psicología de la motivación

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Psicología de la Motivación. 1º de Grado en Psicología UNED. Juan Herrero Gómez (Murcia). 2011/2012
PSICOLOGÍA DE LA
MOTIVACIÓN
TEMA 1. INTRODUCCIÓN AL
ESTUDIO DE LA PSICOLOGÍA
DE LA MOTIVACIÓN
1. INTRODUCCIÓN
¿Qué es la psicología?
Todos, en un momento determinado de nuestra vida, nos hemos considerado
psicólogos aficionados, porque pensamos en nuestra conducta y en la de los demás, y
porque a menudo sentimos que ya sabemos las respuestas a muchas de las cuestiones
planteadas. Pero, ¿qué diferencia hay entre la psicología del sentido común y la
psicología que realizan los psicólogos? La diferencia se encuentra en el método de que
nos servimos para indagar dichos hechos. Para explicar los hechos del sentido común,
la mayoría de la gente parte de su propia experiencia que luego generaliza, o en
ocasiones acepta las experiencias proporcionadas por los demás. En cambio, para
describir los hechos científicos, un investigador imparcial tendría que hacer
observaciones sistemáticas en condiciones tan claras que éstas puedan ser
comprobadas por otros investigadores. Pero en psicología, como en el resto de
ciencias, no son los hechos empíricos lo que más cuenta, sino cómo éstos fueron
obtenidos y registrados.
La definición de psicología
Si empezamos por el origen de su propio nombre, el término psicología procede de las
palabras griegas “psyche” y “logos” (etimológicamente “ciencia del alma”. Pero con el
transcurso de los tiempos, la psicología paulatinamente ha ido pasando de ser
considerada como una “filosofía de la mente” a ser el “estudio empírico de los
fenómenos de la mente”. Hoy en día debemos definir formalmente la psicología como
la “ciencia que estudia la conducta de los individuos y sus procesos mentales,
incluyendo los procesos internos de los individuos y las influencias que se producen en
su entorno físico y social”.
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Psicología de la Motivación. 1º de Grado en Psicología UNED. Juan Herrero Gómez (Murcia). 2011/2012
La psicología científica
El método de la psicología científica consiste principalmente en la observación
sistemática, la descripción rigurosa y la investigación experimental directa, para reunir
información y posteriormente organizarla. Y con respecto a las normas que utiliza,
implican el compromiso del investigador con la objetividad, la exactitud y el
escepticismo.
Los enfoques de la psicología
El enfoque conductista: se centra en el estudio de la conducta observable, porque
considera que ésta está determinada principalmente por la estimulación exterior, y es
el acto que hay que entender, predecir y controlar.
El enfoque cognitivo: se centra en el estudio del pensamiento y de todos los procesos
cognitivos o de conocimiento. Considera que el pensamiento es a la vez causa y
resultado de los actos. Muchos consideran que esta corriente es la que domina la
psicología contemporánea actual.
El enfoque biológico: se centra en las relaciones entre la conducta y los mecanismos
cerebrales, buscando las causas del comportamiento en la actividad de los genes, el
cerebro, y los sistemas nervioso y endocrino. Se centra en los efectos del cuerpo sobre
la conducta, los sentimientos y los pensamientos.
El enfoque psicodinámico: parte del principio de que la conducta surge de impulsos y
conflictos de intereses, es decir, considera que la conducta es impulsada por fuerzas
instintivas innatas, impulsos biológicos e intentos por resolver conflictos entre las
necesidades personales y las exigencias de la sociedad (conflictos internos y motivos
conscientes e inconscientes).
El enfoque humanista: destaca la capacidad inherente del ser humano de tener libre
voluntad y no estar bajo el control de los factores internos y externos. Se interesa por
la capacidad del hombre para elegir sus propias pautas de vida, ya que sólo él puede
hacer elecciones racionales con respecto a su propia conducta.
El enfoque evolucionista: considera que la conducta y las facultades mentales
evolucionaron, al igual que las capacidades físicas, con una finalidad de adaptación
para sobrevivir en su entorno. Se centra en la tarea de determinar la importancia
relativa de los factores genéticos y la experiencia en relación con aspectos específicos
de la conducta, sugiriendo que la conducta es moldeada por las tendencias y
disposiciones heredadas.
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Enfoque sociocultural: se centra en las influencias sociales y culturales que rodean a
las personas y que tienen un considerable impacto en sus comportamientos. Para este
enfoque, la conducta está fuertemente determinada por factores sociales y culturales,
y es imprescindible considerar a ambos para comprenderla perfectamente.
Psicología básica y psicología aplicada
Como en toda ciencia, par que una disciplina pueda ser aplicada debe necesariamente
basarse en los conocimientos teóricos o básicos de esa ciencia. Por tanto, podemos
definir la Psicología Básica como la “parte de la psicología científica que estudia la
naturaleza y el funcionamiento de la conducta y de los procesos mentales”.
Del mismo modo, podemos definir la Psicología Aplicada como la “parte de la
psicología científica que se ocupa de la funcionalidad de la conducta y de los procesos
mentales en distintos ambientes en los que actúan los individuos, tanto de forma
individual como colectiva, incluyendo además su dimensión patológica”.
Psicología básica: estudio de los procesos psicológicos básicos
La psicología básica es la parte de la psicología científica que utiliza el método
experimental como método científico para estudiar la conducta y los procesos
mentales, haciendo hincapié en el conocimiento de los procesos psicológicos básicos.
Entendemos por procesos psicológicos básicos, aquellos conocimientos que
representan al conjunto de los procesos mentales, como son: la motivación, la
emoción, el aprendizaje, la atención, la memoria, la percepción, el pensamiento y el
lenguaje. Todos estos procesos tienen una misión específica y distinta, que permiten a
los individuos desarrollar las diferentes actividades psicológicas.
2. EL CONCEPTO DE MOTIVACIÓN
¿Qué entendemos por motivación?
La motivación es un proceso dinámico e interno, que hace referencia al deseo de
querer cubrir una necesidad, y que nos muere a realizar unas conductas y a no hacer
otras, dependiendo de nuestros motivos expresados como deseos, pulsiones o
necesidades, que se producen en cada momento.
En psicología, el concepto de motivación ha surgido principalmente para conocer el
“por qué” de nuestro comportamiento. Así, la motivación es un concepto que se
puede utilizar para explicar los diferentes momentos en el comportamiento observable
de una persona, como son el inicio de una nueva actividad o conducta (activación), el
mantenimiento de un comportamiento o de una actividad en curso (persistencia), la
dirección u objeto que tiene el comportamiento (direccionalidad), la intensidad o
fuerza con que se realiza el comportamiento (vigor), y la finalización o terminación de
un comportamiento.
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La motivación es un constructo hipotético no observable que sólo puede inferirse
indirectamente a partir de la observación de conductas específicas y por los sucesos
estimulares antecedentes y consecuentes a tales conductas. La mayoría de los
psicólogos interesados en el estudio de la motivación han optado por un modelo
Estímulo – Organismo – Respuesta (E–O–R) para explicar el comportamiento, en el que
se aceptan los sucesos no observables, que son los que en realidad permiten dar una
explicación del comportamiento. Existen una gran cantidad de motivos, que Madsen
agrupa en:
-
Motivos primarios: también denominados innatos o biogénicos, que son
motivaciones centrales que desde que nacemos están funcionalmente
relacionadas con la subsistencia del individuo y de la especie. Los principales
son el hambre, la sed, el sexo y el sueño.
-
Motivos secundarios: también denominados adquiridos o psicogénicos, que
son motivos centrales que, después de un proceso de aprendizaje, están
relacionados con el crecimiento general de los sujetos. Los principales son el
motivo de logro, el motivo de poder y el motivo de afiliación.
De entre todos los procesos psicológicos existentes, la motivación guarda una relación
muy estrecha con el proceso de la emoción. Una distinción importante dentro de la
motivación es la establecida entre la propia motivación, el proceso motivacional y la
conducta motivada. La motivación es el proceso psicológico básico que hace
referencia al constructo hipotético que explica la consecución de objetivos
relacionados con el mantenimiento o mejoras en la supervivencia de un organismo. El
proceso motivacional hace referencia a la interacción entre un individuo y su medio
ambiente, puesto que en el caso de que ocurra este proceso, éste acabará con una
conducta motivada dirigida hacia una meta particular en un momento concreto, por
parte de un individuo determinado. Y la conducta motivada es la consecuencia o
resultado del proceso motivacional.
Por último, Ferguson diferencia entre el estado motivacional y el rasgo motivacional.
Así, cuando la motivación es descrita como un proceso dinámico transitorio, entonces
se recurre a llamarlo estado motivacional; sin embargo, cuando la motivación es
descrita como una predisposición respecto a las tendencias de acción, es llamada
rasgo motivacional.
¿Cómo podemos definir la motivación?
Podríamos definir la motivación como el “proceso adaptativo que energiza y dirige el
comportamiento hacia un objetivo o meta de una actitud, a la que instiga y mantiene”.
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¿Cómo podemos estudiar la motivación?
La motivación puede medirse con los procedimientos utilizados para inducir a la
motivación (estímulo), con la medición de las respuestas que supuestamente reflejan
la motivación (respuesta), o mediante el uso de ambos tipos de procedimientos
(estímulo-respuesta). Debemos señalar una premisa fundamental: el estudio de la
motivación debe ser entendido siempre desde la perspectiva de la dimensión humana,
aunque para ello tengamos a veces que recurrir a investigaciones con animales.
3. ANTECEDENTES DEL ESTUDIO DE LA MOTIVACIÓN
Antecedentes filosóficos de la motivación
Platón contrapuso el mundo de los sentidos (cuerpo) al mundo de las ideas (alma),
afirmando que el alma era la morada de la razón y que existía mucho antes que el
cuerpo, dando mucha importancia a ésta y dejando de lado al mundo de los sentidos,
ya que consideraba que la experiencia no era suficiente para justificar el conocimiento
que tenemos del mundo.
Por el contrario, Aristóteles, discípulo de Platón, puso especial interés en el mundo de
los sentidos, lo que le llevó a defender que el conocimiento provenía de nuestra
experiencia, y que las ideas eran conceptos creados por nosotros mismos; por
consiguiente, no existía nada que no hubiera estado ya previamente en los sentidos
(“tábula rasa”). Esta idea provocó en la psicología posterior una importante polémica:
la controversia herencia versus experiencia. Hoy en día la mayor parte de los
psicólogos admiten que la verdad asiste en parte en las dos posturas: la conducta es
una combinación de herencia y de experiencia. Así, algunos motivos se explican mejor
como consecuencia de las secuencias programadas genéticamente, y otros es evidente
que se aprenden.
La otra idea importante de Aristóteles es la que sostuvo sobre el animismo, es decir,
que el alma es libre (con libre albedrío) y que existe en todos los seres. Esta idea se
suele oponer al determinismo, según el cual toda la conducta no es libre sino que
proviene de las condiciones que la anteceden; así el determinismo supone que todas
las conductas tienen una causa. Podemos decir que en general la psicología moderna
prefirió el determinismo al libre albedrío. A partir del siglo XVII los filósofos
comenzaron a creer que los organismos eran verdaderas máquinas automáticas,
comparables a las máquinas físicas, con tendencias a la acción producidas por
poderosas fuerzas internas. Esta nueva idea, llamada mecanicismo, fue rápidamente
aceptada por los deterministas.
René Descartes establece en su dualismo cartesiano que la conducta humana es, por
una parte, fruto de un alma libre y racional y, por otra, resultado de los procesos
automáticos e irracionales del cuerpo.
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Posteriormente, los filósofos ingleses (Locke) realizaron dos importantes aportaciones.
Una fue el interés que mostraban por el estudio de la subjetividad en la experiencia
sensorial, y la otra fue el desarrollo del pensamiento asociacionista relativo a la
asociación de ideas. Sin embargo, el asociacionismo presentaba algunos graves
problemas. Ante esto, Emmanuel Kant intentó dar una solución señalando que tanto
la razón como la percepción determinaban el conocimiento del mundo. Así, todo
conocimiento empieza en la experiencia pero no todo procede de la experiencia. Por
último, es importante destacar que Kant estableció tres categorías psicológicas
principales: el conocimiento (o cognición), el sentimiento (o emoción), y el término
“conación” para denominar a la motivación.
A principios del siglo XIX, el positivismo, recurriendo a la posición dualista de
Descartes, impregnó gran parte del pensamiento de la época. Esta corriente filosófica
distinguía que los animales, por ser irracionales, se comportaban de determinada
manera por el impulso de una motivación instintiva, mientras que los seres humanos,
al ser racionales y estar impulsados también por los instintos, reflejaban en su
conducta tanto la experiencia como los instintos.
Antecedentes fisiológicos de la motivación
La mayoría de las ideas actuales referentes a la función de los mecanismos cerebrales
de la motivación, surgen de los descubrimientos fisiológicos sobre el funcionamiento
del sistema nervioso. Concretamente nacen de los estudios que tienen interés en
saber cómo el sistema nervioso obtiene la información y cómo éste controla la
conducta. El médico griego Claudio Galeno pronosticó la existencia de nervios
sensoriales y nervios motores independientes, pero tuvieron que transcurrir muchos
siglos hasta que el médico y filósofo británico Charles Bell lo demostrara de una
manera científica y experimental. Este importante descubrimiento produjo, por un
lado, un interés por el estudio de la sensación y, por otro, por el estudio de las
respuestas motoras; y fue tan importante para la psicología, que no exageraríamos si
dijéramos que el análisis de conducta entre estímulos y respuestas no se podría haber
efectuado si no se hubiera conocido antes este hecho.
A comienzos del siglo XIX se inició el estudio científico sobre las estructuras y las
funciones del cerebro, y los intentos de localización directa de las funciones psíquicas
en zonas concretas de la corteza cerebral. Gracias a ello, hoy en día las teorías de la
motivación se han fortalecido con el descubrimiento de que la actividad del
hipotálamo se relaciona directamente con los cambios en varios estados
motivacionales.
Antecedentes psicológicos de la motivación
Los primeros psicólogos interesados en el estudio de la motivación, utilizaron términos
diferentes para describir este proceso. Así, el primer psicólogo preocupado en la
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motivación fue el famoso William James, quien hizo hincapié en llamarla “voluntad”.
Para él, el análisis de la conciencia se realizaba en el acto de la voluntad, puesto que la
conducta ocurre cuando la idea de un acto dado, gana dominio sobre las ideas de los
demás. Además, James distinguió claramente entre el concepto de voluntad y el
concepto de hábito. Posteriormente, en América, la corriente funcionalista, y más
tarde el conductismo, utilizó la palabra “impulso” para el estudio de la motivación,
siendo Woodworth el primero que abogó por ese término utilizando el concepto de
impulso como una forma de un proceso mecánico, con el propósito de enfatizar la
importancia de la energía acumulada en el organismo para impulsar la conducta. En
esa misma época, el psicoanalista Freud también utilizó el término impulso o
“pulsión”, pero conceptualizado de manera diferente.
En 1920, la psicología utilizó por primera vez el concepto de motivación, que hacía
referencia a un hipotético evento interno que no se podía observar directamente, pero
que estaba vinculado teórica y empíricamente a eventos externos observables. El
norteamericano McDougall introdujo el término de “instinto” para referirse a los
procesos de motivación. Sin embargo, los conductistas rechazaron el concepto de
instinto para favorecer el análisis del aprendizaje, y esta corriente asentó las bases
para analizar la contribución del aprendizaje a la motivación e inspiró el surgimiento de
la motivación por “incentivos”.
4. DIMENSIONES EN EL ESTUDIO DE LA MOTIVACIÓN
Todos los planteamientos teóricos que han estudiado la motivación se mueven dentro
de unas dimensiones generales, que nos van a ayudar a ordenar y a entender mejor las
diferentes teorías. Las cuatro principales dimensiones, según su orden de importancia
son:
Dimensión nomotética-ideográfica: un enfoque nomotético pretende establecer leyes
abstractas, generales o universales que permitan explicar la motivación de una manera
general para todos los seres vivos. Por otro lado, en un enfoque ideográfico el objetivo
es contrario al anterior, puesto que no pretende establecer leyes generales sino que su
misión es entender la conducta motivada, examinando en qué se distinguen los
individuos de una especie entre sí.
Dimensión innato-adquirida: las primeras teorías de la motivación, como las de
William James y McDougal, defendían que la motivación estaba controlada
principalmente por los motivos innatos (como el sexo), a los que denominaron con el
término de instinto. Sin embargo, las tendencias adquiridas fueron las predominantes
en gran parte del siglo pasado, debido principalmente a los investigadores interesados
en conocer los factores de aprendizaje de la conducta motivada.
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Dimensión interna-externa: los planteamientos teóricos que basan la motivación en
los motivos internos (como el hambre) parten de la idea de que los estados
motivacionales pueden conceptuarse como necesidades. En cambio, las teorías que
basan la motivación en los motivos externos (como el poder), ponen de relieve las
fuentes externas creadas por las metas.
Dimensión mecanicista-cognitiva: el enfoque mecanicista suponen que los cambios
de ciertos factores (tanto en el medio interno como en el medio externo) activan e
impulsan al organismo a realizar una determinada conducta, de una manera
automática sin que el organismo tenga ningún tipo de conciencia o intención. Por el
contrario, el enfoque cognitivo señala que la forma de interpretar la información
influye en los estados motivacionales, y que los organismos son conscientes de lo que
les ocurre, por lo que defienden que los procesos motivacionales tienen un origen
cognitivo.
Se puede decir que el estudio de la motivación es tan complejo que permite suponer
que todos los enfoques citados poseen una cierta parte de verdad. Por lo general, la
combinación de las distintas dimensiones nos puede ayudar a explicar mejor la
observación de las diferentes conductas motivadas. Actualmente podemos afirmar que
por ahora no contamos con una única teoría general que explique la motivación de
una manera integral y mejor que las demás, aunque también es cierto que algunas
explican ciertos estados motivacionales mejor que otras.
5. NIVELES DE ANÁLISIS EN EL ESTUDIO DE LA MOTIVACIÓN
Nivel fisiológico
A este nivel, por ejemplo, se ha investigado cómo y por qué las estructuras cerebrales
desencadenan la motivación, cómo se procesa la información relevante para la
motivación en grupos de células específicas del cerebro, o qué neurotransmisores
intervienen en los cambios que se producen en los estados motivacionales. Para
investigar esto, se han realizado diferentes manipulaciones en zonas muy localizadas
del cerebro de animales a través de distintos medios quirúrgicos, químicos o eléctricos.
En la actualidad, las investigaciones utilizan las modernas técnicas de neuroimagen
funcional, que permiten identificar en directo los correlatos neuroanatómicos de los
procesos cognitivos y motivacionales, visualizando las zonas del cerebro que
intervienen en determinadas actividades relacionadas con la motivación.
Nivel individual
Los estudios de la motivación a un nivel de análisis individual pretenden determinar los
factores motivacionales que influyen en la conducta personal de un individuo. Más
concretamente, se investigan los cambios motivacionales que se producen en un
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individuo como consecuencia de la alteración de las condiciones internas o externas a
las que se le somete.
Nivel social
Las investigaciones que realizan los psicólogos sociales en este nivel de análisis
intentan estudiar los motivos que impulsan a las personas a comportarse de manera
diferente cuando están en grupo.
Nivel filosófico
En este último nivel de análisis, más que deducciones experimentales se utilizan meros
argumentos filosóficos, y las teorías que se sustentan en este tipo de análisis a menudo
formulan sus argumentos en unos términos que resultan muy difíciles de probar
experimentalmente. Son varias las teorías sobre la motivación que reflejan en sus
planteamientos principios filosóficos muy sutiles, y en nosotros está el aceptarlas o
rechazarlas porque carezcan de datos empíricos objetivos.
6. PARADIGMAS DE INVESTIGACIÓN EN EL ESTUDIO DE LA MOTIVACIÓN
Paradigma experimental: el investigador es el que manipula una o más variables y
determina de esta manera los efectos que esto pueda tener en otras variables.
Paradigma correlacional: en este paradigma más que manipular variables se busca
encontrar las relaciones existentes entre ellas.
Paradigma cualitativo: también conocido como método interpretativo, enfatiza el
estudio de una manera más intensa, más descriptiva y con mayor carga interpretativa.
Los estudios de laboratorio permiten un mayor control sobre los factores extraños
que pueden contaminar las respuestas de los sujetos experimentales. Sin embargo,
una clara ventaja de las investigaciones de campo es que sus resultados se pueden
generalizar fácilmente a otros entornos similares porque se han desarrollado en
situaciones reales; en cambio, la generalización de los resultados de las investigaciones
de laboratorio a la vida real se suele hacer con menor confianza.
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TEMA 2. EL PROCESO
MOTIVACIONAL
1. INTRODUCCIÓN
La motivación es un proceso adaptativo relacionado estrechamente con la
supervivencia y con el crecimiento personal de los individuos. Así, para muchos
autores, la motivación es un proceso dinámico que tiene como principal objetivo
aumentar la probabilidad de adaptación del organismo a las variaciones que tiene el
medio ambiente; es decir, actúa como un elemento esencial para que los individuos
consigan sus metas u objetivos, ya sean para su propia existencia, o para la obtención
de sus diferentes logros sociales.
Para Ferguson, la motivación es un proceso dinámico interno que energiza y dirige las
tendencias de acción de los individuos. Esta autora estima que la variabilidad se puede
hacer evidente de dos maneras distintas:
1) Haciendo referencia a la intensidad en la movilización de energía o cantidad de
esfuerzo que es necesario realizar para llevar a cabo la acción. En este caso, la
variabilidad de la intensidad indica la fortaleza o la debilidad de la motivación.
Cuando uno está muy motivado, está más alerta y es más sensible, y por
consiguiente realiza un mayor esfuerzo en las acciones que desarrolla. Este
aspecto energético de la motivación ha recibido diferentes denominaciones,
desde arousal, pasando por el término tensión dinamogénica, hasta
movilización de energía; sin embargo, de forma genérica, normalmente se
utiliza el término de activación.
2) Haciendo referencia al tipo o calidad de la motivación que conduce a la
dirección selectiva de la acción, es decir, nos indica hacia qué objeto se dirige la
acción.
En la mayoría de las definiciones propuestas sobre el concepto de motivación, se
recogen de alguna manera, tanto los aspectos energéticos o de activación de la
conducta como los aspectos de dirección a la que dirigimos esta.
2. ACTIVACIÓN
En psicología, a la característica energizante de la motivación se la conoce con el
nombre de activación. Es una de las variables responsables del inicio, del
mantenimiento, de la intensidad y de la finalización de la conducta motivada.
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Concepto de activación
Para Cannon, fisiólogo de la Universidad de Harvard, dicho concepto se identifica con
la activación fisiológica del organismo y, más concretamente, con los cambios y
respuestas del sistema nervioso autónomo, que como sabemos forma parte del
sistema nervioso central.
Características de la activación
La primera y principal característica de la activación es que activa la conducta y, por
tanto, inicia la conducta motivada. Es evidente que en muchas ocasiones los cambios
de motivación modifican la conducta manifiesta, pero lo cierto es que esto no siempre
ocurre. Así, cuando no se observa una conducta manifiesta, puede ser que el nivel
motivacional del organismo no baste para desencadenarla, aunque no significa
necesariamente que no exista motivación. Lacey señaló quela activación de un
organismo se puede manifestar, al menos, mediante tres niveles de actividad:
electrocortical, a través del sistema nervioso central; fisiológica, a través del sistema
nervioso autónomo; y por la actividad motora.
La segunda característica de la activación es su persistencia o insistencia en el
comportamiento, que está relacionada con el mantenimiento de la conducta
motivada. Así, podemos considerar que cuando un organismo está motivado, persiste
en su conducta hasta conseguir su objetivo. A mayor activación, mayor persistencia del
comportamiento.
La tercera característica de activación es la intensidad, también denominada fuerza o
vigor de la conducta motivada. Se podría establecer que a mayor intensidad, mayor
motivación.
Estudios sobre la activación
Como resultado de las numerosas investigaciones sobre la activación, se puede decir
que esta varía desde el sueño más profundo hasta situaciones de máxima alerta o
vigilancia. En términos conductuales, el concepto de activación hace referencia
concretamente a una mayor amplitud, frecuencia y duración de las respuestas de los
individuos; así, en condiciones de alta activación conductual, las respuestas son más
fuertes, frecuentes y duraderas. En términos fisiológicos, el concepto de activación
hace referencia al aumento de la actividad fisiológica que se asocia, principalmente,
con la actividad del sistema nervioso autónomo.
Al variar las tareas y situaciones que se exigen a los individuos, también se producen
diferentes reacciones de activación. Las situaciones pueden requerir una respuesta
tranquila o una respuesta brusca e inmediata, y por consiguiente tendrán unas
reacciones fisiológicas y conductuales distintas de acuerdo con tales exigencias
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situacionales. Lacey describió a esas disociaciones fisiológicas/conductuales con el
término fraccionamiento direccional de respuestas. Por el contrario, el término
respuesta estereotipada describe el hecho de que para una amplia gama de estímulos
o de situaciones activadoras, cada individuo tiene patrones fisiológicos estables y
respuestas conductuales únicas.
Thayer, examinando numerosos estudios sobre la activación, determinó que ésta
implicaba dos estados de activación diferentes, distinguiendo entre:
-
Activación energética: que se relaciona con los sentimientos positivos, en los
cuales los sujetos se sienten vigorosos y animados.
Activación tensa: que se relaciona con situaciones de amenaza, dolor o
ansiedad, en las cuales los sujetos se sienten nerviosos y tensos.
Activación y rendimiento
En general, los resultados de las investigaciones sugieren que cuando aumenta la
activación, también lo hacen la reactividad fisiológica y la actividad motora. De hecho,
se ha postulado una relación lineal monotónica entre la activación y las respuestas
fisiológicas y motoras, en el sentido siguiente: a mayor activación, mejor rendimiento.
Es decir, que cuando la activación es alta se produce un aumento en la velocidad, en la
persistencia y en el esfuerzo de las conductas realizadas. En este sentido, las
investigaciones de Brehn y Self sobre la dimensión de la intensidad a la motivación,
señalaron que: “a mayor potencial de motivación, mayor es la cantidad de energía que
una persona estaría dispuesta a movilizar”, vinculando expresamente la motivación
con la conducta manifiesta mediante la siguiente afirmación: “la función directa de la
activación motivacional es la producción de la conducta instrumental”.
Algunos teóricos que han estudiado muy a fondo la activación, han encontrado
diferencias en sus relaciones con la reactividad fisiológica y con el rendimiento en una
tarea. Mientras que se ha confirmado que la activación sí se relaciona linealmente con
la reactividad fisiológica, no lo hace de la misma forma con el rendimiento en la
ejecución de una tarea, puesto que se ha observado más bien una relación curvilínea
en forma de U invertida.
La ley de Yerkes-Dodson, como así se conoce, indicaba que el nivel de motivación
tiene un punto óptimo entre los valores intermedios de activación, de forma que un
nivel excesivamente alto o excesivamente bajo empeora el rendimiento. Medio siglo
más tarde, la teoría de la activación de Hebb coincidía con la propuesta de una relación
curvilínea tipo U invertida entre activación y conducta.
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3. DIRECCIÓN
Concepto de dirección
Algunos investigadores, como Beck, consideran que la activación no es el factor más
importante para que se produzca la conducta motivada, sino que lo fundamental es
considerar la dirección de la conducta que constantemente está realizando el
individuo, es decir, cómo se va cambiando de una actividad a otra. Así pues, para que
el estudio del proceso motivacional se pueda realizar correctamente, es necesario
entender los procesos que proporcionan tanto los aspectos energizantes como los
aspectos direccionales del comportamiento.
El aspecto direccional se refiere a las características selectivas por las cuales se
produce la variación de la clase de objetivos a los que responde el individuo. Por eso,
siempre que un individuo está motivado, se encuentra implicada una clase específica
de motivación, y los diversos objetivos conducen a una dirección diferente en las
acciones. Es preciso señalar que algunos psicólogos consideran la dirección como un
índice claro del estado motivacional que tiene el individuo, y que por esta razón
adquiere una importante función para predecir la conducta motivada.
En la mayoría de los casos, la dirección de la conducta es clara y no resulta relevante,
por ejemplo, cuando el sujeto tiene sólo una alternativa de respuesta; pero no es tan
clara cuando existen varias posibilidades de elección, que le permitan decidir qué
conducta hacer y hacia donde orientarla. En estas circunstancias, cuando las
posibilidades de elección aumentan, es más difícil que se produzca la predicción de la
conducta motivada. Según Fernández-Abascal, el concepto de direccionalidad de la
conducta abarca tanto a los objetivos determinados genéticamente como a las metas y
objetivos típicos del comportamiento humano.
Variables de la dirección
En general, se puede decir que todos los organismos están en un estado de continua
motivación, debido a que siempre existe algún objetivo hacia el cual dirigir sus
conductas. Palmero señala que hay dos variables que intervienen en la consecución de
los objetivos:
1) La expectativa de consecución del objetivo: se puede decir que el individuo
analiza la proximidad subjetiva del mismo. Si el individuo considera que el
objetivo está próximo a él, y le sigue siendo atractivo, aumentará su
expectativa de consecución, y por tanto aumentará la probabilidad del empeño
en lograrlo. En cambio, si el individuo considera que el objetivo se encuentra
cada vez más alejado de él, independientemente de lo atractivo que le resulte,
disminuirá su expectativa de consecución, y por consiguiente disminuirá la
posibilidad de conseguirlo.
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2) El grado de atracción del objetivo: se puede decir que un individuo se mueve
más a su obtención, en la medida que le resulte más atrayente.
4. DETERMINANTES DE LA MOTIVACIÓN
Determinantes internos
La herencia: es el principal determinante interno de la motivación. Hace referencia a
los diversos factores genéticos que, programados en el organismo, actúan sobre este
proceso. Es el caso de los factores genéticos que inducen a la realización de la
conducta sexual. Este determinante es explicado de distinta manera, según dos
enfoques muy diferentes:
-
El enfoque instintivo, que propone que la energía se acumula en el organismo
y da origen a un estado motivado, que produce una conducta preprogramada
genéticamente y que actúa para reducir o aminorar la motivación.
-
El enfoque fisiológico, que establece que los circuitos cerebrales vigilan el
estado del cuerpo y activan las conductas cuando detectan algún cambio. Para
este enfoque, la activación de los circuitos cerebrales que provocan la
motivación produce respuestas, que pueden ser tanto innatas como adquiridas.
La homeostasis: hace referencia a la suposición de que existe un nivel óptimo de
activación en varios estados del organismo, y que está relacionado con el
mantenimiento del equilibrio fisiológico, llamado equilibrio homeostático. El término
homeostasis hace referencia a la idea de una tendencia natural a la búsqueda del
equilibrio, que no alude a un estado fijo, inmóvil o estático, sino que al contrario,
significa una condición que puede variar constantemente. El organismo se encuentra
constantemente motivado para mantener la homeostasis, y son los mecanismos
receptores los encargados de vigilar el estado de desequilibrio, iniciándose las
conductas que devolverán al cuerpo a su nivel óptimo. Algunos estados motivacionales
parecen ajustarse perfectamente con el nivel óptimo o de equilibrio; por ejemplo,
dentro de los motivos primarios, es el caso del hambre o la sed. Otros estados
motivacionales, como los motivos secundarios de logro o poder, no parecen ajustarse
tan fácilmente a este concepto.
El crecimiento potencial: hace referencia a la idea de que el ser humano está
motivado para alcanzar su pleno potencial tanto en los aspectos físicos como en los
aspectos psicológicos y emocionales.
Los procesos cognitivos: hacen referencia a los determinantes que proceden de la
información que recibimos y de la forma en que la procesamos. De esta manera, el
procesamiento activo de la información, es decir, el pensamiento, repercute de una
manera importante en la conducta de los sujetos.
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Psicología de la Motivación. 1º de Grado en Psicología UNED. Juan Herrero Gómez (Murcia). 2011/2012
Determinantes externos
El aprendizaje: es el principal determinante externo de la motivación, ya que está
claramente demostrado el papel fundamental que realiza lo aprendido en las
conductas. De hecho, muchas de esas conductas son adquiridas, desarrolladas y
mantenidas gracias a la importante función de este proceso psicológico.
El hedonismo: la experiencia común sugiere que el placer y el dolor son dos potentes
determinantes de la conducta que producen motivación. Esta concepción está basada
en la idea que señala la tendencia generalizada que tienen los organismos a
aproximarse a todo aquello que les produce placer y, por el contrario, a huir o evitar
todo aquello que les produce dolor. Este determinante no explica satisfactoriamente
motivaciones como las conductas autodestructivas.
La interacción social: la interacción entre personas tiene realmente un efecto
motivador. Así, podemos afirmar que las relaciones sociales influyen en nuestro
comportamiento debido a que la presencia de otras personas modifica nuestra propia
motivación, del mismo modo que nosotros podemos alterar la motivación de los
demás.
Todos los determinantes descritos, tanto los internos como los externos, pueden
actuar solos o bien conjuntamente, estableciendo complejas interacciones entre ellos.
Los principales determinantes en los motivos primarios son la herencia, la homeostasis
y el hedonismo, mientras que los determinantes en los motivos secundarios son el
aprendizaje, la interacción social, el crecimiento potencial y los procesos cognitivos.
5. EL PROCESO MOTIVACIONAL
Cada autor ha intentado dar una interpretación lo más acorde posible con su posición
sobre lo que entiende por motivación, y sobre lo que cree que ocurre en el proceso
motivacional, destacando los procesos que considera que se producen en dicho
proceso. Reeve, al definir la motivación como un proceso dinámico, estima que el
proceso motivacional está formado por cuatro fases o etapas:
1) Fase de anticipación: en la que el individuo tiene algunas expectativas de la
emergencia y/o satisfacción de un motivo.
2) Fase de activación y dirección: en la que el motivo es activado por un estímulo
y dirigido hacia un objeto.
3) Fase de conducta activa y retroalimentación del rendimiento: en la que el
individuo realiza las conductas dirigidas hacia el objetivo, que le permiten
aproximarse o alejarse según la información que obtiene sobre los resultados
de su propia conducta.
4) Fase de resultado: en la que se sienten las consecuencias de la satisfacción del
motivo elegido.
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La secuencia del proceso motivacional según Deckers
En el año 2001, Lambert Deckers presentó la secuencia en la que establecía los tres
momentos del proceso motivacional.
1) La elección del motivo: se refiere a la selección del objetivo de entre los que
compiten para conseguir su satisfacción. La opción elegida dependerá de la
intensidad del motivo, de lo atractivo que le resulte, de la probabilidad
subjetiva de éxito y de la cantidad de esfuerzo que estime necesario para
obtenerlo.
2) Las conductas instrumentales: son aquellas actividades que realiza un
individuo para satisfacer un motivo y conseguir, de este modo, el objetivo
elegido; esto es, a partir de que elige y selecciona el motivo para satisfacerlo,
éste decidirá qué tipo de actividades tendrá que desarrollar para conseguirlo,
realizando a continuación las conductas instrumentales para dicho fin. Por
consiguiente, las conductas instrumentales son un aspecto importante, pues se
pueden considerar el enlace entre el motivo escogido y la satisfacción
conseguida, puesto que la correcta ejecución de dichas conductas implicará la
consecución del objetivo elegido por el individuo. Los tres aspectos más
importantes de la conducta instrumental que reflejan el nivel de motivación
que puede llegar a alcanzar un individuo son:
o La duración: se refiere a la cantidad de tiempo que una persona debe
dedicar a conseguir satisfacer un motivo.
o La frecuencia: es decir, el número de veces que un individuo se implica
o inicia una actividad para conseguir su objetivo.
o La intensidad: se refiere a la magnitud o cantidad de esfuerzo necesario
para llevar a cabo la conducta instrumental.
3) La realización de la conducta consumatoria: representa la finalización del
proceso motivacional, puesto que la secuencia conductual termina con la
consecución del motivo satisfecho, que es siempre el objetivo final del proceso.
Examinando los sentimientos subjetivos del individuo con respecto a la satisfacción del
motivo, se constata si el individuo, mediante las conductas instrumentales que ha
realizado, ha conseguido satisfacer el motivo escogido o, por el contrario, ha fracasado
en su intento. Entonces, tanto si lo ha conseguido como si no, el individuo llevará a
cabo sus consiguientes procesos de atribución causal, con los que podrá decidir en
futuras ocasiones si va a realizar las mismas conductas instrumentales o tiene que
efectuar alguna modificación. En el caso de que el individuo no haya conseguido el
objetivo, decidirá si persiste de nuevo en su consecución, o cambia de objetivo
eligiendo uno que considere más asequible para él.
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Psicología de la Motivación. 1º de Grado en Psicología UNED. Juan Herrero Gómez (Murcia). 2011/2012
El proceso de motivación según Fernández-Abascal
Este autor estima que el proceso motivacional realmente comienza cuando uno o
varios determinantes motivacionales provocan en el individuo las condiciones
necesarias para que éste adquiera la intención de iniciar una conducta específica. A
continuación, la activación del comportamiento pone en funcionamiento la conducta
de una determinada intensidad, al mismo tiempo que la intención también nos
indicará la dirección hacia la que el sujeto debe dirigir su conducta. El proceso
motivacional se autorregula a través de un sistema de retroalimentación, es decir, que
la conducta actúa sobre el entorno a mediad que vaya obteniendo la información del
progreso de su ejecución. De este modo, la intención actuará de nuevo sobre la
activación, modificando o no su intensidad, y sobre la dirección de igual manera,
pudiendo cambiar los objetivos según se modifiquen las condiciones ambientales o las
necesidades del sujeto.
En el proceso motivacional pueden actuar como detonantes uno o varios
determinantes de la motivación, ya sean internos o externos. La intención es el factor
motivacional que más influye en la conducta y, además de depender de los
determinantes motivacionales, también depende de otros dos factores:
-
La actitud hacia la conducta: se refiere a la evaluación personal (favorable o
desfavorable) que el sujeto hace de ella.
La norma subjetiva: se refiere a las creencias que ejercen la posición social y
que inducen al sujeto a realizar o no ciertas conductas.
Por otro lado, hay que señalar que la intención de un individuo en relación con una
conducta sólo se llevará a cabo si dicha conducta se halla bajo su control voluntario, es
decir, sólo si puede elegir libremente si la ejecuta o no.
Determinantes motivacionales
Intención
Activación
Dirección
Conducta
motivada
Retroalimentación
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El proceso de motivación propuesto por Palermo
Su propuesta para explicar el proceso de motivación parte de diferenciar dos
momentos distintos en dicho proceso: el primero es la toma de decisiones y la
elección del objetivo que se convertirá en meta; el segundo es el control del resultado
o control sobre la acción que se ha llevado a cabo.
Dentro del primer momento, un paso inicial e imprescindible es la
ocurrencia o aparición del estímulo, puesto que es necesaria la presencia de un
estímulo para que comience el proceso motivacional. Este estímulo puede ser externo,
al que llamamos deseo, porque el individuo se siente atraído por una determinada
característica de ese estímulo; o interno, al que llamamos necesidad, porque el
individuo siente una situación de carencia en alguno de sus componentes vitales.
Desde este momento se inicia el papel de la activación.
El segundo paso es el proceso de percepción del estímulo, también imprescindible y
necesario para que ocurra el proceso motivacional, ya que sin él no se iniciaría. La
percepción de un estímulo puede ser consciente o no consciente, y en ambos casos el
proceso motivacional continuará de igual modo siempre y cuando el estímulo sea
capaz de afectar a sus receptores y ser procesado.
El tercer paso son los procesos de evaluación y valoración del objetivo, que permitirán
al organismo decidir qué estímulo es capaz de desencadenar la conducta motivada. El
primero de los procesos se caracteriza por la evaluación de la expectativa de
consecución de un determinado objetivo; para ello, el individuo analiza las
características de los distintos objetivos que intenta conseguir, teniendo en cuenta la
dificultad que presenta cada uno, los recursos y habilidades de que se dispone, y el
esfuerzo que necesita para conseguirlos. El segundo se caracteriza por la valoración o
escala de satisfacción que esos objetos poseen para dicho individuo; así, en esa escala
de satisfacción se incluyen, además de las dimensiones cognitivas y afectivas de los
objetos, las connotaciones negativas que puedan tener en el caso de no poder
conseguirlos. Aquí se inicia el papel de la dirección, dirigiendo la elección del objetivo
y, posteriormente, la elección de las conductas adecuadas.
El cuarto paso son los procesos de decisión y elección del objetivo. Para entender cuál
de los objetivos disponibles se convertirá en la meta que tratará de alcanzar el
individuo, hay que tener también en cuenta, además de la necesidad o el deseo, otros
dos elementos relevantes: el valor del objetivo y la expectativa de conseguirlo. La
interacción ente los tres factores conducirá a distintas probabilidades de ejecución de
la conducta motivada.
El quinto paso es la realización de la conducta motivada. Una vez que el individuo ha
escogido su objetivo, decide cuál de las posibles conductas disponibles en su bagaje de
estrategias, recursos y habilidades es la adecuada, dependiendo también de la
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situación, de la circunstancia y del momento en el que se encuentre éste. Esta
conducta es considerada como un instrumento con el cual el individuo intenta
aproximarse para conseguir su objetivo, y puede estar constituida por una secuencia
de conductas instrumentales que inician una actividad de ensayo-error dirigida a
conseguir una meta determinada.
Ahora, y dentro del segundo momento del proceso motivacional, el individuo llevará a
cabo lo que se conoce como el control del resultado, con la
verificación de la congruencia, efectuando un balance de congruencia entre su
situación actual y lo que espera obtener; la atribución de causas, que pretende que el
individuo sea consciente de lo apropiado que fue su elección de la meta, así como las
conductas instrumentales que utilizó; y la generalización de los resultados que le
permitirá asociar, en el futuro, las conductas instrumentales utilizadas con objetivos
similares a los que obtuvo en esa ocasión.
PROCESO DE MOTIVACIÓN
1er Momento
Ocurrencia o aparición del estímulo
Toma de
decisiones y
elección del
objetivo
Percepción del estímulo
Conducta motivada
2º Momento
Verificación de la congruencia
Control del
resultado
Atribución de causas
DIRECCIÓN
Decisión y elección del objetivo
ACTIVACIÓN
Evaluación y valoración del objetivo
Generalización de los resultados
6. COMPONENTES DE LA MOTIVACIÓN
La mejor manera de entender la motivación humana es analizar los distintos sistemas
que la componen, a través del estudio de sus principales componentes, como son los
componentes biológicos, los componentes aprendidos y los componentes cognitivos.
Es importante considerar estos tres componentes motivacionales para comprender
perfectamente el funcionamiento de este proceso, y poder conocer las interrelaciones
que se establecen entre ellos.
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Psicología de la Motivación. 1º de Grado en Psicología UNED. Juan Herrero Gómez (Murcia). 2011/2012
TEMA 3. ASPECTOS MOTIVACIONALES
EN LA APARICIÓN Y MANTENIMIENTO
DE LA CONDUCTA
1. INTRODUCCIÓN
Conforme ascendemos en la escala evolutiva, se puede comprobar cómo el
aprendizaje va adquiriendo mayor importancia sobre las conductas innatas. Si bien es
cierto que el estudio del aprendizaje es importante para conocer y explicar el
comportamiento, no lo es menos que la motivación es la responsable de lo que se
aprende y lo que se ejecuta. Ambos procesos mantienen una estrecha relación.
2. EXPLICACIÓN DE LA MOTIVACIÓN DESDE EL COMPORTAMIENTO ANIMAL
Revolución de las primeras ideas evolucionistas
El origen de los seres vivos, y en concreto del ser humano, ha sido uno de los temas
que más se ha visto condicionado por las posturas teológicas imperantes, que han
imposibilitado su estudio y lo han dejado apartado. Desde esta posición se
argumentaba la misma perfección de la naturaleza como prueba de la existencia de
Dios, y la postura dominante durante muchos siglos fue el denominado “fijismo”, que
defendió a ultranza el que los seres humanos que poblaron el mundo fueron siempre
los mismos; igualmente, podía decirse del reino vegetal y animal, aunque por encima
de todos se situaba el hombre de naturaleza distinta y poseedor de alma. A lo largo del
siglo XVIII, en contra de las ideas imperantes hasta el momento, se empieza a defender
la noción del origen natural y no divino de los seres humanos.
La herencia de los caracteres adquiridos: Lamarck sostuvo la tesis de la existencia de
sólo una escala biológica e indicó la gradación casi perfecta de las formas de ciertos
grupos de animales, lo que le llevó a concluir que todas las especies, incluido el
hombre, descendían de otra precedente. Muy sucintamente la teoría de Lamarck se
puede resumir en los siguientes aspectos:
-
-
Cada especie posee un impulso o mecanismo motivador innato a
perfeccionarse a sí misma, que denominó principio de la perfección, que era el
motor de la evolución.
Los cambios en el entorno provocan un cambio en las necesidades del sujeto,
siendo esas alteraciones las responsables de ciertas perturbaciones
estructurales en los animales y en las plantas.
20
Psicología de la Motivación. 1º de Grado en Psicología UNED. Juan Herrero Gómez (Murcia). 2011/2012
-
-
Esas necesidades hacen que los organismos se esfuercen por adaptarse a su
ambiente, modificándose sucesivamente conforme se produce la adaptación.
En este sentido, los miembros más usados son los que más contribuyen a la
adaptación y, por el contrario, los menos usados se atrofian por desuso (la
necesidad crea al órgano, su uso lo desarrolla y su desuso lo atrofia). A esto lo
denominó principio del uso y el desuso.
Las características así adquiridas se pueden transmitir a los descendientes,
sobreviviendo de esa manera aquellos que mejor se adapten al medio. Esta
idea es lo que se conocía como la herencia de los caracteres adquiridos.
La selección natural: posteriormente, Darwin consideró al hombre como una especie
animal más, destronándolo de la posición privilegiada que había mantenido
tradicionalmente hasta entonces, para emparentarlo con el mono. Propuso la teoría de
la selección natural en su obra el origen de las especies, cuyos principios son
resumidamente los siguientes:
-
-
La
vida
es
esencialmente
adaptación
y
se
produce
una
lucha por la supervivencia dado que hay un exceso de población en relación a
la cantidad de alimentos. Los individuos tienen necesidades, lo que les empuja
a estar motivados para satisfacerlas.
En ocasiones se producen en los sujetos variaciones al azar que capacitan para
una mejor adaptación.
En la naturaleza actúa una selección natural de la siguiente forma: en la lucha
por la supervivencia, las variaciones, si son ventajosas, producirán individuos
más dotados y mejor adaptados, por lo que tendrán mayor número de
posibilidades de ser seleccionados de forma natural.
Por encima de los aspectos distintivos de una u otra teoría evolucionista, es
importante destacar que su principal contribución a la psicología radica en señalar la
importancia de descubrir los mecanismos de adaptación del organismo al ambiente y
establecer, en esta línea, la utilidad de procesos como el instinto, la inteligencia, el
aprendizaje y la motivación en dicha adaptación. Así, se defiende que la conducta
motivada obedece a las necesidades del organismo y, de esta forma, la motivación
pasa a ocupar un lugar central considerándose como pulsión.
Las teorías evolucionistas en la actualidad: las investigaciones modernas han
demostrado que la selección natural puede tener efectos radicales incluso a corto
plazo. En cuanto al comportamiento humano, se piensa que algunas conductas
motivadas podrían estar genéticamente determinadas.
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Psicología de la Motivación. 1º de Grado en Psicología UNED. Juan Herrero Gómez (Murcia). 2011/2012
Aportación etológica
La etología es la parte de la ciencia que estudia el comportamiento animal y lo hace
principalmente a través de estudios de campo. De muy antiguo viene el interés de la
etología por distinguir entre las conductas innatas y las adquiridas. Sin embargo, el
problema surge de la propia definición del término innato, puesto que se enuncia de
forma negativa: lo no aprendido. Con motivo de esta crítica, Konard Zacharias Lorenz
consideró que sería preferible añadir al término innato el de origen del patrón para
referirse a la adaptación filogenética de este, con lo que quedaría redefinido el
término innato. A partir de aquí se haría necesario distinguir entre innato, adquirido y
maduro.
Del instinto al patrón de acción modal: se ha pasado a denominar preferentemente al
instinto como patrón de acción modal para hacer hincapié en los aspectos
modificables de la conducta, puesto que no es absolutamente rígida pudiendo varias
los estímulos que la provocan o la conducta que desencadena a través de la
experiencia; esa motivación se encuentra a su vez programada genéticamente. Las
características fundamentales del patrón de acción modal son:
-
-
Un tipo de conducta que está presente en todos los miembros de una especie
(considerando las variaciones relativas al sexo, puesto que no siguen las
mismas pautas el macho y la hembra).
Una vez que se desencadena el patrón de acción modal, se realiza toda la
conducta hasta que se consuma completamente.
Un comportamiento estereotipado, es decir, que se repite sin variación, pero
con cierto margen de flexibilidad en su ejecución.
El nivel mínimo de estimulación para provocar la actividad varía en función de
las circunstancias.
El mismo estímulo produce efectos diferentes dependiendo del estado
fisiológico del animal y de sus acciones recientes.
Básicamente toda conducta que se observa en el patrón de acción modal se compone
de tres elementos:
1) El estímulo índice es muy específico y es aquel que desencadena la respuesta.
El animal está programado genéticamente a responder ante él ignorando el
resto de la situación, lo que le posibilita a dar una respuesta rápidamente.
2) El organismo en su adaptación para dar la respuesta inmediata a los estímulos
índice ha desarrollado dispositivos especiales de recepción. Son los
mecanismos desencadenadores innatos, o sustrato fisiológico del patrón de
acción modal, encargados de provocar la conducta en la secuencia correcta
ante la aparición del estímulo índice.
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Psicología de la Motivación. 1º de Grado en Psicología UNED. Juan Herrero Gómez (Murcia). 2011/2012
3) La respuesta observable provocada por la estimulación del mecanismo
desencadenador innato es lo que se conoce como respuesta consumatoria y
puede variar con la experiencia. Como regla general se puede determinar que a
medida que ese asciende en la escala filogenética, los patrones de acción
modal se encuentran menos determinados por la genética y son mas
moldeables por el aprendizaje.
Lorenz y Tinbergen propusieron un modelo explicativo del patrón de acción modal: el
modelo de la energía. Por la acumulación de energía específica también se explican las
conductas denominadas acciones en vacío en las que se ejecuta el comportamiento
sin la presencia del estímulo índice. Las investigaciones llevadas a cabo por Lorenz y
Tinbergen demostraron que las adaptaciones filogenéticas determinan el
comportamiento en los animales y, en cierta medida, también en el hombre.
La impronta: el fenómeno de impronta o troquelado es uno de los hallazgos más
significativos en el campo de la etología por el gran valor adaptativo que implica y
consiste, básicamente, en el seguimiento a la figura que se percibe al nacer. Ciertos
aprendizajes están previstos para que se adquieran en un momento evolutivo
determinado. De esta forma, los animales adquieren en ciertas fases sensibles de su
vida conocimientos concretos que se mantienen muy posteriormente. Una vez pasado
el periodo de tiempo en el que se establece la impronta, conocido como
periodo crítico, es muy difícil que se adquiera esa conducta. Eso garantiza el
aprendizaje de conductas propias de la especie, a la vez que le procura la protección
materna. Fundamentalmente se han dado dos tipos de explicaciones a esta conducta
basándose bien en los aspectos aprendidos, bien en los innatos. Además del apego a la
madre que determina su seguimiento, se han estudiado otros dos tipos de impronta:
-
La preferencia sexual en el momento del apareamiento, hacia la especie sobre
la que se haya establecido la impronta.
La preferencia alimenticia hacia aquellos alimentos a los que se haya expuesto
al animal en unos periodos muy tempranos de su vida.
3. JUSTIFICACIÓN DE LA CONDUCTA MOTIVADA HUMANA EN LA PSICOLOGÍA
Del instinto al motivo
El comportamiento humano ya no se considera absolutamente voluntario, puesto que,
dado que la conducta animal es fundamentalmente instintiva, se supone que algo
tiene que quedar de ello en nosotros para conseguir una mejor adaptación.
Williams McDougal se convirtió en el defensor más acérrimo de los instintos a los que
justificaba como fuentes irracionales y apremiantes de la conducta. Eran el motor de la
acción a través de fuerzas motivacionales, consideradas como los factores internos
que desencadenaban la conducta y que orientaban a la persona hacia una meta en
23
Psicología de la Motivación. 1º de Grado en Psicología UNED. Juan Herrero Gómez (Murcia). 2011/2012
particular. Esos mecanismos de la motivación explicaban los esfuerzos por llegar a una
meta y, más que una fuerza mecánica, los consideraba esfuerzos intencionales o
pulsiones. Así, de esta forma, ninguna acción podía ocurrir sin la participación de algún
instinto. En este sentido, rompía con los principios mecanicistas en que se veían
envueltos los instintos y les concedía, al igual que Freud, pero desde otra perspectiva,
cierta modificabilidad según su objetivo. El instinto para McDougal no sólo regulaba la
conducta, sino que también se encontraba en la base de la experiencia subjetiva de
dirigirse hacia una meta.
La pulsión psicoanalítica
El concepto de pulsión ocupó un papel central al entender que el propósito o la
función del comportamiento humano era, fundamentalmente, satisfacer las
necesidades corporales y, para conseguirlo, la pulsión del sujeto incitaba cualquier
comportamiento para cubrir esas necesidades. Sigmund Freud distingue básicamente
cuatro momentos en la pulsión:
1) La fuente: que se halla en el cuerpo y produce un cambio en él que genera una
tensión.
2) El esfuerzo: que se provoca para aliviar la tensión y depende de la intensidad
de la propia necesidad. Este esfuerzo no es otra cosa que la pulsión.
3) La meta: que es el propósito consistente en acabar con la tensión inicial, lo que
producirá siempre que se consiga satisfacción.
4) El objetivo: que lo constituye cualquier persona o cosa que sirva para satisfacer
la pulsión.
La reacción del movimiento conductista
El conductismo surgió como reacción al enfoque de la psicología imperante del
momento, que buscaba los elementos de la conciencia. En este sentido, rechazó
aspectos tan importantes como el pensamiento y se limitó al estudio de la conducta en
términos de asociaciones de estímulos y respuestas, llegando a explicar todo tipo de
conductas por esas asociaciones. Su fundador, John Broadus Watson, defendió que al
descomponer cualquier conducta compleja se podía ver que estaba constituida por
reflejos aprendidos, y por la historia de premios y castigos con que se hubiesen
asociado, de ahí su búsqueda de las variables objetivas y manipulables que le
permitieran el control científico de la conducta. Aquellos aspectos que determinaron el
aprendizaje de las conductas pasaban a ocupar un papel central. El estudio de la
motivación también se vio afectado por el enfoque watsoniano, ya que desde la
tradición conductista funcional, los impulsos estaban estrechamente ligados a las
necesidades biológicas, porque conducían a los organismos a aprender cosas
necesarias para sobrevivir.
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Psicología de la Motivación. 1º de Grado en Psicología UNED. Juan Herrero Gómez (Murcia). 2011/2012
4. LA MOTIVACIÓN EN LOS ALBORES DE LA PSICOLOGÍA DEL APRENDIZAJE
Factores motivacionales del condicionamiento clásico
Ivan Petrovich Pavlov estudiando la digestión en los perros se encontró con un
fenómeno muy curioso que se producía en sus animales de laboratorio. Comprobó que
la secreción de los jugos gástricos no sólo se producía durante la alimentación, sino
que también la observación de la comida producía dicha secreción. A este hecho lo
denominó secreción psíquica. Llegó a comprobar que el animal salivaba de forma
refleja sólo con ver al cuidador que le ponía la comida o ante el sonido de la campana
que tintineaba a la hora de comer e, incluso, al introducirlo en la situación donde se
producía el experimento. Lo primero que demostró es que se trataba de un reflejo, al
que Pavlov llamó reflejo condicionado. Si la respuesta refleja hasta el momento era
innata e inmodificable, ahora se podía emitir esa respuesta simplemente por
asociación, ante estímulos para los que no se estaba programado genéticamente y que
previamente no la producían. Se había descubierto la posibilidad de condicionar los
reflejos, considerados hasta el momento conductas involuntarias, para crear nuevos
reflejos, en este caso, aprendidos. Con su teoría sobre los reflejos condicionados que
constituyó la base refleja de la ciencia psicológica, se empezaba a estudiar la
posibilidad de alterar la frecuencia y dirección de la conducta, lo que ejerció una gran
influencia en el desarrollo de la psicología de la motivación.
Existen una gran variedad de acontecimientos de la vida diaria donde estímulos que
nosotros no controlamos conscientemente pueden determinar nuestra conducta, por
cuanto los estados de motivación que susciten.
Pero el modelo que desarrolló Pavlov, que se ha denominado condicionamiento clásico
apetitivo, no es el único capaz de provocar condicionamientos. Vladimir Bekhterev, en
su denominado condicionamiento clásico de defensa, utilizó estímulos no agradables
con un perro haciendo que éste asociara un sonido a una descarga eléctrica en una
pata, produciéndose un reflejo de retirada al oír el sonido.
Elementos del condicionamiento clásico
El Estímulo Incondicionado (EI): se considera EI a cualquier estímulo intenso que
suscita la respuesta no aprendida y medible de forma regular. En general, podemos
decir que estos estímulos producen efectos predecibles, lo que significa que provocan
siempre una respuesta refleja sobre la que el sujeto no tiene control.
El Estímulo Condicionado (EC): es aquel que en principio es un estímulo neutro (En) a
la situación (es decir, que por sí mismo no produce respuesta antes del comienzo del
experimento), pero que antecede a la presentación y acompaña al EI. Cualquier
estímulo puede servir de EC con tal de que se perciba claramente.
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Psicología de la Motivación. 1º de Grado en Psicología UNED. Juan Herrero Gómez (Murcia). 2011/2012
La Respuesta Incondicionada (RI): es cualquier respuesta no aprendida y medible que
se emite cuando aparece el EI. En realidad, cualquier respuesta suscitada por el EI es
una RI.
La Respuesta Condicionada: es la respuesta aprendida que se emite ante el EC y que
no es exactamente igual que la RI. Normalmente la RC tiene menor intensidad que la
RI. En síntesis, la RC es propiamente la respuesta aprendida que se produce ante la
presentación aislada del EC, una vez que se ha establecido la asociación EC-EI.
Proceso del condicionamiento clásico
El proceso del condicionamiento clásico es una forma de aprendizaje que se conoce
como modelo E-E, porque se debe a la asociación del EC y del EI. Sin embargo, no toda
asociación entre dos estímulos constituye un proceso de condicionamiento clásico,
sino sólo aquellos en los que se establece una relación funcional entre el EC y la RC.
El proceso del condicionamiento clásico consiste en que un estímulo neutro (posterior
EC) que sólo suscita una respuesta de orientación (Ro), tras sucesivas presentaciones
contiguas con el EI, que sí suscita la RI, hace que se establezca una asociación entre
ambos estímulos (EC-EI), de manera que una vez que ha tenido lugar el
condicionamiento, el EC posee ya la capacidad motivacional de suscitar la RC sin la
presencia del EI. Dos características muy importantes de este proceso son que:
-
-
Los estímulos se presentan al sujeto con independencia de su conducta. Así, la
respuesta no tiene consecuencia alguna sobre la presentación de los estímulos,
lo que nos indica que los hechos son independientes de la conducta del sujeto.
Se consideran respuestas reflejas, no actividades espontáneas.
(En)
Ro
Ec
RC
EI
RI
EC
RC
Otro tipo de condicionamiento, descubierto también por Pavlov, es el
condicionamiento clásico inhibitorio, en el que los sujetos aprenden a retener o
inhibir una respuesta condicionada. El fin de este tipo de condicionamiento es
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Psicología de la Motivación. 1º de Grado en Psicología UNED. Juan Herrero Gómez (Murcia). 2011/2012
aprender que un estímulo señala la ausencia del EI. El EC inhibitorio, como resultado
del emparejamiento EC-EI, inhibe o retiene una respuesta condicionada.
Además,
existe
otro
tipo
de
condicionamiento
conocido
como
condicionamiento de segundo orden, que en su forma más sencilla consiste en
emplear como estímulo incondicionado, para establecer un nuevo condicionamiento,
un estímulo condicionado de un condicionamiento anterior. En otras palabras, un EC
que produce una RC por ser emparejado con otro cuyas propiedades motivacionales
son adquiridas, puede usarse como EI para iniciar otro condicionamiento, el cuál
terminará por provocar de nuevo la RC.
Técnicas de condicionamiento clásico
La respuesta emocional condicionada: se ha comprobado que durante un
condicionamiento clásico aversivo, el miedo condicionado provoca que se altere el
resto de las conductas del animal.
El seguimiento de señales: en una situación experimental, se entiende por
seguimiento de señales la conducta de los animales a acercarse y contactar con
aquellos estímulos que señalan la disponibilidad de la comida en lugar de arrimarse a
la comida en sí, de este modo, a través de la aproximación con el estímulo se termina
por localizar la fuente de alimentación.
El condicionamiento de aversión del sabor: un ejemplo de esto es en el tratamiento
contra el cáncer, donde los pacientes adquieren aversión a los alimentos que ingieren
durante la comida porque los relacionan con el efecto de la medicación. Aunque
parece un condicionamiento clásico, se diferencia de este en que:
-
El condicionamiento se produce desde el primer emparejamiento.
El condicionamiento se produce aunque el intervalo EC-EI sea muy largo.
De la ley del efecto a la ley del refuerzo
Edward Lee Thorndike estudió la relación entre aprendizaje y motivación en distintos
animales, a través del efecto del hambre en gatos que encerraba en una “cajaproblema” que él mismo diseñó.
Thorndike utilizó el término impulso en lugar de motivo para describir aquello que le
llevaba al animal a actuar, evidenciando que los gatos con más necesidad eran los más
activos en la situación para conseguir el premio. También halló que cuantas más veces
se repitiera la situación y más intensa fuera la satisfacción, más se fortalecía la
relación; esta forma de cambio conductual debido a la experiencia se conoce como
condicionamiento instrumental: la conducta es un instrumento para conseguir
premios y evitar castigos. Concluyó que lo que ocurría en este tipo de tareas era la
formación de una asociación entre un estímulo (la situación) y una respuesta (abrir la
27
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puerta), y donde la recompensa actuaba fortaleciendo esa relación. De esta forma, el
animal terminaba por asociar la situación a la respuesta y la recompensa fortalecía esa
asociación, se acababa de establecer la teoría E-R. Toda su experimentación le llevo a
formular la denominada ley del efecto, en la que planteó que “las consecuencias que
tenga una conducta determinarán su repetición, de tal forma que si esas
consecuencias son agradables la conducta aumentará, pero sin son desagradables
disminuirá”. Según este planteamiento, el impulso tiene tres funciones: energiza la
conducta, la orienta hacia el objetivo y selecciona las respuestas que conducen al
éxito. Aquí la función del reforzador se limita a fortalecer la asociación, a diferencia del
planteamiento de Skinner.
Treinta años después, Burrhus Frederick Skinner estableció la ley del refuerzo, en la
que la asociación se realizaba entre la respuesta y el reforzador. Diseñó la denominada
“caja de Skinner”, y a este tipo de aprendizaje se le denominó
condicionamiento operante, porque el sujeto opera sobre el ambiente y en él la
respuesta se emite voluntariamente para obtener premios o evitar castigos, a
diferencia del condicionamiento clásico.
Elementos del condicionamiento clásico:
-
-
La respuesta operante: que es la que se desea adquirir y el sujeto se encuentra
motivado a realizar. A veces no se desea adquirir una conducta, sino reforzar
otra ya existente.
El estímulo reforzador: que es aquel que se le dispensa al sujeto ante la
realización de la conducta deseada. Depende de la respuesta y se mide por sus
estímulos. Cualquier estímulo puede convertirse en reforzador si aumenta la
probabilidad de respuesta.
Efecto motivador del reforzador: el estímulo reforzador o reforzador simplemente es
el elemento motivador del condicionamiento, por eso antes de emplear un estímulo
como reforzador hay que comprobar que actúa como tal, ya que dependerá en gran
medida de la historia del sujeto y de sus necesidades biológicas y motivacionales.
¿Qué puede actuar como reforzador?: no sólo los estímulos pueden actuar como
reforzadores de una conducta, sino la propia actividad puede comportarse como
reforzadora si motiva la repetición de dicha conducta. David Premack elaboró la
teoría de la probabilidad condicionada, también conocida como principio Premack,
en la que mantiene que puede actuar como reforzador cualquier actividad cuya
probabilidad de ocurrencia sea mayor que la conducta exigida. Las actividades con alta
probabilidad refuerzan las actividades de baja probabilidad. La teoría de Premack tiene
gran repercusión en la Psicología, dado que permite que siempre se pueda encontrar
un motivo para el aprendizaje de una conducta nueva.
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Psicología de la Motivación. 1º de Grado en Psicología UNED. Juan Herrero Gómez (Murcia). 2011/2012
Timberlake y Allison propusieron la hipótesis de la privación de respuesta al
comprobar que también podían actuar como reforzadores aquellas conductas del
sujeto que ocurrían en menor frecuencia, lo que han denominado
teoría de la distribución conductual. Por ejemplo: si un niño dedica más tiempo a
jugar a la consola que a estudiar y deseamos que lógicamente sea al contrario, habrá
que cambiar esa distribución de su tiempo de tal modo que el niño estudiará para
acceder a lo que realmente quiere.
Desde aquí podemos afirmar que con la manipulación de los reforzadores se puede
intervenir en la conducta, a través de su nivel de motivación, y no siempre el sujeto es
consciente de ello.
La motivación como función activadora
Hull se basa en el impulso o drive y, posteriormente también en el incentivo para
elaborar su teoría general de la conducta. Desde sus planteamientos, el aprendizaje ya
no se produce por contigüidad, sino por el refuerzo que supone la reducción del
impulso, por lo que su teoría pasa a llamarse: teoría de reducción del impulso. Así, la
conducta está constituida por un conjunto de mecanismos aprendidos y por
componentes motivacionales: la motivación tiene tanta importancia como el
aprendizaje en la explicación de la conducta.
El impulso: la teoría de Clark Leonard Hull se enfoca desde esta perspectiva de
reducción del impulso y se fundamenta en que aquella reacción por la que queda
reducida una necesidad biológica será aprendida, y muy probablemente se repetirá
cuando se produzca de nuevo la misma necesidad biológica. El impulso energizaba y
activaba la conducta pero no la dirigía a la meta pues esa inespecífico, de eso se
encargaba el hábito. Propuso la siguiente fórmula: E = H x D, donde E es la fuerza de la
conducta ante un estímulo determinado, también llamada potencial de excitación; H
es la fuerza del hábito o la probabilidad de que se dé una respuesta observable; D es el
impulso o drive. Posteriormente, añadió a la fórmula la variable incentivo (I), que eran
las propiedades motivadoras de la meta, quedando la fórmula de la siguiente manera:
=
"#"$
Posteriormente, Hull halló tres componentes independientes del incentivo: el valor de
la meta, la demora del reforzador y la intensidad del estímulo. Piénsese que todos los
elementos del enunciado eran multiplicativos, por lo que si alguno de los elementos no
se producía, esto es, tenía un valor de cero, ya no se producía la respuesta al no existir
potencial de excitación.
Según Hull, lo que el animal aprendía no era la asociación E-R sino una cadena de
conductas que le llevaba al premio, llamadas respuestas fraccionarias o anticipatorias
de meta (rm), se condicionaban clásicamente por contigüidad con la respuesta final.
29
Psicología de la Motivación. 1º de Grado en Psicología UNED. Juan Herrero Gómez (Murcia). 2011/2012
Críticas a la teoría de reducción del impulso:
-
Explicaba los comportamientos complejos a partir de su experimentación con
animales sometidos a privaciones forzosas.
Puede existir reforzamiento sin reducción de la necesidad.
Los impulsos establecen disposiciones específicas aumentando la probabilidad
de determinadas conductas, más que tener un efecto energizador simple.
Función informativa de la motivación, el incentivo: del carácter central del impulso,
cuyo objetivo principal era cubrir una necesidad biológica incitando y empujando al
organismo a actuar, se pasa a considerar que el incentivo “tira” del organismo y lo
“atrae” hacia la meta.
5. ASPECTOS COGNITIVOS DEL BIONOMIO MOTIVACIÓN-APRENDIZAJE
En el caso del condicionamiento clásico, la disminución del valor motivacional del EI
una vez conseguido el condicionamiento hará que disminuya la RC, puesto que los
sujetos durante el aprendizaje adquieren representaciones informativas de la
asociación EC-EI.
En el caso del condicionamiento operante, la reducción del valor del incentivo
también disminuirá la motivación del sujeto para la emisión de la respuesta. En este
caso se ha comprobado que la conducta se encuentra menos afectada por los cambios
en el nivel de motivación cuando se realizan entrenamientos prolongados y, por el
contrario, la conducta se verá más perturbada cuando se realizan pocos ensayos.
6. PAPEL DE LA MOTIVACIÓN EN EL APRENDIZAJE OBSERVACIONAL
Los seres humanos aprenden comportamientos no sólo al ejecutarlos sino también, y
quizá principalmente, por ver realizarlos a los demás y observar las consecuencias que
tienen en el otro. Es lo que se ha denominado dentro de la psicología como
aprendizaje observacional (AO), social o modelado, aprendizaje vicario y aprendizaje
sin ensayo. Se ha comprobado una correlación positiva entre el nivel cognitivo y el
grado de imitación, siendo incuestionable su valor supervivencial.
Tácticas explicativas de la imitación
La capacidad de imitar se intentó explicar en un primer intento por su tendencia innata
o instintiva. Posteriormente, desde el condicionamiento clásico se explica por la
contigüidad espacio-temporal entre la situación observada y la posibilidad de emitir la
respuesta a imitar. Desde los planteamientos del condicionamiento operante se
considera que para que se produzca imitación es preciso que exista un sujeto motivado
al que se refuerce, y para ello la conducta tiene que ser ejecutada, estableciendo el
concepto de imitación generalizada.
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Psicología de la Motivación. 1º de Grado en Psicología UNED. Juan Herrero Gómez (Murcia). 2011/2012
Justificaciones cognitivas de la imitación
El refuerzo pasaría a definirse como el cambio en la conducta de los observadores en
función de la observación de las consecuencias que acompañan a las actuaciones de
los demás. El máximo representante de esta postura es Albert Bandura, quien elaboró
la teoría del aprendizaje social que posteriormente amplió, pasando a denominarse
teoría social cognitiva. Considera que el reforzador influye en el AO, pero a través de
una mediación cognitiva, es decir, una persona ve el reforzador que recibe el modelo,
lo que provoca su focalización atencional hacia esas conductas y la aparición de
expectativas sobre los posibles efectos del reforzador, lo que incita un incremento de
la retención de lo aprendido, aumentando la posibilidad de su codificación
(anticipación del reforzador). No todo lo que se observa se ejecuta, pero sí se puede
aprender.
Bandura apela a la existencia de cuatro procesos interrelacionados que influyen
marcadamente en el grado y contenido del aprendizaje:
Procesos atencionales: se considera esencial la focalización y el mantenimiento de un
foco atencional para la adquisición de conductas imitativas, con el fin de que el
observador discrimine entre las claves relevantes e irrelevantes de la conducta del
modelo. Las variables que determinan esa focalización están en relación con:
-
Las propiedades físicas del estímulo.
Las características del modelo.
Las características del observador.
Procesos de retención: todas las operaciones de repetición y de repaso encubierto
incrementan el proceso de retención. Para la representación simbólica en la memoria
de las respuestas imitativas Bandura alude a dos sistemas de imitación:
-
Mediación imaginativa: transforma los estímulos de modelado en imágenes.
Mediación verbal: convierte las secuencias de conductas presentadas por el
modelo en códigos verbales.
Procesos de reproducción motora: en este proceso influyen, entre otras cosas, las
limitaciones físicas, o que la ejecución del modelo esté regulada por el ajuste de
respuestas internas no observables.
Procesos motivacionales: son los encargados de determinar la transformación del
aprendizaje en ejecución. El incentivo puede actuar por medio de varias funciones para
producir cambios psicológicos en los observadores: función informativa, función
motivacional (por medio del autoincentivo, que consiste en las expectativas que se
desarrollan sobre las posibilidades del reforzamiento asociadas a la realización de la
conducta observable), y función de acrecentamiento del estímulo.
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Psicología de la Motivación. 1º de Grado en Psicología UNED. Juan Herrero Gómez (Murcia). 2011/2012
TEMA 4. LA MOTIVACIÓN EN EL
CONTROL DE LA ACCIÓN
1. LA CONDUCTA EXTRÍNSECA E INTRÍNSECAMENTE MOTIVADA
Se ha comprobado que, aparte de ser más placentero algo porque agrada, la
motivación intrínseca correlaciona positivamente con el aprendizaje, el motivo de
logro y la percepción de competencia. E, igualmente, se ha demostrado que cuando se
actúa con una motivación intrínseca elevada los sujetos tienen menos ansiedad. Pero
la gente no siempre genera su motivación desde el interior y por eso hay que acudir a
causas externas: los incentivos.
2. MOTIVACIÓN EXTRÍNSECA
Una motivación extrínseca (ME) hace referencia a los factores del ambiente que nos
llevan a dar una determinada respuesta, a repetirla y, finalmente a adquirirla, por lo
que es fruto del aprendizaje y surge a partir de incentivos. En este sentido, el incentivo
se refiere a la influencia de la estimulación externa sobre la conducta motivada. Según
la teoría del incentivo, hay objetos en el ambiente hacia los cuales es atraído el
organismo y así el incentivo “tira” del organismo, pero esa atracción depende de la
historia personal con el reforzador y de ciertas características personales.
El procedimiento por el que se explican las propiedades hedónicas de los estímulos
que actúan como incentivo es el condicionamiento de segundo orden, que actúa de la
siguiente manera:
-
En primer lugar por condicionamiento clásico los objetos del ambiente
adquieren propiedades hedónicas, tanto agradables como aversivas.
En segundo lugar, por condicionamiento operante el sujeto emite respuestas
voluntarias para acceder a esos estímulos o huir de ellos.
La motivación basada en esas propiedades del reforzador se denomina
motivación de incentivo. La ME al encontrarse regulada por el ambiente es aprendida
por condicionamiento operante, siendo los incentivos agradables los que provocan las
conductas de aproximación a esa meta y los incentivos aversivos los que inducen las
conductas de evitación, las cuales son igualmente adaptativas para la supervivencia.
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Psicología de la Motivación. 1º de Grado en Psicología UNED. Juan Herrero Gómez (Murcia). 2011/2012
Efecto del incentivo en los niveles de motivación
Solamente la idea de que tal conducta llevará a tal premio, puede hacer que la
conducta se realice de forma más motivada. Los incentivos preceden a la ejecución
facilitándola por las expectativas que crea de futuras consecuencias buenas o malas.
Así, se pueden crear respuestas tanto anticipando los premios como las consecuencias
negativas. Los incentivos no causan la conducta, pero afectan a la probabilidad de que
se emita la respuesta. El mismo objeto puede ser percibido e interpretado con un valor
diferente por distintas personas, por lo que el valor del objeto no se encuentra en sí
mismo, sino en el sujeto que lo percibe e interpreta. Además, conviene dejar claro
desde el inicio la diferencia entre recompensa, castigo e incentivo, dado que el estudio
de la motivación extrínseca se basa en la discriminación entre estos tres conceptos:
-
-
Una recompensa es un objeto ambiental agradable que se da al final de una
secuencia conductual y su objetivo es el incremento de esa conducta.
Un castigo es un objeto ambiental desagradable que se da al final de una
secuencia conductual y su finalidad es reducir la probabilidad de que se vuelva
a emitir esa respuesta.
Un incentivo es aquel objeto ambiental que se conoce de antemano que se va
a conseguir si se realiza determinada ejecución y, en ese sentido, atrae a la
persona a realizarla. Es el componente motivacional de la acción.
Planteados estos tres elementos, se puede observar que un mismo objeto puede
actuar como recompensa, si se dispensa después de la acción e incrementa su
posibilidad de repetición a través de su valor como refuerzo, y también como
incentivo, si nos permite anticipar las consecuencias favorables a la ejecución de la
conducta, motivando, con ello, la conducta de aproximación. Por ese mismo
mecanismo, un estímulo aversivo puede actuar como castigo e incentivo aversivo:
como castigo su objetivo es la disminución de la conducta, mientras que como
incentivo aversivo provoca que no se emita la respuesta para no sufrir las
consecuencias desagradables.
Consecuencias del incentivo agradable sobre la motivación
Las expectativas positivas que crea una recompensa sobre la acción que la provoca,
van a llevar a que se incremente el número de veces que se emite esa respuesta para
obtener los beneficios esperados. Es más, el saber que a determinada conducta le
siguen ciertas consecuencias favorables para el organismo, le va a conducir a repetir la
respuesta conforme ese incentivo posea más valor para la persona que ejecuta la
acción. Aunque son bastantes los elementos que afectan a la motivación de incentivo
cuando se está aprendiendo una conducta que es premiada, los más importantes son
los siguientes:
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Psicología de la Motivación. 1º de Grado en Psicología UNED. Juan Herrero Gómez (Murcia). 2011/2012
Contingencia incentivo-conducta motivada: en las situaciones expuestas hasta el
momento,
se
había
empleado
lo
que
se
conoce
como
un
programa de refuerzo continuo porque la conducta emitida era reforzada en todos los
ensayos. Pero en la vida diaria esto no es tan fácil, ya que en muchos casos la misma
ejecución unas veces se refuerza y otras no, encontrándonos ante lo que se denomina
programa de refuerzo parcial.
Los programas de refuerzo parcial simple son aquellos en los que el sujeto sólo debe
emitir un tipo de respuesta en cada ensayo, y se pueden llevar a cabo de maneras
diferentes:
-
Programa de refuerzo de razón: manipulando el número de respuestas que
tiene que emitir el sujeto para recibir el incentivo.
o Programa de razón fija: son aquellos en los que se dispensa el incentivo
emitidas un número predeterminado de respuestas, y el sujeto crea
unas expectativas ante la situación que hacen que la respuesta se
interrumpa temporalmente nada más recibir el incentivo, volviendo a
emitirse con vigor la respuesta pasada esa pausa.
o Programa de razón variable: son aquellos en los que el número de
respuestas que debe emitir el sujeto para obtener el incentivo varía de
un ensayo a otro, y el sujeto establece expectativas de la situación que
provocan que se produzca una tasa de respuesta constante, pero
cuanto más elevado sea el número medio de respuestas que debe dar
para recibir el incentivo, mayor será el número de respuestas que emita
el sujeto.
-
Programa de refuerzo de intervalo: estableciendo que el incentivo se dispense
después de un periodo de tiempo determinado.
o Programa de intervalo fijo: son aquellos en los que el incentivo se
dispensa pasado un tiempo fijo establecido previamente. A medida que
se va adquiriendo la respuesta, lógicamente el sujeto va aprendiendo la
situación y adecuando sus expectativas, lo que le lleva a predecir la
aparición del incentivo y provocar que, anteriormente a él, no emita la
respuesta, pero al aproximarse la finalización del plazo de tiempo, el
sujeto incremente significativamente su número de respuestas.
o Programas de intervalo variable: se dan cuando se manipula el intervalo
de tiempo medio, que varía de un ensayo a otro. En ellos la tasa de
respuestas es más estable y la cantidad de respuestas se ve influenciada
por la duración del intervalo, debido a que al sujeto le es más difícil
crearse expectativas sobre la situación.
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Psicología de la Motivación. 1º de Grado en Psicología UNED. Juan Herrero Gómez (Murcia). 2011/2012
Cantidad y calidad del incentivo: la ejecución de la conducta motivada aumenta
conforme se incrementa la magnitud o cantidad del estímulo reforzante por las
expectativas que conlleva. Pero para establecer la cantidad óptima de un incentivo
habrá que conocer la historia previa del sujeto.
Se denomina efecto de contraste conductual positivo, también llamado efecto de
elación, al hecho por el que si a un sujeto se le ha entrenado con una magnitud de
recompensa determinada y luego ésta se incrementa, el sujeto estará más motivado y
su número de respuestas aumenta y el tiempo que tarda en emitirlas disminuirá.
El efecto de contraste conductual negativo es conocido igualmente con el nombre de
depresión, y es el caso contrario. Si a lo largo del experimento se disminuye la
magnitud de la recompensa, los sujetos responden menos o peor, incluso que aquellos
otros a los que se les dio siempre un reforzador pequeño. Ambos efectos tienen que
ver con las reacciones emocionales que se producen en el sujeto ante el cambio en las
expectativas que se crean sobre la situación de incentivo. Con la calidad del incentivo
ocurre lo mismo.
Detección de causalidad: cuando se produce un emparejamiento accidental de una
conducta con un premio, se crean unas expectativas de la situación en el sujeto que
aumentan la probabilidad de que se repita esa respuesta, aunque en este caso el valor
de incentivo no conduzca a nada. En este contexto no se da contingencia puesto que la
respuesta en estas circunstancias no es la causante del incentivo, pero, sin embargo, el
sujeto los liga y tiende a repetirlo. Es lo que se ha denominado conducta supersticiosa,
que se produce creándose expectativas “falsas” al respecto.
Demora del incentivo: en líneas generales, puede decirse que el aprendizaje es mayor
cuando el incentivo se aplica inmediatamente a la realización de la respuesta y,
asimismo, que demoras en el acceso al incentivo retrasan la ejecución, debido a que
no se establece claramente la asociación entre ambos elementos: conducta motivadaincentivo. También se ha explicado este hecho porque durante el retraso en la
administración del reforzador, el sujeto puede realizar otras conductas que pasen a ser
incentivadas y, con ello, el sujeto no discrimina tan fácilmente la situación de
aprendizaje. Pero posteriormente se ha comprobado que en la propia situación
aparecen estímulos de marcaje o estímulos marca que actúan como incentivos
secundarios para que se emita la respuesta, aunque no esté el premio disponible. Y
esos incentivos secundarios sí son contingentes con la conducta motivada, con lo que
minimizan los efectos de la demora del incentivo.
Se ha comprobado que la demora del premio produce que se reduzca su valor de
incentivo, lo que ha venido llamándose descuento de la demora. Esto es, que aunque
inicialmente se hubiera elegido un incentivo muy demorado de gran magnitud por
encima de otro menos demorado y menos interesante, cuando se empieza a
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Psicología de la Motivación. 1º de Grado en Psicología UNED. Juan Herrero Gómez (Murcia). 2011/2012
aproximar el plazo de cumplimiento del incentivo inferior que se dispensaba antes, los
sujetos pasan a preferir éste por ser más inmediato, dado que su nivel motivacional se
dispara, y renuncian a seguir esperando el de mayor magnitud. El margen de tiempo
en el que se cambia el criterio de decisión y se pasa a preferir el reforzador más
inmediato, se denomina margen de vulnerabilidad, y depende de la magnitud de la
demora del reforzador, por una parte, y del autocontrol y la impulsividad el sujeto, por
la otra.
Niveles de motivación y la ejecución: se ha comprobado, en líneas generales, que
cuanto más intensa es la motivación en una tarea, mejor es la ejecución del sujeto y,
asimismo, más tiempo tarda en dejar de emitir esa respuesta aunque no reciba el
reforzador ante su ejecución.
Efecto de la retirada del incentivo agradable sobre la conducta
Hay situaciones en las que la aparición de una conducta determinada provoca que
desaparezca el premio. Así, el valor del incentivo determina que no se ejecute la
conducta para que no se retire el estímulo agradable. Este tipo de entrenamiento se
denomina de omisión y su objetivo es suprimir una conducta.
Consecuencias del estímulo desagradable sobre la conducta
Se pueden establecer dos situaciones en las que se emplea un estímulo desagradable,
pero con consecuencias diferentes sobre su ejecución:
La situación de escape/evitación: a medida que el sujeto va adquiriendo la conducta,
ejecutará más rápidamente la respuesta para evitar o escapar del estímulo
desagradable. Las expectativas que crea el sujeto ante la situación es lo que le permite
no sufrir las consecuencias del estímulo desagradable. Si nos sentó mal la comida de
un restaurante, evitaremos volver a entrar en él.
El castigo: en este caso, si un sujeto ejecuta la respuesta aparece el castigo, por lo que
es básicamente un procedimiento para reducir la aparición de una conducta, tanto en
su intensidad como en su frecuencia. Se han establecido una serie de variables que,
dentro de unos límites, afectan a los resultados del castigo:
-
-
Intensidad: inicialmente al menos, se debe presentar en su “máxima”
intensidad para alcanzar mayores niveles de motivación. Un castigo débil tiene
poco efecto sobre la conducta que se pretende eliminar y, en cualquier caso,
dicho efecto es transitorio.
Duración: cuanto más prolongado sea el castigo, mayor efecto supresor tendrá.
Contingencia: para que sea eficaz siempre se debe administrar el castigo ante la
conducta inadecuada. Si no se aplica de forma continua, la conducta tardará
más en suprimirse.
36
Psicología de la Motivación. 1º de Grado en Psicología UNED. Juan Herrero Gómez (Murcia). 2011/2012
-
-
Efecto de la demora: para que sea eficaz un castigo debe aplicarse de
inmediato. Demoras entre la emisión de la respuesta y la aplicación del
estímulo desagradable, producen menor supresión de la respuesta.
Disponibilidad de una respuesta alternativa: esto es, si a la vez que castigamos
una respuesta premiamos otra diferente, la probabilidad de ocurrencia de la
respuesta castigada disminuirá drásticamente.
Cuando se expone a un sujeto a estímulos aversivos de los que no puede escapar se
produce un estado que se denomina indefensión aprendida e induce,
fundamentalmente, a que no se sepa responder ante otras situaciones. Este caso
justifica el comportamiento de la persona que sufre malos tratos.
Resultados de la desaparición del incentivo sobre la conducta motivada
Cuando sucesivamente la ejecución de una conducta no va seguida del incentivo
esperado, la intensidad de la respuesta decrece, su probabilidad disminuye hasta que
llega un momento en que desaparece. En esta situación, denominada de extinción, la
motivación del sujeto por ejecutar la conducta desciende, dado que ya no está
incentivado para realizarla, y en la vida diaria esta reacción puede ser tan adaptativa
como la adquisición.
Inicialmente cuando desaparece el incentivo, el sujeto incrementa tanto el número
como la magnitud de sus respuestas debido a su nivel de motivación y, a su vez,
aparece una reacción emocional intensa de frustración por la falta de incentivo, que en
algunos casos produce agresividad. Una forma de medir la extinción es comprobando
las veces que el sujeto da la respuesta cuando no se presenta el incentivo, lo que se
conoce como resistencia a la extinción. Las variables que afectan a la extinción se
miden por los efectos que producen en dicha resistencia. Los más destacados son:
-
-
La contingencia incentivo-conducta motivada: con programas de refuerzo
parcial la extinción se produce más lenta que con reforzamiento continuo, es
decir, una conducta que se ha adquirido consiguiendo siempre el premio ante
su ejecución, se extinguirá más rápidamente que una que se haya adquirido
recibiendo ante su ejecución unas veces el incentivo y otras no, porque se
cambiarán antes las expectativas sobre la posible ejecución.
Si el aprendizaje se ha efectuado en distintos ambientes, la extinción es más
difícil dado que el estímulo de incentivo posee más claves contextuales.
A igual magnitud, un entrenamiento largo provoca mayor resistencia a la
extinción, mientras que un entrenamiento breve produce menor resistencia.
La demora del incentivo durante la adquisición provoca mayor resistencia a la
extinción cuando se han empleado demoras diferentes mientras se aprendía la
conducta.
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Psicología de la Motivación. 1º de Grado en Psicología UNED. Juan Herrero Gómez (Murcia). 2011/2012
3. MOTIVACIÓN INTRÍNSECA
La motivación intrínseca (MI) se refiere a la motivación para implicarse en una
actividad por su propio valor, encontrándose u obteniéndose la misma recompensa en
la realización de la tarea, por nuestra tendencia al aprendizaje y a la creatividad. Una
conducta se encuentra intrínsecamente motivada cuando se produce en ausencia de
un estímulo externo. Se basa, entonces, en una serie de necesidades psicológicas
responsables de la iniciación y persistencia de la conducta, como la curiosidad, que se
presenta por el deseo de saber de nuestro entorno, siendo las características de
novedad, imprevisibilidad y complejidad de los hechos las que determinan el grado de
curiosidad, y cuya base se halla en algún tipo de disonancia conceptual.
El concepto de causación personal corresponde a Richard De Charms y con él se
refiere a una dimensión básica del hombre que se esfuerza por ser el agente causal u
origen de su conducta, porque si no funciona de esa forma, la conducta sólo sería
explicable recurriendo a factores controladores extrínsecos. A partir de algunos
trabajos sobre causación persona, el estudio de la MI tomó relevancia al dejar en
evidencia la paradoja del incentivo, pues se había demostrado que aquellos incentivos
externos incorporados a actividades intrínsecamente motivadas, llegaban a
disminuirla.
Teorías explicativas de la motivación intrínseca
Teoría de la sobrejustificación: esta teoría de Mark R. Lepper defiende que la
percepción que tiene uno mismo de las causas que provocan su conducta determina e
influye en su motivación. Así, el interés por la actividad disminuirá si la acción se
convierte en un instrumento para conseguir una meta extrínseca, de tal manera que si
se percibe que los incentivos externos controlan la conducta, la MI descenderá porque
se encontrará “sobrejustificada”. La conducta pasa de depender de factores internos a
hacerlo
de
factores
externos.
Lepper
y
Green
denominaron
“costo oculto de la recompensa” a este resultado, demostrando que es falsa la idea
generalizada de considerar que si una actividad se realiza por placer y, además, se
ofrece un incentivo externo por su realización, se verá doblemente fortalecida. Por el
contrario, demostraron que la recompensa puede afectar negativamente a la MI de la
persona hacia la actividad.
Teoría de la autodeterminación: es propuesta por Edward L. Deci y Richard M. Ryan, y
define la autodeterminación como una tendencia innata que lleva a involucrarse en
comportamientos que despiertan interés, en lugar de aquellos que suponen una
obligación. Así, desde esta teoría se defiende que es el mismo sujeto quien decide su
propia conducta y el grado en que se implica en una tarea, aspecto con el que,
finalmente, se pretende justificar el modo en que se realizan las acciones de elección.
En definitiva, los seres humanos necesitan ser autónomos e implicarse en lo que hacen
38
Psicología de la Motivación. 1º de Grado en Psicología UNED. Juan Herrero Gómez (Murcia). 2011/2012
porque quieren hacerlo. La MI se modifica a través de los acontecimientos sociales y
los incentivos que conduzcan a un sentimiento de competencia durante la acción. Pero
la noción de competencia no se refiere a las capacidades del sujeto, sino a la
percepción que se tenga de ellos: si alguien se considera capacitado para hacer algo,
será más fácil que lo consiga que si se siente incapaz de hacerlo, ocupando, así, un
papel central las atribuciones que se hagan de la conducta para su posible ejecución.
Teoría de la evaluación cognitiva: es una subteoría de la teoría anterior, descrita por
los mismos autores. El objetivo de esta teoría es especificar los factores que explican la
variabilidad de la MI, y conocer cómo la persona elige aquellas conductas que le
llevarán a la meta que es satisfactoria en sí misma. Señala dos procesos a través de los
cuales influyen los estímulos externos en la variabilidad de la MI:
-
Uno informativo: que suministra la retroalimentación de su competencia, o sea,
la eficacia de la acción recompensada.
Otro controlador: que provoca la relación instrumental entre la ejecución y las
consecuencias, lo que disminuye la MI por la tarea ya que se percibe una
relación instrumental entre la ejecución y la recompensa.
Si la información de ambos procesos hace que el individuo se perciba como muy
competente, se estimulará su MI hacia la tarea, pero ocurre lo contrario si la
información hace énfasis en los fallos y transmite la idea de baja competencia.
Teoría de la autoeficacia: es propuesta por Albert Bandura, y plantea que la
percepción que tenga la persona de su dominio sobre la tarea determinará sus
expectativas de éxito, a la vez que su persistencia en la ejecución y la cantidad de
esfuerzo invertido en la realización de dicha tarea. Pero la autoeficacia no es la única
esencia que influye en el comportamiento, sino también afectan las expectativas
creadas sobre los resultados. Para este autor, saberse capaz de llegar a algo
(expectativa de autoeficacia) y obtener un resultado positivo (expectativa de
resultado), hace que aumente la MI y se faciliten los aprendizajes positivos. Considera
que la motivación depende de recompensas externas y, también y sobre todo, de
recompensas internas y autogeneradas que regulan el comportamiento.
Efectos de la tarea sobre la motivación intrínseca
Además de los factores mencionados hay otros elementos que afectan a la MI
marcadamente, como son:
Grado de dificultad de la tarea: afecta a los niveles de MI de tal manera que uno
puede considerar que está muy capacitado y verse asimismo muy competente para
realizar la conducta, pero si la tarea supera las propias habilidades, no podrá ser
llevada a cabo. Se considera entonces, una situación de “reto óptimo” aquella en la
que el nivel de dificultad de una tarea es semejante a las habilidades para llevarla a
39
Psicología de la Motivación. 1º de Grado en Psicología UNED. Juan Herrero Gómez (Murcia). 2011/2012
cabo. Así, si la tarea es fácil el reto que supone también lo será, por lo que si las
habilidades superan al reto la tarea resultará aburrida. Por el contrario, si la tarea es
demasiado difícil y por encima de las competencias del sujeto, aparecerán respuestas
de ansiedad. El psicólogo húngaro Csikszentrnihalhy ha denominado “flow” (flujo) a
este nivel de “reto óptimo”, y ha planteado que este flujo sólo emerge cuando uno
mismo percibe congruencia entre los retos presentados y las propias competencias
para llevarlas a cabo. Halló que durante lo que denominó la “situación de flujo” se
realizaba la acción sin esfuerzo, y aparece un estado de concentración en el que se da
una implicación absoluta en la actividad que “fluye” por parte del sujeto sin ninguna
traba y en la que la persona se encuentra tan intrínsecamente motivada en la tarea,
que se deja absorber por ella. Es una experiencia tan profundamente placentera que
las personas tienden a repetir para volver a experimentar esa sensación. Deci indica
que cuando se está motivado intrínsecamente se buscan situaciones con un grado
óptimo de reto para intentar superar ese desafío.
Características del incentivo que afectan a la motivación intrínseca:
-
-
-
La expectativa de recompensa: la recompensa esperada afecta a la MI, pero si
no se espera, aunque se reciba, no afectará al nivel final de MI.
El carácter material de la recompensa: si la recompensa es material afecta más
a la MI que si no es tangible (elogios). En esta línea, las recompensas verbales,
si son informativas, favorecen la motivación intrínseca.
Las recompensas esperadas y tangibles: no sólo ponen en riesgo la MI, sino que
además interfieren en el proceso y la calidad del aprendizaje, ya que la
recompensa desvía el procesamiento del aprendizaje solamente hacia un
producto final.
El efecto de la saliencia de la recompensa: se ha comprobado que cuando el
incentivo está a la vista del sujeto o se le recuerda con frecuencia durante la
ejecución de la tarea, desciende el interés intrínseco por ella.
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Psicología de la Motivación. 1º de Grado en Psicología UNED. Juan Herrero Gómez (Murcia). 2011/2012
TEMA 5. APORTACIONES DE LA
PSICOLOGÍA COGNITIVA AL
ESTUDIO DE LA MOTIVACIÓN
1. PRIMERAS APROXIMACIONES COGNITIVAS DE LA MOTIVACIÓN
El cambio a la nueva perspectiva cognitiva partía de la idea de que el sujeto es un
agente activo. Tolman y Lewin sentaron las bases de las modernas teorías cognitivas
de la motivación, dirigiendo su atención hacia la secuencia cognición-acción. Ambos
resaltaron que la conducta tiene su origen en estados internos cognitivos o mentales
no observables, en los que intervienen la elaboración de planes y la planificación de
metas.
Los planes
Son las estrategias o los recursos cognitivos que las personas utilizan para conseguir
un determinado fin o para resolver determinada situación. El sujeto adopta un plan de
acción cuando se encuentra ante una incongruencia entre su estado ideal y su estado
actual, pasando a la acción y planificando la realización de una serie de conductas
hasta conseguir llegar a ese estado ideal, es decir, hasta establecer la congruencia. La
incongruencia generada proporciona energía al sujeto para actuar, y el plan
proporciona dirección a la acción.
El modelo TOTE (Test, Operate, Test, Exit) es un modelo que permite la posibilidad de
operativizar el concepto de propósito y que ilustra el mecanismo cognitivo por el que
el plan de acción funciona:
-
-
-
Prueba: consiste en visualizar mentalmente nuestro deseo o estado ideal y
poder compararlo con nuestro estado presente, es decir, qué tenemos y qué
queremos.
Operación: consiste en actuar cambiando cualquier aspecto que sea necesario
para acercarnos a nuestra meta o estado ideal.
Prueba: se comparan los resultados obtenidos después de hacer cualquier
operación con el estado ideal, que es nuestra meta. Si el resultado no se ajusta
a las expectativas iniciales (estado ideal), se vuelve a actuar sobre el ambiente
reajustando cualquier aspecto que lo requiera.
Salida: si una vez realizada la prueba hemos conseguido hacer coincidir los dos
estados, actual e ideal, significa que hemos conseguido la meta que nos
propusimos.
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Como vemos, los planes son dinámicos, es decir, permiten la posibilidad de cambiar o
añadir nuevos elementos, que pueden ser revisados y cambiados en cualquier
momento.
Las metas
Son los fines u objetivos que persigue el sujeto y por los que se esfuerza en conseguir.
Proponerse conseguir una meta es generar una nueva incongruencia, lo que supone un
nuevo reto que requiere la elaboración de nuevos planes de acción. Las metas pueden
agruparse en cinco categorías:
-
-
-
-
-
Metas relacionadas con la tarea: su fin suele ser aumentar la propia
competencia mejorando algún aspecto de nuestro aprendizaje, de nuestras
destrezas o simplemente tener la satisfacción de lograr una solución exitosa a
la tarea.
Metas relacionadas con la libertad de elección: son aquellas cuyo objetivo es
hacer la tarea por el simple hecho de que uno mismo lo ha elegido, libremente,
con autonomía y sin presión de ningún tipo.
Metas relacionadas con la autoestima: su objetivo suele ser experimentar que
se es mejor que otro en la ejecución de alguna actividad, o al menos, que no se
es peor. Suelen perseguir la consecución de una evaluación positiva o la
evitación de una evaluación negativa.
Metas relacionadas con la valoración social: su objetivo es conseguir el
reconocimiento social y, por tanto, evitar el fracaso. En estos casos la
aprobación de personas cercanas como padres, profesores, compañeros, etc.,
toma una importancia fundamental.
Metas relacionadas con la consecución de recompensas externas: su objetivo
es conseguir recompensas procedentes del exterior como ganar dinero,
obtener un premio, conseguir un empleo, etc. Son metas que, en general,
favorecen el esfuerzo, pero no siempre favorecen el aprendizaje.
Por otro lado, las razones que orientan al sujeto a la consecución de una meta
dependen del valor que se le otorgue a la misma, y ese valor puede ser:
-
Intrínseco: derivado de la mera satisfacción de realizar la tarea.
De dificultad: derivado de triunfar en alguna tarea que exija cierta capacidad o
habilidad.
De utilidad: por conseguir un objetivo que facilita la consecución de otro
objetivo futuro de mayor importancia.
Extrínseco: derivado de haber conseguido algún tipo de incentivo externo.
De logro: derivado de haber conseguido algo que supone una satisfacción
personal.
Cultural: derivado de sentirse respetado o querido socialmente.
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Según la teoría ideomotriz de William James, cuando el sujeto realiza cualquier
conducta voluntaria (movimiento), ésta previamente ha estado precedida por una idea
de movimiento, cuyo objetivo final es la consecución de una meta. Sin embargo, las
ideas no siempre dan lugar a acciones, o estas pueden ser contrarias a lo pensado
inicialmente.
Modelo de conducta propositiva de Tolman
Uno de los aspectos más destacables del modelo de Tolman ha sido su concepción de
que la psicología es una ciencia objetiva de la conducta que debe centrarse en el
estudio de las conductas molares (generales, lo contrario de moleculares), lo que
implica estudiar la conducta como un todo, sin reducirla a sus componentes más
elementales. Definió además una serie de características que consideraba propias de la
conducta molar, como que es intencional, que presenta un patrón concreto de
respuestas y que es selectiva, es decir, que ante una determinada situación, nosotros
vamos a seleccionar intencionadamente un patrón de respuestas concreto y específico
para esa situación dependiendo de cuáles sean nuestros objetivos.
Tolman defendía que entre el estímulo y la conducta o respuesta del sujeto, se daban
dos tipos de variables intermedias (sucesos mentales) que servían para describir,
predecir y explicar la conducta:
-
Las cogniciones: se refieren a los procesos mentales que determinan la
conducta y que le llevan a alcanzar la meta.
Los propósitos: surgen de necesidades o desequilibrios que se generan en el
organismo y que motivan al sujeto a la acción para satisfacer esa necesidad (la
reestructuración de los planes).
Según Tolman, los sujetos no aprenden conexiones de estímulos y respuestas, sino que
los seres humanos construimos representaciones en forma de “mapas cognitivos”, que
son imágenes espaciales que están estructurados de la misma forma que los mapas
cartográficos y que van perfeccionándose con la experiencia. En la actualidad esta
teoría se considera una de las aportaciones tempranas más relevantes en la psicología
actual.
Teoría del campo de fuerza de Lewin
El objetivo de Lewin es crear un sistema teórico que predijese la conducta, y fue el
concepto de espacio vital o también llamado espacio de vida, donde creyó encontrar la
respuesta. El espacio vital para Lewin representa la totalidad de situaciones, tanto
internas (circunstancias psicológicas) como externas (circunstancias ambientales), que
determinan la conducta de un momento dado. El espacio vital no es el espacio
geográfico sino el mundo tal y como le afecta al sujeto, por tanto se trata del ambiente
subjetivo de la persona tal y como lo percibe ella.
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Según Lewin, conocer el espacio vital permite en cierta manera predecir la conducta
del sujeto, y para él esto sólo es factible considerando las circunstancias presentes; en
ningún caso se puede explicar la conducta presente como consecuencia de
circunstancias pasadas.
Lewin desarrolló un sistema topológico para describir el espacio vital del sujeto. Lo
concebía como un campo de fuerzas estructurado en regiones en el que aparecen, por
un lado, las metas que se propone la persona y, por otro, las barreras que lo separan
de ellas. Las regiones pueden representar una gran variedad de casos o situaciones,
aunque no impliquen ningún tipo de actividad (ser admirado o escuchado por otros,
dormir, etc). El número de regiones por las que el sujeto tiene que pasar hasta llegar a
su meta es variable y dinámico, de tal forma que puede cambiar dependiendo de los
hechos que vayan aconteciendo en el ambiente. Obviamente la persona está dentro
de alguna región que forma parte del espacio vital e interactúa con su ambiente o
entorno psicológico. De esta forma, cuando en ella surge algún tipo de necesidad
psicológica, se genera tensión entre las distintas regiones, que sólo desaparecerá
cuando la necesidad sea satisfecha.
El término tensión ha sido utilizado por Lewin para describir la motivación interna del
sujeto y sirve para movilizar la conducta con objeto de reducir la tensión. Estas
situaciones generan cambios en la estructura cognitiva del sujeto que se traducen en
cambios en su espacio vital. La configuración de todas esas regiones representa la
estructura cognitiva del sujeto. Según la tesis de Lewin, mientras una tarea no se
finalice, permanecerá en tensión, lo que facilita que la tarea inacabada sea más
accesible a la memoria que el resto. Considera además otro factor a tener en cuenta al
intentar conseguir una meta: la fuerza o intensidad motivacional con la que el sujeto
trata de conseguirla, que va a determinar la consecución o no de la misma, y que está
en función de la distancia psicológica entre el sujeto y la meta.
2. TEORÍAS DE EXPECTATIVA-VALOR
La expectativa puede definirse como la estimación que hace el sujeto sobre la
probabilidad de lograr una meta concreta mediante la realización de una conducta.
Analizar las expectativas del sujeto va a facilitar la comprensión de muchos
comportamientos que observamos.
El valor o valencia hace referencia a la utilidad o importancia asociada a un objeto, es
decir, se refiere a la importancia que le otorgamos a algo.
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Teoría del aprendizaje cognoscitivo de Rotter
Esta teoría, también llamada teoría del aprendizaje social, defiende la idea de que los
modelos básicos de comportamiento se aprenden en las situaciones de interacción del
sujeto con su ambiente y que además, para satisfacer las necesidades propias de las
personas, se requiere la mediación o interacción con otras personas. Esta teoría consta
de cuatro variables que se dan siempre en una situación de interacción del sujeto con
el entorno:
-
-
El potencial de conducta o fuerza motivacional: es la probabilidad de que una
conducta concreta ocurra en una situación determinada.
El valor del refuerzo: es la importancia que el sujeto le otorga a algo. Este es un
valor subjetivo, pues para otorgarle un valor a algo hay que compararlo con
otra cosa.
Los factores situacionales: se refieren a la importancia que tiene el contenido
psicológico en las expectativas de los sujetos y en su conducta.
Las expectativas generalizadas: se adquieren por aprendizaje y ocurren cuando
el sujeto emite una respuesta que está en función de una generalización de
expectativas basadas en experiencias del pasado. La expectativa de éxito o
fracaso se reforzará cada vez que el sujeto obtenga la misma consecuencia.
En definitiva, para Rotter, la tendencia motivacional para aproximarse o alejarse de
algo en una situación específica (fuerza motivacional), estará en función de las
expectativas que tiene el sujeto acerca de los resultados a que conducirá dicha
conducta, y del valor del refuerzo:
Fuerza = Expectativa x Valor
Si el valor de la expectativa o el valor del refuerzo es cero, entonces la conducta
motivada o fuerza motivacional también será cero. En suma, la fuerza representa el
deseo de las personas para aproximarse o alejarse de algo. Además del concepto de
fuerza, más adelante, Rotter elaboró y posteriormente reformuló el concepto de
locus de control (interno o externo) o foco de causalidad. Con este término se refiere a
las creencias que tiene un sujeto sobre la capacidad de control de su conducta y de los
acontecimientos de su vida.
3. TEORÍAS DEL EQUILIBRIO DE LA CONSISTENCIA COGNITIVA
Las teorías de la consistencia defienden la existencia de una tendencia natural a la
armonía o a la congruencia, de manera que cualquier pensamiento, creencia, actitud o
conducta que sea inconsistente o incongruente con el sistema cognitivo, genera en el
sujeto malestar e incomodidad psicológica que van a activar una serie de conductas
cuyo objetivo será reequilibrar dicho sistema, eliminando o reduciendo la
inconsistencia entre los procesos cognitivos.
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Teoría de la disonancia cognitiva de Festinger
La disonancia cognitiva representa una incómoda alteración de la armonía mental del
sujeto, que le impulsa concretamente a una actividad orientada a reducir o eliminar su
causa. Se refiere a la tensión interna que percibe el sujeto por alguna de estas
circunstancias:
-
-
Mantener al mismo tiempo dos pensamientos o cogniciones que están en
conflicto. Es frecuente que se produzca un conflicto entre pensamientos
cuando tenemos que hacer una elección.
Realizar algún tipo de conducta que entra en conflicto con algún pensamiento o
creencia.
Como vemos, parece haber tendencia natural en el ser humano a sentir que todos
nuestros comportamientos son coherentes entre sí y necesitamos, además, no sólo
convencer a los otros de esa coherencia, sino también convencernos a nosotros
mismos. Por ello, una vez emitida una conducta o tomada una decisión, hemos de
buscar por todos los medios razones que la justifiquen. Por tanto, las formas en que el
sujeto reequilibra el sistema cognitivo cuando hay alguna contradicción toma diversos
caminos, entre los que destacamos:
-
Cambiar su creencia original.
Cambiar su conducta.
Añadir nuevos elementos cognitivos.
4. TEORÍAS DE LA ATRIBUCIÓN
Una expectativa es la convicción de que un hecho acompañará a otro hecho. Por otro
lado, una atribución es la convicción de que un hecho ha acompañado a otro hecho.
Podríamos entonces definir la atribución como el proceso mediante el cual una
persona busca descubrir cómo se ha producido un determinado hecho o conducta.
Pero en este proceso se hace necesario considerar las expectativas, con las que se
explican los efectos paradójicos de las atribuciones, tales como que una conducta
buena o altruista llevada a cabo por alguien a quien no se aprecia tienda a atribuirse a
factores externos, mientras que la misma conducta llevada a cabo por una persona
querida por nosotros es atribuible generalmente a factores internos.
Teoría atribucional de Heider
Según Heider, las personas tienen tendencia a buscar las causas de los sucesos que
ocurren a su alrededor, fundamentalmente de aquellos extraños o inesperados.
También tienden a creer que un hecho (suceso o conducta) queda explicado
satisfactoriamente cuando se descubre por qué sucede, es decir, cuando se conoce la
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causa que lo produce. En este sentido, Heider destacó dos tipos de factores causantes
de la conducta:
-
Factores disposicionales o internos propios de cada sujeto, que son:
o La capacidad.
o La motivación, que comprende, a su vez:
§ La intención o elemento direccional de la motivación.
§ El esfuerzo que la persona invierte en realizar una conducta.
Por tanto, el sujeto deberá tener la habilidad para poder realizar la tarea (capacidad),
tener el propósito de hacerla (intención) y además, intentarlo con la intensidad
necesaria (esfuerzo).
-
Factores situacionales o externos, que son ajenos al sujeto y se centran en:
o La dificultad de la tarea, que es un factor estable.
o La suerte, que varía y por tanto es un factor inestable.
De estos dos factores que intentan explicar la conducta de las personas (factores
internos y externos), es importante señalar su influencia sobre la autoestima. Por regla
general, sólo los factores disposicionales o atribuciones internas influyen claramente
en la autoestima del sujeto. Precisamente para mantener siempre el nivel óptimo de
autoestima, el sujeto suele hacer atribuciones internas o externas en función de los
resultados que haya obtenido.
Posiblemente una de las atribuciones que más ha perjudicado a la autoestima del
sujeto sea la indefensión aprendida, que consiste en hacer atribuciones basadas en
experiencias pasadas que van a influir en las expectativas futuras y también en el
futuro rendimiento. Ocurre cuando tras una serie de fracasos en la realización de una
tarea el sujeto aprende a creer que está indefenso o que no tiene ningún control sobre
la situación, es decir, se siente incapaz de realizar la tarea con éxito, por lo que la
indefensión sería de naturaleza cognitiva. La teoría de Heider, aunque muy criticada,
ha sido un referente inicial para el desarrollo de posteriores teorías atribucionales.
Teoría de la inferencia correspondiente de Jones y Davis
Esta teoría trata de explicar cómo a través de la conducta observable de las personas
es posible inferir ciertas características de su comportamiento futuro. La inferencia
correspondiente es la generalización de la conducta de alguien, en función de otras
atribuciones internas e intencionales realizadas anteriormente. Esta generalización
procede de datos que conocemos sobre la actuación de esa persona en situaciones
parecidas anteriores. De esta manera, si la correspondencia entre las conductas que
conocemos del pasado y la conducta que estamos observando en el presente es alta, la
tendencia es a hacer atribuciones disposicionales. Por el contrario, cuando la
correspondencia es baja, la tendencia es a hacer atribuciones situacionales.
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Obviamente hacer atribuciones sobre la conducta de alguien sin equivocarse no es tan
sencillo. Por ello, según Jones y Davis, para inferir algo relativo al comportamiento de
las personas, conviene tener en cuenta una serie de factores:
-
-
Espontaneidad: hay que tener en cuenta sólo aquellas conductas que sean
espontáneas y hayan sido elegidas libre e intencionadamente.
Singularidad: hay que considerar aquellas conductas que son poco habituales.
Deseabilidad social: obtenemos más información de una persona cuando nos
fijamos en las acciones que realiza distintas a lo común que cuando nos fijamos
en aquellas que son muy similares a las realizadas por la mayoría. Podría
considerarse la deseabilidad social un caso particular de la singularidad.
Nivel de implicación en la situación: se refiere al grado de implicación que
tiene la persona que evalúa la situación. En este sentido, hay que poner en
relieve dos factores:
o La relevancia hedónica: ocurre cuando la situación afecta positiva o
negativamente a la persona que hace la situación.
o El personalismo: es la tendencia que tenemos a hacer la valoración de
los otros en función de sus acciones ante nosotros, interpretándolas por
regla general como rasgos disposicionales.
Modelo de covariación de Kelley
El principio de covariación establece que cuando existen varios acontecimientos que
pueden ser la causa desencadenante de un mismo hecho, sólo aquellos que han
demostrado relacionarse con él de forma consistente a lo largo del tiempo, serán
asumidos como causa del acontecimiento. La consistencia en el tiempo es
fundamental antes de hacer cualquier tipo de atribución, pero habrá también que
comparar la conducta de esa persona concreta con la de otras personas similares
observadas en la misma situación. Hay tres características o dimensiones de la
conducta pasada que van a determinar el tipo de atribución que hace la persona:
-
-
-
La distintividad: se refiere a aquellas conductas que son distintas a las
habituales. Las conductas muy distintivas van a dar lugar a atribuciones
situacionales, mientras que las conductas poco distintivas dan lugar a
atribuciones disposicionales.
La consistencia de una conducta a través del tiempo: se produce cuando el
sujeto presenta de forma recurrente la misma conducta siempre que se
presenta la misma situación (alta consistencia).
El consenso: se produce cuando ante una situación, la respuesta del sujeto es
respaldada por el resto del grupo (alto consenso), por lo que va a dar lugar a
atribuciones situacionales. Si, por el contrario, ante la misma situación la
respuesta del sujeto no es respaldada por el grupo (bajo consenso), se atribuirá
a factores personales del sujeto (atribución disposicional).
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Teoría de la atribución de Weiner
Weiner estableció en un primer momento dos dimensiones bipolares de causalidad
para los éxitos y los fracasos:
-
El locus de control: que puede ser interno, cuando el resultado de algo es
responsabilidad del propio sujeto, o externo, cuando el resultado de algo es
atribuible a las condiciones ambientales. Entre las atribuciones internas
estarían la capacidad del sujeto y el esfuerzo, y entre las atribuciones externas
estarían la dificultad de la tarea y el azar.
-
La estabilidad (continuo estabilidad-inestabilidad): que se refiere a la fijeza o
variabilidad con que se perciben las causas de los acontecimientos. Cuando se
hace una atribución estable, la causa del suceso es percibida como algo fijo e
inmutable, algo que permanecerá constante a lo largo del tiempo (ej. la
capacidad). Cuando la atribución es inestable, la causa es percibida como algo
temporal y susceptible de variar con el tiempo (ej. el esfuerzo).
Como vemos, el hecho de percibir un acontecimiento como interno o externo, estable
o inestable, afecta directamente a las expectativas futuras sobre el resultado de
nuestro comportamiento.
o
o
o
o
Causas internas y estables: atribuciones referidas a la capacidad.
Causas internas e inestables: atribuciones referidas al esfuerzo.
Causas externas y estables: atrib. referidas a la dificultad de la tarea.
Causas externas e inestables: atrib. referidas a la suerte o el azar.
Pero, además de estas dos dimensiones que hemos analizado, unos años después
Weiner añadió una nueva dimensión:
-
La controlabilidad (controlable-incontrolable): que hace referencia al grado en
que una persona puede controlar las causas de su conducta.
Teoría de la acción razonada de Fishbein y Ajzen
Su intención es predecir una conducta mediante un índice de probabilidad. Según esta
teoría, el determinante fundamental de una acción o conducta manifiesta es la
intención. A su vez, la intención de una persona de realizar una conducta está
determinada por dos factores, uno personal y otro social, que son:
-
La actitud hacia la conducta o evaluación personal: es la evaluación (positiva o
negativa) que el sujeto hace sobre su propia conducta. Se refiere a lo que uno
cree que debe hacer, y depende, a su vez, de dos factores:
o Los resultados que se le atribuyen a la conducta en cuestión.
o La valoración que se hace sobre los resultados.
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-
La norma subjetiva o evaluación social: es la percepción que uno tiene de lo
que los demás piensan que uno debe hacer. Se refiere a la presión que ejercen
las personas influyentes en nuestro entorno para que realicemos una
determinada conducta. Depende también de dos factores:
o Las creencias que se le atribuyen a las personas importantes de nuestro
entorno.
o La motivación necesaria para cumplir con las expectativas de dichas
personas.
No obstante, una vez que hemos identificado todos los factores que condicionan una
conducta, es necesario evaluar el peso de cada una de ellas asignándoles una
puntuación que las ordene según su importancia. De esta forma obtendremos una
valoración que nos hará determinar el balance global probabilístico sobre la intención
de realizar esa conducta.
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