282 SINDROME DE INMUNODEFICIENCIA ADQUIRIDA BIOLOGIA D E L V I R U S D E INMUNODEFICIENCIA D E L H U M A N O F. PLATA El SIDA (Síndrome de Inmunodeficiencia Adquirida) es el resultado de la infección por el virus de inmunodeficiencia del humano o "VIH", descubierto en 1983 por el equipo de los Doctores Frangoise Barré-Sinoussi, lean-Claude Chermann y Luc Montagnier en el Instituto Pasteur. El VIH ha recibido diversas denominaciones: LAV. HTLV-III y ARV. La sigla "VIH" es la denominación utilizada corrientemente hoy día. El VIH es un retrovirus. Su material genético consiste de dos moléculas de ácido ribonucleico o "ARN" que son transformadas en ácido desoxirribunucleico o "ADN" por medio de una enzima integrada en la partícula viral, denominada "retrotranscriptasa". La transformación del ARN en ADN ocurre en el citoplasma de la célula infectada, inmediatamente después de la penetración del virus. El ADN viral así producido es transportado hasta el núcleo de la célula para integrarse permanentemente en el ADN celular. Esta forma integrada del VIH se llama "provirus" y es transmitida automáticamente a todas las células hijas como elemento mendeliano. El provirus del VIH puede permanecer silencioso durante largo tiempo sin manifestar su presencia. Es solamente al ser activada la célula infectada (por un factor estimulante. por una molécula de regulación, por un virus o bacteria) que el ADN proviral es transcrito en ARN mensajero para dirigir la síntesis de proteínas virales en el citoplasma y llevar a la producción de partículas virales infecciosas. Las proteínas virales se asocian con dos moléculas del ARN proviral y el conjunto es expulsado de la célula. Las nuevas partículas virales o "viriones" son producidas bajo forma de brotes de la membrana celular, con un aspecto típico al estudio en el microscopio electrónico. Los nuevos viriones infectan a su vez otras células y aceleran así la diseminación del VIH. Por su lado, la célula productora del VIH sufre con frecuencia los efectos tóxicos del virus y muere. Su propiedad de latencia permite clasificar al VIH como "lentivirus". Esta Dr. F e r n a n d o Plata: Laboratoire de Biologie et d'Immunologie Moléculaires des Retrovirus, Instituto Pasteur, 2 8 rué du Dr. Roux, 7 5015 París, Francia. Acta Médica Colombiana Vol. 13 No. 4 (Julio - Agosto) 1988 propiedad explica el largo período de incubación del SIDA: de seis meses a varios años después de la infección inicial por el VIH. La partícula viral del VIH la constituyen varias proteínas estructurales. Además del ARN y de la retrotranscriptasa, la parte interior del virus o "core" contiene tres proteínas principales de diferentes pesos moleculares: la p24 (24.000 daltons), la pl 8 (18.000 daltons) y la p l 4 (14.000 daltons). La envoltura del virus está formada por dos glucoproteínas de pesos moleculares muy diferentes: la gp 120 (120.000 daltons) y la gp41 (41.000 daltons). Estas dos glucoproteínas provienen de la digestión de la glucoproteína precursora, la gp160, en dos subunidades. La actividad proteolítica de la retrotranscriptasa del VIH se encarga de esta digestión. La gpl20 tiene gran afinidad por la molécula T4 (o CD4) expuesta en la superficie de los linfocitos auxiliares y de algunos macrófagos. Es así que los linfocitos T4, los macrófagos y monocitos, algunos linfocitos Β y ciertas células nerviosas pueden ser infectadas por el VIH. Todos los tejidos y órganos del individuo infectado quedan expuestos a la invasión por el virus. La gpl20 y la gp41 también poseen propiedades de fusión y pueden llevar a la formación de células gigantes (o "sincicia") por fusión de varias células T4 con una célula infectada. El resultado final de la infección por el VIH es la desaparición de las células T4 de la sangre, de la médula ósea y de otros tejidos. Una propiedad muy interesante del VIH es su gran variabilidad genética. Esta variabilidad impone enormes problemas tácticos con respecto al desarrollo de una vacuna eficaz. En primer lugar existe el problema de la gran cantidad de cepas diferentes de VIH. Así, el virus prototipo descubierto en 1983 se llama VIH-1. Su familia genética comprende múltiples cepas reconocidas por los anticuerpos anti-VIH-1 pero de constitución genética muy variable. Recientemente, el equipo de los Doctores Brun-Vesinet y Montagnier descubrió un segundo virus, el VIH-2, que difiere enormemente del VIH-1 a nivel serológico y a nivel genético. La familia del VIH-2 también incluye varias cepas de diversidad genética variable. Por otro lado, un gran número de cepas africanas del VIH se clasifican en la zona 283 S.I.D.A. intermedia entre el V1H-1 y el VIH-2. Su definición taxonómica es difícil. En conclusión, puede decirse que el VIH es una colección muy diversa de virus diferentes. Sin embargo, todos llevan al desarrollo de un SIDA. La diversidad de los VIH se traduce en un poliformismo al nivel de las propiedades biofísicas de las proteínas estructurales. Este polimorfismo puede ser limitado y de difícil detección. En muchos casos, como en la comparación del VIH-1 y del VIH-2, las diferencias entre proteínas análogas son grandes. Las glucoproteínas de la envoltura de los viriones del VIH-2, por ejemplo, tienen pesos moleculares de 125.000 y 36.000 daltons (gpl25 y gp36). El VIH-1. como se dijo anteriormente, posee glucoproteínas de 120.000 y 41.000 daltons. Aún más diferentes son las glucoproteínas precursoras: en el caso del VIH-1 se trata de la gpl60. En el caso del VIH-2, la glicoproteína precursora tiene un peso molecular de 300.000 daltons (gp300) y está compuesta de dos moléculas de gpl50. El análisis molecular de las secuencias genéticas de las diferentes cepas de VIH explican el porqué de esta variabilidad de las proteínas del virus. La comparación de las secuencias en aminoácidos de la g p l 2 0 de diez cepas del VIH-1 de orígenes diferentes indica una organización muy especial de la proteína. La secuencia está dividida en regiones distintas de veinte a ochenta aminoácidos. Seis de estas regiones demuestran muy poca variabilidad y están conservadas con fidelidad de una cepa a la otra. Cinco otras regiones son hipervariables e hidrofílicas. Su estructura es interesante: se encuentran en el exterior de la proteína, su longitud varía debido a duplicaciones o deleciones de secuencias de dos a cinco aminoácidos, y contienen la mayoría de los sitios de glucidación de la proteína. El resultado final de esta variabilidad genética es la producción de proteínas de identidades inmunológicas y biofísicas diferentes. Otro aspecto de gran interés sobre la genética del VIH es la identificación de genes de regulación. Estos genes contienen el código de proteínas no-estructurales, ausentes del virión infeccioso. Estas proteínas aparecen en la célula infectada por el VIH, y actúan sobre las secuencias promotoras del virus presentes en la región LTR ("Long Terminal Repeat"). Tres proteínas con actividad regulatriz han sido identificadas: (1) La proteína F. codificada por el gene F (llamado también " 3 ' o r f ' y "rif"). Esta proteína tiene un peso molecular de 27.000 daltons y parece inhibir la transcripción del gene env. También parece reprimir la expresión del gene de la interleukina-2 (IL2). La Acta Med Colomb Vol. 13 No. 4, 1988 función de la proteína F sería la de mantener la latencia del HIV en la célula infectada. (2) La proteína tat, codificada por el gene tat, tiene un peso molecular de 14.000 daltons y es necesaria para la transcripción eficaz del gene env. (3) La proteína art. codificada por el gene art (conocido también como "trs" y "tap"), tiene un peso molecular de 18.000 daltons. Su actividad sobre la región LTR amplifica el efecto de la proteína tat, y aumenta de 10 a 100 veces la transcripción del gene env. A pesar del tamaño relativamente pequeño del genoma del VIH (9 kilobases), existen las secuencias necesarias para todos los genes mencionados aquí. Además, existen otros genes cuya actividad no ha sido aún identificada (sor, R. x). Esta colección sorprendente de genes puede incluirse en el genoma del VIH gracias a la existencia de tres cuadros de lectura diferentes. De esta manera, el genoma puede ser transcrito sobre tres orígenes diferentes, correspondiendo así al equivalente de tres genomas independientes. Se trata de un mecanismo astucioso utilizado por un gran número de virus. Los trabajos actuales sobre el VIH continúan en los análisis de las propiedades del virus. Se sabe, por ejemplo, que los virus aislados de un mismo individuo cambian de identidad con el tiempo para volverse más y más virulentos y malignos al progresar el individuo hacia el SIDA Este aumento de "malignidad" se acompaña de una acumulación impresionante de mutaciones en los diferentes genes del virus. La meta final de todos estos trabajos es el desarrollo de una vacuna eficaz e inofensiva, así como la definición de una terapia eficaz. Fue gracias al conocimiento de las propiedades de la retrotranscriptasa del VIH que el tratamiento por el AZT (3'azido-3'deoxitimidina, o "Retrovir") pudo ser establecido. Hoy día es tal vez la única terapia realmente eficaz que existe para aliviar y prolongar la vida de los enfermos del SIDA. 1.- 2.- 3.4.- A L I Z O N M, WAIN-HOBSON S, M O N T A G N I E R L, SONIGO P. Genetic variability of the h u m a n AIDS virus: nucleotide sequence analysis of t w o isolates f r o m A f r i c a n patients. Cell 1 9 8 6 ; 4 6 : 62-70. 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LA RESPUESTA INMUNE CONTRA EL VIH L. R. C A R A B A L L O El SIDA es producido por un virus linfotropo y neutropo denominado VIH (Virus de Inmunodeficiencia del Humano). La enfermedad se ha hecho epidémica en varios países; en Colombia el número de casos clínicos ha pasado de 300 desde la descripción del primer caso en 1984. No existen todavía mecanismos eficaces para prevenir o curar este síndrome el cual representa un nuevo reto para la iniciativa de gobiernos, trabajadores de la salud y científicos de todos los países. Como otros virus de RNA el VIH se integra en forma de pro virus al genoma de las células infectadas, estableciendo una infección permanente que hace prácticamente ilimitado el período de incubación y generando un gran número de portadores asintomáticos. La respuesta inmune contra el VIH parece no ser lo suficientemente apropiada para erradicar la infección una vez que el virus ingresa al organismo. Sin embargo, la evolución de la infección en aquellas personas que accidentalmente se han inoculado dosis únicas del virus lleva a pensar que,entre otros factores, el tamaño del inóculo y la reexposición pueden ser elementos importantes para vencer las defensas iniciales, las cuales existen como en otras infecciones sin que en el momento pueda precisarse a qué porcentaje Dr. Luis Rafael Caraballo Gracia: Laboratorio de I n m u n o logía, Universidad de Cartagena. de la población infectada protege impidiendo el desarrollo de SIDA clínicamente manifiesto. Contra el VIH se desencadena respuesta inmune celular y por anticuerpos. El posible papel protector de ésta última se ha estudiado con más detalle, pero hay evidencias de respuesta citolítica contra células infectadas mediante linfocitos específicos y de estimulación de macrófagos por linfocitos T4. Aunque la rama celular de la respuesta inmune es la más lesionada directamente por el VIH, algunas manifestaciones clínicas y anatomopatológicas como el daño inflamatorio del sistema nervioso (central y periférico) y ciertas alteraciones en ganglios linfáticos sugieren la acción de hipersensibilidad retardada inducida por el VIH. Durante la infección con el VIH, el sistema inmunológico responde produciendo anticuerpos contra casi todos los componentes del virus Mediante técnicas de inmunofluorescencia ha podido determinarse que la respuesta contra el VIH se inicia con IgM (5 más o menos 3 días) seguida de anticuerpos IgG (11 más o menos 3 días). Utilizando "Western Blot" los anticuerpos se detectan un poco más tarde pero puede demostrar la participación de las cuatro subclases de IgG. Esta reacción humoral ha sido de gran utilidad para establecer pruebas serológicas. Sin embargo, su influencia en el curso natural de la enfermedad apenas comienza a aclararse. Algunos investigadores han podido correlacionar el grado de antigenemia (VIH) con una disminución en los títulos de IgG anti-core; y ambos fenómenos con la aparición de la sintomato- 285 S.I.D.A. logia clínica. Otro estudio ha demostrado que la prevalencia de anticuerpos anti-core es de casi 100% en portadores asintomáticos y sólo el 50% en individuos con SIDA y complejo relacionado con el SIDA. Todo lo anterior sugiere que la respuesta contra las proteínas del núcleo del virus (core) es capaz de modificar el curso de la infección y de su evolución clínica. Estas observaciones han sido confirmadas en diferentes centros llegándose a precisar que la IgG2 y la IgG4 son las subclases que reconocen la proteína 24 (p24) ya que son ellas las que disminuyen con la progresión clínica del SIDA En los portadores asintomáticos se puede detectar anticuerpos IgGl ,IgG2, IgG3 e IgG4 mientras que en los pacientes con SIDA sólo se detectan IgGl e IgG3. Entre las formas como estos anticuerpos podrían ejercer su papel está la citotoxicidad celular mediada por anticuerpos (ADCC), la cual se ha propuesto recientemente como uno de los mecanismos protectores durante la infección. Los estudios mencionados no sólo amplían las posibilidades de manipulación del sistema inmunológico con fines terapéuticos en el SIDA, sino que repercutirán en los criterios de preparación de vacunas. Entre los factores que pudieran influir en la calidad protectora de la respuesta inmunológica están las características genéticas del huésped. En este sentido se han analizado asociaciones entre la infección con VIH, el SIDA propiamente dicho y algunas de sus expresiones clínicas con varios sistemas genéticos polimórficos. Con respecto al Sistema Mayor de Histocompatibilidad (HLA), distintos estudios han demostrado una alta frecuencia de DR5 en casos de Sarcoma de Kaposi-SIDA; así como una asociación significativa entre los alelos B35, CW4, y C4BQO con la progresión rápida de la infección hacia formas clínicas severas. Las investigaciones citadas previamente han permitido no sólo entender los mecanismos de defensa, sino reconocer un perfil de la respuesta por anticuerpos; de la viremia y de la formación de complejos inmunes durante la infección; con interesantes repercusiones en el diagnóstico de laboratorio y en el manejo terapéutico. Sin embargo, lo más importante al descifrar con detalle las relaciones huésped-parásito en esta enfermedad es su aplicación en la escogencia de preparados para inmunización. Actualmente se prueban varias moléculas inmunogénicas que potencialmente pueden ser útiles. Dos de estos protocolos incluyen la experimentación en humanos. El éxito de estas vacunas está directamente relacionado con su capacidad de activar y/o reforzar las Acta Med Colomb Vol. 13 No. 4, 1988 manifestaciones más efectivas (protectoras) de la respuesta inmunológica contra el VIH, muchas de las cuales todavía se desconocen. BIBLIOGRAFIA 1.- 2.3. 4.- 5.6.- 7.8.- 9.10.- 11.12.- 13.- 14.- C O R N B L A T H DR. M C A R T H U R J C , K E N E D D Y . WITTE AS, G R I F F I N JW. I n f l a m a t o r y demylelinating peripheral n e u r o p a t h i e s associated with h u m a n T-cell l y m p h o t r o p i c virus t y p e III infection. A n n Neurol 1987 Jan 2 1 ( 1 ) : 32-40. C O O P E R D A , IMRIE AA, PENNY R. A n t i b o d y response to h u m a n i n m u n o d e f i c i e n c y virus after primary infection. J I n f e c t Dis 1987; 155: 1113-1118. F A U C I A: A I D S Pathogenic Mechanisms and Research Strategies ASM News 53. 1987; 2 6 3 - 2 6 6 . 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Estas pruebas han permitido determinar si una persona está infectada o no por el virus. Sin embargo el desarrollo tan rápido de estas pruebas ha traído problemas en interpretación en cuanto a sensibilidad, especificidad y valor predictivo especialmente cuando se usan para analizar poblaciones de bajo riesgo como los donantes de sangre. Hay 3 maneras de detectar infección por HIV: 1. detección de anticuerpos totales y/o específicos producidos por el sistema inmune del huésped contra el HIV; 2. detección de antígenos elaborados por el virus o 3. cultivo del virus. La mayoría de los laboratorios clínicos utilizan pruebas correspondientes a la primera categoría por estar comercialmente disponibles y ser de fácil aplicación tecnológica. La metodología más usada es la de ELISA (EnzymeLinked Inmunosorbent Assay) que detecta anticuerpos contra antígenos tanto de la envoltura como del núcleo del HIV. Hay varias versiones comerciales de las pruebas de ELISA. Difieren unas de otras en su sensibilidad a los diferentes antígenos del HIV y en su información sobre los anticuerpos encontrados en una muestra de sangre. Su rango de sensibilidad está entre 93 y 99% y la mayoría tienen un 99% de especificidad. El valor predictivo positivo se define como la probabilidad de que una persona tenga la enfermedad ante un resultado positivo. El valor predictivo negativo es la probabilidad de que una persona no tenga la enfermedad ante un resultado negativo. Estos valores dependen de la sensibilidad y especificidad de la prueba así como de la prevalencia de la enfermedad en la población antes de realizar la prueba. Una prueba 100% sensible es aquella que identifica todas las personas infectadas y 100% específica es aquella que identifica todas las personas libres de infección. Basándose en la sensibilidad, especificidad y prevalencia el valor predictivo positivo de una prueba varía grandemente para los diferentes grupos de individuos asintomáticos. Sivak y col. usando datos pertenecientes a la población general y a dos grupos de riesgo bien estudiados Dra. Nhora Villegas de Merino: C e n t r o Médico de los Andes, F u n d a c i ó n S a n t a Fe de Bogotá. determinaron que el valor predictivo positivo de las pruebas de ELISA para HIV en la población general es extremadamente bajo (0.6%) y alto para los grupos de riesgo (88 a 96%). Este concepto es muy importante para la interpretación de la prueba pues un resultado positivo o negativo debe evaluarse teniendo siempre en cuenta el aspecto epidemiológico para determinar si hay o no factores de riesgo que favorezcan la presencia o ausencia de infección. Además de las pruebas ELISA para detectar anticuerpos anti-HIV hay otros métodos que tienen buena sensibilidad y especificidad pero requieren un grado más avanzado de tecnología dentro del laboratorio. Estos métodos son: radioinmunoprecipitación(RIPA), inmunofluorescencia indirecta (IFA) y el "Western blot" considerado como el método de referencia y por lo tanto la prueba confirmatoria de elección. Por la posibilidad de resultados falsos positivos toda prueba ELISA positiva debe tener una prueba confirmatoria, preferiblemente el "Western-blot". Existen pruebas confirmatorias alternas con metodología ELISA que detectan anticuerpos específicos a antígenos nucleares y de membrana que tienen buena correlación con el método de Western-blot y que pueden utilizarse para confirmación. Hay una correlación entre resultados fuertemente reactivos de las pruebas serológicas de ELISA y la positividad en el "Western-blot". Esto significa que los resultados falsos positivos de las pruebas de ELISA rara vez tienen reactividades mayores a tres veces el valor del "cut o f f ' . En un estudio hecho por el CDC (Centro de Enfermedades Comunicables) en Atlanta de 61.190 donantes analizados, 0.8% fueron inicialmente reactivos y 0.25% repetidamente reactivos. De estos donantes el 31% (47) fueron fuertemente reactivos; aproximadamente el 86% de las muestras fuertemente reactivas fueron positivas por "Western-blot" y el 58% dieron cultivos de virus positivos. Hallazgos similares se han encontrado en estudios hechos por la Cruz Roja Americana y en Alemania Occidental. Algunos estudios han demostrado que anticuerpos a HLA en mujeres multíparas pueden ser la causa de reacciones falsas positivas en las pruebas de selección ELISA para HIV. Otras causas de falsa positividad pueden ser debidas a reacciones cruzadas con otros retrovirus y a reactividad a las células H9 usadas para el crecimiento del virus en los reactivos que no utilizan antígeno por DNA recombinante. Las pruebas que detectan anticuerpos a antígenos nucleares y de envoltura tienen también valor pronóstico en individuos HIV positivos por el tipo de respuesta de los anticuerpos según el estadio de la infección. En la infección reciente asintomática (4 a 8 287 S.I.D.A. semanas) pueden detectarse, dependiendo de la metodología usada, anticuerpos contra las proteínas nucleares (p24) y/o las de envoltura (gp4). Ambos anticuerpos permanecen positivos indefinidamente a títulos altos durante el tiempo que la infección sea asintomática. Varios estudios muestran que los títulos de anticuerpos a la mayoría de las proteínas virales son más bajos en pacientes con SIDA y en aquellos cuya condición clínica indique síntomas de progresión a SIDA. Uno de los anticuerpos que permanece a títulos relativamente estables es el antienvoltura gp41 mientras que el antinuclear p24 disminuye y a menudo desaparece concomitantemente con la aparición del SIDA. Parece ser que la pérdida del antinuclear p24 no es única sino que hace parte de la pérdida generalizada de los anticuerpos en pacientes con SIDA. Sin embargo la preservación del antienvoltura gp41 s í e s una característica única. Por esta razón en un paciente HIV positivo asintomático la desaparición serológica del anticuerpo antinuclear p24 es de mal pronóstico pues indica progresión de la enfermedad. En infección aguda o reinfección por HIV es posible detectar el antígeno por el método de ELISA en fase sólida o por cultivo de virus. En infección aguda el antígeno aparece en el suero aproximadamente a las dos semanas del contacto con el virus permaneciendo detectable hasta la sexta a octava semana tiempo en el cual hay seroconversión manifestada por títulos positivos de anticuerpos. Una nueva antigenemia puede ser debida a reinfección por HIV o a activación del virus intracelular por infección por otros microorganismos tales como virus o bacterias. Una prueba positiva para anticuerpos y/o antígeno no establece por sí sola el diagnóstico de SIDA; para este diagnóstico es necesario correlacionar los hallazgos clínicos con las pruebas serológicas; la seropositividad indica solamente infección presente o pasada; aun así el individuo HIV positivo asintomático puede transmitir el virus por contacto sexual a otras personas pues la presencia de los anticuerpos a HIV no refleja un estado de inmunidad natural como sucede con otras infecciones en donde la presencia de anticuerpos en el suero protejen el individuo de reinfección e indican desaparición del agente causal. BIBLIOGRAFIA 1.- ENVACOR HIV 1 ΕΙ A - A b b o t L a b o r a t o r i e s - Inserto del p r o d u c t o m a y o 1987. Acta Med Colomb Vol. 13 No. 4, 1988 2. E V A N S RF. Clinical evaluation of A b b o t and Welcome e n z y m e Oinked i n m u n o s o r b e n t assays f o r detection of serum antibodies to h u m a n i n m u n o d e f i c i e n c y virus H I V ) . 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Hasta ahora se han usado diferentes medios para describir y clasificar los signos y síntomas, así como también los hallazgos de laboratorio de los pacientes con Síndrome de Inmunodeficiencia Adquirida (SIDA) y sus síndromes relacionados. Sin embargo, se requieren definiciones más claras que optimicen la atención del paciente, la planeación en salud, las políticas de prevención y los muestreos epidemiológicos. Recientemente el Centro para Control de Enfermedades (CDC) de Atlanta, Georgia, Estados Unidos, propuso un nuevo sistema de clasificación que ha sido ampliamente aceptado (Tabla 1). A pesar de esto, se piensa que su utilidad en países en desarrollo es pobre, debido a la falta de recursos hospitalarios para el disgnóstico definitivo de infecciones oportunistas y otras enfermedades asociadas. La OMS ha propuesto otra definición clínica que actualmente se usa ampliamente en países del tercer mundo para vigilancia epidemiológica En ésta se define el SIDA por la existencia de dos criterios mayores y por lo menos uno menor, en ausencia de otras causas conocidas de inmunocompromiso como cáncer o desnutrición (Tabla 2). Para propósitos prácticos, en esta revisión seguiremos el ordenamiento establecido por el CDC. I- Infección aguda: la infección aguda, luego de la primera exposición al virus, puede ser sintomática o asintomática y usualmente ocurre unas seis semanas después del contacto. En los casos sintomáticos las molestias son a menudo inespecíficas: fiebre, malestar, letargo, mialgias, artralgias, linfadenopatía y dolor faríngeo configuran un cuadro parecido al de la fiebre glandular que se observa en la mononucleosis infecciosa. En ocasiones se observa una encefalopatía aguda caracterizada por desorientación, pérdida de la memoria con cambios de conciencia y de personalidad. Se Dr. Guillermo Prada: Infectólogo, C e n t r o Médico de los Andes, F u n d a c i ó n Santa Fe de Bogotá. S.I.D.A. Es posible que no todos aquellos que han seroconvertido, progresen a formas avanzadas de la enfermedad. Sin embargo, un estudio reciente de Moss y cols, sugiere que en 6 años el 50% de los seropositivos para VIH desarrollará SIDA y que un 25% adicional tendrá uno de sus síndromes relacionados. II. Infección asintomática: los pacientes seropositivos asintomáticos se clasifican con base en el examen clínico y en los resultados de laboratorio. Los análisis deben incluir un cuadro hemático completo con plaquetas y estudios inmunológicos que establezcan recuentos de linfocitos ayudadores y supresores. ΠΙ. Linfadenopatía generalizada persistente: esta es una forma común de presentación de la infección crónica por VIH. Se define como linfadenopatía palpable de por lo menos 1 cm, en dos o más sitios extrainguinales. que persista por lo menos 3 meses en ausencia de otra enfermedad concurrente que explique los hallazgos. Estos pacientes requieren estudios de laboratorio como los descritos anteriormente en el Grupo II y los pertinentes para descartar otras causas de linfadenopatía. La biopsia se indica cuando hay agrandamiento asimétrico o doloroso de los ganglios, aumento súbito del tamaño, síntomas generales o linfadenopatía mediastinal. IV. Otras enfermedades relacionadas con VIH: en este grupo se reúnen pacientes que están mínimamente sintomáticos o severamente enfermos. Estos enfermos pueden tener o no linfadenopatía y se subdividen para propósitos clínicos o epidemiológicos. Las diferentes entidades pueden coincidir o presentarse como situaciones aisladas dentro del curso del síndrome. SUBGRUPO A. ENFERMEDAD SISTEM1CA Este subgrupo corresponde al antes denominado complejo relacionado con SIDA (CRS)y sus síntomas incluyen fiebre que persista por más de un mes, pérdida involuntaria de más del 10% del peso corporal previo o diarrea que dure más de un mes, en ausencia de otras situaciones clínicas que expliquen los hechos. Otros problemas pueden comenzar a aparecer en esta etapa del proceso y prolongarse hasta el final: exacerbaciones de dermatitis seborreica o psoriasis, tinea cruris o pedis, herpes genital o perianal y candidosis (oral, genital o perianal). Se observan también leucoplaquia pelúcida (al parecer un evento relacionado únicamente con infección por VIH), úlceras de la boca (herpéticas o bacterianas) y abscesos o caries dentales severas. Anemia, leucopenia y trombocitopenia son también circunstancias frecuentes durante la enfermedad. En la actualidad se considera que la progresión de enfermedad constitucional (CRS) al SIDA florido Acta Med Colomb Vol. 13 No. 4, 1988 289 está determinada por indicadores tales como el descenso en el recuento absoluto de CD4 ( < 4 0 0 x mm 3 ) y de la relación CD4/CD8. así como también por la detección de antigenemia de p 24. Asimismo la progresión se asocia con la concentración de beta 2 microglobulina (el mejor indicador) y con un incremento en la concentración de IgA. SUBGRUPO B. ENFERMEDAD NEUROLOGICA Las manifestaciones neurológicas son comunes en SIDA y se presentan de manera diversa hasta en el 60% de los pacientes. Estas se deben a la infección por el VIH del monocito/macrófago, aunque se ha informado de infección de las células endoteliales y raramente de los astrocitos y las neuronas. Los síntomas y signos de la afección del sistema nervioso están dados por la infección directa del virus, infecciones oportunistas y tumores. Los desórdenes que se encuentran con mayor frecuencia son encefalitis, meningitis, lesiones que ocupan espacio, desmielinización, retinitis, mielopatía y neuropatía periférica. Cerca de un tercio de los pacientes con SIDA desarrollan encefalitis sub-aguda. Los síntomas se inician usualmente con cambios cognitivos sutiles, aunque pueden presentarse súbitamente como un estado confusional agudo. Alteraciones de la memoria, de concentración y lentitud del pensamiento han sido descritas. Puede haber también pérdida del equilibrio, debilidad muscular y alteraciones de la escritura, lo mismo que letargía, pérdida de la libido y cambios depresivos. Los hallazgos más comunes al examen físico son ataxia e hiperreflexia. La enfermedad progresa usualmente a demencia severa en el curso de semanas a meses. La TAC muestra comúnmente dilatación ventricular con signos de atrofia cerebral y el LCR una moderada pleocitosis con aumento de las proteínas y glucosa baja. Cerca de un 25% de los pacientes con SIDA puede sufrir mielopatía vacuolar. Esta consiste en una paraparesia que puede acompañarse de espasticidad o ataxia y puede progresar hasta la invalidez con compromiso de esfínteres. Otros enfermos sufren de neuropatías que pueden ser distales simétricas, sensorimotoras o polineuropatías crónicas inflamatorias, ya sean distales asimétricas, síndromes similares al Guillain-Barré, o mononeuropatía múltiple. Otras complicaciones neurológicas son causadas usualmente por organismos tales como C. neoformans (meningitis), T. gondii (abscesos), M. tuberculosis o C. albicans (abscesos), Citomegalovirus(retinitis)y Papovavirus (leucoencefalopatía multifocal progresiva). Tumores como el linfoma primario del cerebro, otros linfomas o sarcoma de Kaposi aparecen como lesiones ocupando espacio. 290 SUBGRUPO C. ENFERMEDADES INFECCIOSAS SECUNDARIAS Categorías C-l y C-2: en la actualidad se conocen con bastante claridad los agentes infecciosos que afectan regulamente al paciente con SIDA (Tabla 3).. La gran mayoría de los microorganismos infectantes se hallan latentes en el huésped y toman ventaja del defecto producido por el VIH en los linfocitos T. En ocasiones aparecen infecciones por microorganismos obicuos a los que el individuo se expone constantemente o por gérmenes de origen nosocomial. De acuerdo con el CDC, P. Carínii ocurrió en el 63% de los primeros 16.500 pacientes afectados por el síndrome. Otras infecciones como esofagitis por candida, citomegalovirus. criptococosis y toxoplasmosis tuvieron una incidencia entre el 3% y 14%. En más del 85% de los casos la causa de la muerte en SIDA es atribuible a infecciones como enfermedad por Citomegalovirus, neumonía por P. carinii, criptococosis y toxoplasmosis. Las primeras dos infecciones son responsables de más del 50% de las muertes. Sólo el 7% de las muertes se relacionan con tumores. La neumonía por P. carinii en pacientes con SIDA se caracteriza por un comienzo subagudo e insidioso, que tiene una duración de 2-10 semanas. Los infiltrados en la radiografía de tórax son a menudo sutiles y la hipoxemia mínima. Con frecuencia la entidad se G. PRADA asocia de otros microorganismos como mycobacterias, CMV o criptococo. El diagnóstico puede hacerse del esputo, lavado y cepillado bronquial o biopsia pulmonar. Coloraciones rápidas como Gram-Weigart, azul de toluidina, metenamina de plata y Papanicolaou han demostrado su utilidad práctica. Dos regímenes son igualmente efectivos para el tratamiento: trimetoprimsulfametoxazole e isetionato de pentamidina. Sin embargo, ambos medicamentos tienen una tasa de 50-60% de reacciones adversas: rash, fiebre, leucopenia y alteraciones hepáticas con trimetoprim-sulfa, y neutropenia, falla renal, hipo o hiperglicemia y abscesos estériles con pentamidina. Dapsona, diflurometilornitina y trimetrexate, se hallan actualmente en evaluación como alternativas terapéuticas. Debido a la alta frecuencia de recidivas se requiere profilaxis diaria con trimetoprim-sulfa después del tratamiento. En pacientes con reacciones adversas al trimetoprimsulfa se pueden usar dosis semanales de pirimetamina y sulfadoxina. El toxoplasma gondii es un protozoario que causa encefalitis focal en pacientes con SIDA y junto con los linfomas constituye la causa más frecuente de masas en el sistema nervioso central. Los pacientes con toxoplasma se presentan con fiebre y signos neurológicos focales. La TAC con contraste revela lesiones únicas o múltiples que captan el medio. El S.I.D.A. diagnóstico definitivo se hace mediante la demostración del taquizoíto en el análisis de la biopsia cerebral. Una prueba terapéutica puede ser útil. El tratamiento se hace mediante el uso permanente de pirimetamina y sulfadiazina. Con esto, la supervivencia a 4 meses es del 60%; las reacciones adversas que requieren suspensión del tratamiento son también del 60%. Cuando se suspende la terapia la tasa de recaída es del 37%. No hay por ahora una alternativa clara para pirimetamina-sulfadiazina. Trimetrexate ha mostrado una buena actividad en estudios preliminares pero se halla aún en evaluación. M. avium-intracellularae es un saprofito ubicuo del ambiente que ocasionalmente causaba enfermedad diseminada en humanos y que tiene una particular predilección por el paciente con SIDA. La infección no tiene características clínicas específicas y su diagnóstico se realiza mediante cultivos y/o biopsia de médula ósea, ganglio linfático, materia fecal, pulmón, hígado o sangre. Los hallazgos histopatológicos revelan un proceso histiocítico con granulomas pobremente formados o ausentes. Las coloraciones para BK revelan grupos de mycobacterias que recuerdan los observados en la lepra lepromatosa. No existe hasta el momento tratamiento adecuado para esta entidad. La infección por citomegalovirus es la infección viral más seria en pacientes con SIDA. Cerca del 100% de los homosexuales con infección por VIH tienen evidencia serológica de infección recientemente adquirida o reactivada, y más de la mitad excretan el virus en la orina o semen. 90% o más de los pacientes con SIDA tienen evidencia de citomegalovirus en la autopsia y el 50% de los pacientes pueden tener viremia. El citomegalovirus contribuye a la inmunosupresión y se asocia con la inversión de la relación CD4/ CD8. Existe además una asociación epidemiológica entre infección por citomegalovirus y sarcoma de Kaposi Sin embargo, la infección parece ser un epifenómeno de la inmunosupresión y su rol en enfermedad terminal es controvertido. Las complicaciones más severas se manifiestan como retinitis (visión borrosa, disminución de la agudeza visual, alteración en los campos visuales), enfermedad gastrointestinal (colitis, esofagitis y gastritis) y neumonitis (usualmente coexiste con P. carinii). Otras manifestaciones comprenden encefalitis, hepatitis y adrenalitis con manifestaciones de insuficiencia suprarrenal. A pesar de que no existía un tratamiento efectivo hasta hace poco, estudios preliminares sugieren que un nuevo análogo de Acyclovir®9-(1,3 dihidroxi-2-propoximetil) guanina (Ganey clovir®) puede ser efectivo. Sin embargo, la recaída es común cuando se suspende el Acta Med Colomb Vol. 13 No. 4, 1988 291 tratamiento y se requiere terapia de mantenimiento permanente. La meningitis por criptococo es relativamente común en pacientes con este síndrome. Sin embargo, hace parte a menudo de un proceso diseminado con fungemia y compromiso de la médula ósea. La anfotericina B. sola o en combinación con flucitosina es usualmente efectiva en estos pacientes. El 60% de los enfermos responde a este régimen combinado. La anfotericina intratecal no añade beneficio al tratamiento. Cuando se suspende la terapia la tasa de recaída es del 35%. Por tanto, se recomienda, una vez completado el ciclo terapéutico, continuar con anfotericina bisemanal administrada ambulatoriamente. Un problema frecuente en el paciente con SIDA es la diarrea persistente o recurrente. El número de deposiciones varía desde unas pocas hasta 30 o 40 y el volumen puede alcanzar los 15 litros diarios. El tipo de microorganismos encontrados incluye Ε histolytica, G. lamblia. Shiguella, Salmonella y Campylobacter. En otros se aisla M. avium intracellularae o Citomegalovirus. Algunos pacientes tiene Cryptosporidium, un coccidia entérico que se adhiere a las células epiteliales del intestino y que produce ocasionalmente una diarrea autolimitada en animales y humanos no inmunocomprometidos. El oocisto se aisla en muestras de materia fecal mediante un método de sucrosa-flotación y se tiñe mediante una coloración para alcohol-resistentes modificada. Estudios recientes indican que la infección producida en los linfocitos Β y en los macrófagos por el VIH, incrementan el riesgo de infecciones bacterianas en estos pacientes. Esto ha redundado en un incremento de infecciones por bacterias (adquiridas en la comunidad y nosocomiales) en los pacientes con SIDA y en el complejo relacionado con SIDA Entre ellas se ha destacado la neumonía extrahospitalaria causada por gérmenes tales como S. pneumoniae, H. influenzae, estreptococo betahemolítico, S. aureus, B. catarralis, L. pneumophila y M. pneumoniae. Asimismo se han descrito bacteremias, infecciones urinarias, meningitis e infecciones de piel y tejidos blandos. Los microorganismos aislados incluyen una amplia gama de cocos gram positivos y enterobacterias. En general, el tratamiento de las infecciones oportunistas del paciente con SIDA continúa siendo azaroso y frustrante, especialmente por la profunda inmunosupresión del enfermo. El tratamiento con antibióticos suprime, pero no erradica el agente causal, razón por la cual las recaídas son frecuentes al suspender la terapia. A esto se suma la frecuente toxicidad de los medicamentos requeridos, que muchas veces impide su uso. Es muy posible que sólo revirtiendo la 292 inmunosupresión sea posible mejorar la sobrevivencia y la calidad de vida de las víctimas de esta enfermedad. Subgrupo D: se estima que alrededor del 30% de los pacientes con SIDA desarrollan neoplasias que tal vez son indicativas del defecto producido por el virus en la inmunidad celular. El CDC acepta para diagnóstico uno o más de los tumores que se han establecido en la definición de caso: Sarcoma de Kaposi, linfoma primario del cerebro y otros linfomas no Hodgkin.ya sean de célula Β o de fenotipo inmunológico desconocido, así como también el linfoma de célula hendida y el sarcoma inmunoblástico. El tumor más común continúa siendo el sarcoma de Kaposi, seguido de linfomas malignos agresivos. Estos son usualmente del tipo Burkitt y no Burkitt y ocurren primariamente en sitios extranodales. El sarcoma de Kaposi es usualmente múltiple y progresa rápidamente afectando la piel, así como también los órganos internos. El tumor comienza usualmente como manchas planas o levantadas rojas o violetas que progresan a nódulos firmes y a placas que comprometen el tronco, los brazos y la cara. Ocasionalmente las piernas se ven afectadas. Generalmente hay compromiso sistémico que involucra el tracto gastrointestinal, ganglios, cerebro y pulmón. A pesar de que el curso es agresivo, rara vez constituye la causa primaria de la muerte. El tumor puede ser en ocasiones la primera manifestación de la enfermedad. Las causas del tumor se desconocen, a pesar de que en ocasiones se han aislado partículas virales del t u m o r , especialmente CMV. La radioterapia de las lesiones cutáneas se ha usado con resultados aceptables. En las formas invasivas, el interferón, VP-16 y vinblastina se han intentado, produciendo remisiones cortas e incompletas. Varios tumores sólidos se han descrito de manera coincidente en la infección por VIH. Entre ellos se destacan: carcinoma de colon, carcinoma de páncreas, carcinoma de nasofaringe y seminomas. La mayoría han sido descritos en pacientes de edad y su asociación con la enfermedad no se ha definido. Subgrupo E: aquí se agrupan otras entidades clínicas, no clasificadas antes, y que por su naturaleza pueden atribuirse a infección por VIH o ser indicativas de un defecto de la inmunidad celular. Se incluyen aquí la neumonitis linfoidea intersticial e infecciones y neoplasias no anotadas anteriormente. La neumonía linfoidea intersticial no ha sido informada en adultos y su etiología en los niños no está aclarada, aunque se ha asociado con infección por virus de Epstein-Barr. Radiológicamente se caracteriza por infiltrados difusos de patrón nodular y ensanchamiento del mediastino superior y del hilio sugiriendo linfadenopatía hiliar. Su comienzo es insidioso y se acompaña de hipoxemia moderada. La diferencia- G. PRADA ción con neumonía por P. carinii se hace por la marcada hipergamaglobulinemia policlonal que se produce, así como también por la elevación isomórfica en el suero de la dehidrogenasa láctica. No existe tratamiento específico para esta entidad diferente del adecuado soporte respiratorio. Algunos casos han recibido manejo con esteroides y la respuesta ha sido halagadora. 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El primer estudio prospectivo, al azar y doble ciego fue realizado por el grupo de Fisehl. Su objetivo fue el de evaluar la seguridad y eficacia de la AZT vs. placebo, en pacientes con SIDA y complejo relacionado con SIDA (C-SIDA) durante seis meses. Los pacientes con SIDA deberían haber tenido un episodio de neumonía por Pneumocystis carinii (P.C.) en los meses previos. Los pacientes con C-SIDA deberían haber tenido: a) pérdida de peso 6.8 kg o 10% del peso corporal en los tres meses previos, b) candidiasis oral, c) uno o más de los siguientes síntomas: 1) linfadenopatías extrainguinales, 2) leucoplasia "peluda" en la lengua, 3) herpes zoster, 4) fiebre, sudoración nocturna o diarrea inexplicable. Fueron excluidos pacientes con otras infecciones o neoplasias o recuento de linfocitos T4 5 0 0 / m m 3 . Los parámetros a evaluar fueron: a) Dr. César Arango J: Profesor D e p a r t a m e n t o de Medicina Interna, Universidad del Valle, Hospital Universitario Cali. Acta Med Colomb Vol. 13 No. 4, 1988 supervivencia, b) infecciones oportunistas (IO), c) neoplasias, d) comportamiento (Karnofsky), e) peso, g) número y severidad de síntomas, h) función inmune, i) replicación del virus. La dosis de AZT fue de 250 mg V.O. c/4 horas. Esta se disminuyó a la mitad en caso de efectos tóxicos y se suspendió en caso de aparición de toxicidad severa o neoplasias o de IO que requirieran alguna droga tóxica o experimental. Antes de la terapia se hicieron las siguientes evaluaciones de laboratorio: hemograma, pruebas hepáticas, electrolitos, glicemia, recuento de linfocitos T8-T4, pruebas cutáneas (PPD, toxoide tetánico candida, tricofitum), virología (cultivo, niveles del antígeno P-24, anticuerpos). Se hizo además una historia clínica y psiquiátrica completa. Las evaluaciones se repitieron periódicamente durante el tratamiento. Los grupos de pacientes inicialmente incluidos en el estudio están descritos en la Tabla 1. El número de pacientes seguidos y eliminados están descritos en Tablas 2 y 3. Ciento noventa y cuatro pacientes estaban al finalizar el estudio. En la Tabla 3 se aprecia la mortalidad a los seis meses. LasIO a los seis meses se muestra en la Tabla 4. Otros parámetros: a) Comportamiento (Karnofsky): los pacientes con SIDA y C-SIDA tratados con AZT tuvieron un mayor índice de Karnofsky, que los 294 tratados con placebo, siempre y cuando tuvieran un recuento de linfocitos T4 100/mm 3 Esto sucedió después del primer mes de tratamiento, hasta el cuarto. b) Peso: los pacientes con SIDA y C-SIDA tratados con AZT tuvieron un peso mayor que los tratados con placebo, siempre y cuando tuvieran un recuento de linfocitos T4 100/mm Esto sucedió después del primer mes de tratamiento, hasta el cuarto. c) Parámetros inmunológicos: al igual que los grupos anteriores, los pacientes con SIDA y C-SIDA tratados con AZT tuvieron un recuento de linfocitos T4 mayor que los tratados con placebo. Esto sucedió en los pacientes con SIDA durante los primeros cuatro meses y en los con C-SIDA durante todo el estudio. Efectos secundarios: a) Hemoglobina al ingreso todos los pacientes tenían hemoglobinas de ≥ 9 . 5 g/dl (criterio de inclusión). Esta disminuyó significativamente en los casos tratados con AZT con respecto a los tratados con placebo durante las primeras dos semanas de tratamiento, en un 5% de los casos y durante el primer mes y medio en 34% de ellos. El 5% de los casos tuvo niveles de hemoglobina menores de 7.5 g/dl. El 21% de los casos requirió un promedio de ± D.S. de 6.5 ± 4 unidades de transfusión por paciente y un promedio ± D.S. de 2.6 λ 0.7 de unidades por transfusión. La frecuencia de transfusión fue de 3-4 semanas. La droga fue suspendida si la hemoglobina había bajado a 6.5 g / d l . C. ARANGO b) Polimorfonucleares (PMN): la prevalencia de neutropenia menos de 750 PMN/mm 3 fue de 21% y menor de 500 PMN/mm 3 fue de 16%. Los valores predictivos de neutropenia durante el tratamiento fueron los siguientes al iniciar el estudio: hemoglobina 7.5 g r m / d l , PMN 7 5 0 / m m 3 . linfocitos Τ 4 muy bajos y niveles bajos de Vitamina Β12 en suero. La droga se suspendió si los niveles bajaron de 500/mm 3 . c) Anemia (Hb ≤ 7.5 gr/dl) y neutropenia (PMN ≤ 750/mm 3 ): la prevalencia combinada entre los casos fue de 19%. En los 14 pacientes tratados con AZT, hubo 79 cambios de droga en 49 recipientes de AZT. Otros efectos colaterales de la droga fueron: insomnio, mialgias y náusea. SURAMINA Esta droga inhibe la TR in vitro y reduce la replicación del virus. En un estudio realizado en 11 pacientes con SIDA, a quienes se les administró Suramina a una dosis inicial de 1 gramo E.V, seguido de 0.5 grs E.V. semanalmente, se obtuvieron los siguientes resultados: en tres pacientes la ΤR se inició durante 4 1/2 meses de tratamiento. En dos pacientes, la TR se redujo. Sin embargo, hubo sólo mejoría clínica en un paciente que tenía sarcoma de Kaposi (S.K.) y linfoma de células "clivadas" pequeñas. Siete pacientes presentaron IO recurrentes distribuidas así: PC: tres pacientes; retinitis por candida: un paciente; neumonía por CMV: dos pacientes; infección diseminada por M. avium: cuatro pacientes; criptosporidiosis: un paciente y neumonía por estreptococo Β hemolítico: un paciente. Ninguno de los pacientes tuvo mejoría inmunológica y la toxicidad de la droga fue importante, presentándose entre otros efectos, insuficiencia adrenal, neutropenia, proteinuria, fiebre, brote y elevación de transaminasas. 295 S.I.D.A. pacientes con linfadenopatía generalizada persistente a dosis de 600-800 mg durante seis meses, reveló que el 18% de los pacientes de placebo desarrollaron SIDA. El 11% de quienes recibieran la droga en dosis de 600 mg/día desarrollaron SIDA y ninguno de los pacientes tratados con 800 mg/día desarrollaron la enfermedad. Este estudio a pesar de su diseño, se ha encontrado un sesgo entre el grupo control y los casos. COMBINACION DE DROGAS Las drogas que han mostrado sinergismo "in vitro" son: 1) AZT + Interferon alfa o aciclovir y 2) Foscarnet (inhibidor de la transcriptasa reversa) + Interferon alfa o Ribovirina. Estas dos drogas son inmunomoduladoras. En un estudio prospectivo, no al azar ni ciego y sin control con placebo, hecho en dos cohortes de pacientes con SIDA, se encontraron los siguientes resultados: la primera cohorte consistió en 52 pacientes tratados con 3 dosis de I1-2 (2, 250 y 10 x 10 6 ). La droga se administró durante un promedio de 23 días. Los pacientes presentaron 20 infecciones no oportunistas. Doce tuvieron bacteremia. Los gérmenes más comunes fueron S. aureus y bacilos Gram negativos. Hubo 6 I.O. La segunda cohorte consistió en 22 pacientes tratados con If-γ a dosis de 0.001 a 1 mg/m 2 de superficie. Esta se administró por un promedio de ±d.s. de 17 ± 7 días. No hubo infecciones no oportunistas. Un paciente tuvo un I.O. Es posible que la administración de I1-2 en las circunstancias mencionadas facilite la aparición de infecciones no oportunistas. Los efectos benéficos de la administración de 2-2.5x 10 6 U/24 horas de I1-2, han sido un aumento transitorio del número total de linfocitos T4, un aumento de proliferación espontánea de linfocitos, una disminución en la proliferación de HIV y mejorías leves en pacientes con S.K. El Interferon gama (If-γ) produce mejoría inmunológica pero una toxicidad marcada. INTERFERON ALFA (If-α) Este además de ser inmunomodulador tiene propiedades antivirales y antiproliferativas. La administración de esta droga produce una disminución paradójica del número de linfocitos T4 y regresión concomitante del S.K. Este reduce además la replicación del HIV durante su administración. RIBAVIRINA Esta droga tiene un amplio espectro contra virus compuestos de ARN o ADN. Su mecanismo de acción es desconocido. Se elimina por riñon y la vida media en los eritrocitos es de 40 días. Penetra bien al LCR después de varias semanas de tratamiento. El efecto colateral más frecuente es la anemia. Un estudio prospectivo, controlado, doble ciego en 163 Acta Med Colomb Vol. 13 No. 4, 1988 INFECCIONES OPORTUNISTAS TRATAMIENTO Toxoplasmosis: se trata con pirimetamina (dosis inicial de 50 mg seguida de 25 mg diarios) con sulfadiazina (75-100 mg/kg/día). En casos de intolerancia a la sulfadiazina, se puede reemplazar por clindamicina o espiramicina. La enfermedad tiende a recurrir y el tratamiento es por tiempo indefinido. Herpes Simplex y Zoster: el tratamiento consiste en aciclovir; 10 mg/kg, cada 8 horas por 2 semanas. Criptococosis: se trata con amfotericina B, con o sin 5-fluocitocina. No se ha demostrado que esta segunda droga mejore el pronóstico. Los factores predictivos de mortalidad son: a) antígeno para criptococo 1/10.000 en el LCR. b) preparación de tinta china positiva, c) recaída después del tratamiento. La tasa de recaída es del 50%. El factor que predice recaída es la persistencia de antígeno para criptococo con un título 1/8 en el LCR al terminar el tratamiento. Los pacientes deben recibir terapia de mantenimiento con amfotericina B, una a dos veces por semana, durante toda la vida, para evitar recaídas. Candidiasis oral y/o esofágica: se trata con antimicóticos de acción tópica por vía oral, como la nistatina, clotrimazol. o con amfotericina Β endovenosa durante 10 días, en los casos refractarios. Algunos pacientes responden a ketoconazol administrado por vía oral. Criptosporidium: el tratamiento se hace con espiramicina: 1 g vía oral cada seis horas por dos semanas. Los resultados no son buenos. Isospora belli: el tratameinto se hace con trimetropim sulfametoxazol. Las recaídas son frecuentes. Mycobacterium avium intracelulares el tratamiento se hace con isoniacida, etambutol, ansamicina y clofazimina, indefinidamente. La respuesta terapéutica es variable, pero generalmente es pobre. El uso de ciprofloxacina está siendo investigado. Salmonella no typhi: se trata con ampicilina o amoxicilina o trimetoprim sulfametoxazol o cloranfenicol o ciproflox acina. Se debe dar tratamiento supresivo indefinidamente. 296 C. ARANGO Compylobacter jejuni y otros Campylobacter: el tratamiento se hace con eritromicina o ciprotloxacina u otras quinolonas. Citomegalovirus: el tratamiento se hace con DHPG o fosfonoformato por 14 días. Las recaídas son frecuentes. 1. D E V I T A VT, B R O D E R S, FAUCI AS et al. Developm e n t a l t h e r a p e u t i c s and t h e acquired i m m u n o d e f i c i e n cy s y n d r o m e . A n n I n t e r n Med 1987; 106: 568-581. F I H E H L M, R I C H M A N D D , G R I E C O MH et al. 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Gracias a sus esfuerzos educativos, las ciudades de Nueva York y San Francisco en los Estados Unidos, por ejemplo, han registrado una minución importante en el número de nuevos casos de infección. Esta disminución se debe en gran parte al cambio en los comportamientos sexuales de la población en general. El control médico de la epidemia de SIDA deberá pasar por la vacunación de todos los individuos en las zonas endémicas del virus. Ante todo, la vacuna debe ser inofensiva y deberá permitir la inmunización de niños y de individuos con problemas de inmunosupresión debida a la desnutrición y a las infecciones parasitarias. Para ser eficaz la vacuna debe amplificar las reacciones inmunológicas contra el VIH al inicio de la infección. De esta manera el individuo vacunado podrá frenar la propagación del virus en el organismo y podrá evitar la destrucción de su sistema inmunológico. Muchas vacunas antivíricas inducen la producción de anticuerpos neutralizantes en título suficiente para frenar la infección viral. Por manipulación bioquímica o genética de la vacuna, la producción de anticuerpos neutralizantes puede ser dirigida contra una región bien definida de la envoltura del virus, necesaria para la fusión de este último con las células del huésped infectado. La actividad neutralizante de los anticuerpos inducidos por la vacuna aumenta notablemente, así como su efecto protector. Desafortunadamente, una vacuna que no induzca más que anticuerpos neutralizantes contra el VIH no Dr. F e r n a n d o Plata: Laboratoire de Biologie et d ' í m m u n o logie Moléculaires des Rétrovirus. I n s t i t u t o Pasteur, 28 rué du Dr. R o u x , 7501 5 París, Francia. Acta Médica Colombiana Vol. 13 No. 4. (Julio - Agosto) 1988. podrá ser eficaz. Los trabajos en el chimpancé indican claramente que la presencia de anticuerpos neutralizantes anti-VIH no frena la diseminación del virus en el organismo. Esto se debe sin duda a que, en el individuo infectado, el VIH se transmite la mayoría de las veces de una célula a otra por contacto estrecho entre las membranas de las dos células, al abrigo de cualquier anticuerpo neutralizante. Una vacuna inductora de títulos altos de anticuerpos anti-VIH será incapaz de frenar la diseminación del virus por contacto intercelular. Además, existe el problema de una facilitación de la infección de macrófagos y otras células con receptores para la región Fc de las inmunoglobulinas: el virus opsonizado puede fijarse a estos receptores y aumentar su eficiencia de infección. Un segundo elemento inmunitario inducido por una vacuna eficaz es la respuesta citotóxica anti-vírica de los linfocitos Τ y de los macrófagos. Los linfocitos T, consecutivamente a una inmunización por vacuna reconocen y matan las células infectadas por el virus. Los mismos linfocitos producen linfokinas que pueden activar a los macrófagos presentes en el vecindario celular para convertirlos en células citotóxicas. Los macrófagos activados, sin embargo, matan indiferentemente y son responsables de inflamaciones en las zonas de activación. Los linfocitos T, al contrario, poseen receptores de los antígenos virales muy específicos y solamente matan a las células que presentan constituyentes víricos en su superficie. Estos linfocitos pueden eliminar los focos de infección y limitar así la diseminación del virus en el organismo. La variabilidad genética del VIH representa un problema mayor en la concepción de una vacuna. Se ha comprobado que los buenos anticuerpos neutralizantes son muy específicos del tipo de virus inmunizante, y carecen de actividad neutralizante ante otras cepas del VIH. Para inducir anticuerpos neutralizantes capaces de inactivar diferentes cepas de virus, una vacuna anti-VIH deberá ser, por lo tanto, una mezcla de proteínas de diferentes cepas de VIH. Al nivel de la producción industrial este requisito representa un problema mayor. La situación con los linfocitos Τ es mucho más prometedora. Los trabajos de nuestro laboratorio y aquellos de Walker y colaboradores indican que los linfocitos Τ citotóxicos reconocen sequencias conservadas entre diferentes cepas del VIH. Si estos resultados preliminares se confirman, la vacuna contra el 298 VIH podrá ser enfocada para activar la reacción de los linfocitos Τ contra epítopos conservados por múltiples cepas del VIH. Un gran número de laboratorios ha desarrollado estudios en búsqueda de una vacuna anti-VIH eficaz. Varios métodos de inmunización han sido ensayados: Utilización de VIH inactivado o de proteínas purificadas a partir del virus: la inmunización de chimpancés y de otros monos con virus inactivado al calor o con la g p l 2 0 purificada por cromotografía induce la producción de anticuerpos anti-VIH y de linfocitos Τ capaces de proliferar in vitro en presencia de la proteína gpl20. A pesar de esta inmunidad antiviral, los chimpancés no quedan protegidos contra la infección por una dosis fuerte del VIH (100 unidades infecciosas). Este protocolo de inmunización funciona bien en la inducción de una inmunidad protectora contra los retrovirus de los monos (SILV), del gato (FeLV) y del ratón (MuLV). Por esta razón, y a pesar del fracaso de la tentativa de vacunación contra el VIH en el chimpancé, dos equipos en los Estados Unidos han lanzado un programa con voluntarios humanos para la inmunización contra el VIH con proteínas purificadas del virus. No se dispone, por ahora, de ningún resultado. Oligopéptidos sintéticos y proteínas recombinantes: Varios ensayos con oligopéptidos sintéticos indican que los oligopéptidos no inducen respuestas inmunes eficaces, y que la proteína intacta es un antígeno mucho más fuerte. Por otro lado, las proteínas recombinantes producidas en E. coli o en células de hámster por ingerencia genética sí inducen una buena inmunización contra el VIH. Se trata de los productos de los genes env (envoltura del VIH) y gag (proteínas del interior de la partícula viral). La utilización de proteínas recombinantes tiene la enorme ventaja de evitar la manipulación del VIH infeccioso y, además, su producción en gran escala es relativamente barata. Virus recombinantes: los virus recombinantes son "quimeras" poco patógenas para el hombre. Por ingeniería genética se les ha hecho incorporar un gene del VIH en su ADN sin que pierdan sus propiedades biológicas ni su poder infeccioso. Un virus utilizado frecuentemente es el virus de la vaccinia, inicialmente aislado en los bovinos y ligeramente infeccioso en el hombre. El virus de la vaccinia fue utilizado en el mundo para vacunar contra la viruela, y permitió la eliminación de esta enfermedad en el mundo. La estrategia de los virus quiméricos consiste en injertar una sequencia genética del VIH en uno de los genes del virus de la vaccinia (en general se utiliza el gene de la timidina kinasa, pues no es obligatorio para F. PLATA mantener la infecciosidad del virus de la vacuna). De esta manera se han construido virus recombinantes con prácticamente todos los genes del VIH-1: gag, pol, env, F, art, tat, etc. También se han hecho recombinantes con los genes del VIH-2. El interés de estos virus recombinantes es su capacidad de inducir una infección benigna en el hombre y de inmunizar así contra todas las proteínas del virus recombininte. De esta manera se logra obtener una buena inmunidad contra los antígenos del VIH, en ausencia de toda infección patógena. Una gran ventaja de este método de inmunización es el bajo precio de producción. Una desventaja mayor es el carácter infeccioso de los virus recombinantes de la vacuna, pues pueden llevar a una viremia generalizada en los individuos inmunosuprimidos. Sin embargo el enfoque de los virus recombinantes parece tener un futuro muy prometedor. Si se consigue obtener un vector diferente de la vacuna, sin ninguna posibilidad de inducción de traumatismos en el hombre, se habrá obtenido el primer paso hacia el desarrollo de una vacuna eficaz contra el VIH. Los resultados obtenidos hasta ahora con los recombinantes de la vacuna que contienen el gene env del VIH son muy positivos. Se trata de ensayos preliminares en el hombre,en los chimpancés y en el ratón. En cada individuo vacunado se ha observado la inducción de una respuesta inmunitaria contra el VIH, tanto al nivel de los anticuerpos como al nivel de los linfocitos T. Algunos chimpancés vacunados de esta manera han recibido altas dosis de VIH infeccioso como desafío, para medir el nivel de inmunidad protectora así inducida. Se ha observado un retardo en la diseminación del VIH en los monos vacunados, pero en ningún caso se ha logrado obtener un estado de protección decisiva. Un problema en la interpretación de estos resultados es la alta dosis de VIH empleada para infectar a los chimpancés (100 unidades infecciosas). Se trata de una cantidad enorme de virus, administrado en forma intravenosa, inmediatamente infeccioso. Existe poca analogía con la situación de la transmisión sexual del VIH, en la cual poco virus es transmitido y la infección ocurre generalmente a través de las mucosas. Los resultados en el ratón son muy prometedores. La vacunación con recombinantes de la vaccinia inducen una reacción fuerte de los linfocitos Τ contra los antígenos env y F del VIH. Esta reactividad ocurre al nivel de los linfocitos Τ auxiliares (CD4)y al nivel de los linfocitos Τ citotóxicos (CD8). Un resultado aún más prometedor es la protección de los ratones vacunados contra el crecimiento de un tumor que presenta en su superficie los antígenos de la envoltura del VIH. 299 S.I.D.A. El virus re combinante de la vacuna puede, por lo tanto, llevar a un estado de inmunidad protectora, capaz de eliminar las células que presentan los antígenos del VIH. De esta manera se logrará controlar la diseminación del virus en el organismo, y limitar el deterioro del sistema inmunitario del individuo vacunado. Podemos sentirnos optimistas en cuanto al desarrollo de un programa eficaz de vacunación y de control del SIDA en el mundo. Varios problemas de base siguen planteados, pero los adelantos en la producción de vacunas y en los tratamientos antivirales permiten predecir el éxito de estas tentativas a corto plazo. Varios puntos de ataque contra el VIH están en pleno desarrollo: neutralización de la retrotranscriptasa en las células infectadas, bloqueo de las sequencias LTR necesarias par la producción de viriones infecciosos, inhibición de la infección de los linfocitos y macrófagos CD4 por administración de antígeno CD4 soluble (o del oligopéptidos CD4 sintéticos). La epidemia del SIDA impone un ritmo acelerado a todas estas investigaciones, algunas de las cuales se desarrollan hoy día con voluntarios humanos. BIBLIOGRAFIA 1.- 2.- 3.- 4.- 5.- C H A K R A B A R T I S. R O B E R T - G U R O F F M, WONGS T A A L F , G A L L O RC, MOSS B . E x p r e s s i o n o f t h e H T L V - I I I e n v e l o p e g e n e by a r e c o m b i n a n t vaccinia virus. N a t u r e 1 9 8 6 ; 3 2 0 : 5 3 5 - 5 3 7 . 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