Aportes al entendimiento de la Bahía de Tumaco

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Aportes al Entendimiento de la Bahía de Tumaco
Entorno Oceanográfico, Costero y de Riesgos
Aportes al Entendimiento de la Bahía de Tumaco
Entorno Oceanográfico, Costero y de Riesgos
2
Bahía de Tumaco
Aportes al Entendimiento de la Bahía de Tumaco
Entorno Oceanográfico, Costero y de Riesgos
Dirección General Marítima, DIMAR
Director
Contralmirante Carlos Humberto Pineda Gallo
Centro Control Contaminación del Pacífico, CCCP
Director
Capitán de Fragata Carlos Enrique Tejada Vélez
MSc en Ciencias y Tecnologías para la Gestión de la Costa
Autores
Capitán de Fragata Carlos Enrique Tejada Vélez, MSc en Ciencias y Tecnologías para la Gestión de la Costa
Capitán de Corbeta Luis Jesús Otero Díaz, MSc en Ciencias y Tecnologías para la Gestión de la Costa
Luz Ángela Castro Suárez, Química
Fernando Afanador Franco, Ingeniero Catastral y Geodesta
Andrea Devis Morales, Oceanóloga
Jorge Ernesto Solano, Ingeniero Catastral y Geodesta
Alba Lucía Fonseca Camelo, Bióloga Marina
Coordinación Editorial
Angélica María Castrillón Gálvez, Comunicadora Social
Revisores Externos
Profesor Raúl Medina Santamaría, PhD Ingeniería de Costas
Profesor Mauricio González, PhD Ingeniería de Costas
Colaboradores
Suboficial Primero Fabián Molina Urueta, Tecnólogo en Oceanografía Física
Suboficial Primero Jorge Carmelo Batista Núñez, Tecnólogo en Oceanografía Física
Suboficial Tercero Charles Antonio Muñoz Velásquez, Tecnólogo en Hidrografía
Suboficial Tercero Jairo Segundo Paternina Yepez, Técnico en Oceanografía Física
Harry Quiñónez Torres, Delineante Arquitectónico
Paula Judith Rojas Higuera, Bióloga Marina
Editorial DIMAR
Diseño y producción: Editorial Sepia Ltda. www.editorialsepia.com [email protected]
Dirección editorial: Diego Miguel Garcés Guerrero
© Fotografías: Diego Miguel Garcés Guerrero y CCCP
Diagramación: Angelica Galvis Diaz - Juan Pablo Murillo Parra
Impresión: Panamericana Formas e impresos S.A. quién sólo actua como impresor
© Centro Control Contaminación del Pacífico, CCCP, 2003.
ISBN: 958-33-5222-5
Ninguna parte de este libro puede ser reproducida, almacenada en sistema recuperable o transmitida en ninguna
forma o por ningún medio electrónico, fotocopia, grabación u otros, sin el permiso escrito de los editores.
Bahía de Tumaco
3
Tabla de Contenido
PROLOGO
14
INTRODUCCION
15
CAPITULO I - Generalidades de la Bahía de Tumaco
17
1.1.
1.2.
1.2.1.
UBICACION GEOGRAFICA
Breve reseña histórica
Fechas que han marcado la historia de Tumaco
19
20
20
CAPITULO II - Aspectos Socioculturales y Económicos
21
2.1.
2.1.1.
2.1.1.1.
2.1.1.2.
2.1.1.3.
2.2.
2.2.1.
2.2.1.1.
2.2.2.
2.3.
2.3.1.
2.4.
2.4.1.
2.4.2.
2.4.3.
23
24
24
25
25
26
27
28
29
29
30
31
31
34
35
POBLACION
Calidad de vida
Vivienda
Educación
Salud
DESARROLLO ECONOMICO
Actividad portuaria
Movimiento portuario
Sector turístico
USOS DEL SUELO Y COBERTURA VEGETAL
Mapa de uso del suelo y cobertura vegetal de la bahía de Tumaco
BIENES DE USO PÚBLICO EN LA ZONA COSTERA DE LA BAHÍA DE TUMACO
Conceptos básicos
Utilización de los bienes de uso público en la bahía de Tumaco
Usos inadecuados en bienes de uso público bajo jurisdicción de DIMAR
CAPITULO III – Aspectos Geológicos, Geomorfológicos e Hidrográficos
39
3.1.
3.1.1.
3.1.2.
3.1.3.
3.2.
3.2.1.
3.2.1.1.
3.2.1.2.
3.2.2.
3.2.3.
3.3.
3.4.
3.5.
41
41
41
42
42
42
42
43
44
44
44
46
47
GEOLOGÍA
Litología
Tectónica
Hidrología subterránea
GEOMORFOLOGÍA
Ambiente litoral
Unidades geomorfológicas de dominio supramareal
Unidades geomorfológicas de dominio intermareal
Ambiente morfoestructural
Ambiente aluvial
HIDROGRAFÍA
BATIMETRÍA
EDAFOLOGÍA
4
Bahía de Tumaco
3.5.1.
3.5.2.
3.5.3.
3.5.4.
3.6.
Suelos de planicie marina
Suelos de planicie aluvial
Suelos de lomerío
Clasificación agroecológica de los suelos de la bahía de Tumaco
UNIDADES DE PAISAJE
47
47
47
48
48
CAPITULO IV – Aspectos Meteorológicos y Oceanográficos
51
4.1.
ASPECTOS METEOROLOGICOS
4.1.1.
Precipitación
4.1.2.
Temperatura ambiente
4.1.3.
Humedad, presión y evapotranspiración
4.1.4.
Vientos
4.2.
CARACTERIZACION FISICOQUIMICA
4.2.1.
Comportamiento de los parámetros de calidad de aguas de la bahía de Tumaco
4.2.1.1. Salinidad superficial del agua
4.2.1.2. Temperatura superficial del mar
4.2.1.3. Comportamiento del Oxígeno disuelto, O2
4.2.1.4. Distribución de la materia orgánica
4.2.1.5. Demanda biológica de Oxígeno, DBO5
4.2.1.6. Nutrientes
4.2.1.6.1. Distribución del Amonio
4.2.1.6.2. Distribución de Nitratos
4.2.1.6.3. Distribución de Fosfatos
4.2.1.7. Transparencia
4.2.2.
Influencia de la marea en los parámetros fisicoquímicos
4.3.
DINAMICA MARINA
4.3.1.
Mareas
4.3.1.1. Fuentes de datos
4.3.1.2. Niveles de referencia
4.3.1.3. Régimen medio del nivel del mar total
4.3.1.4. Marea astronómica
4.3.1.5. Marea meteorológica
4.3.1.6. Constantes no armónicas de marea
4.3.2.
Oleaje
4.3.2.1. Regímenes medios en profundidades indefinidas
4.3.2.2. Oleaje en profundidades objetivo
4.3.2.2.1. Regímenes en los puntos objetivo
4.3.2.2.2. Regímenes medios direccionales y escalares de alturas de ola significante en los
puntos objetivo
4.3.2.2.3. Oleaje en la zona de estudio
4.3.3.
Corrientes
4.3.3.1. Corrientes inducidas por el oleaje
4.3.3.2. Corrientes por marea y otros factores
4.4.
DINAMICA LITORAL
4.4.1.
Geoformas de la bahía de Tumaco
4.4.1.1. Geoformas costeras depositacionales
53
53
53
54
54
58
58
58
58
60
60
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65
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70
70
70
70
71
72
73
73
73
75
76
77
80
81
82
83
84
85
85
5
Bahía de Tumaco
4.4.1.2.
4.4.1.3.
4.4.2.
4.4.2.1.
4.4.2.2.
4.4.3.
4.4.4.
4.4.4.1.
4.4.4.2.
Geoformas costeras erosivas
Geoformas aluviales
Fuentes de sedimentos
Provenientes de los ríos
Provenientes de la erosión de acantilados
Composición y tamaño de sedimentos
Transporte de los sedimentos
Cálculo del transporte a partir de la evolución histórica de la línea de costa
Cálculo del transporte potencial de sedimentos
CAPITULO V - Aspectos Biológicos
5.1.
5.1.1.
5.1.2.
5.2.
5.3.
5.3.1.
5.3.2.
5.3.2.1.
5.3.2.2.
5.3.2.3.
5.4.
5.4.1.
5.4.2.
5.4.3.
5.4.4.
5.4.5.
5.4.6.
5.4.7.
5.4.8.
5.5.
5.6.
FAUNA TERRESTRE
Diversidad faunística
Especies faunisticas en peligro de extinción
FLORA MARINA
FAUNA MARINA
Ictioplancton
Organismos bentónicos
Composición de especies
Aspectos generales
Distribución espacial
POTENCIAL PESQUERO
Pesca industrial
Pesca artesanal
Recursos explotables más importantes
Zonas de pesca
Pesca por época
Volumenes de pesca por familia
Indices de captura y unidades económicas de pesca
Número de empresas pesqueras
EXTRACCION Y RECOLECCIÓN DE MOLUSCOS
CAMARONICULTURA
87
89
89
89
90
90
92
92
94
97
99
99
100
100
103
103
105
105
105
105
106
106
106
107
108
109
109
110
112
112
113
CAPITULO VI - Riesgos Naturales y Antrópicos
115
6.1.
6.1.1.
6.1.1.1.
6.1.2.
6.1.2.1.
6.1.2.2.
6.1.2.3.
6.1.2.4.
6.1.3.
6.1.3.1.
6.1.3.2.
117
117
118
121
122
122
123
123
125
125
125
RIESGOS NATURALES
Tsunamis
Mapas de inundación
Fenómeno de El Niño
Temperatura Superficial del Mar (TSM)
Distribución vertical de temperatura
Efectos de El Niño sobre el fitoplancton
Efectos de El Niño sobre la fauna marina
Erosión y sedimentación
El proceso de erosión
El proceso de sedimentación
6
Bahía de Tumaco
6.1.3.3. Análisis detallado de las islas barrera de la bahía de Tumaco
6.1.4.
Ascenso del nivel medio del mar a causa del cambio climático global
6.1.4.1. Incidencia del aumento del nivel medio del mar en el casco urbano de Tumaco
6.2.
RIESGOS ANTRÓPICOS
6.2.1.
Contaminación del agua
6.2.2.
Fuentes de contaminación en la bahía de Tumaco
6.2.2.1. Vertimientos industriales
6.2.2.2. Vertimientos domésticos
6.2.2.3. Actividad portuaria
6.2.3.
Sustancias contaminantes en la bahía de Tumaco
6.2.3.1. Hidrocarburos
6.2.3.1.1. Niveles de hidrocarburos en la bahía de Tumaco
6.2.3.1.2. Monitoreo en aguas
6.2.3.1.3. Monitoreo en sedimentos
6.2.3.1.4. Monitoreo en organismos
6.2.3.1.5. Indices de sensibilidad ambiental
6.2.3.2. Compuestos Organoclorados
2.3.2.1. Monitoreo en sedimentos
6.2.3.2.2. Monitoreo en organismos
6.2.3.3. Metales pesados
6.2.3.3.1. Monitoreo en aguas
6.2.3.3.2. Monitoreo en sedimentos
6.2.4.
Alteraciones en fauna y flora
6.2.4.1. Sobreexplotación de recursos pesqueros
6.2.4.2. Sobreexplotación del recurso maderero
6.2.4.3. Impactos en zonas de manglar
126
131
131
132
132
132
133
134
135
136
136
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142
143
146
147
147
147
148
149
150
150
151
151
CAPITULO VII - Programa de Modelado Integral de Zonas Costeras
153
7.1.
7.2.
7.3.
156
157
157
MODULO DE PREPROCESO
METODOLOGÍAS
HERRAMIENTAS
AGRADECIMIENTOS
160
BIBLIOGRAFIA
161
Bahía de Tumaco
7
Tabla de Contenido de Mapas, Figuras y Tablas
MAPAS
Mapa
Mapa
Mapa
Mapa
Mapa
Mapa
Mapa
Mapa
Mapa
Mapa
Mapa
No. 1
No. 2
No. 3
No. 4
No. 5
No. 6
No. 7
No. 8
No. 9
No.10
No.11
División políticoadministrativa de la bahía de Tumaco.
Uso del suelo y cobertura vegetal de la bahía de Tumaco.
- Bienes de uso público bajo Jurisdicción de DIMAR.
Geomorfología de la bahía de Tumaco.
Hidrografía de la bahía de Tumaco.
Edafología de la bahía de Tumaco.
Inundación por tsunami en el casco urbano de Tumaco.
Inundación por tsunami en la población de Salahonda.
Aumento del nivel medio del mar en el casco urbano de Tumaco.
Aumento del nivel medio del mar en la población de Salahonda.
Índice de sensibilidad ambiental de la bahía de Tumaco.
20/21
30/31
34/35
42/43
44/45
50/51
120/121
120/121
130/131
130/131
144/145
FIGURAS
Figura 1.1.
Figura 2.1.
Figura 2.2.
Figura 2.3.
Figura 2.4.
Figura 2.5.
Figura 2.6.
Figura 2.7.
Figura
Figura
Figura
Figura
2.8.
2.9.
2.10.
2.11.
Figura 2.12.
Figura 2.13.
Figura 2.14.
Figura 2.15.
Figura 2.16.
Panorámica del casco urbano del municipio de San Andrés de Tumaco.
Las edificaciones palafíticas predominan en el estilo de construcción de viviendas
en la bahía de Tumaco.
La bahía se encuentra poblada, en su mayoría, por comunidades negras.
Zonas de reubicación urbana por convenios de cooperación técnica entre el
Gobierno Nacional y entidades internacionales.
Niños en edad escolar del casco urbano de Tumaco.
Pobladores de la región dedicados a la pesca artesanal, practicada en aguas
someras.
Mujer disponiendo la pesca en la bahía de Tumaco.
Instalaciones de la Sociedad Portuaria y Puerto Pesquero de Tumaco, ubicadas
en la isla de El Morro.
Aspecto del muelle, sector La Taguera.
Playa de El Morro, reconocido sector turístico de Tumaco. Al fondo ‘El Quesillo’.
Aguas jurisdiccionales colombianas consideradas desde la zona de estudio.
Bienes de uso público y zona de jurisdicción para el caso de playas que no superan
el límite de la zona de los 50 metros.
Bienes de uso público y zona de jurisdicción para el caso de playas que superan
el límite de la zona de los 50 metros.
Panorámica de un sector de la isla de Tumaco donde se aprecian viviendas
palafíticas, de precaria construcción.
Predios localizados en zonas de bajamar en el área urbana de Tumaco
(color rojo).
Predios localizados en la zona de 50 metros de jurisdicción de Dimar.
Escena típica del borde costero, playas y terrenos de bajamar en Tumaco,
donde se aprecia el problema de basuras arrojadas al mar.
19
23
24
24
25
26
26
27
28
29
32
33
33
34
35
36
37
8
Bahía de Tumaco
Figura 3.1.
Figura 3.2.
Figura 3.3.
Figura 3.4.
Figura 3.5.
Figura 3.6.
Figura 4.1.
Figura 4.2.
Figura 4.3.
Figura 4.4.
Figura 4.5.
Figura 4.6.
Figura 4.7.
Figura 4.8.
Figura 4.9.
Figura 4.10.
Figura 4.11.
Figura 4.12.
Figura 4.13.
Figura 4.14.
Figura 4.15.
Figura 4.16.
Figura 4.17.
Figura 4.18.
Figura 4.19.
Figura 4.20.
Figura
Figura
Figura
Figura
Figura
Figura
4.21.
4.22.
4.23.
4.24.
4.25.
4.26.
Litología y estructuras generales de la bahía de Tumaco
(Tomado de Correa y González, 1989).
Cordón litoral, playa activa de la isla-barrera de Bocagrande, unidad
geomorfológica de dominio supramareal.
Plataformas intermareales no vegetadas en el sector de Salahonda.
Diagrama explicativo de un cuello o ‘notch’.
Variación media mensual multianual de caudales (m3/s).
Estación San Juan Río Mira (1980-1995) Ideam.
Paisaje de lomerío, sector de Llanaje, bahía de Tumaco.
Variación multianual de la precipitación (mm) en Tumaco (Ideam-CCCP 1992/2001).
Variación multianual de la temperatura ambiente (° C). En Tumaco
(Ideam-CCCP 1992/2001).
Variación multianual de la humedad (%) en Tumaco (Ideam-CCCP 1992/2001).
Velocidad (m/s) y dirección (º) del viento en la bahía de Tumaco.
Rosas de vientos mensuales para Tumaco, con base en los datos colectados
en la estación ubicada en la Base de Infantería de Marina, isla de El Morro.
Estaciones de medición de parámetros fisicoquímicos en la bahía de Tumaco
y alrededores de las islas de El Morro y Tumaco.
Distribución superficial de la salinidad en ups en la bahía de Tumaco.
Distribución de los valores promedios de la temperatura para la bahía de Tumaco.
Distribución del oxígeno disuelto en la bahía de Tumaco (pleamar y bajamar)
en el 2001.
Distribución de la materia orgánica en la bahía de Tumaco
en marea alta y baja durante el 2001.
Distribución superficial de la DBO5 (mL/L).
Distribución del amonio en la bahía de Tumaco en marea alta y baja durante el 2001.
Distribución de nitratos en la bahía de Tumaco, en las dos fases de marea,
durante el 2001.
Distribución de fosfatos en la bahía de Tumaco, en las dos fases de marea,
durante el 2001.
Distribución superficial de la salinidad en la bahía de Tumaco.
Distribución superficial del amonio (µg-at N/L) y nitratos (µg-at N/L) en marea alta
y marea baja.
Distribución superficial de fosfatos (µg-at P/L) y nitritos (µg-at P/L) en marea alta
y baja.
Distribución superficial de sólidos suspendidos (mg/L) y transparencia (m)
en marea alta y marea baja.
Régimen medio del nivel del mar en Tumaco, elaborado con base en los datos para 1985.
Comparación marea observada (color negro) y calculada (rojo), parte superior
de la figura. En la parte baja la marea meteorológica (azul).
Régimen escalar del oleaje frente a Tumaco.
Régimen direccional del oleaje frente a Tumaco.
Distribución por direcciones del oleaje en profundidades indefinidas.
Régimen escalar del período de pico frente a Tumaco.
Régimen direccional del período de pico frente a Tumaco.
Mallas y direcciones de oleaje considerados. Se aprecia el uso de mallas anidadas
para lograr mayor detalle en el sector de las islas.
41
43
43
44
45
49
53
53
54
55
56
58
59
59
60
61
62
63
64
64
66
67
68
69
70
72
74
74
74
75
75
76
Bahía de Tumaco
Figura 4.27. Puntos objetivo seleccionados para el análisis de regímenes.
Figura 4.28. Régimen escalar y de la dirección WSW en la desembocadura del río Mira.
Figura 4.29. Régimen escalar y de la dirección WNW a la altura de la antigua isla del Guano,
desaparecida en el tsunami de 1979.
Figura 4.30. Régimen escalar y de la dirección W en inmediaciones de la playa del Batallón de
Infantería de Marina, en la isla de El Morro.
Figura 4.31. Rosa de direcciones del oleaje en indefinidas y puntos objetivo. Obsérvese el
cambio de la dirección predominante.
Figura 4.32. Batimetría de la zona de estudio.
Figura 4.33. Isoalturas y vectores del oleaje significante en el sector entre
el río Mira y Bocagrande.
Figura 4.34. Isoalturas de oleaje significante en marea alta(a) y baja (b).
Figura 4.35. Vectores de altura significante en marea alta (a) y baja (b).
Figura 4.36. Corriente por oleaje resultante de un oleaje proveniente del SW.
Figura 4.37. Corrientes inducidas por el oleaje entre 0.0 y 0.22 m/s (marea alta).
Figura 4.38. Vectores de corriente marea baja (velocidades entre 0.0 y 0.17 m/s).
Figura 4.39. Transeptos realizados para la determinación del patrón de corrientes predominante
en la bahía de Tumaco.
Figura 4.40. Patrones de corrientes encontrados en marea alta y marea saliendo (reflujo).
Figura 4.41. Patrones de corrientes encontrados en marea baja y marea entrando (flujo).
Figura 4.42. Llanura costera de la bahía de Tumaco, una de las geoformas costeras
depositacionales más comunes de la zona.
Figura 4.43. playa amplia localizada en el sector de Salahonda.
Figura 4.44. Vista aérea de la espiga de Bocagrande. Foto aérea No. 054, vuelo C-836, 1958.
Figura 4.45. Ilustración de los cordones litorales de las islas en la bahía de Tumaco.
Figura 4.46. Panorámica del tómbolo que une al pilar de El Quesillo con la isla de El Morro.
Año 2000.
Figura 4.47. Laguna interior en las playas de Salahonda.
Figura 4.48. Dunas características de la isla de Bocagrande con marea baja.
Figura 4.49. Acantilado continuo localizado en El Morro.
Figura 4.50. Zona de desprendimiento de bloques de los acantilados.
Figura 4.51. Pilar de El Quesillo en cercanías de la isla de El Morro, marea alta año 2000.
Figura 4.52. Cuellos de erosión.
Figura 4.53. Escarpes de playa en la isla de Bocagrande.
Figura 4.54. Grandes bajos de arena localizados en la desembocadura del
estero Aguaclara. Fotografía aérea No. 191, vuelo C-2509 de 1993.
Figura 4.55. Acantilado y arcos afectados por la acción marina en la isla de El Morro.
Figura 4.56. Ubicación de estaciones sedimentológicas en la bahía de Tumaco. Los puntos rojos
indican zonas con alta concentración de sedimentos en suspensión.
Figura 4.57. Comparación de líneas de costa de 1969 y 1995 (26 años). Verde erosión,
azul sedimentación.
Figura 4.58. Comparación de la línea de costa entre 1992 y 1995.
Figura 4.59. Comparación de las lineas de costa entre 1986 y 1993.
Figura 5.1.
a-i Diatomeas más frecuentes en la bahía de Tumaco.
a. Chaetoceros curvisetus., b. Chaetoceros didymus var. anglica.,
c. Chaetoceros peruvianus., d. Coscinodiscus eccentricus.,
e. Leptocylindrus danicus., f. Rhizosolenia setigera.,
9
77
78
78
79
79
80
80
81
81
82
82
82
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83
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85
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86
86
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88
88
88
90
90
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93
93
93
101
10
Bahía de Tumaco
G. Thalassionema frauenfeldii., H. Thalassionema nitzschioides.
(Tomadas de la Colección Biológica de Referencia del Laboratorio
de Ecología y Biología Marina del CCCP).
Figura 5.2.
La marea roja es producida, generalmente, por la especie Alexandrium catenella
(Tomado de archivo fotográfico del Laboratorio de Ecología y Biología Marina
del CCCP).
Figura 5.3.
Áreas de distribución de las abundancias fitoplanctónicas
en la bahía de Tumaco (Modificado de CCCP, 2001a).
Figura 5.4.
Zonas de desove en la bahía de Tumaco (Modificado de Cediel, 2000)
Figura 5.5.
a-d Larvas de peces más frecuentes de la bahía de Tumaco.
a. Benthosema panamense., b. Nomedae psenes., c. Familia Scianidae.,
d. Familia Carangidae. (Tomadas de la Colección Biológica de Referencia
del Laboratorio de Ecología y Biología Marina del CCCP).
Figura 5.6.
a-k. Algunas de las especies bentónicas encontradas en zonas de playa de la
bahía de Tumaco. a. Poliqueto ( Familia Chaetopteridae), b. Crustáceo
(Familia Xanthidae), c. Crustáceo (Familia Diogenidae), d. Equinodermo
(Ophiurido), e. Phyllum menor (Sipunculido), f. Molusco (Chama macerophylla),
g. Molusco (Conus daucus hwass), h. Molusco (Olivella nivea),
i. Molusco (Polinices hepaticus), j. Molusco (Familia Pectinidae),
k. Equinodermo (Encope insularis) (Tomados de la Colección de Referencia
Biológica del Laboratorio de Ecología y Biología Marina del CCCP).
Figura 5.7.
Zonas de distribución de ensamblajes comunitarios del bentos
de fondo blando en la bahía de Tumaco.
Figura 5.8.
a-d. Algunas de las especies explotables dentro de la bahía de Tumaco.
a. Callinectes arcuatus, b. Lutjanus colorado, c. Pomadasys sp.,
d. Caranx caballus. (Tomadas de la Colección Biológica de Referencia del
Laboratorio de Ecología y Biología Marina del CCCP).
Figura 5.9.
Zonas de pesca ubicadas en la bahía de Tumaco (Borda et al, 1995)
Figura 5.10. a-f. Especies de moluscos extraídas en la bahía de Tumaco
a. Anadara Tuberculosa., b. Anadara similis, c. Mytella guyanensis,
d. Chione rubgosa, e. Mactra fonsecana, f. Tellina hertlen.
(Tomado de la Colección de Referencia Biológica del CCCP).
Figura 5.11. Penaeus vannamei, especie de camarón de aguas someras cultivada en la bahía
de Tumaco. (Tomada de la Colección Biológica de Referencia del Laboratorio
de Ecología y Biología Marina del CCCP).
Figura 6.1.
Evolución de una ola de tsunami en su recorrido hacia la costa.
Figura 6.2.
Aspectos de los daños causados en Tumaco por el tsunami de 1979.
Figura 6.3.
Mapas de inundación por tsunami generados a partir del modelo
Time, que muestran la altura de ola máxima registrada sobre el área de estudio
durante dos horas de evolución de un tsunami. Las áreas blancas representan
los lugares que permanecen secos. Los colores representan la altura de ola en
metros de acuerdo a la escala adjunta. Casos 1 y 2 corresponden a sismos de
magnitud 7.9 con marea media (izquierda) y alta (derecha) respectivamente,
casos 3 y 4 corresponden a un sismo de magnitud 8.2 en las mismas dos
condiciones de marea.
Figura 6.4.
Comportamiento de la TSM y promedio histórico mensual en la bahía de Tumaco
para el período 1995-2001.
101
102
103
104
104
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109
112
114
117
118
120
122
Bahía de Tumaco
Figura 6.5.
Figura 6.6.
Figura 6.7.
Figura 6.8.
Figura 6.9.
Figura
Figura
Figura
Figura
Figura
Figura
6.10.
6.11.
6.12.
6.13.
6.14.
6.15.
Figura 6.16.
Figura 6.17.
Figura 6.18.
Figura 6.19.
Figura 6.20.
Figura 6.21.
Figura 6.22.
Figura
Figura
Figura
Figura
Figura
Figura
6.23.
6.24.
6.25.
6.26.
6.27.
6.28.
Figura 6.29.
Figura 7.1.
Figura 7.2.
Figura 7.3.
11
Variación de la temperatura (° C) del agua a 10 MN de Tumaco, entre agosto de
1999 junio de 2002.
Distribución de la TSM para cada época climática y su relación con la abundancia
promedio de diatomeas y dinoflagelados.
Cambios en la captura de carduma durante los años 1998 y 2001.
Eliminación de zonas de manglar y relleno de áreas marinas con aserrín
en el aserrío Lombana.
Estructura morfológica de la isla de Bocagrande en 1958. Fotografía No. 003,
vuelo Igac C-836.
Isla de Bocagrande en 1969. Fotografía No. 022, vuelo Igac C-1243.
Fotografías aéreas de las islas de Bocagrande y Vaquería en 1993.
Aspecto del sector hotelero al sur de la isla de Bocagrande. Septiembre de 2000.
Panorámica del puente El Morro, que comunica las islas de Tumaco y El Morro.
Zonas de bajamar entre La Viciosa y Tumaco con marea baja.
Zona de bajamar entre Tumaco y La Viciosa. Al fondo se aprecia el bajo
del Guano, 2000.
Línea de costa de Tumaco en bajamar. Septiembre de 2000.
Comportamiento de las abundancias planctónicas durante el derrame del
B/T Daedalus, 1996 en tres puntos de la bahía de Tumaco (Prodycon Ltda. 1996).
Relación observada entre abundancia de fitoplancton vs. hidrocarburos en 1998
en la bahía de Tumaco, Estación 26 (CCCP-Ecopetrol, 2001).
Valores promedio de los HATs en sedimentos de la bahía de Tumaco.
Comportamiento de los HATs en la desembocadura del río Rosario y en Vaquería
(E26) (CCCP-Ecopetrol, 2001).
Estaciones muestreo para HATs 1997 2001.
Promedios anuales de HATs en sedimentos marinos de la bahía de Tumaco entre
1997 y 2001 (CCCP, 2001a).
Hidrocarburos aromáticos en la bahía de Tumaco (CCCP, 1996)
Acantilado, sector de El Morro.
Playa de arena fina, isla Vaquería.
Playa de arena fina, isla de El Morro.
Plano de marea expuesto, bocana de Salahonda.
La vegetación de manglar predomina en el ISA10 identificado para la
bahía de Tumaco.
Concentración de p,p’- DDT’s en la bahía de Tumaco entre 1992 y 1993
(CCCP, 1996).
Estructura del Sistema de Modelado Costera (SMIZCO).
Interfaz gráfica del programa SONDAS.
Interfaz gráfica del programa OLAS.
122
Clasificación de los buques según el tipo de carga que movilizaron durante el año
2001 en el puerto de Tumaco.
Clasificación de las embarcaciones menores según el tipo de carga
que movilizaron durante el 2001 en el puerto de Tumaco.
Clasificación por actividad y número de muelles del puerto de Tumaco 2001.
28
123
124
126
126
126
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145
145
146
147
156
156
157
TABLAS
Tabla 2.1.
Tabla 2.2.
Tabla 2.3.
28
28
12
Bahía de Tumaco
Tabla 2.4.
Tabla 2.5.
Tabla 3.1.
Tabla 4.1.
Tabla 4.2.
Tabla 4.3.
Tabla 4.4.
Tabla 4.5.
Tabla 4.6.
Tabla 4.7.
Tabla 4.8.
Tabla 4.9.
Tabla
Tabla
Tabla
Tabla
Tabla
4.10.
4.11.
5.1.
5.2
5.3.
Tabla 5.4.
Tabla 5.5.
Tabla 5.6.
Tabla 5.7.
Tabla 5.8.
Tabla 5.9.
Tabla 5.10.
Tabla 5.11.
Tabla 6.1.
Tabla
Tabla
Tabla
Tabla
6.2.
6.3.
6.4.
6.5.
Tabla 6.6.
Tabla 6.7.
Especies florísticas que predominan en la cobertura vegetal de la bahía de Tumaco.
Resumen de la situación de los predios en jurisdicción de DIMAR en Tumaco.
Balance hídrico de la bahía de Tumaco (Balances hídricos para el aeropuerto
Tumaco-Nariño/Climatología del Pacífico Colombiano).
Criterios de evaluación de algunos parámetros fisicoquímicos.
Valores promedios de los parámetros fisicoquímicos en las fases de marea para
la bahía de Tumaco, según monitoreos del CCCP.
Alturas máximas de la marea en metros para el puerto de Tumaco entre 1976
y 2000 (Ideam, 2000).
Constituyentes armónicas calculadas para Tumaco.
Constantes no armónicas de marea para Tumaco.
Regímenes medios direccionales y escalares de alturas de ola significante en
los puntos objetivo.
Resumen de frecuencias direcciones de oleaje en puntos objetivo.
Inventario sedimentos litorales. Modificado de Komar (1976) (En: Tovar, 2000).
Relación de geoformas costeras con los procesos de erosión y sedimentación
de la bahía de Tumaco (Tovar, 2002).
Resumen de los datos sedimentológicos colectados sobre la bahía de Tumaco.
Resumen del cálculo de transporte potencial de sedimentos (m3/año).
Especies de aprovechamiento comercial e interés especial en la bahía de Tumaco.
Clasificación de especies amenazadas, según la Uicn.
Rangos de variables para cada zona de distribucción de abundancias
fitoplanctónicas en la bahía de Tumaco, dentro de las cuatro fases de la marea
(Tomado de la Base de Datos del Laboratorio de Ecología y Biología Marina del CCCP).
Desembarque de la pesca industrial en la bahía de Tumaco en toneladas
(Inpa, 1998 y 2000).
Productos provenientes de la pesca artesanal en unidad de toneladas
(Inpa, 1998 y 2001).
Recursos pesqueros explotados en la bahía de Tumaco artesanal e industrialmente.
Valores obtenidos de Unidad Económica de Pesca y Captura Total para 1995
(Borda et al., 1995)
Composición en porcentaje de la pescadilla a nivel de familia en las capturas
para los años 1994, 1995, 1996 y 1999 (Inpa, 1996 y 2001).
Porcentajes de la captura para cada grupo de especies en cada zona según la UEP,
para los años 1994 y 1995 (Borda et al., 1995).
Especies de moluscos explotados en la bahía de Tumaco.
Camaroneras de la bahía de Tumaco y situación actual (CP-2, 2002)
Alturas y tiempos de llegada de la primera ola de tsunami sobre
el área urbana de Tumaco, para sismos de diferente intensidad.
Resumen de eventos considerados para la generación de mapas de inundación.
Impactos generados por el fenómeno de El Niño, evento 1997-1998.
Gases que incrementan el efecto invernadero (IPCC-1995).
Fuentes y tipos de contaminantes derivados de actividades antrópicas en
la bahía de Tumaco.
Cargas generadas por la industria de productos hidrobiológicos en la bahía
de Tumaco (Corponariño, 2001).
Valores de OD y DBO5 en algunos aserríos de la bahía de Tumaco en mL/L (CCCP, 1996).
29
37
46
59
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113
119
119
124
131
133
133
134
Bahía de Tumaco
Tabla 6.8.
Tabla 6.9.
Tabla 6.10.
Tabla 6.11.
Tabla 6.12.
Tabla 6.13.
Tabla 6.14.
Tabla 6.15.
Tabla 6.16.
Tabla 6.17.
Tabla 6.18.
Tipo de residuos que se generan en el casco urbano de Tumaco
(Fundación San Francisco, 1996).
Resumen de cargas aportadas por los vertimientos de residuos líquidos domésticos
a la bahía de Tumaco (Basado en datos teóricos de consumo de agua habitante/día
de Metcalf y Hedí, 1995) (Cálculos realizados por el CCCP, 2002).
Promedios anuales obtenidos entre 1988 y 1995 de hidrocarburos disueltos
dispersos (µg/L) en la bahía de Tumaco (CCCP,1996).
Promedios anuales obtenidos entre 1986 y 1995 de HATs en sedimentos de la bahía
de Tumaco en (µg/g) (CCCP, 1996).
Promedio de HATs en sedimentos de la bahía de Tumaco en µg/g (CCCP, 2001a).
Promedios anuales obtenidos entre 1986 y 1995 de HATs (µg/g) en bivalvos en la
bahía de Tumaco (CCCP,1996).
Concentraciones de DDT obtenidas en diferentes muestreos en la bahía de Tumaco
en ng/g (CCCP, 1996).
Niveles de metales pesados (µg/L) en aguas de la bahía de Tumaco,
monitoreadas por el CCCP en 1994 (CCCP, 1996).
Rangos de metales pesados (µg/L) en aguas de Tumaco
(Ingeominas, 1992 1993 y Cortés, 1997).
Niveles de metales pesados (µg/g) en sedimentos de la bahía
de Tumaco, monitoreados por el CCCP en 1994.
Rangos de metales pesados (µg/g) en sedimentos de Tumaco
(Ingeominas, 1992 1993 y Cortés, 1997).
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142
143
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148
148
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13
14
Bahía de Tumaco
PRÓLOGO
Aportes al Entendimiento de la Bahía de Tumaco, Entorno Oceanográfico, Costero y de Riesgos presenta
una visión amplia y detallada de resultados de los estudios más significativos que sobre esta área del
litoral Pacífico colombiano ha adelantado a el Centro Control Contaminación del Pacífico, CCCP, en 19
años de investigación.
Así, la presente publicación entrega, capítulo a capítulo, diversos aspectos de la bahía, partiendo de
una descripción precisa y muy actualizada de la misma hasta llegar a la presentación de resultados de
análisis y monitoreos de estudios adelantados por el grupo de investigación sobre Modelado Integral de la
Zona Costera y algunos aportes de los grupos de Contaminación Marina y de Estudio del Fenómeno de El
Niño.
En el ámbito nacional, San Andrés de Tumaco constituye el segundo puerto de carga en importancia
sobre el litoral Pacífico, precedido por Buenaventura; sin embargo, es el primer terminal petrolero que
sirve, simultánemente, a Colombia y a la vecina República de Ecuador. Cabe anotar su reconocida
vulnerabilidad frente a riesgos antrópicos y naturales, especialmente los generados por procesos erosivos,
de sedimentación y fenómenos oceánicos como el tsunami, El Niño y La Niña; además de la presencia de
alterágenos en sus ecosistemas tales como hidrocarburos, metales pesados, sustancias organocloradas y
otras de origen orgánico. De allí el evidente interés de la Dirección General Marítima, DIMAR, y en particular
del CCCP por hacer monitoreos, adelantar investigaciones y obtener resultados de estudios y modelos de
simulación, efectuados durante casi dos décadas de trabajo continuo sobre la bahía de Tumaco.
Este libro es el segundo volumen de la serie de Publicaciones Especiales que el CCCP pone al alcance
de la comunidad científica, académica e interesados en el tema, con el fin de dar a conocer de primera
mano datos y registros de investigaciones que permitan establecer la importancia ecológica, geográfica y
económica que para la Nación representa esta área de estudio.
Por la amplitud y rigor como ha sido tratado el contenido de la publicación, el CCCP pretende satisfacer
las expectativas del lector y dar un paso que permita evolucionar sobre el estudio integral de la zona
costera de esta bahía.
Sin embargo, este no es un punto final, es el inicio de una sustentada etapa de estudios, pues la
investigación científica y los monitoreos en la bahía de Tumaco siguen un curso constante; debido a la
interacción del hombre con los ecosistemas presentes en la zona, las actividades productivas que en ella
se realizan y su, ya mencionada, alta vulnerabilidad frente los a fenómenos naturales y antrópicos, factores
que no dan descanso a la ciencia.
Dirección General Marítima, DIMAR
Director
Contralmirante Carlos Humberto Pineda Gallo
Bahía de Tumaco
INTRODUCCIÓN
El Centro Control Contaminación del Pacífico, CCCP, de la Dirección General Marítima, DIMAR, inició
labores en 1984, con una misión encaminada como su nombre lo indica hacia el monitoreo de la
contaminación marina sobre la cuenca Pacífica colombiana. Ello como consecuencia de los hechos que
dieron origen a su creación como fue el derrame de crudo del petrolero Saint Peter, en 1976, en límites
con el Ecuador.
El siniestro dejó en evidencia la falencia del país al no contar con una institución que diera luces a los
administradores públicos y a la comunidad, en general, sobre las consecuencia de un evento de
contaminación marina de esas dimensiones. También por ello fue lógico pensar que su sede se ubicara en
San Andrés de Tumaco, principal puerto petrolero del país sobre la costa Pacífica.
Con el tiempo, la misión del CCCP fue ampliándose, para suplir la carencia en el país de un centro de
investigaciones sobre temas oceanográficos y costeros para la cuenca Pacífica colombiana.
Fue entonces cuando, en 1991, recibió la responsabilidad del componente oceanográfico del programa
Estudio Regional del Fenómeno El Niño, ERFEN, (de la Comisión Permanente del Pacífico Sur, CPPS, que
une esfuerzos investigativos y de monitoreo de Chile, Perú, Ecuador y Colombia) y con ella la realización
de cruceros oceanográficos. Asímismo, para 1996 le fue asignada la responsabilidad de caracterizar y
diagnosticar la zona costera del Pacífico colombiano, con el fin de facilitar la administración de los litorales
encomendada a DIMAR. Poco a poco y dados los hechos mencionados se fueron conformando en el CCCP
tres grupos de investigación, a saber:
• Grupo de investigación sobre el Fenómeno de El Niño y de las condiciones oceanográficas de la
cuenca Pacífica Colombiana.
• Grupo de Investigación en Contaminación Marina, con énfasis en hidrocarburos y calidad de aguas.
• Grupo de Investigación en zonas costeras, con énfasis en riesgos ambientales marinos.
Y es precisamente en el seno de este último grupo de investigación que surge la idea de compilar los
resultados de todas las investigaciones hechas sobre la bahía de Tumaco, en una publicación especial que
diera a conocer todo cuanto se ha estudiado de ella en el centro de investigaciones.
El desarrollo de esta labor exigió la incorporación del conocimiento generado por los otros dos grupos de
investigación, ya que la bahía también ha sido estudiada con relación al fenómeno de El Niño y a los riesgos
por contaminación marina. En concreto el aporte de estos grupos se refleja en los capítulos IV y VI.
Por lo anterior, se dispuso de amplia información, no sólo por el aporte de los tres grupos de investigación,
sino porque al hablar de un ecosistema tan complejo como el de la bahía de Tumaco son muchos los
aspectos que se deben cubrir para su cabal entendimiento; puesto que las zonas estuarinas y costeras son
ambientes que, particularmente, requieren una aproximación integrada para el estudio y manejo de sus
recursos, ya que están sometidas a una multitud de actividades que compiten entre sí, como son: el
desarrollo urbano, las diversas formas de contaminación, la destrucción de hábitats, la acuacultura, la
recreación, los derechos de propiedad territorial, etcétera (Clark, 1998).
Son, además, varias las circunstancias que han favorecido el hecho de contar con una vasta información
sobre la bahía; iniciando por ser la sede del CCCP y pasando por hechos significativos como la conclusión
de cinco años de monitoreo en toda su extensión que, con el apoyo económico parcial de la Empresa
Colombiana de Petroleos Ecopetrol, han permitido colectar registros sobre aspectos oceanográficos,
biológicos, geológicos y de la más diversa índole de la zona de estudio. Éstos se presentan en siete
capítulos, cuyo contenido se describe brevemente a continuación:
El capítulo inicial ubica al lector sobre aspectos generales del área de estudio, así como antecedentes
históricos más relevantes de la población de Tumaco, todo ello a manera de introducción.
El Capítulo II cubre aspectos socioculturales y económicos de las poblaciones asentadas sobre la bahía,
con especial énfasis en datos del municipio de San Andrés de Tumaco.
15
16
Bahía de Tumaco
Esta información se entrega con el ánimo de que el lector se forme un marco de referencia que le
permita evaluar la situación de las variables ambientales que se presentan y son objeto principal de la
publicación.
Estos aspectos también serán claves para comprender la evaluación de los riesgos ambientales marinos
que se plantea en el Capítulo VI.
El Capítulo III recoge la información colectada en el Centro sobre aspectos geológicos, geomorfológicos
e hidrográficos. La descripción de la geomorfología es ampliada, más adelante, y se establece su relación
con los aspectos hidrodinámicos de la bahía.
El Capítulo IV es uno de los ejes del libro y reúne información sobre los aspectos meteorológicos y
oceanográficos de la bahía. Éste describe, en detalle, las variables atmosféricas, al igual que las mareas,
el oleaje y las corrientes gobernantes en el área de estudio. Finalmente, toda esta información se conjuga
al lograr una descripción de la dinámica litoral y explicar el porqué de las formas y el relieve de las islas
que conforman el casco urbano de San Andrés de Tumaco.
El Capítulo V cubre los aspectos biológicos, con especial énfasis en la fauna, dado que el Capítulo II trata
el tema de cobertura vegetal de la región. Éste capítulo centra su interés en el potencial pesquero de la
bahía y aporta datos sobre la realidad de la pesca y su impacto en la región y sus pobladores.
El Capítulo VI trata sobre los riesgos ambientales marinos que afectan la bahía y han sido estudiados por
el CCCP. Éstos se presentan clasificados en dos tipos, de acuerdo con su origen: naturales o antrópicos.
Entre los primeros se habla de los tsunamis, el fenómeno de El Niño, los procesos de erosión-sedimentación
y el aumento del nivel medio del mar; en el segundo tipo se abre una amplia discusión sobre el panorama de
contaminación marina de la bahía, que pone a consideración del lector comentarios sobre temas como la
sobreexplotación de los recursos pesqueros y madereros.
Para concluir, el Capítulo VII presenta un modelo de ayuda para la gestión costera, denominado Sistema
de Modelado Integral de Zonas Costeras, SMIZCO, en desarrollo a partir del 2001 por el CCCP, bajo la
asesoría del Grupo de Ingeniería Oceanográfica de la Universidad de Cantabria, GIOC; cuyo propósito es
disponer de una serie de herramientas y metodologías que suministren el soporte técnico para el correcto
manejo de la zona costera en los litorales colombianos.
El total de la información de esta publicación es soportada con textos, tablas, figuras e imágenes
recientes del área de estudio; además de una decena de mapas, generados a partir del sistema de
información geográfica disponible en el CCCP. Todo ello con el ánimo de presentar una información clara
y completa.
El propósito fundamental de la DIMAR, al entregar esta publicación, es facilitar el acceso a las
investigaciones generadas por el CCCP, de manera que puedan ser consultadas no sólo por otros
investigadores científicos, sino por los administradores públicos que deben tomar decisiones sobre la
bahía de Tumaco y, muy especialmente, por todos aquellos interesados en conocer una zona tan importante
de la geografía nacional. Es oportuno agradecer, en estas últimas palabras de introducción, a Ecopetrol,
en especial a su distrito sur, por haber facilitado los dineros para cubrir buena parte de las investigaciones
adelantadas sobre la bahía, así como de la publicación que aquí se entrega.
Capitán de Fragata,
Carlos Enrique Tejada Vélez,
Director
Centro Control Contaminación del Pacífico
CAPITULO I
Generalidades de la Bahía de Tumaco
La población de San Andrés de Tumaco está compuesta, en su mayoría, por comunidades negras.
18
Bahía de Tumaco
Bahía de Tumaco
1.1. UBICACIÓN GEOGRÁFICA
Al extremo sur de la costa Pacífica colombiana se
encuentra la bahía de Tumaco, sector del departamento de Nariño que posee una particular organización políticoadministrativa, determinada por su
localización espacial y dinámica funcional.
En la actualidad, la bahía se encuentra integrada
por un considerable número de poblaciones ubicadas
sobre el litoral, siendo estas: Llanaje, La Chorrera,
Curay, Colorado, La Caleta, Chajal, Trujillo, San Pedro
Albino, Vaquería, Bocagrande y San Andrés de Tumaco,
el asentamiento urbano más importante dentro de su
ámbito de influencia.
El borde costero de esta bahía comprende dos
municipios: Tumaco, propiamente dicho, y Francisco
Pizarro. El primero cubre el 75% de la zona y el
segundo el porcentaje restante.
La bahía constituye la mayor entrante de la costa
Pacífica colombiana y está ubicada en cercanías de
la frontera con Ecuador entre las latitudes 1° 45’ y
2° 00’N y las longitudes 78° 30’ y 78° 45’O, comprendiendo un área de, aproximadamente, 350 km2 y sus
aguas presentan profundidades que varían entre 0 y
50 metros (Tejada, 2002a).
San Andrés de Tumaco es el mayor de los 64 municipios nariñenses y su vasto territorio está integrado
por su casco urbano, una extensa zona rural y el centro
poblado San Juan de la Costa, localizado sobre el
litoral, al Norte, colindando con el municipio de
Francisco Pizarro.
Su casco urbano y zona de expansión están dispuestos en área continental e insular; esta última
conformada por las islas de Tumaco, La Viciosa y El
Morro, las cuales se encuentran unidas al continente
y comunicadas entre sí por los puentes de El Pindo y
El Morro. Asímismo y como se aprecia en el Mapa No.1,
los corregimientos costeros del municipio de Tumaco
son: La Ensenada, Chagüí, Tablones, Mejicano,
Rosario, San Luis Robles, El Bajo Mira y Frontera.
El municipio cuenta con la particularidad de poseer
la mayor cantidad de veredas, de acuerdo con los
registros nacionales del Departamento Administrativo
Nacional de Estadística, Dane, más de 360 distribuidas
en su zona rural. De igual forma, una rica hidrografía
caracteriza el territorio tumaqueño, compuesta por
cuencas y microcuencas de importantes tributarios
de la cuenca Pacífica, entre los que se encuentran
los ríos Tablones, Rosario, Patía, Caunapí, Mejicano
Chagüí, Colorado y Curay; además de una extensa
zona de esteros, siendo los más reconocidos: El
Guandarajo, Natal, Aguaclara, Resurreción, Las Varas,
La Pampa, Tambillo, Trapiche, Cuéllar, Curay, Micay
y Llanaje.
Todo este territorio está inserto dentro de la
planicie deltáica de Nariño, desarrollándose en su
litoral los deltas de los ríos Patía y Mira (CCCP, 2001b).
Figura 1.1. Panorámica del casco urbano del municipio de San Andrés de Tumaco.
Por presentar las menores variaciones de temperatura en el Pacífico colombiano, San Andrés de
Tumaco cuenta con unas condiciones climáticas
favorables para sus pobladores y el desarrollo de la
agricultura. Registra, además, una alta humedad cuyo
promedio anual es superior al 86%, presentando un
cielo muy nublado y pocas horas de brillo solar durante
la mayor parte del año.
19
20
Bahía de Tumaco
1.2. BREVE RESEÑA HISTÓRICA
Muchas son las hipótesis que se tejen sobre la
fundación de San Andrés de Tumaco, hecho que se ubica
en diferentes épocas posteriores al descubrimiento de
América.
Telmo Leusson Flórez, educador y escritor tumaqueño, cita en su libro ‘Tumaco Historia y Cultura’:
“De acuerdo con la documentación que se ha aportado,
Tumaco carece de un fundador conocido. Primeramente fue habitado por los indios tumacos y posteriormente por diversos núcleos de indígenas que arribaron a este puerto. Más tarde otros núcleos humanos
se establecieron en él. Desde su comienzo recibió el
nombre de Tumaco”.
Sin embargo, tres versiones recrean la historia de
su fundación. Se cree que el cacique Tumas fundó a
Tumaco en 1570. Pero, este hecho histórico también
se le adjudica a Francisco Pizarro, quien arribó por
primera vez a la isla en 1526 y la encontró habitada
por una tribu de indígenas pescadores.
De todas las versiones la más aceptada y difundida
declara al jesuita Francisco Ruggi como su legítimo
fundador en 1640. Dice la historia que el sacerdote,
de origen italiano, llegó al lugar en misión el 30 de
noviembre de 1640, en compañía de 1900 pobladores
procedentes de la zona selvática, entre negros
cimarrones y esclavos libertos en el Siglo XVII, a quienes
bautizó y catequizó en la fe cristiana (Leusson, 1986).
El nombre de San Andrés de Tumaco proviene de la
conjugación del nombre tradicional de la zona y la
costumbre de la época de usar el nombre del santo del
día del calendario en que ocurrió el hecho. Desde esa
época San Andrés es el santo patrono del municipio.
1.2.1. Fechas que han marcado la historia
de Tumaco
Del municipio de Tumaco se registran algunos
eventos de gran relevancia; unos marcan el desarrollo
de la región y otros confirman la hipótesis de su relativa
alta vulnerabilidad a los fenómenos naturales, entre
los más significativos y recordados se encuentran
(Leusson, 1986):
1567 Primer terremoto del que se tienen registros en
el Pacífico Sur colombiano.
1640 Fundación de Tumaco por el jesuita Francisco
Ruggi y llegada de los negros cimarrones y criollos
provenientes de Esmeraldas, Ecuador.
1778 Terremoto en el Pacífico Sur colombiano.
1781 Insurrección de Tumaco, independencia de Quito.
1813 Sacrificio de la heroína Rosa Zárate y su esposo
Nicolás Peña.
1855 Terremoto en el Pacífico Sur colombiano.
1868 Terremoto que afectó a Ecuador y Colombia.
1906 Terremoto y tsunami.
1917 Promulgación de la Ley 43 que incorpora a
Tumaco los terrenos de bajamar.
1918 El municipio extiende sus dimensiones, se
desarrolla en dos islas separadas por esteros de aguas
y unidas por los puentes de El Comercio y La Paz,
cuenta con 24.037 habitantes.
1920-1930 Inicio de la construcción del ferrocarril que
une a Tumaco con Pasto.
1928 Se desarrollan obras civiles de defensa natural
contra tsunamis.
1947 Destrucción de la ciudad por un incendio.
1950 Inicio de la carretera Pasto-Tumaco. Se detiene
la obra del ferrocarril.
1952 Segundo incendio que destruye la ciudad por
completo.
1955 Tercer gran incendio desvastador para una amplio
sector habitado.
1979 Terremoto en el Pacífico Sur colombiano y
tsunami. Destrucción de San Juan de la Costa.
1983 Marejadas en el Pacífico Sur colombiano a causa
del Fenómeno de El Niño.
1986 Tumacazo: destrucción de predios y archivos
institucionales.
1991 Epidemia de cólera en Tumaco.
Mapa No. 1 - División políticoadministrativa de la bahía de Tumaco.
CAPITULO II
Aspectos Socioculturales y Económicos
Gran parte de San Andrés de Tumaco se levanta sobre palafítos
22
Bahía de Tumaco
Bahía de Tumaco
La mayor parte de las tradiciones culturales, los
patrones de comportamiento, la lengua, los ritos
religiosos y el folclor de la bahía de Tumaco corresponden a la herencia de los negros africanos y sus
descendientes esclavizados en las minas de Barbacoas
e Iscuandé entre los siglos XVII y XIX. Estos ocuparon
las tierras bajas y costeras, desarrollando unas
prácticas armónicas con el entorno natural a lo largo
de la costa Pacífica (Leusson, 1986).
Otro factor influyente ha sido la actividad portuaria que entre 1961 y 1976, se estima, provocó la
duplicación de la población del municipio, debido a
la apertura de empresas de transformación maderera,
que aprovechaban esta riqueza y la ubicación
estratégica del puerto. El fracaso de esta actividad
dejó graves secuelas de desempleo y desplazamiento
de población.
Figura 2.1. Las edificaciones palafíticas predominan en el estilo de construcción de viviendas en la bahía
de Tumaco.
Así, los aspectos socioculturales en la bahía se
encuentran estrechamente ligados a la dinámica de
las poblaciones que la integran; siendo San Andrés de
Tumaco la que ha orientado ampliamente el establecimiento de dichas características en el área. De allí
que muchos de sus aspectos cotidianos estén directamente relacionados con los atributos climáticos,
geomorfológicos y paisajísticos de la zona de estudio.
Por tal razón, actividades como la pesca condicionan la construcción de las viviendas muy próximas
al mar; sobre pilotes de madera de 1 a 4 metros de
altura; con tablas para paredes y pisos, y techos de
zinc o tela asfáltica, resistentes a las épocas de intensa
lluvia (Bravo-Pazmiño, 1998) (Figura 2.1.).
2.1. POBLACIÓN
De acuerdo con las cifras del censo poblacional de
1993, registradas por el Departamento Administrativo
Nacional de Estadísticas, Dane, se estima que San
Andrés de Tumaco cuenta con 159203 habitantes; de
los cuales 80108 ocupan la cabecera urbana y los 79095
restantes viven en la zona rural. Su mayor porcentaje
poblacional se encuentra en las áreas de bajamar,
con un promedio de 13.2 habitantes por kilómetro
cuadrado y se espera que para el año 2010 la población
se incremente en un 17%.
La totalidad de la bahía de Tumaco está habitada
por comunidades negras, en su mayoría, e indígenas,
23
24
Bahía de Tumaco
en menor proporción. La mayor parte de la población asentada en la zona rural es negra, la cual ha
desarrollado un gran sentido de pertenencia por su
entorno y ha solicitado la titulación colectiva de su
territorio con base en la división de cuencas y
microcuencas, a través de los consejos comunitarios.
El proceso de asentamiento de las comunidades
en esta bahía se ha dado por diferentes particularidades históricas.
En general para la zona del Pacífico puede ser
consecuencia de dos hechos: el cimarronismo, negros
esclavos escapados, y la libe-ración de esclavos en el
Siglo XVII.
Desde el punto de vista de la localización, podría
decirse que el municipio de Tumaco y sus alrededores
constituían un atractivo núcleo poblacional, en virtud
a sus condiciones climáticas y su cercanía al mar que
favorecían el desarrollo de actividades portuarias,
silvícolas, ictiológicas y de explotación forestal
(Pinzón, 2001).
Figura 2.2. La bahía se encuentra poblada, en su
mayoría, por comunidades negras.
En la actualidad, se pueden apreciar dos tipos de
asentamientos: los de tipo externo o vivos que se
localizan a lo largo de los principales ríos del litoral,
como son las comunidades de Llanaje, La Chorrera,
Curay, Colorado, La Caleta, Trujillo, Vaquería y
Bocagrande; y los asentamientos inte-riores,
constituidos en cercanías a quebradas o campamentos
de trabajo como Salahonda, Chajal y San Pedro Albino.
Las comunidades de pescadores están localizadas
sobre esteros, playas y en las desembocaduras del río
Mira y de algunos de sus afluentes (Bravo-Pazmiño,
1998).
2.1.1. Calidad de vida
2.1.1.1. Vivienda
La vivienda tradicional de los habitantes negros
de los caseríos en la bahía de Tumaco se levanta sobre
pilotes de mangle. Ésta se construye a partir del
manglar, con paredes de machimbre, tablas de nato
y techos entramados de palma ‘chalar’ o ‘palmicha’;
actualmente, se generaliza el uso de techos de
‘tejalit’.
Las viviendas ubicadas fuera del casco urbano no
cuentan con servicios públicos, lo cual genera
ambientes propicios para la proliferación de enfermedades y disminución de las condiciones de calidad
de vida.
Figura 2.3. Zonas de reubicación urbana por
convenios de cooperación técnica entre el Gobierno
Nacional y entidades internacionales.
Sin embargo, la vivienda prototipo de la bahía
consta de una terraza al frente, dos o tres habitaciones, salacomedor y una terraza posterior para la
cocina; algunas cuentan con un pequeño espacio a
manera de baño, donde las aguas residuales y desechos
orgánicos caen directamente al mar (Bravo-Pazmiño,
1998).
Bahía de Tumaco
Para contrarrestar los desastres ocurridos como
consecuencia de los fenómenos naturales que han
azotado la zona (terremoto y tsunami de 1979 y las
marejadas de 1983) se dio inicio al proceso de
reordenamiento del casco urbano de San Andrés de
Tumaco, con la construcción de la ‘Ciudadela Tumaco’,
a través de un convenio de cooperación técnica entre
la Comunidad Económica Europea y el Instituto de
Crédito Territorial, ICT (POT, 2000).
Igualmente, hacia 1992, debido a las marejadas
que se registraron, el Gobierno Nacional en cooperación con esta misma entidad internacional inició el
programa de reubicación del hábitat de aquellas
familias que el Plan de Desarrollo Municipal identificaba como asentadas en zonas de alto riesgo.
Un factor determinante del proceso de localización
espacial en la zona está constituido por el sistema
vial, conformado primordialmente por la carretera
Pasto-Tumaco, sobre la cual se encuentran corregimientos importantes, haciendas palmicultoras y
centros recreativos (POT, 2000). Dicha vía modificó
el antiguo patrón de poblamiento, en sentido orienteoccidente, originalmente dado por la distribución
natural de las cuencas hidrográficas, debido a la
tendencia de las poblaciones a conectarse a la vía.
En relación con las condiciones de vida, según
reportes de la Defensoría del Pueblo, la población de
la costa Pacífica nariñense presenta, históricamente,
los índices más bajos de Calidad de Vida. Así lo
confirma el Instituto de Hidrología, Meteorología y
Estudios Ambientales, Ideam: “Las malas condiciones
de vida se ubican, entre otras, en la región suroccidental de Nariño y buena parte del Chocó. Se
calcula que el 80% de las comunidades negras tienen
sus necesidades básicas insatisfechas y viven en
extrema pobreza”.
2.1.1.2. Educación
En el campo de la educación se registra una tasa
de analfabetismo del 43.9% en el área rural y del 20%
en el área urbana; la cobertura de la educación básica
primaria es del 60% en el área urbana y del 41% en la
rural; para el caso de la educación secundaria la
cobertura es del 38% en el área urbana, y de cada
cien jóvenes que terminan este nivel sólo dos ingresan
a la educación superior.
Figura 2.4. Niños en edad escolar en el casco urbano
de Tumaco.
Adicionalmente, el 48% de la población se sitúa
en un nivel de educación media sin llegar a concluirla,
destacándose en este grupo un 68% de población
adulta, mayor de 20 años. Igualmente, se ha determinado que el 24.1% de la población no supera el
nivel de educación primaria. Los principales centros
educativos de la bahía de nivel secundaria y profesionales están ubicados en el casco urbano de Tumaco;
mientras en el área rural sólo se cuenta con centros
educativos de básica primaria (Anuario Estadístico
de Nariño, 2001).
La situación actual en materia de recreación y
deporte se caracteriza por la baja cantidad y mal
estado de los escenarios deportivos.
2.1.1.3. Salud
De acuerdo con la Dirección de Asuntos para
Comunidades Negras, las condiciones de salud en la
bahía de Tumaco son bastante deficientes. Se estima
que cerca del 60% de la población no tiene acceso al
servicio de salud. Mientras en el ámbito nacional
existen siete médicos por cada 10.000 habitantes, en
el Pacífico colombiano la proporción llega a 1.6
médicos. En la zona se prestan servicios de salud de
primer y segundo nivel en el área urbana, así los casos
que revisten algún grado de complejidad son remitidos
a Pasto y Cali. En el área rural sólo algunas comunidades cuentan con promotores de salud.
25
26
Bahía de Tumaco
San Andrés de Tumaco dispone de un hospital nivel
II y seis centros de salud en los barrios La Cordialidad,
Viento Libre, Iberia, Las Flores, El Divino Niño y El
IPC. De otro lado, en su sector rural existen, aproximadamente, dieciocho puestos de salud (diez en
funcionamiento, cinco fuera de servicio y tres en etapa
de construcción), dependientes del Instituto Local de
Salud, donde se prestan servicios de enfermería
permanente y atención médica por visitas periódicas
con frecuencia semanal, quincenal o mensual (POT,
2000).
2.2. DESARROLLO ECONÓMICO
El municipio de Tumaco se caracteriza por tener
una economía tradicional y de subsistencia, basada
en el sector primario; específicamente en la producción agropecuaria, registrándo un alto potencial
agrícola, dado que produce y comercializa: caucho,
palma africana, cacao, coco, plátano, banano, arroz,
ñame, maíz, caña, yuca, papachina, fríjol, palma de
chontaduro para palmito y naidí; en menor escala,
árboles frutales como zapote, caimito, naranja, piña
y el árbol del pan; además de plantas ornamentales y
medicinales.
Figura 2.6. Mujer disponiendo de la pesca en la
bahía de Tumaco.
Figura 2.5. Pobladores de la región dedicados a la
pesca artesanal practicada en aguas someras.
A menudo, estos productos son utilizados para
consumo doméstico y sólo una pequeña parte es
comercializada (Bravo- Pazmiño,1998).
Así pues, la agricultura genera el nivel de empleo
más alto en la región, ya que ocupa un significativo
sector de población, principalmente con el cultivo de
palma africana con 4000 empleos.
La ganadería es practicada por algunos consejos
comunitarios como sistema de manejo agrotecnológico, combinado con el cultivo de árboles maderables. Actividad que conjugan con pequeños criaderos
de aves de corral, utilizadas para consumo familiar
en épocas de fiesta o cuando escasean otros productos.
Un sector de la población fabrica artesanías para
venderlas a turistas, pero su principal actividad es la
explotación del manglar y la pesca; especialmente
en las zonas costeras, donde esta última constituye
una de las principales fuentes económicas de la
población, tanto a escala artesanal como industrial.
Bahía de Tumaco
La pesca artesanal es desarrollada en aguas someras
de la bahía, a menos de 10 millas de la costa, generando
una fuerte presión sobre las especies costeras (Pinzón,
2001).
En cuanto a la pesca industrial su producción está
dirigida fundamentalmente al mercado externo y lo
que se comercializa para consumo nacional es en su
mayoría productos de pesca blanca. La pesca y
recolección de crustáceos está dirigida a la captura de
especies típicas del manglar como cangrejos terrestres
y nadadores, y camarones (Pinzón, 2001).
Por otra parte, la acuicultura le representa al
municipio un significativo mercado, específicamente
externo, dado que se exporta el 90% de su producción
resultante de la cría de camarones en cautiverio y la
extracción de piangua (POT, 2000). Las favorables
condiciones climáticas de la región hacen de la
reforestación una importante opción para exportar y
comercializar internamente especies forestales
maderables, como la guadua y la tagua, entre otras
de reconocida calidad. Cabe anotar que la alta
rentabilidad económica que presenta el desarrollo de
esta industria ha desplazado, paulatinamente,
actividades como la agricultura y, a su vez, establecido
una infraestructura productiva para la transformación
de los recursos como los aserríos y las empresas
palmicheras (CCCP, 2001a).
En el sector rural de la bahía existen organizaciones independientes que desarrollan actividades
específicas de producción y comercialización. Las
comunidades negras se encuentran organizadas por
palenques y en las zonas de los resguardos indígenas
opera la Asociación de Cabildos Indígenas Eperara
Siapidaara de Nariño, Aciesna. Igualmente, se
encuentra la Asociación de Concheras de Nariño, Asconar, dedicada a explotar técnicamente y comercializar
especies hidrobiológicas y algunos productos agrícolas
de la región (POT, 2000).
La mayoría de los carboneros y leñateros del
Pacífico colombiano habitan en la bahía de Tumaco y
se encuentran agremiados por la Asociación de
Carboneros y Leñateros de la Ensenada de Tumaco,
Asocarlet. Muchas familias de la zona utilizan la leña
del manglar y carbón de nato para consumo doméstico
y comercialización en las zonas desprovistas de
interconexión eléctrica, por ser un combustible
económico.
De otro lado, Tumaco sostiene relaciones
comerciales muy estrechas con la provincia de Esmeraldas de Ecuador, representadas por el comercio que
se adelanta a través del cabotaje. En la actualidad,
se cuenta con una línea regular que hace semanalmente esta ruta en pequeñas embarcaciones. Además,
el vecino país hace uso de un tramo del oleoducto
colombiano y del puerto de Tumaco para la
exportación de su crudo (CCCP, 2001b).
2.2.1. Actividad portuaria
Tumaco es el segundo puerto marítimo colombiano
sobre el océano Pacífico, después de Buenaventura, con
una capacidad de carga instalada para 5276729 toneladas
(Corpes, 1999). Su sistema portuario se encuentra
constituido, por un total de 29 muelles, la gran mayoría
no legalizados; 21 de ellos son pesqueros, tres generales,
uno turístico, un amarradero y tres para venta de
combustible. Los de mayor importancia son el
amarradero de la Empresa Colombiana de Petróleos,
Ecopetrol, el de la Sociedad Portuaria Regional y el
Muelle Pesquero. El 51.7% de los muelles están
construidos en madera y el resto en concreto.
El Terminal Petrolero de Ecopetrol, ubicado a 8
kilómetros con respecto a la costa, se compone de una
tubería de 36 pulgadas de diámetro y cuatro tanques de
almacenamiento, emplazados en la zona del continente.
Figura 2.7. Instalaciones de la Sociedad Portuaria
y Puerto Pesquero de Tumaco, ubicadas en la isla de
el Morro.
27
28
Bahía de Tumaco
La tubería tiene una longitud de 6.8 kilómetros a
lo largo del lecho marino y termina en un mainfold de
distribución, a 30 metros de profundidad en marea
alta, con capacidad para conectar tres mangueras de
12 pulgadas cada una.
Los crudos transportados son procedentes de los
oleoductos de Orito, Putumayo y de Esmeraldas,
Ecuador. La zona portuaria de Tumaco es la de más
baja utilización de toda la capacidad portuaria
instalada en el Pacífico colombiano con el 27.24%; en
primera instancia por la gran capacidad con que
cuenta el Terminal Petrolero de Ecopetrol y las
dificultades de mercadeo de la Sociedad Portuaria
Regional.
Tabla 2.1 Clasificación de los buques según el tipo
de carga que movilizaron durante el año 2001 en el
puerto de Tumaco.
Tipo Carga
Zarpes
Cabotaje
%
Internacional
%
114
56.4
65
32.2
Granel sólido
229
49.9
Pesquero
130
28.3
Carga general
47
10.2
Remolques
37
8.1
-
16
3.5
2.3
11.4
459
100
202
100
Tanqueros
Total
-
*Fuente: Capitanía de Puerto No. 2
La Tabla 2.2. registra la movilización de 1383
embarcaciones menores (menos de 25 toneladas de
registro bruto) al año en el puerto de Tumaco (CP2,
2001); de las cuales 936 (67.7%) son de pesca, 264
(19.1%) de carga general y 183 (13.2%) de pasajeros.
Tabla 2.2. Clasificación de las embarcaciones
menores según el tipo de carga que movilizaron durante el 2001 en el puerto de Tumaco.
Tipo Carga
Zarpes
Embarcaciones menores
Figura 2.8. Aspecto del muelle, sector La Taguera.
936
67.7
Carga general
264
19.1
Pasajeros
183
13.2
1383
100
Total
2.2.1.1. Movimiento portuario
De acuerdo con los registros de la Capitanía de
Puerto No. 2, CP2, en el puerto de Tumaco se movilizan
alrededor de 661 embarcaciones al año; de las cuales
459 (69.4%) son de cabotaje y 202 (30.6%) internacionales. De los buques de cabotaje, 229 (49.9%)
transportan granel sólido, 130 (28.3%) son pesqueros,
47 (10.2%) llevan carga general, 37 (8.1%) son
remolques y 16 (3.5%) tanqueros.
Entre las embarcaciones internacionales se tiene
que 114 (56.4%) transportan granel sólido, 65 (32.2%)
son pesqueros y 23 (11.4%) tanqueros.
%
Pesquero
*Fuente: Capitanía de Puerto No. 2
Tabla 2.3. Clasificación por actividad y número de
muelles del puerto de Tumaco 2001.
Actividades
No. Muelles
%
Pesqueros
21
72.4
Carga general
4
13.8
Petroleros
3
10.3
Servicios
1
3.5
29
100
Total
*Fuente: Capitanía de Puerto No. 2 y CCCP.
Bahía de Tumaco
2.3. USOS DEL SUELO Y COBERTURA VEGETAL
Para este movimiento portuario, la Tabla 2.3. reporta
un censo de los muelles y la clasificación de ellos por
actividad que se realiza en el puerto de Tumaco.
2.2.2. Sector turístico
El turismo constituye una reserva potencial importante para la bahía de Tumaco, con atractivos como
esteros, mar y playas.
Su desarrollo se generó a partir de la llegada de
lanchas y pequeñas embarcaciones procedentes de
Buenaventura, zonas aledañas al puerto y de la costa
norte ecuatoriana. Sus playas suelen ser el principal
punto de atracción, por lo que es allí donde se
desarrolla la infraestructura para el alojamiento y
atención a visitantes.
Se reconocen como sitios de gran afluencia turística
la isla de Bocagrande, ubicada a 30 minutos de la isla
de Tumaco por vía marítima; las playas de El Morro, y
el río Mira de exuberante vegetación (Anuario Estadístico de Nariño 2001).
La bahía de Tumaco se encuentra ubicada en una
región lluviosa que incluye zonas de bosque pluvial
premontano (bp-pm), en su forma transicional a
bosque pluvial tropical (bp-t), que ocupa la mayor
parte del área boscosa y se encuentra desde el nivel
del mar hasta los 600 metros de altura.
Posee semejanzas notables, en cuanto a sus formas
vegetales, con el bosque pluvial tropical, presentando
una vegetación exuberante y diversa con alturas
promedio de 30 metros, gran cantidad de epífitas,
bejucos y cañas; sostiene una fauna muy variada de
especies, pero con baja densidad. También presenta
una zona de bosque muy húmedo tropical (bmh-t),
con menores registros de pluviosidad, localizada
formando una franja hacia las costas (Calero, 1995).
En el Mapa No. 2 de la zona de estudio se identifican los tipos de vegetación y el grado de intervención
al cual ha sido sometida; así como también las áreas
utilizadas para actividades tales como el desarrollo
urbano, la agricultura y la acuicultura, entre otras.
En la Tabla 2.4. se relacionan las especies florísticas
que conforman la cobertura vegetal de la bahía de
Tumaco.
Tabla 2.4. Especies florísticas que predominan en
la cobertura vegetal de la bahía de Tumaco.
Figura 2.9. Playa El Morro, reconocido sector
turístico de Tumaco. Al fondo ‘El Quesillo’.
No obstante, la oferta turística de Tumaco se
amplía por su cercanía con áreas protegidas de
vocación ecoturística, como son los parques nacionales
naturales Sanquianga e isla Gorgona, la reserva de La
Planada y las islas ecuatorianas de Galápagos; lugares
reconocidos por sus valores naturales, fauna de
tortugas y la presencia de especies endémicas.
Nombre Común
Nombre Científico
Bejuco
Rhabdadenia biflora
Calabacillo arisco
Crescentia spp. o Amphitecna sp.
Sapotolongo
Pachira aquatica
Chupallas
Bromeliaceae
Icaco
Chrysobalanus icaco
Cañabrava
Gynerium sagittatum
Majagua
Hibiscus tiliaceus
Imbiande
Hibiscus spp.
Pelaojo
Ardisia sp.
Naidi
Euterpe oleracea
Bambudo suela
Pterocarpus officinalis
Barbasco
Papilionaceae
Ranconcha cangrejal
Acrostichum aereum
Yazmandé o matapalo
Rubiaceae
La vegetación de la región es principalmente de
tipo arbóreo, caracterizada por su diversa composición
florística; la cobertura vegetal forma varios estratos
29
30
Bahía de Tumaco
estructurando doseles espesos. Se presentan además
dos tipos de bosques a saber:
• De llanura, con flora marina que corresponde a
playones de arena con escasa cobertura de arbustos,
formados por vegetación pionera que se desarrolla
sobre arenas de origen marino. En él predominan las
gramíneas, las hierbas de bajo porte con cobertura
escasa y arbustos, todos distribuidos en forma de
parches discontinuos a lo largo de la franja costera
en zonas no cubiertas por manglar.
• De manglar, reconocido como la principal
asociación vegetal de esta unidad fisiográfica. Está
constituido por arbustos y árboles entre los 25 y 30
metros de altura, con raíces epígeas en forma de
zancos y neumatóforos en suelos inundados.
Los ecosistemas de manglar ocupan una franja
continua por la costa de la bahía, viéndose interrumpida por algunos acantilados ubicados en la punta Isla
del Gallo; en otros sectores se encuentran mezclados
con gramíneas, icacales (Chrysobalanus icaco) y
vegetación firme, especialmente en la zona comprendida entre el estero Llanaje y las poblaciones de
Soledad y Curay.
2.3.1. Mapa de usos del suelo y cobertura
vegetal de la bahía de Tumaco
La información base para delimitar la cober-tura
vegetal y uso del suelo en la bahía de Tumaco fue
extraída de los mapas del bosque de manglar de la
costa Pacífica colombiana de los años 1969, 1996 y
multitemporal, realizados por el Ministerio del Medio
Ambiente y la Corporación Nacional de Investigación
y Fomento Forestal, Conif, para el proyecto Manglares
de Colombia, donde se identificaron diversos tipos
de manglar, de acuerdo al grado de intervención,
textura, altura y especies características; bosques de
colina; bosques aluviales, y los principales usos del
suelo en áreas sin vegetación.
A dicho material cartográfico le fue actualizada la
línea de costa y se le aplicaron correcciones al sistema
de coordenadas utilizado.
A continuación se describen las unidades de
cobertura vegetal y usos del suelo registrados en la
zona de estudio:
• Bosque de manglar poco intervenido
Esta unidad hace referencia al bosque de manglar modificado por efecto de la tala selectiva y
aprovechamiento para carbón y leña.
También se encuentran allí pequeñas áreas de
manglar en etapa de sucesión temprana; éste presenta
una altura variable que en algunas zonas puede ser
homogénea (25-35 metros) o heterogénea (20-40
metros), con dominancia de Rhizophora spp, asociado
con Avicennia germinans, Laguncularia racemosa,
Pelliciera rhizophorae, Conocarpus erectus y Mora
megistosperma.
• Bosque de manglar de baja altura
Se caracteriza por ser de porte bajo (4-12 metros),
debido al parecer a las condiciones edáficas que no
permiten un mejor desarrollo.
Se encuentra poco o nada intervenido y frecuentemente dominado por Rhizophora spp, asociado con
Avicennia germinans, Laguncularia racemosa,
Pelliciera rhizophorae, Conocarpus erectus y Mora
megistosperma.
• Bosque de manglar medianamente intervenido
Con una altura variable (12-25 metros), registra
aprovechamientos selectivos para obtener leña, carbón y pilotes, entre otros. Presenta las mismas especies del bosque de manglar de baja altura.
• Bosque de manglar altamente intervenido
Presenta una altura heterogénea (12-25 metros),
con intervenciones entre talas selectivas o rasas por
mechones, para aprovechamientos intensivos de la
madera. Exhibe una mezcla de zonas muy intervenidas
con manchones medianamente o poco intervenidos,
con dominancia de Rhizophora spp, asociado con
Avicennia germinans, Laguncularia racemosa,
Pelliciera rhizophorae, Conocarpus erectus y Mora
megistosperma.
• Bosque de manglar natal
En este tipo de bosque la intervención normalmente es baja, presentando alturas de 10 a 30 metros,
con dominancia de Mora megistosperma, asociado con
especies de mangle, palmas (Euterpe spp) y algunas
especies de bosque aluvial contiguo.
• Cultivos de coco
Cobertura de cultivos de coco con presencia de
manglar de porte bajo, con alturas de 4 a 12 metros;
suelen observarse además cultivos como la palma
africana, caña y arroz, entre otros.
Mapa No. 2 - Uso del suelo y cobertura vegetal de la bahía de Tumaco.
Bahía de Tumaco
2.4.1. Conceptos básicos
• Bosque aluvial
Regularmente se encuentra cercano a la costa y
presenta una topografía plana y ondulada. Está ubicado
detrás de los bosques de mangle, con especies típicas
del bosque húmedo tropical como sajo, macharé,
palma naidí y tachuelo, entre otras.
• Bosque de colina
Presenta una topografía que va de quebrada a
abrupta, se ubica después del bosque de mangle o del
bosque aluvial; se caracteriza por poseer una vegetación frondosa y heterogénea.
• Sin vegetación
Hacen parte de esta unidad las zonas de playa y las
zonas sin vegetación.
• Camaroneras
Ubicadas en zonas de manglar normalmente de
porte bajo, taladas para el establecimiento de esta
industria.
• Areas urbanas
El núcleo urbano está definido por las áreas
construidas y adecuadas para la consolidación de
asentamientos humanos como zonas verdes, sistemas
viales, construcciones y edificaciones en general.
2.4. BIENES DE USO PUBLICO EN LA ZONA
COSTERA DE LA BAHIA DE TUMACO
DIMAR, entidad de la cual hace parte el CCCP, es la
autoridad marítima de Colombia, cuya jurisdicción se
extiende hasta el límite exterior de la Zona Económica
Exclusiva en las siguientes áreas: Aguas Interiores,
incluyendo canales intercostales y de tráfico marítimo
y todos aquellos sistemas marinos y fluviomarinos; Mar
Territorial, Zona Contigua, Zona Económica Exclusiva,
lecho y subsuelo marinos, aguas suprayacentes y
litorales incluyendo playas y terrenos de bajamar, islas,
islotes, cayos y sobre algunos ríos; además, de las costas
de la Nación y las riberas del sector de los ríos de su
jurisdicción, en una extensión de 50 metros medidos
desde la línea de más alta marea y más alta creciente
hacia adentro.
La mayoría de estos espacios constituyen bienes de
uso público que se agrupan de forma genérica en: aguas
marítimas, terrenos de bajamar y playas. A continuación se hace una ampliación sobre sus características, particularidades y su actual situación en la
bahía de Tumaco.
Los bienes de uso público son aquellos que pertenecen al Estado y se encuentran destinados a la satisfacción de necesidades e intereses colectivos que
priman sobre el derecho individual, siendo por tanto,
inalienables, imprescriptibles e inembargables. Es
decir, incomerciables e intransferibles a particulares,
quienes sólo podrán obtener concesiones o licencias
para su uso y goce de acuerdo con las disposiciones
legales vigentes en el Decreto 2324 de 1984.
Dentro de las aguas marítimas se tienen unos
espacios bien definidos por la Ley del Mar e incorporados a la legislación nacional mediante la Ley 10
de 1978, sobre áreas marítimas jurisdiccionales de
Colombia. Allí se establece la clasificación de las
Aguas Interiores, el Mar Territorial, la Zona Contigua
y la Zona Económica Exclusiva.
Las Aguas Interiores se consideran parte del
territorio mismo y sobre elllas tiene plena soberanía
el Estado.
El Mar Territorial tiene una extensión de 12 millas,
medidas a partir de las líneas de base, que unen los
puntos más externos de la costa y que para el caso
colombiano estan definidos en el Decreto 1436 de
1984. Sobre este sector existe lo que se denomina el
‘Paso Inocente’ para las embarcaciones extranjeras
que naveguen en la zona, aunque el Estado tiene
plenos derechos.
Más hacia afuera sigue la Zona Contigua, que es
una franja también de 12 millas de ancho, medidas
a partir del borde externo del mar territorial, donde
el Estado ribereño tiene derechos únicamente sobre
aspectos de inmigración, aduanero, sanitario y
fiscal.
Siguiendo mar abierto se tiene la Zona Económica
Exclusiva, que es la zona más amplia y va hasta las
200 millas náuticas medidas desde las líneas de base
antes anotadas hacia mar afuera, donde el Estado
ribereño tiene derechos de exploración y explotación
de los recursos que allí se encuentren disponibles.
Sobre los espacios antes descritos se realizan las
actividades marítimas cuya administración está asignada a la Dimar, de acuerdo con los parámetros
establecidos en el Decreto Ley 2324.
Más hacia la costa se encuentran los terrenos de
bajamar, constituidos por áreas de la costa que se
cubren y descubren con las mareas alta y baja, respectivamente.
31
32
Bahía de Tumaco
Estas áreas son muy poco extensas en el litoral
Caribe debido al poco rango de la marea; sin embargo,
en la costa Pacífica pueden comprender grandes
extensiones. Para el caso de Tumaco, como se analizará
más en detalle en el Capítulo IV, el rango de marea
promedio es de 2.5 metros y el máximo puede superar
los 4 metros. Éstas variaciones de nivel pueden implicar
que grandes áreas queden descubiertas si la pendiente
de la costa es muy baja, como ocurre en una gran
porción de la bahía; pero en otras áreas, cerca de acantilados, donde la pendiente es muy fuerte éstas áreas
pueden tener muy poca extensión.
En el caso de la bahía de Tumaco la parte sur contiene extensas zonas de bajamar, las cuales se encuentran cubiertas de manglar y en algunos casos pueden
alcanzar hasta 25 km de ancho. El anterior concepto
está asociado con el de la línea de más alta marea, el
cual no está claramente definido por la ley, pero se
puede interpretar como el máximo nivel alcanzado
por las aguas del mar en un sector de costa dado.
La anterior definición presenta el inconveniente
de no definir un marco temporal y por lo tanto cabría
preguntarse si ese máximo nivel ya ocurrió en el
pasado o es uno por definir en el futuro. Igualmente,
no existe claridad sobre si se trata de un máximo
absoluto o de un nivel al que recurrentemente llegan
las aguas.
A todo esto hay que sumar el efecto de otras
dinámicas marinas, como puede ser el caso del ascenso
del nivel del mar debido a los efectos del viento, y la
sobreelevación por la rotura del oleaje.
Al ser estos últimos valores no determinísticos, es
necesario definir el nivel del mar en términos
estadísticos, de tal manera que se permita difinir la
frecuencia con que se presenta un determinado nivel
en la costa; lo que significa que no se trata de un
único valor o nivel, sino que cada nivel del mar
presenta una cierta probabilidad de ocurrencia en un
intervalo de tiempo dado, ya sean meses, años o
décadas.
Figura 2.10. Aguas jurisdiccionales colombianas consideradas desde la zona de estudio.
Bahía de Tumaco
Este tema se ampliará en el Capítulo IV, en la parte
correspondiente a la descripción de las mareas en
Tumaco. La importancia de definir la línea de más
alta marea radica en que éste es uno de los parámetros
clave para definir el límite interno, tierra adentro,
de los bienes de uso público bajo la jurisdicción de
DIMAR.
Si se establece un nivel muy alto, como un máximo
absoluto dado en una condición excepcional, se
declararían como bienes de uso público sectores muy
extensos de la costa, que para el caso del casco urbano
de Tumaco, que presenta una topografía muy plana y
baja, implicaría que la totalidad las islas se considerarían terrenos de bajamar. Definir uno u otro valor
lleva implícita una consideración de riesgo, entre más
alta sea la cota de la más alta marea, más segura,
pero a la vez más complicada la administración de
sector correspondiente a grandes extensiones sin un
uso claro y con una probabilidad muy baja de
inundación.
Dadas algunas de las consideraciones anteriores
el CCCP propuso para Tumaco se considere como la
línea de más alta marea aquella correspondiente a la
cota 3.68 metros, que corresponde al promedio de
las más altas pleamares anuales de los últimos 25 años,
de acuerdo con los registros del Ideam.
DIMAR tiene, igualmente, bajo su jurisdicción las
playas que al tenor del artículo 167 del Decreto 2324/84
son zonas de material no consolidado que se extienden
hacia tierra desde la línea de más baja marea hasta
el lugar donde se presenta un marcado cambio en el
material, forma fisiográfica o hasta donde se inicia la
línea de vegetación permanente, usualmente límite
efectivo de las olas de temporal.
Figura 2.11. Bienes de uso público y zona de jurisdicción para el caso de playas que no superan el limite de
la zona de los 50 metros.
Figura 2.12. Bienes de uso público y zona de jurisdiccón para el caso de playas que superan el límite de la
zona de los 50 metros.
33
34
Bahía de Tumaco
Estas áreas son escasas dentro de la bahía y por lo
mismo representan un recurso muy importante por el
que hay mucho interés; siendo, tal vez, las dos playas
más reconocidas las de Bocagrande, con más de 7 km
de largo, y las de El Morrro, con cerca de un kilometro
de extensión. Existen otras playas como las de la isla
La Viciosa, con menor presión de uso.
Debido al importante transporte de sedimentos que
ocurre en la bahía de Tumaco, dichas playas son muy
inestables y presentan grandes variaciones en el
tiempo como se describirá en el Capítulo IV.
Otro espacio jurisdiccional pendiente por describir
es el correspondiente a una franja de 50 metros de
ancho, medida a partir de la línea de más alta marea,
que también está bajo la tutela de DIMAR, sin importar
las características del terreno en sí, puede ser roca
sólida o material fino.
Esta última zona no está incluida dentro de los
denominados bienes de uso público y por lo mismo es
susceptible de propiedad privada. La anterior diferencia
es fundamental, ya que sobre las primeras clasificaciones de espacios para su uso y goce por parte de un
particular se requiere tramitar una concesión que
otorgue la autoridad administrativa del área, para el
desarrollo de un proyecto productivo o recreativo, sin
que se constituya propiedad sobre el terreno y garantizando que al final de la concesión se devolverá el
predio ocupado y las obras que sobre él se construyan.
En las zonas que no están clasificadas como bienes
de uso público DIMAR otorga permisos de construcción,
con el ánimo de prevenir la construcción de obras
civiles que alteren la estabilidad de la línea de costa
o afecten de algún modo el ecosistema marino, la
hidrodinámica del área o modifiquen el régimen de
transporte de sedimentos, entre otros efectos, por
parte de algún particular.
El único caso en que la competencia de DIMAR
excede los 50 metros, antes mencionados, es cuando
existe una playa con una extensión superior a esa
dimensión, allí la jurisdicción continúa hasta el límite
interno de la playa.
2.4.2. Utilización de los bienes de uso público en la bahía de Tumaco
En cuanto a los usos que a estos espacios públicos
se da en la bahía de Tumaco se resaltan las actividades
pesqueras y portuarias; así como la navegación en
aguas interiores; la camaronicultura; el desarrollo de
numerosos asentamientos humanos con construcciones
palafíticas en terrenos de bajamar, y la construcción
de hoteles y espacios dedicados a la explotación
turística en las playas.
De los anteriores usos se destaca por sus múltiples
implicaciones el de las construcciones palafíticas, las
cuales alcanzan un total de 5885 predios localizados,
principalmente, en la isla de Tumaco y el sector
continental del casco urbano de Tumaco. En la isla de
El Morro también se presentan, en menor proporción,
este tipo de construcciones en los sectores de
Exporcol, Playa Arrecha y El Morrito.
Salahonda es otro de los asentamientos humanos
de dimensiones considerables en la bahía, éste registró
819 viviendas palafíticas, de acuerdo con los datos
obtenidos en el censo realizado por el CCCP en el año
2000, cifra que está en constante incremento pese a
las acciones para limitar su desarrollo.
Figura 2.13 Panorámica de un sector de la isla de
Tumaco, donde se aprecian viviendas palafíticas y de
precaria construcción.
Cabe anotar que debido a la acción de los habitantes de la bahía se han rellenado varios terrenos de
bajamar, con el ánimo de evitar su inundación y
cambiar su condición de bien de uso público, logrando
así su escrituración y adjudicación como bien
particular.
Mapa No. 3 - Bienes de uso público bajo jurisdicción de DIMAR.
Bahía de Tumaco
Figura 2.14. Predios localizados en zonas de bajamar en el área urbana de Tumaco (color rojo).
Algunos de esos rellenos han sido ejecutados por
el Estado para realizar obras como terminales
petroleros, facilidades portuarias o líneas férreas, los
cuales han cambiado, significativamente, las características del área; es así como por ejemplo se tiene
ahora la isla de Tumaco como una sola, cuando a
principios del Siglo XX estaba conformada por cuatro
islas más pequeñas.
En relación con la franja de 50 metros de jurisdicción de DIMAR y para el caso del casco urbano de
Tumaco se tiene un total de 2418 predios, los cuales
en principio deberían contar con el permiso de
construcción de la autoridad marítima, en complemento a los permisos y autorizaciones que expide la
alcaldía por hacer parte del casco urbano.
2.4.3. Usos inadecuados en bienes de uso público bajo jurisdicción de DIMAR
Los espacios antes mencionados son muy apetecidos por el hombre, debido a la variedad de beneficios
y posibilidades de explotación que estos brindan.
Estos usos no siempre se dan de forma ordenada,
de acuerdo con la normatividad vigente o considerando la fragilidad y dinámica de estos ambientes.
Siendo bienes de uso público, tanto playas como
terrenos de bajamar son, además, zonas de interfase
entre la tierra y el mar, y por tanto amortiguadoras
de los procesos que allí se presentan. Así, dependiendo
de las condiciones dinámicas pueden ser ocupados
indistintamente, por el mar o por tierra, por tal razón
deberían preservarse libres de infraestructuras que
limiten esa dinámica.
Ahora bien, en caso de ser imprescindible la
construcción de obras civiles, éstas deben tener un
diseño que les aporte firmeza frente a los efectos del
mar, además su forma y localización no deben afectar
otras porciones del litoral.
Las construcciones que se efectúen en estas zonas
presentan un alto riesgo, ya que deben soportar el
efecto del oleaje y las corrientes, los cambios producidos por los procesos de sedimentación y erosión;
asímismo, son las primeras que sufren en caso de
evidenciarse variaciones del nivel del mar, ocasionadas
35
36
Bahía de Tumaco
por fenómenos puntuales como tsunamis, El Niño,
marejadas o fenómenos lentos y de gran escala como
el ascenso del nivel del mar. Dichos sucesos como se
hace visible a lo largo de esta publicación, están
latentes en la bahía de Tumaco y en el pasado han
causado varias emergencias con pérdidas materiales y
de vidas humanas.
Todos los usos de los bienes de uso público que
generen problemas de orden legal, por ocupación
indebida; de orden técnico, por construcciones no
aptas o mal localizadas; de orden ambiental, por
generación de contaminación; o de riesgos, por la alta
vulnerabilidad a fenómenos naturales, son por tanto
usos inadecuados. En el caso de la bahía de Tumaco el
uso inadecuado más extensivo y problemático es el de
las viviendas palafíticas, que por las precarias
condiciones en que son construidas no cumplen con
las condiciones de sismoresistencia necesarias;
asímismo son altamente susceptibles a inundaciones,
ya que están construidas escasamente sobre el nivel
de la más alta marea y por su ubicación son las primeras
en recibir el efecto de fenómenos como el tsunami.
Estas construcciones presentan problemas adicionales como la dificultad para realizar en ellas obras
de infraestructura como sistemas de alcantarillado o
de recolección de basuras, este último debido a que
las viviendas se encuentran muy cercanas entre sí,
apenas separadas por una intrincada red de puentes
en madera que no permiten el uso de ningún sistema
de recolección adecuado. Igualmente, generan problemas de orden legal, ya que no son susceptibles de
titulación por la prohibición expresa de la ley colombiana de utilizar los terrenos de bajamar para la
construcción de viviendas.
La zona de bajamar de la bahía de Tumaco ha
presentado cambios morfodinámicos importantes a
través del tiempo, como la erosión y acreción en el
sector de El Pindo, años 1921 y 1948; la erosión del
costado sur de la isla en 1969; los procesos erosivos
ocasionados por el tsunami de 1979 y las marejadas
de 1982 y 1983.
El impacto de éstos últimos eventos naturales sobre
la isla de Tumaco ha sido menguado en gran parte por
la presencia de las islas de El Gauno y La Viciosa, que
Figura 2.15. Predios localizados en la zona de 50 metros de jurisdicción de DIMAR.
Bahía de Tumaco
han actuado como ‘barreras protectoras’; sin embargo, la presencia de estas islas no otorga el carácter
de seguridad para el asentamiento de viviendas en
esta zona de bajamar, máxime si se tiene en cuenta
que la isla de El Guano desapareció durante el tsunami
de 1979 y aunque está en proceso de formación,
nuevamente, no ha emergido aún y por tanto no puede
cumplir su papel de elemento protector.
Como puede apreciarse en la Figura 2.13., la
ocupación con viviendas palafíticas en la isla de Tumaco
es tan densa que un poblador que se encuentre allí no
se percata de que está en una isla, pues no tiene
oportunidad de ver el mar, ya que la visual está ocupada
en su totalidad por una amplia red de viviendas.
Es de anotar que del total de predios ubicados en
jurisdicción de DIMAR, sólo existen 89 concesiones y
seis permisos de construcción, por lo tanto el resto de
ellos constituyen construcciones ilegales (Tabla 2.5.).
Tabla 2.5. Resumen de la situación de los predios
en jurisdicción de DIMAR en Tumaco.
Predios en playa
Predios en bajamar
275
5855
Predios en concesión
66
Predios con permiso
6
el desarrollo urbano de Tumaco; además de la aprobación final del Plan de Ordenamiento Territorial del
Municipio, el cual debe incorporar la variable de
riesgos ambientales.
Otro problema asociado con el uso inadecuado de
los bienes de uso público para vivienda urbana es el
de la recolección de residuos sólidos, que presentan
inconvenientes en su disposición final, los cuales
sumados a los deficientes servicios con que cuenta el
municipio y la costumbre de los pobladores de votar
directamente al mar los desechos, descubren un
panorama crítico, considerando la vocación turística
de la región.
Estimados hechos en el año 2000 señalan que
Tumaco genera 57 toneladas de basuras por día; de
las cuales, aproximadamente, el 52% va al mar. Por lo
anterior es común en Tumaco ver las playas y zonas
de bajamar cubiertas de basuras. Solucionar este
problema conlleva un esfuerzo importante de
educación ambiental y el concurso de entes de los
sectores público y privado que concienticen a la
población de los inconvenientes de esta práctica.
de construcción
Predios en la
2418
jurisdicción
Total
Invasiones
Predios con solicitudes 23
de concesion
8558
Total
95
8483
Como se aprecia en la tabla anterior, en Tumaco
confluyen muchos riesgos para la población allí
asentada, es por ello que el Gobierno Nacional con
apoyo de la Comunidad Europea inició en 1999 un
proceso para la reorientación del desarrollo urbano
del municipio hacia el área continental.
Para ello, entre otras acciones, se construyó el
sector conocido como ‘La Ciudadela’, el cual cuenta
con 1024 soluciones de vivienda, que se entregaron a
los poseedores de viviendas palafíticas de los sectores
identificados como de más alto riesgo.
En la actualidad, se espera la destinación de nuevos
recursos financieros que permitan dar continuidad a
este proyecto y la definición de medidas complementarias como la Ley de Desafectación de Bienes de
Uso Público, que pretende habilitar desde el punto
de vista legal los predios sobre los cuales se continuará
Figura 2.16. Escena típica del borde costero, playas y terrenos de bajamar en Tumaco, donde se
aprecia el problema de basuras arrojadas al mar.
37
38
Bahía de Tumaco
CAPITULO III
Acantilado de El Morro.
Aspectos Geológicos, Geomorfológicos e Hidrográficos
40
Bahía de Tumaco
Bahía de Tumaco
3.1. GEOLOGIA
El litoral sur del Pacífico colombiano, donde se encuentra localizada la bahía de Tumaco, hace parte del
terreno suprayacente Atrato-San Juan-Tumaco (Etayo
et al., 1986) y es el resultado de la colmatación de la
cuenca formada durante la colisión entre el continente
y la placa oceánica al occidente de Colombia.
Esta zona de estudio se ubica en la región de la
llanura del Pacífico, constituida por un amplio depósito
de materiales semiconsolidados del Pliopleistoceno y
edades recientes, en las que emergen pequeñas colinas
de rocas sedimentarias de la edad Terciaria, ligeramente plegadas.
Sobre esta unidad se encuentran localmente
niveles de tobas de composición intermedia y horizontes de suelos rojos altamente arcillosos, que no
presentan evidencias de estructuras geológicas. Estos
horizontes fueron considerados por Van Es, 1975 (En:
Correa et al., 1989) como restos de una capa de lavas
básicas fuertemente meteorizada.
Hacia el Sureste de la bahía se hallan sedimentos
Pliocuaternarios semiconsolidados, que constan de
conglomerados con cantos de rocas volcánicas y
niveles tobaceos de arena. El resto de la planicie
costera está constituida por gravas, arenas, limos y
arcillas (Figura 3.1.).
3.1.1. Litología
3.1.2. Tectónica
La litología del terreno se constituye, principalmente, por una secuencia aflorante de arcillolitas
y limolitas, con bancos de areniscas y conglomerados
agrupados por Arango y Ponce, (1980), como la formación Naya-Guapi (Figura 3.1.).
Rocas de esta formación que afloran en la isla de El
Morro fueron consideradas por Royo y Gómez, (1948),
(En: Correa et al., 1989) como pertenecientes al
Mioceno Superior con base en determinaciones paleontológicas de fósiles de lamelibranquios.
El principal elemento estructural del área lo
constituye una serie de domos y cuencas, alargados y
paralelos a la cordillera Occidental, inicialmente
identificados por Van Es,1975 (En: Correa et al., 1989)
en imágenes satelitales.
La formación de los domos y las cuencas se asocia
a los últimos movimientos importantes de los Andes
colombianos, a finales del Pleistoceno inferior (Van
der Hammer, 1963, En: Correa et al., 1989).
Figura 3.1. Litología y estructuras generales de la bahía de Tumaco (Tomado de Correa y Gonzáles, 1989).
41
42
Bahía de Tumaco
El mapa de la Figura 3.1. indica que la parte
occidental de la isla de El Morro, la punta Cascajal y
la isla del Gallo, representan los restos de un domo
alargado; mientras que directamente al Oeste del río
Mejicano se ubica una cuenca tectónica.
Hacia el Noreste, exactamente al Sureste del río
Patía, se localizan tres domos separados por cuencas
menores. Otros rasgos estructurales que afectan la
zona son las fallas de Remolino El Charco y de Tumaco,
según Gómez,1986 (En: Correa et al., 1989).
Este autor reporta que la primera falla tiene una
expresión superficial sobre los sedimentos cuaternarios y presenta algunas evidencias de neotectonismo
en punta Cascajal. La falla se prolonga desde el Norte
de esta punta hasta el Suroeste de Tumaco. El mismo
autor sugiere que las rocas que atraviesan esta falla
se han levantado, progresivamente, insinuando
basculamiento del bloque oriental hacia el Suroeste
y del bloque oeste hacia el Noreste. A la falla Tumaco
se le asigna un rumbo N45W y se clasifica como
transcurrente.
3.1.3. Hidrología subterránea
La provincia hidrogeológica costera de la vertiente
del Pacífico carece por completo de estudios de aguas
subterráneas. Sin embargo, las figuras que hacen parte
de la memoria explicativa del Mapa Hidrogeológico
de Colombia 1989, de Ingeominas, indican que esta
zona no se considera con posibilidades de explotación
de aguas subterráneas, ni existe interés por intensificar la exploración. La razón es obvia, debido a la
alta concentración de aguas superficiales, que no hará
necesaria la utilización de aguas subterráneas en el
largo plazo (Dehave Nedeco, 1999).
3.2. GEOMORFOLOGÍA
Las formas costeras están determinadas por los
procesos morfodinámicos y estructurales, en estrecha
relación con los aportes continentales y la dinámica
litoral (Ideam, 1997).
De acuerdo con este enfoque, las costas presentan
elementos asociados con los distintos procesos
dinámicos complementarios tales como deltas
fluviales, acantilados, terrazas marinas, marismas
litorales y cordones litorales.
El aporte fluvial con sus descargas de sedimentos,
el rango mareal y el oleaje se constituyen en factores
primarios para la configuración de las diversas formas
costeras.
La bahía de Tumaco se encuentra ubicada en la
planicie deltáica de Nariño, enmarcada dentro de un
ambiente litoral relacionado con la dinámica marina
y un ambiente fluvial caracterizado por el desarrollo
de los deltas de los ríos Patía y Mira, como también
con un ambiente morfoestructural de colinas en
constante interacción. Dichos ambientes se describen
a continuación.
3.2.1. Ambiente litoral
El ambiente litoral corresponde a la interfase entre
los procesos netamente marinos y los procesos
continentales, siendo la intensidad relativa de estos
dos procesos decisiva para la configuración de la línea
de costa (Bird y Davis, 1996).
En la bahía de Tumaco el ambiente litoral se
encuentra influenciado por la dinámica marina, por
tal razón sus unidades morfológicas han sido clasificadas de acuerdo a su ubicación con respecto al nivel
medio del mar en términos de unidades de dominio
supramareal, intermareal y submareal (Correa y
Gonzáles, 1989).
3.2.1.1. Unidades geomorfológicas de dominio supramareral
La zona de dominio supramareal comprende los
terrenos no sujetos a inundaciones periódicas
relacionadas con los ciclos de la marea; sin embargo,
pueden ser inundables parcial o totalmente por
eventos de la naturaleza como maremotos, oleajes y
pluviosidad.
Entre las unidades geomorfológicas de dominio
supramareal presentes en la bahía de Tumaco se
encuentran los cordones litorales, las playas, las
lagunas interiores, las llanuras costeras y las dunas,
cuya ubicación se aprecia en el Mapa No. 4 de
Geomorfología de la bahía de Tumaco (CCCP,2002) y
son descritas con mayor detalle en el Capítulo IV,
numeral 4.4.1. Geoformas de la bahía de Tumaco.
Mapa No. 4 - Geomorfología de la bahía de Tumaco.
Bahía de Tumaco
Figura 3.2. Cordón litoral, playa activa de la isla
barrera de Bocagrande, unidad geomorfológica de
dominio supramareal.
3.2.1.2. Unidades geomorfológicas de
dominio intermareal
La zona de dominio intermareal comprende los
terrenos litorales cuyos límites geográficos están
definidos por los niveles de pleamar y bajamar, inundables dos veces al día de acuerdo al régimen semidiurno de las mareas en la bahía de Tumaco. Hacen
parte de esta zona las plataformas intermareales no
vegetadas y las planicies de manglar, definidas por
Correa y González (En: Ingeominas, 1989).
• Plataformas intermareales no vegetadas (Pinv)
En esta unidad se agrupan los depósitos de
sedimentos no consolidados, ubicados en los bordes
interiores de la bahía y rodeando el perímetro de las
islas de Tumaco, El Morro y otras menores entre
Tumaco y Bocagrande, exceptuando los sectores
acantilados. Durante mareas bajas, las áreas ocupadas
por esta unidad son la expresión superficial del frente
de los depósitos de relleno o colectación de la bahía,
sumergidos completamente en mareas altas.
En dirección al mar, estos depósitos continúan
constituyendo los fondos someros de la bahía,
mientras que hacia tierra pasan a ser terrenos de
playa o a conformar la base de la acumulación de
sedimentos-materia orgánica de los pantanos de
manglar.
Figura 3.3. Plataformas intermareales no vegetadas, Pinv, en el sector Salahonda.
La constitución granulométrica de los sedimentos
superficiales de esta unidad va desde arenas finas muy
finas, hasta limos arenosos y lodos, mezcla de limos y
arcillas; dependiendo del momento en el ciclo mareal
y de la intensidad del oleaje incidente en un sector
particular.
En presencia de turbulencia asociada a oleaje y
corrientes de marea, los sedimentos finos de estos
sectores son puestos en suspensión y depositados en
aguas más calmadas o transportados hacia otros
sectores de la bahía.
Parte de estos sedimentos, junto con los finos en
suspensión aportados por los ríos y esteros, son transportados hacia el interior de la bahía confiriéndole
turbidez a sus aguas.
Las Pinv se encuentran mejor desarrolladas en el
litoral sudeste de la bahía, entre las desembocaduras
del estero Aguaclara y del río Chagüí, debido,
probablemente, a que este sector recibe gran cantidad
de aportes sedimentarios y está protegido, relativamente, de los oleajes incidentes. En esta parte de la
bahía las Pinv conforman una franja extensa, hasta
de 1.5 km de amplitud, interrumpida por los canales
de los ríos y esteros (Figura 3.3.).
En mareas altas estos terrenos constituyen un
cinturón de bajos y zonas someras que dificultan la
navegación de botes y aún de canoas ligeras.
Entre tanto, en mareas bajas la morfología típica
de estas áreas es la de un plano irregular, ligeramente
43
44
Bahía de Tumaco
inclinado hacia el mar, con formas de relieve bajo
consistente en canales de drenaje, elevaciones y
depresiones elongadas, oquedades e irregularidades
menores. La totalida de las caracterísitcas morfológicas de esta unidad son altamente cambiantes en
el tiempo.
Las geoformas más características de las Pinv son
los estuarios, espigas y flechas, tómbolos y las
planicies de marismas, su descripción se detalla en el
numeral 4.4.1. Geoformas de la bahía de Tumaco.
3.2.2. Ambiente morfoestructural
Este ambiente está integrado por los terrenos
topográficamente más altos de la bahía de Tumaco,
correspondientes a las estribaciones occidentales de
las colinas costeras y el conjunto de remanentes
rocosos de erosión litoral.
Dentro de estos se encuentran los pilares, las
paleoplataformas de abrasión, los cuellos, las colinas
disactadas, los alcantilados y paleoacantilados, y las
plataformas de abrasión (ver descripción más
detallada en el Capítulo IV, numeral 4.4.1. Geoformas
de la bahía de Tumaco).
• Valles aluviales
En el área de la bahía de Tumaco los forman los
ríos Mira y Patía, que recorren amplias llanuras y traen
consigo una gran carga de sedimentos provenientes
de la cordillera Occidental, que depositan a lo largo
de su recorrido al llegar a terrenos más bajos. En las
zonas de influencia de mareas se forman múltiples
brazos que originan deltas.
• Llanuras de inundación
Estas zonas se encuentran a nivel con los cauces
de los ríos y se caracterizan por presentar pantanos y
lagunas comunes, sensibles a la fluctuación de los ríos
cercanos. Típicamente desarrollan una vegetación de
pantano con turberas.
• Pantanos de agua dulce
Se forman en terrenos más bajos inundados por
desbordamientos de los ríos.
• Terrazas fluviovolcánicas de Nariño
Sobre el piedemonte de la cordillera Occidental
de Nariño se encuentran acumulaciones fluviovolcánicas,de gran extensión, provenientes de los
volcanes ubicados en dicha cordillera al Sur del país.
En el terreno se aprecian como una superficie
suavemente inclinada hacia la costa, con una red de
drenaje distributaria bien incisada y taludes de hasta
10 y 15 metros en las proximidades de los ríos Mira y
Patía.
3.3. HIDROGRAFIA
Figura 3.4. Diagrama explicativo de un cuello o
‘notch’.
3.2.3. Ambiente aluvial
Estructurado por terrenos anegadizos de relieve
plano-cóncavo sobre los cuales corren los ríos y
quebradas depositando sus materiales y moldeando
el paisaje. El ambiente aluvial está formado por
innumerables lagunas, pantanos y llanuras aluviales
que han sido cartografiadas en el Mapa No. 4 de
Geomorfología de la bahía de Tumaco que y son descritos a continuación:
En la bahía de Tumaco se identifican cinco grandes
cuencas importantes:
• Cuenca vertiente suroccidental o cuenca del río
Mira en su parte norte.
• Cuenca o zona de manejo de esteros, localizada
en la parte Sur conformada por los esteros Natal,
Aguaclara, Resurrección y Trapiche.
• Cuenca Suroriental, formada por los ríos Rosario,
Mejicano, Caunapí, Gualajo e Imbilpí.
• Cuenca Oriental, conformada por los ríos
Changüí, Tablones, Colorado y Curay.
• Cuenca Norte, que corresponde al sector de Bocas
de Curay y la desembocadura del río Patía.
Mapa No. 5 - Hidrografía de la bahía de Tumaco.
Bahía de Tumaco
De los ríos antes mencionados se destacan el Mira,
el Rosario y el Patía, de los cuales se hace una descripción detallada:
• El río Mira
Localizado al Sur de la zona de estudio, posee una
cuenca internacional que nace en la zona montañosa
volcánica del noroeste ecuatoriano, en las faldas del
Mojado, pero su verdadero origen es el río Blanco en
Ibarra, al cual se le conoce también como río Chota.
Este río crece su caudal con las aguas del lago San
Pablo y numerosos afluentes, pero sólo al penetrar al
territorio nariñense recibe el nombre de río Mira.
La dirección del Mira es noroeste y en la confluencia con el río San Juan entra en territorio
colombiano en el municipio de Tumaco para desembocar en el océano Pacífico a través de un delta de
aproximadamente 20 km. La hoya hidrográfica
corres-pondiente a Colombia cubre una extensión
de 4800 km2, su longitud total es de 1993 km, de
los cuales 150 km corresponden a territorio colombiano. Unos 25 km antes de llegar al mar se divide
en dos grandes brazos, que a su vez se subdividen
en esteros y caños transversales.
Figura 3.5. Variación media mensual multianual
de caudales (m3/s). Estación San Juan - Río Mira (19801995) Ideam.
El principal caudal del río corre por un cauce
central que divide a Cabo Manglares en dos sectores.
El lecho del Mira en su parte alta está formado por
roca consistente y cascajo, mientras que en su parte
baja es de aluvión, arena y arcilla. Su cuenca alta es
rica en oro, que se explota en forma artesanal. Sus
principales afluentes colombianos son los ríos San
Juan y Güiza.
El río Mira se considera como el mayor aportante
de sedimentos hacia la bahía de Tumaco, debido a
que su carga es transportada por el oleaje que tiene
un flujo medio de energía en dirección hacia el noreste
(Tejada, 2002b).( Restrepo y Kjerfur, 2000).
Se calcula para el río Mira, una descarga de
sedimentos de 0.234 X 106 ton/año, con un caudal
aproximado de 839m3/seg +/-213, dentro de una
cuenca de 4.8 X 103 Km2 y una precipitación media
anual de 5546 mm. Asímismo, Tejada calculó un
transporte potencial de sedimentos cercano a los
94000 m3/año.
• La cuenca del río Rosario
Conformada principalmente por dos subcuencas;
la primera de ellas integrada por la quebrada Pilví o
Pilvicito, a la que tributan sus aguas el río Pulgandé y
las quebradas India, Ambupí, Sabaneta y Tangereal,
entre otras, cubriendo una superficie total de
53080 ha. La otra subcuenca es la del río Imbilpí,
con las quebradas Negra, Vaquería, Sabaletas y La
Chorrera, entre otras, que cubren una superficie de
37760 ha, y una longitud total de cauce de 68 km
(Corponariño - Minambiente, 2000).
El río Rosario nace en la cordillera Occidental, su
curso es de 75 km y es navegable por sus aguas mansas.
Atraviesa por varias zonas que presentan diferentes
gradientes de pluviosidad, los cuales oscilan entre los
3000 y 5000 mm/año. En la parte más alta de la
microcuenca la precipitación oscila entre los 4000 y
5000 mm/año, representando el 40% de toda la cuenca
del río; mientras en su parte media la precipitación
desciende hasta los 3500 mm/año y a nivel de la
desembocadura está alrededor de los 3000 mm/año,
condición que comparte con los ríos Mejicano, Caunapí
y Guadalajo.
• El río Patía
Ubicado al Norte de la bahía de Tumaco, tiene una
longitud de 360 km y su hoya hidrográfica cubre una
extensión cercana a los 24000 Km2. Su desembocadura
forma un delta de más de 500 km2 y cuenta con la
cuenca más grande de los ríos colombianos que vierten
sus aguas al océano Pacifico, cubriendo un área de
23700 km2, con un caudal de 300 m3/seg, con una carga
de sedimentos de 21.1X106ton/año y una precipitación
media de 2821 mm/año (Restrepo y Kjerfue, 2000).
45
46
Bahía de Tumaco
Los ríos Mira y Patía poseen amplias llanuras de
inundación, sus cauces son meándrico y presentan
deltas redondeados con desembocaduras de sus cauces
y esteros típicamente estuarinos. Una característica
importante es la deflexión presentada hacia el Norte
que sufren las diversas bocas de los ríos al llegar al
mar, esto debido al ángulo con el que llega el oleaje
a la costa.
Balance hídrico
A continuación se presenta el balance hídrico
registrado en la bahía de Tumaco.
Como se observa en la Tabla 3.1. sólo se presenta
deficiencia de agua en los meses de octubre y
noviembre, con niveles relativamente bajos y un
exceso en los niveles de agua durante el resto del
año.
3.4 BATIMETRIA
De acuerdo con el Mapa No. 5 Batimetría, la zona
interior de la bahía de Tumaco se caracteriza por
presentar profundidades someras menores a los 10
metros; mientras que la zona exterior, a partir de la
línea imaginaria que une a Bocagrande con punta
Cascajal, la profundidad aumenta rápidamente debido
a que esta línea coincide con el límite de la plataforma
continental, registrando profundidades de 1000
metros, a 40 km de la línea imaginaria anteriormente
mencionada.
Hacia el interior de la bahía se presentan grandes
áreas que se descubren en marea baja y que corresponden a sedimentos provenientes de los ríos que
desembocan en la parte más interna de la bahía.
Tomando como referencia la enfilación del farillo
El Viudo, la isóbata de los 5 metros se extiende hasta
unas 3 millas, aproximadamente, en dirección norte.
Continuando con ese mismo azimut, la profundidad
aumenta hasta alcanzar los 20 metros sin encontrar
bajos o áreas que se descubran.
Bordeando la isla de El Morro se encuentra el canal
de acceso a Tumaco, el cual presenta una profundidad
promedio de 6.5 metros, una extensión de 825897
metros, 60 metros de ancho, con taludes 1:6 y una
zona de dársena con una longitud de 280 metros sobre
el área de muelles.
El sector más crítico de este canal se encuentra
ubicado en el área conocida como ‘La Barra’, donde
la profundidad actual (agosto 2003) alcanza los 3.5
metros en bajamar. Este sector está expuesto a
procesos de sedimentación acelerada, por lo cual es
necesario efectuar dragados de mantenimiento para
alcanzar la profundidad óptima del canal que permita
la navegación.
En términos generales, al describir la batimetría
de la bahía de Tumaco se destacan las extensas
zonas de baja profundidad que se encuentran mar
afuera de las islas de Tumaco, La Viciosa y El Morro,
factor que como se verá en el próximo capítulo
constituye la principal protección contra la acción
del oleaje.
Tabla 3.1 Balance hídrico de la bahía de Tumaco (balances hídricos para el aeropuerto Tumaco -Nariño /
Climatología del Pacífico Colombiano).
ENE
FEB
MAR
ABR
MAY
JUN
JUL
AGO
SEP
OCT
NOV
DIC
AÑO
128
124
141
137
136
131
133
132
128
133
128
131
1582
Precipitación (mm)
269
228
220
282
274
289
158
94
97
93
81
132
2217
Almacenaje de
100
100
100
100
100
100
100
62
31
0
0
1
0
0
0
0
0
0
0
0
0
9
47
0
56
42
104
79
145
138
25
25
0
0
0
0
0
691
128
124
141
137
136
131
133
132
128
124
81
131
1526
Evapotranspiración
Potencial (mm)
agua (mm)
Deficiencia del
agua (mm)
Exceso de agua
(mm)
Evapotranspiración
real (mm)
Bahía de Tumaco
Asímismo, se detecta que éstas áreas son producto
de la sedimentación que se da por la pérdida de
velocidad de las corrientes de oleaje y la llegada de
los sedimentos provenientes del río Mira, que posteriormente son colonizados por los manglares, dando
origen a colchones de manglar que emergen y se
convierten en islas.
3.5. EDAFOLOGIA
En Colombia existe una gran diversidad de unidades
de suelo, formados a través del tiempo como producto
de la acción de diferentes factores como: el relieve,
el clima, el material parental (roca madre), la vegetación, los microorganismos y el hombre. La determinación de dichas unidades resulta muy compleja y
el criterio de agrupación lo constituyen el paisaje
geomorfológico y el clima.
Así, los suelos en Colombia se han clasificado de
acuerdo con el Sistema Taxonómico Americano, según
el cual se determinaron nueve unidades de paisaje
geomorfológico, con características de humedad,
relieve, profundidad, fertilidad, evolución y drenaje
(Igac, 1988).
• Suelos de montaña denudacional estructural
• Suelos de planicie aluvial
• Suelos de piedemonte
• Suelos de altiplanicie
• Suelos de altillanura
• Suelos de planicie marina
• Suelos de planicie eólica
• Suelos de peniplanicie
• Suelos de lomerío
De acuerdo con esta clasificación en la bahía de
Tumaco se encuentran las unidades de suelos que se
describen a continuación (POT, 2000):
3.5.1. Suelos de planicie marina
Localizados en áreas que bordea el mar, sobre
terrenos de topografía plano-cóncava afectados
permanentemente por la marea. Son suelos arenosos,
generalmente mal drenados, poco evolucionados, con
presencia de sales y materiales orgánicos y de baja
fertilidad; por lo general presentan vegetación de
manglar y otras especies hidrófilas y halófilas.
Entre las formas de relieve asociadas a los suelos
de planicie marina se encuentran las playas, las barras
marinas y los marismas, entre otras formas litorales.
3.5.2. Suelos de planicie aluvial
Se encuentran, principalmente, a lo largo de los
ríos que desembocan en la bahía de Tumaco o próximos
a esta. Son suelos de clima cálido húmedo y muy
húmedo que se desarrollan en terrazas, diques, vegas
y otras formas aluviales; poco a moderadamente
evolucionados, con limitaciones de uso por presentar
fluctuaciones del nivel freático, debido a la alta
precipitación, a su reacción ácida y su baja fertilidad.
En estas áreas se distinguen las siguientes asociaciones de suelos:
• Suelos de guandales y diques naturales
Originados por sedimentos de origen aluvial,
mezclados con limos y arcilla, presentan una profundidad muy superficial debido a la fluctuación del nivel
freático, en la mayoría de los casos permanecen
encharcados. Son suelos moderadamente ácidos a muy
fuertemente ácidos, con poco fósforo y alto contenido
de carbón.
• Suelos de terrazas
Son suelos formados a partir de sedimentos coluvioaluviales a muy aluviales. Presentan una profundidad
efectiva que va de superficial a moderada, debido a
la fluctuación del nivel freático; son suelos ligeramente ácidos a fuertemente ácidos y presentan un
bajo contenido de fósforo.
3.5.3. Suelos de lomerío
En el área central de la bahía de Tumaco se
encuentra un sector de colinas con relieve ondulado
a quebrado, formado por limolitas, arcillocitas y, en
menor proporción, por conglomerados y arenisca que
conjuntamente con la unidad climática del área
(cálido húmedo y muy húmedo) han determinado la
formación de suelos poco evolucionados, con baja
saturación de bases, bien drenados, baja fertilidad y
profundidad superficial a moderada; estos tienen
algunas limitaciones de uso por la presencia de piedras, gravas y gravillas.
47
48
Bahía de Tumaco
3.5.4. Clasificación agroecológica de los suelos de la bahía de Tumaco
La clasificación agroecológica tiene por objeto
agrupar los suelos con base en su capacidad para el
desarrollo de actividades agrícolas, ganaderas,
forestales o de conservación del medio natural, señalando los problemas más evidentes que pudieran
limitar su uso y desarrollo (Igac,1988).
El sistema de clasificación agroecológica empleado
en Colombia es el Sistema Americano o de las ‘Ocho
Clases de Clasificación de Tierras por Capacidad de
Uso’ propuesto por Klingenbiel y Montgomery en 1965
y ajustado para nuestro medio por el Igac; en el cual
se tienen en cuenta las características morfológicas,
las propiedades físicas y químicas de los suelos, al
igual que algunos factores extrínsecos como variaciones topográficas y climáticas. A continuación se
especifican:
Características de los suelos: profundidad de
exploración radicular, textura, permeabilidad,
fertilidad natural, pH, salinidad y pedregosidad.
Características topográficas: pendiente y relieve.
Características de drenaje: inundación, encharcamiento y dinámica del nivel freático.
Características climáticas: cantidad y distribución
de lluvias.
En esta clasificación se establecen ocho clases,
las cuatro primeras (I-IV) pueden ser explotadas para
producir cultivos adaptados a las condiciones climáticas de la zona, como también a pastos y árboles.
Las limitaciones de uso y riesgos de daño al suelo
se incrementan de la Clase I a la IV.
Las clases V a la VII son, en general, adecuadas
para la explotación con plantas nativas, principalmente, pastos y árboles.
La Clase VIII, debido a los grandes limitantes
edáficos, topográficos o climáticos, no tienen aptitud
de uso agropecuario y sólo se pueden utilizar para
vida silvestre, conservación de la vegetación natural,
recreación y propósitos estéticos.
De acuerdo con esta clasificación agroecológica,
los suelos de bahía de Tumaco se encuentran dentro
de las siguientes clases:
• Suelos de Planicie Marina – Clase VIII
Suelos afectados por inundaciones frecuentes y
encharcamientos continuos, originados por la alta
precipitación y el movimiento de la marea.
Las inundaciones y la alta salinidad dan a estos
suelos una aptitud exclusivamente conservacionista,
de protección del manglar.
• Suelos de Planicie Aluvial - Clase IV
Suelos con limitaciones de uso agrícola, dadas por
su baja fertilidad, variaciones del nivel freático y el
exceso de lluvias; estas condiciones limitan la aptitud
del suelo a unos pocos cultivos mediante el uso de
prácticas intensivas de conservación del suelo.
• Suelos de Lomerío - Clase VII
Los suelos de esta clase presentan limitaciones
para su explotación agrícola por las abundantes lluvias
que caen durante casi todo el año y el relieve quebrado. Estas condiciones hacen que sean suelos donde
se debe mantener la cobertura vegetal boscosa.
3.6. UNIDADES DE PAISAJE
Las unidades de paisaje se establecen por las
relaciones entre las condiciones climáticas, la forma
del relieve, el tipo de suelo y las asociaciones de
vegetación que en ella existen. En el sector de la
bahía de Tumaco se identifican los siguientes paisajes:
fluviomarino o costero, aluvial y de lomerío.
• Paisaje fluviomarino o costero
Este tipo de paisaje se presenta en los sectores
que bordea el mar en terrenos de relieve planocóncavo, afectados permanentemente por la marea.
Va desde la línea de costa hacia el continente, en una
franja que varía entre 2 y 10 km de ancho, donde hay
plena influencia mareal.
La zona se caracteriza por presentar un importante número de ríos y esteros que la atraviesan y
desembocan al mar.
El paisaje fluviomarino corresponde a la franja que
bordea la parte central y suroccidental de la bahía de
Tumaco; tiene una longitud de costa aproximada de
70 km; hacia el Sur se extiende desde la isla de Tumaco
hasta Cabo Manglares, en la desembocadura del río
Mira; en dirección norte va hasta la desembocadura
Bahía de Tumaco
del río Colorado, con una línea de costa de 35 km,
pasando por las desembocaduras de los ríos Rosario,
Mejicano, Tablones y Chagüí.
La vegetación dominante de este paisaje es el
manglar, tolerante a inundaciones y altas concentraciones de salinidad.
Las especies más frecuentes en la zona son:
Rhizophora mangle, Avicennia germinans, Laguncularia racemosa, Pelliciera rhizophorae; los pantanos
con vegetación herbácea (Acrostrichium aureun) y
natales (Mapa No.2).
• Paisaje de planicie aluvial
Este paisaje comprende las zonas planas
localizadas detrás de natales, a lo largo de los valles
de los ríos Mira, Rosario, Mejicano y Chagüí, y después
de los diques de los mismos. Estas áreas son inundadas
por la acción mareal, el desbordamiento de los ríos y
las lluvias.
Los bosques de este paisaje se diferencian del
bosque tropical común por que poseen una vegetación
natural con tendencia a la homogeneidad, en donde
las especies predominantes son el cuangare (Otobo
grocilipes) y el sajo (Cammosperma panamensis).
• Paisaje de lomerío
El paisaje de lomerío se presenta generalmente
en la zona de transición entre las terrazas de la
planicie aluvial y el piedemonte cordillerano.
Figura 3.6. Paisaje de lomerio, sector de Llanaje
bahía de Tumaco.
En esta zona se pueden distinguir dos tipos de
lomas, las primeras comprenden áreas muy disectadas
que conforman lomas semejantes y de la misma altura;
y las segundas comprenden las estribaciones de la
cordillera, donde las lomas son de diferentes formas
y tamaños (Figura 3.6.).
En la bahía de Tumaco el paisaje de lomerío se
localiza en el sector central y está conformado por
colinas bajas, originadas por disección hídrica y
formadas por acumulación de sedimentos del
Pleistoceno y el Terciario. Las colinas presentan una
vegetación de bosque húmedo tropical mixto,
favorecida por las condiciones del relieve.
En este paisaje nacen la mayoría de los ríos que
surcan el municipio de San Andrés de Tumaco y se
localizan las cuencas de los ríos Chagüí, Mejicano y
Tablones.
49
50
Bahía de Tumaco
Mapa No. 6 - Edafología de la bahía de Tumaco.
CAPITULO IV
Aspectos Meteorológicos y Oceanográficos
El Pacífico colombiano experimenta cambios que obedecen a fenómenos de interacción océano-atmósfera
como El Niño y La Niña.
52
Bahía de Tumaco
Bahía de Tumaco
4.1. ASPECTOS METEOROLOGICOS
4.1.1. Precipitación
Este comportamiento es determinado principalmente
por la influencia de la Zona Convergencia Intertropical,
ZCIT, sobre la región.
El análisis de los valores anuales de precipitación
registrados a través del tiempo en la región de Tumaco
dan a entender que el orden de precipitación en el
área de estudio es de 3066.9 mm, con fluctuaciones
entre 1928 mm y 4206.3 mm, donde los valores inferiores sugieren la presencia del Fenómeno de El Niño.
Las lluvias tropicales deben su intensidad y
abundancia a la fuerte inestabilidad de masas de aire
húmedas que son simultáneamente cálidas. El calentamiento diurno acentúa esta inestabilidad y así en
la zona son muy frecuentes las precipitaciones en
horas de la noche.
La zona de estudio presenta durante la época
húmeda temperaturas superiores o iguales a 25.8°C,
exceptuando el mes de enero cuyo registro es de
25.5°C, siendo abril y mayo los meses de mayor valor
con 26.1°C; condicionada en sus características por
el desplazamiento hacia el Norte de la ZCIT en la
región Pacífica durante esta época.
Figura 4.1. Variación multianual de la precipitación
(mm) en Tumaco (Ideam - CCCP 1992/2001).
Figura 4.2. Variación multianual de la temperatura
ambiente (º C) en Tumaco (Ideam - CCCP 1992/2001).
Por estar cerca de la costa la región recibe aire
oceánico y por consiguiente hay mayor actividad
convectiva. Durante la época húmeda sobre el área de
Tumaco se registra un acumulado de precipitación entre
200 a 300 mm/mes, siendo abril y mayo los meses que
presentan mayores índices de pluviosidad.
Entre junio y julio el área se somete a una época
de transición de húmeda a seca, en la que las lluvias
disminuyen paulatinamente con rangos que oscilan
entre los 150 a 200 mm/mes. La época seca se ubica
entre agosto y noviembre, con promedios entre
los 50 a 100 mm/mes. Diciembre y enero se podrían
calificar como una época de transición de seco a
húmedo, donde las lluvias aumentan considerablemente (Figura 4.1.).
Posteriormente, entre julio y diciembre, época
seca, la temperatura disminuye y se estabiliza por
debajo de los 25.7°C (Figura 4.2.), ajustándose el
comportamiento de la temperatura a manifestaciones monomodales, con un período caliente de
febrero a junio y otro relativamente frío de julio a
enero.
Las temperaturas durante el día y la noche, y entre
las épocas seca y humeda tienen muy poca variación
debido a que la zona se encuentra muy cerca al mar,
lo cual ha originado condiciones favorables para sus
pobladores y para el desarrollo de la agricultura.
El promedio medio anual es del orden de los
25.7°C, con fluctuaciones extremas entre 19.0 y
32.0°C.
4.1.2. Temperatura ambiente
53
54
Bahía de Tumaco
Las anomalías de la temperatura del aire durante
1999 mostraron valores anómalos intensos entre -0.4
a 1.1°C, relacionándose con la presencia del evento
frío de La Niña.
En el 2000 se mantuvieron estas anomalías
negativas con valores alrededor de los -0.5°C.
Desde comienzos de 2001 hasta julio las anomalías
negativas oscilaron entre 0.2 y 0.5°C y a partir de
julio se ha iniciado una serie de fluctuaciones alrededor de su media climatológica.
La información sobre el comportamiento de la
precipitación y la temperatura ambiente en la zona
de estudio se efectuó a partir de los registros históricos
recolectados en la estación climatológica principal
del Ideam, ubicada en el CCCP, en el lapso correspondiente a los años 1992 - 2001.
4.1.3. Humedad, presión y evapotranspiración
La humedad relativa, de acuerdo con los registros
históricos obtenidos desde el año de 1992 hasta el
2001, oscila en un rango del 80 al 90% durante el
transcurso del día, correspondiendo los porcentajes
más altos a las horas de la mañana, debido a que la
temperatura del aire es más baja. También se observa
incremento en este parámetro cuando se generan
precipitaciones, alcanzando valores por lo general
entre el 94 y 96%.
Figura 4.3. Variación multianual de la humedad (%)
en Tumaco (Ideam - CCCP 1992/2001).
Asímismo, se deduce que la razón por la cual se
generan altos valores de la humedad relativa en el
área de Tumaco se debe a la constante permanencia
de aires fríos.
El promedio multianual para este parámetro es
del 86%, con valores medios muy constantes durante
el transcurso del año, mostrando durante los meses
de julio y agosto los menores registros con el 85%
(Figura 4.3.).
La presión atmosférica media sobre el nivel del mar
en la región baja por temporadas hasta los 1008 mb y
sube hasta los 1012 mb, dependiendo de la situación
sinóptica que se esté presentando (Ideam, 1998).
La evapotranspiración potencial fluctúa entre 100
y 150 mm por mes, valores que resultan mayores que
los promedios de lluvia mensual entre julio y diciembre.
4.1.4. Vientos
La bahía de Tumaco se caracteriza por un fenómeno
de viento local denominado brisa marina. Frecuentemente, al final de la mañana se establece un viento
que sopla del mar, alcanza su intensidad máxima al
comienzo de la tarde, después disminuye progresivamente y cesa en la noche. La intensidad de esta
brisa es mayor cuando el día es cálido, pero puede
ser menor cuando el día está nublado.
La causa de este movimiento del aire es la diferencia de calentamiento de la superficie del mar y de
la tierra causado por la radiación solar. Otro factor a
tener en cuenta lo constituye la incidencia sobre la
región de los vientos Alisios, los cuales se ven afectados por la ZCIT. Cuando ésta se localiza sobre el área
hace que converjan aquí los vientos Alisios provenientes del Noreste y los Alisios del Sureste. Cuando
la ZCIT se desplaza hacia el Norte, en la región predominan los vientos del Sureste, que adquieren localmente componentes SW y NW.
Según el desplazamiento de la ZCIT hay cambios
en la intensidad y dirección del viento en el Pacífico
colombiano. Desde enero hasta marzo predomina el
viento con dirección desde el Norte, lo cual corresponde a la máxima posición sur de la ZCIT. Desde junio
hasta octubre hay debilitamiento de los Alisios del
Noreste y en septiembre su área de influencia y sus
fuerzas son mínimas.
Bahía de Tumaco
Figura 4.4. Velocidad (m/s) y dirección (º) del
viento en la bahía de Tumaco.
En la gráfica se observan las tendencias de
velocidad y dirección del viento en la bahía de Tumaco
(Figura 4.4.).
Las características del viento sobre la bahía de
Tumaco también dependen de la hora del día en que
se observen, por ejemplo: en la mañana el viento por
lo general presenta una tendencia no muy definida,
proveniente del Sur, Suroeste y Oeste; con velocidades
que fluctúan de 0.5 a 3.0 m/s. En la tarde la tendencia
del viento por lo general es del Suroeste y Oeste, con
velocidades un poco mayores de 3.5 a 7.5 m/s.
Lo anterior corresponde a las mediciones obtenidas en el CCCP desde 1994 en estaciones fijas, con
monitoreos quincenales.
De acuerdo con los datos de viento tomados de la
estación automática del CCCP, los cuales fueron
promediados en forma diaria durante el período de
muestreo de 1999 y el 2000, se observa que el viento
sufre cuatro cambios de dirección y velocidad en el
día, generando así cuatro períodos:
• 08:00 a 12:00 velocidad varía de 2.5 a 4.5 m/s y
la dirección de 240 a 263°
• 13:00 a 15:00 velocidad oscila de 5.3 a 5.8 m/s
y la dirección de 291 a 312°
• 16:00 a 19:00 velocidad oscila de 2.7 a 4.1 m/s
y la dirección de 295 a 308°
• 20:00 a 07:00 velocidad oscila de 1.6 a 2.4 m/s
y la dirección de 254 a 289°
Con base en las mediciones de la estación meteorológica del CCCP se describe, aunque preliminarmente, el comportamiento del viento superficial
mes a mes así:
• En enero se observa el predominio de vientos
procedentes del W, en menor cantidad del WSW y
WNW en ese orden; aunque también se presentaron
vientos procedentes del SW, SSW, S, ESE y del E.
La velocidad se mantuvo variable entre los 1 y 6
nudos, observándose en algunos casos rachas de
velocidad con rangos entre 7 y 10 nudos.
• Durante marzo se observaron direcciones del
viento muy variables, no obstante los vientos predominantes fueron de componente W-WSW con
velocidades que oscilaron entre 4 a 10 nudos.
En este mes también se observaron vientos provenientes del E, con velocidades ligeras entre 1 a 6
nudos.
• Para abril se presentaron vientos en su mayoría
del SW, en menor cantidad se observaron vientos de
componente WSW, S y SSW, dentro del margen de
velocidad comprendido entre 4 a 6 nudos; hubo incremento en la velocidad con rangos entre 7 a 10 nudos
para vientos que provenían del W.
• Durante mayo se obtuvieron principalmente
vientos del W, en menor proporción direcciones del
SW, WSW y WNW, con velocidades constantes entre 4
a 6 nudos.
• En junio se tiene un comportamiento con
predominio del componente W, con velocidades entre
4 y 6 nudos en promedio; asímismo se presen-taron
vientos provenientes del SW y del WSW con el mismo
rango de velocidad.
• Para julio hubo dos componentes predominantes
de dirección del viento: W y WNW, con velocidades
promedio entre 4 a 6 nudos.
• En agosto se observaron vientos provenientes
de WNW y W, en su mayoría con velocidades entre 4 a
10 nudos; de igual forma, se presentaron direcciones
que oscilaron entre S, SSW y SW manteniendo el rango
de 4 a 6 nudos.
• Comportamiento similar al de agosto presentó
el mes de septiembre, salvo que hubo más concentración de vientos procedentes del W, con velocidades
entre 4 a 6 nudos. Se observaron vientos del WNW,
cuyas velocidades presentaron incremento con valores
entre 4 a 10 nudos.
55
56
Bahía de Tumaco
Enero
Febrero
Marzo
Abril
Mayo
Junio
Figura 4.5. Rosas de vientos mensuales para Tumaco (enero - junio), con base en los datos colectados en la
estación ubicada en la Base de Infanteria de Marina, isla de El Morro.
Bahía de Tumaco
Julio
Agosto
Septiembre
Octubre
Noviembre
Diciembre
Figura 4.5. Rosas de vientos mensuales para Tumaco (julio - diciembre), con base en los datos colectados
en la estación ubicada en la Base de Infanteria de Marina, isla de El Morro.
57
58
Bahía de Tumaco
• Durante octubre predominaron vientos procedentes del W en su mayoría y en menor cantidad
provenientes del WNW. El rango de velocidad se
mantuvo entre 4 a 6 nudos, aunque se observa un
incremento con valores que oscilan entre 7 a 10 nudos,
que vendrían a ser calificados como vientos moderados. No se presenta descripción para febrero,
noviembre y diciembre, debido a los vacíos en la base
de datos.
Asímismo, se resalta que dada la corta duración
de los datos obtenidos no se pudo efectuar un
tratamiento estadístico que permita determinar el
clima de vientos de la región; por tal razón sólo se
presenta la información descriptiva válida para la
época de los datos y utilizable como referencia
indicativa para otras variables climáticas a analizar
dentro de esta publicación.
4.2. CARACTERIZACION FISICOQUIMICA
4.2.1. Comportamiento de los diferentes
parámetros de calidad de las aguas de la bahía
de Tumaco
Existen tres indicadores para determinar la calidad
del agua marina, entre ellos se encuentran: el Oxígeno
Disuelto (OD), la Demanda Biológica de Oxígeno (DBO)
y la materia en suspensión (SST).
Otros parámetros son: el pH, la temperatura, la
salinidad y la presencia de elementos minerales
nutritivos (N y P) indispensables para el desarrollo de
organismos.
El estudio de la caracterización fisicoquímica y la
variación del comportamiento de estos parámetros
para establecer la calidad de las aguas en la bahía de
Tumaco ha sido desarrollado por el CCCP desde 1997.
El comportamiento de los parámetros estudiados
constituye una herramienta básica para la evaluación
del estado actual del ecosistema de la bahía, por lo
que son ellos los que controlan la vida en el medio
acuático.
Este análisis se basa en la variación de rangos de
valores de cada uno de los parámetros durante las
diferentes fases de marea. Los datos son obtenidos a
través de una serie de 33 estaciones distribuidas en
una grilla que cubre todo el espejo de agua de la
bahía, incluyendo el área interna de las islas de
Tumaco y El Morro (Figura 4.6.).
Figura 4.6. Estaciones de medición de parámetros
fisicoquímicos en la bahía de Tumaco y alrededores
de las islas de El Morro y Tumaco.
Con base en los datos obtenidos por el CCCP a lo
largo de los últimos cinco años, se ha establecido la
calidad del agua de la bahía y la variabilidad de los
datos de cada parámetro con los cambios de marea.
Los niveles obtenidos para el área de estudio se
encuentran dentro de los rangos normales reportados
en la literatura para aguas marinas y estuarinas del
Decreto 1594 de 1984.
4.2.1.1. Salinidad superficial del agua
Los cambios de la salinidad del agua en superficie
se deben, principalmente, a los procesos de evaporación y precipitación.
Bahía de Tumaco
Tabla 4.1. Criterios de evaluación de algunos parámetros fisicoquímicos.
Fuente: Informe CCCP 1998.
Parámetro
pH
Valor
6.5 - 8.5
Referencia
Criterio
Decreto 1594/84. M.S de Colombia
Rango Normal, Agua Marina y Estuarina
NO2-
0-2 µg.at.N-NO2/L
Carpenter, 19
NO3-
0-30 µg.at.N-NO3/L
Carpenter, 1975
NH4+
0-25 µg.at.N-NH4+/L
Carpenter, 1975
PO4-3
0-0.65 µg.at.P-PO4/L
García, 1970
OD
2.8 ml O2/l
Decreto 1594/84. M.S de Colombia
Rangos en el Océano
Rango Normal, Agua Marina y Estuarina
Así, durante la evaporación se pierde agua en
forma de vapor, aumentando la concentración de
sales. El proceso de precipitación agrega agua,
provocando una disminución de la salinidad.
Los valores de salinidad más bajos se encuentran
en las zonas más lluviosas y en las cercanías de las
costas donde desaguan los grandes ríos.
Las características de la salinidad del agua para
la bahía de Tumaco indican una época de más baja
salinidad durante el primer trimestre del año, con
valores más bajos sobre el sector interno, como consecuencia del aporte continental de importantes
afluentes del Pacífico, entre los que se cuentan los
ríos Mejicano, Rosario, Curay y Tablones.
Los valores de salinidad sobre este sector pueden
variar de 12 a 22 psu (también ups o unidades
prácticas de salinidad), dependiendo del aporte de
los ríos, de las lluvias y del comportamiento del
régimen mareal.
La temperatura afecta tanto la distribución de
muchas especies marinas, fitoplancton y peces en
general, como la velocidad de las reacciones de
descomposición de la materia orgánica.
Figura 4.7. Distribucción superficial de la salinidad,
en ups en la bahía de Tumaco.
Figura 4.8. Distribucción de los valores promedios
de la temperatura para la bahía de Tumaco.
Al Oeste de la bahía se registra una zona más
salina, con valores que oscilan de 26 a 30 psu, influenciados por las corrientes oceánicas (CCCP, 2000)
(Figura 4.7.).
Para el segundo semestre del año las salinidades
aumentan llegando a valores de 30 a 32 ups (Figura
4.7.) y el aporte costero no es tan importante como
durante el primer semestre del año (CCCP, 2000), lo
cual coincide con lo anotado en la descripción de
los parámetros meteorológicos, donde se reseña que
las precipitaciones son mayores durante el primer
semestre del año.
4.2.1.2.Temperatura superficial del mar
59
60
Bahía de Tumaco
Igualmente, altera parámetros físicos como la densidad del agua y la solubilidad de los gases, entre ellos el
oxígeno, compuesto indispensable para la respiración
de los organismos. Los valores promedios de temperatura
obtenidos entre los años 1997 y 2001 se muestran en la
Figura 4.8., donde se aprecian núcleos de mayor temperatura sobre las zonas someras y sobre las descargas
continentales provenientes de ríos o aguas residuales
de la isla de Tumaco, principalmente.
4.2.1.3. Comportamiento del oxígeno
disuelto, O2
La distribución del oxígeno en cuerpos de aguas
naturales está determinada por el intercambio gaseoso
a través de la superficie del agua, la producción
fotosintética, el consumo respiratorio y por procesos
físicos de advección y difusión.
En la bahía de Tumaco el oxígeno disuelto superficial
varía entre 2.32 y 4.37 mL/L en marea baja y entre
3.42 y 4.70 mL/L en marea alta. La región central y la
de mayor influencia oceánica corresponden a las zonas
que presentan los mayores valores de oxígeno; mientras
que la región este y sureste son las que presentan menor
cantidad de oxígeno, sin que las variaciones sean
significativas como para que se genere un gradiente
muy marcado de distribución. Es esta la razón por la
cual en la Figura 4.9. se observa una distribución muy
uniforme para los dos períodos de marea, con un
aumento en la concentración durante la marea alta,
por lo que durante este período llegan aguas oceánicas
limpias y ricas en oxígeno disuelto.
El oxígeno en el fondo de la bahía se encuentra en
un rango de concentración que va de 3.3 a 4.4 mL/L,
en marea alta; y entre 2.7 y 4.3 mL/L ,en marea baja,
lo cual representa un valor más alto de lo esperado,
pues por los diferentes procesos que ocurren en la bahía
a nivel de fondo debería presentarse un mayor consumo
de éste. Estos valores de fondo tan similares a la
superficie muestran la poca o mínima estratificación
que tiene la bahía debido a los intercambios de agua
realizados por las corrientes, especialmente los
generados por la marea.
Los procesos que se llevan a cabo en la bahía que
involucran consumo y producción de oxígeno se realizan de forma tal que la disponibilidad es permanente sin llegar a eventos de hipoxia o anoxia.
Figura 4.9. Distribucción del oxígeno disuelto en
la bahía de Tumaco (pleamar y bajamar) en el 2001.
En cuanto al consumo, éste puede ser considerado
el necesario para la limpieza del ecosistema en la
zona de mayor degradación de materia orgánica y para
el sostenimiento de la vida acuática, por lo que siempre hay presencia de oxígeno inclusive en el fondo.
Los niveles bajos de oxígeno disuelto, OD, (2.32 mL/L)
que se han presentado, eventualmente, en la bahía
son de carácter puntual y han sido relacionados con
las descargas de aguas domésticas en cercanías a la
isla de Tumaco o en la zona cercana a la desembocadura de los ríos.
Sin embargo, con el cambio de la marea de baja a
alta, el oxígeno de la bahía tanto superficial como de
fondo se ve recuperado (Figura 4.9.). Se puede
concluir que el OD presente en la bahía de Tumaco no
es un limitante para los diferentes procesos químicos
y bioquímicos que se llevan a cabo, favorecido,
además, por el cambio de marea puesto que entre
marea baja y marea alta se presenta un 8% de variación positiva.
4.2.1.4. Distribución de la materia orgánica
La materia orgánica al igual que la DBO tienen un
comportamiento inversamente proporcional al del OD,
Bahía de Tumaco
puesto que donde se detecta la menor cantidad de
oxígeno es donde se presenta la mayor cantidad de
materia orgánica y la mayor DBO. La materia orgánica
proviene del plancton y especialmente del bolo fecal
del tracto digestivo de los animales, también se
produce por las plantas muertas del fondo y otra parte
es transportada por los ríos.
Los microorganismos consumen esta materia
orgánica, agotando el oxígeno disponible del ecosistema. Los ríos, además de materia orgánica, arrastran
lodo en el que viven muchas de las comunidades
ecológicas del fondo, los bentos. En la zona sureste
de la bahía se observan las mayores concentraciones
de materia orgánica y la mayor presencia de lodos,
por ser el área de desembocadura de los ríos y una de
las zonas más vegetada por mangle, incluyendo los
esteros.
Gracias a la disponibilidad permanente de OD, en
la bahía de Tumaco la oxidación de la materia orgánica
no llega a producir zonas de hipoxia ni eutrofización,
puesto que en el balance general de la oxidación de
la materia orgánica puede ser mayor la producción
que el consumo del oxígeno presente; además, porque
dentro del ciclo de marea entran permanentemente
aguas más frías, más claras y ricas en oxígeno.
Como resultado de estos procesos, la bahía evidencia presencia permanente de materia orgánica,
nutrientes y OD, con gradientes de concentración que
van de la zona más cercana al continente a la zona
oceánica. La distribución de la materia orgánica está
controlada tanto por procesos biológicos como físicos,
pues el proceso de oxidación depende de la temperatura, del oxígeno disponible y de la microfauna
presente, entre otros factores.
Esta distribución se aprecia en la Figura 4.10.,
donde la mayor concentración se presenta hacia el
Sureste de la bahía, área que por excelencia es la
más rica en materia orgánica; asímismo, es la que
registra mayor cantidad de nutrientes y más alta
productividad primaria, siendo la menos salina, debido
a la fuente directa que posee como es la de los ríos
que allí llegan.
Se ha observado que en las dos fases de marea se
presentan concentraciones más altas en el fondo de
la bahía que en la superficie, lo cual se explica por el
proceso de sedimentación y la condición de aguas
someras de la mayor parte de la bahía que hace que
la materia orgánica se deposite rápidamente en el
fondo.
4.2.1.5. Demanda biológica de oxígeno,
DBO5
Figura 4.10. Distribucción de la materia orgánica
en la bahía de Tumaco en marea alta y baja en el 2001.
La DBO 5 en cualquier ecosistema costero es
inversamente proporcional al comportamiento del OD,
como se dijo anteriormente. Esto obedece a la disponibilidad de materia orgánica y la actividad bacteriana
en el proceso de oxidación.
La DBO mide sin dificultad el carbono orgánico
biodegradable. En la bahía de Tumaco estos valores
medios oscilan entre 0.48 (0.69 mg/L) y 1.48 mL/L
(2.11 mg/L) (Tabla 4.2.), para las dos fases de marea.
El promedio general de la DBO para el área de estudio
es de 0.87 mL/L (Figura 4.11.). Los estuarios no contaminados suelen tener una DBO de 0.7 a 1.4 mL/L (Kiely,
1999), lo que permite catalogar las aguas de la bahía
de Tumaco como de buena calidad.
La variabilidad de los datos está directamente
ligada con los aportes de materia orgánica provenientes de los ríos en la zona sureste y hacia las islas
de El Morro y de Tumaco por recibir el vertimiento de
aguas servidas de la población asentada.
61
62
Bahía de Tumaco
Figura 4.11. Distribucción superficial de la DBO5 (mL/L).
Hacia la zona externa de la bahía la DBO presenta
el menor rango de fluctuación, así como también la
menor variabilidad de salinidad y los mayores valores
del OD. En esta área los valores de la DBO no superan
los 1.15 mL/L en superficie y los 1.30 mL/L en el
fondo. Tal como se observa en la Figura 4.11., las
zonas que se ven con valores más altos de DBO durante
los episodios de marea baja se recuperan durante la
marea alta con un porcentaje de variación del 20.1%,
(Tabla 4.2.), favoreciendo la dilución de las aguas y
la disminución en el consumo de oxígeno por parte
de los organismos.
Hacia el área de las islas de Tumaco y El Morro los
valores de la DBO se encuentran en un rango de 3.3 y
0.1 mL/L en marea alta y 8.03 y 0.14 mL/L en marea
baja, respectivamente.
Debido al continuo aporte de aguas residuales, sin
ningún tipo de tratamiento por parte de los asentamientos humanos ubicados en las dos islas y por la
misma dinámica del área, esta zona presenta mucha
variabilidad en sus propiedades fisicoquímicas.
4.2.1.6. Nutrientes
El nitrógeno, N, y el fósforo, P, son de gran
importancia para la vida acuática. El conocimiento
de su concen-tración permite explicar la distribución
de los orga-nismos y sus ciclos anuales (Margalef,
1982). Los nitra-tos representan la forma más oxidada
del nitrógeno inorgánico y los nitritos son las sustancias
intermedias que se presentan durante el proceso de
oxidación del amonio a nitrato.
Tabla 4.2. Valores promedios de los parámetros fisicoquímicos en las fases de marea para la bahía de
Tumaco, según monitoreos del CCCP.
PARÁMETROS
PH
SAL.
UPS
OD
NO3
mL/L µg-at P/L
NO2
NH4
µg-at N/L
µg-at N/L
[PO4]-3
DBO5
µg-at P/L
mL/L
m
TRAN
Marea alta superficie
7.92
23.15
3.9
0.44
0.26
0.43.
0.81
1.31
1.21
Marea baja superficie
7.69
17.5
3.58
0.77
0.37
0.54
1.06
1.64
0.92
% de variación
3.00
32.3
8.93
-39.0
-29.7
-23.6
-20.4
-20.1
43.5
Fuente informe CCCP, 2001.
Bahía de Tumaco
Los niveles de amonio (NH3 + NH4+) se deben a la
actividad biológica, principalmente (Carpenter y
Capone, 1983). En el área cercana a las islas de
Tumaco y El Morro la mayor fuente de N se presenta
en forma amoniacal (NH4+), con un variación entre
12.1 y 0.01 µg - at N/L, debido a la continua introducción de materia orgánica por los vertimientos de
las aguas servidas que hace la población. Los nitratos
proceden, especialmente, de la escorrentía de ríos y
esteros convirtiéndose en un aporte importante de N
a la bahía.
4.2.1.6.1. Distribución del amonio
El amonio es una forma muy común en los ecosistemas estuarinos y su permanencia es constante a
lo largo del ciclo anual. En ocasiones su disminución
está relacionada con una mayor actividad fotosintética o una mayor oxigenación del agua, sin ser
una regla.
En la Figura 4.12. se apreciar que en las dos fases
de la marea se presenta este nutriente, tanto en la
superficie como en el fondo de la bahía. Sin embargo,
esta distribución no es uniforme ya que pueden ser
fuentes puntuales de N y P de las cercanías a las
desembocaduras de los ríos, los depósitos de materia
orgánica, la resuspensión y oxidación del detritus; por
esta cantidad de fuentes se presentan en varias ocasiones núcleos de alta concentración en varios lugares
de la bahía.
Se ha mostrado que las mayores concentraciones
de amonio están hacia la zona sureste de la bahía,
lugar donde desembocan los ríos Rosario y Mejicano.
Otro núcleo de concentración se aprecia alrededor
de Vaquería, en la zona suroeste, posiblemente por
el arribo de aguas provenientes del río Mira.
Los valores máximos para el amonio en la bahía están
entre 4.81 y 1.72 µg - at N/L, para superficie y entre
6.78 y 1.84 µg - at N/L, para el fondo, mientras que los
mínimos valores están en 0.19 y 0.22 µg - at N/L, para
superficie y entre 0.59 y 0.45 µg - at N/L, para fondo,
tanto en marea alta como baja.
Los valores altos se encuentran asociados a salinidades bajas y los menores a salinidades altas.
Sin embargo, en la Figura 4.12. se aprecia el efecto
que ejercen las corrientes empujando los nutrientes
que salen de los ríos hacia punta Laura, creando un
núcleo de alta concentración, especialmente, en el
fondo y durante la marea baja.
En la superficie, aunque sigue presentándose este
represamiento del amonio en esta área, es un poco
menos marcado que en el caso anterior. Durante la
marea alta la distribución es similar, pero con menor
concentración por lo que se presenta el efecto de
dilución.
4.2.1.6.2. Distribución de nitratos
Figura 4.12. Distribucción del amonio en la bahía
de Tumaco, en marea alta y baja durante el 2001.
Los valores promedio de esta forma nitrogenada
tienden a ser más bajos comparados con los del
amonio para el caso de la bahía de Tumaco.
Las concentraciones de nitratos (N03-N) halladas
en la zona de estudio son superiores a 1.0 µg at N/L,
sólo durante la marea alta y en puntos específicos
del Sureste de la bahía, encontrándose los máximos
valores asociados a las aguas de salinidades bajas.
63
64
Bahía de Tumaco
Los valores más altos se acercan a 3.0 µg at N/L,
mientras que para mientras que para el resto del área
los valores fueron inferiores a 1.0 µg - at N/L.
Como se observa, los nitratos al igual que los otros
nutrientes tienden a disminuir en la superficie y a
acumularse en el fondo, pero en zonas muy someras
puede darse una resuspensión de estos en momentos
en que las corrientes pierden fuerza y comienzan a
salir hacia el océano.
Esta puede ser la situación de punta Laura durante
el período de marea baja (Figura 4.13.), donde se
observa un núcleo fuerte que a su vez es mayor en la
superficie que en el fondo.
Mientras que la mínima en superficie fue de 0.01
µg at N/L, y de 0.01 y 0.03 µg at N/L en el fondo,
tanto para marea alta como baja, respectivamente.
Figura 4.13. Distribucción de nitratos en la bahía
de Tumaco, en las dos fases de marea, durante el
2001.
Figura 4.14. Distribucción de fosfatos en la bahía
de Tumaco, en las dos fases de marea, durante el 2001.
Para los nitratos las máximas concentraciones que
se presentaron durante los cinco años de muestreo
fueron de 2.95 y 0.77 µg at N/L, en superficie, y 1.4
y 0.89 µg at N/L, en el fondo.
4.2.1.6.3. Distribución de los fosfatos
En la bahía de Tumaco la entrada de nutrientes,
entre ellos el fósforo, P, se produce desde el fondo,
donde el material se hunde y se acumula, o por los
aportes directos de las escorrentías de los ríos cuando
desembocan en la bahía. También tienen que ver en
este proceso los residuos líquidos domésticos provenientes de la población de la isla de Tumaco.
Los nutrientes y la materia orgánica de estos sedimentos poseen cantidades variables de P, que
superan la capacidad de fijación, originando una continua liberación de éste nutriente hacia la columna
de agua.
Bahía de Tumaco
En la Figura 4.14. se observa que, tanto para marea
alta como marea baja, las mayores concentraciones
de P se encuentran en la superficie. Esto se debe a
varias razones; una de ellas está relacionada con la
metodología de muestreo, ya que durante la marea
baja varias estaciones sólo pueden ser muestreadas a
nivel superficial.
La otra razón es de carácter físico, puesto que los
mayores aportes de los fosfatos provienen de aguas
dulces, las cuales por diferencia de densidad van en
la parte superior de las aguas marinas. El fósforo
regresa a la superficie a consecuencia del mezclado
físico, por corrientes verticales, por difusión y resuspensión.
Estos procesos son responsables de que algunas
de las áreas sean más productivas que otras.
Es así como en la Figura 4.14. se observan dos
núcleos de mayores concentraciones: uno alrededor
de la isla de Tumaco, por ser un lugar donde se
encuentra el mayor asentamiento humano con aportes
de aguas ricas en fosfatos, provenientes del uso de
detergentes caseros; y otro en la zona de la desembocadura de los ríos, al Sureste de la bahía, por el
aporte continental de estos, con una pluma de entrada
hacia punta Laura.
Los fosfatos, al igual que los otros nutrientes,
presentan una permanente variación tanto espacial
como temporal. Sus niveles medios oscilan entre 0.09
y 1.06 µg - at P/L. En mares fértiles estos pueden
alcanzar hasta 1.6 µg - at P/L (Margalef, 1982).
4.2.1.7. Transparencia
La transparencia es uno de los factores limitantes
en la producción primaria, pues ésta es la medida de
la penetración de la luz que se hace mayor en aguas
oceánicas y menor para las aguas costeras, debido a
la influencia de los sólidos en suspensión provenientes
de los ríos, sustancias orgánicas disueltas y de
organismos vivos microscópicos como el fitoplancton.
El sector correspondiente a la parte interna de
las islas de Tumaco y El Morro (Figura 4.6.) es una
zona que no se encuentra expuesta a la influencia
directa del mar, sin embargo, se observa una buena
transparencia de las aguas al igual que en la zona
central y oceánica de la bahía, principalmente durante
la marea alta.
El valor promedio de la transparencia medida con
disco Secchi para la bahía durante marea baja es de
1.3 m y para marea alta de 1.8 m.
Los lugares con influencia de aguas oceánicas
como la estación 10, denominada ‘El Quesillo’,
situada al Noroeste de la isla de El Morro, y las
estaciones ubicadas hacia el centro del área de
estudio (11, 12 y 13) (Figura 4.6.) presentan las
aguas más claras y, generalmente, de mayor transparencia, con rangos que oscilan entre 50 470 cm
y 30 - 320 cm, para marea baja y alta, respectivamente.
Los valores promedio mensuales de la transparencia oscilan entre 54 y 180 cm, con un promedio
global de 111 cm; estos valores hacen que la zona
oriental de la bahía muestre aguas turbias con mayor
concentración de sólidos en suspensión, por la
influencia de la desembocadura de los ríos, siendo el
Rosario el de mayor caudal y en consecuencia el que
trae consigo la mayor cantidad de partículas en
suspensión.
4.2.2. Influencia de la marea en los parámetros fisicoquímicos
Un factor que influye en la variación de concentración de los diferentes parámetros fisicoquímicos y
biológicos es la marea, por lo que se considera un
factor determinante de la calidad del agua para la
bahía de Tumaco (CCCP, 2000).
Esta variación de nivel que se lleva a cabo diariamente, con un rango de 2.5 m en promedio y un
régimen semidiurno en la bahía, provoca una dilución
y una concentración de los distintos parámetros, así
como variaciones en los valores de otros parámetros
fisicoquímicos.
Al comparar la salinidad con la altura de la marea
en dos puntos del área de estudio con diferentes
características, como son la zona de influencia oceánica y la zona de influencia costera, se observa que
para la primera se presenta poca variación en los
valores de salinidad; contrario a la gran variabilidad
registrada por ésta en la zona de influencia costera,
con un notable incremento de los valores en marea
baja y una disminución en marea alta, con un
porcentaje de variación de 32.3 % entre estas dos
(Tabla 4.2.) (Figura 4.15.).
65
66
Bahía de Tumaco
Figura 4.15. Distribucción superficial de la salinidad en la bahía de Tumaco.
Los nutrientes presentan una tendencia similar a
la salinidad, sin embargo, en algunos puntos no muy
profundos de la bahía este comportamiento no
obedece a los cambios de marea.
Estos comportamientos son diferentes durante un
cambio de marea, dado que los vegetales para llevar
a cabo la fotosíntesis necesitan nitrógeno, fósforo,
potasio, calcio, sílice, hierro, bióxido de carbono y
otros elementos que fijan del agua del mar (Figura
4.16).
Otra forma de observar el efecto de dilución que
ejercen las aguas oceánicas entrantes a la bahía se
aprecia al comparar en marea baja y alta la distribución espacial de los parámetros fisicoquímicos. En
las Figuras 4.9. y 4.11 se observa la distribución
superficial del OD y la DBO5; amonio y nitratos en la
Figura 4.16.; nitritos y fosfatos en la Figura 4.17. Los
valores promedio para cada parámetro en bajamar y
pleamar se identifican en la Tabla 4.2.
El aporte de nutrientes por parte de las fuentes
tanto alóctonas como autóctonas favorece su disponibilidad permanente, ya que a pesar de ser consumidos por algas y microalgas no se llega a casos donde
los nutrientes no sean detectados (Figura 4.10.).
Esto se debe a la permanente presencia de
materia orgánica, que se encuentra en partículas suspendidas; la constante presencia de oxígeno, y por
supuesto, de bacterias reductoras que favorecen este
proceso.
En las Figuras 4.16. y 4.17. se establece que el
gradiente de concentración en términos generales
para cada uno de los parámetros se presenta en
sentido del continente hacia el mar.
El fenómeno de dilución y concentración se hace
notorio, especialmente, hacia la zona donde se
encuentran los mayores aportes continentales, por lo
que es allí donde se encuentran las concentraciones
más altas.
Los procesos de oxidación de la materia orgánica
encuentran en las aguas de origen oceánico un
suministro continuo de oxígeno, de tal forma que no
se alcanzan valores que constituyan una limitante para
el ecosistema. Tal como se observa en la Figura 4.10.,
los valores de OD se recuperan durante el período de
marea alta en toda la bahía (Tabla 4.2.).
Otros parámetros como la transparencia y los
sólidos suspendidos presentan un comportamiento
similar a la salinidad, es decir, mayor concentración
Bahía de Tumaco
Figura 4.16. Distribucción superficial del amonio (µg at N/L) y nitratos (µg at N/L) en marea alta y marea
baja.
de sólidos suspendidos hacia la zona oriental donde
llega el mayor aporte de los ríos a la bahía y mayor
transparencia hacia la zona oceánica, aguas limpias,
claras y transparentes (Figura 4.18.).
En la variación de los niveles de los diferentes parámetros en términos de porcentajes, durante el paso
de marea alta a marea baja, se registra un incremento de 39.0% para los nitratos; 29.7% para los nitritos;
67
68
Bahía de Tumaco
Figura 4.17. Distribucción superficial de fosfatos (µg at P/L) y nitritos (µg at N/L) en marea alta y marea
baja.
23.0% para el amonio; 20.4% para el fósforo; 3.0%
para el pH; 32.3% para la salinidad; 8.93% para el OD
y 1.64% para la DBO. La transparencia se incrementa
en un 43.5% en el cambio de marea baja a alta.
4.3. DINAMICA MARINA
Esta sección recopila información relacionada con
mareas, oleaje y corrientes, éstas últimas inducidas
Bahía de Tumaco
Figura 4.18. Distribucción superficial de sólidos suspendidos (mg/L) y transparencia (m) en marea alta y
marea baja.
tanto por el oleaje como por otros factores como
la misma marea, los aportes fluviales y las variaciones termohalinas de la bahía de Tumaco. Si bien
habla del comportamiento de estas variables en toda
la bahía, hace especial énfasis en lo que ocurre en
cercanías de las islas que conforman el casco urbano
de Tumaco, área conocida localmente como la bahía
interna.
69
70
Bahía de Tumaco
4.3.1. Mareas
4.3.1.1. Fuentes de datos
La información necesaria para la definición del
régimen medio de niveles del mar se ha obtenido del
mareógrafo instalado en el terminal marítimo de
Tumaco.
Las series de datos han sido suministradas por el
Ideam, comprendiendo mediciones desde el primero
de noviembre de 1951. Estas presentan numerosos
vacíos que sólo permitieron contar con siete años
completos de datos horarios de los 51 posibles: 1957,
1960, 1961, 1971, 1981, 1982 y 1985. Teniendo en
cuenta esto y la proximidad en el tiempo de tres
años completos (1981, 1982 y 1985), se seleccionaron
éstos para hacer los análisis que a continuación se
presentan.
Es de anotar que también se utilizaron de forma
complementaria datos mareográficos colectados por
el CCCP durante los años 2000 y 2001, en tres puntos
de la bahía de Tumaco, los cuales se establecieron
con el fin de comprender mejor las variaciones de la
onda de marea al ingresar a la zona.
4.3.1.2. Niveles de referencia
El cero o nivel de referencia vertical en Colombia
está definido por la estación mareográfica de Buenaventura, este cero para alturas representa el nivel
medio del mar y para la medición de profundidades
coincide con el nivel promedio de las bajamares de
sicigia, época en que se producen las mayores mareas
a consecuencia de la alineación del sol, la luna y la
tierra.
Estas referencias han sido transferidas hasta
Tumaco mediante nivelación convencional, por tanto
las lecturas de la mira y mareógrafo de Tumaco,
aunque con un cero arbitrario, pueden aludir a los
mismos niveles de referencia. Es de anotar que el
cero de la mira de Tumaco ha sido cambiado en varias
ocasiones y para el 2002 estuvo muy cercano al nivel
medio de las bajamares de sicigia.
El Ideam, entidad nacional encargada de la
recolección de información mareográfica, reporta
para Tumaco un promedio multianual de pleamares
de 2.807 metros y de bajamares de 0.294 m; un rango
medio de marea de 2.513 m, y el nivel medio del
mar para la última década de 1.530 metros (Ideam,
1997).
Estos datos difieren en parte de los hallados en el
presente estudio como se apreciará más adelante.
4.3.1.3. Régimen medio del nivel del mar
total
El nivel del mar total con respecto al cero del
puerto está compuesto por la suma del nivel del mar
debido a la marea astronómica y el de la marea
meteorológica.
El nivel del mar total se separa mediante un análisis
armónico de las componentes de marea en marea
astronómica y marea meteorológica. Dado que la
marea astronómica es determinista, bastará para su
definición establecer la amplitud y fase de sus componentes principales.
La marea meteorológica, asociada a las perturbaciones atmosféricas, tiene un carácter aleatorio,
por lo que es necesario definir su distribución estadística, tanto para el régimen medio como para el
extremal (Gioc, 2001).
Para el caso de Tumaco y con base en los datos
horarios del nivel de marea medidos en 1985, tomado
como año de referencia, se obtuvo el régimen medio
del nivel del mar expresado en la Figura 4.19.
Es de anotar que el régimen es más confiable en
la medida que sea más extensa la serie de tiempo de
la cual se dispone.
Figura 4.19. Régimen medio del nivel del mar en
Tumaco, elaborado con base en los datos para 1985.
Bahía de Tumaco
Con base en la figura anterior se observa que el
nivel medio tiene una cota de 2.45 m, el nivel del 90%
de probabilidad es de 3.6 m y el del 95% es de 3.8 m.
Estos datos difieren ligeramente de un año a otro,
siendo lo más recomendado contar con un análisis
multianual, que en este caso no se realiza por las
limitaciones anotadas anteriormente sobre la gran
cantidad de vacíos en la serie de tiempo.
Línea de más alta marea
Uno de los parámetros de mayor importancia a
determinar es el nivel de la más alta marea, debido a
que en el país constituye el elemento clave en la
determinación del límite entre los bienes públicos y
los privados.
Éste concepto, sí bien puede resultar ambiguo, es
necesario tratar de definirlo de alguna forma técnica
que bien podría ser el nivel más alto medido en los
últimos 50 o 20 años, según decida el legislador o
administrador público responsable; o el nivel del 10.5
ó 1% de probabilidad de excedencia; o el promedio
de las más altas mareas de los últimos años, de
acuerdo a lo que establezca con el responsable de
esta decisión.
Como el país adolece de un documento que
soporte este tema con recomendaciones técnicas y
metodologías a usar y sí, además, se tienen en cuenta
los inconvenientes reportados de la serie de datos
mareográficos, el grupo de trabajo del CCCP estableció el uso de la más alta marea determinado por
el promedio de los últimos 25 años de datos medidos.
Ver resultados en la Tabla 4.3.
A partir de lo anterior se concluye que para la
bahía de Tumaco el nivel de más alta marea
promediado con base en los datos de 25 años es de
3.68 m. Este valor establece la cota a partir de la
cual se define la jurisdicción de DIMAR y es base para
determinar los límites entre los bienes de uso público
y los que son susceptibles de propiedad privada.
Asímismo, instaura la cota de referencia para el tema
de las inundaciones y las obras costeras.
Tabla 4.3. Alturas máximas de la marea en metros
para el puerto de Tumaco entre 1976 y 2000.
AÑO
ALTURA MÁXIMA
1976
3.66
1977
3.4
1978
3.29
1979
3.56
1980
3.77
1981
3.72
1982
3.74
1983
3.8
1984
3.66
1985
3.9
1986
3.7
1987
3.67
1988
3.76
1989
4.05
1990
3.54
1991
3.82
1992
3.48
1993
3.71
1994
3.67
1995
3.49
1996
3.53
1997
4.02
1998
3.65
1999
3.67
2000
3.7
Promedio
3.68
Fuente: Ideam
4.3.1.4. Marea astronómica
Con miras a determinar el mayor número de
constituyentes armónicas posible se seleccionaron de
la base de datos disponible aquellos registros que
completaban una serie de tiempo continua de 369
días.
Nuevamente, se determinó 1985 para efectuar el
análisis armónico, utilizando para ello el programa
ARM, desarrollado por el Grupo de Ingeniería Oceanográfica y de Costas de la universidad de Cantabria,
Gioc, y se obtuvieron las 27 constituyentes armónicas
de la marea astronómica de mayor amplitud (Tabla
4.4.).
71
72
Bahía de Tumaco
Tabla 4.4. Constituyentes armónicas de la marea astronómica, calculadas para Tumaco.
Componente
Frecuencia
A (m)
B (m)
Amplitud (m)
Fase [º]
-0,75488
-0,13322
1,16667
0,32341
-40,31860
-24,32545
0,07189
0,10482
136,70029
M2
S2
K2
28,98410
30,00000
30,08214
0,88954
0,29470
-0,07628
N2
28,43973
0,23647
0,08377
0,25087
19,50701
Q1
13,39866
0,00157
-0,00574
0,00595
-74,74282
O1
13,94304
-0,01212
0,02213
0,02523
118,71332
M1
14,49669
-0,00494
0,00278
0,00567
150,64675
P1
14,95893
0,00497
0,03355
0,03391
81,57612
K1
15,04107
0,05091
0,10590
0,11750
64,32525
Msf
1,01590
0,00517
0,00068
0,00521
7,45082
Mf
1,09803
-0,01844
0,01140
0,02168
148,26201
Msm
0,47152
0,00317
0,00821
0,00880
68,89107
Mm
0,54438
0,00287
-0,00979
0,01020
-73,69466
Sa
0,04107
0,05382
0,05274
0,07535
44,41594
SSa
0,08214
0,02209
-0,03446
0,04093
-57,33609
M4
57,96821
0,00867
-0,00922
0,01265
-46,75724
S4
60,00000
0,00311
-0,00076
0,00320
-13,71266
S4
58,98410
0,00407
-0,00259
0,00483
-32,44098
M6
86,95231
-0,00245
0,00025
0,00247
174,11392
2MS6
87,96821
-0,00163
0,00053
0,00171
162,01579
MK3
44,02520
-0,00065
0,00159
0,00171
112,39687
L2
29,52850
-0,00093
0,02028
0,02030
92,63270
1,64240
0,00552
0,00063
0,00555
6,56281
J1
15,58540
0,01001
0,00147
0,01011
8,33953
S6
90,00000
0,00093
-0,00012
0,00094
-7,21904
2N2
27,89540
0,00356
0,03200
0,03219
83,64686
29,95900
-0,01599
0,00775
0,01777
154,13048
Mtm
T2
4.3.1.5. Marea Meteorológica
El residuo meteorológico que se obtiene tras la
realización del análisis armónico se debe a las variaciones de presión atmosférica y al arrastre del viento
causado por las perturbaciones meteorológicas y otras
aleatorias del nivel medio del mar.
Dicho residuo tiene carácter aleatorio y su régimen medio sigue una distribución aproximadamente
normal (Gioc, 2001).
En la Figura 4.20. se observan los resultados de la
comparación entre la marea observada en 1985 y la
calculada a partir de las 27 constituyentes armónicas
presentadas anteriormente.
Figura 4.20. Comparación marea observada (color
negro) y calculada (rojo), parte superior de la figura.
En la parte baja la marea meteorológica (azul).
Bahía de Tumaco
La curva resultante de las diferencias entre las dos
curvas se presenta en la parte baja de la figura, donde
se puede observar su carácter aleatorio e irregular. La
máxima altura de marea meteorológica fue de 0.38
metros y la raíz media cuadrática es de 0.06 metros.
4.3.1.6. Constantes no armónicas de marea
Adicionalmente, se han calculado varios niveles
de referencia para Tumaco, como se aprecia en la
Tabla 4.5., donde se resalta por su importancia para
evaluar los posibles efectos de inundación por tsunami, en la explicación de la hidrodinámica de la bahía
o cualquier otro fenómeno, el rango medio de la marea
corresponde a 2.45 metros y el rango máximo alcanza
un valor de algo más de 4 metros. Este valor calculado
difiere de los reportados en varios artículos científicos
y publicaciones para la zona (Palacios, 1990; Peña,
1995; Montagut y Cabrera 1997).
También se observan pequeñas variaciones con
respecto a los datos reportados por el Ideam, tanto en
lo que respecta a los valores máximos para cada año,
como en los del rango medio y nivel medio del mar.
Tabla 4.5. Constantes no armónicas de marea para
Tumaco.
TUMACO
1985 1981 1982 Promedio Promedio
Datos
Datos
Ideam
Máximo
Mínimo
3.83 3.78 3.77
*3.83
-0.43 -0.29 -0.32 **-0.43
Nivel medio del mar 1.65 1.69 1.72
1.69
Rango máximo
4.26 4.07 4.09
4.14
1.53
Rango medio
2.39 2.49 2.48
2.45
1.66 1.70 1.72
1.70
2.86 2.94 2.96
2.92
2.807
0.46 0.46 0.48
0.47
0.294
3.27 3.35 3.32
3.32
0.00 0.00 0.00
0.00
2.513
Nivel medio de
marea
Nivel medio de
pleamares
Nivel medio de
bajamares
Nivel medio pleamares en sicigia
Nivel medio bajamares en sicigia
* registro máximo de los tres años
** registro mínimo de los tres años
4.3.2. Oleaje
4.3.2.1. Regímenes medios en profundidades
indefinidas
Metodología
Este punto describe la metodología para obtener
los regímenes medios anuales de oleaje en profundidades indefinidas, determinado como la distribución
en el año medio de un parámetro de estado de mar
en profundidades indefinidas frente al puerto de
Tumaco. Los regímenes medios que se presentan son
los direccionales y escalares de los parámetros de
estado de mar, la altura de ola significante y el período
de pico.
Al no contar Colombia con un sistema de medición
de datos de oleaje, ni haberse encontrado datos sobre
las aguas colombianas en proyectos oceanográficos
del orden internacional, se usó como fuente primaria
de información la base mundial de datos de oleaje
visual tomados por barcos en ruta, programa desarrollado por la Organización Meteorológica Mundial con
la participación de buques mercantes, la cual ha sido
utilizada con éxito en varios países para determinar
el régimen de oleaje.
Los datos fueron obtenidos de la base denominada
Comprehensive Ocean Atmospheric Data Set, Coads
(por sus siglas en inglés), que es administrada por el
Centro Nacional Estadounidense para la Investigasción
Atmosférica, US National Center for Atmospheric
Research, Ncar, de la Administración Nacional de los
Estados Unidos para el Océano y la Atmósfera, National
Ocean and Atmospheric Administration, Noaa.
Para el caso de la bahía de Tumaco se seleccionaron
los datos comprendidos entre las latitudes 01 y 03º
Norte y entre las longitudes 78 y 81º Oeste, que
corresponde a un total de 10207 registros de datos de
oleaje de viento (sea) y de fondo (swell).
Para obtener los regímenes medios se utilizó el
paquete informático ‘Olas’ (Tejada, 2002b), realizado
por el CCCP en convenio con el Gioc de España.
Los regímenes direccionales se han organizado en
sectores de 22.5º en el arco correspondiente al tercer
y cuarto cuadrante, ya que por la ubicación de la costa
no se esperan oleajes provenientes de componente
este. La altura significante del oleaje en profundidades indefinidas al frente de Tumaco se representa
mediante distribuciones lognormales, donde en el eje
Y se tiene la altura en metros y en el eje X la
probabilidad acumulada de una altura dada.
73
74
Bahía de Tumaco
Figura 4.21. Régimen esacalar de oleaje frente a
Tumaco.
Las Figuras 4.21. y 4.22. muestran los resultados
para los regímenes escalares y direccionales. En la
Figura 4.21. se observa que la altura de ola significante escalar del 50% de probabilidad acumulada
es de 1.2 m, sin tener en cuenta su dirección, y la del
99 ó 1% de probabilidad de excedencia es de 4 m.
SW
calmas
4.9%
N
3.3%
NNE
1.8%
NE
4.4%
ENE
2.6%
E
1.8%
ESE
0.4%
SE
1.0%
SSE
1.4%
S
5.9%
SSW
10.9%
SW
27.7%
WSW
19.4%
W
9.3%
WNW
1.7%
NW
1.4%
NWN
2.5%
Figura 4.23. Distribucción por direcciones del
oleaje en profundidades indefinidas.
En otras palabras, existe un 1% de probabilidad de
que la altura del oleaje sea superior a 4 m al frente
de Tumaco.
En las figuras subsiguientes se muestra el régimen direccional, observándose que los oleajes hacia
la bahía de Tumaco provienen, principalmente, de
direcciones SW, WSW, W, WNW y NW.
En complemento a lo anterior, en la Figura 4.22.
se observan las direcciones predominantes del
oleaje y los porcentajes de ocurrencia de cada una
de éstas direcciones.
En la Figura 4.23. se aprecia que el oleaje que
predomina proviene de dirección SW (27.7%), seguido
del WSW (19.4%), con lo cual los regímenes direccionales del SW y WSW se convierten en los más
importantes a tener en cuenta en el entendimiento
del oleaje que se aproxima a Tumaco.
Regímenes medios escalar del período de
pico
WSW
Figura 4.22. Régimen direccional del oleaje frente
a Tumaco.
De forma similar a la descrita para la altura significante se obtuvo el régimen medio para el período de
pico, el cual se presenta en la Figura 4.24.
Bahía de Tumaco
W
Figura 4.24. Régimen escalar del período de pico
frente a Tumaco.
Donde se aprecia que el período medio del oleaje
en profundidades indefinidas al frente de la bahía de
Tumaco es de 6 segundos y que pueden llegar oleajes
de hasta 15 segundos de período de pico, aunque con
una probabilidad de ocurrencia muy baja.
WNW
4.3.2.2. Oleaje en profundidades objetivo
Una vez conocido el oleaje en aguas profundas o
mar afuera se procede a establecer el comportamiento del oleaje en inmediaciones de la costa,
para ello se determinan profundidades objetivos o
puntos de la costa de interés para determinar el
comportamiento del oleaje. La diferencia entre el
régimen de oleaje en profundidades indefinidas y el
costero dependerá de los fenómenos que se presenten
en la propagación de dicho oleaje hacia la costa.
N
Propagación del oleaje
Conocer la propagación del oleaje es útil para
detectar zonas de concentración o expansión de la
energía de oleaje. Éste ayuda a entender el transporte litoral de sedimentos y permite establecer los
regímenes medios y extremales, tanto en profundidades indefinidas como en los puntos objetivos que
se seleccionen a lo largo de la costa de interés.
Para conocer la forma en que se propaga el oleaje
en la bahía de Tumaco se utilizó el modelo ‘Mopla’
versión 2.0, que considera los fenómenos de refracción, asomeramiento y difracción que sufre el oleaje
en su aproximación a la costa.
WSW
SW
Figura 4.25. Régimen direccional del período de
pico frente a Tumaco.
75
76
Bahía de Tumaco
Este modelo resuelve la forma parabólica de la
ecuación de la pendiente suave e incorpora términos
no lineales, simulación de la capa límite turbulenta y
rugosidad por fondo, entre otros aspectos.
El modelo se basa en el Refdiff, desarrollado por
la Universidad de Delaware, que ha sido perfeccionado por el Gioc, entre los nuevos ajustes se incluye
la propagación de oleaje irregular. Para su empleo
básicamente se construyeron dos juegos de mallas de
propagación, uno para cubrir los oleajes con componente sur y otro para los que tenían componente
norte.
De acuerdo con los datos obtenidos con Olas se
pudo comprobar que los oleajes comprendidos entre
el Sur y el Oeste son los de mayor importancia, presentándose en más de un 50% del tiempo, los oleajes
entre el Norte y el Oeste ocurren sólo un 12% del
tiempo.
En la Figura 4.26. se aprecian la utilización de
mallas anidadas con el fin de obtener una mejor resolución espacial en el sector de las islas de Tumaco,
El Morro y La Viciosa.
En el primer caso se consideraron dos direcciones
de oleaje con componente norte y en el segundo
tres con componente sur.
Se propagó oleaje irregular, siendo la forma
espectral seleccionada el TMA, (Bouws et al., 1985),
a la que se le aplica la función de dispersión direccional propuesta por Borgman (1984). Cada espectro
propagado se definió por cinco parámetros:
• Altura de ola significante, asimilada a la altura
del momento cero (Hs)
• Período de pico (Tp)
• Dirección media (qm)
• Factor de pico (g)
• Parámetro de dispersión angular (sq )
Los parámetros que se variaron en las diferentes
simulaciones comprendieron la altura significante y
período de pico, el nivel del mar con bajamar (nivel
0.0 metros) y pleamar (nivel 2.5 metros). Asímismo,
las direcciones consideradas fueron: NW, WNW, W,
WSW y SW.
4.3.2.2.1. Regímenes en los puntos objetivo
Metodología
Figura 4.26. Mallas y direcciones de oleaje
considerados. Se aprecia el uso de mallas anidadas
para lograr mayor detalle en el sector de las islas.
Una vez efectuadas las propagaciones de los datos
de oleaje visual es posible efectuar la propagación
de toda la base de datos a todos los puntos objetivo.
Dicha propagación se realiza asignando a cada
dato (Hsi, Tpi, qi) de profundidades indefinidas un dato
(Hsp, Tpp, qp) en el punto objetivo.
Conocido un dato Hsi, Tpi, qi en profundidades
indefinidas, el valor de la altura de ola significante y
de la dirección en el punto objetivo Hsp, Tpp, qp se
determina mediante cuatro interpolaciones lineales
en la tabla de propagaciones.
El período de pico en el punto objetivo se asume
sin variación. Los puntos seleccionados para el análisis
de regímenes son:
1. Desembocadura del río Mira
2. Noreste de punta Purún
3. Camaronera
4. Bocana Papayal
5. Playa de Bocagrande
Bahía de Tumaco
6. Paso entre Bocagrande y Vaquería
7. Isla Vaquería
8. Isla del Guano
9. Boca exterior del canal de navegación
10. Estrecho del canal de navegación
11. Playa de El Morro
12. Playas frente al Batallón de Infantería de
Marina No. 2.
Una vez propagada la base de datos hasta el punto
objetivo se determinaron los regímenes medios direccionales y escalares.
Tabla 4.6. Regímenes medios direccionales y escalares de alturas de ola significante en los puntos objetivo.
Desembocadura río Mira
Dirección
Rama Alta
λ
Rama Baja
δ
λ
δ
N
0.21604403 1,162579783
0.39289264 0.67437142
NW
0.16803413 1,418440928
0.36366512 0.89105512
W
0.11490222 1,987710358
0.38284481 0.60164635
WSW
0.17892056 1,693253542
0.40748296 0.62814641
Playas de Bocagrande (terminal boyera Ecopetrol)
Dirección
Rama Alta
λ
Rama Baja
δ
λ
δ
NW
0.14776157 1,444688115
0.42410338 0.78695159
W
0.13079485 1,929884675
0.37436467 0.5986356
WSW
0.2061166
0.36493434 0.53775322
1,311782834
Isla del Guano
Dirección
Rama Alta
λ
Figura 4.27. Puntos objetivo selecionados para el
análisis de regímenes.
4.3.2.2.2. Regímenes medios direccionales
y escalares de alturas de ola significante en
los puntos objetivo
λ
δ
NNW
0.18146762
1,182921438
NW
0.12552606
1,001720254
WNW
0.13834886
0.783194665 0.2781
W
0.06231849
0.592466184 0.32336345 0.244157483
0.53471671
WSW
0.06920458
0.347160585 0.15676888 0.300545875
SW
0.1632636
-0.120360742 0.13800915 0.141340495
SSW
0.08656502
0.330793112 0.02320124 0.261889652
Playa de El Morro
Dirección
Todos los regímenes medios de altura de ola
significante se describen mediante dos distribuciones
Gumbel, representativas de la parte inferior y superior
del régimen. La forma general de la distribución
utilizada es:
F(x) = P(X< x) = exp[ -exp(x-λλ /δ )]
Rama Baja
δ
Rama Alta
λ
Rama Baja
δ
λ
δ
NNW
0.07190363
1,132036025 0.19558658 0.382471142
NW
0.1335799
0.906954646 0.26940896 0.435729746
WNW
0.13944584
0.667136862 0.32630845 0.179290888
W
0.20061155 -0.306079114 0.04385934 0.071743276
Playas frente al Batallón de Infantería de Marina No. 2
En la Tabla 4.6. se presentan los parámetros de
ajuste de los tramos superior e inferior de los regímenes medios direccionales y escalar de altura de
ola significante, y la altura de ola significante que
separa ambos tramos de cada regímen para cada uno
de los puntos objetivo.
Dirección
Rama Alta
λ
δ
Rama Baja
λ
δ
NW
0.08998023 0.102053569
0.19093207 0.221184127
WNW
0.1318837
0.689479863
0.29392681 1,118287755
W
0.1011028
1,2615211386
77
78
Bahía de Tumaco
Figura 4.28. Régimen escalar y de la dirección WSW
en la desembocadura del río Mira.
Dada la gran cantidad de figuras que conforman el
régimen medio del oleaje (una por cada dirección y
por cada parámetro de estado de mar en cada uno de
los puntos objetivo), se presentan sólo algunas de ellas
a manera de ejemplo de los resultados obtenidos.
Figura 4.29. Régimen escalar y de la dirección WNW
a la altura de la antigua isla del Guano, desaparecida
en el tsunami de 1979.
En la Figura 4.28. se observan los oleajes más altos de
toda el área considerada, también se aprecia que el mejor
ajuste para el régimen medio lo constituye una línea de
dos tramos, uno para el régimen bajo y otra para el alto.
Bahía de Tumaco
Figura 4.30. Régimen escalar y de la dirección W
en inmediaciones de la playa del Batallón de Infantería
de Marina, en la isla de El Morro.
Figura 4.31. Rosa de direcciones del oleaje en indefinidas y puntos objetivo. Obsérvese el cambio de la
dirección predominante.
Al igual que la descripción en profundidades
indefinidas, en la Figura 4.31. se presentan las direcciones predominantes en cada uno de los puntos
objetivos, primero a manera de rosa de direcciones y
luego como tabla (Tabla 4.7.), de tal forma que se
logren visualizar las direcciones de mayor importancia
a considerar para cada caso y el proceso de cambio
del oleaje de un punto a otro.
79
80
Bahía de Tumaco
Tabla 4.7. Resumen de frecuencias direcciones de
oleaje en puntos objetivo.
Punto
Objetivo
NW
Boca Mira
9.7% 30.7% 48.0%
WNW
W
NNW WSW SW
SW
11.5%
Punta Purún 21.1% 67.8% 11.0%
Camaronera 22.4% 43.7% 33.9%
Bocana
23.1% 66.9% 10.0%
Papayal
Bocagrande 22.4% 43.7% 33.9%
Bocagrande 61.0% 20.8% 10.6%
7.6%
- Vaquería
Isla Vaqueria 39.7% 37.7% 19.7% 2.9%
Isla Guano
Canal
27.6% 40.5% 15.9% 2.8% 11.0% 0.5% 1.6%
6.1% 86.6% 7.3%
Figura 4.32. Batimetría de la zona de estudio.
Navegación
Playa Morro 35.9% 26.9% 19.4% 17.9%
Frente
3.0% 56.5% 40.4%
Batallón
En la Figura 4.33. se tienen para la primera zona
las isoalturas de oleaje y los vectores de dirección
del oleaje.
4.3.2.2.3. Oleaje en la zona de estudio
Al propagarse el oleaje hacia la costa se producen
fenómenos que modifican los frentes de ondas tales
como refracción, difracción, reflexión, asomeramiento y disipación de energía por fondo, que modifican la distribución espacial de la energía del oleaje.
Para describir el comportamiento del oleaje es
necesario tener en cuenta la conformación batimétrica de la zona de estudio; donde se observa que en
la parte externa de la bahía y en el tramo entre la
desembocadura del río Mira y las islas de Tumaco las
isobatas son aproximadamente rectas y paralelas a la
orientación de la costa, por lo que no se espera en
este sector que el oleaje sufra grandes cambios.
Caso diferente ocurre alrededor de las islas, donde
la batimetría es mucho más irregular y somera, y es
muy posible la aparición de importantes variaciones
en el oleaje (Figura 4.32.).
Teniendo en cuenta la descripción batimétrica se
puede dividir en dos la zona a considerar: una
comprendida entre la desembocadura del río Mira y
la isla de Bocagrande y otra en la denominada bahía
interna de Tumaco, que comprende el área que
circunda las islas.
Figura 4.33. Isoalturas y vectores del oleaje
significante en el sector entre el río Mira y Bocagrande.
Bahía de Tumaco
Se aprecia, además, que el oleaje conserva sus
características de mar abierto hasta que siente el fondo y disminuye su altura por procesos de disipación,
que incluyen rotura y fricción por fondo. En los vectores
de dirección se observa cómo en inmediaciones de la
costa y dado que el oleaje no llega paralelo a las isobatas,
éste sufre un proceso de refracción, que se evidencia
con mayor claridad hacia el sector de punta Purún.
También se aprecia la concentración de oleaje en la
punta que conforma la desembocadura del río Mira, lo
que genera en el sector un importante transporte de
sedimentos. Las figuras 4.34. y 4.35. corresponden a la
propagación de un oleaje del SW (sector de mayor
probabilidad) cuando llega a las proximidades de las
islas, allí se observa que las características del oleaje
no son tan homogéneas como en el sector antes
considerado (tramo de costa entre la desembocadura
del río Mira y Bocagrande). En el área ilustrada se observa
un mayor efecto de la baja y muy irregular batimetría
que registran los alrededores de las islas.
(a)
(b)
(a)
(b)
Figura 4.35. Vectores de altura significante en
marea alta (a) y baja (b).
Los procesos de refracción, difracción, asomeramiento y disipación por fondo, son más intensos y
generan complicadas variaciones en la dirección del
oleaje, presentando zonas de concentración y otras
de disipación de energía. Además, la altura del oleaje
disminuye considerablemente cuando llega a las islas
de Tumaco y El Morro.
Asímismo, se observa que la situación varía si se
trata de marea baja o alta, ya que se evidencian extensas zonas que se descubren en marea baja
modificando el patrón del oleaje y las corrientes
inducidas.
4.3.3. Corrientes
Figura 4.34. Isoalturas de oleaje significante en
marea alta (a) baja (b).
Para describir el comportamiento de las corrientes
en la bahía se dividió su estudio en dos zonas: la primera de ellas concentrada en lo que sucede alrededor
de las islas, describe las corrientes más costeras generadas por el oleaje, responsables del transporte de
sedimentos a lo largo del litoral y generadoras de las
geoformas existentes en la costa.
81
82
Bahía de Tumaco
Figura 4.37. Corrientes inducidas por el oleaje entre 0.0 y 0.22 m/s (marea alta).
Figura 4.36. Corriente por oleaje resultante de un
oleaje proveniente del SW.
La segunda describe las corrientes en zonas más
abiertas generadas en la bahía, principalmente, por
la marea y modificadas localmente por gradientes
termohalinos y la batimetría.
4.3.3.1.Corrientes inducidas por el oleaje
Al igual que en la descripción del oleaje la zona
de estudio se dividió en dos partes. Inicialmente, se
presenta el comportamiento de las corrientes
inducidas por el oleaje sobre el sector comprendido
entre la desembocadura del río Mira y la isla de
Bocagrande, allí se observa que se trata de corrientes
de poca intensidad, las cuales son más intensas en la
desembocadura del río Mira, donde se bifurca y forma
dos corrientes costeras una en dirección noreste y
otra sureste.
En las figuras de corriente por oleaje se observa
su orientación en sentido SW a NE, asímismo, los
cambios en su intensidad (magnitud de las flechas)
sugieren zonas donde el transporte es más fuerte y
zonas donde el sedimento tiende a depositarse.
En este sentido se observa una fuerte dinámica en
la isla de Vaquería, cuya forma actual puede variar
significativamente con el tiempo. También se aprecia
que, tanto en marea alta como baja, existe una
tendencia a depositar sedimentos en la zona donde
anteriormente se encontraba ubicada la isla del Guano, situación que favorece su regeneración.
Al observar los datos de corrientes también se
explica la variación que ha sufrido en los últimos años
la isla La Viciosa, que hasta ahora está alcanzando
una forma de equilibrio con el oleaje predominante,
llegando a alcanzar la costa una forma aproximadamente paralela a los frentes de oleaje.
Otro aspecto que se aprecia es la muy baja dinámica que se presenta en las proximidades al puente
El Pindo, punto de comunicación entre la isla de
Tumaco y el continente, tanto en marea alta como
baja; lo que explica la tendencia a depositarse sedimentos en esa zona y consecuentemente a una muy
baja profundidad.
Figura 4.38. Vectores de corriente marea baja
(velocidades entre 0.0 y 0.17 m/s).
Estas bajas profundidades aumentan la fricción del
agua y disminuyen aún más la dinámica de la zona, lo
cual también ayuda a explicar porqué en el sector de
El Pindo el reflujo se dirige hacia la parte más interna
de la bahía, para luego bordear la isla de Tumaco y,
Bahía de Tumaco
finalmente, salir por el espacio de separación entre
las islas de Tumaco y El Morro, y no lo hace directamente desde El Pindo en dirección a Vaquería y de
allí al mar, cumpliendo la regla básica de buscar el
sitio de menor resistencia.
4.3.3.2. Corrientes por marea y otros
factores
Para describir el comportamiento de las corrientes
en la bahía de Tumaco se efectuaron mediciones en
transeptos considerando las variables: nubosidada;
velocidad y dirección del viento; altura, dirección y
período de la ola; dirección y velocidad de las
corrientes en las profundidades 0, 1, 3, 5, 10, 15 y 25
metros; temperatura y salinidad en cada metro de la
columna de agua; parámetros químicos y biológicos
en tres profundidades (superficie, a la mitad de la
columna de agua y en el fondo).
Para obtener la información se utilizaron entre
otros equipos: anemómetro Kalshico, correntómetro
ACM200D, termómetros invertidos, CTD y botellas
Nansen de 5 litros.
Los seis transeptos efectuados se observan en la
Figura 4.39., donde se aprecia el cubrimiento de toda
la bahía y la búsqueda de las posibles variaciones de
la dinámica.
Figura 4.39. Transeptos realizados para la determinación del patrón de corrientes predominante en la
bahía de Tumaco.
El ejercicio fue realizado en dos ocasiones, la primera en septiembre de 2000 y la segunda en mayo de
2001. Los datos obtenidos fueron visualizados a través
de los programas Surfer y Grapher para cada estado
de la marea considerado (alta, baja, entrando,
saliendo) y se obtuvieron los siguientes resultados:
• Las flechas describen la dirección e intensidad
de las corrientes, siendo las azules las resultantes
durante el primer ejercicio y las negras las del segundo
ejercicio de transeptos.
Figura 4.40. Patrones de corrientes encontrados
en marea alta y marea saliendo (reflujo).
83
84
Bahía de Tumaco
4.4. DINÁMICA LITORAL
• De los cuatro estados o momentos de marea el
comportamiento de la dinámica de la bahía es más
homogéneo con marea saliendo (reflujo), como se
apreciar en la Figura 4.40.
• En otros estados de la marea no se aprecia con
tanta claridad el comportamiento de la dinámica, pues
debido a la escasa profundidad de la bahía los patrones
de corrientes están muy relacionados con los canales
de desague que se forman.
La remoción, transporte y depositación del material
disponible en los bordes costeros es función de varios
factores, siendo la variación de estos la que determina
la principal preocupación del hombre en el manejo de
zonas costeras, conocida como la dinámica litoral.
En la siguiente tabla, se presentan las posibles
fuentes y pérdidas de arena en un sistema, de acuerdo
con Komar, (1976).
Tabla 4.8. Inventario sedimentos litorales. Modificando de Komar (1976) (En: Tovar, 2002)
ENTRADAS
SALIDAS
BALANCE
• Transporte
• Transporte por la
• Depositación-
desde los ríos.
deriva fuera del
erosión de la
área.
línea de costa.
• Transporte por • Transporte eólico
la deriva litoral
fuera de la costa.
dentro del área.
• Transporte
• Transporte fuera
hacia la costa
de la costa (hacia la
(desde la plata-
plataforma).
forma).
• Depositación
• Disolución y
biogénica.
abrasión de arena.
• Depositación
• Extracción de los
hidrogénica.
sedimentos de la
playa.
• Erosión de los
• Depositación en
acantilados.
cañones submarinos.
• Regeneración
de playas.
Figura 4.41. Patrones de corriente encontrados en
marea baja y marea entrando (flujo).
En este capítulo se presentan los principales
rasgos morfológicos de la bahía de Tumaco, haciendo
especial énfasis en el sector suroeste, donde se
encuentra el área de mayor interés para este estudio,
desde la desembocadura del río Mira hasta las islas
que conforman el casco urbano de la población de
Tumaco.
También se aportan datos sobre sedimentología
y se efectúan aproximaciones para calcular el transporte litoral a partir de la evolución histórica de la
línea de costa y de cálculos teóricos basados en las
características del oleaje incidente, el tipo de sedimento y la pendiente de la costa.
Bahía de Tumaco
Las características geológicas y los procesos que
aislan el transporte litoral de sedimentos permiten
que dichas zonas costeras sean dividas en compartimientos adjuntos. El balance de sedimentos es
establecido por las pérdidas y ganancias en cada uno
de estos compartimientos, el cual se refleja en
fenómenos de erosión y sedimentación (Tovar, 2002).
4.4.1. Geoformas de la bahía de Tumaco
Tomando como base el estudio realizado por el
geólogo Alejandro Tovar en el CCCP, denominado
Variación de la Línea de Costa entre los años 1958 y
2000 en la Bahía de Tumaco, Departamento de Nariño,
se realiza la descripción geomorfológica del área de
estudio, donde las formas se clasifican en tres grupos,
a saber: depositacionales, erosivas y aluviales.
de toda la bahía de Tumaco y las ondulaciones son
causadas por los esfuerzos orogénicos, generando
anticlinales y sinclinales, especialmente en los
sectores este y noreste (Tovar, 2002).
Playas
Las playas en la zona de estudio pueden catalogarse
como playas naturales, por presentar una mínima
intervención antrópica. Este tipo de playas pueden
subdividirse en: playas amplias, playas moderadas y
playas angostas.
4.4.1.1. Geoformas costeras depositacionales
En la bahía de Tumaco se encuentran tales como:
formas costeras depositacionales, llanuras costeras,
playas, espigas y flechas, cordones litorales, tómbolos
y dunas.
Figura 4.43. ‘Playa amplia’ localizada en el sector de Salahonda.
Figura 4.42. Llanura costera de la bahía de Tumaco,
una de las geoformas costeras depositacionales más
comunes de la zona.
Llanuras costeras
Es el nombre genérico dado a las planicies bajas y
extensas, que se presentan algunas veces con ligeras
ondulaciones topográficas. Se encuentran a lo largo
• Las playas amplias son aquellas cuyo ancho supera
los 20 m, en ellas se observa claramente su playa trasera,
muchas veces colonizada por vegetación; además se
pueden apreciar grupos de dunas longitudinales y
cordones litorales que no exceden los 70 cm de altura,
como ocurre en el sector de Salahonda y la parte norte
de la isla de El Morro.
• Las playas moderadas cuentan con una amplitud
que oscila entre los 5 y 20 m. En este tipo de playas
también puede diferenciarse la playa trasera vegetada, pero las dunas son incipientes cuando se
presentan. Ejemplos de estas se encuentran en las
islas de Bocagrande, La Viciosa y Vaquería.
Las playas angostas son aquellas que presentan una
amplitud inferior a los 5 metros. En la zona se
presentan en el sector sur de Bocagrande, Trujillo y
el sector más norte de la playa de El Morro (Tovar,
2002).
85
86
Bahía de Tumaco
Se trata de acumulaciones de arena en forma de
crestas de baja altura dispuestas paralelas a la costa
o haciendo un pequeño ángulo con respecto a ésta.
Son muy comunes en costas constructivas o en las
que predominan los procesos de acresión.
En la bahía de Tumaco son frecuentes los cordones
litorales en las playas de las islas de Bocagrande, La
Viciosa, Vaquería, El Morro y Salahonda.
Figura 4.44. Vista áerea de la espiga de Bocagrande. Foto áerea No. 054, vuelo C - 836, 1958.
Espigas y flechas
Son barras de arena unidas a tierra por uno de sus
extremos, que se proyectan en la dirección de la
deriva litoral. En la zona de estudio la más importante
espiga era la que conformaba la actual isla de Bocagrande, que se rompió tras el sismo de 1979.
Esta espiga se está formando nuevamente con los
sedimentos que aporta el río Mira, afluente del
Pacífico que también alimenta las islas de Bocagrande
y Vaquería, tomando estas una morfología y comportamiento muy similar a una espiga o flecha litoral
(adaptado de Tovar, 2002).
Tómbolos
Esta geoforma depositacional se caracteriza por
presentarse como una espiga o barra de arena que
conecta una isla o pilar de erosión (‘stack’) con un
punto fijo en tierra o con otra isla.
Los tómbolos son comunes en la bahía, especialmente en punta Cascajal, punta Laura, Llanaje y la
isla de El Morro; esta última se encuentra unida con
una barra de arena fina a media, de aproximadamente 40 metros de ancho y 150 metros de largo,
al pilar de El Quesillo. Este tómbolo queda expuesto
en marea baja.
Cordones litorales
Figura 4.46. panorámica del tómbolo que une
al pilar de El Quesillo con la isla de El Morro. Año
2000.
Figura 4.45. Ilustración de los cordones litorales
de las islas en la bahía de Tumaco.
Lagunas interiores
Se pueden observar este tipo de lagunas en los
sectores de las playas de Salahonda (Figura 4.47.), El
Morro y Bocagrande, en los cuales la característica
común es que los cuerpos de agua son atrapados por
el crecimiento progresivo de las barras de arena y
espigas.
Bahía de Tumaco
muy continua hacia el extremo norte y noreste de la
bahía. Estas geoformas están compuestas por acantilados, paleoacantilados, pilares de erosión y plataformas de abrasión, entre otras.
Figura 4.47. Laguna interior en las playas de
Salahonda.
Acantilados y paleoacantilados
En la bahía las zonas de acantilados se pueden
diferenciar en dos grupos: el primero compuesto por
acantilados continuos dispuestos a lo largo de la línea
de costa y el segundo como islotes. Los acantilados
continuos se encuentran en el Noreste al Este de la
bahía, desde la desembocadura del río Curay hasta el
Este de la punta Cascajal. Mientras que los acantilados
de islotes están en las islas de El Morro y del Gallo,
separándolas de los acantilados continuos por
encontrarse aislados.
Dunas
Son acumulaciones de arena fina emplazadas y desplazadas por el viento. En la zona son frecuentes en las
playas de las islas de Vaquería, La Viciosa, Bocagrande,
El Morro y Salahonda. Son, generalmente irregulares,
redondeadas y con alturas que no superan los 80 cm.
Muchas de ellas están colonizadas por vegetación, lo
cual indica un proceso de estabilización de éstas.
Figura 4.49. Acantilado continuo localizado en El
Morro.
Figura 4.48. Dunas características de la isla de
Bocagrande con marea baja.
4.4.1.2 Geoformas costeras erosivas
Estas constituyen una gran parte de la línea de
costa de la zona de estudio, ubicándose de manera
Plataformas de abrasión (‘wave cut platforms’)
De esta geoforma se distinguen dos tipos: las
plataformas de abrasión en formación, cuyo proceso
de formación se está dando en el presente. Es el caso
de la plataforma que se extiende a lo largo de la base
del acantilado ubicado en punta Cascajal, más
específicamente en el sector sur de esta punta.
El segundo tipo lo constituyen las plataformas de
abrasión que con las mismas características de las
plataformas de abrasión activas se encuentran
elevadas con respecto al nivel del mar, bien sea por
un descenso de éste o por un levantamiento tectónico. Sobre dicha plataforma, se encuentran las
87
88
Bahía de Tumaco
poblaciones de Curay, La Chorrera y Llanaje, su
amplitud hacia el Este está limitada por las colinas
adyacentes, las cuales constituyen un paleoacantilado
en este sector.
Cuellos (‘notch’)
Es una geoforma que se encuentra asociada a los
acantilados y pilares cuando estos son ‘labrados’ en
su base por la acción del mar, por actividad bioquímica, meteorización o disolución, formando una
especie de hendidura o muesca denominada cuello
de erosión o ‘notch’.
Geoformas de este tipo se hallan en la mayoría de
los sectores acantilados de la bahía, especialmente
en punta Cascajal, por estar más expuesta a la acción
del oleaje.
Figura 4.50. Zona de desprendimiento de bloques
de acantilados.
Pilares (‘stacks’)
Son remanentes de roca que por la resistencia de
su material quedan a manera de pequeñas islas, como
resultado de los procesos erosivos que realiza el mar
sobre un acantilado o una plataforma de abrasión. Es
el caso de los pilares encontrados frente a punta
Cascajal, El Viudo, al frente y al Sur de la población de
Llanaje y frente a la isla de Vaquería por el lado interno.
Figura 4.51. Pilar de El Quesillo en cercanías de la
isla de El Morro, marea alta. Año 2000.
Figura 4.52. Cuellos de erosión
Escarpes de playa
Figura 4.53. Escarpes de playa en la isla de Bocagrande.
Bahía de Tumaco
Se encuentran en sectores en los cuales las playas
presentan bermas con escarpes entre los 10 y 60 cm;
especialmente en las playas de la isla de Bocagrande,
en el sector sur de la isla de Vaquería y en el sector
centro y norte de la bahía.
4.4.1.3. Geoformas aluviales
Dentro de estas geoformas se agrupan los
abanicos aluviales, las terrazas y las llanuras de
inundación. En la Tabla 4.9. se muestran las
principales geoformas costeras y el tipo de proceso
asociado:
Tabla 4.9. Relación de geoformas costeras con
los procesos de erosión y sedimentación de la bahía
de Tumaco (Tovar, 2002).
TIPO DE GEOFORMA
PROCESO GENERADO
SEDIMENTACION
Llanura costera
Presente
Playas
Presente
Espigas y flechas
Presente
Cordones litorales
Presente
Estuarios
Presente
Tómbolos
Presente
Dunas
Presente
Lagunas interiores
Presente
Zonas de manglar
Presente
EROSION
Presente
Presente
Escarpes de playas
Presente
Plataformas de
Presente
abrasión
Presente
Paleoplataforma de
Presente
abrasión
Presente
Presente
Cuellos
Presente
Línea de costa
Presente
Abanico aluvial
Presente
Terrazas
Son geoformas aluviales que se hallan en un nivel
más alto respecto al del mar, ya sea por cambios
eustáticos o por eventos tectónicos. Éstos se observan
sobre el río Caunapí y al Sureste y Noroeste de la
confluencia con el río Rosario. Una terraza aparece
en un trayecto de alrededor 5 km sobre el río Caunapí,
y aguas arriba de la confluencia de los dos ríos
nombrados anteriormente.
Llanuras de inundación
Son áreas llanas y bajas, cercanas a la costa, de
extensión variable, y se caracterizan por ser vulnerables a inundaciones en épocas de invierno o por las
crecientes de los ríos.
Los ríos Mira y Patía poseen amplias zonas pantanosas a nivel con el cauce del río, correspondientes a
llanuras de inundación.
Teóricamente y dependiendo del tipo de geoforma
presente en un área se puede llegar a relacionar la
influencia de procesos de erosión o sedimentación.
4.4.2. Fuentes de sedimentos
4.4.2.1. Provenientes de los ríos
Acantalidos
Pilares
constituido, principalmente, por materiales arenosos
y arrastrados desde la cordillera.
Terraza
Llanura de inundación
Abanicos aluviales
Son superficies ligeramente inclinadas en el
sentido de la corriente. El más importante abanico
aluvial corresponde al delta del río Mira y está
Es la principal fuente de sedimentos en la gran
mayoría de zonas costeras. El volumen de los sedimentos se relaciona con el gradiente de la corriente,
el tipo de roca, el área de drenaje de la cuenca, la
densidad de la vegetación, el promedio de precipitaciones, la presencia de estuarios y construcciones
hechas por el hombre, tales como presas, piscinas
(camaroneras) y sistemas de riego, las cuales atrapan
sedimentos (Tovar, 2002).
En la bahía de Tumaco es la principal fuente de
sedimentos, destacándose los aportes que recibe del
río Mira, los cuales son responsables de la existencia
de islas como Tumaco, El Morro, La Viciosa y Bocagrande, entre otras.
Al interior de la bahía también son importantes
los aportes de ríos más pequeños, como el Rosario y
Curay, entre otros que generan extensas zonas de
bajamar y numerosos bajos que dan lugar a varios
canales internos.
89
90
Bahía de Tumaco
A pesar de esto, se cree que no representa más
del 5 al 10% del material en la mayoría de las playas
(Komar, 1976).
En la bahía este tipo de sedimentos, que son de
mayor tamaño que el aportado por los ríos, se encuentran sobre la parte norte en la isla del Gallo o también
conocida como punta Cascajal, en una extensión de
3.5 km, y en los sectores de Llanaje, Curay y Colorado.
Aunque se evidencian formas sobre la costa que
indican procesos de erosión sobre estos acantilados,
su magnitud es mucho menor a la de los aportes de
los ríos, por lo que puede considerarse despreciable,
aunque si da lugar a las denominadas playas de
bolsillo, de corta longitud y amplitud (Sánchez-Páez
et al., 1997).
Figura 4.54. Grandes bajos de arena localizados
en la desembocadura del estero Aguaclara. Fotografía
áerea No.191, vuelo C-2509 de 1993.
Sobre el extremo norte del área de estudio se
encuentra el río Patía, el cual no desemboca a la bahía
sino que conforma la extensa red de bajos, esteros y
canales del Parque Nacional Natural de Sanquianga.
4.4.2.2. Provenientes de la erosión de
acantilados
Después del aporte fluvial, es en general considerada la segunda fuente en importancia de aporte de
sedimentos.
Figura 4.55. Acantilado y arcos afectados por la
acción marina en la isla de El Morro.
4.4.3. Composición y tamaño de los sedimentos
El mapa de repartición de las facies sedimentarias
de la plataforma continental colombiana, realizado
por el Centro de Investigaciones Oceanográficas e
Hidrográficas, CIOH, con la Misión Técnica Francesa
en 1989, muestra que el fondo de la bahía de Tumaco
está compuesto, principalmente, por sedimentos
finos que varían entre arenas y lodos, de origen
litoclástico.
Teniendo en cuenta que el área más activa en
cuanto a transporte de sedimentos es la parte suroeste
de la bahía, se tomaron datos adicionales a los
mencionados en el anterior mapa con el fin de conocer
en mayor detalle las características de los sedimentos
y con base en ellas efectuar cálculos teóricos de
transporte potencial de sedimentos. Los puntos de
muestreo seleccionados corresponden a perfiles
orientados en sentido perpendicular a la línea de costa
(figura 4.56.).
De los resultados de los muestreos se obtuvo que
los sedimentos en la zona corresponden a arenas
finas a lodosas, con un D50 que varía entre 0.3 y 0.1
mm y una media de 0.2 mm, la densidad del sedimento varió entre 3.1 y 2.2 gm/cm3, con una media
de 2.7 gm/cm3, de otro lado, la porosidad cambio
significativamente dependiendo del punto de muestreo
con valores entre 2 y 48% y una media del 26%.
Estos valores como ya se anotó serán utilizados
posteriormente en el cálculo del transporte potencial
de sedimentos.
Bahía de Tumaco
Tabla 4.10. Resumen de los datos sedimentológicos colectados sobre la bahía de Tumaco
ESTACIONES DE MUESTREO A LA ALTURA DE LA BAJAMAR
Estacion Total Peso Resultado Porcentaje Porcentaje Porcentaje Indice Arenoso
Muestra
Tamazido Humedad
(%)
Sedimentos Lodos (%)
(%)
D50
(mm)
D90
Porosidad Densidad
(mm)
(%)
(%)
Real
(grs.)
(grs.)
gr/cm3
1
100
82.6
15.4
84.6
2.2
98
1.183
0.089
9.8
2.6
2
100
88.1
9
91
3
96.8 Arenas
0.17
0.082
7.3
2.7
3
100
82.8
13.6
86.4
4.2
95.8 Arenas
0.301
0.108
11.7
2.7
4
100
81
7.2
92.8
12.9
87.3 Arena lodosa
0.108
L
4.8
2.8
5
100
62.7
25.3
74.6
16.1
84
0.117
L
42.2
2.7
6
100
75.5
21.6
78.4
3.9
96.2 Arenas
0.18
0.082
34.8
2.9
7
100
66.7
23.5
76.6
13
87.1 Arena lodosa
0.212
L
27.8
2.3
8
100
72.7
24
76
4.4
95.6 Arenas
0.215
0.089
26.6
2.7
9
100
59.7
36.9
63.1
5.3
94.6 Arenas
0.174
0.075
47.5
2.3
10
100
70.5
27.3
72.6
3.2
96.8 Arenas
0.241
0.081
49
2.5
11
100
63.9
30
70
8.8
91.2 Arenas
0.124
0.065
31
2.8
12
100
60.1
21.8
78.2
23.3
76.7 Arena Lodosa
0.24
L
21
3.1
promedio
0.2
0.1
26.1
2.68
desv. Est.
0.06
0.01
15.52
0.23
Arenas
Arena lodosa
ESTACIONES DE MUESTREO A LA ALTURA DE LA PLEAMAR
Estacion Total Peso Resultado Porcentaje Porcentaje Porcentaje Indice Arenoso
Muestra
Tamazido Humedad
Sedimentos Lodos (%)
(%)
(%)
D50
(mm)
D90
Porosidad Densidad
(mm)
(%)
(%)
Real
(grs.)
(grs.)
gr/cm3
1
100
92.9
7
93.1
0.4
99.1 Arenas
0.155
0.08
9.9
2.35
2
100
96.8
3
97.1
0.4
99.7 Arenas
0.172
0.088
2.5
2.7
3
100
95.1
4.2
95.8
0.9
99.2 Arenas
0.209
0.095
3.6
2.6
4
100
85.6
8.4
91.6
6.3
93.7 Arenas
0.142
0.069
6.5
2.8
5
100
95.8
4.3
95.6
0.2
99.9 Arenas
0.18
0.093
4
2.7
6
100
94.4
5.2
94.4
0.7
99.4 Arenas
0.141
0.079
3.8
2.7
7
100
86
9.4
90.6
5.3
99.5 Arenas
0.189
0.0078 7.4
2.5
8
100
94.4
5.1
94.9
0.6
96.3 Arenas
0.145
0.078
4.1
3.1
9
100
83.8
13
87
1.4
94.6 Arenas
0.193
0.09
9.9
2.2
10
100
91.6
3.2
96.9
5.6
96.8 Arenas
0.163
0.073
3.5
2.5
11
100
87
3.6
96.4
10
90.2 Arenas
0.163
0.063
3.2
3
12
100
87.1
3.6
96.2
9.5
90.5 Arenas
0.145
0.064
5
2.6
promedio
0.2
0.1
5.3
2.65
desv. Est.
0.02
0.02
2.56
0.25
91
92
Bahía de Tumaco
Figura 4.56. Ubicación de estaciones sedimentológicas en la bahía de Tumaco. Los puntos rojos indican
zonas con alta concentración de sedimentos en suspensión.
4.4.4. Transporte de sedimentos
El estudio en el área se aproximó a partir de dos
métodos. Uno de ellos comparó la línea de costa,
obenida a partir de diferentes fuentes espaciadas a
lo largo del tiempo; el segundo método calculó los
transportes potenciales de sedimentos, empleando las
formulaciones más aplicadas en la actualidad.
4.4.4.1. Cálculo del transporte a partir de
la evolución histórica de la línea de costa
En adición a las fuentes de sedimentos ya señaladas
es necesario recordar que en la bahía de Tumaco han
influido otros factores en la variación de la línea de
costa, haciendo referencia a aspectos no necesariamente relacionados con el transporte de sedimentos como son: la intervención humana con el
relleno artificial de la isla de Tumaco en los años 60;
la unión de la isla La Viciosa con la isla de Tumaco en
los 70; el impacto del tsunami de 1979, y los efectos
del fenómeno de El Niño de los años 82/83 y 95/96.
Para la determinación de la evolución histórica de
la línea de costa se consultaron las siguientes fuentes
de datos:
• Vuelo C 836 escala 1:30.000 de 1958.
• Vuelo 1243, escala 1:25.000 de 1969.
• Planchas del IGAC 1:25.000 restituidas con fotos
de 1979.
• Vuelo C 2191 y C 2193 escala 1:21.500 de 1985.
• Imagen Landsat de febrero de 1986 (máxima
resolución espacial 25 m).
• Vuelos C 2509 (escala 1:40.000) y C 2510 de
febrero y marzo de 1993.
• Imagen Spot de abril de 1994 (máxima resolución
espacial 10 m).
• Línea de costa de la carta náutica COL 310 con
datos de 1996 escala 1:100.000.
• Mosaico de Tumaco escala 1:10.000 de 1998.
• Línea de costa de la carta náutica COL 102 con
datos de 1999.
• Imagen Ikonos de febrero 2002 (resolución
espacial 1 m).
Como se aprecia se tuvo acceso a once líneas de
costa diferentes, espaciadas entre sí irregularmente
sobre un lapso de 44 años, con escalas que variaron
entre 1:10.000 y 1:100.000 e imágenes de satélite
con resolución espacial entre 1 y 25 m.
Esa variabilidad de la información presenta limitaciones en el nivel de detalle de las comparaciones; sin
Bahía de Tumaco
embargo, permite visualizar la gran variabilidad de
la zona y la complejidad del transporte de sedimentos
que allí se da, así como comprobar lo que la dinámica
marina mostraba proponiendo un transporte de sedimentos desde la desembocadura del río Mira hasta
las islas de Tumaco.
En las figuras 4.57. y 4.58. se aprecian algunas de
las comparaciones hechas que si bien no permitieron
establecer un valor preciso del transporte de sedimentos, dejan apreciar la forma en que se sucede
ese transporte y la gran variación de la línea de costa
por este proceso.
En el esquema de la Figura 4.57. se presentan las
variaciones entre 1969 y 1995, es decir las diferencias
encontradas en 26 años. Se puede observar como una
amplia zona de erosión es seguida por una de
sedimentación, insinuando un transporte de sedimentos en saltos.
Figura 4.57. Comparación de líneas de costa de
1969 y 1995 (26 años). Verde erosión, azul sedimentación.
Ese transporte avanza en dirección al Este (interior
de la bahía, alejándose de la desembocadura del río
Mira), lo que concuerda con los datos reportados con
antelación en este capítulo y que describe la dinámica
marina del área.
Otro factor a resaltar en este esquema es el de la
desaparición de la isla del Guano, ilustrada en color
verde, evento ocurrido en el tsunami de 1979.
En el esquema de la Figura 4.58. se presentan los
resultados de las comparaciones entre 1992 y 1995.
En este se aprecian, no obstante el corto lapso comparado, importantes cambios en la línea de costa, como
consecuencia de procesos sedimentarios de acresión,
indicados por el predominio del color azul.
Figura 4.58. Comparaciópn de la línea de costa
entre 1992 y 1995.
Aquí se evidencia como las islas de El Morro y La
Viciosa, se están acomodando a la nueva dinámica
que reciben tras la desaparición de la isla del Guano.
La Figura 4.59. muestra un tercer esquema, que
compara las líneas de costa de 1986 y 1993.
Figura 4.59. Comparación entre las líneas de costa
de 1986 y 1993.
Este confirma lo comentado sobre el transporte
en dirección este de los sedimentos, así como la
secuencia de tramos de erosión y sedimentación que
sugieren un transporte en saltos. Allí los principales
cambios se concentraron sobre el sector de las playas
turísticas de Bocagrande.
Las comparaciones dejan evidencia de la complejidad de los procesos que se dan en la zona, los cuales
no sólo son consecuencia de la dinámica marina, sino
de las acciones del hombre como se aprecia en una
detallada revisión de los cambios historicos que ha
presentado el sector de Bocagrande. Así, a principios de
los años 70 la isla barrera de Bocagrande se encontraba
93
94
Bahía de Tumaco
unida al continente como una flecha litoral; alrededor
de una semana después del terremoto del 12 de
diciembre de 1979 una fuerte marejada azotó la flecha
litoral, a la altura del delta del río Mira, separándola
del continente y convirtiéndola en una isla.
A raíz de este hecho, el Gobierno Nacional, teniendo en cuenta que Bocagrande se convirtió en zona
de alto riesgo, reubicó a los habitantes en un nuevo
lugar llamado Vaquería, a orillas del río Mira.
Esta reubicación originó problemas de índole
social, debido a que las principales actividades de los
habitantes de la zona eran la pesca y el turismo, y el
sitio de reubicación no presentaba condiciones físicas
que permitieran desarrollar esta última. Esto desencadenó la invasión de los predios de la nueva isla de
Bocagrande, aún en formación.
A principios de los años 80 el flujo turístico retorno
a su normalidad hasta que el fenómeno de El Niño de
los años 82/83 provocó fuertes inundaciones y una
acelerada erosión de las playas, lo que obligó que a
finales de 1983 se hiciera una nueva reubicación de
las cabañas, con las respectivas consecuencias económicas y sociales.
Este mismo fenómeno se presentó en los años 91 y
92, generando una nueva reubicación.
Otro factor que influyó en el aceleramiento del
deterioro de la flecha litoral fue la ampliación de un
canal que comunicaba el estero La Carga con el
océano, a la altura de la finca ‘La Matilda’, con el fin
de sacar de forma más rápida madera para los aserríos
de Tumaco. Adicionalmente desapareció la barrera
natural de manglar lo cual aceleró la erosión por la
dinámica marina (Tovar, 2002).
Al intentar estimar un volumen de sedimentos
transportados se obtuvo una gran dispersión de los
resultados dependiendo de los años a comparar, así
como del tramo de costa utilizado. Por lo anterior sólo
se presenta como indicativo el valor de 93884 m3/año,
obtenido como promedio de las comparaciones
efectuadas.
4.4.4.2 Cálculo del transporte potencial de
sedimentos
En 1994 y 1996 Schoonees y Theron publicaron dos
artículos donde revisaban todas la formulaciones
existentes para calcular el transporte de sedimentos
a lo largo de una playa. Allí compararon los resultados
de diferentes formulaciones, con un extenso ‘set’ de
datos de varias playas, determinando la mejor formulación que recalibraron para obtener mejores
resultados.
Las ecuaciones recomendadas en sus publicaciones
son las utilizadas por el Cuerpo de Ingenieros del
Ejército de los EEUU, que aparecen en el Shore
Protection Manual, SPM, (por sus siglas en inglés) y la
de Kamphuis expresada en 1991. La primera por ser
la más ampliamente difundida y la segunda por ser la
más precisa.
La formulación del SPM es recomendada para
elaborar un cálculo total y grueso del transporte de
sedimentos, incluyendo transporte por fondo y
suspendido, más no para estimar ratas locales de
transporte. Como se aprecia esta formulación no
incluye datos sobre el tipo de sedimento, ni la
pendiente de la playa, sólo toma información sobre
la energía incidente con el oleaje.
S = K1 Pls
donde:
K1 = 1355
Pls = Ebnbsinθ bcosθ
con:
b
1
E = ρ gHbs2
8
1
nb =
1+
2
Cb =
4π hb
Lb
4π hb
sinh
Lb
Lb
Tb
Para la utilización de la fórmula de Kamphuis es
necesario obtener datos del sedimento, que para el
caso específico de la zona de estudio fueron:
P = 26%
ρ = 1030 kg/m3
ρ s = 2600 kg/m3
D50 = 0.2 mm
Bahía de Tumaco
También se incorporaron a la formulación datos
de altura y período en el punto de rotura, así como el
ángulo de aproximación del oleaje con respecto a la
costa, obtenidos a partir de los resultados del modelo
‘Mopla’, facilitado por el Gioc al CCCP. Este último
permite estimar las variaciones que sufre un tren de
ondas irregular al aproximarse a la costa y la
intensidad de las corrientes derivadas. La formulación
es la siguiente:
S = 64433 Xkamphius
Xkamphius =
1
(1-p)ρ
s
*
m3
yr
(
ρ
Tp
)Lo1.25Hbs2(tanα k)0.75
1
D50
0.25
(sin 2θ b)0.6
Los resultados de aplicar estas dos formulaciones
en diferentes puntos del área de estudio se resumen
en la Tabla 4.11.
Tabla 4.11. Resumen del cálculo de transporte
potencial de sedimentos (m3/año).
m3/año Vaquería Isla Guano Playa Morro Batallón
Kamphuis
SPM
7454
7882
4544
5001
60356
60356
13190
31145
Si se comparan estos resultados con los encontrados por medio de la evolución histórica de la línea
de costa se observará que estos son menores.
Teniéndose para el caso particular del sitio donde
se encontraba ubicada la antigua isla del Guano, que
por Kamphuis el transporte es de 7882 m3/año, por
SPM es de 60356 m3/año y por la evolución histórica
de la línea de costa es de 93884 m3/año. Lo anterior
hace necesario buscar otros métodos que permitan
obtener una información más confiable del valor del
transporte litoral, como los de medición instrumental.
95
96
Bahía de Tumaco
CAPITULO V
Aspectos Biológicos
Los fenómenos de escala global afectan la abundancia y la distribución de los organismos marinos y estuarinos
en la bahía de Tumaco.
98
Bahía de Tumaco
Bahía de Tumaco
El presente capítulo hace una descripción de varias
poblaciones que habitan los ecosistemas de la bahía
de Tumaco como son el fitoplancton, el ictioplancton,
el bentos y otras pertenecientes a la fauna terrestre;
las cuales son presentadas de manera independiente
para mayor claridad del texto, ya que difieren en sus
características ecológicas y en cada una de ellas se
hacen anotaciones referentes a su composición y
distribución espacial.
Los datos aquí registrados corresponden a la
compilación y síntesis de la información biológica de
la bahía de Tumaco elaboradas por el CCCP, donde se
presenta una descripción actualizada de la distribución espacial de los principales recursos vivos, que
puede ser utilizada como línea base para investigaciones de los componentes biológicos menos
conocidos, detectar especies (grupos) dominantes y
suministrar herramientas científicas necesarias para
las estrategias de manejo.
Asímismo, en el componente pesquero se entrega
información disponible sobre distribución de las
principales zonas de pesca, índices de captura, zonas
de desove, poblaciones y su estado actual de
explotación; pese a que aún no se ha estimado el
potencial de extracción pesquero de muchos recursos
de importancia comercial para la bahía de Tumaco.
5.1. FAUNA TERRESTRE
5.1.1. Diversidad faunística
Los animales representan una pequeña fracción
de la biomasa total de los ecosistemas y consumen
sólo una pequeña porción de la producción neta de
éstos.
Desde este punto de vista desempeñan una función
menor que la vegetación, en lo que concierne al flujo
de energía y la circulación mineral; sin embargo, es
evidente que el papel funcional de los animales
consiste en el control de procesos tales como la polinización, la fructificación, la dispersión de semillas, la
descomposición de detritos y el consumo de plantas
verdes (Minambiente, 1997).
Los estudios adelantados para esta caracterización
en la bahía de Tumaco son muy escasos, limitándose
a listados de especies que tienen aprovechamiento
comercial e interés especial, algunos de los grupos
más significativos son (Tabla 5.1.):
Tabla 5.1. Especies de aprovechamiento comercial
e interés especial en la bahía de Tumaco.
Aves
Nombre Común
Nombre Científico
Pato cuervo
Phalacrocoraz olivaceus
Patillo pody
Podilymbus podiceps
Garzas
Casmerodius albus
Egretta thula
Bubulcos ibis
Espigueros
Sporophila spp.
Comilinche
Nyctassa violacea
Tijereta
Elanoides foficatus
Chorlitos de playa
Aramides sp
Chorlitos
Charadrius spp
Torcazas
Columba spp
Geotrygon sp
Panchana
Pionus menstrus
Lora
Amazona spp
Colibrí
Amazilia spp
Martín pescador
Ceryle torquata
Golondrina
Progne sp
Chango
Quiscalus mexicanus
Pichicho
Ramphocelus icteronotus
Primates
Nombre Común
Nombre Científico
Mico cariblanco
Cebus capucinus
Mongón o mono aullador
Alouatta palliata
Crustáceos
Nombre Común
Nombre Científico
Cangrejo de tierra
Cardisoma crassum
Cardisoma occidentalis
Anfibios y reptiles
Nombre Común
Sapos
Nombre Científico
Familia Bufonidae
Familia Hylidae
Familia Leptodactylidae
Tortugas
Chelydra sp
Kinosternon sp
lepidochelys olivacea
Caretta caretta
Dermochelys coriacea
Eretmochelys imbricata
Iguana
Iguana iguana
Piandé
Basilicus sp
Lagartijas
Anolis antonii
Nupa
Boa constrictor
99
100
Bahía de Tumaco
Anfibios y reptiles
Nombre Común
Nombre Científico
Chonta o cuatro narices
Bothorops asper
Tulicio
Caiman crocodylus
Mamíferos
Nombre Común
Tabla 5.2. Clasificación de especies amenazadas
según la Uicn.
Nombre Común
Nombre Científico
Tortuga caguama
Lepidochelys olivacea
Categoria
EN
Nombre Científico
Tortuga cabezona Caretta caretta
EN
Ratón de monte
Proechymis sp
Tortuga canal
Dermochelys coriacea
EN
Rata
Rattus rattus
Tortuga carey
Erectmochelys imbricatta CR
Ratón común
Mus musculus
Lagarto
Crocodylus acutus
VU
Ardilla
Scirius granatensis
Nupa
Boa constrictor
LR / pm
Chucha
Didelphis marsupialis
Guagua
Agouti paca
LR / ca
Tayra
Eira barbara
Guatín
Dasyprocta punctata
LR / pm
Zorra
Chalorumis sp
Tatabra
Tayassu tajacu
LR / ca
Zorra de agua
Chironectes minimus
Pava de monte
Penelope perspicax
EN / ca
Tigrillo pianguero
Procycon cancrivorus
Tucanes
Andigena sp
LR / ca
Tatabra
Tayassu pecari
Mongón
Alouatta sp
VU / LR
Gaugua o conejo
Agouti paca
Ocelote
Felis pardalis
VU
Cusumbo
Nasua sp
Puma
Felis concolor
VU
Nutria
Lutra longicaudis
Tigre mariposa
Panthera onca
VU
Venado
Odocoileus sp
Nutria
Lutra longicaudis
VU
Oso hormiguero gigante
Myrmecophaga tridactila
5.1.2. Especies faunísticas en peligro de
extinción
Para la bahía de Tumaco se observa como la caza,
tanto para consumo familiar como para la comercialización de especies nativas, y la sobreexplotación
de algunos recursos han generado el desmedro de
algunas especies.
Estas y otras causas, como las relacionadas con la
disposición del recurso para la conservación y la importancia ecológica, económica y cultural del taxón han
llevado a que muchas especies se consideren hoy en
peligro de extinción.
El Instituto de Investigación de Recursos Biológicos
Alexander von Humboltd ha utilizado las categorías
sobre las especies que se encuentran en peligro de
extinción a nivel mundial con ayuda de las listas rojas
producidas por la Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza, Uicn.
De aquí los reportes hechos para mamíferos
(Rodríguez, 1998), aves (Renjifo, 1997), peces (Acero
et al., 1998), anfibios y reptiles (Rueda, 1998), que
mencionan para la región las especies amenazadas
(Tabla 5.2.)
Tayra
Eira barbara
NE
Perezoso
Bradypus variegattus
LR /ca
Armadillo
Dasypus sp
DD
Hormiguero
Ciclopes didactilus
NE
Albacora
Thunnus alalunga
VU
Mero
Epinephelus itajara
EN
Carduma
Cetengraulis mysticetus
EN
La abreviatura asignada a cada categoría corresponde a la nomenclatura establecida por la Uicn así: CR,
críticamente amenazada; EN, en peligro; VU, vulnerable; DD, dato deficiente; NE, no evaluada; LR, bajo
riesgo; ca, casi amenazada; pm, preocupación menor.
5.2. FLORA MARINA
Todos los recursos biológicos del mar proceden de
diversas fuentes de producción primaria como las
microalgas macrófitas, fanerógamas y por las descargas de aguas continentales. En la región oceánica el
sistema pelágico es dominado por el fitoplancton,
grupo que necesita luz y sales nutritivas para su óptimo
desarrollo que, posteriormente, sirve de alimento a
una gran cantidad de animales, incluidos los pequeños
invertebrados que constituyen el zooplancton y cierto
tipo de peces.
Bahía de Tumaco
5.1.a
5.1.b
5.1.c
5.1.e
5.1.f
5.1.g
5.1.d
5.1.h
Figura 5.1. a-i Diatomeas más frecuentes en la bahía de Tumaco. a. Chaetoceros curvisetus., b. Chaetoceros
didymus var. protuberans., c. Chaetoceros peruvianus., d. Coscinodiscus eccentricus., e. Leptocylindrus
danicus., f. Rhizosolenia setigera., g. Thalassionema frauenfeldii., h. Thalassionema nitzschioides. (Tomadas
de la Colección Biológica de Referencia del Laboratorio de Ecología y Biología Marina del CCCP).
De esta forma la materia orgánica y, en consecuencia, la energía se transforma al pasar de unos
animales a otros en la cadena alimenticia, (CPPS,
1982).
La columna de agua contiene un amplio conjunto
de organismos microscópicos de alta importancia en
los niveles tróficos acuáticos. Se trata de los productores primarios, constituidos por la parte vegetal
del plancton (fitoplancton) que se encuentran suspendidos en ella y sometidos a merced de las corrientes. De
estos se distinguen, básicamente, dos grupos: las
diatomeas, las más representativas y dominantes en la
bahía, y los dinoflagelados.
Algunas de estas especies se caracterizan por ser euritípicas, es decir resistentes a los cambios ambientales, como
por ejemplo: Chaetoceros curvisetus, Chaetoceros didymus
var. anglica, Chaetoceros lorenzianus, Chaetoceros peruvianus, Coscinodiscus eccentricus, Hemiaulus sinensis,
Leptocylindrus danicus, Rhizosolenia setigera, Skeletonema costatum,Thalassionema frauenfeldii y Thalassionema nitzschioides. Asímismo, algunas especies
varían su aparición a través del tiempo, las cuales se
conocen como estenotípicas, cuyos rangos de
tolerancia ambiental son estrechos y por ello son
indicadoras de una condición fisicoquímica concreta
que las hacen proliferar en ciertos períodos.
Un caso típico de especies que se ven favorecidas
por algún factor ambiental son las que producen las
conocidas mareas rojas. En el área de la bahía de
Tumaco se registró uno de estos fenómenos en marzo
de 2001, en el cual la especie dominante fue el
dinoflagelado Alexandrium catenella (Figura 5.2.).
Figura 5.2. La marea roja es producida, generalmente, por la especie Alexandrium catenella (Tomado
de archivo fotográfico del Laboratorio de Ecología y
Biología Marina del CCCP).
101
Bahía de Tumaco
102
Distribución espacial
Para el área de estudio en general el fitoplancton
presenta una distribución espacial en parches, generados por las altas tasas de renovación, las corrientes
y las mareas. Se observa, además, una mayor cantidad
de células al interior de la bahía por la presencia de
grandes concentraciones de nutrientes, aportadas por
aguas continentales, las cuales disminuyen hacia la
región oceánica, donde se detectan concentraciones
menores.
Estudios adelantados por el CCCP desde 1996
muestran que las abundancias se pueden clasificar,
espacialmente en zonas que presentan condiciones
fisicoquímicas similares (Tabla 5.3.), obteniendo así
cuatro zonas de distribución (Figura 5.3.).
La Zona I se caracteriza por presentar abundancias
medias-bajas, con promedios de 698 cel/mL para marea
alta; de 818 cel/mL para reflujo; de 1137 cel/mL para
marea baja, y de 752 cel/mL para flujo. Esta zona
presenta mayor influencia de aguas oceánicas con
bajas temperaturas que oscilan entre los 26.9 y 27.9° C
y los registros más altos de salinidad entre 27 y 30
ups (CCCP, 2001a).
Figura 5.3. Areas de distribucción de las abundancias fitoplanctónicas en la bahía de Tumaco (Modificado de CCCP, 2001a).
En la Zona II se presentan los registros de abundancia
más bajos de toda el área con 401 cel/mL para marea
alta; 585 cel/mL para reflujo; 731 cel/mL para marea
baja, y 641 cel/mL para flujo. Esto se debe a que en
esta zona los registros de nutrientes son bajos, a causa
de las corrientes que dificultan la entrada de estas
sales al área.
Tabla 5.3. Rangos de variables para cada zona de distribucción de abundancias fitoplanctónicas en la bahía
de Tumaco, dentro de las cuatro fases de la marea (Tomado de la Base de Datos del Laboratorio de Ecología y
Biología Marina del CCCP).
No.
Abundancia
zona Marea
Alta
I
II
III
°C
Horas
NO2
0-24
NO3
PO4
NH4
mg.at.N/L
mg.at.N/L
mg.at.P/L
mg.at.N/L
27.1-27.7
12:05-16:55
0.01
0.01
0.08-0.2
0.01-0.81
Reflujo
302-1509
27.3-27.7
10:00-15:50
0.01
0.01
0.05-0.35
0.11-1.61
Baja
256-2486
27-27.9
7:55-15:30
0.01
0.01
0.05-0.5
0.01-1.01
Flujo
82-1740
27-27.9
8:29-17:55
0.01
0.01
0.01-0.4
0.11-0.81
Alta
120-706
27.2-28.3
8:30-17:14
0.01-0.11
0.01-0.21
0.08-0.22
0.21-2.6
Reflujo
190-1181
27.1-28.7
6:45-15:48
0.01
0.01
0.11-0.17
0.21-3.96
Baja
246-1528
27.1-29.3
9:50-16:35
0.01
0.11-0.51
0.08-0.24
0.01-0.81
Flujo
80-1658
27-28.1
7:50-14:05
0.01-0.11
0.01
0.11-0.17
0.01-0.21
Alta
734-2016
27.3-27.9
6:45-15:25
0.01-0.11
0.01-1.01
0.08-0.26
0.11-1.21
Reflujo
1229-2726
27.5-28.5
10:00-17:20
0.01-0.11
0.01-1.31
0.05-0.59
0.01-2.96
Baja
1094-3041
27.7-29.5
9:20-15:00
0.01-0.21
0.01-1.91
0.08-0.25
0.11-0.91
Flujo
1118-2559
27.3-28.9
7:15-16:45
0.01-0.21
0.01-0.81
0.17-0.38
0.11-2.43
203-985
28-28.2
6:45-07:50
0.51-1.41
0.71-4.71
0.34-0.54
0.2-2.4
Reflujo
1983-2253
27.9-28.5
9:30-10:40
0.31-2
0.11-2.41
0.25-0.3
0.18-2.96
Baja
1386-2840
29-31.5
13:00-13:53
0.01-0.91
0.11-4.01
0.05-0.8
0.7-1.7
Flujo
1271-2436
29.5-31.3
15:10-16:10
0.11-0.71
0.51-3.01
0.05-0.7
0.6-1.3
Alta
IV
Fitoplanctónica
296-1510
TSM
Bahía de Tumaco
Por otro lado, la temperatura presenta registros
altos de 27 a 29.3° C, mientras que la salinidad resulta
un poco más baja que para la Zona I, con un promedio
de 27 ups (CCCP, 2001a).
En la Zona III se presentan los valores más altos de
abundancia, con registros de 1365cel/mL para marea
alta; 2094 cel/mL para reflujo; 2252 cel/mL para
marea baja, y 1782 cel/mL para flujo. Esto se debe
al amplio rango de salinidad observado en esta zona
de 18 y 30 ups, lo que posibilita encontrar especies
tanto de carácter oceánico como estuarino.
La concentración de nutrientes es más elevada que
para las zonas I y II, ya que hacia el extremo sur las
corrientes permiten la llegada de aguas provenientes
de la Zona IV y al extremo norte se observa la desembocadura del río Patía, con aguas más ricas en
nutrientes. La temperatura registrada para esta zona
es de 27.3 a 29.5° C (CCCP, 2001a).
La Zona IV se caracteriza por presentar abundancias medias-altas durante todos los períodos de
marea, con promedios de 631 cel/mL para marea alta;
2086 cel/mL para reflujo, 1999 cel/mL para marea
baja, y 1894 cel/mL para flujo. Esto se debe al aporte
de aguas provenientes de los ríos Rosario, Mejicano y
Tablones, que contienen altas concentraciones de
nutrientes.
y larvas de peces coinciden con los florecimientos
fitoplanctónicos y mayores abundancias zooplanctónicas (Cediel, 2000).
Distribución espacial
Según Cediel (2000), la comunidad ictioplanctónica
ha presentado aumentos en la abundancia a través
del tiempo, tanto de huevos como de larvas de peces,
ya que se han registrado 1070 ind/mL para 1997; 4360
ind/mL para 1998, y 7600 ind/mL para el 2000.
5.3. FAUNA MARINA
5.3.1. Ictioplancton
El ictioplancton es un grupo que hace parte del
zooplancton y está constituido por larvas y huevos de
peces. Mediante su estudio es posible determinar las
zonas y épocas de desove, los patrones de migración
de los adultos y el crecimiento y mortalidad de formas
larvales.
La mayoría de los peces de valor comercial de la
bahía de Tumaco empiezan su vida en el plancton y
pueden vivir allí dos o tres meses después de la
eclosión del huevo. Debido a que estos huevos y larvas
contribuirán a las futuras reservas pesqueras explotables, su posición en la comunidad planctónica es
muy importante (Flores-Coto y Alvarez, 1980).
La abundancia del ictioplancton en la bahía
presenta, por lo general, una relación directa con las
abundancias del fitoplancton y del zooplancton, ya
que los mayores registros de abundancias de huevos
Figura 5.4. Zonas de desove en la bahía de Tumaco.
(Modificando de Cediel, 2000).
Estos incrementos coinciden con el aumento del
fitoplancton en el área de estudio, a excepción del
año 1999, en el cual fue posible detectar que tanto
huevos como larvas se vieron bastante afectados por
los cambios de temperatura registrados en la columna
de agua como consecuencia de la presencia del evento
La Niña.
Durante este año se apreció una disminución de
la comunidad ictioplanctónica con un promedio de
830 ind/mL, lo cual podría indicar que los peces que
habitan la bahía están mejor adaptados a temperaturas superiores a los 27° C.
La distribución espacial de huevos y larvas de peces
dentro de la bahía ha sido determinada por Cediel
(2000).
103
104
Bahía de Tumaco
Las zonas de desove se ubican en la parte norte
de la bahía y las mayores abundancias se registran
hacia la región costera (Figura 5.4.), donde estos individuos se encuentran más protegidos de la depredación; mientras que a nivel oceánico los valores de
abundancia fueron muy bajos y en muchos de los casos
se observó ausencia de organismos.
5.5.a
5.5.b
5.5.c
5.5.d
Figura 5.5. a-d Larvas de peces más frecuentes de
la bahía de Tumaco. a. Nomedae psenes ., b. Benthosema panamense., c. Familia Scianidae., d. Familia
Carangidae (Tomadas de la Colección Biológica de
Referencia del Laboratorio de Ecología y Biología
Marina del CCCP).
5.6.a
5.6.f
5.6.b
5.6.c
5.6.g
Dentro de las especies ícticas encontradas por Cediel
(2000) para el área de estudio se destacan trece familias
y quince géneros; representadas en orden de importancia por las familias Sciaenidae (peladas y corvinas)
y Carangidae (jureles), siendo éstas las de mayor
importancia comercial en la zona, las cuales se caracterizan por ser peces pelágicos (oceánicos) durante su
fase adulta (Figura 5.5.).
Les siguen las familias Soleidae (lenguados);
Engraulidae (carduma, anchoa); destacándose a final
de año (noviembre y diciembre) la especie Cetengraulis
mysticetus, conocida comúnmente como carduma, lo
cual confirma los resultados obtenidos por Beltrán et
al. (1996) quien afirma que esta es la época de alevinaje de la especie. Esta familia se caracteriza por pertenecer al grupo de pequeños pelágicos.
Finalmente, las familias menos frecuentes en la
bahía son: Clupeidae (sardinas y sábalos); Syngnathidae
(agujitas y caballitos); Labridae (señorita y viejas);
Eleotridae (dormilones y bocones); Gobiesocidae
(pejesapos) y Paralepididae (barracudinas). Durante
1999 se registró la aparición de las familias Myctophidae
(peces linterna) y Gobiidae (gobios y sapitos), ausentes
en otros años (Cediel, 2000).
5.6.d
5.6.h
5.6.i
5.6.e
5.6.j
5.6.k
Figura 5.6. a-k. Algunas de las especies bentónicas encontradas en zonas de playa de la bahía de Tumaco:
a. Poliqueto (Familia Chaetopteridae), b. Crustáceo (Familia Xanthidae), c. Crustáceo (Familia Diogenidae),
d. Equinodermo (Ophiurido), e. Phyllum menor (Sipunculido), f. Molusco (Chama macerophylla), g. Molusco
(Conus daucus hwass), h. Molusco (Olivella nivea), i. Molusco (Polinices hepaticus), j. Molusco (Familia
Pectinidae), k. Equinodermo (Encope insularis) (Tomadas de la Colección de Referencia Biológica del Laboratorio
de Ecología y Biología Marina del CCCP).
Bahía de Tumaco
5.3.2. Organismos bentónicos
Este grupo está compuesto por todas aquellas
especies que viven en relación con el sustrato, ya sea
para fijarse en éste, excavarlo, marchar sobre su superficie o nadar en sus vecindades, sin alejarse del mismo.
5.3.2.1. Composición de especies
Gran variedad de organismos integran este grupo,
representados por diversas especies que se encuentran
ampliamente distribuidas dentro de la bahía.
Sobre estos invertebrados se tiene un conocimiento
muy limitado en esta área de estudio, por tal razón
se hace referencia, de manera específica, a los que
se encuentran asociados a zonas de playa y de manglar,
ya que aún hacen falta investigaciones para conocer
la diversidad de los demás ecosistemas litorales
(rocosos y acantilados) presentes en la bahía de
Tumaco.
El CCCP ha reportado para la bahía hasta el
momento un total de 86 especies, contenidas en siete
phyllum, Annelida: Polichaeta; Arthropoda: crustáceos
decápodos, copépodos y anfípodos; Mollusca: bivalvos
y gasterópodos; Equinodermatha: Ophiuroidea y
Equinoide y los phyllum menores Sipunculida,
Nemátoda y Braquiópoda (Figura 5.6.)
5.3.2.2. Aspectos generales
El tamaño de los sedimentos es el parámetro que
posiblemente tenga mayor efecto sobre estos organismos, ya que de él depende en gran medida la
cantidad de agua retenida en los espacios intersticiales, los cuales son vitales para el establecimiento
de las diferentes especies de bentos.
Se ha registrado que los poliquetos de la bahía de
Tumaco no son selectivos con respecto al tipo de
sustrato; mientras que los moluscos presentan una
marcada preferencia por la arena fina, ya que las
partículas pequeñas les permiten alimentarse de la
materia orgánica adherida a ellas. Los anfípodos
también prefieren la arena fina, en la cual pueden
deslizarse con mayor facilidad empleando sus
apéndices (Méndez et al., 1986).
En las playas de Salahonda, Cascajal y Trujillo,
generalmente en arenas finas, se observa la presencia
de animales excavadores, que requieren un tipo
de cavernas o galerías más permanentes en las que
pueden mantenerse en constante movimiento, como
es el caso de poliquetos tubícolas, de las familias
Terebellidae y Sabellariidae (CCCP, 2001b).
La mayoría de los excavadores son animales filtradores, capaces de alimentarse de detritos que
colectan en la superficie de la arena. Las galerías,
por las cuales circula el agua, favorecen la presencia
del comen-salismo de una variedad de animales
pequeños como cangrejos y copépodos. En su lugar,
los poliquetos son modifi-cadores de los fondos
blandos, que forman galerías que cambian las
condiciones de oxigenación del suelo por medio del
acarreo de partículas hacia la superficie, modi-ficando
la consistencia del sedimento por la formación de
cápsulas fecales de alta resistencia a la acción
mecánica y bacteriológica (Salazar Vallejo, 1988).
Es importante tener en cuenta la relación que se
presenta entre las variables salinidad y temperatura
para el ecosistema bentónico, ya que algunos organismos pueden mejorar su osmoregulación por medio de
la tolerancia a salinidades bajas conjugadas con
tempe-raturas mayores.
5.3.2.3. Distribución espacial
Con base en estudios realizados por el CCCP sobre
la fauna marina asociada a zonas de playa se
reconocen cuatro agrupaciones comunitarias relacionadas a características sedimentológicas, composición
especiológica, ubicación geográfica y condiciones
ambientales propias.
Figura 5.7. Zonas de distribucción de ensamblajes
comunitarios del bentos de fondo blando en la bahía
deTumaco.
105
106
Bahía de Tumaco
La Zona I se ubica en la parte interna de la bahía;
la Zona II tipifica la parte intermedia norte y sur; la
Zona III caracteriza el extremo oeste, y la Zona IV se
ubica al norte (Figura 5.7.).
Dentro de esta zonación se detectan mayores
abundancias de invertebrados en la Zona I o parte
interna de la bahía, mientras la mayor diversidad se
registra en la Zona II.
5.4. POTENCIAL PESQUERO
5.4.1. Pesca Industrial
La pesca en la bahía, al igual que en el resto del
trópico, está basada en el desarrollo de un ejercicio
multiespecífico desempeñado por las diferentes
comunidades asentadas en el litoral como una actividad productiva y de sobrevivencia.Uno de los
principales problemas con que cuenta el sector
pesquero es el desconocimiento de los recursos
explotables y de los volúmenes de captura disponibles
que podrían llegar a permitir una diversificación de
la pesca.
En la región la pesca industrial se concentra en
la explotación del camarón de aguas someras, debido
a su alto valor comercial, facilidad de captura y poco
costo de extracción.
Sólo existe una compañía que captura carduma
para la producción de harina de pescado. Tal concentración en un sólo recurso ha generado una considerable disminución en los volúmenes de desembarque,
por el alto esfuerzo que soporta en la actualidad
(Tabla 5.4.).
Tabla 5.4. Desembarque de la pesca industrial en
la bahía de Tumaco en toneladas. (Inpa, 1998 y 2001).
CATEGORIAS
1997
Peces bentónicos
Peces bentónicos demersales
Peces pelágicos
Peces pelágicos costeros
Otros en general
Crustáceos
Moluscos
Total
1998
1999
53.93
31.43
93.09
14.04
110.92
18.2
51.97
82.97
76.01
5031.32 6613.46 3980.89
28.09
536.84
40.36
141.35
67.56
22.72
3.28
0.99
0.72
5323.98 7444.15 4231.99
Los productos provenientes de la pesca industrial
tienen como principal destino el mercado externo y
una pequeña proporción se emplea para consumo
nacional e interno.
Dentro de cada categoría las siguientes especies
son las más representativas:
• Peces bentónicos: corvina (Brotula clarkae y
Micropogonias altipinus), pargo (Lutjanus argentiventris y Lutjanus aratus) y berrugate (Lobotes
pacificus).
• Peces bentónicos demersales: toyo (Carcharhinus
falciformis, Mustelus dorsalis y Rhizoprionodon
longurio) y cachuda (Sphyrna zygaena).
• Peces pelágicos: sierra (Scomberomorus sierra),
carite (Isurus oxyrinchus), dorado (Coryphaena
hippurus) y atún (Thunnus thynus).
• Peces pelágicos costeros: carduma (Cetengraulis
mysticetus) y plumuda (Opisthonema berlanga y
Opisthonema libertate).
• Crustáceos: camarón blanco (Penaeus
occidentalis), camarón tití (Xiphopenaeus riveti) y
camarón tigre (Trachypenaeus byrdi).
• Moluscos: calamar (Loliolopsis diomedeae y
Lollinguncula panamensis) y caracol (Melongena
patula).
5.4.2. Pesca Artesanal
Las principales formas de aprovechamiento
artesanal son la pesca blanca, la pesca y recolección
de crustáceos, y la extracción y recolección de moluscos. Esta actividad es ejecutada por pescadores
de escasos recursos económicos, con mínimas
posibilidades de agremiación y de acceso a líneas de
crédito. Por tales razones dependen de intermediarios, quienes compran su producción y financian
la compra de insumos para la pesca y sus necesidades
familiares inmediatas.
Según Borda et al. (1995), la mayoría de los pescadores se dedican a la captura de camarón tití (Xiphopenaeus riveti), tigre (Trachypenaeus byrdi) y blanco
o langostino (Penaeus occidentalis), especies que
representan el 25% de las capturas totales. Pescan,
igualmente, jaibas (Callinectes arcuatus y C. toxotes),
pargos (Familia Lutjanidae) y chernas (Familia
Serranidae) (Figura 5.8.).
Bahía de Tumaco
5.8.a
industriales al interior de la bahía de Tumaco (Tabla
5.6.):
5.8.b
Tabla 5.6. Recursos pesqueros explotados en la
bahía de Tumaco artesanal e industrialmente.
5.8.c
5.8.d
Peces
Nombre Común
Róbalo
Nombre Científico
Centropomus armatus
Centropomus nigrescens
Centropomus robalito
Figura 5.8. a-d. Algunas de las especies explotables dentro de la bahía de Tumaco. a. Callinectes
arcuatus, b. Lutjanus colorado, c. Pomadasys sp., d.
Caranx caballus. (Tomadas de la Colección Biológica
de Referencia del Laboratorio de Ecología y Biología
Marina del CCCP).
Centropomus unionesis
Ambulú
Epinephelus acanthistius
Zafiro
Cynoponticus coniceps
Berrugate
Lobotes pacificus
Pargos
Lutjanus jordani
Lutjanus guttatus
Lutjanus colorado
Uno de los problemas más frecuentes de este tipo
de pesca es la rusticidad y primitivismo de sus artes.
En la bahía se suelen emplear con mucha frecuencia
artes perjudiciales como el trasmallo, el riflillo y la
changa, que capturan tallas promedio por debajo de
la media de madurez. Mientras que el trasmallo
electrónico, única arte reglamentada por el Instituto
Nacional de Pesca y Acuicultura, Inpa, es la menos
empleada (Borda et al., 1995) (Tabla 5.5.).
Lutjanus. argentiventris
Bagres
Galeichtys peruvianus
Arius dowi
Arius dasycephalus
Arius jordani
Arius multiradiatus
Arius troshell
Corvina
Brotula clarkae
Cherna
Epinephelus analogus
Mycteroperca olfax
Tabla 5.5. Productos provenientes de la pesca
artesanal en toneladas (Inpa, 1998 y 2001).
Mycteroperca xenarcha
Meros
Epinephelus itajara
Epinephelus nigritus
CATEGORIAS
Peces bentónicos
Peces bentónicos demersales
1997
1998
1247.57 1328.03 1312.35
165.8
126.8
166.67
Peces pelágicos
1544.4
816.37
703.18
Peces pelágicos costeros
344.57
320.27
235.79
Otros en general
714.87
742.37
817.03
1634.14 1212.73
825.54
Crustáceos
Moluscos
Total
855.52
98.56
Epinephelus niveatus
1999
40.30
6506.87 4645.26 4097.86
Cephalopholis panamensis
Tiburón aletinegro
Toyos
Carcharhinus limbatus
Mustelus dorsalis
Mustelus lunulatus
Carcharhinus falciformis
Carcharhinus galapagensis
Barracudas
Sphyrna lewini
Sphyrna tiburón
Sardinas
Familia Engraulidae
Familia Clupeidae
5.4.3. Recursos explotables más importantes
Los siguientes listados hacen referencia a los recursos pesqueros explotados por las flotas artesanales e
Carduma
Cetengraulis mysticetus
Burique
Caranx caballus
Ronco
Bairdiela armata
Peladas
Cynoscion albus
Cynoscion reticulatus
107
108
Bahía de Tumaco
Cajero
Cynoscion praedatorius
Crustáceos
Cynoscion xanthulus
Nombre Común
Nombre Científico
Macrodon mordax
Camarón blanco
Penaeus occidentalis
Larimus acclivis
Penaeus stylirostris
Larimus effulgens
Botellona
Mojarras
Canchimala
Lisa
Penaeus vannamei
Menticirrhus panamensis
Camarón tigre
Trachypenaeus byrdi
Diapterus peruvianus
Camarón tití
Xiphopenaeus riveti
Eugerres lineatus
Camarón coliflor
Solenocera agassizii
Eugerres periche
Jaiba
Callinectes toxotes
Arius multiradiatus
Callinectes arcuatus
Mugil cephalus
Portunus spp.
Mugil curema
Rascapalo
Oligoplites sp
Espejuelo
Selene brevoortii
Selene oerstedii
Leiro
Eugerres sp
Bocón
Nebris occidentalis
Brujo
Gobionellus sp
Tamborero
Sphoeroidea annulatus
Sábalo
Brycon oligolepis
Sabaleta
Brycon americus sp
Cagua
Diplectrum sp
Moluscos
Nombre Común
Calamares
Nombre Científico
Loliolopsis diomedeae
Lollinguncula panamensis
Piangua
Anadara tuberculosa
Anadara similis
Caracoles
Melongena patula
Sángara
Anadara grandis
Cholga
Mytella guyanensis
Chione subrogosa
Peineta
Pinna rugosa
Ostión
Pteria sterna
Striostrea prismatica
Ostra perlera
Pinctada mazatlanica
Ostión de mangle
Crassostrea columbiensis
Chiripiangua
Polymesoda notabilis
Polymesoda inflata
Polymesoda anomala
Pitar paytensis
5.4.4. Zonas de pesca
Por las características de la flota industrial sus
faenas de pesca le permiten tener una mayor
cobertura en aguas más profundas, mientras que los
pescadores artesanales acceden a zonas de poca
profundidad donde los barcos industriales no llegan
por su calado. Sin embargo, en la bahía de Tumaco
las zonas sobre las cuales ejercen su esfuerzo los
pescadores artesanales son las mismas donde actúan
las flotas industriales y semi-industriales, por la alta
presencia de camarón y algunas especies de pesca
blanca.
Se distinguen, además, cuatro zonas características de pesca dentro de la bahía, con base en datos
obtenidos por Borda et al. (1995), diferenciadas entre
sí por los tipos de artes empleados para la captura;
especies más significativas; número de pescadores;
Captura por Unidad de Esfuerzo (Cpue), y Unidad
Económica de Pesca (UEP). Siendo la de mayor
importancia, en términos de volúmenes de captura
la Zona II, con el 40.83% de la producción total anual;
seguida por la Zona III, con el 26.12%; luego la Zona
IV, con el 17.98%, y por último la Zona I, con el 15.07%
(Tabla 5.7. y Figura 5.9.).
Tabla 5.7. Valores obtenidos de Unidad Económica
de Pesca y Captura Total para el año de 1995 (Borda
et al., 1995).
Protothaca asperrima
Almeja
Almejón
Tivela argentina
ZONAS
Mactra fonsecana
I
UEP/DÍA/AÑO UEP/AÑO
34
11729
CAPTURA TOTAL
75724.42
Tellina laceridens
II
55
19129
205141.84
Donax assimilis
III
40
13861
131229.22
Mactrellona exoleta
IV
20
6842
90341.84
Bahía de Tumaco
Teniendo en cuenta esta zonación se pueden ubicar
los principales recursos para la pesca artesanal en
estas áreas así: el camarón blanco se encuentra
preferiblemente en las zonas I y III; el tití en las zonas
II y III; el tigre en las zonas I y II; la pomada en la
Zona III; la pelada en la Zona I; la pescadilla en las
zonas I y IV, y las jaibas en las zonas I y II.
Cabe destacar que aunque las zonas I y IV
presenten valores similares de producción difieren en
el esfuerzo, siendo mayor en la Zona I, donde está
dirigido al camarón de aguas someras, mientras que
para la Zona IV la producción se centraliza en la pesca
blanca (Borda et al., 1995).
Según el resumen de comercialización de productos
hidrobiológicos movilizados durante 1996, arrojado
por el Inpa, existen en la bahía cuatro familias
representativas con los siguientes patrones de
temporalidad: Carangidae es homogénea todo el año
a excepción de mayo, cuando presenta un máximo;
Ariidae abunda en agosto; Engraulidae es determinada
por el comportamiento de la carduma, y Sciaenidae
que siendo la más errante presenta un pico máximo
en mayo, uno mínimo en septiembre y vuelve a
aumentar en marzo. En general las especies de la
pescadilla presentan un comportamiento de
abundancia a finales y principios de año (Borda et
al., 1995).
5.4.6. Volúmenes de pesca por familia
Figura 5.9. Zonas de pesca ubicadas en la bahía
de Tumaco (Borda et al., 1995).
5.4.5. Pesca por época
En la pesca artesanal de la bahía no se reportan
épocas especialmente críticas o de ausencia del
recurso, pero existen factores que marcan una mayor
o menor producción de acuerdo al comportamiento
de las mareas, la luna, las lluvias, etcétera (Borda et
al., 1995).
Los pescadores consideran que la época de mayor
productividad es la cuaresma, comprendida entre
febrero y abril. Las lluvias (enero-julio) favorecen el
uso de malladores cerca del litoral, mientras que en
la época seca (julio-septiembre) se propicia el uso de
artes construidos con anzuelos (Inpa, 1996).
Las familias de peces que dominan las capturas
varían año tras año. Así, para 1994 las principales
familias que se capturaron en la bahía de Tumaco
fueron Ariidae, Pomadasyidae y Engraulidae; en 1995
fueron Pomadasyidae, Sciaenidae y Ariidae; para 1996
fueron Merlucciidae, Scombridae y Sciaenidae, y en
1999 se trató de la familia Engraulidae (Tabla 5.8.).
Esta variabilidad en las familias encontradas
caracteriza las pesquerías tropicales multiespecíficas
que presentan una alta diversidad de especies,
pesquería poco selectiva y, generalmente, una tendencia al deterioro de las poblaciones explotadas por
prácticas de pesca inadecuadas, asociadas con el
descarte de especies poco deseables y la destrucción
del hábitat (Pauly, 1994).
Las pesquerías de la bahía de Tumaco han exhibido
un patrón común a muchas pesquerías tropicales del
mundo; con una fase inicial de desarrollo dominada
por pescadores artesanales, en la cual la captura total
no es muy grande y la abundancia de sólo algunas
especies es sustancialmente influenciada por la pesca.
Posteriormente, la pesca de arrastre de mayor escala
es introducida y empieza a competir con la pesquería
artesanal, el esfuerzo de pesca total se incrementa
progresivamente y la captura se incrementa hasta un
nivel máximo. A medida que el esfuerzo total de las
flotas industriales y semi-industriales se incrementa la
captura total puede mantenerse, pero surgen cambios
en la composición de especies de dicha captura,
desapareciendo primero las especies de mayor valor
109
110
Bahía de Tumaco
comercial, por lo cual los pescadores artesanales
obtienen una menor proporción de la captura
total.
Tabla 5.8. Composición en porcentaje de la
pescadilla a nivel de familia en las capturas para los
años 1994, 1995, 1996 y 1999 (Inpa, 1996 y 2001).
%1994
%1995
%1996
%1999
Ariidae
Familias
17.8
8.74
6.40
2.27
Balistidae
2.91
2.87
0.08
0.03
Belonidae
0.1.8
0.03
0.04
0.12
Bothidae
0.54
0.07
0.37
0.12
Carangidae
04.5
8.35
15
3.66
Carcharhinidae
0.14
0.28
1.34
1.33
Centropomidae
2.70
1.90
6.24
1.16
Clupeidae
1.72
7.13
0
0
Engraulidae
13.8
1.95
0
60.7
Gerreidae
03.8
6.12
2.71
0.40
Lobotidae
0.07
0.13
2.38
1.30
Lutjanidae
4.42
0.26
5.83
5.24
Merlucciidae
0
0
21.8
1.02
Mugilidae
2.83
5.69
0.45
0.40
Mullidae
1.54
1.61
0.01
0
Muraenesocidae
0
0.92
0.54
0.52
Ophidiidae
0.94
0.98
0.01
0.015
Polynemidae
6.60
7.60
0
0.004
Pomadasyidae
15.9
13.9
0
0.03
Sciaenidae
3.63
14.6
9.96
7.24
Scombridae
2.34
5.39
14.38
9.31
Serranidae
0.14
0.21
1.94
1.36
Sphyraenidae
3.82
0.96
2.88
1.50
Stromateidae
0.64
1.19
0
0
Torpedinidae
0.32
0.53
0.04
0.01
Triglidae
0.01
0.06
0.01
0
Otras
7.08
8.52
7.57
2.26
Algunas de las especies que han presentado una
captura con tendencia al aumento en los últimos años
son:
• La carduma (Familia Engraulidae) y la plumuda
(Familia Ophidiidae), que ocupan un lugar importante
en la economía por ser la materia prima para la elaboración de harina de pescado.
• El cajero (Familia Sciaenidae), hace parte de la
pesca incidental de la captura de camarón.
• El jurel (Familia Carangidae), que gracias a sus
hábitos migratorios y estilo de vida pelágico posee
una alta riqueza, además no presenta una selectividad
al arte de pesca.
• El lenguado (Familia Bothidae), especie a la cual
la apertura de nuevos mercados le ha incrementado
su importancia en el renglón pesquero.
• La lisa (Familia Mugilidae), que se presenta por
épocas ya que forma cardúmenes y suelen alejarse
de las costas para desovar, pero regresan para
completar su ciclo.
• El pargo rojo (Familia Lutjanidae), la pelada
(Familia Sciaenidae), la sierra (Familia Scombridae)
y las mojarras (Gerreidae) son de alto interés
comercial y no presentan selectividad por el arte de
pesca.
• El róbalo (Familia Centropomidae) y el ronco
(Familia Pomadasyidae) son apreciados como base del
consumo de los pescadores artesanales y el comercio
local (Inpa, 2001).
5.4.7. Indices de captura y unidades económicas de pesca
Este factor mide la abundancia del recurso en un
área específica y agrupa toda la variedad de especies
comercializables que se pueden capturar en cada
faena.
Según datos proporcionados por el Inpa, la zona
de mayor captura para el período comprendido entre
junio de 1994 y junio de 1995 fue la II, siendo la de
menores índices la I (Borda et al., 1995).
Aunque la pesca de pequeños pelágicos se efectúa
con intensidad, en la bahía no existe información
completa y actualizada sobre este componente.
Según Borda et al. (1995), es evidente cómo
algunas artes de pesca presentan selectividad por el
recurso capturado (Tabla 5.9.), por ejemplo: la changa
es el mejor arte para la captura de camarón tití en
las cuatro zonas; el riflillo para camarón blanco y
pescadilla; el espinel, boliche y volantín para pescadilla y otros recursos; el cabo, empleado únicamente
en la Zona II para capturar jaibas.
Por otra parte, se puede afirmar que la pesca
industrial del camarón en la bahía de Tumaco es
sustentada por el tití, ya que representa las 2/3 partes
de la captura.
Bahía de Tumaco
Tabla 5.9. Porcentajes de la captura para cada grupo de especies en cada zona según la UEP, para los años
1994 y 1995. (Borda et al,. 1995).
ZONA I
ARTES
Blanco
Pomada
Tigre
Tití
Pelada
Pesacadilla
Jaiba
Otros
Suma (Kg)
Changa
0.06
4.14
31.46
44.62
0.23
6.71
12.56
0.21
25671.90
Riflillo
34.18
0.00
5.16
0.37
11.97
42.69
3.46
2.16
24793.17
Electrónico
16.47
0.01
1.62
0.04
9.05
61.11
0.78
10.91
22684.80
Espinel
0.00
0.00
0.00
0.00
3.25
82.14
0.00
14.61
1698.53
Volantín
0.00
0.00
0.00
0.00
0.00
100.00
0.00
0.00
75.20
Trasmallo pej.
0.00
0.00
0.00
0.00
0.00
38.46
0.00
61.54
46.80
Boliche
0.00
0.00
0.00
0.00
0.00
100.00
0.00
0.00
228.00
Chinchorro pej.
0.00
0.00
0.00
0.00
0.01
99.65
0.00
0.34
525.60
Tigre
Tití
Pelada
Jaiba
Otros
ZONA II
ARTES
Blanco
Pomada
Pesacadilla
Suma (Kg)
Changa
019
5.45
9.94
73.71
0.005
3.47
6.89
0.35
153279.08
Riflillo
24.32
0.08
3.79
0.65
10.37
39.60
7.17
14.03
25352.60
Electrónico
35.45
0.13
1.66
0.07
19.10
37.04
6.44
0.11
15003.71
Espinel
0.00
0.00
0.00
0.00
5.12
39.99
0.00
54.89
4926.50
Chinchorro cam.
6.21
7.90
12.10
63.33
0.00
10.46
0.00
0.00
4863.12
Trasmallo pej.
0.00
0.00
23.40
46.60
0.00
0.00
0.00
0.00
18.00
Atarraya
1.62
0.00
0.00
0.00
0.00
98.38
0.00
0.00
136.00
Trasmallo lis.
0.00
0.00
0.00
0.00
0.00
100.00
0.00
0.00
21.76
Cabo
0.00
0.00
0.00
0.00
0.00
0.00
100.00
0.00
877.400
Tigre
Tití
Pelada
Jaiba
Otros
ZONA III
ARTES
Blanco
Pomada
Pesacadilla
Suma (Kg)
Changa
0.18
22.68
2.73
66.59
0.00
4.14
3.37
0.30
7359924.24
Riflillo
41,48
3.07
0.61
4.85
7.97
37.36
3.29
1.37
35456.26
Electrónico
20.70
0.004
0.47
0.72
12.55
48.93
0.00
16.62
11883.14
Espinel
0.00
0.00
0.00
0.00
8.12
16.42
3.48
71.98
4223.08
Chinchorro cam.
0.00
28.60
0.00
50.00
0.00
21.40
0.00
0.00
896.00
Trasmallo pej.
0.37
0.00
0.00
0.00
14.02
32.87
0.00
52.74
957.42
Tigre
Tití
Pelada
Jaiba
Otros
Suma (Kg)
ZONA IV
ARTES
Blanco
Pomada
Pesacadilla
Changa
0.07
2.55
0.00
92.24
0.00
3.94
0.89
0.31
22575.03
Riflillo
33.57
0.00
0.13
2.25
6.77
56.65
0.00
0.64
7902.35
Electrónico
5.47
0.00
0.00
0.04
11.57
31.95
0.00
51.01
13075.53
Espinel
0.00
0.00
0.00
0.00
8.40
26.75
0.00
64.85
9498.05
Volantín
0.00
0.00
0.00
0.00
0.74
88.17
0.00
11.09
34176.03
Trasmallo pej.
0.00
0.00
0.00
0.00
10.53
28.72
0.00
60.75
2742.13
Boliche
0.00
0.00
0.00
0.00
0.00
100.00
0.00
0.00
372.00
111
112
Bahía de Tumaco
Es de destacar cómo, aunque el esfuerzo está
orientado hacia las especies de camarón, la fauna
incidental constituye más del 40% de la captura, siendo
la base para la subsistencia de la familia del pescador.
5.4.8. Número de empresas pesqueras
Según Borda et al. (1995), el número de empresas
pesqueras para 1995 en el puerto de Tumaco era de
32 comercializadoras, de las cuales el 75% permanecen
activas regularmente, y ocho de éstas movilizan el
70% del total del producto pesquero del área. Sin
embargo, existen otras pesqueras de menor escala
que no se encuentran registradas en los listados de la
Cámara de Comercio.
Actualmente, las comercializadoras más importantes de este sector por sus volúmenes de venta e
inversión son: Alcomares, Bahía Cupica, Cimar’s,
Colmar del Pacífico, Compromar, Copromar, Coral del
Pacífico, Costa Azul, Isla Dorada, Delimar, El Cabo, El
Puerto, El Tiburón, FrigoPac, Frigoríficos del Mar,
Gilmar, Gladfort, Indupez, Isla Milagros, Kosta Mar,
La Bahía, Los Veleros, Luz Mar, María del Mar, Marpez,
Ocean Pacf, Pelícano, Pez Dorado, Pingüino, Prodemaco, Puerto Pesquero de Tumaco y San Marcos.
Asímismo, existen plantas industriales como Balboa
SA. dedicada a la producción y exportación de
camarón, producto de las fincas camaroneras de la
región; y Proteínas del Mar Ltda. dedicada a la
elaboración de aceite y procesamiento de harina de
pescado, cuya materia prima son los pequeños
pelágicos de poca profundidad y planos lodosos, como
la carduma y la plumuda. Esta harina se emplea como
suplemento para la alimentación animal.
del recurso piangua alrededor de 765 familias de
escasos recursos económicos, que tienen en esta
actividad la única fuente de ingresos (Borda et al.,
1996).
De acuerdo con información suministrada por las
pesqueras de la región, la producción de piangua para
el área representa, aproximadamente, entre el 15 y
el 20% de la producción total, el resto de las capturas
se exportan a Ecuador; sin embargo, no existen
estadísticas o registros que permitan conocer el
volumen exportado y por ende la extracción anual
que se hace del recurso.
Pese a lo anterior, con datos parciales, se detectó
que entre 1994 y 1997 se redujo la comercialización
en volumen de la piangua hacia el Ecuador en un
73.4%, ya que para el año de 1994 se comercializaron
35.8 millones de unidades de conchas, mientras que
para el año de 1997 la comercialización fue de 9.32
millones (Díaz, 1999).
En Tumaco existen pocas investigaciones sobre este
tema, algunas tratan sobre aspectos biológicos del
género Anadara (Squires et al., 1975; Borrero, 1982;
Naranjo, 1982; Herrán, 1983; Rengifo, 1985;
Montenegro, 1995), otras tratan sus aspectos económicos y ecológicos (Betancourth y Cantera, 1978;
Contreras y Cantera, 1978; Rodríguez, 1985; Prahl et
al.,1990), y recientemente los estudios se orientan
hacia la evaluación biológico-pesquera del recurso
(Borda et al., 1996; Borda y Portilla, 1999; Díaz, 1999;
Borda et al., 1997).
5.10.d
5.10.e
5.10.f
5.10.a
5.10.b
5.10.c
5.5. EXTRACCION Y RECOLECCION DE MOLUSCOS
Esta forma de aprovechamiento de recursos del
manglar y sus zonas vecinas está dirigida, principalmente, a la recolección de la piangua (Anadara
tuberculosa y Anadara similis). Se caracteriza por ser
una actividad de tipo artesanal, desarrollada,
generalmente, por mujeres y niños de 65 comunidades
pesqueras a lo largo de la costa de nariñense.
Se estima que en la bahía de Tumaco y, específicamente, en la comunidad de Salahonda y en las
veredas adscritas a Asconar subsisten de la explotación
Figura 5.10. a-f. Especies de moluscos extraídas
en la bahía de Tumaco: a. Anadara Tuberculosa., b.
Anadara similis, c. Mytella guyanensis, d. Chione
rubgosa, e. Mactra fonsecana, F. Tellina hertlen
(Tomado de la Colección de Referencia Biológica del
CCCP).
Bahía de Tumaco
Otras especies que se extraen según Agudelo
(1994) e Inpa (2001) son: (Tabla 5.10) (Figura 5.10.)
Tabla 5.10. Especies de moluscos explotados en la
bahía de Tumaco.
Nombre Común
Nombre Científico
Sangara
Anadara grandis
Cholga
Mytella guyanensis
Chione subrogosa
Hacha
Atrina tuberculosa
Pinna rugosa
Ostión
Pteria sterna
Isognomon recognitus
Striostrea prismatica
Ostión de Mangle
Crassostrea columbiensis
Concha Espinosa
Spondylus calcifer
Chiripiangua
Protothaca asperrima
Polymesoda notabilis
Polymesoda inflata
Polymesoda anomala
Pitar paytensis
Pitar unicolor
Almeja
Donax assimilis
Macrocallista aurantiaca
Mactra fonsecana
Tellina laceridens
Almejón
Mactrellona exoleta
Almeja Blanca
Tellina hertleni
Calamar
Loliolopsis diomedeae
Ollita
Fissurella virescens
aumentos, pues mientras en 1996 se capturaban 148
conchas/persona/día, para 1997 y 1998 se capturaron
207 y 220 conchas/persona/día, respectivamente.
Sin embargo, aunque se note un leve incremento en
el número promedio de captura, en general, la situación
es bastante preocupante, ya que de una u otra manera
se ha reflejado una franca disminución de la abundancia
relativa de este recurso, puesto que entre 1972 y 1996
disminuyó en un 86.7% su captura promedio.
Es de anotar, igualmente, que esta actividad dejó
de ser propia de las mujeres de la región y ahora
participan hombres y niños de estas comunidades y
algunos pescadores provenientes de Ecuador, por lo
cual el esfuerzo sobre el recurso se ha multiplicado
(Borda y Portilla, 1999).
5.6. Camaronicultura
Esta actividad hace referencia a la producción de
camarones penaeidos en condiciones controladas, la
cual se lleva a cabo en dos fases: producción de semillas
en laboratorios y siembra de larvas en estanques.
Las tierras más apropiadas para el establecimiento
de proyectos de cultivo son las que están aledañas a
las zonas estuáricas, descubiertas de manglar. A continuación se listan las camaroneras presentes en la bahía
y su situación actual (Tabla 5.11):
Tabla 5.11. Camaroneras de la bahía de Tumaco y
situación actual (CP-2, 2002).
Lollinguncula panamensis
Camaronera
Estado actual
Nautilus Ltda.
Activa, 4 Piscinas (40%)
Agromarina (San Luis y Napasa) Activa, 6 piscinas (80%)
Captura y esfuerzo
Las faenas de captura de la concha de piangua se
efectúan de acuerdo con el comportamiento de las
mareas, cuando la marea comienza a bajar los
recolectores ‘entran’ al manglar. El tiempo real de
faena es de cuatro a seis horas, durante las cuales la
concha es buscada en las cavidades que se observan
al lado de las raíces de mangle (Rhizophora spp.),
introduciendo la mano entre cinco y 30 centímetros,
aproximadamente, en todas las direcciones (Borda y
Portilla, 1999). Estos mismos autores estimaron que
la Cpue para la Anadara tuberculosa ha reportado
Balboa Camaronera
Activa, 28 piscinas (90%)
Maja de Colombia
Activa, 12 piscinas (70%)
Camaronera del Pacífico
Activa, 40%
Acuacultura Matilde
Inactiva
Aguaclara
Inactiva
Tecnimar
Inactiva
Barraquetes
Inactiva
Perla del Pacífico
Inactiva
Calamar
Inactiva
Mar Agrícola (Piscicultura)
Activa
Cripomar (Lab. de larvas)
Activa
Balboa (Lab. de larvas)
Activa
Postlarvas (Lab. de larvas)
Activa
113
114
Bahía de Tumaco
En la bahía de Tumaco esta labor se inició en 1984
y tuvo gran desarrollo a mediados de los años 90,
gracias a su rentabilidad y a la disminución de las
capturas en el medio natural.
Las camaroneras se ubicaron al lado de los esteros
de Aguaclara, Piñal, Salado, Chapilar, Sábalos, Purún,
Caunapí, Inguapi, Chilví y Guandarajo; en los ríos
Tabacal y Rosario; en el sector de Cabo Manglares y
cerca de la carretera Tumaco-Pasto (Mapa No. 2).
Para la instalación de estas fincas camaroneras se
talaron alrededor de 5000 hectáreas del manglar y
los cultivadores obtenían las semillas del medio
natural (Borda et al., 1997).
El camarón que se produce en los laboratorios se
conoce como ‘camarón blanco’, corresponde a las
especies Penaeus vannamei, Penaeus stylirostris y
Penaeus schmitti (Figura 5.11.). Siendo la primera la
más explotada, debido a su capacidad de ser sembrada
en altas densidades y por la obtención de un buen
crecimiento (Newmark et al., 1996).
Figura 5.11. Penaeus vannamei, especie de
camarón de aguas someras cultivada en la bahía de
Tumaco. (Tomada de la Colección Biológica de
Referencia del Laboratorio de Ecología y Biología
Marina del CCCP).
Estas especies, por ser de aguas someras, soportan
en forma directa el impacto de las descargas continentales de los numerosos ríos que desembocan en esta
zona costera; es probable que estén migrando hacia
aguas más productivas y de mejores condiciones de
salinidad (33-35 psu) que les permitan desarrollar sus
ciclos reproductivos, como es el caso de las costas de
Ecuador y Centroamérica.
El estudio llevado a cabo en la bahía de Tumaco
por Newmark et al., (1996) reporta que en promedio
las fincas para el cultivo semiintensivo de Penaeus
vannamei presentan un rendimiento de 796.76Kg./
ha/ciclo; una sobrevivencia del 41.76%; una densidad
de siembra de 14.43 PL./mg; un peso de cosecha de
14.14g; una duración de ciclos de 118.04 días/ciclo;
una rotación de estanques de 3.1 ciclos/año, y una
productividad de 2466.66 kg/ha/año.
Al inicio de esta actividad la mayoría de estas
empresas productoras importaban larvas y otros
insumos desde Ecuador y Panamá. Actualmente (2003),
existen tres laboratorios encargados de la producción
de peneidos, los cuales abastecen la producción de las
fincas locales y exportan larvas a Ecuador.
A mediados de 1999 se detectó formalmente la
presencia del virus de la mancha blanca Wwsv (por
sus siglas en Inglés) que causó estragos en la industria
camaronícola. Cabe mencionar que esta actividad
iniciaba apenas la recuperación de los daños causados
por otros síndromes y efectos climáticos tales como
el síndrome del Taura (TSV), que atacó entre 1994 y
1995; el síndrome de Las Gaviotas (1990-1991), y del
fenómeno de El Niño, que había golpeado duramente
la actividad en los tres años anteriores. Sumado a
esto y de fecha más reciente se ha reportado presencia
del virus de la cabeza amarilla.
El virus de la mancha blanca tuvo su origen en Asia
y actuó en forma devastadora a principios de los
noventa. En América Latina se detectó por primera
vez en 1999 en granjas camaronícolas de Honduras y
Nicaragua, de donde pasó a Panamá, país eminentemente exportador de larvas de camarón para cultivos,
y de ahí se difundió rápidamente por la región
afectando, principalmente, a Ecuador, Perú y Colombia.
Por otro lado, la industria camaronera atraviesa una
etapa crítica en su proceso de desarrollo, la cual afecta
su productividad por diversos factores, entre los que se
encuentran: la baja sobrevivencia; la multiplicidad de
enfermedades; las variaciones en la temperatura; la
reducción de la tasa de crecimiento del camarón; una
posible incidencia del fenómeno de El Niño, que modifica
el medio donde se encuentran las fincas camaroneras y
como resultado puede llegar a incrementar o reducir los
rendimientos de la región; la inestabilidad del suministro
del mercado de postlarvas, tanto a nivel nacional como
regional; el manejo inadecuado del proceso de cultivo;
la fluctución de los precios internacionales del mercado,
y el incremento en los costos de producción y operación
de las fincas camaroneras (Newmark et al., 1996).
CAPITULO VI
Riegos Naturales y Antrópicos
Las construcciones en terrenos de bajamar ofrecen grandes riesgos frente a fenómenos naturales como los
tsunamis.
116
Bahía de Tumaco
Bahía de Tumaco
Dada su ubicación geográfica, la bahía de Tumaco
se encuentra expuesta a los efectos de diferentes
fenómenos naturales y antrópicos que, dependiendo
de las circunstancias bajo las cuales se presenten,
pueden generar impactos negativos sobre sus pobladores y ecosistemas.
El conocimiento de la intensidad, duración, probabilidad de ocurrencia y efectos esperados es determinado a través de lo que se conoce como Evaluación
de Riesgos Ambientales, lo cual en los últimos años
se ha convertido en uno de los principales temas de
estudio e investigación para el CCCP.
Hacer una evaluación de riesgos ambientales
implica identificar los tipos de peligros o amenazas y
su magnitud, así como determinar la probabilidad
espacial y temporal de ocurrencia; entendiendo como
peligro o amenaza la probabilidad de ocurrencia de
un potencial fenómeno peligroso dentro de un período
de tiempo específico y un área determinada.
Son numerosas las amenazas que pueden afectar
la bahía de Tumaco, por ello para facilitar su análisis
se han clasificado en dos tipos. Las primeras, de
origen natural, incluyen fenómenos como El Niño,
tsunami, erosión y aumento del nivel medio del mar;
las segundas, de origen antrópico, agrupan la
contaminación marina y la sobreexplotación de los
recursos. La afectación de la bahía a consecuencia
de estás amenazas constituye el tema central de este
capítulo.
6.1. RIESGOS NATURALES
6.1.1. Tsunamis
Los tsunamis son trenes de ondas (olas) generados
por la actividad sísmica en el lecho marino, que se
propagan a velocidades de 500 a 900 km/hora, con
períodos entre 5 y 70 minutos, longitudes de onda
entre 100 a 600 km y amplitudes en alta mar entre 30
a 60 cm (Wiegel y Robert, 1964).
Los tsunamis transportan gran cantidad de energía
y pueden generar fuertes inundaciones a las costas
donde llegan, causando daños en las infraestructuras
por el impacto y la erosión de las corrientes entrantes
y salientes (flujo y reflujo) (Figura 6.1.). Lo anterior
debido a que el oleaje producido en aguas profundas
se altera al arribar a aguas someras costeras, disminuyendo la longitud de onda de las olas y aumentando
su amplitud y altura (fenómenos de refracción y
asomeramiento).
Una de las causas de los tsunamis son los sismos
que se originan sobre la corteza oceánica, éstos son
particularmente frecuentes en las franjas de unión
de las placas tectónicas. En el caso de Tumaco, la
franja sísmica colombo-ecuatoriana que se observa
como resultado de la subducción de la Placa de Nazca
bajo la Placa Suramericana se encuentra ubicada a
sólo 100 km de distancia y ella dio origen durante el
Siglo XX a varios eventos tsunamigénicos.
Figura 6.1. Evolución de una ola de tsunami en su
recorrido hacia la costa.
Cabe mencionar de forma particular el tsunami
de 1906, generado por un terremoto considerado como
uno de los más grandes que se han registrado en el
mundo, con una magnitud de 8.7 en la escala de
Gutenberg-Richter. También se presentaron tsunamis
de menor intensidad en los años de 1942 y 1958, y el
último de ellos ocurrió en 1979, causando grandes
estragos en las costas nariñense y caucana.
Los daños, materiales y pérdidas humanas, derivados como consecuencia del tsunami de 1979
afectaron la costa sur de Colombia, desde Tumaco
(Nariño) hasta Guapi (Cauca). En Nariño, según datos
proporcionados por la Defensa Civil, se registraron
452 muertos, 1011 heridos, 3081 viviendas destruidas
y 2119 averiadas. En Tumaco fueron averiadas cerca
de 900 viviendas situadas a la orilla del mar y otras
más hacia el interior de la isla, principalmente las
edificadas sobre los terrenos de relleno. Las construcciones del puerto y el viaducto entre las islas La Viciosa
y El Morro sufrieron desperfectos.
Minutos después del terremoto, parte de la línea
costera de Colombia fue impactada por un tsunami
que destruyó por completo a San Juan de la Costa,
población ubicada 60 km al Norte de Tumaco.
117
118
Bahía de Tumaco
Además, arrasó la isla barrera sobre la cual estaba
asentada esta población, arrastrando todas las construcciones y dejando un saldo de por lo menos 220
víctimas, en su mayoría niños. Gracias a que el tsunami
llegó a la costa con marea baja, los daños causados
no fueron más considerables (Figura 6.2.).
Figura 6.2. Aspectos de los daños causados en
Tumaco por el tsunami del 1979.
La presión ejercida por el movimiento vibratorio
de la tierra hizo salir a borbotones chorros de agua y
arena hasta de dos y tres metros de altura; se formaron
cráteres de 80 cm de diámetro y casi un metro de
profundidad, llamados por la gente ‘oídos de mar’,
que luego desaparecieron por la erosión y el arrastre
de arena tras la invasión de aguas marinas.
Por la comparación entre el nivel de mareas
anterior y posterior a este fenómeno; los relatos de
los habitantes; las señales recogidas en campo; la
presencia de árboles antes verdes, medio secos y
sumergidos, y las marcas de las viejas y las nuevas
mareas en los edificios, entre otras, se verificó la
subsidencia o hundimiento de por lo menos 200 km
de la costa del sur del Pacífico colombiano y del norte
de Ecuador.
Lo anterior muestra que cuando se habla de este
fenómeno en realidad se trata de tres amenazas
distintas, cuyos efectos se suman entre sí, puesto que
inicialmente se tiene un sismo, el cual genera licuación
de los suelos arenosos (todas las islas de Tumaco, son
de este material) y un tiempo después sobreviene la
inundación por el tsunami. De estos tres fenómenos
el CCCP se ha centrado en estudiar la inundación
ocasionada por el tsunami; sobre el tema sísmico y la
licuación de terrenos se han desarrollado estudios por
parte de Ingeominas y el Observatorio Sismológico del
Suroccidente, Osso.
6.1.1.1. Mapas de inundación
Otro de los efectos a resaltar fue la desaparición
de la isla del Guano, ubicada un kilometro al norte
de la isla de Tumaco.
El movimiento sísmico generó licuación del suelo,
con los consecuentes derrumbes, deslizamientos y
agrietamientos en la zona. Este fenómeno explica el
notable hundimiento y agrietamiento observado en
las vías de acceso a los puentes de Tumaco y las zonas
del puerto rellenadas con arena y arcilla. Los pilares
de muelles y edificaciones levantadas en esta clase
de terreno se corrieron, averiando y destruyendo
totalmente las construcciones.
A este fenómeno se le atribuye la destrucción de
la mayoría de las viviendas en Tumaco y El Charco, y
el agrietamiento en las calles y el aeropuerto La
Florida (Tumaco), que en algunos casos presentaron
dimensiones hasta de un metro.
La transferencia de tecnología para modelación
de tsunamis con fines preventivos se ha puesto de
manifiesto a través del proyecto Tsunami Inundation
Modeling for Exchange, Time (por sus siglas en inglés),
como resultado directo del esfuerzo coordinado por
la Comisión Oceanográfica Intergubernamental, COI,
y el Grupo de Coordinación Internacional para el
Sistema de Prevención de Tsunami en el Pacífico, ICG/
ITSU, en su contribución a la década internacional de
reducción de desastres naturales.
El CCCP ha utilizado el modelo numérico desarrollado en el proyecto Time para determinar el
tiempo de llegada de un tsunami a la bahía de Tumaco,
así como las corrientes inducidas y las consecuentes
inundaciones. Para ello se ha seleccionado un escenario sísmico dado (epicentro y magnitud), y se ha
Bahía de Tumaco
introducido información sobre la batimetría del área
y la topografía de la franja costera. La salida del
modelo Time, relativa a alturas de ola, se ha pasado
al sistema de información geográfica Caris para sobreponerlo a otra información disponible del área, tal
como: cotas de nivel, construcciones, predios,
etcétera. Esto con el fin de evaluar la extensión de
las inundaciones y la población e infraestructuras que
se verían afectadas por este fenómeno natural.
La magnitud de un tsunami sobre un área está
determinada por tres factores a saber:
• El epicentro del sismo
• La magnitud del sismo
• El nivel de marea
Sí el sismo ocurre a considerable distancia del lugar
de interés se trata de un tsunami de origen lejano y
por tanto existe suficiente tiempo para prever sus
efectos y alertar a la población. Sí por el contrario es
un tsunami de origen cercano, éste llega tan rápido
que no da tiempo para activar un sistema de alerta y
evacuar la población, en cuyo caso las consecuencias
son devastadoras. Este último caso es en el que se
vería avocado la población de Tumaco, ya que la franja
sísmica se encuentra muy cercana y sólo se tendrían,
aproximadamente, 30 minutos para la llegada de la
primera ola de tsunami (Quiceno y Ortiz, 2001).
A partir de los diferentes casos simulados, se pudo
establecer que un sismo en la región aledaña al lugar
del ocurrido en 1979 (1.7N, -79.9W) generaría el
tsunami más peligroso para Tumaco, pues no sólo se
tendría un tiempo de respuesta menor, sino que las
alturas de ola para los diferentes lugares serían
mayores (Tabla 6.1.).
Tabla 6.1. Alturas y tiempos de llegada de la primera ola de tsunami sobre el área urbana de Tumaco,
para sismos de diferente intensidad.
Intesidad del sismo, Mw
6.9
T, min
H, m
36
0.04
7.2
34
0.05
7.5
32
0.2
7.7
31
0.4
7.9
30
1.8
8.0
30
2.4
8.1
30
3.0
8.2
30
3.5
Asumiendo el epicentro del sismo en la posición
más desventajosa para Tumaco, quedan dos variables
por definir: la magnitud del sismo y el nivel de marea;
la combinación de éstas arroja innumerables escenarios posibles de inundación.
De todos los escenarios posibles se extraen cuatro
eventos que combinan dos magnitudes de sismos con
dos niveles de marea distintos (Tabla 6.2.); las
respuestas obtenidas permiten visualizar diversas
posibilidades de la inundación ante las variables
anotadas.
Se observa que el lugar de mayor riesgo sobre el
área urbana de Tumaco es el sector noroccidental de
las islas, donde se registra un tiempo de llegada menor
y una altura de ola mayor.
Tabla 6.2. Resumen de eventos considerados para
la generación de mapas de inundación.
Caso
Mw
Nivel de Marea
Hmax
1
7.9
Medio
2.75
2
7.9
Alto
4.64
3
8.2
Medio
4.91
4
8.2
Alto
6.37
Teniendo en cuenta lo somera que es la región, se
observa que en caso de marea baja la mayor parte de
la energía de las olas es disipada en las proximidades
de la isla La Viciosa y los efectos del tsunami se
reflejan en un rápido pero leve cambio del nivel del
mar, que puede o no alcanzar el límite máximo del
rango de mareas, dependiendo de la intensidad del
evento (Quiceno y Ortiz, 2001).
Es importante notar que aunque la altura máxima
sobre el área de estudio para el Caso 3 es mayor que
para el Caso 2, las consecuencias son más graves en
el último caso en respuesta a la condición de la
marea.
En general, se observa que la situación más crítica
se presenta cuando el evento tsunamigénico coincide
con un período de alta marea. En este caso la
disipación, que tiene lugar gracias a las características del terreno es mínima comparada con la
energía transportada por una mayor masa de agua
en la cercanía de las islas y aún un evento no muy
intenso podría inundar un alto porcentaje de la zona
urbana.
119
120
Bahía de Tumaco
El caso extremo lo constituye un evento de 8.2 en
la Escala de Richter, con condiciones de marea alta,
como se observa en la Figura 6.3.-Caso 4. En este
caso más del 90% del territorio urbano podría, eventualmente, inundarse como consecuencia de este
fenómeno. En síntesis, el Caso 1, observado en 1979,
no representa daños considerables por tsunami para
la región, pues dadas las condiciones de marea los
niveles de agua no alcanzan a superar el límite máximo
del rango de mareas (Quiceno y Ortiz, 2001).
De igual manera, como se anotó anteriormente,
el Caso 3 no tiene efectos representativos para la
región por su condición de marea, a pesar de registrar
una altura máxima mayor que el Caso 2.
El Caso 2 da una clara idea de la importancia de la
condición de marea para un evento dado y el Caso 4,
considerado extremo, permite visualizar la desventaja
que representa la escasez de terrenos elevados para
la comunidad de San Andrés de Tumaco (Quiceno y
Ortiz, 2001).
Caso 1
Caso 2
Caso 3
Caso 4
Figura 6.3. Mapas de inundación por tsunami generados a partir del modelo Time, que muestran la altura
de ola máxima registrada sobre el área de estudio durante dos horas de evaluación de un tsunami. Las áreas
blancas representan los lugares que permanecen secos. Los colores representan la altura de ola en metros, de
acuerdo con la escala adjunta. Casos 1 y 2 corresponden a sismos de magnitud 7.9, con marea media (izquierda)
y alta (derecha), respectivamente; casos 3 y 4 corresponden a un sismo de magnitud 8.2 en las mismas dos
condiciones de marea.
Mapa No. 7 - Inundación por tsunami en el casco urbano de Tumaco.
Mapa No. 8 - Inundación por tsunami en la población de Salahonda.
Bahía de Tumaco
Revisado lo anterior y ante la variabilidad de
resultados, viene la pregunta sobre cúal escenario
escoger para implementar planes de atención de la
posible emergencia, siendo el más recomendable el
de mayor probabilidad de ocurrencia.
De acuerdo con el Ingeominas y el Osso, el escenario sísmico más probable para Tumaco en los
próximos 50 años es de un sismo de hasta 7.9, lo cual
descartaría los casos 3 y 4 mostrados anteriormente.
Teniendo en cuenta lo anterior se presentan los mapas
No. 7 y 8, en los cuales se señalan las áreas que serían
susceptibles de inundación tanto en el casco urbano
de San Andrés de Tumaco como de Salahonda, las dos
principales poblaciones de la bahía.
6.1.2. Fenómeno de El Niño
‘El Niño’ es el término empleado para describir la
eventual aparición de aguas superficiales relativamente más cálidas que lo normal en el Pacífico Tropical
Central y Oriental, frente a las costas de Chile, Perú,
Ecuador y Colombia.
Los eventos de El Niño son aperiódicos y oscilan
entre dos a siete años con diferentes intensidades; sus
anomalías térmicas observadas en toda la cuenca del
Pacífico tienen un promedio de duración de un año.
Cuando no se presenta evento El Niño los vientos Alisios
del Norte y Sur son fuertes y soplan de oeste a este,
desde Sudamérica hacia el continente Indo-asiático;
las corrientes marinas se dirigen en ese mismo sentido,
apilando las masas de agua al Occidente, por lo cual el
nivel del mar se eleva en esa zona.
Este movimiento hace que lleguen aguas frías y
ricas en nutrientes a las costas suramericanas,
especialmente en Chile, Perú, Ecuador y el sur de
Colombia, en menor proporción, haciendo que éstas
se tornen muy productivas en recurso pesquero.
Cuando aparece El Niño los vientos Alisios se
debilitan; las corrientes se invierten arrastrando las
masas de agua cálida hacia el Pacífico Sudeste; las
temperaturas de las aguas costeras suramericanas
aumentan, disminuye el contenido de nutrientes y
por ende la pesca; además, se incrementa el nivel
del mar y se altera el patrón de lluvias.
La amenaza del fenómeno de El Niño se centra
sobre la biota y las pesquerías, pero también afecta
el clima en las zonas continentales, generando sequías
extremas o aumento en las precipitaciones, estimulando la erosión. El cambio en el régimen climático
se manifiesta sobre la población, destruyendo sus
viviendas y bienes, y afectando sus condiciones de
vida. También se despliega un gran impacto sobre la
agricultura, la ganadería, la industria, el transporte
y, en sí, afecta todos los sectores de la economía.
En los últimos años se han presentado los siguientes
fenómenos: entre 1997-1998 se observó el que se
considera El Niño más intenso del último siglo, que
causó grandes pérdidas socioeconómicas en todo el
continente suramericano y en el que particularmente
la bahía de Tumaco registró ascenso del nivel del mar
e incremento de la temperatura superficial del mar,
TSM.
Durante los años 1999 y 2000 se evidenció la
presencia del evento frío, La Niña, con el transporte
de agua más fría, por efecto de la reactivación de los
vientos del Sureste, reflejado en una disminución de
1.0 a 2.0° C en la TSM y en el aumento de la salinidad
en 2 ups en la cuenca del Pacífico colombiano. En el
año 2001 se estaba dando el retorno a condiciones
normales, cuando a finales del 2002 se detectó el
nuevo aumento de las temperaturas y la presencia
del fenómeno de El Niño, aunque de características
moderadas, el cual estuvo presente durante el
segundo semestre del 2002 y el primero del 2003.
6.1.2.1. Temperatura superficial del mar
(TSM)
Un año promedio histórico para la TSM en la bahía
de Tumaco se caracteriza por presentar registros altos
el primer semestre, con un pico definido entre los
meses de abril y mayo; para el segundo semestre los
registros son menores en comparación al primero.
La Figura 6.4. registra el comportamiento de la
TSM a partir de 1995, apreciándose entre mayo y
agosto de 1997 las primeras manifestaciones del
fenómeno de El Niño en la bahía de Tumaco, con incrementos en la temperatura del orden de 1 a 2° C.
A comienzos de 1998 se observó el desarrollo de
este fenómeno con los máximos incrementos, 2.5° C,
hasta registrarse la culminación del mismo entre julio
agosto de este mismo año. A finales de 1998 y
comienzos de 1999 se observó una tendencia de la
TSM hacia los valores promedio.
121
122
Bahía de Tumaco
costa afuera, frente al puerto de Tumaco, registró
condiciones propias del evento frío a principios del
año 2000, reflejadas en la capa isotermal con un espesor de 30 m, aproximadamente, y la termoclina a una
profundidad que varió de 35 a 45 m.
Se resalta el comportamiento a principios de los
años 2000 y 2001 donde se observó la disminución de
la temperatura subsuperficial, ocasionando el ascenso
de las isotermas de 17 a 19° C hacia la superficie,
localizándose estas normalmente por debajo de los
50 m (Figura 6.5.).
Figura 6.4. Comportamiento de la TSM y promedio
histórico mensual en la bahía de Tumaco para el
período 1995-2001.
A partir de mayo de 1999 la TSM comenzó a descender por debajo de los valores históricos, indicando
el inicio de un evento frío. Esta tendencia se mantuvo
el resto del año hasta abril de 2000.
Durante el resto del año 2000 y el 2001 se presentaron oscilaciones muy cercanas al promedio histórico
mensual con valores de 0.2° C por debajo de los
mismos, lo cual corresponde a un comportamiento
para la TSM característico de una época con condiciones de normalidad.
Durante el primer semestre del 2002 se aprecia
un comportamiento de la TSM cercano a los valores
históricos, con oscilaciones de 0.4° C, tanto positivas
como negativas sobre los mismos. Para el segundo
semestre del 2002 se observa un ligero aumento hasta
alcanzar anomalías positivas cercanas a 1° C.
6.1.2.2. Distribución vertical de temperatura
La distribución vertical de temperatura depende
de muchos procesos físicos entre los cuales sobresalen
la concentración de calor y su intercambio a través
de la superficie; la mezcla turbulenta; la circulación
de aguas y el paso de calor por medio de las corrientes.
El funcionamiento conjunto de dichos procesos
llevan a la formación de un perfil vertical de temperatura muy complejo que permite determinar los
comportamientos generales de los océanos.
La composición de la estructura térmica de la
estación fija del CCCP, ubicada a 10 millas náuticas
Figura 6.5. Variación de la temperatura (ºC) del agua
en la estación fija del CCCP a 10 MN de Tumaco, entre
agosto de 1999 y junio de 2002.
Entre abril y septiembre de 2001 se observaron, a
nivel superficial temperaturas con valores superiores
a 27° C; la capa isotermal hasta los 40 m; la termoclina
más profunda en los niveles de 50 a 60 m, lo cual no se
presentó durante los años 1999 y 2000, y una profundización de la isoterma de 16° C hasta los 80 m.
Durante octubre y noviembre de 2001 la capa de
mezcla se mantuvo en los mismos niveles, mientras
que la termoclina se localizó entre los 40 y 50 m de
profundidad, observándose que las isotermas de 15 y
16° C se encontraron en el límite inferior de la termoclina a 55 m, aproximadamente (Figura 6.5.).
Para el primer trimestre de 2002 se observa un
comportamiento sostenido de la temperatura en
profundidad, un poco más largo en el tiempo comparado con los años anteriores, que se prolongó hasta
finales de abril. Sin embargo, los valores bajos de
temperatura iniciaron su descenso en profundidad a
inicios de mayo, siendo remplazados por valores
promedio para la época a nivel superficial.
Bahía de Tumaco
6.1.2.3. Efectos de El Niño sobre el fitoplancton
Generalmente, los valores de abundancia fitoplanctónica son afectados por cambios ambientales
producidos durante la evolución de las distintas fases
del fenómeno de El Niño.
Es así como durante la etapa pre-Niño el número
de células se incrementa, a causa de la intensificación
de la surgencia de aguas profundas más frías y más
ricas en nutrientes, disminuyendo, paulatinamente,
durante la etapa de El Niño hasta alcanzar niveles
bajos en la fase de post-Niño. En estas dos últimas
fases se presenta una acumulación de aguas cálidas
pobres en nutrientes.
Esto se puede corroborar de acuerdo con los
estudios de Gershanovich y Muromcev (1982), donde
la temperatura del agua influye activando o limitando
la producción biológica del océano, por lo que las
épocas climáticas con rangos extremos de temperatura determinan la distribución, abundancia y
diversidad de las especies fitoplanctónicas, debido a
que en su mayoría éstas son muy sensibles a los
cambios que se presentan en la columna de agua.
Figura 6.6. Distribución de TSM para cada época
climática y su relación con la abundancia promedio
de daitomeas y dinoflagelados.
La Figura 6.6. muestra la incidencia temporal y
espacial de la temperatura en la distribución y la
cantidad de células presentes en el área.
Los rangos arrojados de abundancia entre las tres
épocas indican que bajo condiciones normales se registran valores promedio de diatomeas entre 193 y 836
cel/mL; esta época presenta una gran inestabilidad
debido a que las comunidades están sujetas a cambios
de temperatura mensuales y las variaciones en las
abundancias dependen, además, de los parámetros
químicos presentes en el área. Durante esta etapa se
detectaron dos blooms o afloramientos de diatomeas
de la especie Skeletonema costatum, relacionados con
el ciclo anual de variación de temperatura, correspondiendo estos aumentos con las bajas de temperatura dentro del rango normal.
En el caso de La Niña la temperatura activó, de
manera general para toda la bahía, la producción de
diatomeas. Lo anterior indica la afinidad de este grupo
por las temperaturas bajas, obteniéndose valores que
oscilan entre 520 a 1588 cel/mL. De manera contraria,
durante El Niño la temperatura fue un fuerte limitante
para el desarrollo de diatomeas, viéndose disminuidas
de forma drástica la cantidad de células en el área en
un rango de 172 a 336 cel/mL.
Para el caso de los dinoflagelados se observó un
comportamiento contrario al registrado para las
diatomeas durante El Niño y La Niña, presentándose
los valores promedio más bajos durante la época fría,
en un rango de 0 a 21 cel/mL; para la época cálida
los valores más altos fueron de 44 y 139 cel/mL. Para
la época normal la variación en abundancia celular
es más amplia con un rango de 13 a 51 cel/mL, debido
a que la temperatura se comporta según la variación
promedio normal y cualquier cambio dentro del año
puede causar variaciones en la temperatura y, a la
vez, producir cambios bruscos en la abundancia.
La diferencia entre el comportamiento de diatomeas y dinoflagelados se confirma con el estudio
realizado por Ochoa et al. (1985), donde las condiciones de temperaturas extremas producen tendencias
opuestas entre estos dos grupos, observándose
aumento en las poblaciones de dinoflagelados ante
temperaturas altas con disminución de diatomeas y
un comportamiento contrario frente a temperaturas
bajas.
6.1.2.4. Efectos de El Niño sobre la fauna
marina
Durante los eventos El Niño se presentan drásticas
alteraciones en la composición de especies foráneas
y emigración de otras autóctonas, colapso de redes
alimenticias, fallas de reproducción y reclutamiento,
y hasta mortandades masivas. Al mismo tiempo, se
sabe que este fenómeno afecta una amplia gama de
recursos pesqueros, observándose efectos de diversos
123
124
Bahía de Tumaco
tipos e intensidad, dependiendo de la especie; los
cuales se manifiestan en cambios en el patrón de
distribución, alteraciones de ciertas condiciones fisiológicas, fallas en la reproducción y sobrevivencia de
los huevos y larvas (Avaria, 1985).
Este tipo de anomalías determinan cambios en la
migración de aves guaneras, en el régimen de lluvias
de la costa que modifica la composición del fitoplancton y zooplancton, además de la distribución y
disposición del recurso pesquero (Pesantes, 1980).
Impactos sobre la pesquería
El mayor impacto del evento El Niño ocurre sobre las
especies ligadas a la zona costera, ya que afecta no sólo
su distribución sino también su abundancia de manera
considerable. Si bien las especies puramente oceánicas
resultan afectadas en su distribución, no hay evidencia
clara de que estos cambios inter-anuales de corto plazo
afecten de manera significativa su abundancia.
Son varias las maneras en que El Niño puede afectar
el recurso pesquero. La principal es el efecto de las
surgencias, que normalmente son muy ricas en
nutrientes; éstas se pueden ver afectadas por la presencia de masas de agua caliente que empobrecen el
recurso y producen una falla en la cadena trófica.
Además, con la presencia de la masa de agua más
cálida los organismos tropicales con capacidad para
nadar grandes distancias tienden a seguir estas aguas
y a distribuirse de una manera diferente a la normal.
La redistribución de estos organismos afecta de una
manera positiva o negativa su disponibilidad a las artes
de pesca, lo que produce variaciones en las producciones pesqueras donde, normalmente, habitan o se
redistribuyen.
Sin embargo, no todas las especies tienen la capacidad de moverse a las distancias adecuadas, por lo
que sufren la influencia directa de la temperatura
alta del agua, lo cual afecta su fisiología, incluso
letalmente. Por ejemplo, el recurso carduma presentó
notorias diferencias en las capturas (Figura 6.7.),
siendo mucho más bajas para 1998 con valores que
van de 104000 a 928000 k, mientras que para el año
2001 los valores estuvieron entre 425000 y 1860000 k
(Inpa, 1998 y 2001).
Otro efecto importante que pueden producir las temperaturas altas es el diblitamiento de los organismos
Figura 6.7. Cambios en la captura de carduma
durante los años 1998 y 2001
sésiles. Es el caso de especies como la piangua y el
ostión, que al estar en un período de estrés térmico
pueden tornarse susceptibles a enfermedades.
Todos estos impactos dependen de la intensidad
y duración de dicho fenómeno. Por último, es
importarte hacer notar que éste y otros efectos que
tiene el fenómeno de El Niño son netamente temporales y, después de un período corto, tienden a desaparecer.
Impactos en la camaronicultura
La acuicultura del camarón es altamente dependiente y vulnerable a las variaciones climáticas. El
camarón se cría en granjas que dependen del cultivo
de las larvas capturadas en el mar o producidas en
laboratorios, que a su vez dependen de las pesquerías para colectar adultos maduros y postlarvas
silvestres.
Los efectos del evento El Niño 1997-1998 en la
industria camaronera fueron tanto negativos como
positivos.
Tabla 6.3. Impactos generados por el fenómeno
de El Niño, evento 1997-1998.
Impactos positivos
Suministro constante y
abundante de larvas de
camarón durante 1997, lo
que favoreció el incremento
en el número de hectáres
de cultivo.
impactos negativos
Bahía de Tumaco
Impactos positivos
Aumento en la producción
Impactos negativos
El exceso de lluvias (agua
camaronera por condiciones dulce) en los primeros meambientales adecuadas
durante todo el año 1997.
ses de 1998 alteró la calidad del producto modificando su sabor.
6.1.3. Erosión y sedimentación
La bahía de Tumaco, al igual que varios sectores
de la costa Pacífica colombiana, presenta importantes
procesos de erosión y sedimentación, los cuales
afectan de manera general los componentes biótico,
litológico y paisajístico, al igual que las actividades
de desarrollo social. A continuación se señalan algunos
casos en los cuales la bahía se ve afectada por tales
procesos.
6.1.3.1. El proceso de erosión
La erosión es el desplazamiento de terreno debido
a la fuerza de la lluvia, del viento, de la gravedad,
del agua en movimiento o de las actividades humanas.
Este proceso corresponde al desgaste de la
superficie terrestre bajo la acción de agentes erosivos,
siendo el viento y el agua los más frecuentes.
En general, podría afirmarse que los procesos
erosivos se generan por dos causas: de tipo natural y
por presión antrópica. Esta última puede controlarse
e incluso ser evitada en la mayoría de los casos, a
diferencia de la erosión natural que es difícil de manejar, pero pueden establecerse algunos controles.
En otras ocasiones los procesos erosivos provienen
de fenómenos que en principio parecen no estar
relacionados, tal es el caso del evento El Niño; el
cual genera efectos en la meteorología y en la temperatura de las aguas del Pacífico, pero también produce
un aumento del nivel medio del mar sobre la costa
oeste de Suramérica e incrementa las lluvias del sector
sur de la costa Pacífica colombiana, donde se ubica
Tumaco, lo cual puede acelerar los procesos erosivos.
Durante eventos extremos, como el de 1982-1983,
las fuertes lluvias produjeron inundaciones, derrumbes
y erosión de la costa. Entre 1992-1993, en una nueva
manifestación de este fenómeno se presentaron
grandes desastres en la costa Pacífica por el alto oleaje,
la invasión de aguas y las fuertes marejadas; viéndose
especialmente afectada el área de Tumaco, por el
incremento de la precipitación hasta en un 300%.
Así, debido al aumento del nivel del mar y a la
consecuente pérdida de las playas por las fuertes
marejadas los pobladores de la bahía de Tumaco
desplazaron sus poblados, tal fue el caso del caserío
de Bocagrande.
No sólo fenómenos naturales modifican el frágil
equilibrio de las costas, la acción del hombre también
genera procesos erosivos con actividades como la
tala del manglar, bien sea para la producción de
carbón o para habilitarlo como zona de asentamiento
humano.
Asímismo, el sistema utilizado en la zona para
la nivelación de terrenos con rellenos de basura o
aserrín, que posteriormente se degradan, forman
una capa de terrenos inestables y poco consolidados, con características no aptas para la construcción, por tanto susceptibles a la erosión costera
(Figura 6.8.).
Figura 6.8. Eliminación de zonas de manglar y relleno de áreas marinas con aserrín en el aserrio Lombana.
6.1.3.2. El proceso de sedimentación
La sedimentación es el proceso mediante el cual
se mezclan en el agua partículas desprendidas del
terrero y de desechos de actividades humanas, con
su correspondiente depositación en los cuerpos de
agua y estructuras relacionadas.
125
126
Bahía de Tumaco
Este proceso tiene efectos dañinos en los cuerpos
de agua cuando se trata de sedimentos cargados con
sustancias tóxicas y pesticidas, arrastrados por la
escorrentía proveniente de áreas agrícolas y zonas
industriales, o cuando hay una alta densidad de
partículas como resultado de la erosión del terreno.
Otro impacto negativo lo constituye la interferencia en la penetración de la luz solar al agua,
reduciendo la cantidad de oxígeno disuelto, OD, y
poniendo en riesgo la vida de los organismos acuáticos.
6.1.3.3. Análisis detallado de las islas
barrera de la bahía de Tumaco
Tomando como punto de partida planchas topográficas, fotografías aéreas del Igac, cartas náuticas
e imágenes satelitales Spot y Landsat, el equipo de
Zona Costera del CCCP ha desarrollado una detallado
análisis de los cambios presentados por las islas
barrera de la bahía de Tumaco. Éste deja en evidencia
la inestabilidad del sector, la cual constituye un riesgo
más a considerar para la bahía de Tumaco, especialmente al Suroeste, donde se encuentra el asentamiento humano más importante y hasta donde
llegan los sedimentos del río Mira.
Islas de Bocagrande y Vaquería
En 1958 Bocagrande era una flecha litoral, su zona
hotelera se encontraba al Norte y Noroeste de la
desembocadura del brazo del río Mira. El punto más
angosto de esta flecha litoral era de 60 m y se ubicaba
al Norte del sector hotelero. La playa tenía una
longitud de 5.6 km y en su extremo norte se apreciaba
la tendencia a la acreción. (Figura 6.9.)
Figura 6.9. Estructura morfológica de la isla de Bocagrande en 1958. Fotografía No. 003, vuelo Igac C-836.
La isla barrera de Vaquería se observaba como un
bajo de arena.
Once años después, en 1969, la flecha litoral se
erosionó dividiéndose en tres al formarse dos canales
de 200 y 400 m de ancho, los cuales sirvieron como
bocanas del río Mira. En el extremo norte, la antigua
punta de la flecha se incrementó, extendiéndose hacia
el Noroeste y tomando la conformación de isla barrera
como tal (Tovar, 2002).
La zona hotelera permaneció en el mismo lugar,
en el remanente de la flecha que quedó adherida al
continente (Figura 6.10.).
Figura 6.10. Isla de Bocagrande en 1969. Fotografía
No. 022, vuelo Igac C-1243.
Los bancos arenosos que estaban al Norte, se
consolidaron y dieron origen a la isla barrera de
Vaquería, tomando una morfología alargada, como las
demás islas de la zona.
A principios de los años 70 la isla de Bocagrande
se encontraba unida al continente como una flecha
litoral. Alrededor de una semana después del
terremoto de 1979, una fuerte marejada azotó la
flecha litoral, a la altura del delta del río Mira,
separándola del continente y convirtiéndola en la
actual isla barrera de Bocagrande.
Ya para 1986, debido al tsunami de 1979 y las
marejadas de El Niño 1982, 1983, se erosionó el cordón
litoral al Sur, donde se encontraba el sector turístico.
Además, se abrió un pequeño canal de 80 m al Oeste
del brazo del río Mira, sector de asentamientos
hoteleros; su altura sobre el mar disminuyó quedando
expuesta a inundaciones en marea alta y con riesgo
al desplome de las construcciones existentes. Lo
anterior obligó a los residentes a desplazarse un
kilómetro al Noreste, conformándose el segundo
Bocagrande.
Bahía de Tumaco
Figura 6.11. Fotografías aéreas de las islas de Bocagrande y Vaquería en 1993
El antiguo canal de 400 m se sedimenta, uniéndose
a la isla barrera, la cual presentaba una longitud de
2.8 km y en su parte más ancha tenía 450 m, allí se
encuentra ubicado el sector turístico.
El antiguo canal de 200 m se reduce en un 50%. La
anterior isla barrera, formada en 1969, se erosiona en
su totalidad. Al Noreste de su antigua posición se
produce una sedimentación importante; podría decirse
que la isla barrera erosionada se desplazó al Este,
integrando la isla barrera de Vaquería, con una longitud
aproximada de 3.4 km. En 1993 el canal Suroeste de la
isla se erosiona, ampliándose de 80 a 500 m en marea
alta. El canal anterior, al Noreste, de 100 m es
sedimentado acrecentando la isla a 5.2 km, 2.4 km
más que en 1986. El sector turístico y hotelero, que se
encontraba en el extremo suroeste, se desplaza al
Noreste, ya que el mar continua el proceso de erosión.
La isla de Vaquería se erosiona, reduciéndose a 2.6 km
(Figura 6.11.) (Tovar, 2002).
Para 1995 no se registraron cambios importantes,
pero si se presentó una inversión temporal en los
procesos de erosión y sedimentación.
Al Suroeste la isla se amplió 300 m y al Noreste se
erosionó 100 m. El ancho del canal entre las islas de
Bocagrande y Vaquería es de 900 m, aproximadamente.
Las construcciones permanecieron en el mismo
lugar (Tovar, 2002). En 1997 Bocagrande se erosiona
1200 m, aproximadamente, en el extremo suroeste,
afectando una buena parte del sector hotelero, que
desplaza su infraestructura 1500 m al Noreste. La
zona hotelera queda dividida en dos sectores. la isla
Vaquería sufre cambios importantes, reduciéndose
400 m en promedio.
Para el año 2000 la apariencia de Bocagrande es
similar a la que se aprecia en la Figura 6.12.
Figura 6.12. Aspecto del sector hotelero al Sur de
la isla de Bocagrande. Septiembre de 2000.
Isla La Viciosa
El análisis de la línea de costa de esta isla parte
de la carta náutica de la US Naval, Oceanographic
Office, H.O. 1540, escala 1:97280. Este levantamiento
fue hecho por el Almirantazgo Británico en 1847 (Tovar,
2002). Para esta época La Viciosa era una flecha litoral
de la isla de El Morro, con una longitud de 1.4 km.
ubicada al Suroeste. Frente a ella existía un bajo
arenoso con el mismo nombre.
127
128
Bahía de Tumaco
Figura 6.13. Panorámica del puente El Morro, que
comunica las islas de Tumaco y El Morro.
Figura 6.14. Zonas de bajamar entre La Viciosa y
Tumaco con marea baja.
Para 1921 la flecha se parte, erosionándose y separándose de El Morro a una distancia de 700 m, constituyendo una isla barrera con una longitud de 1500 m y
un ancho de 120 m, en promedio. A finales de la
década de los 40 y a comienzos de los 50 se efectuaron
rellenos hidráulicos, con el fin de construir el puente
que comunica la isla de El Morro con la isla de Tumaco
(Figura 6.13.).
En 1948 la isla sufre una fuerte erosión reduciéndose a 350 m, quedando un remanente en forma
de trébol. Diez años más tarde, en 1958, la isla se
encuentra unida a las islas de El Morro y Tumaco a
través de un puente de 700 m de longitud y de un
relleno de 800 m de largo por 100 m de ancho,
respectivamente.
La Viciosa presenta algunas construcciones en el
sector sur, en el punto de unión. Además, experimenta
un proceso de sedimentación que incrementa su
longitud en 1100 m, 750 m más que en 1948.
Hacia 1969 la isla se estabiliza, presentando una
pequeña sedimentación al Suroeste, como un pequeño
brazo de 300 m en dirección al relleno (Tovar, 2002).
Con el tsunami de 1979 desaparece la isla del Guano
y se sedimenta la isla de La Viciosa. En 1985 la isla se
consolida y crece hacia Tumaco, produciéndose una
sedimentación entre sus extremos Sur y Norte. Cerca
a la vía se observan construcciones tipo palafíto. Ocho
años después, en 1993, se erosiona al Norte y se sedimenta su extremo suroeste. Para ese entonces, al
Noroeste, ya la vegetación había colonizado este sector.
La isla se inunda en las más altas mareas; un kilometro al Norte de la isla se encuentra en formación,
de nuevo, la antigua isla del Guano.
En 1997 continúa el proceso de sedimentación y
consolidación de la Isla; al Noreste se sedimenta, cerca
a la vía. Asímismo, la laguna formada entre las islas
de Tumaco y La viciosa tiende a colmatarse.
En los bajamares de sicigia (conocidos como
períodos de quiebra) las dos islas quedan unidas
(Figuras 6.14. y 6.15.).
Los pobladores de la isla fueron reubicados hacia
el interior del continente en el sector conocido como
La Ciudadela, gracias al proyecto ALA 93/51 desarrollado, conjuntamente, por la Unión Europea y el
Estado colombiano, tendiente a reducir los riesgos
de la población ante la ocurrencia de un tsunami.
Figura 6.15. Zona de bajamar entre Tumaco y La
Viciosa. Al fondo se aprecia el bajo del Guano, 2000.
Bahía de Tumaco
En general y con base en los análisis anteriores, se
puede afirmar que la estabilidad de la isla barrera de
Bocagrande y La Viciosa está supeditada, en gran
medida, al aporte de sedimentos del río Mira y a la
ausencia de eventos naturales extremos como
tsunamis y el fenómeno de El Niño.
Isla de Tumaco
El análisis efectuado para la evolución de la línea
de costa de la isla de Tumaco se basó en la misma
información utilizada para la isla La Viciosa. Para 1847
la isla de Tumaco se encontraba dividida en tres
secciones por un canal longitudinal. En 1921 el sector
de El Pindo se une a la isla de Tumaco, persistiendo el
canal interior longitudinal. Para 1948 se presentaba
un pequeño archipiélago conformado por las islas de
El Morro, Tumaco y La Viciosa; esta última seccionada
en tres partes, dos longitudinales separadas por un
canal y El Pindo.
En esta misma época se empiezan a evidenciar los
primeros asentamientos palafíticos sobre el canal
interior. Tres puentes permiten la comunicación entre
los sectores: el del Medio, El Progreso y El Pindo.
Diez años más tarde, en 1958, las tres islas se unen
entre sí por medio de un puente de 700 m y un terraplén construido a través de La Viciosa. Asímismo, el
territorio insular se comunica con el continente por
medio de la construcción de un puente y el relleno
en El Pindo.
Al interior de la isla de Tumaco ya se han construido
dos vías principales que la cruzan de Este a Oeste. El
canal interno está en su mayoría rellenado por las
construcciones palafíticas.
Al Norte de Tumaco, a 2 kilometros de distancia
aproximadamente, se observa la isla del Guano. Para
1969 no se presentaron cambios importantes. La isla
del Guano se mantuvo estable.
En 1985 en la isla de Tumaco se incrementaron las
zonas de bajamar.
Figura 6.16. Línea de costa de Tumaco en bajamar. Septiembre de 2000.
Después de 1948 las islas se unieron entre sí y con
el continente, a través de puentes y terraplenes.
El canal interior que dividía longitudinalmente a
Tumaco fue rellenando progresivamente con
intervención incluso del Estado para la construcción
de la línea del ferrocarril. Posteriormente, el sector
de El Pindo se vuelve a erosionar separándose de la
isla.
Para el período comprendido entre 1993 y 1997 la
línea de costa no sufre modificación alguna. Los
sectores que se estaban sedimentando y los rellenados ya se encuentran consolidados. En el sector de
El Pindo se observa la reducción de la longitud del
puente, debido a los rellenos efectuados para la
construcción de viviendas, empresas madereras y
estaciones de servicio (Tovar, 2002).
129
130
Bahía de Tumaco
La isla del Guano, antes de su desaparición en 1979,
constituía una defensa para la población de Tumaco
contra el impacto de un tsunami. En la actualidad los
procesos sedimentarios la están formando nuevamente, lográndose observar como un bajo en marea
baja, con una dirección noreste a 1.5 km de la isla de
Tumaco (Tejada, 2002a).
Actualmente, la totalidad de la isla de Tumaco está
construida y sobre su perímetro se conformó un anillo
de construcciones tipo palafito sobre la zona intermareal, ocasionando la interrupción de la visual del
mar y constituyéndose como zonas vulnerables y de
alto riesgo expuestas a las amenazas naturales.
Las áreas de mayor riesgo ante las amenazas de
origen natural son las islas tipo barrera, expuestas a
la acción frontal del oleaje y constituidas, principalmente, por sedimentos arenosos con topografías
bajas, entre ellas se pueden citar las islas de Bocagrande, Vaquería, La Viciosa, El Morro y Tumaco.
Isla de El Morro
La verificación de los cambios registrados sobre la
línea de costa de la isla de El Morro se basó en el
estudio efectuado en 1989 por Correa y González,
denominado Geomorfología General y Sedimentología
de la bahía de Tumaco, complementado con fotografías aéreas y levantamientos de campo efectuados
por el CCCP en 1997 (Tovar, 2002).
En este lapso de tiempo se presentaron varios
períodos de erosión y sedimentación. Cabe resaltar,
especialmente, la unión y separación del pilar de El
Quesillo con El Morro, creando una gran extensión de
playa en bajamar de aproximadamente 200 m.
La unión de las islas La Viciosa y Tumaco, el
tsunami de 1979, los efectos del fenómeno de El Niño
de1982/1983 y 1995/1996, y el transporte de sedimentos por efecto de la deriva litoral, son los principales factores que han influenciado los cambios de la
línea de costa de la isla de El Morro (Tovar, 2000).
Para 1958 las fotografías aéreas muestran al Norte
un sector rocoso con presencia de acantilados, desde
el cerro El Morro, lugar de las instalaciones del CCCP
y la Capitanía de Puerto, hasta El Quesillo, con una
longitud de 1.5 km.
Desde el sector noroeste al sureste se presenta
una larga y extensa playa hasta el inicio del puente
de El Morro, que comunica la isla de El Morro con las
islas de Tumaco y La Viciosa; esta última conformada
por depósitos de arena, con una longitud de 2.7 km y
un ancho de 500 m en el sector noroeste, en forma
de espigas y flechas.
Para 1969 el proceso de erosión cambia y se
produce una sedimentación a lo largo del costado
noroeste y suroeste. El sector noroeste, frente a los
acantilados, presenta un avance de la línea de costa
notorio con un ancho de 250 m, aproximadamente,
llegando a unirse el pilar con la costa. Al Oeste de El
Quesillo se presenta un sector de erosión menor (Tovar,
2002).
Dos años más tarde, en 1971, la playa aledaña a El
Quesillo se erosionó, separándolo de la costa,
evidenciándose un retroceso de 100 m, mientras que
el sector suroeste presentó una sedimentación leve
de 50 m en promedio. La playa frente a los acantilados
se mantuvo estable.
En el lapso 1971 a 1983 y a consecuencia del
tsunami de 1979 y las marejadas del fenómeno de El
Niño de 1982/1983 se presentó un proceso de erosión
continuo sobre el litoral noroeste, con un retroceso
de la línea de costa del orden de 230 m, aproximadamente.
Para esta época la playa localizada al frente de
los acantilados desapareció en un 50% y El Quesillo
quedó separado de la costa unos 240 m.
Dos años más tarde, en 1985, se presentaron
cambios mínimos, produciéndose una pequeña
sedimentación en algunos sectores del occidente y
una leve erosión de la zona de playa frente a los
acantilados (Tovar, 2002). Finalmente, durante 1997
los cambios fueron pequeños: la costa noroeste
muestra erosión seguida de una sedimentación; la
playa frente a los acantilados vuelve a sedimentarse
hasta la altura del arco y la zona supramareal comienza a ser vegetada.
En la actualidad el pilar de El Quesillo se encuentra
separado de la costa unos 200 m en marea alta y en
marea baja queda unido a la costa, convirtiéndose
en un tómbolo.
En términos generales, la isla de El Morro ha sufrido
un proceso de erosión progresivo en su costado
noroeste y una amplia sedimentación hacia el Norte,
que genera un sector extenso de playa y terrenos de
bajamar.
Mapa No. 9 - Aumento del nivel medio del mar en el casco urbano de Tumaco.
Mapa No. 10 - Aumento del nivel medio del mar en la población de Salahonda.
Bahía de Tumaco
6.1.4. Ascenso del nivel medio del mar a
causa del cambio climático global
La discusión sobre el ‘calentamiento global’
actualmente suscita controversia entre la comunidad
científica ya que los estudios, congresos, seminarios
y reuniones para analizar el tema aún no concluyen y
continúan. Entre los organismos que se dedican a este
tema se destaca el Intergovermental Panel on Climatic
Change, Ipcc (por sus siglas en inglés), constituido en
1988 por las Naciones Unidas y la Organización
Meteorológica Mundial, OMM, con el fin estudiar el
‘cambio climático’.
Éste publicó a finales de 1995 un documento cuya
principal conclusión fue: «...El conjunto de evidencias
sugiere una cierta influencia humana en el conjunto
del clima...». Aunque no llegan a señalar concretamente la influencia de la actividad humana en el
clima, se encuentra mayor claridad que en su informe
anterior de 1990, en el cual manifestaron que no
podían afirmar si el incremento de 0.5ºC en la
temperatura media del planeta registrado en el último
siglo era una consecuencia directa de la intervención
antrópica.
Cuando se habla de intervención humana, se hace
referencia al incremento en la emisión de gases a la
atmósfera, principalmente de dióxido de carbono,
CO2, lo cual acelera el Efecto Invernadero, alterando
el balance de energía en la Tierra (Tabla 6.4.).
Tabla 6.4. Gases que incrementan el Efecto invernadero. (Ipcc-1995).
Gases
Contribucción real
CO2
76%
CFCs
5%
CH4
13%
N2O
6%
Esto ha llevado a que muchos científicos piensen
que a mayor concentración de gases con Efecto Invernadero se producirá un aumento en la temperatura
de la Tierra. La temperatura media de la Tierra ha
aumentado unos 0.6ºC en los últimos 130 años y los
estudios más recientes indican que se está
produciendo un aumento de algunas décimas de grado,
de hecho el IPCC predice un calentamiento de 1.0 a
3.5ºC para el año 2100.
No obstante, existen científicos que mantienen sus
reservas frente al tema, tal es el caso de Richard S.
Lindzen, experto en el estudio de la atmósfera del
Massachusetts Institute of Technology, MIT(por sus
siglas en inglés), quien afirma que las predicciones
hechas por el IPCC se basan en modelos de ordenador
tan incompletos que las hacen inservibles.
6.1.4.1. Incidencia del aumento del nivel
medio del mar en el casco urbano de Tumaco
A causa del ‘cambio climático global’ es difícil
predecir con seguridad lo que pasaría en los distintos
lugares del planeta, pero se prevée, según el informe
del Ipcc, que el nivel del mar se incrementará entre
33 cm y 1 m para el año 2100.
Lo anterior supone que grandes extensiones
costeras podrían desaparecer inundadas por las aguas
que ascenderían; tierras con vocación agrícola se
convertirían en desiertos, y, en general, se producirían grandes cambios en los ecosistemas terrestres.
Estos cambios supondrían una gigantesca convulsión
en la sociedad, que en un tiempo relativamente breve
tendría que hacer frente a muchas obras de contención
del mar, emigraciones de millones de personas,
cambios en los cultivos, etcétera. La zona costera
de la bahía de Tumaco ha sido catalogada como una
de las áreas más críticas de los litorales colombianos
(CCCP, 1998) debido al aumento progresivo del nivel
del mar.
Con base en la información cartográfica, fotográfica, geomorfológica y el análisis de información
secundaria, se ha hecho una clasificación de su frente
costero, de acuerdo con su vulnerabilidad ante los
cambios del nivel del mar y se han estimado los límites
de la transgresión y de la inundación según las
condiciones propuestas. Como nivel de referencia se
ha tomado un altura máxima de marea de 3.68 m,
que es el promedio de las más altas mareas
presentadas en la bahía en los últimos 25 años, como
se anotó en el Capítulo IV.
Para el área urbana de San Andrés de Tumaco,
conformada por las islas de El Morro, La Viciosa y
Tumaco, y un sector del continente, en la eventualidad de un ascenso del nivel de pleamares en 0.33 m
el agua cubriría 1044 Ha, equivalentes a una inundación del 71.8%.
131
132
Bahía de Tumaco
Esto indica que, en pleamar los predios afectados
serían 9696, quedando al descubierto únicamente un
área de 410 Ha (Mapa No. 9). Las principales áreas
afectadas serian el Sur de la isla de El Morro; el sector
turístico de las playas, y las áreas de viviendas
palafíticas. Las zonas descubiertas en la isla corresponden al cerro El Morro, con una altura de 80 m; la
pista del aeropuerto, que se encuentra sobre terrenos
de relleno; la zona portuaria, y parte del sector
residencial. Sobre la isla de Tumaco se afectarían las
zonas palifíticas, principalmente.
Si el ascenso es de un metro, el agua en pleamar
inundaría unas 1321 Ha, correspondientes a un 90.8%
del área total del casco urbano, quedando únicamente
descubiertas 133 Ha, que corresponden al sector del
cerro El Morro (Mapa No. 9).
Este mismo ejercicio se efectuó para Salahonda,
donde se tomó como nivel de referencia una altura
máxima de 3 m de marea para evaluar un eventual
impacto del ascenso del nivel del mar. Con un
incremento de 0.33 m se afectarían 6.5 Ha de las
29.8 Ha que cubren el casco urbano del municipio;
con lo que se anegarían 108 predios, equivalentes al
22% de inundación. Con el incremento de un metro se
inundaría el 100% del casco urbano, afectándose 819
predios (Mapa No. 10).
En la bahía de Tumaco este cambio en el nivel del
mar provocará transgresiones de la línea ribereña
actual y ampliación de las áreas sujetas a inundación
mareal. Los tipos de costa predominantes en la bahía,
playas en el frente de llanuras aluviales y marismas
estuarinos, serían los más vulnerables ante un ascenso
del nivel del mar. En el caso de las primeras unidades
geomorfológicas, el ascenso del nivel implicaría un
retroceso de la línea ribereña, transgresión a posiciones donde encuentre un nuevo perfil de equilibrio.
En su lugar las áreas sujetas a inundación mareal se
ampliarían sensiblemente. El ascenso del nivel del mar
a causa del cambio climático en Tumaco no ha sido
comprobado de acuerdo con los registros mareográficos; sin embargo, conviene tener en cuenta los
siguientes aspectos para mitigar su impacto:
• No construir en el rango de los 200 m de los
manglares.
• Reducir ciertas áreas de cultivo y pastoreo y
compensar esto con la explotación intensiva de
las restantes.
• Implementar mecanismos que permitan mantener una zona restringida de amortiguamiento entre las áreas explotadas y las de conservación.
• Evitar desarrollos en las áreas susceptibles de
inundación.
• Estimular desarrollos de mediano y largo plazo y
y elaborar un plan regulador que considere la reubicación de las zonas residenciales a áreas de mayor
altitud.
En materia de riesgos, siempre en Tumaco se ha
tenido especial consideración con el tsunami por las
grandes inundaciones que se generarían, pero a la
luz de los datos, de confirmarse los escenarios propuestos por la Ipcc, éste es sin lugar a dudas es el
riesgo más importante frente al cual es necesario
empezar a tomar medidas.
6.2. RIESGOS ANTRÓPICOS
Los riesgos antrópicos son todos aquellos generados por la actividad del hombre. Entre estos existen
problemas ambientales serios de los cuales se destacan la contaminación y el agotamiento de los recursos
costeros y marinos, entre otros.
Las ciudades en Colombia, entre ellas Tumaco, han
experimentado un crecimiento desordenado y muy
superior a las posibilidades reales de dotarlas de
infraestructura, servicios y de fuentes de trabajo; ello
ha traído consigo problemas de contaminación del
agua y el aire, principalmente, con marcados efectos
sobre la salud de la población.
6.2.1. Contaminación del agua
El uso del agua para propósitos particulares está
determinado por su calidad. Sí las actividades humanas
alteran sus características naturales se dice que no
es apta para el fin que está destinada, implicando
que se encuentra contaminada.
6.2.2. Fuentes de contaminación en la bahía
de Tumaco
En la bahía de Tumaco se pueden identificar tres
tipos de desechos: industriales, domésticos y de
actividad portuaria. Estos se vierten a los cuerpos de
agua donde el impacto a largo plazo afecta la biota
Bahía de Tumaco
marina con contaminantes como el petróleo y sus
derivados, principalmente aceites y lubricantes; el
aserrín y los desechos hidrobiológicos de las pesqueras
y orgánicos del matadero, entre otros. Las principales
fuentes de contaminación presentes en la bahía se
señalan en la Tabla 6.5.
Tabla 6.5. Fuentes y tipos de contaminantes
derivados de actividades antrópicas en la bahía de
Tumaco.
principal contaminante (CCCP, 2001a). A continuación
se listan las cargas de contaminantes producidas por
la industria pesquera en el área de estudio (Tabla
6.6.).
Tabla 6.6. Cargas generadas por la industria de
productos hidrobiológicos en la bahía de Tumaco
(Corponariño, 2000)1.
Nombre
C.C. DBO (Kg/dia) C.C. S.S. (Kg/dia)
Compez
2.50
1.20
Fuente Contaminante
Tipo de Contaminante
Bahía Cupica
8.57
1.40
Industria
-Productos hidrobiológicos
Alcomares
-Disposición costera de resi-
Coral del Pacífico
duos madereros.
-Residuos orgánicos del
matadero
Planta procesadora
3.29
0.42
13.93
2.28
128.70
8.72
0.60
0.32
del Pacífico
Pesquera el
Domésticos
-Aguas residuales
Tiburón
-Residuos sólidos
Climars
12.16
1.99
Actividades portuarias
-Vertimientos de crudo por
Copromar
21.46
3.52
cargue
-Vertimientos aguas de
sentinas
-Residuos de embarcaciones
pequeñas
0.00
0.00
Proteimar Proceso*
1020.89
964.63
Proteimar Mombeo*
Lizmar
642.44
484.60
Gladford Ltda.
9.30
5.39
Comercializadora
6.51
1.07
4.55
0.75
y Procesadora
López
No obstante lo anterior, existen vertimientos alrededor de las islas como son: descargas provenientes
de muelles con expendios de combustible a
embarcaciones menores; residuos de embarcaciones
pequeñas; así como también los provenientes de
talleres mecánicos en donde se efectúan cambios de
aceite y lubricantes, que no se cuantifican y, sin embargo, constituyen agentes contaminantes de gran
impacto sobre las aguas de la bahía.
Pez Dorado
13.83
1.01
Oceanpac
0.70
0.31
Delfín Blanco
3.00
0.57
Dinaesmar
5.00
3.13
0.30
0.09
13.70
2.24
Gilmar
Pesquera El Puerto
Colmar
Marpez
Total
5.60
0.92
1917.11
1484.56
* Opera aproximadamente 100 dias al año
6.2.2.1. Vertimientos industriales
La industria pesquera de San Andrés de Tumaco se
encuentra ubicada, principalmente, en la bahía interna
de la isla de Tumaco, con 22 pesqueras y otras pocas
que funcionan en la isla de El Morro.
Estas empresas de procesamiento de productos
hidrobiológicos generan residuos orgánicos y aguas
residuales caracterizadas por contener en forma disuelta, particulada y suspendida materia orgánica como
1 Héctor Mario Gutiérrez y Adriana Riomalo
Uno de los parámetros claves en la evaluación de
la calidad del agua es la Demanda Bioquímica de
Oxígeno, DBO5. El agua de un estuario se considera
no contaminada cuando su valor de la DBO5 está entre
1 y 2 mg/L (Kiely, 1999).
Con base en los resultados obtenidos para la bahía
de Tumaco se tiene un valor promedio para la DBO5
de 1.21 mg/L (CCCP, 2000).
133
134
Bahía de Tumaco
Tabla 6.7. Valores de OD y DBO5 en algunos aserríos de la bahía de Tumaco en mL/L (CCCP, 1996).
Los Cedros
Lombana
Licsa
Laura
Matco
Maderas del sur
Promedio
B
2.5
2.8
-----
3.3
2.7
2.6
2.78
A
4.9
3.8
3.9
3.4
3.5
3.8
3.88
B
3.0
3.7
2.2
2.3
5.6
3.4
3.37
A
5.6
3.2
3.9
3.4
4.0
3.5
3.93
Parámetro
OD
DBO5
A: Marea alta B: Marea Baja
El aserrín y otros desechos de la madera al entrar en
contacto con las aguas producen efectos negativos al
ecosistema como la disminución del Oxígeno Disuelto,
OD; la generación de ácidos grasos; la disolución de
taninos; la producción de metano y alcoholes, entre otras
sustancias tóxicas que van en detrimento de la vida
acuática e incrementan la DBO5. El efecto del aserrín
sobre el medio marino en los lugares próximos a algunos
depósitos de madereras (seis aserríos tomados como
ejemplo) arrojaron valores de DBO5 entre 2.2 y 5.6 mL/L,
en marea baja, y 3.2 y 5.6 mL/L, en marea alta, (Tabla
6.7.). Estos registros son ligeramente inferiores al valor
establecido por el Decreto 1594/84, para conservación
de aguas marinas y estuarinas (CCCP 1996).
Tabla 6.8. Tipo de reiduos que se generan en el
casco urbano de Tumaco (Fundación San Francisco,
1996).
Tipo
Cantidad (kg/día)
34400
59.47
Plástico
2300
3.98
Vidrio
2120
3.67
Papel
2460
4.25
Carton
2140
3.70
Metal
460
0.80
Textil
80
0.14
Huesos
120
0.21
Pescado
7280
12.59
Caucho
6.2.2.2. Vertimientos domésticos
Residuos sólidos
Cuero
Madera
Estopa de coco
Un estudio realizado por la Fundación San Francisco
en 1996 encontró que de 57840 kg de desechos que
genera el casco urbano de Tumaco en un día, 30457 kg
(52.7%) de estos van al mar; 85.5% de los cuales, 26.947
kg, son orgánicos y el 11.5%, 3.510 kg, son inorgánicos
(Tabla 6.8.) (CCCP 1996).
Dado que los materiales sintéticos y el vidrio no se
degradan representan una amenaza para los organismos vivos y el medio natural, aunado al problema
de la disposición final ya que no existen industrias
recicladoras de este tipo de desechos en la zona.
Los 3510 kg/día de desechos inorgánicos que llegan al cuerpo de agua de la bahía, que se convierten
en 1281 Ton/año, afectan la vida marina, rompiendo
el equilibrio natural y desplazando las especies de su
hábitat. Es de destacar que los desechos sólidos
descargados en la playa, ya sea por acción indirecta o
directa del hombre, se convierten en trampas para las
aves marinas y otros organismos acuáticos (CCCP, 1996).
Porcentaje (%)
Comida
Higiénicos
1
0.0009
230
0.40
60
0.10
4430
7.66
360
0.02
Otros
1400
2.41
Total
57840
99.4009
Pese a la gran cantidad de desechos orgánicos que
llegan a las aguas de la bahía de Tumaco, la amplitud
de la marea y su conformación facilitan que estos sean
degradados y asimilados por el medio, sin llegar a
generar procesos de eutroficación, excepto en el sector
de El Pindo.
Residuos líquidos
La contaminación por residuos líquidos, básicamente, comprende la generada por las aguas servidas de la población de Tumaco, las cuales se estima
provienen de 80108 habitantes, en la zona urbana y
repartidos desequilibradamente, ya que el 65,9% se
Bahía de Tumaco
encuentra ubicado en la isla de Tumaco y el 13.4% en
la isla de El Morro (Censo CCCP, 2001a). Del total de
la población, 50985 habitantes se encuentran ubicados
en la zona de las islas, las cuales vierten sus aguas
directamente al mar. La población restante, ubicada
en la zona continental, drena las aguas residuales a
través de pozas sépticas.
El tipo de vivienda palafítica, predominante en el
área de estudio, dificulta la construcción de un
sistema de alcantarillado.
Asímismo, la red de acueducto existente para la
zona urbana presenta deficiencias y dificultades en
la prestación del servicio, por lo que la comunidad se
ha encargado de realizar conexiones no autorizadas,
dificultando la medida de consumo de agua para
efectos de determinar la carga contaminante de aguas
domésticas en términos de DBO y otros parámetros
fisicoquímicos.
Por lo anterior, se efectuó una aproximación teórica
para cuantificar la carga de las aguas domésticas que
le llegan a la bahía de Tumaco, estimándose el
consumo de agua y la DBO que genera cada habitante
por día, según Metcalf y Hedí, (1995), y el dato del
censo poblacional actualizado a 2001 por el CCCP
(Tabla 6.9.).
Tabla 6.9. Resumen de cargas aportadas por los
vertimientos de residuos líquidos domésticos a la bahía
de Tumaco (Basado en datos teóricos de consumo de
agua habitante/dia de Metcalf y Heddí, 1995) (Cálculos
realizados por CCCP, 2002).
Caudal aguas Habitantes
Flujos aguas
residuales
zona mareal domésticas
380
50985
L/(hab*dia)
Parámetro
20559900
Prisma
mareal m3
Se han determinado lugares puntuales en condiciones críticas como el sector de El Pindo, ubicado
al Sur de la isla de Tumaco, donde se comunica el
conjunto de islas con el continente. Otro de los
puntos críticos es la plaza de mercado, por el tipo
de actividades que allí se realizan. Otras zonas de la
bahía que merecen atención son las áreas cercanas
a la desembocadura de los ríos, extremo sureste;
por lo que allí se presenta la mayor actividad en
cuanto a la variación de los niveles de los diferentes
parámetros fisicoquímicos y biológicos, debido a los
aportes de aguas continentales, material orgánico y
demás sustancias provenientes de los ríos, que al
mezclarse con las aguas saladas sufren constantes
cambios tanto por dilución-concentración, como por
transformación.
Debido a la dinámica del área de estudio, la
llegada de aguas oceánicas limpias y ricas en OD,
desde el Noroeste y Suroeste a la parte central,
contribuyen al proceso de dilución, autodepuración
o asimilación y oxidación de los materiales vertidos a
ella, manteniendo los niveles de las distintas
sustancias dentro de la norma para aguas marinas y
estuarinas (Decreto 1594/84) (CCCP, 2001a).
Sin embargo, es de considerar que esta capacidad
de asimilación de la bahía puede perderse con el
tiempo, especialmente hacia la zona de las islas
habitadas, Tumaco y El Morro. En teoría se ha considerado siempre que el mar tiene una función ‘depuradora’ sobre la mayoría de las sustancias, porque en
él se ‘disuelven’, ‘diluyen’ o ‘desaparecen’; pero el
aporte continuo deteriora paulatinamente los cuerpos
receptores, disminuyendo su capacidad de asimilación.
12250000000
6.2.2.3. Actividad portuaria
L/dia
Valor típico
Concentración en el
g/(dia*hab)
afluente (mg/l)
DB05
110.0
289.47
Sólidos susp.
130.0
342.11
N amoniacal
3.5
9.21
N orgánico
10.0
26.32
N KT
13.5
35.53
P orgánico
1.5
3.95
P inorgánico
3.0
7.89
P total
4.0
10.53
La actividad portuaria es considerada otra de las
fuentes de contaminación, generada principalmente
por los aportes continuos a la bahía de residuos de
aceites y lubricantes de las embarcaciones pequeñas
que transitan en la zona de estudio.
Los buques internacionales y los de cabotaje
también se constituyen en fuentes potenciales de contaminación, por lo que los residuos producidos por la
navegación pueden ser vertidos a las aguas de la bahía
de Tumaco durante su tránsito por ella, siendo esta
135
136
Bahía de Tumaco
una de las razones por las que se mantienen los niveles
de hidrocarburos petrogénicos en el área de estudio.
Aunque no existe aún un dato concreto sobre la
cantidad de residuos generados por los buques que
arriban a Tumaco, se cuenta con un promedio de
movilización de embarcaciones mayores y menores
que permite tener una idea de la susceptibilidad que
tiene este ecosistema a la contaminación por residuos
petrogénicos, datos que fueron presentados en el
Capítulo II y que en resumen muestran que en
promedio se movilizan al año 661 buques y 1383
embarcaciones menores (ver apartado 2.2.1.1. y
tablas 2.1., 2.2. y 2.3.).
Con este tráfico marítimo de embarcaciones
menores, con motores fuera de borda, como de
embarcaciones mayores, de cabotaje e internacionales, la bahía enfrenta problemas de contaminación
por la operación de buques y muelles y otras razones
a saber:
• Fallas en las operaciones de cargue y descargue
de buques especialmente los tanqueros, caso B/T
Daedalus,1996.
• Instalaciones portuarias sin la infraestructura
adecuada para la recepción de residuos líquidos y
sólidos.
• Vertimientos voluntarios e involuntarios de residuos aceitosos, sentinas, slops, lodos lastres,
combustibles, aguas sucias y lubricantes, entre otros,
de las embarcaciones fondeadas o en movimiento.
6.2.3. Sustancias contaminantes en la bahía
de Tumaco
6.2.3.1. Hidrocarburos
Derrames de crudo
En la bahía de Tumaco han ocurrido varios derrames de crudo que han afectado los diferentes elementos que conforman su ecosistema. Cada accidente se ha presentado por diversas causas, pero al
final el resultado ha sido el mismo: “Derrame de
petróleo crudo sobre las aguas de la bahía”. A continuación se presentan los casos más importantes y
recientes de derrames que han ocurrido:
• Caso B/T Saint Peter,1976
El incidente que marcó el inicio de estas actividades de monitoreo y vigilancia de la contaminación
de hidrocarburos en el Pacífico colombiano está dado
por el siniestro ocurrido en 1976 con el hundimiento
del petrolero Saint Peter, de bandera liberiana, ocurrido
el 4 de febrero de 1976. Este buque transportaba 33000
Tn de crudo y 300 Tn de Bunker oil.
De acuerdo con los estudios efectuados por
instituciones del Estado y la FAO, el impacto de la
contaminación afectó un área de 1300 km 2 ,
equivalente al 10% del Pacífico colombiano.
Con esta experiencia se determinó que no existían
los medios, tanto en recurso humano como tecnológico, planes de contingencia ni reservas para atender
este tipo de emergencias. A raíz de este siniestro, el
Gobierno crea en febrero de 1984 el CCCP, a través de
DIMAR, otorgándole, entre otras funciones, la vigilancia
de la contaminación por hidrocarburos en la costa
Pacífica.
• Caso B/T Daedalus, 1996
Veinte años más tarde, el 26 de febrero de 1996,
ocurre otro accidente marítimo en la bahía de Tumaco
durante la maniobra de cargue del petrolero griego
Daedalus. Cerca de 1500 barriles de crudo fueron
vertidos al mar en el Terminal Convencional Multiboyas
de Ecopetrol, ocasionado por la ruptura de la tubería
submarina principal (CCCP, 1996).
El mayor impacto se ocasionó sobre un área de 3 km
de longitud por 100 m de ancho de la playa de Salahonda,
20 Km al Norte de Tumaco. Un factor que evitó que se
produjera un impacto más negativo fue el cambio de la
dirección de las corrientes durante el cambio de la
marea, de alta a baja, modificando la ruta de desplazamiento de la mancha de crudo, haciendo que ésta se
alejara de la bahía.
Por esta razón cierta cantidad arribó a la costa y el
resto continuó su destino hacia mar abierto. Asímismo,
se evitó el impacto sobre el bosque de manglar que se
encuentra en algunas zonas del borde costero de la
bahía. Después de este incidente se detectó una disminución temporal de algunos productores primarios en
el área de influencia y desplazamiento del crudo.
Para verificación de campo se tomaron tres puntos
como El Viudo, otro en un sitio intermedio entre El
Viudo y Salahonda, y el tercero propiamente en
Salahonda. El muestreo se realizó por tres meses
consecutivos, a partir del día del derrame, y se encontró
ausencia total de estos organismos fitoplanctónicos.
Bahía de Tumaco
Figura 6.17. Comportamiento de las abundancias planctónicas durante el derrame del B/T Daedalus, 1996.
en tres puntos de la bahía de Tumaco (Prodycon Ltda. 1996.)
Como se observa en la Figura 6.17., en febrero no
parece ninguna especie y en los meses siguientes se
observa un comportamiento con tendencia al
aumento. Sin embargo, no existen indicios que
indiquen que el derrame haya afectado otras áreas
tales como los parques nacionales naturales de
Sanquianga e isla de Gorgona.
• Caso derrame de Esmeraldas, Ecuador,
1998
El 6 de julio de 1998 se evidencia una mancha de
crudo de un área aproximada de 45 km de largo y 50 m
de ancho, comprendida desde Cabo Manglares hasta
Bocagrande. Se encuentra que parte de este crudo
había penetrado en zonas de manglar e infiltrado en la
arena lo que dificultó su detección en las playas. Esta
mancha venía desplazándose a causa de las corrientes
desde el 3 de julio, cuando ocurrió el siniestro en
Ecuador.
Se calculó que en este incidente el derrame fue
de alrededor 18000 barriles de petróleo en la zona
continental del sector de Winchele, ubicada a 15 km
del puerto de Esmeraldas. El crudo llegó al océano
Pacífico a través del río Esmeraldas; una vez allí y
por la dinámica oceánica del área el crudo fue
transportado por la corriente costera del Perú y,
posteriormente, por la corriente de Colombia, las
cuales se proyectan con componente sur-norte, paralelas a la costa colombiana. Al llegar a la costa nariñense cierta cantidad del crudo se depositó en las
playas de Bocagrande y Salahonda (CCCP 1998).
Tras este incidente se tomaron muestras en cuatro
puntos, desde el amarradero de Ecopetrol hasta
Vaquería. El análisis determinó que el efecto del
derrame tuvo acción temporal y directa sobre las
especies productoras, autótrofas, lo que se evidenció
por una baja productividad referida al componente
fitoplanctónico y la ausencia total de zooplancton.
Es decir que influyó sobre los dos primeros niveles
de la cadena trófica (CCCP, 1998), influencia que también
fue percibida en el derrame de 1996 (Figura 6.18.).
Figura 6.18.Relación observada entre abundancia
de fitoplancton vs. hidrocarburos en 1998 en la bahía
de Tumaco, Estación 26 (CCCP-Ecopetrol, 2001b).
En cuanto a los niveles de hidrocarburos aromáticos
totales, HATs, monitoreados en los sedimentos de la
bahía se evidenció un aumento, con un máximo hacia
septiembre de 1998, volviendo a los niveles normales
en noviembre del mismo año (Figura 6.19.).
137
138
Bahía de Tumaco
Figura 6.19. Valores promedio de los HATs en
sedimentos de la bahía de Tumaco.
Sin embargo, la estación denominada La Vaquería
fue la que presentó los promedios más altos, resultando la más afectada durante este incidente.
• Caso derrame en el río Rosario, 2000
Año y medio más tarde, el 18 de febrero de 2000,
por manipulación de la válvula de drenaje en la
estación reductora La Guayacana, en el km 226 del
oleoducto Trasandino ocurrió el derrame de 3500
barriles de crudo, que se extendió de 40 a 50 Km a lo
largo del río Rosario, amenazando con llegar al océano
Pacífico a través de la bahía de Tumaco.
Dado que la mancha corría río abajo, ésta se contuvo en tres puntos antes de llegar a la bahía usando
barreras de contención. Además, las condiciones de
marea facilitaron el control de la mancha debido al
contraflujo que ésta genera en el drenaje hacia la
desembocadura en la bocana del río Rosario. A causa
de estas fluctuaciones de nivel del río Rosario, las
riberas y vegetación aledañas presentaron impregnación de crudo en alturas que oscilaron entre los 2 y
3 m. Este río se constituye en la principal fuente de
abastecimiento para las comunidades ribereñas, pero
la contaminación de sus aguas impidió que se utilizaran
para consumo humano.
Se estableció una estación de monitoreo en la
desembocadura del río Rosario para medir los niveles
de hidrocarburos y detectar el ingreso de éstos en la
bahía.
Además, se compararon los niveles medidos en ésta
estación con los del punto llamado Vaquería, ya que
éste presenta un promedio bajo de HATs (Figura 6.20.).
Figura 6.20. Comportamineto de los HATs en la
desembocadura del río Rosario y en Vaquería (E26)
(CCCP-Ecopetrol, 2001).
Los sedimentos muestreados en la desembocadura
del río Rosario, entre febrero y agosto del año 2000,
presentaron niveles tan altos como 20.14 µg/g, muy
por encima del nivel crítico establecido por la Noaa,
3.9 µg/g; con un descenso en la concentración hasta
de 0.954 µg/g al cabo de tres meses. Se determinó
así que debido a la contención y recuperación
oportuna de la mancha, sumado a las condiciones del
área no se alcanzó a tener una influencia notoria dentro del ecosistema de la bahía por efecto de los HATs
(CCCP-Ecopetrol, 2001).
Debido a estos incidentes y a la actividad portuaria mencionada anteriormente, que tiene lugar en
Tumaco, se considera necesario continuar el monitoreo y vigilancia de los niveles de hidrocarburos en
la bahía en diferentes matrices.
6.2.3.1.1. Niveles de hidrocarburos en la
bahía de Tumaco
Los hidrocarburos del petróleo presentes en el
ambiente marino provienen de diversas fuentes que
incluyen perforaciones naturales, intercambios
atmosféricos, drenajes urbanos, desechos industriales
y transporte. Este último representa, aproximadamente, el 45% a nivel mundial (Noaa, 1997).
Según la Noaa, todos los tipos de crudos y sus
derivados son perjudiciales para los organismos
marinos. Bioensayos llevados a cabo en organismos
marinos adultos muestran que los efectos letales de
la fracción soluble del petróleo ocurren en un rango
Bahía de Tumaco
de 1 a 10 mg/L, mientras que para los estadios larvales
y juveniles estos se presentan a 0.1mg/L.
Los efectos subletales tienen lugar en concentraciones de 1 a 10 mg/l. Por otro lado, las fracciones
insolubles producen muerte por sofocación en
diferentes organismos marinos (Bishop,1983).
El comportamiento del petróleo en el mar varía
según su composición, características físicas y temperatura del agua. Así el espesor de la capa aceitosa
puede variar de unos milímetros a varios centímetros.
El tiempo de residencia, es decir el tiempo durante
el cual el petróleo puede ser detectado, depende del
método que se emplea para identificar su presencia.
Su degradación y la velocidad de este factor están
influenciadas por la luz, la temperatura, el tipo y
número de sustancias nutrientes e inorgánicas que
contiene, además de losvientos, mareas, corrientes,
etcétera.
demás productos derramados en el mar, ya que
afectándose ésta se perjudica todo el ecosistema
marino (Galán, 1997).
Debido a las características físicas del petróleo y
los factores ambientales que influyen fuertemente
sobre su comportamiento en el medio acuático, un
análisis de carácter puntual y eventual en aguas no
es representativo. Sólo partiendo de información de
varios años se puede hacer un análisis relativo a los
niveles de este tipo de sustancias en los sitios
estudiados.
Para el estudio en la bahía de Tumaco se involucraron las siguientes estaciones: Puente El Pindo, El
Viudo, Isla del Gallo, Ecopetrol y Trujillo.
Cada una de ellas seleccionadas bajo los siguientes
criterios:
• Puente El Pindo, por ser el lugar de mayor tránsito
de embarcaciones con motor fuera de borda.
Tabla 6.10. Promedios anuales obtenidos entre 1988 y 1995 de hidrocarburos disueltos dispersos (µg/l) en
la bahía de Tumaco (CCCP,1996).
Estación
1988
1989
1990
1991
1992
1995
Promedio
Puente El Pindo
0.60
0.17
0.25
0.21
0.20
0.28
0.28
El Viudo
0.36
0.17
0.36
0.08
0.28
-----
0.25
Isla del Gallo
0.13
0.13
0.42
-----
0.25
0.30
0.25
Ecopetrol
0.32
0.14
0.60
0.12
0.26
-----
0.29
Trujillo
0.31
0.31
0.47
0.08
0.22
-----
0.28
Promedio
0.34
0.18
0.42
0.11
0.29
0.29
0.27
Otros factores que afectan la degradación microbiana del petróleo son la evaporación, la disolución,
la dispersión y los procesos de sedimentación.
Las fracciones más tóxicas son, generalmente, las
menos susceptibles a la degradación microbiana. Los
residuos densos pueden flotar, depositarse en los
sedimentos o llegar a la costa como manchas de
alquitrán (Galán, 1997).
6.2.3.1.2. Monitoreo en aguas
La ‘columna de agua’ se refiere al segmento
vertical del mar cuyo techo es la superficie del mar
y su base es el fondo marino. Ésta constituye una
refe-rencia de estudio y permite analizar y explicar
el biodinamismo del océano. Tiene suma importancia
en el comportamiento y circulación del petróleo y
• El Viudo, por encontrarse ubicado en un punto
de influencia oceánica.
• Isla del Gallo, por hallarse alejada de las actividades antrópicas, permitiendo tener en ella un punto
de referencia.
• Ecopetrol, por ser el sitio donde llegan las aguas
decantadas de los tanques de almacenamiento de
crudo del terminal terrestre.
• Trujillo, para establecer la posible incidencia por
aportes de ríos (CCCP 1996).
Partiendo de los promedios anuales obtenidos entre
1988 y 1995 para la bahía de Tumaco se obtuvo un
promedio histórico de 0.27 µg/L (Tabla 6.10.).
Con respecto a los promedios anuales por estación
de muestreo el valor más alto se presentó en Ecopetrol
en 1990, con 0.60 µg/L; registrándose éste mismo en
la estación Puente El Pindo para 1988.
139
140
Bahía de Tumaco
El promedio histórico más bajo lo presentaron las
estaciones de El Viudo e Isla del Gallo con 0.25 µg/L, y
de igual forma el más alto fue para la estación Ecopetrol
con 0.29 µg/L (CCCP 1996).
6.2.3.1.3. Monitoreo en sedimentos
Tras permanecer cierto tiempo en la columna de
agua los hidrocarburos se precipitan al fondo del mar.
Proceso que es favorecido por la presencia de partículas y material en suspensión. El petróleo alcanza los
sedimentos mediante la absorción de partículas de lodo
o limos presentes en el agua. Posteriormente, partículas
pequeñas se funden en partículas más grandes y
suficientemente densas como para hundirse, llevando
consigo los hidrocarburos de petróleo.
Cuanto menor sea la solubilidad de un determinado
hidrocarburo en el agua, más posibilidades tiene de
ser absorbido o adsorbido y, de este modo, sedimentarse. Sólo un 20% de los hidrocarburos más solubles,
los aromáticos de bajo peso molecular, terminan en
los sedimentos del fondo (Galán 1997).
Para el caso específico de los HATs, estos alcanzan
los más altos niveles después de un período de tiempo
de haberse depositado sobre los sedimentos, debido a
su relativa persistencia en el medio y su resistencia a
la degradación. Por lo que los niveles de hidrocarburos
en sedimentos se convierten en un excelente indicador
para determinar el grado de contaminación de un área.
La mayor concentración promedio de HATs la presentó la estación Puente El Pindo con 3.12 µg/g (Tabla
6.11.), lo que puede asociarse con la capacidad de
absorción y adsorción originada a partir del contenido
de materia orgánica proveniente del aserrín depositado en los alrededores del sector, de los desechos
del matadero y de las aguas domésticas, que generan
un medio propicio para la retención de dichos
contaminantes.
1997 - 2001
A partir de 1997, después del derrame ocurrido en
febrero de 1996 durante la operación de cargue del
B/T Daedalus, se incrementa la red de puntos de
monitoreo a diez estaciones, con una frecuencia
mensual, a fin de establecer la variabilidad de los
niveles de HATs de la bahía de Tumaco.
1986 - 1995
El promedio de los datos obtenidos para los HATs
en los sedimentos de la bahía de Tumaco en los
diferentes muestreos realizados entre 1986 y 1995
fue de 1.39 µg/g, con base en peso seco, mientras
que el rango de promedios anuales osciló entre 0.34
µg/g, para 1986, y 2.78 µg/g, para 1995.
Figura 6.21. Estaciones muestreo para HATs 1997 2001.
Tabla 6.11. Promedios anuales obtenidos entre 1986 y 1995 de HATs en sedimentos de la bahía de Tumaco
en (µg/g) (CCCP, 1999).
Estación
1986
1987
1988
1989
1990
1991
1992
1995
Promedio
Puente El Pindo
0.35
2.77
4.36
2.00
3.62
5.04
2.31
4.48
3.12
El Viudo
0.55
-----
0.20
0.02
0.03
0.02
0.04
-----
0.14
Isla del Gallo
0.17
2.64
0.49
0.12
0.22
0.04
0.07
1.08
0.60
Trujillo
0.27
1.76
1.34
0.28
0.63
0.61
0.97
-----
0.84
Promedio
0.34
2.39
1.60
0.60
1.12
1.43
0.85
2.78
1.39
Bahía de Tumaco
Figura 6.22. Promedios anuales de HATs en sedimentos marinos de la bahía de Tumaco entre 1997 y 2001
(CCCP, 2001a).
141
142
Bahía de Tumaco
Tabla 6.12. Promedio de HATs en sedimentos de la bahía de Tumaco en µg/g (CCCP, 2001a).
Estación
1997
1998
1999
2000
2001
Promedio anual
10
0.099
0.044
0.108
0.084
0.024
0.072
11
0.300
0.238
0.345
0.237
0.455
0.315
12
0.283
0.136
0.172
0.256
0.229
0.215
13
0.288
0.372
0.375
0.481
0.392
0.382
14
0.192
0.095
0.159
0.283
0.191
0.184
15
0.153
0.082
0.197
0.124
0.161
0.143
16
0.437
0.407
0.487
0.369
0.573
0.455
17
0.314
0.265
0.329
0.398
0.493
0.360
20
0.816
0.527
0.518
0.870
0.981
0.742
26
0.272
1.362
0.333
1.542
1.759
1.054
Promedio anual
0.315
0.353
0.302
0.464
0.526
0.392
De esta forma se obtendrían más herramientas de
comparación en caso que ocurrieran nuevos derrames,
especialmente en las operaciones de carga de crudo
(Figura 6.21.).
El comportamiento espacio-temporal de los hidrocarburos en la bahía, desde 1997, presenta niveles
considerados bajos dentro de un rango de concentración de 0.015 a 1.14 µg/g.
Sin embargo, los niveles encontrados pueden tener
origen tanto petrogénico como biogénico, puesto que
hidrocarburos similares o idénticos a los encontrados
en el petróleo son constituyentes comunes en muchos
vegetales (fitoplancton) como producto de la fotosíntesis. Los microorganismos contienen, a su vez,
aproximadamente 0.03% de hidrocarburos (Galán,
1997).
Estos hidrocarburos reportados y considerados
como los valores normales para la bahía pueden verse
alterados en la medida que se presenten eventos como
derrames u otros aportes que provienen de las actividades marítimas, turismo, transporte, pesca y actividad portuaria.
Así, aunque potencialmente se mantiene una gran
fuente de hidrocarburos en la bahía, representada
por el Terminal Multiboyas de Ecopetrol, los niveles
de HATs no deben presentar anomalía alguna mientras
éste opere adecuadamente y sin que existan, además,
aportes significativos al ecosistema por las otras
actividades consecuentes del movimiento portuario.
Por lo tanto, las concentraciones altas en la bahía
presentan características específicas dependiendo de
la posición de la estación, sitio de muestreo y del
evento que se registre.
De acuerdo con los datos colectados durante los
derrames de 1996 y 1998 se observó en algunos lugares
un incremento en los niveles de HATs por encima de
los normales, en los lugares por donde hizo su arribo
la mancha como en la estación Vaquería que durante
1998 presentó un valor de 3.69 µg/g.
Durante el lapso de 1997 al 2001 el nivel promedio
anual de los HATs para toda la bahía osciló en un
valor de 0.302 a 0.526 µg/g y un promedio ponderado
de 0.392 µg/g; siendo la Estación 26, Vaquería,
ubicada en la zona suroeste, la que presentó el mayor
promedio anual de estos hidrocarburos con 1.054 µg/g
(Tabla 6.12.).
En el resto de estaciones (Figura 6.21.) las concentraciones se encontraron dentro de los valores
normales para el área de estudio y por debajo de los
3.9 µg/g, definidos por el Programa de Monitoreo
NS& T de la Noaa como concentración alta para
sedimentos (Tabla 6.12. - Figura 6.22.).
6.2.3.1.4. Monitoreo en organismos
Los hidrocarburos vertidos en el mar al penetrar y
ser ingeridos en distintos niveles de la cadena alimentaria son concentrados gradualmente hasta llegar al
hombre, el cual ingiere todos los tóxicos acumulados
por los niveles tróficos anteriores. Entre estos tóxicos
se encuentran los hidrocarburos aromáticos polinucleares.
Bahía de Tumaco
Tabla 6.13. Promedios anuales obtenidos entre 1986 y 1995 de HATs (µg/g) en bivalvos en la bahía de
Tumaco (CCCP, 1996).
Estación
1986
1987
1988
1989
1990
1991
1992
1993
1995
Promedio
Puente El Pindo
2.06
6.20
30.08
14.24
3.34
19.87
4.08
14.54
8.05
11.38
El Viudo
0.80
2.37
1.31
1.09
1.33
2.97
4.95
-----
-----
2.12
Isla del Gallo
-----
0.63
2.87
0.73
-----
3.84
2.07
0.36
4.71
4.17
Promedio
1.43
3.07
11.42
5.35
2.34
8.89
3.70
7.45
6.38
5.22
Teniendo en cuenta que la cadena alimentaria se
compone en el siguiente orden: vegetales, animales
herbívoros, animales carnívoros, hombre; es este último
el que recibe una importante dosis de contaminación,
aunque los organismos consumidos no presenten evidencia de ésta. Los organismos utilizados como mejores
bioindicadores son los bivalvos, cuyo mecanismo de
alimentación lo hacen a través de filtración, presentando la propiedad de biomagnificar el contenido de
los hidrocarburos. Los niveles de las concentraciones
de estos compuestos en organismos dependen de diversos factores físicos, tales como: edad, tamaño, madurez
sexual y contenido graso, entre otros (Farrington y
Tripp, 1984).
El promedio obtenido para el área de la bahía de
Tumaco, en general hasta 1995, fue de 5.22 µg/g con
base en peso seco; donde el promedio más alto fue de
11.38 µg/g correspondiente a la estación Puente El
Pindo; seguida de la estación Isla del Gallo, con un
valor promedio de 4.17 µg/g(Tabla 6.13.).
A excepción de El Pindo, donde se registraron
concentraciones que alcanzaron los 49.67 µg/g, en 1998,
todos los valores muestreados se encontraron por debajo
de 35.0 µg/g, considerada como concentración tóxica
para la mayoría de las especies (Long y Morgan, 1990).
Figura 6.23. Hidrocarburos aromáticos en la bahía
de Tumaco (CCCP, 1996).
En general, se presentó una variabilidad significativa de las concentraciones de hidrocarburos en los
organismos analizados durante el tiempo de estudio,
lo cual se corrobora con lo reportado por Farrington y
Tripp (1985) sobre la irregularidad de la acumulación
del contenido de hidrocarburos en bivalvos. `
Comparando el comportamiento de los niveles
promedio de HATs en las diferentes matrices durante
el tiempo de estudio como: aguas con 0.27 mg/L;
sedimentos con 1.39 µg/g y organismos con 5.22 µg/g,
se obtiene una relación de 1:5:19 que muestra
claramente el carácter lipofílico de estos compuestos
y por ende su tendencia a quedar atrapados en la grasa
de los tejidos animales, para este caso en la de los
bivalvos. En la Figura 6.23. se observa la afinidad que
tiene la matriz con el contaminante hidrocarburos,
encontrándose los mayores valores para organismos,
seguido de sedimentos y por último en aguas.
6.2.3.1.5. Indices de sensibilidad ambiental
El objetivo principal de la respuesta ante un derrame de hidrocarburos y sustancias relacionadas, después
de proteger la vida humana, es reducir sus
consecuencias ambientales y centrar los esfuerzos de
limpieza. Para ello es imprescindible identificar las
zonas costeras más vulnerables, con el fin de establecer las prioridades de protección, las estrategias
de limpieza y la restauración de los ambientes costeros
impactados (Noaa, 1997).
Ante la necesidad de estar preparados frente a un
posible derrame de hidrocarburos en la bahía de
Tumaco, el CCCP ha elaborado el mapa de 'Índices de
Sensibilidad Ambiental, ISA', que integra los elementos
geomorfológicos, biológicos e hidrodinámicos y, a su
vez, clasifica los litorales de acuerdo con la guía para
mapas de sensibilidad de la Noaa, que despliega la
información costera a partir de aspectos tales como:
143
144
Bahía de Tumaco
• Clasificación de los litorales: Según su sensibilidad, la persistencia natural del petróleo y la facilidad de la limpieza.
• Recursos biológicos: Incluye tanto animales como
plantas sensibles a los hidrocarburos, así como los
hábitats utilizados por las especies afectadas por
posibles derrames de hidrocarburos o aquellos sensibles a los derrames como vegetación acuática sumergida y arrecifes de coral.
• Recursos de uso humano: Recursos y lugares
sensibles a ser contaminados, importantes para el uso
humano, tales como playas y parques públicos,
marinas, fuentes de agua dulce y sitios arqueológicos,
entre otros.
Las graduaciones del litoral del ISA se han definido
con base en los siguientes factores que influencian la
sensibilidad a la contaminación del litoral:
• Nivel de energía hidrodinámica (exposición al
oleaje y la marea).
• Pendiente de la costa.
• Tipo de sustrato (tamaño del grano, movilidad,
penetración).
• Productividad y sensibilidad biológica.
Así, según la clasificación ISA, los litorales
presentan una graduación de 1 a 10, donde los calificados como '1' corresponden a los menos susceptibles
a sufrir daños por contaminación con hidrocarburos;
incluyen los acantilados y los bancos rocosos escarpados expuestos, donde esta sustancia no puede penetrar en la roca y es lavada rápidamente por la acción
de las olas y la marea.
En su lugar, los litorales calificados con '10' representan las áreas que más se impactarían en un
derrame; incluyen zonas con vegetación de tierras
encharcadas, tales como pantanos de mangle,
pantanos de agua salobre y fresca, donde el contaminante permanecerá por un período de tiempo largo,
penetrará profundamente el substrato y causará daño
a muchas clases de plantas y animales.
Los diferentes tipos de litorales de acuerdo con la
clasificación ISA son:
ISA 1 - Orillas rocosas expuestas.
ISA 2 - Plataformas rocosas expuestas.
ISA 3 - Playas de arena de grano fino.
ISA 4 - Playas de arena de grano grueso.
ISA 5 - Playas mixtas de arena y grava.
ISA 6 - Estructuras de riprap, playas de grava.
ISA 7 - Planos de marea expuestos.
ISA 8 - Estructuras artificiales sólidas.
ISA 9 - Planos de marea protegidos.
ISA 10- Manglares, pantanos de agua dulce, salobre
y salada.
De acuerdo con esta clasificación y teniendo en
cuenta las características costeras de la bahía de
Tumaco, descritas rn los capitulos III y IV, el área de
estudio presenta los siguientes tipos de litoral ISA (mapa
No. 11):
ISA 1 – Orillas rocosas expuestas – acantilados
Corresponde a los sectores acantilados de la bahía
de Tumaco, ubicados entre la desembocadura del río
Colorado y la isla del Gallo, así como el islote rocoso
ubicado al Este de la isla de El Morro (Figura 6.24.).
Figura 6.24. Acantilado, sector de El Morro.
Las principales características de esta unidad son:
• Exposición regular a la energía fuerte de las olas
y a las corrientes de marea.
• Substrato impermeable, generalmente de roca,
sin potencial para penetración del subsuelo.
• Pendiente de la zona intermareal mayor de 30
grados.
• Por la naturaleza de alta energía, los organismos
asociados son robustos y acostumbrados a los impactos
hidráulicos altos y a las presiones.
Estos tipos de costa se exponen a olas grandes que
tienden a guardar aceite, los restos del aceite en la
superficie se eliminan rápidamente por procesos
naturales en pocas semanas, cualquier rastro de aceite
tiende a formar una línea a lo largo de la ISA sobre la
zona de salpicadura de la marea alta.
Mapa No. 11 - Indice de sensibilidad ambiental de la bahía de Tumaco.
Bahía de Tumaco
Este tipo de litoral, generalmente, no requiere
ninguna limpieza.
ISA 3 Playas de arena fina
En la bahía de Tumaco esta clasificación corresponde a los sectores de playas activas y cordones
litorales no vegetados ubicados en las islas de El Morro,
Tumaco, Vaquería y Bocagrande, con características
tales como (figuras 6.25. - 6.26.):
• Substrato semipermeable, compacto de arena
de grano medio a fino que inhibe la penetración del
aceite (normalmente menor de 10 cm), minimizando
la cantidad de sedimentos engrasados.
• Pendiente muy baja, menor de 5 grados.
• Proporción de movilidad del sedimento baja, así
que el potencial de entierro rápido es bajo.
• Los sedimentos de la superficie están sujetos a
movimientos regulares por acción del oleaje y la
corriente.
• Densidades relativamente bajas de bentos, que
varían tanto espacial como temporalmente.
En playas expuestas el aceite puede enterrarse
profundamente si éste llega después de una tormenta
erosional o al inicio de un período de acreción.
La limpieza en estas unidades se simplifica por
presentar un substrato duro, que permite el apoyo y
tránsito de vehículos.
ISA 7 Planos de marea expuesto
Esta clasificación se refiere a las áreas descubiertas
durante la marea baja, cuyo substrato es de arena fina
poco consolidado y muy permeable. Se encuentran a
lo largo de toda la bahía y en las bocanas (Figura 6.27.).
Estos presentan las siguientes características:
• Planos de marea llanos, formados por acumulación
de sedimento con pendientes menores a 3 grados, se
extienden desde unos pocos metros hasta casi un
kilometro.
• Sedimentos saturados de agua que limitan la
penetración del aceite.
• La exposición a la energía de la marea se evidencia por las ondas en la arena.
• Densidades de bentos muy altas.
En los planos de marea expuestos el aceite no se
adhiere prontamente en los sedimentos de arena
saturados de agua. Éste es empujado por la superficie
hacia la línea de marea alta e Incluso la mancha puede
desplazarse y ser movida por las corrientes de marea
a lo largo de la costa, ampliando la zona afectada.
Figura 6.25. Playa de arena fina, isla Vaquería.
Figura 6.26. Playa de arena fina, isla de El Morro.
Figura 6.27. Plano de marea expuesto, bocana de
Salahonda.
145
146
Bahía de Tumaco
Debido al alto uso biológico los impactos pueden
ser significativos, principalmente, en los organismos
bentónicos expuestos a la mancha de hidrocarburos.
La limpieza de un derrame en este tipo de litoral
se dificulta debido a la facilidad del aceite para
penetrar profundamente en el sedimento.
ISA 10 – Manglares y pantanos de agua salobre y
salada
Esta clasificación corresponde a las planicies de
marismas, dominantes desde el estero Guandarajo
hasta el río Colorado; algunos sectores entre los
acantilados de la bahía y los cordones litorales recientes ubicados hacia la parte sur de la isla de Tumaco,
sobre los cuales se ha establecido vegetación de
manglar (Figura 6.28.).
Esta unidad se caracteriza por presentar:
• Substrato de barro llano con un alto contenido
orgánico.
• Vegetación de pantano sobre el substrato. Tal es
el caso de especies acuáticas flotantes y sumergidas
de agua salada y de transición a pantanos de agua
dulce.
En este litoral factores como el tipo de aceite, la
cantidad de vegetación alcanzada, el tipo de
sedimento, la exposición a los procesos de limpieza
natural, la época del año del derrame y los tipos de
especies afectadas, influencia el grado de contaminación. Los pantanos, los manglares y otros tipos
de vegetación acuática y de transición son los hábitats
más sensibles, debido a su alto contenido biológico y
a la dificultad que representa su limpieza, lo cual
incrementa el potencial del impacto hacia muchos
organismos a largo plazo.
La clasificación ISA para el litoral en el área de
estudio, entre Cabo Manglares y la bocana de Hojas
Blancas, con una extensión de 140 km se presenta así:
Clasificación ISA 1 (acantilados) = 31 Km
Clasificación ISA 3 (playas)
= 36 Km
Clasificación ISA 10 (manglares)
= 73 Km
La clasificación ISA 7, corresponde a las zonas
descubiertas durante marea baja, cuya extensión
cubre un área de 92 km2, correspondientes al 23% del
área total de la bahía, 400 km2.
Si bien es cierto que cerca del 50% del litoral de
la bahía de Tumaco presenta una baja sensibilidad
ante un derrame de hidrocarburos, no se deben limitar
esfuerzos por contener rápidamente una mancha que
se desplace hacia los sitios menos sensibles, ya que
dependiendo de las condiciones hidrodinámicas de la
bahía, descritas en el Capítulo IV, y el desplazamiento
del hidrocarburo se podrían afectar las zonas de mayor
producción pesquera.
Partiendo de este riesgo latente, el CCCP adelanta
estudios de las condiciones hidrodinámicas de la zona,
mediante ejercicios de seguimiento de boyas de
deriva, que han permitido identificar a la bahía interna
de Tumaco, las playas de Salahonda y el Norte de la
isla del Gallo, como los sitios más propensos a recibir
el impacto por un derrame de hidrocarburos.
6.2.3.2. Compuestos Organoclorados
Figura 6.28. La vegetación de manglar predomina
en el ISA 10 identificado para la bahía de Tumaco.
El compuesto de mayor interés al que se enfocó
este análisis, entre 1992 y 1993, estuvo relacionado
con el p,p’- Diclorodifeniltricloroetano, p,p’ DDT,
puesto que ha sido de gran polémica a nivel mundial,
debido a su alta persistencia en el medio ambiente
y sus efectos tóxicos en los organismos. Este en el
proceso de desintegración pasa por una serie de
Bahía de Tumaco
metabolitos, que son de propie-dades químicas similares,
a saber: el p,p’- Diclorodifenildicloroetano, p,p’-DDD,
y el p,p’- Diclorodifenildicloroetileno, p,p’-DDE.
Compuestos como los DDT’s (p,p’-DDT + p,p’-DDD
+ p,p’-DDE) son de gran efectividad para los usos a
los que se destinan, pero muy perjudiciales para el
medio ambiente debido a su persistencia, con períodos
que superan los doce años. Así, su uso fue prohibido
en Colombia desde 1974 (CCCP, 1996).
6.2.3.2.1. Monitoreo en sedimentos
Las estaciones de muestreo se ubicaron hacia la
desembocadura de los ríos de mayor influencia en la
bahía, como son el Rosario y el Mejicano. Adicionalmente, se ubicaron otras estaciones en El Pindo y
en la playa de Salahonda.
Los promedios obtenidos en sedimentos fueron
similares. El promedio más alto con respecto al p,p’DDT lo presentó la estación El Pindo, con 5.46 ng/g;
seguida por el río Rosario, con 4.98 ng/g; río Mejicano,
con 2.89 ng/g, y Salahonda, con 2.47 ng/g, obteniéndose
un promedio general de 3.95 ng/g. (CCCP, 1996).
Los niveles más altos detectados en sedimentos
para los metabolitos del DDT fueron para el p,p’-DDE,
lo que indica que este tipo de sustancias fueron usadas
hace varios años. Los valores promedios para los p,p’DDT’s en sedimentos de las diferentes estaciones, a
través de los cinco muestreos, oscilaron entre 2.17 y
13.36 ng/g. Con respecto a las concentraciones
individuales escasos valores superaron el nivel de
40 ng/g, definido por la NS& T de la Noaa como
concentración alta para sedimentos (CCCP, 1996).
6.2.3.2.2. Monitoreo en organismos
Para el caso de los bivalvos el rango obtenido para
el p,p’-DDT estuvo comprendido entre 5.58 ng/g, en
Salahonda, y 73.06 ng/g, en río Mejicano; registrandose un valor promedio para el área de 34.48 ng/g
(Figura 6.29.).
Figura 6.29. Contración de-p,p’- DDT’s en la bahía
de Tumaco entre 1992 y 1993 (CCCP, 1996).
En éste mismo período, el programa adelantado
por la NS& T y la International Mussel Watch de
Estados Unidos recolectó muestras de bivalvos en
la bahía de Tumaco, reportando una concentración
para el DDT total con valores comprendidos entre
10 y 100 ng/g (Sericano et al., 1995). El máximo
valor permitido por la Food and Drug Administration,
FDA, para el DDT y el DDE es de 5000 ng/g.
Con base en estos niveles permisibles las concentraciones detectadas en este tipo de organismos
de consumo humano no son preocupantes.
De igual forma que en el caso de los hidrocarburos, para los DDT las concentraciones
encontradas en organismos fueron mayores a las
obtenidas en sedimentos (Figura 6.29. Tabla
6.14.).
6.2.3.3. Metales pesados
Se considera metal pesado aquel elemento que
tiene una densidad igual o superior a 5 gr/cm3 en su
forma elemental. Dentro de los metales pesados se
distinguen dos grupos:
• Oligoelementos o micronutrientes, requeridos
enpequeñas cantidades o cantidades traza por plantas
y animales para completar su ciclo vital. Pasado cierto
umbral se vuelven tóxicos.
Tabla 6.14. Concentraciones de DDT obtenidas en diferentes muestreos en la bahía de Tumaco en ng/g (CCCP, 1996).
Matriz
May1992
Ago1992
Nov1992
Jun1993
Sep1993
Ago1995
Promedio
Organismos
24.16
31.75
51.22
26.34
12.61
60.83
34.48
Sedimentos
6.88
2.43
4.22
7.36
2.71
13.36
6.07
147
148
Bahía de Tumaco
Dentro de este grupo se encuentran: As, B, Co, Cr,
Cu, Mo, Mn, Ni, Se y Zn.
• Los metales pesados sin función biológica
conocida, cuya presencia en determinadas cantidades
en seres vivos lleva aparejadas disfunciones de sus
organismos, resultan altamente tóxicos y presentan la
propiedad de acumularse en los organismos vivos. Estos
son principalmente: Cd, Hg, Pb, Cu, Ni, Sb, Bi.
La presencia de estos elementos en aguas de la bahía
se origina en los vertidos de origen antropogénico,
procedentes de actividades industriales, mineras, de
la aplicación de plaguicidas o también del tráfico
rodado (García I. y Dorronsoro C.,)
6.2.3.3.1. Monitoreo en aguas
Mercurio (Hg)
Según Cortés, el rango para la bahía de Tumaco
estuvo comprendido entre 0.1 y 0.5 µg/L, califi-cándose
por debajo del valor del criterio de calidad admisible
establecido en el artículo 45 del Decreto 1594/84
correspondiente a 10 mg/L (CCCP, 1996).
El nivel natural de Hg para aguas marinas es de
0.011 µg/L y para aguas dulces es de 0.01 µg/L
(Marciales, 1987). El valor de la concentración de Hg
registrado en la estación Bocatoma del río Mira se
encontró próximo al límite máximo permisible para
aguas de consumo humano, el cual corresponde a 2.0
µg/L, según el Decreto 1594/84.
El estudio más reciente, publicado por Granobles
en 1999, dirigido a la evaluación de los niveles de Hg
en agua de mar reporta un rango comprendido entre
0.22 y 1.09 µg/L, este último valor fue encontrado en
la desembocadura del río Curay.
La máxima concentración registrada fue 3.6 µg/L,
para la estación Bocana Telembí, ubicada en la zona
continental de Barbacoas; siendo similar al valor de
3.7 µg/L, repor-tado por el Inderena en 1987 para
esta misma área (Tabla 6.15.). La concentración más
baja correspondió la estación Mina El Morro con un
valor de 1.3 µg/L.
Uniendo los rangos encontrados por Ingeominas
(1992-1993) y Cortés (1997) (Tabla 6.16.) se obtuvo un
nuevo rango comprendido entre 1.6 y 10 ppb para el
área de estudio, indicando que las concentraciones están
dentro del límite establecido en el Decreto 1594/84.
Tabla 6.15. Niveles de metales pesados (µg/L) en
aguas de la bahía de Tumaco, monitoreadas por el
CCCP en 1994 (CCCP, 1996).
Tabla 6.16. Rangos de metales pesados (µg/L) en
aguas de Tumaco (Ingeominas, 1992-1993 y Cortés
1997).
Cadmio (Cd)
<LD Menor que el límite de detección
Metal
Cortés
Ingeominas
Decreto
Estaciones
Hg
Cu
Pb
Cd
Fe
Cabo Manglares
2.9
10.6
<LD
92.0
11.4
Pb
13.3-27
10
Teherán
3.2
3.0
----
1.0
----
Cr
3.5-7.0
10
Ensenada Cova
2.4
3.7
<LD
13.0
47.8
Cu
1.5-3.1
<10-20
100
Patía
2.4
28.0
<LD
23.6
----
Cd
1.6-28
<10-10
10
Ecopetrol
2.9
6.7
<LD
<LD
69.7
Hg
0.1-0.5
Puente El Pindo
2.1
12.6
<LD
----
86.1
Mina El Morro
1.3
43.0
----
19.7
88.1
(río Telembi)
3.3
Mina Damián
3.1
3.9
5.0
7.1
----
(río Telembi)
3.6
C. Pámpana
1.8
6.7
<LD
<LD
74.9
Bocana Telembi
2.0
8.3
<LD
<LD
67.6
27.9
<LD
<LD
----
7.7
7.3
7.3
----
Bocatoma del
río Mira
Estero Cova
1594/84
10
Según Báez, et al. (1992), el rango normal de Cd en
aguas para bahías y costas está comprendido entre 10
y 150 µg/L y existen indicios de contaminación cuando
los valores se encuentran por encima de este rango.
En otros lugares del mundo se han obtenido
concentraciones comprendidas entre 8 y 109 µg/L, con
un promedio de 54.5 µg/L (Kin, 1983), que comparadas
con las detectadas en la costa Pacífica colombiana son
altas (CCCP, 1996).
Bahía de Tumaco
6.2.3.3.2. Monitoreo en sedimentos
Plomo (Pb)
En las mediciones realizadas el rango estuvo comprendido entre valores no detectados y 7.3 µg/L, sus
concentraciones se califican por debajo del límite
establecido 10 µg/L (Decreto 1594/84). Sin embargo,
el rango 13.3 27 µg/L reportado por Cortés supera
esta norma (Tabla 6.16.).
Cobre (Cu)
Los niveles naturales de Cu en aguas marinas superficiales están entre 0.01 y 0.04 ppb. En la bahía se
encontró entre 3.0 y 43.0 µg/L, correspondientes a las
estaciones Teherán y Mina El Morro, respectivamente;
es probable que estas concentraciones obedezcan a la
remoción del suelo por la explotación de oro.
Los niveles encontrados por el CCCP en la bahía
fueron similares a los hallados por Cortés, mientras
que para Ingeominas el rango de concentración fue
menor a 30 µg/L. En general, los valores obtenidos se
encontraron por debajo del nivel de 100 µg/L,
establecido por el Decreto 1594 de 1984 (Tabla 6.16.).
Las concentraciones de Cu comprendidas entre 80 y
100 µg/L alteran la rata de crecimiento de postlarvas
de camarón (Wong, et al.,1995) (CCCP, 1996).
Hierro (Fe)
Los niveles obtenidos de este metal se agruparon
por debajo del límite establecido en el Decreto 1594/
84, con una concentración máxima de 100 µg/L. Nuevamente, las mayores concentraciones se encontraron
en la zona continental, en Barbacoas, al igual que
para el Cu.
Zinc (Zn)
El promedio obtenido por Ingeominas, para 1992,
fue de 360 µg/L encontrándose por encima del valor de
10 µg/L, establecido como CL50 en el Decreto 1594/84.
El valor natural para el Zn en aguas superficiales
marinas es de 0.01 µg/L; el rango obtenido para 1993
estuvo entre 14 y 750 µg/L, el cual fue ligeramente
menor al detectado en 1992, oscilando entre valores
no detectados y 1200 µg/L en la estación cercana al
farillo de El Viudo.
Mercurio (Hg)
De acuerdo con Johnston (1971), los niveles máximos naturales de metales pesados en sedimentos varían
entre 0.1 y 0.4 µg/g para Hg. La estación Puente El
Pindo presentó un valor alto de 0.69 µg/g, las demás
concentraciones estuvieron por debajo de 0.51 µg/g
(Tabla 6.17.), valor límite establecido por el programa
de monitoreo de la NS& T, de la Noaa (1990). Éste valor
es mayor al del criterio establecido por el Joint Group
of Experts on the Scientific Aspects of Marine Environmental Protection (GESAMP IV) de 0.36 µg/g.
Plomo (Pb)
El rango para este elemento osciló entre 8.3 y 17.9
µg/g, éstas concentraciones resultaron similares a las
obtenidas por Inderena en 1987, que reportó un rango
comprendido entre 12.18 y 16.65 µg/g en el área de
estudio (CPPS, 1982). El programa de monitoreo de
la NS& T define el valor de 87µg/gcomo concentración
alta para sedimentos (Noaa,1990). Con base en este
criterio no existe riesgo de contaminación por este
metal en los puntos monitoreados.
Cobre (Cu)
Las concentraciones oscilaron entre 30.65 y 96.30
µg/g, encontrándose dentro del intervalo de máximas
concentraciones naturales que componen el rango de
10 a 700 µg/g reportado por Jhonston (1971).
Tabla 6.17. Niveles de metales pesados (µg/g) en
sedimentos de la bahía de Tumaco, monitoreados por
el CCCP en 1994.
Estaciones
Hg
Cu
Pb
Cd
Fe
Patía
ND
73.69
17.9
0.84
9504
Ecopetrol
0.11
30.65
10.9
0.51
8964
Salahonda
0.33
37.30
10.7
0.58
13287
Puente El Pindo 0.69
54.10
14.9
0.44
8914
Mina El Morro
0.48
92.60
10.1
0.19
49284
0.38
96.30
14.5
0.29
61728
0.31
87.33
14.9
0.34
58004
Bocana Telembí 0.27
52.84
8.3
0.05
31808
(río Telembí)
Mina Damián
(río Telembí)
C. Pámpana
149
150
Bahía de Tumaco
Según estudios del Inderena (1987), para la bahía
de Tumaco las concentraciones oscilaron entre 47.4 y
64.26 ppm y el rango determinado por Cortés (1997)
estuvo comprendido entre 20 y 44 µg/g (Tabla 6.17.).
Según la Noaa que establece un valor de 87 ppm
como concentración alta para sedimentos, los sedimentos de la bahía no presentan contaminación por
este metal; sin embargo, estos valores superan el criterio establecido por Gesamp VI, de 2 a 30 µg/g. Los
niveles altos en la mayoría de los registros pueden
relacionarse con procesos de origen geológico.
Hierro (Fe)
Tomando como base el rango de concentraciones
naturales reportadas por Jhonton (1971), que va desde
20000 a 60000 µg/g, las concentraciones determinadas para este elemento fueron normales, con un
rango comprendido entre 8914 y 61728 µg/g (Tabla
6.17.). El valor obtenido para la estación Mina Damián
supera, ligeramente, el rango establecido, lo que se
puede relacionar al igual que para el caso del Cu con
procesos geológicos.
Cadmio (Cd)
El rango de concentraciones máximas naturales
establecidas por Jhonston (1976) y Báez et al., (1992)
va desde 0.2 hasta 2.0 µg/g. Los valores obtenidos
por el CCCP oscilaron entre 0.05 y 0.84 µg/g.
Según los resultados de Ingeominas, las concentraciones en las diferentes fracciones del sedimento
estuvieron comprendidas entre valores menores a 0.1
y 1.0 µg/g; mientras Inderena, en 1987, reportó un
promedio de 0.56 µg/g, con un rango que osciló entre
0.39 y 1.06 µg/g.
Tabla 6.18. Rangos de metales pesados (µg/g) en
sedimentos de la bahía de Tumaco (Ingeominas, 1992
1993 y Cortés, 1997).
Metal
Cortés
Pb
6.0-18
Cr
7.0-16
Cu
20-44
<0.01-52
2-30
Cd
2.1-4.1
<0.01-1.0
0.5-20
Hg
0.1-1.6
Ingeominas
Gesamp IV
1-20
10-100
0.1-0.35
En las costas chilenas se han registrado concentraciones de Cd entre 3.4 y 8.8 µg/g, mayores a las
reportadas para esta área de estudio.
Lo anterior permite afirmar que los sedimentos
de la bahía de Tumaco no presentan contaminación
por Cd (Tabla 6.18.) (CCCP, 1996).
6.2.4. Alteraciones en Fauna y Flora
6.2.4.1. Sobreexplotación de recursos
pesqueros
Este es un hecho comentado muchas veces, pero
sobre el cual el CCCP no cuenta con datos para
confirmar o descartar su veracidad, salvo la queja de
los pescadores por la disminución del recurso. Del
único tipo de extracción que se tienen datos que
demuestran la disminución es del recurso concha,
aspecto tratado con antelación en el Capítulo V.
Otra evidencia de la disminución del recurso son
las medidas impuestas por el Inpa para la bahía, decretando dos vedas: una para el recurso carduma que va
del primero de noviembre al 31 de diciembre; otra
para las especies de camarón de aguas someras
langostino, tití, tigre y pomada, y las de aguas
profundas pink, coliflor, café y cabezón, que va del
26 de enero al 20 de marzo.
Estas vedas están dirigidas a la prohibición de
extracción, posesión, proceso, almacenamiento,
comercialización y transporte de éstas especies y es
aplicable tanto para la pesca artesanal como para la
industrial. De ellas, sin embargo, no se presentan más
comentarios, por desconocerse los resultados de las
evaluaciones sobre el efecto que las medidas han
tenido sobre el recurso. Se conoce, además, y está
documentado el uso de artes y métodos de captura
destructivos como la pesca indiscriminada con
dinamita; el uso de artes no selectivos como las redes
de atajo, red de enmalle multifilamento con tamaño
de malla entre 1.5 y 2.0 pulgadas en los esteros; las
changas, que son redes de arrastre de fondo a pequeña
escala para la captura de camarón de aguas someras;
las redes de enmalle monofilamento con tamaño de
malla de 2 y 2.0 pulgadas, utilizadas para la captura
de camarón de aguas someras y peces con tallas
menores a las permitidas; el deterioro que sobre las
zonas costeras ejercen los barcos arrastreros de fondo,
pesca industrial de camarón de aguas someras; la
Bahía de Tumaco
contaminación y destrucción del medio ambiente
ocasionados por el desarrollo urbano, industrial y
turístico; la tala del bosque de manglar, y el
vertimiento de sustancias tóxicas (Inpa Vecep, 2000).
Estos factores han ocasionado una disminución de
algunas especies dentro de la bahía de Tumaco, lo
cual se traduce en el desmejoramiento de las condiciones socioeconómicas de la zona.
Esta es una consecuencia común en muchas
pesquerías del tercer mundo que experimentan la
denominada ‘sobrepesca maltusiana’, que ocurre
cuando los pescadores pobres enfrentan una
disminución sostenida en sus capturas y, a falta de
alternativas de trabajo, inician la destrucción de todos
los recursos pesqueros en su esfuerzo por mantener
sus ingresos económicos (Pauly et al., 1989).
6.2.4.2. Sobreexplotación del recurso
maderero
La riqueza forestal que presenta la bahía de
Tumaco hace que el aprovechamiento del recurso
maderero sea común; dicha explotación se ha desarrollado alrededor de la tumba de árboles para la
producción de leña y carbón en los esteros.
Esta actividad realizada con tendencia al agotamiento del recurso, explota la madera sin atender
las debidas consideraciones para su conservación,
alterando los componentes biótico y social.
Según Pinzón (2001), cuando se habla de explotación de recursos forestales se debe tener en cuenta
que existe una clasificación que establece el tipo de
aprovechamiento que de estos se hace, de acuerdo
con los permisos emitidos por las diferentes entidades
ambientales.
A continuación los niveles de clasificación:
• Unicos: Hace referencia a los aprovechamientos que se realizan por una sola vez, en áreas donde
con base en estudios técnicos se demuestre mejor
aptitud de uso del suelo diferente al forestal o cuando
existan razones de utilidad pública e interés social.
Los aprovechamientos forestales únicos pueden
contener la obligación de dejar limpio el terreno al
término del aprovechamiento, pero no la de renovar
o conservar el bosque.
• Persistentes: Aprovechamientos que se efec-túan
con criterios de sostenibilidad y con la obligación de
conservar el rendimiento normal del bosque bajo
técnicas silvícolas que permitan su renovación. Por
rendimiento normal del bosque se entiende su desarrollo o producción sostenible, de tal manera que se
garantice la permanencia del bosque.
• Domésticos: Los que se efectúan, exclusivamente, para satisfacer necesidades vitales domésticas
sin que se comercialicen sus productos.
En la bahía de Tumaco se hace aprovechamiento
selectivo y a tala rasa; el primero consiste en la extracción de madera de algunas especies apetecidas y
el segundo no plantea ningún tipo de selección.
Actualmente, en el Pacífico existen entre 250 y 300
especies maderables, siendo las más conocidas el sajo,
cuangare, cedro, mangle, peinemono, otobo, tangaré,
machare, etcétera (Pinzón, 2001).
Una de las asociaciones forestales que más se
explota en Tumaco es el manglar, este bosque cumple
un papel muy importante al servir como área nodriza
de muchas especies comerciales, como estabilizador
del depósito de sedimentos en los estuarios y por
actuar como barrera de protección.
Además, la madera que provee puede ser usada
como leña, para producir carbón o como material de
construcción. La economía de gran parte de la
población de la bahía depende en una alta proporción
de la madera, al punto que un alto porcentaje de los
ingresos monetarios provienen de esta actividad
(Martínez, 1996. En: Del Valle, 1997).
El colapso de la industria maderera en la zona de
estudio, por agotamiento del recurso, ha tenido graves
consecuencias económicas, sociales y ambientales.
Desde 1984, aproximadamente, se inició en la zona
el cultivo de la coca en pequeñas parcelas. Aunque
no existe suficiente información sobre este cultivo
ilícito, los datos revelan que para algunos habitantes
es ya la primera o la segunda fuente de ingresos
monetarios (Molina, 1996 En: Del Valle, 1997). Esta
actividad ilícita, es sin lugar a dudas, la causa más
importante en la actualidad de deforestación en la
región.
6.2.4.3. Impactos en zonas de manglar
La explotación intensiva del recurso mangle en
la bahía se remonta a mediados de la década de los
años 40, cuando las empresas productoras de taninos
151
152
Bahía de Tumaco
comenzaron a hacer la extracción de cortezas, principalmente de Rhizophora. Esto produjo una disminución continuada de la etapa fustal, aunque latizales
y brinzales también se vieron afectados con la caída
de los árboles (Álvarez et al., 1997).
Adicionalmente, en el área, las prácticas tradicionales de extracción, leñateo y producción de carbón, impactaron considerablemente en la medida que
estas hacían parte de un renglón comercial y laboral
muy importante, pues representaba el combustible
más económico y accesible a los sectores marginados
de la población.
Igualmente, la camaronicultura ha causado importantes perturbaciones en los bosques ya que desde
los años 80 se han talado más de 5000 Ha de manglar
para la construcción de estanques, pues las características sedimentológicas de estas áreas favorecen la
construcción y mantenimiento de esta industria.
Otros usos tradicionales que se le han dado al
manglar (Prahl et al., 1990) son:
• Rhizophoraceae: Madera para construcción,
piletas, puntales, leña, pulpa, carbón vegetal, postes
para cercas, estacas para pescar, madera para ahumar,
corteza para obtención de taninos, medicina para
infecciones de la garganta y protección de productos
pesqueros expuestos al sol.
• Caesalpinaceae: Varas, soportes, leña, carbón,
pilotes, pulpa, mangos de herramientas y partes de
embarcaciones.
• Avicenniaceae: Madera para construcción,
puntales, pilotes, leña, postes, soportes y medicina.
• Combretaceae: Construcción, leña, pulpa,
protección para aparejos de pesca.
• Pellicieraceae: Madera para la construcción,
leña y pulpa.
Estos usos unidos al crecimiento desordenado de
las poblaciones costeras han ocasionado cambios
bruscos en las características estructurales de la
vegetación, que se manifiestan en la disminución de
la densidad y área basal de los árboles e incluso en el
cambio de usos del suelo de zonas ocupadas originalmente por manglar.
CAPITULO VII
Programa de Modelado Integral de Zonas Costeras
Los modelos numéricos y las herramientas de cálculo permiten sistematizar la información y proveen
avanzadas herramientas para la gestión de la costa.
154
Bahía de Tumaco
Bahía de Tumaco
Como se sabe, toda actuación en la costa comienza
cuando la sociedad demanda la solución de problemas
o conflictos generados por el uso no adecuado de los
litorales o por afecciones debidas a procesos naturales.
A partir de ese momento se inicia una serie de pasos
que concretarán la actuación a realizar.
En cada uno de esos pasos las autoridades e instituciones involucradas en el manejo integral de la zona
costera, de acuerdo con otras condiciones, tales como:
demandas y necesidades sociales, prioridades políticas,
disponibilidad económica y aspectos estratégicos, entre
otras, deciden sobre la conveniencia de continuar el
proceso de definición de la actuación. En este proceso
se distinguen las siguientes fases:
Diagnóstico: Tiene como objetivo la determinación
de las causas que han originado el estado actual del
ecosistema costero. Su desarrollo es de extrema
importancia y en él se pone de manifiesto la capacidad
para entender y evaluar los procesos costeros, naturales
y antrópicos, que han dado lugar a dicha situación. Sí
el diagnóstico realizado no es correcto, difícilmente
lo será la actuación propuesta.
Anteproyecto: La fase de anteproyecto o prediseño tiene como objetivo el establecimiento de alternativas de solución. En esta fase prima la obtención
de alternativas, sobre la precisión en la definición de
la solución, dado que el fin último es comparar
alternativas y, de acuerdo con otros condicionantes,
elegir la que ha de convertirse en solución-proyecto.
Proyecto (diseño): Comprende la recopilación y
generación de datos para el cálculo detallado de la
alternativa de solución seleccionada. Dicho cálculo
suele llevar la utilización de herramientas o modelos
que requieren un mayor número de datos de partida.
Seguimiento y Evaluación: Esta fase tiene como
objetivo la verificación de la evolución de la actuación,
de acuerdo con lo previsto en el diseño.
Su implementación es necesaria dado que toda
actuación marítima está sujeta a la acción de dinámicas
aleatorias (oleaje, viento, etcétera), por lo que siempre
existe un determinado riesgo de que la actuación
evolucione con cierta variación respecto a la evolución
prevista.
En los capítulos anteriores se ha presentado información recopilada y analizada al interior de los
programas de investigación en protección del medio
marino, oceanografía física y manejo integrado de
zona costera, que el CCCP ha ejecutado desde su
creación. Lo anterior se constituye en el primer paso,
es decir, la Fase de Diagnóstico de las diferentes
problemáticas que confluyen en la bahía de Tumaco,
que a su vez permitirá a los potenciales usuarios de
dicha información implementar políticas de manejo,
con una visión integradora de los aspectos físicos,
ecológicos y medioambientales, apoyados en el desarrollo y adaptación de metodologías y herramientas
que faciliten el entendimiento y conocimiento del
funcionamiento de los diferentes ecosistemas y sus
interrelaciones en la bahía de Tumaco.
Siguiendo la línea de trabajo propuesta y en
respuesta a la necesidad de abordar la problemática
presente en los ecosistemas costeros de la zona de
estudio, abarcando todos los aspectos que la afectan,
el CCCP inició desde el año 2001 el diseño de un
modelo de ayuda para la gestión costera, denominado Sistema de Modelado Integral de Zonas Costeras
(SMIZCO), bajo la asesoría del Gioc.
El propósito de dicho Sistema es:
• Facilitar el acceso a datos clave (batimetría,
olas , línea de costa, fotografía aérea) a través de
módulos específicos que aporten la información
requerida por el gestor y faciliten su uso en modelos
numéricos.
• Establecer metodologías para el diseño, ejecución y seguimiento de las actuaciones en la costa.
• Disponer de una serie de herramientas (modelos
numéricos) para diferentes propósitos que serán
requeridos en la aplicación de las metodologías
propuestas.
Este Sistema surge de la necesidad de contar con
metodologías y herramientas que suministren el
soporte técnico que las instituciones, autoridades y
personas involucradas en la gestión litoral, requieren
para la toma de decisiones en el manejo de un
determinado sector de la zona costera. Básicamente,
este Sistema se encuentra estructurado en tres
módulos, esquematizados en la Figura 7.1.
El SMIZCo incorpora herramientas informáticas de
simulación, que permiten al usuario ensayar y diseñar
alternativas de solución para la gestión del litoral.
155
156
Bahía de Tumaco
Figura 7.1. Estructura del Sistema de Modelado
Costero (SMIZCO).
Por el momento, este modelo ha posibilitado cinco
aplicaciones recientes:
• Estudio del Clima Marítimo en la Bahía de Tumaco.
• Evaluación para la Regeneración de la Isla del
Guano como Elemento Protector del Casco Urbano de
Tumaco contra Tsunamis.
• Estudio Preliminar de los Efectos Medioambientales de la Regeneración de la Isla del Guano en los
Ecosistemas Contiguos a la Bahía de Tumaco.
• Atlas de Riesgo de Inundación en el Litoral
Pacífico Colombiano.
• Evaluación del Impacto en la Calidad de las Aguas
de la Bahía por los Vertidos Domésticos del Municipio
de Tumaco.
A continuación se describen brevemente cada uno
de los módulos que conforman el SMIZCO:
7.1. MÓDULO DE PREPROCESO
Estos módulos permite procesar gran parte de la
información que necesitan como entrada las diferentes herramientas del SMIZCO:
Programa Sistema de Información Geográfica
CARIS
Útil para elaborar, manipular y analizar información
cartográfica de las zonas costeras. Adicionalmente,
cuenta con funciones de análisis espacial de la
información, las cuales podrán ser utilizadas por varios
de los componentes del SMIZCO como información de
entrada dentro de sus respectivos procesos.
Figura 7.2. Interfaz gráfica del programa SONDAS.
Programa de Batimetrías Costeras, SONDAS
El objetivo fundamental de éste es suministrar
información batimétrica a partir de las cartas náuticas
de los litorales colombianos, con la idea de facilitar,
dentro del SMIZCO, la labor de combinar información
batimétrica proveniente de diversas fuentes.
SONDAS se compone de una base de datos con
información sobre cartas náuticas de los litorales
colombianos, provenientes del Centro de Investigaciones Oceanográficas e Hidrográficas, CIOH, y archivos
con las batimetrías originales de las cartas náuticas.
Programa de Caracterización de Oleajes y
Dinámicas, OLAS
Algunos de los programas del SMIZCO necesitan
definir las condiciones iniciales o de entrada del
oleaje, que varían dependiendo del tipo de modelo y
las escalas temporales o espaciales de los procesos.
El objetivo de este programa es caracterizar todos
los oleajes que el usuario necesita dentro del SMIZCO
(Figura 7.3.).
La caracterización del oleaje se lleva a cabo a
partir de una base de datos de oleaje visual de barcos
en ruta. OLAS permite obtener, para cualquier área
de las costas colombianas, información sobre: regímenes medios direccionales del oleaje visual (alturas
de ola y períodos) en profundidades indefinidas y una
profundidad objeto; características del oleaje asociadas al flujo medio de energía, para definir la forma
Bahía de Tumaco
Regeneración de Playas
Incluye la metodología y las herramientas que
permiten realizar todas las fases del estudio:
diagnóstico, diseño y evaluación de la regeneración
de playas, con especial atención hacia los posible
impactos ambientales.
Figura 7.3. Interfaz gráfica del programa OLAS.
en planta y perfil de una playa en equilibrio a largo
plazo, y los oleajes que caracterizan las condiciones
medias anuales, información de entrada al programa
de propagación de ondas.
Programa de Cota de Inundación, ATLAS
Algunos de los programas dentro del largo plazo,
como son los modelos de playas en equilibrio
(planta-perfil), modelos de una línea y el diseño
de obras, entre otros, requieren definir una cota
de inundación hasta donde actúa la dinámica
marina.
De manera similar, algunos modelos de corto plazo
necesitan definir un nivel de marea, el cálculo de la
misma se obtiene a partir del Atlas de Inundación.
El programa ATLAS permite obtener, para cualquier punto del litoral Pacífico colombiano, la
siguiente información a saber: cota de berma asociada a los perfiles de playa, cota asociada al nivel
de marea y cotas de francobordo para el diseño de
obras costeras tales como: diques, paseos marítimos, muros, etcétera.
7.2. METODOLOGÍAS
Este módulo contempla la implementación y
formulación de metodologías correspondientes a los
temas de actuaciones costeras y contaminación
marina. El primero de ellos comprende lo relativo a:
Obras Marítimas
Recoge la metodología necesaria para la construcción de obras marítimas (diques sumergidos o
espigones, paseos marítimos, tuberías submarinas,
dragados y canales de navegación, entre otros), incluyendo los criterios generales de diseño y cálculo, la
ejecución del proyecto, seguimiento y evaluación del
impacto medioambiental.
Sobre el tema de contaminación marina se presentan diversas metodologías para estudios de impacto
ambiental, diseño de saneamiento de litorales y la
evaluación y seguimiento de contaminación marina
por hidrocarburos.
Con el propósito de realizar la planificación en las
diferentes fases que cada problemática ofrece es
necesario seguir tres pasos que son comunes a la
aplicación de cada una de ellas, dependiendo del tipo
de contaminación:
• Ordenamiento del litoral, que comprende la
definición de usos, zonificación, establecimiento de
objetivos de calidad y selección de normas y criterios.
• Recopilación y generación de datos, estudios de
impacto en el litoral, valoración económica y comparación de alternativas.
• Implementación de planes de vigilancia y control
ambiental.
7.3. HERRAMIENTAS
El SMIZCO integra una serie de modelos numéricos
y herramientas de cálculo que permiten sistematizar
y aplicar las metodologías para cada una de las
problemáticas identificadas en el litoral. Este módulo
comprende modelos hidrodinámicos, de calidad de
aguas, y de propagación de oleaje y circulación
costera, los cuales se definen a continuación:
Modelos Hidrodinámicos
En la actualidad se cuenta con varios modelos de
diversa aplicación, a saber:
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158
Bahía de Tumaco
• Modelo ENSTUM, desarrollado en coordenadas
curvilíneas y en versión 2D.
• Modelo TIME, desarrollado por el Disaster Control
Research Center de la universidad de Tohok, Japón,
que aplica las ecuaciones de onda larga y se orienta,
especialmente, a evaluar el tiempo de arribo de un
tsunami a la costa y las sobreelevaciones generadas a
consecuencia del mismo.
• Modelo CODEGO, desarrollado por el CIOH a partir
el modelo MECCA, en coordenadas cartesianas y
versión 2D, validado y calibrado para la bahía de
Cartagena y utilizado en varias regiones del Caribe
Colombiano.
• Modelos H2D y H3D, desarrollados por el Gioc. El
primero corresponde a un modelo para la simulación
de niveles y velocidades en estuarios, bahías y plataforma continental; resuelve las ecuaciones no lineales
de Navier-Stokes, integradas en vertical mediante un
esquema de diferencias finitas (esquema ADI) y es
adecuado para la simulación de corrientes debidas a
la acción combinada de marea, caudal fluvial y viento,
actuando sobre la superficie del mar.
En su lugar, el modelo H3D resuelve las ecuaciones
tridimensionales de flujo de onda larga en lámina libre
(presión hidrostática).
Éste puede ser usado en fluidos no homogéneos
verticalmente (estratificación) y resuelve los perfiles
de velocidad del fluido.
Este modelo es adecuado cuando se prevé la
existencia de termoclina y en la simulación de
corrientes debidas a viento en masas de agua homogéneas.
Modelos de Calidad de Aguas
Se dispone de varios modelos, desarrollados por
Gioc, calibrados y validados para las aguas de la bahía
de Tumaco.
Cabe mencionar el T2D y el T3D, son bloques de
advección-dispersión de contaminantes y/o productos
de dragado, el primero promediado en vertical (T2D)
y el segundo en tridimensional (T3D) que se adicionan
al H2D o al H3D, respectivamente.
Se trata de modelos genéricos, aplicables a
cualquier tipo de sustancia de la cual se conozcan sus
características en el punto de vertido y su ecuación
de estado.
Modelos de Propagación de Oleaje y Evolución Costera
• Modelo de Propagación de Oleaje, OLUCA,
desarrollado por las universidades de Cantabria y
Delaware, utiliza la aproximación parabólica de la
ecuación de la pendiente suave (Mild-Slope) derivada
por Kirby (1986) y sirve para modelar la propagación
de un espectro direccional sobre una batimetría
irregular; considerando los procesos de asomeramiento, refracción-difracción, disipación por fricción con el fondo y rotura del oleaje.
Aunque, inicialmente, el modelo ha sido concebido
para oleaje aleatorio, también es apto para simular
oleajes monocromáticos.
• Modelo Avanzado No Lineal de Ondas, MANOLO,
desarrollado conjuntamente por las universidades de
Cantabria y Cornell. Es un modelo en elementos finitos
que evalúa la agitación portuaria inducida por ondas
transitorias no lineales, utiliza las ecuaciones de
Boussinesq. Su principal aplicación es el estudio de la
resonancia portuaria.
• Modelo de Circulación Costera, COPLA, éste
permite la simulación de niveles y corrientes inducidas
por la rotura del oleaje.
COPLA resuelve ecuaciones de las ondas largas
integradas en vertical y en un período, utilizando el
tensor de radiación debido al oleaje como motor
generador de corrientes. El modelo utiliza los resultados
de salida del OLUCA, como datos de entrada para la
simulación.
• Modelos de evolución costera, los cuales se
encuentran agrupados de acuerdo con la escala
temporal de los diferentes procesos en corto y largo
plazo. Para la evolución costera en el corto plazo se
dispone de los modelos MOPLA y PETRA.
El primero es un modelo de simulación de la
evolución de la batimetría que, mediante el balance
de sedimentos por celdas, permite estudiar la evolución
morfo-dinámica a corto plazo de un tramo de costa.
Este modelo toma como entrada los resultados de
OLUCA y COPLA, calculando el transporte por fondo y
en suspensión (Bailard, 1981, Soulsby, 1997) en cada
una de las celdas en que ha sido discretizado el dominio
de cálculo. Mediante el balance de sedimento transportado se establece el incremento neto de sedimento
en cada celda, modificándose la batimetría.
Bahía de Tumaco
En su lugar, el modelo PETRA resuelve para un perfil
de playa las ecuaciones del flujo de sedimentos dentro
de la zona de rompientes, así como los cambios en la
batimetría asociados a las variaciones espaciales del
transporte de sedimentos. La magnitud del transporte
es función de las características del medio (agua,
sedimento y batimetría) y de las condiciones hidrodinámicas (oleaje y corrientes inducidas por el mismo).
Este tipo de modelos es útil para simular el
comportamiento de una playa (volumen de arena
erosionada, retroceso de la línea de costa) sometida a
la acción de un temporal (mar de leva) o huracán.
Para los procesos de largo plazo no es de interés la
variabilidad de la morfodinámica de la playa en función
de las características de oleaje y marea, sino el estado
modal o más frecuente que será el resultado de las
condiciones modales energéticas de oleaje que aborda
la playa. Por lo tanto, dentro de este modelo se cuenta
con las formulaciones de equilibrio de planta y perfil
de una playa, así como de las formulaciones para el
cálculo de los estados morfodinámicos de la misma.
En complemento a los modelos numéricos, el
SMIZCO cuenta con el Tutor de Ingeniería de Costas,
TIC, que porta aquellas formulaciones y procedimientos de cálculo de mayor utilidad para la gestión
del litoral.
Éste se encuentra dividido en módulos que incluyen
cálculos relativos a las dinámicas, procesos litorales
y obras de impacto ambiental.
Aplicaciones del SMIZCO
El SMIZCO es un instrumento que permitirá estudiar, proponer o evaluar actuaciones costeras para
un adecuado uso de los litorales colombianos y la
evaluación de riesgos ambientales marinos, incluidos
los de contaminación. Dentro de las potenciales
aplicaciones directas e indirectas que pueden derivarse de su uso se encuentran:
• Delimitación de áreas de interés naturalístico.
• Planes de uso público de las playas.
• Plan integral de ordenación de litorales.
• Delimitación entre el dominio marítimo público
y privado.
• Plan de seguimiento de la calidad ambiental del
litoral.
• Elaboración de estudios relativos al medio marino
del litoral.
• Evaluación de impactos por derrames de hidrocarburos.
• Identificación de zonas en riesgo por inundación
debido a sobreelevacaciones del nivel del mar de
corto y largo plazo.
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Bahía de Tumaco
AGRADECIMIENTOS
El editor y los autores agradecen especialmente a los profesores Raúl Medina Santamaría y Mauricio González
del Grupo de Ingeniería Oceanográfica y de Costas de la Universidad de Cantabria, por la revisión de los
manuscritos que integran esta publicación, así como su acertados comentarios y observaciones.
A los ingenieros de sistemas Carolina Jerez Romero y Fredy Rodríguez Garavito por su apoyo en el procesamiento de la información digital.
A Ecopetrol, por el apoyo financiero parcial dado para la publicación de esta obra y la confianza depositada
en el Centro de Investigaciónes durante cinco años de monitoreos multidisciplinarios en la bahía de Tumaco.
Igualmente, al Capitán de Corbeta Esteban Uribe Alzate por el suministro de información estadística de
marina mercante registrada por la Capitanía de Puerto No. 2 de Tumaco.
A Iván Alberto Valderrama Campaz, Edgar Portilla y a Juan Valverde, director e investigadores, respectivamente, del Inpa Seccional Buenaventura, por el aporte de información actualizada sobre el potencial pesquero
y productividad del suroccidente del Pacífico colombiano.
Bahía de Tumaco
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Tejada, C. 2002b. Régimen de oleaje para las aguas jurisdiccionales colombianas. Olas. Paquete informático Convenio
Dimar-Universidad de Cantabria.
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Nariño. Medellín, 132 pp. Trabajo de grado (Ingeniero Geólogo). Universidad EAFIT. Facultad de Ingenierías. Departamento
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Wong, P.T.S. et al. 1975. Methylation of lead in the environment. Nature. 253 : 263.
Entorno Oceanográfico, Costero y de Riesgos
Armada Nacional
de Colombia
Dirección General Marítima,
DIMAR
Centro Control
Contaminación del Pacífico,
CCCP
Teléfono: (092) 727 26 37
Fax: (092) 727 11 80
URL:
www.cccp.org.co
Tsunamis, derrames accidentales de petróleo, fenómeno
de El Niño, agotamiento de recursos pesqueros, regímenes
de corrientes; éstos y otros temas de gran interés para la
población del municipio de San Andrés de Tumaco y para la
comnunidad de científicos del mar, se tratan en esta
publicación que se convierte en referencia para el
ordenamiento territorial, la prevención de desastres y la
interpretación de los ciclos naturales.
Con Aportes al Entendimiento de la Bahía de Tumaco, el
Centro Control Contaminación del Pacífico, CCCP,
contribuye al conocimiento de la zona y sienta las bases
para que, tanto la gestión pública, como las inciativas
privadas, se integren con armonía y coherencia, a los
procesos naturales.
El Editor
Email:
[email protected]
Apartado Aéreo: 187
Vía al Morro
Tumaco, Nariño, Colombia
Serie Publicaciones Especiales
Volumen 2
Aportes al Entendimiento de la Bahía de Tumaco
Aportes al Entendimiento de la Bahía de Tumaco
Aportes al Entendimiento de la Bahía de Tumaco
Entorno Oceanográfico, Costero y de Riesgos
Aportes el Entendimiento de
la Bahía de Tumaco, Entorno
Oceanográfico, Costero y de
Riesgos constituye, sin duda,
un conjunto de valiosas
herramientas para conocer,
recuperar y conservar los
recursos naturales de una
región privilegida de nuestra
jurisdicción.
Observando los lineamientos
de la Armada Nacional
y la Dirección General
Marítima, el Centro Control
Contaminación del Pacífico,
CCCP, ha reunido en esta
publicación los resultados
de casi dos décadas de
investigación científica.
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