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emocionales, va oyendo la misica y el eco de unia dolorosa ausencia. Es
de esta manera como le es permitido alcanzar una experiencia de la
muerte, la que podemos obtener con la "presencia ausente" de que
habla Landsberg, y que precisamente evidenciamos en el presente libro.
A estas vivencias de la muerte, nacidas por la perdida de un s6r
amado, cuyo recuerdo aviva una creadora angustia, se asocian en el
mundo poetico de Venegas Filardo extraiias imagenes nocturnas y siderales. que pueden considerarse profundamente justas, ya que no son
otra cosa que la consecuencia de la bisqueda de un ser por las comarcas
del misterio, por las comarcas a las que s6lo llegamos a veces en los
suefios o en los estados mediumnicos.
En otra ocasi6n dije que dos elementos se hacen dolorosamente
visibles en su poetica: la soledad y la ausencia, como en estado de insomnio bajo una imaginaci6n astron6mica. Tales elementos son necesarios en su poesia por necesidad de evasi6n, porque s61o en la evasi6n
puede encontrarse el ser ausente que 61 busca.
Tambi6n asi golpea la puerta de los suefios, donde siempre oimos
todos la musica y el eco de una ausencia. Nosotros mismos, que vivimos
en los umbrales del misterio, somos la ausencia, y mientra mas nos preocupe nuestra ausencia, mas pronto podremos llegar a la plenitud de nuestra
vida. Cuando pensamos en la ausencia de alguien, estamos pensando en
nuestra propia ausencia. Cuando pensamos en el amor de alguien, estamos pensando en nuestro propio amor. Es la armonia que crea la frase
de Otto D'Sola que cite al principio, frase que puede aplicarse a Mzisica
y eco de tu ausencia, porque el alma de este bello libro "envuelta en esa
melodia, sabra pasar a traves del dolor como el humo entre los arboles".
Ademas del genuino valor po6tico del libro que resefiamos, hemos
de notar que su edici6n es una de las mis bellas que se han hecho en
Venezuela. Pertenece a la colecci6n de las publicaciones "Viernes", y
trae una vifieta y un retrato de Ram6n Martin Durban que contribuyen
a la mayor dignidad del volumen.
VICENTE GERBASI,
Caracas.
VITO ALESSIO ROBLES, La prilmera imprenta en las povincias internas
de Oriente: Texas, Tamaulipas, Nuevo Le6n y Coahuila.-M6xico, Antigua Libreria Robredo de Jose Porrua e Hijos, 1939. 79
pp., 2 hojas. ilus., facsims. (algunos doblados).
El ingeniero Vito Alessio Robles, natural de las provincias del
nordeste, es profesor de historia en la Universidad Aut6noma de Me-
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xico. Es autor de mas de diecinueve obras, que abarcan en su mayor parte
estudios e investigaciones hist6ricas de las provincias de donde es originario.
Como autor de esta obra sobre el establecimiento de la imprenta
en las provincias internas del Oriente, ha conmemorado el IV centenario de la fundaci6n de la imprenta en Mexico. Dedic6 su trabajo
respetuosamente al Obispo Fray Juan de Zumarraga, a cuyas gestiones se debi6 la introducci6n de la primera imprenta del hemisferio
occidental; a Juan Pablos, el primer impresor de America, y a Samuel
Bangs, el primer impresor de las provincias del nordeste.
Los siete capitulos que componen la obra, muy bien documentado
cada uno con notas al pie de las piginas, reflejan una investigaci6n
minuciosa. Ha recogido el autor datos muy obscuros y los ha presentado diestramente para esclarecer la historia de la imprenta en la citada
regi6n. La obra lleva tambien trece grabados, de los cuales doce son
facsimiles de impresos y de la carta a mano a Samuel Bangs, y otra reproduce la primera prensa de imprimir que se empile6 en tales provincias.
Al principio del siglo XIX comprendian las provincias internas
del Oriente Coahuila, Nuevo Le6n, Tamaulipas y Texas. Constituian
un territorio enorme de la Nueva Espafia, el cual hasta entonces habia
sido escasamente colonizado por los espafioles. Estos llevaban fundados
algunos pueblos que 1'Iegaron a ser centros de actividades misioneras
y militares. La escasez de poblaci6n y el aislamiento de las provincias
en los comienzos del siglo no daban el impulso necesario para la fundaci6n de una imprenta; pero la declaraci6n de independencia en 1810
por el padre Miguel Hidalgo y Costilla y las acciones revolucionarias que
siguieron hasta 1821, motivaron mucho movimiento en las provincias
del norte. Estaban muy bien situadas para llevar a cabo los ideales de
los insurgentes. Aca las fuerzas revolucionarias recibian la ayuda y la
simpatia de los Estados Unidos, y al mismo tiempo eran protegidas naturalmente contra las fuerzas espafiolas por la gran distancia que existia
entre la parte norte y la capital.
Durante esta inquietud y tumulto se llev6 a cabo el primer esfuerzo para fundar una imprenta en tal regi6n de Mexico. Narra el
autor los sucesos que acompafiaron a las fundaciones de imprentas en
cada una de las provincias. El primer episodio que tuvo lugar en el pueblo de Nacogdoches en el aiio de 1813, muy cerca de la frontera de
Luisiana, result6 infructuoso. Lleg6 alli Jose Alvarez de Toledo procedente de Santo Domingo, llevando consigo una miquina y equipo
para imprimir, y en seguida empez6 a componer el tipo para la obra
inicial con el titulo de la Gaceta de Texas, que habria ilevado la fecha
de 25 de mayo de 1813. Tenia ya listas las formas para tirar el primer
ejemplar, cuando se encontr6 el expediente de las averiguaciones y pleito
entre el general de las fuerzas revolucionarias mexicanas y el agente
del Secretario de Estado de los Estados Unidos. Sucedi6 que tuvo que
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huir Alvarez de Toledo. Escap6 con todo su equipo, y se estableci6 en
Nachitoches, Luisiana, en donde el 29 de mayo tir6 la Gaceta de Texas
todavia Ilevando la fecha "Nacogdoches, 25 de mayo de 1813".
El otro incidente que tuvo buen exito ocurri6 tambi6n en la provincia de Texas, en la isla de San Luis, situada en la Bahia de Galveston.
Desembarc6 en tal isla la expedici6n del general Francisco Xavier Mina
el 24 de noviembre de 1816. Lo acompafiaba un joven impresor que se
llamaba Samuel Bangs, originario de Boston. Formaba parte del equipo
de la citada expedici6n una prensa de imprimir que habia traido de
Inglaterra el general Mina. El 22 de febrero de 1817 imprimi6 Bangs
en Galveston un manifiesto con el titulo de Proclama del General Mina,
que constituye, pues, el primer impreso de tales provincias.
Las peripecias que acompafiaron a esta prensa de imprimir y al
joven impresor remataron en la fundaci6n de la imprenta, primeramente
en la provincia de Tamaulipas, despues en la de Nuevo Le6n y finalmente en la de Coahuila. En la provincia de Tamaulipas se imprimi6
el Boletin I de la Divisidn Ausiliar de l.a Rep~blica Mexicana, fechada
en Rio-Bravo del Norte a 12 de abril de 1817, que se continu6 en
Soto la Marina el 25 de abril de 1817. En la provincia de Nuevo Le6n
se imprimi6 (segn H. R. Wagner) una proclama del general Arredondo firmada alli el 21 de julio de 1820, que el ingeniero Alessio Robles no conoce; pero en cambio cita atra destinada a, los Habitantes de
las Ouatro I'rovincias de Orieite de esta Amnrica Septentrional, fechada
en Monterrey el 13 de marzo de 1821. En la provincia de Coahuila se
imprimi6 Viva nuestro empenador don Agustin de Iturvide, en que
se reprodujo un manifiesto expedido por Iturbide en Mexico el 18 de
mayo de 1822. Fud hecho este impreso en Saltillo, el 27 de mayo de 1822.
El autor continia la historia de Samuel Bangs refiridndose a su
regreso a los Estados Unidos, de donde llev6 una prensa que vendi6 al
gobierno de la provincia de Tamaulipas, y otra que vendi6 al de la de
Coahuila, sirviendo alli como impresor del gobierno; a su adquisici6n
de tierras en Texas; a sus actividades como director y propietario sucesivamente, de 1839 a 1846, del peri6dico Galvestonian, del Conmmercial
Chronicle y del Daily Globe en Galveston, del Corpus Christi Gazette
en Corpus Christi, y del Matamoros Reveille en Matamoros; y a su
muerte en Kentucky en el afio de 1849 o poco despubs.
Se refiere tambien el autor .a la primera miquina de imprimir que
empleaba Samuel Bangs y que hoy se conserva dentro de un nicho de
cristal en un departamento del Palacio de Gobierno en Monterrey, destinado a museo. La maquina no es solamente simbolo de la introducci6n de la imprenta en estas provincias, sino tambi6n de la, extensi6n
de las fronteras culturales por medio del arte de imprimir.
Aunque el sefior ingeniero Alessio Robles ha acumulado y presenta
bien documentados datos sobre la introducci6n de la imprenta en las
citadas provincias, le falta a su estudio, para arraigarse como una fuente
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de consulta de primera clase, una bibliografia de obras revisadas y un
apendice comprendiendo una lista de los impresos mencionados en el
texto.
ROMAN ZULAICA GARATE, Los Franciscanos y la Imprcnta en Mexico
en el Siglo XVI; estudio bio-bibliogrdfico.-Mexico, Editorial Pedro
Robredo, 1939. [7]-373, [2] pp. front., laminas, facsims.
Los primeros misioneros que Ilevaron el cristianismo y los principios de educaci6n desde Europa al Nuevo Mundo fueron los frailes de
la Orden de San Francisco, a cuyas tareas ha consagrado el autor este
tomo. Algunos miembros de la Orden, antes de la conquista de Nueva
Espafia, establecieron conventos en las islas de Hispafiola, Cuba, Jamaica, Puerto Rico, y en la Tierra Firme. A Nueva Espania habian llegado tres frailes, quizis cinco, franciscanos, antes de que formulara el
Ministro General de la Orden un plan definido para la conversi6n al
cristianismo de los indigenas de Mexico. Para Ilevar a cabo su plan
nombr6 el Ministro General doce franciscanos, simbolizando los Santos
Ap6stoles, y orden6 que salieran para Nueva Espaiia, adonde llegaron
en 1S24. Los padres franciscanos empezaron en seguida el trabajo heroico de evangelizar a los indios, fundar escuelas, y construir iglesias,
conventos, hospitales, vias de comunicaci6n, puentes y acueductos. La
mayor parte de sus esfuerzos para cristianizar a los indios se dedicaban
a la conversi6n de los nifios, quienes eran alojados en aposentos anexos a
los conventos. Mediante tal procedimiento tenian los frailes una buena
oportunidad para estudiar y practicar los idiomas indigenas. Ocaranza,
al describir el trabajo de los franciscanos con los nifios aborigenes, dice
en su obra Capitudos de la Historia Franciscana (la. ser., p. 25), que
"Los franciscanos tampoco entendian a los indios; por tal motivo comprendieron la necesidad, muy urgente, de condcer las lenguas indias...
Era dificil conseguir tal cosa con los adultos .. Entonces recurrieron
a los nifios y para obtener la ensefianza de su idioma, los frailes tambien
se convirtieron en nifios".
Los padres siempre llevaron consigo papel y tinta, y estimulaban
a los nifios a que repitiesen muchas veces palabras y expresiones indias
hasta que podian comprenderlas suficientemente para escribirlas. Escribian la lengua indigena fon6ticamente, utilizando el alfabeto latino.
Cuando encontraban sonidos que no existian en el castellano, empleaban
caracteres especiales para indicarlos. Recopilaban diccionarios y reducian
los idiomas a la gramitica, siguiendo los modelos gramaticales de Europa.
Traducian del castellano a la lengua indigena doctrinas, confesionarios
mayores y menores y sermones.
Las obras que preparaban los frailes en lenguas aborigenes, todavia en manuscrito, sirvieron como excelentes obras de referencia
para el uso de los frailes recien llegados, y dieron el impulso necesario pa-
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