Actas del Séptimo Congreso Nacional de Historia de la Construcción, Santiago 26-29 octubre 2011, eds. S. Huerta, I. Gil Crespo, S. García, M. Taín. Madrid: Instituto Juan de Herrera, 2011 Oficios y materiales en la arquitectura jesuita valenciana David Miguel Navarro Catalán El estudio de la arquitectura jesuita nos permite elaborar una perspectiva de la construcción valenciana de los siglos XVI al XVIII a través de los oficios y materiales citados en pagos, contratos y libros de obra relacionados con las fábricas de sus fundaciones durante un periodo de más de dos siglos. La actividad edilicia da comienzo con la primera fase constructiva del Colegio de San Pablo a principios de la segunda mitad del s. XVI, prolongándose durante más de dos siglos hasta la finalización de las obras de la iglesia y colegio de Ontinyent a mediados del s. XVIII. guiente, en la primera semana de marzo de 1564, se les paga cinco libras y diecisiete sueldos a los dos maestros de obra u «obreros de villa» con sus tres ayudantes que se encontraban trabajando en la construcción del llamado «cuarto grande» destinado a residencia de los padres. Este edificio contaba en planta baja con una serie de estancias abiertas hacia las huertas del conjunto como bodega, despensa, cocinas o refectorio. A su vez, el nivel intermedio albergaba una doble crujía de celdas separadas por un corredor central mientras que el nivel superior presentaba una única crujía de nueve celdas abiertas a una terraza plana. (Montoliu 2002, 125-26) EL COLEGIO DE SAN PABLO Encontramos las primeras noticias en la construcción del primitivo edificio del Colegio de San Pablo. Se trataba de un volumen levantado con limitados recursos económicos, que debió ejecutarse con modestos muros de mampostería enfoscados. En los pagos efectuados en esta primera fase constructiva aparecen citados dos maestros de obras, así como oficiales, ayudantes o «criados», peones y tapiadores, serradores, un carpintero o «fustero» y sus obreros. Por otra parte, figuran gastos por materiales como ladrillo grueso o «rajola gruesa», capazos, yeso y cal.1 En la última semana de mayo de 1563 encontramos trabajando en la fábrica a un «obrer de vila» o albañil, acompañado de un cantero o «pedra piquero», dos obreros y doce peones o «manobres». Al año si- Figura 1 Antiguo Colegio de San Pablo de Valencia (Fotografía del autor) 998 D. M. Navarro La portada de la iglesia En la construcción de la portada principal de la iglesia volvemos a encontrar una completa relación de los diversos oficios que intervienen en una obra a principios del s. XVIII.2 Esta portada se construye en el momento que se da acceso a la iglesia desde la llamada «Plazuela de la Portería del Colegio». Se trataba de una portada de orden toscano con un segundo cuerpo presidido por un medallón con la efigie de San Pablo. Durante su ejecución en el año 1721 nos aparecen indicados los pagos de 50 libras a un maestro albañil «por toda la obra, que se ha echo de Alvañil en el frontis de la Yglesia», 62 libras al maestro cantero José Miner «por toda la obra de Canteria, menos la imagen de San Pablo», 18 libras al escultor Antonio Salvador «por el Medallon de Piedra de San Pablo», y por último 4 libras al dorador José Alpera «por dorar algo de la tarja, y dar de color a las puertas, y Ventanas». La labor de albañil debe corresponder a la ejecución del testero y dintel, pudiendo atri- Figura 2 Portada cegada de la iglesia del antiguo Colegio de San Pablo (Fotografía del autor) buir al cantero José Miner la labra de las pilastras, cornisa, pináculos, así como del cuerpo de remate. Esta portada fue cegada tras la expulsión de la orden jesuita y así ha permanecido hasta nuestros días, presentando en la actualidad una serie de grietas que muestran la probable falta de trabazón entre el vano cegado y el lienzo de mampostería del testero. La Casa Profesa de Valencia La construcción de la Casa Profesa, segunda sede de la Compañía de Jesús en la ciudad de Valencia, se lleva a cabo con mayores recursos económicos, lo que permite plantear objetivos más ambiciosos. La fábrica de la nueva iglesia del conjunto, comenzada en 1595, juega un importante papel en la introducción de las modernas técnicas de construcción de bóvedas de ladrillo tabicado que se generalizan en Valencia a finales del s. XVI. Se trataba de una iglesia con nave única de gran amplitud y capillas hornacinas, siguiendo las recientes recomendaciones del Concilio de Trento. La experiencia adquirida por Francisco Antón en la construcción de las bóvedas vaídas del segundo crucero del Hospital General de Valencia es aquí aplicada por el mismo maestro en el volteo de la gran bóveda de crucería con plementos y nervios de ladrillo tabicado que cubre la nave del templo, primera construida con elementos totalmente de ladrillo (Gómez-Ferrer 1998, 137-47; Pingarrón 1986, 31-32), anticipando la utilización de estas bóvedas a gran escala por el mismo Francisco Antón a principios del s. XVII en la reconstrucción del presbiterio y nave de la iglesia parroquial de San Andrés de Valencia y la cabecera y el tramo contiguo de la parroquial de San Esteban también en Valencia (Gómez-Ferrer 1998, 270; Pingarrón 1983, 33). Estas técnicas de abovedamiento se utilizarán cada vez con mayor asiduidad durante la primera mitad del s. XVII en iglesias parroquiales o templos vinculados a órdenes religiosas. La construcción de modernas bóvedas tabicadas de cañón se generaliza en iglesias de nueva planta como el Convento de Carmelitas reformadas de San José, la iglesia del Monasterio de San Miguel de los Reyes o la iglesia parroquial de Llíria, así como también en la renovación de fábricas medievales como las de la iglesia del Convento del Carmen o el templo de la Cartuja de Vall de Christ. Oficios y materiales en la arquitectura jesuita valenciana 999 La construcción del crucero de la iglesia de la Casa Profesa unos treinta años después recurre a modernas geometrías de bóveda que, de manera paulatina, se estaban introduciendo en la construcción vernácula. Los brazos del crucero, de planta cuadrada, debieron ser cubiertos por bóvedas vaídas, en ese momento poco frecuentes en la arquitectura valenciana (Gómez Ferrer 1993, 61). Sin embargo, la cabecera de perfil poligonal es cubierta con una arcaica bóveda estrellada con plementería de doble hoja de ladrillo y nervios pétreos siguiendo el esquema habitual desde el cuatrocientos en las iglesias parroquiales, solución similar a la adoptada en la reconstrucción de la iglesia de San Andrés a principios de siglo. La construcción del claustro Figura 3 Claustro de la Antigua Casa Profesa de Valencia. Detalle de las bóvedas (Fotografía del autor) La bóveda tabicada vuelve a utilizarse a los pocos años en el inicio de la construcción del claustro en el año 1641, materializando los tramos de arista de sus pandas, como puede aún observarse en el lateral del claustro conservado en la actualidad. A pesar de tratarse de una de las soluciones constructivas características de la arquitectura manierista y barroca valenciana, estas bóvedas habían empezado a estar presentes en la arquitectura local ya desde el medievo como solución rápida y económica para cerrar las plementerías de las bóvedas ojivales, utilizada a principios del s. XIV en las crucerías de las pandas del claustro del convento dominico de Santo Domingo de Valencia y un siglo después en el claustro del Convento del Carmen también en Valencia o en el claustro de la Catedral de Segorbe (Zaragozá 2000, 153-59). La construcción de la primera panda del claustro de la Casa Profesa nos aporta también unos curiosos datos sobre los gastos cotidianos efectuados en la construcción seiscentista, destacando el proceso de selección de la piedra adecuada en la cantera o la preparación de moldes para el tallado de la pieza.3 En primer lugar encontramos una serie de pagos efectuados para el transporte del material como los 12 sueldos pagados el 12 de mayo de 1641 por el «alquiler de dos mulas» o gastos tan llamativos como los 10 sueldos pagados el día 26 del mismo mes por la comida de los maestros que se desplazaron a la cantera para «señalar el tamaño de las piedras que se havian de cortar». Por otro lado, figuran pagos a los opera- rios que trabajan arrancando y puliendo las piezas, de modo que el último día del mismo mes de mayo se pagan 14 libras y 10 sueldos por «30 Jornales de Arrancadores de piedra y desbastadores» y el 9, 15, y 22 de Junio se pagan 3 libras y 110 sueldos por «84 Jornales de Arrancar, y desbastar piedras». Al mes siguiente se vuelve a pagar por el transporte de material 281 sueldos por «el porte de diez carros de piedra de La Pedrera, a Casa». En la misma fecha aparece uno de gastos más interesantes, 14 sueldos «por hacer dos Moldes, ó patrones paraque ala medida dellos se desbastasen las Piedras en la Pedrera». Los últimos pagos se refieren ya al trabajo de los canteros en las basas de las pilastras del claustro. Así, se pagan 8 libras y 18 sueldos por «por 16 jornales de Pedrapiqueros que trabajaron en labrar las Basas para las Pilastras del Claustro, que se començaron en 10 de mayo de este presente año», repitiéndose pagos por los mismos conceptos hasta que el 6 de Noviembre se pagan 6 libras y 12 sueldos por «12 Jornales de pedrapiquero que trabajaron en acabar la ultima bassa que se ha labrado». En la actualidad, podemos ver aún estas basas de piedra en las pilastras toscanas de ladrillo que ordenan el alzado del claustro. La materialización de molduras, cornisas y capiteles con ladrillo aplantillado y cortado, junto a la cobertura de las pandas con bóvedas de lunetos construidas con ladrillo tabicado convertía al patio de la Casa Profesa en uno de los ejemplos más destacados del desarrollo de la albañilería en la arquitectura valenciana del s. XVII. 1000 D. M. Navarro blanco y los frescos de la bóveda debieron dotar al interior de la capilla de la iglesia jesuita de un aspecto muy similar al que podemos contemplar en la actualidad en la Parroquia de San Pedro de la Catedral de Valencia (González, 2005, 179-80). ' EL COLEGIO DE ONTINYENT Figura 4 Claustro de la Antigua Casa Profesa de Valencia. Detalle de las pilastras (Fotografía del autor) La reforma de la Capilla de la Purísima A finales del s. XVIII se lleva a cabo la remodelación de la Capilla de la Purísima, una de las capillas de la iglesia de la Casa Profesa empezada a construir a finales del s. XVI. Esta intervención forma parte del proceso de sustitución de las primitivas crucerías de las capillas hornacinas por cúpulas. En los pagos efectuados por la reforma de esta capilla figura la relación de los artífices que intervienen en su remodelación como el estuquista de origen italiano Antonio Aliprandi, el dorador Fabián Izquierdo, el carpintero Tomás Paradís o el albañil Gaspar Martínez,4 un verdadero equipo multidisciplinar que lleva a cabo una de las reformas de estructuras preexistentes tan frecuentes en la Valencia de los siglos XVII y XVIII. En este caso, las primitivas crucerías son desmontadas y sustituidas por una semiesfera probablemente de ladrillo tabicado y revestida con decoración pictórica al fresco. La presencia del voluminoso estuco La construcción del Colegio de Ontinyent se desarrolla ya a principios del s. XVIII. Se trataba de un conjunto de dimensiones reducidas, probablemente con una apariencia modesta. El volumen correspondiente a residencia de los padres y escuelas debió ejecutarse con una construcción económica y rápida, con forjados de bovedilla de ladrillo y fachada de mampostería enfoscada con recercado de vanos de ladrillo caravista, como puede aún apreciarse en el testero del antiguo colegio, único fragmento que conserva la configuración original. Más interesante resulta la construcción de la iglesia, cuya arcaica planta uninave con capillas comunicantes y cabecera poligonal constituye una de las muestras más destacadas de la pervivencia de las plantas gotizantes ya a principios del s. XVIII. En este caso disponemos de un valioso documento como el Libro de Obra de la iglesia y colegio que nos permite reconstruir el proceso de construcción del conjunto.5 Desde el principio de la obra hasta julio de 1737 se repiten pagos por conceptos como «Para maestros y peones», «Para el que arranca la piedra», «Por carretadas de piedra», «Por cargar piedra», «Por cargar arena», «A los que hacen la cal», «Para cargar yeso», Figura 5 Antiguo Colegio de Ontinyent (Fotografía del autor) Oficios y materiales en la arquitectura jesuita valenciana «Por veinte caíces de cal», «Por carretadas de piedra» o «A los que pican la piedra», que muestran que se está trabajando en el movimiento de tierras y la cimentación de la iglesia. La construcción debió desarrollarse con gran rapidez ya que sabemos que en el año 1739 se está trabajando en levantar los muros y labrando la portada de la iglesia, apareciendo el 21 de febrero los pagos «Al que labra la portada a cuenta» y «A los que hacen la cantería a cuenta». Los gastos por la portada vuelven a repetirse los días 9 y 21 de marzo respectivamente. Seis años después se habrá acabado de voltear el cañón de la nave y de ejecutar la armadura lígnea de la cubierta, como se aprecia en los pagos efectuados por «componer 124 pinos para el tejado de la Iglesia a varios precios» el 6 de marzo de 1745 o «cuadrar 124 maderos» el 27 de abril del mismo año. En octubre del año 1747 se han finalizado todas las bóvedas del templo, incluyendo las capillas, tribunas y coro, como indica de manera detallada el pago efectuado en este mes en que «se pago el estajo de cubrir toda la Iglesia, las tribunas, capillas, bóveda de coro y tejadillos y escalera de campanario. Por lo que se le dio al maestro 290 libras Con la obligación de poner dicho maestro todos los materiales». Al año siguiente se trabaja ya en los vanos de la nave, ya que en abril de 1748 figuran los pagos por «290 palmos de piedras de luz» y «Al tallista por 12 jornales» por las placas de alabastro que se están colocando en los ventanales de la iglesia. En el mes de mayo figura un pago «De 12 barras de hierro para agarrar las piedras de luz en los ventanales» para la estructura auxiliar, mientras que en agosto se paga por «cepillar y acoplar las piedras de luz». En septiembre se paga por «6 tornillos para agarrarlas», necesarios para fijar las placas de alabastro, así como por «aguarrás y aceite de linaza para limpiar las piedras de luz». En 1749 se empieza a labrar la ornamentación del interior de la iglesia, pagando en el mes de julio «Al dorador por dorar las tarjetas del Arco Toral», mientras que en enero de 1750 se está configurando el alzado de las naves mediante la ejecución de las pilastras, cornisas o las celosías de las tribunas, tal y como figura en los conceptos de «Al escultor de trabajar los chapiteles», «Al carpintero de trabajar las tribunas», «Al tornero de trabajar las columnas» o «De trabajar las cornisas de la parte del Santísimo». El avance de las obras de la iglesia permite la construcción del cuerpo de residencia y aulas, finali- 1001 Figura 6 Iglesia del antiguo Colegio de Ontinyent (Fotografía del autor) zado en apenas un año, como muestran los pagos efectuados en septiembre de 1750 por la ejecución de las cubiertas. Así, el 2 de septiembre aparece el pago de «24 haces de cañas para el tejado de las aulas», mientras que el día 8 del mismo mes se paga ya «Por 900 tejas» y «Por 16 maderos para el tejado del aula». Finalmente, se remata la obra de iglesia y colegio mediante la colocación del revestimiento de teja cerámica de los faldones de cubierta, ya que el 3 de octubre de 1750 se efectúan pagos «Por 200 tejas a 200 sueldos el ciento para retejar el colegio», mientras que el día 15 de diciembre se paga «Por un maestro y un peón en retejar el tejado de la iglesia nueva». 1002 D. M. Navarro NOTAS 1. 2. 3. 4. 5. Estos pagos aparecen descritos en las «Cuentas por semanas de la obra del Colegio de S. Pablo, y de otros gastillos para la misma, desde ultimo de Abril de 1563 hasta mediados de Agosto de 1564, con un resumen de lo mismo, y de lo recibido de los Devotos para ella», encontradas en el Archivo del Reino de Valencia, Sección Seminario de Nobles, 1-2 (Caja 1). Los pagos llevados a cabo por la construcción de la portada se detallan en los «Gastos Extraordinarios, desde 15 de Junio 1707, hasta 22 de Mayo 1726, con Otras Cosas, y la definicion de Cuentas, al ultimo de la Procura, que Regento el Hº Sabater, todo el dicho tiempo, segun dentro», también en los fondos del Archivo del Reino de Valencia, Sección Clero, Legajo 312, Caja 315. Esta información es aportada por el «Gasto de la Obra del Claustro de la Casa Profesa del año 1641», en los fondos del Archivo del Reino de Valencia, Sección Clero, Legajo 65, Caja 140. Estos datos figuran en el Contrato para la reforma de la Capilla de la Purísima, que figura en el Archivo del Reino de Valencia, Sección Protocolos Notariales, Signatura 4465, Notario Francisco Causes, 12 de Enero de 1700. El Libro de obra de la iglesia y Colegio de Ontinyent se encuentra depositado en los fondos del Archivo de la antigua Provincia de Aragón de la Compañía de Jesús en Barcelona, con la signatura Obres, ACOB 70. LISTA DE REFERENCIAS Gómez-Ferrer, Mercedes. 1993. «La iglesia de la Compañía de Jesús en Valencia. El contrato para la finalización de su cabecera en 1621». Archivo de Arte Valenciano 74: 56-68. Gómez-Ferrer, Mercedes. 1998. Arquitectura en la Valencia del siglo XVI. El Hospital General y sus artífices. Valencia: Albatros. González, Pablo. 2005. Arte y Arquitectura en la Valencia de 1700. Valencia: Diputación de Valencia. Montoliu, Violeta. 2002. «Restauración de la Iglesia del antiguo Colegio Jesuita de San Pablo: Estudio histórico-arquitectónico». Anals de la Real Academia de Cultura Valenciana 77: 117-35. Pingarrón, Fernando. 1983. «Nuevos datos documentales sobre la historia constructiva de la iglesia parroquial de San Esteban de Valencia a principios del siglo XVII». Archivo de Arte Valenciano 64: 28-40. Pingarrón, Fernando. 1986. «A propósito de la arquitectura de la primitiva iglesia de la Compañía de Jesús en Valencia». Archivo de Arte Valenciano 67: 27-34. Zaragozá, Arturo. 2000. Arquitectura gótica valenciana Siglos XIII-XV. Valencia: Generalitat Valenciana.