Audiencia Nacional (Sala de lo Contencioso-Administrativo, Sección 5ª).Sentencia de 9 mayo 2012JUR\2012\177490 Audiencia Nacional (Sala de lo Contencioso-Administrativo, Sección 5ª). Sentencia de 9 mayo 2012 JUR\2012\177490 CONTRATACION ADMINISTRATIVA: Contrato de obras: efectos del contrato de obras: ejecución del contrato: daños y perjuicios derivados del retraso en la entrega de las obras: para la exigencia al contratista de daños y perjuicios, no basta el mero retraso en el cumplimiento de la obligación, sino que es preciso que se acrediten como real y efectivamente producidos: falta de acreditación. Jurisdicción: Contencioso-Administrativa Recurso contencioso-administrativo núm. 13/2012 Ponente: Excmo Sr. fernando benito moreno SENTENCIA EN APELACION Madrid, a nueve de mayo de dos mil doce. Visto por la Sala constituida por los Srs. Magistrados relacionados al margen el Recurso de Apelación interpuesto por la entidad JARQUIL ANDALUCÍA, S.A., representada por la Procuradora Dª. Isabel Covadonga Julia Corujo, contra la sentencia dictada con fecha de 19 de julio de 2011 , por el Juzgado Central de lo Contencioso Administrativo nº 4, en autos de procedimiento ordinario nº 32/2010; habiendo sido parte, además, la Administración General del Estado, representada y defendida por su Abogacía. Siendo Ponente el Ilmo. Sr. Magistrado DON FERNANDO F. BENITO MORENO. ANTECEDENTES DE HECHO PRIMERO.- Deducido recurso de apelación por el recurrente, formulando las alegaciones de hecho y de derecho que estimó oportunas, se tuvo por interpuesto por el Juzgado Central de lo Contencioso Administrativo y se dio traslado del mismo a las demás partes para que pudieran formalizar su oposición. SEGUNDO.- El Abogado del Estado dedujo el correspondiente escrito oponiéndose e impugnando el recurso de apelación, solicitando la desestimación del mismo. TERCERO.- Elevadas las presentes actuaciones a la Sala de lo Contencioso-Administrativo de la Audiencia Nacional, previo emplazamiento de las partes, y su personación, se señaló para que tenga lugar la votación y fallo del mismo la audiencia del día 8 de mayo de 2012. VISTOS los preceptos que se citan por las partes y los de general aplicación. FUNDAMENTOS DE DERECHO PRIMERO En el presente recurso de apelación se interpone contra la sentencia dictada con fecha de 19 de julio de 2011 , por el Juzgado Central de lo Contencioso Administrativo nº 4, en autos de procedimiento ordinario nº 32/2010, contra la resolución dictada por el Director General del Instituto para la Vivienda de las Fuerzas Armadas (INVIFAS), de 16 de Febrero de 2010, por la que se desestima el recurso de reposición interpuesto frente a la Resolución del mismo órgano administrativo, dictada en fecha 3 de noviembre de 2009 en los expedientes 17-2003-1679 y 17-2003-1680, en las que se acuerda la fijación de daños y perjuicios en la cantidad respectiva de sesenta y nueve mil setecientos setenta y cuatro euros con noventa céntimos (69.774,90#) y cincuenta y dos mil novecientos treinta y cuatro euros con setenta céntimos'-(52.934,70#). 25 de septiembre de 2012 © Thomson Aranzadi 1 SEGUNDO En el escrito de apelación, en síntesis, se alega que la indemnización de daños y perjuicios y las penalidades por demora en la ejecución del contrato son dos institutos jurídicos distintos con diferente regulación o régimen legal; no cabe pues confundirlos y que en modo alguno se puede considerar que el retraso en la entrega de la obra pueda asimilarse, directa y au- tomáticamente, a la causación de perjuicio, que en cualquier caso han de acreditarse. Por su parte, el Abogado del Estado reitera los argumentos de su demanda de instancia, y en cuanto al fondo del asunto, señala que la Sentencia aquí impugnada analiza perfectamente las circunstancias concurrentes y razona perfectamente los motivos que llevan al Juzgador de instancia a desestimar la demanda, siendo especialmente prolija en sus argumentaciones y examinando uno a uno todas las alegaciones del demandante, y decidiendo en función del material probatorio existente, sin quiebra alguna de cualquier precepto legal o constitucional. TERCERO En la resolución impugnada se acuerda la fijación de daños y perjuicios derivados del retraso en la entrega de las obras de «Rehabilitación de edificios del INVIFAS en la Barriada Héroes de España, manzana 1, en Melilla» (expediente 17- 2003-1679) y de «Rehabilitación de edificios el LNVIFAS en la Barriada Héroes de España, manzana 2, en Melilla» (expediente 172003-1680) en la cantidad de 69.774,90 euros para el primer expediente, y en la de 52.934,10 euros para el segundo. Y el juzgador a quo recoge en la sentencia que los daños y perjuicios derivan del retraso en la entrega de las obras, como revela el expediente administrativo, si bien, reconoce que el retraso en la entrega de las obras fue de 711 días, sólo fueron imputados a la empresa 195 días (desde el 1 de junio de 2.007 hasta el 12 de diciembre), así los trabajos debían haberse recibido el 31 de mayo de 2.007, sin embargo el acta de recepción no se firmó hasta el 12 de diciembre de 2.007. Y razona, Respecto a la cuantificación de los daños y perjuicios: "Debe destacarse que no existe en principio una limitación conceptual de los daños y perjuicios indemnizables, debiendo de ser indemnizados todos los que se acrediten como real y efectivamente producidos, por lo que quedan excluidos los no suficientemente acreditados, eventuales, posibles o futuros. En el presente supuesto no puede soslayarse que las obras' se realizaron en un inmueble habitado existiendo en consecuencia un daño real en los usuarios de las viviendas, daño que no necesita mayor prueba que su mera existencia, utilizándose analógicamente para el cálculo de la indemnización el sistema establecido para las penalidades que, además, se encuentra avalado, entre otros, por el dictamen 100/2007, de 3 de mayo de 2.007 , del Consejo de Estado (f. 205 del expediente), exteriorizándose en consecuencia un parámetro razonable en virtud del cual se concretan las cantidades a indemnizar. " CUARTO Conforme a las normas generales del derecho de obligaciones, el contratista vendrá obligado a resarcir los daños e indemnizar los perjuicios que cause a la Administración si en el cumplimiento de sus obligaciones incurriere en dolo, negligencia, o morosidad o de cualquier otro modo contraviniere aquéllos ( S., Sala 4º, 6.11.81), pero siempre que aquellos estén acreditados pues al no haber acreditamiento pleno y evidente de los daños y perjuicios y de la cuantía real que alcanzaron, sino que nada más consta la apreciación unilateral de Administración de que hubo un demérito en la calidad del producto entregado a empresa vendedora, es insuficiente a todas luces para estimar haya sufrido Administración los daños y perjuicios cuya indemnización reclamó ( S., Sala 13.2.87 ); además, en los supuestos de incumplimiento culpable del contratista, la incautación de la fianza opera como indemnización de los perjuicios, sin duda existentes pero difíciles de precisar, que el retraso de la obra provoca en el terreno mas general del interés público, pero si, además, puede concretarse y cuantificarse otro tipo de perjuicios, la Administración está habilitada para exigir su indemnización, es decir, la indemnización se produce además de la pérdida de la fianza, siendo así viable la exigencia de responsabilidad "ultra vires cautionis", y que ello extinga el derecho del contratista a cobrar la parte de la Audiencia Nacional (Sala de lo Contencioso-Administrativo, Sección 5ª).Sentencia de 9 mayo 2012JUR\2012\177490 obra ya realizada que sea de recibo y no haya sido pagada hasta el momento, pues lo contrario podría ser un inadmisible enriquecimiento injusto ( S., Sala 4', 14.3.88, análoga 15.7.88 ). La necesidad de la compensación en caso de incumplimiento parcial, exige la justificación de los daños y perjuicios experimentados, dado que la prestación debida se ha cumplido, si bien se estima que no se ha ajustado exactamente a lo convenido y esa circunstancia invocada exige la justificación del factor que, como operante en el desequilibrio de las prestaciones, ha sido acusado, al objeto de dar satisfacción al acreedor en su interés, deducible del contrato y susceptible de protección ( S., Sala 3ª, 17.3.81, análoga, 2.12.81 ). QUINTO A la luz de esta doctrina cabe decir, que para la exigencia al contratista de daños y perjuicios, no basta el mero retraso en el cumplimiento de la obligación, sino que es preciso que se acrediten como real y efectivamente producidos. Y ciertamente, para imponer penalidades por la demora en el cumplimento no se precisa que se haya causado daño alguno, encontrándose ambos institutos perfectamente diferenciados, por su distinta naturaleza y finalidad. El artículo 95 del Real Decreto Legislativo 2/2000, de 16 de junio ( RCL 2000, 1380 y 2126) , por el que se aprueba el Texto Refundido de la Ley de Contratos de las Administraciones Públicas, establece que "el contratista está obligado a cumplir el contrato dentro del plazo total fijado para la realización del mismo ... " añadiendo el apartado segundo del citado artículo que "la constitución en mora del contratista no precisará intimación previa por parte de la Administración", y el apartado tercero que "cuando el contratista, por causas imputables al mismo, hubiera incurrido en demora respecto al cumplimiento del plazo total, la Administración podría optar indistintamente por la resolución del contrato o por la imposición de penalidades diarias .. ". En la sentencia impugnada, respecto a la cuantificación de los daños, se señala acertadamente que deben de ser indemnizados todos los que se acrediten como real y efectivamente producidos, por lo que quedan excluidos los no suficientemente acreditados, eventuales, posibles o futuros , pero dicho criterio quiebra en el momento de su aplicación. Principio que es recogido por la sentencia, pero quiebra en el momento de su aplicación, porque en realidad tales daños no han quedado acreditados. Se afirma en la sentencia que "las obras se realizaron en un inmueble habitado existiendo en consecuencia un daño real en los usuarios de las viviendas, daño que no necesita mayor prueba que su mera existencia". Es decir, que el daño no se causó directamente a la Administración sino a los usuarios de las viviendas, luego los legitimados para dicha acción de resarcimiento serían tales usuarios, a menos que la propia Administración los hubiera indemnizado y ejerciera contra el contratista una acción de repetición, que no es el caso. Pero es que tampoco existe prueba alguna de los daños a los usuarios, y desde luego la mera " existencia" de obras, por sí misma y sin ninguna otra circunstancia, no puede ser generadora de daños, porque si así fuera toda obra pública sería inviable, en razón de las indemnizaciones que habría de satisfacerse a los ciudadanos que las sufren y padecen. Tampoco pude ser acogido el criterio analógico utilizado por el Juez a quo para el cálculo de la indemnización, " el sistema establecido para las penalidades", por más que dicho criterio este avalado por el Consejo e Estado, según se dice en la propia sentencia, dado que la reparación afecta a todos los daños alegados y probados por el perjudicado, esto es, no sólo a los posibles intereses económicos o directamente valuables, como el daño emergente o el lucro cesante - art. 1106 CC ( LEG 1889, 27 ) -, aunque excluyendo las meras expectativas o ganancias 25 de septiembre de 2012 © Thomson Aranzadi 3 dudosas o contingentes. En definitiva, estamos hablando de daños y perjuicios alegados y suficientemente acreditados. Y en el caso de autos, se está utilizando un baremo por analogía no admisible, sin justificación por la distinta naturaleza jurídica de las instituciones y sin precedentes jurisprudenciales que lo avale. Es cierto que en ocasiones la utilización de algún baremo objetivo puede ser admisible, así es en el caso de los daños morales, en el ámbito de la responsabilidad patrimonial de la Administración, se admite por la jurisprudencia las valoraciones preestablecidas en el seguro de uso y circulación de vehículos de motor. Pero un supuesto como en el que nos ocupa, de daños y perjuicios de naturaleza contractual, cuyo evento dañoso resulta tangible, debe acreditarse la realidad y la cuantía del mismo, lo que en el caso de autos no ha ocurrido. Razones todas ellas que conducen a la estimación del recurso de apelación y revocación de la sentencia de instancia, así como las resoluciones impugnadas. SEXTO Que al estimarse el recurso de apelación no procede imponerse las costas en esta instancia a ninguna de las partes, de conformidad con el art. 139.2 de la Ley 29/1998, de 13 de julio ( RCL 1998, 1741 ) reguladora de la Jurisdicción Contencioso-Administrativa. FALLAMOS Que estimamos el Recurso de Apelación interpuesto por la entidad JARQUIL ANDALUCÍA, S.A., representada por la Procuradora Dª. Isabel Covadonga Julia Corujo, contra la sentencia dictada con fecha de 19 de julio de 2011 , por el Juzgado Central de lo Contencioso Administrativo nº 4, en autos de procedimiento ordinario nº 32/2010, que revocamos así como las resoluciones impugnadas; sin costas y con reintegro del deposito constituido para recurrir en apelación. Así, por esta nuestra sentencia, contra la que no cabe recurso, de la que se llevara testimonio a las actuaciones, lo pronunciamos, mandamos y firmamos. PUBLICACIÓN.- Leída y publicada ha sido la anterior sentencia en la forma acostumbrada, de todo lo cual yo, la Secretaria Judicial, doy fe. El presente texto se corresponde exactamente con el distribuido de forma oficial por el Centro de Documentación Judicial (CENDOJ), en cumplimiento de lo establecido en el artículo 3.6 b) del Reglamento 3/2010 (BOE de 22 de noviembre de 2010). La manipulación de dicho texto por parte de Editorial Aranzadi se puede limitar a la introducción de citas y referencias legales y jurisprudenciales.