APARTADO REVISTA MEDICA DE CHILE AÑO L X X I V - ABRIL DE 1946 - N° 4 I m p . y Lito. " S T A N L E Y " — Monjitas 511 — Santiago LA MEDICINA SOCIAL EN LAS CARDIOPATIAS Prof. Ezequiel González Cortés LA MEDICINA SOCIAL EN LAS CARDIOPATIAS * Prof. EZEQUIEL GONZALEZ CORTES Primero formularé la siguiente pregunta: ¿constituye el reumatismo una enfermedad social? Según lo expresan Osvaldo Sotomayor y otros en artículos recientes, no lo es por faltarle el punto de partida infeccioso y sufrir de él solo el 1% de los empleados, el 0,74% de los obreros y 1,14% de los niños, determinando el 0,25%) dei ncapacidad, en relación al total de la población. Esta afección compromete no' solo las articulaciones y el corazón sino los vasos sanguíneos y la totalidad del tejido mesenquimático, que dejan secuelas difíciles de determinar, en ausencia de las artropatías. Indudablemente esta cuestión ha sido universalmente resuelta en un sentido positivo que debemos respetar. La encuesta oficial británica en 1934 le atribuyo un sexto del total de los inválidos, representando el dispendio de 2 millones de libras esterlinas y una pérdida de jornales de 3 millones de semanas. Ray calculó que de 2.400.000 asegurados, 60.000 sufrían cada año de manifestaciones susceptibles de tratarse y según Danielopolu el 6% de los que se internan en las casas de salud así como 50.000 escolares, registran un dato anamnéstico de esa especie. En Alemania de 1935 al 38 la "Allgemeine Ortskrankenkasse" anota más de 55.000 casos con la consiguiente pérdida de 110.000 semanas, en Holanda el 9% y el 14% en Dinamarca de los incapacitados lo eran por el mismo motivo en contra del 12% por tuberculosis. En los Estados Unidos de Norteamérica Bouquet sostiene que es reumática 12% de la población, la "Metropolitan Insurance" el 9% de su clientela y Paul y Leddy el 15% en 7.914 estudiantes de la Universidad de Yale. En 1931 Dausset inauguró "L'entraide des Rhumatisants"; en la misma época el Ministro de Salud Pública Mr. Sellier con( * ) Co-relato de la X V I I R e u n i ó n A n u a l de Medicina ( I V sesión), 2 3 de Qiciembre de 1 9 4 5 . sideró el reumatismo y la sífilis como enfermedades sociales cuya declaración legal es obligatoria en España, Irlanda y Noruega. Resuelto este primer punto entraré a dilucidar la repercución social de las cardiopatías cuya frecuencia tiende a crecer con la elevación del promedio de la vida creando a su vez el problema más candente de la época actual. Las estadísticas norteamericanas demuestran aue en 1910 el índice de mortalidad fué dé 132 por 100.000, de 159 en 1920, de 185,7 en 1925, de 213,6 en 1930, de 244,9 en 1933, de 265,8 en 1936, y de 300 en 1938. Recientemente, Olesen anotó que en el lapso de tiempo comprendido de 1900 a 1920, la mortalidad por tuberculosis pulmonar descendió constantemente, mientras que aumentó por la dolencia que nos preocupa y por cáncer. En un análisis comparativo realizado en la misma Nación se calculó la duración media de la vida en 61,25 años que ascendería a 63,25 al eliminársela completamente, comprobándose además que las correspondientes defunciones en Nueva York aumentaron de 13,242 en 1901 a 26,649 en 1931. En Francia las respectivas cifras se modificaron del siguiente modo: Años Enfermedades del corazón Enfermedades arteriales Tuberculosis p u l m o n a r Cáncer 1906 127 70 182 70 1930 150 96 136 96 En Río Janeiro se dejó constancia de que en 1930 de 1.430.000 habitantes hubo 796 muertes por cardiopatías y en 1937 con 1.800.000 subió a 1.474, o sea que el respectivo coeficiente varió de 56 a 82. Digna de meditación es la reproducción de un cuadro de la brillante colaboración de Charles Norrow publicada con el epígrafe de "como mueren los latino americanos" y que es también confirmatorio de la tesis sustentada: 276 MEDICINA SOCIAL LAS DIEZ Y CARDIO!'ATI AS. —• E. González PRINCIPALES CAUSAS Cortes 276 SON: En Estados Unidos (1900) América Latina (Actualmente) Estados Unidos (1945) Neumonía-Influenza Tuberculosis Enteritis-Diarrea Cardiopatías Nefritis Hemorragia cerebral Bronquitis Difteria Tifoidea Tuberculosis Neumonia-Influenza Malaria Enteritis-Diarrea Cáncer Difteria Parálisis infantil Tifoidea Cardiopatías Meningitis Cardiopatías Neumonia-Influenza Cáncer Hemorragia cerebral Nefritis Tuberculosis Accidentes automovilísticos Diabetes Arterioesderosis Enteritis-Diarrea Puédese, en síntesis, añadir que los enfermos cardiovasculares constituyen un grupo numeroso, quizás el más crecido de todos los que se encuentran en condiciones de inferioridad física para el trabajo. "A pesar de todas las objeciones que se formulen, expresa González Sabathe, subsiste el hecho real del incremento de las lesiones cardiovasculares, el que no podrá ser descalificado aunque se evidencien mínimos errores o que se argumente, espaciosamente, que dichos raciocinios son el resultado del mejor conocimiento de la respectiva Patología, gracias al avance de los conocimientos científicos del último cuarto de siglo, entre los que descuella la diferenciación semiológica de la trombosis coronaria." Si se estudian, cuidadosamente, los guarismos de letalidad en las grandes ciudades y los de las compañías de seguros más importantes, se descubrirá la misma creciente tendencia enunciada. La opinión de clínicos capacitados, agrega Stone, es unánime en señalar que estas dolencias son más frecuentes que antes, siendo también uniforme el criterio de su exacerbación por encima de los 30 años: "Desde el punto de vista de la Salud Pública, señala el mismo autor, no es exagerado aducir que el problema más esencial de la Medicina Moderna es el de los decesos por cardiopatías". El desarrollo alcanzado por la especialización en esta rama de la ciencia, la creación de Centros, Hospitales, Policlínicos ad-hoc han dado como resultado antecedentes más exactos para su esclarecimiento. Descartadas las influencias de otra índole puede consagrarse la presencia de factores responsables de la mayoría de estas afecciones: la fiebre reumática, la hipertensión arterial, la sífilis y arterioesderosis con su temible localización corona- ria, comprendiendo el resto, las lesiones congénitas, endocarditis infecciosas, la cardiotirotoxicosis, el corazón pulmonar y otras de origen desconocido. Por tanto, como lo realzan los tratadistas argentinos, el desiderátum debe encararse teniendo en cuenta la resonancia de factores de tanta trascendencia como los mencionados, que Stone denominó "Los cuatro jinetes." Concuerda con la precitada opinión de De Porte que en Nueva York, con la colaboración de 296 médicos reconoció la influencia del reumatismo en la producción de cardiopatías en el 27,2%; de la hipertensión (20%) la arterioesderosis (8,8), la sífilis (4,6), las afecciones congénitas (2,4) y otras de causas desconocidas (11,6). Meredith (Magallanes) encuentra que el reumatismo y la sífilis figuran en el 14,8%, la hipertensión (23,6), la arterioesderosis (13), las coronariopatías (3,4), los trastornos congénitos (1,8) asignándose el resto a la obesidad, los hiper o hipotiroidismos y los procesos funcionales. Según Cossio es dable aceptar que de los 30 a los 50 años se incluyen casi la mitad de las cardiopatías y el resto se divide en cifras parciales que se distribuirán así: antes de dicho período predominan las reumáticas o congénitas y después las coronarias e hipertensivas. Se ha establecido también que en los Estados Unidos la tercera parte del total de fallecimientos pertenece a afecciones cardio-reno-vasculares cuyo porcentaje in vivo en las Cátedras de los Profesores Contrucci, Prado, Alessandri, Garretón y la de mi cargo ha sido de 24,6 12,6 - 20,5 - 16,8 y 14,4 respectivamente. El examen obligatorio prescrito por la ley 6174 ha revelado que en los asegurados el 4% es portador de semejante enfermedad, lo que significa la existencia habitual de 50.000 pacientes de ella, afirman- MEDICINA SOCIAL Y CARDIO!'ATI do Alvavay que, en Valparaíso, por cada mil afiliados la padecen 21,82 en los hombres y 31,38 en las mujeres. La principal causá de muerte en los niños de 5 a 15 años la generan las cardiopatías y, alrededor de 200.000 adolescentes sufren de ellas reconociendo en el 80% de estos, al reumatismo como factor etiológico (Pugh). La lucha social supone como principal objetivo la utilización de todos los medios que contribuyan a la ablación de los factores etiológicos, lo que es hacedero, de modo limitado, por tratarse de procesos definitivos creadores de un grado variable de invalidez y aún conseguida la mejoría en muchos casos se debe tender a postergar el advenimiento de sucesivas recaídas. Fluye naturalmente de lo expuesto que se justifica el entusiasmo con que al conjuro de laudables ideas se construyen en las naciones más cultas, magníficos asilohospitales para niños, en los cuales se les cuida, orienta profesionalmente e integra en los talleres. La "American Heart Association" ha triunfado ampliamente en este sentido, logrando aún la dictación de la medida legislativa de destinar una cama para convaleciente de reumatismo por cada mil habitantes. En 1941 se inauguró en el hospital Bellevue, de Nueva York, una sección que cincp años después se completó con policlínicos y casas de reposo, subordinadas en conjunto a la corporación dedicada a la prevención y alivio de las afecciones circulatorias. En Francia se fundó en 1930 bajo el auspicio de Vaquez la sociedad denominada "L'aide aux cardiaques". En 1934 el Prof. Lutembacher inició en Versalles un servicio estatal de idéntica asistencia, que a su vez, Alemania incluyó en el seguro de invalidez, e Inglaterra desenvolvió en la edificación de hospitales con planteles para la difusión de la instrucción primaria entre los convalecientes, así como del cultivo de una profesión. En España una ley reciente a erigido Institutos de cardiología y reglamentado la campaña con que se tiende a extirpar las morbosidades causales. González Sabathé atribuye las dificultades subsistentes a: 1) La falta de profilaxia de las causas etiológicas. 2) La imposibilidad de prolongar la internación y evitar que vuelva a labores perjudiciales. AS. —• E. González Cortes 277 3) La ausencia de control técnico en el hogar. La magnitud del problema que se debate surge, expontáneamente, si se consulta el movimiento de las Cajas de Invalidez tanto nacionales como extranjeras que marchan a la vanguardia de los avances sociales. Se acepta que este género de lesiones ofrece mayor cuociente de incapacidad definitiva (31,07%) con la supervivencia media de 20 meses. Gregorio Lira, desde 1935 al 39 comprueba 435 cardiovasculares en 1472 pensionados por esta causa y con el Dr. García Valenzuela demostró que en las invalideces decretadas en 1943, el 38,70% correspondió a los mismos y solo el 32% a la tuberculosis. La solución que se proclama posee excepcional mérito en la marcha financiera de las Corporaciones de Previsión, sobre todo de la Caja de Seguros que concede las pensiones de invalidez más elevadas de las mundiales, como lo confirma el dato de que se acaba de estatuir una de $ 40.800 anuales, cuya vigencia es indefinida. Las precedentes sugerencias relativas al estudio de las características de la incapacidad autoriza para una breve disquisición referente a la influencia de la cantidad y calidad de los movimientos que pueda efectuar el cardiópata. Aunque los esfuerzos intensos son perniciosos, no ofrecen idéntica consideración los efectuados con control médico en forma medida. Será inoficioso aducir la apremiante necesidad de guiar profesionalmente a tales pacientes.En la adolescencia el vigor físico aminora sus achaques, circunstancia que se prolongará hasta que el exceso del mal acarrea la imposibilidad de cumplir tareas ejecutadas aún deficientemente. La introducción de métodos reeducativos por medio de la Dirección de la Caja de Seguro se ha hecho con una sección de Psicotecnia bien dirigida, pero de incompleto desenvolvimiento, así como de algunas casas de reposo aún no terminadas. Pero, a pesar de la iniciativa exhibida y la de algunas instituciones como el Patronato Nacional de la Infancia y el Servicio Médico Escolar, se carece de locales de aprendizaje, lo que no acontece en Argentina y otras naciones que disponen de ellos en los cuales, con la aplicación de numerosos tests se investigan, sucesivamente, los órganos de los sentidos, la capacidad física, la ha- 278 MEDICINA SOCIAL Y CARDIO!'ATI bilidad y la efectividad de determinada funciones psicomotoras. Para facilitar el cumplimiento de los postulados de la medicina social sería ventajoso dividir las cardiopatías, como lo insinúan Martínez y Sotomayor, en insuficiencias de origen congestivo y éxito-motrices. La tercera preocupación estriba en ampliar los procedimientos de orden físico destinados a atenuar las consecuencias de la condición de los cardiópatas desvalidos. Al médico que dirige el tratamiento de pacientes, de esta especie se ofrecen dos caminos: el primero descansa en el hecho de que en el período de cincuenta y dos semanas consagrado por la disposición legal ha podido convencerse de su incurabilidad y el segundo, de significación más lisongera, que le permite aspirar a que el candidato a inválido mejore sus aptitudes en el jercicio de su cargo (reeducación) o que, en relación con la restricción de sus fuerzas corporales, recurra a uno nuevo (readaptación). Para ambas situaciones se exige, perentoriamente, la creación de escuelas de orientación profesional anexas a los propios establecimientos hospitalarios, sobre todo infantiles. Para la consecución de esta finalidad urge verificar un censo de las industrias fabriles con sus particularidades de labor y también leyes indispensables para facilitar el acceso a los talleres de los que buscan el amparo de esta nueva modalidad de la seguridad social. Es preciso analizar la situación de las empresas frente a la nueva legislación que las obligará a tomar esta categoría de enfermos en un porcentaje determinado de su personal, como ocurre en Alemania en que deben disponer con ese objeto del dos por ciento del total de asalariados. La primera objeción estribaría naturalmente en que estas, en ningún caso, ejecutarán una labor similar a la de los sanos y por ende, tampoco percibirían un estipendio semejante al de estos, circunstancia que acarreáría la negativa de los empleadores para acogerlos. Sin embargo estos inconvenientes son subsanables porque quienes solo desarrollaren una tarea inferior a la normal percibirán el salario'correspondiente, aumentado con una asignación suplementaria que la Corporación acordaría para mantener el anterior standard. AS. —• E. González Cortes 278 Stroud expresa que, debido a los resultados de la güera, la habilitación de los mutilados se ha perfeccionado rápidamente siendo oportuno- reproducir las siguientes palabras de Lewis: "En un Estado ideal ningún trabajo válido en una persona de condiciones de inferioridad física por enfermedad cardiovascular debiera desempeñarlo un asalariado totalmente sano". En este período de iniciación, la jurisprudencia no es uniforme y mientras las resoluciones de los tribunales sean vacilantes no se conseguirá asentimiento unánime. Steuber ha insistido en que pueden ejercitar una parte importante de las actividades de las usinas sin menoscabar su extenuado vigor corporal ni comprometer el éxito patronal, y agrega que aún en individuos próximos a sufrir las molestias de la insuficiencia cardíaca el esfuerzo moderado no juega ningún rol en su marcha progresiva y aún ratifica que su adaptación a labores compatibles con su estado fueron un triunfo para la Philadelphia Heart Association que, en seis años colocó a 280 cardíacos que obtuvieron 90.000 dólares de salario. En las instalaciones de la "orientación profesional de los desventajados" que funciona en Pensilvania, 200 pacientes de las categorías segunda y tercera de la nomenclatura americana se han matriculado en las secciones de carpintería, de costura manual o a máquina, reparación o terminación de muebles y quehaceres domésticos. CONCLUSIONES La precedente exposición autoriza las sugerencias siguientes: 1) La Sociedad Médica resuelve dirigirse a las Jefaturas de las Instituciones de Previsión Social y también de organismos como la Beneficencia Pública, la Dirección General de la Protección de la Infancia, para requerir de ellos la organización conveniente de la lucha destinada a la prevención y tratamiento de las cardiopatías, combatiendo, eficazmente, el reumatismo, la lúes y demás afecciones que las provoquen; 2) La introducción de medidas tendientes a atenuar las consecuencias de los estados degenerativos que ocasionan la senectud o el mero desgaste corporal, co- MEDICINA SOCIAL Y CARDIO!'ATI mo la hipertensión y la arterieesclerosis; 3) Se insinúa la creación de Ligas, Centros anexos a los Policlínicos y Hospitales dotados de elementos necesarios de diagnóstico y tratamiento, cuya dirección superior la ejercitarán representantes de los Consejos de los Institutos de Previsión y la Facultad de Biología y Ciencias Médicas. La Caja de Seguro Obligatorio incrementará los recursos dedicados a esta finalidad con el producto de la cuota voluntaria de 5% determinada por la ley y amortizables por jefes de hogar que deseen extender a la familia el cüidado del riesgo de la enfermedad. 4) Se requiere preferir el cuidado de los niños entre los 2 y 16 años que es la época de mayor frecuencia y gravedad del reumatismo, reparando así la omisión en que incurren las Cajas de Seguro Obligatorio y de Empleados Públicos o Particulares al no contemplar la aludida circunstancia, cuyo olvido fundamentará posteriormente, la base del desenvolvimiento de enfermedades susceptibles de ser evitadas. Parece innecesario señalar las ventajas derivadas del hecho de que en el momento de su inscripción como afiliado esté en posesión de un estado satisfactorio de salud. 5) El alcance del antiguo axioma de que es más económico curar que jubilar, mueve a preocuparse de las consecuencias de la invalidez con el reemplazo de la profesión funesta al artesano por una que sincronice más con las escasas fuerzas de reservas del corazón; 6) Tan pronto como el médico descubra la tendencia a la incurabilidad de una cardiopatía, procurará el reemplazo del oficio inconveniente por uno más adecuado, para lo cual recurrirá a la sección de AS. —• E. González Cortes 279 reeducación y readaptación que deberá existir en los establecimientos hospitalarios, sobre todo los que sean de pertenencia de la Caja de Seguro Obligátorio. El Servicio de Psicotecnia y la Oficina de Colocaciones o Bolsa del Trabajo representarán valiosos elementos de cooperación en la practicabilidad de este propósito. Dado que las pensiones de invalidez de la Caja de Seguro son más elevadas conviene que estas puedan ser obviadas o postergadas con la adopción de métodos que permitan la concurrencia del cardiópata al taller, sin detrimento de sus fuerzas físicas o morales. 8) Impetrar de los poderes públicos la dictación de leyes que obliguen al empresario a acoger a los inválidos que hayan adquirido la nueva aptitud, acción compulsiva que solo podrá resistirse por incomprensión en el primer período de la iniciación de la legislación que se proyecta. Para terminar, añadiremos que el ideal de la medicina social consistirá en evitar que el individuo, previamente sano, se transforme, primero, en reumático y después en cardiópata, susceptible de invalidar o perecer prematuramente, para lo cual las Corporaciones de Previsión efectuarán exámenes de salud periódicos (actualmente en cada año sólo la décima parte de los asegurados es acreedora a este beneficio) luego controlar las condiciones de la alimentación, habitación, vestuario, realizar el tratamiento preventivo y curativo, y sobre todo de las morbosidades que preceden al desenvolvimiento de las cardiopatías y por fin, vigilar su reajustación profesional a fin de que no se convierta en una carga para sí mismo, la sociedad y el Estado.