Electrofisiología & Arritmias Vol. 1, N° 1, Enero-Marzo 2008 32 Arritmias post ablación de la fibrilación auricular HG Ruffa y col. ARTICULO ORIGINAL Incidencia de arritmias auriculares post ablación de la fibrilación auricular paroxística: ¿complicación, recurrencia o efecto proarrítmico? Horacio G. Ruffa*, Daniel Azara*, Mónica Rocchinotti* * Sección Electrofisiología y Marcapasos. Departamento de Enfermedades Cardiovasculares. Hospital Militar Central. Buenos Aires. Rep. Argentina. Introducción. La ablación de la fibrilación auricular paroxística (FAp) es un eficaz método de tratamiento, pero se ha descrito la presencia de taquicardias auriculares luego de la misma. Nosotros evaluamos la incidencia de taquicardias auriculares sostenidas y de fibrilación auricular paroxística post ablación y la comparamos utilizando dos estrategias: a) la ablación eléctrica y b) la ablación anatómica de la aurícula izquierda. Material y métodos. Incluimos, retrospectivamente, 21 pacientes, 18 hombres con edad promedio de 45,5 años: 9 fueron asignados a realizar ablación eléctrica (grupo I) y 12 a ablación anatómica (grupo II). El objetivo primario fue identificar la incidencia y presentación clínica de las taquicardias auriculares y la recurrencia de FAp temprana y tardía. Secundariamente, comparamos la incidencia de las mismas entre los 2 grupos. El seguimiento fue realizado a través de los síntomas, electrocardiogramas y Holter de 24 horas. Resultados. Un total de 6 pacientes (28%) presentaron taquicardia auricular/fibrilación auricular temprana, 12 pacientes (57%) tuvieron taquicardia auricular/FAp tardía; 9 de éstos (42%) presentaron ambas y 3 (14%) sólo tuvieron FAp recurrente. En el grupo I: ningún paciente presentó taquicardias auriculares tempranas ni tardías post ablación y 3 pacientes (30%) tuvieron recurrencia de FAp asintomática. En el grupo II: 6 pacientes (50%) presentaron taquicardias auriculares/FAp temprana. En 9 pacientes (75%), se presentó taquicardia auricular tardía y 6 de ellos, además, presentaron recurrencia de FAp. Conclusiones. En nuestro grupo de pacientes, la incidencia de taquicardias auriculares tempranas y tardías luego de la ablación de la fibrilación auricular fue más alta (71%), que la recurrencia de la fibrilación auricular (42%). Los pacientes del grupo I presentaron menor incidencia de taquicardia auricular/FAp temprana o tardía y fueron menos sintomáticas que los del grupo II. Introducción las venas pulmonares4. Posteriormente, la ablación focal se desplazó desde el interior de las venas pulmonares hacia el ostium, evitando las estenosis (ablación segmentaria), con el objetivo de realizar una “desconexión eléctrica” entre las venas pulmonares y la aurícula izquierda (AI)5. Los trabajos de Nademanee y col.6 pusieron el énfasis en la identificación de los potenciales fraccionados y su relación con sitios “drivers”, proponiendo su ablación para el tratamiento de la FA. Más recientemente, Oral y col.7 desarrollaron una ablación “a medida”, basada en los conceptos de disparadores y “drivers”, dirigida a la identificación y eliminación de las taquicardias de las venas pulmonares responsables y de los electrogramas complejos o fraccionados de la FAp. Por otro lado, Pappone y col.8, retomando la estrategia Maze de Cox, desarrollaron la técnica llamada ablación circunferencial de las venas pulmonares (ablación del sustrato); en la cual, la aplicación de radiofrecuencia se realiza mediante líneas alrededor de las venas pulmonares y en otros sitios de la AI guiadas por reparos anatómicos. De esta forma, los métodos de ablación se polarizaron actualmente en dos corrientes definidas. Una basada en la identificación de determinados electrogramas y su ablación, lo que nosotros denominamos en este trabajo ablación eléctrica (Ae) y la otra sustentada en la eliminación del sustrato anatómico, lo que nosotros hemos denominado ablación anatómica (Aa). Desde 1990, diferentes técnicas de ablación se han propuesto para el tratamiento curativo de la fibrilación auricular paroxística (FAp). Estas técnicas se desarrollaron sobre la base de dos observaciones importantes. Por un lado, los buenos resultados obtenidos con la técnica quirúrgica de Maze desarrollada por Cox1 y por el otro lado, la descripción de Haissaguerre y col.2 de los disparadores de las venas pulmonares que iniciaban las FAp y la curación de la misma, mediante su eliminación por ablación, utilizando radiofrecuencia. La ablación transcatéter tratando de reproducir el método de Cox (ablación del sustrato) mostró, en sus inicios, pobres resultados y gran dificultad técnica, llevando a líneas de ablación incompletas y a taquicardias auriculares por macroreentrada3. La técnica de ablacionar los disparadores dentro de las venas pulmonares (ablación focal) fue rápidamente abandonada por el alto riesgo de estenosis de Correspondencia: Dr. Horacio Guillermo Ruffa Don Orione 664. CP: 1644. Victoria. Provincia de Buenos Aires. Rep. Argentina. Tel/fax: (54 11) 4745 7327 E-mail: [email protected] Recibido: 4/02/2008 Aceptado: 17/03/2008 ISSN:1851-7595 - REA 2008;(Vol 1);1:32-39 C 2008 Silver Horse srl Palabras clave: Fibrilación auricular - Ablación - Taquicardia auricular. (Rev Electro & Arritmias 2008;1;1:32-39) Disponible en http://www.electrofisiologia.org.ar Electrofisiología & Arritmias Vol. 1, N° 1, Enero-Marzo 2008 33 Tabla 1. Pacientes GRUPO I N= 9 GRUPO II N= 12 33.6 57.7 Sexo masculino 6 12 FA paroxística 6 9 FA persistente 3 3 N° drogas pre ablación 2,5 3 Duración de P en DII (mseg.) 118 141 Tamaño de AI (mm) 35 41,5 N° de episodios / año 5 4,5 2,3 6,2 Edad (años) Tiempo desde el inicio (años) El desarrollo de estas técnicas permitió la curación de la FAp en, aproximadamente, el 70% al 90% de los pacientes, según las series analizadas. Asimismo, en casi todos los estudios, se ha evidenciado la aparición de taquicardia auricular (TA) post ablación, además de las recurrencias de la FAp, luego del procedimiento. La presentación clínica de las TA va desde los episodios de corta duración asintomáticos, hasta las formas incesantes sintomáticas, inclusive con síncope. Su reconocimiento es importante, dado que pueden confundirse con recurrencia de FAp. A estas taquicardias se las ha denominado “flutter” auricular porque en muchas oportunidades se deben a un mecanismo de macroreentrada en la AI, aunque también pueden ser focales (automáticas o por microreentradas). El objetivo del presente estudio es establecer la incidencia de taquicardias auriculares sostenidas (más de 30 segundos de duración) y de recurrencia de FAp en nuestra población de pacientes y comparar la misma, utilizando las dos diferentes estrategias de ablación, la Ae y la Aa. Material y métodos Población. Con un diseño de estudio retrospectivo, ingresaron un total de 43 pacientes portadores de FAp/persistente sintomática refractaria al tratamiento farmacológico, que se ablacionaron desde julio de 2004 hasta enero de 2007. Del total de pacientes ingresados, 22 fueron excluidos por presentar cardiopatía estructural, fracción de eyección < 35% y/o diámetro auricular izquierdo > 50 mm. Finalmente, se incluyeron 21 pacientes. Las características clínicas de los pacientes y de la FAp, así como el número de drogas antiarrítmicas (DAA) que recibieron antes de decidir la ablación, se describen en la Tabla 1. Los pacientes fueron asignados por razones de factibilidad de medios a ser tratados mediante Ae (Grupo I) o Aa (Grupo II). Cuando se comparan las características clínicas y los tratamientos de ambos grupos se observa que el Grupo II tiene mayor edad, mayor tiempo de evolución de la FAp, mayor tamaño de la AI y mayor duración de P. Estudio electrofisiológico. Luego de obtener el consentimiento escrito, los pacientes fueron al procedimiento con un ayuno de por lo menos 8 horas. Toda la medicación antiarrítmica fue suspendida previamente por un período de 4 a Arritmias post ablación de la fibrilación auricular HG Ruffa y col. 6 vidas medias. Para el caso de la amiodarona, este período fue de 4 a 6 semanas. Se posicionó un catéter cuadripolar dentro del seno coronario para registro y estimulación y otro catéter cuadripolar en la zona del haz de His. Los registros electrocardiográficos y los electrogramas intracavitarios se analizaron y grabaron con un equipo EP Tracer (EP-TRACER, the Maastricht EP. Cardiotek). Luego se procedió a realizar una punción transeptal auricular y se inició la anticoagulación sistémica con heparina sódica intravenosa (dosis carga 100 U/Kg y luego infusión a 10 U/Kg/h). A través de la punción transeptal, se pasó un catéter de mapeo y ablación de 4 mm Navistar (Cordis Webster), para los casos en los que se realizó Aa o un catéter Lasso (Cordis Webster) más un catéter de ablación de 4 mm (Cordis Webster) para los casos de Ae, ambos con control de temperatura. Cuando fue posible se obtuvo, previo al procedimiento, una angiotomografía con contraste de la AI y de las venas pulmonares para identificar sus variantes anatómicas y la relación de la AI con el esófago. En algunos pacientes, se realizó al inicio del procedimiento un esofagograma baritado para determinar la ubicación del esófago en las imágenes radioscópicas. Ablación eléctrica (Ae). En los pacientes a quienes se realizó Ae, se les indujo fibrilación auricular (si estaban en ritmo sinusal) por marcapaseo auricular rápido, realizado durante 10 segundos, desde el seno coronario a la longitud de ciclo más corto que permitiera una captura auricular 1:1. Si con esto no se conseguía una FA sostenida, se repetía durante infusión con isoproterenol. Con esto se logró FA sostenida en todos los pacientes. Las venas pulmonares se mapearon con el catéter decapolar Lasso y se identificó la taquicardia de la vena pulmonar definida por electrogramas dentro de la vena con una longitud de ciclo más corta que los registrados dentro del seno coronario (Fig. 1), siguiendo el protocolo publicado previamente por Oral y col.8. Las taquicardias de las venas pulmonares fueron eliminadas por aislamiento de la vena pulmonar en cuestión o del fascículo responsable. El ostium de las venas pulmonares fue identificado radioscópicamente y confirmado por el aumento de impedancia que se verifica al ingresar con el catéter de ablación al interior de la vena, registrado mediante el equipo de ablación Stocker de Cordis Webster, que permite obtener la medición de la impedancia aún cuando no se está realizando la ablación. La ablación se realizó por aplicaciones de 15 a 30 segundos con una programación de 35 W de energía y una temperatura máxima de 50º C. Si la taquicardia estaba presente en las venas pulmonares ipsilaterales, las venas fueron “encircladas”. Se evitó la ablación en zonas en contacto próximo con el esófago. El punto final requerido fue la no inducibilidad de la FA, luego de la eliminación de la taquicardia de las venas pulmonares y no se requirió el completo aislamiento de las mismas. Si durante la ablación se revertía a ritmo sinusal, se intentaba reinducir la FA por 5 veces desde el seno coronario. Luego de la eliminación de las taquicardias de todas las venas pulmonares, si la fibrilación aún persistía o era inducible se mapeaba la AI para identificar y ablacionar sitios de electrogramas complejos o que tuvieran menor longitud de ciclo que en el seno coronario. El mapeo de la aurícula se Electrofisiología & Arritmias Vol. 1, N° 1, Enero-Marzo 2008 34 Arritmias post ablación de la fibrilación auricular HG Ruffa y col. en sitios con electrogramas mayores de 1 mV de amplitud durante 15 a 30 segundos con la intención de disminuirlo al 50% ó a menos de 0,1 mV. Luego de completar las lesiones, se exploró el área dentro de las líneas de ablación y se aplicó energía de radiofrecuencia en sitios en donde los electrogramas locales tenían una amplitud mayor de 0,1 mV (Fig. 3). Al finalizar la ablación, si el paciente permanecía en fibrilación auricular, se realizaba una cardioversión eléctrica externa. Figura 1. Ejemplo de taquicardia de vena pulmonar. Se muestra un registro de la vena pulmonar superior izquierda. La longitud de ciclo registrada desde el catéter decapolar Lasso (L7-8, L5-6) posicionado en el ostium de la vena pulmonar es más corta que la registrada en los electrogramas de seno coronario (SCp, SCd). Los registros mostrados corresponden, de arriba hacia abajo a: 12 derivaciones del ECG de superficie, His proximal y distal, seno coronario proximal y distal y 5 registros del catéter decapolar Lasso. realizó en el septum, techo, pared anterior, base del apéndice auricular y pared posterior, ablacionando todos los sitios “blanco” hasta que la FA se tornara no inducible. Si no era inducible, se repetía la estimulación bajo infusión de isoproterenol. Si la FA no terminaba o permanecía inducible, luego de ablacionar en todos los sitios descriptos, se realizaba cardioversión eléctrica externa. Ablación anatómica (Aa). A través del catéter Navistar, se obtuvo un mapa 3D representando la AI y las venas pulmonares, usando el sistema de mapeo no fluoroscópico electroanatómico CARTO (Biosense Webster). El catéter de mapeo se desplazó punto por punto en la AI, haciendo contacto con el endocardio. Su ubicación en relación al catéter de referencia fijo (Ref Star) permitió la localización de estos puntos, su adquisición y la construcción del mapa 3D. La ablación se realizó alrededor de las venas pulmonares (ablación circunferencial), a 5 mm del ostium. La misma incluyó a las venas pulmonares derechas e izquierdas. Se ablacionó, también, siguiendo una línea entre las circunferenciales de las venas pulmonares por el techo de la AI y entre el anillo valvular mitral y la porción inferior de la línea circunferencial izquierda (istmo mitral) para evitar el aleteo auricular izquierdo post ablación(Fig. 2). La energía de radiofrecuencia fue aplicada Figura 2. Mapa CARTO de aurícula izquierda. Vista posteroanterior craneocaudal. Los puntos rojos corresponden a las líneas de ablación. Las venas pulmonares están representadas esquemáticamente por cilindros de colores. Figura 3. Mapa CARTO de voltaje de aurícula izquierda post ablación. El color rojo muestra las zonas con menor voltaje, el resto del tejido auricular muestra colores según escala de referencia sobre la derecha de la figura. Nótese la extensión del tejido involucrado en las zonas de ablación. Electrofisiología & Arritmias Vol. 1, N° 1, Enero-Marzo 2008 35 Finalizado los procedimientos de ablación, todos los pacientes quedaron internados para monitoreo y control, medicados con heparina en dosis anticoagulante. Al alta se indicó continuar con la anticoagulación oral (RIN: 2) e irbesartan (150 mg/día) por 3 meses y suspensión de las drogas antiarrítmicas, a excepción de aquellos pacientes que presentaron recidiva de FAp o TA sintomáticas. Seguimiento. En todos los pacientes, se completó el período de seguimiento de 1 año. Con el objetivo de detectar la aparición clínica de TA y FAp post ablación, los pacientes fueron seguidos por los médicos de la Sección Electrofisiología y Marcapasos del Hospital, realizando entrevistas personales y telefónicas con énfasis sobre los síntomas relacionados con arritmias. Luego del monitoreo electrocardiográfico continuo (24/48 hs) post ablación, los electrocardiogramas (ECG) se repitieron durante la internación y a los 7, 15, 30 días y posteriormente cada 90 días o cuando el paciente se presentó espontáneamente, refiriendo síntomas. Se realizó Holter de 3 canales y 24 horas a los 30, 90, 180 y 360 días. Se contabilizaron los pacientes que presentaron episodios sostenidos (duración mayor de 30 segundos) de TA y de FAp aparecidos tanto en los primeros 3 meses post ablación (arritmias tempranas o del período de blanking), como los que aparecieron hasta el año de seguimiento (arritmias tardías). Definimos recurrencia, a la FAp que se presentó después del período de blanking. Si el paciente mostraba una TA corta que pasaba rápidamente a FA, se lo contabilizaba como FAp. En cambio, si presentaba taquicardia auricular separada por ritmo sinusal de los episodios de FAp, se lo contabilizaba como TA/FAp. Desde el punto de vista clínico, hemos dividido a las TA en paroxísticas (cuando revierten espontáneamente) e incesantes (cuando no revierten espontáneamente). El presente diseño de estudio ha tenido en cuenta los estándares recomendados por la Task Force HRS /ERA /ECAS9. Los autores poseen acceso completo a los datos y toman la responsabilidad de su integridad. Todos los autores han leído y acuerdan con el manuscrito que a continuación se reporta. Resultados Tabla 2. Arritmias post ablación GRUPO I GRUPO II Taquicardia auricular / FAp temprana 6 Taquicardia auricular tardía 9 FAp tardía (recurrencia) derrame pericárdico leve a moderado que resolvió espontáneamente. Un total de 6 pacientes (28%) presentaron TA/FA temprana, 12 pacientes (57%) tuvieron TA/FA tardía; 9 de éstos (42%) presentaron ambas arritmias y 3 (14%) sólo tuvieron FAp recurrente. En el período post ablación temprano ningún paciente del Grupo I presentó TA ni FAp y en el período post ablación tardío 3 pacientes (30%) de este grupo, tuvieron recurrencia de FAp asintomática que no requirió tratamiento farmacológico. En el Grupo II: durante el período post ablación temprano, 6 pacientes (50%) presentaron TA/FAp o FAp. Estos pacientes (coincidentemente son los que presentaron derrame pericárdico) recibieron amiodarona como tratamiento farmacológico dado que fueron altamente sintomáticos. En el período post ablación tardío, 6 pacientes (50%) presentaron TA y recurrencia de FAp y 3 pacientes tuvieron TA, sin recurrencia de FAp, por lo tanto un total de 9 (75%) presentaron TA tardía. En 6 fue incesante y en 3 fue paroxística/incesante, mostrando un ECG compatible con aleteo auricular izquierdo (Fig. 4). Todas las arritmias de este período tardío debieron ser tratadas farmacológicamente, durante períodos variables, por ser muy sintomáticas. Al año, todos los pacientes, de ambos grupos, presentaban ritmo sinusal: 12 sin DAA y 9 con amiodarona (droga que no había resultado eficaz para controlar la FAp pre ablación). Limitaciones El escaso número de pacientes de nuestra muestra no permite sacar conclusiones estadísticamente relevantes, aunque nos permitieron poner en evidencia tendencias. Las diferencias existentes entre los grupos pueden atribuirse a que los pacientes no fueron randomizados. La adjudicación a cada grupo fue por razones de factibilidad técnica. En la práctica, a los primeros pacientes que tenían una evolución más larga de su FA, se les realizó Aa por lo que quedaron incluidos en el Grupo II. Nosotros no hemos considerado en este trabajo las TA preexistentes, porque el criterio de inclusión fue la presencia de FAp. Discusión Los resultados se ven en la Tabla 2. Del total de pacientes, se incluyeron 9 pacientes en el Grupo I y 12 en el Grupo II. De los 9 pacientes del Grupo I, en 6 se completó el protocolo hasta la no inducibilidad de la FA y 3 requirieron cardioversión eléctrica externa al final de la ablación, quedando todos en ritmo sinusal. En los 12 pacientes del Grupo II, se completó el protocolo de ablación y al finalizar la misma a 4 de ellos, que permanecían en FA, se les realizó cardioversión eléctrica externa, quedando todos en ritmo sinusal. Complicaciones. Seis pacientes del Grupo II presentaron FAp: fibrilación auricular paroxística Arritmias post ablación de la fibrilación auricular HG Ruffa y col. 3 6 Las diferentes estrategias de radioablación para el tratamiento de la FAp han probado una alta eficacia, aunque todas mostraron un efecto proarrítmico como complicación, variando su incidencia entre 29 y 74%10-11 según las diferentes series. Estas arritmias auriculares pueden presentarse en el período post ablación inmediato o luego de varios meses del procedimiento. Es discutido el rol de la presencia de estas arritmias como predictor de recurrencia de FAp. Arritmias tempranas o del período de blanking. Hasta el presente no hay datos suficientes sobre el rol de la técnica de ablación en la génesis de taquiarritmias auriculares tempranas. El tipo de arritmia auricular de la fase temprana tendría un significado y una fisiopatología diferente según ésta sea una FAp o una TA. La FAp es la arritmia más frecuente dentro de la fase temprana. Tiene mayor incidencia en pacientes con antecedentes de cardiopatía estructural y/o con anorma- Electrofisiología & Arritmias Vol. 1, N° 1, Enero-Marzo 2008 36 Arritmias post ablación de la fibrilación auricular HG Ruffa y col. Figura 4. Taquicardia post ablación: ECG de superficie de 12 derivaciones donde se ve una taquicardia auricular incesante post ablación Aa con P negativa en aVL (flechas). lidades auriculares eléctricas12. La fisiopatología más aceptada correspondería con alguno de los siguientes mecanismos: 1) efecto estimulatorio transitorio secundario a la respuesta inflamatoria por injuria térmica o por pericarditis; 2) disbalance autonómico transitorio, y 3) crecimiento o maduración de las lesiones de ablación13-17. La FAp temprana tiene una alta tasa de reversión espontánea y no sería predictor de recurrencias. Las TA representan hasta el 10% de las arritmias de la fase temprana y en un tercio de los pacientes remiten espontáneamente dentro de los 6 meses18,19. El mecanismo subyacente, difiere del de la FAp y parece ser dependiente de la técnica usada. En los pacientes con Ae, el origen sería una taquicardia focal, generalmente, por reconexión eléctrica de las venas pulmonares implicadas. Ouyang y col.20 encontraron que el 81% de sus pacientes con arritmias tempranas mostraron, en un nuevo procedimiento, recuperación de la conducción desde las venas pulmonares. Como veremos luego, este mismo mecanismo sería uno de los responsables de la recurrencia de la FAp, por lo que la aparición de las TA tempranas podría predecir la recurrencia de la FAp. En los pacientes con Aa, el mecanismo subyacente sería la macroreentrada en la AI a través de los gaps que pueden quedar entre las líneas de ablación. Estas arritmias suelen persistir más allá de los 3 meses post ablación. En nuestra casuística, vimos que la FAp temprana se presentó más frecuentemente en los pacientes con derrame pericárdico, con aurículas más grandes y con mayor demora en la conducción auricular, coincidiendo estas características en los pacientes del Grupo II. Por lo tanto, la fisiopatología involucrada en nuestros casos podría corresponder a un efecto de la pericarditis, al disbalance autonómico por las lesiones del tipo de ablación (Aa) que al ser más extensas producen mayor daño autonómico y/o a la maduración de la lesión de ablación (remodelado eléctrico post ablación) que en las aurículas más enfermas requiere mayor tiempo12. Los pacientes que presentaron una TA en la fase temprana (6 pacientes) fueron los mismos (Grupo II) que la presentaron en la fase tardía y como veremos, todos tuvieron recurrencia de FA. Arritmias tardías. Los dos tipos de ablaciones utilizadas pueden presentar también arritmias tardías. Para las arritmias del período tardío (después de 3 meses post ablación), los mecanismos fisiopatológicos involucrados han sido objeto de algunos estudios en los últimos años. Si bien, se las ha englobado con la denominación de flutter auricular izquierdo post ablación, no siempre el mecanismo subyacente es la macroreentrada. Los mecanismos pueden ser: la reconexión eléctrica, las arritmias focales y la macroreentrada. Reconexión eléctrica y macroreentrada luego de Ae. Si tenemos en cuenta a los pacientes con Ae, los trabajos de Ouyang y col.20 mostraron, en un nuevo procedimiento, recuperación de la conducción desde las venas pulmonares en un 80% de las TA tardías. También, el 80% de los que tuvieron Electrofisiología & Arritmias Vol. 1, N° 1, Enero-Marzo 2008 37 recurrencia de FAp evidenció esta “reconexión eléctrica” de la venas pulmonares. Con la utilización de un sistema 3D, ellos pudieron identificar la localización de las brechas o “gaps”. Una nueva aplicación focal de radiofrecuencia cerrando estos gaps fue efectiva en el 95,5% de los pacientes en un seguimiento de 175±55 días. Sólo 3 pacientes de esta serie mostraron TA por macroreentradas (localizadas en el techo de la AI y anterior a las venas pulmonares izquierdas), siendo satisfactoriamente resueltas por ablación lineal de los istmos. Los pacientes incluidos en este trabajo no tenían, en su gran mayoría, TA previas; sin embargo las recurrencias, luego de la primera ablación, evidenciaron una mayor proporción de TA que de FAp. Estos resultados y otros previos21-24 sugieren que la ablación en la pared posterior de la AI elimina el sustrato de múltiples reentradas, críticas para la perpetuación de la FA y permite a los disparadores de las venas pulmonares una conducción decremental a través de los gaps, resultando en TA focales, en pacientes con AI normal o casi normal. Lo mismo ocurrió con los pacientes que tuvieron recurrencia de FA, por lo que se sugiere que tanto las TA como las FA comparten un mismo mecanismo. Gerstenfeld y col.25, sobre 341 pacientes con FA paroxística o persistente a quienes le realizaron Ae, encontraron una recurrencia de TA en 10 pacientes (2,9%), en 8 focal, en 1 por macroreentrada y otro por mecanismo incierto. También reportaron un 11% de recurrencia de FA más un 9% adicional de FA con episodios esporádicos. Ellos concluyeron que la TA, luego de la Ae, tiene un origen focal a partir de una reconexión de las venas pulmonares. El re-aislamiento de las mismas resultó ser un tratamiento efectivo. La ablación lineal fue necesaria en el caso de macroreentrada. Oral y col.22 realizaron Ae (40 pacientes) y Aa (40 pacientes) a pacientes con FAp sintomática. En un seguimiento a 6 meses reportaron un 32% de recurrencia de FA en el grupo Ae y 10% en el grupo Aa. Sólo refirieron un paciente (2,5%) del grupo Aa que desarrolló TA por macroreentrada, siendo resuelta por ablación lineal del istmo mitral. Reconexión eléctrica y macroreentrada luego de Aa. Chugh y col.19, utilizando ablación circunferencial (Aa) en 349 pacientes (227 FAp), encontraron un 24% de pacientes con recurrencia de TA, debido a macroreentrada localizada principalmente en el istmo mitral. De estos pacientes, el 33% remitió espontáneamente dentro de los primeros 5 meses de seguimiento. La presentación clínica más frecuente fue la TA incesante (65%). Pappone y col.26, en un estudio de 560 pacientes, randomizaron 2 grupos: grupo 1, consistía en pacientes que le efectuaron Aa (ablación circunferencial de las venas pulmonares) y al grupo 2 Aa modificado (incluyó ablación lineal en la pared posterior de la AI, uniendo las circunferenciales y otra en el istmo mitral entre el aspecto inferior de la línea circunferencial izquierda y el anillo mitral). Los resultados fueron: en el grupo 1, un 10% de TA y 14,3% de recurrencia de FA; el grupo 2 mostró un 3,9% de TA y un 12,9% de recurrencia de FA. Las taquicardias del grupo 1 fueron por macroreentrada en el 82% y focal en el 18% de los pacientes. En el grupo 2, la macroreentrada fue encontrada en el 73% y la focal en el 27% de los pacientes. Las macroreentradas estuvieron relacionadas a gaps en el istmo mitral o en las Arritmias post ablación de la fibrilación auricular HG Ruffa y col. ablaciones circunferenciales y las focales no estuvieron relacionadas a gaps, y se encontraron en la zona de punción transeptal, en el apéndice auricular izquierdo o en la aurícula derecha. Concluyeron en que la Aa modificada es efectiva en prevenir la FA, pero se asocia a un bajo riesgo de desarrollar TA incesante y estaría especialmente indicada en la FA crónica. Los resultados mostrados por el grupo de Pappone, en éste y en otros trabajos previos, guardan una estrecha correlación con la extensión de la aurícula involucrada en la ablación (promedio 23%). La Aa no sólo evita la estenosis de las venas pulmonares, sino que también previene la iniciación de la FA proveniente de disparadores originados en otros sitios. Cuando analizamos nuestros resultados, observamos que en los pacientes sometidos a Ae, la TA organizada incesante es poco común. En 2 pacientes, una TA corta precedió a la recurrencia de FAp. Nuestros pacientes presentaron TA organizadas e incesantes post Aa (Grupo II). Las ablaciones extensas sobre el tejido auricular pueden tener efecto proarrítmicos27-30. En efecto, según Cosío en su comentario editorial del Heart rhythm 2005, la Aa provee todos los elementos necesarios para desarrollar una TA izquierda por macroreentrada. Al ser regulares y con un ciclo corto, permiten mayor pasaje AV y por lo tanto conducen con mayor frecuencia que la FAp pre ablación, tornando al paciente sintomático y con necesidad de tratamiento. Todos nuestros pacientes con TA post Aa fueron altamente sintomáticos por palpitaciones, disnea y astenia. En nuestra observación, en las TA tardías, el modo de presentación (paroxística o incesante), además de su morfología en el ECG, permitiría sospechar los diferentes mecanismos involucrados en su génesis. La TA de presentación corta (con características de FA focal) que precede o no a la FAp y que se presenta en los pacientes post Ae más probablemente se debe a un mecanismo focal o de reconexión. En cambio, la TA que se presenta en los pacientes con antecedentes de Aa suele ser incesante o permanente y su mecanismo más probable sería la macroreentrada. La recurrencia (tardía) de FAp mostró relación con la presencia de TA o FAp en el período temprano en los pacientes con Aa, no así en los pacientes con Ae. Cuando analizamos el período tardío del grupo de Ae, la FAp fue precedida de una TA corta (FA focal), haciendo sospechar, nuevamente, un mecanismo focal probablemente de reconexión pulmonar. En 3 pacientes del grupo de Aa, la TA permaneció estable indicando que no fue una real recurrencia, sino un nuevo tipo de arritmia (efecto proarrítmico). Las diferencias entre ambos grupos (Tabla 1) podrían haber influido en los resultados en cuanto a la presencia de FAp en fase temprana, que puede ser debida, como ya fue analizado, a la lesión térmica, a la pericarditis, al disbalance autonómico o al crecimiento o maduración de la lesión de ablación. Sin embargo, las arritmias de fase tardía no están vinculadas a estos factores y los estudios disponibles hasta la actualidad, las han relacionado a reconexión eléctrica, a arritmias focales y/o a macroreentradas vinculadas a la ablación, por lo que su presencia debería ser considerada como efecto proarrítmico de la misma. No obstante esto, algunos trabajos mostraron una mayor can- Electrofisiología & Arritmias Vol. 1, N° 1, Enero-Marzo 2008 38 tidad de arritmias tardías vinculadas a tiempos de evolución de FA más prolongados o a AI más grandes20, por lo tanto se requerirán estudios prospectivos que puedan dilucidar esto. Conclusiones En nuestro grupo de pacientes, la incidencia de taquicardias auriculares tempranas y tardías luego de la ablación de la fibrilación auricular fue más alta (71%), que la recurrencia de fibrilación auricular (42%). La incidencia de TA y FAp temprana y tardía fue mayor en el grupo de ablación anatómica. Las arritmias más sintomáticas fueron las taquicardias auriculares incesantes que se presentaron en el grupo ablación anatómica. La FAp de la fase temprana se presentó sólo en el Grupo II y podría ser adjudicada tanto al método de ablación, como así también, relacionarse al derrame pericárdico (complicación del método), a aurículas más grandes o a la mayor duración de P (que estos pacientes presentaban). En los pacientes con Ae, la TA tardía se presentó en corridas cortas precediendo a la recurrencia de FAp. Teniendo en cuenta las limitaciones antes mencionadas, nuestras conclusiones tienen un carácter observacional y se requerirá en estudio prospectivo y randomizado con mayor número de pacientes. Agradecimientos Nuestro agradecimiento a la sra. Alicia Soria, técnica de la Sección Electrofisiología, por su permanente dedicación y desinteresada colaboración. Summary Incidence of atrial arrhythmias post ablation of the paroxysmal atrial fibrillation: complication, recurrence or proarrhythmic effect? Introduction. Ablation of paroxysmal atrial fibrillation (pAF) has proved an effective method of treatment but has described the presence of atrial tachycardia (AT), both focal as macroreentrant after it. We compared the incidence of AT and pAF post ablation using two different strategies: a) electrical ablation (eA) and b) anatomical ablation of left atrial (aA). Methods and material. We included a total of 21 patients, 18 men, average age 45.5 years, 9 were assigned to perform eA (group I) and 12 to aA (group II). The primary objective was to identify the incidence and clinical presentation of the AT sustained and recurrence of pAF, in each group after ablation. The follow up (1 year) was done through the presence of symptoms, electrocardiograms and 24-hour Holter. Results. A total of 6 patients (28%) had early atrial tachycardia/atrial fibrillation, 12 patients (57%) had late atrial tachycardia/atrial fibrillation; 9 of these (42%) had both arrhythmias and 3 (14%) had only recurrent paroxysmal atrial fibrillation. In group I, no patient had atrial tachycardia or early and late post ablation 3 patients (30%) had recurrent Arritmias post ablación de la fibrilación auricular HG Ruffa y col. paroxysmal atrial fibrillation late asymptomatic. In group I, no patient had atrial tachycardia or early and late post ablation and 3 patients (30%) had recurrent paroxysmal atrial fibrillation late asymptomatic. In group II, 6 patients (50%) had atrial tachycardias/early post paroxysmal atrial fibrillation ablation. In 9 patients (75%) was submitted late atrial tachycardia and 6 of them also showed recurrence of paroxysmal atrial fibrillation. Conclusions. In our group of patients, the incidence of early and late atrial tachycardias after ablation of atrial fibrillation was significantly higher (71%), than the late atrial fibrillation or recurrence (42%). Patients in group I had lower incidence of atrial tachycardia/paroxysmal atrial fibrillation early or late and were less symptomatic that in group II. Key words: atrial fibrillation - ablation - atrial tachycardia. Resumo Incidência de arritmias auriculares pós-ablação da fibrilação auricular paroxística: complicação, recorrência ou efeito pró arrítmico? Introdução. A ablação da fibrilação auricular paroxística (FAp) é um eficaz método de tratamento, mas já foi descrito a presença de taquicardias auriculares logo da mesma. Avaliamos a incidência de taquicardias auriculares sustentadas e de fibrilação auricular paroxística pósablação e a comparamos utilizando duas estratégias: a) a ablação elétrica e b) a ablação anatômica da aurícula esquerda. Material e métodos. Incluímos, retrospectivamente, 21 pacientes, 18 homens com idade média de 45,5 anos: 9 foram designados a realizar ablação elétrica (grupo I) e 12 a ablação anatômica (grupo II). O objetivo primário foi identificar a incidência e apresentação clínica das taquicardias auriculares e a recorrência de FAp prematura e tardia. Secundariamente, comparamos a incidência das mesmas entre os 2 grupos. O seguimento foi realizado através dos sintomas, eletrocardiogramas e Holter de 24 horas. Resultados. Um total de 6 pacientes (28%) apresentaram taquicardia auricular/fibrilação auricular prematura, 12 pacientes (57%) tiveram taquicardia auricular/FAp tardia; 9 destes (42%) apresentaram ambas e 3 (14%) somente tiveram FAp recorrente. No grupo I: nenhum paciente apresentou taquicardias auriculares prematuras nem tardias pós-ablação e 3 pacientes (30%) tiveram recorrência de FAp assintomática. No grupo II: 6 pacientes (50%) apresentaram taquicardias auriculares/FAp prematuras.Em 9 pacientes (75%), apresentou-se taquicardia auricular tardia e 6 deles, ademais, apresentaram recorrência de FAp. Conclusões. Em nosso grupo de pacientes, a incidência de taquicardias auriculares prematuras e tardias logo da ablação da fibrilação auricular foi mais alta (71%), que a recorrência da fibrilação auricular (42%). Os pacientes do grupo I apresentaram menor incidência de taquicardia auricular/FAp prematura ou tardia e foram menos sintomáticas que os do grupo II. Palavras chave: Fibrilação auricular - Ablação - Taquicardia auricular. Electrofisiología & Arritmias Vol. 1, N° 1, Enero-Marzo 2008 39 Referencias 1. 2. 3. 4. 5. 6. 7. 8. 9. 10. 11. 12. 13. 14. 15. Cox JL, Schuessler RB, Boineau JP. The surgical treatment of atrial fibrillation. Summary of current concepts of the mechanisms of atrial flutter and atrial fibrillation. J Thorac Cardiovasc Surg 1991; Mar;101(3):402-405. 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