Apuntes sobre la obra del Doctor Germán Cisneros Farías “Argumentación y Discurso Jurídico. Acentos Constitucionales y Administrativos”. Publicado por Trillas en México 2012. 1 Por Juan Angel Salinas Garza. SUMARIO 1. INTRODUCCIÓN; 2. EL NUEVO PARADIGMA EN LA APLICACIÓN DEL DERECHO MEXICANO. 3. CARACTERÍSTICAS RELEVANTES DE LA OBRA ARGUMENTACIÓN Y DISCURSO JURÍDICO. 4. SOBRE EL CAPÍTULO PRIMERO “EL ARGUMENTO. CONCEPTO Y CLASES”. 5. SOBRE EL CAPÍTULO SEGUNDO “LOS ARGUMENTOS SISTEMÁTICOS”. 5.1. UN CASO PRÁCTICO SOBRE EL CAPÍTULO SEGUNDO. 6. SOBRE LOS RESTANTES CAPÍTULOS DEL LIBRO. 7. BIBLIOGRAFÍA. 1. INTRODUCCIÓN . El Doctor Germán Cisneros Farías publica su libro sobre argumentación jurídica el cual surge a la luz en tiempos más que apropiados, pues en nuestro país han surgido reformas importantes que hoy en día hacen necesaria una argumentación mucho más activa e inteligente, que permita por un lado a los jueces emitir sentencias justas, con una justificación que muchas veces se extiende mucho más allá de una simple motivación legalista, y por otro lado, esta nueva realidad del derecho en nuestro país, nos exige como operadores jurídicos estructurar razonamientos mucho más profundos, lógicos y válidos, con la finalidad de contribuir en el nuevo debate nacional sobre la aplicación e interpretación de la normatividad interna, en concordancia con los principios constitucionales y convencionales a los que ahora es necesario acudir para razonar nuestro derecho. 1 Doctor en Derecho; Master en Derecho Privado; Master en Derecho Fiscal; Catedrático de la Facultad de Derecho y Criminología UANL; Investigador del Centro de Investigación de Tecnología Jurídica y Criminológica de la Faculta de Derecho y Criminología de la UANL; Investigador Nivel 1 del Sistema Nacional de Investigadores CONACYT. Abogado Postulante. Correo electrónico: [email protected]. 1 Para valorar apropiadamente la importancia de la obra debe tomarse en consideración que en la fecha de su publicación en nuestro país eran escasos los estudios serios dedicados al tema, entre ellos sobresalen las obras sobre argumentación de Rolando Tamayo y Salmorán, Víctor Manuel Rojas Armandi y Jaime Cárdenas Gracia, entre otras. Sin embargo el tratado que comentamos es fresco y muy didáctico, además de estar acentuado en el ámbito constitucional y administrativo, lo que lo hace más apropiado para la actualidad de nuestro sistema jurídico. Como se verá enseguida en nuestros días la argumentación jurídica es imprescindible, y hacen falta estudios serios, como el que presenta el Doctor Cisneros Farías, que contribuyan firmemente en la formación de profesionales con capacidades bastas en la formación de razonamientos y su expresión en argumentos aptos para nuestra nueva aplicación del derecho. 2. EL NUEVO PARADIGMA EN LA APLICACIÓN DEL DERECHO MEXICANO. El ejercicio de la facultad jurisdiccional por parte de los juzgadores —después de la II Guerra Mundial— ha venido transformándose, pasando de ser una actividad meramente silogística, positivista y legalista —tal y como es propiciado con los principios adquiridos después de la Revolución Francesa— donde la labor jurisdiccional sentenciadora debe limitarse, en lo posible, a la más estricta y gramatical aplicación de la voluntad de la ley, para en la mayor medida posible estar conforme a la voluntad legislativa; a ser hoy una labor justificativa más amplia y discrecional, en la que se permite la utilización de principios y valores superiores de índole constitucional o convencional, con lo que se pretende salvaguardar el bloque de constitucionalidad aplicable en un determinado país. La motivación jurisdiccional en el antiguo modelo, consistía en explicar la aplicación de diversos preceptos, lo que buscaba que el ciudadano 2 conociera las razones, motivos y circunstancias especiales que llevaron al juzgador a la aplicación de los fundamentos legales al caso, para que las partes estuvieran en posibilidad de hacer valer sus derechos; por tanto, se motivaba dando a conocer los razonamientos y 2 consideraciones que llevaron al juzgador a tomar una determinación. Una sentencia de molde legalista privilegia de tal modo el prevalecimiento de la voluntad del legislador contenido en la ley, que impide la desatención de preceptos que aunque puedan ser injustos, se encuentran previstos, positivizados y vigentes en la legislación. Ciertamente en este tipo de sentencias el juez es un mero aplicador de la voluntad de la ley plasmada por el legislador, de hecho lo ideal en este tipo de resoluciones es que el letrado aplique una argumentación silogística, donde la premisa mayor expone la hipótesis normativa, en la menor los hechos demostrados, derivados de la actividad probatoria en juicio, y como consecuencia la resolución expresaba el resultado lógico derivado de las afirmaciones contenidas en las dos premisas. Esto muchas veces puede parece injusto y mecánico, pero en cambio implica una labor muy objetiva, que privilegia la máxima certeza en la previsión de un resultado. Debemos precisar, antes de continuar, que este tipo de sistema permite una 2 Con los siguientes criterios podemos percatarnos lo que ha venido implicando un sistema positivista en materia de motivación: FUNDAMENTACION Y MOTIVACION. La debida fundamentación y motivación legal, deben entenderse, por lo primero, la cita del precepto legal aplicable al caso, y por lo segundo, las razones, motivos o circunstancias especiales que llevaron a la autoridad a concluir que el caso particular encuadra en el supuesto previsto por la norma legal invocada como fundamento. Época: Novena Época. Registro: 203143. Instancia: SEGUNDO TRIBUNAL COLEGIADO DEL SEXTO CIRCUITO. TipoTesis: Jurisprudencia. Fuente: Semanario Judicial de la Federación y su Gaceta. Localización: Tomo III, Marzo de 1996. Materia(s): Común. Tesis: VI.2o. J/43. Pag. 769. FUNDAMENTACION Y MOTIVACION.Por fundar se entiende que ha de expresarse con precisión el precepto legal aplicable al caso, y por motivar que deberán señalarse, claramente las circunstancias especiales, razones o causas inmediatas que se hayan tenido en cuenta para la emisión del acto, siendo necesario, además, que exista adecuación entre los motivos aducidos y las normas aplicables, es decir, que en el caso concreto se configuren las hipótesis normativas. Época: Octava Época. Registro: 227627. Instancia: SEGUNDO TRIBUNAL COLEGIADO DEL SEXTO CIRCUITO. TipoTesis: Jurisprudencia. Fuente: Semanario Judicial de la Federación. Localización: Tomo IV, Segunda Parte­2, Julio­Diciembre de 1989. Materia(s): Común. Tesis: VI. 2o. J/31. Pag. 622 3 mayor seguridad jurídica, por cuanto a la posible certeza en la previsión del resultado, y no creemos que en la actualidad haya sido por completo reemplazado, sino que se amplían las facultades del juzgador, a efecto de que en determinados casos —generalmente injustos o contrarios a principios de orden jerárquico superior— deje de aplicar determinados preceptos, o privilegie no la norma emitida por el legislador, sino los superiores derechos fundamentales y/o humanos recogidos por la carta magna y tratados constitucionales en la materia (incluso en el control concentrado de constitucionalidad y convencionalidad se puede lograr la declaración de inconstitucionalidad o inconvencionalidad del precepto cuestionado). A este respecto MAURIZIO FIORAVANTI, refiere: “En concreto, si la constitución debe ser —precisamente como acto de fundación de derechos y libertades— una verdadera y precisa norma jurídica —y no ya un mero manifiesto político­ideológico como sostenían los juristas liberales a propósito de las declaraciones de derechos de la revolución— surge enseguida el problema de la ilegitimidad de aquellas normas de derecho positivo estatal vigentes en cuanto emanadas formalmente de manera correcta, pero contrarias a la constitución —norma fundamental de orden superior— en cuanto a los contenidos sustanciales. En otras palabras la existencia misma de un control de constitucionalidad —no importa si difuso o concentrado, si de mera inaplicación de la norma estatal constitucionalmente ilegítima al caso concreto o con eficacia anulatoria erga omnes de la norma misma— destruye el dogma liberal­estalista de la fuerza absoluta de la ley, y crea así una situación, inconcebible para la doctrina decimonónica, en la que la validez de las normas del Estado está supeditada, en el sentido de que dependen de un juicio sobre su conformidad con la 4 constitución y, en definitiva, con una cierta interpretación 3 de la constitución y de los principios constitucionales” En contraste con la sentencia de molde legalista ius positivista, en un estado constitucional moderno como el que hoy tenemos en nuestro país, la labor argumentativa del juez en la motivación y aplicación de los dispositivos legales, no consiste ya tan sólo en explicar, en dar a conocer al gobernado las razones, motivos y circunstancias especiales que llevaron al juzgador la aplicación de los fundamentos legales al caso; la sentencia moderna de corte Neoconstitucional requiere justificar la aplicación de los dispositivos legales, es preciso que el juzgador (y los operadores jurídicos) se convierta realmente en un argumentador destacado quien además de explicar, pueda justificar la conveniencia de la aplicación de determinados dispositivos legales, teniendo en cuenta en todo el acto de aplicación del derecho los principios constitucionales que resultan aplicables, y siendo incluso (en casos) admisible la referencia a una argumentación de índole moral, según la carga de este tipo que posean los dispositivos superiores. Desde luego no hacemos referencia a cualquier justificación ideológica, mediante la cual se permita al juzgador deformar o amoldar a sus intereses la letra de la 4 ley, sino a una justificación mediante la cual la aplicación de la ley se encuentre cobijada por la supremacía de los principios, derechos fundamentales y humanos que conforman el bloque de 5 constitucionalidad , por esto la importancia y relevancia de la obra del FIORAVANTI, Maurizio. Los Derechos Fundamentales. Apuntes de Historia de las Constituciones. 6ª Ed. Trota. Madrid. 2009. Pp 128 y 129. 4 Como referencia a esto, nos resulta interesante las obras de Duncan Kennedy, en especial la denominada “Libertad y Restricción en la Argumentación Judicial”, pues en esta obra el Autor realiza un relato que nos adentra en las diversas posibilidades en que un juzgador puede influir en el resultado del juicio, como puede influenciarlo, pero lo hace adentrándose en la mente del juzgador al momento de emitir su juicio, describe los argumentos mentales que realiza el juzgador para emitir una sentencia en una manera u otra. 5 Por cuanto a esto, es también interesante la opinión de Vigo, quien nos comenta: “Comienza así a desmoronarse el sólido y exitoso edifico que se había construido después de la revolución francesa, y por ende, será cada vez más difícil: seguir identificando a la ley con el derecho; confiar en que la voluntad legislativa es infalible; mostrar piramidalmente el derecho como un sistema compuesto sólo por reglas completo, jerárquico y coherente; que el único saber jurídico es aquel que se limita a 3 5 Doctor Germán Cisneros Farías. En este sentido se emite la opinión de ATIENZA : “En efecto, a diferencia de lo que ocurría en el “Estado legislativo”, en el “Estado Constitucional” el poder del legislador y de cualquier órgano estatal es un poder limitado y que tiene que justificarse en forma más exigente. No basta que con la referencia a la autoridad (al órgano competente) y a ciertos procedimientos, sino que se requiere también (siempre) de un control en cuanto al contenido. El Estado constitucional supone un incremento en cuanto a la tarea justificativa de los órganos púbicos y, por tanto, una mayor demanda de argumentación jurídica (que la requerida por el estado legislativo de Derecho). En realidad, el ideal del Estado constitucional (la culminación del Estado de Derecho) supone el sometimiento completo del poder al Derecho, a la razón: la fuerza de la razón frente a la razón de la fuerza. Parece por ello bastante lógico que el avance del Estado constitucional haya ido acompañado de un incremento cuantitativo y cualitativo de la exigencia de 6 justificación de los órganos públicos.” Ciertamente el principio de supremacía constitucional recogido en el artículo 133 de la Carta Magna, dispone que la constitución es la describir sistemática y aséptica al derecho positivo; o que los jueces son la boca de la ley y que nada crean para el derecho porque se limitan a aplicarlo silogísticamente. En definitiva, el Estado de derecho legal o “débil” deja paso al Estado de derecho constitucional o “fuerte” (Ferrajoli), la democracia formal se convierte en democracia sustancial y se instituye un Tribunal como el poder constituido habilitado para controlar en nombre del poder constituyente a los demás poderes constituidos —incluido el legislativo—. La Constitución deja de ser un programa político dirigido al legislador en la que se privilegia a su parte orgánica o funcional como la más importante y pasa a ser reconocida como la fuente de fuentes del derecho y, al mismo tiempo , la más importante de ellas en tanto define, les pone límites y las orienta. El derecho se constitucionaliza y así en el operan principios, valores o derechos humanos, encomendándosele a los jueces para que garanticen que en sus respectivas sociedades se los tomen en “serio” haciéndolos prevalecer incluso contra las decisiones mayoritarias o unánimes. VIGO, Rodolfo L. Argumentación Constitucional. Dentro de la Obra Argumentación Constitucional. Teoría y Práctica. De Manuel Atienza y Rodolfo L. Vigo. 1 Ed. Porrúa. México. 2011. Pp 61 y 62. 6 ATIENZA, Manuel. Argumentación y Constitución. Dentro de la Obra Argumentación Constitucional. Teoría y Práctica. De Manuel Atienza y Rodolfo L. Vigo. 1 Ed. Porrúa. México. 2011. P 15. 6 ley suprema, y de ahí que como consecuencia todos los demás actos deben estar conforme a su letra, lo que correlacionado con la reforma en materia de derechos humanos, especialmente al artículo primero constitucional, en el sentido de la interpretación pro homine en materia de derechos humanos, precisa de operadores jurídicos muy entendidos en la labor y principios argumentativos. Por eso mismo han existido medios de control de constitucionalidad concentrados y ahora difusos, pues como lo dice la DRA. ANGELA FIGUERUELO BURRIEZA: “la primacía de la constitución sería jurídicamente imperfecta si careciese de garantía jurisdiccional, es decir, si la constitucionalidad de las decisiones y actos de los poderes públicos no son enjuiciables por órganos distintos de aquellos que son 7 sus autores” ; pero la interpretación que en aplicación del modelo positivista, se dio por nuestra Suprema Corte de Justicia de la Nación a dicho principio de supremacía, fue en el sentido de que de una aparente interpretación sistémica de la Constitución se desprendía que el control de constitucionalidad sólo podía realizarse por los órganos concentrados que la propia Constitución prevé para ese efecto, es decir, el Poder Judicial de la Federación, a través de los medios idóneos previstos, como lo es el Juicio de Amparo (acción de 8 inconstitucionalidad, controversia constitucional). Y si bien la FIGUERUELO Burrieza, Ángela. Ensayos de Justica Constitucional Sobre Derechos y Libertades . 1ª Ed. Porrúa. México, 2009. P 169. 8 Estos criterios jurisprudenciales son los siguientes: CONTROL JUDICIAL DE LA CONSTITUCIÓN. ES ATRIBUCIÓN EXCLUSIVA DEL PODER JUDICIAL DE LA FEDERACIÓN. La supremacía constitucional se configura como un principio consustancial del sistema jurídico­político mexicano, que descansa en la expresión primaria de la soberanía en la expedición de la Constitución, y que por ello coloca a ésta por encima de todas las leyes y de todas las autoridades, de ahí que las actuaciones de éstas deben ajustarse estrictamente a las disposiciones de aquélla. En este sentido, más que una facultad, la supremacía constitucional impone a toda autoridad el deber de ajustar a los preceptos fundamentales, los actos desplegados en ejercicio de sus atribuciones. Por tanto, si bien es cierto que los tres Poderes de la Unión deben observar la Ley Suprema, no puede afirmarse que por esta razón, las autoridades puedan, por sí y ante sí, en el ejercicio de funciones materialmente jurisdiccionales, examinar la constitucionalidad de sus propios actos o de los ajenos, toda vez que, al respecto, la propia Constitución consagra, en sus artículos 103 y 107, un medio de defensa exprofeso, por vía de acción, como es el juicio de amparo y lo encomienda, en exclusiva, al Poder Judicial de la Federación, sentando las bases de su procedencia y tramitación. Época: Novena Época. Registro: 193558. Instancia: PLENO. Tipo Tesis: Jurisprudencia. Fuente: Semanario Judicial 7 7 existencia de órganos y vías para el control de la Constitucionalidad es parte de lo que debe existir en un Estado Neoconstitucional, la limitación a la interpretación del artículo 133, antes precisada, es un claro indicio del pensamiento de un Estado Legalista que existía en nuestro país hasta antes del 2011, pues en el perfeccionamiento al Estado Constitucional, debe existir no solo un control concentrado, sino un control difuso de constitucionalidad (y ahora de convencionalidad) en el que todas las autoridades, sin exclusión, ajusten el ejercicio de sus facultades a la Constitución. Como bien ha sido reconocido en la décima época por la SCJN, en la reciente contradicción de tesis 293/2011 y otras semejantes más actuales; aunque se reconoce que en dicha contradicción le sigue siendo difícil a la Corte ajustarse por completo al nuevo paradigma, y deja excepciones en torno a la obligatoriedad de las sentencias de la Corte Interamericana de Derechos Humanos, y sobre todo en interpretación de aquellos preceptos constitucionales que expresamente contradigan un derecho humano previsto en un tratado como en el caso del arraigo. A este respecto Zagrebelsky lo refiere como un “derecho de dos caras”: de la Federación y su Gaceta. Localización: Tomo X, Agosto de 1999. Materia(s): Constitucional. Tesis: P./J. 73/99. Pág. 18. CONTROL DIFUSO DE LA CONSTITUCIONALIDAD DE NORMAS GENERALES. NO LO AUTORIZA EL ARTÍCULO 133 DE LA CONSTITUCIÓN. El texto expreso del artículo 133 de la Constitución Federal previene que "Los Jueces de cada Estado se arreglarán a dicha Constitución, leyes y tratados a pesar de las disposiciones en contrario que pueda haber en las Constituciones o leyes de los Estados.". En dicho sentido literal llegó a pronunciarse la Suprema Corte de Justicia; sin embargo, la postura sustentada con posterioridad por este Alto Tribunal, de manera predominante, ha sido en otro sentido, tomando en cuenta una interpretación sistemática del precepto y los principios que conforman nuestra Constitución. En efecto, esta Suprema Corte de Justicia de la Nación considera que el artículo 133 constitucional, no es fuente de facultades de control constitucional para las autoridades que ejercen funciones materialmente jurisdiccionales, respecto de actos ajenos, como son las leyes emanadas del propio Congreso, ni de sus propias actuaciones, que les permitan desconocer unos y otros, pues dicho precepto debe ser interpretado a la luz del régimen previsto por la propia Carta Magna para ese efecto. Época: Novena Época. Registro: 193435. Instancia: PLENO. Tipo Tesis: Jurisprudencia. Fuente: Semanario Judicial de la Federación y su Gaceta. Localización: Tomo X, Agosto de 1999. Materia(s): Constitucional. Tesis: P./J. 74/99. Pág. 5. 8 “Este “positivismo de la Constitución” rechaza como contradictoria la idea de que la Constitución pueda ser vinculada a algo diferente de sí misma y de superior; niega consecuentemente que puedan existir límites materiales a la revisión constitucional; afirma también los límites que la Constitución pone eventualmente a su misma modificación pueden ser removidos por revisión de las normas constitucionales que los prevén; concibe las obligaciones consiguientes del derecho internacional como autoobligación, basándose en la Constitución y por tanto, revocables con la modificación de las normas que son un fundamento de las mismas. Al contrario, la idea de una dimensión del derecho constitucional no formal, que asiste, entrando en relación con la Constitución formal (una relación por su naturaleza imposible de formalizar) es coherente con la visión compleja del derecho de dos caras, del cual se ha mencionado 9 anteriormente”. De esta forma una sentencia moderna, neoconstitucional o de índole garantista, es aquella que para la aplicación e interpretación de las normas secundarias aplicables, acude a su fuente de creación —el derecho supremo—, y de la cual teniendo como premisa que no puede contradecir su naturaleza (la norma secundaria respecto de la norma constitucional, convencional, o principio supremo), entonces se atiende al sentido de la supremacía —en un perfecto caso de sistema piramidal de fuentes—, en caso de contradicción; pero además —creemos que— un sistema constitucional moderno, debe permitir que ese control de constitucionalidad sea no sólo concentrado, sino difuso, en el que todas las autoridades deban siempre supeditar su campo de actuación al superior texto constitucional, como bien ya ahora es permitido en nuestro país con las recientes jurisprudencias emitidas por nuestro máximo tribunal constitucional. En este sentido la DRA. ANGELA FIGUERUELO argumenta: “En el marco teórico previamente ZAGREBELSKY, Gustavo. El Juez Constitucional en el Siglo XXI. Dentro de la Obra del mismo nombre coordinada por Eduardo Ferrer Mac­Gregor y otro. 1 ª Ed. UNAM. México. 2009. Pp 17 y 18. 9 9 descrito la Constitución ha de ser entendida como norma fundamental positiva que vincula a todos los poderes públicos, incluido el parlamento, por lo que la ley no puede ser contraria a los preceptos constitucionales ni a los principios y valores que le sirven de base y a 10 cuya realización aspira” . 3. CARACTERÍSTICAS RELEVANTES DE LA OBRA ARGUMENTACIÓN Y DISCURSO JURÍDICO. Una de las características que debemos destacar es la forma clara, sencilla y metodológica con que se desarrolla el libro del Dr. Germán Cisneros Argumentación y Discurso Jurídico, así como la utilización de sumarios en cada uno de sus capítulos, lo que nos permite acceder de un modo global y condensado a los temas clave a tratar durante el desarrollo de cada capítulo. Aunado a lo anterior cada capítulo cuenta con un apartado final de ejercicios, que además de que trata los sobre los temas más importantes leídos hasta ese momento, permite al lector reflexionar sobre los temas tratados. De esta manera la obra del doctor Germán Cisneros Farías se convierte en una herramienta básica en los cursos universitarios pues facilita al alumno el acceso a la argumentación jurídica de una manera clara y sencilla, pero además profunda y precisa, a la vez que posibilita al catedrático incentivar y facilitar el aprendizaje, permitiéndole realizar evaluaciones cotidianas, ya por la vía de la revisión de los ejercicios que son apropiados para los fines de temarios universitarios sobre la materia, o bien, mediante la elaboración de exámenes sobre dichos tópicos. 4. SOBRE EL CAPÍTULO PRIMERO “EL ARGUMENTO. CONCEPTO Y CLASES”. 10 Óp. Cit. P 169. 10 Este capítulo inicia hablando sobre el argumento como expresión del razonamiento y como herramienta fundamental en su demostración, enlazándolo con la utilización de la lógica como materia fuente para la validez de las argumentaciones. A la vez que destaca la importancia de la lógica en las funciones desempeñadas por las partes y el juzgador, lo que permite al lector comprender la importancia de la materia en el ámbito jurisdiccional y la interactuación de la argumentación lógica y válida en las labores diarias del mundo jurídico. Al hablar sobre la verdad como aspecto esencial del argumento, el autor nos permite enseñar y comprender que el proceso judicial tiene como finalidad última de su desarrollo el acceso a la verdad por parte del juez, para así estar en aptitud de aplicar las leyes y su voluntad de una manera apta para la consecución de la justicia y sus valores. Hoy en día en que se busca una jurisdicción más principalista, es necesario comprender que la verdad es el pilar sobre el cual debe descansar una argumentación válida y que es precisamente a través de este valor que podemos acceder a la justicia. Además de que el concepto de verdad como es manejado por el Doctor Cisneros, nos invita a pensar y discutir en clase sobre el muchas veces olvidado principio de la buena fe procesal, descrito por Picó i Junoy como la: “Conducta exigible a toda persona, en el marco 11 de un proceso, por ser socialmente admitida como correcta” . De esta manera siendo el proceso destinado a la obtención de la verdad mediante la confrontación de las partes y el desahogo de sus respectivas cargas probatorias, el autor nos permite entender que la PICÓ, i Junoy, Joan. La Buena Fe Procesal. 1ª Ed. Pontificia Universidad Javeriana, Facultad de Ciencias jurídicas: Grupo Editorial Ibañez. Depalma. Buenos Aires. 2011. P 53. 11 11 argumentación nos sirve precisamente para acceder a la verdad por distintas vías válidas. Al hablar sobre los argumentos categóricos, probables y analógicos como clasificación graduada en la carga de verdad de cada argumento, podemos razonar inducidamente por el autor sobre una de las dudas más generalizadas por el alumnado durante el estudio de la materia de argumentación jurídica: ¿Para que nos sirven tantos tipos de argumentos?. Desde luego con la redacción del libro la respuesta salta a la vista, porque una actividad dialéctica implica contar con diversas formas de argumentar nuestras posturas, algunas de las cuales pueden representar mayores posibilidades de éxito. Y esto es de suma importancia en la comprensión y utilización de la lógica argumentativa, puesto que como juristas nos resulta imprescindible comprender que la mayor o menor posibilidad del éxito de nuestras posturas en juicio, depende a su vez de la utilización de argumentos categóricos y que algunas veces la materia de argumentación no nos permitirá realizar argumentaciones de una firmeza categórica y sin embargo la ciencia de la argumentación nos permite contar con diversos tipos de argumentos para hacer si no certero, sí más probable el éxito en nuestros litigios. 5. SOBRE EL CAPÍTULO SEGUNDO “LOS ARGUMENTOS SISTEMÁTICOS”. Un gran acierto en este apartado lo es iniciar con los antecedentes y evolución histórica de la argumentación, así como tratar dentro de ellos de la tópica, la dialéctica y la retórica, pues de esta forma accedemos a la argumentación conociendo sus bases y desarrollo, aunado a que con las indicaciones otorgadas es posible conocer e identificar el tipo y reglas de argumentación a utilizar dependiendo el foro en que nos encontremos; como referencia a ésto al hablar sobre la pragmática de la argumentación tópica, retórica y 12 dialéctica, Atienza sostiene: “En el caso de la argumentación, eso quiere decir que cobran un especial protagonismo los actores de la argumentación: el orador, el proponente y el oponente en una discusión, el auditorio; la intención o los objetivos que persiguen quienes desarrollan esa actividad: persuadir, resolver diferencias de opinión, etc.; o la reglas que establecen como han de comportarse los participantes en esa actividad: que tipos de actos lingüísticos, en que ocasión, etc., les esta permitido o resulta obligatorio o prohibido 12 ejecutar” . Por otro lado el grueso del capítulo segundo trata sobre los argumentos sistemáticos y como bien lo sostiene el autor: “el argumento sistemático en el derecho es aquel que, para la atribución de un significado o sentido de una norma, toma en cuenta el contenido de otras normas correlacionadas entre sí, o también toma en cuenta el 13 contenido jurídico general lógicamente relacionado” . En este sentido, el análisis realizado por el autor sobre los argumentos sistemáticos incluye los argumentos de autoridad, por principios generales, el sistemático en sentido estricto, el a rubrica, el topográfico, el de coherencia, y el de constancia terminológica. En este nuevo paradigma del derecho a que nos hemos referido nos resultan de relevante importancia las notas realizadas por el Dr. Cisneros sobre los argumentos sistemáticos, en atención a que es con ellos con los que generalmente tanto los abogados como los jueces y las propias partes de los procesos encontramos razones categóricas de apoyo a nuestras posiciones, aunado a que son los de uso más común en el ámbito jurídico. No nos detendremos a indagar sobre cada uno de dichos argumentos porque en nuestro caso ya lo hizo profundamente el autor. ATIENZA, Manuel. Curso de Argumentación Jurídica. 1ª Ed. Trotta. España. 2013. P 363. CISNEROS Farías, Germán. Argumentación y Discurso Jurídico. Acentos Constitucionales y Administrativos. 1ª Ed. Trillas. México. 2012. P 28. 12 13 13 Sin embargo nos parece oportuno resaltar diversas circunstancias que son muy apropiadas en el libro analizado: 1. Por un lado incluye el análisis de la estructura básica de un código, lo que nos permite tener una reflexión más visual sobre la forma de utilización de los argumentos sistemáticos, los cuales para su implementación requieren del conocimiento de dicha estructura, la cual si bien es analizada en diversas materias del estudio del derecho, nada mejor que exponerla sintéticamente cuando resulta oportuno su conocimiento. 2. Además el autor toma como ejemplos en algunos argumentos tesis jurisprudenciales, lo que posibilita dos cosas: ver la aplicación forense del argumento analizado, y, saber que en efecto, es común la utilización práctica de los argumentos, lo que motiva al lectora el aprendizaje de la obra. 5.1 UN CASO PRÁCTICO SOBRE EL CAPÍTULO SEGUNDO. Como puede ser inferido de las notas hasta aquí escritas dicho libro lo hemos utilizado con éxito en la cátedra, por lo que a modo de ejemplo y para reafirmar lo oportuno de la utilización de la obra en la enseñanza resulta oportuno citar un trabajo práctico que les hemos pedido a los alumnos una vez que agotamos el estudio de los argumentos sistemáticos, adelantando que la base para su realización ha sido el libro que se comenta y que los resultados por parte del alumnado ha llegado incluso a sorprendernos. El trabajo es el siguiente: TRABAJO SOBRE LA ARGUMENTACIÓN SISTEMÁTICA En este ejemplo analizaremos el artículo 223 del Código de Procedimientos Civiles del Estado de Nuevo León, este precepto reza lo siguiente: Artículo 223.­ El actor debe probar los hechos constitutivos de su acción y el reo los de sus excepciones, pero sólo cuando el actor pruebe los hechos que son el fundamento de su demanda, el reo 14 está obligado a la contra prueba que demuestra la inexistencia de aquéllos, o a probar los hechos que sin excluir el hecho probado por el actor, impidieron o extinguieron sus efectos jurídicos. DESCRIPCIÓN FORENSE En cierto asunto el actor exige la rescisión de un contrato de arrendamiento, alegando que el arrendatario ha causado deterioro excesivo a la finca, sin embargo sólo acompaño a la demanda el contrato de arrendamiento, ofreció unos testigos, la prueba confesional y una inspección judicial. Los testigos tan solo dijeron brevemente que habían apreciado que la propiedad no estaba pintada y que se veía deteriorada, en la confesional el demandado negó los hechos, la prueba de inspección judicial no se llevó a cabo toda vez que el día señalado no acudieron las partes y no insistieron en su diligenciación durante el período probatorio. La cláusula quinta del contrato de arrendamiento dice: “Quinta: Acuerdan las partes que podrá rescindirse el presente contrato de arrendamiento en caso de que se aprecie un deterioro excesivo en la finca arrendada”. En la sentencia el juez condena a la parte demanda, le da valor a las testimoniales, y además sostuvo en un párrafo de la sentencia lo siguiente: “Aunado a lo anterior en el presente juicio la parte actora acreditó la existencia de deterioro con las pruebas testimoniales ofrecidas y desahogadas a cargo de los testigos “X” y “Z”, de las cuales se desprende de la respuestas rendidas a la pregunta cinco por los citados atestes lo siguiente: el testigo X refirió: sí se ve dañada la propiedad, desde afuera se aprecia que no se encuentra pintada y se ve sucia.; por su parte el testigo Z dijo: se aprecia descuidada, y se ve como que no le han metido ni una manita”; las anteriores probanzas crean convicción en el presente Juzgador, pues de ellas se infiere la veracidad sobre la existencia de un deterioro en la propiedad arrendada, por lo que se les confiere valor probatorio pleno al tenor de lo dispuesto en los artículos x, y, y z, del Código de Procedimientos Civiles del Estado, aunado a lo anterior el tenemos el hecho de que el demandado no acreditó su defensa en el sentido de que sí mantiene en buen estado la propiedad arrendada, por lo que atento a lo dispuesto en el artículo 223 del Código de Procedimientos Civiles del Estado la parte reo esta obligado a la contraprueba cuando el actor justifique los hechos de su demanda, motivos por los que ante la falta de actividad probatoria por parte del demandado el suscrito Juez estima que ha procedido la acción de rescisión de contrato de arrendamiento….” El demandado piensa que la sentencia es ilegal que no se comprobó un deterioro excesivo a la finca, que se interpretó ilegalmente el artículo 223 antes citado, y que no le correspondía probar, por lo que se le condenó 15 injustificadamente. Pretende hacer una serie de argumentos sistemáticos para defender su postura, además se ha encontrado una serie de principios derivados del Código de Justiniano los cuales son los siguientes: Qui accusare volunt, probationes habere debent. Los que quieran acusar han de tener pruebas. (Lib. II, Tit I, Ley 4) Actore non probante, qui convenitur, etsi nihil ipse praestet, obtinebit . No probando el actor, ganará el demandado, aunque nada hubiere alegado. (Lib. II, tít I, Ley 4) Actore non probante, reus est absolvendus . Si el actor no prueba, ha que absolver al reo. (Lib. II, tít I, Ley 4) FECHA DE PRESENTACIÓN El trabajo deberá ser presentado ______________. (no se admitirán trabajos posteriores) DESCRICIÓN DEL TRABAJO En base a lo anterior el alumno deberá realizar cuatro argumentos sistemáticos: 1. Argumento sistemático en sentido estricto. 2. Argumento de Autoridad (Doctrina y Jurisprudencia) 3. Argumento conforme principios generales (los descritos o cualesquiera otros). 4. Cualquier otro argumento sistemático de los vistos en clase en el libro “Argumentación y Discurso Jurídico” del Dr. Germán Cisneros Farías. CONTENIDO DEL TRABAJO El Trabajo deberá contener como mínimo: a) Portada (con logotipos uanl y fdyc, nombre del trabajo, materia, maestro, alumno, fecha) b) Índice c) Capítulo 1. Descripción del Trabajo. (Es decir, esta información con el subtítulo “Trabajo Sobre La Argumentación Sistemática) d) Capítulo 2.­ Subtitulo “La Argumentación Sistemática”. Consistirá en Una descripción de la argumentación sistemática, como genero y de sus especies. (Esto es en éste capitulo hablará sobre la argumentación sistemática y sus tipos) e) Capítulo 3. Subtítulo “Cuatro Argumentos Sistemáticos”. Se deberán realizar los tres argumentos propuestos arriba, más cualquier otro que 16 escoja el alumno. Cada Argumento iniciará en una hoja nueva —ejemplo a) Argumento Sistemático; b) Argumento de Autoridad, etc.— cada argumento deberá tener una extensión mínima de una foja. f) Conclusiones g) Bibliografía. ▪ ▪ ▪ ▪ ▪ ▪ DISEÑO Y OTRAS ESPECIFICACIONES Letra Arial, tamaño 14, espacio sencillo. (Salvo Portada, hacerla como mejor luzca) Mínimo 10 fojas. (sin contar las presentes fojas) Citar cuando menos tres autores. Puede citar jurisprudencia nacional como de la CIDH. Hacer citas bibliográficas. Las fojas deberán ser tamaño carta y estar numeradas. ASPECTOS A CALIFICAR En el trabajo se calificará la redacción, originalidad, ortografía, presentación, contenido, el apego a todas las especificaciones de este escrito y en general todo el esfuerzo realizado por el estudiante. Tendrá un valor de 0­cero hasta 20­veinte puntos sobre el primer examen parcial. DERECHO A EXAMEN La presentación en tiempo y forma del trabajo en los términos que han sido descritos, genera derecho a examen a los alumnos de la materia de Argumentación. (quien no lo presente no podrá presentar el primer examen parcial). No se admiten excepciones. Titular de la Materia Dr. Juan Angel Salinas Garza Como lo hemos adelantado la utilización de la obra que se comenta nos ha generado la oportunidad en la práctica de realizar trabajos complejos como el antes citado, lo que ha generado en el alumnado un aprendizaje complejo y lo ha incentivado a realizar trabajos complejos, cuyos resultados en muchos casos nos han sorprendido. 6. SOBRE LOS RESTANTES CAPÍTULOS DEL LIBRO. 17 El número de líneas acostumbradas para un trabajo de este tipo nos impide tratar a profundidad y como nos gustaría todos y cada uno de los capítulos del libro, sin embargo nos resulta imprescindible realizar algunas manifestaciones respecto de los restantes temas. En el capítulo tercero trata sobre los argumentos metodológicos y filosóficos, tales como el de equidad, el teleológico, el pragmático, el apagógico, el psicológico, el económico, el histórico y el moral. Al respecto debe decirse que dichos argumentos son tratados de una manera integral, sencilla y pedagógica, por lo que resulta bastante accesible su estudio. Pero también es apropiado resaltar la importancia que algunos de estos argumentos tienen hoy en día en un estado de derecho Neoconstitucional, como lo son el de equidad, el teleológico y el moral, pues cualquier jurista requiere conocer las reglas, forma y contenido de este tipo de argumentos al ser la base de sobre la cual gira la nueva realidad interpretativa y argumentativa de nuestro derecho, por ello el tratamiento que el autor realiza de estos argumentos es oportuno y apropiado para el momento que vive nuestro sistema jurídico. En el capítulo cuarto el autor trata sobre los argumentos analógicos los cuales son analizados de forma tal que pueden ser fácilmente aprehendidos por el lector, además de expresar ejemplos que clarifican ampliamente la comprensión de cada uno de ellos. Ya en los restantes capítulos del libro el Doctor Germán Cisneros Farías complementa la obra con la enseñanza de la argumentación falaz, como lo es la sofista en el capítulo quinto; con la argumentación constitucional tan imprescindible en nuestros días, y finalmente con el análisis en su último capítulo del discurso jurídico, con lo que queda sellada la enseñanza universitaria de la Argumentación Jurídica. 18 BIBLIOGRAFÍA ATIENZA, Manuel. Argumentación y Constitución. Dentro de la Obra Argumentación Constitucional. Teoría y Práctica. De Manuel Atienza y Rodolfo L. Vigo. 1 Ed. Porrúa. México. 2011. ­­­­­­­­­­­, Manuel. Curso de Argumentación Jurídica. 1ª Ed. Trotta. España. 2013. CISNEROS Farías, Germán. Argumentación y Discurso Jurídico. Acentos Constitucionales y Administrativos. 1ª Ed. Trillas. México. 2012. FIGUERUELO Burrieza, Ángela. Ensayos de Justica Constitucional Sobre Derechos y Libertades. 1ª Ed. Porrúa. México, 2009. FIORAVANTI, Maurizio. Los Derechos Fundamentales. Apuntes de Historia de las Constituciones. 6ª Ed. Trota. Madrid. 2009. PICÓ, i Junoy, Joan. La Buena Fe Procesal. 1ª Ed. Pontificia Universidad Javeriana, Facultad de Ciencias jurídicas: Grupo Editorial Ibañez. Depalma. Buenos Aires. 2011. VIGO, Rodolfo L. Argumentación Constitucional. Dentro de la Obra Argumentación Constitucional. Teoría y Práctica. De Manuel Atienza y Rodolfo L. Vigo. 1 Ed. Porrúa. México. 2011. ZAGREBELSKY, Gustavo. El Juez Constitucional en el Siglo XXI. Dentro de la Obra del mismo nombre coordinada por Eduardo Ferrer Mac­Gregor y otro. 1ª Ed. UNAM. México. 2009. 19