LA PINTURA FLAMENCA, RUBENS Y LA NUEVA

LA PINTURA FLAMENCA,
RUBENS Y LA NUEVA ESPANA
Por X a v i e r
Moyssen
Mucho es lo que se ha escrito ya respecto al aprovechamiento
por parte de los pintores hispanoamericanos, de las fuentes impresas debidas a los grabadores flamencos. Buena parte de la
produccion pictorica de los siglos XVI y XVII, salio de las laminas contenidas en los libros religiosos que se imprimieron con
destino a Espana, en la famosa casa antuerpiense de Cristobal
Plant in y Baltasar Moretus. La pintura mural de los grandes conjuntos conventuales de la Nueva Espana, tiene en buena medida
ese origen. Pero no se trata de repetir aqui lo que ya es el del
conocimiento publico, gracias a los diversos trabajos que sobre el
tema han escrito los estudiosos del arte hispanoamericano. En
este breve trabajo se pretende aportar un hecho no advertido
hasta hoy, cual es el de la influencia directa y muy efectiva, que
ejercieron sobre los maestros del Nuevo Mundo, las obras de
tamano menor trabajadas sobre laminas de cobre por anonimos
pintores flamencos, los cuales se dedicaban a copiar directamente
de los originales ο bien a traves de grabados, los cuadros de
maestros famosos, a fin de satisfacer una demanda que debio ser
considerable tanto en Espana como en sus posesiones de ultramar.
El comercio con obras mayores realizadas en tabla, como las
de Martin de Vos existentes en Mexico, es algo indiscutible, pese
al extravio ο destruction de muchas de ese tipo 1 . Martin S.
S ο r i a a quien tanto deben los estudios sobre la pintura hispänica, puso de relieve la importancia que alcanzo el arte pictorico
flamenco en la America del Sur, al identificar obras del siglo XVI
debidas a pintores activos en los talleres de maestros como Quentin Massys, Willen Key ο el ya citado Martin de Vos 2 . Muchas de
1
) Sobre las obras de Martin de Vos, consultese el libro de Francisco de
la Μ a ζ a, El Pintor Martin de Vos en Mexico, Mexico 1971.
2
) Martin S ο r i a, La Pintura del siglo XVI en Sud America, Buenos
Aires 1956. Del mismo autor consultese tambien: «La Pintura en el Cuzco y
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las obras estudiadas por S o r i a salieron de afamados talleres, ο
bien fueron pintadas fuera de los mismos por los seguidores ο
francos imitadores de los artistas sobresalientes. Pero la demanda
y la oferta de pinturas de Flandes no se redujo unicamente a
grandes tablas, quizä un comercio de mayor importancia se establecio con obras de menores dimensiones, cuales son las trabajadas sobre superficies de cobre.
En el virreinato de la Nueva Espana tuvieron una aceptacion
considerable las läminas de cobre con pinturas procedentes de
talleres establecidos en Amberes ο en Bruselas; los temas de esas
obras de tamano mediano, fueron siempre de indole religiosa,
aunque tambien las debio haber con otros asuntos, como paisajes
ο «paises» como se les denominaba, y hasta es posible que del
genero costumbrista, a juzgar por una lamina grabada aqui hacia
1690 por Nicolas Benitez; tal obra esta realizada en una «lamina
de cobre, de 21 centimetros de ancho por 15 y medio de alto,
que representa una comida campestre de un caballero, una dama
y su criado. Mas que comida es un dionisiaco agasajo, pues todos
beben su copa. La inspiration del tema y la manera de su composition tienen origen flamenco. Α Nicolas Benitez le fue dado,
seguramente, un grabado de la entonces fecunda y artistica Flandes para que desarrollara su escena» 3 .
Los paisajes flamencos a la manera de Pieter Breughel ο sus
seguidores, debieron influir bastante en Baltasar de Echave Ibia,
activo en la primera mitad del siglo XVII, a quien se ha denominado «de los azules», por su preferencia hacia los mismos. Tal
influencia debio llegarle a traves de copias hechas sobre laminas
de cobre existentes aqui; si se compara el paisaje de fondo de una
de sus pinturas, la de «Los hermitanos San Antonio y San Pablo», con «Paisaje en la horca», del Museo de Darmstadt, se
recuerda, de inmediato, el estilo de Breughel, maxime cuando en
una obra y otra, el paisaje fue trabajado a base de azules.
el Alto Perii, 1550—1700. Rectificaciones y Fuentes», trabaj ο public ado en
la malograda revista Anales del Institute de Arte Americano e Investigaciones Esteticas, nümero 12 (Buenos Aires 1952), pp. 24—32.
3
) Franciso de la Μ a ζ a, «Un grabado mexicano del siglo XVII», en:
Boletm del I.N.A.H., niimero 35 (Mexico, marzo de 1969), pp. 28—30.
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Que la existencia de obras flamencas en este pais era cosa
comun, lo comprueban diversas noticias documentales; desde
aquella que se refiere a la donacion que hiciera en 1788, de «un
tablero de Teniers», don Fernando Jose Manguino, Director de la
recien establecida Academia de Bellas Artes de San Carlos de la
Nueva Espana, la tabla formo parte de las galerias de pintura 4 .
Valiosas fuentes de informacion son los inventarios existentes de
las colecciones particulares de pintura, formadas en el siglo XIX.
Por desgracia tales colecciones no se mantuvieron completas a la
muerte de quienes las reunieron, la dispersion fue su destino; la
mayor parte de las piezas que contenian ο bien salieron del pais ο
su paradero actual es dificil de localizar y por consiguiente no es
posible emitir juicio alguno respecto a su valor real; no obstante
sefialaremos aqui el numero de obras flamencas que algunos
coleccionistas tenian clasificadas como tales.
La coleccion de Francisco Fagoaga, formada en la primera
mitad del siglo, contaba con tres obras de Rubens; con una
lamina que representaba uno de los cuatro elementos: «El aire»,
«alegoria con infinidad de päjaros, delicadamente pintados, por
Breughel», se anoto, sin mas, en el catälogo; se cita, tambien, un
cuadro con las «Tentaciones de San Antonio», adjudicado inada
menos! que a Jeronimo Bosch. Una tabla de gran tamano, que
yo he visto anos aträs en poder de un coleccionista y hoy al
parecer extraviada, pertenecia a Fagoaga, se trata de la magnifica
« Anunciacion a los pastores», firmada por Martin de Vos.
Otra celebre coleccion del siglo XIX fue la que formo Eustaquio Barron; como la anterior contenia pinturas europeas y novoespanolas, el numero total de cuadros que la constituian era de
ciento noventa y siete, de los cuales veintitres se clasificaban
como flamencos, entre ellos figuraban dos de Rubens, un Nacimiento y un Retrato. Coleccion valiosa por las obras que contenia, fue la que poseyo Jose Garcia Rubin, misma que se remato
en 1901; entre las pinturas sobresalientes que contaba habia dos
« Rubens en lamina de cobre», y tres adjudicadas a Teniers 5 .
4
) Vide: Justino F e r n a n d e z , Guia del Archivo de la Antigua Academia de San Carlos, 1 7 8 1 - 1 8 0 0 , Mexico 1968.
5
) Los catalogos, aunque muy deficientes, se conocen gracias al arquitecto Manuel Francisco A l v a r e z , quien los incluyo como apendice de su
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Entre las ciudades de Puebla y Mexico existio durante el virreinato, una cierta rivalidad que se manifestaba en distintos renglones; uno de ellos fue el artistico, en el cual la Puebla de los
Angeles consiguio adquirir una personalidad bien definida ante la
capital del virreinato; conto, incluso, con un movimiento propio
de pintura destinado a satisfacer la demanda de un clero poderoso. Respecto a las colecciones particulares de arte, los poblanos
del siglo XIX no quedaron a la zaga, formaron importantes y
valiosos conjuntos de pinturas en los cuales los cuadros de origen
flamenco fueron numerosos 6 .
Muchas de las pinturas sobre läminas de cobre clasificadas
como de Flandes desde el periodo virreinal, han desaparecido con
la intervencion de los mercaderes de obras de arte y los prevenidos coleccionistas. Sin embargo, aün es posible el localizarlas en
iglesias y museos publicos. Son piezas que estän aguardando un
estudio meditado que determine el valor que les corresponde
dentro del ämbito del arte de los Paises Bajos y su extension
americana 7 .
Quizä ningün pintor del barroco europeo tuvo tanta aceptacion en el arte hispanoamericano como Pedro Pablo Rubens. Se
le copio a traves de los grabados salidos de su propio taller, hasta
en trabajos escultoricos. Su influencia fue enorme, lo mismo en
los talleres establecidos en las grandes capitales como Cuzco,
Puebla y Mexico, que en aquellas de menor importancia. No
hubo maestro que permaneciera indiferente a todo cuanto ofretrabajo sobre «Las pinturas de la Academia Nacional de Bellas Artes. Su
merito artistico y su valor comercial». Vide: Memorias de la Asociacion de
Ingenieros y Arquitectos de Mexico, Mexico 1914.
6
) Aunque no es la obra optima, se recomienda la consulta del libro de
Jose Luis B e l l o y Z e t i n a y Enrique C o r d e r o y T o r r e s ,
Galerias Pictoricas de Puebla, Puebla 1967.
7
) Tanto el Museo Regional de Guadalajara, JaL, como el de Queretaro,
Qro., custodian un buen numero de obras flamencas procedentes de las
antiguas colecciones de la Academia de San Carlos. £1 de Guadalajara posee
un curioso tri'ptico clasificado bajo el titulo de «La Anunciacion». Otras
obras depositadas alii son las siguientes: un interesante «Retrato de Dama
Desconocida». El cuadro de «El aire», de la serie «Los cuatro el ementos»,
que pertenecio a la coleccion Fagoaga. De particular interes son las läminas
de una serie sobre la vida de Noe. Vease: Gonzalo Ο b r e g ό n, «El aporte
flamenco en Mexico», en: Artes de Mexico, numero 150, dedicado a Fray
Pedro de Gante, en el IV centenario de su muerte, Mexico 1972, pp. 62—92.
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cian, ya en los temas, en la iconografia de los santos y sobre todo
en la composition de complicadas escenas 8 .
Para la pintura barroca de la Nueva Espana la presencia de
Rubens fue bäsica, contribuyo a darle ese caräcter de monumentalidad que se encuentra en las telas que pertenecen a los mäximos exponentes del espiritu rubeniano en Mexico: Baltasar de
Echave Ibia, Jose Juarez, Pedro Ramirez y Cristobal de Villalpando. Es cosa bien sabida que las fuentes que estos maestros utilizaron, fueron grabados; mas respecto al color nada se ha escrito, no
obstante que muchas de las obras que hicieron, imitan con cierta
propiedad el colorido existente en las pinturas originales. A la
pregunta de como fue posible seguir a Rubens hasta en el color,
se puede contestar que ello se debio a la presencia de copias de
tamano reducido, de originales suyos; copias que en numero considerable aqui se encontraban. Ya se ha visto que en las colecciones particulares del siglo XIX, formadas con pinturas procedentes
de iglesias y conventos, se alude a la existencia de obras, atribuidas a Rubens. Y es que el prestigio de que aqui disfrutaba era tal,
que a cualquier cuadro de procedencia europea y de determinadas caracteristicas, sin mayor criterio se le otorgaba la paternidad
rubeniana, cual es el caso, por ejemplo, de las läminas al oleo
existentes desde el siglo XVIII, en el famoso santuario de San
Juan de los Lagos, Jalisco 9 .
De otras pinturas que son copias libres de cuadros de Rubens,
ο que simplemente llevan la marca de su estilo, se podria hablar
aqui in extenso; no obstante, solo citare dos ejemplos. Uno de
ellos corresponde a las läminas existentes en la Capilla del Ochavo, de la catedral de Puebla, son seis y segun Efrain C a s t r o
M o r a l e s «su caracter rubeniano es mas que evidente». El
8
) Sobre la importancia de Rubens en la Pintura sudamericana se recomienda la lectura del magnifico trabajo de Francisco S t a s t η y, La presencia de Rubens en la pintura colonial, Lima 1965. Para la Nueva Espana
vease el estudio de Rogelio R u i z G o m a r , «Rubens en la pintura novohispana de mediados del siglo XVII», en: Anales del Instituto de Investigaciones Esteticas, numero 51, en prensa.
9
) Leopoldo I. Ο r e η d a i n, «Los presuntos Rubens de San Juan de
los Lagos», en: Anales del Instituto de Investigaciones Esteticas, numero 23,
(1956), pp. 4 3 - 4 9 .
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Copia anonima de Rubens, Adoracion de los Magos. Museo del Virrenato, Tepotzotlän.
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otro ejemplo se encuentra en el Museo Regional de Guadalajara,
donde se conservan dos telas con copias de la famosa serie de la
«Historia de Maria de Medici», del Louvre; las escenas burdamente imitadas son las siguientes: «Enrique IV recibe el retrato de
Maria de Medici» y «El matrimonio de Enrique IV y Maria de
Medici».
Las referencias bibliogräficas sobre la presencia de Pedro Pablo
Rubens en la cultura artistica novoespanola, son multiples. Mas
ya se comprende que en buen numero de ellas se llega hasta el
dislate al afirmar que en Mexico existian cuadros salidos directamente del taller del gran maestro; cuadros que se citan pero que
en realidad nunca tuvieron esa procendencia, en todo caso es
posible que se tratara unicamente de buenas copias debidas a
ignorados maestros que mantenian una produccion para atender
una demanda de ultramar de cierta importancia. Que algunas de
esas copias eran de excelente factura, es mäs que posible, de alli
la codicia de los coleccionistas ante la crasa ignorancia de los
clerigos, como es el caso que nos refiere Manuel G. R e ν i 11 a:
«De estas obras de Rubens son dignas de citarse las que habfa en
el retablo mayor de la capilla de la Virgen de las Nieves, de
Regina, que el capellän de dicha iglesia mando quitar para venderselas al coronel italiano Guccioni» 10.
Se ha aseverado que el color a la manera de la escuela de
Rubens se imito en Mexico por los seguidores de su estilo, gracias
a las läminas que al pais llegaron. Una de esas obras, verdaderamente singular por su calidad, confirma lo aseverado. Se trata de
una copia de la «Adoracion de los Magos», que se exhibe en
Bruselas en los Musees Royaux des Beaux Arts de Belgique; cuadro pintado «vers 1618—1620 avec la collaboration
D'Antoine
H
Van Dyck. . .» .
Esta copia anonima (vease foto) depositada en el Museo del
Virreinato, en Tepotzotlän, fue trabajada en una lamina de cobre,
10
) Manuel G. R e ν i 11 a, El Arte en Mexico. Mexico 1923, p. 113.
Las noticias de R e ν i 11 a son dignas de tomarse en cuenta; el fue mäximo
historiador del arte mexicano, entre dos siglos, ο sea, los anos finales del
XIX y los primeros del XX.
11
) F. Β a u d ο u i n, Rubens et son siecle. Antwerpen 1972, p. 127,
figura 76.
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mide 67 χ 50 cms. y se encuentra en perfectas condiciones de
conservacion. Sobre su origen nada en claro he Iogrado establecer, pues es costumbre en los museos del pais no contar con
inventarios detallados que ofrezcan el pedigree de las obras que
contienen. Es posible que esta lämina haya pertenecido al tesoro
artistico de la Catedral de Mexico, mas el catälogo del Museo de
Arte Religioso, en que se exhibia, no indica la presencia de ella.
Tambien es posible que haya salido de los fondos del viejo Museo
de Antropologia, fondos depositados en el Museo Nacional de
Historia, de donde proviene buen numero de piezas hoy mostradas en Tepotzotlän.
Esta «Adoracion de los Magos», pintada a la inversa de la obra
original, no fue hecha en la Nueva Espana, los colores que tiene
son semejantes a los del cuadro de Bruselas, sobre todo los rojos
y los tonos blancos y tal cosa solo se consigue ante el modelo que
se tiene a la vista. Es pues, obra de importacion. No se si tuvo
repercusiones entre los artistas novoespanoles; el tema, como se
sabe, alcanzo considerable demanda. Ignoro tambien, si existe ο
no, un grabado salido del taller de Rubens que reproduzca este
cuadro 1 2 ; el «Corpus Rubenianum», preparado por Ludwig
Β u r c h a r d, en el tomo correspondiente a este tema no se ha
public ado aiin. Lo que si puedo afirmar en cambio, es que cuadros como este auxiliaron en mucho a los pintores de la Nueva
Espana, para interpretar con cierta propiedad el espiritu pictorico
de Pedro Pablo Rubens.
12) Me comunica Helga v o n K ü g e l g e n K r o p f i n g e r que
Nicolaas Lauwers hizo un grabado del cuadro ya sea en 1620 (segiin el
catalogo de Colonia) ο despues de 1633 (segun el catälogo de Gotinga;
Konrad R e η g e r subraya que este grabado es el unico que Rubens encargo a Nicolaas Lauwers). Veanse los catalogos de las exposiciones en Colonia
y Gotinga: Peter Paul Rubens, Maler mit dem Grabstichel. Rubens und die
Druckgraphik. Eine Ausstellung des Wallraf-Richartz-Museums. Köln 1977,
pp. 43—45. Rubens in der Grafik. Kunstsammlung der Universität Göttingen. Göttingen 1977, pp. 68, 69.
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