TEMA: EL PRERROMÁNICO Y EL ROMÁNICO

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© Reme Serrat Benlliure / Ildefonso Suárez Garrido TEMA: EL PRERROMÁNICO Y EL ROMÁNICO I.-­‐ EL PRERROMÁNICO. EUROPA OCCIDENTAL Y LA PENÍNSULA IBÉRICA HASTA EL SIGLO XI dC. En el año 476 desaparece oficialmente el Imperio Romano Occidental (último emperador, Rómulo Augústulo, de-­‐
puesto por el ostrógodo Odoacro) bajo el empuje de los pueblos bárbaros del otro lado del limes (frontera). Así, mientras el Imperio Romano Oriental (con capital en Constaninopla) mantiene su continuidad política y artística ahora con la denominación de imperio y arte bizantino, la parte occidental se dividirá en distintos reinos según la ocupación territorial de estos pueblos bárbaros (aunque muchos de ellos fuertemente romanizados por un largo contacto con el Imperio). En Europa empieza la Edad Media y el germen de muchos de los actuales Estados . Así, del siglo V al X en el que aparece el arte Románico se producen distintas manifestaciones artísticas en Europa occidental ligadas a las distintas nacionalidades que ocuparán el territorio. Es lo que conocemos como arte prerro-­‐
mánico, muy variado pero con unas coordenadas comunes: El cristianismo (religión), la cultura clásica romana y bizantina (modelos), y su propia cultura germánica (orfebrería). Así, • Los Francos se establecen en la Galia y en el siglo VIII con Carlomagno (dinastía carolingia), se produce un gran renacimiento cultural con capital en Aquisgrán, tomando siempre como punto de referencia el arte bi-­‐
zantino. • Los Ostrogodos se establecen en Italia realizando un arte germánico influenciado por el Paleocristiano y el Bizantino y con capital en Rávena. • Los Anglos y Sajones se establecen en Inglaterra a los que se unirán después Jutos y Normandos. Su arte evolucio-­‐
nará desde un germanismo global hasta el románico por importación en el siglo XI. • En la Península Ibérica los Suevos se quedan en Galicia. Pronto serán asimilados por los visigodos que establecerá un reino estable con capital en Toledo. También irrumpen los Vándalos y Alanos que pasan de largo y se establecen en el Norte de África. El reino visigodo termina con la batalla de Guadalete en el 711 y la península se ocupa por musulmanes excepto en el norte donde poco a poco surgen los primeros reinos cristianos. Así desde el siglo VI hasta la llegada del Románico en el siglo XI hay en la península y fuera del ámbito cultural his-­‐
pano-­‐musulmán tres tipos de arte: o El arte visigodo durante el siglo VI y VII que se extiende fundamen-­‐
talmente por el centro peninsular. o Arte mozárabe en las zonas ocu-­‐
padas por los musulmanes pero realizado por cristianos. o Arte Asturiano o Ramirense (por su rey más importante) , pertene-­‐
ciente al primer reino hispano-­‐cristiano aislado y autóctono en el norte de la península. 1
© Reme Serrat Benlliure / Ildefonso Suárez Garrido II. EL ARTE VISIGODO Los visigodos entraron en la Península Ibérica en el siglo V desde su primer lugar de asentamiento en el sur de Francia, en donde habían establecido un reino con capital en Toulouse. De allí fueron expulsados por los francos. En el siglo VI, Leovigildo unificó bajo su mandato la mayor parte de la península y estableció su capital en Toledo. En el año 587 el monarca Recaredo se convir-­‐
tió al catolicismo (era arriano, religión ‘paracristiana’ considerada herejía). La arquitectura. Aunque los pueblos bárbaros aportaron muy poco a la arquitectura, es en este campo donde los visigodos lograron resultados más interesantes merced a su respeto a las formas hispanorromanas y al enriquecimiento que experimentaron en contac-­‐
to con los bizantinos del sureste de la Península (durante el Imperio de Justiniano). Sus características generales son: o
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Utilización de sillares en seco de piedra muy bien tallados que componen un aparejo bastante regular. Los muros serán macizos y con muy pocos vanos, las ventanas de un solo hueco. La planta más usada es la basilical de una o tres naves coronadas por áb-­‐
sides cuadrangulares (como en San Juan de Baños)o, por influencia bizan-­‐
tina, la de cruz griega ( San Pedro de la Nave). Es frecuente el nártex o vestíbulo de inspiración tardo-­‐rromana, así como la cubierta a dos aguas, generalmente con techumbre de madera. Las bóvedas son de cañón y a veces de aristas. Los arcos de herradura, algo menos cerrados que los árabes, y que servirá Arco de Herradura Visigodo de modelo al arte islámico. Los capiteles son de inspiración corintia y bizantina, incluso, a veces, con cimacio. Entre las iglesias principales cabe destacar las de San Juan de Baños (Palencia) mandada construir por Recesvinto, Santa Comba de Bande (Ourense), de cruz griega y bóveda de aristas. También con planta de cruz griega y decora-­‐
ción con temas de animales, frutales y escenas bíblicas es San Pedro de la Nave (Zamora). En Tarrasa destacan las tres iglesias de San Pedro , Santa María y San Miguel. San Juan de Baños (s.VII). Palencia. De planta basilical con tres naves separadas por arcos de herradura y columnas corintias. Tiene un vestí-­‐
bulo con un gran arco exterior y tres ábsides cuadrados aislados entre sí. La escultura y la orfebrería. En cuanto a la escultura, además de la ornamentación de capiteles, destacan los sarcófagos y la decoración arquitectónica, como en los relieves de San Pedro de la nave. En orfebrería son muy importantes las coronas votivas de Suintila y Recesvinto del tesoro de Guarrazar, utilizadas para colgar sobre los altares. Merecen ser destacadas, también, las fíbulas y broches de cin-­‐
turón con vidrios de colores incrustados. Capitel de San Pedro de la Nave. (s.VII) Zamora. Tiene forma de prisma con gran ábaco y escenas bíblicas y decoración vegetal que recuerda a los atauriques musulmanes. Corona votiva del Tesoro de Guarrazae 2
© Reme Serrat Benlliure / Ildefonso Suárez Garrido III. EL ARTE MOZÁRABE Entre los siglos X y XI se desarrolla el arte mozárabe como consecuencia de las relaciones entre la comunidad cristia-­‐
na y los dominadores musulmanes. El término mozárabe se aplicaba a los cristianos que vivían en territorios musul-­‐
manes, pero también a las comunidades cristianas que, huyendo de las persecuciones religiosas se asentaron en el valle del Duero y en el curso alto del Ebro. Para ello contaban con la ayuda de los monarcas cristianos que emitían cartas puebla de repoblamiento. Así se explica la dispersión geográfica de este tipo de arte. La arquitectura A la dispersión de los monumentos mozárabes hay que añadir su falta de unidad ar-­‐
tística aunque sí existen algunas características generales: • Utilizarán el arco de herradura, más cerrado que el visigodo, tendiendo más al alargamiento de ½ del radio que es la medida utilizada por los musulmanes que a los 2/5 utilizados por los visigodos. Este arco se enmarca en un alfiz como en el arte musulmán. Utilizan también la bóveda de nervios de tipo califal y la gallonada. Si todo esto es de influencia islámica, los temas con los que adornan sus templos son visigodos. • Las iglesias suelen ser de tamaño reducido aunque con estructuras complejas y con una gran variedad de plantas: de una o varias naves, de cruz griega o de planta basilical, etc. • Los muros son muy gruesos porque tienen una función sustentante y en ellos se utilizan todo tipo de materiales: ladrillo, mampostería, sillares, dependiendo de las características de la zona. Entre los edificios más importantes del arte mozárabe destacan la iglesia de Bobastro, templo rupestre del siglo IX labrado en un peñasco y la iglesia de Santa María de Melque en Toledo. Ambas muestran claramente la huella visigoda y muy poca influencia musulmana por lo temprano de su construc-­‐
ción. Pero la más importante es la iglesia de San Miguel de la Escalada, monasterio construido cerca de León hacia el siglo X por los monjes cordobe-­‐
ses huidos de la represión religiosa que surge con la llegada del Califato, con Abderramán III y con Almanzor. Estos monjes aprovecharon los restos de una antigua iglesia visigoda y este templo es una buena muestra de esa arquitec-­‐
tura de repoblación que va a extenderse por todo el noroeste. San Miguel de la Escalada destaca por su sencillez constructiva a base de modestas columnas corintias, arcos de herradura lisos y paredes lisas también. Domina la sensación de amplitud espacial gracias, entre otras cosas a su cu-­‐
bierta plana de madera. El espacio está compartimentado en tres volúmenes San Miguel de la Escalada sucesivos y decrecientes: nave central, naves laterales más bajas (planta basili-­‐
cal) y un extraordinario pórtico lateral que se abre al exterior mediante una galería de arcos y columnas y al interior por una puerta que da acceso al crucero. Tiene un crucero inscrito en planta y tres ábsides de los cuales, el central está separado por la iconostasis preceptiva del rito mozárabe, for-­‐
mada por tres arcos de herradura. San Cebrián de Mazote (s.X), Valladolid. La cabecera, con tres ábsides, tiene el modelo de S. Juan de Baños San Baudelio de Berlanga (s. XI) Soria. La tribuna, con cinco naves y arcos de herradura recuerda los bosques de columnas de las mezquitas 3
© Reme Serrat Benlliure / Ildefonso Suárez Garrido La miniatura. Por último hay que destacar la miniatura mozárabe por ser la transmisora de este arte desde época visigoda hasta el románico. Los monasterios mozárabes serán centros muy activos de miniaturistas entre los que destaca el Beato de Liébana y su comentario al Apo-­‐
calipsis (Biblioteca Morgan de New York). La miniatura mozárabe se caracteriza por su cromatismo intenso y su expresionismo que puebla las ilustraciones con figuras fantásticas, alejadas del naturalismo clásico. IV. ARTE ASTURIANO (o Ramirense) Arte que se desarrolla en Asturias, foco de resistencia cristiana frente a la invasión musulmana. Más tardío que el Visigodo, tiene su esplendor en el s. IX, pero se inició hacia finales del s. VIII . Se trata de una zona incomunicada en sus inicios y que desarrolla un arte asombroso, antecedente del Románico. Oviedo, la Ovieto que fundaron un grupo de monjes en el año 781, fue, como buena corte real, el centro de estas manifestaciones artísticas. La UNESCO de-­‐
claró Patrimonio de la Humanidad estas manifestaciones artísticas asturianas. La arquitectura En el Reino Asturiano se construyen tanto pequeñas iglesias, por oposición a las mezquitas del enemigo del Sur que son los edificios que mejor se conservan; y también minúsculos palacios, hospitales, baños, suntuosas villas de campo, etc. Se diferencian tres períodos o fases: • Prerramirense, que corresponde al reinado de Alfonso II (792-­‐842). En esta fase se siguen las formas y los elementos de la arquitectura visigótica y romana como el arco de me-­‐
dio punto o la falta de contrafuertes en el exterior. • Ramirense, remado de Ramiro I (842-­‐850). Se considera la Santa Cristina de Pola de Lena (s.IX). De una sola nave y etapa de plenitud. tres niveles con triple arcada en forma de iconostasio, de • Posramirense, correspondiente al reinado de Alfonso III clara influencia bizantina (866-­‐910). En esta fase se aprecia el uso de elementos de la arquitectura mozárabe como el arco de herradura islámico, más cerrado que el visigótico. Características • En general, las iglesias prerrománicas asturianas mantienen la planta basilical con una o tres naves, el tran-­‐
septo -­‐que suele mantener el iconostasio visigótico-­‐ y ábsides rectangulares. Normalmente, el ábside que corresponde a la capilla principal tiene una cámara secreta donde se solía ocultar el tesoro (joyas, coronas votivas, etc.) y a la cual se accede sólo desde el exterior. • El elemento más característico de estas iglesias es el uso de la bóveda de cañón, el arco de medio punto ro-­‐
mano -­‐en sustitución del arco de herradura visigótico-­‐ y el arco peraltado, específico del arte asturiano. • En el interior de las iglesias, las columnas son sustituidas por pilares, que generalmente no tienen capitel. Ya en época Ramirense aparecen las columnas con fuste cordado (o decoración funicular) • En el exterior, los muros presentan pequeños bloques de piedra tallados de manera irregular (sillarejo y mampostería). Destacan las ventanas geminadas ricamente ornamentadas con celosías y molduras, y los só-­‐
lidos contrafuertes que soportan el peso de las bóvedas. 4
© Reme Serrat Benlliure / Ildefonso Suárez Garrido Santa María del naranco (s.IX), Oviedo. Planta rectangular, dos pisos, bóveda de cañón, arcos peraltados. Columnas adosadas y con fuste sogueado o cordado. San Miguel de Lillo (s.IX) Oviedo. Tuvo planta basilical. Hoy queda sólo la entrada y arranque de sus naves. A destacar las celosías y la decoración escultórica bizantina Los ejemplos de arquitectura asturiana más importantes son: en la etapa prerramirense, la Cámara Santa de la cate-­‐
dral de San Salvador de Oviedo y San Julián de los Prados, esta última de tres naves, con otra en el crucero y tres ábsides. En la etapa ramirense, cabe mencionar Santa María del Naranco, San Miguel de Lillo y Santa Cristina de Pola de Lena. En el período posramirense destaca la iglesia de San Salvador de Valdediós, hecha construir por Alfonso III después de ser destronado por sus hijos. La escultura, la pintura y la orfebrería La escultura asturiana se limitó al ámbito decorativo de los elementos arquitectónicos, como capiteles, molduras, columnas y medallones. En cuanto a la pintura, los templos asturianos se decoraban con pinturas murales entre las cuales sobresalen las de San Julián de los Prados. No obstante, el gran auge del arte asturiano se refleja en la orfebrería. Son destacables la cruz de los Angeles y la cruz de la Victoria. La cruz de la Victoria, mandada forjar por Alfonso III, además de grandes piedras tiene esmaltes que representan animales y flores; por su estilo, se relaciona con el arte carolingio del norte de Italia. San Julián de los Prados. Reconstrucción policromía Cruz de los Ángeles. Caja de ágatas. Arqueta de reliquias 5
© Reme Serrat Benlliure / Ildefonso Suárez Garrido ARTE ROMÁNICO I.-­‐ Contexto Histórico y Cultural. II.-­‐ Origen, desarrollo y difusión del estilo. III.-­‐ Características Generales del Arte Románico. IV.-­‐ La Arquitectura. IV.A.-­‐ Las Iglesias y las Catedrales IV.B.-­‐ Los Monasterios IV.C.-­‐ La arquitectura civil: los Castillos. V.-­‐ Arquitectura románica en la Península. VI.-­‐ Arquitectura románica en Europa. VII.-­‐ Las Artes plásticas VII.1.-­‐ La escultura VII.2.-­‐ La pintura I.CONTEXTO HISTÓRICO-­‐CULTURAL A finales del siglo X y tras el cese de las invasiones y movimientos de los pueblos bárbaros, la Europa cristiana alcan-­‐
zó una etapa de estabilidad gracias a la tranquilidad política entre los reinos que se habían creado, la implantación del feudalismo como organización económica ysocial y la supremacía de la Iglesia como institución y foco cultural. Así, el Románico será el arte de la plena Edad Media y del Feudalismo. El estilo artístico se adapta a una sociedad ruralizada, inculta, controlada intelectualmente por la Iglesia. Por eso va a ser el arte de la irracionalidad, el oscu-­‐
rantismo y el misterio. Es un arte relacionado con la fe, surgido de una cultura teológica. Existen una serie de rasgos culturales, económicos y sociales que determinan el estilo. • El sentido de este mundo y de todos sus seres se encontraba en la religión. La teología es a la vez Física, Astronomía, Filosofía, etc. Todo lo humano está referido a lo divino. La Iglesia coacciona el pensamiento libre y desconfía de los individuos que se ponen a pensar por sí mismos y tratan de ver las cosas con “la luz de la razón”. Una luz más poderosa, la fe, lo iluminaba todo con suficiente claridad. Así vemos como el dogma re-­‐
ligioso siempre produce irracionalidad y superstición, pero además produce la concepción de un mundo autoritario, inmutable, eterno y dogmático; algo que estaba muy bien así y no había por-­‐
qué cambiarlo. • La ley medieval no es escrita, es consuetudinaria1 y es buena porque es vieja, porque siempre ha existido y existirá. Por eso el arte románico se hace siempre para perdurar, sus líneas son estables y quietas, formas pesadas y volúmenes compactos. La iglesia sirve para alojar a los dioses pero es a la vez un monumento a Dios y debe ser, por eso, una construcción fuerte y sólida como la fe cristiana. • La fe no es algo comprensible para todos y sólo clérigos y nobleza podían inmiscuirse en los misterios de la fe. La gran mayoría la asentía y la acataba por dogma, como un oscuro misterio. por eso la iglesia románica no está bien iluminada, es más bien oscura, para convertir ese lugar en el sitio donde, en recogimiento y re-­‐
poso, se adora a Dios. • Sus conocimientos técnicos tampoco les permitían hacer grandes vanos en la pared ya que ésta tenía fun-­‐
ción de soporte y porque no los necesitaban. Cuando cambie la mentalidad y deba entrar la luz en la casa de Dios entonces se descubrirán nuevas técnicas. • El arte románico es la producción plástica de la aristocracia feudal y de los monjes altomedievales. Es, por tanto, un arte monástico y feudal. Socialmente se produce una alianza entre clero y nobleza, dos estamentos con intereses comunes: dominar a los labradores, el tercer estamento, y conseguir mayor poder en una época en la que el poder no es fijo sino algo que se pierde y se gana constantemente. • Esta alianza se produce también a nivel arquitectónico. Los monasterios y algunas catedrales románicas son frecuentemente poderosas construcciones, similares a castillos y con idénticas funciones defensivas. Orar y guerrear es muchas veces lo mismo: los monjes eran a veces guerreros (órdenes templarias o cruzados) y los obispos eran también nobles. Por eso iglesia +construcción defensiva irán siempre unidas • Los estamentos son compartimentos cerrados. Ello determina la inmovilidad de las clases so-­‐
ciales. Esta inmovilidad provoca la sensación de quietud, de tranquilidad. A nivel cultural, la cultura la im-­‐
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De uso y costumbre 6
© Reme Serrat Benlliure / Ildefonso Suárez Garrido pone siempre la clase dirigente. Por eso, orden divino estamental, quietud sin cambios y mezcla de guerra y religión son influencias sociales que se plasman en el arte románico. •
La economía medieval no es urbana sino rural. Desde el colonato romano se produce un proceso de ruralización paralelo al de feudalización. El poder, y por lo tanto el dinero no está en las ciudades sino en el campo, donde están los señores feudales y los monasterios. Por eso el estilo románico original es un arte rural: ermitas pequeñas en el campo, monasterios perdidos en las montañas, iglesias pequeñas en pequeños pueblos. Los ejemplos de románico urbano son pocos aunque es donde están las principales obras, en muchos casos porque alrededor de ellos se han desarrollado posteriormente impor-­‐
tantes núcleos urbanos. II.ORIGEN, DESARROLLO Y DIFUSIÓN DEL ESTILO. El “nuevo” estilo tuvo su origen en la reforma que los monjes benedictinos (orden religiosa fundada en el si-­‐
glo VI por San Benito de Nursia basada en estrictas reglas de comportamiento2) llevaron a cabo en el Monasterio de Cluny, en la Francia central, a principios del siglo X, originando lo que se ha denominado reforma cluniacense. La reforma buscaba volver a los orígenes de la “pobreza y austeridad”3 cristiana, la autofinanciación de la iglesia, la predicación y extensión de la religión y la autonomía respecto del poder civil de los monarcas. Para ejemplificar esta nueva actitud crearon un “arte nuevo” austero, desnudo de adornos, simple y “pobre” que le alejara del “refina-­‐
miento” de la corte y de a ciudad. Para conseguir sus fines la orden predicó las cruzadas, alentó la aparición y explotación de reliquias de san-­‐
tos que se convirtieron en lugares de peregrinación y fundó una extensa red de monasterios que aplicaron su “esti-­‐
lo” de vida. Este nuevo espíritu religioso más intransigente, se vio favorecido por el miedo al “milenarismo”4, y la presunta aparición de los restos de Santiago el Mayor en Compostela en el año 813. El “estilo” con el que se cons-­‐
truyó Cluny, el de su monasterio y de su Iglesia, que conocemos como Románico, se extendió por toda Europa Occidental, especialmente por Francia y la España cristiana siguiendo los caminos de peregrinación. Podemos concluir que el Románico es tanto el primer estilo artístico europeo5 como el arte de los caminos de peregrinación. Se desarrollará durante los siglos XI y XII hasta que sea sustituido a principios del XIII por el Gótico. III. CARACTERÍSTICAS GENERALES DEL ARTE ROMÁNICO. A principios del siglo XIX, el estudio de la arquitectura de los siglos XI y XII propició la unificación del gran número de estilos de las distintas escuelas regionales (anglonormanda, lombarda, sajona, etc.) y fijó el término románico. • A pesar de la enorme variedad y de la riqueza formal del arte románico, con esta denominación se designa una serie de obras que, en virtud del uso del arco de medio punto y la bóveda de cañón y de aristas, se podrían ver como derivación de la arquitectura romana, en un proceso similar al que también experimen-­‐
taron las llamadas lenguas románicas respecto al latín. • Si en la arquitectura románica la herencia clásica es notoria, en la escultura y la pintura los conceptos de imitación de la realidad, naturalismo y proporcionalidad, propios del mundo antiguo, desaparecen por completo. En su lugar se da prioridad al valor y la calidad de los materiales preciosos como el oro, la plata o las gemas, y a la función alegórica y simbólica de la imagen al servicio de la religión. • En el arte románico se aprecia la voluntad de proclamar el triunfo definitivo de la Iglesia cristiana, lo cual motivó la creación de un nuevo tipo de templo, en el que toda manifestación artística -­‐arquitectura, escul-­‐
tura y pintura-­‐ se puso al servicio de la gloria de Dios. • Cabe señalar que el artista artesano solía realizar su trabajo por encargo de alguien o de una orden o insti-­‐
tución y que, por tanto, debía seguir las normas formales y los temas que le dictaban los que lo contrataban y pagaban la obra. El artista sigue siendo anónimo, un engranaje más en la exaltación de Dios. 2
“ora et labora”. Tres votos: obediencia, castidad y pobreza. Rezar 7 veces a día, etc..
Si bien así fue en sus inicios, su posterior enriquecimiento y pérdida de “virtudes” cristianas provocaría una nueva reforma de la orden be-­‐
nedictina denominada del “Císter” que influirá en la aparición del Gótico.
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Fin del mundo para el año 1000 5
Con importantes variedades nacionales 3
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© Reme Serrat Benlliure / Ildefonso Suárez Garrido IV. LA ARQUITECTURA. (Al servicio de Dios) El estilo fundamentalmente religioso del románico hace que catedrales, iglesias y monasterios sean las represen-­‐
taciones más características del periodo. Se trata de edificios sombríos y macizos, muy aptos para la meditación recogida. Podría decirse que encarnan el misticismo. IV.A.-­‐ LAS IGLESIAS Y CATEDRALES Significado simbólico del edificio eclesiástico.-­‐ El espacio de las iglesias tiene un significado simbólico. Atendiendo a esta simbología podemos hacer las siguientes diferenciaciones: A) La orientación ritual. Permite establecer una analogía entre el templo y el cosmos, así, el templo quedaba en el centro de un círculo en el que se cruzaban los ejes este-­‐oeste y norte-­‐sur, como si fueran dos ejes de coordenadas, con el ábside o cabe-­‐
cera de la iglesia en la dirección de la salida del sol. Este astro quedaba referido a Cristo, considerado como Sol de Salvación, es decir como el Mesías. La analogía con la orienta-­‐
ción simbólica de los templos griegos es evidente. B) Planta del templo relacionada con el Cristo crucificado. Los teólo-­‐
gos de la época indicaban que la ca-­‐
beza se correspondía con el ábside, los brazos extendidos al transepto, el cuerpo y las piernas a las naves longitudinales, y el corazón con el altar mayor, el lugar más importante del templo. C) La fachada del templo. Es una de las partes del templo más expresivas, de ahí que en ella se acumulase gran cantidad de decoración, siguiendo un programa iconográfico muy amplio. La importancia de la fachada reside en su función simbólica, señala el paso de un espacio exterior a otro interior, es decir, de un mundo profano a otro sagrado. Elementos arquitectónicos. Todos los elementos de la arquitectura románica están en función de su cubierta. En realidad, todo el problema de esta arquitectura radica en la solución del problema de la bóveda. Para poder soportar el peso de estas cubiertas, se cegaron ventanas, se reforzaron los muros y se utilizaron contrafuertes. A) El muro. Predominan los muros macizos, gruesos y bajos. Apenas presentan vanos, y los pocos existentes tienen pequeñas proporciones o son muy estrechos (ventanas llamadas saeteras). Los muros se construyen con sillares paralelepípedas de sección rectangular y no están recubiertos por ma-­‐
teriales ricos o lujosos como ocurría con los edificios romanos. Los monumentos enteramente construidos de ladrillo son raros. En los sillares se observan con frecuencia unos signos, llamados marcas de cantero, que corresponden a los diversos grupos o maestros que intervienen en la construcción. B) Los arcos. El más característico es el de medio punto o semicircular. Se suelen emplear incluso los de me-­‐
dio punto doblados, es decir, un arco mayor que cobija a otro menor que le sirve de refuerzo. Dado el grosor de los muros, los vanos, tanto ventanas como puertas, suelen presentan abocinamiento. Para ir reduciendo el ancho de la abertura del vano se utilizan las arquivoltas o arcos concéntricos con molduras que se apoyan sobre columnas adosadas al muro. También estas arquivoltas tienen forma de arcos de medio punto. 8
© Reme Serrat Benlliure / Ildefonso Suárez Garrido C) La cubierta. Se utiliza sobre todo la llamada bóveda de cañón, que por su peso obliga a cerrar las ventanas y a aumentar el grosor de los muros. La bóveda se refuerza por medio de los llamados arcos fajones que di-­‐
viden en sectores la bóveda. Los arcos fajones se apoyan en pilares con columnas adosadas, que por el exte-­‐
rior del edificio se corresponden con los contrafuertes, no muy desarrollados, pero que sirven para contra-­‐
rrestar el excesivo empuje que recae sobre el muro. Además de las bóvedas de cañón, se utilizan las bóvedas de aristas para cubrir las naves laterales. Para cubrir el ábside se emplean las bóvedas de cuarto de esfera, y para los espacios circulares mediante el empleo de trompas o pechinas, se utilizan las cúpulas de forma de media esfera o cúpulas de media naranja. Las cúpulas aparecen sobre el crucero (cruce de la nave transver-­‐
sal con la longitudinal) y en el exterior tiene forma de torre o de cimborrio. Descripción de los elementos formales del templo. A) La planta. Es básicamente la de cruz latina 6 , aunque también existen de cruz grie-­‐
ga, de una o varias naves longitudina-­‐
les, terminada, al menos la nave cen-­‐
tral, en el ábside . El ábside puede tener abiertas a él, capillas semicircu-­‐
lares que reciben el nombre de absi-­‐
diolos. El brazo corto de la cruz lo forma una o varias naves transversa-­‐
les o transepto, y el tramo producido por la intersección del transepto y la nave mayor se llama crucero. Cuando el templo tiene más de una nave, si las laterales dan la vuelta por detrás del altar, esa curva de las naves laterales constituye la girola o deambulatorio, típico de las iglesias de peregrinación. Tanto en la girola como en los brazos del transepto suelen abrirse capillas semicirculares simétricamente dispuestas denominadas absidiolos, que contribuyen al enriquecimiento y belleza de la composición exterior del templo, no solo con su volumen sino por la decora-­‐
ción de sus aleros y ventanas. Pero además de embellecer, tanto el deambulatorio como estas capillas tienen una función práctica. Por la girola deambulan los peregrinos que van a visitar las reliquias que suelen estar situadas detrás del altar mayor y así no entorpecen el desarrollo del culto que está celebrando en dicho altar. En las iglesias románicas han desaparecido algunos elementos de los templos paleocristianos, como el arco del triunfo y el atrio, aunque este último perdure en algunos casos aislados, en cambio, se le ha dado más relevancia a la fachada y aparecerá el campanario. En algunas Iglesias, por inspiración paleocristiana, se construyó un espacio llamado nártex o atrio en la entrada del edificio. B) El alzado. El templo románico es inmediatamente legible desde el exterior, ya que cada elemento arquitectónico visible al exterior se corresponde perfectamente a su desarrollo interior, es la correspondencia absoluta entre la estructura y la forma. Viendo el exterior podemos adivinar el número de naves (suele haber el mismo nú-­‐
mero de vanos de acceso que de naves), el de pisos, si hay o no deambulatorio, el número de absidiolos... ·∙ Alzado exterior. Podemos distinguir una serie de elementos que nos sirven para caracterizar el estilo románico: -­‐ Elementos decorativos: Bandas lombardas. Finas pilastras empotradas en el muro. Pequeñas arquerías ciegas. En la parte superior de los muros. También reciben el nombre de arqui-­‐
tos lombardos. Contrafuertes o estribos. 6
La longitud de la iglesia suele estar en relación con la anchura de la nave central, normalmente una medida que será múltiplo de ésta, y las naves laterales submúltiplos de la central. 9
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© Reme Serrat Benlliure / Ildefonso Suárez Garrido te inferior redondeada para enlazar con la sección circular de la columna. La decoración del capitel puede ser a base de motivos vegetales (hojas que proceden de los capiteles corintios), de entrela-­‐
zados geométricos, y sobre todo, historiados, es decir, con representaciones del Antiguo y Nuevo Testamento, labores del campo, personajes reales o imaginarios ... -­‐ Pilares. Por su robustez, es más usado que la columna. Suele tener base cruciforme, dada la nece-­‐
sidad de apear bajo un mismo soporte varios arcos (los procedentes de Los arcos fajones, forme-­‐
ros...) y por tanto las columnas de las que parten estos arcos, quedan adosadas al pilar. Evolucionará a los complejos pilares góticos. La basa es a imitación de la ática antigua pero con ángulos donde normalmente aparecen motivos escultóricos. La basa consta de moldura o escocia y plinto cuadrado. Posee capitel como la columna, y encima del capital o en el arranque de la bóveda corre una simple moldura a veces decorada con figuras y relieves vegetales. -­‐ Tribunas y triforios. Por encima de las arquerías que separan las naves laterales de la central, pue-­‐
den encontrarse o no ventanas para iluminar el interior. Si todas las naves tienen la misma altura, no se pueden abrir ventanas y la iglesia quedaría muy oscura. Si en cambio, la nave central es más alta que las laterales, el desnivel se aprovecha para situar vanos que permitan la entrada de la luz. Cabe hacer una diferenciación entre los triforios y las tribunas como lugares de penetración de la luz a la nave central. Triforios. En las iglesias de peregrinación se construyen vanos con arcos que constituyen el tri-­‐
forio. (serie de ventanas ornamentales partidas por maineles practicadas en el grueso de los muros de la nave central, que dan lugar a la existencia de un angosto corredor). El triforio, cuando también hay tribuna, aparece formando un tercer piso por encima de esta. Tribunas, galerías sobre las naves laterales del templo, de la misma anchura que ellas, donde pueden alojarse los fieles. De esta forma la luz entra directamente de éstas a la nave central. Precisamente en este muro de la fachada empieza a aparecer un vano circular que se denomina ojo de buey y que dará origen al rosetón en el gótico. Esta ventana circular, como todas las demás, siempre pequeñas, se cerraban con vidrios y a veces con finas placas de alabastro. IV.B.-­‐EL MONASTERIO. La reforma cluniacense es uno de los acontecimientos básicos de este período. Esta reforma de la orden benedictina parte de un monasterio borgoñón, el de Cluny, que gracias a la valía personal de varios de sus abades, a su poder económico y a la ayuda e independencia recibida por el rey de Francia, consigue unificar y coordinar los numerosos monasterios benedictinos. Cluny se convirtió en el centro matriz de una poderosísima institución monacal, que go-­‐
bernaba con independencia del poder político y sobre el que ejercía una poderosa influencia. Disponía de cuantiosas riquezas y se permitía amparar las peregrinaciones a Santiago de Compostela, las Cruzadas o la Reconquista española. A partir de la importancia de esta orden y de la expansión del monacato se puede afirmar que el Arte de este período será un arte monacal. Iglesia del Monasterio de Cluny Las partes de un monasterio! 11
© Reme Serrat Benlliure / Ildefonso Suárez Garrido Su prestigio económico y social incidió en el hecho de que sus construcciones tuvieran un carácter monumental, y que se convirtieran en el núcleo de la vida artística del momento. Cluny III llegará a ser el monasterio más grande de la cristiandad y servirá de modelo para la construcción de otros muchos. Su templo servirá de ejemplo a todas las iglesias románicas de peregrinación. Los monasterios están ubicados en el campo o en las afueras de las ciudades, rodeados de sus enormes posesiones territoriales. Los monjes se dedican a la oración y el estudio, pero además tiene otras ocupaciones más materiales ya que deben trabajar sus tierras y cuidar su ganado, puesto que la comunidad vive de sus propios productos. Las nu-­‐
merosas actividades espirituales y materiales de los monjes determinan la distribución del edificio monacal. El mo-­‐
nasterio arranca de la iglesia que posee un amplio espacio para albergar a dos clases de individuos pertenecientes a la comunidad, los sacerdotes u ordenados, y los laicos o hermanos. Adosado al templo aparece el núcleo central , el claustro, que conecta todas las dependencias del monasterio. Partes de un monasterio A/ La iglesia: descrita en el apartado anterior. B) El claustro: Es una galería cubierta alrededor de un patio cuadrangular y separada de él por columnas o arquerías, suele estar adyacente a la iglesia y comunicada a la misma. En el siglo XII se creía que recordaba a una sala del templo de Salomón donde se reunieron los discípulos de Cristo por primera vez para organizar una vida comunitaria. Las arquerías del claustro se apoyan sobre columnas de escasa altura y con frecuencia pareadas, que des-­‐
cansan sobre un muro corrido de poca altura. Los capiteles de las columnas suelen ser de tipo historiado, según los programas iconográficos que se exponen para la contemplación de los monjes. El claustro es el centro de las coordenadas de la vida monacal y a él confluyen las diferentes dependencias. Claustro Santillana del Mar (s.XII) Capitel figurativo con escenas reli-­‐
giosas C) Dependencias: Si a un lado del claustro se halla la iglesia, en el lado opuesto suele hallar el refectorio. Se trata del comedor de la comunidad, posee bancos de obra corridos y un pulpito, también de material pétreo, para el que lee durante la comida. Otra sala importante es la cocina, que también posee bancos corridos y hogares para co-­‐
cinar. Al lado de la iglesia se encuentra la sala capitular donde la comunidad se reúne al menos una vez al día para tomar acuerdos. Otras salas del monasterio fueron la biblioteca, el auditorium para las conversaciones particulares, la en-­‐
fermería, la hospedería para los visitantes, las caballerizas, las letrinas, las numerosas oficinas para los di-­‐
versos trabajos (zapatería, sastrería, vidriería, orfebrería...) ya que el monasterio fue un centro laboral aun-­‐
que servido por laicos ( no debemos olvidar que se trataba de células autárquicas que se autoabastecían de todo lo que necesitaban). En los lugares más alejados se hallaban los diversos almacenes, entre los que figuraban el granero, la bo-­‐
dega, etc.. El monasterio se completa con huertas, jardines, cementerios etc. 12
© Reme Serrat Benlliure / Ildefonso Suárez Garrido IV.C.-­‐LA ARQUITECTURA CIVIL: CARÁCTER DEFENSIVO En lo que se refiere a la arquitectura civil, los ejem-­‐
plos conservados o bien son demasiado escasos para establecer características generales (hospitales y albergues) o bien han sido objeto de múltiples re-­‐
formas (castillos). No obstante, sobre los castillos es posible señalar algunas características formales pro-­‐
pias de la época. • Su evidente función defensiva hizo que los castillos fueran construidos en lugares ele-­‐
vados estratégicos, desde donde se pudiera dominar el territorio circundante y advertir con facilidad la llegada del enemigo. El edifi-­‐
cio estaba rodeado por una gruesa y alta muralla de piedra, en la que se abrían las puertas de entrada. En su interior destacaba la torre más alta y fortificada del castillo, llamada torre maestra o del homenaje, encargada de la vigilancia. • Los castillos eran residencias fortificadas donde vivían los señores feudales y lugar de refugio de los habitan-­‐
tes del feudo. Otro espacio importante era el patio, a partir del cual se organizaban las distintas dependen-­‐
cias destinadas a la residencia del señor feudal. El castillo de Loarre, en Huesca, y las murallas de Avila son ejemplos de la arquitectura civil románica en España. V. ARQUITECTURA ROMÁNICA EN LA PENÍNSULA Hay que distinguir dos grandes corrientes: una más antigua en el Pirineo catalán y aragonés que se desarrolla del siglo XI al XII a base de influencias del norte de Italia, de la Lombardia y del sur de Fran-­‐
cia, Languedoc y Provenza. En esta zona oriental de la península no sólo fue lombardo el estilo sino también muchos arquitectos que elevaron obras para abades y nobles catalanes y oscenses. La otra corriente proviene del núcleo francés borgoñón y es la típi-­‐
camente cluniaciense, la que se infiltra en la península a través del Camino de Santiago a partir del siglo XI y determina parte del ro-­‐
mánico aragonés (sector occidental), riojano, castellano y galaico durante los siglos XI y XII. Este es un tipo de románico más evolu-­‐
cionado y con más medios financieros, potenciado por el reinado de Sancho III el Mayor de Navarra (1005-­‐1035) A/ Románico lombardo u oriental San Clemente de Tahull es una pequeña iglesia del valle de Boi en Lérida. En los valles pirenaicos se levantan muchas de las obras maestras del romá-­‐
nico oriental. Son iglesias pequeñas como esta, decoradas al exterior con los arquillos ciegos y las fajas lombardas características. Otra característica de aquí son los ábsides semicirculares de la cabecera que sobresalen al exterior así como las esbeltas torres donde se sitúa el campanario. La torre lombarda de Tahull tiene seis pisos donde se abren ventanas geminadas cada vez mayores para disminuir el peso progresivamente y favorecer el equilibrio de la torre San Clemente de Tahull (centro de gravedad bajo). En todos los pisos de la torre aparecen los arcos decorativos lombardos. Fue construida en el siglo XI. El monasterio de San Juan de la Peña se encuentra en la sierra de la Peña, frente a la Canal de Berdún, siendo éste el balcón que asoma a todo el Pirineo aragonés. Es el más claro ejemplo de monasterio – fortaleza y como tal desem-­‐
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© Reme Serrat Benlliure / Ildefonso Suárez Garrido peñó su papel durante el siglo XI.. Poco a poco el lugar fue tomando prestigio y fama de sagrado por lo escondido y misterioso del lugar. Es una construcción que aprovecha el extraplomo de una pared para cobijarse debajo. Sancho III introdujo el rito cluniaciense en el monasterio pero fue su hijo Sancho Ramírez, el primer Rey de Aragón, el que potenció y favoreció San Juan de la Peña. Lo más destacable es su claustro exterior, sin tejado, aprovechando la pared natural, obra del s. XII y uno de los mejores claustros románicos del país. La catedral de Jaca es obra del S. XI (1063) pero desempeña un papel importantísimo en la arquitectura jacobea. Tiene una planta de tres naves terminadas en tres ábsides semicirculares. Su crucero no so-­‐
bresale de las naves laterales. En el cuadrado del crucero hay un impre-­‐
San Juan de la Peña sionante cimborrio de bóveda semiesférica sobre trompas con nervios cruzados en el centro. La Catedral de Jaca decoración en portadas y ábsides es muy importante. Allí aparecen los taqueados ajedrezados (taqueado jaqués) que luego se extenderá por todo el camino de Santiago. B/ Románico cluniaciense u occidental. El arte románico castellano lleva un pequeño desfase cronológico con el pirenaico debido a la proximidad del foco lombardo y al aislamiento de los reinos occidentales en los primeros siglos de la Reconquista. Fue Sancho III el Mayor de Navarra el que favoreció la entrada de las corrientes culturales francesas y de la reforma cluniaciense con su románico incluido. Los monjes de Cluny pasan a regir gran parte de monasterios y abadías de Navarra, Castilla y León. Pero la vía de penetración más importante de la reforma cluniaciense y del románico es el Camino de Santiago. El apogeo de esta ruta de peregrinación fue en los siglos XI y XII y a lo largo de este camino se levantaban iglesias, hospitales, monasterios, abadías, hospederías, mercados y ciudades enteras. El Camino de Santiago entraba por Roncesvalles y Somport, se unía en Puente la Reina hasta Pamplona y continuaba unido por Estella, Logroño, Nájera, Santo Domingo de la Calzada, Belorado, Burgos, Fromista, Carrión de los Condes, Sahagún, León, Astorga, Ponferrada, Orense y terminaba en Santiago de Compostela. Su influencia en el Románico es tan grande que en esta zona podemos hablar perfectamente de un Románico de Peregrinación. El Claustro de Santo Domingo de Silos forma un patio cuadrado rodeado de arquería sobre un podio. Las columnas son pareadas excepto algunas que aparecen con un movimiento de torsión, como imitando las columnas salomónicas y que sólo se da en la ruta jacobea. Es una delas obras más importantes de España por la calidad del relieve en sus capiteles. San Martín de Fromista San Martín de Fromista en Palencia es un templo del año 1065. Su planta es de tres naves y crucero inscrito, con cubiertas de medio cañón sobre pilares cruciformes con medias columnas adosadas. El cimborrio sobre el cuadrado del crucero es de planta octogonal al exterior y contiene al interior una bóveda semiesférica sobre trompas. Al exterior presenta un juego de volúmenes característico con ábsides de dife-­‐
rente altura y con una novedad: dos torres cilíndricas que se adosan a los pies del templo. Podemos observar como es una arquitectura más evolucionada que la catalana porque cuenta con el apoyo de un rey más poderoso. También podemos ver que en esta “tierra de nadie” se realizan experimentos arquitectó-­‐
nicos sin ninguna relación con el pasado al ser una zona vacía y recién conquista-­‐
da. San Isidoro de León se levanta sobre una antigua iglesia de arte pre-­‐
rrománico asturiano que se dedicó a San Juan Bautista. En el S.XI se transforma en el Panteón Real de San Isidoro, destinado a conservar los restos de Fernando I. La Iglesia es de planta basilical de tres naves sobre pilares con 14
© Reme Serrat Benlliure / Ildefonso Suárez Garrido columnas adosadas que sostienen arcos de medio punto. Los arcos del crucero tienen el intradós lobulado lo que indica una influencia musulmana cercana. La nace central se cubre con medio cañón y las laterales con arista. El cru-­‐
cero sobre sale a ambos lados y la cabecera se remata con tres ábsides sin girola. Añadido a la iglesia está el Panteón de los Reyes, creado por Doña Sancha entre los años 1056 y 1066. Son tres naves con bóveda de arista sobre grue-­‐
sas columnas y pilares. Son nueve bóvedas sobre cuatro columnas exentas y doce pilares adosados. Los capiteles se decoran con escultura de tema ve-­‐
getal muy tosca. Esta es una obra de confluencia entre el Prerrománico As-­‐
turiano y el Románico. Las pintura murales que decoran las bóvedas de aris-­‐
ta son las más importantes de la pintura románica española. Panteón de los Reyes en San Isidoro de León La zona del Noroeste está situada en el extremo de la ruta jacobea y allí se construyó una catedral románica que iba a ser la meta de los peregrinos, la Catedral de Santiago de Compostela. Anteriormente, Alfonso II hizo construir una capilla sobre la legenda-­‐
ria tumba del apóstol Santiago, pero el fenómeno de las peregrinaciones tuvo su auge en el siglo XI y culminó en el XII, por eso hacía falta un edificio mejor. El Arzobispo Gelmirez con la ayuda de Alfonso VII hizo construir la catedral jacobea entre el 1075 y el 1130. Es la iglesia prototipo del románico español. Tiene una planta basilical de tres naves con otras tres de crucero que forman una perfecta cruz latina. Tiene cuatro capillas semicirculares en los brazos del crucero y una girola sobre la que se abren otras cinco capillas semicirculares. La nave central se cubre con bóveda de medio cañón y las laterales con bóvedas de arista sobre las que descansa el suelo de la tribuna, la cual se cubre con bóvedas de cuarto de esfera. Esta tribuna se continua por la girola y se abre a la nave central por ventanas de dos arcos. La tribuna era una fór-­‐
mula para ampliar el espacio del templo y poder así albergar a todos peregrinos. En el proyecto original había nueve torres, una en cada esquina del crucero, dos en la portada principal, otra en el cimborrio y otras dos en la cabecera. Sin embargo sólo se construyeron algunas pero hoy han desaparecido todas. Todas las techumbres, de medio cañón en la central, arista en las laterales y cuarto de esfera en tribuna y ábsides, reposan sobre un conjunto de pilares cruciformes con columnas adosadas. Presenta este edifico la originalidad de tener arcos de medio punto peraltados para dar mayor sensación de esbel-­‐
tez y de altura. En la tribuna hay columnas pareadas que sostienen un doble arco de medio punto, formando uno de los mejores triforios del románico europeo. La planta de Santiago de Compostela se parece a otras iglesia francesas. San Sernín de Toulouse es la más parecida. Las los pudieron influirse recíproca-­‐
mente porque fueron coetáneas. En algunos aspectos la original es la de Santiago y en otros la de San Saturnino. La puerta de las Platerías o de los Orfebres es la única actual que se con-­‐
serva intacta y que fue realizada por entero en época románica. Es una portada de doble tímpano y su valor escultórico es incalculable. Hoy en Puerta de las Platerías. S.de Compostela día el estilo románico es minoritario en Santiago, sólo la planta, la estruc-­‐
tura, el pórtico de la Gloría y la puerta de la Platerías son románicas. Tiene muchos añadidos y todos de gran im-­‐
portancia artística. La fachada del Obradoiro es, por ejemplo, una obra maestra del Barroco español Más al sur aparecen durante el siglo XII una serie de obras románicas con enlaces gallegos pero con detalles peculiares, sobre todo en sus cimborrios. Una de ellas es la Catedral de Zamora, construida entre 1157 y 1174. Tiene tres naves con un crucero que apenas sobresale. Las tres naves acaban en tres ábsides semicirculares. La nave central ya se cubre con crucería gótica (románico de transición) y en las laterales hay bó-­‐
vedas de arista. Pero lo esencial de esta catedral es su cimborrio. Se sus-­‐
Cimborrio de la Catedral de Zamora tente sobre pechinas y tiene un tambor horadado por multitud de vanos, 15
© Reme Serrat Benlliure / Ildefonso Suárez Garrido algunos cubiertos ya por arco ojival. Sobre este gran tambor descansa una cúpula gallonada que se refuerza con nervios interiores sostenidos por columnas adosadas. Al exterior el cimborrio presenta cuatro torrecillas cilíndricas adornadas también con arcos apuntados. Estas torrecillas se cubren con bóvedas bulbosas muy parecidas a la central y que contrarrestan su empuje tangencial. Todo el cimborrio es de inspiración bizantina y podría deberse a un maes-­‐
tro oriental, el cual se encargaría también del cimborrio de la catedral vieja de Salamanca. La catedral vieja de Salamanca se construye hacia el 1175. Tiene planta de tres naves rematadas con tres ábsides. El cru-­‐
cero sobresale un poco y la cubierta es de bóveda de crucería en las tres Cimborrio. Catedral Vieja de Salamanca naves (es posterior a la de Zamora). Su cimborrio vuelve a ser lo esencial. Se llama la Torre del Gallo y sigue el mismo esquema que el de Zamora pero más esbelto. Presenta también una cúpula gallonada reforzada con nervios y se cubre al exterior con una techumbre apuntada. VI.ARQUITECTURA ROMÁNICA EN EUROPA El Románico en Francia La zona de mayor raigambre románica es la Borgoña. Allí se en-­‐
cuentra la Iglesia abacial de Cluny, la cual fue reedificada entre el 1080 y el 1108. Esta iglesia fue destruida durante la Revolución Francesa y hoy sólo quedan las torres del Agua Bendita que corresponden a un brazo del crucero. Siempre se pensó que era el primer edificio con soluciones románicas y allí es donde surge la Reforma Cluniaciense que va a extender el estilo. Hoy se piensa, no obstante, que Cluny tenía un precedente: San Filiberto de Tournous, el cual presenta un nártex de San Filiberto de Tournus entrada y un ábside rodeado de capillas radiales en el deambulatorio. El otro gran templo románico de esta región es Santa María de Vezelay. Su grandiosa nave central se cubre con bóveda de medio cañón reforzada con arcos fajones bicolores, recordando las dovelas alternadas de la Mezquita Santa María Magdalena de Vezeleay de Córdoba. Destaca su impresionante portada. En la región de Poitu encontramos la catedral de Angulema, con una planta de cruz latina, nave longitudinal única con otra de crucero y cu-­‐
bierta con cuatro grandes cúpulas. Su fachada está muy decorada en dos pisos verticales. Hasta ahora hemos visto el poco románico que existe de tendencia urba-­‐
na en las ciudades francesas. Pero el grupo de construcciones más impor-­‐
tantes de Francia es el de las llamadas Iglesias de Peregrinación, con dos San Sernín de Toulouse Tímpano de Santa Fe de Conques notables ejemplos: San Sernín de Toulouse y Santa Fe de Conques. El primero es de 1088 y tiene cinco naves con un crucero y girola a la que se abren nueve capillas radiales. El cimborrio es una esbelta torre que se eleva a gran altura. Su planta es muy parecida a la de Santiago de Com-­‐
postela, ambas son coetáneas y pudieron influenciarse mutuamente conectadas por la ruta jacobea. Más antigua es la Iglesia de Santa Fe de Conques, comenzada en el 1039, se cubre con bóvedas de medio cañón, girola que une sus dos naves laterales, las cuales se prolongan con la tribuna típica de las iglesias 16
© Reme Serrat Benlliure / Ildefonso Suárez Garrido de peregrinación. Sus torres se rematan con chapiteles. Pero lo más importante es su prodigioso tímpano donde se desarrollo el tema del Juicio Final. En Provenza se construye poco por el terror que inspiraban las incursiones musul-­‐
manas. Muchos de los templos construidos están fortificados. Los más notables se encuentran en Arles y el más importante es San Trófimo. Esta iglesia es una de las cabeceras del Camino de Santiago en Francia. Su portada tiene un esquema pa-­‐
recido al de un arco de triunfo romano. El románico en Italia San Trófimo de Arlés El Románico en Italia se sitúa sobre todo en el Norte, la Lombardía y también en el centro, pero es un Románico con pervivencias clásicas, que es lo auténticamente italiano. Por eso es un Románico muy diferente. El conjunto románico más gran-­‐
dioso de Italia está en Pisa, repú-­‐
blica comercial medieval que experimentó un gran auge en el siglo XI para derrumbarse des-­‐
pués por la competencia de Gé-­‐
nova. El conjunto pisano consta de una catedral, un baptisterio y una torre exenta o campanile, Catedral, campanile y baptisterio de Pisa las tres juntas en un espacio abierto y separado de los otros edificios. La catedral consta de cinco naves con otras tres de crucero. En el centro tiene una gigantesca bóveda ova-­‐
lada y el resto va cubierto con bóvedas de arista en las naves laterales y la del centro con techumbre plana de ma-­‐
dera (de influencia paleocristiana). Al exterior se recubre con placas de mármol blanco y oscuro alternado en franjas horizontales. La fachada presenta una sucesión de arquerías ciegas dispuestas en varios pisos. La luz, la riqueza de decoración, el color, todo lo la aleja del Románico europeo. La torre está alejada de la catedral (como ocurre en Florencia), es de sección cilíndrica muy gruesa y está cons-­‐
truida en su mayor parte de mármol blanco, con las mismas características que la catedral. También se decora al exterior con varios pisos de arquerías ciegas. Fue construida por Bonnano de Pisa y data del siglo XII. Su inclinación progresiva empezó desde el mismo momento de su construcción, aunque se ha conseguido frenar a base de hormigón inyecta-­‐
do. El Baptisterio es también del siglo XII, de planta circular, con idéntica decoración de mármoles y arquerías ciegas, aunque presenta algunas decoraciones ya góti-­‐
cas por ser un edificio de transición. El otro gran núcleo de románico italiano es Florencia, que presenta ejemplos como San Miniato del Monte, de planta basilical y decoración de mármoles de colores de influencia pisana. Este tipo de decoración, alegre, viva y rica pasará al San Miniato del Monte (s.XI) Gótico italiano, el cual será también diferente al resto de Europa. Pero es la Lombardía el lugar donde, junto a la Borgoña francesa, nace el Románico. En esta región, donde Italia es más europea, el Románico es más típico y participa mucho más de las características generales del estilo. La región estaba repleta de pequeñas ciudades independientes que ya desde el siglo XI se enfrentaron a Papas y Emperadores por mantener su independencia y que llevaron una vida mercantil muy activa. Es una escuela muy peculiar por su decoración en arquillos ciegos y bandas lombardas, por sus capiteles de forma cúbica y por sus originales pórticos. Los ejemplos más importantes son San Ambrosio de Milán y San Zenón de Verona. Respecto al sur de Italia es una zona muy ecléctica, ocupada primero por bizantinos, después por musulmanes y luego por normandos. Ello produce un arte original con ejemplares como San Nicolás de Bari en la región de Apu-­‐
17
© Reme Serrat Benlliure / Ildefonso Suárez Garrido lia, donde los elementos se cruzan con lo mejor de cada arte: la decoración musulmana exterior, los mosaicos y la planta bizantina y volúmenes y materiales románico-­‐normandos. VII. LAS ARTES PLÁSTICAS. VII.1.-­‐LA ESCULTURA La escultura románica estuvo íntimamente ligada a la arquitectura. Con la intención no sólo de decorar, sino también de acompañar las lecturas de la Biblia, el recinto eclesial y monacal se transformó en una especie de libro de imáge-­‐
nes, en el que portadas y capiteles se convirtieron en excelentes soportes escultóricos. Aunque los temas, extraídos del Antiguo Testamento y del Nuevo Testamento y de las vidas de santos, solían ser de carácter religioso, también se esculpieron animales fantásticos o escenas de la vida cotidiana, además de motivos florales, vegetales y geométricos de carácter puramente decorativo. Esta temática profana se realizó, sobre todo, en la decoración de los capiteles de los claustros y los interiores de iglesias, lugares donde los escultores gozaron de mayor libertad crea-­‐
tiva. En España merecen atención los conjuntos de los claus-­‐
tros de Santo Domingo de Silos, de Sant Cugat del Valles y de Sant Pau del Camp, en Barcelona. En las portadas historiadas de las catedrales y las iglesias, destaca el tímpano como núcleo escultórico clave. Aquí, el tema siempre es religioso y el artista se ve más “vigilado” por la autoridad religiosa. Los principales esquemas ideológicos (iconografía) plasmados son: -­‐ Visión apocalíptica del Todopoderoso o Pantocrá-­‐
tor, narrada por San Juan en el Apocalipsis: Cristo sentado en la aureola almendrada o mandorla místi-­‐
ca, rodeado por los tetramorfos (figuras que repre-­‐
sentan a los evangelistas, el león -­‐San Marcos-­‐, el toro -­‐San Lucas-­‐, el águila -­‐San Juan-­‐, y el ángel -­‐San Ma-­‐
Portada de la Madeleine en la abadía de Vézelay (s.XII), Francia. teo-­‐). La escena es contemplada por 24 ancianos del Representa el tema de Pentecostés: Jesús, rodeado de una man-­‐
dorla, envía a los apóstoles el Espíritu Santo apocalipsis. -­‐ Tema de la Ascensión de Cristo entre ángeles que lo contemplan. Cristo suele situarse en el eje del tím-­‐
pano y los apóstoles, que también suelen presenciar la escena, están en el dintel. Un ejemplo lo tenemos en Saint Sernin de Toulouse. -­‐ Tema del Juicio Final, con Cristo como Juez Supremo, en el centro, y las representaciones del paraíso y del infierno a cada lado del mismo. Destaca Santa Fe de Conques y San Trófimo de Arles. En esa iconografía hay elementos nuevos venidos de Oriente, como el tema de la Psicostasis (peso de las almas por los ángeles y los demonios que se las disputan) que procede del libro de los muertos egipcio. -­‐ En el siglo XII aparece el tema de la Asunción de la Virgen. -­‐ En algunos templos los programas iconográficos constituyen un sermón global, cuyas partes no se repiten, sino que se complementan. Además de las mencionadas son frecuentes las representaciones de animales con carácter simbólico y también podemos hablar de una iconografía profana, que en muchos casos está vinculada al mundo caballeresco. -­‐Por último, mencionar esa especie "estética de lo desagradable" en la que se aprecian con toda crudeza las debilidades humanas con un fin probablemente didáctico y aleccionador, como buscando a través de la visión 18
© Reme Serrat Benlliure / Ildefonso Suárez Garrido de lo negativo que el pecado repugne a los fieles. Destacan por su importancia las portadas de las catedrales de Moissac, Vézelay, Arles y Autun, en Francia; la de Santa María la Real de Sangüesa, en Navarra; el pórtico de la Gloria de la catedral de Santiago de Compostela, y la de Santa María de Ripoll, en Cataluña. Formalmente, en este tipo de escultura pueden distinguirse las siguientes características: a) Figuras hieráticas, rígidas e inexpresivas. b) Falta de perspectiva y ausencia de fon-­‐
dos arquitectónicos o paisajísticos. c) Adaptación de los personajes represen-­‐
tados al marco arquitectónico. d) Tendencia a rellenar todo el espacio compositivo, efecto conocido con el nom-­‐
bre de horror vacui ("miedo al vacío"). e) Uso de la perspectiva jerárquica (a ma-­‐
yor importancia del personaje, mayor ta-­‐
Detalle del Pórtico de la Gloria del Maestro Mateo. Santiago de Com-­‐
maño). postela f) Tendencia a la geometrización y la sime-­‐
tría de las formas. g) Uso de la policromía (hoy casi toda perdida). Las esculturas devocionales Estás características también son aplicables a las esculturas devocionales realizadas en madera. Estas tallas, rica-­‐
mente policromadas, pueden diferenciarse en tres grupos según la temática: a) María como Sedes sapientiae (trono de la sabiduría), es decir, la imagen de la Virgen con Jesús niño sentado en su regazo. b) La Crucifixión, temática en la que se diferencian el Cristo triunfante sin los estigmas de la Pasión (di-­‐
vino), y el Cristo sufriente, que muestra la expresión de dolor (humano). Cuando la imagen de Cristo en la cruz está vestida, se denomina Majestad. Uno de los mejores ejemplos es la Majestat Batlló. c) El Descendimiento de la Cruz, grupo escultórico que se solía colocar en una capilla cercana a la entrada, y que presentaba sólo a los personajes que en la narración evangélica sepultan a Jesús. Más tarde se incorpo-­‐
raron las figuras de María, san Juan y las Santas Mujeres. Aunque existen pocas muestras, cabe destacar la escultura en marfil, como el Crucifijo de Fernando I y San-­‐
cha. Son también notables los relieves en bronce de las puertas de san Zenón, en Verona, los relieves de plata dorada del arca donde se guardan las reliquias de san Isidoro, y el frontal de Silos, obra de gran riqueza, en cobre dorado, esmalte y gemas. Crucifijo de Fernando y Sancha Virgen de Monserrat (sedes sapientae) Fragmento del Frontal de Silos con la imagen del Tetramorfos rodeado de la Mandorla mística 19
© Reme Serrat Benlliure / Ildefonso Suárez Garrido VII.2.-­‐LA PINTURA La pintura románica, al igual que la escultura, estuvo también muy supeditada a la arquitectura. En este sentido, las dos principales manifestaciones fueron: la pintura mural al fresco, que decoraba los muros, las bóvedas y los ábsides de las iglesias, y la pintura al temple sobre tabla, utilizada básicamente en frontales de altar. El predominio de la temática religiosa fue ab-­‐
soluto, siendo muy común el uso de icono-­‐
grafía simbólica o alegórica. Las historias del Antiguo y del Nuevo Testamento proporcio-­‐
naron múltiples motivos de inspiración. Ha-­‐
bitualmente, las imágenes del Pantocrátor presidiendo el Juicio Final, y de María (Maiestas Mariae), se reservaban, respecti-­‐
vamente, para la decoración del ábside del muro occidental y para la zona central de los frontales del altar. En cuanto a la representación formal y esti-­‐
lística, y con independencia del soporte pic-­‐
tórico utilizado, es posible encontrar algunas características generales comunes a la pin-­‐
Abside de San Clemente de Tahull tura románica y compartidas en parte con la escultura: a) Adaptación de las figuras al espacio físico y al marco arquitectónico. b) Ausencia de perspectiva y tendencia a crear fondos monocromáticos en lugar de paisajes o arquitecturas. c) Horror vacui ("miedo al vacío") o tendencia a rellenar todo el espacio compositivo. d) Perspectiva jerárquica, es decir, representar el personaje más importante a mayor tamaño. e) Tendencia a la geometrización y la simetría de las formas. f) Definición de las formas mediante zonas de color uniforme y delimitación de los contornos con trazos os-­‐
curos. g) Variedad cromática de tonalidades intensas. Estilos pictóricos A pesar de todas estas coincidencias, a lo largo de los siglos XI y XII es posible diferenciar en la pintura mural dos líneas pictóricas distintas: a) Estilo francorrománico: se localiza en el oeste de Francia (frescos de la abadía de Saint-­‐ Savin -­‐sur-­‐Gartempe) y en Castilla (frescos del Panteón de los Reyes de San Isidoro de León), donde llega por las rutas de peregrinación. Esta corriente, probablemente influida por el trabajo de la miniatura, muestra un naturalismo escénico más evi-­‐
dente, en el que destacan el gusto por el detalle, la ex-­‐
presividad, el movimiento y la espontaneidad, así como una predilección por los fondos claros. b) Estilo bizantino: las muestras principales de este estilo se localizan en Italia (frescos de Sant'Angelo in Formis) y en Cataluña (frescos de Sant Climent de Taüll y de Santa María de Taüll), zonas donde quedan prue-­‐
bas de una importante actividad pictórica. Este estilo presenta una ausencia casi total de efectos Frontal de la Seu d’Urgell(s.XII). En el centro se representa la figura espaciales y volumétricos. Destacan, por el contrario, el del pantocrátor (Miestas Domini) inscrita en una doble mandorla, hieratismo, la voluntad de representar las figuras de flanqueada por dos grupos de apóstoles en composición triangular. manera frontal, el alargamiento y la estilización de los Destacan la rigidez y simetría propias de la pintura catalana. cuerpos, la grandiosidad compositiva y la obsesión por la simetría. Se consigue así una obra de carácter espiritual, solemne y monumental. 20
© Reme Serrat Benlliure / Ildefonso Suárez Garrido 21
© Reme Serrat Benlliure / Ildefonso Suárez Garrido ELEMENTOS ARQUITECTÓNICOS DEL ROMÁNICO Bóveda de aristas y cimbra de madera para construirla Interior bóveda de cañón. Exterior: tejado a dos aguas Ventanal abocinado, bóveda de aristas y contrafuertes o estribos
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© Reme Serrat Benlliure / Ildefonso Suárez Garrido Arco doblado
Galerias Enanas
CLUNY Exterior: El crucero aparece muy marcado y en su centro una gran linterna poligonal. La capilla mayor está ro-­‐
deada de deambulatorio con absidiolos. Triforios. 23
© Reme Serrat Benlliure / Ildefonso Suárez Garrido Torre (Tahull) Torre (Pisa) Torres S. Pedro de Angulema (SW Francia) Diferentes tipos de torres o campanarios
Pórtico de la Gloria. De la catedral de Santiago de Compostela. "Conjunto de la Portada central y laterales #Escultura orante del Maestro Mateo. #Jóvenes músicos con redoma y arpa. Hay, por un lado, el afán de dejar constancia del protagonismo del arquitecto-­‐escultor, pero el culto a la personalidad de esta época se halla muy atemperado, y por eso el autor aparece de rodillas. Portico de la Gloria. Santiago de Compostela. Románico tardío 24
© Reme Serrat Benlliure / Ildefonso Suárez Garrido 25
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© Reme Serrat Benlliure / Ildefonso Suárez Garrido ARQUITECTURA: ROMÁNICO ESPAÑOL Iglesia de San Clemente de Tahull" muros no demasiado gruesos y Monasterio de Ripoll, con 5 naves, amplio crucero, gran ábside central sin contrafuertes, lo que indica que carece de cubierta abovedada y seis más pequeños semicirculares excepto en el ábside. Catedral de Jaca, con tres naves, 3 ábsides, cúpula de nervios y alternan-­‐
cia de pilares y columnas. Cons-­‐
trucción ligera ya que no utiliza con-­‐
trafuertes Iglesia de Vera Cruz (Segovia) de tipo central poligonal, siguiendo el de los viejos Martiria Iglesia de San Isidoro de León. La nave central se cubre con bóveda de cañón reforzada con fajones, y las laterales con bó-­‐
veda de arista. Tiene tres ábsides y su crucero sobre-­‐
sale de los muros San Martín Fromista. Su planta deriva de Jaca, ,pero con perfecta correspondencia de fajones, con pilares compuestos y contrafuer-­‐
tes. En las esquinas de la fachada hay dos torrecillas circulares. 27
© Reme Serrat Benlliure / Ildefonso Suárez Garrido Cúpula de la catedral de Zamora, que se apoya sobre un tambor perforado de ventanas. Cuatro cúpulas más pequeñas la contrarrestan. Influencia bizantina, pero con perfil bulboso (influencia islámica) Plano de Santiago de Compostela. Con tres naves que se prolongan por el crucero. Las naves laterales que rodean el ábside formando la girola se cu-­‐
bren con bóveda de aristas, y la nave central con bóveda de cañón reforzada con fajones. Tanto en el crucero como en el ábside aparecen capillas semi-­‐
circulares Interior de la cúpula de la Catedral Vieja de Salamanca. Gran influencia de la de Zamora Exterior de la misma cúpula salmantina, la llamada Torre del Gallo, cuya forma piramidal y sus escamas decorativas recuerdan los de las Iglesias de Aquitania. Catedral de Plasencia. También corresponde al mismo estilo 28
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