Sentencia: 00037 Expediente: 08-001005-0455-PE Fecha: 09/02/2011 Hora: 3:05:00 PM Emitido por: Tribunal de Casación Penal de Cartago Contenido de interés 1 (Relevante) Tipo de contenido de interés: Voto de mayoría Rama del Derecho: DERECHO PROCESAL PENAL Redactor del texto de origen: Cortés Coto Ronald ** La titulación de este contenido de interés está siendo revisada. Temas (Descriptores) Subtemas (Restrictores) Penalización de la violencia contra la mujer Incumplimiento de una medida de protección y amenazas contra una mujer en concurso material Análisis en relación con la “unión de hecho” y prevalencia de la Convención Belém do Pará sobre el Código de Familia para determinarla Convivencia que no reúne los requisitos del artículo 242 del Código de Familia no es motivo para calificar las conductas efectuadas de atípicas Incumplimiento de medida de protección Análisis en relación con la “unión de hecho” y prevalencia de la Convención Belém do Pará sobre el Código de Familia para determinarla Convivencia que no reúne los requisitos del artículo 242 del Código de Familia no es motivo para calificar la conducta de atípica Amenazas contra una mujer Análisis en relación con la “unión de hecho” y prevalencia de la Convención Belém do Pará sobre el Código de Familia para determinarla Convivencia que no reúne los requisitos del artículo 242 del Código de Familia no es motivo para calificar la conducta de atípica Análisis con respecto a la Ley de Penalización de la violencia contra las mujeres Prevalencia de la Convención Belém do Pará sobre el Código de Familia para determinarla en caso de incumplimiento de una medida de protección y amenazas contra una mujer Unión de hecho Voto de mayoría Documentos relacionados: Citas de Legislación y Doctrina Citas de Jurisprudencia “III […] La sentencia tiene por acreditado que entre el imputado A. y la ofendida Y. existía una relación de hecho que tenía entre tres y cuatro meses cuando suceden los hechos (folio 120 vuelto). Lo propio se desprende de la denuncia interpuesta por la víctima a folio 2. La defensa alega que existe duda sobre el hecho de que el encartado y la ofendida tuvieran una relación de hecho. Esa duda la sustenta en el dicho del encartado y su conviviente K , quienes dijeron que han vivido dieciséis años juntos y que nunca se han separado. También argumenta el recurrente que la ofendida se encontraba casada con D , por ende no reunía las condiciones legales para formar una unión de hecho en los términos del artículo 242 del Código de Familia, tal y como lo exige el artículo 2 de la Ley de Penalización de la Violencia Doméstica. En primer término, debe decirse que de la declaración del testigo D. se desprende que para el momento de los hechos, ya no era el esposo de la ofendida, situación que corroboró ésta Cámara mediante consulta electrónica realizada al Registro Civil y que se adjunta al expediente. Por ende, ese impedimento, no existía. Ahora bien, el punto jurídico planteado por el recurrente en cuanto a que es necesario que se reúnan las condiciones establecidas por el artículo 242 del Código de Familia, para que exista una unión de hecho, ya ha sido objeto de discusión en la jurisprudencia nacional. En ese sentido, la mayor parte de la jurisprudencia de casación ha indicado que la "unión de hecho declarada o no" es un elemento normativo de los tipos penales de la Ley de Penalización de la Violencia contra las Mujeres y por ende, aplicando el principio de legalidad, y estando definido en el ordenamiento jurídico el concepto de unión de hecho, se ha estimado que aquellas relaciones de pareja que no reúnan esas condiciones están fuera de la aplicación de la Ley de Penalización de Violencia contra las Mujeres. Se ha hecho la excepción del artículo 43 de la Ley que prevee el delito de Incumplimiento de Medidas de Protección, por no exigir ese tipo penal que el incumplimiento de la medida se de dentro de una relación de matrimonio o unión de hecho declarada o no. En ese sentido se ha indicado: " El tipo penal que se pidió aplicar es el del artículo 27 de la Ley de Penalización de la Violencia contra la Mujer, que establece: "Amenazas contra una mujer. Quien amenace con lesionar un bien jurídico de una mujer o de su familia o una tercera persona íntimamente vinculada, con quien mantiene una relación de matrimonio, en unión de hecho declarada o no, será sancionado con pena de prisión de seis meses a dos años." Está demostrado en el fallo que el encartado mantenía una relación de convivencia con la ofendida y que se dieron las amenazas acusadas, por lo que el tema a dilucidar es la calificación legal, en donde corresponde examinar los elementos del tipo penal. En el aspecto subjetivo el tipo penal de amenazas es una figura dolosa, de manera que exige un mínimo de conocimiento y voluntad de parte del sujeto activo cuando realiza la acción. En su aspecto objetivo el tipo penal se compone de elementos descriptivos y elementos normativos. En cuanto a los elementos descriptivos el tipo penal del artículo 27 antes referido, contiene las amenazas, que es el acto de dirigir contra una mujer o su familia, u otra persona íntimamente relacionada, la promesa de causar un mal o daño, presente o futuro. Pero aparte de que debe concurrir las amenazas dolosas, dirigidas contra una mujer o su familia, para que se configure el tipo penal, debe existir entre el sujeto activo y el sujeto pasivo una relación de convivencia, que la norma define como matrimonio, o una unión de hecho, sea que esta haya sido declarada o no. Los institutos del matrimonio y la unión de hecho, son elementos normativos del tipo, cuya característica esencial es que son conceptos jurídicos que se encuentran en la misma ley. En el caso del matrimonio y la unión de hecho son conceptos normativos que se encuentran debidamente definidos en el Código de Familia. Respecto de la unión de hecho, que es lo que se discute, se encuentra regulado en el artículo 242 del Código de Familia, y aunque tiene el mismo objeto que el matrimonio, pues es una forma de convivencia en pareja (hombre y mujer), para calificar como unión de hecho debe reunir algunos requisitos, entre ellos que la unión tenga alguna permanencia, por lo que exige al menos tres años de convivencia, el ser pública y notoria y sobre todo, ser legalmente posible, esto es, no mediar entre los convivientes impedimentos, como la existencia de una relación formalizada como el matrimonio. Estos son los requisitos para que la unión de hecho sea declarada judicialmente como lo establece el artículo 243, y también puede ser declarada vía notarial, pero como el tipo penal se refiere a la unión de hecho, declarada o no, debe concluirse, que en uno u otro caso, debe existir una unión de hecho, sea que haya sido declarada o no lo haya sido, pero de igual forma, debe cumplir con los parámetros que la ley exige para denominarse unión de hecho. De lo señalado se evidencia que la relación existente entre imputado y víctima no cumple con los requisitos que la ley exige para tener por configurada la unión de hecho, por lo que el hecho acusado no encuadra dentro del tipo penal de amenazas contra una mujer y esta atipicidad permite declarar sin lugar la pretensión fiscal, y calificar los hechos a la contravención de amenazas personales, tal como lo ha hecho el Juez en la sentencia. Es importante agregar al respecto, que el término unión de hecho también es comúnmente aplicado a otro tipo de convivencias menos estables o relativamente pasajeras, y podría considerarse que cuando el tipo penal del artículo 27 de estudio se refiere a unión de hecho, entrarían dentro de esa categoría, todas las formas de convivencia en pareja, lo cual permitiría dar una mayor cobertura a las víctimas de la violencia. Aunque es deseable que la mujer sea protegida en forma especial por las normas penales, ante la grave situación patriarcal de los tiempos actuales, esto no es posible vía interpretación, pues el principio de legalidad penal no lo permite. Efectivamente, la aplicación de las sanciones penales del Estado a los ciudadanos se rige por la regla genérica del principio de legalidad, entendido en su primera faceta que sólo a través de la ley se pueden establecer delitos, y en sentido más estricto, que la ley debe ser previa, clara y cierta, esto es, que en sus postulados debe tener la suficiente claridad para que el ciudadano esté lo suficientemente enterado de cuál es la conducta que está prohibida, así contenido en los artículos 39 y 40 Constitucional y 1 del Código Penal. Concretamente, el artículo 2 del Código Penal establece la prohibición de analogía, indicando que: "No podrá imponerse sanción alguna, mediante la aplicación analógica de la ley penal", con lo cual prohibe interpretaciones que permitirían hacer ingresar al tipo penal conductas similares o parecidas pero no idénticas con las que contiene cada figura penal. Por ello, cuando el artículo 27 citado se refiere a la unión de hecho, no es posible incluir aquellas relaciones genéricas de convivencia, que aunque suelen llamarse como unión de hecho no reúnen los requisitos de ley, porque se infringiría el numeral 2 del Código Penal y el artículo 2 del Código Procesal Penal, que manda que la interpretación debe ser restrictiva. La interpretación amplia del concepto de unión de hecho además, puede llevar a un concepto del todo indefinido, pues si calificamos como tales a todas las formas de convivencia, una relación pasajera o de escaso tiempo entraría como unión derecho, con lo cual el concepto se vacía de contenido y no permite al ciudadano conocer entonces el alcance mínimo del tipo penal, lo cual atenta contra el principio de legalidad penal. " (Tribunal de Casación Penal Segundo Circuito Judicial de San José. Res 2009-1218. En el mismo sentido Res 2010-997 del mismo Tribunal). Por otra parte, sosteniendo el mismo criterio, pero haciendo la salvedad en cuanto al delito de Incumplimiento de medida de protección, se ha dicho: "En el sub examine, aún cuando no se estaba en presencia de una relación de hecho (debido a la separación que ya experimentaba la pareja, y porque incluso, el encartado aparece casado con otra persona -cfr. folio 14-), no por ello se puede afirmar que la aplicación de la Ley de Penalización de Violencia contra las Mujeres constituya una errónea aplicación de la ley sustantiva, como lo acusa el gestionante. En realidad, entre el delito de "incumplimiento de una medida de protección" (artículo 43 de la Ley de Penalización de Violencia contra las Mujeres, Ley 8589) y el delito de "desobediencia" (artículo 307 del Código Penal) existe un concurso aparente de normas; el primero desplaza la aplicación del segundo porque constituye una modalidad especial de no cumple la orden impartida por un órgano jurisdiccional (el elemento especial radica en que la orden judicial se dicta dentro de un proceso de violencia doméstica). En consecuencia, aún cuando en este proceso no se esté dentro de una relación de matrimonio o de unión de hecho (declarada o no) como lo establece el artículo 2 de la Ley 8589 (al aludir a su ámbito de aplicación) y dado que el artículo 43 de la Ley 8589 no incluye ese elemento dentro del tipo objetivo (estar casado o formar parte de una unión de hecho), es posible afirmar que el delito de "incumplimiento de una medida de protección" -como se indicó supra- desplaza la aplicación del delito de "desobediencia" porque constituye una modalidad especial de no cumplir la orden impartida conforme la Ley contra la Violencia Doméstica (de aplicación en este caso frente a agresiones o peligros de agresión dentro de una relación de pareja), acorde con los postulados del principio de especialidad que existe cuando "... una disposición penal, que es la del tipo que se aplica, contiene en sí todos los elementos de la disposición penal del tipo general, más uno o más elementos especializantes, por medio de los cuales el legislador considera la acción bajo puntos de vista distintos a aquellos tomados en cuenta a la hora de constituir el tipo general." (CASTILLO GONZÁLEZ, Francisco, El concurso de delitos en el derecho penal costarricense, Publicaciones de la Facultad de Derecho, Universidad de Costa Rica, San José, 1981, p. 37). Y en este punto cabe llamar la atención acerca de cuál habrá sido el propósito del legislador, ya que la figura del "incumplimiento de una medida de protección" es más favorable que la de "desobediencia" en lo que concierne a la pena máxima, puesto que la primera se sanciona con prisión de seis meses a dos años, mientras que para la segunda se contempla prisión de seis meses a tres años. Que el autor mantuviera una unión de hecho (que en todo caso no existía conforme a la ley) al momento de realizar la conducta no es un elemento objetivo del tipo penal de "incumplimiento de una medida de protección" (a diferencia de otros tipos de esa ley especial que sí contemplan ese elemento al describir las correspondientes conductas, cfr. artículos 21, 22, 23, 25, 26, 27, 29, 30, 31, 34, 35, 36, 37 y 38 de la Ley 8589). El artículo 2 de la Ley 8589 no le adiciona al artículo 43 la necesidad de que el autor mantenga una unión de hecho al momento de incumplir la orden" (Res 2010-879 Tribunal de Casación Penal del Segundo Circuito Judicial de San José). Esta Cámara comparte el criterio de la jurisprudencia citada en cuanto indica que el tipo penal del incumplimiento de medidas de protección no exige como elemento normativo del tipo, la unión de hecho declarada o no, razón por la cual el a quo aplicó en forma correcta dicho tipo penal. Sin embargo, considera éste Tribunal de Casación que aunque es muy respetable la tesis sostenida por la jurisprudencia del Tribunal de Casación del Segundo Circuito Judicial de San José en cuanto estimar que en el delito de amenazas contra mujer el elemento normativo "unión de hecho declarada o no" debe definirse según el artículo 242 del Código de Familia, tal interpretación no puede ser seguida por ésta Cámara en tanto existen normas de Derechos Humanos de carácter Internacional reconocidas por Costa Rica, que definen de una manera más amplia, lo que es la violencia contra la mujer en el seno de la familia, y que según el artículo 7 de la Constitución Política, tienen un rango superior a la ley ordinaria. Dispone el artículo 3 de la Ley de Penalización lo siguiente: "Constituyen fuentes de interpretación de esta Ley todos los instrumentos internacionales de derechos humanos vigentes en el país, que tengan un valor similar a la Constitución Política, los cuales, en la medida en que otorguen mayores derechos y garantías a las personas, privan sobre la Constitución Política. En particular, serán fuentes de interpretación de esta Ley: a) La Convención para la eliminación de todas las formas de discriminación contra la mujer, Ley Nº 6968, de 2 de octubre de 1984. b) La Convención interamericana para prevenir, sancionar y erradicar la violencia contra la mujer, Ley Nº 7499, de 2 de mayo de 1995" ( Convención Belém do Pará). Precisamente ésta última Convención en su artículo 2 define el concepto de violencia contra la mujer, indicando que dicha violencia incluye la que tenga lugar dentro de la familia o unidad doméstica o en cualquier otra relación interpersonal, ya sea que el agresor comparta o haya compartido el mismo domicilio que la mujer, y que comprende entre otros, violación, maltrato y abuso sexual". Si bien, es claro que la Ley de Penalización se limitó a sancionar la violencia contra la mujer únicamente en el campo de las relaciones de pareja, sin dar protección- como si lo hace la Convención Belém do Pará- a otros campos como el laboral, el docente o las relaciones sociales comunes, sí resulta evidente que dentro del ámbito doméstico el citado Instrumento Internacional tiene un concepto más amplio de las relaciones de hecho, que el artículo 242 del Código de Familia que exige requisitos tales como tres años de convivencia y libertad de estado de los convivientes, que dejan por fuera a la mayor parte de las uniones de hecho existentes en el país. Al estipular el artículo 3 de la Ley de Penalización que una de las fuentes de interpretación de la ley, es la Convención Belém do Pará, la cual como se advierte contiene un concepto menos restrictivo de unión de hecho o relación de pareja que el del Código de Familia, por ser la primera un Tratado Internacional, y remitir la ley a ese cuerpo normativo para su interpretación, resulta claro que no puede aplicarse el concepto restrictivo de unión de hecho del 242 del Código de Familia, a efectos de interpretar el tipo penal del artículo 27 de la Ley de Penalización (En ese mismo sentido, cfr. Res 2010-1416 Sala Tercera). Por otra parte, tal y como lo interpreta la doctrina nacional: "La unión de hecho regular del artículo 242 del Código de Familia no puede dar contenido al concepto de unión de hecho declarada o no de la Ley de Penalización, porque acoger el artículo citado como contenido del elemento normativo de los tipos penales tendría como consecuencia una restricción inaceptable del ámbito de aplicación de la ley de Penalización, al definir su aplicación a partir de criterios como: el tiempo de convivencia que se fija en tres años y la libertad de estado de los convivientes, que resultan irrelevantes para otros efectos que no sean los estrictamente patrimoniales que se mencionan en la propia norma y los del artículo 245 que se refieren a la posibilidad de solicitarse alimentos los convivientes luego de reconocida la unión" (CASAS ZAMORA Linda. Los tipos penales en la ley de penalización de la violencia contra las mujeres En: Antología: La Penalización de la Violencia contra las mujeres. Universidad de Costa Rica. Escuela Judicial. pp 299). El artículo 242 del Código de Familia regula los requisitos de la unión de hecho regular, para efectos patrimoniales, pero no es aplicable para determinar el contenido del elemento normativo de los tipos penales de la Ley de Penalización. En el presente caso, se ha demostrado según el fallo, con las declaraciones de la ofendida, del testigo D. y la testigo F , que existió una convivencia entre el imputado y la víctima por espacio de tres a cuatro meses y que éste la amenazó con ahorcarla si ingresaba a la vivienda. Así mismo, que incumplió con las medidas de protección que le fueron impuestas luego de ese primer incidente, esto en tres ocasiones (folios 119-120 vuelto). Por ende, se han configurado tanto los tres delitos de Incumplimiento de medida de protección como el delito de Amenazas contra mujer, sin que sea de recibo la tesis del recurrente en el sentido de que por no reunir la unión de hecho entre el imputado y la ofendida los requisitos del artículo 242 del Código de Familia, las conductas resulten atípicas.” Clasificación elaborada por el Digesto de Jurisprudencia del Poder Judicial. Prohibida su reproducción y/o distribución en forma onerosa. Tomado del Sistema Costarricense de Información Jurídica el: 16/3/2012 2:08:08 PM Res: 2011-037 Exp: 08-001005-0455-PE Tribunal de Casación Penal de Cartago. A las quince horas cinco minutos del nueve de febrero de dos mil once. Recurso de casación interpuesto en la presente causa seguida contra A , mayor, convive en unión libre, nacido el xxx , con cédula de identidad número xxx , por el delito de Amenazas contra Mujer y otros, en perjuicio de Y . Intervienen en la decisión del recurso, los jueces Rónald Cortés Coto, Guillermo Sojo Picado y Frezie María Jiménez Bolaños. Se apersonó en casación, el licenciado Denis Ávila Espinoza en calidad de defensor público del encausado. Resultando : 1. Que mediante sentencia No. 71-2010 de las trece horas quince minutos del ocho de setiembre de dos mil diez, el Tribunal de Juicio de Golfito, resolvió: "POR TANTO: De conformidad con lo expuesto, artículos 39 y 41 de la Constitución Política; 1, 4, 11, 14, 16, 18, 19, 21, 30, 45, 50, 51, 71 a 74, 76 del Código Penal; 1, 2, 27, 43 y 46 de la Ley de Penalización de la Violencia contra las Mujeres; 1 y 3 de la Ley contra la Violencia Doméstica; 1, 2, 3, 4, 5, 6, 8, 13, 141, 142, 360, 361, 363, 364, 365 y 367 del Código Procesal Penal, SE DECLARA A A, AUTOR RESPONSABLE DE UN DELITO DE AMENAZAS CONTRA MUJER Y TRES DELITOS DE INCUMPLIMIENTO DE UNA MEDIDA DE PROTECCIÓN, EN CONCURSO MATERIAL, cometidos en perjuicio de Y , y en tal carácter se le impone como sanción el tanto de SEIS MESES DE PRISIÓN POR CADA UNO DE ELLOS, PARA UN TOTAL DE VEINTICUATRO MESES, QUE EN APLICACIÓN DE LAS REGLAS DEL CONCURSO MATERIAL, SE FIJAN EN DIECIOCHO MESES DE PRISIÓN. Pena que deberá descontar previo abono de la preventiva sufrida, en el lugar y forma que determinen los respectivos reglamentos penitenciarios. Son los gastos del proceso a cargo del Estado. Mediante lectura notifíquese. Karla María Vanegas Avilés. Jueza Penal de Juicio ." (sic) 2. Que contra el anterior pronunciamiento, el licenciado Denis Ávila Espinoza interpuso el recurso de casación. 3. Que verificada la deliberación respectiva de conformidad con lo dispuesto por el artículo 465 del Código Procesal Penal, el Tribunal se planteó las cuestiones formuladas en el recurso. 4. Que en los procedimientos se han observado las prescripciones legales pertinentes. Redacta el Juez Cortés Coto, y; Considerando: I- El recurso de casación reúne los requisitos establecidos por los numerales 437, 458, 460 a 462, del Código Procesal Penal por lo que se entra a conocer de sus motivos. II- En su primer motivo del recurso, el Licenciado Denis Ávila Espinoza, defensor público del encartado A. alega falta de fundamentación probatoria intelectiva. Arguye que la sentencia posee fundamentación probatoria descriptiva y jurídica, pero en lo que atañe a la intelectiva es insuficiente. Luego de transcribir un párrafo de la sentencia, indica que esa cita es la única fundamentación que hace la juzgadora sobre la credibilidad de la ofendida. Aduce que el Tribunal le cree a la víctima solo porque el imputado era su ex pareja, sin relacionar su testimonio con el de otros testigos. Sin lugar el reclamo. El recurrente cita en apoyo de su tesis un párrafo aislado del fallo, para sostener que lo allí consignado constituyen las únicas razones que dio la juzgadora para sostener la responsabilidad del imputado en los hechos acusados. Sin embargo, la sentencia contiene una amplia fundamentación en donde el Tribunal no solo ponderó la versión de la víctima, sino que sustenta su credibilidad con la coincidencia de su relato con el de otros testigos tales como F. y D. así como la prueba documental incorporada al debate. En cuanto a los incumplimientos de medida de protección, la sentencia señala: " En lo que respecta a los incumplimientos de las medidas de protección decretas en favor de Y , por el Juzgado de Violencia Doméstica de Golfito, mediante resolución de las vintitrés horas treinta minutos del cuatro de julio del dos mil ocho, tenemos: Esta juzgadora tiene por cierto que el imputado el día veinticinco de julio del dos mil ocho, al ser aproximadamente las dieciocho horas, se presentó al Hospital de Golfito, lugar de trabajo de la ofendida, se sentó en las bancas al frente de la Farmacia -departamento en que labora la protegida-, y consultó a la doctora F. por Y , indicándole a la citada profesional que deseaba hablar con la ofendida. No hay la más mínima duda al respecto. Primeramente, el mismo imputado en su declaración ante este Tribunal, acepta que se hizo presente en la Farmacia del hospital en que labora la protegida -aunque intenta justifica tal actuación en la petición de la propia ofendida-, que preguntó por ella a una muchacha y que no salió, ni corrió de ahí porque no debe nada para correr. Sin embargo, él tenía conocimiento de que no podía presentarse al centro de trabajo de Y , por cuanto la resolución del Juzgado de Violencia Doméstica que le fuera notificada el día cinco de julio del dos mil ocho, era clara en cuanto a esta prohibición, siendo que el encartado acepta que entendió las medidas. La lógica indica que si me notifican unas medidas de protección, siendo que en la resolución se me informa de los alcances legales de índole penal a los que me puedo ver sometido ante el incumplimiento, por más petición que me realice quien interpuso la medida de encontrarme con ella, no me voya a riesgar y no voy a incumplir las medidas. Es más, el imputado cae en un contrasentido, según él, ante la solicitud de Y. de recoger unas cosas, le manifiesta a la ofendida que no puede llegar a la casa de ésta, pero sí llega al centro de trabajo de ella. ¿Por qué hacer esa diferenciación, cuando al resolución es clara que no podía hacerse presente en ninguno de los dos lugares? Esto determina que el encartado con pleno conocimiento de las consecuencias de sus actos, y de que, por tanto, estaba incumplimiendo con la orden judicial, se hace presente en la Farmacia del hospital y solicita hablar con la ofendida. Este hecho también es relatado por la testigo Y, la muchacha con quien el imputado conversó en el nosocomio, y quien señala que A. llegó a la farmacia a buscar a Y , y que le dijo que si le hacía el favor de llamarla. La testigo manifiesta que entró al despacho y le indicó a la ofendida que la buscaban, que ella se asomó y cuando vio al imputado, le dijo que ella no iba a salir, se puso nerviosa y fue cuando le explicó que tenía medidas de protección en contra de él y que, por tanto, él no podía estar ahí. También nos indica que Y. le solicita decirle al imputado que ella ya va a salir, siendo que en su lugar, procede a llamar a la policía. Manifiesta un hecho importante, y es que la sola presencia de A , hizo que la ofendida se alterara, se pusiera como comiéndose las uñas y que no hallara qué hacer. Y es que hay que tener claro que, contrariamente a lo que parece entender el imputado, para que se de el incumplimiento de las medidas de protección, no necesita actuar en forma violenta en contra de la ofendida, o entrar gritando a la Farmacia del hospital en búsqueda de ella, bastaba su sola presencia para que el incumplimiento se configurara, aun y cuando llegara en forma pacífica. Es más, la ofendida Y , ante esta sede también señaló que el imputado la había amenazado con que si no quitaba la denuncia, iba a ir a su centro de trabajo a hacer un alboroto; bien, el encartado, en forma parcial, cumplió su ameneza, se hizo presente al lugar de trabajo de la protegida, lo cual originó que esta llamara a la policía. De hecho, el testigo Carlos Alberto Gutiérrez Montiel -oficial de la Fuerza Pública al momento de los hechos- también acredita la realización de este hecho. Este testigo señala que recibieron la denuncia de la protegida, por cuanto el imputado llegó al hospital a molestarla, que cuando ellos llegaron al lugar, él ya no se encontraba por lo que no detuvieron, pero que, cuando regresaron al Comando, él ya estaba detenido. Este testigo, respecto a esa situación en concreto -localización del imputado en el hospital y detención-, muestra inseguridades que en última instancia se subsanan con la documentación oficial que al respecto tuvo que confeccionarse y que luego se verá, y lo cual debe deberse no sólo al transcurso del tiempo si no a la cantidad de incidencias que normalmente atiende un oficial de la Fuerza Pública. Nos indica que los hechos se dieron entre julio y/o agosto del dos mil ocho, en horas de la noche. En todo caso, la prueba documental constante en autos, determina específicamente, las circunstancias de tiempo, además que aclaran, como se señaló, algunos aspectos dichos por el testigo Gutiérrez Montiel. En la denuncia penal de folios 1 a 3, la ofendida indica que a las diecicho horas del veinticinco de julio del dos mil ocho, luego de recibir varias llamadas telefónicas del imputado, éste se hizo presente en el hospital de Golfito y se sentó en las bancas ubicadas frente a la Farmacia donde ella labora, siendo que la doctora F. le avisó que A. había preguntado por ella, agrega que él le hizo señas para que saliera, le dio temor y llamó a la policía. Por su parte, el Informe de la Fuerza Pública Nº 512-08PPG (folios 25 y 26) y la Recepción de Denuncia Nº 237-08 PPG (folios 27 y 28), acreditan tal situación. Incluso, en el primero de ellos, la autoridad correspondiente señala "... se observa, al supuesto agresor en la entrada del Hospital, se identifica y se aprehende en el lugar y se le hace saber el motivo de la aprehención aprehendido al ser las 18:28 hrs, y se recibe denuncia de la supuesta ofendida, y se le comunica al fiscal Licenciado Yhoni Rodríguez Vega. Manifiesta dejarlo detenido para presentarlo el día de mañana a las 08:30 hrs."; y, en el segundo, la ofendida manifiesta su intención de denunciar al imputado por tales hechos, pero esta vez en sede penal. Es más, lo manifestado a los oficiales por parte de la ofendida, en cuanto a la recepción de llamadas telefónicas realizadas por el imputado, se corrobora con el Informe de la Fuerza Pública Nº 13502-08 del mismo veinticinco de julio (folios 37 a 39), en el cual se indica que el licenciado Johnny Rodríguez Vega, Fiscal de Golfito, alertó que el imputado, que en ese momento estaba detenido, estaba realizando llamadas telefónicas de su celular, ofendiendo a Y , siendo que los oficiales verifican la posesión del teléfono y proceden a decomisarlo (Acta de decomiso, secuestro o hallazgo de folio 39). En otras palabras, en efecto, tal y como se indicó, el imputado incumplió las medidas de protección impuestas en su contra por parte del Juzgado de Violencia Doméstica de Golfito mediante la resolución de las veintitrés horas treinta minutos del cuatro de julio del dos mil ocho, al hacerse presente, el día veinticinco de julio, al centro de trabajo de la ofendida y preguntar por ella" (folios 122-123). Como se colige de lo transcrito, la primera acción de incumplimiento de medida de protección se encuentra ampliamente fundamentada por el Tribunal, no solo en el testimonio de la ofendida, del cual hace un análisis completo en cuanto a su credibilidad, sino que su dicho se ve respaldado tanto por la testigo F , como por el oficial de Policía que atendió el asunto. Lo propio ocurre con relación a los otros dos incumplimientos de medida de protección en los cuales el encartado por la vía telefónica llama a la víctima y la amenaza con que la va a matar. En estos hechos no solo el Tribunal pondera la declaración de la ofendida, sino su coincidencia con las denuncias presentadas, la declaración de la oficial de policía Noyli Mora, además que en el caso de la acción realizada el 28 de julio de 2008, se contó con un informe del Instituto Costarricense de Electricidad en el cual se detalló que del teléfono celular del encartado se realizaron ese día cinco llamadas al celular de la ofendida, tres de ellas en horas de la mañana (folios 123-124). De allí que no lleva razón el recurrente, pues la fundamentación de la sentencia es más que completa. III- En su segundo motivo, la defensa alega violación del Principio del In dubio pro reo. Indica que el Tribunal no valoró de forma adecuada la declaración de su defendido A , en cuando éste dijo que su esposa es K , que tiene dieciséis años de estar con ella y tienen un hijo. Que esa declaración no fue desvirtuada por la Fiscalía, sino que más bien se vio reforzada por K , quien dijo que siempre ha convivido con su esposo y que es la ofendida quien se ha interpuesto en la relación. Por otra parte el recurrente aduce que la testigo F , dijo que el actual compañero de la ofendida es D , situación que viene a poner en duda la relación que su representado tenía con la denunciante, pues entonces no se sabe que tipo de relación sentimental tenían encartado y ofendida. Estima la defensa que existe duda sobre la existencia de una relación de hecho como la que exige la Ley de Penalización de la Violencia Doméstica y establece el artículo 242 y 243 del Código de Familia. Agrega que la víctima no tenía capacidad legal de poder formalizar una relación de hecho estable, pacífica y notoria con el acusado en tanto se mantenía casada con el señor D. para el momento de los hechos. Por ello, solicita se absuelva de toda pena y responsabilidad a su defendido. El motivo se rechaza. La sentencia tiene por acreditado que entre el imputado A. y la ofendida Y. existía una relación de hecho que tenía entre tres y cuatro meses cuando suceden los hechos (folio 120 vuelto). Lo propio se desprende de la denuncia interpuesta por la víctima a folio 2. La defensa alega que existe duda sobre el hecho de que el encartado y la ofendida tuvieran una relación de hecho. Esa duda la sustenta en el dicho del encartado y su conviviente K , quienes dijeron que han vivido dieciséis años juntos y que nunca se han separado. También argumenta el recurrente que la ofendida se encontraba casada con D , por ende no reunía las condiciones legales para formar una unión de hecho en los términos del artículo 242 del Código de Familia, tal y como lo exige el artículo 2 de la Ley de Penalización de la Violencia Doméstica. En primer término, debe decirse que de la declaración del testigo D. se desprende que para el momento de los hechos, ya no era el esposo de la ofendida, situación que corroboró ésta Cámara mediante consulta electrónica realizada al Registro Civil y que se adjunta al expediente. Por ende, ese impedimento, no existía. Ahora bien, el punto jurídico planteado por el recurrente en cuanto a que es necesario que se reúnan las condiciones establecidas por el artículo 242 del Código de Familia, para que exista una unión de hecho, ya ha sido objeto de discusión en la jurisprudencia nacional. En ese sentido, la mayor parte de la jurisprudencia de casación ha indicado que la "unión de hecho declarada o no" es un elemento normativo de los tipos penales de la Ley de Penalización de la Violencia contra las Mujeres y por ende, aplicando el principio de legalidad, y estando definido en el ordenamiento jurídico el concepto de unión de hecho, se ha estimado que aquellas relaciones de pareja que no reúnan esas condiciones están fuera de la aplicación de la Ley de Penalización de Violencia contra las Mujeres. Se ha hecho la excepción del artículo 43 de la Ley que prevee el delito de Incumplimiento de Medidas de Protección, por no exigir ese tipo penal que el incumplimiento de la medida se de dentro de una relación de matrimonio o unión de hecho declarada o no. En ese sentido se ha indicado: " El tipo penal que se pidió aplicar es el del artículo 27 de la Ley de Penalización de la Violencia contra la Mujer, que establece: "Amenazas contra una mujer. Quien amenace con lesionar un bien jurídico de una mujer o de su familia o una tercera persona íntimamente vinculada, con quien mantiene una relación de matrimonio, en unión de hecho declarada o no, será sancionado con pena de prisión de seis meses a dos años." Está demostrado en el fallo que el encartado mantenía una relación de convivencia con la ofendida y que se dieron las amenazas acusadas, por lo que el tema a dilucidar es la calificación legal, en donde corresponde examinar los elementos del tipo penal. En el aspecto subjetivo el tipo penal de amenazas es una figura dolosa, de manera que exige un mínimo de conocimiento y voluntad de parte del sujeto activo cuando realiza la acción. En su aspecto objetivo el tipo penal se compone de elementos descriptivos y elementos normativos. En cuanto a los elementos descriptivos el tipo penal del artículo 27 antes referido, contiene las amenazas, que es el acto de dirigir contra una mujer o su familia, u otra persona íntimamente relacionada, la promesa de causar un mal o daño, presente o futuro. Pero aparte de que debe concurrir las amenazas dolosas, dirigidas contra una mujer o su familia, para que se configure el tipo penal, debe existir entre el sujeto activo y el sujeto pasivo una relación de convivencia, que la norma define como matrimonio, o una unión de hecho, sea que esta haya sido declarada o no. Los institutos del matrimonio y la unión de hecho, son elementos normativos del tipo, cuya característica esencial es que son conceptos jurídicos que se encuentran en la misma ley. En el caso del matrimonio y la unión de hecho son conceptos normativos que se encuentran debidamente definidos en el Código de Familia. Respecto de la unión de hecho, que es lo que se discute, se encuentra regulado en el artículo 242 del Código de Familia, y aunque tiene el mismo objeto que el matrimonio, pues es una forma de convivencia en pareja (hombre y mujer), para calificar como unión de hecho debe reunir algunos requisitos, entre ellos que la unión tenga alguna permanencia, por lo que exige al menos tres años de convivencia, el ser pública y notoria y sobre todo, ser legalmente posible, esto es, no mediar entre los convivientes impedimentos, como la existencia de una relación formalizada como el matrimonio. Estos son los requisitos para que la unión de hecho sea declarada judicialmente como lo establece el artículo 243, y también puede ser declarada vía notarial, pero como el tipo penal se refiere a la unión de hecho, declarada o no, debe concluirse, que en uno u otro caso, debe existir una unión de hecho, sea que haya sido declarada o no lo haya sido, pero de igual forma, debe cumplir con los parámetros que la ley exige para denominarse unión de hecho. De lo señalado se evidencia que la relación existente entre imputado y víctima no cumple con los requisitos que la ley exige para tener por configurada la unión de hecho, por lo que el hecho acusado no encuadra dentro del tipo penal de amenazas contra una mujer y esta atipicidad permite declarar sin lugar la pretensión fiscal, y calificar los hechos a la contravención de amenazas personales, tal como lo ha hecho el Juez en la sentencia. Es importante agregar al respecto, que el término unión de hecho también es comúnmente aplicado a otro tipo de convivencias menos estables o relativamente pasajeras, y podría considerarse que cuando el tipo penal del artículo 27 de estudio se refiere a unión de hecho, entrarían dentro de esa categoría, todas las formas de convivencia en pareja, lo cual permitiría dar una mayor cobertura a las víctimas de la violencia. Aunque es deseable que la mujer sea protegida en forma especial por las normas penales, ante la grave situación patriarcal de los tiempos actuales, esto no es posible vía interpretación, pues el principio de legalidad penal no lo permite. Efectivamente, la aplicación de las sanciones penales del Estado a los ciudadanos se rige por la regla genérica del principio de legalidad, entendido en su primera faceta que sólo a través de la ley se pueden establecer delitos, y en sentido más estricto, que la ley debe ser previa, clara y cierta, esto es, que en sus postulados debe tener la suficiente claridad para que el ciudadano esté lo suficientemente enterado de cuál es la conducta que está prohibida, así contenido en los artículos 39 y 40 Constitucional y 1 del Código Penal. Concretamente, el artículo 2 del Código Penal establece la prohibición de analogía, indicando que: "No podrá imponerse sanción alguna, mediante la aplicación analógica de la ley penal", con lo cual prohibe interpretaciones que permitirían hacer ingresar al tipo penal conductas similares o parecidas pero no idénticas con las que contiene cada figura penal. Por ello, cuando el artículo 27 citado se refiere a la unión de hecho, no es posible incluir aquellas relaciones genéricas de convivencia, que aunque suelen llamarse como unión de hecho no reúnen los requisitos de ley, porque se infringiría el numeral 2 del Código Penal y el artículo 2 del Código Procesal Penal, que manda que la interpretación debe ser restrictiva. La interpretación amplia del concepto de unión de hecho además, puede llevar a un concepto del todo indefinido, pues si calificamos como tales a todas las formas de convivencia, una relación pasajera o de escaso tiempo entraría como unión derecho, con lo cual el concepto se vacía de contenido y no permite al ciudadano conocer entonces el alcance mínimo del tipo penal, lo cual atenta contra el principio de legalidad penal. " (Tribunal de Casación Penal Segundo Circuito Judicial de San José. Res 2009-1218. En el mismo sentido Res 2010-997 del mismo Tribunal). Por otra parte, sosteniendo el mismo criterio, pero haciendo la salvedad en cuanto al delito de Incumplimiento de medida de protección, se ha dicho: "En el sub examine, aún cuando no se estaba en presencia de una relación de hecho (debido a la separación que ya experimentaba la pareja, y porque incluso, el encartado aparece casado con otra persona -cfr. folio 14-), no por ello se puede afirmar que la aplicación de la Ley de Penalización de Violencia contra las Mujeres constituya una errónea aplicación de la ley sustantiva, como lo acusa el gestionante. En realidad, entre el delito de "incumplimiento de una medida de protección" (artículo 43 de la Ley de Penalización de Violencia contra las Mujeres, Ley 8589) y el delito de "desobediencia" (artículo 307 del Código Penal) existe un concurso aparente de normas; el primero desplaza la aplicación del segundo porque constituye una modalidad especial de no cumple la orden impartida por un órgano jurisdiccional (el elemento especial radica en que la orden judicial se dicta dentro de un proceso de violencia doméstica). En consecuencia, aún cuando en este proceso no se esté dentro de una relación de matrimonio o de unión de hecho (declarada o no) como lo establece el artículo 2 de la Ley 8589 (al aludir a su ámbito de aplicación) y dado que el artículo 43 de la Ley 8589 no incluye ese elemento dentro del tipo objetivo (estar casado o formar parte de una unión de hecho), es posible afirmar que el delito de "incumplimiento de una medida de protección" -como se indicó supra- desplaza la aplicación del delito de "desobediencia" porque constituye una modalidad especial de no cumplir la orden impartida conforme la Ley contra la Violencia Doméstica (de aplicación en este caso frente a agresiones o peligros de agresión dentro de una relación de pareja), acorde con los postulados del principio de especialidad que existe cuando "... una disposición penal, que es la del tipo que se aplica, contiene en sí todos los elementos de la disposición penal del tipo general, más uno o más elementos especializantes, por medio de los cuales el legislador considera la acción bajo puntos de vista distintos a aquellos tomados en cuenta a la hora de constituir el tipo general." (CASTILLO GONZÁLEZ, Francisco, El concurso de delitos en el derecho penal costarricense, Publicaciones de la Facultad de Derecho, Universidad de Costa Rica, San José, 1981, p. 37). Y en este punto cabe llamar la atención acerca de cuál habrá sido el propósito del legislador, ya que la figura del "incumplimiento de una medida de protección" es más favorable que la de "desobediencia" en lo que concierne a la pena máxima, puesto que la primera se sanciona con prisión de seis meses a dos años, mientras que para la segunda se contempla prisión de seis meses a tres años. Que el autor mantuviera una unión de hecho (que en todo caso no existía conforme a la ley) al momento de realizar la conducta no es un elemento objetivo del tipo penal de "incumplimiento de una medida de protección" (a diferencia de otros tipos de esa ley especial que sí contemplan ese elemento al describir las correspondientes conductas, cfr. artículos 21, 22, 23, 25, 26, 27, 29, 30, 31, 34, 35, 36, 37 y 38 de la Ley 8589). El artículo 2 de la Ley 8589 no le adiciona al artículo 43 la necesidad de que el autor mantenga una unión de hecho al momento de incumplir la orden" (Res 2010-879 Tribunal de Casación Penal del Segundo Circuito Judicial de San José). Esta Cámara comparte el criterio de la jurisprudencia citada en cuanto indica que el tipo penal del incumplimiento de medidas de protección no exige como elemento normativo del tipo, la unión de hecho declarada o no, razón por la cual el a quo aplicó en forma correcta dicho tipo penal. Sin embargo, considera éste Tribunal de Casación que aunque es muy respetable la tesis sostenida por la jurisprudencia del Tribunal de Casación del Segundo Circuito Judicial de San José en cuanto estimar que en el delito de amenazas contra mujer el elemento normativo "unión de hecho declarada o no" debe definirse según el artículo 242 del Código de Familia, tal interpretación no puede ser seguida por ésta Cámara en tanto existen normas de Derechos Humanos de carácter Internacional reconocidas por Costa Rica, que definen de una manera más amplia, lo que es la violencia contra la mujer en el seno de la familia, y que según el artículo 7 de la Constitución Política, tienen un rango superior a la ley ordinaria. Dispone el artículo 3 de la Ley de Penalización lo siguiente: "Constituyen fuentes de interpretación de esta Ley todos los instrumentos internacionales de derechos humanos vigentes en el país, que tengan un valor similar a la Constitución Política, los cuales, en la medida en que otorguen mayores derechos y garantías a las personas, privan sobre la Constitución Política. En particular, serán fuentes de interpretación de esta Ley: a) La Convención para la eliminación de todas las formas de discriminación contra la mujer, Ley Nº 6968, de 2 de octubre de 1984. b) La Convención interamericana para prevenir, sancionar y erradicar la violencia contra la mujer, Ley Nº 7499, de 2 de mayo de 1995" ( Convención Belém do Pará). Precisamente ésta última Convención en su artículo 2 define el concepto de violencia contra la mujer, indicando que dicha violencia incluye la que tenga lugar dentro de la familia o unidad doméstica o en cualquier otra relación interpersonal, ya sea que el agresor comparta o haya compartido el mismo domicilio que la mujer, y que comprende entre otros, violación, maltrato y abuso sexual". Si bien, es claro que la Ley de Penalización se limitó a sancionar la violencia contra la mujer únicamente en el campo de las relaciones de pareja, sin dar protección- como si lo hace la Convención Belém do Pará- a otros campos como el laboral, el docente o las relaciones sociales comunes, sí resulta evidente que dentro del ámbito doméstico el citado Instrumento Internacional tiene un concepto más amplio de las relaciones de hecho, que el artículo 242 del Código de Familia que exige requisitos tales como tres años de convivencia y libertad de estado de los convivientes, que dejan por fuera a la mayor parte de las uniones de hecho existentes en el país. Al estipular el artículo 3 de la Ley de Penalización que una de las fuentes de interpretación de la ley, es la Convención Belém do Pará, la cual como se advierte contiene un concepto menos restrictivo de unión de hecho o relación de pareja que el del Código de Familia, por ser la primera un Tratado Internacional, y remitir la ley a ese cuerpo normativo para su interpretación, resulta claro que no puede aplicarse el concepto restrictivo de unión de hecho del 242 del Código de Familia, a efectos de interpretar el tipo penal del artículo 27 de la Ley de Penalización (En ese mismo sentido, cfr. Res 2010-1416 Sala Tercera). Por otra parte, tal y como lo interpreta la doctrina nacional: "La unión de hecho regular del artículo 242 del Código de Familia no puede dar contenido al concepto de unión de hecho declarada o no de la Ley de Penalización, porque acoger el artículo citado como contenido del elemento normativo de los tipos penales tendría como consecuencia una restricción inaceptable del ámbito de aplicación de la ley de Penalización, al definir su aplicación a partir de criterios como: el tiempo de convivencia que se fija en tres años y la libertad de estado de los convivientes, que resultan irrelevantes para otros efectos que no sean los estrictamente patrimoniales que se mencionan en la propia norma y los del artículo 245 que se refieren a la posibilidad de solicitarse alimentos los convivientes luego de reconocida la unión" (CASAS ZAMORA Linda. Los tipos penales en la ley de penalización de la violencia contra las mujeres En: Antología: La Penalización de la Violencia contra las mujeres. Universidad de Costa Rica. Escuela Judicial. pp 299). El artículo 242 del Código de Familia regula los requisitos de la unión de hecho regular, para efectos patrimoniales, pero no es aplicable para determinar el contenido del elemento normativo de los tipos penales de la Ley de Penalización. En el presente caso, se ha demostrado según el fallo, con las declaraciones de la ofendida, del testigo D. y la testigo F , que existió una convivencia entre el imputado y la víctima por espacio de tres a cuatro meses y que éste la amenazó con ahorcarla si ingresaba a la vivienda. Así mismo, que incumplió con las medidas de protección que le fueron impuestas luego de ese primer incidente, esto en tres ocasiones (folios 119-120 vuelto). Por ende, se han configurado tanto los tres delitos de Incumplimiento de medida de protección como el delito de Amenazas contra mujer, sin que sea de recibo la tesis del recurrente en el sentido de que por no reunir la unión de hecho entre el imputado y la ofendida los requisitos del artículo 242 del Código de Familia, las conductas resulten atípicas. En consecuencia, se declara sin lugar el motivo. IV- En su tercer motivo por la forma, el recurrente alega falta de fundamentación de la pena. Indica que es necesario que el Tribunal exponga las razones por las cuáles se escoge una determinada pena y un determinado monto de ella, sin lo anterior, no existe fundamentación. Agrega que en el caso concreto, el Tribunal no dijo en la sentencia el por qué se le impone a su defendido una pena más gravosa como es la prisión, existiendo la posibilidad de aplicar una medida alternativa, al sancionarse a su defendido por delitos cuya pena no sobrepasa los dos años de prisión. Solicita se anule la sentencia en ese aspecto, y se ordene el reenvío para su nueva sustanciación. Con lugar el reclamo. Esta Cámara ha sido clara en cuanto a que si el delito aplicado permite la imposición de penas alternativas a la prisión, debe el Tribunal exponer las razones por las cuales impone una pena de prisión y no la pena alternativa, con el objeto de que las partes puedan conocer los motivos que tuvo el juzgador para aplicar la sanción de mayor gravedad. En ese sentido se indicó: "Cuando se imponga una pena de prisión de tres años o menos, el tribunal podrá sustituir la pena privativa de libertad por una medida alternativa de prestación de servicios de utilidad pública que podrá ser desde doscientas (200) horas hasta novecientas cincuenta (950) horas de servicio, en los lugares y la forma señalados en el artículo 71 ter de la Ley de Tránsito por vías públicas terrestres, número 7331, de 13 de abril de 1993 y sus reformas". De manera que la norma otorga la facultad al juzgador de imponer una pena alternativa en sustitución de la pena principal, que es la pena de prisión, cuando en cualquiera de las acciones señaladas como punibles en el artículo citado, se imponga una pena de tres años o menos. En ese sentido, ha sido jurisprudencia reiterada de ésta Cámara, el exigir que el Tribunal en estos casos, exponga las razones por las cuales decide no sustituir la pena de prisión impuesta, con el fin de que las partes puedan controlar los motivos expuestos, y verificar el cumplimiento de las finalidades de la pena en cada caso concreto. En el presente asunto, el Tribunal se limitó a enunciar los presupuestos establecidos en el artículo 71 del Código Penal, para concluir que le debe imponer la pena mínima de un año de prisión al encartado, pero no realizó consideración alguna sobre si era procedente sustituir tal pena por la pena alternativa de prestación de servicios de utilidad pública. Lo anterior generó un agravio al imputado en el tanto las consecuencias de una pena y otra son totalmente distintas. Por ello, se debe acoger el motivo, declarando con lugar el recurso en ese aspecto, anulando la sentencia en forma parcial, únicamente en lo que atañe a la imposición de la pena de un año de prisión al encartado" (Res 2010-150 Tribunal de Casación de Cartago). En el caso concreto, el Tribunal en su sentencia expone las razones por las cuales le impone la pena de seis meses de prisión por cada delito al encartado, pero no indica cuáles fueron los motivos por los que descartó el reemplazo de esa sanción por una de tipo alternativo, pese a que la pena impuesta fue menor a tres años de prisión y el imputado es primario en materia de violencia doméstica, pues si bien tiene un antecedente penal (folio 93) no lo es por un delito de esta naturaleza. Por lo anterior, la sentencia en el aspecto de imposición de la pena, resulta ayuna de fundamentación, razón por la cual se acoge el motivo, y se anula la sentencia en forma parcial en lo que respecta a la imposición de la pena de seis meses de prisión por cada uno de los delitos de Incumplimiento de medida de protección y el delito de amenazas contra mujer, y en su lugar se ordena el reenvío para su nueva sustanciación en ese aspecto. Por tanto: Se declaran sin lugar los motivos primero y segundo del recurso de casación presentado por la defensa del imputado A . Se declara con lugar el tercer motivo de casación. Se anula la sentencia en forma parcial en lo que atañe a la imposición de la pena de seis meses de prisión por cada uno de los delitos de Incumplimiento de medida de protección y por el delito de Amenazas contra Mujer y en su lugar se ordena el reenvío para una nueva sustanciación en ese aspecto. En lo demás la sentencia permanece incólume. NOTIFÍQUESE. Rónald Cortés Coto Guillermo Sojo Picado Frezie María Jiménez Bolaños Jueces del Tribunal de Casación Penal Exp. 08-001005-0455-PE C/: A. Of/:Y. D/: Amenazas contra Mujer y otros Jaos Es copia fiel del original - Tomado del Sistema Costarricense de Información Jurídica el: 16/3/2012 2:10:45 PM