ID 224

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X Congreso Internacional
Expresión Gráfica aplicada a la Edificación
Graphic Expression applied to Building
International Conference
APEGA 2010
ANÁLISIS GRÁFICO DEL PUENTE DEL REAL DE VALENCIA ENTRE
LOS SIGLOS XVI Y XXI
RODRIGO MOLINA, Ángeles(1); LÓPEZ GONZÁLEZ, Concepción(2); GARCÍA
VALLDECABRES, Jorge(3)
(1)
Departamento de Expresión Gráfica Arquitectónica, Escuela Técnica Superior de Ingeniería de
Edificación, Universidad Politécnica de Valencia
Valencia, España
e-mail: [email protected]
(2)
email: [email protected]
(3)
email: [email protected]
Resumen
Siendo uno de los puentes más antiguos de la ciudad, (el actual puente del Real data de 1599)
cuenta con escasas fuentes directas de documentación escrita. Para la investigación de su evolución
histórico-constructiva se hace necesario el estudio de fuentes gráficas coetáneas que ratifiquen las
diferentes etapas que ha tenido.
Para ello se han consultado planos de la ciudad, grabados, litografías, pinturas y fotografías
realizados a lo largo de la historia. Todos estos documentos, incluidos los planos topográficos,
presentan imágenes del puente en tres dimensiones que permiten establecer la apariencia real de los
diferentes elementos que han ido conformándolo.
El objetivo fundamental de esta investigación ha sido la representación de la vida del Puente del Real.
Todos los datos obtenidos, tanto gráficos como escritos, se han plasmado en una serie de secuencias
gráficas que facilitan la lectura de la historiografía del puente. Para ello se han elaborado diferentes
infografías coincidentes con las diversas variaciones que el puente ha sufrido. Éstas constatan la
importancia que la representación gráfica tiene en la investigación de la arquitectura, no sólo de su
geometría o de su métrica, sino de su historia, análisis constructivo, ornamentación o intervenciones.
A través de la imagen es posible representar la biografía de un elemento arquitectónico.
Palabras clave: Puente, Infografia, Valencia, Turia.
Abstract
Graphical analysis of The Real Bridge in Valencia from the 16th - to 20th centuries
The lack of direct sources of textual documentation about Puente del Real, one of the city’s oldest
bridges (the present-day bridge dates from 1599), has obliged research into its constructive and
historical evolution to study graphic sources from contemporary periods to confirm its different phases.
This entailed studying plans of the city, prints, etchings, paintings and photos produced over the years.
The three-dimensional images of the bridge in all these documents, including the topographical plans,
have made it possible to determine the true appearance of the different elements it has featured over
time.
The basic aim of this research is to portray the life of the bridge known as Puente del Real. All the
visual and written data gathered was compiled in a series of sequential images making the bridge’s
historiography easier to understand. To do so, a series of infographics was produced of the different
modifications undergone by the bridge. These infographics demonstrate the importance of graphic
representation in architectural research: not only as regards geometry and metrics, but also its history,
the analysis of its construction, ornamentation and modifications. Images make it possible to portray
the biography of an architectonic element.
Keywords: Bridge, infographics, Valencia, Turia.
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1. Introducción
El puente del Real, ostenta el privilegio de ser uno de los puentes más antiguos que atraviesan el
cauce del río Turia a su paso por la ciudad de Valencia. Es vía de comunicación entre el barrio de la
Seu-Xerea de la Ciutat Vella en la ribera derecha y el Llano del Real a la izquierda, donde se ubicaba
el antiguo Palacio Real.
No existen documentos que acrediten la fecha de su primera construcción. En sus orígenes, sería
una simple estructura de madera que unía las dos riberas del río. En el testamento de Bernardo
Cardona (1254), se donan 10 sueldos para la construcción de un puente “inferior” y otros diez para la
construcción de uno “superior”. Teixidor, en su libro Antigüedades de Valencia asegura que el puente
“inferior” se corresponde con el puente del Real.
En esta comunicación se expondrán las diferentes etapas constructivas del puente del Real,
dejándolas plasmadas en una serie de infografías que faciliten su lectura. Para ello se ha investigado
las fuentes documentales relativas a las avenidas del Turia y los daños que éstas ocasionaron.
También se ha hallado información sobre sus continuas reconstrucciones y pagos de honorarios en
los libros de Sotsobreria de Murs i Valls y en los libros de Obra de la Fabrica Nova del Riu. Sin
embargo, el análisis profundo de los diferentes documentos gráficos de la época, ha aportado cierta
de información que no fue recogida por escrito. Esto constata la importancia que la representación
gráfica tiene en la investigación de la arquitectura, no sólo de su geometría o de su métrica, sino de
su historia, análisis constructivo, ornamentación o intervenciones.
2. Historiografía
En 1332, el rey Don Pedro IV de Aragón [1], hace referencia al puente con dos nombres, del Real y
del Temple. Del Real, por ser el que comunicaba la ciudad con el Palacio Real, hoy desaparecido y
emplazado en los actuales Jardines del Real o Viveros. Y del Temple, por su proximidad al palacio y
templo de los Templarios, actualmente Gobierno Civil.
En 1345, el Concell manda rehacerlo por encontrarse en estado ruinoso, junto a él, se reconstruirán
los puentes de Serranos y dels Catalans [2]. Seguramente, estos puentes fueron derruidos en la riada
de 1321 [3], y posteriormente también en la de 1340, catalogada como avenida extraordinaria.
En 1406 [4], cuando el puente aún era de madera, se reconstruyen dos arcadas que el río se había
llevado. Ésta obra fue llevada a cabo por La Fabrica de Murs i Valls, institución encargada, desde
1358, de realizar todas las obras de infraestructura de la ciudad, entre ellas, la construcción y
mantenimiento de los puentes del Turia. Las intervenciones en el puente fueron continuas durante los
inicios del siglo XV, tal y como consta en el libro de Sotsobreria de Murs i Valls. En 1427 [5] una gran
riada lo arrasó en su totalidad. Se volvió a reconstruir en 1445 [6]. Continúan las inundaciones en
diferentes años (1517, 1589, 1590) y en todas ellas el puente fue malogrado. (Fig. 1)
A mitad del siglo XVI, el puente contaba pilas y con tajamares de piedra, con un total 8, sustentaban
una pasarela realizada con tablones de madera y barandas de protección, también realizadas con
listones de madera. Tras él, en la margen izquierda, un pequeño paso, que salvaba un riachuelo o
acequia, antes de llegar al Palacio Real. (Fig. 2)
La avenida de 1589 derruyó gran parte del puente, e inmediatamente se inició su reconstrucción. De
nuevo, en 1590 fue abatido. Cansados de las continuas devastaciones ocasionadas furiosas aguas
del río, ese mismo año se decide construir un puente totalmente en piedra. La Fabrica Nova del Riu,
que se encargaría entre otras cosas de la construcción del nuevo puente del Real [7]. Las obras se
someten a concurso público y son adjudicadas a els obrers de vila Guillem Salvador y Hierony Negret
y FranÇes Anthom quienes, en 1594, comienzan la construcción del nuevo puente [8]. Los trabajos
no fueron fáciles, el nivel freático se encontraba muy alto y se tuvo que recurrir al mestre de fers
molins, Joan Pascual, para que drenara el subsuelo. En 1597, con gran parte del puente construido,
una nueva riada abatió una de las nuevas arcadas. Las obras continuaron con normalidad,
finalizándose en 18 de febrero de 1599. A partir de este momento se le denominó “puente del Real”
perdiendo su denominación “del Temple”.
Fue construido en su totalidad con piedra levantina. Medía 167 m. de longitud y 9,50 m. de ancho. Lo
conformaban diez arcos escarzanos de unos 13 m. de luz, y los tajamares entre las mismas, de
planta triangular, estaban coronados en punta de diamante. La pasarela disponía de baranda de
piedra adornada con esferas. Desaguaba a través de gárgolas situadas sobre las claves de las
arcadas. El acceso al río se realizaba mediante una rampa situada en la ribera derecha, aguas abajo.
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Pocos años después, aprovechando la construcción de los paredones que encauzarían el río, se
construyó otra en la ribera izquierda. No se ha podido documentar si la escalinata, situada en
sustitución de sexto tajamar en su alzado derecho, fue construida a la vez que el puente, como
ocurrió en el de la Trinidad. Ésta escalera aparece por primera vez en el plano que realiza el padre
Tosca, en 1704 donde se observa que estaba construida toda ella en piedra y sin barandas.
Permaneció en el puente hasta mediados del S.XX.
Fig. 1. Primera imagen del puente del Real. Fragmento la Xilografía, anónima, extraída del libro "Primera parte de
la Crónica General de toda España y especialmente del Reyno de Valencia"de Pedro Antonio Beuter. Biblioteca
Valenciana. fechado en 1538. Representación alegórica del puente visto desde la ribera izquierda, éste se grafía
con un peralte exagerado y 6 - 7 arcos. Enfrentado a él, la puerta del Real que permitía el paso a la ciudad.
Fig. 2. Fragmento del grabado realizado por Anthoine Van Den Wijngaerde en 1563. Su precisión, permite
conocer la morfología el puente del Real en este periodo. A la derecha en aspecto de la puerta del Real, puerta
de entrada la ciudad y en la ribera izquierda el palacio Real.
Para su decoración se diseñaron dos pirámides de piedra sobre las que se colocarían las estatuas de
San Vicente Mártir y San Vicente Ferrer [9], pero no llegaron a construirse y en 1602 se contrató a
Vicente LLeonart Esteve [10], cantero valenciano, para esculpir ambas imágenes [11]. En 1603,
ambas esculturas fueron colocadas sobre los tajamares entre el segundo y tercer arco: la de San
Vicente Mártir en el lado derecho y en el lado izquierdo del puente se ubicó la de San Vicente Ferrer
[12]. (Fig. 3)
En 1682 y 1683, se construyen unos casilicios a fin de proteger las imágenes de los Santos [13]. Se
realizaron idénticos, de estilo barroco con la base de planta triangular, realizada con grandes sillares
de piedra caliza de Alcublas, y una altura sobre el pretil del puente de 3,03 metros. Este pedestal está
rematado por una pequeña cornisa, decorada con canecillos. Sobre ella se erigieron tres columnas de
orden compuesto que sustentaban el entablamento donde descansar la cubierta a tres aguas.
401
De la fisonomía del puente en 1704 da una rigurosa descripción gráfica el Padre Tosca en su plano
de la ciudad, donde se observa con detalle todo lo descrito hasta el momento. (Fig. 4)
Fig. 3. El puente del Real en 1608, según Manceli. Construido ya todo en piedra, con ocho arcos en vez de diez
y sin tajamares, en lugar de rampa de acceso al río, grafía una escalinata. Es la única imagen que existe de la
época donde es posible ver las estatuas, de San Vicente Mártir y San Vicente Ferrer, sin los casilicios que se
añadieron posteriormente.
Fig. 4. Fragmento del plano del padre Tosca de 1704. Primer documento que acredita la presencia de una
escalinata en el puente del Real. Ésta, situada entre el sexto y séptimo arco, aguas abajo, conectaba
directamente el puente con el cauce.
En diciembre de 1750 [14], la Fabrica Nova del Riu decide construir unos bancos de piedra caliza en
los pretiles situados sobre cada tajamar, es decir, ocho a cada lado del puente. Para ello fue
necesario desmontar los correspondientes tramos de pretil. No son todos iguales ya que su longitud
varía entre 2,73 y 2,90 metros. Cada uno de ellos está delimitado por dos columnas, sobre las que
descansan adornos de piedra gallonados. La parte posterior del banco está formada por una ménsula
lobulada apoyada sobre el tajamar. Asimismo, se colocaron nuevos ornamentos con copa invertida,
también gallonada sobre el pretil a la altura de la clave de cada arco. En cada una de las esquinas del
puente se dispuso un banco, de decoración más sobria que los que flanquean ambos lados del
puente, pero ornamentado con un esbelto pináculo. Con todo ello, la imagen del puente cambió
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notablemente adquiriendo un aspecto más ornamentado y menos sobrio, quedando plasmada su
fisonomía en el gravado de Carlos Francia de 1762 que lleva por título la Nauromaquia. (Fig. 5, y 6)
Fig. 5. Fragmento del gravado de “La Nauromaquia”, realizado por Carlos Francia en 1762. En él se representa
la festividad organizada en 1755, en conmemoración al tercer aniversario de la canonización de San Vicente
Ferrer. Para tal festejo se organizó la representación de una batalla naval, y fue realizada en el cauce del Turia,
en el tramo comprendido entre el puente del Real y el de la Trinidad. La idea de celebrar la Nauromaquia fue de
Don Manuel Fernández de la Piscina, como sustitución de las corridas de toros, desautorizadas por Carlos III. En
la imagen, se observa como la multitud se aglomera, para poder mirar el espectáculo, sobre unas gradas
instaladas en los límites del cauce. Observando con atención, el puente, se aprecian perfilados los bancos ya
construidos, así como los adornos gallonados que decoran. Es la primera representación del puente donde figura
la nueva decoración realizada cinco años antes.
Fig. 6. Litografía realizada por Antonio Castelucho hacia 1880. Museo de la Ciudad.
Durante el siglo XX se plantean diversas intervenciones de poca índole como la propuesta en 1926
por el arquitecto mayor del Ayuntamiento conducente a la consolidación de los agrietados casilicios.
Sin embargo, la alcaldía se pronuncia elaborando un informe en el que se considera estabilizado el
casilicio, e innecesaria su restauración [15] por lo que la propuesta no llegó a ejecutarse.
Asimismo, en 1939, se plantea la sustitución de las estatuas debido a su demolición durante el
transcurso de la guerra civil. Para ello, el Ayuntamiento decide realizar un concurso público [16] entre
escultores valencianos. La imagen de San Vicente Ferrer la realizaría el escultor Carmelo Vicent
Suria pero la de San Vicente Mártir quedó desierta. Finalmente ésta se adjudicaría directamente al
escultor Ignacio Pinazo Martínez. Ambas estatuas medirían 1,80 metros de alto, sin contar las
coronas, y se esculpirían con piedra del país [17]. A principios de 1946 las nuevas imágenes se
dispusieron en el puente, coincidiendo con el acuerdo del Ayuntamiento de restaurar los casilicios, a
instancias del arquitecto mayor J. Goerlich [18].
Pero la mayor intervención se realizaría en 1966 como consecuencia de las dificultades que
entrañaba la estrechez del puente para el holgado acceso de la circulación a la ciudad. Es por ello
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que el Ayuntamiento decide su ampliación y el 8 de julio de 1966, se adjudicaron las obras por
concurso a la Sociedad Ibérica de Construcciones y Obras Públicas S.A. (CICOP). Se asignó, como
asesor artístico a D. Javier Goerlich Lledó, por aquel entonces presidente de la Real Academia de
Bellas Artes de San Carlos. El proyecto consistía en el desmontaje del paramento, tajamares,
baranda, bancos, casilicios y elementos ornamentales del perfil del puente aguas abajo. Esto se hizo
pieza a pieza, numerando cada una de ellas, a fin de volver a colocarlas cuidadosamente en el lugar
correspondiente, una vez ensanchado el puente, conservando así su perfil original. El puente pasaría
de los 9,50 metros de anchura a 26,60. Se dotaba de dos calzadas de 10 m. de ancho con tres
carriles de circulación cada una, estando separadas por un macizo central de 60 cm y aceras para los
peatones a ambos lados, de 3 m. de anchura [19]. Las obras comenzaron la segunda quincena de
octubre de 1966 [20].
Fue inaugurado el 28 de febrero de 1968, entrando en servicio ese mismo día, aunque aún faltaba
por concluir una de las dos aceras [21]. Finalmente pasó a tener una anchura de 27,30 m. (casi un
metro más de lo que se tenía proyectado) y fue dotado con un nuevo alumbrado, colocado entre las
dos calzadas de circulación sobre la nueva isleta. El perfil del puente aguas abajo quedó idéntico al
original, pero se eliminó la escalera de bajada al cauce, situada entre el sexto y séptimo arco, que
durante siglos había pertenecido al puente. (Fig. 8)
3. Conclusiones
Sin saber la fecha exacta de su construcción, en sus inicios debió ser una escueta pasarela realizada
toda ella en madera. Tras la conquista de Valencia, la munya del rey moro Abd al-‘Aziz fue
decomisada, pasando a convertirse en el Palacio Real. A partir de entonces el puente adquiriría ésta
denominación. Otro nombre poseía este puente el del “Temple”, por su cercanía a las casa de los
caballeros templarios. Las continuas riadas, junto a la debilidad de su estructura, provocaron que el
puente fuese derruido y vuelto a construir en multitud de ocasiones.
En el siglo XVI, el puente era una estrecha pasarela sustentada por ocho pilas de piedra, dónde sus
laterales se prolongaban formado unos tajamares de planta triangular. Sobre éstos, la pasarela de
madera con barandas de protección realizadas con listones de madera. (Fig. 7)
Fig. 7. Puente del Real a mediados del S. XVI
Entre 1594 y 1598, La Fabrica Nova del Riu, construye un puente de cantería. Éste contaba con 10
arcos escarzanos, con dovelas colocadas radialmente talladas en forma ligeramente trapezoidal.
Entre arco y arco, pilas centrales y estribos laterales. Las pilas se prolongaron, a ambos lados,
formando los tajamares de planta triangular y, sobre éstos, unos “sobreretes” con forma de punta de
diamante. Sus pretiles, realizados con dos hiladas de sillería, estaban decorados con esferas líticas
sobre base con tronco-piramidal. La longitud total del nuevo puente alcanzaba los 167 metros y tenía
un ancho de 9,50 metros. (Fig. 8)
En 1603 se le honra al puente con las imágenes de San Vicente Mártir y San Vicente Ferrer, obra de
Vicente Lleonart Esteve. En 1682 y 1683 se construyen los casilicios que las albergarían. Éstos, se
realizaron con piedra caliza de la cantera de Alcublar. Su base, apoyada sobre los segundos
tajamares contando desde la margen derecha, tiene planta triangular y sobre ésta, tres pilarcillos
sustentan una pequeña cubierta con teja vidriada. (Fig. 9)
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De 1704, contamos con la primera imagen de la escalinata que el poseía el puente, en sustitución del
sexto tajamar aguas abajo, y que lo conectaba con el cauce. Como ocurrió en el puente de la
Trinidad, ésta escalera, seguramente fue construida a la vez que el puente, pero carecemos de
documentación, gráfica o escrita, que lo acredite. Por ello, tomamos como referencia 1704, como año
en el que se puede afirmar su existencia, que no así su construcción. (Fig. 10)
Fig. 8. Puente del Real en 1599
Fig. 9. Puente del Real en 1693
Fig. 10. Puente del Real en 1704
En 1750 se añaden, al pretil del puente, unas ménsulas lobuladas, a la altura de cada unos de los
tajamares, 8 a cada lado del puente. Éstas, albergarían unos bancos de piedra decorados con
ornatos gallonados. Además, en las cuatro esquinas del puente, se colocaron también bancos de
piedra y unos esbeltos pináculos. (Fig. 11)
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Fig. 11. Puente del Real en 1750
A principios del siglo XX se dota al puente con 7 farolas colocadas a tresbolillo sobre sus pretiles.
Entre 1939 y 1946, se incorporan al puente unas nuevas imágenes y los casilicios son restaurados. A
mediados de éste siglo, el puente se muestra con la escalinata transformada en un mirador, su
tablero ha sido asfaltado y cuenta con aceras a ambos lados de la calzada.
Fig. 12. Puente del Real, mitad siglo XX
Entre 1966 y 1968 el puente es ampliado, pasando su ancho a tener 27,30 metros. Actualmente
dispone de dos calzadas de 10 metros, con tres carriles de circulación cada una. Estas calzadas,
están separadas por una cuneta, de 60 centímetros de anchura, sobre la cual se sitúan 11 farolas. El
puente cuenta con diez arcos escarzanos, de dimensiones que varían de entre 13,19 y 13,40 metros
de luz, y entre ellos los tajamares de planta triangular, terminados en punta de diamante, sobre los
cuales apoyan unas mensuras de perfil ondulado que recogen unos bancos decorados con adornos
gallonados. Sobre los tajamares, entre el segundo y tercer arco, se encuentran los casilicios con las
estatuas de los Santos, San Vicente Mártir y San Vicente Ferrer. Aguas abajo, el puente cuenta con
dos rampas de bajada al cauce, una a cada margen del río. (Fig. 13)
Fig. 13. Imagen actual del puente del Real
406
4. Citas y Referencias bibliográficas
[1] Melió Uribe, V. La Junta de Murs i Valls. Estudio de una Institución Municipal en la Valencia del
antiguo régimen, siglos XIV-XVII. Vol. 1, 2ª edición. Valencia: Ed. Generalitat Valenciana. Consell
Valencià de Cultura. 1997. p. 62.
[2] A.H.M.V.: Archivo Histórico Municipal de Valencia. Manual de Consell. MC A-5 fol.52
[3] “per rehuna e creixement daygues del flum de Godalauiar, e per multitud daygues pluuials que
ara son estades, en partida alcuns ponts, murs o barbacanas de la Cuitat, son declinats e enderrocats
(Libro de actas de 1321)”
Cit. TEIXIDOR, Fr. Josef Antigüedades de Valencia. Observaciones
críticas. Escribiólas de 1767. 1895. Valencia: Ed. Facsímil Paris – Valencia. 2001. p. 40
[4] A.H.M.V.: Archivo Histórico Municipal de Valencia.Libro Sotsobreria de Murs i Valls. SMV d3-17,
f.64v.
[5] CARBONERES M. Nomenclator de las Puertas, Calles y Plazas de Valencia. 1873, Valencia: Ed.
Fascimil, Paris - Valencia.1980. 160 p.132
[6] El 23 de octubre de 1445 se pagan 15 sueldos a Joan Montesinos, albañil, como recompensa al
caerse del puente mientras estaba trabajando en él. Según aparece en el Libro de Sotsobreria de
Murs i Valls. SMV D3 F.137V. AHMV.
[7] Para recaudar el dinero suficiente, no solo para la construcción de este sino también de los otro
puentes y de un muro de defensa de las aguas a ambas ribera del Turia, se impuso un nuevo
impuesto de todas las carnes que entraran en la ciudad al que se le denominó la nova sisa de les
carns.
[8] VENTURA VIDAL, Vicente. Valencia Atracción [Valencia]. 1946, núm 133, p. 8-9.
[9] A.H.M.V.: Archivo Histórico Municipal de Valencia. Obra Nueva del Río. II. ll-6, f.12vº.
[10] A.H.M.V.: Archivo Histórico Municipal de Valencia. Parte Moderna. Monumentos. Año 1925. caja
25
[11] Recibió la cantidad de 200 libras y se comprometió a realizarlas en un plazo máximo de 5 meses,
finalmente fueron terminadas en 9 meses.
[12] GIL Rafael; PALACIOS Carmen. El ornato urbano. La escultura pública en Valencia. Valencia:
Ed. Ayuntamiento de Valencia. 2001. 156 p. 41
[13] Los costes de estos casilicios corrieron a cargo del arzobispo valenciano fray Tomás de
Rocaberti (AHMV: archivo Municipal. Parte Moderna. Monumentos. Año 1925. Caja 25), tal y como
consta en la inscripción que aún hoy perdura bajo las imágenes.
[14] ALEIXANDRE PORCAR, José (dirs.) El Puente del Real. Memoria Gráfica del Valencia.
Valencia: Ed. Levante el Mercantil Valenciano. Fascículo 45. 1998. p. 538
[15] A.H.M.V.: Archivo Histórico Municipal de Valencia. Monumentos. Año 1925. Caja 25
[16] Se labrarían en 4 bloques de mármol idénticos y el presupuesto asignado para todas ellas no
podría superar 120.000 pesetas.
[17] BERTOMEU BLAY, Xavier. Historia y estética de los puentes del antiguo cauce del río Turia.
Tesis doctoral inédita. Escuela Superior de Caminos, Canales y Puertos de la Universidad Politécnica
de Valencia. Valencia. 1986. Vol 5. s/n
[18] A.H.M.V.: Archivo Histórico Municipal de Valencia. Monumentos. Año 1946. Caja 15
[19] El presupuesto asignado para la realización de estas obras fue de 27.508.300 pesetas, de las
cuales el 85 por ciento estaría a cargo del Ayuntamiento.
[20] Boletín de Información Municipal nº 49, 1er trimestre de 1966, nº 48, Relación de proyectos de
obras. Valencia: Ed. Ayuntamiento de Valencia. 1966. p. 68 - Boletín de información Municipal, 2º
trimestre de 1966, nº 51. Ensanche del puente del Real. Valencia: Ed. Ayuntamiento de Valencia.
1966 p. 38-39 - Boletín de información Municipal, 4º trimestre de 1966, nº 52. Ampliación de puentes.
Valencia: Ed. Ayuntamiento de Valencia. 1966. p. 63-64
[21] Boletín de información Municipal, 2º trimestre de 1968, nº 57. El puente del Real abierto al
Tráfico. Valencia: Ed. Ayuntamiento de Valencia. 1968. p. 57-58
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