Número de registro: 22183 Novena Época Instancia: Primera Sala

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CONTRADICCIÓN DE TESIS 296/2009.
Número de registro: 22183
Novena Época
Instancia: Primera Sala
Fuente: Semanario Judicial de la Federación y su Gaceta
Tomo: Tomo XXXI, Mayo de 2010
Página: 537
CONTRADICCIÓN DE TESIS 296/2009. ENTRE LAS SUSTENTADAS POR LOS
TRIBUNALES COLEGIADOS SEGUNDO Y QUINTO, AMBOS EN MATERIA CIVIL
DEL TERCER CIRCUITO.
CONSIDERANDO:
PRIMERO. Esta Primera Sala de la Suprema Corte de Justicia de la Nación es competente
para conocer del presente asunto de conformidad con lo dispuesto por los artículos 107,
fracción XIII, de la Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos, 197-A de la Ley
de Amparo y 21, fracción VIII, de la Ley Orgánica del Poder Judicial de la Federación, así
como en los puntos segundo y cuarto del Acuerdo 5/2001, del Pleno de la Suprema Corte de
Justicia de la Nación, en tanto que los asuntos de los que deriva el punto de contradicción son
del orden civil, materia de la exclusiva competencia de esta Sala.
SEGUNDO. En el caso, la denuncia de posible contradicción de tesis proviene de parte
legítima, pues la presidenta del Quinto Tribunal Colegiado en Materia Civil del Tercer
Circuito, denunciante, se encuentra facultada para ello, atento a lo dispuesto en el artículo
197-A de la Ley de Amparo.
TERCERO. El Quinto Tribunal Colegiado en Materia Civil del Tercer Circuito, al resolver el
amparo directo 614/2008, sostuvo lo siguiente:
"... la decisión del Unitario responsable es correcta, ya que de los artículos 78 del Código de
Comercio, 1851 a 1854 y 1857 del Código Civil Federal, de aplicación supletoria al primero,
se infiere que sólo cuando las cláusulas de los contratos no son claras, entonces es necesario
analizar conjuntamente el sentido de las mismas, la naturaleza y el objeto del consenso de
voluntades al celebrar el acto jurídico, puesto que ello proporcionará mayor claridad sobre la
finalidad del acuerdo y, por consecuencia, de la forma en que los interesados se propusieron
pactar.
"Los preceptos de referencia en ese orden señalan:
"(se transcriben).
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CONTRADICCIÓN DE TESIS 296/2009.
"Sin embargo, en el presente caso la estipulación vigésima cuarta del contrato fundatorio de
la acción, es muy clara y no deja lugar a dudas sobre a qué tribunales se sometieron
expresamente las partes para en caso de elucidación y cumplimiento de dicho acuerdo de
voluntades, de manera tal que la comentada cláusula no amerita más interpretación que la
literal, ya que la misma señala: ‘... Vigésima cuarta. Jurisdicción y competencia. Para la
interpretación y cumplimiento del presente contrato, las partes se someten a la competencia
de los tribunales donde se celebre el presente contrato, renunciando al fuero que pueda
corresponderles por razón de su domicilio presente o futuro. El cliente manifiesta su
conformidad con el contenido de todas las cláusulas y con los términos establecidos en el
anverso del presente y lo firma por duplicado en la ciudad de Puerto Vallarta, Jalisco, a los 8
días, del mes de junio de 2007. Un ejemplar del presente contrato se queda en poder del
«cliente» y el otro ejemplar en poder del «banco».’
"Como se observa, claramente se puede apreciar que los contratantes se sometieron
expresamente a la competencia de los tribunales donde se celebró el aludido acto jurídico,
que en el caso fue en Puerto Vallarta, Jalisco, por lo que, adverso a lo que sostiene la
sociedad quejosa, son los órganos jurisdiccionales de esa ciudad a los que corresponde
conocer de las controversias que se susciten por motivo del pacto de marras y no a los
Juzgados de Distrito en Materia Civil en el Estado, independientemente de que éstos ejerzan
jurisdicción en aquel Municipio; ya que, a fin de que así hubiera sido, era menester que las
partes hubiesen acordado que se sometían a los juzgados que ejerzan jurisdicción en la
comentada ciudad, para que entonces sí estuvieran habilitados tanto los apuntados Juzgados
Federales como los locales ubicados en Puerto Vallarta, Jalisco, para conocer del presente
contradictorio, pero, se insiste, la intención de las partes no deja lugar a dudas sobre que
expresamente se sometieron a la competencia de los juzgados radicados en esa ciudad,
Jalisco, lo que es válido en términos del artículo 1093 del Código de Comercio, en relación
con la tesis 3a. LXXII/91, que el propio Unitario responsable citó, visible en la página 37 del
Tomo VII de mayo de mil novecientos noventa y uno, de la Octava Época del Semanario
Judicial de la Federación, que instituye:
"‘COMPETENCIA POR RAZÓN DEL FUERO FEDERAL O LOCAL. ES
PRORROGABLE EN EL CASO DE COMPETENCIA CONCURRENTE, PUDIÉNDOSE
CONVENIR PREVIAMENTE EL FUERO AL QUE SE SOMETEN LAS PARTES.’
(transcribe texto)."
CUARTO. Por su parte, el Segundo Tribunal Colegiado en Materia Civil del Tercer Circuito,
al resolver el amparo directo 660/2008, consideró lo siguiente:
"... si el artículo 104, fracción I, de la Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos,
prevé que los Tribunales Federales deben conocer de los asuntos del orden civil que versen
sobre el cumplimiento y aplicación de leyes federales o tratados internacionales, salvo el
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caso, en que en los mismos sólo se vean afectados intereses particulares, pues en tal hipótesis
existirá jurisdicción concurrente, ya que quedará a elección del actor el escoger a un Juez
Federal o local para que conozca del asunto respectivo; en tanto que, además, si en la especie,
y en uso de tal facultad, la ahora disconforme demandó ante el Juzgado Tercero de Distrito en
Materia Civil en el Estado de Jalisco, a ********** (en donde únicamente se involucran
intereses particulares de las partes contratantes), reclamando diversas prestaciones derivadas
del contrato de crédito celebrado el veintiuno de agosto de dos mil seis, cuya naturaleza es de
carácter mercantil, dado que se rige por ordenamientos de carácter federal, tales como la Ley
de Instituciones de Crédito (artículos 68, 69 y 72), el Código de Comercio (artículo 1391,
fracción VIII) y la Ley General de Títulos y Operaciones de Crédito (artículo 294); por ende,
se considera incorrecto que el ad quem haya confirmado el proveído dictado el dieciséis de
enero de dos mil ocho, a través del cual, el Juez Tercero de Distrito en Materia Civil en el
Estado de Jalisco, se declaró legalmente incompetente para conocer de la demanda
promovida en contra de **********, bajo el argumento de que las partes contratantes se
habían sometido expresamente a la competencia de los tribunales de la ciudad donde se había
firmado el contrato de crédito base de la acción, esto es, en Ciudad Guzmán, Jalisco, dado
que como acertadamente lo sostuvo el propio tribunal responsable al emitir la sentencia
tildada de inconstitucional, al ser la jurisdicción un atributo de la soberanía del Estado, ésta
no puede ser materia de prórroga, renuncia o convenio, como sí acontece en algunos casos
con la competencia.
"De ahí que, el hecho de que las partes que intervinieron en el sinalagmático del veintiuno de
agosto de dos mil seis, se hayan sometido expresamente a la competencia de los tribunales de
la ciudad donde se formalizó el contrato (pacto sumisión expresa), esto es, en Ciudad
Guzmán, Jalisco, ello no implica que la ahora disconforme se encontraba imposibilitada de
presentar la demanda mercantil de referencia, ante un Tribunal Federal con residencia en esta
ciudad, caso concreto, ante el Juzgado Tercero de Distrito en Materia Civil en el Estado de
Jalisco, dado que, en principio, y como se ha venido mencionando, los artículos 104, fracción
I, de la Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos y 53, fracción I, de la Ley
Orgánica del Poder Judicial de la Federación, prevén claramente dicha facultad, que a
propósito, corroborando lo sostenido por la responsable, no puede ser materia de prórroga,
renuncia o convenio; además, nótese que en el punto de acuerdo cuarto, denominado ‘III.
Tercer Circuito’, del Acuerdo General 57/2006, del Pleno del Consejo de la Judicatura
Federal, relativo a la determinación del número y límites territoriales de los circuitos en que
se divide la República mexicana; y al número, a la jurisdicción territorial y especialización
por materia de los Tribunales Colegiados y Unitarios de Circuito y de los Juzgados de
Distrito, se prevé que los Juzgados de Distrito en el Estado de Jalisco, con residencia en
Guadalajara y Puente Grande, ejercen jurisdicción territorial en el distrito judicial
conformado por el territorio de la propia entidad federativa.
"Bajo el mismo tenor de ideas, el hecho de que no existan físicamente Tribunales Federales
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en Ciudad Guzmán, Jalisco, no implica que forzosamente deben conocer los tribunales
locales, debido al ‘pacto de sumisión expresa contenido en el sinalagmático’, ya que se
insiste, ello implicaría contravenir las disposiciones contenidas en los artículos 104, fracción
I, de la Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos y 53, fracción I, de la Ley
Orgánica del Poder Judicial de la Federación, lo cual, jurídicamente no es factible por las
razones antes expuestas, además, de que el Juzgado Tercero de Distrito en Materia Civil en el
Estado de Jalisco, ejerce jurisdicción territorial en Ciudad Guzmán, Jalisco."
QUINTO. En primer lugar, debe determinarse si efectivamente existe la contradicción de
criterios denunciada, pues ello constituye un presupuesto necesario para estar en posibilidad
de resolver cuál de las posturas contendientes debe prevalecer.
Para que exista contradicción de tesis se requiere que los Tribunales Colegiados, al resolver
los asuntos materia de la denuncia, hayan:
1) Examinado hipótesis jurídicas esencialmente iguales; y,
2) Llegado a conclusiones encontradas respecto a la solución de la controversia planteada.
Entonces, existe contradicción de tesis siempre y cuando se satisfagan los dos supuestos antes
enunciados, sin que sea obstáculo para la existencia que los criterios jurídicos adoptados
sobre un mismo punto de derecho no sean exactamente iguales en cuanto a las cuestiones
fácticas que los rodean. Esto es, que los criterios materia de la denuncia no provengan del
examen de los mismos elementos de hecho.
En ese sentido se ha pronunciado el Pleno de este Alto Tribunal, en las tesis que a
continuación se transcriben:
"Tesis aislada
"Materia(s): Común
"Novena Época
"Instancia: Pleno
"Fuente: Semanario Judicial de la Federación y su Gaceta
"Tomo: XXX, julio de 2009
"Tesis: P. XLVI/2009
"Página: 68
"CONTRADICCIÓN DE TESIS. EXISTE CUANDO LAS SALAS DE LA SUPREMA
CORTE DE JUSTICIA DE LA NACIÓN O LOS TRIBUNALES COLEGIADOS DE
CIRCUITO ADOPTAN EN SUS SENTENCIAS CRITERIOS JURÍDICOS
DISCREPANTES SOBRE UN MISMO PUNTO DE DERECHO,
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CONTRADICCIÓN DE TESIS 296/2009.
INDEPENDIENTEMENTE DE QUE LAS CUESTIONES FÁCTICAS QUE LO RODEAN
NO SEAN EXACTAMENTE IGUALES (INTERRUPCIÓN DE LA JURISPRUDENCIA
P./J. 26/2001, DE RUBRO: ‘CONTRADICCIÓN DE TESIS DE TRIBUNALES
COLEGIADOS DE CIRCUITO. REQUISITOS PARA SU EXISTENCIA.’). De los artículos
107, fracción XIII, de la Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos, 197 y 197A de la Ley de Amparo, se advierte que la existencia de la contradicción de criterios está
condicionada a que las Salas de la Suprema Corte de Justicia de la Nación o los Tribunales
Colegiados de Circuito en las sentencias que pronuncien sostengan ‘tesis contradictorias’,
entendiéndose por ‘tesis’ el criterio adoptado por el juzgador a través de argumentaciones
lógico-jurídicas para justificar su decisión en una controversia, lo que determina que la
contradicción de tesis se actualiza cuando dos o más órganos jurisdiccionales terminales
adoptan criterios jurídicos discrepantes sobre un mismo punto de derecho,
independientemente de que las cuestiones fácticas que lo rodean no sean exactamente iguales,
pues la práctica judicial demuestra la dificultad de que existan dos o más asuntos idénticos,
tanto en los problemas de derecho como en los de hecho, de ahí que considerar que la
contradicción se actualiza únicamente cuando los asuntos son exactamente iguales constituye
un criterio rigorista que impide resolver la discrepancia de criterios jurídicos, lo que conlleva
a que el esfuerzo judicial se centre en detectar las diferencias entre los asuntos y no en
solucionar la discrepancia. Además, las cuestiones fácticas que en ocasiones rodean el
problema jurídico respecto del cual se sostienen criterios opuestos y, consecuentemente, se
denuncian como contradictorios, generalmente son cuestiones secundarias o accidentales y,
por tanto, no inciden en la naturaleza de los problemas jurídicos resueltos. Es por ello que
este Alto Tribunal interrumpe la jurisprudencia citada al rubro, pues al establecer que la
contradicción se actualiza siempre que ‘al resolver los negocios jurídicos se examinen
cuestiones jurídicas esencialmente iguales y se adopten posiciones o criterios jurídicos
discrepantes’ impide el estudio del tema jurídico materia de la contradicción con base en
‘diferencias’ fácticas que desde el punto de vista estrictamente jurídico no deberían
obstaculizar el análisis de fondo de la contradicción planteada, lo que es contrario a la lógica
del sistema de jurisprudencia establecido en la Ley de Amparo, pues al sujetarse su existencia
al cumplimiento del indicado requisito disminuye el número de contradicciones que se
resuelven en detrimento de la seguridad jurídica que debe salvaguardarse ante criterios
jurídicos claramente opuestos. De lo anterior se sigue que la existencia de una contradicción
de tesis deriva de la discrepancia de criterios jurídicos, es decir, de la oposición en la solución
de temas jurídicos que se extraen de asuntos que pueden válidamente ser diferentes en sus
cuestiones fácticas, lo cual es congruente con la finalidad establecida tanto en la Constitución
General de la República como en la Ley de Amparo para las contradicciones de tesis, pues
permite que cumplan el propósito para el que fueron creadas y que no se desvirtúe buscando
las diferencias de detalle que impiden su resolución.
"Contradicción de tesis 36/2007-PL. Entre las sustentadas por la Primera y la Segunda Salas
de la Suprema Corte de Justicia de la Nación. 30 de abril de 2009. Unanimidad de diez votos.
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CONTRADICCIÓN DE TESIS 296/2009.
Ausente: Sergio Salvador Aguirre Anguiano. Ponente: Margarita Beatriz Luna Ramos.
Secretario: Alfredo Villeda Ayala."
"Tesis aislada
"Materia(s): Común
"Novena Época
"Instancia: Pleno
"Fuente: Semanario Judicial de la Federación y su Gaceta
"Tomo: XXX, julio de 2009
"Tesis: P. XLVII/2009
"Página: 67
"CONTRADICCIÓN DE TESIS. DEBE ESTIMARSE EXISTENTE, AUNQUE SE
ADVIERTAN ELEMENTOS SECUNDARIOS DIFERENTES EN EL ORIGEN DE LAS
EJECUTORIAS. El Tribunal en Pleno de la Suprema Corte de Justicia de la Nación, en la
jurisprudencia P./J. 26/2001, de rubro: ‘CONTRADICCIÓN DE TESIS DE TRIBUNALES
COLEGIADOS DE CIRCUITO. REQUISITOS PARA SU EXISTENCIA.’, sostuvo su firme
rechazo a resolver las contradicciones de tesis en las que las sentencias respectivas hubieran
partido de distintos elementos, criterio que se considera indispensable flexibilizar, a fin de dar
mayor eficacia a su función unificadora de la interpretación del orden jurídico nacional, de
modo que no solamente se resuelvan las contradicciones claramente inobjetables desde un
punto de vista lógico, sino también aquellas cuya existencia sobre un problema central se
encuentre rodeado de situaciones previas diversas, ya sea por la complejidad de supuestos
legales aplicables o por la profusión de circunstancias de hecho a las que se hubiera tenido
que atender para juzgarlo. En efecto, la confusión provocada por la coexistencia de posturas
disímbolas sobre un mismo problema jurídico no encuentra justificación en la circunstancia
de que, una y otra posiciones, hubieran tenido un diferenciado origen en los aspectos
accesorios o secundarios que les precedan, ya que las particularidades de cada caso no
siempre resultan relevantes, y pueden ser sólo adyacentes a un problema jurídico central,
perfectamente identificable y que amerite resolverse. Ante este tipo de situaciones, en las que
pudiera haber duda acerca del alcance de las modalidades que adoptó cada ejecutoria, debe
preferirse la decisión que conduzca a la certidumbre en las decisiones judiciales, a través de
la unidad interpretativa del orden jurídico. Por tanto, dejando de lado las características
menores que revistan las sentencias en cuestión, y previa declaración de la existencia de la
contradicción sobre el punto jurídico central detectado, el Alto Tribunal debe pronunciarse
sobre el fondo del problema y aprovechar la oportunidad para hacer toda clase de
aclaraciones, en orden a precisar las singularidades de cada una de las sentencias en conflicto,
y en todo caso, los efectos que esas peculiaridades producen y la variedad de alternativas de
solución que correspondan.
"Contradicción de tesis 36/2007-PL. Entre las sustentadas por la Primera y la Segunda Salas
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CONTRADICCIÓN DE TESIS 296/2009.
de la Suprema Corte de Justicia de la Nación. 30 de abril de 2009. Unanimidad de diez votos.
Ausente: Sergio Salvador Aguirre Anguiano. Ponente: Margarita Beatriz Luna Ramos.
Secretario: Alfredo Villeda Ayala."
Ahora bien, para estar en aptitud de determinar si en el presente caso existe la contradicción
de criterios denunciada, se procede al análisis de las diversas consideraciones.
SEXTO. Existe la contradicción de tesis denunciada.
Lo anterior se concluye toda vez que los Tribunales Colegiados contendientes, al estudiar
cuestiones jurídicas sobre un mismo punto de derecho, llegaron a soluciones totalmente
opuestas.
Esto es así, ya que en los asuntos de los que surgen los criterios que integran la presente
contradicción de tesis, los respectivos Tribunales Colegiados interpretaron el enunciado
normativo contenido en la cláusula de un contrato de naturaleza mercantil en la que de forma
idéntica, en ambos asuntos, se expresa: "... Vigésima cuarta. Jurisdicción y competencia. Para
la interpretación y cumplimiento del presente contrato las partes se someten a la competencia
de los tribunales de la ciudad donde se celebre el presente contrato, renunciando al fuero que
pueda corresponderles en razón de su domicilio presente o futuro."
Lo anterior, esto es, la redacción idéntica de la "cláusula vigésima cuarta", relativa a
jurisdicción y competencia de los dos contratos, hace arribar a esta Primera Sala a la
conclusión de que en la presente contradicción de tesis no se trata de la simple interpretación
de cláusulas en dos contratos, sino que se trata de dar un sentido correcto a los enunciados
normativos contenidos en contratos mercantiles.
En cuanto al tema planteado, los respectivos Tribunales Colegiados llegaron a conclusiones
diametralmente opuestas.
Al respecto, el Quinto Tribunal Colegiado en Materia Civil del Tercer Circuito concluyó que:
si las partes en un contrato mercantil estipularon someterse a la competencia de los tribunales
de la ciudad en donde se celebró, entonces, para el caso de interpretación y cumplimiento del
referido contrato, serán los órganos jurisdiccionales de esa ciudad a los que corresponda
conocer de la controversia suscitada y no a los Juzgados de Distrito, dado que las partes no
acordaron someterse a la jurisdicción de los juzgados de la ciudad en la que se celebró el
acuerdo de voluntades a fin de que tanto los Juzgados Federales como los Juzgados Locales
conocieran de la controversia.
En tanto que el Segundo Tribunal Colegiado en Materia Civil del Tercer Circuito resolvió
que: el hecho de que las partes en un contrato de crédito se hayan sometido expresamente a la
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competencia de los tribunales de la ciudad en donde se formalizó el mencionado instrumento,
no implica imposibilidad para que la demanda mercantil se presente ante un Tribunal Federal,
sin perjuicio de que en ese lugar no existan físicamente Tribunales Federales, pues la facultad
para ello está prevista en los artículos 104, fracción I, de la Constitución Federal y 53,
fracción I, de la Ley Orgánica del Poder Judicial de la Federación.
De esta manera, se constata que, efectivamente, los Tribunales Colegiados contendientes en
la presente contradicción de tesis al resolver los asuntos sometidos a su consideración
analizaron diversas cuestiones sobre un mismo punto de derecho y llegaron a conclusiones
opuestas.
SÉPTIMO.-Descritos los criterios en contradicción y sentada la existencia de la misma, es
procedente dilucidar el punto contradictorio que radica en: determinar si cuando en la
cláusula de un contrato mercantil se establece que para su interpretación o cumplimiento las
partes se someten a la competencia de la ciudad en donde se celebró el contrato, y en dicha
ciudad sólo existen juzgados del fuero común, esa expresión implica que existe sumisión
expresa a la competencia de los referidos órganos jurisdiccionales, o bien, debe entenderse
que son competentes para conocer de la controversia suscitada tanto los Juzgados Locales que residen en la mencionada ciudad- como los federales -que aun no residiendo en esa
ciudad- ejercen jurisdicción en el lugar donde se celebró el contrato.
Debe prevalecer con carácter de jurisprudencia el criterio sustentado por la Primera Sala de
esta Suprema Corte de Justicia de la Nación, conforme a lo que a continuación se expone:
Como punto de partida del presente asunto, se considera esencial precisar que en los juicios
de amparo directo que resolvieron los Tribunales Colegiados involucrados el acto reclamado
fue la resolución dictada por un Juez de Distrito, en la que determinó declararse legalmente
incompetente para conocer de la demanda de carácter mercantil promovida, bajo la
consideración de que el contrato fundatorio de la acción contenía una cláusula de "sumisión
expresa" de las partes a la competencia de los tribunales de la ciudad en la que se formalizó el
contrato que dio origen a la demanda, y que de ello se desprendía que las partes renunciaron
al fuero que la ley les concedía.
En ese tenor, es conveniente precisar que, por disposición constitucional, las controversias
del orden mercantil suscitadas sobre el cumplimiento y aplicación de leyes federales en las
que sólo se afecten intereses particulares, la jurisdicción es concurrente y, por tanto, pueden
conocer del juicio tanto los Juzgados y Tribunales Federales como los locales del orden
común a elección del actor.
Lo anterior se infiere del contenido del artículo 104, fracción I, de la Constitución Política de
los Estados Unidos Mexicanos, que establece:
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"Artículo 104. Corresponde a los tribunales de la Federación conocer:
"I. De todas las controversias del orden civil o criminal que se susciten sobre el cumplimiento
y aplicación de leyes federales o de los tratados internacionales celebrados por el Estado
mexicano. Cuando dichas controversias sólo afecten intereses particulares, podrán conocer
también de ellas, a elección del actor, los Jueces y tribunales del orden común de los Estados
y del Distrito Federal. Las sentencias de primera instancia podrán ser apelables para (sic) ante
el superior inmediato del Juez que conozca del asunto en primer grado."
Así también, es de citar el contenido de la fracción I del artículo 53 de la Ley Orgánica del
Poder Judicial de la Federación, que dispone:
"Artículo 53. Los Jueces de Distrito Civiles Federales conocerán:
"I. De las controversias del orden civil que se susciten sobre el cumplimiento y aplicación de
leyes federales o tratados internacionales celebrados por el Estado mexicano. Cuando dichas
controversias sólo afecten intereses particulares podrán conocer de ellas, a elección del actor,
los Jueces y tribunales del orden común de los Estados y del Distrito Federal."
De lo expuesto se deduce que de inicio son los Tribunales Federales quienes deben conocer
de los asuntos del orden civil que versen sobre el cumplimiento y aplicación de leyes
federales; no obstante, se prevé como salvedad que cuando en dichos asuntos sólo se vean
afectados intereses particulares, quedará a elección del actor someter su controversia a un
Juez Federal o a uno local, siendo esto lo que se conoce como jurisdicción concurrente.
Ahora, en el presente caso se trata de esclarecer cuál es el sentido que se le debe dar a un
enunciado normativo -en el caso, una cláusula contractual-, que establece que el Juez
competente para conocer de un asunto mercantil será el de la ciudad en la que se celebró el
contrato materia del juicio, siendo que en dicha cláusula no se hace designación expresa del
fuero al que se someterían en caso de controversia.
Es así pues, en el caso, como se refirió párrafos arriba, los dos Tribunales Colegiados
implicados en la presente contradicción de tesis analizaron, cada uno por su parte, la cláusula
contenida en un contrato mercantil, en la que de manera idéntica se establece:
"... Vigésima cuarta. Jurisdicción y competencia. Para la interpretación y cumplimiento del
presente contrato las partes se someten a la competencia de los tribunales de la ciudad donde
se celebre el presente contrato, renunciando al fuero que pueda corresponderles en razón de
su domicilio presente o futuro."
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Al respecto, también es de tomar en cuenta que el Código de Comercio, que es el
ordenamiento que rige a los asuntos de carácter mercantil, en sus artículos 1092 y 1093,
señala:
"Artículo 1092. Es Juez competente aquel a quien los litigantes se hubieren sometido expresa
o tácitamente."
"Artículo 1093. Hay sumisión expresa cuando los interesados renuncien clara y
terminantemente al fuero que la ley les concede, y para el caso de controversia, señalan como
tribunales competentes a los del domicilio de cualquiera de las partes, del lugar de
cumplimiento de alguna de las obligaciones contraídas, o de la ubicación de la cosa."
De los numerales citados se desprende que en los asuntos de carácter mercantil:
a) Será competente el Juez a quien las partes se hubieren sometido expresa o tácitamente
(cláusula de sumisión expresa) y que,
b) Hay sumisión expresa cuando las partes renuncien clara y terminantemente al fuero que la
ley les concede, y señalan como tribunales competentes a los del domicilio de cualquiera de
las partes, al del lugar en que deba cumplirse alguna obligación, o al del lugar en el que se
ubique la cosa.
Por tanto, para que se considere que en un contrato mercantil existe sumisión expresa de las
partes a la competencia de un determinado Juez, debe constatarse que existe voluntad de las
partes en renunciar al fuero que la ley concede.
Ahora, en el caso, de la cláusula en comento se desprende que las partes contratantes
manifestaron someterse a la competencia de los tribunales de la ciudad en la que se celebró el
contrato, pero omitieron señalar el fuero de dichos tribunales, ya que si bien señalaron al
tribunal de un lugar, no precisaron con exactitud si se trata de la autoridad judicial que reside
en el espacio territorial de ese lugar, o bien, si se referían a la autoridad que ejerce
jurisdicción sobre el mencionado lugar, con independencia de que se ubicara o no en él
físicamente.
Por ende, se estima que en tal caso se debe dejar a salvo el derecho de las partes para que
puedan presentar la demanda respectiva en el juzgado de elección del actor pues, como ya se
anticipó, para que se considere que existe pacto de sumisión expresa a la competencia de
algún Juez, necesario es que se corrobore la voluntad de las partes en renunciar al fuero que
la ley les concede.
Además, es dable inferir que cuando en la cláusula de un contrato mercantil se expresa que
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las partes se someten a los tribunales de la ciudad en la que se formalizó el contrato se está
aludiendo a una cuestión de competencia territorial que no delimita el carácter de la
jurisdicción de los mismos, ya que por razón de territorio resultan igualmente competentes
los tribunales del fuero local que residen en la ciudad en la que se celebró el contrato, como
los del fuero federal que tienen competencia en el respectivo lugar.
De ahí que si en la cláusula de un contrato mercantil sólo se dice que las partes se someten a
la competencia del Juez de determinado lugar (sin especificar el fuero de éste), ello no es
razón suficiente para considerar que se trata del Juez del orden común por el simple hecho de
que sólo él resida en el lugar de que se trate, pues igualmente competente es el Juez Federal
que ejerce jurisdicción sobre ese apartado territorial.
En ese tenor, se concluye que en los contratos mercantiles no puede considerarse que existe
una renuncia de las partes al fuero que la ley concede, si ello no se expresa en el acuerdo de
voluntades relativo, pues si únicamente señalan que se someten a la competencia del Juez de
un determinado lugar, ello genera confusión, dado que, como se mencionó, en un
determinado lugar es igualmente competente el Juez Federal que el del fuero común, en
virtud de que ambos tienen jurisdicción y ejercen competencia sobre el respectivo lugar, aun
cuando uno u otro no se encuentren ubicados físicamente en el espacio territorial de que se
trate.
Por lo anterior, esta Primera Sala de la Suprema Corte de Justicia de la Nación estima que la
cláusula de un contrato mercantil en la que, por su redacción, las partes expresamente sólo
manifiestan someterse a la competencia del tribunal del lugar en el que el acuerdo de
voluntades se celebra, y en dicha ciudad únicamente reside el Juez del fuero común, no tiene
el alcance de tener por renunciada la figura de jurisdicción concurrente prevista en la fracción
I del artículo 104 de la Constitución Federal, dado que si no se señaló el fuero del tribunal a
cuya competencia se someten, debe quedar a salvo el derecho de las partes para acudir a la
potestad jurisdiccional del Tribunal Federal o local de su elección en caso de controversia.
De acuerdo con la exposición precedente, debe prevalecer con carácter de jurisprudencia, en
términos del artículo 192 de la Ley de Amparo, el criterio que sustenta la Primera Sala de la
Suprema Corte de Justicia de la Nación, que a continuación se cita:
JURISDICCIÓN CONCURRENTE. SI EN EL CONTRATO MERCANTIL LAS PARTES
NO ESPECIFICAN EL FUERO DEL TRIBUNAL A CUYA COMPETENCIA SE
SOMETEN, DEBE QUEDAR A SALVO SU DERECHO PARA ACUDIR A LA
POTESTAD JURISDICCIONAL DEL TRIBUNAL FEDERAL O LOCAL DE SU
ELECCIÓN.-Del artículo 104, fracción I, de la Constitución Política de los Estados Unidos
Mexicanos, deriva que las controversias del orden mercantil suscitadas sobre el cumplimiento
y aplicación de leyes federales en las que sólo se afecten intereses particulares, la jurisdicción
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es concurrente y, por tanto, pueden conocer del juicio tanto los Juzgados y Tribunales
Federales como los locales del orden común, a elección del actor. Por otra parte, de los
artículos 1092 y 1093, del Código de Comercio, se advierte que en los asuntos de carácter
mercantil será competente el Juez a quien los litigantes se hubieren sometido expresa o
tácitamente (cláusula de sumisión expresa) y que hay sumisión expresa cuando los
interesados renuncian clara y terminantemente al fuero que la ley les concede. Ahora bien,
cuando en un contrato mercantil se establece que las partes pactan someterse a la
competencia de los tribunales de la ciudad en la que se celebró, pero omiten señalar el fuero
de dichos tribunales, en tal caso se alude a una cuestión de competencia territorial que no
delimita el carácter de la jurisdicción de los órganos jurisdiccionales, aun cuando en el lugar
donde se celebró el acuerdo de voluntades sólo resida el Juez del orden común, ya que si no
se señaló el fuero del tribunal a cuya competencia se someten resultan igualmente
competentes los del fuero federal que los del local, pues ambos tienen jurisdicción en ese
territorio. Por tanto, si en un contrato mercantil sólo se dice que las partes se someten a la
jurisdicción del Juez de determinado lugar sin especificar su fuero, debe quedar a salvo el
derecho del actor para acudir al Tribunal Federal o local de su elección.
Por lo expuesto y fundado, se resuelve:
PRIMERO.-Existe la contradicción de tesis denunciada.
SEGUNDO.-Debe prevalecer con carácter de jurisprudencia la tesis sustentada por la Primera
Sala de la Suprema Corte de Justicia de la Nación.
TERCERO.-Dése publicidad a la tesis en los términos del artículo 195 de la Ley de Amparo.
Notifíquese; con testimonio de esta resolución a los tribunales contendientes y, en su
oportunidad, archívese este asunto como concluido.
Así lo resolvió la Primera Sala de la Suprema Corte de Justicia de la Nación, por unanimidad
de cinco votos de los señores Ministros: Arturo Zaldívar Lelo de Larrea, José Ramón Cossío
Díaz, Juan N. Silva Meza, Olga Sánchez Cordero de García Villegas y presidente José de
Jesús Gudiño Pelayo (ponente).
En términos de lo previsto en los artículos 3, fracción II, 13, 14 y 18 de la Ley Federal de
Transparencia y Acceso a la Información Pública Gubernamental, en esta versión pública se
suprime la información considerada legalmente como reservada o confidencial que encuadra
en esos supuestos normativos.
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