1 El término deontología proviene del vocablo griego deon, deber, y

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Lectura 1 Generalidades.
El término deontología proviene del vocablo griego deon, deber, y logos, razonamiento
o ciencia. Es una palabra que por primera vez empleó el economista, jurista, literato y
filósofo inglés Jeremías Bentham (1748-1832), quien en su libro Deontology of the Science
of Morality desarrolló una doctrina que trata acerca de los distintos deberes del ser humano,
todos ellos concebidos sobre una base utilitarista, aplicada a determinadas situaciones
sociales.
Según Bentham, la deontología se refiere a los deberes que cada persona tiene consigo
misma y con los demás; por tanto se diferencia del término ontología en cuanto que éste
significa estudio del ser, y deontología estudio del deber ser. Por su parte, el Diccionario
de la Real Academia define deontología como la "Ciencia o tratado de los deberes".
La palabra "deontología", que aunque lingüística y socialmente no sustituye a las de "ética"
ni "moral", ha venido a influir en un circulo cada vez más amplio de personas y culturas, ya
que siendo "la ciencia que estudia el conjunto de deberes morales, éticos y jurídicos con
que debe ejercerse una profesión liberal determinada", satisface cualquier tipo de expresión
o sentido axiológicos.. En este sentido, habla con plena precisión quien se refiere a la
deontología del médico, del publicista, del psicólogo, del abogado, etc., y con ello implica
el código de conducta bajo el cual tiene obligación de actuar el profesional que se desempeña en el ámbito de ésas o cualesquiera otras actividades. Sin embargo, es menester acotar
que la deontología se nutre de dos vertientes: el derecho y la moral.
Como sabemos, nuestro derecho abarca los ordenamientos positivos que van desde el
artículo 5º. constitucional hasta la Ley de Profesiones y su reglamento, pasando por los
códigos Civil y Penal, la Ley Orgánica del Tribunal Superior de Justicia, la Ley del
Notariado, la de los Servidores Públicos, y otras más.
En conjunto, no bastan las exigencias mínimas que las mismas prescriben para
establecer un código de conducta profesional. Por tanto, y dada su generalidad, es preciso
añadir, a las distintas deontologías, los principios éticos y valores pertinentes en cada
profesión, tales como la justicia, la equidad, la verdad, el bien común, y otros, los cuales
harían las veces de hilos conductores que permitieran desempeñarlas con aceptación y
honra sociales.
Un ejemplo es el secreto profesional, que es un deber deontológico de toda profesión.
Sí no se cumple, se está en contra de los valores de lealtad y de justicia. También se comete
el delito de "Revelación de Secreto Profesional" tipificado en el Código Penal y se viola lo
dispuesto en el Código Civil y en la Ley de Profesiones.
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PLANTEO DEL PROBLEMA
La Ética es, lo mismo que la Lógica, una materia filosófica. Pero a diferencia
de ésta, la Ética tiene un carácter eminente-mente humano, o mejor, humanístico.
Y la razón es que los problemas propios de la Ética atañen a cada persona de un
modo íntimo. Cada uno puede sentirse hondamente implicado dentro de la
solución de los temas que aquí vamos a estudiar. Todo el mundo, al menos en su
madurez, ha tenido que plantearse estos problemas, ha tenido que buscarles una
solución, y ha tenido que adoptar vivencialmente una postura frente a ellos.
Por esto la Ética adquiere un interés primordial en la mentalidad de cada
estudiante. Llega un momento en que resulta imprescindible la solución a las
cuestiones morales. No sólo por curiosidad, sino por necesidad vital, cada
persona juzga inaplazable la respuesta satisfactoria a preguntas como las siguientes:
1. El PROBLEMA DE LA DIFERENCIA ENTRE LO BUENO Y LO
MALO.
¿Cómo se puede distinguir objetivamente lo bueno y lo malo? Es decir, ¿qué
diferencia objetiva existe entre un acto bueno y otro que se dice malo? O, acaso,
¿no hay diferencia objetiva, y todo depende de las personas que juzgan conforme
a costumbres, educación, conveniencias o imposiciones? La solución de este
problema es capital en la vida de cada uno. Quien de veras estuviera convencido
de que todo es lo mismo y que no hay diferencia entre lo bueno y lo malo,
seguramente llevará a cabo una conducta muy diferente a la de aquella persona
que esté convencida de lo contrario. Y por supuesto aun dentro de esta última
posición todavía hay muchas variantes, pues algunos juzgan lo bueno y lo malo
de acuerdo con un criterio que para otros resulta equivocado, o al menos
insuficiente.
De lo cual puede inferirse un nuevo problema de la Ética, que plantearemos a
continuación.
2. EL PROBLEMA DE LA NORMA DE MORALIDAD. ¿Cuál es el
criterio correcto para juzgar el bien y el mal? Podríamos señalar desde luego
algunos de ellos, que de hecho se utilizan en la vida diaria, para hacer notar
enseguida la utilidad que prestan y la insuficiencia de que adolecen ante ciertos
casos prácticos. Por ejemplo: actuar conforme a la conciencia, o bien de acuerdo con la propia utilidad, o la intuición del momento, etc.
Para algunos basta actuar conforme a las leyes. Actuar de acuerdo con la ley
es actuar bien, y por lo tanto ya no insisten más sobre este asunto. Desde luego
que en la mayoría de los casos este criterio es suficiente. Pero se les puede
plantear la siguiente pregunta: ¿con qué criterio se hacen buenas leyes? ¿O acaso
todas las leyes son buenas? Claro está que el criterio definitivo para juzgar lo
bueno y lo malo debe ser mucho más amplio que la adecuación con la ley. Hasta
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se podría objetar contra él (como lo hizo Kant) que hay personas que cumplen la
ley de tal manera que su valor moral deja mucho que desear; cumplen
materialmente, pero su intención es torcida, interesada, caen en un puro
legalismo; en fin, carecen de valor moral. Como se puede ver, el criterio de
moralidad, el criterio verdaderamente apto para juzgar lo bueno y lo malo, tiene
que estar por encima de estas dificultades. Es, evidentemente, otro, y a su debido
tiempo quedará propuesto y discutido. Por lo pronto lo que interesa es el planteo
del problema para que se note cómo es fácil caer en soluciones inadecuadas, y
cómo es necesario poseer una solución definitiva.
3. EL PROBLEMA DEL FIN Y LOS MEDIOS. ¿Basta la buena intención
para actuar bien? Hay infinidad de personas que así piensan. Hagas lo que hagas
-aconsejan a los demás-, lo importante es que lo hagas con buena intención".
Sobre valorizan la buena intención. Claro está que este grupo de personas ya
piensa con mayor sentido moral que aquellas otras que todo lo hacían consistir
en la adecuación a la ley. Por lo pronto, han notado que la moralidad tiene
mucho que ver con el interior de la persona, con sus intenciones o finalidades,
con el secreto de sus propósitos. Pero han sobre valorizado este aspecto interno y
han descuidado el aspecto externo del acto que materialmente se está ejecutando.
Como lo veremos a su debido tiempo, los dos aspectos deben tomarse en cuenta.
En torno a este problema es como surge aquella famosa tesis de Maquiavelo
que decía: “El fin justifica los medios".
Es una verdadera lástima que haya personas que así piensen todavía.
4. EL PROBLEMA DE LA VALIDEZ UNIVERSAL DE LAS NORMAS MORALES.
¿Las normas morales son fijas o cambian con el tiempo? He aquí uno de los mayores
problemas de la ética. Hasta en las cafeterías se discute sobre este asunto; y no faltan
algunos, aunque sea por esnobismo o por darse aires de suficiencia, que inmediatamente lo
resuelven en el sentido del relativismo moral, es decir, “todas las normas morales son
cuestión de costumbres o de necesidades que van cambiando con el tiempo, con el lugar y
con las personas. Cada uno debe hacerse sus propias normas. No hay normas efectivamente
universales; cada caso es distinto al otro y, por lo tanto, no admite la misma regla de
solución". El relativismo moral ha sido muy socorrido en estos tiempos. Algunos llegan
hasta el amoralismo, que en la práctica se realiza como una completa indiferencia hacia
toda norma moral. El existencialismo es la bandera que han adoptado éstos para apoyarse
en su vida amoral. Pero ya estudiaremos a fondo el asunto para juzgar si tienen razón los
que pretenden desligarse de la moral y de sus normas invariables. También veremos si
efectivamente el existencialismo les concede la razón en esto.
5. EL PROBLEMA DE LA OBLIGACIÓN Y LA LIBERTAD. ¿Hay algunas leyes que
efectivamente sean obligatorias en conciencia? y ¿en qué se fundamenta dicha obligación?
La obligación, el "deber ser", es quizás el tema más típico de la ética. Es un hecho del que
todo el mundo tiene conciencia: el sentimiento de obligación. En nuestro interior percibimos la obligación, el deber, que nos impulsa en determinada dirección. Pero entonces surge
el problema: ¿tiene un fundamento dicho sentimiento de obligación? ¿No es, más bien, producto de la presión social o de la educación que nos han inculcado nuestros padres? ¿No es
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un rebajamiento del hombre el decidirse a actuar influido por una obligación que se impone
desde el exterior? ¿No es acaso mucho más valiosa la conducta del hombre autónomo que
no se somete a otros, sino sólo a sus propias decisiones?
Aquí está en juego el problema de la libertad, de la autenticidad de la propia conducta;
en una palabra, lo que se considera como lo más íntimo y valioso en cada uno, su decisión
libre y sin presiones, por la cual se va forjando la propia vida. Tal pareciera que la
obligación moral le quita al hombre la única posibilidad de ser él mismo, de acuerdo con su
propia mentalidad, de acuerdo con su propio criterio.
Y, sin embargo, no es así. La obligación moral ha sido muy mal interpretada, y lejos de
ser un obstáculo a la autenticidad y autonomía del hombre, es más bien su condición.
Los problemas podrían seguirse enunciando indefinidamente, 1 pero con estos cinco hasta
aquí expuestos ya tenemos una ligera idea del tema que trata la Ética, y, por lo tanto, de su
importancia. La finalidad de estos planteamientos ha sido únicamente abrir el horizonte,
hacer notar la importancia y la utilidad de nuestra materia por lo humano y lo vital de sus
problemas y de sus soluciones. Aprender Etica no será aprender una materia más en la lista
de lo exigido; aprender Etica es aprender para la vida.
Importancia del Estudio de la Ética
Hay ciencias que se estudian por interés, por ejemplo la astrofísica, pero si alguna
persona no tiene curiosidad por los temas de la astrofísica bien puede prescindir de ellos
en su vida, sin que esto tenga mayores repercusiones; de igual manera se puede vivir sin
conocer las reglas del fútbol y aún así disfrutar de un partido durante el Mundial, por
supuesto que a quien le guste practicar ese deporte si le será importante conocer no sólo
las reglas sino todo lo que se relacione con ese deporte.
Ahora bien, hay conocimientos que nadie debe ignorar si quiere vivir bien, por ejemplo
todos deben conocer las consecuencias de saltar desde un sexto piso o si ciertos
alimentos son buenos o dañinos para la salud, del mismo modo pero con una mayor
importancia todas las personas sin excepción necesitamos saber ética, y así distinguir
entre lo que es bueno y lo que es malo, la ética no trata de un conocimiento teórico que
esté desligado de nuestra vida, al contrario, constantemente vivimos formulando juicios
éticos.
Toda persona tiene la experiencia de reflexionar sobre sus actos y preguntarse si son
buenos o son malos, todos los seres humanos se han planteado la pregunta ¿qué es lo
que debo hacer? antes de decidir alguna cuestión de mayor o menor importancia para su
vida, por ejemplo algún joven que se pregunte ¿debo estudiar o salir a divertirme?, ¿debo
ser un amigo leal o un desgraciado con aquella persona?.
Puede afirmarse que siempre, en algún momento y por alguna circunstancia vivida, surge
la pregunta ¿hay una forma buena de vivir?, ¿existe un modelo, un ideal de vida buena?,
y si la respuesta es afirmativa, ¿dónde podemos encontrarlo y cuan imperativa es la
exigencia de seguirlo?.
Ciertamente no existe un registro de semejantes especulaciones en los hombres
primitivos pero encontramos, estudiando la historia de la humanidad, que existen y están
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incorporados a las costumbres de la tribu códices de costumbres, los cuales manifiestan
un cierto conocimiento precientífico relacionado con la ciencia sobre la vida buena.
En nuestra cultura occidental el conocimiento científico empezó con los griegos, y es en
Grecia a partir del siglo VI antes de Jesucristo cuando en un sistema general de sabiduría
llamado filosofía son integradas todas las especulaciones primitivas. Posterior al periodo
caracterizado por un interés orientado principalmente sobre la estructura del universo, el
pensamiento filosófico griego empezó a orientarse hacia los temas de la vida humana y la
sociedad, especialmente en tiempo de los sofistas y de Sócrates.
Por otra parte, al ser los griegos un pueblo de navegantes y colonizadores estuvieron en
contacto con diversos pueblos circundantes y descubrieron la diversidad de costumbres,
leyes o instituciones imperantes en los mismos, de esta manera empezaron a preguntarse
si sus propias leyes o instituciones eran realmente tan superiores y, de ser así, cuales
eran las razones. Con el tiempo, estas reflexiones llevaron a un examen de toda la
conducta humana, y a esta parte de la filosofía la llamaron ética.
La palabra ética proviene de éthos, palabra que significan costumbre, pero éthos indica un
tipo más fijo de costumbres y se utiliza a menudo para designar el carácter del hombre.
La palabra latina para costumbre es mos, y su plural, mores, es el equivalente del éthos
griego. De la palabra latina mores derivan las palabras moral y moralidad. La ética es
también llamada también filosofía moral.
Siguiendo su raíz etimológica, la ética puede definirse como el estudio de las costumbres
humanas. Es preciso señalar que algunas costumbres son meras convenciones, como
los modos de vestir y la etiqueta que varían de una parte del mundo a otra y de un
momento a otro, por lo que estas costumbres son maneras, y no moral. En cambio, hay
otras costumbres que parecen más fundamentales, como la de decir la verdad, la de
respetar las vidas y la propiedad ajenas. Sentimos que semejante conducta es no sólo
costumbre, sino también, tal como debe ser, y que apartarse de ella estaría mal; porque
resulta no de un capricho arbitrario, sino de un principio inherente al propio ser humano.
Esta es la moral, y es únicamente de ésta que trata la ética. Así, pues, la ética es el
estudio de lo que está bien y lo que está mal, de lo bueno y lo malo en la conducta
humana.
La ética parte del hecho de que todos los seres humanos emiten juicios de lo que está
bien y lo que está mal, esta realidad no puede ser ignorada por la filosofía la cual, en
cuanto interpretación de la vida humana, ha de investigar y averiguar lo que estos juicios
éticos significan, es así que la ética ha de analizar si está justificado el distinguir lo que
está bien de lo que está mal.
Ahora bien, en general se tiende a juzgar que existen tres clases de actos:



aquellos que el hombre debería hacer
aquellos que no debería hacer,
aquellos que puede hacer o dejar de hacer.
Estos juicios sobre lo que debe o no debe hacerse son algo tan importante que los
hombres dirigen sus vidas enteras de acuerdo con ellos, e incluso sacrifican su vida antes
que apartarse de los mismos, estos juicios se aplican no sólo a nuestra propia conducta,
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sino también para juzgar la conducta de los demás, por ejemplo se castiga a los
individuos por hacer lo que no deberían haber hecho o por no hacer lo que deberían
hacer. Se definen como buenos los actos que una persona debería hacer, y como malos
los actos que una persona no debería hacer.
Materia de Estudio y Punto de Vista de la Ética
Toda ciencia ha de tener una materia de estudio (su objeto material) y un aspecto o punto
de vista determinados desde el cuál se estudia (su objeto formal). La materia de estudio
de la ética es la conducta humana, esto es, aquellos actos que el individuo ejecuta
consciente y voluntariamente y de los que, por consiguiente es responsable. Ahora bien,
el aspecto o punto de vista desde el cual la ética estudia la conducta humana es el del
bien y del mal, de lo que debe y lo que no debe ser, es necesario resaltar que la palabra
debe es el verdadero verbo de todo juicio ético. En otras palabras, la ética es el estudio
de la moralidad de los actos humanos.
De lo anterior se sigue el que la ética no está interesada en aquello que el individuo hace,
como no sea para compararlo con aquello que debería hacer. Todos los estudiosos de la
ética, aún de diferentes posturas están de acuerdo en que la investigación del deber ser
constituye la característica distintiva de la ética esto es, lo que la distingue de cualquiera
de todos los demás estudios.
Aparte de su relación con las demás ramas de la filosofía, de la que forma parte, la ética
se relaciona también con otras ciencias sociales y humanas puesto que estas ciencias
coinciden en tener la misma materia de estudio, la conducta humana, pero la ética se
distingue de ellas por su punto de vista específico, el deber ser en la conducta del
hombre.
Por ejemplo, la psicología y la ética se ocupan ambas de la conducta humana, pero la
psicología estudia de qué modo se comporta realmente el hombre, en tanto que la ética
examina cómo debiera comportarse. Aquello que motiva al individuo para una acción,
buena o mala, es algo diferente de la bondad o maldad del hecho mismo. La ética
depende de la psicología para mucha información acerca de cómo trabaja la mente
humana, pero más allá del cómo actúa el individuo la ética señala el cómo debería actuar.
Ciencias sociales como la sociología, la economía, y la ciencia política estudian la vida
social del individuo, y así lo hace también la ética al estudiar la conducta del hombre en la
sociedad, pero subsiste, la misma diferencia de los puntos de vista. En efecto, estas tres
ciencias se ocupan de las instituciones sociales, económicas y políticas del hombre tal
como son, de lo que son y de cómo funcionan, en tanto que la ética averigua lo que
deberían ser, en términos de los derechos y los deberes humanos. El empeño por
remediar los males sociales, económicos y políticos de la humanidad implica una
aplicación de la ética a dichos tres campos.
Semejante combinación se designa a
menudo como filosofía social, económica o política.
Pero la ética, en cuanto ética
precisamente, conserva siempre su punto de vista específico: el debe ser.
Otra ciencia que se relaciona estrechamente con la ética es el derecho. Sin embargo,
aunque ambos se ocupan de lo que debe ser, el derecho civil y la ley moral no siempre se
corresponden exactamente. En efecto, el estudio del derecho civil se ocupa únicamente
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de los actos externos y de la legalidad positiva, en tanto que la ética se ocupa de los actos
internos de la voluntad y del tribunal de la conciencia, es claro que hay una clara
diferencia entre inmunidad legal y valor moral. Un área de conocimiento en la que se
relacionan la ética y el derecho es el de la filosofía del derecho esto es, el estudio de
cómo deberían elaborarse e interpretarse las leyes, estudio que algunos autores llaman
jurisprudencia.
BIBLIOGRAFIA.
GUTIERREZ SAENZ, RAUL. INTRODUCCIÓN A LA ETICA. EDITORIAL ESFINGE.
MEXICO
MENDEZ, AQUILES.
ETICA PROFESIONAL. HERRERO HNOS. EDITORES.
MÉXICO.
PEREZ FERNÁNDEZ DEL CASTILLO, BERNARDO. DEONTOLOGIA JURÍDICA, ETICA
DEL ABOGADO. EDITORIAL PORRUA, MEXICO
SÁNCHEZ VAZQUEZ, ADOLFO. ETICA. EDITOR TRATADOS Y MANUALES
GRIJALBO. BARCELONA.
VALDEZ DE MARTINEZ, SARA CARMEN. DEONTOLOGIA. UNIVERSIDAD DE
GUADALAJARA. GUADALAJARA, JAL. MÉXICO.
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