.05). † 60 50 -1 -1 Control Urea ENTEC control urea ENTEC 70 Grano (kg ha ) † gN-N2O h d Tratamiento 80 40 30 20 tamientos fertilizados son significativamente distintos al control pero el rendimiento del tratamiento con ENTEC aplicado a la siembra no es significativamente diferente al obtenido con urea fraccionada, si bien este último fue mayor. La eficiencia de uso del fertilizante en arroz puede duplicarse con el fraccionamiento (Irisarri et al., 2007). En este caso con la aplicación de una dosis única de ENTEC a la siembra el rendimiento de arroz no fue menor que el obtenido cuando se aplicó urea fraccionada. Como el fertilizante con inhibidor de la nitrificación es más caro que la urea, su empleo podría justificarse en caso de aplicarse con la siembra y, por lo tanto, disminuir el costo de las distintas aplicaciones que, en general, se realizan con avión (Deambrosi E., com pers). Emisiones de N2O por el suelo Los resultados de las determinaciones de flujo de emisión de N2O se presentan en la figura 2. Las diferencias no son significativas entre los tratamientos, pero hasta los 30 días la tendencia es a menores emisiones en el tratamiento con ENTEC respecto al fertilizado con urea. Debe considerarse además la diferencia de nitrógeno aportado a la siembra en cada tratamiento, 20 kg de N en el tratamiento de urea y 60 kg como ENTEC. La alta variabilidad en la medición de las emisiones, que ha sido comunicada por varios autores (Petersen, 1999; Flessa et al., 1998), no permitió detectar diferencias entre los tratamientos aunque, contrariamente a lo esperado, el pico máximo de N2O fue detectado en el tratamiento con ENTEC 35 días después de la siembra, con el cultivo ya inundado (Figura 2). El agregado de urea a la siembra aumentó el contenido de amonio desde el día 4 (Cuadro 2) indicando ocurrencia de hidrólisis de la urea y posterior disminución rápida del amonio al tiempo que aumentaba la concentración de nitrato (nitrificación). Los valores de N 10 0 0 -10 10 20 30 40 50 60 70 días después de la siembra fertilización U macollaje fertilización U primordio Figura 2. Evolución del flujo de N2O hasta los 60 días de sembrado el arroz para los distintos tratamientos de fertilización. mineral en el suelo control son difíciles de explicar, pero debe considerarse que las muestras analizadas fueron tomadas de los 5 cm superiores por lo que pueden no representar adecuadamente lo que ocurre en el perfil del suelo. Aproximadamente desde 10 días después de establecida la inundación, coincidiendo con la disminución de nitrato en el suelo (Figura 3) y el aumento de la concentración de amonio (Cuadro 2), las emisiones son muy bajas en todos los tratamientos (Figura 2). Cuadro 2. Contenido de amonio en el suelo durante los primeros 60 días del cultivo de arroz bajo diferentes tratamientos de fertilización. Amonio (μg g-1) Días Control Urea ENTEC 0 4 14 23 59 7 115 11 6 63 7 154 34 8 37 7 338 127 45 69 54 Domínguez, V.; Irisarri, P. y Gonnet, S. AGROCIENCIA 400 600 control urea ENTEC 350 500 N2O (kg N ha ) 250 -1 NO3-(ug.g-1 de suelo) 300 200 150 100 50 400 300 200 100 0 0 10 20 30 40 50 60 70 80 días después de la siembra Figura 3. Evolución del contenido de nitrato en el suelo durante el ciclo de cultivo. A los 14 días la cantidad de nitrato en el suelo (Figura 3) no es estadísticamente diferente entre tratamientos, pero a los 23 días el tratamiento con ENTEC evidencia una menor concentración de nitrato que el de urea, a consecuencia de la presencia del inhibidor de la nitrificación. La concentración de nitrato es menor en ese tratamiento hasta los 30 días luego de la siembra. A los 4 días el nitrato en el tratamiento con ENTEC es mayor debido a que contiene nitrato en su composición. No se encontró correlación entre el nitrato del suelo (Figura 3) y el flujo de N2O (Figura 2). La emisión de N2O depende del nitrato presente en el suelo pero es influenciada por múltiples factores y una correlación simple no explica adecuadamente todos los procesos involucrados (Lark et al., 2004). Otra posible explicación para la falta de correlación entre nitrato y flujo de N2O es que el suelo emite también nitrógeno bajo forma de N 2 y de NO. En la figura 4 se muestran los flujos acumulados de N2O durante los primeros 35 días del cultivo lo que coincide con los mayores flujos de este gas. No se observaron diferencias significativas entre tratamientos por lo que la aplicación de urea fraccionada (hasta esa fecha se habían realizado 2 fertilizaciones) y el ENTEC (con inhibidor de la nitrificación) no aumentaron las emisiones respecto al control sin fertilizar. El fraccionamiento de la urea sería adecuado a los requerimientos del cultivo y, por lo tanto, el nitrógeno mineral del suelo no estaría en exceso como para sufrir procesos de nitrificación o desnitrificación que originan las pérdidas de N 2O. La dosis de N aplicada como ENTEC 0 control urea1 ENTEC Figura 4. Flujo neto de N2O acumulado durante los 35 días iniciales del cultivo. Las barras representan los desvíos estándar. No hay diferencias significativas entre tratamientos. (60 kg) era mayor hasta ese momento que la de urea (40 kg) y, por lo tanto, el tratamiento con ENTEC presentó menores emisiones de N2O que el de urea por unidad de N aplicada, sin considerar el control que tuvo un rendimiento menor de arroz. Cabe señalar sin embargo, que en los tratamientos control y ENTEC la mayor parte de las emisiones de N2O corresponden a un único pico de emisión (Figura 2). Aporte de la desnitrificación y la nitrificación a las emisiones de N2O Los ensayos de laboratorio para determinar si el N2O provenía de la nitrificación o de la desnitrificación evidenciaron diferencias (p=0.01) entre algunos tratamientos a los 14 y a los 35 días después de la siembra (Figuras 5 y 6). A 14 días de la siembra se registró emisión de N2O tanto por nitrificación como por desnitrificación en todos los tratamientos y no hubo diferencias en el N2O total emitido (Figura 5). La desnitrificación ocurrió solamente hasta óxido nitroso ya que cuando se inhibió la enzima que cataliza el pasaje a N2, no se detectó mayor producción de N2O. En el tratamiento con fertilizante con inhibidor de la nitrificación (ENTEC) la nitrificación fue menor que la desnitrificación, mientras que al N2O emitido por el control y el tratamiento fertilizado con urea contribuyeron igualmente nitrificación y desnitrificación. Como este ensayo se realizó en el laboratorio a capacidad de campo se esta- 55 Emisiones de óxido nitroso por suelos cultivados con arroz 2,5 control urea ENTEC Emisión N2O (ppm) 2 1,5 1 0,5 0 1 desnitrificación 2 nitrificación Figura 5. Producción de N 2 O del suelo por desnitrificación y nitrificación a los 14 días de la siembra. Las barras representan los desvíos estándar. 14 control urea Emisión N2O y N2 (ppm) 12 ENTEC 10 8 6 4 2 0 desnitrificación 1 (N2O) desnitrificación 2 (N2) Figura 6. Producción de N 2O y N 2 del suelo por desnitrificación a los 35 días de la siembra. Las barras representan los desvíos estándar. ría midiendo desnitrificación que puede no ocurrir en las condiciones redox del campo en esa etapa del cultivo. Emisiones similares de N 2O para los tratamientos control y urea pueden explicarse por iguales concentraciones de nitrato en el suelo en ese momento. Estudios en arrozales tropicales (Ghosh et al., 2003) demostraron por el contrario que la fertilización con urea aumenta la población de microorganismos nitrificantes. Nicolaisen et al. (2004) señalan que las pérdidas por nitrificación- desnitrificación acopladas son menos del 10 % del N tomado por la planta y que una posible pérdida significativa de N debida a esos procesos solo puede esperarse cuando el sistema radicular no está desarrollado y la planta no compite adecuadamente por el nitrato del suelo. La menor contribución de la nitrificación al N2O emitido a los 14 días en el tratamiento con ENTEC (Figura 5), comprobó el efecto de bloqueo del primer paso de la oxidación de amonio a nitrito en las bacterias autótrofas oxidadoras de amonio. No hay que descartar, sin embargo, que una parte de lo que se consideró emisiones provenientes de la desnitrificación, se originen por nitrificación heterotrófica que, para inhibirse completamente, necesita concentraciones de acetileno mayores a 0.1 % (Daum et al., 1998). En las condiciones de invernáculo no se permitió que el suelo se secara mediante riegos en la etapa previa a la inundación, por lo que podría estarse subestimando la nitrificación que ocurriría en el campo en suelo seco. A los 35 días en cambio, con el cultivo ya inundado y en activo macollaje, no se detectó nitrificación en ningún tratamiento y en todos los casos la desnitrificación prosiguió en parte hasta N 2 (Figura 6). La menor desnitrificación correspondió al tratamiento con ENTEC y los otros 2 tratamientos emitieron más N 2 O por desnitrificación que a los 14 días de la siembra. Hay evidencias de que cantidades importantes de fertilizante se pierden vía desnitrificación en suelos subtropicales semiáridos bajo inundación (Aulakh et al., 1992). A diferencia de lo que ocurre en nuestro caso, en esos suelos el bajo contenido en C orgánico afecta la desnitrificación aún en presencia de nitrato. A la cosecha (148 días) todo el óxido nitroso provino de la desnitrificación, ya que el valor de N2O medido al inhibir la nitrificación era igual al total (sin inhibir) y no se observaron diferencias entre tratamientos, con una media de 1,1 ppm de N2O emitido (datos no mostrados). La desnitrificación no proseguía hasta N2 probablemente debido a que previo a la cosecha se dejó de regar. Wrage et al., (2004) comunicaron que en condiciones de saturación no se logra efectividad en la inhibición de la N2O reductasa con 5 % de acetileno por problemas de difusión, así que estos resultados pueden haber subestimado las emisiones como N2. Estos ensayos de nitrificación- desnitrificación con inhibición por acetileno nos dan una fotografía instantánea y problemas metodológicos con la inhibición a distintas concentraciones de acetileno deben relativizar la interpretación de los procesos productores de N2O. Las muestras se tomaron de los 5 cm superficiales del suelo asumiendo que después de la aplicación del fertilizante los flujos de N 2 O derivan de procesos microbianos en la capa superficial del suelo donde permanece la mayor parte del N mineral aplicado. Esto pudo no reflejar adecuadamente todos los procesos que estaban ocurriendo ya que se ha comunicado una alta 56 Domínguez, V.; Irisarri, P. y Gonnet, S. tasa de nitrificación a profundidades entre 5 y 25 cm en suelos secos (Müller et al., 2004). Aunque las emisiones de N 2O de cultivos de arroz inundado no se consideran muy importantes, ya que el N 2 O se reduciría rápidamente a N 2 en condiciones anaeróbicas, debe tenerse en cuenta que los primeros centímetros de suelo y la zona alrededor de las raíces son parcialmente aeróbicas aún bajo inundación. Conclusiones En este trabajo, bajo las condiciones controladas del invernáculo, no se observaron flujos mayores de N2O después de más de una semana de instalada la inundación. El fertilizante con el inhibidor de la nitrificación DMPP produjo menor concentración de nitrato en el suelo y una menor emisión de N2O hasta los 30 días después de la siembra. Sin embargo, las emisiones de N2O acumuladas no fueron afectadas por los tratamientos. A los 35 días de cultivo y a la cosecha todo el N2O provenía de la desnitrificación en todos los tratamientos mientras que tanto nitrificación como desnitrificación fueron fuentes de N2O cuando el cultivo no estaba anegado. Los resultados indicarían que las emisiones de N2O en el cultivo de arroz en estas condiciones estarían dirigidas principalmente por procesos reductivos en el suelo aunque se necesitan estudios más exhaustivos para explorar la importancia de los procesos de nitrificacióndesnitrificación en este ecosistema. Agradecimientos Este trabajo fue financiado por la Comisión Sectorial de Investigación Científica – Sector Productivo (UdelaR). Agradecemos a W. Ibáñez por el asesoramiento en el análisis estadístico. Bibliografía Aulakh, M. S.; Doran, J. W. and Mosier, R. 1992. Soil denitrification- Significance, measurements, and effects of management. Adv. Soil Sci. 18:1-57. Bouwman, A. F. 1996. Direct emission of nitrous oxide from agricultural soils. Nutr. Cycl. Agroecosyst. 46:53-70. Bowden, R. D.; Melillo, J. M.; Steudler, P. A. and Aber, J. D. 1990. Annual nitrous oxide fluxes from temperate forest soils in the northeastern United States. J. Geophys. Res. 95:13997-14005. 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Correo electrónico: [email protected] Recibido: 12/12/06 Aceptado: 30/7/07 Resumen El estudio de vertisoles rúpticos lúvicos con microrrelieve gilgai en el área tipo de la unidad de asociaciones de suelos “La Carolina” ha permitido demostrar que estos suelos pueden desarrollarse sobre rocas cristalinas básicas (anfibolitas en este caso) siempre que exista un proceso previo de intensa meteorización. Tanto en sondeos edafológicos como en calicatas se observó que sobre la anfibolita se forma una capa de limo con magnitudes superiores a dos metros de espesor en condiciones paleoclimáticas más cálidas y húmedas que las actuales, por la presencia de caolinita, hace 1.7 millones de años. Ese limo contiene abundante arena gruesa, bloques de hasta tres kilos en suspensión, dominio de epidoto y hornblenda en las arenas y presenta pruebas de deslizamiento posterior a su formación. Sobre ese limo más o menos erosionado se forman vertisoles de edad supuesta de 6000 ± 2000 a BP; conservados como paleosuelos datables en Entre Ríos-Argentina, por hundimiento isostático relativo. En la actualidad, con régimen isohigro desde hace 3000 ± 500 años se conserva el microrrelieve, las fracturas verticales, caras de deslizamiento y alto contenido de esmectitas, pero ha desaparecido el doble perfil en algunas zonas y el horizonte A ha perdido arcilla (contiene < 30%) por eluviación y formación de un horizonte Bt. El hallazgo geológico más importante y de enorme importancia agronómica es que el limo sobre el que se desarrolló el vertisol es producto de meteorización de anfibolitas y no es el resultado de la acumulación eólica. Una hipótesis relevante es que con las predicciones de evolución climática en Uruguay estos suelos van perdiendo las características vérticas y asemejándose a sus pares melánicos los brunosoles, manteniendo la fertilidad natural y favoreciendo su manejo. Este estudio sirve además para sugerir la causa de la asociación de vertisoles y brunosoles sin límites definidos, tan común en Uruguay por su actual clima isohigro. Palabras clave: vertisoles, material madre, limos, génesis, anfibolitas Summary Study about the parent material genesis of a vertisol in “La Carolina” unit: Incidence of amphibolites in the proposed process The study of udolls with gilgai microrelief in the soil association “La Carolina” area type has allowed to demonstrate that soils can be developed from basic metamorphic rocks if a previous process of intense weathering took place. As much in soundings as in test pits, it was observed a more than 2 meters siltstone layer over amphibolitic rocks. This layer was produced under warmer and more humit paleoclimatic conditions than the present days ones, because silty rocks contain kaolinite. The age of weathering is about 1,7 millon years B.P. The silstone contains heavy sand minerals (mainly hornblende and epidote) and up to 3 kg blocks of pegmatite composition, showing a flow process after their formation. Over these siltstones – more or less eroded – were developed the udolls with an age of 6000±2000 years, conserved as paleosoils in the Entre Rios province (Argentine) by isostasic relative deeping. At the present time with isohygro regime sustained from 3000±500 years B.P., gilgai microrelief, vertical fractures and slicke slides are conserved, but the double perfil in some zones has disappeared; the A horizon has lost clay material and developed a Bt horizon. The most important geologic finding with a big agricole importance is that the siltstone Estudio de la génesis del material madre de un vertisol en la unidad “La Carolina” 59 over which is developed the analized udoll is the product of amphibolite weathering and not the result of aeolian dust accumulation. Climate evolution predictions in Uruguay make very feasible the hypothesis that these melanic soils will lose the vertic characteristics resembling brunosoles, maintening their present fertility and favoring its handling. This study allows at else to suggest why the association vertisoles-brunosoles without defined limits, is so common in Uruguay under isohygro climate conditions. Key words: vertisols, parent material, siltstone, genesis, amphibolites Introducción Según la clasificación uruguaya, (Durán, 1991) todo vertisol debe poseer una o más de las siguientes características: 1. Evidencias de movimiento entre 25 y 100 cm creando caras de deslizamiento 2. Evidencias de automezclado con inclusiones de un horizonte en otro 3. Autogranulado 4. Microrrelieve Los vertisoles son suelos muy fértiles con alto porcentaje de esmectitas que se forman en condiciones climáticas bien contrastadas. Ello conduce a dilataciones y contracciones de las arcillas según el contenido de agua, generando los movimientos de masa que caracterizan parte de este gran grupo de suelos. Los únicos Vertisoles conocidos en clima isohigro (100 mm/mes) y melánicos (> 6 % materia orgánica) se ubican en la cuenca del Plata como lo resalta Durán (1991). Este hecho motivó la sugerencia de Bossi et al., (2004) que en principio pueden derivarse de cualquier material capaz de formar esmectitas por contener Ca++, Mg++, Fe+++, Si++++: limos, areniscas arcillosas o rocas básicas. Para permitir movimientos verticales de masa, el sustrato debe ser plástico, lo que ha generado las controversias sobre su origen ya que si derivan de rocas básicas pueden contener oligoelementos de gran interés agronómico (Ni++, Co++). La génesis de vertisoles es un tema relevante para el sector agrícola porque son suelos muy fértiles pero de manejo dificultoso. Son muy duros cuando secos (humedad debajo del límite plástico) y muy pegajosos cuando el contenido de agua supera el límite líquido. Debido a que pueden tener diversos procesos genéticos sería posible pensar en comportamientos diferenciales según la procedencia y su posterior evolución en clima isohigro. Diversos autores precedentes atribuyen la génesis de los vertisoles a la edafización de un limo eólico cuaternario (fm. Libertad) pero Bossi et al. (2004) sugieren 3 unidades con Brunosoles y Vertisoles domi- nantes que podrían generarse a partir de rocas básicas por la fuerte correlación geométrica entre su distribución areal y las componentes litológicas básicas del subsuelo: Unidad Itapebí – Tres Árboles sobre rocas basálticas; Unidad La Carolina sobre un complejo metamórfico de anfibolitas y gneisses proterozoicos; Unidad Isla Mala sobre un cinturón orogénico de composición variable con gabros, metabasaltos y filones de microgabro. Con el apoyo de la (CSIC) y del departamento de Suelos y Aguas de la Facultad de Agronomía se comenzó un programa de estudio de vertisoles en áreas con predominio de rocas básicas cristalinas (basaltos, gabros, anfibolitas, prasinitas,.....) para establecer los mecanismos de génesis y evolución. Se entendió conveniente comenzar por la unidad La Carolina por presentar un subsuelo de heterogeneidad intermedia: ni tan heterogénea como el Cinturón San José ni tan homogénea como el grupo Arapey. Los resultados obtenidos sugieren condiciones genéticas novedosas y de interés edafológico, como para merecer su comunicación científica en una revista de difusión regional. Ubicación y descripción del área de estudio El área relevada en detalle se encuentra en el Departamento de Flores, (km162,500 de la ruta nacional Nº23) coincidiendo con la foto aérea a escala 1/20.000, Nº11-085. cuyo centro geométrico posee CPx=382 y CPy=6281, comprendida en la hoja topográfica a escala 1/50.000 M24 “Guaycurú” del (S.G.M.) La zona en estudio, se encuentra en el predio correspondiente al Establecimiento “La Carolina” de la Universidad del Trabajo que abarca una superficie aproximada de 1600 ha. (Figura 1). El predio presenta relieve ondulado, de lomas con laderas largas, planas a convexas, con pendientes suaves (1-3 %), separadas por estrechas zonas bajas. Hay tres vías de drenaje siendo la principal el Arroyo Grande que discurre con dirección Este – Oeste limitando el borde sur del predio. 60 Bossi, J. y Ortiz, A. AGROCIENCIA Antecedentes Figura 1. Ubicación del área de estudio con relación a la localidad Ismael Cortinas. El clima es mesotérmico subhúmedo, con veranos calurosos e inviernos suaves. La temperatura media anual al abrigo es de 17º C. Las precipitaciones alcanzan un registro anual promedio de 1074 mm. Si bien hay pequeñas diferencias estacionales en las precipitaciones, debido a las condiciones de evapotranspiración existe una estación con déficit de humedad (fines de primavera-verano) y una estación en que el suelo es lixiviado (otoño-invierno). Los vertisoles son rúpticos lúvicos con desarrollo de microrrelieve gilgai fácilmente identificables en foto aérea a escala 1/20.000. Ocupan principalmente las zonas cuspidales de las colinas. La unidad de asociaciones de Suelos “La Carolina” fue definida por Brasesco y Sganga (1976) en el predio de la Escuela de (UTU). Está integrada por brunosoles éutricos típicos Fr. y vertisoles rúpticos lúvicos Fr. como suelos dominantes y brunosoles éutricos y subéutricos lúvicos Fr. Describen en detalle un vertisol en sus fases superficial y profunda en los términos expuestos en el cuadro 1. Las conclusiones extraídas en varias tesis desarrolladas en la estancia Las Palmas permiten conocer con mucho detalle varios parámetros esenciales para los objetivos perseguidos en este ensayo. Elliot y Manfredini, (1988) determinaron la naturaleza y cantidad relativa de los minerales arcillosos de los vertisoles por (D.R.X) encontrando predominio de esmectitas seguido de illita y débil proporción de caolinita. Simpson y Pérez, (1984) exponen abundantes datos sobre granulometría de cada horizonte así como C.I.C con predominio de Ca++ y Mg++. Ponce de León, (1984) y Elliot y Manfredini, (1988) realizan y relevan en detalle una calicata de 9 metros y un esquema morfológico de una topolitosecuencia donde quedo demostrado que los vertisoles se desarrollan con doble perfil sobre rocas limosas. (Figura 2). El relevamiento geológico realizado en el área para caracterizar el sustrato sobre el cual se desarrollan los vertisoles rúpticos lúvicos no permitió reconocer rocas cristalinas básicas pero en realidad no se dispuso de observaciones litológicas en extensas áreas sin afloramientos. La expresión en foto aérea del microrrelieve gilgai (diseño en plumas) se desarrolla sobre diferentes materiales geológicos: granitoides, areniscas cretácicas y lodolitas. La comparación de los parámetros utilizados para la ubicación de los vertisoles en determinada Unidad de Asociaciones de Suelos, muestra similitudes de tal magnitud que no permiten discriminar entre las unidades “La Carolina”, Isla Mala y Trinidad a escala 1/1:000.000. Tanto es así que el área asignada a la unidad “La Carolina” en la carta de Reconocimiento de Suelos de 1976 y las diferentes tesis citadas, es hoy asignada a la unidad Trinidad en el Compendio de Suelos del Uruguay (versión digital 2004). Reuniendo estos antecedentes y haciendo hincapié en la asociación de suelos que define la unidad “La Carolina”, se hizo imprescindible realizar los estudios en el área tipo (predio de la Escuela Agraria homónima) para establecer la posibilidad de génesis a partir de rocas cristalinas básicas. 61 Estudio de la génesis del material madre de un vertisol en la unidad “La Carolina” Cuadro 1. Descripción del vertisol de la localidad tipo “La Carolina”, según Brasesco y Sganga (1976). FASE SUPERFICIAL 0-15m A1 Negro (10 YR 2/1; franco arcilloso con pocas gravillas; bloques subangulares pequeños, moderados; plástico; raíces abundantes; reacción al HCl: moderada; transición clara. 15-25cm ACca Pardo (10YR 5/3) y negro (10YR 2/1); arcilloso con pocas gravillas; bloques subangulares medios, moderados; plástico; raíces comunes; reacción al HCl: fuerte; transición gradual. 25 y+ cm A11 Pardo (10YR 5/3); arcilloso con poca gravilla; prismática medios, moderados; películas de arcilla delgadas; plástico; pocas raíces; concreciones e calcio comunes, pequeños, friables; reacción al HCl: fuerte. FASE PROFUNDA 0-13 cm A11 Negro (10YR 2/1); rango arcilloso; bloques subangulares pequeños, débiles; plástico; abundantes raíces; transición clara. 13-31 cm A12 Negro (10YR 2/0); franco arcilloso; bloques subangulares medios, débiles; ligeramente plástico; raíces abundantes; transición abrupta. 31-73 cm B2 Negro (10YR 2/1); arcilloso, prismas grandes, fuerte; películas de arcilla delgadas, continuas; plástico; caras de deslizamiento; pocas raíces; transición abrupta. 73 y + cm Cca Pardo (10YR 5/3) arcilloso, prismas grandes, moderados; películas de arcilla delgadas, continuas; plástico; pocas raíces; concreciones de calcio comunes, medios y grandes, friables; reacción al HCl: fuerte. Fase Horizonte Profundidad (cm) Análisis granulométrico (%) Arena Superficial A1 Fase ACca superficial profunda Limo Arcilla pH M. O %* CIC** Ca++ Mg++ H2O 0 - 15 31.50 32.24 36.26 7.7 6.6 36 33 2 15 – 25 23.63 33.66 42.71 8.0 2.6 33 30 2 Cca + 25 25.43 31.44 43.13 8.0 0.6 28 21 7 A11 0 - 13 30.06 40.23 29.71 6.1 7.3 33 26 4 A12 13 - 31 28.70 43.13 28.17 6.1 7.0 31 23 4 B2 31 – 73 27.08 32.86 40.06 7.6 2.7 38 26 10 Cca 73 + 27.26 25.43 47.31 8.0 0.2 30 17 9 * Porcentaje de materia orgánica.** Capacidad de intercambio catiónico. Figura 2. Calicata en la estancia La Palma mostrando las dos fases de un vertisol según Ponce de León 1984. 62 AGROCIENCIA Bossi, J. y Ortiz, A. Materiales y métodos La metodología de trabajo consistió en estudiar en detalle las zonas con microrrelieve dentro del área de la escuela agraria de (U.T.U) “La Carolina”. La identificación de las zonas con microrrelieve en ondas. Se consiguió con gran exactitud utilizando fotos aéreas 1/20.000 de la misión 1966 del (S.G.M) mejoradas con el manejo digital de imágenes en el programa Corel, ensayando distintos grados del contraste y brillo en diferentes escalas. El paso siguiente ha sido verificar que el suelo desarrollado en las áreas con microrrelieve, presentaba características vérticas, utilizando descripciones con taladro edafológico. De estos sondeos se extrajeron muestras de los horizontes C (> 1m de profundidad) para estudio de laboratorio. En uno de los sondeos se extrajeron muestras de cada horizonte porque presentaba las características típicas de los suelos del área. Los análisis de laboratorio se orientaron a estudios de granulometría (método Bouyoucus) y mineralogía de las arenas en sus distintos tamaños: con lupa para granos > 0.25 mm y frotis al microscopio para las fracciones menores (0.2–0.08 y 0.074–0.05mm). Pareció de menor significación la determinación de los minerales arcillosos porque se contó con datos suficientes de (D.R.X) de vertisoles pertenecientes a la unidad La Carolina Elliot y Manfradini (1988) y horizontes C de brunosoles de la Unidad Tala Rodríguez Prandi, (1984). La verificación de que resultaban composiciones similares, como se ve en la figura 3 restó importancia a la determinación mineralógica de las arcillas. La carta geológica a escala 1/40.000 se relevó para identificar la naturaleza del subsuelo con un grado de precisión tal que permitiera identificar las zonas más representativas. La etapa definitoria para relacionar vertisoles con rocas cristalinas básicas se apoyó en la excavación de una calicata de 20 metros de longitud y profundidad suficiente (aprox. 3 metros) hasta llegar a las rocas cristalinas. Esta calicata se desarrolló con rumbo perpendicular a la dirección del microrrelieve. Se describió en detalle un perfil de suelo y se tomaron muestras del suelo y de los limos subyacentes para estudiar los en el laboratorio. Área “La Carolina” Fue en esta zona donde se lograron resultados suficientemente coherentes como para poder extraer conclusiones válidas sobre génesis y evolución de vertisoles Figura 3. Curvas de RX de arcillas de horizontes C; A- Suelos de Prandi, 1984; B-C y D Suelos superficiales de estancia La Paloma Elliot y Manfredini 1988; Mg –saturado de magnesio; MgG – glicolada; K –saturada de potasio; K-550 calentada a esa temperatura. rúpticos lúvicos. Por ese motivo se tratarán en detalle los antecedentes geológicos y edafológicos así como los trabajos realizados. Antecedentes geológicos Se reducen a lo expuesto por Garat (1990) a escala 1/100.000 y la Carta Geológica del Uruguay a escala 1/500.000 de Bossi y Ferrando (2001). En ambos casos la información geológica se limita a la faja Florida sensu Bossi y Navarro (1991) y sedimentos de la fm. Libertad. La faja Florida es una asociación infracrustal integrada por migmatitas, gneisses, anfibolitas y granodioritas de anatexis, cabalgada entre dos cinturones orogénicos EW de grado bajo de metamorfismo. Garat (1990) describe las unidades reconocidas según se expone a continuación. Estudio de la génesis del material madre de un vertisol en la unidad “La Carolina” Formación Libertad: lodolitas macizas pardas friables con arena gruesa dispersa y con presencia de carbonato de calcio en formas variadas. La presencia de minúsculos cristales de yeso es también un rasgo casi omnipresente. Diques Básicos: filones de composición gabrodiorítica toleítica, subparalelos de espesor variable de 10 a 40 metros con rumbo general N60-70E. Granodiorita del Arroyo Guaycurú: este cuerpo se encuentra entre una faja milonítica y metamorfitos de grado medio sobre el arroyo homónimo. Se trata de una granodiorita gris de grano medio a grueso, con biotita en nidos, discordante con las estructuras de la roca caja. Metamorfitos de grado medio: afloran en la zona central y norte de la hoja Guaycurú, con rumbo general N60-70E y buzamientos variables. Están constituidos por gneisses de grano medio a grueso, con anfíbol y biotita, muy alterados, alternando con niveles máficos (anfibolitas). Estas litologías se encuentran afectadas por intensas deformaciones en fase plástica y constituye el material dominante en el área estudiada. Antecedentes edafológicos El único antecedente cartográfico de detalle disponible para la zona es la carta CONEAT, donde los grupos de suelos principalmente allí desarrollados son 10.12 y 5.02. El Grupo 10.12 es de gran significación territorial en la región del Terreno Piedra Alta sensu Bossi et al. (2005) El material geológico corresponde a sedimentos limo arcillosos de 1 a 8 metros de potencia, apoyados sobre el basamento cristalino. El relieve es ondulado a ondulado suave, con pendientes de 2 a 5%. Los suelos predominantes corresponden a Vertisoles Rúpticos Lúvicos (Grumosoles) y Brunosoles Éutricos Típicos Lúvicos (Praderas Negras vertisolicas), de color negro, textura franca a franco arcillosa, fertilidad alta y moderadamente bien drenados. El Grupo 5.02 se desarrolla en los departamentos de Flores y Florida en zonas de relieve ondulado y ondulado fuerte, con pendientes de 5 a 7 %. El material geológico corresponde a litologías variables de rocas. Los suelos son Brunosoles Subéutricos Háplicos moderadamente profundos y superficiales a los que se asocian Inceptisoles (Litosoles) a veces muy superficiales. El horizonte superior es de textura franca, franco gravillosa o arenoso franca con gravillas abundantes; la fertilidad es media a baja. La rocosidad es moderada y varía entre 2 y 10 % del área. La Dirección de la Escuela Agraria cedió un documento anónimo con la carta de suelos a escala 1/20.000 63 donde se separan 7 grandes grupos de suelos. En la descripción general se señala que el material generador de dichos suelos se trata de basamento cristalino, con componentes gnéissicos y también en el caso de los suelos melánicos un material más básico, dado el carácter del producto de alteración. A pesar de ser ilegible la carta de suelos en el documento a que se tuvo acceso esta consideración final es muy significativa porque asocia los suelos melánicos a rocas básicas. Trabajo realizado En base a los antecedentes disponibles se comenzó por fotointerpretar el área de la Escuela Agraria sobre fotos aéreas a escala 1/20.000 tratadas para identificar las zonas ocupadas por suelos con microrrelieve gilgai (Figura 4). Cada una de estas zonas fue perforada con taladro edafológico para establecer el grado de correlación entre las observaciones de campo y la fotointerpretación. Una zona representativa por poseer microrrelieve bien definido, y bloques decimétricos de pegmatita y microgranito en superficie, fue perforada en el punto 196 y dio como resultado los siguiente perfiles de 1m 20 de espesor: fase profunda A Bt1 Bt2 BC C; fase superficial A C CCa. Figura 4. Carta de ubicación de las áreas ocupadas por vertisoles y puntos de observación referidos en el trabajo. Estudio de la génesis del material madre de un vertisol en la unidad “La Carolina” mientos con estructura filoniana son rumbo dominante NS (Figura 6). La información recogida de la fotointerpretación, los sondeos con taladro holandés, los pérfiles geológicos dentro y fuera del predio de la Escuela Agraria La Carolina y los estudios de laboratorio sobre granulometría y mineralogía de arenas de los suelos y las rocas limosas de la base, sugería que los vertisoles se formaban a par- 65 dad La Carolina. Los suelos con horizontes A, B y C están apoyados sobre un limo con cantidades variables de carbonatos de concreciones pulverulentas de 3 a 5 cm de diámetro. Las rocas de base representan una alternancia de gneisses biotiticos y anfibolitas de rumbo N60E verticales y las anfibolitas se encontraron en una zona con mucho carbonato en el limo suprayacente. En la figura 7 se muestran las principales características de la cara sur de la calicata referida. Figura 6. Esquema geológico de la estructura observada en la cuneta del camino del sur del área estudiada. tir de limos que eran el producto de meteorización de un sustrato rocoso rico en anfibolita. A pesar de ello no se había observado ningún perfil que explicara el verdadero proceso de transformación del sustrato lítico en vertisol. Fue entonces necesario realizar la excavación de una calicata de dimensiones suficientes como para permitir analizar ese proceso de transformación tanto desde el punto de vista naturalista en base a la morfología y relación geométrica de cada roca, así como desde el punto de vista genético comparando datos petrográficos de cada unidad. Calicata La calicata fue ubicada con rumbo EW en el borde norte de una de las áreas con microrrelieve gilgai de la que se conocía el perfil de la fase profunda (Muestra 196) con datos macroscópicos, granulométricos y mineralógicos de cada horizonte. La excavación en una zona de microrrelieve con ejes NS identificada por foto aérea 1/20.000 misión 1966, permitió realizar una serie de observaciones y medidas que constituyen un importante avance a la pedogénesis de vertisoles en la Uni- Figura 7. Cara sur de la calicata excavada en el borde de un área con microrelieve gilgai al norte del punto 196 de la figura 4. El perfil edafológico realizado en la calicata, por los Profesores Ing. Agr. Artigas Durán y Mariana Hill, dio los resultados que se expresan en los cuadros 2 y 3. El suelo presenta una profundidad variable con valores próximos a los 80 cm (± 10 cm). El horizonte calcáreo no es continuo presentando en la parte inferior una débil reacción de carbonatos. Hasta los 24 cm hay grietas alargadas e irregulares y entre 24 cm y 80 cm hay grietas verticales de 30 a 50 cm de longitud y hasta 2 cm de ancho, separadas no más de 10 cm. Hasta 80 cm la masa de suelo absorbe muy lentamente el agua, y de allí hacia abajo el suelo se encontraba húmedo. La constante existencia de una capa de limo debajo de los vertisoles en distintas zonas de Uruguay condujo a analizar el tema en su conjunto para encarar la génesis de dichos limos. 66 AGROCIENCIA Bossi, J. y Ortiz, A. Cuadro 2. Descripción de un perfil completo de la calicata realizado según datos de Prof. A. Durán e Ing. Agr. M. Hill. PROFUNDIDAD (cm) 0-24 20-40 40-62 62-80 80-94 94-138 138-174 174-205 Pardo grisáceo muy oscuro (10YR 3/2) en seco; Negro (10 YR 2/1) en húmedo; franco arcilloso; bloques subangulares medios, moderados; muy duro a extremadamente duro en seco; poros muy finos; raíces abundantes; transición clara. Negro (10 YR 2/1) en seco; arcilloso; bloques angulares gruesos, fuertes; películas de arcilla pardo oscuro (7.5 YR 3/2) delgadas, discontinuas; muy duro a extremadamente duro en seco; raíces abundantes; transición gradual. Negro (10 YR 2/1) en seco; arcilloso con menos de 3% de gravas subredondeadas; bloques gruesos, fuertes; películas de arcilla pardo oscuro (7.5 YR 3/2) delgadas discontinuas a continuas; caras de deslizamientos comunes, muy duro a extremadamente duro en seco; raíces comunes; transición gradual. Pardo muy oscuro (10YR 2/2) en húmedo; arcilloso con menos de 3% de gravas subredondeadas; bloques medios a gruesos, moderados; películas de arcilla pardo oscuro (7.5YR 3/2) delgadas continuas; caras de deslizamiento comunes, muy firme en húmedo; poros muy finos; raíces comunes; transición clara. Pardo oscuro (10YR 3/3) en húmedo; arcilloso con menos de 3% de gravas subredondeadas con algo de arenas gruesas; bloques subangulares medios a gruesos moderados; películas de arcilla pardo oscuro (7.5YR 3/2) delgadas continuas; caras de deslizamiento comunes, muy firme en húmedo; raíces escasas; transición clara. Pardo (10YR 4/4) en húmedo; franco arcilloso con menos de 3% de gravas subredondeadas; bloques angulares medios moderados a débiles; películas de arcilla pardo oscuro (7.5YR 3/2) delgadas y muy discontinuas; friables, poros muy finos; raíces muy escasas; transición clara e irregular, mezcla de horizontes. Pardo (7.5YR 5/4) y pardo amarillento (10YR 5/4) en húmedo; franco arcilloso con gravillas; bloques subangulares medios moderados a débiles; películas de arcilla pardo oscuro (7.5YR 3/2) delgadas y en manchas; friable, poros muy finos; raíces muy escasas; transición gradual e irregular, mezcla de horizontes. Pardo (7.5YR 5/4) y pardo amarillento (10YR 5/4) en húmedo; franco arcilloso con gravilla; bloques subangulares medios débiles; películas de arcilla pardo oscura (7.5YR 3/2) delgadas y discontinuas. Nódulos de CaCO3 gris claro (10YR 7/2), blandos de 3 a 10cm. De sección; friable, poros muy finos, muy escasos; transición gradual e irregular, mezcla de horizontes. Limos La constante existencia de una capa de limo debajo de los vertisoles en distintas zonas del país condujo a analizar el tema en su conjunto para encarar la génesis de dichos materiales. En Uruguay se reconocen varias unidades geológicas constituidas por limos masivos friables de color pardo anaranjado: son el (Miembro San Bautista) de la Fm Raigón, Ortiz (2002); la Fm. Libertad, Goso y Bossi (1966); Fm Dolores, Antón y Goso (1974) y Fm. Sopas, Antón (1975). Los limos del área “La Carolina” fueron atribuidos por Garat (1990) a la Fm. Libertad, que en su descripción original comprende lodolitas dominantes y loess discontinuos base de la formación. Las lodolitas son rocas limosas friables, con arena gruesa o gravilla en partículas dispersas suspendidas en la masa, sin estratificación; son de color pardo anaranjado y presentan CaCO 3 en diversas formas, son rocas friables sin ninguna cohesión y en las paredes de fuerte pendiente la película exterior muestra un típico resquebrajamiento poligonal cuando se seca; desde el punto de vista granulométrico contiene 20 % arena, 40 % limo y 40 % 67 Estudio de la génesis del material madre de un vertisol en la unidad “La Carolina” Cuadro 3. Datos analíticos del perfil descrito según A. Dirán y M. Hill. Cationes Meq/100g Profundidad pH Granulometría % CIC* (cm) horizonte H2O 0-24 A 5.5 7.1 24-40 Bt1 6.2 40-62 Bt2 62-80 Ca Mg Na * Arena Limo Arcilla 0.32 11.5 3.6 0.37 16 21 54 25 3.0 0.55 17.4 5.7 1.3 25 16 43 41 7.2 1.8 0.66 21.5 7.5 1.6 32 16 38 45 Bt3 7.8 1.8 0.57 21.8 7.4 1.8 32 15 43 42 80-94 C1 8.2 0.7 0.55 21.4 7.3 1.4 32 16 43 41 94-138 C2 7.9 0.1 0.65 16.2 5.5 1.9 25 16 52 31 138-174 C3 8.0 0.0 0.68 25.9 5.7 1.5 38 24 45 31 174-206 C4 23 41 35 M.O%* K * Materia orgánica. ** Capacidad de intercambio catiónico. arcilla. El loess masivo de color pardo anaranjado poroso con grado de diagénesis superior a la lodolita, no presenta carbonatos y la disyunción es prismática cuando seco; estos loess contienen mas del 50 % de fracción limo y < del 1 % de arena gruesa; en la mayoría de los casos no contienen granos > a 0.25 mm permitiendo suponer un origen eólico para el transporte y sedimentación. Un reciente trabajo demostró que las lodolitas de la Fm. Libertad eran el producto de meteorización del loess inferior y que a su vez este loess constituye el miembro San Bautista de la formación Raigón. Ortiz et al. (2006) encuentran criterios paleoclimáticos y paleontológicos para sugerir que los loess naranjas de San Bautista se depositaron en el Pleistoceno inferior y la fm. Libertad (que en realidad es su producto de meteorización) se produjo en un óptimo climático de 1.6 ± 0.1M.a B.P. Para dilucidar la génesis de los limos de la base de los suelos con características vérticas del predio de la (UTU) La Carolina, se entendió preferible el análisis de la granulometría y mineralogía de la fracción arena aunque se tuvo muy en cuenta la presencia sistemática de un débil porcentaje de caolinita como indicadora de un clima más cálido y húmedo que el actual. Desde el punto de vista granulométrico los limos de La Carolina presentan importantes porcentajes de arena, tanto fina como gruesa. Todos los granos de arena, cualquiera sea su dimensión son angulosos, indicando ausencia de transporte por un medio fluido (Cuadros 4 y 5. En el mismo Cuadro se expone los datos granulométrico de Prandi (1984) obtenidos en los horizontes C de suelos desarrollados sobre limos en el Departamento de Canelones. Desde el punto de vista mineralógico es significativa la presencia sistemática de biotita o vermiculita sin poderse cuantificar en todos los ensayos por su morfología laminar. Los valores cuantitativos de los diversos minerales integrantes de la fracción arena, entre 200 y 50 micras se obtuvieron a partir del conteo de 1000 granos en cuatro frotis y los resultados obtenidos se presentan en el cuadro 6. Aunque el suelo del punto 198 no es un vertisol, se utilizó como referente de la mineralogía de las arenas de los productos de alteración y edafización de anfibolitas porque se desarrolla sobre un potente banco de estas rocas en un perfil claramente expuesto en la barranca de una cañada donde se puede observar el pasaje gradual anfibolita – saprolito - suelo. De estos datos resulta evidente que todos los vertisoles analizados en el área de “La Carolina” con- 68 AGROCIENCIA Bossi, J. y Ortiz, A. Cuadro 4. Granulometría en % en peso de los limos del establecimiento La Carolina y de Canelones según Prandi (1984). LA CAROLINA Muestras Arena % >0.25mm Limo % 0.50-0.25 mm Arcilla % 0.05-0.02 0.02-0.005 0.005-002 <0.002 193 6 50 15 29 196 12 49 9 30 198 (anfib.) 38 49 6 7 200 12 49 11 27 201 17 46 13 24 M3 VFP 12 47 14 27 M5 VFP 14 40 19 27 CANELONES 124 4 6 51 39 100 130 5 8 39 48 100 137 2 9 56 32 100 143 4 9 45 43 100 149 3 5 42 50 100 Arena gruesa:> 0.25mm Arena fina: 0.05-025mm Limos : 0.05-0.005mm Arcilla: < 0.005mm tienen minerales típicos de la meteorización de la anfibolita: hornblenda, pistasita (epidoto) y andesina. De allí puede inferirse que los limos del horizonte C de los vertisoles provienen de estas rocas cristalinas básicas mediante un proceso que más adelante se define. El suelo en el punto 196, que es una fase profunda de vertisol en la descripción de campo, fue estudiado en todo el perfil para definir la composición mineralógica de las arenas de tamaño < 74 micras que podrían provenir de aporte eólico alóctono. Los resultados mostraron que en todos los horizontes aparecen porcentajes importantes de hornblenda, epidoto y andesina en granos angulosos que necesariamente provienen de las anfibolitas de a zona sin importante transporte. En el horizonte C no aparecen tampoco granos redondeados de 0.1 – 0.2 mm de diámetro, confirmando la ausencia de aporte eólico. En la formación Libertad y en el miembro San Bautista de Raigón en el balneario Kiyú del departamento de San José, tanto la granulometría como la composición mineralógica son radicalmente diferentes según muestra la siguiente. Resulta evidente que los limos se han formado por alteración de rocas cristalinas con abundante biotita hornblenda, epidoto y plagioclasas An > 30 con un contenido menos importante de feldespatos alcalinos y no demasiado cuarzo. La capa de limo se forma cuando existan rocas capaces de librar Ca ++ Mg ++ y Fe ++ por meteorización como para generar esmectitas. 69 Estudio de la génesis del material madre de un vertisol en la unidad “La Carolina” Cuadro 5. Granulometría de las arenas en los limos “La Carolina”; tamaño de grano en mm y % en peso. Los limos son macroscópicamente similares a los de la fm. Libertad sin embargo difiere en su mineralogía difieren y granulometría. Esto permite sugerir que existen diversas fuentes de procedencia de los materiales constituyentes de los limos que se generan los vertisoles: loess eólico de San Bautista para la “fm. Libertad”de la fosa tectónica de Santa Lucía; rocas cristalinas básicas para la fm. Libertad sobre rocas cristalinas. TAMAÑO DE GRANO Muestras 0.25 0.15 0.074 0.05 < # 325 189 C 62.30 26.20 7 4.10 0.20 190 C 62.95 28.76 5.63 2.40 0.26 191 C 59.10 36.40 3.80 0.20 0.05 194 C 53.45 34.21 10.77 0.75 0.85 196 A 33.01 51.28 12.71 1.34 1.66 196 Bt1 42.51 50.88 4.46 2 0.15 196 Bt2 41.25 43.33 13.35 0.51 1.56 196 BC 45.06 45.76 7.40 1.43 0.08 196 C 52.09 35.60 9.94 1.75 0.62 198 C 11.5 70.15 14.89 1.50 2.02 200 C 47.29 41.52 10.97 0.21 0 Discusión Los suelos constituyen un importante componente del medio físico, en tanto archivan la información de los factores físicos-geográficos acontecidos en un determinado espacio. El estudio de la posibilidad de formación de vertisoles sobre rocas básicas tiene enorme interés agronómico por la posibilidad de agregar a su fertilidad natural, la presencia de oligoelementos. Durante el estudio en áreas pertenecientes a la unidad “La Carolina” según la carta de Reconocimiento de Suelos 1976 y la versión digital 2004 se han detectado extensiones diferentes, reduciéndose el área de la unidad “La Carolina” quedando la estancia “Las Palmas” fuera de ella, asignándose a la unidad Trinidad. Las tesis realizadas en dicha estancia representaban en su momento definiciones sobre la unidad “La Carolina” lo que muestra que los vertisoles rúpticos lúvicos Cuadro 6. Mineralogía de arena de tamaño entre 80 y 50 micras de los vertisoles de “La Carolina”. Muestra HORIZONTE horizonte Hornblenda Epidoto Andesina Feldespato Cuarzo Biotita K+ 189 C 14 15 48 8 16 2 190 C 2 9 76 3 6 3 191 C 3 19 52 3 24 1 194 C 4 16 48 1 32 - 198 C 46 1 34 - - 19 200 C 1 5 65 18 10 1 201 C 2 19 52 3 24 1 Media sin198 C 4±1 14 ± 2 56 ± 3 6±2 18 ± 2 1 70 AGROCIENCIA Bossi, J. y Ortiz, A. desarrollados sobre ambas unidades son semejantes pero independientes del material generador. En el caso del estudio realizado en la escuela agraria de la (UTU) La Carolina, los suelos de carácter vértico se desarrollan sobre materiales cristalinos básicos. Todas las áreas con microrrelieve gilgai que se sondearon poseían características vérticas y un material limoso entre el suelo y el sustrato cristalino; en el área más típica se excavó una calicata en la cual se pudo demostrar la siguiente secuencia de fenómenos: un proceso de intensa meteorización de rocas cristalinas con anfibolitas que conduce a la formación de limo encima del saprolito, ese limo presenta varias pruebas de la procedencia del material cristalino, como bloques angulosos en suspensión con un promedio de 5 cm. de arista, abundancia de arena gruesa y anfiboles. Presentando cierto contenido de caolinita que indica condiciones de clima húmedo y de mayor temperatura que la actual, hace unos 1.7–1.5 M.a Ortiz et al. (2006). En e óptimo climático se alteraron las rocas cristalinas aflorantes que generaron los limos que actualmente conservan poco espesor (2 a 3 metros). El dibujo expuesto en la figura 8 muestra la existencia de un flujo de barro que arrastro bloques pegmatíticos de un antiguo filón hacia el W. Se confirmó que el suelo deriva de la edafización de ese limo por la existencia de bloques decimétricos angulosos en ambos y el mantenimiento de la mineralogía de las arenas. El contraste entre el horizonte C del suelo y la roca alterada es irregular y variable, presentando zonas con paleopavimento, zonas calcáreas y zonas con pasaje gradual. W E El sustrato cristalino es una alternancia polimétrica de anfibolitas y gneisses biotiticos. En las bandas anfibólicas aparece mayor concentración de calcáreo en el horizonte C o en el limo subyacente y es también donde se vio con nitidez niveles de saprolito y paleopavimentos de clastos de cuarzo pegmatíticos. Esos suelos pueden haberse formado hace 6000 ± 2000 a B.P como plantea Iriondo a (2004) para los paleo vertisoles de la provincia de Entre Ríos (Rep. Argentina) Desde entonces la isostasia produce una elevación relativa de Uruguay. Eso permite cubrirse de aluviones y fosilizarse en Entre Ríos mientras se erosionan y experimentan eluviación que desdibuja el doble perfil en Uruguay. En resumen el proceso evolutivo sería el siguiente: - Clima árido a semiárido erosivo permitiendo aflorar rocas cristalinas. - Clima tropical transformando las rocas cristalinas en saprolito y limo pardo anaranjado con abundante vegetación y megafauna. - Clima semiárido eliminando la vegetación y permitiendo el flujo de barros. - Desarrollo de vertisoles sobre ese limo movilizado. - Destrucción del doble perfil al someterse a condiciones isohigras. Esa secuencia explica la mayoría de los fenómenos observados en el área de estudio: - Bloques en suspensión en los limos y en los suelos. - Posibilidad de formación de vertisoles por un sustrato plástico. - Incidencia de las anfibolitas en la formación de ese limo. - Desaparición del doble perfil por eluviación y formación de horizontes Bt. - Conservación del microrrelieve gilgai. Conclusiones Figura 8. Detalle del contacto entre la anfibolita alterada y el limo suprayacente mostrando como el filón del este suministra fragmentos que son desplazados alrededor de un metro de su posición original hacia el oeste. El estudio del área tipo de la unidad de suelos La Carolina permitió extraer las siguientes conclusiones: - Se han formado vertisoles rúpticos lúvicos sobre rocas cristalinas básicas con desarrollo de microrrelieve gilgai, fracturas abiertas casi verticales, caras de deslizamientos y mezcla de horizontes. - Dicha génesis pasa por una etapa intermedia de meteorización subtropical a un limo anaranjado con grandes bloques de rocas filonianas y abundante hornblenda en las arenas. - Esa capa de limo que no resulta de la acumulación de material eólico alóctono sino de la meteorización de Estudio de la génesis del material madre de un vertisol en la unidad “La Carolina” rocas cristalinas es la que permite los movimientos verticales de masa. - En las actuales condiciones climáticas en la periferia de las áreas con vertisoles se destruyen algunos rasgos pero queda registro del proceso genético que los hace a veces confundir con brunosoles. - En lo esencial el material genital debe contener Ca++, Al+++, Mg++ como para que con adecuadas condiciones topográficas y climáticas se formen estos suelos. - Sobre rocas metamórficas (anfibolitas) los vertisoles adquieren poco desarrollo y son vulnerables a ascensos isostásicos y/o climas isohigros. - Una hipótesis relevante es que con las predicciones de evolución climática en Uruguay estos suelos van perdiendo las características vérticas y asemejándose a sus pares melánicos los brunosoles, manteniendo la fertilidad natural y favoreciendo su manejo. Este estudio sirve para sugerir la asociación de vertisoles y brunosoles sin límites definidos tan común en Uruguay por su actual clima isohigro. Agradecimientos Este trabajo fue realizado gracias al apoyo de la Comisión Sectorial de Investigación Científica (CSIC) de la Universidad de la República y el Departamento de Suelos y Aguas de Facultad de Agronomía. A la Ay. Téc. Carmen Olveira quien se encargó de elaborar los cuadros y los dibujos así como procesar el texto para adaptarlos a las normas de la revista. Al profesor Artigas Durán así como a los Ings. Agrs. Mariana Hill y Álvaro Califra quienes contribuyeron en descripciones de perfiles, y en la orientación del trabajo sobre los suelos del área. Al Lic. Alejandro Schipilov y la Br. Silvia Maldonado en la descripción de la calicata contribuyendo a su interpretación. Bibliografía Altamirano, A.; Da Silva, H.; Durán, A.; Echeverria, A.; Panario, D. y Puente, R. 1976. 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L.1*; Garciarena, D.2; Cajarville, C.1 1 Departamento de Nutrición, Facultad de Veterinaria, Universidad de la República, Lasplaces 1550, Montevideo, Uruguay. 2Laboratorio de Rumiantes, EEA Balcarce, INTA, Ruta 226 km 73,5, Balcarce, Buenos Aires, Argentina. *Actualmente: Departamento de Bovinos, Facultad de Veterinaria. Correo electrónico: [email protected] Recibido: 15/2/07 Aceptado: 29/11/07 Resumen El objetivo del trabajo fue determinar el efecto de la adición de suero de queso sobre la conservación, la concentración de azúcares solubles y la producción de gas in vitro de ensilajes de pastura. Se evaluaron ensilajes adicionados con melaza o tres niveles de suero (2, 5 y 10 %) provenientes de tres pasturas. La producción de gas in vitro fue ajustada a un modelo exponencial simple. Todos los ensilajes presentaron características de buena conservación, pero el uso de aditivos determinó menor pH (P=0,035). La adición de melaza se asoció con mayor cantidad de azúcares solubles remanentes (P<0,001). El agregado de 2 % de suero determinó menor “a” (P<0,001), mayor “b” (P=0,010) y “a+b” (P=0,042) que los restantes ensilajes con suero. La mayor tasa de producción de gas se obtuvo con las pasturas frescas, seguidas en orden descendente por los ensilajes con melaza, con 10 % de suero, con 5 %, con 2 % y finalmente los ensilados sin aditivos. Se concluye que la adición de suero permitió obtener ensilajes de pasturas bien conservados, con tasas de producción de gas mayores que los ensilajes sin aditivos. El agregado de 2 % de suero determinó una mayor producción potencial de gas del total de sustratos fermentables. Palabras clave: fermentación, forraje, melaza, rumen Summary Effect of cheese whey as an additive of pasture silages on conservation, soluble sugars and in vitro gas production The objective of this paper was to determine the effect of cheese whey addition on the conservation, water soluble carbohydrates concentration and in vitro gas production of pasture silages. Silages made from three different pastures added with sugar cane molasses and three levels of cheese whey were evaluated. In vitro gas production was fitted to an exponential model. All silages showed good quality characteristics, but the use of additives lead to lower pH (P=0.035). Molasses addition was associated with higher residual water-soluble carbohydrates amount (P<0,001). Two percent cheese whey addition determined lower “a” (P<0.001), higher “b” (P=0.010) and “a+b” (P=0.042) than the other silages with cheese whey. Highest gas production rate was obtained with fresh pastures, followed by silages with molasses, 10 % cheese whey, 5 %, 2 % and finally silages without additives. It was concluded that the use of cheese whey as an additive allowed well-conserved pasture silages to be obtained, with higher gas production rates than silages without additives. Two percent cheese whey addition determined a higher potential gas production from total fermentable substrates. Key words: fermentation, forage, molasses, rumen 73 Efecto del suero de queso como aditivo de ensilajes Introducción La conservación de una pastura como ensilaje depende de la fermentación anaeróbica de los azúcares solubles (Az. Sol.) hasta ácido láctico, que disminuye el pH (Van Soest, 1994). Las leguminosas, de alto valor nutritivo, presentan bajas cantidades de Az. Sol. y una alta capacidad tampón, lo que impide una adecuada disminución del pH (Andrieu et al., 1990). Si el ensilaje no sufre una correcta fermentación se producen pérdidas de nutrientes (Thomas y Thomas, 1985; Van Vuuren et al., 1995). Las pérdidas durante el ensilaje y el almacenamiento, sobre todo de Az. Sol., disminuyen el valor nutritivo del ensilado y deprimen el consumo (Aldrich et al., 1993; Thomas y Thomas, 1985; Demarquilly, 1973). Repetto et al. (2005) observaron que las materias nitrogenadas de las pasturas son afectadas por el proceso de ensilaje, incrementándose tanto la fracción de rápida degradación como la indegradable. En ese sentido Henderson (1993) indica que la proteólisis es menor cuanto más rápido el descenso del pH en el silo. Se ha estimado que la eficiencia de síntesis de proteína microbiana ruminal en rumiantes alimentados con ensilados es de 23 g de N microbiano/kg de materia orgánica aparentemente digestible en rumen (MODR), mientras que dicha eficiencia es mayor (32 g de N microbiano/kg de MODR) cuando la alimentación está constituida por pasturas frescas (ARC, 1984). Esta baja eficiencia, indicativa de que el ensilaje ha perdido nutrientes, se ha atribuido a la asincronía entre compuestos nitrogenados y energéticos, debido a la fermentación de Az. Sol. durante el proceso de ensilaje (Henderson, 1993; Van Soest, 1994). Para favorecer el proceso fermentativo durante el ensilaje y minimizar las pérdidas de nutrientes el uso de aditivos es una práctica útil. Dentro de la categoría fuentes de carbohidratos se encuentra la melaza de caña, que es el usado más frecuentemente (Henderson, 1993) y puede considerarse como un aditivo de referencia. El suero de queso puede ser un buen aditivo, sobre todo si el contenido de carbohidratos solubles de las plantas es demasiado bajo. Este subproducto de la industria láctea tiene un elevado contenido de lactosa (63–70 % base MS) (Cajarville et al., 2001a; Cajarville et al., 2001b; FEDNA, 2003), carbohidrato que es un excelente sustrato para la proliferación de bacterias ácido-lácticas. Empero las cantidades a utilizar estarían limitadas por el alto contenido en agua (mayor a 90 % según Cajarville et al., 2001b) del suero fresco. La utilización de este subproducto lácteo es una alternativa a otros aditivos para queseros artesanales o productores cercanos a plantas de elaboración de queso. El objetivo del presente trabajo fue determinar el efecto de la adición de suero de queso fresco en distintos niveles a ensilajes de pastura sobre algunos parámetros de conservación del ensilaje (pH y nitrógeno amoniacal), la concentración de Az. Sol. remanentes y la producción de gas in vitro. Materiales y métodos Pasturas y ensilajes Se usaron 3 pasturas, mezcla de gramíneas (Lolium multiflorum, Festuca arundinacea) y leguminosas (Trifolium pratense, Trifolium repens, Lotus corniculatus), de tres parcelas del Campo Experimental Nº 2 de la Facultad de Veterinaria (Departamento de San José, Uruguay; 34º S, 55º O). La disponibilidad (estimada por cortes al ras del suelo con cuadros de 0,2 m x 0,5 m) y composición botánica de las pasturas y composición química de la pastura ya cortada se presenta en el Cuadro 1. Las pasturas se cortaron con pastera a una altura de 5 cm y se picaron a máquina (mecánicamente) hasta un tamaño de 5 cm. Las pasturas fueron ensiladas en Cuadro 1. Disponibilidad y composición botánica de las pasturas y composición química de las pasturas ya cortadas usadas para ensilar. Pastura Disponibilidad (kg MS/ha) Leguminosas (% MS) Gramíneas (% MS) Restos secos (% MS) Otros (% MS) MS (%) MO (% MS) PB (% MS) FND (% MS) FAD (% MS) Az. Sol. (% MS) 1 2 3 5233 57,4 11,0 27,6 3,8 19,3 79,7 12,9 54,8 45,1 2,97 3224 2,9 83,2 13,9 0,0 17,8 81,3 9,2 64,5 44,1 5,37 7600 20,8 54,2 14,4 10,5 21,2 85,4 10,3 63,0 45,5 3,83 MS: materia seca; MO: materia orgánica; PB: proteína bruta; FND: fibra neutro detergente; FAD: fibra ácido detergente; Az. Sol.: azúcares solubles. 74 AGROCIENCIA Britos, A.; Repetto, J.L.; Garciarena, D. y Cajarville, C. microsilos bajo 5 diferentes tratamientos: sin aditivo, con 1,5 % p/p de melaza de caña en polvo (MELREX®, I.C.S.A., Montevideo, Uruguay) y con tres niveles (2, 5 y 10 % p/p) de suero fresco de queso (6,35 % MS, 11º Dornic). Se realizaron tres réplicas por pastura y tratamiento (total 45 muestras). Los microsilos se realizaron en recipientes herméticos de 20 litros, con un tubo para el drenaje de efluentes. En el momento que se llenaron los microsilos se mezcló la pastura picada con el aditivo y luego se compactó utilizando una prensa mecánica. Todas las pasturas y tratamientos de cada una de ellas se cortaron y ensilaron el mismo día y se almacenaron en el mismo lugar. Determinaciones químicas De cada pastura ya cortada se tomó una muestra en el momento antes del ensilaje y luego de transcurrido un período de 60 días se procedió a tomar muestras y medir pH (Bateman, 1970) de cada ensilado. En todas las muestras se determinó materia seca (MS), materia orgánica (MO), proteína bruta (PB) (AOAC, 1984); fibra neutro detergente (FND) y fibra ácido detergente (FAD) (Goering y Van Soest, 1970) y la concentración de Az. Sol.en agua (Yemm y Willis, 1954). En los ensilajes se determinó la concentración de nitrógeno amoniacal (N-NH3) (Preston, 1986). Producción de gas in vitro Se determinó la producción de gas por fermentación en líquido ruminal fresco de la MS según el método propuesto por Theodorou et al. (1994), modificado por Mauricio et al. (1999). Se incubó en baño María a 39º C en frascos herméticos de 125 ml con 10 ml de líquido ruminal y 40 ml de solución buffer. Se realizaron dos repeticiones para cada muestra deshidratada pesándose 0,5 g de MS en cada frasco de incubación. Al gas generado por cada frasco se le restó el producido por los blancos que sólo contenían solución buffer y líquido ruminal. El líquido ruminal se extrajo de bovinos provistos de cánulas ruminales alimentados con heno de alfalfa. Previo a la extracción de líquido ruminal se sometió a los animales donantes a un ayuno de 24 horas. El volumen de gas fue registrado a las 2, 4, 6, 9, 12, 24, 48 y 72 horas de incubación. Para estimar la evolución de la producción de gas los datos obtenidos se ajustaron por el modelo exponencial simple de Ørskov y McDonald (1979): y = a + b (1 – e – ct ) donde : “a” es el gas producido por sustratos rápidamente fermentables, “b” el gas producido por sustratos lentamente fermentables, “a+b” la producción potencial de gas del total de sustratos fermentables, expresados como ml de gas/g de MS incubada (ml/MSi); “c” la tasa de producción de gas, como %/h y “t” el tiempo de incubación en h. Análisis estadístico El contenido de azúcares solubles y los parámetros de fermentación se compararon entre las distintas pasturas y tratamientos mediante análisis de varianza, considerando los efectos pastura y tratamiento. Las medias de los tratamientos se compararon por contrastes ortogonales y se consideró significativas las diferencias entre tratamientos cuando P<0,05. Se realizaron análisis de correlación lineal simple mediante PROC CORR de SAS(R) entre los parámetros de composición química y los de fermentación de los ensilajes. Resultados En el Cuadro 2 se muestran la composición química y el pH de los ensilajes. El agregado de aditivos provocó una disminución significativa del pH (4,28 vs 4,18; P=0,035). Los ensilajes con 1,5 % de melaza en polvo se diferenciaron de los que fueron tratados con suero en casi todas las variables: el % de MS mayor (20,76 vs 18,43 %; P<0,001), los contenidos de FND y FAD menores (54,91 vs 58,85 %; P<0,001 y 42,70 vs 44,93 %; P=0,041 respectivamente), la proporción de Az. Sol. más alta (0,72 vs 0,53 %; P<0,001) y el pH fue inferior (4,05 vs 4,22; P=0,002) que con el agregado de suero. El tratamiento con adición de 2 % de suero presentó el mayor contenido de FND de los tratamientos con aditivos (60,05 vs 58,25 %; P=0,036). Los parámetros de fermentación in vitro de las pasturas y los ensilajes, se exponen en el Cuadro 3. Sólo se evidenció diferencia en los parámetros a (-4,72 vs 2,40 ml/g MSi; P<0,001), b (136,54 vs 126,6 ml/g MSi; P=0,010) y a+b (131,82 vs 124,21 ml/g MSi; P=0,042) entre el agregado de 2% de suero y los restantes tratamientos con suero. La pastura fresca presentó mayor tasa de producción de gas que los ensilados (3,71 vs 2,40 %/h; P<0.001), a su vez el uso de aditivos aumentó la tasa con respecto a los ensilajes sin aditivos (2,46 vs 2,18 %/h; P=0,009). El tratamiento con melaza exhi- 75 Efecto del suero de queso como aditivo de ensilajes Cuadro 2. Efecto de la adición de melaza o suero de queso sobre el pH y algunos componentes químicos de ensilajes de pasturas. Tratamiento 0 melaza 2 5 10 ESM1 Contraste (P)2 0 vs aditivos melaza vs suero 2% vs 5+10% 5% vs 10% MO PB MS FND FAD Az. Sol. N-NH3 PB MO (%MS) MS) (% MS) (% MS) (% MS) (% MS) (% MS) (%) (% pH pH 18,60 20,76 18,24 18,29 18,76 0,274 81,55 81,87 81,27 82,11 80,96 0,639 11,09 11,08 11,21 11,21 11,32 0,103 58,40 54,91 60,05 58,14 58,36 0,767 43,95 42,70 45,08 45,95 43,75 1,033 0,52 0,72 0,51 0,53 0,54 0,009 0,16 0,13 0,18 0,17 0,15 0,015 4,28 4,05 4,26 4,24 4,16 0,051 ns <0,001 ns ns ns ns ns ns ns ns ns ns ns <0,001 0,036 ns ns 0,041 ns 0,096 0,066 <0,001 ns ns ns 0,052 ns ns 0,035 0,002 ns ns MS: materia seca; MO: materia orgánica; PB: proteína bruta; FND: fibra neutro detergente; FAD: fibra ácido detergente; Az. Sol.: azúcares solubles; N-NH 3: nitrógeno amoniacal. 0: ensilaje sin aditivo; melaza: ensilaje con 1,5% p/p de melaza; 2, 5 y 10: ensilajes con 2, 5 y 10% p/p de suero de queso. 1 error estándar de las medias; 2 probabilidad del contraste ortogonal; ns: no significativa (P> 0,1). bió mayor tasa que los ensilajes con suero (2,72 vs 2,37 %/h; P=0,001), el agregado de 2 % de suero produjo gas más lentamente que los otros dos niveles de adición de suero (2,20 vs 2,45 %/h; P=0,024) y a su vez la incorporación de 5 % de suero exhibió una tasa menor que el uso de 10% (2,30 vs 2,60 %/h; P=0,023). La producción potencial de gas se correlacionó positivamente con la concentración de Az. Sol. (r=0,725; P=0,002), con la relación Az. Sol./N (r=0,817; P<0,001) y también con el contenido en FND (r=0,639; P=0,010). Por el contrario, la tasa de producción de gas (c) se relacionó negativamente con la proporción de FND (r=0,794; P<0,001). Discusión La mayor proporción de MS del ensilaje con melaza pudo deberse al uso de melaza deshidratada en polvo. Además el empleo de melaza produjo ensilajes con menor concentración de FND y FAD, en sentido contrario el tratamiento con 2 % de suero presentó ensilajes con proporción más alta de FND. El contenido de Az. Sol. remanentes en los ensilajes fue muy bajo, indicando una intensa utilización para el proceso referido. Henderson (1993) obtuvo ensilajes de pastura sin aditivos con concentraciones de Az. Sol. entre 0 y 2,9 % base MS, en este trabajo se observaron niveles entre 0,72 y 0,51 % base MS. El uso de aditivos no aumentó la proporción de Az. Sol. remanentes del ensilaje, pero la adición de melaza en polvo al 1,5 % dejó mayor cantidad remanente (35 % más) de estos carbohidratos que los tres niveles de agregado de suero. En todos los ensilajes se obtuvieron valores de pH inferiores a 4,5 y de N-NH3 inferiores a 1 % de la MS, indicadores de una buena fermentación láctica (Harrison et al., 1994). Si bien se hallaron diferencias significativas en algunos parámetros de la composición química y en el pH, las magnitudes de estas diferencias no fueron importantes. En cuanto a la producción de gas in vitro, los valores de “a” en las pasturas y ensilajes fueron desde -1,92 a -4,72 ml/g MSi, indicando estas cifras negativas la ocurrencia de una fase de retardo de la fermentación (Ahmed y El-Hag, 2004). Sólo los ensilajes con 2 % de suero fueron significativamente más bajos que los otros dos niveles de adición de suero. 76 AGROCIENCIA Britos, A.; Repetto, J.L.; Garciarena, D. y Cajarville, C. Cuadro 3. Efecto del ensilaje y la adición de melaza o suero de queso sobre los parámetros de producción de gas in vitro de pasturas y ensilados de pasturas. Tratamiento fresco 0 melaza 2 5 10 ESM1 a (ml/g MSi) -3,43 -3,18 -2,79 -4,72 -2,87 -1,92 0,487 b (ml/g MSi) 127,44 130,33 123,74 136,54 129,93 123,27 3,179 a+b (ml/g MSi) 124,01 127,16 120,95 131,82 127,07 121,35 3,131 c (%/h) 3,71 2,18 2,72 2,20 2,30 2,60 0,093 ns ns ns <0,001 ns ns ns ns 0,010 ns ns ns ns 0,042 ns <0,001 0,009 0,001 0,024 0,023 Contraste (P)2 fresco vs ensilado 0 vs aditivos melaza vs suero 2% vs 5+10% 5% vs 10% a: gas producido por sustratos rápidamente fermentados; b: gas producido por sustratos lentamente fermentados; a+b: producción potencial de gas del total de sustratos fermentados; c: tasa de producción de gas. fresco: pastura original sin ensilar; 0: ensilaje sin aditivo; melaza: ensilaje con 1,5% p/p de melaza; 2, 5 y 10: ensilajes con 2, 5 y 10% p/p de suero de queso. 1 error estándar de las medias; 2 probabilidad del contraste ortogonal; ns: no significativa (P> 0,1). Los ensilajes con 2% de suero presentaron mayor “b” que los con 5 y 10 %, coincidente con el mayor contenido de FND de aquellos; este fenómeno indicaría que dicha fracción fibrosa sería susceptible de fermentar en su totalidad. La producción potencial de gas del total de sustratos fermentables (a+b) sólo fue significativamente mayor entre 2 % de suero y el resto de los ensilajes con suero. Con respecto a la tasa de producción de gas (c), ésta fue mayor para las pasturas originales que para los ensilajes. A su vez el uso de aditivos aumentó la tasa con respecto a los ensilajes sin aditivos. Dentro de los aditivos la melaza fue el que obtuvo la tasa más alta, seguida por 10 %, 5 % y finalmente 2 % de suero. Este hecho es de fundamental importancia debido a que este parámetro ha sido hallado como mejor predictor de la degradabilidad de la MO que los otros parámetros de producción de gas in vitro (Chenost et al., 2001) y denotaría una menor pérdida de valor nutritivo en el proceso de ensilaje. Las correlaciones positivas obtenidas entre la producción potencial de gas y la concentración de Az. Sol., la relación Az. Sol./N y el contenido en FND confirman que el gas procede de sustratos capaces de ser fermentados. La correlación negativa entre la tasa de producción de gas y el contenido de FND corrobora la lenta fermentación de este componente químico. Conclusiones La adición de suero de queso permite obtener ensilajes de pasturas bien conservados, que impactan positivamente sobre la tasa de producción de gas in vitro con respecto a ensilajes sin aditivos, aunque ésta no alcanza los valores de ensilajes con melaza o pasturas verdes. Dentro de los tres niveles de suero de queso usados se obtuvo una mayor producción potencial de gas del total de sustratos fermentables con el agregado de 2 % de este aditivo. Agradecimientos Este trabajo fue financiado por CSIC (programa jóvenes investigadores 2002) y por International Foundation for Science (project B/3028-1). Efecto del suero de queso como aditivo de ensilajes Bibliografía Ahmed, M.M.M. and El-Hag, F.M. 2004. Degradation characteristics of some Sudanese forages and tree pods using in sacco and gas production techniques. Small Rum. Res. 54: 147-156. Aldrich, J. M.; Muller, L. D. and Varga, G. A. 1993. Nonstructural carbohydrate and protein effects on rumen fermentation, nutrient flow and performance of dairy cows. J. Dairy Sci. 76: 1091-1105. Andrieu, J.; Demarquilly, C. y Sauvant D. 1990. Tablas del valor nutritivo de los alimentos. En: Jarrige, J. (ed.), Alimentación de bovinos, ovinos y caprinos, pp. 313425. Ediciones Mundi-Prensa, Madrid, España. 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Departamento de Producción Vegetal. Facultad de Agronomía. Paysandú. República Oriental del Uruguay. CP 60000. 2 Estación Experimental “Dr. Mario A. Cassinoni”. Departamento de Biometría, Estadística y Computación. Facultad de Agronomía. Paysandú. República Oriental del Uruguay. CP 60000. 3 Estación Experimental “Dr. Mario A. Cassinoni”. Departamento de Ciencias Sociales. Facultad de Agronomía. Paysandú. República Oriental del Uruguay. CP 60000. 4 Asesor privado. Correo electrónico: [email protected] Recibido: 31/1/07 Aceptado: 18/9/07 Resumen El proceso de adopción de la siembra directa (SD) en Uruguay comenzó a fines de los 80. En el sector lechero, donde la degradación de los suelos ha sido producto principalmente del excesivo laboreo, la SD representa una ventaja para la conservación del potencial productivo. La encuesta realizada en el año 2000 detectó una fase decreciente en el proceso de adopción, proyectándose un máximo para el período 2000-2005. En el 2005, se realizó una nueva encuesta con el objetivo de elaborar un diagnóstico actualizado de la SD en los establecimientos lecheros. Los resultados muestran que un 46% han adoptado la SD, de los cuales el 58% la realiza sistemáticamente (nunca hacen laboreo). Los productores que realizan SD poseen mayor superficie lechera y productividad. El principal cambio detectado en los adoptantes de la SD fue la presencia de la maleza Poa annua, mientras que, por el contrario, se detectó una disminución del engramillamiento. Entre los productores que realizan SD, la falta de maquinaria y la huella por pastoreo fueron las razones más importantes para realizar laboreo ocasional. La falta de maquinaria fue la razón de mayor peso para no adoptar el sistema. De los productores que en el 2000 no realizaban siembra directa, el 48% la han comenzado, mientras que sólo un 8% de los que la realizaban la han abandonado. Palabras clave: manejo de suelos, lechería, encuesta Summary No tillage in dairy farms: evolution and present situation in Uruguay A survey carried out in 2000 showed a decreasing stage in the adoption process, predicting a maximum adoption in the 2000-2005 period. In 2005 another survey was carried out with the aim of develop a new analysis of the NT System in dairy farms. Results show a 46% adoption of no till system (58% never till). Dairy farmers doing NT have larger dairy area and productivity. The main problem of the NT was the presence of Poa annua weed, but a decrease of Cynodon dactylon was detected. The lack of NT planters, and soil compaction by grazing were the most important reasons for tilling among NT farmers. The lack of NT planter was the most important reason for no adopting the NT System. Among tillage farmers (no adoption of NT) in 2000, after five years 48% changed to NT System, whereas only 8% of NT farmers in 2000 came back to Tillage System. Key words: Soil management, dairy production, survey 79 Siembra directa en sistemas lecheros Introducción El excesivo laboreo del suelo ha sido una de las causas de la degradación de los suelos en gran parte de la cuenca lechera, por lo que un sistema de siembra sin remoción del suelo aporta una solución a este problema, y es una de las razones fundamentales que explican su adopción por lo productores pioneros (Scarlato et al., 2001). La encuesta realizada en el año 2000 mostró que el 25% de la superficie dedicada a la producción lechera remitente a CONAPROLE, fue realizada en siembra directa. Sin embargo, se cuantificó una tasa decreciente en el proceso de adopción, lo que se explicó por la existencia de limitantes tecnológicas (fallas en la implantación de cultivos de verano, necesidad de nivelar la superficie) y de equipamiento (falta de sembradoras, fundamentalmente en productores chicos). En el año 2005 se realizo una nueva encuesta con el objetivo de cuantificar la evolución reciente de la adopción de la siembra directa en predios lecheros. En el presente trabajo se presentan los principales resultados y se discuten tomando como referencia los resultados obtenidos en el año 2000 (Ernst et al., 2001). Materiales y métodos La encuesta se realizó tomando la misma muestra de productores que en el año 2000, la que fue confeccionada en base al padrón de remitentes de leche a la Cooperativa Nacional de Productores de Leche (CONAPROLE) considerando estratos según remisión diaria de leche (Ernst et al., 2001). El tamaño de muestra de cada estrato tomó en cuenta el tamaño de la po- blación y la varianza de la remisión diaria según un esquema de asignación Neyman. En el 2005, se encuestó a los mismos productores, y en los casos en que no fue posible, se buscaron sustitutos de similares características para mantener un número de productores similar al del año 2000. Dado que durante el período algunos productores cambiaron de estrato porque modificaron su remisión diaria de leche, se procedió a una reestratificación según la remisión actual, a los efectos de realizar el proceso de inferencia poblacional para la encuesta del 2005. La población objetivo del año 2005 consistió de 2263 productores de leche que remitían más de 35 l/día. La muestra pondera progresivamente a los estratos inferiores, donde se ubica la mayor proporción de productores (Cuadro 1). Le encuesta consistió en un formulario base con 26 preguntas, comenzando con 5 preguntas generales, seguidas de una pregunta filtro en la cual se consultó al productor sobre la adopción o no de siembra directa (SD). A partir de ésta, se procedió a completar formularios diferentes. Se realizaron 14 preguntas a los productores que realizaban SD y 4 preguntas a los que no realizaban SD (Apéndice). A los efectos de este trabajo se denomina: siembra directa sistemática (SD sistemática) al uso de siembra directa en todos los cultivos y pasturas y siembra directa ocasional (SD ocasional) en el caso de productores que adoptaron la siembra directa pero realizan algún laboreo previo a la siembra de algún cultivo y/o pastura. Para aquellas preguntas en las que se debía responder sobre la importancia relativa de variables de manejo, se estableció un orden de 1 (muy importante) a 7 (no influye). Cuadro 1. Límite inferior y superior de remisión diaria de leche por estrato de producción, número de productores que integran cada estrato (población), número de productores encuestados (muestra) y ponderador utilizado para la inferencia poblacional. Estrato Límite inferior (l/día) Límite superior (l/día) 1 2 3 4 35 501 1001 2601 500 1000 2600 Total Población (Nh) Muestra (nh) Pondera por estrato (Nh/N) 1106 521 485 151 62 26 63 75 0,488732 0,230225 0,214317 0,066726 2263 226 80 AGROCIENCIA Ernst, O.; Siri-Prieto,G.; Bentancur, O.; Carballo, C. y Lazbal, E. Análisis estadístico A partir de la muestra, se realizó la inferencia de los parámetros poblacionales para el total de la población de productores, y separando los que hacen siembra directa y los que no lo hacen. La inferencia se efectuó calculando intervalos de confianza para los diferentes parámetros. Los procedimientos de estimación y cálculo de la varianza de los estimadores necesarios para el cálculo de los intervalos de confianza, así como el procedimiento para comparar los parámetros de los productores que hacen siembra directa contra los que no la hacen, son los sugeridos por Cochran (1980). Los procedimientos antes mencionados son los correspondientes a la estimación de parámetros en poblaciones finitas con asignación de tamaños de muestra según Neyman (diferentes varianzas y cantidad de productores entre estratos). Los parámetros estimados fueron los siguientes: promedio de superficie lechera, población total, promedio de leche remitida por día, promedio de leche remitida por hectárea por año, área lechera promedio, porcentaje de productores que realizan SD sistemática. A partir de la respuesta sobre el número de años que cada productor lleva realizando siembra directa, se estimó la curva de adopción de la tecnología por año has- ta el 2004, utilizando nuevamente la ponderación por estrato. Resultados y discusión Descripción de la muestra La superficie lechera promedio de los productores que realizan SD por estrato de producción se muestra en el Cuadro 2. El porcentaje de productores lecheros encuestados que utilizan la SD es creciente con el tamaño de la explotación definido por su remisión diaria de leche, llegando a 92% en el estrato de mayor remisión. En el estrato de menor tamaño, la superficie lechera de los productores que no hacen SD es significativamente menor que la de aquellos que ya la adoptaron (96 ha contra 55 ha, respectivamente). Por otro lado, en los estratos de más de 500 litros diarios de remisión, no se detectaron diferencias significativas en lo referente al área lechera. En cuanto a remisión diaria (l/día) se encontraron diferencias significativas en los estratos 2 y 3, con valores más altos en los productores que realizan SD. En el estrato de mayor producción (>2600 l/día) se obser- Cuadro 2. Superficie media lechera de la muestra, remisión diaria (l/día) y litros/ha/año producidos por productores que utilizan o no SD según estratos de producción definidos por su remisión diaria (l/día) al año 2005. Remisión diaria (l/día) % SD Muestra Hacen SD Superficie No hacen lechera (ha) SD Valor t Muestra Remisión diaria Hacen SD (l/día) No hacen Valor t Muestra Hacen SD Litros/ha/año No hacen Valor t 35-500 501-1000 1001-2600 >2600 27 44 67 92 64 96 55 130 130 130 236 222 264 595 604 488 1,662 * 229 241 229 0,356 1861 1845 1895 -0,164 -0,029 738 830 681 2,299 ** 2500 3037 2168 1,695 ** -1,421 1640 1718 1483 1,941* 2843 3030 2451 2,047 * 0,885 4922 5085 3047 1,612 3243 3312 2442 1,586 Valor t= Comparación Hacen SD contra NO HACEN SD en la muestra. * pd≤0.10. ** pd≤0.05. 81 Siembra directa en sistemas lecheros vó una diferencia de aproximadamente 2000 l/día a favor de los productores que realizan SD, si bien no fue significativa, probablemente debido al bajo número de productores encuestados en ese estrato que no realizan SD. No se observaron diferencias en el estrato de menor remisión diaria, entre productores que realizan o no SD (241 y 229 l/día, respectivamente). El índice de productividad l/ha/año fue afectada tanto por el estrato como por el tipo de siembra utilizado. Los estratos que remiten menos leche diaria son los que presentan la menor productividad medida por hectárea (media entre SD y no SD = 1861 l/ha/año) comparado contra los estratos mayores que llegan a 3243 en el estrato mayor. En los estratos mayores a 500 l/día de remisión, los productores que hacen SD logran mejores productividades por hectárea (3126 l/ha/año promedio en los que hacen SD comparado con 2354 l/ha/año para los que no hacen SD). Inferencia poblacional Con los resultados obtenidos por estrato, se estimaron las características de la población total de productores. En el año 2005 se encuestó al 9,8% de la población de productores registrados en la base de datos de CONAPROLE. El área total lechera estimada para la población de productores remitentes abarca 415000 ha, con una superficie media de 171 ha y una productividad media de 2372 l/ha/año (2137-2484). Dentro de la población, se estima que entre el 40 y el 53% de los productores ya adoptaron la SD con un valor medio probable de 46%. La superficie lechera media de los productores que hacen SD sigue siendo mayor que la de los que no hacen SD, lo cual confirma que es una técnica adoptada en forma diferencial según el tamaño de la explotación lechera (Cuadro 3). Si bien aún son menos de la mitad los productores que adoptaron la SD, éstos abarcan una superficie 1.9 veces mayor que los que no la han adoptado (274.459 vs. 141.425 ha para los que hacen y no hace SD, respectivamente). En relación a los datos publicados en el año 2001 por Ernst et al., se puede decir que los productores que realizan SD pasaron de 25% a 46% entre los años 2000 y 2005, estimándose que dentro de éstos, la SD sistemática pasó de 15,7% a 57%. El área lechera total de los productores que realizan SD se duplicó, mientras la de los que no la realizan disminuyó más de la mitad. La producción total anual aumentó un 24% en los productores que hacen SD, pero se mantuvo constante en los productores que no la realizan. En cuanto a la producción por hectárea existe una diferencia significativa (p=0.10) a favor de los que realizan SD de 808 la/ha/año, mientras que en el año 2000 esta diferencia no era significativa. A su vez, se encontró una mayor remisión de leche diaria asociada a que los productores que hacen SD tienen mayor superficie de pastoreo lechero. Curva de adopción de la SD en el área lechera En la Figura 1 se presenta la curva de adopción de la siembra directa expresada como porcentaje de productores. Cuadro 3. Estimación de la superficie lechera de productores que adoptaron o no SD, superficie total que ocupan y porcentaje de productores que realiza SD sistemática. Hacen SD No hacen SD Diferencia 1138 1294 156 ** 241 (210-273) 109 (94-125) 132 ** Remisión diaria 1778 (1554-2002) 564 (493-634) 1214 ** Litros/ha/año 2690 (2351-3030) 1882 (1646-2118) 808 * 274.459 141.425 133.034 ** 58 (45-71) --- --- Número Superficie lechera (ha) Área total lechera (miles ha) SD sistemática (%) ** pd≤0.05. * pd≤0.10. entre paréntesis límites de confianza. 82 45 40 35 Adopción (%) AGROCIENCIA Ernst, O.; Siri-Prieto,G.; Bentancur, O.; Carballo, C. y Lazbal, E. 30 25 20 15 10 5 0 1986 1988 1990 1992 1994 1996 1998 2000 2002 2004 2006 Año Figura 1. Porcentaje acumulado de productores adoptantes de la SD entre 1988 y 2004. En la encuesta realizada en el año 2000, se identificó una fase decreciente en la curva de adopción en ese momento y se proyectaba una estabilización para los años siguientes cercana al 30%. Analizando la evolución entre el 2000 y el 2005, se puede concluir que esto no ocurrió, lo que pueden atribuirse a varias causas. Una de ellas es que las proyecciones realizadas no se cumplieron debido a que, durante el periodo, fueron levantadas algunas de las limitantes identificadas en aquel momento y al esfuerzo realizado en la difusión de la tecnología por varias instituciones. Cambios ocurridos a partir de la aplicación de la SD en forma directa u ocasional Para la mayoría de las variables excepto nivel de engramillamiento no se han detectado grandes cambios a partir de la aplicación de la SD, sobre todo cuando se realiza de manera ocasional (Cuadro 4). Resulta de gran importancia la disminución del engramillamiento que han logrado la mayoría de los productores, tanto los que han adoptado la SD de manera sistemática como ocasional. Por otro lado, la disminución paulatina de la gramilla de los establecimientos lecheros por el uso de la SD ha dejado lugar a otro tipo de enmalezamiento como surge de las respuestas de los productores. Este aumento del nivel de enmalezamiento es más importante (44%) para los productores que realizan SD sistemática, siendo la más mencionada la Poa annua. En relación a las características físico-químicas del suelo no se resaltan grandes cambios, si bien parte de los encuestados que realizan SD en forma sistemática (28%) afirman que las mismas han mejorado y que ha disminuido la compactación (24%). Otro aspecto a resaltar es que hubo un aumento del uso de fertilizantes en los productores que realizan SD, siendo éste cercano al 15% en los SD sistemáticos, si cancelamos los aumentos con las disminuciones (20 y 5%, respectivamente) Como aspectos negativos, 24 y 16% de los productores que realizan SD sistemática y ocasional, respectivamente, han tenido mayores problemas por insectos desde que adoptaron el sistema, siendo lo más mencionados los daños por hormiga y grillo, isoca y bicho bolita. Este cambio es previsible, ya que los tres primeros se ven favorecidos por la estabilidad que brinda al ambiente el hecho de no laborear (Castiglioni, 2000) y el último por la mayor humedad de la superficie cuando quedan restos secos cubriendo el suelo (Zerbino, 2002). Cuadro 4. Cambios en el nivel de enmalezamiento y engramillamiento, características físico-químicas del suelo, daños de insectos, cantidades de fertilizante y compactación del suelo a partir de la aplicación de la SD según su adopción sistemática u ocasional. Sistemática Aumento Ocasional Disminuyo Igual Aumento Disminuyo Igual Nivel de enmalezamiento 44 1 54 22 0 78 Nivel de engramillamiento 0 83 17 0 86 16 Características físico-químicas del suelo 28 4 68 6 0 94 Daños de insectos 24 0 76 16 0 84 Cantidades de fertilizante 20 5 79 8 3 89 8 24 68 3 11 86 Compactación del suelo 83 Siembra directa en sistemas lecheros Limitantes para la adopción de la SD sistemática en productores que hacen SD Del total de productores encuestados que realizan SD, el 63% lo hace de manera sistemática, mientras que para el 37% restante es una práctica ocasional. Se consultaron a todos los productores (SD sistemática y ocasional) acerca de las razones por las cuales laboreaban ocasionalmente. Estas razones pueden dividirse en aquellas de tipo estructural (limitantes de suelo y maquinaria) y aquellas de manejo, cuya solución seria alcanzable rápidamente y con un costo relativo menor. En la figura 2 se muestra la distribución de frecuencia de las respuestas obtenidas en relación con la importancia relativa dada a la compactación del suelo por historia agrícola y la falta de maquinaria apropiada. La falta de maquinaria fue la razón más mencionada (45% de los productores) como determinante para realizar laboreo ocasional, y casi siempre se encontró en primer lugar de importancia. Esto representa un cambio con relación al año 2000, en el que la maquinaria no era una limitante estructural para la SD sistemática. No surge de la encuesta si la limitante incluye la disponibilidad de equipos para contratar o la oportunidad de trabajo con sembradora contratada, lo que implicaría estrategias diferentes para levantar la limitante. En cuanto a la compactación del suelo, únicamente un 13% de los productores la mencionaron como razón más importante, sumando 26% entre niveles de importancia 1 a 3. Esta situación representa un cambio importante en la percepción de los problemas asociados a SD por parte de los productores. Los resultados publicados por Ernst et al. (2001), mostraban que la compactación del suelo era considerada la limitante más importante (90% entre los niveles 1 y 3). La importancia que tenía el residuo del manejo anterior del suelo como condicionante para realizar SD sistemática era un problema sentido como real por los productores lecheros y era el que estaba limitando la expansión de la SD en predios lecheros. Puede ser que productores que hace 5 años realizaban SD ocasionalmente, ahora luego de una fase de transición, forman parte del grupo con SD sistemática y que muchos de los nuevos SD ocasionales son los que no habían hecho SD a esa fecha. En la encuesta del 2000, la muestra de productores estaba constituida de 18 productores de SD sistemática y con 70 SD ocasionales. En el año 2005, estos fueron 94 productores de SD sistemáticos y 56 SD ocasionales. Esto hace pensar que muchas de las limitantes de compactación de suelo planteadas como un grave problema para la adopción de la SD en el año 2000 fueron solucionadas parcialmente al año 2005. Dentro de las variables de manejo, las razones de mayor importancia relativa son la huella producida por el pisoteo animal y la necesidad de nivelar el suelo antes de realizar SD. La huella por pastoreo es considerada como la variable de manejo más importante para la realización de un laboreo ocasional. Si se suman los porcentajes de respuestas con importancia asignada entre 1 y 3, es una limitante más importante que la falta de maquinaria (variable estructural). Con relación al año 2000, se re- 50 Huella por pastoreo 45 40 30 20 13 10 8 3 5 8 % PRODUCTORES % PRODUCTORES Falta de maquinaria (sembradora) Compactación por historia agrícola 40 Nivelar de la superficie 37 30 21 20 11 10 11 8 3 3 5 0 0 1 2 3 NIVEL DE IMPORTANCIA 4 1 2 3 4 5 NIVEL DE IMPORTANCIA Figura 2. Importancia relativa de la compactación del suelo por el manejo agrícola anterior y la falta de maquinaria (a) y de la huella por pastoreo y necesidad de nivelar la superficie (b) como determinante de la necesidad de laboreo ocasional en productores que hacen SD sistemática. 1= MUY IMPORTANTE. 7= NO IMPORTANTE. 84 dujo el porcentaje de productores que realizan un laboreo ocasional como consecuencia de la compactación producida por el pisoteo o con el objetivo de nivelar la superficie (22 y 11% para 2000 y 2005, respectivamente). Los productores que realizan SD de manera ocasional fueron consultados acerca del cultivo o situación particular en la que realizan laboreo. Un 45% de los productores realiza laboreo para todos los cultivos de verano. Considerando lo reportado en la encuesta en otras preguntas, la mayoría de los cultivos de verano son en realidad maíz para silo. Por lo tanto el motivo principal por el cual los productores lecheros mantienen la práctica de manera ocasional es el cultivo de maíz para silo. Si bien la implantación de los cultivos de verano es un problema para más del 55% de los productores que realizan SD sistemática o 70% para los SD ocasionales, las fallas en la implantación y los fracasos anteriores, no aparecen como razones determinantes de laboreos ocasionales, por lo que no serían limitantes para la adopción de la SD sistemática en predios lecheros. Limitantes para iniciar la adopción de la SD Dentro de los productores que no hacen SD, la falta de maquinaria resulta la razón de mayor peso (68%) para no adoptar el sistema (Figura 3). Esto representa un limitante estructural muy importante para el proceso de adopción de la SD en establecimientos lecheros. Si se considera además que el rezago en la adopción es mayor en los estratos de productores de menor tamaño, se suma un problema de oportunidad de trabajo y necesidad de contratar maquinaria que podría estar asociado a la menor producción, mayor riesgo y mayor costo mencionados como limitantes por estos productores. Oportunidad de trabajo y el costo de la contratación de maquinaria en sustitución de la maquinaria propia para laboreo, limitan la adopción de la SD en los predios lecheros de menor tamaño. La falta de información y el desconocimiento de la técnica no parecen ser hoy en día limitantes para su adopción. Cultivos en SD Dentro de los cultivos anuales de la rotación, los verdeos de invierno y sorgo forrajero se realizan en siembra directa en una proporción muy superior a los cultivos de verano como moha y maíz para silo (Figura 4). Un 97% de los productores realizan verdeos de invierno en SD, llegando a 92% el porcentaje que siembra toda el área de los mismos en SD. En el caso del sorgo forrajero, también un alto porcentaje (71%) lo realiza en directa y de estos productores un 88% lo realiza todo en SD. La situación es distinta cuando se trata de moha o maíz. Son muy pocos los casos en los que se realizan estos cultivos en SD; sin embargo, se puede decir que cuando un productor siembra maíz o moha en SD, aplica la técnica en la mayor parte del área. Si se lo compara con el año 2000, dentro de los productores que siembran maíz y moha, ha disminuido el porcentaje de la SD para estos cultivos de verano (7% y 20% de SD para moha y maíz, respectivamente, para el año 2000). % productores 100 80 70 80 60 % % respuestas con importancia 1 a 3 AGROCIENCIA Ernst, O.; Siri-Prieto,G.; Bentancur, O.; Carballo, C. y Lazbal, E. 50 40 97 92 100 % en SD 88 75 71 67 60 40 30 20 20 3 10 10 0 0 Falta de maquinaria Menor Mayor riesgo producción de MS Mayores costos Falta de información Figura 3. Orden de importancia dada a la falta de maquinaria, conocimiento de la técnica, riesgo, costos y nivel de producción y disponibilidad de información, como determinantes para no adoptar la siembra sin laboreo en predios lecheros. VERDEOS DE SORGO INVIERNO FORRAJERO MOHA MAIZ SILO Figura 4. Porcentaje de los productores que ya adoptaron la SD que siembran Verdeos de Invierno, Sorgo Forrajero, Moha y Maíz para silo sin laboreo y porcentaje de éstos productores que siembra 100% de la superficie sin laboreo para cada cultivo. 85 Siembra directa en sistemas lecheros Cuadro 5. Porcentaje de productores que siembran verdeos de invierno, sorgo forrajero, moha y maíz según realicen SD ocasional o sistemática. Siembra Directa Verdeos de invierno Sorgo forrajero Moha Maíz silo Ocasional Sistemática 97 100 58 77 3 4 11 10 Más del 97% de los productores siembran verdeos de invierno, de manera independiente a si hacen SD sistemática u ocasional. En cuanto al sorgo forrajero, lo siembran en mayor proporción los productores que hacen SD sistemática (77% contra 58% para sistemática y ocasional, respectivamente). La baja adopción de SD de moha y maíz, se asocia por un lado al hecho de que la implantación de los cultivos de verano en SD es un problema frecuente en estos productores, por lo que parte de la solución parece ser sacar el cultivo de la secuencia. Por otro lado, es un cultivo que en muchos predios no se siembra dentro de la superficie lechera, por lo que no integra la rotación. Las fallas en la implantación de maíz sembrado sin laboreo sobre praderas viejas y verdeos pastoreados en siembras tempranas, también ha sido diagnosticado como problemas en la agricultura para grano (Scarlato et al., 2001), y las soluciones tecnológicas propuestas, como iniciar el período de barbecho en el otoño (Ernst et al., 2004) y manejar períodos de rebrote de avena más barbecho químico de más de 30 días (Ernst y Bentancur, 2005) son de difícil implementación en predios lecheros. Adopción de SD en el período 2000-2005 En el cuadro 6 se presenta la evolución que siguieron los productores con relación a la adopción o no de la SD entre los años 2000 y 2005. Cuadro 6. Porcentaje de productores que realizan o no SD en el 2005 según situación en el 2000. SD en 2005 NO SD en 2000 Es importante mencionar que en relación a los resultados publicados por Ernst et al. (2001), ha habido un aumento de la proporción de SD tanto para los verdeos de invierno (VI) como para el sorgo forrajero (SF) (90% a 97% y 44% a 71% para VI y SF, respectivamente), pero el aumento mayor es que los que utilizan SD lo hacen en casi toda la superficie sembrada , cosa que no sucedía en al año 2000 (50% a 92% y 58% a 88% para VI y SF, respectivamente). En el cuadro 5 se resume la información obtenida para los diferentes cultivos según el uso de la SD como sistemática u ocasional. SI NO SI 52 48 8 92 Del total de los productores encuestados que en el 2000 no realizaban SD, el 48% ha iniciado el proceso de cambiado al sistema de SD. Por otro lado, solo un 8,1% de los que en el 2000 realizaban SD la han abandonado, teniendo como motivo principal, la falta de maquinaria adecuada. En función de esto, puede concluirse que cuando un productor ha adoptado la técnica, no ocurren fracasos por falta de conocimiento tecnológico que impliquen el abandono del sistema. Conclusiones 1. El proceso de adopción de la SD continuó entre los años 2000 y 2005, llegando al 46% de los productores, 57% de los cuales la realizan en forma sistemática. 2. La superficie lechera de los productores que hacen SD sigue siendo significativamente superior a la de los que no hacen SD (241 ha contra 109 ha, respectivamente). Esto implica que 1120 productores de leche están utilizando la SD en sus predios y que 638 dejaron de laborear definitivamente. 3. La producción de leche fue 808 litros por ha/año superior en los productores que adoptaron la SD (p=0.10). 4. La producción de forraje no es considerada como problema en los productores que ya adoptaron la SD, y sin embargo, aparece como una limitante para la adopción en aquellos productores que aún no la utilizan (38% de los encuestados). 5. El 47% los productores que no realizan SD en forma sistemática, manifestaron que la falta de maquinaria es la razón más importante para mantener el laboreo. 6. El 59% y 32% de los productores que no realizan SD sistemática laborean en forma ocasional como consecuencia de la huella producida por el pastoreo di- 86 Ernst, O.; Siri-Prieto,G.; Bentancur, O.; Carballo, C. y Lazbal, E. recto y la necesidad de nivelar la superficie, respectivamente. 7. La falta de maquinaria apropiada (75% de los productores) es la principal limitante para iniciar la adopción de la SD en aquellos productores que aún no lo han hecho. 8. La mayoría de los productores (97%) que hacen SD realizan verdeos de invierno en SD, siendo un 71% de los productores que lo realiza para sembrar sorgo forrajero. Dentro de los productores que siembran en SD, más del 65% de los cultivos lo hacen en toda el área. Son pocos los casos en los que se realizan moha o maíz en SD (3 y 10%, respectivamente) 9. Un 48% de los productores que en el año 2000 no realizaban SD, hoy se han iniciado el proceso de adopción de la SD, mientras que sólo un 8% de los que en el 2000 realizaban SD la han abandonado, teniendo como motivo principal la falta de sembradora adecuada para realizar la SD. Agradecimientos Al Fondo de Promoción de Tecnología Agropecuaria (FPTA No 165) del Instituto Nacional de Investigación Agropecuaria (INIA), por sus aportes para la financiación de distintas actividades relacionadas con este trabajo. Al Sr. Eduardo Rama, por su valioso aporte en la corrección del manuscrito. AGROCIENCIA Bibliografía Castiglioni, E. 2001. Manejo de fauna del suelo e insectos plaga. In: Siembra Directa en el Cono Sur. Documentos PROCISUR. pp. 89-102. Cochran, W. G. 1980. Técnicas de Muestreo. Compañía Editorial Continental. México. Ernst, O.; Bentancur, O.; Siri, G.; Franco, J.; Lazbal, E. 2001. Nivel de adopción y situación de la siembra directa en establecimientos de producción lechera. In Adopción y demandas de investigación y difusión en siembra directa. Encuestas a la agricultura y lechería del suroeste de Uruguay, pp. 103 – 133. Serie FPTA-INIA 06. Ernst, O.; Marchesi, E.; Marchesi, A. 2004. Manejo de berbecho para cultivos de vernano de primera sembrados sin laboreo. Cangüe No 26 Revista de la Estación Experimental Dr. Mario A. Cassinoni. Facultad de Agronomía. Universidad de la República. 44-48. Ernst, O.; Bentancur, O. 2005. Efecto del laboreo subsuperficial y manejo del barbecho químico sobre la disponibilidad de n-no3- en el suelo y rendimiento de maíz en siembra directa después de avena pastoreada. Agrociencia 7: (1) 29-31. Scarlato, G.; Buxedas, M.; Franco, J.; Pernas, A. 2001. Siembra directa en la agricultura del litoral oeste uruguayo. In: Adopción y demandas de investigación y difusión en siembra directa (Ed.), Encuesta a la agricultura y lechería del suroeste del Uruguay. Serie FPTA No 6. INIA-Uruguay. Zerbino, S. 2002. Efecto de la siembra directa sobre la macrofauna del suelo. Documentos online http:// www.inia.org.uy/publicaciones/documentos/le/pol/ 2002/informe-30.pdf. Acceso 22/5/2007. 87 Agrociencia (2007) Vol XI N° 2 pág. 87 - 93 Estrategias de largo plazo de los ganaderos uruguayos en situaciones de incertidumbre Levrouw F.1, Morales H.2, Arbeletche P.3, Malaquin I.2, Tourrand J.-F.4, Dedieu B.5 AgroParisTech, 16 rue Claude Bernard, 75231 Paris Cedex 05, Francia. 2 Instituto Plan Agropecuario, Bulevar Artigas 3802, CP 11700, Montevideo, Uruguay. 3 Estación Experimental “Dr. Mario A. Cassinoni”, Facultad de Agronomía, Ruta 3, km 363, Paysandú, Uruguay. 4 CIRAD Brésil, SHIS QI 23 BL.B. Ed. Top 23 CEP 71660-120 Brasilia DF, Brasil. 5 INRA - SAD, Transformation des Systèmes d’Elevage, UMR 1273 Metafort, 63122 Saint Genes Champanelle, Francia. Correo electrónico: [email protected] 1 Recibido: 4/9/07 Aceptado: 19/12/07 Resumen En Uruguay, la amplitud de los cambios climáticos, el dinamismo de las exportaciones, la tenencia de la tierra son elementos de incertidumbre que pesan sobre el futuro de la explotación, la producción forrajera, las variaciones de precios y el valor de la renta de la tierra. Este trabajo apunta a caracterizar y calificar las estrategias puestas en práctica por los productores uruguayos para mantenerse en el sistema productivo en el largo plazo en este contexto de incertidumbre. Se basa en un análisis comparativo realizado sobre once explotaciones bovinas (leche y carne) seleccionadas por su heterogeneidad socio-productiva. El análisis se basa en una caracterización detallada de la trayectoria del sistema familia-explotación y un estudio del funcionamiento técnico-económico actual. Se proponen 13 variables para entender la permanencia y el funcionamiento del sistema. La tipología permite identificar 4 estrategias (“sobrevivencia”, “objetivo de acumulación patrimonial”, “objetivo de optimización técnica”, “objetivo de máximo control”) que contrastan situaciones, donde la prudencia se asocia a un sistema relativamente simple contra situaciones donde la toma de riesgo es admitida con modificaciones/intensificación del sistema. El grupo de Investigación-Extensión reflexiona sobre una herramienta sintética para la caracterización de las estrategias que podría contribuir a la calificación del funcionamiento dinámico de las explotaciones y llevar a un acompañamiento diferencial en función de las estrategias de los productores. Palabras clave: estrategias, incertidumbre Summary Strategies of long term of the uruguayan livestock farming in situations of uncertainty The intensity of climate changes, export dynamism, and pressure on land is largely uncertain in Uruguay though these events have an impact on forage production, prices variations and rents of lands. This study aims at characterizing long-term strategies of the Uruguayan farmers to persist in the production in this uncertain environment. A comparative analysis has been realized in 11 livestock farms (beef and dairy cattle) selected for their social and productive heterogeneousness. The analysis is based on a detailed characterization of the farm evolution pattern over time and a study of the current technical-economic functioning. We propose criteria which synthesis the long term principles of action and the operation of the production system. 4 strategies were identified: “survival”, “get big”, “technical optimization”, “high level of control”. It opposes caution situations associated with a traditional system to situations where taking risks with modification/intensification of the farming system is admitted. The Research and Extension group is developing a synthetic tool which aims at qualifying the farms dynamic operation and bring to a differentiated advice according to the farmers long term strategies. Key words: strategies, uncertainty 88 Levrouw F., Morales H., Arbeletche P., Malaquin I., Tourrand J.-F., Dedieu B. Introducción Debido a la imprevisibilidad de los mercados mundiales, los cambios de políticas y el desarreglo creciente del clima, los productores, para persistir, deben pensar su sistema de producción y su dinámica integrando la incertidumbre sobre las condiciones futuras. Sin embargo, la sensibilidad de los sistemas de producción y la brutalidad de los cambios no es la misma en los países del Norte que en los del Sur. Algunos países liberales como el Uruguay, no disponen de ninguna protección sobre su agricultura y los productores experimentan variaciones radicales de la coyuntura. La incidencia de la incertidumbre en la toma de decisiones (Lémery et al., 2005) es una cuestión de creciente consideración en Europa, debido a la reducción del proteccionismo propuesto por la Política Agrícola Común, y la falta de precisión sobre las futuras reformas. Con esta constatación ¿se puede aprender algo de la experiencia uruguaya? Este artículo presenta los resultados de un estudio exploratorio realizado en Uruguay en el marco de la cooperación entre el Instituto Plan Agropecuario, la Facultad de Agronomía, el Centre de Coopération Internationale en Recherche Agronomique pour le Developpment (CIRAD-Francia) y el Institut Nacional de la Recherche Agronomique (INRA-Francia). El trabajo fue llevado a cabo en explotaciones bovinas (leche y carne) teniendo como objetivo caracterizar y calificar las estrategias puestas en práctica por los productores, para mantenerse en la producción en el largo plazo. Una estrategia de largo plazo se define a partir del estudio de grandes incentivos y principios movilizados por el productor a lo largo de la trayectoria del sistema familia-explotación (niveles técnicos, financieros, humanos) – principios que marcan el funcionamiento actual de la explotación. Una estrategia está compuesta de una parte deliberada y de una improvisada (Moulin et al., 2001). A partir de un primer estudio realizado en Francia en productores ganaderos criadores (Lémery et al., ibid), se plantea la hipótesis de que existen diferentes estrategias para mantenerse en la producción. Elementos del contexto El Uruguay es un país de producción bovina extensiva por excelencia, con más de 60% de su superficie dedicada a este tipo de producción (MGAP, 2003). Los sistemas de producción son esencialmente en pastoreo (campo natural), con una baja densidad animal, y la producción está destinada mayormente a la exportación. AGROCIENCIA Las dinámicas económicas del país, y su política muy liberal marcan el tipo de incertidumbre a las que son sometidos los productores: dependencia de los mercados mundiales, crisis económicas frecuentes (1982, década del 90, 2002); consecuencias económicas desastrosas ante un problema sanitario (fiebre aftosa, 2001); presiones de desarrollo de la industria papelera y la soja que tienen como consecuencia una incertidumbre en la tenencia de la tierra (aumento del precio de la tierra, arrendamientos sin garantías en el largo plazo). A esto se agrega el riesgo asociado a la imprevisibilidad del clima uruguayo, acentuado desde hace poco tiempo por el cambio climático (clima caracterizado por extremos: sequía 2004-2006, inundaciones 2007), riesgos a los cuales los productores uruguayos son muy sensibles por su producción “natural”. Materiales y métodos Se realizó un estudio de situación con entrevistas a los productores. Selección de casos Fueron seleccionadas once explotaciones de producción bovina en base al conocimiento de técnicos locales (IPA-Facultad de Agronomía) con el objetivo de tener trayectorias de explotación heterogéneas y de larga duración (11 a 47 años), así como con diferentes características estructurales y de funcionamiento (Cuadro 1) Dispositivo de entrevista Las entrevistas se realizaron entre los meses de noviembre de 2006 y abril de 2007, en zonas ganaderas de los departamentos de Tacuarembó y Paysandú. El investigador pasó un mínimo de 2 a 3 días consecutivos en cada establecimiento. En el transcurso de este tiempo de “inmersión”, se alternaron fases de entrevista con fases de visita, con la participación eventual en los trabajos del predio y compartiendo la vida de la familia. La encuesta realizada fue del tipo aproximación global, centrada sobre las prácticas de los productores (Landais y Deffontaines, 1988) y adaptada a las necesidades del estudio, es decir profundizando sobre los aspecto de la trayectoria y evolución del establecimiento (Moulin et al., 2007) y el funcionamiento técnico-económico. Cada entrevista generó un informe monográfico, que fue validado por los técnicos uruguayos y mediante un taller de discusión donde se realizó una devolución a los productores. 89 Estrategias de largo plazo de los ganaderos uruguayos en situaciones de incertidumbre Cuadro 1 Principales características de los productores entrevistados. Bovinos de carne (n = 8) Bovinos de leche (n = 3) Superficie (ha) , 119 - 7100 Media: 2221 , 214 - 2443 , Número de animales 77 – 4289 , Media: 1917 , 140 – 3500 , media: 972 Media: 1287 Asalariados 0 - 12 Media: 4 0 - 22 Orientación productiva 5 C/I, 3 C 2 L/I, 1 Q Media: 8 C : criador, I : invernador, L : lechero, Q : quesero Análisis La metodología de análisis comprende 4 aspectos: i) Análisis de las trayectorias permitiendo pasar de la representación de una sucesión de eventos al encadenamiento de fases y de rupturas (Holling, 2001). Esta reorganización de la información permite tener una perspectiva sobre los datos que evita basarse sobre la visión media de la trayectoria o de estancarse en el detalle de los hechos. Permite percibir los principios de acción de los productores y su evolución. El concepto de principio de acción es tomado de la sociología y hace referencia a las reglas seguidas por los productores para hacer evolucionar su propio sistema. ii) Análisis del funcionamiento actual de la explotación con una visión sobre las fuentes de flexibilidad del sistema en los niveles técnico, económico, comercial y de mano de obra (Chia y Marchenay, 2007). iii) Construcción de variables relativas a los dos puntos precedentes que permitan caracterizar una estrategia. Para permitir acceder rápidamente a las estrategias de largo plazo de los productores se construyó una “grilla de perfil estratégico”. Esta reagrupa criterios simples y accesibles, construidos a partir de las variables discriminantes generadas en este estudio, y sobre las cuales el técnico puede tener una visión experta. La grilla de perfil estratégico apunta, primero, a calificar la estrategia de un productor dado, y segundo, a buscar las proximidades con las estrategias tipo. iv) Realización de una tipología de estrategias por el método gráfico de Bertin (1977), con una especificación de las variables discriminantes y secundarias. Resultados Trece variables para describir la estrategia de largo plazo Se identificaron 13 variables con sus modalidades (Cuadro 2). Las variables cubren tres ejes: i) la gestión técnica (conducción del sistema, relación con la tecnología, gestión de la innovación); ii) la gestión de fuentes financieras (inversión, endeudamiento, ahorro, control de gastos familiares); iii) actividades y relaciones del productor (combinación de actividades dentro y fuera de la explotación, composición del colectivo de trabajo y política de remuneración del personal, relaciones comerciales, relaciones con el medio externo a la explotación). Dos variables transversales dan información sobre: i) la toma de riesgo y ii) la estabilidad de los principios de acción a lo largo del tiempo. Cuatro estrategias de largo plazo Se identificaron cuatro estrategias de largo plazo en el estudio. Estrategia 1: “Sobrevivencia” Esta estrategia corresponde a una búsqueda de diversificación de la explotación y a un ajuste de la conducción de la explotación en lo cotidiano (sin prioridad de inversión, sin política de ahorro, poco control, ausencia de planificación). En el estudio de casos, se encuentra esta estrategia en las explotaciones de menor tamaño (<215 ha), en las Modalidades Objetivo claro de conducción del sistema Adaptación del sistema a los eventos Posible modificación radical de la explotación Ausencia de modificación radical en la conducción de la explotación Posible puesta en práctica de innovaciones de la explotación Ausencia de puesta en práctica de innovaciones en la explotación Búsqueda de mejora del sistema por inversión en tecnologías Búsqueda de crecimiento de activos (tierra, animales) Búsqueda de crecimiento de activos y mejora técnica del sistema Sin prioridad definida de inversión en la explotación Inversión con endeudamiento Inversión sin endeudamiento Puesta en práctica de una política de ahorro (en el banco o en cabezas de animales) Sin política de ahorro (reinversión de la ganancia en la explotación) Es posible recurrir al ahorro a veces Toma de riesgos técnicos y/o financieros para la mejora del sistema Sin toma de riesgo Toma de riesgo cuando éste es “aceptable”. Cálculos y planificación por el productor sobre el riesgo Sin reducción de los gastos familiares en caso de crisis. Mantenimiento del nivel de vida con o sin endeudamiento Reducción de los gastos familiares en caso de crisis. Producción = actividad de mayor ingreso. Presencia de otras actividades agrícolas menores en la explotación Explotación diversificada. Presencia de otras actividades remuneradas en y/o fuera de la explotación Mano de obra asalariada Mano de obra familiar + ayuda mutua Mano de obra asalariada y familiar Puesta en práctica de una política de motivación del personal (remuneración co primas y bonificaciones) Sin política de motivación del personal (remuneración clásica) No concierne Sistema de producción tradicional. Poco nivel de control e intervención sobre los animales y recursos Puesta en práctica de tecnologías para mejorar la productividad del rodeo y de superficie y el nivel de control del productor Sistema técnicamente muy desarrollado con un alto nivel de control del rodeo y d la superficie + compromiso del productor en la comercialización Intercambio de información con los vecinos Intercambio de información con los vecinos + pertenencia a grupo de productores Intercambio de información con los vecinos + grupo de productores + búsqueda d información fuera de la explotación (apertura nacional e incluso internacional) Levrouw F., Morales H., Arbeletche P., Malaquin I., Tourrand J.-F., Dedieu B. Relación al medio externo de la explotación Gestión del sistema técnico comercial Política de remuneración del personal Composición del colectivo de trabajo Lugar de la producción en la combinación de actividades Control de gastos familiares en casos de crisis Gestión del riesgo Lugar del endeudamiento en las inversiones realizadas Política de ahorro Prioridad de Inversión Estabilidad de los principios de acción en el largo plazo Gestión de la innovación Variables Objetivo de conducción del sistema Cuadro 2 Variables y Modalidades construidas. PRINCIPIOS DE ACCIÓN DEL PRODUCTOR SITUACIÓN DE LA EXPLOTACIÓN 90 AGROCIENCIA Estrategias de largo plazo de los ganaderos uruguayos en situaciones de incertidumbre que a su vez, se encuentran dificultades financieras. Estos productores autoconsumen una parte de su producción e intercambian servicios y/o productos alimentarios con los vecinos (ayuda mutua, mantenimiento de un comercio de proximidad). Estrategia 2: “Objetivo acumulación patrimonial” Esta estrategia corresponde a un objetivo de crecimiento en activos (tierra y animales) sin endeudamiento y sin (o con poca) inversión en tecnología. Se basa en el ahorro (en banco o en cabezas de animales) y una ausencia de toma de riesgos (principalmente sin modificaciones radicales del sistema). En el estudio, esta estrategia corresponde a situaciones de producción tradicional con un bajo nivel de control del productor (poca intervención sobre los animales y las superficies forrajeras). Se la encuentra en explotaciones de tamaño medio a muy grande (> 1000 ha), más bien orientadas a la cría. Estos productores tienen confianza principalmente en su experiencia y conocimiento de la labor, sin calcular rentabilidades: “Yo no tengo ningún dato económico. No me interesa” Estrategia 3: “Objetivo de optimización técnica” La estrategia de optimización técnica corresponde a la puesta en práctica de tecnologías apuntando a una mejora en la productividad del rodeo y de la tierra, y a un aumento del nivel de control del productor sobre su explotación: seguimiento individual de los animales, rotación forrajera compleja (búsqueda de oferta de forraje en calidad y cantidad todo el año), planificación de la producción (con el objetivo de responder a la demanda del mercado con, en algunos casos, búsqueda de calidad del producto). La búsqueda de optimización técnica del productor se acompaña de una toma de riesgo: i) endeudamiento, ii) modificación radical del sistema en caso de crisis y/u oportunidad, iii) puesta en práctica de innovaciones. En caso de crisis, la toma de riesgo puede ir hasta un endeudamiento para el mantenimiento o la mejora del nivel de vida del productor y su familia. Esta estrategia se acompaña igualmente de una búsqueda permanente de información fuera de la explotación (nacional e incluso internacional). En nuestro estudio, esta estrategia corresponde a situaciones de producción intensiva con buenos resultados técnicos por animal y por hectárea. El sistema es igualmente intensivo en trabajo y requiere un tiempo de organización importante. Encontramos en esta estrategia explotaciones de tamaño variable más bien 91 orientadas hacia una producción de ciclo completo (o al menos invernada) dirigida por productores con un nivel de vida general bastante alto. Estos productores tienen, en general, una visión empresarial de la explotación y ven la actividad como un negocio: “Yo inverno las vacas porque es un negocio rápido”. Ellos asumen la idea que la intensificación les permite ser más resistentes y ponen énfasis sobre la importancia de la búsqueda de información fuera de la explotación “No hay que estar aislado, hay que informarse”. Estrategia 4: “Objetivo control máximo” La estrategia de control presenta hechos característicos de la estrategia dos y de la tres, ya que se asocia a la búsqueda de un crecimiento de activos y a la búsqueda de una mejora técnica de la explotación. Esto se realiza con el objetivo de tener un alto nivel de control del sistema. A nivel de la gestión del sistema, este objetivo se logra con un seguimiento individual de los animales, una planificación de la rotación forrajera, una planificación de las ventas, pero también con una fuerte relación con la calidad del producto (anticipación y estabilidad del tipo de producto vendido). Esta estrategia pasa asimismo por la búsqueda de un equipo de trabajo sólido y estable (aplicación de una política de motivación del personal con remuneración mediante primas y bonificaciones); e impone una ausencia de riesgo financiero (sin endeudamiento), ya que se tiene disponibilidad de ahorro. Puede sin embargo tener una cierta toma de riesgo para la mejora del sistema (puesta en práctica de innovaciones en la explotación, reconfiguraciones parciales del sistema) pero tienen lugar sólo si el riesgo es “aceptable” (sin poner en peligro al sistema en su totalidad). Con el fin de evaluar el riesgo potencial hay un estudio y planificación de cada elemento nuevo. Finalmente, esta estrategia se acompaña de una gran apertura (nacional e incluso internacional) del productor hacia el mundo exterior a la explotación (búsqueda continua de información fuera de la explotación). En el estudio de casos, se encuentra esta estrategia en explotaciones de gran tamaño que tienen una alta productividad por animal y por hectárea. Estas explotaciones tienen generalmente varias fracciones con diferente potencial productivo. Esta configuración de la explotación requiere de una organización precisa del trabajo y los productores disponen de un importante equipo de trabajo (mayor a 10 empleados). Estos productores expresan que hay muchas condiciones que cum- 92 Levrouw F., Morales H., Arbeletche P., Malaquin I., Tourrand J.-F., Dedieu B. plir para mantenerse, tales como: i) calidades personales: “Lo importante es el compromiso personal del productor con su explotación”: ii) valores en cuanto a la organización de su trabajo: “Mis valores son el orden, la disciplina y el trabajo”; iii) una forma de producir: “Cantidad, calidad y continuidad»; iv) una relación particular con su personal: “Para que esto ande, el personal tiene que estar contento». Discusión y conclusiones Este estudio, exploratorio, se realizó sobre una pequeña muestra, no representativa de la diversidad de situaciones de producción bovina de Uruguay. Sin embargo, esta selección de casos, restringida y “elegida”, nos permite diferenciar estrategias y validar nuestra hipótesis inicial. Las cuatro estrategias identificadas se distinguen principalmente por la relación con la tecnología del productor y con la toma de riesgo en la explotación. Encontramos, en Uruguay, comportamientos estratégicos similares a los evidenciados en el estudio de la cría en la región de Bourgogne (Lémery et al., ibid). Ampliarse e invertir en tecnología forman parte, en ambas situaciones de los registros de la acción en situaciones de incertidumbre. En Uruguay, la preocupación de tener flexibilidad para mantenerse en el largo plazo se expresa explícitamente por todos: “Yo tengo muchos fusibles, nada está fijo en la explotación. Soy flexible frente a un problema”. Este estudio pone en evidencia fuentes de flexibilidad originales como la “descapitalización” en caso de crisis (ajustar la oferta y la demanda de forraje con la venta de animales en varios estados). Todas las fases constitutivas en la trayectoria de la explotación no son del mismo orden, y se puede asistir a una evolución de condiciones en las que los principios de acción se expresan (combinación de actividades, involucramiento familiar). Algunas fases marcan la trayectoria entera como la fase inicial que parece influenciar la puesta en práctica y la estabilidad de los principios de acción en el largo plazo. Así, los productores que conocieron una fase difícil al inicio de la trayectoria se quedan con algo de la estrategia de sobrevivencia a lo largo de toda su historia (diversificación, prudencia), como se puede observar en algunos productores con estrategias de acumulación y de control máximo. Al contrario, los productores que no encontraron dificultades al inicio de su trayectoria están más dispuestos a tomar riesgos (productores con estrategia de optimización técnica). Esto lleva a observar AGROCIENCIA los vínculos entre las cuatro estrategias y a discutir la evolución de los principios de acción. Todas las combinaciones no son sin embargo posibles ya que no se puede observar un pasaje de los principios de acción de la estrategia de sobrevivencia hacia los de optimización técnica en razón de una gran aversión al riesgo: “A mi no me gusta tener deuda, quiero dormir tranquilo”. Los primeros resultados presentados aquí están integrados en la reflexión de la contraparte uruguaya que trabaja en la mejora del acompañamiento estratégico de las explotaciones. Se realiza una reflexión sobre la viabilidad de cada estrategia: se trata de poner en evidencia las condiciones necesarias de cada una (condiciones naturales, humanas, económicas) y de identificar los márgenes de acción y los impulsos de mejora que sean posibles activar teniendo en cuenta cada estrategia. La evolución reciente del ambiente de producción uruguayo pone en compromiso ciertas estrategias, como por ejemplo la de acumulación en razón del aumento del valor de la tierra. En ciertos casos de explotación, pueden sobrevenir modificaciones radicales del sistema en el curso de su trayectoria. Estas rupturas son generalmente reorientaciones del sistema de producción (supresión de una actividad y reorientación hacia otra producción por ejemplo), aunque pueden igualmente ir hasta modificaciones más fuertes como una puesta en segundo plano de la explotación (pluriactividad) o un abandono total de la actividad agrícola durante varios años. En un caso de este estudio, el abandono de la actividad agrícola duró 9 años, con puesta en arrendamiento de la tierra y luego un retorno a la explotación. Este caso sugiere que, paradójicamente, mantenerse en la producción agrícola puede implicar fases donde ésta puede jugar un rol menor, incluso nulo. Este ejemplo de abandono de la actividad agrícola interroga el postulado de este estudio, donde la finalidad de todo productor es mantenerse en la producción en el largo plazo. En Francia, Seronie y Boullet (2007) imaginan nuevas formas de explotación con límites difusos con un conjunto de actividades muy flexibles. Así, en estos dos países, sería sin duda necesario comprender lo que representa el mantenimiento de la actividad agrícola en las estrategias familiares a largo plazo. Agradecimientos Este estudio fue realizado en el marco del proyecto TRANS, programa ANR Agricultura y Desarrollo Sustentable. Agradecimientos a Virginia Courdin por su ayuda y consejos. Estrategias de largo plazo de los ganaderos uruguayos en situaciones de incertidumbre Bibliografía Bertin, J. 1977. Le graphique et le traitement graphique de l’information, Editions Flammarion, 277 p. Chia, E. et Marchenay, M. 2007. “Un regard des sciences de gestion sur la flexibilité : enjeux et perspectives” Les exploitations d’élevage en mouvement, Editions Quae. Holling, C. S. 2001. “Understanding the Complexity of Economic, Ecological, and Social Systems”, Ecosystems, 4, 390-405. Landais, E. et Deffontaines, J. P. 1988. “Les pratiques des agricoles – point de vue sur un courrant nouveau de la recherche agronomique”. Etudes Rurales, 109, 152-158. Lémery, B.; Ingrand, S.; Dégrange, B. et Dedieu, B. 2005. “Agir en situation d’incertitude: le cas des éleveurs bovins allaitants”, Economie Rurale, 288, 57-66. 93 MGAP-DIEA. 2003. “La ganadería en Uruguay, contribución a su conocimiento”, Montevideo, Uruguay, 87 pp. Moulin, C.; Girard, N. et Dedieu, B. 2001. “L’apport de l’analyse fonctionnelle des systèmes d’alimentation”. Fourrages, 167, 337-363. Moulin, C.; Ingrand, S.; Lasseur, J.; Madelrieux, S.; Napoleone, M.; Pluvinage, J. et Thénard, V. 2007. “Comprendre et analyser les changements d’organisation et de conduite de l’élevage dans un ensemble d’exploitations : propositions méthodologiques” Les exploitations d’élevage en mouvement, Ed. Quae. Seronie, J. M. et Boullet, P. 2007. L’exploitation agricole flexible, Les cahiers CER France, 36 p.