Voto N°37-11 Tribunal de Casación Penal de - Poder

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Sentencia: 00037 Expediente: 08-001005-0455-PE
Fecha: 09/02/2011 Hora: 3:05:00 PM Emitido por:
Tribunal de Casación Penal de Cartago
Contenido de interés 1 (Relevante)
Tipo de contenido de interés: Voto de mayoría
Rama del Derecho: DERECHO PROCESAL PENAL
Redactor del texto de origen: Cortés Coto Ronald
** La titulación de este contenido de
interés está siendo revisada.
Temas
(Descriptores)
Subtemas (Restrictores)

Penalización de la
violencia contra la mujer
 Incumplimiento de una medida de protección y
amenazas contra una mujer en concurso material
 Análisis en relación con la “unión de hecho” y
prevalencia de la Convención Belém do Pará sobre el
Código de Familia para determinarla
 Convivencia que no reúne los requisitos del artículo 242
del Código de Familia no es motivo para calificar las
conductas efectuadas de atípicas
 Incumplimiento de
medida de protección
 Análisis en relación con la “unión de hecho” y
prevalencia de la Convención Belém do Pará sobre el
Código de Familia para determinarla
 Convivencia que no reúne los requisitos del artículo 242
del Código de Familia no es motivo para calificar la
conducta de atípica

Amenazas contra una
mujer
 Análisis en relación con la “unión de hecho” y
prevalencia de la Convención Belém do Pará sobre el
Código de Familia para determinarla
 Convivencia que no reúne los requisitos del artículo 242
del Código de Familia no es motivo para calificar la
conducta de atípica

 Análisis con respecto a la Ley de Penalización de la
violencia contra las mujeres
 Prevalencia de la Convención Belém do Pará sobre el
Código de Familia para determinarla en caso de
incumplimiento de una medida de protección y amenazas
contra una mujer
Unión de hecho
Voto de mayoría
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“III […] La sentencia tiene por acreditado que entre el imputado A. y la ofendida Y. existía una
relación de hecho que tenía entre tres y cuatro meses cuando suceden los hechos (folio 120
vuelto). Lo propio se desprende de la denuncia interpuesta por la víctima a folio 2. La defensa
alega que existe duda sobre el hecho de que el encartado y la ofendida tuvieran una relación de
hecho. Esa duda la sustenta en el dicho del encartado y su conviviente K , quienes dijeron que
han vivido dieciséis años juntos y que nunca se han separado. También argumenta el recurrente
que la ofendida se encontraba casada con D , por ende no reunía las condiciones legales para
formar una unión de hecho en los términos del artículo 242 del Código de Familia, tal y como lo
exige el artículo 2 de la Ley de Penalización de la Violencia Doméstica. En primer término, debe
decirse que de la declaración del testigo D. se desprende que para el momento de los hechos,
ya no era el esposo de la ofendida, situación que corroboró ésta Cámara mediante consulta
electrónica realizada al Registro Civil y que se adjunta al expediente. Por ende, ese impedimento,
no existía. Ahora bien, el punto jurídico planteado por el recurrente en cuanto a que es necesario
que se reúnan las condiciones establecidas por el artículo 242 del Código de Familia, para que
exista una unión de hecho, ya ha sido objeto de discusión en la jurisprudencia nacional. En ese
sentido, la mayor parte de la jurisprudencia de casación ha indicado que la "unión de hecho
declarada o no" es un elemento normativo de los tipos penales de la Ley de Penalización de la
Violencia contra las Mujeres y por ende, aplicando el principio de legalidad, y estando definido en
el ordenamiento jurídico el concepto de unión de hecho, se ha estimado que aquellas relaciones
de pareja que no reúnan esas condiciones están fuera de la aplicación de la Ley de Penalización
de Violencia contra las Mujeres. Se ha hecho la excepción del artículo 43 de la Ley que prevee el
delito de Incumplimiento de Medidas de Protección, por no exigir ese tipo penal que el
incumplimiento de la medida se de dentro de una relación de matrimonio o unión de hecho
declarada o no. En ese sentido se ha indicado: " El tipo penal que se pidió aplicar es el del
artículo 27 de la Ley de Penalización de la Violencia contra la Mujer, que establece: "Amenazas
contra una mujer. Quien amenace con lesionar un bien jurídico de una mujer o de su familia o
una tercera persona íntimamente vinculada, con quien mantiene una relación de matrimonio, en
unión de hecho declarada o no, será sancionado con pena de prisión de seis meses a dos años."
Está demostrado en el fallo que el encartado mantenía una relación de convivencia con la
ofendida y que se dieron las amenazas acusadas, por lo que el tema a dilucidar es la calificación
legal, en donde corresponde examinar los elementos del tipo penal. En el aspecto subjetivo el
tipo penal de amenazas es una figura dolosa, de manera que exige un mínimo de conocimiento y
voluntad de parte del sujeto activo cuando realiza la acción. En su aspecto objetivo el tipo penal
se compone de elementos descriptivos y elementos normativos. En cuanto a los elementos
descriptivos el tipo penal del artículo 27 antes referido, contiene las amenazas, que es el acto de
dirigir contra una mujer o su familia, u otra persona íntimamente relacionada, la promesa de
causar un mal o daño, presente o futuro. Pero aparte de que debe concurrir las amenazas
dolosas, dirigidas contra una mujer o su familia, para que se configure el tipo penal, debe existir
entre el sujeto activo y el sujeto pasivo una relación de convivencia, que la norma define como
matrimonio, o una unión de hecho, sea que esta haya sido declarada o no. Los institutos del
matrimonio y la unión de hecho, son elementos normativos del tipo, cuya característica esencial
es que son conceptos jurídicos que se encuentran en la misma ley. En el caso del matrimonio y la
unión de hecho son conceptos normativos que se encuentran debidamente definidos en el
Código de Familia. Respecto de la unión de hecho, que es lo que se discute, se encuentra
regulado en el artículo 242 del Código de Familia, y aunque tiene el mismo objeto que el
matrimonio, pues es una forma de convivencia en pareja (hombre y mujer), para calificar como
unión de hecho debe reunir algunos requisitos, entre ellos que la unión tenga alguna
permanencia, por lo que exige al menos tres años de convivencia, el ser pública y notoria y sobre
todo, ser legalmente posible, esto es, no mediar entre los convivientes impedimentos, como la
existencia de una relación formalizada como el matrimonio. Estos son los requisitos para que la
unión de hecho sea declarada judicialmente como lo establece el artículo 243, y también puede
ser declarada vía notarial, pero como el tipo penal se refiere a la unión de hecho, declarada o
no, debe concluirse, que en uno u otro caso, debe existir una unión de hecho, sea que haya sido
declarada o no lo haya sido, pero de igual forma, debe cumplir con los parámetros que la ley
exige para denominarse unión de hecho. De lo señalado se evidencia que la relación existente
entre imputado y víctima no cumple con los requisitos que la ley exige para tener por configurada
la unión de hecho, por lo que el hecho acusado no encuadra dentro del tipo penal de amenazas
contra una mujer y esta atipicidad permite declarar sin lugar la pretensión fiscal, y calificar los
hechos a la contravención de amenazas personales, tal como lo ha hecho el Juez en la
sentencia. Es importante agregar al respecto, que el término unión de hecho también es
comúnmente aplicado a otro tipo de convivencias menos estables o relativamente pasajeras, y
podría considerarse que cuando el tipo penal del artículo 27 de estudio se refiere a unión de
hecho, entrarían dentro de esa categoría, todas las formas de convivencia en pareja, lo cual
permitiría dar una mayor cobertura a las víctimas de la violencia. Aunque es deseable que la
mujer sea protegida en forma especial por las normas penales, ante la grave situación patriarcal
de los tiempos actuales, esto no es posible vía interpretación, pues el principio de legalidad penal
no lo permite. Efectivamente, la aplicación de las sanciones penales del Estado a los ciudadanos
se rige por la regla genérica del principio de legalidad, entendido en su primera faceta que sólo a
través de la ley se pueden establecer delitos, y en sentido más estricto, que la ley debe ser
previa, clara y cierta, esto es, que en sus postulados debe tener la suficiente claridad para que el
ciudadano esté lo suficientemente enterado de cuál es la conducta que está prohibida, así
contenido en los artículos 39 y 40 Constitucional y 1 del Código Penal. Concretamente, el artículo
2 del Código Penal establece la prohibición de analogía, indicando que: "No podrá imponerse
sanción alguna, mediante la aplicación analógica de la ley penal", con lo cual prohibe
interpretaciones que permitirían hacer ingresar al tipo penal conductas similares o parecidas pero
no idénticas con las que contiene cada figura penal. Por ello, cuando el artículo 27 citado se
refiere a la unión de hecho, no es posible incluir aquellas relaciones genéricas de convivencia,
que aunque suelen llamarse como unión de hecho no reúnen los requisitos de ley, porque se
infringiría el numeral 2 del Código Penal y el artículo 2 del Código Procesal Penal, que manda que
la interpretación debe ser restrictiva. La interpretación amplia del concepto de unión de hecho
además, puede llevar a un concepto del todo indefinido, pues si calificamos como tales a todas
las formas de convivencia, una relación pasajera o de escaso tiempo entraría como unión
derecho, con lo cual el concepto se vacía de contenido y no permite al ciudadano conocer
entonces el alcance mínimo del tipo penal, lo cual atenta contra el principio de legalidad penal. "
(Tribunal de Casación Penal Segundo Circuito Judicial de San José. Res 2009-1218. En el mismo
sentido Res 2010-997 del mismo Tribunal). Por otra parte, sosteniendo el mismo criterio, pero
haciendo la salvedad en cuanto al delito de Incumplimiento de medida de protección, se ha dicho:
"En el sub examine, aún cuando no se estaba en presencia de una relación de hecho (debido a la
separación que ya experimentaba la pareja, y porque incluso, el encartado aparece casado con
otra persona -cfr. folio 14-), no por ello se puede afirmar que la aplicación de la Ley de
Penalización de Violencia contra las Mujeres constituya una errónea aplicación de la ley
sustantiva, como lo acusa el gestionante. En realidad, entre el delito de "incumplimiento de una
medida de protección" (artículo 43 de la Ley de Penalización de Violencia contra las Mujeres, Ley
8589) y el delito de "desobediencia" (artículo 307 del Código Penal) existe un concurso aparente
de normas; el primero desplaza la aplicación del segundo porque constituye una modalidad
especial de no cumple la orden impartida por un órgano jurisdiccional (el elemento especial radica
en que la orden judicial se dicta dentro de un proceso de violencia doméstica). En consecuencia,
aún cuando en este proceso no se esté dentro de una relación de matrimonio o de unión de
hecho (declarada o no) como lo establece el artículo 2 de la Ley 8589 (al aludir a su ámbito de
aplicación) y dado que el artículo 43 de la Ley 8589 no incluye ese elemento dentro del tipo
objetivo (estar casado o formar parte de una unión de hecho), es posible afirmar que el delito
de "incumplimiento de una medida de protección" -como se indicó supra- desplaza la aplicación
del delito de "desobediencia" porque constituye una modalidad especial de no cumplir la orden
impartida conforme la Ley contra la Violencia Doméstica (de aplicación en este caso frente a
agresiones o peligros de agresión dentro de una relación de pareja), acorde con los postulados
del principio de especialidad que existe cuando "... una disposición penal, que es la del tipo que
se aplica, contiene en sí todos los elementos de la disposición penal del tipo general, más uno o
más elementos especializantes, por medio de los cuales el legislador considera la acción bajo
puntos de vista distintos a aquellos tomados en cuenta a la hora de constituir el tipo general."
(CASTILLO GONZÁLEZ, Francisco, El concurso de delitos en el derecho penal costarricense,
Publicaciones de la Facultad de Derecho, Universidad de Costa Rica, San José, 1981, p. 37). Y en
este punto cabe llamar la atención acerca de cuál habrá sido el propósito del legislador, ya que la
figura del "incumplimiento de una medida de protección" es más favorable que la de
"desobediencia" en lo que concierne a la pena máxima, puesto que la primera se sanciona con
prisión de seis meses a dos años, mientras que para la segunda se contempla prisión de seis
meses a tres años. Que el autor mantuviera una unión de hecho (que en todo caso no existía
conforme a la ley) al momento de realizar la conducta no es un elemento objetivo del tipo penal
de "incumplimiento de una medida de protección" (a diferencia de otros tipos de esa ley especial
que sí contemplan ese elemento al describir las correspondientes conductas, cfr. artículos 21, 22,
23, 25, 26, 27, 29, 30, 31, 34, 35, 36, 37 y 38 de la Ley 8589). El artículo 2 de la Ley 8589 no le
adiciona al artículo 43 la necesidad de que el autor mantenga una unión de hecho al momento
de incumplir la orden" (Res 2010-879 Tribunal de Casación Penal del Segundo Circuito Judicial de
San José). Esta Cámara comparte el criterio de la jurisprudencia citada en cuanto indica que el
tipo penal del incumplimiento de medidas de protección no exige como elemento normativo del
tipo, la unión de hecho declarada o no, razón por la cual el a quo aplicó en forma correcta dicho
tipo penal. Sin embargo, considera éste Tribunal de Casación que aunque es muy respetable la
tesis sostenida por la jurisprudencia del Tribunal de Casación del Segundo Circuito Judicial de San
José en cuanto estimar que en el delito de amenazas contra mujer el elemento normativo "unión
de hecho declarada o no" debe definirse según el artículo 242 del Código de Familia, tal
interpretación no puede ser seguida por ésta Cámara en tanto existen normas de Derechos
Humanos de carácter Internacional reconocidas por Costa Rica, que definen de una manera más
amplia, lo que es la violencia contra la mujer en el seno de la familia, y que según el artículo 7 de
la Constitución Política, tienen un rango superior a la ley ordinaria. Dispone el artículo 3 de la Ley
de Penalización lo siguiente: "Constituyen fuentes de interpretación de esta Ley todos los
instrumentos internacionales de derechos humanos vigentes en el país, que tengan un valor
similar a la Constitución Política, los cuales, en la medida en que otorguen mayores derechos y
garantías a las personas, privan sobre la Constitución Política. En particular, serán fuentes de
interpretación de esta Ley: a) La Convención para la eliminación de todas las formas de
discriminación contra la mujer, Ley Nº 6968, de 2 de octubre de 1984. b) La Convención
interamericana para prevenir, sancionar y erradicar la violencia contra la mujer, Ley Nº 7499, de
2 de mayo de 1995" ( Convención Belém do Pará). Precisamente ésta última Convención en su
artículo 2 define el concepto de violencia contra la mujer, indicando que dicha violencia incluye la
que tenga lugar dentro de la familia o unidad doméstica o en cualquier otra relación
interpersonal, ya sea que el agresor comparta o haya compartido el mismo domicilio que la
mujer, y que comprende entre otros, violación, maltrato y abuso sexual". Si bien, es claro que la
Ley de Penalización se limitó a sancionar la violencia contra la mujer únicamente en el campo de
las relaciones de pareja, sin dar protección- como si lo hace la Convención Belém do Pará- a otros
campos como el laboral, el docente o las relaciones sociales comunes, sí resulta evidente que
dentro del ámbito doméstico el citado Instrumento Internacional tiene un concepto más amplio
de las relaciones de hecho, que el artículo 242 del Código de Familia que exige requisitos tales
como tres años de convivencia y libertad de estado de los convivientes, que dejan por fuera a la
mayor parte de las uniones de hecho existentes en el país. Al estipular el artículo 3 de la Ley de
Penalización que una de las fuentes de interpretación de la ley, es la Convención Belém do Pará,
la cual como se advierte contiene un concepto menos restrictivo de unión de hecho o relación de
pareja que el del Código de Familia, por ser la primera un Tratado Internacional, y remitir la ley a
ese cuerpo normativo para su interpretación, resulta claro que no puede aplicarse el concepto
restrictivo de unión de hecho del 242 del Código de Familia, a efectos de interpretar el tipo
penal del artículo 27 de la Ley de Penalización (En ese mismo sentido, cfr. Res 2010-1416 Sala
Tercera). Por otra parte, tal y como lo interpreta la doctrina nacional: "La unión de hecho
regular del artículo 242 del Código de Familia no puede dar contenido al concepto de unión de
hecho declarada o no de la Ley de Penalización, porque acoger el artículo citado como contenido
del elemento normativo de los tipos penales tendría como consecuencia una restricción
inaceptable del ámbito de aplicación de la ley de Penalización, al definir su aplicación a partir de
criterios como: el tiempo de convivencia que se fija en tres años y la libertad de estado de los
convivientes, que resultan irrelevantes para otros efectos que no sean los estrictamente
patrimoniales que se mencionan en la propia norma y los del artículo 245 que se refieren a la
posibilidad de solicitarse alimentos los convivientes luego de reconocida la unión" (CASAS
ZAMORA Linda. Los tipos penales en la ley de penalización de la violencia contra las mujeres En:
Antología: La Penalización de la Violencia contra las mujeres. Universidad de Costa Rica. Escuela
Judicial. pp 299). El artículo 242 del Código de Familia regula los requisitos de la unión de hecho
regular, para efectos patrimoniales, pero no es aplicable para determinar el contenido del
elemento normativo de los tipos penales de la Ley de Penalización. En el presente caso, se ha
demostrado según el fallo, con las declaraciones de la ofendida, del testigo D. y la testigo F ,
que existió una convivencia entre el imputado y la víctima por espacio de tres a cuatro meses y
que éste la amenazó con ahorcarla si ingresaba a la vivienda. Así mismo, que incumplió con las
medidas de protección que le fueron impuestas luego de ese primer incidente, esto en tres
ocasiones (folios 119-120 vuelto). Por ende, se han configurado tanto los tres delitos de
Incumplimiento de medida de protección como el delito de Amenazas contra mujer, sin que sea
de recibo la tesis del recurrente en el sentido de que por no reunir la unión de hecho entre el
imputado y la ofendida los requisitos del artículo 242 del Código de Familia, las conductas
resulten atípicas.”
Clasificación elaborada por el Digesto de Jurisprudencia del Poder Judicial. Prohibida su reproducción y/o
distribución
en
forma
onerosa.
Tomado del Sistema Costarricense de Información Jurídica el: 16/3/2012 2:08:08 PM
Res: 2011-037
Exp: 08-001005-0455-PE
Tribunal de Casación Penal de Cartago. A las quince horas cinco minutos del
nueve de febrero de dos mil once.
Recurso de casación interpuesto en la presente causa seguida contra A
, mayor,
convive en unión libre, nacido el xxx , con cédula de identidad número xxx , por el
delito de Amenazas contra Mujer y otros, en perjuicio de Y . Intervienen en la
decisión del recurso, los jueces Rónald Cortés Coto, Guillermo Sojo Picado y Frezie
María Jiménez Bolaños. Se apersonó en casación, el licenciado Denis Ávila Espinoza
en calidad de defensor público del encausado.
Resultando :
1. Que mediante sentencia No. 71-2010 de las trece horas quince minutos del ocho
de setiembre de dos mil diez, el Tribunal de Juicio de Golfito, resolvió: "POR
TANTO: De conformidad con lo expuesto, artículos 39 y 41 de la Constitución
Política; 1, 4, 11, 14, 16, 18, 19, 21, 30, 45, 50, 51, 71 a 74, 76 del Código Penal;
1, 2, 27, 43 y 46 de la Ley de Penalización de la Violencia contra las Mujeres; 1 y 3
de la Ley contra la Violencia Doméstica; 1, 2, 3, 4, 5, 6, 8, 13, 141, 142, 360, 361,
363, 364, 365 y 367 del Código Procesal Penal, SE DECLARA A
A, AUTOR
RESPONSABLE DE UN DELITO DE AMENAZAS CONTRA MUJER Y TRES
DELITOS DE INCUMPLIMIENTO DE UNA MEDIDA DE PROTECCIÓN, EN
CONCURSO MATERIAL, cometidos en perjuicio de Y , y en tal carácter se le
impone como sanción el tanto de SEIS MESES DE PRISIÓN POR CADA UNO DE
ELLOS, PARA UN TOTAL DE VEINTICUATRO MESES, QUE EN APLICACIÓN DE
LAS REGLAS DEL CONCURSO MATERIAL, SE FIJAN EN DIECIOCHO MESES
DE PRISIÓN. Pena que deberá descontar previo abono de la preventiva sufrida, en
el lugar y forma que determinen los respectivos reglamentos penitenciarios. Son los
gastos del proceso a cargo del Estado. Mediante lectura notifíquese. Karla María
Vanegas Avilés. Jueza Penal de Juicio ."
(sic)
2. Que contra el anterior pronunciamiento, el licenciado Denis Ávila Espinoza
interpuso el recurso de casación.
3. Que verificada la deliberación respectiva de conformidad con lo dispuesto por el
artículo 465 del Código Procesal Penal, el Tribunal se planteó las cuestiones
formuladas en el recurso.
4. Que en los procedimientos se han observado las prescripciones legales
pertinentes.
Redacta el Juez Cortés Coto, y;
Considerando:
I- El recurso de casación reúne los requisitos establecidos por los numerales 437,
458, 460 a 462, del Código Procesal Penal por lo que se entra a conocer de sus
motivos.
II- En su primer motivo del recurso, el Licenciado Denis Ávila Espinoza,
defensor público del encartado A.
alega falta de fundamentación probatoria
intelectiva. Arguye que la sentencia posee fundamentación probatoria descriptiva y
jurídica, pero en lo que atañe a la intelectiva es insuficiente. Luego de transcribir un
párrafo de la sentencia, indica que esa cita es la única fundamentación que hace la
juzgadora sobre la credibilidad de la ofendida. Aduce que el Tribunal le cree a la
víctima solo porque el imputado era su ex pareja, sin relacionar su testimonio con
el de otros testigos. Sin lugar el reclamo. El recurrente cita en apoyo de su tesis
un párrafo aislado del fallo, para sostener que lo allí consignado constituyen las
únicas razones que dio la juzgadora para sostener la responsabilidad del imputado
en los hechos acusados. Sin embargo, la sentencia contiene una amplia
fundamentación en donde el Tribunal no solo ponderó la versión de la víctima, sino
que sustenta su credibilidad con la coincidencia de su relato con el de otros testigos
tales como F.
y D.
así como la prueba documental incorporada al debate. En
cuanto a los incumplimientos de medida de protección, la sentencia señala: " En lo
que respecta a los incumplimientos de las medidas de protección decretas en favor
de Y , por el Juzgado de Violencia Doméstica de Golfito, mediante resolución de las
vintitrés horas treinta minutos del cuatro de julio del dos mil ocho, tenemos: Esta
juzgadora tiene por cierto que el imputado el día veinticinco de julio del dos mil
ocho, al ser aproximadamente las dieciocho horas, se presentó al Hospital de
Golfito, lugar de trabajo de la ofendida, se sentó en las bancas al frente de la
Farmacia -departamento en que labora la protegida-, y consultó a la doctora F.
por Y
, indicándole a la citada profesional que deseaba hablar con la ofendida. No
hay la más mínima duda al respecto. Primeramente, el mismo imputado en su
declaración ante este Tribunal, acepta que se hizo presente en la Farmacia del
hospital en que labora la protegida -aunque intenta justifica tal actuación en la
petición de la propia ofendida-, que preguntó por ella a una muchacha y que no
salió, ni corrió de ahí porque no debe nada para correr. Sin embargo, él tenía
conocimiento de que no podía presentarse al centro de trabajo de Y , por cuanto la
resolución del Juzgado de Violencia Doméstica que le fuera notificada el día cinco de
julio del dos mil ocho, era clara en cuanto a esta prohibición, siendo que el
encartado acepta que entendió las medidas. La lógica indica que si me notifican
unas medidas de protección, siendo que en la resolución se me informa de los
alcances legales de índole penal a los que me puedo ver sometido ante el
incumplimiento, por más petición que me realice quien interpuso la medida de
encontrarme con ella, no me voya a riesgar y no voy a incumplir las medidas. Es
más, el imputado cae en un contrasentido, según él, ante la solicitud de Y.
de
recoger unas cosas, le manifiesta a la ofendida que no puede llegar a la casa de
ésta, pero sí llega al centro de trabajo de ella. ¿Por qué hacer esa diferenciación,
cuando al resolución es clara que no podía hacerse presente en ninguno de los dos
lugares? Esto determina que el encartado con pleno conocimiento de las
consecuencias de sus actos, y de que, por tanto, estaba incumplimiendo con la
orden judicial, se hace presente en la Farmacia del hospital y solicita hablar con la
ofendida. Este hecho también es relatado por la testigo Y, la muchacha con quien
el imputado conversó en el nosocomio, y quien señala que A.
llegó a la farmacia a
buscar a Y , y que le dijo que si le hacía el favor de llamarla. La testigo manifiesta
que entró al despacho y le indicó a la ofendida que la buscaban, que ella se asomó
y cuando vio al imputado, le dijo que ella no iba a salir, se puso nerviosa y fue
cuando le explicó que tenía medidas de protección en contra de él y que, por tanto,
él no podía estar ahí. También nos indica que Y.
le solicita decirle al imputado que
ella ya va a salir, siendo que en su lugar, procede a llamar a la policía. Manifiesta
un hecho importante, y es que la sola presencia de A
, hizo que la ofendida se
alterara, se pusiera como comiéndose las uñas y que no hallara qué hacer. Y es que
hay que tener claro que, contrariamente a lo que parece entender el imputado,
para que se de el incumplimiento de las medidas de protección, no necesita actuar
en forma violenta en contra de la ofendida, o entrar gritando a la Farmacia del
hospital en búsqueda de ella, bastaba su sola presencia para que el incumplimiento
se configurara, aun y cuando llegara en forma pacífica. Es más, la ofendida Y ,
ante esta sede también señaló que el imputado la había amenazado con que si no
quitaba la denuncia, iba a ir a su centro de trabajo a hacer un alboroto; bien, el
encartado, en forma parcial, cumplió su ameneza, se hizo presente al lugar de
trabajo de la protegida, lo cual originó que esta llamara a la policía. De hecho, el
testigo Carlos Alberto Gutiérrez Montiel -oficial de la Fuerza Pública al momento de
los hechos- también acredita la realización de este hecho. Este testigo señala que
recibieron la denuncia de la protegida, por cuanto el imputado llegó al hospital a
molestarla, que cuando ellos llegaron al lugar, él ya no se encontraba por lo que no
detuvieron, pero que, cuando regresaron al Comando, él ya estaba detenido. Este
testigo, respecto a esa situación en concreto -localización del imputado en el
hospital y detención-, muestra inseguridades que en última instancia se subsanan
con la documentación oficial que al respecto tuvo que confeccionarse y que luego se
verá, y lo cual debe deberse no sólo al transcurso del tiempo si no a la cantidad de
incidencias que normalmente atiende un oficial de la Fuerza Pública. Nos indica que
los hechos se dieron entre julio y/o agosto del dos mil ocho, en horas de la noche.
En
todo
caso,
la
prueba
documental
constante
en
autos,
determina
específicamente, las circunstancias de tiempo, además que aclaran, como se
señaló, algunos aspectos dichos por el testigo Gutiérrez Montiel. En la denuncia
penal de folios 1 a 3, la ofendida indica que a las diecicho horas del veinticinco de
julio del dos mil ocho, luego de recibir varias llamadas telefónicas del imputado,
éste se hizo presente en el hospital de Golfito y se sentó en las bancas ubicadas
frente a la Farmacia donde ella labora, siendo que la doctora F.
le avisó que A.
había preguntado por ella, agrega que él le hizo señas para que saliera, le dio
temor y llamó a la policía. Por su parte, el Informe de la Fuerza Pública Nº 512-08PPG (folios 25 y 26) y la Recepción de Denuncia Nº 237-08 PPG (folios 27 y 28),
acreditan tal situación. Incluso, en el primero de ellos, la autoridad correspondiente
señala "... se observa, al supuesto agresor en la entrada del Hospital, se identifica y
se aprehende en el lugar y se le hace saber el motivo de la aprehención
aprehendido al ser las 18:28 hrs, y se recibe denuncia de la supuesta ofendida, y se
le comunica al fiscal Licenciado Yhoni Rodríguez Vega. Manifiesta dejarlo detenido
para presentarlo el día de mañana a las 08:30 hrs."; y, en el segundo, la ofendida
manifiesta su intención de denunciar al imputado por tales hechos, pero esta vez
en sede penal. Es más, lo manifestado a los oficiales por parte de la ofendida, en
cuanto a la recepción de llamadas telefónicas realizadas por el imputado, se
corrobora con el Informe de la Fuerza Pública Nº 13502-08 del mismo veinticinco
de julio (folios 37 a 39), en el cual se indica que el licenciado Johnny Rodríguez
Vega, Fiscal de Golfito, alertó que el imputado, que en ese momento estaba
detenido, estaba realizando llamadas telefónicas de su celular, ofendiendo a Y ,
siendo que los oficiales verifican la posesión del teléfono y proceden a decomisarlo
(Acta de decomiso, secuestro o hallazgo de folio 39). En otras palabras, en efecto,
tal y como se indicó, el imputado incumplió las medidas de protección impuestas en
su contra por parte del Juzgado de Violencia Doméstica de Golfito mediante la
resolución de las veintitrés horas treinta minutos del cuatro de julio del dos mil
ocho, al hacerse presente, el día veinticinco de julio, al centro de trabajo de la
ofendida y preguntar por ella" (folios 122-123). Como se colige de lo transcrito, la
primera
acción
de
incumplimiento
de medida
de
protección se encuentra
ampliamente fundamentada por el Tribunal, no solo en el testimonio de la ofendida,
del cual hace un análisis completo en cuanto a su credibilidad, sino que su dicho se
ve respaldado tanto por la testigo F
, como por el oficial de Policía que atendió el
asunto. Lo propio ocurre con relación a los otros dos incumplimientos de medida de
protección en los cuales el encartado por la vía telefónica llama a la víctima y la
amenaza con que la va a matar. En estos hechos no solo el Tribunal pondera la
declaración de la ofendida, sino su coincidencia con las denuncias presentadas, la
declaración de la oficial de policía Noyli Mora, además que en el caso de la acción
realizada el 28 de julio de 2008, se contó con un informe del Instituto Costarricense
de Electricidad en el cual se detalló que del teléfono celular del encartado se
realizaron ese día cinco llamadas al celular de la ofendida, tres de ellas en horas de
la mañana (folios 123-124). De allí que no lleva razón el recurrente, pues la
fundamentación de la sentencia es más que completa.
III- En su segundo motivo, la defensa alega violación del Principio del In dubio
pro reo. Indica que el Tribunal no valoró de forma adecuada la declaración de su
defendido A , en cuando éste dijo que su esposa es K
, que tiene dieciséis años
de estar con ella y tienen un hijo. Que esa declaración no fue desvirtuada por la
Fiscalía, sino que más bien se vio reforzada por K , quien dijo que siempre ha
convivido con su esposo y que es la ofendida quien se ha interpuesto en la relación.
Por otra parte el recurrente aduce que la testigo F , dijo que el actual compañero
de la ofendida es D , situación que viene a poner en duda la relación que su
representado tenía con la denunciante, pues entonces no se sabe que tipo de
relación sentimental tenían encartado y ofendida. Estima la defensa que existe
duda sobre la existencia de una relación de hecho como la que exige la Ley de
Penalización de la Violencia Doméstica y establece el artículo 242 y 243 del Código
de Familia. Agrega que la víctima no tenía capacidad legal de poder formalizar una
relación de hecho estable, pacífica y notoria con el acusado en tanto se mantenía
casada con el señor D.
para el momento de los hechos. Por ello, solicita se
absuelva de toda pena y responsabilidad a su defendido. El motivo se rechaza. La
sentencia tiene por acreditado que entre el imputado A.
y la ofendida Y.
existía
una relación de hecho que tenía entre tres y cuatro meses cuando suceden los
hechos (folio 120 vuelto). Lo propio se desprende de la denuncia interpuesta por la
víctima a folio 2. La defensa alega que existe duda sobre el hecho de que el
encartado y la ofendida tuvieran una relación de hecho. Esa duda la sustenta en el
dicho del encartado y su conviviente K , quienes dijeron que han vivido dieciséis
años juntos y que nunca se han separado. También argumenta el recurrente que la
ofendida se encontraba casada con D , por ende no reunía las condiciones legales
para formar una unión de hecho en los términos del artículo 242 del Código de
Familia, tal y como lo exige el artículo 2 de la Ley de Penalización de la Violencia
Doméstica. En primer término, debe decirse que de la declaración del testigo D.
se desprende que para el momento de los hechos, ya no era el esposo de la
ofendida, situación que corroboró ésta Cámara mediante consulta electrónica
realizada al Registro Civil y que se adjunta al expediente. Por ende, ese
impedimento, no existía. Ahora bien, el punto jurídico planteado por el recurrente
en cuanto a que es necesario que se reúnan las condiciones establecidas por el
artículo 242 del Código de Familia, para que exista una unión de hecho, ya ha sido
objeto de discusión en la jurisprudencia nacional. En ese sentido, la mayor parte de
la jurisprudencia de casación ha indicado que la "unión de hecho declarada o no"
es un elemento normativo de los tipos penales de la Ley de Penalización de la
Violencia contra las Mujeres y por ende, aplicando el principio de legalidad, y
estando definido en el ordenamiento jurídico el concepto de unión de hecho, se ha
estimado que aquellas relaciones de pareja que no reúnan esas condiciones están
fuera de la aplicación de la Ley de Penalización de Violencia contra las Mujeres. Se
ha hecho la excepción del artículo 43 de la Ley que prevee el delito de
Incumplimiento de Medidas de Protección, por no exigir ese tipo penal que el
incumplimiento de la medida se de dentro de una relación de matrimonio o unión
de hecho declarada o no. En ese sentido se ha indicado: " El tipo penal que se
pidió aplicar es el del artículo 27 de la Ley de Penalización de la Violencia contra la
Mujer, que establece: "Amenazas contra una mujer. Quien amenace con lesionar un
bien jurídico de una mujer o de su familia o una tercera persona íntimamente
vinculada, con quien mantiene una relación de matrimonio, en unión de hecho
declarada o no, será sancionado con pena de prisión de seis meses a dos años."
Está demostrado en el fallo que el encartado mantenía una relación de convivencia
con la ofendida y que se dieron las amenazas acusadas, por lo que el tema a
dilucidar es la calificación legal, en donde corresponde examinar los elementos del
tipo penal. En el aspecto subjetivo el tipo penal de amenazas es una figura dolosa,
de manera que exige un mínimo de conocimiento y voluntad de parte del sujeto
activo cuando realiza la acción. En su aspecto objetivo el tipo penal se compone de
elementos descriptivos y elementos normativos. En cuanto a los elementos
descriptivos el tipo penal del artículo 27 antes referido, contiene las amenazas, que
es el acto de dirigir contra una mujer o su familia, u otra persona íntimamente
relacionada, la promesa de causar un mal o daño, presente o futuro. Pero aparte de
que debe concurrir las amenazas dolosas, dirigidas contra una mujer o su familia,
para que se configure el tipo penal, debe existir entre el sujeto activo y el sujeto
pasivo una relación de convivencia, que la norma define como matrimonio, o una
unión de hecho, sea que esta haya sido declarada o no. Los institutos del
matrimonio y la unión de hecho, son elementos normativos del tipo, cuya
característica esencial es que son conceptos jurídicos que se encuentran en la
misma ley. En el caso del matrimonio y la unión de hecho son conceptos
normativos que se encuentran debidamente definidos en el Código de Familia.
Respecto de la unión de hecho, que es lo que se discute, se encuentra regulado
en el artículo 242 del Código de Familia, y aunque tiene el mismo objeto que el
matrimonio, pues es una forma de convivencia en pareja (hombre y mujer), para
calificar como unión de hecho debe reunir algunos requisitos, entre ellos que la
unión tenga alguna permanencia, por lo que exige al menos tres años de
convivencia, el ser pública y notoria y sobre todo, ser legalmente posible, esto es,
no mediar entre los convivientes impedimentos, como la existencia de una relación
formalizada como el matrimonio. Estos son los requisitos para que la unión de
hecho sea declarada judicialmente como lo establece el artículo 243, y también
puede ser declarada vía notarial, pero como el tipo penal se refiere a la unión de
hecho, declarada o no, debe concluirse, que en uno u otro caso, debe existir una
unión de hecho, sea que haya sido declarada o no lo haya sido, pero de igual
forma, debe cumplir con los parámetros que la ley exige para denominarse unión
de hecho. De lo señalado se evidencia que la relación existente entre imputado y
víctima no cumple con los requisitos que la ley exige para tener por configurada la
unión de hecho, por lo que el hecho acusado no encuadra dentro del tipo penal
de amenazas contra una mujer y esta atipicidad permite declarar sin lugar la
pretensión fiscal, y calificar los hechos a la contravención de amenazas personales,
tal como lo ha hecho el Juez en la sentencia. Es importante agregar al respecto,
que el término unión de hecho también es comúnmente aplicado a otro tipo de
convivencias menos estables o relativamente pasajeras, y podría considerarse que
cuando el tipo penal del artículo 27 de estudio se refiere a unión de hecho,
entrarían dentro de esa categoría, todas las formas de convivencia en pareja, lo
cual permitiría dar una mayor cobertura a las víctimas de la violencia. Aunque es
deseable que la mujer sea protegida en forma especial por las normas penales,
ante la grave situación patriarcal de los tiempos actuales, esto no es posible vía
interpretación, pues el principio de legalidad penal no lo permite. Efectivamente, la
aplicación de las sanciones penales del Estado a los ciudadanos se rige por la regla
genérica del principio de legalidad, entendido en su primera faceta que sólo a
través de la ley se pueden establecer delitos, y en sentido más estricto, que la ley
debe ser previa, clara y cierta, esto es, que en sus postulados debe tener la
suficiente claridad para que el ciudadano esté lo suficientemente enterado de cuál
es la conducta que está prohibida, así contenido en los artículos 39 y 40
Constitucional y 1 del Código Penal. Concretamente, el artículo 2 del Código Penal
establece la prohibición de analogía, indicando que: "No podrá imponerse sanción
alguna, mediante la aplicación analógica de la ley penal", con lo cual prohibe
interpretaciones que permitirían hacer ingresar al tipo penal conductas similares o
parecidas pero no idénticas con las que contiene cada figura penal. Por ello, cuando
el artículo 27 citado se refiere a la unión de hecho, no es posible incluir aquellas
relaciones genéricas de convivencia, que aunque suelen llamarse como unión de
hecho no reúnen los requisitos de ley, porque se infringiría el numeral 2 del Código
Penal y el artículo 2 del Código Procesal Penal, que manda que la interpretación
debe ser restrictiva. La interpretación amplia del concepto de unión de hecho
además, puede llevar a un concepto del todo indefinido, pues si calificamos como
tales a todas las formas de convivencia, una relación pasajera o de escaso tiempo
entraría como unión derecho, con lo cual el concepto se vacía de contenido y no
permite al ciudadano conocer entonces el alcance mínimo del tipo penal, lo cual
atenta contra el principio de legalidad penal. " (Tribunal de Casación Penal Segundo
Circuito Judicial de San José. Res 2009-1218. En el mismo sentido Res 2010-997
del mismo Tribunal). Por otra parte, sosteniendo el mismo criterio, pero haciendo la
salvedad en cuanto al delito de Incumplimiento de medida de protección, se ha
dicho: "En el sub examine, aún cuando no se estaba en presencia de una relación
de hecho (debido a la separación que ya experimentaba la pareja, y porque
incluso, el encartado aparece casado con otra persona -cfr. folio 14-), no por ello se
puede afirmar que la aplicación de la Ley de Penalización de Violencia contra las
Mujeres constituya una errónea aplicación de la ley sustantiva, como lo acusa el
gestionante. En realidad, entre el delito de "incumplimiento de una medida de
protección" (artículo 43 de la Ley de Penalización de Violencia contra las Mujeres,
Ley 8589) y el delito de "desobediencia" (artículo 307 del Código Penal) existe un
concurso aparente de normas; el primero desplaza la aplicación del segundo porque
constituye una modalidad especial de no cumple la orden impartida por un órgano
jurisdiccional (el elemento especial radica en que la orden judicial se dicta dentro
de un proceso de violencia doméstica). En consecuencia, aún cuando en este
proceso no se esté dentro de una relación de matrimonio o de unión de hecho
(declarada o no) como lo establece el artículo 2 de la Ley 8589 (al aludir a su
ámbito de aplicación) y dado que el artículo 43 de la Ley 8589 no incluye ese
elemento dentro del tipo objetivo (estar casado o formar parte de una unión de
hecho), es posible afirmar que el delito de "incumplimiento de una medida de
protección"
-como
se
indicó
supra-
desplaza
la
aplicación
del
delito
de
"desobediencia" porque constituye una modalidad especial de no cumplir la orden
impartida conforme la Ley contra la Violencia Doméstica (de aplicación en este caso
frente a agresiones o peligros de agresión dentro de una relación de pareja), acorde
con los postulados del principio de especialidad que existe cuando "... una
disposición penal, que es la del tipo que se aplica, contiene en sí todos los
elementos de la disposición penal del tipo general, más uno o más elementos
especializantes, por medio de los cuales el legislador considera la acción bajo
puntos de vista distintos a aquellos tomados en cuenta a la hora de constituir el
tipo general."
(CASTILLO GONZÁLEZ, Francisco, El concurso de delitos en el derecho penal
costarricense, Publicaciones de la Facultad de Derecho, Universidad de Costa Rica,
San José, 1981, p. 37). Y en este punto cabe llamar la atención acerca de cuál
habrá sido el propósito del legislador, ya que la figura del "incumplimiento de una
medida de protección" es más favorable que la de "desobediencia" en lo que
concierne a la pena máxima, puesto que la primera se sanciona con prisión de seis
meses a dos años, mientras que para la segunda se contempla prisión de seis
meses a tres años. Que el autor mantuviera una unión de hecho (que en todo
caso no existía conforme a la ley) al momento de realizar la conducta no es un
elemento objetivo del tipo penal de "incumplimiento de una medida de protección"
(a diferencia de otros tipos de esa ley especial que sí contemplan ese elemento al
describir las correspondientes conductas, cfr. artículos 21, 22, 23, 25, 26, 27, 29,
30, 31, 34, 35, 36, 37 y 38 de la Ley 8589). El artículo 2 de la Ley 8589 no le
adiciona al artículo 43 la necesidad de que el autor mantenga una unión de hecho
al momento de incumplir la orden" (Res 2010-879 Tribunal de Casación Penal del
Segundo Circuito Judicial de San José). Esta Cámara comparte el criterio de la
jurisprudencia citada en cuanto indica que el tipo penal del incumplimiento de
medidas de protección no exige como elemento normativo del tipo, la unión de
hecho declarada o no, razón por la cual el a quo aplicó en forma correcta dicho tipo
penal. Sin embargo, considera éste Tribunal de Casación que aunque es muy
respetable la tesis sostenida por la jurisprudencia del Tribunal de Casación del
Segundo Circuito Judicial de San José en cuanto estimar que en el delito de
amenazas contra mujer el elemento normativo "unión de hecho declarada o no"
debe definirse según el artículo 242 del Código de Familia, tal interpretación no
puede ser seguida por ésta Cámara en tanto existen normas de Derechos Humanos
de carácter Internacional reconocidas por Costa Rica, que definen de una manera
más amplia, lo que es la violencia contra la mujer en el seno de la familia, y que
según el artículo 7 de la Constitución Política, tienen un rango superior a la ley
ordinaria. Dispone el artículo 3 de la Ley de Penalización lo siguiente: "Constituyen
fuentes de interpretación de esta Ley todos los instrumentos internacionales de
derechos humanos vigentes en el país, que tengan un valor similar a la Constitución
Política, los cuales, en la medida en que otorguen mayores derechos y garantías a
las personas, privan sobre la Constitución Política. En particular, serán fuentes de
interpretación de esta Ley: a) La Convención para la eliminación de todas las
formas de discriminación contra la mujer, Ley Nº 6968, de 2 de octubre de 1984.
b) La Convención interamericana para prevenir, sancionar y erradicar la violencia
contra la mujer, Ley Nº 7499, de 2 de mayo de 1995" ( Convención Belém do
Pará). Precisamente ésta última Convención en su artículo 2 define el concepto de
violencia contra la mujer, indicando que dicha violencia incluye la que tenga lugar
dentro de la familia o unidad doméstica o en cualquier otra relación interpersonal,
ya sea que el agresor comparta o haya compartido el mismo domicilio que la mujer,
y que comprende entre otros, violación, maltrato y abuso sexual". Si bien, es claro
que la Ley de Penalización se limitó a sancionar la violencia contra la mujer
únicamente en el campo de las relaciones de pareja, sin dar protección- como si lo
hace la Convención Belém do Pará- a otros campos como el laboral, el docente o
las relaciones sociales comunes, sí resulta evidente que dentro del ámbito
doméstico el citado Instrumento Internacional tiene un concepto más amplio de las
relaciones de hecho, que el artículo 242 del Código de Familia que exige requisitos
tales como tres años de convivencia y libertad de estado de los convivientes, que
dejan por fuera a la mayor parte de las uniones de hecho existentes en el país. Al
estipular el artículo 3 de la Ley de Penalización que una de las fuentes de
interpretación de la ley, es la Convención Belém do Pará, la cual como se advierte
contiene un concepto menos restrictivo de unión de hecho o relación de pareja
que el del Código de Familia, por ser la primera un Tratado Internacional, y remitir
la ley a ese cuerpo normativo para su interpretación, resulta claro que no puede
aplicarse el concepto restrictivo de unión de hecho del 242 del Código de Familia,
a efectos de interpretar el tipo penal del artículo 27 de la Ley de Penalización (En
ese mismo sentido, cfr. Res 2010-1416 Sala Tercera). Por otra parte, tal y como lo
interpreta la doctrina nacional: "La unión de hecho regular del artículo 242 del
Código de Familia no puede dar contenido al concepto de unión de hecho
declarada o no de la Ley de Penalización, porque acoger el artículo citado como
contenido del elemento normativo de los tipos penales tendría como consecuencia
una restricción inaceptable del ámbito de aplicación de la ley de Penalización, al
definir su aplicación a partir de criterios como: el tiempo de convivencia que se fija
en tres años y la libertad de estado de los convivientes, que resultan irrelevantes
para otros efectos que no sean los estrictamente patrimoniales que se mencionan
en la propia norma y los del artículo 245 que se refieren a la posibilidad de
solicitarse alimentos los convivientes luego de reconocida la unión" (CASAS
ZAMORA Linda. Los tipos penales en la ley de penalización de la violencia contra las
mujeres En: Antología: La Penalización de la Violencia contra las mujeres.
Universidad de Costa Rica. Escuela Judicial. pp 299). El artículo 242 del Código de
Familia regula los requisitos de la unión de hecho regular, para efectos
patrimoniales, pero no es aplicable para determinar el contenido del elemento
normativo de los tipos penales de la Ley de Penalización. En el presente caso, se ha
demostrado según el fallo, con las declaraciones de la ofendida, del testigo D.
y
la testigo F , que existió una convivencia entre el imputado y la víctima por espacio
de tres a cuatro meses y que éste la amenazó con ahorcarla si ingresaba a la
vivienda. Así mismo, que incumplió con las medidas de protección que le fueron
impuestas luego de ese primer incidente, esto en tres ocasiones (folios 119-120
vuelto). Por ende, se han configurado tanto los tres delitos de Incumplimiento de
medida de protección como el delito de Amenazas contra mujer, sin que sea de
recibo la tesis del recurrente en el sentido de que por no reunir la unión de hecho
entre el imputado y la ofendida los requisitos del artículo 242 del Código de Familia,
las conductas resulten atípicas. En consecuencia, se declara sin lugar el motivo.
IV-
En
su tercer motivo
por
la
forma, el
recurrente
alega
falta
de
fundamentación de la pena. Indica que es necesario que el Tribunal exponga las
razones por las cuáles se escoge una determinada pena y un determinado monto
de ella, sin lo anterior, no existe fundamentación. Agrega que en el caso concreto,
el Tribunal no dijo en la sentencia el por qué se le impone a su defendido una pena
más gravosa como es la prisión, existiendo la posibilidad de aplicar una medida
alternativa, al sancionarse a su defendido por delitos cuya pena no sobrepasa los
dos años de prisión. Solicita se anule la sentencia en ese aspecto, y se ordene el
reenvío para su nueva sustanciación. Con lugar el reclamo. Esta Cámara ha sido
clara en cuanto a que si el delito aplicado permite la imposición de penas
alternativas a la prisión, debe el Tribunal exponer las razones por las cuales impone
una pena de prisión y no la pena alternativa, con el objeto de que las partes
puedan conocer los motivos que tuvo el juzgador para aplicar la sanción de mayor
gravedad. En ese sentido se indicó: "Cuando se imponga una pena de prisión de
tres años o menos, el tribunal podrá sustituir la pena privativa de libertad por una
medida alternativa de prestación de servicios de utilidad pública que podrá ser
desde doscientas (200) horas hasta novecientas cincuenta (950) horas de servicio,
en los lugares y la forma señalados en el artículo 71 ter de la Ley de Tránsito por
vías públicas terrestres, número 7331, de 13 de abril de 1993 y sus reformas". De
manera que la norma otorga la facultad al juzgador de imponer una pena
alternativa en sustitución de la pena principal, que es la pena de prisión, cuando en
cualquiera de las acciones señaladas como punibles en el artículo citado, se
imponga una pena de tres años o menos. En ese sentido, ha sido jurisprudencia
reiterada de ésta Cámara, el exigir que el Tribunal en estos casos, exponga las
razones por las cuales decide no sustituir la pena de prisión impuesta, con el fin de
que las partes puedan controlar los motivos expuestos, y verificar el cumplimiento
de las finalidades de la pena en cada caso concreto. En el presente asunto, el
Tribunal se limitó a enunciar los presupuestos establecidos en el artículo 71 del
Código Penal, para concluir que le debe imponer la pena mínima de un año de
prisión al encartado, pero no realizó consideración alguna sobre si era procedente
sustituir tal pena por la pena alternativa de prestación de servicios de utilidad
pública. Lo anterior generó un agravio al imputado en el tanto las consecuencias de
una pena y otra son totalmente distintas. Por ello, se debe acoger el motivo,
declarando con lugar el recurso en ese aspecto, anulando la sentencia en forma
parcial, únicamente en lo que atañe a la imposición de la pena de un año de prisión
al encartado" (Res 2010-150 Tribunal de Casación de Cartago). En el caso
concreto, el Tribunal en su sentencia expone las razones por las cuales le impone la
pena de seis meses de prisión por cada delito al encartado, pero no indica cuáles
fueron los motivos por los que descartó el reemplazo de esa sanción por una de
tipo alternativo, pese a que la pena impuesta fue menor a tres años de prisión y el
imputado es primario en materia de violencia doméstica, pues si bien tiene un
antecedente penal (folio 93) no lo es por un delito de esta naturaleza. Por lo
anterior, la sentencia en el aspecto de imposición de la pena, resulta ayuna de
fundamentación, razón por la cual se acoge el motivo, y se anula la sentencia en
forma parcial en lo que respecta a la imposición de la pena de seis meses de prisión
por cada uno de los delitos de Incumplimiento de medida de protección y el delito
de amenazas contra mujer, y en su lugar se ordena el reenvío para su nueva
sustanciación en ese aspecto.
Por tanto:
Se declaran sin lugar los motivos primero y segundo del recurso de casación
presentado por la defensa del imputado A . Se declara con lugar el tercer motivo
de casación. Se anula la sentencia en forma parcial en lo que atañe a la imposición
de la pena de seis meses de prisión por cada uno de los delitos de Incumplimiento
de medida de protección y por el delito de Amenazas contra Mujer y en su lugar se
ordena el reenvío para una nueva sustanciación en ese aspecto. En lo demás la
sentencia permanece incólume. NOTIFÍQUESE.
Rónald Cortés Coto
Guillermo Sojo Picado Frezie María Jiménez Bolaños
Jueces del Tribunal de Casación Penal
Exp. 08-001005-0455-PE
C/: A.
Of/:Y.
D/: Amenazas contra Mujer y otros
Jaos
Es copia fiel del original - Tomado del Sistema Costarricense de Información Jurídica el: 16/3/2012
2:10:45 PM
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