Contaminación del pasto con suelo, un aspecto cada día más

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Contaminación del pasto con suelo, un aspecto cada
día más importante en nutrición animal
MURILLO CARPIÓ, J. M.;
MAZUELAS VELA, C , y BARROSO PAZ, M.
Centro de Edafología y Biología Aplicada del Cuarto.
C.S.I.C. Apartado de Correos, 1.052. Sevilla.
RESUMEN
Se examina la importancia
que puede tener la contaminación del pasto con suelo en algunas zonas de Andalucía
Occidental, especialmente
en una pradera halófita de la Marisma del Guadalquivir, donde el pasto puede alcanzar con
facilidad niveles de Al, Fe y Ti superiores a 3.000 ppm., 1.500
ppm. y 100 ppm., respectivamente.
Se trata de un aspecto
muy interesante, puesto que en algunas zonas de la Marisma
pueden acumularse cantidades apreciables de metales pesados y, además, éstos pueden retener enérgicamente
cierto
tipo de pesticidas. Por consiguiente, en zonas
contaminadas,
un animal puede consumir cantidades notables de estas substancias a través del suelo que se adhiere a las plantas.
INTRODUCCIÓN
La contaminación del pasto con suelo es u n aspecto muy imp o r t a n t e en el campo de la nutrición, ya que bajo ciertas condiciones edafo-climáticas y de manejo de ganado, un animal puede
consumir notables cantidades de suelo, superiores, en casos extremos, a 1 Kg. diario (HEALY, 197.3). El suelo ingerido puede acPASTOS.
15 (1-2): 227-237, 1985
227
t u a r como agente donador de elementos minerales e incluso, eveiltualmente, como medio de retención de algunos de ellos (HEALY
y LUDWIG, 1965; HEALY y col., 1970; HEALY, 1968, 1973). Se investiga incluso la relación que puede existir entre la presencia significativa de suelo en la hierba y la aparición de tetania hipomagnesiémica, como consecuencia del incremento notable que puede
producirse en la concentración de Al de la dieta, circunstancia
que p o d r í a reducir la disponibilidad de Ca y Mg (ALLEN y ROBÍNSON, 1980;
ALLEN y col., 1981;
CHERNEY y col., 1983;
KAPPEL y col.,
1983; ROBINSON y col., 1984).
Ahora bien, al margen de su indudable importancia nutricional, la contaminación del pasto con suelo adquiere en nuestros
días u n a nueva dimensión, en ocasiones, posiblemente m á s imp o r t a n t e que la p u r a m e n t e nutricional. Efectivamente, el constante incremento en el uso de aguas de p o b r e calidad, contaminación de las aguas subterráneas, uso indiscriminado de fertilizantes y la necesidad, cada día m á s imperiosa, del u s o de pesticidas
y substancias afines, entre otros factores, facilitan extraordinariamente la acumulación en el suelo de substancias ajenas a su
naturaleza. Cuando un animal consume cantidades notables de
suelo, es evidente que también va a ingerir cantidades importantes de estas substancias, nocivas en su mayoría, independientemente de que se acumulen o no en las plantas. E n Australia, p o r
ejemplo, este tipo de problemas ya estaba siendo investigado en
la década de los sesenta a través de estudios cooperativos entre
el «Soil Bureau» y el Departamento de Agricultura, y así, HEALY
(1968) cita cómo u n animal puede llegar a consumir, a través
del suelo, cantidades anuales de hasta 5 g. de DDT, o de cualquier
otro insecticida que persista en la superficie del suelo tras su
aplicación.
El presente trabajo sólo pretende d a r u n ejemplo de la importancia que puede tener la contaminación del pasto con suelo
en algunas zonas representativas de Andalucía Occidental, especialmente en la Marisma del Guadalquivir, donde, con frecuencia, aparecen m u y próximas zonas de pasto y cultivo, relativamente cercanas, a su vez, a u n a i m p o r t a n t e área minera (CABRERA
y col., 1984).
MATERIALES Y MÉTODOS
Los resultados que aparecen en el presente trabajo corresponden a muestras tomadas en u n a p r a d e r a halófita de la Ma228
PASTOS
1985
risma del Guadalquivir, situada en el término de Villamanrique
de la Condesa y tres pastizales situados en las estribaciones del
área de Sierras y Colinas del Campo de Gibraltar, uno de ellos
correspondiente al término de Medina Sidonia y los dos restantes próximos a Alcalá de los Gazules (BARROSO, 1985). Para el
muestreo de la vegetación fueron colocadas 20 estacas numeradas en la p r a d e r a halófita de la Marisma del Guadalquivir y otras
10 estacas en cada pastizal del Campo de Gibraltar, realizándose
en cada una de ellas una toma mensual de vegetación, d u r a n t e
el período de febrero a julio de los años 1980, 82 y 83 (Marisma)
y 80 y 82 (C. de Gibraltar), cortándose la hierba comprendida en
6 círculos de 30 cm. de diámetro, dispuestos al azar dentro de u n
área circular de aproximadamente 2 m. de radio alrededor de
cada estaca. El secado de las muestras se efectuó en estufa de
aire forzado (70° C), efectuándose la molienda en micromolino
sistema «culatti» (luz de malla de 1 mm.). En ningún caso las
muestras fueron descontaminadas antes de su análisis. Los datos
de Fe que aparecen en la gráfica 1, son valores medios correspondientes a todas las tomas mensuales (20 en la Marisma y 10 en
cada pastizal del C. de Gibraltar), mientras que los de Al., Ti y
Fe que aparecen en las tablas I y II corresponden sólo a algunos
puntos concretos de todos los muestreados.
Las muestras vegetales fueron calcinadas a 500° C, disolviéndose las cenizas obtenidas con HCl concentrado en caliente
(PAECH y TRACEY, 1956). Para el análisis de Al y Ti las cenizas se
disolvieron con una mezcla triácida compuesta p o r 5 mi. de
H N 0 3 1:4 (v/v), 5 mi. HC10 4 1:4 (v/v) y 5 mi H F concentrado
(BENNET y col., 1962). La determinación de metales pesados extractables con DTPA se realizó según la técnica de LINDSAY y
NORVELL (1978).
RESULTADOS Y DISCUSIÓN
En u n estudio actualmente en curso, sobre la calidad nutricional de diversos pastizales de Andalucía Occidental (HERNÁNDEZ,
1982; BARROSO, 1985), se ha podido c o m p r o b a r la magnitud que
puede alcanzar el grado de contaminación del pasto con suelo.
Las tablas I y II recogen los valores de Fe, Al y Ti de la vegetación de algunos de los puntos muestreados en estos pastizales.
Aunque el Ti es el elemento que mejor detecta la contaminación
del pasto con suelo (CHERNEY y ROBINSON, 1983), contenidos muy
PASTOS
1985
229
TABLA I.
CONTENIDOS DE Al, Fe y Ti EN DIVERSAS MUESTRAS PROCEDENTES DE LA PRADERA HALOFITA DE LA MARISMA DEL
GUADALQUIVIR
Fecha
Abril
Mayo
Junio
Febrero
Febrero
Abril
Febrero
Mayo
Junio
1
2
83
83
83
83
83
83
83
83
83
Al*
Fe2
Til
450,0
900,0
1160,0
1650,0
2250,0
2685,0
3780,0
3990,0
5660,0
276,0
351,4
711,5
854,0
1315,0
1443,5
1688,9
2033,3
3583,5
<100
<100
<100
<100
115,3
125,5
175,5
180,0
225,0
Disolución de cenizas con mezcla triácida (Bennet y col., 1962).
Disolución de cenizas con HC1 (Paech y Tracey, 1956).
TABLA II.
CONTENIDOS DE Al, Fe Y Ti DE DIVERSAS MUESTRAS PROCEDENTES DE LAS ESTRIBACIONES DEL ÁREA DE SIERRAS Y COLINAS
DEL CAMPO DE GIBRALTAR
Fecha
Abril
Abril
Febrero
Junio
Abril
Julio
Abril
Julio
Mayo
Mayo
Julio
Febrero
Abril
Febrero
Febrero
Abril
Febrero
1
2
230
82
82
82
82
82
82
82
82
82
82
82
82
82
82
82
82
82
AU
Fe 2
Til
50,0
105,0
235,0
250,0
255,0
265,0
305,0
495,0
495,0
505,0
535,0
785,0
935,0
1900,0
2590,0
3435,0
4405,0
105,0
150,0
200,0
112,5
180,0
132,5
130,0
145,0
145,0
200,0
190,0
360,0
376,4
1025,0
1368,0
1665,3
1530,0
<100
<100
<100
<100
<100
<100
<100
<100
<100
<100
<100
<100
<100
<100
114,5
172,0
192,0
Disolución de cenizas con mezcla triácida (Bennet y col., 1962).
Disolución de cenizas con HC1 (Paech y Tracey, 1956).
PASTOS
1985
altos de Al y Fe también pueden poner en evidencia esta circunstancia, puesto que salvo algunas plantas que acumulan cantidades altas de Al (CHERNEY y col., 1983), los contenidos más usuales
oscilan en un intervalo de 50-200 ppm. (JONES, 1961). En cuanto
al Fe, niveles entre 100 y 200 ppm. son frecuentes en plantas pascícolas (CHERNEY y col., 1983). Por consiguiente, la aparición de
valores muy altos de Fe y Al debe ser atribuida, en principio, a
la presencia de suelo en la muestra. Este es el caso, por ejemplo,
de la mayoría de los puntos de muestreo que aparecen en las tablas I y II.
Puede comprobarse que la contaminación del pasto con suelo
es un parámetro bastante aleatorio, puesto que en un mismo
pastizal pueden aparecer, al mismo tiempo, valores muy diferentes de Fe, Al o Ti. Sin embargo, parece ser más frecuente en
determinadas épocas del año, según pone de manifiesto la figura 1, donde se muestra la evolución de los contenidos medios de
Fe de la hierba de la pradera halófita de la Marisma del Guadalquivir (años 1980, 1982 y 1983, gráfico inferior) y de los tres pastizales de las estribaciones del área de Sierras y Colinas del Campo de Gibraltar (valores medios entre 1980 y 1982, para cada pastizal), así como la media global entre ellos (gráfico superior).
Puede comprobarse que, efectivamente, en el caso de la pradera halófita, los valores más altos aparecen en las fases inicial
y final del período de pastoreo (meses de febrero, mayo, junio y
julio). La explicación más lógica parece radicar en la existencia
de una menor disponibilidad de hierba en ambas fases y en la
frecuencia de lluvias que caracteriza al período otoño-invernal,
que ocasionan numerosas salpicaduras. Por el contrario, en los
pastizales de las estribaciones del Campo de Gibraltar, la contaminación del pasto con suelo no parece ser muy importante al
final del período de pastoreo, debido quizás a que en este área
la disponibilidad de hierba es todavía alta en verano. Todo ello
concuerda perfectamente con las indicaciones de HEALY (1973).
Las condiciones edafo-climáticas más extremas de la Marisma
del Guadalquivir facilitan la contaminación del pasto con suelo.
Efectivamente, la dispersión de valores de Fe obtenidos en esta
zona impide considerar una media global para los tres años estudiados, como se hace para las estribaciones del Campo de Gibraltar (años 1980 y 1982), aunque también en este caso la contaminación del pasto no permite considerar un valor medio para
el mes de febrero (Fig. 1, gráfico superior), habiéndose representado solamente, a título orientativo, el valor medio corresponPASTOS
1985
231
HIERRO
H97 ppm
\
400^
\ *
E
300-
O.
Ü- 20Q
125 ppm
100-
"~ - o
Mínimo
nivel para
rumiantes
-l
J
M
MESES
1600
1500
H00
1300
1200
1100£1000Q.
°- 900
.0» 800
u.
700600500
400
300200100-
Minimo
F
30 ppm
nivel para rumiantes
M
A
M
J
J
MESES
Evolución de los contenidos medios de Fe de la vegetación de los
pastos de las estribaciones del Campo de Gibraltar (1980 y 1982, gráfico
superior) y su comparación con la evolución registrada en la pradera de
la Marisma (©Pastizal 1, O Pastizal 2,4pastizal 3; —media para las estribaciones del C. de Gibraltar; Pradera de la Marisma, O, 1980; O 1982
y A 1983).
232
PASTOS
1985
diente a 1980, 125 ppm., y a 1982, 1.497 p p m . Esos datos ponen
en evidencia las diferencias tan acusadas que se pueden producir de unos años a otros en el grado de contaminación con suelo.
Por otra parte, puede comprobarse que los contenidos de Fe
de la vegetación de la p r a d e r a halófita son superiores en 1982
y 1983. Hay que tener en cuenta que 1980, a n o r m a l m e n t e seco,
se caracterizó por un predominio acusado de gramíneas, mientras que en 1982 y 1983 fueron muy abundantes las leguminosas,
plantagináceas y otras plantas (BARROSO, 1985), especies que presentan más superficie susceptible de ser contaminada.
Por consiguiente, no es extraño que sea d u r a n t e estos dos años
cuando aparezcan los valores más altos de Fe, sensiblemente superiores a los de las especies más representativas de la zona (BARROSO, 1985). Los valores de Al registrados en algunos puntos de
la p r a d e r a halófita de la Marisma (año 1983, tabla I) corroboran
todo cuanto se acaba de afirmar.
Los resultados expuestos hasta el m o m e n t o ponen en evidencia que, en las zonas estudiadas, especialmente en la pradera de
la Marisma del Guadalquivir, el ganado puede consumir cantidades importantes de suelo. Basta tener en cuenta que, por ejemplo, el substrato de la p r a d e r a halófita posee un contenido de Al
total próximo a 5 %. De esta forma, un nivel medio de Al en la
dieta de 2.500 ppm. (se han detectado valores superiores a 5.000
ppm., tabla I) implicaría un consumo diario de suelo de, aproxim a d a m e n t e , 50 g. por cada kilogramo de materia seca ingerida.
En u n a zona como la Marisma del Guadalquivir, este dato es
realmente importante. Efectivamente, parte de este área salina se
TABLA III.
CONTENIDOS DE METALES PESADOS* EN SEDIMENTOS DE LOS
LUGARES DE MUESTREO 24 A 27.
Zona de muestreo
24
25
26
27
(mg. Kg-i)
Contenido de
Fe
Cu
Mn
Zn
36,000
40
660
110
31,900
50
490
111
35,250
40
660
100
11,900
0
90
—
* Según Cabrera y col. (1984). Los datos se refieren a contenidos
totales.
PASTOS
1985
233
ha visto siempre afectada, hasta su encauzamiento actual entre
diques, por los desbordamientos del Guadiamar, río que a r r a s t r a
metales pesados derivados de los depósitos de sulfuros polimetálicos y de las escombreras situadas en el área de minas de Aznalcóllar (SOLDEVILLA y col., 1983; CABRERA y col., 1984). CABRERA y
col. (1984) han comprobado que sedimentos tomados en ambas
márgenes del río, en las proximidades de Doñana (margen derecha del Guadalquivir, puntos 24, 25 y 26, tabla III) poseen cantidades de metales pesados muy superiores a las de suelos y sedimentos de otra zona de la Marisma que siempre estuvo fuera
de la influencia de este río (punto 27, tabla III). Si, como se pretende actualmente, el agua del Guadiamar vuelve a i n u n d a r de
forma indiscriminada las Marismas de Doñana, continuarán acumulándose metales pesados en estos suelos, con lo que muchos
animales pueden ingerirlos en cantidades notables.
Por otra parte, la tabla IV m u e s t r a el contenido de metales
pesados extractables con DTPA, de algunos p u n t o s muestreados
en la Marisma del Guadalquivir, donde también se comprueba
que las zonas 2, 9 y 11, más cercanas al Guadiamar, son las que
tienen niveles mayores. Las tres zonas son pastoreadas actualmente p o r ganado vacuno.
TABLA IV.
CONTENIDO DE METALES PESADOS (ppm) EXTRACTABLES CON
DTPA EN DIVERSOS PUNTOS DE LA MARISMA DEL GUADALQUIVIR
(Capa arable).
Zona
Fe
Mn
Zn
Cu
Cd
Co
1
2
3
4
5
18,0
20,0
11,5
25,0
17,5
12,5
11,0
14,5
36,5
20,5
30,5
18,5
42,6
26,0
22,5
18,0
13,5
19,5
20,0
20,0
18,5
34,2
1,1
9,0
9,0
3,5
1,9
0,9
0,5
1,5
3,5
0,9
12,0
5,7
15,0
5,3
4,8
3,5
3,1
2,1
3,5
6,8
2,2
24,0
<0,1
0,3
—
—
—
<0,1
<0,1
0,2
0,3
—
—
—
0,15
0,1
—
0,2
—
0,2
6
7
8
9
10
11
0,1
—
0,5
Otro aspecto i m p o r t a n t e a tener en cuenta radica en la facilidad con que estos suelos, arcillosos, parecen retener pesticidas,
según se deduce de los trabajos de HERMOSIN y col. (1980). Estos
autores han c o m p r o b a d o que la fracción arcilla de un suelo de
234
PASTOS
1985
la Marisma del Guadalquivir alcanza una adsorción máxima del
pesticida clordimeform casi de 0,5 mmol./g., con un porcentaje
de desorción del 70 %. Ello supone una retención notable, a pesar de que el suelo presentaba un contenido comparativamente
bajo de montmorillonita, mineral de la arcilla que retiene las mayores cantidades del pesticida. Los resultados de HERMOSIN y
col. (1980) aparecen en la tabla V siendo S-3 la muestra procedente de la Marisma del Guadalquivir.
TABLA V.
COMPOSICIÓN MINERALÓGICA, ADSORCIÓN MÁXIMA Y DESORCIÓN
DE CLORDIMEFORM EN LAS FRACCIONES ARCILLOSAS DE LOS
SUELOS *
Muestra
Si
sS23
Composición mineralógica (%)
Montll.
Hita
Caolinita
70
20
8
23
70
80
7
10
12
Adsorción
máxima
mmol/g
Desorción
0,64
0,49
0,46
47
68
71
(O/o)
* Según Hermosin y col. (1980).
Como indican los autores, son hechos de gran importancia desde el p u n t o de vista de la contaminación de los suelos, pues este
tipo de pesticidas, u n a vez adsorbidos, quedarían retenidos en el
suelo como «residuos no eliminables», al menos a corto plazo, especialmente en suelos ricos en montmorillonita. En este sentido
cabe indicar que en la Marisma del Guadalquivir también se h a n
encontrado contenidos de montmorillonita superiores al referido por HERMOSIN y col. (1980) (MORENO y col., 1980). Este tipo de
estudios no hace más que c o r r o b o r a r la llamada de atención realizada por HEALEY (1973) acerca del consumo i m p o r t a n t e de DDT
y substancias afines que puede efectuar un animal con el suelo
que se adhiere a la hierba.
Todos los datos presentados ponen en evidencia la importancia que puede tener en nutrición animal la contaminación del
pasto con suelo. En este sentido, siempre se deben tener en cuenta las caractrísticas de las áreas que rodean a cualquier zona de
pastos (agricultura, industria, etc.) y las posibles vías de conexión
que puedan existir entre ellas.
PASTOS
1985
235
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SUMMARY
SOIL CONTAMINATION OF FORAGE, AN ASPECT INCRISINGLY
IMPORTANT IN ANIMAL NUTRITION
Soil contamination of forage in some grazed pastures of Andalusia
has been studied. Contamination of herbage is especially high in the pasture studied from the Guadalquivir River marsh. Levéis of Al, Fe and Ti
higher than 3000, 1500 and 100 ppm can be frequently found in this pasture. This aspect is very important because heavy metáis and pesticides
can be acumulated in some marsh soils, and so, cattle can intake noticiable amounts of these substances with the soil adhered to herbage.
P A S T O S 1985
237
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