Discurso pronunciado por el Not. Erick Pulliam, presidente del Colegio de Notarios del D.F., en la firma del Convenio de Colaboración para la Constitución de Sociedades Cooperativas con la Asamblea Legislativa del Distrito Federal DIPUTADA ALEJANDRA BARRALES MAGDALENO PRESIDENTA DE LA COMISIÓN DE GOBIERNO DE LA ASAMBLEA LEGISLATIVA DEL DISTRITO FEDERAL DIPUTADA ROCÍO BARRERA BADILLO PRESIDENTA DE LA COMISIÓN DE NOTARIADO DE LA ASAMBLEA LEGISLATIVA DEL DISTRITO FEDERAL DISTINGUIDOS DIPUTADOS Y SERVIDORES PÚBLICOS QUE HOY NOS ACOMPAÑAN ESTIMADAS NOTARIAS, ESTIMADOS NOTARIOS SEÑORAS Y SEÑORES: En los albores del siglo diecinueve, nace el cooperativismo en Inglaterra como una alternativa para la clase trabajadora en plena revolución industrial, Se Identifica al Socialista Utópico inglés Robert Owen como el primer precursor, dado que intentó mejorar la distribución de las ganancias entre los trabajadores de su fábrica textil socializando así los medios de producción. “Owen trató de demostrar que mediante la cooperación y la solidaridad, pueden desenvolverse armoniosamente las relaciones entre obreros y patronos, en un ambiente de mutua colaboración”. El ejemplo de Owen fue seguido pronto en Europa, y se fueron creando organizaciones de base asociativa haciendo importantes mejoras al incipiente esquema cooperativo, en áreas tales como la democratización, la asociación y el derecho al trabajo. En 1827 se fundó la primera cooperativa que sirvió de inspiración para que, al finalizar esa década, existieran cerca de 300 cooperativas similares solamente en Inglaterra. Así se sentaron las bases del cooperativismo actual que consisten en la distribución equitativa de beneficios, acceso a la educación, igualdad de derechos, un voto por asociado y la no discriminación por edad, sexo, profesión o alguna otra circunstancia. En México en el año 1873 nació la primera cooperativa de producción, formada por sastres, a la que siguieron otras, de carpinteros y sombrereros. En 1876, los obreros ferroviarios de la Estación Buenavista del Distrito Federal, constituyeron la primera sociedad cooperativa de consumo. Así nacen las primeras cooperativas en México, que obtienen reconocimiento legal en 1889, cuando en el código de comercio se les reconoce como unidades económicas, con características de organización y funcionamiento diferentes a las de las sociedades mercantiles. A partir de entonces el cooperativismo ha sido una parte importante en el desarrollo económico y social de nuestro país, participando en los más diversos sectores productivos. Con estos antecedentes históricos, el Colegio de Notarios del Distrito Federal, quien también tiene una historia de más de dos siglos, se congratula con la iniciativa de la Asamblea Legislativa del Distrito Federal de fomentar la constitución de este tipo de agrupaciones, como una alternativa para enfrentar los problemas de desempleo y pobreza que hoy dañan a nuestra sociedad. El punto de acuerdo presentado por la diputada ROCÍO BARRERA BADILLO el 18 de mayo de 2011, mismo que fue aprobado por el pleno de la Asamblea Legislativa, en el cual se exhorta al Colegio de Notarios, que me honro en presidir, para buscar los mecanismos que permitan brindar facilidades a los habitantes de la Ciudad de México para la constitución de sociedades cooperativas, se ve hoy cristalizado, ya que el convenio que se firma va a permitir que los interesados en iniciar actividades económicas en nuestra ciudad, lo hagan de manera fácil y económica, incorporándose así a la formalidad y con ello coadyuvar también al fortalecimiento de nuestra Ciudad y a la cultura de la legalidad. Por regla general las acciones que como ésta se planean y ejecutan de manera coordinada entre las autoridades y la sociedad civil, son historias de éxito. El día de hoy, de manera conjunta la Asamblea Legislativa y el Colegio de Notarios presentamos una propuesta común para desarrollar el cooperativismo en nuestra ciudad y estamos convencidos que la sociedad toda habrá de sumarse a este esfuerzo compartido. Así lo hemos constatado en otros programas en los que hemos participado de manera coordinada, como son las Jornadas Notariales y los testamentos a bajo costo, que han logrado que por más de una década el Distrito Federal sea el líder nacional en la elaboración de últimas voluntades y en la regularización de propiedades. El convenio que hoy firmamos tiene también connotaciones internacionales, ya que el 18 de diciembre de 2009, en su sexagésima cuarta reunión general, la Asamblea General de las Naciones Unidas determinó que el 2012 sería el año internacional del cooperativismo. En la resolución se reconoce que el modelo de empresa cooperativa es un factor importante en la realización del desarrollo económico y social. Especialmente se solicitó a los gobiernos, instituciones internacionales, organizaciones cooperativas y entidades de promoción al desarrollo cooperativo a brindar su apoyo y alentar su conmemoración. En su informe Global 300, la Alianza Cooperativa Internacional, señaló que las 300 cooperativas más importantes del mundo son las responsables de gestionar un volumen de negocios total de 1.1 billones de dólares, lo que representa el tamaño de la décima economía más grande del mundo. Ian Macdonald, director general de dicha alianza sostiene que “es muy oportuno recordar al mundo que existe más de una forma de hacer negocios y que en una economía globalizada todos tenemos que trabajar juntos, ya sea en la lucha contra la crisis económica, la amenaza del cambio climático o la seguridad alimentaria. La empresa cooperativa ofrece una esperanza real de soluciones a estos problemas”. En la actualidad se estima que existen alrededor de 800 millones de cooperativistas en el mundo. Por ejemplo en Europa existen unas 300,000 cooperativas que emplean a cerca de 5 millones de personas. Están presentes en todos los Estados e influyen en la vida cotidiana de más de 140 millones de ciudadanos, que son socios de cooperativas. Además tenemos otros ejemplos exitosos del cooperativismo en el mundo, entre los cuales destacan la India en donde los miembros de cooperativas superan los 240 millones de personas; Japón donde una de cada 3 familias es cooperativista; Kenia donde una de cada 5 personas es socia de una cooperativa y Singapur donde los cooperativistas suman 1’400,000 socios, lo cual representa una tercera parte de su población. Mientras que en otras partes del mundo el fenómeno cooperativista es seguido muy de cerca por el Gobierno, interviniendo para fomentar su expansión, en nuestro país no tenemos ni siquiera estadísticas recientes, ya que el último estudio conocido sobre el tema fue hecho en el año 1988 por la Secretaría del Trabajo y Previsión Social, cuando las cooperativas tenían que registrarse obligatoriamente ante dicha dependencia federal, en el cual se establecía que por aquel año en México había un total de 8017 cooperativas que agrupaban a 349,047 socios. Después de dos décadas, no tenemos hoy cifras que nos permitan conocer con exactitud el grado de avance del cooperativismo, pero podemos inferir que existe un abandono de esta forma de asociación, mismo que debe revertirse, pues indudablemente son una alternativa para que los ciudadanos puedan organizarse combinando sus esfuerzos, para obtener así un mayor ingreso mejorando su calidad de vida. Con acciones concretas como la que hoy realizamos, la Asamblea Legislativa y el Colegio de Notarios, no solamente nos sumamos desde ahora a las celebraciones del Año del Cooperativismo decretado por las Naciones Unidas, también estamos poniendo al alcance de todas aquellas personas que deseen organizarse, este antiguo, pero a la vez eficiente modelo de asociación, que estamos seguros habrá de permitir a los ciudadanos del Distrito Federal, contar con una forma distinta de hacer negocios, que como ya se ha dicho es sumamente exitoso en otras partes del mundo. MUCHAS GRACIAS