Los siglos XIX y XX se preocupa por el análisis de los grandes pensadores, educadores-ideólogos, eminentes políticos y estadistas, cuyo pensamiento y acción se proyectó hacia la búsqueda de una educación ideal para las nuevas generaciones. Ellos fueron humanistas de altas dimensiones que penetraron en el alma colectiva de los pueblos. Ellos consideraron fundamental buscar la grandeza de lo humano en su plenitud, reflejada en su dinámica y acción ante la naturaleza y ante el mundo en su devenir histórico. Un humanismo educativo que rinde culto a la actividad y espíritu de creatividad del hombre, que exalta su dignidad y libertad; y considera que su puesto debe ser el centro del universo. Su mayor interés fue el estímulo a la educación como único medio para alcanzar la meta del desarrollo, el progreso y el bienestar de los pueblos. Entre los hombres que han servido a México a lo largo de la historia de la educacion de nuestro siglo XX resaltan, José Vasconcelos, Narciso Bassols, Jaime Torres Bodet y Jesús Reyes Heroles, ya que ellos fueron los educadores fundamentales en la conformación de la educación del siglo XX en nuestro país. José María Albino Vasconcelos Calderón. En los últimos años del gobierno de Díaz, Vasconcelos fue un opositor no sólo con la pluma, sino participando directamente en un asalto a un cuartel de tropas porfiristas. Formó parte del Partido Antirreleccionista y apoyó la candidatura de Francisco I. Madero. La educación de Vasconcelos buscaba el desarrollo espiritual del hombre; la visión científica-humanista está presente en su proyecto educativo, donde no rechaza el afán científico del positivismo, pero sí rescata e instituye en las universidades el estudio de las humanidades; planeó otorgar a México un sistema educativo y cultural adaptado a las circunstancias nacionales. El siempre consideró que la cultura es un mecanismo reivindicador de la raza, y reputó en el mexicano que puede conquistar el espíritu, el intelecto y la grandeza. Gabino Barreda que su idea excluye toda cuestión estética, Vasconcelos se encargo de menospreciarla y apoyar sus propias ideas. Vasconcelos fue nombrado rector de la Universidad Nacional de México en 1920 y en octubre de ese mismo año publicó su Proyecto de Ley para la creación de la SEP. La creación de la Secretaría de Educación Pública (SEP.) vino a sustituir a la Secretaría de Instrucción Pública y Bellas Artes. Ya que la nueva Secretaría sustituyó la vieja fórmula positivista de instrucción por el concepto de educación, realzó el concepto revolucionario de educar, es decir, pretendió moldear el alma del educando para desarrollar en él todas sus potencialidades. Con su respectiva reforma constitucional, con el fin de darle coherencia a la educación en sus distintos niveles. Para Vasconcelos la nueva secretaria debería estar bien fundamentada, bien inscrita en la necesidad de los tiempos, por ende el decidió que la SEP debería estar organizada por 1.-El Departamento Escolar (Niveles educativos). 2.- El Departamento de Bibliotecas (materiales didácticos). 3.- El Departamento de Bellas Artes (el arte como educación). Departamentos como la educación indígena, campañas de alfabetización, fueron creados también con el fin de llevar la educación a donde no se tenía prevista, la impresión masiva de textos de autores clásicos de la filosofía y la literatura, que se distribuyeron por todo el país. La alfabetización y creación de escuelas: Para la campaña contra el analfabetismo Vasconcelos, empleo la necesidad de ilustrar al pueblo: fundando bibliotecas para complementar la tarea educativa. Vasconcelos decía que: “no bastaba enseñar a leer, era necesario suministrar libros, para adquirir conocimientos útiles” para este educador el libro fue uno de sus tres apóstoles, los otros dos fueron el artista y el maestro; la creación de escuelas en todos los rincones de México. Por consiguiente un cambio educativo radical en México tenía que ser desde abajo, con las campañas de alfabetización y la creación de escuelas donde se pretendía la inclusión de la ciencia; recordando que el principal problema de la Educación mexicana en la primera mitad del siglo XX era el analfabetismo. Los maestros misioneros: Bajo las ideas de la mística humanista Vasconcelos organizó el programa de los maestros “Misioneros” estos se establecieron en una zona habitada por indígenas, donde dirigirá y supervisará periódicamente a los profesores residentes; establecerá los programas escolares; por medio de pláticas sencillas y accesibles a los educandos, les inspirará espíritu de previsión, de ahorro, higiene, así como consideraciones sobre los diversos cultivos de la región, con el objeto de considerar la tierra como centro de todo bienestar, agregando enseñanzas sobre virtud de cívicas. En su obra “Nacionalismo y Educación en México”, la historiadora Josefina Vásquez informa sobre los “Maestros misioneros”: En abril de 1922 existían 77 misioneros y 100 maestros rurales residentes, quienes en sus investigaciones tuvieron el conocimiento que los maestros de las diferentes regiones de México tenían muy escasa preparación, pero un vehemente anhelo de trabajar por la comunidad. Por ello, se hizo necesaria la creación de las Escuelas Normales Rurales y las Misiones culturales. Las escuelas normales rurales: Se consideró muy importante la fundación de las Escuelas Normales para la formación de los maestros rurales. Su propósito, la enseñanza a los niños de los campos mexicanos; y además, la enseñanza a los adultos en las cosas más elementales para su vida más práctica y cómoda en los campos; y especialmente para la salud y una vida mejor. También se consideró importante ayudar a las comunidades rurales para su mejoramiento económico y social. El objetivo fundamental de la educación rural fue hacer de la escuela una “casa del pueblo”, y del maestro, un líder de comunidades. Las escuelas urbanas, las preparatorias y la educación técnica e industrial y comercial: Vasconcelos impulsó la revolución de los métodos de enseñanza, especialmente alrededor de la escuela activa. Estados les dejó, la atención de las escuelas urbanas y en general, la Federación tomó para sí la carga más pesada de la educación rural. La educación media se dividió en dos niveles: secundaria y preparatoria. La finalidad de la Escuela Preparatoria debería ser la educación intelectual, ética, estética, física y manual para todos. El 1 de febrero de 1922 se firmó un contrato entre el estado de México y la SEP., que disponía en particular la creación y el financiamiento de 4 escuelas primaria superiores, 248 escuelas elementales, 544 escuelas rudimentarias, 11 escuelas nocturnas, 200 escuelas rurales, 13 escuelas primarias industriales, una de las cuales estaría anexa a la escuela normal de Toluca y dos escuelas normales para maestros rurales. 1923 se creó la Dirección de Enseñanza Técnica, Industrial y Comercial, esta fue motivada porque en el año 1910 se empezó a visualizar como alternativa de educación accesible de promoción y movilidad social. Para 1924 había en el país 68 escuelas técnicas que contaban con 1,444 profesores y 37,084 alumnos. Las doctrinas humanistas de Vasconcelos fomento generosamente la lectura de autores clásicos, consideró que para consolidar la cultura en México era necesario fomentar la lectura de buenos libros. El proyecto educativo de Vasconcelos es audaz, inteligente y visionario, pero lo más importante, es que creyó en el poder de la educación, como factor de igualdad social. Las artes: Vasconcelos, considerado como un verdadero “Mecenas de la Cultura” en nuestro país, auspició y promovió un Nacionalismo Cultural a través de las Artes, por el camino del Modernismo. Vasconcelos dio el primer impulso a la Escuela del Muralismo Mexicano, en la cual señalamos la obra de los pintores Diego Rivera, José Clemente Orozco y David Siqueiros, entre los más representativos. El humanista José Vasconcelos estimuló el trabajo de los pintores muralistas en los edificios públicos con temas auténticamente nacionales e hispanoamericanos. El pintor mexicano Diego Rivera plasmó su nacionalismo cultural en los murales de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM). Afirmó la identidad del pueblo mexicano en lo indígena, y la inautenticidad en las influencias europeas y norteamericanas. Los murales del pintor José Clemente Orozco (1883-1949) se destacan sus murales tremendistas y una obra pletórica de un gran realismo expresionista. Una crítica a la sociedad contemporánea la encontramos en la “Catarsis”, uno de los murales en el Palacio de Bellas Artes. Orozco pintó los murales de la Universidad y el Palacio de Gobierno de Guadalajara, los murales de la Corte Suprema de Justicia; y los murales en Nueva York y California. El pintor muralista David Alfaro Siqueiros plasmó en sus obras el espíritu revolucionario e inconformista de los mexicanos y su gran defensa del sindicalismo. En su obra se mezclan el expresionismo, el surrealismo y el arte proletario en Hispanoamérica. Siqueiros pintó los murales de la Torre de la Rectoría de la Universidad Nacional Autónoma de México, el Palacio de Bellas Artes y otras obras para los Museos de Nueva York, Filadelfia y otros. El Muralismo que auspició el humanista mexicano José Vasconcelos, desde la Secretaría de Instrucción Pública, fomentó el Nacionalismo Cultural a través del arte mexicano contemporáneo, con la tendencia nacionalista en la pintura y en la escultura, alrededor de temas indígenas, mestizos, históricos y de afirmación de la identidad nacional mexicana. El proyecto educativo de Vasconcelos es audaz, inteligente y visionario, pero lo más importante, es que creyó en el poder de la educación, como factor de igualdad social. NARCISO BASSOLS. Fue un abogado, político e ideólogo mexicano de la época postrevolucionaria, ocupó los cargos de Secretario de Gobernación y Educación Pública, gran partidario del laicismo y la educación socialista. Bassols inicia su trabajo como uno de los principales colaboradores del Presidente Pascual Ortiz Rubio. Al poco tiempo de haber sido nombrado Secretario, Bassols pretendía abordar los problemas educativos en todos sus aspectos: atendió el problema de la enseñanza normal y la técnica; la educación rural y las misiones culturales, el problema escalafonario de los profesores, la educación sexual y la organización del consejo de Educación Primaria. Sin embargo, se puede decir que, su misión como Secretario de Educación se centró en tres objetivos fundamentales: Que la educación que se impartiera en el país fuera efectivamente laica. Que la educación rural ayudara a la resolución de uno de los problemas más grandes del país, la situación de atraso y marginación del campesinado. El impulso a la educación sexual. El educador pensaba que en vez de una escuela liberal, destinada ante todo a formar unidades individuales vigorosas, aptas para sobrevivir en la lucha y vencer en el proceso de selección y adaptación se debe crear una escuela Primaria que animada de propósitos y tendencias sociales, haga de la educación personal simplemente un medio de realizar mejor las aspiraciones colectivas, y para ello oprima estrictamente el desenvolvimiento de los instintos, aptitudes y energías de los educandos, a las exigencias nacidas de la moderna aspiración social que se empeña en dar forma a nuevos tipos de sociedades humanas apoyadas en la justicia. En el marco de un pensamiento socialista, que tenía como ejes la educación laica, la educación rural y la educación sexual para avanzar rápidamente, por el camino de la Revolución, hacia el desarrollo económico y social. Tal condición ideológica llevó a la continuación del histórico diferendo Iglesia–Estado; el nuevo secretario de educación determinó que el estado debería romper el control que la religión tenía sobre las masas, y la forma la constituía la educación laica. Por otro lado, respecto a la educación en áreas rurales, Bassols dedicó un gran esfuerzo a revitalizar lo realizado por Vasconcelos. Revisó la estructura administrativa a fin de observar la competencia de las dependencias al cargo de tales encomiendas. Ahí también, la influencia marxista era bastante fuerte en la manera como entendía los problemas de la educación rural. Bassols buscaba modificar los sistemas de producción, distribución y consumo de la riqueza, para hacer a un lado los viejos sistemas y poner en marcha nuevos tipos de actividad agrícola e industrial que tuvieran posibilidades de mejoramiento y así las comunidades indígenas pudieran dejar su ancestral pobreza. En la educación urbana, hay un interés profundo por revertir la tendencia del fracaso de la escuela por la deserción de los alumnos que tenían que trabajar. Se crea el Departamento de educación obrera, que aunque de breve existencia, indicó el interés del régimen sobre el punto. En lo referente a la educación técnica, un poco desvinculada de los esfuerzos socialistas, aunque teniendo esta filosofía como fondo, se avanza para construir finalmente un sistema prevocacional, vocacional y profesional que concluye más tarde en el Instituto Tecnológico Nacional. Dentro del proyecto educativo de Bassols el programa de educación sexual fue otros de los aspectos que según para él debería tomarse en cuenta; este programa pretendía instruir a los jóvenes sobre los fundamentos biológicos de la sexualidad a fin de evitar la incidencia de embarazos indeseados, principalmente en adolescentes, y el crecimiento de enfermedades de transmisión sexual. El desconcierto de líderes magisteriales opuestos a la educación socialista que consideraban que el proyecto de Bassols era parte de una ofensiva comunista de desestabilización de la cultura y la tradición familiar mexicana. Así, los sectores más conservadores del país, constituyeron un verdadero obstáculo para el desarrollo del proyecto propuesto, al grado que lo llevaron a renunciar al cargo de Secretario de Educación en mayo de 1934. JAIME TORRES BODET. Jaime Torres Bodet fue un diplomático, escritor, ensayista y poeta mexicano, su trabajo en la alfabetización ha sido reconocido, además de haber implementado la política de relaciones exteriores durante los inicios de la Guerra Fría. Bodet fue secretario de Educación de México en dos ocasiones, en su segunda gestión impulsó y puso en marcha el plan para el Mejoramiento de la Educación Primaria, mejor conocido como Plan de Once Años; a pesar de los avances que había alcanzado la educación pública durante las primeras cuatro décadas posteriores a la Revolución Mexicana. Para fines de los años 50 el rezago educativo aún era impresionante. Sus principales objetivos eran: Incorporar al sistema de enseñanza primaria a los niños en edad escolar de 6 a 14 años que no la recibían. Establecer plazas suficientes de profesores de primaria para inscribir anualmente a todos los niños de 6 años. Lograr que en 1970 terminara su educación primaria, el 38 % de los que la iniciaron en 1965. Instituyó el libro de texto gratuito para la educación primaria, instaló los primeros 30 centros de capacitación para el trabajo industrial y mandó construir los museos de Antropología y de Arte Moderno, emprendió la revisión de los planes y programas de estudio de la primaria, así como de la normal; las reformas obtuvieron la aceptación del magisterio. La evaluación de esta gestión es positiva, cuando se examina de cerca este periodo, sorprende la congruencia de todas las acciones educativas, la unidad que rige el pensamiento rector, la ausencia de proyectos aislados o inadecuados. Cabe recordar que en el México posrevolucionario no se contaba con la suficiente producción editorial, la importación de libros era muy limitada y sólo para algunos grupos privilegiados, lo que hacía que ésta se considerara una acción estratégica para el avance educativo. Bodet es un ejemplo de las semillas que fructifican, además de ser reconocido por los aportes en política educativa también fue un poeta y ensayista que dejó una gran herencia a la cultura mexicana. En 1959 surge El Plan de Once Años; dicho plan contenían los siguientes fundamentos: Creación del Instituto de Capacitación del Magisterio. Iniciador de la Biblioteca Enciclopédica Popular. Construyó, entre muchas, la Escuela Nacional de Maestros; la Escuela Normal Superior y el Conservatorio Nacional. Finalizó la educación doctrinal en México. Fundó la Comisión Nacional de Libros de Texto Gratuitos. Promovió la construcción del Museo Nacional de Antropología, del Museo de Arte Moderno y la organización y adaptación de los de Arte Virreinal y de Pintura Colonia. Dio auge al programa nacional de construcción de escuelas. Aprobó el examen de oposición para ingresar a la carrera diplomática. Revisar los planes y programas de estudio. El sistema Educativo Nacional creció en 58 por ciento y el porcentaje del Producto Nacional destinado a educación se aumentó en un 80 por ciento. La inscripción en la secundaria se triplicó. Se impulsó la expansión de Institutos Tecnológicos y se crearon los centros de capacitación para el trabajo. Se creó el Centro de Investigación y Estudios Avanzados del IPN (Cinvestav) y el Centro Nacional de Cálculo del IPN. En una etapa en que la industria adquiría mayor fuerza, se apoyó la educación técnica y se creó el Cinvestav. La política educativa se orientó para atender a quienes menos tienen y este es el sentido del Plan de Once años y de los libros de texto gratuitos. A Torres Bodet siempre se le recordará como un gran secretario y a la administración de López Mateos por haber transmitido una gran mística en materia educativa. JESÚS REYES HEROLES. Jesús Reyes Heroles nació el 3 de abril de 1921, en Tuxpan, Veracruz. Estudió Derecho en la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM); fue miembro de número de la Academia Mexicana de la Historia en 1968 y honorario de la Real Academia de la Historia de Madrid en 1969. Le fue otorgado el doctorado Honoris Causa de la Universidad de Alcalá de Henares en 1981. Pensaba e impulsaba un humanismo a partir de su concepción antropológica, desde la idea del hombre, de manera más particular, se refiere al mexicano libre, justo y solidario, requisitos éstos para avanzar hacia la igualdad y bienestar de los hombres, fundamento de lo que él llama “humanismo social. Heroles le apuesta a la escuela y a la educación humanista. Ésta, según él, “debe enseñar al hombre a saber y a querer, a saber qué es lo que quiere y a querer aquello que sabe que es bueno para sí y sus semejantes”; recomienda que frente a ella haya que promover la solidaridad y “relación social”, la integración plena del hombre en la sociedad, para evitar la deshumanización del mismo. Una visión humanista latinoamericana de Reyes Heroles, que lo proyecta como un hombre que promueve la solidaridad, justicia, libertad y democracia en México y demás naciones latinoamericanas. Al hablar sobre la libertad, Jesús Reyes Heroles lo hace en un sentido amplio y a partir de su doctrina de “liberalismo social”. No concibe la libertad en singular, sino como un conjunto de libertades fundamentales, agrupadas en libertades espirituales y políticas. Estas libertades serán una realidad siempre y cuando exista justicia social; en otras palabras, a todo hombre libre corresponde una sociedad justa; y, a la inversa, a toda sociedad justa corresponden hombres libres y solidarios. El lucha porque la sociedad forme al mexicano y, por extensión, al latinoamericano, así como al hombre en general, con esta axiología humanista, como vía para llegar a lo que denomina humanismo social y revolucionario. Todos estos proyectos educativos, en nuestro país sirvieron de mucho para tener la educación que ahora tenemos y la cual nunca dejara de reformarse con continuos proyectos que vendrán a lo largo de la historia.