SÍNDROME DE VENA CAVA SUPERIOR AUTOR PRINCIPAL JUAN FELIPE CÓRDOBA ORTEGA HOSPITAL UNIVERSITARI ARNAU DE VILANOVA DE LLEIDA. LLEIDA COLABORADORES ARIADNA GASOL CUDOS, EUGENIA RIVERO ARANGO, ANTONIO MARTÍN MARCO, ANTONIETA SALUD SUPERVISIÓN SERAFÍN MORALES MURILLO CASO CLÍNICO Anamnesis Varón de 45 años, fumador de 25 paquetes/año, y con antecedentes de hipertensión arterial, que acude a Urgencias por presentar disnea, edema cervical, ingurgitación yugular y circulación colateral en la región torácica anterosuperior de 3 días de evolución en progresión, sin otra sintomatología. Exploración física Paciente en regulares condiciones generales, consciente, alerta, orientado, sin focalidad neurológica y con disnea en reposo. ECOG 2. Cabeza y cuello: isocoria con normorreactividad, mucosas normohidratadas e hipocromicas. Edema cervical, ingurgitación yugular, y circulación colateral en la región torácica antero-superior. AC: ruidos cardíacos rítmicos sin soplos. AP: murmullo vesicular conservado sin agregados. Abdomen: blando, depresible, no doloroso. No signos de peritonismo. Extremidades inferiores sin edemas ni signos de TVP. Pruebas complementarias » En la radiografía de tórax se observa una masa en el mediastino anterior derecho (Imagen 1). » Se amplía el estudio con una tomografía computarizada, que concluye con hallazgos sugestivos de proceso neoformativo de pulmón con adenopatías mediastínicas múltiples (Imagen 2), lesiones nodulares pulmonares bilaterales (Imagen 3) y trombosis de vena cava superior (Imagen 4), tronco venoso braquiocefálico, vena yugular y subclavia izquierda. » El estudio histológico es positivo para células malignas, compatible con adenocarcinoma de pulmón. Diagnóstico Síndrome de vena cava superior, secundario a un adenocarcinoma de pulmón. Tratamiento Inicialmente se inició tratamiento farmacológico con diuréticos y corticoides. Posteriormente se colocó una protesis en la vena cava superior, sin incidencias. Adicionalmente se anticoaguló con HBPM. Concurso +mir de Casos Clínicos para Residentes de Oncología Médica ISBN: 978-84-7989-850-2 Página 1 Evolución El paciente evolucionó satisfactoriamente del procedimiento quirúrgico, con la remisión de los signos y sintomas, consiguiendo un ECOG de 0, que lo hizo candidato a tratamiento oncoespecífico. Discusión El síndrome de la vena cava superior (SVCS) es un cuadro clínico de gravedad, debido a una disminución del flujo sanguíneo a la aurícula derecha a consecuencia de una obstrucción de la vena cava superior, que en función de la localización anatómica da lugar a un conjunto de signos y síntomas, cuya gravedad y velocidad de instauración vendrá determinada por el grado de compresión1. El diagnóstico es clínico. A pesar de ser la disnea el síntoma más frecuente, se conoce con la tríada clásica de edema en esclavina, cianosis facial y circulación colateral2. De etiología multifactorial, la mayoría se asocian a malignidad y de mal pronóstico. El carcinoma broncogénico (carcinoma pulmonar no microcítico) representa la causa maligna más común, seguido del carcinoma microcítico y del linfoma no Hodgkin3. Se observa una mayor incidencia entre la quinta y la sexta décadas de la vida. El estudio varía en función de la presencia de patología tumoral, iniciándose con una radiografía simple de tórax, aunque la tomografía computarizada aporta mayor rendimiento. La confirmación diagnóstica se obtiene a través de la histología, que determinará la conducta terapéutica. El tratamiento dependerá de la etiología y de la gravedad de la sintomatología, aunque la mayoría de los pacientes se encuentran en medidas paliativas (hasta un 38% puede ser el síntoma de debut de enfermedad neoplásica). El tratamiento del SVCS pretende conseguir dos objetivos: el alivio sintomático causado por la clínica obstructiva y el tratamiento del proceso maligno de base que ha dado lugar a la aparición del SVCS. La presencia de SVCS no reduce la probabilidad de curación de la causa subyacente. Actualmente, no se considera una urgencia el iniciar tratamiento etiológico sin una confirmación histológica, pero se requiere de un diagnóstico precoz. 1. Medidas generales: el objetivo es conseguir, al menos de forma temporal, un alivio sintomático. » Reposo en cama con cabecero elevado a fin de disminuir la presión hidrostática y, consiguientemente, el edema. No hay datos sobre la efectividad de dicha maniobra, pero es simple y exenta de riesgos. » Oxigenoterapia. » Los GC (DXM, 4 mg cada 6 horas) son de uso habitual, aunque su eficacia es dudosa. Resultan de mayor utilidad cuando la causa del SVCS es un linfoma o un timoma, reduciendo la carga tumoral. En el resto de tumores de procesos malignos pueden contribuir a reducir el edema peritumoral. » Los diuréticos suelen tener un efecto paliativo, sobre todo al inicio del cuadro de SVCS. Su objetivo es reducir el edema, aunque desde el punto de vista fisiopatológico no haya base clara para su empleo, ya que dicho edema responde a causa local y no por un problema sistémico. En un estudio observacional realizado hace ya varios años se analizó la evolución clínica de un grupo de 107 pacientes con SVCS por varias causas, sin observar diferencias significativas en los porcentajes de resolución del cuadro de SVCS según si los pacientes habían recibido tratamiento con diuréticos, glucocorticoides o ninguno de ellos. 2. Quimioterapia: es el tratamiento de elección en el carcinoma microcítico de pulmón y en los linfomas. » Carcinoma microcítico de pulmón: el tratamiento estándar es la poliquimioterapia, asociada o no a Concurso +mir de Casos Clínicos para Residentes de Oncología Médica ISBN: 978-84-7989-850-2 Página 2 radioterapia, según su extensión. Hay un amplio consenso acerca del uso de poliquimioterapia, en general con combinaciones de cisplatino y etopósido. La respuesta máxima se observa en el segundo o tercer ciclos, administrándose habitualmente seis. » Es un tumor sumamente quimiosensible, por lo que la quimioterapia se considera parte del tratamiento primario del SVCS en estos pacientes. Es el único tratamiento que puede conseguir un aumento de la supervivencia en estos pacientes. » Linfoma no Hodgkin: en los estudios realizados se ha puesto de manifiesto que, dados la alta tasa de respuestas y el buen control sintomático que se consigue con la poliquimioterapia, el SVCS raramente constituye una urgencia. En estos casos, la poliquimioterapia es el tratamiento principal por su efecto sistémico y local. La radioterapia se valora en casos de masas mediastínicas de tamaño superior a 10 cm. 3. Radioterapia: cuando el SVCS se consideraba una urgencia médica absoluta, se administraba radioterapia en la mayoría de los casos sin haber llegado antes a un diagnóstico histológico. Gran parte de los tumores son radiosensibles, mejorando clínicamente en las primeras 72 horas. El porcentaje aproximado de resolución a las 2 semanas de tratamiento es de un 63-78% aproximadamente, según el tipo tumoral. De todas maneras, el cálculo de la obstrucción de la vena cava no es directamente proporcional a la mejoría sintomática expresada por los pacientes. En una serie de casos el porcentaje de resolución completa de la obstrucción de la vena cava por venograma se objetivaba en el 31% de los pacientes, mientras la resolución parcial lo hacía en el 23%. Las autopsias realizadas mostraban otros datos: 14% habían conseguido la total permeabilidad y un 10% parcial, a pesar de que un 85% de los pacientes habían manifestado un alivio sintomático. Para reducir las tasas de recidiva, el campo de radiación debe abarcar el tumor primario, mediastino, ganglios hiliares y ambas áreas supraclaviculares, teniendo en cuenta el volumen pumonar y cardíaco para minimizar las complicaciones secundarias. En general, se administra una dosis total de 5.000-6.000 cGy, sin observarse diferencias estadísticamente significativas al aplicarse un fraccionamiento convencional frente a un fraccionamiento con dosis altas de inicio seguido de fraccionamiento convencional. En caso de que la radioterapia tenga un carácter paliativo, se llevará a cabo en 1-3 semanas con fraccionamiento diario. 4. Stents: son estructuras metálicas que se colocan en la luz de la vena cava superior con objeto de que, al dilatarse esta, restablezcan la permeabilidad de dicha luz. Es un procedimiento muy útil en los casos de mayor gravedad, ya que si se coloca con éxito produce un alivio sintomático precoz y no interfiere en la obtención de un ulterior diagnóstico histológico. También resulta útil en los casos en que la causa es una trombosis de la cava superior secundaria a un catéter permanente. En la mayoría de las series, la cianosis se resuelve en las primeras horas y el edema a las 48-72 horas. En una serie prospectiva, tan solo un 17% de los pacientes presentaba una resolución completa sintomática. Probablemente este resultado se debe al hecho de que no toda la sintomatología deriva de la obstrucción de la vena cava. Las complicaciones más importantes que pueden aparecer (3-7% de los casos) son: infección, trombosis, migración del stent, TEP, hematoma y, muy raramente, perforación del trayecto venoso. Concurso +mir de Casos Clínicos para Residentes de Oncología Médica ISBN: 978-84-7989-850-2 Página 3 La angioplastia aislada es un procedimiento que no se utiliza de manera habitual, ya que no produce una desobstrucción duradera ni consigue alivio sintomático mantenido. En caso de que se produzca un SVCS tras la colocación del stent por la presencia de una trombosis secundaria, esta se puede tratar con trombólisis o anticoagulación. Si el desencadenante es el crecimiento tumoral intraluminal, es posible la inserción de un segundo stent. La contraindicación se establece si hay una oclusión completa crónica, coagulopatía grave o enfermedad cardíaca crónica. 5. Tratamiento trombolítico: fármacos como la estreptocinasa y la urocinasa son especialmente eficaces en pacientes portadores de un catéter venoso central. 6. Tratamiento antiagregante y anticoagulante: se recomienda administrar tratamiento antiagregante tras la colocación de un stent sin evidencia de trombosis. Aunque hay muy escasa evidencia, se aconseja anticoagular tras realizar trombólisis para evitar la reaparición de obstrucción. 7. Cirugía: tratamiento que se emplea de forma excepcional en el SVCS. Emplea un injerto yugular-femoral. Las series de casos muestran una mortalidad quirúrgica del 5% y una repermeabilidad del 80 al 90%. Uno de los algoritmos propuestos: quimioterapia preoperatoria, resección quirúrgica y reconstrucción y radioterapia postoperatoria. Es un tratamiento reservado para los timomas que son habitualmente resistentes a la quimioterapia y radioterapia. 8. Retirada del catéter: en casos en los que aparezca trombosis de un catéter permanente juntamente con tratamiento anticoagulante. Dada la gravedad, es vital la orientación diagnóstica y el inicio del estudio radiológico desde atención primaria. CONCLUSIONES El síndrome de vena cava superior se debe a una obstrucción de la luz venosa de la vena cava superior debida a una compresión, parcial o total, que puede ser intrínseca o extrínseca. Según el lugar donde se produzca la compresión se determinará el cuadro clínico, así como la velocidad de instauración de la clínica resultante del incremento de la presión sanguínea a dicho nivel. A pesar de que la disnea es el síntoma más frecuente, la tríada clásica la constituye el edema en esclavina, la cianosis y la circulación colateral que aparece circunscrito en el tórax. La situación de extrema gravedad se produce cuando la instauración es súbita, conllevando un edema cerebral que puede ser mortal. A pesar de que hasta el 90% de los casos son de etiología neoplásica, en los últimos años se ha observado un aumento de las causas no tumorales en relación con el incremento de la utilización de los catéteres intravasculares y la aparición de las trombosis asociadas. El diagnóstico clínico de sospecha suele confirmarse mediante la realización de una TC que, además de revelar información acerca de la localización, puede determinar la técnica más idónea de cara a obtener el diagnóstico histológico que, a diferencia de lo que se creía en años previos, debe realizarse previamente al inicio de tratamiento que tiene que ir dirigido a la causa subyacente que promueve el SVCS (quimioterapia, radioterapia, angioplastia, colocación de stent, anticoagulación, etc.). El pronóstico de un paciente con SVCS tratado eficazmente no difiere de otro paciente con la misma neoplasia que no ha desarrollado SVCS. Concurso +mir de Casos Clínicos para Residentes de Oncología Médica ISBN: 978-84-7989-850-2 Página 4 Bibliografía 1. Wilson L, Detterbeck F, Yahalom J.. Superior vena cava síndrome with malignant causes.. [Prensa] N Engl J Med. N Engl J Med, 2007 2. Navarro F, López JL, Molina L, Lamarca A.. 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Chest, 2007 175 Figura 1: Imagen 1. Masa en el mediastino anterior derecho. Concurso +mir de Casos Clínicos para Residentes de Oncología Médica ISBN: 978-84-7989-850-2 Página 5 41 Figura 2: Imagen 2. Masa y adenopatías mediastínicas múltiples. 118 Figura 3: Imagen 3. Trombosis de la vena cava superior, tronco venoso braquiocefálico, vena yugular y subclavia izquierda. Concurso +mir de Casos Clínicos para Residentes de Oncología Médica ISBN: 978-84-7989-850-2 Página 6 41 Figura 4: Imagen 4. Reconstrucción 3D de la estenosis de la vena cava. Concurso +mir de Casos Clínicos para Residentes de Oncología Médica ISBN: 978-84-7989-850-2 Página 7