"PARTIDOS POLITICOS Y SOCIEDAD CIVIL: RELACION DE IDA Y VUELTA" Primera edición, julio de 1998 D.L. Nª 4 - 1 - 909 - 98 ©FUNDEMOS Calle Hermanos Manchego No. 2441 Teléfonos: 360346 - 392642 Telefax: 433539 Casilla: 2302 Julio/1998 La Paz - Bolivia 5 Impresión: Editorial "Garza Azul' Teléfono 232414 Casilla 11828 La Paz - Bolivia 6 "OPINIONES Y ANALISIS" "OPINIONES Y ANALISIS" "LAS TEORIAS INSTITUCIONALISTAS Y LA PERCEPCION CIUDADANA CON RESPECTO A LOS PARTIDOS POLITICOS" H.C.F. Mansilla Ferret ..................................................................... 141 CONTENIDO PRESENTACION ................................................................................. 9 "PARTIDOS Y SOCIEDAD" Hugo Carvajal Donoso .......................................................................11 "ACERCA DE PARTIDOS POLITICOS Y SOCIEDAD" Roberto Moscoso Valderrama ............................................................57 "SOCIEDAD CIVIL Y PARTIDOS POLITICOS: VIEJAS Y NUEVAS RELACIONES" Enrique Toro Tejada ...........................................................................75 "PARTIDOS POLITICOS Y SOCIEDAD CIVIL: REPENSANDO LA REPRESENTACION POLITICA Y LA PARTICIPACION SOCIAL EN LAS NUEVAS DEMOCRACIAS" Gerardo Berthin Siles .........................................................................83 "ACERCA DE PARTIDOS POLITICOS Y SOCIEDAD CIVIL DE BERTHIN SILES" Salvador Romero Pittari .................................................................. 131 7 8 "OPINIONES Y ANALISIS" "OPINIONES Y ANALISIS" de las aspiraciones, ambiciones, puntos de vista tanto de las estructuras partidarias como de la sociedad civil. P R E S E N T A C I O N Los últimos años se han caracterizado por el debate en torno a la relación entre partidos políticos y sociedad civil; la distancia entre ambos, la manera de acercarlos, el impacto de algunas medidas adoptadas con ese fin han sido algunos de los temas más discutidos. Las últimas decisiones parlamentarias ligadas a la designación de personalidades en la Defensoría del Pueblo o en el Consejo de la Judicatura, ilustraron las tensiones entre supuestas lógicas políticas y sociales. El texto se arma alrededor de dos exposiciones, una preparada por el diputado Hugo Carvajal y otra por el politólogo Gerardo Berthin. A su turno, ambos trabajos son comentados, estudiados por dos políticos y dos analistas. En claro, se abrió el debate, más allá de los lugares comunes: este nuevo número de Opiniones y Análisis cumplirá plenamente su meta cuando los lectores se apropien del tema y prolonguen las reflexiones aquí iniciadas. Enrique Toro Tejada PRESIDENTE DEL DIRECTORIO NACIONAL DE FUNDEMOS Para aportar al debate serio, FUNDEMOS presenta el número 36 de Opiniones y Análisis, que reúne trabajos que giran alrededor de la temática. Se invitó a actores directamente implicados, políticos y miembros de la sociedad civil, para estudiar la realidad de la relación partidos políticos-sociedad civil desde un doble ángulo, como personalidades comprometidas y como espectadores. En ese intercambio de ida y vuelta, se espera sentar las bases de una mejor comprensión 9 10 "OPINIONES Y ANALISIS" "OPINIONES Y ANALISIS" PARTIDOS Y SOCIEDAD manifestaciones sociales, se encontraba cargada de cálculo electoral antes que de proyectos de renovación política y participación ciudadana. Hugo Carvajal Donoso I. CONSIDERACIONES GENERALES La relación entre partidos y sociedad es una fuente de análisis que ha permitido establecer modificaciones a la estructura normativa de la política y el derecho. La constatación de que los déficits de representación de los políticos han sido crecientes desde 1982 ha conducido al conjunto del sistema a introducir modificaciones en la forma de elección y constitución de la representación política. Pero el avance en la reformulación de los procedimientos de la representación no tiene un acompañamiento permanente con la reflexión de los partidos políticos, lo que ha conducido al desarrollo de prácticas intuitivas, inconexas con matrices de pensamiento y condensadoras de hábitos individuales. Esta es una falta de precisión en el análisis que los partidos mantienen como tarea inconclusa. Los partidos políticos desarrollaron por obligación del medio, mecanismos de aproximación a la sociedad que les permitieran mantener un posicionamiento positivo en la competencia electoral. De esta forma, un método recurrente ha sido la cooptación de líderes sociales, lo que ha permitido -sobre todo a los eventos electoralescontar accidentalmente en la política, con la presencia de personajes que producía la sociedad para la cultura, el arte, el deporte y el espectáculo. Esta participación, no obstante provenir de 11 La democracia requiere de un método de renovación de su legitimidad que sólo puede encontrase en la actitud y formas de apertura que realizan los partidos frente a la sociedad. Una carencia de mecanismos de participación ocasiona que la base de consenso de la democracia se restrinja cada vez más a élites formadas políticamente o a élites económicas y de poder que instrumentan al sistema. Debido a este reto, se ha convertido en un lugar común de los partidos, la utilización de dirigentes y organizaciones sociales como medio para ampliar la legitimidad de las organizaciones políticas; sin embargo, la utilización de estos dirigentes se realiza mediante formatos prebendales e instrumentales que invalidan la potencialidad de la incorporación de estas personas a la política. Los períodos propicios en los que el sistema de partidos despliega la táctica de la cooptación de líderes sociales son invariablemente las elecciones generales o municipales. En efecto, las maquinarias electorales de los partidos ocasionalmente realizan diagnósticos de marketing electoral y , en ellos, de pronto las debilidades de posicionamiento electoral de las candidaturas son la causa primordial de políticas, pactos, alianzas y cooptaciones en los que el rellenamiento de las estructuras políticas con personas e instituciones trasciende porque se busca alcanzar objetivos simples y puros de fortalecimiento en determinado barómetro electoral. Tal método de relación de los partidos con la sociedad habría mostrado sus defectos en reiteradas oportunidades. La opción de ampliar base electoral no necesariamente significa la afirmación de un consenso de factores sociales y en consecuencia, las políticas desarrolladas desde 12 "OPINIONES Y ANALISIS" "OPINIONES Y ANALISIS" el Estado no contienen la calidad de una delegación social y de un proyecto político socializado. En este sentido puede decirse que los partidos políticos carecen de mecanismos idóneos de lectura de la realidad lo que les ha conducido al enraizamiento de una cultura de la instrumentación de los lideratos y de las instituciones sociales. actores sociales como sobre los mediadores por excelencia del Estado, es decir, los políticos. Pero el hecho revelador de una anacronía estructural de los partidos es que, no obstante este nuevo contexto, poco o muy lentamente, los partidos han buscado adaptarse a los tiempos de cambio lo que ha generado un severo debilitamiento del prestigio de los partidos y de los dirigentes políticos. La apariencia de que el sistema no funciona es una imagen inducida por factores externos al sistema de partidos que de alguna manera se encuentran en una búsqueda de legitimidad política, aún en competencia con los roles de intermediación de la política. No obstante, el hecho de que la crítica de los medios de comunicación sobre la política sea permanente -aunque module su tono de acuerdo al mediose debe a que los partidos no han permitido la construcción de ambientes adecuados a la creación de lideratos políticos en la sociedad. Los partidos renunciaron o minimizaron su rol de educar a la sociedad políticamente, cortaron los canales para que la juventud se integre a las estructuras partidarias, no renovaron sus paradigmas políticos y mantuvieron nomenclaturas de dirección muy rígidas. Este hecho refleja a estructuras partidarias que tienen una conducta contradictoria. Por un lado, muestra a partidos que fueron capaces de dialogar y proceder a la reforma del Estado e incluso a la modernización de aparatos del sistema político y electoral y, por otro, a organizaciones que no han sido capaces de innovar y modular sus roles de intermediación de manera amplia, consensuada y participativa con la sociedad. Las crisis se expresan cuando el cambio de la realidad no es asimilado y reflejado por los partidos lo que conduce a un corte conceptual entre política y sociedad y donde particularmente el rol de la política para la aproximación de sociedad y Estado se vuelve asimétrico. Por ejemplo, durante el trienio 1982-1985 la Unidad Democrática y Popular no percibió o, si lo hizo, no asimiló los cambios del contexto. Ello condujo al país a una vorágine de ingobernabilidad administrativa y política de graves consecuencias. Los efectos de las transformaciones económicas y sociales de esta década, crean nuevas condiciones para que los actores de la política establezcan nuevas visiones sobre su función en la democracia y sobre sus métodos de alcanzar sus objetivos, es decir, su proximidad con el poder. La sociedad boliviana sigue mayoritariamente pobre, estructuralmente heterogénea y físicamente desarticulada. Su institucionalidad afronta procesos de modernización que pretenden renovar la confianza social. La economía internacionalizada influye y determina la administración local. Estos hechos se convierten en los nuevos parámetros para calificar la gestión de la política. Ahora, esta relación es la que debe abordarse desde la política. La realidad para la política ha cambiado dramáticamente; la modificación de los valores sociales, la afirmación de una generación mediática y los grandes fenómenos de urbanización acompañan procesos de globalización económica que influyen tanto sobre los 13 14 "OPINIONES Y ANALISIS" "OPINIONES Y ANALISIS" electorales y políticas que más allá de ser inesperadas, se convirtieron en antecedentes de la cultura política boliviana. Paralogismo y no dilema Cómo iniciar el análisis de la relación partidos sociedad ?. Un mínimo ordenamiento de los conceptos de esta relación sólo puede realizarse mediante la sistematización de la política. Desde esta óptica, la comprensión de la política es un aspecto vital para validar los conceptos del presente análisis. En consecuencia, la relación partidossociedad encuentra su mejor ambiente para comprenderse a través de la política. La ubicación de la política como ciencia o como arte ha sido tanto para los estudiosos como para los próximos a la política, una cuestión que ha merecido importantes discusiones y aportes; sin embargo, el hecho que una definición o, más bien, una aplicación conceptual haya abierto tanto debate, indica de la calidad del asunto. La política se ubicaba o como ciencia, entonces susceptible de ordenarse categóricamente o como arte, es decir, como una expresión libre y espontánea de la sociedad, no clasificable. La política abarca un conjunto amplio de conductas, ideas y comportamientos que permiten ubicar la acción y razgos de los operadores de la misma. Contiene preceptos y conceptos confirmados por procesos de validación que le adjudican la calidad de ciencia, pero refieren también la acción inédita e irreproducible de personas de carne y hueso que pueden ser calificadas como arte. La política debe ser entendida como una disciplina única que permite atravesar los hechos sociales en forma de análisis sistemático y original y singularmente en coordenas históricas definidas. Sartori menciona al respecto: “en suma, la praxis política no es únicamente la parte aplicada de un conocimiento; es también, de modo irreductible, creatividad, intuición, olfato, en una palabra arte”. Pero enseguida añade “pero si la acción política es también arte, no es solamente arte”. Por ello, el ámbito de esta investigación no puede sino ser explicado por la particularidad que le convoca el tema. Analizar a los Partidos y la Sociedad parte del hecho de que su ordenamiento debe hacerse en la medida de una sociedad heterogénea y abigarrada que ha hecho política de diversas maneras y sobre la que se han vertido importantes dosis de discursos (contemporáneos) que la modificaron radicalmente en los últimos años. La política -es cierto- debe tener márgenes de previsibilidad para ordenarse; pero desde el punto de vista del magnetismo que desarrolla sobre multitudes y sociedades, tiene su “magia” a través de los operadores y actores que le dan márgenes de sorpresas que generan desemboques insospechados. Por ejemplo, la salida electoral de 1978, el triple empate de 1989, entre otros, produjeron resultados y salidas El análisis de esta relación bien podría fundarse en la historia oral del pueblo andino y oriental. O, de otro modo, en las diferentes historias de los partidos políticos que concurrieron a la formación de la democracia boliviana. Otra visión para un abordaje productivo podría considerar la historia de las contradicciones de “masas” que acontecieron en el devenir político. En fin, las posibilidades de entender las relaciones entre la sociedad y los partidos son amplias. Este trabajo, opta por vincular dos niveles de análisis: por una parte, la concresión de la actividad de los partidos políticos dentro de la preferencia electoral de la sociedad y, por otra, los roles de representación política que desempeñan los mismos partidos para la sociedad. Adjunto y como apéndice a este análisis se tocará las limitaciones y deficiencias que tienen los partidos en el cumplimiento de esta relación. 15 16 "OPINIONES Y ANALISIS" Tipicidades de los partidos, un asunto sin conclusión. Los partidos políticos pueden ser clasificados por la plataforma ideológica que proponen; pero básicamente, los factores que separan a unos de otros se encuentran en la praxis y comportamientos que acontecen en la historia particular de los mismos. Una definición bastante elemental pero aplicable a la segregación de los partidos la propone Maurice Duverger quien menciona “la lucha política reducida a su mayor simplicidad y a su elemento fundamental, no consiste sino en el enfrentamiento entre aquellos que están casi totalmente satisfechos del orden existente y que, por lo tanto, quieren conservarlo, y los insatisfechos con este orden, que, en consecuencia, quieren cambiarlo”. Los partidos políticos se encuentran entonces determinados por el lugar de conformidad o inconformidad respecto del gobierno, el Estado, la economía, la justicia, etc. que permitirán a los mismos hacer de estas dimensiones nuevos agregados propositivos para confrontarlos en la sociedad. Este último hecho provoca en los partidos una identidad inefable y particular que distinguirá a sus miembros del resto. Tradicionalmente la sociedad y los mismos partidos habían afirmado esa singularidad e identidad estableciendo una codificación bastante gráfica entre derechas e izquierdas políticas que les otorgaban un lugar y una vitalidad propia en el contexto del sistema político. Pero los elementos de sustento ideológico -característicos de esta tipicidad de lateralidad política- se sometieron a importantes y definitivos cambios en sus centros nucleares de irradiación ideológica. El derrumbe del muro de Berlín levantó para la política, una invisible frontera epistemológica entre un antes y un después. La visión y praxis de los partidos han cedido a nuevas prácticas políticas en las que priman más bien criterios de pragmatismo sectorial. La segmentación de los discursos políticos, adecuados a públicos sectoriales y a estratos 17 "OPINIONES Y ANALISIS" concretos, se explica porque la heterogeneidad estructural del país concede la oportunidad para diferenciar el discurso regional, étnico, de género, empresarial, etc. y porque permite una lógica moldeable de la acción política y de esta manera, la generación de lideratos intermedios y la formación de centros de opinión pública. Juan Rial sostiene que la política se hace para diferentes estratos y “para lograrlo se atiende a un sector tradicional que tiende a una visión de la organización societal en términos de décadas anteriores. Generalmente se lo asimilan a los más pobres. Otro sector podríamos denominarlo moderno, materialista, endeudado, consumista, con problemas de ubicación ante el derrumbe de su conocimiento convencional respecto a cómo debe ser el mundo, generalmente de edad media, tratan de reacomodarse en la nueva situación. Son los más descreídos y presumiblemente conforman el grueso de la sociedad. Finalmente hay un sector postmoderno. Buscan un nuevo sentido de integración societal en base a una calidad de vida diferente. Vive el presente, el ya fue, es permanente, lo que no permite acumular, se asimila la idea y esterotipo de lo joven, consumista y exitoso. Es difícil para este sector asumir una visión utópica y tienden al analfabetismo político”. Esta descripción permite ubicar a la acción política de los partidos de manera mas o menos ordenada. Los cambios en la sociedad deben inevitablemente reconfigurar los métodos de aproximación de la política y, en consecuencia, de los límites que persigue para cada caso un dirigente político. Sin embargo de esta acción estratificada y segmentada de la política, queda claro que los partidos realizan la operación de separación de su programa y de su actividad político-electoral en función de las nuevas expectativas y organización social vigentes, pero no en mérito a una atomización de sus alcances y metas propias. En efecto, la 18 "OPINIONES Y ANALISIS" "OPINIONES Y ANALISIS" actividad pragmática conviene entenderse como el hecho “operativo” de alcance a la sociedad, pero aparentemente, los partidos son todavía (o lo serán definitivamente) los factores de integración de las visiones fragmentarias de la sociedad. La visión “totalizante” que requiere una nación se encuentra en la naturaleza y roles de los partidos. cual la gobernabilidad se realiza y en el que interactúan las fuerzas políticas. Por lo mencionado, la definición de las características de los partidos se encuentra en modificación debido a procesos nuevos de realización económica y a cambios de los referentes paradigmáticos estatales existentes hasta el comienzo de esta década. Las referencias tradicionales políticas e ideológicas que conocíamos nos brindaban la oportunidad de preparación de mapas relativamente sencillos de la ideología y la ubicación política de los protagonistas que se encontraban en su interior. La tipicidad de los partidos políticos, además, se encuentra en transición porque básicamente se han removido conceptos y creencias de lo público y de lo privado. En el pasado, la principal frontera y causa de separación del sistema político era la reivindicación de una organización social respecto de una idea de propiedad. La consideración de derecha, centro e izquierda política ya no refleja la afirmación de proyectos antagónicos de construcción de la sociedad, porque los mismos partidos que antes se alineaban respecto de políticas de Estado antagónicas hoy deben convivir en ámbitos de convergencias conceptuales, impensables hace diez años. La realidad es ahora esa. Los cambios que produjo la reorganización de la economía y el traslado del patrón de acumulación sobre la formación social, a su vez, ocasionaron reacomodos en la relación partidos - sociedad. Un primer ámbito de constatación de esos cambios se produce con la irrupción de nuevos protagonistas electorales, nuevas formas de intermediación política y, obviamente, la instalación de nuevos valores y entendimientos sobre la política. Los procesos de urbanización han creado, por primera vez en el siglo, una relación «campo-ciudad» en el que las concentraciones humanas se encuentran mayoritariamente en los centros urbanos. Los grandes movimientos sociales son dominantemente generados en las ciudades. En 40 años, según la Cepal, absolutamente todos los países de latinoamérica, han concentrado a sus poblaciones en grandes ciudades y algunos países tienen el inexplicable privilegio de tener las ciudades más pobladas del planeta. Demos por comprendido que el Sistema de Partidos es un componente del Sistema Político el cual, a su vez, es el medio en el La reconversión de la economía , como dijimos antes, ocasionó la transformación de la geografía social vigente desde la post guerra mundial. El modelo de sustitución de importaciones conformó una estructura social donde la clase media era el factor más importante de apoyo y cohesión. La clase media constituyó el mercado interno del modelo y permitió la formación de varias generaciones de políticos vinculados a ese segmento y que relacionaban sus actividades con los movimientos sindicales de maestros, jubilados, administración pública y empleados de comercio. Paralelamente a la clase media, la clase obrera desarrolló y desplegó una capacidad de movilización hegemónica en la sociedad que se fundó en la organización de una estructura sindical de «centralismo democrático» que , por lo menos en Bolivia, se constituyó en un factor real de poder político. Controlar sindicatos y 19 20 Sistema de Partidos y Sociedad "OPINIONES Y ANALISIS" "OPINIONES Y ANALISIS" Central Obrera Boliviana era casi un sinónimo de poder político, incontrastable e indiscutible. Los partidos reconformados iniciaron su reingreso y continuidad en la política enfrentados a una sociedad en transformación. Según Juan Rial, en los grupos sociales «desde los años 80 se apunta a una estrategia más individualista que lleva a la ruptura de la solidaridad familiar e intergeneracional y busca objetivos defensivos: vivienda y reproducción cotidiana pasan a ser los objetivos básicos que deben lograse a través de la consecución de un ingreso. Esta actitud defensiva lleva a la persona a tener una sensación de temor frente al futuro, ante la incertidumbre. Siente que está peleando o asume un síndrome del abandono del futuro de los hijos. Este individualismo se traduce también en inmediatismo, aparece una mentalidad de saqueo que permea a toda la sociedad». Los efectos de la globalización y la reconversión económica explican la nueva segmentación social, vigente posterior al ajuste estructural y la crisis de la deuda externa por la que atravesaron casi todos los países latinoamericanos. Los principales indicadores de esa segmentación se traducen en la caída del consumo, el ahorro, el ingreso real y la capacidad de endeudamiento. Afectados por este proceso de cambios, de esta forma, los partidos políticos han girado y transformado sus centros de gravedad, que eran los discursos políticos dirigidos específicamente a una u otra clase o segmento social. En Bolivia, los partidos se encontraban hasta finales de la década del 80, relacionados por un lado con esos movimientos de clase media y, por otro con la clase obrera. La importancia de los partidos devenía del grado de penetración en los movimientos sociales y sindicales de uno y otro grupo. El ajuste estructural implementó en el ciudadano y en el partido político en particular, la noción de la no pertenencia social; de tal forma que la crisis de identidad de los partidos y los grupos sociales se hizo efectiva y provocó la reconformación transversal del sistema político. La adaptación de los partidos a las nuevas condiciones de la política se realizó mediante el realineamiento ideológico y orgánico de casi todas las organizaciones políticas. Algunas, como las de izquierda, iniciaron un rápido proceso de desgaste, fraccionamiento y división que generó un debilitamiento generalizado de los mismos y por otro lado, el cuestionamiento de sus paradigmas estatales más notorios, se hizo una pesada carga que, finalmente, dió paso a la casi disolución de estos partidos. 21 La estructura social ha cambiado mucho, pero los componentes más destacados de ese cambio se los encuentra en las clases medias y en el proletariado. Los cambios de generación no garantizan para sus miembros la pertenencia a la misma clase y es en la clase media donde se nota dramáticamente este cambio, lo que ha llevado a éstas a una participación defensiva de la política. La política para estos segmentos debe traducir dos cosas: ascenso social y seguridad del ingreso. En el otro extremo, la clase obrera se ha transformado radicalmente. La privatización de empresas productivas y de servicios, ha generado paro y desempleo por la reconversión tecnológica. Las viejas empresas de cientos de obreros han dado paso a pequeñas unidades productivas o al cierre de las mismas por la diferencia de precios o economías de escala practicadas en sus productos. Otro factor relevante de la construcción del nuevo escenario político se encuentra en la irrupción definitiva de la mujer como factor productivo, como elemento de decisión electoral, como vehículo de formación de opinión y como actor de procesos sociales. Las mujeres 22 "OPINIONES Y ANALISIS" "OPINIONES Y ANALISIS" han creado un nuevo marco de explicación de la formación social ya no por el hecho de que sus reivindicaciones se encuentren agregadas, sino por el hecho de que están en el centro de las decisiones políticas y económicas, aunque su plataforma de lucha siga siendo reinvindicativa. Los jóvenes igualmente son el factor de atención que ha destapado una verdadera revolución en los discursos de los partidos políticos. Los jóvenes en casi todos sus segmentos se hallan con los impedimentos de participación política que ha generado un descreimiento por la política. crítico, los partidos políticos tienden a reconstituirse en una nueva centralidad de partidos que pasarían a constituir el núcleo del nuevo sistema político, complementado por algunas referencias políticas regionales que han podido integrarse a la distribución electoral de la preferencia de la ciudadanía. Las prácticas políticas de los actores que la realizan demostraron una particular adaptación debido a que las actitudes de la sociedad respecto del futuro y de la realidad se desplazaron de los planos de la solidaridad institucional a los planos de la satisfacción individual. El derrumbe de los sistemas de seguridad social y la modificación de las leyes del trabajo, dieron como resultado una sociedad dispuesta a escuchar y concretar políticamente alternativas de éxito empresarial y de riqueza. Si hasta el ochenta la característica de la sociedad boliviana era la participación de las masas; en el ochenta se inicia precisamente su desmantelamiento como sujeto de cambio político. De esta manera, importantes sectores, sobre todo de la clase media, tendieron a despolitizarse y, las nuevas generaciones a encontrar interés por la política extraordinariamente infrecuentes. La apatía del ciudadano en relación a su participación política, devino en el fortalecimiento de corrientes impugnadoras y estigmatizadoras del sistema político. El sistema de partidos boliviano posterior al ajuste estructural -entre otras- muestra las siguientes características: - Una centralidad de cinco partidos, manifiesta en mayorías electorales y parlamentarias. - Lideratos consolidados en el caso de cuatro partidos (ADNNFR, MIR, MNR, UCS) y posiblemente CONDEPA. - Vigencia y presencia parlamentaria de partidos minoritarios. - Formación de coaliciones para la gobernabilidad. II. LOS PARTIDOS EN LA SOCIEDAD BOLIVIANA MEDIANTE LA PREFERENCIA ELECTORAL Sin embargo de estos hechos, la sociedad ha formado nuevos liderazgos políticos que se relacionan con las esperanzas que guardan en su inconciente las colectividades sociales desamparadas, desplazadas, desempleadas y pauperizadas. En efecto, desde la recuperación de la democracia, no obstante un hábitat cuestionado y El acto más concreto que la sociedad emplea para demostrar sus aprensiones y afectos políticos es el voto. El voto ha permitido que los electores constituyan mayorías suficientes para ejercer el gobierno, pero también minorías políticas que practiquen la oposición a los primeros. Esta interactividad refleja de alguna manera la disposición que tienen los pueblos para asumir un camino o senda en el tiempo. Lógicamente, las políticas de gobierno se someten a la consulta sólo y a través del voto cada cierto tiempo; lo que exige que 23 24 "OPINIONES Y ANALISIS" el votante proyecte su voto como una apuesta hacia el futuro, dado que una enmienda al mismo será posible luego de verificarse empíricamente la validez de las ofertas electorales, es decir cada cinco años. Los partidos políticos se presentan como opciones de gobierno y ejercicio del poder pero también contienen en sí mismos, lineamientos para ejercitar una posible oposición. Eso que Duverger llama “satisfacción” sobre el estado de cosas posibilita el despliegue de una racionalidad mínima en la sociedad sobre el ejercicio del poder y de la oposición implícita al mismo. En las siguientes líneas trataremos de establecer cómo la preferencia electoral relata la voluntad de la sociedad, voluntad que -es necesario mencionarlo- se encuentra influída por fenómenos de imagen y envoltura técnica a la que han recurrido, en el último tiempo, todas las candidaturas. Se hace incapié que las campañas de marketing electoral tienen cada vez mayor importancia en la presentación y destino de candidaturas y candidatos; sin embargo, asumiremos que este hecho es un fenómeno que todavía no ha sobredeterminado a las candidaturas, por lo menos en nuestro país. Los partidos y las élites políticas siguen relacionando sus opciones y orígenes como candidaturas, respecto de otras determinantes como proyectos políticos, lideratos construídos o programas sectoriales, incluso corporativos. Las candidaturas, si bien someten sus tácticas a procedimientos del marketing, vienen reflejando previamente una decisión de política que hace de alguna manera a los problemas y esperanzas que contiene su comunidad. "OPINIONES Y ANALISIS" Escalas de medición Los partidos se encuentran en capacidad y disposición de ejercer sus programas políticos siempre y cuando exista el ambiente y las condiciones propicias. Este hecho se da con naturalidad en el sistema representativo que, más o menos, permite y no restringe la interactividad de los partidos y los hombres de la política. La democracia crea, mediante el voto, las formas para percibir una visión colectiva sobre la realidad. Aunque es discutible, “todos los sondeos de opinión y todos los análisis de elecciones y partidos nos demuestran que existe una correlación bastante estrecha entre los criterios políticos que se manifiestan y el nivel de vida” (Duverger). De esta manera, la sociedad expresa su percepción del “cómo se encuentra” con relación a una escogencia electoral y política. Entonces podemos aceptar que los partidos -con un margen real de certidumbreen un tiempo dado, representan a su comunidad. Por ello, además, se puede decir también que los partidos ejercen la representación social y son a su vez el canal más adecuado para ejercitar la mediación de la sociedad ante el Estado. En este aspecto, la Constitución Política de Estado de Bolivia, reconoce que los partidos ejercen exclusivamente la representación política del pueblo. Obviamente, la estabilidad y permanencia de unos y otros partidos clasificará a los importantes de los accidentales. Bajo los criterios referidos es posible afirmar que el voto infiere una forma de representación social y por lo mismo, se constituye en un parámetro efectivo para entender la forma de admitir la realidad y opinar que tiene la sociedad. Entonces, la escala de medición de la relación partidos-sociedad es, desde una perspectiva de la opinión política, el voto. Por ello, esta relación puede ser analizada y constatada mediante el seguimiento del 25 26 "OPINIONES Y ANALISIS" "OPINIONES Y ANALISIS" comportamiento del voto a lo largo de una periodización predeterminada. muy especial pues, para las grandes mayorías, representa el único instrumento de participación en el proceso político”, Noehlen continua diciendo “cierto que sólo una minoría ejerce siempre este derecho en -principio igual para todos- de participar activamente en los procesos de selección y decisión políticas. Salvo en situaciones especiales, las grandes mayorías son políticamente apáticas.” Para este fin (analizar la historia del voto) deben tomarse en cuenta dos aspectos de orden: - - Los votos se encuentran dispersados en el territorio y pueden ser influenciados por diferentes procesos regionales y locales que incidirán de diferente manera en la decisión de votar por alguien. Las características de la votación son cualitativamente diferentes en elecciones generales que en elecciones municipales dado que la representatividad se organiza y ejerce en cada caso con peculiaridades propias. La importancia de que el voto (a través de las elecciones) indique participación política y que para las mayorías sea el único instrumento de presencia en el proceso, muestra que existe conciencia de las limitaciones estructurales del sistema político; sin embargo, esas limitaciones no son óbice alguno para que el funcionamiento del sistema sea reivindicado como apto para expresar la representación política de la mayoría de la población. El voto como elemento develador de la preferencia ciudadana Mapa electoral y de presencia social de los partidos Los universos electorales se encuentran en relación con el tamaño de la población. Casi todos los sistemas electorales se asemejan en la edad de habilitación de la ciudadanía votante. En efecto, son 18 o 21 años los que permiten ejercitar el derecho a elegir, con el que se consagra una especie de graduación política del ciudadano. El voto cobra trascendencia en la medida que se inscribe en un sistema amplio y organizado de agregación circunscripcional (local, departamental y nacional) mediante el cual se construye una mayoría política (local, departamental o nacional). El voto en elecciones proporciona una idea dinámica de la participación.Según Noehlen, “aunque las elecciones no son sino una forma de participación política entre tantas otras, su importancia es La sociedad boliviana se ha expresado en 20 años de democracia -interrumpida en su nacimiento- mediante 7 elecciones generales, de las cuales una fue anulada, una frustrada y una postergada en la habilitación de sus órganos legislativos. A partir de 1985 se suceden ininterrumpidamente cuatro elecciones generales con el consiguiente establecimiento de gobiernos de coalición. A la par, se suceden desde 1985 seis elecciones municipales. Los intervalos entre cada elección general hasta 1997 eran de cuatro años, siempre, contando desde 1985. Los intervalos entre cada elección municipal desde 1985 eran de dos años, ejecutados sin interrupción hasta 1995. La última reforma constitucional de 1994 amplía los períodos de ejercicio del ejecutivo central y municipal: en el primer caso a cinco años y en el segundo a cuatro. 27 28 "OPINIONES Y ANALISIS" "OPINIONES Y ANALISIS" Es interesante conocer que en el período 1985 - 1997, la política boliviana se movilizó a través de treinta y siete partidos políticos que interactuaron ante el electorado para capturar su preferencia y constituir su representación. permite establecer los factores centrales de la gobernabilidad y sobre los que la sociedad mantiene una espectativa permanente dado que ello representaría las sensibilidades y visiones más fundamentales existentes en la formación social. Durante este período, sólo un partido mantiene invariablemente una presencia electoral definida y que no ha requerido el cambio de sigla o fusión. Se trata del MNR. En el período 1985 - 1997 la votación de la sociedad boliviana se ha visto ofertada por un sistema de partidos amplio y variado que ha expresado una variedad de categorías políticas, ideológicas y grupales. Esta variedad se presenta de la siguiente forma: Aunque con la misma intensidad participativa, Acción Democrática Nacionalista y el Movimiento de la Izquierda Revolucionaria han concurrido a las nueve elecciones acontecidas en ese intervalo. Pero de ellas, tres, dos municipales y otra nacional han sido en calidad de fusionados en una sola candidatura. Ningún otro partido de los treinta y ocho registrados ha podido persistir en participación en los eventos electorales sea porque surgieron a la vida pública a raíz de acontecimientos políticos generados en el transcurso o sea porque su vida biológica llegaba a su fin. De estos treinta y ocho partidos, diez y siete participaron sólo una vez con candidatura, cinco participaron dos veces con candidaturas propias y uno participó tres veces. De acá para adelante catorce partidos se convierten en protagonistas frecuentes de la actividad electoral y dejan de ser ocasionales o accidentales. La importancia de los partidos según algunos estudiosos se clasifica por el hecho de que los mismos tengan condiciones para formar coaliciones de gobierno o contengan condiciones para ejercitar presión sobre los primeros, de acá para adelante, el resto importa verdaderamente poco. Pero este último criterio, tiene valor porque 29 En el siguiente cuadro podemos apreciar cuántas veces los partidos se hicieron presentes en elecciones durante el período referido: PARTICIPACION ELECTORAL DE LOS PARTIDOS POLITICOS 1985 - 1997 TOTAL 9 8 7 6 5 4 3 2 veces veces veces veces veces veces veces veces 1 vez 34 1 1 1 4 3 1 4 6 16 partidos partido partido partido partidos partidos partido partidos partidos partidos Fuente: Elaboración propia. Esta visión de lo que significan los partidos políticos para el votante, se complementa con el siguiente cuadro sobre la estabilidad y permanencia de los partidos en los procesos electorales. 30 "OPINIONES Y ANALISIS" "OPINIONES Y ANALISIS" RESULTADOS ABSOLUTOS Y RELATIVOS OBTENIDOS POR LOS PARTIDOS POLITICOS BOLIVIANOS EN EL PERIODO 1985 -1997 GENERALES 1985 MUNICIPALES 1987 GENERALES 1989 VOTOS PORCENTAJE VOTOS PORCENTAJE VOTOS PORCENTAJE TOTAL 1.504.060 100.00 % 1.143.633 100.00 % 1.415.870 100.00 % MNR 456.704 30.36 146.628 12.82 363.113 25.65 ADN 493.737 32.83 326.857 28.58 357.298 25.24 CONDEPA 173.459 12.25 MIR 153.143 10.18 298.441 26.10 309.033 21.83 UCS Acuerdo Patriotico MBL IU PS-1 FRI EJE MRTKL FSB ASD MPP VR-9 MNRI MNRV AP MRTK FPU PDC ARBOL VSB MIN NFD MKN FULKA POR ACP MNR1 PDB FNP ID AUR ARENA INDEP 10.892 38.786 0.72 2.58 31.678 19.985 2.11 1.33 82.418 72.197 5.48 4.80 16.269 38.124 24.079 1.08 2.53 1.60 86.486 7.56 45.313 22.770 3.96 1.99 22.824 2.00 71.458 6.25 68.193 5.96 113.510 39.763 8.02 2.81 10.608 0.75 22.983 9.511 1.45 1.66 9.687 16.416 0.91 0.86 0.78 9.635 0.64 9.420 8.665 0.63 0.58 5.468 0.50 3.219 0.30 2.704 0.20 21.100 1.28 30.864 1.87 2.604 0.23 8.587 0.50 1.62 0.83 16.584 18.985 13.712 12.918 11.696 MUNICIPALES 1989 MUNICIPALES 1991 GENERALES 1993 MUNICIPALES 1995 MUNICIPALES 1995 GENERALES 1997 VOTOS PORCENTAJE VOTOS PORCENTAJE VOTOS PORCENTAJE VOTOS PORCENTAJE VOTOS PORCENTAJE VOTOS PORCENTAJE 1.003.520 100.00 % 1.298.769 100.00 % 1.647.718 100.00 % 1.119.861 100.00 % 1.716.014 100.00 % 2.177.558 100.00 % 172.714 17.00 321.446 24.75 585.893 35.56 391.032 34.92 365.856 21.32 396.216 18.20 87.886 7.85 196.160 11.43 485.209 22.28 168.038 16.00 163.534 12.59 235.428 14.29 219.304 19.58 265.534 15.47 373.516 17.16 105.827 9.45 159.513 9.30 365.113 16.77 147.530 14.00 297.320 22.89 226.820 13.77 94.002 8.39 299.461 17.45 350.742 16.11 300.325 30.00 369.747 28.47 346.813 21.05 74.562 5.74 88.260 5.36 131.546 11.75 227.802 13.28 67.152 3.08 73.539 7.00 51.982 4.00 16.137 0.98 9.095 0.81 51.458 3.00 80.599 3.70 13.829 1.30 20.179 1.55 25.099 2.24 53.540 3.12 18.123 1.10 7.132 0.64 31.263 1.82 18.320 0.84 2.258 0.20 20.466 1.19 20.947 1.27 23.526 2.10 30.286 1.84 20.551 1.84 32.386 1.89 9.582 6.269 12.681 0.38 0.77 1.39 3.988 10.378 0.48 0.23 1.16 0.84 8.096 31 30.214 0.68 0.49 32 "OPINIONES Y ANALISIS" "OPINIONES Y ANALISIS" PERMANENCIA Y FRECUENCIA DE PARTICIPACION DE LOS PARTIDOS POLITICOS EN PROCESOS ELECTORALES 1985 -1997 centralidad de partidos es una característica propia del sistema político boliviano porque, al contrario de otras latitudes, la sociedad ha especializado votantes por cinco partidos principales y dos accesorios, evitando de esta manera el bipartidismo, típico de otras democracias. PARTIDO FRECUENCIA Las características del voto en estos años de democracia podrían ser ordenadas mediante los siguientes criterios: MNR ADN MIR CONDEPA UCS ACUERDO MBL IU PS-1 FRI EJE MRTKL FSB ASD MPP VR-9 9 6 6 7 6 3 6 8 3 5 4 3 5 2 1 MNR-V AP MRTK FPU PDC ARBOL VSB MIN MFD MKN FULKA POR ACP MNRI-1 PDB FNP 1 1 2 1 2 1 2 2 3 2 1 1 1 1 1 1 MNRI ARENA 5 1 AUR MST. INDEP. 1 1 1 PARTIDO FRECUENCIA - criterio de la regionalización - criterio de la diferenciación ideológica - criterio de la tradición política y - criterio de la defensa corporativa Estos criterios ayudan a formar una idea de las características más centrales que dominan la preferencia electoral de los votos que las comunidades ejercitan en sus ámbitos territoriales. Aunque es discutible, estos criterios son una suerte de macro agregados de otros tantos que podrían explicar el voto personalizado, el voto cruzado, el voto identidad, el voto opinión, etc. que son ciertamente categorías de trabajo más minuciosas y que pueden explicar el voto de circunscripciones en ámbitos más concretos y en eventos eleccionarios más explícitos. Como podemos advertir a partir de los datos nacionales agregados de estas elecciones , existe una centralidad de partidos que se expresa en la frecuencia de participación y, lógicamente, en los resultados que se producen como efecto de esta participación. La Lo regional es una dimensión conceptual y política que permite explicar las actitudes, decisiones, comportamientos y actividades de comunidades y poblaciones en territorios de continuidad geográfica y bajo características culturales semejantes. Lo regional puede habilitarse como componente de los sistemas políticos porque, más allá 33 34 "OPINIONES Y ANALISIS" "OPINIONES Y ANALISIS" de la representación, su importancia radica en que son parte misma de la estructura administrativa, productiva y económica del país. PROMEDIOS DE PARTICIPACION ELECTORAL DE LOS PARTIDOS POLITICOS 1985 - 1997 Sea como efecto y herencia de las contradicciones políticas que dejó abierta la revolución nacional o sea porque ciertas organizaciones políticas desarrollan su actividad específicamente para y por lo ideológico, ésta dimensión se encuentra como factor relevante en la determinación de las causales del voto. No obstante, la reconstitución de la economía entre finales de la anterior década y comienzos de la presente, trajo otros fenómenos como los de la desideologización y pragmatismos. De pronto, la calidad del político sufrió importantes traslaciones de valoración porque el mismo ya no era el hombre formado, sino el individuo de éxito. La tradición política pesa para sectores y territorios sociales que desarrollaron costumbres de confianza indescifrables a la lectura modernista pero que, por lo mismo, desarrollan sus códigos y decisiones en mérito a factores orales y creencias telúricas y lúdicas. Finalmente, en esta parte, existen sectores y grupos de la sociedad que rigen su relación con la política debido a su particular posición en la estructura económica, aspecto que le obliga a cruzar sus comportamientos con los de la política. Significativos en este segmento de votantes son los cocaleros o grandes empresarios. Sobre la base de estos criterios, es posible distribuir la votación que la sociedad boliviana ha realizado en los diferentes eventos electorales. Como los Partidos son en definitiva, el canal de mediación de las demandas políticas de la sociedad, a continuación veremos cómo esa mediación ha sido, en la perspectiva del proceso, una forma de permitir la permanencia de los partidos. 35 PARTIDO MNR ADN MIR CONDEPA UCS MBL ACUERDO PAT. IU PS-1 FRI EJE MRTKL FSB ASD MPP VR-9 MNRI MNR V AP MRTK FPU PDC ARBOL VSB MIN MFD MKN FULKA POR ACP MNRI 1 PDB FNP ID AUR ARENA INDEP VECES DE PARTICIPACION 9 6 6 7 6 6 3 9 3 5 4 3 5 2 1 5 1 1 1 2 1 2 1 2 2 3 2 1 1 1 1 1 1 1 1 1 1 PROMEDIOS DE VOTOS 355.511 324.524 231.845 228.401 235.979 112.634 338.961 45.245 41.287 27.083 18.709 18.134 19.578 25.418 32.386 21.843 82.418 72.197 68.193 19.626 38.124 16.795 30.864 16.716 13.135 9.319 8.334 16.416 13.712 12.918 11.696 10.378 9.635 9.582 9.420 8.665 8.096 36 PROMEDIO RELATIVO 24.50% 21.36% 15.60% 15.33% 15.43% 7.79% 26.50% 3.13% 3.11% 2.04% 1.10% 1.16% 1.49% 1.84% 1.89% 1.75% 5.48% 4.80% 5.96% 1.35% 2.53% 1.21% 1.87% 0.84% 1.06% 0.74% 0.50% 1.16% 0.91% 0.86% 0.78% 0.48% 0.64% 0.84% 0.63% 0.58% 0.49% "OPINIONES Y ANALISIS" "OPINIONES Y ANALISIS" La información precedente permite ubicar con gran cercanía a los partidos que desempeñan con mayor frecuencia y con mayor importancia cuantitativa su rol de intermediación política. De esta manera, se puede afirmar que los partidos que se habilitan como grandes mediadores conjugan dinámicamente los cuatro criterios mencionados líneas atrás. el sistema electoral contribuye a mantener su dominio”. Sin duda, esta afirmación puede ser aplicada a regiones en los que la presencia de grandes intereses económicos y de recursos naturales comerciales dan paso a la explotación de mano de obra y poblaciones enteras. En esos lugares, el voto se encuentra funcionalizado a la presencia de creencias y visiones impuestos por el sistema patronal. En Bolivia esta situación tiene semejanza con regiones orientales, amazónicas y tropicales. Pero, el caso de mayor gravedad, existente en el país, es que las zonas de mayor pobreza casi carecen de recursos naturales que hagan a la actividad de intereses patronales o empresariales lo que sume a estas poblaciones a la incertidumbre más espantosa imaginable. Se producen de esta manera migraciones, mortandad y vaciamiento del campo. Preferencia urbana y preferencia provincial La votación de la sociedad boliviana tiene dos ámbitos de distribución que se explican de manera diferente porque involucran dimensiones particulares de convivencia, producción, desarrollo y cultura. Se trata del mundo urbano y del mundo provincial. La sociedad se ha hecho mayoritariamente urbana con una rapidez inusitada. Cuatro y medio siglos de una sociedad rural han dado paso a la concentración de grandes contingentes urbanosque modifican las actitudes y comportamientos de cara a la realidad, la sobrevivencia y la competencia. Consiguientemente, las actitudes políticas de esta nueva sociedad serán nuevas o modificarán las que hasta el momento se encontraban vigentes. La situación de las provincias, sin embargo, produjo algunos centros urbanos intermedios que desarrollaron alternativas propias de organización administrativa y económica. Surgieron en el Oriente, Chaco y Amazonía, de cara al comercio o a la producción agrícola, ciudades como Yacuiba, Guayaramerín, Riberalta y Puerto Suárez. Pero, en el occidente, las cosas se agravaron de tal forma que el crecimiento de Potosí y Oruro casi se hizo negativo. Pero, a partir de ello y por otros factores, la ciudad de El Alto se convirtió espontáneamente en la tercera ciudad más poblada de Bolivia. En países desarrollados, normalmente se admitió que la población rural se caracterizaba por una visión conservadora, pero en países de atraso y pobreza como el nuestro, la población rural y provincial vive las situaciones más duras y profundas de la pobreza contemporánea donde la mayoría se encuentra por debajo de la extrema pobreza. En Bolivia, la población pobre en el campo alcanza al 97 por ciento. Reflexionando sobre su país Celso Furtado decía que “la oligarquía es más poderosa en las regiones con más analfabetos, (donde) Para y por estos argumentos, en 1995, la Ley de Participación Popular y la Ley de Descentralización Administrativa establecieron nuevos mecanismos de financiación del gasto público, mediante la redistribución de la participación tributaria y la transferencia de competencias administrativas a los Gobiernos Departamentales. Es lógico pensar que la población debería ser afectada políticamente por estos hechos. 37 38 "OPINIONES Y ANALISIS" "OPINIONES Y ANALISIS" Es interesante anotar que precisamente la Ley de Participación Popular es, a juicio de todos, el instrumento más trascendental que ha modificado las relaciones urbano - provinciales, pero también, ha dado proyección a la vida rural. Este hecho debería asumirse como un activo político valioso del partido que las propuso e implementó. Sin embargo, este hecho ha sido subalternizado por el MNR que dió paso a una estrategia cuestionable y frágil de defensa del Bonosol, medida anti presupuestaria y corolario de una estrategia de privatización del estado boliviano. RELACION URBANO - PROVINCIAL EN LAS ELECCIONES PERIODO 1985 - 1997 Sucesiva e históricamente tres hechos son determinantes para la generación de opinión política en el ámbito provincial: la reforma agraria en la década del 50, la política de créditos agrícolas de la década del 70 y la participación popular en la década del 90. Los dos primeros acontecimientos pueden ser medidos y razonados como causas básicas para comprender la adhesión a partidos como el MNR o ADN; sin embargo, el tercer hecho debería constituirse en el referente del voto provincial de los candidatos oficialistas del 97, pero, por lo que vemos, la valoración de esta medida se dará paulatinamente y sólo en la formación de la opinión de los más jóvenes. ELECCION General Municipal General Municipal General Municipal Municipal General * 1985 1987 1989 1991 1993 1993 1995 1997 VOTO URBANO* VOTO PROVINCIAL 702.418 645.654 824.817 902.108 956.479 676.118 1.065.227 1.229.961 1.025.947 643.147 668.973 495.977 774.830 388.141 740.408 903.125 El voto urbano incluye a las capitales de departamento y la ciudad de El Alto. La relación del voto urbano-provincial durante el período 19851997 ha sido la siguiente: Dónde están los electores ? Los electores se encuentran distribuidos de manera tal que existe un desequilibrio entre Departamentos que concentran población mayoritariamente y el resto que contiene menos población. De esta manera, el eje La Paz, Cochabamba, Santa Cruz significa más del 70 por ciento de la población total y los seis departamentos restantes, el saldo. 39 40 41 42 0.6% 0.5% 0.5% 0.6% Fuente: CORTE NACIONAL ELECTORAL Elaboración propia 0.4% 0.5% 0.5% Pando 0.4% 4.3% 3.9% 4.2% 4.1% 4.0% 3.0% 3.0% Beni 3.4% 5.4% 4.8% 4.3% 4.7% 3.8% 4.6% 4.3% Tarija 4.2% 6.6% 6.0% 4.2% 4.7% 5.0% 5.4% 5.5% 5.7% Chuquisaca 7.7% 7.0% 6.2% 7.8% 7.6% 9.3% 8.8% 11.6% Potosi 5.9% 5.7% 6.4% 6.0% 6.0% 6.7% 6.5% 6.8% Oruro 26.0% 21.3% 18.9% 19.73% 15.96% 17.10% 17.3% Santa Cruz 19.1% 4.4% 14.6% 13.6% 14.50% 14.20% 15.65% Cochabamba 15.0% 14.9% 35.4% 35.7% 41.3% 37.41% 38.8% 40.70% 37.38% 35.0% La Paz El siguiente cuadro nos da una idea clara de lo que representan los departamentos a lo largo del período analizado. Para este cuadro se toma en cuenta la población inscrita en el Padrón. DEPARTA Grales. Municip. Grales. Municip. Grales. Municip. Grales. Municip. MENTO 85 87 89 91 93 93 95 97 Pero, el detalle interesante es que el sistema político ha organizado a las circunscripciones en base a la calidad administrativa y política de los departamentos, lo que ha creado una distribución de equilibrio formal entre todos los departamentos. Este hecho ha permitido que algunos partidos distribuyan su votación de manera eficiente en todo el territorio nacional, lo que les ha significado compensar falta de votos en los distritos altamente poblados con los votos y escaños parlamentarios de departamentos menos poblados. "OPINIONES Y ANALISIS" PESO ELECTORAL DE LOS DEPARTAMENTOS PERIODO 1985 - 1997 "OPINIONES Y ANALISIS" "OPINIONES Y ANALISIS" "OPINIONES Y ANALISIS" El ausentismo electoral como comportamiento político Las elecciones, sean éstas generales o municipales, siempre han tenido un margen de inasistencia y votación negativa o blanca y nula. Pero el hecho que más llama la atención es que la población que no asiste a sufragar no obstante inscribirse para el hecho se mantiene casi constante en un tercio del total de cada elección, incluidas las variaciones del padrón electoral. Como podemos advertir en el siguiente cuadro, existe en la sociedad un tercio efectivo (uno de cada dos votantes inscritos) que no practica su opción constitucional: RELACION DE LA PARTICIPACION DE LOS VOTANTES INSCRITOS EN PROCESOS ELECTORALES PERIODO 1985 - 1997 ELECCION Generales PARTICIPACION 85 81 % Municipales 87 71 % Generales 73 % 89 Municipales 89 Municipales 91 83 % Generales 93 72 % Municipales 93 53 % Municipales 95 64 % Generales 71 % 97 43 III. ROLES DE REPRESENTACION POLITICA DE LOS PARTIDOS Los partidos políticos son mediadores que la ley atribuye como únicos para desempeñar los roles de formación de la representación política. Este hecho se refleja en que ningún ciudadano o grupo social puede presentarse a procesos electorales sin que sea a través de partidos políticos. Los partidos, sin embargo, han transitado varias etapas de aceptación ante la sociedad. La legalidad de los partidos es mayoritariamente indiscutible, aunque no así su legitimidad. Algunas visiones críticas del papel de los partidos mencionan que éstos no estuvieron a la altura del proceso que contribuyeron a establecer. Por ejemplo, Rosario Espinal opina que “en vez de afianzarla, los partidos políticos han contribuido en algunos países de América Latina al debilitamiento de la democracia. La debilidad organizativa, la tendencia al fraccionamiento y al faccionalismo, la crisis de referentes ideológicos que permitan la cohesión partidaria y la postura instrumental hacia la política son los factores que dan cuenta de este fenómeno”. La funcionalidad de los partidos para la recuperación de la democracia en la década del 80 -y en consecuencia su aceptación socialpasó rápidamente del entusiasmo amplio al cuestionamiento y desconfianza generalizado, que se relaciona básicamente con la aplicación simultánea de democracia y ajuste estructural. La democracia se encontró en América Latina ante la evidente necesidad de realizar la estabilidad macroeconómica y la reforma del Estado. Esta misión ineluctable provocó las conocidas revisiones de las legislaciones laborales y las reformas sociales, implementó la privatización, ello se tradujo en la pérdida de la idea de seguridad económica. Finalmente, la relocalización -como eufemismo del desempleo- alteró profundamente la confianza en el sistema representativo y en sus principales actores, los partidos políticos. 44 "OPINIONES Y ANALISIS" "OPINIONES Y ANALISIS" Buena parte de la población adulta devino en el descrédito sobre el sistema o, en el mejor de los casos, su aproximación hacia la política y hacia los partidos se hizo instrumental y prebendal. Pero, desde los partidos, la pérdida y ausencia de esa tipicidad ideológica característica hasta el momento, formalizó nuevos procedimientos de reproducción política basados precisamente en la instrumentación del Poder y de los programas electorales. Hasta 1993 el funcionamiento formal del sistema mostraba normalidad relativa, sin embargo el grado creciente de desconfianza sobre el sistema condicionó y explicó medidas de reforma política. En efecto, primero se trabajó sobre las Cortes Electorales, nombrando por consenso ciudadanos notables e independientes, luego se reformó la Ley Electoral e implementó la diputación uninominal, la asignación de fondos para campañas electorales, y se modernizó inicialmente la legislación de los partidos políticos inscrita en la referida Ley Electoral. Estas medidas se explican por la necesidad de ampliar los márgenes de aceptación del sistema y porque se requería una proyección de la democracia en el tiempo próximo, dado un panorama de incertidumbre y exceptisismo sobre su funcionamiento. Adicionalmente, una nueva actitud hacia la política proviene de las nuevas generaciones de ciudadanos que alcanzaron la edad para ejercitar sus derechos políticos. Esta juventud, desmotivada por el pesimismo generalizado sobre los políticos, cristalizó una nueva categoría de apatía ciudadana, o “analfabeto político”. Este último, es un individuo -de preferencia joven- que no se encuentra compenetrado, informado ni deseoso de llegar al sistema político o a las mecánicas que se producen en su interior. Participación versus representación El sistema representativo, como vimos, afrontó etapas críticas que obligaron a los partidos y los factores ligados al Poder iniciar una serie de reformas políticas destinadas a superar los déficits de representatividad que acusaban las instituciones legislativas y los partidos políticos. Paralelamente, las reformas judiciales empezaron el tratamiento de la retardación, la corrupción y la partidización de las estructuras de justicia nacionales, tan caras para la democracia. Justamente, las diferentes encuestas de percepción política practicadas entre 1990 - 1995 incidían sobre la baja estima de la sociedad sobre el sistema de partidos y la justicia. 45 Estructuras orgánicas de los partidos y sus efectos políticos Los partidos políticos poseen mecanismos de llegada al ciudadano. No existe partido que formalmente sea restrictivo. Todos postulan la participación. Sin embargo, uno de los elementos de identificación crítica del sistema de partidos estaba referido a la apertura y viabilidad de participación de los ciudadanos. La ausencia de mecanismos de consulta y democratización interna llevaron a casi todos los partidos a acrecentar frente a la sociedad, la idea de que algunas élites sólo se sirven de la política para alcanzar beneficios particulares. El capitalismo de estado, entre otras cosas, condicionó la existencia y funcionamiento de los partidos políticos. En este sentido, la organización de los partidos reflejaba la visión que tenían los mismos de la realidad. Organizaciones amplias pero burocráticas, populistas 46 "OPINIONES Y ANALISIS" "OPINIONES Y ANALISIS" pero poco democráticas, radicalizadas en discurso pero poco creativas. Ese era un poco el panorama dominante en el sistema de partidos. Pero, en relación a los partidos de cuadros políticos, los mismos siempre tropezaron con la limitación de convertirse en alternativas de masas y de gobierno, por tanto, partidos pequeños, una especie de enclaves políticos. Sin embargo, el Movimiento de la Izquierda Revolucionaria y el Movimiento Nacionalista Revolucionario, partidos ubicados en el oficialismo y la oposición respectivamente, se encuentran en procesos de discusión abiertos oficialmente, con destino a la renovación de sus dirigencias medias y superiores. Puede decirse que la renovación de sus dirigentes ocasiona el replanteo y actualización de sus métodos de trabajo y consiguientemente de sus estructuras orgánicas. Estos partidos se encuentran abiertos a la sociedad, lo que les daría la oportunidad para un lanzamiento de su legitimidad, credibilidad y vigencia social. Puede afirmarse que fue en las elecciones generales de 1985 en la que comenzó a delinearse el nuevo sistema de partidos que corresponde al actual sistema democrático. En un primer momento el MNR, ADN y el MIR y posteriormente CONDEPA, UCS y el MBL constituyen -desde esa elección y las siguientes-, partidos con presencia nacional significativa. La tendencia dominante en este sistema de partidos es el fortalecimiento de un centro político, lo que conlleva la homogenización creciente de las opciones político-electorales. Desde el punto de vista de la representación, las estructuras de los partidos fueron una causal importante para que la sociedad no se incorpore a procesos de formación de nuevos lideratos y renovación de la legitimidad de las organizaciones políticas. Al presente, el sistema de partidos boliviano se encuentra en un interesante proceso de actualización interna debido a los requerimientos sociales. Por ejemplo, Acción Democrática Nacionalista ha delimitado su actividad a la vigencia de una dirección política nominada por las élites partidarias. El partido se encuentra funcionalizado completamente a la actividad del gobierno. Se puede decir que ADN está atrapada por la gestión del Estado lo que no le da margen para emprendimientos de legitimación de sus dirigentes. 47 Por otra parte, UCS y CONDEPA son, al margen de relativamente jóvenes en el sistema político, nuevos fenómenos de participación social en política. Lo patrimonial de la política se evidencia en UCS dado que éste es un conglomerado sin motivación ideológica relevante lo que le coloca en la situación de partido circunstancializado a los intereses de una empresa fabricante de bebidas alcohólicas, con amplia red de distribución nacional y con profundas contradicciones con las autoridades tributarias. Por su parte, Condepa es la muestra más gráfica de un impulso que la sociedad dió al señor Carlos Palenque y a su entorno para alcanzar a la representación política, algo que no estaba claro, por lo menos desde la lógica de la población aymara y chola de la ciudad. Condepa, en ese sentido refleja con mayor claridad la existencia de una sub cultura política. 48 "OPINIONES Y ANALISIS" "OPINIONES Y ANALISIS" SITUACION ORGANICA DE LOS PARTIDOS POLITICOS CON REPRESENTACION PARLAMENTARIA 1997 PARTIDOS FORMAS DE CONSTITUCION DE DIRECCIONES NIVELES DE ELECCION CONDICION DE PARTIDO MNR Elecciones Hasta Jefatura Abierto ADN Elecciones y Designación Hasta Jefatura Departamental Semi Abierto MIR Elecciones Hasta Departamentos Abierto con Proyección a Jefatura CONDEPA Congreso Designación Jefatura Cerrado UCS Designación Designación Completa Cerrado MBL Elección Hasta Jefatura Abierto con Democracia Delegada NFR Designación Designación Completa Cerrado 49 Lideratos Todas las sociedades requieren de líderes para conducir sus respectivos sistemas. La función de la conducción forma parte de un largo proceso de organización que se da en las sociedades para cristalizar un gobernante o un líder (es) opositor(es) que interactúa con el primero. Sin embargo, el deterioro de la credibilidad y la pérdida de confianza de los líderes tradicionales del sistema político, propiciaron la irrupción de nuevas expresiones y lideratos que básicamente replanteaban la calidad y vigencia de los antiguos líderes y partidos. Casi todos los países de América Latina han conocido fenómenos de out siders. Sin embargo, no todos los lideratos reflejan procesos virtuosos de legitimación política. Debido a su peculiar situación los partidos han derivado en esquemas de conducción elitarios, no democráticos y, sobre todo, caudillistas. El caudillo latinoamericano ha sido parte indisoluble de la política, su vigencia se debe a la falta de una cultura de institucionalidad y a la propia idiosincrasia histórica de estos pueblos. De esta forma, su presencia en la política moderna está fusionada con esas prácticas extendidas de caciquismo y jefatura indiscutible. Pero esta expresión de la cultura e historia popular ha derivado en la constitución de jefaturas herméticas con entornos elitarios y designados por las facultades nunca prescritas de los caudillos. Frente a una situación tan excluyente, “como en otros países de América Latina surgieron en Bolivia nuevos líderes políticos, los denominados outsiders, que ingresaron a la lucha política desde afuera del sistema político”. Señala René Mayorga con relación a los nuevos lideratos insurgentes en la política, pero luego añadía “son fundamentalmente una respuesta política a las demandas de los sectores 50 "OPINIONES Y ANALISIS" "OPINIONES Y ANALISIS" informales y marginales golpeados por la Nueva Política Económica, no representadas y canalizadas adecuadamente por los partidos importantes del sistema político boliviano; una respuesta que, pese a sus ambiguedades- no ha minado la legitimidad del régimen democrático”. y previsible. En este sentido, el papel de las estructuras partidarias hasta la fecha ha sido deplorable ya que las mismas concurrieron en prácticas instrumentales de los lideratos sociales emergentes. La emergencia de lideratos desde afuera del sistema político refleja problemáticas y procesos que no han sido internalizados por los partidos políticos tradicionales; sin embargo, en muchos casos la falta de incorporación de sectores no refleja una falla deliberada de estas organizaciones, sino que el formato cultural de los partidos simplemente no estaba preparado para recibir a estos grupos ni permitía la aproximación de estos sectores. «La búsqueda de hombres providenciales y de liderazgos fuertes basados en características personales del dirigente es una de las respuestas a las nuevas formas de hacer política. En lugar de la expresión por intermedio de partidos o de movimientos que tienden a transformarse en partidos, la personalización del poder en el líder tiende a concentrar en su persona la representación de vastos sectores de la ciudadanía que ya no confían en los partidos», así refería Carina Perelli la aparición de estos fenómenos. Por ello, la formación de líderes renovados, formados ética y técnicamente es una de las tareas imprescindibles de la democracia ya que los outsiders sólo reflejan una temporalidad provisional y ligera que no garantiza el desempeño pleno de la gobernabilidad. El papel de los líderes en una democracia no debe ser subestimado por lo que corresponde que este hecho sea asimilado de la manera más seria por los partidos y por la misma sociedad ya que de ello dependerá que en el futuro del mismo sistema sea definible 51 En todo el espectro ideológico que proporciona el sistema de partidos, las cúpulas partidarias plantearon a los líderes de grupos sociales y colectividades institucionales la representación electoral del partido y casi en ningún caso establecieron un marco de trabajo y una metodología definida. De esta manera, los candidatos electorales o sucumbieron a la cultura y práctica política interna de los partidos o concluyeron de manera rápida sus encuentros con la política. La inexistencia de una costumbre para admitir a líderes sociales dentro de las organizaciones políticas, pero no al interior de su militancia, ha generado en los partidos una creencia de que sólo la militancia puede ser leal con la causa partidaria y que las misiones más delicadas de los partidos deben confiarse a élites militantes que, lógicamente, tomarán siempre el control de las decisiones partidarias. La situación de estancamiento de lideratos que caracteriza a casi todos los partidos en los ámbitos regionales ha motivado que estos últimos acudan a líderes cívicos, deportivos, folkloricos y artículos para resolver desafíos electorales. Pero este hecho se circunscribe rutinariamente a una presencia electoral que concluye en el tiempo que dura el mismo evento. La actitud de los partidos no es otra que la de determinar condiciones de trabajo a los líderes que resultan electos en cargos municipales o parlamentarios. Esta suerte de imposición entra en crisis cuando los líderes electos acentúan los rasgos de independencia de planteamiento y obra en sus cargos electos. 52 "OPINIONES Y ANALISIS" IV. DEFICIENCIAS Y LIMITACIONES DE LOS PARTIDOS Los partidos políticos han perdido el monopolio de la representación política de la sociedad; sin embargo, bajo el formato de la democracia representativa, es difícil imaginar una nueva forma de organización de la voluntad política de la sociedad si no es mediante los partidos políticos. En efecto, un requisito para el funcionamiento y existencia de la democracia moderna se basa en que las sociedades generan opiniones mayoritarias que deben integrarse en conglomerados organizados. No pueden existir tantas posibilidades de gobierno como ciudadanos se sintieran en la capacidad de gobernar. Cierto orden lógico de las cosas indica que una aglomeración espontánea y ocasional de la sociedad sobre un individuo, sólo logra reflejar un estado de ánimo y no una lectura del futuro, algo que también significa el acto de votar. Se trata entonces de afrontar el hecho de que los partidos son organizaciones sociales nunca acabadas por el hecho de que su naturaleza les obliga a ser mutables a los efectos de asumir eficientemente la calidad de representatividad que les demanda la sociedad. Los partidos son instrumentos y medios y nunca fines en sí mismos; por ello, las deficiencias y limitaciones de los mismos deben entenderse como el referente causal para regir en mejores condiciones sus relaciones con sus electores. De no hacerlo, no sólo la aceptación social será baja, sino sus perspectivas de vigencia serán claramente limitadas. "OPINIONES Y ANALISIS" la representación se ha convertido en algo muy delicado y complejo porque contiene elementos de articulación de nuevas dimensiones sociales y administrativas que trajo la reforma de los modelos económicos. «Dado que los partidos se han desarrollado con el progresivo aumento de la demanda de participar en las decisiones de parte de los diversos estratos de la sociedad que, cada vez se vuelve más compleja, lograr esta agregación es un objetivo cada vez más difícil». Un primer escollo en constituir la representación se encontraba en la técnica de transformar votos en cargos legislativos. En nuestro país ese defecto se ha podido superar o por lo menos se encuentra en etapa de comprobación, dado que el cambio del sistema electoral a un híbrido de lista y personalización ha podido generar nuevas dinámicas de debate y confrontación democrática en ámbitos territoriales menores. Un segundo escollo se refería a la relación de los partidos con los poderes del Estado. Esta relación se hacía instrumental y utilitaria para las cúpulas partidarias, lo que distorsionaba y degeneraba, más que en la bajada de la confianza ciudadana, en la pérdida de la función de representación asignada por la democracia. La llegada al estado es un aspecto insustituible de todo grupo organizado, el hecho de que la política se identifique con fracciones de la sociedad, altera y distorsiona el rol de representatividad que la democracia le asigna. El aspecto de la conducta de los dirigentes Deficiencias en la representación Los partidos se encuentran obligados a realizar imaginativas operaciones de captura de la simpatía social. Sin duda, en ese sentido, Los cuerpos de los partidos para contener y desempeñar la representación social, sin duda son insuficientes. Hasta el momento, los partidos se han dedicado a capturar el voto en contextos cada vez 53 54 "OPINIONES Y ANALISIS" "OPINIONES Y ANALISIS" más decrecientes lo que ha creado la idea de que la comunidad de partidos sólo se entiende por sí y para sí. En este aspecto, los dirigentes de las organizaciones son la externelidad más evidente de los partidos por lo que sus roles, conductas y actitudes dentro de la política determinarán la actitud de la sociedad frente a todo el sistema político. e inequitativa en la asignación de oportunidades y resultados económicos, la imagen de la relación sociedad-política ha asumido un carácter de prescindibilidad e instrumentalidad que casi la coloca en el plano de un oficio estigmático. Esta imagen no le da proyección a esa relación. Los partidos pueden acabar siendo colocados como simples encomenderos de la voluntad de los poderosos y ricos. La imagen de la política pasa por preservar su rol propositivo, pensante y alternante de las ideas en vigencia. La política debe desarrollarse como parte de proyectos más amplios de sociedad que, precisamente, los partidos son los llamados a plantearlo. Por lo mencionado resulta vital para el sistema político y para el establecimiento de la relación partidos-sociedad, introducir en las estructuras de decisión de estas organizaciones, elementos de regeneración política que permitan a los partidos contar con personas no sólo de consenso y representatividad orgánicas, sino con elementos de proyección de la democracia en los ámbitos que la sociedad se plantea. La vida orgánica si bien es la base de la legitimidad de un político, no es posible pensar que sea el hábitat único de éste. Se trata de que el político no termine aislado de la realidad debido a las condiciones de exigencia de su comunidad política. En definitiva, los dirigentes deben encontrar los mecanismos para habilitarse como vehículos promocionales de la sociedad y no sólo de su fracción política. La sociedad debe encontrar en la política a la instancia más propicia para resolver los crecientes problemas que plantea una transición en los modelos de vida. La política tiene por desarrollar un conjunto de opciones que -precisamente- en su oposición e interacción generen una simbiosis de ideas y esperanzas, lo más amplias posibles. Regenerar a la política y regenerar a los políticos parece que es el objetivo ordenador de la política de cara al siglo veintiuno. Las imágenes de la política Frente a las condiciones distorsionantes que la economía de mercado ha introducido en la política y que se traducen básicamente en la creación de una sociedad excluyente en las decisiones políticas 55 56 "OPINIONES Y ANALISIS" "OPINIONES Y ANALISIS" ACERCA DE PARTIDOS POLITICOS Y SOCIEDAD Este es un lado de la verdad, el otro es que la crisis ideológica ha (des)motivado que la propia sociedad se vaya distanciando de los partidos. Roberto Moscoso Valderrama Al iniciar el comentario del artículo de Hugo Carvajal («Voltio»), debo aclarar que en el mismo el lector encontrará mi punto de vista como militante partidario, el cual no me impide ver las desventajas y debilidades de nuestro sistema político partidario. Mi primera impresión es que el artículo contiene un buen diagnóstico, y como no podía ser de otra manera, un sesgo de tolerancia en la validez del partido como única representación política. El Documento tiene cinco capítulos; uno de consideraciones generales, otros dos que corresponden cada uno a los dos niveles de análisis utilizados por el autor para entender las relaciones entre la sociedad y los partidos, uno de conclusiones y otro de ... ¿sólo dos páginas de deficiencias y limitaciones de los partidos?. El partido estaba conceptualizado como una organización permanente de un agrupamiento humano unido por identidad de opiniones acerca de la vida política y consagrado a conquistar el poder. Contaba con programa homogéneo, una organización extendida y estable y funcionamiento contínuo. A partir de la crisis de los programas ideologizados, es que el partido político se ve empujado hacia la variante del clientelismo representado por la burocracia partidaria, la demagogia, el culto a los dirigentes y quizá la militarización de la disciplina. A lo largo del documento, Carvajal realiza un diagnóstico de los partidos y la sociedad civil. Tratando de sintetizar las definiciones y conceptos planteados para cada nivel, tenemos: PARTIDOS - Déficit de representación y participación ciudadana. - Prácticas intuitivas con criterios de pragmatismo sectorial. - Renunciaron a su rol de educar políticamente a la sociedad. - Incapacidad para innovar sus roles de intermediación. - No renovaron paradigmas. DIAGNOSTICO Decía Gramsci, «La burocracia, es la más peligrosa de las fuerzas consuetudinarias y conservadoras; si termina por constituir un cuerpo solidario, que se sitúa aparte y se siente independiente de la masa, el partido acaba por convertirse en anacrónico, y en los momentos de crisis aguda aparece vaciado de su contenido social y como en las nubes». 57 58 "OPINIONES Y ANALISIS" "OPINIONES Y ANALISIS" - Carecen de mecanismos idóneos de lectura de la realidad y sus cambios. - Cambió la calidad de sus dirigentes, ya no son los hombres formados, sino los individuos de éxito. - Su legalidad es indiscutible, no así su legitimidad. - Creencia que solo la militancia puede ser leal con la causa partidaria. - Ausencia de mecanismos de consulta y democratización interna. - - Homogeneización creciente de las opciones electorales. No pertenencia social. Realineamiento ideológico y orgánico. Son factores de integración, de las visiones fragmentarias de la sociedad. - Capaces de dialogar entre ellos, para viabilizar reformas políticas. - Surgimiento de nuevos líderes políticos, como respuesta a las demandas de los sectores informales y marginales. Reflejan una temporalidad provisional y ligera, sin garantizar un desempeño pleno de gobernabilidad. - Tienen condiciones para formar coaliciones de gobierno. Un elemento base de gobernabilidad. - - - - Partidos prebendales e instrumentales, con los líderes e instituciones sociales. Cooptación accidental de lideres sociales, de paso fugaz por la política o sucumbiendo a la cultura y práctica interna de los partidos. Han perdido el monopolio de la representación política de una sociedad cada día más compleja. Pero es difícil imaginar una nueva forma de organización de la voluntad política de la sociedad. Nomenclaturas de dirección rígidas. Jefaturas herméticas con entornos elitarios, no democráticas y fundamentalmente caudillistas. Personalización del poder en el líder, concentrando en su persona la representación de sectores sociales que no confían en los partidos. 59 SOCIEDAD CIVIL (ELECTORADO) - Crítica permanente a los partidos, a través de los medios de comunicación. - Modificación de valores sociales. Actitudes desplazadas de los planos de solidaridad institucional a los de satisfacción individual. - Grandes procesos de urbanización. Migración, mortandad y vaciamiento del campo 97% de pobreza en el campo. - El eje La Paz, Cochabamba y Santa Cruz, tiene más del 70% del electorado boliviano. - Mayoritariamente pobre, heterogénea y físicamente desarticulada. 60 "OPINIONES Y ANALISIS" - "OPINIONES Y ANALISIS" - En proceso, efectos políticos de la Participación Popular y la Ley de Descentralización, que le han dado proyección a la vida rural. Clase media, era el factor más importante de apoyo y cohesión. - Juventud desmotivada, casi analfabeta políticamente. Clase obrera, con capacidad de movilización hegemónica, con poder político incontrastable. - La sociedad expresa su percepción de cómo se encuentra, optando electoralmente por un partido. El voto es la escala de medición de la relación partido – sociedad, y el único instrumento de participación política para las grandes mayorías. Antes dividida en: Burguesía - Hoy dividida en: Tradicional, los más pobres, con visión societal de décadas anteriores. No existe cuerpo de proletariado. Moderno, consumista de clase media, descreídos. Participación defensiva en política, donde se busca ascenso social y seguridad del ingreso. Postmoderno, vive el presente con estereotipo de exitoso, tienden al analfabetismo político. - Actitud individualista, defensiva, inmediatista y con incertidumbre frente al futuro. - No existe pertenencia de clase. - Irrupción de la mujer como factor económico y social. - Fortalecimiento de corrientes impugnadoras y estigmatizadoras del sistema político. 61 Con este punteo, se pierde en prosa, pero –quizá– se gana en orden. Luego de leer todo y estar absolutamente de acuerdo con ello, uno tiene la sensación de estar observando el tema por un calidoscopio antes que por un microscopio. Así de compleja es la realidad de nuestro sistema político. ABORDAR EL TEMA DESDE LA POLITICA Carvajal, que realiza su diagnóstico a lo largo de todo el documento, define que la política es ciencia pero que no deja de ser arte. Una disciplina que permite atravesar los hechos sociales en forma de análisis sistemático y original, y singularmente en coordenadas históricas definidas. El problema de siempre ha sido la articulación entre el individuo y el Estado, porque el individuo aislado no puede influir en el Estado y este a su vez poco puede hacer por el individuo. ¿Cuál la articulación intermedia?. ¿Cuáles las nuevas formas de mediación?. Porque, todavía el partido político. 62 "OPINIONES Y ANALISIS" "OPINIONES Y ANALISIS" Si reconocemos la existencia de una crisis de legitimidad, tanto de la que emana del discurso como la que sustenta al sistema político; Carvajal plantea que ello no es un problema solo de los partidos políticos, sino de la pérdida de paradigmas y orden sociales. Pierden legitimidad, en términos ideológicos, la revolución como el statu quo, tanto las utopías igualitarias como las escalas jerárquicas liberales. Bajo este panorama sombrío, nace el Paradigma de Tocqueville: “A mayor democracia e igualdad, menor legitimidad del sistema político”. Y el análisis de Samuel Huntington: “Existe peligro de sobrecargar el sistema político con demandas que extiendan sus funciones y minen su autoridad. La operación efectiva de un sistema político democrático, requiere usualmente de cierta cantidad de apatía y de no-intervención de parte de algunos grupos (población marginal)”. ¿Explicación de por qué está vigente el sistema político partidario?. Los problemas de legitimidad de los partidos tienen relación, por un lado, con las tendencias al desclasamiento y por otro lado, a la generación de mayorías silenciosas (calificación de Roger Bartra) y sectores marginales en la Sociedad. Los procesos de representación política y expresiones de intereses sectoriales, no tienen ningún efecto para la mayoría silenciosa y menos para los marginales. La misma sociedad se ha especializado, con ayuda del Estado, en generar marginación: económica, social, política, cultural, ideológica y racial. Además de formas de disidencia que conllevan al propio individualismo. Habría que preguntarse: ¿si existe este sub mundo, no existirá sub política?. Como en todo posicionamiento, los sectores dominantes se definen a sí mismos y crean su mundo, a partir de definir quienes son los marginales. Está claro que el poder no se tiene, se ejerce. La mayoría silenciosa, en general clase media, ha reducido su participación política al voto. Parecería que los intelectuales y la burocracia son su elite y elemento aglutinador, reducidos o acomodados a la crítica al sistema. 63 Otro aspecto que explica la disminución de la influencia del partido político respecto al ciudadano, es provocada por la no equivocada sensación que ser miembro de un partido significa abandonar las propias capacidades y funciones sociales, insertarse en una jerarquía que relativiza la escala de méritos y valores reales, y tiende a estructurarse en torno de méritos y valores puramente políticos y subjetivos de la nomenclatura política. En el marco del Art. 223 de la Constitución, que reconoce a los partidos como los únicos medios de representación popular y faculta a los grupos sociales para que puedan presentarse a procesos electorales sólo a través de los partidos, Carvajal plantea dos niveles de análisis, que de alguna manera revalida la visión estructurada en la Constitución: a) La participación electoral de los partidos y sus resultados. b) Los roles de representación política que desempeñan los partidos para la sociedad. Siguiendo el análisis planteado, tenemos: 64 "OPINIONES Y ANALISIS" PREFERENCIA ELECTORAL El voto, dice, es el acto político más concreto que la sociedad emplea para demostrar sus aprensiones y afectos. El votante proyecta su voto como una apuesta hacia el futuro. Carvajal, asume que el marketing no ha sobredeterminado las candidaturas, pero está claro que los partidos son ya, artículos de marca y los candidatos lo más importante de la oferta electoral, que debe contar con un partido organizado, un candidato reconocido y un programa con credibilidad. Pero, nada de la trilogía electoral partido – candidato – programa es verdaderamente importante, si no va acompañada de un soporte intenso de los medios de comunicación. Debemos colegir, que la relación partido – sociedad es hoy además un tema de gran impacto económico para las organizaciones políticas. Con el financiamiento estatal a las campañas de los partidos, el círculo se cierra. Al analizar la historia del voto, Carvajal toma en cuenta dos aspectos de orden: Influencias de procesos regionales y locales, y características cualitativamente diferentes en elecciones generales que en municipales. Lo segundo si es un aspecto de orden, pero la influencia territorial que es un aspecto además con connotación cultural, es una característica central del voto. "OPINIONES Y ANALISIS" De las 9 elecciones, 10 partidos han participado en 5 o más elecciones (solo 9 en realidad, por que está tomado en cuenta el Acuerdo Patriótico ADN–MIR). Solo 7 partidos han conseguido más del 7% de los votos. Esos 7 partidos (MNR, ADN, MIR, UCS, CONDEPA, MBL e IU) han participado en más de 6 elecciones y constituyen hoy el núcleo del sistema político de partidos. La máxima votación alcanzada en el período analizado, es por el MNR en la elección general de 1993 con el 35,6%. En toda elección siempre han participado partidos, con motivaciones estrictamente personalistas de sus candidatos, que obtuvieron insignificantes resultados electorales. Otros partidos pequeños han apelado tradicionalmente a las alianzas con partidos electoralmente fuertes, especialmente en elecciones generales, para sobrevivir. Después de la elección general de 1997, existen 15 partidos reconocidos por la Corte Nacional Electoral: Grandes: MNR, ADN, MIR, UCS, CONDEPA. Medianos: MBL, IU, NFR. Pequeños: FRI, MRTKL, MPP, PDC, FSB, KND, VR-9. Repasando algunos datos, debemos señalar que los periodos de los mandatos, para los gobiernos central y municipales son de cinco años. Que entre 1985 y 1997, la política se movilizó a través de treinta y siete partidos, en cuatro elecciones generales y cinco elecciones municipales. Un dato interesante: de los 15 partidos reconocidos, 9 conforman la alianza gobernante denominada megacoalición, 1 no tiene actividad conocida y 5 están en la oposición. 65 66 "OPINIONES Y ANALISIS" "OPINIONES Y ANALISIS" En los 12 años de proceso, el peso electoral de Santa Cruz ha crecido casi un 50% y el de Potosí ha disminuido en cerca de un 30%, constituyendo los dos extremos del proceso de reubicación demográfica. Max Fernández y Carlos Palenque, como inesperados y exitosos cierres de campaña, con una gran ola de beneficio electoral para sus partidos. Se puede demostrar que en las ciudades eje –con mayor desarrollo- de nuestro país, el grupo social más grande numéricamente, es el vinculado al sector informal y de servicios. Los sectores agrarios e industriales cada día pesan menos. Otros dos criterios, el del mal menor y el del voto productivo, que son transversales a los señalados. Ambos criterios, señalan que siempre hay una opción menos mala. Y el voto personalizado... para caudillitos, que explica la gran presencia del voto cruzado en diputados uninominales. El ausentismo promedio alcanza a un tercio del electorado inscrito. REPRESENTACION POLITICA Carvajal, caracteriza el voto por los siguientes criterios de: Regionalización, Diferenciación Ideológica, Tradición Política y Defensa Corporativa. Acá, parece difícil abstraer como una característica importante del voto, la presencia y atracción electoral del caudillo. Hoy igual que siempre en nuestra historia, a decir de Zabaleta, «El caudillo se presenta, es un hecho, como la forma de organizarse de las masas atrasadas pero también como un modo de concentrar el poder, y ante la confianza depositada en la persona, para universalizar el poder». El voto por los partidos, es en gran medida un voto con tendencia personalizada. El riesgo, la realidad, los caudillos ante la inexistencia de liderazgo democrático, generan partidos débiles. Quizá como anécdota, pero bajo qué característica analizaremos las disposiciones emotivas de los sectores populares en coyuntura, factores que en un determinado momento sobredimensionan la votación de un partido. Ejemplo, las lamentables muertes de los líderes políticos 67 El cuestionamiento y la desconfianza de la sociedad hacia el sistema político, están relacionados básicamente con la aplicación simultánea de democracia, ajuste estructural y crisis ideológica. Pese a todo lo dicho, todavía se debate si los partidos exceden sus funciones dentro de la sociedad al estar presentes en todos los sectores sociales y “partidizar” todo lo que tocan, o si de lo contrario, se han aislado de la sociedad y no tienen contacto directo con la población. Analizando, la representación institucionalizada en el gobierno y las autonomías de nuestro Estado, tenemos: La institucionalidad representativa territorial electa por los partidos en «alianza» con la sociedad–electores: - Presidente y Vicepresidente de la República, Senadores, Diputados Plurinominales, Diputados Uninominales, Alcaldes, Concejales y Agentes Cantonales. 68 "OPINIONES Y ANALISIS" "OPINIONES Y ANALISIS" La institucionalidad “representativa” territorial designada (impuesta) por los partidos: A esta altura, no creo que podamos afirmar que los partidos, pese a estar presentes, condicionen o manejen organizaciones sociales «puras»; parece evidente que lo que se da es más un intercambio entre ejecuciones políticas y promesas de votos. - Prefectos, Consejeros, Sub Prefectos, Corregidores y Sub Alcaldes. La institucionalidad representativa territorial electa por la sociedad en «alianza» con los partidos: - Comités Cívicos, Comités de Vigilancia y Juntas Vecinales. También encontramos a los partidos en toda la estructura del Poder Judicial, obviamente en la totalidad de la estructura del Poder Ejecutivo y en instituciones autónomas como las Universidades. Pero, además en organizaciones sociales “puras” como los sindicatos, los gremios profesionales, las asociaciones empresariales, los clubs deportivos, clubs de madres, centros de estudiantes, asociaciones «compartimentadas» de militares y policías, asociaciones de padres de familia, medios de comunicación, ONG’s, etc. ¡Una sociedad super representada... por los mismos!. Si bien puede ser parte de otra discusión, mientras más niveles de organización territorial tengamos, más actores ligados a esos niveles necesitaremos. ¿La representación y la eficiencia administrativa es un problema de número?. Hay que analizar, diferenciar y evaluar la necesidad de estratos administrativos como Departamento, Provincia, Sección, Cantón, Distrito y Circunscripción. En el departamento de La Paz, existen 20 provincias, 75 secciones, 435 cantones, 28 distritos urbanos y 16 circunscripciones. Un problema de las unidades administrativas de nuestro Estado, la cleptocracia. 69 Un punto importante, me parece, el de la representación popular en el Parlamento y Concejos Municipales. Hay partidos con representación política societal, clases medias, empresarios, mujeres, intelectuales, campesinos, obreros, quechuas, aymaras, guaraníes, etc. Y otros más elitistas que asumen que su representación refleja políticamente las demandas del conjunto de la sociedad. Curioso es, que en lo electoral no parece haber mayores diferenciaciones; resultado del peso del caudillo. SINGULARIDADES En contraste a las técnicas de análisis tradicionales, Ulrich Von Alemann, plantea realizar un análisis, ya no desde la óptica ideológica y programática, sino de la investigación empírica de tres conceptos para delinear la relación partidos-sociedad: el Reclutamiento, la Competencia y la Receptividad y Respuesta. El Reclutamiento, si los partidos surgen y se nutren de la sociedad, adecuando su inserción en el medio mediante la defensa de intereses sociales; entonces, resulta evidente poder definir su posicionamiento en función a las representaciones que asumen. En términos estrictos, los partidos generan procesos de selección de potenciales dirigentes públicos, para ejercer gobierno. Obviamente el resultado no puede ser auténticamente representativo de la población, 70 "OPINIONES Y ANALISIS" "OPINIONES Y ANALISIS" y Carvajal tiene razón al afirmar que la militancia ya no es el único camino para la dirigencia política y peor para el cargo administrativo público. enterarse y recibir «línea». Ni que decir, de la «valoración» de los comunicadores, como potencialidad electoral. Si el partido de masas ya no existe y el de cuadros nunca se impuso en el sistema, queda el reto de demostrar representatividad, con dirigencia valorada e inserta en la sociedad. Aquí, la moda de los independientes continuará por largo tiempo. Si analizamos la estructura social, donde los partidos representan a clases en la teoría clásica marxista o a sectores en un determinado conflicto social; en una sociedad como la nuestra, abigarrada (a decir de Zabaleta), pluri – multi reconocida por la propia Constitución, y con una gran cantidad de conflictos entrecruzados e históricos sin solución, parece lógico el surgimiento de un sistema político multipartidario y no bipartidario como en países desarrollados y homogéneos. Por el análisis de los siete partidos más importantes, sin lugar a duda reconoceremos sus grados de identidad – identificación (así sea coyuntural) y lógicamente inserción, con sectores sociales, regiones, estratos y «clases». Los votantes y más los militantes de un partido, tienen sus perfiles diferentes. Recordemos el respaldo por simbolismo, de la presencia de Victor Hugo Cárdenas a la reconocida candidatura de Goni. En este punto, parece inexcusable atender la presencia de los medios de comunicación ejerciendo un cierto control social, con una interdependencia clara entre políticos y medios; los primeros, para llegar al público y los segundos, para vender información. Si antes los partidos informaban directamente por su alta imbricación social, hoy incluso los militantes deben apelar a los medios públicos para 71 Asimismo, los partidos históricamente han ido desarrollando su propio ambiente social, respondiendo a sectores donde la nomenclatura partidaria se halla cómoda perpetuando lazos con círculos definidos e intereses concretos. La IU y los cocaleros, la ADN y los militares, el MNR y las provincias, etc. Está claro que si hablamos de los intereses de los partidos, ya no lo estamos haciendo de los estrictamente ideológicos; el tema ya es fundamentalmente electoral, como bien lo señala Carvajal; estamos hablando entonces de agrupaciones de buscadores de poder (los radicales dirán, en su propio beneficio), al margen, en general, de sus convicciones ideológicas, o mejor, de su discurso político. La Competencia, si los partidos están inmersos en la formación de voluntades políticas, necesariamente tienen que competir o concordar con otros intereses organizados y con problemas de una sociedad en permanente cambio. Los partidos traducen esos intereses en programas electorales o de gobierno. Sin lugar a dudas, las grandes y/o poderosas organizaciones sociales, influirán para que casi todos los partidos señalen en sus programas sus intereses además de, con seguridad, plantear negociaciones directas con el poder ejecutivo prescindiendo de la mediación de los partidos. La Receptividad y Respuesta, como los partidos influyen en la sociedad, según su capacidad de escuchar (capacidad de analizar la realidad, según Carvajal) y esencialmente de dar respuestas. La 72 "OPINIONES Y ANALISIS" "OPINIONES Y ANALISIS" presencia de un partido en la formación de voluntad política en la sociedad, dependerá de la cantidad, credibilidad y efectividad de respuestas que dé. Acá, de nuevo los medios de comunicación juegan su rol de informar, esta vez a los partidos de las demandas poblacionales; aunque es más importante y decisivo el diagnóstico a través de las encuestas y el criterio de la nomenclatura. Mucho se habla de la memoria colectiva, pero la ideología del Estado es, la ideología de la Sociedad Civil. El rol de los partidos ha sido pobre en términos de educación y práctica democrática para generar conciencia democrática en nuestra sociedad. Este es un proceso en deuda, o truncado a propósito. Está claro que un partido sin respuestas es un partido sin vigencia. CONCLUSIONES Parece poco probable una sustitución del rol de los partidos como intermediarios de la sociedad. Por los sucesivos desarrollos de la política moderna, el elemento técnico, visto como la adecuación de los medios a los fines del poder, permanecerá como central, caracterizando el «amoralismo» de la política. La sociedad puede ejercer un mejor control sobre el Estado en la medida que exista un sistema de partidos creíble, autónomo y competitivo, para que a través de ellos la sociedad participe en la postulación de candidatos y la formulación de sus expectativas. Debemos eliminar el síndrome crónico de credibilidad y aceptación del partido político. Un proceso circular; como no confiamos en la posibilidad de influir en el partido no participamos en él, y si no participamos lo controlaremos menos. Considero, al igual que Carvajal, que los procesos electorales son más que un acto formal de la sociedad con el sistema político. Frente al proceso de desideologización, despolitización y apartidismo de la sociedad, es necesario y casi natural, la formación y/o adecuación de partidos más profesionales y técnicamente capacitados; es decir, que la separación político - técnico se deberá atenuar inexorablemente. Es también parte del proceso de modernización, lo aceptado por los partidos con amplio espectro social, la necesidad de tener democracia interna, así sea regulada por el caudillo. 73 74 "OPINIONES Y ANALISIS" "OPINIONES Y ANALISIS" SOCIEDAD CIVIL Y PARTIDOS POLITICOS: VIEJAS Y NUEVAS RELACIONES en muchos casos pueden decidir permanecer en el ámbito político. No juzgo con lentes pesimistas estos fenómenos. Enrique Toro Tejada El trabajo de Hugo Carvajal titulado “Partidos y Sociedad” constituye un interesante aporte para la discusión de un tema que concentra el interés de los políticos, de los medios de comunicación y de las organizaciones de la sociedad civil. El texto adquiere un atractivo suplementario pues combina la visión del político, del parlamentario así como la de un analista atento al curso de los acontecimientos que vive como actor de primera linea. Muchos son los temas que aborda el trabajo de Hugo Carvajal, nuestro estimado «Voltio», pero algunos merecen un cuidado particular y creo deben ser comentados. En primer lugar, el texto llama la atención hacia la cooptación de líderes sociales por parte de los partidos en las fases electorales, «cargada de cálculo antes que de proyectos de renovación». Práctica discutible, pero no enteramente negativa. La apertura de los partidos podría ser vista como instrumental, pero ese movimiento no es unilateral y en este proceso llegan a la política personalidades importantes del mundo cultural, social o empresarial: una dinámica que enriquece y hace menos distantes a la política y a la sociedad. La debilidad de las estructuras partidarias en Bolivia, que impiden o limitan la existencia de una "carrera partidaria" como puede darse en países desarrollados, hace más natural la apertura hacia personajes de la sociedad civil, que 75 La voluntad de sumar personalidades responde en primera instancia al deseo de presentar candidaturas atractivas en comicios generales y sobre todo locales, pero igualmente a la conciencia de que esa renovación permite un mayor vínculo con la sociedad y evita un funcionamiento cerrado de los partidos. Quizá la crítica de los medios de comunicación a los partidos responda a las insuficiencias partidarias en estos campos, pero no puede pasarse por alto que existe una lógica interna en los medios de comunicación bolivianos, y también mundiales, que busca un ataque frecuente a los políticos: el escándalo, con justificación o no, representa un objetivo en sí de la prensa, la radio y la televisión. En estas condiciones, con los partidos en el centro de la mira, se amplifican las disputas convirtiéndolas en enfrentamientos, y generando así una pérdida de credibilidad en los partidos e increiblemente creando un aumento en la confianza que suscitan los medios de comunicación. El debate desapasionado sobre las relaciones entre partidos y medios de comunicación, lejos de polémicas gratuitas, en un ambiente sereno constituye un imperativo de la democracia boliviana. Ello supone descartar las visiones maniqueas de la culpa exclusiva de los medios para la mala imagen de los políticos y de los sombrios propósitos de los políticos sobre la libertad de expresión. Hugo Carvajal prosigue su análisis señalando la importancia política que tuvo la caída del muro de Berlín, creando una «invisible frontera epistemológica entre un antes y un después». 76 "OPINIONES Y ANALISIS" "OPINIONES Y ANALISIS" Rupturas externas que se conjugaron en Bolivia con acelerados procesos de urbanización, de crisis socioeconómica, de surgimiento de nuevos actores (informales, mujeres, jóvenes) y elemento importante aunque descuidado en el texto, el avance del español de la mano de la educación y el comercio. El día del voto, millones de ciudadanos acuden a sufragar, a expresar su sentimiento de pertenencia a la comunidad nacional y tal vez lo menos importante a elegir a sus autoridades. En este mundo en mutación, los partidos políticos no podían permanecer inmóviles, aferrados a viejos principios. Aunque los cambios no siempre son juzgados positivamente por la ciudadanía eran necesarios: curiosamente los electores sancionaron a quienes no se renovaron, aunque pensaron mal de aquellos que se transformaron. Se requiere una labor pedagógica, paciente y constante de los partidos para explicar a la ciudadanía que el cambio de planteamientos partidarios no conlleva necesariamente una dosis de traición u oportunismo: la modernización del país exige formaciones capaces de evolucionar, de replantear sus fundamentos, aunque ello provoque inevitablemente desgarres internos y críticas externas. En ese contexto, el conjunto de partidos explora nuevas bases, descubre convergencias impensables, como señala Hugo Carvajal, mientras que nuevos lineamientos dan lugar a otros debates, conflictos y oposiciones. Se trata de un tablero en construcción, cuya lectura no siempre resulta fácil y clara, con luchas maniqueas, para el ciudadano. Sin embargo, el momento electoral constituye el espacio privilegiado del encuentro entre el sistema partidario y social, o como sostiene Hugo Carvajal, «la preferencia electoral relata la voluntad de la sociedad», más allá de los efectos -secundarios- del marketing electoral. 77 Si bien el acto electoral puede parecer una forma de participación mínima, su importancia radica en el carácter masivo de la asistencia a las urnas. Hasta el momento, la democracia representativa no ha encontrado mecanismo mejor para consultar a los ciudadanos sobre la orientación que desean para el país y preguntarles su opinión sobre el gobierno saliente. El trabajo de Hugo Carvajal ofrece aquí cuadros indiscutiblemente interesantes, presentando la importancia de los partidos en función de sus porcentajes y del número de participación en contiendas electorales. La permanencia de los grandes partidos desde 1985 testimonia de la relativa confianza ciudadana en ellos. A la vez, abre pistas para comprender algunas motivaciones del voto. Aquí, se puede ofrecer una lectura que sin ser antagónica, completa el enfoque ofrecido. Indiscutiblemente, las reformas económicas aplicadas desde 1985 han dividido a los electores, creando nuevas líneas de tensión. Los partidos más críticos han sumado apoyos en las regiones y grupos más desprotegidos, poco beneficiados con las orientaciones elegidas por el Estado. CONDEPA, UCS, la IU han canalizado ese voto. En cambio, las áreas y clases satisfechas, convencidas de las virtudes de las reformas económicas han mantenido su confianza en los 3 partidos que ejercieron la conducción gubernamental: el MNR, MIR y ADN, que en sus ofertas y compromisos electorales partidarios 78 "OPINIONES Y ANALISIS" "OPINIONES Y ANALISIS" parecieron aproximarse, aunque subsisten ciertas diferencias y matices, ilustrados en el tratamiento de las diferentes leyes en el Parlamento. partidario o por lo menos la ausencia de un desgaste tan agudo que incita al elector a alejarse de las mesas electorales. Hugo Carvajal muestra con datos el neto desplazamiento del centro electoral de las áreas rurales, mayoritarias aún en 1985, hasta una diferencia clara en 1997 en favor de las capitales. Los pronósticos sombríos sobre la crisis de la representatividad quedan refutados o matizados; más aún, si tiene en cuenta que los ciudadanos acuden no sólo a votar, sino que tienden a elegir una propuesta partidaria: los niveles de votos blancos y nulos han decaído significativamente desde mediados de los años 80. Esta distancia se profundiza en los comicios municipales por la ausencia de mesas en localidades rurales. La necesidad de permitir el funcionamiento de dichas mesas, como ocurre en los escrutinios presidenciales constituye un imperativo ciudadano y legal que será cumplido en las elecciones municipales de 1999. Así desaparecerá una democracia local restringida a las capitales, provincias y cantones para abarcar a todo el electorado rural, siguiendo el espíritu de la Ley de Participación Popular. Ello constituirá un avance significativo de la democracia nacional. Otro cambio estructural está representado por el crecimiento electoral de algunas regiones, en particular orientales, mientras que otras pierden peso: Potosí se convierte en el departamento más afectado, fruto de la crisis minera y agrícola. Indudablemente, el comportamiento político sufre las consecuencias, con un tono más protestatario, cuando no se refugia en el ausentismo. Por el contrario, Santa Cruz, alimentado por fuertes corrientes migratorias, aumentó su importancia electoral en el país. Si el debate regional en torno a la distribución de parlamentarios suscitó roces, aquello apenas fue la punta visible de cambios de fondo que merecerían un cuidado mayor por parte de los partidos y de la sociedad civil. El cuadro de la participación en Bolivia refleja una estabilidad de los índices de abstención. Ello muestra una confianza en el sistema 79 Estos elementos obligan a mirar el «cuestionamiento y desconfianza generalizado con los partidos» que señala Hugo Carvajal y que encuentra correspondencia con las encuestas de opiniones, con aspectos menos negros. En mi opinión, el divorcio entre los partidos y los ciudadanos no está consumado. Queda abierta una brecha para el debate: - ¿Cómo conciliar indicadores diferentes, que por un lado revelan una participación electoral activa y encuestas poco auspiciosas?. - ¿Cómo aceptar la idea de que el entusiasmo por los partidos –suponiendo que existió en los primeros años de la democracia– decayese y un balance que figura necesariamente entre los más halagueños de la región?. Conviene aquí detenerse y señalar que los partidos establecieron Cortes electorales imparciales, fijaron métodos de designación de autoridades que garantizan el consenso multipartidario, definieron conjuntamente principios de reformas constitucionales y evitaron la trampa de la reelección. Medidas que dan a Bolivia un lugar especial en Sudamérica. Se dijo con frecuencia que se trató de pactos partidarios sin 80 "OPINIONES Y ANALISIS" participación de la sociedad civil: es olvidar fácilmente que estas reformas fueron muchas veces exigidas por la sociedad. Preguntas importantes que rara vez encuentran respuestas satisfactorias, pero que dejan en el tapete elementos destacados. Conviene repetirlo: los partidos han implementado medidas que consideraron pertinentes para hacer más transparentes sus actos, sus reglas de juego e intentar acercarse a la sociedad. Los diputados uninominales constituyen un reflejo de esa voluntad. (Dentro de poco el Parlamento investigará las primeras percepciones ciudadanas sobre sus nuevos representantes, para observar en que medida se produjeron cambios de percepción). El trabajo de Hugo Carvajal aborda los efectos políticos de las estructuras orgánicas de los partidos, descritos básicamente como una barrera para una adecuada participación ciudadana. Parece oportuno señalar que el país ingresa lentamente en un nuevo período, distinto del anterior, donde las cartas del juego se repartirán de manera diferente. Hasta hace poco, el liderazgo partidario se confundía casi exclusivamente con la figura del fundador de la organización, recubierta de un indiscutible manto de legitimidad. "OPINIONES Y ANALISIS" el momento resulte complicado prever la nueva configuración, tal vez no sea arriesgado afirmar que los partidos con mejores posibilidades de supervivencia sean aquellos que encuentren los mecanismos institucionales más firmes. Aquí no existen modelos únicos, pero si una búsqueda común, una preocupación compartida. El éxito de un partido fortalece todo sistema político. Paralelamente a este complejo proceso, surgen otros liderazgos (los famosos «outsiders») que tejen relaciones complicadas con los partidos ya establecidos. Blancos de sus críticas severas, en la medida que disponen de medios, estos nuevos liderazgos crean otros partidos, que de acuerdo a la tipología propuesta por Hugo Carvajal presentan un carácter más cerrado que de los partidos «tradicionales». Lo que no significa que no constituyan canales representativos para ciertas franjas del electorado, como en el caso de CONDEPA y de UCS. El trabajo de Hugo Carvajal termina con una exhortación al cambio de los liderazgos políticos para favorecer un acercamiento entre los partidos y la sociedad. Exigencia importante, pero que no debe desconocer los procesos de cambio y renovación que se han intentado apuntar, cuando se generaliza sin matices, en general el balance partidario aparece más negro que el real. Con el progresivo retiro de estos líderes, se plantea el desafío partidario de encontrar nuevos dirigentes, métodos de selección y mecanismos de institucionalización: muy probablemente, el carácter de los partidos se encontrará definitivamente cambiado, aunque por 81 82 "OPINIONES Y ANALISIS" "OPINIONES Y ANALISIS" PARTIDOS POLITICOS Y SOCIEDAD CIVIL: REPENSANDO LA REPRESENTACION POLITICA Y LA PARTICIPACION SOCIAL EN LAS NUEVAS DEMOCRACIAS En menos de dos décadas, el paisaje mundial político se transformó dramáticamente. Sólo entre 1990-1998, el número de democracias en el mundo se ha incrementado de alrededor de 76, a más de 120. Esta tendencia ha establecido a la democracia como la forma política de gobierno más típica en el mundo. El porcentaje de países con al menos una forma electoral de democracia, donde múltiples partidos políticos compiten regularmente para llegar al poder a través de procesos electorales relativamente libres y justos, incrementó de alrededor de 28% en 1974, a 46% en 1990 y a más de 65% en 1998.1 Gerardo Berthin Siles I. INTRODUCCION El análisis actual de dos variables tan importantes de cualquier proceso de democratización, como son los partidos políticos y la sociedad civil, debe estar contextualizado en la experiencia reciente de varias sociedades con el desarrollo político democrático. Si bien la democracia en nuestros tiempos sigue significando más que una medida de control popular sobre los funcionarios públicos y las decisiones del Estado, hoy es inconcebible pensar en un Estado democrático sin una sociedad democrática. La mayoría de las doctrinas políticas hoy vigentes insisten que la democracia involucra necesariamente una relación dinámica entre Estado y sociedad. El Estado Moderno y democrático ya no puede ser concebido simplemente como una organización política vertical con derechos y obligaciones; más bien tiene que entenderse como una empresa socio-política cuyo eje dinamizador es la relación entre desarrollo político institucional y la movilización de nuevas fuerzas sociales. A menos de un año y medio del Siglo XXI, tanto el Estado como la sociedad se encuentran experimentando una transformación importante que podría o no, culminar en una nueva simbiosis entre lo político y lo social. 83 El fenómeno de la democracia del Estado-Nacional es relativamente nuevo. Samuel Huntington ha argumentado que la democracia como forma política de gobierno, recién se proyecta a partir de la primera mitad del Siglo XIX, cuando empiezan a consolidarse como unidades políticas los primeros Estados-Nacionales. Para Huntington, desde entonces, la democracia en el mundo se ha manifestado en tres diferentes olas. La Primera Ola Democrática, según Huntington, ocurrió entre 1828-1926, la cual tuvo sus raíces en la Revolución Americana de 1776 y la Revolución Francesa de 1789; la Segunda Ola ocurrió entre 1943-1962, cuyas raíces fueron el triunfo de los aliados en la Segunda Guerra Mundial, la instauración de instituciones democráticas en Alemania, Japón, Italia y Austria y la culminación de la época colonial occidental en Africa y en varios otros lugares de Asia donde se crearon y/o emergieron nuevos EstadosNacionales. Y, finalmente, la Tercera Ola Democrática, que para Huntington comienza a partir de 1974, primero con la caída de varios regímenes militares en Europa del Sur (Portugal, España y Grecia) posteriormente en América Latina y más recientemente en Europa del Este.2 Son estas últimas, especialmente los casos de América Latina y Europa del Este, que han sido denominadas “nuevas democracias.” 84 "OPINIONES Y ANALISIS" "OPINIONES Y ANALISIS" La evolución de estas nuevas democracias, se presenta en la actualidad como uno de los laboratorios más importantes de análisis e investigación para comprender mejor, no sólo a la democracia como tal, sino también el contexto en el cual se están desarrollando estos nuevos y más recientes proyectos políticos. De hecho, el fenómeno democrático reciente es parte de una profunda transformación política, institucional y económica, la cual ha introducido una variedad de cambios en las esferas de acción como también en los actores sociopolíticos. Casi todas las nuevas democracias han experimentando en un menor o mayor grado una serie de cambios, tales como un ajuste estructural, la consolidación de procesos electorales, reformas al Estado y la inserción al mercado internacional. Todo esto no sólo ha cambiado dramáticamente el contexto para la acción política colectiva, sino que también ha puesto en perspectiva la redefinición de la esfera sociopolítica en las nuevas democracias. Existe en estas democracias nuevas una suerte de fuerzas y factores que están recomponiendo los vínculos y la relación entre Estado y sociedad y entre lo político y lo social. Si bien, todo esto está ocurriendo dentro de un sistema normativo de organización y legitimación del poder político, llama la atención lo que está ocurriendo al interior de ese orden y proceso democrático. Es decir, la dinámica, interacción y relación de actores políticos y sociales dentro de un orden sistémico democrático emergente, que hasta cierto punto están definiendo el aspecto cualitativo del proceso democrático en las nuevas democracias.3 una reflexión con una fuerte entonación politológica, se analizará el contexto de cambio más actual y las pautas de relacionamiento entre partidos políticos y sociedad, las implicaciones para la representación y participación democrática y las consecuencias para el actual desarrollo democrático. Se trata de inferir algunas reflexiones e interrogantes, proyectables al desarrollo de las nuevas democracias. Cabe advertir que este trabajo es más que nada un análisis esquemático, sugestivo y reflexivo que pretende resaltar y rescatar tanto las principales fortalezas y debilidades, como oportunidades y desafíos que están experimentando las nuevas democracias, y lo que eso significa para los partidos políticos y la sociedad civil. El objetivo principal de este análisis es el de ofrecer una reflexión política coyuntural sobre el tema de los partidos políticos y la sociedad civil, a partir del actual espacio que tienen sociedades en procesos de transformación, para maniobrar acciones, cosechar oportunidades y confrontar obstáculos. A la luz de nueva evidencia sobre la relación Estado-Sociedad dentro de los procesos de democratización vigentes en varias de las nuevas democracias (incluyendo la boliviana), este trabajo pretende analizar las principales tendencias respecto a la dinámica, interacción y relación entre Estado y sociedad, representación y participación, política y sociedad y partidos políticos y sociedad civil. A partir de El trabajo tiene como hipótesis principal que, tanto los partidos políticos como la sociedad civil en las nuevas democracias no han encontrado todavía un papel adecuado, debido a que el proceso democrático vigente carece de una matriz socio-política. Dada esta conclusión tentativa, el tipo de democracia que se estaría gestando en una gran mayoría de las nuevas democracias, puede ser a la larga, sin una sólida e innovativa matriz socio-política, poco atractiva desde el punto de vista político y poco efectiva desde el punto de vista económico. Hacia ese objetivo, el trabajo analiza primero las principales características de las nuevas democracias, poniendo énfasis en los partidos políticos y la sociedad civil. Luego, el trabajo propone un marco de análisis que intenta generar una serie de planteamientos, no sólo para repensar la relación partidos políticos-sociedad civil, sino también para reflexionar sobre la actual calidad democrática en las nuevas democracias. Finalmente, con el propósito de generar interés 85 86 "OPINIONES Y ANALISIS" "OPINIONES Y ANALISIS" en algunos temas específicos relacionados al desarrollo político de las nuevas democracias, el trabajo analiza las posibles consecuencias de la actual coyuntura en las nuevas democracias. desde un inicio, los principales mecanismos de incorporación de las masas a un sistema político y de definición de un espacio público, en cuyo centro se creó una matriz de hacer política; donde además los papeles, responsabilidades e instituciones quedaban relativamente definidos. Bajo estas condiciones, la productividad política incrementó cualitativamente y convirtió a los partidos políticos y a entes sociales (como los sindicatos) en instrumentos claves de la consolidación democrática. Este logro permitió que varios grupos que sufrían de los efectos de la pobreza y la exclusión económica, puedan luchar por mejorar sus condiciones políticas y económicas. Al mismo tiempo, se institucionalizó la búsqueda de intereses y valores dentro de un marco de competencia política, donde el sistema político se encargó de regular el espacio público y el conflicto inter-sectorial de la sociedad.5 II. PRINCIPALES CARACTERISTICAS DE LAS NUEVAS DEMOCRACIAS Existe un argumento compartido en la literatura más reciente sobre el desarrollo democrático de las nuevas democracias; que éstas no están logrando generar en sus procesos de democratización varias de las condiciones, que lograron generar en la misma coyuntura las democracias de la Primera y Segunda Ola; condiciones que de una u otra manera contribuyeron a clarificar los patrones de continuidad, estabilidad y alto rendimiento.4 Llama la atención por ejemplo, el hecho de que la mayoría de las nuevas democracias no cuentan aún ni con partidos políticos, sindicatos u otros entes de representación o acción política colectiva efectivos; tampoco tienen sistemas políticos con capacidad de ofertar proyectos hegemónicos de Estado y de país; y no se puede detectar todavía con claridad la presencia de una clase política estable y dinámica, de una fuerza política innovativa o inclusive de una estructura de intereses representables. En casi todas las nuevas democracias (incluyendo la boliviana) no sólo el Estado es débil, pero la sociedad civil también. En su conjunto, estas características de las nuevas democracias han desequilibrado el espacio público, sus componentes y la capacidad del sistema político para confrontar enormes desafíos internos y externos. Un breve análisis de las dos primeras olas democráticas, especialmente en Europa Occidental y Estados Unidos, muestra que los partidos políticos y entes sociales (como los sindicatos) fueron Lo mismo que ocurrió en las democracias de la Primera y la Segunda Ola, parece que no está ocurriendo en las democracias de la Tercera Ola. En algunos lugares (como América Latina), la fuerte presencia histórica del Estado Corporativo y de una movilización social que tomó forma de movimientos populares antes que de organización política, sigue vigente; y en otros (como Europa del Este), se siente todavía el impacto del Estado totalitario y del estricto control sobre la acción colectiva. Por otro lado, en las nuevas democracias, los partidos políticos se encuentran fragmentados, débilmente organizados y tienen poca capacidad de representatividad.6 A su vez, el sistema de partidos en la mayoría de las nuevas democracias, no ha podido generar mecanismos institucionalizados, ni para la oposición democrática, ni para el marco básico de cuánto y cómo oponerse en democracia. Esto último ha generado un dilema, ya que si la oposición es muy fuerte puede llegar a destruir a la democracia, especialmente en sociedades que están experimentado condiciones económicas difíciles; por otro lado, una competencia fuerte y una clara 87 88 "OPINIONES Y ANALISIS" "OPINIONES Y ANALISIS" diferenciación partidista puede ser peligrosa especialmente en sociedades con instituciones frágiles. En la mayoría de las nuevas democracias, estos problemas han sido resueltos parcialmente a través de pactos, alianzas y/o coaliciones políticas, cuyo propósito fundamental ha sido generar un acuerdo mínimo para la distribución de responsabilidades dentro del gobierno, y asegurar un conjunto especifico de políticas. Se ha visto hasta el momento, que estos esfuerzos de concertación política, si bien algo imperfectos y poco institucionalizados, son instrumentos necesarios, no sólo para reducir el nivel de conflicto político, pero también para generar incentivos de tal manera que los líderes políticos se mantengan dentro del orden y los limites democráticos. Por ende, el proceso democrático también se debilita y los principales aditivos democráticos se diluyen o simplemente no se fortalecen. Sin embargo, el remedio a veces es peor que la enfermedad. Si bien estos pactos y coaliciones han sido necesarios para lograr una “gobernabilidad suficiente,” también han distorsionado el proceso político. Estos pactos y coaliciones son por lo general exclusionarios, en la medida en que crean un denominado cartel que restringe competencia, limita acceso y distribuye los beneficios del poder sólo entre los que están adentro. Esta peculiar característica de varias nuevas democracias, crea el peligro de que el juego democrático se convierta en un proyecto político privado para, y de un grupo de partidos políticos y asociaciones corporativas, quienes en gran parte aspiran sólo a extraer beneficios privados y proteger sus rentas políticas. Aún más, como ya lo mencionamos en este contexto las nuevas democracias no están generando suficientes mecanismos de inclusión para la oposición democrática, lo cual crea una fuerza opositora deficiente, sin propuestas de alternativas y con pocas energías y fuerza para dinamizar una oposición efectiva. La presencia de una “gobernabilidad suficiente” y la ausencia de una “gobernabilidad estratégica”, tienden a debilitar el sistema político, sus instituciones y su capacidad de movilización. 89 Por otro lado, adicionalmente a las principales características internas descritas anteriormente, también se puede detectar un conjunto de factores exógenos que estarían, no sólo condicionando el desarrollo de estas nuevas democracias, sino también reconfigurando el espacio, la dinámica, interacción y relacionamiento entre Estado y Sociedad, entre partidos políticos y sociedad y entre la esfera política y la sociedad civil. Algunos de estos factores exógenos son: • La dispersión de la toma de decisiones políticas:7 reflejada en la reorganización de los poderes del Estado (especialmente el Ejecutivo y sus ministerios), en los procesos de descentralización y privatización, en el establecimiento de unidades reguladoras y en el enorme papel que están jugando los organismos multilaterales en la toma de decisiones al interior de las nuevas democracias. • El impacto de nuevas fuentes de información y conocimiento: para los actores políticos y sociales ahora los costos de obtener información, compartir intereses similares y diversificar posibles fuentes de recursos, se han hecho más bajos y accesibles gracias en parte a la disponibilidad de nuevos y más modernos puntos de comunicación (CNN, televisión por cable, correo electrónico, Internet, libros y discusiones académicas electrónicas y fax). Esto está teniendo un impacto en la organización socio-política, no sólo en términos de conectarse hacia afuera con vínculos y redes que están más allá de la frontera política local o nacional, sino en términos que se ha hecho más fácil obtener fuentes competitivas de información sobre diferentes y variados temas. 90 "OPINIONES Y ANALISIS" Gracias a la nueva tecnología, la información ahora fluye más rápido, a través de las universidades, centros de investigación y el Internet. Claro está que el acceso a estas nuevas fuentes de información todavía no es equitativo en varias partes del mundo (incluyendo Bolivia), pero aun así difusivo, su impacto se está haciendo sentir en las nuevas democracias.8 • La influencia y propagación de ideas que abogan más involucramiento y participación social y popular en la toma de decisiones, para fortalecer la eficiencia de la administración publica: si bien algunas tendencias tales como la distancia entre la clase gobernante y los gobernados, el clientelismo y el verticalismo persisten en las nuevas democracias, está claro que se ha abierto un espacio para reconfigurar los canales de participación y representación para la sociedad. En varias de las nuevas democracias la existencia de nuevos canales de participación y representación, se encuentra por primera vez sancionado legalmente por la Constitucion Política de Estado. • Las consecuencias de la internacionalización de varias esferas políticas: cuya consecuencia principal es la participación de varios actores externos, tales como el Banco Mundial, el Banco Interamericano de Desarrollo y varias agencias de cooperación, no sólo en el financiamiento, la promoción y el diseño de proyectos de desarrollo, sino también en la agendación política de varios temas, sean estos compatibles o no con los procesos vigentes. • Un proceso de aprendizaje político: inducido por la percepción de que las estrategias e instituciones vigentes no están pudiendo responder adecuadamente a las demandas de las transformaciones políticas y económicas. 91 "OPINIONES Y ANALISIS" Las nuevas democracias, no sólo comparten características y tendencias comunes en su interior y factores exógenos de condicionamiento como hemos visto hasta aquí; también sus poblaciones muestran percepciones muy similares hacia el proceso democrático vigente. Si bien estas percepciones reflejan solo un stock de opinión, también contribuyen a contar con una medición cualitativa y subjetiva sobre los actuales procesos de transformación política. Se han hecho ya varios estudios y encuestas de percepción en las nuevas democracias, los cuales muestran que existe un balance optimístico, más que pesimístico, en lo que respecta a la democracia como modelo ideal político.9 El análisis de estas percepciones también revela, que las actitudes e ideales democráticos en las nuevas democracias están relacionados más con el progreso económico y social, que con la calidad de la relación entre Estado y sociedad. Quizás uno de los más importantes hallazgos de estos estudios de percepción, es que en las nuevas democracias se muestra por un lado una preferencia contundente por la democracia como sistema político, pero por el otro un descontento creciente por como se esta desempeñando la democracia. Es decir, se puede hacer una correlación en el sentido de que, cuanto más alta sea la percepción ciudadana sobre la capacidad democrática para resolver problemas socio-económicos, más alta es la percepción sobre la calidad de la democracia y la de la gobernabilidad. El análisis de los resultados de los mencionados estudios de percepción, muestra también que las principales instituciones democráticas y políticas de las nuevas democracias no gozan de un alto grado de confianza por parte de la sociedad. De igual manera, que la gente todavía tiene fe en los procesos electorales, aunque es una fe sumergida en un mar de desconfianza sobre la legitimidad de los procesos electorales. Si bien esto último, puede estar reflejando el bagaje de desconfianza que todavía queda de los procesos electorales 92 "OPINIONES Y ANALISIS" "OPINIONES Y ANALISIS" pre-transiciones democráticas, también puede ser una señal que la legitimidad de los procesos electorales vigentes tienen que ser fortalecidos de alguna manera. Finalmente, los diferentes estudios de percepción en las nuevas democracias muestran por un lado, que el proceso de democratización ha sido legitimado por la sociedad, pese a que la gente cree que el comportamiento democrático a nivel gubernamental no se ha institucionalizado; y por otro lado, la gente en las nuevas democracias cree que todavía queda mucho por hacer en las nuevas democracias para sustentar avances y progresos. los partidos políticos juegan un papel indispensable, prácticamente en todas las democracias, pero especialmente en las nuevas democracias. Los partidos no sólo reclutan candidatos, definen temas, hacen agendas, promueven participación y concientizan a la sociedad, sino que también se han convertido en actores centrales del proceso político. Las características de las nuevas democracias analizadas anteriormente, muestran por un lado algo de optimismo con respecto a la oportunidad de sostener una “gobernabilidad democrática suficiente”. Sin embargo, el perfil global de las nuevas democracias, hacen sentir un cierto pesimismo y preocupación, en especial, con respecto al tiempo que puede ser sostenido el actual proceso democrático sin mayores modificaciones. Es justamente, este contexto dinámico y rico, pero a su vez turbulento y opaco, que sirve como escenario para analizar dos de las principales características de las nuevas democracias: los partidos políticos y la sociedad civil. A. Los Partidos Políticos en las Nuevas Democracias: Oferta Política sin Representación En muchas de las nuevas democracias, el papel de los partidos políticos ha sobrepasado y excedido límites históricos: las empresas políticas en la nuevas democracias han llegado a controlar prácticamente casi todo el proceso político. Esto nos obliga a plantear una pregunta poco común, pero estratégica: ¿pueden las nuevas democracias funcionar con el control casi absoluto de los partidos políticos?. Pero no es sólo la presencia absoluta de los partidos políticos lo que preocupa, o su desempeño organizacional como instrumentos electorales y generadores de empleos políticos, sino que su presencia y desempeño se está dando en un vacío institucional, con pocos controles institucionales. Por ello, la fuerte presencia de los partidos políticos en la sociedad y la ausencia de un mecanismo institucionalizado de regulación política, puede llevar a describir a los sistemas políticos de las nuevas democracias, ya no como democracias puras o como poliarquías, 11 sino como “partidocracias o partiarquías”. Esta característica de una gran mayoría de las nuevas democracias, implica hablar de una democracia o poliarquía, donde los partidos políticos monopolizan el proceso político formal y politizan a la sociedad en facciones partidarias. La mayoría de las definiciones contemporáneas de la democracia, no mencionan con frecuencia a los partidos políticos. Esto se debe al simple hecho de que el concepto de democracia es más antiguo que el de partidos políticos, por lo menos en más de 2,000 años. 10 Hoy sin embargo, aunque se encuentran fragmentados, débilmente organizados y tienen poca capacidad de representatividad, Si la democracia es un sistema político ideal y la poliarquía es el sistema político que tiene los mínimos requisitos para ser una democracia, la partidocracia o partiarquía, refleja el grado en el cual los partidos políticos interfieren con la obtención de los requisitos mínimos para una poliarquía o democracia ideal. Si bien toda 93 94 "OPINIONES Y ANALISIS" democracia donde los partidos políticos están activos posee algunos elementos de partidocracia o partiarquía, hay democracias que son más susceptibles a este fenómeno, especialmente las más jóvenes y menos institucionalizadas. Por lo general, varias de las nuevas democracias muestran tendencias de partidocracia o partiarquía, lo cual se refleja en las siguientes características: • • • • Tienen partidos políticos que controlan toda nominación a puestos oficiales, lo cual monopoliza la elegibilidad a personas que son consideradas defensores leales de los intereses del partido. Cuentan con leyes electorales que limitan a los ciudadanos en una elección a votar no por un candidato, sino por un partido. Los votantes deciden sólo la fortaleza o debilidad relativa de un partido frente a otros: los partidos políticos deciden quién en realidad es elegido. Obligan a una fuerte lealtad partidista a sus legisladores y a votar como bloque partidario o depender de un rodillo parlamentario, cumpliendo con instrucciones partidarias que por lo general provienen de afuera del parlamento o simplemente legitiman una alianza o coalición política vigente. Esto le quita al poder legislativo un papel autónomo en el diseño, revisión o normativización de políticas e iniciativas gubernamentales. Las organizaciones a las cuales los ciudadanos son libres de formar y pertenecer, están en su mayoría altamente penetradas por los partidos políticos. Las organizaciones más relevantes, a parte de los partidos políticos, están por lo general afiliadas a un sólo partido o divididos en varias facciones partidarias que 95 "OPINIONES Y ANALISIS" compiten por controlarla. Es decir, de una u otra manera, la vida organizacional está dominada por los partidos políticos. • Los medios de comunicación como fuente alternativa de información, también por lo general son manejados o influidos por los partidos políticos. Esto implica que en las noticias se refleja la visión partidista. Es así que la información en la cual se basa la decisión o preferencia de los ciudadanos puede estar altamente politizada por los partidos políticos. • La Ley del Estado, por lo general está por debajo de los partidos políticos y sus miembros, de tal manera que no son responsables (accountable) ante la ley. Con esto no se quiere plantear que las partiarquías no son poliarquías o democracias. Lo que se quiere argumentar es que las partidocracias o partiarquías son producto tanto del sistema político como del electoral. Es decir, es un nivel de desarrollo político democrático, donde la calidad de la democracia depende de cuán bien el sistema político maneja a los partidos políticos, del tipo de incentivos que ofrece el sistema electoral a los partidos políticos y de cómo los partidos políticos desempeñan su papel de mediadores entre el Estado y la sociedad. Como se argumentó en un trabajo anterior, los sistemas políticos y electorales de una sociedad dan forma a la estructura partidaria. Varias de las nuevas democracias muestran una cierta incongruencia entre su sistema político (presidencialista o parlamentarista) y su sistema electoral (proporcional o pluralista) lo cual ha generado un complejo sistema de partidos agobiado por la fragmentación e inestabilidad.12 Como resultado, los partidos políticos pasan una gran parte de su tiempo 96 "OPINIONES Y ANALISIS" "OPINIONES Y ANALISIS" construyendo coaliciones estables de gobierno y de sobrevivencia. Como ya lo mencionamos, si bien las alianzas o coaliciones pueden ser un instrumento conveniente, especialmente en la primera etapa de un proceso democrático, a menos que más adelante en el proceso se encuentre un mecanismo mucho más institucionalizado y autónomo de concertación, se corre el peligro que el sistema político pueda ser dominado por maquinarias partidistas cuyas prioridades sobrepasan los intereses y preocupaciones de los votantes y distritos electorales. en las nuevas democracias no se ha generalizado todavía un pluralismo sistémico. Es decir, un sistema compuesto de múltiples y dimensionadas organizaciones competitivas que actúan autónomamente del uno al otro, del Estado y de los partidos políticos, especialmente en términos de su área de representación y de sus tácticas y estrategias para avanzar o proteger sus intereses. El pluralismo generalizado, tiende a alterar el balance de fuerzas competitivas en favor de los intereses colectivos de cualquier organización (consumidores, empleados, mujeres, asociaciones profesionales) y a generar las condiciones para las redes de compromiso cívico, lo cual a su vez hace posible instituciones de presentación fuertes, efectivas y con capacidad de respuesta.14 En las nuevas democracias, el sobredimensionado papel de los partidos políticos se debe en parte a que el proceso de institucionalización de la democracia no ha sido consolidado todavía. En el caso de América Latina por ejemplo, la práctica democrática está teniendo dificultades en romper la herencia del Estado Corporativo. Desde las primeras décadas de este Siglo, el Corporativismo latinoamericano, se enraizó como un sistema sofisticado de intermediación de intereses, donde el Estado concedía a los mayores grupos de interés un poder cuasi-monopolístico y eran integrados al Estado, aunque sin tener la suficiente autonomía como en una sociedad pluralista. Por más de medio siglo, el Corporativismo latinoamericano fue una extensión de una tradición orgánica, mercantilista, jerárquica y autoritaria. Este sistema, en su momento también llenó un vació organizacional e institucional, ya que históricamente en la mayoría de América Latina no ha habido una fuerte y continua actividad o presencia democrática. También, el Corporativismo latinoamericano promovió una movilización social gradual, incorporando paulatinamente a nuevos grupos (empresarios, clase media, sindicatos) al proceso político, y a la vez manteniendo el monopolio del Estado y sus políticas.13 Un efecto de la ausencia de un pluralismo generalizado en las nuevas democracias, ha sido el protagonismo que han adquirido los partidos políticos; este papel preponderante ha sobrepasado no sólo la capacidad de los partidos políticos para organizar y representar, sino el mismo desarrollo institucional de las nuevas democracias. Para una mayoría de las nuevas democracias, otro efecto de la falta de un pluralismo sistémico ha sido también la fragmentación y debilitamiento de la estructura de intereses tradicionales, lo cual explica la ausencia de proyectos colectivos, de ideologías de integración social, de fuerzas políticas claramente identificables y de estructuras de interés que puedan ser representadas. En última instancia, el efecto final de una consolidación democrática a medias, se refleja en el hecho de que para los partidos políticos su baja capacidad de representación no ha significado un costo alto, mientras que para la sociedad hay muy poco de retorno en la participación política ya que ésta por el momento no ofrece soluciones rápidas ni concretas a los problemas socioeconómicos básicos. Debido a la fuerte herencia corporativa y también totalitaria, 97 98 "OPINIONES Y ANALISIS" B. La Sociedad Civil en las Nuevas Democracias: Participación sin Demanda Social Las principales interpretaciones de los procesos de democratización en las nuevas democracias, a un comienzo prestaron muy poca atención al papel de la sociedad en dichos procesos. Se argumentó, en algún momento que los procesos de democratización eran fundamentalmente el resultado de una crisis en el sistema autoritario lo cual producía una calculada intervención por parte de los líderes políticos para permitir un proceso de apertura controlada del sistema político a otra forma, quizás más democrática de competencia política. Algunos autores fueron más lejos, y argumentaron que una excesiva demanda de los sectores sociales podría ser hasta disfuncional para una transición democrática y eventual democratización de la sociedad.15 El proceso de democratización en gran parte de las nuevas democracias, tuvo la presencia inicial de varios sectores de la sociedad, pero mayormente se desarrolló dentro de una esfera política restringida o dentro de una esfera pública dominada por los partidos políticos. "OPINIONES Y ANALISIS" extendía desde Londres a Florencia, desembocando en los países bajos, el Valle del Rin y las planicies Suizas; luego el concepto se expandió gradualmente a las regiones del Norte, del Este y del Sur de la Península Europea. Desde mitad del milenio, los principales trabajos sociopolíticos y económicos de Locke, Adam Furguson, Adam Smith, Hegel, Tocqueville, Marx y Gramsci, ya incluían debates sobre el concepto de la sociedad civil. El Colonialismo Europeo de fines del Siglo XVII y del Siglo XVIII y XIX, exitosamente transplantó a diversos lugares varios de los elementos del concepto de sociedad civil. Desde mediados de 1970, y con mayor ímpetu después de la culminación de la Guerra Fría a principios de 1990, Estados Unidos se encargó principalmente (aunque no exclusivamente) de promover el concepto de la sociedad civil en las nuevas democracias, el cual también tuvo enorme influencia en las políticas de los organismos internacionales de financiamiento externo.17 Sin embargo, el tema de la sociedad civil en los últimos años ha cobrado mayor relevancia en el análisis de las nuevas democracias. Se ha argumentado que el concepto de la sociedad civil, no sólo ha estado asociado con la implantación de un nuevo modelo de desarrollo en base al capitalismo, sino que también al colapso de un sin número de regímenes autoritarios. Ambos eventos generaron el espacio necesario para transferir un concepto netamente occidental, a tan variados contextos culturales.16 El concepto mismo de sociedad civil, ha ido evolucionando paralelamente con el desarrollo político de los Estados-Nacionales, cuyos orígenes se dan durante los primeros siglos del milenio, primero en el cinturón de las Ciudades-Estados, que se En la actualidad, el concepto de la sociedad civil ha asumido más importancia en la nuevas democracias como tema de análisis y discusión. La sociedad civil aparece como un espacio donde organizaciones sociales, que no están vinculadas a los partidos políticos, tienen la oportunidad de maximizar su movilidad social y autonomía. Es decir, la sociedad civil aparece como una estructura social que genera un espacio operativo dentro del sistema político, para una variedad de organizaciones sociales. Esta estructura crea las bases instrumentales e institucionales para el accionar colectivo de la sociedad dirigido a movilizar a la ciudadanía hacia la obtención de resultados y soluciones, y a vigilar el cumplimiento de la oferta política gubernamental. En este sentido, la sociedad civil aparece como un complemento al proceso democrático, en la medida que genera recursos, un sistema de control y de rendición de cuentas y un flujo libre de información que permite una diversificación de opinión y acción 99 100 "OPINIONES Y ANALISIS" "OPINIONES Y ANALISIS" política. Es evidente que el carácter colectivo de la sociedad civil, tiende no solo a estimular la participación política de diversos actores, o a expandir e intensificar la presión de la sociedad sobre el sistema político, sino también a fomentar la ciudadanía democrática.18 forma vertical y jerárquica. Si bien bajo estas condiciones podían coexistir el Estado y diversos intereses sociales, la posición dominante la tenía casi siempre el Estado. Y desde el Estado, se podía ordenar y priorizar a las diferentes organizaciones sociales de acuerdo a su función económica y política en la sociedad, y así agregar y desagregar intereses. La sociedad civil en las nuevas democracias también ha sido vista como un espacio donde la ciudadanía puede organizarse, asociarse y agruparse libremente, y comunicarse entre si, formando y reformando una variedad de acción colectiva social o cívica. En esta concepción, el individuo más que una criatura política o económica, es una criatura socio-cívica. Entonces, las diferentes organizaciones sociales se agrupan no sólo respondiendo a su misión original, sino también a la necesidad de realizar acción cívica o socializarse. En última instancia, la sociedad civil es idealizada como una densa red de organizaciones sociales o cívicas que tienden a promover la estabilidad y efectividad del sistema democrático a través de su acción y su capacidad ciudadana en favor o en contra de causas públicas y como un dominio sociopolítico de organizaciones sociales o cívicas con membresía voluntaria, que promueve movilización social y la acción cívica.19 Obviamente, casi siempre entre la teoría y la práctica existe una brecha. La sociedad civil en las nuevas democracias, no parece haber alcanzado todavía la forma ideal promovida por el modelo occidentalizado, en cuya mística dice que se asienta una sólida democracia. Sin embargo, parece que en las nuevas democracias la sociedad civil está empezando a experimentar una transición interesante, aunque lenta y poco previsible, porque carga todavía un bagaje histórico muy pesado. Antes de los procesos democráticos, en la mayoría de las nuevas democracias el Estado (sea este autoritario, corporativo, populista o totalitario), se sobrepuso a la sociedad; es decir, el Estado discrecionalmente agregaba demandas e intereses de 101 De igual manera, en una mayoría de estas nuevas democracias la sociedad se desenvolvió en un contexto donde el Estado era altamente intervencionista. Si bien, antes del proceso de democratización se podían identificar algunas organizaciones sociales— profesionales urbanos, militares, diversos grupos religiosos, propietarios de tierras, agro-industriales, empresarios urbanos, organizaciones estudiantiles, sindicatos, y organizaciones campesinas— estas organizaciones sociales por lo general no participaban proactivamente del proceso político. Por lo general, el Estado las hacía participar reactivamente en el proceso político o estas reaccionaban en contra del Estado o protestaban en contra de la exclusión política. En este contexto, también habían diferencias entre grupos nacionales, regionales o locales y urbano-rural, especialmente en relación a recursos, acceso al poder y capacidad organizacional. Sin embargo, la dinámica de las transiciones democráticas de regímenes autoritarios y totalitarios a partir de la década de los ’80, permitió una importante coyuntura para la evolución de la sociedad civil en las nuevas democracias. En algunos casos, las mismas transiciones democráticas fueron productos de presiones por parte de la sociedad, que después de muchos años veía una oportunidad para reconformarse, reorganizarse y demandar. Al igual que para los partidos políticos, el proceso de democratización ofreció inicialmente una oportunidad a la sociedad civil para su construcción y constitución, 102 "OPINIONES Y ANALISIS" "OPINIONES Y ANALISIS" precisamente dinamizada por las grandes expectativas generadas por el nuevo proceso democrático. Si analizamos las experiencias de las nuevas democracias en América Latina, Europa del Este y Africa, podemos ver que las organizaciones sociales tradicionales se reactivaron momentáneamente poco después del momento de transición democrática, lo cual se dio conjuntamente con la aparición de algunos actores sociales nuevos. Fue así que cobraron vigor y dinamismo algunas organizaciones de base, diversos movimientos juveniles, movimientos comunales, comites cívicos, organizaciones nogubernamentales (ONGs), organizaciones de mujeres, organizaciones de pequeños productores. Todos con un protagonismo colectivo de reivindicar el trama social y proyectar una lucha anti-autoritaria. progresivamente relegadas por la reimplantación de la hegemonía del Estado y de los partidos. Así, el desarrollo o la dinámica de cambio de la sociedad civil en las nuevas democracias, fue una de las víctimas silenciosas del proceso de ajuste estructural. Se trataba por lo general de movimientos preferentemente urbanos de base territorial, orientados en torno a reivindicaciones sociales básicas en áreas como empleo, salarios y política social, surgidos como reflejo de formas de solidaridad ante la política autoritaria y el creciente empobrecimiento de algunos sectores. Al inicio del proceso de democratización, estos posibles nuevos actores presentaron algunos rasgos innovadores, tales como su aparente autonomía respecto al Estado y a los partidos políticos, su perfil espontaneista, sus niveles precarios de institucionalidad y el carácter abierto, maleable y pluralista de su composición. Sin embargo, ya en una segunda fase del proceso de democratización, donde se implementaron políticas de ajuste estructural el espacio socio-político se achicó y el sistema político tuvo que restaurar un status quo de forma muy rápida, lo cual si bien permitía responder al condicionamiento de los organismos multilaterales, generó también la extinción, absorción o por lo menos la pérdida de dinamismo de estos nuevos actores sociales y de la sociedad civil en general. En las nuevas democracias, poco a poco las organizaciones sociales fueron 103 La misma necesidad de reafirmar un Estado más chico y más eficiente ante la sociedad y de implantar nuevas reglas de juego para un nuevo contexto económico, generaron un trámite final para la renovación de la relación Estado-Sociedad. En una gran mayoría de las nuevas democracias, si bien lo novedoso eran los procesos electorales, el viejo mapa de relaciones entre sociedad civil y sistema político fue implícitamente repactado desde arriba. Esto ha hecho que los sistemas políticos de las nuevas democracias se encuentren en un curso de cambio difícilmente previsible o estancados, situación de la que forma parte la relación entre partidos políticos y los actores de la sociedad civil. Al igual que con los partidos políticos, el fenómeno democrático abrió un importante espacio para que los actores tradicionales de la sociedad puedan reconstituir sus identidades y rearticular sus vínculos con los partidos y el Estado. El proceso de democratización supuso para todo actor social, una oportunidad para desenvolverse como actor colectivo en un sistema de grupos en competencia, participar en la definición de las reglas de juego de esa competencia y obtener un reconocimiento legítimo de parte de los otros actores del sistema. Sin embargo, los actores sociales tradicionales, acostumbrados a una forma de organización y representación corporativa o totalitaria, no pudieron generar la suficiente energía radical para reconstruir su capacidad de demanda y de presión y así fortalecer una sociedad civil emergente. Como ya lo mencionamos, fue en particular el efecto de las políticas de ajuste y la puesta en marcha de varias reformas, que atrofiaron la 104 "OPINIONES Y ANALISIS" "OPINIONES Y ANALISIS" transición de los actores tradicionales a actores democráticos. Por otro lado, en forma casi paralela, tanto los sindicatos como las organizaciones empresariales comenzaron a vivir transformaciones importantes en sus identidades y prácticas internas. A esto se añadió la incertidumbre de la transformación tanto del Estado como del sistema político, y la descorporativización gradual del espacio público lo cual desordenó el esquema tradicional. laborales han quedado como actores sociales solitarios, aunque están cada vez más en una posición contestadora aplicando y mostrando todavía un viejo perfil de contestación. En otros casos, la situación económica ha tenido un impacto destructivo en varias organizaciones sociales. Y en otros, simplemente la organización social, ha quedado rezagada solo a una función socializadora. El contexto de democratización donde la sociedad se encontraba experimentando una tensión particular entre renovación y tradición, exigía la conformación de otro tipo de sociedad civil, una con mayor capacidad de emprendimiento, más exigente, autónoma en sus manifestaciones y con capacidad de redefinir el espacio público y sociopolítico. Un mayor dinamismo por parte de la sociedad y una mejor capacidad de iniciativa por parte de los actores sociales, hubiera facilitado el cumplimiento de estas tareas. Lo que ocurrió en cambio, fue una reacción pasiva y un repliegue de la sociedad civil, que no hizo otra cosa que hiperresponsabilizar a los partidos políticos y a un débil sistema político la tramitación y tarea de los asuntos públicos. Como lo argumentó Dahl, al final se deformó la conciencia cívica, se distorsionó la agenda pública y se enajenó el control social.20 Si bien, en parte gracias a procesos de descentralización y participación que están siendo promovidos desde el mismo Estado, la sociedad civil en las nuevas democracias parece estar experimentando una cierta renovación o re-evolución, ésta es lenta y poco predecible. Por ello, ya en la práctica cotidiana de las nuevas democracias, la sociedad civil aparece todavía como una ampliación de las formas tradicionales de participación, en las que se combina dimensiones tradicionales y corporativas, con dimensiones democráticas. Varias organizaciones sociales como los sindicatos u organizaciones 105 Lo anterior parece tener alguna explicación lógica. El actual desarrollo de la sociedad civil en las nuevas democracias parece estar condicionado a la presencia de una ciudadanía de «baja intensidad», que se caracteriza por la reactividad y la receptividad (en cuenta de la proactividad y la contestación estratégica).21 Esta baja intensidad de la ciudadanía es reflejo también de la falta de incentivos que puedan producir un esfuerzo colectivo y así mejorar mucho más aquella democracia hacia la cual existe actitudes positivas. Es decir, desde la sociedad, al proceso democrático en si mismo no se lo ha visto todavía como una potente fuerza socializadora, que puede acomodar nuevos intereses, expandir la economía, desarrollar la educación y asegurar el bienestar de los más pobres. Es decir, la percepción desde la sociedad, es que la democracia no está respondiendo a las demandas y necesidades. Pero quizás, es más objetivo argumentar, que la misma sociedad tampoco está haciendo algo para que la democracia responda más efectivamente. 106 "OPINIONES Y ANALISIS" III. HACIA UN DESAFIO COMPARTIDO PARA LOS PARTIDOS POLITICOS Y LA SOCIEDAD CIVIL: GENERAR MAYOR REPRESENTACION POLITICA Y PARTICIPACION SOCIAL Se puede evidenciar que en estas nuevas democracias, si bien está vigente un proceso de descorporativización o destotalitarización, este proceso por si mismo no está asegurando una revinculación sistémica entre lo político y lo social. Requiere respaldos amplios y complejos de toda la sociedad, y un ajuste político que pueda reconfigurar las modalidades de negociación y concertación entre los partidos y la sociedad, para viabilizar un respaldo plural de políticas públicas con mayor complejidad y alcance. Las distintas instancias de concertación que se intentaron en las nuevas democracias (de igual forma que en Bolivia), al igual que los procesos de participación y descentralización, no han sido procesos sencillos, ni mucho menos lograron viabilizar programas, proyectos o políticas estratégicas y de largo alcance. Parece entonces que la crisis política en las nuevas democracias emana de una profunda falta de renovación en el Estado, en los partidos políticos y los actores sociales, así como en el sistema de interrelaciones entre estos. La matriz tradicional de hacer política está en crisis, por lo cual existen problemas de redefinición del espacio público, de productividad política y del papel más apropiado para los distintos actores. Esta conclusión tentativa, ofrece una pista de reflexión sobre el proceso democrático en curso en varias sociedades en transición política y económica. Parecería que la coyuntura actual llama necesariamente a una profunda reforma de los sistemas políticos, que vaya más allá de reformas constitucionales y administrativas. 107 "OPINIONES Y ANALISIS" Como se observa en el Gráfico 1, el vínculo entre los partidos políticos y la sociedad civil, puede ser el punto fundamental para reconstituir una nueva matriz socio-política y equilibrar el espacio público, entendido en este caso como un foro de representación, participación y debate, al mismo tiempo que como un escenario de decisiones legítimas. En esta nueva matriz, el entorno o espacio de acción socio-política es parte del espacio público, donde convergen, la política y la sociedad, los partidos políticos y la sociedad civil y donde se legitima la representación y participación a través de una responsabilidad compartida (shared-accountability) entre el Estado y la sociedad, la cual genera actividad política con responsabilidad o accountability. Es en el entorno o espacio de acción socio-política que se redefinen y recuperan identidades y roles, y donde se forjan los principales mecanismos de la gobernabilidad que permiten adaptarse rápidamente y eficientemente a condiciones de cambio. Estos mecanismos son las tres «ies» (III), o simplemente instituciones, institucionalización e institucionalidad.22 De lo que se trata es de pensar en una nueva forma de hacer política, en base a una nueva matriz que promueva un circulo socio-político y público virtuoso. La urgencia de la reformulación de este espacio público y la reconstitución de la matriz socio-política, se refleja en el tipo de cuestionamientos que genera el actual proceso democrático en varias de las nuevas democracias (incluyendo la boliviana). • ¿Es posible la efectiva consolidación de un régimen democrático, sin un sólido funcionamiento de las instituciones claves, sin la participación de la sociedad y con una centralidad partidaria excluyente? • ¿Se puede asegurar vías pluralistas y eficaces de intermediación y representación entre los actores políticos y sociales, sin un 108 IES Y A N A M I S " l "OPINIONES Y ANALISIS" liderazgo renovador e innovador tanto enla esfera política como en la social? ¿Cuán sostenible es una democracia con una conciencia cívica deformada. con una agenda pública distorsionada y con un control social enajenado? ¿Pueden los partidos actuales tramitar el proceso de su impostergable renovaci6n sin la exigencia y el protago~smode actores sociales con capacidad de iniciativa aut6noma? ¿Es viable la implantaci6n de una nuevacultura política de corte democrático sobre la base de una fragmentaci6n socio-cultural con intensivas cargas de herencias y resistencias del pasado? Como ya lo mencionamos, en todos los procesos deconstrucci6n democrática exitosos, ha sido importante el papel de los partidos pollticos como el de la sociedad civil. Es decir. dada las nuevas responsabilidades socio-políticas en momentos de transformaci6n. ambos elementos son artífices de la consolidaci6n democrática. Como se observa en el Cuadro 1, las nuevas democracias comparten por lo menos cinco principales responsabilidades que son necesarias en coyunturas de transición y transformación, y cada una tiene un papel especifico para los partidos pollticos y la sociedad civil, la suma de lo cual genera el resultado más óptimo. que además es el que más beneficia a la mayoda de la sociedad. Sin duda, el momento actual donde se reconsidera la relaci6n entre lo polltico y lo social, requiere el desafio de plantearse un gran proyecto o empresa colectiva que pueda generar capacidad política para responder y actuar. Las nuevas democracias se encuentran atravesando una realidad que es alborotadamente diferente a otras experiencias 111 112 Sociedad con visión estratégica a largo plazo, y matriz socio-política con roles, responsabilidades redefinidas, mayor dinamismo por parte de la sociedad y una mejor capacidad de iniciativa por parte de los actores políticos y sociales Nuevas modalidades de negociación amplia y permanente, con capacidad de viabilizar un respaldo plural para políticas públicas de mayor complejidad y alcance Matriz socio-política definida y coherente en términos de normas, derechos, obligaciones; marco adecuado para garantizar la continuidad, reducir la incertidumbre e incorporar patrones culturales Desafían las actuales metas, achican la brecha entre oferta y expectativas y resisten presiones para redefinir roles y responsabilidades Identifican fuentes de conflicto Desafía las normas poco productivas o la ausencia de normas productivas y demanda profundos cambios institucionales Clarifican las metas, las expectativas y las responsabilidades Restauran el orden Mantienen y mejoran normas e instituciones ORIENTACION MANEJO DE CONFLICTO NORMAS E INSTITUCIONALIZACION Fuente: Matriz en base a Ronald A. Heifetz y Donald L. Laurie. "The Work of Leadership". Harvard Business Review (Enero-Febrero de 1997). Ciudadanía segura, con alto grado de confianza hacia sus instituciones, optimista y prospectiva Identifican áreas o acciones débiles, poco transparentes, monopolísticas y dañinas Políticas consensuadas diseñadas para ampliar las oportunidades de la gente y para su crecimiento adquisitivo y la tramitación conjunta de asuntos públicos priorizados Identifica y prioriza los desafíos y problemas y genera cuestionamientos claves RESULTADO DESEADO Generan respuestas institucionalizadas para proteger toda actividad ciudadana y generar confianza en las instituciones públicas Definen el problema y proponen solución SOCIEDAD CIVIL SEGURIDAD DIRECCION RESPONSABILIDAD PARTIDOS POLÍTICOS CUADRO 1 RESPONSABILIDAD COMPARTIDA Y RESULTADOS EFECTIVOS EN LAS NUEVAS DEMOCRACIAS "OPINIONES Y ANALISIS" "OPINIONES Y ANALISIS" "OPINIONES Y ANALISIS" anteriores de desarrollo democrático. La era de la globalización y del mercado, está cada vez generando más polarizaciones sociales, especialmente en sociedades que están experimentando en su interior un ágil y profundo proceso de transformación. Si bien muchas de estas nuevas democracias (como la boliviana), se han incorporado fragilmente y casi silenciosamente a los procesos de globalización, este hecho por si mismo no produce mejoras automáticas en la calidad de vida de la mayoría de la población. Lo cierto es que, por el momento, las principales consecuencias políticas de este proceso en curso son un súbito decaimiento de la capacidad de los Estados para confrontar las principales responsabilidades resumidas en el Cuadro 1; y la ausencia de capacidad e iniciativa de la sociedad civil para demandar y presionar por un mejor desempeño del Estado. No habría que pensar mucho en las consecuencias inmediatas de esta situación; algunos indicadores ya son visibles. Por ejemplo: la existencia clara en las nuevas democracias de más perdedores que ganadores, la pérdida del auto-control hacia el futuro inmediato, la presencia de una inequidad creciente y la falta de una capacidad proactiva de respuesta estatal. Parecería que ante esta eminente crisis, cualquier solución o respuesta tendría que plantear la optimización de los recursos políticos. Es decir, empezar a pensar en formas, maneras y mecanismos compartidos de respuesta. Por ejemplo, promoviendo una sociedad con vínculos horizontales y no verticales de tal manera que se genere una estructura de expectativa compartida, que además esté estrechamente vinculada al esfuerzo individual y colectivo o al grado de dependencia horizontal. Bajo estas condiciones, no sólo se daría una articulación amplia de visiones económicas y políticas, sino que también se crearía una fuente de confianza la cual es tanto un producto del sistema socio-político, como un atributo personal. 113 "OPINIONES Y ANALISIS" IV. A MODO DE CONCLUSION: REPENSANDO LA DEMOCRACIA SIN REPRESENTACION Y PARTICIPACION Y SUS CONSECUENCIAS POLITICAS Y SOCIALES La principal debilidad en las nuevas democracias —la ausencia de una nueva matriz socio-política— parece ser producto de la falta de un proyecto socio-político de largo alcance en el cual se definan roles, responsabilidades y obligaciones conjuntas entre actores políticos y sociales a través del cual se puedan canalizar los intereses latentes de diversos sectores de la sociedad. Las primeras expectativas generadas por el proceso de democratización no han sido cumplidas, en el sentido de que se pensó que los nuevos gobiernos democráticos iban a resolver problemas históricos a nivel socio-económico, administrativo y político. Con más de una década de desempeño, las nuevas democracias no han podido satisfacer esas primeras expectativas. Esto ha marcado una nueva fase democrática, donde el desencantamiento y la desilusión se han apoderado de los procesos políticos. El vínculo entre desempeño y legitimidad se hace cada vez más débil, al igual que la representación y participación. Entonces la pregunta sería, ¿qué consecuencias políticas y sociales está teniendo esta situación en las nuevas democracias?. Lo primero es que está generando un tipo de democracia muy particular, donde la estructuración de los intereses es magra, los actores políticos y sociales son débiles, las pocas organizaciones y entidades de representación (el congreso o la asamblea) son endebles, y donde las principales instituciones no gozan de la confianza necesaria. En la mayoría de las nuevas democracias, la dinámica de la representación está distorsionada, en la medida en que los actores y órganos de representatividad no se ocupan de llegar a sus electores o distritos 114 "OPINIONES Y ANALISIS" "OPINIONES Y ANALISIS" constituyentes o de simplemente fortalecer los canales directos de interacción entre representantes y representados. Como se observa en el Gráfico 2, las nuevas democracias muestran una tendencia de representación que no sólo es diferente a lo que se considera relativamente ideal, sino que está extremadamente politizada. Bajo estas condiciones la participación del ciudadano individual y de la sociedad en general tiene un mínimo impacto tanto en la dinámica de representación como en la construcción democrática. En el modelo actual de representación, las fuerzas políticas no aparecen como partidos políticos representando intereses particulares y compitiendo con otros intereses. Más bien, cada partido quiere ser el único instrumento de representación política. Y, por ende la democracia se convierte en un momento interino de competencia política por el monopolio de representar el interés nacional. GRAFICO 2: LA DINAMICA DE LA REPRESENTACION En varias de las nuevas democracias, en cuenta de tener un proceso de representación y participación dinámico, se está generando más bien un proceso estático de delegación democrática. Como lo argumentó Guillermo O’Donnell, el Poder Ejecutivo haciendo uso de un proceso electoral legítimo y ante la evidente debilidad de los otros poderes del Estado y de la sociedad, se delega a sí mismo la responsabilidad de suspenderse por encima de todos los otros elementos de la sociedad política (ciudadanía, partidos políticos, sociedad civil, Congreso).23 Si bien, el Poder Ejecutivo en las nuevas democracias hace el intento de concertar con los diferentes sectores de la sociedad, lo hace a través de canales e incentivos poco institucionalizados y al final acaba tomando decisiones unilaterales, centralizadas, muy discrecionales, poco transparentes y afuera del ámbito o entorno de representación. Como se observa en el Gráfico 3, el proceso de toma de decisiones en las nuevas democracias está también distorsionado, en la medida que no cuenta con los elementos naturales de cualquier proceso de representación y participación democrática. 115 A. MODELO IDEAL LEGISLADOR INDIVIDUAL CONGRESO O ASAMBLEA DE REPRESENTANTES LA SOCIEDAD (EL ESTADO-NACIONAL) Y EL PUBLICO CIUDADANO INDIVIDUAL B. MODELO DISTORSIONADO EN LAS NUEVAS DEMOCRACIAS LEGISLADOR INDIVIDUAL CONGRESO O ASAMBLEA DE REPRESENTANTES LA SOCIEDAD (EL ESTADO-NACIONAL) Y EL PUBLICO PARTIDOS POLITICOS Fuente: G. Berthin, 1998 116 "OPINIONES Y ANAUSlS" 'OPINIONES Y ANAUSIS' GRAFICO 3: REPRESENTACION Y PARTICIPACION: PROCESO DE TOMA DE DECISIONES IDEAL Y DISTORSIONADO MODELO DE TOMA DE DECISIONES IDEAL OFERTA CONSIOEQAN Y ANALIUIN F[ . 1 1 .. SDCI~LDCIYIL EJECUTmANEJA U GESTION PUBLICA -- - EJECUTA/ MANEJA CONSIDERAN Y ANALIiAN GESTION WBUCA DEMANDA MODELO DE TOMA DE DECISIONES DISTORSIONAW VOTAN IMPONEN EJECUTA PARTIDOSPOLITICOS VOTAN Fuente: G. Berthin, 1998 IMPONEN EJECUTA Las democracias delegativas entonces, aparecen más como pautas pollticas que están asentadas en un contexto institucional, que en realidad no ha terminado de transformarse. Es decir, si bien las nuevas democracias han experimentado una transición exitosa de un regimen polltico autoritario a un regimen no-autoritario, no han logrado todavlala transformación de los reglmenes no-autoritarios a reglmenes democráticos. Funcionalmente, el proceso de transformación democrática no deberla limitarse a tener elecciones regulares y competitivas, un sistema de partidos políticos en operación, unadivisión de poder entre el ejecutivo, legislativo y judicial y ciudadanos que sólo ejercen su derecho al voto. Más bien como se plante6 anteriormente (ver Gráfico 1). deberla producir como resultado óptimo una estructura institucionalizada con capacidad absoluta de acomodar/organizad coordinar verticalmente y horizontalmente la gama de intereses democráticos presentes en una sociedad y de crear un nuevo marco socio-polltico donde los diferentes actores sociales puedan maximizar su potencialidad. De esta manera, el resultado final de una transformación democrática debería ser una estructura que condicione y que regule los intereses y representatividad de los diversos actores socio-políticos de una sociedad. Es decir, una estructura poco flexible que obligue a los diversos actores socio-políticos a acomodarse a esta, a cambio de una responsabilidad compartida en lo que respecta a dirección. seguridad, orientaci6n. manejo de conflictos y normativización e institucionalización. Es esta estructura socio-política que en última instancia incorpora actores sociales, procesa la probabilidadde resultados, agrega y estabiliza el nivel de acción y organización de los actores con quien interacciona, induce a mejores patrones de representatividad, mejora los niveles de participación, estabiliza las expectativas de los actores sociales e incrementa el horizonte de tiempo de los actores. En el caso "OPINIONES Y ANALISIS" "OPINIONES Y ANALISIS" de las democracias delegativas que se han estancando en el proceso de transformación, se puede observar que a falta de una nueva estructura o matriz socio-política, los principales actores socio-políticos del momento (los partidos políticos) tienen a su disposición la flexibilidad de manejar el conjunto de instituciones existentes y de tomar decisiones sin mucha restricción. A falta de un nuevo escenario socio-político, en una democracia delegativa la tendencia general es la de adaptar procedimientos y prácticas antidemocráticas y reafirmar el poder vertical. Desde hace ya más de una década, que las nuevas democracias vienen enfrentando un dilema: las expectativas generadas tras la expansión democratizadora no se están traduciendo a una capacidad gubernamental, capaz no sólo de mejorar los niveles de desarrollo para la mayoría de la población, sino de confrontar los desafíos de una nueva era. Parece que cada vez más, la distancia entre gobierno y sociedad se agranda. Las nuevas democracias entonces aparecen como democracias delegadas sin una ciudadanía efectiva, sin una comunidad política, con poca participación y con mínimos grados de representación política y demanda social. Lo que muestra principalmente este análisis, es una preocupación con la calidad de la democracia. La pregunta estratégica sería, ¿si las nuevas democracias con sus virtudes y defectos pueden enfrentar los enormes desafíos vigentes?. En la medida en que las nuevas democracias promuevan los más mínimos requisitos— elecciones regulares, derechos civiles, Poder Ejecutivo que implementa reformas con muy poca oposición—estas podrán perdurar en el tiempo. Sin embargo, no serán efectivas, ya que las democracias que basan su desempeño en decretos, en coaliciones de todo tipo y en instrumentos de concertación poco institucionalizados, están mostrando síntomas de debilidad en su aparato institucional. Este tipo de democracia, puede ser a la larga poco atractivo desde el punto de vista político y poco efectivo desde el punto de vista económico. Lo cierto es que la mayoría de las nuevas democracias, confrontan tanto un débil sistema de partidos como una débil sociedad civil, lo cual es reflejo de la poca capacidad del Estado para fortalecer e institucionalizar el espacio público y el entorno socio-político de acción. A estas alturas del proceso democrático, el mensaje debe ser claro: un débil Estado y una débil sociedad civil no contribuyen a la efectividad política y económica de la democracia. 119 Las nuevas democracias se encuentran entonces en una coyuntura especial, que insta un retorno de lo político. Si bien, para muchas nuevas democracias sigue siendo un desafío, liberar a la economía de la intervención estatal y reforzar la capacidad del Estado como gestor de esa transformación, es hora de pensar seriamente también en el sistema político de dichas democracias. Es decir, darle al sistema político la capacidad de acción y de reorganización de la sociedad a través de los mecanismos del Estado democrático. Esta tarea no solo imparte el desafío a los actores políticos, por el contrario una transformación del sistema político asume que los actores sociales adquieran también una nueva capacidad de acción e influencia. La transformación de los sistemas políticos es un desafío global tanto para las democracias más antiguas, como para las nuevas. En las democracias antiguas, el desafío es redefinir el alcance del gobierno, mientras que en las nuevas democracias es definir el alcance del gobierno. En ambos casos, el desafío es adaptativo, en el sentido de que los cambios en el mundo en términos de la sociedad, mercados, competencia y tecnología, están forzando a los Estados-Nacionales a clarificar su sistema de valores, a desarrollar nuevas estrategias y 120 "OPINIONES Y ANALISIS" "OPINIONES Y ANALISIS" diseñar nuevas formas de implementar ideas. Ante este desafío, la sociedad pone automáticamente al sistema político como el único responsable en virtud de su autoridad formal. Sin embargo, los desafíos adaptativos que enfrentan los sistemas políticos, son sistémicos, y requieren también movilización social y autoridad informal. Es así que la construcción de un puente más efectivo y colaborativo entre partidos políticos y sociedad civil, entre el Estado y la sociedad y entre lo político y lo social requiere hoy más que nunca un nuevo liderazgo político, uno que no sólo ofrezca soluciones, sino también uno que promueva la construcción e institucionalización de una nueva matriz sociopolítica, con nuevas responsabilidades, papeles, valores, comportamiento y enfoques de trabajo para hacer del espacio público el escenario que produzca finalmente el fortalecimiento de las instituciones sociales y políticas y así, mejore también la representación política y la participación social. 121 122 "OPINIONES Y ANALISIS" "OPINIONES Y ANALISIS" Martin Lipset, eds. Politics in Developing Countries: Comparing Experiences with Democracy [La Política en Países en Desarrollo: Comparando Experiencias con la Democracia]. Boulder: Lynne Rienner Publishers, 1995; Guillermo O’Donnell. «Delegative Democracy [Democracia Delegativa].» Journal of Democracy Vol. 5, No. 1 (Enero 1994):55-70; Di Tella, Torcuato. «Transitions to Democracy in Latin America [Transiciones Democráticas en América Latina].» Documento de Trabajo No. 11, University of Chicago, 1991; Francisco Weffort. «New Democracies, Which Democracies? [Nuevas Democracias, ¿Cuales Democracias?].» Documento de Trabajo No. 15, University of Chicago, 1991; y Robert Dahl. After the Revolution: Authority in a Good Society [Después de la Revolución: Autoridad en la Buena Sociedad]. New Haven: Yale University Press, 1990. NOTAS * Gerardo Berthin Siles, es Cientista Político y actualmente es el Director de la Maestría en Gestión y Políticas Publicas, en Maestrías para el Desarrollo (MpD), Universidad Católica Boliviana-Harvard Institute for International Development (HIID). 1. Ver Larry Diamond, et. al. Consolidating the Third Wave Democracies: Themes and Perspectives [Consolidando las Democracias de Tercera Ola: Temas y Perspectivas]. Baltimore: The Johns Hopkins University Press, 1998. 2. Ver, Samuel Huntington. La Tercera Ola: La Democratización a Finales del Siglo XX. Buenos Aires: PAIDOS, 1995. 3. Ver, Norbert Lechner. «La política Ya No es lo que Fue.» Nueva Sociedad 144 (Julio-Agosto 1996):104-113. 4. Ver por ejemplo, Diamond, et al., (1998). op. cit.; Larry Diamond y Marc Plattner. Consolidating the Third Wave Democracies [Consolidando las Democracias de Tercera Ola]. Baltimore: The Johns Hopkins University Press, 1997; Adam Przeworski, et al. Sustainable Democracy [Democracia Sostenible]. Cambridge: Cambridge University Press, 1996; Guillermo O’Donnell. «Ilusiones sobre la Consolidación.» Nueva Sociedad 144 (Julio-Agosto 1996):70-89; Juan J. Linz y Alfred Stepan, eds. Problems of Democratic Transition and Consolidation: Southern Europe, South America and Post Communist Europe [Problemas de Transición y Consolidación Democrática: Europa del Sur, América del Sur y Europa Post Comunista]. Baltimore: Johns Hopkins University Press, 1996; Paul Hirst y Sunil Khilnani, eds. Reinventing Democracy [Reinventando la Democracia]. Cambridge; Blackwell Publishers, 1996; Larry Diamond, Juan J. Linz y Seymour 123 5. Ver, Przeworski, et. al., (1998). op. cit.; y Dietrich Rueschemeyer, et. al. Capitalist Development and Democracy [Desarrollo Capitalista y Democracia]. Chicago: The University of Chicago Press, 1992. 6. Para un análisis teórico ver Diamond, et al. (1998) op. cit. (Capítulos 2 y 6); para el caso de Europa del Este ver Ibid., (Capitulo 7); para el caso de América Latina ver, Cesar Cansino, Coord. Gobiernos y Partidos en América Latina: Un Estudio Comparado. México: Centro de Estudios de Política Comparada, 1997; y Manuel Alcantara, «Análisis Comparado del Papel de los Partidos en los Procesos de Transición Política,» en Silvia Dutrenit y Leonardo Valdes, Coords. El Fin de Siglo y los Partidos Políticos en América Latina. México: Universidad Autónoma Metropolitana-Unidad Iztapalapa, 1994; y para el caso de Bolivia ver, Gerardo Berthin Siles. «El Sistema de Partidos Políticos en Bolivia, 1982-1996: Un Crucigrama por Resolver.» en CIDESPNUD. Gobernabilidad y Partidos Políticos. La Paz: CIDES-PNUD, 1997. 7. Vale la pena aclarar que cuando se menciona la dispersión de la toma de decisiones, no se está excluyendo el papel que ocupa en el proceso 124 "OPINIONES Y ANALISIS" la autoridad legal. Es decir, no está en cuestión quién tiene la última autoridad legal para tomar decisiones (ejemplo el Presidente), sino más bien está en cuestión dónde en el curso normal de eventos, se esta discutiendo, negociando, formulando y decidiendo sobre políticas públicas. 8. Para un análisis más profundo sobre el impacto de la era de la información sobre las sociedades y la política, ver por ejemplo, Manuel Castells. End of Millennium: The Information Age, Economy. Society and Culture [El Final del Milenio: La Era de la Información, Economía, Sociedad y Cultura]. Oxford: Blackwell Publishers, 1998. 9. Ver por ejemplo, Joseph S. Nye, et. al., Why People Don’t Trust Government [Por que la Gente no Confía en el Gobierno]. Cambridge: Harvard University Press, 1997; Juan J. Linz, Seymour Martin Lipset y Amy Bunger Pool, «Condiciones Sociales para la Democracia en América Latina: Análisis de la Encuesta de Latino Barómetro,» en PNUD. Gobernabilidad y Desarrollo Democrático en América Latina y el Caribe. Nueva York: PNUD, 1997 (pp. 15-37); Hans Klingeman. «Compilado del Euro Barómetro y el Latino Barómetro,» (mimeo, 1996); Juan J. Linz y Alfred Stepan, (1996). op. cit; International Forum for Democratic Studies. «Constructing Democracy and Markets: East Asia and Latin América [Construyendo Democracia y Mercado: Asia del Este y América Latina],» Reporte de la Conferencia. Washington DC, 1996; y Laszló Bruszt y János Simon. Polítical Culture and Economic Orientation in Central and Eastern Europe During the Transition to Democracy: The Codebook of the Survey of 10 Countries [Cultura Política y Orientación Económica en Europa Central y del Este Durante la Transición Democrática: El Libro de Códigos de la Encuesta de 10 Países]. Budapest: Institute of Political Science of the Hungarian Academy of Sciences, 1992. "OPINIONES Y ANALISIS" se proyecta después de que estos empiezan a formarse recién a principios del Siglo XVIII. 11. Poliarquía es el concepto promovido y analizado por Robert Dahl en su clásico libro: Polyarchy: Participation and Opposition (Nev Haven: Yale University Press, 1971). Una poliarquía se define como un conjunto de arreglos institucionales que hacen posible la oposición y que establecen el derecho de participar en las política. La poliarquía es similar al concepto de la democracia, pero no es equivalente ya que incorpora como variables a instituciones políticas. La poliarquía se concentra solo en instituciones políticas a nivel nacional. Es así, que la poliarquía es el grado al cual el sistema político nacional se asemeja a una democracia política o mínimamente cumple los requisitos tales como; ser libres para formar y pertenecer a organizaciones políticas, tener la libertad de expresión y el derecho al voto, tener elegibilidad general y no partidaria para puestos oficiales, que los líderes políticos tengan el derecho de competir por popularidad, contar con fuentes alternativas de información y que las instituciones del Estado que hacen políticas públicas dependan del voto u otras expresiones de preferencia democrática. 12. Ver, Berthin Siles, CIDES-PNUD (1997) op. cit. 13. Para un análisis más profundo sobre el Corporativismo latinoamericano ver, Gerardo Berthin Siles, El Caos del Espejo: Un Análisis Político de la Formación Social Latino Americana (1880-1980). La Paz: Editorial Punto Cero, 1998. 10. La formalización de un concepto de democracia tiene sus inicios por el Siglo V antes de Cristo, mientras que el concepto de partidos políticos 14. Ver por ejemplo, Robert D. Putnam. Making Democracy Work: Civic Traditions in Modern Italy [Haciendo que la Democracia Trabaje: Tradiciones Cívicas en la Italia Moderna]. Princeton: Princeton University Press, 1993, pp.6-8; y Robert Dahl. Los Dilemas del Pluralismo Democrático: Autonomía versus Control. Mexico: Alianza Editorial, 1991. 125 126 "OPINIONES Y ANALISIS" 15. Ver por ejemplo, Adam Przeworski, «Some Problems in the Study of Transitions to Democracy [Algunos Problemas en el Estudio de las Transiciones Democráticas],» en Guillermo O’Donnell, et. al. Transitions from Authoritarian Rule: Comparative Perespectives [Transiciones de Gobiernos Autoritarios: Perspectivas Comparadas]. Baltimore: The Johns Hopkins University Press, 1988 (pp. 47-63) y Alfred Stepan, «Paths Towards Redemocratization: Theoretical and Comparative Considerations [Caminos hacia la Redemocratizacion: Consideraciones Teóricas y Comparativas],» en Guillermo O’Donnell, et. al. Transitions from Authoritarian Rule: Comparative Perespectives [Transiciones de Gobiernos Autoritarios: Perspectivas Comparadas]. Baltimore: The Johns Hopkins University Press, 1988 (pp. 64-84). 16. Philippe C. Schmitter. «Civil Society East and Wesr [Sociedad Civil Este Oeste],» en Larry Diamond, et. al. (1998). op. cit (Capitulo 12); Aleksander Smolar. «From Opposition to Atomization [De Oposición a la Atomización],» en Larry Diamond, et. al, (1998). op.cit. (Capitulo 13); E. Gyimah-Boadi. «Civil Society in Africa [La Sociedad Civil en Africa],» en Larry Diamond, et. al, (1998). op.cit. (Capitulo 14); y Ellen Wood. «The Use and Abuse of Civil Society [El Uso y Abuso de la Sociedad Civil],» Socialist Register. London: Merlin, 1990. "OPINIONES Y ANALISIS" se lo hizo a través de tres organismos estadounidenses: 1) El Instituto Americano para el Libre Desarrollo de organización laboral (AIFLD) de la AFL-CIO; 2) el Centro para la Empresa Privada Internacional (CIPE); y 3) los Institutos para relaciones internacionales tanto del Partido Republicano como del Demócrata. Por otro lado el NED también canalizó fondos de apoyo a la sociedad civil a varios países en transición democrática mediante otorgamientos financieros a diferentes organismos multilaterales (Banco Mundial y BancoInteramericano de Desarrollo) y bilaterales (USAID). Ver, Gerardo Berthin Siles, et. al., «Plan for the Assessment of USAID’s Civil Society Support in the Dominican Republic, Chile, Bangladesh and Pakistan [Plan para la Evaluación del Apoyo de USAID a la Sociedad Civil en la República Dominicana, Chile, Bangladesh y Pakistan].» Arlington: Development Associates, Inc., 1993; Laurence Whitehead. “Internactional Aspectos of Democratizacion [Àspectos Internacioanles de la Democratización].» en Guillermo O’Donnell, et. al. Transitions from Authoritarian Rule: Comparative Perespectives [Transiciones de Gobiernos Autoritarios: Perspectivas Comparadas]. Baltimore: The Johns Hopkins University Press, 1988 (pp. 3-41); y National Endowment for Democracy, Statement of Principles and Objectives [Misión y Principios]. Washington, DC: NED, 1983. 17. Como lo argumentó Laurence Whitehead, desde la década de los ´70 hubieron varios mecanismos a través de los cuales principlamente los EE.UU. (y en algunos casos organizaciones europeas como la Social Demócrata y la Comisión Europea) fomentaron valores democráticos como los de la scociedad Civil. Entre los principales mecanismos estaban la Comisión Kissinger y el NED. Este último, se creó en 1983 a través de una iniciativa norteamericana mediante un decreto congresional bipartidario la Fundación Nacional para la Democracia (National Endowment for Democracy) o NED. Desde entonces, el NED fue el principal instrumento de apoyo a la sociedad civil en las nuevas democracias canalizando fondos de apoyo orientados al fortalecimiento de la nueva orden democrática y sus nuevos actores. El apoyo del NED 18. Ver, Gerardo Berthin Siles. «Mitos y Realidades de la Sociedad Civil; Un Análisis desde la Ciencia Política,» Análisis Político Vol. 1 (Abril 1997):83-94. 127 128 19. Ibid,. 20. Ver, Dahl (1991), op.cit., pp. 50-53. 21. Ver, O’Donnell, (1996). op. cit. 22. En este caso, una institución se entiende como una estructura que incrementa la probabilidad de profundizar, crecer y fortalecer, la "OPINIONES Y ANALISIS" "OPINIONES Y ANALISIS" practica, las actividades y los mecanismos políticos; la institucionalización, como una estructura que fortalece las bases de la legitimidad y el funcionamiento institucional del sistema político; y la institucionalidad como la estructura que regula el intercambio político entre la demanda y la oferta, es aquella que reduce o controla la incertidumbre, la que guía la interacción política, la que crea estabilidad y continuidad y la que en última instancia genera el dinamismo necesario para concertar políticas de Estado con visión estratégica. Para mayor análisis sobre las tres ies (III), ver Gerardo Berthin Siles (1998). op. cit. 23. Ver O’Donnell . (1994). op. cit. 129 130 "OPINIONES Y ANALISIS" "OPINIONES Y ANALISIS" ACERCA DE PARTIDOS POLITICOS Y SOCIEDAD CIVIL DE BERTHIN SILES liberación de las prisiones físicas y del espíritu, al alejamiento del abuso, de la corrupción, al crecimiento de la riqueza y la autonomía, a la libertad y a la equidad. El tiempo de inquietudes ha vuelto: la democracia no ha llenado las expectativas. El pueblo recuperó el derecho de elegir a sus autoridades, de garantizar sus libertades, hasta se le ha dado un defensor, pero ¿acaso no se encuentra nuevamente entrampado en el poder de los aparatos partidarios, de las burocracias prebendales, de las injusticias del mercado?. Estos son los temas que producen el análisis y la propuesta de Berthin Siles y cuyo examen revelará las coincidencias y las distancias. Salvador Romero Pittari El texto sugestivo de G.Berthin Siles: Los partidos y la sociedad civil, repensando la participación social y la representación política en las nuevas democracias, me recuerda el ingreso de nuevos socios en los clubs elitistas. Para la admisión de estos últimos la vieja membresía suele pasar al peine fino las conductas y los antecedentes familiares del candidato, olvidando que si a ella se le exigía las mismas condiciones de entrada que ahora se piden, el club tal vez no hubiese existido, sin prejuzgar sobre el funcionamiento del club. Algo parecido sucede con las democracias de la Tercera Ola, aunque algunas de ellas tienen una prosapia que remonta sus orígenes hasta la Primera Ola. La metáfora no es completamente inútil. La enorme discusión suscitada, por ejemplo, en torno a la figura de los diputados uninominales, de su impacto en la participación popular, en el Congreso, en los partidos, más allá de algunos aspectos de técnica jurídica, hubiese ganado mucho con una mirada retrospectiva al funcionamiento en la democracia boliviana de instituciones con elementos similares a los puestos ese momento en debate. Pero es que a los científicos sociales y políticos nos seduce la novelería, como nos repele recurrir a las comparaciones. Dicho esto no se puede dejar de formular la pregunta: ¿por qué la democracia está perdiendo la estima que gozó en los momentos iniciales de su retorno. Y no sólo entre los intelectuales sino también en el pueblo?. Durante muchos años vinculamos la democracia a la 131 El trabajo de Berthin Siles busca analizar en la perspectiva de la ciencia y la filosofía política las relaciones entre el Estado y la sociedad en las democracias recientes, en particular los temas de representación y participación política. En el punto de partida una hipótesis que a la vez es una conclusión: «En las nuevas democracias los partidos políticos como la sociedad civil no han encontrado un papel adecuado, debido a que el proceso democrático vigente carece de una matriz socio-política. El planteamiento que guía el examen y la selección de temas no carece de valor heurístico, tampoco de una cierta circularidad y de un tono normativo antes que empírico que restringe el alcance del estudio. Las democracias de la última ola aparecen caracterizadas por su dificultad para elaborar proyectos hegemónicos de Estado y de país, faltan además de capacidad de innovación y de poder representativo, en contraposición con las democracias de temprano establecimiento que lograron crear «patrones de continuidad, estabilidad y alto rendimiento». Afirmación apoyada en una importante bibliografía actualizada que no es uno de los méritos menores del ensayo aquí considerado. 132 "OPINIONES Y ANALISIS" "OPINIONES Y ANALISIS" Sin embargo, la misma crítica se halla en la literatura referida a los países altamente desarrollados en la política y la economía, como por ejemplo Francia, Inglaterra (Cf. E.Todd L’illusion économique: essai sur la stagnation des sociétés developpées, Gallimard, 1998). Más aún, cabe la pregunta, sin juzgar de la pertinencia social, si el designio de crear una sociedad de mercado integrada al proceso mundial de globalización, no constituye un proyecto hegemónico al cual han adherido las elites, los partidos de las sociedades del Norte y del Sur. De tal proyecto, convertido en políticas de gobierno, deriva algunos de los defectos imputados a la democracia. decisionales, la internacionalización de varios ámbitos antes reservados a la política interna. Cierto, las relaciones entre Estado y sociedad no pueden prescindir de ellos, pero su influjo es de tal naturaleza que el análisis debió detenerse un poco más en ellos. No sólo los sufren los países periféricos, sino también los centrales, al punto que algunos politólogos ven aquí una de las causas del declinar del Estado, caracterizado por el ejercicio de la soberania territorial y el monopolio de la violencia, y ¿por qué no? de su próximo fin. ¿No radica igualmente en estos factores la fragmentación económica, social y cultural de la nación?. La eficiencia exigida por la globalización vuelve sospechosos y arcaicos los valores de solidaridad e igualdad que fundaron la unidad del pueblo, acentuando las distancias entre regiones prósperas y las dejadas a su suerte, entre colectividades viables y las condenadas a morir en la rica mortaja de las tradiciones, desgarrando el tejido social. Convenía, pues prolongar el examen, encadenándolo al examen de sus acciones diferenciales en los distintos actores nacionales, en sus posibilidades de participación y representación. Ni duda cabe, el autor tiene razón cuando pone de manifiesto algunas prácticas,en particular de los países latinoamericanos, opuestas a los valores democráticos tales como las orientaciones corporativas del Estado, cuyas raíces se adentran en el pasado colonial, donde la legitimidad de la Corona se apoyaba en lealtades personalizadas, concretas, teñidas de emotividad. Frente a ellas la legitimidad republicana, más concreta, basada en virtudes intelectuales no consiguió institucionalizarse en los comportamientos efectivos, dejando el espacio social a la primera con su secuela de golpes de Estado, en el pasado y de intereses creados en el presente. Berthin, asimismo, se inquieta con sobrados motivos por el papel preponderante en el juego democrático tomado por los partidos y sus alianzas instrumentales. Aquí ve el signo del advenimiento de una partidocracia, casi sin controles y actuando en beneficio propio, antes que de una democracia, aunque no desconoce las virtudes estabilizadoras de los pactos para el sistema. De igual manera, examina los factores externos que condicionan el funcionamiento de las democracias de cuño nuevo, entre ellos figuran la ampliación de las comunicaciones, del conocimiento, la multiplicidad de centros El tratamiento de los partidos políticos y de la sociedad civil no escapa al peligro de comparar realidades más o menos concretas con modelos ideales. Riesgo conocido por quienes se veían condenar como herejes por no compartir la definición de ortodoxia establecida por el juez. El defecto se torna aún más visible en el acápite referido a la sociedad civil. El autor describe con mayor entusiasmo sus rasgos conceptuales, normativos que el referente empírico, opacado por el brillo del concepto y por la rapidez de su esbozo que le quita toda su densidad histórica. Los problemas de participación, de representación tienen aspectos que los conectan con el funcionamiento real de los vínculos sociales, de su integración, con el debilitamiento o el reforzamiento de los intereses representables. Las políticas en caminadas a incrementarlos no pueden diseñarse al margen de las 133 134 "OPINIONES Y ANALISIS" "OPINIONES Y ANALISIS" bases antropológicas del país, algunas más comunitarias, otras más individualistas, algunas con cuerpos intermedios organizados hace mucho y con diversos grados de adecuación, otras con sistemas más verticales y autoritarios. Las necesidades específicas de unas no son las de otras. La ingeniería social debe contar con un plan, pero no debe descuidar los materiales para la ejecución. se puede entonces destacar el proyecto hegemónico cuando la historia enseña el costo y sufrimiento que su ejecución significó para las minorías culturales y étnicas?. Los temores de la teoría política acerca de la partidocracia o partiarquía son fundados, pero no pueden dispensar la consideración de los poderes limitantes, así éstos sean reducidos. Con frecuencia grupos de interés económico, regional, sindical han obligado al sistema político a transar sobre puntos importantes de su agenda de políticas. Las manipulaciones no son en un sólo sentido van de los partidos hacia otras organizaciones que a su vez manipulan a los primeros enfrentamientos abiertos, seducciones ocultas, afinidades electivas, influencias de doble vía caracterizan en momentos distintos la representatividad y la participación, así como sus grados. Las generalizaciones sobre el tema no dan una idea de los avances y retrocesos en este plano de los actores sociales. Los sectores con menor nivel de participación, poco representados, como tempranamente reconoció la teoria de la marginalidad aplicada por R.Vekemans a América Latina, tuvo el mérito de destacar las debilidades organizativas de los sectores populares, pero a la vez los grados de participación en distintos niveles de la toma de decisiones sociales. Lo que no desconoce el interés del ensayo de Berthin para promover cambios institucionales en las democracias del Continente. Hay dudas en cuanto al planteamiento de que el antiguo mapa de relaciones entre la sociedad civil y el sistema político volvió a su posición inicial después del retorno de la democracia. No es justo desconocer los avances obtenidos en el plano normativo y factual por actores antes postergados como minorías étnicas, mujeres, niños. Asimismo hay una distancia entre el Estado salido de la Revolución de 1952, intento de construcción de la nación, proyectada al futuro, uniformando las diferencias producidas por la historia y la geografía y el de ahora atento a las diferencias, a la variedad de culturas. Aquí, tanto el sistema político y los partidos han mostrado una habilidad para canalizar la diversidad de proyectos y darles formas institucionales, sin que la competencia de especificidades ponga en riesgo los consensos básicos de la democracia. Lo que no significa adoptar una actitud complaciente con el orden actual, pues la construcción de las instituciones de la multiculturalidad está lejos de haber concluido. La insistencia en los proyectos hegemónicos como una de las metas de las reformas plantea dudas por lo menos en su sentido más lato, sobre todo cuando se reconoce en el pluralismo, en el respeto al otro, a su cultura uno de los rasgos de la democracia moderna. ¿Cómo La apreciación del autor en sentido de que los ajustes económicos atrofiaron la transición de los actores tradicionales a actores democráticos es globalmente correcta. Sin embargo dichas políticas tuvieron una acción selectiva. Algunos actores lograron adecuarse mejor que otros. Los más golpeados resultaron los organismos sindicales y en particular la poderosa C.O.B. En el pasado, debido principalmente a la debilidad de los partidos, ella constituyó un contra-poder con capacidad de formular proyectos alternativos a los del Estado. Disminuida en sus efectivos, una parte importante de ellos convertidos a la informalidad, penetrada por organizaciones de sectores medios se encuentra con dificultades para definir un nuevo papel, no 135 136 "OPINIONES Y ANALISIS" "OPINIONES Y ANALISIS" exclusivamente contestatario, en la democracia. Punto de vista compartido por Berthin. aceptar las fallas más visibles de las democracias actuales. ¿Cómo no coincidir en la necesidad de un funcionamiento institucional sólido y una amplia participación ciudadana, un liderazgo renovador y una modernización de los partidos, sindicatos?. Empero la coincidencia con seguridad desaparece cuando se busca dar un contenido sustantivo a las preguntas, es decir dándoles valores concretos por los cuales se baten los actores. Aquí se halla la mayor debilidad del trabajo la prescindencia de la historia, de los temas en debate. El ensayo propone en la «coyuntura actual» una profunda reforma de los sistemas políticos que no se reduzca a cambios constitucionales y administrativos. La frase puede producir un malentendido, pues parecería apuntar a un retorno de los autoritarismos, líneas más abajo éste se disipa, aclarando su alcance: busca una reforma de la democracia inspirada en principios tomados de la teoría y filosofía política. Si bien el autor incide sobre todo en los aspectos instrumentales, en los mecanismos democráticos, en el incremento de la gobernabilidad y la eficacia del liderazgo, postergando la consideración de los valores sobre los que se funda la democracia. Otros enfoques orientan el cambio del régimen representativo hacia el terreno de los valores. Así A.Touraine, igualmente opuesto al Estado Movilizador, demasiado arrogante y al enfrentamiento descarnado de los mercados y las tribus, los riesgos mayores del momento presente para la democracia, busca robustecerla ampliando el espacio social para los actores, individuos o grupos, quienes combinando la razón instrumental, indispensable en un mundo ganado a la técnica y la memoria, sin la cual sólo existen respuestas instrumentales, sometidas a la lógica de los aparatos de dominación, pueden forjar una democracia inspirada por los principios de unidad de la ley, la ciencia y los derechos humanos, tanto como por la diversidad cultural. (A.Touraine, Qu’est ce que la democratie? Fayard, 1994). Tal vez lo propio de la democracia, como lo señaló C.Lefort, sea la inagotable capacidad de sus protagonistas a redefinir sus papeles y derechos en función de sus posiciones, de sus intereses, incorporados en instituciones donde se reflejan las transacciones alcanzadas por las fuerzas sociales en presencia (C.Lefort, L’invention démocratique.Les limites de la domination totalitaire, Fayard, 1983). Finalmente conviene distinguir dos tendencias señaladas en el ensayo que evolucionan generalmente en sentidos contrarios: la partidocracia y la democracia delegada. Tesis difundida por G.O’Donnell, según la cual un poder ejecutivo fuerte y personalizado, respaldado en los resultados electorales, se apropia del juego político eliminando en la práctica de él a los partidos. El proceso se ha producido allí donde los partidos se desgastaron permitiendo la vuelta de autoritarismos apenas disimulados, tal el caso del Perú donde aparece un tipo de populismo centrado en un liderazgo con elementos de carisma, por encima de los partidos y legitimado por la apelación directa al pueblo. Hecho no generalizable al Continente. Berthin plantea un conjunto de preguntas para subrayar la necesidad del cambio. Responder a él afirmativamente implicaría El autor juzga que los países de América Latina y en particular Bolivia, han tenido éxito en pasar del régimen autoritario a otro no autoritario, pero aún no democrático. Diagnóstico duro pero que parece 137 138 "OPINIONES Y ANALISIS" "OPINIONES Y ANALISIS" provenir menos de la situación social donde los avances, si bien no concluidos en materia de libertad y respeto por los derechos, no se pueden negar, que de la concepción normativa de la democracia propia del ensayo. En algunos aspectos la democracia boliviana ha marcado puntos como en el manejo de las diferencias culturales y étnicas. Ni duda cabe, en otros campos hay mucho por hacer. La corrupción y el nepotismo la amenazan tanto como la confianza ciega en el juego de mercado. El autor tiene razón, la democracia debe repensarse y enraizarse en el espíritu de los ciudadanos, tanto a través de reformas constitucionales y legales, cuanto volviendo la mirada a la cultura y la historia de los bolivianos que convertidas en proyectos ofrezcan a cada uno la oportunidad de expresarse con la mayor amplitud posible. 139 140 LAS TEORIAS INSTITUCIONALISTAS Y LA PERCEPCION CIUDADANA CON RESPECTO A LOS PARTIDOS POLITICOS H. C. F. Mansilla Ferret Gerardo Berthin Siles ha presentado un interesante trabajo sobre los vínculos entre los partidos políticos y la sociedad civil1 , basado en las teorías de la transición a la democracia, que en los últimos veinte años han tenido una enorme influencia sobre las ciencias sociales latinoamericanas. Una dilatada producción politológica2 ha puesto el énfasis en el análisis de instituciones y estatutos, en sistemas y comportamientos electorales, en la transición del autoritarismo a la democracia, en asuntos de gobernabilidad y finalmente en la llamada ingeniería política. La calidad, necesidad y pertinencia de estas investigaciones, en las cuales se han destacado Arend Lijphart, Juan J. Linz, Scott Mainwaring, Guillermo A. O’Donnell, Philippe Schmitter y Arturo Valenzuela así como muchos discípulos de Robert A. Dahl, Adam Przeworski y Giovanni Sartori, está fuera de toda duda. Estos enfoques teóricos han contribuido eficazmente a comprender la problemática socio-política latinoamericana de las últimas décadas, a diseñar reformas constitucionales y legales de considerable relevancia y a atenuar la cultura política del autoritarismo. Esta literatura de la transición democrática y los expertos formados bajo su égida poseen una inclinación institucionalista, que es imprescindible y legítima como especialización y delimitación temáticas dentro de una inmensa área del saber3 . 141 Pero esta tendencia puede conllevar una distorsión del análisis socio-político si (1) por privilegar las esferas institucional y electoral se descuidan otros campos igualmente importantes y si (2) se mantiene una marcada propensión a la argumentación circular, es decir a vislumbrar la identificación general de los problemas a tratar, su análisis y contenido concretos y hasta las conclusiones pertinentes dentro de los mismos textos que ahora han adquirido la categoría de clásicos. Lo que yo trataré aquí es complementar este enfoque mediante algunos argumentos provenientes de otras teorías políticas. En todo el Tercer Mundo muchas ilusiones desautorizadas por los acontecimientos de los últimos años se deben a la creencia de que la ingeniería política, los cambios institucionales y la instauración de una economía de libre mercado bastarían para generar democracias duraderas y bienestar colectivo. Considerables expectativas ligadas a los procesos de modernización, globalización y democratización en vastas áreas de América Latina han resultado una simple desilusión porque la inmensa mayoría de los cambios institucionales, los afanes de la ingeniería política, las reformas electorales, la renovación de los Poderes Judicial y Legislativo y hasta la reducción del aparato administrativo-burocrático han modificado el país legal, pero han dejado bastante incólume el país real de la respectiva sociedad4 . En medio de la euforia modernizante y democratizante, Edelberto TorresRivas ha esbozado una tesis muy interesante, que inspirará parcialmente este ensayo: la desconfianza hacia la política puede trasladarse como desconfianza hacia la democracia5 . Los enfoques institucionalistas parten de la presunta bondad intrínseca de la democracia y la modernización en cuanto metas normativas y hasta obligatorias de la evolución histórica. No cuestionan, por lo tanto, la positividad de sus propios valores de orientación, a 142 "OPINIONES Y ANALISIS" "OPINIONES Y ANALISIS" los que de ese modo se les atribuye una validez a priori. Los pensadores de estas corrientes no relativizan sus conceptos fundamentales de modernidad, democracia, pluralismo, mercado libre y globalización. Una parte de esta literatura confunde –a menudo premeditadamente– medios y fines: la senda de la democratización, ciertamente indispensable, es identificada con la consecución de una sociedad razonable. Además estas doctrinas pasan por alto una serie de importantes factores y pautas evolutivas del mundo contemporáneo que no son favorables a objetivos razonables de largo aliento. En algunos casos esta carencia de un genuino espíritu crítico se debe parcialmente a que muchos de los propagandistas de la democracia representativa y pluralista exhiben la misma actitud apologética y laudatoria que demostraron ante los regímenes socialistas cuando estos señores estaban bajo la influencia casi mágica del marxismo. Sobre todo en América Latina se ha desatado, a partir de aproximadamente 1980, una ola acrítica de defensa de la democracia moderna de corte occidental y de la economía de libre mercado, que olvida un punto esencial: por más perfecto que sea, el modelo democrático basado en el liberalismo económico es, en el fondo, sólo un medio para alcanzar fines ulteriores, un camino para lograr metas realmente importantes a largo plazo. Entre ellas se hallan, por ejemplo, el bienestar de la población, su perfeccionamiento ético y la reconciliación con la naturaleza. emplear generosamente la comparatística (a veces de forma muy refinada y heurística), estas teorías se inclinan por diagnósticos y soluciones de índole universalista. Aunque ésto ha demostrado tener una clara racionalidad en el terreno de los derechos humanos y de ciertos estatutos de la democracia representativa (no se han inventado aun instituciones alternativas claramente superiores), esta tendencia no posee el mismo carácter razonable en la esfera de la remodelación de la administración estatal y menos de la cultura política prevaleciente desde antigua data. De todos modos, los fenómenos concretos –las naciones y las sociedades reales– aparecen a menudo como meros casos específicos de aplicación de las doctrinas generales. Otro grupo de temas descuidados por las teorías institucionalistas tiene que ver con la realidad histórico-cultural donde ocurren los procesos de transición y donde se aplican las recetas de la ingeniería política. Estos enfoques pueden ser calificados de generalistas porque tienden a abstraer de las numerosas y variadas realidades socio-culturales, históricas y antropológicas inherentes a los países en los que suceden los ensayos de democratización. Es decir: a pesar de manejar masas notables de conocimientos empíricos y Anticipando el resultado de esta crítica se puede aseverar que después de largos años de transición a la democracia y de un laborioso ingreso a la mal llamada globalización, en tierras bolivianas el proceso de democratización ha generado notables edificios institucionales, legales y electorales que coexisten en curiosa simbiosis con estatutos normativos, costumbres ancestrales y prácticas cotidianas premodernas, particularistas y hasta irracionales6 . Muchas veces la democratización y la modernización han servido para revigorizar tradiciones premodernas y, de este modo, hacerlas más resistentes frente a impugnaciones realmente innovadoras. Algunos de los políticos más distinguidos del país han afirmado en un rapto autocrítico (obviamente sin consecuencias prácticas): “La demagogia nos está liquidando”; “los liderazgos políticos son exclusivistas y excluyentes y tienen una visión estrecha del Estado y la nación”; los partidos se han convertido en “castas y grupos cerrados que utilizan a la comunidad sólo como mecanismo electoral para lograr espacios de poder”; los estatutos partidarios “son papel mojado”7 . Si ésto conceden los propios políticos, es probable que la realidad sea ligeramente peor. Y este nivel aun más negativo es el percibido por la opinión pública y la sociedad bolivianas. 143 144 "OPINIONES Y ANALISIS" "OPINIONES Y ANALISIS" En cambio los pensadores institucionalistas construyen sus edificios teóricos como si viviéramos en un mundo de posibilidades irrestrictas y potencialidades básicamente promisorias8 . Esto implica, al mismo tiempo, ignorar el peso de la historia y de la herencia cultural, los aspectos inmersos en la psicología social de masas, la calidad de las élites políticas y las limitaciones inescapables que la naturaleza y los recursos naturales imponen sobre todos los designios humanos. La percepción de los partidos y los políticos de parte de la población tiene que ver con uno de los problemas poco estudiados por los enfoques institucionalistas, que se refiere a la calidad intelectual y ética de los grupos dirigentes encargados de implementar las reformas modernizadoras e introducir la economía de libre mercado. En Bolivia la opinión pública que podemos llamar esclarecida está asombrada al observar que la mayoría de las personas ahora consagradas a la ideología neoliberal representa fragmentos de las antiguas élites pro-estatistas, antidemocráticas e iliberales. Han cambiado ciertamente su discurso ideológico y sus alianzas externas, pero siguen siendo la misma capa privilegiada de antaño, -pero éso sí: ahora con una mejor educación cosmopolita y con inclinaciones tecnicistas. Fracciones de élites actuales, legitimadas democráticamente, han resultado ser grupos a veces remarcablemente autosatisfechos y arrogantes, lo cual no sería tan grave si estos grupos denotaran mayor competencia administrativa, honradez en el desempeño de sus funciones y algo de interés por la estética pública. Lo que han logrado, y ésto sin duda alguna, es la separación entre ética y política, hecho de gran relevancia en el largo plazo. En líneas generales puede aseverarse que una parte de la población boliviana vislumbra la constelación socio-política de la siguiente manera. La democracia representativa, unida a la economía de libre mercado, está dirigida por élites y partidos políticos, cuya competencia técnica, cualidades morales y hasta common sense han resultado ser bienes notablemente escasos. Pero al mismo tiempo – y ésto constituye lo realmente preocupante– parece que esta situación es vista por la población como un fenómeno natural, es decir como algo que los mortales no pueden modificar mediante actos conscientes y que, por lo tanto, la actitud adecuada es la pasividad y la resignación. Una muestra de ello es el comportamiento de la sociedad en los actos electorales, en los que se empeña en elegir libremente a gobernantes y grupos políticos de dudosa calidad. Basta recordar aquí el caso tristemente célebre de El Alto, cuya población se dedica afanosa e ingenuamente a reelegir a la misma élite corrupta que es responsable por una desastrosa gestión administrativa. No existen para el caso boliviano investigaciones de psicoanálisis socio-político, de modo que no podemos afirmar taxativamente que muchos electores aman a quienes les toman el pelo, pero en todos los pueblos del planeta se da ocasionalmente el fenómeno del masoquismo colectivo, según el cual una porción significativa de los electores elige libremente a élites políticas de dudosa calidad, sabiendo que estas élites les van a engañar deliberada y metódicamente. La misma opinión esclarecida vislumbra una enorme brecha entre el “tiempo político” y el “tiempo de los problemas”. Las preocupaciones de los políticos y su horizonte temporal, determinado precisamente por factores democráticos tales como las elecciones y las exigencias de los votantes, son de plazo breve; las masas de los ciudadanos piensan en dimensiones de corto aliento y en soluciones simples, fácilmente comprensibles. Al carácter de estas demandas se amolda la programática simplista de los partidos y las propuestas demagógicas y falaces de los políticos9 . Pero aun dejando de lado estas prácticas detestables, las élites gubernamentales no tienen opciones para los grandes retos de índole más o menos inminente: “Las élites 145 146 "OPINIONES Y ANALISIS" "OPINIONES Y ANALISIS" estatales no tienen idea de qué hacer”, afirmó un destacado politólogo de origen israelita. [...] “Mi propia experiencia al asesorar a quienes toman decisiones de alto nivel [...] refuerza una conclusión grave: inclusive cuando los principales políticos y sus asesores tienen el poder adecuado e incluso si tuvieran todavía más, muchas veces no sabrían qué hacer para enfrentar los problemas del siglo XXI”10 . circunstanciales, fácilmente reemplazables; su máxima habilidad consiste en vender en el momento adecuado –y a buen precio– esas modestas destrezas a un público ingenuo que tampoco exige gran cosa de ellos. Parafraseando a un clásico (Edward Gibbon), se puede decir que no hay que suponer un anhelo elevado –la democratización de la propia sociedad–, si en el comportamiento de la élite política se puede hallar un simple motivo vil: el enriquecimiento mediante la corrupción. En Bolivia los dirigentes y partidos democráticos han imitado con cierto éxito el liberalismo económico de los países del Norte, pero han despreciado con igual energía las virtudes cívicas que hicieron grandes a aquellos países: han desestimado el espíritu crítico y científico de Occidente, pero han importado sin restricciones la estulticia difundida por los medios masivos de comunicación y la comercialización de la vida cotidiana. Sectores de la población estiman que algunas élites contemporáneas son agrupaciones de los astutos, coaligados metódicamente contra los de espíritu crítico y vocación ética. Se puede aseverar que en este empeño algunos políticos han mostrado una perseverancia digna de mejores causas, cosechando un éxito considerable. Tendencias intelectuales del presente son altamente favorables a esta evolución. El elogio del cinismo, la celebración del “todo vale”, la postulada separación entre política y moral y otras lindezas asociadas con las modas intelectuales del día han preparado el actual clima de laxitud ética, irresponsabilidad financieroadministrativa e ineptitud técnico-intelectual que parece prevalecer. A varios sectores de la opinión pública les parece, por ejemplo, que muchos políticos profesionales son personas con un nivel cultural bastante limitado y con un horizonte de anhelos muy restringido: potestas, pecunia y praestigium. Precisamente en el marco de la democracia de masas los líderes políticos tienden a parecerse a los presentadores de televisión y a los expertos en relaciones públicas. En más de un caso sus escasos conocimientos son poco fundados, En Bolivia las élites contemporáneas han aprendido a celebrar elecciones totalmente limpias y correctas y simultáneamente ciertos miembros de ellas se apropian de fondos públicos; mientras algunos políticos, propician reformas institucionales de indudable calidad y necesidad, otros se consagran a favorecer a los grupos que cuentan con fuerte respaldo político con contratos superfluos, pero legales, asesorías sobrevaluadas, trabajos prescindibles para el reducido Estado neoliberal y muchos otros instrumentos de enriquecimiento rápido, que son usados por algunos funcionarios que implementan la necesaria modernización del aparato burocrático y la inexcusable reforma del Poder Judicial. Parte de la clase política que propugna las reformas institucionales ha desplegado una envidiable destreza para que éstas últimas no modifiquen esencialmente el marco de viejos privilegios y prácticas consuetudinarias donde esa clase ha actuado habitualmente. En América Latina la creación de nuevos órganos dentro del Poder Judicial, como la corte constitucional, el defensor del pueblo, el consejo de la magistratura, el consejo de Estado y los tribunales contenciosoadministrativos o la introducción de nuevos códigos y estatutos legales, no han logrado desterrar o siquiera aminorar los vicios clásicos de esta institución: la extrema lentitud de los juicios, la corrupción proverbial de jueces y funcionarios de los tribunales, el carácter innecesariamente enrevesado y tortuoso de los procedimientos y la subordinación del Poder Judicial al Poder Ejecutivo 11 . En Bolivia las reformas 147 148 "OPINIONES Y ANALISIS" "OPINIONES Y ANALISIS" institucionales, que han recibido una amplia publicidad internacional, fueron alentadas por muy conocidos teóricos de la transición democrática que actuaron como asesores del gobierno. Ni las modificaciones constitucionales (como una ley de extensa municipalización del país o la elección de la mitad de los diputados según listas nacionales y la otra mitad de acuerdo a circunscripciones uninominales12 , siguiendo el modelo alemán actual), ni la creación de nuevas instituciones en el seno de los Poderes Ejecutivo y Judicial, ni la multiplicación de leyes y estatutos, han servido para alterar substancialmente las prácticas clientelísticas, la ineficiencia y corrupción de todas las instancias estatales y la concepción básicamente prebendataria de distribución de cargos públicos. Si bien funcionan desde hace poco tiempo y sólo en ciertos países, se puede sostener que hasta ahora en América Latina ni el Defensor del Pueblo ni los Tribunales Constitucionales ni órganos similares han podido alterar básicamente la pesada herencia del autoritarismo y prebendalismo. Muchos de los políticos profesionales se caracterizan por una energía indomable de índole perversa y por la incapacidad de aprender algo nuevo con respecto a sus prácticas consuetudinarias; su cinismo es tan grande y tan profundo que nunca llegan a preguntarse si tal vez han actuado equivocadamente o si han violentado principios elementales de ética. Desde que existen los actuales sistemas democráticos con partidos de masas, aparatos burocráticos en el seno de los mismos y elecciones periódicas, varios políticos trabajan por consolidar esta imagen, que aparentemente no les quita el favor del público: este último se ha acostumbrado a no percibir en la política el reino de la inteligencia, la moralidad y el talento. Una de las consecuencias de este estado de cosas es que precisamente en sociedades democráticas la política se convierte en el imperio de la repetición y el tedio: el factor más efectivo para el socavamiento de la democracia desde su interior y para diluir su legitimidad está ya dado. Lo paradójico reside en el hecho ya mencionado de que los ciudadanos sigan votando masivamente por partidos y figuras que los decepcionan previsible y continuamente. Todo ésto estropea seriamente la legitimidad de la democracia contemporánea. Por otra parte nunca, en Bolivia nunca se han gastado tantos fondos como en los últimos años en la modernización de la policía nacional, y nunca la inseguridad ciudadana ha sido mayor13 . Jamás se había discutido tanto sobre temas de medio ambiente (incluidas las muchas cumbres presidenciales y la creación de innumerables instancias consagradas presuntamente a cuestiones ecológicas, como el Ministerio de Desarrollo Sostenible), y nunca se han aniquilado tantos bosques como en los últimos años 14 . Nunca se hicieron tantos esfuerzos modernizadores para ampliar y mejorar las autonomías municipales, y jamás se dio una ola similar de corrupción y apropiación privada de fondos fiscales en el ámbito de las alcaldías y comunas descentralizadas. 149 Según todas las encuestas en torno a la cultura política boliviana, la gente, a pesar de no estar satisfecha con el régimen democrático específico, se declara partidaria de la democracia como norma suprema de convivencia y está dispuesta a defenderla. Pero esta apreciación positiva y promisoria no se extiende a las instituciones, y menos aun a los políticos de carne y hueso. La población afirma, por ejemplo, que la actividad de los partidos le produce desconfianza, disgusto, aburrimiento, indiferencia o irritación, pero, al mismo tiempo, cree que la democracia es indispensable y que los partidos y los políticos son necesarios. Lo que anhela la gente es que los partidos y los políticos modifiquen sus pautas habituales de comportamiento, pautas que están 150 "OPINIONES Y ANALISIS" "OPINIONES Y ANALISIS" exentas de una ética razonable y alejadas de la modernización de la mentalidad que anhela la población. Las encuestas sobre la cultura política del país muestran un serio desencanto, una genuina desilusión de la población boliviana con respecto a los partidos políticos15 . Junto con el Parlamento16 , el Poder Judicial y la policía, los partidos tienen el dudoso honor de compartir las posiciones más bajas de la apreciación colectiva. Y ello precisamente porque (1) el estamento político es el más apegado a las pautas convencional-conservadoras de comportamiento, (2) porque muchos políticos practican o toleran las costumbres más deplorables de nuestro pasado (como el aligeramiento sistemático del erario fiscal) y (3) porque aquí se da con extrema claridad la proverbial distancia entre retórica y realidad, entre teoría y praxis. La decadencia total del debate ideológico-programático y la transformación de la política en un mero espectáculo de los medios masivos de comunicación y en un juego de imágenes y consignas simplistas, pero llamativas por su impacto visual y su marcado infantilismo, han acrecentado el aburrimiento y la decepción del público. Las llamadas soluciones pequeñas, las promesas elementales y las modestas medidas de carácter cotidiano-elemental tienden paradójicamente a incrementar este malestar, pues al parecerse e igualarse entre sí y al brindar la impresión de un evidente oportunismo electoral, los partidos pierden su identidad y, por consiguiente, su razón de ser. Aquí la modernización parece restringirse a una simple pragmatización de programas y prácticas. Las pocas defensas del “sistema” y del Parlamento que se han publicado se han distinguido por su carencia de argumentos razonables o por su simple cinismo17 . la población boliviana ha adoptado los valores de la democracia representativa, pluralista y liberal, simultáneamente con la economía de libre mercado bajo la égida de la empresa privada. Sin embargo, la democracia ha puesto también de manifiesto el fenómeno de la corrupción, y lo que salido a la luz pública es de una magnitud y persistencia asombrosas. La desilusión ciudadana tiene que ver con el incremento y hasta con la popularización de la corrupción y la corruptibilidad en los últimos tiempos. La modernización no desterró a estos fenómenos del país, sino que los actualizó técnicamente, y ésto es lo preocupante: las diferentes facetas del progreso material parecen favorecer modelos muy refinados de corrupción, que no son percibidos como algo negativo y más bien son tolerados discreta y efectivamente. Una buena parte de la población duda de que se pueda terminar con la corrupción si la implementación de posibles medidas contra esta plaga estaría en manos de los políticos, los funcionarios y los jueces que se aprovechan de ella. ¿Cómo poner en marcha, por ejemplo, la reforma de la educación y la del poder judicial con y mediante la misma gente, es decir la masa de maestros y jueces, que es la responsable del desbarajuste actual?. La prensa no se cansa de afirmar que la “corrupción deslegitima a los gobernantes”18 , pero ésto no causa mella en la élite política. El presidente del Consejo Episcopal Latinoamericano (CELAM), el arzobispo Oscar Andrés Rodríguez Madariaga, aseveró que la “pobreza en América Latina se debe a la corrupción política” y que la “dirigencia política corrupta es la causa de la pobreza”19 , pero estas opiniones no tienen ninguna influencia sobre algunos destinatarios de la crítica. Son opiniones probablemente compartidas por la mayoría de la población. De ser ésto así, no hay mucho que agregar. El proceso de democratización a partir de 1982 ha hecho retroceder la tradicional cultura política del autoritarismo. En general El carácter imitativo, parcial y hasta superficial de las reformas modernizantes se da en forma patente en la burocracia estatal. El 151 152 "OPINIONES Y ANALISIS" "OPINIONES Y ANALISIS" público se percata, por ejemplo, de que la distancia entre la pretensión propagandística y los hechos efectivos de la praxis coditiana se manifiesta en aquellos sectores estatales donde se han iniciado presuntamente procesos modernizadores. Es probable que la población esté hastiada con las clásicas propuestas para crear leyes y reestructurar reparticiones oficiales, como si ello tuviese alguna consecuencia sobre el funcionamiento real de los órganos del Estado y sobre las pautas de comportamiento de los servidores públicos. Quizá el público está cansado con esas consignas que pretenden humanizar o democratizar el modelo económico, sin indicar concretamente cómo, consignas que suenan bien y no obligan a nada. No es casualidad que temas ligados a las perspectivas de largo aliento estuvieran totalmente ausentes de la última campaña electoral y de los debates actuales, como la abolición del servicio militar obligatorio, la destrucción de los bosques tropicales, la contaminación ambiental en las ciudades o la inseguridad ciudadana. En resumen: es probable que la población boliviana perciba en los partidos y los dirigentes políticos21 males que no pueden desaparecer de la faz de la Tierra, y ante los cuales hay que exhibir un comportamiento pragmático. El público, por más ingenuo e ignorante que sea, se da cuenta de la enorme distancia entre promesa y realidad. Trabaja y prospera lentamente al lado y a veces en contra de la praxis estatal. Una de las grandes ventajas del régimen semi-liberal implantado en 1985 –tal vez la mayor– es que el Estado interfiere mucho menos en las actividades de los ciudadanos; que éstos sean dejados en paz por la burocracia es ya un genuino progreso. Su desafecto por la política lo manifiesta de diferentes maneras: una abstención cada vez mayor en la elecciones20, la tendencia a cambiar de preferencia electoral muy a menudo, la sustitución de políticos profesionales por deportistas, cantantes, reinas de belleza y anunciadores de televisión, el surgimiento de partidos sin ideología y tradición, y la suplantación del interés político-ideológico por el consumismo desenfrenado. 153 154 "OPINIONES Y ANALISIS" "OPINIONES Y ANALISIS" NOTAS 1. Gerardo Berthin Siles, Partidos políticos y sociedad civil: repensando la participación social y la representación política en las nuevas democracias, La Paz: s.e. 1998 2. Cf. entre muchos otros: Julio Cotler (comp.), Estrategias para el desarrollo de la democracia en Perú y América Latina, Lima: IEP 1990; Robert A. Dahl, Democracy and Its Critics, New Haven: Yale U.P. 1989; Larry Diamond / Juan J. Linz / Seymour Martin Lipset (comps.), Democracy in Developing Countries. Latin America, Boulder: Lynne Rienner 1989; Jon Elster / Rune Slagstad (comps.), Constitutionalism and Democracy, Cambridge: Cambridge U.P. 1988; Arend Lijhart, Democracies: Patterns of Majoritarian and Consensus Government in Twenty-One Countries, New Haven: Yale U.P. 1984; Arend Lijphart (comp.), Parliamentary versus Presidental Government, Oxford: Oxford U.P. 1992; Juan J. Linz, La quiebra de las democracias, Madrid: Alianza 1987; Juan J. Linz, Democracy: Presidential or Parliamentary. Does it a Difference?, New Haven: Yale U. P. 1992; Juan J. Linz / Arturo Valenzuela (comps.), The Failure of Presidential Democracy. Comparative Perspectives, Baltimore etc.: Johns Hopkins U.P. 1994; Juan J. Linz / Alfred Stepan, Problems of Democratic Transition and Consolidation: Southern Europe, South America and Postcommunist Europe, Baltimore etc.: Johns Hopkins U.P. 1996; Scott Mainwaring / Timothy R. Scully (comps.), Building Democratic Institutions: Party Systems in Latin America, Stanford: Stanford U.P. 1995; Scott Mainwaring / Guillermo A. O’Donnell / J. Samuel Valenzuela (comps.), Issues in Democratic Consolidation: The New South American Democracies in Comparative Perspetive, Notre Dame: Notre Dame U.P. 1992; James March / Johan Olsen, Rediscovering Institutions: The Organizational Basis of Politics, New York: The Free Press 1989; Gabriel Murillo (comp.), Hacia la consolidación democrática andina: 155 transición o desestabilización, Bogotá: Universidad de los Andes 1993; Guillermo A. O’Donnell / Philippe Schmitter / Laurence Whitehead (comps.), Transitions from Authoritarian Rule: Prospects for Democracy, Baltimore etc.: Johns Hopkins U.P. 1986 (2 vols.); Carina Perelli / Sonia Picado / Daniel Zovatto (comps.), Partidos y clase política en América Latina en los ‘90, San José: IIDH/CAPEL 1995; Adam Przeworski, Democracy and the Market. Political and Economic Reforms in Eastern Europe and Latin America, Cambridge: Cambridge U.P. 1991; Giovanni Sartori, Teoría de la democracia, Madrid: Alianza 1987; Giovanni Sartori, Parties and Party System. A Framework for Analysis, Cambridge: Cambridge U.P. 1976; Giovanni Sartori, Comparative Constitutional Engineering: An Inquiry into Structures, Incentives and Outcomes, New York: New York U.P. 1994; William C. Smith / Carlos Acuña / Eduardo Gamarra (comps.), Democracy, Market, and Structural Reform in Latin America, New Brunswick: Transaction 1993 3. Cf. entre otros: Mario Daniel Serrafero, Instituciones políticas de América Latina: revisión de enfoques teórico-metodológicos, en: SISTEMA. REVISTA DE CIENCIAS SOCIALES (Madrid), Nº 122, septiembre de 1994, pp. 83-99 (con especial referencia al debate presidencialismo versus parlamentarismo); William C. Smith, Reestructuración neoliberal y escenarios políticos en América Latina, en: NUEVA SOCIEDAD (Caracas), Nº 126, julio/agosto de 1993, pp. 25-39; Juan Carlos Portantiero, Revisando el camino: las apuestas de la democracia en Sudamérica, en: SOCIEDAD (Buenos Aires), Nº 2, mayo de 1993, pp. 17-34 4. De los autores aquí nombrados Guillermo A. O’Donnell es el que últimamente ha desplegado un espíritu crítico-filosófico que lo diferencia de los otros autores, de quienes él menciona sus puntos flacos. Cf. su brillante ensayo Ilusiones sobre la consolidación, en: NUEVA SOCIEDAD, Nº 144, julio/agosto de 1996, pp. 70-89; O’Donnell, Rendición de cuentas horizontal y nuevas poliarquías, en: NUEVA SOCIEDAD, Nº 152, noviembre/diciembre de 1997, p. 153 sq.; 156 "OPINIONES Y ANALISIS" O’Donnell, Estado, democratización y ciudadanía, en: NUEVA SOCIEDAD, Nº 128, noviembre/diciembre de 1993, pp. 62-87.- También es sugerente el trabajo de Samuel P. Huntington, Democracy in the Long Haul, en: JOURNAL OF DEMOCRACY (Washignton), vol. 7, Nº 2, abril de 1992, pp. 3-13: Aunque Huntington parte acríticamente de la democracia representativa actual en cuanto paradigma atemporal de evolución histórica, admite que la introducción de modelos democráticos en países del Tercer Mundo puede generar condiciones de anomia colectiva (“todo vale”, desintegración de los lazos primarios y de la moralidad pública) y concitar además el ascenso al poder de grupos populistas y fundamentalistas anti-occidentales (pp. 6-8). 5. Edelberto Torres-Rivas, América Latina. Gobernabilidad y democracia en sociedades en crisis, en: NUEVA SOCIEDAD, Nº 128, noviembre/ diciembre de 1993, pp. 88-101 6. Sobre la democratización interna de los partidos cf. el instructivo e informativo análisis de María Teresa Zegada, Democratización interna de los partidos políticos en Bolivia, La Paz: ILDIS 1996 (Serie Debate Político # 3) 7. Cf. los testimonios autocríticos en: Grupos de presión manejan los partidos (Entrevista con el diputado Hugo Carvajal), en: LA RAZON (La Paz) del 23 de junio de 1998, p. A 3; Militantes: retomar los valores de la ideología, en: PRESENCIA (La Paz) del 28 de junio de 1998; Admiten culpas propias y ajenas: Políticos: la demagogia nos está liquidando, en: ibid., p. A 6; La mala hora de los partidos, en: ibid. 8. Gerardo Berthin Siles, op. cit. (nota 1), p. 8: el balance sería más optimista que pesimista. El autor menciona una pista interesante: Joseph S. Nye et al., Why People Don’t Trust Government, Cambridge: Harvard U.P. 1997 9. "OPINIONES Y ANALISIS" LIBERALES (México), vol. 11, Nº 53, mayo/junio de 1997, pp. 6870 10. Ibid., p. 71 11. En el Perú el autogolpe del Presidente Alberto Fujimori en abril de 1992 abarcó la disolución del Parlamento y de la Corte Suprema de Justicia, las dos medidas más aplaudidas y apoyadas por el grueso de la población. El “nuevo” aparato judicial está conformado, empero, casi totalmente por los antiguos jueces y funcionarios, cuyos niveles de corrupción y corruptibilidad han ascendido en los últimos años. El “nuevo” parlamento denota los mismos defectos que el anterior, además de un marcado descenso en la calidad del debate.- Sobre el marco general de la situación peruana cf. Romeo Grompone, El reemplazo de las élites políticas en el Perú, en: NUEVA SOCIEDAD, Nº 144, julio/agosto de 1996, pp. 114-125; Ulrich Goedeking, La “independización” de la política. Un debate actual y una mirada hacia el Perú, en: LA RAZON (suplemento VENTANA) del 17 de marzo de 1996, pp. 12-13 12. Cf. Pobre gestión parlamentaria: el naufragio de los uninominales, en: LA RAZON del 14 de diciembre de 1997, p. A 23; Cuatro meses de gestión en la Cámara Baja: Las comisiones no trabajaron con todo su nuevo potencial, en: ibid., p. A 24 (con opiniones idénticas de políticos de la coalición gubernamental y de partidos de la oposición).- Sobre la situación político-institucional boliviana cf. la visión de conjunto: René Antonio Mayorga, Reforma política y consolidación de la democracia en Bolivia, en: Gabriel Murillo (comp.), Hacia la consolidación democrática andina: transición o desestabilización, Bogotá: Universidad de los Andes 1993, pp. 15-79 13. Cf. Peter Waldmann (comp.), Justicia en las calles. Ensayos sobre la policía en América Latina, Medellín: Dike 1996 (con dos contribuciones sobre la situación boliviana) Yehezkel Dror, Propuestas para el nuevo milenio, parte I, en: PERFILES 157 158 "OPINIONES Y ANALISIS" 14. Cf. sobre la situación general en América Latina: Eduardo Gudynas, Los malentendidos del desarrollo sustentable, en: TIERRA AMIGA (Montevideo), Nº 22, 1994, pp. 50-53 15. Cf. entre otros: Seguridad humana en Bolivia, La Paz: PNUD/ILDIS/ PRONAGOB 1996; Encuesta de cultura ciudadana, La Paz: Secretaría Nacional de Participación Popular 1996; y la encuesta de Latinobarómetro, citada y analizada en el informativo artículo de Carlos F. Toranzo Roca, Democracia y cultura política en Bolivia, en: Democracia y cultura política en Bolivia, La Paz: Foro de Gobernabilidad y Desarrollo Humano, separata de PRESENCIA de febrero de 1997. Encuestas anteriores de la Universidad Católica de Bolivia confirman tendencias similares. 16. Hay, sin duda alguna, un enorme descenso en el nivel intelectual del debate parlamentario, sobre todo si se compara el Poder Legislativo actual, elegido del modo más democrático, con el llamado parlamento oligárquico de antes de 1951. Cf. Gabriel Chávez, Polemistas ayer, “alzamanos” ahora, en: LA PRENSA (La Paz) del 5 de julio de 1998, p. 9a.- Cf. también: Ruy Omar Suárez, El paraíso dorado de los políticos, en: LA RAZON del 28 de junio de 1998, suplemento VENTANA, pp. 8-9. Esta situación no ha mejorado en nada con la instauración de los llamados diputados uninominales: cf. Mariví Pascual /Inga Llorenti, Los enredos de los honorables “unis”, en: LA PRENSA del 28 de junio de 1998, p. 8a "OPINIONES Y ANALISIS" absolutismo preliberal y el cinismo postmodernista. Además: mal de muchos, consuelo de tontos. 18. José Gramunt de Moragas, S.J., La corrupción deslegitima a los gobernantes, en: PRESENCIA del 10 de julio de 1998 19. La pobreza en América Latina se debe a corrupción política, en: PRESENCIA del 10 de julio 1998; Dirigencia política corrupta es la causa de la pobreza, en: ibid. 20. No todas las naciones latinoamericanas han alcanzado los índices de Haití, donde el índice de abstención electoral llegó al 95 % [sic] en abril de 1997. Pero en todas partes hay una inclinación en ese sentido. Cf. Arnold Antonin, Haití: un pueblo desesperado, en: NUEVA SOCIEDAD, Nº 154, marzo/abril de 1998, p. 31 21. Cf. Blithz Lozada / Marco Antonio Saavedra, Democracia, pactos y élites. Genealogía de la gobernabilidad en el neoliberalismo, La Paz: Instituto de Investigaciones de Ciencia Política 1998.- La obra es de un carácter exageradamente pesimista y sectario, pero muestra una forma del sentir escéptico de la colectividad intelectual con respecto a las élites políticas. 17. Omar Chávez Zamorano, Los inquisidores del Parlamento, en: LA RAZON (suplemento VENTANA) del 12 de julio de 1998, p. 13: La situación del parlamento boliviano no sería tan grave porque en todos los países del mundo los diputados y senadores son “crápulas” y porque las instituciones, las políticas públicas y la moral colectiva serían de índole tan “compleja” que nadie se debería arrogar el derecho de criticar fenómenos tan alejados de las facultades intelectuales comunes y corrientes. Esta argumentación tiene simultáneamente el aroma del 159 160 "OPINIONES Y ANALISIS" "OPINIONES Y ANALISIS" Hugo Carvajal Donoso (1953) Gerardo Berthin Siles (1963) Sociólogo, fundador del MIR, fue Subsecretario del Ministerio de Planeamiento (1985), Diputado Nacional a partir de 1989 por Tarija, representa actualmente a la Circunscripción 48 (Provincia Gran Chaco). Integró la Dirección Nacional (1985-1995) y es miembro del Comité Ejecutivo Nacional del MIR desde 1997. Autor de Radiografía Electoral y Política (1998). Obtuvo la maestría en Ciencias Políticas en la Universidad de Chicago (1992). Realizó trabajos de investigación en Estados Unidos, dictó cátedra en diversas universidades bolivianas. Se desempeñó como Oficial de Programas del PNUD y es actualmente Director en las Maestrías de la Universidad Católica Boliviana-Harvard. Autor de textos en inglés y español, se especializó en temas ligados a los partidos políticos y la sociedad civil. Roberto Moscoso Valderrama (1961) Salvador Romero Pittari (1938) Ingeniero Químico, con estudios de post grado en Colombia, fue docente universitario. Ejerció cargos en los Comandos Nacional y Departamental de La Paz del MNR. Fue elegido Diputado desde 1993, ocupando la Jefatura de la Bancada del MNR. Actualmente preside la Comisión de Derechos Humanos de la Honorable Cámara de Diputados. Abogado (1961) y Doctor en Sociología en la Escuela Práctica de Altos Estudios de París (1973), es Profesor universitario desde 1966. Fue Ministro Secretario de la Presidencia (1980) y Embajador ante la UNESCO (1989-1992). Ha escrito sobre movimientos sociales, regionales y el desarrollo de la sociología en Bolivia, con publicaciones en Bolivia, Europa y países latinoamericanos. Enrique Toro Tejada (1948) H.C.F. Mansilla Ferret (1942) Licenciado en Administración de Empresas. Desempeñó actividades privadas en la minería. Miembro de ADN, integrante del Comité Ejecutivo Nacional desde 1985, actualmente es Jefe Nacional de ADN. Diputado por Chuquisaca entre 1989-1997, fue electo Senador por ese departamento. Ha sido Director Ejecutivo de FUNDEMOS (19911997) y ahora preside el Directorio Nacional de FUNDEMOS. 161 Doctor en Filosofía por la Universidad libre de Berlin (1973), recibió la habilitación para la cátedra titular en Ciencias Políticas (1976). Desarrolló investigaciones para varias Fundaciones extranjeras. Ha publicado obras en Alemania, España (Introducción a la Teoría Crítica de la Sociedad, Seix Barral, 1970) y Bolivia, abordando problemas sociales, políticos, ecológicos y temas ligados al narcotráfico. 162