sentencia del tribunal supremo, sala de lo militar, rec. núm

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SENTENCIA DEL TRIBUNAL
SUPREMO, SALA DE LO MILITAR,
REC. NÚM. 119/2004, DELITO DE
CONDUCCIÓN BAJO LA
INFLUENCIA DE BEBIDAS
ALCOHÓLICAS (PODER JUDICIAL
DE 11 DE ABRIL DE 2005)
Id. Cendoj: 28079150012005100060
Organo: Tribunal Supremo. Sala de lo
Militar
Sede: Madrid
Sección: 1
N° de Recurso: 119/2004
Fecha de Resolución: 20050411
Procedimiento: RECURSO CASACIÓN
Ponente: ANGEL CALDERON CEREZO
Tipo de Resolución: Sentencia
Resumen:
Delito de conducción bajo la influencia de
bebidas alcohólicas (art. 379 CPC).
Presunción de inocencia. Error de hecho en
la apreciación de la prueba.
SENTENCIA
En la Villa de Madrid, a once de Abril de
dos mil cinco.
Visto el presente Recurso de Casación
101/119/2004, que ante esta Sala pende,
interpuesto por la Procuradora Dª Ana
Alarcón Martínez en representación del
procesado Guardia Civil D. Isidro, frente a
la Sentencia de fecha 30.09.2004 dictada
por el Tribunal Militar Territorial Cuarto en
el Sumario 42/08/2002, por la que se
condenó a dicho procesado como autor
responsable del delito de "Abandono de
servicio de armas" (art. 144.3º CPM), y
asimismo del delito conexo "Contra la
seguridad del tráfico" (art. 379 CP),
imponiéndole por este último, al que el
presente Recurso se contrae, las penas de
multa por tiempo de cuatro meses y
privación del permiso de conducir
vehículos de motor o ciclomotor por tiempo
de dos años. Ha sido parte recurrida el
Excmo. Sr. Fiscal Togado y han concurrido
a dictar Sentencia los Excmos. Sres.
Presidente
y
Magistrados
antes
mencionados, , bajo la ponencia del Sr.D.
ANGEL CALDERÓN CEREZO quien,
previas deliberación y votación, expresa el
parecer de la Sala.
ANTECEDENTES DE HECHO
PRIMERO.- La Sentencia recurrida
contiene la siguiente declaración de
HECHOS PROBADOS:
"Resulta probado, y así se declara por la
Sala que el Guardia Civil D. Isidro,
destinado en el Puesto de la Guardia Civil
de Ledesma (Salamanca), el día 24 de
marzo de 2002 tenía designado servicio de
guardia de puertas en horario de 14.00
horas a 22.00 horas, servicio ordenado
mediante la oportuna papeleta oficial nº
8.860.000, emitida por el Sargento
Comandante del Puesto de Ledesma, y cuya
prestación requería el uso de arma corta, la
cual portaba efectivamente el acusado
durante la prestación del servicio. En dicho
servicio, además, quedaban a cargo del
guardia de puertas las comunicaciones y el
teléfono oficiales del Acuartelamiento.
En un momento no determinado, pero en
todo caso próximo y anterior a las 21.28
horas del día de autos, y estando prestando
el acusado el servicio que se ha dicho, el
Guardia Isidro se ausentó del Puesto de
Ledesma y del lugar donde debía continuar
prestando su servicio de puertas hasta su
finalización - el cuarto de puertas del
Acuartelamiento -, utilizando para ello un
vehículo oficial del Puesto, el citroen ZX
matrícula VHH .... , dirigiéndose en un
primer momento a la gasolinera Pérez
Santiago de Ledesma, próxima al
Acuartelamiento, donde, haciendo uso de
una tarjeta oficial de repostaje de la Unidad,
repostó gasolina en el vehículo en cantidad
de 22,25 litros, siendo en ese momento las
21.28
horas.
Mientras
repostaba
combustible fue visto por la patrulla de
vigilancia en servicio de correrías del
Puesto de Ledesma compuesta por los
Guardias Civiles D. Roberto y D. Emilio,
que se cruzaron con él desde la vía pública
y a los que hizo un gesto de saludo con la
mano.
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Con posterioridad se dirigió, conduciendo
como único ocupante el vehículo ofic ial
VHH .... por la vía pública, a la localidad de
Peñausende (Zamora) donde efectuó al
menos una consumición alcohólica en el bar
denominado "DIRECCION000", regentado
por el paisano D. Andrés, establecimiento
en el que permaneció por espacio
aproximado de entre unos veinte minutos y
medio hora.
Durante la conducción comunicó con otro
coche patrulla, siendo recibido por la
formada por los Guardias Roberto y Emilio,
reconociendo el primero de ellos la voz del
acusado por la radio que dijo "paso de todo,
que estoy harto, me voy para Algeciras y si
se me cruza algún Guardia, el Sargento o el
Alférez me lo llevo por delante". En el
cuarto de puertas sobre las 21,40 horas del
día de autos el Sargento Comandante del
Puesto encontró un papel que había escrito
el acusado y que contenía la frase "me voy
y me cargo al Marco Antonio y después al
Jose María".
Con posterioridad y a los mandos del
vehículo oficial se dirigió al termino
municipal de San Marcial en la carretera
ZA - 313, donde, en estado de patente
embriaguez, fue encontrado a la altura del
Km. 4,300, fuera de la vía pública,
aparcado en un camino rural y con las luces
giratorias de los prioritarios del vehículo
encendidas, por los componentes de tres
patrullas de la Guardia Civil pertenecientes,
una, al Puesto de Corrales del Vino
(Zamora) y dos, al Puesto de Zamora, una
de ellas del servicio rural nocturno y otra
formada por dos motoristas de tráfico;
todos ellos habían sido alertados por la
Central Operativa de Servicios de su
Comandancia en torno a las 23,40 horas del
día de autos, de la necesidad de encontrar a
un Guardia Civil que había tomado sin
autorización un vehículo oficial en el
Puesto de Ledesma, que podía estar ebrio e
iba armado y que había protagonizado
incidentes en la vía pública interrumpiendo
el tráfico y provocando paradas de
vehículos, extremos conocidos por el COS
por llamadas de ciudadanos a la Guardia
Civil que alertaron de la situación.
Cuando
fue
encontrado
por
los
componentes de las patrullas antes
mencionadas se encontraba en estado de
semi - inconsciencia, dentro del vehículo
aparcado en el camino, con la ventanilla del
conductor bajada, vomitándose encima y
con restos de vómito por el uniforme y el
salpicadero y asientos del vehículo,
expeliendo un fuerte olor a alcohol (tanto su
persona como el vehículo impregnado con
los restos del vómito) y sin poder apenas
articular palabra o tenerse en pie, teniendo
que ser auxiliado por sus compañeros, que
tras retirarle el arma que llevaba encima,
con un cargador puesto y completamente
municionado y comprobar su identidad, por
la documentación que portaba, llamaron a
una ambulancia del 061 para llevarlo a un
centro médico. En un primer momento lo
trasladaron en volandas - pues no se tenía
en pie por sí mismo - a uno de los vehículos
oficiales para su evacuación, pero, cuando
iban a efectuarla, llegó una ambulancia del
referido servicio de urgencias, que se hizo
cargo del Guardia Isidro evacuándolo al
Hospital Virgen de la Concha de Zamora,
donde quedó ingresado siendo atendido en
urgencias a la s 00.50 horas del día 25 de
marzo de 2002.
Desde que abandonó el Acuartelamiento
hasta que fue hallado por las patrullas en la
carretera ZA - 313 Km. 4,300 condujo el
vehículo oficial VHH .... , ebrio a causa de
una copiosa ingesta alcohólica compuesta
por whisky y cubalibre, a lo largo de la
noche hasta que fue encontrado, y que tuvo
que iniciarse y tener lugar con posterioridad
a la 19.55 horas, momento en que fue visto
por el Alférez Jose Ramón en el cuarto de
puertas del Puesto de Ledesma, en perfecto
estado físico, prestando su servicio sin
novedad reseñable. La distancia total
recorrida por el acusado a los mandos del
vehículo por la vía pública en las
condiciones
descritas
fue
de
aproximadamente 62 kilómetros.
Los servicios médicos que intervinieron en
la evacuación y atención hospitalaria del
acusado
diagnosticaron
"agitación
psicomotriz" y "clínica compatible con
intoxicación etílica aguda", describiendo en
sus informes: "según refiere ha cogido el
coche y ha estado tomando bebidas
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alcohólicas". "A nuestra llegada consciente.
Agresivo, con restos de vómito en boca y
ropa" (parte oficial de asistencia del
Servicio de Urgencias Sanitarias de Castilla
y León - 061 -); "reconoce importante
ingesta etílica mezclada con tres - cuatro
cápsulas de PROZAC y ORFIDAL";
"comenta que había consumido un litro de
whisky y durante el trayecto recuerda que
paró en un pueblo y bebió un cubata"
(informe de asistencia en Urgencias del
Hospital Virgen de la Concha de Zamora).
El acusado fue diagnosticado por los
Servicios de Sanidad Militar en Junta
Médico - Pericial a 25 de junio de 2002
como
de
personalidad
inadecuada
descompensada."
SEGUNDO.- La expresada Sentencia
contiene la siguiente parte dispositiva:
"Que
debemos
CONDENAR
y
CONDENAMOS al Guardia civil D. Isidro,
como autor responsable de un delito
consumado de "abandono de servicio de
armas o transmisiones" previsto y penado
en el artículo 144.3º por el que viene siendo
acusado en el Sumario nº 42/08/02, a la
pena de SEIS MESES DE PRISION, con
las accesorias de suspensión de cargo
público y derecho de sufragio pasivo
durante
la
principal,
para
cuyo
cumplimiento le será de abono cualquier
tiempo pasado en privación o restricción de
libertad por los mismos hechos.
Que igualmente debemos CONDENAR y
CONDENAMOS al Guardia Civil D.
Isidro, como autor responsable de un delito
consumado "contra la seguridad del tráfico"
previsto y penado en el artículo 379 del
Código Penal, sin la concurrencia de
circunstancias eximentes o modificativas,
por el que viene siendo acusado en el
presente Sumario 42/08(02, a las penas de
MULTA DE CUATRO MESES a razón de
CINCO ? DIA y a la de PRIVACION DE
PERMISO DE CONDUCCIÓN DE
VEHÍCULOS
A
MOTOR
O
CICLOMOTORES por tiempo de DOS
AÑOS.
Que
debemos
ABSOLVER
y
ABSOLVEMOS
con
todos
los
pronunciamientos favorables al Guardia
Civil D. Isidro del delito de "embriaguez en
acto de servicio de armas", previsto y
penado en el artículo 148 del Código Penal
Militar por el que venía siendo acusado en
el presente Sumario nº 42/08/02.
No
procede
declaración
responsabilidades civiles."
de
TERCERO.- Notificada que fue la
Sentencia, con fecha 05.11.2004, la
Procuradora Dª Paloma Rodríguez Puente
en nombre del procesado anunció la
interposición de Recurso de Casación que el
Tribunal sentenciador tuvo por preparado
según Auto de fecha 09.11.2004.
CUARTO.- Mediante escrito de fecha
14.12.2004 la Procuradora Dª Ana Alarcón
Martínez, en la representación causídica del
procesado D. Isidro, formalizó el Recurso
de Casación anunciado en base a los
siguientes motivos:
Primero.- Error de hecho en la apreciación
de la prueba que autoriza el art. 849.2º LE.
Crim.
Segundo.- Infracción de ley sustantiva, por
indebida aplicación del art. 379 del Código
Penal Común, que autoriza el art. 849.1º
LE. Crim.
Tercero.Vulneración
del
derecho
fundamental a la presunción de inocencia
que proclama el art. 24.2 CE, al amparo de
lo dispuesto en el art. 5.4 de la Ley
Orgánica del Poder Judicial.
QUINTO.- Dado traslado al Excmo. Sr.
Fiscal Togado, mediante escrito registrado
el 20.01.2005 impugnó el Recurso de
Casación, solicitando la desestimación de
cada uno de los motivos establecidos por la
parte recurrente.
SEXTO.- Por proveído de fecha 21.02.2005
se señaló el día 06.04.2005 para la
deliberación, votación y fallo del Recurso,
acto que se llevó a cabo con el resultado
que se establece en la parte dispositiva.
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FUNDAMENTOS DE DERECHO
PRIMERO.- Por razones metodológicas
procede examinar en primer lugar el tercero
de los motivos casacionales, que la parte
recurrente sitúa en la vulneración del
derecho fundamental a la presunción de
inocencia que proclama el art. 24.2 de la
Constitución y que autorizan los arts. 5.4 de
la Ley Orgánica del Poder Judicial y 325 de
la Ley Procesal Militar. Sostiene el
recurrente que la condena impuesta por el
delito Contra la seguridad del tráfico, en su
modalidad de conducción bajo la influencia
de bebidas alcohólicas (art. 379 del Código
Penal Común), a que el presente Recurso se
contrae, no descansa en verdaderas pruebas
de cargo acreditativas del estado de
embriaguez del Guardia Civil procesado, lo
que hubiera requerido la práctica de la
correspondiente prueba alcoholimétrica,
bien mediante la comprobación de la
presencia de alcohol en aire espirado o la
concentración de alcohol en sangre. El
motivo, que cuenta con la oposición del
Excmo. Sr. Fiscal Togado, carece de
viabilidad.
La Sala viene afirmando de manera
constante e invariable que el núcleo del
derecho presuntivo invocado, radica en la
situación de vacío probatorio del acusado,
ya sea por la mera ausencia de cualquier
clase de prueba de cargo o porque la
obtenida lo hubiera sido de modo ilícito, o
bien su práctica en el proceso deba
considerarse que infringe la normativa
procesal que lo regula en garantía de los
derechos afectados, o porque su resultado
hubiera sido valorado en términos que no se
compadecen con las reglas de la lógica, de
la ciencia y de la experiencia de manera que
las conclusiones alcanzadas por el Tribunal
sentenciador deban considerarse no
razonables, ilógicas, arbitrarias, absurdas o
inverosímiles. En esta misma línea,
venimos diciendo que existiendo prueba de
cargo válidamente practicada su apreciación
corresponde solo al Tribunal de los hechos
(arts. 322 LO y 741 LE. Crim), sin que
pueda pretenderse en este trance casacional
obtener una revaloración del acervo
probatorio, sustituyendo o desvirtuando el
criterio axiológico del Tribunal de
instancia. Y también venimos sosteniendo
con reiterada virtualidad que cuando se trata
de prueba personal, sobre todo la testifical,
en que la percepción y la credibilidad
dependen de la insustituible inmediación de
la que solo dispone el Tribunal
sentenciador; en estos casos habitualmente
y a salvo las facultades de control sobre la
prueba que al Tribunal Supremo asisten, su
valoración no forma parte del ámbito del
Recurso de Casación (Sentencias de esta
Sala 21.05.2004; 31.05.2004; 07.06.2004;
02.11.2004 y 03.12.2004; y de la Sala 2ª
27.04.2004; 25.06.2004 y 23.12.2004).
Al negar que en el presente caso exista
vacio probatorio, lo primero que debemos
destacar es el reconocimiento que de este
extremo realiza la parte recurrente, al
fundar el primero de los motivos
precisamente en el "error facti" que autoriza
el art. 849.2º, es decir, por error en la
apreciación de la prueba obrante en la
causa, afirmación que se contradice con lo
que ahora se sostiene en la medida en que
se rechaza la virtualidad incriminatoria de
determinados medios de prueba, o bien se
reprocha al Tribunal su equivocada
valoración.
El recurrente echa en falta la prueba
alcoholimétrica,
que
conceptúa
imprescindible para demostrar la situación
típica de embriaguez afectante al procesado
cuando conducía el vehículo oficial. La
queja es infundada, porque los resultados
que arrojen tales diligencias pueden ser
igualmente acreditados por otros medios de
prueba, asimismo demostrativos de la
negativa influencia del consumo de alcohol
o drogas en la conducción de vehículos a
motor, y en consecuencia del riesgo creado
para la seguridad del tráfico que es el bien
jurídico colectivo que se protege mediante
la figura tipificada en el art. 379 CPC. Así
lo viene sosteniendo esta Sala tanto en el
orden penal (Sentencias 12.05.2003;
31.05.2004; 07.06.2004 y 11.10.2004, entre
otras),
como
en
el
Contencioso
Disciplinario
(Sentencias
18.03.2003;
29.04.2003; 05.12.2003 y 24.05.2004, entre
otras), en el sentido de que el estado de
etilismo y los consiguientes efectos
sicosomáticos, pueden acreditarse por las
declaraciones de los testigos y los signos
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externos de ebriedad que aquellos
manifiesten, siempre que su relación con el
sujeto afectado haya sido inmediata a la
situación detectada.
En el presente caso basta con leer el
fundamento de la convicción, en el curso
del cual el Tribunal de los hechos refiere
con detalle las pruebas de que dispuso y en
las que se basó para establecer el "factum
sentencial" en los términos antes
reproducidos. Existe por tanto prueba
documental, y sobre todo la testifical
representada por las declaraciones prestadas
en el Juicio Oral por los seis Guardia
Civiles miembros de las tres patrulla s que,
movilizadas al efecto, encontraron al
procesado al volante del vehículo oficial en
las condiciones que allí se relatan.
Como anticipamos, el motivo se desestima.
SEGUNDO.- Por la vía que autoriza el art.
849.2º LE. Crim, denuncia la parte
recurrente el error de hecho en que habría
incurrido el Tribunal en la apreciación de la
prueba.
El motivo bien pudo ser inadmitido en su
momento por no ajustarse a la disciplina
procesal reguladora del Recurso de
Casación, y ello por no designarse los
particulares de los supuestos documentos
obrantes en la causa, cuya errónea
valoración se imputa al Tribunal
sentenciador (arts. 855 pfo. segundo y
884,6º LE. Crim).
La desestimación se impone por cuanto que
ninguno de los sedicentes documentos
invocados por la parte lo son realmente a
efectos casacionales. Ni los partes de
asistencia facultativa prestada al procesado
por el Servicio de Ambulancias, ni los
emitidos por el Servicio de Urgencias del
Hospital "Virgen de la Concha" de Zamora,
en donde meramente se reflejan las
manifestaciones del procesado y las
opiniones de los facultativos; ni las actas en
que se recogen los testimonios prestados
por los seis Guardias Civiles que
encontraron
al
recurrente,
ni
la
correspondiente al dueño del bar en donde
éste entró para efectuar una consumición.
Se trata en cada caso de pruebas personales
documentadas, cuyo apreciación incumbe al
Tribunal sentenciador conforme a la regla
de la inmediación, sin que sus conclusiones
razonablemente expuestas en Sentencia
puedan ahora sustituirse por la valoración
de la parte, lógicamente subjetiva e
interesada (Sentencias recientes de esta
Sala. 15.07.2004 y 04.02.2005).
Se desestima.
TERCERO.- Por la vía que autoriza el art.
849.1º LE. Crim se denuncia la indebida
aplicación del art. 379 CPC, que tipifica el
delito de Conducción bajo la influencia de
bebidas alcohólicas.
La
parte
recurrente
vincula
la
prosperabilidad de este postrero motivo
casacional al éxito de los precedentes, de
manera que habiéndose desestimado el
atinente a la supuesta vulneración del
derecho a la presunción de inocencia, y
asimismo el referido al contenido del
"factum" sentencial ya inmodificable, cuyo
respeto terminante es consustancial al
planteamiento del motivo basado en
infracción de Ley sustantiva, el motivo
deviene inviable. La lectura del relato
probatorio resulta sobradamente elocuente
sobre la copiosa ingestión por el Guardia
Civil Isidro de bebidas de alta graduación
alcohólica, de la negativa influencia en la
conducción del automóvil que realizó
durante un trayecto de 62 kms. y del
deplorable estado en que le encontraron las
patrullas movilizadas en su búsqueda
cuando se hallaba al volante del vehículo;
hechos de todo punto incompatibles con la
seguridad del tráfico viario que, como antes
se dijo, constituye el interés jurídico
tutelado por la norma ahora infringida de
modo patente.
Se desestima el motivo y el Recurso en su
totalidad.
CUARTO.- Las costas deben declararse de
oficio, al administrarse gratuitamente la
Justicia Militar, conforme al artículo 10 de
la L.O. 4/1.987 de 15 de julio. En
consecuencia,
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FALLAMOS
Que debemos desestimar y desestimamos el
presente
Recurso
de
Casación
101/119/2004,
interpuesto
por
la
representación procesal del Guardia Civil
D. Isidro, frente a la Sentencia de fecha
30.09.2004 dictada por el Tribunal Militar
Territorial Cuarto en el Sumario
42/08/2002, por la que se condenó a dicho
procesado como autor responsable de los
delitos de "Abandono de servicio de armas"
(art. 144.3º CPM) y asimismo del delito
conexo "Contra la seguridad del tráfico"
(del art. 379 CPC), concretándose a este
último delito el presente Recurso; cuya
Sentencia confirmamos y declaramos su
firmeza. Sin costas.
Póngase esta Sentencia, que se publicará en
la Colección Legislativa, en conocimiento
del Tribunal sentenciador al que se
devolverán cuantas actuaciones elevó en su
día a esta Sala.
Así por esta nuestra sentencia,
pronunciamos, mandamos y firmamos
lo
PUBLICACION.- Leida y publicada ha
sido la anterior sentencia por el Magistrado
Ponente Excmo. Sr. D Angel Calderón
Cerezo , estando la misma celebrando
audiencia pública en el día de la fecha, de lo
que como Secretario, certifico.
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