Centro de Innovación y Aprendizaje “Cocinando” una sesión de clases José Maldifassi Profesor Facultad de Ingeniería No puedo decir que sea una afición, pero debo reconocer que he desarrollado cierto gusto por la cocina. Creo que de la experiencia con la misma se pueden obtener interesantes similitudes en lo que respecta a cómo preparar una buena sesión de clases. El objetivo de una comida es que los comensales queden contentos y la recuerden, que sea trascendente. Lo mismo una sesión de clases, la cual debe ser trascendente, debe ser capaz de cambiar la perspectiva entre el antes y el después de la clase, debe ser recordada. Es preciso partir por reconocer que una buena comida responde a una Es preciso partir buena planificación y preparación de la por reconocer que misma. Asimismo, una buena sesión de clases debe ser planificada y preparada en forma acuciosa, una buena comida no debe ser el resultado de la improvisación; sólo a los genios una buena sesión de responde a una clases les resulta espontáneamente. Debemos tomarnos el tiempo de pensar qué expondremos en esta próxima sesión, qué será lo más importante, qué podemos buena planificación dejar para el final, cómo comenzaremos. y preparación de la misma. Asimismo, una buena sesión de clases debe ser planificada y preparada en forma acuciosa, no debe ser el resultado de la improvisación; sólo a los genios una buena sesión de clases les resulta espontáneamente. No todos los platos son aptos para ser consumidos a toda hora ni en toda estación. Esto quiere decir que debemos tomar en cuenta la hora del día en la cual la comida será servida. Un plato demasiado rico en carnes a la hora de almuerzo nos dejará con el estómago pesado. ¿Es lo mismo dictar una sesión de clases a las 9 de la mañana, 4 de la tarde o 7 de la tarde? Indudablemente, no. La mañana es una buena hora para las sesiones que requieren la mente lo más despierta posible, para cursos más “pesados” y complejos. En la tarde ser podrá dictar ramos de mayor participación, en los cuales se pueda interactuar y conversar animadamente. Ya más tarde, sesión de las 19 horas, se enfrenta una clase con alumnos cansados, que no tienen toda la energía de la mañana y carecen de la atención necesaria para seguir un desarrollo teórico extenso y complejo. ¿Cómo se puede preparar una buena sesión de clases? Indudablemente, esto es una combinación de elementos principales, ejemplos y matices. ¿Cómo se enfrenta la preparación de un buen plato? Primero que nada hay que ver qué es lo que uno tiene en mente para cada comida en particular, cuál será el elemento principal específico del que constará la comida: pescado, carne, pollo o pasta. ¿Qué es lo fundamental que queremos que nuestros alumnos aprendan en esta clase en particular? Decidido qué es lo importante, se debe a continuación analizar con qué será acompañado. Nadie queda contento comiendo sólo carne o sólo pasta, debe haber algo más. El acompañamiento en un plato deben ser los ejemplos en clases que permiten corroborar o complementar lo expresado teóricamente. No todos los acompañamientos son adecuados para todo elemento principal, tal como no todos los ejemplos son válidos para todas las sesiones. La elección de los ejemplos debe ser pensada de acuerdo a la audiencia. Los ejemplos para alumnos que recién ingresan a la universidad deben ser diferentes a los ejemplos para los alumnos que están terminando y diferentes aun para los alumnos de los cursos ejecutivos. ¿Cuál sería el análogo de los condimentos? El papel de los condimentos es realzar el sabor de las comidas, de dar matices a los sabores principales. En una sesión de clases se deberá utilizar la voz y el cuerpo como recursos expresivos; cambiar de un lenguaje excesivamente académico a un lenguaje, que sin perder corrección ni rigor, pueda ser más coloquial; desplazarse dentro del espacio disponible; intercalar una expresión jocosa, ponerse serio, escuchar las opiniones disidentes de los alumnos, recalcar aspectos manifestados por algunos de ellos. Todo plato además debe ser un estímulo a los sentidos. Mediante el elemento principal, los acompañamientos y especies, se debe estimular el gusto, el olfato y la vista. En una sala de clases deberemos intentar hacer lo mismo, por supuesto que dentro de las posibilidades que el ambiente académico otorga. El oído y la vista son los sentidos exclusivos a los cuales podemos echar mano para estimular a nuestros alumnos/as. Así, el tono de la voz debe variar en concordancia con el contenido del discurso, debemos hacer pausas y modificar el ritmo de nuestro hablar. Indudablemente si empleamos transparencias éstas deben ser atractivas, con elementos diversos que generen cambio, sorpresa y curiosidad intelectual. En una sesión de clases es esencial lograr la atención de los alumnos/as, pese a lo tedioso y árido que pueda resultar el contenido de la misma. ¿Cómo mantener la atención de los invitados a una buena comida? Hay que ofrecer no sólo un plato único, se debe ofrecer una entrada y luego el plato principal. Debe haber en toda sesión una introducción, un adelanto de lo que viene, un poner en contexto aquello de lo cual se hablará, un nexo con otros temas pasados y futuros. La introducción debe ser una promesa de un contenido Hay que ofrecer no sólo profundo y trascendente. un plato único, se debe ofrecer una entrada y luego el plato principal. Debe haber en toda sesión una introducción, un adelanto de lo que viene, un poner en contexto aquello de lo cual se hablará, un nexo con otros temas pasados y futuros. La introducción debe ser una promesa de un contenido profundo y trascendente. El postre es un plato importante en cada comida; el cierre de una sesión de clases también lo es. ¿Qué diremos para cerrar la clase? ¿Cómo remarcaremos los puntos más importantes? ¿Qué queremos que recuerden en uno o dos meses más? Normalmente el postre deja un sabor dulce en la boca. Debemos intentar que los alumnos reciban un mensaje positivo de cierre, que de la clase se lleven un recuerdo duradero, que al recordar la clase les venga a la memoria un ejemplo que entusiasma. Como en toda comida, estaremos atendiendo a paladares distintos. No todos salen de una comida con una idéntica opinión. No es posible dejar a todos contentos todo el tiempo. Asimismo, no todos los alumnos/as saldrán de la sala con la misma impresión; algunas preferirán ciertos temas y conceptos, a otros no les gustará la elección de los ejemplos. Lo importante es que la gran mayoría de ellos/ellas haya tenido oportunidades para integrarse al proceso de aprendizaje llevado a cabo en la sala y apruebe lo realizado. Espero que esta “receta” nos resulte provechosa, que gracias a ella logremos obtener mentes “satisfechas” y dispuestas a probar otro plato, con otros matices y acompañamientos; que permita que nuestros alumnos aprendan a apreciar una buena sesión de clases, tanto como nosotros deberemos aprender a disfrutar preparando nuestra “receta” para ésta, la próxima comida que les brindaremos.