contaminación del embalse de flix francisco hijós bitrián, mª gabriela

Anuncio
CONTAMINACIÓN DEL EMBALSE DE FLIX
FRANCISCO HIJÓS BITRIÁN, Mª GABRIELA MAÑUECO PFEIFFER,
GRACIA BALLESTEROS FERNÁNDEZ
AcuaMed
MARIANO DE ANDRÉS R.-TRELLES
Getinsa
RESUMEN
En el embalse de Flix, sobre el río Ebro, se ha producido, a lo largo de más de un siglo una acumulación importante
de residuos contaminados. Como consecuencia de ello se plantea en la actualidad abordar su limpieza, para lo que se
han promovido los pertinentes estudios y desarrollado el correspondiente proyecto. En el texto se describe el
proceso de acumulación histórica por una parte y, por otra, el mecanismo que se plantea para la limpieza.
INTRODUCCIÓN
El embalse de Flix, situado en el tramo bajo del río Ebro, retiene actualmente en su vaso algunos
centenares de miles de metros cúbicos de lodos, presumiblemente vertidos por una industria
química que se asienta en su margen derecha. Son elementos residuales y están constituidos por
compuestos químicos mezclados con otros de carácter inerte. Los contaminantes pertenecen a
tres grupos principales: organoclorados, metales pesados (principalmente mercurio) y
radionucleidos. Están en concentraciones al menos relativamente elevadas, susceptibles de
transmitir su contaminación al agua circulante por el río; esa transmisión parece que se ha
producido de hecho en alguna ocasión, existiendo un registro de episodios puntuales en los que
se han sobrepasado los límites de tolerancia de contenido de componentes agresivos en el
ecosistema. Ante esta situación, la Administración Pública ha decidido iniciar un proceso
consistente en concebir, analizar, desarrollar, comparar y escoger alternativas de actuación para
corregirla y evitar o mitigar la transmisión al medio de esos elementos nocivos.
Como consecuencia de ello, una de las actuaciones prioritarias y urgentes que ha sido
encomendada a la sociedad estatal “Aguas de las Cuencas Mediterráneas, S.A.” (AcuaMed), es
la eliminación de la contaminación química del embalse de Flix. Dicha actuación requiere la
redacción de un proyecto en el que se incluya la realización de los trabajos que permitan el
conocimiento cualitativo y cuantitativo del problema, para, a continuación, plantear posibles
alternativas de recuperación ambiental y seleccionar la más adecuada. Ésta será la que se
desarrolle como proyecto para que, una vez haya superado la tramitación medioambiental
correspondiente, pueda ejecutarse. La descripción de algunos aspectos concretos de este proyecto
constituye la presente comunicación.
1
ENTORNO DE LA ACTUACIÓN
Al igual que en otros países desarrollados, la legislación española sobre vertidos ha ido
evolucionando en el tiempo hacia una mayor exigencia, lo que ha obligado a los agentes
generadores de residuos a adecuarse a límites cada vez más estrictos. Pero la mera acumulación
histórica de vertidos autorizados en cada momento puede conducir a situaciones no previstas de
creación y permanencia de un volumen de residuos que hacen vulnerable el ecosistema ante
fenómenos naturales concretos, como avenidas, vientos o cambios térmicos bruscos. Esta
acumulación es un hecho en el embalse de Flix; la fabricación de productos químicos en sus
orillas se inició a finales del siglo XIX y, desde entonces, los productos generados han sido
muchos y variados, con arreglo a los avances de la tecnología y las tendencias de la demanda.
Los procesos iniciales tenían como base el cloro y la sosa obtenidos de la sal común como
materia prima, mediante un proceso electrolítico que utiliza mercurio. Más recientemente se ha
introducido el apatito como materia prima masiva adicional para producir fosfato bicálcico; este
apatito contiene naturalmente cierto porcentaje de radionucleidos, que durante el proceso se
concentran físicamente en el vertido. Por otra parte, en rigor no puede excluirse que alguno de
los materiales contaminantes depositados tenga su origen incluso en arrastres procedentes de río
arriba.
También la morfología del río Ebro ha evolucionado notablemente a lo largo del siglo pasado en
esta zona. Cada vez que se construye una presa de embalse en un río, una consecuencia
inmediata es que el remanso producido en sus aguas induce una mayor sedimentación de los
arrastres sólidos que su corriente habitual transporta; los embalses tienden por ello a colmatarse.
La presa de Flix no es distinta en este aspecto, y por consiguiente la fuerza erosiva y de arrastre
que mantiene de forma natural el río Ebro a su paso por la zona quedó influida y reducida
después de su construcción. Hasta entonces, la mayor parte de los vertidos de la fábrica eran
arrastrados por la corriente hacia aguas abajo, mientras que después la gran mayoría han venido
quedando retenidos en el vaso del embalse. Durante los años siguientes a la entrada en servicio
de la presa de Flix, los arrastres sólidos del Ebro procedentes de aguas arriba fueron todavía
notables, y se depositaban en grandes cantidades en Flix, atravesando en parte esa barrera
durante las grandes avenidas y manteniendo así una carga sólida en el río. Al construirse las
presas vecinas y superiores de Mequinenza y Ribarroja, es cuando se produce un cambio
decisivo en la morfología del Ebro, en el sentido de que estas nuevas presas constituyen una
trampa de sedimentos (y también de vertidos producidos agua arriba) que quedaron y siguen
quedando retenidos en sus grandes embalses de forma mayoritaria; y también un elemento
laminador de avenidas, que suaviza de forma notable el régimen del río, a lo que también
contribuyen los otros embalses que van implantándose en la cuenca. Hay, pues, tres agentes
fundamentales que intervienen en la colmatación histórica del embalse de Flix: los vertidos de la
fábrica, los arrastres sedimentados del Ebro y la suavización del régimen del río, todos ellos
inducidos por la intervención antrópica.
Desde el punto de vista geológico, el cauce del río está encajado en un substrato terciario
perteneciente al Oligoceno, constituido por bancos alternantes de areniscas, margas y calizas,
poco permeable e indefinido en profundidad a efectos prácticos. Por encima se sitúan terrenos
coluviales de poco espesor, fundamentalmente terrazas, y aluvial del propio río; este terreno
cuaternario es en general más permeable y predominan en él los materiales granulares, gravas y
arenas, sobre los limos y arcillas. Estos materiales finos son más abundantes en las laderas y
durante los últimos años, desde el cierre de la presa de Flix, han ido formando en la izquierda
una zona palustre ganada al río en la que han crecido carrizos y tarayes, y en la que anidan
variadas especies animales terrestres y acuáticas. Dicha zona constituye un Lugar de Importancia
Comunitaria (LIC) desde el punto de vista medioambiental que se denomina Reserva de Sebes.
2
Es una superficie emergida pero muy poco consistente, que no permite el paso de personas ni el
asentamiento de maquinaria. Por otra parte, desde el punto de vista hidrogeológico, puede
considerarse que el río, en esta zona, tiene la consideración de “ganador de flujo subterráneo”,
existiendo un movimiento general de las aguas desde las laderas hacia el embalse y no al
contrario.
Este es el escenario en el que se ubica el proyecto. Este escenario estático tiene su dinamismo en
el flujo del río Ebro que lo atraviesa, quedando sus aguas en peligro de contaminación por
arrastre o disolución de esos contaminantes acumulados. Cuando este peligro se convierte en
realidad, provoca como consecuencia perjuicios directos a los usuarios situados aguas abajo, que
pueden extenderse hasta el Delta y difundirse en el Mediterráneo. Más de medio millón de
personas se abastecen de las aguas del río (obviamente después de los pertinentes controles y
tratamientos); y decenas de miles de hectáreas de cultivos, situados principalmente en el Delta,
sufren también sus efectos al crearse alarmas, justificadas o no, acerca de la salubridad de los
productos agrícolas regados con este agua. Menos sensibles son los perjuicios a los usos
industriales, entre los que destaca la refrigeración de la central nuclear de Ascó, que requiere
aproximadamente un centenar de metros cúbicos por segundo de agua, cantidad semejante a la
que se entiende necesaria para mantener en buen estado ecológico el Delta del río, por lo que
este caudal puede considerarse un mínimo que debe asegurarse en todo momento como caudal
del Ebro. Pues bien, aun con este caudal tan escaso se produjo en 2001 un episodio de
contaminación, cuyas causas no son conocidas con certeza.
En el marco de los impactos que se pueden derivar de la existencia de la contaminación histórica
en el embalse de Flix es preciso poner el acento en los efectos ambientales que puede producir su
movilización (súbita o extendida en el tiempo de manera suave y continua) aguas abajo y, en
especial, en el Delta del Ebro. La fragilidad e importancia de estos enclaves no necesita una
especial descripción por estar sobradamente documentada. La existencia de riesgos para el Delta
por sí sola ya justificaría abordar el proyecto de limpieza.
Con todas estas consideraciones de partida, se acomete la búsqueda de soluciones para evitar el
riesgo de contaminación, continua o episódica. Los episodios de contaminación podrían ocurrir
cuando el agua arrastre los contaminantes que se han almacenado en el embalse. Se actúa desde
la hipótesis de que el problema a resolver se reduce y centra en el almacén acumulado de
vertidos ya existente. Es pues, un problema de ciertas proporciones, pero limitado en su alcance.
HECHOS RELEVANTES
En el año 1893 se presenta en la Exposición Mundial de Chicago un nuevo procedimiento
electrolítico para la descomposición de la sal común. Esta presentación abre nuevas posibilidades
de inversión en procesos que tengan su punto de partida en la utilización del cloro y de la sosa;
estas técnicas se introducen en España a través de la llegada de capital alemán mediante la
constitución de la Sociedad Electro-Química de Flix, que inicia su operación en 1897. Este
proceso ha llegado hasta el presente, con la introducción en 1949 de la tecnología del mercurio.
La elección de Flix como sede de las nuevas instalaciones no puede ser considerada en absoluto
como casual sino que, por el contrario, era consecuencia de un concienzudo análisis que ponía de
relieve un buen número de ventajas objetivas en aquel momento. Así, en Flix se dispone, en
abundancia, de la principal materia prima del proceso, que no es otra que el agua del río Ebro, a
lo que había que añadir la cercanía de rocas calcáreas y salinas también necesarias. Pero además
de eso, en las proximidades, en la cuenca carbonífera de Mequinenza, se habían descubierto unos
años antes minas de lignito, que podían abastecer las calderas, a lo que se sumaba la
3
accesibilidad que representaba entonces la navegabilidad del Ebro en este tramo, completada por
la reciente apertura de una estación de ferrocarril en la línea Madrid-Zaragoza-Barcelona.
Incluso estaba presente un antiguo azud que, convenientemente remodelado, podría servir como
fuente de energía eléctrica. Por si fuera poco, en la ubicación elegida podía pensarse fácilmente
en la construcción de una colonia para el personal, al estilo de la época, así como, y aunque
suene fuera de lugar en la actualidad, cabía la posibilidad de contar con el cauce del Ebro como
desagüe natural.
Desde otro punto de vista importa señalar que la promulgación de la Ley de Aguas y del
Reglamento del Dominio Público Hidráulico, en la década de 1980, introdujo la obligación de
implementar instalaciones de depuración y elementos de control y estableció limites
cuantitativos y cualitativos a los vertidos. De esa forma, a finales de los años 80 y principios de
los 90 del siglo pasado, se instauran en la factoría diversas medidas correctoras para minimizar el
impacto de sus vertidos: sistemas de filtración de lodos, planta de desmercurización y estación
depuradora de aguas residuales.
En cuanto al seguimiento, la Administración Hidráulica Catalana (Agencia Catalana del Agua)
ha realizado diversos estudios para determinar la cantidad, caracterización y concentración de
metales pesados, radionucleidos y organoclorados de los sedimentos depositados en el lecho del
embalse. También la Confederación Hidrográfica del Ebro ha realizado estudios sobre la calidad
ecológica del río Ebro. Estos estudios han puesto de manifiesto la existencia de una
contaminación importante en el embalse.
Al amparo de este seguimiento, el 25 de diciembre de 2001, coincidiendo con un descenso
notable de las temperaturas en la zona, se detectó un episodio de mortandad de peces aguas abajo
de Flix, a la altura de la Central Nuclear de Ascó. Esto llevó a que las Administraciones
Hidráulicas tomaran muestras de agua registrándose una alta concentración de mercurio a la
altura de Ascó y más aguas abajo. Esta contaminación afectó al punto de toma de la captación
del Consorcio de Aguas de Tarragona y obligó a intervenir a este. Posteriormente, la
Administración Catalana (Junta de Residuos y Agencia Catalana del Agua) ha realizado diversos
estudios sobre la composición de los sedimentos existentes en el embalse de Flix. En todos ellos
se ha puesto de manifiesto la existencia de una contaminación histórica derivada de la actividad
industrial.
Lo anterior pone de relieve que, desde el punto de vista de los aportes de sólidos al embalse, la
situación ha ido mejorando paulatinamente en los últimos tiempos, aunque es patente que en el
embalse se mantiene al menos una fracción de la contaminación acumulada históricamente.
Como consecuencia de ello y de la posibilidad de que la contaminación sea movilizada por
cualquier causa hacia agua abajo (con el riesgo de alcanzar el Delta del Ebro) surge la necesidad
de eliminar la contaminación química del embalse de Flix.
PROCESOS GENERADORES DE RESIDUOS
Los materiales que conforman actualmente la margen del embalse a la altura de la fábrica son, en
buena parte, procedentes de residuos de la actividad de la propia fábrica. Los procesos que han
podido generar la mayor parte del volumen de estos materiales acopiados o sedimentados en la
margen o que han influido de alguna manera en la configuración de la misma son los siguientes:
a) Combustión de carbón. Durante décadas, las calderas de vapor estuvieron alimentadas
por carbón, mayoritariamente lignito de la cuenca de Mequinenza. La combustión de
carbón genera escorias de caldera, que contienen fundamentalmente silicio, aluminio,
4
hierro y potasio en diversas formas oxidadas y que proceden de las impurezas del carbón.
Es muy probable que las escorias de carbón fueran utilizadas como uno de los materiales
de relleno en los procesos de terraplenado y progresión de la margen del embalse.
b) Disolución de sal. La preparación de la salmuera es un proceso imprescindible para la
electrolisis, que es el proceso central de la fábrica desde sus orígenes. La sal utilizada
para electrolisis, sea marina o de mina, tiene siempre impurezas (calcio magnesio, sulfato
y metales pesados) que deben eliminarse para evitar reacciones secundarias no deseadas
en las celdas electrolíticas. Para ello la sal, previa disolución, se trata con reactivos para
eliminar estas impurezas en forma de precipitados.
c) Tricloroetileno. La producción de tricloroetileno (TRI) en Flix se inició en 1928 y se
paró en 1990. El proceso se divide en tres fases: generación de acetileno a partir de
carburo cálcico, cloración del acetileno y deshidrocloración del tetracloroetileno, bien
mediante la adición de hidróxido cálcico o por vía catalítica. El agua de vertido del
proceso arrastra el cloruro cálcico y el exceso hidróxido cálcico y tiene el aspecto de una
lechada de cal. El hidróxido cálcico, en aguas bicarbonatadas, forma carbonato cálcico
que precipita. Se presume que estas sustancias cálcicas son el material mayoritario de los
lodos acumulados en el lóbulo sedimentario que actualmente se sitúa frente a la EDAR.
d) Percloroetileno y tetracloruro de carbono. La producción de PER-TETRA se inició en
1972 y prosigue en la actualidad. El proceso consiste en cloración de propileno con la
producción de percloroetileno y tetracloruro de carbono. Como subproducto se obtiene
ácido clorhídrico. El caudal de vertido de este proceso es relativamente importante y el
agua de vertido es ligeramente ácida, por lo que puede disolver en cierta medida los lodos
del TRI y del fosfato bicálcico, esencialmente alcalinos. Estas dos circunstancias, caudal
y acidez, pueden estar relacionadas con el hecho de que siempre haya existido una
separación nítida de los lodos en dos zonas, en las “playas” del TRI y del FBC, cortadas
por los vertidos de PER-TETRA.
e) Fosfato bicálcico. La producción de fosfato bicálcico (FBC) se inició en 1973. El
proceso parte de fosforita (mineral de fosfato tricálcico) y ácido clorhídrico como
materias primas. Los líquidos de separación del precipitado de fosfato bicálcico se tratan
con hidróxido cálcico para recuperar el máximo de fósforo y se reciclan al principio del
proceso. El vertido del proceso arrastra los sólidos no disueltos junto con los insolubles
de la fosforita, y las aguas que llevan disueltas sales, principalmente cloruro cálcico e
iones fosfato.
PROCESOS POTENCIALMENTE CONTAMINANTES
Acompañando a residuos de los procesos anteriores, por vía líquida o sólida, han accedido a la
margen del embalse otros compuestos, en proporciones mucho más reducidas pero de mayor
relieve en cuanto a capacidad contaminante.
Como ya se ha indicado, los contaminantes presentes responden a tres grandes grupos:
radionucleidos, orgánicos y metales pesados. Teniendo presente esta clasificación, puede decirse,
por ejemplo, que los procesos de la barita (periodo 1912-72, derivado de los carbones) y del
fosfato bicálcico (desde 1973, por concentración física de la materia prima) pueden haber dado
lugar al vertido de radionucleidos y metales pesados. Es el mismo caso del proceso del TRI
(1928-90), que también puede proporcionar orgánicos. Además pueden originarse pesados, en la
5
electrolisis (desde el origen de la fábrica) con cátodos de mercurio y en el proceso de cloro
líquido (1961-98), que es posible que estén en el origen de muchos organoclorados.
Son estos últimos, los compuestos orgánicos, los que pueden tener más diversas procedencias,
dada la variedad de procesos en que están integrados. Así, por ejemplo y además de los ya
citados, pueden originarse en los procesos de DDT (1945-75), de PER-TETRA (desde 1972), de
PCBs (1959-87 o de tetracloruro de carbono (1947-72).
Queda patente a la vista de lo expuesto la enorme complejidad que ha tenido el origen de los
residuos históricamente acumulados, lo que da lugar a que no sea posible conseguir una buena
clasificación de la contaminación del material, aunque, obviamente sí existen algunas pautas.
Así, por ejemplo, se puede señalar que la contaminación se circunscribe a los residuos, sin
afectar ni al aluvial ni a la margen izquierda, y con la única salvedad del extremo más agua
arriba de la zona (enfrentado con la planta de PCBs). En términos generales la distribución de
contaminantes tiene una muy homogénea heterogeneidad.
MORFOLOGÍA DE LA ZONA
Como ya se ha señalado, incluso la apariencia física del entorno ha sufrido profundas
transformaciones en el curso de los años, que han puesto de relieve la afección que las
actividades históricas han producido en el entorno. A continuación se revisa a grandes rasgos
esta evolución, que se inicia en 1897, cuando se construyen las primeras instalaciones de la
fábrica. Aprovechando el antiguo azud existente se construyó una central hidroeléctrica que
proporcionaba el fluido eléctrico necesario para el proceso de electrolisis y un conjunto de
instalaciones industriales.
Entre la casa de turbinas y la margen del río estaba la entrada de un canal de navegación,
construido en 1858, que discurría a lo largo de 1.100 m y acababa en una esclusa que permitía
salvar a las embarcaciones (“llaüts”) el desnivel creado por el azud. Aguas abajo de la casa de
turbinas, entre el canal de navegación y el cauce del río, se encontraba una porción de terreno
conocida como “La Isla”, ocupada por cultivos y sotos.
Entre 1897 y el inicio de la Guerra Civil, la fábrica fue creciendo y ocupando el terreno
comprendido entre la margen del río aguas arriba de la casa de turbinas y la vía del ferrocarril.
La configuración general de la margen no sufrió alteraciones significativas en estas cuatro
décadas. Esta configuración general puede apreciarse en la foto aérea (Foto 1), datada en 1927.
Foto 1. Vista aérea en el año 1927 (Confederación Hidrográfica del Ebro)
6
El siguiente hito sustantivo lo constituye la aparición de la presa de Flix. Los trabajos de
construcción de la presa y la central hidroeléctrica se iniciaron poco antes de la Guerra Civil y se
concluyeron en 1949. Sin embargo, en 1948 ya se produjo el cierre. La presa supuso un cambio
radical en la configuración de las márgenes del río. El nivel del embalse se situó unos 6 m por
encima de la cota de coronación del azud original. El canal de navegación se desmanteló y se
sustituyó por el actual canal en túnel y su esclusa. La casa de turbinas quedó inutilizada, se
construyó la nueva central hidroeléctrica en su ubicación actual (aguas abajo del meandro de
Flix, alimentada a través del túnel de toma). La “isla” desapareció, anegada en su mayor parte en
el vaso del nuevo embalse.
Entre la casa de turbinas y la entrada del túnel de navegación se construyó un dique de tierra con
protección de escollera siguiendo la alineación general del cauce. Este dique, que formaba parte
del proyecto de la presa, constituiría desde entonces la margen derecha del vaso del embalse.
Fuera de este quedaron parte de lo que fue cauce (aguas abajo de la casa de turbinas), parte del
antiguo canal de navegación y parte de “la isla”. Al principio, esta superficie queda parcialmente
cubierta de materiales de relleno o anegada. Aguas arriba de la casa de turbinas el único cambio
es el aumento del nivel del embalse (Foto 2)
DIQUE DE TIERRA
EMBARCADERO /
GRÚA DEL CARBÓN
CASA DE TURBINAS
Foto 2. Vista aérea en 1956 (Archivo Municipal de Flix)
En el periodo que va desde el cierre de la presa de Flix hasta la instalación de la planta de PERTETRA (1972) se produce la consolidación de la margen. Se produce el relleno progresivo del
recinto separado del embalse por el dique de tierra, que debió acabarse entre 1970 y 1972. Este
proceso se complementa con la incorporación a la fábrica del terreno ganado. Durante un tiempo
se utiliza como almacén de chatarra, culminando el proceso con la instalación de las plantas de
PER-TETRA (1972) y de FBC (1973) y la construcción de la explanada de camiones en el
extremo agua abajo.
También se rellena una porción del embalse aguas arriba de la casa de turbinas, que acaba por
dar continuidad a la alineación de la margen marcada por el dique de tierra. Los materiales
utilizados son inciertos, pero pudieron ser también escorias de carbón y es verosímil que se
mezclaran otros residuos de la propia fábrica. El proceso sigue con la ocupación del terreno
ganado por el relleno. En 1961 ya se había instalado sobre él la planta de TRI.
En la cuenca se produce un incremento importante de la regulación del río. A mediados de los 60
se cerraba la presa de Mequinenza y en 1969 la de Ribarroja. A partir de este momento, el
régimen de caudales alcanza un elevado nivel de regulación que se ha ido incrementando
suavemente hasta la actualidad.
7
Por otra parte, el vertido del TRI (de color lechoso) resulta muy patente (ver Foto 2, por ejemplo)
pero antes de 1970 no hay signos de acumulación visibles desde la superficie, y, mirando hacia
la margen izquierda, el aterramiento que forma el carrizal incluido en la Reserva de Sebes no se
aprecia hasta bien entrados los años 1960, pero ya está plenamente formado en 1970.
Las décadas de los 1970 y los 1980 son el periodo en que emergen y se desarrollan las “playas”
de acumulaciones de lodos. Las producciones de TRI y de FBC están a pleno rendimiento y el
régimen de caudales está regulado por los grandes embalses de aguas arriba, lo que seguramente
favorece la sedimentación. De igual manera, en 1974 la ocupación del terreno separado del
embalse por el dique de escollera ya ha culminado. En el embalse se aprecian claramente varias
plumas de vertido, de color más claro. Aparentemente no hay acumulaciones de lodos
emergidas, si bien no se puede asegurar que las haya bajo el agua (Foto 3).
Foto 3. Vista aérea en 1974 (Instituto Cartográfico de Cataluña)
En la foto aérea (Foto 4) de 1986, se aprecia ya, frente a la planta de FBC, el depósito de lodos,
formando una pequeña playa cubierta de carrizos (playa del fosfato). Frente al TRI, en cambio,
se aprecia una mancha blanca que debe de ser, en parte, la acumulación de lodos del TRI y, en
parte, la pluma del vertido. La presencia de un lóbulo sedimentario de tamaño apreciable,
emergido o no, se hace evidente por los canales que aparecen sobre su superficie. Llaman la
atención las turbulencias que, aparentemente, se forman al dispersarse las aguas de vertido, de
color claro, en el caudal del río.
El resultado visible del proceso de acumulación de sólidos es, a finales de los 1980, la formación
de dos “playas” que son la parte emergida de sendos lóbulos sedimentarios, el de aguas arriba
correspondiente al vertido del TRI y el de aguas abajo al del FBC. Ambas “playas” están
separadas por el vertido del PER-TETRA. La playa del TRI, originalmente con aspecto
blanquecino e inerte, presentaba un color terroso en 1991. La del FBC estuvo, desde sus
comienzos, colonizado por carrizos.
8
Foto 4. Vista aérea en 1985 (Instituto Cartográfico de Cataluña)
Después de esto y durante la década de 1990 se reduce drásticamente el contenido sólido de los
vertidos de la fábrica como consecuencia del funcionamiento de un filtro de bandas (desde 1988)
para separar sólidos en varios vertidos de la fábrica (que se llevan al vertedero del Racó de la
Pubilla), de la parada de la producción del TRI (en 1990) y de la puesta en marcha de la EDAR
(1996), que trata un conjunto de vertidos de la fábrica y que, mediante un proceso de
decantación, separa los sólidos en suspensión del caudal de vertido.
Como consecuencia de la instalación de la EDAR, desaparecen algunos puntos de vertido. En
concreto, el colector original de la planta de FBC queda en desuso y su vertido se conduce agua
arriba, al filtro de bandas hasta 1996 y más tarde a la EDAR. La EDAR se instaló en la ubicación
de la desmantelada planta de TRI y su punto de vertido está ubicado prácticamente en donde
estuvo el vertido del TRI (más o menos en el centro de la “playa” de TRI). De resultas de la
reducción de la fracción sólida de los vertidos, las playas de sedimentos apenas crecen en este
periodo. El único cambio destacable es la colonización por carrizos y tarayes de la playa del TRI,
que hasta 1993 no había sostenido ningún tipo de vegetación (ver Foto 5).
Foto 5. Vista aérea en 2005
9
Por otra parte, a partir de mediados de los 1990 la fábrica realiza algunas actuaciones de
acondicionamiento de la margen del río. Esencialmente consisten en limpieza, retirada de
elementos extraños, demolición de estructuras en desuso, terraplenado y plantación de algunos
árboles y arbustos.
Como síntesis de todo lo expuesto, en la Ilustración 1 se reflejan los contornos deducidos de la
Foto 5 (situación actual) superpuestos a la fotografía aérea de 1927 antes presentada,
apreciándose la muy notable transformación sufrida por la zona a lo largo del siglo pasado.
Ilustración 1. Superposición de los contornos de la vista aérea de 2005 a la vista de 1927
TRABAJOS REALIZADOS
Con el fin de llegar a establecer cual debe ser la solución a desarrollar para hacer frente a la
problemática expuesta se han desarrollado un conjunto de estudios y trabajos de base, entre los
que se encuentran los relativos a cartografía (a partir de vuelo fotogramétrico a escala 1:5.000,
que cubre todo el T.M.) y batimetría del embalse (toda la zona de posible influencia de los
residuos en una extensión de más de 100 ha). También se ha realizado un levantamiento
geológico general del T.M. de Flix, habiéndose desarrollado un mayor detalle en la zona próxima
a los residuos. Adicionalmente, y como consecuencia de la investigación mediante sondeos,
complementada con otras informaciones (evolución morfológica, geología general, geofísica,
etc.), se ha realizado una interpretación de gran detalle de la zona relacionada con los residuos.
En cuanto a trabajos de campo y laboratorio, estos se han basado sobre una extensa campaña de
sondeos desarrollada durante cuatro meses. Con el fin de asegurar la no generación de
incidencias aguas abajo, la campaña ha estado rodeada de importantes medidas de seguridad. En
particular, y con la participación de la Agencia Catalana del Agua, la Confederación
Hidrográfica del Ebro y el Consorcio de Abastecimiento a Tarragona, además de la D.G.
d´Emergencies i Seguretat Civil, se mantuvo activo un plan de avisos que ha incluido el
seguimiento más que diario de la calidad de agua del embalse. Ninguna de las medidas in situ
mediante sonda ni de las analíticas realizadas en la zona de trabajo ha superado los umbrales de
incidencia. En el curso de la campaña se ha realizado un total de alrededor de un centenar de
sondeos, siendo la longitud total de más de un kilómetro. Se han distribuido entre embalse
(50%), desde superficie sobre residuos (25%) y en tierra, fuera del embalse (25%) y todos han
alcanzado el sustrato terciario al menos.
En el curso de la campaña anterior se han obtenido muestras de sólidos (fundamentalmente) y de
agua en piezómetros. Estas muestras, junto con otras de lixiviados, han sido analizadas en
10
laboratorio desde los puntos de vista radiológico y químico inorgánico y orgánico. El número
total de analíticas ha sido de un millar aproximadamente, de las cuales un 20% corresponden a
radionucleidos y un 10% a química inorgánica, repartiéndose el 70% restante a partes iguales
entre metales pesados y química orgánica (en cada analítica se incluye un número variable de
compuestos, que en el caso de la química orgánica superan el valor de 30). Se han realizado
también otros análisis complementarios, entre los que se cuentan ensayos de ecotoxicidad en
peces, de inhibición del crecimiento en algas y de toxicidad en zooplancton (crustáceos).
Igualmente, muestras obtenidas en la campaña han sido sometidas a ensayos geotécnicos. A
título indicativo, se han realizado unas 250 granulometrías (60% por tamizado y 40% por
sedimentación), unos 100 ensayos de identificación y unos 60 ensayos de resistencia, entre otros.
Como complemento de estas investigaciones se ha realizado una sísmica de reflexión desde
embarcación, utilizando geopulse y perfilador de sedimentos, llegándose a definir, con una cierta
precisión, dos niveles de reflexión sensiblemente continuos.
A partir de los trabajos anteriores se han abordado algunos estudios específicos, entre los que se
cuentan los referidos a la evolución morfológica temporal, de la que se ha presentado un
resumen en un apartado anterior, y a hidrología e hidráulica, habiéndose recopilado y
sistematizado la información útil para el proyecto, a partir de la cual se ha analizado el régimen
hidráulico que se produce en el embalse, para lo que, en la Universidad Politécnica de Cataluña,
se ha elaborado un modelo matemático bidimensional del régimen hidráulico y un modelo
reducido físico del embalse.
También se han abordado los aspectos hidrogeológicos, cuyo estudio ha incluido el
correspondiente inventario de pozos complementado con el seguimiento de los casi cuarenta
piezómetros instalados y con una prueba específica de bombeo sobre pozo. Todo ello ha dado
lugar a la construcción de un modelo hidrogeológico en tres dimensiones.
Desde otro punto de vista, se han evaluado distintas posibilidades de actuación, tanto en relación
con la obra necesaria como con los potenciales tratamiento de descontaminación. Entre estos
últimos se han considerado la desorción térmica, la inmovilización / inertización, la
electrorremediación, la fitorremediación, la biorremediación, la vitrificación, la incineración, el
lavado, la extracción con disolventes, la extracción por vacío in situ, la solidificación y la
oxidación in situ (“deep mixing”). Como continuación a ello se ha realizado una prueba piloto de
funcionamiento de los tratamientos seleccionados y un análisis de riesgos al nivel necesario para
permitir la toma de decisión fundamentada.
SOLUCIONES CONSIDERADAS
Los estudios realizados han permitido establecer que las soluciones posibles pueden ser
clasificadas en dos grandes grupos, según que los residuos se mantengan finalmente en el
embalse (soluciones in situ) o, por el contrario, sean extraídos y ubicados en otro punto
(soluciones ex situ). Desde la perspectiva metodológica, al ser esencialmente distintos los
conceptos que caracterizan ambas soluciones, el proceso se plantea mediante la búsqueda de la
solución óptima dentro de cada grupo para, posteriormente, comparar las dos soluciones
retenidas.
Desde otro punto de vista, y sea cual sea la tipología de solución que se considere, es relevante el
análisis acerca de la conveniencia de abordar los trabajos secando los residuos en primer lugar.
Esta posibilidad (trabajo en seco), que debe verse como alternativa a la de trabajar en agua,
presenta más inconvenientes que ventajas. Así, frente una aparente mayor facilidad de
manipulación de los residuos en el trabajo en seco es preciso considerar, como elementos
11
negativos, la dificultad de circulación de vehículos y maquinaria sobre los residuos no
consolidados (necesidad de capas de rodadura), el pequeño rendimiento del movimiento de
tierras en estas condiciones, el largo plazo necesario para conseguir las condiciones secas (al
vaciado es preciso añadirle el secado en sí mismo, en condiciones naturales), el problema que se
deriva de la movilización del agua de poros en campo, el riesgo de que se produzcan emisiones
de gases actualmente “taponados” por la capa de agua y el problema constructivo que representa
la necesidad de mantener un recinto en seco rodeado por agua. Como consecuencia, y como en
la práctica totalidad de las referencias conocidas, el trabajo se plantea en agua.
Los elementos clave que definen la solución considerada óptima dentro de cada grupo de
soluciones son los siguientes:
•
Solución in situ: creación de un recinto de trabajo, conformado de los residuos,
tratamiento de los residuos y protección frente a la erosión fluvial.
•
Solución ex situ: creación de un recinto de trabajo, extracción de los residuos,
tratamiento, transporte a vertedero y vertedero en sí mismo.
SOLUCIÓN ADOPTADA
Diversas razones técnicas (económicamente ambas soluciones no son muy distintas) han
conducido a que haya sido considerada como óptima la denominada “solución ex situ”. Esta
solución incluye la creación de un recinto de trabajo, que debe estar ejecutado previamente al
inicio de la manipulación de los elementos significativamente contaminados (es un elemento
común a las dos soluciones barajadas). Su objeto esencial es la creación de un recinto abrigado
(con agua quieta) e independiente del agua fluyente del Ebro, de forma que durante la actuación
(durante las obras en el embalse) pueda mantenerse el flujo del río a modo de canal por la
margen izquierda del embalse y que, caso de producirse alguna incidencia en el proceso, esta se
mantenga confinada y no envíe contaminación hacia agua abajo.
Este elemento es viable por cuanto existe una franja de aproximadamente 100 m de ancho en la
margen izquierda del embalse en la que la contaminación es reducida. Su afección fundamental
tiene que ver con la modificación del equilibrio dinámico de los procesos de erosiónsedimentación hacia la erosión, lo que puede dar lugar a efectos indeseados en la Reserva de
Sebes. No obstante interesa poner de relieve que esta incidencia tiene una duración limitada en el
tiempo, no representa una alteración dramática de la situación actual, es una afección reversible
y que, caso de ser considerado necesario, podría tener solución mediante la estabilización de la
margen izquierda (se considera que esta actuación, que obliga a trabajar en la Reserva, tiene
efectos más perjudiciales que la aceptación del riesgo de erosiones).
Como alternativas a este elemento se han considerado las posibilidades, individualmente o en
forma conjunta, de desviar el cauce del río Ebro y de dedicar parcialmente el volumen de los
embalses existentes agua arriba como resguardo para incrementar la laminación y reducir los
caudales punta de avenida. Estas alternativas resultan más costosas y tienen mayores
implicaciones negativas.
Una vez ejecutado el recinto podría procederse a la extracción de los residuos (a menor escala,
esta actividad también forma parte de la solución in situ). La extracción de la fracción sumergida
se realizará mediante dragas ecológicas de succión trabajando en un segundo recinto formado
con cortinas plásticas flotantes. Esto permite la minimización de la movilización de
contaminantes y la creación de una depresión en la zona de la draga, lo que hará difícil la
12
tendencia del agua hacia fuera. Esto se complementa con la disposición de una pequeña bomba
que puede operar en las paradas de la draga. Para evitar la movilización de contaminantes, el
rendimiento ha de ser necesariamente bajo.
En la fracción emergida se prevé el recurso a medios convencionales de movimiento de tierras, si
bien disponiendo de vías de movimiento y aceptando un rendimiento muy bajo, dada la
dificultad de circulación. La zona frontera entre ambas situaciones precisa de un análisis especial
que, previsiblemente, conducirá al empleo de elementos clásicos sobre medios flotantes.
Una vez extraído, el material debe ser objeto de algún tipo de tratamiento, cuyo objetivo (en la
solución ex situ) es la consecución en los residuos de unas condiciones tales que sea admitido
para su confinamiento final en el vertedero previsto (apto para recibir material no clasificado
como peligroso) con una cierta holgura.
El tratamiento consiste en una clasificación por tamaños seguida por un secado para la totalidad
del material extraído. El agua de secado será conducida a una planta de tratamiento con
capacidad para un caudal de casi una centena de litros por segundo. Por su parte, la fracción
sólida será clasificada según las concentraciones de contaminantes presentes, conduciendo
directamente las fracciones más limpias a vertedero y tratando específicamente aquellas otras
que serían rechazadas en el vertedero. Una vez evaluadas las posibilidades se han adoptado como
tratamientos (alternativa o secuencialmente) los de desorción térmica (frente a mercurio y
orgánicos) y oxidación e inertización (frente a pesados).
Una vez finalizado el tratamiento, el material debe ser transportado hasta el depósito final. Para
ello la solución prevista consiste en una cinta transportadora cuyo trazado sigue en lo esencial la
carretera C-12, después de cruzar el río sobre la presa. La cinta se prevé cerrada para evitar
riesgo de afecciones. Se han considerado como alternativas las posibilidades de utilizar
carreteras actuales (descartada por la gran sobrecarga de camiones que representaría) o de
construir una nueva (descartada por su mayor coste y el mayor riesgo de accidente que
representa)
En cuanto al vertedero, este, por exclusión (no se trata de residuos inertes ni tampoco tóxicos o
peligrosos, en el sentido normativo de los términos), ha de ser de clase II. Como ubicación
óptima, aunque se han planteado otras posibilidades, se considera la ampliación, mediante nueva
célula, del actualmente existente en Racó de la Pubilla, en el T.M. de Flix. Esta nueva célula se
conformará siguiendo la normativa en lo referido tanto a la impermeabilización del cimiento
como al sellado final, si bien se prevén criterios más exigentes en ambos aspectos.
Concretamente, la presencia de radionucleidos, aun cuando sean de origen natural, conduce a la
conveniencia de incrementar los espesores de cubierta respecto a los criterios clásicos o la
conveniencia de mantener un control exhaustivo conlleva un diseño con doble drenaje.
Adicionalmente a los elementos clave hasta aquí señalados, la solución debe incluir otros
elementos también relevantes, entre los que se encuentran la modificación de la salida de la
EDAR existente, para evitar los vertidos en el interior del recinto de trabajo o la construcción de
un muro-pantalla en la margen derecha del embalse, para evitar el riesgo de descalce de la costa
debido a la retirada de la contención que representan los residuos y que simultáneamente evita el
flujo desde el subsuelo de la fábrica hacia el embalse y a largo plazo se completa con una
protección de escollera en el lado agua.
El muro-pantalla citado debe complementarse con un drenaje, para evitar que la
impermeabilización que introduce produzca un ascenso del nivel freático y, como consecuencia,
13
la modificación de las líneas de flujo hacia el río Ebro más abajo del meandro. Lógicamente, el
drenaje debe llevar aparejada la instalación de una planta de tratamiento a largo plazo, que puede
integrarse en las instalaciones de la fábrica.
Se completa la solución con la formalización de actuaciones de abastecimiento en caso de
emergencia para las grandes aglomeraciones urbanas y con el pertinente sistema de control y
avisos, referido al agua del recinto de trabajo y en el embalse, a los gases en el interior de la
planta y en la zona de actuación y a los sólidos en el embalse y en la planta. Este sistema se
asocia con el plan de emergencia.
PARTICIPACIÓN
Probablemente tan importante como la justificación técnica de la solución adoptada sea el propio
proceso seguido, que puede considerarse caracterizado por los términos de transparencia y
participación. Este proceso se inicia en septiembre de 2004, cuando, con objeto de emprender las
primeras medidas para garantizar la seguridad de la población y del territorio frente a cualquier
riesgo eventual que pudiera derivarse de los sedimentos depositados en el embalse de Flix, se
celebra en dicho municipio una reunión a la que asisten diversas entidades implicadas. En esta
reunión se crea la Comisión de Seguimiento del embalse de Flix, cuya función es proponer las
medidas oportunas, de corrección de la contaminación del embalse de Flix y de control y
seguimiento de la calidad de las aguas, para su aprobación por el Ministerio de Medio Ambiente.
Se constituye también, en la misma reunión, la Comisión Técnica del Embalse de Flix, cuyas
funciones son analizar todas las posibilidades para resolver la problemática del embalse y
proponer a la Comisión de Seguimiento la alternativa más conveniente, así como las medidas de
control y prevención recomendables para la total seguridad de la población y del territorio.
En febrero de 2005 se acuerda promover, con carácter mensual, una reunión de coordinación de
la Comisión Técnica del Embalse de Flix con la presencia de la empresa ejecutora de los
trabajos, para informar de los progresos de los trabajos. Este seguimiento ha dado lugar a que la
Comisión Técnica, en octubre de 2005, haya acordado proponer a la Comisión de Seguimiento el
desarrollo como proyecto destinado a la ejecución de la que se estaba denominando “Alternativa
ex situ”, cuyo fundamento es la extracción de los residuos desde el embalse mediante una draga
especial (ecológica), el tratamiento mediante desorción térmica y oxidación e inertización
sucesiva o alternativamente de la fracción más contaminada de los residuos y su transporte,
mediante cinta, hasta un depósito controlado. Como consecuencia de ello y también en octubre
de 2005, en reunión celebrada en Flix, la Comisión de Seguimiento tomó la decisión de aceptar
en todos sus términos la recomendación de la Comisión Técnica, por lo que puede considerarse
que los grandes parámetros utilizados para la solución del problema de la contaminación
histórica del embalse de Flix son consecuencia de un amplio consenso.
Como complemento a la información anterior, es interesante tener presente la constitución de las
comisiones anteriores, que ponen de relieve el elevado grado de participación que ha existido en
la toma de decisión. Además de la propia AcuaMed, en una, en otra o bien en ambas comisiones
han participado (como miembros de pleno derecho o invitados) representantes de las siguientes
organizaciones: Secretaría General para el Territorio y la Biodiversidad del Ministerio de Medio
Ambiente (presidencia de la Comisión de Seguimiento), Confederación Hidrográfica del Ebro
(presidencia de la Comisión Técnica), Subdirección General de Gestión Integrada del Dominio
Público Hidráulico de la Dirección General del Agua del Ministerio de Medio Ambiente,
Dirección General de Calidad y Evaluación Ambiental del Ministerio de Medio Ambiente y su
Subdirección General de Evaluación Ambiental, la Dirección General de Calidad Ambiental de
la Generalitat de Cataluña, la Dirección General de Emergencias y Protección Civil de la
14
Generalitat de Cataluña, la Agencia Catalana del Agua, la Agencia de Residuos de Cataluña, el
Departamento de Salud de la Generalitat de Cataluña, los Ayuntamientos de Flix, Amposta y
Deltebre, la Delegación del Gobierno en Cataluña, el Delegado del Departamento de Medio
Ambiente y Vivienda en Tierras del Ebro, la Delegación del Departamento de Presidencia en
Tierras del Ebro, el Consejo Comarcal Ribera del Ebro, la Cátedra de Ecología de la Universidad
de Barcelona, el Instituto de Ciencias del Mar de Barcelona del Consejo Superior de
Investigaciones Científicas, el Instituto de Investigaciones Químicas y Ambientales de Barcelona
del Consejo Superior de Investigaciones Científicas, la Universidad Politécnica de Cataluña, el
Consejo de Seguridad Nuclear, el Instituto Geológico y Minero de España, ERCROS, ENDESA
GENERACIÓN, ENRESA, el Consorcio de Aguas de Tarragona, la Comunidad de Regantes de
la Margen Derecha del Ebro, el Consorcio para la Protección Integral del Delta del Ebro
(CEPIDE), la Reserva Natural de Sebes, Ecologistas en Acción, Greenpeace, SEO/Birdlife y
CCOO de Cataluña.
15
Descargar