EN ASEGURADORAS Concepto 2008060521-002

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PREVENCIÓN LAVADO DE ACTIVOS Y FINANCIACIÓN DEL TERRORISMO,
CONCEPTO DE ‘CLIENTE’ EN ASEGURADORAS
Concepto 2008060521-002 del 16 de octubre de 2008.
Síntesis: En lo relativo al “conocimiento del cliente” se involucra en el caso de las
aseguradoras al tomador, asegurado y beneficiario. Para efectos de la Circular Externa
026 de 2008, el concepto de “cliente” no incluye a las personas naturales o jurídicas con
las cuales se establece y mantiene una relación de origen legal o contractual derivada de
actividades que son necesarias para el adecuado funcionamiento de la entidad, pero que
son ajenas al objeto social, y que adicionalmente no suponen el suministro de un producto
de la entidad vigilada hacia tales personas naturales o jurídicas. Pero, que tales personas
no queden comprendidas dentro del concepto “cliente” para efectos de la circular, no
significa que la entidad no deba obrar con la prudencia y diligencia necesarias para
conocer a todas las personas con quienes pretenda relacionarse contractualmente y
eventualmente efectuar la respectiva valoración del riesgo LA/FT al cual pudiera estar
expuesta y los mecanismos de prevención y control aplicables según corresponda en estos
eventos.
«(…) presenta unas inquietudes en relación con la Circular Externa 026 de 2008 por medio
de la “(...) cual se derogan, modifican e incorporan los formatos e instrumentos
relacionados con el reporte de información a la Unidad Administrativa Especial de
Información y Análisis Financiero —UIAF- y precisiones al SARLAFT”.
PRIMERA PREGUNTA:
“Cliente según la mencionada Circular ‘Es toda persona natural o jurídica con la cual la
entidad establece y mantiene una relación contractual o legal para el suministro de
cualquier producto propio de su actividad’
¿Esta definición incluye al Tomador, Asegurado y Beneficiario?”
CONSIDERACIONES DE ESTA SUPERINTENENCIA
El numeral 4.2.2.1.1 del Capítulo Xl, Título 1 de la Circular Básica Jurídica 007 de 1996,
relativo al “conocimiento del cliente”, involucra en el caso de las compañías de seguros al
tomador, asegurado y beneficiario, según se aprecia a continuación:
4.2.2.1.1. Conocimiento del cliente
“El SARLAFT debe contar con procedimientos para obtener un conocimiento
efectivo, eficiente y oportuno de todos los clientes actuales y potenciales, así como
para verificar la información y los soportes de la misma.
El conocimiento del cliente implica conocer de manera permanente y actualizada,
cuando menos, los siguientes datos:
a) Identificación. Supone el conocimiento y verificación de los datos exigidos en
el formulario que permiten individualizar plenamente la persona natural o jurídica
que se pretende vincular. Tratándose de la vinculación de personas jurídicas, el
conocimiento del cliente supone, además de lo dispuesto en el formulario, conocer
la estructura de su propiedad, es decir! la identidad de los accionistas o asociados
que tengan directa o indirectamente más del 5% de su capital social, aporte o
participación en la entidad.
b) Actividad económica.
c) Características, montos y procedencia de sus ingresos y egresos.
d) Respecto de clientes vigentes, las características y montos de sus transacciones
y operaciones.
“Las metodologías para conocer al cliente deben permitir a las entidades cuando
menos:
I. Recaudar la información que le permita comparar las características de sus
transacciones con las de su actividad económica.
II. Monitorear continuamente las operaciones de los clientes.
III. Contar con elementos de juicio que permitan analizar las transacciones
inusuales de esos clientes y determinar la existencia de operaciones sospechosas”.
(…)
“Es deber permanente de las entidades vigiladas identificar al (os) beneficiario(s)
final(es) de todos los productos que suministren. En el caso de contratos de
seguros se debe solicitar la siguiente información adicional: a) vínculos existentes
entre el tomador, asegurado, afianzado y beneficiario b) relación de las
reclamaciones presentadas e indemnizaciones recibidas por concepto de seguros,
respecto de cualquier asegurador, en los dos últimos años; c) inventario general de
los bienes objeto del seguro, salvo cuando se trate de pólizas flotantes o
automáticas.
“En los contratos de seguros y capitalización, cuando el asegurado, afianzado y/o
beneficiario, sea una persona diferente al tomador o suscriptor, deberá recaudarse
la información al momento de la vinculación, salvo que el tomador o suscriptor
señale claramente las razones que le impiden suministrar la información de
aquellos y la entidad las encuentre justificadas, en cuyo caso tal información debe
recaudarse al momento de la presentación de la reclamación, vencimiento y pago
del titulo, rescisión del mismo, pago del sorteo o presentación de la solicitud de
préstamo sobre el título. En los eventos en que el asegurado, afianzado y/o
beneficiario, no suministren la información exigida en el presente instructivo, la
operación debe calificarse como inusual.
“En todo caso, cuando por virtud de la naturaleza o estructura de un contrato en el
momento de la vinculación del cliente no sea posible conocer la identidad de otras
personas que se vinculan como clientes, (p. ej. beneficiarios de contratos de seguro
y fiducia, cuya identidad sólo se establece en el futuro) la información relativa a
ellos debe obtenerse en el momento en que se individualicen.
“En el evento en que la contratación de los productos ofrecidos por las entidades
aseguradoras o de capitalización se lleve a cabo por parte de intermediarios de
seguros o de capitalización, el proceso de conocimiento del cliente podrá dejarse a
cargo del intermediario, siempre que se haga bajo los parámetros, procedimientos
y metodologías previamente establecidos por a entidad vigilada contratante y la
responsabilidad seguirá radicada en cabeza de ésta última”. Subraya fuera de texto.
SEGUNDA PREGUNTA:
“La aseguradora establece un contrato con el Tomador, y esto es preciso a la luz de las
normas del Código de Comercio, pero no queda claro a la luz de la Circular 026, ¿qué debe
entenderse por ‘mantiene una relación contractual’?, ¿debe entenderse que la relación
contractual se mantiene con los Asegurados y Beneficiarios, o solamente con el Tomador?”
CONSIDERACIONES DE ESTA SUPERINTENENCIA
Que el producto o servicio prestado se mantenga o goce de cierta permanencia, se refiere al
lapso de tiempo de la vida jurídica y económica del contrato, es decir, desde el momento de
su constitución, instante en el cual las partes manifiestan su consentimiento para la
realización del mismo, hasta su correspondiente terminación.
TERCERA PREGUNTA:
“Adicionalmente la entidad mantiene una relación contractual con proveedores y
empleados, una de tipo mercantil y otra relación de tipo laboral, ambas son relaciones
contractuales. ¿El alcance de la norma iría hasta proveedores y empleados cuando se habla
de conocimiento del cliente?”
CONSIDERACIONES DE ESTA SUPERINTENENCIA
Para una mayor ilustración del punto objeto de su consulta, se transcribe el artículo 99 del
Código de Comercio “Capacidad de la Sociedad” y la doctrina que sobre el mismo artículo
profirió la Superintendencia de Sociedades en el oficio AN-08891 del 23 de abril de 1987;
la doctrina señalada fue acogida por esta Superintendencia en el Capítulo Primero, Título II
de la Circular Externa 007 de 1996.
“ART 99. — La capacidad de la sociedad se circunscribirá al desarrollo de la
empresa o actividad prevista en su objeto. Se entenderán incluidos en el objeto
social los actos directamente relacionados con el mismo y los que tengan como
finalidad ejercer los derechos o cumplir las obligaciones, legal o
convencionalmente derivados de la existencia y actividad de la sociedad.
DOCTRINA. — Actos que puede realizar la sociedad. “El articulo 99 del Código
de Comercio señala los límites de la capacidad de las sociedades mercantiles al
admitir dentro de e/la la realización de tres clases de actos:
a) Los que se encuentran determinados en las actividades principales previstas en
el objeto social;
b) Los que se relacionan directamente con las actividades principales, y
c) Los que tienen como finalidad ejercer los derechos y cumplir las obligaciones
legal y convencionalmente derivados de la existencia y actividad de la sociedad.
Los actos enunciados en los literales a) y b) se relacionan con la finalidad que
persigue fa empresa o actividad de la sociedad, y por ello deben guardar una
relación directa con la misma.
Los descritos en el literal c) son actos ajenos al objeto social, pero que la sociedad
está en capacidad de ejecutar, pues son necesarios para ejercer sus derechos (actos
de carácter civil, administrativo, etc.), o cumplir las obligaciones derivadas de la
existencia y actividad de la sociedad, v.gr.: contratos de trabajo, asesoría,
convenciones laborales, adquisición de activos inmovilizados, etc. “
Sea lo primero señalar que la capacidad jurídica de las entidades debe ceñirse al desarrollo
de la actividad prevista en su objeto, que para el caso de las entidades sometidas a la
vigilancia de esta Superintendencia está predeterminado en el Estatuto Orgánico del
Sistema Financiero (EOSF).
Del articulo 99 citado, y de la doctrina transcrita, se desprende que los “productos o
servicios propios de su actividad”, son aquellos que se relacionan con “la finalidad que
persigue la empresa o actividad de la sociedad,” es decir los servicios y productos
relacionados directa o indirectamente con la actividad aseguradora. (Literales a y b).
De lo anterior se colige que para efectos de a Circular Externa 026 de 2008, el concepto de
“cliente” no incluye a las personas naturales o jurídicas con las cuales (…) S.A. establece y
mantiene una relación de origen legal o contractual derivada de actividades que son
necesarias para el adecuado funcionamiento de la entidad, pero que son ajenas, en estricto
sentido, al objeto social, como son v.gr.: contratos de asesoría, convenciones laborales,
seguridad, papelería, arrendamiento o adquisición de bienes para operar, etc. (literal c)
citado) y que adicionalmente no suponen el suministro de un producto de la entidad
vigilada hacia tales personas naturales o jurídicas.
De esta manera, el inciso 2° del numeral 4° de la Circular Externa 026 de 2008, señala que
“El SARLAFT debe abarcar todas las actividades que realizan las entidades vigiladas en
desarrollo de su objeto social principal y deberá prever además procedimientos y
metodologías para que las entidades se protejan de ser utilizadas en forma directa, es
decir a través de sus accionistas, administradores y vinculados como instrumento para
el lavado de activos y/o canalización de recursos hacia la realización de actividades
terroristas, o cuando se pretenda el ocultamiento de activos provenientes de dichas
actividades” (Negrilla original del texto).
Finalmente, cabe señalar que el hecho de que tales personas no queden comprendidas
dentro del concepto “cliente” para efectos de la circular citada, no significa que la entidad
no deba obrar con la prudencia y diligencia necesarias para conocer a todas las personas
con quienes pretenda relacionarse contractualmente y eventualmente efectuar la respectiva
valoración del riesgo LA/FT al cual pudiera estar expuesta y los mecanismos de prevención
y control aplicables según corresponda en estos eventos.
(…).»
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