exposición de motivos reglamento de arbitraje del

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EXPOSICIÓN DE MOTIVOS
REGLAMENTO DE ARBITRAJE
DEL ORGANISMO SUPERVISOR DE INVERSION PRIVADA
EN TELECOMUNICACIONES - OSIPTEL
I. ÁMBITO DE APLICACIÓN
El presente reglamento regula la actuación del Organismo Supervisor de
Inversión Privada en Telecomunicaciones (OSIPTEL) en lo que corresponde a
su función de administrar arbitrajes, tal como lo establecen las funciones
asignadas normativamente por el inciso 8 del artículo 77° del Texto Unico
Ordenado de la Ley de Telecomunicaciones (aprobado mediante Decreto
Supremo N° 013-93-TCC), el literal r) del artículo 6° del Reglamento del
Organismo Supervisor de Inversión Privada en Telecomunicaciones (aprobado
mediante Decreto Supremo N° 62-94-PCM) y el literal e) del artículo 8° de la
Ley N° 26285, así como a su función de actuar como entidad nominadora.
En tal virtud, el reglamento establece la creación de un centro que tenga a su
cargo la administración de los arbitrajes que sean sometidos a OSIPTEL, las
reglas o pautas para el acceso al arbitraje administrado por éste y, finalmente,
el procedimiento respectivo hasta la expedición del laudo, como resolución que
pone fin a determinado conflicto. Es de destacar que, en cuanto a estos últimos
temas, su diseño ha adoptado un esquema similar al del Centro de Conciliación
y Arbitraje Nacional e Internacional de la Cámara de Comercio de Lima dadas
las bondades que el mismo presenta y la difusión con que cuenta en nuestro
medio.
Es importante mencionar también que la aplicación de dicho cuerpo normativo
se producirá sólo en caso que se trate de una materia efectivamente arbitrable
–respetando la competencia para conocer de determinados asuntos por parte
de las instancias administrativas de OSIPTEL y dentro de lo que es susceptible
de ser arbitrado conforme a la Ley de Arbitraje vigente y a las demás
disposiciones o regulaciones pertinentes- y que las partes, mediante convenio
arbitral o cualquier otro documento con efecto análogo, hayan acordado
someter sus controversias a arbitraje administrado por OSIPTEL.
II. EL CENTRO DE ARBITRAJE DE OSIPTEL
Con el objeto de hacer viable el arbitraje administrado, se requiere la
conformación de un órgano encargado de dicha tarea, por lo que el artículo 3°
del Reglamento dispone la creación del Centro de Arbitraje de OSIPTEL, el
mismo que ha sido concebido para dar cumplimiento al mandato legal y
contribuir a la solución de conflictos entre empresas operadoras de servicios
públicos de telecomunicaciones, mediante la institucionalización y
administración de arbitrajes
Los artículos 4° al 12° del Reglamento regulan lo concerniente a la composición
del Centro de Arbitraje de OSIPTEL, sus órganos, sus funciones, la mecánica
de funcionamiento de cada uno de ellos, los requisitos para acceder a los
cargos, así como lo relativo a los honorarios de los árbitros; esto último
debiendo ser materia de una regulación posterior mediante la expedición de un
Arancel de Tarifas del Centro.
III. ACCESO AL ARBITRAJE ADMINISTRADO POR OSIPTEL
Los artículos 15° al 17° especifican el procedimiento previo a seguir por parte
de aquellas empresas que deseen recurrir al arbitraje del Centro y el rol que
para dichos efectos juega la Secretaría General del Centro. Dicho
procedimiento es único y deberá ser observado en su formalidad en todos los
casos en que se requiera la intervención del Centro como entidad
administradora.
Una vez cumplido el procedimiento antes mencionado, corresponde la
conformación del Tribunal Arbitral en tanto instancia de resolución del conflicto.
Para dichos efectos se establece en el artículo 18° que el Tribunal Arbitral
conste de un solo árbitro o de tres, según lo hayan pactado las partes. En caso
que ellas no hayan convenido el número de árbitros, se ha considerado
pertinente -en aras de la celeridad y simplicidad- que el Tribunal conste de un
solo árbitro, dejando a salvo la posibilidad que la Corte establezca de manera
diversa.
Para el caso de designación de tres árbitros y que las partes no hayan
convenido un procedimiento para ello, se dispone que el demandante designe
un árbitro en su petición de arbitraje, el demandado designe a un árbitro al
contestar la petición de arbitraje y, entre los dos árbitros así designados se
designe al árbitro que presidirá el Tribunal Arbitral, conforme a la práctica
arbitral comúnmente aceptada tanto en la legislación nacional como en la
experiencia comparada.
En cuanto a las pautas de conducta que deben observar los árbitros, se ha
recogido el criterio de consagrar la imparcialidad e independencia en el
ejercicio del cargo, la necesidad de revelar cualquier circunstancia que no
garantice su imparcialidad y la dedicación suficiente para realizar y llevar a
cabo el arbitraje con eficacia; todos ellos, si bien implícitos en el desempeño de
la tarea arbitral, consagrados de manera expresa en el texto de la norma.
IV. PROCEDIMIENTO ARBITRAL
Para efectos del inicio del procedimiento arbitral propiamente dicho con la
presentación de las pretensiones, se ha recogido el sistema que establece la
posibilidad de optar entre dos procedimientos:
a. Que se notifique a las partes la instalación del Tribunal Arbitral y el inicio
del procedimiento, así como la decisión de solicitar a las partes que
presenten de manera simultánea sus pretensiones (sin calificación
alguna de "demandante" o "demandado"), o.
b. Que se notifique a las partes la instalación del Tribunal Arbitral y el inicio
del procedimiento, así como la decisión de solicitar al demandante que
presente la demanda respectiva.
Producido cualquiera de los dos casos antes mencionados y previo
cumplimiento de los requisitos formales de presentación de la demanda o
exposición de defensa, se dispone que el Tribunal pueda citar a las partes a
una audiencia para fijar puntos controvertidos dentro de los cinco días
siguientes de vencido el precitado plazo.
Asimismo, acorde con la utilidad y necesidad de promover una solución
consensuada, se establece que los árbitros son competentes para promover la
conciliación entre las partes en todo momento y hasta antes de la propia
emisión del laudo.
Por su parte, los artículos 31° al 39° del Reglamento establecen las reglas
necesarias para la tramitación del procedimiento en lo concerniente a las
facultades de los árbitros para llevar adelante el mismo, la materia probatoria y
demás aspectos propios de esta etapa procedimental cuyos alcances se
explican en el propio articulado.
Merece relevarse especialmente la atribución de facultades a los árbitros que
prevé el artículo 36° para dictar las reglas complementarias que sean
necesarias, velando por que el procedimiento se desarrolle bajo los principios
de celeridad, equidad, inmediación, privacidad, concentración y economía
procesal, en tanto con ello se procura dotar a los árbitros de los instrumentos
adecuados para garantizar que el mismo se lleve a cabo de manera eficiente y
con la celeridad que le es propia a la mecánica arbitral.
V. LAUDO ARBITRAL Y OTRAS RESOLUCIONES
Los artículos 40° al 49° del Reglamento se ocupan de regular lo concerniente a
las actuaciones del Tribunal Arbitral. Para las sesiones de deliberación se
plantea la concurrencia de la mayoría de los árbitros, salvo que las partes
hubieren pactado expresamente que las resoluciones se adopten con la
concurrencia de la totalidad de árbitros, poniéndose también especial énfasis
en la reserva que debe caracterizar a las deliberaciones entre los miembros del
Tribunal.
En lo que toca a la emisión de las resoluciones del Tribunal se establece que
éstas se dicten por mayoría de los árbitros y que, en los casos de empate,
dirima el voto del Presidente del Tribunal. Si no hubiere acuerdo mayoritario,
decide el Presidente del Tribunal. Esta mecánica también es usual en la
práctica arbitral moderna.
Asimismo, con el objeto de fomentar una solución expeditiva del conflicto, el
artículo 42° del Reglamento dispone que, transcurrido el plazo para contestar la
demanda o la exposición de defensa, el Tribunal Arbitral pueda proceder
directamente a laudar, si estima que los medios probatorios obtenidos permiten
la formación de criterio para resolver la controversia y siempre que cuente con
los elementos materiales para ello. En esa misma línea de apuntar hacia la
celeridad, se establece que, salvo pacto en contrario entre las partes, la
duración del arbitraje no excederá de noventa (90) días hábiles, computados
desde la fecha de notificación a las partes con la resolución que declara abierto
el procedimiento arbitral (artículo 43°).
Los artículos 44° y 45° establecen los requisitos formales que deben
observarse en la emisión de los laudos, con un contenido muy similar al
establecido en la legislación nacional vigente sobre la materia.
En cuanto al carácter del laudo, siempre bajo la óptica de un arbitraje
expeditivo, el artículo 48° dispone que éste es definitivo y contra ellos no
procede recurso de apelación.
Para el caso de interponerse recurso de anulación por las causales que la ley
de materia contempla, se establece como requisito de admisibilidad del mismo
la presentación del recibo de pago o del comprobante de depósito en cualquier
entidad bancaria, o la constitución de fianza solidaria en favor de la parte
vencedora, por una cantidad equivalente a la cuantía del valor de la condena
contenida en el laudo. Si la decisión de la autoridad competente determina que
la parte interesada interpuso innecesariamente el recurso de anulación, la
contraria quedará facultada para ejecutar las garantías en su favor.
VI. TARIFAS, COSTOS Y HONORARIOS ARBITRALES
El reglamento contempla también la regulación de lo concerniente a las tarifas,
costos y honorarios arbitrales. En ese sentido, como es consecuente con la
labor desplegada por toda entidad administradora de arbitrajes, tanto los
servicios que brinde el Centro de Arbitraje de OSIPTEL como la propia
actuación de los árbitros en su calidad de tales, son materia de gastos y
honorarios que deben ser asumidos por las partes que solicitan la intervención
del Centro para administrar determinado arbitraje, todo lo cual será materia de
precisión en cuanto a montos en la tabla de aranceles que en su oportunidad
se apruebe y cuyo tratamiento específico se contempla en los artículos 50° al
58° del Reglamento.
VII. DISPOSICIONES FINALES
Finalmente, atendiendo a que la práctica comparada moderna se encuentra
desarrollando exitosamente otros medios de composición de conflictos distintos
al arbitraje o la conciliación, el Reglamento prevé la posibilidad de que el
Centro administre o coadyuve en el desarrollo de otras modalidades de medios
alternativos orientados a la solución de conflictos, a la proyección de una
solución o que coadyuven a la solución misma, con el objeto de presentar a los
interesados una amplia oferta de servicios de administración de conflictos que
permita en definitiva lograr la solución de la controversia.
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