El barrio `5 Esquinas` - Municipalidad de Rosario

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El barrio ‘5 Esquinas’
Los participantes del taller de la memoria realizado durante el año 2001 en el
Centro de Jubilados "5 Esquinas" ubicado en el barrio fueron Dosinda Alvarez,
Alfredo Cadavay, Primo Limbrici, Alberto López, Osvaldo Ninfi, Esther
Valdemarin.
Equipo de trabajo:
Nemcovsky.
Natalia
Ferrazzino-
Liliana
Rey
Turienzo-Mariana
"A este barrio le dicen 5 esquinas
porque cuando se abren las calles
Godoy, Riobamba y San Nicolás se
forman las 5 esquinas" (Alberto).
Los Primeros Tiempos
Este barrio que actualmente abarca desde Pellegrini al norte, Amenábar al sur,
Vera Mújica al este hasta las vías del Ferrocarril Belgrano o Felipe Moré al
oeste, en los años 20’ ofrecía un paisaje que la memoria colectiva reconstruye
como poblado de quintas con escasas viviendas y algunas "lagunas" formadas
en excavaciones realizadas por la obra pública o por particulares. Muchos de
sus habitantes, inmigrantes italianos y españoles, trabajaban en la conducción
de los carros tirados a caballo pertenecientes a la Municipalidad. Los mismos
eran empleados en la recolección de residuos y el transporte de pasajeros de
aquel entonces: el tranvía a caballo. Las quintas producían frutas y verduras
que se vendían en el mercado y eran característicos de esta zona los perales
cuya producción estaba orientada al mercado de la ciudad.
En este entorno rural, el trazado y/o apertura de las diferentes calles que hoy
recortan el espacio urbano se fue dando paulatinamente y en muchos casos a
partir del esfuerzo de los vecinos:
"En la década del 30’ era casi todo campo, salvo unas casas en Avenida Godoy,
después se fue transformando lentamente"(Osvaldo). "Esa avenida tenía
empedrado, había zanjones a los costados, terminaba en Provincias Unidas
hacia el oeste y en los años 30’ hicieron los dos carriles. Las veredas eran
angostas, después que se sacaron las zanjas, se arregló distinto, quedaron
como ahora" (Dosinda). "Se llama así por Francisco de Godoy se dice que fue
uno de los organizadores de Rosario" (Alberto).
"Este era, al principio de la ciudad, en el 1700, el camino obligado de las
carretas que venían de Mendoza (San Luis), es decir de la ruta, entraban a
Rosario e iban a lo que se llamaba la plaza de las carretas, hoy Plaza López,
ahí traían los productos del interior y los comercializaban, no había plantación,
no había nada, era un terreno pelado, de tierra, ni siquiera había empedrado,
tenían que maniobrar los carros, me imagino los días que llovía con esas
carretas, con las ruedas tan gruesas" (Primo).
"Las calles adyacentes a Avenida Godoy hacia el sur, no tenían pavimento. En
el cruce de Avenida Godoy, Avellaneda, hacia el sur estaba abierta, pero era de
tierra, se pavimentó en la década del 70" (Alberto).
"Avellaneda no estaba empedrada, estaba cerrada en Riobamba, había una
casa, una familia, que tenían mucho dinero y caballos. Tenían todo cercado, la
casa estaba donde tenía que estar, sobre el terreno, pero se agarraron tierra y
lo alambraron. Hace 35 años que abrieron Avellaneda" (Dosinda).
"En la década del 40’ se hizo la segunda mano de Avellaneda, pero siempre de
Avenida Godoy hasta Pellegrini" (Alberto).
"El segundo tramo se cerró en 27 de Febrero y Avellaneda. Otra característica
era que la calle Iriondo a 20 metros de Godoy estaba cerrada por un portal,
tipo marruecos, no tenía puerta ni nada, estaba la abertura, no estaba cerrada,
tenía la forma de portal.
La apertura de Vera Mújica la conseguimos cuando se derribaron los
"barrilones" porque había "barrilones", en vez de tapial, eran unas cosas de
hierro anchas, conseguimos la apertura cuando yo era el secretario de la
vecinal, fui con el presidente a la calle 9 de Julio al 200, intervino la policía
federal porque la calle estaba cerrada en Pasco y Vera Mújica, eran terrenos
del Ferrocarril" (Osvaldo).
"En Pasco y Vera Mújica había un molinete donde estaba la vía, para cruzar
tenías que levantar un alambre de púa, para no engancharte la ropa y salías a
un campito, había linyeras, pasaba el tren, los linyeras tomaban los trenes de
carga y se iban a otro lado. Por ese molinete salíamos a Pellegrini y Suipacha.
Si habré hecho caminos por ahí, la gente utilizaba ese paso, empezaron a ir los
obreros, se hizo famoso ese molinete, era de los quinteros, lo hicieron ellos
para acortar camino, sino tenían que ir por Avenida Godoy" (Dosinda).
"Cuando la calle Cerrito estaba cerrada entre Río de Janeiro y Avellaneda,
había un corral de caballos en medio de la calle, lo tuvieron que sacar cuando
abrieron, la apertura se hizo en el 60’, 61’ " (Tita).
"En las calles había relojes públicos, en aquella época los relojes salían muy
caros, casi nadie los compraba, algunos hombres, los que podían se
compraban los relojes de bolsillo, las mujeres nada" (Alberto). "La
Municipalidad colocó varios relojes públicos, uno de esos lo puso en Pellegrini y
Boulevard Oroño, otro en la esquina de Godoy y San Nicolás, otro en la plaza
de barrio Belgrano, en Avellaneda y Mendoza y en 27 de Febrero y Oroño"
(Primo). "Cuando remodelaron la Avenida Godoy, hicieron el cantero más chico
y sacaron el reloj" (Alberto).
"En Iriondo entre Ocampo y Boulevard 27 de Febrero hay un árbol que está en
el medio de la calle, como achicaron las veredas (Dosinda) ese árbol corta la
calle, quedaron formadas dos calles, por donde puede pasar un sólo auto"
(Alberto).
"Según dicen ahí tomó mate Urquiza" (Dosinda).
"Había muchas lagunas, eran producto de la lluvia" (Osvaldo). "Por ejemplo,
"Villa Banana", se llama así porque se formaba una laguna con forma de
banana, era el lugar donde habían sacado la tierra para el terraplén del
Ferrocarril, el Ferrocarril le dio forma de banana" (Alberto). "Íbamos a pescar
ranas a las lagunas. La laguna que no era natural, era la de la curtiembre
situada en Pje. Independencia, 27 de Febrero, llegaba un poco más allá de 27
de Febrero, había cosas de cuero, esa duró muchos años. Era todo campo, tal
es así que la Ford, tiraba los chasis, rellenaban las lagunas con chasis de autos,
allá por el año 26’ ó 27’" (Osvaldo).
"La que se formaba y era playa, era la de Pellegrini y Pascual Rosas, le decían
la laguna del ombú porque había un ombú grandísimo ahí. La laguna yo diría
que era natural, era playa y tenía una forma especial, la fueron rellenando, no
era muy profunda, como mucho llegaba a los 50 cm." (Alberto).
"Hace 40 años mis hijos jugaban en la laguna, cazaban ranas, había una
laguna muy grande en Cerrito y Gutemberg, los chicos se iban a cazar ranas
con una cañita y un piolín con un ganchito y como yo no se las quería cocinar,
las cocinaba la vecina y las ranas" (Tita).
"En Ocampo y Crespo o Iriondo había una curtiembre, no sé de quién era,
estaba al costado de la vía, había un montón de sanguijuelas en esa laguna"
(Primo).
"Había un pozo inmenso, donde están los monoblock (Pellegrini e Iriondo)
estaban las vías del Ferrocarril, venían los del carro de la basura y la tiraban en
el pozo, creo que era de horno de ladrillo, abarcaba Vera Mújica, Cochabamba,
Pellegrini e Iriondo. Después nos teníamos que quejar a la Municipalidad
porque cuando llovía o había mucho sol, las naranjas, la basura, largaban un
tremendo olor" (Dosinda).
"En este barrio eran características las quintas con perales... el último peral
estaba en Vera Mújica e Ituzaingó hasta hace 5 ó 6 años, antes del 42’, 43’"
(Osvaldo).
"Estaba la quinta de los Roncarolo, bisabuelo de mi señora, situada en
Castellanos, San Nicolás, Pasco, Ituzaingó" (Alfredo).
"En los años 20’ no había luz, yo vivía en Pasco al 3200 mi padre compró un
lote ahí. El quintero que se la vendió se llamaba Boero que está entre
Cochabamba y Pasco. Como los terrenos habían sido de él, le pusieron pasaje
Boero, todavía existe. Los viejitos esos, Boero, vinieron del campo, antes se
agarraban las tierras por su cuenta, se fueron casando los hijos, se quedaron
con los terrenos del frente, eran los que estaban mirando hacia el norte, que
son mejores, por el sol, ellos se quedaron con los de la vereda norte. Las tres
hijas de esos viejitos se quedaron solteras y se hicieron una linda casa por
Ituzaingó, porque la quinta esa daba hasta Ituzaingó y Vera Mújica. Hicieron
una linda casa pero los viejitos no quisieron ir para nada, murieron ahí, en esa
casa, en el rancho que tenían.
En la cuadra de mi casa, el único español era mi padre, casi todos eran
italianos, trabajaban en la Municipalidad, juntaban la basura, antes había
carros para recoger la basura, iban a la mañana temprano a recogerla,
después a la tarde, tenían que ir a darles de comer a los caballos y lavarlos.
Otros trabajaban en el transporte, el tranvía, que estaba en Zeballos y Ovidio
Lagos.
Cuando compramos el lote teníamos dos terrenos más, mi padre sembraba,
había de todo, cebolla, camote, ajo, rabanito, tabaco, picaba el tabaco y en
invierno se sentaba en la cocina y hacía los cigarrillos" (Dosinda).
"El tabaco también lo comprábamos, venía en una lata grande, se vendía el
papel, era como papel manteca, como papel higiénico, venían en un sobrecito
y se sacaba de a uno" (Alfredo). "Mi papá cuando se quedaba sin papel, como
vivíamos en el campo, lo hacía con la chala, viste la parte más fina del choclo,
hacía las veces de papelito" (Tita).
"Se usaba lo que había en la quinta... jamás íbamos a la verdulería, había una
higuera también... Mi padre hacía vino, compraba las uvas en marzo que es
más barata y la guardaba en la bordaleza. Es como un barril, mi padre tenía
dos" (Dosinda).
"La tabla que forma un barril se llama duela, va formando la barreta y se
ponen los sunchos. El secreto está en la madera de la bordaleza, era roble"
(Primo).
"El vino tenía una tapita arriba de la bordaleza, donde vos lo podías probar. Si
estaba a gusto o no, se hacía el vino dulce y el común.
Tenía un pico abajo, vos lo abrías y salía el vino. Se envasaba, después lo
vendían. Agarraba con una prensa las uvas, prensaba bien y le ponían un tarro
de alcohol, había una serpentina dentro del aparato, caía por gotita y así se
hacía la grapa. Era vino, en aquel entonces el que tomaba yo" (Dosinda).
"El vino lo hacía mucha gente en la casa, pero después empezaron a aplicar
impuestos, en el año 30’ y pico, no me acuerdo exactamente, si lo agarraban
le cobraban el impuesto más la multa" (Primo).
"Los tarros eran de 20 litros tenían como un pedazo de fierro que apoyaba el
tambor ese y abajo fuego" (Dosinda). "La serpentina tenía una llama chiquita,
entonces lo que estaba adentro caía de a gota, no te vas a creer que salía a
chorro" (Osvaldo). "Hierve con ese fueguito lo que está adentro, entonces, va
haciendo vapor y en ese cañito se condensa y se hace líquido" (Primo). "Cae
de a gota, así se hacía también el whisky y la grapa, aunque en realidad la
grapa no se hacía con la uva, se hacía con la ramita, con el racimo" (Osvaldo).
"El abuelo de mi señora tenía un sótano, con piso de material, era de pinotea
iba sobre los tirantes tenía que estar aislado de la "porlan" bien revocados, eso
era el sótano, algunos tenían puertas, había una escalera y cuando subías se
tapaba y quedaba el piso bien hecho era de madera. En el sótano había una
estantería, cuando sacabas el vino de la bordaleza, lo ponías en damajuanas
en esa estantería, hacían vino puro, no como el de ahora" (Alfredo).
"Mi abuelo también hacía lo mismo, pero después, vino ese asunto de
impuestos y no lo hizo más" (Primo).
"Cuando pusieron esos impuestos, no lo hicieron más porque eran muy
temerosos. También cuando carneaban los chanchos, hacían chorizos,
morcillas, fiambre, jamón, los ponían colgados del techo salados" (Alfredo).
"Cuando éramos chicos íbamos a las quintas a robar frutas. Las casas tenían
alambres, con puertas de alambres, tenían plantas de mandarinas, uno pasaba
por ahí y las robaba" (Primo).
"¿Quién no se robó una naranja o una mandarina?" (Alberto).
El transporte: mateos, cupés y tranvías...
"Cuando mi padre vino de España compró un coche, era un mateo.
Vivíamos en Santa Fe y Ovidio Lagos, yo tendría 5 ó 7 años y ahí se podía
tener caballeriza con caballo y todo. Mi padre tenía un mateo no tenía techo, le
tenías que poner como un refugio, el cochero iba en el pescante y se tenía que
poner un impermeable, sino, si llovía se mojaba todo" (Dosinda). "El pescante
iba en la parte de adelante y el cochero sentado, con las riendas" (Alfredo)."El
mateo no lo tomaba cualquiera" (Dosinda).
"También lo usaban si necesitaban llevar un paquete, viajar, era como un taxi,
como fleteros" (Alfredo).
"Estaban tirados por caballos. En los corsos, cuando estuvo Carballo, por el 60’
se veían los mateos.
En los años 30’ se usaba el cupé para llevar novias y para los entierros. Vieron
esos coches que se ven en las películas de Inglaterra, eran coches medio
cerrados con ventanitas, los usaban para los acontecimientos. Los cocheros de
vehículos de más lujo llevaban galera, guantes blancos y riendas blancas"
(Dosinda).
"El tranvía era como un trole, iba por un carril" (Alfredo).
"Yo iba a la escuela, al Nacional de Comercio Belgrano, el mismo edificio donde
ahora está el Urquiza.Muchas veces de mi casa me tenía que ir o venir
caminando, porque si fallaba el 21 fuiste, normalmente pasaban cada 7 u 8
minutos. Tal es así que cuando el tranvía llegaba a Avellaneda y Godoy tenía
que esperar que salga el otro que estaba a seis cuadras .Había una sola vía
desde Avellaneda hasta Pascual Rosas, por eso había que esperar que pase el
otro primero, el cruce se hacía en Iriondo" (Alberto).
"El 21 iba por Godoy, Iriondo, San Luis, Laprida, Mendoza, Cafferata"
(Dosinda).
"El último tiempo que funcionó el tranvía iba por Mendoza y volvía por San
Luis, iba por Cafferata y volvía por Iriondo" (Alberto).
"Después cambió, el 10 de Junio de 1944 se cambió el sentido a todas las
calles, la circulación en toda la República. Por eso ese día es el "día del camino"
" (Primo).
"El tranvía tenía dos carriles, pero creo que en Avellaneda, seguía una vía sola,
ahí hacían un cambio, al ir el tranvía y después volver por la misma vía había
que dar vuelta los respaldos de los asientos, el motorman se pasaba porque se
manejaba de las dos puntas. Tenía una manija para manejar ,que se llevaba a
la casa ,cada uno tenía la suya. No tenía volante, era una manija de fierro que
la forraban en cuero para que no se lastimaran la mano. Cuando subían los
pasajeros, que subían por atrás, el guarda tocaba la campana con una soguita
avisando al motorman que ya podía seguir. Tenía una palanquita en vez de
bocina" (Dosinda).
"Sí, se tocaba con el pie, la pisaba, golpeaba y sonaba ta-ta-ta-, como de
campana, no como de bocinas. En la parte de adelante tenía salvavidas, que
era de fierro, cosa que si ibas a atropellar alguno, largaba el guardavidas"
(Alfredo).
"El salvavidas tenía un, cómo se puede llamar, venía casi rozando el suelo, vos
tocabas eso y se caía al suelo, tenía una parrilla, chocaba contra el suelo y te
levantaba como si fuese una pala" (Primo).
"Se tumbaba cuando iba a frenar ante un inconveniente,
bajaba y se
arrastraba en el suelo, entonces no te pisaban las ruedas" (Alfredo).
"Pero nunca había accidentes. Se viajaba de bien, los asientos eran grandotes,
de madera, con listones bien hechos, esterillados, no se rompían así nomás, de
los dos lados era para dos personas. Estaban los que tenían asientos de
madera, eran los acoplados que se utilizaban los domingos para la cancha"
(Dosinda). Cuando jugaba NOB o Central le agregaban un acoplado porque iba
mucha gente, pero no se usaba mucho porque quemaba los motores"
(Alberto).
"Muchos se colaban de atrás, tiraban la soga, se desprendía y el tranvía se
paraba" (Primo).
"El guarda se tenía que bajar y enganchar el alambre" (Dosinda).
"Además el guarda al llegar a una vía, dejaba de cobrar boleto, iba adelante, el
motorman frenaba y el guarda se bajaba en el cruce de las vías, miraba donde
estaban las barreras, era para más seguridad. Los tranvías a la altura de la
cabeza del motorman, tenían un juego de vidrios de diferentes colores, verde,
colorado, azul, porque por la calle Mendoza pasaban 5 ó 6 líneas, se podía
saber que número era de acuerdo al color, a lo lejos podías conocer el número"
(Primo).
"En el tranvía iban 32 pasajeros sentados" (Alberto).
"Todo valía 10 centavos, el diario, el tranvía" (Dosinda).
"Estaba el tranvía para los obreros, que era más barato, valía 5 centavos. Uno
salía entre las 5 y las 6 de la mañana y el otro entre las 11 y 12 del mediodía"
(Alberto). "En el tranvía había una plataforma. Era ancha, el cartero, el
vigilante, los soldados, el de Parques y Paseos iban gratis, todos tenían que
estar en la plataforma, con el motorman. Las mujeres que cosían, las
costureras, y muchos que traían sus vagallitos, sus paquetes los ponían en la
plataforma" (Primo).
El Barrio Antártida Argentina
Los participantes del taller de la memoria realizado en el año 2002 en el
Centro de Jubilados y Pensionados "Paz" ubicado en el barrio fueron: Marta
Ruales, Luis Granado, Juan Francisco Mangano, Luciano Plancon.
Equipo de trabajo:
Nemcovsky
Liliana
Rey
Turienzo-
Natalia
Ferrazzino-
Mariana
"El barrio Antártida Argentina era hasta los años 50’ un espacio definidamente
rural. El loteo de los tambos esparcidos entre el actual Fisherton hacia norte y
el arroyo Ludueña hacia el suroeste, fue dando lugar a un proceso de
urbanización. La Estación Antártida Argentina obró de hito difrenciador del
paisaje, hacia ‘un lado’ las casas de los ‘jefes’ del ferrocarril con características
que lo acercan a los actuales barrios ‘cerrados’: pautas de construcción
semejantes, mensajería y diario de edición propia entre otras.Hacia el otro las
viviendas de los trabajadores, muchos del ferrocarril y el Barrio Jardín Gráfico
comenzado a edificar hacia el 54’. Entre los recortes identitarios de esta zona
el Centro Asturiano se constituye, al igual que la Estación Antártida Argentina,
en un ámbito emblemático que contribuye a construir un ‘borde’ (Giddens,A)
de pertenencia socio-cultural.
"Esta zona estaba despoblada era una zona lechera, había tambos y se hacían
los repartos en jardinera lechera" (Marta). "Por Berheim y Wilde era todo
tambo, el tambo cubría desde Wilde unas tres cuadras más o menos, era un
tambo de una familia que ahora viven los nietos en la casa, la familia Silvestre.
La mujer era una mujer grande con tres o cuatro hijos, tuvieron el tambo
hasta el año 54’.
El tambo entregaba la leche, cuando la leche ya empezó a ser envasada esta
gente vendía la leche suelta porque la gente le iba a comprar, nosotros
seguíamos comprando leche suelta a pesar de todo. Después el que le compró
el tambo a Silvestre, el titular del tambo murió.Su hermana Doña Rosa
Fernandez Yañez lo heredó porque su hermano era un hombre soltero, esa es
la historia del predio oeste de Asturiano.
El tambo ese lo heredó el matrimonio Fernandez Yañez – Sugasti, esa gente
siguieron explotando el tambo hasta el año 70’ ,70’ y algo y el tambo se
trasladó donde está el residencial Fisherton, en Mendoza al 9000 en aquel
entonces "suburbio calle Mendoza". Ahora le pusieron de Wilde para allá (al
oeste) San José de Calasanz, donde está el club Cristo Rey" (Juan).
"Sacábamos la leche de un balde de 20 l. y se ponía en un balde de 50 l.,se le
pone un colador por las moscas para que se vaya colando, se pone agua salada
de pozo que es más fría y se refresca, no se puede sacar caliente porque se
corta la leche, lo más fresca que sea es la mejor leche .Después se ponía en un
tarro más chico y se despachaba, tenía un tarro de litro" (Luciano) "El litro
venía marcado de ¼, de ½ ,3/4 y 1 litro" (Juan). "Tengo un tarro de acero
inoxidable. El recipiente de un litro era de chapa galvanizada" (Luciano)
"El tambo dejó de funcionar en el año 70’.Tenía un tinglado grandísimo donde
se guardaban las herramientas, tractor, arado; ayudé a esta gente a
desarmarlo" (Juan).
"Bueno, entre los tambos estaba el de los Bin que eran dos hermanos, uno de
ellos tenía hornos de ladrillo, uno era alto el otro era más petizo, no me
acuerdo el nombre, el más alto tenía reparto, bah los dos repartían leche,
después conozco otro, le decíamos el "Chirola", había otro que le decíamos "el
Salado", pero no me acuerdo porque era muy chico, no me acuerdo la
ubicación del tambo. Después estaba el otro que era del barrio del canal ese
tambo estaba de Mendoza para acá hacia el norte. Ellos estaban entre Urquiza
y Mendoza, después a los años hicieron la casa, donde estaba "Guazaloca" al
terminar el barrio Gráfico, a tres cuadras más allá hicieron la casa, ahí después
teníamos un tal "Zamurano" que era Fernández de apellido, le decíamos
"Zamurano", tenía un forraje en calle Mendoza y calle 1, le decíamos Zamora
porque serían de Zamora, ahí íbamos a buscar la leche nosotros, cruzábamos
el arroyo, más al lado del oeste entraríamos a Funes. También teníamos el
tambo de Francisco Zamora, ese sí era Zamora vivieron en Tucumán y
Ambrosetti. Tenía un tambo en el camino que sale a la ruta El camino último
que sale a la ruta donde estaba el basural antes, al final de Urquiza" (Luciano).
"Donde estaba Katanga antes sobre la ruta esa era la entrada para Fisherton
R, ese camino así costeando hasta el final hace una curva y entra al barrio ese"
(Juan)
"Bueno ahí donde dice él había otro tambo el de Eulogio Orriaga que entraba
por atrás del Jockey Club, son 4 hectáreas, abarcaba todo Carlos Pellegrini,
atrás del Cabanellas. Del otro lado, que hoy pertenece al Jockey Club, después
de Eulogio Orriaga vino otro, como se llamaba?, era Mastegui, no tenían
muchas vacas y después veníamos nosotros con el tambo, Luis Plancon, por
calle Urquiza al 9100, más o menos, teníamos de los dos lados de la ruta,
después venía Angel Silvestre, era mi vecino, porque estaba el Centro
Asturiano, estaba yo y después Silvestre" (Luciano)
"Esos eran los que yo les dije que tenían el tambo ahí que cuando cortaban las
parvas de pasto seco para excavar para los cimientos los indemnizaron con un
terreno y una vivienda de Wilde para el oeste. La empresa que era dueña de
los terrenos, EMFICO, estaba ubicada en Córdoba al 1100,loteó donde estaba
el tambo, esos dueños eran el arquitecto Elio Cinich, Rosseti que era el antiguo
propietario de la "Lotería de Santa Fe" y un bancario, Pedro Ricardo Salazar"
(Juan)
El Barrio Gráfico y Antártida Argentina es el mismo, nada más que el barrio
Gráfico se construyó en un lugar determinado de los gráficos, Antártida
Argentina es la estación. Fisherton es hasta Provincias Unidas al este; desde el
arroyo Ludueña al norte y Mendoza al sur y hacia el oeste el barrio se va
perdiendo en un espacio verde antes del arroyo Ludueña, que separa a Rosario
de Funes Nosotros pertenecemos a la seccional 14 y de Urquiza para el norte
es la 17." (Juan)
Fisherton: un barrio del otro lado
"Fisherton estaba habitado por jefes del ferrocarril Mitre, por jefes,
superintendentes de los distintos departamentos. Los departamentos eran:
tráfico, tracción, telégrafos, y señales, vías y obra; todas estructuras que
funcionaban independientemente unas de otras. La gente cuando se iba al
centro, iba a tomar el tren a la estación Antártida, y decían me voy a Rosario
porque Fisherton era un pueblo a las afueras de Rosario.
Del otro lado de la Estación Antártida Argentina hay casas muy antiguas con
techos de chapa a dos aguas .Así eran las casas donde vivían los jefes del
ferrocarril.
Donde ellos tenían su diario propio, de circulación propia que se los repartían
los mismos empleados del ferrocarril, cuando ingresaban en el ferrocarril en
mensajería emitían un diario para los jefes .
Entre esas casas estaba la de Mauricio Pendlebuy, él fue el más viejo del
ferrocarril, murió hace un par de años.
Trabajaba en la oficina técnica ;donde estaba yo él estaba en el mismo edificio
y él vino al ferrocarril porque el padre vino acá a la Argentina con la familia a
instalar la usina de Sorrento en 1800 y algo ,1900 ,y vino el padre con otro
hermano y vive en la calle Comenius y Tarragona, enfrente del ferrocarril.
La casa era como dos terrenos anchísimos como de 40 m y la casa en el medio
todo a lo largo con todas galerías alrededor con galerías con chapas de cinc,
techos a dos aguas y con de 5 ó 6 habitaciones y un hall central con vitrales
con colores y en la parte de atrás la casa de los caseros. Tenían una capilla
propia dentro del predio.
La trayectoria laboral de Luciano
" ‘al camino de las ánimas’ le decíamos así porque venía el agua del
cementerio y cerca de Pellegrini había un zanjón alto y ahí pasaban nada más
que vacas del tambo de los Bin y otro tambo que no pertenece a Fisherton, de
un tal Montero y yo recuerdo que un día venía en el carro del reparto de leche
y los pìbes de la escuela me voltearon dos tarros de 50 lts. de leche en
Provincias Unidas y Córdoba, me iba a faltar la leche para el reparto y me fui
para allá, me metí por el campo de Montero, me iba a lo de Bin y cuando llego
al zanjón no sé cómo, pero pasé con el carro con dos caballos, no sé cómo salí,
tenía 12 años, mi padre estaba enfermo, yo tenía que hacerlo, momento feo
pero ya pasó.
Las mujeres antes trabajaban menos que los hombres, pero las que estaban en
el campo te voy a decir que trabajan más que los hombres, en mi casa mi
señora no trabajaba, pero mi mamá sí, mi hermana también, nosotros
teníamos el pasto y había que cosecharlo, yo era muy chico iba papá o mi tío
con la máquina y cortaba, después había que rastrillarlo, se amontonaba y
después se hacía una ‘gavilla’ que es un montoncito de pasto, entonces eso se
va oreando, secando y si hace mucho calor al día siguiente se levanta con la
chata, vos lo cargás arriba, una chata de 4 ruedas, es como si fuera un carro
tirado por caballos y después hacés la parva con la base de gramilla, mejor, y
va subiendo con el pasto y terminás en cero para que el agua corra y si es
posible la última capa de todo se le echa una capa de gramilla, porque la
gramilla corre más ,se desliza más el agua para cuidar el pasto interno y si
querés le ponés una chapa en el medio agarrada con piedras, adoquines a los
costados con alambre para que no entre el agua, eso lo hacían las mujeres
tanto como los hombres. Plácida era mujer, pero hombre, hombre, ella
agarraba los montones de pasto grandes, iba con dos caballos y un no me
acuerdo cómo le decíamos, una ‘grapa’, una agarradera, tiraba los dos caballos
y los llevaba para los fardos arrastrando y allá ella los cargaba con el guinche,
venía el guinche y ella lo cargaba al fardo, pero ella hacía todo, para ordeñar,
ordeñaba a la par de cualquier hombre, se enojaba si no tenía vacas para
ordeñar porque eran tres o cuatro que ordeñaban y capaz que era un solo
boyero, entonces no le daba a vasto para darle todo lo que ordeñaban,era por
demás de trabajadora.
Sacábamos agua enfrente del Jockey, había un eucaliptus alto, había una
canilla, y ahí lavábamos los jarros, cargábamos agua para la casa, para lavar y
para tomar. Como no teníamos luz, nos manejábamos con el sol de noche,
lámparas, farolitos a querosene, para ordeñar lo hacíamos con el sol de noche.
Yo en el tambo no he andado mucho, yo me levantaba no muy temprano
porque mi padre y mi tío estaban en el tambo y yo hacía el reparto, si alguno
andaba enfermo, ordeñaba yo, yo tenía 10, 12 años y empecé a trabajar de
eso. El reparto yo lo hice toda la vida, cuando yo tenía 5 años mi papá me
dejaba después de la escuela yo iba a la 147. Yo salía a las 9 de la mañana con
la leche de mi casa, después cargaba en dos o tres lados más cargábamos en
Olleaga, al término del Jockey club había un tambo y después cargaba en
Provincias Unidas y Córdoba, cargaba leche en Vera Mújica y Santa Fe, Rioja y
Carriego.
Yo iba a la escuela 147 en la calle Córdoba e iba a cuidar las vacas por las
calles Colombres y Córdoba, tenía 10 años. Casi le mato el hijo a la maestra
por que me cargaba que iba a cuidar las vacas entonces al otro día en la
escuela lo agarré. Cuando el vino a la tarde a la escuela con la madre casi lo
mageo. Vos mageás la vaca es una piola de cuero de vaca, tiene una argolla y
le di de latigazos y me echaron de la escuela" (Luciano).
"Antes los mayoristas que retiraban la leche de los tambos, tenían lugares que
les decían paradas y ahí iban los mayoristas y la parada de Rioja y Carriego la
sacaron y mi papá empezó a cargar donde están haciendo esos complejos
habitacionales en Santa Fe y Urquiza, era una callecita con adoquines y ahí
entraban los lecheros." (Juan)
"Iba en jardinera a hacer el reparto de leche, no teníamos un tambo muy
grande. Teníamos leche, camote, tomate, calabaza, huevos, pollos, teníamos
quintas criábamos de todo. Mi lote es de 54 por 32 m, pero antes alquilábamos
todo, alquilábamos hasta el fondo todo y enfrente de mi casa alquilábamos
7000m o sea de Wilde hasta Colombres y de Colombres hasta el arroyo. Pagué
el alquiler desde el año ´37 al ´71, pero como no teníamos los impuestos, no
obtuvimos nada. Los terrenos abarcaban parte del Jockey, que hoy tiene el
Jockey no antes.
Lamera y Usandizaga se agarró toda la lonja de las tierras del mercado tenían
una agencia era de Rossetti, ahí era una laguna natural, en González del Solar
y Wilde era toda laguna.
Al arroyo yo lo he pasado muchos años en carro, cuando había la huelga de los
lecheros teníamos un amigo un tal Fernández íbamos a buscar la leche allá, a
Funes, más la leche de nosotros vendíamos particular.
En la época que yo atendía el tambo había mucho trabajo, por ejemplo yo a mi
hijo lo hice trabajar siempre en el reparto de leche, salía de la escuela, le daba
el delantal a la hermana y él se venía conmigo a hacer el reparto, yo hacía lo
mismo con mi hermana le daba las cosas a mi hermana que iba a la 147, mi
padre pasaba por ahí, siempre tuvo reparto había trabajo para todos.
Sacábamos la leche en un balde de 20 l y se ponía en un balde de 50 l. se le
ponía un colador por las moscas para que se vaya colando, se pone agua
salada de pozo que es más fría y se refresca, no se puede sacar caliente
porque se corta la leche, lo más fresca que sea es la mejor leche. Después se
ponía en un tarro más chico y se despachaba, tenía un tarro de litro (Luciano).
"El tarro venía marcado de ¼, 1/2,3/4 y 1 l" (Juan).
"Tengo un tarro de acero inoxidable. El litro es un recipiente de chapa
galvanizada" (Luciano).
"Después vino la leche en botella de vidrio de 1 l. y sachet y luego la cajita de
cartón. A la vuelta, estaba la distribuidora Sancor y la Upar embotelladora,
también podías llevar de las dos .si querías no te decían nada.
"A mí me traían la Sancor de San Lorenzo, me traían la manteca, el yogurt,
crema de una cooperativa que había allá. Fue en el año 70’ y algo" (Luciano).
"Unas de las leches pasteurizadas era la "Láctica. Los lecheros le tenían bronca
a la "Láctica" porque era envasada y pasteurizada, pero la gente seguía
comprando leche envasada" (Juan).
"Yo he ido por Donado hasta Pellegrini, me parece que había una escuela vieja
por ahí, me parece que la demolieron" (Juan)
"No, no era una escuela eso, sabés qué era, el Centro Español sí Pellegrini y
Donado que antes no era Donado, era Estados Unidos, bueno estaba el tambo
de Sánchez, el tambo de Fernández, ‘tapón’ le decíamos nosotros, porque era
más chiquito que yo, después Fernández pasó a Sugasti el mismo tambo,
después estaba el tambo de Gómez que le decíamos ‘el chanchero’, él era
Claudio Gómez, que llegó a tener tambo el tío de él en calle San Lorenzo y
Donado, eran dos hermanos que tenían un tambito chico, no era grande. Para
allá al sur ya no pertenecía a Fisherton, era camino a Soldini, Pérez, pasando
Pellegrini, ahí estaban los Bin" (Luciano)
La escuela Gabriela Mistral
"Yo fui vicepresidente de la cooperadora de la escuela. Había dos caserones
entre las dos palmeras, abandonados ya antiguos todo mampostería de
madera y material en los techos. Tenían dos plantas,estaban completamente
abandonados, había puertas, portones que se golpeaban con el viento,y a
medida que se fue poblando la gente fue sacando cosas.
Los Papa que vivieron en la escuela Gabriela Mistral,que ellos fueron unos de
los primitivos pobladores de la zona ,vivían atrás del caserón,enfrente había
una canchita de fútbol,había todo campo y ahí había una virgen y atrás una
casa en la que vivieron los Papa,los Escalena, Alaimo, Heredia, Julio y Doña
Delia, Don Alvarez, Elsa, la familia Luján que era una familia grande. La casilla
estaba para el lado de San Lorenzo, una casa de material. En la escuelita había
un pintor, dibujante, era maestro, Ansaldi se llamaba y al lado había un salón
grande donde daban teatro, los Urbina, los de la ferretería dieron teatro
muchos años. Eran salones de dos pisos, a 30 ó 40 m. Había un palco, dieron
la primera novela "Mustafá", ahí la fui a ver. Eran las novelas que daban por
radio y después la daban en obras fue en los años 50’. Bueno se empezó a
hacer la escuela,la escuela de madera. Cuando ya había aulas de madera y se
fue poblando aquí las aulas no alcanzaban, para construir la escuela nueva se
tenía que demoler la escuela vieja y también las aulas de madera que hasta
ese momento habían servido a la escuela para funcionar. Entonces el Asturiano
fue prestando lugar para que funcionara la escuela.
El Centro Asturiano fue padrino de la escuela y la biblioteca que funcionaba en
el centro Asturiano en la calle San Luis al 600, tiene un salón, le donó todo a la
biblioteca que tiene la escuela y apadrinó la escuela y ahí dice en el acta que
mientras se estuvo construyendo la escuela se usaron los salones del centro
Asturiano hasta que se terminó la escuela. En las primeras gestiones de la
escuela estaba Silvestre Begnis de gobernador con el cónsul de Chile, el Sr
Ereñú y decidieron ponerle el nombre de Gabriela Mistral. Cuando vinieron ya
había un acta fundacional y estaban hechas las primeras aulas, las nuevas, las
que fueron adquiridas por la gente. Se iba a hacer la escuela y toda la gente
del barrio ayudó junto con la comisión. Las gestiones para ampliar esa nueva
escuela se hacían en Santa Fe, para no hacer gastos iban en la camioneta del
diario La Capital, llevaba los diarios a Santa Fe, el diario salía a la 1 ó 2 de la
mañana, se iban con los del diario La Capital y toda esta gente se iba arriba al
costado de los diarios a hacer el trámite en Santa Fe ya tenían audiencia allá y
los esperaban para volverse de vuelta y evitar el gasto del traslado.
En el 71’ la escuela estaba casi terminada, hechos los pisos y sin techo porque
se había acabado el presupuesto, entonces no se terminaba la escuela.
El techado de la escuela tenía que ser todo de hormigón, todo de material de
hormigón, la escuela tiene unas columnas que se pueden construir como 20
pisos arriba, el terreno se rellenó más de un metro y pico con toda la tierra que
sacaron cuando canalizaron el arroyo Ludueña se levantó todo eso un metro y
pico porque se formaba como una laguna cuando llovía.
El Ministerio de Educación de la provincia dijo ‘le hacemos la escuela siempre y
cuando acepten que el techo sea de chapa y los salones todos revestidos de
placas y con panel de aglomerado, las galerías todas de cemento’. Tenían que
aceptar que tenía que ser de una sola agua con techo de cinc, se aceptó así
porque no había presupuesto, porque tenía que ser todo de cemento. Se
hicieron dos escuelas gemelas esta y otra en Villa Constitución. El arquitecto de
ambas se llamaba Seisdedos Al principio sobraban aulas después empezaban
a anotarse de todos lados " (Juan).
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