Julio/1998

Anuncio
"PARTIDOS POLITICOS Y
SOCIEDAD CIVIL:
RELACION DE IDA Y VUELTA"
Primera edición, julio de 1998
D.L. Nª 4 - 1 - 909 - 98
©FUNDEMOS
Calle Hermanos Manchego No. 2441
Teléfonos: 360346 - 392642
Telefax: 433539
Casilla: 2302
Julio/1998
La Paz - Bolivia
5
Impresión: Editorial "Garza Azul'
Teléfono 232414 Casilla 11828
La Paz - Bolivia
6
"OPINIONES Y ANALISIS"
"OPINIONES Y ANALISIS"
"LAS TEORIAS INSTITUCIONALISTAS Y LA
PERCEPCION CIUDADANA CON RESPECTO
A LOS PARTIDOS POLITICOS"
H.C.F. Mansilla Ferret ..................................................................... 141
CONTENIDO
PRESENTACION ................................................................................. 9
"PARTIDOS Y SOCIEDAD"
Hugo Carvajal Donoso .......................................................................11
"ACERCA DE PARTIDOS POLITICOS Y SOCIEDAD"
Roberto Moscoso Valderrama ............................................................57
"SOCIEDAD CIVIL Y PARTIDOS POLITICOS:
VIEJAS Y NUEVAS RELACIONES"
Enrique Toro Tejada ...........................................................................75
"PARTIDOS POLITICOS Y SOCIEDAD CIVIL:
REPENSANDO LA REPRESENTACION POLITICA Y
LA PARTICIPACION SOCIAL EN LAS
NUEVAS DEMOCRACIAS"
Gerardo Berthin Siles .........................................................................83
"ACERCA DE PARTIDOS POLITICOS Y
SOCIEDAD CIVIL DE BERTHIN SILES"
Salvador Romero Pittari .................................................................. 131
7
8
"OPINIONES Y ANALISIS"
"OPINIONES Y ANALISIS"
de las aspiraciones, ambiciones, puntos de vista tanto de las
estructuras partidarias como de la sociedad civil.
P R E S E N T A C I O N
Los últimos años se han caracterizado por el debate en
torno a la relación entre partidos políticos y sociedad civil; la
distancia entre ambos, la manera de acercarlos, el impacto de
algunas medidas adoptadas con ese fin han sido algunos de los
temas más discutidos. Las últimas decisiones parlamentarias
ligadas a la designación de personalidades en la Defensoría del
Pueblo o en el Consejo de la Judicatura, ilustraron las tensiones
entre supuestas lógicas políticas y sociales.
El texto se arma alrededor de dos exposiciones, una
preparada por el diputado Hugo Carvajal y otra por el politólogo
Gerardo Berthin. A su turno, ambos trabajos son comentados,
estudiados por dos políticos y dos analistas. En claro, se abrió el
debate, más allá de los lugares comunes: este nuevo número de
Opiniones y Análisis cumplirá plenamente su meta cuando los
lectores se apropien del tema y prolonguen las reflexiones aquí
iniciadas.
Enrique Toro Tejada
PRESIDENTE DEL DIRECTORIO
NACIONAL DE FUNDEMOS
Para aportar al debate serio, FUNDEMOS presenta el
número 36 de Opiniones y Análisis, que reúne trabajos que
giran alrededor de la temática. Se invitó a actores directamente
implicados, políticos y miembros de la sociedad civil, para
estudiar la realidad de la relación partidos políticos-sociedad
civil desde un doble ángulo, como personalidades
comprometidas y como espectadores. En ese intercambio de
ida y vuelta, se espera sentar las bases de una mejor comprensión
9
10
"OPINIONES Y ANALISIS"
"OPINIONES Y ANALISIS"
PARTIDOS Y SOCIEDAD
manifestaciones sociales, se encontraba cargada de cálculo electoral
antes que de proyectos de renovación política y participación ciudadana.
Hugo Carvajal Donoso
I.
CONSIDERACIONES GENERALES
La relación entre partidos y sociedad es una fuente de análisis
que ha permitido establecer modificaciones a la estructura normativa
de la política y el derecho. La constatación de que los déficits de
representación de los políticos han sido crecientes desde 1982 ha
conducido al conjunto del sistema a introducir modificaciones en la
forma de elección y constitución de la representación política.
Pero el avance en la reformulación de los procedimientos de
la representación no tiene un acompañamiento permanente con la
reflexión de los partidos políticos, lo que ha conducido al desarrollo
de prácticas intuitivas, inconexas con matrices de pensamiento y
condensadoras de hábitos individuales. Esta es una falta de precisión
en el análisis que los partidos mantienen como tarea inconclusa.
Los partidos políticos desarrollaron por obligación del medio,
mecanismos de aproximación a la sociedad que les permitieran
mantener un posicionamiento positivo en la competencia electoral. De
esta forma, un método recurrente ha sido la cooptación de líderes
sociales, lo que ha permitido -sobre todo a los eventos electoralescontar accidentalmente en la política, con la presencia de personajes
que producía la sociedad para la cultura, el arte, el deporte y el
espectáculo. Esta participación, no obstante provenir de
11
La democracia requiere de un método de renovación de su
legitimidad que sólo puede encontrase en la actitud y formas de apertura
que realizan los partidos frente a la sociedad. Una carencia de
mecanismos de participación ocasiona que la base de consenso de la
democracia se restrinja cada vez más a élites formadas políticamente
o a élites económicas y de poder que instrumentan al sistema. Debido
a este reto, se ha convertido en un lugar común de los partidos, la
utilización de dirigentes y organizaciones sociales como medio para
ampliar la legitimidad de las organizaciones políticas; sin embargo,
la utilización de estos dirigentes se realiza mediante formatos
prebendales e instrumentales que invalidan la potencialidad de la
incorporación de estas personas a la política.
Los períodos propicios en los que el sistema de partidos
despliega la táctica de la cooptación de líderes sociales son
invariablemente las elecciones generales o municipales. En efecto, las
maquinarias electorales de los partidos ocasionalmente realizan
diagnósticos de marketing electoral y , en ellos, de pronto las debilidades
de posicionamiento electoral de las candidaturas son la causa primordial
de políticas, pactos, alianzas y cooptaciones en los que el rellenamiento
de las estructuras políticas con personas e instituciones trasciende
porque se busca alcanzar objetivos simples y puros de fortalecimiento
en determinado barómetro electoral.
Tal método de relación de los partidos con la sociedad habría
mostrado sus defectos en reiteradas oportunidades. La opción de ampliar
base electoral no necesariamente significa la afirmación de un consenso
de factores sociales y en consecuencia, las políticas desarrolladas desde
12
"OPINIONES Y ANALISIS"
"OPINIONES Y ANALISIS"
el Estado no contienen la calidad de una delegación social y de un
proyecto político socializado. En este sentido puede decirse que los
partidos políticos carecen de mecanismos idóneos de lectura de la
realidad lo que les ha conducido al enraizamiento de una cultura de
la instrumentación de los lideratos y de las instituciones sociales.
actores sociales como sobre los mediadores por excelencia del Estado,
es decir, los políticos. Pero el hecho revelador de una anacronía
estructural de los partidos es que, no obstante este nuevo contexto,
poco o muy lentamente, los partidos han buscado adaptarse a los
tiempos de cambio lo que ha generado un severo debilitamiento del
prestigio de los partidos y de los dirigentes políticos.
La apariencia de que el sistema no funciona es una imagen
inducida por factores externos al sistema de partidos que de alguna
manera se encuentran en una búsqueda de legitimidad política, aún en
competencia con los roles de intermediación de la política. No obstante,
el hecho de que la crítica de los medios de comunicación sobre la
política sea permanente -aunque module su tono de acuerdo al mediose debe a que los partidos no han permitido la construcción de ambientes
adecuados a la creación de lideratos políticos en la sociedad. Los
partidos renunciaron o minimizaron su rol de educar a la sociedad
políticamente, cortaron los canales para que la juventud se integre a
las estructuras partidarias, no renovaron sus paradigmas políticos y
mantuvieron nomenclaturas de dirección muy rígidas.
Este hecho refleja a estructuras partidarias que tienen una
conducta contradictoria. Por un lado, muestra a partidos que fueron
capaces de dialogar y proceder a la reforma del Estado e incluso a
la modernización de aparatos del sistema político y electoral y, por
otro, a organizaciones que no han sido capaces de innovar y modular
sus roles de intermediación de manera amplia, consensuada y
participativa con la sociedad.
Las crisis se expresan cuando el cambio de la realidad no es
asimilado y reflejado por los partidos lo que conduce a un corte
conceptual entre política y sociedad y donde particularmente el rol de
la política para la aproximación de sociedad y Estado se vuelve
asimétrico. Por ejemplo, durante el trienio 1982-1985 la Unidad
Democrática y Popular no percibió o, si lo hizo, no asimiló los cambios
del contexto. Ello condujo al país a una vorágine de ingobernabilidad
administrativa y política de graves consecuencias.
Los efectos de las transformaciones económicas y sociales de
esta década, crean nuevas condiciones para que los actores de la política
establezcan nuevas visiones sobre su función en la democracia y sobre
sus métodos de alcanzar sus objetivos, es decir, su proximidad con
el poder. La sociedad boliviana sigue mayoritariamente pobre,
estructuralmente heterogénea y físicamente desarticulada. Su
institucionalidad afronta procesos de modernización que pretenden
renovar la confianza social. La economía internacionalizada influye
y determina la administración local. Estos hechos se convierten en los
nuevos parámetros para calificar la gestión de la política. Ahora, esta
relación es la que debe abordarse desde la política.
La realidad para la política ha cambiado dramáticamente; la
modificación de los valores sociales, la afirmación de una generación
mediática y los grandes fenómenos de urbanización acompañan
procesos de globalización económica que influyen tanto sobre los
13
14
"OPINIONES Y ANALISIS"
"OPINIONES Y ANALISIS"
electorales y políticas que más allá de ser inesperadas, se convirtieron
en antecedentes de la cultura política boliviana.
Paralogismo y no dilema
Cómo iniciar el análisis de la relación partidos sociedad ?. Un
mínimo ordenamiento de los conceptos de esta relación sólo puede
realizarse mediante la sistematización de la política. Desde esta óptica,
la comprensión de la política es un aspecto vital para validar los
conceptos del presente análisis. En consecuencia, la relación partidossociedad encuentra su mejor ambiente para comprenderse a través de
la política.
La ubicación de la política como ciencia o como arte ha sido
tanto para los estudiosos como para los próximos a la política, una
cuestión que ha merecido importantes discusiones y aportes; sin
embargo, el hecho que una definición o, más bien, una aplicación
conceptual haya abierto tanto debate, indica de la calidad del asunto.
La política se ubicaba o como ciencia, entonces susceptible de ordenarse
categóricamente o como arte, es decir, como una expresión libre y
espontánea de la sociedad, no clasificable. La política abarca un
conjunto amplio de conductas, ideas y comportamientos que permiten
ubicar la acción y razgos de los operadores de la misma. Contiene
preceptos y conceptos confirmados por procesos de validación que le
adjudican la calidad de ciencia, pero refieren también la acción inédita
e irreproducible de personas de carne y hueso que pueden ser calificadas
como arte.
La política debe ser entendida como una disciplina única que
permite atravesar los hechos sociales en forma de análisis sistemático
y original y singularmente en coordenas históricas definidas. Sartori
menciona al respecto: “en suma, la praxis política no es únicamente
la parte aplicada de un conocimiento; es también, de modo irreductible,
creatividad, intuición, olfato, en una palabra arte”. Pero enseguida
añade “pero si la acción política es también arte, no es solamente arte”.
Por ello, el ámbito de esta investigación no puede sino ser explicado
por la particularidad que le convoca el tema. Analizar a los Partidos
y la Sociedad parte del hecho de que su ordenamiento debe hacerse
en la medida de una sociedad heterogénea y abigarrada que ha hecho
política de diversas maneras y sobre la que se han vertido importantes
dosis de discursos (contemporáneos) que la modificaron radicalmente
en los últimos años.
La política -es cierto- debe tener márgenes de previsibilidad
para ordenarse; pero desde el punto de vista del magnetismo que
desarrolla sobre multitudes y sociedades, tiene su “magia” a través de
los operadores y actores que le dan márgenes de sorpresas que generan
desemboques insospechados. Por ejemplo, la salida electoral de 1978,
el triple empate de 1989, entre otros, produjeron resultados y salidas
El análisis de esta relación bien podría fundarse en la historia
oral del pueblo andino y oriental. O, de otro modo, en las diferentes
historias de los partidos políticos que concurrieron a la formación de
la democracia boliviana. Otra visión para un abordaje productivo podría
considerar la historia de las contradicciones de “masas” que
acontecieron en el devenir político. En fin, las posibilidades de entender
las relaciones entre la sociedad y los partidos son amplias. Este trabajo,
opta por vincular dos niveles de análisis: por una parte, la concresión
de la actividad de los partidos políticos dentro de la preferencia electoral
de la sociedad y, por otra, los roles de representación política que
desempeñan los mismos partidos para la sociedad. Adjunto y como
apéndice a este análisis se tocará las limitaciones y deficiencias que
tienen los partidos en el cumplimiento de esta relación.
15
16
"OPINIONES Y ANALISIS"
Tipicidades de los partidos, un asunto sin conclusión.
Los partidos políticos pueden ser clasificados por la plataforma
ideológica que proponen; pero básicamente, los factores que separan
a unos de otros se encuentran en la praxis y comportamientos que
acontecen en la historia particular de los mismos. Una definición
bastante elemental pero aplicable a la segregación de los partidos la
propone Maurice Duverger quien menciona “la lucha política reducida
a su mayor simplicidad y a su elemento fundamental, no consiste sino
en el enfrentamiento entre aquellos que están casi totalmente satisfechos
del orden existente y que, por lo tanto, quieren conservarlo, y los
insatisfechos con este orden, que, en consecuencia, quieren cambiarlo”.
Los partidos políticos se encuentran entonces determinados por el lugar
de conformidad o inconformidad respecto del gobierno, el Estado, la
economía, la justicia, etc. que permitirán a los mismos hacer de estas
dimensiones nuevos agregados propositivos para confrontarlos en la
sociedad. Este último hecho provoca en los partidos una identidad
inefable y particular que distinguirá a sus miembros del resto.
Tradicionalmente la sociedad y los mismos partidos habían
afirmado esa singularidad e identidad estableciendo una codificación
bastante gráfica entre derechas e izquierdas políticas que les otorgaban
un lugar y una vitalidad propia en el contexto del sistema político. Pero
los elementos de sustento ideológico -característicos de esta tipicidad
de lateralidad política- se sometieron a importantes y definitivos
cambios en sus centros nucleares de irradiación ideológica. El derrumbe
del muro de Berlín levantó para la política, una invisible frontera
epistemológica entre un antes y un después. La visión y praxis de los
partidos han cedido a nuevas prácticas políticas en las que priman más
bien criterios de pragmatismo sectorial. La segmentación de los
discursos políticos, adecuados a públicos sectoriales y a estratos
17
"OPINIONES Y ANALISIS"
concretos, se explica porque la heterogeneidad estructural del país
concede la oportunidad para diferenciar el discurso regional, étnico,
de género, empresarial, etc. y porque permite una lógica moldeable
de la acción política y de esta manera, la generación de lideratos
intermedios y la formación de centros de opinión pública.
Juan Rial sostiene que la política se hace para diferentes estratos
y “para lograrlo se atiende a un sector tradicional que tiende a una
visión de la organización societal en términos de décadas anteriores.
Generalmente se lo asimilan a los más pobres. Otro sector podríamos
denominarlo moderno, materialista, endeudado, consumista, con
problemas de ubicación ante el derrumbe de su conocimiento
convencional respecto a cómo debe ser el mundo, generalmente de edad
media, tratan de reacomodarse en la nueva situación. Son los más
descreídos y presumiblemente conforman el grueso de la sociedad.
Finalmente hay un sector postmoderno. Buscan un nuevo sentido de
integración societal en base a una calidad de vida diferente. Vive el
presente, el ya fue, es permanente, lo que no permite acumular, se
asimila la idea y esterotipo de lo joven, consumista y exitoso. Es difícil
para este sector asumir una visión utópica y tienden al analfabetismo
político”. Esta descripción permite ubicar a la acción política de los
partidos de manera mas o menos ordenada. Los cambios en la sociedad
deben inevitablemente reconfigurar los métodos de aproximación de
la política y, en consecuencia, de los límites que persigue para cada
caso un dirigente político.
Sin embargo de esta acción estratificada y segmentada de la
política, queda claro que los partidos realizan la operación de separación
de su programa y de su actividad político-electoral en función de las
nuevas expectativas y organización social vigentes, pero no en mérito
a una atomización de sus alcances y metas propias. En efecto, la
18
"OPINIONES Y ANALISIS"
"OPINIONES Y ANALISIS"
actividad pragmática conviene entenderse como el hecho “operativo”
de alcance a la sociedad, pero aparentemente, los partidos son todavía
(o lo serán definitivamente) los factores de integración de las visiones
fragmentarias de la sociedad. La visión “totalizante” que requiere una
nación se encuentra en la naturaleza y roles de los partidos.
cual la gobernabilidad se realiza y en el que interactúan las fuerzas
políticas.
Por lo mencionado, la definición de las características de los
partidos se encuentra en modificación debido a procesos nuevos de
realización económica y a cambios de los referentes paradigmáticos
estatales existentes hasta el comienzo de esta década. Las referencias
tradicionales políticas e ideológicas que conocíamos nos brindaban la
oportunidad de preparación de mapas relativamente sencillos de la
ideología y la ubicación política de los protagonistas que se encontraban
en su interior.
La tipicidad de los partidos políticos, además, se encuentra en
transición porque básicamente se han removido conceptos y creencias
de lo público y de lo privado. En el pasado, la principal frontera y
causa de separación del sistema político era la reivindicación de una
organización social respecto de una idea de propiedad. La consideración
de derecha, centro e izquierda política ya no refleja la afirmación de
proyectos antagónicos de construcción de la sociedad, porque los
mismos partidos que antes se alineaban respecto de políticas de Estado
antagónicas hoy deben convivir en ámbitos de convergencias
conceptuales, impensables hace diez años. La realidad es ahora esa.
Los cambios que produjo la reorganización de la economía y
el traslado del patrón de acumulación sobre la formación social, a su
vez, ocasionaron reacomodos en la relación partidos - sociedad. Un
primer ámbito de constatación de esos cambios se produce con la
irrupción de nuevos protagonistas electorales, nuevas formas de
intermediación política y, obviamente, la instalación de nuevos valores
y entendimientos sobre la política. Los procesos de urbanización han
creado, por primera vez en el siglo, una relación «campo-ciudad» en
el que las concentraciones humanas se encuentran mayoritariamente
en los centros urbanos. Los grandes movimientos sociales son
dominantemente generados en las ciudades. En 40 años, según la Cepal,
absolutamente todos los países de latinoamérica, han concentrado a
sus poblaciones en grandes ciudades y algunos países tienen el
inexplicable privilegio de tener las ciudades más pobladas del planeta.
Demos por comprendido que el Sistema de Partidos es un
componente del Sistema Político el cual, a su vez, es el medio en el
La reconversión de la economía , como dijimos antes, ocasionó
la transformación de la geografía social vigente desde la post guerra
mundial. El modelo de sustitución de importaciones conformó una
estructura social donde la clase media era el factor más importante
de apoyo y cohesión. La clase media constituyó el mercado interno
del modelo y permitió la formación de varias generaciones de políticos
vinculados a ese segmento y que relacionaban sus actividades con los
movimientos sindicales de maestros, jubilados, administración pública
y empleados de comercio. Paralelamente a la clase media, la clase
obrera desarrolló y desplegó una capacidad de movilización hegemónica
en la sociedad que se fundó en la organización de una estructura sindical
de «centralismo democrático» que , por lo menos en Bolivia, se
constituyó en un factor real de poder político. Controlar sindicatos y
19
20
Sistema de Partidos y Sociedad
"OPINIONES Y ANALISIS"
"OPINIONES Y ANALISIS"
Central Obrera Boliviana era casi un sinónimo de poder político,
incontrastable e indiscutible.
Los partidos reconformados iniciaron su reingreso y continuidad
en la política enfrentados a una sociedad en transformación. Según Juan
Rial, en los grupos sociales «desde los años 80 se apunta a una estrategia
más individualista que lleva a la ruptura de la solidaridad familiar e
intergeneracional y busca objetivos defensivos: vivienda y reproducción
cotidiana pasan a ser los objetivos básicos que deben lograse a través
de la consecución de un ingreso. Esta actitud defensiva lleva a la
persona a tener una sensación de temor frente al futuro, ante la
incertidumbre. Siente que está peleando o asume un síndrome del
abandono del futuro de los hijos. Este individualismo se traduce también
en inmediatismo, aparece una mentalidad de saqueo que permea a toda
la sociedad».
Los efectos de la globalización y la reconversión económica
explican la nueva segmentación social, vigente posterior al ajuste
estructural y la crisis de la deuda externa por la que atravesaron casi
todos los países latinoamericanos. Los principales indicadores de esa
segmentación se traducen en la caída del consumo, el ahorro, el ingreso
real y la capacidad de endeudamiento. Afectados por este proceso de
cambios, de esta forma, los partidos políticos han girado y transformado
sus centros de gravedad, que eran los discursos políticos dirigidos
específicamente a una u otra clase o segmento social. En Bolivia, los
partidos se encontraban hasta finales de la década del 80, relacionados
por un lado con esos movimientos de clase media y, por otro con la
clase obrera. La importancia de los partidos devenía del grado de
penetración en los movimientos sociales y sindicales de uno y otro
grupo.
El ajuste estructural implementó en el ciudadano y en el partido
político en particular, la noción de la no pertenencia social; de tal forma
que la crisis de identidad de los partidos y los grupos sociales se hizo
efectiva y provocó la reconformación transversal del sistema político.
La adaptación de los partidos a las nuevas condiciones de la política
se realizó mediante el realineamiento ideológico y orgánico de casi
todas las organizaciones políticas. Algunas, como las de izquierda,
iniciaron un rápido proceso de desgaste, fraccionamiento y división
que generó un debilitamiento generalizado de los mismos y por otro
lado, el cuestionamiento de sus paradigmas estatales más notorios, se
hizo una pesada carga que, finalmente, dió paso a la casi disolución
de estos partidos.
21
La estructura social ha cambiado mucho, pero los componentes
más destacados de ese cambio se los encuentra en las clases medias
y en el proletariado. Los cambios de generación no garantizan para
sus miembros la pertenencia a la misma clase y es en la clase media
donde se nota dramáticamente este cambio, lo que ha llevado a éstas
a una participación defensiva de la política. La política para estos
segmentos debe traducir dos cosas: ascenso social y seguridad del
ingreso. En el otro extremo, la clase obrera se ha transformado
radicalmente. La privatización de empresas productivas y de servicios,
ha generado paro y desempleo por la reconversión tecnológica. Las
viejas empresas de cientos de obreros han dado paso a pequeñas
unidades productivas o al cierre de las mismas por la diferencia de
precios o economías de escala practicadas en sus productos.
Otro factor relevante de la construcción del nuevo escenario
político se encuentra en la irrupción definitiva de la mujer como factor
productivo, como elemento de decisión electoral, como vehículo de
formación de opinión y como actor de procesos sociales. Las mujeres
22
"OPINIONES Y ANALISIS"
"OPINIONES Y ANALISIS"
han creado un nuevo marco de explicación de la formación social ya
no por el hecho de que sus reivindicaciones se encuentren agregadas,
sino por el hecho de que están en el centro de las decisiones políticas
y económicas, aunque su plataforma de lucha siga siendo
reinvindicativa. Los jóvenes igualmente son el factor de atención que
ha destapado una verdadera revolución en los discursos de los partidos
políticos. Los jóvenes en casi todos sus segmentos se hallan con los
impedimentos de participación política que ha generado un
descreimiento por la política.
crítico, los partidos políticos tienden a reconstituirse en una nueva
centralidad de partidos que pasarían a constituir el núcleo del nuevo
sistema político, complementado por algunas referencias políticas
regionales que han podido integrarse a la distribución electoral de la
preferencia de la ciudadanía.
Las prácticas políticas de los actores que la realizan demostraron
una particular adaptación debido a que las actitudes de la sociedad
respecto del futuro y de la realidad se desplazaron de los planos de
la solidaridad institucional a los planos de la satisfacción individual.
El derrumbe de los sistemas de seguridad social y la modificación de
las leyes del trabajo, dieron como resultado una sociedad dispuesta
a escuchar y concretar políticamente alternativas de éxito empresarial
y de riqueza. Si hasta el ochenta la característica de la sociedad
boliviana era la participación de las masas; en el ochenta se inicia
precisamente su desmantelamiento como sujeto de cambio político. De
esta manera, importantes sectores, sobre todo de la clase media,
tendieron a despolitizarse y, las nuevas generaciones a encontrar interés
por la política extraordinariamente infrecuentes. La apatía del ciudadano
en relación a su participación política, devino en el fortalecimiento
de corrientes impugnadoras y estigmatizadoras del sistema político.
El sistema de partidos boliviano posterior al ajuste estructural
-entre otras- muestra las siguientes características:
-
Una centralidad de cinco partidos, manifiesta en mayorías
electorales y parlamentarias.
-
Lideratos consolidados en el caso de cuatro partidos (ADNNFR, MIR, MNR, UCS) y posiblemente CONDEPA.
-
Vigencia y presencia parlamentaria de partidos minoritarios.
-
Formación de coaliciones para la gobernabilidad.
II.
LOS PARTIDOS EN LA SOCIEDAD BOLIVIANA
MEDIANTE LA PREFERENCIA ELECTORAL
Sin embargo de estos hechos, la sociedad ha formado nuevos
liderazgos políticos que se relacionan con las esperanzas que guardan
en su inconciente las colectividades sociales desamparadas,
desplazadas, desempleadas y pauperizadas. En efecto, desde la
recuperación de la democracia, no obstante un hábitat cuestionado y
El acto más concreto que la sociedad emplea para demostrar
sus aprensiones y afectos políticos es el voto. El voto ha permitido
que los electores constituyan mayorías suficientes para ejercer el
gobierno, pero también minorías políticas que practiquen la oposición
a los primeros. Esta interactividad refleja de alguna manera la
disposición que tienen los pueblos para asumir un camino o senda en
el tiempo. Lógicamente, las políticas de gobierno se someten a la
consulta sólo y a través del voto cada cierto tiempo; lo que exige que
23
24
"OPINIONES Y ANALISIS"
el votante proyecte su voto como una apuesta hacia el futuro, dado
que una enmienda al mismo será posible luego de verificarse
empíricamente la validez de las ofertas electorales, es decir cada cinco
años.
Los partidos políticos se presentan como opciones de gobierno
y ejercicio del poder pero también contienen en sí mismos, lineamientos
para ejercitar una posible oposición. Eso que Duverger llama
“satisfacción” sobre el estado de cosas posibilita el despliegue de una
racionalidad mínima en la sociedad sobre el ejercicio del poder y de
la oposición implícita al mismo.
En las siguientes líneas trataremos de establecer cómo la
preferencia electoral relata la voluntad de la sociedad, voluntad que
-es necesario mencionarlo- se encuentra influída por fenómenos de
imagen y envoltura técnica a la que han recurrido, en el último tiempo,
todas las candidaturas. Se hace incapié que las campañas de marketing
electoral tienen cada vez mayor importancia en la presentación y
destino de candidaturas y candidatos; sin embargo, asumiremos que
este hecho es un fenómeno que todavía no ha sobredeterminado a las
candidaturas, por lo menos en nuestro país. Los partidos y las élites
políticas siguen relacionando sus opciones y orígenes como
candidaturas, respecto de otras determinantes como proyectos políticos,
lideratos construídos o programas sectoriales, incluso corporativos. Las
candidaturas, si bien someten sus tácticas a procedimientos del
marketing, vienen reflejando previamente una decisión de política que
hace de alguna manera a los problemas y esperanzas que contiene su
comunidad.
"OPINIONES Y ANALISIS"
Escalas de medición
Los partidos se encuentran en capacidad y disposición de ejercer
sus programas políticos siempre y cuando exista el ambiente y las
condiciones propicias. Este hecho se da con naturalidad en el sistema
representativo que, más o menos, permite y no restringe la interactividad
de los partidos y los hombres de la política.
La democracia crea, mediante el voto, las formas para percibir
una visión colectiva sobre la realidad. Aunque es discutible, “todos
los sondeos de opinión y todos los análisis de elecciones y partidos
nos demuestran que existe una correlación bastante estrecha entre los
criterios políticos que se manifiestan y el nivel de vida” (Duverger).
De esta manera, la sociedad expresa su percepción del “cómo se
encuentra” con relación a una escogencia electoral y política. Entonces
podemos aceptar que los partidos -con un margen real de certidumbreen un tiempo dado, representan a su comunidad. Por ello, además, se
puede decir también que los partidos ejercen la representación social
y son a su vez el canal más adecuado para ejercitar la mediación de
la sociedad ante el Estado. En este aspecto, la Constitución Política
de Estado de Bolivia, reconoce que los partidos ejercen exclusivamente
la representación política del pueblo. Obviamente, la estabilidad y
permanencia de unos y otros partidos clasificará a los importantes de
los accidentales. Bajo los criterios referidos es posible afirmar que el
voto infiere una forma de representación social y por lo mismo, se
constituye en un parámetro efectivo para entender la forma de admitir
la realidad y opinar que tiene la sociedad.
Entonces, la escala de medición de la relación partidos-sociedad
es, desde una perspectiva de la opinión política, el voto. Por ello, esta
relación puede ser analizada y constatada mediante el seguimiento del
25
26
"OPINIONES Y ANALISIS"
"OPINIONES Y ANALISIS"
comportamiento del voto a lo largo de una periodización
predeterminada.
muy especial pues, para las grandes mayorías, representa el único
instrumento de participación en el proceso político”, Noehlen continua
diciendo “cierto que sólo una minoría ejerce siempre este derecho en
-principio igual para todos- de participar activamente en los procesos
de selección y decisión políticas. Salvo en situaciones especiales, las
grandes mayorías son políticamente apáticas.”
Para este fin (analizar la historia del voto) deben tomarse en
cuenta dos aspectos de orden:
-
-
Los votos se encuentran dispersados en el territorio y pueden ser
influenciados por diferentes procesos regionales y locales que
incidirán de diferente manera en la decisión de votar por alguien.
Las características de la votación son cualitativamente diferentes
en elecciones generales que en elecciones municipales dado que
la representatividad se organiza y ejerce en cada caso con
peculiaridades propias.
La importancia de que el voto (a través de las elecciones)
indique participación política y que para las mayorías sea el único
instrumento de presencia en el proceso, muestra que existe conciencia
de las limitaciones estructurales del sistema político; sin embargo, esas
limitaciones no son óbice alguno para que el funcionamiento del
sistema sea reivindicado como apto para expresar la representación
política de la mayoría de la población.
El voto como elemento develador de la preferencia ciudadana
Mapa electoral y de presencia social de los partidos
Los universos electorales se encuentran en relación con el
tamaño de la población. Casi todos los sistemas electorales se asemejan
en la edad de habilitación de la ciudadanía votante. En efecto, son 18
o 21 años los que permiten ejercitar el derecho a elegir, con el que
se consagra una especie de graduación política del ciudadano. El voto
cobra trascendencia en la medida que se inscribe en un sistema amplio
y organizado de agregación circunscripcional (local, departamental y
nacional) mediante el cual se construye una mayoría política (local,
departamental o nacional).
El voto en elecciones proporciona una idea dinámica de la
participación.Según Noehlen, “aunque las elecciones no son sino una
forma de participación política entre tantas otras, su importancia es
La sociedad boliviana se ha expresado en 20 años de democracia
-interrumpida en su nacimiento- mediante 7 elecciones generales, de
las cuales una fue anulada, una frustrada y una postergada en la
habilitación de sus órganos legislativos. A partir de 1985 se suceden
ininterrumpidamente cuatro elecciones generales con el consiguiente
establecimiento de gobiernos de coalición. A la par, se suceden desde
1985 seis elecciones municipales. Los intervalos entre cada elección
general hasta 1997 eran de cuatro años, siempre, contando desde 1985.
Los intervalos entre cada elección municipal desde 1985 eran de dos
años, ejecutados sin interrupción hasta 1995. La última reforma
constitucional de 1994 amplía los períodos de ejercicio del ejecutivo
central y municipal: en el primer caso a cinco años y en el segundo
a cuatro.
27
28
"OPINIONES Y ANALISIS"
"OPINIONES Y ANALISIS"
Es interesante conocer que en el período 1985 - 1997, la política
boliviana se movilizó a través de treinta y siete partidos políticos que
interactuaron ante el electorado para capturar su preferencia y constituir
su representación.
permite establecer los factores centrales de la gobernabilidad y sobre
los que la sociedad mantiene una espectativa permanente dado que ello
representaría las sensibilidades y visiones más fundamentales existentes
en la formación social.
Durante este período, sólo un partido mantiene invariablemente
una presencia electoral definida y que no ha requerido el cambio de
sigla o fusión. Se trata del MNR.
En el período 1985 - 1997 la votación de la sociedad boliviana
se ha visto ofertada por un sistema de partidos amplio y variado que
ha expresado una variedad de categorías políticas, ideológicas y
grupales. Esta variedad se presenta de la siguiente forma:
Aunque con la misma intensidad participativa, Acción
Democrática Nacionalista y el Movimiento de la Izquierda
Revolucionaria han concurrido a las nueve elecciones acontecidas en
ese intervalo. Pero de ellas, tres, dos municipales y otra nacional han
sido en calidad de fusionados en una sola candidatura.
Ningún otro partido de los treinta y ocho registrados ha podido
persistir en participación en los eventos electorales sea porque surgieron
a la vida pública a raíz de acontecimientos políticos generados en el
transcurso o sea porque su vida biológica llegaba a su fin.
De estos treinta y ocho partidos, diez y siete participaron sólo
una vez con candidatura, cinco participaron dos veces con candidaturas
propias y uno participó tres veces. De acá para adelante catorce partidos
se convierten en protagonistas frecuentes de la actividad electoral y
dejan de ser ocasionales o accidentales.
La importancia de los partidos según algunos estudiosos se
clasifica por el hecho de que los mismos tengan condiciones para formar
coaliciones de gobierno o contengan condiciones para ejercitar presión
sobre los primeros, de acá para adelante, el resto importa
verdaderamente poco. Pero este último criterio, tiene valor porque
29
En el siguiente cuadro podemos apreciar cuántas veces los
partidos se hicieron presentes en elecciones durante el período referido:
PARTICIPACION ELECTORAL DE LOS PARTIDOS
POLITICOS
1985 - 1997
TOTAL
9
8
7
6
5
4
3
2
veces veces veces veces veces veces veces veces
1
vez
34
1
1
1
4
3
1
4
6
16
partidos partido partido partido partidos partidos partido partidos partidos partidos
Fuente: Elaboración propia.
Esta visión de lo que significan los partidos políticos para el
votante, se complementa con el siguiente cuadro sobre la estabilidad
y permanencia de los partidos en los procesos electorales.
30
"OPINIONES Y ANALISIS"
"OPINIONES Y ANALISIS"
RESULTADOS ABSOLUTOS Y RELATIVOS OBTENIDOS
POR LOS PARTIDOS POLITICOS BOLIVIANOS EN EL PERIODO 1985 -1997
GENERALES 1985
MUNICIPALES 1987
GENERALES 1989
VOTOS PORCENTAJE VOTOS PORCENTAJE VOTOS PORCENTAJE
TOTAL 1.504.060
100.00 % 1.143.633
100.00 % 1.415.870
100.00 %
MNR
456.704
30.36 146.628
12.82 363.113
25.65
ADN
493.737
32.83 326.857
28.58 357.298
25.24
CONDEPA
173.459
12.25
MIR
153.143
10.18 298.441
26.10 309.033
21.83
UCS
Acuerdo Patriotico
MBL
IU
PS-1
FRI
EJE
MRTKL
FSB
ASD
MPP
VR-9
MNRI
MNRV
AP
MRTK
FPU
PDC
ARBOL
VSB
MIN
NFD
MKN
FULKA
POR
ACP
MNR1
PDB
FNP
ID
AUR
ARENA
INDEP
10.892
38.786
0.72
2.58
31.678
19.985
2.11
1.33
82.418
72.197
5.48
4.80
16.269
38.124
24.079
1.08
2.53
1.60
86.486
7.56
45.313
22.770
3.96
1.99
22.824
2.00
71.458
6.25
68.193
5.96
113.510
39.763
8.02
2.81
10.608
0.75
22.983
9.511
1.45
1.66
9.687
16.416
0.91
0.86
0.78
9.635
0.64
9.420
8.665
0.63
0.58
5.468
0.50
3.219
0.30
2.704
0.20
21.100
1.28
30.864
1.87
2.604
0.23
8.587
0.50
1.62
0.83
16.584
18.985
13.712
12.918
11.696
MUNICIPALES 1989
MUNICIPALES 1991
GENERALES 1993
MUNICIPALES 1995
MUNICIPALES 1995
GENERALES 1997
VOTOS
PORCENTAJE VOTOS PORCENTAJE VOTOS PORCENTAJE VOTOS PORCENTAJE VOTOS PORCENTAJE VOTOS PORCENTAJE
1.003.520
100.00 % 1.298.769
100.00 % 1.647.718
100.00 % 1.119.861
100.00 % 1.716.014
100.00 % 2.177.558
100.00 %
172.714
17.00 321.446
24.75 585.893
35.56 391.032
34.92 365.856
21.32 396.216
18.20
87.886
7.85 196.160
11.43 485.209
22.28
168.038
16.00 163.534
12.59 235.428
14.29 219.304
19.58 265.534
15.47 373.516
17.16
105.827
9.45 159.513
9.30 365.113
16.77
147.530
14.00 297.320
22.89 226.820
13.77
94.002
8.39 299.461
17.45 350.742
16.11
300.325
30.00 369.747
28.47 346.813
21.05
74.562
5.74
88.260
5.36 131.546
11.75 227.802
13.28
67.152
3.08
73.539
7.00
51.982
4.00
16.137
0.98
9.095
0.81
51.458
3.00
80.599
3.70
13.829
1.30
20.179
1.55
25.099
2.24
53.540
3.12
18.123
1.10
7.132
0.64
31.263
1.82
18.320
0.84
2.258
0.20
20.466
1.19
20.947
1.27
23.526
2.10
30.286
1.84
20.551
1.84
32.386
1.89
9.582
6.269
12.681
0.38
0.77
1.39
3.988
10.378
0.48
0.23
1.16
0.84
8.096
31
30.214
0.68
0.49
32
"OPINIONES Y ANALISIS"
"OPINIONES Y ANALISIS"
PERMANENCIA Y FRECUENCIA DE PARTICIPACION
DE LOS PARTIDOS POLITICOS EN
PROCESOS ELECTORALES
1985 -1997
centralidad de partidos es una característica propia del sistema político
boliviano porque, al contrario de otras latitudes, la sociedad ha
especializado votantes por cinco partidos principales y dos accesorios,
evitando de esta manera el bipartidismo, típico de otras democracias.
PARTIDO
FRECUENCIA
Las características del voto en estos años de democracia podrían
ser ordenadas mediante los siguientes criterios:
MNR
ADN
MIR
CONDEPA
UCS
ACUERDO
MBL
IU
PS-1
FRI
EJE
MRTKL
FSB
ASD
MPP
VR-9
9
6
6
7
6
3
6
8
3
5
4
3
5
2
1
MNR-V
AP
MRTK
FPU
PDC
ARBOL
VSB
MIN
MFD
MKN
FULKA
POR
ACP
MNRI-1
PDB
FNP
1
1
2
1
2
1
2
2
3
2
1
1
1
1
1
1
MNRI
ARENA
5
1
AUR
MST.
INDEP.
1
1
1
PARTIDO
FRECUENCIA
-
criterio de la regionalización
-
criterio de la diferenciación ideológica
-
criterio de la tradición política y
-
criterio de la defensa corporativa
Estos criterios ayudan a formar una idea de las características
más centrales que dominan la preferencia electoral de los votos que
las comunidades ejercitan en sus ámbitos territoriales. Aunque es
discutible, estos criterios son una suerte de macro agregados de otros
tantos que podrían explicar el voto personalizado, el voto cruzado, el
voto identidad, el voto opinión, etc. que son ciertamente categorías
de trabajo más minuciosas y que pueden explicar el voto de
circunscripciones en ámbitos más concretos y en eventos eleccionarios
más explícitos.
Como podemos advertir a partir de los datos nacionales
agregados de estas elecciones , existe una centralidad de partidos que
se expresa en la frecuencia de participación y, lógicamente, en los
resultados que se producen como efecto de esta participación. La
Lo regional es una dimensión conceptual y política que permite
explicar las actitudes, decisiones, comportamientos y actividades de
comunidades y poblaciones en territorios de continuidad geográfica
y bajo características culturales semejantes. Lo regional puede
habilitarse como componente de los sistemas políticos porque, más allá
33
34
"OPINIONES Y ANALISIS"
"OPINIONES Y ANALISIS"
de la representación, su importancia radica en que son parte misma
de la estructura administrativa, productiva y económica del país.
PROMEDIOS DE PARTICIPACION ELECTORAL
DE LOS PARTIDOS POLITICOS 1985 - 1997
Sea como efecto y herencia de las contradicciones políticas que
dejó abierta la revolución nacional o sea porque ciertas organizaciones
políticas desarrollan su actividad específicamente para y por lo
ideológico, ésta dimensión se encuentra como factor relevante en la
determinación de las causales del voto. No obstante, la reconstitución
de la economía entre finales de la anterior década y comienzos de la
presente, trajo otros fenómenos como los de la desideologización y
pragmatismos. De pronto, la calidad del político sufrió importantes
traslaciones de valoración porque el mismo ya no era el hombre
formado, sino el individuo de éxito.
La tradición política pesa para sectores y territorios sociales
que desarrollaron costumbres de confianza indescifrables a la lectura
modernista pero que, por lo mismo, desarrollan sus códigos y decisiones
en mérito a factores orales y creencias telúricas y lúdicas. Finalmente,
en esta parte, existen sectores y grupos de la sociedad que rigen su
relación con la política debido a su particular posición en la estructura
económica, aspecto que le obliga a cruzar sus comportamientos con
los de la política. Significativos en este segmento de votantes son los
cocaleros o grandes empresarios.
Sobre la base de estos criterios, es posible distribuir la votación
que la sociedad boliviana ha realizado en los diferentes eventos
electorales. Como los Partidos son en definitiva, el canal de mediación
de las demandas políticas de la sociedad, a continuación veremos cómo
esa mediación ha sido, en la perspectiva del proceso, una forma de
permitir la permanencia de los partidos.
35
PARTIDO
MNR
ADN
MIR
CONDEPA
UCS
MBL
ACUERDO PAT.
IU
PS-1
FRI
EJE
MRTKL
FSB
ASD
MPP
VR-9
MNRI
MNR V
AP
MRTK
FPU
PDC
ARBOL
VSB
MIN
MFD
MKN
FULKA
POR
ACP
MNRI 1
PDB
FNP
ID
AUR
ARENA
INDEP
VECES DE
PARTICIPACION
9
6
6
7
6
6
3
9
3
5
4
3
5
2
1
5
1
1
1
2
1
2
1
2
2
3
2
1
1
1
1
1
1
1
1
1
1
PROMEDIOS
DE VOTOS
355.511
324.524
231.845
228.401
235.979
112.634
338.961
45.245
41.287
27.083
18.709
18.134
19.578
25.418
32.386
21.843
82.418
72.197
68.193
19.626
38.124
16.795
30.864
16.716
13.135
9.319
8.334
16.416
13.712
12.918
11.696
10.378
9.635
9.582
9.420
8.665
8.096
36
PROMEDIO
RELATIVO
24.50%
21.36%
15.60%
15.33%
15.43%
7.79%
26.50%
3.13%
3.11%
2.04%
1.10%
1.16%
1.49%
1.84%
1.89%
1.75%
5.48%
4.80%
5.96%
1.35%
2.53%
1.21%
1.87%
0.84%
1.06%
0.74%
0.50%
1.16%
0.91%
0.86%
0.78%
0.48%
0.64%
0.84%
0.63%
0.58%
0.49%
"OPINIONES Y ANALISIS"
"OPINIONES Y ANALISIS"
La información precedente permite ubicar con gran cercanía
a los partidos que desempeñan con mayor frecuencia y con mayor
importancia cuantitativa su rol de intermediación política. De esta
manera, se puede afirmar que los partidos que se habilitan como grandes
mediadores conjugan dinámicamente los cuatro criterios mencionados
líneas atrás.
el sistema electoral contribuye a mantener su dominio”. Sin duda, esta
afirmación puede ser aplicada a regiones en los que la presencia de
grandes intereses económicos y de recursos naturales comerciales dan
paso a la explotación de mano de obra y poblaciones enteras. En esos
lugares, el voto se encuentra funcionalizado a la presencia de creencias
y visiones impuestos por el sistema patronal. En Bolivia esta situación
tiene semejanza con regiones orientales, amazónicas y tropicales. Pero,
el caso de mayor gravedad, existente en el país, es que las zonas de
mayor pobreza casi carecen de recursos naturales que hagan a la
actividad de intereses patronales o empresariales lo que sume a estas
poblaciones a la incertidumbre más espantosa imaginable. Se producen
de esta manera migraciones, mortandad y vaciamiento del campo.
Preferencia urbana y preferencia provincial
La votación de la sociedad boliviana tiene dos ámbitos de
distribución que se explican de manera diferente porque involucran
dimensiones particulares de convivencia, producción, desarrollo y
cultura. Se trata del mundo urbano y del mundo provincial.
La sociedad se ha hecho mayoritariamente urbana con una
rapidez inusitada. Cuatro y medio siglos de una sociedad rural han dado
paso a la concentración de grandes contingentes urbanosque modifican
las actitudes y comportamientos de cara a la realidad, la sobrevivencia
y la competencia. Consiguientemente, las actitudes políticas de esta
nueva sociedad serán nuevas o modificarán las que hasta el momento
se encontraban vigentes.
La situación de las provincias, sin embargo, produjo algunos
centros urbanos intermedios que desarrollaron alternativas propias de
organización administrativa y económica. Surgieron en el Oriente,
Chaco y Amazonía, de cara al comercio o a la producción agrícola,
ciudades como Yacuiba, Guayaramerín, Riberalta y Puerto Suárez.
Pero, en el occidente, las cosas se agravaron de tal forma que el
crecimiento de Potosí y Oruro casi se hizo negativo. Pero, a partir de
ello y por otros factores, la ciudad de El Alto se convirtió
espontáneamente en la tercera ciudad más poblada de Bolivia.
En países desarrollados, normalmente se admitió que la
población rural se caracterizaba por una visión conservadora, pero en
países de atraso y pobreza como el nuestro, la población rural y
provincial vive las situaciones más duras y profundas de la pobreza
contemporánea donde la mayoría se encuentra por debajo de la extrema
pobreza. En Bolivia, la población pobre en el campo alcanza al 97 por
ciento. Reflexionando sobre su país Celso Furtado decía que “la
oligarquía es más poderosa en las regiones con más analfabetos, (donde)
Para y por estos argumentos, en 1995, la Ley de Participación
Popular y la Ley de Descentralización Administrativa establecieron
nuevos mecanismos de financiación del gasto público, mediante la
redistribución de la participación tributaria y la transferencia de
competencias administrativas a los Gobiernos Departamentales. Es
lógico pensar que la población debería ser afectada políticamente por
estos hechos.
37
38
"OPINIONES Y ANALISIS"
"OPINIONES Y ANALISIS"
Es interesante anotar que precisamente la Ley de Participación
Popular es, a juicio de todos, el instrumento más trascendental que
ha modificado las relaciones urbano - provinciales, pero también, ha
dado proyección a la vida rural. Este hecho debería asumirse como
un activo político valioso del partido que las propuso e implementó.
Sin embargo, este hecho ha sido subalternizado por el MNR que dió
paso a una estrategia cuestionable y frágil de defensa del Bonosol,
medida anti presupuestaria y corolario de una estrategia de privatización
del estado boliviano.
RELACION URBANO - PROVINCIAL
EN LAS ELECCIONES
PERIODO 1985 - 1997
Sucesiva e históricamente tres hechos son determinantes para
la generación de opinión política en el ámbito provincial: la reforma
agraria en la década del 50, la política de créditos agrícolas de la década
del 70 y la participación popular en la década del 90. Los dos primeros
acontecimientos pueden ser medidos y razonados como causas básicas
para comprender la adhesión a partidos como el MNR o ADN; sin
embargo, el tercer hecho debería constituirse en el referente del voto
provincial de los candidatos oficialistas del 97, pero, por lo que vemos,
la valoración de esta medida se dará paulatinamente y sólo en la
formación de la opinión de los más jóvenes.
ELECCION
General
Municipal
General
Municipal
General
Municipal
Municipal
General
*
1985
1987
1989
1991
1993
1993
1995
1997
VOTO
URBANO*
VOTO
PROVINCIAL
702.418
645.654
824.817
902.108
956.479
676.118
1.065.227
1.229.961
1.025.947
643.147
668.973
495.977
774.830
388.141
740.408
903.125
El voto urbano incluye a las capitales de departamento y la ciudad de
El Alto.
La relación del voto urbano-provincial durante el período 19851997 ha sido la siguiente:
Dónde están los electores ?
Los electores se encuentran distribuidos de manera tal que existe
un desequilibrio entre Departamentos que concentran población
mayoritariamente y el resto que contiene menos población. De esta
manera, el eje La Paz, Cochabamba, Santa Cruz significa más del 70
por ciento de la población total y los seis departamentos restantes, el
saldo.
39
40
41
42
0.6%
0.5%
0.5%
0.6%
Fuente: CORTE NACIONAL ELECTORAL
Elaboración propia
0.4%
0.5%
0.5%
Pando
0.4%
4.3%
3.9%
4.2%
4.1%
4.0%
3.0%
3.0%
Beni
3.4%
5.4%
4.8%
4.3%
4.7%
3.8%
4.6%
4.3%
Tarija
4.2%
6.6%
6.0%
4.2%
4.7%
5.0%
5.4%
5.5%
5.7%
Chuquisaca
7.7%
7.0%
6.2%
7.8%
7.6%
9.3%
8.8%
11.6%
Potosi
5.9%
5.7%
6.4%
6.0%
6.0%
6.7%
6.5%
6.8%
Oruro
26.0%
21.3%
18.9%
19.73%
15.96% 17.10%
17.3%
Santa Cruz
19.1%
4.4%
14.6%
13.6%
14.50%
14.20% 15.65%
Cochabamba 15.0%
14.9%
35.4%
35.7%
41.3%
37.41%
38.8%
40.70% 37.38%
35.0%
La Paz
El siguiente cuadro nos da una idea clara de lo que representan
los departamentos a lo largo del período analizado. Para este cuadro
se toma en cuenta la población inscrita en el Padrón.
DEPARTA Grales. Municip. Grales. Municip. Grales. Municip. Grales. Municip.
MENTO
85
87
89
91
93
93
95
97
Pero, el detalle interesante es que el sistema político ha
organizado a las circunscripciones en base a la calidad administrativa
y política de los departamentos, lo que ha creado una distribución de
equilibrio formal entre todos los departamentos. Este hecho ha permitido
que algunos partidos distribuyan su votación de manera eficiente en
todo el territorio nacional, lo que les ha significado compensar falta
de votos en los distritos altamente poblados con los votos y escaños
parlamentarios de departamentos menos poblados.
"OPINIONES Y ANALISIS"
PESO ELECTORAL DE LOS DEPARTAMENTOS
PERIODO 1985 - 1997
"OPINIONES Y ANALISIS"
"OPINIONES Y ANALISIS"
"OPINIONES Y ANALISIS"
El ausentismo electoral como comportamiento político
Las elecciones, sean éstas generales o municipales, siempre han
tenido un margen de inasistencia y votación negativa o blanca y nula.
Pero el hecho que más llama la atención es que la población que no
asiste a sufragar no obstante inscribirse para el hecho se mantiene casi
constante en un tercio del total de cada elección, incluidas las variaciones
del padrón electoral.
Como podemos advertir en el siguiente cuadro, existe en la
sociedad un tercio efectivo (uno de cada dos votantes inscritos) que
no practica su opción constitucional:
RELACION DE LA PARTICIPACION DE LOS VOTANTES
INSCRITOS EN PROCESOS ELECTORALES
PERIODO 1985 - 1997
ELECCION
Generales
PARTICIPACION
85
81 %
Municipales 87
71 %
Generales
73 %
89
Municipales 89
Municipales 91
83 %
Generales
93
72 %
Municipales 93
53 %
Municipales 95
64 %
Generales
71 %
97
43
III.
ROLES DE REPRESENTACION POLITICA DE LOS
PARTIDOS
Los partidos políticos son mediadores que la ley atribuye como
únicos para desempeñar los roles de formación de la representación
política. Este hecho se refleja en que ningún ciudadano o grupo social
puede presentarse a procesos electorales sin que sea a través de partidos
políticos. Los partidos, sin embargo, han transitado varias etapas de
aceptación ante la sociedad. La legalidad de los partidos es
mayoritariamente indiscutible, aunque no así su legitimidad. Algunas
visiones críticas del papel de los partidos mencionan que éstos no
estuvieron a la altura del proceso que contribuyeron a establecer. Por
ejemplo, Rosario Espinal opina que “en vez de afianzarla, los partidos
políticos han contribuido en algunos países de América Latina al
debilitamiento de la democracia. La debilidad organizativa, la tendencia
al fraccionamiento y al faccionalismo, la crisis de referentes ideológicos
que permitan la cohesión partidaria y la postura instrumental hacia la
política son los factores que dan cuenta de este fenómeno”.
La funcionalidad de los partidos para la recuperación de la
democracia en la década del 80 -y en consecuencia su aceptación socialpasó rápidamente del entusiasmo amplio al cuestionamiento y
desconfianza generalizado, que se relaciona básicamente con la
aplicación simultánea de democracia y ajuste estructural. La democracia
se encontró en América Latina ante la evidente necesidad de realizar
la estabilidad macroeconómica y la reforma del Estado. Esta misión
ineluctable provocó las conocidas revisiones de las legislaciones
laborales y las reformas sociales, implementó la privatización, ello se
tradujo en la pérdida de la idea de seguridad económica. Finalmente,
la relocalización -como eufemismo del desempleo- alteró
profundamente la confianza en el sistema representativo y en sus
principales actores, los partidos políticos.
44
"OPINIONES Y ANALISIS"
"OPINIONES Y ANALISIS"
Buena parte de la población adulta devino en el descrédito sobre
el sistema o, en el mejor de los casos, su aproximación hacia la política
y hacia los partidos se hizo instrumental y prebendal. Pero, desde los
partidos, la pérdida y ausencia de esa tipicidad ideológica característica
hasta el momento, formalizó nuevos procedimientos de reproducción
política basados precisamente en la instrumentación del Poder y de
los programas electorales.
Hasta 1993 el funcionamiento formal del sistema mostraba
normalidad relativa, sin embargo el grado creciente de desconfianza
sobre el sistema condicionó y explicó medidas de reforma política. En
efecto, primero se trabajó sobre las Cortes Electorales, nombrando por
consenso ciudadanos notables e independientes, luego se reformó la
Ley Electoral e implementó la diputación uninominal, la asignación
de fondos para campañas electorales, y se modernizó inicialmente la
legislación de los partidos políticos inscrita en la referida Ley Electoral.
Estas medidas se explican por la necesidad de ampliar los márgenes
de aceptación del sistema y porque se requería una proyección de la
democracia en el tiempo próximo, dado un panorama de incertidumbre
y exceptisismo sobre su funcionamiento.
Adicionalmente, una nueva actitud hacia la política proviene
de las nuevas generaciones de ciudadanos que alcanzaron la edad para
ejercitar sus derechos políticos. Esta juventud, desmotivada por el
pesimismo generalizado sobre los políticos, cristalizó una nueva
categoría de apatía ciudadana, o “analfabeto político”. Este último, es
un individuo -de preferencia joven- que no se encuentra compenetrado,
informado ni deseoso de llegar al sistema político o a las mecánicas
que se producen en su interior.
Participación versus representación
El sistema representativo, como vimos, afrontó etapas críticas
que obligaron a los partidos y los factores ligados al Poder iniciar una
serie de reformas políticas destinadas a superar los déficits de
representatividad que acusaban las instituciones legislativas y los
partidos políticos. Paralelamente, las reformas judiciales empezaron
el tratamiento de la retardación, la corrupción y la partidización de
las estructuras de justicia nacionales, tan caras para la democracia.
Justamente, las diferentes encuestas de percepción política practicadas
entre 1990 - 1995 incidían sobre la baja estima de la sociedad sobre
el sistema de partidos y la justicia.
45
Estructuras orgánicas de los partidos y sus efectos políticos
Los partidos políticos poseen mecanismos de llegada al
ciudadano. No existe partido que formalmente sea restrictivo. Todos
postulan la participación. Sin embargo, uno de los elementos de
identificación crítica del sistema de partidos estaba referido a la apertura
y viabilidad de participación de los ciudadanos.
La ausencia de mecanismos de consulta y democratización
interna llevaron a casi todos los partidos a acrecentar frente a la
sociedad, la idea de que algunas élites sólo se sirven de la política para
alcanzar beneficios particulares.
El capitalismo de estado, entre otras cosas, condicionó la
existencia y funcionamiento de los partidos políticos. En este sentido,
la organización de los partidos reflejaba la visión que tenían los mismos
de la realidad. Organizaciones amplias pero burocráticas, populistas
46
"OPINIONES Y ANALISIS"
"OPINIONES Y ANALISIS"
pero poco democráticas, radicalizadas en discurso pero poco creativas.
Ese era un poco el panorama dominante en el sistema de partidos. Pero,
en relación a los partidos de cuadros políticos, los mismos siempre
tropezaron con la limitación de convertirse en alternativas de masas
y de gobierno, por tanto, partidos pequeños, una especie de enclaves
políticos.
Sin embargo, el Movimiento de la Izquierda Revolucionaria y
el Movimiento Nacionalista Revolucionario, partidos ubicados en el
oficialismo y la oposición respectivamente, se encuentran en procesos
de discusión abiertos oficialmente, con destino a la renovación de sus
dirigencias medias y superiores. Puede decirse que la renovación de
sus dirigentes ocasiona el replanteo y actualización de sus métodos
de trabajo y consiguientemente de sus estructuras orgánicas. Estos
partidos se encuentran abiertos a la sociedad, lo que les daría la
oportunidad para un lanzamiento de su legitimidad, credibilidad y
vigencia social.
Puede afirmarse que fue en las elecciones generales de 1985
en la que comenzó a delinearse el nuevo sistema de partidos que
corresponde al actual sistema democrático. En un primer momento el
MNR, ADN y el MIR y posteriormente CONDEPA, UCS y el MBL
constituyen -desde esa elección y las siguientes-, partidos con presencia
nacional significativa. La tendencia dominante en este sistema de
partidos es el fortalecimiento de un centro político, lo que conlleva
la homogenización creciente de las opciones político-electorales.
Desde el punto de vista de la representación, las estructuras de
los partidos fueron una causal importante para que la sociedad no se
incorpore a procesos de formación de nuevos lideratos y renovación
de la legitimidad de las organizaciones políticas.
Al presente, el sistema de partidos boliviano se encuentra en
un interesante proceso de actualización interna debido a los
requerimientos sociales. Por ejemplo, Acción Democrática Nacionalista
ha delimitado su actividad a la vigencia de una dirección política
nominada por las élites partidarias. El partido se encuentra
funcionalizado completamente a la actividad del gobierno. Se puede
decir que ADN está atrapada por la gestión del Estado lo que no le
da margen para emprendimientos de legitimación de sus dirigentes.
47
Por otra parte, UCS y CONDEPA son, al margen de
relativamente jóvenes en el sistema político, nuevos fenómenos de
participación social en política. Lo patrimonial de la política se
evidencia en UCS dado que éste es un conglomerado sin motivación
ideológica relevante lo que le coloca en la situación de partido
circunstancializado a los intereses de una empresa fabricante de bebidas
alcohólicas, con amplia red de distribución nacional y con profundas
contradicciones con las autoridades tributarias. Por su parte, Condepa
es la muestra más gráfica de un impulso que la sociedad dió al señor
Carlos Palenque y a su entorno para alcanzar a la representación
política, algo que no estaba claro, por lo menos desde la lógica de la
población aymara y chola de la ciudad. Condepa, en ese sentido refleja
con mayor claridad la existencia de una sub cultura política.
48
"OPINIONES Y ANALISIS"
"OPINIONES Y ANALISIS"
SITUACION ORGANICA DE LOS PARTIDOS POLITICOS
CON REPRESENTACION PARLAMENTARIA
1997
PARTIDOS
FORMAS DE
CONSTITUCION DE
DIRECCIONES
NIVELES DE
ELECCION
CONDICION
DE
PARTIDO
MNR
Elecciones
Hasta Jefatura
Abierto
ADN
Elecciones y
Designación
Hasta Jefatura
Departamental
Semi
Abierto
MIR
Elecciones
Hasta
Departamentos
Abierto con
Proyección a
Jefatura
CONDEPA
Congreso
Designación
Jefatura
Cerrado
UCS
Designación
Designación
Completa
Cerrado
MBL
Elección
Hasta Jefatura
Abierto con
Democracia
Delegada
NFR
Designación
Designación
Completa
Cerrado
49
Lideratos
Todas las sociedades requieren de líderes para conducir sus
respectivos sistemas. La función de la conducción forma parte de un
largo proceso de organización que se da en las sociedades para cristalizar
un gobernante o un líder (es) opositor(es) que interactúa con el primero.
Sin embargo, el deterioro de la credibilidad y la pérdida de confianza
de los líderes tradicionales del sistema político, propiciaron la irrupción
de nuevas expresiones y lideratos que básicamente replanteaban la
calidad y vigencia de los antiguos líderes y partidos. Casi todos los
países de América Latina han conocido fenómenos de out siders. Sin
embargo, no todos los lideratos reflejan procesos virtuosos de
legitimación política. Debido a su peculiar situación los partidos han
derivado en esquemas de conducción elitarios, no democráticos y, sobre
todo, caudillistas.
El caudillo latinoamericano ha sido parte indisoluble de la
política, su vigencia se debe a la falta de una cultura de institucionalidad
y a la propia idiosincrasia histórica de estos pueblos. De esta forma,
su presencia en la política moderna está fusionada con esas prácticas
extendidas de caciquismo y jefatura indiscutible. Pero esta expresión
de la cultura e historia popular ha derivado en la constitución de
jefaturas herméticas con entornos elitarios y designados por las
facultades nunca prescritas de los caudillos.
Frente a una situación tan excluyente, “como en otros países
de América Latina surgieron en Bolivia nuevos líderes políticos, los
denominados outsiders, que ingresaron a la lucha política desde afuera
del sistema político”. Señala René Mayorga con relación a los nuevos
lideratos insurgentes en la política, pero luego añadía “son
fundamentalmente una respuesta política a las demandas de los sectores
50
"OPINIONES Y ANALISIS"
"OPINIONES Y ANALISIS"
informales y marginales golpeados por la Nueva Política Económica,
no representadas y canalizadas adecuadamente por los partidos
importantes del sistema político boliviano; una respuesta que, pese a
sus ambiguedades- no ha minado la legitimidad del régimen
democrático”.
y previsible. En este sentido, el papel de las estructuras partidarias hasta
la fecha ha sido deplorable ya que las mismas concurrieron en prácticas
instrumentales de los lideratos sociales emergentes.
La emergencia de lideratos desde afuera del sistema político
refleja problemáticas y procesos que no han sido internalizados por
los partidos políticos tradicionales; sin embargo, en muchos casos la
falta de incorporación de sectores no refleja una falla deliberada de
estas organizaciones, sino que el formato cultural de los partidos
simplemente no estaba preparado para recibir a estos grupos ni permitía
la aproximación de estos sectores.
«La búsqueda de hombres providenciales y de liderazgos fuertes
basados en características personales del dirigente es una de las
respuestas a las nuevas formas de hacer política. En lugar de la expresión
por intermedio de partidos o de movimientos que tienden a transformarse
en partidos, la personalización del poder en el líder tiende a concentrar
en su persona la representación de vastos sectores de la ciudadanía
que ya no confían en los partidos», así refería Carina Perelli la aparición
de estos fenómenos. Por ello, la formación de líderes renovados,
formados ética y técnicamente es una de las tareas imprescindibles de
la democracia ya que los outsiders sólo reflejan una temporalidad
provisional y ligera que no garantiza el desempeño pleno de la
gobernabilidad.
El papel de los líderes en una democracia no debe ser
subestimado por lo que corresponde que este hecho sea asimilado de
la manera más seria por los partidos y por la misma sociedad ya que
de ello dependerá que en el futuro del mismo sistema sea definible
51
En todo el espectro ideológico que proporciona el sistema de
partidos, las cúpulas partidarias plantearon a los líderes de grupos
sociales y colectividades institucionales la representación electoral del
partido y casi en ningún caso establecieron un marco de trabajo y una
metodología definida. De esta manera, los candidatos electorales o
sucumbieron a la cultura y práctica política interna de los partidos o
concluyeron de manera rápida sus encuentros con la política.
La inexistencia de una costumbre para admitir a líderes sociales
dentro de las organizaciones políticas, pero no al interior de su
militancia, ha generado en los partidos una creencia de que sólo la
militancia puede ser leal con la causa partidaria y que las misiones
más delicadas de los partidos deben confiarse a élites militantes que,
lógicamente, tomarán siempre el control de las decisiones partidarias.
La situación de estancamiento de lideratos que caracteriza a
casi todos los partidos en los ámbitos regionales ha motivado que estos
últimos acudan a líderes cívicos, deportivos, folkloricos y artículos para
resolver desafíos electorales. Pero este hecho se circunscribe
rutinariamente a una presencia electoral que concluye en el tiempo que
dura el mismo evento. La actitud de los partidos no es otra que la de
determinar condiciones de trabajo a los líderes que resultan electos
en cargos municipales o parlamentarios. Esta suerte de imposición entra
en crisis cuando los líderes electos acentúan los rasgos de independencia
de planteamiento y obra en sus cargos electos.
52
"OPINIONES Y ANALISIS"
IV.
DEFICIENCIAS Y LIMITACIONES DE LOS PARTIDOS
Los partidos políticos han perdido el monopolio de la
representación política de la sociedad; sin embargo, bajo el formato
de la democracia representativa, es difícil imaginar una nueva forma
de organización de la voluntad política de la sociedad si no es mediante
los partidos políticos. En efecto, un requisito para el funcionamiento
y existencia de la democracia moderna se basa en que las sociedades
generan opiniones mayoritarias que deben integrarse en conglomerados
organizados. No pueden existir tantas posibilidades de gobierno como
ciudadanos se sintieran en la capacidad de gobernar. Cierto orden lógico
de las cosas indica que una aglomeración espontánea y ocasional de
la sociedad sobre un individuo, sólo logra reflejar un estado de ánimo
y no una lectura del futuro, algo que también significa el acto de votar.
Se trata entonces de afrontar el hecho de que los partidos son
organizaciones sociales nunca acabadas por el hecho de que su
naturaleza les obliga a ser mutables a los efectos de asumir
eficientemente la calidad de representatividad que les demanda la
sociedad. Los partidos son instrumentos y medios y nunca fines en
sí mismos; por ello, las deficiencias y limitaciones de los mismos deben
entenderse como el referente causal para regir en mejores condiciones
sus relaciones con sus electores. De no hacerlo, no sólo la aceptación
social será baja, sino sus perspectivas de vigencia serán claramente
limitadas.
"OPINIONES Y ANALISIS"
la representación se ha convertido en algo muy delicado y complejo
porque contiene elementos de articulación de nuevas dimensiones
sociales y administrativas que trajo la reforma de los modelos
económicos. «Dado que los partidos se han desarrollado con el
progresivo aumento de la demanda de participar en las decisiones de
parte de los diversos estratos de la sociedad que, cada vez se vuelve
más compleja, lograr esta agregación es un objetivo cada vez más
difícil».
Un primer escollo en constituir la representación se encontraba
en la técnica de transformar votos en cargos legislativos. En nuestro
país ese defecto se ha podido superar o por lo menos se encuentra en
etapa de comprobación, dado que el cambio del sistema electoral a
un híbrido de lista y personalización ha podido generar nuevas dinámicas
de debate y confrontación democrática en ámbitos territoriales menores.
Un segundo escollo se refería a la relación de los partidos con
los poderes del Estado. Esta relación se hacía instrumental y utilitaria
para las cúpulas partidarias, lo que distorsionaba y degeneraba, más
que en la bajada de la confianza ciudadana, en la pérdida de la función
de representación asignada por la democracia. La llegada al estado es
un aspecto insustituible de todo grupo organizado, el hecho de que
la política se identifique con fracciones de la sociedad, altera y
distorsiona el rol de representatividad que la democracia le asigna.
El aspecto de la conducta de los dirigentes
Deficiencias en la representación
Los partidos se encuentran obligados a realizar imaginativas
operaciones de captura de la simpatía social. Sin duda, en ese sentido,
Los cuerpos de los partidos para contener y desempeñar la
representación social, sin duda son insuficientes. Hasta el momento,
los partidos se han dedicado a capturar el voto en contextos cada vez
53
54
"OPINIONES Y ANALISIS"
"OPINIONES Y ANALISIS"
más decrecientes lo que ha creado la idea de que la comunidad de
partidos sólo se entiende por sí y para sí. En este aspecto, los dirigentes
de las organizaciones son la externelidad más evidente de los partidos
por lo que sus roles, conductas y actitudes dentro de la política
determinarán la actitud de la sociedad frente a todo el sistema político.
e inequitativa en la asignación de oportunidades y resultados
económicos, la imagen de la relación sociedad-política ha asumido un
carácter de prescindibilidad e instrumentalidad que casi la coloca en
el plano de un oficio estigmático. Esta imagen no le da proyección
a esa relación. Los partidos pueden acabar siendo colocados como
simples encomenderos de la voluntad de los poderosos y ricos. La
imagen de la política pasa por preservar su rol propositivo, pensante
y alternante de las ideas en vigencia. La política debe desarrollarse
como parte de proyectos más amplios de sociedad que, precisamente,
los partidos son los llamados a plantearlo.
Por lo mencionado resulta vital para el sistema político y para
el establecimiento de la relación partidos-sociedad, introducir en las
estructuras de decisión de estas organizaciones, elementos de
regeneración política que permitan a los partidos contar con personas
no sólo de consenso y representatividad orgánicas, sino con elementos
de proyección de la democracia en los ámbitos que la sociedad se
plantea.
La vida orgánica si bien es la base de la legitimidad de un
político, no es posible pensar que sea el hábitat único de éste. Se trata
de que el político no termine aislado de la realidad debido a las
condiciones de exigencia de su comunidad política. En definitiva, los
dirigentes deben encontrar los mecanismos para habilitarse como
vehículos promocionales de la sociedad y no sólo de su fracción
política.
La sociedad debe encontrar en la política a la instancia más
propicia para resolver los crecientes problemas que plantea una
transición en los modelos de vida. La política tiene por desarrollar un
conjunto de opciones que -precisamente- en su oposición e interacción
generen una simbiosis de ideas y esperanzas, lo más amplias posibles.
Regenerar a la política y regenerar a los políticos parece que
es el objetivo ordenador de la política de cara al siglo veintiuno.
Las imágenes de la política
Frente a las condiciones distorsionantes que la economía de
mercado ha introducido en la política y que se traducen básicamente
en la creación de una sociedad excluyente en las decisiones políticas
55
56
"OPINIONES Y ANALISIS"
"OPINIONES Y ANALISIS"
ACERCA DE PARTIDOS POLITICOS Y SOCIEDAD
Este es un lado de la verdad, el otro es que la crisis ideológica
ha (des)motivado que la propia sociedad se vaya distanciando de los
partidos.
Roberto Moscoso Valderrama
Al iniciar el comentario del artículo de Hugo Carvajal
(«Voltio»), debo aclarar que en el mismo el lector encontrará mi punto
de vista como militante partidario, el cual no me impide ver las
desventajas y debilidades de nuestro sistema político partidario.
Mi primera impresión es que el artículo contiene un buen
diagnóstico, y como no podía ser de otra manera, un sesgo de tolerancia
en la validez del partido como única representación política.
El Documento tiene cinco capítulos; uno de consideraciones
generales, otros dos que corresponden cada uno a los dos niveles de
análisis utilizados por el autor para entender las relaciones entre la
sociedad y los partidos, uno de conclusiones y otro de ... ¿sólo dos
páginas de deficiencias y limitaciones de los partidos?.
El partido estaba conceptualizado como una organización
permanente de un agrupamiento humano unido por identidad de
opiniones acerca de la vida política y consagrado a conquistar el poder.
Contaba con programa homogéneo, una organización extendida y estable
y funcionamiento contínuo.
A partir de la crisis de los programas ideologizados, es que el
partido político se ve empujado hacia la variante del clientelismo
representado por la burocracia partidaria, la demagogia, el culto a los
dirigentes y quizá la militarización de la disciplina.
A lo largo del documento, Carvajal realiza un diagnóstico de
los partidos y la sociedad civil. Tratando de sintetizar las definiciones
y conceptos planteados para cada nivel, tenemos:
PARTIDOS
-
Déficit de representación y participación ciudadana.
-
Prácticas intuitivas con criterios de pragmatismo sectorial.
-
Renunciaron a su rol de educar políticamente a la sociedad.
-
Incapacidad para innovar sus roles de intermediación.
-
No renovaron paradigmas.
DIAGNOSTICO
Decía Gramsci, «La burocracia, es la más peligrosa de las
fuerzas consuetudinarias y conservadoras; si termina por constituir un
cuerpo solidario, que se sitúa aparte y se siente independiente de la
masa, el partido acaba por convertirse en anacrónico, y en los momentos
de crisis aguda aparece vaciado de su contenido social y como en las
nubes».
57
58
"OPINIONES Y ANALISIS"
"OPINIONES Y ANALISIS"
-
Carecen de mecanismos idóneos de lectura de la realidad y sus
cambios.
-
Cambió la calidad de sus dirigentes, ya no son los hombres
formados, sino los individuos de éxito.
-
Su legalidad es indiscutible, no así su legitimidad.
-
Creencia que solo la militancia puede ser leal con la causa
partidaria.
-
Ausencia de mecanismos de consulta y democratización interna.
-
-
Homogeneización creciente de las opciones electorales. No
pertenencia social. Realineamiento ideológico y orgánico.
Son factores de integración, de las visiones fragmentarias de la
sociedad.
-
Capaces de dialogar entre ellos, para viabilizar reformas políticas.
-
Surgimiento de nuevos líderes políticos, como respuesta a las
demandas de los sectores informales y marginales. Reflejan una
temporalidad provisional y ligera, sin garantizar un desempeño
pleno de gobernabilidad.
-
Tienen condiciones para formar coaliciones de gobierno. Un
elemento base de gobernabilidad.
-
-
-
-
Partidos prebendales e instrumentales, con los líderes e
instituciones sociales.
Cooptación accidental de lideres sociales, de paso fugaz por la
política o sucumbiendo a la cultura y práctica interna de los
partidos.
Han perdido el monopolio de la representación política de una
sociedad cada día más compleja. Pero es difícil imaginar una
nueva forma de organización de la voluntad política de la
sociedad.
Nomenclaturas de dirección rígidas. Jefaturas herméticas con
entornos elitarios, no democráticas y fundamentalmente
caudillistas. Personalización del poder en el líder, concentrando
en su persona la representación de sectores sociales que no
confían en los partidos.
59
SOCIEDAD CIVIL (ELECTORADO)
-
Crítica permanente a los partidos, a través de los medios de
comunicación.
-
Modificación de valores sociales. Actitudes desplazadas de los
planos de solidaridad institucional a los de satisfacción individual.
-
Grandes procesos de urbanización. Migración, mortandad y
vaciamiento del campo 97% de pobreza en el campo.
-
El eje La Paz, Cochabamba y Santa Cruz, tiene más del 70% del
electorado boliviano.
-
Mayoritariamente pobre, heterogénea y físicamente
desarticulada.
60
"OPINIONES Y ANALISIS"
-
"OPINIONES Y ANALISIS"
-
En proceso, efectos políticos de la Participación Popular y la
Ley de Descentralización, que le han dado proyección a la vida
rural.
Clase media, era el factor más importante de apoyo y cohesión.
-
Juventud desmotivada, casi analfabeta políticamente.
Clase obrera, con capacidad de movilización hegemónica, con
poder político incontrastable.
-
La sociedad expresa su percepción de cómo se encuentra, optando
electoralmente por un partido. El voto es la escala de medición
de la relación partido – sociedad, y el único instrumento de
participación política para las grandes mayorías.
Antes dividida en:
Burguesía
-
Hoy dividida en:
Tradicional, los más pobres, con visión societal de décadas
anteriores. No existe cuerpo de proletariado.
Moderno, consumista de clase media, descreídos. Participación
defensiva en política, donde se busca ascenso social y seguridad
del ingreso.
Postmoderno, vive el presente con estereotipo de exitoso, tienden
al analfabetismo político.
-
Actitud individualista, defensiva, inmediatista y con
incertidumbre frente al futuro.
-
No existe pertenencia de clase.
-
Irrupción de la mujer como factor económico y social.
-
Fortalecimiento de corrientes impugnadoras y estigmatizadoras
del sistema político.
61
Con este punteo, se pierde en prosa, pero –quizá– se gana en
orden. Luego de leer todo y estar absolutamente de acuerdo con ello,
uno tiene la sensación de estar observando el tema por un calidoscopio
antes que por un microscopio. Así de compleja es la realidad de nuestro
sistema político.
ABORDAR EL TEMA DESDE LA POLITICA
Carvajal, que realiza su diagnóstico a lo largo de todo el
documento, define que la política es ciencia pero que no deja de ser
arte. Una disciplina que permite atravesar los hechos sociales en forma
de análisis sistemático y original, y singularmente en coordenadas
históricas definidas.
El problema de siempre ha sido la articulación entre el individuo
y el Estado, porque el individuo aislado no puede influir en el Estado
y este a su vez poco puede hacer por el individuo. ¿Cuál la articulación
intermedia?. ¿Cuáles las nuevas formas de mediación?. Porque, todavía
el partido político.
62
"OPINIONES Y ANALISIS"
"OPINIONES Y ANALISIS"
Si reconocemos la existencia de una crisis de legitimidad, tanto
de la que emana del discurso como la que sustenta al sistema político;
Carvajal plantea que ello no es un problema solo de los partidos
políticos, sino de la pérdida de paradigmas y orden sociales. Pierden
legitimidad, en términos ideológicos, la revolución como el statu quo,
tanto las utopías igualitarias como las escalas jerárquicas liberales.
Bajo este panorama sombrío, nace el Paradigma de Tocqueville:
“A mayor democracia e igualdad, menor legitimidad del sistema
político”. Y el análisis de Samuel Huntington: “Existe peligro de
sobrecargar el sistema político con demandas que extiendan sus
funciones y minen su autoridad. La operación efectiva de un sistema
político democrático, requiere usualmente de cierta cantidad de apatía
y de no-intervención de parte de algunos grupos (población marginal)”.
¿Explicación de por qué está vigente el sistema político partidario?.
Los problemas de legitimidad de los partidos tienen relación,
por un lado, con las tendencias al desclasamiento y por otro lado, a
la generación de mayorías silenciosas (calificación de Roger Bartra)
y sectores marginales en la Sociedad.
Los procesos de representación política y expresiones de
intereses sectoriales, no tienen ningún efecto para la mayoría silenciosa
y menos para los marginales.
La misma sociedad se ha especializado, con ayuda del Estado,
en generar marginación: económica, social, política, cultural, ideológica
y racial. Además de formas de disidencia que conllevan al propio
individualismo. Habría que preguntarse: ¿si existe este sub mundo, no
existirá sub política?.
Como en todo posicionamiento, los sectores dominantes se
definen a sí mismos y crean su mundo, a partir de definir quienes son
los marginales. Está claro que el poder no se tiene, se ejerce.
La mayoría silenciosa, en general clase media, ha reducido su
participación política al voto. Parecería que los intelectuales y la
burocracia son su elite y elemento aglutinador, reducidos o acomodados
a la crítica al sistema.
63
Otro aspecto que explica la disminución de la influencia del
partido político respecto al ciudadano, es provocada por la no
equivocada sensación que ser miembro de un partido significa
abandonar las propias capacidades y funciones sociales, insertarse en
una jerarquía que relativiza la escala de méritos y valores reales, y
tiende a estructurarse en torno de méritos y valores puramente políticos
y subjetivos de la nomenclatura política.
En el marco del Art. 223 de la Constitución, que reconoce a
los partidos como los únicos medios de representación popular y faculta
a los grupos sociales para que puedan presentarse a procesos electorales
sólo a través de los partidos, Carvajal plantea dos niveles de análisis,
que de alguna manera revalida la visión estructurada en la Constitución:
a)
La participación electoral de los partidos y sus resultados.
b)
Los roles de representación política que desempeñan los partidos
para la sociedad.
Siguiendo el análisis planteado, tenemos:
64
"OPINIONES Y ANALISIS"
PREFERENCIA ELECTORAL
El voto, dice, es el acto político más concreto que la sociedad
emplea para demostrar sus aprensiones y afectos. El votante proyecta
su voto como una apuesta hacia el futuro.
Carvajal, asume que el marketing no ha sobredeterminado las
candidaturas, pero está claro que los partidos son ya, artículos de marca
y los candidatos lo más importante de la oferta electoral, que debe contar
con un partido organizado, un candidato reconocido y un programa
con credibilidad. Pero, nada de la trilogía electoral partido – candidato
– programa es verdaderamente importante, si no va acompañada de
un soporte intenso de los medios de comunicación. Debemos colegir,
que la relación partido – sociedad es hoy además un tema de gran
impacto económico para las organizaciones políticas. Con el
financiamiento estatal a las campañas de los partidos, el círculo se
cierra.
Al analizar la historia del voto, Carvajal toma en cuenta dos
aspectos de orden:
Influencias de procesos regionales y locales, y características
cualitativamente diferentes en elecciones generales que en municipales.
Lo segundo si es un aspecto de orden, pero la influencia territorial que
es un aspecto además con connotación cultural, es una característica
central del voto.
"OPINIONES Y ANALISIS"
De las 9 elecciones, 10 partidos han participado en 5 o más
elecciones (solo 9 en realidad, por que está tomado en cuenta el Acuerdo
Patriótico ADN–MIR).
Solo 7 partidos han conseguido más del 7% de los votos. Esos
7 partidos (MNR, ADN, MIR, UCS, CONDEPA, MBL e IU) han
participado en más de 6 elecciones y constituyen hoy el núcleo del
sistema político de partidos.
La máxima votación alcanzada en el período analizado, es por
el MNR en la elección general de 1993 con el 35,6%.
En toda elección siempre han participado partidos, con
motivaciones estrictamente personalistas de sus candidatos, que
obtuvieron insignificantes resultados electorales. Otros partidos
pequeños han apelado tradicionalmente a las alianzas con partidos
electoralmente fuertes, especialmente en elecciones generales, para
sobrevivir.
Después de la elección general de 1997, existen 15 partidos
reconocidos por la Corte Nacional Electoral:
Grandes: MNR, ADN, MIR, UCS, CONDEPA.
Medianos: MBL, IU, NFR.
Pequeños: FRI, MRTKL, MPP, PDC, FSB, KND, VR-9.
Repasando algunos datos, debemos señalar que los periodos de
los mandatos, para los gobiernos central y municipales son de cinco
años. Que entre 1985 y 1997, la política se movilizó a través de treinta
y siete partidos, en cuatro elecciones generales y cinco elecciones
municipales.
Un dato interesante: de los 15 partidos reconocidos, 9 conforman
la alianza gobernante denominada megacoalición, 1 no tiene actividad
conocida y 5 están en la oposición.
65
66
"OPINIONES Y ANALISIS"
"OPINIONES Y ANALISIS"
En los 12 años de proceso, el peso electoral de Santa Cruz ha
crecido casi un 50% y el de Potosí ha disminuido en cerca de un 30%,
constituyendo los dos extremos del proceso de reubicación demográfica.
Max Fernández y Carlos Palenque, como inesperados y exitosos cierres
de campaña, con una gran ola de beneficio electoral para sus partidos.
Se puede demostrar que en las ciudades eje –con mayor
desarrollo- de nuestro país, el grupo social más grande numéricamente,
es el vinculado al sector informal y de servicios. Los sectores agrarios
e industriales cada día pesan menos.
Otros dos criterios, el del mal menor y el del voto productivo,
que son transversales a los señalados. Ambos criterios, señalan que
siempre hay una opción menos mala. Y el voto personalizado... para
caudillitos, que explica la gran presencia del voto cruzado en diputados
uninominales.
El ausentismo promedio alcanza a un tercio del electorado
inscrito.
REPRESENTACION POLITICA
Carvajal, caracteriza el voto por los siguientes criterios de:
Regionalización, Diferenciación Ideológica, Tradición Política
y Defensa Corporativa.
Acá, parece difícil abstraer como una característica importante
del voto, la presencia y atracción electoral del caudillo. Hoy igual que
siempre en nuestra historia, a decir de Zabaleta, «El caudillo se presenta,
es un hecho, como la forma de organizarse de las masas atrasadas
pero también como un modo de concentrar el poder, y ante la confianza
depositada en la persona, para universalizar el poder». El voto por los
partidos, es en gran medida un voto con tendencia personalizada. El
riesgo, la realidad, los caudillos ante la inexistencia de liderazgo
democrático, generan partidos débiles.
Quizá como anécdota, pero bajo qué característica analizaremos
las disposiciones emotivas de los sectores populares en coyuntura,
factores que en un determinado momento sobredimensionan la votación
de un partido. Ejemplo, las lamentables muertes de los líderes políticos
67
El cuestionamiento y la desconfianza de la sociedad hacia el
sistema político, están relacionados básicamente con la aplicación
simultánea de democracia, ajuste estructural y crisis ideológica.
Pese a todo lo dicho, todavía se debate si los partidos exceden
sus funciones dentro de la sociedad al estar presentes en todos los
sectores sociales y “partidizar” todo lo que tocan, o si de lo contrario,
se han aislado de la sociedad y no tienen contacto directo con la
población.
Analizando, la representación institucionalizada en el gobierno
y las autonomías de nuestro Estado, tenemos:
La institucionalidad representativa territorial electa por los
partidos en «alianza» con la sociedad–electores:
-
Presidente y Vicepresidente de la República, Senadores,
Diputados Plurinominales, Diputados Uninominales, Alcaldes,
Concejales y Agentes Cantonales.
68
"OPINIONES Y ANALISIS"
"OPINIONES Y ANALISIS"
La institucionalidad “representativa” territorial designada
(impuesta) por los partidos:
A esta altura, no creo que podamos afirmar que los partidos,
pese a estar presentes, condicionen o manejen organizaciones sociales
«puras»; parece evidente que lo que se da es más un intercambio entre
ejecuciones políticas y promesas de votos.
-
Prefectos, Consejeros, Sub Prefectos, Corregidores y Sub
Alcaldes.
La institucionalidad representativa territorial electa por la
sociedad en «alianza» con los partidos:
-
Comités Cívicos, Comités de Vigilancia y Juntas Vecinales.
También encontramos a los partidos en toda la estructura del
Poder Judicial, obviamente en la totalidad de la estructura del Poder
Ejecutivo y en instituciones autónomas como las Universidades. Pero,
además en organizaciones sociales “puras” como los sindicatos, los
gremios profesionales, las asociaciones empresariales, los clubs
deportivos, clubs de madres, centros de estudiantes, asociaciones
«compartimentadas» de militares y policías, asociaciones de padres de
familia, medios de comunicación, ONG’s, etc.
¡Una sociedad super representada... por los mismos!.
Si bien puede ser parte de otra discusión, mientras más niveles
de organización territorial tengamos, más actores ligados a esos niveles
necesitaremos. ¿La representación y la eficiencia administrativa es un
problema de número?. Hay que analizar, diferenciar y evaluar la
necesidad de estratos administrativos como Departamento, Provincia,
Sección, Cantón, Distrito y Circunscripción. En el departamento de
La Paz, existen 20 provincias, 75 secciones, 435 cantones, 28 distritos
urbanos y 16 circunscripciones. Un problema de las unidades
administrativas de nuestro Estado, la cleptocracia.
69
Un punto importante, me parece, el de la representación popular
en el Parlamento y Concejos Municipales. Hay partidos con
representación política societal, clases medias, empresarios, mujeres,
intelectuales, campesinos, obreros, quechuas, aymaras, guaraníes, etc.
Y otros más elitistas que asumen que su representación refleja
políticamente las demandas del conjunto de la sociedad. Curioso es,
que en lo electoral no parece haber mayores diferenciaciones; resultado
del peso del caudillo.
SINGULARIDADES
En contraste a las técnicas de análisis tradicionales, Ulrich Von
Alemann, plantea realizar un análisis, ya no desde la óptica ideológica
y programática, sino de la investigación empírica de tres conceptos
para delinear la relación partidos-sociedad: el Reclutamiento, la
Competencia y la Receptividad y Respuesta.
El Reclutamiento, si los partidos surgen y se nutren de la
sociedad, adecuando su inserción en el medio mediante la defensa de
intereses sociales; entonces, resulta evidente poder definir su
posicionamiento en función a las representaciones que asumen.
En términos estrictos, los partidos generan procesos de selección
de potenciales dirigentes públicos, para ejercer gobierno. Obviamente
el resultado no puede ser auténticamente representativo de la población,
70
"OPINIONES Y ANALISIS"
"OPINIONES Y ANALISIS"
y Carvajal tiene razón al afirmar que la militancia ya no es el único
camino para la dirigencia política y peor para el cargo administrativo
público.
enterarse y recibir «línea». Ni que decir, de la «valoración» de los
comunicadores, como potencialidad electoral.
Si el partido de masas ya no existe y el de cuadros nunca se
impuso en el sistema, queda el reto de demostrar representatividad,
con dirigencia valorada e inserta en la sociedad. Aquí, la moda de los
independientes continuará por largo tiempo.
Si analizamos la estructura social, donde los partidos
representan a clases en la teoría clásica marxista o a sectores en un
determinado conflicto social; en una sociedad como la nuestra,
abigarrada (a decir de Zabaleta), pluri – multi reconocida por la propia
Constitución, y con una gran cantidad de conflictos entrecruzados e
históricos sin solución, parece lógico el surgimiento de un sistema
político multipartidario y no bipartidario como en países desarrollados
y homogéneos. Por el análisis de los siete partidos más importantes,
sin lugar a duda reconoceremos sus grados de identidad – identificación
(así sea coyuntural) y lógicamente inserción, con sectores sociales,
regiones, estratos y «clases». Los votantes y más los militantes de un
partido, tienen sus perfiles diferentes.
Recordemos el respaldo por simbolismo, de la presencia de
Victor Hugo Cárdenas a la reconocida candidatura de Goni.
En este punto, parece inexcusable atender la presencia de los
medios de comunicación ejerciendo un cierto control social, con una
interdependencia clara entre políticos y medios; los primeros, para
llegar al público y los segundos, para vender información. Si antes
los partidos informaban directamente por su alta imbricación social,
hoy incluso los militantes deben apelar a los medios públicos para
71
Asimismo, los partidos históricamente han ido desarrollando
su propio ambiente social, respondiendo a sectores donde la
nomenclatura partidaria se halla cómoda perpetuando lazos con círculos
definidos e intereses concretos.
La IU y los cocaleros, la ADN y los militares, el MNR y las
provincias, etc.
Está claro que si hablamos de los intereses de los partidos, ya
no lo estamos haciendo de los estrictamente ideológicos; el tema ya
es fundamentalmente electoral, como bien lo señala Carvajal; estamos
hablando entonces de agrupaciones de buscadores de poder (los
radicales dirán, en su propio beneficio), al margen, en general, de sus
convicciones ideológicas, o mejor, de su discurso político.
La Competencia, si los partidos están inmersos en la formación
de voluntades políticas, necesariamente tienen que competir o concordar
con otros intereses organizados y con problemas de una sociedad en
permanente cambio. Los partidos traducen esos intereses en programas
electorales o de gobierno. Sin lugar a dudas, las grandes y/o poderosas
organizaciones sociales, influirán para que casi todos los partidos
señalen en sus programas sus intereses además de, con seguridad,
plantear negociaciones directas con el poder ejecutivo prescindiendo
de la mediación de los partidos.
La Receptividad y Respuesta, como los partidos influyen en
la sociedad, según su capacidad de escuchar (capacidad de analizar
la realidad, según Carvajal) y esencialmente de dar respuestas. La
72
"OPINIONES Y ANALISIS"
"OPINIONES Y ANALISIS"
presencia de un partido en la formación de voluntad política en la
sociedad, dependerá de la cantidad, credibilidad y efectividad de
respuestas que dé. Acá, de nuevo los medios de comunicación juegan
su rol de informar, esta vez a los partidos de las demandas poblacionales;
aunque es más importante y decisivo el diagnóstico a través de las
encuestas y el criterio de la nomenclatura.
Mucho se habla de la memoria colectiva, pero la ideología del
Estado es, la ideología de la Sociedad Civil. El rol de los partidos ha
sido pobre en términos de educación y práctica democrática para
generar conciencia democrática en nuestra sociedad. Este es un proceso
en deuda, o truncado a propósito.
Está claro que un partido sin respuestas es un partido sin
vigencia.
CONCLUSIONES
Parece poco probable una sustitución del rol de los partidos
como intermediarios de la sociedad. Por los sucesivos desarrollos de
la política moderna, el elemento técnico, visto como la adecuación de
los medios a los fines del poder, permanecerá como central,
caracterizando el «amoralismo» de la política.
La sociedad puede ejercer un mejor control sobre el Estado en
la medida que exista un sistema de partidos creíble, autónomo y
competitivo, para que a través de ellos la sociedad participe en la
postulación de candidatos y la formulación de sus expectativas.
Debemos eliminar el síndrome crónico de credibilidad y
aceptación del partido político. Un proceso circular; como no confiamos
en la posibilidad de influir en el partido no participamos en él, y si
no participamos lo controlaremos menos.
Considero, al igual que Carvajal, que los procesos electorales
son más que un acto formal de la sociedad con el sistema político.
Frente al proceso de desideologización, despolitización y
apartidismo de la sociedad, es necesario y casi natural, la formación
y/o adecuación de partidos más profesionales y técnicamente
capacitados; es decir, que la separación político - técnico se deberá
atenuar inexorablemente.
Es también parte del proceso de modernización, lo aceptado
por los partidos con amplio espectro social, la necesidad de tener
democracia interna, así sea regulada por el caudillo.
73
74
"OPINIONES Y ANALISIS"
"OPINIONES Y ANALISIS"
SOCIEDAD CIVIL Y PARTIDOS POLITICOS:
VIEJAS Y NUEVAS RELACIONES
en muchos casos pueden decidir permanecer en el ámbito político. No
juzgo con lentes pesimistas estos fenómenos.
Enrique Toro Tejada
El trabajo de Hugo Carvajal titulado “Partidos y Sociedad”
constituye un interesante aporte para la discusión de un tema que
concentra el interés de los políticos, de los medios de comunicación
y de las organizaciones de la sociedad civil.
El texto adquiere un atractivo suplementario pues combina la
visión del político, del parlamentario así como la de un analista atento
al curso de los acontecimientos que vive como actor de primera linea.
Muchos son los temas que aborda el trabajo de Hugo Carvajal,
nuestro estimado «Voltio», pero algunos merecen un cuidado particular
y creo deben ser comentados.
En primer lugar, el texto llama la atención hacia la cooptación
de líderes sociales por parte de los partidos en las fases electorales,
«cargada de cálculo antes que de proyectos de renovación». Práctica
discutible, pero no enteramente negativa. La apertura de los partidos
podría ser vista como instrumental, pero ese movimiento no es unilateral
y en este proceso llegan a la política personalidades importantes del
mundo cultural, social o empresarial: una dinámica que enriquece y
hace menos distantes a la política y a la sociedad. La debilidad de las
estructuras partidarias en Bolivia, que impiden o limitan la existencia
de una "carrera partidaria" como puede darse en países desarrollados,
hace más natural la apertura hacia personajes de la sociedad civil, que
75
La voluntad de sumar personalidades responde en primera
instancia al deseo de presentar candidaturas atractivas en comicios
generales y sobre todo locales, pero igualmente a la conciencia de que
esa renovación permite un mayor vínculo con la sociedad y evita un
funcionamiento cerrado de los partidos.
Quizá la crítica de los medios de comunicación a los partidos
responda a las insuficiencias partidarias en estos campos, pero no puede
pasarse por alto que existe una lógica interna en los medios de
comunicación bolivianos, y también mundiales, que busca un ataque
frecuente a los políticos: el escándalo, con justificación o no, representa
un objetivo en sí de la prensa, la radio y la televisión.
En estas condiciones, con los partidos en el centro de la mira,
se amplifican las disputas convirtiéndolas en enfrentamientos, y
generando así una pérdida de credibilidad en los partidos e
increiblemente creando un aumento en la confianza que suscitan los
medios de comunicación. El debate desapasionado sobre las relaciones
entre partidos y medios de comunicación, lejos de polémicas gratuitas,
en un ambiente sereno constituye un imperativo de la democracia
boliviana. Ello supone descartar las visiones maniqueas de la culpa
exclusiva de los medios para la mala imagen de los políticos y de los
sombrios propósitos de los políticos sobre la libertad de expresión.
Hugo Carvajal prosigue su análisis señalando la importancia
política que tuvo la caída del muro de Berlín, creando una «invisible
frontera epistemológica entre un antes y un después».
76
"OPINIONES Y ANALISIS"
"OPINIONES Y ANALISIS"
Rupturas externas que se conjugaron en Bolivia con acelerados
procesos de urbanización, de crisis socioeconómica, de surgimiento
de nuevos actores (informales, mujeres, jóvenes) y elemento importante
aunque descuidado en el texto, el avance del español de la mano de
la educación y el comercio.
El día del voto, millones de ciudadanos acuden a sufragar, a
expresar su sentimiento de pertenencia a la comunidad nacional y tal
vez lo menos importante a elegir a sus autoridades.
En este mundo en mutación, los partidos políticos no podían
permanecer inmóviles, aferrados a viejos principios.
Aunque los cambios no siempre son juzgados positivamente
por la ciudadanía eran necesarios: curiosamente los electores
sancionaron a quienes no se renovaron, aunque pensaron mal de aquellos
que se transformaron. Se requiere una labor pedagógica, paciente y
constante de los partidos para explicar a la ciudadanía que el cambio
de planteamientos partidarios no conlleva necesariamente una dosis
de traición u oportunismo: la modernización del país exige formaciones
capaces de evolucionar, de replantear sus fundamentos, aunque ello
provoque inevitablemente desgarres internos y críticas externas.
En ese contexto, el conjunto de partidos explora nuevas bases,
descubre convergencias impensables, como señala Hugo Carvajal,
mientras que nuevos lineamientos dan lugar a otros debates, conflictos
y oposiciones. Se trata de un tablero en construcción, cuya lectura no
siempre resulta fácil y clara, con luchas maniqueas, para el ciudadano.
Sin embargo, el momento electoral constituye el espacio
privilegiado del encuentro entre el sistema partidario y social, o como
sostiene Hugo Carvajal, «la preferencia electoral relata la voluntad
de la sociedad», más allá de los efectos -secundarios- del marketing
electoral.
77
Si bien el acto electoral puede parecer una forma de participación
mínima, su importancia radica en el carácter masivo de la asistencia
a las urnas. Hasta el momento, la democracia representativa no ha
encontrado mecanismo mejor para consultar a los ciudadanos sobre
la orientación que desean para el país y preguntarles su opinión sobre
el gobierno saliente.
El trabajo de Hugo Carvajal ofrece aquí cuadros
indiscutiblemente interesantes, presentando la importancia de los
partidos en función de sus porcentajes y del número de participación
en contiendas electorales. La permanencia de los grandes partidos desde
1985 testimonia de la relativa confianza ciudadana en ellos.
A la vez, abre pistas para comprender algunas motivaciones del
voto. Aquí, se puede ofrecer una lectura que sin ser antagónica, completa
el enfoque ofrecido.
Indiscutiblemente, las reformas económicas aplicadas desde
1985 han dividido a los electores, creando nuevas líneas de tensión.
Los partidos más críticos han sumado apoyos en las regiones y grupos
más desprotegidos, poco beneficiados con las orientaciones elegidas
por el Estado. CONDEPA, UCS, la IU han canalizado ese voto.
En cambio, las áreas y clases satisfechas, convencidas de las
virtudes de las reformas económicas han mantenido su confianza en
los 3 partidos que ejercieron la conducción gubernamental: el MNR,
MIR y ADN, que en sus ofertas y compromisos electorales partidarios
78
"OPINIONES Y ANALISIS"
"OPINIONES Y ANALISIS"
parecieron aproximarse, aunque subsisten ciertas diferencias y matices,
ilustrados en el tratamiento de las diferentes leyes en el Parlamento.
partidario o por lo menos la ausencia de un desgaste tan agudo que
incita al elector a alejarse de las mesas electorales.
Hugo Carvajal muestra con datos el neto desplazamiento del
centro electoral de las áreas rurales, mayoritarias aún en 1985, hasta
una diferencia clara en 1997 en favor de las capitales.
Los pronósticos sombríos sobre la crisis de la representatividad
quedan refutados o matizados; más aún, si tiene en cuenta que los
ciudadanos acuden no sólo a votar, sino que tienden a elegir una
propuesta partidaria: los niveles de votos blancos y nulos han decaído
significativamente desde mediados de los años 80.
Esta distancia se profundiza en los comicios municipales por
la ausencia de mesas en localidades rurales. La necesidad de permitir
el funcionamiento de dichas mesas, como ocurre en los escrutinios
presidenciales constituye un imperativo ciudadano y legal que será
cumplido en las elecciones municipales de 1999. Así desaparecerá una
democracia local restringida a las capitales, provincias y cantones
para abarcar a todo el electorado rural, siguiendo el espíritu de la
Ley de Participación Popular. Ello constituirá un avance significativo
de la democracia nacional.
Otro cambio estructural está representado por el crecimiento
electoral de algunas regiones, en particular orientales, mientras que
otras pierden peso: Potosí se convierte en el departamento más afectado,
fruto de la crisis minera y agrícola. Indudablemente, el comportamiento
político sufre las consecuencias, con un tono más protestatario, cuando
no se refugia en el ausentismo. Por el contrario, Santa Cruz, alimentado
por fuertes corrientes migratorias, aumentó su importancia electoral
en el país. Si el debate regional en torno a la distribución de
parlamentarios suscitó roces, aquello apenas fue la punta visible de
cambios de fondo que merecerían un cuidado mayor por parte de los
partidos y de la sociedad civil.
El cuadro de la participación en Bolivia refleja una estabilidad
de los índices de abstención. Ello muestra una confianza en el sistema
79
Estos elementos obligan a mirar el «cuestionamiento y
desconfianza generalizado con los partidos» que señala Hugo
Carvajal y que encuentra correspondencia con las encuestas de
opiniones, con aspectos menos negros. En mi opinión, el divorcio entre
los partidos y los ciudadanos no está consumado.
Queda abierta una brecha para el debate:
-
¿Cómo conciliar indicadores diferentes, que por un lado
revelan una participación electoral activa y encuestas poco
auspiciosas?.
-
¿Cómo aceptar la idea de que el entusiasmo por los partidos
–suponiendo que existió en los primeros años de la democracia–
decayese y un balance que figura necesariamente entre los más
halagueños de la región?. Conviene aquí detenerse y señalar que
los partidos establecieron Cortes electorales imparciales, fijaron
métodos de designación de autoridades que garantizan el
consenso multipartidario, definieron conjuntamente principios
de reformas constitucionales y evitaron la trampa de la reelección.
Medidas que dan a Bolivia un lugar especial en Sudamérica. Se
dijo con frecuencia que se trató de pactos partidarios sin
80
"OPINIONES Y ANALISIS"
participación de la sociedad civil: es olvidar fácilmente que
estas reformas fueron muchas veces exigidas por la sociedad.
Preguntas importantes que rara vez encuentran respuestas
satisfactorias, pero que dejan en el tapete elementos destacados.
Conviene repetirlo: los partidos han implementado medidas que
consideraron pertinentes para hacer más transparentes sus actos, sus
reglas de juego e intentar acercarse a la sociedad.
Los diputados uninominales constituyen un reflejo de esa
voluntad. (Dentro de poco el Parlamento investigará las primeras
percepciones ciudadanas sobre sus nuevos representantes, para observar
en que medida se produjeron cambios de percepción).
El trabajo de Hugo Carvajal aborda los efectos políticos de las
estructuras orgánicas de los partidos, descritos básicamente como una
barrera para una adecuada participación ciudadana.
Parece oportuno señalar que el país ingresa lentamente en un
nuevo período, distinto del anterior, donde las cartas del juego se
repartirán de manera diferente.
Hasta hace poco, el liderazgo partidario se confundía casi
exclusivamente con la figura del fundador de la organización, recubierta
de un indiscutible manto de legitimidad.
"OPINIONES Y ANALISIS"
el momento resulte complicado prever la nueva configuración, tal
vez no sea arriesgado afirmar que los partidos con mejores
posibilidades de supervivencia sean aquellos que encuentren los
mecanismos institucionales más firmes. Aquí no existen modelos
únicos, pero si una búsqueda común, una preocupación compartida.
El éxito de un partido fortalece todo sistema político.
Paralelamente a este complejo proceso, surgen otros liderazgos
(los famosos «outsiders») que tejen relaciones complicadas con los
partidos ya establecidos. Blancos de sus críticas severas, en la medida
que disponen de medios, estos nuevos liderazgos crean otros partidos,
que de acuerdo a la tipología propuesta por Hugo Carvajal presentan
un carácter más cerrado que de los partidos «tradicionales». Lo que
no significa que no constituyan canales representativos para ciertas
franjas del electorado, como en el caso de CONDEPA y de UCS.
El trabajo de Hugo Carvajal termina con una exhortación al
cambio de los liderazgos políticos para favorecer un acercamiento entre
los partidos y la sociedad.
Exigencia importante, pero que no debe desconocer los procesos
de cambio y renovación que se han intentado apuntar, cuando se
generaliza sin matices, en general el balance partidario aparece más
negro que el real.
Con el progresivo retiro de estos líderes, se plantea el desafío
partidario de encontrar nuevos dirigentes, métodos de selección y
mecanismos de institucionalización: muy probablemente, el carácter
de los partidos se encontrará definitivamente cambiado, aunque por
81
82
"OPINIONES Y ANALISIS"
"OPINIONES Y ANALISIS"
PARTIDOS POLITICOS Y SOCIEDAD CIVIL:
REPENSANDO LA REPRESENTACION POLITICA
Y LA PARTICIPACION SOCIAL EN LAS NUEVAS
DEMOCRACIAS
En menos de dos décadas, el paisaje mundial político se
transformó dramáticamente. Sólo entre 1990-1998, el número de
democracias en el mundo se ha incrementado de alrededor de 76, a
más de 120. Esta tendencia ha establecido a la democracia como la
forma política de gobierno más típica en el mundo. El porcentaje de
países con al menos una forma electoral de democracia, donde múltiples
partidos políticos compiten regularmente para llegar al poder a través
de procesos electorales relativamente libres y justos, incrementó de
alrededor de 28% en 1974, a 46% en 1990 y a más de 65% en 1998.1
Gerardo Berthin Siles
I. INTRODUCCION
El análisis actual de dos variables tan importantes de cualquier
proceso de democratización, como son los partidos políticos y la
sociedad civil, debe estar contextualizado en la experiencia reciente
de varias sociedades con el desarrollo político democrático. Si bien
la democracia en nuestros tiempos sigue significando más que una
medida de control popular sobre los funcionarios públicos y las
decisiones del Estado, hoy es inconcebible pensar en un Estado
democrático sin una sociedad democrática. La mayoría de las doctrinas
políticas hoy vigentes insisten que la democracia involucra
necesariamente una relación dinámica entre Estado y sociedad. El
Estado Moderno y democrático ya no puede ser concebido simplemente
como una organización política vertical con derechos y obligaciones;
más bien tiene que entenderse como una empresa socio-política cuyo
eje dinamizador es la relación entre desarrollo político institucional
y la movilización de nuevas fuerzas sociales. A menos de un año y
medio del Siglo XXI, tanto el Estado como la sociedad se encuentran
experimentando una transformación importante que podría o no,
culminar en una nueva simbiosis entre lo político y lo social.
83
El fenómeno de la democracia del Estado-Nacional es
relativamente nuevo. Samuel Huntington ha argumentado que la
democracia como forma política de gobierno, recién se proyecta a partir
de la primera mitad del Siglo XIX, cuando empiezan a consolidarse
como unidades políticas los primeros Estados-Nacionales. Para
Huntington, desde entonces, la democracia en el mundo se ha
manifestado en tres diferentes olas. La Primera Ola Democrática, según
Huntington, ocurrió entre 1828-1926, la cual tuvo sus raíces en la
Revolución Americana de 1776 y la Revolución Francesa de 1789; la
Segunda Ola ocurrió entre 1943-1962, cuyas raíces fueron el triunfo
de los aliados en la Segunda Guerra Mundial, la instauración de
instituciones democráticas en Alemania, Japón, Italia y Austria y la
culminación de la época colonial occidental en Africa y en varios otros
lugares de Asia donde se crearon y/o emergieron nuevos EstadosNacionales. Y, finalmente, la Tercera Ola Democrática, que para
Huntington comienza a partir de 1974, primero con la caída de varios
regímenes militares en Europa del Sur (Portugal, España y Grecia)
posteriormente en América Latina y más recientemente en Europa del
Este.2 Son estas últimas, especialmente los casos de América Latina
y Europa del Este, que han sido denominadas “nuevas democracias.”
84
"OPINIONES Y ANALISIS"
"OPINIONES Y ANALISIS"
La evolución de estas nuevas democracias, se presenta en la
actualidad como uno de los laboratorios más importantes de análisis
e investigación para comprender mejor, no sólo a la democracia como
tal, sino también el contexto en el cual se están desarrollando estos
nuevos y más recientes proyectos políticos. De hecho, el fenómeno
democrático reciente es parte de una profunda transformación política,
institucional y económica, la cual ha introducido una variedad de
cambios en las esferas de acción como también en los actores sociopolíticos. Casi todas las nuevas democracias han experimentando en
un menor o mayor grado una serie de cambios, tales como un ajuste
estructural, la consolidación de procesos electorales, reformas al Estado
y la inserción al mercado internacional. Todo esto no sólo ha cambiado
dramáticamente el contexto para la acción política colectiva, sino que
también ha puesto en perspectiva la redefinición de la esfera sociopolítica en las nuevas democracias. Existe en estas democracias nuevas
una suerte de fuerzas y factores que están recomponiendo los vínculos
y la relación entre Estado y sociedad y entre lo político y lo social.
Si bien, todo esto está ocurriendo dentro de un sistema normativo de
organización y legitimación del poder político, llama la atención lo
que está ocurriendo al interior de ese orden y proceso democrático.
Es decir, la dinámica, interacción y relación de actores políticos y
sociales dentro de un orden sistémico democrático emergente, que hasta
cierto punto están definiendo el aspecto cualitativo del proceso
democrático en las nuevas democracias.3
una reflexión con una fuerte entonación politológica, se analizará el
contexto de cambio más actual y las pautas de relacionamiento entre
partidos políticos y sociedad, las implicaciones para la representación
y participación democrática y las consecuencias para el actual desarrollo
democrático. Se trata de inferir algunas reflexiones e interrogantes,
proyectables al desarrollo de las nuevas democracias. Cabe advertir
que este trabajo es más que nada un análisis esquemático, sugestivo
y reflexivo que pretende resaltar y rescatar tanto las principales
fortalezas y debilidades, como oportunidades y desafíos que están
experimentando las nuevas democracias, y lo que eso significa para
los partidos políticos y la sociedad civil. El objetivo principal de este
análisis es el de ofrecer una reflexión política coyuntural sobre el tema
de los partidos políticos y la sociedad civil, a partir del actual espacio
que tienen sociedades en procesos de transformación, para maniobrar
acciones, cosechar oportunidades y confrontar obstáculos.
A la luz de nueva evidencia sobre la relación Estado-Sociedad
dentro de los procesos de democratización vigentes en varias de las
nuevas democracias (incluyendo la boliviana), este trabajo pretende
analizar las principales tendencias respecto a la dinámica, interacción
y relación entre Estado y sociedad, representación y participación,
política y sociedad y partidos políticos y sociedad civil. A partir de
El trabajo tiene como hipótesis principal que, tanto los partidos
políticos como la sociedad civil en las nuevas democracias no han
encontrado todavía un papel adecuado, debido a que el proceso
democrático vigente carece de una matriz socio-política. Dada esta
conclusión tentativa, el tipo de democracia que se estaría gestando en
una gran mayoría de las nuevas democracias, puede ser a la larga, sin
una sólida e innovativa matriz socio-política, poco atractiva desde el
punto de vista político y poco efectiva desde el punto de vista económico.
Hacia ese objetivo, el trabajo analiza primero las principales
características de las nuevas democracias, poniendo énfasis en los
partidos políticos y la sociedad civil. Luego, el trabajo propone un
marco de análisis que intenta generar una serie de planteamientos, no
sólo para repensar la relación partidos políticos-sociedad civil, sino
también para reflexionar sobre la actual calidad democrática en las
nuevas democracias. Finalmente, con el propósito de generar interés
85
86
"OPINIONES Y ANALISIS"
"OPINIONES Y ANALISIS"
en algunos temas específicos relacionados al desarrollo político de las
nuevas democracias, el trabajo analiza las posibles consecuencias de
la actual coyuntura en las nuevas democracias.
desde un inicio, los principales mecanismos de incorporación de las
masas a un sistema político y de definición de un espacio público, en
cuyo centro se creó una matriz de hacer política; donde además los
papeles, responsabilidades e instituciones quedaban relativamente
definidos. Bajo estas condiciones, la productividad política incrementó
cualitativamente y convirtió a los partidos políticos y a entes sociales
(como los sindicatos) en instrumentos claves de la consolidación
democrática. Este logro permitió que varios grupos que sufrían de los
efectos de la pobreza y la exclusión económica, puedan luchar por
mejorar sus condiciones políticas y económicas. Al mismo tiempo, se
institucionalizó la búsqueda de intereses y valores dentro de un marco
de competencia política, donde el sistema político se encargó de regular
el espacio público y el conflicto inter-sectorial de la sociedad.5
II.
PRINCIPALES CARACTERISTICAS DE LAS NUEVAS
DEMOCRACIAS
Existe un argumento compartido en la literatura más reciente
sobre el desarrollo democrático de las nuevas democracias; que éstas
no están logrando generar en sus procesos de democratización varias
de las condiciones, que lograron generar en la misma coyuntura las
democracias de la Primera y Segunda Ola; condiciones que de una u
otra manera contribuyeron a clarificar los patrones de continuidad,
estabilidad y alto rendimiento.4 Llama la atención por ejemplo, el
hecho de que la mayoría de las nuevas democracias no cuentan aún
ni con partidos políticos, sindicatos u otros entes de representación
o acción política colectiva efectivos; tampoco tienen sistemas políticos
con capacidad de ofertar proyectos hegemónicos de Estado y de país;
y no se puede detectar todavía con claridad la presencia de una clase
política estable y dinámica, de una fuerza política innovativa o inclusive
de una estructura de intereses representables. En casi todas las nuevas
democracias (incluyendo la boliviana) no sólo el Estado es débil, pero
la sociedad civil también. En su conjunto, estas características de las
nuevas democracias han desequilibrado el espacio público, sus
componentes y la capacidad del sistema político para confrontar
enormes desafíos internos y externos.
Un breve análisis de las dos primeras olas democráticas,
especialmente en Europa Occidental y Estados Unidos, muestra que
los partidos políticos y entes sociales (como los sindicatos) fueron
Lo mismo que ocurrió en las democracias de la Primera y la
Segunda Ola, parece que no está ocurriendo en las democracias de la
Tercera Ola. En algunos lugares (como América Latina), la fuerte
presencia histórica del Estado Corporativo y de una movilización social
que tomó forma de movimientos populares antes que de organización
política, sigue vigente; y en otros (como Europa del Este), se siente
todavía el impacto del Estado totalitario y del estricto control sobre
la acción colectiva. Por otro lado, en las nuevas democracias, los
partidos políticos se encuentran fragmentados, débilmente organizados
y tienen poca capacidad de representatividad.6 A su vez, el sistema
de partidos en la mayoría de las nuevas democracias, no ha podido
generar mecanismos institucionalizados, ni para la oposición
democrática, ni para el marco básico de cuánto y cómo oponerse en
democracia. Esto último ha generado un dilema, ya que si la oposición
es muy fuerte puede llegar a destruir a la democracia, especialmente
en sociedades que están experimentado condiciones económicas
difíciles; por otro lado, una competencia fuerte y una clara
87
88
"OPINIONES Y ANALISIS"
"OPINIONES Y ANALISIS"
diferenciación partidista puede ser peligrosa especialmente en
sociedades con instituciones frágiles. En la mayoría de las nuevas
democracias, estos problemas han sido resueltos parcialmente a través
de pactos, alianzas y/o coaliciones políticas, cuyo propósito
fundamental ha sido generar un acuerdo mínimo para la distribución
de responsabilidades dentro del gobierno, y asegurar un conjunto
especifico de políticas. Se ha visto hasta el momento, que estos esfuerzos
de concertación política, si bien algo imperfectos y poco
institucionalizados, son instrumentos necesarios, no sólo para reducir
el nivel de conflicto político, pero también para generar incentivos de
tal manera que los líderes políticos se mantengan dentro del orden y
los limites democráticos.
Por ende, el proceso democrático también se debilita y los principales
aditivos democráticos se diluyen o simplemente no se fortalecen.
Sin embargo, el remedio a veces es peor que la enfermedad.
Si bien estos pactos y coaliciones han sido necesarios para lograr una
“gobernabilidad suficiente,” también han distorsionado el proceso
político. Estos pactos y coaliciones son por lo general exclusionarios,
en la medida en que crean un denominado cartel que restringe
competencia, limita acceso y distribuye los beneficios del poder sólo
entre los que están adentro. Esta peculiar característica de varias nuevas
democracias, crea el peligro de que el juego democrático se convierta
en un proyecto político privado para, y de un grupo de partidos políticos
y asociaciones corporativas, quienes en gran parte aspiran sólo a extraer
beneficios privados y proteger sus rentas políticas. Aún más, como ya
lo mencionamos en este contexto las nuevas democracias no están
generando suficientes mecanismos de inclusión para la oposición
democrática, lo cual crea una fuerza opositora deficiente, sin propuestas
de alternativas y con pocas energías y fuerza para dinamizar una
oposición efectiva. La presencia de una “gobernabilidad suficiente”
y la ausencia de una “gobernabilidad estratégica”, tienden a debilitar
el sistema político, sus instituciones y su capacidad de movilización.
89
Por otro lado, adicionalmente a las principales características
internas descritas anteriormente, también se puede detectar un conjunto
de factores exógenos que estarían, no sólo condicionando el desarrollo
de estas nuevas democracias, sino también reconfigurando el espacio,
la dinámica, interacción y relacionamiento entre Estado y Sociedad,
entre partidos políticos y sociedad y entre la esfera política y la sociedad
civil. Algunos de estos factores exógenos son:
•
La dispersión de la toma de decisiones políticas:7 reflejada en
la reorganización de los poderes del Estado (especialmente el
Ejecutivo y sus ministerios), en los procesos de descentralización
y privatización, en el establecimiento de unidades reguladoras y
en el enorme papel que están jugando los organismos
multilaterales en la toma de decisiones al interior de las nuevas
democracias.
•
El impacto de nuevas fuentes de información y conocimiento:
para los actores políticos y sociales ahora los costos de obtener
información, compartir intereses similares y diversificar posibles
fuentes de recursos, se han hecho más bajos y accesibles gracias
en parte a la disponibilidad de nuevos y más modernos puntos de
comunicación (CNN, televisión por cable, correo electrónico,
Internet, libros y discusiones académicas electrónicas y fax).
Esto está teniendo un impacto en la organización socio-política,
no sólo en términos de conectarse hacia afuera con vínculos y
redes que están más allá de la frontera política local o nacional,
sino en términos que se ha hecho más fácil obtener fuentes
competitivas de información sobre diferentes y variados temas.
90
"OPINIONES Y ANALISIS"
Gracias a la nueva tecnología, la información ahora fluye más
rápido, a través de las universidades, centros de investigación y
el Internet. Claro está que el acceso a estas nuevas fuentes de
información todavía no es equitativo en varias partes del mundo
(incluyendo Bolivia), pero aun así difusivo, su impacto se está
haciendo sentir en las nuevas democracias.8
•
La influencia y propagación de ideas que abogan más
involucramiento y participación social y popular en la toma de
decisiones, para fortalecer la eficiencia de la administración
publica: si bien algunas tendencias tales como la distancia entre
la clase gobernante y los gobernados, el clientelismo y el
verticalismo persisten en las nuevas democracias, está claro que
se ha abierto un espacio para reconfigurar los canales de
participación y representación para la sociedad. En varias de las
nuevas democracias la existencia de nuevos canales de
participación y representación, se encuentra por primera vez
sancionado legalmente por la Constitucion Política de Estado.
•
Las consecuencias de la internacionalización de varias esferas
políticas: cuya consecuencia principal es la participación de
varios actores externos, tales como el Banco Mundial, el Banco
Interamericano de Desarrollo y varias agencias de cooperación,
no sólo en el financiamiento, la promoción y el diseño de
proyectos de desarrollo, sino también en la agendación política
de varios temas, sean estos compatibles o no con los procesos
vigentes.
•
Un proceso de aprendizaje político: inducido por la percepción
de que las estrategias e instituciones vigentes no están pudiendo
responder adecuadamente a las demandas de las transformaciones
políticas y económicas.
91
"OPINIONES Y ANALISIS"
Las nuevas democracias, no sólo comparten características y
tendencias comunes en su interior y factores exógenos de
condicionamiento como hemos visto hasta aquí; también sus
poblaciones muestran percepciones muy similares hacia el proceso
democrático vigente. Si bien estas percepciones reflejan solo un stock
de opinión, también contribuyen a contar con una medición cualitativa
y subjetiva sobre los actuales procesos de transformación política. Se
han hecho ya varios estudios y encuestas de percepción en las nuevas
democracias, los cuales muestran que existe un balance optimístico,
más que pesimístico, en lo que respecta a la democracia como modelo
ideal político.9 El análisis de estas percepciones también revela, que
las actitudes e ideales democráticos en las nuevas democracias están
relacionados más con el progreso económico y social, que con la calidad
de la relación entre Estado y sociedad. Quizás uno de los más importantes
hallazgos de estos estudios de percepción, es que en las nuevas
democracias se muestra por un lado una preferencia contundente por
la democracia como sistema político, pero por el otro un descontento
creciente por como se esta desempeñando la democracia. Es decir, se
puede hacer una correlación en el sentido de que, cuanto más alta sea
la percepción ciudadana sobre la capacidad democrática para resolver
problemas socio-económicos, más alta es la percepción sobre la calidad
de la democracia y la de la gobernabilidad.
El análisis de los resultados de los mencionados estudios de
percepción, muestra también que las principales instituciones
democráticas y políticas de las nuevas democracias no gozan de un
alto grado de confianza por parte de la sociedad. De igual manera, que
la gente todavía tiene fe en los procesos electorales, aunque es una
fe sumergida en un mar de desconfianza sobre la legitimidad de los
procesos electorales. Si bien esto último, puede estar reflejando el
bagaje de desconfianza que todavía queda de los procesos electorales
92
"OPINIONES Y ANALISIS"
"OPINIONES Y ANALISIS"
pre-transiciones democráticas, también puede ser una señal que la
legitimidad de los procesos electorales vigentes tienen que ser
fortalecidos de alguna manera. Finalmente, los diferentes estudios de
percepción en las nuevas democracias muestran por un lado, que el
proceso de democratización ha sido legitimado por la sociedad, pese
a que la gente cree que el comportamiento democrático a nivel
gubernamental no se ha institucionalizado; y por otro lado, la gente
en las nuevas democracias cree que todavía queda mucho por hacer
en las nuevas democracias para sustentar avances y progresos.
los partidos políticos juegan un papel indispensable, prácticamente en
todas las democracias, pero especialmente en las nuevas democracias.
Los partidos no sólo reclutan candidatos, definen temas, hacen agendas,
promueven participación y concientizan a la sociedad, sino que también
se han convertido en actores centrales del proceso político.
Las características de las nuevas democracias analizadas
anteriormente, muestran por un lado algo de optimismo con respecto
a la oportunidad de sostener una “gobernabilidad democrática
suficiente”. Sin embargo, el perfil global de las nuevas democracias,
hacen sentir un cierto pesimismo y preocupación, en especial, con
respecto al tiempo que puede ser sostenido el actual proceso democrático
sin mayores modificaciones. Es justamente, este contexto dinámico
y rico, pero a su vez turbulento y opaco, que sirve como escenario
para analizar dos de las principales características de las nuevas
democracias: los partidos políticos y la sociedad civil.
A.
Los Partidos Políticos en las Nuevas Democracias: Oferta
Política sin Representación
En muchas de las nuevas democracias, el papel de los partidos
políticos ha sobrepasado y excedido límites históricos: las empresas
políticas en la nuevas democracias han llegado a controlar prácticamente
casi todo el proceso político. Esto nos obliga a plantear una pregunta
poco común, pero estratégica: ¿pueden las nuevas democracias
funcionar con el control casi absoluto de los partidos políticos?. Pero
no es sólo la presencia absoluta de los partidos políticos lo que preocupa,
o su desempeño organizacional como instrumentos electorales y
generadores de empleos políticos, sino que su presencia y desempeño
se está dando en un vacío institucional, con pocos controles
institucionales. Por ello, la fuerte presencia de los partidos políticos
en la sociedad y la ausencia de un mecanismo institucionalizado de
regulación política, puede llevar a describir a los sistemas políticos
de las nuevas democracias, ya no como democracias puras o como
poliarquías, 11 sino como “partidocracias o partiarquías”. Esta
característica de una gran mayoría de las nuevas democracias, implica
hablar de una democracia o poliarquía, donde los partidos políticos
monopolizan el proceso político formal y politizan a la sociedad en
facciones partidarias.
La mayoría de las definiciones contemporáneas de la
democracia, no mencionan con frecuencia a los partidos políticos. Esto
se debe al simple hecho de que el concepto de democracia es más
antiguo que el de partidos políticos, por lo menos en más de 2,000
años. 10 Hoy sin embargo, aunque se encuentran fragmentados,
débilmente organizados y tienen poca capacidad de representatividad,
Si la democracia es un sistema político ideal y la poliarquía
es el sistema político que tiene los mínimos requisitos para ser una
democracia, la partidocracia o partiarquía, refleja el grado en el cual
los partidos políticos interfieren con la obtención de los requisitos
mínimos para una poliarquía o democracia ideal. Si bien toda
93
94
"OPINIONES Y ANALISIS"
democracia donde los partidos políticos están activos posee algunos
elementos de partidocracia o partiarquía, hay democracias que son más
susceptibles a este fenómeno, especialmente las más jóvenes y menos
institucionalizadas. Por lo general, varias de las nuevas democracias
muestran tendencias de partidocracia o partiarquía, lo cual se refleja
en las siguientes características:
•
•
•
•
Tienen partidos políticos que controlan toda nominación a
puestos oficiales, lo cual monopoliza la elegibilidad a personas
que son consideradas defensores leales de los intereses del
partido.
Cuentan con leyes electorales que limitan a los ciudadanos en
una elección a votar no por un candidato, sino por un partido.
Los votantes deciden sólo la fortaleza o debilidad relativa de un
partido frente a otros: los partidos políticos deciden quién en
realidad es elegido.
Obligan a una fuerte lealtad partidista a sus legisladores y a votar
como bloque partidario o depender de un rodillo parlamentario,
cumpliendo con instrucciones partidarias que por lo general
provienen de afuera del parlamento o simplemente legitiman
una alianza o coalición política vigente. Esto le quita al poder
legislativo un papel autónomo en el diseño, revisión o
normativización de políticas e iniciativas gubernamentales.
Las organizaciones a las cuales los ciudadanos son libres de
formar y pertenecer, están en su mayoría altamente penetradas
por los partidos políticos. Las organizaciones más relevantes, a
parte de los partidos políticos, están por lo general afiliadas a un
sólo partido o divididos en varias facciones partidarias que
95
"OPINIONES Y ANALISIS"
compiten por controlarla. Es decir, de una u otra manera, la vida
organizacional está dominada por los partidos políticos.
•
Los medios de comunicación como fuente alternativa de
información, también por lo general son manejados o influidos
por los partidos políticos. Esto implica que en las noticias se
refleja la visión partidista. Es así que la información en la cual
se basa la decisión o preferencia de los ciudadanos puede estar
altamente politizada por los partidos políticos.
•
La Ley del Estado, por lo general está por debajo de los partidos
políticos y sus miembros, de tal manera que no son responsables
(accountable) ante la ley.
Con esto no se quiere plantear que las partiarquías no son
poliarquías o democracias. Lo que se quiere argumentar es que las
partidocracias o partiarquías son producto tanto del sistema político
como del electoral. Es decir, es un nivel de desarrollo político
democrático, donde la calidad de la democracia depende de cuán bien
el sistema político maneja a los partidos políticos, del tipo de incentivos
que ofrece el sistema electoral a los partidos políticos y de cómo los
partidos políticos desempeñan su papel de mediadores entre el Estado
y la sociedad.
Como se argumentó en un trabajo anterior, los sistemas políticos
y electorales de una sociedad dan forma a la estructura partidaria. Varias
de las nuevas democracias muestran una cierta incongruencia entre su
sistema político (presidencialista o parlamentarista) y su sistema
electoral (proporcional o pluralista) lo cual ha generado un complejo
sistema de partidos agobiado por la fragmentación e inestabilidad.12
Como resultado, los partidos políticos pasan una gran parte de su tiempo
96
"OPINIONES Y ANALISIS"
"OPINIONES Y ANALISIS"
construyendo coaliciones estables de gobierno y de sobrevivencia.
Como ya lo mencionamos, si bien las alianzas o coaliciones pueden
ser un instrumento conveniente, especialmente en la primera etapa de
un proceso democrático, a menos que más adelante en el proceso se
encuentre un mecanismo mucho más institucionalizado y autónomo
de concertación, se corre el peligro que el sistema político pueda ser
dominado por maquinarias partidistas cuyas prioridades sobrepasan los
intereses y preocupaciones de los votantes y distritos electorales.
en las nuevas democracias no se ha generalizado todavía un pluralismo
sistémico. Es decir, un sistema compuesto de múltiples y dimensionadas
organizaciones competitivas que actúan autónomamente del uno al
otro, del Estado y de los partidos políticos, especialmente en términos
de su área de representación y de sus tácticas y estrategias para avanzar
o proteger sus intereses. El pluralismo generalizado, tiende a alterar
el balance de fuerzas competitivas en favor de los intereses colectivos
de cualquier organización (consumidores, empleados, mujeres,
asociaciones profesionales) y a generar las condiciones para las redes
de compromiso cívico, lo cual a su vez hace posible instituciones de
presentación fuertes, efectivas y con capacidad de respuesta.14
En las nuevas democracias, el sobredimensionado papel de los
partidos políticos se debe en parte a que el proceso de
institucionalización de la democracia no ha sido consolidado todavía.
En el caso de América Latina por ejemplo, la práctica democrática
está teniendo dificultades en romper la herencia del Estado Corporativo.
Desde las primeras décadas de este Siglo, el Corporativismo
latinoamericano, se enraizó como un sistema sofisticado de
intermediación de intereses, donde el Estado concedía a los mayores
grupos de interés un poder cuasi-monopolístico y eran integrados al
Estado, aunque sin tener la suficiente autonomía como en una
sociedad pluralista. Por más de medio siglo, el Corporativismo
latinoamericano fue una extensión de una tradición orgánica,
mercantilista, jerárquica y autoritaria. Este sistema, en su momento
también llenó un vació organizacional e institucional, ya que
históricamente en la mayoría de América Latina no ha habido una fuerte
y continua actividad o presencia democrática. También, el
Corporativismo latinoamericano promovió una movilización
social gradual, incorporando paulatinamente a nuevos grupos
(empresarios, clase media, sindicatos) al proceso político, y a la vez
manteniendo el monopolio del Estado y sus políticas.13
Un efecto de la ausencia de un pluralismo generalizado en las
nuevas democracias, ha sido el protagonismo que han adquirido los
partidos políticos; este papel preponderante ha sobrepasado no sólo
la capacidad de los partidos políticos para organizar y representar, sino
el mismo desarrollo institucional de las nuevas democracias. Para una
mayoría de las nuevas democracias, otro efecto de la falta de un
pluralismo sistémico ha sido también la fragmentación y debilitamiento
de la estructura de intereses tradicionales, lo cual explica la ausencia
de proyectos colectivos, de ideologías de integración social, de fuerzas
políticas claramente identificables y de estructuras de interés que
puedan ser representadas. En última instancia, el efecto final de una
consolidación democrática a medias, se refleja en el hecho de que para
los partidos políticos su baja capacidad de representación no ha
significado un costo alto, mientras que para la sociedad hay muy poco
de retorno en la participación política ya que ésta por el momento no
ofrece soluciones rápidas ni concretas a los problemas socioeconómicos básicos.
Debido a la fuerte herencia corporativa y también totalitaria,
97
98
"OPINIONES Y ANALISIS"
B.
La Sociedad Civil en las Nuevas Democracias: Participación
sin Demanda Social
Las principales interpretaciones de los procesos de
democratización en las nuevas democracias, a un comienzo prestaron
muy poca atención al papel de la sociedad en dichos procesos. Se
argumentó, en algún momento que los procesos de democratización
eran fundamentalmente el resultado de una crisis en el sistema
autoritario lo cual producía una calculada intervención por parte de
los líderes políticos para permitir un proceso de apertura controlada
del sistema político a otra forma, quizás más democrática de
competencia política. Algunos autores fueron más lejos, y argumentaron
que una excesiva demanda de los sectores sociales podría ser hasta
disfuncional para una transición democrática y eventual
democratización de la sociedad.15 El proceso de democratización en
gran parte de las nuevas democracias, tuvo la presencia inicial de varios
sectores de la sociedad, pero mayormente se desarrolló dentro de una
esfera política restringida o dentro de una esfera pública dominada por
los partidos políticos.
"OPINIONES Y ANALISIS"
extendía desde Londres a Florencia, desembocando en los países bajos,
el Valle del Rin y las planicies Suizas; luego el concepto se expandió
gradualmente a las regiones del Norte, del Este y del Sur de la Península
Europea. Desde mitad del milenio, los principales trabajos sociopolíticos y económicos de Locke, Adam Furguson, Adam Smith, Hegel,
Tocqueville, Marx y Gramsci, ya incluían debates sobre el concepto
de la sociedad civil. El Colonialismo Europeo de fines del Siglo XVII
y del Siglo XVIII y XIX, exitosamente transplantó a diversos lugares
varios de los elementos del concepto de sociedad civil. Desde mediados
de 1970, y con mayor ímpetu después de la culminación de la Guerra
Fría a principios de 1990, Estados Unidos se encargó principalmente
(aunque no exclusivamente) de promover el concepto de la sociedad
civil en las nuevas democracias, el cual también tuvo enorme influencia
en las políticas de los organismos internacionales de financiamiento
externo.17
Sin embargo, el tema de la sociedad civil en los últimos años
ha cobrado mayor relevancia en el análisis de las nuevas democracias.
Se ha argumentado que el concepto de la sociedad civil, no sólo ha
estado asociado con la implantación de un nuevo modelo de desarrollo
en base al capitalismo, sino que también al colapso de un sin número
de regímenes autoritarios. Ambos eventos generaron el espacio
necesario para transferir un concepto netamente occidental, a tan
variados contextos culturales.16 El concepto mismo de sociedad civil,
ha ido evolucionando paralelamente con el desarrollo político de los
Estados-Nacionales, cuyos orígenes se dan durante los primeros siglos
del milenio, primero en el cinturón de las Ciudades-Estados, que se
En la actualidad, el concepto de la sociedad civil ha asumido
más importancia en la nuevas democracias como tema de análisis y
discusión. La sociedad civil aparece como un espacio donde
organizaciones sociales, que no están vinculadas a los partidos políticos,
tienen la oportunidad de maximizar su movilidad social y autonomía.
Es decir, la sociedad civil aparece como una estructura social que
genera un espacio operativo dentro del sistema político, para una
variedad de organizaciones sociales. Esta estructura crea las bases
instrumentales e institucionales para el accionar colectivo de la sociedad
dirigido a movilizar a la ciudadanía hacia la obtención de resultados
y soluciones, y a vigilar el cumplimiento de la oferta política
gubernamental. En este sentido, la sociedad civil aparece como un
complemento al proceso democrático, en la medida que genera recursos,
un sistema de control y de rendición de cuentas y un flujo libre de
información que permite una diversificación de opinión y acción
99
100
"OPINIONES Y ANALISIS"
"OPINIONES Y ANALISIS"
política. Es evidente que el carácter colectivo de la sociedad civil, tiende
no solo a estimular la participación política de diversos actores, o a
expandir e intensificar la presión de la sociedad sobre el sistema
político, sino también a fomentar la ciudadanía democrática.18
forma vertical y jerárquica. Si bien bajo estas condiciones podían
coexistir el Estado y diversos intereses sociales, la posición dominante
la tenía casi siempre el Estado. Y desde el Estado, se podía ordenar
y priorizar a las diferentes organizaciones sociales de acuerdo a su
función económica y política en la sociedad, y así agregar y desagregar
intereses.
La sociedad civil en las nuevas democracias también ha sido
vista como un espacio donde la ciudadanía puede organizarse, asociarse
y agruparse libremente, y comunicarse entre si, formando y reformando
una variedad de acción colectiva social o cívica. En esta concepción,
el individuo más que una criatura política o económica, es una criatura
socio-cívica. Entonces, las diferentes organizaciones sociales se
agrupan no sólo respondiendo a su misión original, sino también a la
necesidad de realizar acción cívica o socializarse. En última instancia,
la sociedad civil es idealizada como una densa red de organizaciones
sociales o cívicas que tienden a promover la estabilidad y efectividad
del sistema democrático a través de su acción y su capacidad ciudadana
en favor o en contra de causas públicas y como un dominio sociopolítico de organizaciones sociales o cívicas con membresía voluntaria,
que promueve movilización social y la acción cívica.19
Obviamente, casi siempre entre la teoría y la práctica existe
una brecha. La sociedad civil en las nuevas democracias, no parece
haber alcanzado todavía la forma ideal promovida por el modelo
occidentalizado, en cuya mística dice que se asienta una sólida
democracia. Sin embargo, parece que en las nuevas democracias la
sociedad civil está empezando a experimentar una transición
interesante, aunque lenta y poco previsible, porque carga todavía un
bagaje histórico muy pesado. Antes de los procesos democráticos, en
la mayoría de las nuevas democracias el Estado (sea este autoritario,
corporativo, populista o totalitario), se sobrepuso a la sociedad; es
decir, el Estado discrecionalmente agregaba demandas e intereses de
101
De igual manera, en una mayoría de estas nuevas democracias
la sociedad se desenvolvió en un contexto donde el Estado era altamente
intervencionista. Si bien, antes del proceso de democratización se
podían identificar algunas organizaciones sociales— profesionales
urbanos, militares, diversos grupos religiosos, propietarios de tierras,
agro-industriales, empresarios urbanos, organizaciones estudiantiles,
sindicatos, y organizaciones campesinas— estas organizaciones
sociales por lo general no participaban proactivamente del proceso
político. Por lo general, el Estado las hacía participar reactivamente
en el proceso político o estas reaccionaban en contra del Estado o
protestaban en contra de la exclusión política. En este contexto,
también habían diferencias entre grupos nacionales, regionales o locales
y urbano-rural, especialmente en relación a recursos, acceso al poder
y capacidad organizacional.
Sin embargo, la dinámica de las transiciones democráticas de
regímenes autoritarios y totalitarios a partir de la década de los ’80,
permitió una importante coyuntura para la evolución de la sociedad
civil en las nuevas democracias. En algunos casos, las mismas
transiciones democráticas fueron productos de presiones por parte de
la sociedad, que después de muchos años veía una oportunidad para
reconformarse, reorganizarse y demandar. Al igual que para los partidos
políticos, el proceso de democratización ofreció inicialmente una
oportunidad a la sociedad civil para su construcción y constitución,
102
"OPINIONES Y ANALISIS"
"OPINIONES Y ANALISIS"
precisamente dinamizada por las grandes expectativas generadas por
el nuevo proceso democrático. Si analizamos las experiencias de las
nuevas democracias en América Latina, Europa del Este y Africa,
podemos ver que las organizaciones sociales tradicionales se reactivaron
momentáneamente poco después del momento de transición
democrática, lo cual se dio conjuntamente con la aparición de algunos
actores sociales nuevos. Fue así que cobraron vigor y dinamismo
algunas organizaciones de base, diversos movimientos juveniles,
movimientos comunales, comites cívicos, organizaciones nogubernamentales (ONGs), organizaciones de mujeres, organizaciones
de pequeños productores. Todos con un protagonismo colectivo de
reivindicar el trama social y proyectar una lucha anti-autoritaria.
progresivamente relegadas por la reimplantación de la hegemonía del
Estado y de los partidos. Así, el desarrollo o la dinámica de cambio
de la sociedad civil en las nuevas democracias, fue una de las víctimas
silenciosas del proceso de ajuste estructural.
Se trataba por lo general de movimientos preferentemente
urbanos de base territorial, orientados en torno a reivindicaciones
sociales básicas en áreas como empleo, salarios y política social,
surgidos como reflejo de formas de solidaridad ante la política
autoritaria y el creciente empobrecimiento de algunos sectores. Al
inicio del proceso de democratización, estos posibles nuevos actores
presentaron algunos rasgos innovadores, tales como su aparente
autonomía respecto al Estado y a los partidos políticos, su perfil
espontaneista, sus niveles precarios de institucionalidad y el carácter
abierto, maleable y pluralista de su composición. Sin embargo, ya en
una segunda fase del proceso de democratización, donde se
implementaron políticas de ajuste estructural el espacio socio-político
se achicó y el sistema político tuvo que restaurar un status quo de
forma muy rápida, lo cual si bien permitía responder al
condicionamiento de los organismos multilaterales, generó también la
extinción, absorción o por lo menos la pérdida de dinamismo de estos
nuevos actores sociales y de la sociedad civil en general. En las nuevas
democracias, poco a poco las organizaciones sociales fueron
103
La misma necesidad de reafirmar un Estado más chico y más
eficiente ante la sociedad y de implantar nuevas reglas de juego para
un nuevo contexto económico, generaron un trámite final para la
renovación de la relación Estado-Sociedad. En una gran mayoría de
las nuevas democracias, si bien lo novedoso eran los procesos
electorales, el viejo mapa de relaciones entre sociedad civil y sistema
político fue implícitamente repactado desde arriba. Esto ha hecho que
los sistemas políticos de las nuevas democracias se encuentren en un
curso de cambio difícilmente previsible o estancados, situación de la
que forma parte la relación entre partidos políticos y los actores de
la sociedad civil.
Al igual que con los partidos políticos, el fenómeno democrático
abrió un importante espacio para que los actores tradicionales de la
sociedad puedan reconstituir sus identidades y rearticular sus vínculos
con los partidos y el Estado. El proceso de democratización supuso
para todo actor social, una oportunidad para desenvolverse como actor
colectivo en un sistema de grupos en competencia, participar en la
definición de las reglas de juego de esa competencia y obtener un
reconocimiento legítimo de parte de los otros actores del sistema. Sin
embargo, los actores sociales tradicionales, acostumbrados a una forma
de organización y representación corporativa o totalitaria, no pudieron
generar la suficiente energía radical para reconstruir su capacidad de
demanda y de presión y así fortalecer una sociedad civil emergente.
Como ya lo mencionamos, fue en particular el efecto de las políticas
de ajuste y la puesta en marcha de varias reformas, que atrofiaron la
104
"OPINIONES Y ANALISIS"
"OPINIONES Y ANALISIS"
transición de los actores tradicionales a actores democráticos. Por otro
lado, en forma casi paralela, tanto los sindicatos como las organizaciones
empresariales comenzaron a vivir transformaciones importantes en sus
identidades y prácticas internas. A esto se añadió la incertidumbre de
la transformación tanto del Estado como del sistema político, y la
descorporativización gradual del espacio público lo cual desordenó el
esquema tradicional.
laborales han quedado como actores sociales solitarios, aunque están
cada vez más en una posición contestadora aplicando y mostrando
todavía un viejo perfil de contestación. En otros casos, la situación
económica ha tenido un impacto destructivo en varias organizaciones
sociales. Y en otros, simplemente la organización social, ha quedado
rezagada solo a una función socializadora.
El contexto de democratización donde la sociedad se encontraba
experimentando una tensión particular entre renovación y tradición,
exigía la conformación de otro tipo de sociedad civil, una con mayor
capacidad de emprendimiento, más exigente, autónoma en sus
manifestaciones y con capacidad de redefinir el espacio público y sociopolítico. Un mayor dinamismo por parte de la sociedad y una mejor
capacidad de iniciativa por parte de los actores sociales, hubiera
facilitado el cumplimiento de estas tareas. Lo que ocurrió en cambio,
fue una reacción pasiva y un repliegue de la sociedad civil, que no
hizo otra cosa que hiperresponsabilizar a los partidos políticos y a un
débil sistema político la tramitación y tarea de los asuntos públicos.
Como lo argumentó Dahl, al final se deformó la conciencia cívica, se
distorsionó la agenda pública y se enajenó el control social.20
Si bien, en parte gracias a procesos de descentralización y
participación que están siendo promovidos desde el mismo Estado, la
sociedad civil en las nuevas democracias parece estar experimentando
una cierta renovación o re-evolución, ésta es lenta y poco predecible.
Por ello, ya en la práctica cotidiana de las nuevas democracias, la
sociedad civil aparece todavía como una ampliación de las formas
tradicionales de participación, en las que se combina dimensiones
tradicionales y corporativas, con dimensiones democráticas. Varias
organizaciones sociales como los sindicatos u organizaciones
105
Lo anterior parece tener alguna explicación lógica. El actual
desarrollo de la sociedad civil en las nuevas democracias parece estar
condicionado a la presencia de una ciudadanía de «baja intensidad»,
que se caracteriza por la reactividad y la receptividad (en cuenta de
la proactividad y la contestación estratégica).21 Esta baja intensidad
de la ciudadanía es reflejo también de la falta de incentivos que puedan
producir un esfuerzo colectivo y así mejorar mucho más aquella
democracia hacia la cual existe actitudes positivas. Es decir, desde la
sociedad, al proceso democrático en si mismo no se lo ha visto todavía
como una potente fuerza socializadora, que puede acomodar nuevos
intereses, expandir la economía, desarrollar la educación y asegurar
el bienestar de los más pobres. Es decir, la percepción desde la sociedad,
es que la democracia no está respondiendo a las demandas y
necesidades. Pero quizás, es más objetivo argumentar, que la misma
sociedad tampoco está haciendo algo para que la democracia
responda más efectivamente.
106
"OPINIONES Y ANALISIS"
III.
HACIA UN DESAFIO COMPARTIDO PARA LOS
PARTIDOS POLITICOS Y LA SOCIEDAD CIVIL:
GENERAR MAYOR REPRESENTACION POLITICA Y
PARTICIPACION SOCIAL
Se puede evidenciar que en estas nuevas democracias, si bien
está vigente un proceso de descorporativización o destotalitarización,
este proceso por si mismo no está asegurando una revinculación
sistémica entre lo político y lo social. Requiere respaldos amplios y
complejos de toda la sociedad, y un ajuste político que pueda
reconfigurar las modalidades de negociación y concertación entre los
partidos y la sociedad, para viabilizar un respaldo plural de políticas
públicas con mayor complejidad y alcance.
Las distintas instancias de concertación que se intentaron en
las nuevas democracias (de igual forma que en Bolivia), al igual que
los procesos de participación y descentralización, no han sido procesos
sencillos, ni mucho menos lograron viabilizar programas, proyectos
o políticas estratégicas y de largo alcance. Parece entonces que la crisis
política en las nuevas democracias emana de una profunda falta de
renovación en el Estado, en los partidos políticos y los actores sociales,
así como en el sistema de interrelaciones entre estos. La matriz
tradicional de hacer política está en crisis, por lo cual existen problemas
de redefinición del espacio público, de productividad política y del
papel más apropiado para los distintos actores. Esta conclusión tentativa,
ofrece una pista de reflexión sobre el proceso democrático en curso
en varias sociedades en transición política y económica. Parecería que
la coyuntura actual llama necesariamente a una profunda reforma de
los sistemas políticos, que vaya más allá de reformas constitucionales
y administrativas.
107
"OPINIONES Y ANALISIS"
Como se observa en el Gráfico 1, el vínculo entre los partidos
políticos y la sociedad civil, puede ser el punto fundamental para
reconstituir una nueva matriz socio-política y equilibrar el espacio
público, entendido en este caso como un foro de representación,
participación y debate, al mismo tiempo que como un escenario de
decisiones legítimas. En esta nueva matriz, el entorno o espacio de
acción socio-política es parte del espacio público, donde convergen,
la política y la sociedad, los partidos políticos y la sociedad civil y
donde se legitima la representación y participación a través de una
responsabilidad compartida (shared-accountability) entre el Estado y
la sociedad, la cual genera actividad política con responsabilidad o
accountability. Es en el entorno o espacio de acción socio-política que
se redefinen y recuperan identidades y roles, y donde se forjan los
principales mecanismos de la gobernabilidad que permiten adaptarse
rápidamente y eficientemente a condiciones de cambio. Estos
mecanismos son las tres «ies» (III), o simplemente instituciones,
institucionalización e institucionalidad.22 De lo que se trata es de pensar
en una nueva forma de hacer política, en base a una nueva matriz que
promueva un circulo socio-político y público virtuoso.
La urgencia de la reformulación de este espacio público y la
reconstitución de la matriz socio-política, se refleja en el tipo de
cuestionamientos que genera el actual proceso democrático en varias
de las nuevas democracias (incluyendo la boliviana).
•
¿Es posible la efectiva consolidación de un régimen democrático,
sin un sólido funcionamiento de las instituciones claves, sin la
participación de la sociedad y con una centralidad partidaria
excluyente?
•
¿Se puede asegurar vías pluralistas y eficaces de intermediación
y representación entre los actores políticos y sociales, sin un
108
IES Y A N A M I S "
l
"OPINIONES Y ANALISIS"
liderazgo renovador e innovador tanto enla esfera política como
en la social?
¿Cuán sostenible es una democracia con una conciencia cívica
deformada. con una agenda pública distorsionada y con un
control social enajenado?
¿Pueden los partidos actuales tramitar el proceso de su
impostergable renovaci6n sin la exigencia y el protago~smode
actores sociales con capacidad de iniciativa aut6noma?
¿Es viable la implantaci6n de una nuevacultura política de corte
democrático sobre la base de una fragmentaci6n socio-cultural
con intensivas cargas de herencias y resistencias del pasado?
Como ya lo mencionamos, en todos los procesos deconstrucci6n
democrática exitosos, ha sido importante el papel de los partidos
pollticos como el de la sociedad civil. Es decir. dada las nuevas
responsabilidades socio-políticas en momentos de transformaci6n.
ambos elementos son artífices de la consolidaci6n democrática. Como
se observa en el Cuadro 1, las nuevas democracias comparten por lo
menos cinco principales responsabilidades que son necesarias en
coyunturas de transición y transformación, y cada una tiene un papel
especifico para los partidos pollticos y la sociedad civil, la suma de
lo cual genera el resultado más óptimo. que además es el que más
beneficia a la mayoda de la sociedad.
Sin duda, el momento actual donde se reconsidera la relaci6n
entre lo polltico y lo social, requiere el desafio de plantearse un gran
proyecto o empresa colectiva que pueda generar capacidad política para
responder y actuar. Las nuevas democracias se encuentran atravesando
una realidad que es alborotadamente diferente a otras experiencias
111
112
Sociedad con visión
estratégica a largo plazo,
y matriz socio-política
con roles,
responsabilidades
redefinidas, mayor
dinamismo por parte de
la sociedad y una mejor
capacidad de iniciativa
por parte de los actores
políticos y sociales
Nuevas modalidades de
negociación amplia y
permanente, con
capacidad de viabilizar
un respaldo plural para
políticas públicas de
mayor complejidad y
alcance
Matriz socio-política
definida y coherente en
términos de normas,
derechos, obligaciones;
marco adecuado para
garantizar la continuidad,
reducir la incertidumbre
e incorporar patrones
culturales
Desafían las actuales
metas, achican la
brecha entre oferta y
expectativas y resisten
presiones para redefinir
roles y
responsabilidades
Identifican fuentes de
conflicto
Desafía las normas
poco productivas o la
ausencia de normas
productivas y demanda
profundos cambios
institucionales
Clarifican las metas,
las expectativas y las
responsabilidades
Restauran el orden
Mantienen y mejoran
normas e
instituciones
ORIENTACION
MANEJO DE
CONFLICTO
NORMAS E
INSTITUCIONALIZACION
Fuente: Matriz en base a Ronald A. Heifetz y Donald L. Laurie. "The Work of Leadership".
Harvard Business Review (Enero-Febrero de 1997).
Ciudadanía segura, con
alto grado de confianza
hacia sus instituciones,
optimista y prospectiva
Identifican áreas o
acciones débiles, poco
transparentes,
monopolísticas y
dañinas
Políticas consensuadas
diseñadas para ampliar
las oportunidades de la
gente y para su
crecimiento adquisitivo y
la tramitación conjunta
de asuntos públicos
priorizados
Identifica y prioriza los
desafíos y problemas y
genera cuestionamientos
claves
RESULTADO DESEADO
Generan respuestas
institucionalizadas
para proteger toda
actividad ciudadana y
generar confianza en
las instituciones
públicas
Definen el problema
y proponen solución
SOCIEDAD CIVIL
SEGURIDAD
DIRECCION
RESPONSABILIDAD PARTIDOS POLÍTICOS
CUADRO 1
RESPONSABILIDAD COMPARTIDA Y RESULTADOS EFECTIVOS EN LAS
NUEVAS DEMOCRACIAS
"OPINIONES Y ANALISIS"
"OPINIONES Y ANALISIS"
"OPINIONES Y ANALISIS"
anteriores de desarrollo democrático. La era de la globalización y del
mercado, está cada vez generando más polarizaciones sociales,
especialmente en sociedades que están experimentando en su interior
un ágil y profundo proceso de transformación. Si bien muchas de
estas nuevas democracias (como la boliviana), se han incorporado
fragilmente y casi silenciosamente a los procesos de globalización,
este hecho por si mismo no produce mejoras automáticas en la calidad
de vida de la mayoría de la población. Lo cierto es que, por el momento,
las principales consecuencias políticas de este proceso en curso son
un súbito decaimiento de la capacidad de los Estados para confrontar
las principales responsabilidades resumidas en el Cuadro 1; y la ausencia
de capacidad e iniciativa de la sociedad civil para demandar y presionar
por un mejor desempeño del Estado.
No habría que pensar mucho en las consecuencias inmediatas
de esta situación; algunos indicadores ya son visibles. Por ejemplo:
la existencia clara en las nuevas democracias de más perdedores que
ganadores, la pérdida del auto-control hacia el futuro inmediato, la
presencia de una inequidad creciente y la falta de una capacidad
proactiva de respuesta estatal. Parecería que ante esta eminente crisis,
cualquier solución o respuesta tendría que plantear la optimización de
los recursos políticos. Es decir, empezar a pensar en formas, maneras
y mecanismos compartidos de respuesta. Por ejemplo, promoviendo
una sociedad con vínculos horizontales y no verticales de tal manera
que se genere una estructura de expectativa compartida, que además
esté estrechamente vinculada al esfuerzo individual y colectivo o al
grado de dependencia horizontal. Bajo estas condiciones, no sólo se
daría una articulación amplia de visiones económicas y políticas, sino
que también se crearía una fuente de confianza la cual es tanto un
producto del sistema socio-político, como un atributo personal.
113
"OPINIONES Y ANALISIS"
IV.
A MODO DE CONCLUSION: REPENSANDO LA
DEMOCRACIA
SIN
REPRESENTACION
Y
PARTICIPACION Y SUS
CONSECUENCIAS
POLITICAS Y SOCIALES
La principal debilidad en las nuevas democracias —la ausencia
de una nueva matriz socio-política— parece ser producto de la falta
de un proyecto socio-político de largo alcance en el cual se definan
roles, responsabilidades y obligaciones conjuntas entre actores políticos
y sociales a través del cual se puedan canalizar los intereses latentes
de diversos sectores de la sociedad. Las primeras expectativas generadas
por el proceso de democratización no han sido cumplidas, en el sentido
de que se pensó que los nuevos gobiernos democráticos iban a resolver
problemas históricos a nivel socio-económico, administrativo y político.
Con más de una década de desempeño, las nuevas democracias no han
podido satisfacer esas primeras expectativas. Esto ha marcado una
nueva fase democrática, donde el desencantamiento y la desilusión se
han apoderado de los procesos políticos. El vínculo entre desempeño
y legitimidad se hace cada vez más débil, al igual que la representación
y participación.
Entonces la pregunta sería, ¿qué consecuencias políticas y
sociales está teniendo esta situación en las nuevas democracias?. Lo
primero es que está generando un tipo de democracia muy particular,
donde la estructuración de los intereses es magra, los actores políticos
y sociales son débiles, las pocas organizaciones y entidades de
representación (el congreso o la asamblea) son endebles, y donde las
principales instituciones no gozan de la confianza necesaria. En la
mayoría de las nuevas democracias, la dinámica de la representación
está distorsionada, en la medida en que los actores y órganos de
representatividad no se ocupan de llegar a sus electores o distritos
114
"OPINIONES Y ANALISIS"
"OPINIONES Y ANALISIS"
constituyentes o de simplemente fortalecer los canales directos de
interacción entre representantes y representados. Como se observa en
el Gráfico 2, las nuevas democracias muestran una tendencia de
representación que no sólo es diferente a lo que se considera
relativamente ideal, sino que está extremadamente politizada. Bajo
estas condiciones la participación del ciudadano individual y de la
sociedad en general tiene un mínimo impacto tanto en la dinámica de
representación como en la construcción democrática. En el modelo
actual de representación, las fuerzas políticas no aparecen como partidos
políticos representando intereses particulares y compitiendo con otros
intereses. Más bien, cada partido quiere ser el único instrumento de
representación política. Y, por ende la democracia se convierte en un
momento interino de competencia política por el monopolio de
representar el interés nacional.
GRAFICO 2: LA DINAMICA DE LA REPRESENTACION
En varias de las nuevas democracias, en cuenta de tener un
proceso de representación y participación dinámico, se está generando
más bien un proceso estático de delegación democrática. Como lo
argumentó Guillermo O’Donnell, el Poder Ejecutivo haciendo uso de
un proceso electoral legítimo y ante la evidente debilidad de los otros
poderes del Estado y de la sociedad, se delega a sí mismo la
responsabilidad de suspenderse por encima de todos los otros elementos
de la sociedad política (ciudadanía, partidos políticos, sociedad civil,
Congreso).23 Si bien, el Poder Ejecutivo en las nuevas democracias
hace el intento de concertar con los diferentes sectores de la sociedad,
lo hace a través de canales e incentivos poco institucionalizados y al
final acaba tomando decisiones unilaterales, centralizadas, muy
discrecionales, poco transparentes y afuera del ámbito o entorno de
representación. Como se observa en el Gráfico 3, el proceso de toma
de decisiones en las nuevas democracias está también distorsionado,
en la medida que no cuenta con los elementos naturales de cualquier
proceso de representación y participación democrática.
115
A. MODELO IDEAL
LEGISLADOR
INDIVIDUAL
CONGRESO O
ASAMBLEA DE
REPRESENTANTES
LA SOCIEDAD (EL
ESTADO-NACIONAL)
Y EL PUBLICO
CIUDADANO
INDIVIDUAL
B. MODELO DISTORSIONADO EN LAS NUEVAS DEMOCRACIAS
LEGISLADOR
INDIVIDUAL
CONGRESO O
ASAMBLEA DE
REPRESENTANTES
LA SOCIEDAD (EL
ESTADO-NACIONAL)
Y EL PUBLICO
PARTIDOS
POLITICOS
Fuente: G. Berthin, 1998
116
"OPINIONES Y ANAUSlS"
'OPINIONES Y ANAUSIS'
GRAFICO 3: REPRESENTACION Y PARTICIPACION: PROCESO
DE TOMA DE DECISIONES IDEAL Y DISTORSIONADO
MODELO DE TOMA DE DECISIONES IDEAL
OFERTA
CONSIOEQAN
Y ANALIUIN
F[
. 1
1
..
SDCI~LDCIYIL
EJECUTmANEJA
U GESTION
PUBLICA
--
-
EJECUTA/
MANEJA
CONSIDERAN Y
ANALIiAN
GESTION
WBUCA
DEMANDA
MODELO DE TOMA DE DECISIONES DISTORSIONAW
VOTAN
IMPONEN
EJECUTA
PARTIDOSPOLITICOS
VOTAN
Fuente: G. Berthin, 1998
IMPONEN
EJECUTA
Las democracias delegativas entonces, aparecen más como
pautas pollticas que están asentadas en un contexto institucional, que
en realidad no ha terminado de transformarse. Es decir, si bien las
nuevas democracias han experimentado una transición exitosa de un
regimen polltico autoritario a un regimen no-autoritario, no han logrado
todavlala transformación de los reglmenes no-autoritarios a reglmenes
democráticos. Funcionalmente, el proceso de transformación
democrática no deberla limitarse a tener elecciones regulares y
competitivas, un sistema de partidos políticos en operación, unadivisión
de poder entre el ejecutivo, legislativo y judicial y ciudadanos que sólo
ejercen su derecho al voto. Más bien como se plante6 anteriormente
(ver Gráfico 1). deberla producir como resultado óptimo una estructura
institucionalizada con capacidad absoluta de acomodar/organizad
coordinar verticalmente y horizontalmente la gama de intereses
democráticos presentes en una sociedad y de crear un nuevo marco
socio-polltico donde los diferentes actores sociales puedan maximizar
su potencialidad. De esta manera, el resultado final de una
transformación democrática debería ser una estructura que condicione
y que regule los intereses y representatividad de los diversos actores
socio-políticos de una sociedad. Es decir, una estructura poco flexible
que obligue a los diversos actores socio-políticos a acomodarse a esta,
a cambio de una responsabilidad compartida en lo que respecta a
dirección. seguridad, orientaci6n. manejo de conflictos y
normativización e institucionalización.
Es esta estructura socio-política que en última instancia
incorpora actores sociales, procesa la probabilidadde resultados, agrega
y estabiliza el nivel de acción y organización de los actores con quien
interacciona, induce a mejores patrones de representatividad, mejora
los niveles de participación, estabiliza las expectativas de los actores
sociales e incrementa el horizonte de tiempo de los actores. En el caso
"OPINIONES Y ANALISIS"
"OPINIONES Y ANALISIS"
de las democracias delegativas que se han estancando en el proceso
de transformación, se puede observar que a falta de una nueva estructura
o matriz socio-política, los principales actores socio-políticos del
momento (los partidos políticos) tienen a su disposición la flexibilidad
de manejar el conjunto de instituciones existentes y de tomar decisiones
sin mucha restricción. A falta de un nuevo escenario socio-político,
en una democracia delegativa la tendencia general es la de adaptar
procedimientos y prácticas antidemocráticas y reafirmar el poder
vertical.
Desde hace ya más de una década, que las nuevas democracias
vienen enfrentando un dilema: las expectativas generadas tras la
expansión democratizadora no se están traduciendo a una capacidad
gubernamental, capaz no sólo de mejorar los niveles de desarrollo para
la mayoría de la población, sino de confrontar los desafíos de una nueva
era. Parece que cada vez más, la distancia entre gobierno y sociedad
se agranda. Las nuevas democracias entonces aparecen como
democracias delegadas sin una ciudadanía efectiva, sin una comunidad
política, con poca participación y con mínimos grados de representación
política y demanda social.
Lo que muestra principalmente este análisis, es una
preocupación con la calidad de la democracia. La pregunta estratégica
sería, ¿si las nuevas democracias con sus virtudes y defectos pueden
enfrentar los enormes desafíos vigentes?. En la medida en que las
nuevas democracias promuevan los más mínimos requisitos—
elecciones regulares, derechos civiles, Poder Ejecutivo que implementa
reformas con muy poca oposición—estas podrán perdurar en el tiempo.
Sin embargo, no serán efectivas, ya que las democracias que basan
su desempeño en decretos, en coaliciones de todo tipo y en instrumentos
de concertación poco institucionalizados, están mostrando síntomas
de debilidad en su aparato institucional. Este tipo de democracia, puede
ser a la larga poco atractivo desde el punto de vista político y poco
efectivo desde el punto de vista económico. Lo cierto es que la mayoría
de las nuevas democracias, confrontan tanto un débil sistema de partidos
como una débil sociedad civil, lo cual es reflejo de la poca capacidad
del Estado para fortalecer e institucionalizar el espacio público y el
entorno socio-político de acción. A estas alturas del proceso
democrático, el mensaje debe ser claro: un débil Estado y una débil
sociedad civil no contribuyen a la efectividad política y económica
de la democracia.
119
Las nuevas democracias se encuentran entonces en una
coyuntura especial, que insta un retorno de lo político. Si bien, para
muchas nuevas democracias sigue siendo un desafío, liberar a la
economía de la intervención estatal y reforzar la capacidad del Estado
como gestor de esa transformación, es hora de pensar seriamente
también en el sistema político de dichas democracias. Es decir, darle
al sistema político la capacidad de acción y de reorganización de la
sociedad a través de los mecanismos del Estado democrático. Esta tarea
no solo imparte el desafío a los actores políticos, por el contrario una
transformación del sistema político asume que los actores sociales
adquieran también una nueva capacidad de acción e influencia.
La transformación de los sistemas políticos es un desafío global
tanto para las democracias más antiguas, como para las nuevas. En
las democracias antiguas, el desafío es redefinir el alcance del gobierno,
mientras que en las nuevas democracias es definir el alcance del
gobierno. En ambos casos, el desafío es adaptativo, en el sentido de
que los cambios en el mundo en términos de la sociedad, mercados,
competencia y tecnología, están forzando a los Estados-Nacionales a
clarificar su sistema de valores, a desarrollar nuevas estrategias y
120
"OPINIONES Y ANALISIS"
"OPINIONES Y ANALISIS"
diseñar nuevas formas de implementar ideas. Ante este desafío, la
sociedad pone automáticamente al sistema político como el único
responsable en virtud de su autoridad formal. Sin embargo, los desafíos
adaptativos que enfrentan los sistemas políticos, son sistémicos, y
requieren también movilización social y autoridad informal. Es así que
la construcción de un puente más efectivo y colaborativo entre partidos
políticos y sociedad civil, entre el Estado y la sociedad y entre lo político
y lo social requiere hoy más que nunca un nuevo liderazgo político,
uno que no sólo ofrezca soluciones, sino también uno que promueva
la construcción e institucionalización de una nueva matriz sociopolítica, con nuevas responsabilidades, papeles, valores,
comportamiento y enfoques de trabajo para hacer del espacio público
el escenario que produzca finalmente el fortalecimiento de las
instituciones sociales y políticas y así, mejore también la
representación política y la participación social.
121
122
"OPINIONES Y ANALISIS"
"OPINIONES Y ANALISIS"
Martin Lipset, eds. Politics in Developing Countries: Comparing
Experiences with Democracy [La Política en Países en Desarrollo:
Comparando Experiencias con la Democracia]. Boulder: Lynne Rienner
Publishers, 1995; Guillermo O’Donnell. «Delegative Democracy
[Democracia Delegativa].» Journal of Democracy Vol. 5, No. 1 (Enero
1994):55-70; Di Tella, Torcuato. «Transitions to Democracy in Latin
America [Transiciones Democráticas en América Latina].» Documento
de Trabajo No. 11, University of Chicago, 1991; Francisco Weffort.
«New Democracies, Which Democracies? [Nuevas Democracias,
¿Cuales Democracias?].» Documento de Trabajo No. 15, University
of Chicago, 1991; y Robert Dahl. After the Revolution: Authority in
a Good Society [Después de la Revolución: Autoridad en la Buena
Sociedad]. New Haven: Yale University Press, 1990.
NOTAS
*
Gerardo Berthin Siles, es Cientista Político y actualmente es el Director
de la Maestría en Gestión y Políticas Publicas, en Maestrías para el
Desarrollo (MpD), Universidad Católica Boliviana-Harvard Institute
for International Development (HIID).
1.
Ver Larry Diamond, et. al. Consolidating the Third Wave Democracies:
Themes and Perspectives [Consolidando las Democracias de Tercera
Ola: Temas y Perspectivas]. Baltimore: The Johns Hopkins University
Press, 1998.
2.
Ver, Samuel Huntington. La Tercera Ola: La Democratización a Finales
del Siglo XX. Buenos Aires: PAIDOS, 1995.
3.
Ver, Norbert Lechner. «La política Ya No es lo que Fue.» Nueva
Sociedad 144 (Julio-Agosto 1996):104-113.
4.
Ver por ejemplo, Diamond, et al., (1998). op. cit.; Larry Diamond y
Marc Plattner. Consolidating the Third Wave Democracies
[Consolidando las Democracias de Tercera Ola]. Baltimore: The Johns
Hopkins University Press, 1997; Adam Przeworski, et al. Sustainable
Democracy [Democracia Sostenible]. Cambridge: Cambridge
University Press, 1996; Guillermo O’Donnell. «Ilusiones sobre la
Consolidación.» Nueva Sociedad 144 (Julio-Agosto 1996):70-89; Juan
J. Linz y Alfred Stepan, eds. Problems of Democratic Transition and
Consolidation: Southern Europe, South America and Post Communist
Europe [Problemas de Transición y Consolidación Democrática:
Europa del Sur, América del Sur y Europa Post Comunista]. Baltimore:
Johns Hopkins University Press, 1996; Paul Hirst y Sunil Khilnani, eds.
Reinventing Democracy [Reinventando la Democracia]. Cambridge;
Blackwell Publishers, 1996; Larry Diamond, Juan J. Linz y Seymour
123
5.
Ver, Przeworski, et. al., (1998). op. cit.; y Dietrich Rueschemeyer, et.
al. Capitalist Development and Democracy [Desarrollo Capitalista y
Democracia]. Chicago: The University of Chicago Press, 1992.
6.
Para un análisis teórico ver Diamond, et al. (1998) op. cit. (Capítulos
2 y 6); para el caso de Europa del Este ver Ibid., (Capitulo 7); para
el caso de América Latina ver, Cesar Cansino, Coord. Gobiernos y
Partidos en América Latina: Un Estudio Comparado. México: Centro
de Estudios de Política Comparada, 1997; y Manuel Alcantara, «Análisis
Comparado del Papel de los Partidos en los Procesos de Transición
Política,» en Silvia Dutrenit y Leonardo Valdes, Coords. El Fin de Siglo
y los Partidos Políticos en América Latina. México: Universidad
Autónoma Metropolitana-Unidad Iztapalapa, 1994; y para el caso de
Bolivia ver, Gerardo Berthin Siles. «El Sistema de Partidos Políticos
en Bolivia, 1982-1996: Un Crucigrama por Resolver.» en CIDESPNUD. Gobernabilidad y Partidos Políticos. La Paz: CIDES-PNUD,
1997.
7.
Vale la pena aclarar que cuando se menciona la dispersión de la toma
de decisiones, no se está excluyendo el papel que ocupa en el proceso
124
"OPINIONES Y ANALISIS"
la autoridad legal. Es decir, no está en cuestión quién tiene la última
autoridad legal para tomar decisiones (ejemplo el Presidente), sino más
bien está en cuestión dónde en el curso normal de eventos, se esta
discutiendo, negociando, formulando y decidiendo sobre políticas
públicas.
8.
Para un análisis más profundo sobre el impacto de la era de la
información sobre las sociedades y la política, ver por ejemplo, Manuel
Castells. End of Millennium: The Information Age, Economy. Society
and Culture [El Final del Milenio: La Era de la Información, Economía,
Sociedad y Cultura]. Oxford: Blackwell Publishers, 1998.
9.
Ver por ejemplo, Joseph S. Nye, et. al., Why People Don’t Trust
Government [Por que la Gente no Confía en el Gobierno]. Cambridge:
Harvard University Press, 1997; Juan J. Linz, Seymour Martin Lipset
y Amy Bunger Pool, «Condiciones Sociales para la Democracia en
América Latina: Análisis de la Encuesta de Latino Barómetro,» en
PNUD. Gobernabilidad y Desarrollo Democrático en América Latina
y el Caribe. Nueva York: PNUD, 1997 (pp. 15-37); Hans Klingeman.
«Compilado del Euro Barómetro y el Latino Barómetro,» (mimeo,
1996); Juan J. Linz y Alfred Stepan, (1996). op. cit; International Forum
for Democratic Studies. «Constructing Democracy and Markets: East
Asia and Latin América [Construyendo Democracia y Mercado: Asia
del Este y América Latina],» Reporte de la Conferencia. Washington
DC, 1996; y Laszló Bruszt y János Simon. Polítical Culture and
Economic Orientation in Central and Eastern Europe During the
Transition to Democracy: The Codebook of the Survey of 10 Countries
[Cultura Política y Orientación Económica en Europa Central y del
Este Durante la Transición Democrática: El Libro de Códigos de la
Encuesta de 10 Países]. Budapest: Institute of Political Science of the
Hungarian Academy of Sciences, 1992.
"OPINIONES Y ANALISIS"
se proyecta después de que estos empiezan a formarse recién a principios
del Siglo XVIII.
11. Poliarquía es el concepto promovido y analizado por Robert Dahl en
su clásico libro: Polyarchy: Participation and Opposition (Nev Haven:
Yale University Press, 1971). Una poliarquía se define como un conjunto
de arreglos institucionales que hacen posible la oposición y que
establecen el derecho de participar en las política. La poliarquía es
similar al concepto de la democracia, pero no es equivalente ya que
incorpora como variables a instituciones políticas. La poliarquía se
concentra solo en instituciones políticas a nivel nacional. Es así, que
la poliarquía es el grado al cual el sistema político nacional se asemeja
a una democracia política o mínimamente cumple los requisitos tales
como; ser libres para formar y pertenecer a organizaciones políticas,
tener la libertad de expresión y el derecho al voto, tener elegibilidad
general y no partidaria para puestos oficiales, que los líderes políticos
tengan el derecho de competir por popularidad, contar con fuentes
alternativas de información y que las instituciones del Estado que hacen
políticas públicas dependan del voto u otras expresiones de preferencia
democrática.
12. Ver, Berthin Siles, CIDES-PNUD (1997) op. cit.
13. Para un análisis más profundo sobre el Corporativismo latinoamericano
ver, Gerardo Berthin Siles, El Caos del Espejo: Un Análisis Político
de la Formación Social Latino Americana (1880-1980). La Paz:
Editorial Punto Cero, 1998.
10. La formalización de un concepto de democracia tiene sus inicios por
el Siglo V antes de Cristo, mientras que el concepto de partidos políticos
14. Ver por ejemplo, Robert D. Putnam. Making Democracy Work: Civic
Traditions in Modern Italy [Haciendo que la Democracia Trabaje:
Tradiciones Cívicas en la Italia Moderna]. Princeton: Princeton
University Press, 1993, pp.6-8; y Robert Dahl. Los Dilemas del
Pluralismo Democrático: Autonomía versus Control. Mexico: Alianza
Editorial, 1991.
125
126
"OPINIONES Y ANALISIS"
15. Ver por ejemplo, Adam Przeworski, «Some Problems in the Study of
Transitions to Democracy [Algunos Problemas en el Estudio de las
Transiciones Democráticas],» en Guillermo O’Donnell, et. al.
Transitions from Authoritarian Rule: Comparative Perespectives
[Transiciones de Gobiernos Autoritarios: Perspectivas Comparadas].
Baltimore: The Johns Hopkins University Press, 1988 (pp. 47-63) y
Alfred Stepan, «Paths Towards Redemocratization: Theoretical and
Comparative Considerations [Caminos hacia la Redemocratizacion:
Consideraciones Teóricas y Comparativas],» en Guillermo O’Donnell,
et. al. Transitions from Authoritarian Rule: Comparative Perespectives
[Transiciones de Gobiernos Autoritarios: Perspectivas Comparadas].
Baltimore: The Johns Hopkins University Press, 1988 (pp. 64-84).
16. Philippe C. Schmitter. «Civil Society East and Wesr [Sociedad Civil
Este Oeste],» en Larry Diamond, et. al. (1998). op. cit (Capitulo 12);
Aleksander Smolar. «From Opposition to Atomization [De Oposición
a la Atomización],» en Larry Diamond, et. al, (1998). op.cit. (Capitulo
13); E. Gyimah-Boadi. «Civil Society in Africa [La Sociedad Civil en
Africa],» en Larry Diamond, et. al, (1998). op.cit. (Capitulo 14); y Ellen
Wood. «The Use and Abuse of Civil Society [El Uso y Abuso de la
Sociedad Civil],» Socialist Register. London: Merlin, 1990.
"OPINIONES Y ANALISIS"
se lo hizo a través de tres organismos estadounidenses: 1) El Instituto
Americano para el Libre Desarrollo de organización laboral (AIFLD)
de la AFL-CIO; 2) el Centro para la Empresa Privada Internacional
(CIPE); y 3) los Institutos para relaciones internacionales tanto del
Partido Republicano como del Demócrata. Por otro lado el NED
también canalizó fondos de apoyo a la sociedad civil a varios países
en transición democrática mediante otorgamientos financieros a
diferentes organismos multilaterales (Banco Mundial y BancoInteramericano de Desarrollo) y bilaterales (USAID). Ver, Gerardo
Berthin Siles, et. al., «Plan for the Assessment of USAID’s Civil Society
Support in the Dominican Republic, Chile, Bangladesh and Pakistan
[Plan para la Evaluación del Apoyo de USAID a la Sociedad Civil en
la República Dominicana, Chile, Bangladesh y Pakistan].» Arlington:
Development Associates, Inc., 1993; Laurence Whitehead.
“Internactional Aspectos of Democratizacion [Àspectos Internacioanles
de la Democratización].» en Guillermo O’Donnell, et. al. Transitions
from Authoritarian Rule: Comparative Perespectives [Transiciones de
Gobiernos Autoritarios: Perspectivas Comparadas]. Baltimore: The
Johns Hopkins University Press, 1988 (pp. 3-41); y National Endowment
for Democracy, Statement of Principles and Objectives [Misión y
Principios]. Washington, DC: NED, 1983.
17. Como lo argumentó Laurence Whitehead, desde la década de los ´70
hubieron varios mecanismos a través de los cuales principlamente los
EE.UU. (y en algunos casos organizaciones europeas como la Social
Demócrata y la Comisión Europea) fomentaron valores democráticos
como los de la scociedad Civil. Entre los principales mecanismos
estaban la Comisión Kissinger y el NED. Este último, se creó en 1983
a través de una iniciativa norteamericana mediante un decreto
congresional bipartidario la Fundación Nacional para la Democracia
(National Endowment for Democracy) o NED. Desde entonces, el NED
fue el principal instrumento de apoyo a la sociedad civil en las nuevas
democracias canalizando fondos de apoyo orientados al fortalecimiento
de la nueva orden democrática y sus nuevos actores. El apoyo del NED
18. Ver, Gerardo Berthin Siles. «Mitos y Realidades de la Sociedad Civil;
Un Análisis desde la Ciencia Política,» Análisis Político Vol. 1 (Abril
1997):83-94.
127
128
19. Ibid,.
20. Ver, Dahl (1991), op.cit., pp. 50-53.
21. Ver, O’Donnell, (1996). op. cit.
22. En este caso, una institución se entiende como una estructura que
incrementa la probabilidad de profundizar, crecer y fortalecer, la
"OPINIONES Y ANALISIS"
"OPINIONES Y ANALISIS"
practica, las actividades y los mecanismos políticos; la
institucionalización, como una estructura que fortalece las bases de la
legitimidad y el funcionamiento institucional del sistema político; y la
institucionalidad como la estructura que regula el intercambio político
entre la demanda y la oferta, es aquella que reduce o controla la
incertidumbre, la que guía la interacción política, la que crea estabilidad
y continuidad y la que en última instancia genera el dinamismo necesario
para concertar políticas de Estado con visión estratégica. Para mayor
análisis sobre las tres ies (III), ver Gerardo Berthin Siles (1998). op.
cit.
23. Ver O’Donnell . (1994). op. cit.
129
130
"OPINIONES Y ANALISIS"
"OPINIONES Y ANALISIS"
ACERCA DE PARTIDOS POLITICOS Y
SOCIEDAD CIVIL DE BERTHIN SILES
liberación de las prisiones físicas y del espíritu, al alejamiento del
abuso, de la corrupción, al crecimiento de la riqueza y la autonomía,
a la libertad y a la equidad. El tiempo de inquietudes ha vuelto: la
democracia no ha llenado las expectativas. El pueblo recuperó el
derecho de elegir a sus autoridades, de garantizar sus libertades, hasta
se le ha dado un defensor, pero ¿acaso no se encuentra nuevamente
entrampado en el poder de los aparatos partidarios, de las burocracias
prebendales, de las injusticias del mercado?. Estos son los temas que
producen el análisis y la propuesta de Berthin Siles y cuyo examen
revelará las coincidencias y las distancias.
Salvador Romero Pittari
El texto sugestivo de G.Berthin Siles: Los partidos y la sociedad
civil, repensando la participación social y la representación política
en las nuevas democracias, me recuerda el ingreso de nuevos socios
en los clubs elitistas. Para la admisión de estos últimos la vieja
membresía suele pasar al peine fino las conductas y los antecedentes
familiares del candidato, olvidando que si a ella se le exigía las mismas
condiciones de entrada que ahora se piden, el club tal vez no hubiese
existido, sin prejuzgar sobre el funcionamiento del club. Algo parecido
sucede con las democracias de la Tercera Ola, aunque algunas de ellas
tienen una prosapia que remonta sus orígenes hasta la Primera Ola.
La metáfora no es completamente inútil. La enorme discusión
suscitada, por ejemplo, en torno a la figura de los diputados
uninominales, de su impacto en la participación popular, en el
Congreso, en los partidos, más allá de algunos aspectos de técnica
jurídica, hubiese ganado mucho con una mirada retrospectiva al
funcionamiento en la democracia boliviana de instituciones con
elementos similares a los puestos ese momento en debate. Pero es que
a los científicos sociales y políticos nos seduce la novelería, como
nos repele recurrir a las comparaciones.
Dicho esto no se puede dejar de formular la pregunta: ¿por
qué la democracia está perdiendo la estima que gozó en los momentos
iniciales de su retorno. Y no sólo entre los intelectuales sino también
en el pueblo?. Durante muchos años vinculamos la democracia a la
131
El trabajo de Berthin Siles busca analizar en la perspectiva de
la ciencia y la filosofía política las relaciones entre el Estado y la
sociedad en las democracias recientes, en particular los temas de
representación y participación política.
En el punto de partida una hipótesis que a la vez es una
conclusión: «En las nuevas democracias los partidos políticos como
la sociedad civil no han encontrado un papel adecuado, debido a que
el proceso democrático vigente carece de una matriz socio-política.
El planteamiento que guía el examen y la selección de temas no carece
de valor heurístico, tampoco de una cierta circularidad y de un tono
normativo antes que empírico que restringe el alcance del estudio.
Las democracias de la última ola aparecen caracterizadas por
su dificultad para elaborar proyectos hegemónicos de Estado y de país,
faltan además de capacidad de innovación y de poder representativo,
en contraposición con las democracias de temprano establecimiento
que lograron crear «patrones de continuidad, estabilidad y alto
rendimiento». Afirmación apoyada en una importante bibliografía
actualizada que no es uno de los méritos menores del ensayo aquí
considerado.
132
"OPINIONES Y ANALISIS"
"OPINIONES Y ANALISIS"
Sin embargo, la misma crítica se halla en la literatura referida
a los países altamente desarrollados en la política y la economía, como
por ejemplo Francia, Inglaterra (Cf. E.Todd L’illusion économique:
essai sur la stagnation des sociétés developpées, Gallimard, 1998). Más
aún, cabe la pregunta, sin juzgar de la pertinencia social, si el designio
de crear una sociedad de mercado integrada al proceso mundial de
globalización, no constituye un proyecto hegemónico al cual han
adherido las elites, los partidos de las sociedades del Norte y del Sur.
De tal proyecto, convertido en políticas de gobierno, deriva algunos
de los defectos imputados a la democracia.
decisionales, la internacionalización de varios ámbitos antes reservados
a la política interna. Cierto, las relaciones entre Estado y sociedad no
pueden prescindir de ellos, pero su influjo es de tal naturaleza que el
análisis debió detenerse un poco más en ellos. No sólo los sufren los
países periféricos, sino también los centrales, al punto que algunos
politólogos ven aquí una de las causas del declinar del Estado,
caracterizado por el ejercicio de la soberania territorial y el monopolio
de la violencia, y ¿por qué no? de su próximo fin. ¿No radica igualmente
en estos factores la fragmentación económica, social y cultural de la
nación?. La eficiencia exigida por la globalización vuelve sospechosos
y arcaicos los valores de solidaridad e igualdad que fundaron la unidad
del pueblo, acentuando las distancias entre regiones prósperas y las
dejadas a su suerte, entre colectividades viables y las condenadas a
morir en la rica mortaja de las tradiciones, desgarrando el tejido social.
Convenía, pues prolongar el examen, encadenándolo al examen de sus
acciones diferenciales en los distintos actores nacionales, en sus
posibilidades de participación y representación.
Ni duda cabe, el autor tiene razón cuando pone de manifiesto
algunas prácticas,en particular de los países latinoamericanos, opuestas
a los valores democráticos tales como las orientaciones corporativas
del Estado, cuyas raíces se adentran en el pasado colonial, donde la
legitimidad de la Corona se apoyaba en lealtades personalizadas,
concretas, teñidas de emotividad. Frente a ellas la legitimidad
republicana, más concreta, basada en virtudes intelectuales no consiguió
institucionalizarse en los comportamientos efectivos, dejando el espacio
social a la primera con su secuela de golpes de Estado, en el pasado
y de intereses creados en el presente.
Berthin, asimismo, se inquieta con sobrados motivos por el
papel preponderante en el juego democrático tomado por los partidos
y sus alianzas instrumentales. Aquí ve el signo del advenimiento de
una partidocracia, casi sin controles y actuando en beneficio propio,
antes que de una democracia, aunque no desconoce las virtudes
estabilizadoras de los pactos para el sistema. De igual manera, examina
los factores externos que condicionan el funcionamiento de las
democracias de cuño nuevo, entre ellos figuran la ampliación de las
comunicaciones, del conocimiento, la multiplicidad de centros
El tratamiento de los partidos políticos y de la sociedad civil
no escapa al peligro de comparar realidades más o menos concretas
con modelos ideales. Riesgo conocido por quienes se veían condenar
como herejes por no compartir la definición de ortodoxia establecida
por el juez. El defecto se torna aún más visible en el acápite referido
a la sociedad civil. El autor describe con mayor entusiasmo sus rasgos
conceptuales, normativos que el referente empírico, opacado por el
brillo del concepto y por la rapidez de su esbozo que le quita toda
su densidad histórica. Los problemas de participación, de representación
tienen aspectos que los conectan con el funcionamiento real de los
vínculos sociales, de su integración, con el debilitamiento o el
reforzamiento de los intereses representables. Las políticas en
caminadas a incrementarlos no pueden diseñarse al margen de las
133
134
"OPINIONES Y ANALISIS"
"OPINIONES Y ANALISIS"
bases antropológicas del país, algunas más comunitarias, otras más
individualistas, algunas con cuerpos intermedios organizados hace
mucho y con diversos grados de adecuación, otras con sistemas más
verticales y autoritarios. Las necesidades específicas de unas no son
las de otras. La ingeniería social debe contar con un plan, pero no debe
descuidar los materiales para la ejecución.
se puede entonces destacar el proyecto hegemónico cuando la historia
enseña el costo y sufrimiento que su ejecución significó para las
minorías culturales y étnicas?.
Los temores de la teoría política acerca de la partidocracia o
partiarquía son fundados, pero no pueden dispensar la consideración
de los poderes limitantes, así éstos sean reducidos. Con frecuencia
grupos de interés económico, regional, sindical han obligado al sistema
político a transar sobre puntos importantes de su agenda de políticas.
Las manipulaciones no son en un sólo sentido van de los partidos hacia
otras organizaciones que a su vez manipulan a los primeros
enfrentamientos abiertos, seducciones ocultas, afinidades electivas,
influencias de doble vía caracterizan en momentos distintos la
representatividad y la participación, así como sus grados. Las
generalizaciones sobre el tema no dan una idea de los avances y
retrocesos en este plano de los actores sociales. Los sectores con menor
nivel de participación, poco representados, como tempranamente
reconoció la teoria de la marginalidad aplicada por R.Vekemans
a América Latina, tuvo el mérito de destacar las debilidades
organizativas de los sectores populares, pero a la vez los grados de
participación en distintos niveles de la toma de decisiones sociales.
Lo que no desconoce el interés del ensayo de Berthin para
promover cambios institucionales en las democracias del Continente.
Hay dudas en cuanto al planteamiento de que el antiguo mapa
de relaciones entre la sociedad civil y el sistema político volvió a su
posición inicial después del retorno de la democracia. No es justo
desconocer los avances obtenidos en el plano normativo y factual por
actores antes postergados como minorías étnicas, mujeres, niños.
Asimismo hay una distancia entre el Estado salido de la Revolución
de 1952, intento de construcción de la nación, proyectada al futuro,
uniformando las diferencias producidas por la historia y la geografía
y el de ahora atento a las diferencias, a la variedad de culturas. Aquí,
tanto el sistema político y los partidos han mostrado una habilidad para
canalizar la diversidad de proyectos y darles formas institucionales,
sin que la competencia de especificidades ponga en riesgo los consensos
básicos de la democracia. Lo que no significa adoptar una actitud
complaciente con el orden actual, pues la construcción de las
instituciones de la multiculturalidad está lejos de haber concluido.
La insistencia en los proyectos hegemónicos como una de las
metas de las reformas plantea dudas por lo menos en su sentido más
lato, sobre todo cuando se reconoce en el pluralismo, en el respeto
al otro, a su cultura uno de los rasgos de la democracia moderna. ¿Cómo
La apreciación del autor en sentido de que los ajustes económicos
atrofiaron la transición de los actores tradicionales a actores
democráticos es globalmente correcta. Sin embargo dichas políticas
tuvieron una acción selectiva. Algunos actores lograron adecuarse
mejor que otros. Los más golpeados resultaron los organismos sindicales
y en particular la poderosa C.O.B. En el pasado, debido principalmente
a la debilidad de los partidos, ella constituyó un contra-poder con
capacidad de formular proyectos alternativos a los del Estado.
Disminuida en sus efectivos, una parte importante de ellos convertidos
a la informalidad, penetrada por organizaciones de sectores medios se
encuentra con dificultades para definir un nuevo papel, no
135
136
"OPINIONES Y ANALISIS"
"OPINIONES Y ANALISIS"
exclusivamente contestatario, en la democracia. Punto de vista
compartido por Berthin.
aceptar las fallas más visibles de las democracias actuales. ¿Cómo no
coincidir en la necesidad de un funcionamiento institucional sólido y
una amplia participación ciudadana, un liderazgo renovador y una
modernización de los partidos, sindicatos?. Empero la coincidencia con
seguridad desaparece cuando se busca dar un contenido sustantivo a
las preguntas, es decir dándoles valores concretos por los cuales se
baten los actores. Aquí se halla la mayor debilidad del trabajo la
prescindencia de la historia, de los temas en debate.
El ensayo propone en la «coyuntura actual» una profunda
reforma de los sistemas políticos que no se reduzca a cambios
constitucionales y administrativos. La frase puede producir un
malentendido, pues parecería apuntar a un retorno de los
autoritarismos, líneas más abajo éste se disipa, aclarando su alcance:
busca una reforma de la democracia inspirada en principios
tomados de la teoría y filosofía política. Si bien el autor incide sobre
todo en los aspectos instrumentales, en los mecanismos democráticos,
en el incremento de la gobernabilidad y la eficacia del liderazgo,
postergando la consideración de los valores sobre los que se funda la
democracia.
Otros enfoques orientan el cambio del régimen representativo
hacia el terreno de los valores. Así A.Touraine, igualmente opuesto
al Estado Movilizador, demasiado arrogante y al enfrentamiento
descarnado de los mercados y las tribus, los riesgos mayores del
momento presente para la democracia, busca robustecerla ampliando
el espacio social para los actores, individuos o grupos, quienes
combinando la razón instrumental, indispensable en un mundo ganado
a la técnica y la memoria, sin la cual sólo existen respuestas
instrumentales, sometidas a la lógica de los aparatos de dominación,
pueden forjar una democracia inspirada por los principios de unidad
de la ley, la ciencia y los derechos humanos, tanto como por la
diversidad cultural. (A.Touraine, Qu’est ce que la democratie? Fayard,
1994).
Tal vez lo propio de la democracia, como lo señaló C.Lefort,
sea la inagotable capacidad de sus protagonistas a redefinir sus papeles
y derechos en función de sus posiciones, de sus intereses, incorporados
en instituciones donde se reflejan las transacciones alcanzadas por las
fuerzas sociales en presencia (C.Lefort, L’invention démocratique.Les
limites de la domination totalitaire, Fayard, 1983).
Finalmente conviene distinguir dos tendencias señaladas en el
ensayo que evolucionan generalmente en sentidos contrarios: la
partidocracia y la democracia delegada. Tesis difundida por
G.O’Donnell, según la cual un poder ejecutivo fuerte y personalizado,
respaldado en los resultados electorales, se apropia del juego político
eliminando en la práctica de él a los partidos. El proceso se ha producido
allí donde los partidos se desgastaron permitiendo la vuelta de
autoritarismos apenas disimulados, tal el caso del Perú donde aparece
un tipo de populismo centrado en un liderazgo con elementos de
carisma, por encima de los partidos y legitimado por la apelación directa
al pueblo. Hecho no generalizable al Continente.
Berthin plantea un conjunto de preguntas para subrayar la
necesidad del cambio. Responder a él afirmativamente implicaría
El autor juzga que los países de América Latina y en particular
Bolivia, han tenido éxito en pasar del régimen autoritario a otro no
autoritario, pero aún no democrático. Diagnóstico duro pero que parece
137
138
"OPINIONES Y ANALISIS"
"OPINIONES Y ANALISIS"
provenir menos de la situación social donde los avances, si bien no
concluidos en materia de libertad y respeto por los derechos, no se
pueden negar, que de la concepción normativa de la democracia propia
del ensayo. En algunos aspectos la democracia boliviana ha marcado
puntos como en el manejo de las diferencias culturales y étnicas. Ni
duda cabe, en otros campos hay mucho por hacer. La corrupción y
el nepotismo la amenazan tanto como la confianza ciega en el juego
de mercado. El autor tiene razón, la democracia debe repensarse y
enraizarse en el espíritu de los ciudadanos, tanto a través de reformas
constitucionales y legales, cuanto volviendo la mirada a la cultura y
la historia de los bolivianos que convertidas en proyectos ofrezcan a
cada uno la oportunidad de expresarse con la mayor amplitud posible.
139
140
LAS TEORIAS INSTITUCIONALISTAS Y LA
PERCEPCION CIUDADANA CON RESPECTO A LOS
PARTIDOS POLITICOS
H. C. F. Mansilla Ferret
Gerardo Berthin Siles ha presentado un interesante trabajo
sobre los vínculos entre los partidos políticos y la sociedad civil1 ,
basado en las teorías de la transición a la democracia, que en los últimos
veinte años han tenido una enorme influencia sobre las ciencias sociales
latinoamericanas. Una dilatada producción politológica2 ha puesto el
énfasis en el análisis de instituciones y estatutos, en sistemas y
comportamientos electorales, en la transición del autoritarismo a la
democracia, en asuntos de gobernabilidad y finalmente en la llamada
ingeniería política. La calidad, necesidad y pertinencia de estas
investigaciones, en las cuales se han destacado Arend Lijphart, Juan
J. Linz, Scott Mainwaring, Guillermo A. O’Donnell, Philippe Schmitter
y Arturo Valenzuela así como muchos discípulos de Robert A. Dahl,
Adam Przeworski y Giovanni Sartori, está fuera de toda duda. Estos
enfoques teóricos han contribuido eficazmente a comprender la
problemática socio-política latinoamericana de las últimas décadas, a
diseñar reformas constitucionales y legales de considerable relevancia
y a atenuar la cultura política del autoritarismo. Esta literatura de la
transición democrática y los expertos formados bajo su égida poseen
una inclinación institucionalista, que es imprescindible y legítima
como especialización y delimitación temáticas dentro de una inmensa
área del saber3 .
141
Pero esta tendencia puede conllevar una distorsión del análisis
socio-político si (1) por privilegar las esferas institucional y electoral
se descuidan otros campos igualmente importantes y si (2) se mantiene
una marcada propensión a la argumentación circular, es decir a
vislumbrar la identificación general de los problemas a tratar, su
análisis y contenido concretos y hasta las conclusiones pertinentes
dentro de los mismos textos que ahora han adquirido la categoría de
clásicos. Lo que yo trataré aquí es complementar este enfoque mediante
algunos argumentos provenientes de otras teorías políticas.
En todo el Tercer Mundo muchas ilusiones desautorizadas por
los acontecimientos de los últimos años se deben a la creencia de que
la ingeniería política, los cambios institucionales y la instauración de
una economía de libre mercado bastarían para generar democracias
duraderas y bienestar colectivo. Considerables expectativas ligadas a
los procesos de modernización, globalización y democratización en
vastas áreas de América Latina han resultado una simple desilusión
porque la inmensa mayoría de los cambios institucionales, los afanes
de la ingeniería política, las reformas electorales, la renovación de los
Poderes Judicial y Legislativo y hasta la reducción del aparato
administrativo-burocrático han modificado el país legal, pero han
dejado bastante incólume el país real de la respectiva sociedad4 . En
medio de la euforia modernizante y democratizante, Edelberto TorresRivas ha esbozado una tesis muy interesante, que inspirará parcialmente
este ensayo: la desconfianza hacia la política puede trasladarse como
desconfianza hacia la democracia5 .
Los enfoques institucionalistas parten de la presunta bondad
intrínseca de la democracia y la modernización en cuanto metas
normativas y hasta obligatorias de la evolución histórica. No cuestionan,
por lo tanto, la positividad de sus propios valores de orientación, a
142
"OPINIONES Y ANALISIS"
"OPINIONES Y ANALISIS"
los que de ese modo se les atribuye una validez a priori. Los pensadores
de estas corrientes no relativizan sus conceptos fundamentales de
modernidad, democracia, pluralismo, mercado libre y globalización.
Una parte de esta literatura confunde –a menudo premeditadamente–
medios y fines: la senda de la democratización, ciertamente
indispensable, es identificada con la consecución de una sociedad
razonable. Además estas doctrinas pasan por alto una serie de
importantes factores y pautas evolutivas del mundo contemporáneo que
no son favorables a objetivos razonables de largo aliento. En algunos
casos esta carencia de un genuino espíritu crítico se debe parcialmente
a que muchos de los propagandistas de la democracia representativa
y pluralista exhiben la misma actitud apologética y laudatoria que
demostraron ante los regímenes socialistas cuando estos señores estaban
bajo la influencia casi mágica del marxismo. Sobre todo en América
Latina se ha desatado, a partir de aproximadamente 1980, una ola
acrítica de defensa de la democracia moderna de corte occidental y
de la economía de libre mercado, que olvida un punto esencial: por
más perfecto que sea, el modelo democrático basado en el liberalismo
económico es, en el fondo, sólo un medio para alcanzar fines ulteriores,
un camino para lograr metas realmente importantes a largo plazo. Entre
ellas se hallan, por ejemplo, el bienestar de la población, su
perfeccionamiento ético y la reconciliación con la naturaleza.
emplear generosamente la comparatística (a veces de forma muy
refinada y heurística), estas teorías se inclinan por diagnósticos y
soluciones de índole universalista. Aunque ésto ha demostrado tener
una clara racionalidad en el terreno de los derechos humanos y de ciertos
estatutos de la democracia representativa (no se han inventado aun
instituciones alternativas claramente superiores), esta tendencia no
posee el mismo carácter razonable en la esfera de la remodelación de
la administración estatal y menos de la cultura política prevaleciente
desde antigua data. De todos modos, los fenómenos concretos –las
naciones y las sociedades reales– aparecen a menudo como meros casos
específicos de aplicación de las doctrinas generales.
Otro grupo de temas descuidados por las teorías
institucionalistas tiene que ver con la realidad histórico-cultural donde
ocurren los procesos de transición y donde se aplican las recetas de
la ingeniería política. Estos enfoques pueden ser calificados de
generalistas porque tienden a abstraer de las numerosas y variadas
realidades socio-culturales, históricas y antropológicas inherentes a los
países en los que suceden los ensayos de democratización. Es decir:
a pesar de manejar masas notables de conocimientos empíricos y
Anticipando el resultado de esta crítica se puede aseverar que
después de largos años de transición a la democracia y de un laborioso
ingreso a la mal llamada globalización, en tierras bolivianas el proceso
de democratización ha generado notables edificios institucionales,
legales y electorales que coexisten en curiosa simbiosis con estatutos
normativos, costumbres ancestrales y prácticas cotidianas premodernas,
particularistas y hasta irracionales6 . Muchas veces la democratización
y la modernización han servido para revigorizar tradiciones
premodernas y, de este modo, hacerlas más resistentes frente a
impugnaciones realmente innovadoras. Algunos de los políticos más
distinguidos del país han afirmado en un rapto autocrítico (obviamente
sin consecuencias prácticas): “La demagogia nos está liquidando”; “los
liderazgos políticos son exclusivistas y excluyentes y tienen una visión
estrecha del Estado y la nación”; los partidos se han convertido en
“castas y grupos cerrados que utilizan a la comunidad sólo como
mecanismo electoral para lograr espacios de poder”; los estatutos
partidarios “son papel mojado”7 . Si ésto conceden los propios políticos,
es probable que la realidad sea ligeramente peor. Y este nivel aun más
negativo es el percibido por la opinión pública y la sociedad bolivianas.
143
144
"OPINIONES Y ANALISIS"
"OPINIONES Y ANALISIS"
En cambio los pensadores institucionalistas construyen sus
edificios teóricos como si viviéramos en un mundo de posibilidades
irrestrictas y potencialidades básicamente promisorias8 . Esto implica,
al mismo tiempo, ignorar el peso de la historia y de la herencia cultural,
los aspectos inmersos en la psicología social de masas, la calidad de
las élites políticas y las limitaciones inescapables que la naturaleza
y los recursos naturales imponen sobre todos los designios humanos.
La percepción de los partidos y los políticos de parte de la
población tiene que ver con uno de los problemas poco estudiados por
los enfoques institucionalistas, que se refiere a la calidad intelectual
y ética de los grupos dirigentes encargados de implementar las reformas
modernizadoras e introducir la economía de libre mercado. En Bolivia
la opinión pública que podemos llamar esclarecida está asombrada al
observar que la mayoría de las personas ahora consagradas a la ideología
neoliberal representa fragmentos de las antiguas élites pro-estatistas,
antidemocráticas e iliberales. Han cambiado ciertamente su discurso
ideológico y sus alianzas externas, pero siguen siendo la misma capa
privilegiada de antaño, -pero éso sí: ahora con una mejor educación
cosmopolita y con inclinaciones tecnicistas. Fracciones de élites
actuales, legitimadas democráticamente, han resultado ser grupos a
veces remarcablemente autosatisfechos y arrogantes, lo cual no sería
tan grave si estos grupos denotaran mayor competencia administrativa,
honradez en el desempeño de sus funciones y algo de interés por la
estética pública. Lo que han logrado, y ésto sin duda alguna, es la
separación entre ética y política, hecho de gran relevancia en el largo
plazo.
En líneas generales puede aseverarse que una parte de la
población boliviana vislumbra la constelación socio-política de la
siguiente manera. La democracia representativa, unida a la economía
de libre mercado, está dirigida por élites y partidos políticos, cuya
competencia técnica, cualidades morales y hasta common sense han
resultado ser bienes notablemente escasos. Pero al mismo tiempo –
y ésto constituye lo realmente preocupante– parece que esta situación
es vista por la población como un fenómeno natural, es decir como
algo que los mortales no pueden modificar mediante actos conscientes
y que, por lo tanto, la actitud adecuada es la pasividad y la resignación.
Una muestra de ello es el comportamiento de la sociedad en los actos
electorales, en los que se empeña en elegir libremente a gobernantes
y grupos políticos de dudosa calidad. Basta recordar aquí el caso
tristemente célebre de El Alto, cuya población se dedica afanosa e
ingenuamente a reelegir a la misma élite corrupta que es responsable
por una desastrosa gestión administrativa. No existen para el caso
boliviano investigaciones de psicoanálisis socio-político, de modo que
no podemos afirmar taxativamente que muchos electores aman a
quienes les toman el pelo, pero en todos los pueblos del planeta se
da ocasionalmente el fenómeno del masoquismo colectivo, según el
cual una porción significativa de los electores elige libremente a élites
políticas de dudosa calidad, sabiendo que estas élites les van a engañar
deliberada y metódicamente.
La misma opinión esclarecida vislumbra una enorme brecha
entre el “tiempo político” y el “tiempo de los problemas”. Las
preocupaciones de los políticos y su horizonte temporal, determinado
precisamente por factores democráticos tales como las elecciones y
las exigencias de los votantes, son de plazo breve; las masas de los
ciudadanos piensan en dimensiones de corto aliento y en soluciones
simples, fácilmente comprensibles. Al carácter de estas demandas se
amolda la programática simplista de los partidos y las propuestas
demagógicas y falaces de los políticos9 . Pero aun dejando de lado estas
prácticas detestables, las élites gubernamentales no tienen opciones
para los grandes retos de índole más o menos inminente: “Las élites
145
146
"OPINIONES Y ANALISIS"
"OPINIONES Y ANALISIS"
estatales no tienen idea de qué hacer”, afirmó un destacado politólogo
de origen israelita. [...] “Mi propia experiencia al asesorar a quienes
toman decisiones de alto nivel [...] refuerza una conclusión grave:
inclusive cuando los principales políticos y sus asesores tienen el poder
adecuado e incluso si tuvieran todavía más, muchas veces no sabrían
qué hacer para enfrentar los problemas del siglo XXI”10 .
circunstanciales, fácilmente reemplazables; su máxima habilidad
consiste en vender en el momento adecuado –y a buen precio– esas
modestas destrezas a un público ingenuo que tampoco exige gran cosa
de ellos. Parafraseando a un clásico (Edward Gibbon), se puede decir
que no hay que suponer un anhelo elevado –la democratización de la
propia sociedad–, si en el comportamiento de la élite política se puede
hallar un simple motivo vil: el enriquecimiento mediante la corrupción.
En Bolivia los dirigentes y partidos democráticos han imitado
con cierto éxito el liberalismo económico de los países del Norte, pero
han despreciado con igual energía las virtudes cívicas que hicieron
grandes a aquellos países: han desestimado el espíritu crítico y científico
de Occidente, pero han importado sin restricciones la estulticia
difundida por los medios masivos de comunicación y la
comercialización de la vida cotidiana. Sectores de la población estiman
que algunas élites contemporáneas son agrupaciones de los astutos,
coaligados metódicamente contra los de espíritu crítico y vocación
ética. Se puede aseverar que en este empeño algunos políticos han
mostrado una perseverancia digna de mejores causas, cosechando un
éxito considerable. Tendencias intelectuales del presente son altamente
favorables a esta evolución. El elogio del cinismo, la celebración del
“todo vale”, la postulada separación entre política y moral y otras
lindezas asociadas con las modas intelectuales del día han preparado
el actual clima de laxitud ética, irresponsabilidad financieroadministrativa e ineptitud técnico-intelectual que parece prevalecer.
A varios sectores de la opinión pública les parece, por ejemplo, que
muchos políticos profesionales son personas con un nivel cultural
bastante limitado y con un horizonte de anhelos muy restringido:
potestas, pecunia y praestigium. Precisamente en el marco de la
democracia de masas los líderes políticos tienden a parecerse a los
presentadores de televisión y a los expertos en relaciones públicas. En
más de un caso sus escasos conocimientos son poco fundados,
En Bolivia las élites contemporáneas han aprendido a celebrar
elecciones totalmente limpias y correctas y simultáneamente ciertos
miembros de ellas se apropian de fondos públicos; mientras algunos
políticos, propician reformas institucionales de indudable calidad y
necesidad, otros se consagran a favorecer a los grupos que cuentan
con fuerte respaldo político con contratos superfluos, pero legales,
asesorías sobrevaluadas, trabajos prescindibles para el reducido Estado
neoliberal y muchos otros instrumentos de enriquecimiento rápido, que
son usados por algunos funcionarios que implementan la necesaria
modernización del aparato burocrático y la inexcusable reforma del
Poder Judicial. Parte de la clase política que propugna las reformas
institucionales ha desplegado una envidiable destreza para que éstas
últimas no modifiquen esencialmente el marco de viejos privilegios
y prácticas consuetudinarias donde esa clase ha actuado habitualmente.
En América Latina la creación de nuevos órganos dentro del Poder
Judicial, como la corte constitucional, el defensor del pueblo, el consejo
de la magistratura, el consejo de Estado y los tribunales contenciosoadministrativos o la introducción de nuevos códigos y estatutos legales,
no han logrado desterrar o siquiera aminorar los vicios clásicos de esta
institución: la extrema lentitud de los juicios, la corrupción proverbial
de jueces y funcionarios de los tribunales, el carácter innecesariamente
enrevesado y tortuoso de los procedimientos y la subordinación del
Poder Judicial al Poder Ejecutivo 11 . En Bolivia las reformas
147
148
"OPINIONES Y ANALISIS"
"OPINIONES Y ANALISIS"
institucionales, que han recibido una amplia publicidad internacional,
fueron alentadas por muy conocidos teóricos de la transición
democrática que actuaron como asesores del gobierno. Ni las
modificaciones constitucionales (como una ley de extensa
municipalización del país o la elección de la mitad de los diputados
según listas nacionales y la otra mitad de acuerdo a circunscripciones
uninominales12 , siguiendo el modelo alemán actual), ni la creación de
nuevas instituciones en el seno de los Poderes Ejecutivo y Judicial,
ni la multiplicación de leyes y estatutos, han servido para alterar
substancialmente las prácticas clientelísticas, la ineficiencia y
corrupción de todas las instancias estatales y la concepción básicamente
prebendataria de distribución de cargos públicos. Si bien funcionan
desde hace poco tiempo y sólo en ciertos países, se puede sostener
que hasta ahora en América Latina ni el Defensor del Pueblo ni los
Tribunales Constitucionales ni órganos similares han podido alterar
básicamente la pesada herencia del autoritarismo y prebendalismo.
Muchos de los políticos profesionales se caracterizan por una
energía indomable de índole perversa y por la incapacidad de aprender
algo nuevo con respecto a sus prácticas consuetudinarias; su cinismo
es tan grande y tan profundo que nunca llegan a preguntarse si tal vez
han actuado equivocadamente o si han violentado principios elementales
de ética. Desde que existen los actuales sistemas democráticos con
partidos de masas, aparatos burocráticos en el seno de los mismos y
elecciones periódicas, varios políticos trabajan por consolidar esta
imagen, que aparentemente no les quita el favor del público: este último
se ha acostumbrado a no percibir en la política el reino de la inteligencia,
la moralidad y el talento. Una de las consecuencias de este estado de
cosas es que precisamente en sociedades democráticas la política se
convierte en el imperio de la repetición y el tedio: el factor más efectivo
para el socavamiento de la democracia desde su interior y para diluir
su legitimidad está ya dado. Lo paradójico reside en el hecho ya
mencionado de que los ciudadanos sigan votando masivamente por
partidos y figuras que los decepcionan previsible y continuamente.
Todo ésto estropea seriamente la legitimidad de la democracia
contemporánea.
Por otra parte nunca, en Bolivia nunca se han gastado tantos
fondos como en los últimos años en la modernización de la policía
nacional, y nunca la inseguridad ciudadana ha sido mayor13 . Jamás
se había discutido tanto sobre temas de medio ambiente (incluidas las
muchas cumbres presidenciales y la creación de innumerables instancias
consagradas presuntamente a cuestiones ecológicas, como el Ministerio
de Desarrollo Sostenible), y nunca se han aniquilado tantos bosques
como en los últimos años 14 . Nunca se hicieron tantos esfuerzos
modernizadores para ampliar y mejorar las autonomías municipales,
y jamás se dio una ola similar de corrupción y apropiación privada
de fondos fiscales en el ámbito de las alcaldías y comunas
descentralizadas.
149
Según todas las encuestas en torno a la cultura política boliviana,
la gente, a pesar de no estar satisfecha con el régimen democrático
específico, se declara partidaria de la democracia como norma suprema
de convivencia y está dispuesta a defenderla. Pero esta apreciación
positiva y promisoria no se extiende a las instituciones, y menos aun
a los políticos de carne y hueso. La población afirma, por ejemplo,
que la actividad de los partidos le produce desconfianza, disgusto,
aburrimiento, indiferencia o irritación, pero, al mismo tiempo, cree que
la democracia es indispensable y que los partidos y los políticos son
necesarios. Lo que anhela la gente es que los partidos y los políticos
modifiquen sus pautas habituales de comportamiento, pautas que están
150
"OPINIONES Y ANALISIS"
"OPINIONES Y ANALISIS"
exentas de una ética razonable y alejadas de la modernización de la
mentalidad que anhela la población. Las encuestas sobre la cultura
política del país muestran un serio desencanto, una genuina desilusión
de la población boliviana con respecto a los partidos políticos15 . Junto
con el Parlamento16 , el Poder Judicial y la policía, los partidos tienen
el dudoso honor de compartir las posiciones más bajas de la apreciación
colectiva. Y ello precisamente porque (1) el estamento político es el
más apegado a las pautas convencional-conservadoras de
comportamiento, (2) porque muchos políticos practican o toleran las
costumbres más deplorables de nuestro pasado (como el aligeramiento
sistemático del erario fiscal) y (3) porque aquí se da con extrema
claridad la proverbial distancia entre retórica y realidad, entre teoría
y praxis.
La decadencia total del debate ideológico-programático y la
transformación de la política en un mero espectáculo de los medios
masivos de comunicación y en un juego de imágenes y consignas
simplistas, pero llamativas por su impacto visual y su marcado
infantilismo, han acrecentado el aburrimiento y la decepción del público.
Las llamadas soluciones pequeñas, las promesas elementales y las
modestas medidas de carácter cotidiano-elemental tienden
paradójicamente a incrementar este malestar, pues al parecerse e
igualarse entre sí y al brindar la impresión de un evidente oportunismo
electoral, los partidos pierden su identidad y, por consiguiente, su razón
de ser. Aquí la modernización parece restringirse a una simple
pragmatización de programas y prácticas. Las pocas defensas del
“sistema” y del Parlamento que se han publicado se han distinguido
por su carencia de argumentos razonables o por su simple cinismo17 .
la población boliviana ha adoptado los valores de la democracia
representativa, pluralista y liberal, simultáneamente con la economía
de libre mercado bajo la égida de la empresa privada. Sin embargo,
la democracia ha puesto también de manifiesto el fenómeno de la
corrupción, y lo que salido a la luz pública es de una magnitud y
persistencia asombrosas. La desilusión ciudadana tiene que ver con
el incremento y hasta con la popularización de la corrupción y la
corruptibilidad en los últimos tiempos. La modernización no desterró
a estos fenómenos del país, sino que los actualizó técnicamente, y ésto
es lo preocupante: las diferentes facetas del progreso material parecen
favorecer modelos muy refinados de corrupción, que no son percibidos
como algo negativo y más bien son tolerados discreta y efectivamente.
Una buena parte de la población duda de que se pueda terminar con
la corrupción si la implementación de posibles medidas contra esta
plaga estaría en manos de los políticos, los funcionarios y los jueces
que se aprovechan de ella. ¿Cómo poner en marcha, por ejemplo, la
reforma de la educación y la del poder judicial con y mediante la misma
gente, es decir la masa de maestros y jueces, que es la responsable
del desbarajuste actual?. La prensa no se cansa de afirmar que la
“corrupción deslegitima a los gobernantes”18 , pero ésto no causa mella
en la élite política. El presidente del Consejo Episcopal Latinoamericano
(CELAM), el arzobispo Oscar Andrés Rodríguez Madariaga, aseveró
que la “pobreza en América Latina se debe a la corrupción política”
y que la “dirigencia política corrupta es la causa de la pobreza”19 , pero
estas opiniones no tienen ninguna influencia sobre algunos
destinatarios de la crítica. Son opiniones probablemente compartidas
por la mayoría de la población. De ser ésto así, no hay mucho que
agregar.
El proceso de democratización a partir de 1982 ha hecho
retroceder la tradicional cultura política del autoritarismo. En general
El carácter imitativo, parcial y hasta superficial de las reformas
modernizantes se da en forma patente en la burocracia estatal. El
151
152
"OPINIONES Y ANALISIS"
"OPINIONES Y ANALISIS"
público se percata, por ejemplo, de que la distancia entre la pretensión
propagandística y los hechos efectivos de la praxis coditiana se
manifiesta en aquellos sectores estatales donde se han iniciado
presuntamente procesos modernizadores. Es probable que la población
esté hastiada con las clásicas propuestas para crear leyes y reestructurar
reparticiones oficiales, como si ello tuviese alguna consecuencia sobre
el funcionamiento real de los órganos del Estado y sobre las pautas
de comportamiento de los servidores públicos. Quizá el público está
cansado con esas consignas que pretenden humanizar o democratizar
el modelo económico, sin indicar concretamente cómo, consignas que
suenan bien y no obligan a nada. No es casualidad que temas ligados
a las perspectivas de largo aliento estuvieran totalmente ausentes de
la última campaña electoral y de los debates actuales, como la abolición
del servicio militar obligatorio, la destrucción de los bosques tropicales,
la contaminación ambiental en las ciudades o la inseguridad ciudadana.
En resumen: es probable que la población boliviana perciba en
los partidos y los dirigentes políticos21 males que no pueden desaparecer
de la faz de la Tierra, y ante los cuales hay que exhibir un
comportamiento pragmático.
El público, por más ingenuo e ignorante que sea, se da cuenta
de la enorme distancia entre promesa y realidad. Trabaja y prospera
lentamente al lado y a veces en contra de la praxis estatal. Una de las
grandes ventajas del régimen semi-liberal implantado en 1985 –tal vez
la mayor– es que el Estado interfiere mucho menos en las actividades
de los ciudadanos; que éstos sean dejados en paz por la burocracia
es ya un genuino progreso. Su desafecto por la política lo manifiesta
de diferentes maneras: una abstención cada vez mayor en la elecciones20,
la tendencia a cambiar de preferencia electoral muy a menudo, la
sustitución de políticos profesionales por deportistas, cantantes, reinas
de belleza y anunciadores de televisión, el surgimiento de partidos sin
ideología y tradición, y la suplantación del interés político-ideológico
por el consumismo desenfrenado.
153
154
"OPINIONES Y ANALISIS"
"OPINIONES Y ANALISIS"
NOTAS
1.
Gerardo Berthin Siles, Partidos políticos y sociedad civil: repensando
la participación social y la representación política en las nuevas
democracias, La Paz: s.e. 1998
2.
Cf. entre muchos otros: Julio Cotler (comp.), Estrategias para el
desarrollo de la democracia en Perú y América Latina, Lima: IEP 1990;
Robert A. Dahl, Democracy and Its Critics, New Haven: Yale U.P. 1989;
Larry Diamond / Juan J. Linz / Seymour Martin Lipset (comps.),
Democracy in Developing Countries. Latin America, Boulder: Lynne
Rienner 1989; Jon Elster / Rune Slagstad (comps.), Constitutionalism
and Democracy, Cambridge: Cambridge U.P. 1988; Arend Lijhart,
Democracies: Patterns of Majoritarian and Consensus Government in
Twenty-One Countries, New Haven: Yale U.P. 1984; Arend Lijphart
(comp.), Parliamentary versus Presidental Government, Oxford: Oxford
U.P. 1992; Juan J. Linz, La quiebra de las democracias, Madrid: Alianza
1987; Juan J. Linz, Democracy: Presidential or Parliamentary. Does
it a Difference?, New Haven: Yale U. P. 1992; Juan J. Linz / Arturo
Valenzuela (comps.), The Failure of Presidential Democracy.
Comparative Perspectives, Baltimore etc.: Johns Hopkins U.P. 1994;
Juan J. Linz / Alfred Stepan, Problems of Democratic Transition and
Consolidation: Southern Europe, South America and Postcommunist
Europe, Baltimore etc.: Johns Hopkins U.P. 1996; Scott Mainwaring
/ Timothy R. Scully (comps.), Building Democratic Institutions: Party
Systems in Latin America, Stanford: Stanford U.P. 1995; Scott
Mainwaring / Guillermo A. O’Donnell / J. Samuel Valenzuela (comps.),
Issues in Democratic Consolidation: The New South American
Democracies in Comparative Perspetive, Notre Dame: Notre Dame U.P.
1992; James March / Johan Olsen, Rediscovering Institutions: The
Organizational Basis of Politics, New York: The Free Press 1989;
Gabriel Murillo (comp.), Hacia la consolidación democrática andina:
155
transición o desestabilización, Bogotá: Universidad de los Andes 1993;
Guillermo A. O’Donnell / Philippe Schmitter / Laurence Whitehead
(comps.), Transitions from Authoritarian Rule: Prospects for
Democracy, Baltimore etc.: Johns Hopkins U.P. 1986 (2 vols.); Carina
Perelli / Sonia Picado / Daniel Zovatto (comps.), Partidos y clase política
en América Latina en los ‘90, San José: IIDH/CAPEL 1995; Adam
Przeworski, Democracy and the Market. Political and Economic Reforms
in Eastern Europe and Latin America, Cambridge: Cambridge U.P.
1991; Giovanni Sartori, Teoría de la democracia, Madrid: Alianza 1987;
Giovanni Sartori, Parties and Party System. A Framework for Analysis,
Cambridge: Cambridge U.P. 1976; Giovanni Sartori, Comparative
Constitutional Engineering: An Inquiry into Structures, Incentives and
Outcomes, New York: New York U.P. 1994; William C. Smith / Carlos
Acuña / Eduardo Gamarra (comps.), Democracy, Market, and Structural
Reform in Latin America, New Brunswick: Transaction 1993
3.
Cf. entre otros: Mario Daniel Serrafero, Instituciones políticas de
América Latina: revisión de enfoques teórico-metodológicos, en:
SISTEMA. REVISTA DE CIENCIAS SOCIALES (Madrid), Nº 122,
septiembre de 1994, pp. 83-99 (con especial referencia al debate
presidencialismo versus parlamentarismo); William C. Smith,
Reestructuración neoliberal y escenarios políticos en América Latina,
en: NUEVA SOCIEDAD (Caracas), Nº 126, julio/agosto de 1993, pp.
25-39; Juan Carlos Portantiero, Revisando el camino: las apuestas de
la democracia en Sudamérica, en: SOCIEDAD (Buenos Aires), Nº 2,
mayo de 1993, pp. 17-34
4.
De los autores aquí nombrados Guillermo A. O’Donnell es el que
últimamente ha desplegado un espíritu crítico-filosófico que lo diferencia
de los otros autores, de quienes él menciona sus puntos flacos. Cf. su
brillante ensayo Ilusiones sobre la consolidación, en: NUEVA
SOCIEDAD, Nº 144, julio/agosto de 1996, pp. 70-89; O’Donnell,
Rendición de cuentas horizontal y nuevas poliarquías, en: NUEVA
SOCIEDAD, Nº 152, noviembre/diciembre de 1997, p. 153 sq.;
156
"OPINIONES Y ANALISIS"
O’Donnell, Estado, democratización y ciudadanía, en: NUEVA
SOCIEDAD, Nº 128, noviembre/diciembre de 1993, pp. 62-87.- También
es sugerente el trabajo de Samuel P. Huntington, Democracy in the Long
Haul, en: JOURNAL OF DEMOCRACY (Washignton), vol. 7, Nº 2,
abril de 1992, pp. 3-13: Aunque Huntington parte acríticamente de la
democracia representativa actual en cuanto paradigma atemporal de
evolución histórica, admite que la introducción de modelos democráticos
en países del Tercer Mundo puede generar condiciones de anomia
colectiva (“todo vale”, desintegración de los lazos primarios y de la
moralidad pública) y concitar además el ascenso al poder de grupos
populistas y fundamentalistas anti-occidentales (pp. 6-8).
5.
Edelberto Torres-Rivas, América Latina. Gobernabilidad y democracia
en sociedades en crisis, en: NUEVA SOCIEDAD, Nº 128, noviembre/
diciembre de 1993, pp. 88-101
6.
Sobre la democratización interna de los partidos cf. el instructivo e
informativo análisis de María Teresa Zegada, Democratización interna
de los partidos políticos en Bolivia, La Paz: ILDIS 1996 (Serie Debate
Político # 3)
7.
Cf. los testimonios autocríticos en: Grupos de presión manejan los
partidos (Entrevista con el diputado Hugo Carvajal), en: LA RAZON
(La Paz) del 23 de junio de 1998, p. A 3; Militantes: retomar los valores
de la ideología, en: PRESENCIA (La Paz) del 28 de junio de 1998;
Admiten culpas propias y ajenas: Políticos: la demagogia nos está
liquidando, en: ibid., p. A 6; La mala hora de los partidos, en: ibid.
8.
Gerardo Berthin Siles, op. cit. (nota 1), p. 8: el balance sería más
optimista que pesimista. El autor menciona una pista interesante: Joseph
S. Nye et al., Why People Don’t Trust Government, Cambridge: Harvard
U.P. 1997
9.
"OPINIONES Y ANALISIS"
LIBERALES (México), vol. 11, Nº 53, mayo/junio de 1997, pp. 6870
10. Ibid., p. 71
11. En el Perú el autogolpe del Presidente Alberto Fujimori en abril de 1992
abarcó la disolución del Parlamento y de la Corte Suprema de Justicia,
las dos medidas más aplaudidas y apoyadas por el grueso de la población.
El “nuevo” aparato judicial está conformado, empero, casi totalmente
por los antiguos jueces y funcionarios, cuyos niveles de corrupción y
corruptibilidad han ascendido en los últimos años. El “nuevo” parlamento
denota los mismos defectos que el anterior, además de un marcado
descenso en la calidad del debate.- Sobre el marco general de la situación
peruana cf. Romeo Grompone, El reemplazo de las élites políticas en
el Perú, en: NUEVA SOCIEDAD, Nº 144, julio/agosto de 1996, pp.
114-125; Ulrich Goedeking, La “independización” de la política. Un
debate actual y una mirada hacia el Perú, en: LA RAZON (suplemento
VENTANA) del 17 de marzo de 1996, pp. 12-13
12. Cf. Pobre gestión parlamentaria: el naufragio de los uninominales, en:
LA RAZON del 14 de diciembre de 1997, p. A 23; Cuatro meses de
gestión en la Cámara Baja: Las comisiones no trabajaron con todo su
nuevo potencial, en: ibid., p. A 24 (con opiniones idénticas de políticos
de la coalición gubernamental y de partidos de la oposición).- Sobre
la situación político-institucional boliviana cf. la visión de conjunto:
René Antonio Mayorga, Reforma política y consolidación de la
democracia en Bolivia, en: Gabriel Murillo (comp.), Hacia la
consolidación democrática andina: transición o desestabilización,
Bogotá: Universidad de los Andes 1993, pp. 15-79
13. Cf. Peter Waldmann (comp.), Justicia en las calles. Ensayos sobre la
policía en América Latina, Medellín: Dike 1996 (con dos contribuciones
sobre la situación boliviana)
Yehezkel Dror, Propuestas para el nuevo milenio, parte I, en: PERFILES
157
158
"OPINIONES Y ANALISIS"
14. Cf. sobre la situación general en América Latina: Eduardo Gudynas,
Los malentendidos del desarrollo sustentable, en: TIERRA AMIGA
(Montevideo), Nº 22, 1994, pp. 50-53
15. Cf. entre otros: Seguridad humana en Bolivia, La Paz: PNUD/ILDIS/
PRONAGOB 1996; Encuesta de cultura ciudadana, La Paz: Secretaría
Nacional de Participación Popular 1996; y la encuesta de
Latinobarómetro, citada y analizada en el informativo artículo de Carlos
F. Toranzo Roca, Democracia y cultura política en Bolivia, en:
Democracia y cultura política en Bolivia, La Paz: Foro de Gobernabilidad
y Desarrollo Humano, separata de PRESENCIA de febrero de 1997.
Encuestas anteriores de la Universidad Católica de Bolivia confirman
tendencias similares.
16. Hay, sin duda alguna, un enorme descenso en el nivel intelectual del
debate parlamentario, sobre todo si se compara el Poder Legislativo
actual, elegido del modo más democrático, con el llamado parlamento
oligárquico de antes de 1951. Cf. Gabriel Chávez, Polemistas ayer,
“alzamanos” ahora, en: LA PRENSA (La Paz) del 5 de julio de 1998,
p. 9a.- Cf. también: Ruy Omar Suárez, El paraíso dorado de los políticos,
en: LA RAZON del 28 de junio de 1998, suplemento VENTANA, pp.
8-9. Esta situación no ha mejorado en nada con la instauración de los
llamados diputados uninominales: cf. Mariví Pascual /Inga Llorenti, Los
enredos de los honorables “unis”, en: LA PRENSA del 28 de junio
de 1998, p. 8a
"OPINIONES Y ANALISIS"
absolutismo preliberal y el cinismo postmodernista. Además: mal de
muchos, consuelo de tontos.
18. José Gramunt de Moragas, S.J., La corrupción deslegitima a los
gobernantes, en: PRESENCIA del 10 de julio de 1998
19. La pobreza en América Latina se debe a corrupción política, en:
PRESENCIA del 10 de julio 1998; Dirigencia política corrupta es la
causa de la pobreza, en: ibid.
20. No todas las naciones latinoamericanas han alcanzado los índices de
Haití, donde el índice de abstención electoral llegó al 95 % [sic] en abril
de 1997. Pero en todas partes hay una inclinación en ese sentido. Cf.
Arnold Antonin, Haití: un pueblo desesperado, en: NUEVA SOCIEDAD,
Nº 154, marzo/abril de 1998, p. 31
21. Cf. Blithz Lozada / Marco Antonio Saavedra, Democracia, pactos y
élites. Genealogía de la gobernabilidad en el neoliberalismo, La Paz:
Instituto de Investigaciones de Ciencia Política 1998.- La obra es de
un carácter exageradamente pesimista y sectario, pero muestra una forma
del sentir escéptico de la colectividad intelectual con respecto a las élites
políticas.
17. Omar Chávez Zamorano, Los inquisidores del Parlamento, en: LA
RAZON (suplemento VENTANA) del 12 de julio de 1998, p. 13: La
situación del parlamento boliviano no sería tan grave porque en todos
los países del mundo los diputados y senadores son “crápulas” y porque
las instituciones, las políticas públicas y la moral colectiva serían de
índole tan “compleja” que nadie se debería arrogar el derecho de criticar
fenómenos tan alejados de las facultades intelectuales comunes y
corrientes. Esta argumentación tiene simultáneamente el aroma del
159
160
"OPINIONES Y ANALISIS"
"OPINIONES Y ANALISIS"
Hugo Carvajal Donoso (1953)
Gerardo Berthin Siles (1963)
Sociólogo, fundador del MIR, fue Subsecretario del Ministerio de
Planeamiento (1985), Diputado Nacional a partir de 1989 por Tarija,
representa actualmente a la Circunscripción 48 (Provincia Gran Chaco).
Integró la Dirección Nacional (1985-1995) y es miembro del Comité
Ejecutivo Nacional del MIR desde 1997. Autor de Radiografía Electoral
y Política (1998).
Obtuvo la maestría en Ciencias Políticas en la Universidad de Chicago
(1992). Realizó trabajos de investigación en Estados Unidos, dictó
cátedra en diversas universidades bolivianas. Se desempeñó como
Oficial de Programas del PNUD y es actualmente Director en las
Maestrías de la Universidad Católica Boliviana-Harvard. Autor de
textos en inglés y español, se especializó en temas ligados a los partidos
políticos y la sociedad civil.
Roberto Moscoso Valderrama (1961)
Salvador Romero Pittari (1938)
Ingeniero Químico, con estudios de post grado en Colombia, fue
docente universitario. Ejerció cargos en los Comandos Nacional y
Departamental de La Paz del MNR. Fue elegido Diputado desde 1993,
ocupando la Jefatura de la Bancada del MNR. Actualmente preside
la Comisión de Derechos Humanos de la Honorable Cámara de
Diputados.
Abogado (1961) y Doctor en Sociología en la Escuela Práctica de Altos
Estudios de París (1973), es Profesor universitario desde 1966. Fue
Ministro Secretario de la Presidencia (1980) y Embajador ante la
UNESCO (1989-1992). Ha escrito sobre movimientos sociales,
regionales y el desarrollo de la sociología en Bolivia, con publicaciones
en Bolivia, Europa y países latinoamericanos.
Enrique Toro Tejada (1948)
H.C.F. Mansilla Ferret (1942)
Licenciado en Administración de Empresas. Desempeñó actividades
privadas en la minería. Miembro de ADN, integrante del Comité
Ejecutivo Nacional desde 1985, actualmente es Jefe Nacional de ADN.
Diputado por Chuquisaca entre 1989-1997, fue electo Senador por ese
departamento. Ha sido Director Ejecutivo de FUNDEMOS (19911997) y ahora preside el Directorio Nacional de FUNDEMOS.
161
Doctor en Filosofía por la Universidad libre de Berlin (1973), recibió
la habilitación para la cátedra titular en Ciencias Políticas (1976).
Desarrolló investigaciones para varias Fundaciones extranjeras. Ha
publicado obras en Alemania, España (Introducción a la Teoría Crítica
de la Sociedad, Seix Barral, 1970) y Bolivia, abordando problemas
sociales, políticos, ecológicos y temas ligados al narcotráfico.
162
Descargar