Diario LA LEY 23/05/2014

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Intimidad familiar y vida familiar. La mayor amplitud del concepto «vida familiar» sobre el de
«intimidad familiar» de nuestra Constitución
Celia MOLINER VICENTE
Analista en el Servicio de Doctrina del Tribunal Constitucional
Diario La Ley, Nº 8316, Sección Tribuna, 22 de Mayo de 2014, Editorial LA LEY
LA LEY 2817/2014
I. PLANTEAMIENTO
España, como miembro del Consejo de Europa está obligada por el Convenio Europeo de Derechos
Humanos (1) (en adelante, CEDH) a asumir la doctrina vertida por el Tribunal Europeo de Derecho
Humanos (en adelante, TEDH).
Las autoridades españolas están llamadas a cumplir sus sentencias y a interpretar las normas
relativas a los derechos fundamentales a través de dicho instrumento internacional, tal y como
establece el art. 10.2 CE.
Además, hay que tener en cuenta que algunos de los conceptos de derechos humanos reconocidos
por el CEDH son más amplios en el ámbito europeo que en nuestro ordenamiento jurídico, como
por ejemplo el art. 18 CE «intimidad personal y familiar» y el 8 CEDH «vida privada y familiar» (2) .
Si queremos evitar futuras condenas a nuestro país (3) , nuestra legislación y práctica administrativa
debe adaptarse a aquellos aspectos que resulten contrarios al sistema europeo de derechos
humanos con el fin de asegurar el cumplimiento de los compromisos internacionales asumidos por
España.
En esta línea, los tribunales también desempeñan un papel primordial en esta labor de asunción de la
interpretación del CEDH por el Tribunal de Estrasburgo.
En la STC 186/2013, de 4 de noviembre (4) , en mi opinión, no se ha tomado en cuenta la doctrina
del TEDH por el Tribunal Constitucional.
II. ANÁLISIS DE LA SENTENCIA
La STC 186/2013, de 4 de noviembre, resuelve un recurso de amparo interpuesto por una
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ciudadana argentina madre de una menor de edad de nacionalidad española.
Dicha ciudadana había entrado en territorio español sin la documentación exigible para permanecer
en España. Al hallarla sin dicha documentación y tras comprobar que cumplía una pena privativa de
libertad superior a un año como autora de una conducta dolosa, la Administración incoó
procedimiento administrativo sancionador, ordenando su expulsión.
La recurrente declaró que era madre de una niña de tres años, nacida en España de una relación
sentimental con un ciudadano español y por tanto, de nacionalidad española. La menor residía en
casa de la abuela paterna, pues su padre se encontraba en prisión.
Ante dicha orden de expulsión, se interpuso recurso de reposición ante la Subdelegación del
Gobierno en Cádiz, que fue desestimado.
También se interpuso recurso contencioso-administrativo ante el Juzgado de lo ContenciosoAdministrativo, que rebajó la prohibición de entrada en territorio español de diez a cinco años. Sin
embargo, el Juzgado confirmó en los demás extremos la resolución administrativa de expulsión,
rechazando el arraigo familiar alegado por la recurrente. La sentencia del Juzgado de lo
Contencioso-Administrativo fue objeto de recurso de apelación ante el TSJ Andalucía, que confirmó
nuevamente dicha resolución administrativa. Contra esta última resolución judicial se dirige el
recurso de amparo.
Bajo esta perspectiva, la demandante de amparo alega vulneración de la libertad de residencia y de
circulación ( art. 19 CE) y del derecho a la intimidad familiar ( art. 18 CE).
Así, respecto a la vulneración del art. 19 CE, la sentencia sostiene que la expulsión del territorio
nacional de la recurrente no supone una obligación de abandonar el país para su hija.
Según la sentencia, la menor tiene la opción de elegir entre permanecer en el país pese a la
expulsión de la madre, o marcharse a Argentina. La STC 186/2013, de 4 de noviembre, establece
que estas «alternativas de elección, no resultan mermadas por el acuerdo administrativo que
subyace en esta impugnación» (FJ 4.º).
Es decir, en lo relativo al ejercicio efectivo del derecho, la sentencia afirma que la menor sólo vería
lesionado su derecho fundamental si no tuviera otros elementos de arraigo en España o únicamente
la madre pudiese asumir su manutención. En definitiva, otorga el ejercicio de las acciones de
protección de los derechos fundamentales al margen de los padres, a una menor de edad.
La sentencia también declara que el derecho a la vida familiar no es una de las dimensiones
comprendidas en el derecho a la intimidad familiar del art. 18 CE, sino que se incardina en el principio
de protección de la familia y el libre desarrollo de la personalidad (arts. 39 y 10 CE), preceptos que
no son susceptibles de amparo (tal y como se desprende del art. 53.2 CE) (5) .
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Esta sentencia afirma que la menor tiene otros elementos de arraigo con España, como la
posibilidad de que su abuela materna o paterna se encarguen de su cuidado, pues ya había convivido
con ellas anteriormente, mientras su madre se encontraba en prisión. Además, su padre es nacional
y cumplirá definitivamente la condena a lo largo de este año 2014.
Por todo lo expuesto, esta sentencia deniega el amparo solicitado y rechaza la falta de legitimación
activa de la madre en lo que respecta a la vulneración del art. 19 CE.
La sentencia cuenta con un voto particular discrepante suscrito por dos magistrados, D.ª Adela Asua
Batarrita y don Fernando Valdés Dal-Ré. El voto se muestra disconforme con el fallo y la
fundamentación jurídica, y subrayan que del contenido de la demanda se debería deducir una queja
del art. 24.1 CE, aunque no se alegue expresamente.
III. JURISPRUDENCIA DEL TRIBUNAL CONSTITUCIONAL
En contraste con la sentencia analizada, se observa que la STC 292/2000, de 30 de noviembre
(6) , hace una interpretación extensiva del art. 18.4 CE, concerniente al derecho fundamental de la
protección de datos que sí incluye este concepto dentro del ámbito de protección del art. 8 CEDH.
La citada sentencia del TC resolvió un recurso de inconstitucionalidad, que declaró la nulidad de
algunos preceptos de la LO 15/1999, de 13 de diciembre, de Protección de Datos de Carácter
Personal.
En esta línea, he de destacar la cuyos hechos pueden sintetizarse de la siguiente manera: se
condenó penalmente a unos Testigos de Jehová, padres de un menor que murió tras negarse a
recibir transfusiones de sangre autorizadas por el Juzgado de guardia, por no haberle convencido
para deponer su actitud ni haber autorizado dicha intervención médica.
Sin embargo, el TC (7) en esta ocasión, permitió a los padres actuar conjuntamente con el hijo
menor de edad y otorgó el amparo a los padres del menor fallecido. El TC observó que fueron los
padres quienes fundamentaron su actitud omisiva en el ejercicio de su derecho fundamental a la
libertad religiosa del art. 16 CE, por actuar acorde al derecho fundamental que pretendía ejercer el
menor.
IV. JURISPRUDENCIA TRIBUNAL EUROPEO DE DERECHOS HUMANOS Y TRIBUNAL DE
JUSTICIA DE LA UNIÓN EUROPEA
La sentencia objeto de esta reseña, cita jurisprudencia del TEDH y del Tribunal de Justicia de la Unión
Europea (en adelante, TJUE), y respectivamente, el art. 8 CEDH y art. 7 «respeto de la vida privada
y familiar» de la Carta de derechos fundamentales de la Unión Europea (8) .
1) En la STEDH de 13 de junio de 1979, asunto Marckx (9) , una madre soltera de nacionalidad
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belga acudió al TEDH en nombre de su hija, también belga. La sentencia del TEDH establece que en
el Derecho belga, ningún vínculo de filiación entre la madre soltera y su hijo se derivaba del parto por
sí mismo. En cambio, para probar la existencia de tal vínculo de filiación, se exigía el reconocimiento
voluntario por parte de la madre o promover una «acción de filiación de maternidad» (en francés,
action en recherche de maternité).
Además, a efectos hereditarios, la legislación belga mejoraba los derechos sucesorios a los hijos
legítimos, exigiendo a la madre soltera la adopción de su propia hija «ilegítima» para poder equiparar
tales derechos de los que sí gozan los hijos legítimos. A pesar de la adopción, dichos derechos no se
equiparan totalmente porque no se podía suceder a los abuelos, salvo que la madre contrajese
matrimonio.
Finalmente, el TEDH condenó a Bélgica por vulneración del art. 8 CEDH, en relación con el art. 14
CEDH. De esta manera, puede afirmarse que los derechos sucesorios entre padres e hijos y entre
abuelos y nietos se incluyeron dentro del concepto de «vida familiar» establecido por el CEDH. El
TEDH afirmó que el art. 8 CEDH exige respeto de la vida familiar, sin distinción entre familia legítima
o ilegítima. Además, en aras a garantizar un efectivo respeto por la vida familiar, el Tribunal de
Estrasburgo exigió al Estado belga promover la existencia en su ordenamiento de garantías legales
que permitieran la integración del menor en el concepto de «familia» desde el momento de su
nacimiento.
2) En segundo lugar, la sentencia de 10 de abril de 2012, asunto K.A.B. (10) , resuelve el caso de
un recurrente, nacional nigeriano, que interpuso demanda de oposición a la adopción de su hijo
biológico haciendo valer la necesidad de su previo consentimiento y pidiendo la custodia del niño tras
haber obtenido el reconocimiento de su paternidad. El niño fue declarado en situación de abandono
por el Servicio de protección de menores, tras la expulsión de España de su madre, también
nigeriana. El Tribunal de Estrasburgo incluyó en el art. 8 CEDH el derecho de los padres a reunirse
con su hijo biológico y declaró que el concepto de «familia» contemplado por el art. 8 CEDH no se
limita únicamente a las relaciones basadas en el matrimonio, sino que puede englobar otros vínculos
«familiares», de manera que un niño resultante de una relación fuera del matrimonio se incluye en la
célula «familiar» a partir de su nacimiento y por el hecho mismo de éste.
En cualquier caso, el art. 8 CEDH protege la vida privada al igual que la vida familiar, y según
jurisprudencia del TEDH, el derecho a la reagrupación familiar también debería entenderse incluido.
3) Por último, cabe destacar que existe jurisprudencia en el TJUE, respecto a la concesión al
ascendiente de un menor de edad nacional belga y ciudadano de la UE, un derecho de residencia
derivado (11)
En este caso, se trataba de padres colombianos residentes en Bélgica. La STJUE de 8 de marzo de
2011 (asunto C-34/2009) Gerardo Ruiz Zambrano, estableció que la «denegación del permiso de
residencia tendrá como consecuencia que los menores, ciudadanos de la Unión, se verán obligados
a abandonar el territorio de la Unión para acompañar a sus progenitores», cuyo resultado sería que
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los menores no pudieran disfrutar de los derechos vinculados al estatuto de ciudadano de la Unión.
También nos recuerda dicha sentencia que «el art. 20 del Tratado de funcionamiento de la Unión
Europea se opone a medidas nacionales que tenga por efecto privar a los ciudadanos de la Unión del
disfrute efectivo de la esencia de los derechos conferidos por su estatuto de ciudadano de la Unión».
V. CONSIDERACIONES FINALES
Se ha puesto de manifiesto que algunos conceptos del CEDH son más amplios que sus conceptos
equivalentes en nuestra CE. Así, el concepto incluido en el art. 8 CEDH con respecto a la «vida
familiar» tiene mayor ámbito de protección que nuestro art. 18 CE «intimidad familiar».
Bajo esta perspectiva, parece razonable que la STC 186/2013, de 4 de noviembre aboque a un
posible pronunciamiento condenatorio del TEDH por vulneración de los arts. 6 y 8 CEDH, al
desconocer el TC la jurisprudencia europea en el ámbito de los derechos fundamentales de los
menores de edad y la relación padres e hijos.
La inobservancia de la jurisprudencia europea puede derivar en futuras condenas por parte del TEDH.
Dicha jurisprudencia del TEDH ha deducido del art. 8 CEDH un «derecho a la vida familiar», que
comprendería como uno de sus elementos fundamentales el disfrute por padres e hijos de su mutua
compañía, en contraste con la jurisprudencia del TC, que no incluye esta dimensión ni menos aún un
derecho fundamental a la reagrupación familiar, en el contenido del derecho a la intimidad familiar
garantizado por el art. 18.1 CE (12) .
En mi opinión, el TC debería reconocer a través de su jurisprudencia un «derecho a la vida familiar»
cuyo contenido resulte equiparable al que enuncia el art. 8 CEDH. Además, cuando exista relevancia
constitucional y atendiendo a las circunstancias del caso, se puedan derivar vulneraciones de
derechos humanos, el TC debería siempre entrar a conocer del asunto y proteger el citado derecho
fundamental.
VI. BIBLIOGRAFÍA
— GARBERÍ LLOBREGAT, J. & MORENILLA ALLARD, P., Convenio Europeo de Derechos Humanos y
jurisprudencia del Tribunal Europeo relativa a España: textos, protocolos, nuevo reglamento del
Tribunal, normas complementarias y formulario de demanda, Ed. Bosch, Barcelona, 1999.
— Internet. Página oficial del Tribunal de Justicia de la Unión Europea. Disponible en:
http://curia.europa.eu/juris/recherche.jsf?language=es.
— Internet. Página oficial del Tribunal Europeo de
http://www.echr.coe.int/Pages/home.aspx?p=home&c=.
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Humanos.
Constitucional.
Disponible
Disponible
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http://www.tribunalconstitucional.es/es/Paginas/Home.aspx.
— RUIZ MIGUEL, C., El derecho a la protección de la vida privada en la jurisprudencia del Tribunal
Europeo de Derechos Humanos), Ed. Civitas, Madrid, 1994.
— SARMIENTO, D., La aplicación del Derecho de la Unión por el Tribunal Supremo en tiempos de
crisis, en Papeles de Derecho Europeo e Integración Regional (en línea), Instituto de Derecho
Europeo e Integración Regional, núm. 13, 2012, https://www.ucm.es/data/cont/docs/595-201311-07-la%20aplicacion%20del%20derecho%20de%20la%20uni%C3%B3n.pdf (consulta: 21 de
enero de 2014).
— Tribunal Constitucional, Memoria del Tribunal Constitucional 2012, Madrid, Imprenta nacional del
Boletín oficial del Estado, 2013.
— Tribunal Constitucional, «XII Conferencia de Tribunales Constitucionales Europeos: Bruselas
2012», en Conferencia de Tribunales Constitucionales Europeos. Ponencias españolas, Madrid,
Imprenta nacional del Boletín oficial del Estado, 2007, págs. 403 a 430.
(1)
Entró en vigor el 4 de octubre de 1979, según especifica el instrumento de Ratificación del
Convenio para la Protección de los Derechos Humanos y de las Libertades Fundamentales, hecho
en Roma el 4 de noviembre de 1950, y enmendado por los Protocolos adicionales núms. 3 y 5,
de 6 de mayo de 1963 y 20 de enero de 1966, respectivamente. BOE, de 10 de octubre de
1979, núm. 243, págs. 23564 a 23570.
Ver Texto
(2)
RUIZ MIGUEL, C., El derecho a la protección de la vida privada en la jurisprudencia del Tribunal
Europeo de Derechos Humanos, Ed. Civitas, Madrid, 1994, pág. 124.
Ver Texto
(3)
Según datos del TEDH, a lo largo del año 2013, se tramitaron 1042 demandas contra el Estado
español y se dictaron doce sentencias, de las cuales siete culminaron en condena por vulneración
del CEDH: http://www.echr.coe.int/Documents/CP_Spain_ENG.pdf.
Ver Texto
(4)
STC, Sala Segunda, 186/2013, de 4 de noviembre (BOE núm. 290, de 4 de diciembre de 2013).
Ver Texto
(5)
En este sentido, STC 236/2007, de 7 de noviembre «la imposición de la pena de alejamiento
afecta, pues al libre desarrollo de la personalidad (art. 10.1 CE)» (FJ 8).
Ver Texto
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(6)
STC, Pleno, 292/2000, de 30 de noviembre (BOE núm. 4, de 04 de enero de 2001).
Ver Texto
(7)
STC, Pleno, 154/2002, de 18 de julio (BOE núm. 188, de 7 de agosto de 2002).
Ver Texto
(8)
Carta de derechos fundamentales de la Unión Europea (DOUE núm. 83, de 30 de marzo de
2010): http://www.europarl.europa.eu/charter/pdf/text_es.pdf.
Ver Texto
(9)
STEDH
caso
Marckx,
de
13
de
junio
de
1979:
http://hudoc.echr.coe.int/sites/eng/Pages/search.aspx#{"fulltext":["M"],"sort":
["kpdateAscending"],"languageisocode":["ENG"],"documentcollectionid2":
["JUDGMENTS"],"itemid":["001-57534"]}.
Ver Texto
(10)
STEDH
caso
K.A.B.,
de
10
de
abril
de
2012:
http://hudoc.echr.coe.int/sites/eng/Pages/search.aspx#{"fulltext":["kab
spain"],"languageisocode":["SPA"],"documentcollectionid2":
["GRANDCHAMBER","CHAMBER"],"itemid":["001-110884"]}.
Ver Texto
(11)
STJCE
asunto
C-34/2009
-
Ruiz
Zambrano,
de
8
de
marzo
de
2011:
http://curia.europa.eu/juris/liste.jsf?language=es&num=C-34/09.
Ver Texto
(12)
STC, Pleno, 236/2007, de 7 de noviembre (BOE núm. 295, de 10 de diciembre de 2007).
Ver Texto
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