Año del Bicentenario de la Declaración de la Independencia Nacional Poder Judicial de la Nación SENTENCIA DEFINITIVA NRO.91320 CAUSA NRO. 59948/2013 AUTOS: “B.L.A.C/ ARTES GRAFICAS RIOPLANTENSE SA S/ DESPIDO” JUZGADO NRO. 44 SALA I En la Ciudad Autónoma de Buenos Aires, a los 15 días del mes de julio de 2.016, reunida la Sala Primera de la Cámara Nacional de Apelaciones del Trabajo, para dictar sentencia en la causa del epígrafe, y de acuerdo al correspondiente sorteo, se procede a votar en el siguiente orden: La Doctora G. M. P. de I. dijo: I. Contra la sentencia de fs. 205/208, apela la parte demandada a fs. 209/217 con oportuna réplica de su contraria a fs. 224/230. II. El Sr. L. A. B. reclamó las indemnizaciones que consideró adeudadas como consecuencia del despido indirecto en el que se colocó. Quien me precedió en el juzgamiento, resaltó que no se encontraba dubitado que el Sr. B. laboró para la parte demandada en calidad de maquinista de rotativas desde 1974. Expresó que conforme el intercambio epistolar habido entre las partes, la causa por la cual culminó el extenso contrato fue la falta de avenencia a la solicitud del actor de que le otorguen tareas acordes a su situación de salud. El Sr. B. padecía además de la lumbalgia que lo incapacitaba para realizar tareas de exigente esfuerzo físico, una patología psicológica por la que era tratado con psicofármacos. Como consecuencia, su médica de cabecera le otorgó el alta condicionada a que no manejara maquinarias. Tras analizar la prueba recabada en la causa, la Sra. Jueza concluyó que la demandada obró contrario a derecho pues pese a tomar conocimiento fehaciente de las limitaciones que contenía el alta médica del actor y las reiteradas intimaciones, le ofreció como única opción, tareas al frente de una guillotina. Dicha circunstancia, motivó el distracto objeto de autos. III. La demandada se agravia porque considera que la decisión adoptada en grado resultó errónea a la luz de las probanzas desplegadas por su parte en torno a la falta de tareas acordes. Expresa que las testimoniales propuestas a su instancia validan que cumplió con la Ley de Contrato de Trabajo tanto al otorgar las licencias requeridas como al ofrecer las tareas más livianas con las que contaba, esto es la “G. G.”. Resalta que el actor no probó haber puesto en conocimiento de su parte qué cuadro clínico padecía, el estado de su medicación, ni qué tareas podía realizar. Señala que los informes de la empresa Medicar SA ratifican su postura donde, el 21/08/2013 le otorgaron el alta médica sin Fecha de firma: 15/07/2016 Firmado por: GLORIA PASTEN DE ISHIHARA, JUEZA DE CAMARA Firmado por: MIGUEL ANGEL MAZA, JUEZ DE CAMARA #19878999#157934088#20160715101020095 Año del Bicentenario de la Declaración de la Independencia Nacional Poder Judicial de la Nación limitaciones pues no le constaba el trastorno psicológico más que por los dichos del aquí actor. Aduce que la tarea de estar frente a la G. era idónea pues sólo puede ser accionada bajo el sistema de “doble comando”, esto es, que para que la máquina realice el corte, el operador debe tocar dos botones, uno con cada mano, de manera de evitar que por distracciones pueda lastimarse. Asimismo, el peso de los papeles a depositar es regulado por quien la opera pudiendo poner una resma de baja cantidad de hojas y, en consecuencia, de poco peso sin que se afecte su padecimiento lumbar. Pues bien, como primer acercamiento al tema, resalto que la validez del intercambio epistolar agregado en el sobre que por cuerda obra glosado a la causa, no resulta debatido. De allí extraigo que el actor tras una genérica misiva cursada el 30/07/2013 donde comunicaba su “situación médica” sin detallar las patologías, encausó su reclamo con la misiva del 07/08/2013 donde comunicó que las tareas en la G. G. no eran acordes al alta que tendría en un futuro, pues resultaban incompatibles con la ingesta de los psicofármacos que le fueron recetados. Adujo que las patologías que padecía, estaban en conocimiento del médico laboral enviado por la empresa. Por su parte, la demandada en sendas contestaciones le indicó al actor que a su regreso, debía presentarse en el sector de corte (misivas del 02 y 14 de agosto) aduciendo que dichas tareas eran livianas hasta tanto acreditara las dolencias denunciadas que aún no habían sido corroboradas. No obstante lo expuesto, la propia documental aportada por la demandada y obrante en el sobre anexo a autos (especialmente las número 45 y 56) da cuenta de que el actor se encontraba bajo tratamiento psicofarmacológico desde abril del año 2013 y –en el alta fechada 21/08/2013- se dispuso que retomara sus tareas laborales con la taxativa prohibición de manejar maquinarias. Dichos documentos se encuentran signados por la médica psiquiatra Dra. X. y deberían haber impulsado un cambio de postura por parte de la demandada en consonancia con el principio de buena fe que debe primar en toda relación laboral (art. 63 LCT). No considero que las afirmaciones de la apelante respecto de la idoneidad de la tarea de operario de G. G. y de la inexistencia de otras labores acordes a la incapacidad residual del actor encuentren respaldo en las declaraciones de M. (fs. 179180) y M. (fs. 191/192). El primero de ellos manifestó que al momento de declarar trabajaba en el sector de recursos humanos y, al referirse a la G. G., no hizo alusión alguna a la imposibilidad de producir daño en el operador sino que se limitó a decir que era muy “básica”, término que utilizó para resaltar la sencillez en su accionar. Expresó que tras recibir el TCL del trabajador, decidieron asignarle tareas en la Fecha de firma: 15/07/2016 Firmado por: G. P. DE I., JUEZA DE CAMARA Firmado por: M. A. M., JUEZ DE CAMARA #19878999#157934088#20160715101020095 Año del Bicentenario de la Declaración de la Independencia Nacional Poder Judicial de la Nación guillotina porque su simpleza en el accionar y no resultar forzosa pues el trabajador puede regular la cantidad de hojas que desea cortar. De este modo, dejó entrever que la empresa focalizó su reubicación en el problema lumbar que lo aquejaba sin tener en cuenta la imposibilidad de manejar maquinarias por la ingesta de medicamentos. Por su parte, el Sr. M. resaltó que decidieron que el actor esté al frente de la guillotina pues es simple, de nulo esfuerzo físico y resaltó su falta de peligrosidad debido a que debe ser accionada con las dos manos. No obstante lo expuesto por este último testigo, no puedo dejar de apreciar que resulta ser la única prueba brindada al respecto y que a los efectos de acreditar la inexistencia de riesgo potencial de una máquina creada con el fin de cortar resmas de hojas, con el extremo filo que ello conlleva, tal testimonio es insuficiente máxime que el testimonio brindado emana de una persona que se desempeña en un cargo jerárquico de la empresa demandada. Tampoco puedo omitir señalar que independientemente de la peligrosidad seria o potencial de la guillotina, la médica que trataba al actor si bien recomendó que retomara su actividad laboral, lo hizo aclarando que dada la medicación que ingería, no podía manejar máquinas. De este modo, resulta reprochable la ausencia de interés por parte de la demandada, de asignarle tareas adecuadas tal como ordena el art. 212 primer párrafo. Al respecto, no es menor el dato de que existe un departamento de Recursos Humanos que se extrae de lo afirmado por el Sr. M., tanto en su declaración testimonial como al recibir al perito contador (ver fs. 161) que denota que en la empresa existen sectores diferentes de aquellos donde funcionan las máquinas dedicadas a la producción. Cabe recordar que el fin del art. 212 de la LCT es priorizar la continuidad del vínculo por sobre su ruptura. De este modo, se vislumbra como accesoria la inicial asignación de tareas realizada al contratar al trabajador, tomando preeminencia la necesidad de adaptar las habilidades del dependiente a tareas acordes. Lo expuesto, no implica la creación de cargos nuevos y faltos de toda funcionalidad en la empresa sino que se persigue que las facultades de organización que recaen sobre el empleador se amolden a la situación particular y disvaliosa que pudieran atravesar sus subordinados. La principal imposibilidad del actor de laborar frente a una máquina es consecuencia de un tratamiento psiquiátrico, no de una incapacidad física y por ello, por menor que luzca el riesgo la posibilidad de dañarlo se encuentra latente e incrementada por su condición psicológica. Encuentro que la insistencia de la demandada, se encuentra reñida con la carga de proveer seguridad a sus trabajadores que contempla el art. 75 de la LCT. Fecha de firma: 15/07/2016 Firmado por: G. P. DE I., JUEZA DE CAMARA Firmado por: M. A. M., JUEZ DE CAMARA #19878999#157934088#20160715101020095 Año del Bicentenario de la Declaración de la Independencia Nacional Poder Judicial de la Nación Corresponde además reparar en otra conducta reprochable de la demandada. Como se puede apreciar de la informativa de fs. 139/145, el instituto Medicar le elevó un parte del actor fechado 28/08/2013 dejando en claro que el cuadro psicológico del actor le permitía laborar. No obstante, hizo alusión a los medicamentos con los que se encontraba en tratamiento. En primer lugar, el informe refiere a una pericia realizada por una licenciada pero sólo relata las conclusiones a las que arribó tras una entrevista personal mantenida con el actor, lo que se traduce en la carencia de estudios complementarios. En contraposición a tan superficial informe, los certificados del trabajador son signados por la Dra. X., médica psiquiatra quien asistió al actor en un largo proceso de recuperación. De este modo, ante la discordancia en las conclusiones respecto del cuadro psiquiátrico del Sr. B., la demandada no podía, de modo unilateral, prescindiendo de la obligación de actuar de buena fe (art. 63 LCT) y desoyendo la carga que posee de brindar seguridad a sus dependientes (art. 75 LCT), decidir que la limitación que sufría el actor respecto de la utilización de maquinarias carecía de relevancia sin asignarle tareas acordes a sus capacidades (art. 212 LCT). Por lo expuesto, propicio la confirmación de lo decidido en grado al respecto. IV. La multa del art. 2º Ley 25.323 mereció la queja de la accionada. Propicio que sea confirmada ya que el actor intimó de modo fehaciente a abonar las indemnizaciones legales adeudadas, y ante su falta de pago, se vio obligado a iniciar el presente reclamo judicial en procura de su cobro. No encuentro que las particularidades del caso me permitan alejar de la regla y reducir -o eximir- su pago conforme lo dispone el segundo párrafo de la norma precitada. V. La demandada se queja porque la Sra. Jueza de grado declaró de oficio la inconstitucionalidad del promedio de remuneraciones previsto por el Convenio Colectivo nro. 60/89. Sin embargo, la queja deducida no cumple con los recaudos formales exigidos por el art.116 de la LO pues no consigna cuáles son los agravios concretos que le provoca el fallo, ni los errores de hecho o de derecho que imputa a la decisión adoptada por la Sra. Jueza, tan sólo se limita a una mera consideración general y dogmática e insiste con la postura que adoptó al demandar, que ya fue desestimada en la instancia anterior. No obstante, a fin de garantizar su derecho de defensa en juicio, realizaré las siguientes consideraciones. En primer lugar, la apelante no expone fundamento alguno para que, de acuerdo al método difuso del control de constitucionalidad que caracteriza nuestro sistema, (arts.31, 75 inc.22 y 116 Constitución Nacional), no sea posible declarar oficiosamente la inconstitucionalidad de una norma cuando se advierte que resulta violatoria de derechos amparados y protegidos por otra de jerarquía superior. Tampoco se ha expedido respecto de los precedentes jurisprudenciales emanados de la C.S.J.N., citados por la Sra. Jueza de grado para sustentar su postura, que en apretada síntesis imponen a quienes juzgan el deber de mantener la supremacía constitucional y para ello, conforme el adagio “iura novit curia”, corresponde suplir el derecho cuando las partes no lo invocan o lo hacen erróneamente, verificando, en el caso concreto, si la reglamentación de un derecho constitucionalmente reconocido, es razonable, adecuado a los fines que contempla y no descalificable por razón de inequidad. (Fallos 304:972, 978 y 327:3117 entre otros) Lo expuesto, vinculado a la protección del despido arbitrario, condujo a la Sra. Jueza de la instancia anterior a la aplicación de la doctrina emanada de la Corte Suprema de Justicia de la Nación en la causa "V., C. A. c/A. S.A. s/Despido"( V.967 XXXVIII), donde se resolvió que la base salarial puede ser limitada sólo hasta el treinta y tres por ciento (33%) de la mejor remuneración mensual, normal y habitual computable, criterio respecto del cual dejo a salvo mi opinión expresada en diversos votos (v.SD Nº 90763 del 3 de agosto de 2015, in re “ V. A. F. c/ L. S.A.S/ despido” en otros) donde no he propiciado aplicación de tope alguno pero a fin de evitar un inútil dispendio jurisdiccional he aceptado el criterio mayoritario de quienes actualmente integran esta Sala, Dra. G. G.y Dr.M.l A. M. y en este caso en particular, porque la cuestión central que se decide, es dilucidar si la decisión adoptada en grado ha sido adecuada o por el contrario, como afirma la demandada en su escueto agravio, ha fallado extra petita, violando elementales normas del debido proceso y de defensa en juicio.(v.fs. 214 y vta. párrafo 3). Por lo tanto y de acuerdo al precedente “V.”, corresponde analizar si en el caso se verifican los requisitos exigidos por el Alto Tribunal para descalificar la validez constitucional del tope convencional, cuya aplicación solicitó la demandada aunque el actor, en el inicio nada dijo al respecto, pues solicitó que el cálculo indemnizatorio se realizara tomando en cuenta la mejor remuneración, mensual, normal y habitual. Ahora bien, la Sra. Jueza de grado en los términos en que quedó planteada la litis y en línea con la pretensión de la demandada, decidió aplicar el art.245 de la LCT que dispone que la base para abonar la indemnización por despido debe consistir en el promedio de todas remuneraciones previstas en el convenio colectivo aplicable al trabajador. Sin embargo y luego de un prolijo análisis, advirtió que dicha base se hallaba limitada y afectaba la garantía consagrada en el art.14 bis de la Constitución Nacional. En efecto, la mejor remuneración mensual normal y habitual percibida por el actor a julio de 2013 fue de $ XXXX mientras que el tope del convenio colectivo de la actividad ascendió a $ XXXXX (v.fs.172) representando una quita aproximada del 40%. Ello condujo a que la Sra. Jueza de grado descalificara el tope convencional y conforme lo normado por el art.245 de la Ley de Contrato de Trabajo y las directrices del fallo “V.”, decidió aplicar un tope (aspecto del pronunciamiento que resalto para destacar que ni siquiera ha sido mencionado por la apelante) pero tomó como base indemnizatoria el 67% de la mejor remuneración mensual normal y habitual del trabajador lo que arrojó la suma de $ XXXXX. En este contexto, considero que la decisión adoptada por la Dra. D. , al actuar oficiosamente, ha sido adecuada, pues de acuerdo a los fundamentos expuestos, no ha fallado extra petita sino que su decisión ha sido aplicando el derecho con ajuste a lo normado por el art.245 de la LCT y a la doctrina inveterada y consolidada de la Corte Suprema de Justicia de la Nación en su carácter de intérprete final de nuestra Constitución Nacional sin apartarse del principio de congruencia ni excediendo su potestad jurisdiccional. Tampoco observo afectada ninguna garantía constitucional vinculada al derecho de propiedad ni defensa en juicio de la demandada, en cambio y como ha quedado plasmado, se invalidó una norma inferior violatoria del derecho constitucional de protección contra el despido arbitrario (arts.14 bis C.N.). Por las consideraciones vertidas, propongo confirmar la decisión adoptada en grado y rechazar este segmento de la queja. VI. Tampoco tendrá favorable acogida el reclamo vertido en torno de la procedencia del art. 80 de la LCT al que describe como anacrónico debido a la posibilidad del trabajador, gracias a los adelantos informáticos, de consultar su situación ante la A. El agravio vertido resulta incongruente con la propia postura adoptada por la demandada quien, al contestar demanda acompañó un formulario PS 6.2 de ANSES fechado 25/09/2013 es decir, confeccionado en plazo. No obstante, esta documentación no cumple acabadamente con lo normado por el art. 80 de la Ley de Contrato de Trabajo. Conforme se extrae del segundo párrafo dicha norma, el empleador está obligado a entregar al trabajador un certificado de trabajo en el que debe constar: a) el tiempo de prestación del servicio, b) categoría y tareas desempeñadas; c) remuneraciones percibidas, d) aportes y contribuciones efectuadas a los organismos de la seguridad social y e) calificación profesional obtenida en los puestos de trabajo en que se hubiere desempeñado (Ley 24.576). La confección de esta documentación, no fue cumplida por el demandado ni susceptible de ser extraída de los registros de la A. VII. En cuanto a la imposición de las costas efectuada en el decisorio apelado, cabe recordar que el artículo 68, 2do. párrafo del CPCCN faculta a quien juzga a apartarse del principio general que rige en la materia “siempre que encontrare mérito para ello”. El “mérito” al que alude la norma existe cuando se ha litigado mediante la convicción fundada acerca de la existencia del derecho invocado, por tratarse de cuestiones suscitadas por la interpretación de las leyes o cuando esas cuestiones tienen complejidad jurídica. Sin embargo, en el caso de autos, no encuentro reunidos los extremos mencionados para apartarme del principio general del vencimiento, por lo cual propicio confirmar la imposición de costas a la demandada, en su calidad de objetivamente vencida en el pleito y extender dicho criterio para su actuación ante esta Alzada (arts. 68 y cctes. del CPCCN). VIII. Finalmente, considerando el mérito y extensión de los trabajos cumplidos, facultades conferidas por el art.38 de la L.O. y el valor del litigio, los honorarios regulados a la representación letrada de la parte actora y demandada lucen ajustados a derecho, por lo que también deberán ser mantenidos (arts. 1, 3, 6, 7, 8, 19, 37 y 38 Ley 21.839). IX. Sugiero regular los honorarios de la representación letrada de las partes actora y demandada en el 25% de lo que le correspondiese respectivamente por su actuación en la instancia anterior (art. 14 ley 21.839). X. En definitiva, propicio: a) Confirmar la sentencia apelada b) Imponer las costas de Alzada a la demandada vencida (art. 68 CPCCN), c) Regular los honorarios de la representación letrada de las partes actora y demandada en el 25% de lo que le correspondiese respectivamente por su actuación en la instancia anterior y d) Hágase saber a las partes que, de conformidad con lo establecido en las Acordadas Nro. 11/14 de fecha 29/04/2015 y Nro. 3/15 de fecha 19/02/2015 de la CSJN, deberán adjuntar copias digitalizadas de la presentaciones que efectúen, bajo apercibimiento de tenerlas por no presentadas. El Doctor M. Á. M. dijo: Que adhiere al voto que antecede, por compartir los fundamentos, aunque con una aclaración. No comparto la declaración oficiosa de inconstitucionalidad efectuada en Primera Instancia, pero veo en dicha cuestión una evidente irrelevancia en el presente caso. Digo así por cuanto la Dra. D. luego de tomar esa polémica decisión en definitiva adecuó la limitación del valor salarial a considerar a los fines del art. 245 LCT a la doctrina fijada por la Corte Suprema de Justicia de la Nación en la causa “V. c/AMSA” del 21.9.2004. A mérito de lo que resulta del precedente acuerdo, SE RESUELVE: a) Confirmar la sentencia apelada; b) Imponer las costas de Alzada a la demandada vencida (art. 68 CPCCN); c) Regular los honorarios de la representación letrada de las partes actora y demandada en el 25% de lo que le correspondiese respectivamente por su actuación en la instancia anterior y d) Hágase saber a las partes que, de conformidad con lo establecido en las Acordadas Nro. 11/14 de fecha 29/04/2015 y Nro. 3/15 de fecha 19/02/2015 de la CSJN, deberán adjuntar copias digitalizadas de la presentaciones que efectúen, bajo apercibimiento de tenerlas por no presentadas. Regístrese, notifíquese, oportunamente comuníquese (art.4º, Acordada CSJN Nº 15/13) y devuélvase. G. M. P. de I. M. Á. M. Jueza de Cámara Juez de Cámara Ante mí: V. M. C. Secretaria En de de , se dispone el libramiento de V. M. C. Secretaria En de de , se notifica al Sr. Fiscal General la resolución que antecede y firma. V.M. C. Secretaria