UNIVERSIDAD AUTÓNOMA METROPOLITANA IZTAPALAPA

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UNIVERSIDAD AUTÓNOMA METROPOLITANA
IZTAPALAPA
LICENCIATURA EN LETRAS HISPANICAS
HUMOR E IRONÍA EN DOS CUENTOS DE ENRIQUE
SERNA
ASESOR: PROF. EVODIO ESCALANTE
NOHEMI LUNA GARCÍA
INTRODUCCIÓN
El objetivo de este trabajo de investigación, es abordar los conceptos de
ironía y humor. Los primeros capítulos están dedicados a su estudio con el fin de
comprender su significado con mayor claridad además de delimitarlos, ya que cada
uno cuenta con una extensa historia, por lo tanto, explicaremos un bosquejo
cronológico. Es conveniente estudiar por separado ambos términos, pues en
ocasiones pueden confundirse o se les da un uso incorrecto, una vez explicados y
comprendidos, analizaremos la construcción humorística e irónica en algunos
cuentos del narrador mexicano Enrique Serna.
En sus cuentos, este escritor mexicano muestra un claro reflejo de nuestra
sociedad, con sus virtudes y sus defectos; con toques irónicos y humorísticos, lo
que permite una narrativa ágil, sorprendente y sobretodo llena de actualidad.
Misma que propicia el tomar una postura ideológica y una reflexión de los hechos
presentados sin embargo, existe la posibilidad de compartir su perspectiva de la
realidad del ironista-humorista o no, el autor no pretende establecer una verdad o
imponerla más bien expone otra concepción que puede resultar válida pero
también errónea. Los autores por lo general nos dejan imaginar sus puntos de
vista, y uno como lector puede juzgarlos, contradecirlos o estar de acuerdo con
ellos. Los escritores irónicos y humorísticos nos permiten conocer con mayor
ahínco y profundidad sus ideas, ya que su materia prima —en la mayoría de los
casos— es la vida misma, por lo tanto estaremos atentos de los hechos que a
nuestro autor le parecen incongruentes.
En el capítulo III analizaremos dos cuentos: “Hombre con minotauro en el
pecho” y “El desvalido Roger”, éstos pertenecen al libro Amores de segunda mano
publicados bajo el sello de Cal y arena en 1994. Al ser estudiados desde la
perspectiva irónica y humorística nos proporcionarán; por un lado muchas
verdades, conocimientos, reflexiones; por el otro una crítica, una burla
(constructiva), un reflejo de nuestra sociedad. Quizá al leerlos y analizarlos
descubramos una nueva visión de los hechos pero seguramente encontraremos
una realidad no tan lejana a la nuestra y tal vez nos identifiquemos con algunos
personajes o situaciones, lo cual provocará un malestar en el lector sin embargo
éste debe tener la capacidad para asumirlos y lograr un análisis interno que le
permita crecer individualmente; cabe aclarar que Enrique Serna no pretende
imponerle una verdad y mucho menos su perspectiva, depende de lo que quiere
lograr cada receptor.
El escritor ironista no pretende mentir, burlarse o engañar sino ser
descifrado, éste con su visión irónica dota al texto de riqueza semántica, y lo
convierte en un escrito mucho más interesante. La ironía al ser descodificada
ofrece nuevos razonamientos, cuestionamientos, verdades y planteamientos de
uno mismo; como ya hemos mencionado, en algunas ocasiones la ironía puede
burlarse de nuestras costumbres, ideologías, modos de vivir, lenguaje, gobierno,
etc., lo cual resulta incómodo para el lector, éste tal vez llegue a leer una crítica
severa donde se puede ver reflejado o se sienta agredido.
También la ironía socrática solía criticar y ridiculizar con rigor varios
elementos de la vida, por lo que en ocasiones llegaba a molestar y a ofender.
Tiene su origen en el método mayeútica el cual consiste en fingir una pretendida
ignorancia para que posteriormente sus interlocutores se animaran al diálogo, este
filósofo formulaba preguntas, cuya respuesta conocía de antemano, para que éstos
tuvieran la posibilidad de discutir sus propios razonamientos, dejando a un lado los
prejuicios que les impendían pensar con claridad al creer que ya sabían. Esto solía
suceder en plazas públicas, en algunas ocasiones un encuentro con Sócrates podía
significar quedar en ridículo; en el capítulo I veremos a la ironía socrática con más
detenimiento.
El trabajo de un ironista es sumamente interesante, puesto que nos ofrece
otra visión de los hechos, no de una manera tajante o directa sino más bien entre
líneas, para ello se requiere un lector que sea capaz de descodificar o descubrir las
eironeias las cuales ofrecen un trasfondo. Así que trataremos de realizar un análisis
cuidadoso de los cuentos para no pasar por desapercibida una ironía o aún peor
encontrarla donde no la hay. El lector debe encontrar el doble significado, sin
embargo, no basta para que la ironía este completa, es necesario que también se
entienda su intención y significado para que posteriormente se realice una
reflexión.
Con la ayuda de la ironía, el escritor juega con las palabras, con el texto y
con el lector; éste último deberá interpretar o traducir las ironías que le presenta el
autor. Cabe mencionar que el lector debe tener muchísima precaución pues podría
ver ironías donde no las hay, y él resultaría ser el ironizado. Por tal razón en este
trabajo de investigación veremos un apartado dedicado a la ”Búsqueda y
reconstrucción de ironías” basado en el crítico Wayne Booth, en su libro Retórica
de la ironía existen varias pistas y recomendaciones para interpretar o encontrar
ironías y no caer en errores fatales, además de ser una de sus mayores
preocupaciones.
El lector-receptor-oyente es de suma importancia, la ironía le exige ser un
lector activo, no podría lograrse un estudio exitoso en un texto irónico si el lector
asume un rol pasivo. También sería necesario mencionar que la ironía es un tanto
compleja, ya que tal vez un hecho resulte irónico para una persona y para otra no;
depende del pensamiento, de la ideología, de la visión que cada individuo tenga
acerca de un acontecimiento.
En este análisis trataremos de encontrar eironeias y traducirlas para
posteriormente saber la verdadera intención del autor sin embargo, también
intentaremos identificar qué tipo de ironía se está utilizando pues como veremos
en el capítulo I existen diferentes clasificaciones acerca del término además ha ido
creciendo con la historia por lo tanto se le ha dado diferentes connotaciones.
Analizaremos suspicazmente los cuentos para poder saber con qué clase de ironía
juega Enrique Serna en dichos textos.
El humor por su parte es un elemento con el que se convive a diario pues
vivimos en una sociedad que ofrece demasiados hechos desoladores los cuales
necesitan ser vividos con humor para aminorar la carga funesta. El capítulo II está
dedicado a su estudio en donde observaremos que es un término muy antiguo
como la ironía, además de diferenciarlo pues esta palabra tiene diversos
significados. En este trabajo analizaremos la parte humorística del cuento,
entendida ésta como la actitud lúdica, como juego de inteligencia, como
herramienta liberadora no como un término médico.
Cuando analicemos los cuentos de Enrique Serna podremos saber qué tipo
de humorismo está presente en los textos y cómo es utilizado, es decir existen
diferentes formas de entender y abordar dicho tema sin embargo en este trabajo
pretendemos estudiar las teorías más importantes que nos ayuden a comprender
la cuentística de este escritor. Comprobaremos su magnífico domino de esta
herramienta la cual —junto con la ironía— enriquece indiscutiblemente su
narrativa, pues no sólo estos dos cuentos están impregnados de humor e ironía;
su novela El miedo a los animales es un excelente ejemplo para demostrar que
este narrador utiliza de una manera excelsa estos conceptos.
Un escritor humorista pone en juego varios elementos cognoscitivos para
crear un verdadero y auténtico humor: el ingenio, la perspicacia, la agudeza y la
imaginación; éste es un juego de inteligencia por lo tanto requiere de una gran
capacidad sino se estaría haciendo un humor burdo o prefabricado; cuando
analicemos los cuentos trataremos de identificar estos elementos para tener la
certeza que estos dos cuentos están impregnados de humorismo. Además de
apreciar la mezcla de estos términos ya que resulta interesante observar la
práctica; por decirlo así de estos conceptos. Quizá al final podremos decir que en
estos textos existe la presencia del humor-alegría-ingenio.
El análisis pretende como ya mencionamos encontrar la presencia del humor
pero no solamente eso sino saber qué tipo de humorismo está presente, como
está utilizado, es decir en qué clase de situaciones fue necesario emplear esta
herramienta. En el capítulo dedicado a este término encontraremos las diversas
funciones que puede fungir el humorismo, y cómo puede ser utilizado en
diferentes situaciones, quizá un personaje lo utiliza para aminorar las desgracias
de su vida, pero tal vez otro para burlarse, o para lograr un cierto distanciamiento
de los hechos además habrá que analizar con cuidado para saber si también está
la presencia del humor negro.
Cuando existe el humor inevitablemente aparece un sentimiento: la risa; al
realizar la lectura de los cuentos seguramente estará presente, por consiguiente en
el capítulo I hay un apartado dedicado a ésta. Es conveniente saber a grosso modo
algunos síntomas por los que se provoca o qué tipos de risas existen. Algunas
veces nos reímos de situaciones que en realidad no debieran por lo grave de éstas,
por eso resulta necesario saber porque surge la risa.
En la historia de la literatura apreciamos que los receptores juegan un papel
de suma importancia pues depende de cada quien, es decir cada uno puede
entender, analizar, leer, cuestionar, reflexionar, etc. un texto de diferente manera.
La narrativa por lo general, está impregnada de juicios, ideologías, posturas, etc.,
y lo que hace el humorista y el ironista es enfatizar estos elementos. Esperamos
que estos dos cuentos nos permitan —con la ayuda del humor— bromear y jugar
con las situaciones; y con la ironía poner de manifiesto frases en donde existe una
contraposición entre lo dicho literalmente y lo que verdaderamente se quiere decir.
Ambos términos de alguna manera tratan de decir un “no” pero a la vez es un “sí”,
por decirlo así.
Las sociedades siempre han ofrecido diversas situaciones irónicas y
humorísticas, se han vivido y se siguen viviendo incongruencias, se ha perdido el
sentido de lo real, se convive con acciones irracionales propias de un ser racional,
observamos contradicciones
entre las palabras y los hechos, entre
los
pensamientos y las acciones, entre las intenciones y la realización, etc., todo lo
anterior por sí solo es humorístico e irónico. Enrique Serna en sus cuentos hace un
recorrido por estas incoherencias de la vida, además crítica ciertos valores, algunos
aspectos de los bajos fondos, la corrupción y degradación de los individuos; exhibe
una sensibilidad donde prevalece la incertidumbre y la ambigüedad del deseo. Este
cuentista nos presenta todas estas emociones y sentimientos de la vida cotidiana
con dos recursos: la ironía y el humor, los cuales fortalecen y enriquecen sus
textos.
Esperamos que al final del análisis la ironía como el humor nos permitan
despertar, o mejor dicho volvernos atentos de nuestra realidad; la literatura es una
manifestación que permite plasmar diversas realidades: la ficción y la propia,
algunas veces se mezclan y crean cuentos donde ubicamos geográficamente los
lugares; lo que nos permite compenetrarnos y ver de algún modo nuestra realidad,
nuestra situación. Ambos cuentos retratan a la sociedad, ésta junto con la
literatura son los temas predilectos del humor y la ironía; en diversas ocasiones
estos elementos tratan de enfatizar los hechos para recalcar la crítica, de alguna
manera juegan el papel de espejo, es decir donde el lector puede contemplar su
conciencia, o mejor dicho su vida en general. Cabe aclarar que no resulta fácil
jugar o criticar con lo que uno convive pues finalmente descubriremos la verdadera
naturaleza y nuestra abundante parte irracional.
En síntesis, en las letras siempre han existido tres elementos básicos para la
conformación de un escrito: autor-texto-lector; a lo largo de esta introducción
hemos visto la importancia del autor irónico y humorístico además del lector
activo, pues como ya se señaló anteriormente, la ironía sin la participación de éste
sería casi imposible. Así pues, esperamos realizar un buen análisis en los cuentos,
teniendo presente nuestra labor como lector y sobretodo el suficiente cuidado, ya
que toda interpretación es responsabilidad del lector aunque ésta nunca puede ser
única y absoluta; como pasa con todas las demás interpretaciones que se intentan
hacer sobre los textos literarios.
El humor y la ironía son dos elementos que han ido creciendo y adquiriendo
fuerza en la narrativa mexicana, permiten que el texto tenga una nueva
perspectiva y construcción además ofrecen la posibilidad de diferentes lecturas, le
exigen al lector que sea mucho más participativo y comprometido. Al terminar el
análisis de “Hombre con minotauro en el pecho” y “El desvalido Roger” esperamos
descubrir una nueva posibilidad de estudiarlo, lo que finalmente nos permita
corroborar que el humor y la ironía son dos herramientas bastante útiles en la vida
cotidiana pero también en el mundo de las letras. Un texto por lo general quiere
trasmitirnos algunas verdades que nos permiten reflexionar y crecer como
individuos, como sociedad, como país, como mundo. Después de analizar
detenidamente las situaciones que nos presentan los cuentos esperamos también
lograr una reflexión acerca de los problemas contemporáneos, que ambos
términos nos permitan lograr una conciencia crítica y poder comprender el
complicado proceso llamado vida.
CAPÍTULO I
1.1
Orígenes de la ironía
Oscureciendo lo que es claro, mostrando el
caos donde había orden, liberando por medio
de la destrucción del dogma o destruyendo al
revelar el inevitable germen de negación
que hay en toda afirmación.
Wayne C. Booth
Para este trabajo de investigación es necesario remitirnos al contexto de su
aparición y explicar, brevemente, las diferentes connotaciones que a lo largo de la
historia se le ha dado a dicho concepto, para que posteriormente podamos tener
un mayor dominio y así, lograr un análisis exitoso en la narrativa del escritor
Enrique Serna.
En el apogeo del mundo griego, aparece una figura sumamente interesante
e importante —Sócrates– que vivió del 470 al 400 a.C. Este filósofo nunca plasmó
sus ideas en ningún libro, puesto que todas sus enseñanzas eran a través del
diálogo, sin embargo, conocemos sus razonamientos y sus planteamientos por
medio de algunos discípulos, los cuales escribieron a cerca de su maestro. Es el
caso de su discípulo Platón, filósofo que escribió la Apología cuando aún era joven,
así que tuvo la oportunidad de escribir razonamientos dichos por Sócrates.
Su estrategia de conocimiento consistía en propiciar debates verbales,
Sócrates asumía la postura de ingenuo, de “no saber” sobre algún tema; los
demás debían exponer sus principios los cuales le daban pie a este filósofo para
exponer la tesis contraria y así, encaminar a sus discípulos a descubrir el espíritu
de su propia verdad. Sócrates, de alguna manera, obligaba a la gente a utilizar su
sentido común. El método socrático que utilizó con sus discípulos era el siguiente:
A base de preguntas que obligaban a sus discípulos a pensar por cuenta
propia y encontrar la solución a los problemas, principalmente de índole
moral, Sócrates sostenía con sus amigos y conocidos un diálogo lleno de
ironía y de sana e inteligente intención pedagógica.1
A este método lo llamó mayeútica, la etapa preliminar de esta enseñanza es
la refutación por parte de Sócrates, enseguida venía el arte del alumbramiento.
Por eso mayeútica significa “parto espiritual”. Este filósofo se compara con su
madre, pues ésta era comadrona y él decía que también hacía labor de
comadrona, es decir, alumbraba las mentes de los hombres. Su labor consistía no
tanto en enseñar, sino más bien, en lograr que sus discípulos reflexionaran y
extrajeran por sí mismos sus propios razonamientos, conclusiones e ideas.
Sócrates afirma que sus discípulos nada aprendieron de él, sino que son ellos
quienes aprendieron por sí mismos, es decir, hallaron en su interior sus propias
respuestas.
El maestro finge una pretendida ignorancia, comenzaba afirmando “Sólo sé
que no sé nada”. Sócrates estimulaba la búsqueda, pues en vez de ofrecer una
cátedra, incitaba a una investigación interior, pretendía que aflorará el
pensamiento de aquellos que dialogaban con él. Esta supuesta confesión de
ignorancia animaba al interlocutor al diálogo, Sócrates formulaba preguntas cuya
respuesta ya sabía, esto no era una manifestación de embaucador, sino que
formaba parte del método mayéutico, así los interlocutores tenían la posibilidad de
discutir sus propios planteamientos, dejando a un lado los prejuicios que les
impedían pensar con claridad al creer que ya sabían. Sócrates suponía que
1
Raúl, Gutiérrez Sáenz, Historia de las doctrinas filosóficas, p. 39.
solamente partiendo de la conciencia de la propia ignorancia era posible entrar en
la senda del conocimiento.
De esta manera, este filósofo podía señalar los puntos débiles de la manera
de pensar de los atenienses. Esto solía suceder en plazas públicas, algunas veces
un encuentro con Sócrates podía significar quedar en ridículo ante un gran público.
Por lo tanto, no es de extrañar que Sócrates, a la larga pudiera resultar molesto e
irritante, sobre todo para los que sostenían los poderes de la sociedad. "Atenas es
como un caballo apático", decía Sócrates, "y yo soy un moscardón que intenta
despertarlo y mantenerlo vivo".
El termino ironía se asocia con esta actitud de Sócrates, ya que la primera
aparición del termino la encontramos en La República, en donde Platón registra la
palabra “disimulación”, haciendo referencia al método mayéutico de Sócrates:
“Esta no es sino la habitual ironía de Sócrates, y yo ya predije a los presentes que
no estarías dispuesto a responder, y que, si alguien te preguntaba algo, harías
como que no sabes, o cualquier otra cosa, antes que responder”.
2
Se utilizó la palabra dissimulatio porque se consideraba una forma elegante
de disimulación, la cual consiste en expresar una idea distinta de la que se esta
pensando, aunque no precisamente la contraria. Empero, la ironía consiste en
manifestar una idea contraria de la expresada; juegos verbales que permiten el
enriquecimiento de nuevos conocimientos de manera no directa.
Por todo lo anterior se habla de una ironía socrática, es decir, disimular un
conocimiento real, mientras que los demás pretenden ingenuamente creer que
saben algo. La filosofía entiende a la ironía socrática como aquella actitud que
consiste en la devaluación que Sócrates hace de sí mismo con los adversarios con
quienes mantiene una discusión, por ejemplo: cuando Sócrates habla acerca de la
2
Platón, República, p.74.
justicia “Yo considero que la investigación está fuera de nuestras posibilidades y
que vosotros que sois hábiles en vez de enojaros deberíais tener piedad de
nosotros”.3 Incola Abbagnano nos dice al respecto “el que dice la verdad está en el
justo medio, el que exagera la verdad es el jactancioso y el que, en cambio,
intenta disimularla es el irónico”.4 Por su parte Cicerón afirma “Sócrates
en la
disputa a menudo se rebaja a sí mismo y eleva a los que quería refutar y así
hablando en forma diferente a la pensada, adopta voluntariamente la simulación
que los griegos denominaban ironía”.5
Pere Ballart ubica el antecedente más remoto de la historia de la ironía, en
la arena misma de un teatro griego, en donde aparecen dos personajes con sus
máscaras correspondientes, se da comienzo a la acción e intercambian algunas
palabras, los asistentes desean divertirse, pues van a presenciar una comedia. Es
la pareja arquetípica de la antigua comedia griega: por un lado, el personaje
fanfarrón que alardea de su valentía y de sus conocimientos; por otro lado el
ladino interlocutor que no perdonará la oportunidad de ridiculizar al falso. Este
crítico nos da su opinión acerca de este enfrentamiento entre un “falso sabio” y un
“falso tonto”:
Es en este choque tan primario entre presunción y astucia, entre
ingenuidad y disimulo, donde cabe ver el origen de toda ironía. Los
griegos tenían para designar a esos dos personajes [...] los nombres
de alazon (
v) y eiron (
v), los cuales dieron rápidamente, por
derivación
natural,
los
términos alazoneia y eironeia. Así, el
primero pasó a significar toda aquella
actitud vanidosa, y en el
fondo estúpida, de quien finge unas aptitudes que está muy lejos
de poseer, mientras el segundo [...] indicó a partir de aquel momento
el talante de alguien que, en apariencia desvalido, esconde su juego
3
4
5
Ibid., p. 59.
Nicola Abbagnano, Diccionario de filosofía, p.703.
Pere Ballart, Eironeia, la figuración irónica en el discurso literario moderno, p. 35.
y, por medio de sinuosas estratagemas, se sale con la suya.6
Como podemos ver, seguimos entre esta dualidad: Sócrates/sofistas y
eiron/alazon, en ambos casos observamos por una parte, los personajes que
disimulan sus conocimientos, una supuesta ignorancia, una modestia de sus
virtudes, se jactan de “sabios” en el caso de Sócrates, una cordura ante su
adversario, a veces adoptan una total postura de “tontos”. Por otra parte, los
personajes que
se alardean de sus virtudes, presumen sus razonamientos y
planteamientos, al final del enfrentamiento, estos últimos personajes son los que
terminan perdiendo, resultan ser los ironizados, pues son unos “falsos sabios”; y
los “falsos tontos” resultan ser los irónicos, de alguna manera se burlan
irónicamente del interlocutor que presumía saberlo todo: “quien finge saber, no
sabe, y quien finge no saber, sabe. El público necesariamente tomará partido por
este último personaje, puesto que no parece hablar en beneficio propio, ni se jacta
de su superioridad sobre el oponente”.7
A lo largo de la historia, esta dualidad es la que ha dado pie al término, son
los dos principales oponentes de la ironía: “una claramente retórica, de ataque al
adversario y fácilmente inteligible, y otra muy distinta, de ribetes filosóficos,
destacable por su relatividad y por lo deliberadamente impreciso de su
interpretación”.8
En Occidente, tras la caída del Imperio romano, la ironía sufre un fuerte
estancamiento, ya que consideraban al término como una manera de pensar
oblicua y cuestionadora de todo dogma. En el nuevo régimen, por un lado la
fuerza se imponía sobre la razón, las palabras ya no cobraban tanto valor como el
poder; por otro lado,
las instituciones eclesiásticas estuvieron a cargo del
pensamiento y la cultura, obviamente no vieron con buenos ojos dicho término, y
6
7
8
Ibid., p. 40.
Ibid. p. 41
Ibid. p. 48
mucho menos le dedicaron estudios. Los hombres ilustrados de esta época no
profundizaron los estudios sobre la ironía, sus debates terminaban en restituir los
discursos de los clásicos, simplemente comentaban los textos grecolatinos:
...la labor realizada durante este larguísimo período, que abarca nada
menos que desde el medioevo hasta el final del denominado “Antiguo
Régimen”, se mueve en los más estrechos patrones de la
especulación y el escolasticismo. En el árido despoblado que es la
bibliografía irónica correspondiente a esta época, no despierta sorpresa
alguna
que
las
raras
menciones
de
la ironía
vayan
9
acompañadas de juicios censuradores.
En esta época encontramos al pensador Santo Tomás, quien habla de la
ironía de una manera poco acertada, debido a que minimiza el término diciendo
que “su práctica es perniciosa, pues encubre en el fondo una vanidad tan
reprochable como quien peca de jactancia. A diferencia del acto de velar
prudentemente la verdad”.10
Para continuar con la cronología irónica nos ubicamos en la atmósfera
humanista-renacentista, en donde el concepto sufre una nueva revalorización de
los antiguos. La idea específica de que la ironía como modalidad de discurso o
como figura de pensamiento ha quedado desaparecida; lo único que permanece
del significado es la intención de que se entienda lo contrario de lo que se dice. En
esa época encontramos a un escritor —Julio César Escalígero— que define a la
ironía de una manera muy avanzada para su tiempo:
...un término genérico que concierne al grupo de figuras en las que la
palabra es contraria al sentido. Ello es deducible no por la
expresión en sí misma, sino por la naturaleza del acto de
enunciación. Difiere de la alegoría en que ésta señala lo que las cosas
tienen en común y las pone juntas, mientras que la ironía pone juntas
9
Ibid. p. 60
José, Ferrater Mora, Diccionario de filosofía, p.993.
10
cosas que son contrarias, indicando la base de su separación.11
El siguiente periodo histórico, en donde la ironía tiene un nuevo auge es en
el Romanticismo, se retoma el enfoque de los griegos clásicos, se vuelve a la raíz.
La materia estética junto con el dominio de la obra artística será de suma
importancia para este periodo, pues la ironía juega el papel central entre la
relación del creador y su obra, aquí es donde la ironía alcanzó un nuevo esplendor.
Los escritores románticos retomaron algunas ideas como “el de la disimulación
momentánea de una opinión, la naturaleza de instrumento argumentativo para
disolver tesis adversarias”.12
La historia de la filosofía reconoce dos vertientes fundamentales de la
ironía: la socrática y la romántica. Esta última entendida como aquella que se
apoya en la actividad creadora del “yo absoluto”, este “yo” recae en el poeta o en
el filósofo, los cuales llegan a devaluar la importancia de la realidad a no tomarla
en serio. La ironía es entendida e interpretada como la conciencia de la
subjetividad absoluta, es decir, dicho término se comprende así mismo como una
cosa suprema y, por lo tanto, no se rebaja ni siquiera con lo supremo. La ironía
romántica nos deja ver “un contraste entre la conciencia exaltada que el yo tiene
de sí y la modestia de sus manifestaciones externas”.13
En el Romanticismo la ironía complementa y aumenta su expansión, su
definición y sus horizontes, los cuales fueron espectaculares “A partir del
Romanticismo, el fenómeno recobra su vena genuina, paradójica y relativista,
emergente desde el momento en que el artista se plantea las contradicciones
11
12
13
Pere, Op.cit., p. 61
Ibid., p. 66
Nicola, Op.cit., p. 704.
inherentes a su actividad creadora”.14 En el romanticismo la ironía se concibió
como la expresión de la conciencia de la subjetividad absoluta, ante la cual todas
las cosas carecen de importancia. A partir del “Yo absoluto” de Fichte, la filosofía
romántica considera toda realidad como subalterna, razón por la cual, exaltando la
libertad interior al propio yo, desposee a la realidad de importancia y puede
mantenerse distante de ella.
Son varios los autores que contribuyeron al crecimiento del término en este
periodo; el primer autor que se debe mencionar es sin duda Friedrich Schlegel
“cabe atribuirle el haber sido el verdadero introductor del término “ironía” en el
análisis literario moderno”.15 Para este crítico la verdadera esencia de la ironía
reside en la filosofía pues ésta es conveniente y necesaria, debido a que introduce
una especie de “belleza lógica” al conocimiento, al pensamiento. Sin embargo no
descarta la idea de que exista otro tipo de ironías. Este concepto para Schlegel es
principalmente un instrumento del género cómico.
La ironía romántica ya no pretende el enfrentamiento entre una torpe
vanidad y una sagacidad irónica, más bien aspira a contrarrestar varios momentos
de nuestro propio pensamiento, es decir, el “yo trascendental” puede “burlarse de
sí mismo en una autoparodia que no consienta la fatuidad ni la suficiencia y que
socave las propias convicciones y producciones”.16 Según los románticos, la ironía
debe mitigar el exceso de pasión y corregirlo en una visón distanciada de los
personajes, de la acción, de la obra, del tema y del autor propio, por eso Jean Paul
Richter nos dice que su mecánica no es otra “que la de unos baños calientes de
sentimiento seguidos por frías duchas de ironía”.17 Este crítico también contribuyó
14
15
16
17
Pere Ballart, p.68
Ibid.,p.24
Ibid.,p. 71.
Wayne C. Booth, La retórica de la ficción, p.312.
definitivamente en la construcción del término ironía, la cual siempre la asoció con
sarcasmo, sátira, un poco de humor y también algo de cómico.
1.2
Definición de ironía
La ironía envuelve de música y de bruma
los claros paisajes de la razón.
Wladimir Jankelevitch.
La ironía es como la clara conciencia de
la eterna agilidad, de la plenitud infinita
del caos.
René Wellek.
Con base en los antecedentes mencionados podemos observar que la ironía
ha recorrido diferentes épocas, y ha sido interpretada conforme a cada momento
histórico. En este apartado trataremos de definir a la ironía con un significado más
específico, ya que para este trabajo de investigación resulta conveniente delimitar
el término y retomaremos algunas anotaciones de sus orígenes porque es
imposible hacer a un lado las raíces de la ironía.
Existe una gama —bastante amplia— de estudios acerca de este concepto,
sin embargo, nos ocuparemos con mayor ahínco de algunos críticos que nos
ayudarán a entender la ironía con mayor claridad, y así lograr un mejor análisis en
los cuentos. La ironía es un término que no se puede restringir pero también es
necesario delimitarlo.
La definición más sencilla y más común acerca de la ironía es manifestar
una idea y querer decir lo contrario, por tal razón, leer ironía es —de algún modo–,
“como traducir, como decodificar, como descifrar, y como mirar detrás de una
máscara”.18 Esto nos recuerda a la pareja arquetípica del teatro griego, pues
ahora, lo que hace un lector es detectar o desenmascarar un eiron. La ironía se
comunica y se dirige a un ambiente social, ya que si no, todos sus esfuerzos
carecen de sentido.
La ironía literaria puede ser entendida como una manera de expresarse o
hablar en la que encontramos una disyuntiva, entre lo dicho literalmente y lo que
propiamente se quiere dar a entender, es decir, se dice lo contrario de lo que se
piensa, también podemos afirmar que se dice lo contrario de lo que se quiere
decir, sin embrago no habrá que confundirla con la mentira. La ironía piensa algo y
dice lo contrario, es como un deshacer con la mano lo que se acaba de hacer con
la otra. Cuando estamos frente a una frase irónica nos enfrentamos a un
enunciado con dos significados, uno posiblemente literal y otro en acción
permanente, esperando ser encontrado o descodificado. Estamos frente a un
choque semántico o cognoscitivo, el cual nos ofrece dos sentidos, es decir la ironía
nos presenta dos
significados simultáneamente y, en la mayoría de los casos,
éstos son opuestos.
Sería pertinente hacer la diferencia entre ironía y mentira para no
confundirlas o malinterpretarlas. La primera es una contraposición entre lo dicho
literalmente y lo que verdaderamente se quiere decir; la segunda consiste en
engañar al lector, pues el mentiroso esta consciente de que oculta algo, y el
irónico no oculta nada: “La diferencia es clara: la mentira debe engañar al
oyente/lector (en caso extremo también el mentiroso mismo); la ironía en cambio
adquiere su cualidad específica del hecho de que la diferencia es transparente el
iniciado”.19
18
19
Idem., Retórica de la ironía, p. 66.
Allemann Beda, Literatura y reflexión II, p.13
Esta ironía literaria la podemos ubicar en un ejemplo clásico de la literatura
universal, cuando Marco Antonio dice: “And Brutus is an honourable man” en el
Julio César de Shakespeare. En este caso Marco Antonio consigue por medio de la
frase irónica cambiar el talante de la audiencia insistiendo en decir, por supuesto
en tono irónico que Brutus es un hombre respetable y honorable; en primera
instancia cuando Marco Antonio pronuncia el enunciado esta invitando al pueblo ha
estar en acuerdo o en desacuerdo. Los receptores pueden juzgar a éste y decir
que él no cree lo que dice, y posiblemente se llegaría a la conclusión de que es un
mentiroso y no un ironista. El público que asiste a la representación teatral sabe
desde un inicio que está siendo irónico, esta contradiciendo sus propias opiniones
y su enunciado contiene un objetivo oculto. Como observamos en este ejemplo se
da un choque semántico, entre lo que esta diciendo y lo que él piensa realmente.
Pues sabemos que Brutus no es un “hombre honorable”, más bien es un “hombre
desvergonzado”, pues ha cometido muchas injusticias, robos y bajezas. Es un
querer decirnos “bueno” cuando en realidad es “malo”, la frase irónica permite
enfatizar y acentuar las faltas cometidas por Brutus, resulta mucho más fuerte
afirmar cualidades negativas presentándolas inversamente.
Este ejemplo ha servido para que la retórica tenga su propia perspectiva
acerca de la ironía, no designa sino un tropo “decir lo contrario de lo que se quiere
dar a entender”, por consiguiente, la ironía puede verse como antífrasis, e
inclusive como “inversión semántica o marca de contraste”: “En el plano
semántico, la ironía se define como señal de diferencia de significado, a saber,
como antífrasis. Como tal, se realiza de forma paradójica, por una superposición
estructural
de
contextos
semánticos.
Hay,
pues,
un
significante
y dos
significados”.20 La ironía trabaja con juegos de palabras, con la parodia, con el
equívoco, con la hipérbole, con la lítote, la sátira y por supuesto como ya hemos
visto con la antífrasis, la cual es considerada como el “espectro irónico”.
20
Linda Hutcheon, Ironía, sátira, parodia en De la ironía a lo grotesco (en algunos
textos literarios hispanoamericanos), p. 179.
La escritura contemporánea recurre a la ironía como una estrategia
narrativa que permite expresar las incongruencias y “las paradojas de la condición
humana y los límites de nuestra percepción de la realidad, ello exige la presencia
de un lector capaz de reconocer las distintas estrategias de autocuestionamiento
que este mismo discurso pone en juego”.21 Enrique Serna es un escritor que sabe
manejar con dominio la ironía, en su narrativa observamos una vocación hacia la
prosa irónica y ácida, de ciertos valores y algunos aspectos de los bajos fondos y la
corrupción de los individuos. Por ejemplo en el libro El orgásmografo encontramos
una aguda observación de las cárceles imaginarias del hombre contemporáneo.
Podemos observar con claridad esta labor de la ironía cuando Serna la utiliza en el
cuento “La Palma de Oro”, en donde critica las instituciones televisivas que crean
ambientes imaginarios para controlar a la sociedad, para que continúe adormilada
con estas súper historias. Resulta que los productores se creen los grandes
escritores y creadores de una nueva historia que tendrá éxito rotundo, en la
siguiente cita podemos observar como este escritor mexicano juega e ironiza con
los absurdos de la vida televisiva:
Consuelo me contaba en líneas generales el argumento de la telenovela. Se
llamaba El dolor de callar y era la historia de una sirvienta sordomuda,
recién llegada a la capital, que entrega su virginidad al hijo del patrón
confiada en una falsa promesa de matrimonio y cae en la cárcel por intrigas
de una rival amorosa, acusada de un robo que no cometió. —Pero espérate
todavía falta lo mejor. En prisión, la heroína da a luz a su hijo asistida por
una de las reclusas. Al demostrar su inocencia queda en libertad y con el
niño en brazos va a la Basílica de Guadalupe a darle gracias a la virgen.
Cuando está rezando la virgencita le hace un milagro y recupera la voz.
Entonces descubre que tiene facilidad para el canto, hace una prueba en
una disquera y se convierte en la reina de la balada Tex Mex.22
La ironía pareciera ser una frase silenciosa que desbarata algunas trampas o
realidades que se ponen en juego en el texto, y que la mayoría de las veces no
21
22
Lauro Zavala, Humor, ironía y lectura. Las fronteras de la escritura literaria, p. 34
Enrique Serna, El orgasmógrafo, p. 151.
están lejos de la propia “realidad”. Por ello, en algunas ocasiones la ironía resulta
un tanto incómoda, pues plasma situaciones de la vida cotidiana y las critica, las
ironiza, lo cual resulta desagradable cuando el lector se ve reflejado en alguna
situación parecida a la del personaje. Sin embargo, la ironía, junto con los ironistas
son necesarios, pues bromean con los hechos paradójicos de la vida; no es
necesario que nos digan todo, confían en un lector capaz de lograr una buena
percepción y de que sabrá complementar las señales dadas: “la ironía se vuelve
necesaria porque ya las almas están llenas de meandros, reticencias y enigmas”.
Lo anterior lo podemos observar claramente en el cuento “El desvalido
Roger” que aparece en el libro Amores de segunda mano, en primer lugar el
escritor Serna comienza la narración con una cita del diccionario: “Misericordia:
puñal con que solían ir armados los caballeros en la Edad Media para dar el golpe
de gracia al enemigo”, el cuento podemos decir que es una alegoría de esta
definición, la misericordia ese anhelo de fraternidad esta anegado en la
misantropía; en las raíces de la compasión se hunden en el más profundo egoísmo.
Este escritor —de manera irónica– describe a la señora como benefactora,
caritativa, de buena fe y sobretodo con un gran objetivo (adoptar a un niño
mexicano), además la califica como inteligente y con sentido común, sin embargo
es todo lo contrario:
Tenía la corazonada, tan absurda como intensa, de que lo encontraría en
el mismo sitio donde lo retrató la NBC. Roger se había prendado de su
conmovedora imagen, y temía que su naciente amor no resistiera la
desilusión de hallarlo con otro paisaje. Maldita ocurrencia la de venir aquí
para adoptar a un pigmeo que además de llorón era horrible23.
La señora no tiene buenas intenciones, sólo quiere adoptar a Roger ya que
por unos instantes la invadió un sentimiento de maternidad que confundió con
egoísmo, no quería ayudar a los niños mexicanos huérfanos por el temblor, sino
23
Idem., Amores de segunda mano, p. 29, 31,35.
más bien quería adoptar a ese niño con la misma escenografía que lo acompañaba
cuando lo vio en la televisión, ya que todo el cuadro es lo que le producía un
sentimiento de ternura y maternidad, quizá si encontraba al niño en otro escenario
ya no le resultaría tan agradable o reconfortable adoptarlo, pues le haría falta una
parte de aquella imagen que la atropó y la “conmovió”.
Para lograr una ironía deben existir tres componentes básicos, el irónico
(autor-narrador); el texto (personajes ironizados) y el lector descubridor de
eironeias. Ante estos tres términos, el crítico Lauro Zavala hace una clasificación
en tres niveles para el estudio de la ironía:
1)
Casuístico o formal: En donde encontramos solamente los recursos
lingüísticos y estilísticos de dicho término. Su objetivo es el estudio propiamente
del texto y es descriptivo.
2) Propositivo o funcional: En este nivel observamos e identificamos la
postura que tiene el autor implícito, acerca del mundo y su visión de la literatura,
lo anterior se puede lograr, a través de analizar las ironías que éste emplea.
3)
Dialógico: El lector debe identificar las señales irónicas, que le son
proporcionadas, además de las rupturas que la ironía puede presentar.
Por su parte el escritor Jankelevitch nos presenta otra división de la ironía:
la pantomima irónica, que se lleva acabo por medio de gestos y ademanes; la
ironía plástica, la cual se dedica al dibujo de caricaturas; y por último, la ironía del
lenguaje, escrito o hablado, donde se expresa un pensamiento e interviene un
interlocutor.
La ironía es vista como una forma de pensamiento, como una posible
variación de la actitud subjetiva y como una conciencia, ya que juzga y advierte el
distanciamiento entre un hecho que pueda realizarse y la realidad de quien
pretenda llevarla acabo. Es decir, la ironía sugiere una contradicción, aunque no
toda discordancia es irónica, debe existir algo más, quizá un fuerte contraste entre
una pretensión y una realidad, por ejemplo: un pueblo pretende encontrar la clave
de la felicidad humana, y en su afán producen un instrumento de destrucción que
cimienta la zozobra en la humanidad. Lo anterior nos resulta irónico, no por la
simple contradicción “sino el contraste entre la pretensión de poseer un valor
cualquiera (sabiduría, justicia, eficacia infalible de un medio para la felicidad
humana) y la realidad de lo verdaderamente logrado”.24
Por eso se habla de una conciencia irónica, el crítico Jankelevitch nos dice
que ésta conciencia juega con los sentimientos, sin embargo nunca concreta o
insiste sobre algún hecho, prefiere andar de una anécdota a otra, es decir, la
conciencia irónica no le gusta estar en un punto fijo, más bien prefiere probar todo
pero sin posarse en ningún lado “En vez de embriagarse con un solo vino, en vez
de vaciar su copa, la ironía prefiere fabricarse una embriaguez multicolor, con
todos los alcoholes de la pasión; sólo bebe un trago de cada brebaje, y es la
primera en divertirse con sus borracheras”.25 La conciencia irónica es la que
advierte ese abismo entre la posibilidad de llevar acabo con plenitud un valor y las
supuestas y pretendidas realizaciones que se van a llevar a cabo: “ve las
contradicciones y las vanidades de la existencia, y al nombrarlas las destruye. Pero
las destruye subrayándolas, insistiendo en ellas mediante el artificio de nombrarlas
al revés.”.26
Sin embargo, no basta con aniquilar o encontrar contradicciones, es
necesario que haya una voluntad de verdad. Por eso la ironía —en algunos casos–
exige un compromiso, es decir, establece una comunicación con ciertos lectores
que se encuentran en el mismo nivel, o mejor dicho, que también pretendan llegar
al establecimiento de la verdad.
24
25
26
Jorge Portilla, La fenomenología del relajo, p. 65.
Wladimir Jankelevitch, La ironía, p. 32.
Jorge, Op.cit., p.68.
Es un compromiso con la “verdad”, sin embargo el locutor no pretende
liberar a sus receptores, y mucho menos imponerles sus verdades y sus saberes,
pero sí permite crear una nueva perspectiva, una nueva visión y una nueva
orientación, que claro está, depende del lector que recibe el mensaje, ya que cada
quien puede entender el texto irónico de diferente forma. La ironía hace de alguna
manera que nos volvamos atentos y observadores de la realidad. La ironía oculta y
disimula, pero su finalidad es exhibir muchas verdades y realidades “La ironía no
es ninguna isla de vana gratuidad, sino un progreso: una vez que ha pasado la
ironía, hay más verdad y más luz”.27 El ironista, de alguna manera, finge alabar lo
que en verdad rechaza y censura.
La ironía juega con las palabras, para lograrlo lleva acabo un excelente
manejo de las verdades o de los errores, el ironista trata de nunca perder el
equilibrio. Es tan dueño de sí mismo y de lo que escribe que puede incluso jugar
con el error “conoce tan bien la verdad que a fortiori puede decir falsedades”.28
Por lo anterior, se ha llegado a comparar al ironista con un acróbata, ya que
mantiene el equilibrio de la credulidad.
Ahora bien, la ironía no pretende ser creída, más bien ser comprendida o
interpretada. No quiere expresar, más bien sugerir; quiere que no creamos en lo
que dice literalmente sino más bien en el trasfondo, en lo que realmente piensa. El
ironista da pistas para que el lector se pueda guiar hacia donde él quiere. Por
medio de las frases irónicas nos insinúa por dónde esta el camino, sus
pretensiones y su finalidad, sin embargo para que se complete este círculo, es
necesario que el receptor sepa descifrar.
Por lo anterior, surge una pregunta “¿hay algo más deplorable que una
ironía que cae al vacío, porque no encuentra oídos lo bastante finos como para
27
28
Wladimir, Op.cit., p. 54.
Loc.cit.
captarla?”,29 la ironía se ha visto como una llamada, que todos los lectores
deberían escuchar, pues la mayoría de las veces invita a realizar un esfuerzo
intelectual que nos permitirá lograr la descodificación de los signos, por así decirlo.
Debemos tener la capacidad de leer entre líneas, adivinar cuáles son las
intenciones del ironista, ¡a juego ágil, oído fino! El lector debe ser muy astuto y
suspicaz, requiere de una agilidad mental, ya que la ironía juega con varias
herramientas y artimañas, que a veces no resultan tan fáciles de desenmascarar.
Es importante señalar que la ironía subraya y ataca con tosquedad a la
hipocresía, en algunos casos exagerando las situaciones y las voces; por más que
se oculte o quiera pasar con disimulo la ironía esta atenta y por lo general termina
desenmascarando a la hipocresía, el ironista la huele y la persigue “la ironía es la
conciencia intranquila de la hipocresía”.30 Cabe aclarar que la ironía no es síntoma
de cinismo o de hipocresía, más bien la ironía tiene un carácter crítico, difícilmente
se deja engañar, anteriormente se había dicho, la ironía en algunos casos
incomoda, pues los ironistas denuncian la corrupción, los negocios turbulentos y
sucios de la sociedad, la doble moral del ser humano, el mundo literario,
burócratas amurallados en su soledad, el sistema político-gubernamental, etc.
Como ya hemos dicho el escritor Serna, al ser un ironista, de alguna manera
denuncia y crítica las arbitrariedades –en este caso– de la sociedad mexicana. El
escritor se muestra tajante y no se detiene, pues juega e ironiza con personajes
públicos. A quienes no les ha de resultar nada grato ser descritos de esta manera
como lo hace a lo largo del libro El miedo a los animales, en donde expone a
políticos, judiciales, literatos, instituciones, etc. Después de varios asesinatos, en
donde la mayor culpa es de la Procuraduría General de la República, declara en el
noticiero ECO lo siguiente:
29
30
Ibid., p. 59.
Ibid., p. 108.
...reitero que no daremos un paso atrás en materia de seguridad pública y
pondremos en funcionamiento una Comisión Plural de Vigilancia y Fiscalía
Interna. Lo he dicho y lo reitero enérgicamente: en México rige el Estado
de derecho, llegaremos al fondo caiga quien caiga, los crímenes contra la
inteligencia no quedarán impunes.
Para finalizar este apartado, recordemos que la ironía socava por todos los
ámbitos, nos presenta los hechos con una burla fina en donde vemos diferentes
tipos de vida. La ironía cuenta con un inmenso material, la sociedad ofrece
demasiados hechos con los cuales el ironista puede trabajar, siempre existirán las
inagotables mentiras e hipocresías del ser humano frente a su sociedad: “la ironía
no se deja engañar, y las buenas almas malhechoras no estarán tranquilas
mientras haya ironistas para proclamar su falsa nobleza, sus postizos, sus
mojigangas, su retórica de cartón. ¡Vaya si es indiscreta la ironía!”.31
Pero en este engañar, la ironía debe ser muy cautelosa, pues podría correr
varios riesgos, al ironizar a los demás a veces acaba burlándose a sí misma;
cuando se finge amor y a final de cuentas se llega a sentirlo, o cuando se parodia
sin precaución podría acabar siendo víctima de su propia crítica, por ejemplo. Sin
embargo la ironía y el ironista no buscan resolver las oposiciones y los dilemas de
la vida, ni proponer un modelo de mundo, simplemente ironiza y juega con los
hechos de la vida cotidiana: “es incapaz de enunciar “lo que debería ser”, porque
difícilmente el ironista osaría proponer una alternativa al mundo enfermo”.32
31
32
Loc.cit.
Pere Ballart, p. 132.
1.3
Búsqueda y reconstrucción de ironías
Wayne C. Booth
Todo buen lector debe, entre otras cosas,
ser sensible a la hora de detectar y
reconstruir significados irónicos.
El único significado es que no existe
ningún significado, y toda reconstrucción
de una ironía es tan vulnerable y
destructible como cualquier otra.
Wayne C. Booth
Ahora, es tiempo de explicar algunas pistas que permitan lograr
exitosamente la búsqueda y la reconstrucción de ironías, es decir retomaremos
algunos indicios que nos da Booth para la interpretación de eironeias.
Analizaremos el punto de vista de este crítico, ya que su mayor preocupación es
proporcionar las mejores pistas para que el lector no se pierda en el texto y
cometa graves errores de decodificación. Lo anterior quizá se deba a que la ironía
es un tanto compleja, pues tal vez un hecho resulte irónico para una persona y
para otra no; depende de la visión, de la ideología, del pensamiento e
interpretación que cada individuo le asigne a un hecho.
En el libro Retórica de la ironía encontramos un buen ejemplo de este
posible error, el autor nos cuenta una anécdota que tuvo con un alumno, el cual
realizó un trabajo acerca de la caza de venados “en el cual hacía una descripción
muy gráfica de la emoción que recorría sus venas mientras le atravesaba el cuello
al animal y veía cómo se escapaba la vida de aquellos ojos grandes, hermosos,
infantiles”.
33
Obviamente el crítico realizó una lectura irónica en el trabajo, sin
embargo después de discutir con su alumno, se dio cuenta de que éste no había
tenido ni la menor intención de hacer un texto irónico, él realmente disfrutaba la
33
Wayne C. Booth, Retórica de la ironía, p. 71.
caza de venados sin ningún problema, por tal razón el autor del trabajo no
introdujo en ningún momento frases irónicas.
En un texto irónico puede haber pocos indicadores o resulta
demasiado complicado identificar en el escrito la postura del escritor, y la
decodificación por consiguiente es complicada, sin embargo es un reto para
el lector. Por otro lado, existen los escritores irónicos que no dejan nada al
esfuerzo mental, algunos de entrada anuncian que su texto contiene
ironías, lo cual produce un poco de molestia, pues no deja que el lector
intente traducir, además de que predispone y no permite la posibilidad de
interpretar el texto de una manera diferente.
Siguiendo con el postulado anterior, en 1899 Alcanter Brahm en su
libro L’Ostensoir des Ironies, menciona que los escritores ironistas deberían
utilizar un signo que identifique una frase irónica, es decir, cuando el
escritor hiciera uso de este signo “le petit signe flagellateur” (¿), el lector
sabría de ante mano que esta siendo irónico. Obviamente no tuvo mucho
éxito la idea de utilizar una puntuación especial, la mayoría de la crítica
coincidió en que limita e imposibilita la decisión del lector.
Sin embargo, un autor irónico nos puede dar diferentes pistas en el
texto, siempre y cuando no sean tan obvias y descaradas, aunque cabría
señalar
que
nunca
debemos
confiar
plenamente
en
las
pistas
proporcionadas. El escritor podría estar jugando, por consiguiente siempre
debemos estar atentos. Empero, también resultaría absurdo omitir las
pistas, ya que la mayoría de las veces sugieren o encaminan hacia una
nueva dirección.
Cuando nos enfrentamos a una ironía hablada puede haber varios
signos o indicios que nos sugieren que estamos dialogando con un ironista,
por ejemplo un guiño, codazos, muecas aunque estos no son propiamente
signos irónicos pero podrían ayudar a reforzar la ironía hablada. En la ironía
escrita también podrían darse esos guiños:
a) En los títulos, el autor utiliza en algunas ocasiones epítetos para
hacer referencia a una característica del personaje.
b) En epígrafes, en el siglo XIX los escritores al comienzo de sus
textos utilizaban citas de famosos ironistas para dar indicios al
lector.
c) En pistas directas, cuando el escritor nos da rasgos directamente
y nos advierte que es un texto irónico.
Las pistas directas no son muy confiables, algunas veces no ayudarán
a resolver los problemas y debemos elegir cuánto confiaremos en ellas,
además de que no permite al lector leer libremente el texto. Sabemos que
las palabras irónicas poseen un doble significado, y siempre hay que
entenderlas a la inversa del literal, por más pistas que nos proporcione el
autor, el lector siempre debe avanzar con cuidado, pues cualquier palabra
puede ser malinterpretada.
Además de las pistas dadas con anterioridad también podemos
encontrar otras que nos permiten tener una mayor seguridad de que
estamos frente a un texto irónico:
a) Que el texto alardee o proclame una verdad cuando es un error
clamoroso, que no pueda ser sostenible, que atente contra la lógica
o mienta sobre un hecho histórico conocido por la humanidad.
b) Dentro del texto hay conflictos de hechos, es decir, al inicio se
presenta algo como verdadero y después lo contradigan.
c) Un fuerte contraste de estilo.
d) Una disparidad entre las creencias del autor y las del lector.
Una de las principales bases de la ironía es la reconstrucción, sin ella
no podría lograrse ni cerrarse el círculo de la ironía. Esta actividad recae
sobre el lector, su tarea es descifrar el significado oculto, por así decirlo.
Como podemos ver, el papel que juega el lector-receptor-oyente es de
suma importancia, la ironía le exige ser un lector activo, no podría lograrse
un estudio exitoso en un texto irónico si el lector asume un rol pasivo. El
ingles Wayne Booth sugiere cuatro postulados que el lector puede seguir:
1) el lector advierte la incongruencia del significado literal y lo
rechaza; 2) se buscan interpretaciones alternativas, racionales y
conciliadoras para explicar la anomalía (posibilidad de que se trate
de un error, de una mala lectura); 3) el lector toma una decisión
sobre las creencias del autor y las encara con el enunciado en
cuestión, de manera que, finalmente, 4) el lector se instala en un
significado en el que se siente seguro. 34
Las ironías pueden pasar desapercibidas por muchas razones, este
crítico nos dice que puede llegar a suceder por ignorancia del lector, por
sus propios prejuicios, su ideología y una falta de práctica. Éste debe tener
la mente muy abierta y alerta para captar las invitaciones e insinuaciones
que
se
le
ofrecen
en
el
texto.
Y
así,
saborear
y
disfrutar
las
decodificaciones que el lector pueda lograr, se hace más interesante
deletrear las verdades que nos comparte el escritor en secreto, por así
decirlo, y nos deja la tarea de la reconstrucción: “Y la reconstrucción total
no es fácil en absoluto, aunque el reconocimiento de que hay ironías,
nuestro primer paso, sea sencillo”. 35
34
35
Pere, Op.cit., p. 179.
Wayne C., Op.cit.,p.104.
Dentro de las ironías existen tres aspectos importantes:
a) su nivel de franqueza o ocultamiento dentro del texto
b) su grado de estabilidad en la reconstrucción
c) el alcance que puede llegar a tener la reconstrucción de las
ironías. Por eso la crítica habla de ironías estables e inestables,
ocultas o manifiestas, locales o infinitas; depende de la situación
en que se nos ofrezcan.
El lector también tiene la posibilidad de descubrir si el escritor
comparte las ideas de su portador, llámese narrador o personaje; o al
contrario, el autor no comparte la ignorancia de éstos. Cuando se nos
presenta una idea o un hecho y después lo contradicen, podemos comenzar
a
sospechar,
es
decir,
cuando
se
descubren
dos
afirmaciones
contradictorias, en la mayoría de los casos se esta hablando con ironías, y
habrá que saber cuál es la verdadera si nos conformamos y aceptamos la
primera afirmación como certera o la segunda voz.
Ahora bien, pueden existir varios contrastes y compromisos entre el
lector y el autor: las creencias y la ideología del receptor frente a las que
deducimos del escritor pueden resultar un conflicto; los dos deben
compartir el mismo vocabulario y gramática; quizá la experiencia cultural
sea causa de enfrentamiento; la concepción que cada uno tenga acerca del
significado y el valor de una situación. En la literatura, en la filosofía, en la
historia, en la sociología, etc., siempre han existido conflictos entre las
ideas expuestas por el autor y las de algún lector, no sólo los textos
irónicos causan una discrepancia entre las creencias expresadas en el texto,
las creencias del escritor y las creencias del receptor:
Como los ataques irónicos suelen ir dirigidos contra las posturas que
mantienen de hecho algunos posibles lectores (de lo contrario, ¿por
qué tomarse la molestia de atacar?), no tiene nada de extraño que
aunque la ironía no pueda engañar a todos los lectores durante todo
el tiempo, nadie esté libre de problemas con ella. 36
En algunas ocasiones sabemos con antelación la postura de algún
escritor, esto de alguna manera ayuda a precisar y a saber cuál ideología es
la que esta ironizando. Ahora bien, si el lector comparte las creencias del
autor, los dos disfrutarán el texto en compañía de la risa irónica y resultará
mucho más fácil descifrar las frases irónicas. Por otro lado, será difícil
traducir si el lector se enfrenta a ironías que se mofan de sus propias
creencias y características. Sin embargo puede suceder que el lector que
comparte creencias con el escritor se confíe demasiado y cometa errores
fatales.
Existen varios escritos irónicos que tienen una estructura semejante;
por un lado se nos presenta una voz que parece a primera vista
convincente pero resulta que es falsa; en otras ocasiones se insertan
contradicciones a dicha voz; o bien, al final se percibe una voz que
contrapone todo o algunas partes de lo que ha expresado el aparente
portavoz. Por lo general, el escritor nos pide que realicemos una
comparación entre lo que dicen dos o más personajes sobre lo que hablan
otros, o poner mucha atención en lo que dice un personaje al inicio y lo que
diga más adelante, el lector puede llegar a descubrir alguna contradicción
en
algunos
detenimiento.
36
Ibíd., p.115
personajes
y
éstos
podrían
ser
analizados
con
más
Es importante señalar que en las letras siempre han existido tres
elementos básicos para la conformación de un escrito: autor-texto-lector; a
lo largo de este apartado, hemos visto la importancia del autor, irónico en
este caso, y del lector activo, pues como ya se ha señalado, la ironía sin la
participación de éste sería casi imposible pero también no se puede hablar
de una lectura única y correcta de la ironía:
...sin la existencia de alguien que perciba el carácter paradójico,
incongruente o fragmentario de algún aspecto del mundo, la ironía
no llega a existir. Además, sin un lector que entienda el texto
irónico como tal, la ironía desaparece, y le sobrevive sólo un
sentido literal. 37
Por lo general los autores nos invitan a construir una imagen de sus ideas,
de sus puntos de vista, después los podemos juzgar y analizar si son convincentes,
lógicos y desafiantes, si estamos de acuerdo y compartimos con ellos o no sus
postulados. Esta invitación se convierte más fuerte en los escritores irónicos, pues
nos comparten con mayor ahínco sus posturas, no de manera directa pero sí nos
dejan ver entre líneas, lo cual provoca que se vuelva mucho más interesante el
texto por consiguiente, la reacción del receptor debe contener la misma fuerza. Si
el escritor logra que sus ironías sean reconstruidas y entendidas con triunfo,
conseguirá que sus frases irónicas resulten mucho mejor entendidas que algunas
afirmaciones literalmente escritas.
Sabemos que la ironía, en ocasiones, resulta un tanto molesta
por “mofarse” o “burlarse” de nuestras propias creencias y características.
Pero a pesar de todo, al leer ironías que valgan la pena, estamos leyendo la
vida misma, los personajes que parecen de ficción son gente que
pertenecen a una realidad, estamos frente a nuestros valores y nos
37
Lauro Zavala, Humor ironía y lectura. Las fronteras de la escritura literaria, p. 36.
podemos dar cuenta de que muchos hechos del mundo son paradójicos,
ilógicos e irónicos:
Pero también ha quedado claro por qué la ironía produce tantos
problemas. Se trata de un ejercicio agresivamente intelectual que
funde hechos y valores, que nos obligan a construir jerarquías
alternativas y a elegir entre ellas; que nos lleva a mirar por encima
del hombro las locuras o pecados de los otros hombres; que nos
inunda de juicios de valor cargados de emotividad que aspiran a ser
confirmados por la mente; que acusa a los demás no sólo de tener
creencias erróneas sino de estar equivocados en sus mismos
cimientos y de estar ciegos a lo que implican tales
cimientos. 38
Esperemos que al final del análisis de los cuentos la ironía nos
permita socavar, indagar y cuestionar nuestra realidad. La ironía, por lo
general, apunta hacia la duda sobre lo real ya que una de las finalidades de
la ironía junto con el irónico, es precisamente tomar los hechos de la vida
cotidiana, para después plasmarlos y cuestionarnos de las paradojas del
mundo: “la ironía es una lucha contra esa ceguera, una forma de visión, el
develamiento de otras vertientes de lo real, acaso abismales, acaso
contradictorias, pero siempre cercanas al estremecimiento de lo bello o de
lo siniestro”. 39
Así pues, esperamos realizar un buen análisis en los cuentos,
teniendo presente nuestra labor como lector y sobretodo el suficiente
cuidado, pues toda búsqueda y reconstrucción es responsabilidad del lector,
aunque ésta nunca puede ser única y absoluta; como pasa con toda las
demás interpretaciones que se intentan hacer sobre los textos literarios.
38
39
Wayne C., Op.cit., p. 78.
Víctor Bravo, Figuraciones del poder y la ironía, p. 90.
1. 4 La Risa
El que ríe ahoga tanto su esperanza
como su desesperación. Todo acaba
en lo mismo, todo es igual.
Alexander Blok.
Considero importante analizar a grosso modo esta expresión, puesto que al
hablar de humor e ironía forzosamente surge la risa. Cuando estudiemos los
cuentos, nos percataremos de que algunos hechos nos producen risa, sin embargo
no debieran del todo, pues en algunos acontecimientos nos reímos del dolor
humano a pesar de que resulte la situación poco cómica. Recordemos que el
humor es un elemento característico en la cultura mexicana; las situaciones serias,
fatales, de tragedia, de sufrimiento o la misma muerte, el mexicano las mezcla con
su finísimo e impresionante humor, lo cual nos lleva a una risa “sana y natural” de
las desgracias del hombre.
Cicerón nos dice que el origen de la risa es un defecto moral o físico. La
ironía provoca un cierto tipo de risa, como veremos más adelante, sin embargo,
Cicerón nos indica que el ironista nunca debe mofarse de una gran desgracia,
salvo de los personajes que se muestren arrogantes o pedantes. También nos
habla de la risa que es provocada por las deformaciones físicas, las cuales no
producen bastante comicidad.
La definición que nos da el diccionario acerca de la risa es “movimiento de
la boca y del rostro que denota alegría”. Es una definición muy austera, pues la
risa no sólo denota alegría también, locura, tristeza, burla, etc. La risa es una
cualidad única del ser humano, algunas veces se ha dicho que el ser humano es un
homorisible.
Un crítico señala que posiblemente existen noventa postulados acerca de la
risa, así que, habrá que ubicarla con respecto a la ironía y el humor. Además que
la risa no se puede encasillar en un sólo significado, o mejor dicho, no tiene una
significación unívoca; uno se puede reír de alegría o de tristeza; nos podemos reír
de una situación cómica y trágica; la risa provocada por un chiste; la risa ingenua;
la risa burlona y satírica; la risa malévola; la risita nerviosa; la risa patológica, la
risa histérica; la risa fisiológica (las cosquillas), etc.
La risa no la provoca exclusivamente una situación cómica, además, lo
cómico no necesariamente debe producir risa “La risa no es, pues reacción
automática ni efecto causal de lo cómico. No puede serlo porque la risa es una
forma particular de conciencia”.40 Un hecho cómico puede desencadenar una risa;
o bien, no cause ninguna reacción. Esto es porque existen diferentes grados de
comicidad: “Hay “estratos” de comicidad que pueden comprenderse por el grado
de cultura o de sutileza estimativa de las clases sociales, de los grupos
profesionales o de las nacionalidades”.41
Por lo general en un hecho cómico encontramos tres tipos de risa: el que ríe
porque ha propiciado la situación, el que ríe por que participa o es espectador y en
algunos casos ríe la víctima. Obviamente los tipos de risas no van a ser iguales, no
todos reímos de la misma manera. Además un acontecimiento que provoque risa,
posiblemente para una persona resulte una risa incontenible porque él no es el
afectado, él esta a salvo, por así decirlo, donde su estabilidad y su condición de ser
humano no se han visto trastocadas por la situación. De alguna manera su risa,
demuestra una garantía de que a él no le ha pasado nada.
En cambio, la risa de la víctima nunca podrá compararse con la del ejecutor,
pues la estabilidad de éste, se ha desquebrajado por unos instantes:
40
41
Jorge Portilla, Op.cit., p. 43.
Loc.cit.
La
risa
del
que
sufre el accidente nunca puede tener la
transparencia y la espontaneidad de la del espectador. La víctima no
podrá menos desentirse “tocada”. A sus ojos la degradación de su
propio valor estará acompañada por
el
sentimiento de
su
vulnerabilidad; en este caso, el rasgo de liberación, que me parece
esencial a la risa, no podrá tener lugar e impedirá su aparición. Si
acaso, por un penoso esfuerzo, logra reír, su risa será simulada,
querida, como una afirmación reflexiva de su libertad, y el goce
corporal de tal liberta resultará difícil.42
También puede existir la privación de la risa por parte del espectador, pues
tal vez, su escala de valores no le permite “burlarse” de la víctima “una persona
consciente de la jerarquía axiológica o con una sensibilidad viva para la condición
del hombre experimentará, más bien, un sentimiento de vergüenza y una
acentuación de la conciencia de su propia vulnerabilidad”.43 Sin embargo, el ser
humano difícilmente se encuentra serio ante los acontecimientos, siempre con la
ayuda del humor, busca suavizar la situación y convertirla en cómica, lo cual
desencadenara risas, a pesar de que no sea un hecho propiamente irrisorio.
En ocasiones, la risa es producto de la incongruencia entre lo que se dice y
la realidad, por ejemplo: decir que hace un tiempo magnífico, cuando esta
lloviendo copiosamente, o decir que ha contraído matrimonio con la diosa Venus,
cuando la mujer no es tan agraciada. O también el espanto o la tragedia puede
provocarnos risa, en una película el personaje horrendo, sale de improvisto y el
público se espanta y grita, pero después del susto se ríe. Todo este caudal de
emociones el cerebro las ordena de una manera fisiológica en donde nosotros no
ahondaremos. La risa también es vista como:
Una reacción de defensa colectiva o individual frente a alguna
amenaza, como lo hace Bergson, para quien la risa es una defensa del
grupo social frente a la intromisión de lo mecánico en la corriente
creadora de la vida. La risa sería entonces una especie de revulsivo
42
43
Ibid, p.48.
Loc.cit.
contra la estratificación y la automatización de la corriente
vital; una manera de expulsar violentamente del ímpetu vital.44
Arthur Schopenhauer en su teoría de la risa nos dice que debe existir una
incongruencia de dos cosas o actos, y entre más incompatibilidad y contraste, será
mayor el efecto de la risa, por ejemplo: cuando uno esta hablando “seriamente”, y
la demás gente se ríe, puede ser porque existe una incongruencia entre nuestras
palabras y lo que realmente es. La incongruencia, cuando nos es ajena, provoca
hilaridad, pero también cabe la posibilidad de que nosotros seamos los del error,
por así decirlo, y también resultaría interesante que tuviéramos la capacidad de
sorprendernos y tomar los hechos con humor y con risa; burlarse de uno mismo.
Freud también le dedica estudios a la risa, la ve como una expresión de
liberación de energía, que está acumulada y guardada en el inconsciente. Kant por
su parte, nos dice que la risa proviene de alguna situación cómica, algo absurdo,
en donde el entendimiento por sí solo no encuentra placer alguno: “la risa es una
afección que resulta de una expectativa en tensión, que de repente se resuelve en
nada. Justamente esta resolución, que por cierto no tiene nada que pueda
regocijar al entendimiento, alegra por un instante con mucha vivacidad”.45
Otro crítico que ha revisado la risa es Alfred Stern, quien afirma “la risa es
un juicio de valor, un juicio de valor negativo concerniente a una degradación de
valores”.46
Baudelaire también realiza estudios acerca de la risa, este escritor
ubica el nacimiento de la risa, el mismo día en que nació la ciencia del bien y del
mal “en una nueva edad de oro, los rostros convulsionados para reír o para llorar
en nuestra civilización histérica, recuperarían la serenidad”.47
44
45
46
47
Ibid, p.48-49.
Nicola Abbagnano, Op.cit., p.178.
Jorge Portilla, Op.cit., p. 45.
Wladimir Jankelenvitch, Op.cit., p.136
Por lo anterior, este poeta francés nos dice que la risa tiene algo de pecado
original; el paraíso (donde se encuentra todo lo bueno), no admite la risa, ni el
llanto, pues ambas son hijas de la pena “signo de miseria moral y muestra de
escasa entereza”.48 Como ya hemos visto, existen varios tipos de risa: del ejecutor,
del espectador y de la víctima; Baudelaire nos dice al respecto, un hombre que
resbala y cae al suelo, la mayoría de las veces desencadena risas, aún cuando la
persona se haya hecho daño.
La explicación que nos da este poeta es la siguiente, el espectador por un
instante es albergado por un sentimiento de superioridad ante el contratiempo
ajeno. La risa de la víctima funciona en otro nivel, podríamos decir que es una
“risita nerviosa”, un síntoma de flaqueza ante la situación, él es el desvalido. Estas
situaciones que conllevan a ciertas reacciones, donde uno es superior y el otro no,
le parecen inapropiadas y negativas, por consiguiente nos dice ¿Hay fenómeno
más deplorable —se pregunta— que la flaqueza divirtiéndose con la flaqueza?.49
Por eso, la risa para Baudelaire representa una doble moral, por lo tanto, la hace
censurable.
Otro crítico básico en cuestión a la risa es Bergson, el cual ve a la risa como
un estatuto inconfundible y como un rasgo distintivo del ser humano, este filósofo
francés, utiliza el mismo ejemplo que su compatriota Baudelaire, en donde un
transeúnte resbala y cae al suelo, sin embrago la explicación es diferente a la
proporcionada por el poeta. La caída resulta cómica porque revela una actitud
maquinal del individuo, el cual debió haber esquivado el obstáculo o haber tratado
de evitar terminar en el suelo, es decir, lo que causa risa es “cierta rigidez de cosa
mecánica. Es, pues, un efecto de automatismo y de rigidez en los actos —no sólo
físicos, sino también de orden moral— lo que mueve a risa, pero de ello debe ir
48
49
Pere Ballart, Op.cit., p. 110..
Ibid., p.112.
ligado necesariamente a que el protagonista y víctima de la situación este en
completo desconocimiento de su posición real”.50
El humor explota y recae en la risa, empero la ironía propiamente no hace
reír, más bien bromea con los acontecimientos del mundo, pero de una manera
más “burlona”, más satírica, más crítica, más fría que el humor. Esto no quiere
decir que la ironía nunca provoque esta expresión; más bien es una “risa irónica”,
es decir, la ironía:
...desencadena la risa para congelarla inmediatamente. Esto se debe a que
entraña algo tortuoso, indirecto y helado, a través de lo cual se deja
entrever la inquietante profundidad de la conciencia: por eso la alegría no
tarda en transformarse en tensión y malestar. La risa es una explosión,
es decir, una reacción irreflexiva, espontánea; la ironía, en cambio —risa de
retardo y también risa incipiente, pronto sofocada—, es una reacción
reflexiva, secundaria, motus secundus.51
El crítico Jankelevitch, divide a la ironía en dos: social y lírica y romántica; la
primera, consiste en una cortesía burlona cuya sanción es la risa (vejación social),
la cual era utilizada por los clásicos del siglo XVIII. La segunda, exalta la soledad
del yo. También nos dice, que la ironía no busca la risa, pero tampoco quiere
lograr el llanto, quizá se encuentra en un punto intermedio entre lo cómico y lo
trágico, por eso algunas situaciones nos provocan risa, pero a la vez un
sentimiento de tristeza, es el no saber si reír o llorar.
Muchas situaciones pueden atacarse desde la risa o el llanto, depende de la
persona y la posición que juega ante algún acontecimiento; las dos son
expresiones de libertad, de euforia, de uno depende saber con cual se siente mejor
o con cual se libera; es un estar entre triste-alegre,
50
51
Wladimir, Op.cit.,p. 122.
Ibid., pp. 115-116.
entre llanto-risa. Como hemos visto, la ironía provoca una risa fría, por eso, quizá
jueguen estas dos emociones, porque la ironía hace sentir dulce pero a la vez
agrio, o sentirse alegre pero triste al mismo tiempo: “La ironía está, pues, más allá
del pesimismo y del optimismo, así como más allá del placer y del dolor”.52
Es importante hacer hincapié en la capacidad que tiene el ser humano para
reír en ciertas dificultades de la vida es sorprendente, la risa es —como ya hemos
visto— una liberación, una relajación o un desahogo; al igual que el llanto. Es
natural que nos diviertan nuestros propios errores y nuestras equivocaciones:
Nuestra propia risa amarga ante las verdades que descubrimos sobre
nuestro destino frustrado expresa trágicamente que acabamos de
convencernos de la disparidad entre nuestras esperanzas, una ciega
confianza en los hombres y en la suerte, y la realidad que ante nosotros se
desenmascara.53
Sin embargo, es difícil reírnos de nosotros mismos, si uno fuera el que cae
al suelo, quizá nosotros no reiríamos de la situación, sería lograr un
desdoblamiento, es decir, jugar un doble papel: de víctima y de espectador “quien
se ríe de sí mismo merece el nombre de filósofo, pues puede distanciarse
emotivamente del caso y complacerse en la contradicción de lo acaecido”.
Quizá los cuentos de Enrique Serna nos produzcan risa porque, uno como
lector goza de su propia superioridad, al estar leyendo las “desgracias” de los
personajes, uno se encuentra del otro lado, y tal vez sea muy aventurado decir
que este escritor crea situaciones cómicas también desde su perspectiva de
superioridad de los hechos, por consiguiente, tanto el lector como el escritor
comparten esa risa. Y entre más distancia haya entre el lector y los personajes,
52
53
Ibid., p.119.
Pere Ballart, p.120
más aguda será la risa “por franca que se la suponga, la risa oculta una segunda
intención de acuerdo, casi diría de complicidad, con otros sujetos, reales o
imaginarios, que rían”.54 Bergson nos afirma que la risa “es un gesto social, que
castiga lo que puede entenderse como una excentricidad: faltar al dinamismo y la
elasticidad que el cuerpo social reclama de todos sus miembros”.55
1.5 Sarcasmo, parodia y sátira
La parodia, la sátira y el sarcasmo, son elementos importantes, al igual que
la risa; están muy ligados al concepto de ironía y se podrían confundir, por lo que
es pertinente hacer un esbozo de estos tres términos. La parodia y la sátira son
dos géneros literarios que se asocian a la ironía, y también entre ellos mismos; sus
significados no están lo bastante delimitados y carecen de precisión alguna, por
eso, algunos críticos emplean estos dos conceptos como sinónimos, “la sátira debe
parodiar al hombre y que el reconocimiento de la ironía oculta y de la sátira contra
el texto parodiando forma parte del efecto paródico de una obra”.56
Quizá resulte un tanto difícil separar los términos, ya que la parodia y la
sátira, utilizan el tropo irónico como vehículo retórico, además, los dos términos
son géneros literarios con una extensión determinada, y la ironía es un mecanismo
retórico. A pesar de que la sátira y la parodia recurren a la ironía se podrían
mencionar algunas diferencias: “1) en la posición y el grado de dificultad de la
localización textual, y por consiguiente: 2) en el grado de visibilidad y 3) en la
integridad del signo lingüístico”.
54
55
56
57
57
Henri Bergson, La risa. Ensayo de significación de lo cómico, p.10.
Pere Ballart, p. 122.
Linda Hutcheon, Op.cit., p. 173.
Ibid., p.190.
La parodia como género literario siempre imita a alguien, copia la manera
de algo o de alguien, muchas veces es exagerada o desmesurada, según la crítica
carece de segundas intenciones, es decir, es puramente negativa. Adopta de la
víctima su manera de actuar, de vestir, de hablar, etc., para que el público se
divierta a costa de ésta. La parodia la mayoría de las veces imita de un texto tres
niveles: personajes (sus rasgos); temas (por lo general existe una inversión de
valores); y estilo (algunos movimientos).
El crítico Jankelevitch nos dice que es una ironía sin refinamiento, una burla
cínica, sin embrago es irónica puesto que “para ridiculizar el error, corrobora sin
reservas lo que éste afirma: no lo destruye atacándolo de frente, sino en forma
indirecta”.58 Resulta difícil marcar un límite entre ironía y parodia, sin embargo
existen algunas diferencias:
La ironía, radica en una percepción de lectura mientras que la parodia viene
ligada a la de horizonte intertextual y, por lo tanto, de conocimiento; sin
ello no se podría decir jamás que se trata de parodia, el concepto no se
podría encarnar. Precisamente, como la ironía depende de una
interpretación su noción es itinerante, puesto que lo que para algunos es
irónico otros ni siquiera lo registran.59
Cabe aclarar que la parodia no es un tropo, más bien una modalidad del
canon de la intertextualidad, normalmente la definen como fenómeno intratextual,
por consiguiente la parodia lleva acabo una superposición de textos “un texto
paródico es la articulación de una síntesis, una incorporación de un texto
parodiado (de segundo plano) en un texto parodiante, un engarce de lo viejo en lo
nuevo”.60 Dentro de esta intertextualidad encontramos dos términos esenciales, el
58
Wladimir Jankelevitch,,p.88.
Noé Jitrik, Rehabilitación de la parodia en La parodia en la literatura latinoamericana,
p.17.
60
Linda Hutcheon,,p. 177.
59
primero es la imitación, fundamento de la parodia, no se puede pensar en parodia
sin un texto que previamente exista. El segundo es la cita, con la cual a la vez se
toma distancia y al mismo tiempo se incorpora, dicho de otra manera, se esta
realizando una apropiación pero también un alejamiento.
Etimológicamente la palabra parodia, se compone de dos raíces: odos o
oidía y para, la primera hace referencia a “canto”, donde se puede ver que apunta
más hacia lo estético que hacia la sociedad. La segunda tiene dos significados por
un lado para simboliza “frente a” o “contra”, es decir “contra canto”, oposición o
choque de dos textos, de dos cosas, de dos personas. Por otro lado, en griego
para significa “al lado de”, ésta ya no sugiera un contraste, más bien un acuerdo
“junto al canto”.
La parodia podemos decir que es un texto híbrido, ya que cuenta con dos
estilos, dos visiones, dos acentos, dos autores. El diccionario de retórica nos dice
que la parodia es una “imitación burlesca de una obra, un estilo, un género, un
tema, tratados antes con seriedad. Es de naturaleza intertextual”61. La
intertextualidad es propia de toda escritura, pero no toda escritura es paródica, sin
embargo en la parodia es un rasgo muy distintivo y esencial, puesto que al imitar
algún aspecto del primer texto lo marcaría, dicho de otro modo, para que la
parodia funcione no necesita la presencia de todos los textos —regla básica de la
intertextualidad— sino de algunos o alguno específicamente.
No existe una definición única de sátira, al inicio del apartado nos dirigimos
a ella como género literario, sin embargo para el crítico Scholberg no lo es: “En
primer lugar, la sátira no es un género literario. La sátira no se ha podido clasificar
como género literario porque se sirve de todos ellos”.62 Puede aparecer en verso o
61
62
Helena Beristáin, Diccionario de retórica y poética, p.391.
Kenneth Sholberg, Sátira e invectiva en la España Medieval, p. 9.
en prosa, en novela o en teatro, en algunas ocasiones adopta hasta la forma y el
lenguaje de la poesía.
Para que una obra se considere satírica no importa el
género, siempre y cuando este latente la actitud, el objetivo, el propósito y la
visión satírica del autor.
Sin embargo la sátira es una forma literaria muy antigua, en el siglo XVIII
en América Hispánica se utilizaba con mucho ahínco, los poetas y los escritores
satíricos escribían en contra del Santo Oficio, criticaban y se burlaban de la vida.
Los ataques eran religiosos, morales y políticos, por lo tanto, eran perseguidos y
quemados sus escritos, pues se decía que atentaban contra la religión y contra la
lengua: “La literatura satírica revela además los bajos fondos del comercio
espiritual entre España e Indias. Las poesías y los diálogos de protesta y herejía
hacen viajes de mil leguas”.63
Por lo general tiene como objetivo ridiculizar y corregir algunos
comportamientos y vicios del ser humano, estas conductas la mayoría de las veces
se consideran como extratextuales, ya que por lo regular apuntan hacía lo moral,
lo social y no a lo literario. La sátira siempre es un ataque, puede ser ligero o
agresivo, el escritor satírico siempre se opone a alguien o a algo. La sátira también
tiene la intención de corregir, su base esta en una crítica negativa, para que
posteriormente resulte eficaz el ataque. Ahora bien, la sátira refleja problemas,
preocupaciones, conceptos morales de una época, pero también se puede
convertir en deshago personal del autor presentándonos sus juicios y sus odios.
En la historia de la sátira parece haber dos tendencias, la primera
corresponde a la horaciana, la cual se caracteriza por provocar una sonrisa ante las
debilidades humanas, y así sanar a los receptores de esas fragilidades; la segunda
63
Pablo, González Casanova, La sátira popular de la ilustración en Historia Mexicana I,
p. 81.
se asocia con Juvenal, ésta tiende a apuntar hacia el desprecio y la denuncia de los
vicios y la corrupción de los hombres, su objetivo es destruir.
Algunos críticos han hecho algunas clasificaciones acerca de la sátira,
explicaremos brevemente la clasificación que hacen los críticos Ruth C. Flowers y
David Worcester, expuesta por el crítico Kenneth Scholberg:
a) Invectiva: Se divide en dos, una dentro y otra fuera de la sátira, es la más
sencilla arma de la sátira. Demuestra cierta objetividad, o mejor dicho, el
sentido indirecto de la actitud del escritor.
b) Sátira burlesca: Aquí se encasilla a la parodia, y ésta junto con lo épico
burlesco se consideran “alta sátira burlesca”, en donde se imita las
características de un autor o de una obra específica para ridiculizar. Y la
caricatura y la farsa son características de la “baja sátira burlesca”.
c) Grotesca: Por lo general es la descripción de objetos repugnantes, puede
ser el cuerpo humano, o el lumpen de la sociedad. La literatura picaresca es
en algunas ocasiones sátira grotesca.
d) Ironía: Se nos menciona tres clases, la primera la ironía verbal, en la cual
las palabras desmienten el propósito y el receptor lo convierte mentalmente
al revés; la segunda la ironía socrática; y la tercera la ironía cósmica, en
donde se pone en juicio la justicia de Dios y su gracia.
El crítico Frye nos dice que la sátira selecciona hacia donde quiere apuntar,
quiénes van a ser sus víctimas, sus “chivos expiatorios”, y después se ayuda de la
imaginación. El satirista, algunas veces pareciera que guía sus razonamientos a la
orden o al servicio de un credo, en cambio el ironista pronuncia juicios y verdades
sin el apoyo o el respaldo de nada o de nadie. Este crítico nos da su opinión acerca
de la sátira y la ironía:
...la sátira descansa sobre convenciones, sus señas de identidad, nos dice
Frye, están muy cerca de las del humor, con el que a veces confunde su
dominio. La ironía, en cambio, no tendría por qué escribir sobre una falsilla
humorística. Liberada como está de la sumisión a toda ideología y de la
necesidad de ajustar su visión del mundo con arreglo a un a priori.64
El sarcasmo es un término que no se confunde tanto con la ironía o con los
otros dos aspectos literarios, por lo que es importante mencionar algunos rasgos.
Es una burla, en la mayoría de los casos ofensiva, su intención va dirigida hacia a
una persona determinada y su objetivo es agraviar, carcome a una persona: “El
sarcasmo crea una relación estigmática, apunta como una espada al centro de una
persona en una relación estrictamente interindividual, sin necesidad de testigos y,
por decirlo así, a media voz.”65
El ambiente que propicia el sarcasmo es de tensión, paraliza, crea una
expectación incómoda, llena de burlas y amenazas, que al final resultan ser
insultos. El sarcasmo es una actitud individual, puesto que una frase sarcástica es
completamente independiente, no es como la ironía, que a veces se quita la frase
irónica del texto y no se comprende como tal, necesariamente debe estar
acompañada del resto del texto, en cambio el sarcasmo es tan individual que una
sola palabra puede resultar sarcástica.
La ironía cuando llega a rebasar ciertos límites, cuando se convierte en
cruel, insultante y ofensiva contra algún ser que no se puede defender o alguna
persona digna de piedad, y sin embrago continua con sus ataques corrosivos, se
dice que se ha convertido en una ironía sarcástica, porque se esta burlando y
atacando despiadadamente de alguna persona que merece un poco de piedad y
respeto.
64
65
Pere Ballart, Op.cit., p. 167.
Jorge Portilla, Op.cit., p. 29.
CAPÍTULO II
2.1 Orígenes del humor
No hay nada, se ha dicho, que un humor
inteligente no pueda resolver en
carcajadas, ni siquiera la nada...
Pierre Piobb
La crítica señala la conveniencia de estudiar y analizar por separado a la
ironía y al humor, pues muchas veces son confundidos y, peor aún, utilizados
incorrectamente. Por tal razón el segundo capítulo lo dedicaremos al estudio del
humor, ya que es otro de los elementos que encontramos insertos en la narrativa
de Enrique Serna. Empero, debemos tener en cuenta que no podemos encasillar al
humorismo o ponerle límites definitivos, sólo señalaremos algunos rasgos
distintivos que nos ayuden en el análisis de los cuentos.
Es conveniente distinguir y puntualizar el uso de la palabra humor, ya que
ésta puede remitirnos a los humores del cuerpo humano y la palabra humorismo
se refiere al “modo de presentar, enjuiciar o comentar la realidad resaltando el
lado cómico, risueño o ridículo de las cosas”66. Explicaremos a grosso modo el
primer significado y profundizaremos en el segundo, mismo que nos atañe en este
trabajo de investigación. Así, utilizaremos ambas palabras —humor y humorismo—
indistintamente.
Si buscamos la palabra humor en el diccionario encontramos “sustancia
fluida de un cuerpo organizado, como la sangre, la bilis”. Tiene un origen
científico: la teoría de los humores. Para el médico Hipócrates, existían cuatro
humores en el ser humano relacionados con los cuatro elementos de la tierra: “la
66
Diccionario de la Lengua Española, tomo II, p.1241.
bilis con el fuego (calor), la atrabilis, con la tierra (frío), la sangre con el aire (seco)
y la pituita con el agua (húmedo)”.67 El humor se refería a cada uno de los líquidos
de un organismo vivo. Anatómicamente el humor era una masa de aspecto
gelatinoso que en el globo del ojo de los vertebrados y cefalópodos se encuentra
detrás del cristalino.
También la palabra humor alude a los estados de ánimo del ser humano
(buen humor/malhumorado), la mayoría de las veces se refiere a la disposición
que las personas suelen mostrar frente algunas situaciones: “no estoy de humor”,
“que buen sentido del humor tienes”; es un estado en el que las personas se
pueden relajar, claro cuando éste es positivo, este estado de ánimo refleja “la
perspectiva fisiológica y se refiere a los humores corpóreos que, se cree,
determinan la salud humana y la predisposición”.68 Lo anterior va ligado con el
“sentido del humor”, el cual nos permite relajarnos de las situaciones que se viven
en la cotidianeidad, este último significado lo retomaremos más adelante pues está
en conjunción con el humorismo.
Como podemos observar hay diferentes connotaciones para la palabra
humor por eso resulta conveniente tener claro que el término alude —como ya
hemos visto– a significados médicos, pero también se refiere a otros, así que
cuando utilicemos la palabra humor de aquí en adelante, sabemos que nos
estamos refiriendo al estilo juguetón e imaginativo.
Una vez explicado el humor en términos médicos trataremos de explicar su
génesis. El humorismo, podemos decir, es un término muy antiguo como todo lo
humano, algunos estudiosos como Baroja han visto sus orígenes en las pinturas
rupestres, en notas bufonescas y en las religiones más antiguas. A Grecia la ve
como un país con poco humor sin embargo Dionisio resulta en algunas ocasiones
67
68
Valmore Agelvis, Semiótica del discurso lúdico, p. 17.
Samuel Schmidt, Humor en serio. Análisis del chiste político en México, p. 32.
un personaje humorístico. Algunas de las frases de Sócrates están impregnadas de
una carga de humor, también ve en Herodoto rasgos lúdicos. Para Baroja hay un
pionero del humor “el Arcipreste de Hita, en el que ve al iniciador del humorismo
en las letras españolas con sus frailucos sensuales, sus hombres llenos de apetitos
y de amor al dinero, sus alcahuetas, sus estudiantes nocherniegos y sus
mendigos”.69
Cabe señalar que, a pesar de poder identificar rasgos comunes en varios
humoristas, podemos afirmar que existen diferentes tipos de humor y de
humoristas; quizá por eso este concepto sea una forma muy personal y
temperamental de cada ejecutor. Podríamos hablar del humor mexicano, del
inglés, del español, del francés, del italiano, del venezolano, del argentino y aún
así dentro de cada país o región encontramos a su vez diferentes tipos de humor.
Como dice Baroja cada humorista es una isla, es decir, la isla de Voltaire, de
Rabelais, de Shakespeare, de Cervantes, de Dickens, de Stendhal, de Castellanos,
de José Agustín, de Monterroso, de Quevedo, etc. Podemos seguir nombrando
más humoristas que nos ayudarían a reafirmar que cada uno tiene su propia
actitud humorística, su propio método y estilo.
También es cierto que el humorismo no tiene fronteras, es decir, no sólo lo
podemos encontrar en la literatura sino también en la pintura, en la música, en la
escultura, en el lenguaje cotidiano, en el teatro, etc. Baroja encuentra cierto
humorismo en algunas páginas de Mozart y de Schumann, en la pintura de Bosco,
de Goya y de Greco, en la arquitectura ve humor en el barroquismo, por último en
la escultura en algunas gárgolas góticas. En México uno de los representantes más
sobresalientes del humor plástico es José Guadalupe Posada; en sus magníficos
grabados sobre madera plasmó los movimientos de la revolución de 1910, siempre
con un carácter popular.
69
José García Mercadal, Antología de humoristas españoles, p. 25.
Hemos visto que el comienzo del humor es bastante antiguo pero considero
importante mencionar los orígenes de la humorística latinoamericana, puesto que
somos un continente que tiene sus propias raíces, costumbres y creencias, así que
habrá que retomar las culturas precolombinas. Cada país como ya dije tiene su
propia actividad lúdica, sin embargo considero que entre algunos países
latinoamericanos hay una constante, ya que debemos tener presente que en
Latinoamérica existe una homogeneidad cultural: “El sentido del humor y las
distintas formas del juego han sido y siguen siendo elementos indisociables de la
vida cultural de las comunidades indígenas del continente americano”.70
Cada cultura le da sus connotaciones al humor “cada cultura se cree la más
humorística del mundo, ya que el humor es una actitud prestigiada”71. En el
discurso humorístico también podemos observar un relativismo cultural, por
ejemplo se dice que el humor español es un tanto falso, que el humor es de los
ingleses, que los bolivianos carecen de humor, que México es el país del humor
negro, etc. Por estas diferencias se ha llegado en algunas ocasiones a estudiar el
término bajo preceptos un tanto risibles:
a) El chovinismo: el humor de mi país es mejor que el de tu país.
b) La risa del clima templado es mejor, los de clima cálido no necesitan reír.
c) Los de raza blanca saben reír, los otros no.
d) Los burgueses no comprenden de risa.
Finalmente si nos centramos en la idea de que tal persona ríe por ser blanca
o proletaria o de clima templado no llegaríamos a una verdadera construcción del
término. Más bien esto sólo nos ayuda a reforzar la idea que anteriormente se
había expuesto: existen diferentes tipos de humor, depende del país, de la región
y del ejecutor.
70
Lauro Zavala, Arqueología del humor: las lenguas mesoamericanas en Humor, ironía
y lectura. Las fronteras de la escritura literaria, p. 13.
71
Agelvis, Op.cit., p. 125.
El humor en el México Antiguo era utilizado la mayoría de las veces con
fines didácticos; servía para reforzar las normas sociales. La lengua que era y sigue
siendo predominante es el náhuatl utilizada por los toltecas, mixtecos, aztecas,
texcocanos, tlaxcaltecas, etc. Otra de las lenguas es la maya que abarca los altos
de Chiapas y algunas zonas del sureste del país. Hago la mención por la posterior
alusión de algunos relatos prehispánicos que han sido
tomados de estas
diferentes lenguas, en donde podemos observar algunos rasgos humorísticos,
además como ya es sabido, estas culturas tuvieron una especial dedicación al
juego, claro esta, sin dejar la parte ritual correspondiente.
Algunos relatos precolombinos dejan a la luz elementos constantes como la
oposición entre la vida pública y la vida privada de algún personaje político —por
así llamarlo— y la imbricación entre la crónica oficial y el “chisme” de la vida
cotidiana. Creo que estos rasgos se conservan en la actualidad, por ejemplo
cuando un caricaturista hace mofa de la vida de un político nos la presenta
humorísticamente, y ni hablar del segundo rasgo, pues es bien conocido que
siempre existirán dos versiones de algún acontecimiento y lo peor o mejor es que
siempre llega primero la versión extraoficial con la que se puede jugar, criticar y
bromear.
Veamos un relato de la literatura humorística precolombina en donde
podemos apreciar claramente lo anterior. Axayácatl señor de los aztecas tenía una
hermana Chalchiuhnenetzin, la cual estaba casada con Moquiuh, señor de
Tlatelolco,
este matrimonio se llevó acabo por orden del padre Motecuhzoma
quien había conquistado Tlatelolco antes de fallecer. Moquiuh no tenía relaciones
sexuales con su esposa debido a su mal aliento. Chalchiuhnenetzin tuvo un sueño
que consideró mal presagio, entonces le pregunto a su esposo acerca del posible
significado de éste. Moquiuh le confío que tenía planeado atacar a su hermano
Axayácatl, utilizando como pretexto las recientes violaciones de unas doncellas
tlatelolcas por parte de unos tenochcas.
Chalchuiuhnenetzin vio esta situación como una oportunidad para vengarse
de su esposo por la lejanía y el rechazo que tenía hacia ella, así que le contó a su
hermano de los planes de Moquiuh. Este relato tiene obviamente su parte
fidedigna, sin embargo el pueblo la va distorsionando y jugueteando con ella a tal
grado de decir que la causa de la caída de Tenochtitlán fue el mal aliento de
Chalchiuhnenetzin.
Otra de las constantes en los relatos son las preocupaciones morales, por
supuesto combinadas con humor, hoy en día se sigue utilizando el humor para
enfatizar la moralidad, por lo general aluden al sexo y a la mujer. El siguiente
relato es considerado como un mito, sin embargo esta basado en hechos históricos
referentes a Texcatlipoca: éste se presentó desnudo en el mercado a vender chiles
frente al palacio de Huémac señor de los toltecas y sacerdote de Quetzalcóatl
(enemigo de Texcatlipoca). La hija de Huémac (era una doncella virgen) al ver el
miembro viril del vendedor de chiles, sufrió de una fuerte calentura hasta
enfermar, su padre Huémac investigó quién había sido el causante de poner en
ese estado a su hija; finalmente el padre se entera quien es el responsable y lo
convierte en su yerno.
Las tradiciones sobre la moralidad siempre eran y en algunas partes todavía
son muy represivas y duras. En la comunidad de Mecayapan el humor fungía una
actividad catártica y de resarcimiento, por ejemplo cuando la recién casada exigía
demasiada actividad sexual o las muchachas jóvenes les proporcionaban consejos
sexuales a sus madres. El humor podía estar presente como vemos en
los
huhuetlatollo (consejos para la educación amorosa), en los cuicatl (cantos) y en los
itollaca (las crónicas históricas).
Como ya hemos visto, la actitud lúdica en las culturas precolombinas era de
suma importancia mezclado con su carga religiosa, por eso se habla de un humor
ritual, éste se conserva en la parte sureste del país. En Chamula y Chenalhó aún se
practican las fiestas rituales donde el humor funge un papel predominante, claro
que en la actualidad se mezcla con obscenidad, beodos y una evidente ausencia
del sentido original. Sin embargo procuran mantener una separación entre lo
sagrado y lo profano, en donde no existe una clara distinción es entre lo solemne y
lo humorístico: “El humor ritual expresa la mezcla religiosa de elementos
precolombinos y cristianos. En el humor ritual, la normalización ocurre al hacer la
burla de toda conducta incongruente”.72
El humor ritual ayudado por elementos verbales, corporales o pictográficos
refuerza las reglas y las conductas establecidas por la sociedad, como por ejemplo,
una forma de vida (de extranjeros, ancianos), como una actividad (promiscuidad
sexual, glotonería), y para lograrlo se ayuda de los elementos religiosos, cotidianos
o históricos. A lo largo de estos ejemplos hemos observado el empleo del humor
con una función didáctica utilizada para enfatizar las normas; en la actualidad
pueden referirse a funciones políticas, económicas, sociales, religiosas, morales,
etc.
En la actualidad se conservan algunos rasgos de los rituales precolombinos
como son:
a) Imitan y caricaturizan la etapa de la vejez (sus achaques y debilidades).
b) Utilizan máscaras con el propósito de ridiculizar a las mujeres que actúan
como hombres y viceversa.
c) Ridiculizar las costumbres de otras personas, de una comunidad, de una
región o bien, de un país.
72
Ibid. p. 23.
El humor ritual en las regiones indígenas ha evolucionado, como todo, ahora
tiende a ser más agresivo y discrepante, más irónico, satírico, sarcástico y burlón.
Sin embargo sorprende que existan algunas constantes entre el humor
contemporáneo y el humor precolombino, creo que algunos de los rasgos que se
han mencionado nos podrían ser de utilidad para la comprensión de dicho término.
2.2 Definición de humor
El sentido del humor es como el erotismo:
una fuente de placer nacida de un
instinto primario, que renueva sus aguas
con el motor de la imaginación.
Enrique Serna.
Antes de definir el humor, es relevante señalar que uno de los rasgos más
distintivos del cuento mexicano, a partir de la década de los setenta, es la actitud
lúdica de los escritores. Esta escritura contrasta con la de los años cincuenta y
sesenta, donde el tono narrativo era más bien trágico, doloroso, tenso,
trascendental, etc. La mujer era inevitablemente presentada como la causa de la
soledad de la condición humana, era vista como un símbolo decorativo o como la
compañera cotidiana del hombre. La narrativa de estos escritores era más bien
intimista y simpatizaban poco con el humor.
Se ha señalado una fecha histórica como una de las posibles causas que
fomentaron el cambio en la nueva narrativa mexicana y en la vida cultural: la
masacre del 2 de octubre de 1968 en la Plaza de Tlatelolco. Este acontecimiento
obviamente conmocionó a la población. A finales de la década de los sesenta y
principios de los setenta comenzaron a publicar los primeros cuentos con las
nuevas herramientas como el humor, la ironía, la parodia, el sarcasmo, etc.
Es precisamente en esta época cuando el humor comienza a despuntar y a
tener mayor importancia en el cuento mexicano, también incrementaron
los
lectores y se vislumbraba una nueva narrativa rodeada de elementos lúdicos. Entre
los años de 1967 y 1971 se publican tres libros fundamentales para la ironía y el
humor en el cuento mexicano: Álbum de familia de Rosario Castellanos, La ley de
Herodes de Jorge Ibargüengoitia, La oveja negra y demás fábulas de Augusto
Monterroso. En 1968 se publicó el libro Inventando que sueño en donde
encontramos un cuento de suma importancia: “Cuál es la onda” de José Agustín en
donde observamos:
En este relato, el humor es el producto de una peculiar combinación de
juegos de palabras y juegos tipográficos, alusiones al mundo de la literatura,
la música y la política, parodia, heteroglosia, autoironía y una recurrente
interpelación al lector. Se trata, entonces, de un festival de recursos técnicos
(en forma de pastiche de las novelas de Cortázar), como una especie de
pirotecnia verbal al servicio de una peculiar visión del rock, la literatura y el
amor.73
En la actualidad la ironía, el sarcasmo y el humor, son elementos narrativos
que siguen presentes en la cuentística mexicana. En la narrativa del escritor
Enrique Serna juegan un papel de suma importancia, pues sus relatos están
impregnados de una despiadada crítica a ciertos valores como la envidia y la
corrupción, presentes en todos los ámbitos sociales. Por ejemplo: en la vida
científica, en la religiosa, en la social, en la política y no podía ser la excepción, en
el mundo literario.
En el cuento “El desvalido Roger”, observamos que la causa, la intención y
el objetivo de la señora Eleanore Wharton no son tan buenas como parecen, más
bien encierran una doble intención que resulta deplorable. En otro cuento también
73
Lauro Zavala, Humor e ironía en el cuento mexicano contemporáneo en Humor, ironía
y lectura. Las fronteras de la escritura literaria, p. 197.
apreciamos estas segundas intenciones, en “Vacaciones pagadas” el empresario
televisivo no “beca” de por vida a un actor por ser un excelente humano sino más
bien para convertirlo en un ser insignificante, sin vida, sin ilusiones y sin
aspiraciones.
En su libro El miedo a los animales también observamos varios personajes
que juegan una doble moral como por ejemplo Palmira Jackson “la santa patrona
de la izquierda mexicana, la abanderada de todas las causas nobles”, es una
campeona del bien en apariencia pero es todo lo contrario, resulta ser una
envidiosa, corrupta, mentirosa, vulnerable, hipócrita y un etcétera larguísimo de
“cualidades”. Su hijo Guillermo va a distribuir en Estados Unidos el video del
Ejército Zapatista y espera que se venda mucho, pues un gran porcentaje de esas
ventas esta destinado para su nuevo auto —un Ferrari—, claro que su madre
pregona que el dinero recaudado será para un albergue en la Selva Lacandona. El
escritor Enrique Serna nos presenta personajes con segundas intenciones, como
Palmira Jackson en donde observamos una fuerte carga de ironía, humor,
sarcasmo y una despiadada burla. En sus cuentos también están presentes este
tipo de personajes pues Serna realiza una crítica hacia aquellas personas de doble
moral:
Con esa vocación irónica, ácida, satírica, paródica, Serna rechaza la
existencia de los paladines del bien, señalando que en ellos, esos supuestos
defensores de las buenas conciencias, habitan lo perverso y lo oscuro;
recusa los altos ideales para instalar en su sitio las conductas ambiguas, el
arrebato grotesco y lúdico, el fantasma trasgresor de la risa; desacraliza la
pureza y convierte en cotidiano y simple la inestabilidad del deseo, las
cuitas y pasiones del cuerpo.74
Existen diferentes tipos de humorismo, por tal razón si le preguntásemos a
los humoristas cuál es la definición de humor encontraríamos muy diversos y
discrepantes resultados, pues cada humorista tiene su propio estilo, método,
74
Alfredo Pavón, Vivir del cuento (La ficción en México), p. xix
definición, características, etc. El humor no tiene una definición única, pues ha sido
estudiado desde diferentes ángulos: filosófico, social, político, psicológico y
literario. Este término abarca una gran cantidad de asuntos y de temas, de clases
y de problemas, de ahí que se le clasifique en tantas formas.
Además contamos con las definiciones que nos proporciona la crítica,
algunos quizá no practican el humorismo pero sí exponen una tesis bastante
considerable sobre el tema, así, existen los planteamientos de los humoristas y de
los críticos de las diferentes épocas en que se ha trabajado el humor, por ejemplo
los que asocian el humorismo aquello que propicia reír, sin embargo otros exigen
mucho más, es decir después de haberles provocado la risa exigen que también
les haga pensar o reflexionar. Por tal razón no podemos dar una definición única y
absoluta, más bien trataremos de explicar el humor con sus rasgos más
sobresalientes.
Un primer acercamiento al término podría ser: el humor conlleva a una
alegría y para ello se utiliza el ingenio (la imaginación), pues como bien nos dice
Enrique Serna “El sentido del humor es como el erotismo: una fuente de placer
nacida de un instinto primario, que renueva sus aguas con el motor de la
imaginación”.75 Entonces podemos deducir que el humor es un estado de ánimo el
cual se apoya en el ingenio, en la alegría, en la jovialidad, en la agudeza y en la
imaginación; esto nos conduce a tener un buen sentido del humor. El siguiente
mapa conceptual nos permite afirmar esta tesis acerca del humorismo:
75
Enrique Serna, El humor hecho en Recompensas, p. 46.
HUMOR
es
Jovialidad
Agudeza
Alegría y apacibilidad
de Genio.
Perspicacia o viveza
de genio.
Facultad para discurrir
o
inventar con prontitud
y facilidad.
Penetración de ingenio
o entendimiento
Como podemos observar el humor juega con varios términos y la
combinación de éstos nos da como resultado: humor-alegría-ingenio. Sin embargo
esta alegría no tiene porque ser recibida por el receptor con la misma intensidad
que le confiere el emisor o tal vez éste ni siquiera le causa algún sentimiento de
jovialidad y también es válido. Existe la posibilidad de que un hecho resulte lo
bastante cómico para uno pero no para el otro, por ejemplo ¿quién reiría ante la
quema pública de un gato?, según el escritor Lipovetsky ésta era la diversión de
los hombres del siglo XVI en las fiestas de San Juan.
El humor como podemos ver es un juego de inteligencia, por consiguiente
dependerá del nivel cultural de cada ejecutor, ya que podemos encontrar un
humor grotesco o burdo y un humor refinado, lo mismo pasa con el destinatario,
tal vez sólo entienda ciertos tipos de humorismo. Aunque en ocasiones no importa
el nivel de conocimientos pues de nada servirían sí no se posee talento, y una
persona con recursos cognitivos más limitados puede crear un humorismo de alta
calidad. Pero también es cierto que una persona a pesar de ser instruido y tener
talento no logra crear humor, porque tal vez no tiene la disposición o el ánimo de
hacer reír a la gente. Como bien apunta el escritor Enrique Serna:
Ni la cultura de masas está reñida con el ingenio, ni la sofisticación de un
humorista culto es garantía de creatividad. Pero en todos los estratos
culturales, el humor forzado produce una deplorable adulteración de la
risa, que al propagarse como una epidemia, embota el ingenio
colectivo y despoja al hombre de su escudo más eficaz contra el
sufrimiento.76
Esta idea del “humor forzado” nos la ejemplifica nuestro narrador a analizar
con el humor televisivo pues nos dice que es un tanto desganado, o mejor dicho
prefabricado, ya que los conductores tienen la obligación de ser graciosos y la
mayoría de las veces nos percatamos que algunos personajes televisivos son
“humoristas”, más bien por deber o por imposición de su productor que por ser
ingeniosos o graciosos, por tal razón la risa que nos trasmiten resulta forzada y
obligada.
Lo anterior va unido a otro gran problema del humor televisivo: la
predisposición a que están sometidos los receptores; la mercadotecnia de la
televisión es tan lista (manipuladora) que ordena (conscientemente) a los
televidentes a que rían (inconscientemente) de lo que están viendo aunque no les
produzca gracia. Por ejemplo los programas “cómicos” por lo general utilizan el
disco de risas para predisponer, en primer lugar avisan cuándo debes reír, por
consiguiente y en segundo lugar coartan la libertad de poder decidir y elegir
cuándo reír y tercero no te presentan un humor verdadero:
El disco de risas, esa técnica pavloviana de inducción a la hilaridad,
exportada a todo el mundo por la televisión estadounidense, ha llegado a
ser tan necesaria para manipular al espectador, que ningún programa
cómico puede prescindir de ella. Cuando más forzado es un chiste, más
necesidad tiene el cómico de ordeñar las carcajadas que no puede arrancar
por las buenas.77
76
Loc.cit.
Las dos ideas expuestas en los párrafos anteriores van ligadas entre sí, pero
a su vez se enlazan con otra: los consumidores de esos chistes prefabricados se
convierten, la mayoría de las veces, en perezosos mentales, es decir, se aprenden
los chistes que ven en la televisión y después lo repiten como autómatas —que no
es malo—, sin embargo de alguna manera también disminuyen la capacidad de
cada individuo para crear su propio humor.
Es importante señalar que la mayoría de los chistes se conocen por difusión
oral, y también resultan bastante buenos y nos arrancan una buena carcajada. Sin
embargo para Serna el humor verdadero es “el humor inventado sobre la marcha
de una conversación”.
Sabemos que el humor televisivo tiene demasiados errores, sin embargo no
para los empresarios pues es una más de las sutiles maneras de controlar y ejercer
poder sobre los televidentes. Por eso el autor de El seductor de la patria nos dice:
“Quizá la clave para tener un sentido del humor creativo y despierto sea ejercitar
la imaginación sin pretender dirigirla hacia lo gracioso”.78
Cuando los humoristas no se reconocen como tales o no se encaminan en
una búsqueda impetuosa de escribir, pintar, esculpir, componer, etc., con humor,
quizá se obtengan resultados más productivos, originales, imaginativos y
sorprendentes. Basta con tener creatividad y actitud lúdica; cuando no hay
ninguna intención premeditada podemos encontrar un humor verdadero y
satisfactorio, el cual resulta mucho más interesante y placentero, pues la
predisposición como ya hemos visto no resulta del todo grato.
Ahora entendemos con mayor claridad las palabras de Enrique Serna
cuando nos habla de su oficio como escritor, tal vez el éxito que tiene su narrativa
77
78
Loc.cit.
Ibid. p. 47.
irónica y humorística se debe a que no se predispone a la hora de escribir,
seguramente antes de iniciar un libro no está preocupado por saber si logrará una
narrativa con ciertos elementos lúdicos. Cuando leemos sus libros estamos frente a
un humorismo espontáneo y genuino:
No soy escritor que al momento de escribir tenga una plena conciencia del
sentido último que le voy a dar a mi cuento, sino que más bien para mí la
escritura es una forma de entender la conducta humana. No escribo de lo
que sé sino para tratar de entender algo. En ese sentido, no tengo muy
claro a veces si algún cuento es satírico, picaresco o sencillamente
moralizante... Esto ya no depende de mí.79
Para el crítico Alfred Stern el humor se produce por “una degradación de
valores (de allí su capacidad de reconstrucción) y no de una pérdida de valores
que en tanto que es imposible su reconstrucción, da entrada al llanto”.80 Esta
definición del término nos aporta una gran precisión: el humor es una degradación
de valores y no una pérdida de ellos, quizá este sea el centro del humorismo
además de su capacidad de reconstrucción. La anterior tesis nos permite dominar
con mayor claridad nuestro concepto, ahora sabemos que cuando nos reímos de
alguna pérdida de valores y no de la degradación, más bien aludimos a otro
sentimiento y a otro concepto como el de la crueldad y no al humorismo.
En la literatura de Occidente se supone que el humor se introduce como
una expresión de la conciencia irónica, es decir, en la percepción de lo
incongruente entendido de forma festiva. El crítico Friedrich von Schlegel entendió
al humor de la siguiente manera:
79
Esta cita fue señalada por el escritor Enrique Serna en el marco del Ciclo Testimonio.
Víctor Bravo, Alegoría y humor. La reconstrucción del sentido en Figuraciones del
poder y la ironía, p.131.
80
Humor tiene que ver con ser y no ser, y su verdadera esencia es la reflexión.
Ser y no ser, desplazamiento pendular entre el sinsentido y la reconstrucción
entre lo incongruente y la homogeneidad y reflexividad: el humorista se
distancia de la realidad, relativiza la verdad, degrada los valores
consagrados; de allí que en el verdadero humorista se encuentre la
conciencia crítica.81
El humorismo puede aparecer en los discursos orales, en los escritos, en los
gestuales, algunas veces los encontramos combinados, por ejemplo el oral con el
gestual, etc. El humor es improvisación, imaginación, invención y autenticidad;
tiene una intención: encaminarse hacia la libertad, partiendo de la negatividad de
la existencia, es decir el ser humano está por lo general más allá de sí mismo y de
sus circunstancias, por más adversas y desoladoras que puedan ser, el hombre
siempre las enfrenta como “hechos simples o aislados”. El humor es un estilo
estoico, en donde observamos la interioridad del ser humano, la subjetividad trata
de no ser alcanzada ni trastocada por alguna situación, por adversa que ésta
resulte, es decir, el humor se convierte en una forma de defensa ante las
situaciones de la vida. Para Enrique Serna el sentido del humor es una herramienta
que ayuda a sopesar una realidad desfavorable: “En buena medida, el sentido del
humor es una capacidad de desdoblamiento que permite vivir en una realidad
atroz y verla desde lejos como una comedia”.82
Esta interioridad del hombre Freud la ve más bien como el triunfo del yo,
como la sustracción del padecimiento, es decir la conciencia crítica y la
superioridad del yo frente a un universo degradado:
El humor no es resignado, es opositor, no sólo significa el triunfo del yo,
sino también el del principio de placer, capaz de afirmarse aquí a pesar de
lo desfavorable de las circunstancias reales [...] Con su defensa frente a la
posibilidad de sufrir, ocupa un lugar dentro de la gran serie de aquellos
métodos que la vida anímica de los seres humanos ha desplegado a fin de
substraerse a la compulsión del padecimiento, una serie que se inicia con la
81
82
Citado por Víctor Bravo, Op.cit., p. 130.
Enrique Serna, El humor hecho en Recompensas, p. 47.
neurosis y culmina en el delirio, y en la que se incluyen la embriaguez, el
abandono de sí, el éxtasis.83
El humor se revela como si fuera una fuerza de poder la cual se
desencadena en la risa. En el Capítulo I, en el apartado dedicado a la risa,
mencionamos brevemente la capacidad que tienen algunas personas de reírse de
sí mismos, de poder reírse a pesar de ser el afectado en alguna situación o que él
provoca la comicidad. Sólo se podrá reír siempre y cuando guarde su distancia con
el hecho del que se ríe, es decir, una persona puede resultar cómica para los
demás sin embargo no para sí mismo, los primeros pueden reír y disfrutar el
hecho, pero el segundo puede sentir dolor o vergüenza.
Y aquí es donde interviene la personalidad pues alguien capaz de jugar al
mismo tiempo el papel de víctima y de espectador y de reírse de sí mismo,
exterioriza y consigue su libertad, además de obtener un entendimiento de
asimilación y alejamiento de las situaciones,
a todo esto también se le llama
humor:
Pero el hombre sólo puede realizar este gesto de desprendimiento porque
la libertad lo hace posible. El humor es, entonces, la exteriorización de esa
libertad y la capacidad de hacer uso de ella en el sentido indicado. Mi
capacidad de reír de mí mismo está en razón directa de mi capacidad de
asumir la posibilidad que abre, a priori, esta libertad “interior”.84
Anteriormente explicamos que el humor puede producir un cierto tipo
de libertad y de alejamiento; cuando nos encontramos frente a situaciones
sumamente desfavorables y aun así se conserva el sentido del humor nos estamos
refiriendo al humor negro, por ejemplo, un prisionero va a ser ahorcado el lunes
en la mañana; cuando éste se encuentra a punto de morir dice: comienzo bien la
83
84
Citado por Víctor Bravo, Op.cit.,.131.
Jorge Portilla, La fenomenología del relajo, p. 76.
semana. El humor negro permite jugar con ciertas situaciones; ahora bien los
escritores que lo utilizan, la mayoría de las veces, es para indagar o rastrear la
verdadera naturaleza del ser humano, es decir saber cuáles son sus auténticos
sentimientos en donde reside la siniestra crueldad del ser humano y cómo es
encubierta.
El escritor Enrique Serna utiliza el humor negro de esta manera, pues en sus
relatos se aprecia esa intriga por esos sentimientos supuestamente buenos, por
esas intachables conciencias, una crítica hacia ciertos valores y también a los
niveles socioeconómicos; cuando lleguemos al análisis de los cuentos nos
podremos dar cuenta de que la intriga y la corrupción
en nombre de la
beneficencia se da en todos los estratos sociales y culturales.
Para el autor de El seductor de la patria el humor negro ha servido para
afrontar de una manera distinta los hechos dolorosos que la vida ofrece, es una
posibilidad para jugar con ciertas situaciones. Para este narrador el humor negro
funge una especial participación en el cuento cruel; en su artículo “Avatares del
cuento cruel”, nos explica cómo nace este cuento y su relación de la crueldad con
los seres humanos; para ejemplificarnos retoma un cuento de Oscar Wilde. Serna
concibe al humor negro de la siguiente manera:
El humor negro ha prestado un servicio invaluable a la humanidad en el
transcurso del siglo XX, puesto que nos permite bromear con el dolor y
apartar de la realidad lo que tiene de excesivamente aflictivo. Su
manifestación literaria más acabada es el cuento cruel, un género que me
atrae desde la adolescencia por su capacidad de subvertir la realidad y
provocar emociones encontradas.85
El cuento que utiliza Enrique Serna de Wilde para ejemplificar con mayor
claridad sobre la condición cruel del ser humano es “El ruiseñor y la rosa”. Después
85
Enrique Serna , Avatares del cuento cruel en Las caricaturas me hacen llorar, p. 144.
de leer este cuento del escritor inglés cabe replantearse si en verdad el hombre es
cruel por naturaleza y nada más aparenta tener buenos sentimientos. Toda
persona tiene su parte buena por así llamarla y su parte mala, lo preocupante es
querer demostrar ante los ojos de la sociedad que es el mejor, el más bueno, el
más redentor, el benefactor, el amigable, el comprensivo, el incorrupto, etc.,
cuando en verdad quizá resulte un ser deplorable, envidioso, corrupto, mentiroso,
embaucador y demás. En relatos de Serna podemos observar esta crítica dirigida a
estos paladines del bien:
Nadie está libre de culpa. En cada hombre se ocultan segundas y terceras
intenciones, pasiones turbias o truculentas, amores y odios de segunda
mano, esto es, reciclados y, por ello, más dañinos y destructores. Sus
relatos constituyen verdaderas exploraciones psicológicas, sutiles
indagaciones sobre el lado oscuro de la luna: el autoengaño, la
autocompasión, la misoginia, el exhibicionismo, la envidia, la venganza,
sentimientos tan auténticos como la misantropía, la fraternidad, la
solidaridad, la amistad. Enrique Serna apuesta por la risa y, después, llora,
llora, la hermosa vida.86
Cuando estamos frente a cuentos de esta naturaleza regularmente en
el lector se producen sentimientos encontrados, por así decirlo ya que muchas
veces se puede ver reflejado, y tal vez todos conocen sus segundas intenciones
pero las disfrazan con supuestas buenas acciones, por consiguiente no resulta
grato ver o leer situaciones en donde tal vez se identifican pues de alguna manera
están siendo parodiados.
Ahora entendemos más claramente cuando el escritor de Las caricaturas me
hacen llorar nos dice que primero apuesta por la risa y después por el llanto, es
decir al encontrarnos con relatos de esta índole en donde observamos nuestra
condición de ser humano y que a veces resulta muy negativa, por un lado nos
causan risa los acontecimientos pero al final nos cuestionamos qué nos produce
86
Alfredo Pavón , Op.cit., p. xix.
risa si no es más que la representación de uno mismo. Y aquí es en donde entra
uno de los rasgos importantes del humor: hacernos reír pero también reflexionar,
sería absurdo reírnos de nuestra propia degradación como personas.
El humor de alguna manera es como una muestra de que el hombre puede
estar más allá de sí mismo y de sus circunstancias. El escritor Jorge Portilla nos
dice que la siguiente definición que da de humor hace referencia al denominado
humor negro:
Puede encontrarse en las situaciones más adversas y afrontarlas como si
fueran hechos externos, ajenos, que no pueden alcanzarlo por completo.
El humor es una actitud de estilo estoico que muestra el hecho de que la
interioridad del hombre, su subjetividad pura, nunca puede ser alcanzada o
cancelada por la situación, por adversa que ésta pueda ser; muestra que el
hombre nunca puede ser agotado por su circunstancia.87
Esta definición que nos proporciona Jorge Portilla describe lo que significa el
humor negro: es esa capacidad que tiene el ser humano frente a situaciones
dolorosas, funestas y sombrías. México es la tierra del humor negro, a diario se
utiliza, los mexicanos se distinguen por su excelente y espeluznante manejo desde
los dibujos de Posada. Es un término con el cual los mexicanos aminoran las
situaciones deplorables que viven día a día: Un señor sale de su casa a comprar
“menudo”, en el trayecto tiene un altercado con unos asaltantes y es apuñalado, al
regresar lo único que alcanza a decir es “perdóneme comadre, el único menudo
que pude conseguir fue el mío”.
Sin embargo no resulta fácil “entender” las situaciones dolorosas y mucho
menos lograr trascenderlas. La crítica nos dice que el humorista sabe de antemano
que la existencia humana es inevitablemente dolorosa y difícil, sin embargo el
humor no va más allá, es decir no aporta una solución ni la trata de resolver, lo
único que hace es jugar con el dolor mediante el chiste o la broma, retoma las
vivencias sombrías del ser humano y las revoca con un acto humorístico.
87
Portilla, Op.cit., p.75.
Existe otro tipo de humor el cual no se dirige necesariamente hacia la
libertad, más bien la retoma de una manera indirecta. Cuando la ambientación de
los hechos es de negatividad, o mejor dicho de miseria, de dolor, de sufrimiento;
la actividad humorística entra en juego cuando reduce la importancia de esas
adversidades. Es decir, el humor nos permite aminorar los infortunios a pesar de
que en algunas ocasiones los hechos son abrumadores y pesados; el ser humano
con la ayuda del humor tiene la capacidad de lograr un desprendimiento: su
libertad interior, pero además la capacidad de reducir la carga y así convertir la
situación en algo mucho más ligero, y al final tener la sensación de que no es tan
grave y que resulta más tolerable.
Aquí cabe señalar que en ocasiones no resulta tan fácil jugar o bromear con
las desgracias del ser humano, pero finalmente la cotidianeidad está inmersa de
hechos funestos y más vale afrontarlos y vivirlos con humor que de manera seria:
“El humorista sabe perfectamente que la existencia humana es algo esencialmente
difícil y doloroso. Su gesto de liberación no implica desprecio o burla. El humorista
no es un cínico, ni pretende tampoco quedar a salvo del sufrimiento o del
humor”.88
Como podemos observar el humor puede encaminarse hacia la libertad,
pero no sólo tiene rasgos de liberador sino también algo de “sublime y elevado”,
es decir, “tiende evidentemente al triunfo del narcisismo, a la invulnerabilidad del
yo que se afirma victoriosamente. El yo rehúsa dejarse atacar, dejarse imponer el
sufrimiento por realidades externas, rehúsa admitir que los traumatismos del
mundo exterior puedan afectarle; y aún más, finge, incluso, que pueden
convertirse para él en fuente de placer”.89 El humorismo pone a prueba esa
capacidad del ser humano para estar por encima de sí mismo.
88
89
Ibid, p. 78.
Andre Bretón, Introducción a Antología del humor negro, p. 12.
Resulta interesante ver la siguiente clasificación que hace el escritor Samuel
Schmidt respecto al humor, pues divide al término en varios géneros, algunos de
éstos los hemos analizado en este trabajo de investigación pero más bien como
términos independientes, que quizá se relacionan entre sí pero no como parte de
un mismo componente. Nos presenta una taxonomía dividida en tres elementos
centrales y ocho géneros del humor político, en esta clasificación podemos seguir
observando las tesis que se manejaron en un principio del capítulo, ya que al
término humor lo presenta de la siguiente manera:
Humor
se divide en
Elementos generales
del humor.
Géneros del humor
político
* Comicidad
* Chanzas
* Parodia
* Risa
* Sátira
* Ironía
* Ingenio
* Caricaturas
* Comedia
* Sarcasmo
* Chistes
El humorismo, como ya se ha dicho es un juego de inteligencia en donde
observamos: la imaginación, el ingenio, la agudeza, la perspicacia y ahora la risa y
la comicidad; aunque cabe señalar que por un lado, la comicidad implica un deleite
satírico y trata de ser objetiva; y por otro lado el humorismo es subjetivo puesto
que es la interpretación de la realidad que hace un humorista. Recordemos que el
humor es libertad, difícilmente traicionaría sus principios para ganar los favores de
los poderosos, sino por el contrario los crítica y los desmitifica, a este cierto tipo de
humor se le denomina humor político.
Al humor lo hemos visto como un término que ayuda a digerir ciertos
problemas, también como liberador y por último como herramienta que permite
una crítica social. El ser humano por naturaleza crítica aquello que es más fuerte
que él, expresa las injusticias, las arbitrariedades, los abusos de que es objeto; el
humorismo tiene un carácter subversivo, el cual permite ampliar los panoramas
mentales por medio de una visión crítica de los problemas. Cuando estamos frente
a una crítica humorística, ésta de primera instancia nos causa risa, después
analizamos el contenido y quizá compartamos y seamos cómplices, por decirlo así,
del que esta escribiendo, claro que esto sucederá siempre que el receptor este
vinculado con los interese que exponga el humorista: “Y sin la libertad, sin la
libertad de la crítica, el humorista muere: su existencia está ligada a la agilidad de
sus alas”.90
El escritor humorista tiene la capacidad de observar las incongruencias de
los hechos normales, en sus textos observamos una visión crítica de los problemas.
El humorista por medio de los chistes, las bromas, las caricaturas , etc., refleja la
corrupción, los abusos del poder y los cánones establecidos por la sociedad, en
virtud de que ésta determina todos los comportamientos, además cimienta ciertos
tipos de prejuicios, los cuales pueden llegar en un momento dado a afectar y por
consiguiente tenemos un descontento y finalmente una crítica. El humorista
obviamente esta alerta de estas situaciones para plasmarlas con un toque de
actitud lúdica. Como por ejemplo en el cuento “La gloria de la repetición”
90
Marcos Victoria, Ensayo preliminar sobre lo cómico, p. 167.
observamos una situación con una carga de humor, pues Serna nos pone de
manifiesto la siguiente crítica hacia ciertos comportamientos establecidos:
...y la tal Rosaura, con ese vestido entallado que yo no sé cómo respiraba,
le enseñaba el culo a medio México. A esa la sacaste de un burdel.
—No, señora. La saqué de un colegio de monjas.
—Con razón, ésas cogen desde chiquitas.
—Bueno, mamá, ¿y a ti qué te importa si cogen o no?—
—Te equivocas, intelectualito de mierda. Yo soy partidaria del amor libre.
Por mí que toda la gente coja hasta reventar. Pero si una mujer quiere ser
puta, que se pare en una esquina y ejerza el oficio como Dios manda.
Contra las putas oficiales no tengo nada, lo malo es que ya no hay. Ahora
ninguna cobra: todas navegan con bandera de señoritas.91
La forma más relevantes del humor político en México son: los chistes y las
caricaturas, los primeros son creados constantemente y tienen una “vida”
larguísima, pues a veces pueden desaparecer pero finalmente en algún momento
se retoman y continúan circulando en la difusión oral, es decir se reciclan; quizá
entre algunos nada más existan pequeñas diferencias:
El chiste es la forma humorística más prolífica y longeva. Esto tiene varias
explicaciones. En primer lugar, es de fácil circulación, anónimo, instrumento
maleable de comentario político y fácilmente adaptable. En segundo,
responde a la naturaleza fatalista mexicana. El mexicano se ríe fácilmente
de todo, incluyendo, según José Guadalupe Posada, a la muerte. En tercer
lugar, los mexicanos prefieren formas de expresión indirectas para lidiar con
la autoridad y el poder político, cuestión a la que el gobierno ha contribuido
Es significativo que después de más de sesenta años de gobierno priísta el
mexicano no haya perdido su sentido del humor.92
El humor mexicano no se puede concebir si no contiene chistes que versen
sobre la política, ya sea nacional o internacional; el reír de lo político. Los chistes
políticos son de alguna manera una forma de criticar y denunciar sutilmente las
arbitrariedades del gobierno; se está jugando con las contradicciones, con los
absurdos, con los engaños de nuestro sistema gubernamental. Los chistes cuando
91
92
Enrique Serna, La gloria de la repetición en Amores de segunda mano, p. 183.
Samuel Schmidt, Humor en serio. Análisis del chiste político en México., p.126.
critican son rotundos y determinantes; no sólo los encontramos en los periódicos
sino también en la televisión, en la radio, en los libros, en las revistas, en Internet,
etc.
En El miedo a los animales, nuestro autor nos deja ver a lo largo de este
libro una crítica despiadada, dura y severa contra la política en general, contra
algunas instituciones como la Procuraduría General de la República (PGR) y contra
el mundo literario. Evaristo Reyes periodista por cuestiones personales entra a
trabajar en la Procuraduría, su jefe le encarga hacer una investigación sobre un
periodista que fue asesinado, la prensa acusa y crítica al jefe Maytorena, el cual
quiere salir librado de este embrollo así que: “Acostumbrado a inventar culpables y
a resolver crímenes por medio de la tortura, le disgustaba tener que dirigir una
investigación en regla”.93 También el humor político de alguna manera permite
enfrentar y ayudar a descubrir la verdad de las situaciones y de las personas,
ilumina —por así decirlo— y esta luz es la que permite ver el juego político oculto,
para que posteriormente se pueda llegar a una verdadera reflexión y a una crítica.
Siguiendo con la historia de este libro Serna nos plasma todas las virtudes y
cualidades del jefe Maytorena, y nos deja ver cómo trata de resolver un asesinato
y cómo la PGR se encarga de hacer justicia:
—Pues hay un sospechoso que ayer se echó de cabeza él solo: es un
intelectual que andaba de pleito con Lima por una vieja.
—¿Cómo se llama?
—Claudio Vilchis. Tendrá 40 o 45 años y es el subdirector del Fondo de
Estímulo a la Lectura.
—¡Pues ya se lo llevó la chingada! —Maytorena se volvió hacia el ChamulaMañana mismo vas por él a su oficina, le das una calentada en el coche
para que se vaya ablandando y te lo llevas a los separos.
—Un momento, jefe
—se alarmó Evaristo—. Vilchis es el principal
sospechoso, pero no tenemos pruebas para detenerlo.
93
Enrique Serna, El miedo a los animales, p. 48
—De las pruebas que se encarguen los leguleyos.94
Para concluir este apartado podemos decir que el humor es una
herramienta muy útil pero también requiere de un gran esfuerzo intelectual
(hablando del verdadero humor). No todas las personas desarrollan su capacidad
creativa, imaginativa y su ingenio. Después de exponer variadas tesis acerca del
humor nos percatamos de que es un elemento de suma importancia para el
hombre frente a su sociedad. El humor es la capacidad que tiene el ser humano
para enfrentarse a situaciones adversas, es una modalidad de pensamiento “el
hombre tiende por naturaleza a deificar lo que rebasa el límite de su comprensión.
El humor tiende al ahorro del gasto necesitado por el dolor”.95
También podemos deducir que el humor puede ser aprovechado según la
capacidad de abstracción de cada persona, pues se dice que el sentido del humor
es directamente proporcional a la inteligencia de cada individuo, y va asociado con
la buena disposición para hacer algo. Por lo general vemos latente una crítica y
una autocrítica que seguramente conlleva a la reflexión, por eso el humor rompe
límites y solemnidades.
94
95
Ibid., p.106-107.
Bretón, Op.cit., p. 12.
2.3
Humor e ironía
Humorizar es ironizar mirando a lo lejos y
más allá; es reorientar la conciencia, por
un camino complejo, hacia su inasible
verdad; y es disolver las antinomias
irónicas en el “éter azul” de la falsa
frivolidad.
Wladimir Jankelevitch
Humor e ironía son una cierta apertura
de caminos en la maraña de las
pretensiones y de los sentimientos
humanos.
Jorge Portilla
Anteriormente señalamos la conveniencia de estudiar por separado la ironía
y el humor, sin embargo ahora trataremos de mencionar algunas características de
cada término y compararlas con el propósito de tener un mayor dominio de dichos
conceptos y saber exactamente en dónde residen sus diferencias.
En el artículo “Humor e ironía en el cuento mexicano contemporáneo” de
Lauro Zavala encontramos una buena pregunta ¿es la ironía una forma del humor
o puede establecerse una distinción clara entre ambos?. Recordemos que existen
diversos tipos de ironía y una definición muy global sería: el narrador tiene el
propósito de que el receptor o el lector comprenda lo contrario al sentido original,
es decir que coexisten dos puntos de vista divergentes, estamos frente a un
choque cognoscitivo. En cambio en el humor podemos afirmar que carece de esta
intencionalidad, no existe un doble significado.
En un texto irónico los lectores requieren estar muy atentos pues deben
descodificar las palabras y los lectores de textos humorísticos también deben estar
alertos pero no tienen la necesidad de leer con una doble intención. Además el
escritor quizá en su texto pretende ser irónico pero si el lector no capta las ironías
estas pasan desapercibidas. Y un receptor que lee un texto humorístico
difícilmente pasa por desapercibida la presencia del humor.
Por una lado la ironía es un acto de intencionalidad, exige una
reconstrucción de términos, por el otro lado el humor como ya hemos visto es un
producto de la libertad, es decir se puede jugar con la condición humana, con las
reglas, con las convenciones, con las paradojas del mundo, con las palabras, etc.,
dicho de otra manera “mientras la ironía es la expresión de un desencanto, el
humor es un ejercicio de la imaginación”.96 Sin embargo ambas retratan al hombre
y su entorno, pero podríamos decir que la ironía es mucho más crítica y a pesar de
que el humor también puede resultar criticón no puede dejar su parte lúdica,
imaginativa y creativa.
A lo largo del capítulo nos hemos podido dar cuenta de la gran cantidad de
tesis y clasificaciones que existen acerca del humor, recordemos la del crítico
Höffding en donde pudimos observar que su definición de humor junto con su
división están encaminados hacia términos con matices de gentileza, bondad,
amor, simpatía y anhelo, términos que difícilmente podrían describir a la ironía,
más bien a este concepto se le atribuye el sarcasmo, la burla mordaz y algunas
veces despiadada, la sátira, etc. El humor —la mayoría de las veces— alude cierta
simpatía y la ironía en algunas ocasiones es vista como hostil.
Algunos críticos hablan de una ironía humorística, la cual es más humilde y
considerada, carece del gusto por el dolor y juega el papel de mediadora, o mejor
dicho sabe balancear y pacificar las antítesis del sarcasmo, en ocasiones tiene
debilidad por el objeto de su burla. Para el crítico
humorística
Jankelevitch la ironía
es “una ironía a la segunda potencia y que en ella la relación
“alegórica” se muestra doblemente indirecta; es una suprema reflexión de la
96
Lauro Zavala, Humor e ironía en el cuento mexicano contemporáneo en Humor,
ironía y lectura. Las fronteras de la escritura literaria, p. 200.
conciencia”.97 La ironía normal por así decirle, oculta una verdad tras una simple
seriedad, en cambio la ironía humorística evita engañarse tras esa seriedad, es
decir la interpretación del humor debe fungir tres niveles: se debe entender la
farsa que disimula supuestamente seria, posteriormente hay que identificar la
profunda seriedad que oculta esa burla y finalmente saber la seriedad que esconde
dicha seriedad.
En el Capítulo I y en éste hemos analizado que la libertad juega un papel
decisivo, es decir, tanto en la ironía como en el humor la libertad es vista como
una actividad positiva “aparece como trasfondo de la responsabilidad, como el
aura de la seriedad y de un compromiso”.98 Sin embargo la ironía pretende
encaminarse con ahínco hacia la verdad y el humor quiere la libertad:
El humor verdaderamente ingenioso, el que muestra los aspectos nuevos,
ocultos por lo que sea, e inesperados, de las cosas, es la antiinquisición, la
anticoacción: el seguro del libre movimiento de los individuos hacia la
libertad. También se puede expresar en “política aritmética” este hecho:
cuanto más humor ingenioso, mayor libertad y mayor generosidad.99
Ya mencionamos que a partir de la década de los setenta el humor junto
con la ironía se volvieron elementos inseparables de la cuentística mexicana. La
combinación
de
las
características
de
ambos
términos
ha
permito
un
enriquecimiento en el cuento, observamos una creatividad, una reflexión, una
crítica, un juego de inteligencia, una imaginación, una descodificación, etc. Esta
gran diversidad ha permitido que el cuento no sea un género limitado y que tenga
una definición absoluta; más bien con el humor y con la ironía junto con otros
elementos narrativos han dado un nuevo estilo en la escritura y han permitido que
constantemente crezca el género:
97
98
99
Wladimir Jankelevitch, La ironía, p. 151.
Jorge Portilla, Op.cit., p. 81
Sensus Shaftesbury, Ensayo sobre la libertad del ingenio y humor, p. 102-103.
El nuevo cuento mexicano, especialmente aquel en el que se manifiesta el
humor y la ironía y que por ello se resiste a continuar las tradiciones del
relato original y del relato psicologista, dominantes durante las tres décadas
anteriores, es un cuento apreciablemente lúdico y no sólo experimental. Se
trata de una escritura vital que alterna el erotismo, la imaginación...
el testimonio de nuestras jornadas urbanas y el registro de los terremotos
íntimos y colectivos...100
La ironía le permite al hombre una libertad hacia un valor positivo y el
humor libera de un valor negativo, de una adversidad. Es decir la ironía encamina
a conseguir que el ser humano busque el lado positivo y el humor lo ayuda a
superar y a trasgredir un valor negativo, además de tener la capacidad de
observarlo como un valor positivo.
Finalmente podemos decir que estas nuevas formas de escritura también
han permitido que surjan diversas maneras de lectura, se exige una participación
más activa por parte del lector. Recordemos que en la lectura de un texto irónico
el receptor funge un papel decisivo en la reconstrucción de ironías y el lector de
humor se le exige que explote su capacidad creativa, imaginativa, lúdica y por
supuesto en ambos lectores recae la responsabilidad de lograr una reflexión.
100
Ibid. p. 214.
CAPÍTULO III
1.1 Análisis de los cuentos
“Hombre con minotauro en el pecho”
En este capítulo analizaremos dos cuentos del escritor Enrique Serna, una
vez explicados los conceptos de humor e ironía en capítulos anteriores,
corresponde aplicarlos a la cuentística de este escritor. Cuando nos enfrentamos a
textos irónicos debemos ser más cuidadosos y cautelosos pues siempre hay que
leer entre líneas. Estamos frente a dos perspectivas simultáneamente presentadas,
una que aparenta hablarnos de la historia y otra que nos muestra el sentido
paradójico de los hechos. Tendremos presentes las pistas y las advertencias que el
escritor Wayne Booth nos da para evitar caer en errores fatales, pues no
quisiéramos encontrar ironías donde no las hay, o aún peor dejar pasar una ironía,
pues según la crítica no hay nada más deplorable que una ironía que cae al vacío.
Iniciemos el análisis con el cuento “Hombre con minotauro en el pecho”,
éste pertenece al libro Amores de segunda mano de 1994. En el primer párrafo del
cuento observamos un narrador extradiegético; además encontramos la clave de
todo el desarrollo de la historia: “Picasso le había concedido la firma que tanto
anhelaba, pero impresa en la piel del niño, para impedirle comerciar con ella”101;
esta frase resulta muy irónica pues va a suceder todo lo contrario como veremos
más adelante, aquí es en donde observamos que dicha frase aparenta describir la
101
Enrique Serna, Hombre con minotauro en el pecho en Amores de segunda mano,
p.49. Las siguientes citas pertenecientes a este cuento solo irán acompañadas del
número de página.
historia del niño, sin embargo, implícitamente nos muestra el sentido incongruente
de la situación.
Estas palabras nos ofrecen un doble significado debemos descodificar: “para
impedirle comerciar con ella”; tenemos esta idea en un primer sentido, sin
embargo en realidad conlleva a otro significado: se podrá comerciar con el niño.
Picasso quería darles una lección a los mercaderes pero resulta todo lo contrario.
Por eso nos parece irónico ya que la ironía es una forma de pensamiento por lo
tanto manifiesta el posible distanciamiento entre un suceso que pueda realizarse y
la realidad de quien pretenda llevarla acabo. Es decir, nos encontramos frente a
una contradicción: Picasso pretende burlarse de los conocedores de arte y por eso
plasma su pintura en el pecho del niño. En su afán de burlarse de éstos crea una
pintura que más bien cimienta inquietud en la sociedad ya que permite ver con
ahínco la degradación de los seres humanos.
Esta idea nos parece irónica no sólo por la contradicción sino por el
contraste entre la supuesta pretensión y la verdadera realidad. Sin embargo la
ironía no se conforma con encontrar contradicciones, es necesario que exista una
voluntad de verdad. La cita anterior es un buen ejemplo de un texto irónico,
puesto que nos presenta un hecho que después va a resultar contradictorio, de
inicio surge la sospecha que debemos descubrir dos ideas contrarias y
posteriormente decidir cuál es la verdadera, cuál aceptaremos como creíble y
certera.
En el segundo párrafo ya encontramos la voz del personaje principal:
“Todos festejan el incidente, creyendo que Picasso dio una lección a los
mercaderes del arte. Debí refutarlos hace mucho tiempo, pero no me convenía
divulgar la verdad. Ahora no puedo seguir callando. Sé que manejan información
de segunda mano. Sé que mienten. Lo sé porque yo era el niño del tatuaje”. (p.
49-50) De aquí en adelante la historia estará a cargo del niño, por consiguiente
estamos hablando de un narrador autodiegético.
El personaje central nos contará su historia fidedigna ya que en el primer
párrafo encontramos la anécdota que los biógrafos cuentan acerca de este suceso,
empero no es del todo verdadera pues nos dicen que Picasso vivía en los años 50
en Cannes y en las mañanas tomaba el sol en la playa de La Californie. Esta parte
es muy fidedigna pues fuera de la ficción de este cuento; recordemos que este
artista español en el verano de 1955 se instala con Jacqueline en Cannes, en “la
Californie” en donde residió hasta 1961. Un buen día un turista vio que a Picasso le
gustaba jugar con los niños en la playa, así que envío a su hijo a pedirle un
autógrafo. Aquí es en donde los biógrafos fallan, pues tanto su padre como el
niño vivían en Cannes no eran turistas. Sus padres trabajaban en este lugar
cuidando la residencia de la señora Reeves.
En este cuento ubicamos varios personajes que van a ser ironizados por
nuestro autor-narrador como son: la señora Reeves, las sociedades, los
conocedores de arte, las autoridades, su familia y el Ministerio de Cultura. Por
consiguiente la vida del niño la vamos a dividir en 4 partes: cuando vive con la
Señora Reeves, su vida en los museos, cuando es raptado y vive con Uninge y su
vida en París. Resulta conveniente separar sus etapas de vida para tener un mayor
dominio de las situaciones que vivió y así ubicar al humor y a la ironía de acuerdo
al momento que vivía, pues algunos hechos se convierten en imprescindibles por la
edad del niño ya que lo marcaran para toda su vida. Por ejemplo la primera etapa
resulta trascendental y fundamental pues como niño sufre muchas ausencias
además el bienestar de ser una obra de arte no le garantizó un trato como ser
humano.
a) Primera etapa. Su vida con la señora Reeves:
La señora Reeves era coleccionista de arte distribuía su tiempo entre
Florencia, París, Valparaíso y Nueva York, los veranos los pasaba en la Costa Azul;
este personaje representa a todo un grupo de personas que ambulan por la vida
aparentando lo que no son y andan con la bandera de buenas conciencias cuando
en realidad sus acciones dicen todo lo contrario, se ironiza con una burla
despiadada a estas personas que tienen segundas intenciones. En el cuento
observamos en palabras del narrador autobiográfico cómo se crítica al citado
personaje, detrás de sus aparentes cuidados maternales hacia el niño vemos el
interés por el minotauro más que por el cuerpo de éste.
Al ver al niño con el minotauro se quedó impresionada: “en un sorpresivo
arrebato de ternura me tomó entre sus brazos, triturando mis costillas con toda la
fuerza de sus 200 kilos, y sin pedir la autorización de mis padres organizó una
cena de gala para exhibirme ente sus amistades”. (p. 50) Con esta cena ganó un
éxito social rotundo tenía en su poder una obra maestra además le abrió las
puertas a un nuevo mundo “Fue algo así como su doctorado en sofisticación”. (p.
52) Obviamente quiso que la “obra” se quedará junto a ella, los padres tuvieron
una fuerte platica con la Señora y finalmente se llegó a un “acuerdo justo”: “Ella se
comprometía a cubrir mis gastos de comida, vestido, alojamiento y educación a
cambio de que yo le permitiera exhibir el tatuaje. Mi padre se deshizo de una boca
y obtuvo 50 mil francos en una sola transacción comercial”. (p. 53)
Durante la travesía por el Mediterráneo la señora Revees ofreció muchos
bienes y ciertas libertades por lo que el niño no extrañó a su familia, pues en su
hogar existían bastantes limitantes: “Éramos una familia católica practicante a la
que Dios daba un hijo cada año, y como nuestros ingresos, indiferentes al
precepto bíblico, ni crecían ni se multiplicaban, sufríamos una miseria que andando
el tiempo llegó a lindar con la desnutrición”. (p. 50) De alguna manera se ironiza a
este cierto tipo de familias que siguen creyendo fervorosamente en lo que les dicta
su religión, vemos una familia católica practicante sin embargo podemos observar
que los padres se atreven a vender a su hijo “Ignoro en qué resquicio de su
conciencia cristiana pudo esconder esa canallada”. (p. 53)
Aquí podemos hablar de una ironía literaria la cual es entendida como una
forma de hablar en la que hayamos un dilema, entre lo dicho literalmente y lo que
propiamente se quiere dar a entender, es decir, el narrador autodiegético entra en
un pequeño dilema, por un lado nos dice su situación familiar: un hijo cada año, y
por el otro, lo que nos trasmite de verdad: el precepto religioso está un poco
erróneo: no importa que no haya los suficientes ingresos para mantenerse pero los
hijos son benditos y son un regalo de Dios.
La Señora Reeves sobreprotegía al niño, sin embargo la protección nada
más era a su pecho pues tenía el Minotauro de Picasso, el resto del cuerpo del
niño le era indiferente, no le preocupaba en lo más mínimo “A cambio de tanta
libertad sólo me prohibió exponer el pecho al sol para evitar un despellejamiento
que —según decía la muy hipócrita— podía resultar dañino para mi salud”. (p. 52)
Aquí podemos retomar el término de la antigua Grecia, ya que la señora Reeves
actúa en dissimulatio pues expresa y pregona bienestar para la obra pero no para
el niño, en realidad hay hipocresía.
En Grecia esta palabra hacía referencia a expresar una idea distinta de la
que se piensa aunque no sea precisamente la contraria; ésta actitud de la Señora
se aprecia claramente en su manera de actuar. Aparenta excelentes acciones
empero vemos sus segundas intenciones: una persona inhumana e insensible, la
cual procura y cuida con mucho esmero a una gran obra como toda una verdadera
coleccionista y conocedora de arte.
La ironía ataca con agresividad a la hipocresía siempre trata de
desenmascararla, recordemos que “la ironía es la conciencia intranquila de la
hipocresía”102. Esta actitud la podemos observar en todo momento en la señora
Revees, procura tener los mayores cuidados con el niño o más bien con su pecho
pues una historiadora en arte no iba a permitir que tan valiosa pintura se
maltratara, por tal razón realizaba los cuidados pertinentes como a cualquiera de
sus obras, por una extraña razón se olvidaba que el Minotauro “no era una obra
como las demás”, esta tenía vida, movimiento y sentimientos, sin embargo esto
pasó desapercibido por la Señora era tan insignificante que no requería la mayor
atención o algún especial cuidado, ¿acaso importaba lo que sentía el resto del
cuerpo?; ella era bon vivants y su función era cuidar las obras de arte y nada más.
Cuando se lo llevó de Cannes con destino a Nueva York, el niño como ya
dijimos tuvo privilegios, en el barco se sentía un rey; aún no comprendía lo que
pasaba, por un momento creyó en las palabras de sus padres “la patrona me
llevaba de vacaciones en su yate porque se había encariñado conmigo”. (p. 52)
Cuando abordaron el avión dos criados de la señora Reves levantaron
cuidadosamente al niño, pues desgraciadamente la firma de Picasso sólo abarcaba
una parte del cuerpo, sin embrago había que cargar con el resto aunque resultara
muy molesto:
A esas alturas yo me sentía un pequeño monarca y creí que me llevarían
cargando al interior del jet. Así lo hicieron, pero no a la sección de primera
clase, como yo suponía, sino al depósito de animales, donde me
envolvieron con una gruesa faja de hule espuma para proteger el
minotauro contra posibles raspones. Perkins maulló vengativamente
cuando me instalaron junto a él. En su jaula parecía mucho más libre y
humano que yo. Entonces comprendí que me habían vendido. Entonces
lloré. (p. 52)
102
Wladimir Jankelevitch, La ironía, p. 108
El humor como ya dijimos permite sopesar las adversidades de la
cotidianeidad y ayuda al ser humano a estar por encima de sí mismo a pesar de
estar frente situaciones rotundamente desfavorables; cabe la posibilidad de lograr
un distanciamiento de los hechos. El niño con el Minotauro en el pecho a lo largo
de todo el cuento va a recurrir al humor para lograr ver de diferente manera los
acontecimientos de su vida y lograr este distanciamiento. Aquí podemos observar
un hecho que de por sí es deplorable: ser visto como un objeto a pesar de ser un
sujeto, sin embargo en la siguiente cita notamos una resignación tomada con
humorismo: “Me asignó un lugar destacado en la sala. Entre una litografía de Goya
y una versión en miniatura del Mercurio de Rodin” (p. 53).
Cabe señalar que en el apartado dedicado a la risa mencionamos diferentes
tipos de risa de acuerdo a la situación y a la ubicación que ocupe una persona
frente a un hecho. El niño en este caso juega el papel de víctima por lo tanto quizá
éste no contemple la posibilidad de reír de sus propias desgracias pero también
existe la probabilidad de lograr un cierto desprendimiento de las situaciones. A
pesar de aceptar su condición de ser una pintura por lo menos exige un lugar
privilegiado pues no es cualquier obra de arte debe estar cerca de los grandes
cuadros.
En otra situación apreciamos esta misma idea: la aceptación de ser una
obra de arte pero con la atención que se merece una pintura de Picasso. El niño
sabía que no cualquier pintor plasmó su firma en su pecho sino el famosísimo
español así que debía exigir un trato y una calidad como una verdadera obra de
arte contemporáneo, no era una imitación y mucho menos de un pintor
desconocido. Por eso cuando la señora Reeves cuida con esmero su inversión éste
exige que se le cuide como a las famosas pinturas: “Así como preservaba de la
humedad sus óleos de Munich y Tamayo, me trataba con amor para conservar una
vida que —le gustara o no— formaba parte del cuerpo”. (p. 54) En otra cita
observamos lo anterior: “Endurecido por la pena y el ultraje, decidí aprovechar mi
nueva situación y olvidarme para siempre del hogar que había perdido. Era un
esclavo, sí, pero un esclavo envuelto en sábanas de seda”. (p. 53)
Al inicio del cuento también podemos observar un humorismo por parte del
niño cuando todavía no sabe bien lo que pasa a su alrededor pero de algo está
seguro, él es el importante, cuando la señora Reeves ofrece la cena el niño actúo
de la siguiente manera: “Decidí boicotear mi debut en sociedad”. (p. 50) De alguna
manera con estas intervenciones humorísticas él se da la posibilidad de enfrentar
su nueva vida con un toque de actitud lúdica lo que le permitirá rebajar la carga de
atrocidad.
En esta etapa de su vida encontramos a un personaje colectivo “los críticos
de arte”, a los cuales se ironiza de una manera dura pues nos burlamos y nos
reímos de sus opiniones, de sus supuestos conocimientos; representan a todas
aquellas personas que enarbolan la bandera de historiadores de arte y más bien
son farsantes y embusteros, ya sean críticos de pinturas, esculturas, piezas
musicales, arquitecturas, literatura, etc. Cuando la señora Reeves por primera vez
muestra al niño entre sus colegas dan sus valiosos puntos de vista al igual que la
Señora, ellos no veían más allá que un excelente cuadro elaborado por Picasso, el
resto del cuerpo era visto como un estorbo: “Un famoso corredor de autos me
retrató el pecho, procurando colocar la cámara de tal manera que mi rostro
—carente de valor artístico— no estropeará la foto”. (p. 51)
Los “conocedores de arte” nos recuerdan a la pareja arquetípica de la
antigua comedia griega: alazon y eiron, podemos decir que éstos juegan el papel
de fanfarrones que alardean de su valentía y de sus conocimientos aunque al final
terminan siendo los ironizados pues son unos “falsos sabios” y dejan al descubierto
su ignorancia. Por un lado, quizá estos conocedores representan a alazon, pues
como bien sabemos éste simboliza a “toda aquella actitud vanidosa, y en el fondo
estúpida, de quien finge unas actitudes que está muy lejos de poseer”.103
Y por otro lado el narrador implícito, en palabras del autobiográfico, resulta
ser eiron pues “en apariencia desvalido, esconde su juego y, por medio de
sinuosas estratagemas, se sale con la suya”.104 Sin embargo cabe aclarar que el
personaje central de este cuento, sí se encuentra desvalido y por eso sufre tantas
injusticias, tal vez vemos esta actitud en el narrador implícito pues si el lector
descubridor de eironeias logra una reflexión de los hechos que está leyendo, sí
podemos decir de alguna manera “que se sale con la suya” y entonces sí juega el
personaje de “falso tonto”, puesto que nos presenta acontecimientos que él quizá
repruebe y por lo tanto éste —junto con el lector— se burlan irónicamente del
personaje colectivo.
Cuando llegó a Nueva York su trabajo era exhibirse como una pintura, los
amigos de la Señora iban a ver su nueva adquisición artística: “—Isn’t gorgeous?
—pregunto la gorga, resplandeciente de satisfacción. —Oh, yes, it’s gorgeous —
respondieron a coro los invitados”. (p. 51) Los conocedores de arte resultan igual
de patéticos que la Señora, sus opiniones nos parecen de lo más risibles, trataban
de explicar y ver en la obra de Picasso elementos que quizá ni existían, resulta
muy irónico que lo único que este artista español quería era darles una lección a
los comerciantes de arte sin embargo resultó todo lo contrario:
—El minotauro es un símbolo de virilidad. Picasso ha plasmado en el pecho
del niño sus ansias de rejuvenecer, utilizando el tatuaje como un hilo de
Ariadna que le permita salir de su laberinto interior hacia el paraje solar de
la carne y el deseo.
—Digan lo que digan, el tema de Picasso fue siempre la figura humana. Es
natural que su interés por el hombre lo haya conducido a prescindir del
lienzo y a pintar directamente sobre la piel del hombre, para fundir el sujeto
y el objeto de su expresión plástica. (p. 53)
103
104
Pere Ballart, Eironeia, la figuración irónica en el discurso literario moderno, p.40.
Loc.cit.
El humor funciona como una herramienta que permite lograr cierta libertad
frente a hechos desoladores, pero también el humor es un juego de inteligencia
con el cual se puede jugar y bromear con los acontecimientos de la vida, los cuales
a veces resultan incongruentes. El sentido del humor permite ver de distinta
manera las situaciones y entonces se tornan con un toque de comicidad e ingenio
los hechos paradójicos como en la siguiente situación: las hormonas del niño
comenzaron a despertar así que cuando cumplió 16 años las “hormonas declararon
la guerra al arte contemporáneo”.
La señora Reeves comenzó a preocuparse por su inversión, ésta estaba
siendo amenazada por una bola de vellos “Una mancha de vellos negros cubrió
primero las piernas del minotauro, subió desde mi obligo hacia donde comenzaba
la cabeza de toro y acabó sepultando el dibujo bajo una densa maraña capilar”. (p.
54) No hubo otro remedio que acudir a los expertos en conservación de pinturas,
estudiaron el problema y dieron su opinión:
...el problema no era técnico sino estético. Lo de menos era depilarme con
cera, pero ¿tenían derecho a interrumpir la evolución de una obra
concebida para transformarse a través del tiempo? ¿Habría utilizado Picasso
la piel humana si no hubiese querido que los pelos ocultaran el tatuaje
cuando yo creciera? Un poeta que se jactaba de su amistad con el pintor
dirimió la cuestión. A su juicio, los pelos cumplían la misma función que los
boletos del Metro y las cajetillas de cerillos en los cuadros de la época del
cubismo sintético pintados en colaboración con Braque.
Quizá la anterior situación humorística la vemos desde la perspectiva de
Bergson cuando nos dice “una situación es siempre cómica cuando a un mismo
tiempo pertenece a dos series de acontecimientos enteramente independientes y
puede interpretarse a la vez en dos sentidos muy diferentes”105, puesto que los
vellos están fungiendo al mismo tiempo una doble función totalmente diferente e
105
Víctor Bravo, Alegoría y humor. La reconstrucción del sentido en Figuraciones del
poder y la ironía, p.131.
independiente lo cual provoca humor y risa. También podríamos ubicar la
definición que nos proporciona Shopenhauer acerca del humor “es la percepción
repentina de una incongruencia entre una idea y el objeto real”106, ya que el
crecimiento del vello es natural en el desarrollo del cuerpo humano y los críticos de
arte convierten la situación en algo incongruente, existe un abismo bastante
considerable entre las ideas que estos proponen y la situación real.
Según los conocedores de arte quitar los vellos sería como quitarle los
bigotes a la Mona Lisa de Marcel Duchamp. Como bien sabemos el cubismo
sintético juega con las superficies eran más amplias y decorativas; la novedad más
representativa de este período fue sin duda el uso de materiales cotidianos como
cajetillas de cigarros, páginas de periódicos, trozos de vidrio, telas, etc. En esta
etapa artística se ubica Picasso y Braque, el cual realizó sus famosos papiers collés
(collages). Quizá los amigos de la señora Reeves y ella misma relacionaron al niño
y su pecho con esta estética cubista, tal vez creyeron que los vellos y la carne
humana en evolución eran nuevos materiales plásticos que enriquecían al arte.
La señora Reeves aceptó dejar el cuadro en evolución pues temía ser
calificada de “enemiga de la vanguardia”, si el Minotauro causó bastante
fascinación y fervor entre los conocedores, ahora el Minotauro envuelto de vellos
negros causaba a un más éxito que el anterior, era todo una obra de arte con
nuevos elementos y mucho más interesante, a pesar de que ya no se lograba ver
la pintura: “Ensoberbecida, la señora Reeves se comparaba con la señora de
Guermantes: daba tres cocteles a la semana y aún así tenía en lista de espera a
cientos de socialités que se disputaban el privilegio de NO VER el tatuaje”. (p. 55)
Seguimos leyendo más hechos que nos demuestran las incongruencias y los
absurdos que la gente puede llegar a cometer, Serna nos presenta por medio de
su narrador autobiográfico los hechos con un toque lúdico. El humor también
106
Loc.cit.
puede funcionar como un instrumento que conlleva a una alegría, en el capítulo
dedicado al humor nos dimos cuenta que para crear un humor verdadero se
requiere genio, jovialidad, agudeza, comicidad y perspicacia, estos elementos los
podemos ver claramente en el siguiente hecho pues nos deja ver la capacidad
creativa e imaginativa de nuestro narrador mexicano, él como bien dice no escribe
con la conciencia de crear un texto humorístico sin embargo nos presenta un
humor de alta calidad, ya que por una parte nos permite reflexionar y
cuestionarnos de los hechos que estamos leyendo pero por otra parte nos provoca
una buena carcajada.
Lo anterior se aprecia en el siguiente suceso: la pintura se había convertido
en una obra para el tacto, pues algunos de los invitados acariciaban los vellos, el
adolescente se defendía de las caricias masculinas sin embargo los agredidos
exigían que les pegara de nuevo y con mayor fuerza. Quizá los críticos, los
conservadores y los conocedores de pinturas siguen asociando al cubismo sintético
con el Minotauro de este artista español, ya que Picasso utilizaba el collage para
conseguir al fin que el cuadro sea realidad en lugar de sustituirla y lo que permite
éste es pegar literalmente trocitos de realidad sobre el lienzo. Tal vez los críticos
de arte creían que el Minotauro había ido mucho más lejos que esta propuesta,
Picasso había plasmado un dibujo para el tacto y con un marco de carne y hueso,
una obra muy vanguardista para la señora Reeves y sus conocedores de arte,
ahora los vellos eran un nuevo material que tal vez Picasso utilizaba para darle
más fuerza a su nueva estética, había logrado que esos trocitos de realidad
nacieran del propio cuadro.
En el siguiente acontecimiento vemos la presencia del humor y de la ironía.
Nos permite reafirmar algunas tesis que se han puesto de manifiesto en el análisis
del cuento; en el caso del humor notamos las opiniones lúdicas que emiten los
conocedores, y por parte de la ironía observamos a los “falsos sabios”, a los que
alardean de sus conocimientos y habilidades cuando en verdad son todo lo
contrario. Uno de los expertos en conservación de pinturas explicó el
comportamiento del muchacho cuando pega: “—Cuando el muchacho golpea —
exclamó un día un crítico del New Yorker, sangrando por nariz y boca—, la persona
implícita en el minotauro se vuelca sobre el espectador, haciéndole sentir en carne
propia la experiencia estética”. (p. 55)
Una de las pistas que nos proporciona el inglés Wayne Booth para poder
decir que un texto es irónico es cuando podemos ver tesis u opiniones que
alardean una verdad cuando es un error clamoroso que quizá no pueda ser
sostenible. Las declaraciones de los conocedores de arte nos ayudan a confirmar
que estamos frente a un cuento irónico también más adelante observaremos
situaciones o comentarios que en su mayoría nos resultan bastante risibles e
incongruentes por el poco fundamento que las sostiene. Aquí finaliza su primera
etapa pues la señora Reeves sufre un ataque de embolia y muere, sin embargo su
última estocada funesta por parte de ésta hacia el niño fue incluirlo entre sus
bienes, y había dispuesto que esta pintura fuera donada al museo de su pueblo
natal.
b) Segunda etapa. Su vida en los museos:
El dueño del museo de New Blackwood no le importó si los vellos fungían
una especial función o si eran de suma importancia para la evolución del cuadro, él
depiló despiadadamente el pecho del adolescente y según éste hirió su orgullo
artístico pues: “¡Yo un Picasso, junto a una reproducción de la Última cena de
Salvador Dalí!” (p. 56). Observamos la presencia del humor y la idea mencionada
con anterioridad; asume su rol de cuadro pero eso implica privilegios dentro de un
museo pues no es lo mismo un auténtico y original Picasso que una réplica, pues
como bien sabemos los museos o galerías se acomodan de acuerdo a la
importancia o a la época del cuadro, por lo tanto, no permitiría que lo rebajaran
pues era inconcebible que un cuadro de un pintor reconocido estuviera al mismo
nivel de una reproducción.
Estas intervenciones por parte del niño nos conducen a afirmar que estamos
frente a situaciones desfavorables pero a la vez frente a un texto humorístico.
Recordemos que una de las intenciones del humor es encaminarse hacia un cierto
tipo de libertad que permite estar por encima de los hechos funestos. El humor,
habíamos dicho, es un estilo estoico en donde se percibe la interioridad del ser
humano. El humor de alguna manera es como una forma de defensa ante las
adversidades de la vida. Y lo que está haciendo el niño es enfrentarlas con una
actitud bastante lúdica a pesar de todas los acontecimientos que ha tenido que
vivir; podemos afirmar que este niño en algunos momentos ha logrado un
distanciamiento de sus experiencias desoladoras y ha logrado una cierta libertad
que le permite seguir sopesando los atropellos.
En el museo de New Blackwood tenía reservado una jaula de cristal con un
letrero que decía Hombre con minotauro en el pecho, ahora tenía un nombre, en
esta etapa notamos la idea del objeto por encima del sujeto y del pequeño detalle
que pasaba desapercibido: no era como los demás cuadros, parecía que los críticos
veían el resto del cuerpo como un marco de carne y hueso que no merecía la
menor atención, se le daría el mismo trato que a las demás obras: “Alegando
estreches presupuestales me racionaba la comida. El suyo era un museo
democrático, no se podía gastar más en mí que en otras piezas”. (p. 57) Además
el director de este museo lo obligaba a permanecer inmóvil y a sonreírles a los
visitantes.
En respuesta a este trato, el hombre con minotauro en el pecho decidió
adoptar una actitud rebelde, la cual esta impregnada de humorismo pues sus
protestas son realmente escandalosas para el director del museo:
Cubría mi vitrina de vaho, hacía huelgas de pecho tapado, enseñaba el
miembro a las jovencitas de High School y me burlaba de sus maestros de
Historia del Arte, interrumpiendo sus lecciones con alaridos procaces: ¡No
le hagan caso a ese cretino: el Guernica es una porquería, Las señoritas de
Aviñon eran unas putas iguales a ustedes!. (p.57)
Estas acciones resultan grotescas para los espectadores del cuadro y para el
director pero para el niño resultan una forma de defensa y claro nos parecen
humorísticas ya que no es muy común que una obra de arte decida ponerse en
huelga, no exhibirse y mucho menos insultar a los visitantes además de blasfemar
contra una obra de su mismo creador y resulta a la vez irónico y humorístico el
juego de palabras entre señoritas y putas como él les dice. El director del museo
consideró que “ninguna obra de arte por importante que fuera tenía derecho a
insultar a sus espectadores. Considerando que si Picasso era ateo yo bien podía
ser el Anticristo, el jefe de la Iglesia metodista...”. (p. 58) Seguimos con las
opiniones absurdas e ignorantes; decidieron encadenarlo “Ni las bestias del
zoológico recibirían un trato semejante”. (p. 58)
c) Tercera etapa. Su vida en casa Heinrich Kranz y Uninge:
Fue robado del museo New Blackwood por encargo de Heinrich Kranz quería
hacerle un regalo a su esposa Uninge, lo mantuvieron en el sótano hasta el día de
cumpleaños de ésta; los Kranz tenían en su casa una considerable colección
artística pero a todas sus obras les daban un mal trato, les hacían todo lo contrario
de lo que canónicamente se les debe hacer a las obras, es decir no sentían un
respeto por ellas, las ensuciaban, las maltrataban, las pisoteaban, etc.:
El Cristo amarillo de Gauguin estaba colgado de cabeza, como en un misa
negra, y tenía pegada en la boca una verga de hule. Había unas Mujeres en
bronce de Henry Moore disfrazadas de putas, con bragas transparentes y
sostenes de lentejuela. Vi a un bárbaro apagando un cigarrillo en un
autorretrato de Rembrandt, a otro que derramó su copa sobre un icono
ruso del siglo XIV. (p. 59)
La cita anterior nos deja ver un humorismo, ya que estamos acostumbrados
a ver a las grandes obras rodeadas de atenciones y cuidados además de un toque
de solemnidad; y lo que aquí observamos es una actitud irreverente y un poco
anormal. Estos personajes de alguna manera utilizan el humor como una
herramienta de defensa pues les permite burlarse de los conocedores de arte y de
las aureolas de divinidad en las que encasillan a las obras.
Utilizan el humor para jugar y divertirse, quizá éstos lo emplean cómo una
manera de criticar lo que ellos rechazan, recordemos que el humorismo es
empleado como un instrumento que permite una crítica social, por lo general el
humor es utilizado en estos casos para enfatizar una crítica hacia aquellas
actitudes que uno considera exageradas o reprochables y tal vez por eso los Kranz
profanan y se burlan de algunas normas que consideran muy estrictas en el ámbito
del trato hacia las artes. Uninge Kranz sentía demasiado placer al destruir las obras
de arte: “Era mi nueva propietaria: la perversa Uninge. Me saludó a la manera de
Calígula, con un artero apretón de testículos. —Bienvenido al Club de profanadores
de Arte. No sabes cuánta falta le hacías a mi colección. Tú eres algo distinto. Ya
estaba cansándome de las obras inanimadas”. (p. 60)
En pocas palabras Uninge se dedicaba a quitarle valor a las obras de arte,
primero se las roba para despojarlas de su aureola de divinidad, después “viene lo
más divertido: escupirlas, ensuciarlas, barrer el piso con ellas”. (p. 60) Ésta lo
conduce a su habitación donde el niño: “perdí hasta el último residuo de castidad.
Sería ingenuo decir que me redujo a la categoría de objeto sexual, pues lo cierto
es que mi cuerpo no le importaba. Toda su refinada lujuria se concentraba en el
tatuaje. Lo pellizco, lo araño, lo lamió”. (p.61) Quizá sea una nueva perspectiva de
ver el arte sin embargo nos resulta bastante irónico porque se vuelven a repetir las
mismas ideas de los conocedores de arte. Los Kranz se enfocan a ver el Minotauro
grabado en el pecho del muchacho, tampoco les importa el demás resto del
cuerpo, vuelve a ser insignificante y a carecer de valor como individuo vale por ser
una obra no por ser un ser humano, nuevamente es rebasado por el objeto frente
a su condición de sujeto.
El ser humano por naturaleza crítica siempre lo que no le parece o con lo
que no esta de acuerdo, para lograr lo anterior busca ayuda en el humorismo ya
que éste permite por medio de una visión crítica ampliar ciertos panoramas.
Además en este humor primero podemos reír pero también analizar el contenido, y
depende del lector si comparte esta crítica humorística, en este caso el de los
Kranz. Éstos personajes critican la forma de ver el arte y los cánones establecidos
pero su forma de expresarlo quizá resulta un tanto irónica ya que actúan
parecidamente a los conocedores de arte, a la señora Revees, y como veremos
más adelante al Ministerio de Cultura.
Por un lado los conocedores lo alaban, lo “cuidan”, lo glorifican, lo
enaltecen; por el otro lado los Kranz lo destruyen, lo desprecian, lo humillan; pero
finalmente ambos se centran en el Minotauro y se olvidan del resto del cuerpo,
minimizan al sujeto anteponiendo al objeto, se olvidan de los sentimientos,
preocupaciones, de la vida del muchacho lo único que les importa es el pecho.
Éste es el valioso o al que hay que despreciar a costa de cualquier trato, al fin de
cuentas ambas partes le dan un trato inhumano e irrespetuoso. Los primeros en su
afán de glorificarlo le dan un trato irreprochable, los segundos en su afán de
destruirlo le dan un trato inapropiado:
Le hice el amor con una capucha, porque no quería verme la cara. Después
vinieron los latigazos, no dados a mí, desde luego, sino al minotauro, a
Picasso, a la propia conciencia de Uninge. Yo era el que sangraba pero no
el que recibía el castigo. Roció mis heridas con limón, volvió a cabalgarme y
cuando se acercaba el momento del orgasmo me clavó un alfiler en el
pecho. El dolor fue tan intenso que perdí el conocimiento, pero Uninge me
administró sales de amoniaco para prolongar el suplicio. (p. 62)
El escritor Wayne Booth nos dice que el lector puede identificar las
incongruencias entre una idea expuesta y el desarrollo de ésta además tiene la
posibilidad de tomar la decisión sobre cuál tesis es la verdadera y con cuál se
conformará y aceptará como certera. Quizá algunas acciones de los Kranz como
hemos visto nos resultan un tanto grotescas y parecidas a las de los demás sin
embargo tienen algo de rescatable. Si analizamos con detenimiento las acciones de
los Kranz podemos afirmar con toda certeza que estamos frente a un texto
humorístico e irónico ya que estas acciones tienen un trasfondo. Nos trasmiten un
poco de verdad y reflexionamos acerca de cómo es visto el arte.
Después de detenernos en sus acciones podemos afirmar que éstos
denuncian de alguna manera las arbitrariedades que rodean al arte, lo que tratan
es de burlarse de los conocedores, quieren desmitificar las pinturas y poner de
manifiesto que el arte se ha convertido en un gran negocio para la sociedad, es
decir detrás de las buenas intenciones y el gusto por el arte hay intereses
económicos, políticos y sociales. Como es el caso de la primera propietaria del niño
y del Ministerio de Cultura, ambos tras la máscara de admiradores del arte tienen
un fin lucrativo con éste. El arte se ha convertido en una buena inversión pues
produce capital además proporciona sofisticación:
¿Crees que tu deleznable tatuaje merece algún respeto? No, mi cielo, aquí
no. Yo me río de Picasso y de la gente que lo admira, empezando por
tu antigua dueña, que en paz descanse. Pobre ballena. Se creía culta y
sublime. Yo vengo de vuelta de todo eso. Estamos en la edad de la
impostura, cariño. El arte murió desde que nosotros le pusimos precio.
Ahora es un pretexto para jugar a la Bolsa. Yo muevo un dedo y la tela que
valía 100 dólares en la mañana se cotiza en cincuenta mil por la noche.
(p. 60)
Heinrich Kranz era mejor conocido como el Rey de las Nieves por ser un
traficante de cocaína, por lo tanto no tenían necesidad de robar sin embrago a su
esposa le excitaba que las obras fueran robadas. Estos dos personajes pertenecían
al hampa internacional, su núcleo social eran los presidentes y los banqueros, es
decir los traficantes son parte del mismo sistema gubernamental, lo cual nos
resulta bastante irónico, pues seguimos con la idea de la doble personalidad, por
así decirlo. El narrador autodiegético ironiza tanto a los traficantes como a los
presidentes y banqueros pues nos menciona algunas de las cualidades que
aprendió de estos individuos: “De un ambiente así no es fácil salir moralmente
ileso. Aprendí a mentir, a robar joyas de mis amantes, a chantajearlas, a hacerme
el remolón para que me dieran buenas propinas”. (p. 62)
En su estancia con los Kranz participó en las fiestas que se organizaban,
comenzó
a
tener
relaciones
sexuales
con
las
invitadas,
las
cuales
le
proporcionaban propinas, se convirtió en un prostituto, por así llamarlo. Pero de
esta situación le surgió la idea de explotar al máximo su nueva ocupación y así
poder convertirse en su dueño y alcanzar una economía estable, había que
explotar la pintura de Picasso ya que se acostaban con él por el minotauro
plasmado en su pecho, de alguna manera era como la vía para tener contacto con
la obra animada de Picasso y estar más cerca de éste artista. El muchacho planeó
su huida de Alemania y lo logró, realizó un trato con el director del museo de New
Blackwood: “le regalaría la Venus de Rubens, una pieza mucho más valiosa que el
minotauro, a cambio de mi libertad y 10 mil dólares. El tacaño se negó a pagar la
compensación económica, pero aceptó el intercambio”. (p.63)
d) Cuarta etapa. Su vida en París:
El humor permite una cierta libertad partiendo de la negatividad de la
existencia el hombre tiene la capacidad de estar más allá de sí mismo y de sus
acontecimientos por más desoladores que éstos puedan ser; el humor permite
asumirlos o verlos como “hechos simples”. A lo largo de la vida del niño hemos
observado diversos hechos funestos, mismos que trata de vivir con un poco de
humorismo y le permite ver la parte “divertida” y así bromear y jugar con su vida
para lograr un distanciamiento y verlos como “hechos simples”. Un ejemplo de lo
anterior es cuando llega a Paris y reúne a una clientela bastante considerable que
pagaba por acostarse con él o mejor dicho con el minotauro o con Picasso “reuní
rápidamente una clientela de millonarias excéntricas que pagaban sumas
exorbitantes por irse a la cama con una obra maestra del arte contemporáneo”. (p.
63) Se instaló en un departamento de lujo en Saint Germain:
Recibía dos o tres mujeres por noche, poniéndolas en distintas habitaciones
[...] Llegué a cobrar una tarifa extra por quitarme la camiseta y a las
mujeres proclives a los arañazos les impedía tocar el tatuaje. Que sufrieran:
acostarse conmigo era tan prestigioso como lucir un modelo exclusivo de
Cocó Chanel. (p. 63)
En esta parte de la historia observamos al Ministerio de Cultura, el cual se
entera de la transacción que había hecho la señora Reeves, así que lo contactan y
le piden que les explique su vida y cómo había llegado a prostituirse, después de
contarles todos los infortunios que sufrió,
en un acto humanitario el Jefe de
Inspectores le ofreció una disculpa en “nombre del género humano”. El Gobierno
francés se encuentra muy apenado por las situaciones que ha vivido a lo largo de
su vida, por el abuso que han cometido contra su persona, por el maltrato hacía su
cuerpo y por el ultraje hacía el minotauro.
Una pista para poder afirmar que estamos frente a un texto irónico es
identificar una voz que parece a primera vista convincente y verdadera pero
después resulta falsa o contradictoria y entonces el lector tendrá que analizar
cuidadosamente las palabras y las acciones de dicho personaje pues quizá estemos
frente a situaciones irónicas que hay que descodificar. A primera vista el Ministerio
de Cultura aparenta buenas acciones sin embrago debemos ser cautelosos y
descubrir si en verdad quiere el bienestar del muchacho o hay detrás de sus
buenas acciones otro significado.
Como una pequeña recompensa le otorgan una beca para estudiar la
escuela: “...como una mínima compensación por mis desdichas, me ofrecían una
beca para estudiar una carrera técnica. Pero eso sí, un Picasso era un Picasso y
tres veces a la semana tendría que posar en el Centro Georges Pompidou, donde
por supuesto respetarían mi calidad humana”. (p. 65)
El gobierno francés ha
puesto al descubierto sus dobles intenciones detrás de esa máscara humanitaria
vemos sus verdaderos intereses.
La cita anterior nos deja ver la máscara en que está inmersa el Ministerio de
Cultura, nos resultan muy irónicas sus palabras, es un doble discurso; forman
parte de la misma red de corrupción y de ineptitud, lo único diferente es que
aparentan mucho mejor que los anteriores personajes, sus buenas intenciones al
final resultan igual de reprochables quizá son un poco más aceptables pero no
dejan de ser irrisorias. Por un lado piden disculpas por el comportamiento humano,
por las atrocidades que han cometido con él, por el abuso lucrativo hacia su
persona y por el otro, le piden que se exhiba en el Museo de Arte Contemporáneo.
Nuevamente estamos frente a tesis contradictorias lo que nos ayuda a
reafirmar la presencia de la ironía en este cuento, recordemos que la mayoría de
las veces la ironía nos expone ideas en donde podemos apreciar un contraste entre
lo que se pretende llevar a cabo y la realidad. Quizá el Ministerio pretende
bonificar al niño pero ese intento está alejado de la realidad. Por lo tanto
nuevamente estamos frente a un texto irónico, pues descifrando las verdaderas
intenciones de esta institución observamos una actitud reprochable.
El concepto de ironía queda mucho más claro ahora que lo vemos aplicado
en estos ejemplos y podemos decir que la teoría acerca de este concepto nos a
permitido leer con cuidado para lograr una descodificación de ironías que al final
nos permitirán emitir juicios acerca de los hechos presentados. Sabemos de
antemano que estamos frente a un cuento que contiene ficción sin embrago en
esta sociedad puede llegar a suceder cualquier acontecimiento, por lo tanto
estamos preparados y alertos para identificar ciertas ideas contradictorias. Aunque
cabe señalar que un ironista nunca impone su verdad, depende de cada lector lo
que quiera entender y descubrir.
Le entusiasmaba su nueva vida pues por primera vez sería una persona
normal, nunca había llevado una vida como ser humano siempre fue visto como
una pintura. En esta cuarta etapa fungía dos papeles por un lado seguía siendo
admirado por ser una pintura elaborada por el magnífico pintor Picasso y por otro
lado lo veían como una persona cualquiera. Acostumbrado a los malos tratos, al
ocio, al reposo casi inmóvil, a la falta de cariño; no pudo lograr adaptarse a su
nueva situación, extrañaba de alguna manera su existencia pasada:
Ocurrió que mi nueva vida, una vida sana, laboriosa y sencilla, me dejaba
un profundo vacío interior. Creyendo que me hacía falta una pareja intenté
relacionarme con mis compañeros del Politécnico, que nada sabían del
tatuaje, y descubrí con espanto que no correspondía a su cariño. [...] No
sólo en el amor fracasaba, también en los estudios. (p. 65)
Con antelación hablamos de su superioridad como objeto frente a ser un
sujeto, esta idea de objeto/sujeto nos resulta irónica ya que en algunas ocasiones
de la vida practica los objetos siempre terminan por encima de los sujetos,
anulando la condición de ser humano, en la actualidad los objetos han cobrado un
valor sumamente importante, eres cuanto más objetos de valor poseas. Si los
objetos dominan nuestra vida ahora pensemos en la difícil tarea de fungir a la vez
el mismo papel, por un lado ser un sujeto que es visto como objeto y aún peor ser
rebasado y eliminado por éste.
Lo anterior nos permite reforzar y afirmar que la ironía si retrata con
exactitud las paradojas y las incongruencias que la vida ofrece, nos hace ver con
mayor claridad la corrupción y degradación del ser humano. Si uno como lector
reflexiona sobre los acontecimientos presentados y logra descubrir la maraña de
mentiras y absurdos la ironía ha cumplido su fin, por donde pasa ésta siempre
habrá más luz y apreciamos las reticencias humanas.
El minotauro plasmado en su pecho siempre tuvo mucho más valor que él
mismo y por eso al final no puede superar su condición de ser objeto y de repente
actuar como sujeto. Siempre estuvo subyugado y minimizado por una parte de su
cuerpo, además esta condición de objeto le creó un sentimiento de inferioridad por
consiguiente se acostumbró a recibir un trato inhumano: “No
exhibicionista
inferioridad
irredento, sino
respecto
que
había
desarrollado
un
sólo
era
un
sentimiento
de
al minotauro, una morbosa complacencia en ser el
deslavado complemento de la gema que llevaba en el pecho”. (p. 65)
Además como hemos visto no sólo fue utilizado como objeto-cosa-pintura
sino también como objeto sexual, lo cual le hizo fracasar en sus intentos de
relacionarse con sus compañeras de escuela, pues él estaba acostumbrado a tener
relaciones “amorosas-carnales” por ser un objeto valioso, por tener el minotauro,
por tener la firma de Picasso, pero nunca por ser un sujeto: “Esperaba de ellas el
trato inhumano al que me había
acostumbrado
en larga carrera de objeto
artístico”. (p. 65)
Abandonó la escuela y decidió pasar mucho más tiempo posando en el
Centro Pompidum, además de que le pagaban 300 francos por horas extras, sin
embargo sus sentimientos iban empeorando, pues se sentía solo, vacío, descubrir
que su intento por cambiar de vida no tuvo éxito y pudo más su vida como
ornamento fue lo que lo orillo a convertirse en un alcohólico empedernido, bebía
de todo: coñac, cerveza, ron, lejía, lociones y vinagre. En un momento de
desesperación quiso arrojarse al río Sena pero finalmente se arrepintió. En este
momento uno como lector piensa que la muerte está cerca para nuestro
protagonista y su estado físico se encuentra en suma decadencia; después
sabemos que comienza a tomar aguarrás y en una ocasión derrama este líquido
sobre una estopa:
Tallando con fuerza desvanecí primero los colores del tatuaje. La mano me
temblaba, tuve que darme valor con un trago de aguarrás. El contorno del
dibujo desapareció luego de mil fricciones dolorosas. Finalmente, sin
reparar en irritaciones y quemaduras, asesiné con esmero la firma de
Picasso. Había roto mis cadenas. Yo era yo. (p. 66)
Al llegar a este punto deducimos como lectores que por fin ha conseguido
su libertad como sujeto, se ha liberado del tatuaje el cual lo condenó a lo largo de
su vida, ha borrado la firma de Picasso, la sombra y a la vez la presencia de este
artista: “Picasso dibujó el tatuaje para insultarlos, y ellos, en vez de ofenderse, le
demostraron a costa de mi felicidad que hasta sus burlas valían oro”. (p. 61) Ya no
estaría más subyugado a las autoridades; se liberó de las humillaciones, de los
maltratos, de las injusticias, de los abusos, de las opiniones ridículas, de los
supuestos cuidados y de todas aquellas personas que caminaron junto a él con
una máscara, dejaría de ser una obra de arte. Pero para sorpresa nuestra nos
encontramos frente a un cuento que tiene un final epifánico pues irónicamente
resulta todo lo contrario.
Al final nuevamente encontramos al Ministerio de Cultura el cual vuelve a
ser punto de ataque irónico pues resulta que nuestro personaje central ha
cometido un gravísimo error, volvemos a observar la injusticia, el abuso y el apego
a ley de una manera ridícula. Y resulta mucho más irónico y irrisible ya que al final
nos sorprende la postura y la cláusula de la Ley de Protección al Patrimonio
Artístico: “La encantadora cláusula dispone una pena de 20 años de cárcel para
quien destruya obras de arte que por su reconocido valor sean consideradas
bienes nacionales”. (p. 66)
Descodifiquemos estas palabras: “quien destruya obras de arte”, sólo en
este momento lo tratan como un sujeto que abusó y destruyó una obra artística;
“que por su reconocido valor sean consideradas bienes nacionales”, en cuestión de
minutos era considerado un individuo que cometió una fechoría y ahora es un
objeto que ha sido destruido, lo incluyen dentro de los bienes artísticos. Como
habíamos dicho el Ministerio se presentó con una máscara más humanitaria sin
embargo traducimos su máscara de bondad y finalmente resultó actuar en el
mismo nivel que la señora Revees, ambos incluyen al personaje protagónico como
un objeto material. Su primera mercenaria lo incluyó dentro de sus bienes
personales; el Ministerio lo asume como parte de los bienes nacionales.
Para finalizar la historia el personaje protagónico nos dice que ha decidido
escribirle al Secretario General de la ONU, para suplicarle que abogue por él en
nombre de los Derechos Humanos. El narrador implícito —en palabras del narrador
autobiográfico— todavía nos deja ver una fuerte crítica irónica hacia aquellas
instituciones que sirven para defender los derechos. Como bien sabemos en
algunos casos los que están al frente de estas instituciones se ocupan de cosas
mucho más relevantes que defender la dignidad de un ser humano: “Como el
secretario no se ha dignado responderme todavía, he decidido publicar este
panfleto para que mi situación sea conocida por la opinión pública”. (p. 66)
En síntesis podemos decir que en este cuento nos enfrentamos a una
escritura contemporánea en donde se utilizó el humor y la ironía como
herramientas para criticar en su más amplio sentido a la sociedad, recordemos que
estos elementos narrativos en la actual escritura han servido para atacar
principalmente a la literatura y a la sociedad. Gracias a la ironía y al humor hemos
observado a lo largo de este cuento algunas incongruencias y paradojas del ser
humano, su degradación como individuo, sus actitudes egoístas, envidiosas,
corruptas, etc.
Nuestro escritor, Enrique Serna, nos ha presentado a personajes en donde
apreciamos claramente a aquellos paladines del bien; en el capítulo II
mencionamos esta cita que sería conveniente recordarla “...Serna rechaza la
existencia de los paladines del bien, señalando que en ellos, esos supuestos
defensores de las buenas conciencias, habitan lo perverso y lo oscuro”.107
Después de analizar el texto podemos decir que nos encontramos a lo largo
de todo el cuento frente a una ironía de tipo propositiva o funcional puesto que
podemos deducir la postura que tiene nuestro narrador implícito, o sea el autor,
esto lo podemos comprobar claramente al analizar las ironías que utiliza. Pues
como bien sabemos la ironía oculta y disimula pero su finalidad es exhibir verdades
y realidades, el ironista de alguna manera finge alabar lo que en verdad rechaza y
censura. Además el lector tiene la posibilidad de descubrir si el escritor comparte
las ideas de su personaje principal; en este cuento nos pudimos percatar de que el
escritor esta en total acuerdo con las ideas que expone su narrador autobiográfico.
Ambos comparten las ironías que aplican a los demás personajes y situaciones del
cuento.
Enrique Serna, al presentarnos ambientes físicos no ficticios, nos permite
como lectores ubicarnos en una realidad no muy lejana además nos da la
posibilidad de compenetrarnos con los lugares que nos presenta en el cuento,
considero que esto es importante porque al presentarnos ambientes físicos
reconocibles el lector puede ver que los acontecimientos presentados en el cuento
no están tan ajenos de la propia realidad. Varios de los temas, por llamarlos así,
son producto de la vida real, en ocasiones los podemos ver de una manera
insignificante y poco trascendentes pero cuando están presentados en un cuento,
novela o poesía podemos reflexionar y encontrar situaciones auténticas de la
realidad claro con su parte de ficción. Aquí nos ayudaron dos elementos para
107
Alfredo Pavón, Vivir del cuento (La ficción en México), p. xix.
lograr con éxito nuestro análisis: la ironía y el humor, nos permitieron indagar y
rastrear las conciencias humanas.
Quizá también podemos llegar a identificar personajes que posiblemente
existan en nuestra realidad. Todo lo anterior nos permite afirmar que Enrique
Serna expone una realidad no muy lejana a la nuestra y además nos presenta
temas y situaciones que no nos parecen tan ajenos. Por ejemplo la señora Revees
es un personaje que fácilmente podemos ubicar en la vida cotidiana; también es
muy identificable aquellas personas que tratan de emitir juicios y verdades cuando
son errores clamorosos; Picasso aparece como un personaje externo el cual sólo
tiene una intervención en toda la historia, empero es fundamental. El que Serna
haya escogido como pintor a este artista español no resulta gratuito pues
recordemos que dentro de su producción artística de este pintor esta la “Suite
Vollard”, dividida en cuatro partes y dentro de éstas hay una dedicada al
Minotauro ya que Picasso se apropia de éste identificándose por su impulso
criminal y sexual.
La ironía y el humor son dos elementos que permiten bromear pero a su vez
criticar, nos han permitido disfrutar este cuento; por un lado nos presentan hechos
juguetones con los cuales reímos pero por otro lado nos han dado la posibilidad de
lograr una reflexión, además de cuestionarnos sobre la condición humana. Una de
las funciones de la ironía es sembrar la duda sobre lo real, es retomar hechos de la
vida cotidiana para después cuestionarlos y saber si en verdad algunas actitudes
que realiza el ser humano son propiamente de un ser racional porque en algunas
ocasiones el ser humano más bien actúa como un ser irracional, el cual comete
atrocidades que permean la calidad de vida. Y aquí entra el humor como aquella
capacidad que tiene el ser humano para enfrentar estas atrocidades que la vida le
presenta y estar por encima de ellas además, también denuncia estas actitudes
irracionales con toques lúdicos, las cuales siempre contienen una carga de crítica
social como lo apreciamos en el cuento “Hombre con minotauro en el pecho” de
Enrique Serna.
El desvalido Roger
El siguiente cuento a analizar es “El desvalido Roger”, éste también
pertenece al libro Amores de segunda mano de 1994. A lo largo de todo el cuento
observamos un narrador extradiegético, por medio de éste sabemos todos los
acontecimientos y lo que piensa nuestra protagonista —Eleanore Wharton—. En
dicho texto apreciamos una fuerte crítica a las sociedades contemporáneas,
mismas que se evidencian en: la sociedad mexicana y la norteamericana; en toda
su totalidad: costumbres, ideología, gobierno, educación, vivienda, etc.
Resulta muy interesante conocer la vida de Eleanore Wharton ya que el
comportamiento que adopta frente al terremoto de la Ciudad de México nos parece
irónico y humorístico. Es conveniente saber algunos datos de su vida, mismos que
nos dan una idea de cómo es y la vida que ha llevado. En los tres primeros
párrafos nos enteramos a grosso modo la vida del personaje principal: su aspecto
físico, su manera de ser, algunas de sus ideas, su visión del mundo y su actual
situación. Vive en Estados Unidos, trabaja como secretaria ejecutiva en Robinson &
Fullbright por casi veinte años; está fastidiada de levantarse temprano odia el
despertador aunque lo considera un buen invento japonés, en su empresa se ha
creado fama de dormilona; cree que a su edad es innecesario y tedioso perder el
tiempo en arreglarse: “Pensó en su colgante papada, en la repulsiva obligación de
“embellecerse”. Otro motivo más para faltar al trabajo; una vieja como ella no
tenía por qué hacer presentable su fealdad. Al diablo con los cosméticos y las
pinturas. Que la hierba y el moho crecieran sobre sus ruinas...”.108
Se divorció a los treinta años y ahora tiene 49, no tuvo hijos y a partir de su
separación evita el contacto con los hombres, visita a sus amigas una vez al año:
“Su individualismo lindaba con la misantropía. Se guarecía de la vida tras una
coraza inexpugnable y rechazaba cualquier demostración de afecto que pudiese
resquebrajarla”. (p. 22) La vida de Eleanore Wharton resulta monótona, sus
monólogos internos la mayoría de las veces versan sobre sus fobias: “la comida
grasosa era mala para circulación..” (p. 22)
Antes de iniciar con la historia del cuento es conveniente señalar que
Enrique Serna abre con una cita del diccionario: “misericordia: Puñal con que
solían ir armados los caballeros de la Edad Media para dar el golpe de gracia al
enemigo”. (p. 20) La misericordia, ese anhelo de fraternidad, está anegado en la
misantropía; las raíces de la compasión se hunden en el más profundo egoísmo.
Tengamos presente esta definición pues comprobaremos si estas palabras están
cargadas de ironía; esto sucederá si al final resulta que su misericordia es
crueldad.
Sonó el despertador pero lo desconectó como una muestra innegable de
rebelión contra su empresa, llegaría tarde a propósito, la noche anterior grabó un
especial de Bob Hope sin embargo su televisión tenía programado grabar a las
12:00 p.m. así que en vez de encontrar su programa descubrió el noticiero de las
11:30 p. m. A partir de este suceso comienza el verdadero meollo de la historia, de
aquí en adelante observamos una crítica despiadada a las dos sociedades ya
mencionadas. Su video grabó las noticias del terremoto ocurrido en México, en
donde se exhibían imágenes frescas del acontecimiento: ”edificios en ruinas,
108
Enrique Serna, El desvalido Roger en Amores de segunda mano, p.22. Cuando me
refiera a este libro, sólo anotaré el número de página delante de la cita.
campamentos en las calles, mujeres que recorrían largas distancias para llenar
baldes de agua”. (p.23)
La señora Eleanore Wharton quedó impresionada por las imágenes y en un
momento de sentimiento dice: “Pobre país. ¿Dónde quedaba México exactamente?
¿Junto a Perú?”. (p. 23) Obviamente estamos frente a una ironía satírica y
sarcástica sin embargo este ejemplo me gustaría analizarlo desde la perspectiva
satírica y utilizar la ironía sarcástica para otros muchos ejemplos que analizaremos.
Recordemos que en este trabajo de investigación hay un apartado dedicado al
sarcasmo, la parodia y la sátira; sabemos que el objetivo de este último término es
ridiculizar y corregir algunos comportamientos y vicios del ser humano, estas
conductas —la mayoría de las veces— se consideran como extratextuales, ya que
por lo general apuntan hacia lo moral, lo social y no a lo literario como en este
caso.
La ironía satírica selecciona hacia dónde quiere apuntar, quiénes van a ser
sus víctimas y después se ayuda de la imaginación; en este momento el punto de
ataque es Eleanore Wharton una persona que vive en un país de primer mundo sin
embargo refleja ignorancia e ineptitud. Quizá comenzamos a sospechar que la
protagonista es una norteamericana clase mediera que vive sin ilusiones y sin
aspiraciones, absorta en todas las diversiones que, por decirlo así, le ofrece su
nación. Está al pendiente de las noticias de la farándula y de asuntos que merecen
mucho más importancia que saber con que países hace frontera el suyo: “Michael
Jackson debería estar preso por corromper a los jóvenes, en este mundo de
machos las mujeres de su clase no podían sobresalir, los hombres querían sexo...”;
(p. 23)
Como bien sabemos en la historia de la sátira se ubican dos corrientes: la
horaciana y la que se vincula con Juvenal, la cual observamos claramente en este
texto, ya que ésta apunta hacia la denuncia de los vicios y la corrupción de los
hombres. Es decir cuando la señora Wharton pregunta ¿dónde está México?,
¿junto a Perú?, nos deja claro que el objetivo del narrador implícito, es este caso
Enrique Serna hace una crítica-irónica-satírica pues de alguna manera se burla de
este tipo de personas, pone de manifiesto muchos elementos que hay detrás de la
construcción de este personaje como: la educación, su gobierno, sus costumbres,
su vida, etc., que claro, lo veremos más adelante con mayor detenimiento.
Siguiendo con la idea del párrafo anterior ubicamos otro momento en donde
observamos esta ironía satírica: “Ese pobre ángel vivía en México, pero ¿dónde
estaba México? Era el país de los mariachis que cantaban tango, de eso estaba
segura, pero no podía ubicarlo geográficamente”. (p. 24) Este personaje deja al
descubierto muchas deficiencias que la gente llega a tener por estar tan absortos
en banalidades; nuestro autor quiere dejar bien señalado que no solamente no
ubica México sino que sus aseveraciones resultan risibles y a la vez absurdas, hace
una fuerte crítica hacia Eleanore Wharton o más bien a todo lo que representa.
Aquí la presencia del humor es de suma importancia ya que nos presenta a
Eleanore con toques lúdicos, los cuales ayudan a aminorar la ignorancia de dicha
señora, es decir sus palabras resultan absurdas pero la actividad humorística
permite presentarlos cómicamente. Aquí observamos la teoría de Kant acerca de la
risa pues nos dice que ésta proviene de alguna situación cómica, de algo absurdo:
el país de los mariachis que cantan tango.
Este cuento nos lleva por muchos lugares y situaciones no ficticias lo que
nos hace compenetrarnos y ubicar más fácilmente la geografía del cuento,
sabemos que está la parte de ficción, sin embargo en la realidad conocemos que
Estados Unidos es un país que ofrece muchas cosas pero también demasiada
destrucción y vacío personal que aminoran la calidad tanto humana, social y
cognoscitiva, claro, es un país de primer mundo y no toda la gente actúa como
Eleanore Wharton pero también es una realidad que existe una gran cantidad de
este tipo de personas.
Después del lunch revisó la enciclopedia para consultar un pequeño detalle:
saber con seguridad dónde se ubica México y de paso, saber cuáles países
colindan con el suyo: “México limitaba al norte con Estados Unidos y al sur con
Guatemala. Costaba trabajo creer que Sudamérica estuviera tan cerca de Estados
Unidos, pero el mapa no dejaba lugar a dudas: había menos de tres pulgadas
entre su pueblo, Green Valley...”. (p.25) La cita anterior nos permite observar tres
elementos importantes; primero reluce la ignorancia total de Eleanore; segundo la
idea de los norteamericanos en creerse los únicos del Continente Americano y
tercero si su pueblo está tan cerca de México y no lo ubica como vecino fronterizo;
esto nos reafirma su personalidad: una mujer con una vida monótona que no sale
de su villa, con estabilidad económica pero una existencia vacía sin aspiraciones.
Estas palabras de la señora Wharton nos permiten confirmar que estamos
frente a una ironía satírica y a la vez dentro de una subdivisión de la sátira: la
invectiva ya que nos deja entrever de una manera indirecta la actitud y la visión
del escritor. Recordemos que la ironía busca en todos los rincones, por decirlo así,
siempre trata de apuntar hacia la duda sobre lo real ya que una de las finalidades
de la ironía junto con el irónico es precisamente tomar los hechos de la vida
cotidiana, para después plasmarlos y finalmente cuestionar las paradojas del
mundo. Apenas inicia este cuento y ya nos ofrece muchas incongruencias del ser
humano, lo cual nos emociona pues es una buena señal de que estamos frente a
un texto irónico.
El noticiario también trasmitió imágenes cuando un edifico se desplomó, la
gente de rodillas en una iglesia y “al Presidente agradeciendo la ayuda
internacional. Se veía muy blanco para ser mexicano”. (p.23) Esta frase nos resulta
irónica; en primera instancia no nos dice mucho sin embargo conforme avanza la
historia sabemos la verdadera intención de la Señora y por consiguiente deducimos
que su “humanitaria y agradecida” ayuda internacional no resulta del todo
verdadera. El escritor Wayne Booth nos dice que cuando estamos frente a una
idea que después se contradice debemos leer con mucha más suspicacia. La
anterior cita nos parece muy irónica porque sabemos de ante mano que la ironía
es vista como una forma de pensamiento ya que juzga y advierte el
distanciamiento entre un hecho que pueda realizarse y la realidad de quien
pretenda llevarla acabo. A lo largo de todo el cuento vamos a estar frente a un
hecho que ofrece una distancia entre las verdaderas intenciones y las supuestas.
Para finalizar el reportaje del terremoto pasaron imágenes de niños que han
quedado huérfanos: “La cámara tomó a un niño semidesnudo que lloraba junto a
las ruinas de una vecindad. “Niños como éste buscan desesperadamente a sus
padres —el locutor fingió un nudo en la garganta— sin sospechar que nunca
volverán a encontrarlos”. (p. 24). Tengamos presentes que Eleanore no tuvo hijos
y es una persona solitaria que rehuye del afecto o la amistad porque no quiere
resquebrajarse empero cuando ve en la televisión a este niño la invade un
“sentimiento de bondad”:
Eleanore sintió una punzada en el corazón. ¿El niño lloraba lágrimas negras
o las teñía de negro el polvo de su mejillas? Llevaba un suéter agujerado
que a juzgar por el temblor de su cuerpo no lo protegía del frío. Tendría dos
o tres años y sin embargo su cara convulsa, hinchada por el llanto,
expresaba la desolación de un anciano que hubiera visto cien guerras. Tras
él se levantaba, recortada contra un horizonte plomizo, una montaña de
cascajo por la que trepaban bomberos y rescatistas con tapabocas. La
información sobre el terremoto finalizó con un close up del niño. (p. 24)
Esta cita resulta muy importante para todo el cuento, este cuadro de dolor
es el que le despierta sentimientos de maternidad, estas emociones —como
veremos más adelante— nos resultarán bastante irónicas pues como ya
mencionamos existe un distanciamiento en sus acciones. El suéter agujerado, su
cara convulsa e hinchada por el llanto, el horizonte plomizo y el cascajo; quizá
posteriormente formarán parte de los requisitos para adoptar al niño pues todo en
su conjunto es lo que despierta maternidad y ternura.
Eleanore quiso ver de nuevo el video de las noticias; la cara del niño la
volvió a embargar en sentimientos de afecto, compasión y maternidad pero
también de egoísmo, superioridad y desigualdad. No creía justo que un pobre niño
sufriera inclemencias: frío, amor, cariño, pero sobretodo desnutrición cuando ella
tenía la nevera repleta de t.v. dinners. Este niño produjo en la señora sentimientos
encontrados, se convirtió en varias cosas: un motivo para luchar en esta vida, algo
o alguien por quién motivarse, volverse a sentir viva y funcional, con energía y
ganas de hacer las cosas: “El pequeño damnificado le había devuelto las ganas de
luchar. Hubiera querido meterse al televisor para consolarlo, para decirle que no
estaba solo en el mundo. Saltó de la cama con el amor propio revitalizado. Eso era
lo que necesitaba para sentirse viva: una emoción pura”. (p.24)
Al regresar del trabajo quiso ver nuevamente el video y por supuesto con
más detenimiento al niño, el cual volvió a despertar sentimientos de
“misericordia”: “se arrellanó en la cama para ver la carita convulsa y adorable del
niño mexicano que sentimentalmente ya le pertenecía”. (p.25) En esta cita
percibimos sentimientos un tanto extraños, por así decirlo; demuestra un afecto
por el niño sin embargo su actitud de ver una y otra vez el video nos hace pensar
que tal vez sí siente dolor y cariño por el huérfano pero quizá es por morbosidad.
Además de asumir un papel que todavía no le corresponde ya quiere adoptar su
rol de mamá, aun no lo encuentra ni sabe nada de él pero eso sí irónicamente ya
le pertenece sentimentalmente.
Este hecho quizá se refuerza cuando la señora Wharton escucha una
conversación de su jefe acerca del terremoto en México y dice: “Miserable. ¿Cómo
se atrevía a invadir un territorio sentimental que le pertenecía por derecho propio?
Apostaba cien dólares a que había cambiado de canal para no ver la telenovela de
los huérfanos mexicanos”. (p. 25) Pareciera que ella es buena persona por
soportar imágenes de desastre natural y compadecerse; lo anterior es un motivo
más para afirmar que en las palabras de la señora Wharton hay ironía, es decir
una doble intencionalidad; tal vez ella cree que al hacer “sacrificios” la convierte en
una redentora.
Al hacer estas acciones se siente humana, sentimental y caritativa y por lo
tanto está “salvando” su alma, su imagen, su persona o cualquier otra cosa; por lo
tanto sus sentimientos no resultan tan verdaderos más bien ella trata de
construirse ideas y acciones que la ayudan a justificar algunos vacíos de su vida:
demostrarse que sí es humana, que en ella sí se pueden despertar sentimientos de
bondad. Nuevamente confirmamos que no puede tener buenos propósitos y que
todas sus palabras y acciones están cargadas de ironía; la mayoría de las veces no
se logra con éxito un propósito cuando hay detrás un doble interés. No creía que
fuera una casualidad que su video grabara el noticiario: “Dios lo había puesto en
su televisor cuando faltaban cuatro días para que saliera de vacaciones. La orden
celestial no podía ser más clara: corre a buscarlo, sálvate amando a ese pedacito
de carne. Se llamaría Roger no importaba cómo lo hubiera bautizado su madre”.
(p. 25)
En los dos párrafos anteriores observamos una actitud por parte de la
señora Eleanore de superioridad y sobre todo de pertenencia, es decir; el niño le
despierta sentimientos de ternura, carisma y bondad en primera instancia pero si
nos detenemos a analizar con más suspicacia estos sentimientos encubren más
bien necesidades de su persona. Ya le asignó nombre al niño sin importarle nada,
pareciera que se cree ya la dueña de éste además por su nueva “emoción pura”
estaba dispuesta a ser cualquier tipo de sacrificio: “El boleto de avión a México no
podía ser muy caro. Y aunque lo fuera: estaba dispuesta a hacer sacrificios desde
ahora”. (p.25) Parece que Eleanore Wharton vencerá cualquier obstáculo con tal
de obtener la custodia del niño; tengamos muy presente estas palabras pues más
adelante comprobaremos si en realidad esta dispuesta a sacrificarse o sólo es por
demostrarse inconscientemente que ella es una persona humana y caritativa.
Con antelación se mencionó la necesidad de conocer algunos datos de su
vida ya que sus acciones frente al terremoto nos dejan entrever una doble
intención, por tal razón todas sus palabras, sus sentimientos, sus acciones y sus
sacrificios los pondremos en tela de juicio y los analizaremos detenidamente. Ella
como ya hemos visto, es solitaria y poco afectiva por consiguiente el niño
aparentemente esta cubriendo algunos de sus temores. Ella sabe la vida que ha
llevado y sus deficiencias personales, al presentarse este hecho cree descubrir su
parte “buena” sin embargo detrás de estos sentimientos buenos deja ver otro tipo
de emociones.
Consiguió un hotel pegado a la embajada estadounidense, así que de
inmediato se dirigió para investigar cuáles son los trámites que se requieren para
adoptar un niño, el joven de la ventanilla le indicó que en México es complicado la
adopción de un niño pues exigen demasiados papeles a los extranjeros, pero en
las circunstancias en que se encontraba el país tal vez se agilizarían. Sin embargo
el trámite podía durar un año. Recordemos que Eleanore esta dispuesta a
enfrentarse a cualquier dificultad o sacrificio, por lo tanto salió de la embajada con
una sonrisa de optimismo nada le impediría conseguir su objetivo, pues el amor y
las “verdaderas intenciones” según ella vencen todas las dificultades: “Bienvenidas
las dificultades: ella demostraría que el amor las vence todas. Tenía el propósito de
buscar al niño científicamente. Antes que nada enseñaría el videocaset a la gente
de la NBC para que le dijeran dónde habían encontrado al huerfanito”. (p. 26)
En esta parte de la historia vemos con más fuerza la crítica y la burla
despiadada a la sociedad mexicana. En la recepción del hotel le proporcionaron la
dirección de la oficina de los corresponsales extranjeros, la Señora tomó un taxi y
trató de deletrear la dirección al taxista sin embargo éste enemigo de los
extranjeros le arrebató la tarjeta. El recorrido por el taxi le permitió apreciar la
gran Ciudad de México:
El recorrido por las calles de México fue una sucesión de sorpresas, la
mayoría desagradables. La ciudad era mucho más imponente de lo que
suponía. Más imponente y más fea. Vio tantos perros callejeros que se
preguntó si no eran sagrados, como las vacas en la India. ¿Por qué nadie
se ocupaba de ellos? Los gigantescos charcos podían ser efecto del
terremoto, concediendo que hubiera dañado el drenaje, pero ninguna
catástrofe natural justificaba la proliferación de puestos de fritangas, el
rugido ensordecedor de los autobuses, la insana costumbre de colgar
prendas íntimas en los balcones de los edificios. (p.26)
Para enfatizar la descripción de este panorama mexicano se necesitó la
ayuda del humorismo y de la ironía sarcástica. En la cita anterior Enrique Serna en
palabras de la protagonista hace una burla hacia este caos urbano. Con antelación
mencionamos la existencia del apartado dedicado al sarcasmo, en el cual dijimos
que es un término que va ligado a la ironía y que, cuando ésta llega a rebasar
ciertos límites, se convierte en más cruel y severa; entonces se dice que se ha
convertido en una ironía sarcástica, porque se burla y ataca despiadadamente. Es
justamente lo que observamos en esta cita, cabe aclarar que Serna no describe
ninguna mentira pone de manifiesto tal y como es la realidad mexicana, basta con
voltear para un lado y otro y comprobar que todo desafortunadamente es cierto.
En el capítulo II mencionamos que el humor en la literatura de Occidente se
supone que se introduce como una expresión de la conciencia irónica, es decir en
la percepción de lo incongruente entendido de forma festiva. En esta cita
apreciamos claramente un hecho paradójico presentado de manera lúdica, este
humor nos permite de algún modo sopesar la situación. Los perros callejeros en
esta ciudad son algo increíble (20 toneladas diarias de excremento y un millón 258
perros aproximadamente circulan en la Ciudad de México; la cifra se duplica en el
Estado de México). Como bien sabemos el humor se dirige hacia dos tipos de
libertad: el primero trata de lograr un desprendimiento de los hechos funestos, el
segundo permite aminorar las situaciones de negatividad.
A lo largo de este cuento vamos a percibir la presencia de este último,
nuestro narrador implícito nos presenta hechos desoladores sin embargo utiliza el
humor para presentárnoslo con un toque lúdico y así poder jugar y rebajar la
tensión de la situación. Cuando la señora Wharton pregunta si los perros son
sagrados nos provoca risa, ésta la podemos abordar desde la perspectiva del
escritor Arthur Shopenhauer en su teoría acerca de la risa; nos dice que debe
existir una incongruencia de dos cosas o actos, y entre más incompatibilidad y
contraste, será mayor el efecto de la risa. Y es precisamente lo que observamos en
la cita anterior, por un lado los perros callejeros que pertenecen a otra realidad en
contraposición a las vacas sagradas de la India.
La señora Wharton también juzga el interior del taxi. Crítica al
conductor por traer imágenes religiosas y tener cara de asesino; uno como lector
no tiene la certeza de saber si es una fervorosa creyente sin embargo si deducimos
que es una persona conservadora y apegada a la Iglesia. Dicha señora nos
describe el interior del taxi en donde apreciamos nuevamente la ironía sarcástica:
El paisaje no mejoraba en el interior del taxi. El conductor tenía cara de
asesino, pero llevaba el tablero abarrotado de imágenes religiosas. ¿A quién
podían rezarle un troglodita como él, que arriesgaba la vida de sus
pasajeros con tal de ganar un metro de terreno y gritaba horribles
interjecciones a otros automovilistas igualmente inciviles? (p. 26)
La cita anterior nos deja ver muchos hechos incongruentes de la vida sin
embargo no todos son característicos de México, es decir la religión siempre ha
movido masas y en nombre de ella se han cometido atrocidades, resulta muy
irónico que el taxista traiga imágenes religiosas cuando a lo mejor es un asaltante.
El paganismo que se vive en México es bastante sorprendente, empero no es el
único país. La gente vive con una doble personalidad o moralidad, es decir por un
lado actúan con malas intenciones: fraudes, robos, extorsiones, mentiras
injusticias, etc., pero por otro lado aparentan buenas acciones: escuchar misa
todos los domingos como buenos creyentes, festejar las fechas indicadas por la
religión (aunque nada más sea un pretexto para la diversión y el relajo), poner
imágenes de los santos en todas partes, seguir al pie de la letra los mandamientos,
etc.
Es de alguna manera como “sanar” su alma, por ejemplo un empresario
acaba de robar a miles de obreros sin embargo el domingo da una fuerte cantidad
de limosna y reza un padrenuestro y la culpa se aminora o se borra por completo.
Lo anterior nos hace pensar en la señora Wharton quizá trata de adoptar un niño
para “salvar” su persona, para sentirse mejor, y demostrarse inconscientemente
que ella no es tan mala, que no esta tan absorta en cuestiones superficiales y que
sí se pueden despertar sentimientos buenos en una persona como ella.
En esta cita observamos claramente la presencia de la ironía sarcástica, la
cual es directa, por decirlo así, no es como la ironía verbal (leer entre líneas) sino
más bien concisa y con un objetivo rotundo. Por lo general el sarcasmo se dirige
hacia una persona determinada y su intención es poner de manifiesto los defectos
además el ambiente que propicia el sarcasmo es de tensión y paraliza muchas
veces al lector. Recordemos que la ironía deja al descubierto muchas verdades que
al lector podrían incomodar, quizá uno como receptor al leer esta crítica se siente
incómodo pero no por verse reflejado sino por saber que todo es verdad y una
realidad con la que se convive a diario.
El ironista juega y pretende que el lector descubra la verdad por medio de
las pistas irónicas que le proporciona en el camino, quiere que descodifiquemos las
palabras para encontrar la verdad que pretende trasmitirnos. Con la ayuda de
algunas pistas iremos en este cuento descifrando las verdaderas intenciones.
Como bien sabemos para lograr con éxito la descodificación de ironías deben
existir tres elementos: el irónico (autor-narrador); el texto (personajes ironizados)
y el lector descodificador de eironeias. En este texto existe el irónico (Enrique
Serna); los ironizados (la señora Eleanore Warthon, la sociedad mexicana y la
norteamericana); y el receptor.
Así que uno como lector tiene mucha responsabilidad al leer, por lo tanto
debemos ser cuidadosos y sospechar de ciertas contradicciones que se puedan
presentar en un personaje, aunque cabe aclarar que la ironía no consiste
solamente en encontrar contradicciones. El escritor Wayne Booth nos proporciona
algunas pistas que nos pueden dar mayor seguridad de que estamos frente a un
texto irónico: a) dentro del texto pueden existir conflictos de hechos, es decir al
inicio de la historia se presentan acciones o palabras como verdaderas y después
lo contradicen. Creo que esta pista se va a cumplir en este cuento, pues al inicio
del texto la señora Elanore Wharton nos convence de que sus intenciones son
verdaderas sin embargo descubrimos poco a poco que se contradicen.
En la siguiente cita nos percatamos nuevamente de los verdaderos
sentimientos de la señora Wharton, está al mismo nivel de aquellas personas que
pregonan santidad y en verdad actúan reprochablemente. En apariencia
observamos a una buena persona que en realidad tiene deseos de ayudar sin
esperar nada a cambio o conseguir un fin lucrativo; pero sus comportamientos y
sus palabras nos demuestran otra persona. El único que podía ayudarla era el
camarógrafo Abraham Goldberg, aunque resultaba molesto tener que hablar con
un judío:
“Abraham Goldberg resultó tal y como lo había imaginado: narigón,
antipático, de pelo crespo y especialmente hostil con la gente que le
quitaba tiempo. No entendía o fingía no entender su petición. “¿Pero usted
quiere adoptar a ese niño en especial? ¿Cree que podrá encontrarlo entre
18 millones de habitantes?” A Eleanore le sobraban ganas de hacerlo jabón,
pero mantuvo la calma y respondió con su mejor sonrisa... (p.27)
Alguien no puede contener buenos sentimientos cuando deja a la luz
sentimientos de racismo, en esta cita nos percatamos de su discriminación contra
los judíos además sus ganas de hacerlos jabón pareciera que ella estuvo de
acuerdo con la persecución y las torturas que sufrió esta raza. El camarógrafo
Goldberg fue a intercambiar impresiones con un reportero acerca del video que les
mostró la señora Eleanore, a lo lejos se escuchaban risas las cuales fueron
entendidas de la siguiente manera por ésta: “Claro, para ellos tenía que estar loca
cualquier persona de buenos sentimientos”. (p.27)
Tal vez aquí podemos retomar la idea del crítico Pere Ballart cuando nos
dice que la ironía nace en la arena misma del teatro griego, en donde ubicamos
dos personajes con sus máscaras correspondientes: por un lado el personaje
fanfarrón que alardea de su valentía y conocimientos; por el otro lado el ladino
interlocutor que ridiculizará al falso sabio. Quizá a la señora Wharton la podemos
encasillar en el personaje de alazon en este caso no presume sus conocimientos,
más bien alardea sus buenos sentimientos en cualquier momento, trata de
demostrar que ella es caritativa y bondadosa; y eiron podría ser nuestro narrador
implícito pues se burla de este personaje. El eiron trata de criticar y desenmascarar
al falso sabio (los falsos sentimientos e intenciones).
En esta falacia adoptiva observamos que la Señora cree fervientemente en
sus “corazonadas o emociones”, aunque quizá en el inconsciente sabe que tal vez
lo hace por “sanar su alma”, por realizar una emoción de maternidad, por ser
caritativa y compartida con los desposeídos. Sin embargo ella en el fondo sabe que
va a tener que realizar muchos sacrificios porque esta “emoción pura” que la
Señora siente es pasajera. Lo anterior nos permite reforzar la idea de que estamos
frente a un texto irónico. Sabemos que existen diferentes tipos de escritos irónicos
pero también están los que conservan una estructura semejante, por ejemplo
algunos presentan una voz que parece a primera vista convincente pero resulta
falsa, como está sucediendo con la protagonista.
El compañero del camarógrafo la condujo a un cuarto para ver con más
detenimiento el noticiario que había grabado, del niño se acordaba pero no del
nombre de la calle, así que le suplicó que llamará a un compañero mexicano: —“Se
lo suplico. A una persona de la ciudad no le costará trabajo identificar la calle. Vine
desde Oklahoma por este niño. Si usted no me ayuda estoy perdida —sollozó”.
(p.27) Llegó el reportero mexicano e identificó la dirección: “calle Carpintería, una
de las más devastadas de la colonia Morelos”. (p.27) Al día siguiente contrató un
intérprete por diez dólares diarios se llamaba Efraín Alcántara, llegaron a la calle
indicada, el traductor tuvo una plática con el soldado que impedía el paso: “Estoy
diciéndole que somos parientes de unos damnificados, a ver si nos deja pasar. El
militar no daba señales de ablandarse. Vencido por su intransigencia, Efrían volvió
con ella y le susurró al oído “Este quiere dinero. Deme cinco mil pesos” (p.28).
Nuevamente estamos frente a una situación tan verdadera y poco
agradable, en México desgraciadamente la mayoría de los asuntos se resuelven
con sobornos monetarios, todo se agiliza con un poco de dinero, es el país en
donde se puede arreglar o conseguir cualquier tipo de documento, empleo, acceso,
indulgencias, etc., por medio de una “bonificación”. La ironía en este hecho le
permite al lector tener una nueva visión de la realidad, muchas veces a pesar de
vivirlo a diario uno no se percata de todo el panorama que lo rodea, al verlo
plasmado se da cuenta de todo aquello con lo que convive y con una nueva
perspectiva. Por lo tanto la ironía exige un compromiso con la verdad pues si un
receptor esta dispuesto a descubrir ironías se puede encontrar muchas verdades y
realidades. Es por eso que este término requiere un lector atento y observador,
aunque cabe señalar que este compromiso no lo impone el locutor (autor), no
pretende liberar a sus receptores y mucho menos imponerles sus verdades.
La señora Warthon tiene toda la razón cuando dice:
“No le gustaba prestarse a corruptelas. Lo correcto sería denunciar al
soldado y obtener un permiso para entrar a la calle legalmente. Pero nada
en ese país era correcto, y si quería encontrar a Roger tenía que seguir las
reglas del juego. Sintiéndose criminal entregó el dinero a Efraín. El soldado
los dejó pasar por debajo del cordón sin hacer un gesto que denotara
vergüenza o turbación. Seguramente le parecía muy justo recibir sobornos”.
(p.28)
Si descodificamos las palabras nos damos cuenta de que sí estamos frente a
frases irónicas, obviamente al soldado no le iba a provocar un sentimiento de
culpabilidad porque es un elemento de la vida cotidiana, así se arreglan las cosas
por lo tanto no hay porque sentirse mal; a pesar de ser un soldado que cuida y
ayuda a su país no lo libra de utilizar el soborno día a día, de hecho los militares en
este país tienen una mala fama. Cuando entraron en la zona de desastre se
percibía un olor a putrefacción y el escenario era totalmente insalubre, sin
embargo la gente estaba viviendo cerca del desastre en casas de campaña en
espera de salvar algunas de sus propiedades de los edificios que todavía no se
habían derrumbado por completo: “¿Cómo podían respirar ese aire de muerte y
mantenerse tan joviales, como si asistieran a un picnic?” (p.29).
Aquí nuevamente observamos la presencia del humor, pues la ambientación
de los hechos es de negatividad, o mejor dicho de miseria y dolor; el humorismo
en este caso entra en juego cuando reduce la importancia de esas adversidades.
Ya mencionamos que el humor nos permite aminorar los infortunios a pesar de
que en algunas ocasiones los hechos son abrumadores y pesados. Aunque cabe
señalar que algunas veces no resulta fácil jugar o bromear con las desgracias
humanas, como en este caso; el tener que oler carne descompuesta es por
necesidad aunque el mexicano se ayuda del humor para soportar con más
tranquilidad la situación desoladora hasta llegar a convertirla en algo mucho más
tolerable.
Eleanore Warthon examinaba con cautela todas las ruinas pues quería
encontrar exactamente el escenario que había presentado el noticiero; pretendía
buscar a Roger en el mismo sitio donde lo captó la cámara, obviamente nos resulta
irónico ya que después de tantos días quiere encontrar a ese niño paradito en las
mismas ruinas y a lo mejor se había imaginado que estaría esperándola con los
brazos abiertos: “tenía la corazonada tan absurda como intensa, de que lo
encontraría en el mismo sitio donde lo retrató la NBC”. (p.29)
Si nos detenemos a analizar sus palabras descubrimos que resulta irónico y
absurdo pretender encontrar toda la escenografía igual, lo cual confirma nuestras
sospechas de su doble comportamiento, es decir si pretende ayudar a un país que
ha sufrido un desastre natural, y decide adoptar un niño que ha quedado huérfano
y desprotegido se le alaba y se le agradece su ayuda internacional. Empero el
querer adoptar al niño que retrató la NBC con todo y ruinas resulta irónico y
humorístico.
Aquí el humor funciona como una herramienta que permite reflejar hechos
incoherentes, recordemos que varios críticos estudian este término desde la
perspectiva de las incongruencias, en esta teoría ubicamos al crítico Shopenhauer
el cual nos dice que el humor es como “la percepción repentina de una
incongruencia entre una idea y el objeto real”.109 El querer encontrar a Roger
como lo presentó el noticiero es una idea incongruente que percibe el lector frente
al objeto real: imposible ubicar a este niño en el mismo lugar, es decir hay una
distancia entre la primera postura (incongruencia entre una idea) y lo que
realmente es (el objeto real).
Obviamente la búsqueda fue en vano pues no encontraron ni las ruinas , ni
a Roger; su traductor le dijo acertadamente que tal vez ya habían demolido el
edificio y lo más idóneo sería enseñar la foto del niño entre los vecinos para ver si
alguien lo identificaba. La señora Wharton aceptó por cansancio pues ella estaba
109
Víctor Bravo, Alegoría y humor. La reconstrucción del sentido en Figuraciones del
poder y la ironía, p.131.
empeñada en encontrar al niño de la misma manera en que había sido presentado
por el noticiero, quería encontrar toda la escenografía igual pues todo formaba
parte de una sola emoción y eso es lo que le despertaba sentimientos maternales,
no podía faltar ningún elemento porque entonces se perdía el encanto de bondad
y tal vez de adoptar al niño.
Estas acciones nos deja ver su verdadera intención: esta obsesionada con el
niño pero también con las ruinas, debe estar como ella lo vio porque solamente así
se despiertan sus sentimientos buenos, por lo tanto cada vez afirmamos que no
son verdaderos y mucho menos sinceros, la Señora se ha obsesionado con una
imagen: “se había prendado de su conmovedora imagen, y temía que su naciente
amor no resistiera la desilusión de hallarlo con otro paisaje de fondo”. (p.29)
El ironista se burla y juega despiadadamente con su personaje, ya sea
individual (Eleanore Wharton) o colectivo (las sociedades); la ironía le ayuda a
presentarnos los hechos con una burla fina. Por eso la ironía siempre ha estado
presente desde los tiempos de Sócrates hasta la actualidad pues cuenta con un
inmenso material, siempre han existido inagotables mentiras e hipocresías del ser
humano frente a su sociedad: “la ironía no se deja engañar, y las buenas almas
malhechoras no estarán tranquilas mientras haya ironistas para proclamar su falsa
nobleza, sus postizos, sus mojigangas, su retórica de cartón. ¡Vaya si es indiscreta
la ironía!”.110
Visitaron casa por casa hasta las de campaña sin ningún éxito, la Polaroid
no dejaba ver con claridad el rostro de Roger, toda la gente negó haberlo visto, la
señora Eleanore llegó a pensar: “¿No estarían escondiendo al niño? ¿Querrían
dinero a cambio de la información?”. (p.29) Por un lado es creíble que se imagine
que quieran pedirle dinero pues está en México, pero por otro lado nos hace
pensar que comienza a desesperarse y a ponerse paranoica. Cuando iban de salida
110
Wladimir Jankelevitch, La ironía, p. 108.
de la zona del desastre una mujer le dio una excelente pista “El martes habían
llevado a los huérfanos de la colonia a una clínica del Seguro Social [...] Había
retehartos niños en esa clínica, tal vez ahí estuviera el que buscaba”. (p.29)
Al día siguiente Eleanore llegó temprano a la clínica, Efraín sacó una ficha
de visita pues ya había más de cincuenta personas esperando ver a los niños, en
su espera la Señora se pudo percatar de la higiene que abundaba en la clínica:
“Entendía que en una situación de emergencia hubiera enfermos en los pasillos,
pero eso no disculpaba a las negligentes afanadoras que dejaban al descubierto las
bandejas de comida y echaban
algodones
sanguinolentos en las
tazas
de
café”. (p.30) Seguimos ante la presencia de la ironía sarcástica, este cuento se
ayudó del sarcasmo para enfatizar una crítica dirigida a la sociedad mexicana; este
término juega un papel de suma importancia pues ha escogido a un personaje
determinado en este caso, colectivo: la sociedad mexicana. Por medio de la ironía
sarcástica el narrador implícito pone de manifiesto muchos defectos de este país.
Anteriormente mencionamos la capacidad que tiene el mexicano para
soportar cualquier tipo de situación: oler carne en putrefacción y en el siguiente
caso soportar una vomitada que tal vez le moleste pero no tanto como para exigir
que la limpien: “Avanzando con desesperante lentitud llegó a una sección del
pasillo donde la cola se cortaba abruptamente. La causa: un esplendoroso vómito
desparramado en el suelo, “¿Pero cómo es posible que nadie venga a limpiarlo?”.
(p.30) Quizá había sobrecupo por los lesionados del terremoto pero es una
realidad que los servicios médicos gratuitos en México son deficientes, no existe un
buen servicio aún cuando no hay desastres naturales los enfermos están en el
pasillo, pues no hay las condiciones, la estructura, ni el capital para atender
dignamente a los pacientes. Y no hablemos de la limpieza que existe en estas
clínicas de salud pues es bastante vergonzoso y realista.
Enrique Serna con la ayuda de la ironía satírica, de la ironía sarcástica, de la
ironía verbal y del humor pone de manifiesto en este cuento una cruda visión de
México y lo peor es que no es nada fuera de lo común no hay nada inventado,
todas estas acciones pasan a diario en este gran país; la gente al igual que
Eleanore esta inmersa en banalidades que su nación le ofrece, hay tanto
individualismo que puede haber un objeto peligroso que obstruya el paso y nadie
lo quita, porque él no lo puso y hay varias opciones para solucionar el problema:
darle la vuelta o brincarlo pero nunca colaborar por el bienestar comunitario.
Los niños huérfanos se encontraban en una bodega que acondicionaron
como guardería: “Muy bien: aquí sí había una atmósfera de dolor humano como la
del noticiero. Con el rostro de Roger en el pensamiento, Eleanore examinó a todos
los niños de su edad”. (p.31) Irónicamente la Señora descartó a todos los niños
que no lloraban pues Roger en el noticiero aparecía llorando, estas lagrimas negras
eran un toque más conmovedor. Vemos claramente la doble intención, es decir la
obsesión por toda la escenografía empero faltaban las ruinas y el suéter roto; a lo
mejor ya no lo adoptaba, pues todo en su conjunto es lo que le provocaba
sentimientos conmovedores pero las lágrimas eran tan importantes para su buena
causa que debían estar. Una vez más afirmamos que no hay buenos sentimientos,
si la Señora llegará a encontrar a Roger vestido, sin llorar, en una casa ya no lo
querría y mucho menos lo adoptaría pues ya no resulta angelical y doloroso, lo
cual nos parece irónico y humorístico.
Todas las acciones que hemos puesto de manifiesto por parte de Eleanore
son de suma importancia, primero porque nos permiten disfrutar de una ironía
sarcástica y satírica dirigida a la sociedad norteamericana, y segundo, nos están
ayudando a descubrir si en realidad hay ironía en sus palabras e intenciones;.
Nuestro narrador extradiegético escogió un tipo de persona que no es difícil
encontrar en Estados Unidos, la señora Wharton representa a su país, por decirlo
así. Por eso con antelación dijimos que detrás de este personaje hay todo una
crítica a una sociedad.
Examinó cuidadosamente a los niños pero ninguno se parecía solamente
faltaba revisar a uno que estaba de espaldas, el cual no llevaba calzoncito lo que le
dio buena señal, cuando volteó la Señora pensó: “¡Ahí estaba Roger, angelical,
triste, desvalido, llorando como en el reportaje del terremoto!” —¡Es el mío, ese de
atrás es hijo mío! —gritó en ese momento una señora mexicana, señalando al
mismísimo Roger”. (p. 31) Cuando la señora Wharton escuchó trató de explicar
que ese niño era huérfano y que venía de Oklahoma para adoptarlo, ambas
señoras querían abrazar al niño pero la verdadera madre le dijo:”—¡Sáquese a la
chingada, gringa apestosa! Este es hijo mío, se llama Gonzalo —la mujer se volvió
hacia Efraín—. Dígale que lo suelte o les doy a los dos en toda su madre”. (p. 31)
Un doctor del centro de salud pidió compostura a ambas partes y les dijo
que le mostrarán fotografías o documentos del niño para saber con seguridad cuál
es la verdadera madre, Elanore asumida en su rol de madre sacó la fotografía, la
otra enseñó su acta de nacimiento y además dijo que tenía un lunar arriba del
ombligo lo cual resultó cierto. La señora Wharton quedó enmudecida y no quiso
seguir con la disputa porque: “ya no estaba tan segura de haber encontrado a
Roger. Aquel niño tenía los ojos rasgados, parecía un japonesito, y ella, que tanto
apreciaba los aparatos japoneses, odiaba visceralmente a sus fabricantes”. (p.32)
La anterior cita nos ayuda a reafirmar lo ya mencionado: las lágrimas
negras, la cara convulsa e hinchada, la aparente desolación, la montaña de cascajo
y el horizonte plomizo si se han convertido en un requisito para adoptarlo,
pareciera que si falta alguno de estos elementos la ternura y la buena disposición
se acaban, la señora Eleanore al parecer no quiere adoptar un niño sin esas
“características”, lo cual resulta irónico. No quiere adoptar y ayudar a un huérfano
sino a un muñeco que viene con sus adornos, por decirlo así, lo cual nos refuerza
nuestras sospechas del inicio. No pueden existir buenas acciones cuando tal vez
está impresionada de todo un ambiente y no precisamente del niño, por lo tanto al
final puede terminar desistiendo de su ayuda humanitaria.
Trató de salir con la cabeza en alto, primero por evitar ver la vomitada y
segundo por dignidad. Sin embargo repasó la cara del niño y volvió a tener dudas
y pensó que tal vez si era Roger:
Quizá la televisión había cambiado un poco sus facciones. La mujer que lo
reclamaba podía ser una explotadora de niños que aprovechaba el
terremoto para conseguir carne fresca. Y ella lo había dejado en sus manos,
lo había condenado a la desnutrición, a la delincuencia, a malvivir en una
de esas horrendas chozas donde se hacinaban diez o doce personas en un
ambiente insalubre y promiscuo. Dio media vuelta y caminó rumbo a la
clínica. Tenía que rescatarlo. Efraín fue tras ella y se le interpuso antes de
que atravesara la puerta. (p. 32)
Nuevamente en estas palabras de la señora Wharton apreciamos ironía,
pues nos dice que tal vez esa impostora había aprovechado el terremoto para
obtener carne fresca, esto nos resulta bastante irónico porque es lo que ella esta
haciendo; a lo largo de todo el cuento hemos visto como actúa, detrás de esa
máscara humanitaria hay una mujer que aprovecha el desastre natural para
crearse una falsa historia. Quiere adoptar al niño no por su buen corazón
internacional sino porque éste significa mantener una emoción que por el
momento la hace sentirse viva. Quizá ese niño llamado Gonzalo pudo haber sido
Roger, tal vez si la Señora lo adoptaba podía ofrecerle beneficios y una estabilidad
económica pero en los demás terrenos podía irle muy mal, conocemos la vida que
ha llevado Eleanore y tal vez crecería con sus mismos miedos y angustias pero
sobretodo con la misma ignorancia e ineptitud.
En la anterior cita también vemos otra crítica a la sociedad mexicana;
dijimos que la ironía es un término fundamental para hacer ahínco en las
paradojas del mundo, en este caso las que se viven en México: “para que brote la
ironía
no
hace
falta
más
que
un
individuo
enfrentando
a
un hecho
incongruente”.111 Esta crítica nos corrobora que estamos frente a una ironía de
tipo sarcástica, la cual es rotunda y severa ataca despiadadamente a su objetivo,
pone de manifiesto hechos verdaderamente incongruentes. Esta clase de ironía
algunas veces exagera la visión para recalcar y dejar bien claro lo que nos quiere
trasmitir sin embargo en este cuento quizá el narrador implícito no necesitó
exagerar pues el panorama mexicano por sí solo es increíble y desolador.
Su traductor intentó detenerla y hacerle ver que no podía armar otro
escándalo, entonces Eleanore le dijo que no la acompañara e intentó quitárselo
con un empujón, Efraín le dio una bofetada: “—Óigame bien, señora. Ya me cansé
de aguantar sus idioteces. Tome su dinero, yo hasta aquí llego. [...] Si es verdad
que tiene tan buen corazón adopte a otro niño. ¿Por qué a fuerza quiere adoptar a
ése?”. (p. 33) El golpe la tranquilizó y pensó mucho mejor las cosas, no quería
discutir ni armar otro escándalo, se acordó de los ojos rasgados del niño y decidió
que ese no era Roger además: “A Roger lo defendería con alma, vida y corazón,
pero sería estúpido luchar con esa víbora por un impostor”. (p. 33)
En la siguiente cita comprobamos que el mismo cuento en palabras del
narrador extradiegético nos presentan una visión que nosotros sospechábamos
desde el inicio, lo cual nos parece bastante satisfactorio pues eso quiere decir que
en verdad hay dobles intenciones y por lo tanto ironía empero no podemos todavía
confiarnos pues puede ser una falsa pista. Recordemos que el escritor Wayne
Booth nos dice que el narrador implícito nos puede proporcionar pistas irónicas
pero nunca debemos confiar plenamente, ya que el escritor podría estar jugando
por consiguiente debemos seguir atentos. Sin embargo también resultaría absurdo
omitir las pistas ya que la mayoría de las veces sugieren o encaminan hacia una
nueva dirección:
111
Pere Ballart, Eironeia. La figuración irónica en el discurso literario moderno, p. 75.
El capricho de buscar específicamente al niño del noticiero sólo podía echar
raíces en un cerebro enfermo. A las personas normales que adoptaban
niños las animaba la generosidad. Lo suyo era vil y sórdido. Roger no le
importaba, eso tenía que admitirlo. Simplemente se gustaba en el papel de
madre adoptiva. Y creyendo ingenuamente que prolongaría ese idilio
consigo misma si encontraba al niño, había venido a México sin tomar en
cuenta que la NBC pudo mentir acerca de su orfandad, o incluso, a falta de
imágenes amarillistas, mostrar a una víctima de otro terremoto, el de
Mangua o el de Guatemala, para engañar a su indefenso auditorio de
Robots. (p.33)
Las acciones de esta Señora han llegado a resultar tan absurdas y risibles
que tanto el lector como el propio narrador en boca de otro personaje se han dado
cuenta de las verdaderas intenciones sin embargo ella todavía no lo acepta y sigue
creyendo fervorosamente en que está actuando bien y de la mejor manera. Tal vez
estemos equivocados y al final descubramos que en realidad sí tenía las mejores
acciones sin embargo no podemos dejar de leer y estar atentos de sus
movimientos. La anterior cita nos permite deducir dos conclusiones: primero, si en
verdad tiene buenas intenciones porque no adopta otro niño porque precisamente
el del suéter roto con ruinas atrás, segundo su papel de madre lo asumió desde
que vio el video lo cual le proporcionó erróneamente poder y autoridad sobre el
niño, a la vez se aferró de una imagen que no era certera y la convirtió en una
realidad intachable.
Cuando llegó a su hotel pensó que le habían dado mal la dirección, por la
actitud de los corresponsales creyó que tal vez querían que estuviera dando
vueltas por toda la ciudad buscando a un niño entre 18 millones de habitantes. No
se iba a rendir tan fácil venía con un propósito claro “ayudar” y nadie la detendría
por más sacrificios: “Aunque su misericordia tuviera un fondo egoísta y aunque ya
no soportara un minuto más en México, seguiría buscando a Roger. Era una
cuestión de autoestima. No se imaginaba de vuelta en Oklahoma sin el niño en
quien vería encarnado lo más noble y lo más tierno de su neurosis”. (p. 34)
Estas palabras nos permiten descubrir qué significa Roger en realidad, el
adoptarlo no es por cariño ni por querer compartir un lapso de vida con él, sino
más bien significa una nueva distracción la cual le proporciona emociones que la
hacen sentirse útil y viva, pero habría que preguntarse por cuánto tiempo. Detrás
de ese sentimiento de maternidad hay un poder de adquisición que posteriormente
le va a permitir sentirse mejor, quizá se le olvida que Roger no es un producto
(como tantos en su país) que le garantice felicidad. En Roger tal vez pretenda
descargar todas sus frustraciones y neurosis. Nuestro narrador implícito mantiene
una severa crítica hacia este personaje, la ironía le ha ayudado para poner de
manifiesto muchas verdades; recordemos que este término permite socavar e
indagar la realidad. Enrique Serna a utilizado la ironía y el humor de una manera
extraordinaria pues la mayoría de los hechos del cuento son presentados con una
visión realista pero además con un toque lúdico; ambos términos han permitido
cuestionar las incongruencias de la vida.
Los días siguientes buscó en hospitales, delegaciones y albergues; su buena
y tierna causa consiguió que se anunciara en la radio, pero ningún intentó tuvo
éxito no encontraba por ninguna parte a su desvalido Roger, cuando le
preguntaban acerca del parentesco con el niño no mentía pues no le gustaba así
que decía: “que lo buscaba por simple amor al prójimo”. (p.34) Estas palabras
obviamente hay que descodificarlas debemos indagar qué nos quieren trasmitir en
realidad pues están cargadas de ironía. Como bien sabemos ésta no pretende ser
creída, más bien comprendida e interpretada por consiguiente no debemos creerle
del todo a la señora Wharton sino más bien descubrir qué nos están sugiriendo, es
decir saber que hay en el trasfondo.
Sus palabras necesariamente hay que entenderlas al contrario: no lo hace
por caritativa y mucho menos por amor al prójimo, más bien por intereses
personales, que nada tienen que ver con ayudar a los demás. Todas sus palabras
resultan irónicas, es increíble que siga pensando que sus acciones son buenas
cuando en su inconsciente sabe que detrás de esa ayuda internacional hay vacíos
personales que el niño podría cubrir además de que le gusta jugar el papel de
víctima y redentora de los desvalidos o más bien de un sólo desvalido —Roger—.
El último día de búsqueda prefirió hacerlo en un automóvil que rentó, le
sugirieron que mostrará la foto del niño en las oficinas de personas extraviadas:
“Era un paso lógico, pero de nada servía la lógica en un país irracional”. (p. 34) El
humor a sido abordado desde diferentes enfoques; algunos autores lo utilizan para
enfatizar los mecanismos de hostilidad, superioridad, malicia o agresión; otros lo
emplean como mecanismo de relajación; el humor también ayuda a enfatizar las
formas de incongruencia. Esta última perspectiva es la que vemos presente en
este cuento, el narrador implícito ha utilizado el humor para recalcar las
incongruencias que se viven en México. Esto lo vemos claramente en la cita
anterior, es decir el humor nos ayuda por un lado a enfatizar lo irracional del
hecho; por otro lado a sopesar la situación pues tal vez a primera vista nos parece
humorística pero en verdad denuncia una realidad paradójica.
Decidió dejárselo a la suerte, tomó una avenida sin rumbo fijo pero en su
travesía por la gran ciudad se volvió a encontrar con otro verdadero caos urbano:
Los autobuses de pasajeros la sacaban de carril, echándosele encima como
en las road movies. Conducir por el arroyo lateral era un calvario: cada
minuto se detenía una combi a descargar pasaje y los autos de atrás
tocaban el claxon como si ella se hubiera detenido por gusto. [...] De
pronto, sin previo aviso, apareció una valla que cerraba la avenida.
Estupendo. Entraría en el embudo de la desviación y seguiría por donde
buenamente quisiera llevarla el azar... Alto total: diez minutos para ver el
paisaje. A la derecha un puesto de verduras. El dependiente “lavaba” sus
mercancías con agua negra. Viva la higiene. A la izquierda un vagabundo
agonizante acostado en la puerta de una cantina.
La ironía y el humor han sido dos elementos fundamentales para la
construcción de este cuento, han ayudado a presentarnos los hechos vergonzosos,
dolorosos y siniestros de México; el humor por su parte ha ayudado a sopesar y a
bromear con los acontecimientos, y la ironía ha enfatizado de una manera severa y
cruel la situación de este país. En el capítulo I mencionamos que la ironía en
algunas ocasiones resulta un tanto molesta ya que se burla de nuestras creencias,
costumbres, características y de la vida en general.
La cita anterior por un momento nos provoca sentimientos de molestia pero
no porque uno se sienta agredido, más bien por leer una realidad que en el cuento
nos parece absurda, inimaginable y ficticia sin embargo existe y se convive con
ella. Pero algo hay de bueno en todo esto; al leer ironías que valgan la pena
estamos leyendo la vida misma, los personajes que parecen ficción son gente que
pertenece a una realidad. De alguna manera Enrique Serna nos presenta una
visión de México la cual esta impregnada de muchas situaciones desoladoras pero
depende de cada lector lo que quiera rescatar de este cuento, si se logra una
reflexión de los hechos presentados la ironía como el humor quedarán satisfechos
pues finalmente ambos términos tratan de ofrecer una nueva visión o perspectiva
sin embargo no la tratan de imponer.
En su trayecto Eleanore Wharton pasó por una primaria que estaba junto a
una fábrica y pensó: “Excelente planeación urbana. Los niños terminarían la
Primaria con cáncer pulmonar y de ese modo quedaba resulto el problema del
desempleo”. (p.35) En esta cita
continuamos con la lectura de hechos
incongruentes que el ser humano ofrece; Enrique Serna al plasmar estas
situaciones nos está, de alguna manera con la ayuda de la ironía, ofreciendo otra
perspectiva además nos permite luchar contra una oscuridad, por eso se dice que
por donde pasa la ironía hay más luz. La señora Wharton ya no podía soportar más
inclemencias y entonces comenzaron a
aflorarle sus verdaderos sentimientos:
superioridad, autoridad, poder, chantaje, reclamos, etc. Todavía no encontraba a
Roger y ya estaba pensando en decirle unas cuantas cosas: “Cuando Roger la
hiciera enojar le recordaría que por su culpa había presenciado estos espectáculos.
Pero quizás no valiera la pena sufrir tanto por un mocoso que se largaría de la
casa cuando cumpliera 18 años”. (p.35)
Las verdaderos sentimientos cada vez los vemos con mayor claridad, poco a
poco ella misma se va contradiciendo lo cual es un excelente indicio; pues en un
principio mencionamos que una buena pista para decir que un texto es irónico es
cuando al inicio de la historia se proclama un personaje o una situación como
verdadera cuando es un error; sin embargo cabe recordar que la ironía no se
conforma con encontrar contradicciones, ni es un requisito para afirmar que un
escrito es irónico.
En estas palabras de la señora Eleanore Wharton apreciamos un
sentimiento de reclamo, es decir tal vez cree que Roger siempre estaría en deuda
con ella por haberlo salvado de la inmundicia y por lo tanto iba a tener que acatar
cualquier orden. Cuando se hace una obra sin esperar nada a cambio y con las
mejores disposiciones no entran en juego sentimientos de reproche y aquí sí están
presentes porque sus acciones desde un principio no fueron sinceras y verdaderas
por lo tanto era un juego de resistencia, por decirlo así, si ganaba su farsa o
dejaba de engañarse y asumía que en realidad no quería adoptar a Roger sino más
bien seguir manteniendo una ilusión o una emoción que la hacia sentir bien. Si
llegará a encontrar a Roger, éste habría tenido que soportar sus reproches de
redentora pues soportó todo a cambio de “salvarlo”: “Estaba sudando sangre para
salvarlo a Roger de ese destino y tal vez Roger resultara un patán incapaz de
amarla”. (p. 35)
Lo último que terminó por colmar su paciencia fue soportar un olor a
excremento que entraba por la ventanilla: “¿Cuántos perros harían sus
necesidades al aire libre? ¿Cien mil? ¿Medio millón? Y ella, la imbécil, que hubiera
podido gozar sus vacaciones en un hotel de Grand Canyon o en una playa de
Miami, estaba desperdiciándolas en esa gran letrina”. (p. 35) En la siguiente cita
vemos como ella misma se da cuenta de que su idea fue tan absurda: “Era tan
estúpida, tan absurda, que merecía la nacionalidad mexicana. Maldita ocurrencia la
de venir aquí para adoptar a un pigmeo que además de llorón era horrible. Pero ya
tenía suficiente. Volvería de inmediato al hotel y tomaría el primer avión a
Oklahoma”. (p. 35) Cabe aclarar que su idea nos resulta estúpida no por adoptar a
un niño o ofrecer ayuda sino por la manera de tratar de hacerlo.
En la cita anterior apreciamos un humorismo cuando dice “merecía la
nacionalidad mexicana”; aquí el humor es visto más bien como una forma de
libertad, es decir la señora Wharton lo utiliza para tomar una distancia frente a las
situaciones que ha tenido que soportar y de esa manera continuar con su objetivo;
de alguna manera este tipo de humor permite estar por encima de la situaciones.
El humor en este momento funciona como un estilo estoico, en donde la
interioridad del ser humano y la subjetividad tratan de no ser alcanzadas ni
trastocadas por algún hecho desolador; es decir Eleanore utiliza el humorismo
como una forma de defensa antes las situaciones que esta viviendo.
Cuando iba de regreso al hotel pasó por una calle en donde: ”las casas eran
de hojalata y cartón. Aquí el desastre ocurría siempre, con o sin terremoto.
Abundaban los jóvenes de cabellos erizados, punks del subdesarrollo, que
tomaban cerveza en la banqueta. Roger sería igual a ellos cuando fuera grande”.
(p. 36) Estas palabras nos resultan bastante irónicas ya que crítica a los jóvenes
mexicanos cuando en su país hay mayor destrucción a nivel juventud, ella creía
que Roger nunca iba a poderlo educar como un hombre bien, aquí nos surgen
unas dudas, qué significa hombre de bien para la señora Wharton?, su juventud es
un ejemplo maravilloso?, su país es igual a bienestar personal?; quizá en lo
económico sí pero en lo demás. Mientras pensaba en cuál es el verdadero
problema de México:
Oyó un golpe seco, un gemido, un crujir de huesos contra la defensa del
coche. Bonito final para una benefactora de la niñez mexicana. Ahora
vendría la madre a reclamarle y tendría que indemnizarla como si el niño
fuera sueco. Una multitud armada con botellas, cadenas y tubos venía
corriendo hacia el coche. Apretó el acelerador a fondo y en un santiamén
los perdió de vista. No tenía remordimientos pero había sufrido una
decepción. La de no haber atropellado al inocente, al tierno, al adorable y
desvalido Roger. (p. 36)
Nuevamente estamos frente a un gran final, tal vez nos sorprende hasta
dónde pudieron llegar los sentimientos de la señora Wharton, cómo ese amor se
convirtió en odio y desprecio pero a la vez sabíamos que en ella se podían albergar
este tipo de emociones. Esta última cita nos termina de ayudar en nuestras
sospechas y por lo tanto con toda seguridad decimos que Eleanore Wharton nunca
tuvo sentimientos de bondad, ni de cariño, ni de sacrificio, ni de amor, ni de ayuda
y mucho menos de maternidad. Todo resultó ser una gran falacia, podemos decir
que ella se autoengañó, confundió sus sentimientos. Nunca hubo la persona
humanitaria que ella proclamaba por eso decíamos que tal vez jugaba el papel de
alazon, el fanfarrón que alardea de sus cualidades cuando en realidad no las
posee. Por tal motivo afirmamos que tal vez era un juego de resistencia: hasta
dónde la señora Wharton iba a soportar y a esconderse detrás de un disfraz.
Finalmente el amor que sentía por Roger se convirtió en odio hasta el punto de
pretender aniquilarlo.
Para finalizar este análisis podemos decir que a lo largo de todo este cuento
observamos que en realidad la ironía cuestiona lo real, es decir se tomaron los
hechos de la vida cotidiana y los plasmaron para que el lector pueda cuestionarlos
y finalmente lograr una reflexión, además de percatarnos de todas las
incongruencias que la vida ofrece: “la ironía es una lucha contra esa ceguera, una
forma de visión, el develamiento de otras vertientes de lo real, acaso abismales,
acaso contradictorias, pero siempre cercanas al estremecimiento de lo bello o de lo
siniestro”.112 Además confirmamos que en realidad la ironía socava e indaga por
112
Víctor Bravo, Figuraciones del poder y la ironía, p.90.
todos los ámbitos, por consiguiente cuenta con un inmenso material, la sociedad
ofrece demasiados hechos con los cuales el ironista puede trabajar.
En este cuento por medio de la ironía y el humor se hace una crítica de
ciertos valores, comportamientos, costumbres, ideologías, etc. Enrique Serna
retrata los bajos fondos y la corrupción de ambas sociedades, pareciera que hace
una radiografía de la degradación de los comportamientos humanos sin embargo
no olvidemos que este narrador mexicano combina estas descripciones con toques
lúdicos. Cabe mencionar que Serna no pretende denunciar o redimir estas
conductas simplemente retrata personajes o situaciones incongruentes, exhibe las
emociones en carne viva, bosqueja una sensibilidad humana donde prevalece la
incertidumbre y la ambigüedad del deseo.
En este análisis mencionamos que la ironía y el humor nos ayudaron a ver
los hechos de diferente manera sin embargo quiero dejar claro que el autor irónico
nunca pretende convencer o establecer una verdad a su lector, depende de cada
receptor lo que quiere rescatar de su lectura; estos dos elementos propician una
reflexión de los hechos presentados, nos permiten en el trasfondo observar otra
visión de los hechos sin embargo, nunca quieren imponer su panorama. Tampoco
Enrique Serna pretende moralizar a sus lectores tal vez sólo quiere desentumecer
algunas mentes.
Recordemos que al inicio del análisis mencionamos la definición de
misericordia con que inicia Serna el texto; finalmente decimos que este cuento
resultó ser una alegoría de esta definición; la historia presentó una desvalorización
o desenmascaramiento de los sentimientos morales. Ahora nos damos cuenta que
este significado esta cargado de ironía pues la misericordia de la señora Eleanore
Wharton fungió como un puñal el cual la acompañó a lo largo de toda su estancia
en México y al final lo utilizó con mayor ahínco pues le dio el golpe de gracia a
Roger, por decirlo así. Además misericordia también significa “Inclinación del
ánimo a compadecerse de las penalidades y miserias ajenas”; estas palabras
aplicadas en este cuento resultan inevitablemente irónicas y humorísticas, después
de haber realizado el análisis nos percatamos del verdadero ánimo de la señora
Wharton; este compadecimiento por las penalidades e infortunios de Roger que
siempre aparento tener hacia él, al final se convirtió en odio.
La ironía y el humor son elementos básicos para la construcción de este
cuento, ayudados indiscutiblemente del sarcasmo y la sátira, todos estos términos
permitieron reflejar una visión muy peculiar de dos sociedades contemporáneas.
Por un lado la ironía le exigió al lector realizar un acto de intencionalidad y de
reconstrucción de términos; por otro lado el humor como bien sabemos es un
producto de la libertad, el cual sirvió para jugar con la condición humana, con las
convenciones, con las palabras pero sobretodo con las incongruencias del ser
humano. Ambas nos retrataron al hombre y su entorno incoherente además de
querer trasmitirnos verdades. Esperamos haber realizado una buena participación
como lector pues la ironía sin la participación activa de éste sería casi imposible:
“sin la existencia de alguien que perciba el carácter paradójico, incongruente o
fragmentario de algún aspecto del mundo, la ironía no llega a existir. Además, sin
un lector que entienda el texto irónico como tal, la ironía desparece, y le sobrevive
sólo un sentido literal”.113
113
Lauro Zavala, Humor, ironía y lectura. Las fronteras de la escritura literaria, p. 36.
CONCLUSIONES
En este trabajo de investigación se analizaron los cuentos “Hombre con
minotauro en el pecho” y “El desvalido Roger” desde la perspectiva irónica y
humorística, entre los objetivos de este análisis está el de ubicar la presencia de
estos dos términos para posteriormente afirmar que la narrativa cuentística de
Enrique Serna está impregnada de estos dos recursos, además de identificar que
tipo de ironía y humor se utilizaron para la construcción de estos cuentos. Después
de estudiarlos decimos con toda seguridad que ambos cuentos gozan de la
indiscutible presencia del humor y la ironía además tienen una estructura similar.
En estos dos textos la ironía y el humor permitieron bromear pero a su vez
criticar, por un parte nos presentan situaciones lúdicas con las cuales reímos; por
otra parte nos dieron la posibilidad de lograr una reflexión, además de
cuestionarnos sobre la condición humana. Han sido dos elementos fundamentales
para la construcción de estos cuentos, han ayudado a presentarnos los hechos
desoladores y funestos que comete la sociedad; el ser humano a pesar de
pertenecer al homo sapiens (racional) a veces actúa como un ser irracional, que
trata de lastimar y abusar de los demás. Antes de iniciar el análisis mencionamos
que el humor y la ironía podían lograr hacernos reflexionar sobre las paradojas del
mundo, después de leer detenidamente ambos cuentos decimos que estos
términos nos han dado otra visión o panorama de los hechos; sería casi imposible
decir que un receptor después de leer estos textos no complete el círculo, es decir
no se cuestione y analice los hechos presentados.
La ironía y el humor nos ayudaron a percibir los acontecimientos de
diferente manera sin embargo, como bien sabemos, el autor irónico y humorístico
nunca pretenden convencer o establecer una verdad o una perspectiva a su lector;
depende de cada receptor y la lectura que realice. Estos dos conceptos propician
una reflexión de los hechos presentados pero aunadamente nos permiten conocer
el trasfondo, o mejor dicho la verdadera opinión de nuestro escritor y lo que
realmente nos quería trasmitir. Enrique Serna no pretende moralizar a sus lectores
tal vez sólo quiere despertar algunas mentes, pues en sus cuentos realiza una
crítica despiadada hacia ciertos valores, costumbres, tradiciones, religión pero
sobretodo la degradación evidente del ser humano por lo tanto sería imposible no
poner en tela de juicio nuestros modos de vivir.
En el cuento “Hombre con minotauro en el pecho” observamos una ironía
literaria ya que a lo largo de todo el cuento apreciamos una contradicción entre un
hecho que podía realizarse y la realidad de quien pretendía realizarla. En el
capítulo I mencionamos que la ironía por lo general está presente en las
contradicciones, pero no es un requisito, se necesita una voluntad de verdad. En
este cuento los contrastes surgieron en todo momento, el primer hecho y el que
desarrolla toda la historia es cuando Picasso pretendía burlarse de los conocedores
de arte y por eso plasma su pintura en el pecho del niño. En su afán de mofarse
de éstos realiza un dibujo que más bien crea inquietud en la sociedad ya que
permite ver la degradación de los seres humanos. También se retomó el término
de la antigua Grecia, ya que la señora Reeves (personaje clave en esta historia)
actuó en dissimulatio, es decir expresaba y pregonaba bienestar para la obra pero
no para el niño.
Las contradicciones, desde un inicio, fue buena señal pues al final resultaron
ciertas nuestras sospechas y con toda certeza mencionamos que es un texto
irónico; puesto que Serna nos presentó hechos que después resultaron
contradictorios, desde un inicio surgió la sospecha de descubrir dos ideas
contrarias y posteriormente decidir cuál es la verdadera, cuál aceptaríamos como
creíble y certera. Aquí podemos ubicar una ironía literaria la cual es entendida
como una forma de hablar en la que hayamos un dilema, entre lo dicho
literalmente y lo que propiamente se quiere dar a entender.
También apreciamos a los personajes de la pareja arquetípica del teatro
griego: alazon y eiron; éstos los ubicamos perfectamente en los “conocedores de
arte” pues en todo el cuento alardearon sus conocimientos pero a la vez dejaban
entrever sus falsas teorías. A lo largo de todo el texto estos personajes fueron un
punto de ataque rotundo, Enrique Serna se ayudó de la ironía para poner de
manifiesto sus pensamientos incongruentes, o mejor dicho su manera de concebir
el arte.
La presencia del humor en este cuento es bastante clara; el humor como
bien sabemos permite sopesar las adversidades de la cotidianeidad y ayuda al ser
humano a estar por encima de sí mismo a pesar de estar frente situaciones
contundentes, desoladoras. El niño con el Minotauro en el pecho a lo largo de todo
el cuento va a recurrir al humor para lograr ver de diferente manera los
acontecimientos de su vida y lograr un distanciamiento. El humor funcionó como
una herramienta que permitió lograr una cierta libertad frente a sus situaciones
funestas, recordemos que el humor es un juego de inteligencia en el cual se puede
jugar y bromear con los acontecimientos de la vida, los cuales a veces resultan
incongruentes.
El capítulo I y II nos permitieron tener un mayor dominio de los términos y
así lograr un análisis exitoso, las tesis presentadas por los diferentes críticos nos
ayudaron a ubicar más fácilmente dichos conceptos. Pero lo realmente importante
fue poner en práctica estas definiciones y clasificaciones; en el texto observamos
con claridad y con mayor detenimiento las palabras de los críticos. Por ejemplo, el
sentido del humor permite ver de distinta manera las situaciones y entonces se
tornan con un toque de comicidad e ingenio lo cual permite rebajar la carga de
intensidad, o mejor dicho vivir algunas situaciones desoladoras como hechos
simples.
Cabe recordar que en el capítulo II explicamos el humor desde diferentes
perspectivas: como una herramienta que permite lograr una libertad, como un
juego de inteligencia, como aquel término que se utiliza para criticar lo que nos
parece reprochable, etc. En este cuento apreciamos como ya mencionamos el
humor como liberador sin embrago también es utilizado como una manera de
criticar algo con lo que no se está de acuerdo, este tipo de humor lo emplean los
personajes de los Kranz. Recordemos que el humorismo es utilizado como una
herramienta que ayuda a una crítica social, algunas veces el humor es empleado
para enfatizar una crítica hacia aquellas actitudes que uno considera reprochables
y
tal vez por eso los Kranz profanan y se mofan de algunas normas que
consideran muy estrictas en el ámbito del trato hacia las artes.
En este cuento el personaje principal se ayuda indiscutiblemente del humor,
es una herramienta que le permitió soportar todas las adversidades por las que ha
tenido que pasar. A lo largo de la vida del niño observamos diversos hechos
funestos, mismos que trata de vivir con un poco de humorismo lo cual le permite
ver la parte “divertida” y así jugar con su vida y convertirla en algo mucho más
soportable. En este cuento —con la ayuda del humor y la ironía— Enrique Serna
criticó y bromeó con la hipocresía, con la religión, con los críticos de arte, con las
autoridades, con el Ministerio de Cultura, con la visión del objeto por encima del
sujeto pero sobretodo una burla directa y severa hacia las sociedades. El
humorismo le permitió al personaje principal de este cuento la posibilidad de lograr
una libertad frente a los hechos.
El segundo cuento analizado fue “El desvalido Roger” en donde nuevamente
decimos que la presencia del humor y la ironía son indiscutibles, este texto en
especial requirió la ayuda de estos términos ya que Enrique Serna realiza una
crítica despiadada, severa, dura y sobretodo cruel a la sociedad mexicana y la
norteamericana. Son elementos básicos para la construcción de este cuento
irónico-humorístico, en la introducción mencionamos que no nos conformaríamos
con encontrar ironías sino analizaríamos con profundidad para saber si pertenecían
algún tipo de ironía, en este texto observamos claramente la presencia de la ironía
satírica y sarcástica. Obviamente el apartado dedicado al estudio del sarcasmo, la
parodia y la sátira fue de gran ayudada como toda la crítica expuesta en los dos
primeros capítulos; el sarcasmo y la sátira juegan un papel de suma importancia
en el cuento ya que permiten reflejar una visión muy peculiar de dos sociedades
contemporáneas.
Uno de los temas predilectos de la ironía es retratar los hechos de la vida
cotidiana para después cuestionarlos y preguntarnos si en realidad algunas
actitudes que lleva acabo el ser humano son propiamente de un ser pensante,
aunque en ocasiones actúa reprochablemente. En este cuento nos percatamos de
todas las atrocidades que puede llegar a cometer el individuo y su sociedad. El
personaje principal de este texto es Eleanore Wharton la cual representa a Estados
Unidos, este personaje se parece en algunos elementos a la señora Reeves del
primer cuento, ambas actúan en dissimulatio además de jugar el papel de alazon
pues la primera presume y fanfarronea sus buenas acciones e intenciones hacia
Roger cuando en realidad pretende llenar vacíos de su vida. Y la segunda proclama
conocimientos, refinancia y también intenciones cuando en realidad no le interesa
el niño sino la obra de arte en su pecho.
En este cuento el humor fungió de diferentes maneras, es decir en algunas
ocasiones fue necesario utilizarlo como instrumento liberador que ayudó a soportar
los infortunios; como la señora Wharton la cual lo empleó para aminorar las
inclemencias del caos urbano en la Ciudad de México. El humor también fue
utilizado para enfatizar y denunciar actitudes irracionales las cuales siempre
contenían una carga de crítica social presentadas con toques lúdicos. En este
cuento Enrique Serna pone de manifiesto una realidad no muy lejana a la nuestra,
es decir retrata con exactitud los comportamientos paradójicos de los mexicanos:
traer el automóvil repletó de imágenes religiosas cuando en verdad es paganismo,
construir primarias cerca de una fábrica, el problema de los perros callejeros, la
proliferación de fritangas, la higiene en las Clínicas de Salud, la vialidad y un
etcétera larguísimo de cualidades que expuso Serna en este texto irónicohumorístico.
El humor por su parte ha ayudado a sopesar y a bromear con los
acontecimientos de la vida cotidiana, y la ironía ha enfatizado la situación de
México y de Estados Unidos. Gracias a estos términos hemos observado a lo largo
de este cuento algunas incongruencias y paradojas del ser humano, su decadencia
como individuo, sus actitudes egoístas, envidiosas, corruptas, etc.
Finalmente
decimos
que
estos
cuentos
contienen
una
escritura
contemporánea en donde se utilizó el humor y la ironía como herramientas para
criticar en su más amplio sentido a la sociedad, recordemos que estos elementos
narrativos en la actual escritura han servido para atacar principalmente a la
literatura y a la sociedad. Ambos están impregnados de humor e ironía lo cual
enriquece de una manera extraordinaria a estos textos. Por su parte el humor en
ambos cuentos funcionó como un instrumento que ofreció una cierta libertad
partiendo de la negatividad de la existencia el hombre, le ayudó a tener la
capacidad para estar más allá de sí mismo y de sus acontecimientos por más
desoladores que éstos puedan ser.
Enrique Serna en ambos cuentos nos ha presentado a personajes en donde
apreciamos claramente a aquellos paladines del bien; recordemos que este
narrador mexicano rechaza la existencia de aquellas personas en donde habitan
dobles intenciones. Después de analizar los dos textos decimos que nos
encontramos frente a una ironía de tipo propositiva o funcional ya que deducimos
la postura que tiene nuestro narrador implícito, o sea el autor, esto lo podemos
comprobar claramente al analizar las ironías y el humor que utiliza, nos
percatamos cuales temas ironiza con mayor ahínco, cuales denuncia de una
manera severa, con qué está en desacuerdo. Como bien sabemos la ironía oculta y
disimula pero su finalidad inevitablemente es exhibir verdades y realidades, el
ironista y el humorista de alguna manera fingen alabar lo que en verdad rechazan
y censuran.
En el capítulo I mencionamos que la ironía en algunas ocasiones resulta un
tanto molesta ya que se burla de nuestras creencias, costumbres, características y
de la vida en general. En estos dos cuentos Serna se mofa de las sociedades y de
la condición humana por lo tanto el lector puede llegar a sentirse agredido y
ofendido, quizá no por verse reflejado sino por saber que pertenece a esa realidad,
más bien le pueden producir sentimientos de enojo y coraje al ver reflejado el
mundo en que vive,
las personas y las situaciones con las que convive. Sin
embargo estos tipos de textos permiten con la ayuda del humor y la ironía
inquietar algunas mentes anestesiadas y por supuesto enriquecer con más fervor a
la narrativa mexicana y en general a la literatura.
Enrique Serna en ambos textos irónicos-humorísticos retrata los bajos
fondos y la corrupción de las sociedades, pareciera que hace una radiografía de la
degradación de los comportamientos humanos sin embargo no olvidemos que este
narrador mexicano combina estas descripciones con toques lúdicos. Cabe
mencionar que Serna no pretende denunciar o redimir estas conductas
simplemente
retrata
personajes
o
situaciones
incongruentes,
presenta
sentimientos en carne viva, manifiesta una sensibilidad humana en donde se
percibe la incertidumbre.
En los dos textos, este cuentista mexicano nos presentó ambientes físicos
no ficticios, los cuales permiten ubicar una realidad no muy distante a la que
vivimos lo que provoca que el lector se compenetre con los lugares donde nos
lleva el cuento, lo anterior resulta importante porque al presentarnos ambientes
físicos reconocibles el receptor puede ver que las situaciones presentadas en el
cuento no están tan ajenos a las que vivimos diariamente. Estos lugares no
ficticios también ayudan a identificar personajes que posiblemente existan en
nuestra realidad.
Por una parte el humor como bien sabemos es un producto de la libertad, el
cual sirvió para bromear con la condición humana, con las convenciones, con las
normas, con las palabras pero sobretodo con las incongruencias del ser humano;
por otra parte la ironía le exigió al lector una capacidad de reconstrucción de
términos además de realizar un acto de intencionalidad. Ambas nos retrataron al
hombre y su entorno incoherente además de querer trasmitirnos verdades. Con la
ayuda de las teorías postuladas alrededor de dichos conceptos esperamos haber
realizado una buena participación como lector pues la ironía sin colaboración activa
de éste sería casi imposible. Además el humor y la ironía nos permitieron indagar y
rastrear las conciencias humanas.
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